En primer lugar quiero agradecer a la Asociación Cultural Benéfica Grupo Romero Virgen de las Viñas y Amigos del Caballo la invitación a participar en su revista y así mismo quiero felicitarles, especialmente a su presidente D. Rafael Espejo, por la importante labor que realizan dentro del tejido asociativo de Montilla, colaborando con sus actividades, sin duda, a engrandecer nuestra cultura, fiestas y tradiciones. Por ello, ante todo, quiero expresaros mi reconocimiento y apoyo al trabajo que lleváis a cabo. Cuando Rafael me pidió un artículo sobre Participación Ciudadana para vuestra revista, pensé “qué fácil me lo pone, pero a la vez qué responsabilidad tan grande escribir sobre este tema”. A lo largo de mi vida y trayectoria política y profesional han sido muchas las ocasiones que he tenido de entrar en contacto y participar activamente en el mundo asociativo de Montilla y de toda la provincia de Córdoba. Desde el ámbito profesional en la Universidad de Córdoba, como miembro de la Cátedra de Participación Ciudadana, y desde el ámbito político como Secretaria Provincial de Movimientos Sociales y ONG´s del PSOE y como Asesora del Presidente de la Diputación en temas de Participación Ciudadana. Pero sobre todo, mi contacto más directo y mi experiencia más enriquecedora en el asociacionismo provienen de mi participación en diferentes asociaciones montillanas, en especial la Asociación Cultural Banda de Música “Pascual Marquina”. De todo ello, me quedo con la satisfacción que produce poder contribuir a la vida y el enriquecimiento de nuestro pueblo. Para mí, como ciudadana y como socialista, la participación ciudadana constituye un eje estratégico de la política local que ha de asentarse sobre las premisas del pacto político entre los grupos políticos municipales y un pacto cívico con la ciudadanía y las asociaciones y colectivos sociales. La Constitución Española recoge en su artículo 9.2 la obligación de los poderes públicos de promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas, remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social. Más de veinte años después de las primeras elecciones democráticas parece haber llegado la hora de revisar la maquinaria de la política local. Concebir la participación como primera línea de contacto entre los ciudadanos y el conjunto de las instituciones, o definir la política local como una escuela de democracia, no deben ser simples tópicos, sino que tienen que constituir una realidad. El gobierno local, si cree en la participación puede demostrar que las instituciones públicas no están sólo por encima de los ciudadanos, para extraer recursos, sino que esas instituciones emanan de la sociedad para resolver problemas colectivos. La participación entraña una ciudadanía activa y para conseguir dicho objetivo se debe ir más allá una organización meramente eficiente. Se tendría que dar paso a una institución, además, participativa, con capacidad de detectar problemas. La participación ciudadana se refiere a la intervención de los particulares en actividades públicas en tanto portadores de determinados intereses sociales. Pero también significa la participación de los ciudadanos en la vida administrativa, entendida como la intervención individual o colectiva ante y con las autoridades en defensa de intereses comunes. Los políticos tenemos que trasladar nuestro ángulo de visión, como gestores públicos, para contemplar al ciudadano no como alguien que está “al otro lado del mostrador”, no sólo como el destinatario de los servicios que gestionamos, sino como partícipe de nuestra gestión, como un integrante más de nuestro equipo. Se trata de demostrar que la participación de la sociedad es una condición necesaria para la profundización de la democracia y que debe ser considerada e institucionalizada como parte integrante de cada una de las etapas del proceso público para generar mayor eficacia y legitimidad en las acciones. Es indudable que la acción de gobierno que el ciudadano siente más directa es la que se desarrolla en el ámbito municipal, por cuanto las decisiones adoptadas en este nivel tienen repercusión inmediata y directa sobre el ambiente íntimo en que desenvuelve su vida. Si profundizamos más en la consideración del ciudadano como eje crucial de toda la gestión pública en una administración local, estaremos también profundizando en el valor mismo de la esencia democrática. Es un requisito indispensable la implicación de los ciudadanos, informados y organizados, en los procesos de decisión y de gestión, de control de las políticas públicas y de los servicios. Hasta ahora, la gente sólo podía decidir sobre su gobierno ejerciendo su derecho al voto. Este concepto fue superado hace ya tiempo. Profundizar en la democracia quiere decir otorgar más poder a la ciudadanía. En definitiva la Democracia Participativa implica fomentar las vías y los medios para convertir a los ciudadanos y sus organizaciones en agentes políticos directos junto a los partidos políticos. Por todo ello estoy plenamente convencida de la necesidad de: - Fomentar un Ayuntamiento dialogante, que implique, coopere, cogestione y decida con los ciudadanos, facilitando los cauces y los medios para ello. -Potenciar un nuevo concepto de ciudadanía, que incluya no sólo derechos y deberes, sino también responsabilidad, cooperación y participación que forje la base de una verdadera sociedad civil democrática. - Impulsar una gestión municipal abierta a la participación ciudadana porque los ciudadanos y ciudadanas no pueden quedar al margen de las decisiones que se toman en nuestro pueblo. - Educar para la participación ciudadana y diseñar planes de formación adecuados para fomentar al asociacionismo. . - Facilitar la relación entre ciudadanos y Administración, mediante las tecnologías de la información y de la comunicación, simplificando trámites, mejorando la accesibilidad a los servicios públicos, facilitando las respuestas administrativas, agilizando las relaciones, favoreciendo las propuestas, reclamaciones o peticiones de los ciudadanos y estableciendo plataformas interactivas que, sin sustituir la necesaria relación personal, faciliten foros de encuentro para el ejercicio de la libertad y el derecho a la participación desde la igualdad. Como decía al principio, la participación ciudadana es un eje vertebral de nuestro proyecto en el Ayuntamiento de Montilla para los próximos cuatro años. Es mi compromiso personal cumplir estos objetivos y vuestro derecho y deber exigir que lo llevemos a cabo. Es, por tanto, una tarea a la que estamos llamados todos. Animo y a seguir trabajando. Rosa L. Polonio Contreras Candidata PSOE a la Alcaldía de Montilla www.rosaluciapolonio.psoe.es