Valor total 38 puntos Cada ítem 1 punto, algunas preguntas tienen

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Valor total 38 puntos
Cada ítem 1 punto, algunas preguntas tienen más de un ítem.
TEXTO 1
El cotilleo
Gonzalo Casino
Sí, parece ser que hablar bien o mal de terceras personas, que lo de menos aquí es lo bien o mal paradas que salgan, es un
pasatiempo de lo más razonable y saludable. Enterarse de la vida y milagros de otros es algo que fascina a los humanos desde
que adquirieron la facultad del lenguaje e, incluso, hay quien piensa que el habla se desarrolló precisamente para eso, para poder
contarse chismes unos de otros. Esta idea no es ninguna “boutade”, sino que es el meollo de una nueva teoría científica sobre el
origen y la evolución del lenguaje. Uno de los que la postulan, Robin Dunbar, profesor de antropología biológica del University
College de Londres, asegura que el cotilleo es una actividad universal a la que se entregan hasta las personas más serias y q ue
se ejercita hasta en los lugares más circunspectos. Para comprobarlo, llevó a cabo la experiencia de monitorizar conversaciones
en un comedor universitario, anotando el tema de las mismas cada 30 segundos. En esta experiencia, las conversaciones
oscilaban entre lo académico o laboral y lo personal, aunque alrededor del 70% del tiempo de charla giraba en torno a
experiencias y relaciones personales. La mitad de estos temas de conversación aludía a los presentes, mientras que la otra mitad
se refería a personas ausentes. Hablar de lo que hacen o dejan de hacer, de lo que dicen o dejan de decir o de lo que puedan
pensar terceras personas es, según Dunbar, un ejercicio que permite coordinar las relaciones sociales y mantener cohesionados
grupos más grandes.
(www.elmundo.es/salud)
01. (1,0) Considere las siguientes definiciones de la palabra cotilleo.
1. Es un acto que puede favorecer o perjudicar a terceros pero, de todos modos, es sano.
2. Es una nueva teoría sobre cómo el lenguaje se desarrolla con un ritmo distinto en cada individuo.
3. Es un nuevo pasatiempo que se ha puesto de moda en Londres con el profesor de Antropología, Robin Dunbar.
4. Es una manera de informarse de los sucesos de la gente.
De acuerdo con el texto, están correctas las definiciones:
A) 1 y 4 solamente.
B) 2 y 4 solamente.
C) 1, 2 y 4 solamente.
D) 2 y 3 solamente.
E) 2, 3 y 4 solamente.
02 -(1,0) Es proposición de Robin Dunbar:
A) La facultad del lenguaje pudo haber sido estimulada por la necesidad de cotillear.
B) La práctica de hablar de terceros rompe la cohesión social, sobre todo de grupos grandes.
C) Las personas serias evitan el cotilleo en sitios circunspectos.
D) Para desarrollarse, el cotilleo depende del lugar donde se encuentren las personas.
E) El cotilleo es una práctica social propia de los universitarios.
03 - (1,0) Sobre la experiencia de controlar conversaciones, es correcto afirmar:
A) Cuando se trata de cotillear, las personas hablan igualmente de los presentes y de los ausentes.
B) Robin Dunbar se limitó a grabar las conversaciones que trataban de cotilleo.
C) Durante la experiencia, Robin Dunbar charló sobre sus experiencias y relaciones personales.
D) Robin Dunbar descubrió que a cada 30 segundos los estudiantes cambiaban de tema de conversación.
E) Robin Dunbar grabó las conversaciones de los estudiantes tanto en las aulas como en el comedor.
04 - (1,0) “Esta idea no es ninguna “boutade”, sino que es el meollo de una nueva teoría científica sobre el origen y la evolución
del lenguaje.” (líneas 4 y 5)
¿Cuál de las alternativas abajo corresponde al sentido de la frase arriba?
A) Usar la noción de “cotilleo” para explicar el origen y la evolución del lenguaje no es ninguna broma.
B) Es un disparate pensar que el lenguaje humano evolucionó a partir de la práctica del cotilleo.
C) El cotilleo no es el principal argumento de la teoría científica sobre el origen y la evolución del lenguaje.
D) La idea de cotilleo como factor de evolución del lenguaje está superada hoy día.
E) La teoría de que el origen y la evolución del lenguaje está en la práctica del cotilleo no se ha comprobado científicamente.
05 - (1,0) En la frase, “que lo de menos aquí es lo bien o mal paradas que salgan...” (l. 1) encontramos una oración en la que el
hablante:
A) complementa la información ya dada para identificar el elemento referido
B) añade una información más sobre el sustantivo al que se refirió.
C) introduce una información que permite identificar el elemento referido.
D) aporta una información que no identifica al elemento referido
E) especifica lo que quiere decir en la anterior.
06. (1,0) Lo subrayado en: “Uno de los que la postulan…” (l. 5) equivale sin cambio de sentido en el texto a:
A) ruegan
B) suplican
C) pretenden
D) imploran
E) solicitan
07. (1,0) Meollo en “Es el meollo de una nueva teoría científica” (l. 4) es lo mismo que:
A) entendimiento
B) juicio
C) fundamento
D) exterior
E) sensatez
08. (1,0) Lo subrayado en “El cotilleo es una actividad universal a la que se entregan hasta las personas más serias..” (línea 6)
tiene como antecedente
A) cotilleo
B) sérias
C) personas
D) actividad universal
E) Robin Dunbar
TEXTO 2
09. (1,0) ¿Crees que existe alguna diferencia entre un donjuán y un playboy? Justifica tu respuesta.
Hay algunos matices que los diferencian: un donjuán puede ser parte de los mejores círculos sociales o no; en
cambio, la palabra playboy no solo indica la proclividad de esa persona hacia la seducción de mujeres, sino también
un nivel social en el que se desenvuelve dicha persona. En otras palabras, un playboy forma parte de la alta
alcurnia de la sociedad
Ya no queda playboys como los de antes,
Maruja Torres (19/11/2011)
Cuando Gunther Sachs murió la primavera última y volví a escuchar la palabra playboy, pronunciada en el contexto de su
biografía, una ráfaga de recuerdos periodísticos me vino a la memoria. Ciudades, fotos, nombres. Eran recuerdos de prensa rosa,
porque, cuando Sachs realizaba sus hazañas con las más hermosas mujeres públicas del momento, yo trabajaba en Garbo, y los
playboys, así como sus conquistas y sus métodos, formaban parte de la rutina que manejábamos en la redacción.
Marbella: otra palabra con retranca, cuya sola mención me lleva a nuestro más genuino playboy local –al menos, nos toca
la mitad–, el germano-español príncipe Alfonso de Hohenlohe, el hombre que fundó el Marbella Club y que convirtió a esta
localidad en un enclave del turismo millonario internacional.
Ahora conviene que les diga que la primera vez que escuché la palabra playboy fue en casa, con motivo de una boda del
año que acababa de celebrarse. Alguna parienta trajo una revista −no había televisión, ni siquiera en blanco y negro−, y las
adultas se arrojaron como hienas sobre ella. “Mira, nena, con quince años y se ha casado con un príncipe que, además, es
playboy”, me aleccionó una tía (carnal), admirativa. Me sentí fatal, porque yo ya tenía trece, y no apuntaba maneras.
En aquel tiempo −estoy hablando de 1955−, el hecho de que Alfonso de Hohenlohe se casara con la princesa Ira de
Fürstenberg, siendo ella una menor, a nadie le pareció política ni moralmente incorrecto. “Qué suerte tiene la novia”, pensaba todo
el mundo. “Y él”, añadían los viejos cucos. La verdad es que Ira era una niña prodigio con un cuerpazo de mujerona espectacular
y unos ojos de garza sensacionales. Más adelante, resultó ser una dama prodigiosa: a los 20 años se fugó con otro playboy
brasileño, que le doblaba la edad. Y creo que también sigue viva ahora que, por fin, todos los playboys de pata negra reposan bajo
sus respectivas malvas. También Brigitte Bardot, el principal trofeo femenino de Gunther Sachs, está tan pimpante.
Muchos años más tarde, cuando yo ya ejercía el periodismo, aunque fuera rosa, me crucé en varios reportajes con
Alfonso de Hohenlohe y sus túnicas. Era un hombre encantador, muy cumplido con la prensa −que por entonces no les
plantábamos a los famosos la alcachofa en la boca, como ahora−, que a la sazón tenía una segunda esposa, y que cobijaba en
uno de sus bungalows de lujo.
Marbella fue el destino natural de los playboys secundarios, o de aquellos que vivían de las señoras y daban en llamarse
así; o simplemente, de vividores. Allá fueron a parar discípulos tardíos del playboyismo. Eran, ya, otros percales. Recuerdo a una
actriz española muy guapa que cayó en las redes de uno de estos nuevos conquistadores. “¿Cómo puedes?”, le pregunté en
privado, horrorizada. Hizo un gesto expresivo con las manos: “Me manda rosas cada día y un Rolls-Royce con su chófer para
recogerme. ¿Quién puede resistirse?”.
Al parecer, lo de las rosas funcionaba con cierto tipo de mujer en aquella época. Gunther Sachs conquistó a Brigitte
Bardot a fuerza de arrojárselas a centenares −qué agobio−, desde su avión privado, sobre la finca que la estrella francesa poseía
en Saint-Tropez. Un Saint-Tropez que hoy, desnaturalizado, asaltan jeques en superyates y megamillonarios del boom financiero
que ya no se esfuerzan en conquistar mujeres: compran rápido y escupen deprisa.
Los playboys de verdad habían recibido una exquisita educación en colegios europeos, frecuentaban las carreras de
coches deportivos −a menudo, los pilotaban−, jugaban al polo o introducían el pádel en sociedad, y destacaban, en el mundo
anterior al 68, como portadores de un cuento de hadas que, invariablemente, terminaba bruscamente con el aterrizaje de la
princesa en la realidad, mientras ellos volvían a empezar. Sin embargo, en el circuito de mujeres disponibles, cuyos nombres se
repetían en el carné de citas de estos individuos, se jugaba con reciprocidad. Linda Christian, Anita Eckberg, Zsa-Zsa Gabor,
Bettina y otras muchas modelos. De una forma u otra fueron recompensadas. Porque ellos podían ser truhanes pero, no lo
olvidemos, también fueron caballeros al servicio –temporal– de sus damas.
Adaptado de http://www.elpais.com/articulo/Revista/sabado/quedan/playboys/elpepirsa/20111119elpepirsa_4/Tes
10. (1,0) Según la autora, ¿en qué importante aspecto han cambiado los playboys?
Hay algunos matices que los diferencian: un donjuán puede ser parte de los mejores círculos sociales o no; en
cambio, la palabra playboy no solo indica la proclividad de esa persona hacia la seducción de mujeres, sino también
un nivel social en el que se desenvuelve dicha persona. En otras palabras, un playboy forma parte de la alta
alcurnia de la sociedade.
11. (1,0) ¿Qué quiere transmitir la autora con la frase “que por entonces no les plantábamos a los famosos la
alcachofa en la boca, como ahora” (5§)? ¿A quién va dirigida?
Es una crítica dirigida a muchos periodistas de la prensa rosa actual, que se dedican a perseguir a los famosos de
manera obsesiva importunándolos y asediándolos con el micrófono, a base de muchas preguntas.
12. (1,0) ¿Le gustaría a la autora que le arrojasen centenares de rosas en su casa como hizo Gunther Sachs
para conquistar a Brigitte Bardot? Justifica tu respuesta.
La autora nos da a entender que no le gustaría porque al narrar este hecho intercala su opinión con la expresión qué
agobio, cuyo significado indica molestia o angustia.
13. (1,0) ¿Qué tipo de texto es el que te hemos presentado? Justifica tu respuesta.
a. narrativo
b. histórico
c. periodístico
d. científico
Periodístico. Se trata de un artículo de opinión que repasa la historia de los playboys. La autora habla de personajes reales
y de experiencias propias. No hay ficción.
14. (1,0) En el texto la autora usa con frecuencia los guiones, identifícalos y explica a seguir qué función tienen
dentro del texto.
–al menos, nos toca la mitad–; –no había televisión, ni siquiera en blanco y negro–; –estoy hablando de 1955–; –que por
entonces no les plantábamos a los famosos la alcachofa en la boca, como ahora–; –qué agobio–; –a menudo, los
pilotaban–; –temporal–.
Los guiones tienen tres funciones diferentes: acortar la distancia entre la autora y el lector, hacer aclaraciones e introducir
comentarios valorativos.
15. (3,0) Busca en el texto tres sinónimos que usa la autora para hacer referencia a los playboys y escríbelas a seguir.
Conquistadores, individuos, truhanes.
16. (2,0) Sustituye por una palabra las partes subrayadas de la frase “todos los playboys de pata negra reposan bajo
sus respectivas malvas” (4§).
Todos los playboys auténticos/verdaderos reposan bajo sus respectivas tumbas.
18. (3,0) Busca en el texto las expresiones o palabras que tienen como significado dentro del contexto:
a) Momento en el que nos invaden muchos recuerdos relacionados con un mismo tema. (1§)
Una ráfaga de recuerdos
b) Estar tranquila, feliz y sigue tan guapa como siempre. (4 §)
Está tan pimpante
c) Por entonces, en aquel tiempo u ocasión (5§)
A la sazón
19. (1,0) Vuelve al texto y busca para reescribir abajo un fragmento que ejemplifique la reproducción de las palabras de alguien de
manera literal.
Cualquier parte del texto en el que la autora mencione a alguien y coloque lo que esa persona dijo entre comillas.
20. (7,0) Ahora reescribe el tercer párrafo utilizando el discurso referido y subrayando al menos siete transformaciones
gramaticales.
Posibles cambios
Maruja Torres resaltó que en aquel momento convenía decirnos que la primera vez que había escuchado/ escuchara la
palabra playboy había sido/ fuera en su casa, con motivo de una boda del año que había acabado de celebrarse. Alguna parienta
suya trajera una revista −no había televisión, ni siquiera en blanco y negro−, y las adultas se habían arrojado/arrojaron como
hienas sobre ella diciendo que mirase (se fijase) ya que con tan solo quince años se había casado con un príncipe que además
era playboy a lo que la había alecionado / aleccionó una tía (carnal), admirativa. Y que se había sentido /sintió fatal, porque ella ya
tenía trece, y no apuntaba maneras.
21. (8,0) Identifica los pronombres relativos de las siguientes frases extraídas del texto e indica dos pronombres o
adverbios relativos por los que se pueda sustituir. ¿La sustitución implicaría algún de matiz de significado en las
frases? ¿Cuál?
a)
Formaban parte de la rutina que manejábamos en la redacción (l.4)
Pronombre relativo: que; Puede sustituirse por: la cual; La sustitución por la cual implicaría mayor formalidad;
b)
El hombre que fundó el Marbella Club y que convirtió a esta localidad en un enclave del turismo millonario internacional
(líneas 6 y.7)
Pronombre relativo: que; Puede sustituirse por: quien, el cual; En ambos casos la sustitución implica
mayor formalidade.
c)
Con motivo de una boda del año que acababa de celebrarse. (líneas 8 y 9)
Pronombre relativo: que; Puede sustituirse por: la cual; La sustitución por la cual implicaría mayor formalidad;
d)
Más adelante, resultó ser una dama prodigiosa: a los 20 años se fugó con otro playboy brasileño, que le doblaba la edad
(líneas 15 y 16)
Pronombre relativo: que; Puede sustituirse por: quien, el cual; En ambos casos la sustitución implica
mayor formalidade.
e)
Desde su avión privado, sobre la finca que la estrella francesa poseía en Saint-Tropez. Un Saint-Tropez que hoy(l. 28 y
29)
Pronombre relativo: que; Puede sustituirse por: la cual; La sustitución por la cual implicaría mayor formalidad;
f)
Asaltan jeques en superyates y megamillonarios del boom financiero que ya no se esfuerzan en conquistar mujeres:
compran rápido y escupen deprisa. (l. 29 y 30)
Pronombre relativo: que; Puede sustituirse por: quienes, los cuales; En ambos casos la sustitución implica
mayor formalidade.
g)
Como portadores de un cuento de hadas que, invariablemente, terminaba bruscamente con el aterrizaje de la princesa en
la realidad. (l.33 y 34)
Pronombre relativo: que; Puede sustituirse por: el cual; a sustitución implica mayor formalidade.
h)
Sin embargo, en el circuito de mujeres disponibles, cuyos nombres se repetían en el carné de citas de estos individuos,
se jugaba con reciprocidad.(l. 34 y 35)
Pronombre relativo: cuyos; Puede sustituirse por: nombre que; la sustitución no implica
mayor formalidad tan solo que con CUYO queda claro la idea de pose.
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