Fiscalidad A propósito de la doctrina de la Dirección General de Tributos Incidencia de la nueva normativa contable en la fiscalidad Las complejas relaciones entre el nuevo modelo contable y la fiscalidad no pueden darse por solucionadas, aunque sólo sea porque el modelo NIIF/NIC no ha concluido su desarrollo normativo en España; por ello, el seguimiento de la doctrina de la DGT al respecto resulta del máximo interés para los profesionales de la Contabilidad y el Ordenamiento Tributario Domingo Carbajo Vasco Inspector de Hacienda del Estado Agencia Estatal de Administración Tributaria N os encontramos en el último trimestre del ejercicio 2009, y el nuevo modelo contable, conocido como modelo NIIF/NIC (Normas Internacionales de Información Financiera/Normas Internacionales de Contabilidad), lleva aplicándose en España, de manera generalizada(1), desde el 1 de enero de 2008(2). A pesar de algunos problemas y ciertas voces alarmistas, la transición desde el viejo modelo contable, centrado alrededor del Plan General de Contabilidad (PGC) de 1990, aprobado por el Real Decreto 1643/1990, de 20 de diciembre, al nuevo sistema NIIF/NIC ha transcurrido sin especiales disgustos para las empresas españolas. Los ejes normativos del nuevo modelo lo constituyen la nueva redacción de los artículos 34 a 49, ambos inclusive, del Código de Comercio (Cco), tal y como (1) Recordemos que algunas entidades lo habían implantado con anterioridad; en este sentido, conviene destacar a las entidades financieras sometidas a la tutela y el control del Banco de España, de acuerdo con lo regulado por la Circular 4/2004, de 22 de diciembre, sobre normas de información financiera, pública y reservada y modelos de estados financieros de entidades de crédito; y los grupos de sociedades que debían publicar sus cuentas anuales consolidadas de acuerdo a las reglas NIC, si, a la fecha de cierre del ejercicio, alguna de las sociedades del grupo había emitido valores admitidos a cotización en el mercado regulado de cualquier Estado miembro de la Unión Europea (en adelante, UE), conforme a lo dispuesto en la disposición final undécima de la Ley 62/2003, de 30 de diciembre, de Medidas fiscales, administrativas y del orden social, a partir del 1 de enero de 2005. (2) Conforme establece la disposición final segunda de la Ley 16/2007, de 4 de julio, de reforma y adaptación de la legislación mercantil en materia contable para su armonización internacional con base en la normativa de la UE; la cual introduce la reforma contable en España, desde ese día, “…y se aplicará respecto de los ejercicios que se inicien a partir de dicha fecha”. pd aparecen redactados en el artículo primero de la Ley 16/2007, de 4 de julio, de reforma y adaptación de la legislación mercantil en materia contable para su armonización internacional con base en la normativa de la Unión Europea, y los dos nuevos PGC: el regulado mediante el Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el Plan General de Contabilidad (NPGC) y el relativo a las pequeñas y medianas empresas (PYME) y los criterios contables específicos para microempresas, Real Decreto 1515/2007, de 16 de noviembre. FICHA RESUMEN Autoras: Domingo Carbajo Vasco Título: Incidencia de la nueva normativa contable en la fiscalidad. A propósito de la doctrina de la Dirección General de Tributos Fuente: Partida Doble, núm. 215, páginas 68 a 83, noviembre 2009 Localización: PD 09.11.07 Resumen: Este artículo pretende, por un lado, demostrar que la problemática fiscal derivada de la introducción del nuevo modelo contable en España, el denominado modelo NIIF/NIC, está lejos de estar cerrada. En segundo lugar, expone cómo la doctrina de la Dirección General de Tributos, emanada en diferentes consultas que se comentan, está ayudando a interpretar, fiscalmente hablando, las relaciones entre la nueva contabilidad y el Impuesto sobre Sociedades. Palabras clave: Fiscalidad española. Plan General Contable. Abstract: This article has two mean targets, the first one, to ratify the close relationships that actually exist between the Spanish Corporation Tax and the new accounting rules that have been implemented in Spain since 2008 and follow-up the International Accounting Regulations. Taking into account these relationships, some problems regarding the incidence of new accounting regulations within the Corporation Income Tax have been detected. The second aim of the article is to demonstrate the relevance of the Spanish General Directorate rulings in order to understand the official position that tax officials have developed concerning such incidence. Keywords: Spanish Corporation Tax. New accounting rules. pág www.partidadoble.es 69 fiscalidad nº 215 noviembre 2009 « Las modificaciones en la estimación del beneficio contable, como sucede con las derivadas del modelo NIIF/NIC, impactan directamente en la base imponible » del IS y en el cálculo de su deuda tributaria 70 De esta forma, las modificaciones en esta estimación del beneficio contable, como sucede con las derivadas del modelo NIIF/NIC, impactan directamente en la base imponible del IS y, derivadamente, en el cálculo de su deuda tributaria(6). DE LA TRANSICIÓN CONTABLE A LA TRANSICIÓN FISCAL El IS es, pues, un usuario de la contabilidad, tal y como recoge expresamente el artículo basilar al respecto, 10.3 TRLIS, al afirmar: El problema fundamental de la transición no ha venido dado, a nuestro entender, por la necesidad de aplicar los correspondientes ajustes contables, financieros, informáticos, etc., con sus subsiguientes costes para las empresas, sujetos “activos” de la transición, sino por la imprescindible adaptación entre el nuevo modelo contable y nuestro Impuesto sobre Sociedades (IS). “En el método de estimación directa, la base imponible se calculará, corrigiendo, mediante la aplicación de los preceptos establecidos en esta ley, el resultado contable determinado de acuerdo con las normas previstas en el Código de Comercio, en las demás leyes relativas a dicha determinación y en las disposiciones que se dicten en desarrollo de las citadas normas.” Debido a que nuestra imposición sobre la renta de las sociedades (medida de la capacidad económica gravada por el IS, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 4.1 del Texto Refundido del impuesto (TRLIS(3)), aprobado por el Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, al contrario que la mayoría de nuestro Derecho Tributario y los gravámenes que lo integran, no se relaciona con la contabilidad empresarial, considerando a la misma de una manera auxiliar, es decir, utilizando a ésta, bien como fuente de información, bien como instrumento de control de los hechos imponibles realizados por el obligado tributario y prueba de los mismos; configurando la llevanza de la contabilidad como una obligación tributaria no pecuniaria, de carácter puramente formal (tal y como reconoce expresamente el artículo 29.1, d) y f) de la norma básica de nuestro Ordenamiento Y, por ello, la alteración del modelo contable incide directamente en la deuda tributaria del IS. (3) “Constituirá el hecho imponible la obtención de renta, cualquiera que fuese su fuente u origen, por el sujeto pasivo”. pág Tributario, la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria (LGT/2003)(4), sino que integra la contabilidad del sujeto pasivo del IS en la cuantificación del impuesto, es decir, que la contabilidad, las operaciones y los resultados derivados de la misma son un paso previo para “cuantificar” la obligación tributaria principal: el pago del tributo, artículo 49 LGT/2003(5); tan íntima relación conlleva que los cambios en la forma y el cálculo de la base imponible del IS dependan, previamente, de la determinación del beneficio contable. En estas condiciones, a partir de una exagerada puesta de manifiesto del pretendido efecto del citado modelo sobre el beneficio (4) “1. Son obligaciones tributarias formales… d) La obligación de llevar y conservar libros de contabilidad y registros… f) La obligación de aportar a la Administración tributaria libros, registros, documentos o información que el obligado tributario deba conservar en relación con el cumplimiento de las obligaciones tributarias o de terceros,…”. (5) “La obligación tributaria principal y la obligación de realizar pagos a cuenta se determinarán a partir de las bases tributarias…”. (6) Suele olvidarse, por parte de la doctrina y los prácticos del IS, que la contabilidad no sólo afecta al cálculo de la base imponible del IS, artículo 10.3 TRLIS, sino que sus conceptos, libros y partidas están presentes a lo largo de todo el tributo; por ejemplo, en el cálculo del “capital fiscal”, a efectos de la subcapitalización, artículo 20.2 TRLIS o en la distinción entre “inversiones” y “gastos”, en relación con las dos variantes de la deducción por actividades de exportación, artículo 37 TRLIS. pd Incidencia de la nueva normativa contable en la fiscalidad empresarial (que consistiría en incrementar el mismo, en general, por desaparecer el principio contable de prudencia como aquél jerárquicamente prevalente a la hora de aplicar las normas contables(7) y de su efecto inmediato: el incremento de la base imponible del IS) existieron fuertes presiones para “ajustar” del modelo NIIF/NIC su impacto en la base imponible del IS, haciéndolo más “neutral”. Este intento de obtener una ficticia “neutralidad”, mediante la aplicación de diferentes ajustes en el beneficio contable para determinar la base imponible (las “correcciones” mencionadas en el precitado artículo 10.3 TRLIS, instrumentadas mediante la aplicación de los artículos 11 y siguientes del TRLIS), estaba condenado desde el principio al fracaso(8) pues, si se acepta por la doctrina y la opinión mayoritarias que el IS no debe crear una “contabilidad fiscal” propia, autónoma con respecto a la mercantil, como sucedía con el antiguo Reglamento del IS de 1982, y que la mayor seguridad jurídica y los menores costes indirectos para las empresas derivan, precisamente, de la ausencia de dos contabilidades (mercantil y fiscal), por lo cual, las “correcciones”, los denominados “ajustes extracontables” introducidos en el TRLIS, habían de ser los mínimos posibles, entonces, ¿cómo se puede, a la vez, predicar que se modificase el IS, para hacerlo “neutral” ante la reforma contable si no era, en el fondo, incrementando las “correccciones” y creando, al final, una nueva contabilidad “fiscal” diferenciada del modelo NIIF/NIC?; el cual, además, por su propia naturaleza, genera un beneficio empresarial más variable y volátil. Si a esto añadimos la complejidad y dificultades que cualquier Derecho transitorio conlleva, con los correspondientes problemas derivados (7) Frente a lo que algunos creen, el principio contable de prudencia no ha desaparecido a la hora de aplicar la contabilidad, sólo que ha dejado de ser el primero y el aplicable en caso de duda entre los otros principios contables. Ver al respecto, la Norma 3 ª del Marco Conceptual de la Contabilidad, NPGC, donde se indica que “la prudencia no justifica que la valoración de los elementos patrimoniales no responda a la imagen fiel que deben reflejar las cuentas anuales”. (8) La propia Exposición de Motivos de la Ley 16/2007, apartado VII, párrafo quinto, lo dice de manera clara, aunque cautelosa: “… Las modificaciones en dicho impuesto se han realizado persiguiendo que afecten lo menos posible a la cuantía de la base imponible que se deriva de las mismas, en comparación con la regulación anterior, es decir, se pretende que el Impuesto sobre Sociedades tenga una posición neutral en la reforma contable…”. pd en el plano contable de los “ajustes de primera aplicación” y el traslado de los mismos en la fiscalidad; problemas que conllevaron, incluso, una serie de normas fiscales “ad hoc”, implementadas por una nueva Ley, la Ley 4/2008, de 23 de diciembre, por la que se suprime el Impuesto sobre el Patrimonio, se generaliza el sistema de devolución mensual del Impuesto sobre el Valor Añadido, y se introducen otras modificaciones en la normativa tributaria; mediante la introducción de disposiciones transitorias expresas en el TRLIS (concretamente, la vigésimo séptima, la vigésimo octava y la vigésimo novena), planteándose, inmediatamente, la problemática fiscal del impacto en el IS de los ajustes contables de “primera aplicación”(9), con su subsiguiente elenco de interpretaciones y adaptaciones, no siendo la menor, el hecho de que la incidencia fiscal de los “ajustes de primera aplicación” (que, frente a lo que algunos piensan, puede ser tanto positiva para la Hacienda Pública, aumento de la base imponible, como negativa, reducción de la base imponible) pudiera ser imputada, a voluntad de los sujetos pasivos, en tres ejercicios. Por todo ello, no es de extrañar la importancia concedida por la doctrina y los profesionales de la fiscalidad a las diferentes consultas que el intérprete oficial de la normativa fiscal relativa al IS, (conforme a lo regulado en los artículos 88.5 LGT/2003 y 65 del Real Decreto 1065/2007, de 27 de julio, por el que se aprueba el Reglamento General de las Actuaciones y los Procedimientos de Gestión e Inspección Tributaria y desarrollo de las normas comunes de los procedimientos de aplicación de los tributos (RGAT)(10)) la DGT(11), ha ido (y sigue emitiendo) al respecto. Ello, nuevamente, no puede hacernos olvidar que el órgano con competencias para interpretar el Derecho Contable, en sus dos vertientes, material y formal, es el Instituto de (9) Como ejemplo de a lo que nos puede llevar la excesiva complejidad fiscal, se resolvió en el caso de las entidades financieras mediante unas simples consultas de la Dirección General de Tributos. (10) “Consultas tributarias escritas. …. 5. La competencia para contestar las consultas corresponderá a los órganos de la Administración tributaria que tengan atribuida la iniciativa para la elaboración de disposiciones en el orden tributario, su propuesta e interpretación…”. (11) “Órgano competente para la contestación de las consultas tributarias escritas. En el ámbito del Estado, la competencia para contestar las consultas a las que se refiere esta subsección corresponderá a la Dirección General de Tributos del Ministerio de Economía y Hacienda…”. pág www.partidadoble.es 71 fiscalidad nº 215 noviembre 2009 Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC); éste lleva publicando en su Boletín una importante colección de consultas sobre el NPGC de eficacia inmediata en el terreno fiscal, vía artículo 10.3 TRLIS. UNA ADVERTENCIA Y UN AVISO DE FUTURO Parecería, en consecuencia, para conocer las relaciones entre el nuevo modelo contable y el IS, que ya sólo queda ir analizando la doctrina contable del ICAC y la doctrina fiscal sobre la incidencia de esta reforma contable, tal y como la establecen en este último caso las consultas de la DGT, para dar por cerrado el debate sobre el impacto fiscal de la reforma contable, pero conviene advertir desde el principio que no es así. En primer lugar, nuestro nuevo Derecho Contable está falto de desarrollo en muchas cuestiones, pues apenas se han publicado las primeras normas de adaptación específicas del NPGC, concretamente, el Real Decreto 1317/ 2008, de 24 de julio, que aprueba el Plan de contabilidad de las entidades aseguradoras. Esta circunstancia, con un incumplimiento claro por parte del Gobierno de alguna de las promesas más relevantes formuladas en el propio Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre, concretamente, en su disposición final cuarta(12), conlleva la vigencia de las Normas de Adaptación específicas del PGC 1990 “…en todo aquello que no se oponga a lo dispuesto en el Código de Comercio, Texto Refundido de la Ley de Sociedades Anónimas….y en el presente Plan General de Contabilidad…”, como indica expresamente el apartado 1 de la disposición transitoria quinta del mencionado Real Decreto 1514/2007; esto genera muchos problemas de articulación entre el viejo y el nuevo modelo contable, a lo que se ha tratado de dar respuesta en algunos casos, supuesto, por ejemplo, de las normas de valoración específicas de las entidades inmobiliarias, mediante consultas del ICAC(13). (12) “Plazo de aprobación de determinadas adaptaciones del Plan General de Contabilidad. En el plazo de un año desde la entrada en vigor del Plan General de Contabilidad, el Ministro de Economía y Hacienda aprobará las adaptaciones sectoriales del Plan General de Contabilidad a las sociedades concesionarias de autopistas, túneles, puentes y otras vías de peaje y a las empresas del sector de abastecimiento y saneamiento de aguas”. (13) Las consultas del ICAC se pueden obtener, accediendo al portal oficial del Instituto, www.icac.meh.es. pág 72 Esta ausencia de Normas de Adaptación sectorial y específica al NPGC está generando problemas de aplicación e interpretación en sectores económicos, por ejemplo, el inmobiliario o en entidades como las instituciones sin fines de lucro(14), de gran relevancia para la vida económica y social española y con particulares problemas de adaptación al NPGC(15). En estas condiciones, si ardua está resultando la convivencia de dos normas contables en estos sectores económicos y actividades, inmediatamente se entiende que estos problemas se duplican por la falta de interpretación fiscal apropiada a alguno de los conflictos que esta “convivencia” conlleva, por ejemplo, en materia de entidades concesionarias y el tratamiento contable y fiscal del antiguo fondo de reversión. En segundo término, la aplicación del NPGC no sólo supone cambiar las formas de los Libros Oficiales e incluir algunos nuevos, alterar el significado de algunas partidas, las denominaciones de determinadas cuentas, etc.; conduce también, a nuestro entender, a un cambio (ciertamente menos radical de lo esperado, dada la transición moderada que ha seguido nuestra adaptación contable respecto del Derecho de la UE(16)) en la filosofía, en la forma de entender la Contabilidad. No se trata tampoco, sólo y exclusivamente, de que se altere la prelación de algunos principios contables o de las Normas de Registro y Valoración (NRV), modificaciones por sí mismas, muy relevantes, sino de que también se trastoca la visión, la filosofía de lo que se persigue con la contabilidad; por ejemplo, lo determinante bajo la vigencia del PGC 1990 era la información proporcionada al gestor y la búsqueda de un resultado anual; ahora, lo significativo es la información pro(14) La singularidad de sus normas contables es un lugar común de la doctrina, estando centradas las mismas en el Real Decreto 776/1998, de 30 de abril, por el que aprueba las normas de adaptación del Plan General de Contabilidad a las entidades sin fines lucrativos y las normas de información presupuestaria de estas entidades. (15) En el caso de las instituciones sin fines de lucro tales dificultades se reconocen expresamente en la disposición transitoria quinta.1 del Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre. (16) En aplicación de la filosofía recogida en el Libro Blanco para la reforma de la contabilidad en España. (Informe sobre la situación de la contabilidad en España y líneas básicas para su reforma), Ed. Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, Madrid, 2002 y bajo, en gran parte, el justificante de la necesidad de respetar el principio de legalidad en la determinación de la base imponible del IS, artículo 8,a) LGT/2003. pd Incidencia de la nueva normativa contable en la fiscalidad porcionada a un potencial inversor y la determinación del valor de la empresa. Los efectos de estas “transmutaciones” en el significado y papel de la Contabilidad empresarial se irán viendo a medida que se vaya extendiendo en el tiempo la aplicación del NPGC; por ejemplo, a través de la generalización y aplicación efectiva de los “tests”” de deterioro y su objetivización o los problemas derivados de encontrar un “valor razonable”, cuando no haya mercados organizados. También será necesario replantearse, período por período anual, la clasificación de algunas partidas; en particular, los instrumentos financieros y la identificación de determinados activos, porque su finalidad o uso variará con el tiempo, caso de los activos calificados como inmobiliarios. Estos cambios se harán periódicamente, frente a la fijeza valorativa del modelo PGC 1990, y tendrán consecuencias fiscales que el agente o empresario habrá de valorar en cada caso. En tercer orden, la crisis sistémica que padecen las economías occidentales ha puesto de manifiesto que el modelo NIIFF/NIC, por su propia volatilidad al reflejar el beneficio y su intento (inútil y frustrado a nuestro entender) de encontrar un valor de mercado para todo, un “valor razonable”, ha llevado a muchos operadores e instituciones a poner en duda la validez de muchos de sus conceptos y aplicaciones y está en pleno proceso de revisión; de hecho, resulta significativo que sea, en lo que se refiere a las entidades financieras, las primeras en aplicarlo en España de manera obligatoria, donde ya se hayan producido los primeros cambios(17). En consecuencia, auguramos que la estabilidad del modelo NIIF/NIC está en duda y varios de sus principios y reglas en pleno proceso de revisión. Seguidamente, la aplicación constante, decidida y sistemática del principio de prevalencia del fondo económico sobre la forma ju- (17) Circular 6/2008, de 26 de noviembre, que modifica la Circular 4/2004, de 22 de diciembre, sobre normas de información financiera pública y reservada, y modelos de estados financieros de entidades de crédito; la cual, dicho sea de paso, ha sido objeto de una, cuando menos “interesante”, reinterpretación por el propio Banco de España. pd rídica, a lo que obliga expresamente el artículo 34.2 “in fine” Cco, es decir que, “...en la contabilización de las operaciones se atenderá a su realidad económica y no sólo a su forma jurídica”, puede suponer un replanteamiento generalizado de muchas operaciones, especialmente, en un Derecho como el español, muy causalista y, a veces, excesivamente formalista. Ítem más, este principio, substance over form, puede constituir una magnífica arma en manos de la Inspección Tributaria, una vez que nuestra LGT/2003 sigue careciendo de una auténtica norma anti-elusión general y de que la doctrina coincide en la inutilidad del llamado “conflicto en la aplicación de la norma tributaria”, artículo 15 LGT/2003. Adecuadamente combinado, el principio de “prevalencia de la realidad económica” con el principio de calificación jurídica del artículo 13 LGT/2003(18), junto con otros aspectos novedosos de la reforma fiscal sobre operaciones vinculadas, en particular, el efecto del llamado “ajuste secundario” en la contabilidad de la empresa, conllevarán que, a medida que las actuaciones inspectoras y de aplicación de los tributos, se vayan extiendo a los ejercicios de implantación del nuevo modelo contable, 2008 y siguientes, nos demos cuenta de que el nuevo modelo NIIF/NIC no sólo es inestable, sino que genera relevantes problemas de interpretación y aplicación que, en muchos casos, traerán consigo consecuencias fiscales “inesperadas”. Y, en este sentido, conviene no menospreciar un artículo del TRLIS, tradicionalmente marginado a la hora de tratar las relaciones entre contabilidad e IS, en beneficio del significativo artículo 10.3 TRLIS; nos estamos refiriendo al artículo 143 TRLIS(19). (18) “Calificación. Las obligaciones tributarias se exigirán con arreglo a la naturaleza jurídica del hecho, acto o negocio realizado, cualquiera que sea la forma o denominación que los interesados le hubieran dado, y prescindiendo de los defectos que pudieran afectar a su validez”. (19) Conviene, asimismo, señalar que el artículo 133 TRLIS reitera las obligaciones de llevanza de contabilidad de los sujetos pasivos del IS y, naturalmente, el hecho de que esta contabilidad, sus libros y registros es una fuente de información de primordial importancia para el IS. pág www.partidadoble.es 73 fiscalidad nº 215 noviembre 2009 El mencionado artículo indica: “Facultades de la Administración para determinar la base imponible. A los efectos de determinar la base imponible, la Administración tributaria aplicará las normas a que se refiere el artículo 10.3 de esta ley”. Y esta mínima redacción supone, entre otras cosas, que los funcionarios de Hacienda, en el marco de un procedimiento tributario, generalmente de Inspección, pueden entrar a analizar la determinación del beneficio neto de la empresa, según su contabilidad, así como los criterios, partidas, valores, etc., aplicados por la empresa para estimarlo; es decir, siendo el beneficio neto un elemento cuantitativo de la obligación tributaria del IS, previo a la cuantificación de la base imponible, puede ver alterado su cálculo por parte de la Inspección, utilizando ésta las normas contables citadas en el artículo 10.3 TRLIS (Ver supra). Dado lo dispuesto en el artículo 34.2 “in fine” del Cco, las novedades que supone el nuevo modelo contable NIIF/NIC, las imprecisiones y flexibilidad de alguna de sus decisiones, por ejemplo, a la hora de clasificar activos financieros, no sería de extrañar que la Inspección de Hacienda utilice agresivamente este artículo 143 TRLIS para entrar en la contabilidad del sujeto pasivo y alterar el beneficio contable previamente determinado por la empresa. Todo esto hace más que necesario un seguimiento de la doctrina de la DGT sobre las relaciones entre la fiscalidad y la contabilidad. Por último, este ejercicio 2009 (el segundo, en general, de aplicación del NPGC), a punto de finalizar, supondrá, estamos seguros, un replanteamiento de alguna de las decisiones adoptadas durante la transición y, por lo tanto, auguramos que adquirirán relevancia decisiones sobre temas poco utilizados generalmente en la contabilidad ordinaria de la empresa, supuesto de la problemática de los “cambios en criterios contables, errores y estimaciones contables”, NRV 22ª, que generan por sí mismos su propia discusión, verbigracia, la difícil diferenciación entre “cambio de criterio” y “Nueva estimación”, cuestiones a las que la doctrina de la DGT ya ha dado históricamente alguna respuesta (consulta vinculante de la DGT; en adelante, CVDGT-0458-06 y 0459pág 74 06, de 21 de marzo de 2006). Sobre este asunto, volveremos seguidamente. ALGUNOS EJEMPLOS DE LA DOCTRINA DE LA DGT En primer lugar, por razones de espacio, no pretendemos ser exhaustivos a la hora de comentar las consultas de la DGT en este terreno(20); asimismo, nos centraremos en exponer y en comentar aquellas consultas con una incidencia general en los sujetos pasivos del IS, obviando, por ejemplo, las que afectan a los sujetos del régimen fiscal especial de consolidación. 1º) Empezaremos, así, por la consulta vinculante de la CVDGT n º 0488/2009, de 16 de marzo de 2009. En la misma, se plantea el supuesto de dos socios, una persona física y una persona jurídica, a los cuales la Junta General de Accionistas de una entidad, celebrada el día 30 de junio de 2006, aprobó entregar un dividendo; sin embargo, ante la ausencia de liquidez en la compañía, los socios renunciaron al cobro del mismo. Se cuestiona el tratamiento en el IS de la entidad de esta renuncia al cobro de los dividendos, los cuales habían tributado previamente como beneficios en el gravamen societario de la compañía. La DGT parte de la incidencia directa del NPGC en la determinación de la base imponible del IS, artículo 10.3 TRLIS y, utilizando el artículo 36.2 Cco que, por primera vez, define legalmente ingresos y gastos(21), llega a la conclusión de “…que la renuncia al cobro por parte de los socios y el abono a reservas del dividendo reconocido no será un ingreso para la entidad consultante si la disminución del pasivo contabilizado tiene su origen en una aportación de los socios”. (20) También existe un elenco de consultas del PROGRAMA INFORMA con cierto interés en este área. (21) “a) Ingresos: incrementos en el patrimonio neto durante el ejercicio, ya sea en forma de entradas o aumentos en el valor de los activos o de disminución de pasivos, siempre que no tengan su origen en aportaciones de los socios o propietarios. b) Gastos: decrementos en el patrimonio neto durante el ejercicio, ya sea en forma de salidas o disminuciones en el valor de los activos, o de reconocimiento o aumento de los pasivos, siempre que no tengan su origen en distribuciones a los socios o propietarios.” pd En el socio, persona jurídica, como el dividendo ya ha sido aprobado por la Junta General de Accionistas, una vez ratificadas las cuentas anuales y la distribución de los resultados, el dividendo se habrá integrado en la renta de la sociedad perceptora y en el balance de la misma tendrá registrado el derecho al cobro, como un activo financiero, de acuerdo con la NRV 9ª; la renuncia, en consecuencia, supone una aportación del socio que tiene derecho a la percepción del dividendo a la sociedad y se contabilizará en una cuenta que, a nuestro entender, adquirirá cada vez mayor interés en el NPGC, para establecer las relaciones entre socio-sociedad y por sus efectos fiscales. Nos referimos a la cuenta 118. Aportaciones de socios o propietarios(22). En consecuencia, la entidad distribuidora del dividendo, dará de baja el dividendo a pagar, con abono a la cuenta de reservas 118, “… sin que dicha aportación se genere ingreso alguno computable en la cuenta de resultados y,.., tampoco genera renta alguna para determinar la base imponible del Impuesto sobre Sociedades”. Para el socio perceptor, por su parte, la renuncia al cobro no tendrá la consideración de gasto contable, al tratarse de una aportación en su calidad de socio, produciéndose un aumento del valor de la participación en la misma medida en la que se incrementa el valor de los fondos propios de la sociedad participada, siempre que la renuncia al dividendo se haya realizado sin derechos a su devolución y sin que se haya pactado pedir contraprestación alguna por dichas aportaciones. Anótese que la consulta interesa también porque, en materia del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) (pues uno de los socios era una persona natural) indica claramente que el dividendo, tras acordarse su reparto, ya era exigible y, en consecuencia, la entidad distribuidora tuvo que efectuar la correspondiente retención a cuenta del 18% sobre su cuantía, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 94.1 del Reglamen(22) Definida como: “Elementos patrimoniales entregados por los socios o propietarios de la empresa cuando actúen como tales, en virtud de operaciones no descritas en otras cuentas. Es decir, siempre que no constituyan contraprestación por la entrega de bienes o la prestación de servicios realizados por la empresa, ni tengan la naturaleza de pasivo. En particular, incluye las cantidades entregadas por los socios o propietarios para compensación de pérdidas.” pd « Incidencia de la nueva normativa contable en la fiscalidad Los problemas se multiplican por la falta de interpretación fiscal apropiada, por ejemplo, en materia de entidades concesionarias y el » tratamiento contable y fiscal del antiguo fondo de reversión to del IRPF, aprobado por el Real Decreto 439/2007, de 30 de enero. Sorprendentemente, la consulta no analiza si el socio persona jurídica tendría o no derecho a la deducción por doble imposición de dividendos del artículo 30 TRLIS; a nuestro entender, dado que el derecho a la percepción del dividendo se computó entre las rentas del socio perceptor, sí tendrá derecho a la misma, dada la redacción del artículo 30.1 TRLIS: “Cuando entre las rentas del sujeto pasivo se computen dividendos o participaciones en beneficios de otras entidades…”; por la misma razón, consideramos que el socio persona física goza de la exención de los 1.500 euros anuales a la que hace referencia el artículo 7, y) de la Ley 35/2006, de 26 de noviembre, del IRPF. Anótese también que, con buen criterio, la doctrina de la DGT deja claro desde el principio que la “renuncia” de los socios no es un negocio gratuito, pues además de traslativa, al hacerse a favor de la sociedad, carece de todo ánimo liberal; además de que, conforme dice la propia consulta en el apartado dedicado al tratamiento de esta operación para el socio persona física, el NPGC deja claro que las subvenciones, legados y donaciones otorgados por los socios o propietarios (ver la NRV 18 ª.2 del NPGC), si no son reintegrables, “… no constituyen ingresos, debiéndose registrar directamente en los fondos propios, independientemente del tipo de subvención, donación o legado de que se trate…”. A nuestro entender, este criterio doctrinal puede extenderse a otros supuestos, caso de pág www.partidadoble.es 75 fiscalidad nº 215 noviembre 2009 los llamados dividendos “prescritos”, por lo cual, si la entidad que los había percibido, los hubo contabilizado como ingresos, debería efectuar el correspondiente ajuste extracontable, como disminución, alterando paralelamente el valor de adquisición de su activo financiero. Ciertamente, la Resolución del Tribunal Económico-Administrativo Central de 31 de enero de 2008 no aceptó este planteamiento, rechazando la disminución extracontable efectuada por la empresa, pero se refería a un ejercicio bajo la vigencia del PGC 1990, y entendemos que el criterio administrativo debe cambiar a partir del 1 de enero de 2008 en el sentido de la consulta de la DGT. Tampoco entra la consulta (no se le había preguntado) a estudiar el efecto del aumento de valor en la precitada cuenta 118 en otros gravámenes. A nuestro entender, desde el día 1 de enero de 2009, estas “aportaciones de los socios” están sometidas, por su valor nominal, al Impuesto sobre Operaciones Societarias, pues uno de los cambios significativos producidos por la reforma de este gravamen, artículos 19 y siguientes del Texto Refundido del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, por la Ley 4/2008, de 23 de diciembre, es que el tributo ya no sólo grava las aportaciones de los socios “para reponer pérdidas sociales”, sino cualquier aportación de los socios, tal y como indica la nueva redacción del artículo 19.1, 2 º, del citado Texto Refundido(23) y, entre éstas, conforme precisa la propia identificación del contenido de la mencionada cuenta 118, están incluidas las vinculadas a la reposición de pérdidas sociales y otros supuestos, como el de la renuncia a los dividendos, recogido en esta consulta(24). (23) “…Las aportaciones que efectúen los socios que no supongan un aumento del capital social”. (24) No podemos, lógicamente, entrar en detalle en este problemática, pero, en contra de la tesis del artículo, podría sostenerse que el criterio de calificación del ITP y AJD es un criterio eminentemente jurídico, artículo 2 de su Texto Refundido, y que en la normativa mercantil el concepto de “fondos propios” es, ahora, diferente del establecido en la contabilidad, por lo que, no pudiendo afirmarse que la renuncia al cobro de los dividendos responda a una voluntaria mayor aportación a los fondos propios de la empresa, no debería someterse al Impuesto de Operaciones Societarias este negocio jurídico. Se trata, sin ningún género de dudas, de un tema, el de los efectos de las anotaciones en la cuenta 118. Aportaciones de los socios o propietarios, que tendrá una gran significación en el Impuesto sobre Operaciones Societarias del futuro. pág 76 2ª) Desgraciadamente, desconocemos doctrina moderna de la DGT sobre el interesante asunto del tratamiento de los “cambios de criterios contables, errores y estimaciones contables”. Sin embargo, con motivo de la transición desde el “viejo” modelo contable de las entidades financieras, Circular 4/1991, del Banco de España, al “nuevo”, Circular 4/2004, existieron diferentes pronunciamientos al respecto, cuyos criterios deberían conservarse en esta nueva transición. En este sentido, se citan las CDGTV 220305 y CDGTV 2204-05 de 31 de octubre de 2005; CVDGT 1875-06, la CVDGT 0458-06, de 21 de marzo y la CVDGT0459-06, de idéntica fecha, relativas, por ejemplo, a la primera aplicación de la Circular 4/2004, en materia de imputación temporal de comisiones bancarias o la CVDGT 0929-07, de 8 de mayo, en relación al cambio en los criterios de valoración de existencias. La NRV 22 ª regula esta cuestión desde la perspectiva contable y define estos conceptos, pero lo hace, a nuestro entender, de manera muy deficiente; así, expresamente sí define “cambio de estimación”, párrafo cuarto de la NRV 22ª, como “…aquellos ajustes en el valor contable de activos o pasivos, o en el importe del consumo futuro de un activo, que sean consecuencia de la obtención de información adicional, de una mayor experiencia o del acontecimiento de nuevos hechos”. También define los “errores”, al indicar que son tales, párrafo tercero NRV 22ª, “… las omisiones e inexactitudes en las cuentas anuales de ejercicios anteriores por no haberlo utilizado o no haberlo hecho adecuadamente, información fiable que estaba disponible cuando se formularon y que la empresa podría haber obtenido y tenido en cuenta en la formación de dichas cuentas”. Sin embargo, no deja claro el ámbito del “cambio de criterio contable”, aunque parece relacionarlo, párrafo primero, NRV 22ª, con una alteración de los principios contables aplicados. Todo esto conlleva, además de la necesidad de explicitar adecuadamente en la Memoria de la entidad(25), las razones que mueven a estas (25) Somos de la opinión, no sólo por ésta, sino por otras múltiples razones, de que la Memoria se ha convertido en Libro Oficial más relevante bajo la égida del NPGC. pd Incidencia de la nueva normativa contable en la fiscalidad correcciones, la diferencia entre las mismas, su justificación y efectos, pudiendo darse el caso de que, tanto el auditor como la Inspección de Hacienda, discrepen de tales criterios. La gran diferencia a la hora de imputar el resultado derivado de estas alteraciones y, por tanto, con incidencia en la base imponible del IS, es que el cambio de criterio contable sólo se puede producir si se alteran los supuestos que motivaron su elección y “… sólo procederá de acuerdo con lo establecido en el principio de uniformidad…”, aplicándose retroactivamente, y estimándose su efecto desde el ejercicio más antiguo para el cual se disponga de información. También las subsanaciones de errores se aplican retroactivamente; por el contrario, los cambios de estimación contable tienen efectos prospectivos. En la aplicación retroactiva, NRV 22ª, segundo párrafo, el efecto de los cambios de criterio contable se calculará desde el ejercicio más antiguo desde el cual se disponga de información y se modificará, en las Cuentas anuales presentes, la información comparativa de ejercicios anteriores. El efecto acumulado de la alteración de activos y pasivos al inicio del ejercicio más antiguo que se presente incidirá en el patrimonio neto de la entidad, mediante su apunte en una partida de reservas con carácter general y en la partida de patrimonio neto, si recae en ingresos y gastos anotados directamente en dicha partida en ejercicios anteriores. Asimismo, cabe recordar que los cambios que, en su caso, pudieran originarse en el valor residual, la vida útil y el método de amortización de un activo, se contabilizarán como un cambio en la estimación contable, salvo que se tratase de un error (NRV 2ª, 2.1., matiz este último, por cierto, que vuelve a reflejar cómo el legislador no diferencia adecuadamente entre cuando se produce un “error” contable y cuándo un cambio de “estimación”). Cualquiera que sea la solución a esta polémica, sí queda claro que los cambios de criterio contable y la subsanación de errores se aplican de forma retroactiva y los cambios de estimación de manera prospectiva, mas, inmediatamente, se debate la relación entre tales efectos y su consecuencia fiscal, para lo que la pd DGT acude, en la doctrina citada, a la redacción del artículo 19.3 TRLIS. La doctrina de la DGT relativa a la transición contable de las entidades financieras refuerza estos criterios. De esta forma, se parte de que en los cambios de criterios contables(26) se ha producido un nuevo ingreso en la entidad, imputándose al ejercicio en el cual se produzcan, siempre que deriven de cambios en valoración, cargos y abonos a reservas, tal y como sucedía con lo dispuesto en la disposición transitoria primera de la Circular 4/2004; por el contrario, en el supuesto de las comisiones bancarias, se entendió que los cargos y abonos a reservas eran correcciones de ingresos y gastos contabilizados en un ejercicio distinto al de su devengo, siendo tal ajuste “…una regularización contable de un ingreso contabilizado anticipadamente resultante de aplicar los criterios de imputación establecidos en la nueva Circular 4/2004 y, por tanto, dicho ajuste no tiene la consideración de gasto”. (CVDGT 0458-06 y 0459-06, de 21 de marzo de 2006). A partir de este artículo, sin embargo, no toda la doctrina coincide con tal criterio; así, para el supuesto de subsanación de errores contables, con cargo a reservas, de gastos que debieron contabilizarse en ejercicios pasados, el citado cargo a reservas será fiscalmente deducible, excepto si se produce una fiscalización inferior (muy posible en un contexto de reducción de tipos de gravamen del IS)(27), en lo cual hay coincidencia con la doctrina de la DGT. Si, por el contrario, nos encontrásemos ante un error consistente en la contabilización, con abono a reservas, de ingresos que debieron contabilizarse en el pasado, este abono no tendría (26) Y nos surge la duda de si este criterio sería también utilizable en el supuesto de cambio de normativa contable, en cuyo caso, entendemos, habrá que atender a la correspondiente legislación. (27) Otro asunto en el que nadie parece haberse detenido es si esta “reducción impositiva” debe medirse a partir del tipo nominal del IS (como suele concederse) o sería necesario, en su caso, analizar el tipo efectivo; lo cual conllevaría a otros problemas, por ejemplo, delimitar qué se entiende por tal; por ello y, por el hecho de que la normativa contable valora los activos y pasivos fiscales a partir de las alícuotas nominales de gravamen, es por lo que aceptamos, a pesar de su falta de rigor técnico, la aplicación de los tipos nominales para determinar si se ha producido o no una reducción de la carga tributaria por el IS. pág www.partidadoble.es 77 fiscalidad nº 215 noviembre 2009 « El nuevo Derecho Contable está falto de desarrollo en muchas cuestiones, pues apenas se han » publicado las primeras normas de adaptación específicas del NPGC la consideración de ingresos tributable, sino que se consideraría como imputable al ejercicio de su correcto devengo. Ni que decir tiene que este planteamiento conllevará la correspondiente modificación de la declaración-liquidación del IS relativa a tal ejercicio, debiéndose o presentar una declaración complementaria (de acuerdo con lo regulado en los artículos 122.2 LGT/2003 y 118 RGAT) o la rectificación de la autoliquidación, en cualquier otro caso (artículos 120.3 LGT/2003 y 126 y ss. RGAT). También aquí parece existir coincidencia con la opinión de la DGT. De todas maneras, la complejidad del proceso es evidente y, además, consideramos que la retroacción se verá, de todas formas, afectada por la prescripción de los cuatro años, a partir de la cual, aunque pueda determinarse el ejercicio al que debió corresponder el devengo, no será posible modificar la declaración tributaria, aunque sí los Libros Oficiales de Contabilidad. En cambio, no existe unanimidad en lo que se refiere al cambio de los criterios contables (lo cual revela, por enésima vez, la importancia de clarificar qué entendemos por tales), pues si bien para algunos es un “nuevo ingreso” y deberían ser contabilizados en la cuenta de Pérdidas y Ganancias de la entidad, integrándose en la base imponible donde se aplique tal nuevo criterio, para lo cual se fundamentan en la CVDGT V-2203-05 y 2204-05, de 31 de octubre de 2005 y en la CVDGT 187506, de 20 de septiembre de 2006); otros parten de que lo relevante, fiscalmente hablando, es de si estamos ante un ingreso o un gasto devengado en el ejercicio del cambio de criterio, como señalan las tesis anteriores, que supone pág 78 una regularización ex post de ingresos o gastos de anteriores ejercicios debidamente imputados o, si esta regularización implica la constatación de que los ingresos y los gastos de pasados períodos fueron incorrectamente imputados en la contabilidad de la empresa. De encontrarnos con una debida imputación temporal en el pasado, podría resultar aplicable la excepción al principio del devengo contemplada en el artículo 19.3, segundo párrafo, TRLIS, como sucedía con los errores contables (ver supra); por el contrario, si se entiende otra cosa, tal párrafo resultaría inaplicable, pues no estaríamos en el supuesto de “…ingresos o gastos imputados contablemente…en un período impositivo distinto a aquel en que proceda su (correcta) imputación temporal…” La doctrina de la DGT, relativa a la transición contable de las entidades financieras, tal y como hemos señalado, en especial, la CVDGT 1875-06, parece señalar, que debe diferenciarse, según se trate de un cargo o de un abono a reservas, derivado del cambio de criterio contable. De esta forma, se parte de que, en los cambios de criterios contables(28) por cargo a reservas, es porque en el pasado se registraron ingresos anticipados o excesivos y, por lo tanto, debieron tributar pretéritamente, debiendo ignorarse, fiscalmente hablando, el cargo a reservas efectuado en el año del cambio de criterio y no teniendo efectos los ingresos que, nuevamente, deban registrarse en la cuenta de pérdidas y ganancias en el futuro tras el cambio de criterio. De forma distinta, si existe un abono a reservas por cambio de criterio, representativo de que el ingreso registrado en ejercicios anteriores era inferior al que habría resultado de la aplicación del nuevo criterio, dicho abono a reservas es un ingreso del propio ejercicio en el cual se ha efectuado el cambio contable y, como tal, dicho ingreso debe tributar, no debiendo corregirse la base imponible de ejercicios anteriores por el ”defecto” de ingresos existente entre los mismos. A nuestro entender, la doctrina de la DGT es inconsistente y sólo puede explicarse en el (28) Y nos surge la duda de si este criterio sería también utilizable en el supuesto de cambio de normativa contable, en cuyo caso, entendemos, habrá que atender a la correspondiente legislación. pd Incidencia de la nueva normativa contable en la fiscalidad contexto de la transición del modelo contable de las entidades financieras, que fue excesivamente favorable a las mismas, en especial, en materia de devengo de las comisiones; pero no es automáticamente trasladable a la situación actual, una vez que se ha producido la entrada en vigor del NPGC y de las modificaciones del TRLIS. Por ello, coincidimos con la segunda tesis doctrinal, cuando afirma: “… tanto en un caso como en el otro (cargo o abono a reservas por cambio de criterio contable) nos encontramos ante un gasto o ingreso del propio ejercicio en que se practica la regularización derivada del cambio de criterio contable y tal ingreso o gasto, por más que tenga en su cálculo efectos retroactivos por el efecto acumulado de las variaciones de los activos y pasivos afectados, no supone que los ingresos o gastos de los ejercicios anteriores tuvieran una imputación incorrecta, pues correcta era a la luz del criterio de valoración en su día válidamente utilizado. Por tanto, no aplica a nuestro juicio la excepción del principio del devengo del párrafo segundo del artículo 19.3 (pues no estamos ante ingresos o gastos imputados “en un período impositivo distinto a aquel en el que procede la correcta imputación temporal” sino que fueron imputados en su correcto ejercicio por más que posteriormente sobrevenga un cambio de criterio) y debe analizarse fiscalmente en sí mismo el cargo o abono a reservas, como gasto o ingreso computable del ejercicio que son, para resolverse si deben integrarse en la base imponible o no, teniendo en cuenta el importante matiz de que no forman parte del resultado contable”. En suma, sería necesario que la DGT, a la luz de la NRV 22ª, se pronunciase nuevamente sobre tan complejo asunto. 3ª) La CVDGT 0408-09, de 26 de febrero, se ocupa de una de las más clásicas transacciones con pagos basados en instrumentos de patrimonio, regulados en la NRV 17 ª: la entrega gratuita de acciones de la sociedad dominante de un grupo a los empleados de una sociedad dependiente. La doctrina de la DGT, poco innovadora y aceptada por la doctrina, es que, partiendo de diferentes consultas del ICAC, por un lado, el registro y valoración de esta entrega se realizará, como no podía ser por menos, de acuer- pd do con la citada NRV 17ª, es decir, “…por el valor razonable de los instrumentos de patrimonio cedidos, referido a la fecha del acuerdo de concesión.”. Desde el punto de vista de la Cuenta de Pérdidas y Ganancias, esta entrega de acciones sólo tendrá la consideración de gasto de personal para la entidad dominante, cabecera del grupo económico (y en la consulta también fiscal), cuando estas acciones se entreguen a los propios trabajadores de la sociedad dominante y no cuando la entrega se produzca a los empleados o directivos de las entidades dominadas. En cuanto a la imputación temporal de tal gasto, conforme a lo dispuesto en el artículo 13.1, f) TRLIS(29), no son deducibles, fiscalmente hablando, los gastos de personal que se correspondan con pagos basados en instrumentos de patrimonio utilizados como fórmula de retribución a los empleado, hasta que, de acuerdo con las reglas de imputación de ingresos y gastos, artículo 19.5 TRLIS, párrafo segundo, se liquiden los mismos mediante la entrega efectiva de los mismos. De esta manera, se refuerza la tesis doctrinal de la DGT, muy relevante a efectos del IRPF, según la cual, una cosa es la “opción” que tiene el empleado por tales instrumentos de patrimonio, acciones, sin ningún valor, ni efecto fiscal y otra, el “ejercicio” de la misma, imputándose en el período en el cual se produzca tal entrega los rendimientos del trabajo personal correspondientes a estos instrumentos, valorándolos según la cotización de los títulos en un mercado organizado. Recuérdese al respecto de la importancia y los problemas interpretativos que plantea la nueva redacción del artículo 13 TRLIS que, uno de los grandes cambios del modelo contable se ha producido en el tratamiento de las provisiones. Aunque no podemos detenernos en este punto, es evidente que la desaparición, al eli(29) “No serán deducibles los siguientes gastos: …. 3. …. f) Los de personal que se correspondan con pagos basado en instrumentos de patrimonio, utilizados como fórmula de retribución de los empleados, tanto si se satisface en efectivo o mediante la entrega de dichos instrumentos”. pág www.partidadoble.es 79 fiscalidad nº 215 noviembre 2009 minarse la prevalencia del principio de prudencia, de las provisiones de activo y el surgimiento de una distinción entre “provisión” y “contingencia” (NRV 15ª) conllevan por sí mismas importantes modificaciones contables en este asunto de incidencia fiscal directa. Ello, sin tomar en consideración otras materias de indudable interés, como son, por ejemplo, el hecho de que sólo puedan computarse como provisiones cuando respondan a obligaciones relativas a sucesos pasados, pero reales, existentes, sólo “…que resulten indeterminados respecto a su importe o la fecha en que se cancelarán”, así como la necesidad de actualizar financieramente, de manera anual, el importe de esta obligación; alteraciones éstas que implican significativos cambios sobre el tratamiento contable tradicional de esta partida con su subsiguiente incidencia fiscal. Por ello, no es de extrañar que una de las “correcciones” del resultado contable más afectada por la reforma fiscal del IS derivada del nuevo modelo haya sido el artículo 13 TRLIS; es más, las dificultades para comprender el nuevo tratamiento contable de esta partida están en parte detrás de la necesaria modificación técnica de este artículo, producida mediante la Ley 4/2008, artículo primero. Dos, frente a la primitiva redacción que daba al mismo la precitada Ley 16/2007. En cualquier caso, la redacción del artículo 13 TRLIS sigue generando fuertes problemas de interpretación; así, el legislador parece haberse olvidado de plantear la incidencia fiscal de las actualizaciones financieras que, periódicamente, tienen que sufrir las provisiones. A nuestro entender, al no haberse previsto ninguna “corrección” fiscal, resulta evidente que tales actualizaciones financieras, generarán los correspondientes ingresos o gastos financieros, imputables directamente a la cuenta de pérdidas y ganancias y, consiguientemente, a la base imponible del IS, en virtud del artículo 10.3 TRLIS. 4º) La muy importante CVDGT 147-09, de 30 de marzo de 2009, plantea diferentes cuestiones fiscales, algunas relacionadas con el artículo 12.3 TRLIS, por lo cual, nos detendremos solamente en comentar aquellos aspectos de general aplicación. pág 80 La primera de ellas es si la aplicación contra reservas, como ajuste de primera aplicación, de los gastos de constitución de primer establecimiento y gastos de investigación que, conforme al PGC 1990 se encontraban en el Balance de las entidades, debe entenderse, de acuerdo a la disposición transitoria vigésimo sexta del TRLIS, redactada conforme a la Ley 4/2008, que será deducible a efectos del IS. Partiendo de la NRV 5ª NPGC, relativa al inmovilizado intangible, no se reconocerán como tales los gastos ocasionados con motivos del establecimiento de la entidad (gastos de primer establecimiento), las marcas, cabeceras de periódicos o revistas, los sellos o denominaciones editoriales, las listas de clientes u otras partidas similares, que se hayan generado internamente. Por lo tanto, según lo establecido en la disposición transitoria primera del Real Decreto 1514/2007, la cual regula las reglas generales de transición al nuevo PGC, había que dar de baja los gastos de constitución y primer establecimiento que figurasen en el activo de la empresa con cargo a reservas. Pues bien, “… dicho cargo a reservas tendrá la consideración de gasto fiscal en la base imponible del primer período impositivo que se inicie a partir de 1 de enero de 2008…”. Respecto a los gastos de investigación, la situación fiscal es más compleja; así, en el caso de aquellos gastos activados, sobre los cuales no se haya aplicado la libertad de amortización regulada en el artículo 11.2 TRLIS, la consulta afirma que “el cargo a reservas que se genere por la primera aplicación del PGC tendrá la consideración de gasto fiscalmente deducible en los mismos términos que los gastos de constitución y primer establecimiento analizados anteriormente”. En cambio, si estos gastos ya han recibido la aplicación de la libertad de amortización, entonces, el cargo reservas derivado de los ajustes de primera aplicación no tendrá efecto fiscal alguno, pues la valoración del activo, a efectos fiscales, es nula. En relación a los efectos de la opción de integración en tres ejercicios de los impactos fiscales derivados de la primera aplicación, a la que se refiere la disposición transitoria vi- pd Incidencia de la nueva normativa contable en la fiscalidad gésimo octava TRLIS, incluida por la Ley 4/2008, la consulta establece claramente que la misma debe tener efectos en el cálculo de los pagos fraccionados que tengan lugar antes y después de la presentación de la declaración-liquidación del IS correspondiente al ejercicio 2008 (hasta el 26 de julio de 2009); así, se indica que “… la parte de aquel saldo correspondiente al período impositivo 2008 deberá tenerse en consideración al tiempo de determinar el importe de los pagos fraccionados de los meses de octubre y diciembre de 2009. Por el contrario, no se incluirá importe alguno a efectos de la determinación del pago fraccionado cuyo plazo de presentación haya finalizado con carácter previo a la finalización del plazo de declaración del período correspondiente al ejercicio 2008 en que se ejerza dicha opción, por cuanto ésta aún no se ha ejercitado…”. 5ª) En la CVDGT 1862-07, el consultante se plantea, en el marco de la deducción por reinversión de beneficios extraordinarios, artículo 42 TRLIS, la naturaleza de una cobertura contable que pretende cubrir a la empresa de caídas en los valores de cotización de su participación en la entidad no residente en la cual reinvierte la plusvalía obtenida. Para que dichas coberturas no supongan un coste adicional excesivo a la empresa, la consultante sufragará todo o parte de las mismas mediante la renuncia a una porción de la revalorización de la participación por encima de ciertos niveles, lo cual, conduce a la entidad a dudar (en aplicación de la NRV 9ª. Instrumentos financieros) si el citado activo financiero de cobertura puede considerarse como instrumento de patrimonio, a efectos contables y, consecuentemente, fiscales. mas de mayor incidencia para la empresa media española. Así, respecto a la amortización fiscal del inmovilizado intangible con vida útil indefinida y, en consecuencia, que no es objeto de amortización contable pero sí de deterioro, se pregunta, en primer lugar, si del deterioro, corrección valorativa, pudiera entenderse que su impacto en la cuenta de pérdidas y ganancias sería fiscalmente deducible, con independencia del propio importe de la corrección valorativa (siempre que no exceda del valor del intangible) y del cumplimiento de los requisitos, puramente fiscales, del artículo 12.7 TRLIS. La consulta indica expresamente: “… la norma fiscal no establece ninguna regulación específica relacionada con la corrección valorativa por deterioro del activo intangible de vida útil indefinida, por lo que dicha corrección será fiscalmente deducible con independencia del cumplimiento de los requisitos exigidos en el artículo 12.7 del TRLIS, en la medida en que la misma se haya determinado de acuerdo con la normativa mercantil…”. De esta forma, la opinión de la DGT reitera el criterio de la deducibilidad contable, y de forma directa, fiscal, del deterioro. También, evidentemente, se deja clara la aplicación del artículo 12.7 TRLIS, el cual prevé una amortización fiscal, mediante la respectiva “corrección” extracontable, de estos activos intangibles de vida útil indefinida, pero con un máximo situado en la décima parte del importe del mencionado inmovilizado. La DGT (a mi entender, precipitadamente, por la clara posibilidad de encontrarnos ante un “híbrido”), indica que, al ser la consultante en todo momento propietaria efectiva y sin limitaciones de todos los derechos sobre la participación adquirida, con independencia de la cobertura, la inversión es apta para aplicar la deducción del artículo 42 TRLIS 6º) En la muy larga y compleja CVDGT 1544-09, de 26 de junio, se exponen cuestiones muy interesantes respecto del fondo de comercio (en particular, la compatibilidad entre el deterioro contable y la amortización fiscal del mismo), pero preferimos centrarnos en te- pd pág www.partidadoble.es 81 fiscalidad nº 215 noviembre 2009 « No sería de extrañar que la Inspección de Hacienda utilice agresivamente el artículo 143 TRLIS para entrar en la contabilidad del sujeto pasivo y alterar el beneficio » contable previamente determinado por la empresa En estas condiciones, la consulta entra en la relación entre deterioro (la “amortización” contable, podíamos decir) y la amortización fiscal del artículo 12. 7 TRLIS, señalando expresamente que: “… en el caso de que, con carácter previo haya resultado de aplicación la deducción establecida en el artículo 12.7 TRLIS, hay que tener en cuenta el último párrafo del citado artículo, según el cual las cantidades deducidas por aplicación del mismo minorarán a efectos fiscales el valor del inmovilizado intangible… Es decir, el efecto fiscal del deterioro de valor contable está limitado por el propio valor fiscal del intangible que se ha visto minorado por aplicación de las cantidades deducidas por aplicación del artículo 12.7 del TRLIS, por lo que no será fiscalmente deducible el importe del deterioro contable equivalente a las cantidades deducidas en aplicación de lo establecido en el artículo 12.7 del TRLIS”. Seguidamente, respecto del inmovilizado intangible de vida útil definida, la consulta señala que, al no establecer el TRLIS ninguna norma específica relativa a la corrección valorativa por deterioro de estos activos, dicha corrección será fiscalmente deducible, en la medida que resulte de aplicar la regulación mercantil. Respecto a la amortización de activos complejos, la doctrina de la DGT indica que “… la amortización independiente de un elemento del inmovilizado material correctamente realizada, según los criterios contables, será igualmente válida a efectos fiscales…”, utilizando cualquiera de los métodos de amortización fiscal reconocidos en el artículo 11 TRLIS, y en la medida en que, por ejemplo, las tablas oficiales de amortización aprobadas (ver Anexo del Reglamento del Impuesto sobre Sociedades, Real pág 82 Decreto 1777/2004, de 30 de julio; (RIS), reconozcan unos porcentajes de amortización independiente a cada elemento. Ciertamente, la consulta, en este punto, ratifica lo expuesto en el apartado 2.1, segundo párrafo, de la NRV 2ª del NPGC, al decir: “Se amortizará de forma independiente cada parte de un elemento del inmovilizado material que tenga un coste significativo en relación con el coste total del elemento y una vida útil distinta del resto del elemento”. El problema es que no siempre es fácil identificar estos elementos “independientes” en el seno del conjunto y, de hecho, el propio RIS reconoce la existencia de las llamadas “instalaciones técnicas”, artículo 1.3 e incluye disposiciones específicas de amortización fiscal para las mismas. En materia del tratamiento fiscal de las diferencias de cambio en moneda extranjera, la consulta deja claro que, al no existir en el TRLIS norma alguna que establezca una especialidad o “corrección” fiscal sobre la operatoria contable, se aplicarán directamente las normas de contabilidad al respecto. Respecto a la deducibilidad fiscal de las provisiones medioambientales exigidas por una norma legal o reglamentaria o por los pactos contractuales suscritos por la entidad consultante, se deja claro, en primer lugar, que la aceptación fiscal de estas provisiones, expuesta en el artículo 13.2 TRLIS, necesitará la presentación de un Plan de actuaciones medioambientales formulado por el sujeto pasivo y aceptado por la Administración Tributaria, de acuerdo con unas condiciones y un procedimiento reglamentado, actualmente, en los artículos 10 y 11 del RIS; por ello, las provisiones medioambientales derivadas de pactos o contratos entre partes no resultan fiscalmente deducibles. Continuando con el análisis de la deducibilidad fiscal de ciertas operaciones, se pregunta, ahora, por la de los gastos de emisión o amortización de instrumentos de capital propio, así como de los gastos de constitución. Estos gastos, contablemente hablando, NRV 9 º. 4 NPGC, se indica que “… tales como los honorarios de letrados, notarios, y registradores, impresión de memorias, boletines y títulos, publicidad, comisiones y otros gastos de colocación, se registrarán directamente contra el patrimonio neto como menores reservas”: pd Incidencia de la nueva normativa contable en la fiscalidad En cambio, los gastos derivados de una transacción de tales instrumentos van directamente a la cuenta de pérdidas y ganancias. Pues bien, los gastos de emisión o amortización, si se registran contablemente, serán fiscalmente deducibles, aunque lo hagan contra una cuenta de reservas, en aplicación de lo dispuesto en el artículo 19.3 TRLIS. En otro orden de cosas, la doctrina de la DGT argumenta que, por un lado, las rentas derivadas de las variaciones del valor razonable de los activos financieros de las carteras de activos mantenidos para negociar no pueden calificarse como dividendos, porque no se corresponden con beneficios distribuidos por la entidad participada y tampoco como plusvalías, al no haberse producido la transmisión de activos. Sin embargo, de manera sorprendente y sin ninguna base legal, la DGT afirma que “… una interpretación finalista de la normativa permite otorgar a dichas rentas el mismo tratamiento correspondiente a las rentas generadas en la transmisión de estos activos…”, lo que las califica como válidas, por ejemplo, a efectos de la exención de las rentas de fuente extranjera del artículo 21 TRLIS. Respecto a los activos a valor razonable con cambios en la cuenta de pérdidas y ganancias, la DGT acepta que las rentas derivadas de tales cambios sirvan para la deducción por doble imposición de dividendos, artículo 30.5 TRLIS, siempre que se trate de participaciones en sociedades residentes en territorio español y se correspondan con beneficios no distribuidos generados durante el tiempo de la tenencia de la participación, así como que el período de tenencia haya sido superior a un año entre la fecha de adquisición y la de valoración o, en su defecto, se complete este plazo hasta la transmisión del valor. Asimismo, esta deducción se condiciona a que la citada variación del valor razonable sea positiva y se haga efectiva en un momento posterior de la transmisión o no se produzca una minoración del valor razonable con posterioridad. CONCLUSIONES En resumen, podemos señalar que las relaciones entre el nuevo modelo contable y la fiscalidad continuarán siendo objeto de atención en los próximos años y no pueden darse por solucionados los asuntos más complejos, aunque solamente sea porque el citado modelo NIIF/NIC no ha concluido su desarrollo normativo en España; por ello, el seguimiento de la doctrina de la DGT al respecto de tales relaciones resulta del máximo interés para los profesionales de la Contabilidad y el Ordenamiento Tributario. ✽ Bibliografía Carbajo Vasco, Domingo; Vázquez Torres, Ángel Luis. A 90 días del Nuevo Plan General de Contabilidad, Eds. Experiencia, Barcelona, 2007. Passim. Carbajo Vasco, Domingo. “Las reformas del Impuesto sobre Sociedades derivadas del nuevo modelo contable”, Partida Doble, nº 207, febrero 2008, páginas 28 a 49. 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