La Sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial

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S.c. P. 935, L. XLIX
"Pluna Líneas Aéreas Uruguayas SA (sucursal argentina) si quiebra"
sUPr ema
C o r t e:
-1-
La Sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
confirmó la sentencia que había rechazado el pedido de su propia quiebra solicitado por
Pluna Líneas Aéreas Uruguayas SA Sucursal Argentina (en adelante, "Pluna Sucursal
Argentina") (fs. 666/667).
El tribunal consideró que la sucursal argentina es una entidad
dependiente de la casa matriz -Pluna Líneas Aéreas Uruguayas SA (en adelante,
"Pluna")- y, por lo tanto, es improcedente la apertura de su procedimiento falencial ante
los tribunales de la República Argentina, de acuerdo con los articulas 40 y 41 del Tratado
de Derecho Comercial Terrestre Internacional de Montevideo de 1940 (en adelante, el
"Tratado de Montevideo"). En este sentido, explicó que si bien la sucursal goza de cierta
autonomía para realizar negocios y puede asignársele capital, el patrimonio pertenece a la
casa matriz, que responde en forma directa por las obligaciones de la sucursal.
Agregó que no obsta lo expuesto la cantidad de empleados en
relación de dependencia existente a la fecha de petición de la quiebra ni el activo
informado, puesto que Pluna Sucursal Argentina no es una filial, figura a la que -a su
entender- corresponde la expresión casa comercial independiente contenida en el Tratado
de Montevideo. Indicó que, a diferencia de la sucursal, la filial es una organización jurídica
distinta, con diferente personalidad, medios propios y conducción diferenciada.
Compartió el criterio expuesto por el anterior sentenciante en cuanto
a que la ausencia en los balances acompañados del rubro Estado de Resultados evidencia la
falta de independencia de Pluna Sucursal Argentina, lo cual toma improcedente la apertura
de su procedimiento falencial ante los tribunales de la República Argentina.
-II-
Contra ese pronunciamiento, Pluna Sucursal Argentina dedujo recurso
extraordinario (fs. 676/692), que fue concedido en relación con la cuestión federal invocada
y denegado respecto de la tacha de arbitrariedad (fs. 696).
1
En primer lugar, la recurrente plantea que la cámara efectuó una
interpretación equivocada del Tratado de Montevideo, que la llevó a rechazar la
jurisdicción de los tribunales argentinos para entender en la controversia. Como resultado,
considera que la solución es contraria a los artículos 40 y 41 del Tratado de Montevideo, a
los artículos 16; 17; 18; 31; 75, inciso 22, de la Constitución Nacional, y a los principios de
universalidad del proceso de insolvencia y de igualdad de los acreedores (ley 24.522).
Aduce que la cámara limitó erróneamente el alcance del artículo 41
del Tratado de Montevideo al caso de las filiales y excluyó en forma dogmática otros
supuestos de casas independientes que fueron considerados incluidos en la norma al
momento de suscripción del tratado. Sostiene que, de acuerdo con esa norma, la
posibilidad de tramitar el juicio de quiebra ante los jueces del domicilio de un
establecimiento secundario depende del análisis amplio de los elementos demostrativos de
independencia, sin peljuicio de la organización societaria y denominación que se le asigne
a tal establecimiento, es decir, sucursal o filial.
Apunta
que
SI
el
Tratado
de
Montevideo
se
refiriera
exclusivamente a una persona jurídica diferente como 10 es la filial, no hubiese sido
necesario el artículo 41, que prevé el supuesto de quiebra de un establecimiento
secundario, en cuyo caso, se aplicarian las disposiciones de competencia propias del país
de constitución de aquella.
Entiende que la autonomía de Pluna Sucursal Argentina se
manifiesta en la administración de los negocios generados por la propia sucursal, en la
asignación de capital suficiente, y en la organización, en la actividad y en la clientela
propias. Esa independencia, afirma, no se ve lesionada por no exponer en su balance la
cuenta Estado de Resultados ya que la sucursal está destinada a colaborar con la
explotación del negocio de la matriz. Agrega que se debe decretar la quiebra de Pluna
Sucursal Argentina en nuestro país por razones prácticas y de equidad tales como la
protección de su patrimonio frente a la agresión de acreedores individuales.
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-III-
El recurso es fonnalmente admisible, pues se ponen en tela de
juicio la interpretación y la aplicación de nonnas de un tratado internacional, y la decisión
ha sido contraria a la pretensión que el apelante fundó en ellas (art. 14, inc. 3, ley 48 y
doctrina de Fallos: 334:178, entre otros).
-IVEn mi entender, Pluna Sucursal Argentina no ha traído razones
suficientes para mostrar que los jueces argentinos tengan jurisdicción para declarar la
quiebra de la actora en los ténninos del Tratado de Derecho Comercial Terrestre
Internacional de Montevideo de 1940.
No se encuentra controvertido que Pluna es una sociedad
constituida en la República Oriental del Uruguay, cuyo objeto social se vincula con el
transporte aéreo. Para cumplir con ese objeto, estableció una sucursal en la República
Argentina que inscribió ante la Inspección General de Justicia en los ténninos del artículo
118 de la ley 19.550 (fs. 301/335 y 350/376).
Con motivo del inicio de un proceso concursal de la casa matriz en
el extranjero, la sucursal argentina pidió su propia quiebra ante los tribunales de nuestro
país. En esas circunstancias, la competencia de los jueces locales se encuentra alcanzada
por el Tratado de Montevideo, suscripto por la República Oriental del Uruguay y por
nuestro país.
El artículo 40 de ese instrumento internacional establece que son
competentes para declarar la quiebra los jueces "del domicilio del comerciante o de la
sociedad mercantil, aun cuando practiquen accidentalmente actos de comercio en otro u
otros Estados, o tengan en alguno o algunos de ellos, agencias o sucursales que obren por
cuenta y responsabilidad del establecimiento principal".
Luego, el artículo 41 prescribe que "si el fallido tiene dos o más
casas comerciales independientes en distintos territorios, serán competentes para conocer
3
del juicio de quiebra de cada una de ellas, los jueces o tribunales de sus respectivos
domicilios".
De los citados artículos 40 y 41, surge que la independencia de la
casa comercial es esencial para determinar la jurisdicción de los jueces a los fines
falenciales. El sentido de las citadas normas y, en especial, de la noción de casa comercial
independiente, debe ser decidido de acuerdo a las pautas establecidas en la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969. Su artículo 31 dispone que los tratados
deben interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a sus
términos en el contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin.
En este sentido, entiendo que es errada la interpretación de la
cámara según la cual la casa comercial independiente prevista en el artículo 41 alude a la
figura de la filial y excluye a la sucursal. Esta interpretación desatiende el principio de
buena fe, así como la letra y los [mes del Tratado de Montevideo puesto que se limita a
analizar la forma de constitución de las sociedades comerciales y no considera el conjunto
de hechos y circunstancias que muestran la independencia juridica y económica de la
sociedad que ejerció actividad comercial en nuestro país.
Al interpretar la terminología empleada en e! Tratado de
Montevideo, no puede obviarse que se trata de un instrumento celebrado en 1940 que
vincula a Estados que tienen legislaciones distintas en materia societaria. Por ello, si bien
el artículo 40 del tratado utiliza la locución "agencias o sucursales" luego agrega " ... que
obren por cuenta y responsabilidad de! establecimiento principal", lo que revela que e! tipo
de organización societaria no es suficiente a los efectos de determinar su dependencia.
En e! mismo sentido, el artículo 41 se refiere a casas comerciales
independientes, figura que ciertamente no remite a una forma de organización societaria o
jurídica determinada. Por el contrario, esa norma enfatiza la independencia, que debe ser
analizada a través de diversos elementos probatorios para atender a los fines del tratado. En
este aspecto, cabe destacar que a los [mes de procurar la satisfacción de los créditos de los
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acreedores, el tratado recepta la universalidad y extraterritorialidad de la quiebra en
determinados supuestos, pero también dispone la pluralidad de quiebras en otros.
Sin embargo, en el presente caso, Pluna Sucursal Argentina no
arrimó elementos que permitan formar una convicción suficiente acerca de su autonomía,
lo que, en definitiva, habilitaría la jurisdicción de los jueces locales.
En primer lugar, la impugnante invoca la asignación de un capital
propio. Sin embargo, la suma de cinco mil dólares estadounidenses no es demostrativa de
un giro comercial independiente.
Luego, alega que su actividad, organización y clientela evidencian
su independencia. No obstante, no ha acompañado prueba de sus manifestaciones. Por el
contrarío, en su escrito inicial, la peticionante relata que su actividad depende de forma
directa y exclusiva de Pluna en tanto consiste en " .. .la venta y comercialización de billetes
de transporte aéreo para pasajeros y carga de acuerdo a las condiciones y según las
frecuencias de vuelos establecidos por la CASA MATRIZ" (fs. 5 vta.). Tampoco la
mención de empleados -que no se han presentado en estos autos- es demostrativa de
independencia pues, dado el carácter de sucursal de Pluna Sucursal Argentina, la relación
laboral alcanza a la sociedad matriz (cf. arto 26, ley 20.744 y arto 118, ley 19.550).
Por último, el recurrente invoca la existencia de activos de acuerdo
a lo que surge de sus estados contables cerrados al 30 de junio de 2011 (fs. 447/460). Sin
embargo, no acompañó un detalle actualizado de sus activos, tal como lo exigen los
articulos 11, inciso 3, y 86 de la ley 24.522. En este sentido, adjuntó únicamente un detalle
de sus bienes muebles, que ascienden a $ 185.019,35 (fs. 408/15). Para más, del balance
acompañado surge que los resultados eran asignados a la casa matriz, tal como se indica en
la nota 3.2 (fs. 453) y de las transferencias detalladas a fojas 451.
En el marco descripto, Pluna Sucursal Argentina no acreditó ser
una casa comercial independiente de la matriz y, por lo tanto, no mostró que los jueces
argentinos tengan jurisdicción para declarar su quiebra en los términos del Tratado de
Montevideo.
5
-vPor las consideraciones vertidas, opino que corresponde declarar
admisible el recurso extraordinario y confirmar la sentencia apelada.
Buenos Aires,
ES COPIA
Ji- de agosto de 2015.
IRMA ADRIANA GARCÍA NETTO
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