ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO DEPARTAMENTO DE ASUNTOS DEL CONSUMIDOR Oficina Regional de Arecibo 540 Avenida Miramar, Suite 7 Arecibo, Puerto Rico 00612 Teléfono: (787) 878-2362 Fax: (787) 878-2076 www.daco.gobierno.pr PARTE QUERELLANTE GLORYLIS HERNÁNDEZ PEREZ QUERELLA NÚM. 200007735 V SOBRE: Dolo, licencia PARTE QUERELLADA ILEANA JUARBE PORTALATIN H/N/C WIN AUTO SALES RESOLUCIÓN La vista administrativa del caso de epígrafe se celebró el día 16 de junio de 2005. A la misma compareció la querellante Glorylis Hernández. También compareció la querellada Ileana Juarbe h/n/c Win Auto Sales. Según toda la prueba documental y testifical presentada por las partes en el caso de epígrafe, y conforme a las facultades conferidas por la Ley Núm. 5 del 23 de abril de 1973, este Departamento establece las siguientes: DETERMINACIONES DE HECHOS 1. El 3 de noviembre de 2003 la querellante adquirió, mediante compraventa al querellado y según indica la factura, un vehículo usado, marca Daewoo, modelo Lanos, del año 1999, con 85,000 millas recorridas, tablilla DDK-133, número de identificación KLATA52V2WB178720. 2. El vehículo fue vendido sin garantía. El precio de compraventa fue $1,950.00, los cuales la querellante pagó en su totalidad. 3. Al momento de la compraventa el vehículo estaba inscrito a nombre de María I. Ortíz Ortíz. 1 4. Desde que la querellante adquirió el vehículo reclamó varias veces, sin éxito, a la parte querellada el traspaso y la entrega de la licencia del vehículo inscrito a su nombre. 5. El permiso de uso del vehículo se vencía el 30 de junio de 2004. Para esa fecha el dealer querellado no le había entregado a la querellante la licencia del vehículo. 6. El 2 de julio de 2004 la parte querellada le entregó a la querellante la licencia del vehículo, la cual todavía aparecía a nombre de María Ortíz. Al observar la licencia la querellante se percató que la misma indicaba que el vehículo es del año 1998 y no del 1999. La querellante reclamó varias veces al dealer querellado, pero éste negó responsabilidad. 7. La querellante verificó en la División de Vehículos Hurtados de la Policía de PR que el vehículo sí es del año 1998. 8. A principios de junio de 2005 el querellado le entregó a la querellante la licencia del vehículo inscrito a su nombre. La misma también indica que el auto es del año 1998. 9. El querellado le vendió a la querellante el vehículo en controversia como si fuera del año 1999. Una de las razones por las cuales la querellante compró el mismo fue porque creía que era de tal año. La querellante no habría adquirido el auto de haber sabido que el mismo es del año 1998. CONCLUSIONES DE DERECHO En el presente caso, las partes llevaron a cabo un contrato de compraventa, según tipificado en el artículo 1334 del Código Civil de Puerto Rico, 31 L.P.R.A. sec. 3741. Nuestro Tribunal Supremo se ha expresado con relación a las fases en la vida de un contrato. Éstas son la generación (los preliminares o el proceso interno de formación del contrato), la perfección (nacimiento del contrato a la vida jurídica) y la consumación (cumplimiento del fin para el cual se constituyó el contrato, la realización de las prestaciones); Acosta & Rodas, Inc. v. Puerto Rican-American Ins. Co., 112 D.P.R. 583 (1982). El artículo 1213 del Código Civil de Puerto Rico, 31 L.P.R.A. sec. 3391, dispone que: No hay contrato sino cuando concurren los requisitos siguientes: (1) Consentimiento de los contratantes. (2) Objeto cierto que sea materia del contrato. (3) Causa de la obligación que se establezca. Pero el consentimiento prestado por error, violencia, intimidación o dolo será nulo; artículo 1217 del citado Código, 31 L.P.R.A. sec. 3404. Un contrato en el que el consentimiento esté viciado por uno de estos cuatro resulta anulable; 31 L.P.R.A. sec. 1252; Colón v. Promo Motor Imports, Inc., 144 D.P.R. 25 (1997). 2 Se manifiesta el dolo cuando con palabras o maquinaciones insidiosas de parte de uno de los contratantes, es inducido el otro a celebrar un contrato que, sin ellas, no hubiera hecho; 31 L.P.R.A. sec. 3408. Además, la jurisprudencia puertorriqueña ha resuelto que constituye dolo el callar sobre una circunstancia importante respecto al objeto del contrato, lo cual afecta tanto el perfeccionamiento como la consumación del contrato; Márquez v. Torres Campo, 111 D.P.R. 854 (1982). El dolo puede inferirse de las circunstancias del caso. La parte querellante adquirió el vehículo en controversia creyendo que el mismo es del año 1999 cuando en realidad es de un año anterior. Al momento de efectuarse la compraventa el dealer querellado no le informó a la querellante la realidad de este detalle. Aproximadamente a los siete meses de la compraventa es que la querellante se enteran de tal situación. La parte querellante manifestó que de haber tenido conocimiento de ello no hubiera adquirido el vehículo porque una de las razones por las cuales lo compró fue pensando que era del año 1999. Concluímos que el consentimiento de la parte querellante estuvo viciado. Por lo cual, procede la anulación del contrato de compraventa otorgado entre las partes y la devolución de las correspondientes prestaciones. Además de todo lo discutido anteriormente, una vez las partes acordaron la compraventa del vehículo surgió la obligación del querellado de transmitir la propiedad del vehículo a la querellante. Sin embargo, para que se transfiera el dominio de la cosa vendida no basta con el contrato de compraventa por sí solo. El caso de Velco v. Industrial Service Apparel, 143 D.P.R. 243 (1997), expresa dos requisitos: el acuerdo de voluntades sobre la cosa y el precio (perfección del contrato) y la tradición o entrega de la cosa que se entiende hecha cuando se ponga la cosa vendida en poder y posesión del comprador. Pero para que exista la tradición o entrega que transfiera el dominio de la cosa vendida es esencial que el que transmite sea dueño de la cosa; Segarra v. Viuda Lloréns, 99 D.P.R. 60 (1970). En el presente caso, la parte querellada Ileana Juarbe h/n/c Win Auto Sales nunca tuvo la titularidad del vehículo en controversia y se lo vendió a la querellante sin ser el dueño del mismo. El vehículo siempre estuvo registrado a nombre de persona distinta (véase determinación de hechos 3). La querellante sólo ejerció actos de dominio sobre el vehículo pero nunca obtuvo la propiedad o titularidad del mismo. La parte querellante compró el vehículo en controversia en noviembre de 2003 y no fue hasta junio de 2005, transcurrido más de un año y seis meses, que la parte querellada entregó la licencia del vehículo inscrito a nombre de la querellante. A esos efectos, la sec. 250.1706 del Reglamento de Garantías de Vehículos de Motor del D.A.C.O. establece lo siguiente: “Todo vendedor de un vehículo de motor someterá al Departamento de Transportación y Obras Públicas toda la documentación exigida por ley para su inscripción dentro de los treinta (30) días siguientes a la fecha de venta.” Véase también el artículo 2.12 de la Ley de Vehículos y Tránsito de Puerto Rico, Ley Núm. 22 del 7 de enero de 2000. Es deber de todo vendedor de un vehículo de motor realizar las gestiones de inscripción en el Departamento de Transportación y Obras Públicas a nombre de quien verdaderamente le pertenece. Así lo indica la Ley de Vehículos y Tránsito de Puerto Rico, 9 L.P.R.A. sec. 5044 (o), 3 cuando expresa: “Dejar de gestionar el vendedor de un vehículo de motor o arrastre, dentro de los treinta (30) días a partir de la fecha de la venta, la inscripción del mismo en el Departamento, cuando el vendedor fuere una persona dedicada a la venta de vehículos de motor o arrastres. Toda persona que viole esta disposición incurrirá en falta administrativa y será sancionada con multa de cien (100) dólares”. Como mencionamos anteriormente, el consentimiento de la querellante estuvo viciado, además de que nunca obtuvo la propiedad o titularidad del vehículo. La querellante tiene derecho al reembolso de los $1,950.00 pagados por la adquisición del vehículo. El Tribunal Supremo de Puerto Rico ha expresado que “no hay enriquecimiento injusto por parte del demandante y comprador de un automóvil con vicios ocultos, al recibir del vendedor del mismo el precio del automóvil sin descontar su depreciación”; Nadal v. Hull Dobbs, 101 D.P.R. 708 (1973). Acogemos tal apreciación atemperándola a los hechos del presente caso. Por los motivos antes expuestos, este Departamento emite la siguiente: ORDEN Se declara CON LUGAR la querella de epígrafe y se ordena la resolución del contrato de compraventa otorgado entre las partes con relación al vehículo en controversia. Se ordena al querellado ILEANA JUARBE H/N/C WIN AUTO SALES a que, dentro del término de treinta (30) días calendarios a partir de la fecha de notificación de esta Resolución, le reembolse a la querellante GLORYLIS HERNÁNDEZ la cantidad de $1,950.00 pagados por la compra del vehículo objeto de la presente querella, más el interés legal acumulado sobre dicha cantidad, al tipo que fija la ley para sentencias judiciales, computado desde la fecha de notificación de esta resolución y hasta que sea satisfecho. Luego de que el querellado cumpla con todo lo anterior, la querellante le entregará el automóvil en controversia. Se apercibe a la parte querellada que de no cumplir con lo ordenado en la presente Resolución, este Departamento podrá imponerle una multa administrativa de hasta diez mil dólares ($10,000) y se tomará la acción legal correspondiente. El pago de la expresada multa no le relevará de cumplir con todo lo dispuesto en la presente Resolución. Este Departamento solicitará el auxilio del Tribunal de Primera Instancia para hacer cumplir la misma. La parte querellada deberá informar por escrito y acreditar ante este Departamento el cumplimiento de esta Resolución. La parte querellante notificará a este Departamento, por escrito, si la parte querellada cumple lo ordenado para proceder al Cierre y Archivo del caso. Igualmente, notificará por escrito en caso de incumplimiento del querellado, para proceder conforme a Derecho. 4 Contra esta Resolución las partes podrán solicitarle al Departamento una Reconsideración dentro del término de veinte (20) días naturales contados a partir de la fecha de archivo en autos de la notificación de esta Resolución. En su lugar, podrán acudir directamente al Tribunal de Circuito de Apelaciones, en revisión judicial, dentro del término de treinta (30) contados desde la fecha del archivo en autos de la copia de la notificación de la resolución. Aponte Correa v. Policía de Puerto Rico, 142 D.P.R. 9 (1996). Si la parte afectada opta por solicitar la reconsideración de la Resolución emitida, la misma deberá ser por escrito, consignándose claramente la palabra Reconsideración como título. Copia de dicha solicitud deberá ser enviada a la otra(s) parte(s). De no hacerlo así, la presente Resolución advendrá final y firme. Si el Departamento no considera la solicitud de Reconsideración dentro de los quince (15) de recibida, la parte afectada podrá solicitar revisión judicial al Tribunal de Circuito de Apelaciones dentro de los treinta (30) días siguientes. Si el Departamento tomare alguna determinación sobre la solicitud de Reconsideración, deberá resolver la misma dentro de los noventa (90) días de recibida. La parte afectada por la decisión del Departamento podrá solicitar revisión judicial al Tribunal de Circuito de Apelaciones dentro de los treinta (30) días contados desde la fecha del archivo en autos de la copia de la notificación de la resolución resolviendo la solicitud de Reconsideración. Si el Departamento dejare de tomar alguna acción dentro de los noventa (90) días mencionados perderá jurisdicción sobre dicha solicitud de Reconsidración y el término para solicitar revisión judicial empezará a contarse a partir de la expiración del plazo de noventa (90) días, salvo que el Departamento por justa causa y previo al vencimiento del término de noventa (90) días prorrogue dicho término por un periodo que no excederá de treinta (30) días adicionales. En Arecibo, Puerto Rico, a 11 de julio de 2005 Lcdo. Alejandro García Padilla Secretario Lcdo. Abid E. Quiñones Portalatín Director Regional Lcda. Vanessa M. Jiménez Vicente Jueza Administrativa 5