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INTERVENCION DEL SR. ARIE HOEKMAN
REPRESENTANTE DEL FONDO DE POBLACION
DE NACIONES UNIDAS EN MÉXICO,
EN EL MARCO DE LA CONFERENCIA REGIONAL DE JOVENES
SOBRE DERECHOS HUMANOS Y CAMBIO CLIMATICO.
INAUGURACION 2
15:00 hrs.
Es muy grato para mí, como Representante del Fondo de Población de las Naciones
Unidas, estar aquí con ustedes en esta Conferencia Regional de Jóvenes sobre
Derechos Humanos Y Cambio Climático.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas es una agencia de cooperación
internacional para el desarrollo que promueve el derecho de cada mujer, hombre y
niño a disfrutar de una vida sana con igualdad de oportunidades para todos. El UNFPA
apoya a los países en la utilización de datos socio demográficos para la formulación de
políticas y programas de reducción de la pobreza, y para asegurar que todo embarazo
sea deseado, todos los partos sean seguros, todos los jóvenes estén libres de VIH y
SIDA y todas las niñas y mujeres sean tratadas con dignidad y respeto.
Ante las múltiples crisis que pueden ser provocadas por el cambio climático, tanto por
sus impactos sociales, económicos, políticos y ambientales, este mandato es más
relevante que nunca.
La población mundial está aumentando a razón de 78 millones de personas por año y,
según las proyecciones, aumentará desde 6,700 millones de personas en la actualidad
hasta 9,200 millones hacia el 2050 o sea, se habrá triplicado con creces la población
existente a finales de la Segunda Guerra Mundial. No obstante, si las tasas de
natalidad permanecieran invariables, las estimaciones de las Naciones Unidas arrojan
una población mundial de 11,900 millones de personas para 2050.
En estos momentos, casi la mitad de la capacidad productiva biológica del planeta ya
se ha desviado hacia usos humanos. En todas las zonas del planeta, los ecosistemas
que sostienen la vida están bajo presión y viendo el futuro crecimiento poblacional, eso
solo se exacerba.
Los vínculos entre población y calidad del medio ambiente son complejos y variados.
Para comprenderlos, es preciso conocer los niveles de consumo, que difieren entre los
ricos y los pobres, así como las tecnologías antiguas y modernas, el nivel de
extracción de recursos y de su restauración, y la dinámica del crecimiento de la
población y de las migraciones.
Los seres humanos están agotando los recursos naturales, degradando los suelos y el
agua y creando desechos a una velocidad alarmante, al mismo tiempo que van
apareciendo nuevas tecnologías para aumentar el rendimiento de los cultivos,
conservar los recursos y limpiar la contaminación.
Lograr una más lenta tasa de crecimiento de la población podría dar a los países
tiempo para que adopten medidas a fin de satisfacer las necesidades de su población,
protegiendo al mismo tiempo de diversas maneras al medio ambiente.
Al prevenir los embarazos no deseados mediante la planificación de la familia, y al
garantizar a las personas y las parejas el derecho a la salud reproductiva, se podría
contribuir a reducir las tasas de crecimiento de la población y moderar los efectos
sobre el medio ambiente; y ésta podría ser una de las maneras más eficaces en
función de los costos de alcanzar ese objetivo.
El embarazo no deseado es, entre los factores de crecimiento de la población, el más
susceptible de responder a intervenciones programáticas y de políticas. Cada año, 190
millones de mujeres quedan embarazadas y de ellas, al menos una tercera parte,
involuntariamente. En los países en desarrollo, más de 200 millones de mujeres que
desearían aplazar o prevenir su próximo embarazo no están utilizando anticonceptivos
eficaces.
Los cambios del futuro que deberán ser implementados en nuestro sistema económico
y social para disminuir el impacto ambiental deberán ser generados, son múltiples y
entre otros deberán contemplar la reducciones de gases de efecto invernadero,
desarrollo de nuevas tecnologías y fuentes de energía alternativa, uso racional de los
recursos naturales, pero también requieren promover los derechos reproductivos,
asegurando la libre elección individual del tamaño de la propia familia
La estabilización de la población del planeta es un factor de importancia crítica para
crear un medio ambiente sostenible. En este sentido, el garantizar los derechos
económicos y sociales de los individuos es fundamental.
La libre elección individual del tamaño de la propia familia es la opción más practicable
para reducir las tasas de crecimiento de la población. Proporcionar acceso pleno y
voluntario a los servicios de salud reproductiva, que son relativamente baratos, sería
en el largo plazo mucho menos costoso que las consecuencias medioambientales del
acelerado crecimiento demográfico si no se satisface la urgente necesidad de servicios
de salud reproductiva.
La inversión en programas de salud sexual y reproductiva y de promoción de la
igualdad de género, así como en la generación de las bases informativas para la
planeación social y económica y la construcción de mejores sistemas de
gobernabilidad, tienden a generar los mejores beneficios en términos bienestar y
cumplimiento de los derechos humanos. Asimismo, en términos de costo-beneficio
estas inversiones tienden a ser a mediano y largo plazo una de las mejores respuestas
para desacelerar el proceso del cambio climático y mitigar sus efectos.
Para lograr lo anterior, es de suma importancia que se trabaje para y con los jóvenes,
brindándoles acceso a información y servicios de salud sexual y reproductiva, así
como las herramientas necesarias para convertirse en agentes de cambio y realizar
sus proyectos de vida.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas reconoce que una de las
intervenciones estratégicas cuyo costo-beneficio es más alto, es el invertir en
adolescentes y jóvenes. Esta inversión alcanzara el mayor retorno al involucrar
plenamente a los mismos adolescentes y jóvenes.
Es por ello que me da mucho gusto estar presente en la inauguración de esta
conferencia que reúne a tantos jóvenes de todo el mundo, debatiendo sobre el tema
de los derechos humanos y las consecuencias del cambio climático.
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