Las leyes de la arquitectura desde la perspectiva de un físico* NIKOS A. SALINGAROS ** Resumen P or analogía con principios físicos básicos se obtienen tres leyes para el orden arquitectónico, que son válidas tanto para las estructuras naturales como para las construidas por el hombre. Estas leyes pueden utilizarse para crear edificaciones que igualen la comodidad emocional y la belleza de las grandes edificaciones históricas del mundo. Las leyes son consistentes con las arquitecturas Clásica, Bizantina, Gótica, Islámica, Oriental, y del Art Nouveau; pero no lo son con las formas arquitectónicas modernistas de los últimos setenta años. Parece que la arquitectura modernista del siglo XX contradice intencionalmente todas las otras arquitecturas al impedir realmente el orden estructural. Palabras claves: orden estructural, arquitectura, reglas de diseño * Artículo publicado originalmente en inglés en Physics Essays volume 8, number 4, December 1995, pages 638-643, y traducido por Jairo Roldán con la autorización de © Physics Essays Publications. ** Ph.D. Professor of Mathematics, Division of Mathematics, University of Texas at San Antonio, San Antonio, TX 78249 USA. Email: [email protected] 12 El Hombre y la Máquina No 16 1. Introducción La arquitectura es una aplicación del orden geométrico. Uno esperaría que el tópico fuese descrito por las matemáticas y la física, pero no lo es. No existe ninguna formulación aceptada de cómo se logra el orden en la arquitectura. Dado que la arquitectura, a través de un ambiente construido, afecta a la humanidad de una manera más directa que cualquier otra disciplina, nuestra ignorancia sobre su mecanismo real es sorprendente. Nos hemos concentrado en el entendimiento de estructuras naturales inanimadas y biológicas, y no en los patrones sistemáticos reflejados en nuestras propias construcciones. Existen edificaciones históricas que son universalmente admiradas como las más bellas (Sección 2). Estas incluyen los grandes templos religiosos del pasado1 y la riqueza cultural contenida en varias arquitecturas indígenas2,3 Ambos tipos de edificaciones fueron construidos siguiendo algunas reglas empíricas e intuitivas, y estas reglas se pueden deducir de las estructuras mismas. Ese conjunto de reglas empíricas ha sido analizado y consignado en A Patter Language, de Alexander4. Leyes estructurales subyacen en la física y la biología, y podemos esperar que leyes similares sean válidas también para la arquitectura. Alexander propone un con- 1) Sir BANISTER FLETCHER. A History of Architecture. 19th Edition, edited by John Musgrove (Butterworths, London, 1987). 2) Bernard RUDOFSKY. Architecture Without Architects (Doubleday, Garden City, New York, 1964). 3) Bernard RUDOFSKY. The Prodigious Builders (Harcourt Brace Jovanovich, New York, 1977). 4) C. ALEXANDER, S. ISHIKAWA, M. SILVERSTEIN, M. JACOBSON, I. FIKSDAHL-KINGAND S. ANGEL. A Pattern Language (Oxford University Press, New York, 1977). El Hombre y la Máquina No 16 13 ma altamente complejo, que hasta el momento ha resistido a la formulación científica. Leyes estructurales subyacen en la física y la biología, y podemos esperar que leyes similares sean válidas también para la arquitectura. junto de reglas que gobiernan la arquitectura, derivadas de principios biológicos y físicos5. Ellas se basan en la hipótesis de que la materia obedece un orden complejo en la escala macroscópica. A pesar de que fuerzas como el electromagnetismo y la gravedad son muy débiles para dar cuenta de esto, los volúmenes y las superficies aparentemente interactúan de modo que imitan las interacciones microscópicas de las partículas. La arquitectura se puede reducir a un conjunto de reglas que son similares a las leyes de la física. Mediante el uso de analogías con la estructura de la materia, se postulan aquí tres leyes para el orden arquitectónico (Sección 3). Ellas se ponen a prueba de tres maneras diferentes: 1) concuerdan de modo directo con las grandes edificaciones históricas de todos los tiempos; 2) están de acuerdo con quince propiedades abstraídas por Alexander de las creaciones a través de la historia humana; y 3) están de acuerdo con las formas biológicas y físicas. Este resultado representa una aplicación exitosa del enfoque de los físicos a un proble- Las leyes se pueden aplicar para clasificar los estilos arquitectónicos de una manera que no se ha propuesto nunca antes (Sección 4). Mientras que la mayoría de las arquitecturas tradicionales siguen estas tres leyes, las edificaciones modernistas muestran lo opuesto de lo que las tres leyes afirman. Este resultado categoriza las arquitecturas tradicional y modernista en dos grupos separados. Parece que todas las edificaciones son creadas por una aplicación sistemática de las mismas tres leyes, ya sea siguiéndolas u oponiéndose a ellas. Hasta el momento, el resultado no distingue qué tipo de arquitectura es “mejor”. Sin embargo, Alexander, en compañía de Carlos, el Príncipe de Gales, prefiere la arquitectura tradicional. Ellos están también convencidos de que la arquitectura tradicional es más adecuada para la humanidad por razones fundamentales, y no solamente por una cuestión de gusto. La Sección 5 presenta argumentos que apoyan este punto de vista. La base de tales argumentos es el sentimiento de comodidad que a uno le produce una edificación y la unicidad del orden estructural. 2. Reglas de belleza y orden en el pasado Cada distinta civilización o período diferente del pasado nos ha legado un conjunto de reglas, usualmente implícitas, que ayudan a producir el ideal último de belleza. Cada conjunto de reglas es relevante a un tiempo particular, a la disponibilidad de los materiales indígenas, al clima local, o a los rituales religiosos subyacentes, y define las re- 5) Christopher ALEXANDER. The Nature of Order (Oxford University Press, New York, 1997). (En prensa). 14 El Hombre y la Máquina No 16 glas arquitectónicas que son bellas. Lo importante es que estas edificaciones y objetos tan diferentes son considerados como bellos por la mayoría de la gente de hoy en día, que vive fuera del tiempo y de la cultura que los produjeron. Esto implica la existencia de leyes universales que gobiernan el orden estructural. No es difícil aplicar un conjunto tradicional de reglas a la arquitectura contemporánea. Un templo griego en Japón (como banco) o un templo chino en los Estados Unidos (como restaurante) pueden ser bellos, si se construyen siguiendo las reglas apropiadas. Tales reglas nos dicen cómo duplicar algo que pertenece a culturas o pueblos diferentes del pasado. Lo que más bien necesitamos, y que los arquitectos siempre buscan, es una prescripción para construir algo bello que no esté restringido por una tradición rígida y posiblemente irrelevante. Si nos acercamos a la arquitectura como a un problema físico, es posible derivar reglas que sean de modo genuino independientes de cualquier cultura y tiempo específicos. Establecemos leyes universales que gobiernan el orden arquitectónico, las cuales incluyen, como casos especiales, la mayoría de las reglas del pasado para crear edificaciones bellas, con la excepción de las que rigen las edificaciones modernistas. Mostramos entonces que las reglas que se siguen para construir estructuras modernistas son aquellas que sencillamente indican lo opuesto a lo que se precisa para lograr el orden natural. Este resultado singulariza el modernismo como una clase distinta en la historia de las construcciones humanas. Las edificaciones modernistas son percibidas como desagradables por muchas personas. Esto es válido en cuanto a su aspecto visual, y lo es de manera especial en relación con las funciones prácticas (entradas y salidas, el trabajo, la circulación, etc.) que se supone tienen lugar en tales edificaciones. La reacción pública contra el modernismo ha sido notada antes6,7, y ha sido expresada con fuerza por Carlos, el Príncipe de Gales8,9. A pesar de tales críticas, la estética modernista permanece, sin embargo, profundamente atrincherada en nuestra sociedad. Los proponentes del modernismo han identificado su credo con los progresos tecnológicos del siglo veinte. En las mentes de muchas personas, el progreso industrial de la posguerra está ligado, si no es que se debe directamente, a la expansión de la arquitectura modernista, y por tal razón esas personas son reacias a criticarla. Se ha vuelto automático para los países del Tercer Mundo, como un primer paso hacia la modernización, el construir edificaciones lo más parecidas posible a 6) Peter BLAKE. Form Follows Fiasco (Little, Brown and Co., Boston, 1974). 7) Tom WOLFE. From Bauhaus to Our House (Farrar Straus Giroux, New York, 1981). 8) CHARLES, PRINCE of WALES. «Speeches on Architecture». in: The Prince, the Architects, and New Wave Monarchy , edited by Charles Jencks (Rizzoli, New York, 1988) Si nos acercamos a la arquitectura como a un problema físico, es posible derivar reglas que sean de modo genuino independientes de cualquier cultura y tiempo específicos. Establecemos leyes universales que gobiernan el orden arquitectónico, las cuales incluyen, como casos especiales, la mayoría de las reglas del pasado para crear edificaciones bellas, con la excepción de las que rigen las edificaciones modernistas. 9) Charles, PRINCE of Wales. A Vision of Britain: A Personal View of Architecture (Doubleday, London, 1989). El Hombre y la Máquina No 16 15 2) El orden a gran escala ocurre cuando cada elemento se relaciona con todo otro elemento a distancia de tal modo que reduce la entropía. 3) La pequeña escala se conecta con la gran escala a través de una jerarquía de escalas intermedias enlazadas, con un factor de escala aproximadamente igual a e= 2.718. En lo que sigue se presentan varios argumentos independientes en apoyo de estas leyes. Las primeras dos leyes gobiernan las dos escalas extremas: la muy pequeña y la muy grande; y la tercera rige el enlace entre las dos escalas. Cada ley da lugar a varias consecuencias importantes; juntas definen un conjunto de reglas maestras para la arquitectura. Ellas son validadas porque sus consecuencias corresponden con la realidad. 3.1 El orden a pequeña escala Estoy postulando aquí estas tres leyes por primera vez. Han surgido de mis discusiones e interacciones con Alexander a lo largo de los últimos quince años. Estableceremos una analogía con la manera como la materia se forma a partir de pares de componentes elementales que contrastan entre sí. Desde el vacío en la electrodinámica cuántica, que surge de pares virtuales de positrones y electrones, a los núcleos formados de neutrones y protones de isospin opuesto ligados entre sí, y a los átomos formados de electrones y núcleos con carga opuesta ligados entre sí, la materia sigue un patrón básico. La pequeña escala consiste de pares de elementos con características opuestas ligados entre sí. El acoplamiento mantiene los opuestos cerca uno del otro pero no permite que se solapen, puesto que se aniquilarían mutuamente; esto crea una tensión dinámica. 1) El orden a pequeña escala se establece por medio de elementos apareados que contrastan entre sí, los cuales existen en una tensión visual balanceada. Apliquemos ahora este concepto a la arquitectura. “El orden a pequeña escala se establece por medio de elementos apareados que contrastan entre sí, los cuales existen en una las modernistas. Sin embargo, se admite ahora que los programas de construcciones modernistas en el mundo preindustrializado han sido en gran parte desastrosos6. 3 16 Las tres leyes de la arquitectura El Hombre y la Máquina No 16 tensión visual balanceada”. Hay varias maneras de lograr el contraste con materiales: con la forma (convexa-cóncava); con la dirección (zigzag); con el matiz del color; con el tono del color (blanco-negro). El contraste local identifica la pequeña escala en un edificio, estableciendo así el nivel fundamental del orden geométrico. La escala es relevante para el observador; en regiones donde una persona camina o se sienta o trabaja, son necesarios el contraste y la tensión en el menor detalle perceptible; en áreas lejos de la actividad humana la escala es necesariamente mucho mayor. El orden estructural es un fenómeno que obedece sus propias leyes. Sus unidades de construcción fundamentales son las diferencias perceptibles de color y geometría más pequeñas. Mientras que la diferencia visible a pequeña escala no es necesaria para definir la estructura, sí lo es para el orden estructural. Esto se demuestra en la arquitectura y en la mayoría de los objetos hechos antes del siglo veinte. Los templos clásicos griegos tienen detalles que contrastan maravillosamente. Esto era verdad también para el color, pero la coloración original se ha perdido con el tiempo. Para ver el uso efectivo del contraste del color, basta mirar las extraordinarias paredes embaldosadas del siglo quince en la España Islámica o en Marruecos. Hay varias consecuencias importantes de la primera ley. 1) Los elementos básicos, como las componentes físicas elementales, tienen que ser simples. Esto significa que las unidades fundamentales son simples en forma, por ejemplo, triángulos, cuadrados y sus combinaciones. 2) Las unidades básicas están unidas por fuerzas de corto rango. La única manera de lograr esto usando la geometría es por meEl Hombre y la Máquina No 16 dio de unidades de interconexión con características opuestas. 3) Las unidades más pequeñas ocurren en pares que contrastan entre sí, como los fermiones. Cuando estos pares de unidades se repiten, no se repite una simple unidad, sino un par, lo que da lugar a alternación en vez de simple repetición. 4) La idea del contraste es recurrente en diferentes escalas, impidiendo en realidad que los detalles llenen todo el espacio. Una región con detalles necesita el contraste con una región menos decorada, y las dos regiones se combinan para formar un par de elementos que contrastan. De la misma manera, áreas construidas con poco acabado son necesarias para complementar aquellas construidas con un acabado muy fino. Considérese el núcleo, en donde los protones y los neutrones están ligados por un intercambio de piones virtuales. La interacción fuerte está constantemente cambiando la identidad de los nucleones. Un neutrón puede convertirse en un protón, y volver de nuevo a ser un neutrón. Un par básico de unidades que contrastan entre sí en un diseño, como se describe en el punto 2, debe también poseer esta dualidad. Para que un objeto y el espacio que lo rodea se unan efectivamente en un par que contrastan, tanto el espacio como el objeto deben tener el mismo grado de integridad estructural. 3.2 El orden a gran escala En la física, cuando se yuxtaponen objetos que no interactúan, no sucede nada. Una interacción induce un rearreglo que conduce a un orden mayor para la estructura a gran escala, y por lo tanto a una reducción de la entropía. El proceso podría ser tan complejo como el crecimiento de una red cristalina, o tan simple como el alineamiento de la aguja de una brújula. Esta es la manera como se forman las estructuras cristalinas, como se condensan las galaxias, etc. La acción a distancia, sea eléctrica, magnética o gravitacional, impone un orden a gran escala que se caracteriza por las conexiones geométricas. Una consecuencia de la organización es que aparecen similitudes entre diferentes subregiones. Esto ha de ser imitado en la arquitectura y usado para unir las estructuras a pequeña escala en un todo armonioso. “El orden a gran escala ocurre cuando cada elemento se relaciona con todo otro elemento a distancia, de tal modo que reduce la entropía”. Esta prescripción básica es suficiente para generar orden a gran escala tanto en el color como en la geometría. La imitación de una interacción de largo rango determina la orientación y la similitud de unidades espacialmente separadas. La entropía termodinámica relaciona diferentes arreglos del mismo número de partículas de acuerdo con su probabilidad de ocurrencia. La entropía se aplica al orden estructural de una manera un poco diferente, puesto que relaciona diversos estados con el mismo número de unidades básicas en contraste. El orden arquitectónico es inversamente proporcional a la entropía de un número fijo de componentes estructurales en interacción. La entropía de un diseño se podría bajar reduciendo los contrastes locales, pero esto reduciría también el orden estructural, que sería análogo a eliminar las moléculas en un gas. Las consecuencias de la segunda ley son las distintas maneras como se logra el orden global. 1) El ordenamiento a gran escala arregla las unidades básicas en combinaciones altamente simétricas. Como en la cristaliza- 17 4) La insistencia en la “pureza” puede destruir el proceso de conexión, puesto que las conexiones pueden ser malinterpretadas como impurezas y eliminadas. Por lo tanto, las imperfecciones son tanto útiles como necesarias; justo como en un cristal dopado, donde las impurezas mejoran la estructura. La segunda ley permite entender más fácilmente la interacción visual de dos objetos colocados uno cerca del otro, bien conocida en las ilusiones ópticas. El cerebro crea líneas conectoras que parecen ligar dos unidades. Ahora, si tomamos dos objetos, trazamos en el papel las conexiones virtuales que vemos, y luego las construimos con algún material, la estructura que resulta resistirá las tensiones y se mantendrá. Esto establece una relevancia física para un fenómeno estrictamente visual. Parece que el cerebro “ve” las conexiones físicas apropiadas para una estructura estable. ción, la entropía global se disminuye elevando las simetrías locales. Las escalas más pequeñas se caracterizan por lo tanto por un alto grado de simetría, que sin embargo no se requiere en las escalas mayores. 2) El orden se logra también teniendo unidades en una rejilla común, siguiendo la indicación de las redes cristalinas. La continuidad de patrones a través de las transiciones estructurales eleva el grado de conectividad. 3) En la ausencia de una fuerza física entre las áreas, la similaridad visual conecta dos elementos de diseño por medio de colores, formas y tamaños comunes. La armonía global representa el efecto opuesto al contraste local. 18 La entropía de un diseño es percibida por nuestra habilidad innata para visualizar conexiones. Los lugares principales de cualquier edificación, y su relación unos con otros, están gobernados por las interacciones mutuas de todas las paredes y cualquier otro elemento estructural. Ciertas dimensiones, ciertas combinaciones, parecen “resonar” cuando todas las componentes interactúan armoniosamente. Esas situaciones corresponden a los estados de menor entropía. El hacer ajustes en una estructura compleja a fin de bajar la entropía corresponde precisamente con el proceso que da lugar a las formas naturales. 3.3 La jerarquía natural de las escalas La tercera ley de la arquitectura se basa en la idea de similitud y factores de escala. “La pequeña escala se conecta con la gran escala a través de una jerarquía de escalas El Hombre y la Máquina No 16 intermedias enlazadas, con un factor de escala aproximadamente igual a e= 2.718”. Las superficies interactúan; definen subdivisiones; todo lo que uno tiene que hacer es crear estructuras en la escala apropiada, y ligarlas unas con otras. Las diferentes escalas deben estar lo suficientemente juntas para que puedan relacionarse, y la ligadura se logra a través de similitudes estructurales. El razonamiento físico es que las fuerzas materiales se manifiestan de modo diferente a distintas escalas. La forma de las estructuras naturales está influenciada por tensiones, deformaciones, y fracturas en los sólidos, y por la turbulencia en los fluidos en movimiento. La materia no es uniforme: luce totalmente diferente si se la amplifica por un factor de 10 o más. Queremos el factor de escala por el cual dos escalas diferentes están todavía relacionadas empíricamente, este factor es alrededor de 3. En la geometría fractal, los patrones fractales autosimilares de Koch, Peano y Cantor que se parecen más a los objetos naturales tienen razones de similaridad r = 1/3 o r = √ (1/7) = 1/2.65 , en apoyo del factor de escala10 1/r = 2.7. Estos argumentos pueden parecer totalmente heurísticos, y sin embargo revelan un fenómeno básico que se aprecia mejor en las estructuras biológicas. El secreto del crecimiento biológico es el escalamiento, sea a través de una serie de Fibonacci o de una serie exponencial. El crecimiento ordenado sólo es posible si existe un escalamiento sencillo de modo que el proceso de replicación básico se pueda repetir para crear estructura en diferentes niveles. Así, deben existir diversos órdenes estructurales y deben estar relacionados de preferencia por medio de un solo parámetro. El factor de escala exponencial e se ajusta tanto a las estructuras naturales como a las hechas por el hombre. Tómese una vista de una edificación en un diseño bidimensional. Decídase entonces si medir áreas o dimensiones lineales, dependiendo de la situación. Diferentes subestructuras de aproximadamente el mismo tamaño se agruparán en distintos conjuntos de mediciones. El número de diferentes escalas se denominará N. Llámese la máxima escala: 10) Benoit B. MANDELBROT. The Fractal Geometry of Nature (Freeman, New York, 1983). El Hombre y la Máquina No 16 19 Xmax y la escala mínima perceptible: Xmin Una estructura ideal tendrá n conjuntos de subunidades cuyos tamaños corresponden a cada elemento de la siguiente sucesión: {x min , exmin, e2xmin,...,en-1xmin = xmax { Resolviendo el último término de la sucesión anterior para n se encuentra la relación del número ideal de escalas n con la menor y la mayor de las mediciones (en las mismas unidades). Tenemos, n = 1 + 1nxmax - 1nxmin donde n es el valor entero más cercano. La cercanía del número N de distintas escalas en una estructura al índice teórico n de la última ecuación es una medida del orden estructural. Esta regla sólo permite decidir si la jerarquía de escalamiento existe; ella no determina si las similitudes realmente ligan las diferentes escalas. Por ejemplo, un edificio de tres pisos con un detalle mínimo de una pulgada (2.5 cm) requiere que n esté cerca de 7. En muchas edificaciones modernistas, sin embargo, N está cercano a 2, independiente del tamaño, puesto que intencionalmente no hay estructura en las escalas intermedias. Las edificaciones modernistas son “puras”, lo que significa que tienen grandes superficies vacías. Por otra parte, algunas edificaciones posmodernistas con estructuras no organizadas de muchos diferentes tamaños podrían tener N mayor que n. Una edificación con una jerarquía natural de escalas, no importando cómo luzca, debería tener N muy cerca al índice teórico n. Hay varias consecuencias de la tercera ley. 1) Cada unidad estará embebida en una unidad mayor de la siguiente escala en tamaño. Esto con- 20 duce naturalmente a una frontera muy amplia para cada objeto en un diseño. El diseño total es una jerarquía de amplias fronteras dentro de otras fronteras. 2) Como ya se mencionó, las diferentes escalas deben ligarse por formas similares; por ejemplo la misma curva o patrón repetido en diferentes tamaños. 3) Las diferentes escalas pueden colaborar para definir un gradiente a través de formas similares de tamaño decreciente. Cada edificación requiere un gradiente de entrada así como otros gradientes funcionales, y estos son exitosos sólo cuando corresponden a gradientes estructurales. 4) Una edificación debe estar localizada en el ambiente, de modo que calce con la jerarquía de escalas existente. La naturaleza y las otras edificaciones que la rodean definirán entonces las escalas mayores del conjunto. El principio 1) de la amplia frontera establece que un objeto que interactúa tiene una frontera de tamaño similar a la del objeto mismo. Por ejemplo, un cuadrado embebido simétricamente en otro tiene una relación de áreas: A2 =e A1 Esto da una razón de la anchura de la frontera a la anchura del cuadrado más pequeño igual a: w x1 = (e1/2- 1) 2 = 0.32 Una ilustración viene de la física. El campo magnético alrededor de un dipolo magnético esférico de radio R va a infinito, sin embargo la región efectiva del campo es comparable con el tamaño del imán. La magnitud del campo a lo largo del eje cae como 1/10 del valor superficial a 2.15R, dando la espesura del campo como 0.58 veces el diámetro del imán11. 4 Una clasificación de los estilos arquitectónicos Las tres leyes y sus doce consecuencias se verifican en las edificaciones y artefactos históricos alrededor de todo el mundo, a través de más de cuatro milenios de civilización antes del siglo 201. Esto valida nuestros hallazgos de manera esencial. Hemos usado argumentos de la física teórica para obtener resultados prácticos que corresponden con la realidad. Nuestra derivación confirma algo ya establecido por Alexander en un contexto estrictamente arquitectónico4,5. Todos los arquitectos de la historia, incluidos los modernistas, probablemente tuvieron algún conocimiento de las tres leyes propuestas aquí. Estas leyes definen las formas varias y la base del diseño y la construcción que imitan la belleza y el orden que se encuentran en la naturaleza. Los modernistas, sin embargo, se esfuerzan deliberadamente por producir construcciones humanas que contrastan con la naturaleza. El valor de choque de algo no natural es lo que da su novedad a las edificaciones modernistas. Para lograr esto, ellos hacen lo opuesto a lo que dicen las tres leyes. Las edificaciones modernistas minimizan su orden estructural. Invariablemente tienen una simetría bilateral monumental, que no tiene 11) Oleg D. JEFIMENKO. Electricity and Magnetism. 2nd. Ed., (Electret Scientific Co, Star City, W. Virginia, 1989). p. 493. El Hombre y la Máquina No 16 justificación, pero carecen de las necesarias simetrías de pequeña escala. Tanto la estructura como la función están deliberadamente disfrazadas. El orden a pequeña escala está prohibido. No hay diferenciación del espacio; ningún contraste entre el interior y el exterior, o entre áreas bulliciosas y áreas calmadas, o entre áreas que tienen funciones diferentes. Si hay alguna repetición, es monótona y sin contraste. Todas las partes del edificio existen en aislamiento, y no interactúan de ninguna forma. Las conexiones entre regiones son suprimidas. Diferentes escalas se permiten sólo si el factor de escala es de quince o más, de modo que las escalas están desconectadas. No hay fronteras, ni superficies conectoras; las superficies son límpidas y terminan en bordes rectos y en esquinas abruptas. Finalmente, cualquier orden natural o existente es usualmente arrasado antes de la construcción, impidiendo así cualquier conexión con los alrededores. Podemos clasificar todos los estilos arquitectónicos en dos grupos: naturales y modernistas. Esta clasificación se basa en el seguimiento o en la oposición de las tres leyes del orden estructural y no tiene nada que ver con la edad de las edificaciones. Mucha gente ha separado siempre de manera instintiva las edificaciones modernistas de las tradicionales, pero, sin un conjunto de reglas escritas no había nunca una manera sistemática de hacerlo. Incluso es posible juzgar un estilo “mixto” viendo qué leyes y subleyes sigue, y cuáles deliberadamente contradice. La comunidad de los arquitectos distingue los estilos arquitectónicos de acuerdo con el uso de materiales tradicionales como la piedra y el ladrillo en contraste con materiales como el acero, el vidrio y el concreto reforzado liviano. Nuestros resultados muestran que esta distinción no es muy relevante, puesto que es posible tener construcciones que contradicen las tres leyes usando cualquier material. Por otra parte, algunas de las más bellas edificaciones del Art Nouveau, que siguen nuestras leyes, fueron posibilitadas por los materiales modernos12. 12) Frank RUSSELL. Art Nouveau Architecture (Arch Cape Press, New York, 1979). El Hombre y la Máquina No 16 21 5 El carácter no natural de las edificaciones contemporáneas Esta sección discute dos criterios para escoger entre las arquitecturas natural y modernista: (1) la respuesta emocional a una edificación; y (2) la conexión más profunda entre el orden arquitectónico y la naturaleza. El modernismo fue inventado en la década del veinte por un grupo de hombres quienes eran militantes de ideas políticas y filosóficas extremadas6,7 Estaban obsesionados por la urgencia de romper totalmente con cualquier orden histórico existente. Su propósito era transformar la sociedad haciendo construcciones que desafiaran la naturaleza, yendo en contra de los sentimientos instintivos de belleza de la gente. En la Sección 4 mostramos cómo la arquitectura modernista reposa sobre reglas que son lógicamente lo opuesto a las tres leyes del orden estructural. Sin embargo, la física moderna constituyó también un rompimiento deliberado con la física clásica, pero eso 22 no fue una razón para despreciarla. La diferencia crucial es que la física moderna sobrevivió por su acuerdo con los fenómenos experimentales. Esto identifica una deficiencia en la teoría arquitectónica: la falta de una base experimental o algo análogo a ella. 5.1 La base emocional de la arquitectura Las edificaciones exitosas tienen una cualidad dominante: se sienten naturales y confortables. El hombre se conecta con sus alrededores a pequeña escala y necesita sentirse seguro acerca de cualquier estructura a gran escala. Hay una reacción humana innata a las amenazas del ambiente, y las estructuras amenazan nuestro sentido primigenio de seguridad cuando no lucen naturales. Una edificación, sin que importe su forma o su uso, se percibe como bella cuando se establece un vínculo emocional con el orden estructural. Esto no depende ni de la opinión ni de la moda. El bienestar emocional se puede usar como criterio experimental para juzgar la efectividad de una estructura. El hombre se relaciona de inmediato con el detalle en un diseño o estructura, ya que la conexión a pequeña escala es emocional. Por el contrario, la percepción de la forma global a menudo requiere algo de pensamiento, que es un proceso más intelectual. De acuerdo con las tres leyes del orden estructural, nuestra conexión con la arquitectura ocurre a través de la pequeña escala, de las escalas intermedias, y finalmente de la gran escala, y es exitosa sólo si todas las escalas están conectadas. La necesidad humana fundamental del orden estructural a pequeña escala se manifiesta en casi cada objeto y edificación hecha antes del siglo veinte. Los arquitectos modernos, sin embargo, no se cansan de atacar como “criminal” el orden a pequeña escala. Esta afirmación representa una extremada y exagerada reacción a la ornamentación del siglo diecinueve. La solución a la decoración en demasía no es la eliminación de todo detalle, sino el hallazgo del detalle exacto necesario para anclar las formas más grandes. Un mínimo de detaEl Hombre y la Máquina No 16 lle, colocado de modo apropiado, establece el bienestar emocional. La arquitectura modernista desprecia la necesidad humana básica de un ambiente mental confortable en donde vivir y trabajar. De acuerdo con los fundadores del Modernismo, uno no tiene derecho a esperar comodidad emocional en las edificaciones 6,7. Los arquitectos modernos, sin embargo, buscan deliberadamente crear incomodidad emocional introduciendo esquinas abruptas, ejes metálicos, colgaduras masivas protuberantes, etc. Insisten de manera intransigente en líneas rectas, aun en situaciones donde las curvas son claramente más apropiadas. Nada de esto se hace por una razón funcional, y a menudo obra en contra de las funciones de esas edificaciones. Es bien conocido por los estudios en sicología ambiental que las estructuras modernistas hacen sentir muy incómodos a sus habitantes. Los instintos humanos hacia la reducción de la incomodidad espacial tratan de reducir el daño al sentido de bienestar de la mente. Esto es análogo a nuestros instintos para evitar el dolor físico, que protege del daño a nuestros tejidos corporales. Los arquitectos modernistas no han prestado una atención seria a la necesidad humana de bienestar emocional en un escenario arquitectónico: algo vital en la conciencia humana bien podría dañarse por un ambiente que carece de orden estructural. 5.2 Unicidad del orden estructural Existen hoy en día dos concepciones opuestas sobre el orden estructural. A la mayoría de la gente se le ha enseñado a pensar acerca del “orden” en los términos de la El Hombre y la Máquina No 16 arquitectura modernista: simetría bilateral a gran escala, superficies vacías planas, bordes derechos y ángulos rectos, etc. Este ensayo arguye que el orden estructural de nuestro mundo tal como es revelado por la ciencia, está en contradicción con el ambiente modernista construido. No podemos justificar dos definiciones mutuamente contradictorias de orden estructural, lo que implica que las leyes del orden estructural deben ser únicas, y son las definidas en este ensayo. Como se anotó antes en la Sección 3, el hombre puede visualizar conexiones intuitivamente. Esta habilidad innata ha permitido a los humanos el desarrollo temprano de la arquitectura en la evolución de la humanidad. La mente establece patrones y conexiones no sólo entre objetos, sino también entre ideas y conceptos. Para un físico, nuestras nociones intuitivas innatas de orden estructural parecen surgir de la misma fuente que nuestra habilidad para hacer física. En lugar de ser nutrida, esta habilidad es suprimida, como se describe abajo. O heredamos una concepción innata de orden estructural, o la aprendemos del ambiente. Las personas a finales del siglo veinte están rodeadas de estructuras modernistas que violan a propósito las tres leyes, sin embargo se les recuerda constantemente que esas edificaciones representan el único orden “verdadero”. Si, como se sostiene aquí, las leyes son únicas, entonces las edificaciones modernistas suprimen la concepción de orden estructural que hemos heredado. La consecuencia de esto es un daño irreparable a nuestra habilidad de percibir conexiones, que afecta mucho más que a la sola arquitectura. Conclusión Se han postulado tres leyes del orden estructural a partir de analogías físicas básicas. Se mostró cómo estas leyes tienen validez científica por encima y más allá de cualquier moda u opinión arquitectónica. Las formas naturales tienen una complejidad interna ordenada que imita los procesos físicos en interacción, y esto se refleja en las grandes edificaciones históricas y en las arquitecturas vernáculas del mundo. Las tres leyes aquí derivadas son eminentemente prácticas y se pueden aplicar para crear edificaciones de belleza emocional y física intensas. Al final del siglo veinte, la arquitectura modernista domina todo nuestro mundo. Este ensayo ha mostrado que la arquitectura modernista se opone de manera deliberada a la naturaleza minimizando el orden estructural. Esto viola sentimientos profundamente enraizados que son parte intrínseca de la conciencia humana. Hasta ahora, la gente ha sido frustrada por la remoción del orden estructural y la imposición de edificaciones que nos hacen sentir incómodos. Nuestros resultados deberían convencer a la gente de que sus sentimientos intuitivos de belleza arquitectónica son correctos, y de que un ambiente enriquecedor hecho por el hombre es posible de nuevo. Agradecimientos Estoy en deuda con el Profesor Christopher Alexander por permitirme trabajar con su libro The Nature of Order, que será pronto publicado, y por su generoso estímulo a lo largo de los años. 23