INTRODUCCIÓN Tesis central y texto argumentativo “ La falta de identidad nacional en la televisión mexicana es la causante de la escasez de programas educativos y culturales.” En México, la televisión sigue siendo el medio de comunicación de mayor alcance, esto debido a los enormes niveles de audiencia que posee, no obstante, éste medio audiovisual se ha convertido, a través de los años, en parte de la cultura popular siendo la principal referencia de los conocimientos de actualidad (noticias, política, deporte, cultura, etc.) entre la población, de la misma manera que ha logrado consolidarse como el medio de entretenimiento por excelencia, lo que hace a la televisión un medio poderoso que despierta intereses que han marcado su desarrollo y progreso. DESARROLLO La televisión mexicana desde su nacimiento fue producto de la adopción del sistema norteamericano, es decir, comercial; la influencia y la adopción de formatos e ideas extranjeras, en conjunto con los intereses políticos y económicos que ha significado este medio, han logrado crear una televisión carente de identidad propia, incapaz de ser propositiva e innovadora, por el contrario, la televisión mexicana es un medio casado con las fórmulas del éxito, ya muy usadas y por lo tanto conocidas, que no está dispuesto a apostar por ideas nuevas y revolucionarias. El resultado de tener una televisión carente de identidad nacional, trae consigo la escases de programas educativos y cultuales, que permitirían acrecentar la intelectualidad de una población necesitada de conocimientos y más aún de educación, la cual, es la base del desarrollo de una sociedad y en consecuencia de una país; La falta de compromiso por parte de las empresas productoras de contenido televisivo ante las necesidades primordiales de la población y el interés 1 público, atenta directamente contra los objetivos de la televisión como medio de comunicación. Algunas de las causas por las que la televisión mexicana ha sido víctima de los intereses político-económicos, al igual que de la influencia extranjera especialmente la norteamericana y por la cual estamos ante un medio con una enorme carencia de contenido con identidad propia que cubra la necesidades y expectativas de un público determinado y cumpla con sus obligaciones de medio de comunicación, se debe a sus propios antecedentes históricos, comenzando propiamente por su nacimiento: “Para que la televisión funcionara correctamente, en 1947 el Presidente de la República, Miguel Alemán Valdés, solicita a Carlos Chávez, director del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), una comisión encargada de analizar cuál de los dos sistemas de televisión predominantes en el mundo, el estadounidense (comercial-privado) y el británico (monopolio estatal), es el más conveniente para México. Tras un año de investigaciones por todo el mundo por parte de la Comisión del INBA en 1948 se le entrega al presidente Miguel Alemán el resultado de la investigación encomendada. El texto consta de dos partes. La primera se refiere a los aspectos administrativos, de organización, financiamiento y contenido programático de los sistemas de televisión estadounidense y británico. No recomienda explícitamente que se adopte alguno de los dos en México, sin embargo vierte elogios con respecto a la televisión británica, operada por la British Broadcasting Corporation (BBC)”. (Sánchez de Armas, 1998). Finalmente se eligió el sistema estadounidense (comercial-privado), esta decisión sobre la adopción del sistema norteamericano ha ocasionado, que con el paso del tiempo, la televisión mexicana se vea dependiente de sus fórmulas que hoy en día no cubren las necesidades y expectativas del teleauditorio mexicano, teniendo como resultado un contenido televisivo nacional escaso que es sustituido por producciones extranjeras, un ejemplo de ello son los casos de los 2 canales de 2 entretenimiento por excelencia de la televisión abierta en México, canal 5 (TELEVISA) y Canal 7 (TVAZTECA), el primero solo 4 de 11 programas transmitidos son producciones mexicanas, mientras que en el segundo caso son 7 de 16 programas los que son mexicanos, todo esto a su vez provoca una falta de identidad nacional en uno de los medios masivos de comunicación de mayor alcance en nuestro país. El tema económico, desde un principio, a sido de gran importancia no solo por la necesidad de inversiones para poder comenzar con la industria televisiva, sino también por las grandes ganancias que significa, hoy por hoy la televisión mexicana está apegada al formato comercial, el cual basa su importancia en los puntos de rating, que es una cifra que indica el porcentaje de hogares o espectadores con la televisión encendida en un canal, programa, día y hora especificas en relación al total de tv hogares; éste se traduce en mayores patrocinios e inversiones en publicidad y ello trae consigo las grandes ganancias que las televisoras buscan, dejando de lado los intereses de aquel que constituye el principal elemento de la comunicación: el ser humano y olvidando su finalidad: el bien común. De la misma manera los intereses políticos también han sido parte de la historia y desarrollo de la televisión en nuestro país, un ejemplo de ello es la importante participación que tuvo el entonces presidente de la república, Miguel Alemán Valdés, en la elección sobre el formato que debería tener la televisión mexicana, así mismo, la difusión del cuarto informe de gobierno de dicho presidente se considera la primera transmisión formal de la televisión en México, ésta se dio por el canal 4 propiedad de Rómulo O´Farril, pero este asunto de comenzar transmisiones con un informe presidencial parece haberse convertido en una tradición, ya que, todos los canales nacionales se han estrenado en televisión abierta con un informe de gobierno. 3 Como ya se mencionó anteriormente, el interés económico y también el político, al igual que la influencia de países desarrollados, se han convertido en la principal referencia respecto a los contenidos televisivos, tal y como lo explica Lozano Rendón, haciendo hincapié al Imperialismo Cultural: “El imperialismo cultural establece que son las relaciones económicas y políticas y el flujo de comunicación desequilibrado existente entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, lo que determina la imposición de valores socioculturales.” (Lozano. 1997). De esta manera podemos decir que, el imperialismo cultural influye en las estructuras, géneros y contenidos de las producciones locales, ya que como señala Kivikuru, citado por Lozano Rendón: “La influencia ideológica de la comunicación masiva norteamericana en lo particular, y de la occidental en lo general, no sólo se da directamente a través de la importación de películas, programas televisivos, música y demás mensajes. También se manifiesta en la adopción de sus fórmulas de producción, en la imitación de sus géneros, de sus prácticas y valores profesionales por parte de los medios de comunicación de los países importadores.” (Lozano, 1997). Este fenómeno deriva en un mimetismo en los contenidos y en la programación, no se activa la creatividad local o nacional al servicio de la identidad mexicana, sino que las empresas mediáticas buscan copiar, adaptar o incluso comprar los derechos de emisión de programas televisivos extranjeros. En este panorama, los contenidos culturales de los programas de entretenimiento, de cualquier género quedan marginados, de los contenidos con mayor emisión por parte de las empresas televisoras, las cuales, haciendo referencia a sus obligaciones como medio de comunicación, deberían hacer un espacio en sus transmisiones y producir programas con mayores contenidos culturales y educativos, los cuales, podrían ser entretenidos y por lo tanto vendibles si se les diera una oportunidad a los jóvenes creativos dispuestos a ofrecer un buen producto televisivo. 4 CONCLUSIÓN La marcada influencia e imitación de la televisión extranjera en los formatos televisivos mexicanos, ha significado un estancamiento en la innovación de contenidos nacionales, lo que en pocas palabras se traduce en una televisión monótona y aburrida, casada con estilos ya muy vistos; en lo que a recreación de programas se refiere, lo que hemos podido ver, en una gran mayoría de los casos, son producciones que en comparación con las originales pueden ser consideradas de mala calidad, al igual, que la adaptación de las mismas a la cultura mexicana no siempre a sido acertada. Todo este asunto limita la labor de creativos, escritores/guionistas, directores, productores, etc., a los que no se les permite desenvolverse en el ámbito televisivo tanto como quisieran, pocas son las televisoras que apuestan por proyectos jóvenes, que salen de la ya muy usada “fórmula ganadora” y que pretenden imponer una nueva forma de hacer televisión. La situación actual de la televisión mexicana, es una combinación de su propia historia, de la cual, forma parte la toma de decisiones de algunos personajes influenciados por los intereses económicos e incluso políticos; la adopción del sistema comercial-privado con la creencia de ser la mejor alternativa para la televisión de nuestro país; la influencia e imitación de contenidos extranjeros; la negativa a ceder a una televisión con identidad propia por la incertidumbre económica que significa dejar a un lado la afamada “fórmula ganadora”; y es gracias a todo esto que en la actualidad la televisión mexicana está hecha para generar cifras y no para atender el cumplimiento de las necesidades de un teleauditorio sediento de formatos y propuestas nuevos, ni para cumplir los objetivos y responsabilidades sociales que como medio de comunicación masivo, en sentido teórico, posee. 5 Referencias SÁNCHEZ DE ARMAS(1998)(coord.). Apuntes para una historia de la televisión mexicana. En MEJÍA BARQUERA, Fernando. Historia mínima de la televisión mexicana Comunicación (1928-1967). Fundación Revista Mexicana Manuel de Buendía http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/fmb/foromex/minima.htm (Revisado el día 3 de marzo de 2011). CEPEDA ROBLEDO, Dulce Alexandra (2005): “Desterritorialización en la programación televisiva mexicana”, México: http://www.eumed.net/libros/2009b/526/Desterritorializacion%20en%20la %20programacion%20televisiva%20mexicana.htm (Revisado el 4 de Abril del 2011.) LOZANO RENDÓN, José Carlos (1997): “Teoría e Investigación de la Comunicación de Masas”, México: Alambra Mexicana, en CEPEDA ROBLEDO, Dulce Alexandra (2005): “Desterritorialización en la programación televisiva mexicana”, México: http://www.eumed.net/libros/2009b/526/Desterritorializacion%20en%20la %20programacion%20televisiva%20mexicana.htm (Revisado el 4 de Abril del 2011.) 6