LAS MUJERES Y LA REPRODUCCIÓN DE LA CULTURA

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LAS MUJERES Y LA REPRODUCCIÓN DE LA CULTURA CAMPESINA:
PERPETUANDO LA IDENTIDAD MIXTECA
Verónica Rodríguez Cabrera
Blanca Olivia Acuña Rodarte
D. Patricia Couturier Bañuelos 1
INTRODUCCIÓN
Este trabajo aborda la forma en que las mujeres mixtecas producen y reproducen cultura a partir
de sus labores en la unidad doméstica indígena campesina, pero fundamentalmente a través de la
acción en los ámbitos públicos de participación social.
Específicamente se analiza el caso de dos regiones mixtecas que se encuentran separadas
territorialmente, pero que tienen un origen y tradición étnica común y en donde se han dado
procesos sociales que propiciaron cambios en la vida de sus habitantes, especialmente en las
mujeres.
LA REGIÓN MIXTECA DE RANCHO NUEVO, GUERRERO, Y SANTIAGO NUYOO,
OAXACA.
La región como construcción social
El uso del concepto región engloba elementos como el paisaje, los recursos naturales, el territorio
y las relaciones sociales que se construyen en la interacción con ese territorio y entre la
población que la conforman. En ese sentido, asumimos la región bajo la concepción de varios
autores como algo no definido a priori sino como la organización de ese espacio, la fuerza que
determina cierta cohesión social, como el producto y fuente de construcción de relaciones
sociales que se ejercen en el tiempo y que determinan la pertenencia común, una identidad. En
ese sentido la región está vinculada estrechamente a los valores y la cultura, es mucho más que
un espacio geográfico. Si coincidimos en determinar a la región como producto de la acción
humana, coincidimos también en que es una realidad en constante transformación, un espacio
dotado de significados.2 Un proceso histórico particular, articulado por diferencias culturales
(símbolos, estilos de vida) y organizado por un sistema de relaciones sociales que permiten a sus
pobladores desplegar una serie de elementos identitarios, de pertenencia y lealtad con la región.3
Se parte de esta concepción, aunque se describirán las características de la región Mixteca en
general, perdiendo las particularidades de subregiones de estudio.
Principales características de La Mixteca
La región de la Mixteca se ubica al noroeste del estado de Oaxaca y sureste de Guerrero, ocupa
una superficie territorial de 1,958 262 hectáreas, y está conformada por 165 municipios y un
1
2
Alumnas de la Maestría en Desarrollo Rural Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
Hoffmann, Odile, Tierras y territorio en Xico, Veracruz, Ed. Colecciones V Centenario, México, 1992; García
García, José Luis, “El uso del espacio: conductas y discursos” ; Delpech, Francois, “El terrón: símbolos jurídicos y
leyendas de fundación”; y Fernández de Rota, José, “antropología simbólica del paisaje” en La tierra. Mitos, ritos y
realidades de González Alcantud y González Molina, Editorial del Hombre Anthropos, Barcelona, 1992.
3
Giménez, Gilberto, “Apuntes para una teoría de la región y la identidad regional”, en Estudios sobre culturas
contemporáneas, Vol. VI, No. 18.
1
poco más de 755 localidades. Es importante señalar que de acuerdo a la altitud, la región se ha
subdivido en dos zonas que son la Mixteca Alta y la Mixteca Baja.
Geográficamente, la Mixteca está caracterizada por un paisaje agreste con fuertes pendientes que
se conocen en conjunto como Sierra Madre del Sur. La Mixteca Baja presenta características
propias de zonas semiáridas, mientras que la Mixteca Alta se caracteriza por encontrarse en las
zonas altas del territorio, por lo que la vegetación, clima y suelo suelen ser muy distintos a otras
zonas de la región. Sin embargo, para los efectos del este trabajo se describirá las principales
características de la región como un todo.
Características Socioeconómicas de la Población
Rancho Nuevo de la Democracia, Guerrero, es una región recientemente territorializada dado un
movimiento social y político surgido a partir de 1994, cuando 33 comunidades deciden
organizarse para crear un nuevo municipio indígena autónomo. Sus pobladores sobreviven en
extrema pobreza pues son Municipios considerados con muy alta marginación, lo que quiere
decir que no se cuentan con servicios básicos, ni escuelas, ni viviendas dignas y mucho menos
con un trabajo o salario fijo, además de no contar con atención medica adecuada y concentrar
altos índices de mortalidad infantil. Su población frecuentemente migra a los estados de Sinaloa
y Michoacán para obtener algunos ingresos.
El Municipio de Santiago Nuñoo, es considerado de alta marginaliada alta, lo cual indica una
situación de pobreza similar a la región mixteca de Guerrero.
LAS MUJERES Y LA CULTURA MIXTECA
El rol productivo y económico
UN DIA EN LA VIDA DE DOÑA EPIFANIA*
HORARIO
4:00-8:00
8:00-9:00
9:00-11:30.
11:30-13:30
13:30-14:30
14:30-15:00
15:00-16:00
16:00-20:00
ACTIVIDAD
Lavar el nixtamal, ir al molino, hacer la tortilla
Hacer el almuerzo, salir a la huerta o lavar ropa
Lavar trastes, barrer, alimentar a los animales
Lavar ropa
Elaborar los alimentos para la familia
Comer
Bañar a su hija, regar plantas
Tejer, poner el nixtamal, desgranar mazorca, revisar tarea
de los hijos o platicar con ellos
20:00
Descansar
* Doña Epifania Velasco es presidenta regional del grupo de mujeres de la Unión, por lo
que adicionalmente a las tareas expuestas, por lo menos cada mes tiene que salir a la
ciudad de Oaxaca a la Asamblea de la CEPCO. Otra de sus tareas es la de vender plátano
en la cabecera municipal.
2
Como se observa, la vida de las mujeres transcurre en lo doméstico, en ese rol que se les ha
asignado, las mujeres han establecido prácticas cotidianas y relaciones sociales particulares que
responden a estrategias de organización para la reproducción. Así la vida de las mujeres rurales y
en particular el de las mujeres indígenas es básicamente la cultura de lo cotidiano.4
Aquí en región mixteca, como en muchas partes del país, el hogar es conocido tradicionalmente
como el espacio de la mujer, y aunque éste parece un espacio muy pequeño y reducido, larga es
la jornada así como diversas y variadas las tareas que ahí desempeñan las mujeres mixtecas.
En esta región, un solar que va desde los 50 hasta los 300 m2 constituye el hogar; es decir es un
espacio que trasciende la casa. En el centro por lo general se ubica la casa de adobe y con techo
de dos aguas, una de las alas alberga un cuarto largo en donde duerme toda la familia y se
encuentran colgadas sus pertenencias como ropa documentos e instrumentos de trabajo; la otra
ala cubre un corredor que hace a veces de estancia, a veces de comedor y cocina y a veces de
lugar de trabajo. Alrededor de la casa además de encontrar plantas cuyos frutos sirven para el
consumo como jitomate, chile e incluso milpa, se pueden ver circulando varios animales como
gallinas, chivos, borregos y puercos, y en algunos casos tal vez encontremos una letrina.
Es precisamente este pequeño espacio, en realidad un gran espacio, en el que se mantiene
ocupada la mujer casi todo el tiempo, pocos son los momentos de descanso y por lo general casi
todos se encuentran fuera de él. Despertar cerca del amanecer, ir al molino, poner el fogón, hacer
tortilla, dar almuerzo y poner el nixtamal es el inicio del día de la mayoría de las mujeres
mixtecas. Aquí, el primero en comer es el esposo quien se retira a sus labores en el campo,
siguen los ancianos, los niños y las niñas, y finalmente el “ama de casa”, que como sierva en
realidad come lo que sobra del almuerzo.
Luego del almuerzo siguen otras tareas domésticas como lavar la ropa, disponer la comida y
limpiar la casa. Para esto las mujeres cuentan con un tiempo realmente corto pues entre la una y
las tres de la tarde deberán tener listo todo. Así, muchas comienzan por ir nuevamente al molino,
en esto pueden ser auxiliadas por las niñas, a las cuales dicha tarea se les suele asignar incluso si
asisten a la escuela.5 Especialmente el molino es un lugar a donde asisten sólo mujeres.
Para lavar la ropa es necesario ir al río, pues la mayoría de la población no cuenta con toma de
agua en su solar, escasas son las prendas, cobijas y tejidos que pertenecen a una familia y que ahí
golpean contra las rocas. Allí se aprovecha el tiempo dando un baño a los menores quienes
regresarán desnudos a casa, sólo las niñas son cubiertas con pantaletas, mientras ayudan con el
acarreo de la ropa después de que su madre se haya procurado también un baño.
Tradicionalmente el río se ha dividido, hay una sección para hombres y otra para mujeres6
logrando un poco de privacidad para una actividad que por falta de servicios tiene que realizarse
en espacios públicos, sin embargo solo las mujeres mayores acostumbran descubrirse el pecho,
las jóvenes se bañan vestidas y con ropa interior, a pesar de que comúnmente su sección se
encuentra alejada del tránsito.
4
Bonfil Sánchez, Paloma, Mujer indígena hoy. Panorama y perspectivas, en Situación de la mujer en México.
Aspectos educativos y culturales No. 10, FNUAP, CONAPO, México, 1995.
5
Especialmente si es tiempo de escasez, pues las niñas tienen fama de hacerse sordas para tomar más maíz del que
llevaron a moler.
6
Pocos mixtecos en Guerrero llegan a bañarse en pareja o en familia.
3
La preparación de alimentos implica en sí misma muchas tareas; primero, acarrear la leña para
encender el fogón, tarea que parece fácil debido a la práctica que muchas mujeres tienen pero
que en realidad suele ser complicada, por eso algunas mujeres prefieren mantener brazas
encendidas aunque ello implique el consumir más leña;7 segundo, atender la molienda del maíz,
hay que mencionar que cuando las familias carecen de dinero o en las comunidades no existe la
ayuda de molinos las mujeres tendrán que realizar esta labor en el metate;8 tercero, comprar,
conseguir y preparar los alimentos, podrán incluso disponer de algunos de los animales que crían
y de sus subproductos así como de yerbas que cultivan en su traspatio, en tiempo de escasez las
mujeres mixtecas salen a recolectar yerbas del campo, en estas tareas pueden ser auxiliadas por
niños y esposos; cuarto, hay que acarrear o comprar leña para el día siguiente pues la mayoría de
las familias comen tortillas echas a mano y en comal; quinto, acarrear el agua para beber ya que
ésta es traída de manantiales, arroyos o pozos en donde es considera que esta más limpia; sexto y
tal vez último, poner el nixtamal para la mañana siguiente.
Al parecer después de estas labores sólo queda limpiar el hogar. Dentro de la casa se acostumbra
dormir con una cobija en petates y en algunos casos en camastros,9 por lo cual cada miembro de
la familia, desde muy pequeño, se hará responsable de recoger y poner a diario su lecho.10 Queda
como responsabilidad de las mujeres barrer el piso, en su mayoría de tierra, tender y levantar la
ropa, así como ordenar las pocas pertenencias de la familia. Sin embargo como el “hogar”
también incluye la parte del solar no construida, es responsabilidad de la mujer hacerse cargo de
ese terreno.
En el traspatio las mujeres suelen sembrar yerbas medicinales y comestibles, hortalizas y
frutales, así como criar animales para el consumo de la familia como cerdos, gallinas, chivos y
cabras, por ello deben hacerse cargo de su limpieza, lavar chiqueros, dar de comer a los
animales, barrer y destinar un lugar para la basura, la cual se puede depositar en pozos
construidos por los hombres o en alguna barranca de su traspatio, también debe cuidar de soterrar
tanto el excremento animal como de sus hijos hasta que ellos tengan la edad para hacerlo por sí
mismos, así como mantener controlada la maleza que crece alrededor de la casa y el resto del
terreno evitando así que se puedan esconder bichos o plantas que perjudiquen a cultivos,
animales e incluso a la familia. En el cuidado del traspatio también participan los varones,
principalmente levantando enrejados, colocando letrinas o pozos de desperdicio. El ganado de
traspatio que tiene la “familia”, incluso si ella pudo comprarlos, generalmente es comercializado por
el jefe de familia quien es el encargado de los bienes de la misma.
Generalmente, las mujeres tienen su rutina aprendida y calculada de tal manera que para cuando
llega la tarde, o incluso mediodía, comienzan a elaborar los productos y prendas que destinarán
7
Al paso de los años esta labor deteriora mucho la salud de las mujeres, pues el humo del fogón que inhalan a diario
termina por dañar sus pulmones; situación que se agudiza si además consumen cigarrillos.
8
Los molinos por lo general son eléctricos o de petróleo, generalmente hay uno por comunidad, y su costo varía
entre los dos a cinco pesos, además en la gran mayoría de las comunidades mixtecas en Guerrero el servicio
eléctrico es instalado a mediados de 1998.
9
Cama hecha sobre cuatro palos de madera con amarres de mecate que permiten sostener sobre de él un petate,
generalmente éste permite aislar el frío del suelo y alejarse de alimañas.
10
Es importante mencionar que las enfermedades respiratorias son comunes debido a que el clima por las tardes y
noches en La Montaña son fríos y poco se acostumbra usar algún suéter y las cobijas son tan escasas que por lo
regular apenas alcanza una, para cada miembro de la familia.
4
al mercado, por ello es sumamente importante contar con la ayuda de los infantes y jóvenes
solteros, que pueden hacer algunos mandados, acarrear la ropa, limpiar chiqueros, traer agua... en
fin, realizar algunas tareas que a ellas les ahorran tiempo y esfuerzo. De este modo en una
familia existen roles plenamente identificados según edad y diferenciación sexual de tal manera
que cuando una familia, reducida o ampliada, carece de miembros de alguna etapa de edad, de
lazos familiares o de redes sociales, este “hueco”, implicará un costo pues la familia tendrá que
pagar por los servicios de cualquier otro infante, joven o mujer, ya sea con dinero o en especie.
Debido a que las mujeres mixtecas de Guerrero tan sólo dominan el bordado sobre telas ya
confeccionadas, sus prendas se reducen a servilletas o aplicaciones para huipiles. Mientras, las
mujeres mixtecas de Oaxaca han aprendido el cultivo del café y la elaboración de prendas como
morrales, servilletas, rebozos y manteles que conservan el sello original de sus vestidos
tradicionales pero introduciendo detalles que las hagan más accesibles al mercado. Por ejemplo
en las asambleas y reuniones escolares es muy común observarlas tejiendo tenates y servilletas,
además de que en cada comunidad, ellas han asignado un día a la semana para tejer en telar de
cintura. Este espacio, además de fomentar esta tradición propicia la comunicación entre mujeres,
el intercambio de conocimientos y soluciones a problemas técnicos, en el que las mujeres
ancianas tienen un papel central al ser ellas quien comparten y enseñan el oficio.
Son estas labores las que reportan a las mujeres un ingreso monetario y a la vez les permiten
vincularse con otras comunidades y aprender a veces el castellano; sin embargo, para las mujeres
mixtecas de Guerrero esto suele ser más restringido debido a que sus productos son vendidos por
los varones de la familia. Esta dificultad para manejar el ingreso monetario que produce su trabajo,
esa falta de dinero significa para las mujeres mixtecas de Guerrero perder movilidad, capacidad de
decisión y por supuesto tener dependencia hacia el hombre, quien decide lo que se debe hacer y
adquirir.
Incluso cuando ellas participan de forma significativa como jornaleras en Sinaloa, además de ser
peor remuneradas por los patrones, la familia forma una especie de fondo común con lo que
obtuvo en el todo el ciclo; pero la administración del dinero recae generalmente en el varón.
El rol social y cultural
Básicamente es la mujer quien se encarga de cuidar y educar a los hijos hasta que cumplen los
siete u ocho años. Así durante años, ellas han trasmitido de manera cotidiana las ideas, las
formas de convivencia, las rutinas que exige la sobrevivencia y la reproducción en una región tan
precaria; así como las reglas, las normas y las costumbres del pueblo mixteco.
Asuntos básicos de la vida cotidiana y la sobrevivencia como comer, hablar, caminar, sentarse,
vestirse, bañarse, ir al baño, respetar a los mayores, aceptar la autoridad del padre, sujetarse a
espacios, tiempos, creencias religiosas y míticas peculiares de estos grupos etc. que
aparentemente se enseñan igual, son aprendidos de modo diverso por niños y niñas. La infancia
es un periodo es de plena diferenciación de roles sociales: se les enseña a comportarse de tal
modo que a su más corta edad puedan ser fácilmente identificados como niñas y niños.
Ciertamente, hay casos de homosexualidad casi en todas las comunidades, pocos pero
ampliamente comentados y difícilmente rechazados.
5
Precisamente así, de diario en diario, los roles quedan plenamente identificados para cuando
llega la edad en que niños y niñas se separan a sus correspondientes labores, mientras ellos irán a
ayudar al padre en el campo, a hacer mandados, a acarrear leña, a cuidar animales etc., ellas
tendrán que aprender a hacer comida, cargar y cuidar de sus hermanos pequeños, asear la casa,
aprender de donde se trae el agua, donde se lava, donde se recogen yerbas y algún tipo de oficio;
labores que si bien son necesarias no necesariamente son propias de mujeres. A los varones les
es más fácil contar con tiempo para sus juegos, mientras que las niñas se dedican a verlos
mientras cargan a sus hermanos o realizan algún otro trabajo. Así la laboriosidad es una cualidad
cultivada en las mujeres.
Pero también son mujeres quienes conocen dónde y cuándo encontrar ingredientes para elaborar
ciertos guisos; conocen las cantidades y secretos para su preparación; saben qué se debe cocinar
para un bautizo, un cumpleaños, una boda una misa e incluso la fiesta del Santo Patrono, creen
que si hicieron coraje o está presente una embarazada no se cuecen los tamales y por su puesto
han aprendido qué hacer para remediarlo. Todo ello sin existir libro o recetario que las guíe, pues
casi todo lo saben de memoria, así se los han trasmitido sus madres desde hace años. En este
sentido, la cultura de las mujeres se finca en una fuerte tradición oral y práctica.
Aquí, las mujeres son las encargadas de enviar a los infantes a las escuelas aunque en esta labor
existen marcadas diferencias entre mixtecas de Oaxaca y Guerrero. Las primeras por tener
mayores servicios educativos están más acostumbradas a esta labor, y aconsejan a sus hijas
realizar el trayecto casa - escuela - casa sin entretenimientos ni conversaciones que la puedan
retrasar o distraer, actualmente ambos géneros asisten sin preferencias a la escuela, aunque aún
es común encontrar a muchas mujeres mayores que sólo hablan su lengua natal y son
analfabetas.
Debido a que en la mayoría de las comunidades mixtecas de Guerrero no se cuenta con sistemas
educativos eficientes y regulares, cuando llega a instalarse de planta algún profesor el primer reto
es lograr la asistencia infantil, pues todos tienen labores asignadas. Al iniciar los cursos la
decisión de inscribirse y asistir a la escuela queda en manos del padre, quien la mayoría de las
veces obliga a sus hijos a asistir; debido al interés que se tiene por castellanizar a los infantes.
Mientras, la labor de las madres se reduce al apoyo moral, ellas privilegian la educación varonil
debido a que para ellas significa más trabajo e inseguridad el hecho de que las mujeres se alejen
de la casa.
Es importante mencionar que en ambas zonas la carencia de recursos económicos, que obliga a
trabajar desde temprana edad, es de los principales factores que dificultan la continuación de
estudios.
También son mujeres quienes participan fervientemente en los actos religiosos, saben como
“hacerse oír ante Dios para que el marido salga bueno, para que cuide de los hijos, para que
sanen los animales, para que crezcan las plantas, para que el marido no la golpee, para que no
llegue borracho, para que venda sus productos, para que haya buena cosecha, para que consiga
maíz, para que no le echen ojo, para salga bien de parto y también para ya no tener más hijos”.
Aunque para darle una ayudadita a Dios, son también las que recurren a la curandera, al adivino
o a una que otra ofrenda que conocen les da buenos resultados.
6
Son mujeres quienes conocen el trabajo de parto y los cuidados que debe tener una mujer recién
parida y el infante. Especialmente son mujeres mayores quienes cuidan en la cuarentena a las
recién paridas, pues saben que en su condición cualquier abuso por parte de su pareja podría
causarle la muerte, también son ellas las que enseñan a una primeriza a bañar, limpiar y curar la
herida umbilical del recién nacido; son ellas quienes, con los años se vuelven algo curanderas, y
conocen recetas para enfermedades y para no embarazarse luego.
A pesar de que las mujeres tienen un rol tan importante en el hogar, son mujeres quienes
trasmiten valores de respeto y subordinación hacia los hombres de la familia; empezando por la
obediencia al padre, quien representa la más alta autoridad del hogar; seguido de los hermanos
quienes quedarán con ese cargo cuando el padre falte, por ello heredarán la tierra y el solar,
porque ellos están obligados a mantener familia y ellas a ser mantenidas; la condición de
“mantenidas” les resta autonomía y las niega como sujeto con autoridad. Así cuando una mujer
contrae matrimonio ésta relación de subordinación se extiende del padre hacia el cónyuge.
También son mujeres quienes, antes que nada, acuden a la medicina tradicional ante los
padecimientos de la familia. Coraje, ojo, empacho, hechizo o embrujo son por lo regular la causa
de tanto mal, a los cuales el médico tradicional podrá determinar uno o varios tratamientos según
sus cualidades y conocimientos. Por más extraño, doloroso o caro que resulte el “trabajito”, la
mujer y la familia completa quedarán agradecidas toda vez que el mal haya desaparecido; incluso
ella misma pregonará las cualidades del médico tratante así como las bondades de esta medicina.
Y también son mujeres quienes trasmiten, casi a través de la leche materna, el miedo hacia los
doctores en las comunidades donde radica alguno. Unas por la falta de confianza al profesional y
sus conocimientos, otras bajo influencia de la costumbre o incluso del médico tradicional, unas
más porqué acuden demasiado tarde y muchas otras porqué las medicinas no llegan a aliviar de
inmediato al paciente, pero los rumores que se corren en el pueblo es que en la clínica sólo se
oye de pastillas, inyecciones u operaciones que no sólo no curan, sino que pueden causar la
muerte. Pese a ello, la gran mayoría asiste a vacunar a los infantes y a solicitar analgésicos.
El rol reproductivo
Tradicionalmente los matrimonios en la cultura mixteca son arreglados; es decir, cuando un
joven desea contraer matrimonio o “tener mujer” como comúnmente se dice en la región,
comunica esta decisión a sus padres quienes serán los encargados de llevar a buen fin dicha
tarea. La función principal de éstos se basa en celebrar una larga serie de pláticas con los padres
de la joven para acordar los términos en que darán a su hija, pero además si el varón no tiene de
inicio predilección por alguna joven, los padres podrán escogerla; así pues, no es extraño oír en
las comunidades a los padres “buscando mujer para su hijo”. Cuando el trato es aceptado por
ambas partes el matrimonio se llevará a cabo.
De esta suerte, durante años para la gran mayoría de las mujeres, a diferencia de los hombres, era
casi imposible decidir con quien contraer matrimonio o siquiera expresar el deseo de querer
hacerlo o no, ya que ésta decisión la han mantenido sus padres, especialmente el jefe de familia.
Sin embargo, hoy en día la tradición ha ido cambiando, algunas jóvenes pueden decidir cuando y
con quién contraer matrimonio, jóvenes que cuentan con mayores niveles de educación o que
aún se encuentran estudiando, hablamos pues de un pequeño grupo que habita en las cabeceras
7
municipales de Oaxaca.11 Es de llamar la atención que son muy pocas las mujeres que se revelan
ante esta situación y las que osan hacerlo sufren por un tiempo el hostigamiento de la
comunidad; es más incluso si una mujer llega a ser robada o violada tendrá que casarse con su
agresor o salir de la comunidad por un tiempo.
Es costumbre que sea el hombre y su familia quienes incurran en todos los gastos de la boda, sea
para el pago de la dote y/o la fiesta, de tal forma que los varones deberán recaudar dinero cuando
desean contraer matrimonio. Este fondo comúnmente se junta en labores que se realizan fuera de
las comunidades, especialmente del trabajo migratorio en el caso de los mixtecos; ya que
mínimamente se acuerda el pago de la dote y esto implica tan sólo una vaca, mientras que para la
fiesta modestamente se calculan unos 10 mil pesos. Debido a esta costumbre es labor de los
padres cuidar y mantener la honorabilidad de sus hijas sobretodo porque la dote en la mayoría de
los casos significa la sobrevivencia de la familia durante algún tiempo; pero por otro lado
también hace que las mujeres sean consideradas y se consideren a sí mismas como posesión del
cónyuge pues este pagó por ella.
Como la mayoría de las mujeres de La Montaña se casan muy jóvenes podría decirse que muchas
de ellas aun son niñas. En las comunidades mixtecas las mujeres suelen casarse entre los 12 y 15
años. Por esta razón en muchas comunidades se pensaba que la menstruación era producto de las
relaciones sexuales. Esta situación ha cambiado, pero la menstruación se sigue considerando
como algo vergonzoso que debe ocultarse, por lo que incluso hoy en día, especialmente en las
comunidades mixtecas, las niñas que comienzan a menstruar acostumbran pasarse todo el día
dentro del río, muchas otras dejan de ir a la escuela y muy pocas llegan a utilizar toallas
sanitarias.
Obviamente es también por dicha condición que las etapas conocidas como niñez, adolescencia y
vejez son más cortas o interrumpidas más rápidamente mientras su vida reproductiva se alarga.
De este modo, es común que las mujeres que llegan al final de su vida reproductiva hayan tenido
de 10 a 15 embarazos y por lo menos un aborto, como también que mujeres de treinta y cuarenta
años sean ya abuelas y por lo tanto consideradas como mayores.
El uso del cuerpo femenino como objeto sexual, su capacidad de procrear y su capacidad de
trabajo son unas de las funciones primordiales de las mujeres, debido a que culturalmente el
principal rol de la mujer es el ser esposa, madre y ama de casa. Socialmente es mal visto que una
mujer utilice métodos anticonceptivos, incluso es común que quienes se atreven a usarlos por lo
general lo hagan a escondidas del marido y del resto de las mujeres, es decir se convierte en una
práctica clandestina, sin embargo, una de las necesidades más sentidas de las mujeres es poder
controlar el número de hijos que tienen, sobre todo porque la poca o casi nula atención médica
que existe en las comunidades, así como los niveles de desnutrición de las mujeres provocan que
sólo lleguen a sobrevivir alrededor de seis u ocho de sus hijos, carga considerable para una
familia pero especialmente porque la muerte, el dolor y la frustración dejen de volverse asunto
cotidiano.
Por ello muchas mujeres han trasmitido de generación en generación lo que conocemos como el
método del ritmo, pero al ser este método poco respetado por el cónyuge, al que ellas no pueden
contrariar, muchas recurren a tomar yerbas, baños de vinagre e incluso autorecetarse pastillas o
11
Recuérdese que ahí se encuentran más escuelas.
8
inyecciones anticonceptivas; sin embargo, la falta de orientación sobre la frecuencia y uso de
éstos métodos así como la falta de recursos para adquirirlos provocan en la mayoría de los casos
su ineficacia. Cuando las mujeres no desean otro hijo recurren a practicas tradicionales de aborto,
basadas en tisanas preparadas con yerbas de la región, o en ingestión de medicamentos. Es
preciso mencionar que las campañas sobre métodos definitivos para control natal aquí ni siquiera
son pensados, pues renunciar definitivamente a nuevos embarazos es considerado un acto
antinatura.
Tradicionalmente han sido las parteras o las mujeres adultas, pues casi todas ellas tienen algo de
parteras, quienes han atendido durante años a las mujeres a la hora de dar a luz. Son pocas las
mujeres que comienzan a dejarse asistir en los centros de salud pero en la mayoría de los casos,
incluso en donde existe alguna unidad IMSS-solidaridad, las mujeres se resisten a asistir, sobre
todo las mixteca, por la falta de seguridad y confianza que sienten con el personal médico. No
obstante llegan a ir a él sólo en casos de emergencia; es decir, cuando la partera ya no puede
hacer nada más, por lo que en ocasiones resulta ya tarde para la madre, el infante o ambos ya sea
por lo grave del caso o porque el médico no se encuentre en ese momento. Situación que origina
la fama de los centros de salud como “lugar de muerte” y que suele correr por las comunidades
más rápido que el viento haciendo presa del miedo a las familias y las propias mujeres.
Como la atención médica para toda la población es muy escasa y los médicos asisten
periódicamente a las comunidades, cuando arriba los pacientes y los males se han acumulado, a
pesar de que las enfermeras tratan de aminorarlos pues ellas radican en el lugar, de tal manera
que su labor principal es atender los problemas más evidentes, como desnutrición, diarreas,
gripes etc. Así los problemas relacionados con la salud de la mujer como son nutrición, detección
de cáncer, control natal de embarazo y de parto, menopausia y climatérico básicamente se
reducen al intento de tomar la prueba de papanicolau a las mujeres, prueba a la que son por
demás resistentes.
Tal vez por ello se oye en las comunidades que murió fulanita, y si por casualidad uno se atreve a
preguntar ¿De qué murió? la respuesta suele ser “Pues quién sabe, nomás así se puso enferma y
enferma, ya había completado casi dos años y así nada más se puso grave y luego luego murió.
Tal vez fue cáncer.
Así vieja es la creencia de que todo lo que se realiza en el hogar tiene que ver con las
obligaciones domésticas de las mujeres; sin que el espacio doméstico sea visto como parte
esencial del mantenimiento y reproducción de los grupos sociales. Ahora bien, si la familia y el
hogar son referentes de lo doméstico, por estar muy ligados a las tareas necesarias para la
reproducción y subsistencia, las tareas que se desarrollan en su interior no son únicas ni
exclusivas y mucho menos el hogar es “naturalmente” propio de las mujeres.
En las comunidades que comprenden la región mixteca, como en muchas de las comunidades
rurales del país, las tareas que se realizan en el hogar suelen combinar diferentes tipos de
actividades, difíciles de separar y a veces hasta de distinguir precisamente por llevarse a cabo
dentro de un mismo espacio, espacio más o menos unificado: parcela y hogar. Siendo
precisamente, éste el lugar designado para las mujeres según la tradición y costumbre de la
cultura mixteca.
9
Así pues el ámbito doméstico en las comunidades mixtecas incluye una diversidad de tareas que
implican escenarios y planos superpuestos. Ya que además de las tareas que por “obligación”
tienen en su hogar, comenzando antes que, y terminando después que el marido, las mujeres
deben ser esposas, amantes, madres e hijas y al mismo tiempo participar en alguna actividad que
complemente el ingreso familiar como dedicarse a la crianza de animales de traspatio; al igual
que ayudar en los trabajos del campo; e incluso contratarse como jornaleras aunque en realidad
muchas de estas labores no les sean reconocidas como trabajo productivo y mucho menos
remunerado ya que por “obligación le corresponden también”.
En esta unidad las mujeres mixtecas desarrollan actividades que tienen que ver más allá de las
tareas netamente domésticas12, pues en sus largas jornadas están unidos el trabajo doméstico con
el trabajo doméstico artesanal, el doméstico agrícola, el doméstico pecuario etc.; así como a el
trabajo doméstico mercantil se liga el trabajo doméstico orientado al autoconsumo. Trabajo que
en muchas ocasiones puede ser visible aunque socialmente parece no existir, pues está
enmascarando con el velo de la vocación, amor y devoción “propia y natural” de mujeres, velo
que oculta las relaciones de subordinación y desigualdad existentes en las comunidades.
Podemos decir entonces, que en los hogares rurales mixtecos lo doméstico abarca espacios
inimaginables en las ciudades. Pese a que los límites entre lo privado doméstico y lo público
social no son tan claros, los roles que cumplen hombres y mujeres si se diferencian, e incluso los
espacios se distribuyen sexualmente.
De tal manera que hablamos de una unidad doméstica indígena campesina que ha reproducido
durante años una división sexual del trabajo que propicia la división social entre géneros en la
cual las mujeres están en una situación desigual y desventajosa con respecto a las labores que
desempeñan. No sólo por la carga, tiempo y desgaste que representa su jornada de trabajo, pues
la de los varones puede llegar a evaluarse en similar sentido, sino por que son labores que al no
ser siquiera vistas, menos pueden ser reconocidas y valoradas en lo que cabe; y más grave aún es
la ínfima capacidad de romper o incluso intentar romper los lazos de subordinación y
devaluación de las mujeres ante los hombres. La situación es desigual, injusta y desventajosa
para las mujeres, pero en su mayoría, las mujeres comparten la idea de que las cosas son y deben
ser así.
Empero, el hecho de que en la región se continúe con la reproducción de patrones que generan
desigualdad y subordinación entre los géneros, no significa que dichas relaciones sean exclusivas
de la región y en ningún modo de la cultura indígena; ya que aunque aquí se puedan observar o
vivir en su forma más intensa no deja de ser un extracto de patrones socioculturales que se
encuentran a nivel macro, a los que difícilmente escapa algún grupo social del país e incluso del
mundo.
Lo que sí es muy importante resaltar es que a pesar de la naturaleza dinámica con que se
reproducen las comunidades, estos patrones se mantienen entre sus elementos más rígidos, los
cuales suelen cambiar de manera lenta y paulatina; precisamente por pertenecer a la parte
12
Conjunto de actividades comunes o compartidas ligadas al mantenimiento cotidiano de cualquier grupo coresidente.
10
subjetiva e inmaterial que acompañan la cultura y la tradición, de estos grupos sociales. A ello
debemos sumar las relaciones de poder que se generan en lo cotidiano y que agudizan las
desigualdades entre hombres y mujeres.
Aquí, la diferencia generacional y de género se pueden analizar como condición y a la vez como
resultado de relaciones de poder, sobre todo para las mujeres, ya que conforme avanzan los
rangos generacionales la experiencia propia resulta la base de todo aprendizaje en una especie de
ciclo de vida. De modo que son las propias mujeres quienes, en la mayoría en las comunidades,
suelen colocarse nuevamente en desventaja, pues en lugar de aprender y reformar las vivencias
de sus madres y abuelas tienen que descubrir y aprender por cuenta propia, para que ya
alcanzada la madurez resuelvan intentar cambiar algo o simplemente dejar que sus hijas y nietas
aprendan del mismo modo que ellas.
Pero también en la unidad doméstica indígena campesina, las relaciones que se generan en el
interior han permitido tanto la creación de estrategias de sobrevivencia como la reproducción de
lazos y redes de solidaridad que han servido de apoyo a los grupos domésticos en su lucha por la
sobrevivencia, y en buena parte ello se le debe a las mujeres.
Las mujeres mixtecas en la comunidad
Considerando su rutina diaria, los espacios asignados a las mujeres en las comunidades mixtecas
no son difíciles de inferir, de modo que al río, al molino, al mercado, la escuela y por su puesto a
la casa sólo se pueden sumar unos cuantos espacios más como la iglesia, el panteón, la ermita, la
casa del partido, o de la organización, y ocasionalmente lugares de reunión como la explanada y
la comisaria.
La situación ha cambiado relativamente, se puede notar una mayor participación femenina en las
decisiones de la comunidad y la familia, entre otras cosas debido al proceso organizativo que han
surgido en las dos regiones de estudio. En el caso de Oaxaca por influencia de organizaciones
sociales e instituciones gubernamentales, mientras en el caso de Guerrero debido a un
movimiento por la autonomía de la región llamada Rancho Nuevo de la Democracia, y además
también como demanda de las propias mujeres, quienes como resultado de procesos nuevos y
paulatinos han tratado de mejorar su situación como mujeres en la región.
En el caso Guerrerence, es durante 1995, deciden crear un nuevo municipio indígena autónomo al
que llaman “Rancho Nuevo de la Democracia”. Al iniciar la creación y reconocimiento de un
municipio indígena, gobernado por indígenas, el movimiento de Rancho Nuevo de la
Democracia enfrenta el reto de lograr constituirse como un proyecto de desarrollo alternativo que
mejore las condiciones de vida de todos los habitantes que lo integran. Rancho Nuevo de la
Democracia, se localiza a 85 km. de la cabecera municipal de Tlacoachistlahuaca, está formado por
treinta comunidades, de tres grupos indígenas, en su mayoría mixtecos, junto con amuzgos y
nahuas.
Especialmente las mujeres en el movimiento han logrado trascender su ámbito doméstico a través
de la participación en marchas, plantones, negociaciones y vínculos con asesores externos; han
conquistado espacios pensados o formados por ellas, como el grupo de artesanas de Huehuetonoc;
se les han concedido otros, como el derecho a voz y voto; han conseguido hacerse escuchar y
plantear sus demandas, han logrado movilizarse; pero sus éxitos también les han dejado costos muy
11
altos como la desestructuración de la familia o la muerte de sus compañeros. En sí han ampliado su
visión de “ser mujer”.
Pero aún enfrentan otros problemas, cuando las mujeres participan en las acciones políticas del
movimiento, su presencia se sigue sumando a las actividades que realizan los hombres, aunque si
bien ahora se les concede el derecho al voto en las asambleas, su papel sigue siendo
fundamentalmente el de cocineras. El hecho de ser reconocidas por el movimiento como cocineras,
captadoras de recursos y créditos, suprime el hecho de ser consideradas como sujetos capaces de
conquistar, tener y manejar sus propios recursos y espacios, así como sujetos políticos con voz y
voto para decidir el curso del movimiento o para ocupar cargos directivos y de representación.
En el caso de Oaxaca, el municipio Santiago Nuñoo ha participado en la Organización CEPCO
desde
Las mujeres han logrado traspasar el ámbito de lo público en tanto han tenido que organizarse a
través de comités y participar en asambleas estatales de la organización, así como participar en
diferentes proyectos como cajas de ahorro, la producción de traspatio y la de café orgánico.
Manejando sus recursos y generando demandas de mujeres que les permiten ejercer presión en su
comunidad, en la organización, así como en los diversos ámbitos donde participan en el ámbito
público.
LAS MUJERES MIXTECAS, DESDE LA COCINA, EL TRASPATIO Y LA
PARTICIPACIÓN SOCIAL MAESTRAS DE LA CULTURA
Así la cultura vista desde el ámbito familiar es un proceso dinámico, en tanto la familia no sólo
transmite sino que genera cultura. “Las relaciones familiares al mismo tiempo que producen
cultura (entendida en su acepción laxa como generadora de identidades, formas de acción y de
convivencia íntima) son ámbitos vehiculadores y reproductores de elementos culturales
macrosociales y previamente producidos, los cuales son interpretados y asimilados según las
idiosincracias propias de las personas que componen el grupo y protagonizan la vida familiar”.13
Partiendo de esta idea tan acertada de Vania Salles, en el sentido de que la familia transmite pero
también produce cultura, se centra este análisis. Partir de este hecho, permite profundizar en el
análisis de cómo las mujeres campesinas e indígenas a través de la organización y la reflexión
han construido una cultura distinta en la que ellas sean respetadas y valorizadas. Si su papel es
fundamental para este proceso, también lo son para generar los cambios culturales que permitan
el desarrollo rural, y por esto consideramos importante reflexionar sobre este aspecto.
En ellas continua depositándose la tarea de educar a los hijos, elaborar los alimentos, realizar la
limpieza de la casa, adicionalmente, realizar tareas propias del campo. En cada uno de estos
espacios de acción, la mujer tiene un papel central en la enseñanza de la lengua pues son quienes
mantienen un contacto directo con los primeros años de los hijos14; por lo que respecta al
vestido, son también ellas las encargadas de trasmitir esta tradición y aunque en los últimos años
hay una tendencia a dejar de usar el traje típico en el municipio de Santiago Nuñoo; el uso de
13
Salles, Vania, “Las familias, las culturas, las identidades. (Notas de trabajo para motivar una discusión)”, en,
Decadencia y auge de las identidades, Colegio de la Frontera Norte, México, 1992.
14
Por ello suelen llamar a su idioma “lengua materna”.
12
plantas medicinales y comestibles, generalmente se concentra en ellas, pasándose de generación
en generación y de madre a hija; las enfermeras y parteras siguen siendo ellas, conservando pues
una tradición de conocimiento.
Todo esto es posible por los múltiples espacios en los que interactúan las mujeres. La
convivencia cotidiana con los hijos e hijas, permite un proceso de trasmisión de conocimientos y
aprendizajes, de códigos y símbolos en los que la mujer es la principal promotora, es pues, la
maestra de la cultura. De tal manera que su papel en la conformación y permanencia de la
identidad mixteca es única. Sin embargo, esta tarea que se le ha asignado socialmente no queda
ahí. Los principales cambios de adaptación y transformación de la cultura son en esencia
impulsados por ellas. Así, un día en la vida de cada una de las mujeres mixtecas es un constante
reforzamiento de la cultura, caracterizada por su continuidad y consolidación.
De los diversos estudios realizados en torno al papel de las mujeres en la cultura, sobresale el
peso que la mujer campesina tiene como preservadora de la cultura, no sólo a través de la lengua
sino de la participación que tiene en los hechos rituales o ceremoniales. En particular, a través
del llamado arte popular, las mujeres no sólo han encontrado una manera de apoyar la
sobrevivencia de la unidad doméstica campesina, sino que además les ha permitido reproducir su
cultura, recreando sensibilidades profundas, preservando su cosmogonía, la historia de su pueblo,
el gusto por el color y las formas.
Cuando las mujeres ayudan a sus esposos a dar la comida, hacer la fiesta, limpiar la iglesia o
cuidar de los santos. Por lo tanto, las mujeres acompañan invisiblemente los cargos de sus
esposos, permitiendo con ello la permanencia de esta práctica.
Por lo que respecta a la lengua es importante señalar que según cifras oficiales, las mujeres
indígenas presentan un 20 por ciento de monolingüismo, mientras que los varones sólo del 11
por ciento, diferenciándose de manera muy grave en algunos grupos como los chontales,
huicholes, cuicatecos, mames y triquis, en los que las mujeres llegan a presentar 75 por ciento de
monolingüismo en promedio.15
De estos datos se desprende la importancia que tienen las mujeres en la conservación y
transmisión de la lengua.
Otro de los elementos que caracterizan a los indígenas es la función práctica y simbólica de su
relación son el medio ambiente, de la actividad milpera, ejes del sistema de relaciones sociales,
de pertenencia y de identidad étnica. Las formas diferenciadas de apropiación del medio
ambiente entre los grupos étnicos, marcan las condiciones de vida de las mujeres indígenas.
Como encargadas de la alimentación, la salud familiar y la provisión energética ellas son las
depositarias y reproductoras del conocimiento y uso de las plantas, el cual está fundamentado en
una concepción integral y de equilibrio en relación con la naturaleza.
En este sentido, las mujeres mixtecas de Santiago Nuyoó, Oaxaca, sobresalen por su
comprensión en torno a la propuesta de producción de café orgánico que la organización social a
la que pertenecen les ha presentado. Este proyecto ha sido un proceso lento y difícil porque aún
15
Citado por Bonfil Sánchez, Paloma, op.cit., p.16.
13
prevalece una cultura de uso de agroquímicos que Inmecafé promovió hasta antes de los noventa,
sin embargo, las mujeres han despertado un especial interés en este terreno, debido a su
experiencia en el cultivo de hortalizas y aparentemente una mayor conciencia por los peligros del
uso de estos productos. De esta manera se han encargado recientemente de la producción de
abono orgánico elaborado a partir de lombrices.
Adicionalmente, en los últimos años se ha observado la asignación de cargos a las mujeres, sobre
todo los relacionados a servicios institucionales y las organizaciones sociales. En Santiago
Nuyoó, las mujeres tienen cargos de: promotora de la casa de salud del DIF, promotora del
Programa de Educación Inicial de la SEP, promotora regional de los grupos de mujeres
cafetaleras, cajeras, así como cargos vinculados a los comités comunitarias de diversos proyectos
productivos. Mientras en el caso de Guerrero la participación de las mujeres en el movimiento ha
propiciado la formación de mujeres lideres y organizaciones de mujeres.
Si bien esto marca una diferencia importante en la participación de las mujeres en la vida de las
comunidades, les imprime de cualquier manera límites en la toma de las principales decisiones
públicas, por ejemplo en el caso de Guerrero ninguna dirigente ha obtenido cargo o puesto
público y en cambio si han significado un aumento en sus tareas cotidianas. Además debido a
que los cambios de esta participación han sido resultado de procesos muy recientes los cambios
no se pueden dar aun pues sus demandas como mujeres necesitan trascender del ámbito de
necesidades relacionadas con sus labores domésticas, a otro de concientización.
Pues existen elementos rugidos en la cultura mixteca, elementos de carácter subjetivo y además
han sido adquiridos durante un largo proceso y resulta difícil cambiar de facto. Por ello cuando
las mujeres toman conciencia de éstos, a partir de procesos sociales como ha sido la incursión en
una organización de mujeres o un movimiento por la autonomía, es lógico querer cambiarlos,
debido a que en ellos se encuentran ocultas relaciones de subordinación y sometimiento.
Tampoco es tan real que las mujeres quieran o puedan cambiar todas sus prácticas pues ellas
creen plenamente en ellas o muchas veces no consideran que en ellas exista desigualdad alguna.
CONCLUSIONES
La vida de las mujeres mixtecas está caracterizada por centrarse en la casa, el traspatio y la
parcela. Desde que son pequeñas, participan en las labores domésticas, tarea que se les ha
encomendado como propia del género. En su relación con la tierra, las mujeres están por lo
general subordinadas a una estructura social en la que las posibilidades de acceso a ella son
limitadas. En el proceso de relaciones sociales y materiales que se van dando al interior de la
familia y la comunidad y del lugar que la mujer guarda en este proceso, se van dando elementos
que permiten la reproducción de la cultura y en el que la mujer tiene un papel central. Existe al
interior de la economía campesina una clara división social del trabajo determinada por
elementos de género y etarios, armando una red de relaciones sociales a partir de las cuales la
unidad doméstica se convierte en el principal vehículo para la transmisión de la cultura y el
sistema de valores. La reproducción de la unidad doméstica implica la organización de la fuerza
de trabajo que generalmente está orientada a la producción para el autoconsumo y la
permanencia de su identidad.
A partir de los elementos arriba expuestos y de la experiencia concreta con mujeres mixtecas de
Rancho Nuevo de la Democracia y mujeres del municipio de Santiago Nuyoó, nos parece
14
importante resaltar dos aspectos: por una parte, resaltar la importancia que las mujeres tienen en
la reproducción de la cultura a partir de su lugar en la unidad doméstica y de las labores que
realizan en la esfera de lo cotidiano y lo privado, pero también a partir de la organización, es
decir, que al insertarse en la vida pública, las mujeres también juegan un papel central de la
cultura, transformando y adaptando elementos nuevos que permiten la mejor convivencia en las
familias y comunidades campesinas al mejorar la condición de la mujer, en este sentido,
coincidimos con Luis Villoro al decir que la cultura no es un proceso de permanencia de lo
propio, sino de lo auténtico, de aquello que aún siendo ajeno, a través de un proceso de reflexión
y crítica puede convertirse en signo de renovación y progreso.16
Esta conclusión nos lleva a otro aspecto central: si la reproducción y transformación de la cultura
pasa principalmente por las mujeres, será necesario incluir en cualquier proyecto de desarrollo
rural una propuesta incluyente que reflexione sobre la situación de la mujer, pues estaríamos en
el entendido de que efectivamente las alternativas para el campo pueden construirse a partir de la
cultura y en tanto son las mujeres las principales reproductoras de ésta, sin un proyecto justo y
equitativo para ellas no puede existir la alternativa.
Este breve análisis pretende refutar la anquilosada idea de que cuando las mujeres campesinas se
incorporan a la vida pública, sobre todo desde la organización, se trastocan los usos y
costumbres. Precisamente por esta falsa idea se han mantenido prácticas denigratorias hacia las
mujeres como la violencia, las cargas de trabajo excesivas, la violación a sus derechos
reproductivos, la marginación, la pobreza de la pobreza; pues en el afán de “conservar” las
tradiciones, se rechaza la posibilidad de que las mujeres rurales cambien su situación. En este
sentido, es importante que quede claro que la cultura no es estática, homogénea, lineal, sino todo
lo contrario, es un proceso dinámico que permite incorporar elementos nuevos que le sirven,
negando los que perjudican su esencia. Sólo de esta forma podríamos entender que los indios de
México permanezcan a pesar de la conquista y los distintos modelos modernizadores
excluyentes.
BIBLIOGRAFÍA
Bonfil Sánchez, Paloma, Mujer indígena hoy. Panorama y perspectivas, en Situación de
la mujer en México. Aspectos educativos y culturales No. 10, FNUAP, CONAPO, México,
1995.
Giménez, Gilberto, “Apuntes para una teoría de la región y la identidad regional”, en
Estudios sobre culturas contemporáneas, Vol. VI, No. 18.
Hoffmann, Odile, Tierras y territorio en Xico, Veracruz, Ed. Colecciones V Centenario,
México, 1992; García García, José Luis, “El uso del espacio: conductas y discursos” ; Delpech,
Francois, “El terrón: símbolos jurídicos y leyendas de fundación”; y Fernández de Rota, José,
“antropología simbólica del paisaje” en La tierra. Mitos, ritos y realidades de González
Alcantud y González Molina, Editorial del Hombre Anthropos, Barcelona, 1992.
16
Villoro, Luis, Autenticidad en la cultura, en El concepto de ideología y otros ensayos, Cuadernos de la Gaceta,
pp.186-187.
15
Salles, Vania, “Las familias, las culturas, las identidades. (Notas de trabajo para motivar
una discusión)”, en, Decadencia y auge de las identidades, Colegio de la Frontera Norte,
México, 1992.
Villoro, Luis, Autenticidad en la cultura, en El concepto de ideología y otros ensayos,
Cuadernos de la Gaceta.
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