Aproximación a la nueva Jurisdicción Voluntaria

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APROXIM ACIÓN A L A NUEVA RE GUL ACIÓN DE
L A J URISDICCIÓN VOLUNT ARIA ( PROYE CT O DE
L E Y DE 20 DE OCT UB RE DE 20 06 )
D.
José
Arsuaga
Cortázar,
magistrado
del
Juzgado
de
Primera
Instancia nº 1 de Santander y juez decano de Santander
SUM ARIO:
1.- INTRODUCCIÓN.
2.- ELEMENTOS ESENCIALES DE LA REFORMA PROYECTADA.
3.- LA NORMATIVA COMÚN DE LA JURISDICCIÓN VOLUNTARIA.
3.A.-Disposiciones generales.
3.B.-Disposiciones comunes.
4.- LOS EXPEDIENTES TRAMITADOS POR JUECES Y SECRETARIOS
JUDICIALES.
4.A.-La competencia ( exclusiva y opcional o compartida ).
4.B.-Procedimiento común ( regla de supletoriedad, intervención
del Ministerio Fiscal, la postulación, la fase inicial, la comparecencia,
resolución y recursos, caducidad y ejecución ).
5.-
LOS
EXPEDIENTES
ADMINISTRADOS
POR
NOTARIOS
Y
REGISTRADORES DE LA PROPIEDAD Y MERCANTILES.
---------------------------------------------------------------------------------------
1.- INTRODUCCIÓN.
1
La situación actual de la Jurisdicción Voluntaria es reveladora de una
evidente fragmentación normativa –el Libro III de la LEC de 1881, el régimen de
la
conciliación,
leyes
sustantivas
que
regulan
expedientes
de
jurisdicción
voluntaria y otras que prevén la intervención judicial en procedimientos no
contenciosos sin el acompañamiento de una regulación procesal- y de un desfase
natural entre las instituciones procesales y las de derecho sustantivo por el
indeclinable dilatado paso del tiempo. Por ello, la necesidad de su reforma se ha
venido exigiendo por la doctrina de forma incesante.
Es más, la Recomendación número R (86) 12 del Comité de Ministros
del Consejo de Europa, sobre “ciertas medidas dirigidas a prevenir y reducir la
sobrecarga de trabajo de los tribunales”, adoptada el 16 de septiembre de 1986,
fijaba ya sus objetivos en evitar que se siga produciendo un incremento del
volumen de asuntos no jurisdiccionales encomendados a los jueces a través de la
cesión de competencia a favor de otras personas u órganos.
El 20 de octubre de 2006, el Consejo de Ministros remitió a las Cortes
el
denominado
“Proyecto
de
Ley
de
Jurisdicción
voluntaria,
Jurisdicción
voluntaria para facilitar y agilizar la tutela y garantía de los derechos de la
persona, en materia civil y mercantil”. Se cumple, con retraso, el mandato
contenido en la Disposición Final 18ª de la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000,
en cuanto que indicaba que “En el plazo de un año, a contar desde la fecha de
entrada en vigor de esta Ley, el Gobierno remitirá a las Cortes Generales un
proyecto de Ley sobre Jurisdicción Voluntaria”.
El
Proyecto
tiene
su
antecedente
en
el
Anteproyecto
de
Ley
de
Jurisdicción Voluntaria, aprobado por el Consejo de Ministros de 2 de junio de
2005,
conteniendo
por
una
Exposición
de
Motivos,
184
artículos
y
18
disposiciones complementarias.
El
Proyecto
de
Ley consta
de
una
Exposición de
Motivos
y 202
artículos –distribuídos en diez Títulos- y 17 disposiciones complementarias.
A finales de julio el Congreso de los Diputados, aprobó en Comisión el
Informe de la Ponencia que, de forma inmediata remitió el texto al Senado, donde
actualmente se encuentra en tramitación. El Informe de la Ponencia introduce
alguna modificación de importancia: suprime el extenso título anterior de la ley,
2
para denominarla definitivamente “Proyecto de ley de jurisdicción voluntaria”;
recalca claramente en su Exposición de Motivos el “encuadramiento claro de la
j.v. en el apartado 4 del art. 117 CE, lo que permite atribuir competencia a otros
operadores jurídicos no investidos de potestad jurisdiccional”, suprime todo el
Capítulo IX de del Título IV – “Autorización judicial de los tratamientos no
voluntarios de las personas con trastornos psíquicos”-, introduce el recurso de
apelación frente a las resoluciones definitivas de los asuntos afectantes a menores
o incapaces atribuidas a los jueces ( art. 24.2 ), modifica el criterio sistemático
para atribuir la competencia objetiva de cada uno de los procedimientos ( en vez
de incorporar una norma de competencia objetiva en cada expediente, relaciona al
final y sucesiva todas ellas); y, en fin, incorpora expedientes nuevos en materia
de derecho marítimo –apertura de escotillas; enajenación de efectos mercantiles
alterados o averiados; depósito y venta de mercancías y equipajes en el transporte
marítimo; extravió, sustracción o destrucción del conocimiento de embarque;
obligaciones derivadas del contrato de transporte marítimo; autorización para la
descarga de buque; venta del buque-.
2.- ELEMENTOS ESENCIALES DE LA REFORMA PROYECTADA.
Sin perjuicio de otros, son destacables los siguientes:
A.- Una intención codificadora que se traduce en el intento de diseñar
un procedimiento general y unitario –que no único- para la tramitación de los
procedimientos sustanciados en la vía jurisdiccional, fijando un procedimiento
uniforme
para
supletoriedad
los Jueces y
respecto
a
las
Secretarios
actuaciones
Judiciales,
que
no
se
con
vocación
opongan
a
sus
clara
de
normas
específicas de tramitación.
B.- Una desjudicialización de diversos procedimientos, lo que supone
que se ha deslindado las competencias que deben continuar atribuidas al órgano
jurisdiccional de las que no existen motivos para mantenerlas por razones de
política legislativa. Se atribuye la competencia para la tramitación a los Notarios
y a los Registradores de la Propiedad y Mercantiles –incluso, como expresa el
artículo 1.2 “u otro funcionario designado..”, aunque el Informe de la Ponencia lo
haya eliminado- de una buena parte de procedimientos en materia de derechos
reales,
obligaciones,
sucesiones,
Derecho
Mercantil
y
Derecho
Marítimo.
El
Informe de la Ponencia es claro –exposición motivos III- a la hora de fijar
3
definitivamente la visión del legislador: la jurisdicción voluntaria se encuadra en
el 11.4 CE, lo que permite atribuir competencia a otros operadores jurídicos dado
que no se está ejercitando, en la administración de los expedientes, potestades
juridisccionales. Con ello acepta el legislador la tesis de las SSTC 93/83 y
124/02, y rechaza la mantenida por la STS de 22 de mayo de 2000.
C.- El carácter alternativo u opcional con que se disciplina la facultad
del ciudadano para acudir a la tutela del Secretario Judicial, de un lado, y a la de
los Notarios y Registradores de la Propiedad y Mercantiles, de otro, sin que ello
pueda suponer un desmerecimiento o incremento de valor de la decisión de uno u
otro.
D.-
La
redistribución
competencial
entre
Jueces
y
Secretarios
Judiciales, con razón fundamental en el contenido de los artículos 438.3
y 5 y
456.3 y 4 LOPJ, en su redacción dada por la LO 19/2003, de 23 de diciembre.
E.- La derogación de procedimientos inutilizados con modernización
de los que se mantienen e introducción de otros que se presentan necesarios a
la luz de la realidad jurídica.
3.- LA NORMATIVA COMÚN ( DISPOSICIONES GENERALES Y
COMUNES ) DE LA JURISDICCIÓN VOLUNTARIA.
Tanto el Título I –Disposiciones Generales- como el Capítulo I del
Título II –Disposiciones Comunes de la administración de los expedientes de
Jurisdicción Voluntaria- tiene la vocación de fijar o sentar principios o reglas de
común aplicación a todos los expedientes y procedimientos con independencia del
sujeto que los administre.
Por razón sistemática de la exposición conviene distinguir:
3.A.- Disposiciones Generales:
4
El artículo 1 precisa el objeto y á mbito objetivo del Proyecto de Ley,
dedicado a la regulación de los expedientes de jurisdicción voluntaria previsto
“en ésta o en otras leyes”, lo que no hace sino recordar, su visión codificadora y
tendente a la uniformidad. Y recuerda también el precepto que serán considerados
como expedientes de jurisdicción voluntaria aquéllos en los que se interesa la
intervención, y aquí se define su ámbito de aplicación, de “un Juez, Secretario
Judicial, Notario, Registrador u otro funcionario designado ( mención suprimida
en el Informe de la Ponencia ) para la administración o tutela del cuestiones de
derecho
civil
y
mercantil
en
las
que
no
exista
contraposición
entre
los
interesados”.
Por lo demás, el artículo 2 tiene la virtud, en su apartado 3, de
recordar un efecto tradicional: la inexistencia de cosa juzgada respecto de “un
proceso judicial posterior con el mismo objeto”, es decir, sobre aquellos procesos
en que se ejerciten pretensiones a las que hace referencia el artículo 5 de la LEC
1/2000. No significa ello que no pueda predicarse el efecto de la cosa juzgada, en
su doble aspecto formal y material, respecto de otro expediente de la misma
naturaleza voluntaria sobre “idéntico objeto y entre los mismos interesados”,
como trata de expresar el apartado 2 del precepto. Además, el párrafo segundo del
apartado 2 dispone, para el supuesto de simultaneidad de dos expedientes con
idénticos sujetos y objeto, que prosiga “la tramitación del que primero se hubiera
iniciado y se acordará el archivo de los expedientes posteriormente incoados”.
3.B.- Disposiciones Comunes:
Como antes señalaba, los artículos 3 a 8 formulan reglas de extensión
aplicable
a
todos
los
expedientes,
con
independencia
de
la
persona
de
su
administrador.
La regla de la legitimación del artículo 3 gravita sobre la condición de
titulares de derechos o de un interés legítimo en la materia propia de su objeto. Es
deseable que a través de esta regla, u otra en que se defina la capacidad para ser
parte, se incluya al Ministerio Fiscal.
Quizá la mención más importante del artículo 5 –dedicado, aunque
parcamente, a los “Medios de prueba”- es la aparente cristalización del principio
de aportación de parte en materia probatoria que, con carácter general, deberá
5
regir la tramitación de los expedientes. No hace sino corroborar el propósito
general a que se hace referencia en la Exposición de Motivos ( apartado III, in
fine) cuando expresa que “se ha considerado apropiado un reforzamiento de los
principios dispositivo y de aportación de parte en el procedimiento voluntario,
una atenuación del dirigismo judicial y una aproximación de las posiciones de
solicitantes, interesados y terceros”.
Del contenido del artículo 8, en materia de gastos, puede extraerse
dos conclusiones: A.- En primer lugar, se sienta un principio general y una
particular excepción: los gastos serán a “cargo del solicitante”, salvo que otra
cosa disponga la ley –si son varios, por partes alícuotas-. La excepción viene dada
por el deber de pagar puntualmente los gastos generados por las diligencias de
prueba, en concreto, por los que puedan ocasionarse a testigos y peritos, que
deberán ser satisfechos “por quien se sirva de ellos”-. B.- En segundo lugar, el
Proyecto
se
cuida
mucho
de
mencionar
el
concepto
“costas
procesales”
o,
simplemente, “costas”, dado que no habrá pronunciamiento sobre costas y la
postulación no es preceptiva.
Singular resulta el contenido del artículo 7 y la aparente supresión
del principio de contradicción, pues hace gravitar el archivo del expediente
sobre la base de que durante su tramitación “surja una controversia entre los
interesados que impida su continuación,(…), excepto los expedientes en que esté
comprometido el interés de un menor o incapaz, que continuarán tramitándose
hasta su conclusión.
Para
el
legislador,
por
tanto,
no
cualquier
controversia
entre
los
interesados permite u obliga al archivo del expediente, sino la que impida la
continuación
de
contradicción
previa,
procedimientos,
la
como
tramitación.
implícita
los
de
o
Y
es
lógico,
subyacente
familia
pues
puede
(incluso
el
la
existencia
manifestarse
artículo
109
en
de
una
muchos
define
el
procedimiento destinado a solicitar la intervención o autorización judicial en los
casos de desacuerdo conyugal y en la administración de bienes gananciales), cuya
inclusión dentro del régimen previsto para menores o incapaces parece más
razonable. La dificultad se encontrará, entonces, para el intérprete a la hora de
definir cuándo se presenta una controversia importante que impida la continuidad
del expediente para su resolución sobre el fondo.
6
4.-
LOS
EXPEDIENTES
TRAMITADOS
POR
JUECES
Y
SECRETARIOS JUDICIALES.
Obviando
el
Capítulo
II
del
Título
II
–sobre
normas
de
derecho
internacional privado-, el artículo 12 impone la regla de la supletoriedad de la
LEC 1/2000 a los expedientes administrados por jueces y secretarios.
A continuación se divide la redacción en dos Secciones, la 1ª relativa
a la determinación de la competencia; la 2ª, relativa al procedimiento común.
4.A. LA COMPETENCIA.
El contenido del artículo 13, en relación con el artículo 14 y
concordantes, permite situar la competencia objetiva. El artículo 13, que define
la competencia objetiva, no menciona al Juez de lo Mercantil, lo que supone un
olvido grave del Proyecto al ostentar rango orgánico independizado aunque se
encuentren dentro del orden jurisdicción civil ( artículos 86 bis y 86 ter LOPJ ).
No obstante, su existencia y competencia se deduce después con claridad al
establecerse las reglas de determinación de la competencia territorial (en el
artículo 14.2, 1ª, 12ª y 16ª) o en el artículo 30 para la conciliación “cuando se
trate de materias de su competencia”.
Con carácter general, la competencia objetiva puede esquematizar del
siguiente modo, dependiendo de la persona del administrador:
4.A.1 La competencia exclusiva.
-
Competencia exclusiva del Juez de 1ª Instancia: le corresponde la
administración de los expedientes en materia de personas y de familia. En
concreto, los relativos a los expedientes previstos en el Título IV –Jurisdicción
voluntaria en materia de personas- (autorización o aprobación judicial del
reconocimiento de la filiación no matrimonial; habilitación para comparecer en
juicio y nombramiento de defensor judicial, acogimiento de menores y adopción;
medidas
relativas
a
la
restitución
de
menores
en
supuestos
de
sustracción
internacional; tutela, curatela y guarda de hecho; protección del patrimonio de las
7
personas
con
discapacidad;
autorización
judicial
del
consentimiento
a
las
intromisiones ilegítimas; disposición o gravamen de bienes o derechos de menores
e incapaces y de la transacción acerca de sus derechos; autorización judicial de
los
tratamientos
suprimido
tras
fallecimiento;
no
el
y
voluntarios
Informe
extracción
de
de
de
la
las
personas
Ponencia-;
órganos
de
con
trastornos
declaración
donantes
vivos)
de
y
psíquicos
-
ausencia
y
Título
V
–
jurisdicción voluntaria en materia de familia- (intervención judicial en los
casos de desacuerdo en el ejercicio de la patria potestad; e intervención judicial
en
los
casos
de
desacuerdo
conyugal
y
en
la
administración
de
bienes
gananciales).
No obstante, es destacable que las materias referidas pueden estar
atribuidas por decisión legal o por normas de reparto vigentes o que se puedan
acordar a los Juzgados de Familia –por especialización de los Juzgados de 1ª
Instancia- y/o a los Juzgados a los que se les corresponda la competencia para
conocer de toda la materia relativa a la persona e incapacidad. Ello supone, por
tanto, que en muchas localidades –generalmente, capitales de provincia- los
Jueces de 1ª Instancia “puros” van a dejar de conocer por completo de la
Jurisdicción Voluntaria, pues ni asumen la competencia en materia de persona ni
en la de familia.
Es más, la Disposición Adicional Séptima expresa con toda claridad
que las referencias hechas al Juzgado de 1ª Instancia –en concreto, en los
artículos 13 y 14, que definen la competencia objetiva y territorial, y en los
Títulos IV y V- se entienden hechas, en su caso, al Juez de Violencia sobre la
Mujer. Supone ello que la competencia puede extenderse en su favor cuando
conozca ya de alguno de los hechos que generen su asunción -penal y civil- de
competencia objetiva por el propio contenido del artículo 44 de la Ley Orgánica
1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia
de Género.
-
Competencia exclusiva del Juez del Registro Civil: le compete la
administración de los expedientes relativos a la extracción de órganos, lo que
puede conllevar que el competente sea el Juez de Paz si es el encargado del
Registro Civil de la localidad en que ha de realizarse la extracción.
8
exclusiva
Co mpetencia
los
actos
de
exclusiva
del
conciliación
Juez
cuando
de
el
Paz:
le
domicilio
corresponden
del
requerido
en
se
encontrara en municipio distinto al que constituye sede del Partido Judicial.
-
Competencia exclusiva del Secretario del Juzgado de 1ª Instancia
o del Juzgado de lo Mercantil.
De esta manera, el Secretario de 1ª Instancia conocerá de los actos
de conciliación sobre las materias propias de la competencia del Juzgado de 1ª
Instancia, es decir, las contempladas en el artículo 85 LOPJ cuando no deba
conocer el Juez de Paz del domicilio del requerido; de las subastas judiciales no
ejecutivas; del robo, hurto o extravío o destrucción del título al portador; de la
orden de venta de bienes o efectos depositados en el procedimiento de depósitos
en materia mercantil; y del nombramiento de perito en los contratos de seguros.
Y el Secretario del Juzgado de lo Mercantil entenderá de forma
exclusiva, en primer lugar, de los actos de conciliación cuando se trate de
materias propias de la competencia del Juzgado de lo Mercantil; además, conocerá
de
los
expedientes
en
materia
de
derecho
marítimo
bien
entendido
que
la
atribución competencial resulta, más que del artículo 13 del artículo 14.2.16º.
-
Competencia exclusiva del Notario: La declaración de herederos ab
intestato de descendientes, ascendientes y cónyuge.
4.A.2- La competencia opcional o compartida.
-
Competencia
Instancia o
opcional
entre
el
Secretario
del
Juzgado
de
1ª
Notario: La compatibilidad en la atribución competencia y la
facultad del ciudadano para acudir de uno u otro se residencia, de forma general,
en los procedimientos relativos a derechos reales –Título VI-, en materia de
obligaciones –Título VII-, en materia de sucesiones –Título VIII-.
-
Competencia del Registrador de la Propiedad (con competencia
compartida opcional con el Secretario Judicial del Juzgado de 1ª Instancia o el
Notario):
expediente
de
dominio;
y
expediente
gravámenes.
9
de
liberación
de
cargas
y
-
Competencia
opcional
entre
el
Secretario
del
Juzgado
de
1ª
Instancia, Notario o Registrador Mercantil: todos aquellos supuestos –aunque
serán inusuales- en que los procedimientos sobre exhibición de libros de las
personas obligadas a llevar contabilidad; solicitud de auditoría de la cuentas de
los empresarios; convocatoria de juntas o asambleas generales; constitución y
régimen interno del sindicato de obligacionistas de personas jurídicas que no sean
sociedades anónimas o
nombramiento de liquidador o interventor en los casos
legalmente previstos no se refieran a sociedades mercantiles y cooperativas,
cuya materia es competencia de los Juzgados de lo Mercantil por efecto del
artículo 86ter.2 LOPJ.
- Competencia
Mercantil,
Notario
jurisdicción
y
opcional
entre
Registrador
voluntaria
en
materia
el
Secretario
Mercantil:
dentro
mercantil-
y
del
ya
siempre
Juzgado
del
que
Título
se
de
lo
IX
trate
–
de
sociedades mercantiles o cooperativas (artículo 86ter.2 LOPJ), podrá optarse
entre los tres para la tramitación de los expedientes de exhibición de libros de las
personas obligadas a llevar contabilidad. Y entre el Secretario y el Registrador
Mercantil, para los expedientes relativos a la solicitud de auditoria de la cuentas
de
los
empresarios,
convocatorias
de
juntas
o
asambleas
generales
y
del
nombramiento de liquidador o interventor. Y, en fin, en materia de derecho
marítimo –Título X-, el Secretario mantiene competencia opcional con el Notario
en el expediente de depósito y venta de mercancías y equipajes en el transporte
marítimo,
acreditación
de
las
incidencias
del
viaje
marítimo,
apertura
de
escotillas, depósito y venta de mercancías y equipajes en el transporte marítimo..
4.B.- PROCEDIMIENTO COMÚN.
4.B.1.- Regla de supletoriedad (art. 15).
En línea con el artículo 12 –que establece la supletoriedad de la LEC
para todos los expedientes tramitados por Jueces y Secretarios judiciales-, el
artículo 15 sienta de forma concreta la regla del carácter supletorio de las
disposiciones de la Sección 2ª del Capítulo III del Título I, es decir, “Del
procedimiento común a los expedientes de jurisdicción voluntaria administrados
por jueces y secretarios judiciales”.
10
4.B.2- Intervención del Ministerio Fiscal (art. 16).
Su intervención se limitará, con carácter general, a los expedientes
administrados por el Juez en las materias definidas en el Título IV –Jurisdicción
voluntaria en materia de personas- y Título V –jurisdicción voluntaria en materia
de familia-, es decir, cuando “afecte al estado civil o condición de la persona o
esté comprometido el interés de un menor o incapaz y en aquellos otros casos en
que la ley expresamente lo prevea”.
4.B.3.- La postulación (artículo 17).
La regla general –apartado 1- es clara: no es preceptiva la intervención
de abogado ni procurador.
Recuérdese que la asistencia técnica, cuando no la representación, busca
el propio interés de las partes, de un lado, ante la complejidad de las normas y
elementos del proceso y del derecho sustantivo, de cuya realidad no están exentos
muchos expedientes de jurisdicción voluntaria; y, de otro, atiende al interés
público representado por el buen funcionamiento de la Administración de Justicia,
que se facilita con la asistencia letrada por completarse una interlocución válida y
eficaz con los Tribunales. Todavía más, si se advierten los principios en que se
funda la nueva regulación -esto es, el refuerzo de los principios de audiencia,
dispositivo y de aportación de parte; la mitigación del dirigismo judicial, la
práctica abierta de toda clase de pruebas; el mantenimiento, aunque disminuido,
del principio de contradicción y del acceso al recurso, por lo menos en los
procedimientos sobre menores o incapaces-, la complejidad no irá en disminución,
sino que es posible augurar una mayor dificultad en la tramitación y resolución de
muchos expedientes.
En
consecuencia,
entiendo
que
debiera
de
ponderarse
estas
circunstancias, y distinguir la necesidad de la asistencia letrada en razón de la
aparente complejidad o no de los procedimientos que se diseñan (vg., no es lo
mismo un expediente de dominio que una conciliación sobre materia sencilla).
Nótese, así, que en el Anteproyecto de 2005, su artículo 6 exigía por regla general
la asistencia letrada aun con excepciones de importancia.
11
No obstante, en congruencia con el artículo 23 LEC 1/2000, se dispone
en
su
apartado
2
que
si
el
solicitante
o
los
interesados
pretendieran
ser
representados, la representación sólo podrá otorgarse a procurador habilitado,
quien, por lo demás, y a petición del solicitante, podrá realizar los actos de
comunicación correspondientes. Esta última previsión está en consonancia con lo
previsto en el apartado 4 de la Disposición Adicional Quinta de la LEC 1/2000, en
cuanto
que
faculta
a
los
Procuradores
para
la
práctica
de
los
actos
de
comunicación bajo su responsabilidad y en las condiciones de justificación que
expresamente se establecen.
La
redacción
legal
(en
sus
apartados
3
y
4),
un
tanto
irregular
ciertamente, trata además de incorporar el régimen previsto en el artículo 32 LEC
1/2000
–para
los
supuestos
de
intervención
no
preceptiva
de
abogado
y
procurador-, aunque en el caso sólo se circunscriba a la asistencia de letrado.
4.B.4. Fase inicial (iniciación, competencia, admisión y acumulación
).
La iniciación del expediente (artículo 18) tiene lugar a través de una
solicitud (no demanda) que, en líneas generales, es prácticamente idéntica en la
exigencia de contenido a la “demanda sucinta” que inicia los trámites del juicio
verbal en el artículo 437 LEC 1/2000. También aquí se incorpora la posibilidad de
que se facilite –por la Oficina Judicial- “un impreso normalizado para formular
la solicitud”.
La apreciación de la falta de competencia objetiva o territorial ( art.
20) no depende de la presentación de declinatoria. El administrador examina de
oficio su propia competencia, por lo que no es posible la sumisión.
4.B.5.-La comparecencia (art. 22).
La
comparecencia,
acto
central
del
expediente
inspirado
en
los
principios de audiencia, oralidad, inmediación, concentración, dispositivo y
aportación de parte –salvo los expedientes regidos por el principio de oficialidad-
12
, se sustanciará, como expresamente se indica, por los trámites del juicio verbal
con una serie de especialidades.
Las especialidades de las que habla el precepto para distinguirse de la
vista del verbal son, esencialmente las siguientes:
1.- La inasistencia del solicitante produce, de oficio –pues se emplea el
término imperativo “acordará”- el archivo del expediente. La no comparecencia
de algunos o todos los citados, no produce efecto especial sobre la continuación
de la tramitación; se celebrará el acto y se continuará el procedimiento.
2.- El administrador, tutelando el principio de audiencia, tiene una
obligación y una potestad. Está obligado a oir a las personas que la ley disponga –
debe entenderse a las personas que en cada clase de expediente se definan como
tales-. Y “podrá acordar”, a instancia de parte o de oficio, la audiencia de
“aquéllos cuyos derechos o intereses pudieran verse afectados por la resolución
del expediente”.
3.- En línea con el criterio marcado por el artículo 443.2 LEC, el
legislador
vuelve
a requerir agilidad
y prontitud
en la
resolución de
todas
aquellas cuestiones que puedan impedir la válida prosecución del proceso. Se oye
en el acto a los comparecientes y el administrador resuelve de la misma forma y
en el acto.
4.- Del artículo 5 se deducía la libertad en la práctica de cualesquiera
medios probatorios se admiten en nuestro sistema procesal. Al parecer pacífica
esta consideración, la especialidad 4ª crea un régimen singular para la práctica
probatoria
de
los
expedientes
que
afecten
a
“los
intereses
de
un
menor
o
incapaz”, pues si no pueden ser practicadas las diligencias de prueba oportunas en
el mismo acto, podrán celebrarse en los díez días siguientes, bien sean acordadas
de oficio o a instancias del Ministerio Fiscal.
5.- Los requisitos de documentación de la comparecencia
-especialidad
5ª- no se apartan de la regla ya conocida e incorporada en el artículo 147 LEC
1/2000: se registrará en soporto apto para la grabación y reproducción del
sonido y la imagen, de conformidad con lo dispuesto en la LEC. Además, se
13
levantará acta que será firmada por todos los concurrentes, previsión en cierto
modo novedosa, en tanto que exige la firma de todos los comparecientes superando
con ello las exigencias propias de la LEC (en su artículo 146 LEC).
6.- Y, en fin, sorprende en cierto modo, aunque debe ser bien acogida,
la previsión contenida en la especialidad 6ª, en cuanto que indica que “una vez
practicadas las pruebas, el administrador permitirá a los interesados formular
oralmente sus conclusiones”. La sorpresa viene dada por la inexistencia de una
regla expresa y análoga para, por ejemplo, la vista del juicio verbal o del proceso
cautelar (artículos 443 y 734 LEC), ambas en sede de procesos de naturaleza
contenciosa.
4.B.6.- Resolución y recursos (arts. 23 y 24).
Dependiendo
del
administrador
encargado
del
expediente
–Juez
o
Secretario- la resolución adoptará la forma de auto o decreto, y en ambos casos
habrá de dictarse en el plazo de los cinco días siguientes a la terminación de la
comparecencia –donde por regla general se practicaran las diligencias de pruebao desde la última diligencia practicada –en el supuesto antes señalado de práctica
de diligencias de oficio, art. 22.4ª-.
La
regla
general
en
materia
de
recursos
es
clara:
no
es
posible
interponer recurso alguno. No hace distinción el Proyecto sobre la naturaleza de
la resolución, interlocutoria o definitiva, aunque todo hace pensar que el precepto
estudiado tiene por objetivo el tratamiento de las definitivas. Sin embargo, la
expresión legal es tan tajante que hace pensar en la inexistencia de impugnación
posible, incluso, de las resoluciones interlocutorias. La redacción definitiva de la
Ley debería precisar con claridad este extremo. La excepción, en todo caso,
vuelven a ser los expedientes que afecten a menores o incapaces: si la resolución
definitiva está atribuida al Juez –según el régimen de competencia antes referido-,
podrá interponerse recurso de apelación o queja conforme a la LEC 1/2000 ( en el
Informe de la Ponencia se habla sólo de recurso de apelación). La interposición
del
recurso
de
apelación
“no
tendrá
efectos
suspensivos,
expresamente disponga lo contrario”.
4.B.7.- Caducidad y ejecución (arts. 25 y 26).
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salvo
que
la
Ley
Respetuoso con el tratamiento moderno del impulso procesal de oficio y
en sintonía, por tanto, con lo previsto a tal efecto en los artículos 179 y 236 LEC,
el artículo 25 diseña el régimen general de la caducidad.
La
ejecución
de
las
resoluciones
definitivas
dictadas,
según
el
artículo 26, debe atemperarse a un doble régimen: 1.- De un lado, el específico
previsto para la ejecución de lo convenido en acto de conciliación, que constituye
un “título judicial ejecutivo” del artículo 517.2.9º -“Las demás resoluciones
judiciales y documentos que, por disposición de esta u otra ley, lleven aparejada
ejecución”-. 2.- Para el resto no existe propiamente actuaciones ejecutivas o, más
bien, no es dable despachar ejecución. La razón es obvia: el artículo 26 indica que
el régimen es el previsto en los artículos 521 y 522 LEC, es decir, el configurado
para las sentencias meramente declarativas y constitutivas.
5.-
LOS
EXPEDIENTES
ADMINISTRADOS
POR
NOTARIOS
Y
REGISTRADORES DE LA PROPIEDAD Y MERCANTILES.
Una nota común es destacable del contenido de los artículos 27 y 28: su
remisión
íntegra
procedimiento
en
cuanto
adecuado
para
a
la
competencia
tramitar
los
territorial
expedientes
a
para
lo
conocer
previsto
y
el
“en
su
legislación específica”.
En
corresponda
definitiva,
o
por
cuando
elección
se
la
competencia
atribuya
a
los
–exclusiva
Notarios
y
o
compartida-
Registradores,
la
competencia territorial respectiva entre sí o el procedimiento a seguir para
resolverlos deberá respetar lo que exprese a tal fin su legislación específica ( Ley
Hipotecaria
y
su
Reglamento;
Reglamento
del
Registro
Mercantil,
Ley
de
Organización del Notariado, etc ).
Parece, en todo caso, poco razonable que se incorpore estas menciones –
y con ello un capítulo expreso- dentro de lo que es una ley procesal, sobre todo
cuando, en realidad, nada singular expresan.
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