APROXIM ACIÓN A L A NUEVA RE GUL ACIÓN DE L A J URISDICCIÓN VOLUNT ARIA ( PROYE CT O DE L E Y DE 20 DE OCT UB RE DE 20 06 ) D. José Arsuaga Cortázar, magistrado del Juzgado de Primera Instancia nº 1 de Santander y juez decano de Santander SUM ARIO: 1.- INTRODUCCIÓN. 2.- ELEMENTOS ESENCIALES DE LA REFORMA PROYECTADA. 3.- LA NORMATIVA COMÚN DE LA JURISDICCIÓN VOLUNTARIA. 3.A.-Disposiciones generales. 3.B.-Disposiciones comunes. 4.- LOS EXPEDIENTES TRAMITADOS POR JUECES Y SECRETARIOS JUDICIALES. 4.A.-La competencia ( exclusiva y opcional o compartida ). 4.B.-Procedimiento común ( regla de supletoriedad, intervención del Ministerio Fiscal, la postulación, la fase inicial, la comparecencia, resolución y recursos, caducidad y ejecución ). 5.- LOS EXPEDIENTES ADMINISTRADOS POR NOTARIOS Y REGISTRADORES DE LA PROPIEDAD Y MERCANTILES. --------------------------------------------------------------------------------------- 1.- INTRODUCCIÓN. 1 La situación actual de la Jurisdicción Voluntaria es reveladora de una evidente fragmentación normativa –el Libro III de la LEC de 1881, el régimen de la conciliación, leyes sustantivas que regulan expedientes de jurisdicción voluntaria y otras que prevén la intervención judicial en procedimientos no contenciosos sin el acompañamiento de una regulación procesal- y de un desfase natural entre las instituciones procesales y las de derecho sustantivo por el indeclinable dilatado paso del tiempo. Por ello, la necesidad de su reforma se ha venido exigiendo por la doctrina de forma incesante. Es más, la Recomendación número R (86) 12 del Comité de Ministros del Consejo de Europa, sobre “ciertas medidas dirigidas a prevenir y reducir la sobrecarga de trabajo de los tribunales”, adoptada el 16 de septiembre de 1986, fijaba ya sus objetivos en evitar que se siga produciendo un incremento del volumen de asuntos no jurisdiccionales encomendados a los jueces a través de la cesión de competencia a favor de otras personas u órganos. El 20 de octubre de 2006, el Consejo de Ministros remitió a las Cortes el denominado “Proyecto de Ley de Jurisdicción voluntaria, Jurisdicción voluntaria para facilitar y agilizar la tutela y garantía de los derechos de la persona, en materia civil y mercantil”. Se cumple, con retraso, el mandato contenido en la Disposición Final 18ª de la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000, en cuanto que indicaba que “En el plazo de un año, a contar desde la fecha de entrada en vigor de esta Ley, el Gobierno remitirá a las Cortes Generales un proyecto de Ley sobre Jurisdicción Voluntaria”. El Proyecto tiene su antecedente en el Anteproyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria, aprobado por el Consejo de Ministros de 2 de junio de 2005, conteniendo por una Exposición de Motivos, 184 artículos y 18 disposiciones complementarias. El Proyecto de Ley consta de una Exposición de Motivos y 202 artículos –distribuídos en diez Títulos- y 17 disposiciones complementarias. A finales de julio el Congreso de los Diputados, aprobó en Comisión el Informe de la Ponencia que, de forma inmediata remitió el texto al Senado, donde actualmente se encuentra en tramitación. El Informe de la Ponencia introduce alguna modificación de importancia: suprime el extenso título anterior de la ley, 2 para denominarla definitivamente “Proyecto de ley de jurisdicción voluntaria”; recalca claramente en su Exposición de Motivos el “encuadramiento claro de la j.v. en el apartado 4 del art. 117 CE, lo que permite atribuir competencia a otros operadores jurídicos no investidos de potestad jurisdiccional”, suprime todo el Capítulo IX de del Título IV – “Autorización judicial de los tratamientos no voluntarios de las personas con trastornos psíquicos”-, introduce el recurso de apelación frente a las resoluciones definitivas de los asuntos afectantes a menores o incapaces atribuidas a los jueces ( art. 24.2 ), modifica el criterio sistemático para atribuir la competencia objetiva de cada uno de los procedimientos ( en vez de incorporar una norma de competencia objetiva en cada expediente, relaciona al final y sucesiva todas ellas); y, en fin, incorpora expedientes nuevos en materia de derecho marítimo –apertura de escotillas; enajenación de efectos mercantiles alterados o averiados; depósito y venta de mercancías y equipajes en el transporte marítimo; extravió, sustracción o destrucción del conocimiento de embarque; obligaciones derivadas del contrato de transporte marítimo; autorización para la descarga de buque; venta del buque-. 2.- ELEMENTOS ESENCIALES DE LA REFORMA PROYECTADA. Sin perjuicio de otros, son destacables los siguientes: A.- Una intención codificadora que se traduce en el intento de diseñar un procedimiento general y unitario –que no único- para la tramitación de los procedimientos sustanciados en la vía jurisdiccional, fijando un procedimiento uniforme para supletoriedad los Jueces y respecto a las Secretarios actuaciones Judiciales, que no se con vocación opongan a sus clara de normas específicas de tramitación. B.- Una desjudicialización de diversos procedimientos, lo que supone que se ha deslindado las competencias que deben continuar atribuidas al órgano jurisdiccional de las que no existen motivos para mantenerlas por razones de política legislativa. Se atribuye la competencia para la tramitación a los Notarios y a los Registradores de la Propiedad y Mercantiles –incluso, como expresa el artículo 1.2 “u otro funcionario designado..”, aunque el Informe de la Ponencia lo haya eliminado- de una buena parte de procedimientos en materia de derechos reales, obligaciones, sucesiones, Derecho Mercantil y Derecho Marítimo. El Informe de la Ponencia es claro –exposición motivos III- a la hora de fijar 3 definitivamente la visión del legislador: la jurisdicción voluntaria se encuadra en el 11.4 CE, lo que permite atribuir competencia a otros operadores jurídicos dado que no se está ejercitando, en la administración de los expedientes, potestades juridisccionales. Con ello acepta el legislador la tesis de las SSTC 93/83 y 124/02, y rechaza la mantenida por la STS de 22 de mayo de 2000. C.- El carácter alternativo u opcional con que se disciplina la facultad del ciudadano para acudir a la tutela del Secretario Judicial, de un lado, y a la de los Notarios y Registradores de la Propiedad y Mercantiles, de otro, sin que ello pueda suponer un desmerecimiento o incremento de valor de la decisión de uno u otro. D.- La redistribución competencial entre Jueces y Secretarios Judiciales, con razón fundamental en el contenido de los artículos 438.3 y 5 y 456.3 y 4 LOPJ, en su redacción dada por la LO 19/2003, de 23 de diciembre. E.- La derogación de procedimientos inutilizados con modernización de los que se mantienen e introducción de otros que se presentan necesarios a la luz de la realidad jurídica. 3.- LA NORMATIVA COMÚN ( DISPOSICIONES GENERALES Y COMUNES ) DE LA JURISDICCIÓN VOLUNTARIA. Tanto el Título I –Disposiciones Generales- como el Capítulo I del Título II –Disposiciones Comunes de la administración de los expedientes de Jurisdicción Voluntaria- tiene la vocación de fijar o sentar principios o reglas de común aplicación a todos los expedientes y procedimientos con independencia del sujeto que los administre. Por razón sistemática de la exposición conviene distinguir: 3.A.- Disposiciones Generales: 4 El artículo 1 precisa el objeto y á mbito objetivo del Proyecto de Ley, dedicado a la regulación de los expedientes de jurisdicción voluntaria previsto “en ésta o en otras leyes”, lo que no hace sino recordar, su visión codificadora y tendente a la uniformidad. Y recuerda también el precepto que serán considerados como expedientes de jurisdicción voluntaria aquéllos en los que se interesa la intervención, y aquí se define su ámbito de aplicación, de “un Juez, Secretario Judicial, Notario, Registrador u otro funcionario designado ( mención suprimida en el Informe de la Ponencia ) para la administración o tutela del cuestiones de derecho civil y mercantil en las que no exista contraposición entre los interesados”. Por lo demás, el artículo 2 tiene la virtud, en su apartado 3, de recordar un efecto tradicional: la inexistencia de cosa juzgada respecto de “un proceso judicial posterior con el mismo objeto”, es decir, sobre aquellos procesos en que se ejerciten pretensiones a las que hace referencia el artículo 5 de la LEC 1/2000. No significa ello que no pueda predicarse el efecto de la cosa juzgada, en su doble aspecto formal y material, respecto de otro expediente de la misma naturaleza voluntaria sobre “idéntico objeto y entre los mismos interesados”, como trata de expresar el apartado 2 del precepto. Además, el párrafo segundo del apartado 2 dispone, para el supuesto de simultaneidad de dos expedientes con idénticos sujetos y objeto, que prosiga “la tramitación del que primero se hubiera iniciado y se acordará el archivo de los expedientes posteriormente incoados”. 3.B.- Disposiciones Comunes: Como antes señalaba, los artículos 3 a 8 formulan reglas de extensión aplicable a todos los expedientes, con independencia de la persona de su administrador. La regla de la legitimación del artículo 3 gravita sobre la condición de titulares de derechos o de un interés legítimo en la materia propia de su objeto. Es deseable que a través de esta regla, u otra en que se defina la capacidad para ser parte, se incluya al Ministerio Fiscal. Quizá la mención más importante del artículo 5 –dedicado, aunque parcamente, a los “Medios de prueba”- es la aparente cristalización del principio de aportación de parte en materia probatoria que, con carácter general, deberá 5 regir la tramitación de los expedientes. No hace sino corroborar el propósito general a que se hace referencia en la Exposición de Motivos ( apartado III, in fine) cuando expresa que “se ha considerado apropiado un reforzamiento de los principios dispositivo y de aportación de parte en el procedimiento voluntario, una atenuación del dirigismo judicial y una aproximación de las posiciones de solicitantes, interesados y terceros”. Del contenido del artículo 8, en materia de gastos, puede extraerse dos conclusiones: A.- En primer lugar, se sienta un principio general y una particular excepción: los gastos serán a “cargo del solicitante”, salvo que otra cosa disponga la ley –si son varios, por partes alícuotas-. La excepción viene dada por el deber de pagar puntualmente los gastos generados por las diligencias de prueba, en concreto, por los que puedan ocasionarse a testigos y peritos, que deberán ser satisfechos “por quien se sirva de ellos”-. B.- En segundo lugar, el Proyecto se cuida mucho de mencionar el concepto “costas procesales” o, simplemente, “costas”, dado que no habrá pronunciamiento sobre costas y la postulación no es preceptiva. Singular resulta el contenido del artículo 7 y la aparente supresión del principio de contradicción, pues hace gravitar el archivo del expediente sobre la base de que durante su tramitación “surja una controversia entre los interesados que impida su continuación,(…), excepto los expedientes en que esté comprometido el interés de un menor o incapaz, que continuarán tramitándose hasta su conclusión. Para el legislador, por tanto, no cualquier controversia entre los interesados permite u obliga al archivo del expediente, sino la que impida la continuación de contradicción previa, procedimientos, la como tramitación. implícita los de o Y es lógico, subyacente familia pues puede (incluso el la existencia manifestarse artículo 109 en de una muchos define el procedimiento destinado a solicitar la intervención o autorización judicial en los casos de desacuerdo conyugal y en la administración de bienes gananciales), cuya inclusión dentro del régimen previsto para menores o incapaces parece más razonable. La dificultad se encontrará, entonces, para el intérprete a la hora de definir cuándo se presenta una controversia importante que impida la continuidad del expediente para su resolución sobre el fondo. 6 4.- LOS EXPEDIENTES TRAMITADOS POR JUECES Y SECRETARIOS JUDICIALES. Obviando el Capítulo II del Título II –sobre normas de derecho internacional privado-, el artículo 12 impone la regla de la supletoriedad de la LEC 1/2000 a los expedientes administrados por jueces y secretarios. A continuación se divide la redacción en dos Secciones, la 1ª relativa a la determinación de la competencia; la 2ª, relativa al procedimiento común. 4.A. LA COMPETENCIA. El contenido del artículo 13, en relación con el artículo 14 y concordantes, permite situar la competencia objetiva. El artículo 13, que define la competencia objetiva, no menciona al Juez de lo Mercantil, lo que supone un olvido grave del Proyecto al ostentar rango orgánico independizado aunque se encuentren dentro del orden jurisdicción civil ( artículos 86 bis y 86 ter LOPJ ). No obstante, su existencia y competencia se deduce después con claridad al establecerse las reglas de determinación de la competencia territorial (en el artículo 14.2, 1ª, 12ª y 16ª) o en el artículo 30 para la conciliación “cuando se trate de materias de su competencia”. Con carácter general, la competencia objetiva puede esquematizar del siguiente modo, dependiendo de la persona del administrador: 4.A.1 La competencia exclusiva. - Competencia exclusiva del Juez de 1ª Instancia: le corresponde la administración de los expedientes en materia de personas y de familia. En concreto, los relativos a los expedientes previstos en el Título IV –Jurisdicción voluntaria en materia de personas- (autorización o aprobación judicial del reconocimiento de la filiación no matrimonial; habilitación para comparecer en juicio y nombramiento de defensor judicial, acogimiento de menores y adopción; medidas relativas a la restitución de menores en supuestos de sustracción internacional; tutela, curatela y guarda de hecho; protección del patrimonio de las 7 personas con discapacidad; autorización judicial del consentimiento a las intromisiones ilegítimas; disposición o gravamen de bienes o derechos de menores e incapaces y de la transacción acerca de sus derechos; autorización judicial de los tratamientos suprimido tras fallecimiento; no el y voluntarios Informe extracción de de de la las personas Ponencia-; órganos de con trastornos declaración donantes vivos) de y psíquicos - ausencia y Título V – jurisdicción voluntaria en materia de familia- (intervención judicial en los casos de desacuerdo en el ejercicio de la patria potestad; e intervención judicial en los casos de desacuerdo conyugal y en la administración de bienes gananciales). No obstante, es destacable que las materias referidas pueden estar atribuidas por decisión legal o por normas de reparto vigentes o que se puedan acordar a los Juzgados de Familia –por especialización de los Juzgados de 1ª Instancia- y/o a los Juzgados a los que se les corresponda la competencia para conocer de toda la materia relativa a la persona e incapacidad. Ello supone, por tanto, que en muchas localidades –generalmente, capitales de provincia- los Jueces de 1ª Instancia “puros” van a dejar de conocer por completo de la Jurisdicción Voluntaria, pues ni asumen la competencia en materia de persona ni en la de familia. Es más, la Disposición Adicional Séptima expresa con toda claridad que las referencias hechas al Juzgado de 1ª Instancia –en concreto, en los artículos 13 y 14, que definen la competencia objetiva y territorial, y en los Títulos IV y V- se entienden hechas, en su caso, al Juez de Violencia sobre la Mujer. Supone ello que la competencia puede extenderse en su favor cuando conozca ya de alguno de los hechos que generen su asunción -penal y civil- de competencia objetiva por el propio contenido del artículo 44 de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. - Competencia exclusiva del Juez del Registro Civil: le compete la administración de los expedientes relativos a la extracción de órganos, lo que puede conllevar que el competente sea el Juez de Paz si es el encargado del Registro Civil de la localidad en que ha de realizarse la extracción. 8 exclusiva Co mpetencia los actos de exclusiva del conciliación Juez cuando de el Paz: le domicilio corresponden del requerido en se encontrara en municipio distinto al que constituye sede del Partido Judicial. - Competencia exclusiva del Secretario del Juzgado de 1ª Instancia o del Juzgado de lo Mercantil. De esta manera, el Secretario de 1ª Instancia conocerá de los actos de conciliación sobre las materias propias de la competencia del Juzgado de 1ª Instancia, es decir, las contempladas en el artículo 85 LOPJ cuando no deba conocer el Juez de Paz del domicilio del requerido; de las subastas judiciales no ejecutivas; del robo, hurto o extravío o destrucción del título al portador; de la orden de venta de bienes o efectos depositados en el procedimiento de depósitos en materia mercantil; y del nombramiento de perito en los contratos de seguros. Y el Secretario del Juzgado de lo Mercantil entenderá de forma exclusiva, en primer lugar, de los actos de conciliación cuando se trate de materias propias de la competencia del Juzgado de lo Mercantil; además, conocerá de los expedientes en materia de derecho marítimo bien entendido que la atribución competencial resulta, más que del artículo 13 del artículo 14.2.16º. - Competencia exclusiva del Notario: La declaración de herederos ab intestato de descendientes, ascendientes y cónyuge. 4.A.2- La competencia opcional o compartida. - Competencia Instancia o opcional entre el Secretario del Juzgado de 1ª Notario: La compatibilidad en la atribución competencia y la facultad del ciudadano para acudir de uno u otro se residencia, de forma general, en los procedimientos relativos a derechos reales –Título VI-, en materia de obligaciones –Título VII-, en materia de sucesiones –Título VIII-. - Competencia del Registrador de la Propiedad (con competencia compartida opcional con el Secretario Judicial del Juzgado de 1ª Instancia o el Notario): expediente de dominio; y expediente gravámenes. 9 de liberación de cargas y - Competencia opcional entre el Secretario del Juzgado de 1ª Instancia, Notario o Registrador Mercantil: todos aquellos supuestos –aunque serán inusuales- en que los procedimientos sobre exhibición de libros de las personas obligadas a llevar contabilidad; solicitud de auditoría de la cuentas de los empresarios; convocatoria de juntas o asambleas generales; constitución y régimen interno del sindicato de obligacionistas de personas jurídicas que no sean sociedades anónimas o nombramiento de liquidador o interventor en los casos legalmente previstos no se refieran a sociedades mercantiles y cooperativas, cuya materia es competencia de los Juzgados de lo Mercantil por efecto del artículo 86ter.2 LOPJ. - Competencia Mercantil, Notario jurisdicción y opcional entre Registrador voluntaria en materia el Secretario Mercantil: dentro mercantil- y del ya siempre Juzgado del que Título se de lo IX trate – de sociedades mercantiles o cooperativas (artículo 86ter.2 LOPJ), podrá optarse entre los tres para la tramitación de los expedientes de exhibición de libros de las personas obligadas a llevar contabilidad. Y entre el Secretario y el Registrador Mercantil, para los expedientes relativos a la solicitud de auditoria de la cuentas de los empresarios, convocatorias de juntas o asambleas generales y del nombramiento de liquidador o interventor. Y, en fin, en materia de derecho marítimo –Título X-, el Secretario mantiene competencia opcional con el Notario en el expediente de depósito y venta de mercancías y equipajes en el transporte marítimo, acreditación de las incidencias del viaje marítimo, apertura de escotillas, depósito y venta de mercancías y equipajes en el transporte marítimo.. 4.B.- PROCEDIMIENTO COMÚN. 4.B.1.- Regla de supletoriedad (art. 15). En línea con el artículo 12 –que establece la supletoriedad de la LEC para todos los expedientes tramitados por Jueces y Secretarios judiciales-, el artículo 15 sienta de forma concreta la regla del carácter supletorio de las disposiciones de la Sección 2ª del Capítulo III del Título I, es decir, “Del procedimiento común a los expedientes de jurisdicción voluntaria administrados por jueces y secretarios judiciales”. 10 4.B.2- Intervención del Ministerio Fiscal (art. 16). Su intervención se limitará, con carácter general, a los expedientes administrados por el Juez en las materias definidas en el Título IV –Jurisdicción voluntaria en materia de personas- y Título V –jurisdicción voluntaria en materia de familia-, es decir, cuando “afecte al estado civil o condición de la persona o esté comprometido el interés de un menor o incapaz y en aquellos otros casos en que la ley expresamente lo prevea”. 4.B.3.- La postulación (artículo 17). La regla general –apartado 1- es clara: no es preceptiva la intervención de abogado ni procurador. Recuérdese que la asistencia técnica, cuando no la representación, busca el propio interés de las partes, de un lado, ante la complejidad de las normas y elementos del proceso y del derecho sustantivo, de cuya realidad no están exentos muchos expedientes de jurisdicción voluntaria; y, de otro, atiende al interés público representado por el buen funcionamiento de la Administración de Justicia, que se facilita con la asistencia letrada por completarse una interlocución válida y eficaz con los Tribunales. Todavía más, si se advierten los principios en que se funda la nueva regulación -esto es, el refuerzo de los principios de audiencia, dispositivo y de aportación de parte; la mitigación del dirigismo judicial, la práctica abierta de toda clase de pruebas; el mantenimiento, aunque disminuido, del principio de contradicción y del acceso al recurso, por lo menos en los procedimientos sobre menores o incapaces-, la complejidad no irá en disminución, sino que es posible augurar una mayor dificultad en la tramitación y resolución de muchos expedientes. En consecuencia, entiendo que debiera de ponderarse estas circunstancias, y distinguir la necesidad de la asistencia letrada en razón de la aparente complejidad o no de los procedimientos que se diseñan (vg., no es lo mismo un expediente de dominio que una conciliación sobre materia sencilla). Nótese, así, que en el Anteproyecto de 2005, su artículo 6 exigía por regla general la asistencia letrada aun con excepciones de importancia. 11 No obstante, en congruencia con el artículo 23 LEC 1/2000, se dispone en su apartado 2 que si el solicitante o los interesados pretendieran ser representados, la representación sólo podrá otorgarse a procurador habilitado, quien, por lo demás, y a petición del solicitante, podrá realizar los actos de comunicación correspondientes. Esta última previsión está en consonancia con lo previsto en el apartado 4 de la Disposición Adicional Quinta de la LEC 1/2000, en cuanto que faculta a los Procuradores para la práctica de los actos de comunicación bajo su responsabilidad y en las condiciones de justificación que expresamente se establecen. La redacción legal (en sus apartados 3 y 4), un tanto irregular ciertamente, trata además de incorporar el régimen previsto en el artículo 32 LEC 1/2000 –para los supuestos de intervención no preceptiva de abogado y procurador-, aunque en el caso sólo se circunscriba a la asistencia de letrado. 4.B.4. Fase inicial (iniciación, competencia, admisión y acumulación ). La iniciación del expediente (artículo 18) tiene lugar a través de una solicitud (no demanda) que, en líneas generales, es prácticamente idéntica en la exigencia de contenido a la “demanda sucinta” que inicia los trámites del juicio verbal en el artículo 437 LEC 1/2000. También aquí se incorpora la posibilidad de que se facilite –por la Oficina Judicial- “un impreso normalizado para formular la solicitud”. La apreciación de la falta de competencia objetiva o territorial ( art. 20) no depende de la presentación de declinatoria. El administrador examina de oficio su propia competencia, por lo que no es posible la sumisión. 4.B.5.-La comparecencia (art. 22). La comparecencia, acto central del expediente inspirado en los principios de audiencia, oralidad, inmediación, concentración, dispositivo y aportación de parte –salvo los expedientes regidos por el principio de oficialidad- 12 , se sustanciará, como expresamente se indica, por los trámites del juicio verbal con una serie de especialidades. Las especialidades de las que habla el precepto para distinguirse de la vista del verbal son, esencialmente las siguientes: 1.- La inasistencia del solicitante produce, de oficio –pues se emplea el término imperativo “acordará”- el archivo del expediente. La no comparecencia de algunos o todos los citados, no produce efecto especial sobre la continuación de la tramitación; se celebrará el acto y se continuará el procedimiento. 2.- El administrador, tutelando el principio de audiencia, tiene una obligación y una potestad. Está obligado a oir a las personas que la ley disponga – debe entenderse a las personas que en cada clase de expediente se definan como tales-. Y “podrá acordar”, a instancia de parte o de oficio, la audiencia de “aquéllos cuyos derechos o intereses pudieran verse afectados por la resolución del expediente”. 3.- En línea con el criterio marcado por el artículo 443.2 LEC, el legislador vuelve a requerir agilidad y prontitud en la resolución de todas aquellas cuestiones que puedan impedir la válida prosecución del proceso. Se oye en el acto a los comparecientes y el administrador resuelve de la misma forma y en el acto. 4.- Del artículo 5 se deducía la libertad en la práctica de cualesquiera medios probatorios se admiten en nuestro sistema procesal. Al parecer pacífica esta consideración, la especialidad 4ª crea un régimen singular para la práctica probatoria de los expedientes que afecten a “los intereses de un menor o incapaz”, pues si no pueden ser practicadas las diligencias de prueba oportunas en el mismo acto, podrán celebrarse en los díez días siguientes, bien sean acordadas de oficio o a instancias del Ministerio Fiscal. 5.- Los requisitos de documentación de la comparecencia -especialidad 5ª- no se apartan de la regla ya conocida e incorporada en el artículo 147 LEC 1/2000: se registrará en soporto apto para la grabación y reproducción del sonido y la imagen, de conformidad con lo dispuesto en la LEC. Además, se 13 levantará acta que será firmada por todos los concurrentes, previsión en cierto modo novedosa, en tanto que exige la firma de todos los comparecientes superando con ello las exigencias propias de la LEC (en su artículo 146 LEC). 6.- Y, en fin, sorprende en cierto modo, aunque debe ser bien acogida, la previsión contenida en la especialidad 6ª, en cuanto que indica que “una vez practicadas las pruebas, el administrador permitirá a los interesados formular oralmente sus conclusiones”. La sorpresa viene dada por la inexistencia de una regla expresa y análoga para, por ejemplo, la vista del juicio verbal o del proceso cautelar (artículos 443 y 734 LEC), ambas en sede de procesos de naturaleza contenciosa. 4.B.6.- Resolución y recursos (arts. 23 y 24). Dependiendo del administrador encargado del expediente –Juez o Secretario- la resolución adoptará la forma de auto o decreto, y en ambos casos habrá de dictarse en el plazo de los cinco días siguientes a la terminación de la comparecencia –donde por regla general se practicaran las diligencias de pruebao desde la última diligencia practicada –en el supuesto antes señalado de práctica de diligencias de oficio, art. 22.4ª-. La regla general en materia de recursos es clara: no es posible interponer recurso alguno. No hace distinción el Proyecto sobre la naturaleza de la resolución, interlocutoria o definitiva, aunque todo hace pensar que el precepto estudiado tiene por objetivo el tratamiento de las definitivas. Sin embargo, la expresión legal es tan tajante que hace pensar en la inexistencia de impugnación posible, incluso, de las resoluciones interlocutorias. La redacción definitiva de la Ley debería precisar con claridad este extremo. La excepción, en todo caso, vuelven a ser los expedientes que afecten a menores o incapaces: si la resolución definitiva está atribuida al Juez –según el régimen de competencia antes referido-, podrá interponerse recurso de apelación o queja conforme a la LEC 1/2000 ( en el Informe de la Ponencia se habla sólo de recurso de apelación). La interposición del recurso de apelación “no tendrá efectos suspensivos, expresamente disponga lo contrario”. 4.B.7.- Caducidad y ejecución (arts. 25 y 26). 14 salvo que la Ley Respetuoso con el tratamiento moderno del impulso procesal de oficio y en sintonía, por tanto, con lo previsto a tal efecto en los artículos 179 y 236 LEC, el artículo 25 diseña el régimen general de la caducidad. La ejecución de las resoluciones definitivas dictadas, según el artículo 26, debe atemperarse a un doble régimen: 1.- De un lado, el específico previsto para la ejecución de lo convenido en acto de conciliación, que constituye un “título judicial ejecutivo” del artículo 517.2.9º -“Las demás resoluciones judiciales y documentos que, por disposición de esta u otra ley, lleven aparejada ejecución”-. 2.- Para el resto no existe propiamente actuaciones ejecutivas o, más bien, no es dable despachar ejecución. La razón es obvia: el artículo 26 indica que el régimen es el previsto en los artículos 521 y 522 LEC, es decir, el configurado para las sentencias meramente declarativas y constitutivas. 5.- LOS EXPEDIENTES ADMINISTRADOS POR NOTARIOS Y REGISTRADORES DE LA PROPIEDAD Y MERCANTILES. Una nota común es destacable del contenido de los artículos 27 y 28: su remisión íntegra procedimiento en cuanto adecuado para a la competencia tramitar los territorial expedientes a para lo conocer previsto y el “en su legislación específica”. En corresponda definitiva, o por cuando elección se la competencia atribuya a los –exclusiva Notarios y o compartida- Registradores, la competencia territorial respectiva entre sí o el procedimiento a seguir para resolverlos deberá respetar lo que exprese a tal fin su legislación específica ( Ley Hipotecaria y su Reglamento; Reglamento del Registro Mercantil, Ley de Organización del Notariado, etc ). Parece, en todo caso, poco razonable que se incorpore estas menciones – y con ello un capítulo expreso- dentro de lo que es una ley procesal, sobre todo cuando, en realidad, nada singular expresan. 15