A.R. 51/2015. - Suprema Corte de Justicia de la Nación

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AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
QUEJOSA: *********.
PONENTE: MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS.
SECRETARIOS: MIROSLAVA DE FÁTIMA ALCAYDE ESCALANTE,
ADRIÁN GONZÁLEZ UTUSÁSTEGUI, MAURA ANGÉLICA SANABRIA
MARTÍNEZ Y PAOLA YABER CORONADO.
Vo.Bo.
MINISTRO:
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
C O N S I D E R A N D O:
QUINTO. Fijación de la litis. Como quedó precisado, el Juez
de Distrito remitió el presente asunto, en virtud de que en relación
con el tema de inconstitucionalidad planteado en contra del
artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, no existe
jurisprudencia de este Alto Tribunal.
En ese sentido, la litis que corresponde estudiar será la relativa
a los agravios de constitucionalidad que hizo valer la quejosa, en su
carácter de contribuyente cuyos datos se incluyeron en la lista que
publicó el Servicio de Administración Tributaria debido a que presumió
que emitió comprobantes fiscales inexistentes, en relación con el
Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas
disposiciones del Código Fiscal de la Federación; publicado en el
Diario Oficial de la Federación del nueve de diciembre de dos mil
trece, en específico el artículo 69-B.
Lo anterior es así, ya que esta Segunda Sala se percata que en
la especie, el Juez de Distrito agotó el estudio de las causales de
improcedencia que se hicieron valer sin que se advierta la
actualización de alguna otra de oficio.
Además, debe declararse firme el sobreseimiento decretado
por el Juez de Distrito, en relación con el acto atribuido al Presidente
de la República, debido a que la recurrente omite formular agravio
alguno en su contra.
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
SEXTO. Contexto normativo.
Para dar contestación a los agravios hechos valer por la ahora
recurrente resulta necesario tomar en cuenta el contexto normativo en
el que se desarrolla la facultad prevista en el artículo 69-B, del Código
Fiscal de la Federación.
El deber de contribuir al gasto público se encuentra contenido en
el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política; precepto del que
deriva que tal obligación debe cumplirse bajo parámetros de legalidad,
equidad y proporcionalidad.
I. Obligaciones formales tributarias.
El cumplimiento de la obligación prevista en el artículo 31,
fracción IV, constitucional tiene un contenido económico que se
traduce en un pago en dinero que el legislativo determina por medio
de una contribución, cuya cuantía y forma de entero impone al
causante.
En concordancia con lo anterior, las obligaciones del
contribuyente se dividen en principales o sustantivas y secundarias,
accesorias o formales.
La obligación principal o sustantiva, consiste específicamente en
un dar, esto es, el deber de pago de la contribución; por lo que este
tipo de normas afectan en forma relevante el patrimonio del gobernado
y regulan los elementos de una contribución como sujeto, hecho
imponible, procedimiento para cuantificar la base gravable, cuota,
tarifa, no sujeciones, exenciones, entre otras figuras que inciden en el
pago del tributo.
Por su parte, las obligaciones tributarias accesorias o formales
son aquellas que tienen por objeto vincular a los gobernados a
desarrollar una determinada conducta, diversa al pago en sí de las
contribuciones, que permite al Estado recaudar en forma eficiente
esas prestaciones patrimoniales de carácter público y cuyo
cumplimiento no supone el ingreso de cantidad alguna al erario
público, pues sólo pormenorizan las obligaciones sustantivas con el fin
de facilitarle a los sujetos pasivos su cumplimiento.
Las obligaciones formales se dividen en tres grupos:
a) De hacer. Presentar declaraciones, inscribirse en el Registro
Federal de Contribuyentes, llevar determinados libros para su
contabilidad, guardar la documentación referente a su actividad por
determinado tiempo, expedir documentos determinados respecto a su
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AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
giro, dar aviso de modificaciones a sus estatutos, en el caso de
personas morales, entre otras.
b) De no hacer. No proporcionar datos falsos, no oponerse a las
facultades de comprobación de la autoridad fiscal, no llevar dos o más
libros similares de contabilidad con datos diversos, etcétera.
c) De tolerar. Permitir la práctica de visitas domiciliarias, acceder
a la revisión de sus libros de contabilidad, papeles, entre otras.
De lo expuesto se pone de manifiesto que las obligaciones
formales tienen como objetivo que la autoridad hacendaria pueda
comprobar el eficiente cumplimiento de los gobernados para contribuir
al gasto público, para lo cual se implementan herramientas que le
permitan a la autoridad fiscal un mayor control y el conocimiento de las
actividades gravadas que realicen los contribuyentes (como por
ejemplo el cruzado de datos de compras y ventas de los
contribuyentes y el mantenimiento actualizado del registro de
contribuyentes).
En este sentido, las obligaciones de carácter formal tienen como
finalidad dar cuenta fidedigna de la realización efectiva de las
actividades por parte de los contribuyentes y del cumplimiento de sus
obligaciones, para facilitar la tarea de control de los contribuyentes por
parte del Estado.
Como se mencionó anteriormente, entre las obligaciones
formales de hacer que tienen los contribuyentes se encuentran la de
conservar la documentación referente a su actividad, así como la de
expedir los documentos determinados respecto a su giro.
Precisamente los comprobantes fiscales son los medios de
convicción a través de los cuales los contribuyentes acreditan el tipo
de actos o actividades que realizan para efectos fiscales. Esto es, si
un contribuyente desempeña alguna actividad o interviene en un
acontecimiento que actualiza el hecho imponible por el cual se debe
pagar una contribución, entonces deberá emitir el correspondiente
comprobante fiscal para efectos de determinar su situación en
particular respecto del tributo que en concreto tenga que pagar.
De igual forma, quien haya solicitado la actividad o haya
intervenido en un hecho por el que se genera un tributo, tiene la
obligación de solicitar el comprobante respectivo.
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Estos comprobantes fiscales deben cumplir con los requisitos
previstos en los artículos 291 y 29-A,2 del Código Fiscal de la
Federación, para ser considerados por la autoridad para efectos de las
de las deducciones y/o acreditamiento del impuesto. De considerar
que los comprobantes fiscales exhibidos por un contribuyente no
amparan la operación realizada, pueden requerir toda la información
1
Artículo 29.- Cuando las leyes fiscales establezcan la obligación de expedir comprobantes fiscales
por los actos o actividades que realicen, por los ingresos que se perciban o por las retenciones de
contribuciones que efectúen, los contribuyentes deberán emitirlos mediante documentos digitales a
través de la página de Internet del Servicio de Administración Tributaria. Las personas que
adquieran bienes, disfruten de su uso o goce temporal, reciban servicios o aquéllas a las que les
hubieren retenido contribuciones deberán solicitar el comprobante fiscal digital por Internet
respectivo.
Los contribuyentes a que se refiere el párrafo anterior deberán cumplir con las obligaciones
siguientes:
I. Contar con un certificado de firma electrónica avanzada vigente.
II. Tramitar ante el Servicio de Administración Tributaria el certificado para el uso de los sellos
digitales. (…)
III. Cumplir los requisitos establecidos en el artículo 29-A de este Código.
IV. Remitir al Servicio de Administración Tributaria, antes de su expedición, el comprobante fiscal
digital por Internet respectivo a través de los mecanismos digitales que para tal efecto determine
dicho órgano desconcentrado (…)
V. Una vez que al comprobante fiscal digital por Internet se le incorpore el sello digital del Servicio
de Administración Tributaria o, en su caso, del proveedor de certificación de comprobantes fiscales
digitales, deberán entregar o poner a disposición de sus clientes, a través de los medios
electrónicos que disponga el citado órgano desconcentrado mediante reglas de carácter general, el
archivo electrónico del comprobante fiscal digital por Internet y, cuando les sea solicitada por el
cliente, su representación impresa, la cual únicamente presume la existencia de dicho
comprobante fiscal.
VI. Cumplir con las especificaciones que en materia de informática determine el Servicio de
Administración Tributaria mediante reglas de carácter general.
(…)
2
Artículo 29-A.- Los comprobantes fiscales digitales a que se refiere el artículo 29 de este Código,
deberán contener los siguientes requisitos:
I. La clave del registro federal de contribuyentes de quien los expida y el régimen fiscal en que
tributen conforme a la Ley del Impuesto sobre la Renta. (…)
II. El número de folio y el sello digital del Servicio de Administración Tributaria, referidos en la
fracción IV, incisos b) y c) del artículo 29 de este Código, así como el sello digital del contribuyente
que lo expide.
III. El lugar y fecha de expedición.
IV. La clave del registro federal de contribuyentes de la persona a favor de quien se expida.
(…)
V. La cantidad, unidad de medida y clase de los bienes o mercancías o descripción del servicio o
del uso o goce que amparen. (…)
VI. El valor unitario consignado en número. (…)
VII. El importe total consignado en número o letra, (…)
VIII. Tratándose de mercancías de importación: (…)
IX. Los contenidos en las disposiciones fiscales, que sean requeridos y dé a conocer el Servicio de
Administración Tributaria, mediante reglas de carácter general.
Los comprobantes fiscales digitales por Internet que se generen para efectos de amparar la
retención de contribuciones deberán contener los requisitos que determine el Servicio de
Administración Tributaria mediante reglas de carácter general.
Las cantidades que estén amparadas en los comprobantes fiscales que no reúnan algún requisito
de los establecidos en esta disposición o en el artículo 29 de este Código, según sea el caso, o
cuando los datos contenidos en los mismos se plasmen en forma distinta a lo señalado por las
disposiciones fiscales, no podrán deducirse o acreditarse fiscalmente.
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atendiendo a dicha transacción en particular, y en su caso, no acceder
a la pretensión del contribuyente considerando las situaciones fácticas
de cada asunto.
La satisfacción de los requisitos legales por parte de los
contribuyentes obedece a la necesidad de asegurar la adecuada
recaudación en proporción a las distintas capacidades contributivas y
las deducciones fiscales que deben regirse por los principios de
veracidad y demostrabilidad razonables, permitiendo hacer deducibles
los gastos del contribuyente estrictamente indispensables para su
funcionamiento, en aras de evitar simulaciones de aquél con el firme
propósito de disminuir ilícitamente su carga impositiva.
Así, los comprobantes fiscales son los medios de convicción a
través de los cuales los contribuyentes acreditan el tipo de actos o
actividades que realizan para efectos fiscales. Esto es, si un
contribuyente desempeña alguna actividad o interviene en un
acontecimiento que actualiza el hecho imponible por el cual se debe
pagar una contribución, entonces deberá emitir el correspondiente
comprobante fiscal para efectos de determinar su situación en
particular respecto del tributo que en concreto tenga que pagar. De
igual forma, quien haya solicitado la actividad o haya intervenido en un
hecho por el que se genera un tributo, tiene la obligación de solicitar el
comprobante respectivo.
De lo anterior se advierte la importancia que tienen los
comprobantes fiscales dentro de la relación jurídico-tributaria entre los
contribuyentes y la autoridad fiscal, pues son los medios a través de
los cuales comprueban la realización de actividades y constituyen una
herramienta de control para que se pueda verificar la autenticidad de
la información presentada por los sujetos pasivos para los efectos
fiscales a que haya lugar.
II. Exposición de motivos del artículo 69-B del Código Fiscal
de la Federación.
En ese contexto, resulta relevante considerar lo expuesto por el
legislador para adicionar el artículo 69-B del Código Fiscal de la
Federación, relacionado con los comprobantes fiscales.
De acuerdo con la exposición de motivos del artículo reclamado,
las prácticas indebidas respecto del uso de los comprobantes fiscales
evolucionaron, por lo cual, para el ejercicio fiscal de dos mil catorce, el
legislador decidió adicionar el artículo 69-B del Código Fiscal de la
Federación.
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AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
En esta propuesta el legislador centra su atención en los
contribuyentes que realizan fraudes tributarios a través del tráfico de
comprobantes y tiene como objetivo enfrentar y detener este tipo de
prácticas evasivas que ocasionan un grave daño a las finanzas
públicas y perjudican a quienes sí cumplen con su deber constitucional
de contribuir al gasto público.
Para mayor claridad a continuación se transcribe la exposición
de motivos que dio origen al artículo reclamado:
“Uso Indebido de comprobantes fiscales
Una de las causas más dañinas y que más ha contribuido para
agravar la recaudación fiscal, son los esquemas agresivos de
evasión fiscal, por lo que deben eliminarse o corregirse los motivos
que los originan, a través de instrumentos eficaces que permitan
combatir frontalmente el referido fenómeno.
Cuando no se cuenta con dichos instrumentos se provoca el avance
de nuevas prácticas de evasión, las cuales erosionan de manera
grave las bases gravables, sin poder reflejar incrementos
significativos en la recaudación.
Un ejemplo que ilustra la evolución y sofisticación en la forma
en que los contribuyentes disminuyen o evaden el pago de sus
obligaciones fiscales, es el derivado de la adquisición de
comprobantes fiscales.
Inicialmente este esquema consistía en usar comprobantes
apócrifos, con la finalidad de deducir y acreditar las cantidades
amparadas en los mismos, sin haber pagado las cantidades que se
reflejaban en ellos.
Posteriormente, con los controles de seguridad y requisitos que la
autoridad implementó en diversas reformas tendientes a evitar y
detectar la emisión de comprobantes fiscales apócrifos, disminuyó
temporalmente el recurrir a esta práctica.
Sin embargo, estas prácticas indebidas evolucionaron, llevando
a los contribuyentes evasores a recurrir a estructuras mucho
más complejas, para tratar de obtener beneficios fiscales en
perjuicio del fisco federal.
Tal es el caso del tráfico de comprobantes fiscales, que en
esencia consiste en colocar en el mercado comprobantes
fiscales auténticos y con flujos de dinero comprobables, aunque
los conceptos que se plasman en los mismos, carecen de
sustancia o la poca que pudieran tener no es proporcional a las
cantidades que amparan los referidos comprobantes.
En estas operaciones el adquirente del comprobante fiscal
generalmente recibe directamente o a través de interpósita persona
la devolución de la erogación inicialmente facturada menos el cobro
de las comisiones cobradas por el traficante de comprobantes
fiscales.
Con esta devolución se cierra el círculo del tráfico de comprobantes
fiscales, en el cual el adquirente logra su objetivo de deducir y/o
acreditar un concepto por el cual en realidad erogó una cantidad
mucho menor, erosionando con ello la base del impuesto
correspondiente en perjuicio del fisco federal y a su vez los
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traficantes de comprobantes fiscales obtienen una utilidad por
expedir dichos comprobantes.
Al día de hoy, las autoridades han combatido arduamente esta
práctica ilegal, haciendo uso de todas las herramientas,
procedimientos e instrumentos con las que cuenta para ello, como la
facultad para rechazar una deducción o un acreditamiento amparado
en un comprobante fiscal traficado; sin embargo, la complejidad y
sofisticación que han alcanzado estos grupos criminales, obligan a
implementar nuevas medidas que hagan frente a esta problemática y
que permitan adaptarse al dinamismo y velocidad en que operan.
Algo que se ha detectado y que se presenta de manera genérica en
este grupo delictivo, tanto de la traficante, como de sus cómplices y,
en ocasiones, hasta el adquiriente final es que generalmente son
partes relacionadas, donde sus accionistas, administradores u
apoderados son las mismas personas.
Adicionalmente este grupo delictivo ofrece una gran variedad de
objetos sociales para poder adecuarse a las necesidades de los
adquirientes, con la emisión de comprobantes fiscales con conceptos
que ayuden a disfrazar mejor la operación.
Asimismo, se ha detectado que los traficantes o emisores de facturas
suelen tener una vida activa muy breve, liquidando la empresa
original o dejándola simplemente inactiva.
El negocio de las personas que se dedican al tráfico de
comprobantes fiscales, se basa en la constante constitución de
sociedades, las cuales comienzan en apariencia cumpliendo con sus
obligaciones fiscales y, posteriormente comienzan a incumplirlas,
confiados en que para cuando la autoridad fiscal pretenda
fiscalizarlas, las mismas ya se encontrarán no localizadas o han sido
preparadas corporativamente para dejar al frente de las mismas a
testaferros, empleados, personal doméstico o similares y
generalmente sin activos ni condiciones remotamente cercanas a las
necesarias que puedan garantizar la prestación del servicio o el
transporte, producción o comercialización de los bienes o servicios
que sus facturas amparan.
En suma, derivado de la información procesada por el Servicio de
Administración Tributaria se han podido identificar una serie de
patrones que generalmente están presentes en las sociedades que
realizan el tráfico de comprobantes fiscales, como son:
1. Tienen un objeto social muy amplio para poder ofrecer al cliente un
comprobante fiscal con un concepto que pueda disfrazarse mejor
dentro de las actividades preponderantes de éste.
2. Emiten comprobantes fiscales correspondientes a operaciones que
no se realizaron.
3.- Emiten comprobantes fiscales cuya contraprestación realmente
pagada por las operaciones consignadas en los mismos es sólo un
mínimo porcentaje y no tiene proporción con dichas operaciones.
4. No tienen personal o éste no es idóneo o suficiente para llevar a
cabo las operaciones que se especifican en los comprobantes
fiscales.
5. No tienen activos o éstos no son idóneos o suficientes para llevar
a cabo las operaciones que se especifican en los comprobantes
fiscales.
6. Reciben ingresos que no tienen proporción a las características de
su establecimiento.
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AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
7. Tienen cuentas bancarias o de inversiones que se encuentran
activas durante un período determinado y después son canceladas o
las dejan con saldos ínfimos después de haber manejado cantidades
elevadas.
8. Tienen sus establecimientos en domicilios que no corresponden al
manifestado ante el registro federal de contribuyentes.
9. Sus sociedades se encuentran activas durante un período y luego
se vuelven no localizables.
10. Sus ingresos en el ejercicio de que se trate son casi idénticos a
sus deducciones o bien, éstas son mayores por escaso margen.
11. Prestan servicios y a la vez reciben servicios por casi
exactamente los mismos montos.
12. Comparten domicilios con otros contribuyentes también
prestadores de servicios.
El fenómeno es grave y sólo por citar un ejemplo, derivado del
análisis de la Declaración Informativa de Operaciones con Terceros
de los ejercicios 2008 a 2012, se han identificado al menos 316
facturadores que realizaron operaciones por $105,369 millones de
pesos con más de 12 mil contribuyentes que utilizan indebidamente
estas facturas que amparan operaciones simuladas y sólo por lo que
se refiere al impuesto al valor agregado.
Nótese que en estas estrategias irregulares no sólo actúan de mala
fe quienes expiden y ofertan facturas por bienes o servicios
inexistentes, sino que también lo hacen aquellos contribuyentes que
pagan un precio o comisión por una factura que, reuniendo todos los
requisitos formales, ampara un servicio que no se prestó o un bien
que no se adquirió con la única finalidad de erosionar o suprimir la
carga tributaria.
Es por todo lo anterior que se propone la adición del artículo 69B mediante un procedimiento dirigido a sancionar y neutralizar
este esquema. La propuesta centra atención en los
contribuyentes que realizan fraudes tributarios ─y no una
elusión legal de la norma─ a través del tráfico de comprobantes
fiscales, esto es a quienes los adquieren, venden o colocan y
quienes de alguna manera se benefician de este tipo de
actividad ilegal que tanto perjudica al fisco federal.
Conforme a la propuesta, la autoridad fiscal procedería a notificar en
el buzón tributario del emisor de facturas, y a través de la página de
Internet del Servicio de Administración Tributaria, así como mediante
publicación el Diario Oficial de la Federación a las empresas o
sociedades que presenten el padrón de comportamiento arriba
indicado, otorgándoles la garantía de audiencia para que manifiesten
lo que a su derecho convenga. Hecho lo anterior, procedería la
publicación de una la lista, cuyo efecto sería la presunción de que
las operaciones amparadas por los comprobantes fiscales por
ellos emitidos nunca existieron y, por tanto, tales comprobantes
no deben producir efecto fiscal alguno.
Acto seguido, se abre una ventana para que los contribuyentes que
hayan utilizado en su beneficio los comprobantes fiscales puedan
proceder a autocorregirse o, en su caso, acreditar que la prestación
del servicio o la adquisición de bienes en realidad aconteció,
destruyendo así la presunción de inexistencia.
Ahora bien, si la autoridad fiscal ─al ejercer sus facultades de
comprobación─ acredita que un contribuyente persistió en la
utilización de comprobantes que simulan actos u operaciones,
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entonces procederá a recalcular el pago de contribuciones, sin tomar
en cuenta dichos comprobantes y, en su caso, a liquidar las
diferencias que procedan. Desde luego, igualmente procedería por la
vía penal correspondiente en virtud de la simulación que las
conductas actualizan.
Es de vital relevancia tener en mente que esta propuesta no está
enderezada contra los contribuyentes honestos y cumplidos; ni
siquiera versa sobre la elusión legal que permite a los ciudadanos
elegir, por economía de opción, el régimen fiscal más benigno. Por el
contrario, estamos en presencia de una práctica totalmente
defraudadora y carente de la más elemental ética ciudadana por
todas las partes que intervienen en ella.
Mantener impune esta práctica se traduce no sólo en un grave
daño a las finanzas públicas y una afrenta a quienes sí cumplen
con su deber constitucional de contribuir al gasto público, sino
también consentir en un desafío al Estado y acrecentar la falta
de cultura de la legalidad en nuestro país”.
En este sentido, de la exposición de motivos que le dio origen al
artículo 69-B reclamado, se pretende que el objetivo de la adición de
esta disposición fue:
1.
Neutralizar el esquema de adquisición o tráfico de
comprobantes fiscales centrando la atención en los contribuyentes que
realizan fraude tributario a través de dicha actividad; y,
2.
Evitar un daño a la colectividad, garantizando su derecho
a estar informada sobre la situación fiscal de los contribuyentes que
realizan este tipo de operaciones, a fin de que aquéllos que hayan
utilizado en su beneficio los comprobantes fiscales traficados puedan
autocorregirse o, en su caso, acreditar que la prestación del servicio o
la adquisición de bienes en realidad aconteció, para que puedan surtir
efectos fiscales dichos comprobantes.
III. Artículo 69-B, del Código Fiscal de la Federación.
Precisado lo anterior, se procede al análisis del artículo 69-B del
Código Fiscal de la Federación cuyo tenor se reproduce a
continuación:
“Artículo 69-B.- Cuando la autoridad fiscal detecte que un
contribuyente ha estado emitiendo comprobantes sin contar con los
activos, personal, infraestructura o capacidad material, directa o
indirectamente, para prestar los servicios o producir, comercializar o
entregar los bienes que amparan tales comprobantes, o bien, que
dichos contribuyentes se encuentren no localizados, se presumirá la
inexistencia de las operaciones amparadas en tales comprobantes.
En este supuesto, procederá a notificar a los contribuyentes que se
encuentren en dicha situación a través de su buzón tributario, de la
página de internet del Servicio de Administración Tributaria, así como
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AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
mediante publicación en el Diario Oficial de la Federación, con el
objeto de que aquellos contribuyentes puedan manifestar ante la
autoridad fiscal lo que a su derecho convenga y aportar la
documentación e información que consideren pertinentes para
desvirtuar los hechos que llevaron a la autoridad a notificarlos. Para
ello, los contribuyentes interesados contarán con un plazo de quince
días contados a partir de la última de las notificaciones que se hayan
efectuado.
Transcurrido dicho plazo, la autoridad, en un plazo que no excederá
de cinco días, valorará las pruebas y defensas que se hayan hecho
valer; notificará su resolución a los contribuyentes respectivos a través
del buzón tributario y publicará un listado en el Diario Oficial de la
Federación y en la página de internet del Servicio de Administración
Tributaria, únicamente de los contribuyentes que no hayan
desvirtuado los hechos que se les imputan y, por tanto, se encuentran
definitivamente en la situación a que se refiere el primer párrafo de
este artículo. En ningún caso se publicará este listado antes de los
treinta días posteriores a la notificación de la resolución.
Los efectos de la publicación de este listado serán considerar, con
efectos generales, que las operaciones contenidas en los
comprobantes fiscales expedidos por el contribuyente en cuestión no
producen ni produjeron efecto fiscal alguno.
Las personas físicas o morales que hayan dado cualquier efecto fiscal
a los comprobantes fiscales expedidos por un contribuyente incluido
en el listado a que se refiere el párrafo tercero de este artículo,
contarán con treinta días siguientes al de la citada publicación para
acreditar ante la propia autoridad, que efectivamente adquirieron los
bienes o recibieron los servicios que amparan los citados
comprobantes fiscales, o bien procederán en el mismo plazo a
corregir su situación fiscal, mediante la declaración o declaraciones
complementarias que correspondan, mismas que deberán presentar
en términos de este Código.
En caso de que la autoridad fiscal, en uso de sus facultades de
comprobación, detecte que una persona física o moral no acreditó la
efectiva prestación del servicio o adquisición de los bienes, o no
corrigió su situación fiscal, en los términos que prevé el párrafo
anterior, determinará el o los créditos fiscales que correspondan.
Asimismo, las operaciones amparadas en los comprobantes fiscales
antes señalados se considerarán como actos o contratos simulados
para efecto de los delitos previstos en este Código.”
Del precepto transcrito se desprende que las autoridades podrán
presumir que son inexistentes las operaciones de los contribuyentes
que hayan emitido comprobantes sin contar con los activos, personal,
infraestructura o capacidad material, directa o indirecta, para prestar
los servicios o producir, comercializar o entregar los bienes que
amparan dichos comprobantes.
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Debe destacarse que, la presunción que con la norma se
realizará por parte de la autoridad, en cuanto a la inexistencia de las
operaciones que se avalan con los comprobantes fiscales emitidos, no
es absoluta (iuris et de iure) sino relativa (iuris tantum) pues admite
prueba en contrario; es decir, puede ser destruida por el propio
contribuyente mediante la aportación de pruebas que demuestren lo
contrario (párrafo segundo del propio numeral).
Esto es, las autoridades fiscales pueden presumir que los
comprobantes fiscales que emitan ese tipo de contribuyentes no tienen
validez, para lo cual se establece un procedimiento determinado para
que se dé a conocer a los contribuyentes correspondientes esta
presunción y se les otorgue la oportunidad para desvirtuarla.
Asimismo, esa disposición establece cuáles son los efectos de
los comprobantes que tienen para los terceros que celebraron
operaciones con los contribuyentes cuyos datos se publicaron en la
lista y que no lograron desvirtuar la presunción, así como la manera en
que los terceros pueden corroborar la realización de los actos o
actividades que amparan los comprobantes.
De lo anterior se advierte que lo dispuesto en el artículo 69-B, del
Código Fiscal de la Federación, prevé el procedimiento y
consecuencias de la presunción en que las autoridades fiscales
pueden considerar, salvo prueba en contrario, la inexistencia de las
operaciones amparadas por los comprobantes expedidos, basándose
en la prueba de un hecho distinto, en el caso, que no se cuente con
los activos, personal, infraestructura o capacidad material, directa o
indirectamente, para prestar los servicios o producir, comercializar o
entregar los bienes que amparan tales comprobantes, o bien, que
dichos contribuyentes se encuentren no localizados, y las
contradicciones entre el valor de los comprobantes y la capacidad de
su emisor, según lo haya detectado la autoridad fiscal.
Una vez establecidas estas consideraciones se procederá al
análisis de cada uno de los agravios planteados por la recurrente, que
por cuestión de método serán estudios en orden diverso al propuesto.
SÉPTIMO. Irretroactividad.
La recurrente señala que contrario a lo concluido por el Juez de
Distrito, cuando la autoridad aplica lo dispuesto en el artículo
reclamado está cambiando la esencia de unas operaciones que ya se
realizaron, pues está poniendo en duda tanto su existencia como sus
efectos fiscales, lo cual implica una modificación a una situación
realizada con anterioridad a la entrada en vigor del artículo 69-B, del
Código Fiscal de la Federación.
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AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
Si no existiera una modificación a una situación existente, no
habría razón para sujetar esa presunción a un procedimiento de
revisión, ni mucho menos obligar al contribuyente a aportar pruebas en
el procedimiento.
Que el Juez de Distrito confunde la inconstitucionalidad del
artículo reclamado por contravenir derechos sustantivos, con las reglas
procesales.
Asimismo, la parte quejosa manifiesta que el artículo 29 del
Código Fiscal de la Federación no establece como obligación de los
contribuyentes para expedir los comprobantes que las operaciones
que amparen, existan.
Estos argumentos se consideran infundados por las siguientes
consideraciones:
Sobre el principio de irretroactividad cuestionado, esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación reiteradamente ha sostenido el artículo
14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el
principio impugnado, se encuentra referido tanto al legislador, por
cuanto a la expedición de las leyes, como a las autoridades que las
aplican a un caso determinado y para explicarlo se ha acudido a las
teorías de los Derechos Adquiridos y a la de los Componentes de la
Norma.
En la Teoría de los derechos adquiridos, se distingue entre dos
conceptos, a saber: el de derecho adquirido que lo define como aquel
que implica la introducción de un bien, una facultad o un provecho al
patrimonio de una persona, a su dominio o a su haber jurídico y, el de
expectativa de derecho, el cual ha sido definido como la pretensión o
esperanza de que se realice una situación determinada que va a
generar con posterioridad un derecho; es decir, mientras que el
derecho adquirido constituye una realidad, la expectativa de derecho
corresponde a algo que en el mundo fáctico no se ha materializado.
Por consiguiente, sostiene que si una ley o acto concreto de aplicación
no afecta derechos adquiridos sino simples expectativas de derecho
no se viola la garantía de irretroactividad de las leyes prevista en el
artículo 14 de la Constitución Federal (Teoría de los Derechos
Adquiridos).
Esta teoría establece que no se pueden afectar o modificar
derechos adquiridos durante la vigencia de una ley anterior, ya que
aquéllos se regirán siempre por la ley a cuyo amparo nacieron y
entraron a formar parte del patrimonio de las personas, aun cuando
esa ley hubiese dejado de tener vigencia al haber sido substituida por
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AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
otra diferente; en cambio, una nueva ley podrá afectar simples
expectativas de gozar de un derecho que aún no ha nacido en el
momento en que entró en vigor, sin que se considere retroactiva en
perjuicio del gobernado.3
Por lo que se refiere a la Teoría de los Componentes de la
Norma,4 la Suprema Corte de Justicia de la Nación, parte de la idea de
3
Corrobora lo anterior, la tesis 2ª. LXXXVIII/2001, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, visible en la página 306 del tomo XIII, junio del año dos mil uno,
Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, cuyo tenor es:
IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES. NO SE VIOLA ESA GARANTÍA CONSTITUCIONAL
CUANDO LAS LEYES O ACTOS CONCRETOS DE APLICACIÓN SÓLO AFECTAN SIMPLES
EXPECTATIVAS DE DERECHO, Y NO DERECHOS ADQUIRIDOS. Conforme a la interpretación
que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha hecho del artículo 14 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos en cuanto al tema de la irretroactividad desfavorable que se
prohíbe, se desprende que ésta se entiende referida tanto al legislador, por cuanto a la expedición
de las leyes, como a la autoridad que las aplica a un caso determinado, ya que la primera puede
imprimir retroactividad, al modificar o afectar derechos adquiridos con anterioridad y la segunda, al
aplicarlo, produciéndose en ambos casos el efecto prohibido por el Constituyente. Ahora bien, el
derecho adquirido es aquel que ha entrado al patrimonio del individuo, a su dominio o a su haber
jurídico, o bien, es aquel que implica la introducción de un bien, una facultad o un provecho al
patrimonio de una persona o haber jurídico; en cambio, la expectativa de derecho es una
pretensión o esperanza de que se realice una situación determinada que va a generar con
posterioridad un derecho; es decir, mientras que el derecho adquirido constituye una realidad, la
expectativa de derecho corresponde al futuro. En estas condiciones, se concluye que si una ley o
un acto concreto de aplicación no afectan derechos adquiridos sino simples expectativas de
derecho no violan la garantía de irretroactividad de las leyes prevista en el precepto constitucional
citado.
4
Criterio contenido en la jurisprudencia P./J. 123./2001, sustentada por el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, visible en la página16, tomo XIV, octubre de 2001, página 16,
Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, cuyo rubro y texto es:
RETROACTIVIDAD DE LAS LEYES. SU DETERMINACIÓN CONFORME A LA TEORÍA DE LOS
COMPONENTES DE LA NORMA. Conforme a la citada teoría, para determinar si una ley cumple
con la garantía de irretroactividad prevista en el primer párrafo del artículo 14 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, debe precisarse que toda norma jurídica contiene un
supuesto y una consecuencia, de suerte que si aquél se realiza, ésta debe producirse,
generándose, así, los derechos y obligaciones correspondientes y, con ello, los destinatarios de la
norma están en posibilidad de ejercitar aquéllos y cumplir con éstas; sin embargo, el supuesto y la
consecuencia no siempre se generan de modo inmediato, pues puede suceder que su realización
ocurra fraccionada en el tiempo. Esto acontece, por lo general, cuando el supuesto y la
consecuencia son actos complejos, compuestos por diversos actos parciales. De esta forma, para
resolver sobre la retroactividad o irretroactividad de una disposición jurídica, es fundamental
determinar las hipótesis que pueden presentarse en relación con el tiempo en que se realicen los
componentes de la norma jurídica. Al respecto cabe señalar que, generalmente y en principio,
pueden darse las siguientes hipótesis: 1. Cuando durante la vigencia de una norma jurídica se
actualizan, de modo inmediato, el supuesto y la consecuencia establecidos en ella. En este caso,
ninguna disposición legal posterior podrá variar, suprimir o modificar aquel supuesto o esa
consecuencia sin violar la garantía de irretroactividad, atento que fue antes de la vigencia de la
nueva norma cuando se realizaron los componentes de la norma sustituida. 2. El caso en que la
norma jurídica establece un supuesto y varias consecuencias sucesivas. Si dentro de la vigencia
de esta norma se actualiza el supuesto y alguna o algunas de las consecuencias, pero no todas,
ninguna norma posterior podrá variar los actos ya ejecutados sin ser retroactiva. 3. También puede
suceder que la realización de alguna o algunas de las consecuencias de la ley anterior, que no se
produjeron durante su vigencia, no dependa de la realización de los supuestos previstos en esa
ley, ocurridos después de que la nueva disposición entró en vigor, sino que tal realización estaba
solamente diferida en el tiempo, ya sea por el establecimiento de un plazo o término específico, o
simplemente porque la realización de esas consecuencias era sucesiva o continuada; en este caso
la nueva disposición tampoco deberá suprimir, modificar o condicionar las consecuencias no
realizadas, por la razón sencilla de que éstas no están supeditadas a las modalidades señaladas
en la nueva ley. 4. Cuando la norma jurídica contempla un supuesto complejo, integrado por
diversos actos parciales sucesivos y una consecuencia. En este caso, la norma posterior no podrá
modificar los actos del supuesto que se haya realizado bajo la vigencia de la norma anterior que los
13
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
que toda norma jurídica contiene un supuesto y una consecuencia, en
el que si aquél se realiza, ésta debe producirse, generándose así, los
derechos y obligaciones correspondientes y, con ello, que los
destinatarios de la norma están en posibilidad de ejercer aquellos y de
cumplir con éstas. Sin embargo, el supuesto y la consecuencia no
siempre se generan de modo inmediato, pues puede suceder que su
realización ocurra fraccionada en el tiempo, por lo que para que se
pueda examinar la retroactividad o irretroactividad de las normas es
necesario analizar las siguientes hipótesis que pueden llegar a
generarse a través del tiempo:
 Cuando durante la vigencia de una norma jurídica se actualizan,
de modo inmediato, el supuesto y la consecuencia en ella
regulados, no se pueden variar, suprimir o modificar ese
supuesto o la consecuencia sin violar la garantía de
irretroactividad de las normas, toda vez que ambos nacieron a la
vida jurídica con anterioridad a la entrada en vigor de la nueva
ley.
 Cuando la norma jurídica establece un supuesto y varias
consecuencias sucesivas. Si el supuesto y algunas de las
consecuencias se realizan bajo la vigencia de una ley, quedando
pendientes algunas de las consecuencias jurídicas al momento
de entrar en vigor una nueva disposición jurídica, dicha ley no
podría modificar el supuesto ni las consecuencias ya realizadas.
 Cuando la realización de alguna o algunas de las consecuencias
de la ley anterior, no se producen durante su vigencia, pero cuya
realización no depende de los supuestos previstos en esa ley,
sino únicamente estaban diferidas en el tiempo, por el
establecimiento de un plazo o término específico, en este caso la
nueva disposición tampoco podría suprimir, modificar o
condicionar las consecuencias no realizadas, toda vez que estas
últimas no están supeditadas a las modalidades señaladas en la
nueva ley.
 Cuando para la ejecución o realización de las consecuencias
previstas en la disposición anterior, pendientes de producirse, es
necesario que los supuestos señalados en la misma, se realicen
después de que entró en vigor la nueva norma, tales
consecuencias deberán ejecutarse conforme a lo establecido en
ésta, en atención a que antes de la vigencia de dicha ley no se
previó, sin violar la garantía de irretroactividad. Pero en cuanto al resto de los actos componentes
del supuesto que no se ejecutaron durante la vigencia de la norma que los previó, si son
modificados por una norma posterior, ésta no puede considerarse retroactiva. En esta
circunstancia, los actos o supuestos habrán de generarse bajo el imperio de la norma posterior y,
consecuentemente, son las disposiciones de ésta las que deben regir su relación, así como la de
las consecuencias que a tales supuestos se vinculan.
14
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
actualizaron ni ejecutaron ninguno de los componentes de la ley
anterior (supuestos y consecuencias acontecidos bajo la vigencia
de la nueva disposición).
Así, conforme con la teoría de los componentes de la norma, la
estructura lógica de las normas jurídicas se compone por los
elementos siguientes: supuesto jurídico y las consecuencias que —en
general—, necesariamente derivan de su actualización.
En otras palabras, el propio supuesto jurídico se compone de uno
o varios hechos, situaciones o actos jurídicos previstos en la norma de
cuya realización dependerá que se materialicen la o las
consecuencias de derecho.
En este orden, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 14
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como
en las teorías admitidas por esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, para interpretar el tema de retroactividad, resulta que una
norma transgrede el precepto constitucional antes señalado, cuando la
ley trata de modificar o alterar derechos adquiridos o supuestos
jurídicos y consecuencias de éstos que nacieron bajo la vigencia de
una ley anterior, lo que conculca en perjuicio de los gobernados, el
principio de irretroactividad, lo cual no ocurre cuando se está en
presencia de meras expectativas de derecho o de situaciones que aún
no se han realizado, o consecuencias no derivadas de los supuestos
regulados en la ley anterior, pues en esos casos, sí se permite que la
nueva ley las regule.
En este caso, los párrafos primero, segundo y tercero del artículo
69-B del Código Fiscal de la Federación establecen que las
autoridades fiscales presumirán la inexistencia de las operaciones que
amparan los documentos que emitieron los contribuyentes que no
cuenten con activos, personal, infraestructura, capacidad material,
directa o indirecta, para prestar los servicios o producir, comercializar o
entregar los bienes que amparan tales comprobantes o que esos
contribuyentes se encuentren como no localizados, así como el
procedimiento para probar esa presunción.
Es decir, tales porciones normativas señalan que las autoridades
fiscales pueden verificar mediante el procedimiento indicado si se
actualizan los supuestos señalados en el párrafo primero de esa
disposición, razón por la cual se considera que es una norma de
procedimiento.
En efecto, las porciones normativas reclamadas se tratan de una
norma de procedimiento, ya que contienen los pasos que la autoridad
debe seguir para verificar que los contribuyentes que emiten
15
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
comprobantes hayan realizado las operaciones que se amparan en
éstos.
Así, es claro que el procedimiento al que hacen referencia los
párrafos antes mencionados va dirigido a verificar la realización de las
operaciones de los contribuyentes que emiten comprobantes fiscales.
Al respecto, conforme a los párrafos primero y segundo del
artículo 6o. del Código Fiscal de la Federación, las normas
procedimentales se aplican desde su entrada en vigor sin importar
cuándo se generaron las obligaciones fiscales, su determinación o
liquidación considerando los límites que se establecen para el ejercicio
de las facultades de comprobación y de determinación que ese código
señala.
Esto es, los párrafos del artículo reclamado no violan la garantía
de irretroactividad por tomar en cuenta las facturas emitidas con
anterioridad a su entrada en vigor, toda vez que es una norma de
procedimiento y además, las facultades de las autoridades se
encuentran limitadas por el plazo de caducidad que establece el
artículo 67 del Código Fiscal de la Federación.
Siendo menester destacar que el procedimiento previsto en el
numeral reclamado va dirigido al sujeto a quien se le imputan los actos
o actividades, pues precisamente su finalidad es verificar que el
contribuyente que emitió las facturas efectivamente haya realizado las
operaciones que se mencionan en éstos, y no al tercero que le da
efectos fiscales a esos comprobantes, ya que no son las facturas las
que verifica la autoridad mediante el procedimiento contenido en el
artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, sino la realización de
los actos.
Incluso la autoridad fiscal para corroborar que los comprobantes
cumplen con los requisitos fiscales o que fueron idóneos para soportar
la deducción o el acreditamento realizado por el tercero a quien se le
emitió el comprobante, cuenta con las facultades contenidas en el
artículo 42 del Código Fiscal de la Federación, específicamente en las
fracciones II, III y V, las cuales podrá ejercer, siempre y cuando no
hayan caducado.
Ello tomando en cuenta que si bien el documento con el que se
amparan los actos o actividades pudo expedirse con anterioridad a la
entrada en vigor del artículo reclamado, no por ese simple hecho ya
gozaba de eficacia, pues para ello necesita cumplir con los requisitos
que se establecen en los artículos 29 y 29-A del Código Fiscal de la
Federación y que efectivamente se haya realizado la operación.
16
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
Además, en el penúltimo párrafo del artículo reclamado se
establece la posibilidad para que los terceros que hayan dado efectos
a los comprobantes expedidos por los contribuyentes que se
encuentran en los supuestos del párrafo primero del artículo
reclamado, comprueben que efectivamente adquirieron el bien o el
servicio, con lo que se corrobora que el dar o no efectos a los
comprobantes fiscales no es la finalidad de esta disposición.
En esas condiciones, si el comprobante fiscal no se encuentra
sustentado desde un principio por una operación real o existente, no
se puede considerar que con el procedimiento previsto en el precepto
reclamado, se modifica una situación previamente creada, cuando ni
siquiera existió, pues lo único que se realiza a través del
procedimiento en cuestión es evidenciar una situación que ya estaba
presente desde un principio —relativa a la inexistencia de la operación
respecto a los comprobantes fiscales—, y aun así se le otorga un
plazo a los terceros para que en caso, de que la falta de acreditación
de las operaciones fuera una cuestión imputable al sujeto pasivo
revisado, tengan la oportunidad de acreditar la existencia de las
operaciones que soportan la documentación que éste les expidió.
De esta manera se corrobora que mediante este procedimiento
no se busca eliminar los efectos que produjeron los comprobantes
fiscales, sino sólo detectar quiénes son los contribuyentes que emiten
documentos que soportan actividades o actos inexistentes, pues si los
terceros acreditan que efectivamente realizaron la operación que
ampara ese documento, éstos no tendrán que corregir su situación
fiscal y por ende, se le estarían reconociendo los efectos fiscales a
esos comprobantes.
De acuerdo con lo dicho, el procedimiento establecido en la
disposición reclamada no elimina los efectos de las facturas, sino que
este artículo señala que existe un medio de prueba para que la
autoridad pueda verificar una presunción que consiste en corroborar
que los contribuyentes que emitieron los comprobantes realmente
realizaron los actos o actividades que ahí constan.
De esta manera el precepto legal reclamado únicamente verifica
que los contribuyentes que expiden los comprobantes fiscales
realmente realicen las operaciones que amparan éstos y no tiene
como objetivo eliminar los efectos de los comprobantes fiscales, por lo
que es infundado el agravio de la recurrente al señalar que esa
disposición cambia la esencia de las operaciones que ya se realizaron.
17
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
OCTAVO. Derecho de audiencia.
En otro aspecto, deben desestimarse los agravios en los que se
manifiesta que el precepto reclamado es violatorio del derecho de
audiencia previa.
El recurrente aduce que el procedimiento administrativo
sancionador debió analizarse como un todo y su estudio debió partir
de que desde el inicio tenía por objeto el privar de efectos fiscales a
los comprobantes fiscales, como el derecho a deducir, por lo que
debía respetarse la garantía de audiencia previa, aun cuando es de
forma presunta y provisional.
Contrariamente a lo aducido por la recurrente y tal como ya se
demostró en consideraciones anteriores, el procedimiento previsto en
el artículo que se analiza no es un procedimiento administrativo
sancionador, por lo que no puede ser analizado bajo tal naturaleza.
Ahora, la publicación de la lista de las personas que se
encuentran en los supuestos de presunción de operaciones
inexistentes, prevista en el segundo párrafo del artículo en cuestión,
tiene por objeto garantizar a los contribuyentes referidos en la misma,
el derecho a manifestar lo que consideren conveniente y ofrecer las
pruebas pertinentes para desvirtuar los hechos que motivaron la
notificación, de forma previa a la resolución que declaré que
efectivamente se encuentran en supuestos de operaciones
inexistentes.
Dicha publicación es una notificación por parte de las autoridades,
con el objeto de hacer del conocimiento del contribuyente dicha
situación, así como las posibles consecuencias derivadas de
encontrarse en los supuestos referidos, en caso de no desvirtuar la
presunción en su contra.
En esos términos, al ser un acto de comunicación procesal
público, que solo da a conocer la existencia de una situación con
ciertas consecuencias jurídicas -que aún no se han actualizado- no
genera ningún efecto privativo y se trata de un acto de molestia que es
regido por las formalidades del artículo 16 constitucional, y no le es
exigible el respeto de la garantía de audiencia.
El carácter de acto de molestia también se desprende de la
finalidad del procedimiento reclamado, a la que hace referencia la
exposición de motivos del Decreto Legislativo del que derivó el artículo
69-B del Código Fiscal de la Federación, en el sentido de que a través
de dicho artículo se estableció un medio de control y vigilancia del
cumplimiento de las obligaciones fiscales, entre otras, la relativa al
18
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
cabal cumplimiento de obligaciones en materia de comprobantes
fiscales.
Cabe señalar que la anterior consideración es consistente con el
criterio sustentado por el Tribunal Pleno al establecer la distinción
entre actos de privación y actos de molestia prevista en la
jurisprudencia P./J. 40/96, de rubro: “ACTOS PRIVATIVOS Y ACTOS
DE MOLESTIA. ORIGEN Y EFECTOS DE LA DISTINCIÓN”.5
No obstante ello, para efectos de resolver de forma definitiva la
situación de los contribuyentes que presumiblemente expiden
comprobantes de operaciones inexistentes, en el sentido de que
efectivamente emiten comprobantes sin contar con los elementos
necesarios para realizar las operaciones que amparan, y publicar el
nombre de dichos contribuyentes, en términos del tercer párrafo del
artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, dicho artículo sí
respeta la garantía de audiencia.
Dicho artículo sí prevé un procedimiento previo a dicha
determinación de la autoridad fiscal y su respectiva publicación, que es
diversa a la publicación de contribuyentes presuntos referida en el
segundo párrafo del artículo en cuestión.
Como ya se precisó, la primera publicación es parte de los actos
procesales con los que inicia el procedimiento que culminará con
determinar si efectiva y definitivamente, los contribuyentes se
encuentran en la situación de emitir comprobantes fiscales sin los
5
Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo IV, julio de 1996, página
5, cuyo texto es el siguiente: “El artículo 14 constitucional establece, en su segundo párrafo, que
nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos,
sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al
hecho; en tanto, el artículo 16 de ese mismo Ordenamiento Supremo determina, en su primer
párrafo, que nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento. Por consiguiente, la Constitución Federal distingue y regula de manera
diferente los actos privativos respecto de los actos de molestia, pues a los primeros, que son
aquellos que producen como efecto la disminución, menoscabo o supresión definitiva de un
derecho del gobernado, los autoriza solamente a través del cumplimiento de determinados
requisitos precisados en el artículo 14, como son, la existencia de un juicio seguido ante un tribunal
previamente establecido, que cumpla con las formalidades esenciales del procedimiento y en el
que se apliquen las leyes expedidas con anterioridad al hecho juzgado. En cambio, a los actos de
molestia que, pese a constituir afectación a la esfera jurídica del gobernado, no producen los
mismos efectos que los actos privativos, pues sólo restringen de manera provisional o preventiva
un derecho con el objeto de proteger determinados bienes jurídicos, los autoriza, según lo
dispuesto por el artículo 16, siempre y cuando preceda mandamiento escrito girado por una
autoridad con competencia legal para ello, en donde ésta funde y motive la causa legal del
procedimiento. Ahora bien, para dilucidar la constitucionalidad o inconstitucionalidad de un acto de
autoridad impugnado como privativo, es necesario precisar si verdaderamente lo es y, por ende,
requiere del cumplimiento de las formalidades establecidas por el primero de aquellos numerales, o
si es un acto de molestia y por ello es suficiente el cumplimiento de los requisitos que el segundo
de ellos exige. Para efectuar esa distinción debe advertirse la finalidad que con el acto se persigue,
esto es, si la privación de un bien material o inmaterial es la finalidad connatural perseguida por el
acto de autoridad, o bien, si por su propia índole tiende sólo a una restricción provisional”.
19
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
elementos necesarios para llevar a cabo las operaciones amparadas
en los mismos.
Con dicha publicación se notifica al contribuyente que dentro del
plazo de quince días contados a partir de la última de las
notificaciones que se hayan efectuado, debe manifestar lo que a su
derecho convenga y en su caso, aportar la documentación e
información que considere pertinente para desvirtuar los hechos que
llevaron a la autoridad a notificarlo.
Asimismo se advierte que recibida esa documentación por parte
del contribuyente, la autoridad procederá a valorarla y determinará en
un plazo que no excederá de cinco días si se desvirtuó o no la
presunción, estando obligada a notificar su resolución a través del
buzón tributario y de la publicación de un listado en el Diario Oficial de
la Federación y en la página de internet del Servicio de Administración
Tributaria, en la que únicamente se incluirá a los contribuyentes que
no hayan desvirtuado los hechos que se les imputan.
Esta segunda publicación tendrá a la vez, el efecto de dar
oportunidad a las personas físicas o morales que hayan dado
cualquier efecto fiscal a los comprobantes fiscales expedidos por un
contribuyente incluido en el listado para que en un plazo de treinta
días siguientes al de la citada publicación acrediten ante la propia
autoridad, que efectivamente adquirieron los bienes o recibieron los
servicios que amparan los citados comprobantes fiscales, o bien para
corregir su situación fiscal, mediante la declaración o declaraciones
complementarias que correspondan.
En dichos términos, la garantía de audiencia es respetada por el
artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, al prever un
procedimiento para la resolución definitiva de la situación de los
contribuyentes a los que se refiere dicho artículo, previa publicación
del registro federal de contribuyentes y de su razón social, como
sujetos cuyas operaciones fiscales son inexistentes –a la que se
refiere el párrafo tercero de dicho artículo-, garantía que no es exigible
tratándose de la publicación prevista en el segundo párrafo del mismo
artículo, por ser un acto de molestia.
NOVENO. Presunción de inocencia.
La recurrente aduce en su agravio medularmente, que el Juez de
Distrito parte de supuestos incorrectos, pues justifica la
constitucionalidad de la facultad presuntiva de la autoridad fiscal a
partir de la práctica cotidiana, de una verdad jurídica distinta a la
verdad real, el evitar un daño a la colectividad y el traslado de la carga
20
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
de la prueba al particular en beneficio de la autoridad, lo cual afecta
también el principio de presunción de inocencia.
Que debió considerar que el procedimiento previsto en el
numeral reclamado viola lo dispuesto en el artículo 20 constitucional,
ya que la carga de la prueba debería ser para la autoridad fiscal, y no
para el contribuyente, y que tampoco se justificó en la sentencia
recurrida la inaplicación de la jurisprudencia derivada de la
contradicción de tesis **********, emitida por el Tribunal Pleno.
Que no analizó todas las disposiciones aplicables relacionadas
con la presunción de inocencia, establecidas en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano.
Que es insuficiente que se pretenda justificar la
constitucionalidad del precepto combatido sobre la base de que la
resolución de determinación de inexistencia de operaciones se
notifique en forma personal y se publique en el Diario Oficial de la
Federación y en la página de internet del Servicio de Administración
Tributaria.
Los argumentos antes sintetizados se estiman ineficaces por las
consideraciones siguientes:
El argumento de la recurrente parte del supuesto de que el
artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación prevé el
procedimiento administrativo sancionador respecto del cual, resulta
aplicable el principio de presunción de inocencia.
Dicho argumento es ineficaz, toda vez que parte de una premisa
falsa, consistente en que dicho artículo prevé un procedimiento
administrativo sancionador, respecto del cual se debe analizar la
violación al principio de presunción de inocencia, como lo ha sostenido
el Tribunal Pleno6, lo cual impide estudiar los argumentos en los
términos planteados.
6
En efecto, el Tribunal Pleno ha sostenido que el principio de presunción de inocencia es aplicable
al procedimiento sancionador, según se desprende de la jurisprudencia cuyo rubro es:
“PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. ESTE PRINCIPIO ES APLICABLE AL PROCEDIMIENTO
ADMINISTRATIVO SANCIONADOR, CON MATICES O MODULACIONES”, localizable en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 7, Junio de 2014, Tomo I, Décima Época,
registro: 2006590, jurisprudencia del Pleno, materia(s): Constitucional, tesis: P./J. 43/2014 (10a.),
página: 41.
21
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
Para corroborar que efectivamente el artículo reclamado no
prevé un procedimiento administrativo sancionador y que en
consecuencia, no le es aplicable el principio de presunción de
inocencia es importante considerar lo siguiente:
El procedimiento administrativo sancionador se constituye por el
conjunto de actos o formalidades concatenados entre sí en forma de
juicio por autoridad competente, con el objeto de conocer
irregularidades o faltas ya sean de servidores públicos o de
particulares, cuya finalidad, en todo caso, sea imponer alguna sanción.
Por infracción administrativa ha de entenderse aquel
comportamiento contraventor de lo dispuesto en una norma jurídica, a
la que se apareja una sanción consistente en la privación de un bien o
un derecho, y que no aparece calificado en el ordenamiento jurídico
como delito o falta.
Ahora bien, como se precisó anteriormente, el artículo 69-B del
Código Fiscal de la Federación prevé y regula el procedimiento con
base en el cual se establecen las condiciones para destruir las
presunciones determinadas por la autoridad, sin que de éste derive en
una sanción.
Esto es así debido a que la presunción consiste en considerar
como inexistentes las operaciones respaldadas en comprobantes
con ciertas características, es decir, se actualiza cuando la autoridad
fiscal detecta que un contribuyente emite comprobantes sin contar con
los activos, personal, infraestructura o capacidad material, directa o
indirecta, para prestar los servicios o producir, comercializar o entregar
los bienes que amparen esos comprobantes, o bien, tal causante se
encuentre como no localizado, de lo cual, no deriva una sanción.
En efecto, esta presunción no deriva en una sanción, sino que
consiste en un procedimiento mediante el cual, se verifica si los
documentos expedidos por los proveedores carecen de sustento para
poder ser utilizados para efectos fiscales.
Así, lo previsto en el artículo 69-B del Código Tributario se trata
de una presunción que de no demostrarse lo contrario, puede derivar
en que los comprobantes fiscales emitidos por el contribuyente no
produzcan efectos fiscales, cuestión que si bien implica una
consecuencia “negativa”, conduce a que sea cierta la presunción que
se efectuó en el sentido de que no se llevaron a cabo las operaciones
que pretenden acreditar con los documentos, porque el hecho de que
cumplan con los requisitos formales que caracterizan a los
comprobantes fiscales y que se encuentran contenidos en el artículo
29-A del mismo ordenamiento, no significa que en realidad sean
22
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
comprobantes fiscales, pues para tener tal la naturaleza deben
amparar operaciones que realmente se realizaron.
En esos términos, no tiene el carácter de sanción o de privación
de derechos la presunción contenida en el artículo reclamado, sino
que es un procedimiento mediante el cual se otorga la verdadera
naturaleza a unos documentos que al no contener todos los requisitos
necesarios, no producirán efecto fiscal alguno, porque no son
comprobantes fiscales en los términos de la ley.
En efecto, de acuerdo con lo establecido en el artículo 69-B del
Código Fiscal de la Federación, en principio sólo se presumiría la
inexistencia de las operaciones amparadas con esos comprobantes
fiscales cuando el que los emite no demuestre que cuenta con los
activos, personal, infraestructura o capacidad material, directa o
indirecta, para prestar los servicios o producir, comercializar o entregar
los bienes que amparan tales comprobantes, o bien, que dichos
contribuyentes se encuentren no localizados; pero si el contribuyente
desvirtúa esa presunción, sus documentos continuarán produciendo
los efectos fiscales correspondientes, como comprobantes fiscales.
De esta forma, la posibilidad con que cuenta el contribuyente
para desvirtuar la presunción permite que las operaciones amparadas
por los documentos en cuestión, produzcan los efectos fiscales
correspondientes, pues basta con que presente las pruebas que así lo
acreditan para que obtengan validez; pero si no pudiera acreditarlo, se
entenderá que dichos documentos no produjeron ni producen efecto
fiscal alguno.
En otras palabras, el hecho de no otorgarle los alcances legales
a los documentos de que se trata, no se traduce en una limitación de
derechos, pues si tales documentos no cuentan con un respaldo que
cumpla con los requisitos legales, entonces no existe derecho alguno
que pueda derivarse de ellos.
Así, el procedimiento contenido en el artículo reclamado no es un
procedimiento administrativo sancionador, pues, no tiene como objeto
conocer irregularidades de los particulares con el fin de imponerles
alguna sanción, sino que establece las condiciones en que los
contribuyentes pueden desvirtuar las presunciones de la autoridad y
en caso de que no logren desvirtuarla, se le otorgará la verdadera
naturaleza a los documentos con los que se pretende amparar un acto
o actividad determinada.
En conclusión, el precepto impugnado no constituye un
procedimiento administrativo sancionador que pueda analizarse a la
luz del principio de presunción de inocencia, en tanto que en los
23
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
párrafos primero y segundo que se impugnan, solamente se establece
una presunción sobre la inexistencia de operaciones atribuible al
contribuyente emisor, la cual no es definitiva porque admite prueba
en contrario; aunado a que en caso de no comprobarse la
autenticidad de las operaciones realizadas, el efecto final sería
considerar con efectos generales, que las operaciones contenidas en
los documentos expedidos por el contribuyente en cuestión no
producen ni produjeron efecto fiscal alguno; lo que no se puede
considerar como una sanción, ni pérdida de un derecho.
Lo anterior al margen de que el último párrafo del numeral en
estudio establezca que las operaciones amparadas en los
comprobantes fiscales que se presuman inexistentes se considerarán
como actos o contratos simulados para efecto de los delitos especiales
previstos en el Código Fiscal de la Federación, en tanto que para
poder fincar responsabilidad penal por la comisión de un delito, es
menester que se inicie un procedimiento conforme a todas las
formalidades esenciales ante la autoridad competente y que concluya
con una sentencia condenatoria; procedimiento en el cual, de llegar a
actualizarse, el contribuyente tendrá la oportunidad de desvirtuar la
simulación de las operaciones que amparan las facturas que emitió, de
ahí que lo contenido en este párrafo, no significa que la presuntiva en
estudio configure por sí misma una prueba indubitable de la simulación
de operaciones, sino que únicamente, de ser el caso, será el hecho
que la autoridad fiscal haga del conocimiento al ministerio público para
que inicie sus facultades de investigación e integración de delitos, a
efecto de ejercer acción penal.
De manera tal, que al no tratarse de un procedimiento
administrativo sancionador, no le es aplicable el principio de
presunción de inocencia, por lo que su agravio es ineficaz.
No obstante lo anterior, es pertinente señalar que aunque el
principio constitucional que se analiza pudiera actualizarse en los
procedimientos administrativos que, sin tener el carácter de
sancionadores, se instauran por la Administración con el gobernado,
en tanto se erige como principio rector y como un derecho legítimo
reconocido a favor de las personas; cabría concluir que éste o se
ve vulnerado por el artículo reclamado.
En efecto, el precepto impugnado no contraviene el aludido
principio de presunción de inocencia, en tanto que en los párrafos
primero y segundo solamente se establece una presunción sobre la
inexistencia de operaciones atribuible al contribuyente emisor, la cual
no es definitiva porque admite prueba en contrario.
24
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
Además, tal facultad de la autoridad deriva de la correlativa
obligación del gobernado contenida en el artículo 31, fracción IV, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, conforme al
cual los sujetos pasivos deben contribuir a los gastos públicos en
función de su respectiva capacidad contributiva, debiendo aportar una
parte justa y adecuada de sus ingresos, utilidades, rendimientos o la
manifestación de riqueza gravada, lo que tratándose de comprobantes
fiscales se traduce en que los gobernados integren la base gravable
de los tributos considerando las deducciones y acreditamientos a que
haya lugar, sin pretender justificar operaciones que no realizaron o
que se encuentran contenidas en documentos apócrifos.
Como se advierte, la presunción a la que arribe la autoridad debe
fundarse en información objetiva, en tanto que debe tener como
fundamento alguna de las causas detalladas en ese párrafo, las que
en general, aluden a la falta de capacidad operativa del contribuyente
para llevar a cabo las operaciones a las que se refieren los
comprobantes fiscales.
Ante esta presunción, la autoridad debe proceder a notificar al
contribuyente en términos de lo dispuesto en el párrafo segundo, en el
que se establece que tal comunicación se hará a través de tres
medios, a saber, del buzón tributario, de la página de internet del
Servicio de Administración Tributaria, así como mediante publicación
en el Diario Oficial de la Federación.
Ahora bien, contrariamente a lo que se argumenta, la notificación
a través de la página de internet del Servicio de Administración
Tributaria y del Diario Oficial de la Federación, no vulnera el principio
de presunción de inocencia, en virtud de que como ya quedó referido,
a través de las mismas se hace del conocimiento del contribuyente, la
presunción a la que ha arribado la autoridad con base en la
información que obra en su poder. Esta primera publicación que
obedece a esa presunción, origina la posibilidad de que el
contribuyente afectado comparezca ante la autoridad con los
elementos comprobatorios que tenga a su alcance para desvirtuar
aquella determinación de la autoridad.
Consecuentemente, al tratarse de una presunción que admite
prueba en contrario, no se vulnera el principio de presunción de
inocencia, en virtud de que no se establecen ni fincan determinaciones
definitivas ni se atribuye responsabilidad al gobernado, sino que
constituye un llamamiento para que éste aduzca lo que a su interés
convenga y aporte la documentación e información que considere
25
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
pertinente para desvirtuar los hechos que llevaron a la autoridad a
notificarlos.
En esta línea, la función de la presunción a la que se refiere el
precepto impugnado es la de dar certeza a la relación tributaria, ante
el probable indebido cumplimiento del contribuyente de sus
obligaciones formales y materiales, de tal manera que resulta legítima
desde el punto de vista constitucional, porque corresponde a criterios
de razonabilidad, ya que no se establece arbitrariamente y, por otro
lado, porque admite prueba en contrario.
No es óbice para la anterior conclusión, el hecho de que el
numeral impugnado no prevea la obligación a cargo de la autoridad de
acreditar esa inexistencia, porque como ya quedó de manifiesto, la
presunción se funda en límites objetivos tales como no contar con los
activos, personal, infraestructura o capacidad material, directa o
indirectamente, para prestar los servicios o producir, comercializar o
entregar los bienes que amparan los comprobantes, o bien, que dichos
contribuyentes se encuentren no localizados.
Cabe destacar que incluso ante la publicación que se hace
respecto de los contribuyentes que no lograron desvirtuar esa
presunción –párrafos tercero y cuarto, que no fueron aplicados a la
recurrente-, el contribuyente tiene expedita la vía para hacer valer los
medios de defensa que estime oportunos, en los que tendrá la
posibilidad de ofrecer los medios de prueba que acredite el debido
cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
DÉCIMO. Violación al artículo 22 constitucional y al honor.
La recurrente argumenta que con la publicación de la lista de
contribuyentes que se ubican en el supuesto del artículo 69-B del
Código Fiscal de la Federación, lo que se logra es que los terceros
eviten celebrar operaciones con esos contribuyentes, lo que ocasiona
una pena infamante en perjuicio de estos últimos.
Que si el Juez de Distrito consideró que con esa lista no se
causaba una pena infamante, en virtud de que ésta tiene un carácter
preventivo para la sociedad, pues su finalidad es que los terceros sean
informados de la situación de los comprobantes emitidos por esos
contribuyentes, debió señalar cuáles eran los supuestos derechos de
los terceros que se veían afectados.
Asimismo, la parte quejosa expresa que el Juez de Distrito
sostuvo que el artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación no
detenta una sanción, pero no explicó por qué la publicación del listado
referido no era susceptible de considerarse como pena infamante.
26
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
Los anteriores agravios son infundados como se demostrará a
continuación:
El primer párrafo del artículo 22 constitucional establece que
quedan prohibidas, entre otras, las penas inusitadas y
trascendentales:
“Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación,
de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier
especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera
otras penas inusitadas y trascendentales. (…)”.
En relación con lo anterior, el Pleno de este alto Tribunal ha
emitido la siguiente jurisprudencia:
Época: Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XIV, Octubre de 2001
Tesis: P./J. 126/2001
Página: 14
“PENA INUSITADA. SU ACEPCIÓN CONSTITUCIONAL. Según el
espíritu del artículo 22 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, el término inusitado aplicado a una pena no
corresponde exactamente a la acepción gramatical de ese adjetivo,
que significa lo no usado, ya que no podría concebirse que el
Constituyente hubiera pretendido prohibir la aplicación, además de
las penas que enuncia el citado precepto 22, de todas aquellas que
no se hubiesen usado anteriormente; interpretar gramaticalmente el
concepto, sería tanto como aceptar que dicha disposición constituye
un impedimento para el progreso de la ciencia penal, pues cualquier
innovación en la forma de sancionar los delitos implicaría la
aplicación de una pena inusitada. Así, por pena inusitada, en su
acepción constitucional, debe entenderse aquella que ha sido
abolida por inhumana, cruel, infamante y excesiva o porque no
corresponde a los fines que persigue la penalidad”.
De acuerdo con ese criterio, se considera que una pena
inusitada es aquella inhumana, cruel, infamante y excesiva o que no
corresponde a los fines que persigue la penalidad y entre las penas
inusitadas, se encuentran las penas infamantes.
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, se
entiende por infamante y por la conducta de infamar, lo siguiente:
“infamante. P.a. de infamar. Que infama. 2. Adj. Que causa
deshonra”.
“infamar. (Del latín infamare) tr. Quitar la fama honra y estimación a
una persona o cosa personificada”.
27
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
Por su parte, la Enciclopedia Jurídica Mexicana del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de
México ha definido así a la difamación:
“DIFAMACIÓN. I. De difamar. Desacreditar a uno respecto a
terceros. Supone un ataque a la fama o reputación de una persona;
es decir, rebajar a alguien en la estima o concepto que los demás
tienen de él [...]” (Enciclopedia Jurídica Mexicana, Editorial Porrúa,
México 2002, Tomo D-E, página 527)”.
De las anteriores definiciones se puede concluir que las penas
infamantes son aquéllas que atacan la fama o reputación de una
persona, buscando deshonrarla o desacreditarla permanentemente
respecto a terceros; lo cual está prohibido por el artículo 22
constitucional.
Ahora bien, en este caso, la recurrente alega que la lista que
publica la autoridad fiscal, de acuerdo con lo establecido en el artículo
reclamado constituye una pena infamante, pues esa publicación
desacredita su imagen frente a terceros.
El agravio antes expuesto es infundado, pues la lista que la
autoridad fiscal publica conforme a lo dispuesto en el artículo 69-B del
Código Fiscal de la Federación no constituye una pena infamante
debido a que sólo es un medio de notificación que utiliza para darle a
conocer a los contribuyentes que actualizaron las características de la
presunción establecida en el artículo reclamado y que éstos tengan un
plazo para desvirtuar esa presunción.
En efecto, en la primera lista que se publica, la autoridad notifica
a los contribuyentes que se ubican en los supuestos de la presunción,
sin que ello constituya una sanción porque como se advirtió con
anterioridad no constituye una privación de un derecho sino que
únicamente la autoridad les da a conocer que existe una presunción
respecto de los documentos que soportan sus operaciones y que
tienen un plazo para desvirtuar esa presunción.
Por lo que se refiere a la segunda publicación, únicamente tiene
como finalidad dar a conocer a los contribuyentes, así como a los
terceros que celebraron operaciones con éstos, que los documentos
utilizados para soportar los actos o actividades son inexistentes, esto
es, la segunda publicación sólo tiene como consecuencia hacer una
declaración de la realidad jurídica –precisamente sobre la inexistencia
de las operaciones celebradas por esos contribuyentes-, por lo que
tampoco se puede considerar como una pena.
De ahí que tanto la primera como la segunda publicación a que
28
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
hace referencia el artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, no
constituyen una pena infamante, pues sólo son un medio para dar a
conocer a los interesados la existencia de una presunción sobre sus
operaciones, así como otorgarles un plazo para desvirtuarla y que a su
vez, los terceros tengan conocimiento respecto de los comprobantes
que se les hubiera expedido por esa persona moral, para que tengan
la oportunidad de desvirtuar, si es su caso, la presunción actualizada.
De tal manera, contrario a lo sostenido por la recurrente, la
determinación de la presunción no es una sanción porque como se
advirtió con anterioridad no se le está privando de algún derecho al
contribuyente; además, el que la presunción pudiera conducir a que
los documentos emitidos por el contribuyente carezcan de efectos
deriva de que éste no desvirtuó la presunción, por lo que en su caso
pudo haber acreditado que efectivamente están amparados sus
documentos con las operaciones y así evitar la actualización de la
presunción.
Por otro lado, el agravio de la recurrente en el sentido de que la
publicación de la lista le genera una pena infamante, toda vez que
desacredita su imagen es un argumento inoperante, pues está
basándolo en su situación particular, ya que el hecho de que lo
desacredite ante terceros no es por el procedimiento por virtud del cual
la autoridad fiscal se cerciora de la eficacia de los actos emitidos por el
contribuyente de que se trate, por lo que en su caso, la
desacreditación del contribuyente que produzca el dar a conocer a
terceros que no existe un respaldo deriva de su propia conducta y no
del procedimiento.
Por lo antes expuesto, el agravio de la recurrente es infundado,
ya que dicho precepto no es contrario al artículo 22 constitucional,
toda vez que no establece una sanción, ya que no se deshonra o
desacredita al contribuyente ante la sociedad, pues como ya se vio,
dichas publicaciones del inicio del procedimiento, así como de la
resolución con que culmine, sólo tienen como finalidad hacer saber a
los interesados (contribuyentes directos que expidieron los
comprobantes fiscales o bien a los terceros quienes hayan dado
cualquier efecto fiscal a los comprobantes) la existencia del
procedimiento, así como las consecuencias que acarrearía, que podría
consistir en dado caso en que las operaciones contenidas en los
comprobantes fiscales expedidos por el contribuyente en cuestión, no
producen ni produjeron efecto fiscal alguno.
DÉCIMO PRIMERO. Derecho a la privacidad, protección de
datos personales.
29
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
La recurrente reclama que contrario a lo afirmado por el Juez de
Distrito, el nombre o razón social sí deben considerarse como datos de
carácter privado incluso confidencial y, por ende, como protegidos de
su difusión a terceros conforme a los artículos 1 y 6 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El anterior agravio planteado por la recurrente es infundado por
lo siguiente:
El derecho de acceso a la información implica la obligación del
Estado de difundir y garantizar que las entidades de cualquier índole
brinden a toda persona la posibilidad de conocer aquella información
que, incorporada a un mensaje, tenga un carácter público y sea de
interés general, es decir, todos los datos, hechos, noticias, opiniones e
ideas que puedan ser difundidos, recibidos, investigados, acopiados,
almacenados, procesados o sistematizados por cualquier medio,
instrumento o sistema, en posesión de la autoridad por causa del
ejercicio de funciones de derecho público.
En este sentido, el artículo 6 constitucional, en su fracción I,
señala que toda la información en posesión de cualquier autoridad,
entidad, órgano y organismo federal, estatal y municipal, es pública y
sólo podrá ser reservada temporalmente por razones de interés
público en los términos que fijen las leyes.
Efectivamente, el artículo 6 constitucional reconoce el derecho
de acceso a la información de los gobernados; sin embargo, como
todo derecho fundamental, no es absoluto, siendo el propio precepto el
que contempla sus limitantes.
En efecto, de conformidad con la fracción II, del artículo 6
constitucional, la información que se refiere a la vida privada y los
datos personales será protegida en los términos y con las excepciones
que fijen las leyes.
De acuerdo con la fracción II, del artículo 3, de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental7 se
entiende por datos personales cualquier información concerniente a
una persona física identificada o identificable, esto es, cualquier
información que esté asociada a su titular, es información de carácter
personal, es decir, la información no es personal en sí, si no en la
medida en que pueda ser asociada a su titular.
7
Artículo 3. Para los efectos de esta Ley se entenderá por:
[…]
II. Datos personales: Cualquier información concerniente a una persona física identificada o
identificable;
30
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
Los datos personales pueden ser de carácter privado o público.
Se considera que un dato personal es privado cuando por su
naturaleza sólo interesa a su titular y para su tratamiento se requiere
autorización expresa de éste, como por ejemplo, las creencias, la
religión o las preferencias sexuales.
En cambio, un dato personal es público cuando una norma los
ha determinado expresamente con tal carácter, y para cuya
recolección o tratamiento no es necesaria la autorización del titular de
la información.
Ahora bien, de acuerdo con la Ley General de Sociedades
Mercantiles, las sociedades deben inscribir su contrato social ante el
Registro Público de Comercio8 y entre la información que contiene la
escritura constitutiva se encuentra la razón o denominación social de
las sociedades mercantiles9.
La finalidad que tiene la disposición anterior de imponer a las
sociedades mercantiles el deber de inscribirse en el Registro Público
de Comercio es para dar publicidad sobre sus actos a los terceros.
8
Artículo 2, en relación con el artículo 7 de la Ley General de Sociedades Mercantiles.
“Artículo 2.- Las sociedades mercantiles inscritas en el Registro Público de Comercio, tienen
personalidad jurídica distinta de la de los socios.
Salvo el caso previsto en el artículo siguiente, no podrán ser declaradas nulas las sociedades
inscritas en el Registro Público de Comercio.
Las sociedades no inscritas en el Registro Público de Comercio que se hayan exteriorizado como
tales, frente a terceros consten o no en escritura pública, tendrán personalidad jurídica.
Las relaciones internas de las sociedades irregulares se regirán por el contrato social respectivo, y,
en su defecto, por las disposiciones generales y por las especiales de esta ley, según la clase de
sociedad de que se trate.
Los que realicen actos jurídicos como representantes o mandatarios de una sociedad irregular,
responderán del cumplimiento de los mismos frente a terceros, subsidiaria, solidaria e
ilimitadamente, sin perjuicio de la responsabilidad penal, en que hubieren incurrido, cuando los
terceros resultaren perjudicados.
Los socios no culpables de la irregularidad, podrán exigir daños y perjuicios a los culpables y a los
que actuaren como representantes o mandatarios de la sociedad irregular”.
“Artículo 7. Si el contrato social no se hubiere otorgado en escritura o póliza ante fedatario público,
pero contuviere los requisitos que señalan las fracciones I a VII del artículo 6o., cualquiera persona
que figure como socio podrá demandar en la vía sumaria el otorgamiento de la escritura o póliza
correspondiente.
En caso de que la escritura social no se presentare dentro del término de quince días a partir de su
fecha, para su inscripción en el Registro Público de Comercio, cualquier socio podrá demandar en
la vía sumaria dicho registro.
Las personas que celebren operaciones a nombre de la sociedad, antes del registro de la escritura
constitutiva, contraerán frente a terceros responsabilidad ilimitada y solidaria por dichas
operaciones”.
9
Artículo 6, fracción III, de la Ley General de Sociedades Mercantiles.
“Artículo 6. La escritura o póliza constitutiva de una sociedad deberá contener:
(…)
III.Su razón social o denominación;
(…)”
31
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
De hecho, de acuerdo con el artículo 2 del Reglamento del
Registro Público de Comercio10, el objeto de este registro es dar
publicidad a los actos mercantiles, así como aquellos que se
relacionan con los comerciantes y los que conforme a las legislaciones
correspondientes lo requieran para surtir efectos contra terceros.
Asimismo, este artículo dispone que la inscripción de los actos
se efectuará en un folio mercantil electrónico, el cual contendrá el
nombre, denominación o razón social y comprenderá todos los actos
mercantiles relacionados con dicho comerciante o sociedad.
Por otra parte, de acuerdo con el artículo 21 del Reglamento del
Registro Público de Comercio11 cualquier persona tiene la posibilidad
de consultar los actos mercantiles inscritos en las bases de datos de
ese registro, toda vez que esa información se considera de carácter
público.
Esto es, la información contenida en el folio mercantil electrónico
se considera de carácter público, por lo que cualquier persona puede
tener acceso a esos datos.
En el caso específico, de acuerdo con el texto del artículo 69-B
del Código Fiscal de la Federación, una vez que la autoridad presume
la inexistencia de las operaciones o la falta de localización del
contribuyente, en la página de internet del Servicio de Administración
Tributaria, así como en el Diario Oficial de la Federación, la autoridad
fiscal publica un listado que contiene el registro federal de
contribuyentes y el nombre del contribuyente que se encuentra en el
supuesto contenido en el artículo reclamado, con el fin de que los
terceros que hayan celebrado operaciones con esos causantes tengan
la posibilidad de acreditar que efectivamente adquirieron los bienes o
recibieron los servicios que amparan los comprobantes que les
expidieron o corrijan su situación fiscal.
10
“Artículo 2.- El Registro Público de Comercio tiene por objeto dar publicidad a los actos
mercantiles, así como aquellos que se relacionan con los comerciantes y que conforme a la
legislación lo requieran para surtir efectos contra terceros. Para la inscripción de los actos
mercantiles que conforme a las leyes sean susceptibles de ello, se utilizarán las formas
precodificadas que la Secretaría, en términos de lo dispuesto por el artículo 20 del Código de
Comercio, dé a conocer mediante publicación en el Diario Oficial de la Federación. Los
responsables de las oficinas del Registro, no podrán solicitar otros requisitos distintos a los que se
incorporen en dichas formas.
La inscripción de actos a que se refiere este artículo se efectuará en el folio mercantil electrónico,
en atención al nombre, denominación o razón social de cada comerciante o sociedad mercantil, el
cual comprenderá todos los actos mercantiles relacionados con dicho comerciante o sociedad.”
11
“Artículo 21.- Los actos mercantiles inscritos en las bases de datos del Registro son de
carácter público, cualquier persona podrá consultarlos y solicitar certificaciones respecto de los
asientos contenidos en ellas conforme a lo previsto en los lineamientos que al efecto expida la
Secretaría, previo el pago, en su caso, de los derechos correspondientes.”
32
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
Si bien la razón o denominación social de las personas morales
constituye un dato personal, en tanto que se trata de información
concerniente a personas identificadas, según lo define el artículo 3,
fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental, lo cierto es que es de carácter
público, toda vez que esa información está contenida en los folios
mercantiles electrónicos, los cuales, de acuerdo con el artículo 21 del
Reglamento del Registro Público de Comercio, tienen ese carácter y
además son consultables por cualquier persona.
Esto es, de acuerdo con el artículo antes mencionado del
Reglamento del Registro Público de Comercio, los actos inscritos en
ese registro, son de carácter público, luego, si las sociedades
mercantiles deben inscribir sus escrituras constitutivas en ese registro
y dentro de los datos que contienen éstas se encuentra la razón o
denominación social, en consecuencia, esa información es de carácter
público y por lo tanto, le es aplicable la excepción contenida en la
fracción II, del artículo 6 constitucional.
En efecto, de acuerdo con la fracción II, del artículo 6 de la
Constitución Política, la información que se refiere a los datos
personales será protegida en los términos y con las excepciones que
señalen las leyes, por lo que si en el caso de la razón o denominación
social, la propia legislación ha determinado que es un dato personal de
carácter público, esa información no se consideraría confidencial y por
tanto, la autoridad puede darla a conocer a terceros, ya que sería una
excepción a los supuestos de protección de los datos personales.
Por lo antes expuesto, toda vez que en el caso del artículo
reclamado se cumple con la excepción a la protección de datos
personales, en virtud de que la razón o denominación social se
considera un dato personal de carácter público, el agravio de la
recurrente es infundado.
DÉCIMO SEGUNDO. Libertad de trabajo.
En relación con la libertad del trabajo y comercio, la recurrente
se duele de que el artículo combatido viola dicha libertad prevista en el
artículo 5 constitucional, toda vez que pone en entredicho la actividad
que realiza el contribuyente.
La recurrente aduce, que a diferencia de lo sostenido por el Juez
de Distrito del conocimiento, la presunción de inexistencia de las
operaciones amparadas por comprobantes fiscales, sí tiene
repercusión en la actividad o prestación de servicios económicos, al
ponerla en entredicho ante terceros.
33
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
Dicho agravio resulta infundado, como se demostrará a
continuación:
El artículo 5o. de la Constitución Política establece en lo
conducente, lo siguiente:
“A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión,
industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El
ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por determinación
judicial, cuando se ataquen los derechos de tercero, o por resolución
gubernativa, dictada en los términos que marque la ley, cuando se
ofendan los derechos de la sociedad.
La ley determinará en cada Estado, cuáles son las profesiones que
necesitan título para su ejercicio, las condiciones que deban llenarse
para obtenerlo y las autoridades que han de expedirlo”.
De lo trascrito se deduce lo siguiente:
1. Que la libertad contenida en el precepto constitucional es
permisiva; esto es, a ninguna persona se le puede impedir que se
dedique a cualquier actividad que esté permitida por la ley.
2. Que el ejercicio de esta libertad permisiva sólo podrá vedarse
por determinación judicial cuando se afecten los derechos de tercero.
3. Que dicha libertad también podrá vedarse por resolución
gubernativa cuando se ofendan los derechos de la sociedad.
4. Que la ley determinará en cada Estado, cuáles son las
profesiones que necesitan título para su ejercicio, las condiciones que
deban llenarse para obtenerlo y las autoridades que han de expedirlo.
En relación con la naturaleza del derecho a la libertad de trabajo,
comercio e industria, el Tribunal Pleno ha fijado que si bien es un
derecho humano, no puede pasarse por alto que se trata de un
derecho que la Constitución consagra en una fórmula que alude a una
extensa estructura regulativa condicionante12.
Nuestro Máximo Tribunal también ha sostenido que dicha
garantía constitucional está dirigida a las personas en particular y no a
una transacción específica que los contribuyentes puedan llevar a
cabo en ejercicio de una actividad comercial, pues la prohibición
prevista en el artículo 5o. constitucional estriba en que no se impida a
12
Novena Época, Registro: 161222, Instancia: Pleno, Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIV, Agosto de 2011, Materia(s):
constitucional. Tesis: P./J. 29/2011. Página: 20. PROTECCIÓN A LA SALUD DE LOS NO
FUMADORES. LAS NORMAS QUE RESTRINGEN LA POSIBILIDAD DE FUMAR EN
ESTABLECIMIENTOS MERCANTILES ABIERTOS AL PÚBLICO DEBEN SER ANALIZADAS
BAJO ESCRUTINIO NO ESTRICTO.
34
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
las personas dedicarse a la profesión, industria, comercio o trabajo
que les acomoden, siendo lícitos13.
De igual forma, ha establecido que la libertad de trabajo será
exigible en aquellos casos en que la actividad, aunque lícita, no afecte
el interés público, entendido éste como el imperativo que subyace
frente al derecho de los gobernados en lo individual que se traduce en
la convivencia y bienestar social14.
Bajo tales premisas, debe concluirse que para que el derecho de
libertad de comercio cobre efectividad es necesario precisar que la
misma debe entenderse sin perjuicio de sujetarse a las disposiciones
de interés público que, no contraviniendo su ejercicio, dicten las
autoridades para reglamentar su realización, ya que la libertad de
comercio, no es irrestricta y su ejercicio debe darse sin perjuicio de la
sujeción a las diversas disposiciones que dicten las autoridades
legislativas para reglamentar su realización y proteger el interés
público.
Asimismo, no toda regulación del ejercicio y goce del derecho a
la libertad del trabajo y del comercio, como el establecimiento de
requisitos, condiciones o modalidades, implican una limitación o
restricción a dicho derecho, sino sólo lo serán aquellas medidas que
incidan en el núcleo del derecho a elegir un oficio o profesión,
impidiendo su ejercicio libre.
En esos términos, la publicación del listado de contribuyentes al
que se refiere el párrafo segundo del artículo 69-B del Código Fiscal
de la Federación, no incide de modo central o determinante en el
derecho a elegir una profesión u oficio, toda vez que no implica una
limitación a la posibilidad de ser titular de un establecimiento mercantil
o realizar cierta actividad.
Dicha publicación es una medida temporal y contingente, al
depender de que el contribuyente se ubique en uno de los supuestos
que generan la presunción de que las operaciones amparadas en los
comprobantes que expide, son inexistentes, así como de que desvirtúe
dichos hechos, con pruebas en contrario.
Así, dicha medida tiene por objeto hacer del conocimiento del
contribuyente una situación en la que se encuentra, que podría
13
Registro No. 166 917, Localización: [TA]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXX, Julio
de 2009; Pág. 69. P. XLV/2009. LIBERTAD DE TRABAJO. EL ÁMBITO DE APLICACIÓN DE
DICHA GARANTÍA CONTENIDA EN EL ARTÍCULO 5o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, NO SE REFIERE A OPERACIONES MERCANTILES
ESPECÍFICAS INDIVIDUALMENTE CONSIDERADAS.
14
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Pleno, Tomo XI, Junio de
2000, tesis P. LXXXVIII/2000, página 28, registro 191691.
35
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
generar ciertos consecuencias sobre los efectos fiscales de las
operaciones que realiza, por la posibilidad de que se declaren
inexistentes en el ámbito fiscal, en aplicación del artículo en cuestión.
De tal modo, dicha publicación sólo tiene como efecto notificar a
través de un medio público, a los contribuyentes que se encuentran en
las situaciones que generan la presunción, sin que la inexistencia de
operaciones se haya declarado y sin que ello genere algún otro efecto
sobre las operaciones que realizan, ni sobre la posibilidad de ser titular
de un establecimiento mercantil o realizar su actividad habitual.
Sólo en caso de no desvirtuarse dicha presunción dentro del
plazo de quince días que prevé el referido artículo 69-B del Código
Fiscal de la Federación, se considerará que los documentos que
amparan las operaciones no tuvieron efectos fiscales, toda vez que los
actos o actividades que amparaban, resultan inexistentes.
Así, dicha medida en sí misma no imposibilita u obstaculiza la
realización de operaciones con posterioridad a dicha publicación.
Conforme a lo hasta aquí expuesto se observa que la publicación
del listado de contribuyentes a que se refiere el párrafo segundo del
artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, no impide el ejercicio
de las actividades comerciales de la quejosa, en tanto que se trata de
una presunción que admite prueba en contrario y únicamente en
relación con la emisión de comprobantes fiscales relacionados con su
situación fiscal, en específico con la determinación de si tales
documentos simularon o no operaciones inexistentes pero no coartan
el normal desarrollo de las actividades de la negociación.
De tal forma, la publicación del listado de contribuyentes, referida
en el segundo párrafo del artículo 69-B no incide sobre el núcleo del
derecho a elegir una profesión u oficio, al no ser una restricción de
entrada, ya que no condiciona la posibilidad de tener la propiedad o la
explotación de un establecimiento mercantil, así como la realización de
su objeto social.
Por tanto, el artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, no
viola el principio de libertad del trabajo y comercio, previsto en el
artículo 5 constitucional.
DÉCIMO TERCERO. Fundamentación de la competencia.
La recurrente señala que el Decreto por el que se reforman,
adicionan y derogan diversas disposiciones del Código Fiscal de la
Federación, publicado en el Diario Oficial de la Federación, el nueve
de diciembre de dos mil trece, per se es un acto de autoridad y como
36
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
tal, debe cumplir con el principio de legalidad contenido en el artículo
16 constitucional, es decir, debe estar debidamente fundado y
motivado.
En efecto, la autoridad tiene la obligación de fundar y motivar sus
actos, pues debe brindar certeza al gobernado respecto a la actuación
de cualquier gobernante; saber el “para qué y cómo” de la conducta de
la autoridad, lo que se traduce en darle a conocer en detalle y de
manera completa la esencia de todas las circunstancias y condiciones
que determinaron el acto de voluntad, de manera que sea evidente y
muy claro para el afectado poder cuestionar y controvertir el mérito de
la decisión, permitiéndole una real y auténtica defensa, lo que además
se traduce en tranquilidad y seguridad jurídica al particular y disminuye
considerablemente por parte de la autoridad la arbitrariedad,
subjetividad y discrecionalidad en perjuicio del gobernado; lo que
definitivamente no sucede con el controvertido artículo 69-B primero y
segundo párrafos del Código Fiscal de la Federación.
Contrario a lo que expresa la recurrente, el artículo 69-B del
Código Fiscal de la Federación cumple a cabalidad con las exigencias
formales de fundamentación y motivación de los actos legislativos,
como se demostrará a continuación:
El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
determinado que, tratándose de actos de autoridad legislativa, el
requisito de fundamentación se cumple cuando aquélla actúa dentro
de los límites de las atribuciones que le confiere la Constitución
Federal y el de motivación cuando las leyes que emite se refieren a
relaciones sociales que deben ser reguladas.15
Específicamente, en cuanto a la motivación, se ha sostenido
que ésta se colma cuando las leyes que emite el legislativo se refieren
a relaciones sociales que deben regularse jurídicamente, sin que ello
implique que todas y cada una de las disposiciones que integran una
ley deban ser materia de una motivación específica, tal como se
desprende de las tesis jurisprudenciales de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, cuyo texto se transcribe para una mejor
comprensión16:
15
Jurisprudencia del Tribunal Pleno, Séptima Época, Registro: 232351, Materia(s): Administrativa,
Constitucional, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Volumen 181186, Primera Parte, página 239 de rubro: “FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LOS ACTOS
DE AUTORIDAD LEGISLATIVA”.
16
Existen otros criterios aplicables como las siguientes: “NORMAS TRIBUTARIAS QUE
ESTABLECEN UN TRATO DIFERENCIADO ENTRE CONTRIBUYENTES QUE SE UBICAN EN
CIRCUNSTANCIAS SIMILARES. LAS RAZONES TENDENTES A EXPLICARLO PUEDEN
EXPONERSE EN EL INFORME JUSTIFICADO” localizable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, tomo XXXI, abril 2010, registro: 164749, Novena Época, instancia: Pleno,
jurisprudencia, materia(s): Administrativa, tesis: P./J. 35/2010, página: 6 y “RENTA. LOS
ARTÍCULOS 115 Y 119 DE LA LEY RELATIVA, AL ESTABLECER QUE EL CRÉDITO AL
SALARIO PAGADO A LOS TRABAJADORES SÓLO PODRÁ ACREDITARSE CONTRA EL
37
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
Registro: 232351
Época: Séptima
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Volumen 181-186, Primera Parte
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis:
Página: 239
“FUNDAMENTACION Y MOTIVACION DE LOS ACTOS DE AUTORIDAD
LEGISLATIVA. Este Tribunal Pleno ha establecido que por
fundamentación y motivación de un acto legislativo, se debe entender
la circunstancia de que el Congreso que expide la ley,
constitucionalmente esté facultado para ello, ya que estos requisitos,
en tratándose de actos legislativos, se satisfacen cuando actúa dentro
de los límites de las atribuciones que la Constitución correspondiente
le confiere (fundamentación), y cuando las leyes que emite se refieren
a relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente reguladas
(motivación); sin que esto implique que todas y cada una de las
disposiciones que integran estos ordenamientos deben ser
necesariamente materia de una motivación específica”.
En el caso, la iniciativa de reforma del Código Fiscal de la
Federación, específicamente por lo que se refiere al artículo 69-B
reclamado, fue presentada por el Presidente de la República y
discutida y aprobada por el Congreso de la Unión, en ejercicio de las
facultades que les confieren los artículos 71, fracción I y 73, fracción
VII, de la Constitución Federal,17 respectivamente, cumpliéndose así
con el requisito de fundamentación, al actuar el legislador dentro de
sus facultades al imponer las contribuciones necesarias para cubrir el
presupuesto.
Además, como se menciona en la exposición de motivos, la
finalidad del procedimiento contenido en el artículo reclamado es
controlar los fraudes tributarios a través del tráfico de comprobantes
fiscales, pues esta actividad perjudica al fisco federal y en
consecuencia, merma al gasto público, por lo que este ordenamiento
está debidamente motivado al legislador respecto de una relación
social que debe ser regulada.
IMPUESTO SOBRE LA RENTA A CARGO O DEL RETENIDO A TERCEROS, NO
TRANSGREDEN LA GARANTÍA DE FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN ESTABLECIDA EN
EL ARTÍCULO 16 CONSTITUCIONAL (LEGISLACIÓN VIGENTE EN 2006) localizable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXVI, septiembre de 2007, Novena Época,
instancia: Segunda Sala, tesis aislada , materia(s): Constitucional, Administrativa, tesis: 2a.
CXXIII/2007, página: 568.
17
“ARTÍCULO 71. El derecho de iniciar leyes o decretos compete:
I.
Al Presidente de la República; (…).
ARTÍCULO 73. El Congreso tiene facultad:
(…)
VII.
Para imponer las contribuciones necesarias a cubrir el Presupuesto; (…).
38
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
De igual forma, es importante señalar que, contrario a lo que
implícitamente manifiesta la recurrente, la fundamentación y
motivación de las leyes no puede entenderse en los mismos términos
que otros actos de autoridad,18 pues como ya se mencionó, en el caso
de la fundamentación y motivación de leyes, basta que la autoridad
actúe dentro de las atribuciones que le otorga la Constitución y que la
disposición que emita se refiere a relaciones sociales que deban
regularse jurídicamente.
Además, en el artículo reclamado se prevén expresamente los
supuestos bajo los cuales la autoridad podrá presumir la inexistencia
de las operaciones y la manera en que las autoridades darán a
conocer a los contribuyentes esta información, así como la forma en
que éstos podrán desvirtuarla, esto es, la disposición reclamada no
prevé la emisión de un acto de autoridad, sino la manera en que las
autoridades presumirán la inexistencia de las operaciones, así como la
forma en que le darán a conocer esta información tanto a los sujetos
pasivos como a los contribuyentes.
En este sentido, la disposición reclamada no deja en estado de
inseguridad jurídica al contribuyente, toda vez que éste tiene
conocimiento de los supuestos bajo los cuales la autoridad podrá
presumir la inexistencia de las operaciones, así como la manera en
que podrá desvirtuar dichas presunciones.
Por lo anterior, el acto legislativo que dio origen al artículo 69-B
del Código Fiscal de la Federación no transgrede los principios de
fundamentación y motivación previstos en el artículo 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
DÉCIMO CUARTO. Proporcionalidad.
Son inoperantes los agravios en los que se aduce que el
precepto impugnado vulnera el principio de capacidad contributiva, en
virtud de que el aludido postulado tiene cabida tratándose de
contribuciones, las cuales conforme al artículo 31, fracción IV,
Constitucional, deben establecerse de la forma proporcional y
equitativa en que dispongan las leyes.
No obstante, como ha quedado precisado el procedimiento
establecido en el artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación no
tiene como propósito establecer una carga impositiva para los
gobernados, sino que se funda en una presunción que admite prueba
18
Tesis aislada de la Segunda Sala, Séptima Época, Registro: 237356, Materia(s): Común
consultable en el Semanario Judicial de la Federación, Volumen 187-192, Tercera Parte, página:
89 de rubro “LEYES Y REGLAMENTOS, FUNDAMENTACION Y MOTIVACION DE”.
39
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015
en contrario dentro del mismo y por ende, ese precepto no puede
analizarse a luz de tal garantía.
La presunción referida es uno de los medios indirectos de la
investigación que no refleja ni se relaciona propiamente con la
capacidad económica del gobernado.
Consecuentemente, la garantía de capacidad contributiva no
resulta aplicable al caso que se analiza ya que lo que regula el artículo
impugnado es una presunción iuris tantum que no se vincula en forma
directa con el cumplimiento de contribuciones.
Lo anterior, toda vez que esta garantía se refiere a la obligación
del legislador a configurar los tributos de manera que éstos se fijen de
acuerdo con la capacidad económica del sujeto pasivo, y en el caso en
cuestión, el precepto reclamado no está regulando ninguno de los
elementos del tributo sino únicamente con la presunción de que un
contribuyente ha estado emitiendo comprobantes sin contar con los
activos, personal, infraestructura o capacidad material, directa o
indirectamente, para prestar los servicios o producir, comercializar o
entregar los bienes que amparan tales comprobantes, o bien, que
dichos contribuyentes se encuentren no localizado.
DÉCIMO QUINTO. Revisión adhesiva. Dado el sentido de la
conclusión alcanzada se declara sin materia el recurso de revisión
interpuesto por la autoridad responsable, al haber cesado su interés
jurídico, en virtud de haberse confirmado la negativa de amparo.
Resulta aplicable la siguiente tesis emitida por la Segunda Sala
de este Alto Tribunal, que establece:
“REVISIÓN ADHESIVA EN AMPARO INDIRECTO. DEBE
DECLARARSE SIN MATERIA SI LA REVISIÓN PRINCIPAL
RESULTA INFUNDADA. El artículo 83, fracción IV, de la Ley de
Amparo prevé la procedencia del recurso de revisión contra las
sentencias pronunciadas por los Jueces de Distrito, y en su último
párrafo establece que en todos los casos a que se refiere ese
precepto, la parte que obtuvo resolución favorable a sus intereses
puede adherirse a la revisión principal. Ahora bien, si se toma en
cuenta que el recurso de revisión adhesiva carece de autonomía,
al señalar el párrafo indicado que la adhesión al recurso sigue la
suerte procesal de éste, es evidente que si la revisión principal
resulta infundada, aquél debe declararse sin materia, por su
naturaleza accesoria.”19
19
Novena Época. Registro: 171304. Instancia: Segunda Sala. Jurisprudencia. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVI, Septiembre de 2007. Materia(s): Común.
Tesis: 2a./J. 166/2007. Página: 552.
40
AMPARO EN REVISIÓN 51/2015.
En virtud de lo anterior, al haberse declarado infundados e
inoperantes los agravios formulados por la parte recurrente, lo que
procede en la materia de la revisión competencia de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación, es confirmar la sentencia recurrida y
negar el amparo y protección de la Justicia de la Unión a **********
respecto de los actos reclamados a las autoridades señaladas como
responsables, en relación con el artículo 69-B, del Código Fiscal de la
Federación, en vigor a partir del primero de enero de dos mil catorce.
Finalmente, atendiendo a que subsisten agravios de legalidad,
los cuales se encuentran reseñados en el considerando tercero
procede reservar jurisdicción al Tribunal Colegiado de Circuito en
Materia Administrativa en turno en el Primer Circuito para los efectos
de su competencia.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.- Se confirma la sentencia recurrida.
SEGUNDO.- La Justicia de la Unión no ampara ni protege a
**********, en contra del artículo 69-B del Código Fiscal de la
Federación.
TERCERO.- Se declara sin materia la revisión adhesiva.
CUARTO.- Se reserva jurisdicción al Tribunal Colegiado de
Circuito en Materia Administrativa en turno en el Primer Circuito.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos
a su lugar de origen y en su oportunidad archívese el toca como
asunto concluido.
En términos de lo dispuesto en los artículos 3, fracción XXI, 73, fracción II,
111, 113, 116, Octavo y Duodécimo Transitorios de la Ley General de
Transparencia y Acceso a la Información Pública, así como en el segundo párrafo
de artículo 9º del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del
Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión
pública se testa la información considerada legalmente como reservada o
confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.
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