Nútn. 118. SEMANARIO PINTORESCO. GIS UN CAPRICHO DE ALENZA. PRltlrA- El, REFRESCO. • ; Jj Madre Claudia / / que me ahogo!..., ¿ Madre ,- que es ja la hora de refrescar /• Pan-cela, ~ Por cierto , hija Pomponia, que la calor es glande; y á no ser por el aguardiente, cosa era de abrasar-' nos vivas. DEL GRABADO EN MADERA, H. La vuelto á aparecer en las artes el grabado en inapa>a estampas y viñetas , egecutado con operacios muy diferentes de las que usaban ios antiguos artistas. Al presente en vez de abrirse las líneas en una mat. e. .ni a dura como para el grabado en dulce , se forman y elevan en relieve ; y asi en lugar de las parles huecas r e produce la impresión las que la escultura ha conservado. Dos métodos , totalmente estraños el uno al otro , se emplean para abrir láminas en madera j el primero , mas lomo III. 9. * Trimestr». antiguo y que por tanto tiempo ha servido para la r e p r o ducción de las obras de los grandes maestros y paia imprimir viñetas destinadas al adorno de libros, se emplea en el dia casi esclusivamenle en servicio de la industria manufacturera ; el segundo, que es el moderno , y que los artistas ingleses han llevado al mayor grado de perfección , iguala á menudo en pureza , finura y brillantez á lo mas hermoso de los grabados en talla dulce. Es indudable que se debe á los orientales la invencipn j . » de Junio de 1837. ' 616 SEMANARIO PINTORESCO. del grabado en madera y los primeros métodos para imprimir letras y adornos en las telas; pero este arte debió i-i-norarse por mucho tiempo en Euiopa. Es de creer qué los primeros dibujantes de aclorno para las hojas primeras de los manuscritos antiguos dcsrubrieron el modo de grabar en madera las líneas de dichos dibujóse imprimirlas en vitelas, para ahorrarse el trabajo de trazarlas á mano. S e gún opinión tle algmies sabios se hubiera dado mas pron- La costumbre de adornar los libros con grabados en madera se introdujo luego de la invención du la iini)renta , siendo probable que debiese parte de sus progresos á loí fabricautes de naipes. Se í'ueron grabando después las iniciales de algunos libros , mas se ignora á punto fijo la época en que este ramo del arte se aplicó á asuntos mas importantes. Lo que puede asegurarse es que antes de l/}3o se grababan ya en madera pasajes de la Biblia, y se llamaba á esta colecciou la Biblia de los pobres. La lámina mas antigua que se conoce en este género es del año i S a S , y la halló Mr. Heineckeu en la biblioteca de los cartujos de Bunheim , cerca de Memniingen. Pero solo empezó á llamar la atención este arte á principios del siglo X V I . Alberto Altdorffes , suizo de nacimiento , ejecutó pequeños grabados en madera , tan notables por el dibujo como por la ejecución. Los aficionados no ignoran que AUterlo Dureix) ¿rúm en madera dibujos tan bellos , que los iinító el célebre Marco Antonio y otros grabadores. El grabado en madera se adoptó en Roma en 1467 para las estampas del libro de las Meditaciones del cardenal Turrecremala , y en Verona en \t^~^x para la titulada Opus de re militari , de Roberto V u l - to con el origen do la imprenta , si se hubiese atendido qu2 en el grabado de madera las letras iniciales de los manuscritos de uso diario , como los de Honts, Preces y Oficios y otros del siglo V I I I y I X , parecían bochas por simples iluminadores que hablan aplicado los colores siguiendo la linca marcada ó impresa en dichos libros. turíus. Cultivó este arfo Meclieriiio di Sieno , Domingo dcUe Croché , Domingo Campagnolo y otros hasta Hugo da Carpi. A este atribuyen los italianos la invención del grabado en claro-oscuro. Sin embargo , un artista alemán, llamado Juan Ulrieo Pilgrim , se habia distinguido en este género en una época anterior , y sus estampas aunque góticas son de un efecto admirable en cuanto al claro-oscuro. Las primeras estampas que se grabaron en madera no presentaban mas que líneas simples ; mas adelante se empezaron á indicar algunas sombras , y en fin hacia el año de i 5 o o apareció el género llamado camdicu ó claro-bsc u r o , que practicó con buen éxito y perfeccionó Hugo Carpi. El grabado en relieve es pues menos antiguo que el grabado en hueco ; pero siendo mas simple y fácil su impiesion , suministró este las primeras pruebas. Sin remontar á las impresiones sobre telas, hechas por los indioSj hallamos pruebas sobre papel de un San Cristóbal ,( i )» grabado en madera en Alemania el año i¡Í23 , y de uu [ I) Véase el número 108 del Semanario. SEMANARIO PLXTORESCO. San Bernardo, grabado probablemente en Franela por B. Miluet en i 4 / i 5 , a l p a s o que en Florencia no se hizo prueba alguna sobre papel del grabado eu hueco hasta el año de i/|5».. V.n los siglos X V y X V I muchos grabadores, al~ gunos de los cuales tenían gran talento, dieron á luz gran numero de eslampas, mas en adelanic no se empleo este género de grabado mas ([ue en viñetas de poca esterision, florones ele. y a! cabo quedó totalmente abandonado: hasta estos últimos años, en que artistas de un mérito superior, á cuja cabeza deben contarse á M. Thompson, Godaid hijo, Tliiebaut, Suzemihl, Andrew , Best, L e loir etc. presentaron obras que rivalizan con los mas hermosos grabados en dulce. G17 la introducción del grabado en madera entre nosotros, y los adelantos que en poco tiempo han hecho nuestros a r tistas , debidos como causa principal á la publicación de nuestro Semanario. ARTES Y OFICIOS. UNA I M P R E N T A . La necesidad de leer es general ; para leer es necesaLa ventaja del grabado en relieve sobre madera ó rio tener libros, asi como dccia un hombre célebre que cobre es la de poder multiplicar indefinidamente las p r u e - para hacer un conejo asado, lo primero era tener el c o bas por medio del clisaje ó polítipacion., y en las obras en nejo. Es verdad que muchos llamados Hiéralos prescinque las figuras ocupan un lugar determinado junto al mismo den de tal necesidad , y no compran nunca un libro, texto , la de poder colocarlas sobre cada una de las ho- contentándose con pedirlos prestados á cien años de plajas en que deben ir , é imprimirlas al mismo tiempo que zo ; esto es mejor y mas barato , pero no por eso m e nos cierto que los libros exislen ,• y para que existan es aquel. Para el grabado en madera no se usa en el dia de la preciso que haya imprentas, y esto de una imprenta es punta sino de agujas y buriles ; se abre la madera del cosa que no conocen todos los que conocen los libros. Ahora bien, si VV. los que se toman el trabajo de mismo modo que el cobre , con sola la diferencia de que en el grabado sobre metal se ahueca el mismo dibujo , y leer este nuestro Semanario, quieren saber como se h a en el grabado sobre madera se excavan las entretallas, ce un libro, fuerza será que nos sigan por un momento y se desprenden de esta suerte eu relieve las partes que y detengan su atención no en la substancia sino en ¡a debe reproducir la impresión , al paso que se rebajan las materia, no en las cojddlas de D. Eleutcrio sino como decia D. Pedro, en la jornia de la letra. partes blancas. Ante todas cosas es preciso madrugar y echar, como Las herramientas que suelen servir para este trabajo son un marco pequeño de madera en cuyo centro hay quien xlice, una mañana á p e r r o s ; de este modo lomareuna aí>ertura cuadrada , en la cual se coloca la plancha mos la operación desde el principio, es decir, desde el ó madera en que se ha de grabar. Para sujetar firme- momento en que despuntando los rayos del Sol se van mente la pieza atraviesan lo grueso del cuadro dos tor- reuniendo en los tiznados salones de la imprenta la variada multitud- de los operarios , desde el entonado ivuiilos uno á lo largo y otro á lo ancho. Para el grabado de viñetas y otras obras se emplea gcntc hasta el chico que corre con los cubos de agua. Por supuesto que VV. señores lectores, estarán al sola la madera , pero en lugar de trabajarla en láminas Siguiendo la hebra, se graba sobre trozos derechos que corriente de todas las teorías de Adam Smith y J u a n deben escogerse cuidadosamente entre troncos de media- Bautista S a y , sobre la división del trabajo; pues bien, ••o grueso, de color amarillo rojizo, que no tengan n u - ahora van VV. á verlas reducidas á la práctica , y sino <íos, alburas ni grietas, y en una palabra bien sanos y lo han por enojo empezeinos por estos departamento^ Secos, condiciones sin tas cuales no se podrá sacar un que tenemos al frente. En ellos están las cajas, y al frente de cada una partido ventajoso de ellos. de ellas un hombre ; pero ante lodo conviene saber Los buriles y agujas son mas cortos que los que se (pie esto que llamamos caja es un mueble harto d i *fnplean para abrir en cobre. fícil de explicar ; porque ello es.... así á manera de Las hojas de las agujas son á menudo anchas , y lie- cualquier cosa; esto e s , como si íucia un tablero d e dle» puntas mas ó menos agudas y afiladas. Las agujas dos 6 tres pies en cuadro, pero aubdividido su i n t e "edondas deben emplearse mas generalmente, porciue rior en tantos compartimentos como son las letras del <lejan mas pie á los cortes , y porque en las lincas afes- alfabeto; pero me equivoco; las divisiones son muchísitonadas ú ondulosas no raen los bordes del corle al vol- mas mas , como que ademas de las letras ordinarias, hay ver como lo harian las agujas cuadradas ; estas son me- las mayúsculas y minúsculas, las acentuadas, los signos jores para los cortes rectos y los cruzados. Se usa tam- ortográficos y otros ingredientes necesarios para desleír bién de un buril-aguja , llamado lengua de gato para los en un pedazo de papel el pensamiento de un autor. trabajos mas delicados y metidos, pues dá la convenienLuego que el cajista llega á colocarse en su puesto, te profundidad sin ensanchar el corte. lo primero que hace es echar mano del componedor. No Superfino es decir que el dibujo para grabar le hace el dibujante sobre la madera misma con pluma ó lápiz, vayan VV. á creer que este tal componedor es alguno y que debe evitar en lo posible el cruzado de líneas en de nuestros autores copleros ci músicos; sino háganse todas direcciones, como se hace sobre el cobre, porque cargo que lo que se llama asi es un instrumentillo de este jéuero de trabajo presenta grandes dificultades (pie metal en el cual á medida que el original lo exi"e van colocándose las letras, línea por línea , reduciendo estas pocos ai-listas son capaces de superar. Ls necesario empezar siempre por fijar y terminar á la mas rigorosa exactitud á fin de ir después á formar lo Ulterior de la fig^,,,^^ ^^^^^ ^p g,,¡,¡,a ^ antes de despren- la i-eunion de líneas que se llama molde. No me parece que será del todo inoportuna la comderla enteramente de la superficie de la madera que la rodea , la cual la da solidez mientras se trabaja , y la paración de un oficial de caja con un general de ejercipreserva de los accidentes irreparables que pueden so- to. Figurémonos que las letras son los soldados, que e s parcidos acá y acullá poco o nada valen; pero que á brevenir. Eo olrp articulo sobre este asunto hablaremos acerca de I la voz de un eefe diestro, se r e ú n e n , se organizan y se 618 SEMANARIO PIIVTORESCO. animan hasta llegar á formar una masa formidable.... pasa por la presión del tórculo y deja eslampadas las le•Pues qué ? ; se rien W . de la comparación? Pues ni tras en el papel , lo cual tiene que volverse á verificar César ni Tamorlan , ni Napoleón , lian tenido á su dispo- por el otro lado con distinto molde , y es lo que se llama sición tantos elementos ni tan difíciles de combinar. Véa- tirar y retiiar. Muchísimos mas detalles pudiera dar de todas esta.s se sino que rápido movimiento, que singular actividad exige en el hombre inteligente encargado de reducirlos operaciones ; pero seria fastidiar la atención de mis lecá ordenación y sistema; que continuo saltar de vista y tores; bagóles por lo tanto gracia de todas ellas , y solo de dedos desde el original á las cajas, desde estas al com- me atreveré á decirles que cuando lean el .Semanario r e ponedorl ¡Qué admirable instinto, que tacto esquisito flexionen que cada número de él contiene por lo regular para no equivocar á cada paso una letra con otra , y se- (descontando el espacio de los dibujos) trece columnas; guir punto por p u n t o , letra por letra, signo por signos que cada columna tiene sesenta y nueve líneas , y cada el pensamiento del autor, y sin entenderle las mas veces, línea unas cincuenta letras, lo que , sino se me han olvique es lo mas gracioso. dado los principios de aritmética viene á hacer 44,850 Como el oficial de caja recibe su estipendio á propor- letras, ó lo que es lo mismo , cerca de cuarenta y cinco ción del trabajo que da hecho, déjase conocer la impor- mil viajes de la mano del oficial desde la caja- al comtancia de un ojo diestro y de una mano pronta a ejecu- ponedor. Finalmente para concluir este artícuid relativo á i m tar estos rápidos movimientos. Sea dicho de paso que los autores suelen tener no poca parte en el mayor o prenta parécenos del caso ofrecer á nuestros lectores la menor resultado de este trabajo, pues las mas veces sue- vista y descripción de \a prensa mecánica en que se i m len dar al pobre cajista la tarea de adivinar su manus- prime el Semanario , y por cuyo ingenioso procedimiento, crito , que cuanto m e j o r e s , tanto peor se puede leer. invención del artistas G i r o n d o t , de Paris , se puede conscEl componedor contiene una línea , y luego que esta gir imprimir á la vez y por ambos lados ( blanco y retilleno se traslada esta á una plancha de madera llamada ración ) dos periódicos del tamaño de la Gaceta, seteciengalera: operación que exije una cierta destreza, á fin de tos ejemplares por hora de cada uno de ellos, cuyo trano dar lugar á descomponer toda la línea haciendo lo bajo equivale al que en igual tiempo podrían hacer ocho que en el lenguaje técnico se llama un pastel. prensas comunes. Si alguna duda quedase de la ajilidad necesaria á la ESPLICACIOIV DE LA MAQUINA. mano del cajista, basta decir que se ha calculado que duiante 3oo dias de trabajo al año recorre con ella un Volante que acompaña el impulso dado por los. espacio de 6.g28,g33 pies , que hacen cerca de 600 l e dos hombres necesarios para hacer andar la guas , que viene a ser la distancia de Madrid á Constanmáquina, y que suaviza el movimiento. tinopla. Pero ya veo que nos hemos detenido largo rafo en B. B. Ruedas de engrane por medio del que marchan ú un mismo compás los dos cilindros D y F estas operaciones elementales : subamos alguu grado mas que á ellas se unen por los barrones que atray nos hallaremos con que para disciplinar estas brigaviesan su e|e. das de oficiales mecánicos , tan difíciles de gobernar en Pliegos en blanco colocados en el sitio en q u e ciertos momentos, existen algunos hombres escogidos de los recibe la máquina para su impresión. entre ellos, tan prácticos en el manejo de los moldes Cilindro de hierro fundido que recibe el pliego que sabrán distinguir á ciegas un acento grave de otro D. en blanco C . , y á cuya presión se imprime circunQejo. Estos son unos verdaderos artistas y tan d i por un lado ( blanco.) versos de los simples oficiales de caja como los arípiitectos de los albañiles; pues si estos se ocupan en la maPequeños cilindros de madera por ios que se c u E. terial fabricación del edificio, aquellos forman su plan, laza el pliego después de impreso por la p r i arreglan y dirigen sus menores proporciones. mera cara ( el blanco ) (i) >' P^sa á Cuando los cajistas tienen concluida su composición Cilindro de hierro fundido , igual al cilindro D , en porciones desiguales llamadas galeradas , el encargado que imprime el pliego por el lado opuesto (re-: del ajuste procede á reducirlas á la dimensión convenientiracion ) , y lo despide por el sitio G. te alargando unas y acortando o t r a s , dispone los títulos Pliego impreso ya por ambas caras. G. de un modo elegante , en que demostrara su gusto resH. II. Tinteros donde- se coloca la tinta , y de donde pectivo , arregla la paginación , prepara los espacios al solo uiovimieiilo de la máquina la toman en los diversos párrafos, interlinea con regletas sin r e los rodillos que en la lámina .so ven cerca lieve los vacíos que deban resultar , separa las notas del de dichos tinteros para distribuirla en tes-lo , y ajustn en fin toda la composición en unos marI. Tablero de uíadcra , terso y muy nivelado d o n cos de hierro , fuertemente estrechados ú fin de pre[)arar de se distribuye la tinta. el. molde para su impresión. Hecho lodo esto remite su J. Moldes donde se ¡mpiimen los pliegos por sü trabajo a la prensa. primera cara (el blanco.) Aqui se presenta otra clase de hombres, al frenRodillos que toman la tinta del tablero I., y la L. te de las pesadas máquinas, y preparados á manejarlas distribución en el molde. con una destreza síngul?r, de la cual y de su esmero Marcador compuesto de cuatro pequeñas r u e d e M pende regularmente la belleza de la edición. cillas dentadas enlazadas entre sí , que al m o vimiento de la máquina van marcando los Llega el cajista con sus moldes, que ante todo ha pliegos (pie imprime , siendo de advenir q u e cuidado de limpiar bien con legia, y los fija en una tabla de la primera de la izquierda, confórmese mipiedra cuidando de asegurarlos de modo que no padezcan ra en la lámina , marca las unidades ; la sela menor alteración: el prensista entre tanto ha colocagunda las decenas; la tercera las centenas; y do el papel en una especie de bastidor, de forma que al la cuarta los millares. caer sobre el molde corresponda exactamente á su configuración.-^ Otro operario ha pasado por encima del molde un rodillo empapado en tinta, y el bastidor cae ( I ) IJOS pliegos van sujetos á los cilindros por cintas que »e «obre el molde, el cual por un movimiento de vayven. iilazan de unos cu otros (véase la lámina.) ce. 620 SEMAIVARIO PINTORESCO. & g»rjW4Wi«.v MASANIELLO. BIOGRAFÍA Mliíi las reacciones sangrientas de los pueblos suele p r e seutai'se á la cabeza del movimiento un hombre enérgico que i-econcentra en sí solo todas las pasiones que j u e gan en estos dramas terribles, y á quien pudiera llamarse la personificación de las venganzas populares. Que este hombre sea de ilustre cuna ó de eslraccion plebeya; que el móbil que le impele sea el crimen o el amor de la patria; que se denomine Robespierre o Guillermo T e l l , es cosa itidifercnte para aquel poder invisible que tiene á su cargo el castigar, con tal que no le falle la energía necesaria. Siendo esto cierto , puede decirse que el hombre cuyo retrato vamos á bosquejar es uno de aquellos que es necesario que existan en la serie de los acontecimientos. Tomas Jniello, mas conocido con el nombre de Masantello , era un pobre pescador, natural de Amalphi, que para mantenerse iba ú vender su pesca á Ñapóles. Naturalmente atrevido y aun temerario, fue desarrollándose cada vez mas aquel carácter en los continuos riesgos de una vida dura y lavoriosa, que ocultaba en la oscuridad toda la fuerza de sus pasiones. P o r aquel tiempo se hallaba la Italia española cargada de impuestos que se agravaban cada dia; en España reinaban los favoritos y las cortesanas ; las provincias estaban condenadas á contribuciones exorbitantes para llenar las arcas agotadas por continuas dilapidaciones; y Ñapóles que miraba viola- ITALIANA. dos sus antiguos privilegios sancionados por Carlos V, e m pezó á quejarse abiertamente. La corte de Madrid no tan solo miró con indiferencia aquella manifestación, sino que votó un nuevo impuesto sobre los artículos de primera necesidad que por consecuencia gravitaba sobre la plebe. Hasta aqui proseguía la opresión su carrera impuneniente; pero se habla colmado la medida, é iba la venganza a consumar su obra, respectiva. En el mes de setiembre de 1647 habiendo ido masaniello á Ñapóles á vender su pesca se la quitaron por haberse negado á pagar un impuesto, injusto en su concepto. Cualquier otro hubiera mirado aquel accidente como uno de tantos en que se ve el hombre privado del fruto de su industria; pero para el fogoso Aniello fue una chispa que debia producir un gran incendio. Transformado repentinamente en otro h o m b r e , reúne al populacho y le subleva con aquella elocuencia de plazas de que tanto partido aupo sacar poslenormente Danton. .•Creedme, esclamaba , y P ' 0 " ' o "^ «c hablara ya de impuestos!" Sus protestas enérgicas le proporcionaron un montón de partidarios entre las ina.sas dispuestas á coadvuvar sus esfuerzos, y habiéndose renovado á los pocos dias tan odiosas exacciones y repetido Aniello sus clamores no tardó en verse á la cabeza de un ejército. Desde entonces tuvo principio la formidable dictadura que el pueblo acababa de confiarle; se obedecían sus órdenes SEMANARIO PIIVTORESCO. 621 alegámenle, porque sabia hacerlas respelar, y se castigaba \ loda insuboidliíacioii con pena tapital. Al líente de ciiaA NUESTROS LECTORES. leuta mil liombrcs precisó á que huyesen los encargados de la recaudación de los impuestos, y el gefe de la policía loE L Semanario Pintoresco Españolj á pesar de gró á duras penas escaparse del suilicio á que se le destinaba. El duque de A r c o s , virey de Tíápolcs no se atrevió los muchos obstáculos y diiicultadcs inherentes á á emplear medidas de rigor que le hubieran espuesto i n - una publicación de esta clase , ha logrado arribar al dividualmente , y no pudo con todo su poder impedir que tercer año de su existencia, y favorecido constanlos amotinados incendiasen el edificio de la aduana y los temente con la grata acogida de u n público i n d u l libros de asientos. Este atentado cuya audacia pm-alizó el g e n t e , está ya en el caso de acercarse á realizar, poder del gobernador, no era sino el preludio de otras eslas esperanzas q u e anunció cu su prospecto cenas mas importantes. El duque de Montolione y su herT r e s fueron las ideas principales que presidiemano José Carraffa enviaron quinientos bandidos para que asesinasen á Masaniello; este se sustrajo como de milagro a ron á la fundación de esta obra periódica ; I.** d e - ' sus puñales, y descubierto su proyecto, fueion despedaza- mostrar que no era imposible , como se c r c i a , excidos por el populaclin. Can alTa pagó la acción infame que trar el interés del público con una publicación q u e acababa de intentar, y su cabeza cortada por un carnicero prescindiendo de los acontecimientos y discursos fue presentada al dictador. Sin duda seria un espectáculo políticos , tuviera únicamente por objeto propagar terrible, el que ofreciera, aquella muchedumbre andrajosa generalmente los conocimientos útiles de las c i e n embriagada de vino y de desórdenes, manchada de sangre, y furiosa como un mar encrespado por la tempestad, con cias e x a c t a s , naturales é industriales, d é l a s b u e aquellas figuras siniestras que no suelen verse sino en tales nas letras y de las artes 5 — 2 . * que podia reducirse momentos , animada por aquellas pasiones populares, tan esta publicaciou á un precio tan ínlimo q u e l l e g a vivas donde quiera, pero aun mas terribles en los climas me- se á estar al alcance de toda clase de fortunas; — y ridionales, que se agolpaba ahullando al derredor de aquel 5 . " y ú l t i m a , q u e habia llegado el caso de ensayar hombre, y llevándole por prueba de adhesión la cabeza entre nosotros ei arte del grabado en madera , deslívida y ensangrentada de uno de sus enemigos ! conocido en nuestra E s p a ñ a , y q u e de algunos años So habia apoderado la consternación de la nobleza naá esta parte constituye el mas elegante adorno de ' politana. En aquel momento crítico el obispo Filomarini, anciano venerable , fue solo el que se atrevió á recordar á las producciones de la prensa estranjcra. L a esperiencia ha venido á demostrar que c o a Masaniello que tal vez no era él sino un instrumento frág i l ' d e que Dios se valia para castigar al rey de España: larga constancia y no cortos sacrificios , era posible añadiendo á estas reflexiones todo cuanto la religión tiene obtener favorable solución de aquellas cuestiones. de mas convincente, y aun ofreciéndole doscientos escudos Comprendida y a de una vez por el público la de oro al mes: oferta que el héroe plebeyo desechó noble- tendencia y objeto de nuestro S e m a n a r i o , vencidos., mente. Todo fue inútil, y el duque de Arcos se vio en la en parte los inconvenientes materiales con que h u b o ,, precisión de tratar con Masaniello. Aprovechóse este del de luchar en u n p r i n c i p i o , y organizada la empresa terror que inspiraba su n o m b r e , y antes de dejar las armas exigió la ratificación de la corte de Madrid y el olvido de u n modo mas amplio y bcnetícioso, trata de dar general de todas las injusticias que podían haberse cometi- hoy á su tarea mayor importancia que hasta a q u í , do en la venganza que acababa de verificarse. Concluida su ^ y corresponder de este modo á la j u s t a e x i g e n misión, Masaniello quiso abdicar; mas el populacho pene- cia de los que sin tantos motivos le han favotrado de admiración hacia aquel nuevo Sila, puso un man- recido. to de púrpura sobre los harapos del pescador, y le conEnemigos de todo lo que sea ofrecimientos pomdujo en triunfo por las calles de Ñapóles. Después de esta , p o s o s , los hemos escascado hasta adquirir la fundaobacion faltaba á Masaniello para complemento de su car- ¡ da esperanza de poder realizarlos, pero en el m o lera política alguna ingratitud de parte del pueblo que acababa de libertar, y no careció tampoco de tan triste desen- mento presente nos será lícito descender á algunas gaño: el arzobispo habia dicho la verdad, y consumada la esplicaeJones que den á conocer nuestros propósitos venganza, era preciso que se rompiese el instrumento de ulteriores. ella. Desde entonces se notó una gran mudanza en la conN o comprendemos nuestra publicación en la ducta del gefe popular, y ya dimanase de haberse anvane- importante línea de las que consagradas á dirigir . cido con su triunfo, ya "por efecto de su efervescencia y la opinión sobre las doctrinas y sucesos p o l í t i c o s , ' vigilias, ó ya en fin por el de una bebida envenenada, que ejercen una influencia poderosa en los destinos del los historiadores dicen que se le dio, su arrogancia y cruelp a í s ; renunciamos voluntariamente á una gloria que dades se hicieron odiosas á sus mas celosos partidarios. Dejáronle , pues, que sucumbiera al hierro de los asesinos el ínfimo convencimiento de nuestras escasas fuerde que le rodeaba el virey; y su cuerpo arrastrado por las zas nos hizo no acometer j a m á s ; pero no por eso falles , fue juguete de aquel mismo populacho, para quien podemos renunciar á la Importancia relativa q u c <=' dia antes era la mas leve seña suya una sentencia sin ape- creemos deber dar á un trabajo como el n u e s t r o , lación. Su reinado meleórico duró diez y ocho días. que tiene por objeto popularizar entre la multitud Este episodio histórico ha dado lugar á la composición de la opera titulada La Muda de Porticc, conocida ya en nuestros teutios. aquellos conocimientos líliles ó agrailables, que si son familiares al corto uiímero de los doctos , escascan lastiníosamcntc en la Inmensa mayoría de la población. N o es á la verdad tan fácil coitio se cree el hacerse leer de muchos, y espresar en el lengnagc común los severos estudios y especial idioma de í^BaaaaaBHi 6^2 SEMANARIO PINTORESCO. las ciencias; pero también de este duro trabajo vie- ñaule á preservar su salud con precauciones bigícnen á resultar mayores ventajas que de las mas s u - nicas , á aumentar su fortuna con económicos cálblimes disertaciones , y cuando se escribe teniendo culos, ó le revelan en fin las aplicaciones hechas por única mira el bien de sus semejantes, deben ce- modernamente en las ciencias agrícolas c indusder á esta consideración las mas exigentes del amor triales. propio y la vanidad. E s t o es lo que en otros paises Todos estos objetos tienen cabida en una obra han comprendido los principales escritores, los hom- de la clase de la que publicamos j y para ser tratabres públicos mas eminentes , y por eso no se des- dos en ella con la debida discreción, serian i n ú deñan de cimentar su popularidad en publicaciones tiles nuestros esfuerzos aislados, si tío contáramos de la misma clase que la nuestra, escribiendo , no desde hoy con el auxilio de un crecido número de para un reducido número de sabios, y en estilo colaboradores, cuyos nombres bien conocidos y hinchado y campanudo , sino para el pueblo en g'c- apreciados del público parecen ofrecer una garaniieral, á quien hablan en su lenguagc propio, na- tía de nuestras promesas. tural y sencillo. La redacción ademas continuará teniendo á la Ahora b i e n ; pregúntese á los pueblos si han sa- vista todas las publicaciones notables de esta clase cado tantas ventajas de las tremendas enciclopedias en el cstranjcro; y aunque guiada de un noble e s de los erizados discursos, como del sin número de píritu nacional dará siempre la preferencia á las publicaciones populares que inundan ala Alemania, producciones originales , y que traten de nuestro» la Inglaterra, la Francia, la S u i z a , cte? S e ha países y nuestras costumbres 5 no por eso dejará de dicho con razón que cada siglo tiene sus condicio- aprovechar en las ya dichas obras cstranjeras aquenes especiales j á nuestro enleuiler si hemos de b u s - llos trabajos , especialmente científicos, que juzcar el espíritu que distingue al presente , mas bien gue dignos de ser traducidos. que en las academias y los institutos le encontraRajo estas bases podemos reducir á un cuadro remos en las publicaciones populares tales como el sinóptico la serie de artículos de que por lo r e g u Musée des Jfamilles ó el Penny Magaiinc. lar se ha de componer el Semanario, sin que por E n una obra , pues , que ha de comprender tan eso haya de esperarse que en cada número se comvasta escala de materias, necesario es que vengan prendan toJos e l l o s , sino que alternarán entre sí á reunirse los trabajos de muchas y escogidas plu- con el orden.debido, á fin de llegar á formar al mas , diversas en importancia, en objeto , y en es- fin de cada año un tomo lleno de utilidad y de tilo, Las animadas descripciones y estudios filosó- recreo. ficos de los, infinitos objetos que ostenta la naturaleza en sus inmensos dominios; sus fenómenos adV I A G E S . — E S P A Ñ A PINTORESCA. — B E L L A S mirables y la investigación científica de las causas ARTES. que los producen; la grata narración de los viages CONOCIMIENTOS ÚTILES. — EDUCACIÓN. — M O á los pueblos y sitios embellecidos por la mano del RAL PRIVADA. — LEGISLACIÓN USUAL. — ECONOhombre ^ los monumentos del arte; los hechos his- MÍA INDUSTRIAL. — A G R I C U L T U R A . — C O M E R C I O . — tóricos , y vida de los varones ilustres por su vir- ECONOMÍA DOMESTICA. — H I G I E N E . t u d , por su saber ó su valor^ las aplicaciones de H I S T O R I A . — BIOGRAFÍA. — ARQUEOLOGÍA. — las artes industriales ^ la crítica literaria; los usos E F E M É R I D E S . — y costumbres de los pueblos, y otros mil objetos C R I T I C A LITERARIA. — FILOSOFÍA. — TEAanálogos, pueden ocupar la ilustrada observación TROS. — P U B L I C A C I O N E S . — del filósofo, el entusiasmo del poeta , ó el mágico CUADROS DE COSTUMBRES. — N O V E L A S . — artificio del pintor. CUENTOS. — POESÍAS. — M I S C E L Á N E A . S i n tanta brillantez, aunque no con menor i m Últimamente, en cuanto á la parte artística tan portancia los trabajos del hombre científico, del grave moralistas, del económico calculador , despo- esencial en esta obra, también se han planteado jándose de 1* austera severidad de la ciencia , y re- todas las mejoras que han sido posibles , tanto en la •yestldos de formas mas halagüeñas, brindan á la elección de los dibujos, originales y trabajados B-eneralidad de los lectores conocimientos de la por nuestros mas hábiles profesores , cuauto en el mayor utilidad para su vida privada ; inspíranlc las esmero del grabado. La forma de impresión y el mas sanas ideas de moral, le familiarizan inscusi- papel continuarán siendo los mismos hasta fin de blcmcate con multitud de prácticas útiles, ensc- ano para no desfigurar el tomo tercero. MADRID , IMPRENTA DE OMAMA : 1840.