IDENTIDAD LÉSBICA EN CIUDAD CUAUHTÉMOC CHIH.: LOS DISCURSOS DE LA SEXUALIDAD Priscila Corral Chávez UACJ La mayor parte de las sociedades incluyendo la nuestra han presenciado ya un esfuerzo sostenido de lesbianas y gays para articular y desarrollar identidades claras en el contexto de subcultura y comunidades sociales más amplias. Esto a medida que los modelos de vida homosexual se han hechos más públicos y tienen más confianza en sí mismos. El asumir una identidad lésbica es un proceso. Muchas mujeres lesbianas sentían desde niñas que eran distintas, pero tuvieron que cuestionarse y vivir varias experiencias antes de llegar a considerarse a sí mismas como homosexuales. En la mayoría de los casos, es un proceso largo en el que influyen referentes sociales como: el acceso a la información sobre la homosexualidad, las características sobre los referentes de la homosexualidad -negativa o positiva, vaga o concreta- así como también la capacidad de construir una identidad acorde con la propia experiencia. Es por esto que el principal objetivo de este proyecto, fue trabajar en Ciudad Cuauhtémoc, Chih., para describir y analizar el proceso por el cual una mujer homosexual pasa para lograr construir y desarrollar una identidad sexual lésbica para definirse a sí misma tanto en lo privado como en lo público. Porque si bien es cierto que cada persona construye su homosexualidad de diferente manera, también es cierto que siguen una secuencia más o menos predecible. Esta aceptación de la identidad homosexual debemos observarla a través del desarrollo por el cual se va autodefiniendo como lesbiana, que habitualmente se llama el momento que sale del closet primero frente a sí mismo y finalmente ante la sociedad. Es entonces cuando la lesbiana asume sus preferencias 1 afectivas-sexuales y escoge integrar este conocimiento a su vida personal así como a la social, que involucra adaptar una identidad no tradicional, reestructurar el propio concepto, reorganizar el sentido de persona y alterar las relaciones propias con otros y con la sociedad. Cuando una mujer dice soy lesbiana se convierte en un ser diferente. Por lo tanto la homosexualidad hoy en día en Ciudad Cuauhtémoc como en casi todas las sociedades se sigue viéndose como algo “anormal” y sigue siendo poco lo conocido sobre ello. Sea cual sea nuestra opinión moral o política al respecto, estas nuevas costumbres demuestran, sin la menor dudad, que la sexualidad de las lesbianas está en plena transformación y presente en nuestra sociedad. Mi método de investigación se hizo por medio de la investigación cualitativa que tienen como característica común referirse a sucesos complejos que tratan de ser descritos en su totalidad, en su medio natural, tal como sucede, intentando sacar sentido de, o interpretar, los fenómenos de acuerdo con los significados que tienen para las personas implicadas. Además la investigación cualitativa implica la utilización y recolección de una gran variedad de materiales que describen la rutina y las situaciones problemáticas y los significados. Por lo cual se realizaron entrevistas semiestructuradas a un grupo de mujeres lesbianas de un rango de edad de 15- 30 años en Cd. Cuauhtémoc, Chih., con lo que se obtuvieron los datos para recrear el proceso por el cual la identidad se va creando a partir de los referentes tanto subjetivos como sociales que ellas van tomando. Al mismo tiempo se llevó un diario de campo en el cual se fue asentando todas las situaciones analizadas, esto siempre apoyado por mi observación participante en los contextos sociales en donde se encuentren dichas lesbianas. Identidad Lésbica A la homosexualidad femenina se le llama lesbianismo, este término proviene de la isla de Lesbos en Grecia, gracias a Safó una poetisita homosexual que nació y vivió hasta su destierro en la isla de Lesbos, esta fue la razón por la cual se acabó 2 llamando lesbianas o sáficas a las mujeres homosexuales, aunque este último término no se utiliza demasiado.1 El término gay, que en inglés anticuado significa ‘alegre’ suele emplearse para referirse a los hombres homosexuales y el término lesbiana para referirse a las mujeres homosexuales, sin embargo, gay es un adjetivo o sustantivo que identifica a las personas homosexuales sin importar su género. En el siglo XIX se le atribuye a la medicina además del simple conocimiento de la enfermedad, el conocimiento de las reglas de discriminación entre lo norma y lo patológico, y en la desviación de lo normal el lesbianismo se consideraba una enfermedad. Pero en 1973 la homosexualidad fue finalmente excluida de entre las enfermedades mentales enlistadas del Diagnóstico y Manual de Desórdenes Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría. 2 No cabe duda de que el carácter de investigación sobre el lesbianismo cambio cuando se abandonó el supuesto de que se trataba de una forma de patología. Muchos han intentado conocer el origen exacto del lesbianismo y, aunque existen distintas teorías sobre el asunto todavía se suscitan diferentes dudas al respecto, Illy Nes dice: Amar a otra mujer ha estado visto como una patología hasta hace muy pocos años, si fundamentos en que apoyarse. Existen apócrifas teorías que mencionan la posibilidad de un origen genético, hormonal, neurológico, una tención sufrida en el embarazo, carencia de afecto del padre o de la madre y un largo etcétera acientífico y de escasa fiabilidad, pues falta mucho por aclarar en cuanto que o donde se originó efectivamente la homosexualidad femenina.3 1 Nes Illy, Hijas de Adán Las mujeres también salen del armario, España, Fareso, 2002, pág. 12. Morovejo Norma, Un amor que se atrevió a decir su nombre La lucha de las lesbianas y su relación con los movimientos homosexuales feministas en América Latina, México, Plaza y Valdez, 2000, pág. 37-38. 3 Nes Illy, op. cit., pág. 15. 2 3 Sin embargo las causas de la conducta sexual humana ha ido perdiendo importancia para dar lugar al interés por conocer las formas de identidad y los etilos de vida. La identidad homosexualidad implica una sincronía de deseos, sentimientos, actos y conciencia, que culmina en la aceptación, en un acto de autodefinición. Sin embargo estos elementos no suelen manifestarse simultáneamente, sino en épocas diferentes de la vida. La discusión actual sobre la identidad lésbica se encuentra en torno a la diferenciación de género y a la especificidad sexual, como sus principales interrogantes que despejar.4 Recreando tanto la sexualidad como el rol de género impuesto por la sociedad, se trata de una identidad que no está dada desde un principio, sino que se construye poco a poco; y una identidad que no siempre se expresa de la misma manera, sino que cambia según el entorno inmediato y la etapa de vida. Varios autores, entre ellos Michel Foucault en su Historia de la Sexualidad, han planteado que la identidad homosexual es de apariencia reciente. Es importante saber qué la identidad es, según Butler: La sedimentación de los significados, o la escuela de prácticas significadoras repetidas. Entender la identidad como práctica significadora es “entender a los sujetos culturalmente inteligibles como consecuencia de un discurso determinado por normas que se inserta en los actos significadores dominantes y rutinarios de la vida lingüística.5 Así pues, la identidad se construiría a partir de prácticas que se repiten constantemente, lo que implica necesariamente que el sujeto se mueva en el ámbito cultura. Establecidas por un sinfín de dimensiones referentes a nuestros grupos sociales de procedencia y de referencia; así como de caracterizaciones especificas que nos diferencian y nos igualan a otros. 4 Tubert Silvia, Op. Cit., pp. 177. Butler Judith, El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad, México, Paidós, 1999, pp. 23. 5 4 La construcción de la identidad lésbica podemos observarla hasta que ella se familiariza con el término, conocen otras personas homosexuales y logran darle contenido positivo al “ser lesbiana”. A través del desarrollo por el cual se va autodiefinendo como homosexual, que habitualmente se llama el momento que sale del closet primero frente a sí mismo y finalmente ante la sociedad. Si bien es cierto que cada persona construye su homosexual de diferente manera, también es cierto que siguen una secuencia más o menos predecible. En general, parece haber dos tipos de evolución, en una la homosexualidad se desarrolla desde lo externo hacia lo interno; es decir primero se da los actos sexuales y luego la conciencia de la homosexualidad. Esta progresión es más frecuente en los hombres que en las mujeres, pues ellos muchas veces se inclinan en la homosexualidad a través de los actos sexuales, mientras que las mujeres tienden a inclinarse a través de los sentimientos. En el segundo proceso, que por supuesto también puede darse en los hombres, la persona primero experimenta sentimientos y deseos y luego llega a los actos sexuales.6 No estoy segura cuando comencé a darme cuenta, pero creo que en el kínder, cuando empecé a conocer niñas y niños, en ese momento sentí atracción por las mujeres, y en ese instante pensé que estaba mal hecha, que yo no pertenecía, pues porque lo que estaba sintiendo no se me hacia normal. En la primaria empecé como que a disfrazarlo, evitarlo, como si nada pasar. Y ya en la secundaria cuando comencé a ver relaciones románticas a mí alrededor, fue cuando sentí que faltaba algo, que no me iba a llenar con el simple novio, que si tuve pero…, hasta que no se dio una relación entre una amiga y yo, aunque solo nos abrazábamos, me sentí completa. Entonces dije, ¿sabes qué? me gustan las niñas.7 6 7 Castañeda Mariana, La experiencia homosexual Op. Cit., pág. 66. Fragmento de la entrevista a: Selene Ortiz, 18 años, 27 de abril del 2011, Cd. Cuauhtémoc, Chih. 5 En ambos casos la persona íntegra paulatinamente la dimensión interna y externa, hasta asumir su orientación sexual. Es importante hacer una diferenciación entre orientación sexual, es decir hacia que sexo se experimenta amor y deseo e identidad sexual, que es el hecho de asumir plenamente esta orientación. Aquí también suelen haber dos fases; el homosexual generalmente asume su orientación primero frente a sí mismo, es decir, toma conciencia de ella, y luego frente a la sociedad, cuando ya se identifica plenamente como homosexual. De manera muy resumida, hay integración de actos, sentimientos, deseos, y pensamientos; luego se presenta una fase de estar en el “closet”, y finalmente el momento de asumir socialmente la homosexualidad. 8 Al final de este proceso surge la aceptación de la homosexualidad, que podríamos llamar la identidad lésbica, lo cual abarca desde lo más íntimo hasta lo social. Yo sinceramente descubrí que era lesbiana desde los 5 años, pero muchas veces intente evitarlo, quería que no fuera cierto. Era así de que en la secundaria siempre era la niña rara que le decían ¡te gustan las niñas, eres lesbiana!, y yo pues así de que ¿qué es lesbiana?, y me dijeron te gustan las niñas siempre te les quedas viendo, pero yo siempre estaba diciendo, a mí me gusta ese niño que está ahí y el otro y está bien guapo y es mi novio, y todo mundo agarraba la onda de decirme ¡te gustan todos! Pero todos no era la respuesta porque solamente disimulaba. Para afrontarlo con mis amigas y mi familia primero empecé diciendo que era bisexual, para quedar bien, y luego termine diciendo a los 17 años que era lesbiana. La primera vez que salí del closet, fue un día que me senté con mis amigas en el receso, ya tenía 17 años, estaba en la preparatoria, y les dije saben algo ¡soy lesbiana!, no me avergüenzo de ello, tengo novia.9 8 9 Castañeda Mariana, La experiencia homosexualidad, Op. Cit., pp. 68. Fragmento de la entrevista a: María, 21 años, 19 de mayo del 2011, Cd. Cuauhtémoc, Chih. 6 Existen básicamente dos perspectivas en torno a las cuales han girado los debates respecto a la identidad sexual, la primera es la de las teorías esencialistas; éstas entienden la identidad sexual como algo que viene dado por una forma o disposición que se aferra en la más profunda esencia de cada persona. Chad Mosher plantea que las teorías esencialistas describen a las identidades homosexuales como maneras fundamentales de “ser”, que son determinadas en temprana infancia.10 Estas teorías señalan que existen dos y sólo dos formas de sexualidad: la heterosexual y la homosexual. En este marco, cada persona debe identificarse con una de estas dos posibilidades, no obstante, estos modelos pueden reflejar la forma en que las personas se perciben a sí mismas y sus principales características. La segunda perspectiva es la de las teorías socio-constructivistas, estas estipulan que las identidades son construidas, fluidas y múltiples, la identidad de cada persona es el producto de la autocategorización y de la relación del individuo y su mundo social, esta perspectiva da cuenta de la fluidez y dinamismo de la sexualidad y permite superar la dicotomía heterosexual/homosexual. 11 Para que una mujer se considere a sí misma lesbiana debe tener conciencia de la existencia de la categoría lesbiana y luego debe resinificarla de manera tal de hacerla congruente con su experiencia para poder identificarse con ella. Para que una persona pueda construir una sana identidad homosexual, que no es ni más ni menos que recorrer un proceso de autoaceptación positiva de la propia orientación sexual, deben producirse una serie de cambios a nivel cognoscitivo, emocional y conductual. Como señala Begoña Pérez, estos cambios se plasman en diferentes niveles. Al nivel cognoscitivo debemos asistir a la eliminación de estereotipos y falsas creencias, de forma que permita a las personas adquirir una visión más realista y positiva sobre la 10 11 Maroto Ángel, Homosexualidad y trabajo social, México, Siglo XXI, 2006, pág. 113. Maroto Ángel, Op. Cit., pág. 115. 7 homosexualidad y que a su vez posibiliten el reconocimiento de la diversidad existente entre los propios homosexuales. Es del todo impredecible que la persona se vea a sí misma como homosexual con una vida satisfactoria, y que aunque puedan aparecer ciertos conflictos personales, sociales o familiares, es preciso convencerse de que estos no son consustanciales a la homosexualidad, sino únicamente consecuencias de las actitudes arraigadas socialmente.12 A nivel emocional, quizás sea el análisis de sentimientos y emociones lo más importante para poder comprender lo que implica el proceso de desarrollo de un sana identidad homosexual. Los sentimientos de ser diferente, de negatividad hacia sí mismo, de desestima propia, el temor al rechazo por parte de la sociedad en su conjunto y el sistema familiar o grupo de pares son todas ellas características que suelen estar al inicio, cuando se está comenzando a tomar conciencia de los propios deseos hacia personas del mismo sexo. Tengo miedo, me cuesta mucho trabajo aceptar, porque mucha de la gente que ya los sabe viene y me pregunta ¿qué cómo me puedo aceptar a mi misma?, y la verdad no sé si decirle a mi familia, consideró que salir del closet totalmente y completamente es que tus papás lo sepan, y eso es lo que más me va a costar trabajo en esta vida, pero es algo que tengo que hacer eventualmente.13 A nivel conductual, en un principio es muy común que se elaboren estrategias de autoconvencerse de que no se es homosexual. Conforme se va produciendo un proceso de autoaceptación de la propia sexualidad o cuando se toma conciencia de que esos deseos no van a cambiar, se comienzan a abandonar dichas estrategias pasando a buscar información sobre la orientación homosexual y sobre 12 13 Maroto Ángel, Idem. Fragmento de la entrevista a: Sin nombre, 16 años, 30 de abril del 2011, Cd. Cuauhtémoc, Chih. 8 otras personas que comparten dicha preferencia, para apoderarse de su identidad sexual. 14 A los 10 o 11 años de edad, cuando iba a la escuela y como toda niña tenía amigas, sin darme cuenta comencé a tener actitudes hacia mis amigas que no era consientes, pero que manifestaban que me gustaban las mujeres, pero yo sentía que esto era algo malo en mi que tal vez iba a pasar y podría superarlo. Pero a los 14 años me enamore por primera vez y tuve una relación de pareja, y a partir de ese momento supe que era en serio, que me pasaban cosas, que no estaba en mi inconsciente, que no era una etapa, y desde ese momento es cuando me asumí como lesbiana.15 Cuando una mujer dice soy lesbiana se convierte en un ser diferente. Esto la lleva a una serie de transformaciones cognoscitivas y afectivas al igual que cambios en el comportamiento. Habría que reconocer también que las lesbianas, lo mismo que las mujeres heterosexuales, son diversas y tienden a elegir los espacios donde revelan su identidad sexual, lo que diluye la noción de identidad lésbica. La lesbianas han tenido que librar una constante lucha doble, pues no solamente son homosexuales en una sociedad que considera la heterosexualidad, como la única opción plausible y correcta sino que, por si fuera poco este estilo de vida por el que han optado al aceptarse como tal a desafiado lo que se establece como lo que debe ser una mujer. Sigue siendo poco lo conocido sobre la sexualidad de las lesbianas, sobre sus intimidades y también sobre sus movimientos sociales, culturales o políticos. Durante mucho tiempo, las lesbianas pasaron inadvertidas, quizás porque en general nunca fue condenada de manera explícita, al contrario de lo que ocurría con la sexualidad entre varones. Pero no han logrado tener fuerza ni espacio en el mundo público. 14 15 Maroto Ángel, Op. Cit., pag.115. Fragmento de la entrevista a: Irene S., 19 años, 30 de abril del 2011, Cd. Cuauhtémoc, Chih. 9 La mujer homosexual, como cualquier otro ser humano, es un ser muy complejo, cruzado por muchos dominios discursivos y por lo tanto, está sujeta a cambios. Así pues, no se les puede encajar a la perfección en una identidad inmovible, impermeable y estático, pues eso sería privarla del placer de ser humano en un mundo que le ofrece cambios. La identidad lesbiana puede verse hoy como una etiqueta que limita. Comparto la idea de que “las identidades de género” son inventos culturales, que sirven para construir un sentimiento de pertenencia y de identificación, de allí la importancia de esta identidad gay o lésbica, sin embargo es aun políticamente indispensable, pues retoma los elementos de su subjetividad y las lleva al mundo de significados sociales, al mismo tiempo que da a la sociedad elementos para percibirlas o reconocerlas. Creo que las lesbianas no están buscando tolerancia, buscan desarrollar una cultura de respeto e inclusión. No obstante, la tarea es larga y empieza desde adentro, desde la autodefinición. La identidad lésbica establece al final una forma más de estar en el mundo o el intento de estructurar y desarrollar un estilo de vida. Hay que pensar que no existen sexualidades únicas y permeables para entender que existen centenares de maneras en que una persona puede asumir su sexualidad, estas se pueden cruzar y atravesar, no para destruirse o anularse unas a otras, sino para fortalecerse y alimentarse. Las personas deben caer en cuenta que más allá de lo que dicta el lenguaje, -al declarar que sólo existen hombres y mujeres; de donde se desprenden necesariamente la necesidad de entablar únicamente relaciones heterosexuales-, existen otras formas validas de existencia. 10 Bibliografía Alfarache Lorenzo Ángeles, Identidades lésbicas y cultura feminista: una investigación antropológica, México, Plaza y Valdés, 2003, pág. 156. 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