EDUCACIÓN WALDORF EN LA PRÁCTICA Explorando Cómo es que los Niños Aprenden en la Primaria Else Göttgens Notas de la Traductora Else Göttgens cruzó el umbral poco después de haber leído la primera versión de su libro en español, lo cual la alegró mucho. Fue un honor y un placer traducir este libro del inglés al español, y, aunque el contacto con Else fue breve, su claridad y precisión me sorprendieron. Muchas gracias a Phoenix van Hardenbroek por su paciencia y gentileza en contribuir a la corrección del texto, y a Paola Poli por sus acertados y detallados comentarios y sugerencias. Algunas personas criticaron el hecho de que el libro no estuviese escrito como un “libro,” sino más bien como si Else estuviese hablando en público. Ella quiso que fuese así y, en la medida de lo posible, he tratado de respetar su forma de comunicar ideas, no tan regida por normas y reglas literarias – lo cual no le resta nada al inmenso valor que ofrece este libro... Cabe mencionar que algunos juegos o poemas pueden haber perdido algo de su sentido original al haber sido traducidos al español; le ruego al lector que use su creatividad e imaginación para incorporar juegos o poemas usados en países de habla hispana. Si alguien desea obtener copias físicas de este libro en inglés o en español puede ir a www.waldorfinpractice.com María del Pilar C. Bastida Elogios a EDUCACIÓN WALDORF EN LA PRÁCTICA: “Durante muchos años hemos escuchado los sabios consejos de Else; ella siempre nos inspiró con su conocimiento actualizado sobre educación Waldorf. Por fin podemos leer estas palabras sabias aquí. Este es un libro maravilloso para cualquiera que trabaje en el área de la educación Waldorf, pero especialmente para mentores y sus estudiantes. Muchos profesores reconocerán la “voz” de Else en este libro.” Nettie Fabrie Profesora Waldorf y especialista curativa, Co-directora de capacitación de maestros & mentora Colegio Waldorf Seattle “La enseñanza exitosa requiere de verdadera destreza. No hay mejor forma de adquirir esta destreza que cuando uno es guiado por una mano experimentada que, además, fue también una maestra en esto. Ahora usted podrá encontrar aquí a una persona de ese tipo – ¡con 65 años de experiencia! Simplemente pruebe algunas de estas ideas y técnicas (que algunos pueden considerar “pasadas de moda,” “no apropiadas para nuestros tiempos” o hasta “imposibles hoy en día”), o mejor aún, siga sus ejemplos e indicaciones para elaborar actividades nuevas que serán más apropiadas para su clase. ¡Sea valiente! ¡Sea creativo! ¡Vuélvase un maestro en su oficio! Deje que Else Göttgens le muestre una forma… Un libro “que tiene que ser leído” por profesores que buscan activamente lo mejor para sus estudiantes, y para aquellos que asumen responsabilidad en su oficio (profesionalismo).” Marcel de Leuw Profesor de Pedagogía y Didáctica Hogeschool Helicon, Holanda (Capacitación para Profesores Waldorf) “Como mentora que prepara profesores que no han sido entrenados en la pedagogía Waldorf para asumir clases en nuestro colegio Charter,1 siento que Else Göttgens, a través de este pequeño libro, es mi pareja educacional. Este libro se lo entrego a cada uno de nuestros profesores nuevos y los animo a que lo usen diariamente. Yo, también, aprendo algo nuevo, o recuerdo algo de valor, cada vez que abro Educación Waldorf en Práctica.” Carol Fegté Especialista en Métodos Waldorf & Mentora Profesora, Colegio Charter Blue Oak Chico, California 1 Los colegios Charter son colegios públicos en EEUU que tienen más libertad para implementar su currículo; algunos de ellos son Waldorf, Montessori, etc. PREFACIO En el campo de la Antroposofía aplicada, como por ejemplo en la Banca, en la Agricultura, en la Medicina, o en el Cuidado de la Primera Infancia, todos encaramos el mismo problema. Es el problema de fusionar conocimiento con una “buena práctica,” o, en términos más filosóficos, asegurar que Idealismo y Realismo se encuentren de una forma productiva. Qué fácil es estudiar hoy en día la educación inspirada en la Antroposofía; uno puede hasta obtener una Maestría. Pero qué difícil es hacer lo correcto en el momento apropiado – en la práctica – en frente de treinta niños que desean ser inspirados por su amado profesor. Y esta es precisamente la cualidad de este “no-libro”: combina el conocimiento profundo del ser humano en transición con la realidad de la enseñanza del día-a-día. Por supuesto que siempre existe el peligro de que este texto sea usado simplemente como una receta: ¡Ahora ya sé qué es lo que tengo que hacer en mi clase! Y de hecho puede usarse de esa forma. Pero si es que fuese usado de esa forma, la idea-Waldorf se desvanecería: la idea de recrear momentos de aprendizaje a partir de las fuerzas creativas del profesor. Cuando uno se da cuenta de esta idea Waldorf, la profesora y los niños experimentan la relación apropiada entre los procesos de aprendizaje y la inspiración. Es entonces que la educación se convierte en una fuerza generadora de salud en lugar de una fuerza que causa daño. Esto es lo que llamamos el nuevo paradigma de la educación. Este nuevo paradigma de la educación no es una estructura o un conjunto de reglas. Seamos honestos: el tema de la calidad en la educación no es una pregunta acerca de estándares, pruebas y/o competencias, sino que es una pregunta acerca de actitudes que el profesor siente en lo profundo de su alma. La cualidad de este “libro” es también la cualidad de una autora que yo admiro profundamente. Con la experiencia ganada durante más de 65 años de enseñanza y de asesoría, Else Göttgens vivifica la combinación correcta entre Idealismo y Realismo en su trabajo. Ella es precisa en sus observaciones; va al grano en sus comentarios; y está siempre peleando por el nuevo paradigma de la educación. A cada uno de nosotros se nos pide resolver este enigma: ¿Cómo pueden los Ideales y la Realidad combinarse de forma correcta? Cuando esto ocurre, el resultado que observamos es el sentido común. Elsa Göttgens es, en mi opinión, la hidalga del sentido común. Esto es lo que ella trae a nuestras escuelas: Este modo de juicio hecho por nuestro propio “Yo,” siempre necesario en el aula, en la indispensable reseña espiritual de la educación, y en nuestra realidad social. Esperemos que este libro satisfaga esta tarea: Esperemos que nos inspire para que así nos eduquemos a nosotros mismos a través de nuestro propio Yo, hacia el objetivo de convertirnos en verdaderos seres humanos y satisfacer las necesidades de nuestro tiempo. Christof Wiechert Director de la Sección Pedagógica de la Escuela de la Ciencia Espiritual, Goetheanum Dornach, Suiza. ACERCA DE LA AUTORA Nació en 1921 en Indonesia, hija de un exitoso abogado comercial holandés y de su llamativa esposa. Los primeros viajes de Else alrededor del mundo empezaron cuando tenía un año de edad, a bordo de los inmensos barcos a vapor de aquella época. Fue criada principalmente por niñeras, y no vivió en ningún lugar por más de dos años hasta que tuvo 24 años de edad. Su primer encuentro con la Antroposofía fue durante una visita a un colegio Waldorf en Den Haag (Holanda) en 1939. Inmediatamente, y de forma apasionada, se casó con esta educación y tomó su primera clase en el colegio Zeist Steiner en 1941. Este fue el comienzo de su increíble vocación de 41 años como profesora de grado en varias escuelas de Holanda e Inglaterra. En 1972, y mientras se encontraba en este camino, fundó el colegio Eindhoven Steiner en Holanda, una escuela boyante hasta el día de hoy. Allí pasó sus últimos cuatro años como profesora de idiomas y profesora de pedagogía curativa antes de “retirarse”… A los 61 años, Else empezó una nueva carrera como consejera/mentora a tiempo completo, y como “Maestra Erudita” viajera. Durante los siguientes veinte años pasó ocho meses del año viajando, visitando colegios en un circuito regular que incluía Inglaterra, Hawaii, la costa oeste de los EEUU (en la primavera), la costa este de los EEUU (otoño), así como otras escuelas más cercanas a casa como en Holanda. Incluso hoy en día sigue visitando regularmente escuelas a ambos lados del Atlántico. Como mentora de docenas de profesores, nuevos y antiguos, Else todavía observa de forma activa a niños de todas las edades en el aula; aconseja tanto a profesores individuales como facultades y grupos de padres, ofreciendo consejería de forma regular y ofreciendo un sin fin de cursos, conferencias y talleres cada año. De corazón un poco rebelde, y siempre reticente a aceptar algo impuesto por alguna autoridad, Else admite riéndose que lo que más la ha ayudado en su trabajo de consejería es el hecho de que ella misma cometió muchos de los errores que observa en otros. Educación Waldorf en la Práctica resume tanto su experiencia como profesora de niños, así como de maestra de profesoras. Fácil de leer, conciso y práctico, el propósito de este libro no es ofrecer lecciones listas-para-serusadas, sino más bien guiar a profesores para que puedan crear las suyas; para ser exitosos en un aula Waldorf. ACERCA DE LA CARÁTULA Una cascada de agua. ¡Allí! Movimiento. ¡Vida! ¿Para qué más puede servir la educación sino es para ayudar a que un niño nunca pierda su capacidad de continuamente poder “moverse” a través de su vida adulta? Así como cada gotita de agua viaja perpetuamente y se va transformando a lo largo del majestuoso ciclo de agua, ¡así también lo hacemos nosotros! Como profesores compartimos un momento privilegiado con estas gotitas mientras descienden llenas de júbilo por nuestras aulas; esperemos ser como los “buenos genios tutelares” (o buenos espíritus) que ellas encuentran en su danza, los que Goethe describe tan bien… La Canción de Mahoma Por Johann Wolfgang von Goethe Mirad la fuente que de la peña mana, clara y alegre, cual de un lucero fúlgida mirada. Por encima de las nubes, entre peñascos y breñales, cuidaron de su niñez buenos genios tutelares. Con juvenil lozanía, de las nubes desprendióse y en el mármol de las peñas danzando, un punto posóse, para luego nuevamente tornar al cielo con raudo y triunfal vuelo esplendente. La pintura de la cascada que adorna la portada de esta primera edición fue creada especialmente por Leo Klein, artista, conocido de la autora de mucho tiempo y un querido amigo. ÍNDICE NOTAS DE LA TRADUCTORA….…………………………………………………………….. PREFACIO…………………………………………………………………………………………….. ACERCA DE LA AUTORA……………………………………………………………………….. ACERCA DE LA CARÁTULA……………………………………………………………………. PRÓLOGO……………………………………………………………………………………………. CAPÍTULO I “ANTES” (Lo que los padres deberían de saber)……… CAPÍTULO II MI PROFESOR, ¡EL SOL!............................................... CAPÍTULO III AFINANDO…………………………………………………………….. CAPÍTULO IV “TRABAJANDO CON GANAS Y APRENDIENDO CON AVIDEZ” CAPÍTULO V LEYENDO………………………………………………………………. CAPÍTULO VI “HABLÁNDOLE AL PAPEL -- ¡libremente!”……………… CAPÍTULO VII DELETREANDO……………………………………………………… CAPÍTULO VIII LECCIÓN “PRINCIPAL” (¿?)……………………………………. CAPÍTULO IX MATEMÁTICAS…………………………………………………….. CAPÍTULO X ACTUANDO………………………………………………………….. CAPÍTULO XI IMAGEN: el corazón de la Educación Waldorf………. CAPÍTULO XII RELATO ORAL……………………………………………………….. CAPÍTULO XIII IDIOMAS………………………………………………………………. PRÓLOGO Querido lector, ¡Nunca se buscó que este fuese un libro! Y, sin embargo… Durante aproximadamente los últimos 20 años, personas me han pedido repetidamente que escriba algo sobre mi experiencia como profesora Waldorf, o, más tarde, como mentora. Lo más lejos que llegué fue cuando mi amiga y colega Janet Jewel me visitó en Eindhoven armada con una grabadora. Algunos de ustedes conocerán el resultado: el cuadernillo “Reconocimiento Alegre.” Entonces, mi querido amigo Stephen Ross me convenció de que hiciera más. Donó tiempo, esfuerzo y hasta dinero para mantenerme en esto. Sin embargo, aun así, no creo que hubiese podido lograrlo sin la ayuda adicional de mi igualmente querida amiga Els Williams-Jeuken. Ella facilitó una cabaña en las montañas galesas, sus habilidades con la computadora y su tiempo. Y entonces, me animaba día tras día, escuchaba pacientemente los esfuerzos del día anterior, se llevaba a casa mis (muy) rudimentarios manuscritos, los descifraba y los imprimía. Gran parte del manuscrito de Educación Waldorf en la Práctica ya ha estado circulando entre profesores y facultades en la forma de párrafos fotocopiados desde el 2005. Varias personas que le daban una primera mirada decían: “Eso no es un texto apropiado, escribes de la misma forma como hablas.” ¡Entonces que así sea! Eso es lo que en realidad quería. Pues a decir verdad, si es que lo que estoy compartiendo aquí de esta forma – basado en mis 65 años de práctica – puede ayudarlo, entonces nosotros 3 (Stephen, Els y yo) no habremos trabajado en vano. Es sólo después del esfuerzo decidido de muchos que estas notas pueden ser ahora publicadas, ¡acompañadas de un magnífico prefacio, hermosas ilustraciones y una pintura apropiada para la cubierta! Un agradecimiento de todo corazón a todos los que contribuyeron, pero especialmente a Christof Wiecher (prefacio), Leo Klein (cubierta), Paul van Meurs (dibujos con lápiz) y a Michael Heintz (coordinador de la edición/publicación). Hoy día me siento emocionada de que estas páginas estén finalmente juntas, en un libro debidamente estructurado, impreso y empastado; ¡en realidad no sólo un “libro,” sino un “libro de trabajo”! Como tal, y dado que ha encontrado su camino hasta sus manos, que pueda satisfacer sus intenciones y que le sea de ayuda en su sendero; en su práctica. Else Göttgens Eindhoven Marzo, 2011 Capítulo I “ANTES” Lo que los padres deberían de saber. Los padres nos traen a sus hijos por muchas razones diferentes. Algunos por la concepción mundial; otros porque les gusta el ambiente del colegio. Y otros porque su niño no estaba floreciendo en la situación previa. Al final, todos desean que a sus hijos les vaya bien. Sin embargo, no importa lo mucho que estos padres se alegren porque sus retoños disfrutan del colegio, frecuentemente hay dos cosas que les preocupan en los primeros tres grados. Estas son: 1. ¿Qué tanto más tarde, en comparación a lo tradicional, aprenderán a leer? 2. ¿Qué importancia se le da a nutrir capacidades en oposición a machacar habilidades? Podemos prevenir muchas de las preocupaciones de los padres si es que somos proactivos y respondemos a estas preguntas con explicaciones claras. Idealmente, deberíamos de empezar a interactuar con los padres sobre estos asuntos en el Jardín de Infancia, o mejor aún, desde la Guardería Infantil. Describiré a continuación de qué formas he encontrado posible hablar con los padres sobre estos temas. Acerca del primer punto (¿cuándo enseñamos a leer?): Durante los primeros siete años de vida, las fuerzas vitales del niño están dirigidas a reestructurar su “modelo de cuerpo” heredado. La mayoría de la gente no está realmente consciente del hecho de que nuestro cuerpo visible, el que podemos tocar y pesar, es una realidad muy pasajera; hasta nuestra materia más sólida, nuestros huesos, van y vienen en siete años. Al resto de partes de nuestro cuerpo les toma mucho menos tiempo el llegar, ser, e irse. El MODELO DEL CUERPO es el que permanece a lo largo de la vida – ¡uno puede identificar a una persona que tiene ahora 80 años con una foto de colegio en la que los 40 niños tenían ocho años! Y es durante los primeros siete años de vida que la esencia de este modelo individual se finaliza. Durante los primeros 2 1/3 años de vida establecemos principalmente el modelo de nuestro sistema neuro-sensorial. Después, hasta casi los cinco años de edad, completamos nuestro sistema circulatorio: nuestro corazón y pulmones. Finalmente, hacia la edad de 7 años, nuestro sistema de órganos-extremidades está listo. Todo esto ha sido ampliamente corroborado por la neurología convencional. Ahora, después de casi siete años de dedicarse íntegramente al trabajo del cuerpo, parte de estas fuerzas vitales se ponen a disposición del trabajo mental. Cualquier trabajo intelectual que hagamos con los niños antes de que la “construcción de este modelo” haya sido finalizada, quita fuerzas vitales a la construcción del modelo-delcuerpo. Me he dado cuenta que la mayoría de los padres logran seguir y siguen esta línea de pensamiento. Varios padres que conozco dejaron de presionar para que su niño fuese admitido de forma temprana al primer grado después de que recibieron esta información. Dado que la mayoría de los niños ya están en primer grado a los seis años (no a los siete), esto nos proporciona un buen comienzo para poder explicar el por qué en los colegios Waldorf no se presiona a los niños para que lean de forma temprana. En lugar de eso, nosotros fortalecemos las capacidades para la lectura (como por ejemplo la orientación espacial), sin presionar a los niños para que lean. Habiendo aclarado que no fomentamos el trabajo intelectual prematuro, podemos entonces pasar a explicarles a los padres lo que hacemos en lugar de eso: comprometer al niño en actividades que nutren capacidades; las mismas capacidades que serán necesarias un poco más tarde para aprender las diferentes asignaturas de forma exitosa. Esto nos lleva hacia nuestro segundo punto. Acerca del punto dos (nutrir capacidades): Haríamos bien si destináramos mucho tiempo a clarificar este concepto que llamamos “capacidades”. Las capacidades se “arraigan” en los sentidos. La capacidad de, digamos, memoria visual – tan indispensable para deletrear – ciertamente depende de nuestro sentido de la vista, pero no se encuentra plenamente desarrollada como tal. Debe de ser afinada y mejorada. La experiencia muestra que, para poder nutrir esta capacidad, un entrenamiento directo no es el más apropiado. Si las formas que deben-de-ser-recordadas (letras o palabras difíciles) se mueven con la mano, con el pie, con el cuerpo entero, o se sienten con los ojos vendados, mejorará la capacidad (de memoria visual) no sólo de forma más rápida, sino también de forma más duradera. La “práctica” de deletrear palabras tomará entonces tan sólo una fracción de tiempo, y – ¡permanecerá! Lo mismo se puede decir de otras capacidades: el sentido por el número se desarrolla cuando combinamos el trabajo de decir el número en voz alta junto con el movimiento de las extremidades; la discriminación auditiva se desarrolla cuando trabajamos con los niños la pronunciación clara y cuando practicamos música con ellos; etc… Uno podría añadir muchos ejemplos más, pero el mensaje importante es: Cuando contamos todas estas historias, cuando hacemos todo este movimiento, y cuando recitamos todos estos poemas, el propósito no es sólo que los niños la pasen bien. Estamos arando y “fertilizando” la tierra para que, con el tiempo, crezcan sus habilidades de forma abundante. **** Notas: Capítulo II MI PROFESOR, ¡EL SOL! Y aquí llegan, los pequeños y garbosos principiantes, todos anhelantes: “¡Vamos a aprender a leer, a escribir, y a hacer números! …¡y todo esto lo aprenderemos de usted!” No crean a aquellas personas que dicen que los niños de hoy-en-día son diferentes; que carecen de la facultad de respeto, de reverencia. Esto es simplemente falso. Sin embargo, y especialmente desde que empezó este milenio, el comportamiento que surgía naturalmente de estas facultades ha sido seriamente erosionado (“Toxic Childhood” de Sue Palmer). El sanar (“desintoxicar”) esta condición se ha convertido en una de las nuevas tareas del profesor de primer grado (y reto)… ´La amorosa luz del sol Ilumina el día para mí…´ Si usted les da un mínimo de oportunidad, ellos la mirarán naturalmente, de forma semiconsciente, como si usted fuera “el sol con la amorosa luz”. Pero para ello, los niños tendrán que experimentar la cualidad de “amorosa luz” que hay detrás de usted. Para la gente moderna como nosotros, es más fácil decir esto que hacerlo. Cada periódico, cada programa de televisión, y la mayoría de los libros, todos estos nos imbuyen, no tanto con amorosa luz, sino con una oscuridad amenazadora. Así es que tendremos que esforzarnos por dirigirnos hacia esa amorosa luz. Este es un trabajo que probablemente no nos hubiese interesado lograr por nosotros mismos, pero, por el beneficio de los niños que han sido confiados a nuestro cargo, tenemos que hacerlo. ¿Cómo se logra esto? Recuerde, por ejemplo, lo que experimentó cuando, después de varios días tristes y nublados, súbitamente el sol vuelve a iluminar el mundo con color y lo empieza a calentar a usted por dentro y por fuera. O recuerde cómo, aquella vez en la que había tocado fondo, alguien llegó repentinamente, puso un ramo de flores sobre su mesa y se dispuso a escucharlo o simplemente a acompañarlo, lo que fuese que usted necesitara en ese momento. Conforme practique el recordar este tipo de memorias, y las vuelva a revivir una y otra vez, dirá este verso mañanero, pero lo dirá con verdadera intención. Y usted encontrará que los niños le mostrarán reverencia y respeto; Ellos podrán percibir “la amorosa luz del sol” a través de usted; Ellos querrán trabajar y aprender; A través de usted. **** Notas: Capítulo III AFINANDO Muy bien. Los niños entraron al aula. Llenos de expectativa. Dijeron el verso de la mañana con reverencia. Bueno, casi todos – poco a poco usted irá descubriendo por qué uno o dos de ellos (casi siempre serán los mismos) no pueden sumergirse en ese estado. Ahora la clase trabajará y aprenderá… Entonces, como visitante y mentora, ¿qué es lo que veo en demasiadas clases en las que se me pide que observe? Hermosa reverencia. Tranquila expectativa. Y, después, 20 minutos más tarde: ¡caos! Hablando primero, gritando después… Entonces, corriendo, pateando, rodando por el suelo. Y todo esto debido a que el profesor está simplemente haciendo lo que pensó que había aprendido en su entrenamiento. En resumen: “¡LA RONDA!” ¿Qué salió mal? Para poder comprender qué salió mal, miremos primero de qué se trata la “ronda”. Cualquiera que tenga que hacer algo: digamos, practicar el concierto en violín de Beethoven, o hacer un acto en el trapecio en el circo, sabe sobre el valor de un “calentamiento”. Los músicos harán algunas escalas, ejercicios de dedos. Los trapecistas suavizarán sus extremidades por medio de algunos ejercicios físicos. Lo que ellos hacen es afinar sus instrumentos: ¡su propio cuerpo! Bueno, en términos generales: la “ronda” está diseñada para ser simplemente eso. Y, dicho sea de paso, ¿por qué ronda? De hecho: Muchos de los ejercicios (digamos: cantar, recitar, juegos con los dedos) pueden hacerse mucho mejor detrás de un escritorio, ¡mirando a la profesora! Si consideramos la “ronda” como un calentamiento, esto podría ayudarnos a determinar mejor nuestra selección de actividades. Sería bueno incluir regularmente algunos ejercicios que contribuyan a que los niños se hagan más conscientes de sus piernas, de sus pies, etc. Los juegos con los dedos mejorarán su habilidad para la escritura. Podríamos trabajar con dicción o canto para nutrir su sentido del habla. Esto también los ayudaría a escuchar más activamente, pero en este momento deberíamos de estar más bien ocupados “trabajando y aprendiendo”. Incluya también ejercicios de concentración, ¡por favor! Uno puede pensar en muchos más tipos de ejercicios. Podemos tomar en cuenta los Doce Sentidos como una posible ayuda para escoger y balancear nuestras actividades. He escuchado a algunos colegas decir: “Vamos a despertar los dedos de los pies, vamos a despertar los dedos de las manos, vamos a despertar la voz.” ¡Excelente! Después de esto los niños estarán listos para trabajar bien. No nos olvidemos nunca: La ronda es un calentamiento – no es un objetivo en sí mismo. Y aquí yace una de las varias causas del mencionado caos. Frecuentemente le pregunto a un profesor confundido: “¿Por qué estás haciendo estos ejercicios?” Demasiado seguido la respuesta será: “Bueno, ¡eso fue lo que me dijeron que hiciera!” Usted sabe: Los niños son clarividentes en muchas cosas. Ellos saben, de forma inconsciente, si es que usted está haciendo algo desde su propio conocimiento. Si fuese así; ellos la acompañarán más fácilmente. Si no fuese así; ¡será lo opuesto! (A propósito: este “elegir el trabajo que hacemos de forma consciente – desde nuestro discernimiento” – se aplica a cada aspecto de nuestra enseñanza). ¿Y cuánto tiempo debería de durar la “ronda”? Dado que no es una lección (o: una lección de canto, más una lección de gimnasia, más una lección de dicción, más una lección de flauta, más una lección de matemáticas – de la forma como lamentablemente y frecuentemente observo), debería de durar menos de media hora. Se debería buscar que los niños se muevan mucho más durante otras partes de la Lección Principal (para leer más sobre esto ver el capítulo VIII en particular). Ahora, otras indicaciones para un calentamiento alegre, bien formado y efectivo: Esta es la Primaria, no un Kindergarten. La imitación todavía juega un rol importante hasta el noveno año de vida, pero ya no es la parte principal. De primer grado en adelante, la autoridad es la que toma el papel principal. Esto significa: Nosotros los profesores ya no haremos más todo el trabajo junto con los niños. En el caso de un ejercicio nuevo, diremos algo acerca de este – con una imagen en la medida de lo posible – y después lo demostraremos. Las primeras veces todavía lo haremos… …y después, nos retiramos y ¡¡¡los observamos a ellos hacerlo!!! Desde un costado podremos ver mucho mejor a algunos de los niños que no están haciendo el ejercicio de la forma que podría ayudarlos más adelante. Posiblemente fue un ejercicio en el que caminaron un cierto ritmo. Dos de los niños no “captan” el ritmo. ¡De manera consistente! Interesantemente, estos niños son generalmente los mismos niños que no fueron capaces de sumergirse en el estado de ánimo necesario cuando dijimos el verso de la mañana. Estos niños suelen necesitar algún tipo de terapia curativa (no tutoría) para vencer estos obstáculos en la esfera de sus capacidades, los que, si no son mencionados, interferirán de forma negativa en varias áreas de sus vidas. En términos generales, debemos de notar el simple hecho de que cuando observamos cómo es que los niños hacen algo, esto conlleva a que ellos se esfuercen por hacerlo mejor. Interesantemente, podemos fortalecer su motivación aún más cuando les damos a ellos la oportunidad de observarse a sí mismos: Podríamos pedirles a cinco niños hábiles que hagan el ejercicio en frente de la clase o en el medio de la ronda. Y entonces decirle a los otros niños: “Yo vi a dos niños que no olvidaron nada del poema mientras se movían. ¡Levanten la mano los que vieron quiénes eran!” Usted se dará cuenta de que la clase entera lo hace mejor cuando, después de esto, hacen el ejercicio otra vez. Incluso, el hacer un ejercicio tomando turnos con algunos grupos dará mejores resultados que el hacerlo una y otra vez con toda la clase. He escuchado a personas decir que en el primer grado uno no debería de hacer que los niños reciten un poema o hagan algún ejercicio por sí solos. Pero yo he encontrado, en especial con algunos de los niños coléricos, que ellos se sienten profundamente satisfechos cuando tienen la oportunidad de ofrecerse a hacer justamente eso. Pienso que no deberían de ser forzados, pero, ¿por qué no permitirlo conscientemente en algunos casos? Lo más importante de todo: empezamos el día con un calentamiento, no con algo que nos aburre. Si los niños esperan este comienzo con entusiasmo, están excitados porque logran hacer algo ahora que no podían hacer la semana pasada, están sonrosados y se sienten bien cuando toman asiento, entonces ya tenemos un muy buen comienzo para el trabajo del resto del día. ¡UN CALENTAMIENTO EXITOSO! **** Capítulo IV “TRABAJANDO CON GANAS Y APRENDIENDO CON AVIDEZ” Este título es una traducción literal de una línea de un verso matutino en alemán que Steiner dio al primer colegio Waldorf en 1919. La fuerza de la humanidad implantada en nosotros por la amorosa luz del sol nos da fortaleza para trabajar y para aprender - ¡con avidez! Esta expresión inusual, “con avidez”, me recuerda un consejo que Rudolf Steiner dio cuando encontró a un niño robando constantemente. Él aconsejó que se le enseñara al niño a observar pájaros, de forma que la avidez cambiara del lugar erróneo (las manos) hacia el lugar apropiado: los ojos. ¡Funcionó! Sí, los niños llegan, en términos generales, Ávidos por aprender de nosotros. Es nuestra tarea la de velar que no se vayan sin ser alimentados. En este capítulo ofreceré un número de sugerencias que podrían ayudar en la preparación de lecciones tentadoras y nutritivas. Entusiasmo por la asignatura que usted enseñe. Antes que nada y por encima de todo está nuestro propio trabajo de adulto, con interés y aprecio, por la asignatura que estamos enseñando. Steiner habla acerca de “imponderables” cuando se refiere al efecto que nuestros propios esfuerzos internos tienen sobre la actitud del niño. Tan sólo un ejemplo: Queremos enseñar aritmética a nuestros estudiantes en el primer grado. Podríamos, por ejemplo, cuando preparamos las lecciones, tomarnos un tiempo para reflexionar sobre la cualidad de cinco-partes de la rosa, desde el momento en que la sexta hoja verde crece directamente por encima de la primera hoja; en otras palabras, le toma cinco hojas para volver a la misma posición sobre el tallo. El cinco juega un rol en cada miembro de la familia de las rosas: manzana, pera, durazno, fresa, y muchos más. Una familia fuerte, fresca, que da salud, con raíces anchas y profundas dentro de la tierra. ¿Y nuestra cualidad de cinco-partes como seres humanos? Basta con que nos falte un dedo del pie y ya no podemos mantener un buen balance. ¿Y el trabajo que realizan nuestros cinco dedos de la mano? ¿Influyendo de forma amplia? ¿Demasiado extenso? ¿Profundo? Sí, sí, y sí… ¡y también inspirador! ¡Despierte este asombrarse, este entusiasmo dentro de usted misma! Este es un ejemplo del primer requisito: tratar de penetrar cada asignatura – hasta lo más ínfimo – con la fuente espiritual de donde se origina. Ahora elaboraré un poco sobre siete aspectos esenciales que son extraordinariamente productivos cuando preparamos el tipo de lecciones que motivan a los niños a trabajar y a aprender: 1. Imágenes Un punto cardinal que nunca deberíamos de perder de vista es que los niños hasta los 13 o 14 años de edad piensan principalmente en imágenes. Entre los seis y los diez años piensan completamente en imágenes. Entonces, si deseamos que trabajen con ganas, las imágenes los van a motivar. En lugar de: “Dibuja tus letras derechas y del mismo tamaño,” diga: “Mira, en esta palabra las letras se paran como soldados en una fila; ¡acaso no se ve bonito!” Y los niños se esforzarán por hacerlas tan derechas como soldados en una fila. Si es que queremos que aprendan con voracidad, las imágenes los seducirán para que escuchen; para que recuerden. Cuando Steiner habla acerca de “enseñanza artística” no se refiere tan sólo a pintar, recitar, actuar, etc. En 1922, en la clase de primer grado de Bettina Melina, él tiró tres rosas imaginarias a cada niño para enseñarles la tabla del tres, demostró un aspecto de la enseñanza artística: la enseñanza a partir de una imagen. Cuando preparamos la lección del día siguiente deberíamos de preguntarnos a nosotros mismos: “¿He encontrado imágenes para lo que deseo que los niños aprendan?” ¡Sólo observen qué tanto más rápido ellos lograrán el objetivo! 2. La Noche Cuando era joven y teníamos que abarrotarnos de información para un examen, se nos decía que pusiésemos el libro bajo nuestra almohada durante la noche. ¿Mito? ¿Superstición? No: simplemente una imagen de la realidad; una verdad. Todos sabemos de personas que batallan con un problema en vano, sólo para levantarse con la solución por la mañana. Hay incluso un dicho: “La mañana es más sabia que la noche.” Una de nuestras “formas de economizar en la enseñanza” Waldorf es la siguiente: Imagínese que queremos que los niños aprendan un poema para usarlo más tarde como práctica de escritura o lectura. Hemos preparado una historia para introducir el poema, y nos hemos aprendido el poema de memoria (nuestra propia tarea). Ahora, durante el primer día contamos la historia y recitamos el poema sólo una vez, y después lo dejamos de forma estricta – ¡hasta el día siguiente! Al día siguiente, después de haber traído la historia de regreso a su conciencia, usted podría preguntar: “¿Recuerdan que también les conté un poema acerca de esto? ¿Alguien puede recordar la primera palabra de ese poema?” Una y otra vez me he sorprendido, cuando, en un esfuerzo común y siguiendo el proceso anterior, los niños no me dijeron sólo la primera palabra, sino toda la primera línea, algunas veces hasta más. Más extraño aún: las pocas veces que puse a prueba su memoria el mismo día, no pudieron hacerlo en lo absoluto. A menudo, después de la experiencia anterior, durante el segundo día no hice nada más que volver a recitar el poema y dejarlo descansar otra vez. Y todo esto para darme cuenta de que, al tercer día, la clase recitaba en coro por sí sola las ocho líneas enteras del poema. Generalmente, al segundo o tercer día teníamos una conversación con toda la clase sobre el contenido y las palabras interesantes del poema (otra cosa que uno nunca debe de hacer el primer día). Dibujar o escribir acerca de esto – acerca de cualquier cosa – ¡sólo después que ha pasado por la noche! A pesar de que aprendí sobre esto (usar la noche) bastante temprano en mi carrera, tengo que admitir que me tomó largo tiempo adquirir el hábito de presentar una materia, y después dejarla ser hasta el día siguiente. Nosotras las personas modernas andamos apresuradas y no queremos esperar. Pero después de que esto se hace un hábito en el aula, las recompensas son mucho mayores de lo que un gran número de profesores podría imaginarse. Finalmente esto: mucha gente se pregunta acerca del concepto del “Ritmo de los Tres Días”. Una forma de ver esto podría ser la siguiente: Primer día: traer una imagen que represente el conocimiento o la práctica que usted quiere que los niños adquieran. Deje que los niños de grados superiores sepan lo que está tratando de lograr. Entonces: déjelo “dormir.” Segundo día: intente trasladar lo que desea que los niños aprendan hacia algún movimiento, buscando involucrar el cuerpo entero de manera frecuente. Trataremos más sobre esto en el Punto 4. Tercer día: recuerde lo que hemos escuchado (día 1), hecho (día 2). Saque una conclusión junto con los niños. 3. Enseñe algo Nuevo cada Día Asegúrese – y hágaselo saber a los niños – que se les enseñará algo nuevo cada día. No necesariamente tiene que ser algo grande o importante; podría ser algo que ya saben, pero haciéndolo de forma mejorada o de forma diferente. Pero trate de hacerlo de la forma descrita: cada día los niños escucharán algo nuevo; practicarán lo que se introdujo como nuevo el día de ayer; y recordarán y discutirán lo que fue nuevo hace dos días – todo esto durante la misma Lección Principal. Demasiado seguido uno observa que el material de aprendizaje se introduce de forma verdaderamente hermosa, pero después cae en el olvido. Esto en realidad debilita la voluntad de los niños. El acostumbrarse al horario mencionado líneas arriba (el ritmo de 3-días desde finales del Punto 2), previene esto. 4. ¡¡Muévase!! “¿Cómo podrá este cabeza de chorlito aprender algo alguna vez?” ¿Quién no se ha hecho esta incómoda pregunta en algún momento? Aquí estamos, con nuestro material cuidadosamente preparado, ¡¡y ellos simplemente no se quieren sentar y escuchar!! Bueno, entonces ¡a moverse! Pero, a nuestra manera (la manera de la profesora). Una vez que usted empieza a mirar en esta dirección, como profesor, se asombrará de lo mucho que puede trasladar de lo académico hacia el movimiento. Esto ya ha sido explorado de forma amplia en la instrucción de matemáticas, y varios colegas han escrito muy buenos libros sobre esto con excelentes ejemplos. No le dedicaré tiempo a esto, aquí; más bien daré un ejemplo del currículo de lenguaje: Digamos que quiero que los niños diferencien los sonidos P y B. Uno podría hacer una oración como: “El pavo blanco y pechugón se picoteó sus brillantes plumas posteriores, y pasó bajo el bello pino puntiagudo.” Ahora podría hacer que los niños golpeen con sus pies cada vez que escuchan una P, y que aplaudan con sus manos en todas las B´s. Uno puede demostrarlo una vez, y después limitarse a decir la oración mientras los niños golpean y aplauden. Por favor, no se una a ellos: los niños no tienen que imitar lo que sus ojos ven, sino que tienen que reaccionar a las diferencias de lo que sus oídos están escuchando. Más ejemplos similares se ofrecerán en otros capítulos. 5. Los Temperamentos “Por favor, por favor, no me lo diga – ¡yo ya sé la respuesta!” grita Ronald Listo por todo el salón. Su respuesta podrá ser correcta o estar a kilómetros de distancia, pero, si es que esto último fuera el caso, ¡él estará seguro de que es usted la que está equivocada, no él! Todo esto ocurre mientras los ojos de María se llenan de lágrimas: “No puedo comprender nada de esto, por favor ¿podría ayudarme?” Y ni que decir de Felipe que ve pasar un camión por la calle y ya se olvidó de la pregunta que usted hizo, o de Roberto que todavía no ha abandonado la tarea anterior. Los temperamentos son un hecho constitucional, no son una característica del alma. Por supuesto que los temperamentos lanzan constantemente sus olas al alma, pero su “hogar” es el cuerpo etéreo. Lo hereditario generalmente juega un papel importante. Uno puede armonizar pero no cambiar el temperamento de una persona. La forma efectiva de ayudar a que un niño balancee su temperamento es a través del enfoque homeopático – no el alopático. La indicación de Rudolf Steiner de que a los niños se les debe de sentar en grupos con temperamentos similares ha funcionado significativamente para mí. Y entonces: un niño muy colérico limará sus esquinas puntiagudas contra tareas difíciles. Ocasionalmente, incluso algunas tareas que no podrá hacer sin un poco de ayuda de usted. En cambio, un niño melancólico o flemático podría bloquearse completamente con el mismo trato. Es muy importante que tratemos de satisfacer cada uno de los temperamentos de forma regular. Como profesores principiantes podríamos practicar el resaltar algún temperamento diferente cada día. Podría ser en la historia que escojamos, o en el poema; podría ser en la forma cómo estructuremos la Lección Principal. Ocasionalmente podríamos, por un período breve de tiempo, pasar de una actividad a otra más rápidamente de lo normal para así satisfacer a nuestros sanguíneos. Y otro día podríamos tomarnos nuestro tiempo, y filosofar sobre los puntos tratados para así satisfacer a los melancólicos. Tenga cuidado de que no se le pase la mano, pues entonces los otros temperamentos empezarán a portarse mal. El enfatizar dos temperamentos opuestos en un día puede ser a veces más fácil que el resaltar sólo uno. Lo realmente importante es que cada día practiquemos esta diferenciación en nuestra forma de enseñanza. Eventualmente, el bienestar que se experimenta cuando se le permite a nuestro temperamento trabajar de forma constructiva, hará posible que cada niño frene ese mismo temperamento cuando las circunstancias lo requieran. 6. ¿Se ha tenido que esforzar cada niño el día de hoy? Uno necesita clases en donde el ambiente sea – en términos generales – un ambiente alegre de trabajo. Aun así, al observar cuidadosamente, uno podría encontrar que algunos de los niños no participan verdaderamente de lo que está ocurriendo. Muy frecuentemente, estos niños pertenecen a una de dos categorías: el trabajo es demasiado fácil para ellos o es demasiado difícil. Por supuesto que podría haber otras razones también. Cualquiera que sea la razón: a menos que nos demos cuenta de este hecho y lo tratemos de manejar, no sólo esos niños, sino que toda la clase sufrirá. Cualquier “pasajero gratuito” implica un peso pesado sobre el resto de la clase. Tenemos que aprender a diferenciar, no sólo los Temperamentos, sino también el Tipo y Cantidad de Trabajo que les pedimos a los niños que hagan. Encontrar formas de lograr lo anterior es la tarea -- -- -- nuestra tarea, la preparación de lecciones satisfactorias y diferenciadas. Algunas sugerencias del “cómo” se mostrarán en siguientes capítulos. 7. Hacer que los Niños se Rían Una vez conocí a un profesor que no lo logró. No sólo batallaba con la enseñanza, sino que además perdía los papeles de vez en cuando. No lo volvieron a “contratar”. Y, sin embargo, por largo tiempo después de que dejó la escuela, los niños seguían hablando acerca de él ¡cálidamente! Cuando se les preguntaba sobre esto, ellos respondían: “Nos caía bien, ¡nos hacía reír!” La vida es real, la vida es seria – para nosotros los adultos. ¡Pero todavía no lo es para los niños!” Nada los “ilumina” tanto como cuando se comparte el lado cómico de la vida con ellos. Y hay otro aspecto más sobre esto: uno de salud. Rudolf Steiner habla acerca de esto, cómo el alma se retira hacia lo profundo del cuerpo con la tristeza o la seriedad. Cuando nos reímos ocurre lo opuesto: Nos vamos hacia la periferia de nuestro cuerpo. Y este “acto de balanceo” es necesario para la buena salud. Así es que nuestro lema debería de ser: “Aquella lección en la que los niños no se rieron ni una sola vez fue una lección perdida.” Especialmente al inicio deberíamos de incluir esto de forma consciente en nuestra preparación: sacarle el lado gracioso a algo de nuestro “material pedagógico”. Si usted no puede hacer esto todavía, busque algún chiste o broma y sáquelo en la parte apropiada de la lección. ¡Consejo de Steiner! Y qué cosa encontré: ¡que el traer risa al aula me beneficiaba tanto a mí como a los niños! Para cerrar este capítulo: un resumen y unos cuantos consejos: Los siete puntos en este capítulo han sido de utilidad para varias personas en la preparación de sus lecciones. Muchas personas pasan gran parte del tiempo en el qué enseñar. Sin embargo, y particularmente en los grados inferiores de la primaria, esto no es lo principal. El cómo importa mucho más. Es el “cómo” lo que lleva a que los niños quieran “trabajar con ganas y aprender con avidez”. Permitir que los contenidos maduren durante el sueño, alimentarlos con imágenes, encontrar cada día algo nuevo que sea de interés, percibir el material de aprendizaje con todo el cuerpo, reconocer a cada niño dentro de su propio temperamento, dar tareas que requieran de esfuerzo pero que estén dentro del rango de habilidad, y, muy especialmente: aligerar todo esto con sentido del humor: muy pocos niños pueden resistirse a esta forma de invitarlos a trabajar. ¿Trabajo duro para nosotros? Sí, pero uno que disfrutamos mucho también, si es que no mordemos más de lo que podemos masticar. Uno podría, por ejemplo, empezar a practicar tan sólo dos puntos, digamos: el uso de la noche y el lograr que los niños se rían. Al prepararnos para el día siguiente, podríamos hacernos las siguientes preguntas acerca de cada punto: A) ¿Cómo logré esto esta mañana? Y B) ¿Cómo podré incorporar estas dos cosas en la lección de mañana? Pronto estos dos puntos se convertirán en un hábito y entonces podremos abordar dos más. Usted encontrará que esto no es tan complicado – ¡y más bien obtendrá mucho a cambio! **** Notas: Capítulo V LEYENDO Qué es eso, ¿lectura? Considere: Ante sus ojos aparece una gran explanada toda cubierta con línea tras línea de formas negras: rectas, torcidas, curvas. Usted deja que sus ojos caminen por esas líneas. Y súbitamente: ¡Los pensamientos de otra persona le son revelados a su mente! Pensándolo bien: ¿no es esto un milagro? Como profesores estamos sujetos a revivir este milagro dentro de nosotros mismos. Necesitamos experimentar qué inmenso es el paso de la no-lectura hacia la lectura. ¿Cómo es el mundo para un niño pequeño, para uno que no-lee? Hasta ahora, el mundo imaginativo del niño ha provenido principalmente de dos fuentes: de sus propias observaciones y de lo que la gente le dijo. Una y otra vez, los niños se dirigen a un adulto en el que confían para la interpretación de estas observaciones. Ellos miraron sus caras, escucharon el tono de sus voces, absorbieron el lenguaje de sus cuerpos. Calidez, severidad, diversión, cólera: todo formó parte de estas interacciones entre el niño y otros seres humanos. Y de repente, de un día para otro, este mundo de comunicación se separa de la otra persona cuando empezamos a leer. Nos encontramos solos, a pesar de que el texto pueda evocar pensamientos, sentimientos, e impulsos volitivos dentro de nosotros. No importa que el niño no se dé cuenta de todo esto de forma consciente. Le ocurre de todas maneras. La imagen anterior puede ayudarnos a comprender mejor el por qué aprendemos a leer en los colegios Waldorf de la forma como lo hacemos: más tarde, más lentamente, desde el todo hacia las partes, no-técnicamente. ¿Cómo entonces? Ya se ha escrito mucho sobre derivar letras de imágenes, así es que no escribiré más sobre eso. Asumamos que el colegio empezó hace unos cuatro a cinco meses: los niños ya pueden dibujar y decir el sonido de unas 6 a 10 consonantes y vocales. Así es que ahora empezaremos las actividades que eventualmente conducirán al niño a su enorme y alegre sorpresa: “¡Puedo leer!” Un buen pensamiento con el que se podría empezar sería: Lectura tiene que ver con lenguaje. Lenguaje tiene que ver con sentido, con significado, con pensamiento. Lo que sea que hagamos con la lectura, esta nunca debería de perder su conexión con el contenido importante de alguna historia que se disfrutó, o de un poema. Es allí por donde empezamos. Una secuencia útil podría ser: 1. Escojo un poema con el que quiero trabajar. Invento una historia que pueda crear el estado de ánimo para ese poema. Por supuesto, muchos cuentos de hadas contienen poemas pequeños, este es otro punto de partida excelente. 2. Los niños aprenden el poema de memoria, no sólo de forma soñadora con conciencia-de-grupo, sino también individualmente, y con la mejor articulación posible. (¡Muy importante!) 3. Ahora, y sólo ahora, se les muestra el poema por escrito en la pizarra. 4. Lo copian. 5. “Leen” el poema mientras que usted señala las líneas en la pizarra con un palo. Aquí es esencial que uno “resbale” el palo por entre las líneas; no señale cada palabra de forma separada. Esto último alejaría la lectura del contenido. Este trazar sobre la pizarra con el palo debería de hacerse repetidamente, chequeando constantemente que los ojos de los niños sigan las líneas en la pizarra mientras recitan el poema. Muy pronto, un niño puede coger el palo y trazar el texto conforme la clase va recitando. Cada cierto tiempo paramos súbitamente en medio de una línea, y hacemos que los niños se den cuenta de que los hemos “engañado” si es que continuaron hablando. 6. Decimos una frase de alguna parte del poema y preguntamos: “¿quién puede encontrar esa línea?” Aunque no pueden leer todavía, ustedes observarán que la mayoría de los niños de la clase logra hacerlo. El niño al que se le llama para que lo muestre debería de trazar la línea entera, no limitarse a sólo señalarla. 7. Entonces hacemos lo mismo con palabras en lugar de con frases. 8. Invente todo tipo de pequeños ejercicios: “Encuentren la palabra más corta o la palabra más larga. La palabra con dos letras iguales en ella. La palabra que es muy parecida pero que no es igual a la otra. ´Lean´ esta línea del final hacia el principio.” Y muchas otras actividades… 9. El dictado visual será pronto posible en la pizarra o en sus cuadernos de práctica. “Encuentren y copien (tal y tal) palabra.” Una y otra vez encuentro que en este proceso integral hay dos tentaciones: La primera: impaciencia. Simplemente continúe el proceso anterior, asegúrese de que los niños tengan una conexión-anímica con el contenido del material. Cerciórese de que conozcan el texto de memoria, y de que lo digan con la pronunciación más clara posible. Haga la mencionada práctica de analizar de forma consistente. Si usted hace esto, entonces cualquier niño que no tenga una dificultad diagnosticada podrá bastante pronto darse cuenta de que puede leer – pero en su momento oportuno, durante los primeros 2 ⅓ años de vida escolar. Rara vez ocurrirá en el tiempo en el que las pruebas estandarizadas esperan que esto ocurra. Generalmente será un poco más tarde, pero no se habrá dado ningún tipo de “lectura técnica”; el niño leerá con comprensión desde el comienzo. Este método (Waldorf) pone a prueba la fe y la paciencia -- -- tanto la de usted como la de los padres, pero las recompensas son enormes. El otro reto: condescendencia. Se necesita de un ego-fuerte de parte del profesor para permitir que los niños lo intenten, lo adivinen, se equivoquen, y lo vuelvan a intentar – sin que rápidamente uno lo haga con ellos o por ellos. El aguantarse es mucho más difícil que el ayudar. Por favor, permítales a los niños el gozo de haber hecho (a veces doloroso) un esfuerzo, encontrando así su propio poder para hacerlo. ¡Ellos la amarán por eso! Los “Lectores” en su clase de “No-Lectores” Miremos ahora el problema que casi seguro tendremos que enfrentar: ¿Qué ocurre con los niños que no han venido de nuestro propio Jardín, y que ya pueden “leer”? (Encontraremos que un buen número de estos niños pronuncian las palabras correctamente, pero no comprenden el significado). Estos niños rara vez representan un problema mientras nos encontremos introduciendo las letras a través de imágenes. Esto es nuevo e interesante para ellos. Pero, una vez que empecemos a dedicar un tiempo considerable al análisis que describí arriba, entonces pronto dejarán de estar interesados. Asimismo, ellos querrán gritar las respuestas antes de que los no-lectores hayan tenido tiempo de intentarlo. Y además: uno o dos de estos ya estarán leyendo libros con capítulos en sus casas. Mi consejo: acepte el hecho de que en realidad usted está teniendo dos clases en lugar de una: una clase de no-lectores y una clase de lectores. Entonces, por un período de tiempo en cada Lección Principal, enseñe dos clases en lugar de una. ¡Los lectores deberían de estar leyendo! Esto implica contar con una pequeña biblioteca que tenga una buena variedad de libros. Libros de poemas o rimas infantiles con sólo una o dos líneas de texto y un dibujo; pequeños libros de cuento, hermosamente ilustrados; y libros con capítulos para los más avanzados también. Aquí es bueno recordar lo que una verdadera lectura es en realidad: ¡Lectura Silenciosa! El leer en voz alta es útil cuando todavía necesitamos asegurarnos de que el niño es capaz de leer. O, más tarde, como un arte: para que otros lo disfruten – pero para esa actividad, 4to grado es un buen momento. Al mismo tiempo, los niños que están leyendo y que no van a ser parte de la práctica de análisis, deberían de tener sus tareas, sus retos. Tan sólo unas cuantas de muchas posibilidades: Copia algunas partes que te gusten mucho. Has un dibujo de la parte más importante. Has un dibujo de la parte que leíste hoy día. Encuentra uno o dos compañeros para actuar una escena del libro. _____________________________ _____________________________ Y cuando hayan terminado el libro (registre lo que cada uno de ellos está leyendo), que le cuentan a la clase acerca del libro que han leído. Resultado: ¡ningún niño aburrido! **** Capítulo VI “HABLÁNDOLE AL PAPEL – ¡libremente!” POFESOA, TE HAMO 2 Si es que les permitimos a los niños la dicha de lanzar desenfrenadamente sus pensamientos sobre el papel a través de sus recién aprendidas letras. Y – si es que entonces realizamos el milagro de leerles de vuelta lo que han escrito – entonces realmente lo hemos logrado. Esto requiere de un poco más de esfuerzo de parte nuestra para “decodificar” sus obras de arte (¡aquí la palabra decodificar da en el clavo!), pero nos daremos cuenta de que aprendemos bastante rápido. Si es que – a pesar de nuestros esfuerzos – no podemos descifrar lo que está escrito, no necesitamos decírselos, sino que siempre podemos preguntar: “Por favor, ¿podrías leerme esto?” He escuchado decir que la “composición” es materia de aprendizaje para el séptimo grado. Claro, bajo esa etiqueta intimidante y con una demanda tan amenazadora por perfección – claro que sí. ¡Pero estas serán composiciones bastante áridas si es que usted empieza tan tarde! No, el momento para empezar con “escritura creativa” es primer grado, unos siete meses después de haber empezado el colegio. Quizás la palabra apropiada para cualquier producción de sus – muy frecuentemente extenuantes – esfuerzos debería de ser “escritura desinhibida”, y sus esfuerzos deberían de ser efusivamente admirados. En esta situación no cabe decir que una palabra fue “deletreada incorrectamente.” El deletrear de los niños es un deletreo correcto, y debería de ser llamado por ese nombre. “¿Te gustaría ver tu historia o carta con 2 PROFESORA, TE AMO escritura de adulto?” En la mayoría de los casos los niños aceptarán esto de forma agradecida. Entonces, ellos querrán copiar su escritura, y entonces darán un paso más hacia nuestra forma adulta de deletrear (ver el capítulo sobre “deletrear”). Deletrear: no. Pero otras cosas: ¡sí! Veamos ahora trabajos que se tendrán que hacer oralmente, pero que poco a poco encontrarán su camino hacia la escritura de los niños. VOCABULARIO En primer lugar está: el vocabulario. Uno se dará cuenta de que muchos niños se regocijan con palabras “complejas”; las saborean en sus bocas como si fuesen algo delicioso. Y deberíamos de aprovechar este apetito. En nuestro relato oral deberíamos de sustituir cada día al menos un sinónimo complejo por una palabra simple: decir “sollozar” en lugar de “llorar,” si es que se trata de una princesa triste; permita que el pobre soldado encuentre una “abundancia” de piezas de oro en lugar de “muchas” (ver el capítulo: “relato oral”). Deberíamos de resaltar los esfuerzos de los niños en esta dirección. ¡Léalos en voz alta a toda la clase! ESTILO Esto nos lleva hacia el siguiente punto: estilo. Aquí entramos a un área más sensible. Es importante que los niños mantengan la espontaneidad-propiade-niños en su escritura, pero es también importante que nutramos su sentido por el estilo. La campesina no dice: “¡Dejad que se aproxime!” Y el Rey no dice: “Tráemelo aquí.” Otra vez: la fuente principal de los niños será nuestra propia forma de hablar y nuestro relato oral (así es que trabajemos en este). Pero tenemos que dar amplio espacio para aquello que los niños traen de casa, de la calle, de cualquier parte. Siempre y cuando despertemos un sentido por cuál tipo de estilo pertenece a qué lugar o situación. Las palabras del baño están bien -- --- ¡pero en el baño! “Escribir” una historia con toda la clase, haciendo que niño tras niño ponga los sonidos de las palabras que se dicen en la pizarra (y entonces usted puede poner la “escritura de adulto” en otro lugar de la pizarra) es una alternativa ocasional. ¿ESTÁ LA BARRA ENTRE LO QUE SE DICE Y LO QUE SE ESCRIBE DEMASIADO ALTA? Y ahora: ¿qué ocurre con aquellos niños que no pueden cruzar la barra entre lo que hablan y lo que “dicen en el papel”? Pueden existir muchas causas diferentes: perfeccionismo o temor a cometer errores; alguien se puede haber burlado de su “deletrear de niño”, o pueda ser que su discriminación auditiva esté muy débil. O pueda ser que la conexión entre los sonidos que escucha y las formas de las letras que ve no haga clic como debería (la escritura es el hacer visible lo que se escucha interiormente). Nuestra tarea será la de encontrar la causa, y después tratarla. Para algunos de estos niños bastará con hacerlos trabajar junto a un compañero que se muestre entusiasta respecto a la escritura. Mientras que para otros pueda ser que se requiera de integración sensorial para estimular una capacidad debilitada. Sea lo que sea que necesite cada niño, es esencial que ayudemos a cada uno de ellos lo antes posible – digamos, hacia finales del segundo grado – “hablar sobre el papel” debería de ser algo perfectamente normal de ejecutar para la clase entera. **** Capítulo VII DELETREANDO Sí, el deletrear en inglés -- -- -Es importante saber que, incluso en el idioma inglés que se caracteriza por su deletreo ilógico, un 70 por ciento del deletreo todavía puede ser detectado por discriminación auditiva. O, así me lo informó un experto. En muchos otros lenguajes este porcentaje es mucho mayor. Pero, ¿qué ocurre con el 30 por ciento? Palabras como “caught, bought, etc.,” que se pronuncian de una forma y se escriben de otra (se pronuncian: cokt, bokt) En términos generales, las escuelas han venido enfrentando este problema a través del oído: alfabetizando cada palabra, diciendo sus letras una por una. Esto significa: uno tiene que memorizar el repiqueteo de cada palabra. Listas para deletrear y concursos de deletreo: ¿quién no los conoce? ¿Justifican los resultados las muchas horas de aprendizaje que se le dedicaron? ¿O habría razones para buscar un enfoque alternativo que pueda ser fructífero? Una pregunta podría ser: ¿Qué capacidades son las que yacen debajo de la habilidad para deletrear “correctamente”? La ortografía es realmente un acuerdo humano que, en el transcurso de los siglos, ha recorrido un largo camino desde que hizo que los sonidos del lenguaje fuesen visibles al ojo. Los idiomas cambian mucho en el transcurso del tiempo, y dado que el deletrear no se ajusta generalmente a estos cambios, la discrepancia entre las palabras que escuchamos y las que vemos escritas se incrementa. La consecuencia es que cada vez requerimos de más y más memoria visual. Entonces, aquí tenemos las dos capacidades que necesitamos para poder deletrear bien: discriminación auditiva y memoria visual. Cuando estas dos capacidades son nutridas, las prácticas de deletreo requieren de mucho menos tiempo y esfuerzo que cuando no las nutrimos. Veamos algunas actividades que uno puede hacer para desarrollar estas capacidades: A. DISCRIMINACIÓN AUDITIVA En cada proceso sensorial se pueden distinguir tres etapas: 1. Asimilar la impresión; 2. Comprender lo que se obtuvo, catalogarlo; y 3. Recordarlo. La discriminación auditiva pertenece a la segunda categoría: “¡Ajá, en burbuja escuché dos B´s! Entonces, nos encontramos frente a la necesidad de educar a los niños en una facultad que, en nuestra civilización actual, se ha deteriorado casi a un punto de extinción: ¡Escuchar! ¿Qué podemos hacer para revivir este legado humano tan esencial? El primer y más importante medio para mejorar la habilidad-de-escuchar de nuestros niños es: el educar su forma de hablar. Usted notará esto casi de inmediato: Cuando los niños se vuelven conscientes de su propia forma de hablar, empiezan a escuchar mejor. Si bien es cierto que esto puede ser muy importante para contribuir al desarrollo de otras capacidades, en esta oportunidad lo más importante no será el contenido de lo que digan. Más bien será la articulación cuidadosa, clara y diferenciada lo que despertará su capacidad de escuchar. ¿Y el comienzo de esta práctica? ¿Dónde más sino con la imitación de la forma de hablar clara y hermosa del profesor? No ha de sorprendernos, en verdad, que Rudolf Steiner, en su primer curso educativo, hiciera que los futuros profesores practicaran dicción día tras día. Claro que la imitación por sí sola no será suficiente. Aliteraciones y trabalenguas, por supuesto, pero también: pequeños poemas, sus versos de cumpleaños, las palabras de las canciones que cantan… Los niños deberían de practicar día tras día. Una oración sacada de cualquier texto hoy, sólo una palabra mañana, como grupo, en pequeños grupos, individualmente. …Pitter patter polt, shoe the little colt… (pitter patter polt ponle la herradura al potrillo) “¡Escuchen! ¿Pueden escuchar los cascos del potrillo cuando vuelve del herrero? ¡No, no es algodón lo que hay debajo de sus cascos sino piedras duras! Pitter patter polt -- -- ah, sí, ¡tú potrillo va a llegar a ser un caballo fuerte y maravilloso!” (Oh-oh, ¿necesitamos nosotras, las profesoras, aprender a escuchar cuidadosamente, quizás, para poder corregirlos individualmente?) Es esencial que los niños no sólo hablen, sino que se escuchen unos a otros: “Ustedes que están allí. Ustedes tres, ¿lo podrían decir?” Y cuando hayan terminado: “Clase, ¿cuál de los tres caballos tenía las patas más fuertes?” (Y si nadie escuchó, los tres tienen que volver a decir el poema otra vez.) Además del trabajo con la dicción de los niños, uno puede hacer varias actividades que también mejoran el escuchar. Para mencionar unas cuantas: Los pasos de la abuela. Un niño se para dándole la espalda a los demás. Los otros avanzan paso-a-paso; en el momento en que el primer niño escucha algo, se da la vuelta y señala a cualquier niño que todavía se esté moviendo – ese niño tiene que regresar al punto de partida. Los otros (cada vez menos), tratan de llegar a donde está el primer niño – sin que se vea que se están moviendo – y le dan un golpecito en el hombro. Este juego tiene muchas variaciones como: “¿Cuántos niños hay parados detrás tuyo?”, etc. Jacob y Esaú: dos niños, con los ojos vendados, dentro del círculo formado por otros niños; uno hace sonar un llavero o algo parecido, el otro trata de encontrar al primero. Prácticamente casi todos los juegos/actividades que involucren estar con los ojos vendados. Escuchar a la profesora decir una rima, y aplaudir cuando escuchen un cierto sonido (digamos: la B – cada vez que ocurra, ¡un aplauso!). Más tarde, dos golpes fuertes con el pie cuando escuchen el sonido CH también, etc. Este tipo de juegos no puede encargarse completamente del desarrollo de lo auditivo, necesario para la habilidad para deletrear. También será necesario hacer que los niños pronuncien palabras como, por ejemplo, “águila” sonido por sonido, mientras que las escriben, letra por letra. Pero con un escuchar bien desarrollado, ¡esto avanzará mucho más rápida y fácilmente! B. MEMORIA VISUAL Démosle ahora una mirada al otro componente del deletrear: la memoria visual. Si es que comparamos las demandas hechas sobre nuestro mirar en relación a aquellas hechas sobre nuestro escuchar, pronto nos percatamos de que la vida moderna se inclina más hacia el mirar que hacia el escuchar. En el tráfico, nuestra propia vida depende de eso. La educación convencional depende, en términos generales, fuertemente de lo visual. Y ni qué hablar de la televisión y de los juegos de computadora. Pero, ¿qué tanto de actividad consciente ponemos en el mirar? ¿Qué tantas de estas impresiones visuales nos son simplemente lanzadas, en oposición a nosotros localizar lo que queremos ver? Muy pronto nos percatamos de lo acostumbrados que estamos “a esto” con todas nuestras impresiones visuales, de forma que podemos tratar de observar qué tantas de estas impresiones recordamos al final del día: “¿Qué color de polo llevaba hoy día Roberto?” “¿Cómo coge el lapicero Ana cuando escribe?”, etc. Lo he visto durante todo el día, hasta es posible que haya hecho un comentario acerca de eso, pero cuando trato de visualizarlo más tarde… ¡Ayayay! A menos que haya nacido con talento para la memoria visual, o a menos que la haya educado dentro de mí. Y eso es justamente lo que tenemos que hacer con la mayoría de los niños. Educar hacia un mirar consciente – y hacia un recordar de lo que ven. Es importante tener en cuenta que, cuando nos proponemos lograr esto, nuestros sentidos no funcionan de forma aislada; ellos interactúan constantemente entre sí. Entonces, por ejemplo, el sentido de orientación espacial, más conocido como Sentido del Balance, juega una parte esencial en nuestro mirar. Cada vez que percibimos una forma, un contorno, estamos usando nuestro sentido de orientación espacial. Es este sentido el que nos permite reconocer una línea recta y dos semicírculos como una B mayúscula. De igual forma, nuestro sentido motor, nuestro Sentido del Movimiento, coopera fuertemente con nuestro mirar. Cuando hacemos una forma con todo nuestro cuerpo o con nuestra mano, después podemos reconocerla más fácilmente. Entonces, aquí, tenemos algunas indicaciones acerca de qué hacer para nutrir la capacidad de la memoria visual. ¿Cómo? *** Bueno, hasta las variaciones más simples del juego “I spy with my little eye“ (“Yo espío con este ojito mío”) ayudarán a los niños a mirar con más atención. Incluso antes, con un poema en la pizarra: “Yo espío una palabra con dos L´s en el medio.” Muy pronto, uno de los niños podrá dar este tipo de pistas de espionaje en lugar de la profesora. *** “Escondite visible”. Coja un artículo pequeño, digamos un alfiler con una cabeza de color, y póngalo cada día en algún lugar diferente antes de que los niños lleguen. Conforme los niños llegan, miran a su alrededor, ven el alfiler, pero pretenden mirar hacia otros lugares para engañar a los demás; después se sientan. Uno o dos pupilos – los mismos cada día – no lo verán. Después que todos se hayan sentado, usted dice: “¡Miren!” Y todos miran el alfiler. ¡Ahora hasta los dos últimos pueden encontrarlo! ***____________________________________________________________ _______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Estas fueron tareas de observación, ahora algunas para memorizar: *** Haga un dibujo de forma3 simple con los niños, después bórrelo o cúbralo, y deje que lo dibujen de memoria al día siguiente. *** Cambie una cosa pequeña en el aula cada día. *** Borre una palabra del texto que está en la pizarra, y deje que ellos traten de reemplazarla. ***____________________________________________________________ _______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ***____________________________________________________________ _______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Para muchas de estas y otras actividades, usted necesita poder “esconder” cosas en la pizarra, así es que a menos que su pizarra tenga alas, ¡ponga una cortina sobre ella! No querrá prescindir de esta cortina hasta que sus alumnos se gradúen. *** Después de correr la cortina sobre el texto de la pizarra: ¿Cuál era la palabra más corta y cuál la más larga?” *** “¿Qué palabra tenía dos pares de letras iguales?” (Burbuja – por ejemplo), y así hasta el infinito. ***____________________________________________________________ _______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ***____________________________________________________________ _______________________________________________________________ ______________________________________________________________ 3 El Dibujo de Forma es una asignatura particular de los Colegios Waldorf. Una ayuda esencial para la ortografía es involucrar el “Sentido del Movimiento” cada vez que se pueda. *** Haga que los niños escriban letras en la espalda del compañero, tomando turnos para “leer” las palabras que se han sentido. *** Mientras usted practica una o dos palabras del contenido de las lecciones de cada día, haga que los niños se paren detrás de sus escritorios, y que “copien” esa palabra de la pizarra en el aire: 1. Con sus pies, con sus codos, con sus cabezas, ¡con sus traseros! – pero en cada oportunidad, termine haciendo que la escriban en el aire con la mano, siguiendo los movimientos con sus ojos. 2. Entonces: lo mismo, pero con los ojos cerrados. 3. Entonces: que se paren quietos, todavía con los ojos cerrados, siguiendo la escritura detrás de sus párpados cerrados. Cortina cerrada. Siéntense. ¡Escriban la palabra! En los días siguientes, dicte una oración pequeña y fácil en la que esté presente esa palabra, entonces cambie el lugar en donde aparece esta palabra en la oración. Organice los dictados de forma tal que ocurra un número mínimo de errores. *** Haga un “banco-de-palabras” con palabras que ya hayan practicado. Escríbalas de forma muy gruesa con un pincel sobre papel de lija. Recorte la forma de la palabra para que se convierta en una especie de “encaje” (enséñele a los niños a hacer esto) y péguelo sobre un cartón delgado. Deje que los niños barajen estas palabras, escojan una con los ojos vendados, la “lean” con sus dedos, y entonces, después que hayan dicho la palabra, escriban esa palabra en la pizarra, aún con los ojos vendados. ORIENTACIÓN ESPACIAL Todavía falta otro componente del mirar: la orientación espacial. En un considerable número de personas con dislexia, una debilidad en esta área es la causa de sus problemas. Pero todos los niños se benefician cuando fortalecemos esta capacidad. La secuencia al deletrear es ir de izquierda a derecha; cuando esta facultad no funciona: “pero” y “peor” se ven idénticos. Como con muchas competencias que queremos desarrollar: el propio cuerpo es el mejor lugar para empezar: “Jorge, pon el dedo derecho del medio detrás de tu oreja izquierda.” (en primer grado esto es muy difícil, y a veces es confuso para los niños cruzar de derecha a izquierda muchas veces; más tarde sí deberíamos de practicarlo mucho). “Golpea tu pie izquierdo tres veces. “Señala la tercera planta de la ventana empezando por la izquierda.” _______________________________________________________ Muchas de las actividades diarias del aula podrían ser practicadas para ayudar a la orientación espacial: “Pon tu nombre en la esquina inferior derecha de tu página.” (Pero entonces, ¡vea que lo hagan, y corrija si no lo hacen!) Los niños disfrutan de “Juegos con pitas” y de “origami” y estas son prácticas beneficiosas para adiestrar este sentido. Pero también (de un texto en la pizarra o de su propio cuaderno sobre la carpeta): “Encuentren la segunda palabra del final de la tercera línea. ¿Cuál es la cuarta letra de esta palabra?” Muchos de los juegos y ejercicios mencionados anteriormente en este capítulo incorporan también el elemento de orientación espacial. Mientras que se practican estos “juegos”, observe a los niños de cerca. Póngase en estado de alerta con aquellos niños que encuentran este tipo de actividades inusualmente difíciles de llevar a cabo. Estas dificultades podrían tener posiblemente una causa física: por ejemplo el “oído de goma” podría ser una de varias posibilidades (la unión de los tres tubos del oído medio, es decir, el órgano del sentido para la orientación espacial). En caso de dudas, pueda ser que sea necesario buscar consejo profesional. Muchas de estas condiciones pueden ser curadas, y el sobreponernos a estos obstáculos hace una diferencia enorme, no sólo en el deletrear, sino en muchos aspectos más de nuestras vidas futuras. Para resumir: Si usted desea que sus niños lleguen a tener una ortografía razonable más tarde en sus vidas: ¡No practique “sólo el deletrear” como tal! Además, asegúrese de practicar: Buena articulación y aprender a escuchar bien. Movimiento en conexión con el habla y la escritura. Orientación espacial, con cierto énfasis de izquierda-derecha. Memoria visual. Y todo esto hay que empezarlo desde el primer día – en primer grado. Por supuesto que esto no significa que vamos a parar después del primer grado; los tres primeros grados son esenciales en este proceso de desarrollar las capacidades necesarias. Entonces – poco a poco – practique el tratar de pasar estas capacidades adquiridas hacia la escritura con la forma aceptada, “correcta”, de deletrear. ¡Éxito! **** Capítulo VIII LECCIÓN “PRINCIPAL” (¿?) Mary, Mary, quite contrary, How does your Main Lesson grow? With cockle shells and silver bells And pretty games all in a row. 4 Or is your plot centered around a Noble rose; the lesser herbs Enhancing it, rather than Distracting from its glory? 5 La palabra en alemán para Lección PRINCIPAL es: HAUPT Unterricht. “Haupt” es una palabra con dos significados. El primero: el significado literal, es CABEZA. La inteligencia de la Cabeza Humana. Kopf (otra palabra en alemán que también significa cabeza) se refiere a la cabeza que compartimos con los animales. El otro significado de Haupt es: lo PRINCIPAL, lo esencial. ¿Es esto relevante? Sí, así lo creo. Rudolf Steiner quería que todo lo académico – lenguaje, artes y matemáticas, entre otros – fueran enseñados y practicados sólo dentro de las dos horas (120 minutos) de la Lección Principal. 4 Una traducción literal de esta rima infantil, en la que la autora ha cambiado Jardín por Lección Principal, sería: Mary, Mary, tan contreras,/ ¿Cómo crece tu Lección Principal?/ Con conchas pequeñas y campanas de plata/ Y con lindos juegos todos en una hilera 5 La traducción literal sería: Acaso tu terruño está centrado alrededor de una/ Noble rosa; las hierbas menores/ La enaltecen, en lugar de/ ¿Distraer de su gloria?) Esto requiere de un uso eficiente de estas dos horas, ¿no es cierto? ¡Y cómo! Sí, pero… ¿CÓMO? Bueno, ¡allí es justo en donde nuestra rosa (mirar más arriba) entra en escena! En otras palabras: ¿qué es lo que escojo como eje, este centro, para una Lección Principal en particular? Veamos un ejemplo. Tomaré la PUNTUACIÓN, en tercer grado, como nuestra rosa. Mi primer paso sería el hacerme dos preguntas: 1. Qué es esencial acerca del tema (en este ejemplo la puntuación): ¿Qué es lo que realmente estoy haciendo cuando pongo puntos y comas en un texto escrito? 2. ¿Qué “cualidades” podría desarrollar un niño dentro de su ser cuando le enseño a que ponga puntuación a su trabajo? Algunas respuestas a la pregunta #1 podrían ser: Estoy estructurando el texto. También, le estoy poniendo alma: - Haciendo preguntas (¿?) - Concentrando la atención de mis lectores (:) - Creando una pausa para pensar (-- -- -- --) - _______________________________________________________ - ____________________________________________________etc. Respecto a la pregunta #2: Podría ser que los estudiantes, inmersos en esta actividad de estructurar y ponerle alma al texto por varias semanas, ¿se vuelvan más estructurados, se llenen de más alma? Durante 90 años de Educación Waldorf se ha podido observar que esto es lo que ocurre en realidad. Al mismo tiempo, estas consideraciones no deberían de desviarnos del aspecto pragmático: los niños necesitan graduarse de nuestras escuelas habiendo aprendido a escribir una carta o una composición con una puntuación apropiada. Ellos tendrán que practicar esta habilidad (en la Lección Principal), hasta que sean capaces de aplicarla en la vida. Lo que es interesante es que este objetivo se puede alcanzar más rápidamente y de forma más duradera cuando todas nuestras Lecciones Principales se modelan de acuerdo a estos dos pensamientos. FORMA DE LA LECCIÓN PRINCIPAL ¿Qué forma podría entonces adoptar mi Lección Principal? Sabiendo ya cuál es el camino principal hacia el alma del Niño, tendríamos que encontrar una IMAGEN; una imagen para lo que queremos que el niño aprenda. Para el ejemplo que escogimos, ésta es la imagen que usé: Todos mis signos de puntuación eran trabajadores en el jardín de las palabras. Ellos tenían diferentes tareas; diferentes personalidades. Esto me dio la oportunidad de apelar a los diferentes temperamentos de mi clase. Y no fue difícil permitir que las “hierbas menores” sirvan a la “noble rosa.” Movimiento, ortografía, dicción, incluso hasta los cuatro minutos diarios de aritmética, todo esto podía estar orientado (o fluir) hacia este tema central: la puntuación. Aquí presento una muestra: una de las cientos de formas diferentes que uno podría adoptar. Después del verso de la mañana: Mi clase recita un pequeño poema acerca de los trabajadores en el “Jardín de las Palabras.” Cada día se iba haciendo un poco más largo conforme los “trabajadores” (los signos de puntuación) eran introducidos. Se prestó mucha atención a la articulación, la de toda la clase y la de cada individuo. A continuación, un poco de movimiento vinculado a actividades de jardinería. La práctica diaria de 4 minutos de aritmética venía, en mi horario, inmediatamente después del calentamiento. Esto era práctica oral de hechos básicos, simplemente un reforzamiento, un turno para cada niño. Los problemas pueden hacerse fácilmente sobre temas relacionados con la jardinería. Después traía algún aprendizaje nuevo. Hoy día: nos encontramos con una dama delgada y jorobada que continúa haciéndonos preguntas sobre todo lo que ella supuestamente tiene que hacer (¿?). Hoy día tan sólo me limito a traer la imagen; mañana confirmaremos (lo que ya muchos niños han adivinado) que su nombre es Signo de Interrogación. Después de que los niños han escuchado y reído, podría hacer que recuerden a “La Señorita Parlanchina” de ayer, confirmando que en realidad ella es la Señorita Coma, y pedirles que produzcan algo acerca de ella. Algunos escogieron dibujarla, otros modelarla, y otros quisieron escribir unas cuantas líneas, pero 10 minutos es todo el tiempo del que disponen para esto (ver “Representación Libre”). O, podría pedirle a uno de mis más terribles parlanchines que nos cuente una historia, una historia que continúe y continúe valiéndose de las comas, pero sin llegar jamás a un punto. Ahora han estado sentados ya por un buen rato, y todavía hay más por venir, así es que movámonos. Se paran detrás de sus escritorios y les leo un texto acerca de un hombrecito regordete que se sienta junto al portón del Jardín de Palabras, pero que tiene que pararse para cerrar la puerta detrás de todos los visitantes. (Ya lo han conocido hace dos días.) Mientras escuchan esto tienen que: sentarse en cada punto, aplaudir una vez en cada coma, saltar con cada signo de exclamación, cada vez que estos ocurren en el texto. Repetimos esto varias veces. Tienen que identificar los signos de puntuación escuchando mi forma de leer. Entonces, la clase tiene que sentarse otra vez para hacer un poco de trabajo de escritura en sus cuadernos de práctica, quizás hacer un dictado con el texto mencionado, o aprender a escribir un “signo de exclamación”, o escribir un pequeño texto acerca del punto, o cualquier otro trabajo que tenga que ver con este bloque. Si usamos este tiempo de forma eficiente, se logra que los niños practiquen ortografía, gramática, caligrafía hermosa, etc., con mucha voluntad. Entonces lograremos lo que Rudolf Steiner recomienda: si implementamos estas habilidades dentro de la Lección Principal, podremos usar el tiempo posterior a la Lección Principal (lo que normalmente se usa como horas-de-práctica) para movimiento, etc. Tendremos tiempo para escribir y/o dibujar en el Cuaderno de la Lección Principal y finalizar con una pequeña historia, adivinanza, o broma acerca de nuestra asignatura. Es posible “componer” cualquier Bloque para la Lección Principal de casi la misma forma: ya sea aprender letras en el 1er Grado, como química en el 7mo Grado. ¿De qué trata este Bloque? ¿Qué es lo que va a lograr por el niño como un todo? ¿En dónde puedo encontrar una imagen para este todo? ¿Cómo puedo lograr que todos los diferentes tipos de prácticas broten de éste? Al trabajar de esta forma usted verá que, al final de un número (¡variable!) de semanas, la mayoría de los niños lo “habrán captado”. ¿Y entonces? Bueno… Entonces llega… … ¡EL OLVIDARSE! Sí, olvidarse. Un fenómeno natural, usado como una herramienta. Parte del paquete de la educación Waldorf. Una herramienta que tenemos que aprender a manejar conscientemente, aprendiendo a que trabaje por y para nosotros. ¿Por qué? Para comprender por qué es que nos valemos del olvidar dentro de la Educación Waldorf, podría ser útil recordar ocasiones en nuestras propias vidas cuando una noche de sueño fue estropeada por un largo viaje, por insomnio, o por interrupciones incesantes. ¿Cómo nos sentimos cuando nos despertamos después de lo anterior? ¿Qué tan alertas o qué tan creativos estuvimos después de una noche de ese tipo? Si comparamos despertar/dormir con recordar/olvidar, pronto nos daremos cuenta de que comparten mucho más que un mero parecido superficial. Rudolf Steiner describe esto de la siguiente manera: “…Cuando en la parte de nuestro ser que está despierta – está consciente – nos hemos esforzado por apropiarnos de algo – y después nos lo olvidamos – entonces se va a regiones de nuestro ser que están ´dormidas´; que están inconscientes.” En estas regiones – el mismo ámbito en donde ocurren nuestros procesos metabólicos – estos contenidos olvidados incrementan nuestra salud. Y al mismo tiempo, desde nuestro inconsciente, estos nutren nuestra mente consciente, incrementando su receptividad: su “poder”. Mucha gente ya ha experimentado esto de forma simple: una vez que dejamos que un problema no resuelto caiga en el olvido cuando nos vamos a dormir, frecuentemente encontramos que a la mañana siguiente ya estamos mucho más cerca de resolverlo, o, incluso, que la solución se presenta a sí misma. Los cuentos de hadas llaman a esto: “La mañana es más sabia que la noche”. No ocurriría lo mismo si es que nos quedamos despiertos, ¡preocupándonos! Estas observaciones nos ayudan a comprender por qué los Colegios Waldorf emplean el Bloque de la Lección Principal, y por qué entre dos bloques de la misma asignatura, la materia que se acaba de aprender no se recapitula en lo absoluto. Se deja que se olvide, hasta que se recapitula el aprendizaje del año entero durante las últimas semanas del año escolar. Y siguiendo la misma línea: después de cada Lección Principal, favorecemos el “pequeño olvidar” hasta la Lección Principal del día siguiente. Que todos los hechos básicos (como ortografía y hechos matemáticos), deban de terminar siendo inmediatamente accesibles a la conciencia es algo obvio. Y justo aquí es donde entra en juego el “profesionalismo Waldorf”. Es importante que los niños olviden lo recién aprendido una, dos veces. Es de similar importancia que (semanas o meses o hasta años) después se encuentre el tiempo dentro de las dos horas de nuestra Lección Principal para re-visar (practicar) estos hechos otra vez, hasta que estos se “queden” para siempre. **** Notas: Capítulo IX MATEMÁTICAS El mismo comienzo. 4 = …….. ¿La raíz cuadrada de 16? ¿8 dividido entre 2? ¿Un tercio de 12? ¿O hasta 2x2? 4, como con un cubo mágico, ¡puede darnos sorpresa tras sorpresa! o… 2 x 2 = 4. Y nada más que 4. Es la vieja historia repetida otra vez: empezamos con el todo, el que nos deja libres para encontrar cientos de respuestas diferentes, todas ellas correctas… O acaso juntamos ciertas partes pre-fabricadas, de forma que toda respuesta esté equivocada, excepto por la única y predestinada respuesta correcta. Entre otras cosas, deberíamos de ver en este capítulo cómo podríamos partir desde este enfoque inicial del “todo hacia las partes” hacia una aritmética básica en los grados 1, 2 y 3. NUESTRO PRIMER BLOQUE DE NÚMEROS: Orgullosamente ellos anuncian: “¡Puedo contar hasta 100!” “¡Puedo contar hasta la infinidad!” Y allí van: 1 – 2 – 3… y frecuentemente hasta 30 o 50 sin cometer un solo error. “Entonces, ¿cuántas nueces hay aquí, sobre la mesa? 1-2-3… y el niño llega hasta 13, a pesar de que habían sólo 9. Muy simple: la boca continuó con sus propias – y más rápidas – formas, mientras que las manos se tomaron su tiempo. Recitar 1-2-3.. etc., era para ellos casi lo mismo que recitar “Humpty Dumpty sat on a Wall” (una rima infantil). Para muchos niños, el sentido-porel-número no ha aparecido todavía. Sin embargo, varios de sus estudiantes A B C pueden contar un número de objetos bastante bien. Ahora, profesora, esconda sus manos detrás de su espalda, saque 3 dedos y muéstrelos por una fracción de segundo, entonces escóndalos otra vez (por supuesto que lo mismo puede hacerse con objetos debajo de una tela). “¿Cuántos?” Y, carambas: más de uno de sus hábilescontadores de nueces no podrán decirlo. Uno de ellos hasta le dirá: “Usted lo hizo muy rápido – no pude contarlos.” El tres como un todo (que no es lo mismo que el tres que se logró juntando 3 individuales) - - - - esta es una capacidad diferente que todavía tiene que ser encendida. Sin estas dos capacidades fundamentales: A. CONTAR EN UNA LÍNEA, y B. VER UN NÚMERO COMO UNA ENTIDAD EN SÍ MISMA, la aritmética permanecerá tan sólo como un logro de imitación y memoria. Entonces, ¿cómo podemos introducir estas dos capacidades diferentes, cómo las podemos practicar? Hace unos siglos ocurrió una gran batalla entre dos corrientes filosóficas. Simplificándolo mucho, los Nominalistas dijeron: Vemos un león. Y entonces vemos otro. Y otro más. Entonces concluimos: “Son similares”. Y creamos una palabra para las criaturas de este tipo; las llamaremos “LEÓN”. Es así como adquirimos nuestro concepto de “LEÓN”. Los Realistas dijeron: Un concepto es una cierta realidad espiritual. Nosotros tenemos una conexión interna inconsciente con esta realidad. Cuando vemos a un león lo reconocemos como la progenie de esta dimensión espiritual que lo abarca todo y que es el LEÓN (Jung lo llamaría: arquetipo). En nuestra Pedagogía Waldorf actuamos como realistas en el sentido de arriba. Tratamos a los números como realidades per se. El tres tiene un carácter diferente que el cuatro, diferente a su vez que el siete. El comparar la familia de la rosa (cinco) con la familia del lirio o azucena (seis) es una de las muchas posibilidades para desarrollar una primera impresión por este tipo de cosas. El número más grande de todos es el UNO. Podemos demostrar esto a los niños rompiendo un palo: era uno. Ahora se ha convertido en dos. ¡Ahora se ha convertido en ocho! ¡¡Todo esto salió del uno!! Y entonces podemos ir hacia los caracteres individuales de los números; los siete colores del arco iris, los cinco dedos, yo como una estrella de cincopuntas y la rosa y el corazón de la manzana y… y… Esto dará a los niños, desde el inicio de su vida-matemática, respeto (y reconocimiento) por el ámbito-de-los-números. Hasta cuando procedamos desde algo tan simple como el contar por la línea, los números aparecerán con su color individual, sosteniendo a sus “amigos”. 12 es un número de muchos colores: 2, 3, 4 y 6 son sus “amigos del alma”. 15 tiene menos amigos (3 y 5), ¡y el 17 es muy solitario! UNO es, por supuesto, como el sol, y brilla sobre los demás, genial o solitario. (17 es todavía 17 x 1) De forma más extensa, este enfoque (que permite que los niños perciban un poco de la cualidad individual de cada número) abre la puerta para la segunda capacidad: el poder ver cualquier número como un todo; un todo que te invita a hacer muchos tipos de cosas con él, retozar alrededor de él. Dieciocho conchas. Mira: ¡6 aquí, 4 allá y otras ocho! 18 = 6 + 4 + 8 (una actividad flemática). Este fue el primer paso. Ahora, a un niño (un niño colérico, quizás) se le pide que las reúna otra vez, mientras que va diciendo: 6 + 4 + 8 = 18 (¡he observado frecuentemente que esta segunda mitad de la actividad es omitida!) Podemos empezar a practicar las cuatro operaciones (adición, sustracción, multiplicación y división) durante la primera semana del primer bloque en el primer grado. Esto se ha descrito a menudo en otros lugares. Procederé a presentar un número de actividades que nutrirán las dos capacidades mencionadas al comienzo: A. Lidiar con la línea numérica y B. Amistarse con los números individuales (generalmente llamados “grupos” en la educación convencional). A. ¡Contando por la línea numérica, de frente hasta las tablas de multiplicar! Hay una diferencia entre: A1. Contar los movimientos de uno mismo, y A2. Contar “cosas”. Y además: desde contar cosas tocándolas, hasta escuchar un número de sonidos y saber cuántos hubo, o hasta ver cosas y saber su número; este es un gran paso para muchos niños. A1. Contar los movimientos de uno mismo incluye diferentes tipos de pasos, saltar, zapatear, repiquetear con los dedos, aplaudir, golpear las dos rodillas con las manos de forma paralela o de forma cruzada, etc. – todos ellos rítmicamente… …pero: ¡HABLANDO Y MOVIÉNDOSE CON LA COORDINACIÓN MÁS ESTRICTA! Escaneos del cerebro han mostrado que cuando uno habla (¡de forma exacta!) y se mueve coordinadamente, se intensifica el desarrollo de los centros-del-cerebro que usamos para el trabajo numérico. Personalmente, nunca fui capaz de monitorear lo suficiente la coordinación hablamovimiento de los niños cuando yo practicaba con ellos. Así es que me retiraba del círculo y observaba si es que alguno no lo podía hacer. Encontré imágenes como: “Tus pies tienen que escuchar a tu boca. Si es que no lo hacen, llámales la atención”. O: “¡Tu boca es el general, tus pies son los soldados!” Y por supuesto que practicaba más con aquellos que no podían hacerlo – incluso en 2do y 3er grado – hasta que lo lograban. Lo anterior es una de las formas principales para mejorar la capacidad aritmética. Es incluso una razón muy física del principio Waldorf: cuando enseñe matemáticas; ¡muévase – muévase – muévase! Debería de implementarse cada vez que podamos, incluso hasta en el 8vo grado en álgebra y geometría. Pero obtenemos resultados más rápidos y duraderos en los grados 1, 2 y 3. ¿Y entonces? ¡Sólo hablando y moviéndose de esta forma todo el tiempo no va a resultar en habilidades matemáticas! La siguiente rutina ha brindado buenos resultados (empezando después de cuatro meses en el 1er Grado y de allí en adelante): a. Ponga sobre el escritorio los cuadernos de práctica, o las pizarras, o, en el caso de “filas” (tablas de multiplicar), ponga tiras de papel. Entonces proceda con su ronda. Hablen y muévanse. b. Ahora haga que la clase se quede inmóvil y diga lo mismo pero sin moverse. c. Entonces, haga que se sienten y escriban lo que acaban de decir. (¡De memoria! ¡Sin copiar!) d. Finalmente, lean en voz alta lo que acaban de escribir. Todos los niños tienen que saber que usted espera que ellos se esfuercen por participar verdaderamente en (a). Refuerce esto haciendo que pequeños grupos realicen esto también, mezclando alumnos “buenos” con los más débiles. En (c) se permite que los que no-son-tan-rápidos miren a los que sí pueden hacerlo. Haga menos filas al comienzo; la mitad de una tabla de multiplicar en lugar de una completa. Si sigue este proceso de 4-pasos cortará drásticamente el tiempo necesario para llegar al objetivo – que es el saber las filas o tablas de multiplicar de memoria. Adicionalmente: Lo que usted haya practicado como filas o tablas: ¡Siempre hágalas de atrás hacia adelante también! ¡Esta es una de las principales formas de mejorar la memoria! Y deje que los niños se esfuercen por aprender cómo es que se hace de retroceso: no lo haga por ellos. Finalmente, estas son algunas de las habilidades con las que cierto número de niños experimenta dificultades: Algunos niños pueden contar cuando se empieza del 1, pero no cuando se empieza de cualquier otro número. Algunos tienen mucha dificultad cuando cuentan hacia atrás, o incluso cuando caminan hacia atrás. Muchos necesitan de mucha práctica adicional para contar de 29 a 30 o de 79 a 80: hacia la siguiente decena. Lo mismo hacia atrás: de 40 a 39, etc. Más tarde: vea si es que todos pueden (¡individualmente también!) implementar este tipo de instrucción: “Empieza en el 17 y cuenta 5 pasos hacia adelante”. Todas las habilidades mencionadas arriba deberían de ser practicadas con imágenes diferentes y con movimientos diferentes hasta que cada niño pueda hacerlas sin ayuda: estas son habilidades fundamentales para el trabajo posterior. A2. ¡Más conteo! Pero ahora: Contando cosas fuera de nosotros mismos, como conchas, pepas, golpes en el tambor, golpes en la espalda, y así sucesivamente. Practicaremos todo esto al mismo tiempo que hacemos A1. Desde “Saca 8 joyas de tu bolsita de conteo” hasta “Dime rápidamente: ¿Cuántas hay?” * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * más tarde * Podremos ver que algunos niños pueden hacer A1 pero no A2, o pueden hacer A2 fácilmente pero que no pueden moverse y contar correctamente. (Muchos de estos últimos han venido de la educación convencional, en donde uno se mueve mucho menos.) Por supuesto que los niños aprenderán también a contar de esta forma, pero no los ayuda en el desarrollo de sus capacidades-de-matemáticas tanto como el moverse y el hablar. Lo más efectivo es combinar A1 y A2: por ejemplo, pídale a un niño que se mueva (aplauda, salte, etc.) con una cantidad; el niño susurra primero el número en su oído, y después lo ejecuta mientras que “cuenta dentro de su cabeza”. Después, el resto de la clase tiene que “adivinar” cuántos fueron. De esta forma usted puede hacer que los niños practiquen lo que más necesitan: A1 o A2. Es muy conveniente disponer de pizarras pequeñas en donde los niños puedan escribir sus respuestas (y después levantarlas para que usted las pueda ver) ¡desde el 1ro hasta el 8vo grado! Una ayuda maravillosa para este asunto-de-conteo es la pita-de-100. Todo lo que necesita es un viejo asiento de carro con bolitas y una buena pita. Ensarte dos colores de bolitas de diez en diez, digamos diez blancas, diez marrones, y se va alternando de esta forma hasta 100. Cuelgue esta pita en frente de la clase. Úsela para contar de diez en diez (incluyendo 43 – 53 – 63, etc.). Deje que alguien ponga un gancho de ropa en el 48, y otro en el 61; “¿Cuántas bolitas hay entre estos dos números?” Etc. ¡Hay infinidad de posibilidades!” Este es un trabajo para los bloques de fin de año en los grados 1 y 2. B. Números individuales A continuación, miremos el otro lado del trabajo con números: montones, grupos, cantidades. Controversialmente: ¡en donde una cierta cantidad tiene su propia cualidad! 36 tiene una cualidad completamente diferente a 37. Vamos a jugar con estos números de todas las formas posibles. Partiéndolos por la mitad. Duplicándolos. Separándolos en grupos iguales. En grupos desiguales. En Discusiones con Profesores, Steiner va de frente a las cuatro operaciones: desde el todo hacia las partes (y, entonces, no se olvide: ¡revertir!). Practique con ellos actuando, manipulando objetos, dibujando, usando arcilla o lo que sea que tenga a la mano. Allí habrán gnomos, allí habrán tiendas. Desde las estrellas hasta la vida cotidiana. Pero entonces llega nuestro trabajo más difícil – de lejos – en lo que respecta a algunos de nuestros estudiantes: El destetarlos de este manipuleo de objetos físicos hacia un trabajo puramente mental, ¡sin que ninguno se aleje temeroso de las matemáticas! Un conocido psiquiatra educacional (Dr. Mesker) una vez me dijo que en cerca del 95% de los casos de discalculia (“ceguera de números”), la causa era el miedo. ¡Y este miedo empieza frecuentemente a una edad temprana, en 1er grado! Mi impresión ha sido, durante mi vida enseñando, que un buen puente hacia esta “abstracción de objetos” es lograr que los niños se hagan conscientes de que ellos tienen una memoria con la que pueden contar. Tú no calculas: 7 y 8 hacen 15. Tú tan sólo lo recuerdas. “¿Dónde vives?” – “104 Calle Plateada”. “¿Cuánto es 7 + 8?” – “15”. Si usted logra establecer esto firmemente, entonces para 2do grado casi todos los niños podrán responder fácilmente: “¿67 + 8?” (“¡75!”) Durante los grados 1, 2 y 3, los así llamados “vínculos” o “uniones” de cualquier combinación por debajo de 20 deberían de formar parte indispensable de sus herramientas-de-matemáticas, de la misma forma como debe hacerse con las “tablas de multiplicar”. Al combinar esto junto con la habilidad de la línea-numérica 47 – 57 – 67…, adiciones y sustracciones hechas mentalmente (como 67 + 8) no se vuelven un problema, mucho antes de que usted aborde el “llevar” y el “prestarse”. Esto es lo que en el currículo original se llamó “el sentirse como en casa en el ámbito de los números” (menos de 100 en 1er grado; hasta 1000 para el 3er grado). Dentro de este ámbito (del número como un todo), me gustaría ahora mencionar lo que pienso sobre el segundo promotor principal para desarrollar un “sentido-por-el-número” (siendo el primero la coordinación entre el hablar y el moverse). Es toda forma posible de E S T I M A R. Distancias, peso, volumen, altura, tiempo - ¡usted dígalo! Estimar cantidades así como estimar por comparación. ¿Qué está más lejos? ¿Cuál es más pesado? ¿Cuántos pasos desde tu carpeta hasta la pizarra? ¿Cuántos de ustedes se necesitan, uno sobre los hombros del anterior, para llegar hasta el techo? (grado 3, cuando se estudia medición) ¿Cuántos vasos pueden llenar esta jarra? ¿Cuánto tiempo falta para el recreo? Y, mucho más tarde por supuesto: ¿alrededor de qué número se encuentra la respuesta de 699 x 1403? (grado 4 o 5). Es imposible sobre-estimar el valor de este tipo de práctica. Mientras que ellos van adquiriendo la capacidad de estimar de forma razonablemente correcta, no sólo mejoran sus habilidades matemáticas; se sentirán también más seguros en otras áreas de sus vidas. Habiendo dicho esto, uno puede observar ocasionalmente niños que no se acercan para nada a un estimado correcto. Generalmente, esto no es una dificultad aislada; usualmente, esto se ha hecho evidente también en otros campos: por ejemplo, cuando un niño no es capaz de conectar números a situaciones de vida concretas – Como el niño que se mencionó anteriormente que podía contar, pero que no podía contar caramelos. Pueden haber diferentes causas para esto, a las cuales nos referiremos a continuación: E S T R U C T U R A ¿Cómo puedo estructurar 12? * * * O * * * * * * * * * ****** ****** o y por supuesto: * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * o * * * * * * * * * * * * es también una estructura. Y si es que más tarde encontramos que es muy fácil hacer en nuestra cabeza: 49 x 24 = 1200 – 24, así es que la respuesta es 1176, es porque enseguida vimos que 49 es casi 50, 50 = ½ x 100, 00 a continuación del 24, mitad de 2400, restarle 24 ----- todo esto se hizo en 5 segundos o menos. Si es que podemos hacer este tipo de cosas es porque vemos una estructura. La capacidad de estructurar es un factor indispensable en cualquier aritmética mental. Así es que deberíamos de esforzarnos por nutrir esta capacidad en los niños desde el primer bloque en el grado 1 y en adelante. Y hay muchas formas diferentes de hacerlo. Dibuje figuras geométricas como triángulos, estrellas de 5 puntas, estrellas de 6 puntas, etc. No las dibuje solamente una vez: deje que los niños organicen una fila de compañeros con estas formas, deje que las modelen en arcilla, que encuentren la forma en su medio ambiente (como el techo de una casa, etc.). Deje que inventen filas-de-números: 2 – 5 – 3 – 6 – 4 – 7 ó 1 – 3 – 6 – 10 – 15. Por supuesto que todo nuestro sistema decimal es una estructura: más sobre esto después. Cuando un niño está muy débil en estructurar, usted encontrará quizás que toda su orientación espacial (= sentido del balance) está sufriendo. En algunos casos hay un problema físico: el órgano del balance en el oído medio puede estar “pegado”. Esto podría mostrarse también en la escritura del niño. Este niño necesita ayuda profesional; hay también algunos ejercicios que ayudan a tratar este problema. Un reto que les gusta a la mayoría de los niños es: 2 – 5 – 3 – 6 - ¿? - ¿? – 5 – 8 – 6 – 9. Cualquier cosa en donde, en una estructura reconocible, algo se retira o se esconde de la imagen… Por ejemplo: Algunas de las ventanas de un edificio están escondidas por un árbol. ¿Cuántas? Hay infinidad de posibilidades para practicar esta habilidad de estructurar. ¡Y esto puede ser muy divertido! Nuestro Sistema Decimal Nuestro sistema decimal contemporáneo es una forma específica de estructurar números. Ya nos hemos acostumbrado a este, y es por eso que nos es fácil olvidarnos de lo difícil que es para los niños comprender que un 4 puede significar un 4, o que puede significar 4000. La forma que usaba para ayudar a que mis clases “captaran esto” es probablemente muy anti-matemáticas, pero funcionaba cada vez que la usaba – y rápidamente – principalmente hacia finales del 1er grado. Ponía en frente de la clase, de derecha a izquierda: un banco, una silla pequeña de niño y una silla de adulto. Llamaba a un niño, le hacía llevar un pedazo de papel A4 (tamaño carta) con el número 8 escrito sobre el papel: “Tú eres un niño en el país-de-los-números, y tu nombre es ocho”. Y hago que el niño se pare sobre el banco. “Como bien sabes, por ahora eres un niño, pero los niños crecen y un día llegarás a ser un papá. En el país-de-losnúmeros, la palabra para padre es “enta”. Entonces, ahora como padre, ya no eres más ocho, ¿sino? … Sí, ochenta. Súbete a la silla pequeña. ¡Ahora estás más alto! Pero los padres tienen hijos.” Llame ahora a un niño de la clase y dele un nombre. “¿Cuatro? Okay, entonces ahora son una familia… ¡Ochenta…Cuatro! Ahora ambos se están haciendo viejos; el niño cuatro se hará un cuarenta y tú, padre ochenta, serás un abuelo; en el lenguaje de los números: ¡cientos! Pero el padre cuarenta necesita un hijo… ¿Tres? ¡Bien! (silla alta, silla pequeña, banco: ¡ochocientos – cuarenta – tres!) 843. El 0 es un personaje taciturno. ¡Algunas personas hablan más que otras! Al día siguiente esto será recordado, actuado otra vez con números diferentes, dibujado en el cuaderno de la Lección Principal, y, durante los siguientes días, practicado diariamente. En sus cuadernos de práctica, los cientos serán, por un tiempo todavía, azules y grandes, las decenas verdes y pequeñas, y las unidades aún más pequeñas y rojas. Muy pronto, dictados de números (primero con tamaño y color, más tarde con un solo color y todos del mismo tamaño) serán parte de la rutina diaria. Los números entonces son leídos siempre en voz alta, individualmente. En mi observación, esta forma de introducir el sistema decimal funciona mejor que la usual: flores (unidades), ramos de flores (decenas), canastas con ramos de flores (cientos). En algunas ocasiones esperé para introducir el sistema decimal hasta segundo grado: depende de la clase. En ese caso, incluía millares, a veces hasta un poco más, otra vez, todo depende de con cuánto pueden lidiar los niños; los más rápidos también necesitan de algún tipo de satisfacción, y uno no necesita preocuparse si es que algunos pocos todavía están batallando con las decenas o las centenas. Un buen tipo de ejercicio es, quizás en el siguiente bloque de números, escribir en la pizarra de forma aleatoria: 123 – 98 – 7 – 2 – 56 – 600 – etc. Y dejar que los niños lo copien, desde el número más pequeño hasta el más grande, o viceversa. Las Tablas - - - - - - Se presentan de una variedad de formas, ¡desde el mismísimo comienzo! 4 (aplaudir) = (paso) 1 x 4 (paso, paso, paso); 8 (aplaudir) = (paso) 2 x 4 (paso, paso, paso); 12… Cuando uno ve este ejercicio en el grado 6, como me ocurrió una vez, donde muy pocos de los niños se esforzaban por hacerlo bien… entonces algo debió de haber salido mal, ¿no cree? (¡Qué ejercicio más simpático para un 1er grado!) Nosotros practicamos las tablas de multiplicar desde el grado 1 en adelante, y deberíamos de verificar que estén disponibles de forma inmediata hasta fines del grado 8. Pero cómo prevenimos los lamentos de “¡Oh, no, no, no otra vez!” Por supuesto que hay muchas formas excelentes. Podría recordar lo que ha funcionado para mí. En 1er grado yo prefería trabajar sólo con las “filas-de-números”: 2 – 4 – 6 - - - - - - - - - - - - - 24; Avanzando hasta 12 – 24 – 36 - - - - - - - - - - - - - 144. ¡Y regresando! …Y saltearse uno o dos; y empezar desde el medio hacia adelante y hacia atrás, etc. Encontré que con oraciones-de-números largas (4 = 1 x 4), demasiados niños pequeños ya habían perdido el sentido de lo que estaban diciendo para cuando llegaban a 4 = 2 x 2. Así es que, filas: Una forma: La repetición mencionada antes: moverse/hablar – hablar/escribir/leer… Otra forma: Pasar una pelota o una bolsita de arena alrededor de un círculo. El siguiente niño dice el siguiente número. Variaciones 2 – 4 – 6 – 8 (hacia adelante) – 6 – 4 (reversa) – 6 – 8 – 10 – 12 (hacia adelante) – 10 – 8 – 6 (reversa)… O: un niño sí y el otro no hace rebotar la pelota. Etc. Otra: caminando (o tirando la pelota) por la figura geométrica pertinente: 4 – 8 – 12 – 16 - - - - por el cuadrado, 7 – 14 – 21 – 28 - - - a través de la estrella de 7-puntas… Pero también: dibujar la estrella de 7-puntas y escribir los puntos: 7 – 14 – 21 – 28 – etc. Y… poner una fila (tabla de multiplicar) en la pizarra, de forma aleatoria, toda mezclada, esparcida por toda la pizarra, y dejar que los niños tiren una bolsita de arena al primero, segundo, etc. Escriba números completamente aleatorios por sobre toda la pizarra. Deje que los niños encuentren y copien los números que se encuentran en una determinada tabla de multiplicar y ¡también en el orden correcto! __________________________________________________________ __________________________________________________________ __________________________________________________________ __________________________________________________________ Muchas de estas ideas son, por supuesto, para más adelante en el año escolar. Al comienzo nos limitamos a caminar: 1 – 2 – 3 – 4 – 5 – 6 – 7 – 8 – 9 – 10 – 11 – 12 – 13 – 14 – 15… etc., entonces podría dejar afuera los números entre 5 y 10: sólo 5 – 10 – 15 – 20. Es esencial que también nos valgamos de la inventiva de los niños. Por ejemplo: “Dibuja algo en donde puedas ver la tabla del 3 (quizás 12 tréboles de tres hojas), la tabla del 7 (podrían escoger 7 arcoíris o cualquier otra cosa – algo inesperado).” Llegamos a ver muchas cosas interesantes cuando usamos cualquier tabla, con ganchos de ropa, sobre la pita-con-bolitas que mencionamos antes. Cada tabla se mostrará a sí misma, con su patrón característico a lo largo de las decenas consecutivas. En todo esto (¡y espero que en mucho más!), no deberíamos de olvidarnos de una cosa: Ellos necesitan terminar SABIÉNDOLAS. Las tablas de multiplicar son, además de su valor matemático, un medio para entrenar la memoria de los niños. Elógielos, presiónelos, a veces empújelos un poquito - - - -. Haga que se esfuercen para… …R E C O R D A R Las tablas de multiplicar en el grado 2 Al Grado 2 se le llama a veces “el año de las tablas”. Doce tablas – 144 datos para recordar de memoria - - - - en cierta forma, tres veces esa cantidad, pues ya mencioné que hay que hacerlos aprender: 7=1x7, 1x7=7 y 7 dividido por 7 = 1. En otras palabras: trabajamos con las tablas de división tanto como con las de multiplicación. Como algo aparte: Muchas personas viven bajo la ilusión de que la división es más difícil que la multiplicación. La explicación más factible que veo para esto: frecuentemente, la división se empieza más tarde y se practica menos. Cuando usted empieza con la división en el primer bloque del grado 1 y continúa dedicándole tanto tiempo como le dedica por ejemplo a la adición, entonces no se hace más difícil. Entonces: Tres maneras diferentes de decir las 12 tablas. ¡Todas de memoria! En el 2do grado casi no pasé nada de tiempo “mezclándolas”. Ese tipo de trabajo es para el grado 3, cuando ya se ha implantado la “memorización” lo más firmemente posible. Todas las variaciones diferentes que mencioné para el grado 1 pueden ser utilizadas en el segundo grado otra vez, ¡pero invente muchas más! Aquí hay algunas más que he usado: Cada tabla tenía una melodía diferente. Tuve suerte de que me las hiciera un músico. Basadas en el intervalo apropiado (4=1x4 en la cuarta) y el ritmo (la tabla del 3 tenía terceras y 3 cuartos). Cada tabla tenía su propio color. Hicimos mucho uso del “cuadrado del 144”: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 3 6 9 12 15 18 21 24 27 30 33 36 4 8 12 16 20 24 28 32 36 40 44 48 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 6 12 18 24 30 36 42 48 54 60 66 72 7 14 21 28 35 42 49 56 63 70 77 84 8 16 24 32 40 48 56 64 72 80 88 96 9 18 27 36 45 54 63 72 81 90 99 108 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120 11 12 22 24 33 36 44 48 55 60 66 72 77 84 88 96 99 108 110 120 121 132 132 144 Teníamos cuadrados de papel grueso en donde por un lado estaba, digamos, 7 x 8 y en el otro lado 56; tírelos todos de forma aleatoria por toda el aula y haga que un niño, (después 2 en competencia) corra hacia la pregunta y diga la respuesta en el orden correcto. O ponga los papeles por el otro lado, con la respuesta hacia arriba. Un niño podría, en frente de la clase, decir la tabla. Otro niño podría pararse detrás del que está hablando y tratar de confundirlo mezclando respuestas erróneas. Yo tenía 2 instrumentos; digamos campanillas y un tambor, escondidos de la vista. Avanzando por entre las carpetas (ya sea la clase entera o un grupo más pequeño), tenían que decir la tabla de multiplicar hacia adelante cuando sonaban las campanillas, pero tenían que caminar hacia atrás y decir la tabla en reversa cuando yo cambiaba hacia el tambor. Una competencia que les encantaba a los niños: carrera-de-tablas-demultiplicar. Divida la clase en dos filas (o 3), una detrás de la otra. Empieza el primer niño de la primera fila: 2 dividido por 2 = 1, 4 dividido por 2 = 2, etc. hasta que él o ella cometa un error, digamos 21 dividido por 3 = 8. En la pizarra debajo de I (fila 1) aparece: 18 dividido por 3 = 6 (la última respuesta correcta). El niño que ha cometido el error tiene que ir al final de su fila. El niño 1 en la fila II empieza todo de nuevo en 2 dividido por 2 = 1, y continúa hasta que se equivoca. Se escribe la última respuesta correcta debajo de II. Ahora el niño 2 de la fila I continúa en: 21 dividido por 3 = 7. Otra vez hasta el siguiente error. Llegar hasta 144 dividido por 12 = 12 puede tomar varios días; uno simplemente necesita preservar las últimas respuestas correctas de cada fila. ¿Qué fila llega primero? Otra: Otra: Invente muchos más juegos excitantes para practicar las tablas a lo largo de todo el año y en el entretanto no se olvide: ¡E S T A S T I E N E N Q U E S E R R E C O R D A D A S! Y si es que la profesora y los niños trabajan arduamente, durante todo el año, usted encontrará que la mayoría de los niños de su clase podrán recitar las tablas hasta el 12 de 3 formas diferentes, hacia finales del 2do grado. Tablas en el grado 3 Objetivo: todas las tablas hasta el 12x12, de las 3 formas, de forma aleatoria: 7x6= ?; 81 dividido por 9 = ? Rápidamente, sin recitar la tabla hasta llegar allí. Así de simple. Si usted trabajó lo suficientemente duro en los grados 1 y 2, entonces sólo tendrá que recitar cualquier tabla con la que esté trabajando, de memoria, una sola vez. ¡De ahí en adelante sólo de forma aleatoria! Trabaje una tabla por semana, dos si es que su grupo de niños puede hacerlo. Pero empiece con la mitad de la tabla. ¡Después de forma aleatoria! 5 x 6 - - - - - -3 x 6 - - - - - 6 x 6 - - - - - de forma relajada al comienzo, ¡después más y más rápido…! Y deje que descubran que no necesitan estudiar a fondo 4x8=32, porque ya han aprendido 8x4=32. Guíelos para que descubran que ellos ya saben todas las tablas del 1x , 10x , 11x , y de que todos los 5x terminan en 0 para los pares, y en un 5 para las tablas impares. 2x ya lo saben. Esto nos deja con sólo 7 números en cada tabla para trabajar - - - - no gran cosa después de todo. Juegos: bingo, dominó, dado de 12-lados y muchos más. Las tarjetas mnemotécnicas (flashcards) son disfrutadas – y funcionan. Durante los últimos bloques de matemáticas en el 3er grado, los niños llenaban una página con 100 preguntas sobre tablas. Esto lo hicieron diariamente durante 3 semanas; tenían sólo 15 minutos para resolverlas. Al final de las 3 semanas, cierto número de niños había escrito todas las respuestas en 4 minutos, cometiendo 1 o ningún error. ¡Y A SABÍAN SUS T A B L A S! El número escrito I III V X un dedo tres dedos un pulgar y 4 dedos (una mano) dos manos “unidas” por la muñeca ¡Sí, nuestro propio cuerpo puede escribir números! Hay una muy buena razón del por qué, desde los tiempos iniciales de Waldorf, introducimos los Números Romanos a los niños pequeños en primer grado. Hay un número considerable de niños que, desde el comienzo, pueden realizar operaciones “en su cabeza” bastante bien. Y después, cuando esto se convierte en trabajo-sobre-papel, uno los pierde, y se asienta el “miedo” del que hablé hace un rato. Entonces, uno tiene que construir muy cuidadosamente, mantener, y después continuar fortaleciendo el puente entre la aritmética mental y las operaciones escritas. Y, por lo tanto, tiene sentido que lo primero que escribamos no sea una forma que no tiene nada que ver con un tres (3), sino más bien con tres dedos: III. Además, escribir un número más o menos grande – digamos 27 – en Números Romanos implica hacer aritmética: dos pares de manos, una mano sola y dos dedos: XXVII. ¡Usted puede pedir a tres niños para que lo hagan en frente de la clase (mejor si le dan la espalda al resto de la clase para presentar la dirección correcta)! Esta es la razón (“fortalecer el puente”) por la cual, durante los primeros años de existencia de colegios Waldorf, se hacían Números Romanos durante todo el primer grado, y después durante al menos los primeros cuatro meses. Hoy en día observo frecuentemente que esto se omite del todo – lo que significa: perder una herramienta muy importante. Otra regla que ayuda muchos a que los niños no se pierdan cuando la aritmética oral se convierte en trabajo-sobre-papel: durante los primeros 2 a 2½ años MUCHO del trabajo-sobre-papel debería de consistir en escribir problemas que ya hayan sido resueltos oralmente primero. Hay que insistir: CALCULAR – ESCRIBIR – LEER DE VUELTA * * * LIDIANDO CON DIFERENTES NIVELES: Uno no debería dudar en diferenciar dentro de la clase. Mientras que algunos estudiantes más avanzados pueden encontrarse a las mil maravillas resolviendo una página llena de problemas, el resto de la clase podría estar saltando, manipulando, trabajando con la pita-con-bolitas, o encontrando respuestas sin ninguna de estas ayudas, y escribiendo problemas y respuestas de allí en adelante. Al comienzo, ellos escriben sus respuestas tan pronto las obtienen; ellos deberían de esperar hasta el final de todo ejercicio oral antes de escribir sus resultados. ¡Para un buen número de niños esto hará una diferencia para el resto de sus vidas-matemáticas! La aritmética mental es el verdadero portal hacia el mundo de los números. Para “sentirse como en casa” en este mundo. ¿CÓMO ES QUE SE VE? La forma lógica de escribir tus procesos-de-pensamiento es la forma horizontal, no la forma vertical: 78 + 35 = 113, no 78 + 35 113 Al final, obtendríamos mejores resultados si es que dejáramos de lado “el llevar y el prestarse” (lo vertical) por al menos otro año más – hasta más tarde en el 3er grado. Ellos deberían, en primer lugar, sentirse muy seguros de sí mismos, habiéndose divertido y jugado con los números, antes de quedar fijados con los procesos verticales que son más mecanizados. Una última observación, esperemos que sea superflua: La aritmética debería de escribirse – en todo caso – de forma más cuidadosa y más hermosa que en la asignatura de lenguaje. Desde el primer “I” en el primer bloque de números, hasta fines del 8vo grado, necesitamos entrenar a los niños en este hábito. No sólo con los números individuales, no, sino que debería de volverse objeto de orgullo hasta la disposición en el papel en sus cuadernosde-práctica. Esto, si se mantiene de forma obligatoria, no sólo resultará en menos errores innecesarios; ¡ayudará a aclarar y a estructurar su carácter! Haciendo un seguimiento En la Educación Waldorf no les tomamos a los niños pruebas estandarizadas; no les damos notas. ¿Cómo evaluamos y monitoreamos entonces el progreso? ¿Qué hacemos para abordar retos y para eliminar obstáculos fuera del camino? Como se mencionó anteriormente, es vital que nosotros los adultos estemos muy conscientes de las habilidades que los niños deben de haber adquirido en cada etapa (hacia finales del 3er grado, entre otras). Entonces tenemos que ser muy observadores. ¿Qué impide que tantos niños logren dominar una habilidad concreta? Muy simple: una capacidad específica no está funcionando o está funcionando de forma insuficiente. Una vez tuve una estudiante que a los 12 años de edad no podía decir qué era mayor: 33 o 35. No había nada erróneo con su inteligencia. En un día de deportes observé que no podía estimar distancias en lo absoluto: en el salto largo, constantemente saltaba o demasiado cerca o demasiado lejos. ¡Sus matemáticas mejoraron cuando atacamos la causa! El siguiente gráfico enumera las capacidades que todo niño necesita (y que por tanto deben de ser apoyadas), y las habilidades que son el resultado de éstas. A través de la observación minuciosa podemos empezar a notar deficiencias y hacerles un seguimiento antes de confrontar su causa. Finalmente, ofrezco una pequeña lista de actividades para los primeros bloques-de-matemáticas, todas empiezan durante el primer bloque. Todas toman en cuenta y desarrollan estas capacidades y habilidades. ______________________________________________________________ CAPACIDADES que necesitan ser desarrolladas a partir del 1er grado en adelante; Retos _______________________________________________________________ Conteo Coordinación Abstracción Estimar Conteo Estructura moverse/ de objetos “hábil” hablar _____________________________________________________________ Sólo puede Un sentido débil del contar (propio) movimiento cuando empieza desde el 1 Siempre tarde No puede pasar de 39 a 40 (a la siguiente decena) No puede caminar hacia atrás No puede seguir una instrucción de conteo como: cuenta 5 más después de 17 No puede condensar la oración numérica de una historia Fracasa con: Cantidades Distancias Tiempo Peso No puede contar sus propios movimientos No puede contar hacia atrás No se puede abstraer de la imagen No puede verbalizar un problema No puede conectar los números (2, 10) con una cantidad No hay un sentimiento cualitativo acerca de los números Proporciones No puede: Decir las tablas numéricas Inventarse una tabla numérica Duplicar Dividir por la mitad No puede: Contar Contar “saltando” Reconocer * * * * * como 5 Atomizar una cantidad en sus componentes Reconocer una estructura en: 1–4–2–5–3–6 , etc. Contar un “grupo” de objetos No puede contar si es que los objetos son todos cosas diferentes _______________________________________________________________ ______________________________________________________________ HABILIDADES que la mayoría de los niños podrían haber adquirido hacia finales del 1er grado _______________________________________________________________ Contar Calcular Escribir los Pasar un Tablas Discriminar hasta 100 hasta 20 números y cierto número Numéricas las 4 + - x ÷ a movimiento operaciones _______________________________________________________________ Pasar del 69 al 70 Recordar vínculos por sobre 10 Dirección correcta Coordinación habla/movimiento Puede omitir el número requerido de la tabla Contar hacia atrás Puede inventar operaciones debajo de 20 Recordar la forma correcta Puede realizar el número correcto de aplausos o pasos que se le pidió Recuerda la tabla hacia adelante, hacia atrás, y desde el medio Recordar lo aprendido Ya no invierte dígitos Contar un número de sonidos Ya no invierte números (12 – 21) Puede relacionar cualquiera de las 4 operaciones con la vida: * en cantidades * sobre el papel * como un problema Puede invertir una tabla Reconoce dígitos Emplea los signos correctos para las 4 operaciones _______________________________________________________________ Actividades útiles ¡Todas estas pueden ser practicadas con todo el grupo pero también con grupos más pequeños! Dar un paso, aplaudir, etc. contando hacia adelante y hacia atrás. De igual forma, omitiendo 1 o 3 o 4 etc. De igual forma: tablas de multiplicar Ejecutar un cierto número de aplausos o pasos Contar objetos hasta 20 Dividir objetos en grupos, como con las 4 operaciones. Dibujar eso. Más tarde escribirlo. Escribir los Números Romanos. No los Arábicos usuales – cuatro meses después de haber empezado el 1er grado, o incluso antes. Deje que los niños inventen problemas Haga que los niños construyan objetos con estructuras, y entonces con frecuencia, dibújelos. La clase se para con las manos por detrás de sus espaldas. Usted dice un número por debajo de 10, ellos tienen que mostrar ese número, pero primero lo tienen que haber tenido listo detrás de sus espaldas. Poco después, 2 niños pueden hacer juntos un número por encima de 10. Actuar historias-de-sumas. Caminar figuras geométricas Dibujar estas figuras con las manos y los pies, modelarlos, ponerlos sobre el piso con pitas etc. Practicar “haciendo el número diez” de todas las formas posibles Deje que ellos inventen dibujos con alguna suma escondida allí; la profesora y los niños tienen que adivinar. Y, por sobre todo: deles espacio para que se sientan orgullosos, y… …¡DISFRÚTELO! Capítulo X ACTUANDO “Los Actores están cerca, y a través de su espectáculo, usted sabrá todo aquello que podría llegar a saber” Shakespeare – Un Sueño Nocturno de Medianoche El martillo de Thor, San Cristoferus, San Jorge venciendo al dragón, ¿y qué más tendríamos que conocer? Bueno, para mencionar tan sólo algunas cuantas cosas: deberíamos de ver si es que, mientras practican su obra de teatro, ellos han estado trabajando en: ¡Hablar muy claramente! Gesticular de forma significativa; Mejorar su orientación espacial; Escuchar lo que el otro actor está hablando y reaccionar hacia eso, y algunas otras cosas más. ¿Qué papel importante juega la actuación en nuestra educación? En este capítulo me gustaría reflexionar sobre cómo es que podemos utilizar cada una de estas oportunidades múltiples. Improvisando Podríamos empezar por darle una mirada a la primera forma de actuar-jugar: la improvisación. ¡Los niños lo hacen desde muy temprano en su niñez! Ellos han venido actuando de forma libre todo aquello que han observado, además de todas las historias que les fueron contadas o leídas. Y ellos deberían de continuar haciendo esto – esperemos – por el resto de sus vidas. Pero, ciertamente – durante sus años en el colegio – con una diferencia. Desde el primer grado en adelante, esto puede convertirse en una valiosa oportunidad de enseñanza/aprendizaje. Por ejemplo: Tres doncellas están nadando de forma bastante obvia. El Hijo del Rey de Irlanda las observa por “detrás de los arbustos” (una silla) y esconde uno de los trajes mágicos de cisne de una de ellas. Al emerger del agua, dos de las doncellas se ponen sus vestidos y se van volando. La tercera, Fedelma, busca desesperadamente el suyo. El Hijo del Rey de Irlanda se muestra a sí mismo y se asegura de esta forma la ayuda de Fedelma para encontrar a su padre, el hechicero. Lo que usualmente obtenemos, cuando los niños reconstruyen esta historia que se contó el día de ayer, son movimientos simbólicos y algunos gruñidos y gritos. La clase observa a los cinco actores con aprecio. Frecuentemente, ay, la profesora no hace nada más que esto… y entonces procede con su lista de palabras para deletrear. Qué tal si: “Yo observé que una de las doncellas se divirtió mucho en el agua. ¿Quién vio lo mismo?” “¡Gilveen estaba salpicando a las demás!” “Bien hecho. ¿Y las otras dos se dieron cuenta de eso?” “No, ellas simplemente continuaron nadando.” “Quiero que ustedes tres (o pueden ser otras tres) lo hagan de vuelta y muestren cómo reacciona uno cuando lo están salpicando.” -- Acción – “¿Les gustó que las salpicaran? Yo pienso que a ti Aefa no te gustó ni un poquito. ¿Cómo harías para dejarle saber a Gilveen que querías que parara?” “Alguien recuerda, cuando Fedelma no podía encontrar su traje de cisne, que ella exclamó algo en voz alta y el Hijo del Rey de Irlanda le dijo que él se lo restauraría (sí, profesora, ¡use esa palabra!) si es que… ¿A quién le gustaría intentar esa parte una vez más?” “Mire, tendré que buscar mi vestido dos veces. Dígame en cuál de estas dos oportunidades el Hijo del Rey de Irlanda se apiadará de mí y sacará mi vestido.” …La profesora actúa: la primera vez con movimientos “simbólicos”, la segunda vez inclinando su cabeza, deteniéndose para limpiarse una lágrima, continuando – y de verdad mirando… ¿Malogrando su Espontaneidad? Necesitamos darnos cuenta de que en el transcurso de su 10mo año de vida, la espontaneidad se irá alejando de ellos: En sus dibujos, en sus pinturas, en su actuación. Para cuando llegue ese momento ya deberíamos de haber construido “por lo bajo” sus talentos naturales. Estos talentos fluyeron del mismo mundo que hizo sus cuerpos, son orgánicos. Necesitamos construir “por lo bajo” estas fuerzas enseñándoles técnicas. Estas técnicas serán entonces el instrumento que sus talentos usarán para manifestarse a sí mismos. Si es no logramos hacer esto, ellos se volverán mucho más conscientes de sí mismos y reticentes para involucrarse en el trabajo artístico. Sin embargo: Cuando nuestros pequeños estudiantes ABC llegan a nosotros en 1er grado, muchos se encontrarán en la bendita fase de no estar conscientes de sí mismos. ¿Podemos construir un puente entre ese lugar y la etapa posterior de actúa-bien-en-frente-de-una-audiencia? Una de las formas que encontré útil fue la siguiente: Digamos que les conté “La Bella Durmiente” el día anterior. Ahora les cuento la historia otra vez pero actuándola mientras la cuento, tomando a un niño y a otro conforme van apareciendo las diferentes personalidades de la historia: la rana y la reina actúan junto conmigo, después el rey, la reina y las hadas, etc. Yo no los llamo, sino que simplemente los saco de sus carpetas o les indico con señas para que se unan a mí, pero sin interrumpir el flujo de (una parte de) la historia. Y entonces – frecuentemente ahí mismo; a veces al día siguiente – les pido que la actúen sin mí, pero yo continúo narrando la historia mientras que ellos la van actuando con gestos. Entonces, un poco más tarde durante ese primer año escolar, les pido – después de lo anterior – que actúen la historia para mí, pero ellos solos. Pero hay una condición para que los niños aprendan realmente, de forma óptima, lo anterior. Y ese es nuestro trabajo: el de la profesora. Esto es: pasar tiempo con alguien que de verdad pueda enseñarnos lo básico sobre actuación. Un mentor, o quizás un padre de familia que haya estudiado justo esto, o – quien sabe – enrolándose en una clase local. Entonces: nunca señalaremos algo con nuestras palmas hacia arriba; dejaremos que cualquier gesto anteceda las palabras por una milésima de segundo; en un diálogo, gesticularemos con la mano que está hacia afuera – no con aquella que está aplastada por el compañero. …más sobre esto después. Si el niño que está actuando junto a nosotros no nos imita, lo tomamos suavemente “de la mano”, lo corregimos físicamente, todavía no de forma oral. En otras palabras: lo acostumbramos a buenos HÁBITOS de actuación. Si hacemos esto de forma consistente, encontraremos que hacia fines del 2do grado la mayoría de los niños reconstruyen cualquier escena alegremente y bastante bien. Ahora habrán alcanzado un punto en el que podremos hacerlos más conscientes del hecho de que la actuación está hecha para satisfacer a una audiencia. ¡Aun cuando esa audiencia sea tan sólo su propia clase! La clase tiene derecho a ver algo que valga la pena, ya que se le ha destinado tiempo-de-colegio, y no sólo ver a unos cuantos niños haciendo payasadas. Una Obra Pre-escrita… La mayoría de los profesores ponen en escena al menos una obra sustancial por grado. Hoy en día se cuenta con una amplia gama de obras para escoger de entre el material de historias del currículo. En bastantes de estas obras de teatro uno puede intuir que fue un determinado profesor el que la escribió especialmente para su grupo de jóvenes individualidades. Si usted puede hacer algunos cambios a esa obra para adaptarla a su clase de forma más idónea, encontrará que los niños desarrollarán una conexión mucho más fuerte con ésta. La obra de teatro quiere ser un medio, no un fin. Si fuese necesario, pídale permiso al autor. Como con tantas cosas: el tiempo y esfuerzo invertido en nuestra propia preparación, antes de que usted familiarice a los niños con la obra, es muy importante para su éxito. Algunas preguntas que uno podría hacerse: ¿Se han conectado los niños fuertemente con la trama de la historia de la obra de teatro? ¿Existe la oportunidad para que los diferentes temperamentos “se actúen a sí mismos” de forma satisfactoria? ¿Se hace referencia – quizás – a algunos problemas de conducta? ¿Es el lenguaje de la obra lo suficientemente rico como para dedicarle bastante del tiempo de colegio? ¿Es la duración de la obra apropiada para mi clase? Bastantes presentaciones son más largas de lo aconsejable. Es mejor hacer varias obras cortas a lo largo del año que poner todos nuestros huevos en una canasta. Cuando, después de todas estas consideraciones, escogemos finalmente nuestra obra, entonces empieza nuestro trabajo de verdad. Pues, ya sea que nosotros mismos hayamos escrito la obra o que la hayamos escogido del repertorio de algunos colegas: la obra de teatro tiene que sentirse como propia antes de que los niños puedan hacerla suya. Tan sólo piense en las oportunidades para nutrir sus capacidades de: Memoria. Excelente pronunciación. Conciencia social. Conciencia de cuerpo. Orientación espacial. Comprensión de lenguaje. ¡Y Dios sabe cuántas cosas más! Y recuerde, todo esto ocurrirá de forma óptima sólo cuando nos “imaginemos” con anticipación de dónde es que surgen las mejores oportunidades para practicar algo o todo lo anterior. Lo primero y más importante: el trabajar en una obra de teatro nos presenta con una oportunidad inigualable para trabajar la dicción de los niños. (Por cierto, si la profesora, cuando está hablándole a la clase, siempre enuncia clara y conscientemente, reduce el tiempo necesario para practicar el deletreo de palabras hasta en un 70%!) Entonces: podríamos leer repetidamente la obra en voz alta para nosotros mismos, practicando cada vez: 1. Hablar a la mitad de nuestra velocidad normal – ¡como máximo! 2. Enunciar cada una de las consonantes muy claramente. Un ejercicio muy útil es decir una o dos líneas pero pronunciando sólo las consonantes, dejando de lado las vocales por completo; 3. Acentuar la última consonante de cada palabra; 4. Acentuar la última palabra de cada frase (una oración entera es generalmente demasiado larga) 5. Mantener esta última palabra presente en nuestra conciencia todo el tiempo, incluso mientras decimos esa frase, entonces decimos la frase dirigiéndonos hacia esa última palabra. Esto trae continuidad, trae respiración. Incluso, con tan sólo cinco minutos de práctica cada día durante un par de meses, empezará a mejorar el habla de uno, y… ¡resultará también en un manejo de clase menos agotador y más efectivo! Lo anterior es sólo un aspecto del hablar en la obra de teatro. Más de esto después… Gesto ¿Quién no las ha visto? Se las dejó sueltas en el escenario sin ninguna guía; muñecas de madera que acompañan sus líneas con gestos vagos, indecisos, confusos. Sus brazos se mueven hacia arriba, las palmas hacia arriba – las características del fracaso… Estudie a personas en la vida diaria: cuando señalan algo, la parte trasera de sus manos está hacia arriba, el dedo señala hacia afuera y – muy suavemente – el cuerpo y los ojos siguen el movimiento. Cuando uno está pensando, considerando, meditando, uno frecuentemente se toca a sí mismo: en la frente, en la barbilla, hasta presionando los labios o juntando los párpados. ¡O rascándose la cabeza! Alguien que quiere convencer de algo que simplemente “sabe” que es así, hará movimientos hacia abajo, desde golpear la mesa con la mano hasta dar un zapatazo. O mover la cabeza de forma afirmativa… Cuando uno expresa simpatía o hasta sólo positivismo, el actor se acerca hacia el objeto que produce esta simpatía, las palmas mirándose una a la otra. Y en rechazo o antipatía, ellos generalmente harán un movimiento hacia un costado o hacia atrás, eventualmente “barriendo ese algo objetable por detrás de ellos”: las palmas de las manos hacia abajo. De hecho, la única vez que usted verá personas gesticulando en la vida diaria con palmas hacia arriba es cuando hay un elemento de pregunta, duda o incertidumbre sobre lo que quieren dar a entender. Para ayudarnos, Steiner trajo estos 6 gestos fundamentales: Señalando Pensando Certidumbre Simpatía Antipatía Incertidumbre (las fotos de los gestos están en el libro original) En la práctica, más frecuentemente que no uno tendrá una combinación de varios de estos gestos: “¿Acaso no te lo dije?” podría tener las palmas hacia arriba pero con un movimiento hacia abajo. “¡Eso es una mentira!” podría señalar pero, también con un movimiento hacia abajo (¡de certeza!) Una profesora que recorre la obra de teatro en su casa, intentando los gestos con estas indicaciones en mente, ganará – con el tiempo – mucho más que tan sólo una buena presentación. Imperceptiblemente, empezará a hacer su lenguaje corporal en frente de la clase más convincente (haciendo más auténtico lo que sea que haya que decir) y entonces, aumentará su autoridad. Otra vez: Con estas indicaciones, estamos pensando en la profesora que preparará su obra de teatro. ¡NO les enseñará a los niños las teorías mencionadas arriba (por lo menos no de esta forma)! Este podría ser el lugar para mencionar un obstáculo traicionero: Al preparar la obra de teatro tomando en cuenta todos estos diferentes ángulos (dicción, gestos, y más por venir), fácilmente podríamos perder la obra de teatro en sí. Correcto, necesitamos practicar estas técnicas, pero con cada palabra y con cada gesto que practiquemos: ¡NECESITAMOS INVOCURAR NUESTRA IMAGINACIÓN! Esperemos que la obra que escojamos signifique algo. Con seguridad merece ser honrada con buena práctica. Pero, no deje que estas mismas técnicas lo tienten y lo alejen de este significado. Cuando San Francisco hace un movimiento de simpatía hacia el leproso: SEA San Francisco haciendo eso – ¡con gestos correctos y todo lo demás! Usando el espacio ¿Qué es lo que convence a la audiencia de que el rey no puede escuchar lo que los conspiradores están tramando? En el pequeño espacio del escenario, el rey no se encuentra a más de 4 o 5 yardas de los conspiradores, sin embargo el rey permanece sin enterarse de nada. Él no los puede escuchar porque: está sentado en un lugar un poco alejado del escenario; ellos están conspirando más hacia el frente; si es que el rey está más hacia la derecha, ellos estarán más hacia la izquierda; ellos están hablando dándole la espalda al trono, y el rey está mirando hacia otro lado. Sin embargo, aun así los traidores no están con suerte: el fiel sirviente del rey está a tan sólo unos pasos más hacia el frente, agachado, un cuarto de su cuerpo volteado hacia los conspiradores; ¡él sí puede escuchar todo lo que ellos dicen! Invierta sus posiciones y los espectadores no se percatarán de que el rey no escucha las intrigas y no se percatarán de que el sirviente lo escucha todo. Cuando los actores no hablan claramente, rápidamente nos volvemos plenamente conscientes de este hecho. Pero, la forma cómo ellos usan el espacio sobre el escenario le habla también a nuestros menos conscientes sentimientos. Además de los gestos, el uso sensato del espacio influye mucho más en la imaginación del espectador. Aquí entonces, hay unas cuantas observaciones más que han demostrado ser útiles al preparar una obra. El estudiante promedio se sentirá mucho más seguro si es que, desde el comienzo, su profesora se ha imaginado hacia dónde ellos deberían de dirigirse. Esto dejará al final más espacio, no menos, para el aporte de ellos. El diálogo Los actores involucrados no deberían de mirarse simplemente unos a otros, sino que deberían de pararse mirando ¾ hacia la audiencia mientras que de forma muy obvia se hablan y gesticulan unos a otros. Consejo adicional: No deje que el brazo exterior, al cruzarlo en frente del cuerpo, “bloquee” al actor del público. El grupo Los niños (y frecuentemente los adultos) tienden a formar una línea recta. Se requiere de bastante esfuerzo para romper esta línea en sub-grupos de 2 o 3 personas, algunos más hacia el frente, otros un poco más hacia atrás, con distancias variadas entre los grupos. Desde el grado 5 en adelante, estos grupos deberían de haber aprendido a disolverse y reformarse conforme sea necesario. Vea que haya un balance (principalmente) hacia la izquierda y hacia la derecha, a menos que el contenido requiera específicamente de un desbalance. Reaccionando Esto no es sólo una cuestión de espaciar, sino mucho más de gesticulación. Todos en el escenario deberían de reaccionar visiblemente a lo que sea que se dijo o hizo. ¿Cómo reaccionarían los diferentes ciudadanos de Gubbio cuando San Francisco les anuncia que va a ir a encarar al lobo? Si usted inventa 3 reacciones muy diferentes, los niños aportarán 6 más. Moscas-en-la-pared. Cualquier elenco de aficionados se irá – inconscientemente – hacia la parte trasera del escenario. Esté consciente de esto de antemano y tráigalos hacia adelante 1 – 10 – 100 veces, hasta que los haya ayudado a cambiar ese hábito. Ha nacido una obra de teatro ¿Excesiva preparación además del horario tan–atosigado? Eso dependerá del tiempo que usted deje transcurrir entre el momento en que empieza a pensar en su obra y el momento en que empieza a practicarla con su clase. Ojear calmadamente varios de los esfuerzos de sus colegas, sentada junto a un riachuelo en las vacaciones de verano…nada de malo en lo absoluto. O mejor aún: empiece a escribir una obra usted misma. Más como un pasatiempo, viendo lo que podría ser y lo que no podría ser… Esto la ayudará incluso a evaluar las obras de otras personas, si es que considerara que no podría lograr su propia obra al primer intento. Una mañana podrá despertarse y darse con la sorpresa de que ya sabe lo que va a hacer. Con suerte, usted ya ha empezado a prestarle atención a la claridad con la que habla desde hace un buen tiempo; de lo contrario: ¿qué tal empezar hoy? No pase de 4 minutos; póngalo al mismo nivel que el lavado de sus dientes. Las vacaciones previas a la presentación de la obra de teatro podrían ser un buen momento para revisarla, imaginándose gestos y escenografía. ¡“Imaginarse”, no “pensar acerca de”! Mire las escenas con su ojo interior. Durante el tiempo que queda antes de empezar, podría leer poco a poco los renglones de todos los diferentes personajes en voz alta, escuchando cómo cada uno de ellos hablará con sus peculiaridades. Hablar alto-bajo, rápidolento, fuerte-suave; resaltando las consonantes típicas o las vocales según las diferentes personalidades. Deje que su último esfuerzo sea “vivenciar” la obra de teatro desde el comienzo hasta el final: experimentando todas las alegrías, tristezas, seriedad y diversión mientras se va desplegando la historia. Conforme se acerca el día en que tiene que presentar la obra de teatro a su clase, su mayor esfuerzo habrá sido uno de calidad, sin que esto le tome una gran cantidad de su tiempo. Enseñando a actuar-jugar “¿Puedo ser uno de los demonios?” “¡Yo quiero ser el rey!” “Una niña no puede ser Cristoferus – ¡él era hombre!” Ayer usted les leyó la obra por primera vez. Ellos ya conocían la historia de Cristoferus desde antes de Navidad. Ya la habían pintado, ya habían escrito sobre ella. Incluso ya la habían actuado libremente de forma improvisada. Con varios inconfundibles coléricos en la clase, y con suficientes melancólicos como para apreciar su amabilidad – Cristoferus era su Santo favorito. “Todos tendrán un turno para ser diablo, rey o Cristoferus. Sólo al final cada uno mantendrá su papel.” El hecho de haber escogido esta obra pensando en un enorme y corpulento jovencito que nunca sabía bien en dónde terminaban sus extremidades y en dónde empezaba la anatomía del otro – este hecho no debería de volverse demasiado obvio. A pesar de que este torete-en-tienda-de-porcelana será el que tenga más turnos actuando como héroe, y a pesar de que lo he elegido para que tenga ese rol en la presentación final. - “¿Quién puede recordar algo de la obra que les leí ayer?” - “Yo sé: los diablos avanzaban: ¡Jopo, jopo, jopo!”. - “Muy bien, ¿algo más?” - “Sí, ¡él casi se ahogó cuando ese niño era el mundo entero!” Al hacer estas preguntas, incluso después de la primera sesión, animamos a los niños a activar sus memorias. - “Ahora, se los volveré a leer otra vez; escuchen con mucha atención, veré si es que pueden recordar aún más.” Después de esto, escojo una escena, digamos, donde Oferus (como se le llama al principio), le pregunta al granjero, al panadero y a otros en dónde es que puede encontrar al héroe más fuerte. Conforme voy leyendo, hago que los diversos personajes lo GESTICULEN paralelamente a mi lectura. No sólo eso, yo comento después: “Muéstrame, ¿qué tan grande y qué tan profundo era el pocillo en donde el panadero estaba amasando la masa para alimentar al pueblo entero? Bien, así de grande, pero él necesitaba alcanzar toda la harina que había en el pocillo, no sólo el poquito que había en el medio. ¡Muéstrame!” (---) “Bien, ahora sí lo alcanzó todo. ¿Toda esa cantidad de masa sería pesada o ligera? Sí, muy pesada. ¡Muéstrame!” Al día siguiente, podría incluso poner a tres panaderos en una fila amasando y preguntarle a la clase: “¿Cuál de los tres tiene el pocillo más grande? Uno estaba amasando pan de centeno que es más pesado. ¿Cuál de ellos era?” _______________________________________________________________ No concentramos la atención de los niños hacia adentro, hacia su propia actuación, sino hacia afuera, hacia lo que sea que estén representando. _______________________________________________________________ Activamos la clase mientras que ellos observan, a través de preguntas: de DISCERNIMIENTO, de COMPARASIÓN. No de juzgar, no de mejor o peor. No: “¿Quién lo hizo mejor”, sino: “¿Qué masa era la más pesada?” Por un tiempo considerable solía trabajar de esta forma, leyéndoles la obra mientras ellos la gesticulaban. Esto tiene una serie de ventajas: Escuchan la obra hablada lentamente. Si las personas sobre el escenario hablan de forma normal, cotidiana, a la audiencia le suena como si estuviesen balbuceando muy rápidamente. Si usted habla a la ½ de la velocidad normal, pero de forma que sus palabras realmente significan algo, que usted las “llena”, la audiencia no se percata de que usted está hablando de forma más lenta. A ellos les suena normal. Si el niño escucha repetidamente el tiempo “correcto” (de escenario) por varios días, se le hará más fácil, aun cuando nunca se vuelva del todo fácil. Los niños escuchan las partes con una entonación correcta (no es la única). Esto lo hará más fácil un poco más tarde, cuando ellos mismos empiecen a hablar con sus propios movimientos, para evitar un sonido monótono. Cuando llegue el momento en que empiecen a hablar, ellos ya sabrán en gran medida “sus líneas” gracias a haberlas escuchado tantas veces. Resultado: se pueden concentrar en hablar y actuar bien, en lugar de tratar de recordar sus líneas. Tanto el habla como los gestos llegarán más naturalmente si es que el habla está fluyendo a partir de los gestos, en lugar de que los gestos se sobre-impongan al habla. Y por supuesto: nos dará la oportunidad de dirigirnos plenamente hacia los gestos mismos, implantar todas las técnicas mencionadas previamente y más. Pero con una diferencia esencial: mientras que nosotros – como adultos – podemos aprender a usar estas técnicas como tales, desde nuestra comprensión, los niños necesitan ser “empujados hacia ellas,” persuadidos por la imagen de lo que están representando. Una forma muy útil de evitar el teorizar es: la profesora muestra la acción tanto con – y sin – la implementación de las recomendaciones mencionadas arriba. Los niños escogen cuál “se ve bien”. Hablando Queridos colegas, usted nunca tendrá una mejor oportunidad de mejorar el habla de sus pupilos que cuando estén trabajando juntos en una obra de teatro. Y si es que usted tiene éxito allí, ellos: tendrán más confianza en sí mismos; se comunicarán mejor socialmente; ganarán un poco de ayuda para tener más claridad en el pensar, y además: ¡de forma invariable podrán deletrear mejor! Los coros que se encuentran en la mayoría de las obras de teatro para los grados 1 – 6 son una buena oportunidad para trabajar diferentes aspectos de una buena pronunciación. Sus niños tímidos no se sienten cohibidos o inseguros cuando hablan en coro. Al practicar no sólo con la clase entera, sino además con grupos pequeños y de forma regular, usted podrá darles atención individual de forma discreta también. Uno puede empezar a trabajar con los coros antes de que los niños estén diciendo sus partes individuales, cuando todavía están gesticulando. Veamos diferentes ángulos con los que podemos trabajar usando un ejemplo concreto de la pequeña obra de San Jorge (ay, no puedo ubicar al autor): With fire and smoke With poisonous cloak Gliding and sliding, Hissing and spitting Huffing and puffing Ranting and roaring Stamping and snoring Con fuego y con humo, Con venenoso manto Se desliza y se arrastra, Escupiendo y siseando, Avanzando y jadeando, Rugiendo y vociferando Pisando fuerte y roncando Groaning and moaning Polluting the air With venomous breath (the approach of the dragon) Gimiendo y suspirando El aire contaminando Con aliento venenoso (el acercamiento del dragón) Para preparar a la clase teniendo en cuenta lo anterior, podría describir esta escena de la siguiente forma: “Sí, el dragón tiene una cueva junto al pantano. Una vez, un caballero se aventuró allí mientras el dragón estaba dormido. Escuchó un débil murmullo y vio que un desagradable vapor amarillentoverdoso y venenoso emanaba de la caverna. Su respiración se detuvo con el aire contaminado. El caballero no se quedó allí esperando a que el dragón despertara, ¡sino que regresó rápidamente al pueblo! Muy poco después, a la distancia, todavía de forma vaga, los ciudadanos escucharon el chasquido de ramas quebrándose conforme el pesado bulto se deslizaba y se arrastraba. Escucharon algo siseando, al principio suavemente, después más fuerte. Ya la pestilencia de su aliento lo precedía. Rugiendo y vociferando debido al esfuerzo de tener que arrastrar su incómodo y pesado cuerpo hacia adelante…¡Un ronquido – un rugido! Pero cuando la monstruosa cabeza de muchos-cuernos emergió por detrás de la pared-de-la-ciudad, sólo pudo lanzar una mirada asesina a una plaza vacía. Nadie se había quedado allí para ver esta aparición. Cuando uno les cuenta por primera vez la historia antes de leérselas, uno puede intentar: 1. usar la mayor cantidad posible de palabras de la misma obra de teatro; 2. dejar que la historia les haga “sentir” de forma clara que al comienzo el dragón se encontraba muy lejos, y que poco a poco se fue acercando (suave - - - fuerte); 3. dar una imagen que conlleve a que los niños saquen su respiración hacia afuera. Steiner advirtió enérgicamente contra el uso de ejercicios de respiración como tales con los niños. Esto puede tener efectos físicos muy poco deseables. Sin embargo, el sacar la respiración hacia afuera con la palabra hablada es muy beneficioso. Palabras con s – sh – f – v – w – r pueden hacer esto, ¡y mire a nuestro pequeño coro! 4. Todas las consonantes pueden crear una imagen: ¡“gliding and sliding”! (fluyendo y deslizando) 5. Según la forma cómo uno re-cuenta este episodio, no es difícil hacer que el dragón se acerque lentamente al comienzo, y después que avance más y más rápidamente conforme se va acercando. De igual forma, más adelante, después de haberse deslizado y arrastrado por lo bajo de la tierra, podría elevarse hacia arriba por el muro de la ciudad y contaminar el aire con su aliento venenoso. Todas estas son oportunidades para conducir el lenguaje de los niños hacia un tono más alto o más bajo, hacia un tiempo más lento o más rápido, y hacia un hablar más fuerte o más suave. Entonces: dando instrucciones mínimas de cómo hacerlo: ¡DEJE QUE LAS IMÁGENES LES ENSEÑEN! Al practicar diariamente de esta forma, ellos obtendrán más salud para sus cuerpos (casos leves de asma se han curado frecuentemente de esta forma), adaptabilidad y perspectiva para sus almas – y una mayor comprensión para sus espíritus. ¡En el comienzo era la Palabra! “…Que yo pueda amar el trabajar…” El gesto y la palabra pueden llegar juntos cuando estamos seguros de que van a llegar juntos de verdad. En los grados 1 y 2 esto puede ser gradual, ya que los niños frecuentemente empezarán a hablar al lado de usted de forma semi-inconsciente. Entonces tenemos que estar bastante alertas, ya que nuestro texto – rico en palabras que son nuevas para ellos – ¡bien podría darnos algunas sorpresas graciosas cuando escuchamos lo que los niños hacen de ellas! Una excelente oportunidad para nosotros para usar esa palabra mal pronunciada dos o tres veces en un contexto diferente, haciendo que los niños la repitan muy claramente. Esto en lugar de explicarla o definirla. Pero del grado 3 en adelante – algunas veces antes – le pido a los niños que no hablen conmigo, sólo que hagan los gestos, hasta que les pida que hablen. El recitar en coro, sin embargo, sí se habría practicado desde el comienzo. Es perfectamente posible preparar toda la actuación de esta forma, sin que los niños hayan mirado el texto en lo absoluto. Pero, entonces, ¡de qué oportunidad nos habríamos perdido! En el grado 2, hicimos la muy conocida y ejemplar obra de San Cristoferus de Caroline von Heydebrand. Cuando estaba segura de que los niños estaban empezando a memorizar las líneas después de un período de sólo gesticular, hice que “leyeran” el texto en partes. Como por magia, casi la mitad de la clase descubrió que ya podía leer – es decir, leer textos desconocidos también. ¡Y tenían tantas ganas de aprender a escribir correctamente las palabras de la obra! Para ellos no fue gran cosa aprender a escribir palabras como “sword” (espada) o “question” (pregunta), ya que las trasladaban de su amada actuación hacia sus cuadernos de práctica de ortografía. En los grados 3, 4 y 5, recomiendo una breve fase intermedia (quizás 3 días) en donde los niños y la profesora hablen juntos mientras los niños actúan. Pero después, ellos deberían de hacerlo todo – hablar y moverse – por sí solos; la profesora observando; incitando cuando sea necesario. Aquí hay algunas cosas más que se podrían haber convertido en hábitos para cuando estén en 6to grado: Los gestos ocurrirán un momento imperceptiblemente breve antes que las palabras. No debería de haber pausa alguna (normalmente) entre 2 personas que están hablando. Los actores necesitan hacer pausas – mayormente llenas de gestos silenciosos – en su propio discurso. Estas 3 técnicas necesitan de mucha práctica. Primero, la profesora haciéndolo conjuntamente con los niños; después sólo esperándolo con autoridad, pero trayendo las reglas hacia la conciencia en el 6to grado. Estas hacen una diferencia esencial entre una buena y una mala actuación. Todo esto implica practicar y seguir practicando. Y al hacerlo, usted se encontrará con la siguiente dificultad… Una nueva obra de teatro: Los niños se encuentran entusiastas, cooperadores hasta el extremo. Nuevos aspectos cada día. Muy bien, muy bien. Y entonces, después de un tiempo, pero tan seguro como el día y la noche: “Oh no, no otra vez, esto ya lo sabemos…” He visto profesoras que se han rendido, que han abandonado la presentación, o que se han deshecho de esta haciendo una presentación demasiado-apresurada. Pero: ¡Justo en ese momento es que llega una educación real y que durará para el resto de la vida! Es la diferencia entre “tan sólo divertirse” y “fortalecer la voluntad”. Es también el momento en donde se pone a prueba nuestra imaginación. Tenemos que pensar en cómo traer nuevos elementos como por ejemplo el manufacturar las decoraciones, el coser los disfraces, pintar el telón de fondo. Y podemos usar este momento para despertar a los niños al hecho de que la vida no es sólo diversión. Es, hasta cierto punto, trabajo simple y duro – con gozo después del esfuerzo, como cuando usted tiene algo que no tenía antes. Usted encontrará que sí puede hacer ambos – introduzca algún aspecto nuevo durante la práctica y logre que los niños confíen en usted durante los momentos en que pierden fuerza (conforme se acerca la fecha de la presentación) – su entusiasmo volverá, frecuentemente después de un breve período. Cuando llega el momento de poner la obra sobre las tablas, usted probablemente querrá más tiempo para mejorarla. No lo haga. Los niños la sorprenderán una y otra vez, haciendo todas las cosas que usted perdió las esperanzas de que hicieran, poniendo la obra correctamente en frente de las luces. ¡Esa noche saldrá todo muy bien! * * * Capítulo XI IMAGEN: el corazón de la Educación Waldorf. “Esta tierra pasajera… ¡Tan sólo imagen es! Lo que aquí valorábamos En voluntad lograda se mostrará. (Liberado después: final del Fausto II – Goethe) ¿Qué? ¿Tan sólo una imagen? Shakespeare pareciera estar de acuerdo con Goethe: …el gran globo mismo, sí, todo lo que heredó, se disolverá. Y, conforme esta procesión insustancial se esfuma, No deja ningún rastro detrás. Nosotros somos esta cosa De la que los sueños están hechos, y nuestra pequeña vida Está redondeada con un dormir… (La Tempestad: Acto IV, Escena1) ¿Sólo imagen? ¿Procesión insustancial? Démosle una mirada a lo que se refieren estos dos hombres sabios. Todo esto se hace más grande cuando un tercer hombre sabio, de nombre Rudolf Steiner, insiste una y otra vez: _______________________________________________________________ Para educar al niño de 7 a 14 años, Nuestra herramienta más poderosa es de lejos: LA IMAGEN _______________________________________________________________ Dar charlas acerca de Educación Waldorf es una de mis ocupaciones. Al preparar una de estas charlas escojo un punto en donde enfocarme esa noche. Lo siguiente es: la búsqueda de una historia que se volverá la imagen para ese punto en el que me quiero enfocar. Digamos, mi tema fue: los peligros de una educación intelectual unilateral. Uno podría escoger la historia de la Reina de la Nieve de Hans Christian Andersen como imagen. Mientras uno cuenta la historia, uno podría ver lo siguiente: Personas han entrado al cuarto de la forma usual; algunos con un poco de curiosidad, muchos preocupados, saludando sólo a aquellos que conocen. Un número regular de personas con un leve ceño fruncido, ligeramente pálidos detrás de sus maquillajes. Simplemente la gente estresada de nuestros tiempos. Entonces la historia empieza a desarrollarse. Y entonces … algo de magia ocurre bajo sus ojos; los ceños empiezan a desaparecer, las respiraciones se hacen más profundas, lo sonrosado reemplaza a lo grisáceo. Cuando la historia termina, usted ve que los extraños miran a sus vecinos y sonríen. Cuando uno ve que esto ocurre (y ocurrirá cada vez que la elección sea la correcta y la historia se haya contado bien), uno se siente satisfecho y agradecido. Pero… ¿Qué es lo que realmente hemos visto? Vimos: La circulación de las personas mejorar (más sonrosadas). La respiración se hizo más profunda (= se movió más). Y las personas se voltearon unas hacia-otras… ¡movimiento otra vez! Vimos las imágenes (la historia) trabajar, masajeando lo “fijo” hacia algo fluido. Varias personas que he re-encontrado (a veces hasta 20 años más tarde del evento) me han dicho: “¿Recuerdas cuando contaste tal y tal historia para explicar (lo que fuese)? ¡He podido verdaderamente hacer algo con eso!” ¡El poder de la imagen para mover personas – incluso hasta la acción – está allí, existe! Ya sea para bien – o para lo contrario… Personas de mi edad han sido testigos de cómo los Hitlers de este mundo pueden crear imágenes que los ayudan también. La pregunta es: ¿Podemos atraer nuestro potencial para transmitir imágenes? ¿Podemos atraer a Pegasus, el corcel alado de Apolo, para que nos ayude en nuestro trabajo; para ayudar a nuestros jóvenes hacia una adultez fructífera y responsable? Sabemos que varios colegas nacieron con este talento. Yo no fui una de ellas. Tuve que aprenderlo. Entonces, a usted le podría interesar escuchar acerca de algunos caminos que me fueron mostrados o que encontré, que me ayudaron a convertirme en una mejor creadora de imágenes… Primera pregunta: ¿CUÁNDO ES ALGO UNA IMAGEN? Compare una fotografía con un cuadro sobre el mismo tema. Si bien la foto podrá superar a la pintura en exactitud, la pintura mostrará (asumiendo que es una buena) algo más que simplemente un parecido. Revelará algo más allá de la realidad física, más significativo que la mera apariencia física. Le deja intuir sobre el elemento de crecimiento, de marchitarse, de volverse (= movimiento) en el tema que representa. Y es precisamente este “más” – la característica del arte real – lo que hace de una palabra-retrato una imagen. Y es debido a esto, y al cómo, que el oyente se sale de lo “fijo” hacia el movimiento. Pero, ¿cómo podemos educarnos a nosotros mismos para dejar que los temas que describimos revelen sus “secretos abiertos” – como son llamados por Goethe? Bueno, en primer lugar: cuando quiero aprender algo, busco a un maestro. Y en nuestro caso, los grandes maestros son los grandes autores. Confucio o Shakespeare, David (Salmos) o Laurence van der Post (dese un gusto con “El Mundo Perdido del Kalahari”) ---- es precisamente porque sus imágenes nos “mueven” que estos autores persisten con el paso de los siglos. Entonces, ¿qué podemos hacer con sus obras para aprender su oficio? Podríamos fortalecer nuestra capacidad de ver como ellos veían. Tome la imagen de misericordia de Portia (El Mercader de Venecia): Shylock: Portia: “¿Bajo qué coacción es que debo de ser misericordioso?” “La cualidad de la misericordia no es forzada, Cae como la delicada lluvia del cielo. Sobre el lugar allá abajo: es doblemente bendita; Bendice a aquél que la da y a aquél que la recibe." Misericordia -- la delicada lluvia. Tierra seca, pedregosa. Grandes gotas húmedas, dejándose caer. Escucho un suave murmurar. Huelo la respuesta de la tierra. La inflexible roca se suaviza en tierra, lista para germinar vida. Conforme hacemos este ejercicio (por dentro escuchando, oliendo, tocando la imagen escogida) la mayoría de nosotros pronto encontrará lo mucho de lo que carecemos cuando tenemos que escuchar verdaderamente con nuestras impresiones-sensoriales. El aprender a hacer esto es una condición para desarrollar ese talento de confeccionar-imágenes. El siguiente tipo de ejercicio nos ayudará a aprender justo eso. Escoja dos plantas que exhiban algunos polos opuestos. Rosa y azucena. Acebo y hiedra. Mi ejemplo aquí será abedul y roble: Incorpore la forma de sus copas desde una cierta distancia. Párese bajo una, después bajo la otra. Y escuche la diferencia en el sonido conforme el viento pasa a través de ellas. Dele tiempo suficiente como para que se vuelvan dos canciones diferentes. Cierre sus ojos y toque cada tronco. De igual forma: toque cada hoja. Estruje las hojas y huélalas. Muérdalas y saboréelas (no hay necesidad de tragarlas) Observe de qué forma tan diferente el sol juega con ellas. De la misma forma: el viento. Coja una hoja de cada uno y deje que su ojo recorra todo el borde, hasta que se vuelvan dos danzas diferentes… Y DÉSE CUENTA Y RECUERDE LO QUE CADA UNA DE ESTAS ACTIVIDADES DESPIERTA DENTRO DE USTED. Si usted repite este ejercicio entero, sin prejuicios, de nuevo al día siguiente, por varios días, usted encontrará que los dos árboles le dirán cosas que ningún libro podrá darle. Ahora, lo anterior podría suplicar por la pregunta: “Muy bien, pero ¿para qué propósito? Nosotros escogimos una carrera como educadores, no como autores o actores. ¿Hacia dónde se dirige con toda esta creación-deimágenes?” Bueno, exploremos entonces lo que se nos pide que hagamos como Profesores Waldorf; como educadores Waldorf. Aquí, por supuesto, yace la diferencia esencial entre nuestro objetivo primario y el de muchas otras corrientes de educación, puesto que, ¿qué es lo que podemos educar en niños de 7 a 14 años? Vemos cómo las siguientes cualidades en particular son, por así decirlo, ofrecidas a nosotros por aquellos niños de 7 a 14 años a ser educados: Memoria Poder de discernimiento (no juicio) Hábitos Deseos Uso balanceado de nuestro propio temperamento Y otros. Se puede evitar mucho sufrimiento si es que, en nuestra vida adulta, uno cuenta con un marco de referencia bien aterrizado como el anterior. Si es que faltara alguna de estas cualidades, el auto-educarlas más tarde requiere de mucho. Nosotros debemos de esforzarnos mucho para asegurarnos de que hacia finales de esta fase – a los 14 – los niños ya hayan adquirido todas las habilidades académicas que se espera deben de poseer. Pero, este practicar para lograr estas habilidades académicas puede ser usado también como herramienta para obtener las cualidades anteriores. Y es allí en donde la imagen deviene como nuestra asistenta más fuerte. Trataré de mostrar con un ejemplo cómo, con la ayuda de una imagen, uno puede “despertar” el poder de la memoria mientras que al mismo tiempo uno puede lidiar con dos hábitos indeseables. Supongamos que: 1. una avalancha de discusiones ha surgido en su clase, y 2. que dos niños simplemente no paran de hablar durante cada lección. Geografía, por ejemplo: CHINA Voy a enseñarles a mis niños de 6to grado sobre China. En breve, estaré usando la topografía como ejercicio-de-memoria. Pero antes de que pueda hacer esto de forma fructífera, debería de darles un “gustito sobre China”. ¿Puedo pensar en algo que sea inherente al carácter chino? Observemos su arte, sus hábitos. ¿Qué tal un amor por lo bello que puede llegar a parecernos – a nosotros – hasta una cierta “exageración”? Seda Tenemos el precioso regalo de su seda. Mire una descripción de producciónde-seda de hace ¾ de siglo (este ejemplo basado en “Otras tierras, otras personas” de Niederhauser): Un cobertizo extenso. Mesas largas. Sobre ellas, filas y filas de pequeñas jaulas. Entre y no escuchará nada más que el suave crujido de cientos de miles de diminutas mandíbulas masticando hojas frescas de mora. Temprano por la mañana: Llega un grupo de niñas cargando canastas de más hojas de mora. Ningún sonido. Ni siquiera un susurro. Hasta sus acolchadas zapatillas comparten el silencio. Rápidas manitas sacan las hojas marchitas y cualquier desecho de cada jaula con una pluma. Entonces echan las suculentas hojas frescas. Ellas desaparecen. (¡Usted las podría escuchar parlotear una vez que están lo suficientemente lejos!) Ellas operan bajo reglas muy estrictas, además del silencio. Esta es una de ellas: Si dos niñas se han peleado antes, no se les permite entrar al cobertizo de seda – ¡pues la seda perdería su brillo! Y esto significa: que no hay salario. Esto significa: hambre. En esta etapa no es tan importante que esta imagen resalte sólo un lado del estado de ánimo chino. Es el “portón de entrada” a través del cual los niños estarán dispuestos a entrar hacia todo lo que vendrá después. Incluso a memorizar unos cuantos nombres; el aprenderlos será ensalzado con imágenes otra vez, conforme lo permita el tiempo. Allí tendremos la oportunidad de traer a la luz otros lados de China y de los chinos. Cada vez que nos ingeniemos para encontrar una imagen pertinente – es decir, verdadera – para lo que sea que los niños necesiten aprender, veremos que algo extraordinario ocurre en nuestro trabajo: ¡Lo que estaba muerto volverá a estar vivo! Nuestra asignatura empezará a mostrar “cómo es que se mueve” _______________________________________________________ Usaré un hecho matemático – 2do grado – para mostrar lo que quiero decir: 43 + 9 = 52 Enseñe: + 9 = + 10 – 1. Le tomará largo tiempo a la mayoría de su clase aprender a aplicar esta regla. Ellos tampoco están muy interesados. En lugar: imagínese lo que está haciendo como un movimiento. Usted está realizando un salgo largo: 10 hacia adelante (eso es fácil) y encuentra que ha saltado demasiado lejos. 1 demasiado lejos. No es gran cosa. Mueva 1 para atrás y estará en donde necesita estar. Ahora: ¿dónde podría ocurrir esto en la vida? “Mira, ¡hay una moneda de plata sobre el camino, en el extremo opuesto de un charco de agua! Usted se dirige corriendo hacia esta, salta y cae más allá del charco. Se da la vuelta, da un paso hacia atrás y la moneda es suya.” (En otra oportunidad usé la imagen de una flor en la ladera de una zanja inclinada.) Dentro de muy pocos días, hasta sus aprendices más lentos lo comprenderán y lo recordarán. Pero el manipularlo rápidamente, el aplicarlo, todavía necesitará de práctica. Y aquí – otra vez – llega nuestra oportunidad para influir sobre un hábito. ¿Qué tal ese “toro”, su incontrolable colérico(s)? Ponga la “moneda de plata” a una buena distancia al lado extremo de un pedazo de papel crepé azul, y haga que él/ella grite mientras que corre a toda velocidad y al saltar: “Cuarenta y tres más nueve es …” Y el niño tendrá que detenerse justo un poco más allá de la moneda de plata, pues a uno se le permite sólo un paso para atrás. ¿Demasiado lejos? ¡No hay ganancia! Por supuesto, mientras que recoge el premio tendrá que decir la respuesta correcta también – simultáneamente – ¡o tampoco habrá premio! Si usted repite este tipo de ejercicio varias veces a lo largo de los años, encontrando imágenes para el cambio que se desea, desde adentro del currículo, desde adentro de su práctica-de-aprendizaje, entonces este niño terminará teniendo control Sobre sus extremidades; sobre lo académico y – finalmente – sobre su temperamento también. ¿Podría ser este un aspecto de lo que Steiner quiere dar a entender por “enseñar con arte”? Procesiones insustanciales y transitorias como pueden ser las imágenes: conforme pasa el tiempo veremos su efecto duradero y ejemplar. Como la misericordia, es bendecido aquél que da y aquél que recibe. Capítulo XII RELATO ORAL “Freya, ¿quién es ese?” y ……… “Gilgamesh, ¿qué dijiste? Muchas personas que tienen que encarar una clase Waldorf (¡a veces de forma muy repentina!) encuentran el relato o el currículo de historias muy intimidante. Especialmente aquellas personas que ocasionalmente leyeron una historia en voz alta a los niños, pero que nunca antes contaron una de forma libre. Este capítulo es un intento de mostrar unos cuantos senderos en ese país desconocido. En mi primera ronda de ocho grados encontré que podía hacerme un gran favor a mí misma. Esto fue: disfrutar las historias del siguiente año escolar sin la presión de tener que contarlas. Simplemente dejándolas desplegarse, dejando que ofrecieran su belleza. Esto significaba: ¡VACACIONES DE VERANO! Sentada junto a un riachuelo, o con el fondo musical del océano; ni siquiera pensando en los niños que iban a escucharlas. Si uno tiene la oportunidad de hacer esto, se remueve el 80% de la presión durante el año-escolar. ¡Ni siquiera intente recordar las historias! Deje que se hundan en el olvido y allí ellas madurarán. Entonces…. El momento llegará cuando de hecho tengamos que compartirlas con los niños. Yo encontré que lo siguiente era un método que ahorraba mucho tiempo – y estrés: Después de revisar someramente la historia completa (historias) durante los días previos a empezar un bloque, encuentre “porciones”: primero para la siguiente semana – después para cada día. Una pequeña tarea para el fin de semana. Finalmente, cada noche: la preparación para “mañana”, para la narración concreta. Un posible método es: leer la porción de mañana como una sucesión de imágenes, no de palabras, no de conceptos. Por ejemplo, “La Caperucita Roja” en el 1er grado: Primero imagine: Cabaña junto al bosque. Madre dando a la hija galletas y vino y advirtiéndole que se mantenga en el sendero. (¿La cabaña olía a pan recién-hecho?) Segunda imagen: Niña se encuentra con el lobo en el bosque. Conversación – recoge flores. Lobo se escabulló… Tercera imagen: Ella divisa la cabaña de la abuela (¿de qué color es la puerta? ¿Las cortinas?) Ella levanta el seguro… etc. De esta forma navegaba yo por la historia del día de mañana, escena tras escena, no mirando a sino estando dentro de la imagen. Pero mientras hacía esto, tenía el libro con la historia ahí mismo, y escribía una o más palabras en el margen. Para lo anterior: (1ro) Madre, Caperucita (2do) lobo, flores. (3ro) cabaña, lobo. Si es que el libro era prestado, escribía estas palabras en un pedazo de papel. En el salón, el libro con estas palabras se encontraba mirándome sobre un atril, para ser ojeado de forma imperceptible en caso perdiera el hilo de la historia. Los nombres difíciles de la historia recibían un tratamiento similar. Y en el día mismo: en lugar de tratar de exprimir la historia de mi cerebro, preocupándome de si es que me atracaría… podía disfrutar el contar la historia tanto como la clase disfrutaba el escucharla. Hasta este momento hemos estado mirando técnicas que pueden ayudarnos a contar las historias. Y ¿qué pasa con nosotros, escuchando estas historias? Quiero decir: escuchando a un nivel más profundo, oyendo lo que cada historia quiere contarnos. Las historias son imágenes ….. pero, ¿y de qué podrían ser imágenes? “De lejanas nubes de Gloria venimos De Dios, quien es nuestro hogar” (Woodsworth) Conforme el niño deja ese “hogar”, y despierta a las riquezas del mundo-delos-sentidos (“La Caperucita Roja” – ¿acaso no ves las flores, acaso no escuchas a los pájaros?), podemos ver cómo estas “nubes de Gloria” que estaban todavía alrededor del bebé van desapareciendo. Más tarde, cuando el Cazador la ha liberado de la panza del lobo, Caperucita dice: “Estaba muy oscuro allí adentro.” Cuando contamos Cuentos de Hadas o mitos, ¿podríamos en realidad estar contando a los niños – y a nosotros mismos – de dónde hemos venido? ¿Y para qué propósito tuvimos que venir aquí? Cada vez que podemos encontrar la paz necesaria como para hacernos este tipo de preguntas sobre las historias – sin esperar una respuesta inmediata – encontraremos que una nueva dimensión se agrega a nuestra enseñanza. Uno podría llamar quizás a aquello que los niños depositan en nosotros “Confianza”, conforme todos juntos escuchamos la historia. Mirando las “grandes” historias de esta forma reverente, uno se asombrará cómo, una y otra vez, imagen tras imagen, nos permiten echar una mirada dentro del alma – o – a las realidades espirituales detrás de ella6. En especial, los cuentos de hadas abrirán con más facilidad velos hacia otras dimensiones. 6 Una gran ayuda puede venir de libros como: La Sabiduría de los Cuentos de Hadas de Rudolf Meyer ¿Cómo contar historias? Para los niños muy pequeños, por debajo de la edad escolar, es muy positivo que escuchen el mismo cuento o historia día tras día con las mismas palabras. Esto cambia una vez que los niños llegan a la edad-escolar. Algunas fuerzas que hasta este momento han trabajado para completar la imagen-corporal del niño, están ahora disponibles para hacer imágenes-delalma. Entonces, con gran respeto por las imágenes que nos ofrece el cuento, podemos ahora presentar estas mismas imágenes de una forma que activa el alma de los niños. En los siguientes ejemplos, ¿cuál es la diferencia entre A y B al describir a la princesa y al gigante? Ejemplo 1 A. “El príncipe se encontró con un alto gigante.” B. “El príncipe vio dos troncos de árbol …. No, ¡tenían patas! Estiró su cuello, miró arriba, arriba, y allí, entre las nubes, ¡estaba la cabeza del gigante…!” Ejemplo 2 A. “La princesa era hermosa.” B. “Sus bucles eran del color del trigo maduro, y sus ojos como lagos gemelos en un día sin nubes.” ¿Se dio cuenta de la reacción diferente dentro de usted entre A´s y B´s? Los A´s no eran imágenes, estos eran juicios: Alto. Hermosa. ¿Y qué? La primera B describe el esfuerzo que el príncipe tiene que hacer para encontrar la cabeza – de forma que usted interiormente imita ese movimiento hacia arriba …. El gigante se hace más y más alto… ¡Guau! Y la segunda B: qué alegría la de admirar un campo de maíz maduro junto a un lago de un azul intenso en un cálido día de verano. Una princesa, que evoca este tipo de sentimientos dentro de mí, ¡debe de ser realmente magnífica! Al usar estas comparaciones, símiles, “como” o “tan” y no mencionar los conceptos (alto, hermosa), activamos el alma, dejamos espacio para que por sí sola llegue a la conclusión de que el gigante es alto, la princesa hermosa. Y así como actividades físicas como trepar una montaña o nadar fortalecen el cuerpo, estas actividades interiores fortalecen el alma. De hecho, ¡Guau! ¿Qué podría salir mal ahora? Y, ahora, usted ha preparado su historia: se sabe el contenido, antecedentes, imágenes, y más… Y, ¿qué ocurre? ¡La clase no está escuchando!! Pies que se están moviendo, secretos que se están susurrando, niños retozando… ¿Qué es lo que he hecho o he dejado de hacer? Aquí hay algunas preguntas que se podría hacer: → ¿Han estado sentados por mucho tiempo antes de la historia? Asegúrese de que hagan unos cuantos ejercicios cortos y enérgicos detrás de sus carpetas. → ¿Ocurrió algo justo antes, algo que puede estar ahora reteniendo su atención? Vaya (si es posible brevemente) a eso primero. → ¿Ha hecho una recapitulación prolongada de la historia del día de ayer justo antes de contar la nueva historia? ¿O cualquier otra cosa en donde tuvieron que estar sentados y escuchar? Deles una actividad para hacer – y en el futuro: estructure su lección de forma tal que esto no vuelva a ocurrir otra vez. → ¿Es el centro de esta agitación un niño que simplemente no puede o – rara vez – quiere escuchar las historias? Invite a ese niño a que se siente junto a usted, mirándola de frente. Como algo especial, no como un castigo. Quizás incluso cójale la mano de forma tierna en algún momento. También, hay ciertas técnicas que son útiles para capturar y mantener la atención de los niños. Por ejemplo con nuestro cuento de hadas: En lugar de “Y niños, hoy día voy a contarles acerca de una niñita que… vivía con su madre…” (en algunas clases en donde predomina un estado de ánimo colérico o sanguíneo, ¡pueda ser que usted ya los haya perdido!), usted podría decir: “Había una pradera llena de flores rojas, pero, algunas veces, uno podía ver que una de estas flores saltaba de izquierda a derecha por entre la pradera. ¡Miren! ¡En realidad era una niñita con una capucha de un rojo escarlata sobre sus rizos!” En ese tipo de clase empiece por describir algún movimiento, alguna actividad, y ellos pronto estarán “con la historia”. Entonces, una vez que los niños están inmersos en la historia, quizás hasta un poco “sin aliento”, uno podría, en el momento justo, hacer una pequeña pausa y preguntar algo como: “¿Y qué creen que ella le contestó al lobo?” Y haga que uno de los niños diga algo – a pesar de ese “Pequeño Impaciente” que exclamará: “¡Oh, por favor, Profesora, continúe, continúe!” Es también muy importante que, en el transcurso del tiempo, aprenda a prestar atención a su propia dicción. El practicar consonantes claras, particularmente al final de sus palabras, y el asegurarse que su claridad no vaya disminuyendo hacia el final de cada oración como ocurre con muchas personas. (Vea el capítulo sobre actuación para más sobre esto.) Finalmente: asegúrese de que su historia tenga un final claro y extremadamente satisfactorio. Los niños no deberían de mirarse unos a otros: “¿Qué? ¿Terminó o no?” Si fuese necesario – dígalo: “¡Y esta fue nuestra historia!” Grado 2: Bestias y Santos: la batalla pacífica. Un día, un león, un asno y un zorro fueron a cazar juntos y mataron un venado. Cuando el asno – al que se le pidió que dividiera el botín – lo compartió en porciones iguales para cada uno, el león lo mató. El zorro, endilgado con la misma tarea, hizo 3 porciones iguales también y dijo: “Esta primera es para usted, su Majestad, dado que usted es el rey. La segunda es para usted porque usted es el más fuerte. Y la tercera es para usted como la parte que le corresponde.” “¿Quién te enseñó a dividir?” preguntó el león. “¡El asno, Señor! respondió el zorro. El abad San Jerónimo alivia a un león de una astilla incrustada en su pata. Los hermanos en el monasterio no están muy entusiastas cuando Jerónimo regresa junto con el león. Pero, dado que el animal muestra su determinación para quedarse en donde esté Jerónimo, ellos se rinden. El león acepta la tarea de cuidar al asno en su caminar diario hacia el Tigris, de donde tiene que sacar agua. Pero un día el león se queda dormido y durante su siesta una caravana – camino a Aleppo – se apropia del burro. Comprensivamente, Jerónimo y los monjes piensan que el león ha vuelto a su condición inicial y que se ha comido al burro. Jerónimo ordena que de ahora en adelante, como consecuencia, el Sr. León sea el que traiga el agua. Y el león acepta esta humillación: trae el agua, día tras día. Un año más tarde, la caravana regresa y nuestro león reconoce a su compañero. Se produce un caos. Los mercaderes y los esclavos huyen por todas partes y el León dirige a los camellos, burros, mulas – todos ellos – hacia el patio del monasterio. Todo se aclara cuando, esa noche, los ladrones sinvergüenzas llegan para confesarse y pedir perdón. El león recupera su prestigio – y más. Dos historias, dos leones, dos asnos. ¿Qué podemos ver? Mirándonos a nosotros mismos sin muchas ilusiones, podemos descubrir que todos y cada uno de nosotros tiene el zoológico entero por dentro. Algunos exhiben más de la arrogancia despótica del león, otros más de la rectitud vana del asno, o quizás la retorcida astucia del zorro, o cualquier otra cosa, pero potencialmente todas estas características están presentes en cada uno de nosotros. Cuando nuestros dulces niños de primer grado se vuelven niños de segundo grado; cuando llegan plenamente a la fase de los 7 – 14 años, entonces uno puede ver una gran cantidad de estas criaturas-con-alma que empiezan a asomarse. Pequeñas situaciones-bosquejo (usted podría decir: pequeños espejos) – esto es lo que son estas fábulas. Y, en lugar de hablarles a sus intelectos con un dedo acusador: “¡Mira aquí, esto no está bien, no debes de hacer eso!” usted le da una imagen a su vida emotiva: “Mira, hay criaturas que se comportan de tal y tal forma.” Y el alma del niño responde: “¡Pero eso fue desagradable!” Frecuentemente cuando usted escoge una fábula por el bienestar de cierto niño (ellos no deberían de darse cuenta de esto, por supuesto), ese mismo niño dice a menudo: “No me gusta ese zorro (o asno, o lobo). ¡Yo nunca haré eso!” Un niñito bastante presuntuoso de mi clase escuchó la fábula del sapo que – queriendo ser tan grande como un buey – tomó aire y se hinchó y se hinchó hasta que explotó. Yo había escogido esta historia pensando en él. Le encantó y quería actuarla una y otra vez. Unos meses más tarde fue su cumpleaños. Y… trajo 36 sapitos – cortados y cosidos con fieltro verde, uno para cada niño de su clase. (Como un aparte, este mismo niño se me acercó un día en octavo grado y me informó con una sonrisa: “Sabe, Señora Göttgens, ahora ya sé por qué usted nos contó esa historia en el segundo grado”…) Para aprender cómo introducir estas fábulas demasiado-cortas, uno debería de leer el 6to capítulo de “Discusiones con Profesores” de Rudolf Steiner. Pero ahora, las historias de los Santos: Estas nos dicen qué hacer con ese rugido o parloteo o pavoneo de la casa de animales que hay dentro de cada uno de nosotros. No es tan difícil detectar esto en una historia en la que se representa a un Santo con un animal (mire arriba). Pero, de igual forma en historias de Santos sin ninguna bestia, uno puede adivinar frecuentemente qué animal está presente de forma invisible – domesticado y haciendo algún servicio en lugar de haciendo daño. En realidad, uno podría decir: un Santo es un ser humano que ha domado a sus animales y está dispuesto a mostrarle a otros cómo lograrlo. Santos y fábulas se pertenecen unos a los otros; he encontrado clases en donde se dividían en dos bloques diferentes de la lección principal. Entonces ocurría lo siguiente: Varias de estas clases se volvían particularmente fragmentadas durante el “bloque de fábulas”. De hecho, las fábulas necesitan de los Santos para decirles a los niños: “Sí, esto es lo que tú eres todavía, pero algún día serás un verdadero ser humano (adulto), que llevará hacia adelante al mundo y a todo lo que habite en este.” Grado 3: Entre la imagen y la historia. ¿Fue Moisés un personaje histórico? Su faraón lo fue: él ha sido identificado como Ramsés II. Los tres libros de Emil Bock sobre el Antiguo Testamento nos muestran un viaje del alma humana desde la realidad espiritual (la que sólo puede ser descrita con imágenes) hacia la realidad física (la que mucha gente ve ahora como la única realidad). 1) La primera parte del Génesis nos cuenta acerca de la creación, el sobrevivir de la raza humana con el diluvio, y la estructuración de las personas de Israel en doce corrientes diferentes. Al final de esta era, la Cabeza-de-Dios envía a su gente a Egipto para que aprendan cosas nuevas. 2) Entonces continúa lo que Bock llama la “era meteorológica”. Ahora, las personas ya no pueden observar directamente lo que necesitan saber: ellos (o sus líderes) reciben guía a través del viento y del agua, del trueno, del relámpago y de los terremotos. 3) Finalmente, el profeta Elías, desde una cueva en el Monte Nebo, ve pasar todos estos elementos, “y Dios no estaba en la tormenta.” Al salir, esconde su cabeza en su manto y escucha a Dios como una “pequeña y quieta voz” interior. Una nueva experiencia. Nosotros podemos ver que esta diferenciación entre interior y exterior ocurre en el tercer grado. Este fue el descenso de la humanidad desde el cielo hacia la realidad terrenal; este es el descenso de los niños en el 3er grado, y de ahí en adelante. Como las historias bipartitas del año previo, sería importante que esta narrativa acompañe a los niños a lo largo de todo el año, y que no se comprima en bloques. Todas estas imágenes invitan a cantar, a recitar, a actuar-jugar, a pintar, y, de igual manera, al lenguaje, a las artes y a la aritmética: el material ideal para componer una lección de dos-horas de forma consistente. Me parece importante, también, no enamorarse demasiado de las amenas historias del comienzo, de forma que no quede tiempo suficiente para la 3ra parte del Antiguo Testamento, para el nacimiento de la interioridad. ¡Es en esta interioridad en donde ellos tendrán que almacenar sus provisiones para el viaje de la vida! **** Capítulo XIII IDIOMAS “How are you?” … “Very good” (??) En 1922, en una reunión de facultad del colegio Waldorf de tres años en Stuttgart, un profesor de francés informa acerca de su trabajo. Rudolf Steiner pregunta si es que la mayoría de los niños de 1er grado podían ahora – a fines del año escolar – sostener una pequeña conversación en francés. “¡Oh, no, ni soñarlo!” Rudolf Steiner: “Pero ellos deberían de ser capaces de hacerlo.” “Lo siento, Herr Doktor, eso no es factible,” fue la respuesta. Y entonces Steiner RUGIÓ: “Cuando usted ponga suficiente del tipo del esfuerzo requerido, entonces ¡ELLOS PODRÁN! ¡Sólo coloque su voluntad en ello!” Para ser exactos… en todos mis recorridos por tantas escuelas he visto que esto mismo se ha podido lograr – ciertamente, dos veces… ¿Esfuerzo? ¿Voluntad? ¿El tipo apropiado de esfuerzo…? ¿Cómo? Todos lo sabemos: los niños aprenden rápidamente lo que captura su interés. ¿Cómo podemos capturar y mantener su interés en los grados 1, 2 y 3 cuando todavía no podemos recurrir a la escritura y a la lectura? Esto significa: 50 minutos 2 o 3 veces por semana de lecciones orales, tratando de enseñarles un número de poemas, canciones, dichos, etc. En inglés, francés, alemán, japonés… sin una palabra en la lengua nativa. Para nuestra comprensión auditiva de adultos, cada una de estas canciones, poemas, etc., es diferente a la siguiente. No así para los niños. Al principio, todo esto no es más que un diluvio de balbuceos. A menos que logremos sacar un panorama reconocible de entre todo este diluvio, no llegaremos muy lejos. Y entonces, la tentación de recurrir al uso de la lengua nativa se vuelve demasiado fuerte. Es esencial que de antemano se les haga saber a los niños que van a aprender un idioma extranjero de un profesor que sólo habla ese idioma, y que esto será un trabajo muy duro. Esta introducción es algo que el profesor-deidiomas puede solicitar del maestro-de-aula, quien esperemos haga un seguimiento y muestre repetidamente interés en lo que han aprendido allí. ¿Qué es lo que los profesores de idiomas deberíamos de hacer para cautivar a los niños? Nosotros deberíamos de traer: suficiente variedad en lo que queremos que los niños hagan; comprensión, islas de entendimiento – valiéndonos de gestos y dibujos para ayudarnos. En mi experiencia, las siguientes actividades ayudan a traer DIVERSIDAD, de forma que los niños más pequeños se mantengan involucrados. Ahora iré al “cómo” de cada uno de ellos. A. Juegos con dedos B. Instrucciones C. Canciones D. Recitar, ejercicios de dicción, pequeños diálogos, obras de teatro breves E. Juegos F. Rimas saltarinas (= saltar la soga) G. Contar historias H. Actividades con las manos – relacionadas con cualquiera de las anteriores. Y concluiré con consejos y sugerencias de cómo ESTRUCTURAR la lección. Espero poder mostrar que en todas estas actividades hay partes en donde los niños tendrán que trabajar hasta que hayan logrado cierta perfección, mientras que en otros aspectos de la misma actividad ellos tan sólo se pararán bajo una lluvia de lenguaje, disfrutando del flujo. A. Juegos con dedos Algunos de ellos son tan simples, que usted puede usarlos desde su primera lección en el grado 1 y “en adelante”. Por ejemplo, usted puede cantar: One little finger, one little finger, One little finger – tap-tap-tap; Point to the ceiling, point to the floor and put it in your lap.7 (tomaré ejemplos de las lecciones de inglés que enseñé en Holanda…) Two little fingers, two little fingers, two little fingers – tap-tap-tap; Point to the ceiling, point to the floor and put them in your lap. 8 Etc. etc. etc. Hasta diez. El gesto que se hace explica el sentido de manera suficiente. Cuando esto los empieza a aburrir, usted puede: Señalar la ventana, señalar la puerta, señalar la mesa, señalar la silla, etc. Después de un tiempo, un niño podrá ir señalando diferentes cosas y la clase tendrá que cantar las palabras correctas. Juegos con dedos más elaborados como con 10 ardillitas etc. necesitarán primero de algún dibujo o de un poco de actuación, de forma que los niños sepan sobre que están cantando o hablando. Este puede ser el lugar para que recordemos algo que Rudolf Steiner resaltaba una y otra vez: 7 Un dedito, un dedito un dedito, tap, tap, tap; señala hacia el cielo señala hacia el piso, y lo pongo sobre tus faldas. 8 Dos deditos, dos deditos dos deditos, tap, tap, tap; señalan hacia el cielo señalan hacia el piso, y los ponemos sobre tus faldas. _______________________________________________________________ CUALQUIER COSA QUE HAGAMOS CON LOS NIÑOS DEBERÍA DE SERVIR DOS O TRES PROPÓSITOS _______________________________________________________________ Con los juegos de dedos, por ejemplo: El mover los dedos con habilidad y con conciencia mejora las funciones del cerebro (confirmado por fotos-del-cerebro; vea entre otros a Joseph Chilton Pearce). En el caso de nuestro ejemplo, los niños aprenderán las palabras de objetos en el cuarto y los números hasta el 10. Todo esto además de lo obvio: más práctica en buena pronunciación y en buen canto. B. Instrucciones En el grado 1, uno puede pedir: “Pon tus manos sobre tu cabeza”. La clase responde: “Pongo mis manos sobre mi cabeza” mientras lo van haciendo. En el grado 4: “Dobla tu rodilla izquierda, contonea el pulgar de tu mano derecha y saca la lengua” (todo al mismo tiempo). Los niños responden “Doblo mi…”, etc. Haga que la escuchen hasta que haya terminado la instrucción, después que lo actúen. Esta respuesta de los niños es una contribución más para aprender a hablar el lenguaje. Este tipo de instrucción – “geografía del cuerpo” – ha demostrado ser otro “potenciador-del-cerebro”. Otras instrucciones podrían incluso ir más lejos. Desde: “Inclínate frente a tu vecino” (grado1) hasta: “Por favor, llena la taza roja con agua hasta la mitad y ponla sobre la carpeta de María”. Siempre seguido por la respuesta del niño: “Yo lleno la taza…” etc. Muy pronto se puede pedir a ciertos niños que den una orden a la clase o a algún individuo. He visto profesores-de-idiomas estimular las lecciones con actividades como: hacer objetos para una mini-obra que están aprendiendo, o juegos con pitas/hilos. Esto es maravilloso, siempre y cuando el profesor y los niños no pierdan de vista el hecho de que están allí para practicar una lengua extranjera, esto es, todas las instrucciones son dadas en ese lenguaje y después repetidas por los niños: algunas veces en coro, algunas en grupos pequeños e individualmente. Los niños recordarán algunas de las oraciones que escuchan y repiten. Se olvidarán de la mayoría. Esto no es importante. Ellos habrán estado nadando en la corriente del lenguaje. Esto los ayuda a “hacerse amigos” con el lenguaje. Lo principal es que demuestren que comprenden lo que usted está hablando al realizar la acción correcta. Lo que significa: después de que usted ha llevado a cabo esa acción dos o tres veces, usted, el profesor, habla sin actuar. C. Canciones Las canciones son una forma maravillosa de conectar con el carácter de cualquier idioma. Una canción tradicional francesa suena de forma muy diferente a una canción tradicional alemana. Desde el primer día y en adelante, las clases deberían de construir un repertorio cada vez mayor de canciones en esa lengua. Y aquí llegamos a un problema interesante de balance. Si nos aseguramos – como de hecho deberíamos de hacerlo a menudo – de que las palabras de las canciones sean perfectamente enunciadas, perfectamente recordadas, hermosamente cantadas… entonces, sí, deberíamos de limitarnos a un número pequeño de canciones; y más frecuentemente que no, los niños perderán el “gusto” por cantar. Yo (y, espero, mis clases) encontramos una solución satisfactoria para dejar de lado el hacerlo “de esta forma o de la otra” y adoptar más bien el hacerlo “de esta forma y de la otra”. Vale la pena hacer una lista limitada de canciones realmente hermosas para trabajarlas durante el año escolar: una para cada festival, canciones que tengan que ver con la asignatura de la Lección Principal como por ejemplo la construcción de casas en el grado 3 – y una o dos que no tengan relación con nada, simplemente canciones hermosas. Si puede, invente una historia en donde permita que emerja la nueva canción. Hace una gran diferencia en el esfuerzo que los niños pondrán para aprender esa canción. Enseñe las canciones de la misma forma como enseña los poemas, con la diferencia de que empezará cantando – no sólo diciendo – las palabras. El permitir que la clase escuche la canción al menos por tres lecciones sin participar, hará una gran diferencia más tarde en la cualidad de su logro. Pero en las clases 1, 2 y 3, los ayuda a reaccionar hacia lo que están escuchando si se acompaña la canción con movimientos acordados. Cuanto más jóvenes los niños, más movimiento. Entonces, una vez que están cantando, es imperativo que trabajen en las palabras de forma separada. Hablando una palabra por vez, unas pocas palabras, una oración – en cada lección. Y allí tenemos el otro lado, la música de la canción, la cual necesita de nuestra atención. Demasiado frecuentemente, ay, he observado profesores que se sienten satisfechos con que los niños abran sus bocas y produzcan un “ruido alegre…fuerte”. Allí es donde nosotros, los profesores, tenemos que entrenarnos a nosotros mismos en un arte que no es típico de nuestros tiempos: ESCUCHAR Por supuesto, cuando se trabaja con los niños de forma musical, se tiene que prestar atención al tono, tiempo, enunciación, dinámicas, etc., y para obtener ayuda con estas cosas es una bendición si la profesora-de-música del colegio comparte su conocimiento con los profesores de idiomas. Sin embargo, ninguna de estas cosas serán dominadas apropiadamente o hasta significativas ¡sin un escuchar apropiado! Cosas inesperadas empiezan a ocurrir desde el momento en que uno empieza a escuchar con discernimiento. De hecho, ¡el sonido de la clase entera mejorará tan sólo por el hecho de que usted está escuchando verdaderamente! No sólo su habilidad para escuchar hará que un número de niños empiece a escuchar también, sino que, de forma casi milagrosa, ¡la música misma empezará a afinar al grupo! Esto es un ejemplo de lo que Rudolf Steiner podría haber llamado “un imponderable”. Cuando usted – con su ejemplo – inculca el “hábito de escuchar” en su clase, se encontrará a sí misma muy bien encaminada por el sendero de la calidad. Aún más importante: usted estará nutriendo todas las capacidades sociales y morales de los niños. Y ahora tenemos el otro lado de la balanza: el lado de “cantar-por-cantar”. Afortunada la clase cuyo profesor de idiomas ha disfrutado cantar canciones, y cuenta con un stock de canciones graciosas, de canciones para marchar, de canciones de cuna, etc. Sí, simplemente siéntese cómodamente en su clase (¿con una guitarra? ¡bravo!) y cánteles. Poco a poco, conforme escuchen canciones que se repiten, ellos querrán unírsele…¡perfecto! Para hechizarlos de forma más duradera, haga esto en cada año durante los 5 últimos minutos de cada lección - - por pura diversión. Ellos aprenderán mucho – cosas diferentes a las que he descrito arriba – pero también importantes. Simplemente disfrútelo. D. Recitar, ejercicios de dicción, diálogos breves, mini-obras… Recitar Uno podría querer empezar un maravilloso nuevo poema sobre la primavera, los pájaros, los nidos, las flores, los colores. Antes de recitarles este poema en lo absoluto, es posible pasar algún tiempo en este por varias lecciones. Traiga un pajarito de juguete y hágalo saltar, juntar ramitas, cantar, etc. Acompañe estas acciones con las mismas palabras que se encuentran en ese poema y dibuje flores, mencionando sus colores. La siguiente lección: permita que un niño haga saltar al pájaro, junte las flores mientras que usted habla. Pregunte a los niños si ellos recuerdan algunas de las palabras que escucharon. No es importante qué tantas o qué tan pocas ellos recolectan. Esto los hace conscientes de que tienen una memoria a la que pueden acceder cuando la necesitan. Una vez que usted los haya preparado de esta forma para el poema – digamos en dos o tres lecciones por 10 minutos cada vez – entonces presénteles el poema y pregúnteles si es que pueden adivinar de qué trata. Siguiente: acuerde ciertos movimientos para ciertas palabras: volar con los brazos para un pájaro, levantar el color correcto de la crayola conforme escuchan ese color, etc. Y todavía los niños no han abierto sus bocas para decir el poema. PERO SE LES HA HECHO ESCUCHAR. Escuchar activamente. Puede ser productivo que los niños escuchen cómo es que usted dice el poema, pero haga que ellos reaccionen sólo con movimientos, por varias lecciones. Obviamente, usted no hace esos movimientos: son sus oídos los que usted quiere activar, no que sus ojos vean cómo usted hace los gestos y que cómodamente floten sobre sus esfuerzos! El tiempo dedicado a que los niños dibujen todo lo anterior es tiempo bien invertido. Posibilidades: Un dibujo guiado con usted hablando (recuerde: en el lenguaje que usted está enseñando) mientras les va mostrando qué hacer; Un dibujo libre, haciendo que señalen artículos en su trabajo y hablando; Usted dice palabras del poema, ellos dibujan esos artículos. Y ahora llega el momento en el que usted les dice a los niños: “Vengan, ahora digan el poema conmigo.” (Esto será varias semanas después de que usted empezó con sus primeras preparaciones.) Usted se asombrará. Se dará cuenta una vez más de qué tan seguido subestimamos a los niños. Tendrá que ayudarlos un poquito aquí y allá, pero ellos manejarán fragmentos enteros del poema por sí solos. Dependiendo siempre, por supuesto, de que usted haya hecho el esfuerzo de hablar claramente, cuidadosamente, pronunciando cada consonante de forma concienzuda, en todo momento. La primera o segunda vez que espere esto de los niños, de esta forma, pueda ser que obtenga una respuesta bastante pobre, pero si persevera obtendrá muy buenos resultados. Ejercicios-de-dicción Los ejercicios-de-dicción son parte intrínseca del hablar y del cantar. Tenemos que tener cuidado de que estimulen y no aburran nuestras clases. He encontrado que para los 3 grados inferiores, las rimas infantiles son simplemente perfectas para ser usadas como ejercicios-de-dicción. Estas pueden ser encontradas en cualquier idioma, y lo único que funciona tan bien como estas rimas infantiles son aquellas rimas que usted inventa para su clase. También en esta categoría encontramos las aliteraciones (repetición de consonantes) y trabalenguas. La diversión culmina cuando los niños finalmente pueden decirlas de forma individual, sin ayuda y rápidamente. ¡Esto ha implicado mucho trabajo! Todo esto funciona mejor cuando al comienzo se les hace hablar de forma muy lenta, haciendo que los niños repitan después de usted y no con usted. No use más de 4 minutos de la lección y, después que toda la clase lo ha hecho una vez, deje que una fila, o sólo el grupo de niñas, lo haga – o cualquiera que lleve algo rosado. Entonces: un voluntario(a) que lo haga por sí solo(a). Cuando usted escucha un error o una imperfección: lo dice de nuevo, y deja que el grupo o el niño lo haga otra vez (¿de alguna manera?) mejor. Cuatro minutos de concentración intensa. La frecuencia es lo que funciona, no la extensión de la práctica. Diálogos breves y mini-obras ¿Cómo lograr conversaciones hacia fines del año escolar? Todos repetimos: La enseñanza Waldorf va desde el todo hacia las partes. Sí, y aquí hay una dimensión diferente en donde demasiados de nosotros nos olvidamos de aplicar esta máxima, en donde: El todo es la clase: Las partes son los niños individuales Innumerables veces he observado una lección entera en donde, ni siquiera una vez, se le pidió a un niño (o hasta a un grupo pequeño de la clase) que hablara: el estilo a lo largo de la clase fue 100% coro. En los peores casos, un grupo pequeñito fue arrastrado por el profesor mientras que los “rápidos” encontraban otra cosa que hacer, y los estudiantes más lentos quedaron perdidos y dejaron de intentarlo. No, ¡estas clases no condujeron hacia conversaciones breves en el idioma-extranjero hacia fines del primer año escolar! Aquí hay una regla que vale la pena adoptar: “Lo que sea que se haga con el grupo entero, tengo que practicarlo también con grupos más pequeños – y también individualmente.” Sólo recuerde no presionar a los niños reticentes demasiado pronto. Habiendo dicho esto, hay por supuesto una forma de tentar a la mayoría de los niños a hablar individualmente: pequeños diálogos y obras de teatro muy breves. Niño: Barquero: Niño: Barquero: 9 “Ferryman, ferry me over the water, ¡Do, boat man, do!” “If you´ve a penny in your purse I´ll ferry you.” “I have a penny in my purse And my eyes are blue” “Then for the penny in your purse I´ll ferry you.” 9 Niño: “Barquero, llévame por sobre el agua ¡Hazlo, hombre del bote, hazlo!” Barquero: “Si es que tienes un centavo en tu monedero Entonces te transportaré.” Niño: “Tengo un centavo en mi monedero Y mis ojos son azules” Barquero: “Entonces por el centavo en tu monedero Te transportaré.” Y, después de haber producido un centavo, el “cliente” fue jalado en una silla “por sobre el río”. 10 ¿A quién no le gustaría tener un turno en algo así? Después de practicar con toda la clase, lo diría junto con dos “actores” por quizás unas cinco a seis lecciones, corrigiendo hasta que esté perfecto. De allí en adelante esperamos que ellos lo hagan por sí solos. Sí, antes de cuatro meses en el 1er grado. No es difícil encontrar esta clase de juegos/canciones en cualquier lenguaje: Un caballero encontrándose con una pícara doncella que le está diciendo a dónde ir, etc. Podemos usar estas canciones que contienen diálogos, pero uno puede muy fácilmente crear pequeños diálogos de una historia o de un cuento de hadas. En cualquier lenguaje encontrará cuentos de hadas o historias que están hechos prácticamente de toda una conversación. Allí, usted ya está en la esfera de una pequeña obra de teatro. Encontré importante no siempre tener textos rítmicos y que rimen, ya que estos ejercicios de prosa deberían de preparar para hablar el lenguaje común y corriente. Podría ser útil leer el capítulo acerca de actuación, ya que todo lo mencionado allí se aplica aquí también. De forma muy particular, la técnica en la que el profesor dice la obra entera y en la que los niños la actúan/gesticulan por un largo período, ha funcionado muy bien para mí. E. Juegos Cuando yo era joven, esto es lo que hacíamos durante los recreos: “Witte zwanen, zwarte zwanen” el equivalente holandés de “Naranja o Limón”. 10 Else recomienda usar alguna rima, diálogo, o juego tradicional en español, de forma que los niños ya estén algo familiarizados con éste. Y una veintena o más de otros juegos similares “Aquí llegamos juntando nueces en mayo”. También: hacer rebotar pelotas, saltar la soga… usted menciónelo. Ninguna enseñanza involucrada. Uno tenía que estar en 4to grado antes de que los niños mayores dejaran que uno participara en juegosde-equipo. Conforme jugábamos, cantábamos o decíamos las palabras apropiadas. Las aprendíamos unos de los otros. Ahora tenemos que esforzarnos considerablemente para enseñarles a los niños estos juegos, ya sea en la lengua-materna, o en el idioma extranjero. Cuando logramos hacerlo, sin embargo, nos trae recompensas. Una vez más tendré que utilizar aquí un juego inglés como ejemplo: Oranges and lemons; say the bells of St. Clemens, I owe you five farthings; say the bells of St. Martins When will you pay me? say the bells of Old Bailey When I grow rich; say the bells of Shoreditch. Now here comes a candle to guide you to bed And here comes a chopper to chop off your head Chop – chop – chop 11 Dos niños forman una puerta con sus brazos en alto, las manos unidas. Todos los demás pasan por debajo del portón como si fueran una culebra o “cocodrilo”. Con el tercer “chop”, el niño que se encuentra justo allí es “cortado” de la fila y los dos niños-puerta le susurran al oído: ¿“naranja o limón”? El niño atrapado escoge y se ubica detrás del que escogió (uno de los niños-puerta es limón y el otro es naranja). Este juego continúa hasta que todos los niños hayan sido “cortados” y los dos cocodrilos se encuentran opuestos uno al otro. Entonces, ellos jalan hasta que una fila pasa al otro lado o – generalmente – hasta que se desmoronan. 11 (Adaptado para que rime en español) Limón o manzana; dicen las campanas de Santa Adriana, Te debo cinco monedas; dicen las campanas de San Beda ¿Cuándo me pagarás? dicen las campanas de Santo Tomás Cuando sea rico; dicen las campanas de Fray Perico Ahora llega una vela que ilumina toda la mesa Y aquí llega el cuchillo para cortarte la cabeza Chop – chop – chop Ahora, hacemos un juego así en un idioma extranjero. Si es que “queremos jugarlo” de inmediato (explicar el juego, cantarlo y entonces jugarlo), posiblemente no llegaremos muy lejos. La clase no se sentirá segura sobre el significado de todo esto. Aquí es cuando frecuentemente ocurre el caos. Más frecuentemente que no, ellos nunca aprenderán a decir el texto de forma apropiada. He encontrado valioso hacer la misma preparación para un juego que la que describí para aprender una nueva canción o un nuevo poema. Yo invento una historia acerca de alguien que escucha campanas a la medianoche mientras que habla con otros, y después escoge entre dos hospedajes – uno anaranjado y otro amarillo – o algo por el estilo, para “ambientar” el juego. Entonces, dibujan. Después de esto: empezar a trabajar en la canción, diciéndoles a los niños que se convertirá en un juego tan pronto como la puedan cantar bien. En el caso de este ejemplo, el tipo de juego será reconocido por los niños y no necesitará de mucha explicación. En un tipo de juego desconocido y más complicado, una preparación cuidadosa hará la diferencia entre que haya orden y gozo – o lo opuesto. Muchos juegos tradicionales de niños tienen un número de regalos que ofrecer: Habilidades sociales, orientación espacial, ritmo y más. Muchos de ellos son una imagen de escenarios espirituales; algunos incluso actúan cuentos de hadas enteros. Algunos vienen en la forma de diálogos. Hay que recobrar estos juegos, traerlos de vuelta al salón y al área de juegos, y permitir que den salud y alegría a los niños. F. Saltar la soga Cada idioma los tiene, estas rimas para saltar la soga, las que con el ritmo de las palabras o canción hacen que los niños aplaudan, se inclinen, se den la vuelta, etc. mientras que van saltando. A diferencia de la Lección Principal, las lecciones de idiomas ocurren en el momento preciso del día para actividades físicas. Entonces, por favor, ¡saltemos sin parar! El mismo peso que se le da a actividades como hablar de forma clara y precisa debería de ser dado también a otras. Al comienzo podría ser muy difícil para el niño al que le toca el turno de saltar – más tarde podría usarse como un reto extra que lograr. G. Contar historias Otra vez aquí tenemos una de esas actividades en donde los bañamos en una “lluvia de lenguaje” a los niños. Es completamente irrelevante qué tantas palabras individuales comprenden los niños. Siempre y cuando se sientan atraídos hacia la historia que usted está contando, mientras usted la actúa, la dibuja o señala un dibujo que ha preparado de antemano. Observe que el grupo se mantenga con la historia. Su habilidad para lograr esto, y la habilidad de los niños para seguir el hilo de la historia, se incrementarán mucho más rápido de lo que usted se imagina. Especialmente en los primeros meses del grado 1, la elección correcta de historias será lo que haga la diferencia. Por ejemplo: Las historias repetitivas son muy buenas al comienzo: “Esta es la casa que Juan construyó”.12 Usted podría haber dibujado y recortado, o – para usarla año tras año en el grado 1 – tejer o coser: Juan. La Rata. El Gato. El Perro…. etc. Todas estas pequeñas figuras vienen y actúan la historia conforme usted la va contando. Quizás hasta: la siguiente figura en la siguiente lección, de forma que tomará un número de lecciones el completar la historia. En resumen, este tipo de historias debería de ser repetida muchas veces, y usualmente se presta para convertirse en una mini-obra-de-teatro. 12 Esta es la casa que Juan construyó. Esta es la rata que vive en la casa que Juan construyó. Este es el gato que persigue a la rata que vive en la casa que Juan construyó. Este es el perro que ladra al gato que persigue a la rata que vive en la casa que Juan construyó. Etc. Alguna historia que les guste mucho a los niños en su lengua materna. En el momento que la reconozcan, harán lo máximo para tratar de seguirla. Usted podría asegurarse de que ellos reconozcan algunas palabras-clave de otro contexto anterior. Una noticia interesante, una historia desconocida. Aquí, la preparación, como se dijo más arriba, es vital. Mi experiencia es que, si uno ha trabajado duro, los niños están listos para seguir este nuevo tipo de historia después de unos cuatro meses en el grado 1. En el 4to grado, en Holanda, yo le conté a mi clase toda la historia de “King of Ireland´s Son” – en el curso de inglés. Uno de los niños contó en su casa de forma entusiasta sobre la maravillosa historia que estaban escuchando. “¿Me la puedes contar?” le preguntó la madre. “No,” fue la respuesta, “fue en inglés y no conozco suficientes palabras como para contarla.” Una lluvia-de-lenguaje, sí. Antes que nada sólo eso. Como siempre, de una forma muy relajada, la pregunta: “¿Quién recuerda lo qué ocurrió la última vez?” podría darles a aquellos que aprenden rápidamente un bienvenido reto. Si nadie responde, entonces haga un recuento usted misma. Una forma muy fructífera de recapitular es: hacer una serie de dibujos guiados conforme procede la historia. En otra parte de la lección, estos dibujos pueden ser usados para vocabulario, haciendo que ellos señalen diferentes artículos. Pero esto ya nos lleva a nuestro siguiente tema….. H. Manos a la obra Los niños pequeños, en particular, aman hacer cosas, mucho más que escuchar y hablar por largo rato. Aproximándose de forma astuta, diversos tipos de actividades manuales pueden, además de otras ganancias, cubrir una sección entera de vocabulario que pueda ser usado en la vida diaria. Dibujar, obviamente, será lo primero en lo que pensaremos. Yo solía dar dos cuadernos en blanco en los grados 1, 2 y 3. Uno era para hacer dibujos guiados en conexión con varios artículos de la lección, el otro más casual, para ejercicios dispersos como: “Coge un lápiz azul oscuro y uno rojo y dibuja una fogata en la noche”; “Dibuja al gato que se comió a la rata en la casa que Juan construyó.” Frases (oraciones completas/frases, por favor, cada vez que le sea posible, no use palabras sueltas) de las canciones, etc. A los niños, solos o en grupos, se les debería de pedir frecuentemente que repitan este tipo de instrucciones, pero en esta oportunidad no dedicaría tiempo a corregirlos, siempre y cuando suene a algo cercano a lo que he dicho. He observado colegas que asumen proyectos más ambiciosos: una lección de japonés, por ejemplo, en donde los niños estaban aprendiendo origami. Se corre gran peligro de que la mayor parte de la lección ocurra en la lengua materna, lo que malogra el propósito. Es posible incluir una variedad de habilidades manuales en una lección, siempre y cuando: Estas tengan un gran número de acciones repetitivas, y que los niños hayan aprendido a comprender las instrucciones para aquellas acciones, y que la hayan observado primero mientras usted las demostraba de forma repetitiva. Sería útil si usted hubiese logrado camuflar muchas de las palabras y frases en cuestión en las semanas previas a empezar el proyecto. Siempre y cuando los niños reconozcan trozos de lo que usted está diciendo, ellos podrán adivinar el resto - - - y se quedarán con usted. Un proyecto muy valioso es el siguiente: Escoja una canción, una rima infantil o un poema en donde ocurra algo, y que tenga varios personajes. Por conveniencia, escogeremos a Juan y su casa y su malta. Los niños dibujan, después recortan todos los personajes. Papel para pintar muy grueso o cartulina muy delgada son apropiados. Si usted puede introducir una base debajo de cada uno de forma que se puedan parar, mejor aún. Deje que los niños traigan una pequeña caja para guardarlos allí. Cuando hayan terminado: además de hacer que los niños presenten el poema como un show de títeres, usted podría mezclar todas las acciones y pedirle a los niños que adivinen y actúen: “¡Has que la vaca persiga al perro!”; Muestra a Juan comiendo la malta.” Hasta invente nuevas situaciones: “El gato está trepando el árbol…” Poco a poco, algunos niños pueden empezar a pensar en órdenes similares. Los niños pueden actuar lo que escuchan: Todos, desde sus carpetas. Como un grupo pequeño, los demás observando. Usted les pregunta a los que miran: “¿Quién lo captó?” Un niño en frente de la clase, actuando todo o parte, y hablando por supuesto, Y mucha diversión ESTRUCTURANDO LA LECCIÓN Después de haber mirado varios enfoques diferentes para nuestro objetivo: hacer que los niños comprendan y usen su idioma extranjero: ¿ - - - Ahora qué - - - ? Cualquiera de las actividades mencionadas anteriormente dejará de cautivar a los niños si es que usted continúa con ella por mucho tiempo. Si trata de amontonar muchas de ellas, también perderá a la clase. Trataré de dar algunos puntos de vista que podrían ser de ayuda para componer un programa armonioso. Un buen comienzo podría ser el acordarnos de esta máxima: _______________________________________________________________ EL RITMO REEMPLAZA AL PODER _______________________________________________________________ Entre a un ritmo y: ▫ Usted logrará mucho más ▫ Usted no se cansará ▫ Usted lo disfrutará Entonces, ¿cómo construimos un ritmo en nuestras lecciones? La esencia del ritmo es que alterna tensión con relajación. Entonces: ¿qué actividades piden un esfuerzo de concentración? Y, ¿cuándo pueden los niños abandonarse, pero continuando aun con el progreso del aprendizaje del idioma? Ya vimos que la mayoría de artículos en nuestra pequeña lista brinda oportunidades para usarlas de una u otra forma, pero por ejemplo, cosas como seguir instrucciones, ejercicios de dicción y aprender nuevos textos requieren de un esfuerzo de concentración; de otro lado, canciones, juegos y escuchar una historia puede ser más relajante. La forma como yo proseguía era así: EL RITMO DE LAS SEIS SEMANAS En cada oportunidad hacía un programa de 6-semanas para unas 12 a 18 lecciones. (Un ritmo de dos lecciones por semana es bueno, pero mejor: tres lecciones por semana. Una lección por semana no es deseable; ese ritmo es demasiado lento.) El programa de 6-semanas contenía entre 3 a 5 artículos de la lista. Digamos: 1. Aprender canciones – instrucciones – una mini-obra y una historia, o 2. Ejercicios-de-dicción – recitar un poema – dibujo guiado – juegos 3. Etc. Durante estas 6 semanas, me adhería completamente al programa – cuando ellos habían aprendido una canción de forma apropiada, empezaba otra canción, pero no un nuevo poema. Yo me trazaba un objetivo: hacia fines de las seis semanas las instrucciones deberían de haberles enseñado a la mayoría de los niños, digamos, los colores: “Señala la flor amarilla; levanta la crayola verde hacia tu nariz”, etc. Si podía encontrar una canción que mencionara los colores, definitivamente la usaba. Y es muy fácil inmiscuir algún color en cualquier historia. El cambio hacia un programa diferente después de 6 semanas traía un poco de agitación al comienzo, pero los niños siempre se asentaban con la nueva secuencia hacia la tercera lección. Podía ser que decidiera usar el dibujo guiado para familiarizarlos con las formas: un pequeño gnomo gordo; un camino curvo, etc. Un poquito de machacar con el dibujo terminado: “Tú, ¿era el camino derecho?” Niño: “No, era curvo.” No más de 3 minutos de esto, cada vez, contribuirá mucho hacia el aprender a hablar. Observando cuidadosamente a los niños, uno aprende, como profesor, qué tanto tiempo pasar en un cierto punto. Yo aprendí a confiar en prácticas cortas por un cierto período mucho más que en prácticas extensas en donde uno espera resultados en ese mismo momento. Ceda un poco cuando los niños le supliquen: “¡Otra vez, por favor, por favor, por favor!” pero no “lo agote”. Y otra vez, con respecto al ritmo, y en contraste con los ejercicios cortos y delineados (tensión), asiéntese cómodamente en otra parte de la lección (relajo). Podría ser cantar juntos de manera informal, o dibujar, o la historia. Cuando usted encuentre un ritmo de este tipo, su clase prosperará. ¿CÓMO EMPEZAR Y PARAR UNA LECCIÓN? Frecuentemente, sus niños entrarán de frente del recreo, y ahora tendrán que hacer el cambio hacia la concentración. A pesar de que aconsejo fuertemente en contra de otro “verso sagrado” (¡con poquito se logra mucho!), una pequeña canción – que no cambia nunca a lo largo del año – los ayuda a hacer esta transición. Una forma muy útil de ayudar a que la clase se asiente con esta canción es llegar a un acuerdo con los niños de que todos tienen que estar parados tranquilamente detrás de sus carpetas cuando se canta la última palabra. Otra forma podría ser canturrear la melodía una vez, y, conforme llegan a sus asientos, ellos cantan las palabras. Entonces, un saludo. Entonces, empieza la lección… Es también algo bueno, educativamente hablando, establecer una rutina para cerrar al final de la lección, seguida por un hasta-luego. Ritmo dentro de la lección: Concentración/relajación breve/largo – rápido/lento – despacio/fuerte escuchar/hacer …y todo esto contenido dentro de una forma significativa; …es decir, enseñanza artística; …es decir ¡WALDORF! ****