SÍNDROME DE ABSTINENCIA ¿QUÉ ES? APARICIÓN Y

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SÍNDROME DE ABSTINENCIA
¿QUÉ ES?
APARICIÓN Y EVOLUCIÓN
CONSEJOS PARA COMBATIRLO
¿QUÉ ES?
Este síndrome se relaciona directamente con el hecho de dejar de suministrar nicotina
a nuestro organismo. El cerebro en particular, encargado de recibir la sustancia en sus
receptores nicotínicos, y de producir las sensaciones placenteras asociadas, empieza
rápidamente a notar su ausencia y a demandarla transcurridas unas 2 horas de media
desde el consumo del último cigarrillo.
De hecho es por este motivo por el que los fumadores “sienten que fumar les relaja”,
porque cuando se produce el descenso en el nivel de nicotina habitual, comienza a
manifestarse el síndrome, y acallamos a nuestro organismo suministrándole la dosis
necesaria.
Conviene puntualizar que no todo el mundo padece este síndrome una vez que
deciden abandonar el consumo, y de los que lo sufren no todos experimentan todos
los síntomas ni con la misma intensidad, de hecho lo habitual es experimentar algunos
de ellos y en un grado moderado.
Así que ya sabes, aunque te los mencionemos todos, ¡¡no te agobies!! Lo más probable
es que no los padezcas todos
APARICIÓN Y EVOLUCIÓN
Los primeros síntomas suelen manifestarse claramente entre las 6 y 12 horas
siguientes al consumo del último cigarrillo, pero el punto máximo de sintomatología se
da entre el 1º y 3º día (dependiendo por supuesto de tu nivel de adicción).
La duración aproximada del síndrome, esto es, desde que empieza a manifestarse
hasta que se reducen significativamente sus síntomas, es de 3 o 4 semanas.
Principales síntomas psicológicos: los más frecuentes y evidentes son:
“Craving”, es decir, el fuerte deseo de fumar, esas ganas que parecen incontrolables (lo
que conocemos como “el mono”)
Intranquilidad y ansiedad
Irritabilidad y nerviosismo
Frustración y rabia
Tristeza y melancolía
Dificultad de concentración
Cansancio general e inapetencia por las actividades habituales
Insomnio ocasional
Entre los síntomas físicos, pueden darse:
Estreñimiento
Cefalea
Alteraciones del EEG ( electroencefalograma)
Bradicardia (es decir, una disminución de la frecuencia cardíaca, en contraposición con
la taquicardia que puede producir el tabaco)
Hipotensión
Aumento del apetito y posible ganancia de peso asociada.
(*en el apartado de preguntas frecuentes también encontrarás información y
recomendaciones para evitar este efecto en la medida de lo posible).
Como ya te hemos comentado, lo habitual no es que los padezcas todos, pero te
ofrecemos algunos consejos para combatir los síntomas más frecuentes.
CONSEJOS PARA COMBATIR EL SÍNDROME DE ABSTINENCIA
SÍNTOMAS FÍSICOS
SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS
Aunque no son menos molestos que los síntomas psicológicos, los síntomas físicos
pueden resultarnos en apariencia más difíciles de contrarrestar. Pero además, resulta
que si no aprendemos a controlarlos, pueden agravar la sintomatología psicológica y
complicarnos el abandono, así que vamos a combatirlos, verás que no es tan difícil.
Para el estreñimiento lo recomendable es añadir más fibra en tu dieta (frutas,
verduras, pan integral…) y sobre todo ingerir mucho líquido, cosa que además te ayuda
a controlar el deseo de fumar.
Para el dolor de cabeza, se recomienda tomar una ducha o baño templados y recurrir a
las técnicas de relajación. Éste es un ejemplo claro de síntoma que puede agravar la
sintomatología psicológica, si no tenemos recursos para aliviar un dolor de cabeza,
podemos estar más irritables y nerviosos.
Para el aumento del apetito es aconsejable que ingieras más agua, zumos y frutas, o si
fuese necesario, seguir alguna dieta y practicar más ejercicio.*
Incremento de peso: sobre todo, prohibido agobiarse ni dramatizar porque esos kilitos
son iguales que los que ganamos en otros momentos de nuestra vida, y se eliminan
igual.
Empieza por lo más básico: beber más líquido (lleva siempre un botellín de agua
contigo), tomar caramelos y chicles sin azúcar, equilibrar un poco tu dieta y hacer algo
más de ejercicio, especialmente ahora que te cansarás menos.
* Cuando hablamos de practicar o incrementar el ejercicio físico no nos referimos a
apuntarnos a un gimnasio, sino a incrementar un poco nuestra actividad física en
nuestra rutina diaria. Por ejemplo, salir a pasear, ofrecerte para hacer la compra, coger
menos el coche (para desplazamientos que nos supongan unos 10 o 15 minutos a pie),
bajarnos un par de paradas antes del autobús para obligarnos a caminar un poco, o no
utilizar sistemáticamente el ascensor para subir a la 2º planta.
Para los síntomas psicológicos más habituales, las recomendaciones son bastante
sencillas, y muchas que ya habrás empleado para contrarrestar los síntomas físicos,
también te serán útiles aquí.
Fuerte deseo de fumar (craving): se recomienda hacer respiraciones profundas en
cuanto identifiques esas ganas, aprender y practicar alguna sencilla técnica de
relajación, así como tomar abundante agua, zumos y fruta
Además de esto, tener presente cuál es tu motivación, tus razones reales para dejarlo,
y saber que SE PASA PRONTO, son buenas maneras de relajarte, tomar perspectiva y
reafirmarte en tu decisión.
Esto último también es aplicable a la sensación de irritabilidad y/o tristeza, ante todo
ten presente que son pasajeras, que en un par de semanas estarás mucho mejor, y
sobre todo, rodéate de gente que te apoye, procura estar entretenido, practica alguna
actividad física (esto te ayudará a controlar la ansiedad, a que mejore tu ánimo y
descansarás mejor).
En cuanto al insomnio: suele remitir reduciendo la cantidad de estimulantes que
ingieres diariamente (evitar o reducir el consumo de café, té y bebidas con cafeína),
anímate a practicar más ejercicio físico (como ya hemos comentado, eso te ayudará a
conciliar mejor el sueño).
Si has aprendido alguna técnica de relajación para controlar el craving, ésta también te
será útil antes de acostarte (a veces simplemente unas respiraciones profundas
pueden disminuir tus pulsaciones y rebajar el nerviosismo).
La dificultad de concentración es bastante habitual, sobre todo los primeros días: se
recomienda evitar las bebidas alcohólicas, pues agravan el problema, practicar la
relajación y en última instancia, aceptar que nuestro rendimiento pueda ser algo
menor durante una o dos semanas.
El nerviosismo se reduce practicando ejercicio físico*, tomando baños templados y
evitando las bebidas excitantes.
Para la astenia (cansancio general y apatía), es recomendable que intentes aumentar
las horas de sueño pero igualmente es un estado pasajero más acusado en los
primeros días, si eres paciente y esperas, se pasará (como cuando estás más agotado
en época de exámenes)
La irritabilidad, al igual que la ansiedad, puede controlarse con la práctica de ejercicio,
relajación, respiraciones profundas y algún baño con agua templada.
Para la disforia (se refiere al ánimo bajo y la tristeza), es recomendable que busques
apoyo de personas en la misma situación, de tu entorno cercano, que no dejes de
practicar las actividades que te gustan.
Procura estar entretenido y sobre todo que no le des demasiada importancia a estas
sensaciones, te repetimos: son pasajeras y se deben a la adaptación de tu organismo a
este cambio, ten paciencia y la próxima semana te encontrarás mucho mejor.
La ansiedad general es el síntoma más habitual que engloba de alguna manera a otros
ya vistos (nerviosismo, irritabilidad…), el consejo es sencillo (aparte de los
mencionados): MANTENTE OCUPADO, dedícale todo el tiempo que te sea posible a tus
hobbies, a pasear, etc. y no descuides tu vida social, pues ahí encontrarás un buen
apoyo y un desahogo a la vez.
Y no te preocupes porque esas reuniones y salidas con los amigos te inciten a fumar,
porque como sabes, es importante que sigas asociando ciertas situaciones a no fumar,
así que además se puede convertir en una oportunidad de aprendizaje.
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