DIRECCIÓN DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS EDICIONES DE LA DIRECCIÓN DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS MARTA CRUZ-COKE Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos DANIEL QUIROZ Coordinador Nacional de Museos ¡1 MARCO SÁNCHEZ Conservador del Museo Regwnal de la Araucanía Lt~ETÍN DEL MUSEO REGIONAL DE LA ARAUCANÍA ACTAS COLOQUIO ESTRATEGIAS ADAPTATIVAS EN POBLACIONES COSTERAS DE LA REGIÓN CENTRO SUR Y EXTREMO SUR DE CHILE Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos Inscripción N° 86.771 Edición de 300 ejemplares Museo Regional de la Araucanía Casilla 481 Temuco 1994 CONTENIDO Introducción 7 Asentamiento de explotación litoral del agroalfarero medio-tardío en la comuna de Los Vilos, provincia de Choapa. Mauricio Massone y Donald Jackson lnterfluvio costero Petorca-Quilima rí: Problemas, resultados y protección del patrimonio cultural 9 Hernán Ávalos y Jorge Rodríguez Los Coiles 136: Evidencias de contactos entre poblaciones alfareras del norte chico y Chile central Jorge Rodríguez y Hernán Ávalos Desde el período alfarero temprano al medio-tardío a través de la lectura de sus restos faunísticos · Cristian Becker Primeros resultados de un análisis de composición de elementos con técnicas de Rayos-X en arqueología de Chile central Fernanda Falabella, Eugenio Aspillaga, Roberto Morales, M. Inés Dinator y Felipe Llana Adaptación al medio ambiente costero al sur del Maule: Cerro Las Conchas primer asentamiento 19 27 41 53 arcaico Rodrigo Sánchez, Nelson Gaete y María Loreto Vargas 59 Santos del Mar Túmulo: Un asentamiento alfarero en la costa de la provincia de Cauquenes (VII Región) Rodrigo Sánchez y Nelson Gaete 79 El arcaico costero al sur del Maule: Discusión y Relaciones Nelson Gaete y Rodrigo Sánchez 91 Un sitio alfarero tardío en Isla Mocha: P31-1 Marco Sánchez, Daniel Quiroz, Cristian Becker 103 Isla Mocha: estudio bioantropológico de restos esqueletales Florence Constantinescu, Eugenio Aspillaga, Daniel Quiroz, Juan Carlos Hagn y Claudia Paredes 111 INTRODUCCIÓN -~""""""' ¡¡,•; ·4~ ~ -"t.o\ , ~ allt'''\. "r.c•"' "() '~\ 1 ~ _il- ~ ~ ~' , ;¿ l Museo Regional de la Araucanía y la Coordinación Nacional de !Vf..~-iD>~f,;, atrocinio de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos y la Sociedad Chilena de i t n¡ü'eC:Zogía, organizaron en la ciudad de Temuco, durante el invierno pasado, entre el 29 y el 31 de julio, el Coloquio sobre Estrategias adaptativas en poblaciones costeras de la región centro sur y extremo sur de Chile. Este encuentro reunió a un nutrido y entusiasta grupo de investigadores chilenos que están desarrollando proyectos en la zona costera desde Los Vilos, por el norte, hasta el canal Beagle por el sur, y permitió un valioso y fecundo intercambio de experiencias y resultados preliminares. En el Boletín del Museo Regional de la Araucanía 5 presentamos una parte de los trabajos expuestos en esa oportunidad, pues desafortunadamente y aunque ampliamos los plazos de recepción no nos llegaron los textos definitivos del resto de las presentaciones. Nos pareció indispensable concretar esta publicación considerando que este año, en el marco de uno de los dos simposios del Xlll Congreso Nacional de Arqueología Chilena que se realizará durante el mes de octubre en Antofagasta, se discutirán nuevamente los problemas arqueológicos asociados a las ocupaciones costeras prehispánicas. Los trabajos presentados y publicados derivan sustancialmente de los resultados preliminares de una serie de proyectos de investigación financiados por Fondecyt y que tienen por objeto, de una u otra manera, el estudio de las poblaciones costeras en el tiempo y el espacio. Es de gran importancia para el desarrollo de las investigaciones arqueológicas en las costas del norte chico, zona central, centro sur y extremo sur, el apoyo estatal recibido a través de este fondo de fomento al desarrollo científico y tecnológico. El trabajo coordinado de arqueólogos, etnohistoriadores, antropólogos físicos y sociales es indispensable en la búsqueda de soluciones globales para los problemas que plantea el conocimiento de ¡~-, historia de las ocupaciones costeras en nuestro país. Un claro ejemplo de este tipo de trabajo, que no podemos dejar de mencionar, lo constituye el estudio que estamos realizando en isla Mocha desde 1990. Los datos que cada especialidad maneja pueden ser de índole muy diversa, objetos, documentos, palabras, pero por lo menos uno de sus objetivos no puede sino ser el mismo para todas: reconstruir las historias locales, regionales, continentales, etcétera. Pensamos también que esta reconstrucción no puede ser eficientemente realizada sin estructurar equipos de trabajo con especialistas de otras disciplinas, especialmente provenientes de las ciencias biológicas y de la tierra. Durante nuestro coloquio se presentaron diversos trabajos que representan ejemplos de esta labor de equipo con beneficios mutuos. El camino de la colaboración y la creación colectiva puede transformarse en una fructífera y transitada ruta, por el bien de nuestra disciplina, una antropología sin apellidos. El extenso litoral de nuestro país ha estado ocupado por más de doce mil años. Diferentes pueblos y culturas han nacido, desarrollado y desaparecido durante este también largo período de tiempo. Los trabajos que ahora entregamos son un rápido vistazo a una serie de problemas que requieren, indudablemente, de más estudios, de más tiempo y también de más recursos. Deseamos que esta publicación contribuya a mejorar el conocimiento que tenemos de las poblaciones que han ocupado y aún ocupan el largo litoral chileno. DANIEL QUIROZ LARREA MARCO SÁNCHEZ AGUILERA Coordinador Nacional de Museos Conservador Museo Regional de la Araucanía 7 ASENTAMIENTO DE EXPLOTACIÓN LITORAL DEL AGROALFARERO MEDIO-TARDÍO EN LA COMUNA DE LOS VILOS, PROVINCIA DE CHOAPA Mauricio Massone 1 y Donald Jackson 2 INTRODUCCIÓN En 1991 , al iniciarse el proyecto de investigación Fondecyt 91-0026 en la comuna de Los Vilos, se localizaron diferentes sitios arqueológicos en el sector de Punta Chungo (Jackson et al., 1992), algunos de los cuales deberían ser estudiados con mayor profundidad. Luego de efectuarse el reconocimiento de superficie y las fichas de descripción de los sitios referidos, se consideró de especial interés, entre otros, el sitio L. V. 039 por las concentraciones de moluscos marinos y fragmentos de cerámica de variados tipos, observables en la superficie del lugar, el que ofrecía la apariencia de un sitio habitacional. Entre los aspectos más llamativos destacó la presencia de algunos fragmentos cerámicos con decoración de color rojo y negro sobre blanco, con hierro oligisto, que corresponden al tipo cerámico ánimas III determinado por Montané (1969), y un fragmento con engobe rojo de probable filiación diaguita. Estos antecedentes permitieron pensar en la posibilidad de poder localizar algún contexto estratigráfico de carácter habitacional del complejo Las Ánimas, en el sector de Los Vilos, que sería de gran interés para completar el conocimiento de la secuencia cronológico-cultural agroalfarera en el área de estudio, en lo que se refiere al período medio; caracterizar la presencia ánimas en el sector más meridional de su dispersión; y calibrar su posible relación con la presencia diaguita más tardía. Con el propósito de poner a prueba dichas hipótesis se efectuaron estudios superficiales y estratigráficos en el yacimiento, cuyos resultados serán dados a conocer en el presente estudio. CONSIDERACIONES AMBIENTALES Y CULTURALES El sitio arqueológico L. V. 039 está localizado a unos 3,5 km al norte de Los Vilos, en las proximidades de Punta Chungo, junto al borde sur de la laguna de Conchalí (31 ° 52' latitud sur- 71° 29' longitud oeste). El yacimiento se ubica sobre una explanada de escasa pendiente al pie de una alta pared rocosa que en dicho sector constituye el límite de la terraza 11 de origen marino, de una altura aproximada a 25 m.s.n.m. El lugar de asentamiento indígena se sitúa a una altura no superior a 6 m.s.n.m., cota que equivale aproximadamente a la terraza marina l. El sitio está emplazado sobre un sistema de dunas de escasa altura parcialmente vegetadas, a unos 100 m de distancia del borde sur de la laguna y a unos 400 m de la línea actual de costa. El clima de la zona corresponde a estepa con nubosidad abundante, caracterizado por niveles medios a bajos de precipitaciones y altos niveles de humedad relativa, debido a la influencia directa del mar (Fuenzalida, 1981). 1 Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Clasificador 1400, Santiago. Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Casilla 10115, Santiago. 2 9 La fitogeografía del área está caracterizada por la formación de estepa costera de arbustos y hierbas mesófitas (Fuenzalida, 1965). Desde el punto de vista faunístico, la laguna de Conchalí favorece la presencia de variada avifauna, entre la que se cuentan taguas y garzas. Por otra parte, el sistema litoral rocoso y la extensa playa de arena contigua, comprenden una fauna malacológica abundante y diversificada. El yacimiento está compuesto por un concha! de aproximadamente 86 x 32 m de extensión, dispuesto sobre una explanada que se extiende entre la pared rocosa que limita la terraza 11 y las proximidades de la laguna Conchalí. La pared rocosa de más de 1O m de altura representa una protección natural para el lugar, al igual que un pequeño afloramiento rocoso ubicado hacia el centro del sitio. El material cultural observado en superficie incluye abundantes restos de moluscos, principalmente machas (Mesodesma donacium), fragmentos de cerámica monócroma alisada a pulida, escasos fragmentos decorados, algunos instrumentos líticos y guijarros ovoidales sin modificaciones culturales. El sitio se encuentra en buen estado de conservación en el sector ubicado al pie de la pared rocosa. No obstante, en el sector central y norte presenta huellas evidentes de deterioro superficial y subsuperficial, por la remoción parcial de materiales, vinculada a una huella de vehículos. METODOLOGÍA Una vez localizado el sitio se efectuó una inspección superficial, la elaboración de una ficha arqueológica que considera el registro de los principales aspectos ambientales y culturales observables, la elaboración de la ficha de conservación del lugar, medición del sitio en su superficie observable y levantamiento topográfico. Luego se llevó a cabo una recolección superficial del material cerámico y lítico, con el propósito de obtener una primera impresión del sitio. Con posterioridad se consideró un plan de excavación que abarcó un total de 6 cuadriculas de 1 m2 cada una. En 1991 se excavó la primera cuadrícula de sondeo, A4, en el sector central norte del yacimiento, para reconocer la estratigrafía del sitio. Eh 1992, se excavaron cuatro cuadrículas contiguas en el mismo sector (A 1, A2, B 1 y B2). Dicha excavación abarcó 4 m 2 y se planteó como excavación horizontal en área. Durante el mismo año se rebajó una última cuadrícula Xl en el sector oriental del sitio, al pie de la terraza 11, para observar la situación estratigráfica en uno de los sectores periféricos. Finalmente, se realizaron análisis de laboratorio de los materiales cerámicos, líticos, malacológicos y sedimentológicos del yacimiento. ESTRATIGRAFÍA La excavación efectuada en el sitio permitió reconocer la siguiente secuencia estratigráfica: Nivel I: O a 5-9 cm de profundidad. Arenoso pardo claro con abundantes raíces. Textura mediana a suelta. Con contenido cultural. Nivel 11: 5-9 a 11-23 cm de profundidad. Arenoso pardo claro con escasas raíces. Textura suelta. Con contenido cultural. Nivel Ill: 11-23 a 24-33 cm de profundidad. Arenoso pardo oscuro con abundantes gránulos. Textura mediana a compacta. Con abundante contenido cultural. En este nivel se observó un denso basural de conchas de machas (Mesodesma donacium). Nivel IV: 24-33 a 43-46 cm de profundidad. Arenoso pardo gris claro con rodados medianos y pequeños. Textura suelta. Con contenido cultural. En este nivel de la cuadrícula X-1 se localizó un fogón. Nivel V: 43-46 a 67-75 cm de profundidad. Arenoso gris claro. Textura suelta, con escasos rodados pequeños. Sin contenido cultural. Nivel VI : 67-75 a 90 cm de profundidad. Arenoso gris claro con abundantes cantos rodados. Textura mediana. Corresponde a un nivel de playa de cantos rodados. Sin contenido cultural, correspondiente a la base estéril. 10 MATERIALES ARQUEOLÓGICOS Cerámica En el sitio 039 se colectó un total de 101 fragmentos de cerámica. De éstos, 58 (57,4%) proceden de la superficie del yacimiento y 43 (42,6%), de los niveles estratigráficos 1, II, III y IV. El material fue sometido a una ordenación tipológica junto con la cerámica de otros sitios de Punta Chunga, lo que permitió reconocer un conjunto de 17 grupos cerámicos para el área. De ellos, 16 fueron descritos en el informe anexo del primer año de investigación (Massone, 1992). En el sitio 039 están representados los grupos cerámicos 1, 3, 7, 10, 11, 12, 13, 14, 15 y 17. En la superficie del yacimiento destaca la presencia del grupo 12 pardo alisado interior y exterior, con una frecuencia de 36,2% en relación al total de las piezas superficiales. Le siguen en orden de presencia decreciente el grupo 11 pardo pulido interior y exterior (19%) y el grupo 13 pardo alisado interior y exterior, paredes gruesas (17 ,2% ). Desde el punto de vista cualitativo, llama la atención en la superficie del sitio, la existencia de 3 fragmentos cerámicos del grupo 1 rojo engobado con decoración exterior (5,2% ), que corresponden al tipo cerámico ánimas IIl (Montané, 1969); el grupo 3 rojo engobado exterior (1,7%), de probable filiación diaguita; y el grupo 17 pardo alisado interior y exterior con decoración incisa (3,5% ). Por otra parte, en los niveles estratigráficos no se observaron grupos cerámicos con decoración pintada o incisa. Allí domina la presencia del grupo 11 pardo pulido interior y exterior (48,8%), seguido por el grupo 12 pardo alisado inte rior y exterior (23,3%) y el grupo 15 pardo gris, tosco a alisado (9,3 %). En la porción estratigráfica destaca el hecho que el grupo dominante No 11 , ostenta su máxima presencia en el nivel 111 (42,9%), que corresponde al basural de conchas. Su frecuencia disminuye notoriamente tanto sobre, como bajo dicho depósito. Desde una perspectiva más general es preciso consignar que los grupos 1, 3, 1O y 17 son privativos de la superficie del sitio, en tanto que los grupos restantes se encuentran tanto en superficie como en posición estratigráfica. En el nivel 1 están presentes los grupos 11, 12, 13 y 15; en el nivel 11, los grupos 7, 11, 12, 13 y 15; en el nivel Ill, los grupos 11 , 12 y 14; y en el nivel IV, los grupos 11 y 12. Dada la mayor frecuencia de los grupos 11 y 12 en todo el perfil estratigráfico, es posible afirmar que éstos fueron los dos grupos más utilizados en el yacimiento. No obstante, es posible que la popularidad de ambos grupos no sea sincrónica, puesto que el grupo 11 domina notoriamente en los niveles estratigráficos II y III, mientras que el grupo 12 domina en la superficie y presenta una frecuencia significativa en el nivel superior I. TABLA 1 Grupos cerámicos l Rojo engobado dec. exterior 3 Rojo engobado exterior 7 Negro pulido interior y exterior paredes medias lO Pardo pulido ex t. negro pulido interior 11 Pardo pulido int. y ex t. 12 Pardo alisado int. y ex t. 13 Pardo alisado int. y ext. paredes gruesas 14 Pardo rojizo tosco-alisado 15 Pardo gris, tosco-alisado 17 Pardo alisado dec. incisa in t. Total % Su p. Nivel 11 Nivel 1 Nivel III Nivel IV 3 2 4 2 5 4 3 2 2 10 3 l 3 3 13 12,9 11 10,9 11 31 ,7 30,7 13 12,9 5,9 6,9 7 2 3 3 2 14 13,9 3 32 31 6 3 3 58 57,4 9 2 % 3 3 3 11 21 Total 5 101 5,0 lOO 2 lOO Material lítico En la superficie del sitio se registró una lasca de filo vivo en roca de grano grueso, con evidencias de microastillamiento por uso y ligero desgaste del filo convexo. Tanto en la superficie como en los niveles estratigráficos del I al IV se localizaron 28 lascas sin modificaciones intencionales y 9 desechos de talla. Entre las lascas se observaron 7 de tamaño pequeño, producto probablemente de la preparación de un núcleo, procedentes del nivel IV. Sus talones fueron preparados en forma plana. Los anversos presentan negativos y aristas de desprendimientos anteriores y los reversos presentan conos de percusión, ondas y estrías poco notorias. Por otra parte, del total de lascas referidas, se observaron 5 procedentes de superficie, que pese a no presentar modificaciones intencionales fueron probablemente utilizadas. A lo menos dos de ellas presentan huellas de microastillamiento por uso, probablemente para la acción de corte y desgaste. Finalmente, se registraron 3 guijarros ovoidales sin modificaciones intencionales. Uno procede del nivel 11 y dos del nivel III, respectivamente. Uno de los guijarros del nivel III muestra en su superficie notorias huellas de desgaste, pulimento y aparentes estrías paralelas entre sí, producto de su utilización como pulidor y bruñidor de cerámica. Artefacto de concha En la superficie del sitio se registró una Olivia peruviana, muy desgastada en su exterior, lo que sugiere su posible recolección en la playa. Presenta un ápice cortado intencionalmente en forma transversal, dejando un orificio que pudo permitir su uso como colgante o collar. FAUNA Restos malacológicos El sitio presenta gran cantidad de moluscos en superficie, entre los que se identificaron Mesodesma donacium, Concholepas concholepas, Te gula atra, Acantina monodon, Olivia peruviana, Fissurella picta, Fissurella nigra y Eurhomalea rufa. Con el objeto de cuantificar los componentes malacológicos del yacimiento se estudió la muestra completa extraída de la cuadrícula A4 de lxl m excavada en 1991. El estudio permitió establecer las frecuencias presentadas en la Tabla 2. El análisis de las cifras muestra una clara diferencia porcentual de los moluscos registrados en estratigrafía. Las machas (Mesodesma donacium) representan el97% del total de la muestra y se encuentran especialmente concentradas en el denso basural conchífero que constituye el nivel III del yacimiento. Las TABLA2 Especies Concholepas concholepas Tegula atra Prisogaster niger Di loma nigerrina Acanthina monodon Scurria scurra Fissurrella sp. Eurhomalea rufa Mesodesma donacium Gastrópodo Nolldentif. Balanus S p. Totales % Nivel! Nivelll 3 Nivellll 2 1 11 100 7 7 1 939 13 1,2 108 10,0 962 88,8 3 12 Totales 5 3 2 2 7 10 % 0,5 0,3 0,2 0,2 0,1 0,6 0,9 O,I 1.050 1 97 ,0 0,1 0,1 1.083 100 100 huellas de exposición al fuego y pequeñas fracturas sobre el borde posterior de las conchas, indican que dicho recurso fue consumido en el sitio. En la actualidad se ha podido observar, entre los pescadores de Los Vilos, la.costumbre de abrir las valvas de machas usando otra valva de la misma especie, lo que deja como resultado pequeñas fracturas en el borde posterior, muy semejantes a aquéllas detectadas en las muestras arqueológicas. El número mínimo de individuos de la especie Mesodesma donacium se estableció contando .el total de las valvas izquierdas y derechas que conservaban la placa charnelar. Se contabilizaron 1.050 valvas izquierdas y 951 valvas derechas, calculándose el número mínimo según el máximo de 1.050 (valvas izquierdas). La escasa diferencia numérica entre valvas izquierdas y derechas estaría indicando que se desconcharon en el asentamiento. Esta gran cantidad de machas debió ser recolectada en el sistema litoral arenoso de Playa Agua Amarilla, situada a menos de 1 km del sitio, donde aún en la actualidad dicho recurso puede ser colectado en abundancia. Las especies restantes representadas en la estratigrafía de la unidad A4 alcanzan un total de 33 ejemplares (3 %), lo que constituye una presencia de poca significación. Estas especies corresponden casi en su totalidad a especies que habitan el sistema litoral rocoso. Por otra parte, la presencia de Scurria scurria en el registro, permite sugerir la posible recolección de cochayuyo (Lessonia nigriscens), como combustible o alimento, dado que la primera vive sobre el talo o en el disco de fijación de la segunda (Osorio, 1979). Las excavaciones más amplias, efectuadas en el sitio 039 durante 1992, permitieron confirmar el amplio dominio de Mesodesma donacium, que constituye el principal componente del basural conchífero del nivel III. En estas nuevas excavaciones se identificó además de las especies señaladas en la Tabla 2, la presencia de Chiton latus, Mulinia sp., Choromytilus chorus, Olivia peruviana, Loxechinus albus y Stroplacheilus sp. Material óseo En el nivel 11 del yacimiento se registró en 1991 un fragmento de costilla de lobo marino Otariaflavescens. Presentaba el extremo distal destruido y el extremo proximal con tres claras marcas de cortes, paralelos entre sí, probablemente de cuchillo, producto de la acción de faenar la presa. De igual modo se encontraron restos de crn-po metacarpo de especie indeterminada y restos de un maxilar superior derecho de posible conejo o liebre de carácter intrusivo. En último término, cabe consignar el hallazgo de un hueso cuniforme de camélido que corresponde a un ejemplar juvenil de Lama sp., en el nivel III de la excavación practicada en la cuadrícula Xl , durante 1992. OTROS MATERIALES En los niveles III y IV se detectaron fragmentos aislados de carbón vegetal en las diferentes cuadrículas. En la cuadrícula XI apareció carbón concentrado en el nivel IV, dando forma a un fogón . En las cuadrículas A y B, los carbones tienden a concentrarse preferentemente en el nivel III, aunque en esos sectores no alcanzan a formar unidades de fogones . Por otra parte, se recuperaron dos pequeños fragmentos de madera indeterminada, sin modificaciones en el nivel 11 y una muestra de probable pigmento colorante en el nivel IV. CRONOLOGÍA ABSOLUTA Para el segundo evento de ocupación correspondiente a la formación del basural de moluscos del nivel III (entre 24 y 33 cm de profundidad), se obtuvo una muestra de machas, Mesodesma donacium , para ser fechada por el método Cl4. 13 El resultado de la muestra Beta 63087 fue 840 ± 50 años AP o 1.11 O d. C. La misma fecha calibrada con un sigma dio un resultado entre 1.630 y 1.700 años d.C. Considerando las características del contexto, especialmente la cerámica, estimamos que la datación calibrada es excesivamente tardía, por lo que nos parece más apropiado utilizar la fecha inicial de 111 Oaños d.C. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Las evidencias culturales encontradas en el sitio 039 de la comuna de Los Vilos, indican una ocupación del lugar por parte de grupos agroalfareros medios y tardíos. Las características del sitio hacen pensar que se trataba de un punto de ocupación transitoria, a corta distancia del mar, como lugar de campamento para la explotación reiterada de recursos marinos, con marcado énfasis en la recolección de moluscos. El nivel estratigráfico más profundo registrado en el yacimiento (nivel VI), situado entre 67 y 90 cm bajo la superficie actual, pone de manifiesto un evento de formación de playa de arena gris con cantos rodados. Posteriormente se deposita un nivel V de arena gris sin cantos. Ambos eventos de depositación no incluyen contenido cultural seguro. Los escasos restos de tal índole parecen corresponder a descenso de materiales aislados, como parte del proceso de formación del sitio arqueológico. El nivel IV, arenoso pardo gris, representa el primer momento de ocupación humana segura registrado en el sitio, que podría remontarse a un período agroalfarero medio, con la presencia de un gran fogón en el sector oriental del yacimiento, a corta distancia de la pared rocosa (cuadrícula X1). Restos de carbones similares a los del fogón se encuentran en el nivel IV de la cuadrícula A2, situada 6 m al oeste de Xl , a una profundidad equivalente. En el nivel IV se detectaron fragmentos aislados de conchas quemadas, de machas y otras especies, que indican el aprovechamiento de recursos litorales. Durante ese período de ocupación se utiliza cerámica del grupo 11, pardo pulido y del grupo 12, pardo alisado, en ese orden de frecuencia. Por su parte el material lítico refleja la acción de preparar un núcleo, a partir de las lascas extraídas. El segundo evento de ocupación, reconocible con claridad, corresponde a la formación del gran basural de machas del nivel 111, arenoso pardo oscuro, superpuesto a la ocupación anterior, originado por una ocupación asignable al agroalfarero tardío. Durante este período domina en la localidad la actividad de colectar machas, desconcharlas y consumirlas en el sitio, para abandonarlas finalmente en el mismo sector de campamento. Es el período en el cual el grupo cerámico 11 , pardo pulido, alcanza la mayor popularidad. Dicha relación tan marcada entre aumento del consumo de machas y uso del grupo cerámico pardo pulido, puede servir de referencia comparativa para observar si se trata de un patrón propio de diferentes sitios agroalfareros del área, o si corresponde más bien a un comportamiento localizado. En relación a la explotación intensiva de machas se han observado situaciones similares en los sitios 006, 007, 026, entre otros del área en estudio. Por otra parte, a este nivel corresponde también una mayor frecuencia de material lítico, en forma de lascas, desechos y guijarros, uno de ellos con huellas de uso. Durante esta época las actividades de extracción de machas se complementan con la recolección de otros recursos litorales y es probable que se practique en alguna medida la caza terrestre, a juzgar por el registro de un fragmento óseo de Lama sp. Los niveles superiores 11 y 1, arenosos pardo claro, ponen de manifiesto nuevamente el uso del lugar para consumir moluscos y otras especies de recolección litoral. No obstante, sus restos quedan depositados de modo más disperso y no alcanzan a formar un basural denso y compacto como el que caracteriza a la ocupación del nivel III. Durante el período que corresponde a la ocupación del nivel 11, se aprecia además la utilización 14 ocasional del lobo marino, como recurso alimentario, evidenciado por un fragmento de costilla con marcas de corte de faenamiento. Los restos culturales de superficie señalan en grandes líneas la continuación de las pautas de ocupación anteriores, hasta el fin de la ocupación, en lo que se refiere al uso de los recursos alimentarios. No obstante, se observa un cambio sustantivo en el comportamiento de la cerámica. En efecto, en el nivel superficial del sitio se produce una modificación, en la relación de dominación, alcanzando la mayor representación el grupo 12, pardo alisado y pasando a un segundo plano el grupo 11, pardo pulido. Por otra parte, en la superficie del yacimiento destaca la presencia de 3 fragmentos del grupo 1 con decoración rojo y negro sobre blanco en exterior y rojo interior, que corresponden al tipo cerámico ánimas III (Montané, 1969) y un fragmento con engobe rojo, de filiación diaguita. Llama la atención que no se hayan detectado aún fragmentos de cerámica decorada en los niveles estratigráficos descritos, si se considera que la movilidad vertical de materiales pudo probablemente hacer aflorar parte de dichos fragmentos, que debieron estar asociados a alguno de los eventos consignados. Desde una perspectiva más amplia, el análisis cerámico permite establecer algunas relaciones entre el sitio 039 y otros yacimientos arqueológicos situados en el sector de Punta Chungo. En términos generales es posible observar que el sitio 039 se vincula a los sitios 040, 044, 045a, 053, 055,064 y 198, a través de los grupos cerámicos Nos 7, 10, 11, 12, 13, 14 y 15 descritos (Massone, 1992). Por sus atributos, los grupos cerámicos indicados pueden adscribirse de preferencia al período agroalfarero tardío, de lo que se desprende que tanto el sitio 039 como otros sitios referidos para Punta Chungo, pudieron conformar un verdadero tramado de relaciones, en el marco de una estrategia orientada a utilizar de un modo más adecuado los espacios y recursos costeros del sector. Una relación de especial interés puede establecerse entre el sitio 039 de la laguna Conchalí y el sitio 045a localizado en una pequeña cueva de Punta Chungo (Jackson et al., 1994). En efecto, los grupos cerámicos Nos 10, 12 y 14 determinados y encontrados tanto en la superficie como en los niveles estratigráficos del sitio 039, están presentes en el contexto diaguita excavado en el sitio 045a, y corresponden a los grupos Nos 6, 7 y 13 de este último sitio, respectivamente. El panorama de la cerámica estudiada para el sitio 045a muestra una clara presencia de varios grupos que pueden vincularse a la cultura diaguita y algunos en particular a la fase diaguita II, y están limitados estratigráficamente entre los niveles IX y XIII de la cueva (Jackson et al., 1994; Massone, 1994). Esta situación puede tener una incidencia de significación para interpretar la ocupación del nivel III del sitio 039, que corresponde a un denso basural datado hacia el 1.110 DC, según la fecha no calibrada, y que entraría en el rango cronológico conocido para la fase diaguita II, con fechas que oscilan entre 940 y 1.430 años d. C. (Cornejo, 1989; Durán et al., 1993). La presencia inicial de cerámica diaguita y ánimas III en la superficie del sitio, planteó la incógnita sobre la filiación cultural del basural conchífero del nivel III, por cuanto la cerámica detectada en ese nivel era cerámica utilitaria de difícil diagnóstico. Ahora sabemos que 5 fragmentos cerámicos, correspondientes al 35,7% del total de fragmentos depositados en el nivel III del sitio 039, pueden vincularse a los grupos cerámicos 7 y 13 del contexto diaguita aislado en el alero 045a. Sobre la base de esta relación, es posible considerar una responsabilidad diaguita en la ocupación del nivel III del sitio 039 y probablemente asignable a la modalidad diaguita 11. De este modo habría existido una estrecha vinculación entre las ocupaciones del alero 045a situado en el sector rocoso de Punta Chungo y el sitio abierto con basural 039, localizado en el borde de la laguna Conchalí, a unos 600 m de distancia del sitio anterior, durante uno o más episodios del período agroalfarero tardío. En relación a los fragmentos de cerámica ánimas III detectados en la superficie del sitio 039, es posible suponer que deben corresponder a una ocupación humana anterior a aquella que generó el basural del nivel III y que debería estar representada estratigráficamente por debajo de ese depósito. 15 AGRADECIMIENTOS Comprometen nuestra gratitud: Roxana Seguel del Centro Nacional de Conservación y Restauración, quien desarrolló la evaluación del estado de conservación del sitio, así como la implementación de medidas técnicas de los materiales recuperados; el profesor Julio Montané, quien colaboró durante la excavación del sitio 039; Gloria Cárdenas, Conservadora del Museo Mapuche de Cañete y Bemardita Ladrón de Guevara, conservadora, quienes participaron en los mismos trabajos; y el colega Arturo Rodríguez por sus sugerencias en el análisis cerámico. BIBLIOGRAFÍA CITADA Cornejo, L., 1989. El plato zoomorfo diaguita: Variabilidad y espe' cificidad. Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino No 3: 47-80, Santiago. Durán, E.; A. Rodríguez y C. González, 1993. Sistemas adaptativos de poblaciones prehispánicas en el cordón de Chacabuco. Actas del XII Congreso Nacional de Antropología Chilena, Tomo n: 235-248, Temuco. Fuenzalida, P., 1965. Clima: Geografía Económica de Chile, CORFO, Santiago. Fuenzalida, V., 1965. Biogeografía: Geografía Económica de Chile, coRFO, Santiago. Jackson, D. ; G. Ampuero; R. Seguel, 1992. Patrones de asentamientos, subsistencia y cambios secuenciales en las ocupaciones prehispánicas de la comuna de Los Vilos, provincia del Choapa. Informe de Avance Proyectos Fondecyt 91-0026. Jackson, D.; R. Seguel; M. Massone; P. Báez; A. Rodríguez; J. Palma; y L. Vargas. Ocupación Diaguita en Punta Chungo: Estudio de un campamento logístico. M.S. Proyecto Fondecyt 91 -0026, Santiago. Massone, M., 1992. Análisis tipológico de la cerámica arqueológica del sector Punta Chungo, Los Vilos. Informe anexo N° 3. En Informe Avance Proyecto Fondecyt 91-0026 "Patrones de asentamientos, subsistencia y cambios secuenciales en las ocupaciones prehispánicas de la comuna de Los Vilos, provincia del Choapa. (Donald Jackson et. al., 1992). Massone, M., 1994. Análisis de la cerámica del sitio L.V. 045a. M.S. Proyecto Fondecyt 91-0026, Santiago. Montané, J., 1969. En torno a la cronología del norte chico. Actas del V Congreso Nacional de Arqueología Chilena, La Serena. Osorio, C., 1979. Moluscos marinos de importancia económica en Chile. Biología Pesquera N° 11, Servicio Nacional de Pesca, Santiago, Chile. PROYECTO FONDECYT 91-0026 SITI O 0039 LAGUNA CONCHALÍ ZONIFICACIÓN ALTERACIONES AÑO 1992 ® ®®(IJ ~ SIMBOLOG ÍA Límite del sitio ·= Huella vehicular ---~ Escurrimiento Cactáceas, arbustos espinosos y cubierta vegetal · :::;:;::1 Arbustos espinosos y cubierta vegetal ~..: Cubierta vegetal Afloramientos rocosos @ Dunas monticulares "'' Acumulación de guijarros ~ Acantilado Cuadrículas de excavación ••• Do Figura 1 Planimetría del sitio L. V. 039, mostrando las áreas excavadas, sectores de alteración y otras características del asentamiento. SITIO L.V. 0039 CUADR ÍCULA A 1-A2 PERFIL ESTE ...• 1 + ~~ - -,-"' VI iJ " : ~ • > Figura 11 Perfil estratigráfico Este, mostrando las distintas capas identificadas 17 -13 'z Z CM. ~ 1 5 ~ Figura IIl l. 2. 3. 4. 5. 6. ~. Fragmento de cerámica del grupo 11 "Pardo Pulido interior y exterior". Fragmento de cerámica del grupo 1 "Rojo Engobado decorado exterior" asignable a ánimas Ill. Fragmento de cerámica del grupo 1 "Rojo Engobado decorado exterior" asignable a ánimas III. Guijarro ovoidal con huellas de desgaste por uso ; pulidor. Lasca primaria con huellas de utilización. Lasca con modificaciones intencionales. 18 ~ ZcM. INTERFLUV IO COSTERO PETORCA-Q UILIMARÍ: PROBLEMA S, RESULTAD OS Y PROTECCIÓ N DEL PATRIMON IO CULTURAL 1 Hernán Ávalos y Jorge Rodríguez INTRODUCCIÓN Hacia el año 1991 se inició un proyecto pionero de investigación arqueológico regional en el interfluvio costero Petorca-Quilimarí, el cual carecía casi completamente de todo tipo de investigación sistemática. Este hecho se hacía más notorio al percibir que esta subárea forma parte de una zona de contacto o de encuentro entre dos importantes núcleos de desarrollo prehispano: Chile central y el norte chico. Como parte del proyecto de investigación arqueológico que los autores están realizando en la costa comprendida en el interfluvio señalado, el trabajo que se presenta a continuación pretende abordar tres aspectos: PROBLEMAS SURGIDOS EN LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA: l. Densidad de sitios arqueológicos descubiertos: La prospección arqueológica iniciada en 1991 a) cubrió un área aproximada a los 120 km 2 , arrojando un total de 172 sitios, con lo cual se da una densidad de 1,43 sitios por km 2 , es decir, más de un sitio arqueológico por km 2 en toda la subárea estudiada. De ellos, 70 estaban ubicados en las Dunas de Longotoma. Este sector siempre ha constituido para nosotros un sector especial dentro de la investigación, pues corresponde a una superficie con campos de dunas que cubren casi los 18 km 2 de extensión, que pensamos debe ser abordada como una unidad y formando parte de un solo proyecto de investigación, dada la complejidad de información contenida: dunas móviles que actualmente están sepultando muchos sitios; lo que lleva implícito la investigación conjunta de estudios referidos al avance anual de las arenas; materiales de diversos grupos culturales expuestos en superficie, entre otros aspectos. 2 En consecuencia, Longotoma, arroja por sí sola una densidad de 3.9 sitios arqueológicos por km ; mientras el resto de la zona, es decir, 102 yacimientos arqueológicos comprenden una densidad de 1,O sitio porkm 2 . En Longotoma los depósitos arqueológicos son de tres tipos: Conchales superficiales extensos Conchales monticulares Conchales en duna fósil El resto de la subárea estudiada, que comprende desde Punta Guallarauco en el sector norte de Longotoma hasta el río Quilimarí por el norte, incluye sitios arqueológicos que están ubicados en su gran mayoría al borde del acantilado costero en lo que hoy es la segunda terraza marina. Otra parte importante de los sitios 1 Proyecto Fondecyt 91-0425. 19 se emplaza en las quebradas o esteros que desembocan al mar. Finalmente, el resto de los yacimientos arqueológicos se ubica a una distancia intermedia entre la línea costera y la vertiente occidental de la Cordillera de la Costa (distancia que en este caso oscila entre los 2 y 6 km aproximadamente), y que corresponden principalmente a aleros o abrigos rocosos. Los problemas surgidos en este caso estuvieron referidos a la imposibilidad de efectuar la prospección en los 120 km 2 estimados originalmente a prospectar. En la práctica sólo fue posible cubrir un área aproximada a los 100 km 2 . Dos fueron los obstáculos que impidieron una prospección total: por una parte, la existencia de un recinto militar en Pichicuy y un recinto naval en Pichidangui y, por otra parte, la presencia de bosques de pino y eucaliptus al sur del estero Huaquén. La información obtenida hasta el momento en lo que concierne a evidencias de ocupaciones Paleoindias, es nula. En el caso de las poblaciones Arcaicas, su evidencia no es muy abundante debido a los pocos sitios descubiertos. El análisis y resultado final de las ocupaciones arcaicas corresponde a la etapa final de este proyecto de investigación y estará contenida dentro de las publicaciones que se efectúen a partir de 1994. La mayor cantidad de sitios registrados corresponde a ocupaciones alfareras: 65 para el caso de Longotoma, 52 para el resto de la subárea. En el caso de los sitios -que por ahora- han sido designados como "acerámicos", a raíz de las excavaciones efectuadas durante el tercer año de investigación existe la certeza de encontrar muchos indicadores, además de fechados absolutos que nos van a permitir precisar más exactamente la adscripción cultural y temporal de estas poblaciones. No obstante, con la información rescatada en esta primera investigación arqueológica sistemática en la subárea, el solo hecho de haber descubierto y registrado más de 170 sitios arqueológicos (si agregamos los nuevos descubiertos durante el tercer año de proyecto), ha significado comenzar a aportar nuevos y valiosos antecedentes arqueológicos para una zona que carecía absolutamente de estudios. b) Nuevos materiales cerámicos presentes en la zona: En el curso de los dos últimos años de investigación fueron descubiertos nuevos elementos cerámicos, que se concentran en Quebrada La Ballena, estero Huaquén y en los faldeos del acantilado de duna fósil en Longotoma. Se refiere a cerámica de paredes medianas a gruesas, con ambas superficies pulidas, donde la característica es la presencia en el borde de la cara interna de decoración incisa, normalmente lineal. Este particular grupo cerámico no tenemos conocimiento que haya sido registrado al menos en Chile Central. Un fragmento encontrado en excavaciones estratigráficas y fechado por T.L. arrojó como resultado: 1.270 ± 90 d.C. Como bien suponíamos pertenecerían a poblaciones Alfareras Tardías de la zona, que están ocupando las terrazas fluviales de las quebradas costeras. Por el momento, no podemos adscribir dicho material culturalmente. e) Ausencia de ciertas manifestaciones culturales en la zona: Hasta el momento no han sido encontradas en la subárea estudiada, en lo que respecta al período arcaico, evidencias que indiquen la presencia de poblaciones que puedan ser identificables fácilmente como Huentelauquén. Para el caso del período alfarero, no ha sido descubierto hasta ahora ningún elemento cultural claramente adscribible a las culturas Llolleo, Aconcagua e Inca. 2. RESULTADOS GENERALES OBTENIDOS HASTA EL SEGUNDO AÑO DE INVESTIGACIÓN, PARA LA CONFORMACIÓN DE LA SECUENCIA CRONOLÓGICA Y CULTURAL EN LA SUBÁREA La investigación ha permitido integrar la información en lo que respecta a patrones de asentamiento y estrategias de subsistencia de la siguiente manera: PATRONES DE ASENTAMIENTO l. Arcaico: La información obtenida hasta el momento de los grupos arcaicos no es muy abundante debido a los pocos sitios descubiertos. Esta carencia de información es por la dificultad de identificarlos, 20 ya que los que se han registrado corresponden a niveles inferiores de ocupación (bajo niveles alfareros); o por cortes de caminos que los han dejado expuestos. Sin embargo, se puede señalar que las poblaciones arcaicas ocupaban preferentemente lugares donde el recurso de agua dulce estuviera adyacente o muy cercano; al borde del acantilado rocoso con fácil acceso al mar y a recursos malacológicos de roca; y se dan también algunos casos en que sus evidencias han sido halladas bajo la protección de aleros rocosos. Tal situación se ha registrado principalmente en el sector comprendido entre el estero El Chivato y el río Quilimarí; no descartándose el sector estero El Chivato-Punta Guallarauco, ya que si bien reúne algunas condiciones similares, no se han identificado sitios hasta el momento. Otro sector para el cual existen antecedentes es Longotoma (Berdichewsky, 1964); mas no hemos encontrado claras evidencias, salvo la presencia de sitios acerámicos. La mayor información relativa al arcaico estará disponible para nosotros a partir de 1994, cuando dispongamos de Jos fechados de Radiocarbón 14 para varios sitios de la subárea. Alfarero Temprano: Las poblaciones alfareras tempranas se presentan ocupando un espacio más 2. diversificado que las arcaicas. Sus lugares de asentamiento se concentran principalmente en las dunas de Longotoma y en Jos esteros El Chivato y Los Coiles. En las dunas de Longotoma, Jos grupos alfareros tempranos detectados pertenecen a la Tradición Cultural Bato; ellos ocupan prácticamente toda la franja bajo el acantilado de duna fósil. En general, los sitios se presentan de reducida extensión y de poca potencia; en algunos casos sólo son sitios superficiales. Todo esto indica que corresponden a pequeños grupos con cierto patrón de movilidad estacional, que deja como resultado de su ocupación una baja densidad de material cultural y desechos alimenticios, especialmente malacológicos. Son precisamente los recursos malacológicos la principal variable que parece motivar la presencia de estos grupos Bato; puesto que los recursos de playa (machas principalmente) y en menor grado los de roca, son prácticamente los únicos restos alimenticios que se encuentran. Huesos de camélidos o lobos marinos se hallan en muy baja proporción. Además debe considerarse el fácil acceso a recursos de agua dulce (ríos Longotoma y La Ligua), y a recursos vegetales que se encuentran en el sector bajo del acantilado, debido a la humedad captada allí de las neblinas costeras y de la presencia de vertientes e incluso la existencia allí de una laguna. Otro espacio que ocupan las poblaciones alfareras tempranas, es el mismo del cual hacen uso las poblaciones arcaicas. Es decir, en las terrazas fluviales de los esteros El Chivato- Los Coiles, y en la terraza superior o acantilado costero, lo que implica acceso fácil al mar y a recursos vegetales y materias p1imas líticas. Alfarero Medio/Tardío: Por el momento los estamos considerando juntos, pues así Jos hemos 3. hallado particularmente en el sitio Los Coi les 136. Presumiblemente son poblaciones Ánimas y/o Diaguitas 1, ya que existen elementos culturales de ambas poblaciones y los fechados obtenidos podrían indicar, tal vez, el cambio paulatino dentro de una misma población. También se maneja la idea que correspondan a poblaciones locales con fuertes vínculos con el Norte Chico. Al igual que las poblaciones alfareras tempranas, dentro del sitio, el recurso malacológico es importante, pero no el único; aquí el recurso animal, especialmente guanaco se utiliza tanto para el consumo y la fabricación de instrumentos de hueso, como para la funebria (ofrendas de patas o falanges). La ocupación en Los Coi les 136 se presenta de poca extensión, con un claro sector de funebria y otro habitacional. Debido al alto núméro de enterratorios, se presume una ocupación bastante prolongada en el tiempo -al menos, 200 años- y, que eventualmente, tuvo patrones de movilidad en busca de determinados recursos alimenticios; como es el caso de Longotoma, donde se han encontrado algunos materiales pertenecientes a estas poblaciones (aro de plata y tortero de combarbalita). ANÁLISIS INTRASITIO Los Coiles 136: Aunque la excavación de este sitio fue extensa y con el objetivo de seguir pisos de ocupación y aislar rasgos discretos que indicarán áreas de actividades, la organización intrasitio fue detectada someramente. Se ha 21 identificado en forma clara un área de funebria, con 16 individuos registrados, y un sector habitacional con fogones y restos de quincha. Esta diferenciación entre sector de funebria y sector habitacional es la misma para los dos componentes culturales identificados: alfarero temprano y alfarero medio/tardío. En relación a la actividad de funebria, la mayoría pertenece al componente alfarero medio/tardío. También es importante señalar que los restos de quincha se encontraron en los niveles superiores (medio/tardío); y los únicos fogones identificados se encuentran en el nivel inferior correspondiente al componente temprano, uno en el sector habitacional y el otro en el sector de enterratorios. La basura malacológica se presenta en baja densidad y fragmentada, salvo en algunas ocasiones, que se presenta como rasgos discretos (basurales pequeños). No ha sido posible determinar otras áreas de actividades que den cuenta de la forma de organización intrasitio de las dos poblaciones que ocuparon este lugar. Precisamente los enterratorios son una de los causantes de la falta de áreas de actividades, ya que la excavación de las fosas rompe los pisos de ocupación, sobre todo tempranos. Además están las actividades antrópicas que han alterado el sitio: agricultura, actividades de rodeo y viveros. Finalmente, se pudo apreciar una diferenciación cuantitativa entre el sector habitacional (mayor densidad cultural) y el sector funerario (menor densidad cultural). ANÁLISIS INTERSITIOS Puede ejemplificarse con la información obtenida para los grupos pertenecientes al Período Alfarero Temprano. Si bien es cierto, no podemos asegurar que se trate exactamente de la misma población, se puede hacer un buen paralelo entre los sitios Longotoma 51 (y otros sitios aledaños en las dunas) y Los Coiles 136. Ambos sitios comparten culturalmente muchos elementos en común: cerámica incisa lineal y punteada, tembetás de cerámica del tipo botón con aletas, pipas, mamelones, entre los principales. Los sitios Longotoma 51 y Los Coiles 136 (en su componente inferior), son asignados a la Tradición Cultural bato; la cual manifiesta como área de mayor expresión el intertluvio Aconcagua - Petorca (Rodríguez et al., 1991). De este modo ambos sitios pertenecen a este núcleo cultural, siendo Los Coiles 136, la ocupación más septentrional que se conozca de esta Tradición. La diferencia la marca la ocupación del espacio, ya que mientras en Longotoma 51, se ocupa la duna (fósil y activa), en Los Coiles 136, se ocupa la terraza fluvial; aunque cada uno permite un fácil acceso a diversos recursos: hídricos, malacológicos, vegetales y materias primas líticas, entre otros. En consecuencia, el análisis de las relaciones entre ambos sitios ha significado reconsiderar el núcleo cultural de esta tradición cultural. ESTRATEGIAS ADAPTATIVAS A través del tiempo los diversos grupos humanos que poblaron el intertlujo costero Petorca- Quilimarí, se enfrentaron y adaptaron al medio ambiente que los rodeaba con singular éxito, ya que sus diversas estrategias de subsistencia y su variada tecnología así lo confirman. A grandes rasgos los procesos adaptativos y de cambio pueden ser visualizados al analizar cada componente cultural por separado y relacionándolo con el que lo sucede, es decir, de manera secuencial: Alfarero Temprano: Los grupos de este período muestran una estrategia de subsistencia más variada, l. ya que el consumo de recursos marinos se diversifica, a diferencia de los grupos arcaicos, incorporando ahora en forma más intensa los recursos de playa. Se han encontrado además algunos huesos de mamíferos marinos y de aves. El cambio más radical en estos grupos es que incorporan fuertemente a su dieta el recurso guanaco, el cual no sólo se utiliza para el consumo, sino también para fabricar instrumentos con sus huesos. Además aparecen de manera más habitual artefactos de molienda, señalando así, la incorporación definitiva de los recursos vegetales a su dieta. A nivel tecnológico, el cambio más notable es la incorporación de la alfarería, predominando formas cerradas con diversos tipos de decoración (incisos, pintura roja, hierro oligisto). La cerámica utilitaria 22 presenta claras evidencias de ser colocada al fuego para la cocción de alimentos, lo cual de por sí es un cambio fundamental en la dieta. Otros elementos tecnológicos numerosos y variados son los líticos, entre los más importantes se cuentan: puntas, raederas, raspadores, cuchillos, cepillos, tajadores y lascas de filo vivo, todos los cuales permitieron realizar numerosas actividades de subsistencia. Tales artefactos fueron confeccionados mayoritariamente en lava silícea y arenisca, dos materias primas locales muy abundantes. Se ha analizado especialmente el componente alfarero temprano del sitio Los Coiles 136, emplazado en la terraza fluvial del estero epónimo. El depósito de basura es importante, pero no el único, ya que este grupo a diferencia de Longotoma, registra el uso del recurso animal, tanto guanacos como lobos marinos. Especialmente el guanaco se utiliza no sólo para consumo, sino también para la confección de variados instrumentos de hueso. Alfarero medio/tardío: Estos grupos presentan características similares a los grupos alfareros tempra2. nos, ya que ocupan prácticamente los mismos espacios, acceden a los mismos recursos: malacológicos, fauna terrestre y marina, aves, peces y vegetales, indicando todo ello una dieta diversificada en relación a lo que les ofrece el medio ambiente. Merece un comentario especial en este punto la presencia de los restos de un pez completo como parte de la ofrenda encontrado en el enterratorio 4 del sitio Los Coiles 136. Se trata de un ejemplar de cabinza, cuya distribución actual en Chile va entre Arica y Talcahuano, vive en cardúmenes muy cerca de la costa, prefiriendo las bahías tranquilas y los fondos arenosos, aunque también puede encontrársele en hábitat rocoso a 400-500 metros de la costa en fondo de fango en rocas y arenales. Se le pesca normalmente en los meses cálidos (diciembre a marzo). Todos estos antecedentes, más otros restos de peces, tales como vértebras, nos están permitiendo inferir la práctica de la pesca en estas poblaciones, aun cuando no hemos encontrado, por el momento, anzuelos . Tecnológicamente no aparecen nuevos elementos, sólo se modifican o diversifican los del período anterior. Por ejemplo, en la cerámica se dan formas abiertas (pucos), las puntas de proyectiles se hacen más pequeñas y finas , y aparecen nuevos instrumentos de hueso (cucharas y espátulas). Los dos anteriores, infiriéndose con ello un aumento de los vegetales en su dieta (o al menos los susceptibles de ser procesados con estos artefactos. Las materias primas líticas empleadas son prácticamente las mismas que las usadas en períodos anteriores, vale decir materias primas locales. 3. PROTECCIÓN DEL PATRIMON IO CULTURA L Y NATURAL La ejecución de este proyecto consideró desde un principio como algo de vital importancia la Protección del Patrimonio Cultural. Es así como se han tomado medidas básicas de protección, como es el caso de rellenar con el mismo material extraído todas las excavaciones realizadas, dejando en su interior algunos indicadores perennes (fichas), que permitan señalar los lugares excavados. Del mismo modo se ha hecho conciencia a todos los propietarios de los terrenos en que se está trabajando de la importancia que significa la protección de ese patrimonio cultural del país, impidiendo de esta forma los potenciales saqueos que puedan sufrir los sitios. Por otra parte, tanto a los materiales arqueológicos como bioantropológicos, se les ha dado el tratamiento mínimo que requieren para su óptima conservación. La restauración de materiales culturales y óseos ha sido también considerada en este proyecto. Es conveniente señalar que todos los materiales rescatados en esta investigación quedarán depositados en las bodegas del Museo Nacional de Historia Natural, sujetos obviamente a sus normas de conservación y bodegaje. También se está implementando un trabajo específico de diagnóstico para la conservación y protección de los sitios arqueológicos con inminente riesgo de destrucción y daño en la subárea. 23 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES El inicio de esta línea de investigación regional en el interfluvio costero Petorca-Quilimarí, luego de dos años de investigación, ha arrojado una gran y valiosa cantidad de información que viene a llenar el vacío arqueológico propio de una subárea carente de investigación. Dicha línea de investigación ha sido abordada desde una perspectiva de trabajo regional e interdisciplinario, ya que el conjunto de ocupaciones arqueológicas ha considerado el estudio de aspectos intra e intersitios, patrones de asentamientos, geomorfológicos, bioantropológicos, análisis de recursos vegetales, malacológicos, ictiológicos, faunísticos, dataciones absolutas y estudios medioambientales y de conservación del patrimonio cultural. De este modo se han obtenido los siguientes resultados: Dunas de Longotoma : La gran diversidad y cantidad de sitios arqueológicos registrados (más de 70), l. ha obligado a abordar esta zona de manera global. Hasta ahora se han realizado tres pozos de sondeo y la excavación extensiva de un sitio. Se han definido tres categorías de sitios: conchales monticulares, conchales en duna fósil y conchales superficiales extensos. A estos últimos se les ha dado un tratamiento particular, ya que ha sido necesario estudiar su génesis, debido a que presentan características de formación natural a manera de antiguas líneas de playa y sobre las cuales se habrían asentado esporádicamente algunas poblaciones humanas que dejaron como evidencia pequeños basurales discretos y materiales culturales. Los análisis geológicos-geomorfológicos han concluido que se descarta la hipótesis de antiguas líneas de playa, · postulando más bien, que se trataría de depósitos eólicos. Sin embargo, la disposición de las valvas de moluscos (extensivos y muy superficiales), hacen difícil pensar en conchales arqueológicos, especialmente si consideramos la baja densidad de materiales en superficie. Durante este tercer año de investigación continuarán los estudios para intentar aclarar esta situación, que se ha observado común a muchas otras zonas costeras: Quintero, Los Vilos, entre otras. Las otras categorías de conchales, no ofrecen duda sobre su origen arqueológico. Los pozos de sondeo realizados y la excavación en uno de ellos dan cuenta de poblaciones pertenecientes al Período Alfarero Temprano, que se asentaron en Longotoma, con el principal propósito de acceder a los abundantes recursos de playa (principalmente machas). También se encuentran aunque en escasa proporción vértebras de peces y huesos muy fragmentados de aves y mamíferos. Los recursos de roca se hallan en los sitios cercanos al sector de Punta Guallarauco. Las características de ocupación de estos sitios demuestran que se trataría de pequeños grupos con alta movilidad, que acceden al recurso en forma estacional, ya que los sitios son de poca extensión y baja densidad cultural. Cultural mente los sitios que presentan materiales culturales diagnósticos, han podido ser asignados a la Tradición Bato. Todos presentan los elementos típicos de esta manifestación cultural: cerámica incisa lineal y punteada, decoración con hierro oligisto y pintura roja gruesa y tembetás de cerámica del tipo botón con aletas. Debe considerarse además, que dicha Tradición tiene como zona nuclear el interfluvio Aconcagua-Petorca; por lo cual, el sector de Longotoma no sería otra cosa que una continuación espacial de ese núcleo cultural. Además los fechados absolutos obtenidos para Longotoma: 270 d.C. y 290 d.C., son absolutamente coherentes con el fechado que posee Marbella 1: 260 d.C. (Rodríguez et al., op. cit.). Otras manifestaciones culturales detectadas en Longotoma, aunque muy aisladamente, evidencian la presencia de grupos provenientes del norte chico. La existencia de ciertos tipos de aros de plata y torteros de combarbalita nos confirman la idea de la presencia o contactos con grupos de filiación ánimas o diaguita l. Sin embargo, por el momento, no contamos con mayores antecedentes para confirmar esta presencia. Arcaico: La dificultad para localizar estos sitios ha impedido obtener toda la información que 2. hubiésemos deseado. Los sitios arcaicos se localizaron en la zona comprendida entre el estero El Chivato y el río Quilimarí. Tales sitios se presentan como pequeñas ocupaciones a manera de campamentos abiertos o bajo la protección de aleros rocosos. Aparentemente la principal actividad de estos grupos es la obtención de recursos marinos, especialmente gastrópodos, tales como locos y fisurellas, las que se encuentran en potentes y densos depósitos. La poca presencia de puntas y restos óseos de mamíferos, como también la ausencia de elementos de molienda avalan la idea de una orientación hacia los recursos marinos. Por el momento no se han encontrado anzuelos. 24 Para el tercer año de investigación, se enfatizará el estudio de estos sitios y la obtención de fechados absolutos que nos permitan profundizar en el conocimiento de las poblaciones arcaicas que habitaron en la subárea. Para ello excavaremos algunos sitios extensivamente, uno de los cuales presenta enterratorios que podrían corresponder a este período, como es el caso del sitio El Chivato 111. 3. Alfarero Temprano : La presencia de grupos pertenecientes a este período ya fue analizada para el sector de Longotoma. No obstante, también se encuentran presentes en otros sectores; lo que indica un patrón de ocupación más diversificado. Hacen uso de dunas activas y fósiles, terrazas marinas y fluviales, accediendo de este modo a una mayor cantidad de recursos . El estudio del componente alfarero temprano del sitio Los Coiles 136, confirma lo arriba expuesto. En efecto, la población que habitó este sitio evidencia una economía más generalizada y diversa, siendo los recursos marinos igualmente importantes como lo fueron para las poblaciones arcaicas. Éstos se presentan de manera diferencial, ya que la densidad disminuye notoriamente y aparecen ya no sólo recursos de roca, sino también de playa. Del mismo modo, comienzan a aparecer más regularmente (aunque siempre en baja proporción) restos de consumo de peces. Se observa también un aumento notorio en el uso y consumo de mamíferos terrestres, particularmente guanacos y mamíferos marinos (posiblemente lobos marinos). La confección de instrumentos de huesos señala un conocimiento mayor en la utilización de este recurso. La presencia de una moderada cantidad de puntas de proyectiles, muestra que la caza era una actividad recurrente de subsistencia. Por otra parte, el hallazgo de algunas manos de moler, señalan que la utilización de vegeútles era un importante complemento en la dieta alimenticia. La ubicación de estos sitios siempre cerca del mar y de cursos de agua dulce reflejan la preferencia de estas poblaciones por ciertos espacios: campamentos abiertos bien protegidos y de poca extensión, dando a entender que al igual que los grupos arcaicos se trata de pequeños grupos con cierto patrón de movilidad. La presencia de tembetás de cerámica del tipo botón con aletas, cerámica incisa lineal y punteada, mamelones e incisiones con relleno de pintura blanca, parecen señalar que se trataría de una población adscrita culturalmente a la Tradición Cultural Bato, lo que marcaría el sitio más septentrional de esta manifestación. Si bien es cierto, los fechados absolutos obtenidos se enmarcan dentro de esta tradición cultural, cabe también la posibilidad que se trate de poblaciones Molles del norte chico. Aún faltan otros elementos para adscribir con seguridad la filiación cultural, especialmente si consideramos que la subárea en estudio es una zona intermedia entre los desarrollos culturales de Chile central y el norte chico; por lo cual, el contacto entre ambas poblaciones durante el Período Alfarero Temprano es una posibilidad altamente factible. 4. Período Alfarero Medio/Tardío: Las poblaciones pertenecientes a este período ocupan básicamente los mismos espacios que las poblaciones alfareras tempranas. Vale decir, la zona entre el Estero El Chivato y el río Quilimarí y muy tangencial mente las Dunas de Longotoma. El nivel superior del sitio Los Coi les 136, es el que mejor caracteriza a este período cultural, ya que aquí se encuentra una fuerte ocupación marcada por un grupo que ocupó la ribera norte del estero Los Coiles, asentándose sobre un sitio de anterior ocupación temprana. La principal característica de este sitio es que muestra una clara diferenciación funcional: al oeste se encuentra el sector habitacional de ambas poblaciones alfareras y al este el sector de funebria, al menos, de la población alfarera medio-tardía, con 16 individuos registrados hasta ahora. Entre ambas ocupaciones hay casi 400 años de diferencia, lo que estratigráficamente ha quedado registrado por un depósito de origen fluvial que señala eventos de inundación del estero y que afectaron al sitio. Al igual que la población alfarera temprana que ocupó este sitio, la economía durante el período tardío se muestra bastante diversificada, ya que la utilización de recursos marinos incluía tanto recursos de playa como de roca, detectándose además una fuerte utilización del recurso ca"inélido, particularmente de guanacos, cuyo uso estaba dirigido al consumo, a la fabricación de instrumentos de hueso y a la utilización de las falanges de sus extremidades como ofrendas funerarias. Este último aspecto demuestra claramente la importancia del recurso para la población de este período. También es utilizado como complemento económico el consumo de aves de cuyos huesos también se fabr¡icaban instrumentos, peces, mamíferos marinos y los recursos vegetales inferidos indirectamente por la presencia de manos de moler y fragmentos de morteros. 25 La información bioantropológica señala que la mortalidad de infantes y niños era alta en relación a los adultos. El patrón funerario se caracteriza por la posición extendida con ofrendas cerámicas y falanges de guanaco. Destaca en particular el individuo 5, de sexo masculino con un importante contexto alucinógeno (Rodríguez y Ávalos, 1994). La adscripción cultural de esta población nos hace pensar en un grupo Ánimas-Diaguita /,de acuerdo a algunos indicadores cerámicos, la ofrenda de camélidos, algunos tipos de puntas de proyectiles, y especialmente por las dataciones absolutas obtenidas que ubican al sitio entre el 1.010 y el 1.230 d.C. Este último dato es de vital importancia, ya que la presencia de poblaciones Ánimas o Diaguita 1, no había sido detectada tan al sur. Sólo había sido inferida indirectamente con la connotación de "influencia" o "contacto", a través de ciertos estilos en la decoración cerámica del Complejo Aconcagua. Por lo tanto, creemos que a futuro con el análisis de nuevos sitios en la subárea, incluyendo los de otras zonas aledañas, especialmente más al interior, se tendría mayor claridad sobre las influencias del Norte Chico y de Chile Central o, al menos, de contactos entre ambas áreas culturales en esta zona intermedia. Es así como, por ejemplo, ya se tienen ciertos elementos del Norte Chico pertenecientes al período Ánimas Diaguita 1, en el sector de Longotoma (aro de plata y tortero de combarbalita), distante sólo unos cuantos kilómetros del río Aconcagua, una de las zonas nucleares del Complejo Cultural Aconcagua. 5. Colonial o Histórico: La presencia de sitios de clara connotación colonial o histórica, marca un fuerte cambio en relación a las poblaciones prehispanas. Es así como los sitios se internan hasta prácticamente 5 km de la costa, en las riberas de cursos de agua. Este nuevo patrón de asentamiento está fuertemente orientado hacia la búsqueda de terrazas fluviales amplias y protegidas que permitan actividades agrícolas posibles de ser regadas a través de canales o acequias. También la crianza de animales domésticos introducidos fue un importante factor que motivó el emplazamiento de estos sitios. La única actividad económica que perduró fue la extracción de recursos marinos, especialmente moluscos; lo cual no deja de ser un aporte significativo, ya que se han observado algunos potentes basurales malacológicos. Mayor información sobre estos sitios se reunirá durante el tercer año de investigación. En consecuencia, de acuerdo a todo lo anteriormente expuesto, la estrategia de abordar este proyecto de investigación desde una perspectiva regional, multidisciplinaria y de objetivos amplios y variados, ha originado como consecuencia la obtención de valiosos e inéditos datos sobre la prehistoria de la subárea costera Petorca-Quilimarí, carente casi absolutamente de información, permitiendo de este modo llenar ese vacío en un área intermedia clave entre los desarrollos culturales del Norte Chico y los de Chile Central. AGRADECIMIENTOS Agradecemos sinceramente el apoyo de las siguientes instituciones y personas para la realización de este trabajo: l. Municipalidad de La Ligua en la persona de su alcalde Sr. Juan lbacache y del Sr. Rigoberto Díaz, Museo de La Ligua en la persona de su Director Sr. Arturo Quezada, Cristián Becker, Loreto Solé, Loreto Vargas, Ángel Deza, Álvaro Román, Ángel Cabeza, Arturo Rodríguez, Fernanda Falabella, Gianina Arias, Nelson Gaete, Rodrigo Sánchez, Claudia Prado, María de los Ángeles Villaseca, Francisco Torres, Daniel Pavlovic, Marta Alfonso, Myriam Mardones, Nieves Acevedo, Miguel Ángel Azócar, Alfredo Schmutzer, Sergio Cuevas. Dedicamos este trabajo al geólogo Sr. Juan Varela Barbagelata, cuya partida nos dejó un espacio imposible de llenar. BIBLIOGRAFÍA Berdichewsky, B., 1964. Moreno y Castilla. "Expedición a Chile". Rodríguez, J. ; H. Ávalos y F. Falabella, 1991. Arqueología de la desembocadura del Aconcagua y Zonas Vecinas de la Costa Central de Chile. En Actas del III Congreso Nacional de Arqueolo- La Tradi ción al Norte del río Aconcagua. En Actas de XI Congreso Nacional de Arqueología Chilena: 69-79. Santiago. gía, Viña del Mar. 26 LOS COILES 136: EVIDENCIAS DE CONTACTOS ENTRE POBLACIONES ALFARERAS DEL NORTE CHICO Y CHILE CENTRAL 1 Jorge Rodríguez y Hernán Ávalos INTRODUCCIÓN Las investigaciones arqueológicas entre las cuencas de Jos ríos Choapa y Petorca son prácticamente desconocidas, especialmente para los períodos alfareros, lo cual ha traído como consecuencia un gran vacío en la prehistoria regional. Tal vacío resalta con mayor fuerza cuando notamos que esta área es una zona de contacto entre los desarrollos culturales de Chile Central y el Norte Chico. El presente trabajo pretende entregar pioneros y significativos antecedentes arqueológicos acerca de la relación entre grupos alfareros de Chile Central y el Norte Chico, a través de las investigaciones efectuadas en el sitio Los Coi les 136, que presenta ocupaciones alfareras tempranas y medio-tardías, y que forman parte de los trabajos realizados en el marco del proyecto Fondecyt N° 91 -0425, bajo el patrocinio del Museo Nacional de Historia Natural. UBICACIÓN Y CARACTERIZACIÓN El sitio Los Coi les 136 se encuentra ubicado en la ribera norte de la quebrada del mismo nombre, muy cerca de la localidad de Los Molles (Lat. 32° 13'- Long. 71° 30'), a 2 km de la línea de costa y a 10 m.s.m. Superficialmente, el sitio se presenta como un concha! de mediana densidad, que ha sufrido alteraciones antrópicas diversas: agrícolas, medialuna de rodeo, vivero de flores y remociones de tierra. Metodológicamente, la excavación se planificó con el propósito de determinar pisos de ocupación y diversas áreas de actividades. Se trazó un sistema de cuadrículas de 2m x 2m sobre la base de dos ejes, el primero alfabético en sentido N-S y el segundo numérico en dirección E-W. Previo a esto, se realizaron transectos con pozos de sondeo (1m x lm), con el objetivo de evaluar la potencialidad de la mayor parte del depósito cultural del sitio. SECTOR HABIT ACIONAL A nivel espacial, el sitio Los Coiles 136 presenta un sector con características habitacionales y otro con un importante número de enterratorios (ver plano). El sector habitacional se encuentra hacia el Oeste del sitio y fue aquí donde se pudo determinar inicialmente la presencia de dos ocupaciones alfareras. Hacia los primeros 35 cm de profundidad se detectó la presencia de restos de quincha, carbón disperso, pendientes de concha y piedra, puntas pequeñas y finas , cerámica engobada y pintada y torteros (ver Lám. 3). Todo este conjunto cultural lo adscribimos al período Alfarero Medio-Tardío, al cual pertenecen la mayor parte de Jos enterratorios. Lamentablemente, las principales alteraciones antrópicas sufridas por el sitio afectaron a esta ocupación, por Jo cual no fue posible obtener una información más acabada de la organización intrasitio. 1 Trabajo que forma parte del Proyecto Fondecyt 9 1-0425, patrocinado por el Museo Nacional de Historia Natural de Santiago. 27 Es importante consignar que la columna temporal obtenida para este sitio muestra alrededor de 400 años de desocupación, precisamente entre ambos componentes alfareros, lo que podría ser explicado, al menos parcialmente, por algunos sedimentos, depositados durante eventos de inundación fluvial, detectados por el geólogo Juan Varela en columnas estratigráficas realizadas en el sector habitacional y corroboradas en el sector de funebria (Varela, 1992). Por su parte, la ocupación del período Alfarero Temprano se presenta desde los 30 cm hasta los 100 cm, vale decir, hasta el final de la ocupación. Este componente presentaba entre micos café y negro pulidos, cerámica con decoración incisa lineal y punteada, algunas incisiones con relleno de pintura blanca, te mbetas de cerámica del tipo botón con aletas, pipas de cerámica, mamelones, torteros de piedra y puntas triangulares (ver Láms. 4 y 5). Se detectó para esta ocupación, a los 55 cm, un gran fogón con estructura de piedras en el sector habitacional, y otro pequeño sin estructura de piedras, a los 110 cm, en el sector de funebria. Otro tipo de áreas de actividades aún no han sido detectadas, pues por ahora se privilegiaron las excavaciones en el sector funerario. Sin embargo, se pudo apreciar una mayor densidad cultural y malacológica en el sector habitacional en relación al sector funerario. La ubicación de esta ocupación alfarera temprana dentro del marco temporal ha sido definido con los siguientes fechados de termoluminiscencia: Unidad J-27, nivel 40-50 cm, Tembetá: 630 ± 130 d.C. Unidad J-27, nivel 30-40 cm, Pipa: 480 ± 160 d.C. SECTOR FUNERARIO Este importante sector se encuentra hacia el lado Este del sitio. Actuales habitantes de la localidad dan cuenta de la aparición de unos 1O individuos en la década del 30. N ues tras excavaciones nos han permitido registrar 16 individuos, de los cuales se lograron excavar 12 de ellos. Los enterratorios se encontraban en un depósito de origen fluvial, para el caso de los más profundos, o formando parte del concha!, para los de menor profundidad. Algunas inhumaciones se encontraban seriamente disturbadas por remociones de tierra realizadas para encauzar el estero, lo cual, lamentablemente, mermó de manera considerable la información bioantropológica y contextua! de ellos. El detalle de los enterratorios es el siguiente: Enterratorio No 1 Edad: Adulto (26-35 años) . Sexo: femenino. Profundidad: 79 cm . Enterratorio disturbado. Adscripción: Sin determinar por ahora. Enterratorio No 2 Edad: Infante (5- 10 años). Sexo: Indeterminado. Posición: Extendido, decúbito dorsal. Matriz: Arena gruesa limosa, fosa en U. Ofrenda: Sector craneano disturbado, con probable ofrenda cerámica, ya que se encontraron fragmentos cerámicos pertenecientes a una misma pieza. Una pata de camélido en costado de tibia derecha, una falange de camélido en costado de húmero izquierdo, 2 valvas de caracol negro (Tegula atra) en costado de rodilla derecha, y un erizo en costado izquierdo de pies. Profundidad: 114 cm. Adscripción: Alfarero Medio-Tardío. Fecha: No tiene. Enterratorio N° 3 Edad: Infante (5-10 años). 28 Posición: Flectado, decúbito lateral derecho. Matriz: Basural conchífero, fosa en forma de U. Ofrenda: Conchas de loco (Concho/epas concho/epas), alrededor del cuerpo. Profundidad: 69 cm. Adscripción: Alfarero Temprano. Fecha: Se está a la espera de un fechado de concha en C-14. Enterratorio N o 4 Edad: Adulto joven (19-25 años) . Sexo: Femenino. Posición : Extendido, decúbito dorsal. Matriz: Arena gruesa limosa, fosa en forma de U. Ofrenda: Una pata de camélido en costado de codo izquierdo, una pata de camélido cerca de patella derecha, una pata de camélido cerca de mano izquierda, un puco (ver Lám. 1-1) y dos grandes fragmentos cerámicos a modo de tapa. Dentro del puco se encontraba los restos completos de un pez: cabinza (!sacia conceptionis). Profundidad: 135 cm . Adscripción: Alfarero Medio-Tardío. Fecha T.L.: 1230 ± 90 d.C. Enterratorio N° 5 Edad: Adulto (26-35 años) . Sexo: Masculino. Deformación craneana: Tabular erecta. Posición: Extendido decúbito dorsal. Matriz: Arena gruesa limosa. Ofrenda: Un puco rojo engobado exterior e interior con una hendidura en su base (falso torno), detrás de la cabeza (ver Lám. 1-2), una pata de camélido en costado derecho de puco, una falange de camélido detrás del cráneo, una pata incompleta de camélido al costado de tibia izquierda, ocho cuentas de turqueza bajo el cráneo, una concha de loco (Concho/epa s concho/epas) con borde finamente pulido al costado derecho de mandíbula, una escápula de guanaco (Lama guanicoe) con bordes trabajados y huellas de uso en costado derecho de cráneo, y dos espátulas de hueso largo de camélido bajo y en cada costado de cráneo. Profundidad: 89 cm. Adscripción: Alfarero Medio-Tardío. Fecha T.L.: 1020 ± 100 d.C. Enterratorio No 6 Edad: Adulto (26-35 años). Sexo: Masculino. Deformación craneana: Plagiocefalia izquierda. Posición: Extendido, decúbito dorsal. Matriz: Basural conchífero, inmediatamente sobre estrato de grava, fosa en forma de V. Ofrenda: Un jarro con fragmento cerámico a modo de tapa en costado derecho de cráneo (ver Lám. 1-3), una olla en costado de tibia derecha (ver Lám. 1-4), una pata de camélido cerca de codo derecho, una pata de camélido en costado derecho de los pies, un cuchillo lítico cerca de primera vértebra lumbar, y una costilla de camélido al costado de fémur izquierdo. Profundidad: 93 cm. Adscripción: Alfarero Medio-Tardío. Fecha T.L.: 1070 ± 11 O d.C. Enterratorio No 7 Edad: Lactante (0-4 años). Sexo: Indeterminado. 29 Posición: Extendido, decúbito ventral, con las piernas levemente flectadas hacia el lado derecho. Matriz: Arena gruesa limosa. Ofrenda: Un puco roto intencionalmente ubicado bajo el tórax (ver Lám. 1-5), un jarro en costado derecho frente a la cara (ver Lám. 1-6), una pata incompleta de camélido en costado izquierdo de cráneo, una pata incompleta de camélido en costado izquierdo de pelvis, y una pata incompleta de camélido en costado derecho de pies. Profundidad: 100 cm. Adscripción: Alfarero Medio-Tardío. Fecha T.L.: 1010 ± 120 d.C. Enterratorio No 8 Edad: Lactante (0-4 años). Sexo: Indeterminado. Posición: Extendido, decúbito dorsal. Matriz: Basural conchífero, fosa en U. Ofrenda: No tiene. Profundidad: 50 cm. Adscripción: Alfarero Medio-Tardío. Fecha: No tiene. Enterratorio No 9 No se excavó, está localizado en unidad C/-1. Enterratorio N° JO Edad: Lactante (0-4 años) . Sexo: Indeterminado. Sólo se encontró una mandíbula y otros huesos dispersos por disturbación al realizar movimientos de tierra. Enterratorio No]] Edad: Adulto joven (19-25 años). Sexo: Femenino. Posición: Extendido, decúbito lateral derecho. Matriz: Arena gruesa limosa, fosa en forma de U. Ofrenda: Un jarro con tapa en costado izquierdo de cráneo (ver Lám . 2-1), una tinaja o jarro con tapa frente a cara (ver Lám. 2-2), una pata de camélido en costado derecho de costillas, y una pata de camélido cerca de los pies. Profundidad: 112 cm . Adscripción: Alfarero Medio-Tardío. Fecha T.L.: 1110 ± 100 d.C. Enterratorio No 12 Edad: Lactante (0-4 años) . Sexo: Indeterminado. Posición: Extendido, decúbito dorsal. Matriz: Basural conchífero, inmediatamente sobre estrato de grava, fosa en forma de U. Ofrenda: Un jarro en costado izquierdo de cráneo (ver Lám. 2-5). Profundidad: 102 cm. Adscripción: Alfarero Medio-Tardío. Fecha: No tiene. Enterratorio No 13 Edad: Lactante (0-2 años) . Sexo: Indeterminado. Posición: Extendido, decúbito dorsal. Matriz: Basural conchífero, inmediatamente sobre estrato de grava, fosa en forma de U. 30 Ofrenda: Un jarro en costado izquierdo de cráneo (ver Lám . 2-3), un jarro en costado derecho de cráneo (ver Lám. 2-4). Profundidad: 85 cm. Adscripción: Alfarero Medio-Tardío. Fecha: No tiene. Enterratorios N° 5 14-15-16 No se excavaron, sólo se registraron. PATRONES DE ASENTAMIENTO Y ESTRATEGIAS DE SUBSISTENCIA Las poblaciones alfareras tempranas y medio-tardía al emplazarse en una terraza fluvial, a no más de 2 km de la línea de costa, tenían un fácil acceso a los recursos marinos, especialmente los malacológicos, ya que los ícticos y mamíferos marinos, están escasamente representados en ambas ocupaciones. En particular, el material malacológico (Vargas, 1992) señala que la variedad de especies se conserva prácticamente igual en las dos ocupaciones y que si bien se detectan algunas variaciones en cuanto a la distribución de especies, éstos no corresponden a diferentes procesos de depositación y más bien parecen reflejar distintos rasgos dentro de un mismo proceso. Se puede observar que en los primeros cuarenta centímetros las especies Mesodesma donacium (macha), Concho/epas concho /epas (loco) y Fisurellas (lapas) son las más abundantes. A partir del nivel siguiente se observan diferencias, ya que lapas y machas disminuyen, la segunda notablemente, mientras que la especie loco se mantiene constante en toda la ocupación . Tegula atra presenta un notorio aumento entre los 50 y 70 cm, mientras que la especie Perumytilus purpuratus presenta un solo momento de abundancia (40-50 cm). El nivel40-50 cm es el único que presenta la especie Semimytilus algosus y el nivel 15-20 es el único que no presenta la especie Bulimus. En relación a los recursos faunísticos terrestres destaca en particular el uso de camélidos, especialmente guanacos (Lama guanicoe), el cual es utilizado en ambas ocupaciones, aunque con una importancia creciente a medida que se avanza en el tiempo. Lo significativo del recurso guanaco queda reflejado no sólo por su utilización como recurso alimenticio, sino que también por el uso de sus huesos como materia prima para la fabricación de diversos artefactos, y en la ocupación medio-tardía, fue considerado como parte de la ofrenda funeraria (Becker, 1994). Por otro lado, no deja de llamar la atención que -de acuerdo a los resultados obtenidos- la utilización de peces en ambos momentos alfareros es de poca importancia, ya que prácticamente no hay presencia de restos ícticos y no hay ningún elemento tecnológico especializado para esta actividad de subsistencia, como es el caso de anzuelos o pesas de red. Quizás el acantilado rocoso y el fuerte oleaje que predomina en la zona expliquen en parte la escasa actividad de pesca. Junto a lo anterior, la abundancia de recursos de roca, incluso hasta hoy en día, posiblemente hicieron poco atractiva esta actividad. Finalmente, la utilización de recursos vegetales debió ser un complemento importante en la dieta a juzgar por la presencia de manos y conanas. Es importante señalar que para la población alfarera temprana estos elementos de molienda son menos frecuentes que para la más tardía, mostrando, por lo tanto, una importancia cada vez mayor la utilización de vegetales a medida que se avanza en el tiempo. En consecuencia, el asentamiento de ambos grupos en un espacio protegido, adyacente a un curso permanente de agua dulce y con un potencial prácticamente inagotable de recursos alimenticios, especialmente malacológicos, les permitió casi con seguridad el subsistir durante todo el año y por un largo período, tal como lo at~stiguan Jos fechados absolutos obtenidos del sitio. RESULTADOS Y CONCLUSIONES La adscripción cultural de ambas ocupaciones alfareras del sitio Los Coi les 136 son de diferente connotación. En efecto, el conjunto cultural de la ocupación alfarera temprana, entre los cuales se encuentra la 31 cerámica incisa lineal y punteada, algunos fragmentos incisos con relleno de pintura blanca, tembetás de cerámica del tipo botón con aletas, pipas de cerámica, mamelones, y los dos fechados absolutos: 480 y 630 d.C., nos hacen adscribir esta población a la Tradición Bato, la cual se manifiesta con mayor fuerza en el interfluvio costero Aconcagua-Petorca (Rodríguez et al., 1991), y tiene fuertes vínculos con la cuenca del río Choapa (Planella y Falabella, 1987). La presencia de un sitio con clara ocupación de esta Tradición Cultural en latitudes más septentrionales que las habitualmente mencionadas en la literatura no es de extrañar, ya que es común encontrarla en la cuenca del ríoPetorca, particularmente en el sector de las Dunas de Longotoma (Schaedel et al., 1954-56; Á val os y Rodríguez, 1992, 1994 ), siendo, por lo tanto, la localidad de Los Molles una lógica prolongación de esta manifestación cultural, atrávés de una dinámica vía de comunicación como es el caso de la franja costera. Por otra parte, la ocupación alfarera medio-tardía reconocida en este sitio es un hallazgo importante e inédito para la prehistoria regional, ya que se tienen aquí una de las primeras noticias de presencia directa de algunos individuos Ánimas o Diaguita 1 en latitudes tan meridionales. Las investigaciones actuales señalaban la presencia de tales poblaciones hasta las cuencas de los ríos Elqui y Limarí (Casti llo, 1989; Ampuero, 1989). Es importante aclarar que con la evidencia encontrada hasta el momento no es posible afirmar categóricamente que la ocupación alfarera medio-tardía corresponde en su integridad a grupos Ánimas o Diaguita l. No obstante lo anterior, la presencia en los niveles superiores y en la mayoría de los enterratorios de algunas materias primas (turqueza y combarbalita), de "torteros", de algunas variedades de puntas, de ciertos estilos decorativos en fragmentos cerámicos, de ceramios con hendidura basal del llamado "falso torno", de un conjunto artefactual alucinógeno, destacando en particular las espátulas de hueso, la ofrenda en varios individuos de patas y otras partes anatómicas de camélidos, y los fechados absolutos que sitúan a esta ocupación entre el 1010 y 1230 d.C., nos hacen adscribir culturalmente a este componente del sitio a los grupos ánimas y diaguita 1 del Norte chico o, al menos, muy estrechamente vinculados a ellos. La aseveración anterior es aún difícil de precisar, especialmente en lo referido a la adscripción cultural de Ánimas o Diaguita 1, ya que los elementos diagnósticos y los fechados absolutos podrían corresponder perfectamente a ambos grupos culturales. Esto último no es de extrañar, ya que no hay que olvidar que nos encontramos en un sitio arqueológico ubicado en una zona intermedia o de contacto entre los desarrollos culturales de Chile Central y el Norte Chico, por lo cual la dinámica y la particularidad de tales contactos no pueden enmarcarse en esquemas rígidos. Todo lo anterior nos hace pensar -a nivel hipotético- en algún segmento o grupo humano de desarrollo local aún no bien identificado ni mucho menos definido que de alguna manera fue el receptor de las influencias del norte chico y, probablemente, también de Chile Central. Tales supuestas poblaciones locales tienen su sustento en materiales culturales, especialmente cerámicos, que no pertenecen a lo definido para el Norte Chico y Chile Central, a algunas pautas funerarias, y a un sustrato poblacional que se proyecta ya desde el paleoindio (Quereo) y el arcaico (cultura Huentelauquén y complejo Papudo). Por otro lado, cabe destacar que Jos hallazgos de tales influencias del norte chico en el componente superior del sitio Los Coiles 136, no es una situación aislada, ya que también se les encuentra un poco más al sur, como sucede en Longotoma (Ávalos y Rodríguez, 1992), y recientemente en los trabajos efectuados en el sitio Valle Hermoso en la ciudad de La Ligua, que también muestran importantes e inéditas vinculaciones entre sí y con el norte chico (Rodríguez et al., 1993a, 1993b). Por Jo tanto, las investigaciones realizadas en el sitio Los Coiles 136 son un primer gran avance en el conocimiento de la prehistoria de un área intermedia entre el norte chico y Chile central, en el cual se ha obtenido como resultado que para el período alfarero temprano se proyectan hacia el norte los grupos de la Tradición Bato, y que para el período alfarero medio-tardío se recepcionan las influencias de los grupos ánimas y diaguita l. No obstante, los positivos resultados anteriores, consideramos que la interacción cultural es mucho más dinámica y compleja, y sólo una sumatoria de investigaciones en la subárea arrojará un panorama más acabado de la prehistoria regional, lo cual con seguridad cambiará significativamente algunos aspectos de la prehistoria del norte chico y de Chile central y las relaciones entre ellas. 32 AGRADECIMIENTOS Agradecemos sinceramente el apoyo de las siguientes instituciones y personas para la realización de este trabajo: Fondecyt, Museo Nacional de Historia Natural, l. Municipalidad de La Ligua en la persona de su alcalde Sr. Juan lbacache y del Sr. Rigoberto Díaz, Museo de La Ligua en la persona de su Director Sr. Arturo Quezada, Cristián Becker, Loreto Solé, Loreto Vargas, Ángel Deza, Álvaro Román, Ángel Cabeza, Miguel Ángel Trivelli, Carlos Weber, Arturo Rodríguez, Fernanda Falabella, Eliana Durán, Gianina Arias, Nelson Gaete, Rodrigo Sánchez, Claudia Prado, María de los Ángeles Villaseca, Francisco Torres, Daniel Pavlovic, Marta Alfonso, Myriam Mardones, Nieves Acevedo, Miguel Ángel Azócar, Alfredo Schmutzer, Sergio Cuevas. También queremos agradecer y dedicar este trabajo a la memoria del geólogo Sr. Juan Varela Barbagelata, amigo y colaborador incansable de este proyecto y con quien compartimos inolvidables campañas de terreno. BIBLIOGRAFÍA Ampuero, Gonzalo. La Cultura Diaguita Chilena (1200 -1 470 d.C.). Prehistoria Chilena, Ed. Andrés Bello, Santiago, 1989. Ávalos, Hernán y Jorge Rodríguez. Informe Parcial Proyecto Fondecyt No 91-0425, Santiago, 1992. Becker, Cristián. Análisis faunístico del sitio Los Coi les 136. Boletín Museo Regional de la Araucanía, No 5, Temuco, 1994. Castillo, Gastón. Agricultores y pescadores del norte chico: El complejo Las Ánimas (800-1200 d. C.). Prehistoria Chilena, Ed. Andrés Bello, Santiago, 1989. Planella, M. Teresa y Fernanda Falabella Nuevas perspectivas en torno al período alfarero temprano en Chile central. Revista Clava, No 3, Viña del Mar, 1987 . Rodríguez, Jorge; Hernán Á valos y Fernanda Falabella. La Tradición Bato al norte del río Aconcagua. Actas del XI Congreso Nacional de Arqueología Chilena, Santiago, 1991. Rodríguez, Jorge; Cristián Becker y M. Loreto Solé. Valle Hermoso: 25 años después. Revista Museos, W 16, D.I.B.A.N., Santiago, 1993a. Rodríguez, Jorge; Cristián Becker y M. Loreto Solé. Informe Parcial Proyecto Fondecyt N° 1930247, Santiago, 1993b. Schaedel, Richard; Bernardo Berdichewsky; Gonzalo Figueroa y Emilia Salas. Manuscrito sobre arqueología de la costa central. 1954-56. Varela, Juan. Estudio Geológico-Geomorfológico a escala 1:50.000 de la zona litoral comprendida entre La Ligua y Pichidangui. Informe Parcial Proyecto Fondecyt W 91-0425, Stgo., 1992. Vargas, Loreto. Análisis del material malacológico e íctico del sitio Los Coiles 136. Informe Parcial Proyecto Fondecyt W 91-0425 , Santiago, 1992. ~ ---=co"\\et E.t\•co 1.•· ,_"M~- ;.-·.; ... ~-: ·.;: ._..-::.:-;.··,:·.r;~ •.... ' ·\.• -......... ,. (J ¡~ (J.) .¡:,. o 00'~ PLANO TOPOGRAFI CO Sitio Los Coiles 136 Escota , o \ .,,_ Cur•a' do Ni-el cada 1 ~nt. V . _.. -···-··· J.. --· -··-. ·-·· ........-··· PROYECTO FONOECYT lnustigadorts: N' 91·0425 Hl'rndn Avalas G. Jorgl' Rodrlgun L. -viwore •.~··· :: l. l ~t~it• Sit i o O Te"'Porada 19U ,......._ C•rco CT.,.'Iporada 19D1 • ' Enl«rolorio • Enterra t or io S~QI,IC!Qdo LevantO CRISTIAN 3EC KER SITI O LOS COILES 136 PLANO ENTERRATORIOS PROYECTO FONDECYT N2 91-0425 INVESTIGADORES HERNÁN ÁVALOS G. JORGE RODRÍGUEZ L ESCALA l o20 .. ~i ~ IQ ~~~~··t: j z 35 2 3 Cm ~ o 5 Lámina 1 Sitio Los Coi/es 136 Fig. l. Puco asociado a Enterratorio 4; Fig. 2, Puco asociado a Ent. 5; Figs. 3 y 4, Jarro y olla asociados a Ent. 6; Figs. 5 y 6, Puco y jarro asociados a Ent. 7. 36 3 5 Cm ~ 5 o Lámina 2 Sitio Los Coiles 136 Figs. 1 y 2, Jarro y tinaja asociados a Ent. 13; Figs. 3 y 4, Jarros asociados a Ent. 15; Fig. 5, Jarro asociado a En t. 14; Fig. 6, Olla encontrada en uno de los perfiles del sitio, por ahora, sin contexto. 37 1._ 3.- 4.- . . . . ' S.- s._ 7. 6.- ;~ 4- 1 • 9.- j •' ' ' ·1;.: ~ {;/ 1~'. ~ ~ qz¡. ~ t;~. - - • 1 ' ' 12,- l o 2cm. TL ~~ negro blancoo O engobe blanco I[J negro oligisto [ ] rojo o engobe rOJO Lámina 3 38 LOS COILES 136 COMPONENTE MEDIO-TARDÍO 1. Tortero o pendiente de piedra. 2-3. Pendientes de piedra. 4. Pend iente de concha. 5-6-7-8-9. Puntas. 10. Negro y blanco sobre engobe rojo. 11 . Negro oligisto y rojo sobre engobe blanco. 12. Negro y blanco sobre engobe rojo. 2.- 1.- 3.- ~ w-~- Ei __ 7,- LOS COILES 136 COMPONENTE ALFARERO TEMPRANO 1 y 3: Pipas de cerámica. 2-4-7: Tembetás de cerámica tipo botón con aletas. 5 Punta triangular. 6 y 8: Puntas triangulares de base Lámina 4 39 1, _ 2.- S.- 3.- 4.- 7.- 6.- B.- rojo pintado h iE:rro otiyi~to 10,_ 9. - 11.- 12. - 13.- 1 14,_ 15.- 16.- LOS COILES 136 COMPONENTE ALFARERO TEMPRANO 1-2-3-4-15: Cerámica incisa lineal y punteada. 5-6: Cerámica incisa lineal punteada, con relleno de pintura blanca. 7-9-1 0-11-12-16-17: Cerámica incisa lineal. 8: CerámicR incisa lineal, con hierro oligisto, pintura roja (Longotoma 51). 14: Cerámica incisa punteada: 18: Cerámica con asa mamelonar. Lámina 5 40 o 2cm . DESDE EL PERÍODO ALFARERO TEMPRANO AL MEDIO/TAR DÍO A TRAVÉS DE LA LECTURA DE SUS RESTOS FAUNÍSTIC OS Cristian Becker Álvarez INTRODUCCIÓN La revisión y estudio del material faunístico de sitios bicomponentes, en este caso ocupaciones alfareras tempranas y media/tardías, es de mucha importancia, pues nos brindan la posibilidad de comparar estrategias de utilización del recurso animal. Además esta información no es sólo de carácter biológico sino, muy por el contrario, es data de tipo cultural. Los materiales de los cuales se va a hablar en el presente trabajo 1 pertenecen al sitio Los Coi les 136, el cual es un sitio habitacional bicomponente con enterratorios, siendo la primera ocupación alfarera temprana y la segunda adscrita al período alfarero medio/tardío. "En relación a la actividad de funebria, la mayoría pertenece al componente alfarero medio/tardío, y sólo una tumba pertenecería al componente alfarero temprano" (Á val os, H. y Rodríguez J., 1993). El rango de fechas que se tiene para ambas ocupaciones es el siguiente: Alfarero temprano: 480 ± 160 d.C. al 630 ± 130 d.C. Alfarero medio/tardío: 1010 ± 120 d.C. al 1230 ± 90 d.C. En los dos componentes se pudo rescatar una moderada cantidad de restos óseos, sin embargo su representatividad no tiene parangón con la gran área excavada. Es por esto que se decidió trabajarlos como un conjunto. Durante las etapas de excavación no se registró en ningún momento la existencia de un basurero, ya que la presencia de las arqueofaunas era en forma aislada. Al estudiar estos conjuntos se tuvo la posibilidad de compararlos, gracias a esto se pudo distinguir dos aspectos relevantes: la diferencia en la composición de la dieta entre el temprano (bastante más variada) y el medio/tardío y el registro de una tecnología en el trabajo del hueso que se evidenció en el temprano, y luego en el medio/tardío sin experimentar cambios. El presente estudio se basó en los siguientes pasos metodológicos. Uno de los pasos fundamentales que se debe realizar en cualquier estudio arqueofaunístico es el examen tafonómico, el cual tiene como objetivo ver el grado de integridad de la muestra. Es decir, poder determinar si la muestra estuvo o no gravemente afectada por factores como el medio ambiente, factores biológicos u otros. Si así fuese, sería imposible distinguir modificaciones culturales presentes en los huesos, además estarían severamente dañados algunos indicadores que permiten la determinación taxonómica. Posteriormente se registró la información de características biológicas como la determinación anatómica-taxonómica y la determinación de edad, para luego seguir con las modifaciones culturales, las cuales fueron subdivididas en: alteraciones térmicas, huellas de corte, artefactos y ofrenda en enterratorios. TAFONOMÍA Los controles tafonómicos a que fue sometida la muestra permiten estudiar aquellas variables naturales o no culturales que afectaron la composición del registro óseo con el fin de precisar algunos aspectos sobre 1 Este estudio fu e financiado por el Proyecto Fondecyt N° 91 -0425 . 41 los procesos de formación del registro óseo, y en segundo término examinar el grado de integridad del mismo. El examen consideró los siguientes aspectos: el grado de meteorización de la muestra (según Behrensmeyer, 1978), la acción de las raicillas como agentes encubridores de marcas culturales (según Jackson, 1985) y la acción de carnívoros como agentes modificadores del conjunto óseo (según Binford, 1981). Los resultados obtenidos muestran a un conjunto óseo en un muy buen estado de conservación, ya que la acción del medio ambiente como un agente destructor de registro no afectó la muestra, pues ésta fue cubierta en una lapso de tiempo bastante corto. Esto puede deberse a que los basureros fueron recibiendo constantemente desechos cubriendo rápidamente a otros, esto mismo no permitió la acción de las raicillas, las cuales buscan nutrientes en estos huesos. Sin embargo, algunos restos de ambos períodos alfareros, muestran la acción de carnívoros, ésta se pudo identificar a través de las siguientes marcas: Las perforaciones y piqueteados producidos por las impresiones de sus dientes, los surcos producto del arrastre de los dientes en un hueso compacto y la destrucción de epífisis consumidas por estos carnívoros. Es importante señalar que el único carnívoro de gran tamaño que merodea en las costas es la chilla (Dusicyon griseus) la cual sería responsable de dichas alteraciones, no obstante, los zorros no se caracterizan por producir este daño en Jos huesos de alta densidad, ya que Borrero (1988 y 1990) en observaciones realizadas en Patagonia registra un escaso daño en los huesos más sólidos. Ahora bien, podría existir la posibilidad que fuera un animal doméstico como el perro el que realizó dichas marcas, pero esta observación queda a nivel de hipótesis hasta no encontrar algún resto de este animal. TAXONOMÍA La determinación taxonómica se realiza cuando ya un espécimen ha sido asignado a una parte anatómica, por lo tanto se le puede considerar comparable con alguna parte esqueletaria de un taxón establecido previamente. En este paso se trabajó con las colecciones de referencia del Museo Nacional de Historia Natural y con los patrones de determinación de camélidos formulados por Adaro y Benavente (1990, 1992 y 1993). La fauna que se pudo determinar en ambos componentes alfareros se grafica en Cuadro 1, el NISP dice relación con el número total de especímenes que se pudo determinar y el NMI con el número mínimo de individuos presentes en el registro, cabe hacer notar que en ambos períodos se consignó un número de astillas no asignadas, éstas son el producto de la fractura de algunos huesos, ya sea culturalmente (p.e. para la extracción de la médula) o naturalmente, el número de astillas registradas para el período alfarero temprano es de 76 y para el otro período es de 51. CUADRO 1 A. Temprano A. medio/tardío TAXA Familia camelidae Lama guanicoe Ottaria flavescen s Felis coloco lo Dusicyon griseus Lutra felina Orden Rodentia Clase aves Orden cetacea Mamíferos menores No determinados Total NISP NMI NISP NMI 90 4 2 2 1 2 47 2 8 3 10 42 1 2 25 7 1 20 2 ? ? ? 9 S ? 191 10 50 4 42 3 2 Para la determinación de cada uno de los especímenes en la taxa camelidae, se sometió a los restos arqueofaunisticos a una contrastación directa con los patrones óseos pertenecientes a muestras actuales (Adaro y Benavente op. cit.) obteniendo como resultado (ver Cuadros 2 y 3), 2 restos para el componente medio y 10 restos para el componente temprano, todos adscritos a la especie Guanaco (Lama guanicoe) . Es necesario precisar que la determinación fue muy rigurosa, pues en algunas muestras los indicadores claves se encontraban alterados por la acción de carnívoros siendo eliminados, por tanto no fueron asignados, quedando eliminados del total de muestras determinadas. En cambio, en los restos que formaron parte del total determinado estos indicadores se mostraban claramente, incluso en algunas piezas se halló más de un indicador, lo que permitió asignar la especie con mayor certeza. CUADR02 Alfarero temprano Edad- Lado Unidad Anatómica AID A/1 J/D J/1 Incisivos Mandíbula (frag.) Cervical (frag.) Torácica (frag.) Lumbares (frag.) Escápula (frag.) A N/1 2 2 CUADR03 Alfarero medio/tardío Edad- Lado Unidad Anatómica AID A/1 J/D J/1 A N/1 Cervical Torácica (frag.) Como se aprecia en el Cuadro 1, el número de guanacos para el período alfarero temprano es de dos y en el período medio/tardío es solamente uno, la importancia radica en la presencia de un anjmal silvestre en contextos alfareros costeros, si se piensa que para los grupos Molle se le asigna una actividad en contacto con camélidos domésticos. Esto plantea la necesidad de estudiar cómo fue la llegada de los animales domésticos hacia la zona central. EDAD Otro dato de tipo biológico que entrega información cultural es la edad de los guanacos registrados en estos contextos, y para ello se estimó la edad mediante el método de erupción y desgaste dentario formulado Raedecke (1978). Es necesario aclarar que este método se confeccionó con animales de Fuego-Patagonia, sin embargo se utilizó, pues sería imposible generar un método en estos lugares, ya que no existen actualmente guanacos. Otro aspecto importante que merece ser analizado es la estación en que fue muerto el animal, manejando el siguiente supuesto: los guanacos en el extremo sur nacen en su gran mayoría en diciembre, en cambio en el norte la media nace en enero, por lo tanto para cada zona tomaremos como meses de nacimiento enero/diciembre. Como ejemplo se utilizará el primer caso expuesto en el Cuadro 4. 43 CUADR04 Alfarero temprano Mandíbula Ab/2 30 - 40 cm. (Reg. N" 30) Derecho P4d 1M 1P 1 M2 (P) DE/2 60- 70 cm . (Reg. N" 264) Izquierdo P4P Edad Muerte Es t. 7 a 8 meses Jul.-Sep. lnv. 1 año 6 meses Jun.-Jul. lnv. Este animal presentaba una edad de 7 a 8 meses, si manejamos el supuesto antes expuesto, este guanaco fue muerto en alguno de los siguientes meses: julio a septiembre, por lo tanto la estación en que murió fue el invierno, esto prueba que la población que habitaba en este sitio al menos pasó un invierno viviendo en este lugar. De tener una muestra un poco más grandes se podrían generar patrones de estacionalidad relacionados con la captura de este animal. MODIFICACIONES CULTURALES a) Alteraciones térmicas El empleo del fuego por parte de las poblaciones humanas tuvo un rol primordial. Algunos de sus usos posibles tiene relación con la preparación de los alimentos, como la cocción de la carne. En otros casos, los restos óseos pueden resultar quemados por haber sido arrojados por descarte a los fogones. Por tanto, "es muy importante distinguir en los conjuntos arqueofaunísticos aquellos huesos que han estado sometidos a la acción térmica. Además la frecuencia de los huesos quemados también puede ser un indicador de la intensidad del uso del fuego" (Mengoni, 1988: 85). La incidencia del fuego sobre el material faunístico fue muy baja, pues en ambos períodos la muestra afectada es tan sólo del45 %. Es importante señalar que solamente las taxas de mayor tamaño presentaban huellas de exposición al fuego. Todos estos restos fueron arrojados a los fogones en calidad de desecho, ya que casi todos presentan huellas de calcinación. Como se mencionó los huesos estaban distribuidos en un área extensa, por lo que se supone que estos huesos estaban incluidos en antiguos fogones, los cuales fueron removidos y luego dispersos en los pisos de ocupación por los habitantes de este yacimiento. b) Huellas de corte La presencia de huellas de corte ha servido para interpretar culturalmente los conjuntos faunísticos, permitiendo realizar inferencias sobre aspectos del comportamiento humano asociados con el procesamiento de los animales, estas huellas pueden estar relacionadas con procesos tales como: Extracción de la piel, Faenamiento y Consumo. Estudios de Mengoni (1988), Binford (1981), entre otros, explican algunos factores sobre las causas que originaron tales huellas. Compartiendo los criterios de Mengoni en este estudio, al revisar los restos óseos se tuvo que interpretar el significado de las huellas siguiendo una serie de atributos que permiten determinar 1) el origen del agente productor; 2) la covariación de atributos morfológicos y posicionales; 3) la funcionalidad de las huellas, y 4) el grado de intensidad y secuencia de la producción de las mismas. Esta información se graficó en un esqueleto de un animal (ver lámina 2), luego se interpretó de acuerdo a dos supuestos básicos mencionados por Binford (1981), como son: que las marcas se repitan en los diferentes especímenes en los mismos lugares y que exista alguna explicación anatómica para que las marcas se encuentren en un lugar determinado. La presencia de estas marcas tanto en el alfarero temprano como en el medio/tardío es bastante representativa, ya que para el primero de estos períodos se consignaron 16 huellas y en el segundo la existencia de 8. Ambas frecuencias alcanzan a un 16%, siendo todas las huellas encontradas en restos de guanacos. En relación a la interpretación de las huellas, se utilizó el cuadro de síntesis de huellas de corte realizado por Binford (op. cit.). El conjunto que presentó estas alteraciones culturales se caracteriza por 44 poseer una alta frecuencia de huellas de desmembramiento, sin embargo también se hallaron huellas de descarne. Mandíbula (M2 y 5), la ubicación de estas huellas, en ambos períodos, responde a la necesidad de a) separar la mandíbula del cráneo y así poder desmembrar esta unidad. En esta pieza también se registró otro tipo de huellas que pueden estar relacionadas con la misma actividad. Cervicales, las huellas encontradas no corresponden a ninguno de los casos descritos por Binford, sin b) embargo el tipo huella transversal profunda, realizada por corte-percusión, puede corresponder al seccionamiento del cuello, como una unidad de trozamiento primaria. Una de las costillas del medio/tardío registró el tipo (RS3) atribuida a la separación de ésta de las vértebras torácicas y de este modo obtener el costillar por separado. En cambio, en el temprano se consignó un tipo de corte realizado en el sector medial de la costilla, probablemente relacionado con el descarne. En las escápulas del alfarero medio/tardío se consignaron dos tipos de huellas (SlD) y (S2D), éstas corresponderían al desmembramiento de esta unidad y la marca (S3F) del alfarero temprano, se asocia a actividades de descarne. En el húmero solamente se evidenciaron huellas en el período alfarero medio/tardío, las marcas evidenciadas corresponden a actividades de desmembramiento. También en un radiocúbito proximal del mismo período de la siguiente huella (RCp5), ésta se asocia a tareas de desmembramiento, al igual que la marca (RCd2). Para el cuarto trasero sólo se evidenció una marca en el período alfarero medio/tardío, esta es una huella producto de descarne en una tibia, lo que correspondería a actividades realizadas antes del consumo. Finalmente, en el alfarero temprano, solamente se hallaron huellas de desmembramiento en el cuarto trasero, ubicadas en los tarsianos, astrágalo y metatarso proximal (TAl, TA2, Astl y MTp3). Estas marcas pueden corresponder al seccionamiento realizado en la tibia con el fin de separar una unidad de trozamiento conformada por los metapodios y falanges más el cuero del animal. Esta unidad tiene como objetivo el transportar el cuero hacia el sitio habitacional y de ahí procesar la fibra y el cuero de estos guanacos. Esta actividad fue descrita en pastores de la Puna Argentina por Yacobaccio (1991) y en sociedades cazadoras por Binford en 1981. A modo de corolario es importante señalar que durante ambos períodos alfareros en este sitio se estuvieron realizando actividades de procesamiento de guanacos, más aún, la alta frecuencia de huellas registradas reafirma lo antes planteado. Artefactos La población humana que habitó este sitio poseía claros conocimientos sobre las particularidades de los restos óseos y cómo éstos podían ser utilizados en la confección de instrumentos, ya que "los huesos utilizados como materia prima para la fabricación de instrumentos son seleccionados según sus cualidades plásticas, estructura, forma y tamaño" (Jackson, 1985:208). Los huesos de guanaco fueron utilizados principalmente para la confección de estos artefactos, tanto en el período temprano como en el medio/tardío, sin embargo en la primera ocupación alfarera se registraron dos chopes uno de ellos elaborado en hueso de lobo marino y el otro confeccionado en un trozo de un cetáceo no determinado, además de una aguja realizada en un hueso de ave. La gran variedad de instrumentos, tal como se aprecia en los cuadros 5 y 6, hallada en este sitio corresponde a los dejados como desechos en el depósito, a los abandonados aún en buen estado y aquellos en proceso de fabricación. En relación a este último punto se puede mencionar que existía una técnica bastante depurada en la preparación de cierto tipo de artefactos, ésta se registró desde los niveles alfareros tempranos hasta el período medio/tardío sin experimentar cambios. La técnica en cuestión era utilizada solamente en los metapodios de guanaco y ésta consistía en (ver figura 1) (piezas N°5 195, 196, 197, 22, 208 y 209): e) A y B) Aserrar el hueso en el sentido longitudinal a su eje con el fin de obtener tres láminas (ocasionalmente cuatro), los cortes se realizaban en lugares exactos que no variaron de hueso en hueso ni en el tiempo, pues los cortes vistos en piezas del temprano se repiten en otras del período medio/tardío. 45 CUADROS Alfarero temprano N" Artefactos 208 209 210 211 212 213 214 215 216 217 218 219 Preforma (Frag.) Preforma (Frag.) Punzón Punzón Aguja Tubo (Frag.) Chope Horador (Frag.) Punzón Frag. de probable Punzón Lezna (Frag.) Chope Largo 64,3 92,0 62,3 81,0 94,0 51 , 1 108,4 52,1 57,1 26,5 55,2 226,0 Ancho 12,2 14,0 A. Px. A. Ds. Esp. 39,5 21,1 41,3 19,5 10,9 6,3 5,9 4,1 4,4 11,0 6,5 3,8 4,7 4,6 24,5 A. Ds. Esp. 17,0 5,7 9,7 5,8 12,2 7,3 5,1 4,4 2,5 4,4 3,2 6,1 6,7 10,5 4,5 3,9 4,9 5,0 6,0 3,6 1,4 17,2 10,0 3,2 2,1 8,0 1,1 CUADR06 Alfarero medio/tardío N" Artefactos Largo 22 195 196 197 198 199 200 201 202 203 204 205 206 207 256 257 258 Preforma (Frag.) Punzón Preforma (Frag.) Preforma (Frag.) Punzón Artefacto N/1 (Frag.) Pulidor cerámico (Frag.) Cuchara o Espátula (Frag.) Artefacto N/1 (Frag.) Tubo (Frag.) Preforma (Frag.) Punzón Horador (Frag.) Taladro (Frag.) Probab le tableta Espátula Espátula 23,2 133,8 52,2 67,4 173,4 50,0 21 ,6 15,0 31,2 58,7 60,0 64,0 38,0 40,0 134,6 221,1 210,6 Ancho A. Px. 24,0 9,8 28,0 18,0 22,7 3,2 10,6 18,3 10,3 9,1 12,0 9,0 10,8 12,8 34,6 6,0 4,0 5,0 62,1 15,7 15,1 C y D) Alguna de estas piezas en la etapa de aserrado se fracturaban y quedaban como desecho, siendo abandonadas en el sitio. E) Otras luego de su fractura eran retomadas con el fin de generar otro instrumento, por lo general punzones, esto se aprecia en ambos períodos culturales. F y G) las láminas que resultaban intactas luego del aserrado se utilizarían para confeccionar el artefacto deseado. Esta etapa no ha sido detectada aún en el período temprano ignorando qué tipo de instrumento confeccionaban, sin embargo, en el alfarero medio/tardío se han registrado como ofrenda en enterratorios dos espátulas, por lo que se piensa que éste sería el producto final de esta refinada técnica, ya que el tamaño de estas espátulas coincide bastante bien con el largo de los metapodios de un guanaco. Es importante destacar que esta tecnología de confección de artefactos se halla presente en un buen número de piezas, por lo que no es una cosa aislada sino una tradición que supo mantenerse en el tiempo, variando tal vez el artefacto a confeccionar. Esta técnica también fue registrada en una pieza del sitio Tejas Verdes 1, adscrito culturalmente al complejo Aconcagua (Becker, C., 1993), esto no quiere decir que este sitio tenga filiaciones con este complejo, sino que la técnica tal vez tenga una amplia distribución y que por ahora sólo se ha notificado en este yacimiento. 46 Ahora bien, las categorías artefactuales fueron definidas en base a su funcionalidad y a la evidencia de huellas de uso 2 • En el caso de los llamados punzones se realizó un trabajo bastante más fino, ya que generalmente esta categoría involucra a casi todos los artefactos que evidencian un cierto aguzamiento no especificando su tarea, para este estudio se siguieron las categorías creadas por Semenov ( 1981) y se definió otras, todas ellas formuladas en base a sus huellas de uso. A continuación se describen las distintas categorías registradas en ambos períodos culturales: Horador, piezas Nos 215 y 206, esta categoría fue definida en los estudios realizados por Semenov de a) la siguiente manera: "el agujereado se lleva a cabo con una presión recta de la herramienta, en ese caso las huellas de desgaste, correspondiente al movimiento, serán rectilíneas, paralelas al eje del punzón" (Semenov, 1981: 39). Ambos artefactos fueron utilizados sobre un medio abrasivo suave. Taladro, pieza N° 207, este instrumento debido a su acción "debe dejar en la parte laboral de la lezna b) solamente un típo de huellas, en forma de líneas circulares perpendiculares a su eje, como consecuencia de la aplicación de un solo tipo de movimiento, la rotación (Semenov; op. cit.: 40). Esta pieza presentó evidencias de haber sido utilizada sobre un medio medianamente abrasivo. Lezna, pieza N° 218, esta categoría en lo relacionado con las huellas de uso es igual a la anterior, sin e) embargo, debido a su mayor fineza se decidió crear esta nueva definición. Punzones, piezas Nos 210,211,216, 195, 198 y 205, esta categoría no definida por Semenov, consta d) de todos aquellos instrumentos de puntas aguzadas que en su parte laboral muestran un tipo de huellas en espiral y oblicuas al eje del instrumento, actuando por lo general sobre superficies fuertemente abrasivas, no descartando aquellos que se ocuparon sobre medios medianamente abrasivos. Un hallazgo colateral fue el registrado en las piezas 205, 210, 211 y 216, donde las dos primeras muestran un torsión hacia la derecha y las últimas dos hacia la izquierda. Si se piensa que una persona diestra tendría un mayor ángulo de giro hacia la derecha, entonces, las piezas con ángulo de giro izquierdo corresponderían a individuos zurdos que utilizaron dichos artefactos. Tubos, piezas Nos 213 y 203, confeccionados a partir de trozos de huesos largos, su funcionalidad aún e) no está precisada. Agujas, pieza N° 212, realizada sobre un hueso de ave, presenta una punta bastante' aguzada con t) huellas de uso paralelas al eje del instrumento y utilizada en una superficie poco abrasiva. La utilización de este tipo de instrumentos, además de las torteras, hace factible la idea del uso de algún tipo de hilado en fibras de guanaco. Chopes, piezas Nos 214 y 219, ambos instrumentos corresponden al alfarero temprano y fueron g) realizados sobre un hueso de lobo marino y otro sobre un hueso de algún cetáceo no determinado. La forma de éstos en cuña. Pulidor, pieza N° 200, confeccionado a partir de una epífisis. Presenta claras huellas de uso, cuyas h) estrías indicarían que fueron producto del roce con objetos erosionantes como podría ser el pulir vasijas cerámicas. Espátulas, piezas Nos 257 y 258, estos artefactos fueron confeccionados en huesos largos siguiendo i) tal vez la técnica antes comentada. Éstas se presentan en un avanzado estado de deterioro producto de haber sido depositadas como ofrenda junto al enterratorio N° 5, corresponder(an a espátulas tipo "IIIb" (mango con terminación aguda y decoración lateral de figuras geométricas según Castillo 1992: 111 ). Este tipo de instrumentos se asocia al uso de alucinógenos; práctica claramente descrita para los pueblos del norte de Chile, los cuales influenciaron a las poblaciones del norte chico, siendo quizás estas últimas las que tomaron contacto con las de Los Coiles. Tableta, pieza N° 256, este instrumento también forma parte del ajuar del enterratorio, N° 5, en su j) confección se utilizó una escápula de camélido, seguramente guanaco, a la cual se le eliminó la espina escapular puliendo el borde y raspando sus caras (claras huellas de uso confirman lo antes dicho) con el fin de eliminar restos de tejido blando. Todo esto hace suponer la intencionalidad de utilizar la amplia 2 Para este paso se utilizó una lupa esterescópica con un aumento entre 1Ox y 25x. 47 superficie plana como una tableta para alucinógenos, más aún ésta se halla junto a las espátulas avalando lo antes mencionado. d) Ofrenda de restos de camélido en enterratorios En los enterratorios que se realizaron durante el período alfarero medio/tardío se ofrendó partes esqueletarias de camélidos, que según la determinación taxonómica efectuada a los materiales de los niveles habitacionales de este mismo período se registró la presencia de guanacos, entonces, es factible extrapolar que dichas ofrendas puedan corresponder al mismo animal. En seis enterratorios se consignó la presencia de patas de guanaco (se entiende por pata a los siguientes huesos: I Falange, II Falange y III Falange, además de los sesamoideos). Estas ofrendas se grafican en el Cuadro 7. La presencia de estas patas de guanaco, vincula a este yacimiento con los enterratorios hallados en el norte chico donde es común la ofrenda de camélidos en los cementerios (p.e. Cementerio Plaza de Coquimbo). En este caso no se halla el animal entero sino que alguna de sus porciones. Es importante destacar que las patas en su gran mayoría no corresponden a un mismo animal, es decir, según criterio de tamaño y edad, algunas patas delanteras y traseras de un mismo enterratorio no son del mismo guanaco, solamente en un caso se halló patas de un mismo animal. Entonces esta población tendría patas cortadas y guardadas desde antes y las utilizarían en los momentos del rito funerario . CUADRO 7 En t. 4 4 4 4 5 5 5 5 6 6 7 7 7 10 10 13 13 3 Ubicación de la ofrenda Fl F2 F3 Costado izquierdo del codo Cerca de la patella derecha Cerca de la mano izquierda Costado derecho de los pies Costado derecho del Puco Detrás del cráneo Costado derecho de la tibia Costado izquierdode la tibia Cerca del codo derecho Costado derecho de los pies Costado izquierdo del cráneo Costado izq. de la pelvis Costado derecho de los pies Costado izquierdo del húmero Costado derecho de la tibia Costado derech. frente a cost. Cerca de los pies 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 1 2 2 2 2 2 2 2 1 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 S E EF p A J J A A A A A A A A smf nf nf f f f f D D D T T T D D D D D D D T T T T A 2 2 2 2 2 2 J A A f smf smf nf nf f nf f No solamente patas de guanaco se ofrendaron en los enterratorios, pues el individuo N° 5 tenía dos espátulas de hueso además de un trozo de escápula con cierto trabajo, probablemente este último haya sido una tableta para alucinógeno y el individuo N° 6 tenía como ofrenda una costilla de camélido al costado izquierdo del fémur, ésta poseía un desbaste en una de sus caras, probablemente al descamarla y extraerla del conjunto de costillas para depositarla por sí sola. Esto está demostrando la importancia que se le atribuía al guanaco en el aspecto ritual de la funebria. Ahora bien, qué significado tiene la presencia de este animal en estos contextos funerarios, si generalmente se ha pensado que las ofrendas de camélidos están relacionados con actividades de domesticación, entonces, el hallar a un animal silvestre replantea la situación haciendo necesario revisar las colecciones de ofrendas de enterratorios del norte chico con el fin de determinar · especies, y así ahondar un poco en este aspecto ritual. 3 F 1, F2 y F3 son las falanges primera, segunda y tercera, respectivamente; S, los sesamoideos; E, la Edad del animal; EF, el estado de fusión de las falanges y P, la pata a la cual corresponde si es delantera (D) o trasera (T). 48 CONCLUSIONES A pesar de tener un material escaso en Jo cuantitativo, resultó ser bastante bueno en lo cualitativo, pues de ambos períodos culturales se pudo obtener una buena información, más aún, se tuvo la posibilidad de un contraste directo por ser dos ocupaciones en un mismo yacimiento. En ambos niveles no se presentó una gran cantidad de restos óseos, más aún si se piensa en la gran área excavada permite inferir que en esos sectores no se hallaban los lugares de actividad relacionados con el procesamiento de animales y los basureros donde depositaban dichos restos. Sin embargo, la distribución de los restos no puede ser tomada como un indicador, pues la acción de carnívoros modificó seguramente las acumulaciones realizadas por el grupo humano. En relación a las especies encontradas en ambos períodos culturales, se puede distinguir aspectos en común, como es la actitud del grupo humano de utilizar tanto el ambiente marino como el terrestre para obtener sus presas, no obstante, durante el alfarero temprano se aprecia una mayor variedad en la conformación de su dieta. Ahora bien, el hallazgo de restos de un colo colo, animal que solamente vive en árboles y en zonas boscosas de Chile, permite plantear que este grupo alfarero temprano se movilizó para cazar hacia el sector del cerro Santa Inés, ya que actualmente en este cerro aún se conserva un bosque de tipo relictual, además sería la zona boscosa relativamente cercana donde se podría hallar este felino. La· presencia de guanacos en estos contextos alfareros, en especial durante el período medio/tardío, el cual recibió principalmente influencias del norte chico, plantea la necesidad de revisar el proceso de domesticación formulado para la zona central, más aún, si en contextos del complejo cultural Aconcagua se halla presente la misma especie. De lo anterior se desprende que el centro de domesticación fue solamente el área andina y hacia estos lugares marginales la presencia de animales domésticos fue producto de un traslado y no de un proceso de domesticación independiente. Entonces, ¿en qué momento llega la llama a Chile central?, si para el año 1000 d.C. aún se encuentran animales silvestres, esto hace necesario hipotetizar la llegada de este animal junto al inca. Además la presencia de llamas plantea un cambio total en la actitud del grupo humano que las posee, ya que se necesita llevar este animal a sectores especiales de pastoreo con el consiguiente desplazamiento de la población, lo que significa un cambio en el patrón de asentamiento. Otro punto que se debe tomar en cuenta a la luz de la evidencia, es que al parecer este animal sería un bien escaso, por ello tardaría tanto en llegar a estos lugares. Por tanto, su arribo involucraría la aculturación del grupo humano residente por otro, el cual les enseñaría a manejar y controlar este nuevo animal. Este fenómeno se pudo haber ocurrido a través de los mitimaes durante el período inca, sin embargo estos planteamientos necesitan el apoyo de datos, por lo que se plantean a nivel hipotético hasta encontrar los sitios que afirmen o refuten Jo antes expresado. Durante ambos períodos culturales el guanaco fue una de las presas más apetecibles, pues los pocos restos óseos muestran una gran cantidad de modificaciones culturales, tanto huellas de corte, alteraciones térmicas o la creación de artefactos sobre sus huesos. Este animal era cazado y procesado fuera del lugar del habitación llegando sus presas ya faenadas, listas para realizar las actividades de consumo, los desechos, debieron ser arrojados en algún basurero fuera del área excavada, pues en ésta no se hallaron indicios de una acumulación importante de restos óseos. Otro aspecto de importancia es el desarrollo que tenían en la tecnología de confección de artefactos ambos grupos alfareros, tanto así que se mantuvo desde el temprano hasta el medio/tardío, modificando seguramente el resultado final, ya que se postula para el último período una confección de espátulas, en cambio, en el primero se desconoce el instrumento realizado. A modo corolario, se menciona la posibilidad de analizar diferentes contextos de un mismo sitio que pueden ser contrastados culturalmente, entregando valiosa información como la expresada en este artículo. AGRADECI MIENTOS El autor agradece las sugerencias realizadas en la determinación taxonómica y el acceso a las colecciones osteofaunísticas del Museo Nacional de Historia Natural a Juan Carlos Torres M. 49 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Adara, Luis y Antonia Benavente, 1990. Identificación de patrones óseos de camélidos sudamericanos. Santiago. Rev. Avances en Ciencias Veterinarias, Vol. 5 No 2, U. de Chile. Adara, Luis y Antonia Benavente, 1992. Identificación de indicadores en el esqueleto axil de camélidos sudamericanos. Santiago. Rev. Avances en Ciencias Veterinarias, Vol. 7 W 1, U. de Chile. Ávalos, Hernán y Jorge Rodríguez, 1993. Informe Parcial I/ Año del Proyecto Fondecyt No 91-0425. Santiago. Becker, Cristian, 1993. Algo más que 5.000 fragmentos de huesos. Memoria para optar al Título Profesional de Arqueólogo. Universidad de Chile. Behrensmeyer, Anna K., 1978. Taphonomic and ecologic informationfrom bone weathering. Paleobiology 4 (2). Benavente, Antonia; Adara, Luis; Gecele, Plinio y Claudia Cunazza, 1993. Contribución a la determinación de especies animales en arqueología: Familia Camelidae y Taruca del norte. Santiago, Universidad de Chile, Departamento Técnico de Investigación. Binford, Lewis, 1981. Bones: Ancient Men and Modern Myths . New York. Academic Press. Barrero, Luis, 1988. 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Las técnicas que aquí se han empleado son PIXE (Proton Induced X Ray Emission) y EDXRF (Energy Dispersive X Ray Fluorescence), disponibles en el Laboratorio de Física Nuclear de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Estudios analíticos en cerámica usando PIXE han sido realizados por otros autores con muestras de otros países (Fontes et al., 1984; Rye y Duerden, 1982; Brissaud et al. , 1985; Houdayet et al., 1982; Lagarte et al., 1985; Williams et al. , 1987). En PIXE se emplean haces de protones de 2,2 Me V generados por el acelerador ciclotrón y en EDXRF se induce fluorescencia X mediante fuentes radiactivas 2 . Ambas permiten cuantificar la abundancia de diferentes elementos químicos. En cerámica la determinación de la composición elemental se ha utilizado fundamentalmente para discriminar fuentes de procedencia de las arcillas, lo que abre el camino para comprender los sistemas de producción, intercambio y circulación de productos en la prehistoria. En hueso esta determinación permite inferir tendencias en la dieta y presencia de contaminantes, y establecer patrones de alimentación y uso de recursos, así como sistemas de asentamiento. Nuestra investigación tiene objetivos de diferente naturaleza: Un objetivo metodológico, que consiste en explorar la posibilidad de aplicar técnicas analíticas físicas multielementales como PIXE y EDXRF en materiales arqueológicos. Para esto se cuenta con equipamiento básico y la experiencia de un grupo de físicos que han empleado estas técnicas en problemas ambientales y en la composición de pigmentos. Existe también un objetivo aplicado, que pretende utilizar estas metodologías en la solución de problemas puntuales de la prehistoria. Nuestra región de estudio es Chile central y la problemática tiene que ver con la comprensión de las relaciones entre los grupos costeros y del valle central durante el período alfarero temprano. La arqueología de esta región ha tenido un desarrollo cuantitativo y cualitativo importante en los últimos diez años. Luego de la definición de cronologías culturales regionales, generadas sobre la base de estudios en el litoral, se están abordando temas más complejos, tales como la integración regional, sistemas de organización y formas de producción. La metodología tradicional de análisis comparativo permite sólo generar hipótesis. Y pensamos que técnicas especiales, tales como la composición elemental, pueden ayudar a contrastarlas. Se está trabajando con materiales de dos sitios arqueológicos, laguna El Peral-C (LEP-C) y El Mercurio (EM). LEP-C es un asentamiento costero Llolleo con fechas entre 420 y 710 d.C. para la fase desarrollada (Falabella y Planella, 1991). EMes un asentamiento de valle interior con fechas entre 300 y 1080 d.C . para la fase 11 (Falabella, 1994). 1 Proyecto Fondecyt N° 92-1052 y DTI "Funcionamiento del laboratorio de fís ica nuclear para investigación y docencia". *Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, U. de Chile. Ignacio Carrera Pinto 1045. Santiago de Chile. **Departamento de Física, Facultad de Ciencias, U. de Chile. Las Palmeras 3425, Casilla 653, Santiago de Chile. 2 Para mayores detalles sobre la metodología, ver Morales et al., 1994 y Dinator y Aspillaga, 1994. 53 MATERIALES En cerámica se escogieron las siguientes categorías de análisis: ' 1) Ollas alisadas en los dos sitios. Se ha constatado etnográficamente que las ollas para procesar alimentos son la categoría de mayor uso, con la mayor tasa de quiebre, y son en este caso también las de mayor tamaño y peso, lo que dificulta su transporte. Sobre la base de estos antecedentes, trabajamos con el supuesto que esta categoría es de producción y uso local (a nivel del sitio). Por lo tanto serviría como muestra de control para caracterizar las fuentes de arcilla de las dos localidades de estudio en Chile central. 2) Jarros pulidos de los dos sitios. Esta categoría se ofrenda en los enterratorios y posee características morfológicas muy similares en ambos sitios. Por análisis macroscópico de pasta, se ven grandes similitudes entre los jarros y ollas de EM; y diferencias entre estas categorías en LEP-C. Por otra parte, existen diferencias notorias entre las pastas de ollas de ambos sitios. En el caso de los jarros, se advierte mayor similitud. Como lo que percibimos bajo lupa son sólo los áridos, es factible que las diferencias entre jarros y ollas de un mismo sitio emanen de tipos y tamaños diferentes de desgrasante mezclados con la arcilla para producir vasijas funcionalmente diferentes. Con la aplicación de los métodos analíticos físicos PIXE y EDXRF se pretende verificar si las arcillas entre ellos es también diferente o similar. 3) Vasijas decoradas con hierro oligisto de El Mercurio y LEP-C. Esta categoría está representada en ambos sitios sólo por fragmentos que parecen corresponder a jarros con asa. Dada la similitud en las pastas entre LEP-C y EM y las diferencias entre éstas y otras vasijas de los mismos sitios, se desea constatar con PIXE y EDXRF la factibilidad de que estas vasijas procedan de lugares de producción diferentes. En hueso se está trabajando con la categoría "adulto" y, pese a la escasez de individuos, se está intentando visualizar tendencias por género en la muestra. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS Cerámica A la fecha se cuenta con resultados de los análisis de tres fragmentos de porciones diferentes de una misma vasija de LEP-C (cuello, cuerpo, base) (Tabla 1) y de 14 fragmentos representativos de otras tantas vasijas diferentes. Cada resultado representa el valor promedio de entre 3 y 5 análisis para cada fragmento. Éstos corresponden a 3 ollas de EM, 3 jarros con oligisto de EM, 3 ollas de LEP-C, 2 jarros con oligisto de LEP-C y 3 jarros pulidos de LEP-C (Tabla 2). l. TABLA 1 Concentración de elementos de tres fragmentos de una misma vasija de LEP-C Frag. # 4 Frag. # 5 Frag. # 6 Promedio Desv. St. Al 10,76 10,09 9,80 Si 19,69 19,35 18,82 K 1,67 1,66 1,69 Ca 1,48 1,42 1,53 Ti 0,43 0,43 0,47 Mn 0,063 0,034 0,059 Fe 4,48 4,31 4,61 10,08 0,56 19,29 0,36 1,67 0,01 1,48 0,05 0,44 0,02 0,052 0,013 4,47 0, 12 Elemento 54 TABLA2 Composición elemental de muestras de los sitios El Mercurio y laguna El Perai -C Al Si p K Ca Ti Mn Fe S Cu Si/Al K/Ca EM-#1 -olla EM-#8-olla EM-#1 0-olla EM-#40-oligisto EM-#41-oligisto EM-#42-oligisto 6.240 7.550 7.450 5.040 6.630 10.010 14.380 17.880 17.240 10.440 13.970 18.440 0,710 0,644 0,490 0,635 0,707 0,643 1.220 0,845 0,648 0,851 1.691 1.320 1.640 1.612 1.535 1.224 1.412 1.450 0,350 0,456 0,340 0,370 0,405 0,495 0,076 0,068 0,042 0,030 0,021 0,042 4.730 5.250 4.410 4.510 4.560 5.400 0,175 0,199 0,055 0,000 0,015 0,002 0,080 0,018 0,049 0,000 0,000 0,122 2.304 2.368 2.314 2.071 2.107 1.842 0,744 0,524 0,422 0,695 1.198 0,910 LEP-#2-olla LEP-#3-olla LEP-x#4,5,6 olla LEP-#44-o1igisto LEP-#46-o1igisto LEP-#50-jarro LEP-#51 -jarro LEP-#52-jarro 7.560 8.670 10.080 7.100 4.980 13.870 10.880 12.020 14.610 16.350 19.290 15.430 11.060 23.770 19.890 22.840 1.460 0,492 0,060 0,374 0,186 0,296 0,181 0,559 1.160 1.031 1.670 1.143 0,879 1.280 1.240 1.980 0,900 0,712 1.480 1.725 2.060 1.370 1.330 1.540 0,348 0,379 0,442 0,405 0,302 0,293 0,254 0,388 0,050 0,022 0,052 0,043 0,326 0,054 0,035 0,063 4.580 4.000 4.470 5.000 4.650 3.180 2.910 4.470 0,618 0,208 0,000 0,020 0,000 0,000 0,000 0,037 0,082 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,031 0,044 1.933 1.886 1.914 2.173 2.221 1.714 1.828 1.900 1.289 1.448 1.128 0,663 0,427 0,934 0,932 1.286 Identificación Los valores de las muestras #4, #5 y #6, que son parte de una misma pieza, son los más similares entre sí. Esto permite postular que los fragmentos individuales analizados serían realmente representativos de la vasija de origen. Los valores de los 14 fragmentos muestran tendencias claras al graficar la proporción Si/Al vs K/Ca (Figura 1). Se confirman las diferencias entre las ollas de EM frente a los jarros y ollas de LEP-C. Las muestras correspondientes a estas vasijas se agrupan en los dos extremos opuestos del gráfico señalando mayores similitudes entre las piezas de un mismo sitio arqueológico. Las muestras de vasijas decoradas con hierro oligisto, tanto de EM como de LEP-C escapan a este patrón acercándose al polo contrario. Lo que obliga a pensar en fuentes de procedencia diferenciales para éstas en cada sitio. 1.6 A ollaEM- .. . , ollaEM- ... A oligistoE ... , oligistoE... O oligistoLE ... , oligistoLE ... () jarroLEP ... , jarroLEP ( 1.2 <U 1 ~ .8 ..J•; ~ 1.4 \ () ......... <h/ \ 1 ¡ 1 ) 1 ¡~ r 1 V ~ __.....- /:::,. 1 ¡¡ 1 ¡ 1.8 1.9 2 Si/Al 1 2. 1 -.... ft o 1 1.7 ... , ollaLEP- ... ¡ .6 .4 1.6 e ollaLEP- In 2.2 l 2.3 A 2 .4 Figura 1 Valores de Si/Al y K/Ca. Hueso Se han procesado muestras de fémur de un individuo femenino de 20-24 años (#12) de EM y de un individuo femenino de 25-29 años (#11) de LEP-C (Figura 2). Este resultado, pese a corresponder sólo a un individuo por sitio y a un elemento cuantificado (Sr.), marca una diferencia notoria entre ambos: valor alto para la población costera y valor bajo para los del interior, tal como era de esperar, ya que el Sr. es muy alto en consumidores de mariscos. Este resultado augura buenas posibilidades con el método que se está implementando. 11. CONCLUSIONES Se han realizado etapas importantes para la puesta en marcha de la utilización de las técnicas PIXE y EDXRF en arqueología. Se han obtenido resultados positivos en la precisión de los análisis y en la preparación de muestras tanto de cerámicas como de huesos arqueológicos. Así como resultados preliminares que permiten segregar, en categorías amplias, muestras de lugares costeros y del interior. 56 Concentraciones de Sr en sitios costeros e interior Algunos de los problemas más importantes resultan, en cerámica, aparentemente de la poca diferenciación geológica regional. Las categorías antes mencionadas son muy generales y no permiten por ahora discriminar entre fuentes de arcilla de una misma localidad. Otro problema deriva del rango de elementos que están siendo detectados y eficientemente cuantificados. Éstos no incluyen elementos traza, es decir, los que se encuentran en cantidades extremadamente bajas en un depósito natural. Y es probable que sean éstos los más indicados para establecer diferencias en un medio geológico como el de Chile centraL En huesos el desafío está en los elementos que se pueden cuantificar para obtener información confiable. A la fecha sólo hemos explorado tendencias en los datos realizando análisis bivariados porque no contamos con un número de muestras que sea estadísticamente significativo. Por lo que estos resultados sólo señalan un rumbo hacia donde creemos se dirigirá la interpretación cuando dispongamos de suficientes análisis. BIBLIOGRAFÍA Fontes, P.; Brissaud, J.; Lagarde, G.; Leblanc, J.; Person, A.; Saliege. J.F. y Heitz, Ch. PIXE ana lysis and provenance study of archaeo logical potsherds from Wes Africa . Nuclear Instruments and Methods in Physics Research. 1984; B3: 404-407 . Houdayer, A. J.; Beaudoin, P. y Lessard. l .' A new methodfor preparing thin sa111ples ofpottery sherds for PIXE analysis. Nuclear Instruments and Methods in Physics Research. 1982; 202: 487-491. 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Se ubica sobre una duna estéril, a 640 m de la ribera norte del río Reloca, y a 1.620 m de la actual línea de costa, situándose a una altitud máxima de 25,0 msm. Se distinguen dos sectores: el Sector N° 1, ubicado en el sector más alto, conforma un concha! monticular estratificado parcialmente expuesto; el Sector N° 2, se ubica a una cota más baja, determinado por depósitos superiores al metro de potencia, expuestos debido a la intensa disturbación antrópica. 2. EXCAVACIÓN Y ESTRATIGRAFÍA En primer término, se trazó un grid sobre el sitio, con ejes de 50 m en dirección norte-sur y 100 m en dirección este-oeste, definido por celdas de 2 m de lado. De esta forma, se excavó en el sector 1 un total de siete cuadrículas de 2 x 2m (D9, E9, F9, 09, EIO, FlO, O 10), siendo rebajadas y registradas mediante la combinación de niveles arbitrarios de 1Ocm, y estratigrafía natural. El depósito muestra un total de 7 estratos, con una profundidad máxima de 110 cm. El estrato 1 corresponde a una ocupación alfarera superficial; el estrato 11, caracteriza al segundo asentamiento arcaico (Oaete, N. y R. Sánchez, 1993); y, los estratos lilA, IIIB, IVA, IVB, y V, al primer asentamiento arcaico. Estratigráficamente, los episodios que conforman el primer asentamiento arcaico van desde el inicio del depósito (estrato V) hasta el fin de dicha ocupación (estrato III A). El depósito puede ser caracterizado como un basural de conchas, arena, ceniza, y materia orgánica descompuesta, de coloración grisácea, textura semicompacta y granulometría fina a gruesa. Contiene material lítico, óseo y de concha. Por otra parte, en la estratigrafía observada fue posible reconocer un total de 4 pisos ocupacionales, los cuales demarcan distintos momentos de ocupación y depositación de basuras en el sitio. Piso 2: corresponde al techo del estrato Illb (Rasgo Ab). Piso 3: corresponde al techo del estrato IV a (Rasgo Bl). Piso 4: corresponde al techo del estrato IVb (Rasgo B2). Piso 5: corresponde al techo del estrato V (Rasgo F). Finalmente, se registró la presencia de un fogón en el estrato V (Cuadrículas 09-010: Rasgo E); una estructura de piedras sobre el techo del estrato V (Cuadrículas E9-El0: Rasgo D); y un bolsón de basuras compactas compuesto por valvas de choritos en el estrato V (Cuadrícula E9: Rasgo 0). 3. DATACIÓN ABSOLUTA Se cuenta con cuatro fechados por radiocarbono, procesados por el laboratorio Beta Analytic sobre muestras tomadas en excavación: Las cuatro muestras corresponden a concha. 59 Se cuenta con fechas que cubren un rango de tiempo de 560 años, aproximadamente, que cubren la totalidad del primer asentamiento arcaico, desde el inicio (muestra N° 4), hasta el fin de la ocupación (muestra N° 1). Se cuenta, además con dos fechas intermedias, las cuales datan los pisos ocupacionales 4 (muestra N° 2) y 5 (muestra N° 3). 4. Muestra N° Lab. Procedencia Naturaleza NOJ Beta-60 152 Cuadr. : E9 Estrato: IIIA Nivel: 15 cm Fissurella sp. 4850 ± 80 Ap N°2 Beta-60153 Cuadr.: F9 Estrato: IVB Nivel: 50 cm Concho/epas concho/epas 5000±70 AP N°3 Beta-60154 Cuadr. : 09 Estrato: V Nivel: 70 cm Concho/epas concho/epas 5280±60 AP N°4 Beta-60155 Cuadr.: FIO Estrato: V Nivel: 85 cm Concho/epas concho/epas 5410 ± 80 AP Fecha EL ASENTAMIENTO El primer asentamiento, el que puede ser caracterizado como campamento base, se inicia hacia el 5.410 AP, cuando un grupo de cazadores-recolectores se instala sobre la parte alta de una duna estéril (estrato VI), la que ocupa el sitio en diferentes momentos, hasta que hacia el año 4.850 AP lo abandona definitivamente. El campamento, ubicado sobre la parte alta de una duna, permitía una visibilidad excelente hacia los sectores más bajos dados por la desembocadura del río Reloca, vegas y praderas asociadas, y el litoral adyacente, en directa relación con el acceso a los recursos que les ofrecía el entorno. Cabe la posibilidad que la línea de costa, en la época que éstos ocupan el sitio, se haya situado mucho más cerca de éste, dadas las evidencias areales de embancamiento y relleno que produjo el máximo avance de las dunas. Los recursos presentes en el depósito, referente del patrón de subsistencia, permiten postular un acceso estable y continuo a la fauna malacológica del intermareal rocoso y arenoso, fauna ictiológica, y mamíferos marinos y terrestres, lo cual ha quedado registrado por la densa acumulación de basuras, que conformó un gran concha! monticular. El sector costero, donde se localiza este yacimiento, presenta una abundante gama de micronichos integrales y estables, en donde cualquiera de ellos pudo ser explotado con la misma eficiencia, lo que sumado a la naturaleza de los recursos presentes en el sitio, hace dable pensar que la ocupación y explotación del litoral pudo haber sido continua durante el ciclo anual, dado que estos ambientes ofrecen recursos a los que se puede acceder en cualquier estación del año. El yacimiento muestra un rico y variado inventario cultural que da cuenta de la diversidad e intensidad de las actividades llevadas a cabo en el campamento. Es posible afirmar que se llevaron a cabo actividades relacionadas con la pesca, caza y recolección, tales como faenamiento de animales, desconcharniento, preparación de cueros, extracción de médula, elaboración de artefactos de hueso, actividad de molienda, preparación y consumo de alimentos. Una actividad escasamente representada, es la de talla y elaboración de artefactos líticos, la cual pudo haber tenido un locus específico no evidenciado hasta el momento. El trabajo de la piedra puede ser caracterizado como una industria a partir de cantos rodados de origen local, donde se destaca la presencia de un conjunto de instrumentos de formas lanceoladas fabricados a partir de bifaces, principalmente puntas de proyectil y cuchillos-raederas, junto a otros instrumentos 60 elaborados a partir de cantos rodados o lascas espesas, tales como tajadores, raedera-raspadores, sobadores y manos de moler. La población que habitó este campamento base era portadora de un sólido conocimiento en el trabajo de la piedra y del hueso, demostrado por el registro de un patrón de puntas de proyectil lanceoladas, y otro de punzones, leznas y partes de artefactos de pesca (potera, anzuelo compuesto) de hueso. El patrón de puntas lanceoladas los enmarca dentro de una amplia tradición de cazadores arcaicos andinos (Lanning y Harnmel, 1961; Lynch, 1967; Schobinger, 1969; Willey, 1971; González y Lagiglia, 1973; Gambier, 1974; Lagiglia, 1979; Núñez, 1980, 1983). BASE DE DATOS: Material artefactual por estrato Material Lítico: Lasca Lasca fracturada Lámina Desecho de Talla Núcleo Fragmento de Núcleo Percutor Tajador Cuchillo Cuchillo-Raedera Raedera Raedera-Raspador Raspador Punzón Cuña Yunque Sobador Afilador Lito Horadado Lito Pulido Punta de Proyectil Mano de Moler Piedra de Moler Mortero Material óseo: Punzón Hueso Inci so Aguja Cuña Espátu la Material de concha: Adorno 5. TOTAL ESTRATOS ÍTEM IIIA IIIB IVA IVB D V 23 21 30 50 25 29 41 40 2 28 2 4 1 3 o 25 26 2 10 o o o 10 25 1 3 8 o 5 1 2 o o 4 2 o 1 o o o 1 o o o o o o o o o o o o o o o 1 2 1 2 1 o o o o 1 1 5 2 4 2 4 1 2 o o o 6 2 2 1 o o o 1 1 5 1 o 1 5 4 3 1 o o o 2 3 o o 1 1 o o o o o o o 1 o o o 2 o 3 o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 2 o 1 3 5 o 4 2 o 4 144 167 4 81 5 21 3 3 2 6 5 2 1 o o o o o o o 4 9 o 1 9 18 15 8 2 9 17 o o 2 4 1 1 1 3 2 3 11 DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL CULTURAL 5.1. MATERIAL LÍTICO El material lítico fue analizado en base a una clasificación morfo-funcional (Bate, 1971), definiendo de esta forma distintas categorías funcionales, diferenciadas por sus características morfológicas, las cuales fueron descritas en base a un conjunto de atributos correspondientes a los criterios morfológicos, funcionales, tecnológicos, métricos y petrográficos (ver Informe Fondecyt Primer Año). 61 Derivados de núcleo sin modificación Corresponden a derivados de núcleo sin modificaciones intencionales, es decir, lascas enteras y fracturadas, láminas y desechos de talla, de tamaño pequeño a mediano (10 a 30 mm), la mayor parte (80%). Entre las características principales de lascas y láminas, se registró en las piezas: talón no preparado con corteza, preparado plano, quebrado y no identificado. Con respecto al anverso, muchos ejemplares presentan corteza, no evidenciándose indicios de preparación del borde adyacente al talón, así como negativos de lascas previamente desprendidas por la técnica de percusión. En relación al reverso, los ejemplares presentaron estrías, ondas radiales y desportillamiento bulbar en muchos casos. Por otra parte, es posible que se haya utilizado su filo vivo en 4 lascas, a lo menos, con función probable de raer y/o cortar. Núcleo Corresponden a 5 cantos rodados, 4 de tamaño mediano y 1 grande, los cuales no presentan preparación. La superficie evidencia negativos de lascas desprendidas por percusión directa, 4 así como estrías, ondas radiales y negativos de desportillamiento bulbar. Un ejemplar no presenta corteza. Tres ejemplares muestran presencia de pigmento de color ocre sobre parte de su superficie (E9/IIIB, ElO/D y FIO/IVB). Además, se registran 21 fragmentos de núcleo. Pieza No 2 3 4 5 Cuadr. E9 D9 El O FlO FlO Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor IIIB !VA D IVB IVB 65 64 165 76 62 61 48 42 55 102 43 48 Dimensiones (mm) llO 66 60 Percutor Se registran 3 ejemplares sobre cantos rodados de forma esferoidal, de tamaño mediano, utilizados para la acción de percutir, Jo que ha dejado huellas de trituramiento generalizado e irregular. Uno de éstos muestra pigmento ocre en su superficie (EIO/d). Pieza No 6 7 8 Cuadr. E9 D9 El O Estrato o Rasgo Largo Ancho IIIA IVB D 60 67 60 64 Dimensiones (mm) * Espesor * 51 52 *No detenninable. Tajador Corresponden a 12 ejemplares. Se registran 5 sobre cantos rodados de formas circulares o subcirculares, de sección tendiente a biconvexa o plano-convexa, y que muestran uno de sus extremos preparados mediante astillamiento, mostrando un borde activo en forma de cuña. El astillamiento ha sido producido por percusión, dejando cicatrices concoidales en el lado percutido, mientras que el otro no presenta huellas de desbastamiento. Estos instrumentos debieron usarse para cortar por percusión. Los otros 7 ejemplares presentan retoque distal sobre matrices de grandes y gruesas lascas desprendidas de cantos rodados. Éstos muestran un borde activo convexo sinuoso y de perfil recto sinuoso, en ángulo oblicuo y abrupto. El astillamiento ha sido producido por percusión, y es unifacial simple, dejando cicatrices concoidales hacia la cara de fractura (reverso). Éstos pueden haberse usado para cortar-desgastar por percusión. Dos ejemplares, además, muestran huellas de haber sido utilizados como yunques y percutores. 62 Pieza No Cuadr. 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 E9 F9 E9 E9 F9 FIO E9 F9 FIO E9 E9 F9 Estrato o Rasgo Dimensiones (mm) Largo Ancho Espesor lilA IIIA D D IVA IVA IVB IVB IVB V V V 50 64 48 75 65 47 52 90 49 92 62 68 97 78 67 20 31 10 22 32 9 35 22 14 25 23 40 Hecho sobre 72 73 53 89 76 76 74 73 99 Lasca espesa Canto rodado Lasca Lasca espesa Canto rodado Lasca Canto rodado Lasca espesa Lasca Lasca espesa Canto rodado Canto rodado Cuchillo Se registran 2 ejemplares. Uno de ellos (09/IVB), es un bifaz de forma lanceolado, seccwn biplana, retocado por presión. El otro, es un cuchillo lateral con retoque bifacial, por presión, y borde activo recto. Pieza No Cuadr. 21 22 G9 E lO Estrato o Rasgo Dimensiones (mm) Largo Ancho Espesor IVB IIIB 41 34 21 18 3 9 Forma Lanceolado Cuchillo-raedera Corresponden a 6 ejemplares, todos bifaces, de sección biconvexa, retocados por presión. Cuatro piezas son de formas lanceoladas, presentando un leve rebaje o insinuación de pedúnculo para enmangue. Los otros, son más pequeños y de formas irregulares. Pieza No Cuadr. 23 24 25 26 27 28 G9 G9 G9 E lO E lO F IO Dimensiones (mm) Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor IVB IIIB V IIIB D IVB 39 29 43 35 21 46 25 18 27 28 18 27 6 5 6 6 4 7 Forma Lanceolado Lanceolado Lanceolado Lanceolado Raedera Tres corresponden a raederas laterales, de sección tendiente a plano convexa, con retoque a presión unifacial y borde activo tendiente a recto . Las 2 restantes son bilaterales, una con retoque bifacial y la otra unifacial, y ambas con borde activo convexo. Pieza No Cuadr. 29 30 31 32 33 D9 D9 D9 E9 G9 Dimensiones (mm) Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor IIIA IIIA IIIA IIIA IVB 42 38 28 41 59 23 19 20 27 30 7 3 7 10 9 63 Raedera-raspador Se registran 2 ejemplares. Una es una raedera-raspador lateral, con retoque unifacial por percusión y bordes activos cóncavos abruptos, elaborados sobre lascas que presentan corteza. La otra es una raedera-raspador de forma subdiscoidal, que presenta todo su contorno rebajado por percusión. Pieza Cuadr. No 34 35 D9 E9 Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor IIIA lilA 62 66 50 36 13 9 Dimensiones (mm) Raspador Corresponde a un ejemplar de forma lanceolada, de sección plano-convexa y dorso alto, con retoque por presión bilateral unifacial. Estrato Pieza Cuadr. No 36 F9 Dimensiones (mm) o Rasgo Largo Ancho Espesor V 44 18 6 Punzón Se registra un punzón lítico de forma ojival, sección biconvexa, bordes convexos, base recta y punta aguzada, el cual puede corresponder a parte de un artefacto de pesca (pesa de anzuelo). Estrato Pieza Cuadr. No 37 E9 Dimensiones (mm) o Rasgo Largo Ancho Espesor lfiA 56 11 9 Cuña Corresponde a un ejemplar sobre lasca, que presenta retoque distal unifacial y borde activo en forma de cuña, así como en su sección proximal muestra huellas de trituramiento por percusión. Pieza Cuadr. No 38 FIO Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor JVB 32 42 10 Dimensiones (mm) Yunque Corresponden a 4 ejemplares sobre cantos rodados de sección biplana o biconvexa, que presentan una o ambas caras con huellas de trituramiento, producto de percusión indirecta debida al apoyo sobre dicha superficie del lito a percutir (percusión bipolar). Dos piezas presentan bordes con huellas de percusión; otro, completamente cubierto de hollín. Pieza Cuadr. No 39 40 41 42 E9 El O FIO E9 Estrato o Rasgo Dimensiones (m m) IIIA D IVA IVB Largo Ancho Espesor 81 103 93 65 47 85 75 32 52 28 39 92 64 Sobador Corresponden a 9 ejemplares sobre cantos rodados o areniscas, de formas circular ovalado, elíptico, irregular, o no determinable, con sección biconvexa, plano-convexa, bicóncava, o no determinable, los cuales presentan sus superficies con una fina abrasión uniforme. Dos ejemplares muestran pigmento color ocre en sus superficies (F9/IIIA y D9/IVA), y otro se muestra fracturado y reutilizado como tajador (ElO/IVB). Pieza No Cuadr. 43 44 45 46 47 48 49 50 51 F9 El O D9 E lO D9 F9 El O El O FIO Dimensiones (mm) Estrato o Rasgo Forma Largo Ancho Espesor 82. 69 42 * * 54 85 74 64 60 49 74 33 43 53 77 lilA IIIB !VA !VA IVB IVB IVB IVB IVB * 18 24 15 36 23 35 * * * Irregular Nodeterm. Circular Circular Elíptico Ovalado Circular Irregular No determ. *No determinable. Afilador Corresponde a un bloque fracturado de arenisca, de sección biplana, el cual en sus superficies presenta múltiples estrías longitudinales y transversales, producto de la acción de afilar o reavivar los filos de los instrumentos. Pieza No 52 CÚadr. E9 Dimensiones (mm) Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor IVB 66 50 25 Lito horadado Se presenta un ejemplar fracturado, sobre canto rodado, el cual registra una horadación de 16 mm de diámetro, la cual fue ejecutada por percusión y abrasión, realizada por las dos caras. Pieza No Cuadr. 53 FIO Dimensiones (mm) Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor IIIA * 67 14 *No determinable. Lito pulido Corresponde a 9 ejemplares de formas tendientes a ovoidales o elípticas, de sección biplana o biconvexa, con bordes rectos o recto-convexo, presentando las superficies pulidas. Tres ejemplares muestran pigmento de color ocre en sus superficies. Puede tratarse de artefactos cuya función sea la de pulir-sobar, u otra desconocida. 65 07Ch014/G9 /IVB/23 07Ch014/E1 0/IIIB/22 07Ch014/G9 /IVB/21 07Ch014/E1 0/IIIB/26 07Ch014/G9 /V/25 07Ch014/G9 /IIIB/24 07Ch014/09 /IIIA/29 07Ch014/F1 0/IVB/28 9?Ch914 /é 10/D/27 Se m 0 66 ir ·~ 1 . . - ' \ 1 \ ' ' ·, J: :l. 11!7Chi1!14/E9/IIIA/32 07Ch014/09/IIIA/31 07Ch014/09/IVA/30 o 11!7Chi1!14/E9/IIIA/37 07Ch014/E9/IIIA/35 07Ch014/G9/IVB/33 07Ch014/F!0/IVB/38 07Chi1!14/F9/V/3G 07Ch014/09/IIIA/34 11! Se m 67 Pieza No Cuadr. 54 55 56 57 58 59 60 61 62 F9 F9 El O E lO El O F9 El O E lO E9 Estrato o Rasgo Dimensiones (mm) Forma Largo Ancho Espesor 85 32 50 22 42 42 39 25 39 34 7 21 4 10 9 Elíptica Elíptica Ovoidal * Elíptica Elíptica Elíptica Elíptica lilA IIIA IIIA IIIA IIIA IIIB D D IVB * 31 * * * 44 81 * 4 7 7 * * No determinable Puntas de proyectil Corresponden a 18 ejemplares, 10 de ellas enteras, las cuales fueron agrupadas de acuerdo a atributos morfológicos, registrándose las siguientes formas: Puntas de proyectil lanceoladas de base recta Se registran tres ejemplares de base tendiente a recta, con sección transversal biconvexa y bordes ligeramente convexos, y de perfíl recto sinuoso en ángulo oblicuo. El astillamiento es bifacial, realizado por presión, dejando negativos de cicatrices mayormente concoidales. Tienden a ser piezas poco elaboradas. Pieza No Cuadr. 63 64 65 E9 F 10 D9 Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor !VA !VA V 51 52 34 24 22 18 8 9 4 Dimensiones (mm) Tamaño Grande Grande Mediana Puntas de proyectil lanceoladas de base convexa Se registran 7 ejemplares de base convexa o tendiente a convexa, sección transversal biconvexa, con bordes laterales convexos, y de perfil recto sinuoso en ángulo oblicuo. El astillamiento es bifacial, realizado por presión, dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Pieza No Cuadr. 66 67 68 69 70 71 72 E9 F9 G9 El O D9 E9 E10 Dimensiones (mm) Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor !VA IVB IVB IVB V V V 33 58 37 43 42 41 36 17 23 18 20 17 21 16 6 8 8 6 6 6 6 Tamaño Mediano Grande Mediano Mediano Mediano Mediano Mediano Puntas de proyectil fracturadas Se registran 8 fragmentos. En 5 ejemplares es posible inferir formas lanceoladas, con sección transversal biconvexa. En los demás casos no es posible inferir formas. 68 Se m 0 07Ch014/E9/IVA/66 07Ch014/F10/IVB/64 07Ch014/E9/IVA/63 07Ch014/F9/IVB/67 07Ch014/E10/IVB/69 1 ~ 07Ch014/E9/V/71 • 1 1 ~ 07Ch014/E10/V/72 07Ch014/D9/-V/70 69 07Ch014/G9/I VB/68 1 <f////f!!IIIUII 07Ch014/E9/V/65 Pieza No Cuadr. 73 74 75 76 77 78 79 80 E9 E lO F9 F9 El O El O D9 E8 Estrato o Rasgo Sección Presente Forma Distal Medial X X IIIA IIIA IIIB !VA !VA !VA IVB IVB Basal X X X X X X X X X X Lanceolada Nodeterm. No determ. Lanceolada No determ. Lanceolada Lanceolada Lanceolada Artefactos de molienda Corresponden a 25 ejemplares enteros o fracturados, de manos de moler, piedras de moler y morteros. Se registran 4 manos de moler enteras, 5 mitades y 6 fragmentos, determinándose formas elíptica, ovalada, rectangular, pentagonal y subcuadrangular, con secciones biplanas, plano-convexas y biconvexas. Una mano muestra pigmento de color ocre en sus superficies (09/IVB), y otras dos muestran huellas de trituramiento en sus bordes (EIO/IVA y E9/IVA). Las características propias de cada ejemplar se presentan en los cuadros siguientes: Pieza No Cuadr. 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 D9 F9 F9 F9 EIO El O EIO El O E9 EIO G9 G9 FIO FIO D9 Estrato o Rasgo IIIA IIIA IIIA lilA IIIB D D D !VA !VA IVB !VB IVB IVB V Dimensiones (mm) Forma Largo Ancho Espesor 51 * 42 40 * * 55 * 60 * 94 67 * 95 * * * 92 * 76 74 58 67 39 30 46 58 55 37 38 36 49 58 * 48 * * * * * Ovalada * * Pentagonal * Ovalada * * Elíptica Eliptica Subcuadr. Rectang. * * * Con t. Forma • 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 Sección Extremos Bordes Biconvexa Convexos * Convexos * * Convexos Convexos Convexos Rectos Convexos Convexos * Convexos Rectos Convexos Convexos Convexos Convexos Convexos Convexos Convexos Convexos Convexos Convexos Convexos Biplana Biplana Plano-convexa Biconvexa Plano-convexa Plano-convexa Biplana Plano-convexa Biconvexa Biconvexa Plano-convexa * Plano-convexa * Recto-convexo * * *No determinable. 70 Caras Utilizadas Presentes Forma de la cara Utilizada todas Convexas Plana Planas Planas Plana-convexa Convexas Plana-convexa Plana Planas Plana-convexa Convexa Plana (1 )-convexa(4) Plana 2 6 2 todas 2 2 2 5 * * Plana Además se registran 8 fragmentos de piedras de moler, los que muestran parte del borde y de la superficie de abrasión plana. Otros dos corresponden a morteros sobre arenisca, mostrando una o más concavidades, todas de tamaño pequeño y escasa profundidad. Pieza No Cuadr. 96 97 98 99 lOO 101 102 103 104 105 Estrato o Rasgo D9 FlO FlO D9 El O El O FlO FlO FIO FlO lilA lilA liJA IIJB D D IVB IVB IVB V Dimensiones (mm) Tipo Diámetro Profund . * * * * * * 14 * * * Piedra de Moler Mortero Piedra de Moler Piedra de Moler Piedra de Moler Mortero Piedra de Moler Piedra de Moler Piedra de Moler Piedra de Moler * * * 80 * * * * *No determinable. 5.2. MATERIAL DE HUESO Dentro de esta categoría se incluye un conjunto de instrumentos trabajados en hueso, los que pueden ser clasificados de acuerdo a sus formas, como punzones, agujas, sobadores, espátulas y otros. Punzón Se registra un total de 17 instrumentos, de los cuales 13 se presentan enteros, los que pueden corresponder a punzones, leznas, o partes de artefactos de pesca (potera, anzuelo compuesto), elaborados a partir de diáfisis de hueso largo. La mayoría presenta sus superficies fuertemente pulimentadas, y uno de ellos muestra restos de pigmento de color rojo adherido. Se caracterizan por presentar formas alargadas, con sección transversal biplana, plano-convexa y biconvexa, con bordes convexos. Presentan uno o ambos extremos apuntados, o bien un extremo apuntado y el otro romo. Se reconocen piezas de tamaño grande, mediano y pequeño. Pieza No 106 107 108 109 110 111 112 11 3 114 115 116 117 118 119 120 121 122 Cuadr. E9 E9 F9 G9 D9 E9 G9 FlO D9 E9 E9 E9 F9 F9 G9 G9 G9 Dimensiones (mm) Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor lilA !VA IVA !VA lVB IVB IVB IVB V V V V V V V V V 50 40 117 46 40* 40* 63 90 51 70 44 41 35 60 93 31* 54* 6 7 15 9 8 ll 9 9 lO 9 10 8 ll 9 9 8 8 3 5 8 5 5 8 6 7 5 5 5 4 9 6 7 4 6 Observaciones *Fracturado: medidas observadas 71 Entero Entero Entero Entero Fragmento Fragmento Entero Entero Entero Entero Entero Entero Entero Entero Entero Fragmento Fragmento Huesos con incisiones Corresponde a un fragmento de costilla, la cual muestra cinco incisiones lineales pequeñas en una de sus caras. Pieza No 123 Cuadr. G9 Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor IVB 46* 6* 3* Dimensiones (mm) Observaciones Fragmento * Fracturado: medidas observadas. Aguja Se registran dos ejemplares, bastante finos, de seccwn transversal tendiente a circular o biconvexa. Presentan un extremo muy aguzado, y el ejemplar entero presenta, además, el otro extremo romo y una muesca en dicho borde. Pieza No 124 125 Cuadr. FIO F9 Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor lliA IVB 40* 39 5 5 4 5 Dimensiones (mm) Observaciones Fragmento Entero *fracturado: medida observada. Cuña Se registran tres ejemplares que muestran un extremo pulido, de forma convexa, rebajado bifacialmente presentando un ángulo agudo en forma de cuña. El ejemplar entero presenta sección transversal biconvexa, y el otro extremo tendiente a recto. Un ejemplar se presenta pigmentado de color rojo. Pieza No 126 127 128 Cuadr. F9 G9 FIO Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor IVB IVB V 113* 55 * 35* 40 18* 29* 17 11 * 8* Dimensiones (mm) Observaciones Entero Fragmento Fragmento *Fracturado: medidas observadas. Espátula Se registran dos ejemplares que muestran una concavidad o rebaje en uno de sus extremos, mostrando una sección transversal tendiente a cóncava-plana. Pieza No 129 130 Cuadr. FIO E9 Estrato o Rasgo Largo Ancho Espesor lilA V 24* 123 12* 12 * Dimensiones (mm) Observaciones 5 Fragmento Fragmento *Fracturado: medidas observadas. 5.3. MATERIAL DE CONCHA La concha trabajada se expresa en el sitio mediante dos grandes categorías. Una de ellas comprende los adornos hechos en concha, defissurella principalmente. La otra comprende un abundante ítem de artefactos, 72 07Ch014/E9/IVA/107 -o i .-~JHIIrJp . 1. . ' -e . .. _¡(J]Jp 07Ch014/E9/IIIA/10 5 07Ch014/G9/IVA/109 .'/. ·-· -----(/fb 07Ch014/F9/IVA/108 ---·· 07Ch014 / G9 / IVB/112 07Ch014/FI0/IVB/11 3 07Chllll4 / D9 / IVB/lllll 07Ch014 / E9 / IVB / lll lll 73 5cm 07Ch014 / F9/V/118 07Ch014/E9/V/11G 07Ch014 / E9 / V/ll7 07Ch014/G9/V/121 07Ch014 / D9 / V/ ll4 e---- 07Ch014 / F9 / V/1 19 ([[[j]P07Ch014 / E9 / V/115 ~--- 07Ch014 / G9 / V/ 120 5cm 74 -~ -fl!I///!J!JIIJI 07Ch014/F!0/V/128 ~ -· -· 07Ch014/F9/IVB/125 07Ch0!4/G9/IVB/127 ·-t/JD) -(Jfb ; . -(JfJJ 07Ch014/F10/IIIA/129 • 07Ch0!4/F9/IVB/!25 07Ch014/F!0/ll!A/124 • 07Ch0!4/E9/V/!30 0 75 5cm de formas circulares, elípticas, ovales e irregulares, elaborados en concha y que presentan sus superficies y bordes pulimentados, los cuales se encuentran en estudio, dado que no hemos logrado asignarles todavía una posible funcionalidad. Adornos Se registran 11 ejemplares, de los cuales 10 pueden ser descritos como "cuentas", y uno como "pendiente". Pieza No 131 132 133 134 135 136 137 138 139 140 141 Cuadr. D9 D9 E9 FIO F10 D9 E9 G9 E9 E9 E9 Estrato o Rasgo Dimensiones (mm) Largo Ancho Espesor IIIA IIIA IIIA IIIA IIIA IIIB IVB IVB V V V 25 13 18 19 11 15 11 16 9 20 13 13 8 13 12 8 7 9 1,5 4 7 1 Forma 1 2 10 6 11 7 1,5 1,5 Ovoidal1arga Ovalada Ovalada Ovoidal Ovalada Ovoidal1arga Parabólica Ovoidal Elíptica Ovoidal1arga (1) Elíptica (1) Corresponde al "pendiente". 6. DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL ECOFACTUAL El material ecofactual registrado corresponde a restos óseos, malacológicos y minerales. 6.1. MATERIAL ÓSEO Se cuenta con un registro aproximado de 7.000 huesos, enteros o fragmentados, correspondientes a peces, lo cual permite postular que esta población accedió a tales recursos ictiológicos, determinándose hasta el momento la presencia en el depósito de jurel, corvina, merluza, pejesapo, cabinza, pejegallo y lenguado. Estos cazadores consumieron una variada gama de mamíferos, quedando en el registro sus restos. En forma preliminar se ha determinado la presencia de otárido (Doris Oliva, com. pers.), cánido y roedor. Los análisis de los restos de otárido, además de entregar antecedentes sobre número mínimo de individuos, sexo y edad, pueden ayudar a determinar aspectos tales como estacíonalidad en la ocupación del asentamiento. Con respecto a los restos malacológicos, se evidencia presencia de 16 especies y géneros, siendo los de mayor abundancia relativa, el loco (Concholepas concholepas), macha (Mesodesma donacium), y caracol (Acanthina monodon) . A través de los diferentes episodios de depositación, es posible observar algunas variaciones en las frecuencias de éstos. Es así, que la especie Acanthina monodon muestra una abundancia de 13,93% en el estrato lilA aumentando en forma sostenida, hasta llegar a representar el 56,11% de los restos en el estrato V. Diferente es el caso de la macha, la cual es la especie más abundante en los estratos lilA (38,83%) y IIIB (40,23%), ya que luego experimenta un decrécimiento sostenido, presentando una abundancia de 20,85% en el estrato V. La abundancia relativa del loco es variable, siendo la especie más abundante en los estratos IV a (29,56%) y IVB (34,46% ), mientras que en el V sólo representa el 7,42% . Las frecuencias de especies y géneros pueden variar una vez finalizados los análisis, los cuales están en ejecución. 76 6.2. MATERIAL MINERAL En todo el depósito correspondiente a este primer asentamiento arcaico, se registra la presencia de trozos pequeños de óxidos minerales, los cuales corresponden a pigmentos denominados "ocre" en la literatura arqueológica. Estos trozos poseen coloración que va desde el rojo oscuro al café-amarillento, textura compacta y granulometría fina a muy fina. AGRADECIMIENTOS Agradecemos sinceramente el apoyo prestado en terreno y laboratorio de los arqueólogos Hernán Á val os, Jorge Rodríguez y Paola González; de los alumnos de Arqueología: María de los Ángeles Villaseca, Álvaro Romero, Rodrigo Mera, Verónica Reyes y José Casteletti; y, de las conservadoras: Gabriela Alt y Soledad Abarca. BIBLIOGRAFÍA Bate, L.F ., 1971. Materia/líti co: metodología de clasificación, en Noticiario Mensuall81-182 Año XVI del Museo Nacional de Historia Natural, Santiago. Gaete, N.; R. Sánchez, S. Cumsille y C. Massone, 1992. Arqueología al sur del Maule, en Museos N° 13, Santiago. Gambier, M., 1974. Horizonte de cazadores tempranos en los Andes Centrales Argentino-Chilenos, en Revista Hunuc-Huar II: 43-104, San Juan. González, A . y H. Lagiglia, 1973. Registro nacional de fechados radioca rbónicos: necesidad de su creación, en Relaciones T-VII, Argentina. Lagiglia, H. , 1979. Dinámica cultural en el centro oeste y sus relaciones con áreas aledañas argentinas y chilenas, en Actas del VII Congreso de Arqueología de Chile, Santiago. Lanning, E. y Hammel, E., 1961. Early lithic industries ofwestern South America, en American Antiquity No 27: 139-154. Lynch, 1., 1967. Th e nature of the Andean preceramic, en Occasional paper of the ldaho State University Museum 21. Núñez, L., 1980. Cazadores tempranos de los Andes Meridionales: evaluación cronológica de las industrias líticas del norte de Chile, en Boletín de Antropología Americana No 2, México. Núñez, L., 1983. Paleo indio y Arcaico en Chile: Diversidad, Secuencia y Proceso. Editorial Cuicuilco, México. Schobinger, J ., 1969. Prehistoria de Sudamérica. Nueva Colección Labor, Barcelona. SANTOS DEL MAR TÚMULO: UN ASENTAMI ENTO ALFARERO EN LA COSTA DE LA PROVINCIA DE CAUQUENE S (VII REGIÓN) Rodrigo Sánchez y Nelson Gaete l. INTRODUCCIÓN El presente trabajo da a conocer los primeros resultados de la investigación arqueológica en el asentamiento alfarero "Santos del Mar Túmulo". De manera general, se describe el sitio, su contexto cultural y un diagnóstico del estado de conservación del depósito y materiales. El sitio 07 Ch 009 se encuentra ubicado en la localidad de Santos del Mar, comuna de Chanco, provincia de Cauquenes, VII Región del Maule, con coordenadas 35° 35' 45" S - 72° 37' 50" W. Se emplaza sobre el acantilado costero, en un sector expuesto, a unos 220m del mar, en una pequeña quebrada lateral que corre de noreste a suroeste, sobre una duna fósil. Ambientalmente el sitio se encuentra a unos 50 m de un escurrimiento de agua permanente, en un sector con cubierta de herbáceas y gramíneas, cercano a un amplio sector de vega localizadas hacia el este. Hacia el norte se localiza un amplio sector de empastadas. Frente al sitio, y a unos 600-800 m mar adentro, se observa en un sector de roqueríos, la presencia de una colonia de lobos marinos. 2. RECOLECCIÓN DE SUPERFICIE Y EXCAVACIÓN El sitio presenta un amplio sector totalmente disturbado por acción de roedores, lo que ha significado el desmoronamiento del depósito en su parte norte. Es aquí, principalmente, donde fue posible colectar material lítico y cerámico, los cuales se acumulan en superficie en cotas inferiores. Además, se realizó una cuadrícula de 2 por 2 m, de control estratigráfico. El depósito excavado fue rebajado en niveles arbitrarios de 10 cm, controlándose el depósito hasta los 130 cm de profundidad. Se utilizó tamiz de abertura 4 mm. 3. ESTRATIGRAFÍA La excavación de la cuadrícula N° 1, permitió observar un total de 3 estratos y 1 piso ocupacional. Estrato 1: (O a 10/30 cm) corresponde al estrato superficial, formado por suelo orgánico y arena, de coloración café-amarillento, textura semicompacta y granulometría fina. Presenta raicillas abundantes. Registra material cultural lítico y cerámico. Estrato Ha: ( 10/30 a 42/55 cm) corresponde a materia orgánica y arena, de coloración café oscuro, textura compacta y granulometría fina a media. Registra material cultural lítico y cerámico. Estrato Ilb: (42/55 a 78/85 cm) matriz similar a estrato Ila, registrando un piso ocupacional que los separa (Rasgo 1). Registra una disminución en el material cultural lítico y cerámico. Estrato 111: (78/85 a 130 cm) corresponde a una matriz de arena, de coloración café-amarillenta, 79 BASE DE DATOS N" 1: Material Lítico de Excavación CUADRÍCULA N" 1 MATERIAL LÍTICO Nivel: LASCAS: de Cuarzo de Obsidiana otra mat. prima Subtotal: LASCAS FRACTURADAS: de Cuarzo otras mat. primas Subtotal: LÁMINAS: de Obsidiana TROZOS ABERRANTES: de Cuarzo de Obsidiana otras mat. primas 0-10 10-20 20-30 30-40 40-50 50-60 60-70 57 2 5 82 3 9 48 4 2 141 6 7 37 2 1 25 4 1 16 64 94 54 154 40 30 16 172 2 302 3 82 214 85 2 48 2 33 3 174 305 83 215 87 50 36 3 2 2 4 139 141 82 169 66 o 3 o o 72 26 o o o o o 3 5 o o 3 139 14J 82 172 LASCA FILO VIVO USADO de Cuarzo o o o LASCA CON RETOQUE: de Cuarzo o 3 o NÚCLEO-PERCUTOR: otras mat. primas o o o o o MANO DE MOLER: otras mat. primas o o o 3 o MANO DE MOLER FRACT.: otras mat. primas o o 3 o PULIDOR: otras mat. primas o PUNTA DE PROYECTIL: 3 o o o o o o 80 26 66 2 o o CUCHILLO-RAEDERA: de Cuarzo 71 1 o o o FRAG. DE NÚCLEOS: otras mat. primas o o o o Subtotal: o o o o o o o o o o o o o o 2 o BASE DE DATOS N" 1: Material Lítico de Excavación (Cont.) CUADRÍCULA N" 1 MA TERlAL LÍTICO Nivel: LASCAS: de Cuarzo de Obsidiana otra mat. prima Subtotal: LASCAS FRACTURADAS: de Cuarzo otras mat. primas Subtotal: Subtotal : 5 1 o o o o o o 445 21 28 o 494 6 o 1064 23 5 6 1087 o o 14 20 5 o o o 3 o o o 774 1 8 24 20 8 o 783 o o o o o o 13 7 14 19 o o o 14 21 6 46 2 42 4 31 3 2 48 46 32 o o 24 o o 31 o o 31 LASCA FILO VIVO USADO de Cuarzo LASCA CON RETOQUE: de Cuarzo ll0-120 80-90 LÁMINAS: de Obsidiana TROZOS ABERRANTES: de Cuarzo de Obsidiana otras mat. primas 100-110 90-100 70-80 o FRAG. DE NÚCLEOS: otras mat. primas 2 o o o o o NÚCLEO-PERCUTOR: otras mat. primas o o o o o MANO DE MOLER: otras mat. primas o o o o o 3 MANO DE MOLER FRACT.: . otras mat. primas o o o o o 5 PULIDOR: otras mat. primas o o o o o CUCHILLO-RAEDERA: de Cuarzo o o o o o PUNTA DE PROYECTIL: o o o o o 81 7 granulometría media a gruesa y textura media a suelta. Presenta algo de grava, así como pequeños sectores "quemados", trozos pequeños de carbón, hueso y un fogón (Rasgo 2). Registra sólo material cultural lítico. 4. DATACIÓN ABSOLUTA Se cuenta con dos fechados absolutos por termoluminiscencia, procesados en el laboratorio de la Pontificia Universidad Católica de Chile, para fragmentos de excavación. Muestra 5. N" Lab. Procedencia Naturaleza Fecha TL NoJ UCTL- 501 Grupo N° 1 650 ± 130 d.C. N°2 UCTL-502 Cuadr.: N" 1 Estrato: II a Nivel: 40-50 cm Cuadr.: N° 1 Estrato: 1 Nivel: I0-20cm Grupo N° 1 630 ± 140 d.C. MATERIAL LÍTICO El material lítico fue analizado en base a una clasificación mono-funcional (Bate, 1971), definiendo de esta forma distintas categorías funcionales, diferenciadas por sus características morfológicas , las cuales fueron descritas en base a un conjunto de atributos correspondientes a los criterios morfológicos, funcionales, tecnológicos, métricos y petrográficos. 5.1. DE SUPERFICIE Los materiales colectados en superficie, mediante un muestreo dirigido, durante la primera y segunda temporada de terreno, fueron debidamente registrados. En cuanto a materia prima, predomina el cuarzo en los derivados de núcleo sin modificación (lascas, lascas fracturadas, trozos aberrantes), y lutita, basalto y obsidiana en los artefactos formatizados (lasca con retoque; raspador; raedera; mano de moler, y punta de proyectil). Raspador Corresponde a l ejemplar sobre lasca, con retoque bilateral unifacial por presión, y borde activo recto convexo. Dimensiones (mm) Pieza Materia Prima Largo Ancho Espesor 66 36 10 07Ch009/Sup/17 Lutita Raedera-ras pador Se registra 1 ejemplar de raedera-raspador lateral, con retoque unifacial por percusión y borde activo recto-cóncavo abrupto, elaborado sobre lasca que presenta corteza. Dimensiones (mm) Pieza Materia Prima Largo 07Ch009/Sup/18 28 Ancho Espesor 55 12 82 Basalto Punta de proyectil Se trata de 9 ejemplares, 5 de ellos enteros que muestran las siguientes formas: Puntas de proyectil triangulares de base recta Se registran 2 ejemplares de base recta o tendiente a recta, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos tendientes a rectos-convexos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Dimensiones (mm) Pieza Materia Prima 07Ch009/Sup/O 1 07Ch009/Sup/02 Largo Ancho Grosor 33 30 23 25 4 4 Obsidiana No determinada Puntas de proyectil triangulares de base cóncava Se registran 2 ejemplares de base cóncava, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos tendientes a rectos-convexos o rectos-cóncavos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Dimensiones (mm) Pieza Materia Prima 07Ch009/Sup/05 07Ch009/Sup/06 Largo Ancho Grosor 38 37 21 20 4 5 No determinada Obsidiana Puntas de proyectil triangulares de base escotada Se registra 1 ejemplar de base escotada, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos tendientes a rectos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Dimensiones (mm) Pieza Materia Prima 07Ch009/Sup/09 Largo Ancho Grosor 35 24 4 No determinada Puntas de proyectil fracturadas Se presentan 4 ejemplares que corresponden a la porción basal en dos casos, y los otros dos a la porción medial. Se trata probablemente de puntas de proyectil triangulares de base recta, de sección biconvexa y retoque bifacial por presión. Sección Presente Pieza Distal 07Ch009/Sup/ll 07Ch009/Sup/12 07Ch009/Sup/13 07Ch009/Sup/14 Medial Materia Prima Forma No deter. Nodeter. Nodeter. No deter. Triangular Triangular Triangular Triangular Basal X X X X 83 5.2. DE EXCAVACIÓN El material lítico rescatado en excavación muestra una gran predominancia del cuarzo en los derivados de núcleo sin modificación, y de la lutita, basalto y obsidiana en los instrumentos. La base de datos N° 1 muestra sus frecuencias por niveles arbitrarios. A continuación se describen los artefactos formatizados que contienen el depósito excavado. Cuchillo-raedera Corresponde a un cuchillo-raedera lateral, con retoque por presión bifacial y borde activo tendiente a convexo. Dimensiones (mm) Pieza 07Ch009/cl/0-1 0/19 Materia Prima Largo Ancho Espesor 19 46 7 Cuarzo Punta de proyectil Se trata de 7 ejemplares, 5 de ellos enteros que muestran las siguientes formas : Puntas de proyectil triangulares de base recta Se registran 2 ejemplares de base recta o tendiente a recta, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos tendientes a rectos-convexos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Dimensiones (mm) Pieza 07Ch009/c1/0- I0/03 07Ch009/c 1/40-50/04 Materia Prima Largo Ancho Grosor 40 24 18 20 5 4 Obsidiana Toba Puntas de proyectil triangulares de base cóncava Se registran 2 ejemplares de base cóncava, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos tendientes a rectos-convexos o rectos-cóncavos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dej ando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Dimensiones (mm) Pieza 07Ch009/c 1/30-40/07 07Ch009/cl/50-60/08 Materia Prima Largo Ancho Espesor 26 31 20 21 4 5 Obsidiana Obsidiana Puntas de proyectil triangulares de base convexa Se registra 1 ejemplar de base convexa, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos tendientes a rectos-convexos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Dimensiones (mm) Pieza 07Ch009/c 1/0-10/10 Materi a Prima Largo Ancho Espesor 39 23 5 84 Obsidi ana Puntas de proyectil fracturadas Se presentan 2 ejemplares. Se trata de puntas de proyectil triangulares, de sección biconvexa y retoque bifacial por presión. Sección Presente Pieza Distal Medial Basal X X X X 07Ch009/cl/0-10/15 07Ch009/c 1/40-50/16 6. Materia Prima Forma Obsidiana No deter. Triangular Triangular MATERIAL CERÁMICO El material cerámico fue analizado y clasificado de acuerdo a criterios establecidos en la primera etapa de la investigación (Gaete, N., R. Sánchez, S. Cumsille, C. Massone, B. Ladrón de Guevara, D. Jackson, R. Santiller, 1992). 6.1. DE SUPERFICIE En colecta de superficie fue posible apreciar la presencia de los siguientes grupos cerámicos: Grupo N° 1: Alisado con antiplástico grueso de cuarzo . Se caracteriza por presentar ambas superficies alisadas, pasta homogénea, antiplástico grueso de cuarzo y cocción oxidante completa. Grupo N° 2: Alisado con presencia de núcleo gris-negro. Se caracteriza por presentar ambas superficies alisadas, de color café crema a gris, antiplástico fino de cuarzo, arena y mica, y cocción oxidante incompleta con presencia de núcleo gris-negro. Grupo No 3: Alisado de pasta rojiza. Se caracteriza por presentar ambas superficies alisadas, de color café rojizo a café grisáceo, antiplástico fino de cuarzo, arena y mica, y cocción oxidante completa a incompleta. Dentro del material cerámico, además, es posible registrar algunos elementos, tales como: Decoración: Un fragmento cerámico alisado de pasta rojiza registra decoración incisa lineal, compuesta por tres líneas paralelas en el borde externo de la vasija. Borde con reborde: Se registra un fragmento alisado de pasta rojiza, que muestra esta característica. 6.2. DE EXCAVACIÓN La excavación de la cuadrícula N° 1, dio por resultado registrar los mismos grupos cerámicos observados en superficie, a los cuales se agrega el Grupo N° 6 revestidos rojos. Este grupo se caracteriza por presentar una (exterior) o ambas superficies revestidas de color rojo, pulidas o alisadas, antiplástico fino a medio de cuarzo, arena y mica, y cocción oxidante incompleta e irregular, con presencia de núcleo. Además se registra la presencia de un tubo y dos hornillos de pipa cerámica, todos fracturados, adscribibles al Grupo N° 3: alisado de pasta rojiza. El tubo corresponde a la boquilla, de forma cilíndrico, con dimensiones de 23 mm de largo, 5 a 7 mm de diámetro y abertura de 3 mm (cuadrícula N° 1; nivel: 10-20 cm). Los fragmentos de hornillo son de forma cilíndrica. Uno de ellos tiene un alto de 20 mm, pared de espesor 3 mm y un diámetro estimado de 20-22 mm (cuadrícula N° 1; nivel: 0-10 cm); el otro posee un alto de 18 mm, pared de espesor 4 mm y un diámetro estimado de 17 mm (cuadrícula N° 1: nivel: 20-30). Ambos pueden haber tenido decoración en su superficie exterior. Con respecto a la fragmentería, se registran las siguientes frecuencias por nivel: 85 CUADRÍCULA N" 1 Material Cerámico Nivel: Total 0-10 10-20 20-30 30-40 40-50 50-60 95 24 2 437 o o 57 60-70 Grupo N° 1 89 92 51 84 Grupo N" 2 21 18 11 6 Grupo N" 3 72 90 55 97 202 15 GrupoN°6 2 5 4 5 7 o o 23 184 205 121 192 305 39 3 1049 Total 532 NOTA: Los niveles siguientes no registran cerámica. 7. MATERIAL ECOFACTUAL El material ecofactual rescatado en excavación, corresponde a restos óseos, generalmente fragmentados, presentes en la totalidad de los niveles registrados, los que actualmente se encuentran en análisis. En forma preliminar se ha determinado la presencia de huesos de otárido (Doris Oliva, com. pers.), de otros mamíferos (roedores) y de aves. Además, se registra la presencia de dos fragmentos de concha (nivel : 10-20 y nivel: 50-60), así como restos ictiológicos (vértebras) en el nivel 110-120. La mitad superior del depósito es el que muestra restos en mejores condiciones de conservación, a diferencia de la mitad inferior, donde presentan fragilidad extrema. Cabe hacer notar que son los niveles adyacentes al piso ocupacional donde éstos se presentan en mayor número y en mejores condiciones. El depósito muestra fragmentos pequeños de carbón en todos los niveles excavados. 8. RASGOS Rasgo 1: PISO OCUPACIONAL Corresponde a un piso ocupacional que separa el estrato Ila del lib. Se presenta como una delgada capa compacta, que registra escaso material cultural, si bien destaca artefactos en planta. Hacia la pared sur, dicha capa se ensancha, conformando un lente de limo-arenoso quemado, de coloración ocre-amarillento, textura muy compacta, y que presenta numerosas inclusiones de carbones de tamaño muy pequeño. Rasgo 2: FoGóN Corresponde a una estructura de combustión, sin arreglo aparente, dispuesta sobre arena (estrato 111), a una profundidad de 120-130 cm, presentando forma circular, con diámetro aproximado de 70 cm. Muestra asociación con material lítico escaso (cuarzo) y restos óseos muy fragmentados. 9. ANÁLISIS DEL CONTEXTO Los resultados de la excavación confirman el carácter alfarero del depósito en su mitad superior. Con respecto a la mitad inferior del yacimiento, la cual no presenta cerámica, es posible conjeturar una ocupación precedente, la cual estaña asociada con el rasgo 2 (fogón). El asentamiento puede ser caracterizado como un campamento de población alfarera, la que dentro de un circuito de movilidad, probablemente estacional, ocupa el sitio para explotar una variada gama de recursos que ofrecía el sector de Santos del Mar y litoral adyacente. Esta ocupación muestra un conjunto de instrumentos líticos formado por puntas de proyectil (16), raedera-raspador (1), raspador (1) y cuchillo-raedera (1), los que pueden ser relacionados con actividades de caza y faenamiento. Es posible conjeturar también actividades de colecta y molienda de vegetales, dado el registro de manos de moler (8). 86 11!7Ch009/SUP/01 07Ch009/SUP/02 07Ch009/CI/0-10/03 07Ch009/CI/40-50/04 ; 07Ch011!9/SUP/05 07Chi1!09/SUP/09 07Ch009/SUP/06 07Ch/CI/30-40/07 ., ' 07Ch009/CI/50-60/08 07Ch009/CI/0-10/10 Las puntas de proyectil muestran un patrón de formas triangulares, y bases cóncavas y rectas, de tamaño medio, elaboradas mayoritariamente en obsidiana. Cabe destacar la inversa relación dada entre la frecuencia de artefactos formatizados y derivados de núcleo sin modificación, en relación a las materias primas. Es así como se registra un solo instrumento de cuarzo, siendo que esta es la materia prima predominante en el depósito. 87 El material ceram1co registra la presencia de cuatro grupos distintivos. En líneas generales, la fragmentería permite inferir vasijas de cuerpo no restringido o restringidos simples, de tamaño pequeño a mediano, sin asas o apéndices y paredes delgadas a medias. El grupo alisado de pasta rojiza registra decoración incisa lineal, compuesta por tres líneas paralelas en el borde externo de la vasija, así como borde con reborde. El mismo grupo registra pipas cerámicas de cuerpo cilíndrico. Los recursos presentes en el depósito, referentes en parte del patrón de subsistencia, permiten postular cierto énfasis en la caza de lobos marinos (otáridos) y, en menor medida, de mamíferos terrestres (roedores) . No hay evidencias de que esta población tuviera un énfasis en la explotación de los recursos malacológicos e ictiológicos del litoral adyacente, como parte de su dieta. 10. RELACIONES El contexto registrado en este asentamiento manifiesta claras relaciones con otros asentamientos alfareros del sector de Loanco-Santos del Mar. El asentamiento alfarero 07 Ch 006 "Dunas de Loanco" comparte la presencia de los grupos cerámicos No 1, No 2 y N° 3, así como pipas y decoración incisa lineal, y puntas de proyectil triangulares de base recta, cóncava, escotada, todas de tamaño medio o pequeño. El 07 Ch 003 "Las Vertientes", registra los grupos cerámicos N° 1, N° 2, N° 3 y N° 4. El 07 Ch 005 "Santos del Mar Duna" comparte los grupos alfareros N° 2, No 3 y N° 6. El sitio 07 Ch 007 "Santos del Mar Promontorio", comparte los grupos alfareros N° 1, N° 2 y N° 3, así como pipas cerámicas, y puntas de proyectil triangulares de base recta, de tamaño pequeño. El sitio 07 Ch 010 "Cabo Carranza", comparte el grupo cerámico N° 1, y puntas de proyectil triangulares de base recta, de tamaño pequeño. En la desembocadura del Maule, pipas e incisos lineales han sido fechados entre el415 y 1225 d.C., los alisados de pasta rojiza desde el600 d.C., a diferencia de los de pastas grises y cafés con entiplástico de cuarzo, los que muestran una gran amplitud temporal (Aidunate, C., F. Gallardo, C. Fernández, A. Román y A. Deza, 1991; Gallardo, F., C. Aldunate, A. Seelenfreund, Ch. Rees, A. Deza, A. Román, 1992). Otros contextos del área extremo sur andina denotan asociación de alfarería y puntas de proyectil, similares a las registradas en "Santos del Mar Túmulo" (Ortiz, O. 1963; Medina, A., R. Vargas y C. Vergara, 1964; Valdés C., M. Sánchez, J. Inostroza, P. Sanzana y X. Navarro, 1982; Jackson, D. 1993a, 1993b). AGRADECIMIENTOS Nuestros sinceros agradecimientos a la familia Vera Pinochet; a nuestros colegas Hernán Ávalos y Jorge Rodríguez; a los alumnos de Arqueología Álvaro Romero y María de los Ángeles Villaseca; a las alumnas de conservación Gabriela Alt y Soledad Abarca. A todos gracias por la valiosa colaboración prestada en terreno. BIBLIOGRAFÍA Aldunate, C. ; F. Gallardo; C. Fernández; A. Román y A. Deza, 1991. Arqueología de la desembocadura del río Maule, en Actas del XI Congreso Nacional de Arqueología Chilena (Santiago, 1988), Santiago. Bate, L.F., 1971. Material lítico: metodología de clasificación, en Noticiario Mensual 181-182 Año XVI del Museo Nacional de Historia Natural, Santiago. Gaete, N. ; R. Sánchez; S. Cumsille; C. Massone; D. Jackson ; B. Ladrón de Guevara, y R. Santiller, 1992. Patron es de asentamiento prehispanos en ambientes de desembocadura de la provincia de Cauquenes (VII Región). Proyecto Fondecyt N° 005591. Informe Primera Etapa. Gaete, N. ; R. Sánchez; S. Cumsille y C. Massone, 1992. Arqueología al sur del Maule , en Museos N° 13, Santiago. Gallardo, F.; C. Aldunate; A. Seelenfreund; Ch. Rees ; A. Deza, A. Román, 1992. Comentario acerca de alfarería y cronología de la región central-sur: una discusión desde la desem- 88 becadura del río Maule, en Clava No 5, Museo Sociedad Fonck, Viña del Mar. Jackson, D., 1993a. Análisis técnico descriptivo de conjuntos líticos de asentamiento con cerámica en Rada! 7 Ta zas, en cazadores -recolectores portadores de ce rámica en Rada! 7 Ta zas; Precordillera de Malina (VII Región). Informe DJB AM. Jackson, D. , 1993b. Conjunto lítico de un sitio habitacional agroalfarero de la Preco rdillera de Rada/ 7 Ta zas Ta-2E8, en cazadores-recolectores portadores de cerámica en Rada! 7 Ta zas: Precordillera de Malina (Vll Región). Informe DJBAM. Medina, A.; R. Vargas y C. Vergara, 1964. Ya cimientos arqueológicos en la co rdillera de la provinc ia de Talca. 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Pocos son los trabajos que abordan problemas sobre poblaciones que habitaron en el área durante los períodos paleoindio y arcaico. La excepción está dada por las investigaciones en los sitios de Tagua Tagua (Montané, J. 1969; Palma, J. 1969; Durán, E. 1980), Monteverde (Dillehay, T. 1982, 1984), Cuchipuy (Kaltwaser, J., A. Medina y J. Munizaga 1980, 1983, 1984), Quillén 1 (Navarro, X. 1984), Radal 7 Tazas (Massone, M. y Valdés, C. 1988; Jackson, D. 1990), Las Cañas, Santos del Mar y Reloca (Ortiz, O. 1963, 1964; Gaete, N., R. Sánchez, S. Cumsille y C. Massone, 1992), Altos de Vilches (Medina, A.R. Vargas y C. Vergara, 1964; Medina, A. y C. Vergara, 1969). El escaso acervo de información documental hace que inexorablemente cada investigador deba relacionar su registro con el de otras áreas, a veces bastante lejanas, lo que da por resultado un conjunto de sitios "tipo" sin aparentes relaciones intraareales. La presente investigación (Proyecto Fondecyt N° 0055-91) cubre una superficie muy restringida (costa de la provincia de Cauquenes, VII Región), si bien se espera que constituya el inciso de una línea de investigación sistemática para el área. Los resultados obtenidos hasta el momento apuntan a una profundización de la investigación de forma de comprender mejor la relación hombre-medio tanto en el eje espacial como temporal. La información medioambiental apunta a que el área en el pasado poseyó una abundante gama de micronichos integrales y estables, en donde cualquiera de ellos pudo ser explotado con la misma aficiencia y tecnología, de forma de obtener los mismos montos energéticos y proteicos para la subsistencia (Llagostera, A. 1989). La ocupación del litoral por parte de las poblaciones prehispánicas formó probablemente una unidad con las ocupaciones del interior. En el área objeto de estudio, existe un importante desarrollo de lagunas y vegas, que parece haber sido mayor en el pasado, lo cual desde el punto de vista ecoantrópico se manifiesta como alternativa a los recursos marinos. "La riqueza e integración de recursos en estas lagunas eran tanto o mayores que en el litoral" (Llagostera, A. 1989). Esto es especialmente observable en la ubicación de los sitios en las localidades de Loanco, Santo del Mar y Pahuil-Reloca, todos relacionados a ambientes lagunares y de vegas, de menor o mayor desarrollo. A lo anterior se suma que en la costa no se presentan los fenómenos de surgencia, siendo la fauna ictiológica menor a la observada en latitudes inferiores, lo cual aparece compensado con la presencia de ricas poblaciones de invertebrados marinos. Además, "los potenciales marítimos y continentales son competitivos a nivel proteico, pero hay una considerable ventaja en el aporte continental a nivel de carbohidratos" (Llagostera, A. 1989), lo cual puede explicar en parte, tanto el emplazamiento de los sitios como los depósitos ecofactuales registrados. De esta forma, la generalización y abundancia de los recursos biológicos e hidrológicos puede haber fomentado, por parte de las poblaciones prehistóricas, una ocupación dentro de un patrón de asentamiento más bien extensivo que intensivo. 91 Ahora bien, con respecto al problema que nos ocupa en este trabajo, es decir, ocupaciones de poblaciones arcaicas en la costa de la provincia de Cauquenes, si bien es cierto que las evidencias son escasas, se puede conjeturar que las poblaciones precerámicas fueron poseedoras de un ~ólido y muy prolongado modo de vida "enmarcado en los cánones de un primitivo arcaísmo cazador-recolector" (Llagostera, A., 1989). La excavación y registro de los sitios, así como la descripción, clasificación y análisis de los materiales artefactuales y ecofactuales, permite postular al menos tres contextos culturales diferentes para el arcaico. Las evidencias, aunque fragmentarias, permiten postular lo anterior enmarcado dentro de amplias y difundidas tradiciones de cazadores-recolectores arcaicos, las cuales han sido definidas en otras áreas, principalmente a partir del registro de grupos morfológicos de puntas de proyectil. El esquema que se propone a continuación, debe ser entendido como algo dinámico que necesariamente debe ser revisado y enriquecido en la medida que se rescaten y describan nuevos contextos arcaicos para el área extremo sur andina. De esta forma, este artículo debe ser tratado como un documento de trabajo. 2. CONTEXTO CULTURAL 1 El primer contexto cultural, se registra en los sitios 07 Ch 008 y 07 Ch 057, ambos en la localidad de Santos del Mar, los que presentan un avanzado estado de deterioro, lo que dificulta determinar el carácter del asentamiento. Se puede afirmar, por los materiales presentes, que al menos se ejecutó actividad de talla de ·]a piedra, así como de molienda. Estas poblaciones pueden ser inicialmente caracterizadas por su tecnología lítica, dada por tres tipos de puntas de proyectil, presentes en el registro, las que aparte de cepillos y raspadores de dorso alto, son el único ítem formatizado diagnóstico donde es posible registrar formas similares en otros contextos del área extremo sur andina o áreas vecinas. Este contexto cultural se caracteriza por la presencia de dos grupos de puntas de proyectil pedunculadas, variedades A y B, así como por puntas de proyectil triangulares de base recta e instrumentos tales como raederas, raspadores, cuchillos y cepillos. Es posible conjeturar que en diferentes momentos durante el arcaico, poblaciones de cazadores-recolectores partícipes de una amplia y difundida tradición andina de puntas pedunculadas (Willey, 1971; Lagiglia, 1979), se asentaron en la localidad de Santos del Mar, con el propósito de explotar un rico y variado ambiente costero. Puntas de proyectil pedunculadas var A. Su característica principal es presentar forma triangular con bordes rectos y ligeramente cóncavos denticulados y de bordes oblicuo rasante, con pedúnculo central de bordes rectos convergentes y aletas laterales de ángulo oblicuo. Presentan sección biconvexa y astillamiento bifacial realizado por presión, dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Éstas guardan gran similitud formal con las del talcahuanense descrito por Menghin (1962), y con las registradas por Ortiz (1963) para Santos del Mar, ambos postulados como precerámicos. Este tipo no cuenta con fechas ni registro de contexto asociado publicado. Puntas de proyectil pedunculadas var B. Su característica es presentar forma triangular, con bordes rectos-convexos, sección biconvexa y astillamiento bifacial realizado por presión dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Presentan pedúnculo central de bordes rectos convergentes, con aletas insinuadas. Éstas guardan cierta similaridad con puntas descritas para niveles arcaicos de los sitios de Cuchipuy (Kaltwaser J., 1980; 1982), y Alero Quillén 1 (Valdés C., 1985; Navarro X., 1984). Con respecto a las puntas pedunculadas variedad B, y formas similares (colección Vera), éstas se registran en contextos fechados en varios sitios del área. En Cuchipuy, el nivel IV con puntas de proyectil pedunculadas ha sido fechado hacia el8070 ± 100 AP. Las mismas puntas, pero esta vez asociadas a puntas de proyectil triangulares de base recta, han sido fechadas en el nivel III entre el 7610 ± 80 AP y 6160 ± 92 1 2 4 5 3 8 7 5cm Lú111~ 1la Materi<~J 1 Lítico. 1-3 punta de proyecti l pedunculada varjcd<Jd .A": 4-9 punta de proyectil pedunculada variedad B. 93 100 AP (Kaltwaser, J., A. Medina y J. Munizaga, 1982, 1983; Kaltwaser, J., A. Medina, E. Aspillaga y C. Paredes, 1986). En el Alero Quillén 1, que registra ocupación arcaica con techo en el 4675 ± 105 (estrato 5, nivel A), el estrato 6 que corresponde a la primera ocupación, muestra sólo puntas de proyectil pedunculadas, similares a las de Cuchipuy y a la variedad B del sitio 07 Ch 008, mientras que el estrato 5 muestra a éstas asociadas a puntas de proyectil lanceoladas y triangulares. En Bellavista (Seguel, 1969), se registra una punta de proyectil pedunculada, en contexto precerámico, asociada a formas similares a las que presentan la colección Vera. y del [j "cfllflQOFGI•TUCO]C[{OfC! A nivel interareal,, en el concha! de C~=~~miJJHt ifl Hfl 80fll[jjf[D Q de proyectil pedunculada punta una registra se litoral", ecosistema interior que comienza a adaptarse al 1991), similar a la Castillo, J.C. y Jerardino A. Hermosilla, N. J.M., fechada el 8790 ± 110 AP (Ramírez, Huentelau(cultura Teniente El bahía de sitio el en mismo, Así Mar. del Santos en variedad B registrada raspadores y pedunculadas proyectil de puntas 1969) (Weisner, precerámico quén) se registran en contexto de desprendidos fueron que espesas lascas sobre elaborados discoidales, formas de y cepillos de dorso alto Mar. del Santos de las a similares preparados, núcleos Puntas de proyectil apedunculadas Las puntas de proyectil triangulares de base recta, de tamaño medio, han sido registradas en contextos cerámicos en el área extremo sur andina (Ortiz, 0., 1963; Medina, A. et al., 1964; Medina, A. y Vergara C., 1969; Aldunate, C. et al., 1991; Jackson, D., 1993a; 1993b). El mismo tipo de punta, pero de tamaño medio a grande, han sido encontradas en contextos precerámicos (Kaltwaser, J. et al., 1980; Jackson, D., 1993a; 1993b). Por el momento, no es posible asociar este tipo de puntas de proyectil a este contexto cultural de manera segura, ya que puntas medianas y grandes también se registran en contextos alfareros, en el área objetivo de estudio. 3. CONTEXTO CULTURAL II El segundo contexto cultural; registrado en el sitio 07 Ch 014 cerro Las Conchas, es el asentamiento arcaico que cuenta con mayor información hasta el momento. Esta ocupación se inicia hacia el 5.410 AP, cuando un grupo de cazadores-recolectores se instala sobre la parte alta de una duna estéril, la que ocupa el sitio en diferentes momentos, hasta que hacia el año 4.850 AP lo abandona definitivamente, dejando como testigo un denso concha!. Esta población puede corresponder a pescadores-cazadores-recolectores, los cuales establecen un campamento base en el área de desembocadura del río Reloca, para explotar una variada gama de recursos que ofrecía el área de desembocadura y el litoral adyacente. Eran poseedores de un sólido conocimiento tecnológico que les permitió un eficiente trabajo de la piedra y del hueso, lo que se traduce en un rico y variado conjunto de instrumentos. La industria lítica se encuentra elaborada a partir de cantos rodados de origen local, destacándose un conjunto de instrumentos de formas lanceoladas fabricados a partir de bifaces, principalmente puntas de proyectil y cuchillos-raederas, junto a otros instrumentos elaborados a partir de cantos rodados o lascas espesas, tales como tajadores, raedera-raspadores, sobadores y manos de moler. Las puntas de proyectil muestran un patrón de formas lanceoladas y bases convexas o rectas, de tamaño grande a mediano, elaboradas en toba principalmente. Los artefactos de molienda registran manos de moler de formas ovalada y elíptica, de sección biconvexa o plano-convexa, en los ejemplares completos. Sólo se registran fragmentos de piedras de moler, las que presentan fuerte abrasión o desgaste. Dos pequeños morteros elaborados sobre arenisca se registran en esta ocupación. En el trabajo del hueso se destaca un conjunto de instrumentos que morfológicamente son reputados como punzones o leznas, los cuales han sido elaborados a partir de diáfisis de hueso largo. Se puede afirmar, inicialmente, que parte de ellos corresponden a componentes de artefactos de pesca, tales como poteras o anzuelos compuestos. Otros artefactos denominados cuñas, presentan un extremo en forma de cuña y superficies fuertemente pulimentadas. 94 El trabajo de la concha registra cuentas, la mayoría elaboradas, a partir del orificio central que presenta la concha de fisurella. Además, se cuenta con un abundante ítem de probables artefactos no diagnósticos de formas variadas, los cuales se encuentran en estudio. Los recursos presentes en el depósito, referente claro del patrón de subsistencia, permiten postular un acceso estable y continuo a la fauna malacológica del intermareal rocoso y arenoso, así como a recursos ictiológicos y de mamíferos marinos y terrestres. Con respecto a los restos malacológicos, se evidencia presencia de 16 especies y géneros, siendo los de mayor abundancia relativa, el loco (Concho/epas concho/epas), macha (Masodesma donacium) y caracol (Acanthina monodon). Los recursos ictiológicos están determinados, hasta el momento, por la presencia en el depósito de jurel, corvina, merluza, pejesapo, pejegallo, cabinza y lenguado. Por último, estos cazadores consumieron una variada gama de mamíferos, determinándose presencia de otárido (Doris Oliva, com. pers.), cánido y roedor (Bárbara Saavedra, com. pers.). Todo lo anterior permite postular un modo de producción de amplio espectro (Cohen, 1984), estrategia de subsistencia que les permitió acceder a los recursos costeros, tanto litorales, de desembocadura, de valle y cordilleranos, desde un mismo asentamiento, en cualquier momento del ciclo anual. El patrón de puntas lanceoladas, los enmarca dentro de una amplia tradición de cazadores arcaicos andinos (Lanning y Hammel, 1961; Lynch, 1967; Schobinger, 1969; Willey, 1971; González y Lagiglia, 1973; Gambier, 1974; Lagiglia, 1979; Núñez, 1980, 1983). En el área extremo sur andina este patrón de puntas lanceoladas se registra en variados contextos. En la localidad de Las Cañas se registran en un concha! precerámico (Ortiz, 1963; 1964). En el sitio Altos de Vilches se registran en contexto precerámico en los niveles lile, asociadas a instrumentos de lámina, núcleos, choppers, manos y sobadores; y en el nivel IVb, asociadas a instrumentos de lámina, núcleos, instrumentos espesos, choppers, sobadores, martillos y manos de mortero, y colorante (Medina, Vargas, Vergara, 1964; Medina y Vergara, 1969). En el concha! Gamboa (Díaz, C., M. Garretón, 1972-1973), contexto precerámico, se registran puntas lanceoladas de tamaño grande o muy grandes, asociadas a instrumentos de hueso (punzones) y artefactos de concha (cuentas), similares a los registrados en cerro Las Conchas (07 Ch 014). Además este patrón se presenta asociado a otros tipos de puntas. En el sitio Dunas de Loanco (07 Ch 006), y en Santos del Mar (colección Vera), se registran asociadas a otros tipos en un contexto poco claro. En Radal7 Tazas, en el sitio Ta-2E-7 se registran con puntas de proyectil triangulares, asociadas a cuchillos bifaciales y bilaterales, raederas laterales, raspadores de borde activo convexo, cóncavo y recto, entre otros artefactos, en un contexto precerámico, precordillerano (Jackson, 1990, 1993b). En Bellavista, se registran en un concha) precerámico asociadas a puntas pedunculadas, pesas de red, alisadores y pulidores, raspadores, percutores y otros artefactos líticos, junto a punzones y adornos de hueso (Seguel, 1969). La segunda ocupación arcaica en el Alero Quillén 1, con techo en el 4675 ± 105 AP, registra puntas lanceoladas asociadas a puntas triangulares de base recta y escotada, puntas pedunculadas, cuchillos uni y bifaciales de bordes rectos o aserrados, raederas, bifaces y abundantes derivados de núcleo con y sin modificación (Navarro, 1984). Finalmente, el sitio de Cuchipuy nivel 2, fechado en el 5760 ± 90 AP, registra artefactos de molienda y punzones de hueso, similares a los descritos para el primer asentamiento arcaico de cerro Las Conchas (07 Ch 014), aunque el patrón de puntas es diferente. 4. CONTEXTO CULTURAL III El tercer contexto cultural, registrado en el sitio cerro Las Conchas (07 Ch 014), corresponde a un campamento probablemente estacional (segundo asentamiento arcaico) que se instala sobre un concha) abandonado en fecha posterior al4850 AP (Gaete, N. y R. Sánchez, 1993). Esta población corresponde a cazadores-recolectores especializados de tradición interior, los que dentro de un circuito de movilidad problablemente estacional, se establecen en el sitio para explotar una variada gama de recursos que ofrecía el área de desembocadura del rió Reloca, así como el litoral adyacente. Poseen un conjunto artefactual poco variado, dado por puntas de proyectil, las cuales muestran formas 95 1 2 3 4 ~' ~ ' ' '\ / / QJ 5cm Lámina 11 Material lítico, 1-4 punta de proyectil apedunculada; 5 cepillo; 6-7 raspador de dorso alto, triangulares de base recta o cóncava, y lanceoladas de base convexa, de tamaño pequeño, elaboradas en diferentes materias primas; derivados de núcleo sin modificación, especialmente lascas enteras y fracturadas. Pueden haber realizado actividades de molienda, dado el registro de manos de moler en la ocupación, las que corresponden a piezas de sección biplana, extremos y bordes convexos, 96 1 3 2 5 4 7 lil 5cm Lámina l/1 Material lítico. 1-3 punta de proyectil lanceo lada; 4-5 cuchillo-raedera; 6 raspador; 7 raedera; 8 raedera-raspador. 97 1 4 3 2 5 5cm Lámina IV Material óseo. 1-5 punzón; 6 cuña. 98 2 1 1 ~ 5 4 1 ~ 8 7 6 1 ~ 0 Lámina V Material lítico. 1-5 punta de proyectil triangular; 6-8 punta de proyectil lanceolada. 99 5cm Los recursos presentes en el depósito, referente claro del patrón de subsistencia, permiten postular una orientación a la caza de mamíferos terrestres y marinos. Entre los restos óseos, se ha determinado en forma preliminar la presencia de otárido (Doris Oliva, com. pers.). Esta orientación puede ser reafirmada por la total ausencia de restos de malacología. A nivel del área extremo sur andina, contextos similares que registran asociación de puntas de proyectil triangulares y lanceoladas, de tamaño medio a pequeño, junto a otros artefactos líticos, están dados por los sitios precerámicos Ta-2E-7, de Rada) 7 Tazas (Jackson, 1990), y Alero Quillén 1, segunda ocupación, la que termina en el4675 ± 105 AP (Navarro, 1984). 5. A MODO DE SÍNTESIS Hasta el presente se ha logrado determinar que al menos tres poblaciones se asentaron, durante el arcaico, en el área objeto de estudio, las cuales han sido definidas por sus contextos culturales diferenciados. Al intentar enmarcar a estas poblaciones dentro de una secuencia cronológica-cultural, se presentan graves obstáculos, dados por las escasas dataciones absolutas y la carencia de un número mayor de depósitos controlados, tanto a nivel de área objeto de estudio como del área extremo sur andina. Sin embargo, al considerar en conjunto el acervo de información documental disponible (temporal, espacial y cultural), es posible conjeturar una secuencia de períodos culturales para el arcaico en nuestra área. Período arcaico 1 Está dado por el contexto cultural 1, que corresponde a poblaciones de cazadores-recolectores partícipes de una amplia y difundida tradición andina de puntas pedunculadas (Willey, 1971; Lagiglia, 1979), que se asentaron en la localidad de Santos del Mar (sitios 07 Ch 008 y 07 Ch 057). En el área extremo sur andina, contextos asignables a este período han sido datados entre el 8070 ± lOO AP (Cuchipuy, nivel IV) y antes del 4675 ± 105 AP (Quillén 1, estrato 6). En áreas vecinas, en fecha de 8790 ± 110 AP (Punta Curaumilla 1). Período arcaico 11 Está dado por el contexto cultural 11, que corresponde a poblaciones de cazadores-recolectores partícipes de una amplia y difundida tradición andina de puntas lanceoladas (Lanning y Hammel, 1961; Lynch, 1967; Schobinger, 1969; Willey, 1971; González y Lagiglia, 1973; Gambier, 1974; Lagiglia, 1979; Núñez, 1980, 1983), que se asentaron en la localidad de Reloca (sitio 07 Ch 014). En el área extremo sur andina, contextos asignables a este período están dados por los sitios de Las Cañas, cerro Las Conchas primer asentamiento arcaico (07 Ch 014) y Concha! Gamboa, en ámbito costero, y Altos de Vilches nivel IV y liTe en ámbito precordillerano. Las únicas dataciones absolutas que se registran, lo sitúan entre el 5410 ± 80 AP (sitio 07 Ch 014, estrato V) y e14850 ± 80 AP (sitio 07 Ch 014, estrato lilA) . . Período arcaico 111 Está dado por el contexto cultural III, que corresponde a poblaciones de cazadores-recolectores especializados, de tradición interior, portadores de puntas de proyectil triangulares y lanceoladas, que se asentaron en la localidad de Reloca después del 4850 ± 80 AP (sitio 07 Ch 014). En el área extremo sur andina, contextos asignables a este período están dados por los sitios cerro Las Conchas segundo asentamiento arcaico (07 Ch 014, estrato II), Ta-2E-7 y Alero Quillén 1 (estrato 5). Este último sitio registra la única datación absoluta de 4675 ± 105 AP para este período. lOO mica en Radal 7 Tazas: Precordillera de Molina (VII Región). Informe DIBAM. Kaltwaser, J.; A. Medina y J. Munizaga, 1980. Cementerio del período arcaico en Cuchipuy, en Revista Chilena de Antropología 3, Santiago. Kaltwaser, J.; A. Medina y J. Munizaga, 1982. Cementerio del período arcaico en Cuchipuy, en Actas del VIII Congreso de Arqueología Chilena (Valdivia, 1979), Santiago. 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Su superficie alcanza los 52 km2 y se encuentra dividida en dos sectores, uno plano o exterior de playas y vegas y otro montañoso o interior cubierto con una vegetación boscosa de tipo valdiviano, con alturas cercanas a los 400 msnm. El clima es templado y húmedo. La pluviosidad y la temperatura se distribuyen uniformemente durante todo el año, con una media anual de 1.350 mm y de 12,5 oc. Desde un punto de vista geomorfológico, el cuerpo de la isla está formado por un complejo miocénico similar a la formación Ranquil de Arauco. En el lado sur se detectan arenas pliocénicas y el cuaternario se encuentra representado en depósitos de gravas situados a unos 300 msnm y en las terrazas que rodean la isla. La isla fue descubierta en 1544 y reconocida en 1550 por el navegante genovés Juan Bautista Pastene al servicio de la Corona de España. Se encontraba poblada por más de 800 mapuches, dedicados a la horticultura de papas, porotos y maíz y a una clase de ganadería de camélidos. Los mapuches fueron expulsados de sus tierras por los españoles en 1687 debido a los tratos que sostenían con navegantes ingleses y holandeses. La isla permaneció deshabitada por casi doscientos años y más tarde colonizada por campesinos chilenos de la zona central, cuyos descendientes constituyen la población actual de Isla Mocha. A comienzos de siglo; más precisamente en 1902, los naturalistas C. Reiche y M. Machado estuvieron en la isla estudiando su "historia natural y política" y aprovecharon el viaje para reunir una pequeña colección de objetos arqueológicos (piedras horadadas, hachas, puntas de flecha y flautas de piedra, aros de plata) y bioantropológios (cráneos), descritos primeramente por Philippi y Vergara, respectivamente. Estas investigaciones son el antecedente más directo y una fuente de inspiración para nuestros estudios comenzados en 1990 con un proyecto de dos años de duración denominado Reconocimiento Antropológico de Isla Mocha, y continuados por tres años más (1992-1994) con el proyecto 92-1129 Estrategias adaptativas en ecosistemas culturales insulares: el caso de Isla Mocha , financiado por Fondecyt. En esta oportunidad queremos entregar un resumen de los resultados obtenidos en los estudios realizados en uno de los sitios arqueológicos que trabajamos en Isla Mocha: el sitio alfarero tardío P31-11. METODOLOGÍA Entre 1990 y 1991 prospectamos, en el perímetro exterior de la isla, una franja de unos 36 km de largo y 1.5 km de ancho comprendida entre el límite máximo de las mareas y el comienzo del bosque nativo. Estas prospecciones nos permitieron identificar una cantidad apreciable y casi continua de sitios de morfología 1 Se han publicado dos trabajos con resultados preliminares del sitio P31-l: Sánchez, M. y P. Sanzana, Descripción preliminar del sitio arqueológico P31-l , Isla Mocha. Boletín Mus eo Mapuche de Cañete, 6: 25-26, 1991; Quiroz, D. , M. Sánchez, H. Zumaeta y P. Sanzana, Estrategias adaptativas de los mapuches de Isla Mocha: una aproximación interdisciplinaria. Boletín Museo Regional de la Araucanía, 4( 1): 199-204. 103 monticular en todo el contorno de la isla. En una segunda fase iniciamos un vasto programa de pozos de sondeo estratigráficos en diez de los sitios detectados. Uno de ellos, el primero, fue el sitio P31-l. El sitio P31-1 se encuentra emplazado en el sector oriental de la isla, en el pie de monte, entre la llanura litoral y el cordón de altura, sobre una terraza situada a unos 20 msnm con una fuerte pendiente hacia el oeste. Se encuentra dividido en dos por el Camino Nuevo, que une los lados este y oeste de la isla y sirve de límite entre las parcelas 31 y l. El sitio P31-1 ocupa una superficie aproximada de unos 12.000 m2 . Hemos realizado dos pozos de sondeo de 2 x 2m, separados por 15m, los que entregaron una gran cantidad de fragmentos de alfarería y material lítico y artefactos óseos y una arqueofauna muy diversa compuesta por restos de mamíferos terrestres y marinos, aves, peces, moluscos y crustáceos. El primer pozo efectuado en 1991 fue excavado por niveles artificiales de lO cm, distinguiéndose provisionalmente cinco capas culturales, denominadas A, B, C, D, E. El segundo pozo, excavado en 1992 por niveles culturales, permitió identificar definitivamente sólo tres capas: A, B (B + C) y C (D + E), diferenciadas principalmente por las cantidades y proporciones del material cerámico. En el piso de la cuadrícula 2, se encontraron las improntas de tres postes de un probable recinto habitacional, lo que refuerza la hipótesis sobre la naturaleza ocupacional del sitio. ARQUEOMETRÍA Durante las dos temporadas de trabajo de campo se tomaron diez muestras de carbón, de las que fechamos nueve, ocho en el Laboratorio de Radiocarbono de la Universidad Técnica Silesiana en Gliwice, Polonia y una en el Beta Analytic Inc., Miami, USA, quedando otra como reserva. El siguiente cuadro resume las fechas obtenidas: CUADRO 1 Resumen dataciones arqueométricas absolutas sitio P31-1 Nurn/Muest. P311-924 P311-925 P311-922 P311-915 P3ll-923 P31l-912 P311-914 P31 1-913 P311-911 2 Num./Labor Edad C l4 Edad/Cal Gd-7152 Beta-57811 Gd-7174 Gd-6429 Gd-7144 Gd-5901 Gd-6431 Gd-5902 Gd-6428 450±50 500±50 500 ±40 530 ± 80 530 ± 60 560±40 640±90 710±50 840±70 1460 d.C. 1440 d.C. 1440d.C. 1430 d.C. 1430 d.C. 1420 d.C. 1400 d.C. 1300d.C. 1260d.C. Si consideramos los errores (2 sigma, 95% probabilidad) de las fechas extremas podemos situar aproximadamente la ocupación del sitio entre el 1050 d.C. y el 1640 d.C., formando parte, entonces, del período alfarero tardío de la zona centro sur chilena. MATERIALES Los materiales provenientes del sitio fueron agrupados para su análisis en (a) restos de fauna (moluscos, crustáceos, huesos [mamíferos, aves, peces]) y (b) culturales (cerámica, líticos, óseos). 2 Las fechas se han calibrado siguiendo la metodología usada por Beta Analytic Inc., derivada del programa Pretoria Calibration Method. 104 ANÁLISIS DE FAUNA Entre los restos de fauna obtenidos en las excavaciones del sitio P31-1 tenemos representados mamíferos terrestres y marinos, aves, peces, moluscos, crustáceos y equinodermos. El primer paso en el análisis consistió en separar los restos óseos (mamíferos, aves, peces) de los demás (moluscos, crustáceos, equinodermos). El estudio preliminar de los restos óseos permitió distinguir el número de especímenes registrados (NISP) y, en algunos casos, el número mínimo de individuos (NMI). Los resultados se presentan en el siguiente cuadro: CUADR02 Resumen determinación restos óseos sitio P31-1 NISP TAXA Clase Mamíferos Orden Artiodactyla Familia Camelidae Lama guanicoe l. astillas L. guanicoe Orden Pinnipedia Familia Otaridae Otaria byronia 2. Orden Cetacea Orden Rodentia Familia Octodontidae Octodon bridgesi 3. Familia Muridae Oligoryzomys longicaudatus 4. Clase Aves Peces 370 120 6 16 7 289 18 4 94 449 1345 TOTAL NMI 29 Camélidos Una simple mirada a los resultados nos muestra la presencia mayoritaria de camélidos en relación a los individuos con mayor rendimiento económico (en carne y derivados). La determinación taxonómica indica que todos los restos de camélidos estudiados pertenecen a la especie guanaco Lama guanicoe. Los restos faunísticos se encontraban en excelente estado, con una escasa meteorización (debido tal vez a un rápido proceso de enterramiento), lo que permitió un buen análisis. Es necesario mencionar que se registró la presencia de un tipo de carnívoro, posiblemente zorro 3 , evidenciado por el mordisqueo y consiguiente daño en los huesos. También se encontraron unidades anatómicas modificadas por roedores. Estos dos casos, sin embargo, tienen una baja representación en el registro total. El empleo del fuego sobre el conjunto óseo es escaso. Las huellas de corte más recurrentes son las producidas por el desmembramiento. La existencia de fracturas intencionales es poco frecuente. El análisis anatómico permitió determinar la presencia de tres individuos adultos y tres animales jóvenes4 . Roedores Es importante también la presencia en el registro arqueológico de 22 roedores, principalmente Octodon 3 En el sitio P21-l se encontraron dos dientes de un carnívoro, determinado por M.L. Lemus, Sección Zoología, Museo Nacional de Historia Natural, como Pseudalopex griseus (zorro chilla). 4 Becker, C. Análisisfaunístico del sitio PJ/-1 de Isla Mo cha. Informe Proyecto Fondecyt 92-1129, 1992. 105 bridgesi (82%), especie que vive en ambientes de bosque o matorral denso y es de hábitos esencialmente nocturnos. No se observaron huesos de roedores quemados o con marcas de corte5 . Otros El grupo de las aves fue consignada sólo a nivel de clase, pues el tipo de fragmentos recuperados no permite una determinación taxonómica. Lo mismo ocurre con restos de cetáceos que probablemente vararon en las playas y fueron utilizados por el hombre. También resulta interesante registrar la presencia de restos de un individuo adulto de Otaria byronia, mamífero marino de gran importancia para las poblaciones costeras. Los peces también están presentes en el registro arqueológico, sin embargo, su determinación se encuentra aún en proceso. Moluscos Los restos malacoarqueológicos del sitio P31 -1 se componen de conchas enteras y un número apreciable de fragmentos. Metodológicamente, primero se determinaron las especies presentes en la muestra y luego se hizo el conteo del número mínimo de individuos (NMI) para cada especie. Los resultados obtenidos indican la presencia de 891 individuos, agrupados en 21 familias , 26 géneros y 34 especies. Se encuentran representados chítones, gastrópodos y bivalvos (almejas y choros), con predominio casi absoluto de gastrópodos, especialmente Tegula atra (44,2%), Fisurella picta (23,9%) y Concholepas concholepas (10,6% ). Es curiosa la presencia de seis ejemplares de una especie fósil , Turritella chilensis, probablemente llevada inadvertidamente al sitio. Finalmente, tenemos dos ejemplares de una Tegula sp. no identificada y que podría corresponder a una especie nueva, endémica de Isla Moché. Crustáceos Los crustáceos están representados por partes de las pinzas y del cuerpo que corresponden taxonómicamente a cinco especies de braquiuros (jaibas) y una de cirripedios (picoroco). Las especies más abundantes son Homalaspis plana (84,4%) y Megabalanus psittacus (10,1%) 7 . Los procesos tafonómicos muestran una severa modificación en la proporción y condición original de los fragmentos y reafirman la naturaleza ocupacional del sitio. La presencia de restos calcinados sugiere algún tipo de preparación al fuego o que los desechos eran arrojados a los fogones 8 . Equinodermos Las excavaciones entregaron una exigua cantidad de pequeños fragmentos del caparazón de Loxechinus alba (erizo), sobre todo en los niveles inferiores del sitio. ANÁLISIS CULTURAL Cerámica El sitio P31-1 es muy abundante en restos de cerámica, por lo que un análisis detallado de ella es esencial9 . Se rescataron un total de 4.595 trozos de cerámica, mostrando un .predominio casi absoluto los tipos alisados (negro, café, café claro, café-rojizo) con un 96,5% de la muestra (4.436 fragmentos). El resto se reparte en un 1,9% (86) de engobados (rojo y café), un 1,4% (63) de pulidos (café y negro) y un 0,2% (9) de decorados (ocho fragmentos correspondientes al tipo conocido como blanco valdivia y uno con pintura negativa) y otro de probable factura europea, que llamamos beige colonial (0,02% ). El nivel A del sitio se encuentra muy intervenido por la acción del hombre (corresponde a tierras de 5 Los restos de roedores fueron analizados por Juan Carlos Torres, Sección Zoología, Museo Nacional de Historia Natural. Gálvez, O. Primer informe malacoarqueológico . Informe Proyecto Fondecyt 92-1129, 1993. 7 Además se detectó la presencia de Bellia picta, Taliepus dentatus, Paraxanthus barbiger y un braquiuro indeterminado. 8 Báez, P. Crustáceos en excavaciones arqueológicas en Isla Mocha. Informe Proyecto Fondecyt 92-1129, 1993. 9 Sánchez, M. y P. Sanzana. Estudio defragmell/os de alfarería del sitio PJI-1, Isla Mocha. Informe Proyecto Fondecyt 92-1129, 1992. 6 106 cultivo y para pastos del ganado). Este nivel entregó el 21% de los fragmentos del sitio, agrupándose los pulidos, los engobados rojos y café y los decorados blanco valdivia y aquellos que en su pasta se incluye mica laminar. El nivel B concentra la mayor cantidad de fragmentos con un 62,2% del total del sitio. El nivel e, de menor potencia que el B, tiene sólo un 16,8% del total de fragmentos y constituye, en la práctica, parte del piso del sitio. Se caracteriza por la presencia de grandes áreas de sedimentos quemados. En el nivel e aparece un conjunto de 110 fragmentos alfareros no considerados en el estudio cuantitativo, que pertenecen eventualmente a dos piezas (90 y 20), con su superficie algo erosionada y tratada con conchas molidas, con abundantes conductos tubulares dejados, seguramente, por fibras vegetales presentes en la pasta y eliminadas durante la cocción. Postulamos que los fragmentos corresponden a restos de hornos alfareros, considerando, sobre todo, la existencia hoy de estos hornos en comunidades mapuches continentales. Los tipos alisados, que caracterizan el sitio P31-1 , se definen como una cerámica monocroma y utilitaria, dado su inserción en un contexto habitacional, asociado a fogones, restos de alimentos e instrumentos líticos y óseos. Los tipos engobados aparecen en la capa A (5 %), disminuyendo en el B (1 %), nivel donde tenemos la mayoría de los pulidos (3 %). El examen general de los fragmentos del sitio P31-1 indica que la alfarería alisada se ha elaborado mediante la técnica del enrollamiento anular, con antiplástico de arena, de tamaño fino a mediano, de cocción incompleta en atmósfera oxidante. La incidencia de los tipos pulidos y engobados es escasa en un contexto habitacional, tal vez, como en el continente, los encontraremos asociados a contextos funerarios. Las materias primas usadas en la fabricación de la cerámica alisada son, en. términos generales, de procedencia endógena y están constituidas por arcillas mezcladas con arenas, restos de conchas marinas, trozos de cuarzo y mica. Algunos fragmentos pueden ser de procedencia exógena, sobre todo los engobados decorados y los pulidos, pero se necesita de un análisis más específico para asegurarlo (se pretende usar la técnica FRX, fluorescencia de Rayos X). Industria lítica La industria lítica 10, corresponde a 294 piezas y se puede ordenar, de acuerdo a las técnicas aplicadas en su elaboración, en tres grandes grupos: a) picoteada o triturada (1, 19%), bajo la forma de percutores y yunques; b) tallada (97 ,03 %), que incluye entre desechos y subproductos de un proceso de talla a cuchillos, raspadores, machacadores, tajadores, puntas de proyectil con y sin pedúnculo y, e) pulida (1,78%), bajo la forma de hachas de mano, instrumentos de molienda y pulidores de cerámica. Forman parte del universo lítico cuatro puntas de proyectil, dos pedunculadas y dos apedunculadas de base escotada, elaboradas en basalto, cuarzo y obsidiana. Las fuentes litológicas de la isla son poco variadas, estando básicamente bajo la forma de guijarros ovoidales de basalto, recolectados en depósitos de grava cercanos al sitio, o cantos astillados, también de basalto, con un predominio notorio de desbaste por percusión bipolar. Se registra también el uso de arenisca, cuarzo y obsidiana, esta última obtenida en el continente. Se tomó una muestra del conjunto de lascas de filos vivos (un 4,74%) para un análisis microscópico de bordes con el fin de detectar microhuellas de uso. Resultó evidente, dado que las huellas de desgaste eran poco pronunciadas, que la gran mayoría de las lascas no modificadas intencionalmente se usaron para el corte y desgaste de la madera. Se observó también en algunos guijarros ovoidales estrías que indican su uso como pulidores de cerámica. Industria ósea La industria ósea es también muy abundante y de gran importancia en el registro arqueológico del sitio P31-l . Muchos de ellos fueron abandonados como desechos en el proceso de elaboración o abandonados a pesar de estar en buenas condiciones. Estos instrumentos fueron elaborados en huesos de camélidos, otáridos y cetáceos, algunos de factura muy fina. Entre los instrumentos de hueso rescatados del sitio P3l-1 podemos mencionar los siguientes: 10 Jackson, D. Guijarros, percusión bipolar y cuñas: adaptación tecnoeconómica de un conjunto lítico en Isla Mocha . Informe Proyecto Fondecyt 92- 1129, 1992. 107 a) Una aguja confeccionada en un hueso largo de guanaco; este artefacto se relaciona con el trabajo de fibras, seguramente lana de guanaco. La funcionalidad de las agujas podría estar vinculada con actividades textiles. b) Dos pulidores de cerámica confeccionados en astillas de huesos largos de guanaco. Al ser analizados con lupa estereoscópica de 25x evidenciaban claras huellas de uso. Pensamos que debido a su tamaño y espesor estos instrumentos fueron abandonados en el sitio, pues aún podrían ser utilizados. e) Un fragmento de tubo realizado en un trozo de hueso largo de guanaco. En su confección se desgastó un extremo, dejándolo con un borde perfectamente trabajado y decorado con incisiones. Su funcionalidad no ha podido ser determinada todavía. d) Tres punzones de puntas muy aguzadas confeccionados sobre grandes fragmentos de huesos largos de guanaco y lobo marino. Se utilizaron principalmente sobre materiales abrasivos blandos, pues no muestran en sus superficies erosiones profundas, sino bordes muy pulidos. e) Una espátula completa, artefacto poco frecuente y por lo general asociada al consumo de alucinógenos en desarrollos culturales nortinos. En este contexto nos plantea dudas sobre su funcionalidad, tal vez tenga alguna relación con lo anteriormente mencionado o quizás sea un instrumento utilizado en trabajos finos, como, por ejemplo, la manipulación de tinturas. t) Dos palas y varios fragmentos de otras. Estos instrumentos, confeccionados exclusivamente en huesos de cetáceos, presentan la morfología clásica de una pala para las labores de la tierra. En su elaboración quemaron el hueso para lograr una mayor dureza de la pieza. Además, una de las palas presenta huellas de enmangamiento y todas, incluso los fragmentos, tienen señales de trabajo con sus bordes muy erosionados. g) Tres pendientes, confeccionados en astillas de huesos largos de guanaco, seleccionadas por su fineza en ambas caras, fueron modificadas para la creación de pendientes de forma triangular y rectangular con la horadación en uno de sus extremos. Uno de los fragmentos presenta una decoración incisa lineal (dos ángulos paralelos). DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES En el marco de nuestro proyecto Estrategias adaptativas en ecosistemas culturales insulares: el caso de Isla M oc ha, el sitio P31-1, los materiales culturales y los restos de fauna rescatados, permiten una caracterización más precisa del período alfarero tardío en el área centro sur de nuestro país. En general los restos culturales y faunísticos se relacionan con una zona habitacional y con una población con una economía mixta que usa en términos de caza, pesca y recolección la amplia gama de recursos, tanto marinos como terrestres, que ofrece la isla. Sin embargo, tenemos además antecedentes de la gran importancia que tienen las actividades hortícolas y ganaderas en Isla Mocha hacia el siglo XIV d. C. Se ha comprobado la presencia de la especie guanaco en la isla para el segundo milenio de nuestra era. Se hace necesario mencionar, sin embargo, que en los estudios de fauna realizados en sitios arcaicos no se registra la presencia de este animal. Si el guanaco hubiese estado en la isla a la llegada de las poblaciones arcaicas seguramente hubiese sido cazado, ya que sería uno de los animales de mayor talla junto al lobo marino y, por ende, una presa muy apetecida. Esto no ocurrió, lo que nos hace pensar que el guanaco fue traído a la isla por poblaciones posteriores. El hallazgo de restos de guanacos permite postular que fueron llevados desde el continente por las poblaciones que habitaron la isla y, por tanto, para que fueran trasladados se requiere que estuvieran previamente amansados, facilitando de esta manera su transporte. En consecuencia, se plantea que la especie guanaco estaba semidomesticada o aguachada 11 • Además los restos dejan muy en claro que los 11 Es necesario aclarar que esta idea del amansamiento proviene de análisis de textos etnohistóricos realizada por Benavente [Reflexiones en torno al proceso de domesticación de camélidos en los valles del centro y sur de Chile, Bol. Mus. Reg. Araucanía (Temuco), 2: 37-52, 1985], donde se plantea el manejo de un camélido por parte de las poblaciones que habitaban la zona central de Chile al momento del contacto hispano. La semidomesticación o aguachamiento como método de amansamiento de guanacos no parece ser tan difícil de realizar, ya que como menciona Sarasqueta [Cría de guanacos en semicautividad, ID!A (Buenos Aires), 429-432: 83-94. 1984] es factible capturar guanacos jóvenes -{:hulengos- (los cuales son muy dóciles a esta edad) y amansarlos en semicautividad. 108 animales llegaron completos, pues se ha encontrado gran parte de su esqueleto, ya que si hubiesen sido llevados muertos se tendrían que encontrar solamente algunos cuartos con huesos de alto rendimiento cámeo. En cambio, el registro nos muestra la presencia de vértebras caudales, falanges, cervicales y unidades anatómicas de bajo rendimiento. Es importante hacer notar la alta frecuencia de los restos de guanacos en una superficie excavada tan pequeña en relación a los restos de los otros animales presentes, lo que indicaría su importancia para estas poblaciones. La industria lítica sugiere la relevancia que tiene para la población insular la explotación del bosque y el trabajo de la madera. La industria ósea nos conduce a la representación del trabajo en fibras vegetales y en cuero. Respecto de la alfarería, en su mayoría monocroma y alisada, se postula una adscripción doméstica y utilitaria. Ollas, jarros y pucos se encuentran en directa asociación con restos de alimentos y de fogones. Cronológica y culturalmente el sitio P31-1 se puede correlacionar con los sitios de Vacas 1 (1320 d.C.), Isla Quiriquina, Tubul 1 (1250 d.C.), en la costa del Golfo de Arauco, pichicullín, Chan Chan y Cheuque (1240 a 1430 d.C.), en las costas de Valdivia. Indudablemente, la comparación de este sitio con otros de Isla Mocha, de las otras islas (Santa María y Quinquina) y del continente nos permitirán caracterizar en forma más precisa el período alfarero tardío en la región centro sur. UBICACIÓN SITIO P3l-l SECTOR ESTE . .:~~:. ~ . - ISLA MOCHA N .. ... .r··r·~:·. ·.·.,.. •'"'•:,. 109 i- ISLA MOCHA: ESTUDIO BIOANTROPOLÓ GICO DE RESTOS ESQUELETALES Florence Constantinescu; Eugenio Aspillaga; Daniel Quiroz; Juan Carlos Hagn y Claudio Paredes INTRODUCCIÓN La Isla Mocha se encuentra ubicada frente a las costas de la provincia de Arauco, a 35 km de la desembocadura del río Tirúa. Su superficie total alcanza los 52 km 2 , con una extensión de 14 km y un ancho promedio de 6 km. Morfológicamente se puede dividir en dos sectores, uno plano o exterior, con playas y vegas, y otro montañoso o interior, cubierto de una formación boscosa de tipo valdiviano, con una altura máxima de 350m. El clima es templado y húmedo; la pluviosidad y la temperatura se distribuyen en forma uniforme durante todo el año, con una media de 1.350 mm y 12,5 °C, respectivamente. Descubierta para el mundo europeo por J.B. Pastene en 1544 y reconocida por el mismo navegante seis años más tarde, la Isla Mocha fue desde ese mismo momento un punto de aprovisionamiento de agua y víveres, al comienzo sólo para los españoles y más tarde para los llamados "piratas" ingleses y holandeses. Podemos nombrar entre Jos primeros a Drake (1578), Cavendish (1587), Hawkins (1594), Cordes (1599), Van Noort (1600) y Spielberg (1615). Los españoles no tuvieron en la Isla Mocha asentamientos, ya sea permanentes o temporales, de tipo alguno (político, económico o religioso). Sin embargo, debido al temor que sentían por la presencia de estos "piratas" extranjeros cerca de "sus" costas, el capitán español Jerónimo de Quiroga despoblaría la Isla por orden de don José de Garro, Gobernador de Chile, medida hecha efectiva entre 1685 y 1687, trasladando a todos los indígenas a las riberas del Bío-Bío, cerca de la ciudad de Concepción. Desde esa fecha hasta avanzado el siglo XIX, la Isla permaneció prácticamente deshabitada, excepto por la instalación ocasional de algunos pescadores y la existencia de un puesto de comercio ballenero norteamericano entre 1790 y 1820. En la segunda mitad del siglo XIX la Isla comenzó nuevamente a poblarse, después de permanecer deshabitada 160 años, con personas provenientes del continente, principalmente campesinos y pescadores de la zona central, traídos como inquilinos por el arrendatario de la Isla. Hoy en día la población de la Isla Mocha alcanza a las 860 personas. De lo anterior se desprende que la Isla está marcada a lo menos por dos episodios poblacionales bien discretos. El primero, corresponde a su total despoblamiento a fines del siglo xvn, ocasión en que la totalidad de sus habitantes fueron erradicados por los españoles, trasladándolos a Concepción. El segundo episodio corresponde al repoblamiento de la Isla, unos 160 años más tarde, por población mestiza chilena, la que en la actualidad alcanza a unos 860 habitantes. Tal cifra se aproxima a las 1.000 almas, cantidad de habitantes estimada por los cronistas, y que seguramente correspondía a la capacidad de carga de la Isla para una población humana con una arquitectura precaria, no tecnificada y con utilización variada de los recursos ambientales. Los estudios bioantropológicos sobre la población indígena de Isla Mocha son mínimos, siendo los estudios craneométricos realizados por el Dr. Carlos Henckel (1950) los que prestan mayor utilidad. Por otra parte los restos óseos humanos de dicha población son mínimos y sus contextos arqueológicos inexistentes o poco confiables, disponiendo sólo de una quincena de cráneos para la investigación, incluidos aquellos obtenidos por Henckel. 111 MATERIAL Y MÉTODO El presente estudio considera cinco cráneos del sitio P27-2 "Los Chinos" depositados en el Museo Regional de Cañete y estudiados por E. Aspillaga en 1991, un cráneo del sector "Los Chinos" donado al Museo Regional de la Araucanía, un cráneo del sitio P25-1 hallado casualmente por un lugareño en abril de 1993 y los restos esqueletales rescatados por Daniel Quiroz y Marco Sánchez en junio de 1993, correspondientes a lo menos a nueve individuos adultos y subadultos del sitio Pl0-1. La denominación de los sitios corresponde a la parcela en que fueron encontrados. Los sitios P10-1 y P27-2 corresponden a dos cementerios, ubicados en sectores apartados de los sitios habitacionales, mientras que el sitio P25-1 es un sitio habitacional propiamente tal. El estudio paleopatológico forma parte de una investigación que se está desarrollando sobre la Antropología Física de grupos indígenas que manejan un estilo de vida de adaptación costera. Tanto los cráneos como los esqueletos fueron estudiados siguiendo un enfoque morfoscópico con el fin de definir el rango de problemas a ser investigado. Todos los restos óseos fueron examinados buscando patologías. La identificación de las lesiones y el diagnóstico se basó en varias fuentes , incluyendo a Campillo (1983), Merbs (1983), Ortner & Putschar (1981), Resnick & Niwayama (1981), Steinbock (1976) y Zimmerman & Kelley (1982). Los cambios patológicos inducidos por actividad física fueron registrados independientemente y se asignó un código para definir el grado de severidad, extensión y ubicación. No se tomaron, sin embargo, radiografías de las lesiones, y por otro lado no fue posible realizar, por el momento, otro tipo de análisis, por ejemplo estudios histológicos o paleonutricionales, debido a la naturaleza patrimonial de la colección y la reciente incorporación de nuevos materiales. RESULTADOS El sitio PI 0-1 ubicado en la parcela N° 10 de la Isla Mocha, corresponde a un entierro múltiple disturbado (¿de filiación Mapuche? siglos XII a XVII d.C.) en la base de una duna de arena amarilla. En la mayoría de las dunas existe un cráter en el centro que señala una investigación humana actual. La duna de la cual fueron rescatados los restos sometidós a estudio, presenta un cráter en el centro que mide aproximadamente 16 m de diámetro, con la base inundada por las lluvias. La tumba está sellada por una ocupación cultural posterior de color oscuro (casi negro) de no más de 15 cm de espesor. En la tumba se encontraron cuatro esqueletos, un adulto y tres niños, y huesos aislados y fragmentos de cinco individuos más, de diferentes edades que van desde los 3,5 años hasta 25+. Los primeros están bastante completos, mientras que los demás se presentan muy incompletos debido a la intervención humana (según datos entregados por los habitantes de la parcela). Los restos óseos presentes en el sitio P10-1 pertenecen a un número mínimo de individuos estimado en 9, de los cuales 3 son adultos y 6 son niños. Asociados a los restos esqueletales, estaban los fragmentos de al menos dos ceramios: el primero de paredes gruesas, textura áspera y factura burda, de color marrón oscuro sin decoración; el segundo de paredes delgadas, textura lisa y factura fina, de color marrón claro con decoración incisa. Además fragmentos óseos de Otaria sp.: una costilla quebrada y dos fragmentos de costilla. Se encontró además una porción proximal de radio-cúbito de Otaria sp., cerca, pero la coloración de la tierra adherida es negra, lo que indicaría su proveniencia del estrato superior. El esqueleto N° 1 corresponde a un individuo de sexo masculino de entre 30 a 35 años de edad. El cráneo presenta cierta actividad porótica posiblemente relacionada con una anemia de origen carencial o parasitaria. La fuerte inserción nuca! y la osificación del ligamento odontoideo sugieren una frecuente e intensa tracción de la cabeza hacia atrás. Es marcada la inserción del músculo temporal, existen lesiones en los cóndilos mandibulares, hay desgaste dentario y enfermedad periodontal. Hay una osificación prematura de la sutura sagital y la parte superior de la lambdoidea probablemente producto de la actividad hiperostótica. Están presentes los siguientes rasgos discretos: rama emisaria externa de la arteria meníngea media emerge de ambos temporales; agujero zigomático doble al lado derecho; hueso supernumerario en sutura temporoparietal izquierda y hueso astérico izquierdo. 112 Es manifiesto en el cráneo un aplanamiento occipital y parietal posterior derecho debido a una deformación por cuna. En la cintura escapular en ambas escápulas presentan un refuerzo de la cápsula articular producto de una hiperelevación del húmero hacia arriba y atrás, el acromion muestra una periostitis y es manifiesto el 'impacto que el troquín ejercía sobre la coracoides. Las clavículas por su parte evidencian una entesopatía del ligamento costo clavicular probablemente por tracción producto de una movilidad extrema del hombro, lo que se ve refrendado por una ampliación hacia anterior de la articulación cleido esternal. La inserción clavicular izquierda del músculo esterno cleido mastoideo es marcada, lo que es consistente con lo observado en la apófisis mastoides y en el esternón. Las entesopatías de los músculos y las osteoartritis presentes en ambos húmeros así como la periostitis observada en el húmero derecho, al ser consideradas con las patologías observadas en la cintura escapular, son consistentes con una hiperelevación del húmero hacia arriba y atrás, y a un movimiento de tracción. Las articulaciones cleido esternales del manubrio están ampliadas hacia anterior y la inserción muscular del ligamento esterno cleido mastoideo izquierdo es marcada. La columna vertebral, por su parte, manifiesta en C2 una pequeña lesión osteoartrítica en el proceso odontoideo y el proceso espinoso está muy marcado, en C4 lipping, una ligera actividad osteoporótica y una probable hernia discal hacia el lado izquierdo, en C5 el cuerpo osteoartrítico ligeramente comprimido y osteoporosis, y en C6 una necrosis probablemente aséptica de la superficie cefálica. T5 se presenta osteoporótica, con una osteoartritis incipiente del cuerpo, T7, T8 y T9 tienen las facetas articulares del lado izquierdo osteoartríticas. Las vértebras torácicas muestran una ligera escoliosis del lado derecho. Ll tiene un ligero lipping hacia el lado derecho, L2 lipping en el lado derecho del reborde superior y osteofitos en el reborde inferior, L3 ligeros osteofitos y lipping completo más marcado del lado superior derecho, L4 igual que L3, pero ellipping es más marcado en el lado superior izquierdo y presenta además una incipiente osteoartritis en el proceso articular superior derecho, mientras que L5 está osteoporótica, osteoartrítica, la superficie del cuerpo está destruida, tiene osteofitos y lipping en ambos rebordes, además de una hernia lateral. Debido a la osteoartritis de los cuerpos vertebrales, las vértebras lumbares presentan una espondilitis lumbosacra. En la pelvis es manifiesta una displasia hacia dorsal de la sínfisis pubiana, además de osteofitosis y osteoporosis en el sacro. Las extremidades inferiores muestran en el fémur derecho la línea áspera muy marcada en su parte media, la inserción del músculo glúteo mayor muy desarrollada y el trocánter menor ubicado hacia anterior. Ambas tibias presentan una lesión crónica con actividad osteolítica en la parte superior externa de la tuberosidad tibia) y una pequeña squatting facet en la articulación con el calcáneo (en la izquierda es un refuerzo óseo, mientras que en la derecha hay un reforzamiento de la lesión). La fíbula izquierda presenta una lesión recuperada de la articulación tibiofibular (lesión al tobillo) y en el calcáneo, a pesar de la erosión, es evidente una lesión periostítica en el reborde lateral interno. El esqueleto N° 2 corresponde a un niño, de entre 3,5 a 4 años de edad. El cráneo está levemente erosionado, con criba orbitaria en ambas órbitas, más avanzada en la derecha que en la izquierda, y con cierta actividad porótica en el frontal , el parietal derecho en su porción posterior, el occipital y en ambos temporales. La mandíbula presenta una periostitis en el mentón, con cierta actividad porótica. El resto del esqueleto se presenta en general porótico en las porciones proximales y/o distales de las diáfisis de los huesos largos. La actividad porótica presente tanto en el cráneo como en el resto del esqueleto, señala muy posiblemente la presencia de anemia de origen carencial o parasitaria que podría haber incidido en la muerte del individuo. Los restos esqueletales del individuo N° 3 pertenecen a un niño de aproximadamente 4 años de edad. Existen trazas de hiperostosis porótica en el occipital y en ambos parietales, y la mandíbula presenta el paladar, los alvéolos y las ramas ascendentes poróticas, pero el estado del material craneano no permite precisar el diagnóstico. El resto del esqueleto se presenta en general porótico en las porciones proximales y/o distales de las diáfisis de los huesos largos. Sin embargo, la actividad porótica presente tanto en el cráneo como en el resto del esqueleto, apunta hacia la presencia de una enfermedad carencial, probablemente una anemia (cuyo origen también puede ser parasitario) que podría haber incidido en la muerte del individuo. 113 El esqueleto No 4, del sitio Plü-1 Isla Mocha, corresponde a un niño de entre 8 y 9 años de edad. La cuarta vértebra lumbar y las dos vértebras sacras presentan sus cuerpos levemente poróticos así como las epífisis del fémur izquierdo. Los húmeros presentan una hipervascularización de la protuberancia anterior así como ambas tibias en la cara dorsal del tercio proximal. Esta hipervascularización corresponde muy probablemente a la manifestación del estrés a que eran sometidos los individuos desde la infancia, realizando actividades musculares que aparecen muy marcadas especialmente en los miembros superiores y tienden a mostrar un activo ejercicio. La actividad porótica manifiesta apunta a la presencia de una enfermedad carencial, probablemente una anemia (cuyo origen también puede ser parasitario) que podría haber incidido en la muerte del individuo. Los demás restos esqueletales del sitio P10-l son: Un húmero izquierdo, sin epífisis proximal, con marcadas inserciones musculares. Pertenecen a un l. individuo adulto. Un radio izquierdo sin epífisis proximal, con periostitis en la epífisis distal, una ulna izquierda sin 2. epífisis distal , y el tercio proximal de una ulna derecha, todos poróticos en las epífisis con las inserciones musculares muy marcadas. Pertenecen a un mismo individuo adulto. Un axis completo, decolorado por el sol, erosionado en el cuerpo y el proceso espinoso, que pertenece 3. a un subadulto. El cuerpo de un axis con el arco neural quebrado, que pertenece a un adulto. 4. 5. · El cuerpo de una vértebra cervical que pertenece a un adulto. El cuerpo de una vértebra probablemente torácica, no totalmente fusionado al arco, que pertenece a 6. un subadulto. 12 fragmentos de costillas (aproximadamente) que pertenecen tanto a adultos como a subadultos. 7. Un fragmento de escápula que pertenece a un adulto. 8. Un fémur derecho, sin epífisis distal (quebrada postmortem), con marcadas inserciones musculares y 9. el trocánter menor inclinado hacia anterior. Pertenece a un adulto. 10. Un fémur derecho, sin epífisis distal (quebrada postmortem), con marcadas inserciones musculares, el trocánter menor inclinado hacia anterior y un pequeño osteoma en el cuello anatómico. Pertenece a un adulto. 11. Un fémur derecho incompleto, levemente erosionado en las epífisis, que pertenece a un subadulto. 12. Un fémur y una tibia derechos, muy incompletos, que pertenecen a un subadulto. 13. Dos tibias derechas, cuyas diáfisis están más o menos completas, sin epífisis, que presentan una hipervascularización en la cara dorsal del tercio proximal, y pertenecen a subadultos. 14 Una tibia derecha, con sólo la porción medial de la diáfisis que pertenece a un adulto. 15. Una tibia izquierda completa, con marcada osteoartritis en la articulación tibiofibular distal con osificación parcial de los ligamentos tibiofibulares. Pertenece a un adulto. Se obtuvieron las siguientes medidas: Largo máximo Diámetro tibia! anteroposterior en agujero nutnc10 Diámetro tibia! mediolateral en agujero nutricio Índice platicnémico Índice mongoloide tibia! Índice Genovés tibia! : 352mm :33 mm : 23mm : 69,69 mesocnémico 167,11 cm : 162,74 cm 16. Una fíbula derecha incompleta, sin epífisis proximal que pertenece a un adulto. 17. Una fíbula izquierda incompleta, sin epífisis. Pertenece a un adulto. 18. La diáfisis incompleta de una fíbula, que pertenece a un subadulto. 19. El tercio medio de una fíbula que pertenece a un subadulto. 20. La mitad proximal de una fíbula con la epífisis proximal ausente sin fusionar, que pertenece a un subadulto. 21. Dos metatarsos derechos y una falange distal. 114 22. La mitad derecha de la primera vértebra sacra, con el cuerpo porótico y lipping en la porción anterolateral derecha, pertenece a un adulto. Los restos esqueletales anteriores corresponden a un número mínimo de individuos estimado en cinco. Éstos corresponden a dos individuos adultos y a tres niños, en que los niños tienen edades comprendidas entre los 4 a 10 años aproximadamente. El cráneo de Isla Mocha del sitio P25-l, corresponde a un hallazgo ocasional. Pertenece a un individuo de sexo femenino de aproximadamente 25 años de edad. Está completo con su mandíbula, presenta marcadas inserciones del músculo temporal, porótico en ambos parietales y una periostitis en el occipital. La articulación temporomandibular derecha se presenta con eburnación. Los rasgos discretos presentes son dos agujeros en los malares, dos huesos supernumerarios en la porción derecha de la sutura lambdoidea y la huella de un vaso sanguíneo en el parietal derecho. Están todas las piezas dentales excepto los terceros molares superiores y el canino inferior derecho perdido postmortem. Las piezas presentan una abrasión plana con exposición de la dentina y saltaduras del esmalte. En la pieza N° 16, hay un pequeño absceso periapical. Presenta incisivos en pala, el tercer molar inferior izquierdo presenta una cúspide adicional, y el canino superior derecho tiene expuesta toda la raíz. El cráneo presenta un aplanamiento occipital y parietal posterior izquierdo debido a una deformación por cuna. El material del sector "Los Chinos" corresponde a cuatro cráneos depositados en el Museo de ~añete, tres de ellos pertenecientes a individuos adultos masculinos, uno a un niño de aproximadamente 4 años de edad, y a la mandíbula de un individuo femenino, adulto. El cráneo N° 1, corresponde a un individuo masculino, mayor de 35 años y menor de 60, cuyos cóndilos están erosionados, los zigomáticos están fracturados y faltan todos los dientes, conservándose algunas raíces. Manifiesta una leve alteración de la articulación temporomandibular, e indicios de enfermedad periodontal. Presenta un extraordinario desarrollo de la eminencia occipital externa y un aumento de la vascularización en la cara lateroposterior del maxilar derecho. El desarrollo de los procesos mastoideos y de la eminencia supraorbitaria es leve. El cráneo N° 2, corresponde a un individuo masculino de 20 a 30 años de edad, sin cara (en el frontal presenta la marca de un chuzo o de otra herramienta utilizada para excavar). Se aprecia una leve hiperostosis porótica recuperada en las eminencias parietales y en la región de la escama occipital. La eminencia occipital externa es muy marcada. El cráneo N° 3, pertenece a un niño de aproximadamente 4 años de edad, cuyos dientes fueron perdidos postmortem. Presenta una incipiente criba orbitaria, en el alvéolo del primer molar temporal izquierdo hay un proceso periostítico debido probablemente a un trauma oclusal y en el alvéolo del segundo molar temporal izquierdo hay una marcada osteosporosis en su base (enfermedad periodontal). El cráneo presenta un aplanamiento occipital y parietal posterior izquierdo debido a una deformación por cuna. El cráneo N° 4, pertenece a un individuo masculino, de aproximadamente 25 años de edad, que perdió postmortem las piezas dentales N° 1, N° 4 a N° 13 y N° 16. Presenta una abrasión plana leve y leves restos de tártaro (enfermedad periodontal leve). Es manifiesta una criba orbitaria y el gran desarrollo de la eminencia occipital externa. El desarrollo de la eminencia supraorbitaria es leve. La mandíbula del individuo No 5, pertenece a una mujer de entre 25 a 30 años, que perdió postmortem las piezas dentales N° 17 a 20, N° 22 a 27 y la N° 32. Es manifiesta la asimetría de las articulaciones temporomandibulares, con alteración de la superficie articular derecha. La abrasión es plana y hay un incipiente absceso gingival bajo la cara lingual de las piezas N° 18, 19 y 20, lo que se relaciona con la alteración morfofuncional del cóndilo derecho. Corresponde al tipo de mandíbula denominado "rocking mandible". El cráneo de Isla Mocha del sector "Los Chinos" corresponde a un hallazgo ocasional. Pertenece a un individuo masculino adulto joven, de aproximadamente 30 años de edad. Está completo, con su mandíbula, presenta cierta actividad porótica, posiblemente relacionada con una anemia de origen carencial o parasitaria. Presenta una deformación hacia la derecha en la región posterior por cuna. La inserción del músculo trapecio está tan excesivamente marcada que ha formado verdaderos procesos óseos en los vértices astéricos de ambos parietales, mientras que en el occipital causó la hipertrofia 115 de la eminencia occipital externa. La fuerte inserción nucal y el desarrollo de los procesos en la región astérica de los parietales, sugiere una frecuente e intensa tracción de la cabeza hacia atrás. Podría tratarse de la tracción de objetos pesados tirados con la región nucal y cervical hacia atrás, pasando una banda por la región de la nuca, lo que podría explicar la actividad porótica en la región lambdoidea. Hay una osificación prematura de la sutura sagital y la parte superior de la lambdoidea probablemente producto de la actividad hiperostótica. En cuanto a los rasgos discretos presentes, la rama emisaria externa de la arteria meníngea media emerge de ambos temporales, existen huesos astéricos derecho e izquierdo, y el incisivo central superior derecho presenta el rasgo "en pala" ("shovel shaped"). La marcada inserción del músculo temporal, la lesión en la articulación temporomandibular, el desgaste dentario y la enfermedad periodontal se pueden asociar a la ingesta de una dieta muy dura con partículas abrasivas. La presencia de pequeñas caries sugiere en la dieta, el consumo moderado de hidratos de carbono, los que no incluyen azúcares refinados. Las características antroposcópicas y antropométricas sugieren una afinidad tanto con poblaciones semejantes a los mapuches como de los canoeros denominados Chonos, siendo el ejemplar estudiado intermedio entre ambos grupos. DISCUSIÓN Del estudio del individuo N° l del sitio Pl 0-1, se desprende que: aparentemente parte de la actividad hiperostótica de la región bregmática podría relacionarse con cargar peso sobre la cabeza. La fuerte inserción nucal y la osificación del ligamento odontoideo sugieren una frecuente e intensa tracción de la cabeza hacia atrás. Podría tratarse de la tracción de objetos pesados tirados con la cabeza, pasando una banda por la región de la nuca, lo que podría explicar la actividad porótica en la región lambdoidea. La marcada inserción del músculo temporal, las lesiones en los cóndilos mandibulares, el desgaste dentario y la enfermedad periodontal se pueden asociar a la ingesta de una dieta muy dura con partículas abrasivas. La extrema movilidad a que el individuo sometía sus hombros hiperelevando el húmero hacia arriba y atrás, el gran desarrollo de las inserciones musculares de los húmeros, las ulnas y los radios y las patologías presentes se pueden asociar a la acción de remar, usando el remo como paleta. Las clavículas por su parte evidencian una entesopatía del ligamento costoclavicular, probablemente por tracción producto de una movilidad extrema del hombro, lo que se ve refrendado por una ampliación hacia anterior de la articulación cleidoesternal. La inserción clavicular izquierda del músculo esternocleidomastoideo es marcada, lo que es consistente con lo observado en la apófisis mastoides y en el esternón. Las articulaciones cleidoesternales del manubrio están ampliadas hacia anterior y la inserción muscular del ligamento esternocleidomastoideo izquierdo es marcada. Todo lo anterior refrenda en primer lugar lo observado en relación a la movilidad extrema a que fueron sometidos los hombros al efectuar la acción de remar y en segundo lugar a la frecuente e intensa tracción hacia atrás a que fue sometida la cabeza. En la columna vertebral se aprecia una escoliosis hacia la derecha y espondilitis de la región lumbosacra, osteofitos y lipping y la compresión de una vértebra cervical, lo cual indica el fuerte estrés a que el individuo sometía su columna. Las marcadas inserciones musculares de las extremidades inferiores sugieren un fuerte trabajo con las piernas, lo que apoya lo observado en cuanto a tracción de objetos pesados, y las lesiones crónicas en la parte superior externa de la tuberosidad tibia] sugieren un apoyo del cuerpo en esta región para estabilizar la canoa al remar. A partir del estudio de los restos esqueletales de Isla Mocha, podemos sugerir que desde niño esta población se veía sometida a actividades musculares que aparecen muy marcadas, especialmente en los miembros superiores, y tienden a mostrar un activo ejercicio desde aproximadamente los 10 años de edad, muy probablemente asociado al uso de remos. El reforzamiento sistemático de la musculatura nucal sobre todo en el hombre, implica un uso del cuerpo en tracción de objetos pesados hacia atrás, como canoas o arados. Uno de los tirantes es la nuca, además de los brazos, lo que se ve refrendado por la actividad osteoporótica en la nuca, las articulaciones de los hombros y las clavículas y la escoliosis. 116 En la población de la Mocha, el hombre participa activamente en remar igual que los chonos, a diferencia de los canoeros más australes en que la mujer está más relacionada a la boga, como lo describen los cronistas. Son necesarios sin embargo más datos para poder generalizar. La presencia de pequeñas caries observadas en los individuos representantes de los tres sitios analizados sugiere que en la dieta hay una ingesta moderada de hidratos de carbono, los que no incluyen azúcares refinados. Sin embargo, estas caries no alcanzan a ser un problema de salud significativo en la muestra, debido a la acción de limpieza ejercida por la misma dieta (abrasiva y fibrosa) y por la ausencia de azúcares refinados en ella. La dieta ingerida por la población de la Isla Mocha es fibrosa con elementos abrasivos, pobre en hidratos de carbono. Estos últimos están más presentes en esta población que en los canoeros del extremo sur, pero menos que en las poblaciones agroalfareras. La ausencia de caries podría explicarse por la acción de limpieza que constituye al desgaste en sí. Es notable el estrés a que esta población fue sometida, pues el esqueleto presenta un estrés muscular muy marcado en individuos jóvenes, con demasiadas lesiones degenerativas. Debe destacarse además la presencia sistemática de lesiones poróticas, que sugieren que esta población estuvo sometida también a períodos de estrés nutricional o a la existencia de alguna patología parasitaria no identificada que se debe pesquisar. Es importante destacar que la mayoría de las patologías observadas en la población de los sitios de la Isla Mocha estudiados, son patologías inducidas por actividad, las que al ser estudiadas en los nuevos restos esqueletales que sean recuperados en la Isla Mocha, reflejarán conjuntamente al material cultural rescatado, el estilo de vida desarrollado por esta población. En términos generales, se puede concluir que la población en cuestión, presenta rasgos anatómicos modificados plásticamente por actividades musculares sistemáticas, probablemente pautadas culturalmente, como también patologías inducidas por las mismas causas, todas ellas compatibles con la forma de vida de un cazador recolector de adaptación marina con uso de canoas pesadas (Aspillaga com. pers.). Estudios recientes tienden a mostrar que el escaso material existente, al menos desde un punto de vista biométrico, está estrechamente relacionado con las poblaciones mapuches y con los restos de indígenas chonos que hemos rescatado en los últimos años (Becker, L., 1991). El individuo N° 1 del sitio PI0-1 es más afín a los chonos, el individuo del sitio P25-l es más afín a los mapuches y el individuo proveniente del sector "Los Chinos", es intermedio entre ambos grupos. Eso plantea un primer problema relacionado con los habitantes indígenas de Isla Mocha: el de la homogeneidad o heterogeneidad poblacional original de la Isla. Dado que Jos estudios biométricos muestran además una mayor proximidad entre los habitantes de Isla Mocha y los chonos, que entre los primeros y los mapuches, aparece como sugerente la posibilidad de la existencia de una población indígena, con anterioridad a un proceso de mestizaje con contingentes mapuches o afines (Aspillaga, E., com. pers., también Ocampo y Aspillaga, 1985), que llegaron a la Isla antes de la llegada de los europeos a América. Este planteamiento se vería reforzado por la información de cronistas que señalan la existencia de dos grupos diferentes en la Isla, así como por información recopilada por Daniel Quiroz, en cuanto a la existencia de diferencias morfológicas halladas en cráneos provenientes de distintos sitios de la Isla (según datos aportados por lugareños). Lo anterior se suma al hecho que los cráneos provienen posiblemente de un sector de la Mocha denominado "Los Chinos", en la parte de la Isla que tiene el acceso más directo al continente. La problemática relacionada con la composición poblacional indígena, y su ulterior dinámica, pueden ser la base de interesantes investigaciones sobre fenómenos microevolutivos de poblaciones humanas. De esta manera, contribuir a generar hipótesis y modelos relacionados con: l. 2. El origen de las poblaciones tardías del sur del país y la expansión de Jos grupos agroalfareros hacia el sur. Un segundo aspecto de interés lo constituyen las convergencias morfofuncionales. relacionadas con estilos de vida, que pueden ser encontradas tanto en los antiguos habitantes de la Isla, como en otros grupos indígenas que compartieron problemáticas adaptativas similares. Tal es el caso de la insularidad con una utilización amplia de los recursos ambientales, particularmente los marinos, y el contraste que se genera 117 con la actual población de la Isla, cuyo manejo de las estrategias culturales es radicalmente diferente, con una escasa utilización del medio marino para su subsistencia. En relación a lo anterior, llama la atención la similitud entre el desarrollo de las inserciones musculares del aparato masticador, así como la abrasión dentaria y la patología periodontal encontrada en los restos que hemos estudiado de la Isla Mocha y los restos de indígenas como los chonos y otros habitantes de sistemas insulares y costeros como los alacalufes y los yámanas. No obstante lo anterior, los cráneos de la Isla Mocha presentan peculiaridades, especialmente en la musculatura nucal y en la región mastoidea, que debemos estudiar con más detalle, pues podría estar reflejando algunas actividades propias de ese grupo, tal vez relacionadas con la práctica agrícola. Para un análisis más detallado y riguroso, es imprescindible disponer de mayor cantidad de material esqueletal proveniente de contextos arqueológicos claros. La patología presente en los pocos cráneos estudiados (provenientes del Museo de Cañete y del Museo Nacional de Historia Natural), además de contribuir a la reconstrucción de los estilos de vida de las poblaciones extintas, tales como es el caso de la patología oral o la presencia significativa de procesos hiperostóticos en los cráneos, contribuiría al estudio de la evolución de los patrones de morbilidad. Este estudio se ve enriquecido por la posibilidad de estudiar a dos poblaciones, de composición genética y culturas diferentes separadas temporalmente, viviendo bajo condiciones de ambiente natural equivalentes. Sería muy interesante, por ejemplo, poder estudiar si la patología hiperostótica, encontrada en cráneos de Isla Mocha, (1) corresponde a un problema carencial, generado en una dieta deficitaria, lo que contradiría lo que es posible deducir de las crónicas al respecto, o (2) a la presencia de otros factores ambientales responsables de la patología, como podrían ser la presencia de parasitosis agudas o de inhibidores de la absorción de hierro, presentes en la dieta. Muchos otros aspectos bioantropológicos pueden ser estudiados en un sistema como la Isla Mocha, la que podría ser considerada como un "laboratorio" en el que bajo condiciones ambientales acotadas, dos poblaciones humanas separadas temporalmente, generan sus propias estrategias biológicas, tanto en términos microevolutivos como en el de otros aspectos de sus biologías, por ejemplo la salud y sus características biofuncionales. Es por esto que debemos poner atención a los estudios en este tipo de localidades, capaces de ofrecemos problemáticas más acotadas, que sirven de base para acceder a otras más complejas como son las sociedades indígenas continentales, de mayor movilidad y con interacciones poblacionales muy distintas. BIBLIOGRAFÍA Ed. Salvat, en R. Gorlin & H. Goldman (eds.) Patología Oral. Barcelona, 1979. Merbs, C.F. Patterns of Activity-lnduced Pathology in a Canadian Jnuit Population. Arch. Survey of Canada PaperW 119, 1983. Ortner, D.J. & W.G.J. 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