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DIRECCIÓN
DE BIBLIOTECAS,
ARCHIVOS
Y MUSEOS
EDICIONES DE LA DIRECCIÓN DE BIBLIOTECAS,
ARCHIVOS Y MUSEOS
MARTA CRUZ-COKE
Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos
DANIEL QUIROZ
Coordinador Nacional de Museos
¡1
MARCO SÁNCHEZ
Conservador del Museo Regwnal de la Araucanía
Lt~ETÍN DEL MUSEO REGIONAL DE LA ARAUCANÍA
ACTAS COLOQUIO ESTRATEGIAS ADAPTATIVAS EN POBLACIONES
COSTERAS DE LA REGIÓN CENTRO SUR Y EXTREMO SUR DE CHILE
Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos
Inscripción N° 86.771
Edición de 300 ejemplares
Museo Regional de la Araucanía
Casilla 481
Temuco
1994
CONTENIDO
Introducción
7
Asentamiento de explotación litoral del agroalfarero medio-tardío en la comuna de Los Vilos,
provincia de Choapa.
Mauricio Massone y Donald Jackson
lnterfluvio costero Petorca-Quilima rí: Problemas, resultados y protección del patrimonio cultural
9
Hernán Ávalos y Jorge Rodríguez
Los Coiles 136: Evidencias de contactos entre poblaciones alfareras del norte chico y Chile central
Jorge Rodríguez y Hernán Ávalos
Desde el período alfarero temprano al medio-tardío a través de la lectura de sus restos faunísticos
· Cristian Becker
Primeros resultados de un análisis de composición de elementos con técnicas de Rayos-X en
arqueología de Chile central
Fernanda Falabella, Eugenio Aspillaga, Roberto Morales, M. Inés Dinator y Felipe Llana
Adaptación al medio ambiente costero al sur del Maule: Cerro Las Conchas primer asentamiento
19
27
41
53
arcaico
Rodrigo Sánchez, Nelson Gaete y María Loreto Vargas
59
Santos del Mar Túmulo: Un asentamiento alfarero en la costa de la provincia de Cauquenes (VII
Región)
Rodrigo Sánchez y Nelson Gaete
79
El arcaico costero al sur del Maule: Discusión y Relaciones
Nelson Gaete y Rodrigo Sánchez
91
Un sitio alfarero tardío en Isla Mocha: P31-1
Marco Sánchez, Daniel Quiroz, Cristian Becker
103
Isla Mocha: estudio bioantropológico de restos esqueletales
Florence Constantinescu, Eugenio Aspillaga, Daniel Quiroz, Juan Carlos Hagn y Claudia
Paredes
111
INTRODUCCIÓN
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l Museo Regional de la Araucanía y la Coordinación Nacional de !Vf..~-iD>~f,;, atrocinio de
la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos y la Sociedad Chilena de i t n¡ü'eC:Zogía, organizaron en la ciudad de Temuco, durante el invierno pasado, entre el 29 y el 31 de julio, el Coloquio
sobre Estrategias adaptativas en poblaciones costeras de la región centro sur y extremo sur de Chile. Este
encuentro reunió a un nutrido y entusiasta grupo de investigadores chilenos que están desarrollando
proyectos en la zona costera desde Los Vilos, por el norte, hasta el canal Beagle por el sur, y permitió un
valioso y fecundo intercambio de experiencias y resultados preliminares.
En el Boletín del Museo Regional de la Araucanía 5 presentamos una parte de los trabajos expuestos
en esa oportunidad, pues desafortunadamente y aunque ampliamos los plazos de recepción no nos llegaron
los textos definitivos del resto de las presentaciones. Nos pareció indispensable concretar esta publicación
considerando que este año, en el marco de uno de los dos simposios del Xlll Congreso Nacional de
Arqueología Chilena que se realizará durante el mes de octubre en Antofagasta, se discutirán nuevamente
los problemas arqueológicos asociados a las ocupaciones costeras prehispánicas.
Los trabajos presentados y publicados derivan sustancialmente de los resultados preliminares de
una serie de proyectos de investigación financiados por Fondecyt y que tienen por objeto, de una u otra
manera, el estudio de las poblaciones costeras en el tiempo y el espacio. Es de gran importancia para el
desarrollo de las investigaciones arqueológicas en las costas del norte chico, zona central, centro sur y
extremo sur, el apoyo estatal recibido a través de este fondo de fomento al desarrollo científico y
tecnológico.
El trabajo coordinado de arqueólogos, etnohistoriadores, antropólogos físicos y sociales es indispensable en la búsqueda de soluciones globales para los problemas que plantea el conocimiento de ¡~-,
historia de las ocupaciones costeras en nuestro país. Un claro ejemplo de este tipo de trabajo, que no
podemos dejar de mencionar, lo constituye el estudio que estamos realizando en isla Mocha desde 1990.
Los datos que cada especialidad maneja pueden ser de índole muy diversa, objetos, documentos, palabras,
pero por lo menos uno de sus objetivos no puede sino ser el mismo para todas: reconstruir las historias
locales, regionales, continentales, etcétera.
Pensamos también que esta reconstrucción no puede ser eficientemente realizada sin estructurar
equipos de trabajo con especialistas de otras disciplinas, especialmente provenientes de las ciencias
biológicas y de la tierra. Durante nuestro coloquio se presentaron diversos trabajos que representan
ejemplos de esta labor de equipo con beneficios mutuos. El camino de la colaboración y la creación
colectiva puede transformarse en una fructífera y transitada ruta, por el bien de nuestra disciplina, una
antropología sin apellidos.
El extenso litoral de nuestro país ha estado ocupado por más de doce mil años. Diferentes pueblos
y culturas han nacido, desarrollado y desaparecido durante este también largo período de tiempo. Los
trabajos que ahora entregamos son un rápido vistazo a una serie de problemas que requieren, indudablemente, de más estudios, de más tiempo y también de más recursos. Deseamos que esta publicación
contribuya a mejorar el conocimiento que tenemos de las poblaciones que han ocupado y aún ocupan el
largo litoral chileno.
DANIEL QUIROZ LARREA
MARCO SÁNCHEZ AGUILERA
Coordinador Nacional de Museos
Conservador
Museo Regional de la Araucanía
7
ASENTAMIENTO DE EXPLOTACIÓN LITORAL DEL
AGROALFARERO MEDIO-TARDÍO EN LA COMUNA
DE LOS VILOS, PROVINCIA DE CHOAPA
Mauricio Massone 1 y Donald Jackson 2
INTRODUCCIÓN
En 1991 , al iniciarse el proyecto de investigación Fondecyt 91-0026 en la comuna de Los Vilos, se
localizaron diferentes sitios arqueológicos en el sector de Punta Chungo (Jackson et al., 1992), algunos de
los cuales deberían ser estudiados con mayor profundidad.
Luego de efectuarse el reconocimiento de superficie y las fichas de descripción de los sitios referidos,
se consideró de especial interés, entre otros, el sitio L. V. 039 por las concentraciones de moluscos marinos
y fragmentos de cerámica de variados tipos, observables en la superficie del lugar, el que ofrecía la
apariencia de un sitio habitacional.
Entre los aspectos más llamativos destacó la presencia de algunos fragmentos cerámicos con
decoración de color rojo y negro sobre blanco, con hierro oligisto, que corresponden al tipo cerámico
ánimas III determinado por Montané (1969), y un fragmento con engobe rojo de probable filiación
diaguita.
Estos antecedentes permitieron pensar en la posibilidad de poder localizar algún contexto estratigráfico de carácter habitacional del complejo Las Ánimas, en el sector de Los Vilos, que sería de gran interés
para completar el conocimiento de la secuencia cronológico-cultural agroalfarera en el área de estudio, en
lo que se refiere al período medio; caracterizar la presencia ánimas en el sector más meridional de su
dispersión; y calibrar su posible relación con la presencia diaguita más tardía.
Con el propósito de poner a prueba dichas hipótesis se efectuaron estudios superficiales y estratigráficos en el yacimiento, cuyos resultados serán dados a conocer en el presente estudio.
CONSIDERACIONES AMBIENTALES Y CULTURALES
El sitio arqueológico L. V. 039 está localizado a unos 3,5 km al norte de Los Vilos, en las proximidades de
Punta Chungo, junto al borde sur de la laguna de Conchalí (31 ° 52' latitud sur- 71° 29' longitud oeste).
El yacimiento se ubica sobre una explanada de escasa pendiente al pie de una alta pared rocosa que
en dicho sector constituye el límite de la terraza 11 de origen marino, de una altura aproximada a 25 m.s.n.m.
El lugar de asentamiento indígena se sitúa a una altura no superior a 6 m.s.n.m., cota que equivale
aproximadamente a la terraza marina l. El sitio está emplazado sobre un sistema de dunas de escasa altura
parcialmente vegetadas, a unos 100 m de distancia del borde sur de la laguna y a unos 400 m de la línea
actual de costa.
El clima de la zona corresponde a estepa con nubosidad abundante, caracterizado por niveles medios
a bajos de precipitaciones y altos niveles de humedad relativa, debido a la influencia directa del mar
(Fuenzalida, 1981).
1
Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Clasificador 1400, Santiago.
Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Casilla 10115, Santiago.
2
9
La fitogeografía del área está caracterizada por la formación de estepa costera de arbustos y hierbas
mesófitas (Fuenzalida, 1965). Desde el punto de vista faunístico, la laguna de Conchalí favorece la
presencia de variada avifauna, entre la que se cuentan taguas y garzas. Por otra parte, el sistema litoral
rocoso y la extensa playa de arena contigua, comprenden una fauna malacológica abundante y diversificada.
El yacimiento está compuesto por un concha! de aproximadamente 86 x 32 m de extensión, dispuesto
sobre una explanada que se extiende entre la pared rocosa que limita la terraza 11 y las proximidades de la
laguna Conchalí. La pared rocosa de más de 1O m de altura representa una protección natural para el lugar,
al igual que un pequeño afloramiento rocoso ubicado hacia el centro del sitio.
El material cultural observado en superficie incluye abundantes restos de moluscos, principalmente
machas (Mesodesma donacium), fragmentos de cerámica monócroma alisada a pulida, escasos fragmentos
decorados, algunos instrumentos líticos y guijarros ovoidales sin modificaciones culturales.
El sitio se encuentra en buen estado de conservación en el sector ubicado al pie de la pared rocosa.
No obstante, en el sector central y norte presenta huellas evidentes de deterioro superficial y subsuperficial,
por la remoción parcial de materiales, vinculada a una huella de vehículos.
METODOLOGÍA
Una vez localizado el sitio se efectuó una inspección superficial, la elaboración de una ficha arqueológica
que considera el registro de los principales aspectos ambientales y culturales observables, la elaboración de
la ficha de conservación del lugar, medición del sitio en su superficie observable y levantamiento topográfico.
Luego se llevó a cabo una recolección superficial del material cerámico y lítico, con el propósito de
obtener una primera impresión del sitio.
Con posterioridad se consideró un plan de excavación que abarcó un total de 6 cuadriculas de 1 m2 cada una.
En 1991 se excavó la primera cuadrícula de sondeo, A4, en el sector central norte del yacimiento,
para reconocer la estratigrafía del sitio. Eh 1992, se excavaron cuatro cuadrículas contiguas en el mismo
sector (A 1, A2, B 1 y B2). Dicha excavación abarcó 4 m 2 y se planteó como excavación horizontal en área.
Durante el mismo año se rebajó una última cuadrícula Xl en el sector oriental del sitio, al pie de la terraza
11, para observar la situación estratigráfica en uno de los sectores periféricos.
Finalmente, se realizaron análisis de laboratorio de los materiales cerámicos, líticos, malacológicos
y sedimentológicos del yacimiento.
ESTRATIGRAFÍA
La excavación efectuada en el sitio permitió reconocer la siguiente secuencia estratigráfica:
Nivel I: O a 5-9 cm de profundidad. Arenoso pardo claro con abundantes raíces. Textura mediana a suelta.
Con contenido cultural.
Nivel 11: 5-9 a 11-23 cm de profundidad. Arenoso pardo claro con escasas raíces. Textura suelta. Con
contenido cultural.
Nivel Ill: 11-23 a 24-33 cm de profundidad. Arenoso pardo oscuro con abundantes gránulos. Textura
mediana a compacta. Con abundante contenido cultural. En este nivel se observó un denso basural de
conchas de machas (Mesodesma donacium).
Nivel IV: 24-33 a 43-46 cm de profundidad. Arenoso pardo gris claro con rodados medianos y pequeños.
Textura suelta. Con contenido cultural. En este nivel de la cuadrícula X-1 se localizó un fogón.
Nivel V: 43-46 a 67-75 cm de profundidad. Arenoso gris claro. Textura suelta, con escasos rodados
pequeños. Sin contenido cultural.
Nivel VI : 67-75 a 90 cm de profundidad. Arenoso gris claro con abundantes cantos rodados. Textura
mediana. Corresponde a un nivel de playa de cantos rodados. Sin contenido cultural, correspondiente
a la base estéril.
10
MATERIALES ARQUEOLÓGICOS
Cerámica
En el sitio 039 se colectó un total de 101 fragmentos de cerámica. De éstos, 58 (57,4%) proceden de la
superficie del yacimiento y 43 (42,6%), de los niveles estratigráficos 1, II, III y IV.
El material fue sometido a una ordenación tipológica junto con la cerámica de otros sitios de Punta
Chunga, lo que permitió reconocer un conjunto de 17 grupos cerámicos para el área. De ellos, 16 fueron
descritos en el informe anexo del primer año de investigación (Massone, 1992).
En el sitio 039 están representados los grupos cerámicos 1, 3, 7, 10, 11, 12, 13, 14, 15 y 17.
En la superficie del yacimiento destaca la presencia del grupo 12 pardo alisado interior y exterior,
con una frecuencia de 36,2% en relación al total de las piezas superficiales. Le siguen en orden de presencia
decreciente el grupo 11 pardo pulido interior y exterior (19%) y el grupo 13 pardo alisado interior y
exterior, paredes gruesas (17 ,2% ).
Desde el punto de vista cualitativo, llama la atención en la superficie del sitio, la existencia de 3
fragmentos cerámicos del grupo 1 rojo engobado con decoración exterior (5,2% ), que corresponden al tipo
cerámico ánimas IIl (Montané, 1969); el grupo 3 rojo engobado exterior (1,7%), de probable filiación
diaguita; y el grupo 17 pardo alisado interior y exterior con decoración incisa (3,5% ).
Por otra parte, en los niveles estratigráficos no se observaron grupos cerámicos con decoración
pintada o incisa. Allí domina la presencia del grupo 11 pardo pulido interior y exterior (48,8%),
seguido por el grupo 12 pardo alisado inte rior y exterior (23,3%) y el grupo 15 pardo gris, tosco a
alisado (9,3 %).
En la porción estratigráfica destaca el hecho que el grupo dominante No 11 , ostenta su máxima
presencia en el nivel 111 (42,9%), que corresponde al basural de conchas. Su frecuencia disminuye
notoriamente tanto sobre, como bajo dicho depósito.
Desde una perspectiva más general es preciso consignar que los grupos 1, 3, 1O y 17 son privativos
de la superficie del sitio, en tanto que los grupos restantes se encuentran tanto en superficie como en
posición estratigráfica. En el nivel 1 están presentes los grupos 11, 12, 13 y 15; en el nivel 11, los grupos 7,
11, 12, 13 y 15; en el nivel Ill, los grupos 11 , 12 y 14; y en el nivel IV, los grupos 11 y 12.
Dada la mayor frecuencia de los grupos 11 y 12 en todo el perfil estratigráfico, es posible afirmar que
éstos fueron los dos grupos más utilizados en el yacimiento. No obstante, es posible que la popularidad de
ambos grupos no sea sincrónica, puesto que el grupo 11 domina notoriamente en los niveles estratigráficos
II y III, mientras que el grupo 12 domina en la superficie y presenta una frecuencia significativa en el nivel
superior I.
TABLA 1
Grupos cerámicos
l Rojo engobado dec. exterior
3 Rojo engobado exterior
7 Negro pulido interior y
exterior paredes medias
lO Pardo pulido ex t. negro
pulido interior
11 Pardo pulido int. y ex t.
12 Pardo alisado int. y ex t.
13 Pardo alisado int. y ext.
paredes gruesas
14 Pardo rojizo tosco-alisado
15 Pardo gris, tosco-alisado
17 Pardo alisado dec. incisa in t.
Total
%
Su p.
Nivel 11
Nivel 1
Nivel III
Nivel IV
3
2
4
2
5
4
3
2
2
10
3
l
3
3
13
12,9
11
10,9
11
31 ,7
30,7
13
12,9
5,9
6,9
7
2
3
3
2
14
13,9
3
32
31
6
3
3
58
57,4
9
2
%
3
3
3
11
21
Total
5
101
5,0
lOO
2
lOO
Material lítico
En la superficie del sitio se registró una lasca de filo vivo en roca de grano grueso, con evidencias de
microastillamiento por uso y ligero desgaste del filo convexo.
Tanto en la superficie como en los niveles estratigráficos del I al IV se localizaron 28 lascas sin
modificaciones intencionales y 9 desechos de talla. Entre las lascas se observaron 7 de tamaño pequeño,
producto probablemente de la preparación de un núcleo, procedentes del nivel IV. Sus talones fueron
preparados en forma plana. Los anversos presentan negativos y aristas de desprendimientos anteriores y los
reversos presentan conos de percusión, ondas y estrías poco notorias.
Por otra parte, del total de lascas referidas, se observaron 5 procedentes de superficie, que pese a no
presentar modificaciones intencionales fueron probablemente utilizadas. A lo menos dos de ellas presentan
huellas de microastillamiento por uso, probablemente para la acción de corte y desgaste.
Finalmente, se registraron 3 guijarros ovoidales sin modificaciones intencionales. Uno procede del
nivel 11 y dos del nivel III, respectivamente. Uno de los guijarros del nivel III muestra en su superficie
notorias huellas de desgaste, pulimento y aparentes estrías paralelas entre sí, producto de su utilización
como pulidor y bruñidor de cerámica.
Artefacto de concha
En la superficie del sitio se registró una Olivia peruviana, muy desgastada en su exterior, lo que sugiere su
posible recolección en la playa. Presenta un ápice cortado intencionalmente en forma transversal, dejando
un orificio que pudo permitir su uso como colgante o collar.
FAUNA
Restos malacológicos
El sitio presenta gran cantidad de moluscos en superficie, entre los que se identificaron Mesodesma
donacium, Concholepas concholepas, Te gula atra, Acantina monodon, Olivia peruviana, Fissurella picta,
Fissurella nigra y Eurhomalea rufa.
Con el objeto de cuantificar los componentes malacológicos del yacimiento se estudió la muestra
completa extraída de la cuadrícula A4 de lxl m excavada en 1991. El estudio permitió establecer las
frecuencias presentadas en la Tabla 2.
El análisis de las cifras muestra una clara diferencia porcentual de los moluscos registrados en
estratigrafía. Las machas (Mesodesma donacium) representan el97% del total de la muestra y se encuentran
especialmente concentradas en el denso basural conchífero que constituye el nivel III del yacimiento. Las
TABLA2
Especies
Concholepas concholepas
Tegula atra
Prisogaster niger
Di loma nigerrina
Acanthina monodon
Scurria scurra
Fissurrella sp.
Eurhomalea rufa
Mesodesma donacium
Gastrópodo Nolldentif.
Balanus S p.
Totales
%
Nivel!
Nivelll
3
Nivellll
2
1
11
100
7
7
1
939
13
1,2
108
10,0
962
88,8
3
12
Totales
5
3
2
2
7
10
%
0,5
0,3
0,2
0,2
0,1
0,6
0,9
O,I
1.050
1
97 ,0
0,1
0,1
1.083
100
100
huellas de exposición al fuego y pequeñas fracturas sobre el borde posterior de las conchas, indican que
dicho recurso fue consumido en el sitio. En la actualidad se ha podido observar, entre los pescadores de Los
Vilos, la.costumbre de abrir las valvas de machas usando otra valva de la misma especie, lo que deja como
resultado pequeñas fracturas en el borde posterior, muy semejantes a aquéllas detectadas en las muestras
arqueológicas.
El número mínimo de individuos de la especie Mesodesma donacium se estableció contando .el total
de las valvas izquierdas y derechas que conservaban la placa charnelar. Se contabilizaron 1.050 valvas
izquierdas y 951 valvas derechas, calculándose el número mínimo según el máximo de 1.050 (valvas
izquierdas). La escasa diferencia numérica entre valvas izquierdas y derechas estaría indicando que se
desconcharon en el asentamiento.
Esta gran cantidad de machas debió ser recolectada en el sistema litoral arenoso de Playa Agua
Amarilla, situada a menos de 1 km del sitio, donde aún en la actualidad dicho recurso puede ser colectado
en abundancia.
Las especies restantes representadas en la estratigrafía de la unidad A4 alcanzan un total de 33
ejemplares (3 %), lo que constituye una presencia de poca significación. Estas especies corresponden casi
en su totalidad a especies que habitan el sistema litoral rocoso.
Por otra parte, la presencia de Scurria scurria en el registro, permite sugerir la posible recolección de
cochayuyo (Lessonia nigriscens), como combustible o alimento, dado que la primera vive sobre el talo o
en el disco de fijación de la segunda (Osorio, 1979).
Las excavaciones más amplias, efectuadas en el sitio 039 durante 1992, permitieron confirmar el
amplio dominio de Mesodesma donacium, que constituye el principal componente del basural conchífero
del nivel III. En estas nuevas excavaciones se identificó además de las especies señaladas en la Tabla 2, la
presencia de Chiton latus, Mulinia sp., Choromytilus chorus, Olivia peruviana, Loxechinus albus y
Stroplacheilus sp.
Material óseo
En el nivel 11 del yacimiento se registró en 1991 un fragmento de costilla de lobo marino Otariaflavescens.
Presentaba el extremo distal destruido y el extremo proximal con tres claras marcas de cortes, paralelos
entre sí, probablemente de cuchillo, producto de la acción de faenar la presa.
De igual modo se encontraron restos de crn-po metacarpo de especie indeterminada y restos de un
maxilar superior derecho de posible conejo o liebre de carácter intrusivo.
En último término, cabe consignar el hallazgo de un hueso cuniforme de camélido que corresponde
a un ejemplar juvenil de Lama sp., en el nivel III de la excavación practicada en la cuadrícula Xl , durante
1992.
OTROS MATERIALES
En los niveles III y IV se detectaron fragmentos aislados de carbón vegetal en las diferentes cuadrículas.
En la cuadrícula XI apareció carbón concentrado en el nivel IV, dando forma a un fogón .
En las cuadrículas A y B, los carbones tienden a concentrarse preferentemente en el nivel III, aunque
en esos sectores no alcanzan a formar unidades de fogones .
Por otra parte, se recuperaron dos pequeños fragmentos de madera indeterminada, sin modificaciones
en el nivel 11 y una muestra de probable pigmento colorante en el nivel IV.
CRONOLOGÍA ABSOLUTA
Para el segundo evento de ocupación correspondiente a la formación del basural de moluscos del nivel III
(entre 24 y 33 cm de profundidad), se obtuvo una muestra de machas, Mesodesma donacium , para ser
fechada por el método Cl4.
13
El resultado de la muestra Beta 63087 fue 840 ± 50 años AP o 1.11 O d. C. La misma fecha calibrada
con un sigma dio un resultado entre 1.630 y 1.700 años d.C.
Considerando las características del contexto, especialmente la cerámica, estimamos que la datación
calibrada es excesivamente tardía, por lo que nos parece más apropiado utilizar la fecha inicial de 111 Oaños
d.C.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Las evidencias culturales encontradas en el sitio 039 de la comuna de Los Vilos, indican una ocupación del
lugar por parte de grupos agroalfareros medios y tardíos.
Las características del sitio hacen pensar que se trataba de un punto de ocupación transitoria, a corta
distancia del mar, como lugar de campamento para la explotación reiterada de recursos marinos, con
marcado énfasis en la recolección de moluscos.
El nivel estratigráfico más profundo registrado en el yacimiento (nivel VI), situado entre 67 y 90 cm
bajo la superficie actual, pone de manifiesto un evento de formación de playa de arena gris con cantos
rodados. Posteriormente se deposita un nivel V de arena gris sin cantos.
Ambos eventos de depositación no incluyen contenido cultural seguro. Los escasos restos de tal
índole parecen corresponder a descenso de materiales aislados, como parte del proceso de formación del
sitio arqueológico.
El nivel IV, arenoso pardo gris, representa el primer momento de ocupación humana segura registrado
en el sitio, que podría remontarse a un período agroalfarero medio, con la presencia de un gran fogón en el
sector oriental del yacimiento, a corta distancia de la pared rocosa (cuadrícula X1). Restos de carbones
similares a los del fogón se encuentran en el nivel IV de la cuadrícula A2, situada 6 m al oeste de Xl , a una
profundidad equivalente.
En el nivel IV se detectaron fragmentos aislados de conchas quemadas, de machas y otras especies,
que indican el aprovechamiento de recursos litorales.
Durante ese período de ocupación se utiliza cerámica del grupo 11, pardo pulido y del grupo 12, pardo
alisado, en ese orden de frecuencia. Por su parte el material lítico refleja la acción de preparar un núcleo, a
partir de las lascas extraídas.
El segundo evento de ocupación, reconocible con claridad, corresponde a la formación del gran
basural de machas del nivel 111, arenoso pardo oscuro, superpuesto a la ocupación anterior, originado por
una ocupación asignable al agroalfarero tardío.
Durante este período domina en la localidad la actividad de colectar machas, desconcharlas y
consumirlas en el sitio, para abandonarlas finalmente en el mismo sector de campamento. Es el período en
el cual el grupo cerámico 11 , pardo pulido, alcanza la mayor popularidad.
Dicha relación tan marcada entre aumento del consumo de machas y uso del grupo cerámico pardo
pulido, puede servir de referencia comparativa para observar si se trata de un patrón propio de diferentes
sitios agroalfareros del área, o si corresponde más bien a un comportamiento localizado.
En relación a la explotación intensiva de machas se han observado situaciones similares en los sitios
006, 007, 026, entre otros del área en estudio.
Por otra parte, a este nivel corresponde también una mayor frecuencia de material lítico, en forma de
lascas, desechos y guijarros, uno de ellos con huellas de uso.
Durante esta época las actividades de extracción de machas se complementan con la recolección de
otros recursos litorales y es probable que se practique en alguna medida la caza terrestre, a juzgar por el
registro de un fragmento óseo de Lama sp.
Los niveles superiores 11 y 1, arenosos pardo claro, ponen de manifiesto nuevamente el uso del lugar
para consumir moluscos y otras especies de recolección litoral. No obstante, sus restos quedan depositados
de modo más disperso y no alcanzan a formar un basural denso y compacto como el que caracteriza a la
ocupación del nivel III.
Durante el período que corresponde a la ocupación del nivel 11, se aprecia además la utilización
14
ocasional del lobo marino, como recurso alimentario, evidenciado por un fragmento de costilla con marcas
de corte de faenamiento.
Los restos culturales de superficie señalan en grandes líneas la continuación de las pautas de
ocupación anteriores, hasta el fin de la ocupación, en lo que se refiere al uso de los recursos alimentarios.
No obstante, se observa un cambio sustantivo en el comportamiento de la cerámica.
En efecto, en el nivel superficial del sitio se produce una modificación, en la relación de dominación,
alcanzando la mayor representación el grupo 12, pardo alisado y pasando a un segundo plano el grupo 11,
pardo pulido. Por otra parte, en la superficie del yacimiento destaca la presencia de 3 fragmentos del grupo
1 con decoración rojo y negro sobre blanco en exterior y rojo interior, que corresponden al tipo cerámico
ánimas III (Montané, 1969) y un fragmento con engobe rojo, de filiación diaguita.
Llama la atención que no se hayan detectado aún fragmentos de cerámica decorada en los niveles
estratigráficos descritos, si se considera que la movilidad vertical de materiales pudo probablemente
hacer aflorar parte de dichos fragmentos, que debieron estar asociados a alguno de los eventos
consignados.
Desde una perspectiva más amplia, el análisis cerámico permite establecer algunas relaciones entre
el sitio 039 y otros yacimientos arqueológicos situados en el sector de Punta Chungo.
En términos generales es posible observar que el sitio 039 se vincula a los sitios 040, 044, 045a,
053, 055,064 y 198, a través de los grupos cerámicos Nos 7, 10, 11, 12, 13, 14 y 15 descritos (Massone,
1992).
Por sus atributos, los grupos cerámicos indicados pueden adscribirse de preferencia al período
agroalfarero tardío, de lo que se desprende que tanto el sitio 039 como otros sitios referidos para Punta
Chungo, pudieron conformar un verdadero tramado de relaciones, en el marco de una estrategia orientada
a utilizar de un modo más adecuado los espacios y recursos costeros del sector.
Una relación de especial interés puede establecerse entre el sitio 039 de la laguna Conchalí y el sitio
045a localizado en una pequeña cueva de Punta Chungo (Jackson et al., 1994).
En efecto, los grupos cerámicos Nos 10, 12 y 14 determinados y encontrados tanto en la superficie
como en los niveles estratigráficos del sitio 039, están presentes en el contexto diaguita excavado en el sitio
045a, y corresponden a los grupos Nos 6, 7 y 13 de este último sitio, respectivamente.
El panorama de la cerámica estudiada para el sitio 045a muestra una clara presencia de varios grupos
que pueden vincularse a la cultura diaguita y algunos en particular a la fase diaguita II, y están limitados
estratigráficamente entre los niveles IX y XIII de la cueva (Jackson et al., 1994; Massone, 1994).
Esta situación puede tener una incidencia de significación para interpretar la ocupación del nivel III
del sitio 039, que corresponde a un denso basural datado hacia el 1.110 DC, según la fecha no calibrada, y
que entraría en el rango cronológico conocido para la fase diaguita II, con fechas que oscilan entre 940 y
1.430 años d. C. (Cornejo, 1989; Durán et al., 1993).
La presencia inicial de cerámica diaguita y ánimas III en la superficie del sitio, planteó la incógnita
sobre la filiación cultural del basural conchífero del nivel III, por cuanto la cerámica detectada en ese nivel
era cerámica utilitaria de difícil diagnóstico.
Ahora sabemos que 5 fragmentos cerámicos, correspondientes al 35,7% del total de fragmentos
depositados en el nivel III del sitio 039, pueden vincularse a los grupos cerámicos 7 y 13 del contexto
diaguita aislado en el alero 045a.
Sobre la base de esta relación, es posible considerar una responsabilidad diaguita en la ocupación del
nivel III del sitio 039 y probablemente asignable a la modalidad diaguita 11.
De este modo habría existido una estrecha vinculación entre las ocupaciones del alero 045a situado
en el sector rocoso de Punta Chungo y el sitio abierto con basural 039, localizado en el borde de la laguna
Conchalí, a unos 600 m de distancia del sitio anterior, durante uno o más episodios del período agroalfarero
tardío.
En relación a los fragmentos de cerámica ánimas III detectados en la superficie del sitio 039, es
posible suponer que deben corresponder a una ocupación humana anterior a aquella que generó el basural
del nivel III y que debería estar representada estratigráficamente por debajo de ese depósito.
15
AGRADECIMIENTOS
Comprometen nuestra gratitud: Roxana Seguel del Centro Nacional de Conservación y Restauración, quien
desarrolló la evaluación del estado de conservación del sitio, así como la implementación de medidas
técnicas de los materiales recuperados; el profesor Julio Montané, quien colaboró durante la excavación del
sitio 039; Gloria Cárdenas, Conservadora del Museo Mapuche de Cañete y Bemardita Ladrón de Guevara,
conservadora, quienes participaron en los mismos trabajos; y el colega Arturo Rodríguez por sus sugerencias en el análisis cerámico.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
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cificidad. Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino No 3: 47-80, Santiago.
Durán, E.; A. Rodríguez y C. González, 1993.
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235-248, Temuco.
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Fuenzalida, V., 1965.
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del sector Punta Chungo, Los Vilos. Informe anexo N° 3. En Informe Avance Proyecto Fondecyt
91-0026 "Patrones de asentamientos, subsistencia y cambios secuenciales en las ocupaciones
prehispánicas de la comuna de Los Vilos, provincia del Choapa. (Donald Jackson et. al., 1992).
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V Congreso Nacional de Arqueología Chilena,
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Osorio, C., 1979.
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Chile. Biología Pesquera N° 11, Servicio Nacional de Pesca, Santiago, Chile.
PROYECTO FONDECYT 91-0026
SITI O 0039
LAGUNA CONCHALÍ
ZONIFICACIÓN ALTERACIONES
AÑO 1992
®
®®(IJ
~
SIMBOLOG ÍA
Límite del sitio
·= Huella vehicular
---~
Escurrimiento
Cactáceas, arbustos espinosos y cubierta
vegetal
· :::;:;::1 Arbustos espinosos y cubierta vegetal
~..: Cubierta vegetal
Afloramientos rocosos
@ Dunas monticulares
"'' Acumulación de guijarros
~ Acantilado
Cuadrículas de excavación
•••
Do
Figura 1
Planimetría del sitio L. V. 039, mostrando las áreas excavadas, sectores de alteración y otras
características del asentamiento.
SITIO L.V. 0039
CUADR ÍCULA A 1-A2
PERFIL ESTE
...•
1
+
~~
- -,-"' VI
iJ " :
~
•
>
Figura 11
Perfil estratigráfico Este, mostrando las distintas capas identificadas
17
-13
'z
Z CM.
~
1
5
~
Figura IIl
l.
2.
3.
4.
5.
6.
~.
Fragmento de cerámica del grupo 11 "Pardo Pulido interior y exterior".
Fragmento de cerámica del grupo 1 "Rojo Engobado decorado exterior" asignable a ánimas Ill.
Fragmento de cerámica del grupo 1 "Rojo Engobado decorado exterior" asignable a ánimas III.
Guijarro ovoidal con huellas de desgaste por uso ; pulidor.
Lasca primaria con huellas de utilización.
Lasca con modificaciones intencionales.
18
~
ZcM.
INTERFLUV IO COSTERO PETORCA-Q UILIMARÍ:
PROBLEMA S, RESULTAD OS Y PROTECCIÓ N
DEL PATRIMON IO CULTURAL 1
Hernán Ávalos y Jorge Rodríguez
INTRODUCCIÓN
Hacia el año 1991 se inició un proyecto pionero de investigación arqueológico regional en el interfluvio
costero Petorca-Quilimarí, el cual carecía casi completamente de todo tipo de investigación sistemática.
Este hecho se hacía más notorio al percibir que esta subárea forma parte de una zona de contacto o de
encuentro entre dos importantes núcleos de desarrollo prehispano: Chile central y el norte chico.
Como parte del proyecto de investigación arqueológico que los autores están realizando en la costa
comprendida en el interfluvio señalado, el trabajo que se presenta a continuación pretende abordar tres
aspectos:
PROBLEMAS SURGIDOS EN LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA:
l.
Densidad de sitios arqueológicos descubiertos: La prospección arqueológica iniciada en 1991
a)
cubrió un área aproximada a los 120 km 2 , arrojando un total de 172 sitios, con lo cual se da una densidad
de 1,43 sitios por km 2 , es decir, más de un sitio arqueológico por km 2 en toda la subárea estudiada.
De ellos, 70 estaban ubicados en las Dunas de Longotoma. Este sector siempre ha constituido para
nosotros un sector especial dentro de la investigación, pues corresponde a una superficie con campos de
dunas que cubren casi los 18 km 2 de extensión, que pensamos debe ser abordada como una unidad y
formando parte de un solo proyecto de investigación, dada la complejidad de información contenida: dunas
móviles que actualmente están sepultando muchos sitios; lo que lleva implícito la investigación conjunta
de estudios referidos al avance anual de las arenas; materiales de diversos grupos culturales expuestos en
superficie, entre otros aspectos.
2
En consecuencia, Longotoma, arroja por sí sola una densidad de 3.9 sitios arqueológicos por km ;
mientras el resto de la zona, es decir, 102 yacimientos arqueológicos comprenden una densidad de 1,O sitio
porkm 2 .
En Longotoma los depósitos arqueológicos son de tres tipos:
Conchales superficiales extensos
Conchales monticulares
Conchales en duna fósil
El resto de la subárea estudiada, que comprende desde Punta Guallarauco en el sector norte de Longotoma
hasta el río Quilimarí por el norte, incluye sitios arqueológicos que están ubicados en su gran mayoría al
borde del acantilado costero en lo que hoy es la segunda terraza marina. Otra parte importante de los sitios
1
Proyecto Fondecyt 91-0425.
19
se emplaza en las quebradas o esteros que desembocan al mar. Finalmente, el resto de los yacimientos
arqueológicos se ubica a una distancia intermedia entre la línea costera y la vertiente occidental de la
Cordillera de la Costa (distancia que en este caso oscila entre los 2 y 6 km aproximadamente), y que
corresponden principalmente a aleros o abrigos rocosos.
Los problemas surgidos en este caso estuvieron referidos a la imposibilidad de efectuar la prospección
en los 120 km 2 estimados originalmente a prospectar. En la práctica sólo fue posible cubrir un área
aproximada a los 100 km 2 . Dos fueron los obstáculos que impidieron una prospección total: por una parte,
la existencia de un recinto militar en Pichicuy y un recinto naval en Pichidangui y, por otra parte, la
presencia de bosques de pino y eucaliptus al sur del estero Huaquén.
La información obtenida hasta el momento en lo que concierne a evidencias de ocupaciones
Paleoindias, es nula. En el caso de las poblaciones Arcaicas, su evidencia no es muy abundante debido a
los pocos sitios descubiertos. El análisis y resultado final de las ocupaciones arcaicas corresponde a la etapa
final de este proyecto de investigación y estará contenida dentro de las publicaciones que se efectúen a partir
de 1994.
La mayor cantidad de sitios registrados corresponde a ocupaciones alfareras: 65 para el caso de
Longotoma, 52 para el resto de la subárea. En el caso de los sitios -que por ahora- han sido designados
como "acerámicos", a raíz de las excavaciones efectuadas durante el tercer año de investigación existe la
certeza de encontrar muchos indicadores, además de fechados absolutos que nos van a permitir precisar más
exactamente la adscripción cultural y temporal de estas poblaciones.
No obstante, con la información rescatada en esta primera investigación arqueológica sistemática en
la subárea, el solo hecho de haber descubierto y registrado más de 170 sitios arqueológicos (si agregamos
los nuevos descubiertos durante el tercer año de proyecto), ha significado comenzar a aportar nuevos y
valiosos antecedentes arqueológicos para una zona que carecía absolutamente de estudios.
b)
Nuevos materiales cerámicos presentes en la zona: En el curso de los dos últimos años de
investigación fueron descubiertos nuevos elementos cerámicos, que se concentran en Quebrada La Ballena,
estero Huaquén y en los faldeos del acantilado de duna fósil en Longotoma. Se refiere a cerámica de paredes
medianas a gruesas, con ambas superficies pulidas, donde la característica es la presencia en el borde de la
cara interna de decoración incisa, normalmente lineal. Este particular grupo cerámico no tenemos conocimiento que haya sido registrado al menos en Chile Central. Un fragmento encontrado en excavaciones
estratigráficas y fechado por T.L. arrojó como resultado: 1.270 ± 90 d.C. Como bien suponíamos pertenecerían a poblaciones Alfareras Tardías de la zona, que están ocupando las terrazas fluviales de las quebradas
costeras. Por el momento, no podemos adscribir dicho material culturalmente.
e)
Ausencia de ciertas manifestaciones culturales en la zona: Hasta el momento no han sido
encontradas en la subárea estudiada, en lo que respecta al período arcaico, evidencias que indiquen la
presencia de poblaciones que puedan ser identificables fácilmente como Huentelauquén.
Para el caso del período alfarero, no ha sido descubierto hasta ahora ningún elemento cultural
claramente adscribible a las culturas Llolleo, Aconcagua e Inca.
2.
RESULTADOS GENERALES OBTENIDOS HASTA EL
SEGUNDO AÑO DE INVESTIGACIÓN, PARA LA CONFORMACIÓN DE
LA SECUENCIA CRONOLÓGICA Y CULTURAL EN LA SUBÁREA
La investigación ha permitido integrar la información en lo que respecta a patrones de asentamiento y
estrategias de subsistencia de la siguiente manera:
PATRONES DE ASENTAMIENTO
l.
Arcaico: La información obtenida hasta el momento de los grupos arcaicos no es muy abundante
debido a los pocos sitios descubiertos. Esta carencia de información es por la dificultad de identificarlos,
20
ya que los que se han registrado corresponden a niveles inferiores de ocupación (bajo niveles alfareros); o
por cortes de caminos que los han dejado expuestos.
Sin embargo, se puede señalar que las poblaciones arcaicas ocupaban preferentemente lugares donde
el recurso de agua dulce estuviera adyacente o muy cercano; al borde del acantilado rocoso con fácil acceso
al mar y a recursos malacológicos de roca; y se dan también algunos casos en que sus evidencias han sido
halladas bajo la protección de aleros rocosos.
Tal situación se ha registrado principalmente en el sector comprendido entre el estero El Chivato y
el río Quilimarí; no descartándose el sector estero El Chivato-Punta Guallarauco, ya que si bien reúne
algunas condiciones similares, no se han identificado sitios hasta el momento. Otro sector para el cual
existen antecedentes es Longotoma (Berdichewsky, 1964); mas no hemos encontrado claras evidencias,
salvo la presencia de sitios acerámicos.
La mayor información relativa al arcaico estará disponible para nosotros a partir de 1994, cuando
dispongamos de Jos fechados de Radiocarbón 14 para varios sitios de la subárea.
Alfarero Temprano: Las poblaciones alfareras tempranas se presentan ocupando un espacio más
2.
diversificado que las arcaicas. Sus lugares de asentamiento se concentran principalmente en las dunas de
Longotoma y en Jos esteros El Chivato y Los Coiles.
En las dunas de Longotoma, Jos grupos alfareros tempranos detectados pertenecen a la Tradición
Cultural Bato; ellos ocupan prácticamente toda la franja bajo el acantilado de duna fósil. En general, los
sitios se presentan de reducida extensión y de poca potencia; en algunos casos sólo son sitios superficiales.
Todo esto indica que corresponden a pequeños grupos con cierto patrón de movilidad estacional, que deja
como resultado de su ocupación una baja densidad de material cultural y desechos alimenticios, especialmente malacológicos.
Son precisamente los recursos malacológicos la principal variable que parece motivar la presencia de
estos grupos Bato; puesto que los recursos de playa (machas principalmente) y en menor grado los de roca,
son prácticamente los únicos restos alimenticios que se encuentran. Huesos de camélidos o lobos marinos
se hallan en muy baja proporción. Además debe considerarse el fácil acceso a recursos de agua dulce (ríos
Longotoma y La Ligua), y a recursos vegetales que se encuentran en el sector bajo del acantilado, debido
a la humedad captada allí de las neblinas costeras y de la presencia de vertientes e incluso la existencia allí
de una laguna.
Otro espacio que ocupan las poblaciones alfareras tempranas, es el mismo del cual hacen uso las
poblaciones arcaicas. Es decir, en las terrazas fluviales de los esteros El Chivato- Los Coiles, y en la terraza
superior o acantilado costero, lo que implica acceso fácil al mar y a recursos vegetales y materias p1imas líticas.
Alfarero Medio/Tardío: Por el momento los estamos considerando juntos, pues así Jos hemos
3.
hallado particularmente en el sitio Los Coi les 136. Presumiblemente son poblaciones Ánimas y/o Diaguitas 1,
ya que existen elementos culturales de ambas poblaciones y los fechados obtenidos podrían indicar, tal vez,
el cambio paulatino dentro de una misma población. También se maneja la idea que correspondan a
poblaciones locales con fuertes vínculos con el Norte Chico.
Al igual que las poblaciones alfareras tempranas, dentro del sitio, el recurso malacológico es
importante, pero no el único; aquí el recurso animal, especialmente guanaco se utiliza tanto para el consumo
y la fabricación de instrumentos de hueso, como para la funebria (ofrendas de patas o falanges).
La ocupación en Los Coi les 136 se presenta de poca extensión, con un claro sector de funebria y otro
habitacional. Debido al alto núméro de enterratorios, se presume una ocupación bastante prolongada en el
tiempo -al menos, 200 años- y, que eventualmente, tuvo patrones de movilidad en busca de determinados recursos alimenticios; como es el caso de Longotoma, donde se han encontrado algunos materiales
pertenecientes a estas poblaciones (aro de plata y tortero de combarbalita).
ANÁLISIS INTRASITIO
Los Coiles 136:
Aunque la excavación de este sitio fue extensa y con el objetivo de seguir pisos de ocupación y aislar rasgos
discretos que indicarán áreas de actividades, la organización intrasitio fue detectada someramente. Se ha
21
identificado en forma clara un área de funebria, con 16 individuos registrados, y un sector habitacional con
fogones y restos de quincha. Esta diferenciación entre sector de funebria y sector habitacional es la misma
para los dos componentes culturales identificados: alfarero temprano y alfarero medio/tardío.
En relación a la actividad de funebria, la mayoría pertenece al componente alfarero medio/tardío.
También es importante señalar que los restos de quincha se encontraron en los niveles superiores (medio/tardío); y los únicos fogones identificados se encuentran en el nivel inferior correspondiente al
componente temprano, uno en el sector habitacional y el otro en el sector de enterratorios.
La basura malacológica se presenta en baja densidad y fragmentada, salvo en algunas ocasiones, que
se presenta como rasgos discretos (basurales pequeños). No ha sido posible determinar otras áreas de
actividades que den cuenta de la forma de organización intrasitio de las dos poblaciones que ocuparon este
lugar.
Precisamente los enterratorios son una de los causantes de la falta de áreas de actividades, ya que la
excavación de las fosas rompe los pisos de ocupación, sobre todo tempranos. Además están las actividades
antrópicas que han alterado el sitio: agricultura, actividades de rodeo y viveros.
Finalmente, se pudo apreciar una diferenciación cuantitativa entre el sector habitacional (mayor
densidad cultural) y el sector funerario (menor densidad cultural).
ANÁLISIS INTERSITIOS
Puede ejemplificarse con la información obtenida para los grupos pertenecientes al Período Alfarero
Temprano. Si bien es cierto, no podemos asegurar que se trate exactamente de la misma población, se puede
hacer un buen paralelo entre los sitios Longotoma 51 (y otros sitios aledaños en las dunas) y Los Coiles
136.
Ambos sitios comparten culturalmente muchos elementos en común: cerámica incisa lineal y
punteada, tembetás de cerámica del tipo botón con aletas, pipas, mamelones, entre los principales.
Los sitios Longotoma 51 y Los Coiles 136 (en su componente inferior), son asignados a la Tradición
Cultural bato; la cual manifiesta como área de mayor expresión el intertluvio Aconcagua - Petorca
(Rodríguez et al., 1991). De este modo ambos sitios pertenecen a este núcleo cultural, siendo Los Coiles
136, la ocupación más septentrional que se conozca de esta Tradición.
La diferencia la marca la ocupación del espacio, ya que mientras en Longotoma 51, se ocupa la duna
(fósil y activa), en Los Coiles 136, se ocupa la terraza fluvial; aunque cada uno permite un fácil acceso a
diversos recursos: hídricos, malacológicos, vegetales y materias primas líticas, entre otros. En consecuencia, el análisis de las relaciones entre ambos sitios ha significado reconsiderar el núcleo cultural de esta
tradición cultural.
ESTRATEGIAS ADAPTATIVAS
A través del tiempo los diversos grupos humanos que poblaron el intertlujo costero Petorca- Quilimarí, se
enfrentaron y adaptaron al medio ambiente que los rodeaba con singular éxito, ya que sus diversas
estrategias de subsistencia y su variada tecnología así lo confirman. A grandes rasgos los procesos
adaptativos y de cambio pueden ser visualizados al analizar cada componente cultural por separado y
relacionándolo con el que lo sucede, es decir, de manera secuencial:
Alfarero Temprano: Los grupos de este período muestran una estrategia de subsistencia más variada,
l.
ya que el consumo de recursos marinos se diversifica, a diferencia de los grupos arcaicos, incorporando
ahora en forma más intensa los recursos de playa. Se han encontrado además algunos huesos de mamíferos
marinos y de aves.
El cambio más radical en estos grupos es que incorporan fuertemente a su dieta el recurso guanaco,
el cual no sólo se utiliza para el consumo, sino también para fabricar instrumentos con sus huesos. Además
aparecen de manera más habitual artefactos de molienda, señalando así, la incorporación definitiva de los
recursos vegetales a su dieta.
A nivel tecnológico, el cambio más notable es la incorporación de la alfarería, predominando formas
cerradas con diversos tipos de decoración (incisos, pintura roja, hierro oligisto). La cerámica utilitaria
22
presenta claras evidencias de ser colocada al fuego para la cocción de alimentos, lo cual de por sí es un
cambio fundamental en la dieta.
Otros elementos tecnológicos numerosos y variados son los líticos, entre los más importantes se
cuentan: puntas, raederas, raspadores, cuchillos, cepillos, tajadores y lascas de filo vivo, todos los cuales
permitieron realizar numerosas actividades de subsistencia. Tales artefactos fueron confeccionados mayoritariamente en lava silícea y arenisca, dos materias primas locales muy abundantes.
Se ha analizado especialmente el componente alfarero temprano del sitio Los Coiles 136, emplazado
en la terraza fluvial del estero epónimo. El depósito de basura es importante, pero no el único, ya que este
grupo a diferencia de Longotoma, registra el uso del recurso animal, tanto guanacos como lobos marinos.
Especialmente el guanaco se utiliza no sólo para consumo, sino también para la confección de variados
instrumentos de hueso.
Alfarero medio/tardío: Estos grupos presentan características similares a los grupos alfareros tempra2.
nos, ya que ocupan prácticamente los mismos espacios, acceden a los mismos recursos: malacológicos,
fauna terrestre y marina, aves, peces y vegetales, indicando todo ello una dieta diversificada en relación a
lo que les ofrece el medio ambiente.
Merece un comentario especial en este punto la presencia de los restos de un pez completo como parte
de la ofrenda encontrado en el enterratorio 4 del sitio Los Coiles 136. Se trata de un ejemplar de cabinza,
cuya distribución actual en Chile va entre Arica y Talcahuano, vive en cardúmenes muy cerca de la costa,
prefiriendo las bahías tranquilas y los fondos arenosos, aunque también puede encontrársele en hábitat
rocoso a 400-500 metros de la costa en fondo de fango en rocas y arenales. Se le pesca normalmente en los
meses cálidos (diciembre a marzo). Todos estos antecedentes, más otros restos de peces, tales como
vértebras, nos están permitiendo inferir la práctica de la pesca en estas poblaciones, aun cuando no hemos
encontrado, por el momento, anzuelos .
Tecnológicamente no aparecen nuevos elementos, sólo se modifican o diversifican los del período
anterior. Por ejemplo, en la cerámica se dan formas abiertas (pucos), las puntas de proyectiles se hacen más
pequeñas y finas , y aparecen nuevos instrumentos de hueso (cucharas y espátulas). Los dos anteriores,
infiriéndose con ello un aumento de los vegetales en su dieta (o al menos los susceptibles de ser procesados
con estos artefactos.
Las materias primas líticas empleadas son prácticamente las mismas que las usadas en períodos
anteriores, vale decir materias primas locales.
3.
PROTECCIÓN DEL PATRIMON IO CULTURA L Y NATURAL
La ejecución de este proyecto consideró desde un principio como algo de vital importancia la Protección
del Patrimonio Cultural. Es así como se han tomado medidas básicas de protección, como es el caso de
rellenar con el mismo material extraído todas las excavaciones realizadas, dejando en su interior algunos
indicadores perennes (fichas), que permitan señalar los lugares excavados. Del mismo modo se ha hecho
conciencia a todos los propietarios de los terrenos en que se está trabajando de la importancia que significa
la protección de ese patrimonio cultural del país, impidiendo de esta forma los potenciales saqueos que
puedan sufrir los sitios.
Por otra parte, tanto a los materiales arqueológicos como bioantropológicos, se les ha dado el
tratamiento mínimo que requieren para su óptima conservación. La restauración de materiales culturales y
óseos ha sido también considerada en este proyecto. Es conveniente señalar que todos los materiales
rescatados en esta investigación quedarán depositados en las bodegas del Museo Nacional de Historia
Natural, sujetos obviamente a sus normas de conservación y bodegaje.
También se está implementando un trabajo específico de diagnóstico para la conservación y protección de los sitios arqueológicos con inminente riesgo de destrucción y daño en la subárea.
23
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El inicio de esta línea de investigación regional en el interfluvio costero Petorca-Quilimarí, luego de dos
años de investigación, ha arrojado una gran y valiosa cantidad de información que viene a llenar el vacío
arqueológico propio de una subárea carente de investigación.
Dicha línea de investigación ha sido abordada desde una perspectiva de trabajo regional e interdisciplinario, ya que el conjunto de ocupaciones arqueológicas ha considerado el estudio de aspectos intra e
intersitios, patrones de asentamientos, geomorfológicos, bioantropológicos, análisis de recursos vegetales,
malacológicos, ictiológicos, faunísticos, dataciones absolutas y estudios medioambientales y de conservación del patrimonio cultural. De este modo se han obtenido los siguientes resultados:
Dunas de Longotoma : La gran diversidad y cantidad de sitios arqueológicos registrados (más de 70),
l.
ha obligado a abordar esta zona de manera global. Hasta ahora se han realizado tres pozos de sondeo y la
excavación extensiva de un sitio. Se han definido tres categorías de sitios: conchales monticulares,
conchales en duna fósil y conchales superficiales extensos. A estos últimos se les ha dado un tratamiento
particular, ya que ha sido necesario estudiar su génesis, debido a que presentan características de formación
natural a manera de antiguas líneas de playa y sobre las cuales se habrían asentado esporádicamente algunas
poblaciones humanas que dejaron como evidencia pequeños basurales discretos y materiales culturales. Los
análisis geológicos-geomorfológicos han concluido que se descarta la hipótesis de antiguas líneas de playa,
· postulando más bien, que se trataría de depósitos eólicos. Sin embargo, la disposición de las valvas de
moluscos (extensivos y muy superficiales), hacen difícil pensar en conchales arqueológicos, especialmente
si consideramos la baja densidad de materiales en superficie. Durante este tercer año de investigación
continuarán los estudios para intentar aclarar esta situación, que se ha observado común a muchas otras
zonas costeras: Quintero, Los Vilos, entre otras.
Las otras categorías de conchales, no ofrecen duda sobre su origen arqueológico. Los pozos de sondeo
realizados y la excavación en uno de ellos dan cuenta de poblaciones pertenecientes al Período Alfarero
Temprano, que se asentaron en Longotoma, con el principal propósito de acceder a los abundantes recursos
de playa (principalmente machas). También se encuentran aunque en escasa proporción vértebras de peces
y huesos muy fragmentados de aves y mamíferos. Los recursos de roca se hallan en los sitios cercanos al
sector de Punta Guallarauco.
Las características de ocupación de estos sitios demuestran que se trataría de pequeños grupos con
alta movilidad, que acceden al recurso en forma estacional, ya que los sitios son de poca extensión y baja
densidad cultural.
Cultural mente los sitios que presentan materiales culturales diagnósticos, han podido ser asignados a
la Tradición Bato. Todos presentan los elementos típicos de esta manifestación cultural: cerámica incisa
lineal y punteada, decoración con hierro oligisto y pintura roja gruesa y tembetás de cerámica del tipo botón
con aletas. Debe considerarse además, que dicha Tradición tiene como zona nuclear el interfluvio Aconcagua-Petorca; por lo cual, el sector de Longotoma no sería otra cosa que una continuación espacial de ese
núcleo cultural. Además los fechados absolutos obtenidos para Longotoma: 270 d.C. y 290 d.C., son
absolutamente coherentes con el fechado que posee Marbella 1: 260 d.C. (Rodríguez et al., op. cit.).
Otras manifestaciones culturales detectadas en Longotoma, aunque muy aisladamente, evidencian la
presencia de grupos provenientes del norte chico. La existencia de ciertos tipos de aros de plata y torteros
de combarbalita nos confirman la idea de la presencia o contactos con grupos de filiación ánimas o diaguita
l. Sin embargo, por el momento, no contamos con mayores antecedentes para confirmar esta presencia.
Arcaico: La dificultad para localizar estos sitios ha impedido obtener toda la información que
2.
hubiésemos deseado. Los sitios arcaicos se localizaron en la zona comprendida entre el estero El Chivato
y el río Quilimarí. Tales sitios se presentan como pequeñas ocupaciones a manera de campamentos abiertos
o bajo la protección de aleros rocosos. Aparentemente la principal actividad de estos grupos es la obtención
de recursos marinos, especialmente gastrópodos, tales como locos y fisurellas, las que se encuentran en
potentes y densos depósitos. La poca presencia de puntas y restos óseos de mamíferos, como también la
ausencia de elementos de molienda avalan la idea de una orientación hacia los recursos marinos. Por el
momento no se han encontrado anzuelos.
24
Para el tercer año de investigación, se enfatizará el estudio de estos sitios y la obtención de fechados
absolutos que nos permitan profundizar en el conocimiento de las poblaciones arcaicas que habitaron en la
subárea. Para ello excavaremos algunos sitios extensivamente, uno de los cuales presenta enterratorios que
podrían corresponder a este período, como es el caso del sitio El Chivato 111.
3.
Alfarero Temprano : La presencia de grupos pertenecientes a este período ya fue analizada para el
sector de Longotoma. No obstante, también se encuentran presentes en otros sectores; lo que indica un
patrón de ocupación más diversificado. Hacen uso de dunas activas y fósiles, terrazas marinas y fluviales,
accediendo de este modo a una mayor cantidad de recursos .
El estudio del componente alfarero temprano del sitio Los Coiles 136, confirma lo arriba expuesto.
En efecto, la población que habitó este sitio evidencia una economía más generalizada y diversa, siendo los
recursos marinos igualmente importantes como lo fueron para las poblaciones arcaicas. Éstos se presentan
de manera diferencial, ya que la densidad disminuye notoriamente y aparecen ya no sólo recursos de roca,
sino también de playa. Del mismo modo, comienzan a aparecer más regularmente (aunque siempre en baja
proporción) restos de consumo de peces. Se observa también un aumento notorio en el uso y consumo de
mamíferos terrestres, particularmente guanacos y mamíferos marinos (posiblemente lobos marinos). La
confección de instrumentos de huesos señala un conocimiento mayor en la utilización de este recurso. La
presencia de una moderada cantidad de puntas de proyectiles, muestra que la caza era una actividad
recurrente de subsistencia. Por otra parte, el hallazgo de algunas manos de moler, señalan que la utilización
de vegeútles era un importante complemento en la dieta alimenticia.
La ubicación de estos sitios siempre cerca del mar y de cursos de agua dulce reflejan la preferencia
de estas poblaciones por ciertos espacios: campamentos abiertos bien protegidos y de poca extensión, dando
a entender que al igual que los grupos arcaicos se trata de pequeños grupos con cierto patrón de movilidad.
La presencia de tembetás de cerámica del tipo botón con aletas, cerámica incisa lineal y punteada,
mamelones e incisiones con relleno de pintura blanca, parecen señalar que se trataría de una población adscrita
culturalmente a la Tradición Cultural Bato, lo que marcaría el sitio más septentrional de esta manifestación.
Si bien es cierto, los fechados absolutos obtenidos se enmarcan dentro de esta tradición cultural, cabe
también la posibilidad que se trate de poblaciones Molles del norte chico. Aún faltan otros elementos para
adscribir con seguridad la filiación cultural, especialmente si consideramos que la subárea en estudio es una
zona intermedia entre los desarrollos culturales de Chile central y el norte chico; por lo cual, el contacto
entre ambas poblaciones durante el Período Alfarero Temprano es una posibilidad altamente factible.
4.
Período Alfarero Medio/Tardío: Las poblaciones pertenecientes a este período ocupan básicamente
los mismos espacios que las poblaciones alfareras tempranas. Vale decir, la zona entre el Estero El Chivato
y el río Quilimarí y muy tangencial mente las Dunas de Longotoma.
El nivel superior del sitio Los Coi les 136, es el que mejor caracteriza a este período cultural, ya que
aquí se encuentra una fuerte ocupación marcada por un grupo que ocupó la ribera norte del estero Los
Coiles, asentándose sobre un sitio de anterior ocupación temprana. La principal característica de este sitio
es que muestra una clara diferenciación funcional: al oeste se encuentra el sector habitacional de ambas
poblaciones alfareras y al este el sector de funebria, al menos, de la población alfarera medio-tardía, con 16
individuos registrados hasta ahora.
Entre ambas ocupaciones hay casi 400 años de diferencia, lo que estratigráficamente ha quedado
registrado por un depósito de origen fluvial que señala eventos de inundación del estero y que afectaron al sitio.
Al igual que la población alfarera temprana que ocupó este sitio, la economía durante el período tardío
se muestra bastante diversificada, ya que la utilización de recursos marinos incluía tanto recursos de playa
como de roca, detectándose además una fuerte utilización del recurso ca"inélido, particularmente de
guanacos, cuyo uso estaba dirigido al consumo, a la fabricación de instrumentos de hueso y a la utilización
de las falanges de sus extremidades como ofrendas funerarias. Este último aspecto demuestra claramente
la importancia del recurso para la población de este período. También es utilizado como complemento
económico el consumo de aves de cuyos huesos también se fabr¡icaban instrumentos, peces, mamíferos
marinos y los recursos vegetales inferidos indirectamente por la presencia de manos de moler y fragmentos
de morteros.
25
La información bioantropológica señala que la mortalidad de infantes y niños era alta en relación a
los adultos. El patrón funerario se caracteriza por la posición extendida con ofrendas cerámicas y falanges
de guanaco. Destaca en particular el individuo 5, de sexo masculino con un importante contexto alucinógeno (Rodríguez y Ávalos, 1994).
La adscripción cultural de esta población nos hace pensar en un grupo Ánimas-Diaguita /,de acuerdo
a algunos indicadores cerámicos, la ofrenda de camélidos, algunos tipos de puntas de proyectiles, y
especialmente por las dataciones absolutas obtenidas que ubican al sitio entre el 1.010 y el 1.230 d.C. Este
último dato es de vital importancia, ya que la presencia de poblaciones Ánimas o Diaguita 1, no había sido
detectada tan al sur. Sólo había sido inferida indirectamente con la connotación de "influencia" o "contacto", a través de ciertos estilos en la decoración cerámica del Complejo Aconcagua.
Por lo tanto, creemos que a futuro con el análisis de nuevos sitios en la subárea, incluyendo los de
otras zonas aledañas, especialmente más al interior, se tendría mayor claridad sobre las influencias del Norte
Chico y de Chile Central o, al menos, de contactos entre ambas áreas culturales en esta zona intermedia. Es
así como, por ejemplo, ya se tienen ciertos elementos del Norte Chico pertenecientes al período Ánimas Diaguita 1, en el sector de Longotoma (aro de plata y tortero de combarbalita), distante sólo unos cuantos
kilómetros del río Aconcagua, una de las zonas nucleares del Complejo Cultural Aconcagua.
5.
Colonial o Histórico: La presencia de sitios de clara connotación colonial o histórica, marca un fuerte
cambio en relación a las poblaciones prehispanas. Es así como los sitios se internan hasta prácticamente 5
km de la costa, en las riberas de cursos de agua. Este nuevo patrón de asentamiento está fuertemente
orientado hacia la búsqueda de terrazas fluviales amplias y protegidas que permitan actividades agrícolas
posibles de ser regadas a través de canales o acequias. También la crianza de animales domésticos
introducidos fue un importante factor que motivó el emplazamiento de estos sitios.
La única actividad económica que perduró fue la extracción de recursos marinos, especialmente
moluscos; lo cual no deja de ser un aporte significativo, ya que se han observado algunos potentes basurales
malacológicos. Mayor información sobre estos sitios se reunirá durante el tercer año de investigación.
En consecuencia, de acuerdo a todo lo anteriormente expuesto, la estrategia de abordar este proyecto
de investigación desde una perspectiva regional, multidisciplinaria y de objetivos amplios y variados, ha
originado como consecuencia la obtención de valiosos e inéditos datos sobre la prehistoria de la subárea
costera Petorca-Quilimarí, carente casi absolutamente de información, permitiendo de este modo llenar ese
vacío en un área intermedia clave entre los desarrollos culturales del Norte Chico y los de Chile Central.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos sinceramente el apoyo de las siguientes instituciones y personas para la realización de este
trabajo: l. Municipalidad de La Ligua en la persona de su alcalde Sr. Juan lbacache y del Sr. Rigoberto Díaz,
Museo de La Ligua en la persona de su Director Sr. Arturo Quezada, Cristián Becker, Loreto Solé, Loreto
Vargas, Ángel Deza, Álvaro Román, Ángel Cabeza, Arturo Rodríguez, Fernanda Falabella, Gianina Arias,
Nelson Gaete, Rodrigo Sánchez, Claudia Prado, María de los Ángeles Villaseca, Francisco Torres, Daniel
Pavlovic, Marta Alfonso, Myriam Mardones, Nieves Acevedo, Miguel Ángel Azócar, Alfredo Schmutzer,
Sergio Cuevas. Dedicamos este trabajo al geólogo Sr. Juan Varela Barbagelata, cuya partida nos dejó un
espacio imposible de llenar.
BIBLIOGRAFÍA
Berdichewsky, B., 1964.
Moreno y Castilla.
"Expedición a Chile".
Rodríguez, J. ; H. Ávalos y F. Falabella, 1991.
Arqueología de la desembocadura del Aconcagua y Zonas Vecinas de la Costa Central de Chile.
En Actas del III Congreso Nacional de Arqueolo-
La Tradi ción al Norte del río Aconcagua. En
Actas de XI Congreso Nacional de Arqueología
Chilena: 69-79. Santiago.
gía, Viña del Mar.
26
LOS COILES 136: EVIDENCIAS DE CONTACTOS
ENTRE POBLACIONES ALFARERAS
DEL NORTE CHICO Y CHILE CENTRAL 1
Jorge Rodríguez y Hernán Ávalos
INTRODUCCIÓN
Las investigaciones arqueológicas entre las cuencas de Jos ríos Choapa y Petorca son prácticamente
desconocidas, especialmente para los períodos alfareros, lo cual ha traído como consecuencia un gran vacío
en la prehistoria regional. Tal vacío resalta con mayor fuerza cuando notamos que esta área es una zona de
contacto entre los desarrollos culturales de Chile Central y el Norte Chico.
El presente trabajo pretende entregar pioneros y significativos antecedentes arqueológicos acerca de
la relación entre grupos alfareros de Chile Central y el Norte Chico, a través de las investigaciones
efectuadas en el sitio Los Coi les 136, que presenta ocupaciones alfareras tempranas y medio-tardías, y que
forman parte de los trabajos realizados en el marco del proyecto Fondecyt N° 91 -0425, bajo el patrocinio
del Museo Nacional de Historia Natural.
UBICACIÓN Y CARACTERIZACIÓN
El sitio Los Coi les 136 se encuentra ubicado en la ribera norte de la quebrada del mismo nombre, muy cerca
de la localidad de Los Molles (Lat. 32° 13'- Long. 71° 30'), a 2 km de la línea de costa y a 10 m.s.m.
Superficialmente, el sitio se presenta como un concha! de mediana densidad, que ha sufrido
alteraciones antrópicas diversas: agrícolas, medialuna de rodeo, vivero de flores y remociones de tierra.
Metodológicamente, la excavación se planificó con el propósito de determinar pisos de ocupación y
diversas áreas de actividades. Se trazó un sistema de cuadrículas de 2m x 2m sobre la base de dos ejes, el
primero alfabético en sentido N-S y el segundo numérico en dirección E-W. Previo a esto, se realizaron
transectos con pozos de sondeo (1m x lm), con el objetivo de evaluar la potencialidad de la mayor parte
del depósito cultural del sitio.
SECTOR HABIT ACIONAL
A nivel espacial, el sitio Los Coiles 136 presenta un sector con características habitacionales y otro con un
importante número de enterratorios (ver plano). El sector habitacional se encuentra hacia el Oeste del sitio
y fue aquí donde se pudo determinar inicialmente la presencia de dos ocupaciones alfareras.
Hacia los primeros 35 cm de profundidad se detectó la presencia de restos de quincha, carbón
disperso, pendientes de concha y piedra, puntas pequeñas y finas , cerámica engobada y pintada y torteros
(ver Lám. 3). Todo este conjunto cultural lo adscribimos al período Alfarero Medio-Tardío, al cual
pertenecen la mayor parte de Jos enterratorios. Lamentablemente, las principales alteraciones antrópicas
sufridas por el sitio afectaron a esta ocupación, por Jo cual no fue posible obtener una información más
acabada de la organización intrasitio.
1
Trabajo que forma parte del Proyecto Fondecyt 9 1-0425, patrocinado por el Museo Nacional de Historia Natural de Santiago.
27
Es importante consignar que la columna temporal obtenida para este sitio muestra alrededor de 400
años de desocupación, precisamente entre ambos componentes alfareros, lo que podría ser explicado, al
menos parcialmente, por algunos sedimentos, depositados durante eventos de inundación fluvial, detectados por el geólogo Juan Varela en columnas estratigráficas realizadas en el sector habitacional y corroboradas en el sector de funebria (Varela, 1992).
Por su parte, la ocupación del período Alfarero Temprano se presenta desde los 30 cm hasta los 100
cm, vale decir, hasta el final de la ocupación. Este componente presentaba entre micos café y negro pulidos,
cerámica con decoración incisa lineal y punteada, algunas incisiones con relleno de pintura blanca, te mbetas
de cerámica del tipo botón con aletas, pipas de cerámica, mamelones, torteros de piedra y puntas
triangulares (ver Láms. 4 y 5).
Se detectó para esta ocupación, a los 55 cm, un gran fogón con estructura de piedras en el sector
habitacional, y otro pequeño sin estructura de piedras, a los 110 cm, en el sector de funebria. Otro tipo de
áreas de actividades aún no han sido detectadas, pues por ahora se privilegiaron las excavaciones en el sector
funerario. Sin embargo, se pudo apreciar una mayor densidad cultural y malacológica en el sector
habitacional en relación al sector funerario. La ubicación de esta ocupación alfarera temprana dentro del
marco temporal ha sido definido con los siguientes fechados de termoluminiscencia:
Unidad J-27, nivel 40-50 cm, Tembetá: 630 ± 130 d.C.
Unidad J-27, nivel 30-40 cm, Pipa: 480 ± 160 d.C.
SECTOR FUNERARIO
Este importante sector se encuentra hacia el lado Este del sitio. Actuales habitantes de la localidad dan
cuenta de la aparición de unos 1O individuos en la década del 30. N ues tras excavaciones nos han permitido
registrar 16 individuos, de los cuales se lograron excavar 12 de ellos.
Los enterratorios se encontraban en un depósito de origen fluvial, para el caso de los más profundos,
o formando parte del concha!, para los de menor profundidad. Algunas inhumaciones se encontraban
seriamente disturbadas por remociones de tierra realizadas para encauzar el estero, lo cual, lamentablemente, mermó de manera considerable la información bioantropológica y contextua! de ellos. El detalle de los
enterratorios es el siguiente:
Enterratorio No 1
Edad: Adulto (26-35 años) .
Sexo: femenino.
Profundidad: 79 cm .
Enterratorio disturbado.
Adscripción: Sin determinar por ahora.
Enterratorio No 2
Edad: Infante (5- 10 años).
Sexo: Indeterminado.
Posición: Extendido, decúbito dorsal.
Matriz: Arena gruesa limosa, fosa en U.
Ofrenda: Sector craneano disturbado, con probable ofrenda cerámica, ya que se encontraron fragmentos cerámicos pertenecientes a una misma pieza. Una pata de camélido en costado de tibia derecha,
una falange de camélido en costado de húmero izquierdo, 2 valvas de caracol negro (Tegula atra)
en costado de rodilla derecha, y un erizo en costado izquierdo de pies.
Profundidad: 114 cm.
Adscripción: Alfarero Medio-Tardío.
Fecha: No tiene.
Enterratorio N° 3
Edad: Infante (5-10 años).
28
Posición: Flectado, decúbito lateral derecho.
Matriz: Basural conchífero, fosa en forma de U.
Ofrenda: Conchas de loco (Concho/epas concho/epas), alrededor del cuerpo.
Profundidad: 69 cm.
Adscripción: Alfarero Temprano.
Fecha: Se está a la espera de un fechado de concha en C-14.
Enterratorio N o 4
Edad: Adulto joven (19-25 años) .
Sexo: Femenino.
Posición : Extendido, decúbito dorsal.
Matriz: Arena gruesa limosa, fosa en forma de U.
Ofrenda: Una pata de camélido en costado de codo izquierdo, una pata de camélido cerca de patella
derecha, una pata de camélido cerca de mano izquierda, un puco (ver Lám. 1-1) y dos grandes
fragmentos cerámicos a modo de tapa. Dentro del puco se encontraba los restos completos de un
pez: cabinza (!sacia conceptionis).
Profundidad: 135 cm .
Adscripción: Alfarero Medio-Tardío.
Fecha T.L.: 1230 ± 90 d.C.
Enterratorio N° 5
Edad: Adulto (26-35 años) .
Sexo: Masculino.
Deformación craneana: Tabular erecta.
Posición: Extendido decúbito dorsal.
Matriz: Arena gruesa limosa.
Ofrenda: Un puco rojo engobado exterior e interior con una hendidura en su base (falso torno), detrás
de la cabeza (ver Lám. 1-2), una pata de camélido en costado derecho de puco, una falange de
camélido detrás del cráneo, una pata incompleta de camélido al costado de tibia izquierda, ocho
cuentas de turqueza bajo el cráneo, una concha de loco (Concho/epa s concho/epas) con borde
finamente pulido al costado derecho de mandíbula, una escápula de guanaco (Lama guanicoe) con
bordes trabajados y huellas de uso en costado derecho de cráneo, y dos espátulas de hueso largo
de camélido bajo y en cada costado de cráneo.
Profundidad: 89 cm.
Adscripción: Alfarero Medio-Tardío.
Fecha T.L.: 1020 ± 100 d.C.
Enterratorio No 6
Edad: Adulto (26-35 años).
Sexo: Masculino.
Deformación craneana: Plagiocefalia izquierda.
Posición: Extendido, decúbito dorsal.
Matriz: Basural conchífero, inmediatamente sobre estrato de grava, fosa en forma de V.
Ofrenda: Un jarro con fragmento cerámico a modo de tapa en costado derecho de cráneo (ver Lám.
1-3), una olla en costado de tibia derecha (ver Lám. 1-4), una pata de camélido cerca de codo
derecho, una pata de camélido en costado derecho de los pies, un cuchillo lítico cerca de primera
vértebra lumbar, y una costilla de camélido al costado de fémur izquierdo.
Profundidad: 93 cm.
Adscripción: Alfarero Medio-Tardío.
Fecha T.L.: 1070 ± 11 O d.C.
Enterratorio No 7
Edad: Lactante (0-4 años).
Sexo: Indeterminado.
29
Posición: Extendido, decúbito ventral, con las piernas levemente flectadas hacia el lado derecho.
Matriz: Arena gruesa limosa.
Ofrenda: Un puco roto intencionalmente ubicado bajo el tórax (ver Lám. 1-5), un jarro en costado
derecho frente a la cara (ver Lám. 1-6), una pata incompleta de camélido en costado izquierdo de
cráneo, una pata incompleta de camélido en costado izquierdo de pelvis, y una pata incompleta de
camélido en costado derecho de pies.
Profundidad: 100 cm.
Adscripción: Alfarero Medio-Tardío.
Fecha T.L.: 1010 ± 120 d.C.
Enterratorio No 8
Edad: Lactante (0-4 años).
Sexo: Indeterminado.
Posición: Extendido, decúbito dorsal.
Matriz: Basural conchífero, fosa en U.
Ofrenda: No tiene.
Profundidad: 50 cm.
Adscripción: Alfarero Medio-Tardío.
Fecha: No tiene.
Enterratorio No 9
No se excavó, está localizado en unidad C/-1.
Enterratorio N° JO
Edad: Lactante (0-4 años) .
Sexo: Indeterminado.
Sólo se encontró una mandíbula y otros huesos dispersos por disturbación al realizar movimientos de
tierra.
Enterratorio No]]
Edad: Adulto joven (19-25 años).
Sexo: Femenino.
Posición: Extendido, decúbito lateral derecho.
Matriz: Arena gruesa limosa, fosa en forma de U.
Ofrenda: Un jarro con tapa en costado izquierdo de cráneo (ver Lám . 2-1), una tinaja o jarro con tapa
frente a cara (ver Lám. 2-2), una pata de camélido en costado derecho de costillas, y una pata de
camélido cerca de los pies.
Profundidad: 112 cm .
Adscripción: Alfarero Medio-Tardío.
Fecha T.L.: 1110 ± 100 d.C.
Enterratorio No 12
Edad: Lactante (0-4 años) .
Sexo: Indeterminado.
Posición: Extendido, decúbito dorsal.
Matriz: Basural conchífero, inmediatamente sobre estrato de grava, fosa en forma de U.
Ofrenda: Un jarro en costado izquierdo de cráneo (ver Lám. 2-5).
Profundidad: 102 cm.
Adscripción: Alfarero Medio-Tardío.
Fecha: No tiene.
Enterratorio No 13
Edad: Lactante (0-2 años) .
Sexo: Indeterminado.
Posición: Extendido, decúbito dorsal.
Matriz: Basural conchífero, inmediatamente sobre estrato de grava, fosa en forma de U.
30
Ofrenda: Un jarro en costado izquierdo de cráneo (ver Lám . 2-3), un jarro en costado derecho de
cráneo (ver Lám. 2-4).
Profundidad: 85 cm.
Adscripción: Alfarero Medio-Tardío.
Fecha: No tiene.
Enterratorios N° 5 14-15-16
No se excavaron, sólo se registraron.
PATRONES DE ASENTAMIENTO Y ESTRATEGIAS
DE SUBSISTENCIA
Las poblaciones alfareras tempranas y medio-tardía al emplazarse en una terraza fluvial, a no más de 2 km
de la línea de costa, tenían un fácil acceso a los recursos marinos, especialmente los malacológicos, ya que
los ícticos y mamíferos marinos, están escasamente representados en ambas ocupaciones.
En particular, el material malacológico (Vargas, 1992) señala que la variedad de especies se conserva
prácticamente igual en las dos ocupaciones y que si bien se detectan algunas variaciones en cuanto a la
distribución de especies, éstos no corresponden a diferentes procesos de depositación y más bien parecen
reflejar distintos rasgos dentro de un mismo proceso. Se puede observar que en los primeros cuarenta
centímetros las especies Mesodesma donacium (macha), Concho/epas concho /epas (loco) y Fisurellas
(lapas) son las más abundantes. A partir del nivel siguiente se observan diferencias, ya que lapas y machas
disminuyen, la segunda notablemente, mientras que la especie loco se mantiene constante en toda la
ocupación . Tegula atra presenta un notorio aumento entre los 50 y 70 cm, mientras que la especie
Perumytilus purpuratus presenta un solo momento de abundancia (40-50 cm). El nivel40-50 cm es el único
que presenta la especie Semimytilus algosus y el nivel 15-20 es el único que no presenta la especie Bulimus.
En relación a los recursos faunísticos terrestres destaca en particular el uso de camélidos, especialmente guanacos (Lama guanicoe), el cual es utilizado en ambas ocupaciones, aunque con una importancia
creciente a medida que se avanza en el tiempo. Lo significativo del recurso guanaco queda reflejado no sólo
por su utilización como recurso alimenticio, sino que también por el uso de sus huesos como materia prima
para la fabricación de diversos artefactos, y en la ocupación medio-tardía, fue considerado como parte de
la ofrenda funeraria (Becker, 1994).
Por otro lado, no deja de llamar la atención que -de acuerdo a los resultados obtenidos- la
utilización de peces en ambos momentos alfareros es de poca importancia, ya que prácticamente no hay
presencia de restos ícticos y no hay ningún elemento tecnológico especializado para esta actividad de
subsistencia, como es el caso de anzuelos o pesas de red. Quizás el acantilado rocoso y el fuerte oleaje que
predomina en la zona expliquen en parte la escasa actividad de pesca. Junto a lo anterior, la abundancia de
recursos de roca, incluso hasta hoy en día, posiblemente hicieron poco atractiva esta actividad.
Finalmente, la utilización de recursos vegetales debió ser un complemento importante en la dieta a
juzgar por la presencia de manos y conanas. Es importante señalar que para la población alfarera temprana
estos elementos de molienda son menos frecuentes que para la más tardía, mostrando, por lo tanto, una
importancia cada vez mayor la utilización de vegetales a medida que se avanza en el tiempo.
En consecuencia, el asentamiento de ambos grupos en un espacio protegido, adyacente a un curso
permanente de agua dulce y con un potencial prácticamente inagotable de recursos alimenticios, especialmente malacológicos, les permitió casi con seguridad el subsistir durante todo el año y por un largo período,
tal como lo at~stiguan Jos fechados absolutos obtenidos del sitio.
RESULTADOS Y CONCLUSIONES
La adscripción cultural de ambas ocupaciones alfareras del sitio Los Coi les 136 son de diferente connotación. En efecto, el conjunto cultural de la ocupación alfarera temprana, entre los cuales se encuentra la
31
cerámica incisa lineal y punteada, algunos fragmentos incisos con relleno de pintura blanca, tembetás de
cerámica del tipo botón con aletas, pipas de cerámica, mamelones, y los dos fechados absolutos: 480 y 630
d.C., nos hacen adscribir esta población a la Tradición Bato, la cual se manifiesta con mayor fuerza en el
interfluvio costero Aconcagua-Petorca (Rodríguez et al., 1991), y tiene fuertes vínculos con la cuenca del
río Choapa (Planella y Falabella, 1987).
La presencia de un sitio con clara ocupación de esta Tradición Cultural en latitudes más septentrionales que las habitualmente mencionadas en la literatura no es de extrañar, ya que es común encontrarla en
la cuenca del ríoPetorca, particularmente en el sector de las Dunas de Longotoma (Schaedel et al., 1954-56;
Á val os y Rodríguez, 1992, 1994 ), siendo, por lo tanto, la localidad de Los Molles una lógica prolongación
de esta manifestación cultural, atrávés de una dinámica vía de comunicación como es el caso de la franja
costera.
Por otra parte, la ocupación alfarera medio-tardía reconocida en este sitio es un hallazgo importante
e inédito para la prehistoria regional, ya que se tienen aquí una de las primeras noticias de presencia directa
de algunos individuos Ánimas o Diaguita 1 en latitudes tan meridionales. Las investigaciones actuales
señalaban la presencia de tales poblaciones hasta las cuencas de los ríos Elqui y Limarí (Casti llo, 1989;
Ampuero, 1989). Es importante aclarar que con la evidencia encontrada hasta el momento no es posible
afirmar categóricamente que la ocupación alfarera medio-tardía corresponde en su integridad a grupos
Ánimas o Diaguita l.
No obstante lo anterior, la presencia en los niveles superiores y en la mayoría de los enterratorios de
algunas materias primas (turqueza y combarbalita), de "torteros", de algunas variedades de puntas, de
ciertos estilos decorativos en fragmentos cerámicos, de ceramios con hendidura basal del llamado "falso
torno", de un conjunto artefactual alucinógeno, destacando en particular las espátulas de hueso, la ofrenda
en varios individuos de patas y otras partes anatómicas de camélidos, y los fechados absolutos que sitúan a
esta ocupación entre el 1010 y 1230 d.C., nos hacen adscribir culturalmente a este componente del sitio a
los grupos ánimas y diaguita 1 del Norte chico o, al menos, muy estrechamente vinculados a ellos.
La aseveración anterior es aún difícil de precisar, especialmente en lo referido a la adscripción cultural
de Ánimas o Diaguita 1, ya que los elementos diagnósticos y los fechados absolutos podrían corresponder
perfectamente a ambos grupos culturales. Esto último no es de extrañar, ya que no hay que olvidar que nos
encontramos en un sitio arqueológico ubicado en una zona intermedia o de contacto entre los desarrollos
culturales de Chile Central y el Norte Chico, por lo cual la dinámica y la particularidad de tales contactos
no pueden enmarcarse en esquemas rígidos.
Todo lo anterior nos hace pensar -a nivel hipotético- en algún segmento o grupo humano de
desarrollo local aún no bien identificado ni mucho menos definido que de alguna manera fue el receptor de
las influencias del norte chico y, probablemente, también de Chile Central. Tales supuestas poblaciones
locales tienen su sustento en materiales culturales, especialmente cerámicos, que no pertenecen a lo definido
para el Norte Chico y Chile Central, a algunas pautas funerarias, y a un sustrato poblacional que se proyecta
ya desde el paleoindio (Quereo) y el arcaico (cultura Huentelauquén y complejo Papudo).
Por otro lado, cabe destacar que Jos hallazgos de tales influencias del norte chico en el componente
superior del sitio Los Coiles 136, no es una situación aislada, ya que también se les encuentra un poco más
al sur, como sucede en Longotoma (Ávalos y Rodríguez, 1992), y recientemente en los trabajos efectuados
en el sitio Valle Hermoso en la ciudad de La Ligua, que también muestran importantes e inéditas
vinculaciones entre sí y con el norte chico (Rodríguez et al., 1993a, 1993b).
Por Jo tanto, las investigaciones realizadas en el sitio Los Coiles 136 son un primer gran avance en el
conocimiento de la prehistoria de un área intermedia entre el norte chico y Chile central, en el cual se ha
obtenido como resultado que para el período alfarero temprano se proyectan hacia el norte los grupos de la
Tradición Bato, y que para el período alfarero medio-tardío se recepcionan las influencias de los grupos
ánimas y diaguita l. No obstante, los positivos resultados anteriores, consideramos que la interacción
cultural es mucho más dinámica y compleja, y sólo una sumatoria de investigaciones en la subárea arrojará
un panorama más acabado de la prehistoria regional, lo cual con seguridad cambiará significativamente
algunos aspectos de la prehistoria del norte chico y de Chile central y las relaciones entre ellas.
32
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos sinceramente el apoyo de las siguientes instituciones y personas para la realización de este
trabajo: Fondecyt, Museo Nacional de Historia Natural, l. Municipalidad de La Ligua en la persona de su
alcalde Sr. Juan lbacache y del Sr. Rigoberto Díaz, Museo de La Ligua en la persona de su Director Sr.
Arturo Quezada, Cristián Becker, Loreto Solé, Loreto Vargas, Ángel Deza, Álvaro Román, Ángel Cabeza,
Miguel Ángel Trivelli, Carlos Weber, Arturo Rodríguez, Fernanda Falabella, Eliana Durán, Gianina Arias,
Nelson Gaete, Rodrigo Sánchez, Claudia Prado, María de los Ángeles Villaseca, Francisco Torres, Daniel
Pavlovic, Marta Alfonso, Myriam Mardones, Nieves Acevedo, Miguel Ángel Azócar, Alfredo Schmutzer,
Sergio Cuevas. También queremos agradecer y dedicar este trabajo a la memoria del geólogo Sr. Juan Varela
Barbagelata, amigo y colaborador incansable de este proyecto y con quien compartimos inolvidables
campañas de terreno.
BIBLIOGRAFÍA
Ampuero, Gonzalo.
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PROYECTO FONOECYT
lnustigadorts:
N' 91·0425
Hl'rndn Avalas G.
Jorgl' Rodrlgun L.
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CT.,.'Iporada 19D1
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Enterra t or io S~QI,IC!Qdo
LevantO
CRISTIAN
3EC KER
SITI O LOS COILES 136
PLANO ENTERRATORIOS
PROYECTO FONDECYT N2 91-0425
INVESTIGADORES
HERNÁN ÁVALOS G.
JORGE RODRÍGUEZ L
ESCALA l o20
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IQ
~~~~··t:
j
z
35
2
3
Cm
~
o
5
Lámina 1
Sitio Los Coi/es 136
Fig. l. Puco asociado a Enterratorio 4; Fig. 2, Puco asociado a Ent. 5; Figs. 3 y 4, Jarro y olla asociados a Ent. 6; Figs. 5 y 6, Puco y
jarro asociados a Ent. 7.
36
3
5
Cm
~
5
o
Lámina 2
Sitio Los Coiles 136
Figs. 1 y 2, Jarro y tinaja asociados a Ent. 13; Figs. 3 y 4, Jarros asociados a Ent. 15; Fig. 5, Jarro asociado a En t. 14; Fig. 6, Olla
encontrada en uno de los perfiles del sitio, por ahora, sin contexto.
37
1._
3.-
4.-
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2cm.
TL
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negro
blancoo
O engobe
blanco
I[J negro oligisto
[ ] rojo o engobe
rOJO
Lámina 3
38
LOS COILES 136
COMPONENTE MEDIO-TARDÍO
1. Tortero o pendiente de piedra.
2-3. Pendientes de piedra.
4. Pend iente de concha.
5-6-7-8-9. Puntas.
10. Negro y blanco sobre engobe rojo.
11 . Negro oligisto y rojo sobre engobe
blanco.
12. Negro y blanco sobre engobe rojo.
2.-
1.-
3.-
~
w-~-
Ei __
7,-
LOS COILES 136
COMPONENTE ALFARERO TEMPRANO
1 y 3: Pipas de cerámica.
2-4-7: Tembetás de cerámica tipo botón
con aletas.
5
Punta triangular.
6 y 8: Puntas triangulares de base
Lámina 4
39
1, _
2.-
S.-
3.-
4.-
7.-
6.-
B.-
rojo pintado
h iE:rro otiyi~to
10,_
9. -
11.-
12. -
13.-
1
14,_
15.-
16.-
LOS COILES 136
COMPONENTE ALFARERO TEMPRANO
1-2-3-4-15: Cerámica incisa lineal y punteada.
5-6: Cerámica incisa lineal punteada, con relleno de pintura blanca.
7-9-1 0-11-12-16-17: Cerámica incisa lineal.
8: CerámicR incisa lineal, con hierro oligisto, pintura roja (Longotoma 51).
14: Cerámica incisa punteada:
18: Cerámica con asa mamelonar.
Lámina 5
40
o
2cm .
DESDE EL PERÍODO ALFARERO TEMPRANO
AL MEDIO/TAR DÍO A TRAVÉS DE LA LECTURA
DE SUS RESTOS FAUNÍSTIC OS
Cristian Becker Álvarez
INTRODUCCIÓN
La revisión y estudio del material faunístico de sitios bicomponentes, en este caso ocupaciones alfareras
tempranas y media/tardías, es de mucha importancia, pues nos brindan la posibilidad de comparar
estrategias de utilización del recurso animal. Además esta información no es sólo de carácter biológico sino,
muy por el contrario, es data de tipo cultural.
Los materiales de los cuales se va a hablar en el presente trabajo 1 pertenecen al sitio Los Coi les 136,
el cual es un sitio habitacional bicomponente con enterratorios, siendo la primera ocupación alfarera
temprana y la segunda adscrita al período alfarero medio/tardío. "En relación a la actividad de funebria, la
mayoría pertenece al componente alfarero medio/tardío, y sólo una tumba pertenecería al componente
alfarero temprano" (Á val os, H. y Rodríguez J., 1993). El rango de fechas que se tiene para ambas
ocupaciones es el siguiente:
Alfarero temprano: 480 ± 160 d.C. al 630 ± 130 d.C.
Alfarero medio/tardío: 1010 ± 120 d.C. al 1230 ± 90 d.C.
En los dos componentes se pudo rescatar una moderada cantidad de restos óseos, sin embargo su
representatividad no tiene parangón con la gran área excavada. Es por esto que se decidió trabajarlos como
un conjunto. Durante las etapas de excavación no se registró en ningún momento la existencia de un
basurero, ya que la presencia de las arqueofaunas era en forma aislada.
Al estudiar estos conjuntos se tuvo la posibilidad de compararlos, gracias a esto se pudo distinguir
dos aspectos relevantes: la diferencia en la composición de la dieta entre el temprano (bastante más variada)
y el medio/tardío y el registro de una tecnología en el trabajo del hueso que se evidenció en el temprano, y
luego en el medio/tardío sin experimentar cambios.
El presente estudio se basó en los siguientes pasos metodológicos. Uno de los pasos fundamentales
que se debe realizar en cualquier estudio arqueofaunístico es el examen tafonómico, el cual tiene como
objetivo ver el grado de integridad de la muestra. Es decir, poder determinar si la muestra estuvo o no
gravemente afectada por factores como el medio ambiente, factores biológicos u otros. Si así fuese, sería
imposible distinguir modificaciones culturales presentes en los huesos, además estarían severamente
dañados algunos indicadores que permiten la determinación taxonómica.
Posteriormente se registró la información de características biológicas como la determinación anatómica-taxonómica y la determinación de edad, para luego seguir con las modifaciones culturales, las cuales
fueron subdivididas en: alteraciones térmicas, huellas de corte, artefactos y ofrenda en enterratorios.
TAFONOMÍA
Los controles tafonómicos a que fue sometida la muestra permiten estudiar aquellas variables naturales o
no culturales que afectaron la composición del registro óseo con el fin de precisar algunos aspectos sobre
1
Este estudio fu e financiado por el Proyecto Fondecyt N° 91 -0425 .
41
los procesos de formación del registro óseo, y en segundo término examinar el grado de integridad del
mismo.
El examen consideró los siguientes aspectos: el grado de meteorización de la muestra (según
Behrensmeyer, 1978), la acción de las raicillas como agentes encubridores de marcas culturales (según
Jackson, 1985) y la acción de carnívoros como agentes modificadores del conjunto óseo (según Binford,
1981).
Los resultados obtenidos muestran a un conjunto óseo en un muy buen estado de conservación, ya
que la acción del medio ambiente como un agente destructor de registro no afectó la muestra, pues ésta fue
cubierta en una lapso de tiempo bastante corto. Esto puede deberse a que los basureros fueron recibiendo
constantemente desechos cubriendo rápidamente a otros, esto mismo no permitió la acción de las raicillas,
las cuales buscan nutrientes en estos huesos. Sin embargo, algunos restos de ambos períodos alfareros,
muestran la acción de carnívoros, ésta se pudo identificar a través de las siguientes marcas: Las perforaciones y piqueteados producidos por las impresiones de sus dientes, los surcos producto del arrastre de los
dientes en un hueso compacto y la destrucción de epífisis consumidas por estos carnívoros. Es importante
señalar que el único carnívoro de gran tamaño que merodea en las costas es la chilla (Dusicyon griseus) la
cual sería responsable de dichas alteraciones, no obstante, los zorros no se caracterizan por producir este
daño en Jos huesos de alta densidad, ya que Borrero (1988 y 1990) en observaciones realizadas en Patagonia
registra un escaso daño en los huesos más sólidos. Ahora bien, podría existir la posibilidad que fuera un
animal doméstico como el perro el que realizó dichas marcas, pero esta observación queda a nivel de
hipótesis hasta no encontrar algún resto de este animal.
TAXONOMÍA
La determinación taxonómica se realiza cuando ya un espécimen ha sido asignado a una parte anatómica,
por lo tanto se le puede considerar comparable con alguna parte esqueletaria de un taxón establecido
previamente. En este paso se trabajó con las colecciones de referencia del Museo Nacional de Historia
Natural y con los patrones de determinación de camélidos formulados por Adaro y Benavente (1990, 1992
y 1993).
La fauna que se pudo determinar en ambos componentes alfareros se grafica en Cuadro 1, el NISP
dice relación con el número total de especímenes que se pudo determinar y el NMI con el número mínimo
de individuos presentes en el registro, cabe hacer notar que en ambos períodos se consignó un número de
astillas no asignadas, éstas son el producto de la fractura de algunos huesos, ya sea culturalmente (p.e. para
la extracción de la médula) o naturalmente, el número de astillas registradas para el período alfarero
temprano es de 76 y para el otro período es de 51.
CUADRO 1
A. Temprano
A. medio/tardío
TAXA
Familia camelidae
Lama guanicoe
Ottaria flavescen s
Felis coloco lo
Dusicyon griseus
Lutra felina
Orden Rodentia
Clase aves
Orden cetacea
Mamíferos menores
No determinados
Total
NISP
NMI
NISP
NMI
90
4
2
2
1
2
47
2
8
3
10
42
1
2
25
7
1
20
2
?
?
?
9
S
?
191
10
50
4
42
3
2
Para la determinación de cada uno de los especímenes en la taxa camelidae, se sometió a los restos
arqueofaunisticos a una contrastación directa con los patrones óseos pertenecientes a muestras actuales
(Adaro y Benavente op. cit.) obteniendo como resultado (ver Cuadros 2 y 3), 2 restos para el componente
medio y 10 restos para el componente temprano, todos adscritos a la especie Guanaco (Lama guanicoe) .
Es necesario precisar que la determinación fue muy rigurosa, pues en algunas muestras los indicadores claves se encontraban alterados por la acción de carnívoros siendo eliminados, por tanto no fueron
asignados, quedando eliminados del total de muestras determinadas. En cambio, en los restos que formaron
parte del total determinado estos indicadores se mostraban claramente, incluso en algunas piezas se halló
más de un indicador, lo que permitió asignar la especie con mayor certeza.
CUADR02
Alfarero temprano
Edad- Lado
Unidad Anatómica
AID
A/1
J/D
J/1
Incisivos
Mandíbula (frag.)
Cervical (frag.)
Torácica (frag.)
Lumbares (frag.)
Escápula (frag.)
A
N/1
2
2
CUADR03
Alfarero medio/tardío
Edad- Lado
Unidad Anatómica
AID
A/1
J/D
J/1
A
N/1
Cervical
Torácica (frag.)
Como se aprecia en el Cuadro 1, el número de guanacos para el período alfarero temprano es de dos y en
el período medio/tardío es solamente uno, la importancia radica en la presencia de un anjmal silvestre en
contextos alfareros costeros, si se piensa que para los grupos Molle se le asigna una actividad en contacto
con camélidos domésticos. Esto plantea la necesidad de estudiar cómo fue la llegada de los animales
domésticos hacia la zona central.
EDAD
Otro dato de tipo biológico que entrega información cultural es la edad de los guanacos registrados en estos
contextos, y para ello se estimó la edad mediante el método de erupción y desgaste dentario formulado
Raedecke (1978). Es necesario aclarar que este método se confeccionó con animales de Fuego-Patagonia,
sin embargo se utilizó, pues sería imposible generar un método en estos lugares, ya que no existen
actualmente guanacos.
Otro aspecto importante que merece ser analizado es la estación en que fue muerto el animal,
manejando el siguiente supuesto: los guanacos en el extremo sur nacen en su gran mayoría en diciembre,
en cambio en el norte la media nace en enero, por lo tanto para cada zona tomaremos como meses de
nacimiento enero/diciembre. Como ejemplo se utilizará el primer caso expuesto en el Cuadro 4.
43
CUADR04
Alfarero temprano
Mandíbula
Ab/2 30 - 40 cm. (Reg. N" 30)
Derecho P4d 1M 1P 1 M2 (P)
DE/2 60- 70 cm . (Reg. N" 264)
Izquierdo P4P
Edad
Muerte
Es t.
7 a 8 meses
Jul.-Sep.
lnv.
1 año 6 meses
Jun.-Jul.
lnv.
Este animal presentaba una edad de 7 a 8 meses, si manejamos el supuesto antes expuesto, este guanaco fue
muerto en alguno de los siguientes meses: julio a septiembre, por lo tanto la estación en que murió fue el
invierno, esto prueba que la población que habitaba en este sitio al menos pasó un invierno viviendo en este
lugar. De tener una muestra un poco más grandes se podrían generar patrones de estacionalidad relacionados
con la captura de este animal.
MODIFICACIONES CULTURALES
a)
Alteraciones térmicas
El empleo del fuego por parte de las poblaciones humanas tuvo un rol primordial. Algunos de sus usos
posibles tiene relación con la preparación de los alimentos, como la cocción de la carne. En otros casos, los
restos óseos pueden resultar quemados por haber sido arrojados por descarte a los fogones. Por tanto, "es
muy importante distinguir en los conjuntos arqueofaunísticos aquellos huesos que han estado sometidos a
la acción térmica. Además la frecuencia de los huesos quemados también puede ser un indicador de la
intensidad del uso del fuego" (Mengoni, 1988: 85).
La incidencia del fuego sobre el material faunístico fue muy baja, pues en ambos períodos la muestra
afectada es tan sólo del45 %. Es importante señalar que solamente las taxas de mayor tamaño presentaban
huellas de exposición al fuego. Todos estos restos fueron arrojados a los fogones en calidad de desecho, ya
que casi todos presentan huellas de calcinación. Como se mencionó los huesos estaban distribuidos en un
área extensa, por lo que se supone que estos huesos estaban incluidos en antiguos fogones, los cuales fueron
removidos y luego dispersos en los pisos de ocupación por los habitantes de este yacimiento.
b)
Huellas de corte
La presencia de huellas de corte ha servido para interpretar culturalmente los conjuntos faunísticos,
permitiendo realizar inferencias sobre aspectos del comportamiento humano asociados con el procesamiento de los animales, estas huellas pueden estar relacionadas con procesos tales como: Extracción de la piel,
Faenamiento y Consumo. Estudios de Mengoni (1988), Binford (1981), entre otros, explican algunos
factores sobre las causas que originaron tales huellas.
Compartiendo los criterios de Mengoni en este estudio, al revisar los restos óseos se tuvo que
interpretar el significado de las huellas siguiendo una serie de atributos que permiten determinar 1) el origen
del agente productor; 2) la covariación de atributos morfológicos y posicionales; 3) la funcionalidad de las
huellas, y 4) el grado de intensidad y secuencia de la producción de las mismas. Esta información se graficó
en un esqueleto de un animal (ver lámina 2), luego se interpretó de acuerdo a dos supuestos básicos
mencionados por Binford (1981), como son: que las marcas se repitan en los diferentes especímenes en los
mismos lugares y que exista alguna explicación anatómica para que las marcas se encuentren en un lugar
determinado.
La presencia de estas marcas tanto en el alfarero temprano como en el medio/tardío es bastante
representativa, ya que para el primero de estos períodos se consignaron 16 huellas y en el segundo la
existencia de 8. Ambas frecuencias alcanzan a un 16%, siendo todas las huellas encontradas en restos de
guanacos. En relación a la interpretación de las huellas, se utilizó el cuadro de síntesis de huellas de corte
realizado por Binford (op. cit.). El conjunto que presentó estas alteraciones culturales se caracteriza por
44
poseer una alta frecuencia de huellas de desmembramiento, sin embargo también se hallaron huellas de
descarne.
Mandíbula (M2 y 5), la ubicación de estas huellas, en ambos períodos, responde a la necesidad de
a)
separar la mandíbula del cráneo y así poder desmembrar esta unidad. En esta pieza también se registró otro
tipo de huellas que pueden estar relacionadas con la misma actividad.
Cervicales, las huellas encontradas no corresponden a ninguno de los casos descritos por Binford, sin
b)
embargo el tipo huella transversal profunda, realizada por corte-percusión, puede corresponder al seccionamiento del cuello, como una unidad de trozamiento primaria.
Una de las costillas del medio/tardío registró el tipo (RS3) atribuida a la separación de ésta de las
vértebras torácicas y de este modo obtener el costillar por separado. En cambio, en el temprano se consignó
un tipo de corte realizado en el sector medial de la costilla, probablemente relacionado con el descarne.
En las escápulas del alfarero medio/tardío se consignaron dos tipos de huellas (SlD) y (S2D), éstas
corresponderían al desmembramiento de esta unidad y la marca (S3F) del alfarero temprano, se asocia a
actividades de descarne.
En el húmero solamente se evidenciaron huellas en el período alfarero medio/tardío, las marcas evidenciadas corresponden a actividades de desmembramiento. También en un radiocúbito proximal del mismo
período de la siguiente huella (RCp5), ésta se asocia a tareas de desmembramiento, al igual que la marca (RCd2).
Para el cuarto trasero sólo se evidenció una marca en el período alfarero medio/tardío, esta es una
huella producto de descarne en una tibia, lo que correspondería a actividades realizadas antes del consumo.
Finalmente, en el alfarero temprano, solamente se hallaron huellas de desmembramiento en el cuarto
trasero, ubicadas en los tarsianos, astrágalo y metatarso proximal (TAl, TA2, Astl y MTp3). Estas marcas
pueden corresponder al seccionamiento realizado en la tibia con el fin de separar una unidad de trozamiento
conformada por los metapodios y falanges más el cuero del animal. Esta unidad tiene como objetivo el
transportar el cuero hacia el sitio habitacional y de ahí procesar la fibra y el cuero de estos guanacos. Esta
actividad fue descrita en pastores de la Puna Argentina por Yacobaccio (1991) y en sociedades cazadoras
por Binford en 1981.
A modo de corolario es importante señalar que durante ambos períodos alfareros en este sitio se
estuvieron realizando actividades de procesamiento de guanacos, más aún, la alta frecuencia de huellas
registradas reafirma lo antes planteado.
Artefactos
La población humana que habitó este sitio poseía claros conocimientos sobre las particularidades de los
restos óseos y cómo éstos podían ser utilizados en la confección de instrumentos, ya que "los huesos
utilizados como materia prima para la fabricación de instrumentos son seleccionados según sus cualidades
plásticas, estructura, forma y tamaño" (Jackson, 1985:208). Los huesos de guanaco fueron utilizados
principalmente para la confección de estos artefactos, tanto en el período temprano como en el medio/tardío,
sin embargo en la primera ocupación alfarera se registraron dos chopes uno de ellos elaborado en hueso de
lobo marino y el otro confeccionado en un trozo de un cetáceo no determinado, además de una aguja
realizada en un hueso de ave.
La gran variedad de instrumentos, tal como se aprecia en los cuadros 5 y 6, hallada en este sitio
corresponde a los dejados como desechos en el depósito, a los abandonados aún en buen estado y aquellos
en proceso de fabricación.
En relación a este último punto se puede mencionar que existía una técnica bastante depurada en la
preparación de cierto tipo de artefactos, ésta se registró desde los niveles alfareros tempranos hasta el
período medio/tardío sin experimentar cambios.
La técnica en cuestión era utilizada solamente en los metapodios de guanaco y ésta consistía en (ver
figura 1) (piezas N°5 195, 196, 197, 22, 208 y 209):
e)
A y B) Aserrar el hueso en el sentido longitudinal a su eje con el fin de obtener tres láminas (ocasionalmente
cuatro), los cortes se realizaban en lugares exactos que no variaron de hueso en hueso ni en el tiempo, pues
los cortes vistos en piezas del temprano se repiten en otras del período medio/tardío.
45
CUADROS
Alfarero temprano
N"
Artefactos
208
209
210
211
212
213
214
215
216
217
218
219
Preforma (Frag.)
Preforma (Frag.)
Punzón
Punzón
Aguja
Tubo (Frag.)
Chope
Horador (Frag.)
Punzón
Frag. de probable Punzón
Lezna (Frag.)
Chope
Largo
64,3
92,0
62,3
81,0
94,0
51 , 1
108,4
52,1
57,1
26,5
55,2
226,0
Ancho
12,2
14,0
A. Px.
A. Ds.
Esp.
39,5
21,1
41,3
19,5
10,9
6,3
5,9
4,1
4,4
11,0
6,5
3,8
4,7
4,6
24,5
A. Ds.
Esp.
17,0
5,7
9,7
5,8
12,2
7,3
5,1
4,4
2,5
4,4
3,2
6,1
6,7
10,5
4,5
3,9
4,9
5,0
6,0
3,6
1,4
17,2
10,0
3,2
2,1
8,0
1,1
CUADR06
Alfarero medio/tardío
N"
Artefactos
Largo
22
195
196
197
198
199
200
201
202
203
204
205
206
207
256
257
258
Preforma (Frag.)
Punzón
Preforma (Frag.)
Preforma (Frag.)
Punzón
Artefacto N/1 (Frag.)
Pulidor cerámico (Frag.)
Cuchara o Espátula (Frag.)
Artefacto N/1 (Frag.)
Tubo (Frag.)
Preforma (Frag.)
Punzón
Horador (Frag.)
Taladro (Frag.)
Probab le tableta
Espátula
Espátula
23,2
133,8
52,2
67,4
173,4
50,0
21 ,6
15,0
31,2
58,7
60,0
64,0
38,0
40,0
134,6
221,1
210,6
Ancho
A. Px.
24,0
9,8
28,0
18,0
22,7
3,2
10,6
18,3
10,3
9,1
12,0
9,0
10,8
12,8
34,6
6,0
4,0
5,0
62,1
15,7
15,1
C y D) Alguna de estas piezas en la etapa de aserrado se fracturaban y quedaban como desecho, siendo
abandonadas en el sitio.
E) Otras luego de su fractura eran retomadas con el fin de generar otro instrumento, por lo general punzones,
esto se aprecia en ambos períodos culturales.
F y G) las láminas que resultaban intactas luego del aserrado se utilizarían para confeccionar el artefacto
deseado. Esta etapa no ha sido detectada aún en el período temprano ignorando qué tipo de instrumento
confeccionaban, sin embargo, en el alfarero medio/tardío se han registrado como ofrenda en enterratorios
dos espátulas, por lo que se piensa que éste sería el producto final de esta refinada técnica, ya que el tamaño
de estas espátulas coincide bastante bien con el largo de los metapodios de un guanaco.
Es importante destacar que esta tecnología de confección de artefactos se halla presente en un buen número
de piezas, por lo que no es una cosa aislada sino una tradición que supo mantenerse en el tiempo, variando
tal vez el artefacto a confeccionar. Esta técnica también fue registrada en una pieza del sitio Tejas Verdes 1,
adscrito culturalmente al complejo Aconcagua (Becker, C., 1993), esto no quiere decir que este sitio tenga
filiaciones con este complejo, sino que la técnica tal vez tenga una amplia distribución y que por ahora sólo
se ha notificado en este yacimiento.
46
Ahora bien, las categorías artefactuales fueron definidas en base a su funcionalidad y a la evidencia
de huellas de uso 2 • En el caso de los llamados punzones se realizó un trabajo bastante más fino, ya que
generalmente esta categoría involucra a casi todos los artefactos que evidencian un cierto aguzamiento no
especificando su tarea, para este estudio se siguieron las categorías creadas por Semenov ( 1981) y se definió
otras, todas ellas formuladas en base a sus huellas de uso. A continuación se describen las distintas
categorías registradas en ambos períodos culturales:
Horador, piezas Nos 215 y 206, esta categoría fue definida en los estudios realizados por Semenov de
a)
la siguiente manera: "el agujereado se lleva a cabo con una presión recta de la herramienta, en ese caso las
huellas de desgaste, correspondiente al movimiento, serán rectilíneas, paralelas al eje del punzón" (Semenov, 1981: 39). Ambos artefactos fueron utilizados sobre un medio abrasivo suave.
Taladro, pieza N° 207, este instrumento debido a su acción "debe dejar en la parte laboral de la lezna
b)
solamente un típo de huellas, en forma de líneas circulares perpendiculares a su eje, como consecuencia de
la aplicación de un solo tipo de movimiento, la rotación (Semenov; op. cit.: 40). Esta pieza presentó
evidencias de haber sido utilizada sobre un medio medianamente abrasivo.
Lezna, pieza N° 218, esta categoría en lo relacionado con las huellas de uso es igual a la anterior, sin
e)
embargo, debido a su mayor fineza se decidió crear esta nueva definición.
Punzones, piezas Nos 210,211,216, 195, 198 y 205, esta categoría no definida por Semenov, consta
d)
de todos aquellos instrumentos de puntas aguzadas que en su parte laboral muestran un tipo de huellas en
espiral y oblicuas al eje del instrumento, actuando por lo general sobre superficies fuertemente abrasivas,
no descartando aquellos que se ocuparon sobre medios medianamente abrasivos. Un hallazgo colateral fue
el registrado en las piezas 205, 210, 211 y 216, donde las dos primeras muestran un torsión hacia la derecha
y las últimas dos hacia la izquierda. Si se piensa que una persona diestra tendría un mayor ángulo de giro
hacia la derecha, entonces, las piezas con ángulo de giro izquierdo corresponderían a individuos zurdos que
utilizaron dichos artefactos.
Tubos, piezas Nos 213 y 203, confeccionados a partir de trozos de huesos largos, su funcionalidad aún
e)
no está precisada.
Agujas, pieza N° 212, realizada sobre un hueso de ave, presenta una punta bastante' aguzada con
t)
huellas de uso paralelas al eje del instrumento y utilizada en una superficie poco abrasiva. La utilización de
este tipo de instrumentos, además de las torteras, hace factible la idea del uso de algún tipo de hilado en
fibras de guanaco.
Chopes, piezas Nos 214 y 219, ambos instrumentos corresponden al alfarero temprano y fueron
g)
realizados sobre un hueso de lobo marino y otro sobre un hueso de algún cetáceo no determinado. La forma
de éstos en cuña.
Pulidor, pieza N° 200, confeccionado a partir de una epífisis. Presenta claras huellas de uso, cuyas
h)
estrías indicarían que fueron producto del roce con objetos erosionantes como podría ser el pulir vasijas
cerámicas.
Espátulas, piezas Nos 257 y 258, estos artefactos fueron confeccionados en huesos largos siguiendo
i)
tal vez la técnica antes comentada. Éstas se presentan en un avanzado estado de deterioro producto de haber
sido depositadas como ofrenda junto al enterratorio N° 5, corresponder(an a espátulas tipo "IIIb" (mango
con terminación aguda y decoración lateral de figuras geométricas según Castillo 1992: 111 ). Este tipo de
instrumentos se asocia al uso de alucinógenos; práctica claramente descrita para los pueblos del norte de
Chile, los cuales influenciaron a las poblaciones del norte chico, siendo quizás estas últimas las que tomaron
contacto con las de Los Coiles.
Tableta, pieza N° 256, este instrumento también forma parte del ajuar del enterratorio, N° 5, en su
j)
confección se utilizó una escápula de camélido, seguramente guanaco, a la cual se le eliminó la espina
escapular puliendo el borde y raspando sus caras (claras huellas de uso confirman lo antes dicho) con el fin
de eliminar restos de tejido blando. Todo esto hace suponer la intencionalidad de utilizar la amplia
2
Para este paso se utilizó una lupa esterescópica con un aumento entre 1Ox y 25x.
47
superficie plana como una tableta para alucinógenos, más aún ésta se halla junto a las espátulas avalando
lo antes mencionado.
d)
Ofrenda de restos de camélido en enterratorios
En los enterratorios que se realizaron durante el período alfarero medio/tardío se ofrendó partes esqueletarias de camélidos, que según la determinación taxonómica efectuada a los materiales de los niveles
habitacionales de este mismo período se registró la presencia de guanacos, entonces, es factible extrapolar
que dichas ofrendas puedan corresponder al mismo animal.
En seis enterratorios se consignó la presencia de patas de guanaco (se entiende por pata a los
siguientes huesos: I Falange, II Falange y III Falange, además de los sesamoideos). Estas ofrendas se
grafican en el Cuadro 7. La presencia de estas patas de guanaco, vincula a este yacimiento con los
enterratorios hallados en el norte chico donde es común la ofrenda de camélidos en los cementerios (p.e.
Cementerio Plaza de Coquimbo). En este caso no se halla el animal entero sino que alguna de sus porciones.
Es importante destacar que las patas en su gran mayoría no corresponden a un mismo animal, es decir, según
criterio de tamaño y edad, algunas patas delanteras y traseras de un mismo enterratorio no son del mismo
guanaco, solamente en un caso se halló patas de un mismo animal. Entonces esta población tendría patas
cortadas y guardadas desde antes y las utilizarían en los momentos del rito funerario .
CUADRO 7
En t.
4
4
4
4
5
5
5
5
6
6
7
7
7
10
10
13
13
3
Ubicación de la ofrenda
Fl
F2
F3
Costado izquierdo del codo
Cerca de la patella derecha
Cerca de la mano izquierda
Costado derecho de los pies
Costado derecho del Puco
Detrás del cráneo
Costado derecho de la tibia
Costado izquierdode la tibia
Cerca del codo derecho
Costado derecho de los pies
Costado izquierdo del cráneo
Costado izq. de la pelvis
Costado derecho de los pies
Costado izquierdo del húmero
Costado derecho de la tibia
Costado derech. frente a cost.
Cerca de los pies
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
1
2
2
2
2
2
2
2
1
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
S
E
EF
p
A
J
J
A
A
A
A
A
A
A
A
smf
nf
nf
f
f
f
f
D
D
D
T
T
T
D
D
D
D
D
D
D
T
T
T
T
A
2
2
2
2
2
2
J
A
A
f
smf
smf
nf
nf
f
nf
f
No solamente patas de guanaco se ofrendaron en los enterratorios, pues el individuo N° 5 tenía dos espátulas
de hueso además de un trozo de escápula con cierto trabajo, probablemente este último haya sido una tableta
para alucinógeno y el individuo N° 6 tenía como ofrenda una costilla de camélido al costado izquierdo del
fémur, ésta poseía un desbaste en una de sus caras, probablemente al descamarla y extraerla del conjunto
de costillas para depositarla por sí sola. Esto está demostrando la importancia que se le atribuía al guanaco
en el aspecto ritual de la funebria. Ahora bien, qué significado tiene la presencia de este animal en estos
contextos funerarios, si generalmente se ha pensado que las ofrendas de camélidos están relacionados con
actividades de domesticación, entonces, el hallar a un animal silvestre replantea la situación haciendo
necesario revisar las colecciones de ofrendas de enterratorios del norte chico con el fin de determinar ·
especies, y así ahondar un poco en este aspecto ritual.
3
F 1, F2 y F3 son las falanges primera, segunda y tercera, respectivamente; S, los sesamoideos; E, la Edad del animal; EF, el estado
de fusión de las falanges y P, la pata a la cual corresponde si es delantera (D) o trasera (T).
48
CONCLUSIONES
A pesar de tener un material escaso en Jo cuantitativo, resultó ser bastante bueno en lo cualitativo, pues de
ambos períodos culturales se pudo obtener una buena información, más aún, se tuvo la posibilidad de un
contraste directo por ser dos ocupaciones en un mismo yacimiento.
En ambos niveles no se presentó una gran cantidad de restos óseos, más aún si se piensa en la gran
área excavada permite inferir que en esos sectores no se hallaban los lugares de actividad relacionados con
el procesamiento de animales y los basureros donde depositaban dichos restos. Sin embargo, la distribución
de los restos no puede ser tomada como un indicador, pues la acción de carnívoros modificó seguramente
las acumulaciones realizadas por el grupo humano.
En relación a las especies encontradas en ambos períodos culturales, se puede distinguir aspectos en
común, como es la actitud del grupo humano de utilizar tanto el ambiente marino como el terrestre para
obtener sus presas, no obstante, durante el alfarero temprano se aprecia una mayor variedad en la
conformación de su dieta. Ahora bien, el hallazgo de restos de un colo colo, animal que solamente vive
en árboles y en zonas boscosas de Chile, permite plantear que este grupo alfarero temprano se movilizó
para cazar hacia el sector del cerro Santa Inés, ya que actualmente en este cerro aún se conserva un
bosque de tipo relictual, además sería la zona boscosa relativamente cercana donde se podría hallar este
felino.
La· presencia de guanacos en estos contextos alfareros, en especial durante el período medio/tardío,
el cual recibió principalmente influencias del norte chico, plantea la necesidad de revisar el proceso de
domesticación formulado para la zona central, más aún, si en contextos del complejo cultural Aconcagua
se halla presente la misma especie. De lo anterior se desprende que el centro de domesticación fue solamente
el área andina y hacia estos lugares marginales la presencia de animales domésticos fue producto de un
traslado y no de un proceso de domesticación independiente.
Entonces, ¿en qué momento llega la llama a Chile central?, si para el año 1000 d.C. aún se encuentran
animales silvestres, esto hace necesario hipotetizar la llegada de este animal junto al inca. Además la
presencia de llamas plantea un cambio total en la actitud del grupo humano que las posee, ya que se necesita
llevar este animal a sectores especiales de pastoreo con el consiguiente desplazamiento de la población, lo
que significa un cambio en el patrón de asentamiento. Otro punto que se debe tomar en cuenta a la luz de
la evidencia, es que al parecer este animal sería un bien escaso, por ello tardaría tanto en llegar a estos
lugares. Por tanto, su arribo involucraría la aculturación del grupo humano residente por otro, el cual les
enseñaría a manejar y controlar este nuevo animal. Este fenómeno se pudo haber ocurrido a través de los
mitimaes durante el período inca, sin embargo estos planteamientos necesitan el apoyo de datos, por lo que
se plantean a nivel hipotético hasta encontrar los sitios que afirmen o refuten Jo antes expresado.
Durante ambos períodos culturales el guanaco fue una de las presas más apetecibles, pues los pocos
restos óseos muestran una gran cantidad de modificaciones culturales, tanto huellas de corte, alteraciones
térmicas o la creación de artefactos sobre sus huesos. Este animal era cazado y procesado fuera del lugar
del habitación llegando sus presas ya faenadas, listas para realizar las actividades de consumo, los desechos,
debieron ser arrojados en algún basurero fuera del área excavada, pues en ésta no se hallaron indicios de
una acumulación importante de restos óseos. Otro aspecto de importancia es el desarrollo que tenían en la
tecnología de confección de artefactos ambos grupos alfareros, tanto así que se mantuvo desde el temprano
hasta el medio/tardío, modificando seguramente el resultado final, ya que se postula para el último período
una confección de espátulas, en cambio, en el primero se desconoce el instrumento realizado.
A modo corolario, se menciona la posibilidad de analizar diferentes contextos de un mismo sitio que
pueden ser contrastados culturalmente, entregando valiosa información como la expresada en este artículo.
AGRADECI MIENTOS
El autor agradece las sugerencias realizadas en la determinación taxonómica y el acceso a las colecciones
osteofaunísticas del Museo Nacional de Historia Natural a Juan Carlos Torres M.
49
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LAMINA
'
:?,
'
' .
..
'
'
'
' ,_.
F
3
e
G
E
D
Tt>c nolog(a de confección de
instrumentos elaborados sobre
metapodios de camélidos
• 209
19G - Medio/ Tardlo
Sección de metapodio
mostrando patrón de
aserrados
N• pieza
51
LAMINA
2
Huellas de corte
Alfarero Temprano
Tp
Mt - A. Medio/Tardlo
M2/
TA1 •
TA2·
Espátulas
enterratorio
52
n· 5
PRIMEROS RESULTADOS DE UN ANÁLISIS DE
COMPOSICIÓN DE ELEMENTOS CON TÉCNICAS DE
RAYOS-X EN ARQUEOLOGÍA DE CHILE CENTRAL 1
Fernanda Falabella*; Eugenio Aspillaga*; Roberto Morales**;
M. Inés Dinator** y Felipe Llana**
INTRODUCCIÓN
Este trabajo presenta los avances de una investigación sobre las posibilidades de aplicación de las técnicas
analíticas con rayos X en arqueología y bioantropología. Las técnicas que aquí se han empleado son PIXE
(Proton Induced X Ray Emission) y EDXRF (Energy Dispersive X Ray Fluorescence), disponibles en el
Laboratorio de Física Nuclear de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Estudios analíticos en
cerámica usando PIXE han sido realizados por otros autores con muestras de otros países (Fontes et al.,
1984; Rye y Duerden, 1982; Brissaud et al. , 1985; Houdayet et al., 1982; Lagarte et al., 1985; Williams et
al. , 1987). En PIXE se emplean haces de protones de 2,2 Me V generados por el acelerador ciclotrón y en
EDXRF se induce fluorescencia X mediante fuentes radiactivas 2 . Ambas permiten cuantificar la abundancia de diferentes elementos químicos. En cerámica la determinación de la composición elemental se ha
utilizado fundamentalmente para discriminar fuentes de procedencia de las arcillas, lo que abre el camino
para comprender los sistemas de producción, intercambio y circulación de productos en la prehistoria. En
hueso esta determinación permite inferir tendencias en la dieta y presencia de contaminantes, y establecer
patrones de alimentación y uso de recursos, así como sistemas de asentamiento.
Nuestra investigación tiene objetivos de diferente naturaleza: Un objetivo metodológico, que consiste
en explorar la posibilidad de aplicar técnicas analíticas físicas multielementales como PIXE y EDXRF en
materiales arqueológicos. Para esto se cuenta con equipamiento básico y la experiencia de un grupo de
físicos que han empleado estas técnicas en problemas ambientales y en la composición de pigmentos. Existe
también un objetivo aplicado, que pretende utilizar estas metodologías en la solución de problemas
puntuales de la prehistoria.
Nuestra región de estudio es Chile central y la problemática tiene que ver con la comprensión de las
relaciones entre los grupos costeros y del valle central durante el período alfarero temprano. La arqueología
de esta región ha tenido un desarrollo cuantitativo y cualitativo importante en los últimos diez años. Luego
de la definición de cronologías culturales regionales, generadas sobre la base de estudios en el litoral, se
están abordando temas más complejos, tales como la integración regional, sistemas de organización y
formas de producción. La metodología tradicional de análisis comparativo permite sólo generar hipótesis.
Y pensamos que técnicas especiales, tales como la composición elemental, pueden ayudar a contrastarlas.
Se está trabajando con materiales de dos sitios arqueológicos, laguna El Peral-C (LEP-C) y El
Mercurio (EM). LEP-C es un asentamiento costero Llolleo con fechas entre 420 y 710 d.C. para la fase
desarrollada (Falabella y Planella, 1991). EMes un asentamiento de valle interior con fechas entre 300 y
1080 d.C . para la fase 11 (Falabella, 1994).
1
Proyecto Fondecyt N° 92-1052 y DTI "Funcionamiento del laboratorio de fís ica nuclear para investigación y docencia".
*Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, U. de Chile. Ignacio Carrera Pinto 1045. Santiago de Chile.
**Departamento de Física, Facultad de Ciencias, U. de Chile. Las Palmeras 3425, Casilla 653, Santiago de Chile.
2
Para mayores detalles sobre la metodología, ver Morales et al., 1994 y Dinator y Aspillaga, 1994.
53
MATERIALES
En cerámica se escogieron las siguientes categorías de análisis:
'
1)
Ollas alisadas en los dos sitios. Se ha constatado etnográficamente que las ollas para procesar
alimentos son la categoría de mayor uso, con la mayor tasa de quiebre, y son en este caso también las de
mayor tamaño y peso, lo que dificulta su transporte. Sobre la base de estos antecedentes, trabajamos con el
supuesto que esta categoría es de producción y uso local (a nivel del sitio). Por lo tanto serviría como
muestra de control para caracterizar las fuentes de arcilla de las dos localidades de estudio en Chile central.
2)
Jarros pulidos de los dos sitios. Esta categoría se ofrenda en los enterratorios y posee características
morfológicas muy similares en ambos sitios. Por análisis macroscópico de pasta, se ven grandes similitudes
entre los jarros y ollas de EM; y diferencias entre estas categorías en LEP-C. Por otra parte, existen
diferencias notorias entre las pastas de ollas de ambos sitios. En el caso de los jarros, se advierte mayor
similitud. Como lo que percibimos bajo lupa son sólo los áridos, es factible que las diferencias entre jarros
y ollas de un mismo sitio emanen de tipos y tamaños diferentes de desgrasante mezclados con la arcilla para
producir vasijas funcionalmente diferentes. Con la aplicación de los métodos analíticos físicos PIXE y
EDXRF se pretende verificar si las arcillas entre ellos es también diferente o similar.
3)
Vasijas decoradas con hierro oligisto de El Mercurio y LEP-C. Esta categoría está representada en
ambos sitios sólo por fragmentos que parecen corresponder a jarros con asa. Dada la similitud en las pastas
entre LEP-C y EM y las diferencias entre éstas y otras vasijas de los mismos sitios, se desea constatar con
PIXE y EDXRF la factibilidad de que estas vasijas procedan de lugares de producción diferentes.
En hueso se está trabajando con la categoría "adulto" y, pese a la escasez de individuos, se está
intentando visualizar tendencias por género en la muestra.
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
Cerámica
A la fecha se cuenta con resultados de los análisis de tres fragmentos de porciones diferentes de una misma
vasija de LEP-C (cuello, cuerpo, base) (Tabla 1) y de 14 fragmentos representativos de otras tantas vasijas
diferentes. Cada resultado representa el valor promedio de entre 3 y 5 análisis para cada fragmento. Éstos
corresponden a 3 ollas de EM, 3 jarros con oligisto de EM, 3 ollas de LEP-C, 2 jarros con oligisto de LEP-C
y 3 jarros pulidos de LEP-C (Tabla 2).
l.
TABLA 1
Concentración de elementos de tres fragmentos de una misma vasija
de LEP-C
Frag. # 4
Frag. # 5
Frag. # 6
Promedio
Desv. St.
Al
10,76
10,09
9,80
Si
19,69
19,35
18,82
K
1,67
1,66
1,69
Ca
1,48
1,42
1,53
Ti
0,43
0,43
0,47
Mn
0,063
0,034
0,059
Fe
4,48
4,31
4,61
10,08
0,56
19,29
0,36
1,67
0,01
1,48
0,05
0,44
0,02
0,052
0,013
4,47
0, 12
Elemento
54
TABLA2
Composición elemental de muestras de los sitios El Mercurio y laguna El Perai -C
Al
Si
p
K
Ca
Ti
Mn
Fe
S
Cu
Si/Al
K/Ca
EM-#1 -olla
EM-#8-olla
EM-#1 0-olla
EM-#40-oligisto
EM-#41-oligisto
EM-#42-oligisto
6.240
7.550
7.450
5.040
6.630
10.010
14.380
17.880
17.240
10.440
13.970
18.440
0,710
0,644
0,490
0,635
0,707
0,643
1.220
0,845
0,648
0,851
1.691
1.320
1.640
1.612
1.535
1.224
1.412
1.450
0,350
0,456
0,340
0,370
0,405
0,495
0,076
0,068
0,042
0,030
0,021
0,042
4.730
5.250
4.410
4.510
4.560
5.400
0,175
0,199
0,055
0,000
0,015
0,002
0,080
0,018
0,049
0,000
0,000
0,122
2.304
2.368
2.314
2.071
2.107
1.842
0,744
0,524
0,422
0,695
1.198
0,910
LEP-#2-olla
LEP-#3-olla
LEP-x#4,5,6 olla
LEP-#44-o1igisto
LEP-#46-o1igisto
LEP-#50-jarro
LEP-#51 -jarro
LEP-#52-jarro
7.560
8.670
10.080
7.100
4.980
13.870
10.880
12.020
14.610
16.350
19.290
15.430
11.060
23.770
19.890
22.840
1.460
0,492
0,060
0,374
0,186
0,296
0,181
0,559
1.160
1.031
1.670
1.143
0,879
1.280
1.240
1.980
0,900
0,712
1.480
1.725
2.060
1.370
1.330
1.540
0,348
0,379
0,442
0,405
0,302
0,293
0,254
0,388
0,050
0,022
0,052
0,043
0,326
0,054
0,035
0,063
4.580
4.000
4.470
5.000
4.650
3.180
2.910
4.470
0,618
0,208
0,000
0,020
0,000
0,000
0,000
0,037
0,082
0,000
0,000
0,000
0,000
0,000
0,031
0,044
1.933
1.886
1.914
2.173
2.221
1.714
1.828
1.900
1.289
1.448
1.128
0,663
0,427
0,934
0,932
1.286
Identificación
Los valores de las muestras #4, #5 y #6, que son parte de una misma pieza, son los más similares entre
sí. Esto permite postular que los fragmentos individuales analizados serían realmente representativos de la
vasija de origen.
Los valores de los 14 fragmentos muestran tendencias claras al graficar la proporción Si/Al vs K/Ca
(Figura 1). Se confirman las diferencias entre las ollas de EM frente a los jarros y ollas de LEP-C. Las
muestras correspondientes a estas vasijas se agrupan en los dos extremos opuestos del gráfico señalando
mayores similitudes entre las piezas de un mismo sitio arqueológico. Las muestras de vasijas decoradas con
hierro oligisto, tanto de EM como de LEP-C escapan a este patrón acercándose al polo contrario. Lo que
obliga a pensar en fuentes de procedencia diferenciales para éstas en cada sitio.
1.6
A ollaEM- .. . , ollaEM- ... A oligistoE ... , oligistoE...
O oligistoLE ... , oligistoLE ... () jarroLEP ... , jarroLEP
(
1.2
<U
1
~
.8
..J•;
~
1.4
\
()
.........
<h/
\
1
¡
1
)
1
¡~
r
1
V
~
__.....-
/:::,.
1
¡¡
1
¡
1.8
1.9
2
Si/Al
1
2. 1
-....
ft
o
1
1.7
... , ollaLEP- ...
¡
.6
.4
1.6
e ollaLEP-
In
2.2
l
2.3
A
2 .4
Figura 1
Valores de Si/Al y K/Ca.
Hueso
Se han procesado muestras de fémur de un individuo femenino de 20-24 años (#12) de EM y de un individuo
femenino de 25-29 años (#11) de LEP-C (Figura 2). Este resultado, pese a corresponder sólo a un individuo
por sitio y a un elemento cuantificado (Sr.), marca una diferencia notoria entre ambos: valor alto para la
población costera y valor bajo para los del interior, tal como era de esperar, ya que el Sr. es muy alto en
consumidores de mariscos. Este resultado augura buenas posibilidades con el método que se está implementando.
11.
CONCLUSIONES
Se han realizado etapas importantes para la puesta en marcha de la utilización de las técnicas PIXE y
EDXRF en arqueología. Se han obtenido resultados positivos en la precisión de los análisis y en la
preparación de muestras tanto de cerámicas como de huesos arqueológicos. Así como resultados preliminares que permiten segregar, en categorías amplias, muestras de lugares costeros y del interior.
56
Concentraciones de Sr en sitios costeros e interior
Algunos de los problemas más importantes resultan, en cerámica, aparentemente de la poca diferenciación geológica regional. Las categorías antes mencionadas son muy generales y no permiten por ahora
discriminar entre fuentes de arcilla de una misma localidad. Otro problema deriva del rango de elementos
que están siendo detectados y eficientemente cuantificados. Éstos no incluyen elementos traza, es decir, los
que se encuentran en cantidades extremadamente bajas en un depósito natural. Y es probable que sean éstos
los más indicados para establecer diferencias en un medio geológico como el de Chile centraL En huesos
el desafío está en los elementos que se pueden cuantificar para obtener información confiable.
A la fecha sólo hemos explorado tendencias en los datos realizando análisis bivariados porque no
contamos con un número de muestras que sea estadísticamente significativo. Por lo que estos resultados
sólo señalan un rumbo hacia donde creemos se dirigirá la interpretación cuando dispongamos de suficientes
análisis.
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ADAPTACIÓN AL MEDIO AMBIENTE COSTERO
AL SUR DEL MAULE:CERRO LAS CONCHAS
PRIMER ASENTAMIENTO ARCAICO
Rodrigo Sánchez, Nelson Gaete y María Loreto Vargas
l.
INTRODUCCIÓN
Se presenta el contexto cultural correspondiente al primer asentamiento arcaico del sitio 07 Ch O14 "cerro
Las Conchas", emplazado en la localidad de Reloca, comuna de Chanco, provincia de Cauquenes, VII
Región del Maule, con cordenadas 35° 38' 20" S- 72° 36' 00" W.
Se ubica sobre una duna estéril, a 640 m de la ribera norte del río Reloca, y a 1.620 m de la actual
línea de costa, situándose a una altitud máxima de 25,0 msm. Se distinguen dos sectores: el Sector N° 1,
ubicado en el sector más alto, conforma un concha! monticular estratificado parcialmente expuesto; el
Sector N° 2, se ubica a una cota más baja, determinado por depósitos superiores al metro de potencia,
expuestos debido a la intensa disturbación antrópica.
2.
EXCAVACIÓN Y ESTRATIGRAFÍA
En primer término, se trazó un grid sobre el sitio, con ejes de 50 m en dirección norte-sur y 100 m en
dirección este-oeste, definido por celdas de 2 m de lado.
De esta forma, se excavó en el sector 1 un total de siete cuadrículas de 2 x 2m (D9, E9, F9, 09, EIO, FlO,
O 10), siendo rebajadas y registradas mediante la combinación de niveles arbitrarios de 1Ocm, y estratigrafía natural.
El depósito muestra un total de 7 estratos, con una profundidad máxima de 110 cm. El estrato 1
corresponde a una ocupación alfarera superficial; el estrato 11, caracteriza al segundo asentamiento arcaico
(Oaete, N. y R. Sánchez, 1993); y, los estratos lilA, IIIB, IVA, IVB, y V, al primer asentamiento arcaico.
Estratigráficamente, los episodios que conforman el primer asentamiento arcaico van desde el inicio
del depósito (estrato V) hasta el fin de dicha ocupación (estrato III A). El depósito puede ser caracterizado
como un basural de conchas, arena, ceniza, y materia orgánica descompuesta, de coloración grisácea,
textura semicompacta y granulometría fina a gruesa. Contiene material lítico, óseo y de concha.
Por otra parte, en la estratigrafía observada fue posible reconocer un total de 4 pisos ocupacionales,
los cuales demarcan distintos momentos de ocupación y depositación de basuras en el sitio.
Piso 2: corresponde al techo del estrato Illb (Rasgo Ab).
Piso 3: corresponde al techo del estrato IV a (Rasgo Bl).
Piso 4: corresponde al techo del estrato IVb (Rasgo B2).
Piso 5: corresponde al techo del estrato V (Rasgo F).
Finalmente, se registró la presencia de un fogón en el estrato V (Cuadrículas 09-010: Rasgo E); una
estructura de piedras sobre el techo del estrato V (Cuadrículas E9-El0: Rasgo D); y un bolsón de basuras
compactas compuesto por valvas de choritos en el estrato V (Cuadrícula E9: Rasgo 0).
3.
DATACIÓN ABSOLUTA
Se cuenta con cuatro fechados por radiocarbono, procesados por el laboratorio Beta Analytic sobre muestras
tomadas en excavación: Las cuatro muestras corresponden a concha.
59
Se cuenta con fechas que cubren un rango de tiempo de 560 años, aproximadamente, que cubren la
totalidad del primer asentamiento arcaico, desde el inicio (muestra N° 4), hasta el fin de la ocupación
(muestra N° 1). Se cuenta, además con dos fechas intermedias, las cuales datan los pisos ocupacionales 4
(muestra N° 2) y 5 (muestra N° 3).
4.
Muestra
N° Lab.
Procedencia
Naturaleza
NOJ
Beta-60 152
Cuadr. : E9
Estrato: IIIA
Nivel: 15 cm
Fissurella sp.
4850 ± 80 Ap
N°2
Beta-60153
Cuadr.: F9
Estrato: IVB
Nivel: 50 cm
Concho/epas
concho/epas
5000±70 AP
N°3
Beta-60154
Cuadr. : 09
Estrato: V
Nivel: 70 cm
Concho/epas
concho/epas
5280±60 AP
N°4
Beta-60155
Cuadr.: FIO
Estrato: V
Nivel: 85 cm
Concho/epas
concho/epas
5410 ± 80 AP
Fecha
EL ASENTAMIENTO
El primer asentamiento, el que puede ser caracterizado como campamento base, se inicia hacia el 5.410 AP,
cuando un grupo de cazadores-recolectores se instala sobre la parte alta de una duna estéril (estrato VI),
la que ocupa el sitio en diferentes momentos, hasta que hacia el año 4.850 AP lo abandona definitivamente.
El campamento, ubicado sobre la parte alta de una duna, permitía una visibilidad excelente hacia los
sectores más bajos dados por la desembocadura del río Reloca, vegas y praderas asociadas, y el litoral
adyacente, en directa relación con el acceso a los recursos que les ofrecía el entorno. Cabe la posibilidad
que la línea de costa, en la época que éstos ocupan el sitio, se haya situado mucho más cerca de éste, dadas
las evidencias areales de embancamiento y relleno que produjo el máximo avance de las dunas.
Los recursos presentes en el depósito, referente del patrón de subsistencia, permiten postular un
acceso estable y continuo a la fauna malacológica del intermareal rocoso y arenoso, fauna ictiológica, y
mamíferos marinos y terrestres, lo cual ha quedado registrado por la densa acumulación de basuras, que
conformó un gran concha! monticular.
El sector costero, donde se localiza este yacimiento, presenta una abundante gama de micronichos
integrales y estables, en donde cualquiera de ellos pudo ser explotado con la misma eficiencia, lo que
sumado a la naturaleza de los recursos presentes en el sitio, hace dable pensar que la ocupación y
explotación del litoral pudo haber sido continua durante el ciclo anual, dado que estos ambientes ofrecen
recursos a los que se puede acceder en cualquier estación del año.
El yacimiento muestra un rico y variado inventario cultural que da cuenta de la diversidad e intensidad
de las actividades llevadas a cabo en el campamento. Es posible afirmar que se llevaron a cabo actividades
relacionadas con la pesca, caza y recolección, tales como faenamiento de animales, desconcharniento, preparación de cueros, extracción de médula, elaboración de artefactos de hueso, actividad de molienda, preparación
y consumo de alimentos. Una actividad escasamente representada, es la de talla y elaboración de artefactos
líticos, la cual pudo haber tenido un locus específico no evidenciado hasta el momento.
El trabajo de la piedra puede ser caracterizado como una industria a partir de cantos rodados de origen
local, donde se destaca la presencia de un conjunto de instrumentos de formas lanceoladas fabricados a
partir de bifaces, principalmente puntas de proyectil y cuchillos-raederas, junto a otros instrumentos
60
elaborados a partir de cantos rodados o lascas espesas, tales como tajadores, raedera-raspadores, sobadores
y manos de moler.
La población que habitó este campamento base era portadora de un sólido conocimiento en el trabajo
de la piedra y del hueso, demostrado por el registro de un patrón de puntas de proyectil lanceoladas, y otro
de punzones, leznas y partes de artefactos de pesca (potera, anzuelo compuesto) de hueso. El patrón de
puntas lanceoladas los enmarca dentro de una amplia tradición de cazadores arcaicos andinos (Lanning y
Harnmel, 1961; Lynch, 1967; Schobinger, 1969; Willey, 1971; González y Lagiglia, 1973; Gambier, 1974;
Lagiglia, 1979; Núñez, 1980, 1983).
BASE DE DATOS: Material artefactual por estrato
Material Lítico:
Lasca
Lasca fracturada
Lámina
Desecho de Talla
Núcleo
Fragmento de Núcleo
Percutor
Tajador
Cuchillo
Cuchillo-Raedera
Raedera
Raedera-Raspador
Raspador
Punzón
Cuña
Yunque
Sobador
Afilador
Lito Horadado
Lito Pulido
Punta de Proyectil
Mano de Moler
Piedra de Moler
Mortero
Material óseo:
Punzón
Hueso Inci so
Aguja
Cuña
Espátu la
Material de concha:
Adorno
5.
TOTAL
ESTRATOS
ÍTEM
IIIA
IIIB
IVA
IVB
D
V
23
21
30
50
25
29
41
40
2
28
2
4
1
3
o
25
26
2
10
o
o
o
10
25
1
3
8
o
5
1
2
o
o
4
2
o
1
o
o
o
1
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
1
2
1
2
1
o
o
o
o
1
1
5
2
4
2
4
1
2
o
o
o
6
2
2
1
o
o
o
1
1
5
1
o
1
5
4
3
1
o
o
o
2
3
o
o
1
1
o
o
o
o
o
o
o
1
o
o
o
2
o
3
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
2
o
1
3
5
o
4
2
o
4
144
167
4
81
5
21
3
3
2
6
5
2
1
o
o
o
o
o
o
o
4
9
o
1
9
18
15
8
2
9
17
o
o
2
4
1
1
1
3
2
3
11
DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL CULTURAL
5.1. MATERIAL LÍTICO
El material lítico fue analizado en base a una clasificación morfo-funcional (Bate, 1971), definiendo de esta
forma distintas categorías funcionales, diferenciadas por sus características morfológicas, las cuales fueron
descritas en base a un conjunto de atributos correspondientes a los criterios morfológicos, funcionales,
tecnológicos, métricos y petrográficos (ver Informe Fondecyt Primer Año).
61
Derivados de núcleo sin modificación
Corresponden a derivados de núcleo sin modificaciones intencionales, es decir, lascas enteras y fracturadas,
láminas y desechos de talla, de tamaño pequeño a mediano (10 a 30 mm), la mayor parte (80%).
Entre las características principales de lascas y láminas, se registró en las piezas: talón no preparado
con corteza, preparado plano, quebrado y no identificado. Con respecto al anverso, muchos ejemplares
presentan corteza, no evidenciándose indicios de preparación del borde adyacente al talón, así como
negativos de lascas previamente desprendidas por la técnica de percusión. En relación al reverso, los
ejemplares presentaron estrías, ondas radiales y desportillamiento bulbar en muchos casos.
Por otra parte, es posible que se haya utilizado su filo vivo en 4 lascas, a lo menos, con función
probable de raer y/o cortar.
Núcleo
Corresponden a 5 cantos rodados, 4 de tamaño mediano y 1 grande, los cuales no presentan preparación.
La superficie evidencia negativos de lascas desprendidas por percusión directa, 4 así como estrías, ondas
radiales y negativos de desportillamiento bulbar. Un ejemplar no presenta corteza. Tres ejemplares muestran
presencia de pigmento de color ocre sobre parte de su superficie (E9/IIIB, ElO/D y FIO/IVB).
Además, se registran 21 fragmentos de núcleo.
Pieza
No
2
3
4
5
Cuadr.
E9
D9
El O
FlO
FlO
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
IIIB
!VA
D
IVB
IVB
65
64
165
76
62
61
48
42
55
102
43
48
Dimensiones (mm)
llO
66
60
Percutor
Se registran 3 ejemplares sobre cantos rodados de forma esferoidal, de tamaño mediano, utilizados para la
acción de percutir, Jo que ha dejado huellas de trituramiento generalizado e irregular. Uno de éstos muestra
pigmento ocre en su superficie (EIO/d).
Pieza
No
6
7
8
Cuadr.
E9
D9
El O
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
IIIA
IVB
D
60
67
60
64
Dimensiones (mm)
*
Espesor
*
51
52
*No detenninable.
Tajador
Corresponden a 12 ejemplares. Se registran 5 sobre cantos rodados de formas circulares o subcirculares, de
sección tendiente a biconvexa o plano-convexa, y que muestran uno de sus extremos preparados mediante
astillamiento, mostrando un borde activo en forma de cuña. El astillamiento ha sido producido por
percusión, dejando cicatrices concoidales en el lado percutido, mientras que el otro no presenta huellas de
desbastamiento. Estos instrumentos debieron usarse para cortar por percusión. Los otros 7 ejemplares
presentan retoque distal sobre matrices de grandes y gruesas lascas desprendidas de cantos rodados. Éstos
muestran un borde activo convexo sinuoso y de perfil recto sinuoso, en ángulo oblicuo y abrupto. El
astillamiento ha sido producido por percusión, y es unifacial simple, dejando cicatrices concoidales hacia
la cara de fractura (reverso). Éstos pueden haberse usado para cortar-desgastar por percusión.
Dos ejemplares, además, muestran huellas de haber sido utilizados como yunques y percutores.
62
Pieza
No
Cuadr.
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
E9
F9
E9
E9
F9
FIO
E9
F9
FIO
E9
E9
F9
Estrato
o
Rasgo
Dimensiones (mm)
Largo
Ancho
Espesor
lilA
IIIA
D
D
IVA
IVA
IVB
IVB
IVB
V
V
V
50
64
48
75
65
47
52
90
49
92
62
68
97
78
67
20
31
10
22
32
9
35
22
14
25
23
40
Hecho sobre
72
73
53
89
76
76
74
73
99
Lasca espesa
Canto rodado
Lasca
Lasca espesa
Canto rodado
Lasca
Canto rodado
Lasca espesa
Lasca
Lasca espesa
Canto rodado
Canto rodado
Cuchillo
Se registran 2 ejemplares. Uno de ellos (09/IVB), es un bifaz de forma lanceolado, seccwn biplana,
retocado por presión. El otro, es un cuchillo lateral con retoque bifacial, por presión, y borde activo recto.
Pieza
No
Cuadr.
21
22
G9
E lO
Estrato
o
Rasgo
Dimensiones (mm)
Largo
Ancho
Espesor
IVB
IIIB
41
34
21
18
3
9
Forma
Lanceolado
Cuchillo-raedera
Corresponden a 6 ejemplares, todos bifaces, de sección biconvexa, retocados por presión. Cuatro piezas son
de formas lanceoladas, presentando un leve rebaje o insinuación de pedúnculo para enmangue. Los otros,
son más pequeños y de formas irregulares.
Pieza
No
Cuadr.
23
24
25
26
27
28
G9
G9
G9
E lO
E lO
F IO
Dimensiones (mm)
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
IVB
IIIB
V
IIIB
D
IVB
39
29
43
35
21
46
25
18
27
28
18
27
6
5
6
6
4
7
Forma
Lanceolado
Lanceolado
Lanceolado
Lanceolado
Raedera
Tres corresponden a raederas laterales, de sección tendiente a plano convexa, con retoque a presión unifacial
y borde activo tendiente a recto . Las 2 restantes son bilaterales, una con retoque bifacial y la otra unifacial,
y ambas con borde activo convexo.
Pieza
No
Cuadr.
29
30
31
32
33
D9
D9
D9
E9
G9
Dimensiones (mm)
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
IIIA
IIIA
IIIA
IIIA
IVB
42
38
28
41
59
23
19
20
27
30
7
3
7
10
9
63
Raedera-raspador
Se registran 2 ejemplares. Una es una raedera-raspador lateral, con retoque unifacial por percusión y bordes
activos cóncavos abruptos, elaborados sobre lascas que presentan corteza. La otra es una raedera-raspador
de forma subdiscoidal, que presenta todo su contorno rebajado por percusión.
Pieza
Cuadr.
No
34
35
D9
E9
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
IIIA
lilA
62
66
50
36
13
9
Dimensiones (mm)
Raspador
Corresponde a un ejemplar de forma lanceolada, de sección plano-convexa y dorso alto, con retoque por
presión bilateral unifacial.
Estrato
Pieza
Cuadr.
No
36
F9
Dimensiones (mm)
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
V
44
18
6
Punzón
Se registra un punzón lítico de forma ojival, sección biconvexa, bordes convexos, base recta y punta
aguzada, el cual puede corresponder a parte de un artefacto de pesca (pesa de anzuelo).
Estrato
Pieza
Cuadr.
No
37
E9
Dimensiones (mm)
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
lfiA
56
11
9
Cuña
Corresponde a un ejemplar sobre lasca, que presenta retoque distal unifacial y borde activo en forma de
cuña, así como en su sección proximal muestra huellas de trituramiento por percusión.
Pieza
Cuadr.
No
38
FIO
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
JVB
32
42
10
Dimensiones (mm)
Yunque
Corresponden a 4 ejemplares sobre cantos rodados de sección biplana o biconvexa, que presentan una o
ambas caras con huellas de trituramiento, producto de percusión indirecta debida al apoyo sobre dicha
superficie del lito a percutir (percusión bipolar). Dos piezas presentan bordes con huellas de percusión; otro,
completamente cubierto de hollín.
Pieza
Cuadr.
No
39
40
41
42
E9
El O
FIO
E9
Estrato
o
Rasgo
Dimensiones (m m)
IIIA
D
IVA
IVB
Largo
Ancho
Espesor
81
103
93
65
47
85
75
32
52
28
39
92
64
Sobador
Corresponden a 9 ejemplares sobre cantos rodados o areniscas, de formas circular ovalado, elíptico,
irregular, o no determinable, con sección biconvexa, plano-convexa, bicóncava, o no determinable, los
cuales presentan sus superficies con una fina abrasión uniforme. Dos ejemplares muestran pigmento color ocre
en sus superficies (F9/IIIA y D9/IVA), y otro se muestra fracturado y reutilizado como tajador (ElO/IVB).
Pieza
No
Cuadr.
43
44
45
46
47
48
49
50
51
F9
El O
D9
E lO
D9
F9
El O
El O
FIO
Dimensiones (mm)
Estrato
o
Rasgo
Forma
Largo
Ancho
Espesor
82.
69
42
*
*
54
85
74
64
60
49
74
33
43
53
77
lilA
IIIB
!VA
!VA
IVB
IVB
IVB
IVB
IVB
*
18
24
15
36
23
35
*
*
*
Irregular
Nodeterm.
Circular
Circular
Elíptico
Ovalado
Circular
Irregular
No determ.
*No determinable.
Afilador
Corresponde a un bloque fracturado de arenisca, de sección biplana, el cual en sus superficies presenta
múltiples estrías longitudinales y transversales, producto de la acción de afilar o reavivar los filos de los
instrumentos.
Pieza
No
52
CÚadr.
E9
Dimensiones (mm)
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
IVB
66
50
25
Lito horadado
Se presenta un ejemplar fracturado, sobre canto rodado, el cual registra una horadación de 16 mm de
diámetro, la cual fue ejecutada por percusión y abrasión, realizada por las dos caras.
Pieza
No
Cuadr.
53
FIO
Dimensiones (mm)
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
IIIA
*
67
14
*No determinable.
Lito pulido
Corresponde a 9 ejemplares de formas tendientes a ovoidales o elípticas, de sección biplana o biconvexa,
con bordes rectos o recto-convexo, presentando las superficies pulidas. Tres ejemplares muestran pigmento
de color ocre en sus superficies.
Puede tratarse de artefactos cuya función sea la de pulir-sobar, u otra desconocida.
65
07Ch014/G9 /IVB/23
07Ch014/E1 0/IIIB/22
07Ch014/G9 /IVB/21
07Ch014/E1 0/IIIB/26
07Ch014/G9 /V/25
07Ch014/G9 /IIIB/24
07Ch014/09 /IIIA/29
07Ch014/F1 0/IVB/28
9?Ch914 /é 10/D/27
Se m
0
66
ir ·~
1
. .
-
'
\
1
\ '
'
·, J:
:l.
11!7Chi1!14/E9/IIIA/32
07Ch014/09/IIIA/31
07Ch014/09/IVA/30
o
11!7Chi1!14/E9/IIIA/37
07Ch014/E9/IIIA/35
07Ch014/G9/IVB/33
07Ch014/F!0/IVB/38
07Chi1!14/F9/V/3G
07Ch014/09/IIIA/34
11!
Se m
67
Pieza
No
Cuadr.
54
55
56
57
58
59
60
61
62
F9
F9
El O
E lO
El O
F9
El O
E lO
E9
Estrato
o
Rasgo
Dimensiones (mm)
Forma
Largo
Ancho
Espesor
85
32
50
22
42
42
39
25
39
34
7
21
4
10
9
Elíptica
Elíptica
Ovoidal
*
Elíptica
Elíptica
Elíptica
Elíptica
lilA
IIIA
IIIA
IIIA
IIIA
IIIB
D
D
IVB
*
31
*
*
*
44
81
*
4
7
7
*
*
No determinable
Puntas de proyectil
Corresponden a 18 ejemplares, 10 de ellas enteras, las cuales fueron agrupadas de acuerdo a atributos
morfológicos, registrándose las siguientes formas:
Puntas de proyectil lanceoladas de base recta
Se registran tres ejemplares de base tendiente a recta, con sección transversal biconvexa y bordes ligeramente convexos, y de perfíl recto sinuoso en ángulo oblicuo. El astillamiento es bifacial, realizado por
presión, dejando negativos de cicatrices mayormente concoidales. Tienden a ser piezas poco elaboradas.
Pieza
No
Cuadr.
63
64
65
E9
F 10
D9
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
!VA
!VA
V
51
52
34
24
22
18
8
9
4
Dimensiones (mm)
Tamaño
Grande
Grande
Mediana
Puntas de proyectil lanceoladas de base convexa
Se registran 7 ejemplares de base convexa o tendiente a convexa, sección transversal biconvexa, con bordes
laterales convexos, y de perfil recto sinuoso en ángulo oblicuo. El astillamiento es bifacial, realizado por
presión, dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares.
Pieza
No
Cuadr.
66
67
68
69
70
71
72
E9
F9
G9
El O
D9
E9
E10
Dimensiones (mm)
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
!VA
IVB
IVB
IVB
V
V
V
33
58
37
43
42
41
36
17
23
18
20
17
21
16
6
8
8
6
6
6
6
Tamaño
Mediano
Grande
Mediano
Mediano
Mediano
Mediano
Mediano
Puntas de proyectil fracturadas
Se registran 8 fragmentos. En 5 ejemplares es posible inferir formas lanceoladas, con sección transversal
biconvexa. En los demás casos no es posible inferir formas.
68
Se m
0
07Ch014/E9/IVA/66
07Ch014/F10/IVB/64
07Ch014/E9/IVA/63
07Ch014/F9/IVB/67
07Ch014/E10/IVB/69
1
~
07Ch014/E9/V/71
•
1
1
~
07Ch014/E10/V/72
07Ch014/D9/-V/70
69
07Ch014/G9/I VB/68
1
<f////f!!IIIUII
07Ch014/E9/V/65
Pieza
No
Cuadr.
73
74
75
76
77
78
79
80
E9
E lO
F9
F9
El O
El O
D9
E8
Estrato
o
Rasgo
Sección Presente
Forma
Distal
Medial
X
X
IIIA
IIIA
IIIB
!VA
!VA
!VA
IVB
IVB
Basal
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
Lanceolada
Nodeterm.
No determ.
Lanceolada
No determ.
Lanceolada
Lanceolada
Lanceolada
Artefactos de molienda
Corresponden a 25 ejemplares enteros o fracturados, de manos de moler, piedras de moler y morteros. Se registran
4 manos de moler enteras, 5 mitades y 6 fragmentos, determinándose formas elíptica, ovalada, rectangular,
pentagonal y subcuadrangular, con secciones biplanas, plano-convexas y biconvexas. Una mano muestra
pigmento de color ocre en sus superficies (09/IVB), y otras dos muestran huellas de trituramiento en sus bordes
(EIO/IVA y E9/IVA). Las características propias de cada ejemplar se presentan en los cuadros siguientes:
Pieza
No
Cuadr.
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
D9
F9
F9
F9
EIO
El O
EIO
El O
E9
EIO
G9
G9
FIO
FIO
D9
Estrato
o
Rasgo
IIIA
IIIA
IIIA
lilA
IIIB
D
D
D
!VA
!VA
IVB
!VB
IVB
IVB
V
Dimensiones (mm)
Forma
Largo
Ancho
Espesor
51
*
42
40
*
*
55
*
60
*
94
67
*
95
*
*
*
92
*
76
74
58
67
39
30
46
58
55
37
38
36
49
58
*
48
*
*
*
*
*
Ovalada
*
*
Pentagonal
*
Ovalada
*
*
Elíptica
Eliptica
Subcuadr.
Rectang.
*
*
*
Con t.
Forma
•
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
Sección
Extremos
Bordes
Biconvexa
Convexos
*
Convexos
*
*
Convexos
Convexos
Convexos
Rectos
Convexos
Convexos
*
Convexos
Rectos
Convexos
Convexos
Convexos
Convexos
Convexos
Convexos
Convexos
Convexos
Convexos
Convexos
Convexos
Biplana
Biplana
Plano-convexa
Biconvexa
Plano-convexa
Plano-convexa
Biplana
Plano-convexa
Biconvexa
Biconvexa
Plano-convexa
*
Plano-convexa
*
Recto-convexo
*
*
*No determinable.
70
Caras
Utilizadas
Presentes
Forma de
la cara
Utilizada
todas
Convexas
Plana
Planas
Planas
Plana-convexa
Convexas
Plana-convexa
Plana
Planas
Plana-convexa
Convexa
Plana (1 )-convexa(4)
Plana
2
6
2
todas
2
2
2
5
*
*
Plana
Además se registran 8 fragmentos de piedras de moler, los que muestran parte del borde y de la superficie
de abrasión plana. Otros dos corresponden a morteros sobre arenisca, mostrando una o más concavidades,
todas de tamaño pequeño y escasa profundidad.
Pieza
No
Cuadr.
96
97
98
99
lOO
101
102
103
104
105
Estrato
o
Rasgo
D9
FlO
FlO
D9
El O
El O
FlO
FlO
FIO
FlO
lilA
lilA
liJA
IIJB
D
D
IVB
IVB
IVB
V
Dimensiones (mm)
Tipo
Diámetro
Profund .
*
*
*
*
*
*
14
*
*
*
Piedra de Moler
Mortero
Piedra de Moler
Piedra de Moler
Piedra de Moler
Mortero
Piedra de Moler
Piedra de Moler
Piedra de Moler
Piedra de Moler
*
*
*
80
*
*
*
*
*No determinable.
5.2.
MATERIAL DE HUESO
Dentro de esta categoría se incluye un conjunto de instrumentos trabajados en hueso, los que pueden ser
clasificados de acuerdo a sus formas, como punzones, agujas, sobadores, espátulas y otros.
Punzón
Se registra un total de 17 instrumentos, de los cuales 13 se presentan enteros, los que pueden corresponder
a punzones, leznas, o partes de artefactos de pesca (potera, anzuelo compuesto), elaborados a partir de
diáfisis de hueso largo. La mayoría presenta sus superficies fuertemente pulimentadas, y uno de ellos
muestra restos de pigmento de color rojo adherido. Se caracterizan por presentar formas alargadas, con
sección transversal biplana, plano-convexa y biconvexa, con bordes convexos. Presentan uno o ambos
extremos apuntados, o bien un extremo apuntado y el otro romo. Se reconocen piezas de tamaño grande,
mediano y pequeño.
Pieza
No
106
107
108
109
110
111
112
11 3
114
115
116
117
118
119
120
121
122
Cuadr.
E9
E9
F9
G9
D9
E9
G9
FlO
D9
E9
E9
E9
F9
F9
G9
G9
G9
Dimensiones (mm)
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
lilA
!VA
IVA
!VA
lVB
IVB
IVB
IVB
V
V
V
V
V
V
V
V
V
50
40
117
46
40*
40*
63
90
51
70
44
41
35
60
93
31*
54*
6
7
15
9
8
ll
9
9
lO
9
10
8
ll
9
9
8
8
3
5
8
5
5
8
6
7
5
5
5
4
9
6
7
4
6
Observaciones
*Fracturado: medidas observadas
71
Entero
Entero
Entero
Entero
Fragmento
Fragmento
Entero
Entero
Entero
Entero
Entero
Entero
Entero
Entero
Entero
Fragmento
Fragmento
Huesos con incisiones
Corresponde a un fragmento de costilla, la cual muestra cinco incisiones lineales pequeñas en una de sus
caras.
Pieza
No
123
Cuadr.
G9
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
IVB
46*
6*
3*
Dimensiones (mm)
Observaciones
Fragmento
* Fracturado: medidas observadas.
Aguja
Se registran dos ejemplares, bastante finos, de seccwn transversal tendiente a circular o biconvexa.
Presentan un extremo muy aguzado, y el ejemplar entero presenta, además, el otro extremo romo y una
muesca en dicho borde.
Pieza
No
124
125
Cuadr.
FIO
F9
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
lliA
IVB
40*
39
5
5
4
5
Dimensiones (mm)
Observaciones
Fragmento
Entero
*fracturado: medida observada.
Cuña
Se registran tres ejemplares que muestran un extremo pulido, de forma convexa, rebajado bifacialmente
presentando un ángulo agudo en forma de cuña. El ejemplar entero presenta sección transversal biconvexa,
y el otro extremo tendiente a recto. Un ejemplar se presenta pigmentado de color rojo.
Pieza
No
126
127
128
Cuadr.
F9
G9
FIO
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
IVB
IVB
V
113*
55 *
35*
40
18*
29*
17
11 *
8*
Dimensiones (mm)
Observaciones
Entero
Fragmento
Fragmento
*Fracturado: medidas observadas.
Espátula
Se registran dos ejemplares que muestran una concavidad o rebaje en uno de sus extremos, mostrando una
sección transversal tendiente a cóncava-plana.
Pieza
No
129
130
Cuadr.
FIO
E9
Estrato
o
Rasgo
Largo
Ancho
Espesor
lilA
V
24*
123
12*
12
*
Dimensiones (mm)
Observaciones
5
Fragmento
Fragmento
*Fracturado: medidas observadas.
5.3.
MATERIAL DE CONCHA
La concha trabajada se expresa en el sitio mediante dos grandes categorías. Una de ellas comprende los
adornos hechos en concha, defissurella principalmente. La otra comprende un abundante ítem de artefactos,
72
07Ch014/E9/IVA/107
-o
i
.-~JHIIrJp
.
1.
.
'
-e
.
..
_¡(J]Jp
07Ch014/E9/IIIA/10 5
07Ch014/G9/IVA/109
.'/.
·-·
-----(/fb
07Ch014/F9/IVA/108
---··
07Ch014 / G9 / IVB/112
07Ch014/FI0/IVB/11 3
07Chllll4 / D9 / IVB/lllll
07Ch014 / E9 / IVB / lll
lll
73
5cm
07Ch014 / F9/V/118
07Ch014/E9/V/11G
07Ch014 / E9 / V/ll7
07Ch014/G9/V/121
07Ch014 / D9 / V/ ll4
e----
07Ch014 / F9 / V/1 19
([[[j]P07Ch014 / E9 / V/115
~---
07Ch014 / G9 / V/ 120
5cm
74
-~
-fl!I///!J!JIIJI
07Ch014/F!0/V/128
~
-·
-·
07Ch014/F9/IVB/125
07Ch0!4/G9/IVB/127
·-t/JD)
-(Jfb
; . -(JfJJ
07Ch014/F10/IIIA/129
•
07Ch0!4/F9/IVB/!25
07Ch014/F!0/ll!A/124
•
07Ch0!4/E9/V/!30
0
75
5cm
de formas circulares, elípticas, ovales e irregulares, elaborados en concha y que presentan sus superficies y
bordes pulimentados, los cuales se encuentran en estudio, dado que no hemos logrado asignarles todavía
una posible funcionalidad.
Adornos
Se registran 11 ejemplares, de los cuales 10 pueden ser descritos como "cuentas", y uno como "pendiente".
Pieza
No
131
132
133
134
135
136
137
138
139
140
141
Cuadr.
D9
D9
E9
FIO
F10
D9
E9
G9
E9
E9
E9
Estrato
o
Rasgo
Dimensiones (mm)
Largo
Ancho
Espesor
IIIA
IIIA
IIIA
IIIA
IIIA
IIIB
IVB
IVB
V
V
V
25
13
18
19
11
15
11
16
9
20
13
13
8
13
12
8
7
9
1,5
4
7
1
Forma
1
2
10
6
11
7
1,5
1,5
Ovoidal1arga
Ovalada
Ovalada
Ovoidal
Ovalada
Ovoidal1arga
Parabólica
Ovoidal
Elíptica
Ovoidal1arga (1)
Elíptica
(1) Corresponde al "pendiente".
6.
DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL ECOFACTUAL
El material ecofactual registrado corresponde a restos óseos, malacológicos y minerales.
6.1.
MATERIAL ÓSEO
Se cuenta con un registro aproximado de 7.000 huesos, enteros o fragmentados, correspondientes a peces,
lo cual permite postular que esta población accedió a tales recursos ictiológicos, determinándose hasta el
momento la presencia en el depósito de jurel, corvina, merluza, pejesapo, cabinza, pejegallo y lenguado.
Estos cazadores consumieron una variada gama de mamíferos, quedando en el registro sus restos. En
forma preliminar se ha determinado la presencia de otárido (Doris Oliva, com. pers.), cánido y roedor. Los
análisis de los restos de otárido, además de entregar antecedentes sobre número mínimo de individuos, sexo
y edad, pueden ayudar a determinar aspectos tales como estacíonalidad en la ocupación del asentamiento.
Con respecto a los restos malacológicos, se evidencia presencia de 16 especies y géneros, siendo los
de mayor abundancia relativa, el loco (Concholepas concholepas), macha (Mesodesma donacium), y
caracol (Acanthina monodon) . A través de los diferentes episodios de depositación, es posible observar
algunas variaciones en las frecuencias de éstos. Es así, que la especie Acanthina monodon muestra una
abundancia de 13,93% en el estrato lilA aumentando en forma sostenida, hasta llegar a representar el
56,11% de los restos en el estrato V. Diferente es el caso de la macha, la cual es la especie más abundante
en los estratos lilA (38,83%) y IIIB (40,23%), ya que luego experimenta un decrécimiento sostenido,
presentando una abundancia de 20,85% en el estrato V. La abundancia relativa del loco es variable, siendo
la especie más abundante en los estratos IV a (29,56%) y IVB (34,46% ), mientras que en el V sólo representa
el 7,42% .
Las frecuencias de especies y géneros pueden variar una vez finalizados los análisis, los cuales están
en ejecución.
76
6.2.
MATERIAL MINERAL
En todo el depósito correspondiente a este primer asentamiento arcaico, se registra la presencia de trozos
pequeños de óxidos minerales, los cuales corresponden a pigmentos denominados "ocre" en la literatura
arqueológica. Estos trozos poseen coloración que va desde el rojo oscuro al café-amarillento, textura
compacta y granulometría fina a muy fina.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos sinceramente el apoyo prestado en terreno y laboratorio de los arqueólogos Hernán Á val os,
Jorge Rodríguez y Paola González; de los alumnos de Arqueología: María de los Ángeles Villaseca, Álvaro
Romero, Rodrigo Mera, Verónica Reyes y José Casteletti; y, de las conservadoras: Gabriela Alt y Soledad
Abarca.
BIBLIOGRAFÍA
Bate, L.F ., 1971.
Materia/líti co: metodología de clasificación, en
Noticiario Mensuall81-182 Año XVI del Museo
Nacional de Historia Natural, Santiago.
Gaete, N.; R. Sánchez, S. Cumsille y C. Massone, 1992.
Arqueología al sur del Maule, en Museos N° 13,
Santiago.
Gambier, M., 1974.
Horizonte de cazadores tempranos en los Andes
Centrales Argentino-Chilenos, en Revista Hunuc-Huar II: 43-104, San Juan.
González, A . y H. Lagiglia, 1973.
Registro nacional de fechados radioca rbónicos:
necesidad de su creación, en Relaciones T-VII,
Argentina.
Lagiglia, H. , 1979.
Dinámica cultural en el centro oeste y sus relaciones con áreas aledañas argentinas y chilenas, en
Actas del VII Congreso de Arqueología de Chile,
Santiago.
Lanning, E. y Hammel, E., 1961.
Early lithic industries ofwestern South America,
en American Antiquity No 27: 139-154.
Lynch, 1., 1967.
Th e nature of the Andean preceramic, en Occasional paper of the ldaho State University Museum 21.
Núñez, L., 1980.
Cazadores tempranos de los Andes Meridionales: evaluación cronológica de las industrias líticas del norte de Chile, en Boletín de Antropología
Americana No 2, México.
Núñez, L., 1983.
Paleo indio y Arcaico en Chile: Diversidad, Secuencia y Proceso. Editorial Cuicuilco, México.
Schobinger, J ., 1969.
Prehistoria de Sudamérica. Nueva Colección Labor, Barcelona.
SANTOS DEL MAR TÚMULO:
UN ASENTAMI ENTO ALFARERO EN LA COSTA
DE LA PROVINCIA DE CAUQUENE S (VII REGIÓN)
Rodrigo Sánchez y Nelson Gaete
l.
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo da a conocer los primeros resultados de la investigación arqueológica en el asentamiento
alfarero "Santos del Mar Túmulo". De manera general, se describe el sitio, su contexto cultural y un
diagnóstico del estado de conservación del depósito y materiales.
El sitio 07 Ch 009 se encuentra ubicado en la localidad de Santos del Mar, comuna de Chanco,
provincia de Cauquenes, VII Región del Maule, con coordenadas 35° 35' 45" S - 72° 37' 50" W.
Se emplaza sobre el acantilado costero, en un sector expuesto, a unos 220m del mar, en una pequeña
quebrada lateral que corre de noreste a suroeste, sobre una duna fósil.
Ambientalmente el sitio se encuentra a unos 50 m de un escurrimiento de agua permanente, en un
sector con cubierta de herbáceas y gramíneas, cercano a un amplio sector de vega localizadas hacia el este.
Hacia el norte se localiza un amplio sector de empastadas.
Frente al sitio, y a unos 600-800 m mar adentro, se observa en un sector de roqueríos, la presencia de
una colonia de lobos marinos.
2.
RECOLECCIÓN DE SUPERFICIE Y EXCAVACIÓN
El sitio presenta un amplio sector totalmente disturbado por acción de roedores, lo que ha significado el
desmoronamiento del depósito en su parte norte. Es aquí, principalmente, donde fue posible colectar
material lítico y cerámico, los cuales se acumulan en superficie en cotas inferiores.
Además, se realizó una cuadrícula de 2 por 2 m, de control estratigráfico. El depósito excavado fue
rebajado en niveles arbitrarios de 10 cm, controlándose el depósito hasta los 130 cm de profundidad. Se
utilizó tamiz de abertura 4 mm.
3.
ESTRATIGRAFÍA
La excavación de la cuadrícula N° 1, permitió observar un total de 3 estratos y 1 piso ocupacional.
Estrato 1: (O a 10/30 cm) corresponde al estrato superficial, formado por suelo orgánico y arena, de
coloración café-amarillento, textura semicompacta y granulometría fina. Presenta raicillas abundantes. Registra material cultural lítico y cerámico.
Estrato Ha: ( 10/30 a 42/55 cm) corresponde a materia orgánica y arena, de coloración café oscuro, textura
compacta y granulometría fina a media. Registra material cultural lítico y cerámico.
Estrato Ilb: (42/55 a 78/85 cm) matriz similar a estrato Ila, registrando un piso ocupacional que los separa
(Rasgo 1). Registra una disminución en el material cultural lítico y cerámico.
Estrato 111: (78/85 a 130 cm) corresponde a una matriz de arena, de coloración café-amarillenta,
79
BASE DE DATOS N" 1:
Material Lítico de Excavación
CUADRÍCULA N" 1
MATERIAL LÍTICO
Nivel:
LASCAS:
de Cuarzo
de Obsidiana
otra mat. prima
Subtotal:
LASCAS FRACTURADAS:
de Cuarzo
otras mat. primas
Subtotal:
LÁMINAS:
de Obsidiana
TROZOS ABERRANTES:
de Cuarzo
de Obsidiana
otras mat. primas
0-10
10-20
20-30
30-40
40-50
50-60
60-70
57
2
5
82
3
9
48
4
2
141
6
7
37
2
1
25
4
1
16
64
94
54
154
40
30
16
172
2
302
3
82
214
85
2
48
2
33
3
174
305
83
215
87
50
36
3
2
2
4
139
141
82
169
66
o
3
o
o
72
26
o
o
o
o
o
3
5
o
o
3
139
14J
82
172
LASCA FILO VIVO USADO
de Cuarzo
o
o
o
LASCA CON RETOQUE:
de Cuarzo
o
3
o
NÚCLEO-PERCUTOR:
otras mat. primas
o
o
o
o
o
MANO DE MOLER:
otras mat. primas
o
o
o
3
o
MANO DE MOLER FRACT.:
otras mat. primas
o
o
3
o
PULIDOR:
otras mat. primas
o
PUNTA DE PROYECTIL:
3
o
o
o
o
o
o
80
26
66
2
o
o
CUCHILLO-RAEDERA:
de Cuarzo
71
1
o
o
o
FRAG. DE NÚCLEOS:
otras mat. primas
o
o
o
o
Subtotal:
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
o
2
o
BASE DE DATOS N" 1:
Material Lítico de Excavación (Cont.)
CUADRÍCULA N" 1
MA TERlAL LÍTICO
Nivel:
LASCAS:
de Cuarzo
de Obsidiana
otra mat. prima
Subtotal:
LASCAS FRACTURADAS:
de Cuarzo
otras mat. primas
Subtotal:
Subtotal :
5
1
o
o
o
o
o
o
445
21
28
o
494
6
o
1064
23
5
6
1087
o
o
14
20
5
o
o
o
3
o
o
o
774
1
8
24
20
8
o
783
o
o
o
o
o
o
13
7
14
19
o
o
o
14
21
6
46
2
42
4
31
3
2
48
46
32
o
o
24
o
o
31
o
o
31
LASCA FILO VIVO USADO
de Cuarzo
LASCA CON RETOQUE:
de Cuarzo
ll0-120
80-90
LÁMINAS:
de Obsidiana
TROZOS ABERRANTES:
de Cuarzo
de Obsidiana
otras mat. primas
100-110
90-100
70-80
o
FRAG. DE NÚCLEOS:
otras mat. primas
2
o
o
o
o
o
NÚCLEO-PERCUTOR:
otras mat. primas
o
o
o
o
o
MANO DE MOLER:
otras mat. primas
o
o
o
o
o
3
MANO DE MOLER FRACT.:
. otras mat. primas
o
o
o
o
o
5
PULIDOR:
otras mat. primas
o
o
o
o
o
CUCHILLO-RAEDERA:
de Cuarzo
o
o
o
o
o
PUNTA DE PROYECTIL:
o
o
o
o
o
81
7
granulometría media a gruesa y textura media a suelta. Presenta algo de grava, así como pequeños
sectores "quemados", trozos pequeños de carbón, hueso y un fogón (Rasgo 2). Registra sólo material
cultural lítico.
4.
DATACIÓN ABSOLUTA
Se cuenta con dos fechados absolutos por termoluminiscencia, procesados en el laboratorio de la Pontificia
Universidad Católica de Chile, para fragmentos de excavación.
Muestra
5.
N" Lab.
Procedencia
Naturaleza
Fecha TL
NoJ
UCTL- 501
Grupo N° 1
650 ± 130 d.C.
N°2
UCTL-502
Cuadr.: N" 1
Estrato: II a
Nivel: 40-50 cm
Cuadr.: N° 1
Estrato: 1
Nivel: I0-20cm
Grupo N° 1
630 ± 140 d.C.
MATERIAL LÍTICO
El material lítico fue analizado en base a una clasificación mono-funcional (Bate, 1971), definiendo de esta
forma distintas categorías funcionales, diferenciadas por sus características morfológicas , las cuales fueron
descritas en base a un conjunto de atributos correspondientes a los criterios morfológicos, funcionales,
tecnológicos, métricos y petrográficos.
5.1. DE SUPERFICIE
Los materiales colectados en superficie, mediante un muestreo dirigido, durante la primera y segunda
temporada de terreno, fueron debidamente registrados. En cuanto a materia prima, predomina el cuarzo en
los derivados de núcleo sin modificación (lascas, lascas fracturadas, trozos aberrantes), y lutita, basalto y
obsidiana en los artefactos formatizados (lasca con retoque; raspador; raedera; mano de moler, y punta de
proyectil).
Raspador
Corresponde a l ejemplar sobre lasca, con retoque bilateral unifacial por presión, y borde activo recto
convexo.
Dimensiones (mm)
Pieza
Materia Prima
Largo
Ancho
Espesor
66
36
10
07Ch009/Sup/17
Lutita
Raedera-ras pador
Se registra 1 ejemplar de raedera-raspador lateral, con retoque unifacial por percusión y borde activo
recto-cóncavo abrupto, elaborado sobre lasca que presenta corteza.
Dimensiones (mm)
Pieza
Materia Prima
Largo
07Ch009/Sup/18
28
Ancho
Espesor
55
12
82
Basalto
Punta de proyectil
Se trata de 9 ejemplares, 5 de ellos enteros que muestran las siguientes formas:
Puntas de proyectil triangulares de base recta
Se registran 2 ejemplares de base recta o tendiente a recta, sección transversal biconvexa, con bordes
laterales sinuosos tendientes a rectos-convexos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando
negativos de cicatrices concoidales y laminares.
Dimensiones (mm)
Pieza
Materia Prima
07Ch009/Sup/O 1
07Ch009/Sup/02
Largo
Ancho
Grosor
33
30
23
25
4
4
Obsidiana
No determinada
Puntas de proyectil triangulares de base cóncava
Se registran 2 ejemplares de base cóncava, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos
tendientes a rectos-convexos o rectos-cóncavos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando
negativos de cicatrices concoidales y laminares.
Dimensiones (mm)
Pieza
Materia Prima
07Ch009/Sup/05
07Ch009/Sup/06
Largo
Ancho
Grosor
38
37
21
20
4
5
No determinada
Obsidiana
Puntas de proyectil triangulares de base escotada
Se registra 1 ejemplar de base escotada, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos
tendientes a rectos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando negativos de cicatrices
concoidales y laminares.
Dimensiones (mm)
Pieza
Materia Prima
07Ch009/Sup/09
Largo
Ancho
Grosor
35
24
4
No determinada
Puntas de proyectil fracturadas
Se presentan 4 ejemplares que corresponden a la porción basal en dos casos, y los otros dos a la porción
medial. Se trata probablemente de puntas de proyectil triangulares de base recta, de sección biconvexa y
retoque bifacial por presión.
Sección Presente
Pieza
Distal
07Ch009/Sup/ll
07Ch009/Sup/12
07Ch009/Sup/13
07Ch009/Sup/14
Medial
Materia Prima
Forma
No deter.
Nodeter.
Nodeter.
No deter.
Triangular
Triangular
Triangular
Triangular
Basal
X
X
X
X
83
5.2.
DE EXCAVACIÓN
El material lítico rescatado en excavación muestra una gran predominancia del cuarzo en los derivados de
núcleo sin modificación, y de la lutita, basalto y obsidiana en los instrumentos. La base de datos N° 1
muestra sus frecuencias por niveles arbitrarios.
A continuación se describen los artefactos formatizados que contienen el depósito excavado.
Cuchillo-raedera
Corresponde a un cuchillo-raedera lateral, con retoque por presión bifacial y borde activo tendiente a
convexo.
Dimensiones (mm)
Pieza
07Ch009/cl/0-1 0/19
Materia Prima
Largo
Ancho
Espesor
19
46
7
Cuarzo
Punta de proyectil
Se trata de 7 ejemplares, 5 de ellos enteros que muestran las siguientes formas :
Puntas de proyectil triangulares de base recta
Se registran 2 ejemplares de base recta o tendiente a recta, sección transversal biconvexa, con bordes
laterales sinuosos tendientes a rectos-convexos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando
negativos de cicatrices concoidales y laminares.
Dimensiones (mm)
Pieza
07Ch009/c1/0- I0/03
07Ch009/c 1/40-50/04
Materia Prima
Largo
Ancho
Grosor
40
24
18
20
5
4
Obsidiana
Toba
Puntas de proyectil triangulares de base cóncava
Se registran 2 ejemplares de base cóncava, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos
tendientes a rectos-convexos o rectos-cóncavos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dej ando
negativos de cicatrices concoidales y laminares.
Dimensiones (mm)
Pieza
07Ch009/c 1/30-40/07
07Ch009/cl/50-60/08
Materia Prima
Largo
Ancho
Espesor
26
31
20
21
4
5
Obsidiana
Obsidiana
Puntas de proyectil triangulares de base convexa
Se registra 1 ejemplar de base convexa, sección transversal biconvexa, con bordes laterales sinuosos
tendientes a rectos-convexos. El astillamiento es bifacial realizado por presión, dejando negativos de
cicatrices concoidales y laminares.
Dimensiones (mm)
Pieza
07Ch009/c 1/0-10/10
Materi a Prima
Largo
Ancho
Espesor
39
23
5
84
Obsidi ana
Puntas de proyectil fracturadas
Se presentan 2 ejemplares. Se trata de puntas de proyectil triangulares, de sección biconvexa y retoque
bifacial por presión.
Sección Presente
Pieza
Distal
Medial
Basal
X
X
X
X
07Ch009/cl/0-10/15
07Ch009/c 1/40-50/16
6.
Materia Prima
Forma
Obsidiana
No deter.
Triangular
Triangular
MATERIAL CERÁMICO
El material cerámico fue analizado y clasificado de acuerdo a criterios establecidos en la primera etapa de
la investigación (Gaete, N., R. Sánchez, S. Cumsille, C. Massone, B. Ladrón de Guevara, D. Jackson, R.
Santiller, 1992).
6.1.
DE SUPERFICIE
En colecta de superficie fue posible apreciar la presencia de los siguientes grupos cerámicos:
Grupo N° 1: Alisado con antiplástico grueso de cuarzo .
Se caracteriza por presentar ambas superficies alisadas, pasta homogénea, antiplástico grueso de
cuarzo y cocción oxidante completa.
Grupo N° 2: Alisado con presencia de núcleo gris-negro.
Se caracteriza por presentar ambas superficies alisadas, de color café crema a gris, antiplástico fino
de cuarzo, arena y mica, y cocción oxidante incompleta con presencia de núcleo gris-negro.
Grupo No 3: Alisado de pasta rojiza.
Se caracteriza por presentar ambas superficies alisadas, de color café rojizo a café grisáceo, antiplástico fino de cuarzo, arena y mica, y cocción oxidante completa a incompleta.
Dentro del material cerámico, además, es posible registrar algunos elementos, tales como:
Decoración: Un fragmento cerámico alisado de pasta rojiza registra decoración incisa lineal, compuesta
por tres líneas paralelas en el borde externo de la vasija.
Borde con reborde: Se registra un fragmento alisado de pasta rojiza, que muestra esta característica.
6.2.
DE EXCAVACIÓN
La excavación de la cuadrícula N° 1, dio por resultado registrar los mismos grupos cerámicos observados
en superficie, a los cuales se agrega el Grupo N° 6 revestidos rojos. Este grupo se caracteriza por presentar
una (exterior) o ambas superficies revestidas de color rojo, pulidas o alisadas, antiplástico fino a medio de
cuarzo, arena y mica, y cocción oxidante incompleta e irregular, con presencia de núcleo.
Además se registra la presencia de un tubo y dos hornillos de pipa cerámica, todos fracturados,
adscribibles al Grupo N° 3: alisado de pasta rojiza.
El tubo corresponde a la boquilla, de forma cilíndrico, con dimensiones de 23 mm de largo, 5 a 7 mm
de diámetro y abertura de 3 mm (cuadrícula N° 1; nivel: 10-20 cm).
Los fragmentos de hornillo son de forma cilíndrica. Uno de ellos tiene un alto de 20 mm, pared de
espesor 3 mm y un diámetro estimado de 20-22 mm (cuadrícula N° 1; nivel: 0-10 cm); el otro posee un alto
de 18 mm, pared de espesor 4 mm y un diámetro estimado de 17 mm (cuadrícula N° 1: nivel: 20-30). Ambos
pueden haber tenido decoración en su superficie exterior.
Con respecto a la fragmentería, se registran las siguientes frecuencias por nivel:
85
CUADRÍCULA N" 1
Material
Cerámico
Nivel:
Total
0-10
10-20
20-30
30-40
40-50
50-60
95
24
2
437
o
o
57
60-70
Grupo N° 1
89
92
51
84
Grupo N" 2
21
18
11
6
Grupo N" 3
72
90
55
97
202
15
GrupoN°6
2
5
4
5
7
o
o
23
184
205
121
192
305
39
3
1049
Total
532
NOTA: Los niveles siguientes no registran cerámica.
7.
MATERIAL ECOFACTUAL
El material ecofactual rescatado en excavación, corresponde a restos óseos, generalmente fragmentados,
presentes en la totalidad de los niveles registrados, los que actualmente se encuentran en análisis.
En forma preliminar se ha determinado la presencia de huesos de otárido (Doris Oliva, com. pers.),
de otros mamíferos (roedores) y de aves. Además, se registra la presencia de dos fragmentos de concha
(nivel : 10-20 y nivel: 50-60), así como restos ictiológicos (vértebras) en el nivel 110-120.
La mitad superior del depósito es el que muestra restos en mejores condiciones de conservación, a
diferencia de la mitad inferior, donde presentan fragilidad extrema. Cabe hacer notar que son los niveles
adyacentes al piso ocupacional donde éstos se presentan en mayor número y en mejores condiciones.
El depósito muestra fragmentos pequeños de carbón en todos los niveles excavados.
8.
RASGOS
Rasgo 1:
PISO OCUPACIONAL
Corresponde a un piso ocupacional que separa el estrato Ila del lib. Se presenta como una delgada capa
compacta, que registra escaso material cultural, si bien destaca artefactos en planta. Hacia la pared sur, dicha
capa se ensancha, conformando un lente de limo-arenoso quemado, de coloración ocre-amarillento, textura
muy compacta, y que presenta numerosas inclusiones de carbones de tamaño muy pequeño.
Rasgo 2: FoGóN
Corresponde a una estructura de combustión, sin arreglo aparente, dispuesta sobre arena (estrato 111), a una
profundidad de 120-130 cm, presentando forma circular, con diámetro aproximado de 70 cm. Muestra
asociación con material lítico escaso (cuarzo) y restos óseos muy fragmentados.
9.
ANÁLISIS DEL CONTEXTO
Los resultados de la excavación confirman el carácter alfarero del depósito en su mitad superior. Con
respecto a la mitad inferior del yacimiento, la cual no presenta cerámica, es posible conjeturar una
ocupación precedente, la cual estaña asociada con el rasgo 2 (fogón).
El asentamiento puede ser caracterizado como un campamento de población alfarera, la que dentro
de un circuito de movilidad, probablemente estacional, ocupa el sitio para explotar una variada gama de
recursos que ofrecía el sector de Santos del Mar y litoral adyacente.
Esta ocupación muestra un conjunto de instrumentos líticos formado por puntas de proyectil (16),
raedera-raspador (1), raspador (1) y cuchillo-raedera (1), los que pueden ser relacionados con actividades
de caza y faenamiento. Es posible conjeturar también actividades de colecta y molienda de vegetales, dado
el registro de manos de moler (8).
86
11!7Ch009/SUP/01
07Ch009/SUP/02
07Ch009/CI/0-10/03
07Ch009/CI/40-50/04
;
07Ch011!9/SUP/05
07Chi1!09/SUP/09
07Ch009/SUP/06
07Ch/CI/30-40/07
.,
'
07Ch009/CI/50-60/08
07Ch009/CI/0-10/10
Las puntas de proyectil muestran un patrón de formas triangulares, y bases cóncavas y rectas, de
tamaño medio, elaboradas mayoritariamente en obsidiana.
Cabe destacar la inversa relación dada entre la frecuencia de artefactos formatizados y derivados de
núcleo sin modificación, en relación a las materias primas. Es así como se registra un solo instrumento de
cuarzo, siendo que esta es la materia prima predominante en el depósito.
87
El material ceram1co registra la presencia de cuatro grupos distintivos. En líneas generales, la
fragmentería permite inferir vasijas de cuerpo no restringido o restringidos simples, de tamaño pequeño a
mediano, sin asas o apéndices y paredes delgadas a medias. El grupo alisado de pasta rojiza registra
decoración incisa lineal, compuesta por tres líneas paralelas en el borde externo de la vasija, así como borde
con reborde. El mismo grupo registra pipas cerámicas de cuerpo cilíndrico.
Los recursos presentes en el depósito, referentes en parte del patrón de subsistencia, permiten postular
cierto énfasis en la caza de lobos marinos (otáridos) y, en menor medida, de mamíferos terrestres (roedores) .
No hay evidencias de que esta población tuviera un énfasis en la explotación de los recursos malacológicos
e ictiológicos del litoral adyacente, como parte de su dieta.
10.
RELACIONES
El contexto registrado en este asentamiento manifiesta claras relaciones con otros asentamientos alfareros
del sector de Loanco-Santos del Mar.
El asentamiento alfarero 07 Ch 006 "Dunas de Loanco" comparte la presencia de los grupos
cerámicos No 1, No 2 y N° 3, así como pipas y decoración incisa lineal, y puntas de proyectil triangulares
de base recta, cóncava, escotada, todas de tamaño medio o pequeño. El 07 Ch 003 "Las Vertientes", registra
los grupos cerámicos N° 1, N° 2, N° 3 y N° 4. El 07 Ch 005 "Santos del Mar Duna" comparte los grupos
alfareros N° 2, No 3 y N° 6. El sitio 07 Ch 007 "Santos del Mar Promontorio", comparte los grupos alfareros
N° 1, N° 2 y N° 3, así como pipas cerámicas, y puntas de proyectil triangulares de base recta, de tamaño
pequeño. El sitio 07 Ch 010 "Cabo Carranza", comparte el grupo cerámico N° 1, y puntas de proyectil
triangulares de base recta, de tamaño pequeño.
En la desembocadura del Maule, pipas e incisos lineales han sido fechados entre el415 y 1225 d.C.,
los alisados de pasta rojiza desde el600 d.C., a diferencia de los de pastas grises y cafés con entiplástico de
cuarzo, los que muestran una gran amplitud temporal (Aidunate, C., F. Gallardo, C. Fernández, A. Román
y A. Deza, 1991; Gallardo, F., C. Aldunate, A. Seelenfreund, Ch. Rees, A. Deza, A. Román, 1992).
Otros contextos del área extremo sur andina denotan asociación de alfarería y puntas de proyectil, similares
a las registradas en "Santos del Mar Túmulo" (Ortiz, O. 1963; Medina, A., R. Vargas y C. Vergara, 1964; Valdés
C., M. Sánchez, J. Inostroza, P. Sanzana y X. Navarro, 1982; Jackson, D. 1993a, 1993b).
AGRADECIMIENTOS
Nuestros sinceros agradecimientos a la familia Vera Pinochet; a nuestros colegas Hernán Ávalos y Jorge
Rodríguez; a los alumnos de Arqueología Álvaro Romero y María de los Ángeles Villaseca; a las alumnas
de conservación Gabriela Alt y Soledad Abarca. A todos gracias por la valiosa colaboración prestada en
terreno.
BIBLIOGRAFÍA
Aldunate, C. ; F. Gallardo; C. Fernández; A. Román y A.
Deza, 1991.
Arqueología de la desembocadura del río Maule,
en Actas del XI Congreso Nacional de Arqueología Chilena (Santiago, 1988), Santiago.
Bate, L.F., 1971.
Material lítico: metodología de clasificación, en
Noticiario Mensual 181-182 Año XVI del Museo
Nacional de Historia Natural, Santiago.
Gaete, N. ; R. Sánchez; S. Cumsille; C. Massone; D.
Jackson ; B. Ladrón de Guevara, y R. Santiller,
1992.
Patron es de asentamiento prehispanos en ambientes de desembocadura de la provincia de Cauquenes (VII Región). Proyecto Fondecyt N° 005591. Informe Primera Etapa.
Gaete, N. ; R. Sánchez; S. Cumsille y C. Massone, 1992.
Arqueología al sur del Maule , en Museos N° 13,
Santiago.
Gallardo, F.; C. Aldunate; A. Seelenfreund; Ch. Rees ; A.
Deza, A. Román, 1992.
Comentario acerca de alfarería y cronología de la
región central-sur: una discusión desde la desem-
88
becadura del río Maule, en Clava No 5, Museo
Sociedad Fonck, Viña del Mar.
Jackson, D., 1993a.
Análisis técnico descriptivo de conjuntos líticos
de asentamiento con cerámica en Rada! 7 Ta zas,
en cazadores -recolectores portadores de ce rámica en Rada! 7 Ta zas; Precordillera de Malina
(VII Región). Informe DJB AM.
Jackson, D. , 1993b.
Conjunto lítico de un sitio habitacional agroalfarero de la Preco rdillera de Rada/ 7 Ta zas Ta-2E8, en cazadores-recolectores portadores de cerámica en Rada! 7 Ta zas: Precordillera de Malina
(Vll Región). Informe DJBAM.
Medina, A.; R. Vargas y C. Vergara, 1964.
Ya cimientos arqueológicos en la co rdillera de
la provinc ia de Talca. Chile, en Actas III Congreso de Arqueología Chilena (Viña del Mar),
Santiago.
Ortiz, 0., 1963.
Sitios arqu eológicos de la costa de la provincia
de Maul e, en Antropología 1( 1), Santiago,
Valdés, C.; M. Sánchez; J. Inostroza; P. Sanzana y X.
Navarro, 1985.
Excavaciones arqueológicas en el Alero Quillén
/, pro vincia de Cautín, Chile, en Actas del IX
Congreso Nacional de Arqueología (La Serena,
1982), Vicuña.
EL ARCAICO COSTERO AL SUR DEL MAULE:
DISCUSIÓN Y RELACIONES
Nelson Gaete y Rodrigo Sánchez
l.
INTRODUCCIÓN
El conocimiento de la prehistoria del área extremo sur andina (Maipo-Chiloé), puede ser caracterizado por
"un vacío de conocimientos sistemáticos e integrados sobre las sociedades prehispánicas que la habitaron"
(Fernández C., y L. Cornejo, 1983: 142), exceptuando quizás los tópicos relativos a las poblaciones
prehispánicas directamente relacionadas con aquellas históricas (mapuches principalmente).
Pocos son los trabajos que abordan problemas sobre poblaciones que habitaron en el área durante los
períodos paleoindio y arcaico. La excepción está dada por las investigaciones en los sitios de Tagua Tagua
(Montané, J. 1969; Palma, J. 1969; Durán, E. 1980), Monteverde (Dillehay, T. 1982, 1984), Cuchipuy
(Kaltwaser, J., A. Medina y J. Munizaga 1980, 1983, 1984), Quillén 1 (Navarro, X. 1984), Radal 7 Tazas
(Massone, M. y Valdés, C. 1988; Jackson, D. 1990), Las Cañas, Santos del Mar y Reloca (Ortiz, O. 1963,
1964; Gaete, N., R. Sánchez, S. Cumsille y C. Massone, 1992), Altos de Vilches (Medina, A.R. Vargas y
C. Vergara, 1964; Medina, A. y C. Vergara, 1969).
El escaso acervo de información documental hace que inexorablemente cada investigador deba
relacionar su registro con el de otras áreas, a veces bastante lejanas, lo que da por resultado un conjunto de
sitios "tipo" sin aparentes relaciones intraareales.
La presente investigación (Proyecto Fondecyt N° 0055-91) cubre una superficie muy restringida
(costa de la provincia de Cauquenes, VII Región), si bien se espera que constituya el inciso de una línea de
investigación sistemática para el área. Los resultados obtenidos hasta el momento apuntan a una profundización de la investigación de forma de comprender mejor la relación hombre-medio tanto en el eje espacial
como temporal.
La información medioambiental apunta a que el área en el pasado poseyó una abundante gama de
micronichos integrales y estables, en donde cualquiera de ellos pudo ser explotado con la misma aficiencia
y tecnología, de forma de obtener los mismos montos energéticos y proteicos para la subsistencia
(Llagostera, A. 1989).
La ocupación del litoral por parte de las poblaciones prehispánicas formó probablemente una unidad
con las ocupaciones del interior. En el área objeto de estudio, existe un importante desarrollo de lagunas y
vegas, que parece haber sido mayor en el pasado, lo cual desde el punto de vista ecoantrópico se manifiesta
como alternativa a los recursos marinos. "La riqueza e integración de recursos en estas lagunas eran tanto
o mayores que en el litoral" (Llagostera, A. 1989). Esto es especialmente observable en la ubicación de los
sitios en las localidades de Loanco, Santo del Mar y Pahuil-Reloca, todos relacionados a ambientes
lagunares y de vegas, de menor o mayor desarrollo. A lo anterior se suma que en la costa no se presentan
los fenómenos de surgencia, siendo la fauna ictiológica menor a la observada en latitudes inferiores, lo cual
aparece compensado con la presencia de ricas poblaciones de invertebrados marinos. Además, "los
potenciales marítimos y continentales son competitivos a nivel proteico, pero hay una considerable ventaja
en el aporte continental a nivel de carbohidratos" (Llagostera, A. 1989), lo cual puede explicar en parte,
tanto el emplazamiento de los sitios como los depósitos ecofactuales registrados.
De esta forma, la generalización y abundancia de los recursos biológicos e hidrológicos puede haber
fomentado, por parte de las poblaciones prehistóricas, una ocupación dentro de un patrón de asentamiento
más bien extensivo que intensivo.
91
Ahora bien, con respecto al problema que nos ocupa en este trabajo, es decir, ocupaciones de
poblaciones arcaicas en la costa de la provincia de Cauquenes, si bien es cierto que las evidencias son
escasas, se puede conjeturar que las poblaciones precerámicas fueron poseedoras de un ~ólido y muy
prolongado modo de vida "enmarcado en los cánones de un primitivo arcaísmo cazador-recolector"
(Llagostera, A., 1989).
La excavación y registro de los sitios, así como la descripción, clasificación y análisis de los
materiales artefactuales y ecofactuales, permite postular al menos tres contextos culturales diferentes para
el arcaico. Las evidencias, aunque fragmentarias, permiten postular lo anterior enmarcado dentro de amplias
y difundidas tradiciones de cazadores-recolectores arcaicos, las cuales han sido definidas en otras áreas,
principalmente a partir del registro de grupos morfológicos de puntas de proyectil.
El esquema que se propone a continuación, debe ser entendido como algo dinámico que necesariamente debe ser revisado y enriquecido en la medida que se rescaten y describan nuevos contextos arcaicos
para el área extremo sur andina. De esta forma, este artículo debe ser tratado como un documento de trabajo.
2.
CONTEXTO CULTURAL 1
El primer contexto cultural, se registra en los sitios 07 Ch 008 y 07 Ch 057, ambos en la localidad de Santos
del Mar, los que presentan un avanzado estado de deterioro, lo que dificulta determinar el carácter del
asentamiento. Se puede afirmar, por los materiales presentes, que al menos se ejecutó actividad de talla de
·]a piedra, así como de molienda. Estas poblaciones pueden ser inicialmente caracterizadas por su tecnología
lítica, dada por tres tipos de puntas de proyectil, presentes en el registro, las que aparte de cepillos y
raspadores de dorso alto, son el único ítem formatizado diagnóstico donde es posible registrar formas
similares en otros contextos del área extremo sur andina o áreas vecinas.
Este contexto cultural se caracteriza por la presencia de dos grupos de puntas de proyectil pedunculadas, variedades A y B, así como por puntas de proyectil triangulares de base recta e instrumentos tales
como raederas, raspadores, cuchillos y cepillos.
Es posible conjeturar que en diferentes momentos durante el arcaico, poblaciones de cazadores-recolectores partícipes de una amplia y difundida tradición andina de puntas pedunculadas (Willey, 1971;
Lagiglia, 1979), se asentaron en la localidad de Santos del Mar, con el propósito de explotar un rico y
variado ambiente costero.
Puntas de proyectil pedunculadas var A.
Su característica principal es presentar forma triangular con bordes rectos y ligeramente cóncavos denticulados y de bordes oblicuo rasante, con pedúnculo central de bordes rectos convergentes y aletas laterales de
ángulo oblicuo. Presentan sección biconvexa y astillamiento bifacial realizado por presión, dejando
negativos de cicatrices concoidales y laminares. Éstas guardan gran similitud formal con las del talcahuanense descrito por Menghin (1962), y con las registradas por Ortiz (1963) para Santos del Mar, ambos
postulados como precerámicos. Este tipo no cuenta con fechas ni registro de contexto asociado publicado.
Puntas de proyectil pedunculadas var B.
Su característica es presentar forma triangular, con bordes rectos-convexos, sección biconvexa y astillamiento bifacial realizado por presión dejando negativos de cicatrices concoidales y laminares. Presentan
pedúnculo central de bordes rectos convergentes, con aletas insinuadas. Éstas guardan cierta similaridad
con puntas descritas para niveles arcaicos de los sitios de Cuchipuy (Kaltwaser J., 1980; 1982), y Alero
Quillén 1 (Valdés C., 1985; Navarro X., 1984).
Con respecto a las puntas pedunculadas variedad B, y formas similares (colección Vera), éstas se
registran en contextos fechados en varios sitios del área. En Cuchipuy, el nivel IV con puntas de proyectil
pedunculadas ha sido fechado hacia el8070 ± 100 AP. Las mismas puntas, pero esta vez asociadas a puntas
de proyectil triangulares de base recta, han sido fechadas en el nivel III entre el 7610 ± 80 AP y 6160 ±
92
1
2
4
5
3
8
7
5cm
Lú111~ 1la
Materi<~J
1
Lítico.
1-3 punta de proyecti l pedunculada varjcd<Jd .A": 4-9 punta de proyectil pedunculada variedad B.
93
100 AP (Kaltwaser, J., A. Medina y J. Munizaga, 1982, 1983; Kaltwaser, J., A. Medina, E. Aspillaga y C.
Paredes, 1986). En el Alero Quillén 1, que registra ocupación arcaica con techo en el 4675 ± 105 (estrato
5, nivel A), el estrato 6 que corresponde a la primera ocupación, muestra sólo puntas de proyectil
pedunculadas, similares a las de Cuchipuy y a la variedad B del sitio 07 Ch 008, mientras que el estrato 5
muestra a éstas asociadas a puntas de proyectil lanceoladas y triangulares. En Bellavista (Seguel, 1969), se
registra una punta de proyectil pedunculada, en contexto precerámico, asociada a formas similares a las que
presentan la colección Vera.
y
del
[j "cfllflQOFGI•TUCO]C[{OfC!
A nivel interareal,, en el concha! de C~=~~miJJHt ifl Hfl 80fll[jjf[D Q
de proyectil pedunculada
punta
una
registra
se
litoral",
ecosistema
interior que comienza a adaptarse al
1991), similar a la
Castillo,
J.C.
y
Jerardino
A.
Hermosilla,
N.
J.M.,
fechada el 8790 ± 110 AP (Ramírez,
Huentelau(cultura
Teniente
El
bahía
de
sitio
el
en
mismo,
Así
Mar.
del
Santos
en
variedad B registrada
raspadores
y
pedunculadas
proyectil
de
puntas
1969)
(Weisner,
precerámico
quén) se registran en contexto
de
desprendidos
fueron
que
espesas
lascas
sobre
elaborados
discoidales,
formas
de
y cepillos de dorso alto
Mar.
del
Santos
de
las
a
similares
preparados,
núcleos
Puntas de proyectil apedunculadas
Las puntas de proyectil triangulares de base recta, de tamaño medio, han sido registradas en contextos
cerámicos en el área extremo sur andina (Ortiz, 0., 1963; Medina, A. et al., 1964; Medina, A. y Vergara C.,
1969; Aldunate, C. et al., 1991; Jackson, D., 1993a; 1993b). El mismo tipo de punta, pero de tamaño medio
a grande, han sido encontradas en contextos precerámicos (Kaltwaser, J. et al., 1980; Jackson, D., 1993a;
1993b). Por el momento, no es posible asociar este tipo de puntas de proyectil a este contexto cultural de
manera segura, ya que puntas medianas y grandes también se registran en contextos alfareros, en el área
objetivo de estudio.
3.
CONTEXTO CULTURAL II
El segundo contexto cultural; registrado en el sitio 07 Ch 014 cerro Las Conchas, es el asentamiento arcaico
que cuenta con mayor información hasta el momento. Esta ocupación se inicia hacia el 5.410 AP, cuando
un grupo de cazadores-recolectores se instala sobre la parte alta de una duna estéril, la que ocupa el sitio en
diferentes momentos, hasta que hacia el año 4.850 AP lo abandona definitivamente, dejando como testigo
un denso concha!.
Esta población puede corresponder a pescadores-cazadores-recolectores, los cuales establecen un
campamento base en el área de desembocadura del río Reloca, para explotar una variada gama de recursos
que ofrecía el área de desembocadura y el litoral adyacente.
Eran poseedores de un sólido conocimiento tecnológico que les permitió un eficiente trabajo de la
piedra y del hueso, lo que se traduce en un rico y variado conjunto de instrumentos. La industria lítica se
encuentra elaborada a partir de cantos rodados de origen local, destacándose un conjunto de instrumentos
de formas lanceoladas fabricados a partir de bifaces, principalmente puntas de proyectil y cuchillos-raederas, junto a otros instrumentos elaborados a partir de cantos rodados o lascas espesas, tales como tajadores,
raedera-raspadores, sobadores y manos de moler.
Las puntas de proyectil muestran un patrón de formas lanceoladas y bases convexas o rectas, de
tamaño grande a mediano, elaboradas en toba principalmente. Los artefactos de molienda registran manos
de moler de formas ovalada y elíptica, de sección biconvexa o plano-convexa, en los ejemplares completos.
Sólo se registran fragmentos de piedras de moler, las que presentan fuerte abrasión o desgaste. Dos
pequeños morteros elaborados sobre arenisca se registran en esta ocupación.
En el trabajo del hueso se destaca un conjunto de instrumentos que morfológicamente son reputados
como punzones o leznas, los cuales han sido elaborados a partir de diáfisis de hueso largo. Se puede afirmar,
inicialmente, que parte de ellos corresponden a componentes de artefactos de pesca, tales como poteras o
anzuelos compuestos. Otros artefactos denominados cuñas, presentan un extremo en forma de cuña y
superficies fuertemente pulimentadas.
94
El trabajo de la concha registra cuentas, la mayoría elaboradas, a partir del orificio central que
presenta la concha de fisurella. Además, se cuenta con un abundante ítem de probables artefactos no
diagnósticos de formas variadas, los cuales se encuentran en estudio.
Los recursos presentes en el depósito, referente claro del patrón de subsistencia, permiten postular un
acceso estable y continuo a la fauna malacológica del intermareal rocoso y arenoso, así como a recursos
ictiológicos y de mamíferos marinos y terrestres. Con respecto a los restos malacológicos, se evidencia
presencia de 16 especies y géneros, siendo los de mayor abundancia relativa, el loco (Concho/epas
concho/epas), macha (Masodesma donacium) y caracol (Acanthina monodon). Los recursos ictiológicos
están determinados, hasta el momento, por la presencia en el depósito de jurel, corvina, merluza, pejesapo,
pejegallo, cabinza y lenguado. Por último, estos cazadores consumieron una variada gama de mamíferos,
determinándose presencia de otárido (Doris Oliva, com. pers.), cánido y roedor (Bárbara Saavedra, com.
pers.). Todo lo anterior permite postular un modo de producción de amplio espectro (Cohen, 1984),
estrategia de subsistencia que les permitió acceder a los recursos costeros, tanto litorales, de desembocadura, de valle y cordilleranos, desde un mismo asentamiento, en cualquier momento del ciclo anual.
El patrón de puntas lanceoladas, los enmarca dentro de una amplia tradición de cazadores arcaicos
andinos (Lanning y Hammel, 1961; Lynch, 1967; Schobinger, 1969; Willey, 1971; González y Lagiglia,
1973; Gambier, 1974; Lagiglia, 1979; Núñez, 1980, 1983).
En el área extremo sur andina este patrón de puntas lanceoladas se registra en variados contextos. En
la localidad de Las Cañas se registran en un concha! precerámico (Ortiz, 1963; 1964). En el sitio Altos de
Vilches se registran en contexto precerámico en los niveles lile, asociadas a instrumentos de lámina,
núcleos, choppers, manos y sobadores; y en el nivel IVb, asociadas a instrumentos de lámina, núcleos,
instrumentos espesos, choppers, sobadores, martillos y manos de mortero, y colorante (Medina, Vargas,
Vergara, 1964; Medina y Vergara, 1969). En el concha! Gamboa (Díaz, C., M. Garretón, 1972-1973),
contexto precerámico, se registran puntas lanceoladas de tamaño grande o muy grandes, asociadas a
instrumentos de hueso (punzones) y artefactos de concha (cuentas), similares a los registrados en cerro Las
Conchas (07 Ch 014).
Además este patrón se presenta asociado a otros tipos de puntas. En el sitio Dunas de Loanco (07 Ch
006), y en Santos del Mar (colección Vera), se registran asociadas a otros tipos en un contexto poco claro.
En Radal7 Tazas, en el sitio Ta-2E-7 se registran con puntas de proyectil triangulares, asociadas a cuchillos
bifaciales y bilaterales, raederas laterales, raspadores de borde activo convexo, cóncavo y recto, entre otros
artefactos, en un contexto precerámico, precordillerano (Jackson, 1990, 1993b). En Bellavista, se registran
en un concha) precerámico asociadas a puntas pedunculadas, pesas de red, alisadores y pulidores, raspadores, percutores y otros artefactos líticos, junto a punzones y adornos de hueso (Seguel, 1969). La segunda
ocupación arcaica en el Alero Quillén 1, con techo en el 4675 ± 105 AP, registra puntas lanceoladas
asociadas a puntas triangulares de base recta y escotada, puntas pedunculadas, cuchillos uni y bifaciales de
bordes rectos o aserrados, raederas, bifaces y abundantes derivados de núcleo con y sin modificación
(Navarro, 1984). Finalmente, el sitio de Cuchipuy nivel 2, fechado en el 5760 ± 90 AP, registra artefactos
de molienda y punzones de hueso, similares a los descritos para el primer asentamiento arcaico de cerro Las
Conchas (07 Ch 014), aunque el patrón de puntas es diferente.
4.
CONTEXTO CULTURAL III
El tercer contexto cultural, registrado en el sitio cerro Las Conchas (07 Ch 014), corresponde a un
campamento probablemente estacional (segundo asentamiento arcaico) que se instala sobre un concha)
abandonado en fecha posterior al4850 AP (Gaete, N. y R. Sánchez, 1993).
Esta población corresponde a cazadores-recolectores especializados de tradición interior, los que
dentro de un circuito de movilidad problablemente estacional, se establecen en el sitio para explotar
una variada gama de recursos que ofrecía el área de desembocadura del rió Reloca, así como el litoral
adyacente.
Poseen un conjunto artefactual poco variado, dado por puntas de proyectil, las cuales muestran formas
95
1
2
3
4
~'
~
'
'
'\
/
/
QJ
5cm
Lámina 11
Material lítico,
1-4 punta de proyectil apedunculada; 5 cepillo; 6-7 raspador de dorso alto,
triangulares de base recta o cóncava, y lanceoladas de base convexa, de tamaño pequeño, elaboradas en
diferentes materias primas; derivados de núcleo sin modificación, especialmente lascas enteras y fracturadas. Pueden haber realizado actividades de molienda, dado el registro de manos de moler en la ocupación,
las que corresponden a piezas de sección biplana, extremos y bordes convexos,
96
1
3
2
5
4
7
lil
5cm
Lámina l/1
Material lítico.
1-3 punta de proyectil lanceo lada; 4-5 cuchillo-raedera; 6 raspador; 7 raedera; 8 raedera-raspador.
97
1
4
3
2
5
5cm
Lámina IV
Material óseo.
1-5 punzón; 6 cuña.
98
2
1
1
~
5
4
1
~
8
7
6
1
~
0
Lámina V
Material lítico.
1-5 punta de proyectil triangular; 6-8 punta de proyectil lanceolada.
99
5cm
Los recursos presentes en el depósito, referente claro del patrón de subsistencia, permiten postular
una orientación a la caza de mamíferos terrestres y marinos. Entre los restos óseos, se ha determinado en
forma preliminar la presencia de otárido (Doris Oliva, com. pers.). Esta orientación puede ser reafirmada
por la total ausencia de restos de malacología.
A nivel del área extremo sur andina, contextos similares que registran asociación de puntas de
proyectil triangulares y lanceoladas, de tamaño medio a pequeño, junto a otros artefactos líticos, están dados
por los sitios precerámicos Ta-2E-7, de Rada) 7 Tazas (Jackson, 1990), y Alero Quillén 1, segunda
ocupación, la que termina en el4675 ± 105 AP (Navarro, 1984).
5.
A MODO DE SÍNTESIS
Hasta el presente se ha logrado determinar que al menos tres poblaciones se asentaron, durante el
arcaico, en el área objeto de estudio, las cuales han sido definidas por sus contextos culturales
diferenciados.
Al intentar enmarcar a estas poblaciones dentro de una secuencia cronológica-cultural, se presentan
graves obstáculos, dados por las escasas dataciones absolutas y la carencia de un número mayor de
depósitos controlados, tanto a nivel de área objeto de estudio como del área extremo sur andina. Sin
embargo, al considerar en conjunto el acervo de información documental disponible (temporal,
espacial y cultural), es posible conjeturar una secuencia de períodos culturales para el arcaico en
nuestra área.
Período arcaico 1
Está dado por el contexto cultural 1, que corresponde a poblaciones de cazadores-recolectores partícipes de
una amplia y difundida tradición andina de puntas pedunculadas (Willey, 1971; Lagiglia, 1979), que se
asentaron en la localidad de Santos del Mar (sitios 07 Ch 008 y 07 Ch 057).
En el área extremo sur andina, contextos asignables a este período han sido datados entre el 8070 ±
lOO AP (Cuchipuy, nivel IV) y antes del 4675 ± 105 AP (Quillén 1, estrato 6). En áreas vecinas, en fecha
de 8790 ± 110 AP (Punta Curaumilla 1).
Período arcaico 11
Está dado por el contexto cultural 11, que corresponde a poblaciones de cazadores-recolectores partícipes
de una amplia y difundida tradición andina de puntas lanceoladas (Lanning y Hammel, 1961; Lynch, 1967;
Schobinger, 1969; Willey, 1971; González y Lagiglia, 1973; Gambier, 1974; Lagiglia, 1979; Núñez, 1980,
1983), que se asentaron en la localidad de Reloca (sitio 07 Ch 014).
En el área extremo sur andina, contextos asignables a este período están dados por los sitios de Las
Cañas, cerro Las Conchas primer asentamiento arcaico (07 Ch 014) y Concha! Gamboa, en ámbito costero,
y Altos de Vilches nivel IV y liTe en ámbito precordillerano. Las únicas dataciones absolutas que se registran,
lo sitúan entre el 5410 ± 80 AP (sitio 07 Ch 014, estrato V) y e14850 ± 80 AP (sitio 07 Ch 014, estrato
lilA) .
.
Período arcaico 111
Está dado por el contexto cultural III, que corresponde a poblaciones de cazadores-recolectores especializados, de tradición interior, portadores de puntas de proyectil triangulares y lanceoladas, que se asentaron
en la localidad de Reloca después del 4850 ± 80 AP (sitio 07 Ch 014).
En el área extremo sur andina, contextos asignables a este período están dados por los sitios cerro Las
Conchas segundo asentamiento arcaico (07 Ch 014, estrato II), Ta-2E-7 y Alero Quillén 1 (estrato 5). Este
último sitio registra la única datación absoluta de 4675 ± 105 AP para este período.
lOO
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An Introduction to American Archaeology, volume 2: South America. Prentice Hall, Englewood
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UN SITIO ALFARERO TARDÍO
EN ISLA MOCHA: P31-1
M arco Sánchez, Daniel Quiroz y Cristian Becker
INTRODUCCIÓN
La Isla Mocha se encuentra ubicada frente a las costas de la provincia de Arauco, a 35 km de la
desembocadura del río Tirúa. Su superficie alcanza los 52 km2 y se encuentra dividida en dos sectores, uno
plano o exterior de playas y vegas y otro montañoso o interior cubierto con una vegetación boscosa de tipo
valdiviano, con alturas cercanas a los 400 msnm. El clima es templado y húmedo. La pluviosidad y la
temperatura se distribuyen uniformemente durante todo el año, con una media anual de 1.350 mm y de 12,5 oc.
Desde un punto de vista geomorfológico, el cuerpo de la isla está formado por un complejo miocénico
similar a la formación Ranquil de Arauco. En el lado sur se detectan arenas pliocénicas y el cuaternario se
encuentra representado en depósitos de gravas situados a unos 300 msnm y en las terrazas que rodean la
isla.
La isla fue descubierta en 1544 y reconocida en 1550 por el navegante genovés Juan Bautista Pastene
al servicio de la Corona de España. Se encontraba poblada por más de 800 mapuches, dedicados a la
horticultura de papas, porotos y maíz y a una clase de ganadería de camélidos. Los mapuches fueron
expulsados de sus tierras por los españoles en 1687 debido a los tratos que sostenían con navegantes ingleses
y holandeses. La isla permaneció deshabitada por casi doscientos años y más tarde colonizada por
campesinos chilenos de la zona central, cuyos descendientes constituyen la población actual de Isla Mocha.
A comienzos de siglo; más precisamente en 1902, los naturalistas C. Reiche y M. Machado estuvieron
en la isla estudiando su "historia natural y política" y aprovecharon el viaje para reunir una pequeña
colección de objetos arqueológicos (piedras horadadas, hachas, puntas de flecha y flautas de piedra, aros
de plata) y bioantropológios (cráneos), descritos primeramente por Philippi y Vergara, respectivamente.
Estas investigaciones son el antecedente más directo y una fuente de inspiración para nuestros
estudios comenzados en 1990 con un proyecto de dos años de duración denominado Reconocimiento
Antropológico de Isla Mocha, y continuados por tres años más (1992-1994) con el proyecto 92-1129
Estrategias adaptativas en ecosistemas culturales insulares: el caso de Isla Mocha , financiado por
Fondecyt.
En esta oportunidad queremos entregar un resumen de los resultados obtenidos en los estudios
realizados en uno de los sitios arqueológicos que trabajamos en Isla Mocha: el sitio alfarero tardío P31-11.
METODOLOGÍA
Entre 1990 y 1991 prospectamos, en el perímetro exterior de la isla, una franja de unos 36 km de largo y
1.5 km de ancho comprendida entre el límite máximo de las mareas y el comienzo del bosque nativo. Estas
prospecciones nos permitieron identificar una cantidad apreciable y casi continua de sitios de morfología
1
Se han publicado dos trabajos con resultados preliminares del sitio P31-l: Sánchez, M. y P. Sanzana, Descripción preliminar del
sitio arqueológico P31-l , Isla Mocha. Boletín Mus eo Mapuche de Cañete, 6: 25-26, 1991; Quiroz, D. , M. Sánchez, H. Zumaeta y P.
Sanzana, Estrategias adaptativas de los mapuches de Isla Mocha: una aproximación interdisciplinaria. Boletín Museo Regional de la
Araucanía, 4( 1): 199-204.
103
monticular en todo el contorno de la isla. En una segunda fase iniciamos un vasto programa de pozos de
sondeo estratigráficos en diez de los sitios detectados. Uno de ellos, el primero, fue el sitio P31-l.
El sitio P31-1 se encuentra emplazado en el sector oriental de la isla, en el pie de monte, entre la
llanura litoral y el cordón de altura, sobre una terraza situada a unos 20 msnm con una fuerte pendiente hacia
el oeste. Se encuentra dividido en dos por el Camino Nuevo, que une los lados este y oeste de la isla y sirve
de límite entre las parcelas 31 y l.
El sitio P31-1 ocupa una superficie aproximada de unos 12.000 m2 . Hemos realizado dos pozos de
sondeo de 2 x 2m, separados por 15m, los que entregaron una gran cantidad de fragmentos de alfarería y
material lítico y artefactos óseos y una arqueofauna muy diversa compuesta por restos de mamíferos
terrestres y marinos, aves, peces, moluscos y crustáceos.
El primer pozo efectuado en 1991 fue excavado por niveles artificiales de lO cm, distinguiéndose
provisionalmente cinco capas culturales, denominadas A, B, C, D, E. El segundo pozo, excavado en 1992
por niveles culturales, permitió identificar definitivamente sólo tres capas: A, B (B + C) y C (D + E),
diferenciadas principalmente por las cantidades y proporciones del material cerámico.
En el piso de la cuadrícula 2, se encontraron las improntas de tres postes de un probable recinto
habitacional, lo que refuerza la hipótesis sobre la naturaleza ocupacional del sitio.
ARQUEOMETRÍA
Durante las dos temporadas de trabajo de campo se tomaron diez muestras de carbón, de las que fechamos
nueve, ocho en el Laboratorio de Radiocarbono de la Universidad Técnica Silesiana en Gliwice, Polonia y
una en el Beta Analytic Inc., Miami, USA, quedando otra como reserva. El siguiente cuadro resume las
fechas obtenidas:
CUADRO 1
Resumen dataciones arqueométricas absolutas
sitio P31-1
Nurn/Muest.
P311-924
P311-925
P311-922
P311-915
P3ll-923
P31l-912
P311-914
P31 1-913
P311-911
2
Num./Labor
Edad C l4
Edad/Cal
Gd-7152
Beta-57811
Gd-7174
Gd-6429
Gd-7144
Gd-5901
Gd-6431
Gd-5902
Gd-6428
450±50
500±50
500 ±40
530 ± 80
530 ± 60
560±40
640±90
710±50
840±70
1460 d.C.
1440 d.C.
1440d.C.
1430 d.C.
1430 d.C.
1420 d.C.
1400 d.C.
1300d.C.
1260d.C.
Si consideramos los errores (2 sigma, 95% probabilidad) de las fechas extremas podemos situar aproximadamente la ocupación del sitio entre el 1050 d.C. y el 1640 d.C., formando parte, entonces, del período
alfarero tardío de la zona centro sur chilena.
MATERIALES
Los materiales provenientes del sitio fueron agrupados para su análisis en (a) restos de fauna (moluscos,
crustáceos, huesos [mamíferos, aves, peces]) y (b) culturales (cerámica, líticos, óseos).
2
Las fechas se han calibrado siguiendo la metodología usada por Beta Analytic Inc., derivada del programa Pretoria Calibration
Method.
104
ANÁLISIS DE FAUNA
Entre los restos de fauna obtenidos en las excavaciones del sitio P31-1 tenemos representados mamíferos
terrestres y marinos, aves, peces, moluscos, crustáceos y equinodermos. El primer paso en el análisis
consistió en separar los restos óseos (mamíferos, aves, peces) de los demás (moluscos, crustáceos,
equinodermos).
El estudio preliminar de los restos óseos permitió distinguir el número de especímenes registrados
(NISP) y, en algunos casos, el número mínimo de individuos (NMI). Los resultados se presentan en el
siguiente cuadro:
CUADR02
Resumen determinación restos óseos sitio P31-1
NISP
TAXA
Clase Mamíferos
Orden Artiodactyla
Familia Camelidae
Lama guanicoe
l.
astillas L. guanicoe
Orden Pinnipedia
Familia Otaridae
Otaria byronia
2.
Orden Cetacea
Orden Rodentia
Familia Octodontidae
Octodon bridgesi
3.
Familia Muridae
Oligoryzomys longicaudatus
4.
Clase Aves
Peces
370
120
6
16
7
289
18
4
94
449
1345
TOTAL
NMI
29
Camélidos
Una simple mirada a los resultados nos muestra la presencia mayoritaria de camélidos en relación a los
individuos con mayor rendimiento económico (en carne y derivados). La determinación taxonómica indica
que todos los restos de camélidos estudiados pertenecen a la especie guanaco Lama guanicoe. Los restos
faunísticos se encontraban en excelente estado, con una escasa meteorización (debido tal vez a un rápido
proceso de enterramiento), lo que permitió un buen análisis. Es necesario mencionar que se registró la
presencia de un tipo de carnívoro, posiblemente zorro 3 , evidenciado por el mordisqueo y consiguiente daño
en los huesos. También se encontraron unidades anatómicas modificadas por roedores. Estos dos casos, sin
embargo, tienen una baja representación en el registro total. El empleo del fuego sobre el conjunto óseo es
escaso. Las huellas de corte más recurrentes son las producidas por el desmembramiento. La existencia de
fracturas intencionales es poco frecuente. El análisis anatómico permitió determinar la presencia de tres
individuos adultos y tres animales jóvenes4 .
Roedores
Es importante también la presencia en el registro arqueológico de 22 roedores, principalmente Octodon
3
En el sitio P21-l se encontraron dos dientes de un carnívoro, determinado por M.L. Lemus, Sección Zoología, Museo Nacional
de Historia Natural, como Pseudalopex griseus (zorro chilla).
4
Becker, C. Análisisfaunístico del sitio PJ/-1 de Isla Mo cha. Informe Proyecto Fondecyt 92-1129, 1992.
105
bridgesi (82%), especie que vive en ambientes de bosque o matorral denso y es de hábitos esencialmente
nocturnos. No se observaron huesos de roedores quemados o con marcas de corte5 .
Otros
El grupo de las aves fue consignada sólo a nivel de clase, pues el tipo de fragmentos recuperados no permite
una determinación taxonómica. Lo mismo ocurre con restos de cetáceos que probablemente vararon en las
playas y fueron utilizados por el hombre. También resulta interesante registrar la presencia de restos de un
individuo adulto de Otaria byronia, mamífero marino de gran importancia para las poblaciones costeras.
Los peces también están presentes en el registro arqueológico, sin embargo, su determinación se encuentra
aún en proceso.
Moluscos
Los restos malacoarqueológicos del sitio P31 -1 se componen de conchas enteras y un número apreciable
de fragmentos. Metodológicamente, primero se determinaron las especies presentes en la muestra y luego
se hizo el conteo del número mínimo de individuos (NMI) para cada especie.
Los resultados obtenidos indican la presencia de 891 individuos, agrupados en 21 familias , 26 géneros
y 34 especies. Se encuentran representados chítones, gastrópodos y bivalvos (almejas y choros), con
predominio casi absoluto de gastrópodos, especialmente Tegula atra (44,2%), Fisurella picta (23,9%) y
Concholepas concholepas (10,6% ).
Es curiosa la presencia de seis ejemplares de una especie fósil , Turritella chilensis, probablemente
llevada inadvertidamente al sitio.
Finalmente, tenemos dos ejemplares de una Tegula sp. no identificada y que podría corresponder a
una especie nueva, endémica de Isla Moché.
Crustáceos
Los crustáceos están representados por partes de las pinzas y del cuerpo que corresponden taxonómicamente a cinco especies de braquiuros (jaibas) y una de cirripedios (picoroco). Las especies más abundantes son
Homalaspis plana (84,4%) y Megabalanus psittacus (10,1%) 7 .
Los procesos tafonómicos muestran una severa modificación en la proporción y condición original
de los fragmentos y reafirman la naturaleza ocupacional del sitio. La presencia de restos calcinados sugiere
algún tipo de preparación al fuego o que los desechos eran arrojados a los fogones 8 .
Equinodermos
Las excavaciones entregaron una exigua cantidad de pequeños fragmentos del caparazón de Loxechinus
alba (erizo), sobre todo en los niveles inferiores del sitio.
ANÁLISIS CULTURAL
Cerámica
El sitio P31-1 es muy abundante en restos de cerámica, por lo que un análisis detallado de ella es esencial9 .
Se rescataron un total de 4.595 trozos de cerámica, mostrando un .predominio casi absoluto los tipos alisados
(negro, café, café claro, café-rojizo) con un 96,5% de la muestra (4.436 fragmentos). El resto se reparte en
un 1,9% (86) de engobados (rojo y café), un 1,4% (63) de pulidos (café y negro) y un 0,2% (9) de decorados
(ocho fragmentos correspondientes al tipo conocido como blanco valdivia y uno con pintura negativa) y
otro de probable factura europea, que llamamos beige colonial (0,02% ).
El nivel A del sitio se encuentra muy intervenido por la acción del hombre (corresponde a tierras de
5
Los restos de roedores fueron analizados por Juan Carlos Torres, Sección Zoología, Museo Nacional de Historia Natural.
Gálvez, O. Primer informe malacoarqueológico . Informe Proyecto Fondecyt 92-1129, 1993.
7
Además se detectó la presencia de Bellia picta, Taliepus dentatus, Paraxanthus barbiger y un braquiuro indeterminado.
8
Báez, P. Crustáceos en excavaciones arqueológicas en Isla Mocha. Informe Proyecto Fondecyt 92-1129, 1993.
9
Sánchez, M. y P. Sanzana. Estudio defragmell/os de alfarería del sitio PJI-1, Isla Mocha. Informe Proyecto Fondecyt 92-1129,
1992.
6
106
cultivo y para pastos del ganado). Este nivel entregó el 21% de los fragmentos del sitio, agrupándose los
pulidos, los engobados rojos y café y los decorados blanco valdivia y aquellos que en su pasta se incluye
mica laminar. El nivel B concentra la mayor cantidad de fragmentos con un 62,2% del total del sitio. El
nivel e, de menor potencia que el B, tiene sólo un 16,8% del total de fragmentos y constituye, en la práctica,
parte del piso del sitio. Se caracteriza por la presencia de grandes áreas de sedimentos quemados.
En el nivel e aparece un conjunto de 110 fragmentos alfareros no considerados en el estudio
cuantitativo, que pertenecen eventualmente a dos piezas (90 y 20), con su superficie algo erosionada y
tratada con conchas molidas, con abundantes conductos tubulares dejados, seguramente, por fibras vegetales presentes en la pasta y eliminadas durante la cocción. Postulamos que los fragmentos corresponden a
restos de hornos alfareros, considerando, sobre todo, la existencia hoy de estos hornos en comunidades
mapuches continentales.
Los tipos alisados, que caracterizan el sitio P31-1 , se definen como una cerámica monocroma y
utilitaria, dado su inserción en un contexto habitacional, asociado a fogones, restos de alimentos e
instrumentos líticos y óseos. Los tipos engobados aparecen en la capa A (5 %), disminuyendo en el B (1 %),
nivel donde tenemos la mayoría de los pulidos (3 %).
El examen general de los fragmentos del sitio P31-1 indica que la alfarería alisada se ha elaborado
mediante la técnica del enrollamiento anular, con antiplástico de arena, de tamaño fino a mediano, de
cocción incompleta en atmósfera oxidante. La incidencia de los tipos pulidos y engobados es escasa en un
contexto habitacional, tal vez, como en el continente, los encontraremos asociados a contextos funerarios.
Las materias primas usadas en la fabricación de la cerámica alisada son, en. términos generales, de
procedencia endógena y están constituidas por arcillas mezcladas con arenas, restos de conchas marinas,
trozos de cuarzo y mica. Algunos fragmentos pueden ser de procedencia exógena, sobre todo los engobados
decorados y los pulidos, pero se necesita de un análisis más específico para asegurarlo (se pretende usar la
técnica FRX, fluorescencia de Rayos X).
Industria lítica
La industria lítica 10, corresponde a 294 piezas y se puede ordenar, de acuerdo a las técnicas aplicadas en su
elaboración, en tres grandes grupos: a) picoteada o triturada (1, 19%), bajo la forma de percutores y yunques;
b) tallada (97 ,03 %), que incluye entre desechos y subproductos de un proceso de talla a cuchillos,
raspadores, machacadores, tajadores, puntas de proyectil con y sin pedúnculo y, e) pulida (1,78%), bajo la
forma de hachas de mano, instrumentos de molienda y pulidores de cerámica.
Forman parte del universo lítico cuatro puntas de proyectil, dos pedunculadas y dos apedunculadas
de base escotada, elaboradas en basalto, cuarzo y obsidiana.
Las fuentes litológicas de la isla son poco variadas, estando básicamente bajo la forma de guijarros
ovoidales de basalto, recolectados en depósitos de grava cercanos al sitio, o cantos astillados, también de
basalto, con un predominio notorio de desbaste por percusión bipolar. Se registra también el uso de arenisca,
cuarzo y obsidiana, esta última obtenida en el continente.
Se tomó una muestra del conjunto de lascas de filos vivos (un 4,74%) para un análisis microscópico
de bordes con el fin de detectar microhuellas de uso. Resultó evidente, dado que las huellas de desgaste eran
poco pronunciadas, que la gran mayoría de las lascas no modificadas intencionalmente se usaron para el
corte y desgaste de la madera. Se observó también en algunos guijarros ovoidales estrías que indican su uso
como pulidores de cerámica.
Industria ósea
La industria ósea es también muy abundante y de gran importancia en el registro arqueológico del sitio
P31-l . Muchos de ellos fueron abandonados como desechos en el proceso de elaboración o abandonados a
pesar de estar en buenas condiciones. Estos instrumentos fueron elaborados en huesos de camélidos,
otáridos y cetáceos, algunos de factura muy fina. Entre los instrumentos de hueso rescatados del sitio P3l-1
podemos mencionar los siguientes:
10
Jackson, D. Guijarros, percusión bipolar y cuñas: adaptación tecnoeconómica de un conjunto lítico en Isla Mocha . Informe
Proyecto Fondecyt 92- 1129, 1992.
107
a) Una aguja confeccionada en un hueso largo de guanaco; este artefacto se relaciona con el trabajo
de fibras, seguramente lana de guanaco. La funcionalidad de las agujas podría estar vinculada con
actividades textiles.
b) Dos pulidores de cerámica confeccionados en astillas de huesos largos de guanaco. Al ser
analizados con lupa estereoscópica de 25x evidenciaban claras huellas de uso. Pensamos que debido a su
tamaño y espesor estos instrumentos fueron abandonados en el sitio, pues aún podrían ser utilizados.
e) Un fragmento de tubo realizado en un trozo de hueso largo de guanaco. En su confección se
desgastó un extremo, dejándolo con un borde perfectamente trabajado y decorado con incisiones. Su
funcionalidad no ha podido ser determinada todavía.
d) Tres punzones de puntas muy aguzadas confeccionados sobre grandes fragmentos de huesos largos
de guanaco y lobo marino. Se utilizaron principalmente sobre materiales abrasivos blandos, pues no
muestran en sus superficies erosiones profundas, sino bordes muy pulidos.
e) Una espátula completa, artefacto poco frecuente y por lo general asociada al consumo de
alucinógenos en desarrollos culturales nortinos. En este contexto nos plantea dudas sobre su funcionalidad,
tal vez tenga alguna relación con lo anteriormente mencionado o quizás sea un instrumento utilizado en
trabajos finos, como, por ejemplo, la manipulación de tinturas.
t) Dos palas y varios fragmentos de otras. Estos instrumentos, confeccionados exclusivamente en huesos
de cetáceos, presentan la morfología clásica de una pala para las labores de la tierra. En su elaboración quemaron
el hueso para lograr una mayor dureza de la pieza. Además, una de las palas presenta huellas de
enmangamiento y todas, incluso los fragmentos, tienen señales de trabajo con sus bordes muy erosionados.
g) Tres pendientes, confeccionados en astillas de huesos largos de guanaco, seleccionadas por su
fineza en ambas caras, fueron modificadas para la creación de pendientes de forma triangular y rectangular
con la horadación en uno de sus extremos. Uno de los fragmentos presenta una decoración incisa lineal (dos
ángulos paralelos).
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
En el marco de nuestro proyecto Estrategias adaptativas en ecosistemas culturales insulares: el caso de
Isla M oc ha, el sitio P31-1, los materiales culturales y los restos de fauna rescatados, permiten una
caracterización más precisa del período alfarero tardío en el área centro sur de nuestro país.
En general los restos culturales y faunísticos se relacionan con una zona habitacional y con una
población con una economía mixta que usa en términos de caza, pesca y recolección la amplia gama de
recursos, tanto marinos como terrestres, que ofrece la isla. Sin embargo, tenemos además antecedentes de
la gran importancia que tienen las actividades hortícolas y ganaderas en Isla Mocha hacia el siglo XIV d. C.
Se ha comprobado la presencia de la especie guanaco en la isla para el segundo milenio de nuestra
era. Se hace necesario mencionar, sin embargo, que en los estudios de fauna realizados en sitios arcaicos
no se registra la presencia de este animal. Si el guanaco hubiese estado en la isla a la llegada de las
poblaciones arcaicas seguramente hubiese sido cazado, ya que sería uno de los animales de mayor talla junto
al lobo marino y, por ende, una presa muy apetecida. Esto no ocurrió, lo que nos hace pensar que el guanaco
fue traído a la isla por poblaciones posteriores.
El hallazgo de restos de guanacos permite postular que fueron llevados desde el continente por las
poblaciones que habitaron la isla y, por tanto, para que fueran trasladados se requiere que estuvieran
previamente amansados, facilitando de esta manera su transporte. En consecuencia, se plantea que la
especie guanaco estaba semidomesticada o aguachada 11 • Además los restos dejan muy en claro que los
11
Es necesario aclarar que esta idea del amansamiento proviene de análisis de textos etnohistóricos realizada por Benavente
[Reflexiones en torno al proceso de domesticación de camélidos en los valles del centro y sur de Chile, Bol. Mus. Reg. Araucanía
(Temuco), 2: 37-52, 1985], donde se plantea el manejo de un camélido por parte de las poblaciones que habitaban la zona central de
Chile al momento del contacto hispano. La semidomesticación o aguachamiento como método de amansamiento de guanacos no parece
ser tan difícil de realizar, ya que como menciona Sarasqueta [Cría de guanacos en semicautividad, ID!A (Buenos Aires), 429-432: 83-94.
1984] es factible capturar guanacos jóvenes -{:hulengos- (los cuales son muy dóciles a esta edad) y amansarlos en semicautividad.
108
animales llegaron completos, pues se ha encontrado gran parte de su esqueleto, ya que si hubiesen sido
llevados muertos se tendrían que encontrar solamente algunos cuartos con huesos de alto rendimiento
cámeo. En cambio, el registro nos muestra la presencia de vértebras caudales, falanges, cervicales y
unidades anatómicas de bajo rendimiento.
Es importante hacer notar la alta frecuencia de los restos de guanacos en una superficie excavada tan
pequeña en relación a los restos de los otros animales presentes, lo que indicaría su importancia para estas
poblaciones.
La industria lítica sugiere la relevancia que tiene para la población insular la explotación del bosque
y el trabajo de la madera. La industria ósea nos conduce a la representación del trabajo en fibras vegetales
y en cuero.
Respecto de la alfarería, en su mayoría monocroma y alisada, se postula una adscripción doméstica
y utilitaria. Ollas, jarros y pucos se encuentran en directa asociación con restos de alimentos y de fogones.
Cronológica y culturalmente el sitio P31-1 se puede correlacionar con los sitios de Vacas 1 (1320
d.C.), Isla Quiriquina, Tubul 1 (1250 d.C.), en la costa del Golfo de Arauco, pichicullín, Chan Chan y
Cheuque (1240 a 1430 d.C.), en las costas de Valdivia.
Indudablemente, la comparación de este sitio con otros de Isla Mocha, de las otras islas (Santa María
y Quinquina) y del continente nos permitirán caracterizar en forma más precisa el período alfarero tardío
en la región centro sur.
UBICACIÓN SITIO P3l-l SECTOR ESTE
. .:~~:. ~
.
-
ISLA MOCHA
N
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•'"'•:,.
109
i-
ISLA MOCHA: ESTUDIO BIOANTROPOLÓ GICO
DE RESTOS ESQUELETALES
Florence Constantinescu; Eugenio Aspillaga; Daniel Quiroz;
Juan Carlos Hagn y Claudio Paredes
INTRODUCCIÓN
La Isla Mocha se encuentra ubicada frente a las costas de la provincia de Arauco, a 35 km de la
desembocadura del río Tirúa. Su superficie total alcanza los 52 km 2 , con una extensión de 14 km y un ancho
promedio de 6 km. Morfológicamente se puede dividir en dos sectores, uno plano o exterior, con playas y
vegas, y otro montañoso o interior, cubierto de una formación boscosa de tipo valdiviano, con una altura
máxima de 350m. El clima es templado y húmedo; la pluviosidad y la temperatura se distribuyen en forma
uniforme durante todo el año, con una media de 1.350 mm y 12,5 °C, respectivamente.
Descubierta para el mundo europeo por J.B. Pastene en 1544 y reconocida por el mismo navegante
seis años más tarde, la Isla Mocha fue desde ese mismo momento un punto de aprovisionamiento de agua
y víveres, al comienzo sólo para los españoles y más tarde para los llamados "piratas" ingleses y holandeses.
Podemos nombrar entre Jos primeros a Drake (1578), Cavendish (1587), Hawkins (1594), Cordes (1599),
Van Noort (1600) y Spielberg (1615).
Los españoles no tuvieron en la Isla Mocha asentamientos, ya sea permanentes o temporales, de tipo
alguno (político, económico o religioso). Sin embargo, debido al temor que sentían por la presencia de estos
"piratas" extranjeros cerca de "sus" costas, el capitán español Jerónimo de Quiroga despoblaría la Isla por
orden de don José de Garro, Gobernador de Chile, medida hecha efectiva entre 1685 y 1687, trasladando a
todos los indígenas a las riberas del Bío-Bío, cerca de la ciudad de Concepción.
Desde esa fecha hasta avanzado el siglo XIX, la Isla permaneció prácticamente deshabitada, excepto
por la instalación ocasional de algunos pescadores y la existencia de un puesto de comercio ballenero
norteamericano entre 1790 y 1820.
En la segunda mitad del siglo XIX la Isla comenzó nuevamente a poblarse, después de permanecer
deshabitada 160 años, con personas provenientes del continente, principalmente campesinos y pescadores
de la zona central, traídos como inquilinos por el arrendatario de la Isla. Hoy en día la población de la Isla
Mocha alcanza a las 860 personas.
De lo anterior se desprende que la Isla está marcada a lo menos por dos episodios poblacionales bien
discretos. El primero, corresponde a su total despoblamiento a fines del siglo xvn, ocasión en que la
totalidad de sus habitantes fueron erradicados por los españoles, trasladándolos a Concepción. El segundo
episodio corresponde al repoblamiento de la Isla, unos 160 años más tarde, por población mestiza chilena,
la que en la actualidad alcanza a unos 860 habitantes. Tal cifra se aproxima a las 1.000 almas, cantidad de
habitantes estimada por los cronistas, y que seguramente correspondía a la capacidad de carga de la Isla
para una población humana con una arquitectura precaria, no tecnificada y con utilización variada de los
recursos ambientales.
Los estudios bioantropológicos sobre la población indígena de Isla Mocha son mínimos, siendo los
estudios craneométricos realizados por el Dr. Carlos Henckel (1950) los que prestan mayor utilidad. Por
otra parte los restos óseos humanos de dicha población son mínimos y sus contextos arqueológicos
inexistentes o poco confiables, disponiendo sólo de una quincena de cráneos para la investigación, incluidos
aquellos obtenidos por Henckel.
111
MATERIAL Y MÉTODO
El presente estudio considera cinco cráneos del sitio P27-2 "Los Chinos" depositados en el Museo Regional
de Cañete y estudiados por E. Aspillaga en 1991, un cráneo del sector "Los Chinos" donado al Museo
Regional de la Araucanía, un cráneo del sitio P25-1 hallado casualmente por un lugareño en abril de 1993
y los restos esqueletales rescatados por Daniel Quiroz y Marco Sánchez en junio de 1993, correspondientes
a lo menos a nueve individuos adultos y subadultos del sitio Pl0-1. La denominación de los sitios
corresponde a la parcela en que fueron encontrados. Los sitios P10-1 y P27-2 corresponden a dos
cementerios, ubicados en sectores apartados de los sitios habitacionales, mientras que el sitio P25-1 es un
sitio habitacional propiamente tal.
El estudio paleopatológico forma parte de una investigación que se está desarrollando sobre la
Antropología Física de grupos indígenas que manejan un estilo de vida de adaptación costera. Tanto los
cráneos como los esqueletos fueron estudiados siguiendo un enfoque morfoscópico con el fin de definir el
rango de problemas a ser investigado. Todos los restos óseos fueron examinados buscando patologías. La
identificación de las lesiones y el diagnóstico se basó en varias fuentes , incluyendo a Campillo (1983),
Merbs (1983), Ortner & Putschar (1981), Resnick & Niwayama (1981), Steinbock (1976) y Zimmerman
& Kelley (1982). Los cambios patológicos inducidos por actividad física fueron registrados independientemente y se asignó un código para definir el grado de severidad, extensión y ubicación. No se tomaron, sin
embargo, radiografías de las lesiones, y por otro lado no fue posible realizar, por el momento, otro tipo de
análisis, por ejemplo estudios histológicos o paleonutricionales, debido a la naturaleza patrimonial de la
colección y la reciente incorporación de nuevos materiales.
RESULTADOS
El sitio PI 0-1 ubicado en la parcela N° 10 de la Isla Mocha, corresponde a un entierro múltiple disturbado
(¿de filiación Mapuche? siglos XII a XVII d.C.) en la base de una duna de arena amarilla. En la mayoría de
las dunas existe un cráter en el centro que señala una investigación humana actual. La duna de la cual fueron
rescatados los restos sometidós a estudio, presenta un cráter en el centro que mide aproximadamente 16 m
de diámetro, con la base inundada por las lluvias. La tumba está sellada por una ocupación cultural posterior
de color oscuro (casi negro) de no más de 15 cm de espesor. En la tumba se encontraron cuatro esqueletos,
un adulto y tres niños, y huesos aislados y fragmentos de cinco individuos más, de diferentes edades que
van desde los 3,5 años hasta 25+. Los primeros están bastante completos, mientras que los demás se
presentan muy incompletos debido a la intervención humana (según datos entregados por los habitantes de
la parcela). Los restos óseos presentes en el sitio P10-1 pertenecen a un número mínimo de individuos
estimado en 9, de los cuales 3 son adultos y 6 son niños. Asociados a los restos esqueletales, estaban los
fragmentos de al menos dos ceramios: el primero de paredes gruesas, textura áspera y factura burda, de
color marrón oscuro sin decoración; el segundo de paredes delgadas, textura lisa y factura fina, de color
marrón claro con decoración incisa. Además fragmentos óseos de Otaria sp.: una costilla quebrada y dos
fragmentos de costilla. Se encontró además una porción proximal de radio-cúbito de Otaria sp., cerca, pero
la coloración de la tierra adherida es negra, lo que indicaría su proveniencia del estrato superior.
El esqueleto N° 1 corresponde a un individuo de sexo masculino de entre 30 a 35 años de edad. El
cráneo presenta cierta actividad porótica posiblemente relacionada con una anemia de origen carencial o
parasitaria. La fuerte inserción nuca! y la osificación del ligamento odontoideo sugieren una frecuente e
intensa tracción de la cabeza hacia atrás. Es marcada la inserción del músculo temporal, existen lesiones en
los cóndilos mandibulares, hay desgaste dentario y enfermedad periodontal. Hay una osificación prematura
de la sutura sagital y la parte superior de la lambdoidea probablemente producto de la actividad hiperostótica.
Están presentes los siguientes rasgos discretos: rama emisaria externa de la arteria meníngea media
emerge de ambos temporales; agujero zigomático doble al lado derecho; hueso supernumerario en sutura
temporoparietal izquierda y hueso astérico izquierdo.
112
Es manifiesto en el cráneo un aplanamiento occipital y parietal posterior derecho debido a una
deformación por cuna.
En la cintura escapular en ambas escápulas presentan un refuerzo de la cápsula articular producto de
una hiperelevación del húmero hacia arriba y atrás, el acromion muestra una periostitis y es manifiesto el
'impacto que el troquín ejercía sobre la coracoides. Las clavículas por su parte evidencian una entesopatía
del ligamento costo clavicular probablemente por tracción producto de una movilidad extrema del hombro,
lo que se ve refrendado por una ampliación hacia anterior de la articulación cleido esternal. La inserción
clavicular izquierda del músculo esterno cleido mastoideo es marcada, lo que es consistente con lo
observado en la apófisis mastoides y en el esternón.
Las entesopatías de los músculos y las osteoartritis presentes en ambos húmeros así como la periostitis
observada en el húmero derecho, al ser consideradas con las patologías observadas en la cintura escapular,
son consistentes con una hiperelevación del húmero hacia arriba y atrás, y a un movimiento de tracción.
Las articulaciones cleido esternales del manubrio están ampliadas hacia anterior y la inserción
muscular del ligamento esterno cleido mastoideo izquierdo es marcada.
La columna vertebral, por su parte, manifiesta en C2 una pequeña lesión osteoartrítica en el proceso
odontoideo y el proceso espinoso está muy marcado, en C4 lipping, una ligera actividad osteoporótica y
una probable hernia discal hacia el lado izquierdo, en C5 el cuerpo osteoartrítico ligeramente comprimido
y osteoporosis, y en C6 una necrosis probablemente aséptica de la superficie cefálica. T5 se presenta
osteoporótica, con una osteoartritis incipiente del cuerpo, T7, T8 y T9 tienen las facetas articulares del lado
izquierdo osteoartríticas. Las vértebras torácicas muestran una ligera escoliosis del lado derecho. Ll tiene
un ligero lipping hacia el lado derecho, L2 lipping en el lado derecho del reborde superior y osteofitos en
el reborde inferior, L3 ligeros osteofitos y lipping completo más marcado del lado superior derecho, L4
igual que L3, pero ellipping es más marcado en el lado superior izquierdo y presenta además una incipiente
osteoartritis en el proceso articular superior derecho, mientras que L5 está osteoporótica, osteoartrítica, la
superficie del cuerpo está destruida, tiene osteofitos y lipping en ambos rebordes, además de una hernia
lateral. Debido a la osteoartritis de los cuerpos vertebrales, las vértebras lumbares presentan una espondilitis
lumbosacra.
En la pelvis es manifiesta una displasia hacia dorsal de la sínfisis pubiana, además de osteofitosis y
osteoporosis en el sacro.
Las extremidades inferiores muestran en el fémur derecho la línea áspera muy marcada en su parte
media, la inserción del músculo glúteo mayor muy desarrollada y el trocánter menor ubicado hacia anterior.
Ambas tibias presentan una lesión crónica con actividad osteolítica en la parte superior externa de la
tuberosidad tibia) y una pequeña squatting facet en la articulación con el calcáneo (en la izquierda es un
refuerzo óseo, mientras que en la derecha hay un reforzamiento de la lesión). La fíbula izquierda presenta
una lesión recuperada de la articulación tibiofibular (lesión al tobillo) y en el calcáneo, a pesar de la erosión,
es evidente una lesión periostítica en el reborde lateral interno.
El esqueleto N° 2 corresponde a un niño, de entre 3,5 a 4 años de edad. El cráneo está levemente
erosionado, con criba orbitaria en ambas órbitas, más avanzada en la derecha que en la izquierda, y con
cierta actividad porótica en el frontal , el parietal derecho en su porción posterior, el occipital y en ambos
temporales. La mandíbula presenta una periostitis en el mentón, con cierta actividad porótica. El resto del
esqueleto se presenta en general porótico en las porciones proximales y/o distales de las diáfisis de los
huesos largos. La actividad porótica presente tanto en el cráneo como en el resto del esqueleto, señala muy
posiblemente la presencia de anemia de origen carencial o parasitaria que podría haber incidido en la muerte
del individuo.
Los restos esqueletales del individuo N° 3 pertenecen a un niño de aproximadamente 4 años de edad.
Existen trazas de hiperostosis porótica en el occipital y en ambos parietales, y la mandíbula presenta el
paladar, los alvéolos y las ramas ascendentes poróticas, pero el estado del material craneano no permite
precisar el diagnóstico. El resto del esqueleto se presenta en general porótico en las porciones proximales
y/o distales de las diáfisis de los huesos largos. Sin embargo, la actividad porótica presente tanto en el cráneo
como en el resto del esqueleto, apunta hacia la presencia de una enfermedad carencial, probablemente una
anemia (cuyo origen también puede ser parasitario) que podría haber incidido en la muerte del individuo.
113
El esqueleto No 4, del sitio Plü-1 Isla Mocha, corresponde a un niño de entre 8 y 9 años de edad. La
cuarta vértebra lumbar y las dos vértebras sacras presentan sus cuerpos levemente poróticos así como las
epífisis del fémur izquierdo. Los húmeros presentan una hipervascularización de la protuberancia anterior
así como ambas tibias en la cara dorsal del tercio proximal. Esta hipervascularización corresponde muy
probablemente a la manifestación del estrés a que eran sometidos los individuos desde la infancia,
realizando actividades musculares que aparecen muy marcadas especialmente en los miembros superiores
y tienden a mostrar un activo ejercicio. La actividad porótica manifiesta apunta a la presencia de una
enfermedad carencial, probablemente una anemia (cuyo origen también puede ser parasitario) que podría
haber incidido en la muerte del individuo.
Los demás restos esqueletales del sitio P10-l son:
Un húmero izquierdo, sin epífisis proximal, con marcadas inserciones musculares. Pertenecen a un
l.
individuo adulto.
Un radio izquierdo sin epífisis proximal, con periostitis en la epífisis distal, una ulna izquierda sin
2.
epífisis distal , y el tercio proximal de una ulna derecha, todos poróticos en las epífisis con las inserciones
musculares muy marcadas. Pertenecen a un mismo individuo adulto.
Un axis completo, decolorado por el sol, erosionado en el cuerpo y el proceso espinoso, que pertenece
3.
a un subadulto.
El cuerpo de un axis con el arco neural quebrado, que pertenece a un adulto.
4.
5. · El cuerpo de una vértebra cervical que pertenece a un adulto.
El cuerpo de una vértebra probablemente torácica, no totalmente fusionado al arco, que pertenece a
6.
un subadulto.
12 fragmentos de costillas (aproximadamente) que pertenecen tanto a adultos como a subadultos.
7.
Un fragmento de escápula que pertenece a un adulto.
8.
Un fémur derecho, sin epífisis distal (quebrada postmortem), con marcadas inserciones musculares y
9.
el trocánter menor inclinado hacia anterior. Pertenece a un adulto.
10. Un fémur derecho, sin epífisis distal (quebrada postmortem), con marcadas inserciones musculares,
el trocánter menor inclinado hacia anterior y un pequeño osteoma en el cuello anatómico. Pertenece a un
adulto.
11. Un fémur derecho incompleto, levemente erosionado en las epífisis, que pertenece a un subadulto.
12. Un fémur y una tibia derechos, muy incompletos, que pertenecen a un subadulto.
13. Dos tibias derechas, cuyas diáfisis están más o menos completas, sin epífisis, que presentan una
hipervascularización en la cara dorsal del tercio proximal, y pertenecen a subadultos.
14 Una tibia derecha, con sólo la porción medial de la diáfisis que pertenece a un adulto.
15. Una tibia izquierda completa, con marcada osteoartritis en la articulación tibiofibular distal con
osificación parcial de los ligamentos tibiofibulares. Pertenece a un adulto. Se obtuvieron las siguientes
medidas:
Largo máximo
Diámetro tibia! anteroposterior en agujero nutnc10
Diámetro tibia! mediolateral en agujero nutricio
Índice platicnémico
Índice mongoloide tibia!
Índice Genovés tibia!
: 352mm
:33 mm
: 23mm
: 69,69 mesocnémico
167,11 cm
: 162,74 cm
16. Una fíbula derecha incompleta, sin epífisis proximal que pertenece a un adulto.
17. Una fíbula izquierda incompleta, sin epífisis. Pertenece a un adulto.
18. La diáfisis incompleta de una fíbula, que pertenece a un subadulto.
19. El tercio medio de una fíbula que pertenece a un subadulto.
20. La mitad proximal de una fíbula con la epífisis proximal ausente sin fusionar, que pertenece a un
subadulto.
21. Dos metatarsos derechos y una falange distal.
114
22. La mitad derecha de la primera vértebra sacra, con el cuerpo porótico y lipping en la porción
anterolateral derecha, pertenece a un adulto.
Los restos esqueletales anteriores corresponden a un número mínimo de individuos estimado en cinco.
Éstos corresponden a dos individuos adultos y a tres niños, en que los niños tienen edades comprendidas
entre los 4 a 10 años aproximadamente.
El cráneo de Isla Mocha del sitio P25-l, corresponde a un hallazgo ocasional. Pertenece a un
individuo de sexo femenino de aproximadamente 25 años de edad. Está completo con su mandíbula,
presenta marcadas inserciones del músculo temporal, porótico en ambos parietales y una periostitis en el
occipital. La articulación temporomandibular derecha se presenta con eburnación. Los rasgos discretos
presentes son dos agujeros en los malares, dos huesos supernumerarios en la porción derecha de la sutura
lambdoidea y la huella de un vaso sanguíneo en el parietal derecho. Están todas las piezas dentales excepto
los terceros molares superiores y el canino inferior derecho perdido postmortem. Las piezas presentan una
abrasión plana con exposición de la dentina y saltaduras del esmalte. En la pieza N° 16, hay un pequeño
absceso periapical. Presenta incisivos en pala, el tercer molar inferior izquierdo presenta una cúspide
adicional, y el canino superior derecho tiene expuesta toda la raíz. El cráneo presenta un aplanamiento
occipital y parietal posterior izquierdo debido a una deformación por cuna.
El material del sector "Los Chinos" corresponde a cuatro cráneos depositados en el Museo de ~añete,
tres de ellos pertenecientes a individuos adultos masculinos, uno a un niño de aproximadamente 4 años de
edad, y a la mandíbula de un individuo femenino, adulto.
El cráneo N° 1, corresponde a un individuo masculino, mayor de 35 años y menor de 60, cuyos
cóndilos están erosionados, los zigomáticos están fracturados y faltan todos los dientes, conservándose
algunas raíces. Manifiesta una leve alteración de la articulación temporomandibular, e indicios de enfermedad periodontal. Presenta un extraordinario desarrollo de la eminencia occipital externa y un aumento de la
vascularización en la cara lateroposterior del maxilar derecho. El desarrollo de los procesos mastoideos y
de la eminencia supraorbitaria es leve.
El cráneo N° 2, corresponde a un individuo masculino de 20 a 30 años de edad, sin cara (en el frontal
presenta la marca de un chuzo o de otra herramienta utilizada para excavar). Se aprecia una leve hiperostosis
porótica recuperada en las eminencias parietales y en la región de la escama occipital. La eminencia
occipital externa es muy marcada.
El cráneo N° 3, pertenece a un niño de aproximadamente 4 años de edad, cuyos dientes fueron
perdidos postmortem. Presenta una incipiente criba orbitaria, en el alvéolo del primer molar temporal
izquierdo hay un proceso periostítico debido probablemente a un trauma oclusal y en el alvéolo del segundo
molar temporal izquierdo hay una marcada osteosporosis en su base (enfermedad periodontal). El cráneo
presenta un aplanamiento occipital y parietal posterior izquierdo debido a una deformación por cuna.
El cráneo N° 4, pertenece a un individuo masculino, de aproximadamente 25 años de edad, que perdió
postmortem las piezas dentales N° 1, N° 4 a N° 13 y N° 16. Presenta una abrasión plana leve y leves restos
de tártaro (enfermedad periodontal leve). Es manifiesta una criba orbitaria y el gran desarrollo de la
eminencia occipital externa. El desarrollo de la eminencia supraorbitaria es leve.
La mandíbula del individuo No 5, pertenece a una mujer de entre 25 a 30 años, que perdió postmortem
las piezas dentales N° 17 a 20, N° 22 a 27 y la N° 32. Es manifiesta la asimetría de las articulaciones
temporomandibulares, con alteración de la superficie articular derecha. La abrasión es plana y hay un
incipiente absceso gingival bajo la cara lingual de las piezas N° 18, 19 y 20, lo que se relaciona con la
alteración morfofuncional del cóndilo derecho. Corresponde al tipo de mandíbula denominado "rocking
mandible".
El cráneo de Isla Mocha del sector "Los Chinos" corresponde a un hallazgo ocasional. Pertenece a
un individuo masculino adulto joven, de aproximadamente 30 años de edad. Está completo, con su
mandíbula, presenta cierta actividad porótica, posiblemente relacionada con una anemia de origen carencial
o parasitaria. Presenta una deformación hacia la derecha en la región posterior por cuna.
La inserción del músculo trapecio está tan excesivamente marcada que ha formado verdaderos
procesos óseos en los vértices astéricos de ambos parietales, mientras que en el occipital causó la hipertrofia
115
de la eminencia occipital externa. La fuerte inserción nucal y el desarrollo de los procesos en la región
astérica de los parietales, sugiere una frecuente e intensa tracción de la cabeza hacia atrás. Podría tratarse
de la tracción de objetos pesados tirados con la región nucal y cervical hacia atrás, pasando una banda por
la región de la nuca, lo que podría explicar la actividad porótica en la región lambdoidea.
Hay una osificación prematura de la sutura sagital y la parte superior de la lambdoidea probablemente
producto de la actividad hiperostótica.
En cuanto a los rasgos discretos presentes, la rama emisaria externa de la arteria meníngea media
emerge de ambos temporales, existen huesos astéricos derecho e izquierdo, y el incisivo central superior
derecho presenta el rasgo "en pala" ("shovel shaped").
La marcada inserción del músculo temporal, la lesión en la articulación temporomandibular, el
desgaste dentario y la enfermedad periodontal se pueden asociar a la ingesta de una dieta muy dura con
partículas abrasivas. La presencia de pequeñas caries sugiere en la dieta, el consumo moderado de hidratos
de carbono, los que no incluyen azúcares refinados.
Las características antroposcópicas y antropométricas sugieren una afinidad tanto con poblaciones
semejantes a los mapuches como de los canoeros denominados Chonos, siendo el ejemplar estudiado
intermedio entre ambos grupos.
DISCUSIÓN
Del estudio del individuo N° l del sitio Pl 0-1, se desprende que: aparentemente parte de la actividad
hiperostótica de la región bregmática podría relacionarse con cargar peso sobre la cabeza. La fuerte
inserción nucal y la osificación del ligamento odontoideo sugieren una frecuente e intensa tracción de la
cabeza hacia atrás. Podría tratarse de la tracción de objetos pesados tirados con la cabeza, pasando una banda
por la región de la nuca, lo que podría explicar la actividad porótica en la región lambdoidea. La marcada
inserción del músculo temporal, las lesiones en los cóndilos mandibulares, el desgaste dentario y la
enfermedad periodontal se pueden asociar a la ingesta de una dieta muy dura con partículas abrasivas. La
extrema movilidad a que el individuo sometía sus hombros hiperelevando el húmero hacia arriba y atrás,
el gran desarrollo de las inserciones musculares de los húmeros, las ulnas y los radios y las patologías
presentes se pueden asociar a la acción de remar, usando el remo como paleta. Las clavículas por su parte
evidencian una entesopatía del ligamento costoclavicular, probablemente por tracción producto de una
movilidad extrema del hombro, lo que se ve refrendado por una ampliación hacia anterior de la articulación
cleidoesternal. La inserción clavicular izquierda del músculo esternocleidomastoideo es marcada, lo que es
consistente con lo observado en la apófisis mastoides y en el esternón. Las articulaciones cleidoesternales
del manubrio están ampliadas hacia anterior y la inserción muscular del ligamento esternocleidomastoideo
izquierdo es marcada. Todo lo anterior refrenda en primer lugar lo observado en relación a la movilidad
extrema a que fueron sometidos los hombros al efectuar la acción de remar y en segundo lugar a la frecuente
e intensa tracción hacia atrás a que fue sometida la cabeza. En la columna vertebral se aprecia una escoliosis
hacia la derecha y espondilitis de la región lumbosacra, osteofitos y lipping y la compresión de una vértebra
cervical, lo cual indica el fuerte estrés a que el individuo sometía su columna. Las marcadas inserciones
musculares de las extremidades inferiores sugieren un fuerte trabajo con las piernas, lo que apoya lo
observado en cuanto a tracción de objetos pesados, y las lesiones crónicas en la parte superior externa de la
tuberosidad tibia] sugieren un apoyo del cuerpo en esta región para estabilizar la canoa al remar.
A partir del estudio de los restos esqueletales de Isla Mocha, podemos sugerir que desde niño esta
población se veía sometida a actividades musculares que aparecen muy marcadas, especialmente en los
miembros superiores, y tienden a mostrar un activo ejercicio desde aproximadamente los 10 años de edad,
muy probablemente asociado al uso de remos.
El reforzamiento sistemático de la musculatura nucal sobre todo en el hombre, implica un uso del
cuerpo en tracción de objetos pesados hacia atrás, como canoas o arados. Uno de los tirantes es la nuca,
además de los brazos, lo que se ve refrendado por la actividad osteoporótica en la nuca, las articulaciones
de los hombros y las clavículas y la escoliosis.
116
En la población de la Mocha, el hombre participa activamente en remar igual que los chonos, a
diferencia de los canoeros más australes en que la mujer está más relacionada a la boga, como lo describen
los cronistas. Son necesarios sin embargo más datos para poder generalizar.
La presencia de pequeñas caries observadas en los individuos representantes de los tres sitios
analizados sugiere que en la dieta hay una ingesta moderada de hidratos de carbono, los que no incluyen
azúcares refinados. Sin embargo, estas caries no alcanzan a ser un problema de salud significativo en la
muestra, debido a la acción de limpieza ejercida por la misma dieta (abrasiva y fibrosa) y por la ausencia
de azúcares refinados en ella. La dieta ingerida por la población de la Isla Mocha es fibrosa con elementos
abrasivos, pobre en hidratos de carbono. Estos últimos están más presentes en esta población que en los
canoeros del extremo sur, pero menos que en las poblaciones agroalfareras. La ausencia de caries podría
explicarse por la acción de limpieza que constituye al desgaste en sí.
Es notable el estrés a que esta población fue sometida, pues el esqueleto presenta un estrés muscular
muy marcado en individuos jóvenes, con demasiadas lesiones degenerativas.
Debe destacarse además la presencia sistemática de lesiones poróticas, que sugieren que esta
población estuvo sometida también a períodos de estrés nutricional o a la existencia de alguna patología
parasitaria no identificada que se debe pesquisar.
Es importante destacar que la mayoría de las patologías observadas en la población de los sitios de la
Isla Mocha estudiados, son patologías inducidas por actividad, las que al ser estudiadas en los nuevos restos
esqueletales que sean recuperados en la Isla Mocha, reflejarán conjuntamente al material cultural rescatado,
el estilo de vida desarrollado por esta población.
En términos generales, se puede concluir que la población en cuestión, presenta rasgos anatómicos
modificados plásticamente por actividades musculares sistemáticas, probablemente pautadas culturalmente, como también patologías inducidas por las mismas causas, todas ellas compatibles con la forma de vida
de un cazador recolector de adaptación marina con uso de canoas pesadas (Aspillaga com. pers.).
Estudios recientes tienden a mostrar que el escaso material existente, al menos desde un punto de
vista biométrico, está estrechamente relacionado con las poblaciones mapuches y con los restos de
indígenas chonos que hemos rescatado en los últimos años (Becker, L., 1991). El individuo N° 1 del sitio
PI0-1 es más afín a los chonos, el individuo del sitio P25-l es más afín a los mapuches y el individuo
proveniente del sector "Los Chinos", es intermedio entre ambos grupos. Eso plantea un primer problema
relacionado con los habitantes indígenas de Isla Mocha: el de la homogeneidad o heterogeneidad poblacional original de la Isla.
Dado que Jos estudios biométricos muestran además una mayor proximidad entre los habitantes de
Isla Mocha y los chonos, que entre los primeros y los mapuches, aparece como sugerente la posibilidad de
la existencia de una población indígena, con anterioridad a un proceso de mestizaje con contingentes
mapuches o afines (Aspillaga, E., com. pers., también Ocampo y Aspillaga, 1985), que llegaron a la Isla
antes de la llegada de los europeos a América. Este planteamiento se vería reforzado por la información de
cronistas que señalan la existencia de dos grupos diferentes en la Isla, así como por información recopilada
por Daniel Quiroz, en cuanto a la existencia de diferencias morfológicas halladas en cráneos provenientes
de distintos sitios de la Isla (según datos aportados por lugareños). Lo anterior se suma al hecho que los
cráneos provienen posiblemente de un sector de la Mocha denominado "Los Chinos", en la parte de la Isla
que tiene el acceso más directo al continente.
La problemática relacionada con la composición poblacional indígena, y su ulterior dinámica, pueden
ser la base de interesantes investigaciones sobre fenómenos microevolutivos de poblaciones humanas. De
esta manera, contribuir a generar hipótesis y modelos relacionados con:
l.
2.
El origen de las poblaciones tardías del sur del país y
la expansión de Jos grupos agroalfareros hacia el sur.
Un segundo aspecto de interés lo constituyen las convergencias morfofuncionales. relacionadas con estilos
de vida, que pueden ser encontradas tanto en los antiguos habitantes de la Isla, como en otros grupos
indígenas que compartieron problemáticas adaptativas similares. Tal es el caso de la insularidad con una
utilización amplia de los recursos ambientales, particularmente los marinos, y el contraste que se genera
117
con la actual población de la Isla, cuyo manejo de las estrategias culturales es radicalmente diferente, con
una escasa utilización del medio marino para su subsistencia.
En relación a lo anterior, llama la atención la similitud entre el desarrollo de las inserciones
musculares del aparato masticador, así como la abrasión dentaria y la patología periodontal encontrada en
los restos que hemos estudiado de la Isla Mocha y los restos de indígenas como los chonos y otros habitantes
de sistemas insulares y costeros como los alacalufes y los yámanas. No obstante lo anterior, los cráneos de
la Isla Mocha presentan peculiaridades, especialmente en la musculatura nucal y en la región mastoidea,
que debemos estudiar con más detalle, pues podría estar reflejando algunas actividades propias de ese
grupo, tal vez relacionadas con la práctica agrícola. Para un análisis más detallado y riguroso, es imprescindible disponer de mayor cantidad de material esqueletal proveniente de contextos arqueológicos claros.
La patología presente en los pocos cráneos estudiados (provenientes del Museo de Cañete y del
Museo Nacional de Historia Natural), además de contribuir a la reconstrucción de los estilos de vida de las
poblaciones extintas, tales como es el caso de la patología oral o la presencia significativa de procesos
hiperostóticos en los cráneos, contribuiría al estudio de la evolución de los patrones de morbilidad. Este
estudio se ve enriquecido por la posibilidad de estudiar a dos poblaciones, de composición genética y
culturas diferentes separadas temporalmente, viviendo bajo condiciones de ambiente natural equivalentes.
Sería muy interesante, por ejemplo, poder estudiar si la patología hiperostótica, encontrada en cráneos de
Isla Mocha, (1) corresponde a un problema carencial, generado en una dieta deficitaria, lo que contradiría
lo que es posible deducir de las crónicas al respecto, o (2) a la presencia de otros factores ambientales
responsables de la patología, como podrían ser la presencia de parasitosis agudas o de inhibidores de la
absorción de hierro, presentes en la dieta.
Muchos otros aspectos bioantropológicos pueden ser estudiados en un sistema como la Isla Mocha,
la que podría ser considerada como un "laboratorio" en el que bajo condiciones ambientales acotadas, dos
poblaciones humanas separadas temporalmente, generan sus propias estrategias biológicas, tanto en
términos microevolutivos como en el de otros aspectos de sus biologías, por ejemplo la salud y sus
características biofuncionales. Es por esto que debemos poner atención a los estudios en este tipo de
localidades, capaces de ofrecemos problemáticas más acotadas, que sirven de base para acceder a otras más
complejas como son las sociedades indígenas continentales, de mayor movilidad y con interacciones
poblacionales muy distintas.
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