Introducción teórica del método observacional para el aprendizaje deportivo en Educación Física Antonio Amaya Montiel 1. Aprendizaje Deportivo y Educación Física El aprendizaje deportivo en las clases de educación Física se nutre también de las investigaciones de otros campos afines como son el entrenamiento y la competición deportiva. En la actualidad las altas exigencias en el rendimiento deportivo de los clubes profesionales ha provocado que, en pocos años, se creen nuevas figuras y perfiles de trabajo (como son las de recuperador, fisioterapeuta, psicólogo, medico, preparador físico, y… Analista de Juego). Las necesidades de obtener más y mejor información acerca del nivel del juego propio y ajeno, hace que cada vez más cobre mayor relevancia el trabajo observacional de campo. Por ello nuestra aportación va más allá de la mera observación competitiva siendo eminentemente práctica, útil y objetiva uniendo el Método Descriptivo y el Experimental en el estudio científico de los deportes de equipo. Esto repercutirá sobre el mayor conocimiento del mismo para que puedan ser aplicados, también, desde el campo de la docencia en las clases de Educación Física. De la misma forma el profesor y el analista traslada los datos obtenidos durante la competición hacía el control y dirección del proceso diario del entrenamiento analizando las repercusiones en el desarrollo de la táctica individual, grupal y colectiva del juego del equipo. Nuestro propósito inicial es desglosar la realidad competitiva con el fin de facilitar a los profesores de Educación Física más información sobre las posibles transferencias de la competición hacía el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello analizamos el entorno próximo de cada uno de los jugadores emisores y receptores del balón atendiendo a la cantidad y calidad de los pases según el espacio y contexto donde se efectúan. Los datos recogidos son de Tipo I (Anguera, 2000) referidos a eventos y a la secuencia y orden en que se producen. Estudiamos las relaciones de colaboración- 1 oposición entre todos los jugadores implicados ya sean 14 en balonmano, 10 en baloncesto, 22 en fútbol…etc. De esta forma ayudamos a comprender mejor la idiosincrasia del juego y por tanto a resolver los problemas metodológicos o de entrenamiento que pudieran tener los profesores de Educación Física o entrenadores. 2. Aproximación teórica para un mejor estudio y análisis de los deportes de colaboración-oposición Queremos desarrollar esta exposición basándonos, sobre todo, en el perfil de la investigación que utiliza como marco los deportes de equipo. Por lo tanto enfocamos esta aproximación teórica atendiendo al argumento de nuestra investigación que no es otro que intentar conocer mediante el método observacional diversos aspectos relacionados con la naturaleza contextual ofensiva y defensiva del PASE en los deportes de equipo para así poder articular mejor el proceso de enseñanza-aprendizaje en el ámbito de la docencia. Todo ello desde la perspectiva del análisis observacional y descriptivo del juego durante la competición. De todos es sabido que la mayoría de los deportes de colaboración-oposición está determinado por una gran incertidumbre en su juego táctico y estratégico. Por ello se cuestionan, en este campo, todos los trabajos con un perfil pseudocientífico. El rigor del protocolo y aparataje de medida así como los registros realizados nos servirán para acceder de una forma más sólida y fiable a la información objetiva y real de la Alta Competición. En la actualidad el análisis táctico se basa, generalmente, en discusiones, más o menos acaloradas y subjetivas, de las imágenes de la competición registrada en vídeo o visionadas "in situ", lo que resta aún más objetividad a las valoraciones. El ser humano no puede desglosar más de 16 imágenes por segundo, y ni siquiera los entrenadores más expertos pueden identificar con suficiente precisión ciertos parámetros gestuales. A pesar de todo, confían en sus conocimientos técnicos para hallar las causas de los problemas del juego (Harre, 1976). Es imprescindible, por tanto, una objetivación de los estudios específicos por medio de grabaciones de vídeo, películas,... con tests específicos y válidos para hacerse una idea exacta de las evoluciones estratégico-tácticas. Los paquetes informáticos no suelen resolver la totalidad fenomenológica del juego, quizás porque su estructura interna contiene muchos aspectos difícilmente controlables hoy en día. El análisis informático facilita el descubrimiento de la estructura interna del juego, definiendo una doctrina lógica y racional con sus criterios objetivos de valor (Duffour, W. 1990). Pero perdemos fiabilidad y creatividad cuando no podemos cuantificar "la creatividad". A veces, la sorprendente y genial jugada de un futbolista que de forma ilógica e irracional desarrolla una acción o tarea motriz vuelve a cuestionar todos los principios anteriores. 2 En los deportes de equipo se dice frecuentemente que “conforme se quiera jugar, de esta forma se debe entrenar”. Esto podría implicar una posible relación de interdependencia y reciprocidad entre la preparación y la competencia. El principio de especificidad preconiza que sean entrenados los aspectos que se toman directamente del juego (estructura de movimiento, tipo de esfuerzos, naturaleza de las acciones, zonas de intervención predominantes, funciones prevalentes, modelo y concepción de juego, etc.) para así viabilizar una mayor transferencia posible de las adquisiciones operadas en el entrenamiento para un contexto específico de juego. Los comportamientos exteriorizados por los jugadores durante el juego traducen, en gran parte, el resultado de las adaptaciones provocadas por el proceso de entrenamiento. Por otra parte, la orientación del proceso de entrenamiento se extrae de la información obtenida del juego (Rohde & Espersen, 1988). Por ello, la caracterización de la estructura de la actividad y del análisis del contenido de juego revela una importancia e influencia crecientes en la estructuración y en la organización del entrenamiento de esta modalidad (Garganta, 2001). Dettmar Cramer (1987), técnico de la F.I.F.A. y de la Federación Alemana de Fútbol, viene llamando la atención desde hace muchos años de la importancia del análisis del juego. Según éste, las competiciones son la fuente privilegiada de información útil para el entrenamiento y a partir de la observación del juego se aprende lo que se debe entrenar para jugar mejor. Y con ello orientar el proceso de preparación para la meta deseada. A través de este entendimiento, también preconizado por Gowan (1982) y por Mombaerts (1991), Cramer (1987) refuerza el ya incuestionable valor de análisis del juego y reafirma implícitamente la importancia de la especificación del adiestramiento en relación con la competición. Obviamente, el problema principal pasa por la imposibilidad de identificar la lógica integral o la totalidad de los condicionantes a los que el sistema de juego está sometido, y también por la dificultad de detectar los principios fundamentales que inducen alteraciones importantes en el transcurso de los acontecimientos. En esta medida, el análisis sistemático del juego es viable si los propósitos de la observación estuviesen claramente definidos. La aprehensión de determinados elementos y de sus relaciones dependen de los modelos que orientan la acción del observador (Winkier, 1988). Es éste quien fija los criterios en función de los objetivos perseguidos (Grosgeorge y al, 1991). Así, teniendo en cuenta el grado de sofisticación de los medios en el proceso de observación del juego se trata de captar y registrar fenómenos que no existen sino en secuencia de relaciones particulares que son comprendidas a partir de un determinado modelo de entendimiento o cuadrícula de descodificación. Esas relaciones son materializadas en las configuraciones que surgen de la dinámica de los jugadores y de la circulación del balón, con referencia a una regulación y a un terreno de acuerdo con una lógica (Teodorescu, 1985; Queiroz, 1986; HernándezPérez, 1994; Baconi & Marella, 1995; Mas, 1996; Garganta, 2001). Varios autores han conseguido comprender los principios que caracterizan al fútbol a partir de la 3 identificación de ciertas acciones que suceden con carácter regular (Gréhaigne, 1989; Claudino, 1993; Gástelo, 1994; Dufour & Verlinden, 1994; Luhtanen y al., 1995), para así modelar o perfilar un cuadro de exigencias que se constituya como referencia fundamental para el entrenamiento (Gréhaigne. 1989; Dufour, 1993). Sin embargo en el estudio de las acciones técnicas cobra mayor incidencia la dimensión cuantitativa que cualitativa (Dufour, 1994). Las conclusiones obtenidas de los estudios cuantitativos centrados en las acciones técnicas individuales, llevan a los analistas a cuestionarse la poca relevancia contextual de los datos recogidos. Esta cuestión realza la necesidad de considerar la dimensión técnica en subordinación a los aspectos tácticos, dado que solo la técnica no puede perfilar los trazos dominantes del juego (Garganta, 1995). Por eso en la medida en que las acciones del juego se realizan en un contexto de oposición y colaboración, que guía a los equipos en la disputa de un objetivo común (vencer), la dimensión táctica asume una importancia capital (Gréhaigne, 1989; Deleplace, 1994) que determina una necesidad evidente para interpretar los datos recogidos en función de las características específicas de los partidos. Esto determina que los técnicos y analistas, cada vez más, deban focalizar su atención en la relevancia contextual de los comportamientos de los jugadores. Según nuestra opinión, y a día de hoy, una de las tendencias que se perfilan más interesantes es la detección de las acciones de juego más representativas, o críticas, con el intento de comprender los factores que inducen la perturbación o desequilibrio en el balance ataque / defensa, en las situaciones que conducen a la obtención de los goles. En este sentido, los analistas deben intentar detectar y estudiar la permanencia de los trazos de comportamiento en la variabilidad de las acciones, lo que quiere decir que consideran no solo las regularidades sino también las variaciones (McGarry, 1996). Sin embargo la mayoría de investigaciones en los deportes de equipo lo toman como objeto de estudio, pero descuidan su análisis desde dentro de sí mismo. Por ejemplo, informan sobre lo que un jugador recorre en un partido, qué tipos de esfuerzo y a qué intensidad realizan una y otra acción....pero las aportaciones las realizan desde otros marcos, que aunque aportan interesante información teóricopráctica para el entrenamiento, no responden al estudio de este deporte desde la propia práctica, es decir, no dan información a partir del hábeas del mismo juego. No explican dónde, cómo, cuándo, por qué y para qué realizan los futbolistas cualquier acción física, técnica o táctica así como las probabilidades que tienen para poder llevarlas a cabo con éxito en función de cada uno de los contextos situacionales que se van aconteciendo en el transcurso y devenir del juego. Cualquier detalle informativo aislado del contexto del juego nos aparta del verdadero conocimiento científico del deporte. Por ejemplo, las referencias fisiológicas de los milimoles de lactato en sangre que tiene un futbolista en el transcurso de la competición no son suficientes para poder entender el hábeas físico, técnico o táctico de nuestro deporte. El cual plantea infinidad de cuestiones con difíciles respuestas. 4 Describimos tres a modo de ejemplo: 2 ¿Cuál debería ser la orientación atencional correcta de un futbolista ante cada una de las diferentes situaciones contextuales del PASE? 2 Teniendo en cuenta la situación defensiva y/o ofensiva con /sin balón del PASE. ¿Cómo deberían ser los desplazamientos correctos del futbolista atacante y / o defensor? ¿Dónde y cuándo se deben llevar a cabo? 2 ¿Qué factores con relación al PASE pueden predeterminar porcentualmente un tanteador satisfactorio (parcial o final) del partido? Algunos deportes de equipo como el fútbol, comparado con otros deportes colectivos (Baloncesto o Balonmano) representa la supremacía de la defensa sobre el ataque (Dufour,1989) siendo, por lo tanto, uno de los grandes problemas del juego las oportunidades de finalización (Castelo, 1994). Esta es una de las razones por las que Dufour (1989) no consiguió, a partir de un análisis factorial, establecer una correlación entre las acciones registradas en el juego del fútbol y los resultados obtenidos. Mientras que en Baloncesto, un gran porcentaje de los ataques efectuados (80% de media) termina con una concretización de éstos, en el juego de apenas 1% de media de los ataques culmina con la obtención de un gol, (Dufour, 1989). En los 90 minutos de tiempo reglamentario de juego se constata un mayor volumen de juego de transición (más de 95%, Gréhaigne, 1989) en detrimento de la finalización (Wrzos 1984). Dado que en la fase de juego correspondiente al ataque, el avance de los equipos sólo tiene sentido si conduce a la creación de situaciones de finalización (Teodorescu, 1977), la necesidad de hacer el proceso ofensivo más objetivo y concreto, conducido a la creación de un mayor número de oportunidades de gol, ha constituido una preocupación evidente de todos cuantos pretenden ver aumentada la cualidad y espectacularidad (Safont, 1996). Estos hechos justifican que, en el ámbito de muchos deportes de equipo (por ejemplo en fútbol) el intento de trazos y de variaciones en comportamiento, individuales y colectivas, hayan sido dirigidos mayoritariamente a sus acciones ofensivas (Luhtane, 1993). Por ello, cada vez más y mejor los profesores y los técnicos debemos detectar aquellos comportamientos que se asocien con la creación de oportunidades de finalización para así modelar las situaciones de entrenamiento, intentando una optimación competitiva (Oísen, 1988). 3. Las técnicas e instrumentos para el registro observacional de los deportes de equipo Las técnicas y los sistemas de observación difieren según las disciplinas deportivas. En los deportes individuales se ha venido utilizando la observación desde hace mucho 5 tiempo. En esta modalidad, la biomecánica y las técnicas de vídeo son utilizadas para aportar con exactitud información sobre el comportamiento del atleta, y asimismo, aportar datos suficientes para permitir establecer un entrenamiento y detección de talentos (Garganta, 1997). En los deportes colectivos el rendimiento de los jugadores está influenciado por diferentes factores como el medio, compañeros, adversarios, etc. (Riera, 1995 a; ) siendo el análisis observacional bastante complejo. Para el análisis de los comportamientos tácticos es necesario encontrar métodos de recogida y de exploración específicos, diferentes de los utilizados en los deportes individuales (Dufour, 1989; Grosgeorge et al., 1991). Las condiciones de incertidumbre en que se desarrollan los deportes colectivos hacen más delicada la tarea del observador (Menaut, 1983). Este tipo de estudios ha tenido el calificativo de diferentes expresiones, de entre las cuales se destacan: observación del juego - game observation - , análisis del juego match analysis - y análisis notacional - notational analysis - (Garganta, 1997). La expresión más utilizada es la de análisis del juego (Garganta, 1997), dado que engloba las diferentes fases del proceso, esto es, la observación de los acontecimientos del juego, el registro de los datos y la interpretación. Se intenta así optimizar los comportamientos de los jugadores y del equipo en la competición a partir de las informaciones acerca del juego (Pino, 1999). El análisis del juego realizado a partir de la observación de las acciones de los jugadores, constituye un importante medio para acceder al conocimiento del deporte en competición. (Mombaerts, 1991). 4. Instrumentos y métodos de análisis del juego. El proceso de recogida, cosecha, tratamiento y análisis de los datos obtenidos a partir de la observación del juego, se asume cada vez más como un elemento determinante en el intento de la optimización de rendimiento de los jugadores y de los equipos. En este sentido, los especialistas han intentado desarrollar instrumentos y métodos que les permitan reunir materiales para entrenadores e investigadores. El proceso de observación y análisis del juego ha experimentado una evolución evidente en cuanto a sistemas utilizados. Esa evolución se ha procesado por etapas, en cada una de las cuales el sistema desarrollado surge para así perfeccionar los precedentes, intentándose una cada vez mayor adecuación a los objetivos pretendidos. Al principio las observaciones se realizaban al vivo, eran asistemáticas, subjetivas e impresionistas (Garganta, J., 2001). Los registros de los comportamientos de los futbolistas y de los equipos eran realizados a partir de la técnica designada por "papel y lápiz", con el recurso de la manual. Esta fase inicial se caracterizó por una fuerte tendencia acumulativa, acumulando una enorme cantidad de datos parciales, la cual fue sucedida por el uso de instrumentos de observación. 6 Pero recientemente la profesionalización de las prácticas de alta competición, los medios financieros disponibles y un uso del deporte como terreno de aplicación de tecnología, suscitaron nuevas investigaciones, lo que condujo a que la informática, al sustituir las técnicas manuales, tenga permitido una mayor y más rápida recogida de información, con un acceso más rápido a los datos disponibles (Grosgeorge, 1990). En la medida en que las técnicas y los sistemas de observación difieren de acuerdo con las disciplinas deportivas, para analizar los comportamientos en los juegos deportivos colectivos se vuelve necesario desarrollar métodos de recogida y de análisis específicos. En los juegos deportivos colectivos las capacidades de los atletas están condicionadas fundamentalmente por las imposiciones del medio, esto es, por las sucesivas configuraciones que el juego va experimentando y por tal motivo la observación de todos los jugadores en movimiento se vuelve extremadamente compleja. La interdependencia de los comportamientos constituye un obstáculo difícil de superar (Dufour, 1991). 5. La observación como método de trabajo en fútbol. Perfil de nuestra investigación. La Observación como método ha sido definida (Anguera, 1986) como un proceso en el que intervienen los componentes de percepción, interpretación, conocimiento previo, y en el que deben evitarse, por todos los medios posibles, los sesgos (fundamentalmente reactividad y expectancía). A partir de estos pilares la Observación ha de entenderse como un proceso intencional en el que las situaciones a observar son representadas sobre un registro con un mayor o menor grado de sistematización. La Evaluación hace referencia a la elaboración de juicios o valores relacionados con objetivos, estándares o criterios (Houston, 1990:91). Si trabajamos desde el enfoque de la Investigación Evaluativa (v.g. Scriven, 1986), el concepto de evaluación se dirige bastante mas allá de la mera determinación de una valoración puntual. Evaluar significa examinar el grado de adecuación entre un conjunto de informaciones y un conjunto de criterios adecuados al objetivo fijado, con el fin de tomar una decisión (De Ketele, 1980:17). Observación y Evaluación son dos procesos que se relacionan y entremezclan. La evaluación necesita de la observación independientemente de la perspectiva epistemológica de partida. Así, para algunos autores como De Ketele (1988) desde el punto de vista funcional, la observación constituye la fase previa para toda evaluación. La evaluación de los procesos de Enseñanza-Aprendizaje (como el resto de los procesos de interacción) implica una toma de decisiones. Y para decidir de la mejor manera posible es imprescindible recoger información suficiente para estudiar los fenómenos deportivos. En este sentido, la observación se pone al servicio de la evaluación. Si en lugar de encontrarse en algunas de las partes del proceso de evaluación, la Observación se 7 encuentra presente en todas (Método Observacional), la evaluación es entonces una función que cumple la observación (Irwin y Bushell, 1984). Resumiendo podíamos definir la Observación como el compendio de una evaluación que se materializa en el desarrollo de estas cuatro partes: Selección de Unidades de Observación. Constitución de Categorías. Análisis de los registros. Elección de los modelos que mejor representan lo observado. La utilización del Método Científico Inductivo en el estudio y análisis táctico del fútbol debería recoger estos pasos, logrando, el máximo control de las variables analizadas .Según Konzag, G. (1981) la actividad deportiva es una operación multifactorial y compleja cuya realidad esta determinada por una asistemática repetición de las acciones. Esperamos, con este estudio, negar esta afirmación-conclusión en cuanto a la repetición asistemáticas de las acciones de juego. Por todo ésto los objetivos y retos que nos planteamos están diseñados principalmente en tres direcciones: 1. Poder determinar si es posible observar las conductas de decisión con ajuste a la realidad del juego. 2. Registrar acontecimientos que valoren la disposición táctico-estratégica del jugador en función de la variedad de su toma de decisiones. 3. Distinguir niveles diferentes de observación del juego: conductas de decisión, acciones del juego y modalidades tácticas de ejecución. Según Lasierra, G. (1993) la evaluación del nivel táctico-estratégico del jugador permitirá relacionar unos rasgos pertinentes con niveles de juego jerarquizados para cada uno de los jugadores analizados. Tunnell (1977) en el campo de la psicología desarrolla tres dimensiones de evaluación: Dimensión de conducta natural. Dimensión de marco natural. Dimensión de tratamiento natural. La dimensión de conducta natural implica que el objeto de la observación es parte del repertorio de respuestas del sujeto y al ser obtenida con procedimientos de registros que no requieren interferencia, como magnetófonos, vídeo,... se mantiene la naturalidad esencial de la observación. (..) la conducta que transcurre “por sí misma” es una característica integral del método observacional en situaciones naturales (Willems y Raush, 1969). La dimensión de marco natural tiene el significado de contexto fuera de laboratorio en que los sujetos actúan regularmente en la consecución de sus objetivos, sin limitación impuesta por las características del entorno (influencia sobre la conducta). 8 En los estudios realizados en marcos naturales todas las “variables” se ordenan y distribuyen en cada nivel sin alteración de ningún tipo, y ello implica una no interferencia de los métodos de observación y análisis entendiendo que: 1) La conducta es extremadamente sensible a las influencias externas. 2) La conducta y su contexto implican múltiples variables simultáneamente en complicadas interrelaciones (Brunswick, 1969). que actúan 3) La conducta presenta ciclos repetitivos, es decir, es secuencia. Nuestra propuesta de sistema categorial consta de 26 registros potenciales que se desglosan en cada una de las secuencias estudiadas a través de Unidades de Observación. Éstas se concretan desde la emisión del pase hasta su posterior recepción. El registro y estudio parcelado de la competición deportiva en Unidades de Información nos dará una micromuestra muy rica en contenidos tácticos. En este proceso de investigación científica existen diferentes métodos de recogidas de datos. Utilizamos el método Inductivo (Descriptivo) que nos permite observar los fenómenos en su ambiente natural. El instrumento a utilizar es un vídeo VHS que recogerá las imágenes emitidas por canales televisivos. En esta investigación pretendemos cuantificar algunas variables constantes en el juego individual y colectivo de los deportes de equipo categorizándolas en función de parámetros objetivos y universales. Con este estudio teórico-práctico planteamos algunas preguntas, que esperemos,.. Sean contestadas con el impulso de la disertación científica ayudada por el devenir del tiempo. Surgen desde las perspectivas de la búsqueda del conocimiento científico y la indagación sobre la enseñanza de los deportes de equipo: ¿Cómo pueden los técnicos cuantificar, estructurar y planificar tácticamente los entrenamientos si no procesan la información mínima y necesaria durante la competición? ¿Cómo se debe hacer el diagnóstico del rendimiento táctico de cada jugador? Si no se dispone de una valoración inicial objetiva e individualizada, ¿cómo se sabe que se están entrenando correctamente las capacidades tácticas de cada jugador? Después de estos planteamientos retóricos valga, también, esta pregunta descontextualizada (fuera de lugar) y casi ilógica para entrar en el corpus de los deportes de equipo: ¿Habría podido Don Miguel de Cervantes Saavedra escribir de forma óptima “Don Quijote de la Mancha” si le hubiesen obligado a utilizar infinitas palabras preestablecidas? Categóricamente no. Porque afortunadamente nuestra comprensión lectora se basa en la relación de las diferentes letras (grafías) que unidas entre sí dan un significado rico y multifactorial a pensamientos e ideas. En los deportes de colaboración-oposición ocurre la misma situación pero a la inversa. El jugador durante el transcurso de la competición está constantemente escribiendo en el campo. Sin embargo con los registros actuales no podemos realizar una lectura 9 comprensiva de todo lo que acaece en el terreno de juego. Registramos, tan solo, palabras aisladas (por ejemplo: cobertura, desdoblamiento, espacio, tiempo...) que son inservibles para una mínima comprensión lectora del partido. Utilizamos registros excesivamente escuetos, amplios o ambiguos que descontextualizamos de su entorno real... codificamos informaciones sesgadas, preestablecida y parciales. La solución a este símil podría radicar en la detección temprana de los registros (Unidades de Información) que son empleadas constantemente por los futbolistas, de una forma universal, para escribir dentro del terreno de juego. Así podríamos registrar, decodificar y analizar la realidad del juego. Todo es cuestión de desvelar el código de barras que está enmascarado en la propia competición. Cada una de éstas (registros) unidas, articuladas y relacionadas entre sí formará Unidades de Observación (micromuestras) que dan una lectura real, rica y útil de la competición. El registro de cada una de las Unidades de Información (es decir cada uno de los campos de registro: EMI, REC, DDE, DDR,…etc.) que forman, a su vez, las Unidades de Observación (cada una de las secuencias que aúnan los 21 campos) se realiza teniendo como referencia el objeto móvil, es decir el balón, con lo cual registramos a los dos equipos enfrentados al mismo tiempo obteniendo datos individuales, grupales y colectivos de los dos equipos (incluidos los suplentes si juegan). A partir del almacenamiento de los datos vendrá la elección y selección que hagamos de cada uno de ellos en función de lo que queramos estudiar (un equipo, una línea de juego, un jugador). Como potencialmente están todos los registros almacenados en el programa sólo es cuestión de rescatarlos y relacionarlos entre sí en función de lo que queramos investigar, como por ejemplo la eficacia de la presión defensiva, la solvencia de la cadena de pases, la correcta circulación del balón…etc. así como infinidad de variables más que surgen de la relación de las diferentes Unidades de Información y Observación. A partir de ahí nos puede servir para mejorar cualitativamente y cuantitativamente cualquier ejercicio y juego técnico-táctico en las clases de Educación Física. 1. Anguera, T. (1983) Manual de prácticas de observación México-Trillas. 1-60 2. Anguera, T. (1986) Niveles descriptivos en metodología observacional. Apuntes de Psicología 16 (1), 2932. 3. Anguera, T. (1988). Observación en el aula. Graó. 5-60 4. Anguera, T. (1990). El Método Observacional. Universidad de Murcia. 46-150 5. Anguera, T. (1990). Metodología observacional. En J. Arnau, Anguera y Gómez. 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