Paradigmas: Desde la ciencia a la sociedad

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Paradigmas:
Desde la ciencia a la sociedad
Introducción
"Los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el
pasado."
Karl Marx
Un joven camina al colegio y no presta atención a la estatuilla de San Cayetano
junto al niñito Jesús posicionada sobre el suelo entre unas parrillas. Una señora de unos
cuarenta años pasa hablando por celular y no se percata de la combinación. Unos
muchachos compran choripanes y no registran el símbolo religioso al lado de los
embutidos. Muy pocas personas fruncen el ceño al contemplar la escena.
En el centro de la fotografía seleccionada, a simple vista se aprecia la estatuilla
religiosa rodeada de humo sobre una vereda. Lo siguiente que capta el ojo humano son
los chorizos casi en primer plano, delante de la figura. Consecuentemente, se observa el
fondo de la imagen: un espacio sombrío, una pared grafiteada, el carbón, una bolsa de
basura. La primera conclusión salta a la vista: el símbolo no se encuentra en una iglesia, ni
en una santería o en un hogar. Mucho menos está en un pedestal, en cambio se apoya
sobre el mismísimo suelo. Éste es un posible análisis a primera vista.
Se podría decir que el cuadro incluso parece natural para una sociedad tan
ajetreada como la del siglo veintiuno. Quizás resulta fuera de lugar, pero de ningún modo
la sociedad ni sus instituciones condenan el suceso. No obstante, no es natural. Nada de lo
que sucede en una sociedad, sin importar el lugar ni el período histórico en el que
transcurra, es naturalI; ya que podría ser percibido de manera diferente, como lo ha sido
en distintas sociedades del pasado. (Marques, 1982).
Por otro lado, este cuadro también es útil para analizar a la sociedad argentina de
hoy y compararla con la de etapas históricas diferentes y sus respectivos paradigmas. A
I
A excepción de las necesidades biológicas básicas del ser humano.
1
continuación, se ampliará el concepto de paradigma divulgado por Thomas Kuhn, filósofo
de la ciencia, en su libro La estructura de las revoluciones científicas de 1962. De esta
manera, en el desarrollo de este trabajo, se relacionarán los principales cambios
revolucionarios de paradigma de la ciencia con determinados cambios drásticos
estructurales de la historia que han dado como resultado a la sociedad actual.
El hecho de que los símbolos religiosos ocupen un lugar radicalmente distinto al de
siglos anteriores está relacionado con el tipo de sociedad actual, la cual es regida por un
paradigma diferente al de otras épocas históricas. Su nueva posición puede llegar a
parecer normal para el individuo debido a las circunstancias sociales en las que éste se
desarrolla, las cuales dependen de cómo la sociedad las defina y limite.
En muchas ocasiones, los individuos al no poseer imaginación sociológica son
incapaces de establecer esta relación entre su clase de vida y el curso de la historia, ya
que usualmente lo que el hombre corriente sabe y pretende hacer está delimitado por su
vida cotidiana, imposibilitándolo de pasar a una perspectiva más impersonal desde la cual
pueda observar su biografía junto al resto de la historia.
De la misma forma en que el ser humano se encuentra atrapado en su esfera más
inmediata, a veces los científicos a la hora de realizar su trabajo están encerrados en
determinados paradigmas durante las épocas de ciencia normal. Estos se ven obligados a
resolver todas sus tareas de igual forma, de acuerdo a las reglas brindadas por la matriz
disciplinar dominante. Este es el caso de los adaptacionistas, quienes desestimaban
completamente otros mecanismos evolutivos alternativos y explicaciones no evolutivas
que no fueran la selección natural, dado que estaban determinados a explicar el origen de
todos los rasgos por este proceso.
A lo largo del desarrollo de este trabajo, se pretende resaltar la relación existente
entre el paradigma dominante en el ámbito científico y la vida cotidiana de la sociedad
desde diferentes aspectos. La situación planteada en la fotografía representa la punta de
un iceberg, debajo del cual se puede analizar el desarrollo de la ciencia y la religión desde
la Edad Media hasta la sociedad actual y posibilita un estudio de los grandes cambios
aparentemente impersonales de la estructura social, sus contradicciones institucionales,
2
las diferentes posiciones sociales, captar la relación entre la historia y la sociedad, evaluar
el significado social e histórico de los cambios revolucionarios, y sobre todo, dejar en claro
que la situación planteada no es natural ni víctima de fuerzas al azar.
Paradigmas: Desde la ciencia hasta la sociedad
Consecuencias de los cambios revolucionarios históricos a simple vista en la sociedad
contemporánea
“Todo individuo vive, de una generación a otra, en una sociedad, que vive una
biografía, y que la vive dentro de una sucesión histórica. Por el hecho de vivir contribuye,
aunque sea en pequeñísima medida, a dar forma a esa sociedad y al curso de su historia,
aun cuando él está formado por la sociedad y por su impulso histórico.”
La imaginación sociológica, Wright Mills (1961)
Según la concepción kuhniana, en la historia de la ciencia se encuentran dos tipos
de cambios esencialmente distintos: cambios conservadores, en los que no se abandona el
marco con el que se piensa la realidad; y cambios revolucionarios, en donde el marco
dominante es completamente abandonado y se instala uno nuevo. Kuhn instauró el
concepto de paradigma o matriz disciplinar entre sus pares, el cual abarcaba mucho más
que la noción de teoría utilizada hasta entoncesII, y a su vez proveía diferentes tipos de
reglas para llevar a cabo el conjunto de prácticas que delimitaban una disciplina científica
durante una etapa específica: cómo identificar los problemas y resolverlos, con qué
instrumentos, en qué medios, ejemplos de su aplicación, etc.
Por un lado, los cambios conservadores constituyen cambios dentro del paradigma
durante la época de ciencia normal, cuando no se producen novedades teóricas
importantes y sólo se realizan “resoluciones de rompecabezas”, es decir, los problemas a
resolver tienen una solución asegurada provista por la matriz disciplinar. Los científicos
II
Según los empiristas lógicos, una teoría era “un conjunto de enunciados de distinto tipo”. En cambio, el
paradigma sirve de guía a toda una comunidad de investigación durante una época y son irrefutables, ya que
son capaces de sobrevivir con contradicciones desde su concepción.
3
realizan sus tareas padeciendo la carga teórica de la observación estudiada por Hanson, ya
que no son capaces de percibir novedades teóricas que no sigan las leyes del paradigma, y
los que sí lo hacen, son desacreditados.
En cambio, los cambios revolucionarios representan cambios de paradigma. ¿Por
qué se produce un cambio de paradigma? Debido al aumento de anomalías diferentes que
puedan afectar sus fundamentos o que estén relacionadas con una necesidad social, como
así también cuando se aumenta la cantidad de intentos de solucionarlas y la cantidad de
científicos tratando de hacerlo. Una anomalía es un fenómeno que “se caracteriza como
un desajuste entre la teoría y la naturaleza y es la causa de que se abandone la ciencia
normal para dar paso a la ciencia revolucionaria. Una teoría tradicional o un paradigma
viejo debe dar paso a una nueva teoría y a un nuevo paradigma, cuando éste sea capaz de
explicar todo lo que el antiguo paradigma explicaba, más algunos, por lo menos, de los
enigmas que el antiguo paradigma no explicaba.”1
Extrapolando los efectos del modelo kuhniano de desarrollo científico en la
sociedad, se puede apreciar cómo los cambios de paradigma también soportan cambios
estructurales drásticos dentro de la sociedad. Las matrices disciplinares dominantes en la
esfera del mundo científico guardan una relación intrínseca con los valores preferidos por
la sociedad, produciendo que estos varíen de acuerdo a las tendencias de cada época
histórica, afectando al sistema de instituciones y la cosmovisión de los individuos.
Durante la Edad Media, el paradigma que reinaba en ese entonces servía de guía
para dar respuestas a los fenómenos naturales apoyándose firmemente en la religión, la
cual ejercía un gran poder en el sistema de instituciones de la sociedad: “Pero si la Edad
Media es batalladora y contradictoria, su signo característico es la Iglesia con sus
actividades contra las herejías y sus luchas contra el poder temporal de los imperios. Basta
observar cómo mientras las sociedades cambian y se modifican en una serie de
emancipaciones lentas, difíciles y dolorosas, aparece siempre la Iglesia mezclada en todas
las contiendas, a veces luchando con los güelfos por la libertad de Italia, a veces
oprimiendo a los pueblos por la ambición de sus papas, por la soberbia de sus obispos o
4
por la rigidez de sus doctrinas aferradas a concepciones teológicas y a interpretaciones
falsas en pugna con la razón.”2
Asimismo, las fantasías egocéntricas y etnocéntricas ejercían una gran influencia
en la explicación de los hechos naturales. Debido a la falta de desarrollo del pensamiento
científico, el marco conceptual a través del cual la sociedad evaluaba los acontecimientos
a su alrededor estaba poblado de imágenes mágico-míticas: “En la Edad Media se hacía a
los extranjeros y en particular a los judíos culpables del surgimiento de la peste y se
procedía a matarlos en masa. Entonces, no se disponía de manera general de
explicaciones más cercanas a la realidad, científicas, para fenómenos como las muertes
masivas por epidemia. El miedo todavía no contenido por un saber más realista, el pánico
a los inexplicables horrores del contagio, la pasional ira ante un ataque inaprensible pero
amenazador se descargaba, como sucede con tanta frecuencia, en fantasías del grupo
dominante que hacían aparecer a los más débiles socialmente, a los marginales, como
agresores, como autores del propio sufrimiento, lo que conducía a su asesinato masivo.” 3
Fácilmente se puede establecer la misma relación con la Inquisición y la caza de
brujas durante principios de la Edad Moderna. Desde la publicación del Malleus
maleficarum, el grupo dominante se encargó de esparcir el pánico moral y la histeria
colectiva entre la población acusando a los grupos más débiles del malestar social, basado
realmente en explicaciones egocéntricas que repercutían en el sistema de valores, y
carecían de una verdadera base empírica, lo cual produciría determinadas controversias
entre algunos referentes de la época. “En el siglo XVIII, las críticas contra la creencia en las
brujas se hicieron aún más insistentes. Por ejemplo, el noble veronés Scipione Maffei negó
en numerosos escritos la realidad de todas las creencias mágicas. Montesquieu y Voltaire
fueron igualmente radicales en tachar de supersticiones tanto las creencias en las brujas
como las de sus acusadores; para ellos, la caza de brujas no había sido otra cosa que un
gran fraude, facilitado por la ignorancia y el oscurantismo, que sólo el Siglo de las Luces
era capaz de superar.”4
Asimismo, durante esta etapa las monarquías absolutas ejercían su mayor domino
sobre Europa, llegando a gobernar sobre amplias extensiones como en el caso de Carlos I
5
de España o Carlos V del Imperio Germano, rey de la dinastía Habsburgo, quien reinó
sobre los territorios de España, los Países Bajos, Alemania, Austria, Sicilia, Cerdeña,
Nápoles, Navarra, las colonias de América, entre otros.
Este sistema de gobierno surgió hacia fines de la Edad Media y estaba basado en la
doctrina política y religiosa del Derecho Divino, según la cual la autoridad legítima del rey
no era consagrada por derecho propio, sino por Dios; como lo comprueba el título “Por la
Gracia de Dios” utilizado como introducción en los estilos llenos del gobernante.
De esta manera, se puede apreciar cómo el paradigma de la ciencia —basado en
explicaciones mágico-míticas— también mantenía sus interrelaciones con las luchas de
poder, el sistema de valores y la estructura social. A partir del siglo XVI, este paradigma en
su conjunto comenzaría a resquebrajarse con la publicación de De revolutionibus orbium
coelestium de Nicolás Copérnico, originando la Revolución Científica que acompañó a la
crisis de la conciencia europea, la cual acabaría con el poder de la Iglesia como institución.
Desde el siglo XVII, el propósito de la Ilustración de situar a la razón como principal
fuente de conocimiento cobraría envergadura a través del abandono de los diversos
paradigmas dominantes desde la Edad Antigua y la Edad Media. El método científico,
separado de la fe y la religión con el trabajo de Galileo, comenzaría a imperar en la ciencia.
Como afirma Kuhn en su obra principal Las estructuras de las revoluciones científicas
(1962): “En la dinámica, la investigación se hizo similarmente esotérica a fines de la Edad
Media y volvió a recuperar su inteligibilidad, de manera breve, a comienzos del siglo XVII,
cuando un nuevo paradigma reemplazó al que había guiado las investigaciones
medievales”.
Siglos más tarde, la revolución darwiniana también brindaría un gran aporte al
cuestionamiento de la autoridad del Santo Oficio y su forma de proveer explicaciones
satisfactorias a los principales fenómenos del mundo natural. Hasta ese entonces, el
origen de los seres vivos se explicaba por la teoría creacionista fuertemente defendida por
las instituciones católicas, que posicionaba a Dios como creador directo de todos los seres
vivos y sus antepasados. Sin embargo, la obra de Darwin logró echar abajo los
fundamentos del paradigma de la teología natural: invalidó la analogía del relojero tan
6
defendida por William PaleyIII, el plan divino de la creación de Linneo representado en su
taxonomía biológica, las homologías de Owen; y las revirtió de tal manera que incluso les
sirvieran de argumento en su propia teoría: la evolución sin dirección prefijada, el
ancestro común, los rasgos comunes por haber evolucionado de la misma especie, las
homologías como analogías, etc.
La revolución darwiniana no implicó solo una revolución científica, sino también
una revolución filosófica y representa un claro ejemplo sobre la relación entre el
paradigma científico y la concepción del hombre: “La teoría está envuelta en una ardiente
controversia y una de las razones de este acaloramiento es que estos debates acerca de
cuestiones científicas están habitualmente distorsionados por el miedo a que la respuesta
«errónea» tenga intolerables implicaciones morales. […] La nueva perspectiva introducida
por Darwin pone patas arriba vanas convicciones tradicionales, socavando los
fundamentos de nuestras habituales ideas acerca de lo que deben considerarse como
respuestas satisfactorias […] En este terreno la ciencia y la filosofía se encuentran
completamente entrelazadas. Los científicos se engañan a sí mismos, a veces, cuando
piensan que las ideas filosóficas son solamente algo decorativo o bien comentarios
parásitos sobre los duros y objetivos triunfos de la ciencia, y que ellos mismos están
inmunizados frente a las confusas cuestiones a cuya resolución dedican sus vidas. Pero no
existe algo que pueda llamarse ciencia libre de la filosofía; sí existe en cambio la ciencia
cuyo bagaje filosófico es asumido sin examen.”5
El planeta Tierra ya no era el centro del universo, ni de su galaxia ni de su propio
sistema planetario. El ser humano era una especie más, sin superioridad sobre las otras,
sus estructuras biológicas complejas habían surgido sin un propósito prefijado, fruto de
mutaciones al azar sin diseñador alguno. Ahora el diseñador de los organismos era un
relojero ciego: la selección natural. ¿Qué lo diferenciaba de las demás especies?
Las consecuencias del cambio de paradigma se hacían visibles en todos los
ámbitos: el traspase de un marco teocéntrico a antropocéntrico. El surgimiento del
III
Para explicar la adaptación de la estructura a la función, Paley sostenía que al observar las complejas
estructuras biológicas, se debía atribuir su diseño a un Dios creador; de la misma manera en que se le
atribuía el diseño de la estructura del reloj a un relojero.
7
pensamiento moderno político y social fue producto de la crisis del antiguo paradigma
debido a las diversas anomalías que habían ido en aumento en los últimos siglos. El
descubrimiento de AméricaIV, el surgimiento del cisma protestaste, el abandono de las
ideas aristotélicas, el heliocentrismo, el nacimiento de la mecánica clásica, la crisis de las
monarquías absolutas y la consolidación de la burguesía constituyen algunas de las
anomalías que atacaron los fundamentos del paradigma. Asimismo, influyó en su
abandono que éstas mantuvieran una estrecha relación con las necesidades sociales,
reflejando la gran importancia que mantiene la sociedad durante los cambios de
paradigma.
Por lo tanto, se instauró un nuevo marco conceptual: el mundo estaba constituido
por entidades distintas, había cambiado su importancia relativa, de forma tal que a partir
de entonces existían distintos tipos de problemas y formas de solucionarlos —nacimiento
del pensamiento científico—, prevaleciendo un nuevo conjunto de normas y apreciando el
universo de manera radicalmente diferente.
Desde otro punto de vista, esta revolución se puede observar desde la historia del
arte con el surgimiento del Renacimiento: “Hasta entonces [en referencia a mediados del
siglo VIII], las artes eran, en el mejor de los casos, las criadas de lujo de la religión. Los
devenires de “La última cena” de Leonardo en el refectorio del monasterio dominicano de
Santa Maria Delle Grazie en Milán ilustran este cambio de actitud. Este fresco es hoy una
de las reliquias más sagradas del arte occidental. Sitio de peregrinación del turismo global,
es venerado como un tesoro cultural independientemente de su significado religioso. No
obstante, a mediados del siglo XVII las autoridades monásticas mandaron hacer un
agujero en el fresco —que hizo desaparecer parte del mantel y los pies de Cristo— para
abrir una nueva entrada al refectorio. Esto tuvo sentido en su momento, dado que la vida
de los monjes y su adoración del Todopoderoso eran infinitamente más importantes que
una simple pared pintada que, en caso de ser necesario, podía ser demolida sin disminuir
un ápice la gloria de Dios y que, en tanto despertaba admiración en vez de provocar
devoción religiosa, podía ser justamente condenada por la Iglesia bajo el cargo de
IV
Este suceso histórico representó una crisis de identidad para la sociedad europea.
8
idolatría. Hoy en día, sin embargo, cualquier modificación arquitectónica del fresco de
Leonardo sería vituperada de monstruoso sacrilegio: una ofensa no contra el Dios
cristiano —que tiene poca o ninguna importancia para muchos devotos del arte—sino
contra la religión del arte.”6 Durante la Edad Media, el arte había sido utilizado para
transmitir el profundo misticismo de la época, aumentando el espíritu religioso en la
escala social. Además, inculcaba a la sociedad una realidad muy influenciada
espiritualmente, dado que la Iglesia era la única fuente de trabajo artístico. Por lo tanto,
prevalecía la proyección de tales contenidos religiosos sobre la comunidad para mantener
inmutable la religiosidad del medio y garantizar la perpetuación del poder. “Así, la
frecuencia del contacto entre el arte y la sociedad a través de las catedrales —centro
obligado de reunión— y esa inalterabilidad de los estilos, permitían al arte cumplir al
máximo, aunque al servicio de la Iglesia, su función condicionante de la subjetividad
colectiva.”7 No obstante, el desarrollo de la burguesía provocó que esta realidad brindada
por los círculos religiosos se hiciera más distante para los individuos, mientras se
comenzaba a imponer una nueva visión del mundo. Consecuentemente, el arte también
fue reflejando el cambio de pensamiento de la época. “El arte modifica sus contenidos en
consonancia con la realidad. La Iglesia va perdiendo paulatinamente su poder, al
aumentar el poder de la burguesía con sus necesidades en contradicción con el orden
feudal. El desarrollo de la ciencia, expresión de tales necesidades, va minando su
autoridad espiritual.”8 Como resultado, el arte también deja de constituir un factor
generador de estados emotivos religiosos, contribuyendo a la caída del poder de la Iglesia,
a medida que ésta deja de constituir su única fuente de trabajo.
Análogamente puede acceder comparar esta relación con el pensamiento
contemporáneo, ya no tan manipulado por la religión, que ha desplazado del centro el
arte como adoración a Dios, a la adoración por el arte en sí mismo, lo que en otros
tiempos hubiera significado sacrilegio. Del mismo modo que lo hubiera sido colocar un
símbolo religioso en el suelo de la vereda junto a unas parrillas, al lado de los choripanes,
algo tan vulgar y cotidiano de la sociedad, sin categoría divina alguna. De manera similar,
se observa la ambigüedad entre la tabla de valores de valores preferidos y amenazados de
9
la sociedad y sus problemas estructurales con los modos de pensar antiguos, lo cual suele
provocar una parálisis moral al contemplar imágenes como la de la fotografía,
manifestándose luego como una insensibilización moral del individuo.
Según un estudio llevado a cabo por Shell en Alemania sobre la situación de vida
de los jóvenes y sus opiniones, el 26% de los encuestados cree en un Dios y el 21% en un
poder sobrenatural. Por otro parte, el 27% de los jóvenes son ateos mientras que el 24%
restante no mantiene una posición firme. Conjuntamente, Dios es importante sólo para el
44% de los jóvenes católicos. Asimismo, el 65% sostiene que la Iglesia no brinda ninguna
respuesta satisfactoria a las preguntas que actualmente les conciernen. La religión no
tiene ningún significado para los jóvenes descendientes de inmigrantes —dado que el 63%
constituye jóvenes ateos—, mientras que para aquellos sin trasfondo migratorio
representa un papel moderado.9 Conforma un punto interesante que los resultados sean
en base a la juventud de Alemania, territorio que fue una vez gobernado por bastas
monarquías constituidas por el derecho divino y donde más tarde surgió la Reforma
protestante.
“La inteligencia de los nuevos modos de expresarse y de pensar no se desarrolla
nunca sin conflictos con los más antiguos y acreditados; requiere una reorganización de la
percepción y del pensamiento de muchas personas interdependientes en una sociedad.
Un reaprendizaje y un cambio así en el pensamiento de muchas personas, incluyendo su
habituación a todo un conjunto de nuevos conceptos o al nuevo sentido de viejos,
requiere habitualmente una sucesión de dos o tres generaciones y, con harta frecuencia,
un período aún más prolongado.” 10 La sociedad contemporánea es drásticamente
diferente a sus predecesoras y esta metamorfosis no se ha llevado a cabo sin sobresaltos,
proceso habitual en cambios tan trascendentales. Sobre todo en la transición de los
sistemas políticos, por ejemplo en el transcurso de la Revolución Francesa que consolidó
el final del absolutismo. Sólo se necesita observar un planisferio para apreciar la gran
diferencia en los sistemas políticos de la actualidad, dado que de las 26 monarquías
existentes, sólo 11 ejercen el gobierno.11
El proceso de reemplazo de las ideas antiguas y medievales por conocimientos en
10
física, astronomía, medicina, etc. fue constantemente interrumpido y censurado por la
Iglesia, que no quería que las relaciones de poder cambiaran en su contra. “Cuando se
avecinan grandes transformaciones históricas, los valores sustentadores del orden social
imperante entran en crisis, surgiendo otros en su reemplazo que expresan mejor las
necesidades inmediatas del desarrollo histórico. Las clases dominantes se aferran a todos
aquellos valores caducos que puedan justificar sus privilegios”12 Como resultado, se
produjo una lucha entre la Iglesia y la ciencia. Muchos de los libros de pensadores y
científicos como La Fontaine, Descartes, Montesquieu, Copernico, Kepler, Hume, Kant,
Balzac, Hobbes, Diderot, Rousseau, Victor Hugo, etc. se han encontrado en el Index
librorum prohibitorum. Una clara referencia de este enfrentamiento es la sentencia de la
Inquisición contra Galileo Galilei, la cual lo obligó a abjurar y condenó a cadena perpetua
domiciliaria debido a su trabajo, considerado herejía. Como sostiene Daniel Dennett, “El
«proyectil» de Galileo provocó una infame respuesta de la Iglesia católica romana,
poniendo en marcha una onda de choque cuyas reverberaciones no se están extinguiendo
hasta ahora.”, provocando hasta hoy en día controversias sobre la posición del Santo
Oficio en ese entonces.
“La suficiencia de los estilos científicos de pensamiento y sentimiento, de
imaginación y sensibilidad, de imaginación y sensibilidad, ha estado, naturalmente, desde
sus orígenes sometido a la duda religiosa y a la controversia teológica, pero nuestros
padres y abuelos científicos han reducido esas dudas religiosas. Las dudas hoy corrientes
son profanas, humanistas y con frecuencia absolutamente confusas.”13 Hoy en día, el
pensamiento de la sociedad y la metafísica popular están influenciados por las ciencias
biológicas y físicas, alejados de la esfera eclesiástica. Desde un punto de vista sociológico,
se puede apreciar cómo en la socialización primaria del individuo, los otros referentes
mediatizan el mundo del niño sin inculcarle exhaustivamente aquellos valores que
estaban tan arraigados en otra época como así también la Iglesia no está presente en los
esquemas motivacionales e interpretativos definidos institucionalmente que se le
transmiten como resultado de la pérdida de poder coercitivo de la religión sobre la
sociedad. Asimismo, en la mediatización ya no abundan las explicaciones mágico-míticas,
11
en su lugar aumentan las explicaciones científico-míticas a medida que el niño crece. De
esta manera, los valores del individuo al consolidarse como miembro de una sociedad son
distintos a los de siglos pasados, consolidando una gran influencia para él en las
socializaciones posteriores.
Se logra observar cómo el cambio de paradigma de la ciencia, la historia, las
relaciones de poder, la tabla de valores, etc. constituyen una misma red que nos conduce
a la sociedad actual. Las inquietudes personales y los problemas públicos, sus
planteamientos y soluciones han cambiado. El marco antropocéntrico prevalece y la
ciencia desempeña ahora un papel fundamental en la cotidianidad. La estructura de la
sociedad y la vida cotidiana no son frutos del azar, sino de su desarrollo histórico. Sus
consecuencias se pueden ver a simple vista, incluso en un puesto parrillero ambulante.
Conclusión
El objetivo de este ensayo ha sido proyectar el concepto de Paradigma
desarrollado por Kuhn a la sociedad, estableciendo el supuesto que la estructura social
guarda una relación intrínseca con el desarrollo de la ciencia, ejemplificando diversos
hechos históricos.
Se han resaltado las más grandes contradicciones entre la sociedad de la Edad
Media comparándola con la de la Edad Moderna y Contemporánea, especialmente
resaltando el papel de la religión para poder demostrar cómo su influencia ha variado a
través de los siglos desde el aspecto científico, político y social.
Sin hacer especial referencia a la frase “Dios ha muerto” de Nietzsche, se ha
pretendido exponer que la tabla de valores ha ido transmutando en el proceso por el cual
los hombres fueron conscientes de las contradicciones de la religión en diversos aspectos
mientras se disminuía el contenido mítico-mágico de las explicaciones de fenómenos
naturales en la sociedad y aumentaba la divulgación científica, el acceso de la sociedad al
conocimiento.
Este análisis propone llegar al punto de partida del ensayo, considerando las
imágenes que en la actualidad se pueden apreciar en ámbitos populares como la
fotografía seleccionada, producto de la evolución de la sociedad a lo largo de la historia.
12
Desnaturalizando lo social, algunos fenómenos resultan normales para la sociedad actual,
o al menos no producen una condena social, ni mucho menos judicial. Sin embargo, es
propio de este tipo de sociedad y no implica que en el futuro se sufra otro cambio
revolucionario de paradigma, que provoque un cambio de las estructuras sociales tal cual
las conocemos hoy en día, provocando que las imágenes de la vida cotidiana actual
cambien a su vez drásticamente.
1
MÜLLER, M y HALDER, A., Breve diccionario de filosofía, Herder, Barcelona, 1976.
ARGÜELLES, PEDRO, La Iglesia en la Edad Media, Revista de la Universidad de México, 29 de Junio de 1938.
3
MILLS, W, La imaginación sociológica, Cap. I La promesa, Fondo de Cultura Económica, México, 1961.
4
MONTESANO, M., La caza de brujas en Europa, Historia NatGeo N° 119 disponible en
http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/grandes_reportajes/8761/caza_brujas_europa.ht
ml
5
DENNETT, D., La peligrosa idea de Darwin, Cap. I Dime por qué, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1999.
6
CAREY, J., ¿Para qué sirven las artes?, Editorial Debate, Barcelona, 2007.
7
CARPANI, R., La política en el arte, Editorial Continente, 2011, pág. 57.
8
Ídem.
9
Shell Jungendstudie 2010 disponible en http://www.shell.de/aboutshell/our-commitment/shell-youthstudy.html
10
ELÍAS, NORBERT, Sociología Fundamental, Barcelona, Gedisa, 1982, Introducción.
11
THAROOR, Ishaan, MAP: Where monarchies still hold sway, Washington post, 2 de junio de 2014,
disponible en http://www.washingtonpost.com/blogs/worldviews/wp/2014/06/02/map-where-monarchiesstill-hold-sway/
12
CARPANI, R., La política en el arte, Editorial Continente, 2011, pág. 55.
13
MILLS, W, La imaginación sociológica, Cap. I La promesa, Fondo de Cultura Económica, México, 1961.
2
13
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