REVISTA FACES · VOLUMEN XVIII · Nº 2 REVISTA SEÑOREAJE: UN ANÁLISIS EMPÍRICO EN VENEZUELA DE 1950 AL 2001 Por: Rosem Maica [email protected] Cátedra de Microeconomía, Escuela de Economía, FaCES, Universidad de Carabobo RESUMEN: Venezuela se había caracterizado hasta mediados de los 70’s por contar con estabilidad en los agregados macroeconómicos de la economía, no obstante a partir del principio de la década de los 80’s se ha venido deteriorando la calidad de vida del Venezolano, producto del financiamiento externo e interno entre los cuales se encuentra la monetización del déficit fiscal, ésta forma de financiamiento estéril ha desencadenado un proceso degenerativo en la economía, acelerando el proceso inflacionario. El objetivo de este artículo es mostrar el análisis de uno de los determinantes del financiamiento latinoamericano de la época de los ochenta, como lo es el Señoreaje a fin de reflexionar sobre los efectos que ha tenido sobre la inflación en Venezuela para el periodo 1951-2001. A través de un análisis descriptivo, y la recopilación, organización, estimación de los datos estadísticos correspondientes a las variables de estudio. Este artículo pretende dilucidar el concepto y brindar herramientas para el cálculo del mismo en una serie de largo plazo a fin de reflexionar sobre las consecuencias inflacionarias para Venezuela que servirán de base para estudios períodos futuros. Palabras clave: Señoreaje, inflación, poder adquisitivo. ABSTRACT: Venezuela had been marked until the mid-70’s by having stability in macroeconomic aggregates of the economy, however, starting at the beginning of the decade of the 80’s has been deteriorating the quality of life of the Venezuelan proceeds of internal and external financing which include the monetization of the fiscal deficit, this form of financing has resulted in a sterile degenerative process in the economy, accelerating inflation. The purpose of this article is to show the analysis of one of the determinants of Latin American financing of the era of the eighties, as is the Señoreaje to reflect on the impact on inflation in Venezuela for the period 1951-2001. Through a descriptive analysis, and the collection, organization, estimated statistical data on the variables of the study. This article seeks to clarify the concept and provide tools for the calculation of the same in a number of long term in order to reflect on the inflationary implications for Venezuela as a basis for future studies on periods. Key words: Seigniorage, inflation, purchasing power. Recibido: 26-6-2007 / Aceptado: 3-11-2007 REVISTA 319 Rosem Maica Introducción Desde la culminación de la Segunda Guerra Mundial en Octubre de 1945 hasta bien avanzado la década de los años 70 Venezuela experimentó circunstancias agraciadas, las cuales se reflejaron en un periodo de intensa prosperidad derivadas del auge en el mercado mundial del petróleo. Durante ese cuarto de siglo, el petróleo se convirtió a nivel mundial en un recurso energético indispensable para el desenvolvimiento económico, lo cual se tradujo en incrementos en los ingresos de los países exportadores de petróleo. (Rangel, 1988: 42). De hecho, la tasa de inflación promedio de Venezuela fue de tan sólo el 2,8% anual en ese mismo período. Lo cual indica que el país no experimentó este fenómeno sino hasta principios de los años 70. En efecto, a partir de 1973 la tasa de inflación anual, se incremento de 2,7% a 8,18%. Posteriormente, durante la década de los años 80 continuó experimentando un incremento, la tasa promedio de inflación fue del 25% anual (ver e.g., Vera, 1997: 51). Este comportamiento contrasta claramente con el caso de los países del Cono Sur, tales como Argentina, Chile y Uruguay, los cuales experimentaron en el período de 1960 a 1978, tasas de inflación promedio anual de 57,2%; 88,9% y 51,7%, respectivamente. (Purroy, 1998: 99). De hecho, en el caso de Bolivia, la nación Andina experimento una hiperinflación intensa entre los años de 1975-85, que llevó a tasas de inflación de 40% mensual para ese último año. (Blanchard, 2000: 132). Las explicaciones a este fenómeno son diversas, sin embargo, en el caso de Venezuela, se ha argumentado que este proceso inflacionario se desencadenó a partir de un auge del mercado petrolero en el periodo 1973-74 y posteriormente en 1979-80, cuando se incrementaron los precios del petróleo a nivel internacional de aproximadamente 3 US$ por barril a 35 US$ (Palma, 1989:157). Esto permitió a los gobiernos de turno incrementar sustancialmente el gasto público en proyectos de corte social y, en particular, en la construcción y desarrollo de complejos industriales. Sin embargo, producto de la estrategia intervencionista emprendida, y de la disminución de los precios en el mercado petrolero, los recursos financieros comenzaron a ser insuficientes, de hecho para el año 1975, las empresas del Estado debieron comenzar a recurrir al financiamiento externo. Para la siguiente década se originaron serios conflictos de intereses, la corrupción, el despilfarro, el endeudamiento y la exclusión de clases de las estructuras sindicales y de la economía formal se hicieron evidentes. Durante la década de 1979-89 hubo una contracción económica considerable. Mas aún para finales 1983 se hizo inminente el vencimiento de la deuda externa, este año se caracterizó por una crisis con una importante presencia de desequilibrios externos, devaluaciones, un aislamiento financiero, gran vulnerabilidad, una profunda recesión y un claro deterioro del nivel de vida de los venezolanos. (Palma 1989:159). Sin embargo para el periodo presidencial de Lusinchi puso en marcha un plan de ajuste económico para enfrentar la situación de crisis, gracias a recomendaciones del FMI, REVISTA 320 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 que se basó principalmente en una política restrictiva para avanzar en la reestructuración de la deuda externa pública. Este periodo se caracterizó por controles cambiarios (de tipos de cambio preferencial y fijo y un mercado cambiario paralelo libre). El plan permitió a través de una política de moderación fiscal y astringencia financiera que se generara un pequeño repunte del nivel de actividad económica, y un superávit comercial. Es conocido que para principios de los años 80, en Venezuela se revirtió la abundancia de recursos monetarios de las décadas anteriores, es a partir de esa época que se acentuaron las posibilidades de financiamiento interno, principalmente a través de la creación de dinero, lo cual es conocido como monetización del déficit fiscal. Es decir, se produjo una expansión de la oferta monetaria con el fin de financiar el gasto público. La finalidad era ofrecer créditos a bajas tasas de interés para estimular la demanda agregada, en definitiva fue un periodo de auge económico donde se produjo un aumento del PIB real a 6,8% y el PIB del sector no petrolero a 7%, y una marcada disminución del desempleo que paso de 7,4% a 13,1% para 1988. Sin embargo, la reducción de las exportaciones petroleras durante 1986 al tiempo que se desarrollaba una política de expansión de gasto no permitió alcanzar los objetivos de ajuste económico a mediano y largo plazo el nivel de vida de los pobladores de la nación disminuyó considerablemente. Esta situación culminó con la devaluación del Bolívar en Febrero 1983 y, la implementación de un severo control de cambios que permaneció seis años (1983-89). (Francés y Dávalos, 1991:35). Durante principios de la década de los 90 el agobiante panorama comenzó a cambiar lentamente, debido a que la mayoría de los países en desarrollo que habían sufrido de procesos inflacionarios durante décadas anteriores, enfrentaron dichas situaciones con la implementación de programas de estabilización y ajuste macroeconómicos. Debe destacarse que si bien los mismos tuvieron ciertos impactos positivos en la transformación de sus aparatos productivos, estos programas económicos dejaron al mismo tiempo una serie de secuelas negativas que todavía prosiguen como por ejemplo tasas de inflación para 1993 de hasta 40% aproximadamente, aunado a la inestabilidad política y los problemas sociales reinantes. (ver e.g García y Pallares, 1995:174). En el caso de Venezuela, el panorama económico era cada vez más inestable a causa del fracaso de los programas de ajuste ejecutados. Las etapas recesivas eran cada vez más acentuadas durante estos programas. La crisis financiera de 1994-95, estimuló una fuerte salida de capitales, lo cual, aunado a la caída de los ingresos petroleros, ocasionó una recesión de gran envergadura en 1996, que no pudo ser contendida con la implementación de la Agenda Venezuela. De hecho, la tasa de inflación superó el 100% y la caída de la actividad económica en el sector no petrolero fue superior al 4%. (Torres, 2000). Si bien es cierto que entre 1996 y el año 2000 el Banco Central de Venezuela (BCV) decidió tomar medidas en el ámbito monetario y cambiario, cuya finalidad última era la de REVISTA 321 Rosem Maica alcanzar y mantener la estabilidad económica y en particular la estabilidad en el nivel general de precios. Se requería para ello un ajuste fiscal con la finalidad de controlar el fenómeno inflacionario el cual no se implementó, probablemente por razones políticas. Esto originó un incremento de la tasa de inflación una vez que el BCV no estuvo en capacidad de mantener la ficticia estabilidad cambiaria. Una vez que el Bolívar se depreció en forma acentuada a partir de Febrero del año 2002, el nivel general de precios ha registrado una persistente alza. Este artículo presenta un análisis empírico, con el fin de describir el comportamiento del señoreaje para contrastar su relación con el Impuesto Inflacionario y la consecuente presencia de inflación en períodos de monetización del gasto público. Para ello se presentan diferentes teorías y estimaciones de señoreaje e impuesto inflacionario. El artículo presenta una revisión exhaustiva de la literatura, la cual se expone brevemente, para dar cabida a cálculos propios de las variables de estudio. 1. Señoreaje e impuesto inflacionario 1.1. Señoreaje: El Señoreaje se refiere al valor de los bienes y servicios y activos adquiridos por el gobierno a cambio del dinero que fabrica a un costo ínfimo. Según Bofinger (2000: 86) el Señoreaje data de la época del patrón oro, cuando cada ciudadano estaba autorizado para tener barras de oro acuñadas en la forma de monedas de oro. Un impuesto era pagado por este servicio, que fue conocido como señoreaje. Es por ello que la palabra señoreaje tiene su origen en el impuesto que cobraban los señores feudales para convertir el oro no monetario en monedas acuñadas. Por ende, el señoreaje proviene de los orígenes de la acuñación de moneda. Cuando «el señor» estaba en capacidad de ejercer control sobre la actividad económica de los súbditos, exigía un cargo o tributo por el privilegio de acuñar metales. En la medida en que fue consolidando el poder político de los soberanos y sobre todo, con la aparición concomitante del dinero fiduciario, el señoreaje pasó a representar una porción significativa del ingreso del gobierno. El Banco de la República, quien actúa como el instituto emisor o autoridad monetaria en la República de Colombia, sostiene que el Señoreaje es el aumento en el poder de compra que adquieren quienes emiten dinero (los Bancos Centrales directamente, y los bancos comerciales mediante el multiplicador monetario) cuando ocurre una expansión monetaria, es decir, se produce un aumento de la cantidad de dinero en términos nominales y reales. (ver Banco de la República, 2000: 15) Sin embargo, autores como Zuleta (1995:36) y Perotti (2002:44) afirman que es el ingreso que percibe el gobierno y/o el Banco Central por su poder monopólico de imprimir moneda, esto dependiendo en parte del nivel de independencia del Banco Central. REVISTA 322 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 Según Purroy (1998:181) el señoreaje es el exceso de valor facial de una moneda o billete, por sobre el costo de producción. El señoreaje representa una modalidad de financiamiento del déficit público, la emisión de dinero genera una ganancia que puede ser utilizada por los gobiernos para financiarse lo cual se denomina monetización del déficit fiscal. A nivel empírico la monetización puede convertirse en una buena fuente de ingresos fiscales para economías cuyas tasas de inflación se encuentran en niveles moderados o altos (20 a 100%). Por ejemplo en el caso de Colombia entre 1976-1985, el país neogranadino tuvo una inflación anual promedio de 23,4%, mientras el incremento de la base monetaria fue de 2,5% anual del PIB equivalente al 17,6% de ingreso del gobierno (Dornbusch y Fischer, 1993: 67). Según Friedman (1971)1, si el gobierno tiene el monopolio de impresión de dinero, y los tenedores de dinero están completamente ajustados a la tasa de inflación, la ganancia del gobierno es igual a la tasa de aumento de los precios multiplicada por el stock real de dinero. Este análisis es válido cuando la economía no experimenta crecimiento. En el caso de que una economía registre crecimiento económico, el gobierno puede obtener financiamiento por dos vías: primero, a través de un impuesto sobre las existencias o stocks reales de dinero, y segundo, por medio de la provisión por la demanda adicional de stock real de dinero derivada del aumento del producto. En una economía estacionaria, la ganancia por el impuesto es maximizada a la tasa unitaria de la elasticidad inflación de la demanda de dinero, mientras que la ganancia por la segunda parte declina a medida que la tasa de inflación se incrementa. Como resultado de lo anterior, la tasa de inflación que daría la máxima ganancia es más baja, para una economía creciente que para una economía con crecimiento constante. Debido a la correlación positiva entre el señoreaje como vía de financiamiento y la inflación, es frecuente asociar el término señoreaje e impuesto inflacionario. Sin embargo, el Impuesto Inflacionario sólo se genera cuando el incremento autónomo de la oferta de dinero excede el crecimiento real de la economía o a la necesidad de dinero de los agentes económicos. Es decir, cuando esta oferta pasa del sector público al sector privado y es superior a la demanda de dinero. Por lo cual resulta importante distinguir que el señoreaje es la ganancia real del creador de dinero al emitir, mientras que el impuesto inflacionario sólo se genera o recauda en el momento en que se emite más dinero que el que indica la demanda real, dado un nivel de precios. Por lo tanto, el impuesto inflacionario será menor que el señoreaje o igual si no existe un incremento de la cantidad de dinero atribuido al crecimiento de la economía. 1 Resumen de uno de los Economistas más influyentes del siglo XX. Pionero en el análisis de Señoreaje e Impuesto Inflacionario. REVISTA 323 Rosem Maica 1.2.- Medición o Cálculo del Señoreaje: La literatura económica ofrece varias alternativas para la medición o cálculo del señoreaje: tres formulaciones en particular pueden notarse, cada una de las cuales toma la variación de la base monetaria real y la multiplica por: m = la proporción de crecimiento del dinero entre los autores que usan esta metodología se encuentra Cagan (1956), Marty (1968), Friedman (1971), Fischer (1982) y otros; variación de la Base monetaria real por p = la tasa de inflación entre los que usan esta formulación se encuentran Friedman (1953), Muralla (1956), Trehan y Waslh (1990), asumiendo que no hay variación en la tasa de crecimiento de la economía. Otra fórmula es la utilizada por Phelps (1973), Mankiw (1987) en la que multiplica base monetaria por r = la tasa nominal de interés. (ver Honahan, 1996:294). La metodología predominante en la mayor parte de los países del mundo es la propuesta por Friedman y otros, en la cual los ingresos reales por señoreaje se determinan calculando la variación de la base monetaria real por período y el resultado multiplicado por el nivel de precios (inflación). Como se mencionó anteriormente, uno de los motivos de las expansiones de la cantidad de dinero, reside en el aumento de los ingresos del gobierno, los cuales derivan en un costo social relacionado con la inflación. El impuesto inflacionario y el señoreaje son dos conceptos estrechamente vinculados pero diferentes. El señoreaje (SE) es el ingreso que percibe el gobierno y/o el Banco Central como resultado del poder monopólico de imprimir moneda. Así, el señoreaje se puede expresar como el poder adquisitivo del dinero que se pone en circulación, es decir, el cambio (absoluto) en la oferta nominal de dinero sobre el nivel de precios. SEt = ·Mt· * Mt Mt Pt Siendo P el nivel de precios, M la oferta monetaria nominal, SE señoreaje y TI impuesto inflacionario y g tasa de crecimiento de la economía. Seria la variación en la creación de dinero debida al crecimiento de la economía. En economías no inflacionarias este término representa el señoreaje. Según Friedman (1971) el señoreaje puede ser estimado por: R= M/P (gn + gp +nmy * gy) (1) Donde: gn= crecimiento de la población gp= crecimiento en el nivel de precios nmy= elasticidad de los balances reales de dinero per capita con respecto al producto real per capita. REVISTA 324 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 gy= crecimiento real per capita M = cantidad nominal de dinero P = nivel de precios (IPC) Suponiendo gn= gy= 0 R= M/P * gp (2) Siendo gp la tasa impositiva y M/P la base impositiva. Según Zuleta (1995:40) el señoreaje a largo plazo se representaría a través de la siguiente expresión que planteó Cottani y Cavallo (1993:33), debido que la economía demanda un cierto nivel de saldos reales de dinero producto del crecimiento real de la economía: SE = (TI + hg) SE: Señoreaje TI: Impuesto Inflacionario El Impuesto Inflacionario se refiere a la pérdida de capital que sufren los agentes que poseen efectivo como consecuencia de la inflación, tradicionalmente se calcula como el cambio en el nivel de precios (inflación) multiplicado por la oferta real de dinero. TIt = ·P· * Mt Pt Pt Bajo ciertas circunstancias especificas como ya se mencionó, el impuesto inflacionario puede ser igual al señoreaje. Cabe destacar los casos en los cuales los cambios en la oferta monetaria se trasladan directamente al nivel de precios (velocidad de circulación constante) y la inflación es un fenómeno monetario (no se presentan cambios en la oferta de bienes y servicios) (Zuleta, 1995:40). De acuerdo a la teoría cuantitativa: M*V= P*Y por lo cual si la velocidad de dinero es constante y la producción no reacciona de manera instantánea al movimiento de dinero, o como es el caso de las economías inflacionarias latinoamericanas el crecimiento económico es muy bajo o nulo, las DM generaran efectos directos en P. Por tanto SE = TI. Hay que dejar claro que la expansión monetaria no genera inflación si se corresponde con un crecimiento de las actividades económicas, por lo cual se demande más dinero, es decir, se soporte económicamente la expansión. El señoreaje por ende tendrá una parte que perjudica a los tenedores de dinero2 y otra que respalda la actividad económica. 2 El aumento de riqueza del emisor (por señoreaje) se da a costa de una caída de la riqueza de los tenedores de dinero, debido al aumento de los precios. REVISTA 325 Rosem Maica Otro análisis importante es el de Dornbusch y Fischer (1993:91) quien supone que el costo de producción y emisión del dinero es cero, y expresa su cálculo a través de la siguiente función, también utilizada por Purroy (1998) y Risquez (2002) para el caso venezolano: S = pm + (n + kg)m (3) Siendo S el ingreso por señoreaje, p la tasa de inflación, n la tasa de crecimiento de la población, k la elasticidad ingreso de la demanda real de dinero (que la consideran unitaria), m el saldo monetario real promedio per cápita. El primer término representa la recaudación del impuesto inflacionario, y el segundo la parte de la variación monetaria asociada al crecimiento del ingreso real per capita. Según Argandoña et al. (1996:23), la recaudación tanto del señoreaje como del impuesto inflacionario es posible porque el público demanda dinero que posee una rentabilidad inferior o nula en comparación a la inflación. Cuando aumenta la demanda se emite dinero, el gobierno gana por señoreaje; sin embargo cuando emite una cantidad de dinero por encima de la demanda está provocando inflación y recaudando por tanto un impuesto inflacionario. Dornbusch (1989:47) plantea que el señoreaje proviene de la monetización de los déficit, es decir, que el gobierno puede obtener ingresos a través de la creación de dinero primario. Los ingresos por impuesto inflación serán iguales a la base monetaria por la tasa de inflación, cuando la producción real es constante. TI=SE sólo cual el gobierno monetiza déficit (crea dinero para cubrir déficit) TI=SE= M0R ( P ) M0R = Base monetaria real P = tasa de inflación. 1.3.- Usos del Señoreaje: La expansión de la base monetaria es utilizada normalmente en los países para tres objetivos básicos: la financiación del gobierno, la adquisición de activos del sector privado (crédito al sector privado) o al sector externo (reservas internacionales), y para cubrir los costos de operación del banco central (Kiguel y Neumeyer, 1989:16). El Gobierno, dado su poder monopólico en la creación de dinero, genera un problema discutido ampliamente en la literatura entre ellos Friedman (1953) Muralla (1956). Este problema se refiere a la extensiva posibilidad de financiamiento. Emitiendo este dinero el gobierno posiblemente esté ayudando a financiar sus déficits de mejor manera, que si gravara a los contribuyentes con otro tipo de impuesto que posee mayores posibilidades de evasión por parte de los contribuyentes (ver Honahan (1996). REVISTA 326 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 Sin embargo, países como Colombia incluyen restricciones al gobierno sobre el financiamiento por creación de dinero como medida antiinflacionista, debido a que la Constitución prohíbe la financiación de déficit fiscales con emisión, a pesar de esto el país ha presentado expansiones monetarias que se explicarían por otros fenómenos diferentes como incrementos volátiles de las exportaciones. Con respecto al señoreaje, plantea que cualquier incremento de la base monetaria se traduce en ingresos para el gobierno, y que esta emisión de base monetaria le da al gobierno recursos reales, a lo cual define como señoreaje monetario, aunque esto sólo ocurre cuando el gobierno tiene acceso ilimitado a la impresión de dinero a través de su instituto emisor, por lo que esto no ocurre en aquellas naciones cuyos Bancos Centrales son considerados independientes. La autoridad monetaria puede aplicar una política expansiva, incrementando la oferta monetaria a través de diversas operaciones como: comprar bonos u obligaciones, reduciendo el encaje legal, o reduciendo el tipo de redescuento, entre otras. El gobierno puede pedir prestado al BCV, y una vez que el Gobierno gaste el dinero e.g gastos corrientes, está produciendo un aumento de la cantidad de dinero (M1). Los agregados monetarios utilizados para calcular tanto el impuesto inflacionario como el señoreaje son diversos según Dornbusch y Fischer (1991: 25) el señoreaje puede ser estimado como por la variación de la base monetaria real (M0 real) utilizando el deflactor del PIB. La razón de no usar M2 es que los agentes pueden protegerse total o parcialmente del impuesto inflacionario manteniendo activos financieros que generen intereses. Este argumento para el caso venezolano es discutible debido a que durante la mayor parte del periodo estudiado las tasa de interés pasivas reales han sido negativas y en promedio se han ubicado en –4.81%.(ver Gráfico 1) lo cual es sintomático de la existencia de un fenómeno denominado represión financiera3. Gráfico 1. Tasas de Interés Reales desde 1950-2001 3 La represión financiera se caracteriza por la presencia de tasa de interés reales negativas, racionamiento del crédito, restricción a la entrada de nuevos intermediarios financieros, controles cambiarios para impedir la fuga de capitales, etc... ( ver Villavicencio y Mirabal, 1991). REVISTA 327 Rosem Maica Para el cálculo de las tasas de interés reales se uso la metodología planteada por Barro (1997)4 TAR = Tasa activa real = TA – INF84 TPR = Tasa pasiva real = TP – INF84 TDR = Tasa de redescuento = TD – INF84 Fuente: FMI, Medina-Smith (1997) y Cálculos Propios. 1.4.-Impuesto Inflacionario: Entre las definiciones más claras y manejables se encuentra la propuesta por Sachs y Larraín (1993), quienes argumentan que el impuesto inflacionario no es más que «la pérdida patrimonial sufrida por los tenedores de dinero como resultado de la inflación». La inflación puede concebirse como un impuesto a los salarios reales por lo cual puede determinarse multiplicando la tasa impositiva (tasa de inflación) por la base impositiva (M/P) salarios reales. En economías inflacionarias de bajo crecimiento normalmente la inflación termina siendo en algunos casos igual a la creación de dinero, esto es lo que asume Blanchard (2000) al afirmar que la variación en la creación de dinero se debe únicamente a un déficit presupuestario que los gobiernos van a subsanar. El Banco de la República de Colombia afirma que «Es la pérdida en el poder de compra que sufren los particulares en ambientes inflacionarios». Esto se traduce en transferencias de poder de compra a favor de quienes han emitido dinero y de aquellas personas que poseen deudas ya que éstas podrán saldar sus deudas con dinero que posee un menor valor del que recibieron al momento de endeudarse, por lo tanto se puede decir que la inflación es un impuesto informal a la tenencia de dinero el cual actúa como un apoyo cuasifiscal para el gobierno, reduciendo de esta manera el esfuerzo fiscal que éste debe realizar. Según Bonfiger (2001) el señoreaje surge cuando la emisión produce un impacto sobre la inflación, lo cual ocurre cuando el Banco Central incrementa la oferta nominal de dinero en un monto mayor a lo que necesita la economía para cubrir su demanda de dinero. Esta situación produce que el valor de las existencias monetarias en manos de los individuos disminuyan su valor real, lo que se conoce como Impuesto Inflacionario. Dicho impuesto, como cualquier otro, debe tratar de ser maximizado, pero se debe tomar en cuenta que al aplicar este impuesto se está incrementando el costo de oportunidad de mantener dinero. Por lo que a pesar de generar ingresos al gobierno, su efecto se verá contrarrestado por el menor interés que tendrán los individuos por mantener dinero. 4 Barro et al. (1997). Macroeconomía Teoría y Política. Afirma que la estimación de tasa de interés real es aproximadamente la tasa de interés nominal menos de la inflación. La utilización de este método radica en su sencillez y facilidad de comparación con las tasas de inflación. REVISTA 328 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 1.5.- Relación entre Señoreaje e Inflación: Si se asume la inflación desde el punto de vista de un fenómeno esencialmente monetario «expresado en un incremento en la emisión de dinero por arriba del aumento en la producción de bienes y servicios». El dinero adicional emitido que es generalmente utilizado por el gobierno para cubrir su déficit presupuestario o para aumentar sus gastos seria la causa principal de la inflación. Mientras el gobierno imprima dinero inorgánico, es decir, dinero sin un verdadero respaldo, habrá inflación. En el caso latinoamericano se han extendido políticas de control de las variables que sufren presiones inflacionarias. Sin embargo, los controles de precios y los controles de cambio han sido incapaces de detener la inflación pues no atacan la verdadera causa de ésta, es decir, la emisión de dinero inorgánico por parte del gobierno. A largo plazo, los controles se traducen en escasez y en mayores aumentos de precios de los productos con precios controlados. Por ejemplo, la nefasta experiencia para el Caso Venezolano entre 1983 y 1989 cuando los controles de RECADI y de la JAC entre 1994 y 1996. A pesar de la existencia de todo tipo de controles, el resultado final fueron precios mayores que antes de la instauración de los controles. El impuesto inflacionario es un impuesto sobre el ahorro y el salario de los ciudadanos. Los ahorros pierden valor en el momento que el gobierno emite más dinero. Lo mismo ocurre con los salarios, mientras más dinero hay en circulación menor será la capacidad adquisitiva del salario. En otras palabras, cuando el gobierno emite más dinero se apropia parte del valor de los ahorros y los salarios afectando a la inversión y por tanto a la producción y crecimiento de la economía. Según Dornbusch (1989:65) una expansión monetaria sostenida aumenta la producción sólo a corto plazo. A largo plazo un crecimiento monetario se refleja totalmente en la inflación5. Cabe destacar que «...sólo bajo condiciones de expectativas racionales y plena flexibilidad de los salarios y los precios, una expansión monetaria se refleja inmediatamente en una tasa mayor de inflación sin ningún impacto en la producción...» Entre las teorías que tratan de explicar esta relación teórica entre el dinero y la inflación, se han realizado estudios entre los cuales destaca el realizado por Cole, quien analiza la experiencia inflacionaria en América Latina para el período 1970-80, tomando una muestra de 16 países, de los cuales el 50% presenta tasas de inflación superiores al 15%, mostrando el otro 50% tasas de inflación inferiores a esa cifra. Para explicar este fenómeno, Cole utiliza datos acerca de estos 16 países tales como tasas anuales de inflación, medida por dos medidas alternativas: el deflactor del PIB y el IPC, la oferta monetaria, definida como la suma de efectivo fuera de los bancos más depósitos 5 Teoría Cuantitativa del dinero, la variación en las variables nominales a largo plazo tienen efecto en las variables nominales las variables reales se ajustan al pleno empleo. REVISTA 329 Rosem Maica a la vista, y el crecimiento real, medido a través de la tasa de crecimiento del PIB. Además, hace referencia a que en la correlación que existe entre dinero e inflación existe mayor evidencia empírica en que la relación sea que aumentos en la base monetaria generan mayor inflación, ya que la mayor parte del crecimiento monetario es debido a factores que son o pueden ser independientes de la tasa de inflación. 2.- Evidencia Empírica En el caso de Venezuela, uno de los análisis pioneros con relación a la inflación en el caso de Venezuela fue realizado por Pernaut (1965) quien mostró su sospecha con relación a que las condiciones económicas del país para el período 1960-62 lo podrían llevar al comienzo de un fenómeno inflacionario, lo cual será perjudicial para la economía del país. La contribución más resaltante de está investigación se encuentra en la segunda parte de este estudio cuando realiza un recorrido por la evolución monetaria del país durante el periodo 1956-65 y su repercusión sobre el campo real y en el nivel de precios. Según Pernaut se concluye que la expansión del circulante, unida a la subida de los depósitos y colocaciones bancarias y el aumento del ingreso fiscal aportado por las compañías petroleras, son los primeros síntomas que pueden llevar al país al comienzo de un fenómeno inflacionario. Entre los pocos estudios recientes para el caso venezolano se encuentra el realizado por León y Olivo (1989), quienes evaluaron la capacidad que tiene el BCV para controlar la oferta monetaria. Para ello utilizaron como herramienta el modelo de base monetaria y el multiplicador, según el cual, la controlabilidad de la oferta de dinero va a depender no sólo de la capacidad que tenga el instituto emisor para dominar la base monetaria, sino también de la estabilidad del multiplicador. El modelo plantea lo siguiente: la base monetaria tiene como fuentes variables cuyo comportamiento es exógeno al BCV (reservas internacionales netas, financiamiento al gobierno, créditos a Fogade, etc.) y variables de política (operaciones de mercado abierto, títulos públicos, tasa de redescuentos, encaje legal, etc.). Mientras mayor sea la participación de las variables exógenas en el proceso de creación de dinero, mayor será el esfuerzo que tenga que realizar el BCV para lograr una determinada evolución de la base monetaria. En el estudio, se evalúan la relación que existe entre la oferta monetaria y la tasa de inflación, estimando una modelo monetarista que vincula la tasa de crecimiento de la oferta de dinero en el mismo lapso y en períodos anteriores. Este modelo se basa en el argumento monetarista de que la inflación es un fenómeno fundamentalmente de origen monetario. Los resultados obtenidos para el caso venezolano en el período 1983-87 indican que aproximadamente el 67% de las variaciones en la tasa de inflación interna son explicadas por las variaciones de la tasa de crecimiento de la oferta monetaria, observándose un desfase en esta relación de aproximadamente dos meses. Esto implica que en la década de los ochenta la tasa de inflación era principalmente explicada por la expansión monetaria, es decir, el impuesto inflacionario aumento producto de la elevación de la cantidad de dinero. REVISTA 330 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 3.- Estimaciones de Señoreaje e Impuesto Inflacionario para Venezuela de 1950-2001 En Venezuela surge un dilema para calcular el monto por concepto de señoreaje e impuesto inflacionario. En particular lo referente a la conceptualización del efectivo. En nuestro país la facultad de emitir billetes y monedas fue potestad de los Bancos comerciales privados hasta 1939 cuando se publicó la Ley del Banco Central de Venezuela, por lo cual, a partir de 1940, el BCV tiene por ley el monopolio de la creación de dinero. El efectivo en Venezuela tiene ciertos rasgos específicos por lo cual se hace necesario definirlo. La aceptabilidad total y parcial de las monedas y billetes facilita el cumplimiento eficaz de sus funciones como dinero. Contrariamente a los depósitos a la vista el dinero puede ser usado en pequeñas transacciones pero puede extraviarse con facilidad lo que representa un costo implícito (ver González, 1989). Sin embargo, gran cantidad de la población no puede acceder a las cuentas bancarias debido a los requerimientos o normas y los costos explícitos de manutención. Esto se compensa con los adelantos tecnológicos (e.g tarjetas de debito) los cuales generaron la utilización en mayor cuantía de los depósitos de ahorro, a plazo, etc. La inseguridad y desconfianza han otorgado importancia al dinero que genera intereses ya que se ha vuelto más líquido y más seguro relativamente. Se puede afirmar que dada la característica del dinero en Venezuela M2 podría representar una mejor medida de dinero en circulación, por los adelantos y liquidez de los depósitos de ahorro, facilidad de utilización, altos costos de emisión de cheques, la posibilidad de resguardo por la inseguridad reinante en el país y la existencia de represión financiera para la mayor parte del período estudiado. En este articulo se presentan estimaciones realizadas adoptando la metodología de Friedman (1971), Dornbusch y Fischer (1989), Zuleta (1995), Purroy (1998), Blanchard (2000), Riquez (2002). Para calcular el impuesto inflacionario y el señoreaje se procedió a utilizar cada uno de los agregados monetarios para realizar los cálculos con cada una de las formulas propuestas. Cabe destacar que para obtener la base monetaria real, debería utilizarse el deflactor del PIB ya que se refiere al dinero primario que todavía no esta en manos del público; sin embargo como se puede observar en las Graficas de la Inflación calculada con el IPC base 84 y la Inflación calculada con el Deflactor del PIB base 84, no existen diferencias sustanciales en la tendencia por lo cual el análisis no se ve entorpecido al estimar M0 real utilizando el IPC base 84. (ver Gráfico 2). REVISTA 331 Rosem Maica Gráfico 2. Relación entre inflación calculada con IPC84 e inflación calculada con el Deflactor del PIB Fuentes: BCV y Cálculos propios. La siguiente tabla presenta los cálculos referentes al monto del impuesto inflacionario. La metodología utilizada es generalizada para todos los autores referidos exceptuando Dorbush (1989) que calcula el monto de impuesto inflacionario con base monetaria. Este cuadro presenta el cálculo de impuesto inflacionario en Venezuela para el periodo 19502001 usando como indicador de saldos reales M1, sin embargo, para el caso de Venezuela ya se ha mencionado que puede utilizarse la liquidez monetaria como indicador de saldos monetarios reales debido a la existencia del fenómeno de represión financiera. Tabla 1. Cálculo de Impuesto Inflacionario en Venezuela 1950-2001 OBS. M1R 1949 1950 1951 .068481 1952 .078787 1953 .086949 1954 .090424 1955 .099364 1956 .11256 1957 .15060 1958 .161434 1959 .146174 1960 .13343 3 REVISTA 332 INF84 IIR1 IIN1 IIN1Y .070498 7.2398 .84388 -1.2552 0.00 0.00 .84746 -2.1008 .7210 .9180 .5156 .020919 .0027819 -.0046246 0.00 0.00 .0040081 -.013579 .031235 .028081 .017702 .49579 . 066487 -.10914 0.00 0.00 .095392 -.31639 .76214 .71888 .46910 .036305 .0044101 -.0063515 0.00 0.00 .0036647 -.0099488 .027169 .024794 .016654 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 .14081 .13454 .14194 .15740 .16967 .17068 .19067 .20706 .22098 .22440 .26063 .28736 .33832 .44167 .62177 .64568 .75488 .85234 .80970 .75755 .69948 .58446 .71812 .68762 .69725 .76314 .80057 .75913 .45045 .45212 .46319 .40752 -2.6415 .77519 1.1538 2.2814 1.4870 1.8315 -.50360 1.3377 2.3903 2.5436 3.2280 2.8637 4.1280 8.2667 9.5089 8.3204 7.7770 7.1492 12.3083 21.5683 16.0419 9.6783 6.3081 12.1705 11.4000 11.5799 28.0772 29.4598 84.4736 40.6628 34.1997 31.4337 -.014417 .0040113 .0062272 .013349 .0092417 .011245 -.0034715 .0098817 .018404 .019394 .027693 .026333 .042919 .10364 .15325 .12855 .13034 .12627 .18388 .24797 .14676 .067453 .050813 .083687 .071353 .071095 .14119 .10851 .10008 .034376 .022072 .013580 -.37196 .10429 .16378 .35908 .25230 .31261 -.096022 .27698 .52820 .57077 .84132 .82292 1.3966 3.6512 5.9124 5.3723 5.8707 6.0936 9.9661 16.3390 11.2209 5.6566 4.5300 8.3687 7.9487 8.8371 22.4778 22.3639 38.0513 18.3843 15.8411 12.8100 -.012896 .0032347 .0048253 .0097945 .0061587 .0073843 -.0020666 .0051895 .0095278 .0091688 .012273 .011116 .015780 .027459 .040894 .031933 .030205 .028661 .038656 .052556 .032482 .016345 .013088 .020408 .017572 .018010 .041063 .025657 .024572 .0076371 .0050724 .0030678 REVISTA 333 Rosem Maica 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 .32596 .33449 .26099 .37668 .29921 .27259 .29132 .30172 .30181 38.1215 60.8105 59.9275 99.8747 50.0388 35.7822 23.5699 13.8745 11.8321 .0095371 .0097083 .0046677 .0056173 .0014900 .7149E-3 .4073E-3 .2180E-3 .1663E-3 12.4259 20.3408 15.6407 37.6213 14.9722 9.7539 6.8665 4.1862 3.5711 .0022674 .0023975 .0011630 .0012755 .3674E-3 .1859E-3 .1097E-3 .5109E-4 .3910E-4 Fuente: BCV y Cálculos Propios M1R= M1 real = M1/IPC84 INF84= Inflación calculada con IPC Año Base 1984 (%) IIR1 = Impuesto Inflacionario Real = IIN/IPC84 IIN1 = Impuesto Inflacionario Nominal IIN1Y = Impuesto Inflacionario como proporción del PIB En la Tabla Nº 2 se presenta los cálculos de señoreaje con la metodología de Friedman (1971). Sin embargo dado que Friedman fue un pionero en el estudio de señoreaje, se utiliza la cantidad de dinero M1 – sin embargo ya hemos mencionado que para el caso Venezolano puede realizarse el cálculo con M2 -. A continuación se presenta el cálculo del monto de señoreaje para el periodo 1950-2001. Tabla Nº 2 Cálculo del Señoreaje en Venezuela 1950-2001 OBS. REVISTA IIN1 INF84 SEF1 SEF1Y 1949 1950 1951 .49579 1952 .066487 1953 -.10914 1954 0.00 1955 0.00 7.2398 .84388 -1.2552 0.00 0.00 30.2734 34.0529 37.2586 37.9545 41.6011 2.2168 2.2587 2.1683 1.9635 1.9372 334 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 .095392 -.31639 .76214 .71888 .46910 -.37196 .10429 .16378 .35908 .25230 .31261 -.096022 .27698 .52820 .57077 .84132 .82292 1.3966 3.6512 5.9124 5.3723 5.8707 6.0936 9.9661 16.3390 11.2209 5.6566 4.5300 8.3687 7.9487 8.8371 22.4778 .84746 -2.1008 4.7210 4.9180 3.5156 -2.6415 .77519 1.1538 2.2814 1.4870 1.8315 -.50360 1.3377 2.3903 2.5436 3.2280 2.8637 4.1280 8.2667 9.5089 8.3204 7.7770 7.1492 12.3083 21.5683 16.0419 9.6783 6.3081 12.1705 11.4000 11.5799 28.0772 46.4194 58.8258 63.1146 56.7303 49.2350 49.5698 45.2823 47.4999 57.8145 63.8206 63.0275 60.4163 70.6438 74.3245 79.1368 85.3694 90.3912 109.8368 143.2618 562.6492 240.1951 280.0788 308.2051 287.4035 257.8037 224.4297 177.3481 202.0390 199.6934 203.3271 104.2931 228.4555 1.7833 1.8498 2.2499 1.9566 1.7480 1.7186 1.4044 1.3995 1.5770 1.5579 1.4888 1.3003 1.3236 1.3407 1.2713 1.2453 1.2210 1.2410 1.0774 3.8916 1.4277 1.4410 1.4497 1.1148 .82925 .64967 .51247 .58373 .48698 .44948 .21255 .41735 REVISTA 335 Rosem Maica 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 22.3639 38.0513 18.3843 15.8411 12.8100 12.4259 20.3408 15.6407 37.6213 14.9722 9.7539 6.8665 4.1862 3.5711 29.4598 84.4736 40.6628 34.1997 31.4337 38.1215 60.8105 59.9275 99.8747 50.0388 35.7822 23.5699 13.8745 11.8321 215.3721 146.4883 131.5746 129.7258 109.5640 86.4117 127.6862 72.3808 119.3414 77.9471 66.5285 63.9540 63.6832 61.8418 .24709 .094596 .054658 .041539 .026239 .015768 .015050 .0053818 .0040460 .0019129 .0012676 .0010220 .7772E-3 .6772E-3 IIN1 = Impuesto Inflacionario Nominal Calculado con M1 INF84 = Inflación calculada con IPC Año Base 1984 SEF1 = Señoreaje Nominal según metodología de Friedman (1971) en MM de Bs SEF1Y= Señoreaje como proporción del PIB Se puede denotar como el señoreaje ha disminuido en términos nominales a partir de 1989, excepto 1994 y 1996 debido a las altas tasas de inflación que experimentó el país a mediados de los años 90. Así mismo es notable la caída de los ingresos por señoreaje como porcentaje del PIB desde el año 1983. Sin embargo, el análisis se ve entorpecido debido a que la fórmula de señoreaje contiene la tasa de crecimiento de la población y de la economía, en el caso de Venezuela la tasa de crecimiento económico es muy volátil y sin tendencia clara impidiendo que el señoreaje refleje una tendencia a largo plazo. Por tanto, al suponer que ambas tasas de crecimiento son iguales a cero (propuesto por Friedman, economías sin crecimiento) los ingresos por señoreaje serán iguales al impuesto inflacionario. En la Tabla Nº 1 si se denota como el impuesto = señoreaje llega a un máximo de 5,25% del PIB en el año 1980 y a partir de este año presenta una marcada caída que se mantiene hasta el último año en estudio sin que se produzca ningún aumento en las cifras. En el Gráfico Nº 3 se puede apreciar una disminución del impuesto inflacionario como porcentaje del PIB que se torna negativo para el período 1961-1962 debido a la a que la tasa de inflación para el año 1961 se ubicaba en –2,64%, y para el año 1962 aunque hubo una recuperación de los precios, hubo contracción de la base monetaria y el dinero (M0 y M1 REVISTA 336 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 respectivamente), por lo que el aumento experimentado por esta variable es poco significativo. Es a partir de 1976 cuando el gasto público se incrementa y se inyectan recursos provenientes de las exportaciones petroleras, lo que se traduce en aumento de los precios y por ende del impuesto, lo cual le genera recursos al gobierno para financiar proyectos de inversión y el déficit fiscal. (ver Palma,1989). La expansión de la base monetaria tiene sus causas para el caso venezolano, en la inyección de recursos por vías fiscales y cambiarias, de hecho para el periodo analizado el crecimiento de la base monetaria real interanual promedio fue de 20,83%. Lo que indica una clara probabilidad de recaudación de ingresos por impuesto inflacionario, aunque esta recaudación esta limitada por una tasa de inflación óptima6. Es por ello que actualmente se observa como el gobierno está utilizando otras vías de financiamiento, tales como devaluación, endeudamiento interno, impuestos a las actividades comerciales, etc. Grafico 3. Impuesto Inflacionario como porcentaje del PIB para Venezuela 1950-2001 Fuentes: Cálculos propios. En el gráfico siguiente puede observarse el monto por concepto de impuesto inflacionario real, es decir deflactado utilizando para ello el año base 84, sigue la misma tendencia de crecimiento por lo que no existen diferencias sustanciales en el cálculo del impuesto inflacionario real. Por lo cual, ambas estimaciones corroboran el auge de recaudación a partir de 1974 hasta 1989, esto debido a las políticas de expansión monetaria como vía de financiamiento del gasto fiscal, o producto de la expansión de los ingresos petroleros. En ambos gráficos se observa como 1980 fue el año con mayor nivel de recaudación en términos reales del impuesto inflación debido al crecimiento de la liquidez monetaria producto de los agentes generadores de dinero primario, quienes intentaron reducir el diferencial entre las tasas de interés pasivas, el BCV aplicó una política de fijación de precios. 6 Concepto estudiado por Bailey (1956). Define como tasa de inflación optima como aquella que iguala el costo social marginal de incrementar los ingresos del gobierno a través de la inflación con el costo social marginal de utilizar fuentes alternativas de ingreso. REVISTA 337 Rosem Maica Gráfico 4. Impuesto Inflacionario en Términos Reales Fuentes: Cálculos Propios. Reflexiones Finales Los siguientes gráficos muestran los ingresos por impuesto inflacionario y señoreaje en relación con la inflación, como teóricamente se ha establecido en la literatura los ingresos tributarios tienden a aumentar mientras la tasa impositiva sea menor a la optima (punto donde la tasa se hace máxima), a partir de está aumentos en la tasa impositiva desincentivan a los agentes y por tanto se reduce los niveles de recaudación. Para el caso de Venezuela se evidencia como la monetización de los déficit y la creación de dinero inorgánico han permitido la recaudación del impuesto inflacionario, se comprueba empíricamente que esta recaudación representa principalmente para la década de los ochenta una gran fuente de ingresos. Se presenta como hallazgo el descubrimiento de la analogía de la curva de impuesto inflacionario con la curva de laffer, verificando que para el caso de Venezuela la inflación se comporta como un impuesto. El siguiente grafico denota como a tasas de inflación menores del 20% el ingreso por impuesto inflacionario aumenta, sin embargo luego de inflaciones de 20% los ingresos por recaudación del impuesto inflación disminuye por lo cual se comprueba lo planteado por Dornbusch (1989: 49). Gráfico 5. Impuesto Inflacionario como % PIB con respecto a las tasas de Inflación Fuentes: Cálculos propios. REVISTA 338 Señoreaje: un análisis empírico en Venezuela de 1950 al 2001 Cabe destacar que los rezagos en la recaudación del impuesto inflacionario pueden erosionar los propios ingresos fiscales del sector público; por lo cual se comprueba empíricamente para el caso de Venezuela que inflaciones por encima de 20% disminuyen el poder del gobierno de monetizar los déficits. Sin embargo se observa como excepción el año 1996 que fue escenario de la crisis bancaria en donde la recaudación por señoreaje fue alta debido a la gran inyección de dinero inorgánico para subsanar la pérdida de liquidez de los bancos comerciales y respaldar los depósitos de los ahorristas de las instituciones financieras que se declararon formalmente en quiebra principalmente el Banco Latino. Gráfico 6. Señoreaje como % del PIB con relación a la Inflación Fuentes: Cálculos propios. El Señoreaje como porcentaje del PIB el señoreaje represento una importante fuente de ingresos fiscales a tasas inferiores al 15%, sin embargo se puede apreciar en el gráfico que a tasas de inflación superiores al 20% el gobierno venezolano fue perdiendo poder de recaudación debido a la experiencia inflacionaria de los agentes económicos y a la pequeña proporción del producto que representa este tipo de ingreso fiscal, esto debido en parte a la erosión por el retardo en la recaudación y en parte a las expectativas de los agentes quienes se adaptan a procesos inflacionarios por ejemplo a través de mecanismos de indexación. En síntesis, se estima que durante el periodo de 1970-90 la expansión de los agregados monetarios fue motivo de financiamiento del gobierno vía impuesto inflacionario. Como hallazgo de la investigación se comprobó que los ingresos por impuesto inflacionario y señoreaje siguen el comportamiento creciente a bajas tasas de inflación y decrecientes a altas tasas de inflación, para el caso de Venezuela durante el período 19502001, el impuesto inflacionario no resulta una vía de recaudación viable, encontrándonos en la actualidad otras formas de financiamiento. Se comprueba que para un nivel de inflación del 21,56% para el año 1980 se obtiene el mayor nivel de impuesto inflacionario en términos reales (5,25% del PIB). REVISTA 339 Rosem Maica Lista de Referencias Banco de la República de Colombia (2000) «Señoreaje, Impuesto Inflacionario y Utilidades Brutas del Banco de la República,» Reportes del Emisor. Santa Fé de Bogota. Nº 15. Baptista, A. (1997) Bases Cuantitativas de la Economía Venezolana. Caracas: Fundación Polar. Barro, R. Grilli V. y Febrero R. (1997) Macroeconomía: Teoría y Política. Madrid: Mc graw Hill. Blanchard, O. (2000) Macroeconomía. 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