Nosotros hemos de dar ejemplo a otros empleados, porque

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NEWSLETTER FEBRERO 2015
INVITADOS DEL CLUB
Cena-coloquio con Guido Grimaldi
“La empresa familiar es más que el dinero”, Guido Grimaldi
“Si no se sabe a qué puerto se quiere navegar, ningún viento es favorable”, dejó
escrito el filósofo latín Séneca. Dos milenios más tarde, tres generaciones
consecutivas de una familia napolitana van dejando muy claro en qué puertos han
de estar para poder así domar los vientos y asumir otros retos aparte de los que les
plantea la misión de ofrecer servicios marítimos eficaces, fiables, innovadores y de
alta calidad.
Para el Grupo Grimaldi, Barcelona es uno de esos puertos. Desde que en el año
2004 desembarcaron en él por primera vez, la relación de la naviera con el puerto
catalán no ha dejado de mejorar y crecer. Actualmente, tras solo dos años y una
inversión inicial de cerca de 20 millones de euros para adquirir una terminal de
6.500 m2, están negociando con el puerto de Barcelona para ampliar a 100.000 m2
las áreas de concesión destinadas a sus actividades terminalísticas. En el grupo
familiar ven la Ciudad Condal como un auténtico hub logístico en su red de destinos
y en el proyecto del transporte marítimo de corta distancia (short sea shipping).
En la última cena-coloquio que organizó el Club Empresa Familiar ESADE Alumni,
los antiguos alumnos de la escuela tuvieron la ocasión de conocer la historia de
este importante grupo naval contada de la mano de Guido Grimaldi, miembro de la
tercera generación, quien explicó sin tapujos las claves que hacen grande a este
grupo familiar.
Los inicios del Grupo se remontan al año 1947,
cuando su abuelo, junto a otros cuatro
hermanos, adquirió su primer barco de carga.
Desde entonces la flota siguió creciendo y les
permitió aprovechar la necesidad de los grandes
fabricantes de automóviles de trasladar los
coches entre el norte y el sur de Europa. La confianza de los fabricantes ha sido el
mejor aval para el crecimiento y la internacionalización que el Grupo sigue llevando
a cabo desde los años setenta. A mediados de los años noventa, las dos ramas de
la familia fundadora decidieron dividir la empresa y establecer dos entidades
separadas.
“Nosotros hemos de dar ejemplo
a otros empleados, porque la
confianza es muy importante en
una empresa familiar.”
Durante la cena-coloquio, mientras los comensales iban entrando para ocupar sus
asientos, Guido Grimaldi se levantó constantemente para estrechar la mano de
cada uno de ellos. Tras la rueda de presentación inicial de cada una de las personas
asistentes, retomó la palabra e incluyó en su discurso a todos los presentes,
haciendo una correlación directa entre la profesión de la persona en cuestión y las
actividades que desarrolla el Grupo Grimaldi. De este modo, Guido hacía patente
que relacionar y conectar es algo que forma parte del “ADN Grimaldi”, el mismo
espíritu que hace que Grimaldi sea una de las mayores navieras del mundo.
“La interconectividad es una grandísima oportunidad”, afirmó Guido, miembro del
Consejo de Administración y responsable de la gestión comercial y operativa del
NEWSLETTER FEBRERO 2015
transporte marítimo de camiones y remolques del Grupo Grimaldi. Es un negocio
que mueve más de 12 millones de pasajeros al año y que constantemente busca
oportunidades para crecer. En opinión de Guido, las empresas de transporte son
tradicionalistas y la clave está en no caer en la rutina y el tradicionalismo. Por ello
Grimaldi innova constantemente.
Guido oficialmente empezó a trabajar a los 21
años, pero sus inicios se remontan a unos cinco
años antes, cuando su abuelo, también llamado
Guido, le regaló un billete para hacer el trayecto
hasta Valencia. Al principio no entendía el regalo, pero con los años tuvo claro que
ha sido el regalo de su vida. De hecho, el regalo era la vida que lleva: trabajar
hasta las 11 de la noche y dar ejemplo al resto de su “equipo fenomenal”, a los que
trata de dejar claros los principios de meritocracia que priman en todo el grupo. “En
Grimaldi no se mira la antigüedad, sino el rendimiento”, afirma Guido, quien desde
una oficina tipo open space lidera la empresa, aplicando el modelo que denomina
de “competencia constructiva”.
“La empresa familiar es más que
el dinero”.
“Nosotros hemos de dar ejemplo a otros empleados, porque la confianza es muy
importante en una empresa familiar”, señaló Guido. Todos los presentes pudieron
darse cuenta de que a Guido le mueve la pasión por el legado que la familia
empresaria ha ido creando en las últimas tres generaciones. Él se siente parte de
este legado y lo acepta con orgullo, porque para él “la empresa familiar es más que
el dinero”, según confesó.
Llevar el nombre del fundador y ser el hijo del líder actual del Grupo es una gran
responsabilidad, pero puede ser también una carga. Para sobrellevarla, Guido se
inspira en ellos, sobre todo en su padre, quien constantemente le insiste y aconseja
tener más visión. Es él quien lidera todo el grupo y sus más de 12.000 empleados y
alguien que, en su opinión, reúne los tres tipos de liderazgo: el efectivo, el mental y
el social.
“Lo importante es que la familia acepte a un líder. Es algo que pasa en toda
empresa familiar exitosa”, destacó Guido, consciente de que en su trabajo la
intuición juega un importante papel, pero también de que la visión sirve de poco si
no se conoce el trabajo y que la rutina no ayuda a la visión. Para agudizarla, tener
referencias puede resultar muy útil, y por eso se apoya en los consejos de su
padre, quien le suele insistir que debe recordar los ejemplos que fracasaron.
Gracias a la economía de escala, que les permite ofrecer precios competitivos, la
apuesta por una innovación constante y el saber delegar, el futuro del Grupo
Grimaldi entre los principales grupos navieros parece estar asegurado.
Autor: Boris Matijas, Family Business Transformation
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