UPM Orión – ex BOTNIA

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UPM Orión – ex BOTNIA
Cara y seca de un conflicto destratado por CLARIN
con notables implicaciones que no han sido debatidas
y su posible solución de amplios alcances regionales
Javier Llorens – Octúbre 2013
Sumario
Resumen ............................................................................................................................................. 1
I - El conflicto ambiental y su enrarecido contexto ................................................................................ 2
El destrato del asunto por Clarín................................................................................................................ 2
El balance de insumos y exumos de UPM Orión ....................................................................................... 2
No existe una información veraz y fidedigna respecto el conflicto............................................................ 3
Uruguay acepta que UPM Orión contamina y no cumple con el Digesto de la CARU.............................. 4
La trampita del decreto 253/79 uruguayo .................................................................................................. 5
La dinámica en curso que convertirá el río Uruguay en un Riachuelo ....................................................... 5
La falacia de la postura uruguaya y el nudo del problema ......................................................................... 6
La ilegal postura uruguaya conforme el Estatuto del Rio Uruguay ............................................................ 7
La ilegal postura a la luz del derecho ambiental internacional................................................................... 7
La vista gorda uruguaya ante UPM Orión ................................................................................................. 7
La ampliación del cupo de producción de hecho ....................................................................................... 8
La contaminación del aire.......................................................................................................................... 9
Tras su paso por New York el presidente Mujica pasó de ex tupamaro a UPMaro ................................. 10
De la revolución social a la revolución de Rockefeller ............................................................................ 11
UPM Orión, Black Rock, geopolítica, y petróleo .................................................................................... 11
II - El expolio económico y ambiental por parte de UPM ..................................................................... 12
La amarga cosecha que representa UPM para Uruguay ........................................................................... 12
La ecuación económica ¡clinc caja! de UPM en Uruguay ....................................................................... 13
La expoliación ambiental por parte de UPM ........................................................................................... 14
La radicación de UPM en Fray Bentos, otra evidencia de la expoliación ................................................ 14
Harvard también foresta y depreda .......................................................................................................... 16
La triste experiencia de Fray Bentos con la Liebig – Anglo .................................................................... 16
La mita y el yanaconazgo modernos ........................................................................................................ 16
III - Las similitudes con Argentina y la necesidad de una salida regional ............................................... 17
Las similitudes de Uruguay con Argentina .............................................................................................. 17
Las razones filosóficas de la reacción ambientalista ................................................................................ 18
La necesidad de la veracidad por parte del estado para no perder la credibilidad .................................... 19
El conflicto con Uruguay, otra manifestación de la debacle argentina..................................................... 19
Mercosur o Black Rock ........................................................................................................................... 20
La solución pasa por la verdad integral de los hechos ............................................................................. 21
VI - Hacer la nuestra .......................................................................................................................... 22
Más Mercosur en vez de menos Mercosur ............................................................................................... 22
ESE Equidad Social Empresaria, en vez de RSE ..................................................................................... 23
Los beneficios para Uruguay y Argentina ............................................................................................... 23
Resumen
La CARU (Comisión Administradora Rio Uruguay) y la DINAMA (Dirección Nacional Medio
Ambiente) uruguaya aceptan que la planta Orión de UPM contamina, al superar los parámetros fijados en el Estatuto del Rio Uruguay, pese la desinformación de CLARIN y LA NACION al respecto. Pero Uruguay sostiene absurdamente que no contamina, por estar el Rio
Uruguay ya contaminado, por efecto entre otros de su afluente el rio argentino Gualeyguachú. Y para favorecer a UPM rebaja esos parámetros mediante una norma interna, violando el Estatuto del Rio Uruguay que lo impide, y también el principio contaminador- pagador del derecho ambiental internacional. Como consecuencia que en Uruguay no queda
renta alguna de la actividad industrial de UPM Orión, y si su pasivo ambiental, lo que no
sucede respecto la actividad interna regional desarrollada en las márgenes de los ríos Uruguay y Gualeguaychú.
El único rédito social que deja la planta Orión de UPM, es la creación de un minúsculo y
momentáneo empleo, como si se tratara de una moderna mita o yanaconazgo. Que a trasmano de la historia fueron aceptados en Fray Bentos y el Departamento de Rio Negro uruguayo, porque soportaban un desempleo del 48 %, que la operación de la planta de UPM
palió en mínima medida. Indudablemente que otra habría sido su actitud si hubiesen tenido
un desempleo socialmente tolerable del 6 %. Y no esa extrema situación de penuria laboral,
deparada por la quiebra de la anterior inversión extranjera en esa misma localidad, la industria de los extractos de carne de la Liebig – Anglo. Por ello la asimilación de la cuestión a
esa institución colonial resulta atinada.
Además de aprovechar esa carencia social, Botnia UPM se instaló en esa población para
aprovechar logísticamente el nudo vial fluvial existente allí, a poca distancia de los puertos
de ultramar. Con el objeto de explotar la biomasa arbórea de Uruguay y del Noroeste Argentino, mucho más promisoria que la de Finlandia, de donde proviene UPM. Para integrarla verticalmente a la poderosa industria forestal – celulósica – papelera – energética de ese
país, convirtiendo a Uruguay y el Noroeste Argentino en un bosque finlandés. De igual manera que fuimos hace un siglo la “granja de Inglaterra”, lo cual pudo ser entendible entonces por el novel desarrollo de nuestros países, pero resultando hoy inaceptable que tropecemos con la misma piedra.
En consecuencia en la región UPM solo dejará los réditos de la actividad forestal primaria, y
la torta de la contaminación. Pero nada de la torta de beneficios obtenidos en la restante
cadena de valor. Por ello la discusión profunda en la cuestión, no es solamente si UPM contamina o no, y en cuanto lo hace y/o hasta cuándo puede absorber el Rio Uruguay el vuelco
de contaminantes. Sino el porqué de esa contaminación, y quien se beneficia con ella, y/o
con la capacidad de absorción de contaminantes del rio Uruguay. Si la actividad interna regional, o la inversión extranjera, y que es lo que está deja a cambio en Uruguay y la región.
Planteado así, el asunto se perfila como un caso líder para rediscutir integralmente la cuestión de la inversión extranjera, y lo que ella toma y deja en la región. Y en esa impronta, en
vez de profundizar el conflicto con Uruguay, deberíamos forjar una alianza con nuestro país
hermano y el Mercosur, que le permita replantear la absurda alianza que estableció con
Botnia UPM, que muy poco réditos y muchos conflictos ha traído a la región. En consecuen1
cia la solución no pasa por ir a La Haya, ni tampoco pedir la mediación de algunos presidentes de la región. Y menos aun amoldar el Estatuto del Rio Uruguay a las necesidades de
UPM, como lamentablemente propone Uruguay.
La salida virtuosa para Uruguay y la región consiste en que el Mercosur dicte normas mínimas a cumplir por parte de la inversión extra regional e intrarregional, a las que deberán
amoldarse las inversiones existentes. Referidas no solo al aspecto ambiental, sino integralmente al socio-económico-ambiental, para que las inversiones obtengan una licencia social
que depare zonas de resguardos, y un balance social claramente ventajoso para las comunidades vecinas y mediatas. Y no nuevas mitas y yanaconazgos, y/o el pago de mínimas regalías, que no tienen proporción alguna con las ganancias del inversor, como sucede hoy en
nuestra región. Cuya reversión permitiría elevar sustancialmente el bienestar general de los
países que la integran.
I - El conflicto ambiental y su enrarecido contexto
El destrato del asunto por Clarín
La cobertura efectuada por los diarios CLARIN y LA NACION respecto el conflicto con Uruguay por UPM Orión ex Botnia, parece empeñada en reflejar solo el punto de vista uruguayo y no el argentino. Al punto tal de afirmar editorialmente que el “verdadero mensaje” es
que “la ex Botnia no contamina” y que “el tiempo le ha dado la razón a Uruguay” (“Del
editor al lector - “Cara y ceca de dos funcionarios K”, 12/10/13). Basando exclusivamente su
cobertura en las notas enviadas por el corresponsal en Uruguay Guillermo Pellegrino, como
si los detallados informes subidos a la página web de nuestra Cancillería no existieran.
Aparece así CLARIN como el diario argentino mas uruguayo, con una temeraria falta de rigor periodístico, inaceptable para le envergadura de ese medio y la gravedad del asunto. Lo
cual posiblemente en un futuro será materia de tesis por parte de algún estudiante de ciencias de la educación crítico. Que describirá el fenómeno de cómo se puede ir contra los intereses del propio país, en el desarrollo de una “guerra de trincheras” periodística contra el
gobierno de turno, tal como la describió su secretario General Redacción Ricardo Kirschbaum. O por el hecho de tener cola de paja, al ser dueño de la pastera-papelera Papel Prensa, que contamina el rio Baradero.
El balance de insumos y exumos de UPM Orión
Por su parte ningún finlandés de donde proviene UPM se animaría a afirmar lo que dice
CLARIN, porque conocen en carne propia el impacto ambiental que produce una pastera,
máxime si es de la talla de la planta Orión de Fray Bentos. Que engulle como insumo básico
40 hectáreas de bosques por día, que contienen 9.000 mts cúbicos de rollizos de eucaliptos,
y son puestos en la fábrica por 250 camiones diarios, para transformarlos en 24 hs en 2.000
mts cúbicos de celulosa. Equivalentes a 40 km2 o 4.000 hectáreas de papel de 75 gramos, o
650 mil resmas de papel tamaño A4.
Como contrapartida indeseada y desechable, UPM Orión tiene que tirar una enormidad de
exumos sobrantes al rio Uruguay, junto con parte de los químicos empleados para su tratamiento, razón por la que las pasteras se instalan siempre a la vera de grandes ríos o mares, debiendo además enterrar otros exumos bajo tierra. Apuntando al respecto el experto
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Raúl Estrada Oyuela que la planta Orión de UPM, es la única que está localizada sobre un rio
de mediano porte, como el Uruguay. Que tiene un caudal semipermanente 4 veces inferior
al Paraná, pero cuyo caudal mínimo característico es 11 veces inferior al de este. Como
consecuencia de contar con un régimen hidráulico de gran amplitud, que varía 15,7 veces
entre su mínimo y máximo característico (755 a 11.902 m3/s), y 58,5 veces entre su mínimo
y máximo absoluto (382 a 22.487 m3/s) contra 3,4 veces y 6,6 veces del Paraná, respectivamente.
Los exumos indeseables desechados en el rio Uruguay según el informe de los científicos
argentinos integrantes de la Comisión Científica de la CARU son 61 mil metros cúbicos de
efluentes líquidos por día, 22 millones al año, equivalente al de una ciudad de un cuarto de
millón de habitantes. En los que van diariamente 17 toneladas de materia orgánica por día,
o 6.000 toneladas al año, equivalentes al desecho de una ciudad de 132 mil habitantes sin
tratamiento de efluentes. 57 kg de Fósforo por día, o 20 toneladas por año, equivalentes al
de una ciudad de 28.000 habitantes sin tratamiento de efluentes. Y 142 Kg de Nitrógeno por
día o 52 toneladas al año, equivalente a una ciudad de 38.000 habitantes sin tratamiento de
efluentes.
En total la planta de UPM Orión vuelca en el Rio Uruguay como exumos indeseables, 250
toneladas por día, o 8.750 toneladas por año de sólidos disueltos. Siendo los principales Sodio, 64 toneladas por día o 22.600 toneladas año. Calcio, 8 toneladas por día o casi tres mil
toneladas año. Potasio, 4 toneladas por día, o 1.500 toneladas año. Silicio 0,5 toneladas por
día o 181 por año. Magnesio 0,8 toneladas por día y 314 por año. Con una demanda química de oxígeno de 15,5 toneladas por día o 5.400 por año. Guarismos que hablan de por si
del enorme impacto ambiental que UPM Orión puede provocar, en un rio de la variabilidad
de caudal del Uruguay.
No existe una información veraz y fidedigna respecto el conflicto
Quien se encargó de aportar un poco de tino al tema, fue el geógrafo Carlos Reboratti en la
nota que CLARIN publicó el 14/10/12, titulada “La falta de información contamina el debate
ambiental”. Donde afirma que “en los conflictos socio ambientales, en los que varios actores
en acción (las empresas, los gobiernos, las ONG ambientalistas, los movimientos sociales
locales) suele suceder que no existe una información veraz, fidedigna y aceptada por todos ¿Por qué sucede esto? Por una combinación que mezcla diversas dosis y según las circunstancias ignorancia, incapacidad mala fe, ingenuidad, astucia política y viveza criolla”.
A esta altura del conflicto, tras haber birlado al público durante dos años las conclusiones
del Comité Científico de la CARU, ambas partes han hecho explicitas sus posiciones y disidencias respecto la cuestión ambiental, razón por la cual esos defectos solo cabe achacarlos
a un pésimo periodismo. Como los ejercidos por CLARIN y LA NACION, que están muy lejos
de trasmitir a su audiencia el núcleo de la controversia y las razones que le asisten a Argentina, más allá de la falta de tino diplomático de nuestra cancillería. Cuyos datos presenta
como unilaterales, pese provenir de los laboratorios canadienses contratados por la CARU.
Y cuya intimación legal al Uruguay, previo a recurrir a la Corte de la Haya, tergiversan presentándola como un “ultimátum”.
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Pese que esta “última palabra”, que es el significado de “ultimátum”, lleva implícita en diplomacia la amenaza de recurrir a embargos o actos de fuerza, y no a una Corte de Justicia
para que de su “ultima palabra”. Empero la falta de información va bastante más allá, ya
que pese jactarse CLARIN y LA NACION de ejercer un periodismo de investigación crítico,
ninguno de ellos ha indagado respecto cual es la ecuación económica real de UPM. Ni de
cuantificar que beneficios concretos y palpables le deja esa faraónica inversión europea al
Uruguay, como para justificar un embrollo regional.
Uruguay acepta que UPM Orión contamina y no cumple con el Digesto de la CARU
Lo concreto es que si CLARIN, guiado por un indispensable rigor informativo, hubiese visitado la pagina web de la Dirección Nacional de Medio Ambiente uruguaya (DINAMA,
http://www.mvotma.gub.uy/comision-de-seguimiento-upm.html) a la que parece dar absoluta
fe, se habría encontrado que esta coincide casi totalmente con lo que afirma nuestra cancillería (http://www.mrecic.gov.ar/informe-sobre-upm-botnia) respecto de que UPM supera largamente los límites impuestos por el Digesto de la CARU y el Decreto 253/79 uruguayo. En cuanto a contaminación microbiana, fósforo total, sustancias fenólicas, hierro, y
mercurio, conforme se puede observar en lo gráficos extraídos de la DINAMA adjuntos.
Donde las mediciones efectuadas en torno de la planta Orión, correspondientes a los puntos 7, 8, 9 del eje horizontal, superan algunas de ellas largamente la línea roja establecida
en el Digesto de la CARU. A los que habría agregar otros elementos que la DINAMA no analiza, como cromo, níquel, y endosulfan.
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Uruguay no obstante procura disimular esos notables incumplimientos por parte de UPM
Orión, agarrándose del art 9 de decreto uruguayo 253/79, proveniente de tiempos de la
dictadura militar cuando no existía conciencia ambiental, que permite verter efluentes que
no "perjudiquen" el cuerpo receptor. Y deja en manos del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial, y Medio Ambiente (MVOTMA) fijar donde se tomarán las característica
de este cuerpo.
La trampita del decreto 253/79 uruguayo
Para lo cual la DINAMA dispuso de 16 puntos de control sobre el Rio Uruguay, antes y después de UPM, detallados en el mapa adjunto, que se corresponden con los números que
figuran en el eje horizontal de sus gráficos. Correspondiendo como se dijo los números 7, 8,
y 9 a las inmediaciones de UPM. El 13 al desagüe cloacal de Fray Bentos, que carece de
planta de depuración. Y el 16 a la mezcla de aguas del rio Uruguay y el Gualeguaychú, que
desemboca en el gran ensanchamiento que se produce en el río Uruguay aguas abajo después de UPM y Fray Bentos. En dichos gráficos es notable ver como los índices de contaminación se elevan por sobre lo permitido por el Digesto de la CARU en las inmediaciones de
UPM y en el desagüe cloacal. Y también debemos reconocer en algunos casos pero en menor medida, en la confluencia de las aguas del Rio Uruguay con el Gualeguaychú.
A su vez el art 15 del mencionado decreto uruguayo, le permite a dicho ministerio rebajar
las exigencias establecidas, siempre que no traigan inconvenientes. En consecuencia la postura asumida por Uruguay para defender a UPM, violando incluso el espíritu del vetusto
decreto 253 del año 1979, es decir en este paraje puntual y específico del rio Uruguay (y no
en todo en el cuerpo del mismo) hay este alto nivel de contaminación, y por tanto UPM
puede igualarlo sin por ello contaminar.
La dinámica en curso que convertirá el río Uruguay en un Riachuelo
Uruguay se ciñe de esta manera solo al aspecto cualitativo, y no al cuantitativo referido a la
masa y volumen contaminante en cuestión. Razón por la que se opone a todo cálculo al
respecto, como proponen los integrantes argentinos del Comité Científico, para evaluar los
verdaderos alcances acumulativos de esos vertidos. Lo cual daría diferencias abismales entre lo que vierte el coloso UPM, y los restantes pigmeos. Contraponiendo que en todo caso
también debería hacerse similar cálculo respecto el Rio Gualeguaychú, pese a no tratarse de
efluente sino de un afluente, del cual no obstante Argentina no puede negar su responsabilidad. Absurdamente la DINAMA parece decir, en estos puntos del rio Uruguay hemos en5
contrado bostas de perros, razón por la que UPM tiene derecho a tirar la bosta de mil de
perros, por lo que bien merecería el nombre de Bostnia.
En esencia la postura de Uruguay en defensa de UPM - ex Botnia, expresada incluso en forma pública por el intendente fraybentino Omar Latluf, responde a la declinación del verbo
contaminar. Yo contamino, tu contaminas, el contamina, nosotros contaminamos, vosotros
contamináis, ellos contaminan. Todos contaminamos, y los brasileros de aguas arriba del
Rio Uruguay también contaminan. Por lo tanto nadie contamina, porque ya está contaminado.
Proponiendo paradojalmente por lo tanto, el vertido de más contaminantes, como si de esa
manera se pudiera descontaminar. Repitiendo así la misma dinámica de realimentación
positiva o espiral vicioso por parte de los vertedores de contaminantes, que llevaron a
nuestro Rio Riachuelo a ser una charca inmunda carente de vida. Bajo la absurda impronta
que cuando más contaminantes se vierten, más se pueden verter, levantando, o mejor dicho bajando cada vez más las vallas para el vertido de ellos.
Al respecto el nombre de Orión dado por UPM a su planta en Fray Bentos no parece inadecuado. Según la mitología griega Orión era un gigante que cazaba con un garrote de bronce,
y se jactaba que podía matar a todos los animales y bestias de la Tierra. Por esa razón la
Madre Tierra (Gea en griego y Pachamama en la cultura aborigen) se alarmó y envió un gigantesco escorpión que lo mató con su veneno. Por eso en el cielo al lado de la constelación
de Orión está la de Escorpión, cuyo veneno va escondido en su aguijón, igual que en la canaleta de desagüe de la planta de UPM.
La falacia de la postura uruguaya y el nudo del problema
No obstante la postura uruguaya incurre en una paradoja, o mejor dicho una falacia. Dado
que los expertos afirman que para que no exista contaminación, la introducción de contaminantes no debe superar la capacidad de absorción de ellos por parte del medio en que
son vertidos. A los efectos, según dice el digesto de la CARU, que no produzca efectos nocivos “a los recursos vivos, riesgos a la salud humana, amenaza a las actividades acuáticas
incluyendo la pesca o reducción de las actividades recreativas”. Y si ello ya produce efectos
nocivos, o está en peligro de hacerlo ¿qué sentido tiene entonces verter más contaminantes
al rio?
Lo cual a su vez lleva al planteo de un interrogante de justicia distributiva ¿Si en una región
la capacidad de absorber la contaminación consecuencia de la actividad antropogénica del
hombre es limitada? ¿Quiénes tienen derecho a ejercer esa actividad, y como deben contribuir socialmente por el aprovechamiento privado de esa capacidad natural, que bien
puede transformarse en un descuido en un peligroso y costoso pasivo ambiental?
Tal como sucedió en la región con la pastera Celulosa Arauco en Valdivia, Chile, situada sobre el Rio Cruces, que afectó la flora, fauna, agua y paisajes del humedal conocido como “El
Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter”, produciendo la muerte y emigración de sus
aves silvestres, incluidos sus emblemáticos cisnes de cuello negro. Donde también se comprobó que la planta estaba produciendo por encima de lo declarado en el análisis de impacto ambiental, y en consecuencia se la condenado judicialmente a reponer el humedal, y a
efectuar una costosísima obra para que derrame sus efluentes mar adentro, a lo que se
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oponen terminantemente los pescadores del lugar. Y estos interrogantes y peligros, nos
lleva a la cuestión moral y económica central en la cuestión con UPM, que se verá seguidamente, que hasta ahora nadie ha debatido.
La ilegal postura uruguaya conforme el Estatuto del Rio Uruguay
La postura uruguaya además de ser un absurdo ambiental, sería también ilegal a la luz del
art 41 del Estatuto del Rio Uruguay, por el cual Argentina y Uruguay se comprometieron a
“proteger y preservar el medio acuático y, en particular, prevenir su contaminación, dictando las normas y adoptando las medidas apropiadas… b) No disminuir en sus respectivos ordenamientos jurídicos 1) las exigencias técnicas en vigor para prevenir la contaminación de
las aguas, y 2) La severidad de las sanciones establecidas para los casos de infracción. c) Informarse recíprocamente sobre toda norma que prevean dictar con relación a la contaminación de las aguas, con vistas a establecer normas equivalentes en sus respectivos ordenamientos jurídicos”. En consecuencia Argentina sostiene que la aplicación del decreto 253/79
uruguayo, solo es aplicable en los casos en que este resultara ser ambientalmente más estricto, y no más laxo como pretende Uruguay.
La ilegal postura a la luz del derecho ambiental internacional
También sería ilegal la postura de Uruguay, a la luz del derecho internacional ambiental,
donde rigen los principios básicos de acción preventiva. Que implica reducir, limitar y controlar las actividades que pueden causar daños al ambiente. Se trata de un principio clave
en el derecho ambiental, dado que la conservación del ambiente es más efectiva a través de
medidas anticipadas para prevenir el daño, que los esfuerzos posteriores para repararlos. El
principio de buena vecindad y cooperación internacional, y la consecuente la obligación de
prevenir, reducir y controlar la contaminación y el daño ambiental, y cooperar en la mitigación de riesgos ambientales y emergencias. Que incluye el requisito de la consulta previa
basada en una adecuada información. El cual conforme el fallo de la Haya, Uruguay no
cumplió cuando decidió la instalación de la plata Orión de UPM, y estaría incumpliendo ahora con el aumento de su producción.
El principio de precaución, que implica que la falta de certeza científica no constituye razón
para posponer acciones dirigidas a evitar daños potencialmente serios o irreversibles al ambiente. Y sobre todo el principio contaminador – pagador, que obliga a que los costos involucrados en la prevención y lucha contra la contaminación sean asumidos y solventados por
quienes la producen, que en el caso de UPM parece no suceder. Por su parte el principio de
la responsabilidad común pero diferenciada, que podría articularse a favor de Uruguay por
su tamaño relativo y su estadio de desarrollo industrial, no sería de aplicación en este caso.
Porque como se expone seguidamente, el mismo no redundaría en beneficio de Uruguay,
sino de UPM, una multinacional perteneciente a países en avanzado estado de desarrollo,
quienes se aprovecharían así paradojalmente de una situación inversa a la prevista en este
principio.
La vista gorda uruguaya ante UPM Orión
Es notable la benevolencia con que la DIMANA trata a UPM Orión, que se advierte incluso
en el subtexto encomioso de sus informes, como si en lugar de un supervisor riguroso fuera
su manager ambiental. Lo cual no es novedad, sino un clásico en los órganos de regulación
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de los países de nuestra región, donde el regulado se encarga de una u otra manera de cooptar al regulador. Hay reiteradas evidencias al respecto, como la negativa a que el Comité
Científico de la CARU realice inspecciones sorpresa, requiriéndole por contrario que comunique las fechas de las inspecciones con diez días de anticipación, para que así UPM Orión
pueda acondicionar el escenario.
O la renuencia a implementar lo acordado en el 2010, referido al estudio de los organismos
indicadores del río (bivalvos y peces) y respecto la diversidad y abundancia de plancton, indicadores de la evolución de la biota del rio. Tampoco prestó acuerdo para instalar una
sonda multiparamétrica 50 metros aguas abajo del efluente de la planta UPM Orión, pese
haber sido acordado en el Comité Científico de la CARU, lo que impide obtener valiosa información en tiempo real. Además le permitió a UPM Orión mezclar sus efluentes con aguas
tomadas del rio Uruguay, en forma previa a su vertido al rio, para rebajar así su temperatura e índices de contaminación. Pese a que el art 11 del decreto 253/79 uruguayo prohíbe
que eso se haga con aguas “no contaminadas”.
Y acá aparece nuevamente la casuística de la DINAMA en beneficio de UPM, dado que si se
considera que las aguas del río Uruguay están contaminadas, dicha mezcla no sería ilegal.
Ante los reclamos argentinos por la existencia de ese tramposo bypass, que desvirtuaba
cualquier análisis, en su reemplazo DINAMA permitió que UPM vuelque los efluentes a una
temperatura de hasta 37 º C, pese que el mencionado decreto y sus modificaciones solo
permite que sea como máximo a 30 º C. No obstante ahora el presidente Mujica otorgó un
permiso precario de aumento del cupo de producción en cien mil toneladas, con la condición que dicha temperatura junto con el fósforo sean rebajados a los niveles estipulados en
el mencionado decreto.
La ampliación del cupo de producción de hecho
Pero es el caso que esta ampliación del cupo de producción, ya lo había obtenido desde
años atrás de hecho UPM Orión, gracias a la vista gorda del DINAMA, conforme se puede
ver en el siguiente gráfico. Extraído del informe presentado por UPM a la DINAMA, donde
pidió la ampliación del cupo a 1.300 toneladas anuales.
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En el gráfico, en el que insidiosamente UPM “olvidó” consignar las magnitudes verticales, se
aprecia que desde el año 2009 la planta Orión operó en un rango por sobre las 110 mil toneladas mes, lo cual se puede confirmar en los restantes gráficos confeccionados por DINAMA. Lo cual significa una producción anualizada de 1.320 toneladas año, que ahora se
pretende legalizar. Asegurando el DINAMA en su informe del 31/5/12, donde se aviene a un
aumento del cupo a 1.300 toneladas más un 5 % de tolerancia (que elevaría la producción
hasta 1.365 toneladas año) que actualmente ya tiene autorizada UPM Orión un cupo máximo de 1.111.250 toneladas año. Que el presidente Mujica recién ahora dice haber autorizado.
A los efectos de obtener esta autorización legal, de lo que en la práctica ya está haciendo,
UPM le forzó la mano a Múgica, mediante el expediente de cumplir con el cupo del millón
de toneladas establecido en el fallo del tribunal de la Haya en solo ocho meses calendarios.
Razón por la cual amenazó con parar la fabrica y la actividad extractiva forestal durante cuatro meses, licenciando a las 4.000 personas que se desempeñan en ellas, si no se le permitía
continuar con la producción. Lo cual con una producción mensual promedio de 125 mil toneladas, pone como horizonte posible de producción un millón y medio de toneladas año,
o sea un 50 % más que lo fijado por La Haya.
La contaminación del aire
La DINAMA también hizo denodados esfuerzos para eludir la cuestión de la contaminación
del aire. A la cual la Organización Mundial de la Salud acaba de clasificarla como carcinógena para los seres humanos dentro del Grupo 1. El más elevado de un grupo de cuatro, que
pasa del 4, seguramente no cancerígeno, al 1, seguramente cancerígeno. Al mismo nivel
que el asbesto, el alcoholismo, el tabaco, el plutonio, el radio, la radiación ultravioleta, etc.
Respecto la cual el tribunal de La Haya se excuso de expedirse, diciendo que no estaba prevista en el Estatuto del Rio Uruguay, lo mismo que la contaminación visual.
UPM se aferra a la explicación de que ello solo se produce en forma esporádica, solo cuando se pone en marcha y se detiene la planta. No obstante los fraybenteños se quejan de la
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aparición recurrente de intensos olores, mientras que los de UPM Orión se hacen los tontos
y miran al techo diciendo que no son ellos, como a quien se le escapa alguna flatulencia en
una reunión social, por lo que en vez de Orión podrían llamarse Nolió. Finalmente ante las
insistencias de los reclamos de los fraybenteños, DIMANA se vio obligada a implementar la
planilla de control que se adjunta. Y si realmente cumple con su deber, ahora tendrá que
tomar medidas mucho más efectivas ante la declaración de la OMS de que la contaminación del aire es carcinógena. Frente a la cual tampoco ahora los integrantes del tribunal de
La Haya podrían hacerse los sotas o suecos, o mejor dicho los finlandeses.
Tras su paso por New York el presidente Mujica pasó de ex tupamaro a UPMaro
Mujica hizo el anuncio de la ampliación del cupo de UPM a contrapelo de la opinión argentina, pocos días después de haberse reunido con el superbanquero David Rockefeller en
Nueva York, tras su paso por la Asamblea General de la ONU. Al respecto Uruguay está
aquejado de fuertes vencimientos de deuda pública anuales, que este año trepan a u$s
6.000 millones, lo cual representa más de un 10 % de su PBI de u$s 53 mil millones. A los
efectos de atender una pesada deuda pública de u$s 27 mil millones, que equivale a un 50
% de su PBI. Razón por la cual obligadamente tiene que rendir pleitesía a un superbanquero
de la talla de míster Rockefeller, como cualquier deudor que visita al gerente de su banco.
Profundizando esas relaciones, posteriormente Mujica se entrevistó con el empresario Alejandro Bulgheroni, dueños del grupo Bridas, cuya familia desde el tiempo de los aciagos gobiernos militares, es la representante informal de los intereses Rockefeller en el Rio de la
Plata, siendo por ello conspicuos cortesanos del poder. En base a esa aura de poder internacional, y sus lazos con los poderes de facto de entonces, sus integrantes eran casi los únicos que lograban sacar vivos a prisioneros de los campos de concentración clandestinos.
Otro ejemplo de la influencia de los Bulgueroni, lo reporta el hecho que su empleado el general Reynaldo Bignone, hoy condenado por delitos de lesa humanidad, fue designado por
el Ejército como el último presidente de facto argentino. Tras la disolución de la Junta Militar de las tres fuerzas armadas, acaecida después de la derrota argentina en Malvinas en
1982. Bignone designo como canciller a Juan Aguirre Lanari, suegro de Carlos Bulgheroni,
hermano de Alejandro, y además se encargo de llevar adelante una sustanciosa renegociación de los contratos petroleros que Bridas y otras empresas habían firmado con YPF.
El caso es que míster Rockefeller también tiene sus intereses puestos en UPM Orión. En
abril pasado UPM anunció que el súper fondo de inversión BlackRock vinculado al grupo
Rockefeller, había superado el 5 % de tenencia accionaria y votos en UPM Group. Y también
tienen acciones en este grupo el banco JP Morgan - Chase, y el fondo de inversión Vanguard Group, pertenecientes ambos al grupo Rockefeller. Y la ampliación del cupo de producción en 300 mil toneladas que pretende UPM Orión, le representará a esta un aumento
en su facturación de u$s 300 millones, con el precio de la pasta celulosa a u$s 100 la tonelada.
El que también tiene cercanías con Black Rock es el grupo CLARIN, al ser junto con el Vanguard Group accionista de Goldman Sachs, el megabanco de inversión que llegó a detentar
un 20 % de las acciones de CLARIN, y hoy tiene la mitad de esa cuantía. Y ha sido sindicado
como uno de los grandes responsables de la crisis financiera que azota al mundo. Por lo que
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cabe preguntarse si la cerril defensa que hace CLARIN de UPM Orión, se debe únicamente a
su enfrentamiento con el gobierno, o está movilizada por otros intereses. Además lógicamente de la defensa corporativa de las pasteras y papeleras, proveniente de detentar la
propiedad de las pastera papelera Papel Prensa, que contamina las aguas del río Baradero.
De la revolución social a la revolución de Rockefeller
Al respecto resulta notable ver cómo han arrumbado sus aspiraciones de antaño de igualdad, redistribución del ingreso, y justicia social los actuales líderes que provienen del justicialismo, la izquierda, e incluso de la subversión armada. Y como han sustituido esos derechos sociales que proclamaban con gran alharaca antaño, por supuestamente “nuevos” derechos individuales, que atañen a una minoría mínima de la sociedad, referidos a la libertad
sexual, la cuestión de género, el matrimonio homosexual, etc. Y también el derecho al consumo de psicodélicos y al aborto irrestricto, que lamentablemente ya no atañe a una mínima minoría de la sociedad. Justificando el aborto por que su mortalidad afecta principalmente a mujeres pobres, propiciando en nombre de los Derechos Humanos de la mujer que
elimine su cría no nacida, en lugar de propiciar su erradicación de la pobreza.
Por ello proclaman haber conseguido una sociedad más igualitaria, pese los enormes bolsones de exclusión, pobreza, y distribución enormemente desigual del ingreso que soportan nuestras sociedades. Y su secuela que azota a toda la sociedad, que es la inseguridad
urbana. En grados mucho mayores aun que los de antaño, como es el caso de Argentina y
Uruguay, que llevó hace años a decir al poeta uruguayo Alfredo Zitarrosa, “en mi país que
tristeza, la pobreza, y el rencor”. Si esos líderes leyeran el libro “profético” de John Rockefeller III, “La segunda revolución norte-americana”, advertirían que paradojalmente han sustituido sus viejas banderas e ideales juveniles, por las ideas plasmadas por el hermano del
banquero David Rockefeller en ese libro, cuya primera edición fue en 1973.
En el cual como un profeta del siglo XXI, Rockefeller hablaba del “capitalismo humanístico”,
la contaminación, la superpoblación (el más grave peligro para el porvenir del capitalismo,
en un mundo en vías de agotar sus recursos naturales) la necesidad del aborto irrestricto, la
liberación femenina, la neosexualidad sin estereotipos masculinos y femeninos, la juventud
como fuerza no subversiva, y su derecho a experimentar con psicodélicos, etc. Y también
respecto la RSE (Responsabilidad Social Empresaria) la filantropía, el sector privado no lucrativo, la iniciativa privada, la desestatización, la descentralización, las privatizaciones, la
articulación público privada, la calidad de vida, etc. Todas ideas fuerzas, que hoy son vocabulario corriente de nuestros actuales líderes, que antes veían en los Rockefeller la corporación del adversario, y hoy parecen haber sido colonizados culturalmente por estos.
UPM Orión, Black Rock, geopolítica, y petróleo
Mujica dijo que fue a hablar con el banquero Rockefeller respecto la despenalización de la
marihuana. Pero entre pitada y pitada seguramente hablaron de la necesidad que una mano ayude a la otra, como se estila en esas cumbres. Y es el caso que Black Rock también tiene inversiones en las petroleras que procuran extraer el petróleo de Malvinas, para lo que
necesitarían un apoyo desde el continente que no consiguen. Pero que podrían obtenerlo si
se profundiza la brecha entre Uruguay y Argentina, gracias a la manzana de la discordia que
representa UPM Orión.
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Y casualmente este nuevo estallido de la controversia entre Argentina y Uruguay por dicha
planta, coincidió con la llegada de una nutrida delegación británica a Montevideo, integrada
por 14 funcionarios, para dialogar en torno a la “expectativa sobre el petróleo, para que se
sumen a los esfuerzos de incrementar la economía de las Malvinas en los próximos tres a
cuatro años a través de la exploración y explotación”, además de firmar un acuerdo tributario. Roger Spink, titular de la Cámara de Comercio de las Islas Malvinas y director de la FIC
(Falkland Islands Company) aseguró que la cada vez más intensa exploración petrolera en la
zona “demandará una gran variedad de servicios, de infraestructura y de mano de obra”.
Por eso estaban en Uruguay buscando socios, “queremos que se sumen a los beneficios de
la exploración” dijo, apuntando a la debilidad estratégica de Uruguay, que carece enteramente de recursos petrolíferos.
Montevideo desde los tiempos de la dominación británica del hinterland del Rio de la Plata,
fue la base de operaciones de la diplomacia e inteligencia británicas. Y la creación de Uruguay y Paraguay como estados independientes, más que apoyadas fueron ideadas por la
geopolítica inglesa, para asegurar la libre navegación en ese hinterland, que era esencial
para el comercio inglés, antes que apareciera el ferrocarril inglés. Hoy en vez de dibujar países, que se ha tornado difícil, es posible el dibujo de enclaves extranjeros que cumplan parecida función de dividir para reinar. E incidir en un conflicto como el de Malvinas, que en
términos geopolíticos es el más importante del mundo en estos momentos, con una enorme riqueza petrolera de por medio, y su proyección sobre la Antártida.
No obstante CLARIN se encargó de poner su grano de arena desinformativo al respecto, con
una nota del historiador Luis Alberto Romero, con elocuente título “La vuelta del nacionalismo arrogante y paranoico”. Donde reprocha al “enano nacionalista territorial” la oposición argentina de antaño a la secesión de Paraguay y Uruguay; que hoy se manifestaría en la
defensa de Malvinas y el rampante conflicto con Uruguay. Cayendo así Romero en un enanismo intelectual que parece ser propio de la historiografía social que está tan de moda.
Que de tanto mirar el ombligo de su sociedad, ya sea para alabarla o reprocharla, no ve más
allá de las narices de ella.
Lo cual les impide ver que ellas están sumidas en un ominoso mundo, ancho y ajeno, lleno
de codicias y acechanzas exacerbadas por el agotamiento de los recursos naturales en un
mundo superpoblado. Donde sí cada uno no vela inteligentemente por lo suyo, seguro que
no lo harán los otros, sino que será despojado por estos. Por la fuerza como sucedió con
Malvinas, o por medio de los sutiles mecanismos modernos del despojo, como los que practican UPM y tantos otros.
II - El expolio económico y ambiental por parte de UPM
La amarga cosecha que representa UPM para Uruguay
UPM está radicada en la zona franca de Fray Bentos, y exenta de pagar todo tributo a Uruguay, como si se tratara de un enclave europeo en la ribera del río Uruguay. Tiene solo 384
empleados propios y 2.629 a través de terceros, según sus propias manifestaciones. Y es
propietario de más de un cuarto de millón de hectáreas, de las cuales 175.000 están forestadas con eucaliptos. Que demandan una enorme cantidad de agua para su crecimiento, y
agotan las napas subterráneas, atentando contra el desarrollo de otras actividades agrícolas
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ganaderas vecinas. Por ello en España el eucalipto es conocido como el “árbol de la discordia”, además de ser enormemente dañino a la fauna y flora, ya que carece de sotobosque,
por las sustancias alelopáticas que desprende. A su vez las tareas de desbosque, ya sea para
reforestar o destinar la tierra a otras actividades, son altamente costosas y agresivas para el
suelo, mediante la extracción mecánica de los tocones con sus raíces, o el incendió de ellos
mediante químicos.
Para fabricar 1,1 millón de toneladas de papel UPM Orión requiere de 3,3 millones de m3
de rollizos de eucaliptos. De los cuales un tercio proviene de su empresa Forestal Oriental, y
dos tercios que compra a terceros, y tienen en el mercado interno uruguayo un valor de u$s
55 el m3. Lo cual representa teóricamente u$s 180 millones anuales de costo de insumos
forestales. Además tiene en la planta de UPM un plantel de 300 empleados, que a un costo
de u$s 2.500 mensuales por empleado, le representa un monto de u$s 10 millones anuales,
totalizando ambos rubros u$s 190 millones anuales.
La ecuación económica ¡clinc caja! de UPM en Uruguay
A su vez UPM declara tener una ganancia promedio en su actividad forestal en el mundo de
u$s 24 por m3 de madera, y anualmente en Uruguay produce y consume por cuenta propia
1,1 millón de m3, lo que da un monto de beneficios anuales de u$s 26 millones anuales. Por
lo que se puede decir que los gastos directos para solventar el funcionamiento de su planta
Orión, los soporta con las ganancias de su actividad forestal en Uruguay. Lo cual se corresponde con la cifra consignada por Botnia - UPM en su análisis del impacto ambiental, que
reporta que deparará un saldo en divisas favorable a Uruguay de solo u$s 180 millones
anuales, equivalente al monto de la compra del insumo eucalipto por parte de la planta
Orión.
La pasta producida por UPM es íntegramente vendida en Europa, a razón de u$s 1.000 la
tonelada, lo que representa una facturación bruta para UPM de u$s 1.100 millones al año.
Razón por la cual lo único que queda o vuelve a Uruguay, es solo un 16 % o sexta parte de
esa facturación bruta. Quedando por lo tanto como único beneficio neto para Uruguay la
proveniente de su actividad forestal interna, que en total solo proporciona 6.000 empleos
directos en indirectos por la actividad de UPM en ese país.
Como a su vez el precio de exportación de rollizo de eucalipto pulpable en Uruguay es casi
el doble del que se comercializa en el mercado interno, u$s 105 el m3 contra u$s 55 el m3
(91 % más) se podría decir que Uruguay a través de UPM ni siquiera exporta rollizos de eucalipto sin industrialización alguna. Dado que UPM Orión situada en una zona franca en la
frontera uruguaya, se queda con la diferencia entre ambos valores, u$s 50 el m3, que representa u$s 165 millones que van a parar al bolsillo de UPM.
La cual para evitar costear un flete sucio y la contaminación industrial en los países centrales, los transforma en pasta celulosa en su planta de Fray Bentos. Quedándose así con 5/6
partes del valor de u$s 335 el m3 de eucalipto transformado en pasta celulosa, u$s 280 para
UPM y u$s 55 para Uruguay. Solventando así como se dijo el costo directo de esa transformación de madera en pulpa celulósica, con sus ganancias forestales en Uruguay. Por ello se
puede decir que para UPM en Uruguay todo es ¡clinc caja!
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La expoliación ambiental por parte de UPM
Lo que realmente queda en Uruguay e inmediaciones, es el pasivo ambiental por la forestación intensiva con especies exóticas, y la resultante de la actividad industrial de UPM. Siendo esta la expoliación ambiental a la que está sometido Uruguay, al soportar los costos ambientales iniciales y finales de una actividad integrada primaria, secundaria, y terciaria, forestal, industrial, y comercial, sin quedarse con ninguno de los beneficios de esta. Parafraseando el refrán criollo, “vergüenza es robar y no llevar nada para las casas”, de UPM Orión
se podría decir, “vergüenza es contaminar, y no dejar nada en las casas que soportan la contaminación”.
UPM Group es una multinacional con sede en Finlandia integrada verticalmente y dedicada
a la explotación forestal exhaustiva, hasta la última brizna. A cuyos rollizos transforma en
tablas y tabiques, si cumplen ciertas condiciones. O en pasta de papel, actividad en la que
está entre las diez primeras del mundo, proviniendo un tercio de su producción de la planta
Orión en Fray Bentos. A la que a su vez la transforma luego en papel. Y a los desperdicios de
todo ese proceso lo transforma en energía alternativa proveniente de la biomasa.
Entre el 2010 y 2012 tuvo ventas por u$s 43.751 millones, una cifra cercana al PBI uruguayo, y ganancias operativas por u$s 2.637 millones, que equivalen a la tercera parte de las
exportaciones anuales de Uruguay. Con la particularidad que pese ser la fabricación de la
pasta de papel solo un 16 % de su facturación global, fue la que le aportó en ese periodo el
67 % de sus ganancias operativas. A razón de una facturación de u$s 4,7 millones por empleado, y ganancias de u$s 1,22 millones por empleado, lo que representa una ganancia
declarada del 27 % sobre las ventas. Si se le suma la actividad forestal, pese a representar
en conjunto con la fabricación de pasta celulósica solo un 31 % de las ventas, ellas le aportaron un 81 % de las ganancias operativas, con una facturación de u$s 3,4 millones por empleado, y una ganancia de u$s 0,5 millón por empleado. Contra los u$s 2,2 millones por empleado de facturación, y una pérdida por empleado de u$s 30 mil, que le dejó la fabricación
de papel.
En el 2009 UPM compró a Metsä-Botnia sus operaciones en Uruguay en 1.600 millones de
euros, o sea unos u$s 2.300 millones, un 130 % más de lo que Metsä-Botnia dijo haber invertido en la planta Orión de Fray Bentos. Precio que pone de manifiesto la capacidad de
ganancias del emprendimiento, e incluyó a la compañía Forestal Oriental, propietaria de las
plantaciones de eucaliptus. Compraventa de la que Uruguay no vio ni un solo céntimo, ni
siquiera para el papel sellado. Estos indicadores revelan la enorme importancia que tiene el
Uruguay, y especialmente la planta de Orión de Fray Bentos para la actividad integrada de
UPM en la industria del papel. A la que ahora pretende ampliar su producción en un 30 %, a
la par de obtener un bill de indemnidad para seguir contaminando, bajo el supuesto de que
no lo hace por encontrarse el río Uruguay ya contaminado. Eludiendo así olímpicamente
hasta su obligación de pagar como contaminador, que surge del derecho ambiental internacional.
La radicación de UPM en Fray Bentos, otra evidencia de la expoliación
Este espíritu de expoliación por parte de Botnia - UPM, como la codicia que rompe el saco,
fue la que lo llevó a su instalación sin ningún miramiento, impulsados solo por razones
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logísticas, en el nudo vial fluvial de Fray Bentos – Gualeguaychú. Que había consolidado allí
la actividad de la Liebig - Anglo, cuando funcionaba en Fray Bentos la industria de los extractos de carnes enlatados, por lo que la zona era conocida como “la cocina del mundo”, al que
se sumó luego el puente internacional Gral. San Martín. Con vistas por parte de Botnia –
UPM de aprovechar las forestaciones uruguayas y argentinas que se encuentran en ambas
márgenes del Rio Uruguay, quedando a la par a poca distancia del puerto uruguayo de ultramar de Nueva Palmira, desde donde UPM hace sus despachos a Europa.
Finlandia, de donde proviene UPM, es el país más forestado del mundo, ya que está cubierto un 85 % de bosques que totalizan 23 millones de hectáreas. Contra solo 1,1 millón de
hectáreas forestadas con especies exóticas con que cuentan Uruguay y Argentina respectivamente. Pero allí un árbol de madera dura tarda 100 años en crecer, contra 8 que demora
en Uruguay y el Noroeste (NEA) argentino. Lo cual representa una diferencia de tasa acumulativa de crecimiento de la biomasa de 13 veces (del 0,7 % anual al 9,1 % anual). Al que
hay que agregarle el costo financiero de una y otra inmovilización de capital, que a un interés de moneda dura del 3 % anual, representa una tasa de descuento del 27 % en el caso
de Uruguay, y 23 veces mayor, del 624 % para Finlandia.
En donde además solo se puede disponer de dos tercios de la biomasa generada anualmente. Con lo cual se podría decir que potencialmente a los fines de su explotación, la biomasa
de Uruguay sería equivalente a la Finlandia, localizada en solo el 4 por ciento de su territorio. Y Argentina dispone de otro tanto, localizada en 4 por mil de su territorio. Por lo tanto
Uruguay y Argentina juntos, duplican la potencialidad de Finlandia, con la posibilidad
además de extender enormemente la superficie forestada, en un lugar donde los árboles
crecen 13 veces más rápido que en los países escandinavos. Potencialidad que permitiría
que sobre el rio Uruguay o el de la Plata, parafraseando a Ernesto Guevara, haya “dos, tres,
muchas UPM”, con todas las implicaciones y peligros que esto representa.
Además el eucalipto, que en Finlandia por razones climáticas no prospera, permite un alto
rendimiento en la fabricación de celulosa de fibra corta, destinada a la fabricación de papeles de alta calidad, usado para billetes, impresiones, y tisú. Y a ello se suma que Finlandia
hay 17 plantas de producción de pasta celulosa, más de 80 de papel y cartón, y 50 grandes
aserraderos, que consumen toda la madera que dispone anualmente. Siendo este cúmulo
de enormes ventajas comparativas, la verdadera razón por la que UPM ex Botnia está en
Fray Bentos, con la intención de convertir a Uruguay y el NEA argentino en un bosque escandinavo, en búsqueda del oro verde del eucalipto. Donde también pretendía radicarse
con una planta similar la española Ence, que ante el conflicto con Argentina, optó por trasladar su fábrica a Nueva Palmira, y luego traspasó sus proyectos y activos forestales a la
sueca finlandesa Stora Enso.
Botnia - UPM plantó altiva su monumental planta, como la ciudadela del conquistador, sin
contemplación alguna por la opción agrícola turística en la que se hallaban empeñadas las
comunidades de la región, sobre todo la argentina de Gualeguaychú. Justo en frente a su
balneario camping Ñandubaysal, que se jactaba de tener las “playas más playas del rio Uruguay”. Las que algunos días tuvieron que ser cerradas por la irritación que apareció en la
piel de los bañistas, que los de Gualegaychú atribuían a UPM Orión, y los de Fray Bentos al
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Rio Gualeguaychú. Todo lo cual explica la airada oposición de esta comunidad, contrapuesta
a la aceptación entre resignada e ilusionada por parte de Fray Bentos, ubicada en el departamento uruguayo Rio Negro. Que como consecuencia de la caída de la antes esplendorosa
industria cárnica, registraba el índice de desocupación más alto de Uruguay, del 48 %, que
no obstante la actividad de UPM no ha reducido gran cosa. Y que en su análisis de impacto
ambiental solo prometió reducirlo al 24 %, como para que haya mano de obra disponible
abundante y barata en la región.
Harvard también foresta y depreda
Como muestra de la potencialidad arbórea, y los excesos de toda índole que permite la región en relación al oro verde de eucaliptos y pinos, recientemente estudiantes de Harvard
denunciaron a esta prestigiosa universidad, por la explotación forestal de más de 87 mil
hectáreas que efectúa en Corrientes, en torno los Esteros de Iberá. Provocando daño ambiental por la desertificación del suelo, el secamiento de las napas de agua, e invadiendo la
zona de reserva de los esteros y tierras de las comunidades cercanas. Expresan al respecto
(“Harvard posee tierras en el país y sus alumnos la acusan de explotarlas mal”, Clarín,
25/10/13,):
“Harvard ha conseguido altos beneficios en Corrientes mediante el aprovechamiento de un
clima que lleva a tasas rápidas de crecimiento, un marco legal que otorga beneficios fiscales
a los inversionistas extranjeros y una imagen atractiva de responsabilidad corporativa…Sospechábamos que la universidad tenía inversiones poco éticas, y ahora pudimos comprobarlo. Impactaron además las condiciones precarias de los empleados de las forestales.
Harvard dice acogerse a buenas prácticas, pero los pobladores viven situaciones contractuales irregulares. La mayoría de las plantaciones está dentro de los esteros. Según los documentos mismos de la empresa, no debería haber ni un pino allí. Pero no respetan ni sus estatutos: plantan sobre los cuerpos de agua y están secando los suelos”
La triste experiencia de Fray Bentos con la Liebig – Anglo
A mediados del siglo pasado la planta de la Liebig – Anglo ubicada en Fray Bentos, era considerada uno de los mayores complejos industriales de Sudamérica, y su producto era una
de las principales exportaciones de Uruguay. En su apogeo tenía 5.000 empleados, y procesaba una vaca cada cinco minutos, aprovechando integralmente todas las partes de ella,
igual que hace ahora UPM con los eucaliptos. No obstante en 1964 un brote de fiebre tifoidea fue localizado en ella, producto de la contaminación del agua de refrigeración utilizada
en el proceso de envasado, que no había sido depurada adecuadamente.
A la par Gran Bretaña ingresó en el Mercado Común Europeo, lo que afectó los patrones de
su comercio, razón por la cual las exportaciones de la Liebig – Anglo se derrumbaron. Por
ello en 1971 sus instalaciones ya obsoletas fueron estatizadas por el gobierno uruguayo. No
obstante la viabilidad de la planta nunca se recuperó, y su producción cesó por completo en
1979, golpeando duramente a los residentes de la zona. Que ahora con UPM vuelven a repetir la misma historia y tropezar con una piedra parecida.
La mita y el yanaconazgo modernos
La inversión extranjera como la de Liebig - Anglo, UPM, y muchas otras, aparece así como
una moderna mita o yanaconazgo del tiempo de la colonia, al dejar solamente un mo16
mentáneo empleo para una población en búsqueda de su sustento diario. Llevándose íntegramente al extranjero la riqueza o renta por ellos generadas, como una forma superior de
explotar la plusvalía del trabajo local, agotando los recursos no renovables o de difícil renovación, y dejando a cambio un pasivo ambiental.
En tal sentido UPM tiene notables antecedentes respecto la salvaje conducta que despliega,
en relación con los recursos humanos que explota. En marzo 2006 UPM anunció un programa de reducción de costos que incluyó el despido de aproximadamente 3.600 empleados, casi 3.000 de ésos en Finlandia, con el cierre de su papelera Voikkaa en Kuusankoski,
siendo este el mayor despido de la historia de Finlandia. En el 2007 anunció el cierre de su
planta en Miramichi, New Brunswick, EEUU, alegando presiones en la industria forestal norteamericana, con el despido de otros 2.500 empleados.
En el 2008 anunció otro programa de reducción de costos con el cierre de su papelera en
Kajaani y su planta de celulosa de Tervasaari, que incluyó el despido entre ese año y el 2009
de más de 3.000 empleados. En total entre fines del 2001 y del 2012, según sus propios balances, UPM prescindió de 14.230 empleados, al pasar su dotación de 36.298 a 22.068 personas, con una caída del 40 % de ella. Registrando una tasa de despido de 1.294 personas al
año, equivalente al 4 % anual respecto la nómina del 2001. Al mismo tiempo que sus ventas
crecieron ínterin un 5 %, al pasar de 9.918 millones de euros en el 2001, a 10.438 millones
en el 2012.
III - Las similitudes con Argentina y la necesidad de una salida regional
Las similitudes de Uruguay con Argentina
Argentina también ha consentido con este tipo de expoliaciones en la actividad minera y
petrolera, justificadas con la generación de un poco de empleo, a cambio del pago de cánones que resultan ridículos en la actual situación mundial. Donde el antiguo concepto
monárquico de regalías, proveniente del Medioevo, ha sido complementado o sustituido
por el de participación en los resultados operativos, o la estatización lisa y llana. Pero su
actividad se desarrolla generalmente lejos de los poblados, y cuando se acercaron demasiado a estos fueron rechazados e impedidos de desplegar su actividad, como es el caso de El
Bolsón, Famatina, y otros. Motivados porque las nulas o insignificantes rentas sociales que
iban a dejar, contadas generalmente con las mismas unidades de la mita y el yanaconazgo,
no satisfacían las mínimas aspiraciones y necesidades de esas comunidades. Las que por
contrario a cambio de nada o casi nada, debían soportar los riesgos y peligros del impacto
ambiental.
Desde Uruguay se ha dicho que UPM decidió radicarse en Uruguay, porque en Argentina se
le pedían coimas para autorizar su instalación. Lo cual, dando fe a lo que dijo el ex presidente uruguayo Battle, que los argentinos son casi todos ladrones desde el primero al último, seguramente no está lejos de la verdad. No obstante lo que hizo Botnia UPM y hacen
todos los mega inversores en búsqueda de maximizar su expolio, es cabildear con las autoridades de las distintas alternativas de localización que tienen a mano, para ver quien se
baja más el pantalón. Ya sean países, provincias, o municipios, ofreciendo incluso “incentivos” para ello.
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Ante lo cual hay dirigentes travestis que no se sabe muy bien de qué lado del mostrador
están. Como el gobernador cordobés José Manuel de la Sota, que proclama públicamente
su disposición de bajarse los pantalones, y mejorar cualquier oferta hecha por sus pares.
Ante lo cual la corrupta dirigencia argentina se justifica moralmente, diciendo que el que
roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Permitiendo que el expoliador expolie, a cambio de una módica participación en el botín. Y esta actitud en Argentina hasta ahora solo ha
sido contenida por la oposición de las poblaciones afectadas por la expoliación.
Las razones filosóficas de la reacción ambientalista
Ante esa situación ex funcionarios demasiados pringados con los intereses de los inversores
locales y extranjeros, que en el pasado permitieron una descomunal transferencia de riquezas colectivas a favor de estos a cambio de monedas, han salido a poner el grito en el cielo
por el accionar de los grupos ambientalistas. Un caso típico es el del ex secretario de Energía de Domingo Cavallo, Emilio Apud, que recientemente se quejó airadamente de “los embates irresponsables de aquellos que usan el tema ambiental para oponerse a desarrollos
sustentables. Es necesario evitar que denuncias infundadas, que encuentran campo propicio
en la ignorancia y el miedo, sigan obstruyendo proyectos” (“La excusa ambiental como freno
al desarrollo”, CLARIN, 24/10/13).
Tras poner a UPM ex Botnia como ejemplo de industria sustentable Apud siguió diciendo,
“la denuncia ligera, pero con alta carga de emotividad prende fácilmente en una población
desinformada, impidiendo poner en valor inmensas riquezas en forma sustentable… Muchas
organizaciones ambientalistas atizan el fuego del miedo, a veces por desconocimiento y
otras por intereses. Pero lo que resulta inaudito es que los principales afectados por estas
campañas reactivas, que son los estados federal y provinciales, actúen en forma reactiva, tal
vez porque a algunos su pasado los condena”.
Sin percatarse en manera alguna que lo que denomina “reacción ambientalista”, responde
en realidad a los principios hedonistas de la escuela de Epicuro o Parménides, que estos
enunciaron 2.500 años atrás. O a los principios utilitaristas de los filosofos ingleses Jeremy
Bentham y su seguidor John Stuart Mill, que estos enunciaron hace más de dos siglos. Cuya
expresión positiva se sintetiza como el “máximo bienestar para el mayor número de personas”, y la negativa preconiza “evitar la mayor cantidad de dolor o daño para el mayor
número de personas”. Los defensores de esta última interpretación del utilitarismo, argumentan que es una fórmula ética más eficaz, pues hay más posibilidades de crear daños que
de crear bienestar, y los daños mayores conllevan suicidio a los más grandes bienes. Por ello
defienden la producción del “mínimo malestar para el máximo número de personas”,
siendo actualmente el filósofo David Pearce es uno de sus principales representantes de
este “utilitarismo negativo”.
Conforme estos principios filosóficos, carece totalmente de sentido que una comunidad
arriesgue la pérdida o la merma de su actual bienestar ambiental, para no obtener nada a
cambio. Salvo en algunos casos un poco de empleo, que beneficia a pocos, y el maquillaje
de algunas acciones filantrópicas de RSE (Responsabilidad Social Empresaria). Con las que el
expoliador devuelve a la comunidad algunas migajas de su festín, acompañadas generalmente de sobornos a líderes comunitarios, para que se encarguen de dorar píldoras y parar
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las broncas. De los que lamentable hay bastantes ejemplos tanto en Argentina como Uruguay.
Lo que en la práctica reporta una retorcida vuelta de tuerca, que consagra una absurda filosofía anti-utilitarista, que se aprecia en el caso de la planta Orión de UPM. Que por la positiva reporta el “máximo bienestar para el menor número de personas”, y por la negativa
transfiere la posibilidad de “la mayor cantidad de dolor o daño para el mayor número de
personas”.
Ante este peligro es que se produce la “reacción ambientalista” denostada por Apud, atendiendo el aserto de Henry Kissinger, “que los pueblos no reaccionan ante las oportunidades, sino ante los peligros”. Fórmula que es la base de la doctrina del shock, con la que
hasta hace poco se han implementado en la región feroces reformas a favor del Big Business y en contra del bienestar general del pueblo; ante la existencia de supuestos inminentes peligros, que iban desde la inflación o la crisis energética, hasta el terrorismo. Pero que
en este caso opera lamentablemente para esos mismos intereses en sentido inverso.
La necesidad de la veracidad por parte del estado para no perder la credibilidad
Profundizando su equívoco Apud reclama que “hay que lograr que la gente vuelva a confiar
en el Estado, cuyo rol principal en esta materia será velar por el cumplimiento irrestricto de
la toda la normativa ambiental y de preservación de recursos que establezcan las leyes”. Lo
cual reconoce que es lo más difícil, al haber sido el mismo uno de los tantos funcionarios
que contribuyeron a ese descrédito en Argentina. Pero que en Uruguay todavía no se ha
dado, pese las defecciones de la DINAMA.
Lo cual difícilmente se lograra con situaciones como la radicación de la planta de tratamiento de semillas de maíz de Monsanto en Córdoba. En la cual una comisión estatal irregularmente integrada, aprueba los impactos ambientales por etapas, primero para la edificación
de la planta, y luego para su puesta en marcha. Dejándole a la población afectada que se
opone a la radicación de ella, la amarga y molesta situación de que le están introduciendo
gradualmente el supositorio de los hechos consumados. Ya que difícilmente habrá autoridad alguna que niegue la puesta en marcha de la planta, luego de haber invertido Monsanto cientos de millones en la construcción de ella.
Lo que es indispensable no es que el estado argentino recupere su credibilidad pérdida, que
aun Uruguay la tiene, sino que ambos recuperen la veracidad, de la que ambos carecen. Y
para ello deben dejar de ser los mediadores o articuladores del Big Business, y recuperar su
rol esencial de defender el bienestar general. Y en consecuencia accionen para erradicar
definitivamente y para siempre la mita y el yanaconazgo de la región, con la que se justifican las inversiones expoliativas, y para que una parte sustancial y razonable de esas desproporcionadas ganancias queden en ella.
El conflicto con Uruguay, otra manifestación de la debacle argentina
CLARIN publicó una nota firmada por José Octavio Bordón, Dante Caputo, Roberto García
Moritán, Roberto Guareschi, Federico Merke, Vicente Palermo, Beatriz Sarlo y Juan Gabriel
Tokatlian (“Argentina-Uruguay: una propuesta alternativa”, 07/10/2013) diciendo que el
hecho que dos países del Mercosur y el Unasur recurran al tribunal europeo de La Haya
resulta una vergüenza. Y tienen toda la razón. Proponen en consecuencia un arbitraje en
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manos de presidentes de la región, lo cual que también resultaría una vergüenza para Argentina, al poner en evidencia su total impotencia para resolver un conflicto asimétrico, con
un país que solo tiene el 10 % de su PBI, el 6 % de su superficie, y el 8 % de su población.
Y ella ha llegado a un grado tal, que si supuestamente intentara usar el poder duro de las
armas, probablemente sería derrotado por Uruguay. Y su poder blando basado en el comercio, se ha visto resentido por las inusitadas trabas puestas por parte de Argentina a las
importaciones uruguayas, en su desesperado intento de mantener su superávit comercial.
Después de haber dejado que se fugaran alegremente del país 90 mil millones de dólares,
algunos de los cuales deben haber ido a parar al Uruguay.
Y por el cese de las exportaciones de gas natural hacia ese país, pese que su pico registrado
en el 2007, representaba solo el 0,4 % del consumo interno argentino. En cuanto al poder
financiero, Argentina ni siquiera intentó financiar el reservorio subterráneo que Uruguay se
había comprometido instalar en su territorio, a cambio de las ventas de gas a ese país; con
vistas a suplir el faltante de consumo en días picos, que hubiese redundado a favor de Argentina con un tráfico inverso de ese fluido.
Las únicas inversiones de argentinos allí, son las proveniente de la evasión impositiva, la
inmobiliaria en Punta del Este, y la de la soja. Y Argentina ni siquiera atinó a proponerle a
Uruguay la industrialización de su soja cultivada a la vera del rio Uruguay, en el complejo
aceitero argentino que está a la vera del Paraná. Por ello el presidente Mujica se quejo
amargamente en la cumbre del Mercosur de este año, diciendo que “es un Mercosur estancado que tiene miedo a la integración y que firmó unos papeles muy audaces, con mucha
ambición, y se quedó detenido y medio congelado en el tiempo".
En lugar de atender esa queja, deteriorando aun más la relación con Uruguay e intra Mercosur, como represalia al conflicto por UPM el gobierno argentino emitió recientemente una
disposición de la subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, dependiente del ministro del
Interior y Transporte, con la que implícitamente prohibió el embarque de productos argentinos en puertos uruguayos. Estableció que "las cargas de exportación originadas en puertos
argentinos sólo podrán ser transbordadas en otros puertos de jurisdicción argentina o en
puertos de Estados parte del Mercosur y de Estados asociados, con el que mantengan vigentes acuerdos de transporte marítimo de cargas con la Argentina". Acuerdos que con Uruguay no existen.
Mercosur o Black Rock
En un reciente editorial el diario el El Observador uruguayo expresó en forma elocuente la
asimetría entre Uruguay y Argentina, que para nada sabe aprovechar Argentina, diciendo
que “la Argentina como país, a veces nos da lástima. Porque solo ha aprovechado lo malo
de ser grande”. Aunque solo parece ser grande en su tamaño físico, como si fuera un grandulón de inteligencia y voluntad retardada, ya que está sujeto a los mismos lazos financieros
que condicionan a Uruguay. Dado que el grupo megainversor Black Rock, perteneciente a la
constelación Rockefeller, que detenta una participación importante en UPM Orión, también
tiene a Argentina a sus pies. Al ser el principal aliado con que cuenta Argentina para enfrentar a las demandas judiciales de los fondos buitres radicadas en Nueva York.
Al respecto el diario BAE de sesgo oficialista destacó a principios de este año en su nota
“Corte de Nueva York recibe hoy a BlackRock y Gramercy, los dos aliados del país en Wall
20
Street” (27/02/2013) “La importancia de BlackRock en la novela judicial entre los holdouts y
la Argentina, que ya lleva más de diez años de litigio, no es menor: el fondo con sede en
Nueva York, el más grande del mundo, que maneja activos por u$s 3,8 billones y tiene más
de 10.500 empleados operando en el sistema financiero, ya ha presentado en diciembre del
año pasado un escrito ante la Justicia de los EE.UU. apoyando la posición argentina, y firmado conjuntamente por otros 52 agentes de inversión agrupados en el denominado Exchange Bondholders Group (EBG), quienes sostienen que el fallo del juez Thomas Griesa
afecta la “propiedad privada de terceros” y que por lo tanto es “inconstitucional”, según las
leyes de los Estados Unidos.”
Paralelamente a ese apoyo judicial-financiero, el gobierno argentino súbitamente modificó
la política petrolera esbozada con la estatización de YPF a comienzo del 2012, al concretar
una brutal transferencia de la renta del petróleo crudo y gas natural a favor de los concesionarios privados encabezados por los Bulgheroni . A la par que firmaba compromisos con
estos y otras compañías pertenecientes al grupo Rockefeller, para la puesta en explotación
de las siderales riquezas de hidrocarburos no convencionales de las formaciones Vaca
Muerta – Los Molles en Neuquén, que valuadas a precios de mercado representan 28 veces
al actual PBI de Argentina.
En donde las petroleras norteamericanas lideradas por la Exxon, compañía estrella del grupo Rockefeller, en las que Black Rock tiene fortísimas inversiones, han tomado una posición
preponderante, al detentar casi un 30 % de ambas formaciones, a la que están afianzado
mediante asociaciones con YPF en las mejores áreas que detenta esta. Cuya explotación por
medio del cuestionado fracking, seguramente deparará embrollos ambientales parecidos a
los de UPM Orión, y una expoliación de riquezas infinitamente superiores a las de UPM
Orión. Y esta expoliación que cunde en la región, ha llevado que en Brasil aparezca ahora el
vandalismo de Black Bloc, a la par del de Black Rock.
La solución pasa por la verdad integral de los hechos
Durante su estadía en Sudáfrica, Mahatma Gandhi adquirió reputación de ser un gran mediador, para resolver pacíficamente los conflictos que los comerciantes hindúes sometían a
su consideración. Según confesó en su Autobiografía, el secreto de su gestión consistía en
conocer exhaustivamente los hechos, y luego el derecho caía por su propio peso. Y esta es
la misma fórmula que aconseja el geógrafo Reboratti citado al comienzo, que parecería que
tanto CLARIN como LA NACION procuran sabotear.
La verdad de los hechos en cuestión, es que UPM contamina, que el rio Gualeguaychú se
está contaminando, y también el rio Uruguay. Como consecuencia de la actividad humana,
agrícola ganadera e industrial realizada a sus veras. Pero resulta un absurdo que se verifique
ello, y al mismo tiempo se le permita a UPM Orión una ampliación de la producción, en lugar de ordenarle una merma hasta que se ajuste a los parámetros fijados en el estatuto del
Rio Uruguay. Obligándola a la par que se haga cargo de la repercusión económica de ello en
el resto de la actividad forestal, para que no sean otros los que paguen por sus fallas.
Pero el quid de la cuestión, es que UPM contamina con su intensa actividad industrial desplegada en la planta Orión, y deja un pasivo ambiental y ningún activo cambio, al estar situada en una zona franca que funciona casi como extra-Uruguay, con total excepción de
impuestos. Violando así el principio básico del derecho ambiental internacional, del conta21
minador-pagador. Por contrario el resto de las actividades antropogénicas desplegadas a la
vera del rio Uruguay y Gualeguaychú, en territorios uruguayos y argentinos, si bien dejan un
pasivo ambiental, también aportan bienes y tributos a la rueda virtuosa de las economías
locales, lo que no hace en manera alguna UPM Orión. Que industrializa los insumos que
obtiene en la región, y deja en ella los exumos desechables no deseados, y de esta manera
pretende socializar el pasivo ambiental que genera, para llevarse limpiamente toda la ganancia al extranjero. Pese a ser el mayor peso pesado parado en la rama ecológica de la región, que en menor o mayor medida serruchan todos los que despliegan alguna actividad
antropogénica en ella, comenzando por UPM Orión.
VI - Hacer la nuestra
Insólitamente, quién aportó la idea más adecuada para la solución del conflicto fue Andrés
Cisneros, el vicecanciller de Guido de Tella durante el gobierno de Menem, teórico del “realismo periférico” con el que se justificaron las relaciones carnales con los Estados Unidos. En
la nota “Pasteras: no aprendemos de la historia” publicada en CLARIN el 15/10/13, asegura
que los tradicionales conflictos con nuestros vecinos del Rio de la Plata y sus afluentes, desaparecieron cuando “acordamos con nuestros vecinos no hacer mas emprendimientos unilaterales sino conjuntos, articulados. Y así surgieron Yacyretá, Apipe, Garabí, y la represa de
Salto Grande”.
En consecuencia su propuesta, planteada según él desde el comienzo del conflicto, es “generar, al menos, un protocolo del Mercosur para explotar el recurso pastero de la misma
forma asociada, que nos haría más fuertes para vender al mundo y mas ordenados internamente para que todos los intereses estuvieran representados”. Pero el “al menos” de Cisneros viene muy al caso, porque los emprendimientos binacionales que señala como exitosos
son previos a la creación del Mercosur. El que, como se quejó el presidente Mujica, “es un
Mercosur estancado que tiene miedo a la integración y que firmó unos papeles muy audaces, con mucha ambición, y se quedó detenido y medio congelado en el tiempo”.
Más Mercosur en vez de menos Mercosur
Para evitar competencias espurias y conflictos entre países hermanos, incentivados y/o explotados desde fuera de la región, la solución pasaría entonces por desestancar y descongelar el Mercosur, perderle miedo a la integración, y firmar papeles aun más audaces de los
que propone Cisneros. Como podría ser un protocolo referido a los estándares mínimos que
debe cumplir toda inversión extrarregional o intrarregional de gran importancia. Para que
las autoridades de la región se esmeren en superar esos estándares; o al menos para que
los lobistas empresarios encuentren un piso en su tarea de hacerle bajar los pantalones a
ellas.
No se trata de una idea descabellada, dado que el mismo Lula, ex presidente brasileño, expresó recientemente en el Primer Congreso Internacional de Responsabilidad Social, realizado a mediados de octubre en Buenos Aires: “necesitamos evolucionar en una visión estratégica de ese proceso, de modo de lograr una verdadera integración en nuestras infraestructuras, en la regulación financiera, los emprendimientos económicos, la legislación laboral, social y ambiental. Es un sueño que se va hacer realidad en la medida en que involucre a
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los gobiernos y a la sociedad en su conjunto, y en la medida en que cada vez mas empresas
amplíen su visión sobre el comportamiento socialmente responsable”.
El mismo no solo debería fijar los resguardos sanitarios y recaudos ambientales mínimos
para proteger el ambiente y a las poblaciones, sino que además de su tradicional análisis de
impacto ambiental, y en relación al empleo y lo económico, debería estar dotado de un
análisis de su impacto social o balance social, actual, futuro, e intergeneracional. Para que
las poblaciones vecinas y mediatas puedan evaluarlo y denegarle u otorgarle licencia social
al emprendimiento, si satisface sus aspiraciones.
ESE Equidad Social Empresaria, en vez de RSE
Este enfoque superaría largamente la RSE (Responsabilidad Social Empresaria) filantrópica
puesta de moda por los Rockefeller, con la que UPM y tantas otras pretenden maquillar su
expolio. Que opera como los espejitos y cuentas de colores con las que antiguamente se
endulzaban las mitas y yanaconazgos de los tiempos coloniales. Los que ya es hora que desaparezcan para siempre de la región, donde ya desde hace 500 años demasiados conquistadores “hicieron la América”, y que el fruto o buena parte del fruto del trabajo humano y
la actividad antropogénica para explotar los recursos existentes en ella, queden en ella.
Por ello en lugar de RSE habría que hablar de “S” o ESE, Equidad Social Empresaria. Y en
consecuencia la norma internacional ISO 26000 de Responsabilidad Social, debería ser una
norma de gestión certificable. Que exprese los requisitos mínimos a cumplir por parte de las
inversiones de una organización con fines de lucro, para determinar si cumple con niveles
satisfactorios el balance entre la apropiación de la renta neta por parte de ella, a través
de la cadena de valor, y su distribución neta en la sociedad donde se desenvuelve. Y que
compensación concreta deja por los pasivos ambientales que genera, y/o por el uso que
hace de los recursos naturales, ya sea como insumos indispensables, o como recipientes
para sus exumos desechables no deseados.
Se trataría de una extensión del principio de Comercio Justo al de Inversión Justa, que garantice la inexistencia de depredación y expoliación. Y en consecuencia el protocolo debería
prohibir exportar de la región productos que no sean commodities, para tener una clara
referencia del valor de lo que se exporta. Y exigir a la par una mínima y progresiva industrialización de estos en el país de origen, que en el caso de UPM debería consistir en el desarrollo de la industria del papel. Y en especial debería prever que todas las grandes inversiones
existentes, deberán adaptarse para cumplir en forma inmediata con esas exigencias mínimas.
Los beneficios para Uruguay y Argentina
Esto le permitiría a Uruguay reformular profundamente las inusitadas concesiones otorgadas a UPM Orión por anteriores gobiernos. Para que cómo mínimo toda su renta forestal
primaria a precios FOB de exportación quede dentro del país. Y para que una parte importante y nada simbólica de renta industrial contaminante, deje también sus frutos dentro del
país. Mediante una módica tributación, que sin desalentar la inversión extranjera genuina,
sea equiparable al esfuerzo tributario que soportan quienes desarrollan otras actividades
antropogénicas en la región.
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Por su parte a Argentina también le permitiría, al tener los tratados con otros estados rango
de ley suprema de la Nación, por encima de las restantes leyes, reformular integralmente
los regímenes de la megaminería y los hidrocarburos. Que resultan enormemente dañosos
para nuestro país, tanto en términos ambientales, como socioeconómicos e intergeneracionales, al ser recursos no renovables cuya extracción ha deparado una notable descapitalización para la nación.
Respecto los cuales los grandes medios del sistema como CLARIN, abruman a las audiencias
informado de las supuestas enormes inversiones que tienen que realizar. Pero nada dicen
de las siderales facturaciones y ganancias que obtendrán. Sin aclarar además para nada
que esas supuestas inversiones en la actividad petrolera, se efectúan en base a la autogeneración de fondos, por las enormes rentabilidades que esta tiene. Y que la inversión en la
megaminería se amortiza aceleradamente en pocos años, siendo lo demás pura ganancia
que los concesionarios disimulan de mil maneras. Entre ellas llevándose el oro y la plata
como metal doré, y los valiosos metales raros como barros minerales.
Le permitiría también reformular la actividad de la megaagricultura minera que produce
similares efectos, con el agravante del ataque sanitario sufrido por las poblaciones vecinas,
por el uso intensivo e indiscriminado de los agroquímicos. Estableciendo alrededor de ellas
una zona de resguardo, destinada a la agricultura, granjas, o chacras familiares, que aseguren la soberanía y calidad alimentaria de esas poblaciones. Lo que además brindaría un
shock de creación de empleos de baja calificación, con el triple objetivo trascendental de
reducir drásticamente la pobreza y marginalidad en las grandes urbes, la inseguridad que
reina en ellas, y rebalancear demográficamente la región.
También le permitiría a Argentina readecuar junto con Brasil, la industria automotriz globalizada, dominada por un puñado de colosos mundiales. Que con sus precios de transferencia y la sobrefacturación y subfacturación de sus intercambios, enjuga sus pérdidas en los
países centrales, expatriando utilidades no declaradas de los países periféricos. Quienes a
cambio de una módica actividad industrial y empleo, ven así notablemente desbalanceadas
sus balanzas de pagos.
Así el Mercosur y su integración comercial, en vez de ser un gran campo de acción para las
multinacionales globalizadas, donde la unión hace el mercado, pasaría a ser un bloque regional donde la unión hace la fuerza, en defensa del bienestar general, el progreso, y la felicidad de sus habitantes.Francisco Javier Llorens
Octubre 2013
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