I N F O R M E D E PA I D E 2 0 0 1 Mundos diferentes SALUD Y RIESGOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS Informe de PAI de 2001 Mundos diferentes: Salud y riesgos sexuales y reproductivos © Population Action International, 2001 Equipo de redacción e investigación: Nada Chaya, Beverly Johnston, Robert Engelman, Sally Ethelston, Margaret E. Greene El material de la presente publicación y los materiales que la acompañan pueden reproducirse siempre y cuando se reconozca a Population Action International como la fuente. ISBN: 1-889735-07-8 A doptar un enfoque más amplio de la salud y los derechos de reproducción de los hombres y las mujeres fue un tema de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) en 1994, en la cual 179 naciones llegaron a un acuerdo sobre un plan para transformar—y financiar—programas de salud reproductiva en todo el mundo. La CIPD examinó el contexto social del crecimiento y el tamaño de la población, y dejó de centrar la atención en el simple control de la natalidad y el recuento del número de habitantes. El documento final de la conferencia propone que haya acceso universal a un paquete de servicios básicos de salud reproductiva y medidas especiales para fomentar el desarrollo humano, en las que se preste atención particular a la condición social, económica y de salud de las mujeres. Una premisa central es que los programas de población deben basarse en necesidades individuales, no en metas demográficas, y que los programas de planificación familiar deben integrarse con otros esfuerzos comunitarios para promover la salud maternoinfantil, mejorar la condición de la mujer y prevenir la transmisión del VIH y de otras enfermedades infecciosas. En Mundos diferentes: Salud y riesgos sexuales y reproductivos, Population Action International (PAI) continúa con su labor de medir el progreso de las naciones en el logro de las metas establecidas en la CIPD. El gráfico mural que acompaña al informe clasifica a 133 países, que representan el 95 por ciento de la población mundial, basándose en un Índice de riesgo reproductivo (IRR), que consta de 10 indicadores clave de salud sexual y reproductiva. El estudio documenta las grandes diferencias que existen entre países pobres y ricos, y la necesidad urgente de acelerar el progreso en este campo. INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 1 Tendencias de la salud reproductiva en el mundo El siglo pasado fue testigo de mejoras espactaculares en lo que ahora llamamos “salud reproductiva”, especialmente en los países más desarrollados. En estos, el acceso casi universal a la atención de alta calidad en el embarazo y el parto, a medicamentos que salvan vidas y a procedimientos quirúrgicos sin riesgo— incluido el aborto sin riesgo—junto con altos niveles de uso de anticonceptivos y baja fecundidad, contribuyen a una buena salud reproductiva en general. La situación es bastante distinta en el mundo en desarrollo. Aquí ocurrieron, en el año 2000, 98 por ciento de los 3,43 millones de muertes en los adultos por causas relacionadas con la mala salud reproductiva. La situación es mucho más grave en África al sur del Sahara. Hace un decenio, incluso antes del rápido aumento reciente de casos de infección por el VIH/SIDA, las enfermedades relacionadas con la reproducción causaban casi 40 por ciento de todos los casos de discapacidad y de muerte prematura entre las mujeres en edad fecunda (de 15-44 años de edad) en la región, y aproximadamente 8 por ciento entre los hombres de edad similar. Una medida útil de la gran disparidad del estado de salud reproductiva que existe entre los países ricos y pobres es la del “riesgo a lo largo de la vida”. En los países desarrollados, el riesgo de las mujeres es de sólo 1 en 2.125 de morir por causas relacionadas con el embarazo o el parto a lo largo de su vida. Ese riesgo es 33 veces superior, de 1 en 65, en las mujeres de los países en desarrollo. Sin embargo, se ha progresado en este campo. El uso de anticonceptivos ha aumentado en más de diez veces en los países en desarrollo y las mujeres tienen, en promedio, la mitad de los hijos que tenían las mujeres hace 35 años. Las muertes durante el embarazo y el parto han disminuido considerablemente en algunos países y el acceso a la atención en el embarazo y el parto ha mejorado en todas las regiones, salvo en África al sur del Sahara. Sin embargo, más de la cuarta parte de las mujeres embarazadas de esos países todavía no reciben atención prenatal y casi la mitad de ellas tienen partos sin ayuda de personal de salud cualificado. Mundos diferentes: indicadores de salud sexual y reproductiva El gráfico mural que acompaña a este informe clasifica a 133 países basándose en 10 indicadores de salud sexual y reproductiva respecto a los cuales se dispone de datos nacionales comparables. Los indicadores reflejan el acceso a los servicios y los resultados relativos a fecundidad, regulación de la fecundidad, salud y supervivencia en el embarazo y el parto, y prevalencia de la infección por el VIH/SIDA en las mujeres y los hombres. INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 3 Este Índice de riesgo reproductivo clasifica a cada país asignándole una puntación basada en el número anual de nacimientos por 100 mujeres de 15 a 19 años de edad. Las tasas de alumbramiento de las adolescentes son más elevadas en Angola, República Democrática del Congo, Liberia y Sierra Leona, donde más de una de cada cinco jóvenes de 15 a 19 años de edad dan a luz anualmente. Las tasas más bajas son las de Japón, las dos Coreas, los Países Bajos, Suecia y Suiza, donde menos de una de cada 100 adolescentes da a luz anualmente. En el Reino Unido, una de cada 34 adolescentes da a luz anualmente; en Estados Unidos, una de cada 20; estas son las tasas más altas entre los países industrializados ricos. Nacimientos anuales por 100 mujeres de 15-19 años de edad La reducción del riesgo reproductivo requiere estrategias múltiples y la coordinación de las políticas de salud y desarrollo. La clave del éxito es un compromiso fuerte entre todos los sectores de la sociedad, y a nivel local, nacional e internacional, para prestar servicios de salud de buena calidad que incluyan anticoncepción, aborto sin riesgos, atención obstétrica y el diagnóstico y tratamiento de las infecciones de transmisión sexual. Sin embargo, revisten la misma importancia los esfuerzos para mejorar la condición socioeconómica de la mujer, la cual influye considerablemente en la mala salud reproductiva y se ve influida por ésta. La educación más alta del nivel de la escuela primaria se relaciona fuertemente con una mejor toma de decisiones en asuntos de salud y un mayor uso de servicios de salud disponibles, y también con el aplazamiento de la procreación y un número menor de hijos en total. El nivel educacional de la mujer y su potencial de ingresos también pueden mejorar su condición en el hogar, con lo cual aumenta no sólo su participación en la toma de decisiones, sino también el acceso a alimentos y a otros recursos que contribuyen a la buena salud. Procreación temprana y salud reproductiva de los adolescentes En todo el mundo, las mujeres de 15 a 19 años de edad dan luz a aproximadamente 17 millones de los 131 millones de niños que nacen anualmente. Las mujeres de este grupo de edad registran el 10 por ciento de los abortos. Las adolescentes tienden a demorarse en solicitar servicios de aborto, lo cual hace aumentar los riesgos del procedimiento. Con frecuencia, el embarazo en las adolescentes limita más las opciones de las jóvenes al hacer que muchas de ellas abandonen la escuela. Las relaciones sexuales y la procreación a una edad temprana entrañan riesgos considerables para los jóvenes en todo el mundo. El riesgo de morir durante el parto en las madres adolescentes es dos veces mayor que en las mujeres que ya cumplieron los veinte años y, asimismo, sus hijos son más vulnerables a los riesgos de salud. Cada año, casi la mitad de los casos nuevos de infección por el VIH y por lo menos la tercera parte de los nuevos casos de infecciones de transmisión sexual ocurren en las personas menores de 25 años de edad. Los factores fisiológicos y socioeconómicos hacen aumentar los riesgos de salud reproductiva que corren las jóvenes. La infección por el VIH afecta en forma desproporcionada a este grupo de edad, ya que las adolescentes y las jóvenes tienen relaciones sexuales con hombres mayores 15 12 Promedio mundial: 6 9 6 3 0 América Latina y el Caribe Asia Oceanía América del África del Norte Sudoriental Norte y Asia Occidental Fuente: División de la Población, World Population Prospects: The 1998 Revision (New York: Naciones Unidas, 1998). 4 África al sur del Sahara Asia Central Meridional INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 Europa Asia Oriental M E TA S Y D E F I N I C I O N E S D E L A C I P D Salud y derechos reproductivos En 1994, 179 países se reunieron en El Cairo en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) para forjar un compromiso internacional a fin de mejorar la salud reproductiva y proteger los derechos de reproducción. La siguiente definición de “salud reproductiva”, adoptada en la conferencia, ilustra dicho compromiso: “La salud reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos. En consecuencia, la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia. Esta última condición lleva implicíto el derecho del hombre y la mujer a obtener información y de planificación de la familia de su elección, así como a otros métodos para la regulación de la fecundidad que no estén legalmente prohibidos, y acceso a métodos seguros, eficaces, asequibles y aceptables, el derecho a recibir servicios adecuados de atención de la salud que permitan los embarazos y los partos sin riesgos y den a las parejas las máximas posibilidades de tener hijos sanos.”* Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para alcanzar una buena salud reproductiva se requiere prestar atención a las nueve cuestiones siguientes: desarrollo sexual, maduración y salud, especialmente de los adolescentes; regulación de la fecundidad; salud materna; salud perinatal; aborto en condiciones de riesgo; infertilidad; infecciones del aparato reproductor, incluida la infección por el VIH/SIDA, y otras enfermedades de transmisión sexual, y el cáncer cervicouterino; la violencia y sus consecuencias respecto a la salud sexual y reproductiva; y la mutilación genital femenina y otras prácticas nocivas. En la CIPD de 1994, y en una conferencia celebrada en 1999 para examinar el progreso logrado, se acor* Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, párrafo 7.2. daron las siguientes metas de salud reproductiva: Reducir, para el año 2000, en la mitad las razones de mortalidad materna (RMM) de 1990 y en otra mitad para el año 2015. En los países donde la mortalidad materna es excepcionalmente elevada, la meta es lograr que haya menos de 60 muertes maternas por 100.000 nacimientos para 2015. Proporcionar acceso universal, para el año 2015, a la gama más amplia posible de métodos seguros y eficaces de planificación familiar, entre ellos, los métodos de barrera, y a los siguientes servicios relacionados con la salud reproductiva: atención obstétrica esencial, prevención y manejo de infecciones del aparato reproductor, entre ellas, las infecciones de transmisión sexual. Ampliar los servicios prestados por personal cualificado a fin de ofrecerlos a un mínimo del 60 por ciento de los nacimientos en los países donde la mortalidad materna es elevada, y al 90 por ciento a nivel mundial, para el año 2015. Eliminar la necesidad insatisfecha de planificación familiar para el año 2015. Reducir la vulnerabilidad a la infección por el VIH/SIDA. Para el año 2010, por lo menos 95 por ciento de los hombres y las mujeres de 15 a 24 años de edad deben tener acceso a métodos preventivos como el preservativo masculino y femenino, pruebas voluntarias, orientación y seguimiento. Las tasas globales de infección por el VIH en este grupo de edad deben reducirse en 25 por ciento para el año 2010. INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 5 que están infectados. Más de un millón de adolescentes de 30 países son objeto de prácticas tradicionales perjudiciales, por ejemplo la mutilación genital femenina que las hacen más vulnerables a la infección por el VIH/SIDA o pueden producir complicaciones mortales o incapacitantes. Planificación familiar y procreación no deseada Todos los años, ocurren en el mundo casi 80 millones de embarazos no deseados, y más de la mitad de esos embarazos terminan en aborto. Se calcula que 150 millones de mujeres de los países en desarrollo dicen que preferirían planificar el número de hijos pero que no están usando la anticoncepción y otros 350 millones no tienen acceso a métodos de planificación familiar eficaces. Los servicios de salud reproductiva, incluida la planificación familiar voluntaria pueden ayudar a las parejas a evitar embarazos de alto riesgo, prevenir el aborto y el embarazo no deseado, evitar enfermedades como la infección por el VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual, que pueden causar incapacidad, infertilidad y la muerte. En todo el mundo, la esterilización femenina es el método anticonceptivo más común; el 19 por ciento de las parejas en edad fecunda lo usan. Los métodos que más se usan después de este son el dispositivo intrauterino (DIU), que usan 13 por ciento de las parejas, la píldora anticonceptiva (8 por ciento) y los métodos tradicionales (8 por ciento). La vasectomía y los preservativos son los únicos métodos masculinos modernos que se pueden conseguir actualmente y son los métodos que menos se usan (sólo 4 por ciento a nivel mundial), lo cual es señal de una enorme disparidad en el uso de la anticoncepción entre los hombres y las mujeres. En los países en desarrollo, sólo 2 por ciento de las parejas usan preservativos. El Índice asigna a los países una puntación basada en la prevalencia del uso de anticonceptivos; es decir, el porcentaje de mujeres de 15 a 44 años de edad que usan un método anticonceptivo moderno o tradicional. El uso de anticonceptivos es más elevado, es decir, de 80 por ciento o más, en Italia, la China, el Reino Unido y España. En unos 30 países en desarrollo, el uso de anticonceptivos superó el 50 por ciento. El uso de anticonceptivos es el más bajo en Angola y Afganistán donde menos del 10 por ciento de las mujeres usan un método de planificación familiar. EMBARAZO NO PLANIFICADO Y ABORTO EMBARAZOS NO PLANIFICADOS Región Total de Embarazos y Embarazos Embarazos que embarazos nacimientos que terminan terminan en anuales planificados* en aborto nacimiento no planificado** (en millones) (porcentaje del total) (porcentaje del total) (porcentaje del total) En todo el mundo Países desarrollados Países en desarrollo África Asia Oriental Resto de Asia América Latina y el Caribe Europa Oriental Resto de Europa Japón, EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelandia 210 28 182 62 51 64 22 36 20 16 13 16 40 40 83 18 11 7 10 70 61 66 48 37 67 55 12 30 17 23 57 21 23 18 9 17 29 6 12 22 * Incluye mortinatos y abortos espontáneos. ** Nacimientos no planificados son nacimientos no deseados o no oportunos. Fuente: The Alan Guttmacher Institute. Sharing Responsibility: Women, Society & Abortion Worldwide (New York and Washington: AGI, 1999). 6 INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 Políticas del aborto En todo el mundo, se pone término a más de la quinta parte de los embarazos (cerca de 46 millones). Se calcula que 36 millones de procedimientos ocurren en el mundo en desarrollo y 10 millones en el mundo desarrollado. Veinte millones de estos abortos se realizan ilegalmente y en condiciones de riesgo. Salvo pocas excepciones, el aborto es resultado de un embarazo no deseado. Las mujeres que quieren poner fin a un embarazo tienden a ignorar la situación legal del aborto y con frecuencia están dispuestas a someterse a un aborto en condiciones de riesgo. Sin embargo, en los países más pobres, las mujeres corren un riesgo mucho mayor de muerte a causa de un aborto en condiciones de riesgo. En África, uno de cada 150 abortos produce la muerte, frente a uno en cada 85.000 procedimientos en el mundo desarrollado. Este riesgo elevado significa que casi 70.000 mujeres mueren anualmente—una cada siete minutos—a causa de un mal aborto. Centenares de miles más sufren de problemas de salud crónicos. En los últimos dos decenios, el mundo ha presenciado cierta liberalización de las leyes del aborto, motivada principalmente por inquietudes de salud. Desde 1994, Albania, Alemania, Sudáfrica, Burkina Faso y Camboya han dado más flexibilidad a las restricciones legales sobre el aborto. Sólo El Salvador y Polonia hicieron más estrictas las restricciones en ese mismo período. Las políticas de aborto restrictivas afectan principalmente a los pobres, quienes dependen del sector público para satisfacer todas sus necesidades de salud; las mujeres que tienen medios por lo general pueden obtener servicios de aborto del sector privado. El Índice clasifica a los países basándose en sus políticas oficiales de aborto, que se asignan a cinco categorías. De los 133 países de este estudio, 49 permitan el aborto solicitado basándose en motivos amplios sociales y de salud. Sólo 13 de esos países están en las regiones en desarrollo e incluyen a Bangladesh, India, China, Túnez, Turquía, Sudáfrica y Cuba. Otros 40 países—entre ellos seis países desarrollados—permiten el aborto por razones de salud limitadas. En los 44 países restantes, el aborto es ilegal o se permite sólo en casos de violación e incesto, o para salvar la vida de la mujer. Anemia nutricional en el embarazo Actualmente, la anemia por carencia de hierro es la deficiencia de micronutrientes más prevalente en el mundo. Es especialmente común en las mujeres de edad fecunda y, en particular, durante el embarazo. La prevalencia de la anemia varía considerablemente de un país a otro y dentro de los países, y suele relacionarse con la pobreza. Según algunos cálculos, los niveles entre las embarazadas alcanzan el 70 por ciento en Asia Meridional. En África al sur del Sahara, con excepción de Sudáfrica, exceden el 40 por ciento. La situación en América Latina es mejor y, generalmente, el problema es poco frecuente en los países industrializados. Cabe señalar que la anemia puede tratarse fácilmente con suplementos orales de hierro. La anemia suele ocurrir en las adolescentes a causa de mala nutrición y las exigencias del crecimiento y la menstruación. El embarazo y la lactancia materna aumentan aún más las exigencias nutricionales que se imponen a las mujeres, muchas de las cuales empiezan el embarazo con bajas reservas de nutrientes. La anemia en el embarazo contribuye a la discapacitación y muerte maternas, los partos prematuros, el bajo peso al nacer y el daño fetal. La reducción de la productividad de las mujeres que resulta de este problema ocasiona una carga económica para las familias, las comunidades y las sociedades. El Índice clasifica a los países basándose en la prevalencia de la anemia, desde baja (menos del 20 por ciento) hasta muy alta (más del 60 por ciento). De los 133 países clasificados con el Índice, 29 caen en la categoría de muy alta y los otros 46 países se clasifican en la categoría alta, en la cual entre 40 y 60 por ciento de las mujeres embarazadas sufren de anemia. INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 7 Acceso a la atención de salud durante el embarazo y el parto El Índice de riesgo reproductivo clasifica a los países por separado basándose en el porcentaje de mujeres que reciben atención prenatal y el porcentaje de nacimientos atendidos por personal cualificado. Afganistán se clasificó en el último lugar respecto a ambos indicadores (sólo 8 por ciento). En 42 de los países incluidos en este estudio, menos del 75 por ciento de las mujeres reciben atención durante el embarazo. En 58 países, menos del 75 por ciento de los alumbramientos reciben asistencia de personal de salud con conocimientos de obstetricia. Con la excepción de Sri Lanka, los países de Asia Meridional tienen tasas especialmente bajas de atención de salud prestada por personal cualificado durante el alumbramiento, tasas que son similares a las de África oriental, occidental y central. MUERTES POR Causa de muerte Se calcula que cada año ocurren 210 millones de embarazos en el mundo y alrededor de un cuarto de las embarazadas sufren complicaciones. Más de un embarazo de cada 350 es mortal. Las complicaciones que ponen en peligro la vida de la mujer durante el embarazo y el parto producen más de las tres cuartas partes de las muertes maternas, además de contribuir considerablemente a las muertes y mala salud infantiles. Alrededor del 20 por ciento de las muertes maternas son producidas por causas indirectas como la anemia y las enfermedades infecciosas, que pueden prevenirse mediante la atención prenatal eficaz. En el mundo en desarrollo, un porcentaje mucho más bajo de recién nacidos de madres que mueren durante el parto llega a cumplir el primer año de edad. Según el Banco Mundial, la atención adecuada durante el embarazo y, en especial, durante el parto y el alumbramiento, son las intervenciones más eficaces en función de los costos para mejorar la salud materna y del recién nacido. Esas intervenciones podrían prevenir la mayoría de las muertes perinatales, infantiles y maternas, y las discapacidades. Sin embargo, en el mundo en desarrollo, unos 45 millones de mujeres no reciben atención prenatal y 60 millones de nacimientos ocurren sin la asistencia de personal cualificado. CAUSAS DE SALUD R E P R O D U C T I V A Ca Total de muertes Porcentaje de Porcentaje de anuales entre los adultos muertes anuales en los muertes anuales en los (de 15 años de edad y más) países en desarrollo países desarrollados VIH/SIDA* 2.500.000 ITS (sífilis, clamidiasis y gonorrea) 178.000 Cáncer cervicouterino 237.000 Embarazo y parto 515.000 TOTAL 3.430.000 99% 99% 85% 99% 98% 1% 1% 15% 1% 2% * Incluye tanto la transmisión sexual como la no sexual. Sin embargo, las infecciones que no son de transmisión sexual son relativamente pocas y representan un porcentaje bajo del total de las infecciones. Fuentes: ONUSIDA y OMS Las muertes por causas relacionadas con la salud reproductiva acortan la vida productiva de hombres y mujeres, lo cual socava el desarrollo económico en los países más pobres del planeta. Sin embargo, casi todas esas defunciones son prevenibles en gran medida y se podrían evitar con algunas intervenciones eficaces en función de los costos; por ejemplo, un mejor acceso a los servicios de planificación familiar y de maternidad, incluidos los preservativos masculinos y femeninos para prevenir el VIH y otras infecciones sexuales. Cuesta un promedio de US$20 a 8 INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 $25 anuales proporcionar servicios básicos de planificación familiar a una persona en un país en desarrollo. La suma adicional de $10 por cliente proporcionaría acceso a medicamentos para prevenir hemorragias internas, a estuches para atender el parto y a tecnologías para la atención en el postaborto. La detección y el tratamiento de una amplia gama de ITS costarían menos de $30 por cliente en la mayoría de los países en desarrollo. No obstante, incluso esas intervenciones podrían reducir enormemente los presupuestos de salud de muchos países en UNA INFLUENCIA CRUCIAL Los hombres como socios en la salud reproductiva Tradicionalmente, los programas de salud reproductiva se han dirigido a las mujeres. Sin embargo, cada vez más, estamos reconociendo la influencia que ejercen los hombres en la salud reproductiva. Los hombres desempeñan papeles importantes en apoyar la salud de las mujeres, prevenir los embarazos no deseados, frenar la propagación de las infecciones de transmisión sexual, hacer que haya menos riesgos en el embarazo y el parto, y reducir la violencia contra la mujer. Además, los propios hombres necesitan acceso a servicios clínicos y a información sobre salud reproductiva, necesidad que se debe evaluar en el contexto de recursos limitados. En todas partes, los hombres influyen fuertemente en sus compañeras, al determinar el momento y las condiciones de las relaciones sexuales, el tamaño de la familia y el acceso a la atención de salud. Las formas en que las desigualdades de género limitan el acceso que tienen las mujeres—y a veces los hombres—a la atención de salud plantean un desafío a los servicios de salud reproductiva cuando se trata de superar tales injusticias. Cuando los programas de salud reproductiva no toman en consideración a los hombres, socavan su propia eficacia. La salud reproductiva de los hombres influye directamente en la de sus compañeras, aunque tuvo que ser la epidemia del SIDA lo que puso en relieve esta realidad. Tratar las infecciones de transmisión sexual únicamente en las mujeres tiene poco sentido cuando los hombres que las infectaron no participan en el tratamiento y la educación de prevención. Los hombres pueden hacer la maternidad más segura apoyando la necesidad de atención prenatal, el descanso y una mejor nutrición durante el embarazo, y participando activamente durante el embarazo y el parto. El apoyo de los hombres al deseo de limitar el tamaño de la familia suele permitir que las mujeres que quieren usar la anticoncepción o solicitan servicios de aborto puedan hacerlo. Hay muchas estrategias para incrementar la participación constructiva de los hombres en la salud reproductiva. Los programas deben promover la comunicación y el respeto entre hombres y mujeres en cuestiones de salud reproductiva para ayudar a desarrollar las aptitudes de negociación de ambos sexos. Reviste importancia particular la necesidad de llegar a los hombres jóvenes y solteros cuyas ideas en cuanto a las funciones relativas al género y al sexo todavía no han quedado firmamente establecidos. Los programas pueden mejorar el acceso a los servicios haciendo que los servicios de salud reproductiva existentes sean más receptivos para los hombres: recibiendo a los hombres (como clientes y como padres o compañeros que dan su apoyo), ofreciendo readiestramiento al personal, ofreciendo información y servicios a los hombres, contratando y capacitando a los consejeros de sexo masculino, e incluso cambiando el decorado del consultorio. Y al proporcionar información y hacer remisiones, los programas de salud reproductiva pueden hacer más conscientes a los hombres de las consecuencias negativas que tiene la violencia basada en el género. Los medios de información pueden desempeñar una función importante al informar a los hombres acerca de la salud reproductiva y las funciones que pueden desempeñar en la protección de su propia salud y la de sus compañeras. Asimismo, los medios de información pueden informar a los hombres respecto a las formas en que su control sobre los recursos familiares, la violencia en el hogar, o las opiniones de la sexualidad masculina o femenina, por ejemplo, pueden limitar la buena salud reproductiva. Trabajar con los hombres que ocupan cargos directivos que pueden influir en otros hombres y actuar como promotores de la salud de las mujeres es otra estrategia importante para fomentar la participación positiva de los hombres en la salud reproductiva. INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 9 MUNDOS DIFERENTES: SALUD Y RIESGOS Estos mapas ilustran la geografía de nuestros “Mundos diferentes” y ponen de relieve la asombrosa disparidad que existe entre África al sur del Sahara y otras regiones. La leyenda de color corresponde a las agrupaciones de los países del Índice de riesgo reproductivo del gráfico mural que acompaña a este material.* *Se incluye en el Índice de riesgo reproductivo un total de 133 países. No se incluyen países cuya población es de menos de 2 millones de habitantes. Somalia, Hong Kong, Grecia, Irlanda, Taiwán, Bosnia y Herzegovina, Eslovenia, Croacia y Macedonia no se incluyeron porque no se disponía de suficientes datos. 10 INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 Riesgo muy alto (60 puntos o más): En casi todos los 19 países de esta categoría, más de una de 10 adolescentes dan a luz cada año y las mujeres tienen un promedio de más de cinco hijos. Las probabilidades de una mujer de estos países muera durante el embarazo y el parto a lo largo de su vida son más de 99 veces superiores a las de una mujer de los países de Riesgo muy bajo. Todos los países, salvo tres, se encuentran en África al sur del Sahara. Riesgo alto (entre 45 y 59 puntos): Los 26 países de esta categoría generalmente tienen bajos niveles de uso de anticonceptivos, políticas de aborto restrictivas, tasas de natalidad altas y mortalidad materna alta. Un total de 17 países de Riesgo alto se encuentran en África al sur del Sahara, mientras que los nueve restantes se encuentran entre los países más pobres en sus regiones respectivas. SEXUALES Y REPRODUCTIVOS Infección por el VIH/SIDA en las mujeres y los hombres El SIDA es una de las causas principales de mortalidad de nuestro tiempo. En el año 2000, 4,7 millones de adultos en el mundo se infectaron con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y otros 2,5 millones murieron a causa del SIDA. Más del 95 por ciento de estas muertes y las infecciones nuevas ocurrieron en el mundo en desarrollo. África al sur del Sahara es el epicen- El Índice de riesgo reproductivo incluye datos aparte relativos a la prevalencia de la infección por el VIH en los hombres y las mujeres. Las tasas más elevadas de esta infección se registran entre las mujeres y los hombres de Zimbabwe, Lesotho, Zambia y Sudáfrica. En 11 países que fueron objeto de este estudio, el VIH ha infectado a por lo menos 10 por ciento de la población adulta y ha reducido la esperanza de vida en casi un decenio, en un número de años que se sitúa entre 5 años en Mozambique y 19 años en Zimbabwe. Vivir con el VIH/SIDA En estos diez países, se calcula que el 10 por ciento o más de la población adulta (de 15 a 49 años de edad) estaba infectada por el VIH/SIDA en 1999. Fuente: ONUSIDA, Report on the Global HIV/AIDS Epidemic: June 2000 (Ginebra: ONUSIDA, 2000). 12 tro de la pandemia (aquí ocurrieron más de 70 por ciento de todas las infecciones nuevas y 80 por ciento de las muertes registradas en el año 2000). En algunos países africanos, una cuarta parte o más de los adultos están infectados con el VIH y, en toda la región, las mujeres representan el 55 por ciento de todas las personas infectadas. El SIDA causa la muerte de la gente que se encuentra en la cúspide de su vida productiva y fecunda, y a menudo da a las mujeres tiempo suficiente para tener hijos pero no para criarlos. En los lugares donde la epidemia ha avanzado, ésta perjudica el bienestar de las familias y las economías precarias. El ONUSIDA, organismo de las Naciones Unidas a cargo de abordar asuntos relacionados con la infección por el VIH/SIDA, calcula que, a finales de 1999, 13,2 millones de niños menores de 15 años habían perdido a su madre o a su padre y a su madre a causa del SIDA, la mayoría de ellos en África al sur del Sahara. La mortalidad elevada y la mala salud general debidas a la infección por el VIH están obstaculizando el crecimiento económico, al incapacitar la fuerza laboral y al agotar los ya limitados recursos domésticos y públicos. Los presupuestos de salud de muchos de estos países gravemente afectados se sitúan por debajo de US$50.00 anuales por persona, cifra que no se acerca al elevado costo de los tratamientos medicamentosos disponibles para las personas infectadas que viven en los países más ricos. En África al sur del Sahara, donde las tasas de infección por el VIH son las más altas del mundo, el uso del preservativo es el más bajo (1 por ciento de las parejas casadas). Dado el número cada vez mayor de infecciones en las mujeres debido al aumento de la transmisión heterosexual del VIH, la necesidad de contar con métodos controlados por la mujer se ha hecho más urgente. Sin embargo, hasta el momento, obstáculos financieros y culturales limitan la disponibilidad y el uso de los preservativos femeninos. Y, por el momento, los microbicidas—cremas o gelas que las mujeres podrían usar para protegerse contra la infección por el VIH cuando no pueden negociar con el compañero para que éste use preservativo—siguen en la etapa de pruebas de inocuidad. Por ciento 30 25 20 15 10 5 0 INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 Zim Le Za Su M Ke Re M Bu Rw Co Eti o s a ba soth mb dáf alaw nia púb oza run ric ia mb di nda ta d pía bw o l i i c eM a a i e q Ce u ar ntr e fil oa fric an a O B S T Á C U L O S PA R A L A F E C U N D I D A D Infertilidad y la epidemia oculta de las infecciones de transmisión sexual Los servicios de salud reproductiva contribuyen no sólo a reducir el número de embarazos involuntarios y la propagación de enfermedades, sino también a ayudar a las parejas que desean concebir a resolver problemas de fecundidad. Aproximadamente una de cada diez parejas en el mundo tienen dificultades para concebir en algún momento de su vida. En África al sur del Sahara, la proporción puede ser de una de cada tres parejas. Más del 50 por ciento de los casos de infertilidad en el mundo resultan de causas que pueden prevenirse en gran medida, como las infecciones de transmisión sexual (ITS), el aborto en condiciones de riesgo y complicaciones del parto. Las infecciones de transmisión sexual pueden dar lugar a infertilidad en las mujeres al producir cicatrices en las trompas de Falopio y al impedir su funcionamiento normal. En los hombres, las infecciones pueden causar inflamación del aparato genital y afectar a la producción y liberación de los espermatozoides. Si bien es cierto que la infertilidad afecta tanto a los hombres como a las mujeres, algunas culturas culpan firmemente a las mujeres, y las consecuencias sociales suelen ser fuertes y punitivas. Cada año ocurren en el mundo unos 333 millones de casos nuevos de infecciones de transmisión sexual curables, por ejemplo, sífilis, gonorrea, clamidiasis y tricomoniasis. Estas infecciones responden bien a los antibióticos. Sin embargo, muchas de ellas no se manifiestan con síntomas y, por lo tanto, no se detectan ni reciben tratamiento, lo cual hace que las parejas corran el riesgo de contraer infecciones del aparato reproductor y sufrir de infertilidad, y que ocurran muertes prenatales. Las infecciones de transmisión sexual hacen aumentar la susceptibilidad a la infección por el VIH, que también puede perjudicar la fecundidad de la mujer. En efecto, nuevos datos de África al sur del Sahara indican que las mujeres infectadas por el VIH pueden tener 20 por ciento menos hijos que las mujeres no infectadas. La primera relación sexual a una edad temprana puede relacionarse fuertemente con la infertilidad. El aparato reproductor inmaduro de las adolescentes hace que sean más susceptibles que las mujeres adultas a las infecciones de transmisión sexual. Por ejemplo, en Estados Unidos, los jóvenes de 15 a 19 años de edad registran las tasas más elevadas de ITS. Tener varios compañeros sexuales y la mutilación genital femenina también pueden aumentar el riesgo. Prácticas de parto en condiciones antihigiénicas y políticas restrictivas del aborto que limitan el acceso a servicios de aborto sin riesgo contribuyen a la infertilidad ya que aumentan las probabilidades de infección. El tratamiento de la infertilidad es muy costoso y las intervenciones centradas en la prevención son las medidas de salud pública más eficaces en función de los costos, especialmente en las regiones con escasos recursos como África al sur del Sahara. Los consultorios que ofrecen otros servicios de salud reproductiva también pueden ofrecer servicios—ya sea información o promoción y suministro de métodos anticonceptivos de barrera (preservativos) que protegen contra la mayoría de las ITS—que ayudan a prevenir la infertilidad sin que aumenten los costos considerablemente. Los programas orientados hacia la prevención también deben concertar esfuerzos para beneficiar a los adolescentes, puesto que ellos tienen menos probabilidades que los adultos de utilizar servicios de salud. INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 13 Riesgo de muerte en la procreación El “riesgo a lo largo de la vida” (RLV) de una mujer de morir a causa de complicaciones del parto y del embarazo está determinado por el riesgo de muerte que corre durante un embarazo dado y la frecuencia de exposición a dicho riesgo. Por esta razón, el Índice de riesgo reproductivo incluye la razón de mortalidad materna (muertes maternas por 100.000 nacidos vivos) y la tasa de fecundidad total (promedio de nacidos vivos por mujer) como indicadores. En países como Etiopía, Sierra Leona y Burundi, donde la elevada fecundidad está vinculada a una elevada mortalidad materna, las mujeres corren un riesgo a lo largo de la vida sumamente alto de morir durante el embarazo o el parto. En España y Canadá, donde la fecundidad y la mortalidad maternas son bajas, las mujeres corren un riesgo a lo largo de la vida bajo. Todo embarazo entraña un riesgo, especialmente en los lugares donde la atención de salud es deficiente. Cada año, más de 500.000 mujeres de todo el mundo mueren por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto, y casi todas ellas viven en el mundo en desarrollo. El número de muertes es una cifra alarmante; además, un estudio calculó que por cada muerte durante el embarazo y el parto en el mundo en desarrollo hay 16,5 casos de enfermedades o discapacidades maternas considerables. La mortalidad materna mide el riesgo de muerte por causas relacionadas con el embarazo y el parto, pero también refleja la salud general, la condición social y económica de las mujeres y el acceso que éstas tienen a la atención de salud. Las muertes maternas resultan directamente de la mala salud, la mala alimentación antes del embarazo y durante éste, los cuidados inadecuados durante el embarazo y el parto, y el aborto en condiciones de riesgo. De todos los indicadores de desarrollo, la mortalidad materna es el que ilustra más claramente la diferencia abismal que existe entre el bienestar de los habitantes del mundo desarrollado y el de los habitantes del mundo en desarrollo. Una mujer de un país en desarrollo tiene una probabilidad de 1 en 65 de morir en el embarazo y el parto, comparada con una probabilidad de sólo 1 en 2.125 en los países desarrollados. La mayoría de las muertes maternas podrían evitarse con medidas poco sostosas. El Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud estiman que costaría solo US$3.00 por persona por ano propocionar atención maternoinfantil estándar a las mujeres en los países de bajos ingresos. Esta atención incluiría servicios antes del parto, durante el part y después del parto, así como planificación de la familia después del parto, atención de los neonatos y promoción de los preservativos para prevenir infecciones de transmisión sexual. RIESGO A LO LARGO DE LA VIDA Probabilidades de que una mujer muera por complicaciones durante el embarazo, el parto o el aborto en condiciones de riesgo a lo largo de su vida Ethiopía India Brasil Estados Unidos de América Italia España 1 1 1 1 en en en en 7 57 128 3.418 1 en 6.261 1 en 9.058 África 1 en 15 Asia 1 en 105 América Latina y el Caribe 1 en 150 Europa 1 en 1.895 América del Norte 1 en 3.750 Países desarrollados 1 en 2.125 Países en desarrollo 1 en 65 El mundo 1 en 70 El riesgo de muerte por causas maternas es más elevado en África, que va seguida de Asia, América Latina y el Caribe. Es más bajo en Norteamérica y Europa. 14 INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 LA VIOLENCIA BASADA Violación de la persona, violación de los derechos humanos La violencia basada en el género es la forma más difundida de abuso de los derechos humanos en todo el mundo. Una de cada tres mujeres en el planeta es víctima de la violencia doméstica, es forzada a tener relaciones sexuales o sufre abuso psicológico durante su vida. Encuestas realizadas en varias partes del mundo indican que entre el 10 y el 50 por ciento de las mujeres son víctimas de abuso físico por parte de sus compañeros íntimos durante su vida. Tan sólo en los Estados Unidos, se calcula que unos 1,5 millones de mujeres son golpeadas por sus compañeros cada año. La agresión física suele repetirse e ir acompañada de abuso sexual y psicológico. La violencia basada en el género abarca el infanticidio femenino, el incesto, la violación, el abuso de menores y la prostitución, y algunas prácticas tradicionales perjudiciales como el matrimonio a una edad temprana obligado y la mutilación genital femenina. Entre uno y dos millones de adolescentes en África, por ejemplo, son sometidas anualmente a la mutilación genital femenina. La violencia basada en el género tiene repercusiones adversas y duraderas para la salud reproductiva de la mujer, por ejemplo, embarazo no deseado, complicaciones durante el embarazo, aborto espontáneo, aborto en condiciones de riesgo, enfermedades de transmisión sexual (ETS), incluida la infección por el VIH, y la muerte materna. Según un estudio de 1999 realizado en Uttar Pradesh, India, las esposas de los hombres que abusaban de ellas sexualmente tenían más probabilidades de tener embarazos no planificados y contraer ETS, porque en parte temían negociar las relaciones sexuales o el uso del preservativo ante la amenaza de violencia. Las víctimas de violencia doméstica también tienen más probabilidades de sufrir problemas duraderos psicológicos y de salud; por ejemplo, temor persistente, poca autoestima, disfunción sexual, dolor crónico, discapacidad, abuso de drogas, depresión y suicidio. Entre los hijos de las mujeres víctimas de abuso hay más probabilidades de bajo peso al nacer, malnutrición, problemas de comportamiento y una tasa de mortalidad más elevada. El Banco Mundial calcula que la carga de EN EL GÉNERO salud, producto de la violencia basada en el género, que llevan las mujeres de 15 a 44 años de edad es tan onerosa como la de la infección por el VIH, la tuberculosis, el cáncer y las enfermedades cardíacas combinados. La violencia basada en el género también tiene consecuencias económicas significativas dado que hace reducir los ingresos familiares y aumentar los costos de atención de salud, el ausentismo laboral y los costos relativos a la aplicación de las leyes. Este tipo de violencia también agrava otros efectos de la explotación económica. Este tipo de violencia, tradicionalmente abordado como un asunto familiar privado—e ignorado por las comunidades y las políticas gubernamentales—apenas acaba de reconocerse como una cuestión importante de salud pública y de derechos humanos. La Declaración de 1993 de Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres fue el primer documento internacional que incluyó el abuso físico, sexual y psicológico en su definición de la violencia contra las mujeres. Los programas de salud reproductiva han estado entre los primeros que abordaron la violencia basada en el género, dado que son los que suelen ver y afrontar las consecuencias de ese tipo de violencia. Con capacitación, el personal de salud pueden hablar sobre la situación y reconocer y ayudar a las mujeres que son víctimas de violencia en el hogar. Y los proveedores de fondos podrían dedicarse más a la investigación pertinente, por ejemplo, sobre microbicidas vaginales, que las mujeres pueden usar discretamente para protegerse contra una infección cuando no puedan negociar las relaciones sexuales con sus compañeros. El sector de la salud por sí solo no puede hacer frente a esa epidemia silenciosa. Lo único que pondrá fin realmente a la violencia basada en el género será un cambio social fundamental, que elimine la condición subordinada de la mujer. Los cambios necesarios son, entre otros, eliminar las leyes que discriminan contra las mujeres y los niños, promover nombramientos de mujeres a cargos directivos y de toma de decisiones, hacer que las niñas y las mujeres tengan más acceso a la educación y se sientan con derecho ésta, y dar a las mujeres mayor acceso a los recursos económicos y a la información de salud. INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 15 Estrategias para mejorar la salud reproductiva Se prevé que en el mundo entero el número de mujeres en edad fecunda va a aumentar en más de 250 millones entre el año 2000 y el 2015, pasando de 1.560 millones a 1.820 millones. Dada la necesidad de protección contra las enfermedades y el deseo cada vez mayor de las mujeres—y los hombres— de posponer el embarazo y tener familias menos numerosas, tales proyecciones plantean un reto para las naciones del mundo en un momento en el que parecen estar mal preparadas para aumentar los servicios proporcionalmente. No obstante, las marcadas diferencias de salud reproductiva en el mundo y la mayor vulnerabilidad de los pobres al riesgo de la reproducción dan una idea de las medidas que pueden adoptar todos los gobiernos, con el apoyo de otros sectores, para mejorar la salud de las mujeres y de sus familias. Ofrecer a las mujeres más opciones en la vida. La condición social y económica baja de las mujeres y las niñas sienta las bases de la mala salud reproductiva. Las sociedades deben abordar necesidades de desarrollo más amplias y el problema de la desigualdad de acceso a los recursos. Se deben hacer esfuerzos por ampliar el acceso a la educación para las niñas y las mujeres, y a oportunidades económicas y a sus recompensas. Invertir en la atención de salud reproductiva. La eliminación de las barreras físicas, financieras y culturales que se interponen al acceso a los servicios constituye un primer paso importante en la prestación de atención de calidad. El INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 17 TADEPA es un proyecto de compañeros jóvenes en el Perú que ofrece educación, asesoramiento y servicios de salud reproductiva a los adolescentes en zonas rurales aisladas donde el embarazo, la depresión y las tasas de abandono escolar entre las adolescentes son elevadas. El proyecto atiende a una comunidad numerosa de adolescentes mediante representantes que viajan a las escuelas de la zona y hablan con los estudiantes acerca de las dificultades en sus vidas, por ejemplo sobre relaciones, la escuela y planes futuros. TADEPA también ofrece a los estudiantes acceso a los servicios de salud materna y tratamiento de las ITS. TADEPA está llegando a más jóvenes mediante la capacitación de líderes juveniles locales para que aborden estas cuestiones con sus compañeros de clase. compromiso de mejorar la salud sexual y reproductiva de las mujeres y los hombres requiere que las comunidades, los gobiernos y los donantes internacionales financien esos programas y servicios de manera adecuada y sistemática. Promover el aplazamiento del inicio de las relaciones sexuales y los primeros nacimientos. Para beneficiar a los jóvenes, proporcionarles información completa y exacta sobre salud sexual y orientación y servicios de planificación familiar poco costosos y que den buena acogida a los jóvenes. Los servicios que dan buena acogida a los jóvenes y que trabajan para eliminar las barreras—como la falta de personal de salud capacitado especialmente para esta labor, horarios poco convenientes, costos y falta de confidencialidad—son cada vez más comunes. Ayudar a las parejas a prevenir y manejar el embarazo no deseado. El mejor acceso a la planifi- cación familiar de alta calidad, incluidos servicios e información relativos a la anticoncepción de emergencia, ayuda a prevenir los embarazos no deseados. La reducción del aborto en condiciones de riesgo requiere la promoción de prácticas higiénicas en los lugares donde el aborto es legal, proporcionando atención de postaborto para el tratamiento de complicaciones del aborto realizado en condiciones de riesgo, y proporcionando orientación y servicios de planificación familiar. Hacer todo lo posible por ofrecer acceso universal a la atención materna. La atención de salud materna de buena calidad incluye toda una seria de servicios durante el embarazo, durante el parto y después de éste. Tales servicios incluyen la promoción de la nutrición materna adecuada, atención prestada por personal cualificado 18 INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 durante el parto, detección y manejo de complicaciones antes, durante y después del parto, y acceso a atención obstétrica de emergencia. Apoyar nuevas tecnologías de salud reproductiva. Se están elaborando microbicidas que podrían proteger a las mujeres contra las infecciones de transmisión sexual (ITS). Se necesitan métodos anticonceptivos más variados y mejores, incluidos métodos masculinos y de barrera, a fin de satisfacer las necesidades cada vez mayores y más variadas de las parejas del mundo. Los preservativos femeninos ofrecen a las mujeres un medio adicional de protegerse contra las ITS, incluida la infección por el VIH, pero siguen siendo demasiado costosos, si es que están disponibles en el mercado. La anticoncepción de emergencia podría ayudar a las mujeres a evitar los embarazos involuntarios, pero en la mayoría de los países las mujeres y los proveedores no saben que ésta existe. Intensificar los esfuerzos para abordar la pandemia de la infección por el VIH. Dado que no existe vacuna, las medidas preventivas como la educación de salud sexual y el suministro de métodos de barrera siguen siendo las intervenciones más eficaces y menos costosas disponibles para frenar la pandemia de la infección por el VIH. Se necesita urgentemente promover y elaborar métodos que las mujeres puedan controlar. Esas estrategias son cruciales para un enfoque integral para reducir a un mínimo la tragedia humana que plantea la infección por el VIH/SIDA. La participación comunitaria es esencial para elaborar, poner en práctica y evaluar programas, para que éstos puedan ser sostenibles y eficaces. Hacer participar a las comunidades. Crear lazos de colaboración. La creación de lazos de colaboración dentro de las comunidades y con otros sectores—incluido el sector privado (con y sin fines de lucro), encargados de elaborar políticas y donantes—puede ampliar el apoyo para mejorar la salud reproductiva. Medir el progreso. La recopilación de datos fiables para vigilar y evaluar los programas de salud reproductiva es un reto para los países que tienen pocos recursos, particularmente respecto a la mortalidad y morbilidad maternas. Los gobiernos pueden vigilar su progreso empleando otros medios de medición, tales como el seguimiento de la información sobre el uso y la calidad de los servicios de salud materna prestados. El Gobierno de Tailandia abordó el problema del VIH/SIDA entre las embarazadas mediante la integración del asesoramiento, pruebas clínicas y educación respecto al VIH en su red nacional de centros de salud maternoinfantil y de planificación familiar. Entre las intervenciones figuran talleres para las mujeres sobre la negociación del uso del preservativo con sus compañeros, los grupos de autoayuda y la educación sobre aptitudes para la vida. Los proveedores viajaron a las aldeas para educar a los miembros de la comunidad acerca del VIH. “Stepping Stones” es un taller comunitario elaborado en África al sur del Sahara en reconocimiento de la necesidad de comunidades enteras de responder a la epidemia del SIDA. Los participantes de los grupos de compañeros hacen un análisis crítico de las relaciones entre hombres y mujeres y las actitudes sociales (respecto a las funciones de género, los muertos y los moribundos, el dinero, las tradiciones y las relaciones sexuales) que promueven la propagación del VIH, desarrollando nuevas aptitudes analíticas y de capacitación mediante escenificaciones y otras actividades. Al final, presentan a sus comunidades sus hallazgos y sugerencias para que se produzcan los cambios individuales y comunitarios necesarios para controlar la propagación del VIH. La disponibilidad de servicios de salud reproductiva, incluida la planificación familiar, puede ayudar a que las parejas satisfagan sus metas de procreación y que la reproducción sea saludable y sin riesgo. Los aspectos preventivos de los servicios de salud reproductiva adquieren todavía más importancia teniendo en cuenta la pandemia de la infección por el VIH. A la larga, la buena salud sexual y reproductiva beneficia a todos, y sus consecuencias no sólo favorecen a la familia sino a todo el mundo. INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 19 Fuentes de datos y metodología Cobertura geográfica: En el gráfico mural se clasifican 133 países con una población de 2 millones o más de habitantes basándose en un Índice de riesgo de reproducción, que consta de 10 indicadores de salud reproductiva. Los países del Índice tienen datos relativos a por lo menos nueve indicadores. Se excluyó del estudio a nueve países porque no había datos relativos a dos o más de los indicadores incluidos. Esos países son Somalia, Hong Kong, Grecia, Irlanda, Taiwán, Bosnia y Herzegovina, Eslovenia, Croacia y Macedonia. Fuentes de datos: Se pueden obtener a solicitud referencias específicas relativas al gráfico mural y el folleto. Las fuentes principales para el estudio son la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos de las Naciones Unidas. Las fuentes clave son las siguientes: • The World Heath Report, 1998 de la OMS • World Population Prospects: The 1998 20 El Índice de riesgo reproductivo combina la TFT y la RMM para obtener el indicador de Riesgo a lo Largo de la Vida (RLV) de Muerte Causada por el Embarazo y el Parto, al cual se aplica una función logarítmica. El RLV indica el riesgo asociado con cada embarazo y el número de veces que una mujer queda embarazada. Luego, el intervalo observado de siete de los nueve indicadores resultantes se transforma en un intervalo que oscila entre 0 y 100. Respecto a cada uno de esos siete indicadores, se coloca a cada país en el nuevo intervalo, y se da al país que se encuentra en el primer lugar del intervalo de cada indicador una puntación de 100 y al país que está en el último lugar del intervalo, una puntación de cero. Las políticas del aborto se clasifican de A a E y a cada grado se le asigna una puntación de la siguiente forma: Política de aborto Nota Puntación Disponible a solicitud A 0 Permitido basándose en razones sociales y de salud amplias B 10 Permitido basándose en razones de salud limitadas C 50 Permitido sólo en casos especiales (Violación, incesto, salvar la vida de la mujer) D 70 Ilegal o permitido sólo para salvar la vida de la mujer E 80 Revision de la División de Población de las Naciones Unidas • World Abortion Policies, 1999 de la División de Población de las Naciones Unidas • World Contraceptive Use, 1998 de la División de Población de las Naciones Unidas • ONUSIDA, Report on the Global HIV/AIDS Epidemic: June 2000 • ONUSIDA, AIDS Epidemic Update: December 2000 • World Development Indicators, 1998 del Banco Mundial • Demographic and Health Surveys (DHS) realizadas por Macro International para la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos • Una serie de bases de datos compilada por la división de Salud de la Madre y del Recién Nacido y de la Maternidad sin Riesgo (MSM) de la OMS Metodología: Los diez indicadores de salud reproductiva que integran el Índice de riesgo reproductivo son los siguientes: fecundidad de las adolescentes, prevalencia del uso de los anticonceptivos, atención prenatal, atención de parto prestada por un proveedor cualificado, anemia en las embarazadas, prevalencia de la infección por el VIH/SIDA en las mujeres adultas, prevalencia de la infección por el VIH/SIDA en los hombres adultos, política de aborto, tasa de fecundidad total (TFT) y razón de mortalidad materna (RMM). La elección de los indicadores se determinó en parte basándose en la disponibilidad de conjuntos de datos globales comparativos. Para obtener el Índice de riesgo reproductivo, al RLV se le da una ponderación de 2 para indicar la importancia de los dos indicadores de los que éste se deriva. La puntación compuesta final del Índice se deriva dividiendo entre 10 la suma de los ocho valores escalonados y las dos puntaciones asignadas. El gráfico mural presenta la clasificación de los países basada en la puntación del Índice de riesgo reproductivo de cada país. El valor máximo del Índice que puede tener un país es de 95 porque las puntaciones máximas asignadas a la prevalencia de la anemia y a las políticas de aborto son de 70 y 80, respectivamente. Mundos diferentes utiliza los datos más recientes, fiables y uniformes de que se disponía en el momento de la publicación. En el caso de la mortalidad materna, se utilizan estimaciones nuevas, pero aún no publicadas, para calcular el Índice de riesgo reproductivo; el gráfico mural presenta una lista de estimaciones previas debido al embargo con respecto a las nuevas cifras. Por esta razón, no se presentan cifras para Slovakia o Yugoslavia. PAI da las gracias a la OMS por compartir una copia avanzada de sus nuevas estimaciones de la RMM. Un informe de PAI de 1995 clasificó el estado de salud reproductiva de las mujeres en 118 países basándose en un índice de riesgo reproductivo un tanto similar de 100 puntos. El presente estudio emplea nueve de los 10 indicadores que se utilizaron en el informe de 1995. El indicador de fecundidad de las mujeres fue reemplazado por la prevalencia de la infección por el VIH en los hombres, a fin de incluir un indicador relativo a los hombres y porque los cálculos de la infertilidad no se han actualizado desde que se publicó el gráfico mural anterior. INFORME DE PA I DE 2 0 0 1 Respecto a la prevalencia de la anemia en las embarazadas, se asignan puntaciones. No se usan datos reales debido a la posible falta de uniformidad y coherencia en la notificación. A los puntos medios de los intervalos de la prevalencia de anemia se les da puntaciones como se indica a continuación: Prevalencia de anemia en as embarazadas Score Baja = menos de 20 por ciento 10 Mediana = 20-39 por ciento 30 Alta = 40 y 59 por ciento 50 Muy alta = 60 por ciento o mas 70 Population Action International Population Action International (PAI) es un grupo independiente elaborador de políticas que trabaja para que queden en claro los vínculos entre población, salud reproductiva, medio ambiente y desarrollo. Mediante la investigación y el apoyo activo, PAI se esfuerza para fortalecer la concienciación del público y el apoyo político y financiero en todo el mundo para los programas de población fundamentados en los derechosde la persona. La esencia de la misión de PAI es su compromiso con el acceso universal a la planificación familiar y los servicios de salud afines, y a las oportunidades educacionales y económicas, especialmente para las niñas y las mujeres. PAI fue fundada en 1965 y no acepta fondos públicos. PLANet PAI es un socio en la campaña de PLANet, patrocinada por la Fundación David y Lucile Packard y la Fundación Flora Hewlett. El objetivo de la campaña es hacer que los estadounidenses se percaten de la función crucial que desempeña la planificación familiar internacional en la mejora de la salud de las mujeres, los niños y el medio ambiente, y fomentar un mayor apoyo estadounidense de estos programas en todo el mundo. El objetivo final es salvar las vidas de mujeres y niños y reducir el estrés en el ambiente que compartimos. 1300 19th Street, NW, Second Floor Washington, DC 20036 USA Tel: 202-557-3400 Fax: 202-728-4177 www.populationaction.org Correo electrónico: [email protected] Pueden solicitarse publicaciones a: [email protected] FOTOGRAFÍAS: Julia Altrocchi (p.18), Scott T. Baxter (p.2), Keith Brofsky (p. 5), Jim Daniels (pp.6,7,9,12), Margaret E. Greene (p.13), Peter Johnson (cubierta), Richard Lord (cubierta), Stephen Simpson (p.18) Diseño por: AURAS Design, Inc., Silver Spring, Maryland Impreso por: Stephenson Printing, Virginia INFORME DE PA I DE 2001 Mundos diferentes SALUD Y RIESGOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS Este estudio documenta las disparidades enormes que existen entre países ricos y pobres y la urgente necesidad de acelerar el progreso en esta esfera crucial e incluye el Índice de riesgo reproductivo que clasifica a 133 países—donde habita el 95 por ciento de la población mundial—empleando los datos más recientes de diez indicadores de la salud reproductiva y sexual. Así como el Informe de PAI de 2001, este folleto y el gráfico mural adjunto son continuación de la serie que se inició en 1990. Estos Informes abordan diversas cuestiones, entre ellas, la educación de las niñas, el acceso a la anticoncepción, y el financiamiento de los programas de salud reproductiva, y son instrumentos útiles para evaluar el progreso hacia los objetivos fijados en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo celebrada en 1994. Mundos diferentes representa la primera actualización—y una revisión importante—del estudio presentado en un gráfico mural y realizado por PAI en 1995, Riesgo reproductivo: Evaluación mundial de la salud sexual y materna de la mujer. 1300 19th Street, NW, Second Floor Washington, DC 20036 USA www.populationaction.org ISBN: 1-889735-07-8