Las madres privadas de libertad y el ejercicio del derecho de lactancia Ana Cristina Monge Acuña INTRODUCCIÓN 1. EL PROBLEMA Y SU IMPORTANCIA Muchas veces los derechos de los privados de libertad han sido desplazados y desvalorizados por la misma sociedad que juzga su comportamiento, cuando en realidad, el único derecho suspendido es el de desplazarse de un sitio a otro dentro del territorio nacional y teniendo que establecerse así en un centro penitenciario, con el fin de reformar su conducta y poder reintegrarse a la sociedad satisfactoriamente. Que estas personas tengan esa única restricción seria lo óptimo, pero sabemos que en la realidad sufren muchas otras. Los privados de libertad frecuentemente son víctimas de abusos por parte de las mismas autoridades penitenciarias y, muchas veces por falta de presupuesto se les priva de ciertas necesidades básicas para tener una vida digna dentro del centro penal. Esto crea un efecto contrario en los reclusos, ya que en lugar de resociabilizarse, aprenden nuevas conductas que son nocivas para su recuperación. En lo que respecta a las mujeres recluidas en prisión, algunas de ellas son madres y ese derecho no se les puede privar de ninguna forma, ya que entra a regir el interés superior del niño. Entonces nos encontramos ante dos derechos y dos sujetos: el derecho de las mujeres privadas de libertad a que se les permita ejercer su rol de madre y el derecho del niño a establecer el vínculo con su madre y recibir la atención y cuidados que merece durante los primeros años de vida. Los vínculos más fuertes se establecen durante los primeros contactos posteriores al nacimiento, lo cual es decisivo para su formación y desarrollo mental, emocional y espiritual. El derecho a la lactancia materna es un derecho humano fundamental que todo niño de los cero a los seis años tiene sin excepción, y se encuentra consagrado en los principios del derecho a la vida y a una sana alimentación. Sin embargo, el derecho a la lactancia no es solamente el acto de amamantar al bebé. Es el acceso a un ambiente idóneo, donde las condiciones de infraestructura sean las óptimas, así como ventilación, orden, higiene, espacio y luz. También es importante que la madre reciba las atenciones médicas y alimentarias necesarias para asegurarse una buena salud. Es aquí en este punto, donde los derechos fundamentales de las reclusas y el interés superior del niño se integran para lograr un adecuado desarrollo de la lactancia materna en los centros penitenciarios. En este sentido, se plantea como problema de estudio la situación del derecho de lactancia de las madres privadas de libertad en Costa Rica y el cumplimiento satisfactorio del derecho a la lactancia con las condiciones sanitarias, médicas y de infraestructura necesarias para el adecuado desarrollo de esta facultad. 2. PROCEDIMIENTO METODOLÓGICO La metodología permite al investigador organizar la investigación y controlar sus resultados, así como dar explicaciones sobre el conocimiento humano y la actividad planteada. Asimismo, permite valorar el conocimiento con relación a los objetivos propuestos. La metodología es la parte de la lógica que estudia y determina los sistemas de investigación y aplicación de conocimientos que les son propios. Es una de las formas por las que se puede adquirir el conocimiento científico. Para la elaboración de este trabajo de investigación, será utilizado el método de investigación descriptiva, pues éste permite efectuar un análisis minucioso acerca de la problemática de las madres privadas de libertad y el ejercicio del derecho de lactancia dentro de la sociedad costarricense. La investigación descriptiva es definida como: “...la técnica que computa y enumera los hechos y los individuos susceptibles de medirse, coordina y clasifica los datos obtenidos con el fin de determinar sus causas, consecuencias y tendencias. Desde el punto de vista científico, describir es medir. Esto es, en un estudio descriptivo se selecciona una serie de cuestiones y se mide cada una de ellas independientemente, para así y valga la redundancia, describir lo que se investiga.” (Escolet, 1993) Y es por medio de este método, el descriptivo, que en el desarrollo de esta investigación se pretenden alcanzar los siguientes objetivos. 3. OBJETIVOS 3.1. Objetivos generales • Analizar los preceptos legales fundamentales en cuanto al trato de los privados de libertad tanto a escala nacional como internacional. • Determinar los alcances y cumplimiento de los tratados internacionales de Derechos Humanos, la Constitución Política y demás leyes que se refieren al derecho del niño a ser alimentado por la madre privada de libertad en el centro penitenciario. Dentro de estos propósitos generales se pueden enmarcar varios objetivos específicos que se desean obtener en el transcurso de esta investigación. 3.2. Objetivos específicos • Identificar las condiciones y el ambiente en las que se encuentran las madres reclusas en Casa Cuna en el Centro Institucional El Buen Pastor en el ejercicio del derecho de lactancia. • Analizar el status de la madre privada de libertad como sujeto de derechos y deberes como el ejercicio de la maternidad. • Determinar si en el Centro Institucional El Buen Pastor se vela por el interés superior del niño, de manera que reciba una adecuada alimentación y cuidados en medio de un ambiente sano. 4. PROPÓSITO DEL ESTUDIO Se reconoce el esfuerzo que los centros penitenciarios de Costa Rica realizan al intentar cumplir con los principios legales del ámbito de derechos humanos y constitucional, en el trato de los privados de libertad; sin embargo, tienen muchas limitaciones financieras, técnicas y de infraestructura que obstaculizan el desarrollo de los derechos y necesidades básicas de los reclusos. Por esta razón se hizo una recopilación de los principales derechos fundamentales directa o indirectamente relacionados con el ejercicio de la lactancia materna dentro del centro penitenciario. Teniendo en cuenta lo expuesto líneas atrás, se asume de mucha importancia para el desarrollo del tema y lograr el propósito que se persigue, hacer referencia de un modo genérico sobre el contenido del mismo. El trabajo consta de cuatro capítulos: En el primero de estos se analizan los derechos humanos fundamentales para tener una vida digna. En el segundo se exponen las principales medidas que se deben tomar en el trato de los reclusos en los Centros Penitenciarios para asegurar el cumplimiento de los derechos humanos y constitucionales. En el tercero se presenta una reseña histórica del Centro Institucional El Buen Pastor más un análisis de la mujer privada de libertad tanto en el ámbito internacional, como nacional. Por último, en el capítulo cuarto, se analiza el estado actual de la Casa Cuna en el Centro Institucional, así como el resultado de la entrevista realizada a las reclusas en período de lactancia que actualmente conviven en esa unidad. Se presentarán algunas conclusiones y recomendaciones que contribuyan a solucionar la situación actual de desvalorización de los derechos y cuidados que merecen tanto las reclusas como sus bebés, con el fin de evitar abusos y procurar que los centros penitenciarios formen, capaciten y asistan a los privados de libertad para llevar una vida más normal. De esta forma, la presente investigación será un excelente instrumento de referencia ante el vacío doctrinario en materia de derecho a la lactancia y sobre todo en materia penitenciaria. También servirá como medio de cuestionamiento de las políticas que se ponen en práctica en los centros penitenciarios que se presume no son las idóneas. Fundamentalmente, el estudio propuesto permitirá obtener un enfoque general del estilo de vida de las madres privadas de libertad. CAPITULO I ASPECTOS GENERALES DEL DERECHO A LA LACTANCIA MATERNA 1. CONCEPTO DE LACTANCIA MATERNA La leche humana es el alimento ideal para el recién nacido ya que contiene todas las sustancias necesarias para el crecimiento y desarrollo del niño durante los primeros meses de vida, la cual se da en una correcta proporción para una digestión y absorción óptima. (Keith Russell, 1977) Por lo tanto, esta sustancia constituye el mejor y más beneficioso alimento para bebés ya que es mejor asimilada y digerida por el sistema digestivo y la energía del infante se conserva para un mejor crecimiento y desarrollo de su cuerpo y cerebro. La lactancia materna prolonga la inmunidad natural a virus y enfermedades tales como polio, algunas clases de neumonía, diarrea y otras infecciones respiratorias, de oído y en el tracto urinario. Por otra parte, este alimento jamás provoca reacciones alérgicas a los lactantes. (Ratner, 1978) Según el informe sobre la Semana Mundial de la Lactancia Materna del año 2002, la leche de la madre es el mejor alimento para los bebés menores de 6 meses de edad o más si así lo requieren, porque proporciona la nutrición equilibrada ideal, reduce la probabilidad de ciertas enfermedades, como la diarrea, las infecciones respiratorias, incluso la pulmonía, las infecciones en el oído y las vías urinarias. Para las madres, la lactancia constituye una reducción en el riesgo de sangrados post parto ya que el útero se contrae previniendo una hemorragia, de diversas infecciones, de cáncer de pecho y ovarios, de deficiencia de hierro, anemia y hasta del peligro de muerte. Para ambos, el acto de amamantar es un componente esencial de la maternidad, del cuidado infantil, del crecimiento saludable y del desarrollo psicosocial. El dar pecho es parte importante de los buenos cuidados del niño y contribuye al crecimiento sano y adecuado desarrollo psicosocial. La lactancia materna además protege el derecho a la salud de la mujer, pues reduce el riesgo de cáncer mamario y ovario, de anemia por deficiencia de hierro y de fracturas de cadera. La leche materna ha probado ser un elíxir mágico con propiedades que exceden en mucho su valor nutricional y que no habían sido reconocidas. Por ejemplo, la leche tiene más de 100 constituyentes entre los que se encuentran algunos con propiedades inmunológicas y antiinfecciosas que actúan en forma directa Asimismo, el informe mencionado establece los puntos a considerar por una madre para facilitar el acto de amamantar a su hijo: • Llevar una dieta nutritiva y balanceada • Recibir atención pre y post natal • Contar con información sobre las prácticas saludables para ella y sus bebés incluyendo la importancia de la leche materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y el uso de alimentos complementarios a partir de esa edad. • Dar a luz en ambientes de respeto y de apoyo en la forma más natural posible. • Recibir apoyo inmediato después del parto y durante el post parto, para mantener las prácticas de la lactancia materna. • Espaciar los embarazos y planificar la familia. • Estar libres de presiones comerciales que desestimulan la lactancia 2. EL DERECHO A LA LACTANCIA MATERNA COMO UN DERECHO FUNDAMENTAL 2.1. Concepto de Derecho Humano La Corte Internacional de Derechos Humanos define así estos principios: “... los derechos humanos son los derechos que tienen todas las personas, en virtud de su humanidad común, a vivir una vida de libertad y dignidad. Otorgan a todas las personas la posibilidad de presentar reivindicaciones morales que limiten la conducta de los agentes individuales y colectivos y el diseño de los acuerdos sociales. Los derechos humanos expresan nuestro profundo compromiso de que se garanticen que todas las personas puedan disfrutar de los bienes y libertades necesarias para una vida digna.” (Glosario de Derechos Humanos, IDH, 200) 2.2. Universalidad y carácter inalienable de los derechos humanos Los derechos humanos corresponden a todas las personas y todas estas tienen igual condición con respecto a esos derechos. La falta de respeto del derecho humano de un individuo tiene el mismo peso que la falta de respeto de cualquier otro, y no es ni mejor ni peor según el género, la raza, el origen étnico, la nacionalidad o cualquier otra distinción. Carácter inalienable de los derechos humanos Que los derechos humanos tengan carácter inalienable quiere decir que no pueden ser despojados por otros, ni se puede renunciar a ellos voluntariamente. Indivisibilidad de los derechos humanos Los derechos humanos son indivisibles en dos sentidos. En primer lugar, no hay una jerarquía entre diferentes tipos de diferentes tipos de derechos: Los derechos civiles, políticos, económicos y sociales son todos igualmente necesarios para una vida digna. En un segundo sentido no se pueden reprimir algunos derechos para promover otros, es decir, por ejemplo, no se pueden reprimir algunos derechos civiles y políticos para promover los derechos económicos y sociales, ni se pueden conculcar los derechos económicos y sociales para promover los derechos civiles y políticos. (Glosario de Derechos Humanos, IDH, 2000 De esta manera, un derecho humano es una norma fundamental que debe garantizar a todo ser humano, libertad, bienestar y dignidad como acreedor de todos los derechos humanos, universales y eternos. Así como el derecho a una sana y completa alimentación está constituido como un derecho fundamental para la humanidad, los beneficios de la lactancia materna deben estar al alcance de todos los niños menores de 6 meses de edad, pues contiene todos los nutrientes que el niño necesita y provee las defensas para protegerlo de enfermedades y la formación de su personalidad. La alimentación con leche materna es parte de uno de los derechos humanos fundamentales como lo son el derecho a la alimentación y el derecho a la salud. La lactancia materna es por tanto, un derecho de las madres y elemento fundamental del derecho de los niños a una alimentación adecuada, a la salud y a los cuidados.(www.cimac, org.mx) 3. LEGISLACIÓN COSTARRICENSE EN MATERIA DE DERECHO A LA LACTANCIA MATERNA 3.1. Constitución Política de Costa Rica Nuestra Constitución Política no contempla específicamente la protección a la lactancia materna; sin embargo, en su artículo 21, establece que la vida humana es inviolable, por lo tanto, a manera de proteger la vida viene implícito el derecho a recibir una adecuada alimentación al inicio de la vida. 3.2. Código de Trabajo La madre trabajadora es igualmente protegida en nuestra Código de Trabajo. El artículo 97 establece que toda madre en período de lactancia tendrá intervalos de quince minutos cada tres horas o, si lo prefiere, de media hora dos veces al día durante sus labores con el fin de alimentar a su hijo con leche materna. 3.3. Ley de Fomento a la Lactancia Materna En su artículo 1, el objetivo de dicha ley intenta fomentar la nutrición segura y suficiente para los lactantes, mediante la educación en la familia y la protección de la lactancia materna. 4. EL ÁMBITO LABORAL Y EL DERECHO A LA LACTANCIA EN OTROS PAÍSES DE LATINOAMÉRICA 4.1. Convenios internacionales y el permiso a la lactancia. En el ámbito internacional, encontramos que el permiso a la lactancia ha sido reconocido en forma indirecta por los instrumentos referentes a Derechos Humanos y en forma expresa por los Convenios de la Organización Internacional de Trabajo (OIT). 4.1.1. Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) Esta declaración no menciona expresamente el permiso por lactancia, entre los derechos que consagra. Sin embargo, encontramos que en su artículo 25°, inciso 2), reconoce el derecho de la maternidad y la infancia a cuidado y asistencias especiales. Ésta disposición puede servir de fuente para que cualquier país incorpore en su legislación nacional, normas destinadas a proteger la maternidad, entre las que podría encontrar el permiso de lactancia. 4.1.2. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948) En su disposición VII, este instrumento, establece que toda mujer en estado de gravidez o en época de lactancia, así como todo niño, tienen derecho a protección, cuidado y ayudas especiales. La amplia protección a la madre que concede esta declaración constituye un fundamento para que los Estados que la han suscrito dicten normas de protección a la madre trabajadora durante la época de lactancia, entre de las cuales se podría incluir la hora de lactancia. 4.1.3. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1969) Al igual que en el caso de los dos instrumentos internacionales antes citados, tampoco hace referencia expresa al permiso por lactancia; sin embargo, en su artículo 10 inciso 2) establece la obligación de los Estados partes en dicho pacto de conceder especial protección a las madres durante un período razonable antes y después del parto. Agrega además, que durante dicho período, las madres que trabajen deben gozar de licencia remunerada o con prestaciones adecuadas de seguridad social. 4.1.4. Convenios de la Organización Internacional del Trabajo Dentro de esta clase de instrumentos encontramos que el Convenio N0 3 de la Organización Internacional de Trabajo sobre protección a la maternidad, 1919, en su artículo 30, inciso d) estableció que la mujer que amamante a su hijo tendría derecho en todo caso, a dos descansos de media hora para permitir la lactancia. Posteriormente, el Convenio N° 103 sobre protección de la maternidad (revisado) 1952, estipuló que la duración de los períodos destinados a la lactancia sería determinada por la legislación nacional. Igualmente, el Convenio Número 103 estableció en el inciso 2) de su artículo 5 que las interrupciones del trabajo por motivos de lactancia, deben considerarse como horas de trabajo efectivo y remunerarse como tales en los casos en que la cuestión esté regulada por la legislación nacional o de conformidad con ella. En los casos que esté regida por contratos colectivos, señala que las condiciones deberán reglamentarse por el contrato colectivo correspondiente. 4.1.5. Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño El artículo tercero promulga el interés superior del niño, Por esto todas las medidas respecto del niño deben estar basadas en la consideración del interés superior del niño. Corresponde al Estado asegurar una adecuada protección y cuidado, cuando los padres, madres u otras personas responsables, no tienen la capacidad de hacerlo. Asimismo, en el artículo 6 se establece que todo niño tiene derecho intrínseco a la vida y es obligación del Estado garantizar su supervivencia y desarrollo. 5. EL PERMISO POR LACTANCIA EN LA LEGISLACIÓN LABORAL LATINOAMERICANA. En la gran mayoría de países latinoamericanos el permiso por lactancia es un derecho reconocido a la madre trabajadora en los Códigos de Trabajo y leyes laborales. Es inclusive, consagrado en algunas cartas constitucionales, tal como ocurre en los casos de México (Art.123 párrafo V), Guatemala (Art.102 inc. k) y Honduras (Art.128 inc.11). En cuanto al tratamiento del permiso por lactancia, las legislaciones que otorgan este derecho, por lo general reconocen interrupciones de la jornada laboral para que las madres trabajadoras puedan hacer uso de un permiso por lactancia. En la mayoría de los casos, la duración es de una hora al día, que suele dividirse en dos períodos de 30 minutos, aunque algunos ordenamientos permiten interrupciones más frecuentes y cortas. 5.1. ALGUNAS NORMAS REGULADORAS DEL PERMISO POR LACTANCIA EN DE LATINOAMÉRICA. 5.1.1. Argentina El artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo, garantiza el derecho de la madre lactante, para disponer diariamente de dos descansos de media hora para amamantar a su hijo durante la jornada de trabajo. Este derecho tiene una vigencia no superior a un año con posterioridad a la fecha de nacimiento, salvo los casos en que por razones médicas resulte necesario que la madre amamante a su hijo por un lapso más prolongado. 5.1.2. Colombia El artículo 238 inciso 1) del Código de Trabajo, establece la obligación del patrono de conceder a la trabajadora dos descansos de treinta minutos cada uno dentro de la jornada laboral para amamantar a su hijo, sin sufrir descuento alguno en su salario por dicho concepto durante los primeros seis meses de edad El inciso 2 del mismo artículo contempla la posibilidad que el patrono tenga que otorgar un descanso mayor por lactancia a la trabajadora, si presenta una certificación médica que exponga las razones por las cuales resulta justificado un mayor número de descansos. 5.1.3. Costa Rica El artículo 97 del Código de Trabajo dispone que toda madre en época de lactancia pueda disponer de trabajo de un intervalo de quince minutos cada tres horas o si lo prefiere, de media hora dos veces al día durante sus labores, con el objeto de amamantar a su hijo, salvo el caso de que mediante un certificado médico pruebe que sólo necesita un intervalo menor. La misma norma precisa que los intervalos en mención deben computarse como trabajo efectivo para efectos remunerativos. 5.1.4. Chile El artículo 206 del Texto, Refundido1 Coordinado y Sistematizado del Código de Trabajo, prevé que las madres tienen derecho a disponer, con fines de alimentar a sus hijos, de dos porciones de tiempo que en conjunto no excedan de una hora al día. Estas horas se considerarán como trabajadas efectivamente para efectos de sueldo, cualquiera sea el sistema de remuneración. Este derecho tiene el carácter de irrenunciable. 5.1.5. Panamá El artículo 114 del Código de Trabajo legisla que toda madre cuando esté lactando dispondrá en los lugares de trabajo de un intervalo de quince minutos cada tres horas, o, si lo prefiere, de media hora dos veces al día, durante sus labores, con el objeto de alimentar a su hijo. El mismo artículo precisa que el tiempo empleado para la lactancia deberá computarse para el efecto de la remuneración de la trabajadora, como tiempo de trabajo efectivo. 5.1.6. Paraguay El artículo 134 del Código de Trabajo, dispone que durante el período de lactancia, las madres trabajadoras tendrán derecho a dos descansos extraordinarios por día, de media hora cada uno, para amamantar a sus hijos. Dichos descansos son considerados como períodos trabajados, con goce de salarios. 5.1.7. Venezuela El artículo 393 de la Ley Orgánica de Trabajo, ha legislado que durante el período de lactancia, la madre tendrá derecho a dos descansos diarios de media hora cada uno para amamantar a su hijo en la guardería respectiva en los casos que exista obligación del patrono de instalar dicho local. En los casos en que no hubiere guardería los descansos por lactancia serán de una hora cada uno. 6.ÁMBITO CONSTITUCIONAL E INSTRUMENTOS INTERNACIONALES Toda mujer tiene derecho a amamantar a sus hijos. La gran mayoría de los Estados del mundo se han comprometido a cumplir los derechos enumerados en uno o más de los siguientes instrumentos internacionales tales como: • La Convención sobre los Derechos del Niño • La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación de la Mujer • La Convención de la OIT sobre Protección de la Maternidad • El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna 6.1. Alimentación adecuada: un derecho humano La Convención sobre los Derechos de la Niñez garantiza a la niñez y su familia el acceso a la información y apoyo de acuerdo al conocimiento básico de las ventajas de la leche materna. Este derecho está garantizado en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en el artículo 11 del Acuerdo Internacional de 1966 sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales. El término “alimentación adecuada “ significa leche materna ya que es mil veces superior a cualquier sucedáneo. 6.2. El derecho a la maternidad es básico. La maternidad es un derecho, una responsabilidad y obligación. Esto implica brindarle al niño la posibilidad de desarrollo. 6.3 Convención de derechos de los niños. Padres biológicos Es derecho de los niños crecer con los padres biológicos; pero si los padres no son aptos, el Estado puede quitar la custodia si esto es lo mejor para el niño. 6.4. El derecho de los niños es supremo con relación al de las madres. No se justifica poner en peligro la posibilidad de los niños a una vida normal. Hay que ser cuidadosos de no dañar los derechos y las vidas de los niños. 7. PROMOCIÓN EN MATERIA DE DERECHO A LA LACTANCIA MATERNA Se estima que con la promoción de la lactancia materna se podría salvar a un millón de niños al año en los países en desarrollo. No amamantar, no amamantar óptimamente o interrumpir precozmente la lactancia materna son factores que tienen efectos negativos en la salud del niño y de la familia, y los cuales se deben abordar en los programas de promoción y gestión. Según autoridades médicas, para obtener efectos óptimos en la supervivencia infantil y el espaciamiento de los nacimientos, las madres deben comenzar a amamantar inmediatamente después del parto y alimentar al bebe exclusivamente con leche materna hasta los 4 ó 6 meses. En Costa Rica, para fomentar la lactancia materna, la Comisión Nacional de Lactancia Materna capacita al personal de los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (EBAIS) y de los hospitales de Turrialba, San Ramón, Grecia y Heredia, entre otros. La lactancia materna es importante para la nutrición y la supervivencia infantiles. (Rodríguez, 1999) Ésta es un derecho fundamental para una buena alimentación infantil. Con este objetivo se firmó en Florencia, Italia hace trece años el documento conocido como “Declaración de Innocenti” en la que decenas de médicos, científicos y funcionarios del área de la salud infantil se comprometieron a proteger, fomentar y apoyar la lactancia materna y lograr que todos los gobiernos del mundo hicieran lo propio. Ésta declaración establece como meta mundial para salud y nutrición de madres e hijos, la alimentación exclusiva con leche materna desde el nacimiento hasta los seis meses de edad. Pasada esa etapa, niñas y niños deben seguir recibiendo leche materna pero complementada con otros alimentos hasta los dos años de edad o más. Finalmente, las investigaciones científicas señalan que los niños y niñas, así como las madres no pueden alcanzar la salud óptima a menos que existan los condiciones necesarias para permitir a estas últimas amamantar exclusivamente a sus bebés. (www.cimac.org.mx/noticias...) CAPITULO II DERECHO DE LOS PRIVADOS DE LIBERTAD 1. DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS PRIVADOS DE LIBERTAD En este capítulo se analizan los diferentes derechos fundamentales de los privados de libertad, así como las necesidades básicas que se deben cumplir durante su período de ejercicio de la pena. El respeto a estos derechos garantiza a la madre privada de libertad ejercer libremente su derecho a la lactancia y a proveer a su hijo la alimentación necesaria para su formación, la cual viene a ser, a su vez, un derecho fundamental para el niño: su derecho a la salud y a la alimentación. Tal y como lo establece el artículo tercero y sexto, respectivamente, de la Convención sobre los Derechos del Niño, todas las medidas respecto al niño deben estar basadas en el interés superior de éste y todo niño tiene derecho intrínseco a la vida y es obligación del Estado garantizar su supervivencia y desarrollo. Se hará una correlación entre los instrumentos internacionales, la Constitución Política y el Código Procesal Penal costarricenses, con el fin de examinar si existe una correspondencia entre todos. La expresión “Derecho Fundamental” hoy es ampliamente utilizada, en lugar de la de Derecho Humano. Este término, se utilizó por primera vez en la Ley Fundamental de la República Federal Alemana acordada y promulgada en 1949. Para efectos de nuestro estudio solamente analizaremos aquellos derechos que permitan el adecuado desarrollo de la lactancia materna en las madres privadas de libertad. 1.1. principios básicos y de guía Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos (RM) contienen ciertas reglas que son de carácter absoluto y fundamental. Éstas constituyen principios básicos y, como tal, se deben poner en práctica en todas partes y en todo momento. Estas reglas fundamentales reciben el apoyo de otros instrumentos de las Naciones Unidas (NNUU) para proteger y garantizar los derechos humanos. Entre los principios fundamentales de las Reglas Mínimas (en adelante RM) se incluyen los siguientes: Los recintos penales deben ser comunidades bien organizadas, es decir, tienen que ser lugares donde no exista peligro para la vida, la salud y la integridad personal. También deberán ser lugares en donde no se muestre discriminación alguna en el trato de los reclusos. Las actividades del establecimiento se deben enfocar, en cuanto sea posible, a ayudar a los presos a reintegrarse a la comunidad después de que hayan cumplido la sentencia de cárcel. Por esta razón, las reglas y el régimen de la prisión no debieran restringir las libertades, los contactos sociales de los reclusos y posibilidades para el desarrollo personal más de lo absolutamente necesario. Las reglas y el régimen penitenciario debieran facilitar la adaptación e interacción a la vida normal de la comunidad. Los siguientes párrafos describen en mayor detalle los principios fundamentales y de guía. 1.2. Normas fundamentales 1.2.1. Derecho a la Vida El derecho a la vida es un derecho principal e intangible del que derivan todos los demás. Por esta razón no podrá nunca ser afectado por un Estado de Excepción o someterse a restricciones Su reconocimiento internacional se encuentra en el: • Art 4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. (en adelante CAS DH.) • Art. 1 de La Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre. (en adelante DA) • Art. 6 Del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. (en adelante PIDCP). • Art. 3 De La Declaración Universal de Derechos Humanos. (en adelante DU) Nuestra constitución política consagra en su artículo 21 que el derecho la vida es inviolable. Nuestra Constitución Política le da absoluta primacía a este derecho al referir su carácter inviolable, y es precisamente de aquí donde se deriva en sentido positivo que el Estado tiene el deber de preservar y mejorar todas aquellas condiciones de orden social y ecológico relacionadas con el disfrute de una digna calidad de vida para todos. Sobre esta amplia tutela, la misma Constitución incluye como un Derecho Social el ambiente sano y ecológicamente equilibrado que permita a toda persona el denunciar y reclamar la reparación del daño causado. (art. 50 Constitución Política) 1.2.2. Derecho a la Salud La salud física y mental de los privados de libertad es un aspecto muy vulnerable de la vida en prisión. El artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos estipula que: “... todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Así mismo, el artículo 5 establece que nadie será sometido a torturas, ni penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Quiere decir que no se debe permitir ningún tipo de abusos, ya sean físicos o mentales.” El cuidado de la salud es, por lo tanto, de gran importancia y la salud de los presos tiene que ser una prioridad en el trato en la institución penal. El nivel de cuidado de salud y de medicamentos en la institución debe ser, al menos, equivalente al de la comunidad externa. Es una consecuencia de la responsabilidad del gobierno para con las personas privadas de su libertad y por lo tanto totalmente dependiente de la autoridad estatal. En igual sentido, la Declaración Americana, en su articulo Xl, establece el derecho de toda persona a que su salud sea preservada. Es necesario puntualizar sobre el derecho a preservar la vida, el problema de los centros penales nuestros, en cuanto carecen de las condiciones mínimas de salud y seguridad de los internos En este sentido la Sala Constitucional declaró en el voto 1032-96, de las nueve horas tres minutos del primero de marzo de mil novecientos noventa y seis, que las condiciones del Centro de Atención lnstitucional de San José, atentan francamente contra las disposiciones contenidas en los instrumentos internacionales respecto al derecho a la vida, a la prohibición de tratos crueles y a la dignidad de las personas, otorgando al Poder Ejecutivo un plazo de un año para colocar a dicho centro en condiciones de respeto a las “Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos” Según la Regla 57 de las RM, a la que se hace alusión en la Sección 1, párrafo 22, el encarcelamiento es aflictivo por su naturaleza misma y no debe ser agravado. La Regla estipula que la privación de la libertad implica privación del derecho de autodeterminación. Cuando este derecho se ha perdido, no sólo en principio, sino que también lo impide en la práctica diaria las reglas que gobiernan el régimen de la institución penal, será difícil para un preso tomar medidas que él o ella consideren necesarias o deseables para su salud. Entonces, es obviamente una responsabilidad del gobierno asegurar el derecho a la vida de los presos, buenos niveles de salud en la institución; garantizar condiciones de vida y de trabajo saludables; actividades y tratos que no dañen la salud de los presos y los procedimientos médicos y de enfermería suficientes y eficientes. 1.3. LA SALUD DE PRESOS Y ACUSADOS ES PRIORIDAD Nunca se puede enfatizar demasiado el hecho de que un juicio justo, que incluya una acusación bien fundada, además de información acerca de los procedimientos legales y la ayuda legal, de las reglas y servicios de la institución penal, son precondiciones esenciales para la salud física y mental de los presos. Más aún, las sentencias prolongadas en sí son dañinas para el bienestar de una persona. Estas se deben imponer lo menos posible. A pesar que las sentencias están fuera de la competencia de las autoridades penales, éstas pueden, sin embargo, contribuir, donde sea apropiado y posible, a acortar los períodos largos de encarcelamiento, haciendo uso o recomendando el uso de la libertad, libertad condicional, remisión o perdón. En general, los presos gravemente enfermos sin perspectiva de recuperación, deben ser puestos en libertad y asegurando que quedarán bajo el cuidado y albergue de su familia, amigos u otros cuerpos apropiados. El estar encarcelado, significa no tener poder, ser dependiente y a menudo sin saber lo que pasará ni cómo manejar la situación. Esto crea amargura, agresividad, nerviosismo y agotamiento. Las visitas frecuentes al médico, el uso excesivo de pastillas para dormir, tranquilizantes o drogas, incluso intentos de suicidio, especialmente durante la detención preventiva lo prueban. La salud mental afecta la salud física y viceversa. Por lo tanto, condiciones de vida benévolas, tratamiento que estimule sicológica y socialmente a los presos, también son asuntos de salud. Asimismo, la confianza de los presos en el cuidado de la salud de la institución es un factor de mejoramiento en sí mismo. Esto sólo se puede obtener si todos en la prisión saben que para un médico, enfermera o para un trabajador de la salud de la institución, el paciente siempre tiene la prioridad por sobre el orden, la disciplina y cualquier otro interés de la institución penal. 1.3.1. Cuidado de la salud Con el objeto de asegurar la salud física y mental de los presos, las Reglas Mínimas en el tratamiento de los reclusos estipulan las medidas necesarias: se debe informar prontamente a los presos acerca de ellas y de los procedimientos para obtenerlas; se debe dar a conocer el propósito exacto de los remedios prescritos y el contenido de su informe y archivo médico. Debe haber más sinceridad hacia los presos, acerca de su estado personal de salud y tratamiento médico. Aunque están privados de algunas oportunidades para cuidar de su propia salud, no se les priva de la responsabilidad para hacerlo. El personal de salud les debe recordar esto a los presos y alentarlos a ejercitar esa responsabilidad, por ejemplo: por medio de hacer ejercicio, lavarse y afeitarse, lavarse los dientes, problemas de fumar; mantener limpio el espacio que habitan. Sin embargo, si los presos no aceptan la responsabilidad de velar por su bienestar, no se les debe castigar. Se les debe informar acerca de los riesgos a la salud e higiene, prevención de riesgos, medidas de primeros auxilios, etc. Además, si los presos se comportan irresponsablemente, tanto como para crear un riesgo a la salud general de otros, puede ser necesario imponer medidas de higiene. Sin embargo, si no hay medidas y oportunidades apropiadas para cuidar su salud e higiene activamente, ni para consultas a médicos u otros funcionarios de la salud, no se debe considerar responsables a los presos. Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Trato de los Reclusos afirman que los servicios médicos en la institución penal, "... deberán organizarse íntimamente vinculados con la administración general del servicio sanitario de la comunidad o de la nación." Por lo tanto, se debe permitir el acceso de servicios médicos de la comunidad local a la institución penal y a los presos que pidan consejo médico o estén siendo atendidos por servicios externos se les debe autorizar en cuanto sea razonable. Particularmente, los médicos de la institución penal no deben vacilar en remitir a servicios médicos externos, ni considerarlo un insulto a sus habilidades profesionales. 1.4. Salud de los presos, una responsabilidad de todos los miembros del personal La salud física y mental de los presos no es sólo responsabilidad del gobierno y de la administración de la institución penal o de los funcionarios de salud solamente sino que también lo es del personal penal, administrativo y de otros involucrados en el trato de los presos. En la institución, cada miembro del personal debe asegurar que estos derechos de los presos sean cumplidos y contribuir a ello. Se debe hacer mención de los psicólogos y trabajadores sociales, quienes también juegan un rol importante en los asuntos de la salud, en particular, la salud mental. Se debe respetar y apoyar su profesión y posición en la institución penal tal como la de los funcionarios de salud. Se debe considerar el Código de Conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Señala en el Artículo 6 que: “... los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley deben asegurar la plena protección de la salud de las personas bajo su custodia y, en particular tomarán medidas inmediatas para proporcionar atención médica cuando se precise.” Se debe hacer mención de la publicación de Amnistía Internacional "Códigos de Ética y Declaraciones Pertinentes a Los Profesionales de la Salud". 1.4.1. Comida e higiene Un área de vital importancia y que requiere la vigilancia y supervisión de expertos, es la comida, el agua y las medidas sanitarias. Lo mismo se aplica a servicios sanitarios e higiénicos. En muchos países, éstos se encuentran bajo los niveles humanos y razonables. Especialmente las condiciones, de las celdas son a menudo deplorables. Algunas veces, el aire puede estar contaminado debido al uso de petróleo, pintura, otros productos químicos o debido al hollín. Entre los requisitos básicos de buena salud e higiene se encuentran suficiente aire fresco y limpio, y ventilación. La calidad de la comida requiere de supervisión buena y experta. Los componentes principales de la alimentación deben estar presentes en calidades adecuadas y de acuerdo al clima; se necesitan menús variados; deben tomarse en cuenta las dietas especiales para los presos por razones religiosas o de salud; debe prestarse cuidado especial a la dieta de las embarazadas, madres nodrizas, y sus hijos. Estos requisitos son altos. Incluso si las condiciones locales de la comunidad dejan mucho que desear con respecto a alimentación, es responsabilidad del gobierno que las personas bajo su cuidado que, de hecho están imposibilitadas de cuidar de sí mismas, estén bien alimentadas y que se les asegure la salud. 1.5. Derecho a la no discriminación de ningún tipo. Se prohibe discriminar. Las reglas que siguen deben ser aplicadas imparcialmente. No se debe hacer diferencias de trato fundadas en prejuicios, principalmente de raza, color, sexo, lengua, religión, opinión política o cualquier otra opinión, de origen nacional o social, fortuna, nacimiento u otra situación cualquiera. Por el contrario, importa respetar las creencias religiosas y los preceptos morales del grupo al que pertenezca el recluso. Los requisitos de la Regla 6 (1) son inequívocos. Las Reglas Mínimas se aplicarán “imparcialmente”, es decir, en forma justa y honrada. La discriminación significa la imposición de daño o desventaja a reclusos individualmente o en grupos, por cualquiera de las razones proporcionadas en las Reglas. Por lo tanto, se prohibe cualquier práctica penitenciaria que se base en prejuicio, intolerancia, fanatismo o parcialidad. La Regla 6 (1) prohibe la discriminación utilizando virtualmente los mismos términos que el Artículo 2 de la: Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Una prohibición de discriminación similar se reitera en el Principio 2 de los Principios Básicos para el Tratamiento de Reclusos, adoptada por la Asamblea General en su 68a reunión, tan recientemente como diciembre de 1990. El Artículo 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, afirma que: “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.” La Regla 6 (1) prohibe la discriminación en términos de “otra situación cualquiera”. Una de tales situaciones es, en la actualidad, de considerable interés e importancia –el ser identificado como un recluso con VIH positivo. El miedo y la ignorancia acerca de la transmisión de la infección por presos VIH positivos, a menudo lleva a que se les discrimine, especialmente mediante el aislamiento físico y social. En muchos casos, no hay razones médicas ni problemas de comportamiento que lo justifiquen. En casos especiales, se podrían requerir medidas especiales. No obstante, descartando dichas situaciones, el aislamiento de presos VIH positivos en general equivale a discriminación. 1.6. Trato diferente no significa discriminación La prohibición de discriminar no significa en ninguna forma que no se reconozcan las diferencias importantes de creencia religiosa o moral. En este contexto, se debe hacer una distinción entre la discriminación y las diferencias entre individuos. El primer término se refiere a la imposición de daño o desventaja, por razones injustas, generalmente perjudiciales. El último término reconoce la necesidad de tratar a los presos en forma diferente, de modo de tomar en cuenta creencias o necesidades especiales, situaciones especiales o una posición desventajosa especial, por ejemplo, ser extranjero, mujer o miembro de una minoría étnica o religiosa. A diferencia de la discriminación, el reconocimiento de las diferencias fundamentales entre los seres humanos no debería llevar al abuso de daño o desventaja por razones injustas o perjudiciales. Sin embargo, los reclusos que pertenecen a un grupo mayoritario pueden bien percibir el tratamiento diferente como discriminación injusta, especialmente si el grupo minoritario es considerado inferior. El personal penitenciario necesita estar alerta sobre esta posibilidad y cualquier queja que se origine debido a esto. El personal debe estar bien informado y unido, al explicar a los reclusos en forma razonable por qué se realizan distinciones en la forma en que se les trata. Inevitablemente, hay ocasiones en que el cumplimiento de la sentencia en el recinto penal lleva a condiciones restrictivas de encarcelamiento. Esto ocurre, por ejemplo, cuando a un preso, a quien se expulsará del país al término de la sentencia, se le niega la salida del centro penitenciario, debido a un claro riesgo de que nuevamente cometa delitos durante su salida. La imposición de condiciones restrictivas sólo es lícita hasta el punto en que éstas sean consecuencias necesarias para llevar a cabo una sentencia en prisión que se haya impuesto en forma legal y que esté sujeta a imposición justificada. Así, el tratar a los reclusos de manera diferente, nunca debe ser una consecuencia de prejuicio, parcialidad, fanatismo e intolerancia. El trato diferente se puede considerar legítimo cuando es una consecuencia razonable y justa de la sentencia, cuando se justifica por el conocimiento y la experiencia bien fundados, cuando se pretende aumentar la posición personal o social del preso y cuando está basada en un alto grado de tolerancia y comprensión. Las vías de denuncia a una autoridad independiente hacen posible comprobar lo justo y razonable de las condiciones restrictivas de encarcelamiento. Por otro lado, la discriminación ocurre cuando se han hecho conocidas las pautas de comportamiento prejuiciado y aún continúan siendo la fuente de prácticas prejuiciadas 1.7. Derecho a la Integridad Física Es el derecho que tiene toda persona a no ser víctima de conductas injustas que causen detrimento en su dimensión física y mental. Se trata de un derecho fundamental estrechamente vinculado al derecho a la vida. Este derecho se encuentra consagrado en el artículo 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos, artículo 25 de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el artículo 5 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. En el ámbito nacional, nuestra Constitución Política no regula directamente al Derecho a la Integridad Física, sino que el artículo 4 se refiere a la prohibición de los tratamientos crueles y degradantes. En este sentido la Convención Americana de Derechos Humanos establece: “...que toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.” Nadie debe ser sometido a tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. La pena no puede trascender a la persona del delincuente. Las penas privativas de libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación social de los condenados. 1.8. Derecho a la Libertad Toda persona, sólo puede desenvolverse plenamente como ser cultural en la medida en que sea libre. La libertad, por lo tanto, es la esencia del ser humano. O como dice J.P. Sartre: “... el hombre es libertad, porque, en última instancia el ser humano es lo que se hace.” Este derecho tiene una amplia gama de manifestaciones. Nos interesaremos en mencionar las siguientes. Libertad de tránsito o personal, libertad de religión y culto y libertad de pensamiento y expresión. En los tratados y convenios por supuesto que tiene una amplia protección de modo que varias disposiciones tutelan este derecho, veamos cuáles. En la Convención Americana sobre Derechos Humanos • Art. 6. Prohibición de la esclavitud y servidumbre. • Art. 7 Derecho a la libertad Personal. • Art. 12 Libertad de Conciencia y de Religión. • Art. 13 Libertad de Pensamiento y de Expresión. En la Declaración Americana de Los Derechos y Deberes del Hombre • Art. I Derecho a la vida y a la libertad. • Art. III Derecho a La Libertad religiosa y de culto. • Art. IV Derecho a la Libertad de Investigación, opinión, expresión y difusión. En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. • Art. 8 Prohibición de la Esclavitud. • Art. 9 Derecho a Libertad y Seguridad Personal. • Art. 13.2 Derecho a salir libremente de cualquier país. En la Declaración Universal de Derechos Humanos- • Art. 3. Derecho a la Libertad y seguridad de la persona. • Art.9 Prohibición de detención arbitraria. • Art. 1 3 Derecho de libre tránsito. • Art. l 8 Derecho a Libertad de pensamiento, conciencia y religión. En la Constitución Política. • Art. 20 Derecho a la Libertad y prohibición de la esclavitud. • Art. 22 Libertad de Tránsito. • Art. 27 Libertad de Petición. • Art. 26 Libertad de Reunión • Art.28 Libertad de opinión. • Art.37 Prohibición de detención arbitraria o ilegal. Como fácilmente podemos notar, el derecho a la libertad comprende una serie de esferas en que cada individuo se desarrolla, sin una protección atinente a cada una de éstas y sobre todo, sin una determinación de los limites del poder estatal no podríamos hablar de libertad. En este sentido el Art. 7.6 de la CASDH regula el derecho a recurrir para examinar la legalidad del arresto o la detención. Así también el Art. 48 de la Constitución Política extiende el recurso de Hábeas Corpus no solo para la afectación a la libertad, sino incluso a la integridad física. 1.9. Derecho a la igualdad Las normas de derechos humanos de origen internacional contienen el reconocimiento del derecho a la igualdad, en términos que en algunos casos resultan más explícitos y detallados que los utilizados por las constituciones de los países de la región. Ese mayor desarrollo comprende tanto la precisión sobre la igualdad sin distingos, como la enumeración de las posibles causas de un indebido establecimiento de diferencias. Disposiciones internacionales que contemplan este derecho. • Art. 1 v 24 de La CASDR. • Art. 3 v 26 del PIDCP. • Art. II de la DA. • Art. 7 de La DU. En el ámbito nacional, la Constitución Política regula el Derecho a la Igualdad en el Art.33. Es interesante reconocer que la normativa internacional procura detallar con más extensión, qué debe entenderse por discriminación. Además obliga a los Estados a respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción, los derechos reconocidos en el Pacto, sin distinción alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole (Art. 1 del PIDCP). 1.10. Fines de la Pena De acuerdo con el Art. 5.3 y 5.6 del Convención Americana de Derechos Humanos, la pena no puede trascender de la persona del delincuente. Por ello, las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación social de los condenados. Nada más alejado hasta ahora de nuestra realidad diaria, quizá por esto no encontramos en nuestro texto constitucional qué fines deben cumplir las penas. Sin embargo, la fase de ejecución de la pena del proceso penal, si menciona los fines constitucionales y legales de la pena. Véase en este sentido el Art. 458 el que obliga al Juez de Ejecución a velar por tales fines. Por la afectación en la calidad de vida que sufren los privados de libertad dadas las condiciones de nuestros centros penales, es claro observar que la pena trasciende del condenado y llega a su familia, causándole más dolor por la privación de libertad de ese ser querido, incomodidades, maltratos, largas filas de espera y el dolor de ver las condiciones en que debe permanecer el privado de libertad. Por otra parte, no se logra ningún fin resociabilizador, sobre todo cuando se fijan penas excesivas. En esta coyuntura es que se inscriben tanto las actuales medidas alternativas que esperan su aprobación legislativa con el proyecto de Código Penal, que esperamos algún día salga a la luz. 1.11. Derechos retenidos Independientemente de sus circunstancias, todos los seres humanos tienen derechos fundamentales, de los que no se les puede despojar sin justificación legal. Las personas detenidas o encarceladas en forma legal pierden por un tiempo el derecho a la libertad solamente. Algunos derechos pueden limitarse por el hecho de detención o de encarcelamiento. Éstos incluyen el derecho a determinadas libertades personales: el derecho a privacidad, libertad de movimiento, libertad de expresión, libertad de asamblea y libertad de voto. La cuestión importante es si, y a qué nivel, cualquier limitación adicional de los derechos humanos es una consecuencia necesaria y justificada de la privación de libertad. 1.12. La pérdida de la libertad El control de los crímenes en la sociedad puede requerir el uso de sanciones. Donde quiera que sea posible, las sanciones y las medidas tomadas en la comunidad, debieran utilizarse antes que la privación de libertad. Cuando ésta se emplea, surgen preguntas sobre los derechos humanos. 1.13.La pérdida de la libertad y de la vida normal Las personas que permanecen en recintos penales están cumpliendo condenas. Están en prisión como castigo, pero no para recibir castigos. La pena consiste en la pérdida de libertad. Por lo tanto, las circunstancias de encarcelamiento no debieran utilizarse como un castigo adicional. Se debe reducir al mínimo cualquiera de los efectos adversos del encarcelamiento. Aunque la vida en prisión nunca puede ser normal, las condiciones en ella deberían ser tan cercanas a la vida normal como sea posible, aparte de la pérdida de libertad. 1.14. El principio de apertura Cuando se priva de la libertad existe un riesgo de que se violen los derechos humanos. Es un derecho humano básico el no ser privado de la libertad excepto por un proceso legal. En la práctica, la pérdida de la libertad a veces ocurre fuera de la ley: se mantiene en custodia a la persona sin la consideración apropiada de los procedimientos y protecciones legales correctos. Por lo tanto, un principio básico para proteger los derechos humanos de las personas en custodia, es la apertura: las prisiones y otros lugares de detención deberían estar abiertos al escrutinio externo e independiente y las personas en custodia deben tener acceso al mundo exterior. 1.15. El deber de cuidado Cuando el Estado priva de libertad a una persona, asume el deber de cuidarla. El principal deber del cuidado es mantener la seguridad de las personas privadas de su libertad, como también proteger su bienestar. Los derechos humanos de los presos o detenidos están establecidos por la ley internacional, por medio de varias convenciones y pactos con categoría legal de tratado. Los estados que los firman y ratifican se comprometen a observar sus disposiciones. La aplicación de estos instrumentos se detalla en las Reglas Mínimas para el trato de reclusos de las Naciones Unidas (RM). Este es uno de los documentos internacionales más antiguos que atañe al trato de la gente en prisión y ha logrado muy amplio reconocimiento por su valor que influencia en el desarrollo de la política y la práctica penal. Ellos contienen un mayor nivel de detalles prácticos sobre el deber en el cuidado de los reclusos que el que se debe encontrar generalmente en las declaraciones, convenciones y convenios. Las cortes nacionales e internacionales y otros cuerpos han utilizado las RM para dar conocer el cuidado a que tienen derecho las personas en custodia. Las RM son reglas mínimas que establecen los estándares bajo los cuales no deben caer las condiciones. 2. LA VIDA EN PRISIÓN ORIENTADA HACIA LA NORMALIDAD El régimen del establecimiento debe tratar de reducir las diferencias que puedan existir entre la vida en prisión y la vida libre en cuanto éstas contribuyan a debilitar el sentido de responsabilidad del recluso o el respeto a la dignidad de su persona. Es conveniente que, antes del término de la ejecución de una pena o medida, se adopten los medios necesarios para asegurar al recluso un retorno progresivo a la vida en sociedad. Este propósito puede alcanzarse, según los casos, con un régimen preparatorio para la liberación, organizado dentro del mismo establecimiento o en otra institución apropiada, o mediante una liberación condicional, bajo una vigilancia que no deberá ser confiada a la policía, sino que comprenderá una asistencia social eficaz. La libertad de los presos, los contactos externos y las posibilidades para el desarrollo personal, no se debieran limitar más de lo absolutamente necesario, y que las reglas y los requisitos penitenciarios debieran ser conducentes a prepararlo para una vida normal en la comunidad después de obtener la libertad. Estos preceptos se encuentran a veces incluidos en un solo principio, denominado el “principio de normalidad”. El principio de normalidad no significa que las condiciones de vida en prisión deban ser exactamente las mismas que las que imperan afuera: lujosas, por ejemplo, en una sociedad opulenta, o deplorables y deficientes en una sociedad empobrecida. Las diferencias entre las condiciones de vida en prisión y aquellas de la comunidad que privan a los reclusos de su sentido de responsabilidad o del respeto que se merecen como seres humanos. Las diferencias entre la vida en prisión y la vida común pueden socavar el sentido de responsabilidad del recluso y el respeto por su dignidad humana. Esto ocurre porque el régimen penitenciario se ha enfocado, tradicionalmente, en la reglamentación detallada de la vida del recluso de tal modo que lo priva de las oportunidades para el ejercicio de la iniciativa y responsabilidad personal. La prisión, por definición, no es normal. Los intentos de hacer la vida en prisión parecida a la vida normal, nunca pueden contrarrestar las limitaciones que involucran el hecho de perder la libertad, pero pueden reducir el efecto alienante del encarcelamiento. Las iniciativas para mantener los lazos del preso con el mundo exterior son una parte importante para hacer normal la vida en prisión, como son las oportunidades para permitir a los reclusos usar su propia ropa, y que limpien y cocinen para sí mismos. El permitir tales actividades cumple muchos propósitos. El reducir las diferencias entre la vida dentro y fuera de la prisión fortalece la independencia y la responsabilidad, otorga práctica en habilidades básicas y reduce la dependencia en los servicios que entrega la administración de la prisión. Sin embargo, los administradores penitenciarios no deben usar este enfoque como una excusa para no hacer nada cuando los reclusos están imposibilitados de proveerse por sí mismos. Por ejemplo, si los presos no poseen ropa adecuada, la administración del penal tiene la obligación de proveérsela. Los presos pueden entonces ser responsables de mantenerla limpia, utilizando las facilidades otorgadas por la institución. 3. NECESIDADES BÁSICAS DE LOS PRIVADOS DE LIBERTAD Las condiciones de vida en una institución penal son uno de los principales factores que determinan el sentido de autoestima y dignidad de un preso. Dónde él o ella duerman: qué se les permite usar; qué, cómo y dónde comen; si tienen camas con frazadas y sábanas o si duermen en el suelo o tapándose con trapos; si se les permite o no lavar y con qué frecuencia; si tienen acceso constante a una letrina o si tienen que pedir (o en ocasiones suplicar) al guardián cada vez que necesiten usarla. Todo esto tiene gran influencia en su bienestar físico y mental. Todos los documentos de principios de derechos humanos, resaltan el derecho a la dignidad humana. De hecho, la Declaración Universal de Derechos Humanos, reafirma este derecho en su primer artículo. El Artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ordena: “Toda persona privada de libertad será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.” Los Principios Básicos para el Tratamiento de los Presos y el Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detención o de Encarcelamiento, contienen medidas similares en sus principios esenciales. Pero, las condiciones físicas extremadamente deficientes, además de la violación del derecho a la dignidad de los reclusos, también pueden llegar a constituir un castigo cruel e inusual. Esta situación puede ser peligrosa para la salud e incluso para la vida del preso y, como tal, viola su derecho de no ser sometido a "tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes". Como se especifica en la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículo 5), en el Pacto Internacional de Derechos Políticos y Civiles (Artículo 7), y en la Convención contra la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes e incluso en términos más precisos por el Conjunto de Principios (Principio 6). En algunos casos, estas condiciones se pueden aplicar a propósito para desmoralizar al preso, intimidarlo, forzarlo a testificar, confesar, etc.; en otros son el resultado de la negligencia. En cualquiera de los dos casos, constituyen una severa violación de uno de los derechos humanos básicos. Como en la mayoría de los aspectos de las condiciones carcelarias, lo relacionado con las necesidades y comodidades básicas de los reclusos, mucho depende y puede mejorarse a través de cambios de políticas, así como, por la creatividad del personal, y no sólo por medio de grandes gastos financieros. Para los miembros del personal, encargados de establecer la acomodación de los presos de tomar decisiones acerca del número de presos que se pueden admitir en una institución particular, puede ser útil recordar siempre que una celda es para los presos lo que una casa es para ellos mismos Deben tratar de imaginarse que viven en una celda especifica y pensar lo que más les importaría bajo esas circunstancias, qué cambios se podrían hacer a un costo relativamente bajo, o a la inversa, qué sería lo más desagradable para ellos. Desde tal perspectiva, podrían tomar decisiones que harían uso óptimo de la infraestructura existente y, al mismo tiempo, sabrían cuando no ir más allá. A pesar de ser difícil lograr mejoramientos significativos en las condiciones físicas de encarcelación, esta realidad no debe tomarse como excusa para someter a los presos a condiciones que violen los derechos humanos y la dignidad. Más aún, el recinto penal es el medio de trabajo para el personal de la institución, quienes también tienen el derecho de esperar condiciones razonables. En el interés de los presos y del personal, es importante que las asociaciones profesionales, organizaciones no gubernamentales individuales relacionados, incluyendo el personal de la institución y otras personas que trabajan en las instituciones, llamen la atención de los líderes políticos del país a estos problemas y aclaren que, de cualquier forma, las instituciones penales no sean agobiadas más allá de sus recursos. 3.1. Alojamiento 3.1.1. Celdas y dormitorios Las celdas o cuartos destinados al aislamiento nocturno no deberán ser ocupados más que por un solo recluso. Si por razones especiales, tales como el exceso temporal de población carcelaria, resultara indispensable que la administración penitenciaria central hiciera excepciones a esta regla, se deberá evitar que se alojen dos reclusos en cada celda o cuarto individual. Mientras las celdas individuales se deben usar para un sólo preso en lo posible, la experiencia ha demostrado que no es necesariamente indeseable prohibir que dos presos ocupen una celda individual, siempre que su espacio, ventilación, muebles, instalación sanitaria lo permitan. A este respecto la Regla 9 (1) está obsoleta. Si por razones especiales las celdas han de ser ocupadas por más de un preso, la administración de la institución penal debe tomar todo el cuidado razonable para asegurar que no ocurran homosexualidad coercitiva y otras formas de abuso. Cuando se recurra a dormitorios, éstos deberán ser ocupados por reclusos cuidadosamente seleccionados y reconocidos como aptos para ser alojados en estas condiciones. Por la noche estarán sometidos a una vigilancia regular, adaptada al tipo de establecimiento de que se trate. Los locales destinados a los reclusos, y especialmente aquellos que se destinan al alojamiento de estos durante la noche, deberán satisfacer las exigencias de la higiene, habida cuenta del clima, particularmente en lo que concierne al volumen de aire, superficie mínima, alumbrado, calefacción y ventilación. 3.1.2. Ventilación e iluminación Los administradores deben preocuparse por asegurar que las condiciones no sean dañinas para la salud de los presos. El dormir en cuartos extremadamente calurosos, fríos o húmedos, lleva a diversas enfermedades. El pasar largas horas en cuartos extremadamente llenos, especialmente en aquellos casos en que los presos no trabajan y no salen de sus celdas, excepto por cortos períodos de recreación, puede causar atrofia muscular. El personal también debe examinar la distribución de los presos dentro del espacio existente. Muy a menudo, pueden descubrir que las celdas no se usan de la mejor forma posible o, con menos frecuencia, que algunas están vacías mientras otras están extremadamente llenas. En todo local donde los reclusos tengan que vivir o trabajar, las ventanas tendrán que ser suficientemente grandes para que el ocupante pueda leer y trabajar con luz natural y deberán estar dispuestas de manera que pueda entrar aire fresco, haya o no, ventilación artificial. 3.1.3. Higiene Debe haber: • Acceso a servicio sanitario higiénico y privado, dentro de la celda o adecuadas oportunidades para usar una letrina externa; • Ropa de cama y muebles que les permitan, entre otras cosas guardar sus efectos personales. • Instalaciones sanitarias adecuadas para que el recluso pueda satisfacer sus necesidades naturales en el momento oportuno, en forma aseada y decente. Debe: Ser capaz de satisfacer las necesidades físicas en privado y en forma decente. Es extremadamente importante para cada persona pero especialmente para los presos cuyo sentido de autoestima y dignidad pueden ya haber sido perturbados por otros factores relacionados al encarcelamiento. Los baños ubicados en las celdas o al lado de ellas, deben estar cubiertos y separados del área habitacional, por medio de una pared o al menos una división. Esto es particularmente importante en las prisiones donde los presos comen en la celda, porque comer junto a un retrete abierto es extremamente desagradable. Se debe tratar de que todas las celdas tengan retretes con flujo de agua para limpiarlos; si esto es imposible los contenedores que se usan, deben vaciarse varias veces al día. Siempre debe haber papel higiénico disponible. En las celdas tipo dormitorio común, cuando se requiera supervisión, en las áreas de baño, por razones de seguridad, ésta siempre debe realizarla el personal del mismo sexo que los presos. Las instalaciones de baño y de ducha deberán ser adecuadas para que cada recluso pueda y sea requerido a tomar un baño o ducha a una temperatura adaptada al clima y con la frecuencia que requiera la higiene general según la estación y la región geográfica, pero por lo menos una vez por semana en clima templado. Todos los locales frecuentados regularmente por los reclusos deberán ser mantenidos en debido estado y limpios. Se les debe exigir a los presos que mantengan sus celdas limpias, pero la institución penal debe proporcionar los implementos necesarios para hacerlo, por ejemplo: baldes, jabón, traperos, escobas, etc. Cada prisión, también debe planear una rutina para mantener limpia las áreas comunes de la institución, usando a los presos como trabajadores y disponiendo de un sistema de remuneración o gratificación por el trabajo realizado. 3.1.4. Higiene personal y cuidado A los reclusos se les debe exigir el aseo personal y a tal efecto dispondrán de agua y de los artículos de aseo indispensables para su salud y limpieza. La capacidad de los presos para mantener su higiene personal determina, en gran medida, su capacidad para mantener su autorespeto. Para que esto sea posible, además del agua la institución penal, debe proporcionar a los presos como mínimo, jabón, cepillos de dientes, pasta de dientes y toallas. Si se permite a los presos comprar o recibir tales artículos, la institución penal aún tiene la responsabilidad de tener disponibles dichos artículos, ya que algunos presos no podrán pagarlos. Si una institución penal tiene problemas para entregar estos artículos a todos los presos, se deben asignar en primer lugar a los presos indigentes. El personal a cargo de las celdas está mejor capacitado para identificar a los presos que más necesitan estos artículos. Es necesario hacer arreglos especiales para que a las mujeres durante la menstruación, se les permita lavarse, y lavar su ropa interior, tan a menudo como lo necesiten. Además, se les debe entregar los productos sanitarios típicamente usados en el país en esas circunstancias (como tampones, toallas, algodón, ropa, paños, etc.). Es importante que estos artículos estén disponibles para las mujeres sin someterlas a situaciones incómodas por pedirlas (por ejemplo, las pueden distribuir otras mujeres, o aún mejor, estar accesibles cuando las necesiten). En aquellas instituciones penales donde las mujeres viven con sus niños, se deben proveer las condiciones higiénicas adecuadas y servicios para los niños. 3.1.5. Vestimenta y ropa de cama Todo recluso a quien no se le permita vestir sus propias prendas recibirá las apropiadas al clima y suficientes para mantenerle en buena salud. Dichas prendas no deberán ser en modo alguno degradantes ni humillantes. Esta regla hace hincapié sobre dos aspectos importantes de la ropa: su función protectora social y psicológica. Por lo tanto, la ropa debe ser apropiada tanto para condiciones climáticas extremas, como para condiciones especiales de trabajo. Sin embargo, la ropa adecuada y decente, además de afectar en forma obvia la salud de los reclusos, también afecta su moral. Esto es especialmente importante tomando en cuenta la propia ropa de los presos o, al menos, al vestuario que no es un uniforme. El usar ropa propia es parte de la identidad y, por lo tanto, aumenta el autorespeto y la individualidad. Los uniformes de la institución penal tienen el efecto opuesto. Si a los presos se les entrega ropa, la ropa civil es definitivamente preferible a los uniformes penales. Aunque a menudo se pueden usar overoles para trabajar, es aconsejable que se les permita a los presos usar su ropa, o "de civil", después del trabajo. Cada recluso dispondrá, en conformidad con los usos locales o nacionales, de una cama individual y de ropa de cama individual suficiente, mantenida convenientemente y mudada con regularidad a fin de asegurar su limpieza. El objetivo de cada institución penal debe ser indudablemente el proveer camas individuales limpias (o colchonetas en los países donde se acostumbra usarlas) con ropa de cama limpia. Sin embargo, la práctica es a veces diferente. Cuando una institución penal es incapaz de proveer ropa de cama adecuada se les debe permitir a las familias traerles de afuera. Cuando un número limitado de dichos artículos está disponible en la institución penal, los miembros del personal deben esforzarse para distribuirlos a aquellos que tengan más necesidades, según se ha explicado anteriormente. La comida Todo recluso recibirá de la administración, a las horas acostumbradas, una alimentación de buena calidad, bien preparada y servida, cuyo valor nutritivo sea suficiente para el mantenimiento de su salud y de sus fuerzas. La comida, cuando se puede traer o comprar afuera de la prisión, es importante asegurarse de que aquellos que no tienen sistemas de apoyo en el exterior, reciban la comida adecuada de la institución penal. Cualquier profesional penal, admitirá rápidamente que las quejas relacionadas con la calidad y la cantidad de las comidas, están entre de las más comunes. Una forma muy simple, pero raramente usada por los miembros del personal de la institución penal para evaluar la validez de estas quejas, es comer regular u ocasionalmente las comidas servidas a los presos y asegurar que esta sea una práctica común en la institución. Otros factores importantes relacionados con la nutrición, además de la calidad y cantidad de la comida son, dónde, cuándo y cuán a menudo se come y con qué utensilios. Los funcionarios deben asegurarse de que los utensilios estén limpios y de acuerdo con las costumbres locales de alimentación. En las instituciones sin comedores, también es importante organizar las comidas, de tal forma que los presos no tengan que comer cerca de baños malolientes. Entre los límites compatibles con un buen orden del establecimiento, los reclusos internos podrán, si lo desean, alimentarse por su propia cuenta procurándose alimentos del exterior por conducto de la administración, de su familia o de sus amigos. En caso contrario, la administración suministrará la alimentación. Asimismo, todo recluso deberá tener la posibilidad de proveerse de agua potable cuando la necesite. Debe haber agua potable a disposición de los presos todo el tiempo, tanto en el día' como en la noche. Cuando las celdas no están equipadas con llaves del agua potable, los miembros del personal deben idear un sistema para mantenerla en constante suministro. Esto se puede hacer con botellas plásticas limpias u otros envases seguros, asegurándose de que el agua esté siempre limpia y que está en las celdas, sin necesidad de que los presos pidan. 3.1.6. Apoyo externo para necesidades básicas Un punto frecuente en la discusión anterior, sobre las reglas de necesidades básicas, ha sido la necesidad de dar atención especial a las necesidades de los presos que no cuentan con un sistema de apoyo de la prisión. Aun cuando las reglas estipulan que el sistema penitenciario debe proveer todas las necesidades básicas de sus presos, en la práctica los funcionarios, a menudo permiten que los familiares lleven a la institución ciertos productos o que los propios presos los obtengan del exterior. Esto se ha estado haciendo para hacer un poco más tolerable la vida de los presos, pero en ocasiones también ocurre porque el sistema es incapaz de entregar suficiente vestuario, comida, ropa de cama, o artículos de tocador para todos los presos. En efecto, se solicita a los miembros de la familia proveer lo que debería dar el estado. Sin embargo, insistir sobre una rígida prohibición del sistema puede innecesariamente penalizar a los presos. Pero el uso del sistema no absuelve al estado de cumplir con sus responsabilidades. Más aún, existen peligros en el uso de este sistema. Cuando algunos presos reciben muchos de los objetos más codiciados que los otros, invariablemente se establece una jerarquía entre los presos: una división entre los "que tienen" y los que "no tienen". Esto es especialmente marcado en los sistemas donde la entrega externa reemplaza en efecto al gobierno como proveedor de las necesidades básicas, ya sea debido a crisis aguda o negligencia, o una combinación de ambas. En tales casos, los presos que no tienen apoyo de afuera están forzados a una virtual esclavitud de sus compañeros más afortunados y a realizar una variedad de tareas a cambio de cosas como comida o frazadas, simplemente con el objeto de sobrevivir. Es muy importante que los miembros del personal estén atentos a la posibilidad de dichos arreglos y a evitarlos, así como dar atención particular a los presos más vulnerables, por ejemplo, los extranjeros y los más pobres. La expresión "tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes" debe interpretarse de manera que abarque la más amplia protección posible contra todo tipo de abusos, ya sean físicos o mentales, incluido el de mantener al preso o detenido en condiciones que le priven, temporal o permanentemente, del uso de uno de sus sentidos, como la vista o la audición, o de su idea del lugar o del transcurso del tiempo. 4. LA MUJER PRIVADA DE LIBERTAD EN COSTA RICA 4.1. Antecedentes La población femenina privada de libertad a través de la historia ha vivido en una constante incertidumbre. Desde el punto de vista cultural, la mujer ha ocupado un segundo plano en las políticas que se fueron desarrollando en esta materia desde los albores de la Costa Rica independiente. Desde la colonia fue sometida a diversas formas de castigos que se le imponían como una forma retributiva de saldar delitos, la mayoría de éstos estaban ligados a la servidumbre, limpieza y asumir labores de cocina. Esto sucedió en instituciones sociales, como en las casas de reclusión que se fueron creando. Lo cierto es que tanto la vagabundería, como la prostitución y el adulterio imputable fueron excusas que se utilizaron en 1832 para desterrar a las mujeres de Matina, lugares insalubres y sin ningún tipo de condiciones básicas, lo cual, sirvió de excusa para obtener mano de obra barata para las cosechas del café. La población femenina delincuente durante el siglo XIX no contó con un lugar adecuado para su permanencia. Durante algún tiempo estuvieron ubicadas en la “Algodonera” situado en San Sebastián, pero a los pocos años se convirtió en un foco de corrupción moral y material. La estabilidad llegó hasta los años 50 cuando, por insistencia de las religiosas del Buen Pastor, el Presidente José Figueres otorga los permisos para la compra de los terrenos ubicados en San Rafael de Desamparados. El 18 de junio de 1952, el presidente Figueres procede a la inauguración del edificio. 4.2. La madre privada de libertad Las medidas que se apliquen con arreglo a la ley y que tiendan a proteger exclusivamente los derechos y la condición especial de la mujer, en particular de las mujeres embarazadas y de madres lactantes, los niños y los jóvenes, las personas de edad, los enfermos y los impedidos, no se consideraran discriminatorias. La necesidad y la aplicación de tales medidas estarán siempre sujetas a revisión por un juez u otra autoridad. 4.2.1. Atención médica para reclusas (y sus hijos lactantes) Las RM han enfatizado la necesidad urgente de medidas para mujeres embarazadas y las madres con hijos lactantes. En los establecimientos para mujeres deben existir instalaciones especiales para el tratamiento de las reclusas embarazadas, de las que acaban de dar a luz y de las convalecientes. Hasta donde sea posible, se tomarán medidas para que el parto se verifique en un hospital civil. Si el niño nace en el establecimiento, no deberá hacerse constar este hecho en su partida de nacimiento. Cuando se permita a las madres reclusas conservar su niño, deberán tomarse disposiciones para organizar una guardería infantil, con personal calificado, donde estarán los niños cuando no se hallen atendidos por sus madres. A pesar de que existen diferentes puntos de vista en distintos países, sobre las mejores soluciones con respecto a madres encarceladas, debieran garantizarse algunas medidas muy básicas. Las recomendaciones del Informe Global de Recintos Penales de Human Rights Watch (Nueva York, 1993) merecen citarse: 1. Se debe dar toallas higiénicas o sustitutos a las reclusas y acceso diario a las duchas o a su equivalente durante la menstruación; 2. Hombres y mujeres deben tener las mismas oportunidades laborales y educacionales; 3. en aquellos lugares donde las visitas a las mujeres están severamente limitadas debido a que los familiares deben recorrer largas distancias, las autoridades deben hacer esfuerzos para compensar (mediante un subsidio de viaje para los parientes o a través de algún otro sistema 4. A las internas embarazadas se les deben hacer exámenes prenatales regulares y dar una dieta adecuada; 5. Las madres que amamantan deben recibir una dieta apropiada. Se deben hacer esfuerzos para facilitar los contactos de las madres con sus hijos y su derecho a dirigir su crianza. Los recintos penitenciarios femeninos y los masculinos se diferencian muy poco o nada en general. Como resultado, el nivel de seguridad es en general, alto, ciertamente mucho más alto de lo que generalmente es necesario para las mujeres. El trabajo penitenciario para las mujeres es escaso y de poco interés. Las prisiones se construyen para hombres y, a menudo, se adaptan escasamente a las necesidades especiales de las mujeres. En algunos países, ni siquiera se cumplen las necesidades vitales con respecto a la menstruación, el embarazo y a la maternidad, como lo indica el Informe Global de Recintos Penales de Human Rights Watch, mencionado anteriormente. Estas condiciones afectan, de manera adversa, la salud de las mujeres y su estado mental. Además, las mujeres dentro de los recintos penitenciarios pueden estar expuestas al abuso, incluyendo violación, por parte de algún miembro del personal. Por lo tanto, los médicos y las enfermeras de la prisión deben poner atención explícita a las mujeres, sus condiciones y sus quejas. Se debe garantizar atención ginecológica a las reclusas. 4.2.2. Las mujeres reclusas en el ámbito internacional La población reclusa femenina en Latinoamérica y el Caribe alcanza entre el 2% y el 16.7% con respecto a la población penal total. Centroamérica presenta la incidencia mas baja del 2%, correspondiendo la más alta a Costa Rica con un 10%, según información disponible para 1997. El tema de la mujer en prisión involucra aspectos que trascienden la ya difícil situación de privación de libertad, incorporando aspectos vinculados a su condición de mujer como al estado de embarazo, parto, crianza de los hijos, patria potestad, las violaciones y el abandono familiar, entre otros. En la mayoría de las disposiciones de carácter normativo, se establece el tiempo durante el cual la madre sometida a la privación de libertad deberá permanecer con sus hijos siendo en promedio hasta los 3 años. A pesar de ello, es común encontrar niños que superan esa edad, lo cual ocasiona sobrepoblación en las guarderías y que, en no pocos casos, los menores deban permanecer escondidos Por citar un ejemplo, en la V Conferencia Bienal Internacional, realizada en Buenos Aires en mayo del año 2000 se analizaron las características de sistemas penales como los ingleses y alemanes para mujeres. Quedó claro que hay discriminación de las mujeres en relación con los hombres en el sistema carcelario. La discriminación comienza en los tribunales: las fuentes legales que rigen la ejecución de sentencia es una estructura de los sistemas penales y las medidas de seguridad diarias están orientadas a los hombres. Después de todo el delito sigue siendo negocio de hombres, y la proporción masculina en las cárceles es impresionante. Ejemplo: En 1996 en Inglaterra, la población penitenciaria total era de 50300 personas, de las cuales solo 2300 eran mujeres, es decir un 1.1%. En 1999 eran un 1.8% de la población total de las cárceles. La mayoría de las mujeres van a las cárceles por robo, falsificación de documentos y ofensas contra la vida. Las condiciones del encarcelamiento en los sistemas penales ingleses y alemanes se caracterizan: 1. 1.Falta de privacidad, atención personal diferentes entre hombres y mujeres 2. 2.Diferencias en experiencias de vida: han sido abusadas de niñas. 3. 3.Condiciones de salud: mayor índice de tratamiento psiquiátrico y mayor índice de embarazo en prisión. 4.2.3. Condiciones en las Cárceles en Letonia Las cárceles son pobres, las celdas están sobrepobladas, condiciones sanitarias inapropiadas, falta de iluminación y ventilación. Las mujeres lactantes y maternidad tienen mejores condiciones en relación con las demás. Su población total en 1999 era de 441 (un 4.7%). En el 2000 fue de un 4.6% (405 en total). Hogar para niños de madres encarceladas: entre sus características están: • Cuartos separados. Madres lactantes • Niños de más de 1 año y medio pueden visitarlos 2 veces al día y el tiempo de visita puede ser prolongado. • Controles ginecológicos cuando entran a la cárcel y periódicamente 2 veces al año. • El juez prefiere optar por una sentencia distinta a la privación de libertad si la mujer es madre, incluso pueden optar por la libertad condicional. • Las madres pueden tener a los niños en la cárcel hasta la edad de 2 años. • Se les permite dar a luz en la cárcel. • Los niños conviven con las reclusas en la cárcel. No existe un lugar especializado para los niños y se les mantiene con las otras reclusas, quienes participan de su crianza. • Se les mantiene en salas muy pequeñas sin iluminación y ventilación, que no son adecuadas para los niños. • Las drogas y cigarros son consumidos frente a ellos. • No hay posibilidad para los niños de compartir con otros niños sanamente y jugar. • No hay consideraciones especiales para mujeres en periodo de lactancia. El juez puede llegar a ser un poco más indulgente, pero la condena va a tener que ver con la gravedad del delito cometido. Seria tal vez mejor para el niño que sus familiares lo reclamen a que se quede en la cárcel, o incluso que sea dado en adopción, especialmente si la condena es larga. 4.2.4. En Estados Unidos • No hay privacidad para mujeres en las cárceles de USA en relación con los hombres a partir de los guardias. • No hay cuidados médicos para mujeres embarazadas, el niño muy probablemente sea criado por otras personas porque no pueden permanecer con sus madres. • Solo 2 estados tienen programas para madres e hijos en la cárcel. • Un estudio reciente en las cárceles masculinas reflejó que la mayoría eran hijos de madres que estuvieron en la cárcel. • Pueden nacer niños con deformidades debido a falta de tratamiento prenatal. • Las mujeres delincuentes son peor tratadas que los hombres delincuentes. Son abusadas sexualmente por los guardias. • Algunas mujeres abusadas sexualmente han quedado embarazadas y han sido obligadas a abortar. Privadas de Libertad Como parte del compromiso adquirido por la Defensoría en la protección y defensa de los derechos y deberes de las privadas de libertad se asumió el reto desde 1993 de atender y dar seguimiento al proceso administrativo, así como al desarrollo de las condiciones de vida de las privadas de libertad. Mediante estudios a profundidad, atención de casos individuales y colectivos y, sobre todo, las visitas periódicas realizadas por la Defensoría de los Habitantes al Centro de Atención Institucional El Buen Pastor se han podido detectar diversas situaciones que inciden directamente en los derechos humanos de las privadas de libertad. En cuanto a las quejas más frecuentes recibidas en el Centro es importante destacar en el año 2002-2003 las siguientes: su derecho a un ejercicio menos restrictivo de la maternidad (expediente 12920-21-2001), la defensa por la igualdad de derechos entre privadas de libertad nacionales y extranjeras con respecto a la desinstitucionalización (expediente 13251-21-2002), el problema de las valoraciones técnicas (expediente 14816-21-2003) y el derecho de la madre a ser informada de las acciones sociales y legales que realizan las autoridades gubernamentales de protección de los derechos de la niñez y la adolescencia con sus hijos/as (expediente 12653-21-2001). Las privadas de libertad, que en su gran mayoría son madres, defienden el derecho de estar el mayor tiempo posible con sus hijas e hijos, ya sea dentro del Buen Pastor en el ámbito de Casa Cuna o durante el tiempo de visita. Las mujeres que se encuentran en Casa Cuna solicitan constantemente la revisión del acuerdo que estableció que ellas pueden mantener a su hijo/a de los 0 a los 3 años de edad (expediente 12960-21-2002), siendo que después deben de ubicarlo con algún familiar o en el Hogar Santamaría. Por otra parte, las madres de hijos/as mayores de edad también defienden su derecho a ser visitadas sin que se les limite el número de personas por visita (en la actualidad se restringe a 3 personas), señalando que deben gozar de igual derecho frente a las madres que tienen hijas/os menores de edad y que no tienen restricción en cuanto a la cantidad que pueden ingresar al Centro (expedientes 12928-21-2002, 13165-21-2002). Con respecto a la situación que presentan las mujeres del ámbito de Casa Cuna, la Defensoría es del criterio que debe realizarse un análisis de los alcances del acuerdo tomado en 1998 que fijó la edad máxima de 3 años de los niños/as para estar con su madre. Para ello debe tomarse en consideración los criterios de especialistas tanto del sistema penitenciario como fuera de éste, los derechos de las madres, los intereses y derechos del niño y la niña, así como las condiciones que ofrece el Centro Institucional en infraestructura, en seguridad, en la atención a las madres y sus hijos/as, entre otros elementos a analizar. Un aspecto de importancia analizado en conjunto con las autoridades institucionales ha sido el tema de Casa Cuna en relación con las condiciones de permanencia de los hijos e hijas menores de las privadas de libertad en el Centro. La Defensoría de los Habitantes recomendó al Ministerio de Justicia la necesidad de elaborar un instrumento jurídico interno que contuviera las disposiciones necesarias relativas a un especial ámbito de convivencia en el Centro de Atención Buen Pastor, Casa Cuna. Se indicó que éste debía contemplar las formas de ingreso y egreso, los aspectos disciplinarios, la convivencia, el rol materno dentro del plan de atención institucional y las condiciones de permanencia de las personas mayores de edad. Sobre el particular se reconoce la labor del Ministerio de Justicia en la elaboración y coordinación interinstitucional para obtener la aprobación del Reglamento de Casa Cuna, ya que en su estudio participaron además del personal del Ministerio, personeros del Patronato Nacional de la Infancia. Es importante señalar, también, que dicha reglamentación fue divulgada a los/as funcionarias del Buen Pastor mediante Circular # 13-99, elaborada por la Dirección Jurídica de ese Ministerio. 5. COADYUVANCIA DE LA DEFENSORÍA DE LOS HABITANTES EN EL CASO DE LAS INSTALACIONES DEL CENTRO. Finalmente, debe destacarse la coadyuvancia realizada por la Defensoría ante la Sala Constitucional en un recurso de amparo interpuesto por mujeres privadas de libertad. Esta acción tiene como fundamento el conocimiento de la situación del Centro Penal El Buen Pastor en relación con las necesidades evidentes y manifiestas de ampliación y mejoramiento de la infraestructura, fundamentalmente por el deterioro de las instalaciones dado que se trata de una construcción que data de hace 50 años. Los principales problemas evidenciados son el hacinamiento en los diferentes ámbitos: inadecuado sistema de canalización de aguas negras; plagas de ratas y cucarachas en dormitorios, cocina y bodegas; mala canalización de las aguas pluviales y servidas; servicios sanitarios en mal estado y problemas de higiene. 5.1. Bebés en prisión Ni las RM ni otros instrumentos consignan el trato de recién nacidos o niños pequeños encarcelados con sus madres. El detenerlos o no, es dilema serio. Los intereses del niño son lo principal; los vínculos con la madre son de gran importancia en esta temprana etapa. Cuando los niños pequeños están detenidos con sus madres, no son reclusos en el sentido usual, y su tratamiento debe reflejar ese hecho. Se les debe dar el cuidado normal del exterior, lo que incluye cuidado de salud y de estimularlos. A menos que se lleve al bebé o niño pequeño afuera del ambiente carcelario cada semana para ver el mundo exterior, su aprendizaje y desarrollo emocional se puede retrasar y peligrar su adaptación a la sociedad. También se debe velar por que las condiciones higiénicas sean las adecuadas y servicios para los niños que conviven con sus madres en la cárcel. CAPÍTULO III RESEÑA HISTÓRICA DEL CENTRO INSTITUCIONAL 1. EL BUEN PASTOR En Costa Rica, al igual que en todas las naciones del mundo, la criminalidad no ha sido ni es competencia exclusiva de los hombres. Desde el siglo XVIll existen los primeros reportes policíacos referentes a delitos cometidos por mujeres en Costa Rica que por lo inusual de los mismos alcanzaron trascendencia en el orden social. En 1727 se condena a Juana Josefa Bonilla a pena perpetua por infanticidio pena que descontó sirviendo en el Hospital San Juan de Dios pues no había cárcel para mujeres. En esa época, a las mujeres se les involucraba en delitos de hurto de ganado y hechicería pero la proliferación de lo que se llamó “Adulterio Imputable” no podía ser tolerado por la moral machista-patriarcal y el repudio social se hizo sentir con el establecimiento de la primera cárcel de mujeres que se ubicó en la Congregación de los Angeles de Cartago en 1823. La vagancia y la prostitución son faltas intolerables y para enseñar a las mujeres a obedecer a sus patronos (los dueños de las plantaciones de café) se les recluía en la “Casa de Corrección” aunque este abono de la transculturacíón criminológica fue eliminado porque nunca funcionó. En 1837 se establece una cárcel en cada cabecera de partido, dividida en dos secciones una para las mujeres y otra para los hombres. En esta cárcel, a las mujeres se les asignaban trabajos como cocinar y lavar. Para las que no teman tanta suerte, el Decreto establecía una forma muy sofisticada para eliminar de la sociedad a las mujeres indeseables: se les desterraba a Matina, en la provincia de Limón, tierra insalubre llena de enfermedad y muerte. En el año de 1853 se dejó de desterrar a las mujeres y se ordena por parte del Ejecutivo establecer en la ciudad de San José, provincia de Costa Rica, una casa de reclusión para mujeres. En 1863, durante el mandato de don Jesús Jiménez, se establece la Casa Nacional de Reclusión de Mujeres gracias a una donación del Arzobispo Llorente y Lafuente. Doctrinar, moralizar, amonestar, corregir y castigar era la tónica del tratamiento. Además, se les estigmatizaba uniformándolas con telas de diferentes colores, según el tipo de delito, y eran frecuentes los grilletes, los postes v los encierros sin derecho a visitas. La ubicación de las infractoras seguía siendo un problema A principios del siglo, las reclusas fueron ubicadas en el edificio llamado "La Algodonera”, en San Sebastián, pero a los pocos años este era un foco de corrupción moral y material, porque algunos miembros del personal vivían en público concubinato con las reclusas. En 1921, don Julio Acosta solicita a las religiosas del Buen Pastor hacerse cargo de la administración de la cárcel de mujeres. En 1948, don José Figueres Ferrer otorga amplios permisos a las religiosas para la construcción de una nueva cárcel. En el año de 1950 se coloca la primera piedra de la edificación en Desamparados, y en 1952, don Otilio Ulate Blanco inaugura la cárcel definitiva para las mujeres. El modelo de tratamiento de las monjas, buscaba la salvación del alma por medio del arrepentimiento, la sujeción a la autoridad y la adecuada aceptación de su condición de mujer. En 1976, como respuesta a la corriente positivista que inunda con sus ideas el Sistema Penitenciario, se producen cambios en la administración del centro: se incorporan 2 médicos, un dentista, un psicólogo y cuatro maestros. En 1984, la población sigue estando caracterizada por prostitutas y alcohólicas y Hugo Alfonso Muñoz, Ministro de Justicia de ese entonces, propone rehabilitar a la mujer por medio del trabajo y la educación. Las religiosas de la Congregación El Buen Pastor, se hicieron cargo de los establecimientos carcelarios desde 1921 hasta el año 1985. Durante todo este periodo, siguieron el modelo de intervención basado en la concepción judeocristiana que ubicaban dentro del pecado todo aquello que hacían las mujeres encarceladas. En el año 1985, al tomarse conciencia de que la población femenina privada de libertad venía tomando otro perfil obligó a las religiosas a buscar una intervención más técnica, así que entregaron el Centro a la Dirección General de Adaptación Social. Posteriormente y aún durante los últimos anos de estadía de las religiosas, se intentó introducir el Modelo Penitenciario Progresivo, tal y como se habla hecho con hombres. En este modelo, según la Lic. Carmen Caamaño, psicóloga ex-funcionaria de Adaptación Social, "las internas pasaban de ser “pecadoras” a ser “anormales”, “enfermas", desde el punto de vista científico y debían someterse a un tratamiento que las curara de la desviación social. Agotado el modelo progresivo y luego de una fuerte crisis del sistema penitenciario costarricense, se configura en 1993 el Plan de Desarrollo Institucional, instrumento inacabado, que contiene la filosofía para la atención de la población privada de libertad, sean éstos hombres o mujeres. Durante los años que lleva de funcionamiento el Buen Pastor se lograron estabilizar una serie de acciones y actividades muy propias de la población femenina. Se logró edificar la casa cuna en la cual las madres pudieran tener sus hijos por un tiempo prudencial. Allí se logró brindar asistencia médica a los infantes y a las madres. Por otro lado se ha permitido la proliferación de los talleres de manualidades, herencia de las religiosas, actividad que permite a las privadas de libertad a enviar dinero a sus familias. Durante la década de los 80 la población del Buen Pastor excedió los límites de su capacidad llegando a tener más de 600 privadas de libertad. Una mayoría estaban por contravenciones y delitos menores, pero eso no implicó que el edificio sufriera un deterioro acelerado. Al interior del centro se notan serios problemas de hacinamiento y la proliferación de plagas, aspectos conocidos y preocupantes. La institución tiene conciencia de que en materia de población femenina la tarea no esta concluida, que es necesario acentuar más la visión de género y empoderamiento en el proyecto de centro. Sus derechos deben ser emancipados y nivelados, para garantizarle la misma oportunidad que se les brinda a los hombres privados de libertad. 1.1. Legislación "... corresponde a la Dirección General de Adaptación Social en el marco del Sistema de Justicia Penal, la ejecución de la pena privativa de libertad en adultos, mujeres y varones, niñas y niños, y la custodia de aquellos privados (as) de libertad que esperan un juicio.” Este órgano de la Administración Pública tiene su competencia otorgada por las leyes No. 4762 del 8 de mayo de 1971 y 6739 del 28 de abril de 1982. Son los decretos ejecutivos 22198-J Reglamento Orgánico y Operativo de la Dirección General de Adaptación Social y 22139-J Reglamento de Derechos y Deberes de 105 privados de libertad, publicados en el Diario Oficial La Gaceta en 1993, los que vienen a dar el nuevo contenido de la normativa para la atención de los privados(as) de libertad del sistema penitenciario costarricense. Esta última legislación se da después de un profundo análisis del quehacer penitenciario, en donde se determina por acabado e inoperante el Sistema Progresivo Penitenciario y se analizan y cuestionan conceptos tales como: hombre-mujer, sujeto de derechos y deberes, prisionalización, rehabilitación, violencia, tratamiento, progresividad y comunidad. Así surge como proyecto el Plan de Desarrollo Institucional; documento que sienta las bases filosóficas y técnicas para la organización v atención de la población privada de libertad, ahora sujeto-activo de sus derechos y deberes Entendido este documento, en una sociedad cambiante y a la luz de las diferentes concepciones políticas de los gobiernos en turno, he requerido de análisis posteriores que han provocado el nacimiento de nuevos decretos, documentos que han enriquecido y sellado los vacíos del Plan de Desarrollo Institucional. Así, los decretos 25881-J y 25883 Reglamento de visita, requisa e incautación de drogas respectivamente publicados en el mes de marzo de 1997 se constituyen en herramientas importantísimas para llevar a cabo el trabajo penitenciario. Sí bien no existe una legislación específica para las mujeres y la atención de la población debe ajustarse a lo ya establecido, existe una apertura hacía la discusión y capacitación en aspectos de delincuencia femenina que, a la postre, permitirán el cuestionamiento de lo actuado y el nacimiento de nuevas alternativas de atención. Así se concluye que en lo que respecta a la legislación no está todo escrito y que, por el contrario, en este campo apenas empezamos a dar pasos hacía el respecto y distinción de un sector altamente vulnerable y discriminado. El Centro Institucional el Buen Pastor, se constituye en el único centro cerrado para la recepción y atención de las privadas de libertad, en condición de indiciadas y sentenciadas. CAPITULO IV ANÁLISIS DE DATOS 1. ANTECEDENTES DE CASA CUNA Este trabajo se basó en el derecho de lactancia de las madres privadas de libertad. El trabajo realizado tuvo como referente fuentes de información secundaria de primordial importancia como el estudio de Maricela Méndez y otros, sobre la Casa Cuna, de organizaciones nacionales e internacionales, así como de fuentes de información primaria como la Licenciada Marianela Garbanzo, coordinadora de Casa Cuna y las privadas de libertad en período de lactancia. El espacio denominado Casa Cuna nace como una respuesta a la condición de ser madres de muchas de las privadas de libertad y como respeto al derecho al fortalecimiento del vinculo materno-infantil. Los estudios realizados en torno a este tema no solo han determinado la creación del espacio sino también el establecimiento de planes de trabajo específico y de normativa que sustenten dichos planes. Para comprender el desarrollo y los cambios en la política en la atención de los niños con sus madres privadas de libertad, se considera importante hacer un recuento de hechos que han marcado huella en el quehacer penitenciario con este sector especial de la población. Si bien las monjas de la Congregación del Buen Pastor habían sentido la necesidad de atender a los niños de las privadas de libertad, no fue sino hasta después de 1985, fecha en que ellas abandonan la administración del Centro Penitenciario, que toma más fuerza esta iniciativa. Lo anterior por cuanto estas religiosas encontraban algunas contradicciones con sus concepciones morales al considerar que “la cárcel no era el mejor lugar para engendrar niños y mucho menos educarlos". Si bien esta aseveración no está escrita en ningún documento oficial, se concluye de la misma normativa, que establecía una restricción completa al derecho de la visita conyugal. De 1985 a 1990, se amplía la Casa Cuna por una iniciativa del Departamento de Orientación y el responsable en ese momento de las actividades educativas y culturales. También se creó la sala de estimulación temprana y se estableció un convenio con el Ministerio de Salud, quienes entre otras cosas se comprometían al nombramiento de una profesional en esta rama. Sin embargo, las condiciones de hacinamiento y los conflictos convivenciales originados por las limitaciones de espacio y la interacción entre los hijos de las privadas de libertad y las madres, desvirtuaron el sentido con que se había creado ese espacio. La profesional asignada fue visualizada por las privadas de libertad como una empleada o cuidadora de sus hijos depositando en ella responsabilidades que eran competencia de la madre, situación que escapó al control de dicha profesional. Los enfrentamientos y las constantes agresiones verbales hacia la funcionaria del Ministerio de Salud, provocaron que ésta se retirara, lo que generó a su vez una atmósfera negativa hacia el puesto. Ante lo anterior, la Institución se vio en la obligación de nombrar personal sin preparación para el cuido de los niños, perdiéndose la intención inicial. La sala de estimulación temprana finalmente desapareció dándose así un retroceso en la atención de los infantes. Ese espacio es ocupado actualmente por el Área Médica. Como parte del convenio con el Ministerio de Salud, los niños de 3 a 6 años debían ser trasladados a los CEN-ClNAl de la comunidad, en donde se les daría formación Integral, para que sus madres se incorporaran a otras actividades laborales, educativas y en general a la atención técnica. Este proceso trajo consigo otra serie de complicaciones que iban desde el traslado de los niños de Casa Cuna, hasta la resolución de los conflictos que se dieron con docentes y padres de los menores de la comunidad. Para el transporte de los menores, compromiso del Ministerio de Justicia, se contó con la donación de la Junta de Protección Social de una microbús con capacidad para siete pasajeros. Sin embargo, con el paso del tiempo y por las mismas limitaciones institucionales el recurso fue utilizado para otras gestiones dejando en segundo plano el objetivo para el cual estuvo destinado. Si bien en el plano material se ofrecieron soluciones a esos problemas, en la atención específica de los niños emergieron otros problemas de mayor complejidad. Se puso de manifiesto lo que estaba siendo la socialización de esos niños en la cárcel: conductas agresivas de los niños, dificultad para el acatamiento de límites, problemas en la interacción con sus coetáneos, así como conductas sexuales precoces y vocabulario soez. Naturalmente, esto originó tanto la preocupación por parte de los docentes como el rechazo de los padres de los otros niños. En busca de soluciones viales a la problemática del ámbito y ante la necesidad de mejorar la calidad de vida, de esos niños, pero priorizando en el Interés superior del niño, surgió en 1992 la primera etapa del Hogar Santa María, administrado por el Grupo Católico Manos Abiertas. Según se establece en el proyecto del Hogar Santa María, “Este hogar es exclusivo para atender a los hijos de las personas privadas de libertad que no tengan recursos económicos, ni humanos para lograr soluciones al tener que dejar a sus hijos brindándoles hasta 6 meses de apoyo después de recuperar la libertad mientras estabilizan su situación. La edad de permanencia en dicha institución es, para el caso de las niñas de 3 a 12 años y los niños de 3 a 8 años. Además de que se les ofrece un lugar calificado para su estadía, se complementa con una adecuada alimentación vestimenta, servicio de salud y educación, y atención profesional psicosocial. Con el fin de evitar el desapego, se les traslada al Buen Pastor para visitar periódicamente a sus madres. Como se puede observar, desde el origen del proyecto se pretendía que los niños mayores de tres años no permanecieran dentro de la cárcel, por ser este un ambiente nocivo para su desarrollo. A partir de 1998, con este mismo objetivo, se abrió otra etapa del mismo proyecto: el Centro Infantil Santa María para la atención de los niños de 1 a 3 años. En el año 1996, a solicitud de la Subdirección del Centro El Buen Pastor, el PANI llevó a cabo una evaluación sobre el funcionamiento del Ámbito de Casa Cuna ya que se consideró que se estaba, “... atentando contra los derechos de los menores ubicados en este espacio". En ese momento se contaba con capacidad para 15 privadas de libertad, siendo una de las recomendaciones de la evaluación el cierre de la Casa Cuna.” En el año 1997, siendo Ministro de Justicia Fabián Volio, se firmó el Convenio de Cooperación Recíproca para el funcionamiento de la Sección Prenatal y Casa Cuna, entre el Ministerio de Justicia y Gracia y el Patronato Nacional de la Infancia, el cual entre otras cosas establece que los niños permanecerán en el espacio de Casa Cuna hasta la edad de un año. En 1998, siendo la Ministra de Justicia a.í Gloria Valerín Rodríguez, se firmó otro documento denominado Convenio de Cooperación Recíproca para el funcionamiento de la Sección Prenatal y Casa Cuna del Centro Institucional El Buen Pastor, entre el Ministerio de Justicia y Gracia y el Patronato Nacional de La Infancia. En este documento se extiende la edad de permanencia de los menores hasta los 3 años, asistiendo los niños(as) de 1 a 3 años a la guardería del Hogar Santa María. Entre los planteamientos de este documento está, la necesidad de que los niños permanezcan el menos tiempo posible en la cárcel y, por el contrario, que los niños se desenvuelvan en un ambiente sano y adecuado a sus necesidades infantiles manteniendo la oportunidad de compartir las noches y los fines de semana con sus madres. 2. CONSIDERACIONES SOBRE EL DESARROLLO DE UN MENOR DE CERO A SEIS AÑOS Es consenso entre los estudiosos del desarrollo humano que el período más sensible del ciclo vital para la estructuración de la conducta es el de los primeros seis años; en menor grado lo es también, el de los diez años subsiguientes. A lo largo de toda la vida el ser humano deberá orientarse, mediante distintos "logros", hacia la óptima Integración de su ser y sus potencialidades, con el mundo, la sociedad y la época histórica que le corresponde vivir. Cada "logro" o adquisición depende tanto del bagaje biológico del que esté dotado como de las "donaciones" que la experiencia, la cultura, la sociedad y las personas más significativas le aporten. Esas "donaciones" pueden ser tanto positivas como negativas, edificantes como destructivas, integradoras como desintegradoras, organizantes como desestructurantes o incluso insuficientes. El interjuego entre lo biológico, lo social y lo psicológico es hoy día indudable cuando se trata de explicar la manera como se gesta y consolida la personalidad y el comportamiento de las personas. El ser humano evoluciona a partir de alcanzar ciertos logros. Para entender la evolución de un niño entre los cero y cinco años, es preciso detenerse a valorar las adquisiciones primordiales que amerita para apuntalar el resto de su desarrollo personal: el logro de la capacidad de vínculo, la adquisición de la confianza básica, el impulso por la autonomía y el nacimiento de la iniciativa son, sintetizando los aportes de destacadas figuras de la Psicología evolutiva, los conceptos que mejor explican las tareas de tal etapa del desarrollo. 3. BASES DEL DESARROLLO DEL NIÑO DE O A 6 AÑOS 3.1. El desarrollo del Vínculo El estado de dependencia e indefensión de un neonato es la base de la conducta de apego cuya misión es, no sólo la supervivencia física sino dar origen al comportamiento propio de la especie en cuanto a establecer intensos vínculos con otras personas, sustento de la sociedad y cultura humanas. Por conducta de apego se entiende cualquier forma de comportamiento que hace que una persona alcance o conserve proximidad con respecto a otro individuo diferenciado y preferido. En el curso del desarrollo sano, la conducta de apego lleva al establecimiento de vínculos afectivos, al principio entre el niño y el progenitor y más tarde entre adultos, es decir son pautas que se extienden a toda la vida. La meta de la conducta de apego es mantener ciertos grados de proximidad o de comunicación con la figura(s) de apego distinguida(s). El patrón de los vínculos afectivos que un individuo establece durante su vida depende de la forma en que su conducta de apego se organiza en su personalidad. El mantenimiento inalterado de un vínculo se experimenta como una fuente de seguridad y la renovación de un vínculo como una fuente de dicha. Brindar cuidados es la contraparte de la conducta de apego, por lo común corresponde al comportamiento de un progenitor u otro adulto para con un niño o un adolescente. También puede observarse en un adulto frente a otro, sobre todo en momentos de enfermedad crisis, tensión o vejez. (Bowlby, 1976 a 1993) En circunstancias normales, la figura materna estará en capacidad emocional de ser y responder al apego del menor. Winnicott (1990) habla de la madre devoción corriente, "... como un factor de sostén (no como un asunto responsabilidad moral), por el cual la madre sabe perfectamente bien cuáles son las necesidades del bebé." Es decir, se refiere a ese estado de consagración a otro ser que es una íntima adaptación a las necesidades de su hijo. Como la realidad es todo menos perfecta, por distintos motivos un niño puede verse privado de una experiencia de apego exitosa, Winnicott dice: “... por muy diversas razones algunos niños son defraudados cuando aún no están capacitados para evitar que su personalidad resulte dañada o mutilada a causa de ello... Es necesario que seamos capaces de considerar el crecimiento y el desarrollo humanos con todas sus complejidades internas o personales para el niño y que podamos decir: aquí ha fallado el factor de la madre de devoción corriente, sin culpar a nadie." Es tal la fragilidad del niño que como Ana Freud advirtió, el afecto puede ser independiente de lo que el pequeño recibe: los niños se apegan incluso a madres que están continuamente de mal humor y a veces se muestran crueles con ellos. El apego que el pequeño manifiesta por la madre puede incluso ser independiente de las cualidades personales de la madre. El potencial de apego siempre se halla presente en el niño al punto de que al sentir la carencia de in objeto, está pronto a fijarse prácticamente en cualquier otro (Bowlby, l976a) La palabra antes mencionada de "sostén" la utiliza Winnicot para referirse al contexto en el que tienen lugar importantes comunicaciones en los comienzos de la experiencia de la vida de un bebé. “El desarrollo del bebé sólo puede tener lugar en relación con la confiabilidad humana del sostén y del manejo. Las fallas graves en el sostén producen en el bebé una ansiedad inconcebible." El concepto de sostén es afín al de "contención". Un niño, al ser un sistema en proceso de integración, requiere un "continente" y ser contenido, metáforas usadas por Bion para aludir al fenómeno por el cual los niños al externalizar sus sentimientos de incomodidad y proyectarlos sobre sus padres, éstos los metabolizan, modulan y alteran para devolverlos transformados en la forma de conducta de sostén y con significado. El niño así puede apropiarse de su afecto y aceptar su autoimagen, llegando a identificarse con los procesos de contención y aprendiendo a contener sus propios afectos. A modo de ejemplo podemos pensar en la ira que puede abrumar a un bebé con hambre que no es atendido a tiempo. Si el consuelo llega dentro de los límites apropiados, no solo por aplicación del alimento sino con un trato cordial, relajante y placentero, el niño sería no sólo gratificado en su necesidad nutritiva sino también contenido emocionalmente y se le estaría devolviendo esa aceptación y consuelo para su interiorización. En la prisión, ese proceso de modulación de los afectos del niño está desnaturalizado por la vivencia de encarcelamiento, al sentirse observada y al no tener un dominio territorial la madre. Lo que devuelve es más probable que sea su propia angustia y un modo inauténtico de concederle significado a sus actitudes y emociones. 4. EL NACIMIENTO DE LA CONFIANZA BÁSICA. La confianza básica es para Erik Erikson un sentimiento de bondad Interior nacido de la experiencia de regulación mutua entre las capacidades del bebé cada vez más receptivas y las técnicas maternales de abastecimiento que le permiten gradualmente contrarrestar el malestar provocado por la inmadurez de la homeostasis con que ha nacido. “Ese estado general de confianza básica implica no sólo confiar en la continuidad y permanencia de los proveedores externos sino también en la propia capacidad para enfrentar las urgencias y esperar el éxito de la satisfacción. Las madres -dice Erikson- crean en sus hijos un sentimiento de confianza mediante ese tipo de manejo que en su cualidad combina el cuidado sensible de las necesidades individuales del niño y un firme sentido de confiabilidad personal dentro del marco seguro del estilo de vida de su cultura. Esto crea en el niño la base para un sentimiento de ser “aceptable” de ser uno mismo y de convertirse en lo que otra gente confía en que uno llegará a ser" (Erikson, 1974). 4.1. La aparición de la Autonomía Después de haber logrado desarrollar un sentido de confianza (que es la adquisición de la esperanza), el infante tiene ante sí una nueva tarea: la autonomía. Un sentido de dignidad apropiada y de independencia legítima por parte de los adultos que lo rodean, proporciona al niño de buena voluntad la expectativa confiada de que la clase de autonomía promovida en la infancia no llevará a una duda o vergüenza indebida en la vida posterior. Así, el sentimiento de autonomía fomentado en el niño y modificado a medida que la vida avanza, sirve para la preservación en la vida económica y política de un sentido de la justicia, y a su vez es fomentado por este último. (Erikson, 1974). Es decir, una vez que el pequeño ha conseguido desarrollar dentro de sí la confianza básica promovida por las figuras primarias y prototipo de la confianza fundamental para vivir y abrir su afecto a los otros seres humanos, estará en condiciones de incursionar en el descubrimiento independiente del mundo y la puesta a prueba de sus nuevas habilidades. En palabras de Erikson, “El primer logro social del niño, entonces, es su disposición a permitir que la madre se aleje de su lado sin experimentar indebida ansiedad o rabia, porque aquella se ha convertido en una certeza interior así como en algo exterior previsible.” A partir de esto, juega un papel esencial el ejercicio de la autoridad y la guía. “Los padres- dice Erikson- no sólo deben contar con ciertas maneras de guiar a través de la prohibición y el permiso, sino que también deben estar en condiciones de representar para el niño una convicción profunda, casi somática de que todo lo que hacen tiene un significado.” El que el niño esté en posibilidades de incursionar en el mundo más activamente, no significa que no precisa de los nutrimentos de su entorno para consolidar la confianza básica. Incluso bajo las circunstancias más favorables, esta etapa parece introducir en la vida psíquica un sentimiento de división interior y de nostalgia universal por un paraíso perdido, del que se convierte en prototipo: cada pérdida, cada separación, cada crisis recordará aquel primer desprendimiento, y regresará a esas vivencias con mayor intensidad según haya sido más o menos exitoso. Durante toda la existencia, la confianza o la falta de ella que experimenta la persona en relación con la disponibilidad de la figura de apego, vale decir, con respecto a la posibilidad de que aunque esté físicamente ausente, se muestre accesible y capaz de responder a sus requerimientos, es una variable clave para que una persona se sienta o no afectada por una situación potencialmente alarmante. Durante su segundo año de vida una gran mayoría de niños dirige su conducta de apego hacia más de una única figura discriminada y con frecuencia hacia varias. Después de los tres años, la mayoría de los niños adquiere creciente grado de confianza con otras figuras con quienes desarrollan un vinculo afectivo en ambientes extraños; por ejemplo con parientes o maestros. La presencia o ausencia real de la figura de apego, será indispensable hasta los tres años. Después será la segunda variable, la de más peso hasta la pubertad y, la confianza. La obligación de ofrecer sostén y contención se va ampliando de las figuras primarias, al entorno inmediato y, paulatinamente, más allá de éste. 4.2. El desarrollo de la iniciativa Las figuras primarias aportan al infante el lenguaje de su comunidad lingüística con la cual también le trasmiten valores, y le indican determinados patrones y formas de interacción. El juego será otro medio de comunicación, de ensayo e incorporación de roles. El organismo del niño le posibilita desplazarse, inventar, copiar modelos, soñar, crear amigos imaginarios, ampliar sus posibilidades intelectuales mediante la adquisición de conocimientos. Es la etapa que Erikson llama “Iniciativa”, resultado del más amplio poder locomotor y mental, de la introyección de modelos, de los valores y de los roles y que, como dice el mencionado autor, "limita el horizonte de lo permisible, y también determina la dirección hacia lo posible y lo tangible que permite que los sueños de la temprana infancia se vinculen a las metas de una vida adulta activa. En síntesis, después de un apego adecuado, el niño introyecta la seguridad que la(s) figuras primarias le han transmitido, construye con ellas un patrón vincular determinado que le acompañará toda la vida, y le facilitará o dificultará los logros subsiguientes. Después de la formación de un vínculo y de la interiorización de confianza básica que le permitirá creer en el mundo, el niño ampliará su marco social, pondrá a prueba la autonomía y su modo de relacionarse e incorporar los valores, normas, signos de su sociedad inmediata, preámbulo de su incorporación a la Cultura. 5. DESARROLLO DEL NIÑO EN UN CENTRO PENITENCIARIO 5.1. Socialización del niño en una institución cerrada El espacio convivencial que es Casa Cuna se ha caracterizado por ser particularmente conflictivo. Termina siendo una experiencia "comunal" para la que nuestra cultura no ha preparado a nadie, amén de que esa comunidad no es naturalmente creada, sino impuesta: es una prisión. Se puede decir que es un conjunto de núcleos familiares compartiendo un espacio involuntariamente. Siempre se ha observado una gran incomodidad e intolerancia mutuas hacia los niños de las otras. Esto pareciera responder a un sentimiento de territorialidad exacerbado entre las progenitoras, no factible de ser erradicado, dada la falta de naturalidad de sus condiciones. La presencia de niños, no inhibe a sus madres de originar episodios de violencia tanto física como verbal entre ellas, prestarse al trasiego y consumo de drogas (si bien este es más moderado que en otros ámbitos, pues la maternidad también suele otorgarles mayor motivación para la abstinencia). Incluso privadas de libertad de otros ámbitos se han aprovechado de las condiciones especiales de la Casa Cuna para el almacenamiento de drogas. Otro fenómeno omnipresente es el echar mano de la maternidad para obtener beneficios secundarios a favor de una desinstitucionalización, para lo cual los niños son utilizados, de manera tal que el vínculo está fundado en la angustia de separación. La madre presa tiene dificultad para asimilar su condición de presa y esa dificultad es la que mediatiza su relación con el niño. Aparte de todo esto, por las condiciones infraestructurales del Centro, los niños tienen contacto con el resto de la población, el cual, si bien no suele ser negativo (en cuanto al trato que otras mujeres les dan), si origina que los menores estén expuestos a toda clase de intercambios entre las personas incluso la violencia, los motines, y escenas de angustia de diversa naturaleza: frente a Casa Cuna está la calle que lleva al servicio de salud, a los talleres, la plaza, el ámbito de Máxima Seguridad y hacia el Nuevo Centro: Casa Cuna está en el centro del penal. A la luz de lo apuntado anteriormente, respecto al desarrollo de los niños de cero a seis años, si bien es profundamente importante que entre el neonato y su madre se desarrolle apego, las condiciones de la Casa Cuna en una institución cerrada como lo es una cárcel, atentan contra el desarrollo ulterior: amenazan la confianza básica, el ejercicio preliminar de la libertad o autonomía del niño y le concede un espacio de socialización anormal, disocial. En una cárcel, el "NO está desnaturalizado, como lo está la prohibición. Lo anterior ha contribuido a que algunos niños o niñas se vayan afectando en su desarrollo ya que introyectan conductas que se ven reflejadas en el interactuar con otros niños y con otros adultos. Este panorama se complica aún más cuando a raíz de un conflicto mayor se pone en riesgo la integridad física de la madre, y no se cuenta con el espacio adecuado en donde se reubique a la privada de libertad con el niño mientras se valora la situación. Algunos de los niños(as) que permanecieron hasta los 6 años en el pasado, introyectaron a tal punto las vivencias intracarcelarias que expresaban comentarios como: "¿cuándo me dan la libertad?" "ahí viene la "paca", "yo defiendo a mi mamá" "me brinco la malla "me llegó el beneficio", "Seño, venga, mi mamá me esta pegando" e incluso la descripción de escenas lésbicas que presenciaban en su propio dormitorio. Por otro lado, los niveles de agresividad que mostraron estos niños son mayores que los de los niños que permanecen hasta los tres años, lo cual se refleja en las quejas constantes que se recibieron de los docentes de los CEN-CINAI. Esto incluye hechos como la agresión a otros compañeros, y destrucción de bienes, el no acatamiento de instrucciones, actitudes de rebeldía, lo que hace evidente que un niño en una institución cerrada como lo es la prisión, va a adquirir y desarrollar conductas inapropiadas. Crecer en una cárcel también implica privarse del despliegue normal de tradiciones comunales, del contacto afectivo con los adultos mayores de la familia, de conocer convivir con figuras masculinas, en fin, es un espacio socialmente cerrado y pobre en variaciones, al que el niño se vería obligado a incorporar como lo normal 4.2. Intervención del Equipo Técnico El Centro Buen Pastor con el pasar de los años ha visto crecer gradualmente su población. Consecuentemente crece el número de mujeres en estado de gestación y la cantidad de infantes que por diversas razones permanecen al lado de sus madres en prisión. Por ello, la responsabilidad de la institución penitenciaria se duplica. Debemos garantizar la estabilidad física y emocional de las madres y de sus hijos, en un medio convivencial que es afectado a diario por múltiples factores. Entre los más críticos están: el espacio reducido en que deben interactuar, la diversidad de personalidades e intereses que allí confluyen (cada mujer arrastra su propio caudal de problemas y necesidades) y la dinámica propia de una institución total que por su naturaleza exige el control permanente de las actividades de las mujeres durante el día y la noche. Es decir, nos encontramos en un ambiente muy específico que demanda atención técnica constante. El Equipo Técnico responsable de Casa Cuna actualmente está integrado por profesionales que, junto con la Dirección, área de seguridad y administración están en una búsqueda permanente de alternativas y respuestas para cada problema específico o grupal que surge. Sin embargo, ellos participan con el resto del Equipo en la atención de las necesidades y demandas de la población penal de los otros ámbitos con sus especificidades: Ámbito C y D (sentenciadas), Ámbitos A y B (Indiciadas), Ámbito F (Máxima Seguridad), Ámbito G (Jóvenes Adultas) ubicadas en el Buen Pastor por disposición de la Ley de Justicia Penal Juvenil y, a partir del mes de noviembre del 2003, Contraventoras - pensiones. Existe otra particularidad y es que en todos esos ámbitos, a excepción del G, encontramos adultas mayores que requieren también de una atención especializada. Consecuentemente el personal debe realizar esfuerzos adicionales para cumplir cotidianamente con todo lo que se le requiere. No obstante, se reconoce que un Ámbito como Casa Cuna responde a una necesidad innegable en las mujeres privadas de libertad y consideramos que no deben ser las limitaciones institucionales el parámetro para definir la edad de permanencia de los niños. 4.3. Interés Superior del Niño La familia es sin duda el núcleo primario y fundamental de la sociedad para el pleno desarrollo físico mental y social del individuo. Es el vehículo ideal para lograr el desarrollo humano y la preparación de la vida en sociedad, es allí donde se forman los principios de cooperación y mutuo auxilio, base de la familia moderna. (Resolución de las 15 horas 42 minutos del 18-1-1994 de la Sala Constitucional). El Código de la Niñez y de la Adolescencia, es un instrumento operativo de protección de las garantías constitucionales inherentes a este sector de la población. Desarrolla, además, la Convención Internacional sobre Derechos del Niño, protege entre otros derechos de la niñez la Educación, la Salud, la vida, la libertad, la personalidad la integridad física, psíquica y moral, intimidad y acceso a la Justicia (ver el interés difuso en el Código de la Niñez, Adolescencia de Gilbert Armijo, Antología de "Derechos de la Niñez y la Adolescencia, Unicef, 2001, páginas 152 y 153). El interés superior del niño está conceptualizado como: “… aquel interés perteneciente a toda persona menor de edad, por virtud de cuya obediencia y observancia toda persona y especialmente todo agente que deba ejecutar acciones o aplicar normas o procedimientos de cualquier tipo, tendrá que hacer prevalecer las condiciones que favorezcan la vida y el entorno del niño, la niña o adolescente y tener presente que se trata de un ser humano en etapa de formación y preparación para una vida independiente y responsable." Con fundamento en este principio se establece una línea de acción de carácter obligatorio para las instituciones públicas, las entidades privadas de bienestar social, los Tribunales de Justicia, las Autoridades Administrativas y los Órganos Administrativos. (En niñez y adolescencia, de Oscar Corrales Valverde. Idem Página 439). Armijo Sancho, en la obra citada, establece entre algunos parámetros para interpretar el interés superior, los siguientes: “El niño, la niña y el adolescente tienen derecho a su desarrollo integral físico, psíquico y social, para lo cual el adulto, tanto individual como socialmente se compromete a garantizar tal desarrollo proporcionando las condiciones propicias. Además deben ser protegidos contra todas las formas de agresión, discriminación y explotación. Debe entenderse que es necesario procurarles un ambiente que les permita prepararse para una vida independiente y responsable.” La normativa al respecto señala entre otros aspectos: En la Convención sobre los Derechos del Niño. El Artículo 5 establece que los Estados respetarán los Derechos y Deberes de los Padres, apropiados para que el niño ejerza los derechos reconocidos en la Convención. El artículo 9 habla del interés superior del niño, para separarlo de sus padres. En el artículo 16 se refiere a la intimidad de los niños, el artículo 18 recoge que la preocupación fundamental de los padres o tutores es el Interés Superior del Niño en la crianza y desarrollo del menor entre otros artículos Además el artículo 80 de las Reglas Mínimas Naciones Unidas señala: "Ni las RM ni otros instrumentos consignan el trato de recién nacidos o niños pequeños encarcelados con sus madres (véase Sección III) El detenerlos o no es dilema serio. Los intereses del niño son lo principal; los vínculos con la madre son de gran importancia en esta temprana etapa. Cuando los niños pequeños están detenidos con sus madres, no son reclusos en el sentido usual, y su tratamiento debe reflejar ese hecho. Se les debe dar el cuidado normal del exterior, lo que incluye cuidado de salud y de estimularlos. A menos que se lleve al bebé o niño pequeño afuera del ambiente carcelario cada semana para ver el mundo exterior, su aprendizaje y desarrollo emocional se puede retrasar y peligrar su adaptación a la sociedad." La normativa nacional recoge esos aspectos de la Convención el Código de la Niñez y Adolescencia, entre otros en los artículos 1, 10, 13, 14, 15, 24 a 26, 32, 35, 112, 128, 129, 135, 168, 5, 7. 4.4. Aspectos Generales Casa Cuna Según lo establece la coordinadora de Casa Cuna, la licenciada Marianella Garbanzo, actualmente la población femenina en el centro es de 430 reclusas de las cuales solo 23 están en Casa Cuna. Casa Cuna se encuentra ubicada en el centro del penal y consta de 24 habitaciones, una cocina, patio de tendido y lavado, 4 baños y una salita de estimulación temprana, donde cada reclusa convive con su bebe hasta la edad de 3 años. Diez niños y trece niñas son parte de los habitantes de Casa Cuna objeto de estudio de este trabajo. 4.4.1. Ingreso a Casa Cuna A los seis meses de embarazo, la reclusa es trasladada a Casa Cuna donde permanece hasta que su hijo cumpla los tres años de edad o antes, si la pena que está ejecutando es menor o está por acabarse. Si no hubiera campo, la reclusa queda en lista de espera. Sobre este punto, se debe aclarar que tienen prioridad las reclusas que quedan embarazadas en Casa Cuna sobre las mujeres que vienen embarazadas a cumplir la pena al Centro. Si Hay campo disponible para la reclusa nueva no hay problema, pero si no lo hay, ella tendrá que esperar. El campo no está asegurado para las que vienen. Por esto, no necesariamente el niño tiene que estar en Casa Cuna, en caso de falta de espacio, se lo pueden traer para amamantarlo. Si no hay espacio para una que viene de afuera, se informa al PANI y en caso de que no haya un familiar o amigo que se haga cargo, el niño va al hogar Santamaría hasta que se solucione el problema de espacio 4.4.2. Vida en Casa Cuna Alimentación Cada madre tiene un dormitorio individual, cuna, y comparten con las demás reclusas, la cocina la cual es únicamente para la preparación de los alimentos de los niños. Por ésta razón, se hace la excepción para que puedan ingresar alimentos extras como carne, cereal, jugos, etcétera. Se carece de un programa para atender las necesidades nutricionales de los niños y de la alimentación especial que requieren Higiene y Condiciones Sanitarias En relación con Casa Cuna y las condiciones sanitarias que prevalecen, se recibió una denuncia en la que se señala que en este ámbito se tiene el tanque séptico dentro de la construcción, lo que ocasiona contaminación y, en general, problemas de índole sanitaria. Ésta situación afecta a los niños/as, privadas de libertad y a las funcionarias. También existen obstrucciones en cañerías lo que causa malos olores y plagas en el lugar. Estimulación para los niños Se acaba de hacer una salita de estimulación temprana en la cual una profesional enseñará a las reclusas qué tipo de estimulación se le puede dar al niño y así ayudarlo en su formación psicocial. Las autoridades del Centro El Buen Pastor coordinan con el Hogar Santa María para que después de los 3 años se lleven a los niños a las reclusas cada 15 días, ya que a partir de esa edad no pueden permanecer en el Centro, por su propio bienestar. En el hogar les dan el servicio de médico y psicólogo, se les lleva a la escuela, kinder, los llevan a pasear, y tratan de satisfacer sus necesidades y cuidados básicos. Entre un año y tres años de edad permanecen en el Centro de lunes a viernes de 7.30 a 4.30. A las madres reclusas se les toma en cuenta el estado del niño, el progreso, su desarrollo, si hubo sanciones por ejemplo. Asimismo, el hogar Santa María da charlas y capacitación a las reclusas de cómo tratar y estimular a sus hijos. Se les lleva literatura de cómo estimular al niño. Si esta indiciada no se le descuenta la sentencia con capacitación. Los niños de cero a un año permanecen en Casa Cuna junto a su madre. Las reclusas tienen derecho a enviar sus hijos fuera del centro. Ellas son responsables de autorizar a una persona de su familia o amiga para que saque al pequeño. Por tanto, ellas son responsables de lo que le pueda pasar a este. Trabajo de las reclusas El trabajo de la reclusa embarazada queda a decisión de ellas. Si así lo desean pueden continuar o descansar hasta que se mejoren, sin embargo, después del parto ninguna trabaja porque tiene que hacerse cargo del niño. Si el médico recomienda que debe descansar entonces lo hace y no las obligan a trabajar o realizar otras tareas. Visita conyugal Durante la visita conyugal las mismas reclusas de Casa Cuna cuidan del bebe o pueden autorizar que la persona autorizada lo saque del Centro. La visita conyugal se le da hasta los 6 meses del bebe. Después de eso tienen visitas de familia también. Casos de Adopción Solo un caso de adopción de dio. En este caso se lo dejan por tres meses. Después, las trabajadoras sociales facilitan el permiso para traerle el bebé para amamantarlo 5. LIMITACIONES ACTUALES DEL ESPACIO DE CASA CUNA 5.1. La ubicación. Actualmente en los alrededores a Casa Cuna converge la mayoría del tránsito de la población penal. Es un espacio que requiere otra ubicación y diferente organización de sus espacios. Ya cuenta con sala de estimulación temprana, aunque hace falta una sala de trabajo en grupo, habitaciones más amplias y en mayor cantidad, corredor para las privadas de libertad y sus hijos, zona recreativa para los niños, áreas de lavado y tendido de ropa más grande, espacio para que las madres trabajen, decorado apropiado, juguetería educativa, etc. La especificidad de ese ámbito amerita de espacios para aislamiento en situaciones urgentes de salud o riesgo. Debido al aumento cuantitativo y cualitativo de la población penal de este Centro, donde se atienden diversas especificidades (sin contar con el inminente ingreso de población contraventora), el trabajo en Casa Cuna es deficitario, pues no existe un equipo técnico, que se pueda dedicar en forma exclusiva y destinar más tiempo a atender las necesidades tanto de las madres como de sus hijos. Se requiere, además, de las Áreas en que se les acompaña en la actualidad, de contar con atención especializada en estimulación temprana y pediatría. Entrevista a las Reclusas de Casa Cuna en período de Lactancia Se realizó una entrevista a 9 reclusas en período de lactancia entre los 21 y 38 años de edad, con bebés entre los 2 meses de edad y un año y nueve meses. Todas contestaron afirmativamente en cuanto a si se les permitía libremente el amamantar a sus bebés las veces que fuera necesario, sin embargo, todas talvéz afirmaron que reciben atención médica para sus bebés únicamente cuando se enferman. Claramente se puede notar que no hay una actitud proactiva por parte del Centro en cuanto a la prevención de enfermedades y un adecuado control de la salud de los niños y las madres. Todas recibieron atención prenatal, pero no han recibido un trato apropiado por su condición de madres. Ellas carecen totalmente de información en cuanto a cuidados del bebé se refiere. Solamente conviven ahí, y muchas veces tienen que lidiar con conflictos de intereses de las mismas reclusas como el uso de la cocina por ejemplo, el cual, debe ser muy limitado en cuanto a que una sola cocina no da abasto para veintitrés reclusas y sus bebés. Durante su período de lactancia no pueden dedicarse al estudio o al trabajo ya que deben hacerse cargo de sus bebés, hasta la edad de un año que pueden enviarlos al Hogar Santa María durante el día. Sin embargo, de las nueve consultadas, solamente tres estudian o trabajan, es decir, un 33%. CAPÍTULO V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 1. CONCLUSIONES La errónea concepción de la pena privativa de libertad ha causado que el Estado de Derecho en el que nos desarrollamos deje de lado las necesidades básicas de los privados de libertad, confundiendo la libertad de movimiento y traslado a no tener libertad para una vida digna. La dignidad del ser humano, hombre o mujer, no está hecha de sus logros, virtudes o talentos especiales, sino que es inherente a su ser mismo. El ser humano por el solo hecho de serlo, tiene dignidad, es sujeto de derechos, de los llamados derechos humanos; todos los hombres tienen derecho a llevar una vida digna de personas. La idea de los derechos humanos surge como una necesidad en un mundo donde la mayoría son los débiles, los explotados, los oprimidos. Los derechos humanos son aquellos derechos fundamentales a los que todo ser humano debería tener acceso, en virtud simplemente de su condición de ser humano. El estado democrático es condición sine qua non para la existencia de los derechos humanos. Es decir, el respeto a los derechos humanos es algo esencial a la democracia. Un régimen es democrático en tanto conforma al Estado como tutor de tales derechos. Costa Rica cumple ciertos requisitos que la enmarcan dentro del concepto de estado democrático: (a) Un estatuto constitucional que establece y limita los derechos y. atribuciones del individuo y del Estado, y las relaciones del uno con el otro, a fin de evitar el abuso de la libertad por parte de los individuos y el exceso de autoridad de los gobernantes (b) La división de poderes dentro del Estado (artículo 9 de la Constitución Política). La adopción y vigencia de principios fundamentales destinados a garantizar los derechos humanos. El concepto de que esos derechos existen como atributo inherente a la condición humana, y de que se deben respetar constituye la esencia misma de la democracia. Los derechos que encontramos en nuestra Constitución Política se consagran también -en más o menos las mismas palabras- en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Con ellos hicimos las concordancias del caso; ya que forman parte de nuestro ordenamiento jurídico y dentro de él tienen autoridad superior a la ley. La instancia internacional refuerza la protección interna de cada estado a los derechos humanos y representa un muro de contención para los desvíos de los Estados antidemocráticos. Por ello analizamos los órganos (Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos) y los procedimientos de protección de tales derechos, previstos en la Convención Americana. La tutela internacional de los derechos del privado de libertad es suplementaria y no sustitutiva de la tutela jurisdiccional interna de cada país. De manera que para hacer uso de ella, primero hay que agotar los recursos previstos en nuestro régimen jurídico interno.- 2. RECOMENDACIONES El Estado no debe olvidar ofrecer una vida de igualdad a las privadas de libertad, en la que su vida en prisión sea solo eso, mantenerse momentáneamente recluidos en un Centro, pero con la posibilidad de desarrollarse como seres humanos en el aspecto profesional, físico, emocional y espiritual. El derecho a la lactancia no implica únicamente el acto de amamantar, sino que obedece a que el medio ambiente que rodea al niño y la madre sea el adecuado para ambos para un mejor desarrollo del infante, estabilidad emocional y física en términos de salud de la madre, ello para dar alojamiento al interés superior del menor al tenor del artículo 5 y 6 del Código de la Niñez y Adolescencia. El ambiente de Casa Cuna responde a una necesidad real de las mujeres Privadas de libertad. Obedeciendo al Interés Superior del Niño, es imperativo que durante ese primer período de cero a tres años, al menor se le garanticen las mejores condiciones de vida. Igualmente en aras del Interés Superior del Niño, el proceso de socialización (tres años en adelante, del infante no debe darse en el contexto carcelario Es importante que los niños que no cuentan con recursos de apoyo familiares, tengan la oportunidad de ser ubicados en albergues especiales transitorios con apoyo estatal y bajo la rectoría del Patronato Nacional de la Infancia, un ejemplo: el Hogar Santa María Aquellos niños que puedan permanecer o integrarse a sus núcleos familiares, necesitan que ese grupo esté en capacidad de ser el continente apropiado para su sano desarrollo. Por tanto se requiere de políticas institucionales específicas de atención integral a estas familias, de acuerdo al artículo 30 del Código de la Niñez y de la Adolescencia. A manera de reflexión se puede afirmar que nuestro ordenamiento jurídico (Constitución Política, instrumentos internacionales estudiados y Leyes y Reglamentos vigentes) tiene en consideración fundamentalmente al hombre en la plenitud de su condición humana. Es decir, tiene en cuenta la actuación del ser humano naturalmente investido de libertad y dignidad. Si un Estado democrático, como el nuestro, asegura y. hace cumplir fielmente esos postulados fundamentales del ordenamiento jurídico, se puede decir que existe respeto a una cualidad esencial del ser humano: su dignidad. CAPÍTULO VII BIBLIOGRAFÍA BIBLIOGRAFÍA Armijo, Gilbert. La Tutela Constitucional del Interés Difuso. Un estudio sobre el nuevo código de la Niñez y Adolescencia de Costa Rica. UNICEF, 1998 pp 17 Escolet, Miguel Angel. 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Protección a la Trabajadora en estado de embarazo o en período de lactancia. San José; Costa Rica, 1999. Sala Constitucional, La Sala Constitucional al Alcance de todos. Departamento de Publicaciones e Impresos, Sala Constitucional, Poder Judicial, República de Costa Rica, San José. 1999. Tejiendo Esperanzas. Sistema Penitenciario costarricense. Volumen 1, No 1, 2001. PÁGINAS WEB IDH. Informe sobre desarrollo humano 2000. www.undp.org/hdr2000/spanish/hdr2000.html IBFAN, Alimentación Adecuada: un Derecho Humano. 12 de Octubre de 2002 http://www.ibfan.org/spanish/news/bbriefs/bbrief28-es.html Arévalo, Javier. El permiso por lactancia como derecho de la Madre Trabajadora, 12 de Octubre de 2002. http://www.actualidadlaboral.org/docs/biblioteca/permisoporlactancia.htm LEYES Y REGLAMENTOS Convención sobre los derechos del niño. Ley 7184. San José, Costa Rica. 9 de agosto de 1990. Constitución Política de la República de Costa Rica, San José, Costa Rica. 7 de noviembre de 1949. Código de Trabajo. Ley número 2. San Jose, Costa Rica. 7 de noviembre de 1949. Código de la Niñez Y la Adolescencia. San José, Costa Rica. TABLA DE CONTENIDOS: INTRODUCCIÓN 1. EL PROBLEMA Y SU IMPORTANCIA .................................................................................................. 1 2. PROCEDIMIENTO METODOLÓGICO .................................................................................................. 3 3. OBJETIVOS .............................................................................................................................................. 4 3.1. Objetivos generales ............................................................................................................................ 4 3.2. Objetivos específicos .......................................................................................................................... 4 4. PROPÓSITO DEL ESTUDIO .................................................................................................................... 5 CAPITULO I ASPECTOS GENERALES DEL DERECHO A LA LACTANCIA MATERNA 1. CONCEPTO DE LACTANCIA MATERNA ............................................................................................ 8 2. EL DERECHO A LA LACTANCIA MATERNA COMO UN DERECHO FUNDAMENTAL.............. 10 2.1. Concepto de Derecho Humano ........................................................................................................ 10 2.2. Universalidad y carácter inalienable de los derechos humanos ...................................................... 11 3. LEGISLACIÓN COSTARRICENSE EN MATERIA DE DERECHO A LA LACTANCIA MATERNA ..................................................................................................................................................................... 12 3.1. Constitución Política de Costa Rica................................................................................................. 12 3.2. Código de Trabajo ........................................................................................................................... 13 3.3. Ley de Fomento a la Lactancia Materna.......................................................................................... 13 4. EL ÁMBITO LABORAL Y EL DERECHO A LA LACTANCIA EN OTROS PAÍSES DE LATINOAMÉRICA .................................................................................................................................... 13 4.1. Convenios internacionales y el permiso a la lactancia. ................................................................... 13 4.1.1. Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) .......................................................................... 14 4.1.2. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948).................................................... 14 4.1.3. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1969) ............................................. 14 4.1.4. Convenios de la Organización Internacional del Trabajo ........................................................................... 15 4.1.5. Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño............................................................. 16 5. EL PERMISO POR LACTANCIA EN LA LEGISLACIÓN LABORAL LATINOAMERICANA. ....... 16 5.1. ALGUNAS NORMAS REGULADORAS DEL PERMISO POR LACTANCIA EN DE LATINOAMÉRICA. ................................................................................................................................. 17 5.1.1. Argentina.................................................................................................................................................... 17 5.1.2. Colombia .................................................................................................................................................... 17 5.1.3. Costa Rica .................................................................................................................................................. 18 5.1.4. Chile ........................................................................................................................................................... 18 5.1.5. Panamá ....................................................................................................................................................... 18 5.1.6. Paraguay..................................................................................................................................................... 19 5.1.7. Venezuela ................................................................................................................................................... 19 6.ÁMBITO CONSTITUCIONAL E INSTRUMENTOS INTERNACIONALES ....................................... 19 6.1. Alimentación adecuada: un derecho humano .................................................................................. 20 6.2. El derecho a la maternidad es básico. ............................................................................................. 20 6.3 Convención de derechos de los niños. Padres biológicos ................................................................. 21 6.4. El derecho de los niños es supremo con relación al de las madres. ................................................ 21 7. PROMOCIÓN EN MATERIA DE DERECHO A LA LACTANCIA MATERNA................................. 21 CAPITULO II DERECHO DE LOS PRIVADOS DE LIBERTAD 1. DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS PRIVADOS DE LIBERTAD............................................ 24 1.1. principios básicos y de guía ............................................................................................................. 25 1.2. Normas fundamentales ..................................................................................................................... 26 1.2.1. Derecho a la Vida ....................................................................................................................................... 26 1.2.2. Derecho a la Salud ..................................................................................................................................... 27 1.3. LA SALUD DE PRESOS Y ACUSADOS ES PRIORIDAD ............................................................... 29 1.3.1. Cuidado de la salud .................................................................................................................................... 30 1.4. Salud de los presos, una responsabilidad de todos los miembros del personal ............................... 32 1.4.1. Comida e higiene ....................................................................................................................................... 33 1.5. Derecho a la no discriminación de ningún tipo. .............................................................................. 34 1.6. Trato diferente no significa discriminación ..................................................................................... 35 1.7. Derecho a la Integridad Física ........................................................................................................ 37 1.8. Derecho a la Libertad ...................................................................................................................... 38 1.9. Derecho a la igualdad ...................................................................................................................... 41 1.10. Fines de la Pena ............................................................................................................................. 42 1.11. Derechos retenidos ......................................................................................................................... 43 1.12. La pérdida de la libertad ................................................................................................................ 43 1.13.La pérdida de la libertad y de la vida normal ................................................................................. 43 1.14. El principio de apertura ................................................................................................................. 44 1.15. El deber de cuidado........................................................................................................................ 44 2. LA VIDA EN PRISIÓN ORIENTADA HACIA LA NORMALIDAD .................................................... 45 3. NECESIDADES BÁSICAS DE LOS PRIVADOS DE LIBERTAD ....................................................... 47 3.1. Alojamiento ...................................................................................................................................... 50 3.1.1. Celdas y dormitorios .................................................................................................................................. 50 3.1.2. Ventilación e iluminación .......................................................................................................................... 51 3.1.3. Higiene ....................................................................................................................................................... 52 3.1.4. Higiene personal y cuidado ........................................................................................................................ 54 3.1.5. Vestimenta y ropa de cama ........................................................................................................................ 55 3.1.6. Apoyo externo para necesidades básicas .................................................................................................... 58 4. LA MUJER PRIVADA DE LIBERTAD EN COSTA RICA ................................................................... 60 4.1. Antecedentes ..................................................................................................................................... 60 4.2. La madre privada de libertad ........................................................................................................... 61 4.2.1. Atención médica para reclusas (y sus hijos lactantes) ................................................................................ 61 4.2.2. Las mujeres reclusas en el ámbito internacional ........................................................................................ 63 4.2.3. Condiciones en las Cárceles en Letonia ..................................................................................................... 65 4.2.4. En Estados Unidos ..................................................................................................................................... 67 5. COADYUVANCIA DE LA DEFENSORÍA DE LOS HABITANTES EN EL CASO DE LAS INSTALACIONES DEL CENTRO. ............................................................................................................ 71 5.1. Bebés en prisión ............................................................................................................................... 71 CAPÍTULO III RESEÑA HISTÓRICA DEL CENTRO INSTITUCIONAL 1. EL BUEN PASTOR ................................................................................................................................. 74 1.1. Legislación ....................................................................................................................................... 79 CAPITULO IV ANÁLISIS DE DATOS 1. ANTECEDENTES DE CASA CUNA ..................................................................................................... 82 2. CONSIDERACIONES SOBRE EL DESARROLLO DE UN MENOR DE CERO A SEIS AÑOS ......... 86 3. BASES DEL DESARROLLO DEL NIÑO DE O A 6 AÑOS ................................................................... 88 3.1. El desarrollo del Vínculo ................................................................................................................. 88 4. EL NACIMIENTO DE LA CONFIANZA BÁSICA................................................................................ 91 4.1. La aparición de la Autonomía .......................................................................................................... 91 4.2. El desarrollo de la iniciativa ............................................................................................................ 94 5. DESARROLLO DEL NIÑO EN UN CENTRO PENITENCIARIO ........................................................ 95 5.1. Socialización del niño en una institución cerrada ........................................................................... 95 4.2. Intervención del Equipo Técnico ...................................................................................................... 98 4.3. Interés Superior del Niño ................................................................................................................. 99 4.4. Aspectos Generales Casa Cuna...................................................................................................... 102 4.4.1. Ingreso a Casa Cuna ................................................................................................................................. 102 4.4.2. Vida en Casa Cuna ................................................................................................................................... 103 5. LIMITACIONES ACTUALES DEL ESPACIO DE CASA CUNA....................................................... 106 5.1. La ubicación. .................................................................................................................................. 106 CAPÍTULO V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 1. CONCLUSIONES ................................................................................................................................. 108 2. RECOMENDACIONES ........................................................................................................................ 111 CAPÍTULO VII BIBLIOGRAFÍA BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................................................... 114