Defensa del Arzobispo de Bogotá u - Actividad Cultural del Banco

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DEL
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OBSERVACIONES
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AL CUADERNO TITULADO
" EL ARZOBISPO DE BOGOTA ANTE LA NACION".
_lfo)1.
BOGOTA.
1852.
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DEFEXSA &( '.
I:'oiTRODUCCI01\.
T-(,U.1#.'\ RA.M F.o
dando lecciones de Historia
fa miS
tiernos
hijos: .
. ualH..Io se me presentó un amigo i me entregó ~lIeto diciéndome:
ul ea U. que le interesa." Lo recibí, i habienuo pasado rápidamente
1:\ nsla por su título i sus primeras lineas, Hmucho que me interesa,
le re!';pondí, porque_soi católico i amigo del Arzobispo." El folleto se
titula El Arzobispo de Bogot. ante la nacion: S"alltor un rcnégado
que por yergue.nzaJo por miedo, o por ambas cosas no ha querido poner
5U nombre.
Reducido a una vida de resignacion i aislamiento, en paz conmigo
mismo, i sin odio a persona alguna ni ~un a los que mas mal me han
hecho, me conSidero Simple asistente al sing~llar drama que se está
representando en esta parte de América. He oiclo en estos últimos
alios proclamarse paradojas absurdas, utopias rídiculas, principios los
mas antisociales: he visto insertarse en los números de 20 i 23 de marzo
de 1851 de la Gaceta 'lficial, que es el único papel que circula hasta
en la última aldea de la República con toda la rec:omendacion de la
autoridad, he visto insertarse I digo, l,!s estudios sobre algunos problemas del destino social de Víctor Conside~.!Wt. obra que ha e"i tado ~
en Europa la indignacion de t~n~s i el de;precio de otros, en la cual se ~
sostiene que el hombre es ~or s,:_ n~~,:za2"'!pecable: Ile visto oponerst: altar contra altar, i al sacerdocio mismo sÍJ"Vielldo de pqqR.J ~
:\1 ESTO de_r!ifa1nf!.cioll i de eco de las mas abonunables calullIlliíts: h~
- -
-
-
•
4
\'i~to relajarse los vínculos de la subordinaciun
i ul:iclplina en Id juven- ,
lud i en la jenle ignorante, dividirse la familia granadina, formarse
odios iTl'econciliables, contraponerse los intereses a los deuel'e~J sostl~
1
luirse la falsía i la mentira a la franqueza j a la verdad: he visto ejercerse un acto algo mas que de comunismo en la espoliacion del Seminario de la Arquidiócesis) con notoria violacion de las disposiciones
constitucionales i sagradas: he visto que el Socialismo demagójico se ha
presentado en unas partes, como en el hermoso valle del Cauea, con
el furor brutal que los anabaptistas quisieron plantearlo en el siglo 16°,
I que en otras se introduce gradualmente en las ordenanzas de fas Cámaras provinciales i en los decretos de los cabildos: he visto, en fin, i
veo la alarma que causan los progresos del comunismo a los mismos
que lo han fomentauo en la obcecacion de sus pasiones, olvidando que
no es dado a ningun ajitador contener el movimiento revolucionario
Al ver todas
estas cosas confieso que casi me abandona la esperanza ue que se cs·
que una vez se ha impreso en la multitud estraviada.
tablezca sólidamente entre nosotros una patria digna de las atlas
virtudes de sus primeros fundadores i guerreros, i mi alma i mi cara·
lOn
se vuelven a Dios, supremo lejislador de las sociedades humanas,
en busca del remedio de los males que aquejan a la· nuestra.
La historia que es la mejor maestra de los hombres, nos muestra
(I~e los progresos del Socialismo
~ino
demagójico no pueden contenerse
por los cañones de los gobiernos, o por la influencia bienhechora
del catolicismo.
En J 525 los socialistas fueron destruidos a baJ,7.0<
i Munster, i en ] 848 eo
las calles dc Paris. En los dema~mpos ~gares sometidos a la
n.ccion tutelar del catolicismo que consagra el principio de órden i de
autoridad, bendice la familia, sanciona el respeto a la propiedad i predica la caridad estimulando al rico al socorro del indijente i al pode·
en Frankenhansen, el1 ) 535 en "Amsterdan
roso a la proteccion del desvalido, el Socialismo
-:=
DO
-
ha sido ni es SIDO
-
--
una de tantas palabras con que se embauca a los pueblos, slgui~odo
la ..~eja rnfx.ima del IOmorhl Lisandro quCdecia:atos niñosse euPero en "'\m-paif en
que el catolicismo es atacado en sus bases fundamentales, i la autori·
gaña con tabas, i a los /tombres con_ealabras.
t1ad pública proteje i fomenta los clubs democráticos, foco pereoIJc de
1..1.::' predicaciones mas uutisoclales, ¿podrá aguaruarse rJu~ ma:oJ tarde o
mas tempr ano no ¡e cstahlezcn (.) Socia lismo oemagójico con
lodos
sus horrores?
Ruego a mis lectores que ese usen esta lijera reflexion mirando
en ella un llama mient o patriótico, una voz de lAler tal a los homb
res
que gobie man la Repúb lica, al mismo tiempo que una introd
uccion
indispensable a la defensa dI;! un prosc rito a quien me ligan víncu
los
mui sagrad os,- la creen cia de mis padre s que es la mia i la de mis
hijos< ?
i una antigu a e inviolable amist ad. La pel'secucion de los obispo
s jJ
el ajami ento del clero grana dino son hecho s sériamente ligados
con la
existe ncia del catolicismo en la N uc\'a Grana da i con nuestr os f1l1urO
S
destin os sociales; i si a la persecucion judici al se agreg an la difam
acion
i la calum nia de los ilustres proscritos, la cuesti on camb ia entón
ces
de carác ter; es cuestion de humanidA.d i de hidalg uía a la que un
pecho grana dino formado con los nobles ejemplos de Dl!-.e stros mayo
res,
nO puede ser indiferente.
Yo he podid o dispen sarme de conte star los
injust os ataqu es hecho s a mi reputa cion, porqu e habie ndo termi
nado
mi carrer a públic a i renun ciado a la políti ca, he confiado mi vindic
acion al tiemp o i al juicio desapasionado de la jenera cion que empie
za a
levantarse; pero mi silencio cuand o es ataca da la condu cta.de mi
pr~
lado ¡amig o, hallán doic ausen te, sería un borran que no qUle.ro
a mi familia.
S
. ..... ~bsentem gui !!dit amicum,
q'ti non defe~dit allio ~!pa~e ..•. /¡ie }'i9"!. ':!t.
Las persecucione~ de los hombres de mérito siempre han tenido
por apoyo i por sancio n la difamacion i la calum nia.
años antes de la era cristia na fueron conde nados por el furor dema
gó.
jico del popul acho, Sócra tes i Focion indign amen te calum niado s
parla
envidia i la maled icenci a de los intrig antes i ajitad ores; i despu
es de
la fundacion del cristianismo, San Cipriano, Obispo de Carta go, sufrió
el
martirio, i San Atana cio, Obispo de Aleja ndría, fué dester rado
cinco
veces de su diócesis i otras tantas llama do a ella, ámbos por defen
der
cuatI'OCiento~\
la doctrina ortodoja.
La turha de aduladores del poder hacia la 'po_
lojia de e$tos actos i atribu ia a las víctim as desafeccion a la autor
idad; '
propagacion de ideas subversivas, ataques al poder civil i .un hecho
pecaminosos en su vida privada. La respuesta que la virtud daba
a la
calum nia, SP encue ntra en la boca dc ~an Juan Crisó~tomo, (llIe
tam~
plen rué perseguido en COllslanLinnpla: " aunque brame el miO, decl',
i se enfurezcan sus olas, el bajel de Cristo jamás se hundirá." En
algunas ocasiones los aduladores i palaciegos han tomado tambien ti
oficio de verdugos, como sucedió con los que asesinaron al virtuollO
Arzobispo ele Cantorbel'Y, Tomas Becket, que sostenia los derechos dt!
la Iglesia contra las mjustas pretensiones de Henrique 2° de 111 ~
glaterra. Hoí un hombre que se muestra tan insolente i soberbio con
el que está en desgracia, como vil i abyecto con. el que se halla en el
poder, se ceba sobre un cadáver como la furia de la fábula, e hinca 511
venenoso diente sobre la reputacion del prelado proscrito que vaga en
stl'aña tierra sin mas consuelo que el de una conciencia pura. A e~e
d esventurado escritor es que hOl contesto, no bajo el anónimo , SIIl O
bajo mi firma i con ánimo resuelto de sostener la lid en estrecho campo, si $1 adversario saca la~ara ...fomo jente i ~a ~df!
como villano.
Desde luego no deben esperar mis le~tores que yo me ocupe de
• la parte literaria del folleto "El Arzobispo g-c." porque esta seTla obra
mui larga que me distraeria del asunto principal. Me limitaré a declI
~ q u e es una rapsodia o surcido indijesto de las mas infamerproducclúnes qU.e han apar~c,do trn este país,slIl plan, sl~rencJa I smJ!letodo .
:-in estilo es a veces el de un misionero, a veces el de un acusador 10~q uisitorial, pero siempre pr.ocaz¡-;;;~Iento, lleno de declamaciones va~ naJes i de insultos tabernarios. El que quiera conocer prácticamente
, la violencia i bastardía de los mas horribles pecados capitales, dt:seritos por Dumas, encontrará en el folleto la soberbia de Lucifer i la
envidia de Caín, espresadas en e!...1en~aje ~l despe~lasciv~t: 1
-
•
¿
l
C~nóni!>o J~roll~
Victor
!,u~o.
No hai alH mas lójica que
la lójica de las pasiones:el móvil, el objeto soberano del autor es cal Iumniar j hacer odioso al Arzobispo, a los ojos de la jente piadosa I
1de la jente libertina, en la Nueva Granada i fuera de ella; i con tan
~abominable mira lo culpa i hace responsable de cuantos males han
s ucedido~ suceden i sucederán en este país, hasta de las debilidades
i flaquezas de que quizá no está escento el autor. Parece que se ha
querido que en la persona del Señor Mosquera sea noa realidad
;lquella tremenda sentencia simbolizada con la ceremonia de ponel
Jos e\'anjelios sobre la esp~.Ida del Obispo en el acto de su consagra~
7
,(;ion: ¿ vis portare peccata po~i? Jamas, ni en los anales político&..
ni en lo; anal~s judiciales he encontrado un igual hacinamiento de
mentiras, de falsedades i calumnias: el folletista mismo confiesa a la
pájina 5 a, iproh pudor! que su manifestacion es
HORRIBLE;
baste
decir que en el solo texto de ella, porque era preciso que lo tuviera
ese sermon infernal, se encuentran dos falsedades: dice asi, "El mer- l
cenario huye i abandona sus ovejas ... ~ .• Del evanjelio de San Juan , (
- -
J
segun la traduccion de Vence." El Arzobispo no puede decirse gue
tS
mercenario ni
que haya huido: él
va estrafiado
~r resolucion del
S<;.;ado de 27 de m'-Y2. inserta en el n(lmero 1376 de la Ga~eta
Oficial, i por consiguiente es falsa i calumniosa la ap1icacion que se
le hace del texto. Vence no tradujo la Biblia al español, i sus bió·
grafos ni aun indican que poseyese este Idioma, así como dicen que
sabia el latin, el griego i el hebreo; de' consiguient~es falso que se
haya tomado el texto de la traduccion del Venc.e. Hai una traduccion de la Biblia en español a la que impropiamente se ha dado el
titulo de Biblia de Vence, no porque este sabio frances l. hubiese traducido, sino porque tiene sus comentarios junto con los de Calmet i otros
espositores; i e.sta -ftlé la que vió el folletista, pero por el forro nada
mas. ¡Qué sabio i qué te~so, i no sabe siquiera qu1tnes han sido los
traductores de la Sagrada Escritura al idioma patrio, i eso que no han
sido muchos! Para salir con semejante pifia no era necesario haber.
anunciado desde ahora tres meses la publicacion de su obra, fecharla el
15 de setiembre, i darla a luz hasta el 19 del corriente.
Ent,o en el fondo de ella, dividiendo este escrito en dos partes, la
primera para contestar los cargos que se refieren al tiempo transcurrido
hasta 1850,i la segunda para los posteriores.
,
•
I
s
PRIMERA P A RTf::
J.
,
,
ELECCION DEL Sr.ÑOR MOSQUEaA PA RA ARZOBI SPO.
Principia el folletista su exordio asegurando que la elecclOn del
Señor Mosquerapara Ar;-obispo de Bogotá 'fué obra de la. mtrigas de
su hermano Tomas i con agravio déI"Sr. ~steves, i por consiguiente
anticanónica; i co~ esta suposicion echa encima del electo, aquella
tan justa sentencia del Evanjelio: "El que no entra por la puerta es
un ratero i un ladron." Cuando se hilo aquella eleccion me hallaba
. yo de Gobernador de Bogotá, en posicion >,entajasa para conocer i
r
..
. . apreciar los hechos: ellos pasaron asi.
Vacante la mitra de la arquidiócesis, debia elejirse por el Con·
greso de 1834 el sujeto que hubiera de obtenerla, i todo el mundo
presentaba su candidato como en tales casos sucede. Gobernaba la
República el Jener~Santander, i la mayoria .de las Camaras se
componia de h<¡¡nbres libe~ales, en el sen~ecto i ¡enuino ,'e la palabra, no en el bastardo en que jeneralmente lo toman hoi. Hablaba
yo una tarde con el Jeneral i dos o tres personas mas, i tratándose
• de la eleccion de Arzobispo, se indicó al estimable Señor Esteves'
Obispo de Santamarta. Entónces el J eneral Santander dijo: "Yo no
daria mi voto al Señor Esteves para ArzobIspo, despues de haber
sabido que dirijió a Roma unaprotesta contra el juramento que prestó
como Obispo, de observar la Constitucion i leyes de la República:
yo estoi inclinado al Dr. Gómez Plata! ' Este Senor servia entónces
ei ';urato d~la Catedral.
~
Dos o tres dias despyes fueron a mi casa dos eclesiásticos, diputados al Congreso, i me preguntaron si conocia al Dr. Manuel
José Mosquera de quien les hahia hecho grandes elojios el Señor
J osé Maria Cárdenas. Yo les respondi que habia tratado mui de
cerca al Señor Mosquera i me parecia un eclesiástico de alta capacidad, profunda instruccion i sólida virtud. Despues supe que ese
{
dia se habia tenido una reuni0!1 de Senadores ¡Representantes
en casa del Señor Isidro Vergara i se había convenido en la c1ecrion
-----
?
•
9
del mismo Señor
Mo~quera ,
la cual en electo tuvo lugar el dia si\
t
~~n~.
El Jeneral Tomas C. Mosquera ocupa~a, es verdad, un asiento en I
la Cámara de Representantes, pero entónees estaba mui lejos de ejer- /
cer la inAueñCia i tener el aSCendiente que tuvo años adelante.Por ;
etcontrario z se le miraba de reojo por las notabilidades de aquell:t
época, a consecuencia de sus comprometimientos en la dictadura de
Bolivar; i si votó o no votó por su hermano para Arzobispo,· es hecho
dé dificil avcriguacion, haciéndose por escrutinio secreto la votaciol1,
¡que cuand(, mas afectaria la delicadeza del votante, mas no la ca~ ~
nonicid:id de la eleccion .
Con fecha 12 de mayo del mismo año de 34, me escribió el Señor Jimenez, Obispo de Popayan: "Much~ _t_ra.bajo me ha costado re- o
ducir a "7J.uestro amigo Dr. Manuel José Mosquera, a que acepte la
ruitra de Bogotá: U. U, hacen una gran ganancia, pero yo pierdo 11n
o-rande ausiliar con la ida de este eclesiástico que todo lo desem
o
pena tan bien, como Provisor, como Doctoral i como Rector de la
Universidad," El Señor Mosquera obtuvo la institucion de la Santa
Sede, se consagró en Popayan, i vino a Bogotá a mediados de:
1835. Despues de esto, ¿ podrá decirse que nO entró por la pnerta
Sl~ por la ventanrl al obispado, como otr~ quisieran entrar?
~
II.
SEMINARIO
CONCILIAR,
Entre los poderosos i fecundos elementos de bien que tuvo en su.s
manos el Seño1' Mosque1'a paTa hacer grandes cosas, enumera el folletista, el Seminario de ordenandos establecido en el convento de Capuchinos. Cierto es que la lejislatura de Colombia espidió el decreto d.
28 de Junio de 1823 estableciendo un Colejio de ordenandos en Bogotá, i adjudicándole dicho convento con todas sus anexidades. Permitaseme copiar textualmente la parte motiva del decreto como un
homenaje a la memoria de los lejisladores colombianos i como una
muestra delos sanos principios que guiaban a los claros varones que
fundaron la República. "Considerando l·, dice, que es un deber de
" toda República bien ordenada, proporcionar los medios mas eficaces
10
el
para 4uc ,todos los ministro:; de la rehjion tengan las
\-Irtude~
e
In), ..
" truccion que pide su sagrado ministerio, pues que son los inspectore¡
" e institutore!i morales que deben combatir los vicios, oríjen funesto
" de los crímenes: 2° Que desgraciadamente el gobierno espanol ha" bia descuidado esta parte de sus obligaciones, i por lo mismo el
•
H
clero nunca pudo sustraerse del ominoso inRujo de las institucionei
" opresivª-s de Madrid; i 3° Que en fuerza de estas razones i por el inH flujo que tienen los sacerdotes
en la direceian de las almas, Colomf, bia se halla en la imperiosa necesidad de promover la ilustracion i 1a
~ ., regularidad de costumbres de los 9.ue aspiren al ministerio del altar &<1.'~
El venerable Señor Caycedo, Prolr'isor entónees, i mas tarde Arzobispo
de Bogotá, se consagró con un celo verd::tderamente evanjélico al establecimiento del Seminario, ausiliándolo con las pingües rentas de que
~ enlónces disfrutaba la mitra; pero muerto este ilustre prelado en 1832,
Adecayó notablemente el establecimiento i la leji,latura granadina adZjudicó el convento de Capuchinos al Colejio de la Merced.
Animado el Señor Arzobispo Mosq uera de los nobles sentimIentos de los lejisladores de Colombia, no omitió paso ni medio alguno
con el fin de restablecer el Seminario_ Impresas corren las repl'esenidciones que dirijió al Congreso i al Gobierno manifestando los derec hos inconcusos que tenia-el clero a un local propio en donde recibiesen,
bajo la direccion del prelado; una educacion especial los aspirantes
a l sacerdocio, como respectivamente la reciben Jos que han de seguir
) la carrera de las armas, de la medicina &c. hasta que en 1840,
\ ( no 41, como dice el aturdido folletista,) se le hiro justicia, dando
~ .existencia propia al Seminario j proveyéndole de local, no como
{{ gracia, sino como restitucion de lo que le correspondia por antiguos
i sagrados títulos.
Nadie ignora, ni el follestista mismo, el celo i la infatigable actividad con que se consagró el Arzobispo al establecimiento del Ser minario. Ahi está completamente reedificado el local que se le dIO;
I ahi está la casa contigua que hizo edificar, ahi están todos 105 objeto~
materiales que desmienten al foUetista i su~ aparceros, ¡dan testimonio de la liberalidad con que el ilustrado j be~6co Prelado JOVlftlÓ
t ~ uanto tuvo i adquirió para que huvlese un plantel en donde se ilustral !:1cn i regularizasen su::; (:oHumbre~ los que aspira~en al mini!<terio del
l.
?
1I
~ltar, (!Qmo decta el Congreso de Colombia. A todo atendla
todq
lo dirijia por 51 mismo, desde presidir los actos literarios i dar lecciones ue varios ramo~, hasta entender en la asistencia i limpieza de los
niños. Mas tade,por un principio de órden i aun de moralidad, se dividió
el Seminario en dos secciones separadas, dándose,en la una,lecciones de
literatura, filosooa mtelectual, de fisica i matemáticas, de cuyas enseiianzas participaLan a poco precio los alumnos internos i gratuitamente los esternos, cualquiera que fuese la carrera o profesion a que mas
tarde quisiesen dedicarse; i enseñándose, en la otra, las ciencias
eclesiásticas i todas aquellas cosas indispensables para formar un sacerdote de Jc~us, no un sacerqote del paganismo. ¿Q uiere saberse cuales
fueron los frutos del ilustrado celo del Prelado en el corto tiempo que
duró el Seminario? Ahi están lo¡s Doctores Lizarralde, Boada) Mas) ~
Rueda, Cruz) Górnez, Barreta, Pineros, Arbelais, Bnenaventura, 1.
Acevedo, Navarro i otros muchos que) habiendo recibido alH su
educacion i obtellldo las sagradas órdenes, son hoi nuestro orgullo I la esperanza de que reemplazarán dignamente a los i1us. ~
tres sacerdo.tes formados en mejores tiempos i bajo mejores auspiCIOS.
Con esos monumentos vi,'os, con hechos ciertos, con obras tanjibles es que se responde a la hostigante vocingleria de la charlataneria i de la calumnia: Operibus o'edite, En lugar de decir, pu~s,
que nada ha hecho por su clero i por su grei e~ venerable proscrito, j
que del Sernlllario no saliel'OD sino E~dito!...!!.la violeta, como audaz·
mente dice el folletista a la pájina 45, ¿no deberá deCirse en justicia
j buena lójica: "El Anobispo Mosquera estableció un colej io en que)
s.e formaban . buenos ministros del Santuario ¡los ninos pobres rccibi~1).J
una sana educacion, I el Socialismo demagójico Jo deslruyó?
I
II l.
P .... ~TORAL
~OBRE
E:STUDI0~
CA}fONI(;OS.
Para poner en duda la ortodojia del Señor Arwbispo i hacerle
pasal por inconsecuente en sus principios, le hace cargo el folletista
de haber autorizado la ens~aoz'!. del Derecho Canónico por Cavala,io, obra condenada por la SaDta Sede. La verdad de lo sucedido rué
cUlJlO sIgue, Hablan proyectado los Doctores Estanislao Vergara i
-
.
12
J osé Duque Gómez acomodar un curso de Derecho Canónico para
el colejio del Rosario, compuesto del derecho público eclesiástico de
Lackis, de las instituciones de Cavalario, de un Resúmen de las prue, bas de la verdad de la relijion cristiana, i de una Historia de los con\ cilios ecuménicos, traduciendo dellatin la primera obra, ¡del (ranees
(t la última, j haciéndole algunas anotaciones relativamente a la disciplina de la Iglesia granadina; i para ello hablaron con el Señor Arzobispo
quien les aprobó el proyecto j les ofreció ayudar en la empresa, sobre
todo en la eorreceion del Cavalario. ConcIuyóse la impresioD de la obra ,
i junto con ella se publicó una instruccion past01'al del Prelado, fe.
ch. 29 de Setiembre de 1837, en l. c11.1 se encuentra el siguiente
trozo: "Afeaban el texto orijinal de las instituciones de Cavalario algunas
H invectivas i proposiciones poco meditadas, en que dejó correr su pluma
el autor de una manera impropia de un eclesiástico ........ Pero
u han desaparecido estos defectos en el curso de Derecho Canónico
H que acaba de publicarse, i él presenta desde luego a la juventud nn
(t compendio de elementos ortodojos de la facultad."
Apesar de esta esplicacion no faltó quien, por celo demasiado escrupuloso,censurase la conducta del Señor Arzobispo por haber aprobado
¡l. publicacion del e.valario, Entónces los Doctores Vergar. i Du·
t que publicaron bajo su jirma, un cuaderno titulado "DEFE~S/t. de la
pastoral sobre estudios canónicos," obra bien escrita i llena de erudicion
). que tap6 la boca a los censores. En ella se encuentra el siguiente pár, r.fo, "E;;pre¿dió (el Arzobispo) con uno de nosotros correjirl. (la obra
u de Cavalario), no solo reformando las inexactitudes e infidelidades de
H
la version, sino quitando del texto orijinal, las invectivas i proposicioH nes poco meditadas en
que dejó correr su pluma el autor de una
H
manera impropia de un ec1esiástico; i así la obra ha quedado puri"ticada aun de .quellos defectos que no h.bi.n impedido su libre
" curso en España. ¿I puede ser esto reprensible en un prelado? Todo lo contrario, es laudable i digno de elojio: los hombres sensatos e
(( imparciales lo conocerán asi: ellos apreciará. en su justo valor la cen·
H sura que hacen las Refiecciones a un hecho como este, en que aparece
cuánta es la solicitud, i cuá.lla ,'ijilancia de este prelado en mate·
rias de esta clase, cu~ndo ha creido conveniente suprimir las Invectj ..
\'as i proposiciones que aw¿.la in'lUt!tcion dI! España i las congrega(f
1(
H
l.
11
"elOlles de Roma 110 creyeron censurables."
Tan lejos estaba ti Señor Arzobispo de opinar en 1837,de diferenle
manera de lo que opina hoi, que en su citada instruccion pastoral se
encuentran los mismos pensamientos1 las mismas convicciones, el mismo
valor que le ha conducIdo al destierro. Despues de hablar con la mas
completa improuacion de las obras de Villallueva i de Tamburini, d. las
ltbertades de la Iglesia Española en ambos mundos, i de otro:'31ibros con
que a1gunos emigrados españoles en Lóndres, obsequiaron a las repúblicas Hispano-americanas, dice el ilustre prelado lo siguiente: "Pero
u
cuando esos escritor('s venales prostituyeron sus plumas a la exal-
" tada imajinacion de un enemigo dl3 la [glesia, escribiendo j tradu,. ciendo tales obras; sin duda formaron el mas ruin concepto de los
~
\t
.. amencanos, doctrinándonos como a quien ni ama ni conoce su reli01 jion. Xo:
no s~esconoc id~s en tre nosoboslasciencias eclesiásticas;
" 10 serian, si prevaJeciera el espíritu que animaba sus plumas; pero el
H catolicismo americano tiene mui profundas raíces
para que puedan
" ser arrancadas por los esfuerzos impotentes de los enemigos de la
" Cátedra de San Pedro; ántes correrá a torrentes nuestra sangre,(
.( que esquivar nuestra cerviz al yugo santo de la madre i maest1 a(
0
.. de úzs '9lesUJ.s; yugo espiritual que solo afecta nuestras almas, de" jaudo en libertad nuestros intereses temporales; yugo de esperanza.
" j de inmortalidad; yugo necesario, sin cuya suave presion la salva" clon DO es posible."
No puede decir mas un Obispo católico que se enorgullece de
su inviolable adhesion i profundo respeto al Vicario de Jesucristo, ni
puede darse una respuesta mas perentoria a quien , con diabólica ma-f
lignidad i juzgando por sus propios hechos, quisiera arrebatarle hasta)
el amor de los católicos que le acompaña en su destierro .
n.
CUSTODIA
DI. SAN
CAR.LO~.
Existia en la Iglesia del monasterio de la Enseñanza de esta <capital una custodia que fué de los Jesuitas espulsados en 1767. 1
Un estranjero llamado Juan FranCISCo Arganil, denunció en 1836 esta alhOJa preciosa.como propiedad nacional, i pidió se le adjudica~.
14
-
pago de (lo=Cumentos de denda públtca COII anf"!?;lo a ('ielt;:¡ ~ dl " p oS H'1O
!l'e s que;1 la saz~ Tejían. La autoridad públicn di"IHI I :. o (111(' 'iC cl er o
si fase la cusloJia en la tesoreria de Hacienda mientras ~c an -' rigll d
ha a quién pertenecia; pero el día en que iba a ejecutarse esta ¡HOVld f' u cia, se formó una asonada en la calle de la Enst'ñanza ron el fin de
__
_
eento
_
impetlir su cumplimiento, i las cosas
habrian tenido
un :"::tnOTl
--
-
-
de~enlace sin la paternal me~acion <lel Arzobispo i la prudcnte enerjl3
del Gobernador D~rentino González. El tumuh¿--se apacignn-;l
•,dia siguiente, habiéndose quitado préviarncnte por el capellan la h05tia eucarística de la custodia, fué encajonada esta i rnvueltí\ en Hna es~ pecie de chal i entregarla por las monjas al Señor Valerio M. Ricaurte
Jempleado de hacienda, qUIen la di6 a su criada p:lra ql1e la condll~
jese. Algunos di.s despues se p,'es'ent6 el ClIT' deJa Catedral DI
Domingo A. Riafío, al juez competente, comprobando qtle la alhaj3.
sagrada pertenecia a la Iglesia parroquial; i desplles de un largo
pleito en que empleó su celo activo i no poco dinero, obtuvo sentencias favorables en todas las instancias del juicio petitorio, i no simple
~\estitlltiOn in integrum, éorno disparatadamente dice el folletista, ¡que
es cosa lmJi diferente en el lénguaje jurídico. El buen éxito del nego..cio se debió en gran parte al Senor Arzobispo que personalmente solicitó, buscó i encontró los títulos de propiedad de la cu stodia en fa·
vor de l. Iglesia parroquial.
Tales son, en resumen, los hechos relativos al asunto, H Custodia.
de San Carlos;" hechos que son públicos i notorios· en esta capital i
,algunos de ellos constan de autos. Veamos cómo 105 refiere el fofletista.
" Fué ent6nces, dice, que se vió salir al Arzobispo al simple reH querimiento
que en· persona le hizo el tesorsro, salir, decimos,
"de su palacio, entrar en la Iglesia de la Enseñanza, l sin conmo·
verse por la afliccion del pueblo i aun rechazando ásperamente las
, "lágrimas l las súplicas de las personas piadosas, entregar por sus
J. " propias manos la custodia que estaba ya sobre el altar sin el sacra
,,: mento; la que fué botada en un costal i en este indecente envoltorio
'1 " la condujo en sus hombros una simple criada del monasterio a la:
tesorería; circunstancias todas vergonzosas i degradantes para el Ar·
zobispo de Bogotá."
-
J,.
4
V,
lu
:;,
¿ T cual e~ el objeto, se pl'eguntará, ('on qu e el foll e-tista trae f
cuenta un suceso ya olvidado, i lo desfigura con tanta impudencia ?
Para hacer odioso al Prelado, aun a los ojos de la jente mas sencilla ~
que no juzga SinO por las impresiones de los sentidos. Con tan perverso
fin i para presentar un contraste ingrato, es que cita en seguida el-'
pasaje de San Ambrosio, que no quiso entregar un templo para el !
culto de los arrianos, a pesar de las órdenes del emperador Valentitiniano; caso enteramente diverso del de la custodia, porque, ni
aquí habia arrianos o cosa parecida, ni se iba a dar una cosa
del culto católico para servicio de los herejes, sino simplemente se \
trataba de un dep6sito que en nada perjudicaba los derechos de la
Iglesia. ¿Qué se diria si el Señor Arzobispo, o el Provisor, o el capellan
l
de la Enseñanza, se hubiesen resistido a cumplir una órden de la
autoridad civil en negocio de SI' competencia? Las citas, las alharacas,
los aspavientos no habrian tenido medida: palos porque bogas, palos
porque no bogas.
v.
T ll A!)T OR'N0 5
POLITI CO S
DE
1840
1
18-11.
Con pena positiva voi a tocar los aconteccimientos de 1840 i 41 ,
-
f'poca luctuosa que nunca quisiera menCionar déspues de haber contribuido con mi voz i con mi voto, como Vicepresidente de la Reru1blica, a la
-
-
.
es~dicion del decreto de olvido de 10 de enero de 1849; pero el impr;'
--
- -
-
-
dente i obcecado folletista, en vez de contribuir a restañar la sangre de
las heridas de la patria, se complace en restregar las que se iban
cicatrizando: evoca nominalmente los manes ele las víctimas inmoladas
en esa desgraciada contienda: hace hablar los campos en que tu vIeron lugar nuestras batallas fratricidas: esclama, se :¡dmira, interroga, pone puntos suspensivos, 1 LA PLUMA SE LE CA'NS4. No hai
remedio, es prrciso contestarle.
•
En aquellos años estaba yo ausente de la N ueva. Granada.
i aunque esta circunstancia me priva de la ventaja de hablar de
los sucesos
POL CI~
pro~a,
me coloca por otra parte
buena posicion para juzgarlos hoi con imparcoalidad,
SID
par de los crueles resentimientos que acompañan, aun
de largos años, a
105
en
particIdespue~
que de cualquier manera han figurado ero
16
las guerras 1Iltestioas. Escribo para los hombrefi cuyo cora20n no adulterado por las pasiones 1 ni corrompido por los vicios, tiene una cor'l'espondencia tollina ca";} su razoo; mas nó para aquellos que, con-
¡
fundiendo adrede loshechos e invocando en su ausilio las pasiones
i los intereses, reviven los ódios, renuevan las lágrimas i alejan la
esperanza de llegar a bonancibles tiempos.
A ~ro pueden reducirse los c.:.rgos plillcipales que se hacen
¡al Arzobispo con motivo de los acontecimientos de 40 i 41: 1° babar
I {ome~ tado la guerra civil_ decidiéndose catorosamente por un
partido
entusi~sm~nd~o con sus exhortaciones; 2.° haber hecho sacar en
landas la imajen de Jesus eñprocesion, haberla puesto a laTabeza
,
'-~-"--r
del... ejército que reclutó I armó, i haber hecho guerra de relijion una
contienda, cuyo éxito solo interesaba a los Mosqueras: 3° no haber
in terpuesto -;i hecho va:rer la influencia de 'su alta digmdad i sus re~
laciOñeS con los jefes I mandatarios del partido der Gobierno en fa-Yor de los disidentes; i 4° no haber contestado nt contradicho estos
ti
-
-
-
-
carg~e se le hicieron por la imprenta) de~dose con- esto,
.
-
ca nvicto i confeso.-Los contestaré por el mismo órden en que Jos
he clasificado.
l° Cuando, en octuhre de 1840, la ciudad de Bogotá fué intiT mada de saquéo por el jefe de las tropas que la invadían, pudo i
debió el.Arzobispo exhortar al pueblo a la defenoa de sus bogares i
famili ••. Asi lo han hecho los mas recomendables obispos de todos
tiempos en circunstancias semejantes: L~ guerr!! de sa2uéo es "peor
que la guerra a mue~ porque en esta se quita la vida a los prisioneros; pero se respetan las poblaciones pad6cas; mientras que en
aquella, nada se libra de las violencias de una soldadesca desenfrenada. Es como la guerra contra bárbaros en que todos los habitante.
del pals deben tornar las armas, hasta los clérigos i los estranjeros
, t"anseuntes. Pues bien) apesar de aquella intirnacion, que es un hecho
histórico, i apesar de la exactitud de estos principios que son incon~
trovertibles, no hizo el Arzobisp~las exhor~Ges i are~ Jlue se
le atribuyen. Oigamos a un testigo intachable; El H6zar de Buenavista, cuyo autor se dijo ser el Dr. Saavedra, i que en 1a pájina 24,
I número 6° d. 24 de Diciembre de 1840, esplica todo lo que sobre
el particular sucedió en esa época acJaga.
'1 -----
•
17
.. El SI . Ar zolJlspO.
t.; ~t:
PLCIaUO a qUi en 1all justalllt!nte respetal " mos I de todo coraw lI quere mos los lJ~gotanos, por sus grand
es vir"lude s i talent os e irrepre nsihle condu cta, pasaba por la casa de
la
I ·'Gob ern.ci on el 28 del pasado Oetub re a las 12 del dia, a tiemp
o
u que !!lE> rerib'ian las notici as de la
heroic a jOl:nada de la Culeb rera,
la curios idad natura l a tamañ os suces os, lo movio a entrar
a
'''imp oners e de ellos, en Illedio. dE: las aclam acion es de su
pu'~blo ,
"que digan lo que se quiera , am,\ a los Mosq ueras. Cuan do
el Señor
Arzob ispo hubo subido , el Sr. Jefe Políti co, enlón ces encar gado
Uf>
('la I~ Gobernacion, anunciaba al público desde el balcon lo ocurri
do;
llpero como Sll voz es débil i se repica ban las camp anas, no padia
,Pír"sele nada, i fué neces ario u-;-el Prelad o r~tie se con voz
fuerte I
("son ora, lo que se habia dicho para que pudi:, :e perci~rse~
He aquí
IUtod o lo que hubo; lo que ha dado lugar a las pícara s terjive
rsacio <lnes del Sema nario núme ro 91, i lo que vió toda la ciuda d:'
Poste riorm ente, habié ndose repeti do el cargo en 1849, uno
de
nuestr os mejor os periódico<:, volvió a esplic8r mas circun stanci
adamente el hecho , del modo siguie nte:
te Entre la much as calum nias, inven
tadas para conci tar el odio
u públic o contr a el ilustre prelad o, ha repeti
do uno de esos papel es
"rabio sos la siguie nte: Supon e que cuand o los rebeld es .,gue
capita ., ne!ba Manu el González,..!2.,eron _b~tidos por el valien te Nei~
n la!
ce Culeb rera, al llegar la notici a a esta ciuda
d, el señor Mosq uera
" a:-cngó al puebl o, mostr~ndo odio i saña contra los facci~
sos, eso presaJldo conce ptos san[u inario s. Tal hecho ~s entera mente falso,
i
u no ha habid o otra cosa que lo que
vamos a referir. La pobla cion
« de Bogo tá, que tcmia ser sorprendid~ i entreg
ada al saqué o por él.. . .
"Gon zález , estaba en ~quellos dja~ notab lemen te ajitad a; al
verse,
" dos perso nas conoc idas en l::t calle, ántcs de saluda rse se pregu
nta·
"ban , ¿ qué hai? i el que recibia algun a noticia. corria a
comu ni.. carla a sus amigos. Al tiempo que el J?;:..Alejo L.to~lIe trajo
el
" parte de la victoroa, entrab a al Despacho de~obcrnacion, bajab
a
ti el
Se-fior .ArzoLi~po ri~su rasa ácia la Cated ral; encont~ e~
la
"eiTTe ron los Señ~re::. Jo:se l\Ianu el Re~tre'po_ i Fran~isGQ, Mont oya,
"que le dijeron, qlle alguna ;;otTci. grave ha'bia llegado, porqu
e' la
u jentc eorria dria la Gober nacio n;
1 le instar on pam ql1e fuese ron
2
7
,"¡
f'
•
18
ti
ellos a informarse de lo que habiíl sucedido. Entraron a la salol Jc,; ~
despacho en donde encontraron al G;?bernador Dr. Andfes Aguilar , \
H que
ac~baba de recibir la :Oticia. e iba a comunicarla al pu~lo ("
H reunido en
la plaza. El Señor Aguilar estaba mui constipado; i I
"aunque desde la ven~f\,a' de su despaC"fi"O' repetía la notICIl't, e~
pueblo no podia oírlo i daba gritos: entónces el m!smo Señor Aglli-'
" lar· suplicó al Señor Arzobispo, que est~ba allí cerca con otros v;;r;;s ~
"sujetos,....9. ue dijese ~leblo lo oc;;Tdo, porque su voz seria oída
II
CI
l
ma; facilrnente; en consecuencia;¡ S-eoo..:.~quera se colo~ en
, n la veñfana i dijo al pueblo que estaba en la plaza: u El Señor)
\ " Gohernador acaba de recibir el parte d~ haber sitio completa~nte
"de;;'otadas las tropas de Gonzalez, por el Coronel Neira en la .C uH lebrera."
N;da mas dijo, e inútil habria sido otra cosa, porque no'
H habria habido quíen la escuchase; pues al oír aquellas palabras, 1I1l ~
I l grito simultáneo de alegria
atronó la ciudad, i todos corrieron :l co(
to municar la
noticia, enajenados de entusiasmo i <k placer. ,Ahí es·
tán los Señores Aguilar, Restrepo, Montoya i otros muchos que
" pueden justificar la es actitud de esta relacion,"
He procurado informarme con personas respetables de ambos par·
tidos, he recorrido los números de la Gaceta oficial, de El Dia, de
El Húzar de Buenavista i los otros papeles que se publicaron e u
' aquel tiempo, i no he descubierto que, fuera de la ocasion espresada,
hubiese hablado al pueblo el Señor Arzobispo, O predicado serrilon o
plática alguna, como lo hicieron muchos de 'Jos que hoi adulan al poaer.
S; el folletista sabe otros hechos en comprobacion del cargo, lo ¡nter-'
pelo a que los especifique,~ citando los lugares en que sl1cedier~n i las
~rsonas que los presenciaron, sin apelar á vagas jeneralidades ni a
declamaciones oratorias que a nada conducen cuando se trata de la
Tho nra de un Prelado i de suministrar materiales a los q_u e t!scriban
nuestra historia. En cl,anta al caso que tuvo lugar en la Gobernacion, él nada prueba en contra del Arzobispo, i su esactitud se apoya
en el testimonio de tres personas fidedignas, los señores Restrepo,
1 Montoya i Aguilar que están vivos i residen tu esta cludad, a quienes se puede interrogar, lo mismo que a otras mnchas personas que
se hallaron presentes.
2. o Que en Lima se hubiese publicado por la prensa la especie
)
H
-
(1
~
I
,
19
;ihsur da de que el_J-\rl.obislio distrib uyo armas al puebl o, levant
ó un '
ejército i puso a s~ cabez a a Jesus Nazar eno, i que con este
ejército
fué rechazada la p;que ñafue rza socorrana que imprudentemente
se
habUt adelantado, nO es cosa que deba estrañ arse much o, ya porqu
e
a la distan cia se adulte ran i desfig uran los hecho s, ya porqu e
las lja~
<:¡iones, cuand o tales es<'ritos fueron public ados, s~ hallab an en
su ma~
yor efervescencia; pero que hOI se reproduzca, apoye i elojie esa miserable especie ~n la ciuda d de Bogotá, t~atro de los acontecimientos,
i delan te de la pobl.c ion que desmi ente al folletista, es proce der
que
no tiene epítetos con que calificarse.
Pocos serán los que ignoren en la Repúb lica que quien uespe rtó
•
cI.;sp íritu público en esta ciuda d i derrotó con un pufi;UO
de va- ~ : ..~~
l¡entes a las fuerzas que la ataca ban, fué el Coronel Juan José Neira .......
.
Despues de~nfo de la Culelirera, fué que se pensó sériamente
en
una defensa que ántes se creía imposible: entónces fué cuand o,
a la
ntiti('ia deuo a nue~a invasion, se hicieron fosos ¡trinc heras , i se
tras.
ladó el armam ento del párqu e al Colejio de San Barto lomé. Ve.m
os
como reflere estos hecho s El Dia del 3 de diciembre de 1840,
i si se
hace mencion algun a del Arzobispo, como se habria hecho i con grandes elojios, si hubiese tenido la parte que se le atribuye. Dice así:
•
.. Acordó el Gobie rno la medid a de tr.sla
dar el parqu e al centrd
" de la ciuda d, i construir algun as forti6caciones que defendiestn
la~
" ocho manzanas que rodean la plaza mayor. ¿Quién llamó en estos
H momentos la masa entera de
la poblacion a dar cumplimiento a
" estas medidae? hombres, mujeres, niños, ancianos, clérigos seCUl
ares ]
" i regulares se presentaron a trasladar los cañones, fusiles i munic
io" Des, i ántes de cuatro horas el parque estuvo en el local design
ado.
H
El órden reinaba por todas partes, i el silencio con que se efectuaba
" 88~bajO, inspirab~respeto relijioso a la virtud; i el senti
.
• 1 mient o que seguia aquel movir
numto popularj quien al ver jóvenes de
" 7 a 8 afios correr con la carga de un fllsil superior a sus fuerzas)
al
ver d~maa delicadas conducir a la v~~ tres í aun ~uatro fusiles, mil"
l. dte. tIerna s llevan do de un lado su
hIJo de """ho I en el otro el ins.
I " trume ntG de muert e. ancianos a quienes
daba fuerzas i vigor esa
" llama celestial del patriotismo que encen dia en sus venas casi hela·
1• 'u das por 108 años; quién al conte mplar estas escenas, sinti6 COITt";
-
-
-
"
r
- ,
"'''
20
"por sus mejillas lágrimas Je
,¡
fuego al pensar
t:IJ
tCl'llUl'a, I
qUI~1I las si ntió cm n:r
las calamidades de la patria preparadas pOi
Jt'
1,1
" ambician criminal de hijos parricidas.
" Concluida la traslacian del parque se presentan las muj t:: res a
11
lener parte en la consll'uccion de las trincheras i apertura de 108
,( fosos; pero los hombres no admitieron s u cooperacion, porque no era
\1
(j
necesaria. El día no se terminó sin qu e se hubiese n t~mbien lermi nado todos los trabajos acorch.dos para la defensa . Dos mil hom-
bres armados encerraba la plaza; lodos los punto!; que exijian al.
" guna custodia estaban guardado~; se esperaba el día de un combate como el di. de una gran fiesta, i los que se hallaban por fllera, se
H prometían manifestar su patriotismo i su valor de un modo mas efi·
ff caz:
nada eallsaba un sentimiento dE' pesar, sino que las horóa5
H que capitaneaban Farfan i González, desistieran de su marcha a Id
(, capital."
H
•
"
r
Verdad es queen aquellos t~empos los padre~ de San Agustin
:' sacaron éit co-ncunida ¡solemne procesion a Jesus Nazare!!o, ¡que
: durante ella hubo prédicas i exhOl taciones: mas nada de esto se hizo
I
-
por órdenes o a insinuaciones, o siquiera con asistenci';-del Arzol:Jspo.
La poblacion de Bogili recoruaba que, cllando en lo!\ años ile 1812 i
1813 las provincias federadas del norte hicieron la guerra a esta ciu~ad, J esl1s Nazareno había sido su patrono: que entónces el nombre
de Jesus era el distintivo de todas las edades, sexos i profesion es, i
que asu especial patrocinio se debió al t riunfo deL!) DE L'S'ERO, ruvo
escudofue colocado e;-la banta imájcn. Este recuerdo, esta fe de 11n
pu eblo relijioso hi cieron que se pusiese bajo la protcc<:lOn del divino
Salvador , en circunstancias identicas. a las de aq.ue ll os hem,,:,s, . en 108
c uales el Señor ~losquera era un simple estudiante de lallnldad en
Popayan . Lo sucedido en 1840 fué una fiel reproduccion de lo succdldo en 1813: el mismo pueblo, la misma piedad, el mismo fCf\'or,
lo:::. mismos resultados, todo ha sido lójieo I coherente. En ningllna df
las dos épocas se ha pensado en hater guerra de nr.L1JION una gucr-.
ra de política, a no ser que se (Tea que las cuestione~ se dcsvlrtuan
cuando en sus conflIctos ímplortt el hnmbr(:. el aUXilio de h~ Divinidad
En cuanto a e~o (le que ~ ha pretendido establecer la dominacion
¡de 10b .Mosqueras en Nueva Granada. t'~ lma bll po~lclOn mcr l]lIin ' 'I.
f
21
I v l1l~a.r q~e no puede a(~mlti~scl .,in ::;u~onel al .lnIS~ll?
tiemp o)'
que el Arzobispo es uu estúpi do J lo ~ grana.dmos unos IIUbecl\es,
cosas [
iJmbas que yo rechazo con desprecio. En el ó¡dcn físico, como
en el
OI'den moraJ, hai verda des que no neces itan de probarse: -'la
evide n('H\ se muest ra, pero no se demue s t ra. "
3'"' Esten dido el alzam iento revolu cionar io a casi todas las pro~
nneia s de la República; erijiéndose muchas de ellas en estados
sobera~
nos e indep endie ntes; obran do sus caudi llos COn indep enden cia.
j siempre resuel tos a hacer triunf ar su causa , .\ reserva de despe dazar se
mas ·
tarde unos con otros; desencadenadas las pasiones i exaltados
lo!) •
•tnimos por todas partes , la Nuera Grana da presen taba la verda
dera
lIu:\jcn del cáos. No habia en ella~, ni pOl.lia haber una voz
bas
tante fuerte para hacer se oir, ni basta nte influyente para ser atend
i
(....l.
Los pocos hombres que, por bonda d natura l o por no haber se
adhui do ciega mente a un partid o, querian aplaca l i disminuir los
hOrl'04
ff':, de la guerra , ~e limita ban a desem peñal
el oficio de inleJ'cesore~
renun ciana o al de medladores. Estas circun stanci as trazab an
a un
4
4
f)1>ispo la linea de conducta que debia seguir,. abogar por los intere
-
~:!.s
de la huma nidad t: impedir, en lo posible, que los males de la época
pesasen mUl duram ente sable Jos objeto s i personas sujetas a su
auto· t
I
idad: esto fué exactamente lo que hizo el Seüor Arzobispo Mosquera.
Esto! informado, no por boca de este Señor , silla por los mis-
que recibieron sus favores o por los hombres que eu aquel la
rpoca figura uan, eJe los oficios gue cntón~racticó en favor
de ~s
,'cnCldos. Para muchos solicitó I obtuv o cump lido indult o. a
algunos salvó la vida, i a no pocos hizo atenu ar i disllHnulr sus
penas .
Todos estos oficios los ejercIó el filantrópico Prela do sin 1uido
i sin
ostcn taclon , porqu e el no es de aquel10s hombres vanidoso~ i meng
uados (¡ue, a falta dc mérito propiO. quieren rel.omendarse hacien do
alarde de una nun protec cion, ni nunca ha preten dido, como tampo
co
10 preten do yo, public ar los ~omhrcs de las peuon as que Ei~
licron
Jos efectos de 5U bonda d. ¿QUIere sabers e en que se diHin gue
plillmO$
\
e.palmeote el verdw ro nislIano del tartufo • uel hil>Óc,·ita, la pe;.
sana men educa da, rlc la que ningu na enanz a ha tel1ido, el
hombre.
dc pecho JloLle
tudas
I J~neI'OSO,
1 plcbcyos~
Obsénc;>sc
del
lUlO
tOIUO
que abllga sentimii.,:uto
se pIC:'-t.\ un St'l\ Itlll , ro
busCOmo
22
el prolec tor
.~ hace un favor o una gracia ; i cuand o se viere que
(.o
esto
benef actor public a el beneficio, hace alarde de el i humil la con
fal so
al protejido. se puede concl uir con toda segur itlad, que ese
debe
protec tor es un miserable digno de nuestr o desprecio, en quien
gos.
mirarse no un amigo , sino el mas víl i dañin o de los enemi
Sin emba rgo, hai hecho s que por haber sido materia de resoa
l ucioues gubel'llativas o de proce dimie ntos jlH.liciales, hall vellido
~I se
ser del dominio público i puede n ser record ados, espec ialme nte
rito.
trata, no de elevar a un homb re, sino de defen der a un prosc
De esta especie es el que voi a referir .
e
Una lei esped ida en aquel los dias de exalta cion, dispus o qu
M del
lo!., indult os conce didos a los dis.identes, asi los llamo yo despur
condecre to- de olvido, n"O comp rendie sen la perdid a del desti n;:-¡gl'O
secue ncia de esta disposicion fué privado de su curato de Rione
quia
el Presb itero E. Anton io Abad , por auto del Obispo de Alltio
tro enDr, Góme z Plata , i la Corte Supre ma, de que yo era minis
z, detónce s con mi distin guido amigo , el Dr. Diego Ferna ndo Góme
Abad
claró leg.l el proce dimie nto del Obisp o, por cuant o al presbitero
cion.
habia acept ado indult o por sus comp romet imien tos en la revolu
aquel
El Dr. Juan N. Azuero se encon tró en el mismo caso que
naba
Presb ítero; pero era cura de la arquidiócesis i a esta la gober
la cosa
el Señor Mosq uera. ¿Perd ió su beneficio. O se le molestó en
el Dr .
lilas trivial? No daré yo la respu esta, que la dará cump lida
testiAzuer o, cuyos sentim ientos caball erosos dar~n sobre esto un
rommonio en justit ia. Algun dia se sabrá que el Señor Arzobispo
e pro; ¡¡ PiÓ una carta que habria bastad o para senten ciar un célebr
1
.
-
~
.•. _ ..
4.° Yo no sé que en este siglo se haya hecho cargo a un homno es
bre de mérito por no haber conte stado inepcias o calum nias, si
viajes;
al Abate Lacor daire tratad o desco rtezm ente en u,no de sus
n ha_
pero el orado r elocu ente respondió: "cuan do la llUrra de Balaa
hizo
bló ;';lIó el prof!:ta;" respu esta lleD' de talent o-:-de la cnal
o mio.
aplicacion con no méno s talent o, hace pocos dias, un jóven amig
Se neces ita que el homb re públir o tenga poca fé en la reeti
afa·
tud de su condu cta I eD la justic ia de sus conciudada..nos, para
la roanarse por satisfa cer las censu ras con que acibar an su Vida
c~so
.'
23
' lgl1ldad i la. cLl\·jdla. ELs ufrimiento
oe I ~
necedades. de lao; qu ejas
" aun de las calumnias. es una especie de gravámen de la ca rrera pÚ~ L e! ames que ojici? fl enen, muguer fagan derec ho , ~1l puede
~;r q~ non ganen mal quu~,. Ni en mi pajo; ni fu er~ de él he
,isto qu e las verdaderas notabilidades, sea políticas, militares o cele... iasticas, hayan escrito esos manifiestos, esas vin dicaciones, esos q,l
público imparcial i aun A LA POSTERIDAD, con. quejentes .mcdio
e res quitan el tiempo a la jente ocupada, ménos por esplicar un he·
e ho en que quizá narue habia hecho alto, que por hacer sonar Sll
nombre. Los libelos infam atorio~ jamas debe n contestarse, porque como decla el dul ce poeta 9henier:
La calomnie hOltore en sroyant qu' elle ouirag e.
A escepcion del caso en que haya ue vindicarse ante la alllo~
ndau o corporacion e ncargada de hacer efecti va la responsabilidad ,
debe abstenerse el emlJleado de entrar ..en polémicas i contestacioue!:. qu e d~~oran su carácter ig~al ándolo~n su adversario que quiza
(;5 un mise rable. Un silencio desdeñoso suele ser la mejor respuesta,
Ill~as que mas tarde, cuando ya las pasiones h~n calmado, puede
e l ofendido esplicar su co nducta de una manera jeneral i sin mencionar al ofensor, O los compatriotas le defienden i vindican. Siempre es de esperarse qu e el tiempo i la reflexion hagan justicia, por- !
que mas tarde Ó mas temprano tien e n su reaccion la </. buenas ideas,
los instintos jenerosos.
1 ¿qu e deberá decirse cuando los carg'os ~on tan evidentemente
absurdos i notoriamente falsos como los que reproduce el folletista? '
Haberlos contkstado, era suponer que habia alguna duda que' disi4
par, alguna creencia quc fortificar. Un ejemplo mas. Hablando ese
I escritor del Sefior Arzobispo, para concluir su párrafo a la foja 12,
dice asi: H i cual un hombre saturado con las doctrinas de Di4
•
"derot, Voltaire, D'Alembert .... con cuantas obras mas o méoos
"8ubve';-~ de la--concie~cia, i .9ue hubiesel!. siQo su preferente lec. ¡
"tura de tiempos atras hasta su:elevacioD, no halló tal vez una n¡e ..
"mona, -UD recuerdo d;-relijion ni de dignidad moral." jji El SeDor
Mosquera saturado con las doctrinas de Diderot i Voltaire!!! Él, cuya
fe pura, cuya piedad evanjélica, cuya conducta inmaculada eran oh.
jeto de admiraclOll en Popayan i Quito, en donde pasó los prime-
--
¡
-
2.
ros años de su vida. ¡Él, a quien durante' _11!.~$. A.e '2 5 <\IlQ:i lIO k
he oido sir¿~~Ii:l.bras~~3 pal a cdifican11C, instrUlnnc I com,ol . u
me! ¿Merecerá los honores de una conteslacion tan abominable, digo
mas que abominable, tan sacrílega cé!-lumnia~ Refiere Bo~uel en
HISTORIA DE LAS YARIACIONES, que L!;:1lCl'O ~ecia: el Papa esTá
su
, t~
i
1
lleno de demonios, que · los escupe con la saliva i los echa por
(.as1 narices al sonarse.
Nada contestó a estas frases Paulo III qu e
_
era a quie-n se dirijian. ¿I quedaría por esto convicto
I
confeso de
¡ tan -peregrino cargo?
VI.
SUPUESTO INfOR)lE
CONTRA
EL A1lZ0filsro
•
A
ROMA .
Hai en la pájina 38 del folleto un p,mafo que exije le consagre especialmente dos lineas par~ contestarlo: dice asi : "Si d
" Arzobispo descansaba tranquilo en el testimonio de la publiciuad {IUl
"suponemos le favol'ecia, ¿porqué temió cu¡uldo supo que el Serial
"Internuncio Baluffi residente en esta capital, informaba a ROnla
H acma de la conducta dd
Al'zobispo en el, ;ño de 40? ¿Porqué fuÍ>
"que se perdió en ;;ta ;¡dministracion de correos el pliego del 8eñol
" Baluffi, lo que dió lugar a que el mismo St:ñor Baluffi, i su suceiOr
• "Don Nicolas Sayo, no enviasen por separado su correspondencia.
"como i.~ntes lo nacian, sino bajo la cubierta del ministro ingles ?"
A tan malignas preguntas yo conlesto:
lO Es FALSO que hubiese dirijido a Roma tal informe el Senol
Baluffi, á quieD se irroga una atroz injuria, tomando su nombre
para calumniar al Arzobispo. Aunque no tuviera, como tengo, prue- •
bas seglU'as para dar esta desmentida, bastábamc para ello el conoclnliento que me asiste de la circunspcccion i \'utudes de mi respetable amigo el Cardenal B.húli.
20) El pliego a- que se hace alusion l no se perdió tn la administracion de correos, i de ello puede dar testimonio el Sr. AntonLo G
M~que, administrador que era cntóncc. de la renta; ni en SIl es
travío tuvo parte directa ni indirecta, o la roenor C'omplicl(l;uJ, 9nt.nn~
1
I
dino alguno, m ningun súbdito briflmlCo,
3° De~do mucho ántcs dí' la pfrdlria {k e~t pliego, i.", tOlrC:i..
f'n ndcnci;:\ tic 1('1 Tnnriatnr¡:¡ ~r rliri.ua "
EUfOP:l
por JTlc(li" rlr J;l Lc~ -
clon
bntánll'.l,
1
de
f'sto
25
h'\l c.:onstauna
en
la-
i\' unClalllri:\ I
('H
Id'
Lega('iQ!\.
\'11.
'"Y.NID.\
DE
LOf;, J:t.SUll'A fi
A
l. t\
NUl:.v"
GitANADA .
"Jeslllt3S.
¡Cuántos f;rímenes en llllO solo! ...... este e::; el
(,R:U" CRDJE!Ii del Arzobispo de Bogola, i aquí quisiélamos, ('cmo
.. deseaba el poela latino (lEneld. 6'). p"a describir los horrores del
" IOflerno, tener cien bocas, cien lenguas, i Hna voz de sonido inmenso,"ILos hecho..:, se multiplican aqul de tal mallcra, i con tal rapidez
H se cruzall, S~
agolpan I anlQnlOlldn 106 recuerdos, las circunstancias,
.. los pen samientos; que no sabemo'i qué tomar ni qué dejar. " Al
leer ~ste rasgo, mitad teatral, mitad de pulpito, con que principia el
~n JI. pajina 12, el .;¡enÜlnlento de: indignacían cede el lugar al SCI)llmiento de lá~tima aC1.1 un energúmeno que, en su frenesí, ha fallado "la ,-erdad, no menos que a las reglas mas trivial~s de la de
•
\ cencia i del buen gusto. Los ~uitas forman ~asunto de gran pa.ltf>
del folleto para haccl r('caer sobre el Arzobispo de Bogotá, todos lo
-
-
cargos que !'c les han hecho en mas de dos siglos: en esta materia
t:~ q~ pavonea el escritor, os tcutandoUlla prestada i vulgaJ' er;,"lelO", I :.-obrt esos sacerdote:; es 9,!Je den ama toda su bilis en c¡
sentido i furioso lenguaje de un amante celoso. Voi a contestarle sin
cólera I sin amargura, con toda la sangre fria que dan el uso de mundo
j los penosos sufrimientos de una vida ajitada; i aunque no tenga la
presl.lncion de conveucerlo, porque H 110 hai peor sordo que el que no •
quiere oír," quedarame al méuos la salisfaccion de haber hablado con
Imparclahdild sobre un asunlo que se ha tratado entre nosotros por
"mbas parles con loda la exajeracion del espíritu de partido.
Hai en esta cuestioll dos puntos que cOfi\'iene examinal separd.damcnte~ a saber: la venida d(' los Jesultas a la Nucva Granada,
-
-
-
I
i el acto de
::ioU
llamamiento.
Que los Jesuitas han podIdo venir a la N ucva Granada lOme.
cualesquiera otlo~ indi\'iduos de la especie bumana, es un punto clul'
no puede (onllo\Crtirse sériamcntc. Desde que este país se indcpen. \
dll:o de la Esp ,na 1 abrio ;)us puellos a lodos IOb e~tfi.\HjclOs sin liml'
hlClon
Itlguna, 'l',cd,uon dj hecho ilbrogadab esas leyes de intoll'f'lll'
~ti
' g la i de prosclipclon :sancionaóas por la lnelrópo¡i. El pnllclplu de que
Hna disposicion jeneral uo deroga una especial sino
oe
una manera
espresa i terminante, no es apl icable cuando la tspecial cs odiosa o
contraria a la libertad, Las leyt.!s espafiolas que
prohib¡~1l
la entrada
de los moros i judios a estos paises, las que escluían de ser herederos
a los herejes, i otras semejantes, no han sido derogadas especial i terminantemente, i sin embargo ni el hombre ue l1I.a.s palurdo entendimiento puede sostener que están vijentes.
Al entrar hoi un estran-
¡
ero en el territorio granadino, nadie le pregunta bajo qué latitud ha
uacido, qué rel ijion profesa, qué oficio ejerce i qué vC$tido usa: lo
que se le e:xije es que obedezca las leyes i respete las autoridades,
Sobre estos principios se estableció la República, i en ellos se funda
su porvenir indu:Strial i comercial. Establézcanse los contrarios, i el
resultado será el Paraguai, bajo la dictadura del DI'. Francia, pero
Repúb!ka libre i soberana, eso
11Ó.
Mili bien sé que co~atriotas distinguidos so~tie~en que, ~ una
buena sociedad, no deben ser admitidos hombres como los Jesuitas,
difunden máximasinmorales, comprimen el jénio i la -intelijenciaJ
qu;
-
i estinguen los mas jenerosos sentimientos del cor..tzon, Adhuc sub
júdice lis est, yo les responderé; i no es esta la ocasion de controvertir una materia en que tan divididos están los mas grandes injenio¡;.,
.1 en
la cual, quiza aun el mismo folletista, (sin que por esto se cn-
r tienda
que es un grande injénio) no ha estado acorde consigo en las
-
diferentes faces o lunaciones de la vida.
.r a los
....
hechos, i ellos me dicen que
en los
Entretanto yo me atengo
Estados Unidos, Inglaterra,
Francia, Béljica i en las naciones mas cultas de Europa,
..,0
solo
es admitido el Jesuita, sino que se le considera, i se confía a su
ciencia i virtud, lli educacion de la juventud.
Pasando al hecho del llamamiento, diré francament.c que no
fueron conformes a mis opiniones los actos lejislativo i ejecutivo que
lo pecretaron: creí entónces. como creo todavía, que, habiendo triun-
fado el partido de órden i de lejitimidad de las facciones de 1840 i
-! 1, no debia traerse como elemento de conservacion un instituto pOr
ti cual no manifestaban simpatía muchos miembros de ese mismo
p::trtido: que siendo constante. que en ningun pal~ I lIIéno~ en las
Repúblicas hispano~a.mericallas, dura por
h.lrgo tiempo un partidú
/
27
el poder. era perjudicial, aun a los mismos Jesuitas, el hacer de ... .
pender ~lf. permanencia en la República, de la. duracion de los cOllser·
(;11
vacieres en el mando; i que por lo mismo, que esta órclen ha sido motivo i objeto de disputas i controversias en las naciones en que
han tenido una existencia legal, no deLJian vf>nir los Jesuita~ a 1..\
Nueva G rallada sino a la somb,-a de la tolerancia jeneral, como '
hall sido admitidos i existen en Jnglaterra, Francia i en los Estados 1
Unidos. Yo manifesté estas opiniones desde Quito, en donde me hallaba. entónces, i luego las repetí en Bogotá a mi regreso del Ecuador;
i por cierto que me valieron ágrias censuras de cierto círc ulo retró- (
grado i antipático que me ha juzgado con sobra de liviandad.
J
Sea de eslo lo que fuere, la verdad es que el Señor Arzobispo
IIP tuvo mas parte en la venida de Jos Jesuitas qu~ la que tuvie-
---.
-- -
-
-
.
ron otros muchos ciudadanos distinguidos, no solo de BOgOtil sino
de Antioquia i olras provincias, es decir. la de
ausiliarles en su marocha i pre~!arl~los ~ficios de Hna franca i cordial ho}pitalidad. El
Arzobispo tenia necesidad de profesores de idiomas, de física i matemáticas p:t.ra el Seminario, i por esta razon, no m~nos que por su alta
dignidad eclesiástica Qebia distinguir i favorecer unos sacerdotes que ha·
bian de '-prestarle ~a eficaz cooperacion en la egucacion de lo~ Ie.vitas;
pero ni fué miembro de las Cámaras lejislativas en 1842, ni tenia re~
lacion con los miembros de la administracion ejecutiva que dió el
decret'O(fe llamamiento, ni hizo solicitud ni jestion alguna con este
-
.
.
-
_
-
.
-
o!,jetoo E~ decreto lo espidió el Vicepresidente, jeneral Caicedo,~no
cargado del Po E, i lo autorizó el Secretario Doro Mariano Ospina, sujetos ambos de ideas i convicciones propias Por consiguiente
es" inexacta, injusta i a1!as~ada la a~cion de que el Arzobispo
.
-
-
fué la causa de la venida de los Jesuitas a la Nueva Granada.
--Cuando estos llegaron a Bogotá, acababa yo de partir para
Europa, i por esta razon ignoro los pormenores de su recibimiento,
habien40 sabido apénas que hubo entusiasw¡o, vivas i hosaona¡;, es
d~ 1.,. preludio~ de su crÜC~XiOD. Leyendoanora el folleto a que
contesto, encontré una nota en la pájina 20, en la cual se habla de
sermon d~ San Ignacio fundador de la Compañia, que p';dico
el Señor Doctor Saavedra, despues de la llegada de los Jesuitas, i
deseoso de Instruirme fondo de los hechos, quise evacuar la cita,
UII
a
•
28
Tcomo
he evacuado olras, para pouer Itabhu con conOCtfltLcltlo
l caUSa.
dI;.
U 11 amigo tuvo la bondad de franquearme cs¡\ obra maeblr,¡
de elocuencia sagrada. que como tal fué impresa l i en ella cncontrp
los sig'uientes rasgos notables.
"Esta ComJ>aJ\i~Lamas relajada, nunc~ desfallecida, siempre JÓ"ven, siempre vigorosa c~o-ellel ti~-mp~
Layola, que, lanzándose en
"el mnnd.9 _~o~~ un r~__~~fy~~caljenta i reanima, vivifica ¡abrasa,
d';
" iJumina_ í (!or:iende.
Hablo1 Señor~s, de la fecundidad qu e lo~ hijo.;
" de Ignác io dan al cielo, ya como misioneros de los pueblos, ya como
" maestros de la juventud; i aunque el
aSlIIllO
cs inagotable, voi a
4'compendiarlo ........... ... ......... Os parece, Señores, que al
"espresarme de esta manera, sea un mero cntusiasmo el que me
" arrebate; O porque hablo de lo que amo , tenga, mas parte en mi~a ­
-
" labras la parion que la verdad( Pucs oíd a Marcelo 11 , que dice:
--
'''que de¿de los apóstoles, nadie ha trabajado tanto en la cOB\'ersion
' ''d:, las almas, como los Jesuitas; a- Orggorio XV, 4uC e.!!.2!. hall
• "ganado mas almas para Dios, que el valo\' de los romanos ganó
,
-
-
----
" jentes al imperio; a Urbano VIll, que son incomparables en el es-
--
CCtablecimiento de la Iglesia;" a Clemente X{Ir ...•.. P ero no; aun" que sea tan respetable para un católico el juicio de b Silla Apos'j lólica, yo quiero que oigais testimonios de otra ("Ia~c. "Durante
. .,.----
t(s iet~ · aflOS q!:!-e he vivido con los Jesuitas, dice Voltaire, ¿qu~ lo
" que visto? ,La vida mas laboriosa i la mas frugal; todas las horas
•
CCrepmtidas entre los cuidados de n~estra educacion, i 108 ejer(;icio~
•
" d e su profesíon austera; millares de hombres cducado.; allí conmigo.
'1 10 testifican; estos _ son hombres que en Europa llevan la vid'l
"mas dura , i que van a buscar la muerte a las eshemidadc!' (le la
"Asi:t i de la América. " cCEI-Paraguai, 4irc Montcsquicu, puede
-
_.
Hdarnos ~ ejet,nplo de esta~institHciones !'.lIlgu(ar~1 hechas para
( . "formar los pueblos a la virtud."
"Las misiones, clice Buffon, han
"form;ao mas hombres en las nacioncs bárbaras, r:J!!.(: la<;: '1l1e han
.csujetado las arma" victoriosas de los prín('ipcs." No (emo avan"zar, ice Muratori, que la IgleSia Católica no tient- misinnc~ mac: flo
" rida~e~s qnc dirijen 105 Padrc& .Jcf;l1 ilas." " F.I nomhre dI"
tC Jc s uita ~ decia~ l
-
('éleh!'!' Lalaru::l,., mlcre!',",
" mi ento i mi~c ora7on :"
mi
.,. -r-
I ('onmu~\'c
f(·( 0I10(;l·
Carvalho I ('hni!:cul h::¡n ocstrllirlo la m-..s
29
"bella lIlslituClO1l dt: los homurt:s, con la que no es comparaLle ningun
Ha/ro eslablecimitmto s1(blu'fIaJ'.
1,
•
Ahora, Señores, comparad estos i otros mil testimonios que la
"premura del tiempo me obligan a omitir, con esta indiJesta conjerie de
",.(I.sticof absurdos, de miserables cahwl1lias que no ha temido publicar
"elfuror, i no se ha ooergonzado de oÍ1,lanecedad ..••...•.•••.•..
H • • • • • • • • • • Hombres tan
eminentes en la propagarían de la fe, no
"lo son ménos en la cultura i edueacion, i porque en esta parte tamu poco ~e me crea parcial, yo voi a producir testimonios nada sospeHehosos. HAñada~os, decia D' Alampert, aflaoamos, porque es pre"ciso ser justos, que ninguna sociedad l'elijiosa, _s!!!.-excepcion, puede
"gloriarse de un tan grand~ n~nero de hombres célebres en las cienueias ¡e n las letras," como los Jesuitas; ellos se han ejercitado con
" ventaja :e;-todos los jéneros de elocuencia, historia, antigüedades,
"jeometria, literatura profunda ¡agradable."
"En ]806, es decir, en u";la ep~a en que en la Francia nadie se
"atrevía a hablar en favor de los Jesuitas, el Conde Lally-Tolendal
Hmiembro 'de la Academía Francesa, escribia, que sobr; la escanda"I~sa injusticia que se h~bia cometido en la- espulsion de los Jesuitas,
Clun~ llaga incurable se habia hecho a la educacion pública". ¿I qué
'4nOS dice esa escuela histÓ;ica del protestanti~~o aleman é ingles,
"que se distingue en nuestro siglo por su ciencia, criterio i exactitud,
"como saben los eruditos? Siento que me falta el tiempo para emitir
"todo lo que dice en el particular, i solo repetire lo que uno de sus
"salnos colaboradores. Ranke, ha dicho: "Que la extincion de esta
11
-
.
"~ompa~ía que ~abia hec~o de IR. educacion de la juventud su PI'in-1
" clpal objeto, debut necesarUl.me7lte conmover al mundo católico hasta
"en _sus cimientos, hasta en la esfera en que se forman las nuevas
"jcneraciones ..........••.•...... "Los Jesuitas son invocados de
li tadas partes; los protestantes mismos aprecian su mérito; los Jesui" tas gozan hoi de una ámplia libertad en Inglaterra, -i la ariotocrácia
" proteStante envía su-;-hijos a Jos culejios de Jos Padres. En el Ca ..
"nadá ,1 gobierno ingles proteje decidiuameote las misiones de los
"hijos de Ignacio; numerosos son los establecimientos que ellos poseen
"en los Estados U nidos; .0 una palabra, gobiemos a1>soloooo, gobier" nos- constitucionales, gobiernos republicanos, gobiernos cat6licos, go-
.10
~'llbiernos prote~lanles ¡ cismáLic(J~, todoS acujclJ, touos l"ote}l'll , touo ..
"tolera n i todo~ aprovechan el mérito de tos Jesuitas.
t
"Al Sonoro éco de esta voz
del mund o culto e ilustrado , la
.. N ueva Granada ha. respondido: plagados de males, i sin esperanza
"de remedio, levantamos nue5tros ojos ~l Cielo .... El Omnipoten te
¡'oyó nltestros votos, i nuestros deseos se ven cumplidos. Los bijos
¡'de Ignacio siempre intrépidos, siempre jencrosos: apóstoles el. el siglo
"XIX , como en el siglo XVI; abandonando patria, amigos. relaciones;
¡'cerrando los ojos sobre todos 105 peligros que presenta este teatro de
" las osti lacio nes, este paú de las ince1'tldumbres, atraviesan los mare~ •
• "saltan ¡ijeroS en nuestras riberas, i marcaudo !'u curso desde Santa·
" marta hasta la capital con los prodijios de un celo qne asombr;) i
"subyuga aun a los mas preocupados, se ofrecen finalmente a nuestra
"vist:l: ved los aquí ...... i con ell os los albores de un bello dia, el
"principio de una nueva era, el Í,1'is que anuncia la bonanza . .... .
u¡Gran Dios! si este no es ma"i que un agradable sopor. haced que ('1
"sueno sea eterno! ........ Pero !lO; esta e$ la realidad de \'u(>stra~
"misericordias, ; el ~igno gue nos dais de que, ape~ar de nuestros de·
.
"Iitos, somos aun el objeto de vuestra clemencia!
"Sí católicos: se acabaro}~ nuestros males si sabem·os apretiar el
"don que nos hace el paure de las misericordias, el Dios de todo
"consuelo .....•..... ....••• I eelos mismos relijiosos tan aprecia·
"bJe!' bajo todos aspectos, que solo por nuestro bien han abandonado
H SI1 S hogares, atravesando clírnas mortífero~, sufrido de consiguiente mil
"penas i hecho toda clase de sacrificios, ¿l1ab!an de veRir a perm,ltH necer en un edifi~io, estrecho, ruinoso i aun .mal saoo, sin que. se
Htratara de proporcIOnarles atro local decente, I sobre todo espaclo"so, dond e puedan desarrollar con la predicacion, con la enseñanza,
"con la educacron, el precioso jérmeo de felicidad púb1ica i priva"da que consigo llevan a todas partes? Este país donde todo se
"proporciona a los estranjeros, donde las atenciones, la mas jenero"sa hospitalidad es una de las virtudes que caracteriza i honra a sus
"habitantes, ¿se habria de limitar a votos estériles, i cuando mas a
"un noble entusiasmo por los Padres Jesuitas? ¡VJVE DlOS! queno
Hpuede sufrirse tal mengua si todavia Jate honor en nuestros ~chos.
H¡ Padres de familia! vosotros estais especialmente interesados en
I
l
,
:n
• lesft' punto ; la .. ('ar:1~ prend a, 0(' \'ue . . ll'O amor. v~e:!'1Io
... hIJo.-! .. .
··os habla n eu este mome nto con aquel elocu ente idiom a
l{ut' mi:-.
"labio s no puede n trasm itir porque es el de la natura leza misma
.
.. La felicidad prc .. ente i futura de esas prertd3s querid as
se hit- j
"lIa hOI f>11 nlC'slras manos, "¡ con ella la felic'dad de la relijioll
i Jt"
"13 patl'l3. Esa tierna juven tnd con injenio, con talentos, con
tan
t'bella s dísposiciones ..... . ;qué terren o tan fecundo si es cultiv
ado
"por mallO~ cspertas! pero si cae en mallos ue los ajiotistas de
la im"pied.\.d, ¡qué funesto porvenir para ,'osotro'5 i para ella misma!
¡PaHdre~ de fl..miha! ....• . desple gad aquí toda \'uestr
a enerjia, poned
Uen accioll todm los recurs os , haced valer lodos los medio,;;
í siend o
"com o e .... UIIO mismo el ol..tjeto. a saber, la buena educacíon
¡con
"ella la felicidad de vuestros hijos, uníos fuerte mente i forma
d una
"mas a comp acta que allane todos 105 obstaculos.
Ahi tien~ el folletista la mas -.2~~~~ re~puesta que puede
-dal":ile a eS,l jerga de textos , citas, dodrí n:ts-- i o.piniones de q
ue s~
compone una gran p'a~-;u obra: ahí tiene el comp leto revers
o
_.- --- -
--
de la 'med~lIa; y~nada po~o de mi pe¡¡ujal. ¿Tambien di,,; que
e~ sermon ha sido compuesto o inspirado por t!l Arzobispo? o ¿creerá
que cuand o lo predicó el Señor Tesorero .Dignida~ de e~ta
Calt!- {
ara! ig1lOraba este lo que sobre los Jeslll las hablan escnt o
Mel· \ .
chor C';;;o, Arias Mont año. Ferna ndo de Mend oza, el Obisp
o La ../
n~za, Rodríguez de Arellano, Palafox i Pascal,? o ¿no habian lIega~\
su notici a las deciciones del parlame-nto de Franc ia i las
opiniones de la Universidad de Paris? ¿o qué ya se ha olvidado en
este
pais todo lo que se dijo, ge escribió i se mllodó, respecto de
los
(¡;;-;-
,
Je."i t.. desde el año de .!.767, en que se les espulsó del antig
u~~
Nue\·o Reino de Gran::).da por el Rei Carlo s ITI? ¡V 1" E
DIOS! .
como decia el panejirista de San Ignac io ..... ... Mas a todo
esto
-
-
-
t"ontesla el folleti~ta haciendo a los Jesuit as un cargo que nunCt
l,
ni en ningu n pa.is se han" atrevi dO-;: hacerles sus ;"'as inplac
ables
enemigos. _¿Me atr~eré ~~ncionarl~?Nó! n~il v*:.c~ nó, porque soi
p,<lre
familia,-i re~~ l'Lmo ral i~ decen~"'pública, i nunca
mis lábios o mi pluma r~tirán t!1 sangri~pl.9Jltraje hecho a las
Se.
ife
ñoras
-
d77i~oln, ~~-.-.~ de - ;;~;- c¡;'-da-d a qUien el folletista apoda
TRIN CHE" ",
DEI.
.,~ .\T1~MO.
Yo recomiendo a todo hombre hon.
32
ado, cualquiera que sea el p:..tl'tido poblico a qut' ¡;ellellt:l.l"a I cUdl ·
quiera la relijion que tenga, que SI llegare ~t sus manos el folleto
que rrfnto, borre las lineas 33, 34, 35, :16, 37 I 38 de Itl paJina 31
¡ las 43 i 44 de la 44.
l
•
•
•
•
33
SEG UND A PAR TE
•
-
J.
TR.aS TORN OS POLIT ICQS DE
1851.
•
Tarea ingra ta es, por cierto, para quien escribe sobre
acon~ t
tecimientos de la N lleva Grana da, tener ql\e habla r de revolu
cio· i
ues i de escán dalos , de persecuciones i atentados, ele infam
ias i
pr~varicatos, de lágrimas i desgracias. T~rninada apéna
s la guerra
de ~.:.pendencia, f:~ ~estrui~~ por medio ~pronunciamien~
os)
tumul tuario s la constlttlclon pohtlc a de 1821, esa obra del patno
·
tis~o de nuestros sabi;" estadistas i del ~ico valor de 7uest~s (
guerreros. Este fué el primer escándalo que dimos, i l.\ él se
sig~n las conjuraciones, las traiciones militares, las 1'eacciones,
)
las conspiraciones, las rebeliones, las violencias i los alzamientos
descabellados. En todas estas peripecias el ...pais ha retro cedio
en el poco trecho que habia andado en el camino del progre
so:
la pob]acion hll sufrido con el bárbaro reclutamiento militar;
los
cultivadores de los campos han ido onos a morir como corde
ros
en los campos de batalla, otros han fugado a los montes,
i no (
pocos han improvisado matrimonios casi siempre desgraciado
s; ]a
confianza ha desaparecido, los cauda les se han sllstraido
a la
circulacion i nuestro crédito ha sufrido tristemente en el interio
r i
en el esterior; i lo mas triste todav ía, las reputaciones indivi
duales, especi,~mente de los hombres "disti n;;ido s
~iaoinmoladas ' •
l
al ..furor de los partidos; i como en las ~ociones públicas
los
que siempre brillan i camp ean son los mas audaces, i a este núme
ro pertenecen de ordinario los solemnes ~nerosos, se ha
visto ;
triunfante el crÍmen i postergados e] talent o, la virtud i el merecimi;n to. Solam ente ha-ha bido i ha1 unos seres afortunados
en
i;;cIa"s las circunstancias, especie de camaleones o filósofos eclfct
icO~le medran i pelechan con tod~ los ~.eartidos sin
aris a r
n~a, a saber, eso~ trafagones s~ opinian, sin afectos
i, lo que es
l
mas, sin pud~, que seme.entes a las mujeres qesgraciadas que;
;
;¡man sino el dinero, haciendo abstra crion de la fe~ldad i VICIOS
nan
-
-
-----
-
-:r
-
.14
-
{le quu.'1l lo tiene, hacen \lila bolsa de la Secretaria de ffacjeTl<f:t
cl!,ulesquiera que sean las cualidades i ti partido político de I ~
persona que la dirije ............ voi al asunt~.
..
-
Hablando el folletista de los trast?J'I1os de 1851, ha estaTOpado, a la pajilla 53 de su cuaderno, esta proposicion: "El Arzo#
l
~!rtt: e~: ;~b:lli:n~ die ~:re~:~io~~PI::)::~~:' ~:'0A~e:b~~~"c:;atR~~
Yo vo; a prohar que es falsa esta proposicion, I ~ .....
autor un vil ¡cobarde calumniante. La reputacion cid Arzobispo
es la reputacion del jefe de la Iglesia granadina. lo es de la Illayoria ele los católicos de Nueva Granada a .. quienes se supone sus
cómplices, i lo es la de rni patr:a de la cual es bello ornamen•
lo el granadino calumniado. Cuidaré de ser verídico hasta ('~
escrúpulo en la relacion° de los hechos, exacto en los principios
que establezca i lójico en mis inducciones; procuraré no ofender a
person::t alguna, sea. del pa-rtido que fuere, i me consideraré ft:liz si la kG.tura de estas Ji nea.s deja un convencimiento t'n e-)
""ánimo i ningyha amargura en el corazon.
EscuJ3ado me parece indicar que no es mi ánimo ni seria del
caso formar un alegato forense cual conrendria en una controversia judiCIal. El Señor Arzobispo no ha sielo llamado a juicio por
ninguD cargo que le resultase en los trastornos políticos de 18.51.
De los voluminosos procesos que Se siguieron para descubrir los
autores de ellos, sus cómplices i ausiliadores, en Bogotá i en las
provincias de Tunja, Tundama, Pamplona,. Mariquita &"' no ha
resultado el menor indicio, la mas lijera presuncion, ni siquiera:
una cita contra el \'irtuoso Prelado, apesar de que, como es pe
suponerse, no eran sus amigos los jueces de instruccioD, ni JoS'
que sentenciaron los juicios; ni es posible que faltasen enemigos, como el folletista i los de su pandilla r mui dispuestos a perderlo o
•
por )0 ménos a tiznar su nombre. Público i notorio fIJé que!!!.
e"sos dlas de ajltacioD i de tr:QPelía se violaba la corre~ondencia
epistolar sin hacer el menor misterio, i en las cartas interceptadas
ta~poco se encont;ó ni una -;'imple alusion que pudiera perjudicarle. Un piquete de jente armada le hizo por la noche una VIsita domiciliaria, no se SlIpO si en busca de deljncueu~ () deC I\
BECILL¡\.
.
r
-
:15
I~j'lll:l':)
i
('11
mUIlIClone":
Sl~ examinó la casa
aquel lobrego i
espacioso edificio
COn la mayor proliJidad,
no se encantro sino
U!t
10\1
moribundo en el"lecho del dolor, una persona respetable que
3.!:iistia, i tres o cuatro comensales o domésticos: el mOribundo era
el Arzobi~po, 1 qUien lo acompañaha su hermano, el antiguo presiJC'nte de Colombia, el inmaculado patriota JOllquin Mosqllera.
En una ~ociedad menos pervertida que 1" nuestra, baslarian
estos herhos para poner la fama del hombre honrado al abrigo
de toda imputacion calumniosa i para que fuera tilla realidad. el
gran pnllci¡uo de justicia i de equida<,h que se halla, como otras
lallta~ co~as buenas, eSC rito en nuestsO$ códig,os para el\ueJlece~
("omo poemll.: todo hombre debe presumirse inocente mi;ntl'a~ 110
•
.~;.a o,do 1 vencido en }meio.
-
Pero se dirá; hoi no se t'1"ata de un jUicio legal sino de 1111
juicio moral. Convenido.-Se tr~ta en efecto de d~r la sancion
popular ¡aun rehjiosa al estrañamicnto del Señor Ar:tOblSpo, pi-;. ,
.
-
-
-
tándole como traidor i hasta como atéo, para que en su destierro
no le a('Ompañe ni siquiera un suspiro de su grei. Entremo!>
pue!) en el anali::;js del juicio moral i empeeemos por definirlo,
-
-
-
-
moral ea la cOllviccion IIltima que el hombre adquiere
acerca de la verdad de un hecfio a ,'irttld de presunciones i de
dato~
que suelen e5c~parse a la investigacion judicial: es el que fOfi"i1a
_.-';---,
un jurado imparcial, de buen sentido i conciencia recta. Los actos
sóbre que se funda e:;lc JUICIO UIlOS son positiVüs i ot;:Q's negativos.
.JUICIO
He manifestado ya que ni Ui: las investigaclone~ judiciales,
ni df' las ddijenclas practicadas por la policfa, ha resultado un solo
acto poStlwo por el cual pudiera. comprobarse la culpabilidad del
Señor Arzobispo en los acontecllnientos tumultuarios del año pl'oxi.
mQ pasado; el folletista mismo no se atre..,e a citar UDO solo, no
•
obstanw su deplorable empeño en acriminar al Prel.1do. Sus ar~ h
~l¡nlentOF- todoss~ apoyan en hechos negati\,os que bien alla)¡la~
dos, se reducen ,l los sIguientes:
1
1" ~o haber hecho valer !'u voz pastoral cuando
los primeros síntomas de Jos trastornos p,'tblicos.
aparecit'l"úll
r
2° Haber C{uardado silencio cllando estos principiaron l se con~,
~tlmaroll.
•
36
I l,erlo
3° Haber lomado parte:: en ellos
vanos eclesiásticos, 'dm lla-
impedido el Prelado.
Satisfar~ estos cargos en breves palabras.
H.
RE~rl1ESTA
A lO!'.
CARGOS
DIO
RF..LI\Tn"OS
A LOS TRASTORNOlio
1851.
10 Desde principios de 1851 empezaron a columbl'al'se
alarmantes de un próximo trastorno.
señale~
Los atentados del Cauea, las
vio~encias
hasta en las elecciones parroquiales, i olros excesos semejantes, traía,,! a la jente inquie-ta. Se habla.ba, se escriLia, se d,riiian
retos de muerte los dos bandos contrarios: el hOrizonte se enten.44bl't!cia. En tales circunstancias, Hna persona de Ja mas alta respetabilidad, me d~jo, a mediados de febrero, entr~ otras cosas, ]0 siguiente:
"u. vé Señor Vice-presidente, el estado en que se encuentra el país,
i el ·Señor Arzobispo no ha dirijido a su grei una sola palabra de paz"
Ofrecí hablar con el Prelado, i habiendo pasado a ~u casa e iofOrmádolc de lo ocurrido, me contestó: "aqul tIene U. el borrad:>r de la
pastoral que he enviado a la imprenta, i ahí verá U. lo que digo,
respecto de obediencia al Gobierno." La pastoral se pu blicó ¡circuló
al cIia siguiente, con fecha 10 de febrero,!3-e insertó en los números
;V2 i 33 de "El Calo'licismo" i en eIlase encuentra lo que sigu~:
"Entiendan, pues, los fieles. que es esencial a la naturaleia
" mlsma de la sociedad, que todos obecletcan a la autondad lejíllmarnente constituida en ella, i que no admiten mudanza alguna.
"a'luellos preceptos del ~eñor, que sobre esta materIa anuncian los
('libros sagrados. Toda persona est¿ sujeta a las pote!ltnr/es supe"ri01'es ; porque no hai potestad q!le no provenga de Dzos; i Dios
('es el que ha establecido las que existen. Por lo clta l , qllien rleso'lbl:dezca a las potestades, t1 la ordenacion de DlOS desobedece, De
"con"jiguiellfe 10.<:: g/le fa.l hacen, dlos mIsmos sr acarrean la con-
1
'
rI
...-
• "denacion.
•
El folletista, dice, al fin dE" la ptijma 53.
'Entóncc'" no estaba
1"enfermo el Señor ~\rzobi:;;po; al ménos sus achaque'- HO le estorba"ban el despacho rlc sus negocios.. rilan por con~lguiente al ver
37
({ la crítica situacion en que se hallaba su gl'ei, haber dir ijid~ una 1
I
" pastoral para conjurar la tempestad que amenazaba. No 10 hizo así:
"¿por qué? por la naturalísima razon de que aprobaba la rebelion;
"d~ que contril:Hlia a ella ...... por lo rnénos con su silencio."
Ya está visto que el Arzobispo dió su pastoral con mas oportunidad i anticipacion que lo que exije el folletista, porcvJ.~ la publicó pocos d ias ántes de los sUCP'SQS del diez de marzo, que abrieron .,
la campaña revolucionaria. 1 ¿qué era lo que se decia en esa pastor~l, al clero i a los fieles de h. arquidiócesis?
Lo mismo que decia
San Pablo a los Romanos, lo que el inmortal Pio IX aconsejaba en
1849 .Jos Obispos de Italia, ilo que todo sucesor de 10s ~Apóstoles
debe aconsejar a su grei; "la obediencia a las potestades, corno base
fundamental del órden social." Mas adelante esplicaré mejor este
pensamlento~ i ~ntretanto dejo al buen juicio de mis lectores la apre·l
ciacion del cargo i de la respuesta sobre el punto primero.
2(1 La salud del A¡'zobispo, sumamente achacosa de dos años
a esta parte, porque es preciso que se sepa que f;US crueles ¡poco
jenerosos enemigos han querido asesinarlo con !!!jjJeres, como de los
suyos decia Napoleon en Santa Helena; la salud del Arzobispo,
digo, presentaba l.0 junio nn aspecto alarmante. A principios dfO
julio se agra\'ó de maner::t que inspiró sérios temores a los médicos:
entónces resolvieron estos, que el ~fermo no tratase con nadie, ni
recibiese sino a las personas de su familia, i. yo no volví a verle
hasta. el mes de setiembre, a pesar de-;'; iba casi todos Jos dias. a
su casa, a informarme del estado en que se hallaba.
La grave i peligrosa enfermedad del Prelado, en aquellos dias de
conflicto, fué pública en Bogotá: sin embargo no faltando quien duo
dase de ella, porque de todo se duda en el mundo, se hizo nece o
sal'lo solicitar el testimonio de los dos profesores que lo asistieron;
él se encuentra consignado en dos caltas dl! lo, Doctores Vargas j
Cheyne~ fechas 14 de mayo último, de los cuales f!1 primero, entre
ot~ cosas, dice lo sig'lIiente: ('en los dias en que estallaron ..f11 esta'
Hpro\'incia algunos movimientos revolucionarios, él (el Arzobispo) se
Hhallaba en un estado de mucha gravedadJ i fué precisamente en
"esos dias, qllc tanto el DI'. Cheync, como el que habh, le prohi.
_
_
_
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"blnlOS
tO(I, ~'Hllunicacioll,
porquf' hl rtcbJhdarl
C'''-IrrW1!. nnr
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-
-
I
-
I
~
:lS
'la! sangrías que se le hablau dado. i el estado parlH.!uhll' d ...... '1
"fermedad, así lo exijian.
('{14
El Doctor Cheyne se espresó así: "El Señor Art.obispo estuvo
"enfermo en los mes~s de mayo, junio ¡julio, i rué visto ppr el DI'
"Jorje Vargas i por m!. Estuvo tan gravementE: aff'ctado por ~la
"inAam~cjon aguda del hígado, que yo dije a su hermano, el ~eñor
"Don Joaquín, que si no se mejoraban los slntomas dt:l\lrO de poc.as
"horas:-rn;-esperaba que viviese cuarenta i ocho horas." Estas carLas
se leyeron en la Cámara de Representantes, en la sesion del 14 de
Ill::tyO, i se insertaron en el níunero 53 de "El Catolicismo."
El Doctor V árgas pertenece al partido liberal modtrado, i ti
_ Doctor Cheyne, por su cualidad de extranjero i por la natur~a oc
su carácter, es completamente estraño a nue$tras divisiones políticas:
ámbos tienen probidad acrisolada i profundos conocimientos en la
medicina. Su testimonio, pues, bajo cualquier aspecto que se le
mire, es del todo intachable, por mas que dig:t el malj~no I presuntuoso folletista, que sobre todo habla i a toda persona honrad~
despedaza.
-
-
I
Hallándose el Señor Arzohispo en tal estado de postracion. se
le dirijió por el Secretario de- Gobierno la nota de 19 de julio, escitándole a que espiJiese una alocucion o past~ral, c.chorlando a
los sacerdotes i a los fieles, al ooedecimiento de la leí t del Gobwrno.
t El Señor Provisor, Dr. Herrañ~ que se hallaba encargado del Gobierno eclesiástico, reZibió la nota, i cont;stó lo que ~ra la verdad
j uel caso,- que el S~ñor Arzobispo se hallaba gravement~ enfermo
El Gobierno displ,lsO entónce:s, que la pastoral la espidiese el mismo
S~ñor Provisor, quien lo verificó con fecha 29 del mismo julio, principiando asl: "Hallándose impedido el MUI Reverendo Señor Ar"zobispo, para dirijir la palabra en las prel'entes críticas CJfcunstan"cias, por una grave enfermedad.. . .. . .. tócamt! desempeñar ~ste
I
"deber.·' En el quinto párrafo se encuentran estas palabra~' uEl
"EPiSCOPoidO granadino se ha visto eH el deber, deber sagra~o,
"debe~ de conciencia, ~e recl::tmar alguna!'. dispOSICiones lejislativas .
. ( ...... pero estos reclamos no han podidor ni pueden interpretarse
"como UI1 llamamiento al de~órden j a.l pecado." Por tonsigUlente
es IIW\::tcto tod~ Jo quc el fulletista rlitc: al prinCipiO d.~ 1.1 paJina 57
•
j
•
Rlatlvamente a que el Plovisor pudo diriju' la
alOCUClOtl
I
no la.
Jirijió.
Comprobada la gravlsima enfermedad del Señor Arzobispo, es
pretension temeraria e inicua, la de exijírsele que hubiese espcdido
pastoral. en el mes de julio de 1851, lit tampoco en los sJguiente~ ...
'lile fueron de una larga i penosa convalecencia; luchando siempre
con recaidas I con apariciones de nuevas dolencias. Toda\'la, a los
.once meses, el dia que salió de Bogotá para su destierro, tuvo un
ataque tan fuerte, que yo que le acompañaba en el coche, temí que me
:mc,:diera con él, lo que me sucedió cg,n el Jeneral Caicedo, que mar- ..
chanclo de esta misma ciudad para un clima cilido, falleció en mis I
brazos, en Puentc.aranda, sin haber alcanzado a~l~r una legua
....... ... D e Fontibon p<lra adelante tuvo que seguir el Prelado
~n una camilla-a ho-;bros de peone~, i así llegó a "dIeta, cn donde
---...
al cabo de dos me:ses de una asistencia esmerada i a benefieit) del
temperamento, pud;-recObrn.r sus fuerzas para continuar su ma*rcha
a la Costa. De Cartajena se me cscibió con fecha 11, de setirmbre: ,< A.yer a las tres i media de la tarde se embarcó el Señor ,\rzobispo. en d VapOl' Ingles, dej~ndonos mu¡ cuidadosos por su sal.ud,
porque le han reaparecido las hinchazones en los piés, i la fatig~ al
hab~"
Yo no sé si esa constitucion gastada por las enfermedades, •
I por las penas del alma! p~drá re~stir la ausencia de la cara patnCi.
i el cámbio de~lla., especialmente en invierno, q1.le tan fatal es para
las personas débiles ¡enfermizas ...... pero ¿qué importa? La des·
templada \'Ol del cruel i desapiadado folletista, pe"eguirá al Prelado hasta la tumba, i allí le gritará, ¡¡¡LA P.\STOR.\L!!!
•
3° No contento ni satisfecho el folletista con hacer al Señor
Arzobispo inculpaciones calumniosas sobre hechos propios, le hace
tambien responsable de los ajenos, formándole de ellos un cargo en
comprobadon del delito de rebelion. Las opiniones de los eclesiás-
-
---
. -
-
-
-'-
-
-- ..
¡
\1
20i,
sus sermones, sus rel~c~ones políticas, su~ co~promisos en
trastornos, de todo se hace mento, todo se abulta I exaJera, para arrojar
luego sobre el Prelado el tremendo fardo de los pecados ajen~s_
Aunque los clérigos viviesen en clausura i sometidos a una obedien;ia
como la de los regulates, todavía sería injusto hacer cargo de sus'
faltas al Supenor. L.os mi~mos parlre:s de familia, los mas cscr~lpu~
1u.:05,
r8
J
,
10
losos 1 solícitos, ¡curtlllas veces son mas digno:, dl! compaslon por la,
~ágrimas que les hacell
derramar los estravíos de sus hijos, que acre edores a censuras por faltas que hace inevitables nuestra mal organizarla
sociedad!
Aunque es cO!'tra mi modo de pensar i de sentir, hablar de nuelttros escándalos) d~ nuestras desgracias, tengo que hacer meucion
¡de un hecho contemporáneo que pone de manifiesto la injustJ<,: ia del
I cargo hecho al Señor Mosquera. En el juicio moral no sucede, eo-
r
.•; I
l'
, mo en el juido legal, en que no puede fallarse por hechos, por comparaciones i analojías. Cuand2 se trata de COllyfllCel' al pÚblico iml ·
.
{'orta mucho hablarle eJe hechos, pero de hechos ciertos, notorios", 1
capaces de hacerle formar su juicio; es preciso presentarle las ('osa~
de una manera tanjible, si así puede decirse.
•
Conocida de todos es la rebelioll militar del ~es de Agosto de
1830, contra las autoridades tejítimamentt:: constituidas: es la mas tristé
-
i ~añgrienta páji!!a de nuestra historia. Los campos del Santu.ario i
Puente·gr.a nde se tiñ~'on coo la sangre de los fieles defensores de los
, rueJos granadinos, el Gobierno lejítimo fué destruido i la ominosa
dominacíon ven;zoJana restablecida. Desgraciadamente tomaron parte:
•
i parte mui activa en ese crímen de lesa patria, algunos eclesiástiCOS'
el virtuosísimo Señor Arzobispo Caicedo derramaba copiosas lágrimas
encl recinto de su casa al ver elhol'rible abu¡;¡o que se hacia dT 1"
influencia de la relijion sobre los sencillos habitant; de los campos;
• pero nadie le ha hecho ni podido hacerle el menor cargo de los es1 travÍos de sus hermanos.
Suspendamos aquí. ...... .
Restablecido el Gobieroo lejítimo en 1831 se espidlO por la
Convencion granadina la lei reservada de medidas de seguridad de
3 de Diciembre del mismo año. Yo me hallaba entóneos de Prefecto
del antiguo Departamento de CUlldinamarca. El Poder Ejecutivo, en
uso de la autorizacion que le concedía aquella Jei~ espidió sus órdene~'
, con fecha 6 del mismo mes, por las cuales decre~ó, entre otras cosas,
la ~xpulsion de algunos eclesiasticos del territorio de la Repu bllea I el
coñfinamiento de otros. Recuerdo que entre los espulsos estaba el
ctira de Cajicá Doctor José María Ramirez del Ferro que nlllrió en tI
'destierro, i entre los confinado.:, el c~ra de Facatativá Doctor ~anuel
Fernández Saavedra, que hIzo lo fJl:lc le pareC'io por ...... no \'ien r
¡
1' 1
-
I
-
4\
bien que
yo lo tl.iKa..
Conse rvo en mi poder docum entos preclO~os ~
sobre los succso~ de aquella epoca.
Habla ba yo en esos dias con el Señor Anob ispo Caiceclo, 1 mostrandose el tierno pastor tan senisble a las faltaí' de alg-ullos eclesi
ástiCOS, como a las medidas de represion a que se
habian hecho acre·
edares, me decia: H¿Qué quiere U. que haga yo, Señor Prefec to,
con
"algu nos c1érigo~ díscOios, a quienes si no puede conte ner el temor
"de DIos, tampoco conttn drá el de su Prelado? Hasta en el Apost
a"lado hubo un Juda!!i, c;'ya perdic ion no pudo e,"itar
¡;espeto-oe su
uD fvino Maes tro."
~ mas tengo que añadi l sobre esta materia: compá
rese i júzguese .
el
lIT .
Rl"MO nE:,
MALI GNOS .
Es propIo l sol anego de toda..persona maldiciente apelar al rumOl"
public o a falta de prueb as de su asercion': arma fatal, sin duda,
t!CtiCa
treme nda contr a la cuar ñingu na rep'ü'tacion ~tá segura , Convi
ene,
pues, aiStin guir la faina públic a, que se apoya en la lmtOl'iedad
de los
hecho s, de la que tiene su oríjen en la malig nidad de los homb
res. La
prime ra es argum ento que admit e el buen criteri o, mas no la
segun da,
Que el Señor Arzobispo e~tlwo en los umbra les del sepulc ro a
media dos del año anteri or, es fama públic a admis ible como prueb a,
porqu e
se funda en el testim onio de persona~ notab les e impar ciales
que pre·
senClaron sus sufrim ientos . Que el mism o Señor Arzobispo
tuvo
parte en los trasto rnos suced idos en dicho tiemp o, es nn rumor
maligno que no se apoya en ningu n hecho , en ningu n testim onio;
es el
éco que repite lo que la ruin \'enga nza ha vociferado. Para
defini r
con exact itud este rumor , i pintar sus cOllse cuenc ias, voi a
valcffilé
de la pluma de UD elocu ente escrit or conte mporá neo, dice asi:
"En el se,!10 de nuest ra socie~ fra~a tan corte~, tan elegan te,
"lan llena defon nas amabl es, .exlste un monstr~o horrib le que conoc
e
p
"todo el mundo, con el cual viven todos, de qUien nadie se desconfia,
"ni aun aquellos que son su~ vídim!ls .... ¡Los estrag os de ese
mons~'
•
(ltruo IOn terribl es, inmen sos, incalc ulable s! ..... ..... .....
.... .
"Min a las [(putaclones, cn\"e!l.~n_i4...de:WQQra ! ensucia con su
t
I
'f
I
-'t'2
"' baua
lo::. caracteres mas t:stlmabll''', las alllla:, mas honra.
" das; i ese.ñ'lonstruo es tanto mas temible, StlS golpes tanto lllas se.
"ClI c nObd.
for ~
"gllro.:;. para devor:u inocentes, cuanto que se presenta baJo unas
"mas tal! .\:iimples, que se le acaje i dá por toda!> palles derLcho de
" ciudadano ..... .
"En Iluesto<:; salones, ' en el interior d e las familia.;"
"de los ricos,- en la boardilla del poure.
en el palacio
"Ese monstruo no tiene nombre; e:; una forma JeJ lenguaje , es
•' si mplcmenl.e l!na ' locucion; ¡esa locueion se Compolll' de dos palabn.\s:
_.e
"SE DICE: ......... .. . . ......................... .
,< , . . . . . . .
.. . ............. , .............................. .
Desconfie U. de e.se caballero tan rico .... tan acreditado ... .
I " i tome U. buenas seguridades con él ....
,
-. <4¡Cómo! .... ¡una fortHlla tan soberbia ...• u
lente! ....
_<4S I, 1"11 apanencla ... ... pero se dice
\
(lUC
la
casa
tall
sus Ilegoclos
cxe·
~stall
• " plIlbloollatlos i que sus pagos son difíciles.
I
- "¿Tiene {J . certeza dc e~o?
I
-
- " ¡O h ...... de ning'c':.."1:-':..TI.:.D.:.d.:.".:.'-,p"e::'.:.D-",sP--,d:.;ice • .••.••.••..•.••
.......................................................
"1
C"'~
-,
mortal se dtce corre, va, vjtne i mata el hOllor de un hom-
" bre o la virtud de una mujer, sin que ese hombre: o ésa mUJer sepan
" aca~o
.lamús lo que se dice de dios."
1 V.
PllOTEST"'"
CONTH.. ~\
LEYES
A~TIECLP."lA."iTIC;".,.
Corno prueha C03JJyuvaf}te de la parte principal que se atribuye
~1 Arzobispo en los trastornos polítiCOS de 51, aduce el folletista el
hecho de las protestas del Episcopado granadino i parle del clero
('ontra v!rias leyes antíec1esiásticas; i
es. dOnde se mu~eru-
aqUl
:~t;',,~c:Jr:~O ::I~s:~~::ic~e~:.,01a:i:;:~:l~:' ~;:I~' c::~~:rr:cl
\-
ergotistas de antaiío.
1::
Una de las gracias que mas tldornao el fú-
lIeto, es la gravedad C~lIonical con (lile (~I autor confirma ';U~ doc.Villas I opiniones, con el libelo titllbtdo la V'!:.L[J'Ulza ri'f.._'n Verdad,
...
-•
·.,
~.J
-
la Carla gJ Doctur jylarcelino Cas~ ¡otras proúucciones seme"ll'
Jantes..l que SI no son suyas 1 mn! suyas, ya nadie puede d;;¡;so
-
e)
hijo de su p'l.drt. Esta pueril vanidad me recuerda a lIn Doctor
Lorenzo Vida.urre, peruano, i tambien escritor tremendo sobre cosas
•
eclesiásticas, que igualmente tenia la manía de citarse así mismo, i
ac;-bó por escribir una obra titulada: VidaUt"re contra VidaUt're.Asi I
es el hombre.
La importancia, trascendencia i gravedad del negocio de las
protestas, exije que se. le trate imparcial i profunqamente sin las
necedades i adefesios. con que lo hace el folletista. Es pr'eciso deso
•
pejar las cuestiones i reducirlas a sus precisos términos, para-examinarlas filosóficamente, con órden, claridad, l sobre todo, con buena
fe: yo me atrevo a formularlas "así:
1a ,C uál es. la intervencion que, en la N lleva Granada, tien e
13. autoridad temptfral, en los negocios de la Relijion Católica, Apos- \
~rólica , Romana?
2 a ¿Han tenido derecho los Obispos granadinos, para protestaJ
f
I
contra esas leyes qu e han creido contrarias a la potestad de la
19lesia'
a
3 ¿Ha.n sido fundadas sus protestas?
lit Cuestiono En las negocios de relijion tiene el poder público
dt: Nueva Granada nn deber constitucional i un derecho legal. El
deber está impuesto en los artículos 15 i 16 de la Constitucion, i el
derecho eu la. lei de patronato i sus adicionales.
¿Cómo se esplica i hasta dónde se estiende el deber constitucional que tiene el Gobierno, (i por Gobíerno se entiende aquí el poder público), de protejer a los granadinos en el ejerci60 ele la Relijion Católica, Apostólica, Romana? Hé aquí un punto que demanda un atento i sério exámen. El precepto de la Constitucion
es demasiado esplícito i jene~al para que pueda restrinjírsele, i demasiado nuevo para que se le aplique la interpretacion doctrinal de los
jurisconsultos e:sp~ñoles. Yo no pienso, i creo que nadie lo pensará,
que ese deber protectorio se limita a la creencia i al solo culto interno, porque la Constitucion habla del ejercicio de la Relijion, i
este ejercicio supone tDinistros, jerarquía, i, por consiguiente, autoridad que administre i gobieme.
En este concepto, cuando se dice que
1
,' .
<14
se proteje la Relijion, se entien~e implícitamente la 'gteSta, porqut
en ella está personificada la relijion, en cuanto es la depositaria
,de
la fé, Lafuente de la doctrina i la dispensadora de las gracias .
La Iglesia, pues, se encuentra en la Nueva Granada, bajo la J¡ro.
• •
l
1 \ ~eccion de la lei fundamental, como lo están la soberanía naci0!lal
I los derechos individuales.
Para continuar esta série de inducciones, necesito detenerme un
.
instante, con el objeto de fijar un punto de hecho, i es el siguiente.
¿El pueb..!.2..i Gobierno de la Nueva Grallada son calólicos, o no
lo son? Hablemos de buena fé i como hombres d~ honor; SI no
somos eaLólicos, digámoslo con franqueza republicana, i l;O seamos
h!2ócritas: entónces todas las cuestioues serán zanjadas i el nudo
gordiano cortado: no se reconocerá mas :iutoridad que la tem pora},
• ni habrá mas concilios que los Congresos, lds Cámaras provinciaies
j
los Cabildos, ni mas curas que los alcaldes: la Iglesia i el Estado
quedaran refundidos i amalgamados por el poderoso ajente de la de· mocrácia. l\fas, si como yo me enorguzlleco en pensado i en decirlo,
el pueblo i Gobierno de Nueva Granada, son católicos, entónces el;
• preciso creer lo que siempre, lo que en todas partes lo por lodos se Ita
creido. QUOD SEMPER, QUDD UBIQUE, QUOD Al} OblNIBUS, lJOC
-TE~ENDUM ES1.~Confesemos la unidad, la santidad i la catolici-
-
dad de la Iglesia, reconozcamos por jefe de ella al Vicario de ,Jesucristo, acatemos la autoridad eclesiástica, no solo en Jos negocios
de fé i costumbres, sino tambien en los dE: discipliua¡ f{:-spetemos a
1
los Obispos como sucesores de los Apóstoles, i no metamos la hoz
en mies ajena, lejislando sobre materias que no son de 1a competen-
cia del poder temporal.
Entónces el deber coustitucional de prote-
jer el ejercicio de la Relijion Católica, Apostólica, Romana, será una
realid.d i todas las dificultade. quedarán allalladas.
Siento decir que en el derecho legal, es decir, en el dfreclw de
patronato, encuentro mucho de ¡n termo ¡provisorio, i no poco de controvertible. Digo p1"Ovisorio, porque en el arto 2'>, de la ICI 1 a, patte
l', tratado 4° de la R. G. que es la Jei fundamental de la materia, se hallan las sigUientes palabra.s: "El Poder Ejecutivo (eh!•
Hbrará con Su Santidad un concordato que asegure pora 8wmpre e
'lírrevocablemcllte esta PRERROGAfIVA de la Rc·pi.bJ¡ca, (el pfllrn-
..5
"nato), i evite en adelante .quejas i reclamaciones." De estas pa·
labras se deducen rectamente tres consecuencias: primera: deuer
de celebrar un concordato; segunda, necesidad de aseg'urar ~rrevo­
cablemente el patronato; i tercera, el reconocimiento que hace el
lejisladof de las quejas i reclamaciones que sobre esto habrian de
suscitarse. Precisamente estas cláusulas condicionales i es ta.s eventualidades son las que dan a las cosas un carácter de inte7'inidad.
Tambien he dieho que el derecho de patronato tiene algo de
controvertible, i para probarlo bastan las citadas pahibras de la lei;
añ::tdiré algunos hechos en confirmacion de los temores i
pero
de la prevision de los lejisladores colombianos. En primer lugar es
hecho sabido que.
las bulas de institucion de los Obispos granadiDos, nunca hace mérito Su Santidad de la presentacion por parte
del Gobierno, como la ha:ia cHa~do esta se veri~caba por el _Rey
de Espaiía, o cuando hOl se verifica por los gobIernos en qUIenes
reconoce el patronato. Bien puede pasar por insignificante a los
ojos de nn embarrador de papel, esta omision; pero jamas lo será
a los ojos del h~mbre de estado. Otro hecho: en 14 de mayo de
1827. dirijió el Papa Leon XII una carta apostólica al Capitulo Catedral de Carácas, en que te decia: que, accediendo a la solicitud
de! mismo Capitulo, i para que no sufriese el culto divino, autorizaba
al Vicario Capitular para dar instituccion canónira a los canónigos
nombrados por el Gobierno de Colombia, i pe1'mitia a estos percibir
lícitamente las rentas; pero siempre bajo el concepto de no reconocer
a.,quel nombramiento, i con p1'ohibicion de hacer mencion de él en
las letras O documentos qud se espidiesen relativamente a la institucion. En iguales términos estaba concebida la carta que dirijió
el mismo Papa al Capitulo metropolitano de Bogotá. i que cita el
folletista a las pájinas 87 i 88, para probar ¡risum teneatis! que
la Santa Sede ha aceptado la lei de patronato desde su sancion en
1824. Ultimamente, tambien he visto, respecto del nombramiento
de· curas, un Breve d~ mencionado Papa, dirijido en 1827 al Señor .JI~, Obispo de Popayan, en que le dice que, pro bonopacis,
le fa('lllta para instituir ~ los beneficios curados a los eclesiásticos pre~entados por el Gobierno, siempre que los considerase con
mérito~ ¡aptitud, 1 que en el título no se hiciese mérito de la pTe.
I
1
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-
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.'t!f1iaciun.
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Parece, pue~, fuera de lod-a dlHl<t,
l'! dl.!ft'cho dt-
(JlI('
lJatronato ha sido controvertido, pOI' no haberse as(!gurado in'clJoca~
blemente, como lo dispuso la lejislatura colombiana.
I
~
1
-
Hablar hoi de regalias de gobierno en la América republicana
a la mitad del siglo XIX ., me parece un completo anacronismo.
~
En las Repúblicas no hai siuo deberes i deredlos emanados d e
la voluntad popular, mas no preetninencia!:i o escepciones prtvatints
que solo existen en los gobierno~ absolutos i d!: derecho dlfJino, a
quienes escritores abyectos tribut:iban los honores de la divinidad i
•
querian que con ellos se partiese la autoriJad de la 19lt!sla. Con
tales ejemplos i tal pauta, es que el biblióteca~io Vijil, de quien
es el folletista. admirador _i_ plaji3:!io, ha escrito su indijesta obra,
DEFENS ¡\ DE LA AUTORl8AD nE LOS GOBJERNO"i, que fIlé condE"nada por la razon política j filosófica de este siglo, antes que la hubiese anatematizado la Silla Apostó lica. Mas valía estudiar lo que
sobre libertad relijiosa se h~ce i practica en lo'! Estados Unidos,
que lo _que escribe en Lima un_clérigo renegado, si!l mas guía que
los libros teólogo- políticos de la biblioteca limeña, a lo~ cuales ya
les pasó su tiempo i Su moda. En la patria de \Vashinhgton no
hai estas ingratas disputas eclesiásticas, porque allí se comprende
no es una vana teoría la libertad.
Resumiré mis ideas sobre la p1'imera cuestiono
El deber cons-
titucional de protejer el ejercicio de la Relijion católica J conslguien.
temente el de la potestad de la Iglesia, es jeneral I esplícito, I
no puede dispensarse su cumplimiento por ningun poder constituido. El der~ legal, el derecho de patronato, necesita de ser asegurado irrevocablemer:te por medio de un concordato. Aquel deber
¡este derecho forman nuestro derecho positivo en materias eclesiásticas, i contra él nada ,'alen los principios esrecl11ativos ni las doc·
t;¡;:;;s de escritores monarquistas. Cuando habla la voluntad popular por medio de la lei, calla la opinion del controversista. Ahora,
como el derecho legal está subordinado al deber constitucional, se
sigue que el poder público debe protejer la autoridad
I
lo. derecho.
de la Iglesia en toda su plenitud, hasta que, reformada nuestra Constttucion, se decrete la separacion de la Jglesia i el Elitado, conforme
al voto bien pro;;=unciado de personas ilustradas de ambos p.irtidos •
•
4í
'1" Cuesli01L El J el'etlLO de p7'olesiar e::: Hl ellOS cu cstiol)';:l.bfe
qlle el derecho de resistencia, 9.~~ aamito i sosten¡ro CQU)Q un ba~
luarte de la libertad i el Último recurso_contra las leyes inicuas i 0l~
:;¡vas. Protesta un Gobierno contra otro Gobierno por el hecho de
-
que pueda resultar menoscabo a l~s derechos i a la soberanía de su
nacian: protesta un estranjero contra la injusticia que le hace la autoridad del país en que resid e: protesta el último ciudadano contra los
agravios o perjuicios que en su persona o bienes le causa una disposicían o un auto ilegal. En todo el mundo civilizado, h~ta en Ru;¡Í,.
1 en Turquía, se respeta el derecho de protestar: los códigos granadr:
nos ;-'\05 prácticos lo reco;-ocen ; i los tribunales ¡juzgados lo acep tan con touas sus consecuenci"ts. ¿Serán solamente los Obispos ¡los
individuos del clero los que de él están privados? No ciertamente: el
Poder Ejecutivo, por medio del Señor Secretario de Gobierno, 10 ha "
reconocido_ en la respu esta dada a la prutesta del Señor Arzobispo) •
fecha 23 de Junio.. -de 185!.
En un p3.Ís en que está garantizado el derecho de asociacion se
hace uso del de protestar individual o colectivamente. ¡Qué! ¿pue den reunirse en sociedades democráticas hasta las últimos descamisados, i no podrán reunirse los eclesiásticos para tratar de negocios
que les atañen? Ninglln hombre justo admitirá tan odiosa excepciono
sin emb:ugo hace un grande escándalo el folletista de que se hubiesen
reunido en Tunja i Bogotá los eclesiásticos seculares i regulares para
hacer sus protesta~: ¡escánd:'llo farisáico!
, .
En las pájinas 64, 65, 67 i 68 del folleto, se formula un sellO
argumento contra el Arzobispo i su clero por no haber manifestado
los inconvenientes de las leyes protestadas; ántes de que se hubiesen
espedido, añadiéndose maligna.mente que con este silencio se queria
que, dadas las leyes, hubiese un pretesto para la rebelioll: En esta·
vez, como en todas las demas, procede el escritor con falsedad ¡con
malicia. Desde el 19 de Marzo de 185.1, es deCIr, dos meses an~s
de sancionarse dichasJ~ye5: -fl.:u:.üIÓ el Señor Arzobispo una nota sobre'
esta materia al Señor Secretario de Gobierno. que se halla inserta en
el número 39 de El Catolicismo, ¡que principia._con los dos párratos /
-
~
l
~iguicntes:
"Deroe que recibí el infollue de esa Secretaría al Coug-reso dd
48
"presente año, i me impuse de los proyecto!; presenlacl.u~) conoel la~
«(graves dificultades que, en mat€::fias relijiosas, iban a ofrecerse; ddi-
"cultadts que versan sobre p!lntos de vital ¡nteTes para la Iglesia Ca"tólica; pero dehiendo esperar el jiro que estos negocios tomasen en
·qas Cámaras, para tener tambien entónccs una idea ménos incierta de
"lo que en realidad tuvíese probabilidad de sancionarse, he aguardado
(¡hasta hoi, en que han tomado incremento las discusiones sobre estos
"proyectos. El deber de Ohispo i Metropolitano en tales circunstan"cias no puede ser dudoso para mí, i empiezo a llenarlo dirijiéndome
"a U. porque "habiendo tenido oríjen en su despacho estos proyectos,
•
' (estimo un deher mio dar este paso.
"Cualesquiera que hayan sido los motivos que causaran la
"presentacion de aquellos proyectos, confio en que la ilustracion
lit los católicos principios de U., harán que esta esposicion mia
Usea recibida como el cumplimiento de un deber riguroso de con"ciencia i como muestra de mi respetuosa consideJ"acion al GQ.bier«no, ántes de satisfacer tambien ese deber ante las Cámaras lejis"Iativas."
Posteriormente, estando ya espedidas las leyes, pero reunida
todavia la lejislatura que podia haberlas reformado, dirijió el mismo Señor Arzobispo su reelamacion de 26 de mayo (Catolicismo nO 39) manifestando con sóhdas i plausibles razones la injusticia que envolvian ilos
inconvenientes i dificultades que en su ejecucion presentarian; pero
desgraciadamente dispuso el Senado que se archivara la representacion. Véase, pues, la prudencia i circunspeccion con que en el
particular obró el Prelado, i véase tambíen I,asta donde llega la
obcecacion de sus enemigos que niegan así los -hechos públicos i
notorios que mas le honran. Por lo dernas, tampoco creo, como
algunos, que esas leyes se espidieron para tenderle UD lazo 1 !:Iacritic arlo.
Tan infundado como el cargo antenor, es el que se Je hace
por no haber hablado cuando se espidió la lei de 25 de Abril de 1'845
)que ordena la suspension de los pr~ados eclesiásticos cuando se
admite una acusacion crimin.J' contra ellos intentada. Impresas corren las representacio;;;s de los Obispos granadinos en 1844, sobre
esta materia, con motivo de la célebre causa seguida al Rev.crendo
¡
•
49
Ol>ispo de Panamá a cuya aLsolucion concurrí como Ministro de
•
la Corte Suprema. S, apesJ\[ de lo que entónces dijo i alegó el
Episcopado granadino se sancionó la citada leí, el Arzobispo hi1.o
eot6nces lo que ha hecho en 1851, da1' cuenta de lo ocurrido
a Su Santidad, quien dírijió en consecuencia la debida reclama- (
cion en carta autógrara al Presidente de la Nueva Granada, fecha'
17 de Setiembre de 1845.
•
Así la conducta del Señor Arzobispo Mosquer3 sobre asuntos de su ministerio, ha sido la misma en todos tiempos, i bajo los
gobiernos de todos los partidos, fiel, lójica i consecuente.
33 Cuestiono Muchas pájinas podría escribir sobre esta cuestion
si no temiera fastidiar a mis lectores repitiendo lo que se ha dicho en peri6dicos i en piezas oAciales. Me limitaré, pues, a presentar algunas
observaciones sobre las dos leyes que mas han alarmado las conciencias de los Obispos, ;nirando porparte las cosas bajo un aspecto
filosófico, mas bien que bajo un aspecto canónico.
La lei de 14 de Mayo de 1851 atribuy6 a los tribunales i juzgados seculares, la facult:J.d de conocer de las causas de responsabilidad
de los pr! lados eclesiásticos i de los individuos de uno i otro clero, i
consj~ientemente de suspenderlos de sus funciones, admitida la acusacion; i como a virtud de la mismalei, no quedó a cargo de los funcionarios eclesiásticos ningun negocio temporal, es evidente que, tanto
el juicio de responsabilidad como la suspension del eclesiástico, no
pueden versar hoi sino sobre cosas puramente espirituales. ..por tanto,
el lejislador ha leji,lado acerca de negocios que no eran objeto ni materia d;Jei, i ha sanciona<io un absurdo. ¡Un ministro de un tribunal
~
mi
-
-
qlle, por cierto, no está obligado a saber teolojía, decidiendo si un sa- (
cerdote consagró válida i lícitamente el pan eucanstico; suspendiendo (
de las funCIOnes de absolver, bendecir .. __ .... ! esto da grima. tcHai
derechos dice Constant, que el hombr.e no ha abdicado en provecho de
-"'T"
la socieda.Q, que se _1:.a reservado para si, 1 que, aunque no se encuentren en los códigos, está.!l defendidos en el santuario de la conciencia;
el primero de estos derechos, es el dE: creer i practicar
relijion."
San Pa~e_scribiendo a los Gálatas,ks dice, que la mision, esto es la
potestad de los Apóstoles, de quienes son Sucesores los Obispos, no la
han recibido estos 1U del hombre, nipor el hombre, sino del mismo J~p
4
su
$
50
gucristo. Así el hombre de Dios i el hombre de Id sociedad, ~I f\postot
i- el pllblicista convienen en que el pouer humano no uebe injeJ:irse en lo que tiene su oríjen en el Cielo i su asiento en
COnctencia. 1 ¿qué responde a todo esto el folletista'? facilmente lo adi~
) vi narán rllis lectores - un torpe ~ solemne desatino. Orondo i con tono.
~ majistral afirma que estas cosas no se han entendido, i se han embrolJ:::l.do porque no ha sabido dis~nguirse lo que es esencialmente
distinto, LA POl' EST A D 1 S U EJ E Re le I o. Esta distincion será admisible dentro de los límites del poder de la 19lesia, mas no cuando
el poder temporal suspende el ejercicio de la potestad eclesiástica;
porque entonces es at::tcada esta en su inviolabilidad i en su esen
c ia: habrá coaccion, habrá violencia i la potestad dejará de ejercerse,
no porque esté canónicamente suspendida, sino porque la fuerza ¡mpide su ejercicio. ¿De qué le serviria al folletista su facultad eJe hahlar i maldecir, si le pusieran una mordaza7 Lstu no es cuestion teo) lójica, es cuestion de buen sentido.
Dispúsose por la lei de 27 de mayo del mismo año de 51, que
el nombramiento i presentacion de cu;:;;-;e hiciese por los respccliv09
Cabildos i padres de familia de las parroquias, _alterándose así la
práctica observada constantemente en estos países, ¡consagrada ¡
admitida por la lei de patronato de 1824. Yo sostengo qué dicha
1ei de 1.7 de mayo. es ¡nconsulta, por lo ménos, i voi a fundar mi
la
-
opmlOn.
?
-
Pendiente romo está eL arreglo del patronato, por no haberse
celebrado el concordato - de que habló 1~lejislatura colombiana, la
prudenci::t, no menos que las cOBSideraciones debidas a la SiIla-Apos,tólica, exijian que las cosas continuaran como las dejó aquella le.~islatura, hasta que se hiciese de dos cosas una, o re~nciar el po-
qe,'
tempo!al esa intervencio!!. exótica. q.ue tiene en los negocios de la·
Reliji,pn i de la Iglesia, o entrar en arreglos con el Vicario de JesU.~? para hacer aqnellas variaciones' que el tiempo i las institu~
ciones republicanas hacen indispensables.
En todos los negocios
humanos, desde los que se ventilan entre las naciones, hasta los
que se atraviesan entre p::trticulares, se respeta la poses ion que se
otra
tiene, mifcntras se hace UD convenio definitivo. Proceder
manera es desviarse de las reglas mas triviales que observan en Sil
ae
•
~l
'"Ú1H1ucta lo!i. goblemo!o, dvilizados, es dar lugar "l las quejas i recia·
mOClOlleS que prúde·ntemente quisieron evitar los lejisladores df> Co·
Jombia..
Que la lei de ~7 dE; mayo .es opuesta a las máximas I di5iciplina jeneral de la Iglesia, no es una -opinion, es un hecho. En la
ultima década del siglo- anterior, dispuso la asamblea de Francia,
entre otras medidas revolucionarias, que el nombramiento "*de curas s~
hiciese por las asambleas cantonales; el Episcopado fran ces se opusó en
..
- --
-"
'1
masa a tal innovacion, i el Papa aprobó su conducta. "El mayor error
Jice la elocuente pluma que escribió las Consideraciones sobre los
pTincipales·acontecimientos de la revolucion francesa, el mayor error
de la asamblea constitu yente fué el de querer crear un clero d~- " ,
pendiente de ella, como lo han hecho muchos soberanos absol!:!os."
Ad~mas de los motlvo"- canónicos que ha tenido la Iglesia para no
permitir que los pastores de segundo órden sean nombrados por el
pueblo, h;¡ razones Alosóficas j ~n era!es, i tambien mui especiales para.
i.a ~lleva Granada en favor de la prohibicion. Nuestros pueblos en
lo jeneral son hoi. mucho mas que ánte!', el jug~e"t_e~d-;-e-,-_d-,-os_o_t__res
tmterillos l alborotadores que hai en carla uno de ellos,para enre·
El nombramiento de curas seria
darlo, esplotarJo i.. corromperlo.
obra .suya, como lo es cuanto se hace
esos lugares pequeños, o lo
seria de las sociedades democráticas qne'" ta nto se han jeneralizado
para fomentoJe ... no es del caso decirlo. Figurémonos impa~cialm ente
•
las intrigas, las simolllas, los pactos vergonzosos ql1e habria; las
cualidades de los parrocos de un orijen tan viciado. i los m~s que
sufririan los fiel es recibiendo lobo; en lugar de pastores.
•
Antes de haber entrado los cábildOs en el goce de su parte de
pat"onato, con solo la facultad de entender en los negocios dd
cuitq"iseñ!lar sueldo a los ~ras, ya se han visto las tropelías,"
las venganzas i las persecuciones de que estos han sido vÍ<.timas.
Citaré entre otros casos, uno de que tengo conocimiento inmediato,
por haber estado hace pocos dias en ellllgar en que !!'lIcedió. Se
asignó al cura el mí.uúnun de renta, se le dedujo de ella no solo la
contribucion prOVincial , sino la del culto con qne debia pagársele la ~
renta, se le lanzó~e la ..:~a cural, se~e insultó i ajó hasta en la misma.
iglesia, 1 con un frívolo pretesto, se le metió en una inlnunda cúrccl.
en
I
-
52
¿Cual sE:lia la suerte de los curas nombrados democrállcwnenle? O
tendrian que hace¡ causa r.om~c~o; intrigantes i democr~lico8 ,
tolerar sus excesos, i hacerse cómplices i partícipes de ellos, o de o,
jar el beneficio si no se considt>:T<.l.ban con fuerzas para sufrir una
brutal expulsion.
Las malas pasiones se desarrollan i dañan en caZOD mversa de
las distallc~ i de aquí~e~J;- ~norme injusticia eu el reparti.
, mie~lo de los impuestos i de las cargas locales i todas esas medidas
-
.
-
( vejatorias de policía. Muchas veces al darse una ordenanza o un
I decreto, no se tiene en mira sino a tal persona, a quien un gratuito enemigo quiere molestar. En un cuerpo D\nm:ro~o como el
• ~ f Congreso, compuesto de Sentldores i Representan'kS de todas las
las pasiones i los intereses indiviprovincias, pueden ahogarse
duales, i ser mas justas i equitativas las contribuciones: en las
Cámaras de provincia se personifican mas la s cuestiones i la~ cosas, i
hai un poco mas riesgo de injusticia; pero en los Cabildos~ sus actos
van marcados con el seBo de las pasiones lngal'efias, que so~ la
mas dañinas de las pasiones. La esperiencia empieza a confirmar la
exactitud de estas observaciones: la Cámara provincial ue Vélez ha
conservado las primicias i acaba de restablecer-I(os de--:;:;c¡"os de estola,
con lo cual queda .segnrada la congrua de aquellos párrocos i privados los Cabildos de l. -;;tribucion de señalarles renta. - Esto es des-- -andar mucho. Yo opino que desde el Obispo hasta el sacristaD, deben
-tener sueldo fijo, por lo ménos miéntras subsista este órden de cosas
tan anóma)oj pero jamas seré de opio ion que l;~-bases de con.-tribucion para el culto i la asignacion de renta a los párrocos, se deje
a lo~ Cabildos. Encuentro;o esto algo de humillante para el maestro de la moral evanjélica; porque, desengañémonos, el !Jue paga
manda, i el que 'recibe depende: en último caso mas ~'aJja q~e no
hubiese sino limosnas i oblaciones, que no eerian regateadas i
cercenadas por el egoismo i los m:tlos instintos de lo!.' intrigantes i
tinterillos; i, sobre todo, que, en cualquiera de estos o semejantes
casos, el nombramiento de curas se hiciese por funcionarios cuya
categoría i re!;petabilidad fuesen una garantía del acierto.
Uno de IO!:l mas grandes errores del espíritu humano ha sido
el de buscar In sabiduri~.en la IgnorancJa 1 el acierto e~ la locura,
-
\r
,,1
-
.
-
-
- -
•
•
norancta.
•
-Pero parece lJ.ue me voi estendiendo dEmasiado sobre la matc ~
na d~ este parágrafo: lo dicho es bastante para manifestar que, al
protestar los Obispos granadinos contra varios ac:;tas lejislativos de
1851, no han estado desprovistos de razon, CQmo sostit-ne el folletista.7
v.
RESISTENCIA A LA~ LEYE~ PROTESTADAS.
Probado que el Señor Arzobispo tuvO derecho i fundamento
algun~ leyes _.Qfensivas a_.la~csttÜldc
resta examinar si pudo i debio resistirlas.
para protestar contra
la
Iglesia,
De los principios que forman mi creencia política, lli :lgullO
esta tan arraigado en mi alma, porque ninguno está tan comprobado
con los hechos i la espe:'iencia, como el que consagra el derecho
de ~ten~ia alas ¿:busos del po_d.e..r.
Mis primeros' cstu·dios
mostraron por una parte, a hombres ilustres de la antigüedad pa·
gana, prefirienuo el ostracismo i aun la muerte al 50rnctimiénto II la
tiranía, ora 7;le5(' ejercida esta por uno-;ol~~ ora por mucl~ reuuidos en asamblea; I por otra, a lo~ m{,rtires del cristianismo rin ·
diendo con valor h~róico la vida ante;; que obedecer JOB impíos
edictos de los emperadores 1 de sus ajentcs. En mi niñez vi a lo~
próceres de In independencia re~istir los decretos arbitrario3 de lo~
mandata.rios españoles, i despues lt:v:mlar e) grito dt: IIlsurreccioll.
DluaDte mis \'iajes, poco~ países he recorrido en donde tia hr.ya
encontrado algunos hombres de cOllviccionés fuertes i pecho lc\~alJtado,
sufriendo el destierro por no haber humillado ~u cervil al yugo de
la tiranía doméstica {Il Pall s conocí a lo", ';cñn!\:! ~ \r,ldcz I PiH'on
-
~
--¡pe , '
--- ." _
--...o.
-
--
---
_ _
"
.')4
a quienes arrojó d.e G~~~~~_I~I~_el pemo crala j\lJorazar.. l!,orfll lc
11<.
se- sometieron a.sus brutales decretos: en Lóndres, al ilustrado
arjentin o rr~rra~~o~; _prC'lscrito
el _Di~tador ~asJ a causa dr:
-por
• haberse resisti do a cump lir una orden suya, apoya da en un
acto de
la repres entaci on provin cial que se presta ba dócil a los capric
ho:'.
uel tirano; i en los Estad os Unidos, al virtuoso Polac o _Soltyk,
que
\ se habia escapado de la Siberia, a donde habia sido conde
nado
porqu e no quiso obedecer un ukase ¡lliclIO del autóc rata de la Rusia
.
fAquí mismo . en nuest ra patria ..... . pero es innece sario
acumu.lar
mas hecho~.
j
,
.- - -
- -
-
___o
_ _ _
•
_ _
Al ver que la poster idad i la histor ia, léjos de trat-ar
de
T dÍ:;co!os i perjur os a los qu e han resistido leyes injust as,
Jos col.
man de honores i de alaba nzas, me he pregu ntado a mí
mismo: ¿hai en la sociedad, hai en el hombre algun a cosa superi
Ol
a la lei i que le autorize" a resistirla? Sí por cierto , m~ ha
contestaJ o mi razon ,-la pTopia defensa, la conciencia i el honor
.
Supón gase. i no es ~realizab l e-Ia suposi~¡o-n. ~ que se espidiese
una lei para que al que tuviese un capital de mas de cuatro mil
pesos, se la quitase el exced~nte para darlo a los hombres arruin
ados por la harag anelÍa o por los vicios. ¿Debería un hombre
pundonoroso i honra do entreg ar docilmente el fruto de su tnluaj
o I
de sus ahofr-os, tan solo porque se le pedia en nombre de una
reu• ~ .nion de hombres, cuyos títulos para la espoliacion eran
iguales a
los de la p;';di lla del capit .;;- Rola; do? No. ciertamente; la.
propía d~fensa le autori zaba
para la resistencia.
Ot~o caso: Se orden a que los jóvenes de doce .3 diez locho
años vayan a recibír su eJuca cion social i política en las
so~ie­
dades democráticas, ¿Hab rá un padre de famil ia que cumpla
con
semej ante prevencion? No cierta mente ; la c~cia le dá
dere cho para resistir.
U~Htrr~.ente, una lei revolucionaria impone la obligacion, baJO pellas --,,-,.::.:...
mui .c:..:c.:..::
severa
:.:: s,
__de entreg
- ar al delinc
- uente políti co. que sc"
asi la e'L-un ~__c~a . ¿Se a!reve rá un hidalgo i un cristiano a entreg
al
al sacrificio a quien busca en sus hogares la salvacion de la
vida?
.
.No ciertamente; el hOllar le acons eja que resista.
Pero ;--Jir á; si se deja al juicio de los lJ~rtlculare:-. la L~rte
_
_
-- --
~
---
-
-
_
.55
JlticaclOll de la bonda.d d e
la::> leyes i se les autoriza par;! rC~ls­
tirias cuando las eren injustas, el órJcn social es~ imposible, todo
-sera anarqul<l. A tal objecion respondo que el derecho de Tesis· ,
tellcia solo tiene lugar cu~nd<! e~ !l0toria i _~videite ~ ~ju$ti~ü.
... - de la lei, es decir, cuando es contraria a los claros preceptos de
la lel natural o de la divina, como sucede en los casos propuestos
Put:dc, por ejemplo, ser mal repartida una contribuc ion, o r
•
derectuoso e l slslem 1 de educacion o demasii.ldo severa la pena
-
t
.en lo~ delitos políticos; i sjn embarg? de esto n.o ser notoria~­
te i'!i\l~tas las I~es que tales cosas sancionasen, con~o lo son,
la que .me despoja de lo mio para darlo al vicioso i vag~ml1ndo, • r
la que quiere que mande a mi hijo a un~ e;)cuela de corrupcion'¡
i la 'lue me hace rallOr a las reglas ne la hospitalidad, i 'del honor. l
P~ra tranquilitar a algunos de mis compatriotas que tien(>n
ulla conciencia tan delicada como la de los gatos esc1'upulosos.
- ~--~VOl a manifestarles que aun e~ nues~ros mismoLcódigQ.L~e~Ecuen.
t:
tra sancionado el derecho de resistencia.
-;-r--i
La lilas natural i lejltlma rotestad es la que los padre.s
e,)ercen sobre los hijos, i sin embargo si el padre manda ,,1 hijo
una cosa inmoral, no debe este obed~cerl~, i ~ }a repeticion de a¿'~
lOS sem;Iantes- es caus~ I~gal para ;a~rlo de ~R.atl'ia poJ&.stad
(lei 18 lil. 18 Partida 4'.)
Los Gober~res son ajen tes naturales del Poder Ejecutivo
cuyas ordene,; deben obedecer i cumplir; pero :i la órdeo es inconstitucional O ile[al, o presenta_ g\'ave~ in_convenientes....~ eje- •
cucion~o tiene o?I!g~cion de darle cumpJimento (artículo 535 lei
l' parte 4' tralado 2" de--_.la R. G.)
Ninguna clase de l'i sociedad está mas obligada a la obe•
diencia que la- clase f\\ilitar, i no obstante esto1 ~~mando se comumca a ;;; militar una órden para coartar o violentar en sus actos a los miembros del Congre-so, para imPedi¡-eJ libre ejercicio.
del derecho -ae sufrajio en tod; clase de elecciones, o para otras
cosas semejantes lli}- solamente ñO deben c-um plirla sino que se ha<::c responsable por su cumplimiento, (articulos 7tl i 8" de lit lei l a
~
I'alte l ' tr.t.do 6" de dicho
código.)
-
~.
-
No -cQmprcndo cómo hombres que
lan dgnamcull! cenSUI'J.11
56
l. obediencia pasiva del Jesuita, pretenden cxij irla de lo:; nucrnbros de una sociedad libre i bien constituida. Quiero i deseo VI·
vamente que en mi patria las leyes sean obedecidas j las autor; .
;¡
d!ldes p~licas í~speta~a-;, pero-n~ - quier~ n~ _~s~o que
granadino sea peri!lde a~ c<!,da..ver, c:omo el palo del ciego o el báculo
• del peregrino. La le; debe ser obedecida mas por el convencimiento
de su justicia que por el temor de su sanClon, porque ~omo di-
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jeron los lejisladores de Colombia en la parte motiva de Su decreto de I1 de_ Junio de .1823, "lao" ~~ deben darse en una
República mas bien como preceptos úlile§~~aludables q~e como
mandat?s-caprU;~os-o!.. i arbitrarios ~!!. Señor para con fui siel'vos o de un monarca para con sus vas.atlos." Asi se enteodian i
-."practicaban Jos principios de l Gobierno republicano en aquellos
tiempos de patriotismo i moral pública, cuando todavía el mas cí·
nico libertinaje n? habia pervertido la sociedad.
Resistir todo acto ofensivo a la relijion i a la Iglesia es en
( los Obispos, no un derecho simplemente, sino un deber i un de( l;er mui premioso. Pastores de los pueblos, guardianes' de la fe i
depo sitarios de la autoridad, su sometimiento a los preceptos que
r'
- --
vulneran esta autoridad, les acarrea la mas grave de las r.sponsaQilidades, )a respoDsabili?ad de conciencia. La regla de su conducta para tales casos fué trazada por los mismos Apóstoles, e
inviolablemente ha sido observada por espacio de diez i nueve siglos al traves de las visicitudes de los tiempos, de los cámbios de
Gobierno i de las mas horrible:s persec1.lciones,- ODEDIRE OPORTBT
I •
DEO, MAGIS QUA:M HOl\lTNIBUS,
A esta regla ajustó su fonducta, hace pocos años, el célebre Droste de Vischer¡ng,~Arzobispo
de Colonia en la cuestion de los m;rtrimonios mixtos, sin q'ue h1.lbiese sido parte para separarse de ella la estrecha prision a que lo
.... "-redujo el Rei de Prusia. Los lilósofos i los sabios dé la Europa afuaro; el pr~eder arbitrario del monarca, i la tribuna francpsa resonó con los mas vivos aplausos al firme i valerllso Prelado.
No menos penetrado de la importancia de sus deberes el Ar,wbispo de Bogotá contestó tambien como él de Colonia i como los
Apóstoles en el Sanhedrin, non possumus, cuando S(~ denegó a re·
ronocer la suspension del Obispo do Panamá ~ecrctad-!..por la Su-
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f
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!¡7
prerna Corte de Justicia. I nótese que ('sto sucedla en 1844, ruando
oU'O partido estaba' eñe!poder. i no podia supoller3C que esta resisten ~
cia a los preceptos dc l. autoridad tuviese por objeto rodear de emba- •
razos i\ la admínistl'acion i suscitarle enemigos. Todo el mundo hizo\
justicia a los motivos de conciencia que guiaron al Prelado, i su con -{
ducta no rué tachada de criminal.
Con una d.. f~~atez de que 00 hai ejemplo, afirma el folletista
a la pájina 83 que el Arzob~~ reconoci~ la suspeosion ,iel Señor
Provisor Doctor Herran, decretada por el Tribunal de Disuito i nombró c'ñ-sulugar alDoctor D0'!lin~ . Ria~o. Falso,_ falsís~no. El
Señor Herran estaba con licencia cuando el Tribunal declaró con lugar la acuiOacion contra él iatentada, i el Señor Riaño se hallaba des- \
de ántes desempeñando el provisorato. De esto. hechos debe haber (
constancia en la Secretaria de Gobierno.
Mayores i mas graves razones que las que tuvo en. 1844, ha tenido el Arzobispo para decir con los Apóstoles: non possumus. Se
trataba entónces solamente de un auto judicial sobre un negocio particular, que 110 podia servir de argumento contra la naturaleza de la f
jurisdiccion de los Obispos: habia recursos que interponer para su revocatoria; i ademas la autoridad eclesi:i.stiea tenia algunas faeultaaes
i allibuciones que no eran espirituales, a las que podia decirse que se re
feria la suspension. Mas hoj las cosas tienen otro carácter i pasan de
mui diferente manera: no se trata de un hecho particular, ni de una
decision interlocutoria de un tribunal de justicia: se trata de leyes que
90Caban por sus cimientos la potestad de l. Iglesia, alteran la disciplina jeneral i ('~prometen la existen~ia del catolicismo en Nueva
GraDada. Contra esas leyes no hai recurso de apelacioo ni de nulidad,
Di se leo puede interpretar diciendo, que deben entenderse respecto de
los negocios temporales de que conoce la potestad eclesiástica, porque
h01 ningunos son de su competencia. Esto es claro i evidente, o no
hai nada claro en el mundo. Protestadas esas leyes con derecho i con
ralon, como ánt.es he manifestado, la resistencia era correlativa: un pro·
ceder diverso sobre no ser lójico, habria probado que elArzobispo no era
firme en sus convicciones, ni consecuente en sus principios: habria pasado por imbécil, cuando ménos, I ha~ta "ioll~ propIos enemigos 1(' ha· ~
brian echado tncima ~Sf' baldon
•,
Subió de punto la llccesidad. de r eslsl lI' las leyes a[]lfeclcsias~
ticas desde que el Sumo Pontífice dirijió al Arzobispo las cartas de 6 i 15 de Setiembre de 1851, en las c::uales no solamellte
aprueba su conducta i la de los Oq,ispos granadinos en ti hecho
de las }Jrotesta~, sino que la aplaude i los exita el defender de
palabra i por esc1'ito, con fortaleza i sabiduria la cauSa de Dios
I i de in Santa Iglesia. Despues de esto ¿qué camino le quedaLa
a un Prelado de honor i de conciencia? O resistir las leyes o
desobed~cer al Papa rompiendo la unidad católica.
j Hombres justos, hombres imparciales que no teneis el corazon desecado por
el egoísmo o pervertido por la venganza i por la envidia! decid,
,cualesquiera que sean vuestra creencia i banderia, ¿cuál era el partido
que debía tomar el Arzobispo en semejante emerjencia? El conflicto rué
grave, pero la deccion de partido no podia ser dudosa para IIn sucesor de 105 Apostoles: Obedire oportet D eo, magis 'luam hominibus.
Eílta resistencia nunca ha sido ni debe ser un llamamiento al
.
desórden, ni la aplicacion de UD botafuego a las cOllmociones pop"lares;- -No, mil veces no. A la resistencia debe seguir la resig. nacion: despues de haber sostenido el depósito · de la fe i de la
autoridad como l'ninistro de la relijion, de~e seguirse el sometimiento del hombJe a las potestades de la tierra. Asi se entiende la obeaienCii a lasl€yes i a los -gobiernos de que habla San
Pablo; así lo prat.:licÓ el Salvador de los hombres; así lo practicaron !?s Apóstoles i los mártires del cristianismo; i aSI lo ha hecho tambien en su caso el !,-rzobispo de Bogotá cuando contestando en 30 de _~ayo último la !:~ta en que se le comunicó
el decreto ue su estrañamient¿ dijo lo siguiente. "Si la conClen--"cia i el honor, i deberes sagrados i premiosos me prohiben des"prende~~ de la autoridad que recibí de Dios, -¡ nomorar un
¿'Vicario jeneral, conforme a los mandatos del poder temporal, no
"sueede otro tanto con las ó!denes que U. me trascribe, que obc" dezco i cumpliré puntualmenre. Conforme ~ los decretos de la Pro"videncia me alejaré de mi patria i de mi grei e Iré a buscar
"hospital¡~~ª-en estra~a tiel'ra:" ejemplo sublime de fo~-taleta-' i 000t diencia que la poswridad apreciará en su justo valor; respuesta pe( rentoria a las inv€:ctivas ¡ ca lUmnl:lS del degv~nwradf) folletista.
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VI.
FlJICTO
DEL
PItO\' l"iOI\
DE
ASTIOQl' lA.
Habiéndose denegado el Provisor de la Arquidiócesis. encargado del Gobierno eclesiástico por enfermedad del Arzobispo, a eOIl·
vOCllr concurso para la provision de curat~s con arreglo a la lei de 27
de mayo de 1851, el Poder Ejecutivo dió el aviso del casu al ProviSOr del Obispado de Antioquia para que sup-liera la neglijencia conforme a lo .. cánones. Esta última cláusula de que usa el artículo 26
de la lei de patronato, manifiesta que la cuestion debia decidirse con
arreglo a las decisiones canónicas.: el Gobierno nada ordenó, nada pTe·
vino; dió un simple aviso, pasando el negocio del ter~eno de la lei civil(
al terl'eno de la lei canónica. Recibido el aviso por el Provisor de An./
tioquia, lo primero que debió examinar rué el grado de competencia
de su autoridad para revocar, correjir o reformar lo dispuesto 'por . el
Metropolitano; pero aquel eclesiástico mal aconsejado echó por eJ_ atajo
i espic.l!.Q su edicto de 1o i~narzo de~ste año, convocando a oposicion para'proveer los curatos de la Ai9,.uidiócesis.
La. irregularidad de este procedimiento es tan notoria, i !a violacion de ios cánones tan palpable, qUt! el mismo folletista no se
atreve a negarla, i se limita a decir, como lo tiene de costumbre,
lIn clásico dís~rate. "Suponiendo, dice a la pájina 97, qtte_no hu~
"biese en la potestad civil la facultad de alterar el órden de pro"cedimiento del suf~oioeo al metropolitano i de este al Papa; ¿hai
"en esa alteracion algo de dogma? ..• Lo mas que podria decirse
"en nuestro caso, seria que se hahia turbado el modo, de proceder,
"mas no que se hubiese tocado el dogma:· Tales aserciones no me.
Tf'Cen una seria refutacion .
•
Para conocer el órden jerárqqico de la Iglesia i sabt::r que no
todo lo que puede el superior es potestativo al inferior, no se neo
cesita ser canonista, sino vivir en pais católico i tener buen sentido
lo mismo que para saber que un juez de circuito no puede revocal
•
las senrencias de un tribunal de distrito, no es necesario ser un grande
abogado. Del Obispo se pasa por escala ascendente al Metropolitan()
j de este al Papa. Solamente en lIegocio:, contellciosos, o cuando SL
-
-
.
•
J
•
•
•
60
trata de suplir la neglijcncia de un Capitulo cateJral en la eleccl
on
de Vicario capitular, puede invertirse este órden; en el primer caso
por
un Breve de Gl'egorio XITI de 1573, especial para l. América; i en
el segundo por una disposicion escepcional del Tridentino: el sufragáneo conociendo de las .pelaciones de las sentencias del Metropolitano, obra con el carácter de Tribu nal Apostólico, es decir
con
el de delegauo especial de la Silla Apostólica. Estas eseepeioneo
,
la de aprobar en ciertos casos las causales de ausencia, confirman
la regla jeneml establecida eopresamente por los cánones i observada
en el orbe católico, segun la cual el Sufragáneo no puede ¡njel'ir
se
en Jos negocios del Metropolitano sin cometer un atentado.
Para el folletista, sin embargo de que unas veces se muC'stra en
:. su obra mas rigori sta que un discípulo de Jansenio, i otras con
unJ.
conciencia tan el~stic~ como - la d;ci~s ~casuistas ¡n morfi les, segun
conviene a sus pasiones i a sus intereses, porque es el mas comp
leto
,...--- _ . P1'oteo, para el folletista, digo, nada importan ni significan estos
prin.
oipios.J ¿Qué tenemos con que un cura de la Arquidiócesis sea nombrado e instituido por el Provisor de Antioquia o por el Pr~te Juan
de las indias? esto no toca al dogma, aunqu~ el cura asi nombrado
-
carez~ _ge~a _misión- i d;¡; potestad que 9010- puede recibir de su
lejítimo prelado. Tampoco importa nada que si el Poder Ejecutivo
no ha hecho capitan o administrador de una aduana al folletista,
lo
haga el Prefecto del Caquetá, o el jefe politico de San Martin:
I~
l mas que podri a decirse
1 ceder. iPobre cabeza!
seria que se habia turbado el órden de pro4
No podia el Senor Arzobispo ser indiferente al entrometimien to
del Provisor de Antioquia en los uegocws de la Arquidiócesis:
el
menor disimulo, la menor tolerancia habria comprometido gravemente
stl responsabildad i cubiértole de ignominia, EspicHó pues su contra
edicto de 29 del mismo mes de marzo, desconociendo la autoridad
del
- ular de Anti09"uia, cuyo procedimi~nto lo hacia
, Provis.ol' Vicario Capit
.. intrusc i uS9IPadol', i prohibitmdo que ningun eclesiástico obede
ciera
ni a~atara el-;dic!o Ili otras providencias de este prelado bajo la
pena de ~",comUDion mayor lat~ senlencúe, ~o podia ni debia hacers
.e
mcnos en tan graves circunstancias; i aunque al folletista, Jo mi.mo
que a los de su pandilla baya parecido dura l. coominacion, deben
-
•
-
-
..
---
61
advertir los hombres poco entendidos a quienes se pretende engañar,
que el obedecimiento del edicto del Provisor de. Antjoquia habria sido
un paso...at cisma, del cual yo no sé a que distancia estamos hoi,
i la pena del ¿¡sma ha sido siempre la excomunion.
VII.
JUICIO
1
ESTRÁ~.AM(E:N'ro.
La' conduela del Arzobispo para con el ProYisor de Antio'luia.,
que dehia haber merecido los elojios no solo de los catolicas, sino (
ue cuantos tienen ¡nteres en sostener el principio de autotidad, base
del órden sócial, sirvió no obstante de acaSlon i de pretesto para
que un diputado echadizo promoviese en la Cámara de Represen-
.-
.
acusaClOn
contra el mism~ñ.or Arzobispo. No intento ni
vendria al caso entral' en el exámen de la conuucta de las Cámaras
lejislativas en este célebre juicio: esta defensa no es un escrito de
tant~s
espresion de agravios. Los hechos de q lIe se .a"cu-:'so-:",....a_l...,..A_rz-'obispo
fueron, haber protestado contra las leyes anti.eclesiásticas, i no haber
permitido qu';"' el ProViSOr Vicario capitu!ar de Antioquia ejerciese '
funciones en yArquidibcesis..: La Cámara de Representantes acordó t..
la acusacion por ambos cargos en su sesion de 14 de mayo último, (
resultando del escrutinio secr~to 27 votos afirmativos contra 15 ne~
gativos. Introducida la acusadon ante el S~do, este resolvió admii;rla, en sesion - de) 24 del mismo, por 18 votos contra 6, cuyos
•
nombres quiero consignar aquí para que afgim dia los r~jistre la
historia con honra i alabanza; Señores Raimundo Santamaria, Pablo A. Calderon, Severo Garcia, Francisco Vega, Julian Vazquez
i ...... no m~mcjonaré su nombre, porque obrando despues contra
sus principios, votó, cosa que seria estraña, si todo no. fuera estraño
en este tiempo, vot~ por el estrañamiento del Sr. Arzobispo.
-
La .admision de la acu~acion fué noli6cada al Arzobispo, entre,
otros objetos, para que declarándose suspenso de sus fUDciones, uomJ
brase un ,ticario ¡eoeral, como e; caso de impedimento físico i moral. Esto era exijir del prelado que hiciese lo contrario de lo qu. su
honor i su conciencia le prescribiao, i por cuya. caJlsa iba a ser arrastrado a la barra del Senado. El Arzobispo se denegó a verificarlo m.-
--
02
nifestando sus razones en la cspo~ ir'ioll que llln.iio al Senado
ro.1
techa '26 del propio mayo, que concluyó ~~ 11 est~HI palab ras. "Os
"rueg o. Ciudadanos ~en(ldorcs, que prest\ is vuestra atenti,on I
reHAexioneis un momento sobre la situarion cspe'1lal en que me
enc.cuentro: yo tengo deberes para con la asociaeíon polltica de
que
"soj miembro; p erotam blcn los tengo para con la igicsia de qu c
soí
<1 Prelado.
Co~iud~ano acato, cumplo í ouedezco las leyes civiles l
"dicta Jas en asuntos ete su competencÍJ.. respet o I;s autor idaues i
me
J "someto ciegamente a sus decisiones. Como Arz'"obispoacato, cum·
' ''plo i obedezco las leye;- en negoc ios can6nicos, estoi sometido
a la
,
"San ta Sed.e Apostólica , i tengo que conrormarme con sus mandatos.
" A esta obediencia estoi solemnemente obligado por un juramento
"que presté, nb cland estinamente , sino a la faz de la nacían, i
(;on
"el ascenS'O'OeJa ¡ei iclbe neplácito del Gobierno. Si~1' una fata"Iidad deplor;¡ble, se -;;~ en~ontradiccjon laleíci vil con la lei
ca"nónica sobre materias eclesiás,!icas, ¿qué deberá h~cer un Obisp
o
"que es en su dióc~s is el depositario i el guardian de los derechos
i
I'de la disciplina ue la Iglesia ? La misma Iglesia le tiene trazad
o
"el camino que han seguido otros obispo s, i del que no puede d
c~ ­
"viars e."
En vista de esta espmicioll decretó el Senado en su sesion del
27, el 'estr;ñamie~el Arz:obis~la ocupa cion d~u s temporalidades; resolucíon que fué obedecida ..gor el Prelado, segun apare
ce
ds la re§puesta dirijid~ a la Gobernacion de esta provincia, de
que
antes he- hecho mencibn .
La suscinta relacion de estos hachos da lugar al exámen de la
cuestion, de si el Arzobispo debió preferir el destierro, a obrar contra
sus principios, su; convicciones ~s deberes como Q.!2j sp;.-o igamo
s
al folletista. "Esta ba, dice a la pájina 93, en la eleccion del Señor
"Mos quera quedarse o partir. Por un momento volvamos a hacer
la
"suposicion de que las leyes son impias, la pel'secucion declarada
i
"que los lobos (para hablar con el Catolicismo) se cruzan por ma(
"nada s al rededor del redil ..•.. .... " •.... ..•.• •.... ..... ...
~
-
-
~
-
-
--
-
" · ..... ..... ..... ..... ..... . - ..... ..... ..... ..... ........ .
H¿Que mal le resultaba al Arzobispo de nombrar Vicario jenera
l i
"sujetarse a jutcio? Proverbial es la morosidad de nuestros trámit
es
63
(Cjlldjcial'('~
muchos meses lr3"cnrnnan sin tcrminar!;e la cal1sa, pero
"muchos ... .. un mes mas de residencia para atender en tales C l r"tunstancias. de persecucion, --a la salud de sus ovejas, +rlabria sido
L pala un pa~tor caritativo, un ti~mpo precioso qu e no habria que- ~
" .. ido peruer, 111 una pa?j!S-llla, segun la. frase del sabio. ¿Que ha-(
"bria sucedido al fin? No supongamos 1:\ mui probable poo;;ibilidad
('de UI1 Indulto, rple hoi en el estado en que ha puesto las cosa:. el
"Sellol' MosqueTa, seria impolítico, seria reprobado: sin tales circu ns"tanclas c? ,eguro qlie el Gobierno deferente i considerlldo hasta el ~
"estJ'emo por el Arzobispo le hubiera espcdido." Esto es hablar por
hablar: 10 demostraré .
Decretada implícitamente por e l Senado la suspe usion del ArzoblSpO, se encontró este enla dura alternativa de da rse por suspe nso,
O de 'al'eptar el clt::-.tierro. Adoptar el p"rímer partido era Tet!onocer en
el pod~r temporal la fac ul tad de susE.ender un obispo elel eit:fC'ic io de
SIJ~ funcioll e;'-;ra apo:-tatar de los principios que con táiíta firmeza
1 razon habia st)!'tenido, era separarse en fin de la se nda por donde
Su Santidad le habia exhortado a que continuase su ma rcha. La
c1ecclon, pues, no - poJ ia ser dudosa para un prelado pundonoroso i
verdaderamente católico. P ero supóngase, co mo lo quiere el fOll~tista¡
que olVIdando ~IIS deberes i consultando solamente. sus intereses, se
-
hubiese plegado el Arzobispo a darse por suspenso, nombrar un Vica- ~
Tio i someterse a todas las humillaciones de juicio, ¿cual habria sido
el resultado de este? facil es el preverlo.
El punto que en él se
ventilaba no era de hechos que pudieran esclarecerse i desvanecerse
con esto los cargos, sino de derecho , acerca del cual era ya conocida la npinion del Senado. El Arzobispo habria sido condenodo.
Pienso, como e l folletisla que el Poder Ejecutivo habria con ce-
-
dido un indulto, pero eete indulto habria dejado en el mismo o peor
•
fstado las co¡;¡as, porqu t! el Arzohi¡;,po habria sido exitado otra vez
a convocar concurso o a permitir que la provision se hiciese por el
Vicario CapItular, i él se habria
~acion, nue~'o JUicio. ~tlevos
re~istido a una i otra cosa; nu eva acu-'
co,nAictos: lo mas que se habria ade.(
I.ntldo _eTla el cambIO .re Tnbunal: en I"gar del Senado, habria
conocido la Corle Suprema cuyos prinCipiOS en esta- materlb. ion
hien c;onocidos,· El mal esta en las leye s inco~suJtas.
Triste es la
•
64
situacioll a que ulla deplo rable fatalid ad ha coudu citlo las
co¡,as ,
que lo m:,jol' que puede sucede.: a un Obispo Católico en la Nueya
Grana da es que lo destierren, si no es que la muerte viene {}nte!
;
.
.
; a poner termm
o a sus pesares '
I congo jas como Eucedlo con los
,yenerables Obispos de Popay an i Santa marta ,
..
El 19 de juni.'<..emprendió el Senor Arzobispo su marcha para
el destierro. Se habia tenido cuidado de rescryar el dia de la
par·
4
tida, para evitar reuniones de jente, tan pen~sa8 para el enferm
o
como alarmantes para sus enem igos, pues aun suponiendo, como
dice el folletista, que el pueblo fué indiferente a la ausencia de
su
Prela do, no se le podrá negar la curiosidad que 10 lleva, aun a presen
cial' la ejecucion de un cr¡minal. El !!zob ispo salió de su casa
a
la una del día_o en una silla de manos sin ~ compañia que
la
de un amigo, que lo fué yuien estas lineas escribe: media hora.
despues llegó a la quint a del Senor CalYO, que está a la salida de
la
ciuda d en direccion uel camin o para Hond a; i el dia siguiente
continuó la marcha, acompañado de varias personas notables.
No sé a qué condu ce la historia del estrañamiento del Señor
Arzobisl!" Sacris tan, '1ue refiere el folletista desde la pájina
88
hasta la pájina 92. Presc indo de los motivos especiales que tuvo
el
Gobie mo republicano de Santa fé en 1811 para tomar aquella
me·
) did.:; motivos que se hallan en el manifiesto que publicó el
mismo
: Gobierno i al cual conte stó en una repl'esentacion fecha .5 de
mayo
de l81! el célebre patrio ta Doctor ~es Maria ~lu, Dean
que fué de esta Iglesia Cated ral; e indicaré solamente que los
dos
casos son tan diferentes, como los tiempos en que han suced
ido.
El Senor Sacris lan era español, nosotros estabamos en guerr a
con
la Españ a i por el derecho de la guerr a admitido en t<><las las
na·
cicm e;:-; puede espulsar del territorio a los súbditos de la pqten
cia
enemiga. La Nuev a Grana da se encue ntra hoi en paz con todo
el
mundo i no hai mas guerr a que la que se hacen unos a otros
los
individuos de la misma sociedad i aun del mismo estado, gu~na
de envidia, de odio, de venganza i de c~icia, guerr a que presaj
ia
)a gl!era social de que estamos amenazados. La cita, pues, del
estrañam iento del Sefior Sacris tan es necia e impertinente, i no le
eoeuentro mas objeto que el de tener ocasion el foUetista para estam
-
1
-
-
--
-
-
-
r
-
--
-
-
- .. .
-
-
-
-
65
par estas horribles palabras que han desgarrado mi coralon: ¡iiM.\NUEL
Jase
MOSQUERA QUE PARA
su
-
PROPIA MENGUA ES·GR."~
~ADINO!!!
- Suplico a mis lectores me permitan bacer en este lugar una
pequeñ~ observacion que quiza no será perdida para los buenos granadinos. En los países sujetos a continuas oscilaciones, los pattidos
se descomponen i se recomponen, tomando una nueva forma, pero sin
salir jamas de la esfera política. Estas descomposiciones i recomposiciones han sido mas frecuentes en nuestro pais, viéndose suceder en
ménos de medio siglo los partidos de realistas, patriotas, centralistas,
federalistas, bolivianos, urdanetistas, liberales i conservadores. Parece que el clima intertropical que en el órden físico acelera el desarrollo de la v1(fa i la decadencia a la muerte, ha ejercido tambien su
influencia en el órden politico. Mas t.lOi, de la descomposicion de
los partidos quo ultimamente se han disputado el poder, empiezan a
aparecer dos desconocidos en el nuevo mundo, cuyos caracteres i
fisonomía anuncian una lucha encarnizada, indigna del siglo i de
los jenerosos sentimientos de los granadinos,- por una parte los católicos i por otra los socialistas i cismáticos. Relijion, familia i P"Opiedad serán el lema de los ~meros; ateism4:'Prostitu.cion i comu- , ,
nismo, el lema de los segundos. Jamas me han asustado las divisiones poHtiCll8, ni aun las guerras interiores, pero la guerra relijiososocialista i la-g;;rra de castas, q;e es otra entidad no ménos peli-
-
-
-
-
-
~
--
grosa, me ~acen temblar eor el porvenir de mi patria ..••••....
VIII.
NOMBRAMlENTO DE "ICARIOS.
Siempre maligno i siempre infame el folletista asegura a la pájina
97 que.1 Arzobispo permaneció en Villeta hasta que la destruccion de la
erpedicw~ Flórez resolvió el problema de su partida. Si el folleto hubiera de citenlar solamente en el interior de la República, escusado seria
de~mentir esa asercion, habiendo tantos testigos oculares que la
contradicen; pero el folleto tendrá una gran circulacion, i por eso
tengo que declarar aqui, como hombre de hOMr, que el Arzobispo se
detuvo poco mas de dos meses en Vill.t. por causa de sus enfer5
G6
tnedacles i por cORsejo del Doctor Jorje Vargas í Je otros faculta-ti"os, no mé)1Qs que por aguardar a su hermano Dr. Manuel Maria.
que se hallaba en Bogotá arreglando intereses propios, i que debia
acompañarle en el viaje, como es público j notorio; mas no por esperar el resultado de la expedicion Flórez, ni por ningun otro objeto
político. Si no es exacta la presente a~estacion, reto al folletiita
a que me desmienta bajo su finna, sin parapetarse con el an6nimo, como alevoso ¡cobarde.
Ocho dias ántes de partir' de Villeta el Arzobispo, espidió un
decreto nombrando seis eclesiásticos para que sucesivamente i por el
órdeo de su nombramiento desempeñasen la vicaria i gobierno de
la Arquidiócesis con ciertas restricciones. Diez pájinas ID01tales emplea el folletista, desde la 98 hasta la 107, en combatir con su
fatigante charla el mencionado decreto. Yo voi a entrar brevemente
en el exámen de la materia, ménos por contestar a ese cnergúmeno, que por ponerla al alcanze de algunos de mis lectores mé·
nos entendidos; i para ello fijaré netamente las cuestiones en los.
términos siguientes:
l' ¿Ha podid~ el Arzobispo nombrar Vicario para que durante su ausencia ej~rza las funciones contenciosas ¡gubernativas
eclesástfcas con ciertas restricciones?
za ¿Perjudican estas restricciones al buen gobierno de la al'·
quidiócesis i a la satisface ion de las ~..ecesidades de los fieles?
1a En el brden eclesiástico, como en el órden civil, la juris4
dicelon contenciosa se distingue i es diferente de la autoridad gubernativa: a la primera corresponde el conocimiento de juicios tantO"
civiles como criminales en materias canónicas, i a la segunda el
gobierno i réjimen administrativo de la Diócesis. El Obispo está
obligado a nombrar un Provisor o Vicario jeneral para que ejerza
la jurisdiccion contenciosa; jurisdiccion que sin duda es ordinaTla:
en Francia se nombran ordinariamente cuatro con el nombre de
grandes Vicarios que alternan en el serviCIO. El gobierno de
la Diócesis lo tiene siempre el Obispo, i cnando por causa canó·
Bica lo encarga a su Vicario, toma este el título de Gobo'nador;
título que tuvie:ron los Señores Pei i Duquesne que: gobernaron la
arquidiócesis por el Señor Sacristan, ¡que hoí tiene el Seiíor Riano,
••
-
67
pou\ue ~u.lemas del conocinúento contencioso, tiene tanbiell faculta ..
des gubernath'as: esta autoridad es delegada i no ordinaria.
Al Obispo que se ausenta le encarga el Concilio de Trento
(cap. lOSes. 23 de Ref.) "que provea a las ne.cesidades de los fie"les, de manera que por su ausencia no reciban estos daño nin.
"guno." Como se ve, el Concilio deja a l~ prndencia del Prelado la designacion de facultades que debe delegar, pues de ot ra
suerte le prev~ndría que se desprendiese de todas, con escepcion de
las de la potestad de ordenar que no son delegables. Esto es todo
lo que hai ordenado especialmente sobre la materia por la lei canónica mas reciente, esto es lo que se ha observado i se observa
en el orbe católico; i contra el derecho positivo i la práctica nad~
valen citas ni declamaciones, tan fhera del caso como hostigan tes.
Si no estuviera ya advertido de que el folletista ho solo calumnia a los vivos sino tambien a los muertos i a los libros, eSlrañaria la aplicacion que hace al Vicario nombrado por el Obispo ausente, de aquello de Vicario idoneo sobre que hace tanto hincapié.
(Quiere saher alguno ue mis lectores a qué hace referencia ese calificativo idoneo? El mism? capítulo del Tridentino que he citauo,
I lo que es mas singular, que ha citado el folletista, lo refiere i
aplica al eclesiástico que en su ausencia debe dejar un párroco
con aprobacion del Obispo. El taimado folletista o no sabe latin,
o crf>e que en esta tierra nq,die lo sabe; cuando con tanta frescura
cita el Concilio de Trento que dice lo contrario de lo que él quisiera. Hasta el significado de la palabra idoneo parece que ignora,
haciendola servir para espresar facultades i no cualidades.
2° Yo DO sé, ni quiero saber, quien sea el folletista, pero sí puede
asegurarse que tiene reh\ciones mui íntimas con el Cabildo eclesiástico, supuesto quc habla hasta del oficio con que el Arzobispo
acompafió a esa corporacion el decreto de nombramiento de Vicario
i delegacion de facultades. Segun lo que se dice en la páJlIla 98 ,
las restriCCiones del decreto están reducidas 1f) a no convocar concurso para curatos: 2° a no aceptar en la matricula de la Arquidiócesi. clérigos de olra DióceSIS; i 3° a no admitir renunCia de beneficio curado. Examinemos si tales restriccIOnes peljudiran a lOi
fieles i contrarian el pensamiento del Tridentino.
o~
Prescindo de 4ue habria :5ido
UD
contrasentiuCJ, un proceder
peregrino e incoherente, el dejar facultades para convocar concurso
de cunltos, cuando precisamente por no haberse prestado el Arwbispo
a tal convocatoria habia sido
espu lsado del país.
Supóngase que
hubiese hecho aquella delegacion. ¿Qué suel te se aguardaba a lo.
eclesiásticos nombrad,os para ejercer la Vicaría i Gobierno de la Arquidiócesis?
O faltar a su conciencia i a la confianza del Prelado, o sufrir las penas de prision i I'eclusion. Aun inhumana habria
sido la rlelegacion.
Convengo en la importancia de que los heneficios curados sean
servidos por párrocos en propiedad; pero tampoco hai gl'andes inconvenientes para que lo sean interinamente por poco tiempo.
Durante
la ausencia del SeÍlor Arzobispo Sacristan no se proveyeron curatos
desde 1808 basta 1817, es decir en nueve años. Hoi tenemos motivo i derecho de esperar que el próximo Congreso hará desaparecer la situacion tan penos..'\. i forzada en que se encuentran las
conciencias de la mayoría de los granadinos, i entre tanto Jos embarazos i dificultades que se toquen no son imputables al Al'zoblspo,
~jno
a las leyes qHe las crearon,
•
El admitirse o nó en la matrícula de la Arquidiócesis clérigo s
de otra Diócesis, no influye en nada , en el J'emedio de las necesidades de los fieles: es un~ simple medida de árdeo i de policia, que
el estado actual de las cosas hace necesario. El folletista tendrja
derechu de gritar arbitrariedad, intolerancia &a si se hubiese prohibido que clérigos de otras Diócesis viniesen a ejercer su ministerio
en la Arquidiócesis; mas de mui dift:rente olanera pasarán las cosas:
aquí serán recibidos
j
obtendrán sus licencias, i se les dispensarán
por el Provisor i el clero todas las att!nciones de una hospitalidad
verdaderamente cristiana, aunque no sean domiciliarios.
Para que un cura pued..t. separarse de su beneficio
por cau-
sa de enfermedad o motivos de conciencia, no se necesita que re·
nuncie el beneficio: una licencia
temporal
le es bastante.
En
circunstancias de haberse reducido a la menor espresion las asignaciont!s de muchos párrocos, i de haberse dictado ordenanzas i decretos que los vejan i humillan, se hacia preciso impedir que renunciando los beneficios, abandonasen el puesto, con gra\'ísimo perjuiCIO
69
de los fieles. Con esta restriccion no solo no se ha contrariado la menle
del Tndentino, sino que se ha interpretado i acatado de la manera mas
cumplida. Sobre todo, la prudencia i el buen sentido aconsejaban
mantener el sfatu qua, hasta que el Congreso en su caso i la Santa
Sede en el suyo, resuelvan lo conveniente.
No ménos infundado. pero mas ridículo que los cargos anleriores,es
el de que con el decreto se ha privado al Capítulo Catedral de sus funciones de cuerpo consultivo, por haberse dispuesto que los Vicarios
nombrados consultasen entre sí los negocios graves que ocurran.
Si el decreto dijera que el Vicario no consultase con el Capítulo,
justa i mui justa seria la censura; pero no hai nada de eso. Se
aira el dictámen de aquella cOl'poracion. i tambien el de los eclesiásticos Bamados a ejercer sucesivamente la Vicaría i gobierno eclesiástico. En esto no hai contradiccion ni despojo de atribuciones.
El Presidente de la República, ántes o despues de h.ber oido el
dictámen del Consejo de Gobierno, puede, i así se ha practicado
varias veces, Olr la opinion de otras personas de su confianza, sin
que por esto se I"ogue un agravio al Consejo. A escepcioD del
folletista nadlf' pondra en duda la. exactitud de esta~ reflexiones.
IX.
CARGOS
VARIOS.
Las personas que hayan leido el folleto, harán Justicia a l lra
bajo que he tenido para entresacar de ese fárrago indijesto ¡colocar
en . órdel1 lójil'O los cargos principales, materia de esta respuesta.
Algunos han quedado que, aunque de ménos importancia, merecen
que les consagre este párrafo para contestarlos brevemente, a fin de
no abusar por mas tiempo de la bondad de aquellos de mis lectores que han llegado hasta estas lineas.
Motéja.e al Señor Arzobispo de que prefirió la renta d. 8,000
peso~ a los diez i ocho o veinte mil que tocaban a la mitra en
la distribucion decimal. Este no es un agravio, es un eloj io. Ya
he indieado quc aquella renta, su propio peclllio i cuanto pudo ad-
quirir por donacion i limosnas
hasta quedar reducido a la pohreza! In 111\ irtiñ pn h ohra m:l." 11111 i1 la '~I('"ia i al Estarlo, Irr
•
•
70
educac¡on del Clero; sus gastos .... pero esto <.!s ulla matt'fld ma;
ingrata para que un hombre decente la di~cuta por la Imprenta.
Con sobrada malicia i sin mas apoyo i fundamento que la fé
que merece la simple palabra de un anónimo procaz i apasionado,
dice el folletista a la pájina 63, que se ontregaron al Senor Arzobispo
guinee mil pesos que un Senor Manuel Luga, del Guama, dejó en su
testamento para su alma. Si con esta noticia el folletista quiere dar
a entender que el Señor Arzobispo no cumplió con l. voluntad del
testador, esta suposicion no merece mas respuesta que un desprecio
tan alto como es la distancia que media entre la probidad i la ruin
impostura, es decir, la que hai entre el Arzobispo de Bogotá i Sil mi.,
serable detractor. Pero si el Prelado cumpli6 con dar a estos fondos
la aplicacion para la cual se le entregaron, ¿será un cargo contra el,
haber conespondido a la. confhmza que le hizo un hombre piadoso?
Por infonnes de personas fidedignas tengo fundamento para decir que,
en cuanto al monto de la cantidad recibida .por el Señor Arzobispo
para aquel objeto, el folletista es tan exajerado como en todas sus
aserciones; i el hecho podrá esclarecerse con el testimonio del Señor
José M. Villate, vecino del Espinal, que tué el albacéa del Señor Lngo,
i qüe, como hombre honrado, dirá qué suma fué la que entregó.
Existen tambien los sacerdotes del clero secular i regular, a quienes
el Señor Arzobispo pagó diversas cantidades, como limosna, para 1",
aplicacion de misas por el alma del Señor Lugo; i los Señores Doctores Gregario de Jesus Fonseca i José Manuel M. Rosillo esclarecerán
~ mas circunstanciadamente estos hechos porque tienen conocimiento
de ellos. Indigna cosa es hacer cargos de esta clase al hombre ausente que no puede esplicarlos, i poner en dificultades a sus amigos
que no están al cabo de actos de naturaleza tan privada ¡conA·
dcncial.
Tan falsa como impudente es la asercioo del folletista cua.nde
al hablar de los ingresos con que contaba el Arzobispo, dice a la mioma pájioa 63, que el ramo de dispensas • ..... cUbió producir anualmente, por un equilibrio con las antiguas, de uno a dos mil pesos.Para desmentir tamaña falsedad, no apelare a otro testimonio que
al de todos los curas del Arzobispado, i al de las perronas que
se han casado desde que el Señor Mosquera VIIlO de Ar1.obi2llKl
71
a Bogotá. Esos testigos innumerables de todas condiciones i par~
tidos, i la ateslacion de los empleados de la Curia Metropolitana,
$erán el mejor comprobante de la infame impostura d~1 calumniador, ¡del desinteres de un prelado que puso término a aquella exaccion, con cuyos rendimientos se pagahan antes los sueldos i gastos
de escritorio de la Curia; i que desde que entró de Arzobispo el Señor
MosqueTa, se han cubierto con su propia renta. ¡Cosa singular! en
donde encuentra el folletista un cargo contra el Prelado, allí está
precisamente un título de recomendacion.
Como Pastor i como maestro ha debido el Arzobispo patentizar i reprender los vicios de la sociedad . Si recargó de sombras el cuadro que de ellos hizo en su sermon de 1842, es fácil
averiguarlo con solo leer la oracion fúnebre del Doctor Margallo predicada en 5de Julio 1837, por el Dr Saavedra, que corre impresa, en
donde la pintura que se h,zo de la República, nada tuvo de lisonJera. Los adelantamientos de nuestra sociedad en la carrera del
mal han tenido ¡ tienen la progresion de los impuestos socialistas;
i quizá aventajan a los que hacen los Estados Unidos en pobla~
cion, agricultura, ártcs i comercIO. ¿Se vió o pudo imajinarse
.hora 'lO años un impreso tan inmoral i tan procaz corno el folleto que motiva esta contestacion? La vívora ha hecho olvidar el
alacTan,i la profunda perversidad del ,'iejo hace escusable la traviesa i majinacion del jóven.
La secularizacion del hospital de ca ridad a cargo de los relijiosos de San Juan de Dios de esta ciudad, fué decretada por
real cédula de 6 de Octubre de 1806, en cuya ejecucion i en cum plimiento de sus deberes la Cámara de provincia reglamentó i dió
nue\'a forma a esa casa de misericordia, ántes que el Señor Mosquera fuese Arzobispo. En los actos posteriores, tanto Iejislativos
como ejecutivos, sobre ellseñanza de medicina en el hospital, nin·
guna parte t',VO el Arzobispo, ni tenia para que injerirse en negocios q'le no eran de su incumbencia.
Asegúrase que el Arzobispo se mostró indiferente a la aboliLion de los diezmos, que se discutia en el Congreso el año de 1847;
, para refutar este cargo basta Iter la representacien que sobre el
partIcular rlirijió al Sellado con Iccha 27 de Abril del mismo, que
circuló
i~presa
72
i de la cual tengo un ejemplar.
No reprc!)('nto
la Cámara de Representantes en donde tuvo oríjen el proye
cto,
haberle asegurado personas respetables que este sena negado
3
pOI
811l
la menor duda.
Censuróse efectivamente en el periódico que 1'l la paJlna
47
cita el folletista, el que hubiese enviado el Arzobispo unos
Jesuitas a dar unos ejercicios espirituales en Facatativá; pero esta •
cetlsura fué contestada por vecinos respetables del mi~rno distrito
par-
roquial bajo sus firma s, en el numo 676 de El Dia, manrfestándose que fué el mismo vecindario quien solicitó que los Jesuit
as
diesen alli los ejercicios en circunstancias de estar amenazada
del
cólera asiático esta provincia, j que el. párroco no recibió con aquella medida, ni agravio ni usurpacion de sus facultades.
UD hombre oscuro ultrajó en la calle al estimable Doctor CheyDe: las personas honradas de todos los partidos sintieron vivam
ente este hecho, i ninguno mas que el Arzobispo, antiguo i fiel
amigo de aquel profesor; pero el folletista en la nota de la pájina
95
señala como autores del ultraje a los defensores de su lluslr
ín·
ma. ¿Merecerá esto contestacion?
No es solamente al Arzobispo a quien se calumnia I vilipendia en el folleto; lo son tambien los venerables Sacerdotes Hen'a
n,
Latorre, Beltran, Vargas, BernaJ, Sera i otrOs mas,
Lo son los relijiosos Dominicanos a quienes se imputa (pájina
48) ""ber vendido hasta las alhajas sagrados para distribuir/a
.
entre ellos: ellos desmentirán al folletista.
Lo es la memoria del Doctor Marcelino de Castro, Majistral de
esta Iglesia Catedral, ,en quien el folletista se ctba horriblemen
te,
porque desde la tumba DO puede defenderse aquel virtuoslsimo eclesiástico.
Lo son las Senoras de Bogotá, senaladamente las que compusleron la &cied ad de Beneficencia a la que burlescamente se
dá
el titulo de Sociedad del Nifio Jesus. Nada distingue tanto a
un
pueblo civilizado de un put::blo bárbaro, como el respeto j esqUl
sitos
miramientos al sexo débil. J contrayéndonos a Bogotá, cuyas
Señoras son objeto de admiracion para el estranjero, no méno
poe
su decoro I sus virtudes que por ~u belleza I por su~ gracias,
,no
73
deberé decir al verlas tan indignamente ajadas i vilipendiadas, que
caminamos rápidamente a la barbárie?
En su delirio nada ha respetado el folletista: hombres i rou ~
jeres, vivos i muertos, lo sagrado i lo profano, el Papa i el simple capellan. todo ha sido insultado i difamado: el folletista es un
perro rabioso.
Es de esperarse que plU'rnas mejor cortadas que la mía, vin~
diquen el honor de las Señoras bogotanas, i que el apreciable Dr.
Castro Amado haga valer sus talentos en defensa ·de la memoria de su
respetable tia.
]lAPIDA.
/lJnlADA .4
x.
L ..
CONDUC'r.t DEL SEñoR ':OSQUER.4.
ARZQIHSPO.
--
COMO
I
•
Separado hoi del Señor Mosquera por una distancia dc dos mil,
leguas, no se echará a mala parte el que, ántes de terminar su defensa. haga una breve reseña de sus act9~ desde_ 1835 h,!sta l?iíl·
Enseñar i predicar es el primer deber de un Obispo, porque
• •
ese fué el principal encargo que de Jesucristo recibieron los Apóstoles i
en cabeza de ellos los Obispos. A la enseñanza de su grei, pues, 'consagró el Señor Mosquera nna atencion particular, cuidando de que
en el Semin.ario no solo recibiesen UDa instruccion peculiar los que
se destinaban al sacerdocio, sino que los jóven~s que habian de
seguir otras profesiones, adquiriesen conocimientos suficientes en lite· '
•
ratura, filosofia intelectual, física í md.wmáticas, i sobre todo que sus
co~~mes fuesen formados i nutridos con los santos principios de
la moral evanjélic.. Como presidente de la "Sociedad de educa.
--...
cion primaria" cuyo destino aceptó i sirvió por muchos años para
aiende;- m~ de cerca a la mejora i fomento de las escuelas primar~ hizo venir de Europa catecismos, libros elementales i de métodos ¡cuidó .de su traduccion,. im~resion i distribucion: a su celo i al ~
de otros miembros de la socledaa se debe la construccion del her- (
moso local que hoi sirve para la Escuela principal de esta ciudad,
costeada con fondos de la misma sociedad. AsÍstente constante a
los certámenes i a.ctos litenuios de la Universidad, de los CoJejios-,
casas particulares i escuelas primarias, se le vela derramar torren•
_
. T . . .· -
-
•
l'
~
----
74
tes dI! hl'l en todas materias ¡sobre lodas hlS cuestIOnes con l..
naturalidad i modestia del sabio, sin pretender brillar desluciendo a
los alumnos o a sus profesores. Los programas para la enseñanza en el
Seminario, el Catecismo de la doctrina cristiana, el manual del Seminarista, el tratado sobre el Matrimonio de los Clérigos, i otros opúsculos dan testimonio de suvasla erudicion i saber. En las instrucciones pastorales que anualmente espedia para instruir i edificar al
pueblo i exhortarlo a la penitencia i reforma de las costumbres, se
.
~
reconoce el fervor, ta uncion i la caridad de los padres de la primi-
•
\ tiva Iglesia. Sus homilías i sermones cuadrajesimales eran modelo
de verdadera elocuencia sagrada, sin afectacion, ni frases o jesticuIaciones teatrales; siempre con e¡ buen gusto i la pureza de la actual tribuna sagrada de Francia, pero jamas plajiándofa: los fiele.
que oian sla palabra del Pastor se edificaban
confirmaban en su
'
creencia, i los incrédulos e indiferentes se penetraban de admiracion
¡ de asombro.
'
Sin hacer agravio a sus ilustres predecesores el SeDor Mosquera
.
._
-
ha conocido mejor que otro alguno la Arquidiócesis con ocasion de la~
visitas que con tanto provecho hacia para arreglar la disciplina, correjir
..
los ricios i estirpar los abusos.
Este conocimiento, que tan útil i ne~
cesario es en el órden cÍvil al administrador
j
al hombre de estado, co-
~ loeó al Señor M0j'flera en ventajosa posieion para cerciorarse de las
} necesidades de ca a pa~rroquia i satiSfaceríaS,como en efecto las satisfacia. En la provi~on anual de l~eneficjos ec1~cjásticos se le vió proceder con imparcialidad, indepenE,encia i j.usticia, mirando el mereci~
miento i la aptitud, i nunca la opioion política del sacerdote, sin nepo"
ti~ .ni par~idad.
Antes de verificar la provision, tenia un retiro
espiritual con los opositores i alli era donde, con la reserva ¡prudencia
de un padre, correjia dulcemente las faltas del cJt:ro,~confortaba con la
palabra divina a tos que iban a principiar o seguir la delicada carrera
~ de párrocos, se estrechaban los vínculos de la unidad católica i se despedia para ir cada uno a su puesto, pero quedando unidos ep.trecha·
.
e
i mente
-
sus~ corazones.
Los talentos del Señor Mosquera, su laboriosidad, su espíritu de
órden ti. todo atendian i todo lo abrauban. Al mismo tiempo que daua pronta evasion a 105 negocios, sienlprc ;¡rreglado a lo'" cánones i d
i5
las leyes. tanto en la parte que deciden el derecho entre las parte:s, como en la que eSlablecen los trámites del procedimiento, cuida~a del arreglo del archi\'o i del órd~n económico de su Secretaria. A este asi ..
dilo i prolijo trabajo se debió el descubrimiento de varios documentos
relatlvos al Seminario, capellanías, obras pias &, i hasta. de los títulos
de propiedad de la casa Arzobispal que se habian perdido. A las pero
sonas que se le acercaban las recibia con bondad i aun con ternura,
"Cualquiera que fuese su posicion en la sociedad: a todos consolaba i a
todos procuraba servir, presté.ndose al desempeño de su ministerio, ora
en los bautismos i matrimonios. ora en las confirmaciones, bendiciones
de imájenes i concesion de induljencias, a fin de que nadie quedase disgustado o quejoso. Todo lo hacia con la dignidad de un pontífice, i las
cultas maneras de un hombre bien educado. En las desgracias públicas i en las ~iJ;des domésticas su presencia era un consuelo p:na \
el rico i para el pobre, para el poderoso i para el desvalido.
Tan claros talentos. tan brillantes cualidades, tan excelsas virtudes no podian ménos de excitar la ruin envidia. el odio i la ingratitud
de sus perseguidores. Tampoco podian faltar granadinos noveleros que
estuviesen ya cansados de oír hablar de la ilustracion i del mérito
del Señor Mosquera, como se fastidiaron los atenienses de oir llamar
justo a Arístides. Todas estas circunstancias son la causa de su per·
secuCion, i no la infraccíon de leyes en un pais en que rara lei se
cumple, i en que si se futra a hacer efectiva la responsabilidad de los
•
funcíonarios públicos, apenas habria UNO por cada cinco que por omision o comision no debiera ser penado. Pero los habitantes de la
Arquidiócesis, los dc Bogotá sobre todo, con poquísimas escepcio·
nes, se han hecho un deber d. mostrar su gratitud al Prelado por
los beneficios que les ha prodig-ddo, i su pena por sus padecimientos.
El clero St!cular i regular, las señoras, los padres de familia, las esposas del Selior. todos le han dirijido espléndidas maDifestacio~e
•
amor ¡ de ternura al verle marchar para su destierro. En Vi lleta
recib!> mas de dos mil cartas no solo de personas de la Arqu~diOcesis,
sino de los demas lugares de la Republica. Tan sinceras i espontá~s
manifestaciones pesan mas que cuanto diga un escritor maligno que ni
escudado por el poder, se atre'·erá a dar la cara. El Prelado por su parte dlrijió a su clero i a su grei esa pastoral de de~pedid(\, que tanto ha.
-'
-
-
76
mortificado al folletista, llena de ternura i de piedad, en la cual s~icn ­
do el ejemplo de Cristo en la cruz, les recomienda el amor i el respeto
a los majistrados ¡sentimiento cristiano a la par que hidalgo, que ha-
-
-
bria apaciguado enemigos, cuya saña no se aumentase con un jeneroso
proceder! Algun dia se aplicará al Señor Mosquera, en lugar del texto
de maldicion que le aplica el folletista, lo que el libro sagrado del ECLE•
SIASTICO dijo de Simon hijo de Onías: SacerCÚJte grande que en su vida fué el esplendor de su pat;ia, idurante los dias de su pontlficado
sostuvo los derecho'i del Santuario.
i
•
•
•
77
,
-
CONCLUSION.
He hecho uso del inestimable derecho de espresar el pensamiento •
por medio de la imprenta, no para defenderme, sino para defender a
un amigo desgraciado . Ning'lo ¡nteres personal, ni aun el simple deseo de recordarme a la memoria de mis compatriotas, ha guiado mi
pluma. ¿Qu! pued~bicionar en una sociedad que está desnivel~da
i ;uyas ~dencias no corresponden con mis ideas? La_escuela
los Sanos principios liberales a que yo pertenecí, ha desaparecido en
mi patria; sí, esa escueTa"""'qü-e en el mundo civilizado lucha por defender la libertad, de un lado, contra los ~.gogos que la deshonran,
i del otro, contra lOS retrógrados que pretenden ~ogarla: hoi ~do
ari,üucia que marchamos a la dictadura del desórden, o a la dictadura
militar~ -horrorosa alt€:roatlva, 0bra maestra de los intrigantes T"'ijitadores que, despues de haber adulado i pervertido las masas para consumar sus inicuos planes, presentarán al mundo, deshonrada, llorosa i
cubierta de verguenza, esta patria que fundaron con sus virtudes i
sellaron con su sangre Alvarez, Armero, Arrublas, Baraya, Benites, Cabal, Caicedo, Camacho, Cáldas, Granados, Grillo, Gutiérrez, Lastra,
Lozano, Matute, Mejía, Morales, Nifio, Olaya, Pombo, Portocarrero,
Quijano, Rivas, Ribon, Toledo, Torices, Torres, Tejada, Troyano,
Valenzuela, V&rgas, Vázquez, Zapata i mil otros que rindieron
sus vidas en los patí.bulos, ó en los campos de batalla, o fueron
conducidos al destierro o a los presidios, como los Caicedos, los
Gutiérrez, los Manriques, los Mútiz, los Nariños, los Ortices, los
Pardos, los Pla~, los Pradillas, los Santamarías, los Sandinos, los
Umañas, los Zeas, i otros muchos que no es posible enumerar.
Despues de esto yo no sé, si apesar de proclamarse todavía los principios de libertad, iguoldad i fraternidad, i de concederse un defensor al mayor de los criminales, SE: mire mal por el ciego
espíritu de partido, que un granadino renuncie al sosiego ¡levante
su VOL ante el tribunal de la opinion pública en favor del Jefe de la
iglesia granadina que se halla proscrito, 'j por esta razon se me insulte
i calumnie. Si así fuere, mi s~io será como hasta aquí. la sola
.a¿-
-
r
Ir
•
•
•
7$
respuesta
• que daré a mis calumni¡¡ntes: de que yo no haya ~Ido ni S~ít
bueno, lit) se sigue que el Señor Arzobispo sea malo.
En cuanto al folletista, yo no le aplicaré ningun texto de la Es.
critura para decirle mis adioses, como sacrílegamellte lo ha hecho él
en la conclusion de su folleto; pero "Sí le llamaré la. atencion a las
siguientes palabras de que hace poco tiempo usó un avisado escritor
en cuestion semejante á la presente:
1
" Hai personas a qui:nes no alcanza [ajusticia, per2, que los señala con el _dedo; "..!luiénea no pone la mano el ve1'dugo; pero a c¡uicla opinion pública devora i pulveriza."
»
ner
-
-
Bogotá, 29 de Octubre de 1852.
Rt!:lino Cuervo.
•
.
,
•
-.
•
•
i4
lNDICE.
Paj o
f"TRObllCCI0H . • • . . . . . . . . . . . . . • • . • • . . . . . . . • • . . . . • . . . • .
PRIMERA
1
PARTE.
J.
Eleccion del Señor Mosquera par" Arzobispo.......... 8
1 l.
1Il.
IV.
V.
VI.
VII.
~eminario Conciliar ............... ················· 9
P~storal sobre estudios canónicos .............. ······· .11
Custodia de San Cárlos .............................. 13
Trastornos políticos de 1840 i 1841 .................. 15
Supuesto infonoe contra el Arzobispo a Roma .......... 24
Venida de los Jesuitas a la Nueva Granada ............ 25
SEGUNDA PARTE.
1.
[l.
Trastornos pollticos de 1851 ........................ 33
Respuesta a los cargos relativos a estos trastornos ...... 36
Rumores malignos ...................... · .. ··· .. ··· 41
IV. Protestas contra leyes antieclesiásticas ......•..•...... 42
V.
Resistencia a las leyes protestadas .••................. 53
VI. Edicto del Provisor de Antioquia ••••••••••••.••...•. 59
VII. Juicio i estrañamiento .... ............. ............. 61
VIII. Nombramiento de Vicarios .............•••••.. ··•· .• 65
,,1.
IX.
X.
Cargos varios .................. · .. ····.··········· 69
Rápida mirada a la conducta del Señor Mosquera como
Arzobispo ... ......... , ..••...................... 73
CONCLUSION ••••.......••.•.••••••.••..••••••••••..••. 7'
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ERRATAS TIPOGRAFICAS.
,
Pl~i.
Lin.
Dice.
Léase.
4 .... 9 .... furor brutal que .... furor brutal COn que
•
id.
32 .... inmortal Lisandro .. inmoral Lisandro
8 •... 28 .... sólída ....•.•..... sólida
) O.... ) ) .•.. Caycedo........... Cairedo
12 .... 34 .... cuánta ........... cuanta
17. . .. 3 •... irreprensihle ........ irreprensible
29 . •. . 13 .. .. i en las letras." .... i en las letra\;
30 •... ) 1. ... marcaudo ......... marcando
31 •••• 6 .... jllventnd ........... juventud
31 32 .. 36 .. l. honado ........... honrado
31. ..• 24 .... deciciones ......... decisiones
32. • .• 3 .... pajina ............. pájiDa
::l3 •••• 27 .••. ariesgar . ........ . arriesgar
35 . .. . 11 .... nuestSQs . ......... nuestro~
40 .... 36 .... hizo .............. hizo
41. ... 31. ... cortes ............ cortés
44 .... 10 .... catolicos........... católicos
.54 ..•. 19; ..• Se la quitase ...... Scle quitase
55 .... 32 .... no deben .......... no deLe
57 .... 16 .•.. el Arzobispo para
decir ............. el Arzobispo en 1852 para decir
id.
27 .... socaban .•........ socavan
58 .... 30 .... sueede ............ sucede
60 .... 20 .... carezca ........... caresca
62 .... 26 .... hachos .....•..... hechos
64 . .. . 34 .. .. guera ...• ..••..• . guerra
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