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“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
CONGRESO NACIONAL
CÁMARA DE SENADORES
SESIONES ORDINARIAS DE 2016
ORDEN DEL DIA Nº 592
Impreso el día 29 de agosto de 2016
SUMARIO
COMISIÓN DE AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE
Dictamen en los proyectos de comunicación del señor senador
Solanas y en el del señor senador Basualdo, solicitando informes
sobre la problemática ocasionada por una empresa minera chilena que
creó una escombrera de material contaminante, en San Juan. Se
aconseja aprobar otro proyecto de comunicación. (S-2378 y 2503/16)
DICTAMEN DE COMISIÓN
Honorable Senado:
Vuestra Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable ha
considerado los proyectos de comunicación del señor senador
Fernando Solanas, registrado bajo expediente S-2378/16, mediante el
cual solicita “se informe sobre la problemática ocasionada por una
empresa minera chilena, instalada cerca de la frontera, que creó una
escombrera de material contaminante en la provincia de San Juan” y
del señor senador Roberto Basualdo, registrado bajo expediente
S-2503/16, mediante el cual solicita “informes sobre el mega basurero
con desechos mineros que la empresa chilena Antofagasta Minerals
habría instalado en las nacientes del río San Juán”; y por las razones
que dará el miembro informante, os aconseja la aprobación del
siguiente
PROYECTO DE COMUNICACIÓN
El Senado de la Nación
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo, por intermedio de los
organismos que correspondan, informe a este Honorable Cuerpo en
relación a la problemática ocasionada por la mina chilena Los
Pelambres, ubicada cerca de la frontera con nuestro país, que instaló
en territorio argentino (provincia de San Juan) una escombrera con
desechos mineros contaminantes, en la cual habría dispuesto 55
millones de toneladas de residuos peligrosos, ocupando más de 52
hectáreas. En particular, lo siguiente:
1. Qué intervención tuvo el Ministerio de Relaciones Exteriores y
Culto de la Nación en la problemática, atento a su implicancia
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
para el resguardo de la soberanía nacional y lo establecido en el
artículo 41 de la Constitución Nacional.
2. Qué intervención tuvo el Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación, atento el movimiento interjurisdiccional
y transfronterizo de residuos peligrosos contemplados en la Ley
24.051, y lo establecido en el artículo 41 de la Constitución
Nacional.
3. Si tiene conocimiento de que el gobierno de San Juan haya
suscripto un acuerdo con la minera Los Pelambres, en el que
establece que la escombrera no será removida, sino aislada. En
caso afirmativo, disponga que dicho acuerdo sea sometido a
tratamiento por el Congreso Nacional, toda vez que un convenio
que tiene por objeto la remediación de un daño ambiental
causado dentro del territorio nacional (San Juan) por un sujeto
extranjero (minera Los Pelambres) desde otro país (Chile) se
trata una cuestión federal.
De acuerdo a lo establecido por el artículo 110 del Reglamento
del Honorable Senado, este dictamen pasa directamente al orden del
día.
Sala de la comisión 24 de agosto de 2016
Fernando E. Solanas.- Silvia del Rosario Giacoppo.- Juan M. Abal
Medina.- Marta Varela.- Gerardo A. Montenegro.- Mirtha M. T. Luna.Alfredo H. Luenzo.- Alfredo A. Martínez.- Dalmacio E. Mera.-
ANTECEDENTE
(I)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación
Que a través de la presente se solicita en carácter de urgente, que el
Poder Ejecutivo nacional a través del Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sustentable y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto
y demás organismos que correspondan, informe a este Honorable
cuerpo, sobre la problemática ocasionada por una empresa minera
chilena, instalada cerca de la frontera con nuestro país, que creó en
territorio argentino (San Juan) una escombrera de material
contaminante en el que arrojó unas 55 millones de toneladas de
residuos peligrosos, ocupando actualmente más de 52 hectáreas,
especialmente:
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
1)
Qué intervención tuvo el Ministerio de Relaciones Exteriores y
Culto de la Nación en la problemática atento la violación de soberanía
y del artículo 41 de la Constitución Nacional.
2)
Qué intervención tuvo el Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación atento el movimiento interjurisdiccional y
transfronterizo de residuos peligrosos contemplados en la ley 24.051 y
la violación del artículo 41 de la Constitución Nacional.
Fernando E. Solanas.-
FUNDAMENTOS
Señora presidente:
Una minera chilena instalada casi sobre la frontera con Argentina creó
una escombrera de material contaminante en territorio argentino (San
Juan), en el que arrojó unas 55 millones de toneladas de residuos
peligrosos entre 2007 y 2012. Son más de 52 hectáreas, que un
estudio concluyó que ya arrasó con algunas lagunas, secó vegas y va
camino a contaminar un curso de agua que alimenta al río San Juan.
Involucra el movimiento transfronterizo de desechos tóxicos, cuestión
expresamente prohibida por el artículo 41 de la Constitución Nacional.
En el año 2004 el gobierno chileno autorizó a la firma Antofagasta
Minerals la instalación de la escombrera Cerro Amarillo, al norte del
yacimiento Los Pelambres, la séptima mina de cobre más grande del
mundo. El botadero se usó, por lo menos, entre fines de 2007 y 2012.
Allí arrojaron todos los deshechos de la mina: desde mega-neumáticos
hasta rocas sin valor comercial por el bajo o nulo contenido de los
minerales buscados, pero capaces de provocar drenaje ácido, una de
las peores formas de contaminación.
La escombrera mide 105 hectáreas, lejos de las 88 que le habían
autorizado, y tiene unos 70 metros de altura. La mitad de ella –algo así
como 70 canchas de River Plate– está ubicado del lado argentino de
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
la frontera, en terrenos de otra minera, el proyecto El Pachón, ubicado
en el departamento sanjuanino de Calingasta, actualmente en manos
de la minera suiza Glencore.
En principio los propietarios de la mina El Pachón le pidieron a sus
colegas chilenos que retiren la escombrera, pero no obtuvieron
respuesta. Se encontraron con un peso pesado de la megaminería:
Antofagasta Minerals, controlada por el Grupo Luksic –uno de los más
poderosos de Chile– y un consorcio japonés, que se reparten la
empresa en un 60 y 40 por ciento, respectivamente.
En 2014, Glencore presentó una demanda civil, en la que reclamó la
"mudanza" del botadero a Chile, la remediación ambiental y el pago de
un "canon" en concepto de alquiler. El fundamento legal de la defensa
de Antofagasta Minerals es que el propio gobierno chileno autorizó el
botadero en base a una serie de mapas publicados por el Instituto
Geográfico Militar de Chile a mediados de la década del 80, que
ubicaban la zona de la escombrera al otro lado de Los Andes, y que la
frontera fue modificada en 2012. Pero ese año lo único que ocurrió es
que se agregaron hitos en la frontera. O sea que se reforzaron los
límites, pero no se cambiaron. Es una zona que pertenece, y siempre
perteneció, a la Argentina y sobre la que nunca hubo diferencias entre
los dos países.
Ante la falta de avances judiciales, Glencore presentó en marzo del
año pasado una denuncia penal contra los últimos tres gerentes
generales de la firma: Ignacio Cruz Zabala, Alberto Cerdá Mery y
Robert Andrew Mayne-Nicholls. ¿Los supuestos delitos? Usurpación,
usurpación de aguas, contrabando y violación a le ley de residuos
peligrosos. La Fiscalía consideró que había que llamarlos a
indagatoria, pero el juez Leopoldo Rago Gallo no avanzó.
Vista de la escombrera hacia el noroeste, del lado argentino.
En mayo del año pasado se conoció un estudio que confirmó que la
escombrera contaminó el suelo argentino. Este nuevo trabajo que
confirmó el daño ambiental lo elaboró la consultora URS AECOM por
pedido de la minera Glencore. Concluyó que desaparecieron algunas
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
lagunas que fueron cubiertas con escombros, que otras van camino a
extinguirse, que el volumen de agua en la zona cayó, que las vegas se
están secando, que la escombrera produjo una alteración en el normal
escurrimiento de las aguas hacia abajo, y que si no se hace nada, se
va a terminar contaminando el río Carnicería, que alimenta al río San
Juan.
Los investigadores también localizaron 470 neumáticos gigantes del
lado argentino, que con el tiempo experimentarán una peligrosa
descomposición parcial que liberará tóxicos muy peligrosos. El informe
aclaró que la escombrera ni siquiera cumple con su propio plan de
manejo de residuos, que exige, entre otras cosas, la colocación de
material aislante bajo las gomas, en concreto, "polietileno de 0,03
milímetros de espesor entre dos capas de arena y una superior de
gravilla".
Las imágenes satelitales revelaron la existencia de los neumáticos,
cuyo volumen fue constatado por una visita de los investigadores de
Glencore.
Lo más grave tiene que ver con la capacidad del material estéril para
generar drenaje ácido. La investigación arrojó que "casi todo el
material depositado tiene un potencial neto de acidez y va a producir
aguas ácidas".
En efecto, cuando se midió el volumen de acidez de la laguna LC4,
ubicada a menos de 200 metros del botadero, del lado argentino, se
encontró "un pH de 4,4, lo cual corresponde a aguas ácidas, muy
probablemente debido a drenajes provenientes de la escombrera".
También se notó que "presenta altos valores de conductividad, y altas
concentraciones de sulfato, nitrato y cobre, entre otros parámetros, al
igual que la laguna LC5, actualmente semicubierta por la escombrera".
Y que en la zona hay "contaminación por nitrato como nutriente
limitante".
Esto muestra que el agua es de baja calidad, cuando la propia minera
sostuvo en su Estudio de Impacto Ambiental que en la zona hay
"sistemas con agua de buena calidad" con "una biomasa considerable
de flora acuática y macroinvertebrados".
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
Laguna LC5, semicubierta por material de la escombrera Cerro
Amarillo.
URS AECOM también descubrió "vegas muertas, en una franja
paralela a la escombrera, probablemente generada por las aguas
ácidas provenientes de la escombrera".
Vista de vegas hacia el oeste
A la hora de analizar las imágenes satelitales, el informe halló
que entre 2006 y 2014 las lagunas pasaron de ocupar 18,5 a 13,2
hectáreas, y que las vegas cayeron de 13 hectáreas a 4,3 entre 2006 y
2010.
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
La tabla muestra el retroceso de las lagunas y las vegas, y el avance
de la escombrera.
Por otra parte, se hallaron "errores" e "inconsistencias" en el Estudio
de Impacto Ambiental de la escombrera, cuyo mapa extrañamente se
presentó sin una traza de la frontera, lo que habría delatado que casi
la mitad está ubicada del lado argentino.
El mapa que presentó Antofagasta Minerals en el Estaduo de Impacto
Ambiental no muestra la frontera.
Ese estudio de la minera chilena reconoce que hay drenaje superficial
de aguas hacia el territorio argentino, pero el plan de manejo del agua
elaborado para Los Pelambres fue diseñado para aguas que fluyen
hacia el rajo abierto de la mina, del lado chileno. De hecho, en una
visita de campo, los investigadores de URS AECOM vieron que buena
parte de las lagunas chilenas se secaron, lo que indica que el flujo se
dirige al lado argentino.
La laguna LCH1, en el sector chileno de la escombrera, está seca.
Por último, el informe subrayó la falta de actividades de monitoreo en
la zona, o, dicho en criollo, la ausencia absoluta de control, tanto
estatal como privado.
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
En mayo del año pasado, el juez Miguel Ángel Gálvez, titular del
Juzgado Federal 1 de San Juan, ordenó –como medida cautelar– el
aislamiento absoluto de la escombrera hasta tanto decida si debe ser
retirada o no. Pero la minera chilena no acató.
Al mes siguiente, el 17 de junio, el abogado sanjuanino Diego Seguí le
envió una carta al ministro de Minería provincial, Felipe Saavedra,
exigiéndole que intervenga. Finalmente, el fiscal de Estado Guillermo
De Sanctis se presentó en el expediente 40 días después. Fue ese
funcionario quien el 10 de agosto acordó durante una audiencia de
conciliación con los abogados de la minera el "aislamiento ambiental y
sustentable" de la escombrera. No pidió ningún tipo de indemnización.
Luego de una serie de pasos formales, el 28 de abril pasado el
gobierno provincial firmó un acuerdo con Los Pelambres, que en
realidad es una materialización de la medida cautelar, ya que
establece más o menos lo mismo: que la escombrera no será
removida, sino aislada; todo, financiado por Antofagasta Minerals. La
minera chilena Los Pelambres sólo será responsable de la calidad de
la obra por 10 años.
Existen varios aspectos para cuestionar de este acuerdo:
1)
la minera chilena se ahorrará 200 millones de dólares y no
pagará ningún tipo de indemnización.
2)
No es la mejor solución. Apenas unos meses antes, en
agosto de 2015, el Diario de Cuyo consultó a cuatro expertos del
sector minero que coincidieron en que "es más conveniente
retirar la escombrera que remediarla para que no tenga efectos
contaminantes". Opinaron cuatro defensores de la actividad
minera, incluido el titular de la Cámara Minera de San Juan,
Jaime Bergé.
3)
El acuerdo debería pasar por el Congreso. "Un convenio
que tiene por objeto la remedición de un daño ambiental
causado dentro del territorio nacional (San Juan) por un sujeto
extranjero (Antofagasta Minerals) desde otro país (Chile) exige
ser tratado por el Congreso en virtud de la Constitución Nacional.
Es una cuestión federal", explicó a Infobae el abogado Diego
Seguí. Y aclaró que el material arrojado a la escombrera se
ajusta a la definición de desechos peligrosos descripta en el
Convenio de Basilea, ratificado por la ley 23.922.
4)
El acuerdo es flagrantemente inconstitucional. El artículo
41 de la Carta Magna es muy claro al respecto, ya que prohíbe
"el ingreso al territorio de residuos actual o potencialmente
peligrosos".
Por la extrema gravedad de lo ocurrido, la violación de la Constitución
Nacional y de la Ley de Residuos Peligrosos (ley 24.051), el conflicto
diplomático que se desprende, es que resulta indispensable la
intervención del Ministerio de Relaciones Exteriores como del Ministro
de Ambiente de la Nación.
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
Por lo expuesto, solicito a mis pares la aprobación del presente
proyecto.
Fernando E. Solanas.-
(II)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional, a través del
organismo que corresponda, informe sobre las siguientes cuestiones
vinculadas al mega basurero con deshechos mineros que la empresa
chilena Antofagasta Minerals, dueña de la minera Los Pelambres,
habría instalado en las nacientes del río San Juan, departamento
de Calingasta, dentro del terreno de la mina El Pechón, de la empresa
suiza Glencore:
1.
Qué circunstancias del hecho se encuentran en conocimiento de
los gobiernos nacional y/o provincial;
2.
Qué actuaciones se han instruido
respectivas jurisdicciones;
en consecuencia por las
3.
Qué estudios de impacto ambiental han realizado los organismos
competentes argentinos y cuáles fueron sus resultados;
4.
Qué remediación del daño ambiental se ha solicitado;
5.
Qué reclamos, y por parte de quién, se han efectuado para que
se retire el basurero del lado argentino;
6.
Si el gobierno de San Juan suscribió algún acuerdo con Los
Pelambres, en el que establece que la escombrera no será removida,
sino aislada. En caso afirmativo, por qué motivo dicho acuerdo no fue
sometido al tratamiento del Congreso Nacional toda vez que un
convenio que tiene por objeto la remediación de un daño ambiental
causado dentro del territorio nacional (San Juan) por un sujeto
extranjero (Antofagasta Minerals) desde otro país (Chile) se trata una
cuestión federal.
7.
Qué reclamos y/o gestiones relacionados con la violación de
límites se han formulado a la hermana República de Chile.
Roberto G. Basualdo. -
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
FUNDAMENTOS
Señora presidente:
Según varias publicaciones aparecidas en diversos medios, una
minera chilena instalada a pocos kilómetros de la frontera con
Argentina creó una escombrera de material potencialmente
contaminante en territorio sanjuanino, en el que arrojó unas 55
millones de toneladas de residuos peligrosos entre 2007 y 2012.
De acuerdo a la crónica periodística “la historia empezó en 2004,
cuando el gobierno chileno autorizó a la firma Antofagasta Minerals
(vinculada al grupo Lucsik) la instalación de la escombrera Cerro
Amarillo, al norte del yacimiento Los Pelambres, la séptima mina de
cobre más grande del mundo. El botadero se usó, por lo menos, entre
fines de 2007 y 2012. Allí arrojaron todos los deshechos de la mina:
desde neumáticos hasta rocas sin valor comercial por el bajo o nulo
contenido de los minerales buscados, pero capaces de provocar
drenaje ácido, una forma de contaminación.
La escombrera mide 105 hectáreas, lejos de las 88 que le habían
autorizado, y tiene unos 70 metros de altura. Recién en 2011 salió a la
luz que la mitad –algo así como 70 canchas de River Plate– está
ubicado del lado argentino de la frontera, en terrenos de otra minera:
el proyecto El Pachón, ubicado en el departamento sanjuanino de
Calingasta, actualmente en manos de la minera suiza Glencore.
Las primeras quejas fueron informales. Los propietarios de El Pachón
le pidieron a sus colegas chilenos que retiren la escombrera, pero del
otro lado hicieron oídos sordos. Glencore se encontró con un peso
pesado de la megaminería: Antofagasta Minerals, controlada por el
Grupo Luksic –uno de los más poderosos de Chile– y un consorcio
japonés, que se reparten la empresa en un 60 y 40 por ciento,
respectivamente.
En 2014, Glencore presentó una demanda civil, en la que reclamó la
"mudanza" del botadero a Chile, la remediación ambiental y el pago de
un "canon" en concepto de alquiler. Les respondieron que el reclamo
era "oportunista". El fundamento legal de la defensa de Antofagasta
Minerals es que el propio gobierno chileno autorizó el botadero en
base a una serie de mapas publicados por el Instituto Geográfico
Militar de Chile a mediados de la década del 80, que ubicaban la zona
de la escombrera al otro lado de Los Andes, y que la frontera fue
modificada en 2012. Pero ese año lo único que ocurrió es que se
agregaron hitos en la frontera. O sea que se reforzaron los límites,
pero no se cambiaron. Es una zona que pertenece a Argentina y sobre
la que nunca hubo diferencias entre los dos países.
Ante la falta de avances judiciales, Glencore habría presentado en
marzo del 2.015 una denuncia penal contra los últimos tres gerentes
generales de la firma. Los supuestos delitos son usurpación,
usurpación de aguas, contrabando y violación a le ley de residuos
peligrosos.
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
Según las versiones periodísticas, poco antes de que Glencore
presentara la denuncia penal, el 8 de abril de 2015, el abogado
contratado por Los Pelambres le envió dos cartas a la ministra de
Minería chilena, que antes de asumir trabajaba como gerente de
Antofagasta Terminal Internacional, una firma controlada por el Grupo
Luksic. Las dos misivas tendrían pedidos a los que no debería haber
accedido.
Primero, le pidió un certificado que reconozca que Minera Los
Pelambres actuó de buena fe. El documento fue emitido dos semanas
después con membrete oficial del Ministerio de Minería y la firma del
jefe de Gabinete de la cartera. Se trató de un trámite irregular por
varias cuestiones, entre ellas, que el Gobierno no tiene atribuciones
para garantizar la buena fe de una empresa y que la Cancillería ya
había definido el conflicto como "un tema entre empresas particulares".
En segundo lugar, le solicitó los resultados de un peritaje técnico que
se realizó en las aguas de alrededor de la escombrera. Ese estudio
probaba, supuestamente, que no había contaminación en la zona, lo
que reforzaba el argumento de Antofagasta Minerals de que trasladar
la escombrera, además de costar unos 200 millones de dólares,
provocaría más contaminación. El problema es que las muestras
habían sido analizadas por la consultora SGS, contratada por Los
Pelambres. Y fue la propia minera la que le entregó los resultados al
Gobierno. Aún así, el jefe de Gabinete se los habría dado al abogado
de la empresa con el timbre oficial y su firma. Fue una maniobra para
hacer aparentar al estudio como un peritaje estatal. Todo terminó con
un sumario interno y la salida del jefe de Gabinete ministerial.
Lejos de los análisis elaborados por SGS, en mayo del año pasado se
conoció otro estudio que confirmó que la escombrera contaminó el
suelo argentino y que los análisis de Antofagasta Minerals habían sido
hechos en una laguna alejada, ubicada a 2 kilómetros de la
escombrera, que si bien no presentaba agua ácida, sí tenía agua
alcalina. Este nuevo trabajo que confirmó el daño ambiental lo elaboró
la consultora URS AECOM por pedido de Glencore. Concluyó que
desaparecieron algunas lagunas que fueron cubiertas con escombros,
que otras van camino a extinguirse, que el volumen de agua en la
zona cayó, que las vegas se están secando, que la escombrera
produjo una alteración en el normal escurrimiento de las aguas hacia
abajo, y que si no se hace nada, se va a terminar contaminando el río
Carnicería, que alimenta al río San Juan.
Los investigadores también localizaron 470 neumáticos gigantes del
lado argentino, que con el tiempo experimentarán una peligrosa
descomposición parcial que liberará tóxicos muy peligrosos. El informe
aclaró que la escombrera ni siquiera cumple con su propio plan de
manejo de residuos, que exige, entre otras cosas, la colocación de
material aislante bajo las gomas, en concreto, "polietileno de 0,03
milímetros de espesor entre dos capas de arena y una superior de
gravilla".
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
Lo más grave tiene que ver con la capacidad del material estéril para
generar drenaje ácido. Mientras el Estudio de Impacto Ambiental de
Cerro Amarillo –hecho antes de que se autorizara la escombrera–
aseguró que no iba a haber impacto ambiental, la investigación arrojó
que "casi todo el material depositado tiene un potencial neto de acidez
y va a producir aguas ácidas".
En efecto, cuando se midió el volumen de acidez de la laguna LC4,
ubicada a menos de 200 metros del botadero, del lado argentino, se
encontró "un pH de 4,4, lo cual corresponde a aguas ácidas, muy
probablemente debido a drenajes provenientes de la escombrera".
También se notó que "presenta altos valores de conductividad, y altas
concentraciones de sulfato, nitrato y cobre, entre otros parámetros, al
igual que la laguna LC5, actualmente encubierta por la escombrera". Y
que en la zona hay "contaminación por nitrato como nutriente
limitante". Esto muestra que el agua es de baja calidad, cuando la
propia minera sostuvo en su Estudio de Impacto Ambiental que en la
zona hay "sistemas con agua de buena calidad" con "una biomasa
considerable de flora acuática y macro invertebrados".
URS AECOM también descubrió "vegas muertas, en una franja
paralela a la escombrera, probablemente generada por las aguas
ácidas provenientes de la escombrera".
A la hora de analizar las imágenes satelitales, el informe halló
que entre 2006 y 2014 las lagunas pasaron de ocupar 18,5 a 13,2
hectáreas, y que las vegas cayeron de 13 hectáreas a 4,3 entre 2006 y
2010.
Por otra parte, se hallaron "errores" e "inconsistencias" en el Estudio
de Impacto Ambiental de la escombrera, cuyo mapa extrañamente se
presentó sin una traza de la frontera, lo que habría delatado que casi
la mitad está ubicada del lado argentino.
Ese estudio de la minera chilena reconoce que hay drenaje superficial
de aguas hacia el territorio argentino, pero el plan de manejo del agua
elaborado para Los Pelambres fue diseñado para aguas que fluyen
hacia el rajo abierto de la mina, del lado chileno, por lo que está mal
hecho. De hecho, en una visita de campo, los investigadores de URS
AECOM vieron que buena parte de las lagunas chilenas se secaron, lo
que indica que el flujo se dirige al lado argentino. Por último, el informe
subrayó la falta de actividades de monitoreo en la zona, o, dicho en
criollo, la ausencia absoluta de control, tanto estatal como privado.
En mayo de 2015, el Juzgado Federal 1 de San Juan, ordenó –como
medida cautelar– el aislamiento absoluto de la escombrera hasta tanto
decida si debe ser retirada o no. Pero la minera chilena no acató.
Luego de una serie de pasos formales, el 28 de abril pasado el
gobierno provincial habría firmado un acuerdo con Los Pelambres, que
en realidad es una materialización de la medida cautelar, ya que
establece más o menos lo mismo: que la escombrera no será
removida, sino aislada; todo, financiado por Antofagasta Minerals y
bajo el control del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
“2016– Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
Ambiente (PNUMA), un organismo completamente desprestigiado
entre los ambientalistas, ya que es el mismo que debía auditar lo que
ocurría en la mina Veladero, donde en septiembre del año pasado se
derramaron millones de litros de agua cianurada al río Potrerillos, en
San Juan. Pero con un agregado: Los Pelambres sólo será
responsable de la calidad de la obra por 10 años.
Los ambientalistas cuestionan cinco aspectos de ese acuerdo:
1)
la minera chilena se ahorrará 200 millones de dólares y no
pagará ningún tipo de indemnización.
2)
no es la mejor solución. Apenas unos meses antes, en agosto
de 2015, el Diario de Cuyo consultó a cuatro expertos del sector
minero que coincidieron en que "es más conveniente retirar la
escombrera que remediarla para que no tenga efectos contaminantes".
Opinaron cuatro defensores de la actividad, incluido el titular de la
Cámara Minera de San Juan.
3)
el acuerdo debería pasar por el Congreso. Un convenio que tiene
por objeto la remedición de un daño ambiental causado dentro del
territorio nacional (San Juan) por un sujeto extranjero (Antofagasta
Minerals) desde otro país (Chile) exige ser tratado por el Congreso en
virtud de la Constitución Nacional, por tratarse de una cuestión federal.
4)
el material arrojado a la escombrera se ajusta a la definición de
desechos peligrosos descripta en el Convenio de Basilea, ratificado
por la ley 23.922.
5)
es inconstitucional. El artículo 41 de la Carta Magna es muy claro
al respecto, ya que prohíbe "el ingreso al territorio de residuos actual o
potencialmente peligrosos".
La intervención del Congreso resulta fundamental ya que se encuentra
involucrado el movimiento transfronterizo de desechos tóxicos.
Dada la gravedad del escenario se torna indispensable contar con
información oficial a afectos de que este Congreso pueda tomar la
intervención de su competencia.
Por lo expuesto solicito a mis compañeros legisladores que
acompañen con su voto la presente iniciativa.
Roberto G. Basualdo. -
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