Nutrición saludable

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NUTRICIÓN Y SALUD
Una reflexión multidisciplinar, histórica - social - económica - cultural
- ética - estética, sobre la problemática relativa a los hábitos
alimenticios y la salud
Juan José Enjuto Valentín
profesor IES Isaac Peral, Cartagena
Técnico Superior en Prevención de RRLL (Ergonomía y Psicosociología aplicada)
SUMARIO
1.- HASTA LOS AÑOS 70, FLACOS Y CHAPARROS
2.- DESDE LOS AÑOS 80, ESPIGADOS PERO GORDOS
3.- LA OBESIDAD Y SUS RIESGOS
4.- YA NO LUCE ESTAR GORDO
5.- LA ESTÉTICA DE LA BACALADA
6.- LA DIETA, CUESTIÓN DE ÉTICA
7.- ¿POR QUÉ COMEMOS MAL?
7.1.- LA MUJER EDUCADORA
7.2.- LA MUJER SALE DE CASA
7.3.- LOS NIÑOS, SOLOS ANTE EL PELIGRO.
7.4.- EL ENEMIGO EN CASA, LA TV.
7.5.- EDUCADOS PARA EL PLACER Y EL CONSUMO
7.6.- NO HAY TIEMPO PARA COCINAR. COMIDA RÁPIDA (“comida basura”)
8.- EL SEDENTARISMO
8.1.- LAS MÁQUINAS NOS HACEN PEREZOSOS
8.2.- LAS CIUDADES NOS LO PONEN DIFÍCIL. HAGAMOS ALGO.
9.- ¿QUÉ COMER?. UNA DIETA SALUDABLE
9.1.- LA EDAD DEL ESTIRÓN
9.2.- NECESIDADES NUTRITIVAS
9.3.- UNA POSIBLE INGESTA DIARIA
9.4.- CUALIDADES DE UNA DIETA SALUDABLE
9.5.- CRITERIOS A SEGUIR
10.- EJERCICIO FÍSICO. Algunas sugerencias
11.- CONCLUSIONES
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1.- HASTA LOS AÑOS 70, FLACOS Y CHAPARROS
Cuando yo estudiaba bachillerato, el equivalente a la ESO de hoy, un niño hermoso era un niño gordito. Estar gordo era señal de opulencia, no pasar muchas penalidades trabajando y, en definitiva, darse la buena vida.
La estética de la mujer, recordemos las actrices del cine de Hollywood de los
años 60, sin llegar al modelo renacentista, gustaba de los pechos generosos, muslos potentes y caderas rotundas.
Pero la inmensa mayoría de los niños, jóvenes y adultos, andaban con el peso
justo o más bien escaso, les faltaba culo y les sobraba pana.
La gente no hacía dieta, estaba a dieta: grasas las justas y malas, de las que hoy
llaman saturadas, manteca de cerdo la más común. Proteínas de origen animal, las mejores, escasas. Se comía carne en las fiestas y celebraciones o cuando el esfuerzo era especialmente duro, por lo que la carne se reservaba para los adultos trabajadores y no
para todos. Un pollo era un manjar y un regalo muy estimado; el jamón un lujo. Frutas y
verduras poco variadas y sólo de temporada. La base de la dieta la constituían, menos
mal, los productos ricos en hidratos de carbono, pan, patatas y legumbres, económicamente más asequibles y de los que la mayor parte de la población rural disponía en relativa abundancia.
La leche, generosamente bendecida por el agua, era para los enfermos o personas mayores de salud delicada. La única leche que tomaban los niños era la que mamaban de su madre. Después del destete no se volvía a probar. En lugar de leche se tomaba
pan con vino y azúcar, o pan con aceite y sal. La primera leche que tomamos la mayoría
de los chicos de mi generación fue en las escuelas; la ofrecían los americanos en pago
por el arrendamiento de las bases militares, casi a finales de los años cincuenta del pasado siglo.
Ningún parecido entre los estantes de una tienda de ultramarinos clásica, de comestibles, y los estantes de un supermercado actual. El yogurt no se conocía en el mercado y durante años fue sinónimo de yogurt “el danone”, una de las muchas marcas de
productos lácteos de hoy. Dulces y bollería, los que se hacían en casa por ciertas fiestas,
Las Pascuas. Embutidos, los procedentes de las matanzas domésticas, que no en todas
casas se podían hacer. No se conocían las salchichas frankfurt.
Claro que esto tiene su explicación. En 1960 España era un país no subdesarrollado, pero sí económicamente muy retrasado. La renta anual de que disponía una familia murciana para gastar en 1960 era lo equivalente a 95 euros, después de la recesión
provocada por la aplicación del Plan de Estabilización de 1958 que permitiría la posterior modernización de la economía española. Esa renta se elevaría a 5.378 euros en 1990
y a 9.729 (estimados) en 2002.
Los resultados de esta dieta magra en proteínas, vitaminas y minerales, algunos
tan fundamentales para el crecimiento como el calcio, que principalmente se encuentra
en la leche, y ya hemos dicho que la leche no se encontraba, fueron que en esos años 60
la talla media de los españoles varones era de 163 cms y la esperanza de vida no llegaba
a los 70 años.
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2.- DESDE LOS AÑOS 80, ESPIGADOS PERO GORDOS
En los años 60 (los años del 600, del Dúo Dinámico, los hippys, Los Beatles y el
rock an roll) empiezan a mejorar muchas cosas en España y empiezan a cambiar los
cuerpos de hombres y mujeres. La sociedad rural y agrícola se va transformando en una
sociedad urbana, industrial y de servicios, sobre todo turísticos. España entra en las vías
del desarrollo; la propaganda del régimen franquista hablaba de “milagro económico
español”, a imitación de lo ocurrido en Alemania, destino favorito en esos años de cientos de miles de españoles emigrantes, incluido el que suscribe. Y es sobre todo desde
mediados de los 70, con la llegada del régimen democrático y la liberalización política y
económica, cuando se acelera la transformación de España y de los cuerpos de los españoles.
Nos alcanza el desarrollo de los nuevos medios de trasporte y comunicación y el
de las nuevas tecnologías agrícolas y de transformación y conservación de los alimentos, y nuestra mesa y nuestra dieta se enriquecen considerablemente.
Aparecen los “super” y, poco a poco, empiezan a llenarse de productos comestibles tradicionales y de otros muchos nuevos, la bollería industrial, embutidos, precocinados, frutas y verduras en todas las épocas del año; procedentes de todos los rincones
del mundo, uvas de Chile, kiwis de Nueva Zelanda, pescados de los mares de Angola,
las Malvinas, etc. Y los chicos, jóvenes y mayores españoles empiezan a crecer y a sacar culo.
En el año 1990 la estatura media de los mozos de reemplazo, los reclutas, casi
rozaba los 173 cms, de manera que los varones españoles habían incrementado su talla
en casi 10 cms. Y algo similar había ocurrido con las mujeres. La esperanza media de
vida rozaba los 77 años y en el año 2003 superaba los 80 años, sólo ligeramente inferior
en el mundo a la de los japoneses. A destacar, en este apartado, que la esperanza de vida
de las mujeres es 7 años superior a la de los hombres, sobre los 84.
Por supuesto que en la mayor esperanza de vida han influido, sobre todo, el desarrollo de la higiene y la generalización de los cuidados médicos y hospitalarios, pero
algo se deberá también al enriquecimiento de la dieta, más abundante y variada. Sin
embargo, la estatura se debe o a factores genéticos o ambientales, básicamente nutricionales. Y puesto que hasta mediados de los 70 España fue un país de emigrantes y la posibilidad de una mejora de la dotación genética indígena por vía del mestizaje no existía,
la causa principal de la figura achaparrada del español hasta los años 70 debe encontrarse en la deficiente alimentación.
Pero como a los animales y las plantas en el proceso de desarrollo acelerado
(granjas de engorde, hibernaderos,...), nos han nacido nuevos parásitos y nuevas amenazas. La obesidad, bulimia y anorexia son resultado de una alimentación desordenada,
con unas consecuencias nada deseables. Al día de hoy, no parece que el futuro sea tan
prometedor como lo venía siendo el pasado reciente. No quiero decir que vayamos a
encoger o a vivir menos años, pero sí que la mejoría, si es que va a seguir como apuntan
las proyecciones estadísticas, va a ser mucho más lenta. Y sobre todo, ahora la prioridad
no debe ser la de vivir más años, sino vivir mejor. Y otra vez la dieta vuelve a ser determinante en la mejora de la calidad de vida.
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3.- LA OBESIDAD Y SUS RIESGOS
Una de las mayores amenazas para la buena salud reside en la obesidad. En general, se considera obesa a una persona cuando sobrepasa en 20% su peso ideal si es
hombre o 25% si es mujer. La obesidad es un fenómeno creciente en las sociedades desarrolladas. Puede deberse a distintos factores, pero está relacionada en la mayoría de los
casos con una dieta excesivamente calórica y con el sedentarismo.
No existe una metodología unánime en los estudios de medida de la obesidad
(Peso / Talla) pero diferentes estudios confirman su progresiva prevalencia en nuestra
sociedad. La encuesta nacional de salud de 2003 revela que la obesidad gana terreno,
tanto en hombres como en mujeres: si en 1987 sólo un 7,4% de la población mayor de
18 años tenía problemas de obesidad, este porcentaje se ha elevado al 13,6% en 2003.
En el caso de la población infantil, un 18,2% de los menores de 2 a 17 años tiene sobrepeso y un 8,5% presenta obesidad, Otros estudios de principios de los 90 venían a asegurar que entre los niños de 6 y 14 años el 12% de niños y 7% de niñas podrían ser obesos. La encuesta también revela que el 54,5% de los españoles no realiza ninguna actividad física en su tiempo libre, cuando ya no existen trabajos esforzados o penosos y la
inmensa mayoría son ligeros.
Y muy recientemente, el secretario general de sanidad daba esta información: El
40% de los niños españoles excede su peso, de las tasas más altas en la UE. Cuatro de
cada 10 niños y jóvenes españoles, de entre dos y 29 años, presentan un peso superior al
recomendable, lo que sitúa a España como uno de los países con mayor tasa de obesidad
y sobrepeso infantil de la Unión Europea. El 13.9% de esta población es obesa y el
26.3% tienen sobrepeso. Las cifras más altas afectan a los niños de entre 6 y 12 años, ya
que el 16.1% sufre obesidad. Lo que significa que el fenómeno de la obesidad es creciente
El descenso de la actividad unido a una alimentación excesiva y desequilibrada
en su composición explican suficientemente el incremento de la obesidad.
LOS RIESGOS DE LA OBESIDAD SON MÚLTIPLES.
Las personas obesas corren el riesgo de padecer diabetes tipo 2, no insulinodependiente, o la apnea del sueño, más de 3 veces superior a las personas normales; un
riesgo entre 2 y 3 veces mayor de padecer cardiopatía isquémica (infarto), osteoartritis,
hipertensión o gota; y hasta el doble de riesgo de padecer cáncer de mama, útero, colon,
infertilidad o lumbalgias.
De otra parte, un exceso de peso de 30-50% reduce la esperanza de vida en 5
años y un exceso del 100% acorta la vida en más de 9 años.
El 50% de las muertes se deben a cardiopatías y un buen porcentaje de éstas se
deben a arterioesclerosis producida por una dieta excesivamente rica en grasas saturadas
y colesterol, una dieta desordenada. Y es aquí donde hay que hacer sonar la alarma:
algunos alimentos, tomados habitualmente por los niños y jóvenes como golosinas, meriendas y snacks (“chucherías”) son muy ricos en grasa saturada y a veces en colesterol.
El 25% de las muertes se deben a neoplasias (cáncer), y se estima que entre el 40
y 60% de ellas se producen por un exceso de grasas y proteínas en la dieta en detrimento de las frutas y verduras, especialmente en los casos de cáncer de mama, colon y próstata.
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La caries dental es la enfermedad más frecuente en los países desarrollados,
afectando al 80% de la población escolar. Las enfermedades bucales son el origen de
muchas infecciones, a veces difíciles de detectar.
4.- YA NO LUCE ESTAR GORDO
Lo paradójico de nuestra sociedad es que mientras criamos niños y jóvenes gordos aborrecemos estar gordo. La dieta es también una exigencia social, biosocial diría
yo.
Y hemos de ser rotundamente claros, porque no hablamos de lo que debería ser,
sino de lo que es. Los gordos y las gordas no están socialmente bien vistos. Y son discriminados, preteridos, en el trabajo y en las relaciones sociales. Pero no es que los
humanos seamos más crueles que otras especies animales, al menos en este aspecto de
la competencia. Tiene su lógica biológica. Todos los individuos de todas las especies
pugnan por transmitir sus genes y pugnan con los propios miembros de la camada, de la
manada y de las demás especies, y tienen éxito reproductor los más veloces, los más
fuertes, los más inteligentes. Los humanos nos hemos diferenciado del resto de los animales en que el impulso reproductor y la lucha los hemos atemperado con normas morales y normas de educación. Pero el impulso sigue y la competencia por llegar primero;
por sacar a la pista, por ligarse, a la más guapa, al más esbelto; porque en esto, como en
todo negocio, la primera impresión es, muchas veces, decisiva. Y los gordos son más
lentos en la carrera., y más torpes de movimientos. Vamos que, puestos a elegir..., a
igualdad del resto de condiciones, ceteris paribus, como gustan decir los economistas,
los gordos y gordas, como los bajos, los feos, los cojos o tuertos, incluso los calvos, lo
tienen más crudo para encontrar pareja de baile. Para triunfar tienen que luchar más,
tienen que demostrar que aun siendo gordos valen más, son más inteligentes, más simpáticos, más generosos,... porque de salida tienen menos oportunidades. Y es que no
somos diferentes del resto de los animales. Cada macho y cada hembra buscan aparearse
con quien mejor les garantiza la transmisión de sus genes, su supervivencia en la descendencia. Y ya hemos visto que los gordos tienen menor esperanza de vida.
Pero las desventajas de las personas gruesas, anoréxicas o bulímicas, no quedan
en una peor imagen para los demás. Frecuentemente estas personas, tienen una mala
imagen de sí mismos, generan una baja autoestima, se devalúan a sí mismas, porque
conscientes de sus limitaciones físicas, dejan de ver sus otras cualidades que pueden ser
muchas, y en conjunto hacerse preferibles a otros físicamente mejor parecidos. Y no
saben venderse, es más, renuncian a salir a la pista, puede más el miedo a recibir una
calabaza que la esperanza del menor éxito. Se siente a disgusto consigo mismas y realimentan irracionalmente su propio malestar. Sin embargo racionalmente todos sabemos,
y es la verdad, que quienes más calabazas se llevan son quienes más ligan.
5.- LA ESTÉTICA DE LA BACALADA
Ya no es el estar gordo. Hoy la estética dominante, dudosamente saludable, al
menos para las mujeres, es la estética de la bacalada. Muchas mujeres ya maduritas y
muchas chicas jóvenes siguen regímenes alimenticios no adecuadamente controlados
que someten al cuerpo a un ritmo incesante de contracciones y expansiones como un
acordeón, lo que provoca frecuente inestabilidad emocional y en un número significati-
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vo de casos, 0,5 – 1% de las jóvenes de entre 14 y 25 años, trastornos más graves como
la anorexia y bulimia.
Hoy el modelo de mujer, la mujer que desfila por las pasarelas de la moda, la
que vende y triunfa, no es la mujer de rutilantes formas que busca macho para ofrecerle
la oportunidad de transmitir sus genes; es la nadadora de doble estilo, nada por delante,
nada por detrás. Hoy la modelo comercial es andrógina, plana, sin curvas; luce más
clavícula que tetas y en su porte no deja de traslucir un aire de desdén y desafío a los
hombres, los machos, como si pregonase que para ser madre ya no necesita conocer
varón y para criar le basta un biberón. ¿Qué puede haber producido este cambio en la
estética de la mujer?. Seguro que habrá diferentes concausas que lo expliquen: desde los
intereses de laboratorios farmacéuticos y fabricantes de productos adelgazantes y bajos
en calorías, hasta el hecho de que la poderosa industria que gira en torno a la moda, la
confección de ropa de mujer, y todo lo que se relaciona con el ornato y la belleza femenina, esté dirigida con frecuencia por hombres homosexuales para quienes la función
maternal de la mujer les debe resultar indiferente.
Pero tampoco parece que el macho esté muy interesado en la reproducción. El
modelo que triunfa es el atlético, el que, a falta del ejercicio que exigía antes el trabajo,
ahora machaca el cuerpo en el gimnasio o la pista de deporte. Pero no para seducir a
ninguna hembra; creo que el modelo metrosexual trata de ocultar sus caracteres más
varoniles, el vello por ejemplo, y busca la indiferenciación sexual. No busca perpetuarse, sólo la autocomplacencia al verse reflejado en el espejo como un narciso de sonrisa
bobalicona..
6.- LA DIETA, CUESTIÓN DE ÉTICA
Ser gordo o flaco vienen determinado por la genética y por la nutrición; en qué
porcentaje es difícil decirlo. Habrá flacos que coman mucho y gordos que coman poco;
a aguantarse tocan.
Cuando uno come lo que puede, no lo que quiere, la alimentación es un acto estrictamente biológico. Cuando uno puede elegir comer esto o lo otro, comer más o menos; cuando las decisiones sobre el comer tienen consecuencias benéficas o perjudiciales para la propia salud, y no olvidemos que también las tiene para la salud de quienes
nos rodean, la alimentación adquiere una dimensión ética.
Lejos de mi intención amargarle a nadie la cena, ni grande ni chico. La ética,
contra lo que muchos piensan, nada tiene que ver con la vida triste; la ética es precisamente el arte de vivir bien, más saludablemente. La ética, quiere que vivamos más y
mejor y que procedamos, por tanto, en nuestros actos de acuerdo con esos fines, es decir, que comamos con racionalidad. La lógica de la ética nos impone, pues, que evitemos los excesos y sigamos una dieta equilibrada, que necesariamente tendrá que ser una
dieta rica y variada, y una dieta saludable, nada de triste y desaborida.
Una alimentación desordenada que conduce a la obesidad o a la anorexia y la
bulimia no es saludable y no es éticamente recomendable; es reprochable porque es perjudicial para la propia salud y la de los demás. Porque no sólo nos tragamos el humo de
los demás, también sufrimos el malestar y la enfermedad de los demás.
Es cierto que cada uno tenemos el derecho a vivir como nos dé más gusto. Pero
siendo verdad que la buena vida es la que más satisfacción le produce a cada uno, hay
formas de vida que prometen una satisfacción más intensa y duradera y otras que la recortan; y es esta verdad la que los educadores, padres y profesores debemos transmitir
por los medios más adecuados, según su diferente capacidad de comprensión, a nuestros
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hijos y alumnos desde pequeños, para que, cuando estén en condiciones de decidir por
sí qué tipo de vida prefieren, sepan los diferentes riesgos que se corren con la gordura y
la inactividad y los beneficios duraderos que procuran el ejercicio moderado y la dieta
equilibrada. Influir no sólo a nivel cognitivo sino, sobre todo, a nivel conductual, induciendo hábitos de conducta saludables. En alimentación, más aún que en otros órdenes
de la vida, los hábitos buenos o malos se adquieren más fácilmente de pequeños. Generalmente de adultos tendemos a seguir las pautas nutricionales que tuvimos de niños.
La dieta o la vida.
Pero no es acortar la vida lo que más habremos de lamentar, porque para un niño
o un joven la muerte no figura en su horizonte de vida, son las muchas cosas a las que
ya nos hace renunciar o las penalidades que acarrea la obesidad de niños y de jóvenes.
Más que la muerte, con la que nunca llegamos a convivir porque cuando estamos
vivos la muerte no está y cuando la muerte nos llega ya no estamos nosotros, como ya
dijeron los epicúreos, debería atemorizarnos la mala vida que nos quede. A los muertos
en la carretera los fines de semana los enterramos y, para decirlo con toda crudeza,
muerto el perro muerta la rabia, y los supervivientes, pues,... el muerto al hoyo, el vivo
al bollo. La tragedia tiene que ver con quienes sobreviven a duras penas y con quienes
los acompañan. Pues algo similar ocurre con quienes sobreviven a un infarto coronario
o cerebral, o soportan las consecuencias de un cáncer, originados en un sobrepeso u
obesidad. Ya no se trata de vivir más, se trata de vivir lo mejor posible, y no sólo vivir a
gusto consigo mismo sino también a gusto con los demás.
Desde la ética tampoco es razonable que mientras en las sociedades desarrolladas, el 25% de la población mundial muramos de hartazgo y vivamos aquejados por
infinidad de trastornos originados en una alimentación excesiva y desequilibrada, en los
países subdesarrollados, el 15% tenga una alimentación suficiente en calorías pero deficiente en proteínas de origen animal, el 20% tenga una alimentación en el limite de las
necesidades calóricas y más deficiente en proteínas animales, el 30% tenga una clara
subalimentación y el 10% de la población mundial padezca hambre crónica y mueran
por causa directa o indirecta del hambre 100.000 personas al día. En una sociedad que
queremos que sea global es intolerable esa insensibilidad e insolidaridad. También aquí
la ética nos exige racionalidad, coherencia.
7.- ¿POR QUÉ COMEMOS MAL?
Ahora bien, ¿qué puede haber provocado estos trastornos en la alimentación?.
¿Por qué ahora que podemos comer no sabemos o no queremos hacerlo de modo saludable?. ¿Por qué en las sociedades desarrolladas la gente muere o malvive a causa del
exceso de comida cuando en los países subdesarrollados mueren y malviven por falta de
comida?
Seguro que, de nuevo, son múltiples y diversas las causas de la malnutrición en
las sociedades de la opulencia, como la influencia del modelo de mujer visto más arriba
en las jóvenes anoréxicas y bulímicas, pero casi todas tendrán que ver con el cambio de
roles sociales de la mujer y la falta de respuesta adecuada por parte del hombre, y el
consumo hedonista como valor dominante.
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7.1.- LA MUJER EDUCADORA
La mujer, tradicionalmente, en nuestra sociedad, y en otras muchas, tenía una
función básica, procrear y educar a los hijos. Quedaba para el varón el aprovisionamiento de la casa. El padre sólo intervenía en la educación como un recurso extremo a la
autoridad, “mira que se lo digo a tu padre”. Era una mujer sacrificada al bien de su
familia, sin ninguna aspiración personal; mejor dicho, su aspiración personal era lograr
el mayor bienestar para su familia.
La familia era prácticamente impermeable a toda influencia externa. Las formas
de pensar, los valores, incluso la expresión de las emociones, se aprendían en la familia
por tradición de los padres a sus hijos y de éstos a los suyos. La escuela era una extensión de la familia que complementaba la función educadora de ésta, pero en ningún caso
la sustituía.
La educación incluía las formas correctas de comer y qué cosas comer. Y entre
los principios básicos de la educación alimentaría se encontraba el de comer en familia.
Al menos la comida y la cena se hacían en familia y tenían su hora. Había un tiempo
para comer. La comida era el momento en el que se planteaban las cuestiones que interesaban a todos o a algún miembro de la familia; era un acto esencialmente social y socializador. Era un acto ritual, donde imperaban y se aprendían ciertas reglas, a respetar,
a compartir, a autocontrolarse,... al tiempo que se aprendía a comer. Se aprendía que
había que comer de todo lo que se ponía en la mesa, tanto de lo que nos gustaba mucho
como de lo que nos gustaba menos, o incluso nada. Se aprendía que de lo que más nos
gustaba había que comer con moderación.
Y esa función educadora correspondía sobre todo a la madre, que, en muchas
ocasiones debía derrochar una paciencia casi infinita. Se enseñaba que una cosa era el
placer de comer y otra cosa la necesidad de comer, de alimentarse, y era prioritario satisfacer la necesidad.
7.2.- LA MUJER SALE DE CASA
Nadie piense que voy a cuestionar los beneficios que, primero para la propia mujer y después para toda la sociedad en general, ha supuesto la incorporación de la mujer
a la vida laboral. No sólo por su significado económico, el incremento del factor trabajo,
su aportación de nuevas rentas a la economía familiar, sino por su mayor cualificación
personal, su formación intelectual, que le ha permitido una mayor participación en la
vida social, cultural y política, con la que todos nos hemos enriquecido.
La mujer ha podido autorrealizarse, es decir, ha podido alcanzar un estatus desde
el que poder desarrollarse libremente, con autonomía, buscar modelos de vida propios,
diferentes a los tradicionalmente impuestos, aunque, para no pecar de optimismo o de
adulación, hemos de reconocer que también en este proceso la mujer aún está en vías de
liberación, es decir, le queda trecho por recorrer para codearse con los varones. También, como los gordos, de salida lo siguen teniendo más difícil.
Y, algo que antes sólo era privilegio de los varones, el disfrute del ocio, es decir
el hacer lo que no tiene nada que ver con el negocio, hacer cosas que sólo se hacen por
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el placer de hacerlas, como el jugar, el charlar con los amigos, etc. es hoy también otra
aspiración de la mujer, en buena parte lograda.
Pues bien, reconocidas y valoradas estas conquistas en el activo, deberíamos
anotar por el pasivo ciertos débitos socialmente contraídos. Y la mayor deuda que la
sociedad en su conjunto ha contraído es el déficit educacional. Déficit debido en buena
parte a que el varón no ha sabido o no ha querido suplir las ausencias de la mujer en la
familia, o mejor dicho compartir las funciones educadoras de aquella.
7.3.- LOS NIÑOS, SOLOS ANTE EL PELIGRO
Lo niños y jóvenes se ven sometidos a muchas influencias de las que no somos
conscientes los padres y educadores porque no sabemos, o no queremos, compatibilizar
la vida laboral y social con la vida familiar y la educación de los niños. Porque la tarea
de educar y aprender requiere tiempo y es ingrata, hasta dolorosa, por más que se empeñen muchos pedagogos en hacer del aprendizaje algo lúdico.
La pedagogía es el arte de guiar a los niños. Y un niño, sentado horas y horas ante el televisor o la videoconsola es un niño ante el peligro. Los pedagogos modernos
hablan mucho del autoaprendizaje, de que los niños construyan su mundo a partir de las
propias experiencias. Eso está muy bien, pero lo cierto es que el mecanismo básico de
aprendizaje, es la mimesis, la imitación. Y los niños tienden a reproducir las conductas
de los demás, sobre todo de los mayores, tanto la saludable como la perjudicial. Pero si
el aprendizaje de qué comida es más saludable lo fiamos solo a la autoexperiencia, a la
recompensa placentera o amarga, sólo aprenderemos que la obesidad es mala para el
corazón cuando nos dé el infarto o que el exceso de alcohol es peligroso cuando la cirrosis nos haya devorado el hígado. Es tarea del educador seleccionar los modelos de
conducta preferibles. Hay, además, cosas que es preferible aprender en cabeza ajena,
pero para ello el niño o el joven necesitan fiarse de una autoridad.
Los padres, por falta de tiempo y por otras razones, con demasiado frecuencia
abdican de su función educadora y la delegan en los maestros. Y los maestros, que en
otro tiempo enseñaban sobre todo con el ejemplo, con la autoridad que socialmente se
les reconocía y en ningún modo cuestionaban los alumnos y menos aún los padres, ahora son cuestionados hasta por los modernos pedagogos, que encuentran en la autoridad,
autoridad moral, la autoridad basada en la experiencia ejemplarizante, una amenaza al
desarrollo integral del niño, una limitación de su capacidad de autoaprendizaje. Y si el
chico ha de aprender sobre todo de sí mismo, ¿para que ir a la escuela?. Eso mismo dicen muchos chicos, ¿para qué ir a la escuela?. Y la soledad ante el peligro es total.
7.4.- EL ENEMIGO EN CASA, LA TV
Si los padres realmente decidieran asumir el papel de educadores, orientar a sus
hijos en la toma de decisiones sobre qué comer, a qué jugar, cómo leer divirtiéndose,
tendrían que enfrentarse al enemigo en casa, la TV. Porque, aunque los profesionales
del medio afirman que la TV cumple tres funciones sociales fundamentales, informar,
formar y entretener, es discutible que sea formativo que un niño esté delante de la tele
más de 3 horas y media, que siga viendo la tele después de las 10 de la noche, debiendo
levantarse al día siguiente a las 7 de la mañana; es preocupante que un niño tenga que
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ver la tele antes de merendar o jugar con los amigos o hacer los deberes. Es alarmante
que muchos padres no limiten el tiempo de televisión ni se interesen por qué ven sus
niños en la tele o la videoconsola.
Luego esos padres se sorprenden horrorizados de que su hijo pueda participar
con otros en torturar a un anciano solitario hasta matarlo, o acosen y agredan a otros
chicos en el colegio. ¡Como los chicos de mi edad, que perseguíamos a las lagartijas
para cortarles el rabo, o hacíamos batallas a palos y pedradas los de un barrio contra los
de otro!. ¡Lo mismo!.
Pero si un niño comprendiese que el mundo de la tele es un mundo ficticio, diferente del mundo real, que lo que ocurre en uno generalmente no ocurre en el otro, ese no
sería un niño, sería un adulto. Los niños por su edad son acríticos y, lo peor, muchos de
sus padres también. Los niños son niños porque no tienen criterio para valorar justamente lo que pasa ante sus ojos, infinidad de incitaciones al consumo, infinidad de escenas violentas, infinidad de conductas descorteses, irrespetuosas, insolidarias. Es cruel
decirlo pero, desde muy niños se utiliza la tele para sedar a los niños como si fuera un
jarabe y sin leer las contraindicaciones. La TV, claro que forma, pero las más de las
veces malforma.
7.5.- EDUCADOS PARA EL PLACER Y EL CONSUMO
Las sociedades desarrolladas son esencialmente hedonistas. El principio que
mueve a los individuos es la obtención de placer. Y todo lo que signifique sacrificio,
renuncia, o simplemente posponer para después una satisfacción es rara vez aceptable.
Se busca la satisfacción inmediata, por más que sea superficial. Somos adictos al placer,
por más que tenga efectos dolorosos. Somos consumidores compulsivos, de lo que sea,
comida, vestido, artículos de limpieza, máquinas, artilugios cuyo único valor es la novedad o la rareza; consumimos también lo inservible. El propio acto del consumo ya es
un placer. Llenar el carro de la compra tiene su erótica. Y, ¿cuántas cosas tiramos a la
basura porque caducan o porque ya no nos apetecen, cosas que no llegamos a estrenar y
las tiramos porque han pasado de moda?.
Muchos padres, siendo ellos austeros, querrían inculcar en sus hijos el espíritu
de la austeridad, o simplemente el mensaje de posponer un placer inmediato momentáneo y superficial por otro placer diferido más profundo y duradero. Pero lo tienen difícil
cuando su mensaje tiene que competir con el de “¿para qué esperar a los Reyes Magos
si lo que les has pedido lo tiene ya el Corte Inglés?”; ¿cuando la moto de Dani o las
bolsas de chuches las tiene delante de sus narices y sólo tiene que estirar la mano y cogerlas?. Y como es difícil convencer a un niño, que no tiene noción de la temporalidad,
de que más chucherías le pueden producir dolor de dientes al cabo de unos meses, y el
padre tampoco está convencido de esperar un año más para cambiar de coche, y porque
tiene asuntos más graves de que ocuparse que perder el tiempo hablando con un niño de
cosas que no va a entender, como que no siempre lo que es bueno para El Corte Inglés
es bueno para el niño, y como el padre está convencido de que no es un educador, que
eso es cosa de la mujer y del maestro, y la madre, entre el trabajo, o el café con las amigas, y las cosas de la casa, no tiene tiempo para hacerle razonar a su hijo, pues se le cierra la boca al niño con la moto de Dani, y con la bolsa de chucherías con tal de que se
calle y nos deje en paz, aunque se le pudran los dientes.
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7.6.- NO HAY TIEMPO PARA COCINAR.
COMIDA RÁPIDA (“COMIDA BASURA”)
Las madres, y los padres, de hoy no tienen tiempo ni para enseñar qué comer ni
para cocinar. Muchas madres, y casi todos los padres, ni siquiera saben cocinar, factor
éste muy importante para convencer a los niños de que nuestras propuestas son mejores
que las de la tele.
Y es que, después de 8 horas de trabajo más otra hora o dos de desplazamiento,
con el estrés y la ansiedad que ello puede haber generado, cuando los padres llegan a
casa no tienen ganas de hablar con los hijos, de controlar cómo se entretienen, qué clase
de amigos tienen en el colegio y fuera de él, qué problemas tienen en los estudios, qué
comen, etc. La madre no tienen fuerzas ni humor para preparar a sus hijos una cena de
dos platos y postre, como ha sido la tradicional cena en este país; así que recurre a los
embutidos, las cremas, la bollería industrial, los precocinados, salchichas, pizzas, hamburguesas, quesos, etc., productos,, en general, altamente calóricos y nutricionalmente
desequilibrados. Productos que, en general les gustan a los niños, porque son sabrosos,
es lo que comen sus amigos de colegio o se los están metiendo por los ojos durante
horas en la TV; es lo que comen sus héroes de los dibujos animados, sus series preferidas o sus películas; modelos creados en una cultura muchas veces diferente a la nuestra
y, a veces, totalmente ajena. En los niños y en gran parte de los mayores el acto de comer es un acto reflejo más que fruto de una decisión consciente en relación con nuestra
salud.
De otra parte, la familia nuclear moderna, cada vez más nuclear, más reducida,
es, en parte por esto mismo, más dependiente de la sociedad y, por tanto, más permeable
a sus influencias. Necesitan trabajar fuera de casa y también divertirse y relajarse. Los
padres, como los niños, son bombardeados constantemente con propuestas de acción
que promete placer y felicidad y de forma que si uno no las secunda se sentirá raro e
infeliz. Muchas de esas propuestas tienen que ver con el ocio y consiste en pasar fuera
de casa el tiempo no empleado en el trabajo, en espacios programados para entretenernos y hacernos felices.
Entre esas propuestas encontramos infinidad de Burger, Macdonalds, etc. que
prometen comida sabrosa y económicamente asequible para cualquiera, y todo ello envuelto en una atmósfera de saludable higiene y jovialidad. Es la “comida rápida”, influencia de la colonización cultural norteamericana, porque allí se trabaja tanto que no
queda tiempo para cocinar, ni creo que muchos sapan hacerlo, ni siquiera tengan paladar. Pero con frecuencia, y sobre todo cuando la dieta la basamos en esos productos, es
“comida basura”. No es de extrañar que los mayores índices de obesidad se den entre
los americanos.
De modo que, o por necesidad, o por placer, o por ambas cosas, buena parte de
los productos que comen nuestros niños y jóvenes y muchos adultos son nutricionalmente inadecuados, sobre todo si se ingieren con frecuencia; son excesivamente ricos en
grasas y proteínas, y carentes de un elemento funcionalmente muy importante, la fibra.
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8.- EL SEDENTARISMO
Otra de las causas principales del sobrepeso y la obesidad, además de la dieta
desequilibrada, es el sedentarismo.
8.1.- LAS MÁQUINAS NOS HACEN PEREZOSOS
Es otra de las contradicciones de nuestra sociedad. Al mismo tiempo que adoramos viajar y viajar cada vez a mayor velocidad, hacemos menos ejercicio corporal.
La mecanización y los automatismos aplicados a la inmensa mayoría de actividades, en el trabajo, en la vida doméstica (su símbolo es la lavadora), ha ahorrado infinidad de esfuerzos y energía corporal, es decir, ha propiciado que quememos menos
calorías. Si hay alguna máquina que simbolice el desarrollo y estilo de vida de nuestra
sociedad es el coche. Pues el coche ha evolucionado de forma que sus prestaciones, seguridad, comodidad, velocidad, han ido creciendo y el esfuerzo requerido ha ido disminuyendo. Hoy muchos coches se controlan con ligeros movimientos de los dedos sobre
el volante. Y hemos adquirido tal dependencia del coche que lo cogemos hasta para ir a
comprar el periódico, porque es un signo de estatus y valoración social, y porque nos
ahorra tiempo y esfuerzo.
El colmo del abuso de la máquina es la gimnasia pasiva. Para hacer músculo no
necesitas pedalear, levantar pesos, hacer estiramientos ni contorsiones. La máquina, lo
quieras tú o no, te estira los músculos, te los contrae,.... y mientras tú puedes enterarte
de los últimos líos de las famosillas de la tele.
8.2.- LAS CIUDADES NOS LO PONEN DIFÍCIL. HAGAMOS ALGO
No obstante, un tanto de tolerancia habremos de tener con nuestros niños y sus
madres. Las ciudades modernas son especialmente hostiles para los niños. No están diseñadas par ellos. No es infrecuente la noticia de que un coche ha atropellado a un niño
en una calle de una ciudad cualquiera. Faltan espacios públicos, plazas o parques, y los
que hay están llenos de peligros e incomodidades, proximidad de coches, ruido,...
Ante todo este cúmulo de dificultades para ejercitar el cuerpo deberíamos hacer
un esfuerzo de imaginación y de generosidad para dar a nuestros niños y jóvenes, y
adultos también, la oportunidad de hacer ejercicio físico, necesario complemento de una
dieta saludable.
Es una necesidad imperiosa que los políticos y urbanistas apuesten por los ciudadanos, que diseñen ciudades más habitables, pensando decididamente más en las necesidades de sus habitantes que en las de constructores y especuladores. Es una contradicción que unas autoridades estén recomendando constantemente llevar una vida sana,
realizar ejercicio, deporte, andar, moverse, jugar, etc. y las mismas autoridades u otras
no hagan nada para dotar las ciudades de los espacios adecuados para algo tan simple
como poner una canasta, una red, una pista de patinaje o circuitos para bicis. La densidad del tráfico en las ciudades, la soberanía del coche es tal, que circular en bici es jugar
con la muerte, pero en muchas ciudades, sobre todo de nuestro entorno europeo están
promocionando decididamente el uso de la bicicleta.
Y, no puedo por menos que gritarlo, de todas las ciudades que conozco, que son
muchas, Cartagena es la más deficitaria en espacios para el recreo y esparcimiento so-
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cial. Todas las ciudades, como consecuencia del desarrollo urbanístico han tenido un
“ensanche”, la oportunidad para crear espacio público. En todo lo que constituye el
ensanche de Cartagena no conozco un espacio que merezca el calificativo de plaza y
menos de parque, con excepción del novísimo parque de la Rosa. Los gestores del urbanismo cartagenero estarían a la cabeza del ranking de mezquindad y cicatería con la
ciudad. Ahora es una buena ocasión para gritar alto que Cartagena podría ser una de las
ciudades más bellas de España por su orografía, cuando se sacuda la mugre que la empaña, y contar con una dotación de espacios públicos superior a la de la inmensa mayoría de las ciudades si la superficie que está liberando el ejército se destinara prioritariamente a crear espacios públicos, parques de recreo. A lo mejor los cartageneros hacían
más vida en la ciudad y huían menos al campo y las playas.
También las autoridades educativas deberían poner a disposición de la ciudad,
en los días sin actividad escolar, los patios de los colegios, más próximos a los niños y
jóvenes y más seguros, para la práctica de actividades deportivas. En parte ya se hace,
pero con muy escaso rendimiento. Hay que establecer convenios con otras autoridades,
asociaciones de vecinos, concejalías de juventud, cultura, clubes culturales o deportivos
ya creados, grupos de jóvenes organizados, etc. proporcionar conserjes, monitores, educadores de calle y de tiempo libre, con el fin de implicar al mayor número de niños de
la zona para que en el tiempo extraescolar diario y de fines de semana puedan hacer
ejercicio físico y practicar el deporte o los juegos que prefieran con tal de que practiquen alguno.
Y los padres tienen que hacer un esfuerzo por compatibilizar trabajo, ocio personal y vida familiar; dedicar un tiempo a los hijos, a jugar con ellos, a enseñarles que
hay formas de pasarlo bien más saludables y económicas , juegos más divertidos, activos, creativos y socializadores que los videojuegos o mover un coche con un mando a
distancia desde el asiento de un banco. O al menos posibilitar que sus hijos que quieran
lo practiquen solos o con amigos, en el patio de la urbanización, en la plaza del barrio o
en el patio del colegio. Es muy importante que los fines de semana se programen en
familia, al menos para los niños, de modo que estos puedan realizar cualquier actividad
física o deportiva. En la ciudad, en el campo o en la playa.
Las “madres hiperactivas”, que les programan a sus hijos todas las horas que pasan fuera del colegio, hasta un punto verdaderamente estresante para el chico, deberes
en casa, matemáticas e inglés en la academia, gimnasio, baile, música, deporte,..., como
en el caso de la dieta, que combinen sabiamente las sedentarias con las que impliquen
ejercicio físico y, en cualquier caso, que el chico disponga siempre de oportunidades
para hacer las actividades físicas que sean de su gusto.
9.- UNA DIETA SALUDABLE. ¿QUÉ COMER?
9.1.- LA EDAD DEL ESTIRÓN
La pubertad – adolescencia (12-18 años) es un periodo caracterizado por importantes cambios somáticos y psíquicos del organismo, que coinciden con la maduración sexual. La masa corporal casi se duplica y el organismo se transforma El rápido
crecimiento y desarrollo físico e intelectual junto con la mayor actividad física y deportiva que se lleva a cabo en esta etapa hacen que aumenten las necesidades energéticas
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y nutricionales del organismo, probablemente en términos cuantitativos las mayores
de la vida, que quedan satisfechas con una alimentación adecuada.
Pero, mientras que las necesidades de proteínas en nuestro medio sociocultural
quedan con seguridad plenamente satisfechas, otras carencias más difíciles de apreciar
pueden afectar negativamente al desarrollo, como la carencia de determinadas vitaminas
o el déficit de algún mineral, por ejemplo el cinc o el hierro, los responsables de que
disminuya la velocidad de crecimiento.
9.2.- NECESIDADES NUTRITIVAS
Las necesidades energéticas diarias son las que determinan:
Gasto energético basal, necesario para el funcionamiento de los distintos órganos
del cuerpo en reposo:
1.100 – 1.600 Kcl.
Gasto debido a la actividad muscular (trabajo) 500 – 1500 Kcl.
Gasto debido al crecimiento
100 - 300 Kcl
Se estima que un chico de 13-16 años necesitará un aporte energético de 2.750
Kcl, y las chicas 250 Kcl menos. Un chico de 16-20 años necesitará un aporte energético de 3.000 Kcl y una chica de 700 Kcl menos, debido al diferente ritmo de crecimiento
y al menor desarrollo muscular.
En cuanto a las necesidades de los distintos nutrientes, si un adulto necesita entre
0,8-1 g. de proteínas por Kg. De peso, en un chico en la pubertad la necesidad proteínaca será de 1,5 – 2 grs./ Kgr. De peso, y un mayor aporte de yodo, calcio 1200 mgr. y
hierro 12 mgr./día; de 16-18 mgr. las niñas por las pérdidas menstruales.
Teniendo garantizado, como hemos visto el consumo de proteínas, lo más
importante es observar la debida proporción entre todos los demás nutrientes
necesarios que para esta edad “del estirón” deberá ser:
Proteínas 15%
De esas, al menos el50% de origen animal, preferibles de pescado
y carne blanca (pollo, pavo)
Grasas 30% Evitando las de origen animal, incluida la de la leche, y las
vegetales de palma o coco) y prefiriendo las de oliva, girasol, maíz y
pescados
Hidratos d carbono 55% De los cereales, legumbres, patatas y pan,
evitando el azúcar simple
Vitaminas
principalmente de las frutas y verduras
Minerales
de frutas, verduras, leche y carnes, con especial atención a: calcio,
hierro, yodo, cinc, fósforo, magnesio,...
Fibra 30 g./día, De las verduras, legumbres y cereales integrales
Agua
1,5 – 2 ls. /día, evitando los zumos no naturales y refrescos, que
contienen demasiado azúcar
Otro aspecto a tener en cuenta es la distribución de la ingesta a lo largo del día:
Desayuno
20% total de calorías
Media mañana 10%
Comida
30-35%
Merienda
10%
Cena
25-30%
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9.3.- UNA POSIBLE INGESTA DIARIA
-
¾ ls. De leche, o lo equivalente en queso o yogurt
400 grs. De fruta
400 grs. De verdura
150 grs. De pan
2-3 cucharadas de aceite de oliva para ensaladas, guisos o fritos
150 – 200 grs. De carne magra (2 o 3 veces / semana)
200 grs. De pescado (3 veces semana)
50 grs. De legumbres (3 veces semana)
3 ó 4 huevos (semana)
Desayuno:
leche y tostada de aceite
Media mañana:
bocadillo de queso, jamón serrano o atún
Comida:
ensalada, guiso (lentejas, pasta o paella, asado de pescado),
pan y fruta
Merienda: Vaso de leche y fruta
Cena: Hervido o verdura, Carne (pescado, 1 huevo), pan y fruta
Antes de acostarse deben tomar un vaso de leche 250 cl. o 2 yogures
9.4.- CUALIDADES DE UNA DIETA SALUDABLE
Una alimentación saludable debe satisfacer diariamente todas las necesidades
nutricionales e incorporar valores culturales, gastronómicos y de satisfacción personal.
Para que la alimentación sea saludable debe cumplir una serie de condiciones, que sea:
Completa: Conteniendo todos los grupos de alimentos que, en combinación, aportan
todos los nutrientes necesarios.
Equilibrada: Incorporando cantidades apropiadas de alimentos, pero sin excesos que
puedan causar acumulaciones peligrosas o que lleguen a generar interacciones entre los
distintos nutrientes.
Suficiente: Que cubra las necesidades del organismo, permitiendo el crecimiento y desarrollo en niños, y el mantenimiento del peso corporal dentro de los límites aconsejables en adultos.
Variada: Proporcionando los aportes necesarios de vitaminas y minerales por incluir
diferentes alimentos. Ningún alimento proporciona todos los nutrientes necesarios e,
incluso, los similares difieren en su contenido nutricional.
Adecuada a las características del individuo y a sus circunstancias: Debe ser apropiada y adaptada a la edad, sexo, tamaño corporal, actividad física e historia clínica, así
como con la tradición, cultura, hábitos de alimentación, estilo de vida, estrato socioeconómico, lugar donde se vive y época del año.
Práctica y atractiva: Es decir, que pueda mantenerse en el tiempo sin alterarse y que
se adapte a la apetencia de los niños.
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Apoyada en un estilo de vida saludable: Que incluya la práctica del ejercicio físico, la
ausencia de tóxicos (tabaco, drogas, alcohol) correctos hábitos higiénicos...
9.5.- CRITERIOS A SEGUIR
- Combinar los alimentos frescos y cocinados, con guarniciones complementarias de
origen diverso. Las formas de cocción establecen sabores, aromas, consistencias que
estimulan el apetito y favorecen el consumo, por lo que hay que alternar los diferentes
procedimientos culinarios de preparación de alimentos (fritos, con los asados, los guisados, los cocidos, la preparación a la plancha, al vapor, etc.).
- Consumir muy ocasionalmente, sólo alguna vez al mes, bollería industrial, por el
exceso de grasas no saludables (coco y palma), y la comida rápida y chucherías
Comida rápida (comida basura)
La constituyen: hamburguesas, perritos calientes, sándwichs, etc. que tienen como denominador común: preparación muy sencilla, consumo fácil (panes blandos, carnes trituradas) y saciedad inmediata.
Su perfil nutritivo puede definirse como hipercalórico, hiperproteico y con elevado contenido en grasas saturadas
El problema de su consumo radica en la frecuencia del mismo, que puede generar hábitos alimentarios inadecuados. Por ejemplo, las hamburguesas, generalmente, se
acompañan de una bebida refrescante y un postre dulce, prescindiendo de ensaladas,
verduras, legumbres, frutas, etc. necesarias en una dieta equilibrada.
Chucherías (chuches)
Comprenden un conjunto de productos dulces y salados, de formas y sabores diversos, de escaso o nulo interés nutricional y que se picotean a cualquier hora del día.
Una de las consecuencias de tomar a voluntad, sin ningún control, este tipo de
productos es la falta de apetito cuando llega el momento de la comida convencional,
pues su contenido calórico debido al azúcar y a las grasas (generalmente malas), que
constituyen la mayor parte de sus ingredientes, provoca la saciedad suficiente como
para provocar inapetencia.
Si, además se trata de productos azucarados puede formarse un substrato dulce
que favorece la supervivencia y desarrollo de los microorganismos que atacan la placa
dentaria, y provocan caries ya que no es posible mantener la necesaria higiene dental
cuando se están consumiendo estos productos en cualquier momento del día.
10.- EJERCICIO FÍSICO. Algunas sugerencias
Las actividades físicas no sólo sirven para quemar calorías y ayudarnos a “mantener la línea”. Los beneficios de la actividad física son corporales, favorecen el
desarrollo muscular, el crecimiento de la densidad ósea,,....pero también lo son
psicológicos y sociales: mejora el estado de ánimo, la autoestima, reduce el estrés y la
ansiedad, facilita la socialización, la integración social, la amistad, etc.
Entre las posibles actividades físicas, unas se pueden practicar individualmente y
otras en grupo. Las segundas tienen la ventaja añadida de que favorecen la socialización
y brindan la oportunidad de crear amistades, que tampoco es fácil en una sociedad hiperindividualista. Aquí van algunas sugerencias.
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Actividades individuales:
- Subir o bajar escaleras, al menos unos pisos
- Cambiar el chip mental de “se me hace tarde” por el de “voy a salir con
tiempo”, e ir andando a hacer las compras, al colegio, a casa de los amigos,
al cine, y si se trata de largas distancias, cambiar el coche por el transporte
público y hacer el trayecto parcialmente andando. Al mismo tiempo liberaríamos nuestras ciudades del exceso de coches y las haríamos más transitables y más saludables, con menos ruido y menos humos.
- Participar en las tareas de la casa, fregar, barrer, limpiar,...
- Sacar a pasear al perro,
- Montar en bicicleta, en patines.
- Pasear por la ciudad
- ....
Actividades de grupo espontáneas
- Participar en juegos de calle o patio, como los tradicionales de “a pillar”, “al
escondite”,.... saltar a la comba
- Jugar al baloncesto, balon-bolea, futbito, tenis de mesa (Basta con una canasta o una portería), badminton,...
- Hacer excursiones al campo, senderismo,
- Ciclismo
- Nadar, en playa o piscina
- Bailar
- Teatro, expresión corporal, ballet,
- Gimnasia, aerobic, etc.
Actividades de grupo organizadas
A través del colegio, clubs deportivos, culturales, academias, gimnasios, etc,
además de las ya mencionadas, la práctica de cualquier otro deporte: atletismo, futbol,
tenis,....
11.- CONCLUSIONES
Comer es una fuente de placer, pero, sobre todo, es una necesidad biológica.
Si el criterio dominante a la hora de comer va a ser el gusto, el placer, nuestra
salud está en peligro. No todo placer es bueno, ya lo dijo Platón. Ni todos los placeres
son iguales, unos son superiores a otros, ya lo dijeron los epicúreos, y la sabiduría está
en elegir siempre el mayor placer, que no tiene por que ser el más intenso, sino el más
duradero y que nos permita disfrutar de otros placeres. En épocas de hambre, endémico
en muchas etapas de la historia de España, era una verdad social el dicho “la del pobre,
antes reventar que sobre”. Hoy afortunadamente ha dejado de tener validez; todos tenemos garantizada la comida necesaria del día siguiente. Si comemos de algo hasta hartarnos perdemos la oportunidad de degustar otros muchos manjares, de sabor, olor, color,
textura,... diferentes y probablemente superiores.
Comer de todo y hacer ejercicio, con moderación, es la forma de vivir más y
mejor.
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FUENTES UTILIZADAS Y RECOMENDADAS
- Guía práctica sobre hábitos de alimentación y salud. Fundación Omega3 - Puleva
- Guía “Nutrición saludable y prevención de los trastornos alimentarios”. MSC.
- Guía alimentaria para comedores de Castilla y León
- Juan Madrid Conesa, “Alimentación en niños/as y adolescentes”,
Consejería de Sanidad, Región de Murcia
- Instituto Nacional de Estadística
- Organización de Consumidores CEACCU
- Enciclopedia médica
- Evolución económica de las regiones y provincias españolas en el s. XX.
Fundación BBVA
- http://www.medicadetarragona.es/aula/escalas/obesidad_y_esperanza_de_vida.htm:
- http://personal.telefonica.terra.es/web/mleal/articles/africa/22.htm:
- http://www.guiajuvenil.com/educacion_fisica/ejercicios.htm:
- http://www.serunion-educa.com/
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