TEORÍA AS DE FUND DAMEN NTACIÓ ÓN DE E LOS VALORES S nidad 5 5” “Un TEORÍAS DE FUNDAMENTACIÓN DE VALORES1 Varias posiciones han surgido para aclarar qué es el valor. En esta lectura tendremos contacto con sus principales autores: Manuel Mounier, Arthur Schopenhauer, Federico Nietzsche; Albert Camus y Carlos Marx. La persona: Manuel Mounier ¿Qué es una persona?, Persona es el término más exacto para definir lo que somos: es preferible a conciencia (capacidad de darse cuenta de lo que realiza), a individuo (personaje que tiene diferencias en medio de toda masa) o a sujeto (recipiente que posee características de independencia). Ser persona en todo esto al mismo tiempo: centro de experiencias, ser evolutivo, materia con espíritu, libre, con derechos y responsabilidades… El filósofo Manuel Mounier Desarrolló el concepto de persona superando la visión sólo teórica que los pensadores anteriores le habían dado. Analizó cómo la personase va haciendo a sí misma en un proceso que le da independencia con las acciones que ejecuta. Y que se amplía en el diálogo con los otros alcanzando una identidad irrepetible: cada persona es un ser central en el universo, de modo que todos n os miramos como planetas destinados a convivir con respeto y en crecimiento constante. “MI persona no es mi individuo. El individuo es, en sentido estricto, la disolución de la persona; o incluso podemos decir la reconquista del hombre por la materia (…) La persona se opone al individuo en que ella es dominio, elección, formación, conquista de sí; corre el riesgo del amor en lugar de protegerse. Ella es rica, en fin, de todas las comuniones con la carne del mundo y del hombre, con lo espiritual que la anima, con las comunidades que la revelan. La persona no es un lugar en el espacio, un dominio que se circunscribe y que se sobreañadiría a otros dominios del hombre provenientes del exterior. La persona es el volumen total del hombre. Es un equilibrio en longitud, anchura y profundidad, una tensión en cada hombre entre estas tres dimensiones espirituales: la que sube desde abajo y la concreta en una carne; la que se dirige hacia lo alto y la eleva a lo universal; y la que se extiende en lo ancho y lo dirige a una comunión”. Mounier, Revolución personalista y comunitaria, Ed. Sígueme 1 Tomado de: Moreno Marco A. et Al; Ética antología y ejercicios; ediciones Desager México 2002. La voluntad; Arthur Schopenhauer y Federico Nietzsche La vida no sigue caminos exclusivamente racionales y ordenados; no estamos en el mundo para seguir lo que dice la razón como si fuera un manual de instrucciones, pues de ser así la creatividad, el arte y la espontaneidad morirían. Así lo detectaron pensadores del siglo XIX en Alemania, y de manera concreta: Schopenhauer y Nietzsche. Cuyas propuestas se pueden sintetizar de la siguiente manera: El mundo no es sólo ideas y orden. Hay fuerzas que se suman y producen, incluso, catástrofes y fracasos con dolor. No hay que hacerse ilusiones: mirar continuamente hacia un sueño utópico es perder la vista real del paisaje que nos rodea, muchas veces angustioso. Hay mentiras y falsos valores que conviene detectar y señalar. Es preciso aceptar que la existencia tiene su parte bella y punzante, pero admitiendo que también hay un engaño y tragedia. Arthur Schopenhauer considera que el ser humano tiene, como todo el universo, un querer-vivir que impulsa hacia la superación personal. Y este impulso, que es la voluntad, guía a la inteligencia misma como una libertad ciega que sella todo punto de vista y todo paso que damos. “La voluntad que considerada en sí no es más que un impulso ciego, irresistible, tal como lo vemos manifestarse en el mundo inorgánico, en la naturaleza vegetal y en sus leyes, al igual que en la parte vegetativa de nuestro propio cuerpo, es capaz de llegar a saber, gracias al mundo representado que se le ofrece y que se desarrolla para su servicio, lo que quiere. A saber, qué es eso que ella quiere: el mundo mismo, la vida, tal como justamente se realiza en él. Por eso, hemos llamado al mundo el espejo de la voluntad”. A. Shopenhauer, El mundo como voluntad y representación; Ed. B. Nueva Federico Nietzsche retoma el valor del cuerpo y reaviva el papel de la fuerza personal. Todo ser humano tiene la voluntad de poder para triunfar o cae en la debilidad y se deja arrastrar como un esclavo. ¿Qué se debe hacer pues? Hacerse dueño de su propio destino. “Nietzsche busca, antes que nada, someter los ideales más corrientes a un despiadado análisis psicológico: ‘ahí donde ustedes ven un ideal, yo no veo más que cosas humanas’. La crítica psicológica de la moral y de la religión ascética es, a justo título, el tema más célebre de la filosofía de Nietzsche. La moral ascética es para él profundamente hipócrita: es el producto del resentimiento. Son los esclavos, los vencidos de la vida quienes han inventado el más allá con su paraíso y su infierno para compensar su miseria. Han imaginado valores falsos para consolarse de no poder participar en los valores auténticos, los valores de los señores y de los fuertes. Han forjado el mito de la salvación del alma porque carecía de salud en el cuerpo. Han ‘inventado otro mundo para poder calumniar y manchar a éste (…)’ Nietzsche Condena absolutamente la trascendencia de una moral antivital para sustituirla por una moral inmanentista, una moral que dice sí al impulso interior de la voluntad”. D. Huismaqs y A. Vergez. Historia de los filósofos, Tecnos. Ausencia de valores por enajenación; Karl Marx y Albert Camus. Karl Marx Hizo dos propuestas que revolucionaron al mundo: la necesidad de romper con la división de clases sociales y la urgencia de implantar la justicia en el mundo. ¿Cómo podrían lograrse estos valores? Aquí surgió el problema: propuso alentar la lucha entre las clases sociales e imponer la supremacía del Estado sobre los individuos. ¿Resultados? Muchos enfrentamientos sangrientos durante siglo y medio, y la supresión de muchas libertades a los individuos en algunos países. “Para el materialista práctico, es decir, el comunista, se trata de revolucionar el mundo existente, de actuar y cambiar prácticamente las cosas establecidas. Este socialismo es la declaración de la revolución permanente, la dictadura de la clase del proletariado, como punto de transición necesario para llegar a la supresión de las diferencias de clase en general; a la supresión de todo régimen de producción sobre el cual se apoyan éstas; a la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a este régimen de producción; al derrumbamiento de todas las ideas que parten de estas relaciones sociales. Si el proletariado, en su lucha contra la burguesía, se reúne necesariamente en clase, se transforma mediante una revolución en clase dominante y suprime por la violencia las viejas condiciones de producción”. Karl Marx, Ideología alemana y Manifiesto Comunista, Ed. Progreso. Albert Camus quiso que el mundo se enriqueciera con valores como la inocencia de los niños, la libertad, la salud, la naturaleza, frente a la realidad totalmente diferente porque hay mucha maldad. ¿Cómo lograr el triunfo de los valores? Con la rebeldía ante el absurdo. Sólo que el mismo individuo que quiere los valores encuentra el egoísmo y el mal en su mismo corazón. Sólo queda la tragedia del futuro doloroso. “Por eso he elegido este esfuerzo absurdo y sin alcance. Por eso, estoy de lado de la lucha. La época se presta para ello, como he dicho. Hasta ahora la grandeza de un conquistador era geográfica. Se medía por la extensión de los territorios vencidos. Pero algo ha cambiado de sentido la palabra y ya no designa al general vencedor. La grandeza ha cambiado de campo. Está en la protesta y el sacrificio sin porvenir. Pero no es por complacencia en la derrota. La victoria sería deseable. Pero sólo hay una victoria y es eterna. Es la que no conseguiré nunca. Con eso es con lo que tropiezo y me atasco. Una revolución se realiza siempre contra los dioses, comenzando por la de Prometeo, el primero de los conquistadores”. Albert Camus, Mito de Sísifo, Ed. Aguilar