Masculinidad y globalización. Dr. Robert Connell. Universidad de Australia. En el marco de la Segunda Reunión Nacional de DemySex, se presenta la conferencia del Dr. R. Connell, gracias a la invitación del Programa Universitario de Estudios de Género, de la UNAM. El Dr. Connell ha trabajado en proyectos y programas de investigación sobre sexualidad, prevención del Sida, además de que ha realizado una revisión sistemática de las distintas posturas en la teoría social. Ha colaboradora en distintos espacios académicos como docente como en la Universidad de California en Santa Cruz, California. Ha sido profesor del Departamento de Estudios Australianos de la Universidad de Harvard. Es autor de diversos artículos publicados en revistas como State and Society, y en los años ochentas publicó su libro Gender and Power, obra con una perspectiva estructural sobre los estudios de género. Más adelante, extendió su trabajo a los estudios de la masculinidad. Uno de sus libros más importantes en esta línea es Masculinities, el cual será traducido próximamente por el Programa Universitario de Estudios de Género. El trabajo de Robert Connell representa una perspectiva muy amplia de los estudios de género. En esta ocasión su conferencia versó en torno a la masculinidad y sus transformaciones asociadas a la globalización. A continuación se presenta la conferencia. Gracias a todos y todas por este evento, por la invitación a asistir. Estoy muy feliz de estar en contacto con el trabajo de México en el campo de género, y de hacer contacto con la gente que trabaja en el PUEG, y con la comunidad más amplia de investigadores/as y militantes que trabajan en el tema de género. Lo que quiero hacer en esta sesión es presentar a ustedes una línea de pensamiento sobre las relaciones o la relación entre la masculinidad o las masculinidades, las prácticas de los hombres en relación al género, y el proceso de globalización. 249 El punto de inicio es el hecho de que en este momento hay un debate internacional sobre los hombres y los niños varones en varias arenas públicas. Hay un sentido que ha estimulado mucho la discusión en la prensa: que los hombres han perdido su camino, al mismo tiempo que las mujeres han encontrado un camino nuevo. Actualmente encontramos que en varios sistemas escolares en el mundo angloparlante, ahora hay una creencia muy común de que los hombres son los nuevos individuos en desventaja en educación y algo se tiene que hacer al respecto. En algunos sistemas de salud hay un discurso público que habla de una crisis de salud entre los hombres, un sentido de problemas de hombres específicos lo cual se está haciendo cada vez más popular, proporcionando un mercado de publicaciones comerciales tales como revistas que están circulando tanto en América del Norte, como en Europa, y hay una edición en Australia y en Nueva Zelanda. He estado en varios foros en donde se habla de que algo está mal con los hombres, que existe algún tipo de crisis o problemas en las vidas de los hombres. En parte, eso es resultado de la emergencia en los últimos 10 o 15 años de movimientos sociales específicos, entre los hombres, los cuales han tenido como eje de trabajo los asuntos de género. Estos movimientos incluyen propuestas terapéuticas como el popular movimiento mito-poético en Estados Unidos que se ha preocupado de los problemas emocionales del os hombres. También incluyen propuestas religiosas como el movimiento evangélico de los cumplidores de sus promesas, o la manifestación sorprendente de los hombres afro americanos ocurrida en Washington, en Estados Unidos hace pocos años, que fue organizada principalmente por las iglesias negras y grupos religiosos ocupadas por la posición de los hombres en las familias negras. En dicha manifestación se ofrecía un día de arrepentimiento por los errores en el pasado y un compromiso a nuevas prácticas en el futuro. También han existido movimientos sociales entre los hombres que han adoptado una posición antisexista, una posición profeminista. Algunos de ustedes tal vez no saben que existen grupos como No More, la Organización Nacional contra el Sexismo para los Hombres, que intenta proporcionar un enfoque de trabajo antisexista entre los hombres. Quizás tampoco saben que hay una organización paralela en Japón llamado El Centro de Hombres en Japón, que realiza un debate en los 250 medios masivos de comunicación, organiza grupos de reflexión, emite publicaciones que invitan a los hombres japoneses a cuestionar la imagen tradicional del guerrero corporal, o el hombre samurái, el modelo tradicional de la masculinidad. Así, invitan a los hombres japoneses a tomar parte en el trabajo doméstico, el cuidado de los hijos y el cuidado de la corporeidad. Entonces, existe una gran diversidad de movimientos sobre el género, entre los hombres, en distintos países. Esos movimientos han contribuido, a través de foros populares y medios de comunicación, con la creación de un sentido de existencia de algún tipo de crisis entre los hombres. También hay una respuesta académica al desarrollo de la actividad de esos movimientos. Empezando desde los años 70. Grupos pequeños de hombres en contextos académicos empezaron a responder al feminismo al desarrollar una crítica de lo que ellos ganaban el rol sexual masculino, desarrollando las primeras etapas de lo que se desarrolló posteriormente como Estudios de Hombres. El libro Mens’s Studies Bibliography, publicado en 1979 por el Instituto de Tecnología de la Universidad de Massashussets, es una de las publicaciones generadas en aquel momento. En él se recopiló lo que estaba disponible en ese entonces en investigación y estudios sobre hombres y género. Esto fue también una respuesta a los problemas de los hombres y sobre los hombres. La pregunta que se nos plantea es ¿por qué esos movimientos y respuestas se han desarrollado y por qué han sido tan difundidos en todo el mundo, como sabemos ha ocurrido? Esos movimientos y respuestas intelectuales no han sido exclusivos de países angloparlantes; también, en publicaciones de otros países se puede ver que hay un discurso al respecto en América Latina, como en Perú. En África del Sur también hay discusiones importantes sobre este tema, desarrolladas después de abolido el apartheid. En Europa, también podemos ver trabajos muy interesantes sobre los hombres, específicamente en Escandinavia, Europa Central, Alemania, pasando también por Europa Oriental, desarrollados sobre todo después de la caída de los regímenes comunistas. Esto muestra la amplitud de la difusión. Por eso mi pregunta sobre ¿por qué 251 se ha creado un sentido de crisis o dificultad o problemas entre los hombres?, cuando sabemos que los hombres siguen teniendo predominantemente la autoridad en casi todas las sociedades del mundo, como ha ocurrido en la historia de la humanidad. Hace pocos años los jefes de Estado de toda la región Asia-Pacífico se reunieron en el consejo económico, en Manila, en las Filipinas, y la foto del momento final de esa reunión fue publicada en primera plana del periódico principal de Australia, y me pregunté ¿Dónde están las mujeres? De hecho, casi todos los jefes de Estado en el mundo son hombres; casi todos los ministros de gabinete son hombres; casi todos los jefes de corporaciones principales, casi todos los dueños de fortunas y grandes concentraciones de riqueza, son hombres. Y si nosotros pensamos en quién controla el armamento, quién normalmente conoce las técnicas de la violencia, quienes son el personal de las instituciones de fuerza como la policía o el ejercito, todos son hombres, eso no ha cambiado. Entonces, por qué se ha desarrollado globalmente un sentido de crisis de los hombres, cuando son los hombres los que siguen teniendo los instrumentos de poder, siguen teniendo ventajas económicas enormes dado que el ingreso promedio global de los hombres es como 180% mayor del promedio del ingreso de las mujeres. No hay duda alguna sobre la respuesta histórica a esta pregunta. Fue el comienzo del nuevo feminismo que empezó un disturbio cultural sobre el género y ha tenido un impacto mundial sobre los hombres. El crecimiento de los movimientos feminista y del feminismo global desde los años 70 es el cambio histórico que ha causado las reacciones entre los hombres, además entre las mujeres. Quiero enfatizar esto porque en muchas ocasiones vemos con qué facilidad se subestima el impacto del feminismo, cuando sólo vemos los resultados formales políticos como puestos de representación, mujeres jefas de Estado. Pero el reto que ha representado el feminismo, en tanto se han tenido que hacer arreglos de lo que anteriormente se daba por sentado sobre el género, ahora es muy difundido y profundo. En la investigación que hago en Australia, me ha impresionado muchísimo encontrar hombres de posiciones y situaciones muy diversas, hombres jóvenes, adultos, hombres mayores, hombres de clase trabajadora, hombres de clase media, todos tienen un 252 sentido de que algo ha cambiado en el mundo del género, que las vidas y la conciencia de las mujeres ya es diferente y los hombres tienen que responder a esto. ¿Cómo responden? Por supuesto es muy abierto. Muchos hombres responden a este reto de una forma muy negativa y antagónica, reafirmando los privilegios de los hombres, estigmatizando y descalificando el movimiento de mujeres diciendo que está lleno de lesbianas y gente pervertida, enfatizando escenarios patriarcales. Ello es una respuesta muy común de los hombres. Otros hombres adoptan una posición más o menos neutral, dicen -bueno, vamos a ver si sale algo bueno, no podemos ir demasiado rápido-. Algunos otros adoptan una respuesta afirmativa, dicen que sí a lo que dicen las mujeres sobre la igualdad y consideran que los hombres tienen que hacer algo. Como vemos, hay un espectro bastante amplio de respuestas de hombres al reto. Pero el sentido más amplio que el reto requiere es el que realmente subraya todos esos reclamos diversos sobre esa crisis o problemas entre los hombres. Algunos de esos reclamos son correctos pero pienso que algunos son falsos. Pero todos nacen de un disturbio cultural sobre el género que ahora está en todo el mundo. Para entender estos asuntos, ahora tenemos un recurso importante y nuevo en la forma de la investigación internacional reciente sobre hombres, género y masculinidad. La respuesta reaccionaria al reto, muchas veces ha tomado la forma de aceptar algún tipo de determinismo biológico, una noción que establece que la masculinidad está encarnada en los cuerpos de los hombres, es natural, es parte de nuestra herencia, de cuando nuestros antepasados bajaron de los árboles, yo digo que esa es la teoría Tarzán de la masculinidad. Esto es por supuesto un mito científico. No tiene ninguna base científica que fundamente estas nociones. Esta teoría me parece la menos útil, y la menos adecuada sobre las realidades entre los hombres. Más allá de esta noción de una masculinidad fija natural, tenemos la ayuda de la investigación reciente en Ciencias Sociales. Uno de los descubrimientos claves de la investigación en historia, sociología, antropología, estudios culturales, psicología y otras áreas de las ciencias humanas, en las últimas dos décadas, es precisamente la diversidad en las masculinidades; el hecho de que hay formas múltiples de masculinidades en todo 253 en el mundo; formas distintas que crean las distintas culturas para que sean hombre los hombres, o para que las mujeres puedan actuar como hombres. Hay muchos ejemplos antropológicos, etnográficos y dado que yo vengo de Australia y es la semana de los Juegos Olímpicos les voy a dar un ejemplo en el ámbito del deporte.1 Aquí vemos una forma de masculinidad ejemplar, honrada, que se desarrolla en el deporte de los Estados Unidos, dando un modelo de agresión física, velocidad de movimiento, de patrones culturales del individualismo, y de la manera en que el dinero se involucra en esos patrones de la masculinidad. En esta imagen2 vemos un ejemplo de héroes deportistas de otro país: los luchadores de zumo de Japón. Estos son igualmente admirados en su cultura, en cuanto a lo físico pero con una relación totalmente diferente con el cuerpo, una idea totalmente diferente de qué son y qué es el cuerpo admirable, y la forma diferente en que se organiza el deporte en su significancia cultural. Ese es uno de los muchos ejemplos que se pueden dar, de las construcciones y las formas en contraste de la masculinidad en varias culturas. Igual de importante es reconocer que no sólo existen masculinidades distintas entre las distintas culturas, sino que existen diferentes masculinidades dentro de una cultura, dentro de un grupo, una clase, un ambiente, un contexto específico. Vamos a encontrar una diversidad de formas de masculinidad por lo que también es importante reconocer la diversidad dentro de las masculinidades, dentro de cualquier sociedad moderna. Las masculinidades no son iguales; existen en una relación jerárquica muy clara. En la mayoría de las culturas hay una forma particular de la masculinidad que es la más admirada, la más dominante, la más valorada. Puede que no sea la más común en esa cultura, pero las otras formas de masculinidad probablemente van a estar subordinadas a ésta, en formas muy concretas como la subordinación económica hasta la violencia. Entonces la desigualdad de honor y situación es un hecho muy importante sobre la multiplicidad de las masculinidades y esto nos ha llevado hacia la formulación del 1 2 En este momento el conferencista mostró la imagen de un jugador de básquetbol de la liga profesional norteamericana. En este momento el Dr. Connell presentó la imagen de dos luchadores de zumo en combate. 254 concepto de la masculinidad hegemónica como una forma de nombrar a una forma particular de masculinidad que es dominante en un contexto específico. En el mundo anglosajón, por ejemplo, actualmente la forma hegemónica de la masculinidad es particularmente aquella que está asociada con la elite de los negocios, como el retrato de un hombre canadiense, un hombre de negocios. Esa imagen simboliza un patrón de la masculinidad que está asociada en la cultura de los países angloparlantes con la autoridad, la capacidad de realizar las cosas, la capacidad de mandar sobre otra gente, está representada y celebrada en los medios masivos de comunicación, y se puede reconocer instantáneamente. Aunque muchos hombres no comparten este patrón de masculinidad, todos los hombres tienen que establecer y negociar su proximidad a esta imagen, y a veces esto resulta muy difícil. Otro descubrimiento importante de la investigación producida sobre las masculinidades es que las características de la masculinidad hegemónica existen, no sólo en la vida del individuo, como dicen los psicólogos, como patrones de personalidad, sino existen colectivamente, en instituciones, en formas colectivas culturales como discursos, géneros literarios y las tecnologías de comunicación masiva, dentro de las cuales debemos pensar la circulación global de los modelos particulares de masculinidad. Una de las más importantes es la circulación global de las instituciones dentro de las cuales patrones particulares de la masculinidad están encarnados, como son las instituciones militares. El ejército del estilo europeo, que daba vida al crecimiento del poder europeo y a la creación del régimen colonial europeo, es una institución con los patrones de la masculinidad hegemónica que ha adquirido a través de las tecnologías, la función de modelo de algunas líneas de la formación cultural de la masculinidad en el los centros europeos. Otro descubrimiento de la investigación sobre las masculinidades es que los patrones de masculinidad no son solamente plurales, sino también son complejos internamente. Lo más característico es que los patrones de género estén bajo tensiones, tienen contradicciones internas, y debido a que tienen complejidades y contradicciones y posibilidades múltiples internos, entonces están abiertos al cambio. Así que los patrones 255 de género entre los hombres están constantemente abiertos al cambio histórico, tanto en el nivel micro de la vida del individuo, como en el nivel macro de las instituciones, de forma colectiva. Estos son descubrimientos muy importantes que están creando una comprensión sobre los hombres y la masculinidad muy útil para la práctica, más que las nociones abstractas del “rol masculino de la sexualidad” generada en los años 70. En muchos países, la investigación sobre las masculinidades ha tenido, muy a menudo, un enfoque muy local, con la tendencia de documentar patrones de masculinidad en una escuela específica o en la ciudad, o en el caso más amplio, en un país en un momento particular. Yo ya he argumentado por muchos años que ya eso no es suficiente; que el enfoque local de la investigación ha sido muy valioso y ha ido más allá de las abstracciones de las primeras ideas de género, pero ya tenemos que pensar sobre el mundo y la sociedad global como una vena en donde las luchas de género ocurren y las formas de género están construidas. Eso no es ninguna noticia para los movimientos feministas que han estado debatiendo estos asuntos desde la década de las mujeres en las Naciones Unidas. Pero es bastante reciente que está emergiendo como un asunto en estudios y debate sobre hombre. Yo argumentaría que no podemos entender las masculinidades del mundo moderno sin entender cómo se han construido por la historia de la globalización, de la colonización. Esto es cierto para las masculinidades de la metrópoli tanto como para áreas colonizadas en el mundo. Porque el colonialismo-imperialismo fue por sí mismo un negocio de género desde el comienzo. Entonces los sistemas coloniales inmediatamente impactaron, muchas veces de forma muy fuerte, los sistemas u órdenes de género en las sociedades locales indígenas, cambiando las condiciones bajo las cuales los arreglos de género para hombres y mujeres eran reproducidos. La fusión de los patrones de género entre los colonizadores y los colonizados también es una característica de los sistemas coloniales en muchas partes del mundo, por lo menos hasta el crecimiento del racismo en el siglo XIX que produjo barreras más agudas entre los que estaban colonizados y los colonizadores. Ese es un proceso que sigue en marcha y se puede ver en muchas formas culturales de las cuáles la más 256 impresionante en mi experiencia es la carrera de Chucha en Brasil, una estrella de televisión que empezó como modelo, se hizo famosa, hizo una asociación con Pelé y logró crear una carrera en televisión y mercado, dirigiendo un programa para niños. La base de género de su éxito fue la actuación de un patrón de feminidad que ella trajo de imágenes de la cultura norteamericana, de patrones femeninos de los Estados Unidos. Fue una imagen importada. Y lo que hizo Chucha que tuvo un gran éxito comercial, es lo que hacen un gran número de personas en la vida cotidiana en formas mucho menos espectaculares integrando elementos de culturas de género de tradiciones dominantes y colonizadas. Finalmente el colonialismo y la globalización han creado nuevos foros, nuevas instituciones, nuevos espacios sociales los cuales están estructurados con base en el género. No existieron antes en donde se involucró la creación de nuevos regímenes de género, en espacios y estructuras históricamente novedosas. Una de las instituciones claves del capitalismo moderno es la bolsa, construida en Ámsterdam, en la cima del imperialismo holandés, y creado alrededor de las necesidades del colonialismo de Holanda. Esa creación proporcionó el centro económico de un país y sistema colonizador. Si vemos una foto de la primera bolsa de valores en Ámsterdam, veremos que es un espacio para hombres, es una institución masculinizada, tal como los centros dominantes de las sociedades modernas. Si hablamos de instituciones y globalización podemos ver al género de manera implícita en cada una de ellas. En las instituciones de corporación internacional se puede ver la imagen del hombre, la organización interna es muy masculinizada. Aquí mi argumento se vuelve más especulativa pero tiene bases, y es que el colonialismo y la globalización crearon las posibilidades para formas de género que existen globalmente, es decir, que las podemos encontrar transversalmente en las naciones. A esos patrones yo les he llamado en mi trabajo teórico sobre este asunto, “globalizando las masculinidades” o “masculinidades globales”. Son masculinidades desarrolladas e institucionalizadas en los foros internacionales que ahora existen hasta un punto, independientemente de los contextos culturales, locales de donde se originan los individuos. 257 Yo estoy convencido de que ese proceso empezó en etapas tempranas de la historia del colonialismo. En el periodo de conquista colonial podemos encontrar patrones de la masculinidad, por ejemplo, aquellos asociados con las fuerzas militares involucradas en las conquistas, que circulan en una escala global, mientras lo imperios europeos se hicieron globales. Como yo vengo de un país que anteriormente fue una colonia que de Gran Bretaña, mis ejemplos son casi siempre británicos. Ustedes tienen que transferir eso a la situación de los conquistadores españoles. En Sudáfrica también podemos observar este proceso. Mi argumento es que las masculinidades de los ejércitos colonizadores se volvieron como un modelo para patrones de masculinidad que después circularon como formas culturales por todos los imperios creados en la conquista. Entonces al final del siglo XIX, las imágenes de las colonias fueron integradas con un nuevo programa pedagógico de las escuelas británicas de élite, para la construcción de las masculinidades que después se volvió institucionalizado en las escuelas del mundo anglo parlante. Como parte de este programa se publicó en Londres, en 1910, un libro que circuló por todo el imperio británico, y que combina imágenes del programa de educación moral que intentó ubicar la imagen del trabajo en equipo como una forma de educación moral, en vez de “hacer mucho dinero rápidamente”. El críquet y el fútbol eran mostrados como un vehículo de educación moral en el mundo británico, combinados con imágenes de la expansión imperialista, como conflictos en los frentes coloniales. Así que podemos trazar históricamente la agenda de la formación de la masculinidad. También podemos trazar los asuntos de género de la de-colonización, proceso que involucró muchas veces la construcción o celebración de formas de masculinidad que enfrentaron y confrontaron las masculinidades de los colonizadores en un patrón muy característico de conflicto masculino, y en ocasiones tuvo resultados muy trágicos. Por ejemplo en África del Sur, la lucha contra el régimen del apartheid fue dirigida durante un periodo considerable por hombres muy jóvenes. Hombres de 20 y 30 años de edad, que durante la década de los años 70 y 80, dirigieron un boicot de los sistemas de escuela, en el que enfrentaron a las instituciones como la policía, se 258 involucraron en luchas grandes y muchas veces violentas. Al final sí destruyeron el régimen de apartheid y dieron entrada al sistema democrático. A esos hombres se les llamaba Los Leones Jóvenes y fueron muy admirados en sus comunidades por ser la vanguardia de los guerreros, la primera línea de la lucha contra el apartheid. Pero después de que ganaron la lucha, y de las primeras etapas de la democracia representativa, una generación completa de hombres jóvenes que habían crecido ya hacia la adultez, en el contexto de una lucha peligrosa, amargada y violenta, donde ellos recibieron mucha admiración por sus muestras de valor, después se enfrentaron con un mundo nuevo donde eso ya no fue requerido; donde la comunidad ya no le gustó la violencia interpersonal, donde ya nadie fue honorificado por un nivel de violencia. Esos mismos hombres que no tenían ningún recurso educativo, de capacitación, ninguna profesión, empezaron a ser hombres que no podían ser empleados. Esto empezó a generar un problema social alrededor de esta generación de hombres jóvenes como resultado, en parte, de los patrones de género, que desarrollaron durante aquella lucha. Los asuntos de generar empleos y de integrar a esta generación a la vida productiva se han vuelto agudos en el nuevo régimen. Así que tenemos asuntos muy importantes de la masculinidad en los procesos de de-colonización además de la formación de los regímenes imperialistas. Yo creo que hay otros asuntos de igual importancia sobre las nuevas formas de masculinidad que pueden ir emergiendo bajo la globalización contemporánea. Aquí quiero ofrecer dos hipótesis. Si existe una masculinidad hegemónica, un patrón dominante emergiendo en los foros globales ahora, es más probable que sea la masculinidad que está asociada con los hombres de negocios que operan en los mercados globales o que administran las corporaciones transnacionales. Y voy a hacer una distinción entre esos dos por que, por ejemplo, operar en el mercado de dinero global puede involucrar prácticas distintas a las que se realicen desde la gerencia de una corporación gigantesca y transnacional. Mi hipótesis es que ahora estamos viendo la emergencia de un nuevo patrón de masculinidad hegemónica que he llamado la masculinidad de hombre de negocio 259 transnacional, que tiene su origen en las masculinidades burguesas de los países que han generado las corporaciones principales transnacionales, es decir, los Estados Unidos, las economías principales de Europa del Este y Japón. Esto también involucra procesos de cambio que debilitan las conexiones o los vínculos de los hombres que son el personal de niveles de gerencia, con las culturas y políticas de género de sus países nativos y yo creo que eso tiene una importancia política si consideramos que los hombres han estado impactados por las políticas feministas, principalmente dentro de las estructuras culturales e instituciones de su nación. Esa es la arena donde se observan las ganancias por la igualdad de oportunidades, contra la discriminación, los derechos reproductivos. Hasta cierto punto, la construcción de las masculinidades de los foros internacionales de negocios se aleja de los controles políticos y culturales sobre la sexualidad de los hombres, en donde no es casualidad que el pensamiento de la economía capitalista y global y el aumento del números de hombres de negocio esté asociado con el crecimiento del turismo sexual, el turismo de sexo. Ahora cuentan con hoteles internacionales que tienen la pornografía instantáneamente disponible de su cuarto; no es poco común que esos hoteles ofrezcan servicios comerciales de sexo como parte del contrato. Entonces, si mi hipótesis sobre la emergencia de los foros transnacionales de los patrones de la masculinidad es correcta, hay implicaciones preocupantes para la equidad de género y para la preservación de algunas de las ganancias que se obtuvieron en los contextos antisexistas. La segunda hipótesis que quiero ofrecer es que la globalización también circula imágenes de una masculinidad subordinada, no sólo de una masculinidad hegemónica. Esto impacta a los hombres de las clases populares en algunas veces formas muy dañinas. Entonces para mí no es un asunto de casualidad o accidente que la globalización contemporánea esté ocurriendo al mismo tiempo que el aumento de las tazas de encarcelamiento en países como Estados Unidos y Australia, particularmente el encarcelamiento de los hombres de grupos pobres y marginados, especialmente grupos subordinados étnicos. Los hombres, por supuesto, son el 90% de la población encarcelada 260 y esos hombres pertenecen en su mayoría a grupos étnicos marginados, donde la taza de pobreza y desempleo es muy alta. Entonces la globalización tiene un efecto cultural porque puede circular imágenes de masculinidad que ofrecen respuestas culturales a este tipo de experiencia. De ahí que no sea sorprendente que en Australia, entre los jóvenes de la clase trabajadora, se haya vuelto de moda traer los pantalones muy sueltos, los tenis, y sus gorras volteadas hacia atrás. Es decir, que las imágenes culturales de la vida en pandilla, de Norteamérica ya han circulado en todo el mundo. Yo he conocido situaciones en Nueva Zelanda, donde los jóvenes mauris que son los jóvenes de la cultura polinesia indígena de ese país, también han tomado las imágenes de la vida en pandilla de Norteamérica, la música, la forma de dirigirse el uno al otro, su argot. Las formas de protesta combativa masculina también están circulando por las imágenes culturales de la globalización. ¿Hasta dónde llegará esto? No lo sabemos pero yo sugiero que la globalización crea las posibilidades de circulación transnacional de masculinidades y posiblemente para la creación de nuevas formas que serán de importancia en la política de género para el futuro. Pero eso por supuesto no es la historia total de la globalización sobre los hombres y sus patrones de género, porque la globalización como un proceso personal, cultural, político, también impacta en las formas globales de la masculinidad, en la forma en que las relaciones están construidas, negociadas y cambiadas en los contextos locales además de los trasnacionales. Un ejemplo impresionante de estos procesos, que desde mi punto de vista tiene importancia internacional, es que cuando estaba involucrado en un proyecto de investigación de hace algunos años, entrevisté a hombres jóvenes de clase trabajadora en Australia que estaban enfrentando el desempleo estructural. Hasta los años 70 Australia fue una economía con una taza de empleo completa. Era impresionante, casi no existía el desempleo. Pero después, los cambios estructurales debidos al impacto de los cambios de la economía internacional, y el control de la economía australiana por las compañías internacionales, empezó a cambiar la situación económica de la clase trabajadora y el desempleo subió muy rápido y agudamente y se ha quedado muy alto. 261 El desempleo es un fenómeno de clase. Algunos de clase media se vuelven desempleados, pero la mayoría de los desempleados son de la clase trabajadora. Por eso tiene su impacto particular sobre los hombres que a ella pertenecen. En un contexto donde ser un hombre verdadero es ser proveedor, es ser honesto, comprometido que va a traer el sueldo a la familia, ese concepto fue metido dentro de la ley en Australia y casi fue religión de los sindicatos por generaciones. Pero bajo del impacto del desempleo estructural, parte de la globalización, se ha vuelto imposible para los jóvenes de la clase trabajadora esperar una vida tal como la vida de su padre o de su abuelo, donde ellos mismos podían garantizar ser proveedor de una familia durante su vida laboral. Entonces, esa generación de hombres jóvenes no puede construir el tipo de masculinidad que construyeron sus padres y tienen qué hacer algo diferente. Hay una turbulencia necesaria en las prácticas de género y experiencias en las relaciones de género, de los jóvenes de la clase trabajadora contemporánea. Yo creo que esto es así en otros países. Eso puede producir respuestas distintas entre los hombres jóvenes como por ejemplo un movimiento hacia la violencia, con patrones contestatarios, agresivos de la masculinidad donde el prestigio del proveedor que ya han perdido está traducido en un prestigio reclamado del puño masculino. Por otro lado, puede producir un nuevo tipo de negociación con las mujeres jóvenes con las que están tratando estos jóvenes, porque ninguno puede pensar que uno va a ser ama de casa y el otro proveedor, toda la vida. La necesidad del cambio es clara pero la dirección a donde va el cambio es muy abierta a la negociación y está abierta al debate político y cultural. De hecho los hombres que entrevistamos no tenían ningún contacto con los debates de la equidad de género que existen en las universidades de Australia, con los intelectuales y yo creo que es una lástima. Es una tarea clara para los hombres involucrarse en el progreso de la política de género. Para terminar, quiero comentar sobre las políticas de la masculinidad en una escala mundial dado que lo que acabo de decir sobre la importancia de la política en formar y modelar el cambio, es verdad tanto para los foros globales como para los foros 262 locales. Si mi hipótesis sobre la masculinidad del negocio transnacional es mas o menos correcta, yo creo que podríamos ver los patrones en de las políticas internacionales de género al lado de las políticas de la movilización de las mujeres y la representación de los intereses de las mujeres en los foros globales y al lado, podríamos ver también parte de la lucha por la hegemonía entre los hombres. Esta lucha en los foros internacionales, se podría dar entre varias formas de masculinidad dura patriarcal del tipo que vemos, por ejemplo, en la resistencia internacional a aceptar y asumir los derechos de las mujeres, que viene de algunos países islámicos, y en algunos foros de las mujeres, como por ejemplo Beijing 95, en donde hubo una lucha entre masculinidades patriarcales y tradicionales, y masculinidades más modernas. Ciertamente hubo ciertos liderazgos políticos que están muy integrados e implicados dentro de la globalización, pero que intentan combinar la globalización con una agenda de derechos humanos y con compromiso de clase. Ese tipo de lucha está implícita en ciertas luchas políticas actualmente. Más allá, yo argumentaría que la globalización está produciendo un grado significante de turbulencia en las relaciones de género tanto internacionalmente, como localmente. Hay muchos y diferentes disturbios locales de los arreglos de género. Unos son asuntos de transformación del patriarcado como en el algunos países de África, y otros son los asuntos en torno a la cultura gay por ejemplo, en los Estados Unidos. Pero la presencia de la inestabilidad de género hoy día está muy bien documentado y difundido. Una de las señales significativas de esta cuestión es la circulación global de imágenes de la masculinidad de hombres homosexuales y formas de género diferentes como la identidad transexual, los movimientos de vestidos. Finalmente yo creo que existe, aunque sea en una escala bastante pequeña, un involucramiento internacional de hombres, la mayoría heterosexuales y algunos gays, con el feminismo internacional, que sostienen un diálogo con el feminismo. Hay movimientos progresistas de las políticas de género en varios países que recientemente han empezado a interactuar y dialogar y a formar una presencia internacional. Existe ya una Asociación Internacional de Estudios de Hombres con sede en Escandinavia. Esta organización publica un boletín lo que ejemplifica los vínculos que se están generando en el ámbito internacional. 263 Recientemente se realizó una conferencia en Chile que reunió tanto a investigadores como a militantes de América Latina y el Caribe, para discutir asuntos sobre la masculinidad y las prácticas cambiantes de género, de los hombres. Poco antes hubo una conferencia en Noruega patrocinada por la UNESCO, en donde investigadores y militantes, principalmente de Europa, aunque también fueron de otros continentes, para discutir el significado del género, de los hombres y las masculinidades en relación con la pacificación. Esas iniciativas aún están en una escala pequeña; son muy poco comparado con la escala global de los problemas pero la presencia de la política global y los problemas de hombres, junto con la presencia del movimiento de mujeres en foros internacionales son acciones que me alegran, y considero que son una de las señales de vida que se están dando actualmente, de las relaciones de género. Espero que esta conferencia y el intercambio que tuvimos en los últimos dos días sea una pequeña aportación al desarrollo de ese tipo de movimiento internacional. 264