Entrega al consumidor por parte de una empresa

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ENTREGA AL CONSUMIDOR POR PARTE DE UNA EMPRESA DEPOSITARIA
DE APARATOS DE USO DOMÉSTICO, DE DOCUMENTOS QUE PODRÍAN
CORRESPONDER A UN SAT1
Pilar Domínguez Martínez
Profesora Contratada Doctora de Derecho Civil
Centro de Estudios de Consumo
Universidad de Castilla-La Mancha
Fecha de publicación: 15 de enero de 2014
El Servicio de Consumo de Majadahonda (Madrid) formula al Centro de Estudios de
Consumo de la Universidad de Castilla-La Mancha una consulta relacionada con la venta
de bienes de consumo. La empresa Media Markt presta un servicio a los consumidores
consistente en tramitar la reparación de aparatos de uso doméstico a través de Servicios de
Asistencia Técnica, tanto si el aparato se encuentra en garantía como si no lo está y
asimismo cobra por la reparación y/o por la elaboración de un presupuesto, en el caso de
que el producto no esté en garantía legal.
Una vez girada visita de inspección al establecimiento, se verifica que la citada empresa no
realiza reparaciones, instalaciones y/o conservación o mantenimiento de aparatos de uso
doméstico y por tanto, lo único que hace es recepcionar los aparatos de uso doméstico para
llevarlos al SAT correspondiente.
La consulta versa fundamentalmente sobre si Media Markt debería sólo entregar a su
nombre el resguardo de depósito por la entrega del aparato a reparar y el presupuesto y la
factura, deberían emitirse por el SAT a nombre del consumidor, aunque éstos dos últimos
1
Trabajo realizado dentro del Proyecto de Investigación DER2011-28562, del Ministerio de Ciencia e
Innovación (“Grupo de investigación y Centro de Investigación CESCO: mantenimiento de una
estructura de investigación dedicada al Derecho de Consumo”), que dirige el Prof. Ángel Carrasco
Perera.
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documentos los entregue Media Markt al consumidor como intermediario que es o bien que
la actuación contemplada en la exposición anteriormente descrita es correcta.
Por tanto, en el primer supuesto se podría estar incumpliendo el artículo 50.1 de la
Ley 11/1998 , de 9 de julio, de Protección de los Consumidores de la Comunidad de
Madrid, donde se tipifica como infracción: "El incumplimiento de las disposiciones que
normalicen bienes y productos, así como de aquellas que regulen los requisitos
documentales y de funcionamiento establecidos en la normativa vigente reguladora de la
actividad comercial y de prestación de servicios", y se podría a su vez generar una situación
de confusión que impide reconocer para el consumidor la verdadera naturaleza del servicio
y ejercer los derechos que le reconoce el Real Decreto 58/1988 , de 29 de enero, sobre
Protección de los Derechos del Consumidor en el servicio de reparación de Aparatos de
Uso Doméstico, máxime lo dispuesto en el artículo 17 del TR 2007 sobre la necesidad de
que los poderes públicos garanticen la información precisa a los consumidores para el
eficaz ejercicio de sus derechos y la información comprensible sobre el adecuado uso y
consumo de los bienes y servicios puestos a su disposición en el mercado.
Al margen de la reparación de aparatos en garantía bajo la normativa de los artículos 114 a
127 del Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y
Usuarios, que contienen algunas normas especiales, nos encontramos ante un servicio
prestado a un consumidor de reparación de aparatos de uso doméstico, siendo la norma
básica que regula los derechos de consumidor en esta materia el RD 58/1988, de 29 de
enero, sobre Protección de los Derechos del Consumidor en el servicio de reparación de
aparatos de uso doméstico.
Como paso previo a profundizar en la regulación contenida en esta normal legal, resulta
casi obligado conocer su ámbito de aplicación. Así, de conformidad con el artículo 1, la
misma se aplica a todas las personas físicas o jurídicas que se dediquen a la instalación,
conservación, reparación o mantenimiento de aparatos de uso doméstico. Lo relevante,
según la Exposición de Motivos del citado RD en la protección de los derechos del
consumidor y usuario es la consagración de la obligación de entregar presupuesto previo
escrito, salvo renuncia expresa a él por el usuario, así mismo el requisito de facturación,
junto con la garantía de las reparaciones las hojas de reclamaciones, bajo de la información
mínima ofrecida al usuario de tales servicios.
Además y conforme al artículo 3.11 del RD, “En todos los casos en que el aparato de uso
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doméstico quede depositado en el servicio de asistencia técnica, tanto para la elaboración
de un presupuesto, como para llevar a cabo una reparación previamente aceptada, el
servicio de asistencia técnica entregará al usuario un resguardo acreditativo de su depósito.
Sin embargo, no será necesario este resguardo de depósito independiente en los casos en
que exista presupuesto, debidamente firmado por el SAT y el usuario que hará las veces de
resguardo de depósito”.
En el caso que analizamos aunque figura como entidad depositaria Media Mark y el
resguardo de depósito se expide a su nombre, es el SAT el que se convierte en depositario
del aparato a los efectos de su reparación y elaboración del presupuesto. En este punto y en
cuanto al depósito de los aparatos y a la posible existencia de un contrato de depósito, debe
advertirse a pesar de la falta de uniformidad jurisprudencial, la tendencia generalizada en
contra de tal consideración en sede de reparación de automóviles en talleres, que califican
el depósito de accidental , secundario o accesorio2, pues la entrega del bien no se hace con
la finalidad de custodia, esencial en el contrato de depósito, sino para presupuestar y en su
caso proceder a la reparación del bien3. No obstante, la existencia del resguardo constituye
un documento probatorio de la entrega del bien y del encargo de la reparación. Este
resguardo puede servir para acreditar la existencia del mandato, sin embargo su contenido,
es decir los datos que contiene el entregado por Media Markt no coincide con los datos
exigidos por la normativa específica en el artículo 3.11.14, especialmente los referidos a la
identificación del SAT y el usuario y la firma de ambos, máxime cuando el punto 2 del
Entre otras, vid. STS 3 noviembre 1981 (RJ 1981, 5466). Así mismo, vid. SSAAPP Castellón 27
septiembre 2005 (AC 2005, 1787), Málaga (secc. 6ª) 25 abril 1996 (AC 1996, 1667), Granada (secc. 3ª) 8
abril 1997 (AC 1997, 1665), entre otras. En contra y a favor de la consideración como depósito vid. SSAAPP
Barcelona 1 0ctubre 1994 (AC 1994, 2028) Madrid (secc. 18) 3 noviembre 1998 (AC 1998, 7142), Toledo
(secc.2ª) 20 julio 2000 (AC 2000, 1653).
3 En este sentido la STS 14 junio 1960 (RJ 1960, 2093) afirmó que la característica esencial del depósito es la
entrega de la cosa, con la finalidad única y exclusiva de su guarda, conservación y devolución,
desapareciendo estas características cuando la entrega se efectúa con otra finalidad, como sucede cuando es
para reparar o presupuestar el arreglo
4 Según este precepto “en el resguardo de depósito deberán constar, al menos, los siguientes datos: 3.11.1.1
Número de orden correlativo. 3.11.1.2 Marca, modelo y número de serie del aparato. 3.11.1.3 Nombre,
domicilio y número de identificación fiscal del SAT. 3.11.1.4 Nombre y domicilio del usuario. 3.11.1.5
Especificación detallada de los daños manifiestamente visibles, presuntas averías existentes, defectos
observados, y/o en su caso, servicios a realizar. 3.11.1.6 Fecha de recepción del aparato”. 3.11.1.5
Especificación detallada de los daños manifiestamente visibles, presuntas averías existentes, defectos
observados, y/o en su caso, servicios a realizar. 3.11.1.6 Fecha de recepción del aparato. 3.11.1.7 Plazo
previsto de entrega, bien del presupuesto solicitado, bien del aparato ya reparado. 3.11.1.8 Firma del usuario y
de persona autorizada del SAT”.
2
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artículo 3.11 establece que la presentación del resguardo será necesaria tanto para la
recogida del presupuesto previo, como para la retirada del aparato y en caso de pérdida del
resguardo, el usuario deberá identificarse a plena satisfacción del SAT.
En el presente caso por tanto contamos con un resguardo de depósito, un presupuesto y una
factura, es decir los tres elementos exigidos en los contratos de reparación de aparatos de
uso doméstico. Ocurre que las personas que aparecen identificadas en los tres documentos
no coinciden con las que intervienen en la práctica, pudiendo provocar una situación de
confusión en perjuicio de los derechos del consumidor que impide reconocer para el
consumidor la verdadera naturaleza del servicio y para el ejercicio de los derechos que le
reconoce el Real Decreto 58/1988 , de 29 de enero, sobre Protección de los Derechos del
Consumidor en el servicio de reparación de Aparatos de Uso Domestico, máxime cuando
de acuerdo con el artículo 50.1 de la Ley 11/1998 , de 9 de julio, de Protección de los
Consumidores de la Comunidad de Madrid, se tipifica como infracción: "El
incumplimiento de las disposiciones que normalicen bienes y productos, así como de
aquellas que regulen los requisitos documentales y de funcionamiento establecidos en la
normativa vigente reguladora de la actividad comercial y de prestación de servicios". No
debe olvidarse la relevancia del derecho a la información del consumidor en aras a la
prestación de un consentimiento contractual claro y reflexivo y a la defensa de sus
derechos.
El artículo 1.1 del RD dispone que la regulación establecida se aplicará a todas las personas
físicas o jurídicas que se dediquen a la instalación, conservación, reparación o
mantenimiento de aparatos de uso doméstico.
Si partimos del artículo 2 del TR de 2007, de aplicación a las relaciones entre consumidores
o usuarios y empresarios, debe entenderse que la normativa protectora de los derechos del
consumidor, entre otras normas, el RD 58/1988 de 29 de enero, sobre Protección de los
Derechos del Consumidor en el servicio de reparación de aparatos de uso doméstico,
requiere para su aplicación la existencia de una relación contractual empresa (SAT) y
usuario o consumidor final, y son los datos de estos sujetos los que deben figurar en el
presupuesto y factura correspondiente. Los datos del usuario o bien de la actuación en
representación. La identificación como usuario de una empresa, en este caso Media Markt,
dedicada a la intermediación en servicios de reparación, sin acreditar tal extremo provoca
confusión e inexacta información. Al margen de que en este caso se cuestionara la
aplicación de esta normativa al figurar Media Markt en el presupuesto como usuario y la
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empresa no es un consumidor final como requiere la normativa. A este respecto puede
verse la SAP Las Palmas 20 diciembre 2000 (JUR 2001, 95297) que en un supuesto de
intermediación en la venta de productos informáticos entre empresas excluye la aplicación
de la normativa de consumo, señalando que la normativa que les es aplicable es el Código
de Comercio y de forma subsidiaria el Código Civil.
Sea como fuere, la relación contractual a la que se refiere el RD puede conceptuarse como
un arrendamiento de obra 5 en la que el consumidor debe encontrarse sometido a la
protección en él establecida, ya celebre el contrato directamente con la SAT o a través de
la empresa Media Markt, es un contrato en el que interviene un consumidor. Se trata de un
contrato consensual en el que sin requerirse forma como consecuencia del principio de
libertad de forma conforme a los arts. 1278 y ss. del Código Civil, es preciso que en el
momento de la celebración queden determinados con claridad además del objeto, las partes
intervinientes o en su caso por cuenta de quienes actúan6.
Para ello resultan fundamentales tanto el resguardo de depósito y en todo caso, el
presupuesto como la factura a la que se refiere el RD 58/1988. De hecho a los efectos de la
fijación del precio en el contrato, la jurisprudencia menor se ha referido a la importancia del
presupuesto obligatorio exigido por la normativa reglamentaria establecida en el sector de
los aparatos de uso doméstico y en el de la reparación de vehículos automóviles7. Es por
ello que puede también otorgarse al presupuesto la consideración de medio probatorio a los
efectos de determinación de extremos del contrato tales, como la identificación de los
intervinientes y la condición de su participación. La inexactitud de tales extremos además
Así, la STS 19 diciembre 1998 (RJ 1998, 9643) según la cual, no era depósito mercantil la guarda de
mercancía en el ámbito de contrato de más amplias prestaciones (servicios que consistieron en atender los
gastos ocasionados por la estancia portuaria de barcos, tales como el pago de sus reparaciones, cargos
portuarios, etc.)
6
Según el art. 1544 del CC: “En el arrendamiento de obras o servicios, una de las partes se obliga a ejecutar
una obra o a prestar a la otra un servicios por precio cierto”.
7
La SAP A Coruña (secc. 5ª) 16 octubre 2007 (JUR 2008, 69550) dispone que “En todo caso, la
determinación del precio tendrá como límite los usos del sector profesional de que se trate, pudiendo ser
objeto de impugnación la fijación arbitraria de un precio que exceda del habitual o usual y ello con
fundamento en lo dispuesto en el art. 1287 del CC , a tenor del cual los usos -en este caso profesionales- se
tendrán en cuenta para suplir la omisión de cláusulas que ordinariamente suelen incluirse en los mismos.
Acaso convenga recordar que, en algunos sectores de actividad profesional, existen normas reglamentarias
(v.gr., el art. 14 del RD 1457/1986 , para los servicios de reparación de vehículos automóviles y el art. 3 del
RD 58/1988, de 29 de enero , sobre protección de los derechos del consumidor en el servicio de reparación de
aparatos de uso doméstico) o estatuarias que obligan al profesional a la realización de un presupuesto del
coste de los servicios que, en el caso de haberse realizado y ser aceptado por el arrendatario, será vinculante
para el profesional”.
5
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de provocar confusión y desprotección al consumidor, podría impedir la aplicación de esta
normativa, al figurar como usuario una empresa, no como consumidor o usuario final.
Por otra parte, el derecho del consumidor a un adecuado servicio técnico contemplado en el
TR se interpretaría en su aspecto finalista (que la reparación llegue a buen fin, que
dispongan de útiles de reparación adecuados, que el reparador esté formado, etc.) más que
en aspectos tangenciales como puede ser la intermediación de otra empresa. El artículo
1.2.2. del R.D. 58/ 1988 define como SAT a “aquellos establecimientos o personas que,
cumpliendo los requisitos reglamentarios para esta actividad, se dediquen a la reparación,
instalación y/o conservación o mantenimiento de aparatos de uso doméstico y presten sus
servicios tanto en los locales donde se desarrolla su actividad como en los domicilios de los
usuarios”. A lo que debería añadirse su actuación a través de intermediario como en el caso
analizado.
Resulta evidente la necesidad en la claridad y perfecta información al consumidor de este
extremo. De forma que cuando el mismo artículo en su apartado 2.3. se refiere a los SAT
oficiales de marca, se establece que “En el caso de los talleres no autorizados como SAT
oficiales de marca, queda prohibida la ostentación de referencias a marcas, tanto en el
exterior como en el interior del taller, que pueda inducir a confusión o error al usuario,
respecto a la vinculación citada en el presente artículo”.
Ocurre que en el caso planteado Media Mark actúa no como SAT sino como intermediario
en un contrato de reparación de aparatos de uso doméstico a través de Servicios de
Asistencia Técnica, es decir presta a los usuarios un servicio consistente en tramitar la
reparación. Actúa frente al usuario como el SAT y frente a en nombre del usuario. No
existe obstáculo a esta práctica, máxime cuando el art 3.1 del RD se refiere a “Todo usuario
o quién actúe en su nombre tiene derecho a un presupuesto previo escrito. Así mismo y en
cuanto a la actuación de Media Markt por cuenta del SAT podría tenerse en cuenta lo
dispuesto en el artículo 60.1. 2.a) TR 2007, sobre información precontractual 8 y en el
Además, el artículo 60.1. 2.a) TR 2007, sobre información precontractual en los contratos celebrados con
consumidores, el empresario deberá poner a disposición del consumidor y usuario de forma clara,
comprensible y adaptada a las circunstancias la información relevante, veraz y suficiente sobre las
características esenciales del contrato, en particular sobre sus condiciones jurídicas y económicas, y de los
bienes o servicios objeto del mismo.2. A tales efectos serán relevantes las obligaciones de información sobre
los bienes o servicios establecidas en esta norma y normas que resulten de aplicación y, además: a) Nombre,
razón social y domicilio completo del responsable de la oferta contractual y, en su caso, el nombre, razón
social y la dirección completa del comerciante por cuya cuenta actúa.
8
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artículo 107.1. a) del TR 2007 en sede de contratos celebrados fuera del establecimiento
mercantil del empresario, que extiende su aplicación a los contratos “bien los celebre el
mismo empresario o un tercero que actúe por su cuenta”. Lo relevante es que el usuario
tenga conocimiento de esta actuación y que los datos contenidos en los citados documentos
revelen esta actuación.
En este sentido podría acudirse a la figura contractual del mandato simple, no
representativo, en definitiva podría tratarse de una comisión conforme al artículo 246 del
Código de Comercio, en el que el comisionista que actúa en nombre propio queda obligado
de modo directo con las personas que haya contratado como si el asunto fuese personal
suyo. En este caso el tercero, no tendrá acción alguna el comitente, ni éste contra aquél,
debiéndose ejercitar cualesquiera acciones entre principal y comisionista por un lado y
entre comisionista y tercero por otro. Del mismo modo el artículo 1717 del CC según el
cual “cuando el mandatario obra en su propio nombre, el mandante no tiene acción contra
las personas con quienes el mandatario ha contratado, ni éstas tampoco contra el mandante.
En este caso el mandatario es el obligado directamente en favor de la persona con quien ha
contratado, como si el asunto fuera personal suyo. Exceptúase el caso en que se trate de
cosas propias del mandante. Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de las
acciones entre mandante y mandatario”. En el presente caso el presupuesto se expide por el
SAT figurando como usuario Media Markt, actúa en nombre propio frente al SAT aunque
por cuenta de otro que es el usuario final, se trata de un mandato simple. La firma o
“garabato” que consta en la aceptación del presupuesto podría servir para justificar el
encargo para acreditar la intervención del usuario como contratante de la reparación9.
9
A este respecto y precisamente sobre la reparación de un tractor, la SAP Burgos (secc. 2ª) 15 junio 2010
(JUR 2010, 249661) señala que “ no siendo ni el usuario, ni el propietario del vehículo, no habiendo firmado
orden de reparación alguna, (..)no se le puede considerar contratante de la reparación, ni beneficiario de la
misma, y consecuentemente ninguna responsabilidad le es exigible por el impago del precio de la misma”. Sin
embargo en otro supuesto parecido en un arrendamiento de obra en la reparación del vehículo de la esposa,
contratado por el marido, en la SAP Las Palmas (secc. 3ª) 9 mayo 2006 (JUR 2006, 198931), se admite la
existencia de mandato. De este modo, dispone la sentencia que “Respecto a la legitimación pasiva del deudor
demandado, consta que fue quien firmó la aceptación de la reparación del vehículo litigioso, con
independencia de que la propiedad del vehículo corresponda a su esposa, y de que el régimen económico
matrimonial sea de separación de bienes. En la hoja de encargo que firma el demandado, renunciando
inclusive al presupuesto previo, no expresa en ningún momento que actúe en nombre de su cónyuge, sino a
nombre propio, por lo que estamos en el caso de una gestión de intereses ajenos o mandato no representativo,
que conforme al art. 1717-2º del CC vincula directamente al mandatario con el tercero con el cual contrata. El
esposo, a fin de cuentas, asumió a nombre propio la gestión de la reparación del vehículo frente al taller de
reparaciones, y el contrato de obra se perfecciona entre ambos, al margen de las relaciones entre el esposo y
su cónyuge y de la posibilidad de repetición de la deuda. En el mismo sentido el art. 1439 del CC analiza
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La confusión en los datos identificativos de las partes contenidos en el resguardo de
depósito, en el presupuesto y en la factura a que se refiere el RD 58/1988, no excluye la
protección del consumidor en los casos de incumplimiento de las obligaciones derivadas de
la efectiva y adecuada reparación. Por su parte el artículo 113 TR según el cual “Del
cumplimiento de las obligaciones establecidas en la presente Ley responderán
solidariamente el empresario por cuya cuenta se actúe y el mandatario, comisionista o
agente que hayan actuado en nombre propio”10.
En el presente caso nos encontramos ante un servicio de reparación de un aparato de uso
doméstico en el cual la normativa obliga a la elaboración de un presupuesto con un
contenido delimitado y firmado por el usuario. En el presupuesto deben figurar como datos
identificativos las partes, tanto el SAT como el usuario que son las partes contratantes de
una relación sometida a esta reglamentación. La obligatoriedad del presupuesto no obsta
para su consideración también como derecho del consumidor, que aunque no se constituye
en requisito de la validez de la relación contractual, sino que simplemente favorece la
prueba de su existencia, adquiriendo especial relevancia en tales supuestos y a efectos
probatorios la habitual relación que liga al cliente y al SAT11.
Por último y en cuanto a la práctica habitual de cobrar la elaboración del presupuesto en el
caso de que no fuese aceptado, se adecúa a la normativa, en concreto el artículo 3.5 del RD
se refiere a la obligación del usuario a satisfacer al SAT el importe de la elaboración del
presupuesto sólo cuando, habiéndolo solicitado no fuera aceptado. En este caso, se
establecen como importe de dicho presupuesto, unas limitaciones en la cantidad como
máximo, por tanto no admitiéndose el carácter aleatorio de los mismos como se hace en el
presupuesto objeto de análisis. Obsérvese que este cantidad corresponde al SAT, no a
precisamente la posibilidad, frecuente, de que un cónyuge gestione intereses de otro, remitiéndose al contrato
de mandato. Por todo lo expuesto, ninguna relevancia tiene que la factura inicial se expida a nombre de la
propietaria, dado que es ella la que figura como titular del vehículo, puesto que todas las relaciones jurídicas
entre las partes tuvieron lugar con el esposo,. el cual en ningún momento manifiesta la relación de
representación, vinculándose personalmente con la empresa concesionaria que efectúa la reparación del
coche”.
10 Así mismo, el artículo 5 del TR 2007 considera productor a los efectos de la normativa protectora del
consumidor y en las relaciones en las que intervenga un consumidor “Sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 138, a efectos de lo dispuesto en esta norma se considera productor al fabricante del bien o al
prestador del servicio o su intermediario, o al importador del bien o servicio en el territorio de la Unión
Europea, así como a cualquier persona que se presente como tal al indicar en el bien, ya sea en el envase, el
envoltorio o cualquier otro elemento de protección o presentación, o servicio su nombre, marca u otro signo
distintivo”.
11
En sede de reparación de vehículos en talleres, vid. Ourense (secc. 2ª) 8 junio 2004 (JUR 2004, 268677).
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Media Markt, a salvo su condición de intermediaria quede suficientemente identificada
tanto en el resguardo de depósito, en el presupuesto como en la factura, debiendo figurar
como usuario el consumidor final que solicita a Media Markt la intermediación con el SAT
en la reparación de un aparato de uso doméstico.
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