Relaciones de semejanza y diferencia de Nietzsche y otro autor o corriente. El autor con el que vamos a establecer las relaciones de semejanza y diferencia es Marx. Ambos autores pertenecen al siglo XIX europeo y comparten muchos rasgos históricos, sociales y filosóficos; entre ellos, la revolución industrial que trajo consigo la uniformidad laboral y la explotación en las fábricas, el auge del positivismo, la reacción contra la filosofía idealista hegeliana, el colonialismo económico e ideológico europeo, etc. Se suele incluir al materialismo histórico (aunque más propiamente a Feuerbach, antecesor en muchos aspectos de Marx) y a la filosofía nietzscheana en lo que se ha llamado “las filosofías de la sospecha“. Según las “filosofías de la sospecha”, para comprender la conducta o los pensamientos de un individuo o una sociedad, hay que atender no a la explicación que ese individuo o sociedad tienen de sí mismos; hay que buscar las razones en un nivel más profundo, que para Marx era de naturaleza económica y para Nietzsche de tipo biológico. En la realidad humana, podemos comprobar, dice Marx, que es el movimiento de los hombres (en la historia) el que provoca el choque, el antagonismo y la lucha entre ellos. El movimiento de los hombres que tratan de acumular riquezas, de naciones y partidos que intentan conseguir el poder. En realidad, todas las guerras y todas las revoluciones han tenido causas puramente económicas, aunque se hayan esgrimido argumentos patrióticos o políticos. Como hemos dicho anteriormente, las fuerzas que dirigen la historia son fundamentalmente económicas y, más en concreto, el modo de producción al que se considera base, infraestructura o raíz determinante del mundo humano, de dar existencia y orientación a los factores de la superestructura. Para mostrarlo, utiliza el métódo dialéctico aplicado a la historia. Nietzsche dirige también contra la cultura occidental una crítica demoledora que abarca todos los ámbitos: la moral, la filosofía, el lenguaje y la ciencia. Se trata, a su juicio, de una cultura dogmática, decadente, enferma, en la que la racionalidad se ha impuesto sobre el instinto y la vida y que hay que desenmascarar. Para hacerlo, va a utilizar un método peculiar, el método genealógico, que consiste en rastrear los orígenes de los conceptos básicos de la cultura occidental con el fin de denunciar los instintos (de naturaleza fundamentalmente biológica) que subyacen en ellos. Señaladas estas semejanzas y diferencias, nos centramos en tres aspectos absolutamente decisivos que clarifican algunas semejanzas y diferencias importantes en temas capitales de su pensamiento: - La crítica a la religión cristiana. Tanto en Nietzsche como en Marx la religión aparece como un consuelo para débiles, como una distracción respecto a los verdaderos problemas del aquí y ahora. Para Marx, la religión es una forma de alienación en la que el ser humano pierde fuerza para luchar contra la injusticia; en Nietzsche, lo valores religiosos cristianos son producto de seres resentidos, con alma de esclavo, que no tienen suficiente coraje para aceptar y afirmar la vida tal como se muestra. - La crítica a la moral cristiana moral cristiana, perteneciente instrumento de opresión de la mientras que, para Nietzsche, es común a Marx y Nietzsche. Para Marx, la a la superestructura ideológica, es un clase dominante sobre la clase oprimida, al contrario, la moral cristiana sería el instrumento de los débiles para someter a los fuertes, para debilitarles y legitimar una igualdad social que les beneficie, al posibilitar así su supervivencia. - Para Nietzsche, existe una desigualdad natural entre los hombres que convierte a unos en señores y a otros en esclavos; por nacimiento, según Nietzsche, los seres se escinden en sujetos con una vitalidad deficiente (alma de esclavo) y sujetos creadores de valores (alma de señor). Marx diría que esta división entre moral de esclavos y de señores no es más que una forma de ideología para justificar el dominio de las clases superiores. El comunismo, sistema político definitivo en la historia, defiende la abolición de las flagrantes injusticias sociales, el advenimiento de la sociedad sin clases en que los hombres sean iguales.