EFEMÉRIDES 1 de junio 1 de junio de 1906 1 de junio de 1926 3 de junio de 1821 3 de junio de 1861 5 de junio 5 de junio de 1878 5 de junio de 1920 5 de junio de 1950 9 de junio de 1933 10 de junio de 1971 12 de junio de 1818 12 de junio de 1928 13 de junio de 1869 14 de junio de 1926 14 de junio de 1937 15 de junio de 1861 15 de junio de 1879 15 de junio de 1888 18 de junio de 1926 18 de junio de 1926 19 de junio de 1867 19 de junio de 1921 19 de junio de 1760 20 de junio de 1811 23 de junio de 1861 23 de junio de 1955 23 de junio de 1818 26 de junio de 1811 26 de junio de 1802 27 de junio de 1814 28 de junio de 1712 30 de junio de 1466 30 de junio de 1520 30 de junio de 1959 Día de la Marina Huelga de mineros en Cananea, Son Natalicio de la actriz estadunidense Marilyn Monroe (Norma Jean Mortenson) Muerte del caudillo insurgente Pedro Ascensio Alquisiras Muerte del político mexicano Melchor Ocampo Día Mundial del Medio Ambiente Natalicio del revolucionario mexicano Francisco Villa (Doroteo Arango) Asume la rectoría de la Universidad Nacional de México, el Lic. José Vasconcelos Se da inicio, simbólicamente, a la construcción de la Ciudad Universitaria con la primera piedra de la Torre de Ciencias Natalicio del ingeniero y escritor mexicano Vicente Leñero Masacre contra el movimiento estudiantil (Jueves de Corpus) Natalicio del político mexicano Manuel Doblado Muerte del poeta mexicano Salvador Díaz Mirón Natalicio del revolucionario mexicano Felipe Ángeles Inicio del movimiento armado de los Cristeros Comienza a laborar Radio UNAM Muerte del político mexicano Santos Degollado Muerte del político mexicano Ignacio Ramírez "El Nigromante" Natalicio del poeta mexicano Ramón López Velarde Natalicio del poeta mexicano Efraín Huerta Muerte del escritor ruso Máximo Gorki Fusilamiento del emperador Maximiliano, y de los generales mexicanos Miramón y Mejía Muerte del escritor mexicano Ramón López Velarde Natalicio del político mexicano Francisco Primo de Verdad Romero Muerte del insurgente mexicano Ignacio Aldama Muerte del político mexicano Leandro Valle El ingeniero Javier Barros Sierra asume la dirección de la Escuela Nacional de Ingeniería Natalicio del político mexicano Ignacio Ramírez "El Nigromante" Muerte de los caudillos Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez Natalicio del expresidente de México Mariano Arista Muerte del insurgente mexicano Hermenegildo Galeana Natalicio del filósofo suizo Juan Jacobo Rousseau Natalicio del emperador azteca Moctezuma II Victoria Mexicana sobre los invasores españoles (Noche Triste) Muerte del filósofo mexicano José Vasconcelos Sugerencias y aportaciones en la: División de Ciencias Sociales y Humanidades. Lic. J. René Gómez Rodríguez. E-mail: [email protected] Tels. 56220857 y 56161397 2 El Papa Julio II no pudo gozar la obra que debía constituir la prueba de su grandeza y su poder; murió pocos meses después de que la bóveda fuera terminada el 21 de febrero de 1513. La muerte interrumpió la asociación que, en cierto sentido, se había establecido entre el Papa y Miguel Ángel: dos personajes difíciles, de carácter intransigente, se habían encontrado, consolidando una extraña relación basada en el respeto y la estima recíprocos y quizá, en la recíproca consideración de su genialidad superior que ambos creían poseer. Miguel Ángel había recibido el encargo del Papa Julio II, en 1505, de realizar su tumba, planeada desde un primer momento como la más magnífica y grandiosa de toda la cristiandad. Miguel Ángel sólo pudo terminar algunas de sus mejores esculturas con destino a la tumba de Julio II, entre las que destaca el Moisés (1515), figura central de la nueva tumba, hoy conservado en la iglesia de San Pedro ad vincula, Roma. El musculoso patriarca aparece sentado en actitud vigilante dentro de un nicho de escasa profundidad, sosteniendo las Tablas de la Ley y con su larga barba entrelazada en sus poderosas manos. Parece una figura distante, en comunicación directa con Dios, y con una mirada que resume a la perfección la sensación de terribilidad. Otras dos magníficas estatuas destinadas a esta tumba, el Esclavo moribundo y el Esclavo rebelde, demuestran claramente los modos miguelangelescos de abordar la escultura. Miguel Ángel comenzó a trabajar en 1536 en el fresco del Juicio Final para decorar la pared situada tras el altar de la Capilla Sixtina, dando por concluidos los trabajos en 1541. Cristo, en actitud de juez, se convierte en el Centro de la composición; a la izquierda, la salvación de las almas que van ascendiendo al cielo; a la derecha, los condenados que van cayendo a un infierno dantesco. Como era normal, Miguel Ángel representó a todas las figuras desnudas, desnudez que fue tapada una década después con los paños de pureza, realizados por Daniele da Volterra (conocido como II Braghettone) precisamente por este motivo en un momento en el que el clima cultural se había vuelto mucho más conservador. El propio Miguel Ángel aparece retratado en la piel desollada de san Bartolomé, a los pies de Cristo. Por otra parte, a finales de la década de 1970 comenzaron los trabajos de restauración de los frescos de la Capilla Sixtina, que con el paso del tiempo se habían deteriorado enormemente. Al limpiarlos, para lo que se emplearon las técnicas más modernas, aparecieron los colores originales de las pinturas. También se eliminaron gran parte de los paños que cubrían los desnudos de las figuras, y sólo se han conservado los que tapaban partes que se habían borrado. La restauración se llevó a cabo en dos fases: en la primera se restauraron la bóveda y las paredes, en la segunda se restauró el Juicio Final, que fue presentado al público el día de Pascua de 1994 por el Papa Juan Pablo II. La obra cumbre de Miguel Ángel como arquitecto fue la basílica de San Pedro, con su impresionante cúpula. La dirección de las obras, iniciadas por Donato Bramante y continuadas, por Antonio Sangallo el Joven, y Rafael, le fueron encomendadas por el Papa en 1546. Siguiendo el esquema de Bramante, Miguel Ángel diseñó un templo de planta de cruz griega coronado por una espaciosa y monumental cúpula sobre pechinas de 42 metros de diámetro. Posteriormente, Carlo Maderno modificó la planta original y la transformó en una planta de cruz latina. Miguel Ángel fallece en Roma el 18 de febrero de 1564 a la edad de 89 años.♦ Colaboración del Lic. J. René Gómez Rodríguez 7 EL FÚTBOL L a historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo del fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable. A nadie da de ganar esa locura que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana: bailarín que danza con una pelota leve como el globo que se va al aire y el ovillo que rueda, jugando sin saber que juega, sin motivo y sin reloj y sin juez. El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue. La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohibe la osadía. Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad. El hincha Una vez por semana, el hincha huye de su casa y acude al estadio. Flamean las banderas, suenan las matracas, los cohetes, los tambores, llueven las serpentinas y el papel picado: la ciudad desaparece, la rutina se olvida, sólo existe el templo. En este espacio sagrado, la única religión que no tiene ateos exhibe a sus divinidades. Aunque el hincha puede contemplar el milagro, más cómodamente, en la pantalla de la tele, prefiere emprender la peregrinación hacia este lugar donde puede ver en carne y hueso a sus ángeles batiéndose a duelo contra los demonios de turno. Aquí, el hincha agita el pañuelo, traga saliva, glup, traga veneno, se come la gorra, susurra plegarias y maldiciones y de pronto se rompe la garganta en una ovación y salta como pulga abrazando al desconocido que grita el gol a su lado. Mientras dura la misa pagana, el hincha es muchos. Con miles de devotos comparte la certeza de que somos los mejores, todos los árbitros están vendidos, todos los rivales son tramposos. Rara vez el hincha dice: «Hoy juega mi club». Más bien dice: «Hoy jugamos nosotros». Bien sabe este jugador número doce que es él quien sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once jugadores que jugar sin hinchada es como bailar sin música. Cuando el partido concluye, el hincha, que no se ha movido de la tribuna, celebra su victoria, qué goleada les hicimos, qué paliza les dimos, o llora su derrota, otra vez nos estafaron, juez ladrón. Y entonces el sol se va y el hincha se va. Caen las sombras sobre el estadio que se vacía. En las gradas de cemento arden, aquí y allá, algunas hogueras de fuego fugaz, mientras se van apagando las luces y las voces. El estadio se queda solo y 4 también el hincha regresa a su soledad, yo que ha sido nosotros: el hincha se aleja, se dispersa, se pierde, y el domingo es melancólico como un miércoles de cenizas después de la muerte del carnaval. El gol El gol es el orgasmo del fútbol. Como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la vida moderna. Hace medio siglo, era raro que un partido terminara sin goles: 0 a 0, dos bocas abiertas, dos bostezos. Ahora, los once jugadores se pasan todo el partido colgados del travesaño, dedicados a evitar los goles y sin tiempo para hacerlos. El entusiasmo que se desata cada vez que la bala blanca sacude la red, puede parecer misterio o locura, pero hay que tener en cuenta que el milagro se da poco. El gol, aunque sea un golecito, resulta siempre goooooooooooooooooooool en la garganta de los relatores de radio, un do de pecho capaz de dejar a Caruso mudo para siempre, y la multitud delira y el estadio se olvida de que es de cemento y se desprende de la tierra y se va al aire. La fiesta Hay algunos pueblos y caseríos del Brasil que no tienen iglesia, pero no existe ninguno sin cancha de fútbol. El domingo es el día que más trabajan los cardiólogos de todo el país. Un domingo normal, cualquiera puede morir de emoción mientras se celebra la misa de la pelota. Un domingo sin fútbol, cualquiera muere de aburrimiento. Cuando la selección de Brasil naufragó en el Mundial del 66, hubo suicidios, ataques de nervios, banderas patrias a media asta y crespones negros en las puertas, y una bailandera procesión de dolientes cubrió las calles y enterró al fútbol nacional con ataúd y todo. Cuatro años después, Brasil ganó por tercera vez el campeonato mundial. Entonces Nelson Rodrigues escribió que los brasileños dejaron de tener miedo de que se los llevara la perrera, y fueron todos reyes de manto de armiño y erguida corona. En el Mundial del 70, Brasil jugó un fútbol digno de las ganas de fiesta y la voluntad de belleza de su gente. Ya se había impuesto en el mundo la mediocridad del fútbol defensivo, con todo el cuadro atrás, armando el cerrojo, y adelante uno o dos hombres jugando al solitario; ya habían sido prohibidos el riesgo y la espontaneidad creadora. Y aquel Brasil fue un asombro: presentó una selección lanzada a la ofensiva, que jugaba con cuatro atacantes, Jairzlnho, Tostao, Pelé y Rivelino, que a veces eran cinco y hasta seis, cuando Gerson y Carlos Alberto llegaban desde atrás. En la final, esa aplanadora pulverizó a Italia. Un cuarto de siglo después, semejante audacia sería considerada un suicidio. En el Mundial del 94, Brasil ganó otra final contra Italia. Ganó en la definición por penales, al cabo de ciento veinte minutos sin goles. De no haber sido por los penales, las vallas hubieran seguido invictas por toda la eternidad.♦ Artículos tomados del libro: El fútbol. A sol y sombra. De Eduardo Galeano Colaboración del Lic. J. René Gómez Rodríguez 5 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Ingeniería División de Ciencias Sociales y Humanidades Viene pag. 1 permaneció bajo una capa de cenizas, y hasta 1748 no comenzaron las excavaciones. Entre los aspectos más importantes de los descubrimientos destaca el grado de conservación extraordinario de los objetos encontrados. La lluvia de cenizas húmedas que acompañó a la erupción formó un sello hermético sobre la ciudad, conservando muchas estructuras públicas, templos, teatros, termas, tiendas y casas particulares. Además, entre las ruinas se encontraron los restos de más de 2,000 víctimas del desastre, incluidos varios gladiadores encadenados para que no se escaparan o se suicidaran. Las cenizas, mezcladas con la lluvia, se depositaron alrededor de los cuerpos tomando su forma y éstos se conservaron aún después de que se convirtieran en cenizas. Los investigadores vertieron escayola líquida dentro de algunos de esos moldes y así se han conservado las formas de los cuerpos; algunas de estas figuras se exponen en el museo construido en la actual ciudad de Pompeya, cerca de Porta Marina, una de las ocho puertas de la ciudad. La mayoría de los habitantes escaparon a la erupción, llevándose algunas pertenencias personales. Los edificios, junto con los objetos, constituyen un documento admirable, real y completo de la vida en una ciudad italiana en el siglo I d.C.♦ EL NIGROMANTE Boletín Cultural Año III, Número 27, junio de 2002 . Colaboración de Carolina Garrido Morelos. Actividades Artístico-Culturales en la Facultad de Ingeniería y en la UNAM * Exposición de Pintura: “Ángel Vallarta”, del 11 al 14 de junio, todo el día, vestíbulo del auditorio Javier Barros Sierra * Música: Grupo Suhspiria, 13 de junio, 13:30 hrs. auditorio Sotero Prieto * Teatro: “El amor pintor”, La Herencia de Wagner, 13 de junio, 18:00 hrs. auditorio Javier Barros Sierra * Teatro: “Me Llevo...”, La Herencia de Wagner, 20 de junio, 12:00 hrs. auditorio Sotero Prieto * Exposición: “El mundo sin Sida”, del 24 al 28 de junio, todo el día, vestíbulo del auditorio Javier Barros Sierra * Conferencia: “El mundo sin Sida”, 24 de junio, 10:00 hrs. auditorio Javier Barros Sierra * Música: “El mundo sin Sida”, 25 de junio, 10:00 hrs. auditorio Javier Barros Sierra * Música: “The Infonavit´S Fucking Home”, 27 de junio, 18:00 hrs. auditorio Javier Barros Sierra * Danza: “La Mirada del Sordo”, jueves y viernes 20:00 hrs. sábado 19:00 hrs. y domingo 18:00 hrs. Sala Miguel Covarrubias, CCU * Danza: “Ratones con pantalones”, sábados 13:00 hrs. Sala Miguel Covarrubias, CCU. * Literatura: “Feria Editorial de la Coordinación de Difusión Cultural”, sábados y domingos, de 11:00 a 17:00 hrs. jardines de Casa del Lago * Concierto de Rock: “La Perra, contra la violencia hacia los animales”, 8 de junio, 12:00 hrs. 22 de junio, 15:00 hrs. Foro XXI Casa del Lago * Música: “El rincón de los niños de Debussy, y Babar el Elefantito de Poulenc”, 8 de junio, Anfiteatro Simón Bolívar, Antiguo Colegio de San Ildefonso * Música: “OFUNAM”, sábados 20:00 hrs. domingos 12:00 hrs. Sala Netzahuacóyotl, CCU. * Teatro: “La Prisionera”, miércoles a viernes 20:00 hrs. sábados 19:00 hrs. domingos 18:00 hrs. Foro Sor Juana Inés de la Cruz, CCU * Teatro: “Tiernas Puñaladas”, miércolesa viernes 20:00 hrs. sábados 19:00 hrs. domingos 18:00 hrs. Teatro Santa Catarina * Teatro: “1822, El Año en que Fuimos Imperio”, jueves y viernes 20:00 hrs. sábado 19:00 hrs. domingo 18:00 hrs. Teatro Juan Ruiz de Alarcón, CCU * Teatro: “Callejón, No Me Olvides”, sábados y domingos 13:00 hrs. Foro del Centro Universitario de Teatro 8 POMPEYA E l día 24 de agosto del año 79 d.C., se anunció con un sol esplendoroso, y los pompeyanos atareados en sus quehaceres, en el ir y venir de la vida frenética que se desarrollaba en la ciudad, no sabían que aquel sol maravilloso lo habrían visto por última vez. Así pues, en las primeras horas de la tarde, la cumbre del Vesubio estalló produciendo una explosión espantosa, y de la boca del volcán, un río negro de cenizas y piedras recorrieron la ciudad sembrando muerte y destrucción sin perdonar nada ni a nadie. Así, bajo seis o siete metros de tierra quedó sepultada la ciudad de Pompeya. Desde aquel lejano y funesto 24 de agosto transcurrieron más de mil seiscientos años de oscuridad, cuando por mera casualidad, haciendo algunas excavaciones en la zona, el arquitecto Domenico Fontana tropezó con algunas inscripciones, más nadie sospechaba siquiera haber tropezado con toda una ciudad sepultada. Pompeya, ciudad de Campania, en el sur de Italia, localizada a pocos kilómetros al sur del monte Vesubio, entre Herculano y Stabias (actual Castellammare di Stabia). Fundada hacia el 600 a.C. más tarde fue el lugar favorito de los romanos acaudalados; alcanzó una población de aproximadamente 20,000 habitantes a principios de la era cristiana. Pompeya antes de ser destruida tuvo un terremoto que causó graves daños a la ciudad en el 63 d.C., y la erupción del Vesubio la destruyó en su totalidad en el 79 d.C. sepultándola junto con las ciudades de Herculano y Stabias. Durante más de 1,600 años Pase pag. 8 MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI N ació el 6 de marzo de 1475 en el pequeño pueblo de Caprese, Italia. El padre de Miguel Ángel, Ludovico Buonarroti, colocó a su hijo a los 13 años de edad, en el taller del pintor Domenico Ghirlandaio. Su gusto instintivo y su innata atención por las obras de artes visuales conducían de este modo al joven aprendiz a concentrarse únicamente en algunos autores, entre los cuales destacaba Masaccio, y de quien copiaba sobre todo los famosos frescos de la capilla Brancacci en la iglesia del Carmen. A Miguel Ángel no le faltaba más que encontrar un mecenas. Y éste fue Lorenzo de Medici, El Magnífico. Miguel Ángel, a los16 años de edad, ya había realizado dos esculturas en relieve, el Combate de los lapitas y los centauros y la Virgen de la escalera con las cuales demostró que ya había alcanzado su personal estilo a tan temprana edad. Su mecenas, Lorenzo, El Magnífico, murió en 1492; dos años después Miguel Ángel abandonó Florencia, en el momento en que los Medici son expulsados por un tiempo de la ciudad por Carlos VIII. De 1498 a 1500 Miguel Ángel esculpió La Pietá para la basílica de San Pedro en el Vaticano, esta escultura es una de sus obras de arte más conocidas, y además es la única obra en la que aparece su firma. Sentada majestuosamente, la juvenil Virgen sostiene a Cristo muerto en su regazo, iconografía que toma del arte del norte de Europa. En lugar de aparentar dolor, María se contiene, se refrena, con una expresión en el rostro de total resignación. El punto culminante del estilo de juventud de Miguel Ángel viene marcado por la gigantesca (4.34 m) escultura en mármol El David, realizada entre 1501 y 1504, después de su regreso a Florencia. El héroe del Antiguo Testamento aparece representado como un joven atleta desnudo, musculoso, en tensión, con la mirada fija en la distancia, buscando a su enemigo, Goliat. La intensa y penetrante mirada, la fuerza expresiva que emana del rostro del David es, junto con la escultura de Moisés, realizada posteriormente, rasgo distintivo de muchas de las figuras del artista toscano así como también de su propia personalidad. En 1505, Miguel Ángel interrumpió su trabajo en Florencia al ser llamado a Roma por el papa Julio II para realizar dos encargos. El más importante de ellos fue la decoración al fresco de la bóveda de la Capilla Sixtina, que le tuvo ocupado entre 1508 y 1512. Miguel Ángel plasmó algunas de las más exquisitas imágenes de toda la historia del arte. Sobre la bóveda de la capilla papal desarrolló un intrincado sistema decorativo-iconográfico en el cual se incluyen nueve escenas del libro del Génesis, comenzando por la Separación de la luz y las tinieblas y prosiguiendo con Creación del Sol y la Luna, Creación de los árboles y de las plantas, la Creación de Adán, Creación de Eva, El pecado original, El sacrificio de Noé, El diluvio universal y, por último, La embriaguez de Noé. Enmarcando estas escenas principales que recorren longitudinalmente todo el cuerpo central de la bóveda, se alternan imágenes de profetas y sibilas sobre tronos de mármol, junto con otros temas del Antiguo Testamento y los antepasados de Cristo. Estas imponentes y poderosas imágenes confirman el perfecto conocimiento que sobre la anatomía y el movimiento humanos poseía Miguel Ángel, cambiando con ello el devenir de la pintura occidental. En el gigantesco fresco de la bóveda de la capilla Sixtina Miguel Ángel trabajó de 1508 a 1512. 6 FRANCISCO VILLA, EL CENTRAURO DEL NORTE D oroteo Arango nació el 5 de junio de 1878 en la hacienda de Río Grande, jurisdicción de San Juan del Río, Durango. Fue hijo de Agustín Arango y de Micaela Quiñones Arámbula. Muy pequeño quedó huérfano y estuvo dedicado a las labores del campo hasta que a los dieciséis años hirió de gravedad al dueño de la hacienda cuando éste pretendía llevarse a su hermana por la fuerza. Por este motivo, cambio su nombre por el de Francisco Villa, y anduvo prófugo por la sierra hasta que al estallar la revolución maderista, el 20 de noviembre de 1910, se adhirió a ella e inició su etapa de guerrillero con su primer combate formal en el pueblo de San Andrés, donde detuvo un tren lleno de tropas dirigidas por el teniente coronel Pablo M. Yépez. Operó por el sur de Chihuahua y el norte de Durango, combatiendo incansable y haciendo alarde de un genio natural en estrategia militar. Cuando Francisco I. Madero asumió la presidencia, Francisco Villa dio por terminada la Revolución y abandonó las armas. Pero en 1913, al enterarse del asesinato de Francisco I. Madero, volvió a tomar las armas y combatió a Victoriano Huerta. Francisco Villa, también conocido como el Centauro del Norte, en ese tiempo se encontraba entonces en Estados Unidos, pero cruzó de inmediato la frontera llevando un puñado de hombres para unirse al constitucionalismo. El Centauro del Norte sobresalió por su maravillosa estrategia, astucia y actividad al tomar Ciudad Juárez, Saltillo, Zacatecas, Chihuahua y otras plazas. Pero Villa no estaba conforme con la actitud de Venustiano Carranza, y comenzó a separarse de él. Para el 9 de mayo de 1916, Villa estaba indignado, porque los Estados Unidos habían reconocido oficialmente al gobierno de Carranza. Por tal motivo, se lanzó contra la población de Columbus, en Nuevo México. En este contexto, el gobierno norteameriacano nombro al general Pershing, para castigar la osadía de Villa; sin embargo, general Pershing, jamás pensó que fuera tan difícil alcanzar al guerrillero que conocía perfectamente el terreno y burlaba al norteamericano que hacía esfuerzos inauditos por atraparlo. Por otra parte, cuando Venustiano Carranza cayó asesinado en 1920, Francisco Villa, se retiró a su hacienda de Canutillo, propiedad que le concedió el Presidente Adolfo de la Huerta, en el estado de Durango. El Centauro del Norte estaba tranquilo, dedicado a la agricultura en unión de sus allegados. Villa hacia viajes frecuentes a Parral y en el transcurso de uno de ellos fue asesinado, el 20 de julio de 1923, gracias a una emboscada que dirigió Jesús Salas Barraza, junto con Melitón Lozoya. Fue tan sorpresivo el ataque que el Centauro del Norte ni siquiera tuvo oportunidad de defenderse. En 1967 se inscribió su nombre en la Cámara de Diputados, y en 1969, conmemorando la Revolución del 20 de Noviembre, se inauguró una estatua ecuestre, en su memoria, en el centro de varias avenidas importantes de la Ciudad de México.♦ Colaboración del Lic. J. René Gómez Rodríguez. 3