Documento completo - Banco Central del Ecuador

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NOTA TÉCNICA 10
Preparada por
Salvador Marconi R.
Pablo Samaniego P.
UNA APROXIMACION AL CALCULO DEL PRODUCTO
POTENCIAL PARA ECUADOR
"... Lorenzo Daza no tardó más de cinco minutos para dar sus razones, y lo hizo con una sinceridad
desarmante que acabó de confundir a Florentino Ariza.... Sin embargo, dijo, el verdadero secreto de su
fortuna era que ninguna de sus mulas trabajaba tanto y con tanta determinación como él mismo, aún en
los tiempos más agrios de las guerras, cuando los pueblos amanecían en cenizas y los campos
devastados". (Gabriel García Márquez; El amor en los tiempos del cólera, pp. 114-115)
I. Algunos antecedentes
Este documento tiene por objeto presentar los resultados de una estimación del producto
potencial para la economía ecuatoriana.
Incluye una reseña de los aspectos teóricos que sustentan la noción de producto
potencial; en particular, aquellos relacionados con la teoría del crecimiento postkeynesiana (Harrod-Domar) y la discusión sobre la existencia de un crecimiento
equilibrado. La tercera sección versa sobre los aspectos de tipo metodológico y su
aplicación al cálculo del PIB potencial en Ecuador. En la cuarta parte se analizan los
resultados obtenidos, mientras que en la última sección se adelantan algunas
conclusiones preliminares.
Como se conoce, el estudio del crecimiento económico se relaciona directamente con el
análisis de los factores que inciden sobre la capacidad productiva de un país.
La inestabilidad del sistema económico (o su evolución cíclica) surge por el hecho de
que el producto efectivo a menudo cae por debajo del producto potencial, debido a que
las compras de las empresas y de los consumidores son demasiado bajas para
proporcionar una "salida" a la producción potencial. Viceversa, podría darse el caso que
se intente adquirir más bienes y servicios de lo que es capaz de producir un país; en
otras palabras, de "empujar" su producción efectiva por encima de la potencial. En este
caso, la inestabilidad podría tomar la forma de inflación, pues la demanda excede la
oferta potencial (Schultze, 1965).
Es necesario distinguir, entonces, entre lo que un país puede producir cuando está
utilizando plenamente sus recursos productivos y lo que efectivamente produce. Lo que
puede producir se denomina producto potencial (o virtual); lo que realmente genera se
conoce con el nombre de producto efectivo (también denominado real u observado).
Cuando este último está por debajo del producto potencial, existe un problema de
"mercado insuficiente": la fuerza de trabajo y la capacidad instalada en las fábricas no
están plenamente utilizadas porque la demanda de sus productos no es suficientemente
alta. Viceversa, en caso de que el producto efectivo sea superior al potencial, se
registrarán presiones inflacionarias.
En enero de 1961, la tasa de desempleo en los Estados Unidos bordeaba el 7%, lo que
reflejaba la incapacidad de la estructura económica para que parte de la población activa
pueda contribuir al crecimiento. Con antecedentes en Paul Baran (excedente potencial),
Okun(1965) planteó la necesidad de acelerar el crecimiento a efectos de lograr una
"nueva frontera" para el programa de gobierno propuesto por J.F. Kennedy.
El concepto de producto potencial ha sido utilizado también en finanzas públicas para
examinar la relación entre la variación del ingreso y la del saldo de las cuentas fiscales,
y establecer limites a las políticas fiscales expansivas orientadas al logro del pleno
empleo. Por otra parte, esa noción también sustenta el cálculo de la evasión fiscal, pues
representa la base imponible "teórica" sobre la que se aplicaría la tasa impositiva
vigente. La diferencia entre recaudación potencial y efectiva es un indicador de evasión.
Para el caso del Ecuador, el cálculo del producto potencial debe considerar algunas
especificidades de tipo estructural. En efecto, es necesario tomar en cuenta las
características de su mercado de trabajo que es ampliamente segmentado y heterogéneo.
Esa constatación introduce un elemento importante para establecer cuales son las
variables que determinan el producto potencial. Si se concuerda en que gran parte de la
población activa se encuentra sub-empleada y, una fracción importante de ella,
desempleada, entonces la capacidad de expansión de la economía no depende del factor
trabajo, pues este muestra una gran movilidad entre los diferentes segmentos (sectores
formal, informal, doméstico), dependiendo del estado del ciclo económico. Los
desempleados y sub-ocupados se incorporan a (o se repliegan de) las ocupaciones
"formales" (aquellas con la más alta productividad), dependiendo de la demanda y de
las adiciones en maquinaria y equipo (o formación del stock de capital) que realice el
segmento moderno de la economía.
Varios estudios han demostrado que el estilo de desarrollo de los años 70 y parte de la
década de los 80, fue ahorrador de mano de obra, fundamentalmente porque la inversión
en capital físico recibió estímulos a través de deducciones tributarias y de tasas de
interés subvencionadas directamente por el Estado, o negativas en términos reales por el
control que se ejerció sobre el costo del dinero. Esta situación posibilitó la
consolidación de un estilo de crecimiento sesgado hacia el capital.
Estos dos elementos, la estructura y comportamiento del mercado de trabajo y el
subsidio a la inversión, delimitan claramente el análisis del producto potencial y avalan
la posición de estudiarlo preferentemente teniendo como horizonte la dinámica de
crecimiento del capital (lo que ha sido calificado como enfoque "ingenieril").
En este escenario, cuando se analiza el impacto de la brecha entre el producto potencial
y el observado, y entre el primero y la demanda interna, es posible constatar que las
presiones no se transmiten necesariamente a los precios como propugna la teoría
convencional. Los desfases entre las tres variables pueden también cristalizarse en
presiones sobre el sector externo o sobre el presupuesto fiscal (agravando, además,
conflictos de tipo distributivo).
En esta perspectiva, el cálculo del producto potencial es útil, precisamente, si permite
detectar y prevenir desequilibrios macroeconómicos.
Los cálculos que se presentan en este documento, aunque basados en una formulación
de carácter "ingenieril", son útiles porque consideran los rasgos fundamentales de la
economía ecuatoriana y posibilitan estudiar las características y los efectos de los
desequilibrios derivados (no solamente el crecimiento de los precios).
II. Aspectos teóricos
II.1 El concepto de producto potencial
Suponiendo la existencia de una relación estable -al menos en el corto plazo- entre los
factores (trabajo y capital), el grado de su utilización podría referirse únicamente al
trabajo; se sostiene entonces que el sistema está en situación de pleno empleo cuando la
tasa de desocupación está en su nivel friccional. Sobre ese concepto descansa la ley de
Okun, que establece una relación estrecha entre la variación absoluta de la tasa de
desocupación (índice de escasez de factores) y la tasa de variación del producto.
La producción potencial se define también como el nivel del PIB que corresponde a la
tasa natural de desempleo . La diferencia entre la producción potencial y la observada es
la brecha del PIB (gap de producción), y representa la cantidad de bienes y servicios que
se deja de producir porque la economía no se aproxima a su potencial de pleno empleo
(Samuelson y Nordhaus, 1988).
Varios métodos empíricos (Siesto, 1973) han sido experimentados para cuantificar el
producto potencial. Entre ellos, Denison (1962) escoge, en la serie histórica del PIB
efectivo, dos años ("picos") en los que se habría registrado pleno empleo de la mano de
obra y los une con una recta asumiendo que el sistema habría alcanzado un producto
virtualmente igual al de los valores de la serie interpolada, si se hubiese registrado a un
ritmo similar al de los dos años de referencia.
Asumiendo, por ejemplo, una tasa de crecimiento constante (r) del ingreso potencial
(Y*) a partir de un dato efectivo (Yo), el PIB potencial estaría dado por:
(1)
Alternativamente, el producto potencial podría estimarse identificando en el pasado los
períodos de pleno empleo y extrapolando la línea que uniría esos "puntos de máxima
actividad", o -menos "rudimentariamente"- en base a una función que permita establecer
una relación entre el incremento de la producción y el aumento de empleo (función de
producción).
Gráfico No. 1
Brecha entre el PIB observado y el potencial
Ese tipo función se supone la existencia de una relación estable entre el nivel de la
producción y la cantidad de factores (trabajo y capital) utilizados. En tal caso, la
producción final Y (PIB), sería una función del trabajo (N) y del capital (K), que puede
expresarse genéricamente como:
f (N,K) (2)
La función de producción que se utiliza generalmente es aquella formulada por Cobb y
Douglas, que tiene la siguiente forma:
N K
(3)
Esta supone una tasa constante de progreso técnico incorporado y rendimientos de
estaca constantes para ambos factores.
Para estudiar el crecimiento se prefiere utilizar la forma:
donde dY/Y, dN/N y dK/K representan el crecimiento de la producción, del factor trabajo
y del factor capital, respectivamente. a y (1-a) son los coeficientes de contribución del
trabajo y del capital a la producción final.
II.2 Una reseña del esquema teórico de referencia
Las teorías contemporáneas del crecimiento surgen en los años cuarenta, a partir de una
reformulación de la teoría keynesiana basada en la acumulación del capital y del
cuestionamiento (relativamente pesimista) sobre las posibilidades de alcanzar un
crecimiento equilibrado con pleno empleo.
Al igual que las teorías previas sobre el equilibrio de corto plazo, la Teoría General de
Keynes supone -por definición-que el stock de capital es constante e independiente de la
inversión del período. La reconsideración de los aspectos de la inversión relacionados
con la "oferta" (expansión de la capacidad de producción futura) y su interacción
dinámica con los aspectos de "demanda" (efecto multiplicador) constituyen,
precisamente, la base de las teorías contemporáneas del crecimiento y del ciclo (Muet,
1993).
Kalecki [1936] propuso, por primera vez, una explicación del ciclo basado en estos dos
aspectos. El problema será retomado por Samuelson [1939] en un célebre artículo. Más
tarde, Harrod [1939, 1948] y Domar [1946] formalizarían la problemática del
crecimiento equilibrado. Sus reflexiones sientan las bases de las teorías y modelos de
crecimiento elaborados posteriormente (suele hacerse referencia al modelo HarrodDomar). Sus conclusiones son prácticamente similares, aunque cada uno pone énfasis
en aspectos particulares. Domar se interesa más por las condiciones de desarrollo
económico equilibrado; Harrod focaliza su análisis en las características de inestabilidad
del proceso de desarrollo capitalista.
II. 3 El aporte de Domar
La inversión tiene doble influencia sobre la economía. Desde la óptica de la "demanda"
(multiplicador), determina el ingreso y la demanda global; desde la óptica de la "oferta",
amplía la capacidad de producción. El objetivo de Domar es, entonces, determinar la
compatibilidad entre el incremento de la demanda y el crecimiento de la capacidad de
producción que resulta del proceso de inversión. Siendo, por definición, la inversión
neta igual a la variación del stock de capital, ese incremento dará lugar -si se supone
constante el coeficiente de capital- a un aumento de la capacidad de producción
proporcional al nivel de inversión.
Por el lado de la demanda, la inversión determina el nivel de ingreso a través del
multiplicador keynesiano. En otras palabras, el incremento de la demanda depende de la
variación de la inversión. La confrontación de ambos aspectos pone en evidencia la
"asimetría" señalada por Domar: por el lado de la oferta, es el nivel de la inversión (I)
que determina el crecimiento, mientras que, por el de la demanda, será su incremento
(DI). Por tanto, ".. si se invierte ahora para ajustar la demanda a la capacidad de
producción, se requerirá invertir más todavía en el futuro por la ampliación de la
capacidad de producción originada en la inversión".
Para mantener el equilibrio entre el aumento de la oferta y el de la demanda, es
necesario que la inversión -y, por consiguiente el capital y la producción- crezcan a una
tasa similar a la de la relación entre la tasa de ahorro (s) y el coeficiente de capital (v).
Si aumenta la capacidad de producción, el equilibrio entre la oferta y la demanda solo
puede ser dinámico.
Como se anotó, en la teoría de Keynes, la inversión es esencialmente un componente de
la demanda agregada y, a través del multiplicador, un elemento generador de demanda
efectiva adicional.
Si por simplicidad se considera una economía cerrada, y se supone que una parte (s)del
ingreso es ahorrada, dado el nivel de inversión, el nivel de la demanda efectiva estará
dado por:
(5)
El análisis keynesiano es fundamentalmente de corto plazo, es decir, considera como
dada la capacidad productiva Xt. La ecuación (5) expresa una condición de equilibrio de
la demanda efectiva en el corto plazo, dado cierto nivel de la capacidad productiva, que
podría ser compatible con la condición:
(6)
es decir, una situación de no utilización plena de la capacidad productiva existente.
Como se conoce, la relación (6) es la base del modelo de Domar y expresa la capacidad
que tiene la inversión para crear demanda efectiva. Es posible calcular el incremento de
la demanda efectiva generada por el incremento de la inversión en el tiempo:
(7)
La capacidad productiva Xt está relacionada a un determinado stock de capital Kt, de
acuerdo a la relación capital/producto (v). La inversión, que representa un incremento
del stock de capital, aumenta la capacidad productiva, por lo que:
(8)
de donde, si v es constante en el tiempo, se tiene:
(9)
pues, por definición
(10)
El sistema económico se desarrolla en condiciones de equilibrio cuando el incremento
de la demanda efectiva es igual al incremento de la capacidad productiva; es decir,
cuando:
(11)
Con base en (7) y (9), la ecuación (11) puede escribirse:
(12)
es decir:
(13)
Esta última ecuación indica que la tasa de crecimiento de la inversión que iguala en
cada período el nivel de la demanda efectiva con el nivel de la capacidad de producción,
es s/v. Por lo tanto, g es la tasa de crecimiento de equilibrio del sistema económico.
Mientras Domar pone en evidencia la necesidad de que el capital y la producción
crezcan a una misma tasa, Harrod muestra, al contrario, que el crecimiento económico
es, por naturaleza, un proceso inestable. Las reflexiones de Harrod proponen dos
problemáticas: la de la estabilidad del crecimiento y la de la posibilidad de mantener el
pleno empleo.
II.4 El filo de la navaja: Harrod
Al introducir las anticipaciones de crecimiento en la determinación de la inversión,
Harrod concluye que la relación (12'), que permite determinar la tasa de crecimiento a
través de la relación entre la tasa de ahorro y el coeficiente de capital, es inestable. En
realidad, en los trabajos de Harrod no se prueba la inestabilidad del crecimiento ni se
explican las causas que determinarían dicha situación. Ese problema será estudiado por
numerosos autores que demostrarían que la inestabilidad harrodiana es
fundamentalmente similar a la de la relación multiplicador-acelerador que sustenta la
teoría de los ciclos: el mecanismo del multiplicador de la inversión puede producir
fluctuaciones de la demanda que no guardan relación con la ampliación de la capacidad
de producción.
De acuerdo a la terminología de Harrod, v es la relación capital/producto "deseada". Los
empresarios, en efecto, decidirán sus inversiones en base del incremento esperado de la
demanda :
(13)
en la que Yt* es la demanda esperada en el período t.
Es evidente que el coeficiente que se aplicará al incremento esperado de la demanda
para establecer la inversión será igual a v: en efecto, los empresarios invertirán un
monto que permita crear un incremento de capacidad productiva igual al incremento
esperado de la demanda; es decir:
(14)
relación que expresa la teoría de la inversión conocida con el nombre de teoría del
acelerador.
Si se considera qué sucede cuando las inversiones crecen a una tasa menor que la de
equilibrio, se tendría que:
(15)
de donde:
(15´)
El sistema enfrenta, entonces, una subutilización de la capacidad productiva. Puesto que
la producción depende de la demanda efectiva, la relación efectiva capital/producto será
mayor a la relación capital/capacidad productiva o relación capital/producto deseada. En
efecto:
va =
(16)
donde va es la relación efectiva capital/producto. Esta es una situación de desequilibrio,
puesto que la inversión genera un incremento del ingreso menor al aumento de la
capacidad productiva, es decir, de la demanda esperada que habría impulsado esa
inversión. Las empresas enfrentan un exceso de capacidad productiva y dispondrán de
una relación capital/producto más elevada que la deseada. Posiblemente, el exceso de
capital les inducirá a reducir la tasa de acumulación en el futuro.
La situación opuesta se tiene cuando las inversiones crecen a una tasa superior a la de
equilibrio:
(17)
por lo que:
(17´)
Si el sistema se encontraba inicialmente en equilibrio, se enfrentará a una demanda que
crece a una velocidad superior a la de la capacidad productiva, lo que podría generar
tensiones inflacionarias.
Además, la relación capital/producto efectiva será menor a la deseada; en efecto:
va =
(18)
En tal caso, el incremento de la demanda superará las expectativas de las empresas y,
por unidad de producto, éstas tendrán un capital menor al deseado (o insuficiente), por
lo que tratarán de aumentar su capital, acelerando la tasa de acumulación.
Si la capacidad es utilizada plenamente y la relación capital/producto efectivo es igual al
deseado, el sistema crece a la tasa de equilibrio s/v: en tal caso, las expectativas de los
agentes son satisfechas.
El concepto de producto potencial (que desde el punto de vista teórico correspondería a
la expansión del PIB a tasas compatibles con la de equilibrio), por lo tanto, expresa el
nivel del producto interno bruto por encima del cual, considerando la disponibilidad de
factores, pueden aparecer tensiones inflacionarias.
En realidad, estas no corresponden, a la máxima utilización de los recursos, sino a
condiciones de utilización "normal" de ellos. Esa noción, además, permite el cálculo de
la tasa de utilización de la capacidad instalada (TUC), es decir la relación entre el
producto observado y el potencial. La brecha o gap del producto (1 - TUC) es el margen
de capacidad disponible que explicaría las tensiones sobre el aparato productivo:
mientras mayor sea la TUC (o menor su complemento a 1), mayores presiones
inflacionarias podrían presentarse en el sistema económico (Leinsegne et al., 1991).
El esquema describe la modalidad con la que las empresas "calculan" la variación
necesaria de la capacidad productiva: éstas deciden el nivel de producción comparando
la capacidad instalada con la demanda potencial; lógicamente, si la demanda esperada
tiene un nivel superior al de la capacidad de producción, la oferta de bienes y servicios
será inferior al nivel de demanda. La TUC (relación entre la producción efectiva y la
potencial) es, como se señaló, un indicador de tensión del aparato productivo.
Utilizando un esquema similar al precedente, podría suponerse que el coeficiente de
capital es igual a 2 y la tasa de ahorro neto, de 10%. La trayectoria del crecimiento
equilibrado corresponde, en este esquema, a una tasa de 5%. En esa perspectiva, la
inversión neta, la producción y el capital crecerían a una tasa de 5%. Si las empresas
basan sus decisiones de inversión sobre expectativas de crecimiento del 5%, la
expansión de la oferta y de la demanda coincide con la tasa de 5%; dicha tasa de
crecimiento es lo que Harrod denomina "tasa garantizada".
Supóngase, en cambio, que los empresarios anticipen un crecimiento de 6%. Para que la
capacidad de producción aumente en 6%, la tasa de inversión debería pasar de 10% a
12%; en otras palabras, para ampliar en 1% la capacidad de producción (y pasar de 5%
a 6%), la inversión debería aumentar en 20%. Por otra parte, a través del efecto
multiplicador, la demanda adicional (inducida por el aumento de la inversión) crecerá
también en 20%. Mientras que la oferta pasa de 5% a 6%, la demanda pasa de 5% a
25%.
Las empresas deberán entonces aumentar sus inversiones, lo que acentúa la diferencia
entre el crecimiento de la oferta y el de la demanda, por lo que la economía se encausa
hacia un tipo de crecimiento explosivo. Al contrario, con anticipaciones de crecimiento
inferior al 5%, se generará una demanda débil y la economía se desacelera.
Este ejemplo pone en evidencia la fuente de inestabilidad: el efecto multiplicador de la
inversión no es necesariamente igual al efecto que ésta tiene sobre la ampliación de la
capacidad de producción (efecto acelerador). Sólo si esa relación es igual, se tiene un
régimen de crecimiento equilibrado. El efecto multiplicador es más amplio pues en el
modelo no se consideran los componentes exógenos de la demanda (gasto público,
exportaciones, inversiones en cierto tipo de bienes, etc.), ni los rezagos de ajuste
característicos de un modelo de tipo multiplicador-acelerador.
¿Se cumple la condición acelerador-multiplicador en economías dependientes como la
ecuatoriana?. El efecto multiplicador se genera cuando el incremento en la demanda se
traduce en un crecimiento de la demanda de bienes de capital; pero si una elevada
proporción de esos bienes son importados, las inversiones adicionales en capital
productivo no producen aumento en la demanda interna, sino en las importaciones. En
esas condiciones, ¿el efecto multiplicador es relevante?. Podría responderse
afirmativamente a condición de que junto al incremento de las inversiones se registre
una expansión de las exportaciones (caso contrario, se asistirá a una situación similar a
la de equilibrio denominado "filo de navaja").
Cuadro 1
Ecuador: Formación Bruta de Capital Fijo
(productivo)*
Total
Componente
Nacional
Importado
1975
12424
1132
9,1%
11292
90,9%
1980
18959
2224
11,7%
16735
88,3%
1985
10219
2198
21,5%
8021
78,5%
1990
12402
3738
30,1%
8664
69,9%
1993(p)
17315
4048
23,4%
13267
76,6%
FUENTE: Banco Central del Ecuador, Cuentas Nacionales 1970-1993, No. 17,
1994.
*/ Se trata de formación bruta de capital fijo productiva, es decir, están
excluida la inversión en construcción.
II.5 Crecimiento y pleno empleo
El segundo problema planteado por Harrod es el de la relación entre crecimiento y pleno
empleo. Comparando la tasa de crecimiento "garantizada" (gw) que equilibra la oferta y
la demanda en el mercado de bienes y la tasa de crecimiento natural que permite
mantener el equilibrio en el mercado del trabajo, Harrod deduce una paradoja ".. que
conduce al corazón de la confrontación entre teoría keynesiana y clásica".
Si la tasa de crecimiento garantizada (gw) es superior a la tasa natural (gn), el elevado
ritmo de crecimiento podría favorecer la reducción del desempleo:
g = gw > gn (19)
Si, en cambio, la economía tiende hacia una situación de plena ocupación, la tasa de
crecimiento efectiva (g) estará limitada por la tasa natural. Si el crecimiento real se
ubica por debajo de la tasa garantizada, Harrod deduce que la economía tenderá poco a
poco hacia la depresión por insuficiencia de demanda.
Harrod concluye que una tasa de ahorro demasiado elevada o demasiado baja impide
alcanzar el pleno empleo. El ahorro tiene efectos positivos si la tasa de crecimiento
garantizada es inferior a la tasa natural; viceversa, es un factor negativo si -como en el
ejemplo señalado- es excedentaria frente a las posibilidades de crecimiento que resultan
de la dinámica poblacional y del progreso técnico (Muet, 1993).
Obviamente, no existe razón alguna para suponer que el sistema económico deba crecer
a una tasa de equilibrio igual a s/v.
II.6 La edad de oro del crecimiento equilibrado
Las reflexiones de Harrod sobre las posibilidades de un crecimiento equilibrado
condujeron a plantear dos problemas diferentes, frecuentemente confundidos:
1) el de la estabilidad del crecimiento inducido por la interacción del multiplicador y
del acelerador (el problema del filo de la navaja)
2) el de la posibilidad de alcanzar el pleno empleo, es decir, igualar la tasa garantizada
(la relación entre la propensión al ahorro y el coeficiente de capital) con la tasa natural
que resulta del crecimiento demográfico y del progreso técnico.
El primer aspecto se relaciona con la teoría de los ciclos o del crecimiento cíclico. El
segundo constituye el núcleo central de las teorías del "crecimiento equilibrado".
Desarrolladas en la segunda mitad de los años cincuenta, estas últimas "interiorizaron",
de hecho, la situación de crecimiento regular que caracterizó la economía mundial
después de la segunda guerra mundial. No se registraron fases de crisis durante ese
período, por lo que el objeto de la teoría fue explicar la situación del crecimiento
equilibrado que garantice el pleno empleo. Como se indicó, el marco conceptual
establecido por Domar y Harrod, al contrario, ponía énfasis en la no coincidencia entre
la tasa de crecimiento garantizada y la tasa natural. Si se igualan estas dos tasas, el
sistema sería mucho más flexible de lo que se postulaba en el modelo Harrod-Domar.
La teoría neoclásica del crecimiento formulada por Solow [1956] introducirá la
flexibilidad por el lado de la técnica de producción, es decir, del coeficiente v. Sería la
relación entre los precios, los salarios y el interés que posibilitaría el proceso de ajuste
neoclásico. A partir de ese modelo, se desarrollará lo que actualmente se conoce con el
nombre de teoría del crecimiento endógeno.
De igual manera, la modificación en el patrón de distribución del ingreso sería el
mecanismo de ajuste de la tasa garantizada a la tasa natural, de acuerdo al enfoque
"post-keynesiano". En el análisis de Kaldor, la acumulación de capital no es el resultado
de una propensión al ahorro constante; al contrario, el ritmo de acumulación determina
la tasa de ahorro, a través de modificaciones en la distribución. De ahí que el
multiplicador de la inversión -y, por tanto, el análisis keynesiano- puede ser, a la vez, el
fundamento de una teoría del empleo y el fundamento de una teoría de la distribución
del ingreso.
El aporte de Kaldor constituirá el eje de las controversias entre la escuela neoclásica y la
escuela post-keynesiana durante los años cincuenta y sesenta. Estabilidad en la
distribución del ingreso y estabilidad del crecimiento son los dos hechos estilizados que
tratan de explicar dichas teorías.
II.7 Una síntesis del modelo neoclásico de crecimiento
Cuando los factores de la producción son sustituibles, el coeficiente de capital es
función de la intensidad capitalista. En ausencia de progreso técnico, la productividad
media del capital (1/v = inversa del coeficiente de capital) y la productividad marginal
del capital son funciones decrecientes de la intensidad capitalista (capital por ocupado).
Cuando la tasa de ahorro es constante, la tasa de crecimiento garantizada (s/v) es
también una función decreciente de la intensidad capitalista. La flexibilidad de las
técnicas de producción permite, por tanto, igualar la tasa de crecimiento garantizada y la
tasa de crecimiento natural.
Si inicialmente la economía tiene una relación capital por ocupado baja (ko), (punto A),
la tasa de crecimiento garantizada -es decir, la tasa de crecimiento del capital- es
superior a la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo y el capital por ocupado
aumentará de modo tal que la economía tenderá hacia una situación de crecimiento
equilibrado (punto E). Lo contrario sucede cuando el capital por ocupado es superior al
valor de equilibrio.
Como señala Solow, el ajuste se realiza implícitamente vía la modificación en la
distribución del ingreso. Cuando el capital por ocupado es demasiado débil, la
productividad marginal del capital (es decir, la tasa de ganancia) es superior a la que se
obtiene en una situación de crecimiento equilibrado. En otras palabras, el salario real es
bajo y las técnicas de producción insuficientemente capitalistas. Pero el aumento de
capital por ocupado permitirá incrementar la productividad del trabajo y el salario real y
disminuir la productividad marginal del capital (tasa de ganancia), hasta que la
economía logre alcanzar el sendero de crecimiento equilibrado. La flexibilidad de los
salarios posibilitaría mantener el nivel de ocupación. Si el salario real es rígido, la tasa
de crecimiento (garantizada) de la economía será superior a la de la fuerza de trabajo, lo
que significaría escasez de mano de obra. Ese exceso de demanda producirá una
elevación del salario real que haría posible alcanzar el sendero de crecimiento
equilibrado (E).
II.8 El crecimiento endógeno
Después de un largo período de estancamiento, las teorías del crecimiento volvieron de
moda a fines de los años ochenta, renovadas con el surgimiento de las teorías del
crecimiento endógeno. Esa renovación tiene orígenes similares y los mismos efectos
experimentados por la teoría del comercio internacional a fines de los años setenta: la
aplicación de hipótesis de rendimientos de escala crecientes y competencia imperfecta.
A partir del modelo de Solow y estudiando las causas que impiden un crecimiento autocentrado del producto per cápita, se pueden establecer las condiciones a partir de las
cuales la acumulación de capital puede generar un crecimiento endógeno.
Fundamentalmente, es la hipótesis de rendimientos de capital decrecientes lo que
explica la imposibilidad del crecimiento en el modelo de Solow. El crecimiento del
producto y del capital por ocupado es el resultado de un factor exógeno: el progreso
técnico. Aún si este está eventualmente incorporado al capital, no varía al carácter
exógeno del crecimiento.
Las consecuencias más importantes de la teoría neoclásica del crecimiento son,
entonces:
- el carácter transitorio del crecimiento en ausencia de progreso técnico;
- la aceleración transitoria resultante de una elevación de la tasa de ahorro.
de lo que deriva, a su vez, el carácter exógeno del crecimiento.
El proceso de crecimiento, por el supuesto de rendimientos de escala decrecientes
adoptado por la teoría neoclásica, puede ser sostenido únicamente por la presencia de
factores exógenos: progreso técnico o crecimiento de la población. Al contrario, en las
teorías del crecimiento endógeno, con la presencia de externalidades, el ritmo de
crecimiento es mayor.
Si se supone que los rendimientos de escala no son crecientes, la productividad
marginal del capital será decreciente y el modelo no conduce a un crecimiento
endógeno. Es necesario introducir los efectos externos para obtener rendimientos
constantes del capital.
En el modelo de crecimiento neoclásico con progreso técnico exógeno, el producto per
cápita (q) depende del capital por ocupado (k) y del progreso técnico que mejora la
eficiencia del trabajo (x):
q = f (k,x) (20)
El progreso técnico (x) depende del stock de conocimientos acumulados. Suponiendo
que ese stock aumente como el capital por ocupado promedio en la economía ((x(k)=k),
la función de producción tendría entonces rendimientos de escala constantes frente al
capital:
q = f (k,x(k)) (21)
Siendo constante la productividad marginal del capital, el crecimiento es endógeno.
Además, en presencia de externalidades, no existe igualdad entre la tasa de crecimiento
"descentralizada" y aquella que habría podido lograrse como resultado de las decisiones
de una planificación centralizada.
Entre los principales elementos del crecimiento endógeno, podrían citarse:
- la acumulación de conocimientos (Romero);
- la infraestructura pública (Barro);
- el capital humano (Lucas).
En síntesis, el esquema formulado por esos autores podría representarse de la siguiente
manera:
Adicionalmente, otro de los factores del crecimiento -que además se encuentra presente
en las nuevas teorías del comercio internacional y, específicamente, en la versión del
ciclo del producto- es el gasto en investigación y desarrollo realizado por las empresas
(principalmente en aquellas de punta).
Finalmente, cabe señalar que el resurgimiento de la teoría del crecimiento económico ha
estimulado considerablemente la investigación sobre sus causas o fuentes. Hay aún un
largo camino que recorrer para confirmar o superar las conclusiones más controversiales
a las que conducen estas nuevas teorías. Las políticas económicas modifican
transitoriamente el ritmo de crecimiento, como supone la teoría tradicional, o tienen
permanencia como postulan las teorías del crecimiento endógeno?.
Desde la perspectiva de este trabajo, es importante tener en cuenta que los resultados de
la medición del producto potencial están condicionados por la presencia de este tipo de
elementos, cuya inclusión deberá ser incorporada en estudios posteriores.
III. Aspectos metodológicos
En un trabajo de carácter empírico como el que se efetua en estas notas, la adopción de
un "marco teórico" referencial tiene obviamente repercusiones directas sobre la
metodología y los resultados obtenidos. En lo que sigue, se exponen los aspectos
metodológicos empleados en la medición del producto potencial para el caso del
Ecuador.
III.1 Método de picos
Este es uno de los métodos más utilizados en los análisis sobre el tema, principalmente
por la facilidad que brinda su cálculo.
El producto potencial se obtiene uniendo los picos que presenta la serie del PIB
observado; se asume que en esos años la economía se encontraba en situación de pleno
empleo de los factores y de uso máximo de su capacidad de producción. Para calcularlo,
se traza una línea entre los puntos más altos de la trayectoria del PIB, y se asume que la
diferencia con la aproximación lineal corresponde a momentos de capacidad instalada
ociosa.
En realidad, no existe una formulación teórica explícita que sustente dicho cálculo; el
método sólo permite encontrar la tasa de crecimiento del PIB observado entre dos picos
(la cual puede ser lineal, exponencial, etc.).
Un problema de este método, a parte de que asume que la economía se encuentra en
plena capacidad siempre que la serie de la producción registra un pico, es que el primero
y último años del período analizado son considerados como situaciones de pleno
empleo, pues la línea construida para simular al PIB potencial debe cortarlos. Sin
embargo, en algunos trabajos se propone considerar la tasa de crecimiento entre los dos
primeros picos para trazar la línea desde el primer pico hacia atrás y aquella entre los
dos últimos, para construir la línea desde el último pico hacia delante (obviamente, esto
es posible cuando el PIB observado presenta varios picos).
Las inconsistencias de este método se pueden poner en evidencia con un ejemplo. En
1986 la evolución del PIB presenta un pico debido a los efectos del terremoto de marzo
de 1987 que hicieron decrecer fuertemente la producción. En 1988, la economía no
retomó el nivel de producción de 1986, a pesar de que en 1988 el crecimiento fue
inusualmente alto. Lo paradójico es que en 1986 la tasa de crecimiento del PIB fue
inferior a uno, lo que impide suponer que la economía se encontraba en una situación de
pleno empleo.
Gráfico No. 3
III.2 Método heterodoxo
Fue desarrollado en un estudio para la economía ecuatoriana por Schuldt (1992).
Según este método, el primer paso consiste en encontrar la relación producto/capital
(PIB/Stock final bruto de capital) máxima para el período analizado. Esa relación
máxima supone la mayor utilización de la capacidad de producción de la economía o, en
otras palabras, la existencia de una situación de pleno empleo.
El producto potencial será el resultado de multiplicar la relación máxima
producto/capital, por el stock final de capital para cada año. Matemáticamente:
(1)
donde,
Y* = producto potencial
r = es la relación máxima producto/capital observada
K = Stock final bruto de capital
Una vez conocido Y* es posible compararlo con el efectivo a fin de establecer la
eventual brecha y determinar la capacidad instalada ociosa de la economía.
TUC =
(2)
CIO = 1 -TUC
Una hipótesis fuerte de ese método es suponer que la relación producto/capital máxima
(del período) se mantiene constante, lo cual tiene importantes implicaciones analíticas
pues no toma en cuenta, por ejemplo, la existencia de períodos en los cuales parte de la
relación producto/capital se origina en reposición de la inversión y no en adiciones al
stock de capital. También hace caso omiso de los cambios en la productividad media del
capital y de la trayectoria del progreso técnico incorporado.
Para obtener el producto potencial, se trabajó tanto con el stock final de capital neto y
bruto. Al usar una u otra serie se producen considerables diferencias en el nivel del PIB
potencial, pues el stock bruto incluye, además de la inversión neta, la reposición de
capital; por tanto, los valores que se obtienen son más altos que cuando se utiliza el
stock neto.
III.3 El método de Harrod-Domar
El objetivo de este método es calcular gw, tasa garantizada o tasa de crecimiento del
producto potencial. En una aplicación realizada anteriormente para analizar la economía
ecuatoriana (Schultd, 1992), se asume que la tasa de crecimiento del PIB potencial se
obtiene dividiendo la relación inversión/producto, para la relación incremental capital
producto (incremento del stock de capital/incremento producto observado).
Matemáticamente, se tiene:
(3)
donde,
g = tasa de crecimiento del PIB potencial
I = Formación bruta de capital fijo
Y = Producto interno bruto (PIB)
K = Stock final bruto de capital
Sin embargo, como la relación incremental capital/producto (RICAP o ICOR) es un
indicador muy inestable (está influenciada por la coyuntura), se utilizan promedios de
cinco años. De esta forma, los resultados sobre la tasa de crecimiento del producto
potencial reflejan de mejor manera su tendencia.
Si se reordenan los términos del miembro derecho de la ecuación, se tiene que g es igual
a la formación bruta de capital multiplicada por el incremento del PIB observado; esa
expresión está dividida por el producto interno bruto, multiplicado por el incremento en
el stock final bruto de capital. De esa forma, se puede demostrar que el crecimiento del
PIB potencial es mayor al del PIB observado cuando la formación bruta de capital fijo
es mayor que el incremento en el stock final bruto de capital.
g=
(4)
Una vez calculada la tasa de crecimiento del PIB potencial, se presentan dos opciones
analíticas: la primera consiste en calcular el volumen de producción de la economía en
situación pleno empleo y, la segunda, en comparar las tasas de crecimiento del PIB
observado y del PIB potencial.
En este documento se optó por la primera alternativa, pues posibilita comparar dicha
información con la demanda interna y permite establecer los períodos en los que se
registró presión de demanda sobre la capacidad productiva del país y, eventualmente,
aceleración de la inflación.
Para calcular el volumen del PIB potencial, se restó de la tasa de crecimiento del PIB
potencial, la del PIB observado, o gap de crecimiento. Dicha tasa se aplicó al PIB
observado, obteniéndose el volumen del PIB potencial.
Adicionalmente, se calculó el producto potencial en base a la relación s/v, es decir el
cociente entre la participación del ahorro y del stock de capital en el producto. Con
dicho procedimiento se obtiene directamente la tasa de crecimiento del producto
potencial. Para calcular la serie, se identificó el año en el que la diferencia entre las tasas
de crecimiento del producto efectivo y del producto potencial, fue mínima; luego, la
tasa de crecimiento del producto potencial, se aplicó al producto observado a fin de
construir la serie del potencial.
A diferencia del cálculo anterior, en este no se presentan lasa fuertes fluctuaciones
provocadas por la evolución errática de la RICAP, obteniéndose una serie mucho más
estable.
El procedimiento adoptado con el método de Harrod-Domar, en sus dos variantes, toma
en cuenta, el aporte al crecimiento del producto de los incrementos en la productividad
del capital y el progreso técnico (la tasa de crecimiento del PIB observado incluiría,
aunque implícitamente, tales elementos).
III.4 El método de la capacidad instalada ociosa
Además de los métodos analizados, se consideró la posibilidad de utilizar el método de
la capacidad instalada ociosa.
Si la capacidad de producción se encuentra subutilizada, entonces bastaría con eliminar
dicha subutilización para obtener el PIB potencial de la economía o, de otra manera, el
volumen de la producción que resulta de la capacidad productiva de la economía.
No obstante, las únicas estadísticas disponibles en el país sobre uso de la capacidad
instalada, corresponden al sector industrial. De esta manera, el uso de ese indicador
resulta poco prudente pues el valor agregado de la industria manufacturera representa
menos del 20% del PIB. Por esas razones, el método no fue aplicado en este análisis.
III.5 Sobre las estadísticas utilizadas
El PIB potencial fue calculado en base a las series anuales, expresadas en valores
constantes a precios de 1975.
Las variables para el cálculo del producto potencial, están disponibles en las
publicaciones de Cuentas Nacionales del Banco Central del Ecuador.
IV. Análisis de los resultados
En esta sección se presentarán los resultados del método de cálculo del PIB potencial de
acuerdo a dos métodos: los picos, y Harrod-Domar. Por su parte, con el método
heterodoxo se obtienen resultados inconsistentes y apartados de una explicación realista
de la situación y evolución de la economía ecuatoriana (c.f. Anexo 1).
Como se señaló, la comparación entre PIB potencial y PIB observado permite poner en
evidencia la magnitud de la utilización de la capacidad instalada. En cambio, la
comparación entre PIB potencial y demanda interna (observada) permite evidenciar las
presiones que, sobre la capacidad productiva existente, ejerce la demanda, lo que
convencionalmente se asocia con períodos de aceleración de la inflación.
IV.1 Método de los picos
Aunque en la sección anterior se había mencionado que el cálculo del producto
potencial con el método de los picos no tiene fundamentos económicos, aquí se presenta
a manera de ejemplo.
Como se puede observar en el gráfico n. 5, la economía ecuatoriana habría estado
permanentemente en situación de pleno empleo, a excepción de contados años,
específicamente 1983 y 1987, años en los que se produjeron shocks adversos externos.
Gráfico No. 5
IV.2 El producto potencial según el método de Harrod-Domar
Como se señaló, el PIB potencial anual según el método de Harrod-Domar, fue
calculado con base al promedio de la RICAP, a excepción de 1987, año en el que se
adoptó un promedio menor para "suavizar" los efectos causados por el terremoto de
marzo.
En el período considerado, el PIB observado creció a una tasa promedio de 5.1% y el
potencial en 5.4%. Esta última sería la máxima tasa de crecimiento a la que puede
aspirar la economía ecuatoriana. Sin embargo, si se analiza el último quinquenio (199094), se observa que el crecimiento del producto potencial se sitúa en 3.7%, tasa que
podría servir de referencia para planificar el desempeño futuro de la economía
ecuatoriana. Para alcanzar tasas de crecimiento mayores, es necesario que la formación
bruta de capital fijo se incremente sustancialmente.
En promedio, para el período analizado, la economía ha desperdiciado el 1.2% de su
capacidad de producción.
De la serie analizada se desprenden las siguientes tendencias (cf. Anexo 1):
a. el período 1965-70 se caracterizó por un nivel similar del PIB observado y potencial,
de forma que la capacidad de producción no utilizada de la economía fue mínima (0.8%
en promedio);
b. en 1971 la economía estuvo por debajo de su nivel de pleno empleo en 1.3%;
c. desde 1972 y hasta 1974, fundamentalmente por los efectos positivos del boom
petrolero (sobre todo, el incremento de las exportaciones del hidrocarburo), el PIB
efectivo fue superior al PIB potencial en 6.5%;
d. a partir de 1974 y hasta 1982, la economía funcionó a un nivel próximo al de pleno
empleo, confirmándose el crecimiento que registraron todos los sectores del aparato
productivo ecuatoriano. La capacidad instalada ociosa apenas representó el 0.4% de su
uso potencial;
e. de 1983 a 1988, en cambio, la producción observada estuvo por debajo de la natural,
poniendo en evidencia los efectos de la crisis de la deuda externa, los planes
contractivos que siguieron a los programas de ajuste estructural y los efectos de shocks
exógenos adversos, como el fenómeno del Niño y el terremoto de marzo de 1987. En
este período, el porcentaje de capacidad ociosa se elevó al 7%;
f. en 1988 se notan claramente los efectos de la desordenada política fiscal expansiva; el
PIB observado fue superior al potencial. Dicho efecto se mantuvo hasta 1990, aunque
en 1989 la economía estuvo apenas por debajo de su nivel de pleno empleo;
g. de 1990 hasta 1994, la economía produce por debajo de su capacidad máxima (con
una subutilización del 3.8%); es de esperar, sin embargo, que en 1995 desaparezca
nuevamente
la
brecha.
Gráfico No. 6
Una vez que se han determinado las características generales del uso de la capacidad de
la economía en el período 1965-94, a continuación se presenta una comparación del PIB
potencial con la demanda interna.
Al respecto, se pueden mencionar las siguientes características:
a. de 1965 a 1972 la demanda doméstica fue superior el PIB potencial en 7.6% de
promedio.
b. entre 1972 y 1975, la demanda interna y el PIB potencial tienen aproximadamente el
mismo valor, es decir, están prácticamente en el mismo nivel; la relación demanda
doméstica PIB potencial es igual a 97.4%.
c. desde 1976 y hasta 1982 la demanda interna vuelve a superar al PIB potencial, en un
promedio de 5%.
d. entre 1983 y 1987 la demanda doméstica estuvo por debajo del PIB potencial, en
aproximadamente el 9%.
e. en 1988 el PIB potencial es menor a la demanda doméstica, indicando con ello que
existieron presiones de la demanda sobre la producción.
f. desde 1989 la demanda interna se ha mantenido muy por debajo del PIB potencial;
además, se registra una tendencia en la que la brecha entre las dos variables se amplía
(la proporción de la demanda doméstica en el PIB potencial es igual a 89%).
En el período analizado existirían tres etapas de presión de la demanda sobre la
producción.
Como se puede notar en la información reportada en el gráfico n. 7 (cf. Anexo 2), el
proceso de inflación persistente que soportó el país durante la mayor parte de la década
pasada, no se debió a presiones excesivas de la demanda sobre la producción interna.
Exceptuando 1988, año en el que se explicitan más intensamente los efectos de la
desordenada política expansiva del gasto público, a lo largo de la década la demanda
interna no fue, aparentemente, el motor del proceso inflacionario. El éxito del programa
de ajuste macroeconómico iniciado en septiembre de 1992, consistió precisamente en
modular las expectativas inflacionarias por parte de los agentes económicos, pues no
existían bases para que el proceso inflacionario continuara, si se lo juzga desde la
perspectiva de la situación de la demanda doméstica.
El moderado crecimiento experimentado por la demanda doméstica en los últimos años,
permitiría concluir que es posible instaurar una política explícita de incremento de la
demanda interna, porque esa variación no acarrearía presiones importantes, dada la
evolución del producto potencial.
En el período comprendido entre 1973 y 1982, en el que la demanda interna se ubicó
por encima del nivel del producto potencial, la presión fue soportada por el sector
externo de la economía. Efectivamente, en todos esos años se agrava el déficit en cuenta
corriente, lo cual se traduce en la inflección de la trayectoria de la deuda externa (ésta
creció en 148% entre 1977 y 1978).
Gráfico No. 7
En cambio, entre 1986 y 1988, la presión de la demanda sobre el producto potencial se
cristaliza en altos déficit fiscales (los más altos desde 1970); en este sentido, se pueden
notar los efectos del impuesto inflacionario como forma de financiar los desequilibrios
fiscales.
El método Harrod-Domar, como se anotó, fue calculado también con base en la relación
s/v, es decir, el cociente entre la tasa de participación del ahorro y la tasa de
participación del stock bruto de capital. La ventaja de esta forma de cálculo, con
respecto a la anterior, es que no es necesario modificar ad hoc ninguna variable, como
fue el caso del RICAP en algunos períodos con la forma de cálculo anterior.
El producto potencial obtenido con base en este método, fue comparado con la demanda
interna, obteniéndose similares resultados a los del caso anterior.
En el gráfico n. 8, se presenta el nivel del producto potencial y de la demanda interna,
así como la brecha entre las dos variables. Cuando la brecha es positiva significa que
existe un exceso de demanda sobre el producto potencial.
Como se observa, las conclusiones obtenidas utilizando el cálculo anterior son las
mismas para este caso. Entre 1965 y 1973 se produce un exceso de demanda sobre el
producto potencial en el orden del 10.2%, en promedio. Luego, entre 1975 y 1982,
prosigue esa presión pero a un menor nivel (2.6% en promedio). De 1983 a 1994, en
cambio la demanda doméstica permanece, en promedio, 7.7% por debajo del producto
potencial (c.f. Anexo 3).
Así mismo (cf. gráfico n. 9), se pueden observar que el producto observado y el
potencial se mantienen en un nivel muy próximo a lo largo del período analizado; el
PIB observado supera en 0.2%, en promedio, al producto potencial, entre 1965 y 1994.
Gráfico No. 8
El crecimiento promedio del producto observado y el potencial entre 1965 y 1994 fue
del 5.1% y 5.4%, respectivamente. Pero, entre 1990 y 1994, la tasa de crecimiento
promedio se reduce a 3.4% y 4.4%, respectivamente. Este último dato (4.4%), sería el
límite de crecimiento de la economía, a menos que se produzcan cambios estructurales
significativos, como por ejemplo un incremento sustancial en el ahorro bruto.
Se evidencia un exceso de producción (el PIB observado es mayor que el potencial), en
1972 y 1973, en coincidencia con el inicio del boom petrolero. Luego de esos años, el
crecimiento del PIB observado es menor al del potencial, lo cual se manifiesta con
mayor claridad y con una tendencia robusta entre 1979 y 1983. A partir de este último
año, no existe una tendencia estable y las dos brechas corresponden a los efectos
provocados por el terremoto de marzo de 1987 y la política fiscal de 1988. Desde 1992
se aprecia un menor crecimiento del producto observado en relación a su capacidad
potencial.
Gráfico
No.
9
IV.3 Exceso de demanda e inflación
De los ejercicios realizados en base al PIB potencial y la demanda interna, se puede
deducir algunas consideraciones. Los períodos inflacionarios están asociados a una alta
variabilidad de la relación PIB potencial y demanda interna; esa variabilidad implica
que no existe una tendencia estable en la relación entre oferta y demanda, por lo que los
precios no encuentran un nivel de equilibrio que permita igualar cantidades ofertadas y
demandas.
El gráfico n. 10, presenta el exceso porcentual de demanda interna sobre el PIB
potencial y la inflación anual, para el período 1983-93. Como se puede observar, la
inflación ha seguido con cierto rezago a los cambios en el exceso de demanda, lo cual es
particularmente evidente luego de 1986. También se puede notar la influencia del ciclo
electoral en la inflación, especialmente en los años 1988 y 1992.
En 1984 se reduce el crecimiento en el índice de precios, por la caída de la demanda
interna; a partir de 1986, la política económica expansiva se tradujo en la aceleración
del proceso inflacionario hasta 1989 cuando la reducción de la demanda provocó
nuevamente un descenso importante en el crecimiento de los precios. Sin embargo, a
partir de esa fecha, la inflación aparece menos elástica a la baja cuando frente a la
disminución de las presiones de demanda, por lo cual se puede afirmar que los orígenes
del proceso inflacionario radicaron, más bien, en el conflicto distributivo, acentuado por
elementos inerciales.
En efecto, existe alta correlación entre la varianza de la diferencia entre demanda
doméstica y PIB potencial (gap inflacionario) y la tasa promedio de inflación del
período. De esta manera se puede generalizar que no interesa tanto la presión de
demanda en sí, sino su variabilidad en un período determinado de tiempo, pues cuando
la demanda interna y producto potencial no siguen la misma tendencia, se incrementa la
varianza de su relación, lo cual, como se explicó, indica que los precios no tienen el
poder de equilibrar los mercados.
IV.4 Proyección del producto potencial
Se señaló que el cálculo del producto potencial permite evidenciar el techo máximo de
crecimiento de una economía en equilibrio o exenta de tensiones. Si el producto crece
por encima del umbral, se producirán tensiones, no solo de tipo inflacionario, sino que
éstas pueden cristalizarse en un deterioro paulatino de la balanza de pagos o
desequilibrios en el balance fiscal.
Para establecer la trayectoria del producto potencial (1195-2000), se utilizó la tasa de
crecimiento del período 1965-1994) considerando el método utilizado para obtener el
PIB potencial de acuerdo al modelo presentado por Harrod-Domar (cf. gráfico 12).
El modelo de Harrod-Domar (primer método empleado en el documento), permite
encontrar la formación bruta de capital fijo necesaria para obtener esa tasa de
crecimiento. Para calcular la variable, es necesario disponer de información sobre la
relación incremental capital/producto; en ese ejercicio, se asumirá como valor de la
RICAP su promedio en el período 1965-94 (4.174).
V. El "potencial" de la teoría y la realidad del subdesarrollo.
Al analizar las teorías sobre el crecimiento económico y, en particular, la problemática
relacionada con la posibilidad de lograr la igualdad entre la tasa "garantizada" y la
natural o de pleno empleo de la fuerza de trabajo, y confrontarlas con la realidad de los
países subdesarrollados, se hace evidente la necesidad de afinar -y adecuar críticamenteel instrumental analítico que fue desarrollado tomando en cuenta la realidad de las
economías industrializadas.
Uno de los aspectos que caracteriza a la economía de los países en desarrollo y,
específicamente de Ecuador, es la amplitud de la producción que se genera en el
denominado sector informal. Basta señalar que el porcentaje de participación del sector
de los hogares (parte medida de la informalidad en las cuentas nacionales) en la
producción del país bordea el 60%. Este hecho relativiza la utilización del concepto de
producto potencial y, sobre todo, de producto potencial de pleno empleo en ese tipo de
economías. En efecto, si la TUC (relación entre PIB efectivo y PIB potencial) es baja,
debería esperarse un fuerte crecimiento de la tasa de desocupación abierta, lo que no se
registra a la luz de los indicadores respectivos; más bien, lo que se amplía es el
subempleo, por lo que es necesario examinar los aspectos relacionados con la
permeabilidad y estructura del mercado laboral. Una hipótesis en esa perspectiva es la
que postula una estructura del tipo insider-outsider: los asalariados podrían clasificarse
en un grupo de trabajadores calificados, relativamente bien pagados, estables, cuyo
segmento se ajusta lentamente a las modificaciones de la demanda; por otra parte,
existiría una franja fluctuante de asalariados con bajas remuneraciones, poco
calificados, que se desplazan fácilmente de un sector a otro.
Desde el punto de vista social, la ampliación de la "brecha de producción" se vería
amortiguada por la existencia de un sector informal "dinámico" , cuyos ingresos,
además, jugarían un papel importante en la modulación del ciclo (Leinseinge, 1991). En
lo económico, en cambio, podría suponerse que cuando el PIB efectivo está por debajo
del potencial, la productividad marginal del trabajo se reduce, en tanto actúa el "refugio
informal" caso contrario (Y ? Y*), la productividad marginal del trabajo aumenta, pues
el sistema utiliza en mayor proporción la fuerza de trabajo en sectores (formales) con
técnicas modernas. De ahí que más importante que el grado de utilización de capital y
mano de obra sea, en una economía como la ecuatoriana, el mayor o menor
"desinflamiento" del sector informal y los efectos pro o anticíclicos en la demanda.
En relación con este último aspecto, la ampliación de la brecha de producción podría
generar una contracción de la demanda superior a la esperada de no existir el sector
informal. Los cálculos efectuados (cf. sección IV) permiten afirmar que cuando la
diferencia entre el producto efectivo y el potencial tiende a desaparecer, la
incorporación de la fuerza de trabajo al sector formal se traduce en un aumento de la
masa salarial y, consecuentemente, de la demanda. La asimetría es evidente: en la fase
expansiva del ciclo, la demanda crece a tasas superiores a las que decrece en períodos
de depresión.
Otro de los efectos que provoca la articulación de un amplio sector de la población
activa dentro del sector informal urbano, es que los ingresos atribuibles a su trabajo (que
podría ser asimilado al salario), se torna completamente flexible a los cambios en la
demanda. De esta manera, se tendría un mercado de trabajo que se aproxima mucho al
ideal neoclásico de flexibilidad de los salarios. En los hechos, entonces, el sector
informal urbano juega este papel y proporciona así esa estabilidad considerada
teóricamente "positiva" desde la perspectiva de la economía clásica, pues previene
desequilibrios económicos, especialmente el aparecimiento de la inflación. En este
sentido, la opción adoptada en este documento de medir el producto potencial a partir de
las adiciones de capital, se torna coherente si se considera que, por lo enunciado, los
salarios no cumplen un rol desestabilizador y el mercado de trabajo está en permanente
ajuste (entre el sector informal y formal), dependiendo del estado del ciclo económico.
En el gráfico 13 se presenta la capacidad instalada ocupada, el porcentaje de la
población económicamente activa desempleada, la que labora en el sector informal
urbano y la que trabaja en el sector moderno. Se puede observar claramente el
"intercambio" entre el sector informal urbano y el moderno. Este último reduce
permanente su participación, mientras qu4 el informal urbano incrementa la suya.
Sin embargo, no aparece con claridad la relación entre estos dos sectores y el estado del
ciclo económico, como se había supuesto. Este hecho puede obedecer a dos factores: el
primero es el corto período de tiempo para el cual se tiene a disposición estadísticas
sobre el mercado de trabajo, lo que limita la posibilidad de análisis13 ; el segundo tiene
que ver con la cobertura de la información sobre el mercado de trabajo, pues se trata
solamente de la PEA urbana (excluye el área rural, que en términos numéricos es muy
importante).
Se podría suponer que en el sector rural se produce con más claridad corporación y
expulsión de la fuerza de trabajo desde el sector moderno hacia el tradicional (y
viceversa), siguiendo la tendencia que manifiesta la brecha de producción. Este aspecto,
sin embargo, es una hipótesis que deberá ser analizada en otras investigaciones.
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ANEXOS 1
Cálculo del PIB potencial por el método Harrod-Domar (RICAP)
AÑO
PIB
FBKF
STOCK FB
KF/PIB
RICAP
g
dPIB
g-dPIB
PIB*
CIO
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10)
1965
50706
9852
147915
0,194
4,257
4,6%
1,3% 3,3%
1,3%
51360
1,3%
1966
51945
10057
154737
0,194
4,239
4,6%
2,4%
2,1%
53048
2,1%
1967
55512
11692
163665
0,211
3,991
5,3%
6,9%
-1,6%
54630
-1,6%
1968
57749
12087
172533
0,209
4,220
5,0%
4,0%
0,9%
58286
0,9%
1969
59096
13033
180876
0,221
4,140
5,3%
2,3%
3,0%
60866
2,9%
1970
62912
13576
189505
0,216
3,857
5,6%
6,5%
-0,9%
62369
-0,9%
1971
66852
17090
201784
0,256
2,124
12,0%
6,3%
5,8%
70711
5,5%
1972
76493
14102
211373
0,184
1,572
11,7%
14,4%
-2,7%
74432
-2,8%
1973
95867
15952
223092
0,166
1,384
12,0%
25,3%
-13,3%
83109
-15,4%
1974
102046
20194
238870
0,198
2,229
8,9%
6,4%
2,4%
104527
2,4%
1975
107740
24907
258968
0,231
2,723
8,5%
5,6%
2,9%
110877
2,8%
1976
117679
25268
279685
0,215
2,948
7,3%
9,2%
-1,9%
115395
-2,0%
1977
125369
29181
304521
0,233
2,924
8,0%
6,5%
1,4%
127157
1,4%
1978
133632
33058
333089
0,247
3,571
6,9%
6,6%
0,3%
134081
0,3%
1979
140718
32955
361621
0,234
3,966
5,9%
5,3%
0,6%
141565
0,6%
1980
147622
34975
392106
0,237
4,403
5,4%
4,9%
0,5%
148323
0,5%
1981
153443
32442
419852
0,211
8,075
2,6%
3,9%
-1,3%
151410
-1,3%
1982
155265
32667
447259
0,210
9,577
2,2%
1,2%
1,0%
156832
1,0%
1983
150885
24127
465831
0,160
8,888
1,8%
-2,8%
4,6%
157856
4,4%
1984
157226
23035
482948
0,147
0,751
19,5%
4,2%
15,3%
181286
13,3%
1985
164054
24618
501481
0,150
3,053
4,9%
4,3%
0,6%
164994
0,6%
1986
169136
25677
520509
0,152
1,214
12,5%
3,1%
9,4%
185046
8,6%
1987
159016
26800
541094
0,169
8,346
2,0%
-6,0%
8,0%
171742
7,4%
1988
175742
25465
558843
0,145
11,757
1,2%
10,5%
-9,3%
159423
-10,2%
1989
176195
25251
573721
0,143
11,965
1,2%
0,3%
0,9%
177851
0,9%
1990
181531
23961
583524
0,132
12,014
1,1%
3,0%
-1,9%
178028
-2,0%
1991
190638
26295
595936
0,138
1,661
8,3%
5,0%
3,3%
196905
3,2%
1992
197436
28523
608056
0,144
2,126
6,8%
3,6%
3,2%
203811
3,1%
1993
201447
28096
621022
0,139
1,473
9,5%
2,0%
7,4%
216427
6,9%
1994
208296
28576
633445
0,137
2,523
5,4%
3,4%
2,0%
212540
2,0%
N O T A S:
(1) PIB = Producto Interno Bruto a precios de 1975
(2) FBCF = Formación bruta de capital fijo a precios de 1975
(3) STOCK = Stock final bruto a precios de 1975
(4) FBKF/PIB = Relación inversión producto, [(2)/(1)]
(5) RICAP = Relación incremental capital producto promedio de 5 años
(6) g = Tasa de crecimiento del PIB potencial [(4)/(5)]
(7) dPIB = Crecimiento del PIB [(1)t / (1)t-1] -1
(8) g-dPIB = Crecimiento del PIB potencial menos crecimiento del PIB observado, (6) - (7)
(9) PIB* = PIB potencial, (1) x [1 + (8)]
(10) CIO = Capacidad instalada ociosa, 1 - [(1) / (9)]
FUENTE: (1) a (3) Banco Central, Cuentas nacionales # 16; (4) a (10) cálculos propios.
Anexo 2
Demanda Interna y PIB potencial, comparaciones
Demanda Interna
PIB* Harrod
PIB* Heterodoxo
Exceso de demanda sobre el PIB* según el
método (%)
Harrod
Heterodoxo
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
1965
53774
51360
63562
104,7
84,6
1966
55190
53048
66494
104,0
83,0
1967
59702
54630
70330
109,3
84,9
1968
63210
58286
74141
108,4
85,3
1969
66775
60866
77726
109,7
85,9
1970
70644
62369
81434
113,3
86,7
1971
76905
70711
86711
108,8
88,7
1972
76178
74432
90831
102,3
83,9
1973
82669
83109
95867
99,5
86,2
1974
97018
104527
102647
92,8
94,5
1975
110829
110877
111284
100,0
99,6
1976
119176
115395
120186
103,3
99,2
1977
132477
127157
130859
104,2
101,2
1978
141079
134081
143135
105,2
98,6
1979
147574
141565
155396
104,2
95,0
1980
158272
148323
168496
106,7
93,9
1981
161138
151410
180419
106,4
89,3
1982
163349
156832
192196
104,2
85,0
1983
150740
157856
200177
95,5
75,3
1984
151629
181286
207532
83,6
73,1
1985
156135
164994
215496
94,6
72,5
1986
157978
185046
223673
85,4
70,6
1987
162159
171742
232519
94,4
69,7
1988
163339
159423
240146
102,5
68,0
1989
165456
177851
246539
93,0
67,1
1990
167576
178028
250752
94,1
66,8
1991
172816
196905
256085
87,8
67,5
1992
176830
203811
261294
86,8
67,7
1993
180110
216427
266865
83,2
67,5
FUENTE:
(1) Banco Central del Ecuador, Cuentas Nacionales
(2) Anexo 1.
(3) (4) (5) Cálculos propios.
Anexo 3
Cálculo del PIB potencial por el método Harrod-Domar en base a la relación s/v
Año
PIB
Crecimiento
STOCK FB
Ahorro
Ahorro/
PIB*
Demanda
Interna
stock %
Crecimiento
demanda
interna
PIB
Brecha
demanda
interna
Brecha
PIB %
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10)
1965
50706
3,3
147915
8346
5,6
47998
53774
3,0
12,0
5,6
1966
51945
2,4
154737
9917
6,4
48816
55190
2,6
13,1
6,4
1967
55512
6,9
163665
10830
6,6
52067
59702
8,2
14,7
6,6
1968
57749
4,0
172533
9609
5,6
58604
63210
5,9
7,9
-1,5
1969
59096
2,3
180876
8521
4,7
60470
66775
5,6
10,4
-2,3
1970
62912
6,5
189505
10402
5,5
62340
70644
5,8
13,3
0,9
1971
66852
6,3
201784
9817
4,9
65973
76905
8,9
16,6
1,3
1972
76493
14,4
211373
10525
5,0
70181
76178
-0,9
8,5
9,0
1973
95867
25,3
223092
15819
7,1
81917
82669
8,5
0,9
17,0
1974
102046
6,4
238870
24400
10,2
105659
97018
17,4
-8,2
-3,4
1975
107740
5,6
258968
19858
7,7
109871
110829
14,2
0,9
-1,9
1976
117679
9,2
279685
22557
8,1
116429
119176
7,5
2,4
1,1
1977
125369
6,5
304521
26168
8,6
127791
132477
11,2
3,7
-1,9
1978
133632
6,6
333089
25672
7,7
135031
141079
6,5
4,5
-1,0
1979
140718
5,3
361621
30491
8,4
144900
147574
4,6
1,8
-2,9
1980
147622
4,9
392106
31383
8,0
151981
158272
7,2
4,1
-2,9
1981
153443
3,9
419852
28098
6,7
157501
161138
1,8
2,3
-2,6
1982
155265
1,2
447259
22802
5,1
161266
163349
1,4
1,3
-3,7
1983
150885
-2,8
465831
21017
4,5
162270
150740
-7,7
-7,1
-7,0
1984
157226
4,2
482948
22376
4,6
157876
151629
0,6
-4,0
-0,4
1985
164054
4,3
501481
25870
5,2
165337
156135
3,0
-5,6
-0,8
1986
169136
3,1
520509
17902
3,4
169696
157978
1,2
-6,9
-0,3
1987
159016
-6,0
541094
13025
2,4
173207
162159
2,6
-6,4
-8,2
1988
175742
10,5
558843
16079
2,9
163591
163339
0,7
-0,2
7,4
1989
176195
0,3
573721
15222
2,7
180405
165456
1,3
-8,3
-2,3
1990
181531
3,0
583524
21066
3,6
182556
167576
1,3
-8,2
-0,6
1991
190638
5,0
595936
25435
4,3
189279
172816
3,1
-8,7
0,7
1992
197436
3,6
608056
30926
5,1
200334
176830
2,3
-11,7
-1,4
1993
201447
2,0
621022
26837
4,3
205968
180110
1,9
-12,6
-2,2
1994
208296
3,4
633445
30924
4,9
211281
183972
2,1
-12,9
-1,4
(1)
PIB
=
Producto
Interno
Bruto
a
precios
de
1975
(2)
Crecimiento
del
PIB
(3)
STOCK
=
Stock
final
bruto
de
capital
fijo
a
precios
de
1975
(4)
AHORRO
=
Ahorro
bruto
a
precios
de
1975
(5)
AHORRO/STOCK
=Tasa
de
crecimiento
del
producto
potencial
(6)
PIB*
=
Producto
Potencial
(7)
Demanda
interna
a
precios
de
1975
(8)
Crecimiento
de
la
demanda
interna
(9) Brecha entre la demanda interna y el producto potencial, en porcentajes (los valores positivos indican exceso y viceversa)
10) Brecha entre el PIB y el producto potencial, en porcentajes (los valores positivos indican exceso y viceversa)
FUENTE: (1), (3), (4) y (7), Banco Central del Ecuador, Cuentas Nacionales. (2), (5), (6), (8), (9) y (10), cálculos propios.
ANEXO 4
Función de producción para la economía ecuatoriana(1)
LS // Dependent Variable is LNVAPS
Date: 11-07-1994 / Time: 15:14
SMPL range: 1966 - 1993
Number of observations: 27
Convergence achieved after 2 iterations
VARIABLE COEFFICIENT STD. ERROR T-STAT. 2-TAIL SIG.
C -0.5445849 0.0472210 -11.532696 0.000
LNKNPS 0.8606017 0.0242439 35.497613 0.000
AR(1) 0.6269634 0.1718458 3.6484069 0.001
R-squared 0.998070 Mean of dependent var -1.813737
Adjusted R-squared 0.997894 S.D. of dependent var 1.700033
S.E. of regression 0.078014 Sum of squared resid 0.133895
Durbin-Watson stat 1.715226 F-statistic 5687.411
Log likelihood 29.89622
DONDE:
LNVAPS = es el logaritmo natural del valor agregado dividido por los salarios.
LNKNPS = es el logaritmo natural del stock final neto de capital dividido por los salarios.
NOTA:
Al dividir el valor agregado y el stock de capital por los salarios, se está asumiendo, de antemano, que la suma de los coeficientes del capital
y el trabajo son iguales a uno, es decir, es una función con rendimientos constantes a escala.
(1) Convendría, adicionalmente, examinar funciones de producción no homogéneas y funciones por rama de actividad.
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