NOTA TÉCNICA 10 Preparada por Salvador Marconi R. Pablo Samaniego P. UNA APROXIMACION AL CALCULO DEL PRODUCTO POTENCIAL PARA ECUADOR "... Lorenzo Daza no tardó más de cinco minutos para dar sus razones, y lo hizo con una sinceridad desarmante que acabó de confundir a Florentino Ariza.... Sin embargo, dijo, el verdadero secreto de su fortuna era que ninguna de sus mulas trabajaba tanto y con tanta determinación como él mismo, aún en los tiempos más agrios de las guerras, cuando los pueblos amanecían en cenizas y los campos devastados". (Gabriel García Márquez; El amor en los tiempos del cólera, pp. 114-115) I. Algunos antecedentes Este documento tiene por objeto presentar los resultados de una estimación del producto potencial para la economía ecuatoriana. Incluye una reseña de los aspectos teóricos que sustentan la noción de producto potencial; en particular, aquellos relacionados con la teoría del crecimiento postkeynesiana (Harrod-Domar) y la discusión sobre la existencia de un crecimiento equilibrado. La tercera sección versa sobre los aspectos de tipo metodológico y su aplicación al cálculo del PIB potencial en Ecuador. En la cuarta parte se analizan los resultados obtenidos, mientras que en la última sección se adelantan algunas conclusiones preliminares. Como se conoce, el estudio del crecimiento económico se relaciona directamente con el análisis de los factores que inciden sobre la capacidad productiva de un país. La inestabilidad del sistema económico (o su evolución cíclica) surge por el hecho de que el producto efectivo a menudo cae por debajo del producto potencial, debido a que las compras de las empresas y de los consumidores son demasiado bajas para proporcionar una "salida" a la producción potencial. Viceversa, podría darse el caso que se intente adquirir más bienes y servicios de lo que es capaz de producir un país; en otras palabras, de "empujar" su producción efectiva por encima de la potencial. En este caso, la inestabilidad podría tomar la forma de inflación, pues la demanda excede la oferta potencial (Schultze, 1965). Es necesario distinguir, entonces, entre lo que un país puede producir cuando está utilizando plenamente sus recursos productivos y lo que efectivamente produce. Lo que puede producir se denomina producto potencial (o virtual); lo que realmente genera se conoce con el nombre de producto efectivo (también denominado real u observado). Cuando este último está por debajo del producto potencial, existe un problema de "mercado insuficiente": la fuerza de trabajo y la capacidad instalada en las fábricas no están plenamente utilizadas porque la demanda de sus productos no es suficientemente alta. Viceversa, en caso de que el producto efectivo sea superior al potencial, se registrarán presiones inflacionarias. En enero de 1961, la tasa de desempleo en los Estados Unidos bordeaba el 7%, lo que reflejaba la incapacidad de la estructura económica para que parte de la población activa pueda contribuir al crecimiento. Con antecedentes en Paul Baran (excedente potencial), Okun(1965) planteó la necesidad de acelerar el crecimiento a efectos de lograr una "nueva frontera" para el programa de gobierno propuesto por J.F. Kennedy. El concepto de producto potencial ha sido utilizado también en finanzas públicas para examinar la relación entre la variación del ingreso y la del saldo de las cuentas fiscales, y establecer limites a las políticas fiscales expansivas orientadas al logro del pleno empleo. Por otra parte, esa noción también sustenta el cálculo de la evasión fiscal, pues representa la base imponible "teórica" sobre la que se aplicaría la tasa impositiva vigente. La diferencia entre recaudación potencial y efectiva es un indicador de evasión. Para el caso del Ecuador, el cálculo del producto potencial debe considerar algunas especificidades de tipo estructural. En efecto, es necesario tomar en cuenta las características de su mercado de trabajo que es ampliamente segmentado y heterogéneo. Esa constatación introduce un elemento importante para establecer cuales son las variables que determinan el producto potencial. Si se concuerda en que gran parte de la población activa se encuentra sub-empleada y, una fracción importante de ella, desempleada, entonces la capacidad de expansión de la economía no depende del factor trabajo, pues este muestra una gran movilidad entre los diferentes segmentos (sectores formal, informal, doméstico), dependiendo del estado del ciclo económico. Los desempleados y sub-ocupados se incorporan a (o se repliegan de) las ocupaciones "formales" (aquellas con la más alta productividad), dependiendo de la demanda y de las adiciones en maquinaria y equipo (o formación del stock de capital) que realice el segmento moderno de la economía. Varios estudios han demostrado que el estilo de desarrollo de los años 70 y parte de la década de los 80, fue ahorrador de mano de obra, fundamentalmente porque la inversión en capital físico recibió estímulos a través de deducciones tributarias y de tasas de interés subvencionadas directamente por el Estado, o negativas en términos reales por el control que se ejerció sobre el costo del dinero. Esta situación posibilitó la consolidación de un estilo de crecimiento sesgado hacia el capital. Estos dos elementos, la estructura y comportamiento del mercado de trabajo y el subsidio a la inversión, delimitan claramente el análisis del producto potencial y avalan la posición de estudiarlo preferentemente teniendo como horizonte la dinámica de crecimiento del capital (lo que ha sido calificado como enfoque "ingenieril"). En este escenario, cuando se analiza el impacto de la brecha entre el producto potencial y el observado, y entre el primero y la demanda interna, es posible constatar que las presiones no se transmiten necesariamente a los precios como propugna la teoría convencional. Los desfases entre las tres variables pueden también cristalizarse en presiones sobre el sector externo o sobre el presupuesto fiscal (agravando, además, conflictos de tipo distributivo). En esta perspectiva, el cálculo del producto potencial es útil, precisamente, si permite detectar y prevenir desequilibrios macroeconómicos. Los cálculos que se presentan en este documento, aunque basados en una formulación de carácter "ingenieril", son útiles porque consideran los rasgos fundamentales de la economía ecuatoriana y posibilitan estudiar las características y los efectos de los desequilibrios derivados (no solamente el crecimiento de los precios). II. Aspectos teóricos II.1 El concepto de producto potencial Suponiendo la existencia de una relación estable -al menos en el corto plazo- entre los factores (trabajo y capital), el grado de su utilización podría referirse únicamente al trabajo; se sostiene entonces que el sistema está en situación de pleno empleo cuando la tasa de desocupación está en su nivel friccional. Sobre ese concepto descansa la ley de Okun, que establece una relación estrecha entre la variación absoluta de la tasa de desocupación (índice de escasez de factores) y la tasa de variación del producto. La producción potencial se define también como el nivel del PIB que corresponde a la tasa natural de desempleo . La diferencia entre la producción potencial y la observada es la brecha del PIB (gap de producción), y representa la cantidad de bienes y servicios que se deja de producir porque la economía no se aproxima a su potencial de pleno empleo (Samuelson y Nordhaus, 1988). Varios métodos empíricos (Siesto, 1973) han sido experimentados para cuantificar el producto potencial. Entre ellos, Denison (1962) escoge, en la serie histórica del PIB efectivo, dos años ("picos") en los que se habría registrado pleno empleo de la mano de obra y los une con una recta asumiendo que el sistema habría alcanzado un producto virtualmente igual al de los valores de la serie interpolada, si se hubiese registrado a un ritmo similar al de los dos años de referencia. Asumiendo, por ejemplo, una tasa de crecimiento constante (r) del ingreso potencial (Y*) a partir de un dato efectivo (Yo), el PIB potencial estaría dado por: (1) Alternativamente, el producto potencial podría estimarse identificando en el pasado los períodos de pleno empleo y extrapolando la línea que uniría esos "puntos de máxima actividad", o -menos "rudimentariamente"- en base a una función que permita establecer una relación entre el incremento de la producción y el aumento de empleo (función de producción). Gráfico No. 1 Brecha entre el PIB observado y el potencial Ese tipo función se supone la existencia de una relación estable entre el nivel de la producción y la cantidad de factores (trabajo y capital) utilizados. En tal caso, la producción final Y (PIB), sería una función del trabajo (N) y del capital (K), que puede expresarse genéricamente como: f (N,K) (2) La función de producción que se utiliza generalmente es aquella formulada por Cobb y Douglas, que tiene la siguiente forma: N K (3) Esta supone una tasa constante de progreso técnico incorporado y rendimientos de estaca constantes para ambos factores. Para estudiar el crecimiento se prefiere utilizar la forma: donde dY/Y, dN/N y dK/K representan el crecimiento de la producción, del factor trabajo y del factor capital, respectivamente. a y (1-a) son los coeficientes de contribución del trabajo y del capital a la producción final. II.2 Una reseña del esquema teórico de referencia Las teorías contemporáneas del crecimiento surgen en los años cuarenta, a partir de una reformulación de la teoría keynesiana basada en la acumulación del capital y del cuestionamiento (relativamente pesimista) sobre las posibilidades de alcanzar un crecimiento equilibrado con pleno empleo. Al igual que las teorías previas sobre el equilibrio de corto plazo, la Teoría General de Keynes supone -por definición-que el stock de capital es constante e independiente de la inversión del período. La reconsideración de los aspectos de la inversión relacionados con la "oferta" (expansión de la capacidad de producción futura) y su interacción dinámica con los aspectos de "demanda" (efecto multiplicador) constituyen, precisamente, la base de las teorías contemporáneas del crecimiento y del ciclo (Muet, 1993). Kalecki [1936] propuso, por primera vez, una explicación del ciclo basado en estos dos aspectos. El problema será retomado por Samuelson [1939] en un célebre artículo. Más tarde, Harrod [1939, 1948] y Domar [1946] formalizarían la problemática del crecimiento equilibrado. Sus reflexiones sientan las bases de las teorías y modelos de crecimiento elaborados posteriormente (suele hacerse referencia al modelo HarrodDomar). Sus conclusiones son prácticamente similares, aunque cada uno pone énfasis en aspectos particulares. Domar se interesa más por las condiciones de desarrollo económico equilibrado; Harrod focaliza su análisis en las características de inestabilidad del proceso de desarrollo capitalista. II. 3 El aporte de Domar La inversión tiene doble influencia sobre la economía. Desde la óptica de la "demanda" (multiplicador), determina el ingreso y la demanda global; desde la óptica de la "oferta", amplía la capacidad de producción. El objetivo de Domar es, entonces, determinar la compatibilidad entre el incremento de la demanda y el crecimiento de la capacidad de producción que resulta del proceso de inversión. Siendo, por definición, la inversión neta igual a la variación del stock de capital, ese incremento dará lugar -si se supone constante el coeficiente de capital- a un aumento de la capacidad de producción proporcional al nivel de inversión. Por el lado de la demanda, la inversión determina el nivel de ingreso a través del multiplicador keynesiano. En otras palabras, el incremento de la demanda depende de la variación de la inversión. La confrontación de ambos aspectos pone en evidencia la "asimetría" señalada por Domar: por el lado de la oferta, es el nivel de la inversión (I) que determina el crecimiento, mientras que, por el de la demanda, será su incremento (DI). Por tanto, ".. si se invierte ahora para ajustar la demanda a la capacidad de producción, se requerirá invertir más todavía en el futuro por la ampliación de la capacidad de producción originada en la inversión". Para mantener el equilibrio entre el aumento de la oferta y el de la demanda, es necesario que la inversión -y, por consiguiente el capital y la producción- crezcan a una tasa similar a la de la relación entre la tasa de ahorro (s) y el coeficiente de capital (v). Si aumenta la capacidad de producción, el equilibrio entre la oferta y la demanda solo puede ser dinámico. Como se anotó, en la teoría de Keynes, la inversión es esencialmente un componente de la demanda agregada y, a través del multiplicador, un elemento generador de demanda efectiva adicional. Si por simplicidad se considera una economía cerrada, y se supone que una parte (s)del ingreso es ahorrada, dado el nivel de inversión, el nivel de la demanda efectiva estará dado por: (5) El análisis keynesiano es fundamentalmente de corto plazo, es decir, considera como dada la capacidad productiva Xt. La ecuación (5) expresa una condición de equilibrio de la demanda efectiva en el corto plazo, dado cierto nivel de la capacidad productiva, que podría ser compatible con la condición: (6) es decir, una situación de no utilización plena de la capacidad productiva existente. Como se conoce, la relación (6) es la base del modelo de Domar y expresa la capacidad que tiene la inversión para crear demanda efectiva. Es posible calcular el incremento de la demanda efectiva generada por el incremento de la inversión en el tiempo: (7) La capacidad productiva Xt está relacionada a un determinado stock de capital Kt, de acuerdo a la relación capital/producto (v). La inversión, que representa un incremento del stock de capital, aumenta la capacidad productiva, por lo que: (8) de donde, si v es constante en el tiempo, se tiene: (9) pues, por definición (10) El sistema económico se desarrolla en condiciones de equilibrio cuando el incremento de la demanda efectiva es igual al incremento de la capacidad productiva; es decir, cuando: (11) Con base en (7) y (9), la ecuación (11) puede escribirse: (12) es decir: (13) Esta última ecuación indica que la tasa de crecimiento de la inversión que iguala en cada período el nivel de la demanda efectiva con el nivel de la capacidad de producción, es s/v. Por lo tanto, g es la tasa de crecimiento de equilibrio del sistema económico. Mientras Domar pone en evidencia la necesidad de que el capital y la producción crezcan a una misma tasa, Harrod muestra, al contrario, que el crecimiento económico es, por naturaleza, un proceso inestable. Las reflexiones de Harrod proponen dos problemáticas: la de la estabilidad del crecimiento y la de la posibilidad de mantener el pleno empleo. II.4 El filo de la navaja: Harrod Al introducir las anticipaciones de crecimiento en la determinación de la inversión, Harrod concluye que la relación (12'), que permite determinar la tasa de crecimiento a través de la relación entre la tasa de ahorro y el coeficiente de capital, es inestable. En realidad, en los trabajos de Harrod no se prueba la inestabilidad del crecimiento ni se explican las causas que determinarían dicha situación. Ese problema será estudiado por numerosos autores que demostrarían que la inestabilidad harrodiana es fundamentalmente similar a la de la relación multiplicador-acelerador que sustenta la teoría de los ciclos: el mecanismo del multiplicador de la inversión puede producir fluctuaciones de la demanda que no guardan relación con la ampliación de la capacidad de producción. De acuerdo a la terminología de Harrod, v es la relación capital/producto "deseada". Los empresarios, en efecto, decidirán sus inversiones en base del incremento esperado de la demanda : (13) en la que Yt* es la demanda esperada en el período t. Es evidente que el coeficiente que se aplicará al incremento esperado de la demanda para establecer la inversión será igual a v: en efecto, los empresarios invertirán un monto que permita crear un incremento de capacidad productiva igual al incremento esperado de la demanda; es decir: (14) relación que expresa la teoría de la inversión conocida con el nombre de teoría del acelerador. Si se considera qué sucede cuando las inversiones crecen a una tasa menor que la de equilibrio, se tendría que: (15) de donde: (15´) El sistema enfrenta, entonces, una subutilización de la capacidad productiva. Puesto que la producción depende de la demanda efectiva, la relación efectiva capital/producto será mayor a la relación capital/capacidad productiva o relación capital/producto deseada. En efecto: va = (16) donde va es la relación efectiva capital/producto. Esta es una situación de desequilibrio, puesto que la inversión genera un incremento del ingreso menor al aumento de la capacidad productiva, es decir, de la demanda esperada que habría impulsado esa inversión. Las empresas enfrentan un exceso de capacidad productiva y dispondrán de una relación capital/producto más elevada que la deseada. Posiblemente, el exceso de capital les inducirá a reducir la tasa de acumulación en el futuro. La situación opuesta se tiene cuando las inversiones crecen a una tasa superior a la de equilibrio: (17) por lo que: (17´) Si el sistema se encontraba inicialmente en equilibrio, se enfrentará a una demanda que crece a una velocidad superior a la de la capacidad productiva, lo que podría generar tensiones inflacionarias. Además, la relación capital/producto efectiva será menor a la deseada; en efecto: va = (18) En tal caso, el incremento de la demanda superará las expectativas de las empresas y, por unidad de producto, éstas tendrán un capital menor al deseado (o insuficiente), por lo que tratarán de aumentar su capital, acelerando la tasa de acumulación. Si la capacidad es utilizada plenamente y la relación capital/producto efectivo es igual al deseado, el sistema crece a la tasa de equilibrio s/v: en tal caso, las expectativas de los agentes son satisfechas. El concepto de producto potencial (que desde el punto de vista teórico correspondería a la expansión del PIB a tasas compatibles con la de equilibrio), por lo tanto, expresa el nivel del producto interno bruto por encima del cual, considerando la disponibilidad de factores, pueden aparecer tensiones inflacionarias. En realidad, estas no corresponden, a la máxima utilización de los recursos, sino a condiciones de utilización "normal" de ellos. Esa noción, además, permite el cálculo de la tasa de utilización de la capacidad instalada (TUC), es decir la relación entre el producto observado y el potencial. La brecha o gap del producto (1 - TUC) es el margen de capacidad disponible que explicaría las tensiones sobre el aparato productivo: mientras mayor sea la TUC (o menor su complemento a 1), mayores presiones inflacionarias podrían presentarse en el sistema económico (Leinsegne et al., 1991). El esquema describe la modalidad con la que las empresas "calculan" la variación necesaria de la capacidad productiva: éstas deciden el nivel de producción comparando la capacidad instalada con la demanda potencial; lógicamente, si la demanda esperada tiene un nivel superior al de la capacidad de producción, la oferta de bienes y servicios será inferior al nivel de demanda. La TUC (relación entre la producción efectiva y la potencial) es, como se señaló, un indicador de tensión del aparato productivo. Utilizando un esquema similar al precedente, podría suponerse que el coeficiente de capital es igual a 2 y la tasa de ahorro neto, de 10%. La trayectoria del crecimiento equilibrado corresponde, en este esquema, a una tasa de 5%. En esa perspectiva, la inversión neta, la producción y el capital crecerían a una tasa de 5%. Si las empresas basan sus decisiones de inversión sobre expectativas de crecimiento del 5%, la expansión de la oferta y de la demanda coincide con la tasa de 5%; dicha tasa de crecimiento es lo que Harrod denomina "tasa garantizada". Supóngase, en cambio, que los empresarios anticipen un crecimiento de 6%. Para que la capacidad de producción aumente en 6%, la tasa de inversión debería pasar de 10% a 12%; en otras palabras, para ampliar en 1% la capacidad de producción (y pasar de 5% a 6%), la inversión debería aumentar en 20%. Por otra parte, a través del efecto multiplicador, la demanda adicional (inducida por el aumento de la inversión) crecerá también en 20%. Mientras que la oferta pasa de 5% a 6%, la demanda pasa de 5% a 25%. Las empresas deberán entonces aumentar sus inversiones, lo que acentúa la diferencia entre el crecimiento de la oferta y el de la demanda, por lo que la economía se encausa hacia un tipo de crecimiento explosivo. Al contrario, con anticipaciones de crecimiento inferior al 5%, se generará una demanda débil y la economía se desacelera. Este ejemplo pone en evidencia la fuente de inestabilidad: el efecto multiplicador de la inversión no es necesariamente igual al efecto que ésta tiene sobre la ampliación de la capacidad de producción (efecto acelerador). Sólo si esa relación es igual, se tiene un régimen de crecimiento equilibrado. El efecto multiplicador es más amplio pues en el modelo no se consideran los componentes exógenos de la demanda (gasto público, exportaciones, inversiones en cierto tipo de bienes, etc.), ni los rezagos de ajuste característicos de un modelo de tipo multiplicador-acelerador. ¿Se cumple la condición acelerador-multiplicador en economías dependientes como la ecuatoriana?. El efecto multiplicador se genera cuando el incremento en la demanda se traduce en un crecimiento de la demanda de bienes de capital; pero si una elevada proporción de esos bienes son importados, las inversiones adicionales en capital productivo no producen aumento en la demanda interna, sino en las importaciones. En esas condiciones, ¿el efecto multiplicador es relevante?. Podría responderse afirmativamente a condición de que junto al incremento de las inversiones se registre una expansión de las exportaciones (caso contrario, se asistirá a una situación similar a la de equilibrio denominado "filo de navaja"). Cuadro 1 Ecuador: Formación Bruta de Capital Fijo (productivo)* Total Componente Nacional Importado 1975 12424 1132 9,1% 11292 90,9% 1980 18959 2224 11,7% 16735 88,3% 1985 10219 2198 21,5% 8021 78,5% 1990 12402 3738 30,1% 8664 69,9% 1993(p) 17315 4048 23,4% 13267 76,6% FUENTE: Banco Central del Ecuador, Cuentas Nacionales 1970-1993, No. 17, 1994. */ Se trata de formación bruta de capital fijo productiva, es decir, están excluida la inversión en construcción. II.5 Crecimiento y pleno empleo El segundo problema planteado por Harrod es el de la relación entre crecimiento y pleno empleo. Comparando la tasa de crecimiento "garantizada" (gw) que equilibra la oferta y la demanda en el mercado de bienes y la tasa de crecimiento natural que permite mantener el equilibrio en el mercado del trabajo, Harrod deduce una paradoja ".. que conduce al corazón de la confrontación entre teoría keynesiana y clásica". Si la tasa de crecimiento garantizada (gw) es superior a la tasa natural (gn), el elevado ritmo de crecimiento podría favorecer la reducción del desempleo: g = gw > gn (19) Si, en cambio, la economía tiende hacia una situación de plena ocupación, la tasa de crecimiento efectiva (g) estará limitada por la tasa natural. Si el crecimiento real se ubica por debajo de la tasa garantizada, Harrod deduce que la economía tenderá poco a poco hacia la depresión por insuficiencia de demanda. Harrod concluye que una tasa de ahorro demasiado elevada o demasiado baja impide alcanzar el pleno empleo. El ahorro tiene efectos positivos si la tasa de crecimiento garantizada es inferior a la tasa natural; viceversa, es un factor negativo si -como en el ejemplo señalado- es excedentaria frente a las posibilidades de crecimiento que resultan de la dinámica poblacional y del progreso técnico (Muet, 1993). Obviamente, no existe razón alguna para suponer que el sistema económico deba crecer a una tasa de equilibrio igual a s/v. II.6 La edad de oro del crecimiento equilibrado Las reflexiones de Harrod sobre las posibilidades de un crecimiento equilibrado condujeron a plantear dos problemas diferentes, frecuentemente confundidos: 1) el de la estabilidad del crecimiento inducido por la interacción del multiplicador y del acelerador (el problema del filo de la navaja) 2) el de la posibilidad de alcanzar el pleno empleo, es decir, igualar la tasa garantizada (la relación entre la propensión al ahorro y el coeficiente de capital) con la tasa natural que resulta del crecimiento demográfico y del progreso técnico. El primer aspecto se relaciona con la teoría de los ciclos o del crecimiento cíclico. El segundo constituye el núcleo central de las teorías del "crecimiento equilibrado". Desarrolladas en la segunda mitad de los años cincuenta, estas últimas "interiorizaron", de hecho, la situación de crecimiento regular que caracterizó la economía mundial después de la segunda guerra mundial. No se registraron fases de crisis durante ese período, por lo que el objeto de la teoría fue explicar la situación del crecimiento equilibrado que garantice el pleno empleo. Como se indicó, el marco conceptual establecido por Domar y Harrod, al contrario, ponía énfasis en la no coincidencia entre la tasa de crecimiento garantizada y la tasa natural. Si se igualan estas dos tasas, el sistema sería mucho más flexible de lo que se postulaba en el modelo Harrod-Domar. La teoría neoclásica del crecimiento formulada por Solow [1956] introducirá la flexibilidad por el lado de la técnica de producción, es decir, del coeficiente v. Sería la relación entre los precios, los salarios y el interés que posibilitaría el proceso de ajuste neoclásico. A partir de ese modelo, se desarrollará lo que actualmente se conoce con el nombre de teoría del crecimiento endógeno. De igual manera, la modificación en el patrón de distribución del ingreso sería el mecanismo de ajuste de la tasa garantizada a la tasa natural, de acuerdo al enfoque "post-keynesiano". En el análisis de Kaldor, la acumulación de capital no es el resultado de una propensión al ahorro constante; al contrario, el ritmo de acumulación determina la tasa de ahorro, a través de modificaciones en la distribución. De ahí que el multiplicador de la inversión -y, por tanto, el análisis keynesiano- puede ser, a la vez, el fundamento de una teoría del empleo y el fundamento de una teoría de la distribución del ingreso. El aporte de Kaldor constituirá el eje de las controversias entre la escuela neoclásica y la escuela post-keynesiana durante los años cincuenta y sesenta. Estabilidad en la distribución del ingreso y estabilidad del crecimiento son los dos hechos estilizados que tratan de explicar dichas teorías. II.7 Una síntesis del modelo neoclásico de crecimiento Cuando los factores de la producción son sustituibles, el coeficiente de capital es función de la intensidad capitalista. En ausencia de progreso técnico, la productividad media del capital (1/v = inversa del coeficiente de capital) y la productividad marginal del capital son funciones decrecientes de la intensidad capitalista (capital por ocupado). Cuando la tasa de ahorro es constante, la tasa de crecimiento garantizada (s/v) es también una función decreciente de la intensidad capitalista. La flexibilidad de las técnicas de producción permite, por tanto, igualar la tasa de crecimiento garantizada y la tasa de crecimiento natural. Si inicialmente la economía tiene una relación capital por ocupado baja (ko), (punto A), la tasa de crecimiento garantizada -es decir, la tasa de crecimiento del capital- es superior a la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo y el capital por ocupado aumentará de modo tal que la economía tenderá hacia una situación de crecimiento equilibrado (punto E). Lo contrario sucede cuando el capital por ocupado es superior al valor de equilibrio. Como señala Solow, el ajuste se realiza implícitamente vía la modificación en la distribución del ingreso. Cuando el capital por ocupado es demasiado débil, la productividad marginal del capital (es decir, la tasa de ganancia) es superior a la que se obtiene en una situación de crecimiento equilibrado. En otras palabras, el salario real es bajo y las técnicas de producción insuficientemente capitalistas. Pero el aumento de capital por ocupado permitirá incrementar la productividad del trabajo y el salario real y disminuir la productividad marginal del capital (tasa de ganancia), hasta que la economía logre alcanzar el sendero de crecimiento equilibrado. La flexibilidad de los salarios posibilitaría mantener el nivel de ocupación. Si el salario real es rígido, la tasa de crecimiento (garantizada) de la economía será superior a la de la fuerza de trabajo, lo que significaría escasez de mano de obra. Ese exceso de demanda producirá una elevación del salario real que haría posible alcanzar el sendero de crecimiento equilibrado (E). II.8 El crecimiento endógeno Después de un largo período de estancamiento, las teorías del crecimiento volvieron de moda a fines de los años ochenta, renovadas con el surgimiento de las teorías del crecimiento endógeno. Esa renovación tiene orígenes similares y los mismos efectos experimentados por la teoría del comercio internacional a fines de los años setenta: la aplicación de hipótesis de rendimientos de escala crecientes y competencia imperfecta. A partir del modelo de Solow y estudiando las causas que impiden un crecimiento autocentrado del producto per cápita, se pueden establecer las condiciones a partir de las cuales la acumulación de capital puede generar un crecimiento endógeno. Fundamentalmente, es la hipótesis de rendimientos de capital decrecientes lo que explica la imposibilidad del crecimiento en el modelo de Solow. El crecimiento del producto y del capital por ocupado es el resultado de un factor exógeno: el progreso técnico. Aún si este está eventualmente incorporado al capital, no varía al carácter exógeno del crecimiento. Las consecuencias más importantes de la teoría neoclásica del crecimiento son, entonces: - el carácter transitorio del crecimiento en ausencia de progreso técnico; - la aceleración transitoria resultante de una elevación de la tasa de ahorro. de lo que deriva, a su vez, el carácter exógeno del crecimiento. El proceso de crecimiento, por el supuesto de rendimientos de escala decrecientes adoptado por la teoría neoclásica, puede ser sostenido únicamente por la presencia de factores exógenos: progreso técnico o crecimiento de la población. Al contrario, en las teorías del crecimiento endógeno, con la presencia de externalidades, el ritmo de crecimiento es mayor. Si se supone que los rendimientos de escala no son crecientes, la productividad marginal del capital será decreciente y el modelo no conduce a un crecimiento endógeno. Es necesario introducir los efectos externos para obtener rendimientos constantes del capital. En el modelo de crecimiento neoclásico con progreso técnico exógeno, el producto per cápita (q) depende del capital por ocupado (k) y del progreso técnico que mejora la eficiencia del trabajo (x): q = f (k,x) (20) El progreso técnico (x) depende del stock de conocimientos acumulados. Suponiendo que ese stock aumente como el capital por ocupado promedio en la economía ((x(k)=k), la función de producción tendría entonces rendimientos de escala constantes frente al capital: q = f (k,x(k)) (21) Siendo constante la productividad marginal del capital, el crecimiento es endógeno. Además, en presencia de externalidades, no existe igualdad entre la tasa de crecimiento "descentralizada" y aquella que habría podido lograrse como resultado de las decisiones de una planificación centralizada. Entre los principales elementos del crecimiento endógeno, podrían citarse: - la acumulación de conocimientos (Romero); - la infraestructura pública (Barro); - el capital humano (Lucas). En síntesis, el esquema formulado por esos autores podría representarse de la siguiente manera: Adicionalmente, otro de los factores del crecimiento -que además se encuentra presente en las nuevas teorías del comercio internacional y, específicamente, en la versión del ciclo del producto- es el gasto en investigación y desarrollo realizado por las empresas (principalmente en aquellas de punta). Finalmente, cabe señalar que el resurgimiento de la teoría del crecimiento económico ha estimulado considerablemente la investigación sobre sus causas o fuentes. Hay aún un largo camino que recorrer para confirmar o superar las conclusiones más controversiales a las que conducen estas nuevas teorías. Las políticas económicas modifican transitoriamente el ritmo de crecimiento, como supone la teoría tradicional, o tienen permanencia como postulan las teorías del crecimiento endógeno?. Desde la perspectiva de este trabajo, es importante tener en cuenta que los resultados de la medición del producto potencial están condicionados por la presencia de este tipo de elementos, cuya inclusión deberá ser incorporada en estudios posteriores. III. Aspectos metodológicos En un trabajo de carácter empírico como el que se efetua en estas notas, la adopción de un "marco teórico" referencial tiene obviamente repercusiones directas sobre la metodología y los resultados obtenidos. En lo que sigue, se exponen los aspectos metodológicos empleados en la medición del producto potencial para el caso del Ecuador. III.1 Método de picos Este es uno de los métodos más utilizados en los análisis sobre el tema, principalmente por la facilidad que brinda su cálculo. El producto potencial se obtiene uniendo los picos que presenta la serie del PIB observado; se asume que en esos años la economía se encontraba en situación de pleno empleo de los factores y de uso máximo de su capacidad de producción. Para calcularlo, se traza una línea entre los puntos más altos de la trayectoria del PIB, y se asume que la diferencia con la aproximación lineal corresponde a momentos de capacidad instalada ociosa. En realidad, no existe una formulación teórica explícita que sustente dicho cálculo; el método sólo permite encontrar la tasa de crecimiento del PIB observado entre dos picos (la cual puede ser lineal, exponencial, etc.). Un problema de este método, a parte de que asume que la economía se encuentra en plena capacidad siempre que la serie de la producción registra un pico, es que el primero y último años del período analizado son considerados como situaciones de pleno empleo, pues la línea construida para simular al PIB potencial debe cortarlos. Sin embargo, en algunos trabajos se propone considerar la tasa de crecimiento entre los dos primeros picos para trazar la línea desde el primer pico hacia atrás y aquella entre los dos últimos, para construir la línea desde el último pico hacia delante (obviamente, esto es posible cuando el PIB observado presenta varios picos). Las inconsistencias de este método se pueden poner en evidencia con un ejemplo. En 1986 la evolución del PIB presenta un pico debido a los efectos del terremoto de marzo de 1987 que hicieron decrecer fuertemente la producción. En 1988, la economía no retomó el nivel de producción de 1986, a pesar de que en 1988 el crecimiento fue inusualmente alto. Lo paradójico es que en 1986 la tasa de crecimiento del PIB fue inferior a uno, lo que impide suponer que la economía se encontraba en una situación de pleno empleo. Gráfico No. 3 III.2 Método heterodoxo Fue desarrollado en un estudio para la economía ecuatoriana por Schuldt (1992). Según este método, el primer paso consiste en encontrar la relación producto/capital (PIB/Stock final bruto de capital) máxima para el período analizado. Esa relación máxima supone la mayor utilización de la capacidad de producción de la economía o, en otras palabras, la existencia de una situación de pleno empleo. El producto potencial será el resultado de multiplicar la relación máxima producto/capital, por el stock final de capital para cada año. Matemáticamente: (1) donde, Y* = producto potencial r = es la relación máxima producto/capital observada K = Stock final bruto de capital Una vez conocido Y* es posible compararlo con el efectivo a fin de establecer la eventual brecha y determinar la capacidad instalada ociosa de la economía. TUC = (2) CIO = 1 -TUC Una hipótesis fuerte de ese método es suponer que la relación producto/capital máxima (del período) se mantiene constante, lo cual tiene importantes implicaciones analíticas pues no toma en cuenta, por ejemplo, la existencia de períodos en los cuales parte de la relación producto/capital se origina en reposición de la inversión y no en adiciones al stock de capital. También hace caso omiso de los cambios en la productividad media del capital y de la trayectoria del progreso técnico incorporado. Para obtener el producto potencial, se trabajó tanto con el stock final de capital neto y bruto. Al usar una u otra serie se producen considerables diferencias en el nivel del PIB potencial, pues el stock bruto incluye, además de la inversión neta, la reposición de capital; por tanto, los valores que se obtienen son más altos que cuando se utiliza el stock neto. III.3 El método de Harrod-Domar El objetivo de este método es calcular gw, tasa garantizada o tasa de crecimiento del producto potencial. En una aplicación realizada anteriormente para analizar la economía ecuatoriana (Schultd, 1992), se asume que la tasa de crecimiento del PIB potencial se obtiene dividiendo la relación inversión/producto, para la relación incremental capital producto (incremento del stock de capital/incremento producto observado). Matemáticamente, se tiene: (3) donde, g = tasa de crecimiento del PIB potencial I = Formación bruta de capital fijo Y = Producto interno bruto (PIB) K = Stock final bruto de capital Sin embargo, como la relación incremental capital/producto (RICAP o ICOR) es un indicador muy inestable (está influenciada por la coyuntura), se utilizan promedios de cinco años. De esta forma, los resultados sobre la tasa de crecimiento del producto potencial reflejan de mejor manera su tendencia. Si se reordenan los términos del miembro derecho de la ecuación, se tiene que g es igual a la formación bruta de capital multiplicada por el incremento del PIB observado; esa expresión está dividida por el producto interno bruto, multiplicado por el incremento en el stock final bruto de capital. De esa forma, se puede demostrar que el crecimiento del PIB potencial es mayor al del PIB observado cuando la formación bruta de capital fijo es mayor que el incremento en el stock final bruto de capital. g= (4) Una vez calculada la tasa de crecimiento del PIB potencial, se presentan dos opciones analíticas: la primera consiste en calcular el volumen de producción de la economía en situación pleno empleo y, la segunda, en comparar las tasas de crecimiento del PIB observado y del PIB potencial. En este documento se optó por la primera alternativa, pues posibilita comparar dicha información con la demanda interna y permite establecer los períodos en los que se registró presión de demanda sobre la capacidad productiva del país y, eventualmente, aceleración de la inflación. Para calcular el volumen del PIB potencial, se restó de la tasa de crecimiento del PIB potencial, la del PIB observado, o gap de crecimiento. Dicha tasa se aplicó al PIB observado, obteniéndose el volumen del PIB potencial. Adicionalmente, se calculó el producto potencial en base a la relación s/v, es decir el cociente entre la participación del ahorro y del stock de capital en el producto. Con dicho procedimiento se obtiene directamente la tasa de crecimiento del producto potencial. Para calcular la serie, se identificó el año en el que la diferencia entre las tasas de crecimiento del producto efectivo y del producto potencial, fue mínima; luego, la tasa de crecimiento del producto potencial, se aplicó al producto observado a fin de construir la serie del potencial. A diferencia del cálculo anterior, en este no se presentan lasa fuertes fluctuaciones provocadas por la evolución errática de la RICAP, obteniéndose una serie mucho más estable. El procedimiento adoptado con el método de Harrod-Domar, en sus dos variantes, toma en cuenta, el aporte al crecimiento del producto de los incrementos en la productividad del capital y el progreso técnico (la tasa de crecimiento del PIB observado incluiría, aunque implícitamente, tales elementos). III.4 El método de la capacidad instalada ociosa Además de los métodos analizados, se consideró la posibilidad de utilizar el método de la capacidad instalada ociosa. Si la capacidad de producción se encuentra subutilizada, entonces bastaría con eliminar dicha subutilización para obtener el PIB potencial de la economía o, de otra manera, el volumen de la producción que resulta de la capacidad productiva de la economía. No obstante, las únicas estadísticas disponibles en el país sobre uso de la capacidad instalada, corresponden al sector industrial. De esta manera, el uso de ese indicador resulta poco prudente pues el valor agregado de la industria manufacturera representa menos del 20% del PIB. Por esas razones, el método no fue aplicado en este análisis. III.5 Sobre las estadísticas utilizadas El PIB potencial fue calculado en base a las series anuales, expresadas en valores constantes a precios de 1975. Las variables para el cálculo del producto potencial, están disponibles en las publicaciones de Cuentas Nacionales del Banco Central del Ecuador. IV. Análisis de los resultados En esta sección se presentarán los resultados del método de cálculo del PIB potencial de acuerdo a dos métodos: los picos, y Harrod-Domar. Por su parte, con el método heterodoxo se obtienen resultados inconsistentes y apartados de una explicación realista de la situación y evolución de la economía ecuatoriana (c.f. Anexo 1). Como se señaló, la comparación entre PIB potencial y PIB observado permite poner en evidencia la magnitud de la utilización de la capacidad instalada. En cambio, la comparación entre PIB potencial y demanda interna (observada) permite evidenciar las presiones que, sobre la capacidad productiva existente, ejerce la demanda, lo que convencionalmente se asocia con períodos de aceleración de la inflación. IV.1 Método de los picos Aunque en la sección anterior se había mencionado que el cálculo del producto potencial con el método de los picos no tiene fundamentos económicos, aquí se presenta a manera de ejemplo. Como se puede observar en el gráfico n. 5, la economía ecuatoriana habría estado permanentemente en situación de pleno empleo, a excepción de contados años, específicamente 1983 y 1987, años en los que se produjeron shocks adversos externos. Gráfico No. 5 IV.2 El producto potencial según el método de Harrod-Domar Como se señaló, el PIB potencial anual según el método de Harrod-Domar, fue calculado con base al promedio de la RICAP, a excepción de 1987, año en el que se adoptó un promedio menor para "suavizar" los efectos causados por el terremoto de marzo. En el período considerado, el PIB observado creció a una tasa promedio de 5.1% y el potencial en 5.4%. Esta última sería la máxima tasa de crecimiento a la que puede aspirar la economía ecuatoriana. Sin embargo, si se analiza el último quinquenio (199094), se observa que el crecimiento del producto potencial se sitúa en 3.7%, tasa que podría servir de referencia para planificar el desempeño futuro de la economía ecuatoriana. Para alcanzar tasas de crecimiento mayores, es necesario que la formación bruta de capital fijo se incremente sustancialmente. En promedio, para el período analizado, la economía ha desperdiciado el 1.2% de su capacidad de producción. De la serie analizada se desprenden las siguientes tendencias (cf. Anexo 1): a. el período 1965-70 se caracterizó por un nivel similar del PIB observado y potencial, de forma que la capacidad de producción no utilizada de la economía fue mínima (0.8% en promedio); b. en 1971 la economía estuvo por debajo de su nivel de pleno empleo en 1.3%; c. desde 1972 y hasta 1974, fundamentalmente por los efectos positivos del boom petrolero (sobre todo, el incremento de las exportaciones del hidrocarburo), el PIB efectivo fue superior al PIB potencial en 6.5%; d. a partir de 1974 y hasta 1982, la economía funcionó a un nivel próximo al de pleno empleo, confirmándose el crecimiento que registraron todos los sectores del aparato productivo ecuatoriano. La capacidad instalada ociosa apenas representó el 0.4% de su uso potencial; e. de 1983 a 1988, en cambio, la producción observada estuvo por debajo de la natural, poniendo en evidencia los efectos de la crisis de la deuda externa, los planes contractivos que siguieron a los programas de ajuste estructural y los efectos de shocks exógenos adversos, como el fenómeno del Niño y el terremoto de marzo de 1987. En este período, el porcentaje de capacidad ociosa se elevó al 7%; f. en 1988 se notan claramente los efectos de la desordenada política fiscal expansiva; el PIB observado fue superior al potencial. Dicho efecto se mantuvo hasta 1990, aunque en 1989 la economía estuvo apenas por debajo de su nivel de pleno empleo; g. de 1990 hasta 1994, la economía produce por debajo de su capacidad máxima (con una subutilización del 3.8%); es de esperar, sin embargo, que en 1995 desaparezca nuevamente la brecha. Gráfico No. 6 Una vez que se han determinado las características generales del uso de la capacidad de la economía en el período 1965-94, a continuación se presenta una comparación del PIB potencial con la demanda interna. Al respecto, se pueden mencionar las siguientes características: a. de 1965 a 1972 la demanda doméstica fue superior el PIB potencial en 7.6% de promedio. b. entre 1972 y 1975, la demanda interna y el PIB potencial tienen aproximadamente el mismo valor, es decir, están prácticamente en el mismo nivel; la relación demanda doméstica PIB potencial es igual a 97.4%. c. desde 1976 y hasta 1982 la demanda interna vuelve a superar al PIB potencial, en un promedio de 5%. d. entre 1983 y 1987 la demanda doméstica estuvo por debajo del PIB potencial, en aproximadamente el 9%. e. en 1988 el PIB potencial es menor a la demanda doméstica, indicando con ello que existieron presiones de la demanda sobre la producción. f. desde 1989 la demanda interna se ha mantenido muy por debajo del PIB potencial; además, se registra una tendencia en la que la brecha entre las dos variables se amplía (la proporción de la demanda doméstica en el PIB potencial es igual a 89%). En el período analizado existirían tres etapas de presión de la demanda sobre la producción. Como se puede notar en la información reportada en el gráfico n. 7 (cf. Anexo 2), el proceso de inflación persistente que soportó el país durante la mayor parte de la década pasada, no se debió a presiones excesivas de la demanda sobre la producción interna. Exceptuando 1988, año en el que se explicitan más intensamente los efectos de la desordenada política expansiva del gasto público, a lo largo de la década la demanda interna no fue, aparentemente, el motor del proceso inflacionario. El éxito del programa de ajuste macroeconómico iniciado en septiembre de 1992, consistió precisamente en modular las expectativas inflacionarias por parte de los agentes económicos, pues no existían bases para que el proceso inflacionario continuara, si se lo juzga desde la perspectiva de la situación de la demanda doméstica. El moderado crecimiento experimentado por la demanda doméstica en los últimos años, permitiría concluir que es posible instaurar una política explícita de incremento de la demanda interna, porque esa variación no acarrearía presiones importantes, dada la evolución del producto potencial. En el período comprendido entre 1973 y 1982, en el que la demanda interna se ubicó por encima del nivel del producto potencial, la presión fue soportada por el sector externo de la economía. Efectivamente, en todos esos años se agrava el déficit en cuenta corriente, lo cual se traduce en la inflección de la trayectoria de la deuda externa (ésta creció en 148% entre 1977 y 1978). Gráfico No. 7 En cambio, entre 1986 y 1988, la presión de la demanda sobre el producto potencial se cristaliza en altos déficit fiscales (los más altos desde 1970); en este sentido, se pueden notar los efectos del impuesto inflacionario como forma de financiar los desequilibrios fiscales. El método Harrod-Domar, como se anotó, fue calculado también con base en la relación s/v, es decir, el cociente entre la tasa de participación del ahorro y la tasa de participación del stock bruto de capital. La ventaja de esta forma de cálculo, con respecto a la anterior, es que no es necesario modificar ad hoc ninguna variable, como fue el caso del RICAP en algunos períodos con la forma de cálculo anterior. El producto potencial obtenido con base en este método, fue comparado con la demanda interna, obteniéndose similares resultados a los del caso anterior. En el gráfico n. 8, se presenta el nivel del producto potencial y de la demanda interna, así como la brecha entre las dos variables. Cuando la brecha es positiva significa que existe un exceso de demanda sobre el producto potencial. Como se observa, las conclusiones obtenidas utilizando el cálculo anterior son las mismas para este caso. Entre 1965 y 1973 se produce un exceso de demanda sobre el producto potencial en el orden del 10.2%, en promedio. Luego, entre 1975 y 1982, prosigue esa presión pero a un menor nivel (2.6% en promedio). De 1983 a 1994, en cambio la demanda doméstica permanece, en promedio, 7.7% por debajo del producto potencial (c.f. Anexo 3). Así mismo (cf. gráfico n. 9), se pueden observar que el producto observado y el potencial se mantienen en un nivel muy próximo a lo largo del período analizado; el PIB observado supera en 0.2%, en promedio, al producto potencial, entre 1965 y 1994. Gráfico No. 8 El crecimiento promedio del producto observado y el potencial entre 1965 y 1994 fue del 5.1% y 5.4%, respectivamente. Pero, entre 1990 y 1994, la tasa de crecimiento promedio se reduce a 3.4% y 4.4%, respectivamente. Este último dato (4.4%), sería el límite de crecimiento de la economía, a menos que se produzcan cambios estructurales significativos, como por ejemplo un incremento sustancial en el ahorro bruto. Se evidencia un exceso de producción (el PIB observado es mayor que el potencial), en 1972 y 1973, en coincidencia con el inicio del boom petrolero. Luego de esos años, el crecimiento del PIB observado es menor al del potencial, lo cual se manifiesta con mayor claridad y con una tendencia robusta entre 1979 y 1983. A partir de este último año, no existe una tendencia estable y las dos brechas corresponden a los efectos provocados por el terremoto de marzo de 1987 y la política fiscal de 1988. Desde 1992 se aprecia un menor crecimiento del producto observado en relación a su capacidad potencial. Gráfico No. 9 IV.3 Exceso de demanda e inflación De los ejercicios realizados en base al PIB potencial y la demanda interna, se puede deducir algunas consideraciones. Los períodos inflacionarios están asociados a una alta variabilidad de la relación PIB potencial y demanda interna; esa variabilidad implica que no existe una tendencia estable en la relación entre oferta y demanda, por lo que los precios no encuentran un nivel de equilibrio que permita igualar cantidades ofertadas y demandas. El gráfico n. 10, presenta el exceso porcentual de demanda interna sobre el PIB potencial y la inflación anual, para el período 1983-93. Como se puede observar, la inflación ha seguido con cierto rezago a los cambios en el exceso de demanda, lo cual es particularmente evidente luego de 1986. También se puede notar la influencia del ciclo electoral en la inflación, especialmente en los años 1988 y 1992. En 1984 se reduce el crecimiento en el índice de precios, por la caída de la demanda interna; a partir de 1986, la política económica expansiva se tradujo en la aceleración del proceso inflacionario hasta 1989 cuando la reducción de la demanda provocó nuevamente un descenso importante en el crecimiento de los precios. Sin embargo, a partir de esa fecha, la inflación aparece menos elástica a la baja cuando frente a la disminución de las presiones de demanda, por lo cual se puede afirmar que los orígenes del proceso inflacionario radicaron, más bien, en el conflicto distributivo, acentuado por elementos inerciales. En efecto, existe alta correlación entre la varianza de la diferencia entre demanda doméstica y PIB potencial (gap inflacionario) y la tasa promedio de inflación del período. De esta manera se puede generalizar que no interesa tanto la presión de demanda en sí, sino su variabilidad en un período determinado de tiempo, pues cuando la demanda interna y producto potencial no siguen la misma tendencia, se incrementa la varianza de su relación, lo cual, como se explicó, indica que los precios no tienen el poder de equilibrar los mercados. IV.4 Proyección del producto potencial Se señaló que el cálculo del producto potencial permite evidenciar el techo máximo de crecimiento de una economía en equilibrio o exenta de tensiones. Si el producto crece por encima del umbral, se producirán tensiones, no solo de tipo inflacionario, sino que éstas pueden cristalizarse en un deterioro paulatino de la balanza de pagos o desequilibrios en el balance fiscal. Para establecer la trayectoria del producto potencial (1195-2000), se utilizó la tasa de crecimiento del período 1965-1994) considerando el método utilizado para obtener el PIB potencial de acuerdo al modelo presentado por Harrod-Domar (cf. gráfico 12). El modelo de Harrod-Domar (primer método empleado en el documento), permite encontrar la formación bruta de capital fijo necesaria para obtener esa tasa de crecimiento. Para calcular la variable, es necesario disponer de información sobre la relación incremental capital/producto; en ese ejercicio, se asumirá como valor de la RICAP su promedio en el período 1965-94 (4.174). V. El "potencial" de la teoría y la realidad del subdesarrollo. Al analizar las teorías sobre el crecimiento económico y, en particular, la problemática relacionada con la posibilidad de lograr la igualdad entre la tasa "garantizada" y la natural o de pleno empleo de la fuerza de trabajo, y confrontarlas con la realidad de los países subdesarrollados, se hace evidente la necesidad de afinar -y adecuar críticamenteel instrumental analítico que fue desarrollado tomando en cuenta la realidad de las economías industrializadas. Uno de los aspectos que caracteriza a la economía de los países en desarrollo y, específicamente de Ecuador, es la amplitud de la producción que se genera en el denominado sector informal. Basta señalar que el porcentaje de participación del sector de los hogares (parte medida de la informalidad en las cuentas nacionales) en la producción del país bordea el 60%. Este hecho relativiza la utilización del concepto de producto potencial y, sobre todo, de producto potencial de pleno empleo en ese tipo de economías. En efecto, si la TUC (relación entre PIB efectivo y PIB potencial) es baja, debería esperarse un fuerte crecimiento de la tasa de desocupación abierta, lo que no se registra a la luz de los indicadores respectivos; más bien, lo que se amplía es el subempleo, por lo que es necesario examinar los aspectos relacionados con la permeabilidad y estructura del mercado laboral. Una hipótesis en esa perspectiva es la que postula una estructura del tipo insider-outsider: los asalariados podrían clasificarse en un grupo de trabajadores calificados, relativamente bien pagados, estables, cuyo segmento se ajusta lentamente a las modificaciones de la demanda; por otra parte, existiría una franja fluctuante de asalariados con bajas remuneraciones, poco calificados, que se desplazan fácilmente de un sector a otro. Desde el punto de vista social, la ampliación de la "brecha de producción" se vería amortiguada por la existencia de un sector informal "dinámico" , cuyos ingresos, además, jugarían un papel importante en la modulación del ciclo (Leinseinge, 1991). En lo económico, en cambio, podría suponerse que cuando el PIB efectivo está por debajo del potencial, la productividad marginal del trabajo se reduce, en tanto actúa el "refugio informal" caso contrario (Y ? Y*), la productividad marginal del trabajo aumenta, pues el sistema utiliza en mayor proporción la fuerza de trabajo en sectores (formales) con técnicas modernas. De ahí que más importante que el grado de utilización de capital y mano de obra sea, en una economía como la ecuatoriana, el mayor o menor "desinflamiento" del sector informal y los efectos pro o anticíclicos en la demanda. En relación con este último aspecto, la ampliación de la brecha de producción podría generar una contracción de la demanda superior a la esperada de no existir el sector informal. Los cálculos efectuados (cf. sección IV) permiten afirmar que cuando la diferencia entre el producto efectivo y el potencial tiende a desaparecer, la incorporación de la fuerza de trabajo al sector formal se traduce en un aumento de la masa salarial y, consecuentemente, de la demanda. La asimetría es evidente: en la fase expansiva del ciclo, la demanda crece a tasas superiores a las que decrece en períodos de depresión. Otro de los efectos que provoca la articulación de un amplio sector de la población activa dentro del sector informal urbano, es que los ingresos atribuibles a su trabajo (que podría ser asimilado al salario), se torna completamente flexible a los cambios en la demanda. De esta manera, se tendría un mercado de trabajo que se aproxima mucho al ideal neoclásico de flexibilidad de los salarios. En los hechos, entonces, el sector informal urbano juega este papel y proporciona así esa estabilidad considerada teóricamente "positiva" desde la perspectiva de la economía clásica, pues previene desequilibrios económicos, especialmente el aparecimiento de la inflación. En este sentido, la opción adoptada en este documento de medir el producto potencial a partir de las adiciones de capital, se torna coherente si se considera que, por lo enunciado, los salarios no cumplen un rol desestabilizador y el mercado de trabajo está en permanente ajuste (entre el sector informal y formal), dependiendo del estado del ciclo económico. En el gráfico 13 se presenta la capacidad instalada ocupada, el porcentaje de la población económicamente activa desempleada, la que labora en el sector informal urbano y la que trabaja en el sector moderno. Se puede observar claramente el "intercambio" entre el sector informal urbano y el moderno. Este último reduce permanente su participación, mientras qu4 el informal urbano incrementa la suya. Sin embargo, no aparece con claridad la relación entre estos dos sectores y el estado del ciclo económico, como se había supuesto. Este hecho puede obedecer a dos factores: el primero es el corto período de tiempo para el cual se tiene a disposición estadísticas sobre el mercado de trabajo, lo que limita la posibilidad de análisis13 ; el segundo tiene que ver con la cobertura de la información sobre el mercado de trabajo, pues se trata solamente de la PEA urbana (excluye el área rural, que en términos numéricos es muy importante). Se podría suponer que en el sector rural se produce con más claridad corporación y expulsión de la fuerza de trabajo desde el sector moderno hacia el tradicional (y viceversa), siguiendo la tendencia que manifiesta la brecha de producción. Este aspecto, sin embargo, es una hipótesis que deberá ser analizada en otras investigaciones. 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ANEXOS 1 Cálculo del PIB potencial por el método Harrod-Domar (RICAP) AÑO PIB FBKF STOCK FB KF/PIB RICAP g dPIB g-dPIB PIB* CIO (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10) 1965 50706 9852 147915 0,194 4,257 4,6% 1,3% 3,3% 1,3% 51360 1,3% 1966 51945 10057 154737 0,194 4,239 4,6% 2,4% 2,1% 53048 2,1% 1967 55512 11692 163665 0,211 3,991 5,3% 6,9% -1,6% 54630 -1,6% 1968 57749 12087 172533 0,209 4,220 5,0% 4,0% 0,9% 58286 0,9% 1969 59096 13033 180876 0,221 4,140 5,3% 2,3% 3,0% 60866 2,9% 1970 62912 13576 189505 0,216 3,857 5,6% 6,5% -0,9% 62369 -0,9% 1971 66852 17090 201784 0,256 2,124 12,0% 6,3% 5,8% 70711 5,5% 1972 76493 14102 211373 0,184 1,572 11,7% 14,4% -2,7% 74432 -2,8% 1973 95867 15952 223092 0,166 1,384 12,0% 25,3% -13,3% 83109 -15,4% 1974 102046 20194 238870 0,198 2,229 8,9% 6,4% 2,4% 104527 2,4% 1975 107740 24907 258968 0,231 2,723 8,5% 5,6% 2,9% 110877 2,8% 1976 117679 25268 279685 0,215 2,948 7,3% 9,2% -1,9% 115395 -2,0% 1977 125369 29181 304521 0,233 2,924 8,0% 6,5% 1,4% 127157 1,4% 1978 133632 33058 333089 0,247 3,571 6,9% 6,6% 0,3% 134081 0,3% 1979 140718 32955 361621 0,234 3,966 5,9% 5,3% 0,6% 141565 0,6% 1980 147622 34975 392106 0,237 4,403 5,4% 4,9% 0,5% 148323 0,5% 1981 153443 32442 419852 0,211 8,075 2,6% 3,9% -1,3% 151410 -1,3% 1982 155265 32667 447259 0,210 9,577 2,2% 1,2% 1,0% 156832 1,0% 1983 150885 24127 465831 0,160 8,888 1,8% -2,8% 4,6% 157856 4,4% 1984 157226 23035 482948 0,147 0,751 19,5% 4,2% 15,3% 181286 13,3% 1985 164054 24618 501481 0,150 3,053 4,9% 4,3% 0,6% 164994 0,6% 1986 169136 25677 520509 0,152 1,214 12,5% 3,1% 9,4% 185046 8,6% 1987 159016 26800 541094 0,169 8,346 2,0% -6,0% 8,0% 171742 7,4% 1988 175742 25465 558843 0,145 11,757 1,2% 10,5% -9,3% 159423 -10,2% 1989 176195 25251 573721 0,143 11,965 1,2% 0,3% 0,9% 177851 0,9% 1990 181531 23961 583524 0,132 12,014 1,1% 3,0% -1,9% 178028 -2,0% 1991 190638 26295 595936 0,138 1,661 8,3% 5,0% 3,3% 196905 3,2% 1992 197436 28523 608056 0,144 2,126 6,8% 3,6% 3,2% 203811 3,1% 1993 201447 28096 621022 0,139 1,473 9,5% 2,0% 7,4% 216427 6,9% 1994 208296 28576 633445 0,137 2,523 5,4% 3,4% 2,0% 212540 2,0% N O T A S: (1) PIB = Producto Interno Bruto a precios de 1975 (2) FBCF = Formación bruta de capital fijo a precios de 1975 (3) STOCK = Stock final bruto a precios de 1975 (4) FBKF/PIB = Relación inversión producto, [(2)/(1)] (5) RICAP = Relación incremental capital producto promedio de 5 años (6) g = Tasa de crecimiento del PIB potencial [(4)/(5)] (7) dPIB = Crecimiento del PIB [(1)t / (1)t-1] -1 (8) g-dPIB = Crecimiento del PIB potencial menos crecimiento del PIB observado, (6) - (7) (9) PIB* = PIB potencial, (1) x [1 + (8)] (10) CIO = Capacidad instalada ociosa, 1 - [(1) / (9)] FUENTE: (1) a (3) Banco Central, Cuentas nacionales # 16; (4) a (10) cálculos propios. Anexo 2 Demanda Interna y PIB potencial, comparaciones Demanda Interna PIB* Harrod PIB* Heterodoxo Exceso de demanda sobre el PIB* según el método (%) Harrod Heterodoxo (1) (2) (3) (4) (5) 1965 53774 51360 63562 104,7 84,6 1966 55190 53048 66494 104,0 83,0 1967 59702 54630 70330 109,3 84,9 1968 63210 58286 74141 108,4 85,3 1969 66775 60866 77726 109,7 85,9 1970 70644 62369 81434 113,3 86,7 1971 76905 70711 86711 108,8 88,7 1972 76178 74432 90831 102,3 83,9 1973 82669 83109 95867 99,5 86,2 1974 97018 104527 102647 92,8 94,5 1975 110829 110877 111284 100,0 99,6 1976 119176 115395 120186 103,3 99,2 1977 132477 127157 130859 104,2 101,2 1978 141079 134081 143135 105,2 98,6 1979 147574 141565 155396 104,2 95,0 1980 158272 148323 168496 106,7 93,9 1981 161138 151410 180419 106,4 89,3 1982 163349 156832 192196 104,2 85,0 1983 150740 157856 200177 95,5 75,3 1984 151629 181286 207532 83,6 73,1 1985 156135 164994 215496 94,6 72,5 1986 157978 185046 223673 85,4 70,6 1987 162159 171742 232519 94,4 69,7 1988 163339 159423 240146 102,5 68,0 1989 165456 177851 246539 93,0 67,1 1990 167576 178028 250752 94,1 66,8 1991 172816 196905 256085 87,8 67,5 1992 176830 203811 261294 86,8 67,7 1993 180110 216427 266865 83,2 67,5 FUENTE: (1) Banco Central del Ecuador, Cuentas Nacionales (2) Anexo 1. (3) (4) (5) Cálculos propios. Anexo 3 Cálculo del PIB potencial por el método Harrod-Domar en base a la relación s/v Año PIB Crecimiento STOCK FB Ahorro Ahorro/ PIB* Demanda Interna stock % Crecimiento demanda interna PIB Brecha demanda interna Brecha PIB % (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10) 1965 50706 3,3 147915 8346 5,6 47998 53774 3,0 12,0 5,6 1966 51945 2,4 154737 9917 6,4 48816 55190 2,6 13,1 6,4 1967 55512 6,9 163665 10830 6,6 52067 59702 8,2 14,7 6,6 1968 57749 4,0 172533 9609 5,6 58604 63210 5,9 7,9 -1,5 1969 59096 2,3 180876 8521 4,7 60470 66775 5,6 10,4 -2,3 1970 62912 6,5 189505 10402 5,5 62340 70644 5,8 13,3 0,9 1971 66852 6,3 201784 9817 4,9 65973 76905 8,9 16,6 1,3 1972 76493 14,4 211373 10525 5,0 70181 76178 -0,9 8,5 9,0 1973 95867 25,3 223092 15819 7,1 81917 82669 8,5 0,9 17,0 1974 102046 6,4 238870 24400 10,2 105659 97018 17,4 -8,2 -3,4 1975 107740 5,6 258968 19858 7,7 109871 110829 14,2 0,9 -1,9 1976 117679 9,2 279685 22557 8,1 116429 119176 7,5 2,4 1,1 1977 125369 6,5 304521 26168 8,6 127791 132477 11,2 3,7 -1,9 1978 133632 6,6 333089 25672 7,7 135031 141079 6,5 4,5 -1,0 1979 140718 5,3 361621 30491 8,4 144900 147574 4,6 1,8 -2,9 1980 147622 4,9 392106 31383 8,0 151981 158272 7,2 4,1 -2,9 1981 153443 3,9 419852 28098 6,7 157501 161138 1,8 2,3 -2,6 1982 155265 1,2 447259 22802 5,1 161266 163349 1,4 1,3 -3,7 1983 150885 -2,8 465831 21017 4,5 162270 150740 -7,7 -7,1 -7,0 1984 157226 4,2 482948 22376 4,6 157876 151629 0,6 -4,0 -0,4 1985 164054 4,3 501481 25870 5,2 165337 156135 3,0 -5,6 -0,8 1986 169136 3,1 520509 17902 3,4 169696 157978 1,2 -6,9 -0,3 1987 159016 -6,0 541094 13025 2,4 173207 162159 2,6 -6,4 -8,2 1988 175742 10,5 558843 16079 2,9 163591 163339 0,7 -0,2 7,4 1989 176195 0,3 573721 15222 2,7 180405 165456 1,3 -8,3 -2,3 1990 181531 3,0 583524 21066 3,6 182556 167576 1,3 -8,2 -0,6 1991 190638 5,0 595936 25435 4,3 189279 172816 3,1 -8,7 0,7 1992 197436 3,6 608056 30926 5,1 200334 176830 2,3 -11,7 -1,4 1993 201447 2,0 621022 26837 4,3 205968 180110 1,9 -12,6 -2,2 1994 208296 3,4 633445 30924 4,9 211281 183972 2,1 -12,9 -1,4 (1) PIB = Producto Interno Bruto a precios de 1975 (2) Crecimiento del PIB (3) STOCK = Stock final bruto de capital fijo a precios de 1975 (4) AHORRO = Ahorro bruto a precios de 1975 (5) AHORRO/STOCK =Tasa de crecimiento del producto potencial (6) PIB* = Producto Potencial (7) Demanda interna a precios de 1975 (8) Crecimiento de la demanda interna (9) Brecha entre la demanda interna y el producto potencial, en porcentajes (los valores positivos indican exceso y viceversa) 10) Brecha entre el PIB y el producto potencial, en porcentajes (los valores positivos indican exceso y viceversa) FUENTE: (1), (3), (4) y (7), Banco Central del Ecuador, Cuentas Nacionales. (2), (5), (6), (8), (9) y (10), cálculos propios. ANEXO 4 Función de producción para la economía ecuatoriana(1) LS // Dependent Variable is LNVAPS Date: 11-07-1994 / Time: 15:14 SMPL range: 1966 - 1993 Number of observations: 27 Convergence achieved after 2 iterations VARIABLE COEFFICIENT STD. ERROR T-STAT. 2-TAIL SIG. C -0.5445849 0.0472210 -11.532696 0.000 LNKNPS 0.8606017 0.0242439 35.497613 0.000 AR(1) 0.6269634 0.1718458 3.6484069 0.001 R-squared 0.998070 Mean of dependent var -1.813737 Adjusted R-squared 0.997894 S.D. of dependent var 1.700033 S.E. of regression 0.078014 Sum of squared resid 0.133895 Durbin-Watson stat 1.715226 F-statistic 5687.411 Log likelihood 29.89622 DONDE: LNVAPS = es el logaritmo natural del valor agregado dividido por los salarios. LNKNPS = es el logaritmo natural del stock final neto de capital dividido por los salarios. NOTA: Al dividir el valor agregado y el stock de capital por los salarios, se está asumiendo, de antemano, que la suma de los coeficientes del capital y el trabajo son iguales a uno, es decir, es una función con rendimientos constantes a escala. (1) Convendría, adicionalmente, examinar funciones de producción no homogéneas y funciones por rama de actividad.