El Real de minas de San Gregorio de Mazapil. Auge y decadencia de un emporio minero 1750-1810. Rogelio Celón Perea UAZ/ Programa Maestría-Doctorado El interés de participar en la RED y asistir al seminario esta centrado básicamente por dar a conocer los trabajos de investigación relativos al estudio de la situación política y económica de la región del semidesierto zacatecano, en especial, de la subdelegación de Mazapil en el siglo XVIII y principios del XIX. Bajo esta idea he recopilado una serie de información de distintos archivos y bibliotecas, básicamente en el archivo histórico del Estado de Zacatecas (AHEZ), en el Archivo Municipal de Mazapil (AMM), del Archivo General de la Nación (AGN) y de La Colección La Fragua de la Biblioteca Nacional de México. La región era muy extensa y abarcaba parajes situados por el oeste a unos 75 km de la cabecera como el Pico de Teyra, la estancia de ganado de Caopas y el camino a Parras, Coahuila; hacia el norte la hacienda de Bonanza y los caminos que conducían a Saltillo y Monterrey; hacia el sur y sureste a unos 100 km se ubicaban las estancias de Gruñidora y San Tiburcio, esta última colindante con el Intendencia de San Luís Potosí. Igualmente heterogéneos resultan los personajes principales, no únicamente mineros, sino acaudalados comerciantes que traía de España esa tradición de hacer fortuna a partir de estas dos grandes actividades. Así observamos que los recién avecindados se fueron integrando en el mundo de la explotación de las minas, en las transacciones comerciales, en los cargos públicos relacionados con el comercio como la alhóndiga, o bien, llegar a aspirar a ser el asentista de las reales salinas. Paralelamente revisé la historiografía reciente en torno a las actividades mineras y económicas, notando una escasez de estudios al respecto; sin embargo, la revisión motivó otras interrogantes más allá de la estructura económica de la región: la población, los caminos, la creación de las parroquias, las cofradías y las relaciones entre los miembros de la élite en Zacatecas. Mi objetivo no es hacer un cuadro genealógico de esta familias, sino insistir de que la élite minera y comercial en Zacatecas y Mazapil se asoció con gente de su propia condición cultural, social y económica a partir de contratos de compraventa de minas, herencias y de contratos matrimoniales. Para el periodo novohispano, la formación de económica alrededor de Zacatecas implicó en si misma la configuración de varias interpretaciones sobre su acontecer; existe una historiografía que da cuenta de un auge económico durante la segunda mitad del XVIII producto de una basta producción minera, sin embargo, los estudios poco han abonado a la problemática cotidiana que se presentaba como la escasez de azogue y la disputa por su repartimiento, la distribución del maíz en épocas de sequía y hambrunas que obligaba al Cabido a designar a gente con experiencia en la administración de la alhóndiga. Por lo anterior, mi investigación se orienta a rescatar en primer lugar la producción argentífera de Mazapil de sus principales haciendas Cedros y Bonanza, dar cuenta de la producción agroganadera de las haciendas Gruñidora, Sierra Hermosa, San Isidro y San Tiburcio. Estos dos procesos traídos a la luz además de revelar una situación económica, me permitirá explicar los procesos de asociación de la elite regional y realizar una analogía con una de las negociaciones más importantes establecida en Zacatecas como lo fue la negociación de las minas del Compromiso de Vetagrande. Teniendo este camino trazado, analizaré los personajes políticos reunidos y vinculados en torno a la máxima instancia de gobierno aquella época: el Cabildo. Institución política regida fundamentalmente por peninsulares, supeditado a la Audiencia de la Nueva Galicia. Ser miembro de Cabildo, significaba estar integrado en el juego del poder y del dinero, donde la habilidad por ocupar un puesto, era el principal reto de los personajes, por tanto representaba una estructura de preeminencia social y política. Rogelio Celón Perea