Así tiene que tratar unx locx a sus pinches tiranxs

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Así tiene que tratar unx locx a sus pinches tiranxs.
(Nota 1: Hay réplica de mi hermana y mi hermano Toni a este documento,
que figuran a continuación, así como mis respuestas).
(Nota 2: Al empezar a escribir esta obra “Llegando al Paraíso”, me hice el
propósito de no insultar en absoluto. Ha sido muy difícil, pero hasta ahora
creo que lo único que podría interpretarse como un insulto ha sido llamar
macarras a lxs militares. Sin embargo, aquí hay muchas expresiones como
“hija de puta”, “gilipollas”, “cobarde”, etc.
Ante esto alego dos cosas:
Primero. La cualidad que convierte una expresión en insulto es su intención
de expulsar al sujeto del Samsara, del mundo entero. Éste no es tal caso, pues
considero a estxs hermanxs míos como personas normales. Entonces, tales
expresiones son descripciones literales o metafóricas, y no insultos.
Segundo. Considero que, dada la magnitud de sus crímenes, como queda
bien claro en el documento, es absolutamente necesario el énfasis que aportan
estas expresiones).
Introducción.
Es impensable, inimaginable, lo crueles y grotescos que llegan a ser los familiares
directos de unx locx en sus agresiones al sujeto. Tanto que nadie es capaz de admitir tal
comportamiento, aparte de que afecta a las creencias básicas de la humanidad.
El caso es que casi ningunx locx se aventura a descifrar lo que está pasando, y prefiere
tomarse la medicación, lo que invalida su pensamiento y actos, y aguantar toda la
violencia que sus familiares directxs quieran ejercer sobre éla mientras se siente fatal al
tomar un tóxico que disminuye el nivel de dopamina en su cerebro, con la prescripción
de un médico, el psiquiatra, que es guardia del orden social fundamentado en la familia,
unx auténticx criminal torturadorx y cobarde, que sacrifica ala agredidx convirtiéndolx
en unx subnormal, tal como siempre lx consideraron sus familiares. Quede claro que a
unx subnormal no se le trata así.
La situación de unx locx es tan difícil que, si intenta defenderse, sus agresorxs,
familiares directxs y psiquiatras, llegarán a la completa desintegración psicológica, con
tortura durísima, antes que poner en peligro la continuidad de la humanidad tal como es
desde 150.000 años atrás. El desafío es tremendo.
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Bueno, yo mismo, envuelto plenamente en este problema como protagonista, nunca
me resigné a ser un subnormal brutalmente agredido. Y lo que hice y sigo haciendo es
investigar, aplazando los enfrentamientos con mis pinches tiranos hasta tener el poder
suficiente para volverles las cartas. Y lo gracioso es que esto lleva, llegada la situación
humana general actual, a pretender cambiar el mundo, es decir, convertirse en el
Anticristo.
Entonces, la medicina que funciona realmente contra la depresión es la investigación.
Yo ahora me siento maravillosamente bien, eufórico, y libraré las batallas que haga falta,
por duras que sean, pues prefiero salir victorioso de ellas ante la alternativa de un
sufrimiento espantoso mucho peor que la muerte.
Quede claro que unx locx en absoluto busca revancha o venganza o justicia, sino que
siempre está dispuestx a iniciar relaciones sanas y respetuosas con sus pinches tiranos.
Esto está demostrado en los siguientes documentos y, sobre todo, en el hecho cierto y
rotundo de que mi hermano Luis Miguel, que fue my peor pinche tirano después de mi
madre, muertos aparte aquí, ahora es mi amigo y hermano auténtico, tratándome con
consideración y respeto, y ayudándome en lo que sabe y puede, después de haberle
puesto las cosas claras en el documento “Carta de un loco a su hermano” hace casi dos
años, y que está publicado en esta lista de documentos, un poco más arriba. Ver el menú
de esta página web.
Pero es que mi hermano Luis Miguel, siempre lo supe, es una persona de valor
indudable, a diferencia de mi hermano Toni y mi hermana, a quienes escribo ahora con
extraordinaria dureza, pues han insistido en su violencia brutal hacia mí sabiendo ya de
qué va la cosa.
En fin, a continuación presento los documentos “Toni, mi segundo Judas” y “Orden
de alejamiento”, dirigidos a mi hermano Toni y mi hermana, respectivamente que,
espero, acaben de una vez por todas con su violencia hacia mí pues, dado el
conocimiento y poder que he alcanzado a estas alturas, ya no se me puede agredir en
ningún modo y en ninguna medida. Y dado que han tenido múltiples oportunidades de
comprender esto, y lo han despreciado, tales documentos son de ruptura definitiva de sus
relaciones conmigo.
Toni, mi segundo Judas.
Mi hermano Toni, quien me tiranizó brutalmente durante infancia, adolescencia y
juventud, cambió drásticamente de actitud hacia mí cuando supo de mi intento de
suicidio y, desde entonces, me ayudó todo lo que pudo y supo.
Estando ausente cuando caí en hospital psiquiátrico al declararse mi primer Judas, mi
hermano Luis Miguel, cuando volvió, me prestó una ayuda incalculable en valor. De
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hecho, prácticamente le debo la vida. Y en esta línea siguió ayudándome en mi proyecto
de cambiar el mundo, me hizo la página web, me enseñó y aconsejó en manejar el
ordenador, me proporcionó la técnica para cultivar setas, etc., etc.
Durante todo este tiempo mantuvo una actitud beligerante suave hacia mis ideas y
proyectos, resultando derrotado una y otra vez por mis pruebas y argumentos, y
volviendo una y otra vez a la lucha, y me dio compañía y discusión mientras
compartíamos películas, textos y documentales con poder que yo encontraba y guardaba
para disfrutar y debatir con él.
Esta actitud duró hasta hace aproximadamente un año, cuando me dijo, por fin, que
mis ideas eran ciertas, pero imposibles de realizar. Entonces dejó de discutir conmigo, y
nuestras conversaciones de poder y disfrute de obras en esta línea cesaron. Una gran
pérdida.
Su ayuda continuó en cuestiones técnicas, pero el cabrón esperaba su oportunidad para
derrotarme y declararse como más listo que yo, tal como hace todo participante en el
Samsara, todx ela que se somete a la humillación de la autoridad para vivir en la
sociedad.
Su oportunidad llegó hace unas semanas a raíz de un conflicto con el alojamiento de la
página web. Y menos mal que saltó la liebre aquí, pues él habría esperado al último
momento para traicionarme, lo que podría haber arruinado definitivamente mi proyecto
de cambiar el mundo.
Los precedentes son que cuando yo me decidí a hacer la página, él me aconsejó e
insistió hasta la saciedad en que la hiciera gratis, en un blog o algo así, insistiendo yo en
que mi página no podía tener interferencias de nada en absoluto, ni de publicidad, ni de
otras direcciones ni nada. Y por fin la hicimos así, contratando un alojamiento y un
dominio específicos para el caso, quedando ésta publicada como
www.llegandoalparaiso.com que incluye este documento.
Cuál fue mi sorpresa cuando al cabo de breve tiempo me anunció, a cosa hecha, que
había metido una página suya en mi alojamiento. Graciosamente, mi obra tenía que ir
gratis, pero la suya merecía el pago y, cuando yo le hice la observación de que podía
provocar interferencia con mi proyecto, él no admitió queja ninguna, e invalidó mis
observaciones, dando el asunto por terminado. De tal manera, él tuvo siempre la
contraseña de mi alojamiento y la capacidad de intervenir en él.
Yo no di importancia al asunto, pues confiaba plenamente en mi hermano.
Otro precedente fue que, cuando murió nuestro padre, antes de leerse el testamento
por el notario, le pedí ayuda y apoyo para instalar un cerrojo en mi habitación, con la
intención de impedir la violencia de mi madre, quien se metía en ella con mi advertencia
y oposición para limpiar y, de paso, cotillear todo lo que quería, en fin, violar
brutalmente mi intimidad.
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Mi hermano Toni, con total cobardía, en vez de decirme que esperase o darme alguna
otra escusa, me acusó de guarro, diciendo que si aparecían cucarachas en mi habitación,
le daría un soponcio a mi madre. Y que me ayudaría a instalar el cerrojo, pero a
condición de que mantuviese limpia mi habitación.
Naturalmente, yo no acepté su ayuda en estos términos, si bien le dije que por
supuesto iba a mantener limpia mi habitación dentro de lo que me permitiese mi todavía
escasa energía. Y le hice notar que me hablaba en esos términos porque yo no estaba en
mi casa, confirmando él este aspecto con descaro y mientras me daba la espalda.
Bien, pues se leyó el testamento y quedó claro que yo ya no estoy de acogido en la
casa de mis padres, como hasta el momento, sino que mi padre, quien me expulsó en mi
infancia, con su desprecio y violencia cobarde, del mundo, al morir, me dejó 1/8 de la
propiedad de la casa y derecho de habitación. Por fin, yo estaba en mi casa.
Esto me hizo sentirme mucho mejor y con más energía, de tal modo que yo mismo
instalé el cerrojo y, no guardando rencor a nadie, di la llave de mi habitación, que es ya
mi casa, a mi hermano Toni, para que en caso de que yo no estuviera, él pudiese acceder
al ordenador, ofreciéndole con ello toda mi confianza, pues jamás habría pensado que
me traicionase después de tanta ayuda.
Y aquí tenemos un ejemplo clarísimo de cómo se genera y acumula el karma. Toni
había sido un cobarde al llamarme guarro para no comprometerse en mis
reivindicaciones en la relación con mi madre, y siguió quejándose de la suciedad de mi
habitación para no reconocer nunca su cobardía. Y yo aguantaba su violencia sin darle
importancia.
Lo que, afortunadamente, hizo saltar la liebre fue el hecho de que yo había dado mi
contraseña a una tercera persona. Una persona de las pocas en el mundo, aparte de mí,
que comprenden la Verdad. Y lo hice en calidad de testamento de poder para que, en
caso de mi muerte repentina, mi conocimiento y proyecto de cambiar el mundo no se
perdiese, pues Toni habría borrado mi página entera como los delirios absurdos de su
hermano loco al vencer el pago del dominio.
Esto lo hice redactando un documento que tal persona presentaría ante mi hermano
Toni en caso de perder el contacto conmigo por un tiempo establecido, pidiendo noticias
mías y tomando los poderes respecto a mi página si Toni le confirmaba mi muerte. Pero
jamás podía utilizar la contraseña sin haber confirmado tal suceso. Por supuesto, era una
persona en la que confiaba plenamente, y aún confío.
Yo no había comunicado este hecho a Toni por dos razones. Primero, porque él
negaba mi poder y, en tal caso, no podía explicarle un asunto de poder y, segundo,
porque era una cosa mía y de mi alojamiento, no tenía por qué rendir cuentas a nadie.
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El caso es que tal persona dudó de seguir adelante con su camino del conocimiento,
de lo que no voy a dar más detalles aquí, pero esto provocó que yo cambiase la
contraseña maldita, y esto sí se lo comuniqué a Toni para que pudiera seguir accediendo
a su página.
Y aquí está el desenlace. Toni preguntó, molesto, por qué había cambiado la
contraseña, a lo que yo le dije que se lo explicaría cuando tuviésemos un momento
adecuado.
Decir aquí que yo, por precaución y autonomía, y al disponer de energía suficiente ya,
había aprendido de Toni cómo modificar y ampliar la página, y tenía instalados en mi
ordenador los programas necesarios.
Toni vino a comer un día, como hacía de vez en cuando, a la casa de mi madre, y mía
ya, pero llegó tarde, sin tiempo para charlar tranquilamente y, sabiendo la estupidez de
mi madre, y habiéndole dicho yo claramente antes que no me hablase nada delante de
ella, me preguntó por qué había cambiado la contraseña, con la puerta abierta, estando él
de pie, y andando mi madre de aquí para allá preguntando qué íbamos a comer, etc.
Pero yo ya tenía poder para entonces, y un brujo jamás libra sus batallas cuando el
otro las plantea, sino sólo cuando a él le interesa, y le dije que se lo explicaría en otro
momento. Él insistió exigente, explicándole yo que necesitaba plantear la situación y esa
no era la oportunidad adecuada. Tendría que esperar.
No me di cuenta de esto en tal momento, pero luego supe que Toni venía con la
intención de montar una bronca suficiente para que viniese la ambulancia psiquiátrica a
por mí. Esa era su intención, no hay duda ya.
Pero yo no caí en la trampa y, dos días después, el sábado siguiente, le llamé por
teléfono, mosqueado ya, y le expliqué el asunto, montando él en cólera por haber dado
nuestra contraseña a una tercera persona sin avisarle. Cambié de tema y, diciendo algo
que él antes me había dicho acerca del funcionamiento de la bolsa, dándole la razón,
siguió desmintiendo mis ideas muy agresivamente. Para colmo, le hablé de mi nuevo
proyecto de tender una trampa a la humanidad y, entonces, invalidó mi pensamiento,
exigiéndome que le reconociese lo absurdo de mis ideas, muy violentamente, y por fin le
colgué.
En los días sucesivos planeé mi batalla de poder ante él. Por supuesto, iba a mandarle
a tomar por culo y meter su página en su propio alojamiento cuando, el miércoles
siguiente, se me ocurrió mirar mi página y descubrí asombrado que Toni me la había
saboteado. Aparecía una versión anterior del Index, que él me había volcado a propósito,
sin duda.
Mi susto fue impresionante y, rápidamente, cambié la contraseña, que él no había
llegado a cambiar, afortunadamente, pues su idea no era un sabotaje definitivo, sino
liarme hasta que cayese en el hospital psiquiátrico y tuviese que tomarme la medicación
mientras aguantaba toda la violencia que él quisiera ejercer sobre mí, con mi
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pensamiento invalidado socialmente. Tal era su plan, como es siempre el plan de los
familiares de unx locx.
Pero yo ya no soy un loco desgraciado, sino el Anticristo, con un poder tremendo. Así
que traté a mi hermano Toni tal como un domador trata a su tigre más peligroso.
Le llamé por teléfono al día siguiente preguntándole qué había hecho con mi página,
pues aparecía una versión anterior. Él no se mostró sorprendido en absoluto, sino que
sabía perfectamente lo que pasaba e, incluso, tenía planeado qué decirme, esto fue
evidente.
Me dijo que se había cruzado y que le enviase los archivos borrados que él los subiría
de nuevo, a lo que le dije que no había tal caso, pues eso ya lo haría yo. Y le pregunté si
tenía algo urgentísimo que hacer en el momento, a lo que él, pensando un segundo,
respondió que por supuesto que sí. Entonces le dije que en cuanto tuviese un momento
libre viniese a mi casa, sin demora. Mi tono era muy firme y exigente. Intento discutir en
el momento, diciendo: “Claro, ya te estás montando la película…” pero yo no se lo
permití, y le adelanté que él no tenía por qué tener mi contraseña y, repitiendo mi
exigencia de venir cuanto antes, colgué.
El problema era que mi programa editor de páginas web no funcionaba pues, sin yo
saberlo, había que cambiar la contraseña también en otro sitio, que él sí sabía.
Al rato me llamó y me dijo que vendría al día siguiente, y que pasaría su página a otro
alojamiento propio dejando libre el mío, y cada cual tendría su contraseña que el otro no
conocería, mostrando yo mi acuerdo con tal decisión. Esa era mi idea.
La tremenda suerte, que sin duda me trajo mi poder, es que al disponer de un día más,
pude averiguar cuál había sido el sabotaje exactamente, y sabía cómo solucionarlo.
Simplemente, volcar la versión nueva del Index que yo tenía memorizada en mi editor de
páginas.
Cuando llegó, yo tenía todo listo y pensado para que no hubiese líos ni inconvenientes
técnicos, le dije que pasara, cerrase la puerta y se sentara.
El hijoputa aún venía con la intención de jugármela, pero estaba derrotado ya, se le
veía en la cara de culpable y en su indecisión y voz tenue, inseguro de sí y de sus planes.
Dijo que lo mejor sería empezar por… Pero no le permití nada. Le dije, muy firme y
exigente, con tremenda dureza: “No, primero que funcione mi página”. Y él accedió,
cargó el editor, con la contraseña antigua, cosa que no se me había ocurrido a mí, y se
puso a cargar algo más que el Index, pero le dije: “Espera, espera. No hagas nada en mi
página sin saber yo lo que estás haciendo” y, a continuación, le dije que sólo había que
volcar el actualizado Index, y así lo hice con su ayuda, habiéndole quitado el ratón.
Una vez hecho esto y comprobado que la página estaba efectivamente actualizada, él
quiso solucionar su propio problema, y yo le dije que cambiaríamos antes la contraseña
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de acceso del editor, dejando solucionado completamente el mío. Pero él insistió
diciendo que sólo era borrar su página del alojamiento y, entonces, se lo permití.
Para acceder al servidor, yo tenía que introducir la nueva contraseña, y le dije que
volviera la cabeza, a lo que él interpuso que no se veía, pero le exigí hacerlo, y él se
levantó y se puso de espaldas, diciendo que podría cambiarla luego otra vez, pero le
interpuse que ya no cambiaría más la contraseña.
Una vez dentro del servidor, borró su información con mi vigilancia estrecha, incluso
le hice retroceder una vez para comprobar que estaba en su página y no en la mía.
Hecho esto, comprobé otra vez que mi página estaba en orden y me llevó a cambiar la
contraseña para el editor, y así lo hice, mientras el volvía a ponerse de espaldas a
petición y exigencia mía. Y comprobé después que podía acceder a la página desde el
editor. Estaba todo listo y solucionado.
Entonces, y sólo entonces, pasé a aclararle las cosas. Tenía un largo discurso
preparado con varios asuntos.
Primero le recordé que se había metido en mi alojamiento sin mi permiso, cosa que él
había olvidado, nunca lo supo. Lo hizo sin pensarlo y había cambiado su recuerdo de
ello.
En la aclaración mostró resistencia y quiso desviarse varias veces como, por ejemplo,
haciendo referencia a mi aceptación implícita al compartir el gasto del alojamiento, pero
yo no le permití hacer tal cosa diciendo que el dinero no tenía nada que ver en esto, que
era otro asunto. Y le hice la observación de que si se metía en mi alojamiento tenía que
confiar en mí y en quien yo le presentase como confiable.
Y pasé a explicarle que durante toda mi vida, y le recordé que yo he dicho que jamás
le pediría cuentas a él de su tiranía en el pasado, y mantendría esta decisión, a lo que
quiso acusarme de incumplimiento, pero le corregí diciendo que sólo estaba exponiendo
un centro abstracto en mi vida, un patrón recurrente que se repetía ahora. En toda mi
vida, familiar al menos, le dije, habéis dispuesto de mi persona y cosas a vuestro antojo,
y me he encontrado una y otra vez haciendo un favor que ni he ofrecido, ni me han
pedido, ni he aceptado y, cuando el asunto sale mal, porque las cosas no se hacen así,
encima me llevo yo la bronca.
Intentó cambiar este argumento, pero no tenía nada que hacer, pues los hechos eran
evidentes, así que dije que estaba aclarado el punto uno y pasábamos al punto dos. Él
protestó y le dije que no teníamos tiempo, y había más cosas que le quería decir, pero
miré el reloj y apunté: “Bueno sí, sí tenemos tiempo. Dime.”
Pero él no tenía argumentos que presentar y, después de un segundo de silencio,
despreció toda la situación invalidando mi pensamiento una vez más, y comenzó a
levantarse dándome la espalda.
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Con absoluta falta de compasión, y con la dureza más brutal que nunca he
experimentado o visto, le dije: “Muy bien, pues sal de esta habitación, que es mi casa, y
no vuelvas a entrar jamás”. Se paró, aún agachado, no esperaba que yo hiciese esto.
Pensaba que aguantaría toda su violencia para no quedarme solo, hasta tomarme la
medicación. Y continué, una vez que me miró, sacando la llave de mi habitación de su
llavero: “Y te vas a invalidarle el pensamiento a tu puta madre.” Él hizo ademán de
responder, pero se calló al darse cuenta de que era cierto lo que yo decía, y seguí: “Y te
vas a llamarle guarro a tu puta madre”. Otra vez hizo ademán de responder y, otra vez,
tuvo que callarse ante la realidad de mi acusación. Preguntó, ¿y esto?, refiriéndose a la
llave que yo le di. Le respondí: “Te di mi confianza, y ahora te la retiro. Pero no, esa
llave tírala a la basura, ya he cambiado el cerrojo”. Cosa que era cierta. Insistió en darme
la llave y se la cogí y, cuando ya iba a cerrar la puerta tras de sí, le dije: “¡Cobarde!”. Él
se volvió amenazante, como si me fuese a pegar, pero yo sabía que no lo haría, pues
estaba completamente derrotado, así que cerré la puerta mientras decía: “¡Fuera de
aquí!”, y eché el cerrojo.
Luego, en unos minutitos, pues tenía todo preparado, me fui a dar un paseo y dejé a mi
hermano comer con su madre, quien no se había enterado de nada, pues hacía la comida
con la puerta cerrada.
Al día siguiente, Toni me escribió un mail pidiendo que borrara un dato suyo de mi
alojamiento que había olvidado. Lo hice y se lo comuniqué. El caso es que en este mail
había colado la frase: “De cualquier forma espero que te vaya todo bien”.
Al cabo de unos días y con motivo de la celebración del día de la madre, le escribí el
siguiente mail.
Título: En cuanto al día de la madre y otras reuniones familiares.
"De cualquier forma espero que te vaya todo bien". (palabras tuyas)
Toni, tú me has ayudado siempre con la condición de que fracasase. No me pidas
compasión ahora. Suicídate, imbécil, como hace un Judas que se precie.
Mañana vente tranquilo porque yo no estaré. Pero no te equivoques. No estaré porque
vienes en fecha distinta del día de la madre. Sin embargo, no te creas que me voy a esconder
contigo como lo hice con Luis Miguel mientras alcanzaba el poder suficiente para volverle las
cartas. Tú estás derrotado totalmente ya. Así que tú verás si tienes presencia de ánimo para
soportar mi compañía si acudes a alguna reunión familiar a la que yo esté invitado.
Te digo esto, no por atención a ti, sino para acabar el asunto y dedicar mi atención y
energía a cambiar el mundo, sin más distracción.
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Y te digo lo mismo que le dije a Luis Miguel: Si me niegas la vida, tendré que matarte. En
defensa propia.
No tengo nada más que decirte.
--------------------------------------/
Jesús Estrada, en mayo del 2012. No publico ahora este documento por no
encajar en mi estrategia actual. Quizá lo publique más adelante.
P.D. Es una cobardía invalidar el pensamiento de aquel a quien no se puede derrotar
con argumentos.
----------------------------------/
Ahora, en noviembre del 2012, le envío este mensaje:
Título: Con motivo de la publicación del documento adjunto.
Toni:
Voy a publicar este documento a la par del que redacto también para nuestra hermana,
que figura a continuación, lee atentamente los dos, así que atiende a estos tres puntos:
1- Puedes replicar a ello y, si lo haces, publicaré tal réplica y te contestaré, también
públicamente.
2- Como no es mi intención perjudicarte, sino sólo evitar tu violencia hacia mí,
puedes seguir viniendo a comer con tu madre aquí como hasta ahora, tú solo y de
camino al trabajo, nada más. Soy consciente de que impedirte tal cosa te supondría
un trastorno y gasto tremendo. Pero ten cuidado de no cruzarte conmigo, pues me
sería muy incómodo y no tengo por qué aguantarte. Ten presente que la sola idea
de tu persona me repugna, siendo así que he evitado la atracción y repulsión por
muchos años hasta saber de cierto qué es repugnante y qué no lo es.
3- En todo lo demás, tienes una orden de alejamiento respecto de mí al igual que
nuestra hermana y en los mismos términos. Así que si quieres celebrar alguna
reunión con tu madre, fuera del caso anterior, llévala a tu casa o hazlo en un bar,
pero jamás aquí, así sea fiesta o no. Yo no voy a ausentarme de mi casa siendo tú el
agresor. En cuanto a reuniones en casa de nuestro hermano Luis Miguel, que sí ha
cesado definitivamente en su tiranía hacia mí, asegúrate de que no voy yo antes de
acudir, pues la orden de alejamiento se extiende, no sólo a esta casa, sino al mundo
entero, tal como es una orden de alejamiento judicial. (Ver cómo lo planteo ante
nuestra hermana).
Te dije, al haber cesado tu tiranía hacia mí, que esta circunstancia durante infancia,
adolescencia y juventud ya no contaba, y no la tendría nunca en cuenta. Sin embargo,
como has vuelto a tiranizarme de la manera más brutal y con las más sucias artes,
intentando condenarme a la tortura de por vida y aguantando toda la violencia que
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quisieras ejercer sobre mí, algo peor que la muerte, tal indulto ha expirado, y toda tu
tiranía del pasado cuenta. Así que, en los mismos términos que expongo a nuestra
hermana a continuación, podría, en el futuro, demandarte por una cuantiosa
indemnización al haberme saboteado en el desarrollo que me permitiese tener un trabajo
y un sueldo suficiente para vivir mi propia vida en mi propia casa.
Esto es todo, mi pinche tirano y Judas.
Jesús Estrada.
Orden de alejamiento.
Hermana (No digo tu nombre por preservar tu intimidad y por no ser necesario, pues
sólo tengo una hermana. Decir que el nombre de Toni en el documento anterior está
cambiado, así como el de Luis Miguel):
Has de saber que durante toda mi infancia, adolescencia y juventud pensé que tú
estabas al margen de la violencia familiar hacia mí. La razón de esto fue que, dado mi
extraordinario sufrimiento por esta circunstancia, necesitaba hacer tal consideración, y
sentir que alguien no participaba de ella. Así, cada una de tus agresiones fue borrada de
mi mente automáticamente, pues no podía asimilar esa realidad.
Es por esto que cuando me pediste ejemplos de tus agresiones, no pude dártelos. Pero
absolutamente toda la percepción queda grabada en la complejidad de la conciencia, y
lxs brujxs sabemos rescatarla. Ahora te voy a dar ejemplos de tus aberrantes agresiones
clasificados en cuatro tipos de actitud. Esto te será muy útil ahora que estudias
psicología.
Primera actitud aberrante hacia un hermano, y en cualquier caso:
Una y cada vez que yo actué en tu presencia invalidaste, despreciaste y dejaste fuera
del mundo, con un golpe de estado, mi acto.
Y te doy dos ejemplos: Primero, en Salamanca, en aquellos cursos de verano, cuando
paseábamos los cuatro hermanxs y nos cruzamos con las profesoras de inglés, y yo me
adelanté para probar a hablar con ellas en su idioma, tú comentaste burlona y
despreciativamente mi actitud, considerándome un idiota.
El segundo ejemplo es mucho más claro y duro.
Estando en nuestra pequeña tienda de bicicletas Toni tú y yo, contando ya con unos 20
años de edad, una señora recogió su bicicleta del taller y, con tremenda agresividad y
desprecio, con muy mala intención, se puso fuera de la tienda a gritar que éramos unos
estafadores y la habíamos engañado en la reparación realizada y el precio, etc.
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Ante tal actitud que ni Toni ni tú sabíais responder y callabais, yo salí, sigiloso, me
situé junto a la señora y esperé. Ella se dio cuenta de mi presencia sobresaltándose y,
entonces, le dije muy suave y tranquilamente: “Señora, si no va a confiar en nosotrxs, no
nos traiga la bicicleta”. La señora se fue completamente derrotada, quedando
solucionado el tremendo problema.
Ante mi asombro, cuando volví a entrar en la tienda, tú me diste un brutal golpe de
estado, no recuerdo con qué palabras, declarando mi actuación como absurda, fuera de
lugar y ofensiva, incluso.
Aquí, Toni, dado que mi actuación había sido impecable y efectiva, me defendió y te
aclaró tal circunstancia, y a él si le consideraste su intervención en lo que valía. Pero el
daño ya estaba hecho. Y es que unx locx se encuentra con la realidad de que, por mucho
que se esmere y ajustados sean sus actos, siempre tiene un familiar cerca que le hace
sentir éstos como fracasados y angustiosos.
Esta actitud tuya resuena en mi memoria como un eco, pues creo que no perdiste
nunca la oportunidad de realizarla, no considerando jamás un solo acto mío como
acertado.
Segunda actitud aberrante.
Toda la violencia familiar que he sufrido parte de la criminal intención de nuestra
madre de quedarse conmigo, su hijo, como quien se queda con un muñeco para su
capricho. Dado que esto no puede ser aceptado por unx hijx, la estrategia de la madre
consiste en sabotear el desarrollo de su víctima hacia la autonomía e independencia con
las peores artes y traiciones.
Saber que si la traición inicial de la madre se produce cuando ela niñx es sólo un bebé,
el resultado es el autismo; y si se produce sobre los 4 ó 5 años de edad, cuando ela niñx
empieza a participar de la sociedad, como es mi caso, el resultado es la esquizofrenia.
Unx locx recuerda muy bien este hecho, esta traición inicial de la madre, pero no
puede compartir su experiencia con nadie, pues sería acusadx de delirar y torturadx por
ello. Pero Toni, que tiene una memoria exquisita, recuerda el suceso, pues participó de
él. Tenía las ideas cambiadas acerca del significado e implicación de los participantes,
pero lo hablamos cuando aún me ayudaba y sabe muy bien qué pasó. Por otro lado, tales
hechos están narrados en el libro central de mi obra, “Llegando al Paraíso”, en esta
misma página web.
Bien, pues tu actitud aberrante en cuanto a esto se refiere consiste en ser cómplice
activa de los sabotajes de mi madre hacia mí, haciéndote la tonta para no reconocer tu
cobardía al no llamarle la atención y evitar su violencia. Y el ejemplo es clarísimo y
reciente, de cuando nuestro padre estaba muriendo.
Nuestro padre ingresó en urgencias con insuficiencia cardiaca, ya declaro, y sabido
por él, moribundo. Nos juntamos allí nuestra prima Alicia (nombre cambiado), su
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marido, Toni, tú, tu chico, nuestra madre, por supuesto, y toda la pandilla de Luis
Miguel.
Cuando salíamos todxs para ir a cenar en alguna terraza de por allí, me llamaste y,
junto a nuestra madre, quien lucía una cara de estúpida y culpable descarada, tú, también
con esa cara inconfundible, además de cobarde, me pediste que llevara a nuestra madre a
casa para hacer algo inespecífico que no podía esperar.
Era evidente, aunque afortunadamente yo no lo supe entonces, que nuestra madre
estaba saboteando mis relaciones familiares, en ocasión tan especial, usándote como un
felpudo, tal como ha ocurrido muchas veces.
Saber que lo urgentísimo que tenía que hacer nuestra madre, y que justificaba el
privarme de tan significativa reunión familiar, era limpiar y congelar un pollo.
Por suerte para mí, cuando vi la tarea que estaba haciendo, no se lo permití, y
volvimos a tiempo para disfrutar de la valiosa cena y relación.
Tercera actitud aberrante.
Cuando nuestro padre estaba ingresado moribundo, ante mi precaria situación
económica, no me llegaba el dinero y dependía de la ayuda económica de nuestra madre,
agravada por el gasto extra de ir y volver del hospital y demás; te ofrecí, ya que tú
trabajas con compromiso y yo no, que podría hacer tus guardias nocturnas para cuidar al
viejo si no podías tú, por una módica cantidad de dinero. Y me despreciaste la iniciativa
argumentando dos cosas: Primero, que tú eres funcionaria y disponías de los permisos
necesarios para hacer tus correspondientes guardias sin problemas y, segundo, que tu
dinero era para ti y tu hijo, que ya era bastante, y no podías hacer frente a tales pagos.
Hasta aquí todo bien. Estabas en tu derecho. Pero cuando nuestro padre volvió a casa,
ya para morir, y estábamos tú y yo cuidándole por las noches a una cada uno, es decir,
guardia, descanso, guardia; me enteré por Luis Miguel de que te ibas a tu ciudad de
residencia y trabajo a resolver unos asuntos que, por cierto, podían haber esperado,
dejándome a mí con dos noches seguidas de guardia hasta que pudiese venir Luis Miguel
a ayudarme, dos días después.
Bueno pues, no sólo no me pagaste esa guardia, no sólo no me avisaste y tuve que
enterarme por otra persona, sino que además, cuando te pregunté si era cierto lo que ibas
a hacer, me lo confirmaste con una mueca grotesca, una sonrisa macabra, en la que
expresabas que te dabas cuenta de tu violencia, que sabías que te estabas comportando
como una hija de puta, pero que, dada tu soberbia divinidad, podías actuar así respecto
de mí, pues ya te harías tus apaños mentales para justificarte, para eso tienes tu fe.
Después de todo, yo soy insignificante, un subnormal al que se puede usar y traicionar
sin ninguna consideración.
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Quede dicho aquí, para que se aprecien las consecuencias de tu desprecio, que yo me
dormí en mi segunda guardia seguida, no oyendo la llamada del viejo, quien se meó
encima, teniendo la consideración de tirarse al suelo para no mojar la cama. Por suerte,
yo me desperté pronto sobresaltado por la incongruente comodidad de mi sueño, y el
viejo no estuvo mucho tiempo en el suelo sobre su propia meada.
Cuarta actitud aberrante.
Ésta está dividida en dos, pero básicamente consiste en tu mezquindad y la falta de
valor de tu palabra respecto de mí.
Por un lado, cuando supimos que nuestro padre moriría rápida e inevitablemente,
Toni, tú y yo hablamos de la conveniencia de decírselo al protagonista, quedando Toni y
yo en que así lo haríamos, mientras tú no te definiste claramente.
Unos días después te comenté que había estado a punto de darle la noticia fatídica al
viejo, pero que había sentido que no era la ocasión, y no lo había hecho. Tú te callaste
como puta.
Una vez que se lo hube dicho, en cuanto tuviste ocasión, te lanzaste sobre mí con un
golpe de estado recriminándome por el hecho y la forma. Aquí no me la pegaste y me
defendí bien ante ti, por primera vez en mi vida. Argumenté que no tenías derecho a
impedirme despedirme de mi padre a mi modo, y que lo había hecho de forma
impecable, y tuviste que callarte, si bien dejando claro que seguías creyéndote con razón
en tu golpe de estado.
Y terminando ya con esta lista, hace sólo un par de meses, con motivo de la reunión
familiar que hicimos nuestra madre, tú, tu chico, Luis Miguel y yo. Habiendo el
problema de fondo familiar de que nuestra madre ha tenido que hacer siempre todo el
trabajo de la familia, siendo así que en los últimos años Toni y yo hemos hecho el
trabajo de asistir la mesa en tales ocasiones, que Toni no estaba en tal reunión, y que yo
me encontraba impedido para hacerlo por grave lumbalgia; te planteé la situación y te
pedí que te sentases en el sitio adecuado y asistieras tú la mesa, a lo que accediste
encantada y muy dispuesta.
Cuál fue mi sorpresa cuando en un lío con Luis Miguel y tu chico, que si yo me siento
aquí, que si mejor tú allí, acabaste sentada en un lugar inapropiado, donde te costaría
mucho hacer el trabajo, y yo callé, era tu problema. La cosa es que cuando terminamos el
aperitivo, tú estabas ensartada en un debate animado y no te levantabas a traer la comida.
En ese punto, habiendo pasado el tiempo suficiente para que se empezase a enfriar la
comida, nuestra madre se levantó a por ella. Yo le dije que se sentara y dejase que tú lo
hicieras cuando te dieras cuenta, pero ella, pasados unos segundos, comenzó a retirar el
aperitivo y a traer la comida, y tú seguías a tu rollo.
Entonces yo sentí que aquella situación no podía darse. No puede ser que nos
reunamos cinco personas adultas a comer y tenga que hacer todo el trabajo la vieja
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octogenaria. Tal cosa es inadmisible. Así que, con suavidad y cordialidad, dije que la
vieja había hecho la comida y no podía también servir la mesa, y pedí que algunx se
levantara a hacer el trabajo.
Y aquí saltaste tú con tu soberbia divina, iracunda, diciendo que a ti no se te llamaba
la atención. Afortunadamente, la discusión derivó por otros derroteros y se calmó la
cosa, no yendo a más.
Esta jugada miserable de acceder de buena gana a mi petición, no cumplirla y, al
llamarte la atención, echarme la bronca, me la has hecho una y otra vez durante toda la
vida. Y en esta ocasión, después de haberte dicho verbalmente, y por escrito en el
documento “Carta de un loco a su hermana”, que puede verse también en esta página
web, que no podías agredirme más.
Conclusión.
Si a ti no se te puede llamar la atención por más hija de puta que seas, como a mí no se
me puede agredir, tienes una orden de alejamiento respecto de mí.
Si quieres ver a tu madre, llévatela a tu casa, yo estaré encantado de acercarla a la
estación o aeropuerto, y recogerla de tales, o cítala en cualquier bar o parque, lejos de
mí. No puedes entrar en esta casa, no porque sea mía, pues también es tuya, sino porque
tú eres la agresora y tú eres la que tiene que tomar las medidas para no estar en mi
presencia.
Si vas a ir a ver a Luis Miguel o cualquiera de sus familiares directxs, asegúrate de
que no estaré yo allí, etc.
Quiero hacerte notar que la situación es gravísima, habiéndome condenado
repetidamente, al igual que Toni, a algo peor que la muerte. Has de saber que cuando a
un ser vivo, sea animal o persona, se le reprime por todos y cada uno de sus actos,
haciéndole sentir éstos como fracasados siempre, las consecuencias son catastróficas, y
pasan por la depresión, una angustia terrible, tentativas de suicidio, e incapacidad para
afrontar la vida.
En consecuencia, dado que te he ofrecido por dos veces revisar tu comportamiento
hacia mí, habiendo despreciado y anulado tales peticiones, pon muchísimo cuidado en
cumplir sin fallo esta orden de alejamiento, pues en ello te va la vida. Y ten exquisito
cuidado también en no involucrar en esto a tu chico pues, siendo él mucho más fuerte
que yo, estaré preparado, y podría costarle la vida, así como a ti o a mí. De hecho, le
envío a él una copia de este documento para evitar tal crimen por tu parte. Me refiero a
no informarle tú de su peligro, siendo así que no tiene nada que ver en este asunto, y
habiendo el precedente de que mantuviste desinformado y alejado a tu propio hijo, que
contaba ya con 20 años de edad, en el trance de la muerte de su abuelo.
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Y es que eres una persona completamente enferma. A quién se le ocurre regañar a
un octogenario, como hiciste con nuestro padre poco antes de que enfermara de muerte,
porque le tiembla la mano. ¿En qué cabeza cabe semejante aberración?
Como tus estudios de psicología no te responderán a esto, te lo digo yo. Fuiste tan
estúpidamente cruel porque no contemplas la muerte, y el envejecimiento de las
personas próximas te ofende al poner de manifiesto tu ignorancia voluntaria y criminal.
Ten muy clarito que esto no es una amenaza de muerte, tal como no lo son las
comunicaciones en tal sentido a Toni y Luis Miguel, la última atendida con
consideración, sino que es un aviso claro, conciso y argumentado, de que voy a ejercer
mi derecho a la legítima defensa.
Siendo así que se defiende ya a una mujer de la tiranía de su marido, o a un alumno de
la de sus compañeros de clase, pero jamás a un hermanx o hijx de la de sus familiares
directos, sino que, por el contrario, se le invalida y tortura, tendré que defenderme yo,
alegando legítima defensa después de haberte matado.
Si tienes ovarios, denúnciame tú. A ver si encuentras un abogado, juez o psiquiatra
que se atreva a meterse conmigo. Éste es el desafío del Anticristo. Ten presente que ya
me he enfrentado sin reservas a un juez del tribunal supremo de Argentina en defensa de
un loco cualquiera, sabiendo muy bien su condición. Esto está reflejado en el documento
“Carta del Anticristo al padre de un loco”, también en esta página web. Así que lo
pasaremos en grande juzgando la familia, la locura, y la base de la humanidad. Será el
juicio de toda la historia.
También te aviso de que, aún no lo he decidido ni planeado del todo, podría
demandarte yo en un futuro, al igual que a Toni, por una cuantiosa indemnización, al
haberme saboteado en mi desarrollo durante toda la vida, con la consecuencia de mi
incapacidad para acceder y mantener un trabajo que me permitiese tener mi propia vida
en mi propia casa, condenándome a la dependencia respecto de la estúpida mujer que me
niega la vida: mi propia madre.
Esto es todo. Léelo despacio y repetidas veces, no te vayas a equivocar en asunto tan
grave. Y recuerda que puedes replicar este documento en los mismos términos que Toni.
Jesús Estrada, en noviembre del 2012.
Página de referencia www.llegandoalparaiso.com
Réplica de mi hermana al documento precedente, que tiene por
título “_Hola”, y que reproduzco íntegramente y sin ninguna
manipulación salvo el cambio del nombre real de mis hermanos
que ella usa, y que sustillo por el falso de Toni, así como el de
Luis Miguel, con la intención de preservar su intimidad, siendo
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así que yo no pretendo perjudicar a nadie, sino sólo evitar la
extrema violencia que estas dos personas y el resto de mi familia
ejercen o han ejercido sobre mí.
Hola Jesús, soy tu hermana, como tú me llamas.
Me ha sorprendido y disgustado muchísimo recibir esa especie de “carta amenaza” por tu
parte, porque no tenemos, que yo sepa, ningún tipo de disputa ni desacuerdo pendiente.
Nunca he contestado a tus escritos, porque no quería entrar en debates que no llevan a
ningún lado, tan solo a una confrontación que nunca he querido, pero ahora no tengo otra
opción, porque me amenazas de muerte y eso, es muy fuerte.
¿Conoces la gravedad de tus amenazas?
¿Sabes cuales pueden ser las consecuencias de las mismas?
¿Te lo has planteado?
¿Te das cuenta de que está todo por escrito?
¿Tedas cuenta, de que te sigues encerrando en ti mismo, condenándote al ostracismo
de la peor manera que existe?
¿Te das cuenta de que si no rectificas en tu postura y amenazas te vas a quedar más
solo que la una?
¿Quién, cuando falte “tu querida madre” te va ayudar a pagar “tu casa” (comunidad,
luz agua, gas, alcantarillado y basuras, contribución, derramas da la comunidad…..)?
¿Quién te crees que eres para negarme la entrada y amenazarme de muerte si voy a la
casa de nuestra madre (porque, tenlo claro no es tuya)?
¿Quién te crees que eres para negarle a tu madre el derecho de invitar a su casa quien
le venga en gana y cuando le de la gana?
¿Quién cuidará de mama cuando enferme? ¿Tú solo? O ¿nos llamarás entonces,
cuando necesites ayuda?
¿Por qué llegas hasta el extremo de negar la entrada en su casa a tus hermanos?
No sé que pretendes con este ataque, totalmente gratuito, hacia mi persona (y la de tu
hermano Toni).
De tus recuerdos de la niñez, adolescencia y juventud, que tú me cuentas yo no los tengo en
la memoria, aunque si tengo otros, que normalmente, son de juegos, disputas infantiles por
juguetes o por perder en algún juego, como cuando Rafa perdía al parchís y decía que ese
juego no le gustaba enfadado y todos nos reíamos de él, o cuando jugábamos a luchar y
acabábamos enzarzados en peleas reales. Recuerdo, también, nuestras formas de ser y
pensar, completamente diferentes unas de otras, como es ahora en el presente y por
supuesto, discusiones reales, como en cualquier familia con muchos miembros y por tanto,
pareceres diferentes ante las cosas y situaciones.
Lo que si recuerdo con claridad, es que estando yo en el paro, después de acabar la carrera,
en un estado depresivo bastante acusado, me apagaste la luz del baño, diciéndome que no
tenia derecho a gastar lo que no ganaba, aunque yo vendía enciclopedias para pagarme mis
gastos y no grabar más a la familia.
Mi peor recuerdo de la juventud es la mala situación económica por la que pasamos en
casa y cómo mamá y yo, engañando a papá (que tenía miedo de gastar los pocos
ahorros que teníamos), pusimos la tienda, pensando, sobre todo, en que Luis Miguel y
tú teníais que tener las mismas oportunidades que Rafa y yo de estudiar y formaros
para afrontar el futuro.
Esa “mujer estúpida”, como tu la nombras en tu escrito, ha luchado para que sus cuatro hijos
fueran fuertes, felices, formados y preparados para afrontar el futuro y lo ha hecho como ha
podido y sabido (no había manuales para hacerlo bien, en esa época). Quizás lo ha hecho
con muchos fallos por su formación básica y marcada por unas vivencias fuertes, duras,
dolorosas y difícilmente olvidables y superables. Por esta razón, quizás, ha sido, es y será
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una madre tremendamente protectora, pero, ten en cuenta, que esa es la función principal
de una madre.
Los padres no pueden, ni deben echar a sus hijos de su lado, son los hijos los que, con la
educación, formación y valores que les inculcan los padres, deben tomar lar riendas de su
vida, como hemos hecho tus hermanos y además lo hemos hecho cada uno de manera
diferente, menos tú, que decidiste no luchar por salir de casa, sino todo lo contrario, con una
amenaza de suicidio, te quedaste, para que tu madre siguiera cuidantote y mimándote.
Tu madre no se quedó contigo, fuiste tú el que se quedó con su madre (y de rebote con
tu padre), los hiciste tuyos, dominando sus vidas. No quisiste afrontar lo dura que es la
vida buscándote el trabajo para tener una independencia económica, lo que te hubiera
aportado la libertad que tanto exiges y por la que no luchaste, ni en ese momento ni
después. Te dedicaste a drogarte, para escapar de la realidad y a raíz de todo esto te
volviste “un loco”, como tú lo llamas, pero nunca quisiste dejar de serlo o vivir siendo
un loco independiente.
¿Por qué nunca has luchado, cuando tenías juventud y oportunidades para seguir
adelante con tu vida, fuera de las “faldas de tu madre”?
¿Porque era más fácil seguir protegido y mimado, como cuando eras un niño?
¿Por qué así has tenido la vida resuelta económicamente hablando?
Conozco a “una loca” que tuvo muchos ataques catatónicos y estuvo muchas veces
ingresada desde sus 14 años, con una esquizofrenia diagnosticada, que fue capaz de acabar
su carrera, hacer sus oposiciones, casarse, tener dos hijos y vivir en su casa con su nueva
familia y trabajar de 8 a 3 como cualquier funcionario, tomando la medicación que le mandan
los médicos, a la cual también era reacia, pero que le dio su independencia, para vivir como
quería hacerlo. Todo esto lo sé porque es compañera mía y su hermana es una amiga, por
eso conozco su vida.
Me pones en tu escrito como una soberbia, al no obedecer tus órdenes de recoger la mesa,
el último día que estuve en casa de mi madre, porque tú tenías una lumbalgia (que, por
cierto deberías mirar en profundidad, ya que te dura más de dos años y si tan fuerte es el
dolor). Bueno, pues lo iba a hacer de buena gana, pero no admito órdenes intransigentes y
menos cuando estoy hablando con una 3ª persona, si hubieras esperado unos segundos no
habría pasado nada. Yo he vivido con una lumbalgia y una ciática desde los 10 años, con
días mejores y peores, pero siempre y he sido capaz de tener, criar y cuidar un hijo,
prácticamente sola, he llevado una casa y no he dejado de trabajar, por esa razón más que
una semana y cuando peor estaba de dolores, cayó enfermo papá y lo cuidé como un
hermano más, sin quejarme de mis dolores (que a veces eran inaguantables) y estoy operada
de toda la espalda y sigo con muchos dolores, aunque no lo diga o lo disimule, además de la
baja movilidad que me ha quedado. ¿Y tú me echas en cara que no recoja o ponga la
mesa?¿Necesitas de algún criado cuando vayamos a veros? ¿Y por esta razón me acusas
de soberbia y me amenazas de muerte? Creo sinceramente que es una excusa para
amenazarme, por alguna otra razón que no mencionas y con un propósito, también
oculto, sini no encuentro sentido a todo esto.
Esa “vieja octogenaria” y estúpida, como denominas tú a tu madre, madre, mamá, cuídala
mucho, porque es la que te está sacando las castañas del fuego. Gracias a su fortaleza
física, está mejor que cualquiera de nosotros.
El recuerdo que tienes de cuando papá se estaba muriendo y yo volví a Lugo para arreglar
unos papeles (porque ya había agotado los que legalmente tenía otorgados y necesitaba
llevar los justificantes del hospital para poder quedarme en La ciudad a cuidarle), ese
recuerdo está totalmente equivocado. Salí de La ciudad el jueves por la tarde y estaba de
vuelta en La ciudad el viernes por la tarde con Diego (falté 24 horas, de las cuales 11, son
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aproximadamente de viaje, no tengo la culpa de vivir en el otro extremo de España), el
viernes por la mañana lo ocupé en resolver los papeles con mis jefes y el departamento de
personal de la Consellería y descansé algunas horas, pocas para lo cansada y dolorida que
estaba. Avisé de mi ausencia a toda la familia y volví rápidamente porque sabía que papá se
estaba muriendo muy rápido (murió ese lunes siguiente), tan mal estaba que no se cayó de la
cama para ir al baño, porque tenia puesto el pañal. Lo que tu recuerdas ocurrió bastante
antes y estando yo en casa, pero te dormiste, tocándote a ti cuidarle, porque tomabas
pastillas para dormir y te ayudé a levantarlo.
¿Por qué te creías con el derecho a exigirme dinero por cuidar de tu propio padre
moribundo, cuando él te ha cuidado y mantenido toda tu vida? YO NO TE DEBO NADA
DE LO QUE TENGO, QUE YO RECUERDE NO ME HAS AYUDADO EN NADA, TU
TAMPOCO ME DEBES NADA, SOLO SOMOS HERMANOS Y SIMPLEMENTE POR ESO
TE QUIERO, por toda una niñez y juventud compartidas. Mis principios me decían que
no podía darte dinero para facilitarte las drogas, que tanto daño te hacen.
Plantéate, seriamente, todas las preguntas que te hago y dales tu respuesta, porque yo tengo
mis respuestas a esas preguntas y no me gustan nada, sobre todo porque las consecuencias
de tus actos, además de perjudicarnos a los demás al que más perjudican es a ti mismo.
Si persistes en esta actitud amenazante tendré que tomar mis precauciones y jamás querría
hacer nada que te perjudicara, pero tampoco voy a consentir que me perjudiques a mi o a
cualquiera de mi familia y me refiero a mi hijo y a Diego, en esta caso.
Si esta postura mía te parece, también, soberbia, estás muy equivocado, solo es
defensiva ante tu ataque, gratuitamente agresivo, amenazante, intimidante y totalmente
delictivo.
No me considero una persona soberbia, pero si fuerte y dura en situaciones que lo merecen y
esta es una de ellas.
Si tú no estás contento con tu vida, cámbiala, pero no para mal, te considero una persona
muy inteligente, pero estás siendo poco listo. Siempre se puede hacer algo para mejorar
nuestra situación, sin fastidiar a nadie.
Por otro lado, te quería aclarar el tema de que Alberto no fuera a La ciudad cuando papá
estaba tan mal y cuando falleció. Te equivocas de “cabo a rabo” en lo que dices de que le
privé de estar presente. Alberto no estuvo por razones totalmente personales que solo a él le
incumben y que ni yo misma sé de ellas exactamente, en definitiva, fue elección suya.
Supongo que algún día se arrepentirá, pero cada uno paga por sus elecciones en la vida,
para bien o para mal.
Por esto te digo y te pregunto ¿Quién te crees que eres para valorar las decisiones de los
demás? Y ¿con que derecho decides que sabes quien ha influido o decidido algo, cuando tú
no sabes absolutamente nada de la vida de tu sobrino y mucho menos de mi relación con él?
Organiza tu vida y ya que no nos haces responsables de tus éxitos o progresos en tus
propósitos, tampoco nos hagas responsables de tus fracasos, que nadie ha intentado nunca
organizarte ni manipularte. Eres tu el único que lo intenta con los demás y lo conseguiste con
tus padres. Pero que te quede muy claro, yo no me dejaré manipular nunca ni por ti, ni por
nadie. Y esto no es soberbia, es supervivencia, como casi todo en mi vida
RECAPACITA
Te contesto a tu correo privado, porque creo que no debe participar nadie de nuestras
disputas, pero eres muy libre de colgarlo en la red, si quieres, bajo tu total responsabilidad.
19
Mi respuesta a esta réplica, con título
Muchísimas gracias, hermana.
Muchísimas gracias, hermana, por proporcionarme pruebas evidentes y por escrito de
tu extrema violencia hacia mí durante toda la vida, y que aún continúa. Y que llega a
despreciar, anular e invalidar toda mi experiencia e, incluso, mi existencia misma, al
decir, entre otras barbaridades, las siguientes palabras que copio aquí con el porta
papeles para que no haya ningún error, además de que están escritas por ti más arriba y
pueden comprobarse.
Estas palabras son:
“…menos tú, que decidiste no luchar por salir de casa, sino todo lo contrario,
con una amenaza de suicidio, te quedaste, para que tu madre siguiera
cuidantote y mimándote”.
Pero antes de entrar a desvelar cuán y cómo de violentas, además de crueles, son estas
palabras, tienen que quedar muy claros los siguientes 5 puntos.
1- Me dirijo a ti con el término “hermana” para preservar tu intimidad, en absoluto
por falta de respeto o desprecio. Si quieres que use tu nombre, simplemente, dalo
tú en tu siguiente réplica.
Te hago notar que no firmas tu escrito ni lo envías con una cuenta de correo propia,
siendo así que una cuenta de correo se abre en un par de minutos, bien sea en
Hotmail, Gmail, etc. Entonces, ten ovarios para dar tu nombre, como yo lo hago. Y
espero que no se te ocurrirá, en el momento crítico, negar que me has dirigido estas
palabras. No se puede mentir ante un tribunal. El perjurio es un grave delito.
2- Repito, para que quede muy claro, pues lo digo en mi escrito original, que yo no
estoy amenazando de muerte a nadie, sino avisando de que ejerceré mi derecho a la
legítima defensa y, siendo tan grave tu violencia hacia mí, como queda de
manifiesto en tu réplica, y sin posibilidad de pedir defensa a la ley o la sociedad,
tendré que defenderme yo mismo matándote si no cumples estrictamente mi orden
de alejamiento.
3- En absoluto pretendo perjudicar o involucrar a otras personas en esto, ni a tu chico
ni a tu hijo ni a nadie. Eres tú la violenta y agresora, y todas las complicaciones
que afecten a otras personas son culpa y consecuencia tuya. Y me alegro mucho de
que me aclares que escribirme con la cuenta de correo de tu chico ha sido una
estupidez involuntaria. Por supuesto, no publicaré ni su nombre ni su dirección de
correo.
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4- En modo alguno te prohíbo entrar en esta casa, pues también es tuya, y en modo
alguno le prohíbo a mi madre recibir cualquier visita en esta casa, que es suya.
Simplemente, como ésta es mi casa y mi residencia, cosa que niegas, y tú no
puedes acudir donde yo estoy, no podrás entrar aquí.
Infórmate bien, pregúntale al notario, yo tengo 1/8 de la propiedad de esta casa y
derecho de habitación en usufructo. Por fin, al morir nuestro padre, yo estoy en mi
casa. No me niegues esto después de condenarme a la dependencia, como explico a
continuación.
5- Mi orden de alejamiento no es gratuita en absoluto. Yo habría aguantado mucha
más violencia por tu parte. Pero al decirme con soberbia iracunda que a ti no se te
puede llamar la atención, has destruido toda posibilidad de que tú y yo estemos en
el mismo lugar, pues tu declaración supone que yo tendría que aguantar toda la
violencia que tú quisieras ejercer sobre mí. Esto es completamente inaceptable por
cualquier persona. Entonces, está clarísimo que tú te lo has buscado.
-------------------------------------/
En julio de 2015.
Aquí figuraba una respuesta mía muy larga y compasiva a la que
mi hermana respondió asumiendo mi orden de alejamiento, y con la
que nunca me he sentido satisfecho. Además, las explicaciones que
daba sobre mi vida sobran, pues ya he expuesto estas circunstancias
en el libro “Llegando al Paraíso”, que constituye la parte
fundamental de esta página web. En consecuencia, paso a dar
respuesta despiadada, sin compasión, a la réplica de mi hermana.
Por otra parte, quiero que este documento sea breve y conciso y,
aunque mi hermana no lo leerá, pues no voy a comunicárselo, ni ella
lo mirará, debe ser muy claro para que otrxs locxs comprendan qué
les está pasando y aprendan a defenderse de sus familiares
acosadorxs.
Es evidente en tu réplica, hermana, que has obrado con maldad deliberada,
aprovechando la muerte de nuestro padre, con el propósito claro y decidido de
provocarme una crisis psicótica que habría supuesto mi ingreso en hospital psiquiátrico,
con la consiguiente tortura de mi persona a manos de lxs sicarixs sociales, lxs
psiquiatras, con la medicación antipsicótica que, sabes muy bien, produce un malestar
asqueroso.
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Queda demostrado en tus palabras que la medicación mencionada no cura a lxs
locxs, sino a sus familiares, aplacando su ira macabra, la tuya en este caso. Y que eres
una acosadora confesa y manifiesta, además de una torturadora en grado de tentativa. Te
hago notar que tú no me has corregido en mi idea hacia ti, diciendo que estoy
equivocado, delirante, y que tú me aprecias y me respetas, siendo enfermedad mi
creencia en tu violencia hacia mí. No, tú crees justificada cualquier violencia hacia mi
persona, pasándote la legalidad por la entrepierna.
En consecuencia, te digo lo siguiente con mucha claridad: Si crees que una droga va a
solucionar los problemas entre tú y yo, tómate tú esa droga, pues eres tú la enferma. Mis
drogas las elijo yo y, por supuesto, elegiré las que me procuren bienestar y
conocimiento, nunca las que producen malestar y aturdimiento.
Desprecias toda mi persona y mi obra, y yo te digo: Has cometido un error gravísimo,
pues si ibas a enfrentarte a mí, debías haberte enterado bien de contra quién luchabas.
Has quedado como una idiota pensando que sería muy fácil derrotarme.
Te voy a decir de dónde exactamente procede tu odio hacia mí, aunque ya lo he dicho
en mi obra varias veces:
Nuestra madre quería un hijo tonto al que cuidar como un muñeco hasta su muerte, a
quien someter a sus criterios de vida y, como no le salió tonto ningún hijo, procedió
macabramente a convertir a uno, yo, en tonto, con actos y comportamientos muy
evidentes y concretos.
Su primera y decisiva actuación en esta línea fue exigir a nuestro padre que levantara
a Toni del wáter para que yo hiciera pis. Pregunta a Toni, él recuerda muy bien este
hecho. Nuestro padre se negó, naturalmente y, entonces, ella amenazó, con un ataque
histérico fingido, la destrucción de la familia, la quiebra de su persona. Nuestro padre, en
vez de darle una fuerte bofetada y proporcionarme a mí un orinal o barreño, levantó a
Toni del wáter a media cagada y me dio paso a mí. Yo tenía 4 ó 5 años de edad. Dime si
un niño de esta edad puede defenderse en tal situación. Si yo hubiera sido culpable en
este suceso, la cosa se habría olvidado en unos días.
Pero no fue así. Nuestro padre quedó convertido en un calzonazos en este acto, y
volcó toda su ira sobre mí. Te hago notar que en su sepelio fue recordada la frase suya:
“Dejad en paz a la mierda ´el niño”, que pronunció muchas veces, y con la que
transmitió su ira a sus otrxs tres hijxs, tú entre ellxs. Así que tú, como Toni y Luis
Miguel, preferisteis odiarme y acosarme en vez de respetarme y saber que nuestra madre
es una criminal de la peor especie, no reconocible por la sociedad, y nuestro padre un
cobarde. De este modo, tú, como ellos, te convertiste en una cobarde criminal, cómplice
activa del más horrendo de los crímenes.
¿Cómo puedes pensar que yo soy o fui un niño mimado?, sinvergüenza. ¿Cómo se te
ocurre sugerir si quiera que yo estaba conforme con la idea que mi madre tenía de mí?
¿Cómo puedes pensar que yo aceptaba y deseaba que me tratara con el apelativo que ni
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ahora puedo reproducir y que tú recuerdas muy bien? No, yo he corrido toda mi vida
un peligro terrible, el de ser diagnosticado por un psiquiatra y condenado a la tortura de
por vida, desde niño. Ésta es la razón de que yo no me haya defendido nunca, sentía este
peligro en los huesos. Ahora, por fin, me defiendo, después de un largo camino de
investigación y aprendizaje.
Entonces, no es que tú me odies porque no conseguí mi emancipación, sino que no
conseguí mi emancipación porque tú y toda mi familia me odiáis desde aquel terrible
suceso. A consecuencia de este odio visceral de mis familiares no pude aprender a
relacionarme, sinvergüenza.
Quieres que me tome la medicación y te enseñe mis obras cuando vienes. Hija de
puta, si no has pronunciado una sola palabra o has tenido el más mínimo gesto de
reconocimiento o ánimo hacia mis creaciones, sino que has despreciado siempre todo lo
mío y toda mi persona.
Concluyendo. Toda nuestra vida has comentado despreciativa y ofensiva cada uno de
mis actos y expresiones, y te has ganado en ello una fuerte bofetada, de las que hacen
sangrar los labios, cada vez. Ahora has intentado deliberadamente y muy decidida que
me liase a hostias contigo. Sin embargo, no caigo en tu trampa, y lo que haré será
matarte directamente si tan solo te presentas ante mí. Ahora presenta este escrito a
cualquier psiquiatra, abogado o juez, que te escupirán a la cara, criminal cobarde.
----------------------------------------------------/
Réplica de mi hermano Toni, con título: “_Qué”
¡Qué disgusto! Y te lo digo sin ironía, después de 7 meses de haber discutido
y haber respetado tu deseo de que no te molestara ahora me vienes con esto
¡Qué disgusto! No te lo puedes ni imaginar. Si no fueras mi hermano te aseguro
que ni siquiera te contestaría.
No sé a qué viene todo esto, tanta violencia gratuita y tanto sin sentido.
Te he llevado la contraria en tus ideas y he expresado mi preocupación por tu
delirio y eso te llevó a discutir conmigo, pero he respetado el no volver a
contradecirte y no visitarte y aún así me agredes, me violentas, me insultas y
me amenazas ¿Por qué? ¿Qué necesitas ahora de mí? Si necesitas
conversación, no tenías mas que decirlo, entre hermanos siempre se tratan de
limar diferencias, pero tú no. Al ver tu correo pensé que podrías querer algún
tipo de acercamiento amistoso ¡Qué iluso de mí!
No voy a contestarte ahora, porque te has pasado, el disgusto que me has
causado no me permite responderte todavía como tú expresas que te gustaría
en la carta de un loco a su hermano, y así me gustaría responderte, como tú
dices, pero ahora no puedo.
“De todas formas espero que todo te vaya bien” esto te dije cuando discutimos y
como no querías hablar conmigo, es algo muy breve, pero quería decir: que
tuvieras éxito con tus nuevos escritos y que pudieras hacer música, que te
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sintieras bien con tu creatividad. En definitiva que pudieras ser feliz y llevarte
bien con la gente y contigo mis, que hagas relaciones… Parece que no puede
ser.
Una cosa tengo que decirte antes que nada: no puedes prohibir a nuestra
Madre que reciba a quien quiera en su casa, ni que invite a quien quiera a
celebrar lo que quiera con quien quiera ella en su casa. La ley del mundo en
que vivimos no te lo permite. Así que si no soportas mi presencia tendrás que
buscar otra solución, vete pensándola. Por ahora no tengo intención de ningún
enfrentamiento hasta que no solucionemos lo siguiente.
Nuestra hermana y yo somos ya la cuarta o quinta persona a la que aseguras
matar si se cumplen determinadas condiciones, en este caso, simple y
llanamente si visitan a su madre en su propia casa con su familia. Esto es
una amenaza de muerte, lo quieras o no.
Antes quiero decirte que de todas las cosas que has escrito, esta es la más fea,
soez, desagradable y horrible que has escrito. Parece que muestra una gran
desesperación. Una desesperación que parece te quieres quitar con un proceso
judicial, ya que nos retas a denunciarte. Si es eso lo que quieres lo más
probable es que lo tengas, por el bien de todos no quiero que llegues a delitos
más graves para llegar al juzgado. Ya en otros escritos muestras tu interés por
llegar al juzgado, para hacer justicia sobre lo que tú quieras plantear allí. En un
juicio sólo se puede plantear lo que se denuncia y nada más. No puedo
denunciarte y a partir de eso tú juzgar lo que quieras, eso no es así. Si pudiera
ser así y sin riesgo para ti, lo haría con gusto. No quiero que corras ningún
riesgo. Si tú quieres juzgar algo, lo tienes que denunciar tú.
Como tú dices la situación es muy grave, si yo o nuestra hermana o ambos te
denunciamos (como parece que pides a gritos) lo único que se va a juzgar son
los hechos que denunciemos. Si tú quieres que se juzgue algo, eres tú el que
tiene que llevar tal cosa al juzgado y entonces se juzgará eso y no otra cosa.
Los acusados van al juzgado a declarar sobre los hechos que se le imputen y
luego podrán argumentar si son ciertos o falsos, pero nada más. Si yo te
denuncio por amenazas, sólo se juzgará si has amenazado o no.
Aquí te dejo un ejemplo de un juicio, ten en cuenta que es un juicio importante,
un caso mediático y en cambio prácticamente no ha tenido trascendencia. El
acusado quería plantear una maquinación contra él, pero no le dejaron (siempre
es así), tiene que plantearlo en otro juicio. Ya hablamos de esto cuando
amenazaste a nuestro hermano.
http://www.youtube.com/watch?v=l-E3QzyU_2M&feature=relmfu
Debido a tus antecedentes y situación (sabes a qué me refiero, tienes una paga
por incapacidad por enfermedad mental) te juzgarán como enfermo mental y te
enfrentas a las siguientes consecuencias si eres tú el juzgado por tus
amenazas:
Aquí tienes todo el enlace, pero investiga en otros el código penal.
24
4.··Clases de medidas de seguridad
El art. 96 distingue entre medidas privativas y no privativas de libertad. Son
privativas de libertad:
1.··el internamiento en centro psiquiátrico;
2.··el internamiento en centro de deshabituación;
3.··el internamiento en centro educativo especial;
mientras considera no privativas de libertad:
1.··Ia prohibición de estancia y residencia en ciertos lugares;
2.··la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores;
3.··la privación de licencia o del permiso de armas;
4.··la expulsión del territorio nacional de extranjeros no residentes en España;
5.··las demás previstas en el art. 105, que son las siguientes:
1.—Por un tiempo no superior a cinco años:
a)··sumisión a tratamiento externo en centros médicos o establecimiento
sociosanitario;
b)··obligación de residir en un lugar determinado;
c)··prohibición de residir en el lugar o territorio que se designe. En este caso el
sujeto estará obligado a declarar el domicilio que elija y los cambios que se
produzcan;
d)··prohibición de acudir a determinados lugares o visitar establecimientos de
bebidas alcohólicas;
e)··custodia familiar;
f)··sometimiento a programas de tipo formativo, cultural, educativo, profesional,
de educación sexual u otros similares.
2.—Por un tiempo de 10 años: repite las del artículo 95 ya descritas, sobre
prohibición de conducir vehículos y tener licencia o permiso de armas, con la
única diferencia de que si se aplica éste, tendrán una limitación temporal
concreta.
¿Esta es tu apuesta? ¿Quieres arriesgare a esto?
No creas que por que tú, después de amenazar, digas que tus amenazas no lo
son, ya no son amenazas, eso lo decide el juez que tiene un Estado que le
apoya (cuerpos armados de seguridad, etc.), esto, si llegas a ser denunciado.
Por tu bien y por el de todos, no insistas en este camino, no apuestes tu futuro.
No entiendo porqué te preocupa ahora si vamos a casa de nuestra Madre a
celebrar nada. Supongo que ya no crees en el fin del mundo ni en tu
proclamación a presidente de la ONU. ¿Tan seguro estabas? Ya no lo estás, si
no, no te preocuparían estas pequeñeces de si vamos o no vamos a celebrar la
Navidad a casa de mamá, después del fin del mundo ¿no? Ya no tendría
importancia.
Por esto te lo digo: no apuestes tu futuro a tus convicciones, a veces no estás
en lo cierto. Otras veces sí estas en lo cierto, pero no apuestes vivir tu futuro de
la manera que más odias.
25
Me acusas de querer provocar una situación para que lleguen ambulancias,
etc. Ya te digo que no puedo responderte ahora, pero sí tengo que decirte que
si te has mantenido 17 años alejado de siquiatras y centros siquiátricos ha sido
gracias a toda tu familia, incluido yo. Cuida a tu familia y sobre todo a tu Madre,
que dure muchos años, porque cuando nos falte no sé cómo vas a mantener tu
vivienda. Si me mantienes amenazado de muerte y me prohíbes entrar en casa
de mi Madre bajo amenaza de muerte, perderás en mí a un hermano. Quizá no
quieras mi compañía y cariño pero me necesitarás para mantener tu vivienda, al
igual que a nuestros otros hermanos.
Por todo esto, no te reto, sólo te sugiero y te pido que seas tú el que
denuncie. Denuncia lo que quieras y a quien quieras y por lo que quieras. En
este caso y pase lo que pase seguirás teniendo un hermano en mí.
Pacíficamente, limpiamente y con la ley en mano: lo que quieras, tanto si ganas
como si pierdes. También si quieres retarme a algo limpiamente, de hombre a
hombre, donde quieras y cuando quieras, (si quieres alquilamos un gimnasio y
nos encerramos en un rin y nos liamos a guantazos aunque no me gusta la
violencia). Seguirás teniendo un hermano que te quiere y te respeta. Así, de
cara como un hombre, no como un villano.
Tienes tiempo para preparar la denuncia (si hay fin del mundo, esto no ya no
tendrá importancia, si no lo hay, tienes todo el tiempo del mundo) y a lo mejor
consigues apoyos. Tienes vías, yo te sugiero esta, que a lo mejor te vale y
podrás comprobar si alguien te sigue y te apoya, todo es posible:
http://www.fandyu.com/ pero hay otras.
Si denuncias tú, se hablará de lo que tú quieras y no serás juzgado por
amenazas o mucho peor por asesinato y así perder tu futuro.
Esta es tu elección, no la mía. Tómate tu tiempo y tranquilamente piénsalo.
Quizá pueda responderte a tu carta en otro momento en que se me haya
pasado el disgusto tremendo que tengo. Esto es una carta que yo considero
privada, tú harás lo que quieras con ella. Por ahora me despido.
Con cariño, tu hermano (a quien llamas pinche tirano)
28 del 11 de 2012
Mi respuesta, con título:
Qué alivio y qué satisfacción.
Antes de nada repetir que me has ayudado muchísimo, al punto de que prácticamente
te debo la vida. Y añadir que yo he correspondido en todo momento esta ayuda con
gratificación escrita y verbal manifiesta y repetida y, además, ayudándote a mi vez en
todo lo que he podido. Por ejemplo, prestándote el coche varias veces ante tu mala suerte
con las correas de distribución de los tuyos, que te han destrozado el motor una y otra
vez. En tales ocasiones aquí teníamos dos coches, el de nuestro padre y el mío, así no
tiene gran mérito. Sin embargo, te ofrecí mi coche en la última avería doble tuya, se te
26
destrozó el coche habitual, compraste otro, y también se rompió la dichosa correa, y
esto teniendo sólo un coche aquí y estando el viejo gravemente enfermo. Tal
ofrecimiento mío era inaceptable por ti, e irrealizable por mí, pero quiero que quede
constancia de que mi afán por ayudarte ha llegado al absurdo.
Bueno, después de 8 meses de tu traición, no has encontrado explicaciones,
argumentos ni defensas ante tus crímenes, sin mencionar siquiera uno solo de los
siguientes hechos:
1- Viniste aquí con la clara intención de montarme una bronca en malísimo momento
e involucrando a nuestra madre.
2- Cundo te di explicaciones al respecto, por teléfono en siguiente ocasión, me
gritaste iracundo que todas mis ideas eran absurdas, irreales, invalidando por
completo mi pensamiento.
3- Saboteaste mi página web. Ésta misma.
4- Cuando te pedí explicación, me trataste con engaño y con clara acusación de
paranoico
5- Al reparar tu sabotaje volviste a intentar jugármela al cargar algo más que el objeto
del sabotaje.
Por el contrario, tu réplica, que no defensa ni aclaración, consiste en intentar
achantarme con el argumento de que la ley nunca me defenderá de ti y, por el contrario,
me torturará a mí.
Primero. ¡¿Cómo se te ocurre pretender achantar al Anticristo?! ¡¿Estás tonto?! ¡A mí
no me achanta ni el Papa, gilipollas!
Segundo. Con tu estúpida amenaza estás dándome las pruebas evidentes de que lo mío
hacia ti no es una amenaza de muerte, sino un sencillo aviso de que me voy a defender
yo mismo al no defenderme ni la ley ni la sociedad de una agresión que no tiene nombre
en ningún código legal, pues no se contempla que pueda hacerse lo que tú has hecho.
Tú sabes, porque lo hablamos en su momento e incluso me ayudaste en ello al decirle
a nuestra madre que teníamos que convivir ella y yo, y que procurase llevarse bien
conmigo que, ante el acoso brutal de ella, que no se conformó con intentar montarme la
bronca en la agonía de nuestro padre, sino que siguió intentando destruirme en las
semanas siguientes, que yo subí a los Servicios Sociales a solicitar mediación en la
relación con ella.
Lo que pasó fue grotesco. La asistenta social que me atendió, al exponer yo sencilla y
directamente el asunto, y viendo mi edad, me preguntó qué edad tenía mi madre. Se la
dije, 80 años y, a continuación, me dijo que eso no era de su departamento, y me indicó
otro.
27
Decir que esa sí era competencia suya, pues en la recepción había visto una carpeta
en la que, con letras grandes y claras, ponía “Mediación familiar”, precisamente lo que
yo solicitaba.
Entonces, a mí se me ocurren tres significados para esta actuación de la asistente
social.
1- Que las personas de muy avanzada edad pueden agredir en cualquier forma y
medida a quien se les antoje.
Esto no suena lógico, no encaja.
2- Que, siendo mi madre muy vieja, yo soy más fuerte que ella y podría defenderme a
hostias.
Esto tiene su lógica, pero no funcionaría, pues la bofetada efectiva a nuestra madre
debió dársela nuestro padre en el momento oportuno. Pasada esta oportunidad, no
había caso, y tal actuación por mi parte me habría costado la tortura.
3- Que jamás una institución, cualquiera que sea, defenderá a un hijo de las
agresiones de su madre o de otros miembros de su familia.
Esto sí tiene lógica, macabra, pero cierta, y prueba que yo tendré que defenderme
por mí mismo en cualquier caso.
Entonces, está claro que yo no puedo denunciarte por acoso, digamos, pues no hay
nombre para tu actuación, solicitando una orden judicial de alejamiento respecto de mí
en toda regla. Si lo hiciese, como tú bien expones, sería considerado paranoico, y
torturado.
Lo extraordinariamente cómico del asunto es que tú sabes muy bien que yo no quiero
justicia en absoluto, sino que, de hecho, me propongo acabar con ella por completo.
A mí no me sirve de nada que tú pases unos años en la cárcel ni sufras ningún castigo
en absoluto. Lo único que me sirve es que no tengas la posibilidad de insistir en tu
violencia hacia mí.
Pero lo ya tronchante es que, en la misma línea de manifestar indefensión por mi
parte, me avisas de que en los juicios se trata sólo el asunto denunciado y no otro, en
ningún caso.
Imbécil. El derecho a la legítima defensa está recogido en todas toditas las
legislaciones de todos toditos los lugares del mundo. Incluso las poquitas tribus
indígenas sin lenguaje escrito que aún quedan lo recogen en su tradición oral.
Si tú me denuncias por amenaza de muerte, lo que se juzgará será precisamente eso, si
lo que hago es amenazar de muerte o avisar de mi intención de ejercer mi derecho a la
legítima defensa y, para ello, tendrás que presentar este documento en el que
supuestamente está hecha la amenaza. Y aquí queda clarito clarito, con tus palabras y
mis argumentos, que lo que estoy haciendo es defenderme legítimamente, y no
existiendo otra posibilidad.
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En fin, lo que se juzgará si me denuncias es si una familia tiene derecho a condenar
a uno de sus miembros a la subnormalidad, la invalidación y la tortura, y este sujeto no
puede defenderse porque no se puede matar. No, guapito de cara. Si tú intentas de nuevo
condenarme a un sufrimiento espantoso, yo te mato sin contemplaciones. Y esto es
legítima defensa, aquí y en cualquier lugar del mundo. Faltaría más que una persona no
pudiese matar a su torturador, y tuviese que aguantar la tortura.
Y mucho cuidado con el perjurio, pues si mientes o niegas alguna de tus palabras o
actos, pediré un careo. Y las mentiras se encadenan y montan como un castillo de naipes.
En cuanto se da un golpecito, se derrumba todo.
Así que me retas a un combate de boxeo cuando sabes que mis músculos están más
atrofiados que los pies de un delfín por no haber hecho ejercicio casi ninguno en muchos
años por falta de energía. No, cobardón, si te enfrentas a mí, hazlo legalmente, tal como
yo no puedo hacerlo contigo.
Te llevaste un buen revolcón al traicionarme y, si me denuncias, te vas a llevar otro
muchísimo mayor, y vas a arrastrar en él a toda la humanidad. Pero conste que yo
preferiría cambiar el mundo por medios más sofisticados y artísticos, y estoy en ello.
Pero dada la magnitud y gravedad de mi empresa, no puedo despreciar ninguna
posibilidad. Así que, sí, estoy deseando que me denuncies.
Ya que mencionas que tengo una pensión por enfermedad mental, como claro
agravante de mi indefensión, te diré que tal circunstancia es completamente justificada,
ajustada a derecho, y en absoluto constituye fraude.
He contado en este mismo documento que nuestra madre me pidió cita para el
psiquiatra, en flagrante traición, y que yo pedí su anulación sin concedérmela. Bien pues,
por supuesto, no acudí a la cita, y me presenté ante el tribunal médico sin ningún
certificado de este tipo.
Tal como aconsejo hacer a todx locx en el MANIFIESTO LOCO, en esta misma
página web, dije que me negaba a ver a un psiquiatra. La doctora que me atendió tomó
nota de ello y comenzó a preguntarme por mi historia médica y situación vital. Yo no
mentí en absoluto. Sólo cambié la repulsión hacia mi madre y su violación de mi persona
por dependencia debido a mi falta de energía, al limpiar ella mi habitación, etc. Pero es
rigurosamente cierto que mi energía es muy escasa, que me cuesta horrores cualquier
pequeña tarea, como hacer la colada, o limpiar mi habitación, incluso ducharme, etc. No
tengo energía apenas para mantener mis más elementales necesidades. Por otro lado, le
dije que seguía vivo sólo por la esperanza de que el mundo cambie, si me faltase tal, me
suicidaría, cosa rigurosamente cierta, y le dije que necesitaba esa pensión, que no podría
vivir sin ella, y me despedí dejando en sus manos la posibilidad de permitirme subsistir.
Aquí se habló de mis estudios, hasta aprobar todas las asignaturas de la carrera de
ingeniería aeronáutica, pero sin poder hacer el proyecto por profunda depresión, de mis
29
tres trabajos fracasados por la misma razón, etc. En fin, que quedó demostrado que yo
no soy un vago, sino un loco. Luego le envié por fax, a petición suya, mis informes
médicos antiguos, con más de 15 años y, por supuesto, me preguntó si tomaba alguna
medicación y le respondí claramente que no.
Añadir que en mis actuales conversaciones por chat con mis amigxs de poder, que son
extraordinariamente interesantes, satisfactorias e intensas, sólo aguanto 20 ó 30 minutos,
teniendo que cortar, lamentándolo mucho, porque mi energía no llega para más, quedo
agotado.
La pensión fue concedida con arreglo a derecho. Y ahora te digo: No se te ocurra
ningún sabotaje, ningún tipo de actuación que pudiera causar la pérdida de mi pensión
porque, si intentas quitarme mis únicos medios de subsistencia, lo que me llevaría al
suicidio, antes, no ya orden de alejamiento, sino que iré a buscarte y te mataré, en
legítima defensa, por supuesto. Entonces comenzará un juicio muchísimo más
interesante.
Así que me deseas éxito con mis escritos y mi música. Hijo de puta, durante años he
intentado compartir contigo mi entusiasmo por mis escritos y, cada vez, me los has
despreciado haciendo la nefasta apuesta de que iban a fracasar. Y últimamente, al ver mi
montaje para poder tocar música tumbado en la cama, no por vaguería, sino porque mi
espalda no aguanta ni 10 minutos recta en una silla, por cómoda que sea, sonreíste
macabramente y te pusiste a comprobar la resistencia de uno de los elementos. Te dije
que estaba bien, que aguantaba lo suficiente, y tú insististe cada vez más fuerte hasta que
me mostré enojado y te grité que parases. Tú lo habrías roto con descaro. Elemento que
me costó horrores hacer.
Ésta es la tragedia de unx locx, que su éxito ofende a sus familiares al punto de
sabotearlo.
Desde que me dijiste que mis ideas eran ciertas, pero irrealizables, hace dos o tres
años, no recuerdo bien, has ido incrementando poco a poco tu hostilidad y violencia
hacia mí, lo he notado muy clarito. A pesar de ello, seguí tratándote con todo respeto y
confianza, hasta te di la llave de mi habitación, que era ya mi casa. Lo que no podía
concebir era que me traicionases de forma definitiva. Esto no entraba en mis cálculos en
absoluto.
Comprenderás que si manifiestas, retándome a un combate de boxeo, que tienes
enormes ganas de pegarme físicamente, no puedo arriesgarme a cruzarme contigo en
ningún sitio, ni en esta casa, que también es tuya. Entonces, ya no puedo tener la
consideración que te tuve al permitirte venir a comer con tu madre de camino al trabajo.
Por muchos trastornos y gastos que te ocasione, es tu problema. La orden de alejamiento
que te impongo a ti y respecto de mí es completa. Si te veo en un lugar, sea cual sea, en
el que supieras que yo podría estar, te mataré sin contemplaciones. No tengo otra opción.
30
Si vienes a buscar a tu madre para llevarla a tu casa o cualquier otro sitio, si no lleva
ella equipaje, cítala a cierta distancia, bar, parque o esquina. No te acerques aquí a no ser
que ella lleve equipaje y, en tal caso, llama al telefonillo y espera ahí, sin entrar al portal
por ningún concepto. Ten en cuenta que hay en el portal un montacargas que nuestra
madre sabe y puede usar. Date cuenta del peligro que supondría no cumplir estrictamente
estas indicaciones.
Concluyendo.
Toni, te has echado encima un karma terriblemente pesado, el más pesado que jamás
se haya echado encima ningún ser humano en toda la historia y prehistoria de la
humanidad. Hasta ahora el karma más pesado conocido era el de Judas Iscariote, que se
suicidó rápidamente, sin perder un minuto, en cuanto comprendió lo que había hecho.
Pero es que tú sabías muy bien cómo era la cosa. Has leído mis escritos, has debatido
conmigo hasta la saciedad, conocías lo que pasó con nuestro hermano Luis Miguel,
reflejado en el documento “Carta de un loco a su hermano”, sabías muy bien, y lo habías
comprobado tú mismo, que mi madre ha pretendido siempre convertirme en un muñeco
meón y cagón a quien cambiar los pañales mientras era fuertemente torturado, tal como
consiguió nuestra vecina de la que te hablé… Y sabiendo todo esto, te has convertido en
el Judas del Anticristo, en el Antijudas, o en el Rejudas, negando todo mi ser e
intentando condenarme a terribles sufrimientos.
Bueno, si no te suicidas, has de saber que no hay ya posibilidad de que tú y yo nos
reconciliemos de ningún modo, salvo que yo consiga cambiar el mundo. Si esto último
ocurre, entonces podremos charlar tranquilamente y reírnos a pierna suelta de estos
sucesos, ya en el Paraíso, donde nada tendrá importancia.
Y te digo: Tal como advierte el Libro Tibetano de los Muertos, que has leído a
indicación mía, no importa cuán pesado sea el karma. Sólo con comprender la Verdad se
borra todo, si bien con años de gran sufrimiento, pues la Clara Luz disipa las potencias
del karma. Y te digo esto yo que, ni mucho menos como el tuyo, pero tenía un karma
malísimo que me ha costado años limpiar casi del todo, pero ya está, me siento muy
bien. No se limpiará completamente hasta estar en el Paraíso.
Entonces, tu solución, lo que yo te aconsejo, es que emprendas el camino del
conocimiento, sin mi ayuda ya, por supuesto. Sabes muy bien por dónde empezar: Las
tres obras fundamentales del conocimiento son éste que te digo, Libro Tibetano de los
Muertos, que considera la no razón para la existencia, sin saberlo, pero pretendiendo que
somos inmortales, el Reportaje de Carlos Castaneda, que sabe que somos mortales, pero
cree que hay razón para la existencia, y mi obra completa “Llegando al Paraíso” que
comprende estas dos realidades, que somos mortales y no hay razón para la existencia,
tal como afirma Stephen Hawking, por fin.
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Epílogo.
Siéntase la enorme, grotesca, sin calificativos que lleguen a describirla, tragedia en la
que consiste la locura, que sacrifica a una persona a la violencia tremenda de su familia
para que el mundo sigua siendo un mar de tiranía. Y el alivio que supone para un loco,
yo solo hasta ahora, aprender a defenderse con eficacia y éxito de esta agresión brutal
que le habría condenado, si no lo consigue, a un sufrimiento espantoso, también sin
calificativos que lo describan.
Es durísimo y dificilísimo tal aprendizaje, pero vale la pena realizarlo por ser la única
opción viable y, siendo, además, lo único que ofrece alivio de la depresión en todo
momento. Ver Libro Tibetano de los Muertos: (Cita no exacta) “Habrá una luz tenue,
crepuscular, que te acompañará de día, de noche, en todo momento”. Esto es así mientras
se investiga, mientras se aprende. También Los Beatles hicieron referencia a esta luz
crepuscular en la canción “Let it be” (Que sea).
Siéntase también la satisfacción, que llega al júbilo, de conseguir tan magnífica
hazaña, pues lo que produce satisfacción en cualquier ser vivo, especialmente un ser
atento, es, y sólo es, el incremento de la conciencia. Y esto por duro que sea el
conocimiento alcanzado.
El camino del conocimiento es extraordinariamente difícil mientras el Samsara está en
pie. Sin embargo, en cuanto sea aprobada la Carta de Desconstitución Universal de los
Seres Atentos y se elimine el dinero, todo caerá en su sitio por su propio peso, la Tiranía
habrá quedado completamente desarmada. Y el camino, si bien confuso al principio, será
fácil y glorioso. No tendrá pérdida.
Yo seguiré intentándolo hasta el éxito total o mi muerte, pues la posibilidad de
terminar mi vida en el Paraíso es lo único que me mantiene vivo en el mundo actual. Si
esta luz, que ya es extraordinariamente intensa para mí, y lo va siendo para algunas
personas, me faltase, me suicidaría.
Jesús Estrada, en diciembre del 2012.
Página de referencia www.llegandoalparaiso.com
Date: Sun, 2 Dec 2012 20:38:36 +0100
Subject: Re: Tu respuesta.
From: (Mi hermana).
To: (Jesús Estrada).
Siento mucho todos tus sufrimientos, te lo digo de corazón. También te digo que los demás
sufrimos, igualmente, porque parece que la vida conlleva el sufrimiento. Pero espero que ese
sufrimiento tuyo desaparezca.
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Si yo he sido causante, directa o indirectamente, del mismo, te pido disculpas, porque no
he sido consciente de ello y eso no me exime de la causa.
Obedeceré tu orden de alejamiento, porque no quiero causar perjuicio alguno a nadie y no
quiero incomodarte o inquietarte con mi presencia.
Gracias que papá ya no está aquí, porque sino sufriría mucho con esta ruptura de la familia,
que siempre quiso ver unida,pero si lo quieres así, así se hará.
Te deseo suerte en tus proyectos y en el resto de propósitos en tu vida.
No deseo ninguna confrontación más contigo, por lo que desde este momento, quedan
suspendidas todas nuestras comunicaciones, mientras tu no las desees sin confrontación.
Te deseo felicidad, suerte y energía para tus fines. Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo.
Mi respuesta:
Recibido. Entendido. Conforme. Gracias.
(Esto también queda publicado)
----------------------------------------/
A fecha 4 de diciembre de 2012 mi hermano Toni no ha respondido.
Jesús Estrada, en diciembre del 2012.
Página de referencia www.llegandoalparaiso.com
--------------------------------------------------/
Segunda réplica de Toni. Con fecha 6 de diciembre del 2012.
Título “_Querido”
Querido Jesús
Te escribo esta carta en contestación de las tuyas, es sólo una carta y no tiene
título al igual que la otra, porque no es un artículo ni un comunicado, es
simplemente una carta.
Tengo que aclarar primero alguna cosa que no se ha entendido bien:
Dices que te reto. No te he retado a nada, he dicho que:
“También si quieres retarme a algo limpiamente, de hombre a hombre, donde
quieras y cuando quieras, (si quieres alquilamos un gimnasio y nos encerramos
en un rin y nos liamos a guantazos aunque no me gusta la violencia). Seguirás
teniendo un hermano que te quiere y te respeta. Así, de cara como un hombre,
no como un villano.”
Sólo me he pegado una vez con alguien y fue cuando éramos niños, tendría yo
unos 6 años. Papá me pidió que pegara a otro niño porque era más grande que
vosotros dos y os había pegado, no sé si a ti o a nuestro hermano. Yo no tengo
ningunas ganas de pegarme contigo, ni con nadie.
33
Considero ahora y siempre que tu pensión es completamente lícita. No he
dicho ni he hecho, ni haré nunca nada que pueda hacer pensar otra cosa. Tu
pensión te la da la Seguridad Social porque tienes derecho a ella y no hay nada
más que decir.
No he pretendido nunca provocarte una situación para que vinieran
ambulancias por una crisis o algo parecido. Tú crees que sí, pero sólo te pedí
aclaraciones, tú no me las diste porque no te pareció oportuno y yo te dije que
vale. Y ya está, no hay más.
Espero que estas cosas estén aclaradas.
Ahora te contestaré a tu primer correo de hace más de 7 meses.
Discutimos, o más bien tú discutiste conmigo. Yo te dije que no me resultaba
gracioso que estés seguro de que viene el fin del mundo inminentemente y que
estuvieras seguro de que vas a llegar a ser presidente de la o.n.u.
inmediatamente. No me dejaste decirte por qué no me resultaba gracioso,
tampoco sabía muy bien qué decirte, ahora lo veo muy claro, estas creencias
firmes te provocarían una gran tensión, añadida a la que ya tenías (Lo de la
onu, a lo mejor es un secreto y quieres cambiarlo, no hay problema). Me
preguntaste que si yo pensaba que era una idea delirante y te dije que sí y me
colgaste. En la otra llamada te dije que se te estaba yendo la cabeza y te
enfadaste y me colgaste. Te lo dije para que fueras consciente de ello, no por
otra cosa.
Empecé a estar en descuerdo contigo, y te lo dije, cuando amenazaste de
muerte a nuestro hermano y cuando pones en tus escritos que “En otras
palabras, ningún ser atento tiene derecho a limitar la libertad de otro ser atento,
así haya matado, violado o torturado.” Eso de que se pueda matar
impunemente no va conmigo.
Bien, no puedes obligarme a que me guste lo que no me gusta, insististe en
saber mi opinión y te la dije sin condescendencia pero preocupado y con
cuidado de no alterarte mucho, y algo iracundo, es verdad (estaba intentando
dejar de fumar y no era consciente de que eso me alteraba) Por esto sí puedo
pedir disculpas. Pero ni en ese momento, ni después tenía intención de
provocarte una crisis ni nada parecido. Luego como tú dices seguimos
discutiendo, arreglamos nuestras cosas y ya está.
Te escribí con deseos de que fuera bien y que no quedáramos tan mal y tú me
contestaste con insultos y con amenaza de muerte si te negaba la vida. Que no
esté de acuerdo contigo no quiere decir que te niegue la vida. Me dices también
que tienes que dedicar toda tu atención a cambiar el mundo, así que no te he
vuelto a molestar en absoluto desde entonces. Así quedó por mi parte.
Es difícil saber cómo se vive con una enfermedad mental, o imposible si no se
padece. Yo y toda la familia lo sabemos y hemos procurado entender la locura,
nos hemos preocupado por ello, quizá no tanto como hubiera sido necesario,
pero algo entendemos. Sabemos que se sufre mucho. ¿Pero tú has intentado
saber lo que sufre la familia de un enfermo mental? Hace 18 años cuanto tu
brote psicótico estábamos completamente en estado de shock, tal era nuestro
34
trauma (no tanto como el tuyo, claro) y nuestra desorientación que a nuestra
hermana, que estaba recién operada de cáncer en el hospital, la dejamos allí un
día abandonada. Ella tampoco se acuerda porque también estaba traumatizada
por lo sucedido. Sí también se sufre mucho.
Dices que sufres mucha, e insoportable violencia, no dudo que así lo sientas.
Pero te voy a decir una cosa. La carta que me has escrito hace unos días
después de casi 8 meses sin hablarnos, 8 meses en que yo he estado
pensando cuándo nos reconciliaríamos. Eso sí que es una agresión.
Que quieres romper conmigo, no hay problema, ya lo habías hecho. Que
quieres que no te contradiga en tus ideas, no hay problema ya sabes que
hemos roto. Pero de ahí a que me amenaces limitando mis movimientos, eso sí
es un problema. Es un delito y eso no puede ser. Intenta ver otra solución, yo no
tengo intención de molestarte en absoluto, como no te he molestado durante
estos meses. Retira tus amenazas y busquemos una solución. Podemos ver un
mediador o algo así (sólo es una propuesta).
Con cariño. Tu hermano
Mi respuesta, con título:
Patético.
Cierto es, Toni, que tú me has defendido varias veces en nuestra vida. No sólo las dos
que aquí se reflejan, sino 2 ó 3 veces más. Y cierto es que en muchísimas ocasiones y en
general me has tratado con un desprecio e ira tremendos. Recuerdo ahora dos ocasiones
en que me quitaste la moto, la Ducati Senda 50, con brutalidad escandalosa. Sin
embargo, cambias los datos y significados de tus recuerdos. No fue nuestro padre quien
te pidió que me defendieras. Nuestro padre jamás me defendió y jamás pidió a nadie que
lo hiciera. El suceso que cuentas en ésta tu segunda réplica fue petición de nuestra
madre. Lo recuerdo muy bien.
Y también es cierto que en nuestra infancia y adolescencia, cosa que resuena como un
eco en mi mente, me despreciaste numerosas veces, con una ira descomunal, en
presencia de amigos comunes, arruinando todas mis relaciones. Y tú y yo hemos hablado
del más grave de estos sucesos, en el que usaste contra mí en público el apelativo
ridiculizante y humillante que usó nuestra madre con mucha frecuencia para sabotear mi
vida con descaro. Y esto lo hiciste sin que yo te hubiera ofendido en nada, siendo ya
mayorcito, y con las peores intenciones que puede albergar un ser humano sobre otro. De
hecho, las consecuencias fueron nefastas para mí y mis relaciones.
Aquí no se discute en absoluto la veracidad o error de mis ideas. Aunque yo creyese
que los extraterrestres me hubieran puesto un chip en el cerebro, ni tú ni nadie tendría
derecho a invalidar mi pensamiento. Invalidar el pensamiento de cualquier persona en
cualquier circunstancia es un crimen espantoso.
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Tu problema es el problema de la humanidad que, al ocupar la razón la jefatura de la
mente y el Universo entero, cuando se hace una idea acerca de algo, ya no puede
cambiarla, pues resultaría en su muerte, como jefe. Entonces, cuando las ideas no
coinciden con la realidad, lucha por cambiar la realidad jugándose la supervivencia. Ésta
es la lucha humana.
De tal modo, habiéndote hecho a la idea desde niño de que yo soy un subnormal o
alguien inferior en todo caso, ahora luchas con medidas muy concretas por convertirme
en tal.
No, lo que cuenta es la realidad, y el camino del conocimiento consiste en ajustar las
ideas a ella. Ésta es la oportunidad que tienes para solucionar tu problema, pero no serás
capaz.
Bien, vamos a los hechos reflejados en este documento.
Puesto de manifiesto en la primera parte tu traición descarada con la intención de
condenarme a la subnormalidad, la invalidación y la tortura, tu primera réplica no
explica, ni aclara, ni niega, ni disculpa, ni desmiente, ni nada positivo en absoluto, estos
hechos, pues sucedieron tal como yo los he contado, y tus intenciones fueron las que yo
denuncio. Por el contrario, lo que haces en ella es argumentar mi indefensión ante ti,
pretendiendo achantarme, pensando que yo tengo que conformarme con tu condena y
sufrir la miseria que a ti se te antoja para mí.
Para colmo, en tu segunda réplica, ya viendo que estás completamente derrotado,
sugieres reconciliación, pero no dejas de despreciar y anular mi persona al burlar mi
expresión de llamarte pinche tirano, términos que no son míos, sino del reportaje de
Carlos Castaneda, que has leído por mi sugerencia, y que se ajustan como un guante a tu
persona. Y sigues anulando mi persona al burlarte de mi supuesta pretensión de ser el
presidente de la ONU. Gilipollas, tú sabes o deberías saber que yo lo que pretendo es la
disolución de todos y cada uno de los gobiernos sobre la Tierra, desde la ONU, pasando
por los de todos los países, hasta el gobierno de la mente de cada ser humano.
Has conspirado contra mi persona de forma clara y evidente. Y no hay posibilidad de
error aquí pues, aunque yo hubiera malinterpretado tus palabras y actos, que no es así,
está el hecho innegable y evidente de que saboteaste mi página web. Esto no deja duda al
respecto. Has pretendido condenarme a la tortura sabiendo muy bien lo que hacías pues,
aparte de lo que yo te he dicho acerca de la medicación anti psicótica, tú mismo fuiste
testigo de su brutalidad cuando se la administraron al viejo, bajo tu cuidado y con tu
consentimiento, estando ingresado en el hospital, ya moribundo. Recuerda su inquietud
asquerosa toda la noche que tú me describiste, y lo que él dijo al día siguiente, cuando yo
llegué: “¡Que no me vuelvan a dar eso por nada del mundo!”. Dijo esto con gran énfasis,
y le dieron sólo media pastilla de Risperdal 3 mg, es decir 1´5 mg, cuando la dosis baja,
de mantenimiento para un loco sumiso es de dos pastillas al día, o sea, 6 mg, y la dosis
de hospital psiquiátrico, al que tú me condenabas, es mucho mayor.
Eres la primera persona que entra a hablar de la Carta de Desconstitución Universal de
los Seres Atentos por iniciativa propia, y además lo has hecho en su punto crítico.
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Has de saber dos cosas respecto de esta Carta: Primero, es un documento completo,
exhaustivo y redondo, sin error ni omisión. Tal perfección ha sido posible en base a la
premisa de que en el Paraíso no puede haber un solo guardia, un solo juez, un solo
gobernante. Segundo, en el Paraíso, tal como es el Universo, hay muerte, pues no hay
compasión. Y la muerte es susceptible de ser manejada como cualquier otro elemento del
Universo, sin ninguna distinción o consideración especial.
Es gracioso que no concibas que el matar pueda quedar impune, pero no apliques la
misma consideración a la violación o la tortura. Tal aberración se produce en ti al vivir
como si no fueses a morir nunca, cosa que le ocurre a toda la humanidad con mínimas
excepciones, como la mía.
El tiempo no puede retroceder. No se puede reparar el pasado. El castigo de cualquier
tipo es aberrante, pues no beneficia a nadie. El hecho de que una persona esté encerrada
en prisión no arregla nada.
Lo único coherente es evitar que tal persona pueda matar, violar o torturar más, y esto
es lo que hago yo contigo, primero, poniéndote una orden de alejamiento. Si esto no
funcionase, tendré que matarte. Así de sencillo y evidente.
Me has traicionado sabiendo muy bien lo que hacías, con el precedente de Luis
Miguel, y habiendo hablado mucho al respecto, estando todo claro. No hay posibilidad
de reconciliación conmigo de tu parte, salvo que lleguemos al Paraíso.
Quede claro que tú no quieres reconciliación, sino otra oportunidad para derrotarme y
resarcir tu idea de mí, convirtiéndome en el despojo que crees que soy. Y no te la voy a
dar, por supuesto. Faltaría más que me arriesgase, por un hijo de puta como tú, a pasar el
resto de mi vida sufriendo horriblemente.
Entonces, cumple estrictamente mi orden de alejamiento tal como está dicho en mi
anterior respuesta, con título “Qué alivio y qué satisfacción”. No puedes acercarte a este
edificio, mi casa, salvo para recoger el equipaje de nuestra madre, y demás advertencias.
Si esto no te gusta, denúnciame o suicídate y, por favor, abstente de escribirme más. No
me molestes, pues no tienes nada más que decir, y yo tengo muchas e interesantes cosas
en qué pensar, y ya te estás poniendo pesadito. Recuerda que me causas una repugnancia
insoportable.
Esto es todo, hermano. Y ten presente que yo no tengo compasión, tal como es el
Universo. La perdí al ingresar en el hospital psiquiátrico.
Jesús Estrada, en diciembre del 2012.
Página de referencia www.llegandoalparaiso.com
Nota del autor: Este documento está siendo ligeramente modificado y ampliado
en fecha febrero del 2013, después de mucho pensarlo, por mi inquietud en dejar muy
claro a todx locx que pueda leerlo cómo se comportan sus familiares y cómo hay que
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tratarlos para volverles las cartas y salir de la condena que vuelcan sobre ellxs. Y antes
no estaba suficientemente claro, a mi parecer, por haberlo escrito entonces con
precipitación.
No siendo mi intención hurgar en las heridas de mi hermano Toni, y esto ha sido lo
que me ha frenado mucho en cuanto a realizar esta ligera reforma, considero que lo
correcto es informarle de tal variación, y así lo hago. No sería válido publicar palabras
sobre él que no conociese y pudiera replicar si así lo desea. Por otro lado, Toni no ha
aceptado implícitamente mi orden de alejamiento, como sí ha hecho mi hermana. En
consecuencia, me parece adecuado que reciba este documento modificado y ampliado,
en el que queda más clara la magnitud de su crimen.
Y añado que sean cuales fueren las consecuencias de este documento, no me sentiré
culpable de ellas, pues sólo me defiendo de unas agresiones completamente
injustificables: ¿Qué crimen puede cometer un niño de 4 ó 5 años de edad para que su
familia lo destruya de por vida?
En cuanto a mi hermana, la parte de este documento que se refiere a ella no ha sido
modificada ni ampliada en modo alguno, por lo que no la molestaré, no le comunicaré
esta variación.
-----------------------------------------/
Un año después se produce la siguiente conversación con motivo de la reunión
familiar propuesta por mi hermana, supongo, pues me enteré por mi madre, en ocasión
de la fiesta de todos los santos, o Halloween, y en la que, supuestamente, me invitaban a
participar.
Mensaje de Jesús Estrada para mi hermana y hermano Toni. Con fecha 30-1013, y con título: Reunión familiar todos los santos.
Este día 1, fiesta de todos los santos, acude a reunirte con tus familiares, pues yo no iré.
Pero conste que lo hago, primero, porque tengo otros planes y, segundo, porque no
quiero privar a nuestra madre de ver a sus hijxs.
Y cuidado con considerarme a mí como el perturbador de las relaciones familiares.
Intentar o pretender condenar a un hermano a la subnormalidad, la invalidación y la
tortura es el crimen más espantoso que existe, sólo superado por el mismo de una madre,
del que constituye complicidad. Tan horripilante es que no se considera socialmente tal
posibilidad.
No vuelvas a pretender reconciliación ni directa ni indirectamente. Y en la próxima
reunión familiar, si quieres asistir, pregúntame directamente y con anticipación si yo
asistiré pues, en tal caso, tú no podrás asistir. Hazlo por escrito, no aceptaré conversar
contigo ni en directo ni por teléfono, sólo por mail.
Jesús Estrada.
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Respuesta de Toni, con fecha 31-10-13, y con el mismo título.
Parece que no le llegó mi último mensaje, no pasa nada, se lo resumo:
Ya no sé quién es, no le conozco de nada. Así que haga el favor de no
molestar.
De todas formas contesto a su mail brevemente.
Los problemas con su familia son asunto suyo no mío.
No le considero en absoluto. Nadie le condena a nada, más bien y por sus
escritos parece que es ustéd quien juzga y condena a los demás y por lo tanto
parece que es Vd quien se juzga y condena a sí mismo. (los errores de juicio y
confusiones son propias de su enfermedad)
No sé de qué reconciliación me habla. Si quiere reconciliarse con alguien es su
problema no el mío.
Atentamente
Toni
Mi respuesta, el mismo día.
Tú no me has escrito desde el 6-12-2012, con el mensaje "_Querido". Sería mucha
casualidad que se hubiera perdido ese mensaje.
Lo que tú llamas mi enfermedad, la razón por la que no conseguí mi autonomía e
independencia, se debió a hechos como el siguiente:
Nuestra madre usaba conmigo un apelativo ridiculizante y humillante. Yo era muy
consciente de ello y de vuestra complicidad, pero esperaba que Luis Miguel y tú no
seríais tan macabramente tiranos como para usarlo contra mí en público en vuestro acoso
continuo. Y allí estabas tú. Yo no te dije nada, ni te miré, ni siquiera sabía que estabas
allí, y me lo gritaste repetidas veces delante de todos nuestrxs amigxs comunes volcando
sobre mí un odio visceral, y destruyendo todas mis relaciones. Y este comportamiento
tuyo respecto de mí fue habitual en nuestra infancia y adolescencia.
Luego, el muchacho no sabe relacionarse, y se buscan las razones en la genética. No,
fuiste tú especialmente quien arruinó mi aprendizaje social. Entonces, entérate bien: Yo
no soy un enfermo, el enfermo eres tú, y estás enfermo de odio cobarde. Tómate la
medicación, hijo de puta.
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Así que ahora niegas toda mi persona para no afrontar tu karma. Imbécil, deberías
haberte suicidado ya. Eres un cobarde al mantenerte vivo.
Tienes suerte porque he decidido no acudir ya a ninguna reunión familiar. Me he
quedado a gusto con las vividas, y soy consciente de que nadie de mi familia se siente
cómodo en mi presencia, ni siquiera Luis Miguel. Esto es debido a mi poder, que sólo
soportan algunas personas muy singulares, y con las que tengo bastante. Aunque
estuviera solo, me sentiría muy bien. Ésta es la cualidad de un brujo.
Entonces, acude tú a las reuniones familiares que quieras, pero te aviso. Fuera de esto, si
te presentas donde supieras que yo puedo estar, te mato en legítima defensa, no lo dudes.
Te escribiré cuando lo considere oportuno que, creo, ya no será necesario. Y responderé
todos tus mensajes si los hubiera, publicándolos como publico éste. Quiero que ela locx
que se aventure sepa cómo tratar a sus familiares criminales. Tú eres el agresor y yo
tengo la última palabra.
Jesús Estrada.
También envié el siguiente mensaje a mi hermana, con título “Puedes acudir a
reuniones familiares”, quien no respondió a ninguno de los dos.
Te comunico, por tu interés, que he decidido no acudir ya a ninguna reunión familiar,
pues voy notando que nadie de mi familia se siente cómodx en mi presencia, incluido
Luis Miguel. Esto se debe a mi poder, que pocas personas y muy singulares soportan.
En fin, puedes acudir a cualquier reunión familiar pero, fuera de esto, no te presentes
donde supieras que yo puedo estar, pues te mataré en legítima defensa.
Jesús Estrada.
A fecha 12 de noviembre de 2013, mi hermana escribe lo siguiente.
Yo no quería que fueras a la reunión familiar, fue idea de mamá el preguntarte
si querías ir. Yo no intento ni intentaré ninguna reconciliación, pues que ha
optado por separarse de la familia has sido tú, por lo tanto, no tengo nada que
decir ni en pro ni en contra. Tampoco pensaba contestarte a este correo, pero
quiero que te quede claro, que el único que ha roto las relaciones y sin embargo
sigue escribiéndome correítos eres tú. Antes de imaginar que yo podría querer
un acercamiento, deberías haber preguntado a mamá sobre quién tuvo la idea
de preguntarte si querías ir. Te reitero que yo no. El día que tú quieras ir a
alguna reunión familiar, si se diera el caso, deberías preguntarnos a los demás
si queremos que vengas o no.
Deja de mandarme correos y de comunicarte conmigo para agredirme.
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El día que quieras comunicarte conmigo para algo positivo, hazlo, mientras
sigas con ese trato hostil, olvídate de que existo.
Vete a tomar por donde quieras y olvidate de mi que yo iré a donde me salga
de....sin que ni tú ni nadie me de permiso. que ya somos mayorcitos. Coño
Y mi respuesta es, al día siguiente, con título: “Orden de alejamiento está en vigor”.
Efectivamente, fue nuestra madre quien creó la confusión de que vosotrxs, Toni y tú,
pretendíais reconciliación. Ya te digo que nuestra madre siempre ha saboteado todos mis
actos y relaciones. También, parece que te he enviado a ti un mensaje a Toni. Esto ha
sido un error.
En cuanto a abandonar la familia, pues sí, soy yo quien lo hace. Te recuerdo, a ti
que eres mujer, que en el franquismo no se defendía a las mujeres de las agresiones de
sus maridos. Ahora sí se hace, y se carga todo el peso de la ley sobre los últimos.
Bien, pues, por ahora, no se defiende a los locos de sus familiares y, cuando se haga,
habrá acabado el mundo.
Estupendo que me brindes la oportunidad de decirte algo que se me pasó en anteriores
comunicaciones. Cuando yo ingresé en hospital psiquiátrico, tú, junto con nuestra madre,
registraste mi habitación, en el piso que yo tenía alquilado. Te recuerdo que la
Constitución Española de 1978, la vigente entonces y ahora, establece la inviolabilidad
del domicilio. Eres una criminal. Pero no sólo eso, sino que me lo dijiste con risa y
regocijo cuando yo apenas podía pensar, en el hospital mismo.
Con esta terrible agresión y lo contado en anteriores comunicaciones, yo te invité por
dos veces, una verbal, en persona, y otra por escrito, a empezar a respetarme. Pero
hiciste lo contrario, incrementar tu hostilidad con la clara intención de que yo me tomase
la medicación, con lo que mi persona quedaría invalidada y tú podrías ejercer toda la
violencia que quisieras sobre mí. Entérate, so criminal cobarde, de que te has equivocado
de loco.
Entonces, sí, yo reniego de toda mi familia, faltaría más. No le pedirías hoy en día a una
mujer maltratada por su marido que volviese con él. Pero vamos a lo importante. Como
nadie defiende a un loco, yo me defiendo por mí mismo: Tienes una orden de
alejamiento respecto de mí, como la emitida por un juez. Si la violas, te mataré. Y has de
saber que cuando a mí se me juzgue por cualquier asunto relacionado con mi locura, ése
será el juicio final.
Y te digo lo mismo que le dije a Toni: Te escribiré siempre que lo considere oportuno, y
responderé todos tus mensajes y los publicaré, mensaje tuyo y respuesta mía, como
queda publicado esto. Quiero que si algunx locx se aventura a defenderse, sepa cómo se
hace y hasta dónde hay que llegar. Y como prefiero evitar el escribirte más, has de saber
que cuando mueran nuestra tía del norte o su hija, nuestra prima, yo no acudiré al
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sepelio, así que podrás hacerlo tú. Y cuando nuestra madre caiga enferma de muerte,
ya veremos cómo lo solucionamos. Te hago saber que la muerte lo cambia todo.
Recuerda que tú eres la agresora, y yo tengo la última palabra.
Nada más por ahora.
Jesús Estrada.
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