Levrero - critica- La máquina de pensar en MarioI(1)

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l)c Rosso, Ezequicl
La máquina dc pensar crr Mario: cnsavos sobre la obra
de Levrero
/ Ezequiel De Rr¡sso ; compihdo ¡ror lizequiel
f)e Rossr¡.- la ed. - Ciudad Autónoma dc Buenos r\ircs:
Í*otcu
Iltcrna Cadcncia Edi¡rru. 2Ol.1.
2 72. p.;22xl.tcm .
ISRN e 7rJ-9ti7-I 67-l-98-ti
1. Ensart¡ Litererio. I. Dc Rossr. [zcquicl . conr¡r. II. Títulr
CDD AIt64
l'r okrgo. Por la tangente: lecturas de Mario Levrero
Ii:cqutel De Rosso
t1
II
( )rlurina
l:luro E. Gandolfo
19
o 2Ol -1,dc los tcrtot. sr¡s¿utorcsv lrcrcdrr,rs
o 2 Ol- J,[r ' F RNAC- r o ¡ :^ *< :rs.n
,q .¡-.
o 199O,dcl crucigrirul;rtle t:rpa.hcredcrosdc lorge llario Varlott¡ l,cvrero
Not¿ dcl cditor; Selrrrintcntado l<ralizar. si¡l c\lr().
a los propictariosdc los dcrechosclcrcproduccióndc algurxrsdc Lrstcxtos.
[,oseditorcscst:intlis¡lrrcstos
a corrcgir cualquicr omisiór] qtrc sc les lraganotar.
I )t'l incxtinguible romanticismo. La imaginación
.k' Maricl Levrero
l,xí Pedro Díaz
l.r'vrcro:el relato asimétrico
I\tblo Í¡uentes
Pr im cr acd ició n :iu n io d c 2 0 1 i
Publicado por Ii re n^-,rC,rn¡Nr:l,r Eor.rc¡n;t
Hondurls .55¡i2 (C I -ll,fIlND) lluenos Aires
edi tori;rl(g¡cternacaderrcia.conr
\\,\\'w.etcrn¡crdcncia.com
LI
27
l\'l;rrit>l,evrero: aperturas sobre el extrafiamiento
llus¡ Wrani
39
l';u'is:ciudad metáforaen la obra de Mario Levrero
f rt,ntCarlosMonrlragón
61
ISBN 9 ;u ,g s;- I 6 7 .1 - 9 lJ- 8
lirrrnrrsdcl espionaje.
Mario Levreroresponde
I lecho cl cle¡xrsitoqrremarca la lcr, I I .72.]
Impreso crr Argentir.ra/ Prtntedin Argentina
Qreda prohibich la rcproducción totrl o parcirl dc cstr obre
por ctraltluicr medio o proccdinricnto,seamecánicoo clcctrírnico,
sin l¿ :rutorizaciírnpor cscrito dc los titulares del copvright.
iln ( ucstionArio
I\tltlo Rocca
79
L.r i.lc':¡¡llisnradc ciudad
tr'lttttíttlQlmn
113
Paraun comienzo de descripciónde las historietasde Lcvrero
OscarSteimberg
127
Otra trilogía: las novelaspolicialesde Mario Lcvrcro
EzequielDe Roso
141,
Mario Levrero,la cienciay la literatura
Lucrana.Mtartnez
165
LáPicesY angustiat
SergioChelfec
191
Escribir para después:Ma¡io Levrero
AdrianaAstutti
2O1
Un autor visita su casa.SobreLa nouelaluminosa,
de Mario Levrero
Reínaldoladdaga
223
Autonomía literaria y éticapersonal
RobertoEchaaarren
237
En la tangente fragmentoscríticos sobreMario Levrero
247
Sobrelos auto¡es
261
Lo que recibo de la crítica es,en general,
una sensaciónde tangencialidad.
MARro LEVRER.
Pn'óloco
PON IE TANGENTE: LECTURAS O¡ MERIO LTVNPRO
l,,rspublicaciones de Mario Levrero abarcatrcasi cuareuta años
,1,'lilrr<rs(desdeGelarinaflg6S] hastaLa noaelaluminosa[2005])y
,rrr:rrntrltiplicidad de génerosy lenguajes(crucigramas,historier.rs,('uentos,novelas,ensavos,crítica literaria, textos humorístit os,ctc.).Su estilo, sin embargo, resulta nítido, reconocible desde
, l . ,nricnzo: como mLlcstr¿lnlos arrículos reco¡riladosen esteliallá del período, génertr
l,r,r, cxisten constantesen su obra, y rr-rás
,, L'ngrraicqLlese prefiera, en cualquier composición el lcctor cn, , rrrt r'¡r-ír[a voz de Levre ro.
l)rclríamos,pues(para no insistir sobre textosde los qttc otrtls,
( r ( stc r.olumetr, hablarán meior), buscar esasmarcas <:ntextos
rrr.rrqi nal cs
de esaproducción m t t lt if or m c. Una de las let r as que
| , r'rt ro cscribió para Leo Maslíah, por ejernplo,subraya la fluida
, ,,rrrintridad entre vida cotidiana y experienciaextraordinaria:
[ /n lía tualquiera
l¡tstttttt¡s
,tlg,t lilttnlo
,lr,qrrtttos,
tt I t .\(tP(, t uu lquiartt,
trt¡xt t ttttlqutent
t'ttl t) l l t t's
.'\ tl i l ( ,1'\1i l
t I r t ttr o\
l( )f )(0ilo!
ttostnu¿lum\s,
ttosprec¡pttdmos,
nos adentramos
en un lugar inédtto
1 al aer el paso al resbalar
llegar a eselugar,
nos restarcimirar
los días al pasar
las nochestraspasar,
los años aclticar
1no poderlo expltlcarl
fluidez (que el ,it-o y la rima condensan irónicamente)
.trsa
es el corazón de la escritura de Levrero, de sus temas
y su lengua_
je: así se precipita rodo en sus libros, así la
peripecia deviene de
,,lugar
algo.cotidiano en algo inédito, así se alcanza en Le,r.ero
ese
inédito" desde el que se enuncian todos los rextos.
Esa mirada descoy'untada(que se detiene en .,los días
al pasar
,/.las noches rraspasar, ,/ los años achicar / y no poderlo
e*plicar,,)
desde el irricio (desde la reseña de Elvio Gandoifo de Gelan:na)ha
sido señaladacomo un rasgodistintivo de la escritura de
Levrero. y
se la ha relacionado con dos "precursores" recurrentes
de Levrero:
Franz Kafka y Felisberto Hernández. En efecto, el narrador "distraído", ingenuo, 1,,a la vez,laperipecia fluida, el pasajede lo
cotidiano
a lo extraordinario parecen rasgospropios d. iot; tr., escritores.
Podría, de hecho, sugerirse que Felisberto y Levrero
perrene_
cen a una tradición minoritaria, pero persist.rrt., d.rrtro
de la
I Fragnrento "Principio
de
de incerridumbre", incluida en el disco cancion.es
y negocios
de otru índole(1983). Setrata de un poema que Levrero fecha
en 1,977,
cuvos\¡ersosfueron adaptadospor Leo Maslíah (ver pablo
Rocca,,.Bibiiografía", en Ma¡io Levrero , Nick carter sedinierte mientraser rector
yo
esasesinado"y
agonizo.Mcrntevideo,Ar ca, 1992, pp. g7_lZ7
).
t2
it__
literaturalatinoamericana.
Esaserie,que pcldríaincluir además
a Virgilio Piñeray a Mario Bellatin, puedearticularsepor un
"aire kafkiano" (aunqueno esseguroque Felisbertolo haya leído)
y sedistinguede la tradiciónmayoritariadel relato"no realista"
(Arreola,Borges,Cortázar,Mutis) justamenteporque realizauna
lcctura "pobre", literal, de Kafka. Estosescritoresleen a Kafka
contraBorges:no encuentranen Kafka al cuentistade la paradoja,
sino al novelistadel procedimientoy del empobrecimientotanto
de la descripcióncomode la peripecia.No escasual,entonces,que
hayanhecho del uso de la primera persona,de una primera personaen permanenteestadode deserción,uno de los rasgoscardinalesde su estilo.2
Un ejemplode esalectura "canónica"de Kafka puedeencontrarseen "La bibliotecade Babel",el cuentoque Borgespublica
cn 1941.Esaejemplaridadseverifica en la atencióna la paracloja,en la ironía sutil, en la construcción"rica" de un espacio,en
cl tono libresco.Así,la historia de los infructuososintentosde dar
scntidoal universo(deentenderel poder de un orden mínimo de
Z-l letrasque tal vez puedansignificarlo todo)esuno de los mo
rncntoscapitalesde la prosanarrativadel siglo.
Cuarentaañosdespués,
en agostode 1c)8I, en I Iutnoto.f ttqq,ts,
l,cvreropublica "Ace¡cade 'El lectortotal"'. Setrat:rdc unrrrcspu('st
ir
I
Qrien meior describeesematiz en Levrero esMario Delgado Aparaín
(tcnie que ser l)elgado Aparaín,el cor-rtemporáneo
de Levrero que siguió y rerurvriesaescritu¡a "rcalista" de la que Lev¡ero huyó durante tr¡dasu obra).El
()(ro Mario seí-rala,
pues,que sicmpreimaginó a Levrcro como un hombrc entre
, r¡v:rs"notablesexperienciasestabala dc tomar mate frentc a un descomunal
lr,,nnigtrcrodu¡ante días y noches,sin ocu¡rírselcperturbar a esosanónimos
.rnirrralitos
ni tampocoescribirsobrcellos"("Cartaabiertaa los cazadores",
en
M:rrio l-evrcro. Cazadeconejos.
Nlontevideo,Edicionesde la Plaza,1986,p. 3).
lrst rst'ritor qtre existcen la observaciónimpasible,que bien podría no escrilrrr (y r¡ucsín cnrbargo1ohace),esuna imagennotablede Levrero,cuyostextos
I'rt'rrlrrrctlcrrpcnsarsccomo un forrnidable conjunto de variacionessobre las
,Irlr, rrltu,lcsclt corn¡rronrctcrsc
con el objetode la mirada.
que da la redacción de la revista (en la que Levrero firmaba artículos y crucigramas como |orge Varlotta, Alvar Tot o J. Varli)
a la carta de un lector que afirma que bastaría con conocer el abecedario para haber leído todos los libros esc¡itos en casrellano.
La respuestabien puede leersec.mo una perversión kafkiana de la
perversión borgeana de Kafka:
Si continuamos con la misma línea de pensamiento,llegamosa la
conclusión de que tampoco hace falta el abecedario,ya que todas
las letras derivan del círculo y de la recta.Bastaríacon mirar detenidamentc un círc.lo v una recta para haber leído todos los librosposibles.
Pero círculo v ¡ccta son ál¡straccionesmentalesde figuras que
exisren,imperfectas,cn la naturaleza.Seríasuficiente con ob_
servar cierto número dc objetosque presententendenciasa lo
recto y a Io circular (árboles,pasros,fruras,mujeresgordas,etcétera)o simplementela línca del horizonre,que,si fragmenta_
riamenteaparececomo recta,unc¡la \¡eque seva curvando en la
misma medida de la tierra, lo que nos da al mismo tiempo el
c í r c ulo.
Un pasito nrírsen nuesrra reflexión nos llevaría a concluir que
bastacon mirar un punro, gcrmen de toda clasede líneasy fieu_
res,o con tan sólo imaginarlo.
Qrien haya imaginado un punro,
habrá leído todos los libros posibles o bien la propuestainicial
del diccionario es uno de esosrnacanazoscomo sólo en H(iI se
pueden encontrar.l
En el comentario de Varli-Levrero, la biblioteca (que otros
llaman universo) dcvie.e Lln punro y la búsqueda de sentido se
redu., a mirar la línea del horizo'te. Lcl libresco desaparece,la
mctafisica se vuelve crasamente cotidiana y la ironía se torna
' ''Acercade 'El Lector tonI"' , Humor ú Jue.qos,
Aíro 2, N. 1-1,llucnos Aircs,aRostodc 198 1.
t lriste. Y así también, quienes asulnen la escritura en los textos
..lt'Levrero siempre miran "mal": ven de tar-rlejos que se ven "los
,rnosachicar" o tan de cerca que ven Pulrtos en lugar de letras.
Algunas de las recurrencias de 1o que llaman-ros el "estilo
l.cvrero" (Kafka, lo fantástico, la mirada extrañada) se hicieron
<'virlcntes para quienes leyeron sus libros en el momento de su
ancladas
¡,rrblicación.Otras, en cambio, estánirremediablemente
('n nuestra conr€mporaneidad, aquello que hoy nos dice la obra
,1.'l,cvrero. La már¡unn.depensaren Mario recapitula ia bibliogralr:r crítica que se ha producido sobre Levrero e intenta, desdeeste
| )| ('sctlte,reconstituirla.
lisa historia comienza con ult conitluto de lecturasde "inicia,Lrs": aquellos que pudieron acceder a las irregulares ediciones de
.,rrsprimeros textos. I)ebe decirse,sin embargo, que Levrero siemrápidamente la
l)rc tuvo comentaristasatetttos,que vieron muy
en su reElvio
Gandolfo,
En
particular,
,,,,vcdadque aportaban.
,,,rr,rde Gelatina(de 1968, [a primera que tuvo Levrero), atiende
.r l;r scnsación de asfixia que caracteriza al relato, y que se tomará
, l , r'ntro del estilo de Levrero y un motivo r€clrrrente en toda la
, r rrit :r. lJsaprimera lectura, sumada al énfasisque por los mismos
,rrr,,sponían las de Iorge Ruffinelli y de Angel Rama en la aliena{ r(}u (l( los protagonistas,va Pautando el recorrido que trazan las
lr,t i.ncs de Levrero, el pasaje entre "un día cualquiera" y el
" ,r,Lrrtrarseen un lugar inédit o".
(
!rincc años después,cn "Del inextinguible romanticismo",
1,,',tl'cdro Díaz (otro "raro" uruguayo) forja un motivo que result,rr :r t epital en las reflexiones críticas posteriores:Levrero es un
r',,rr itor de la "interioridad". Díaz, que describe a Lcvrero como
rrn rorrrirntico,señalaque el autor "ahonda en su interioridad si¡,,rr,rrtkr los laberintos de su propia in-raginación"y que entiende
l.r lrtt'r:rtLrracolno algo que se vive "de manera existencial".
A ¡r;rrtir dc los 80, con la aparición de un conjunto disperso
( ) nrils cxtct'rsode relatos, la crítica comiettza a tramar la inr
lx
estilísticas.Tanto Pablo Fuentes,
t.r nrrtt'rrr'i:ltJccsasrt'c'ttrrctlciits
l5
en "Levrero:el relato asimétrico",como JuanCarlos Mondragón, en "París:ciudad metáforaen la obra de Mario Levrero",
piensanlos textosde Levrerocomo un conjunto de estrateeias;
y a la vez,a partir de la condensación
de ciertosmotivos.El rexto de Mondragón, además,realizauna lecrura política que permite discutir la supuesta"evasión"que caracteriz.aría
la prosa
de Levrero.
La décadade los 90 trae la primera consagraciónacadémica de Levrero. Esacanonizaciónpuedeverificarseen la construcción de la bibliografíaque acompañala reediciónde 1992
de Nick Cartersediviertemientrasel lectoresasesinado11o agoni.zo
(a cargode Pablo Rocca);en la inclusiónde la "Enrrevistaimagirrariacon Mario Levrerol en el número de 1,992de Reuistalberoantericana,
de Pittsburgh,dedicadoa la literatura uruguaya;en
la extensaentrevistaepistolarde PabloRocca(realizada
en 1992
y que publicamosaquí por primera vez en su totalidad)y en la
publicación en 1995 dettn dossier
dedicadoa la obra de Levre¡o
en la revista Textocrítícode la Universidad de Stanford. Si se
atiendea estosíndices,Levreroesun escritor"consagrado":
debe
ordenarsesu bibliografía,su opinión esimportantepara enrender las letrasuruguayas,su obra mereceel escudriñocrítico de
la academia.El mayor punto de condensación
de esemomento
"Aperturas
crítico es
sobreel extrañamienro",de Hugo Verani,
qlre,a partir de "la trilogía involuntaria" (La ciudad,El luga4París),
leelasrecurrencias
del estilode Levreroen el contextode lasteorías
de la posmodemidad.
(y la reedición
Lentamentecomienzala edición en E,spaira
en Uruguay)y un reconocimientocadavez mayor para su obra.
Sin embargo,la propia obra de Levrero ha ido cambiando.De
19ql cs El portero
l el otro.un volumen bisagraen su producción
no solo porque esel volumen de cuentosque abarcaun mayor
período de su producción, sino porque incluye "Apuntes bonaerenses"
y "Diario de un canalla".A partir de esemomento
la obra de Levrero, sin abandonardiversosrasgosdestacados
por la críticaprevia,vira haciauna "literaturadel yo", que bien
(como señalaba
l)u('(lcpcnsarsecomo un despoio,una deserción
t(.rrrr:rya en" 1,971 )en
, la que la pr im er a per sonadel escr it or se
rrrr¡¡¡¡.l centro del text o.
I Iebrá que esperaralgunos años para que se produzca (con la
r, l..r,;rnciaacordadapor la crítica contemPorátleaaI registro aur,,lrr,rgráfico)un nuevo emplazamiento Para su obra. La publicar rrrrr1rírsturrl
a de La noaelaluminosa(2005) coincide plenamente
, r,n ( sc rrromento crítico. La reedición de sus libros se aceleray
'., ¡,r.,,luccr-rnredescubrimientoPara nuevasgeneracionesde leclr rf( s. [',fr 2006, por ejemplo, la revista monrcvideanaHermescrioLevrero (del que tolnanlos ei articulo
llt,t('tli7.i\un dossiersobre
,1, Nl.,ndragón)."Lápices y angustias".de Sergio Chcifec, y "Un
,rrrr,,rvi si ta su casa",de Reinaldo Laddaga( am bosr eescr it ospar a
,',rr' r'olLrmen),dialogan con estosparadigmascríticos colltempor.ur(()satcndi endo a las t ensionesque exist en ent r e lit er at ur a v
r,l .r,:r l as posi bi l i dadesde diseñar una vida a par t ir de la escr i'
I rr ,1,(luc plantean El úscurso aacíoy La nottelaluminosa.
I )t'sclecse nlrevo emplazamienro fue pensado este libro. De
.rlu ( luc sc haya insistido, en los t€xtos especialmentepreparados
la crítica
| '.n .r ('stc volutne n, en aspectospoco considerados por
traincluyc
Mctrio
en
r r rrrtr'rfr[)t)ránca.Así, La máqutnadepensar
l,,rt,,' s.,Lrrela ciencia ficción (Martínez)' el policial (De Rosso)y
,,,¡rrl rrsl l i stori etas f ir m adas por Levr er o com o f or ge Var lot t a
r' ,1(unl )cr-g).
También seda a lecr , a la luz de la obr a com plet a de
de la ciudad en sus libros (Kohan), o la
| , r'rcr o, [a (des)apariciór-r
I r¡' rrr.rti on de l as m áquinasen suspr im er os r elat os( Echavar r en) .
I' ' r r¡IIi rrro,l os artí culos de Adr iana Ast ut t i y de Rober t o Echa\.rr r(' n l rrrscanreno var la lect ur a de esost ext os t an cont em por áil, ¡ r,,,(.ln l)Lrcstrosinterlocutores que se hau tornado lugares corlfrfrf('s..lcle crítica. Se trata, pr-res,de re-lecturas de El di.scurso
/ ¡/¡r., \ ,l, ltt tt,n¿luluminosa.
Ltt nt(í(!u¡ttd
dc pensaren Marto no hubiera sido posible sin el
rr r( r( s v l,r rlctliceciónde PabloBraun, LeonoraDiament y el equi( ladencia. Los aut or es aquí r ecopilados
¡,,,,,l rt,,r' i :rlrl c Ittcnr a
(()l
l
.,,,,,1¡, 1()n
crrt t t sir t sm oa la pr opuest a.Diver sos t ext os m e
fueron facilitados por Pablo Rocca,Hebert Benítezpezzolano,
RobertoGárrrzy Nora Martínez.Por último, MónicaKirchheimer
toleró pacientementelos avataresde esteiibro. A todosellos les
agradezcoel compromiso y el interéspor volver a leer a Mario
Levrero.
Gnt¿rtNe'
Elui.oE. Gandolfo
Ezrqurnr.Ds Rosso
l',rrrrn¿ratmósf'eraambigua, intermedia entrc la realldad sofo{ .rntccl cun paísl ati n oam er icano- o m ás aún, r ioplat ense-y una
, .¡ntirlad de datos cercanosal absurdo y a la ciencia-ficción -aún
rrr.r,s.rfocantes-,M¿r r io Levr er o r elat a en pr im er a Per sonaen
l r.runrcntosde frase scor t as v sobr iasalgunos dí as de la vida de
.,rr pt' rsonai e.
1.osclementos realistasy los fantásticosestán tan sólidamenrc rrrri tl < lentre
s
sí quc no hay ninguno que no Pr oyect eun t enr.rtrrl o haci a l a cl i mensión opuest a.La m asa de gelat ina que va
,l , ri l rrti cndo l a ci uda d se pr ovect a con f acilidad en una gelat ina
mínitno
r , .rl ,lt' f'r'trstracióny alienación; a su vez cualquier acr<,,
r .,r.r\(x llvrdo interiormente p()r una corriente profunda dc pelr1ir,,.l'rcdomina la angustia:tarde o temprano la gelatina devo,.u.r r.r,lo. Pero existen algunos rayos salvadores;como Ma, la
n r.¡('sr
| .r .lc deformados.Los elementos básicosde miles de cuett(urn
rr,,,
urufer perdida, cl intento de uu amor limpio, la frustra' roil rrLttriulonial llevada a lo grotesco)forman una combinación
r ,rrrplt't:lr1lcnte
diferenciaday original. Una de lasprincipalescau'..r\(l('('sto cs cl sólido estilo narrativo de Levrero. La existencia
' f 'uf 'l i t.¡,1,,ol i gi rr:r l nrc ntc c t Il l l agrímal trtfurea,R os ari o, año 1, N " 3-4,
i '¡ rul r( ,l t l t)(,t nnl 'zr¡ tl c l ()(r9.
perpctuamente amenazada del personaje y las bar-rdasde deformados,criminales o gordas,esráncompletamente internalizados
y aceptadoscomo cotidianeidad. De esta manera rodo lo que pueda ser extraño en el fragmento temporal que abarca el relato es
transformado en realidad palpitante mediante dos vías principales:la sólida basede tics, cosrumbreso sensacionesde la realidad
D pl
TNpxt TNG UI BLE RoM ANTI CI SM o.
Le ruecr NAcr óN
DE M ARI o LsvRr Ro'
JoséPedroDíaz
concreta y el considerar a 1o extraño como completamente normal: cadauno de suscomponentestiene tanto pasadoque ya se ha
convertido en costumbre.
La lectura de distintos trabajos de Mario Levrero (uno de los
cuales se publica en la selección de trabajos de "Los huevos del
PIata" de estenúmero) lo confirma como escriror de sólidos medios y poseedor de un estilo obsesivo,equilibrado enrre lo coridiano v lo absurdo.
( ltr:rndo,por primera vez, oi explicacionessobreel romanticismo,
,,r t rimo se me decía que era necesario distinguir entre el romant r( isrno eterno y el romanticismo propiamente dicho.
lrra aquella una época clifícil, en la que las cosasse aprendían
,,,rr ¡rrecisión y claridad, aunque luego hubiera que comprobar
(lu(' lo que se había aprendido difería mucho de la complicada
rrr:rr:rira
de 1o real. Pero, de todos modos, no dejaba de ser reconlr ¡rtrrnt€saber que si en el examen le preguntaban a uno algo sol,r c cl romanticismo, se podía empezar por decir que había que
,listinguir -aunque despuésno supiéramos hacerlo- entre el ronriulticismo eterno y el romanticismo propiamente dicho.
Sí, la época era difícil, para enfrentar con buenas posibili,l.r..lcslos exámenesse hacía necesarioa vecesaprenderse frases
(l u(' tcnían el eni gm át ico air e de un sor t ilegio m ágico. Así , por
,'¡. rrrplo, era difícil sortear con felicidad una pregunta sobre el
Itt'n:rcimiento si no se empezaba por decir que el Renacimient,r t'ra "la palingenesia del espíritu greco-latino". Pero, aunque
(.r:rrura época di fí cil, ot r as la hicier on buena, y hoy da gust o
r, t,rrcl arl a.
' I'trbl i cecl o ori ginal rnc nte en C orreo de l c ¡sai ernes ,Montev i deo, aíro 4
N " ') /. -l ,l c fi brcro dc l 9fi -1.
En cuanto al romanticismo, nunca fui hábit' después,para
comprender qué cosaesel romanticismo eterno, aullque sí, en cambio, siempre me interesó el romanticismo propiamente dicho.
Y acasofue por el mismo interés que Puse en conocer algunos
de sus aspectos,que no puedo deiar de P€nsar que esa época sorprendente en la que vivieron como contcmporáneosespíritus tan
finos y tan poderosos a la vez, esa época que se despliega como
resultado de tan profundas sacudidashistóricas como las que se
produjeron a fines del siglo xvIII y pritneras décadasdel xrx, y
que alteraron a la vez tantos diferentes asPectosde la vida humana, esaépoca largarnentcPreParada,es cierto, pero de arrclllador
dcspliegue,es la puerta de la modernidad.
Pienso que en ella se inaug,tra el munclo que es el nttestro, que
en ella despiertan ala vez fuerzas que durante mucho tie mpo dormitarot-t,como la tecnología,que empieza a hacersePrescntcen
el momento de la Revolución industrial, o cotno el despliegue
económico provocado por el desarrollo industrial, o como sLlconsecuencia,la crecientc trrbanización hace que la mayoría de los
hombres seamosdesdeentoucesseresde la ciudad, o como la aparición de los movimientos de masasque se hacen desdeentonces
periódicamente Presentes,o como, v es el otro extremo' pero Por
eso mismo no debe olvidalse, la entrega a los nuevos horizontes
de la imagir-raciónque se aventllra coll un atrevimiento sin preccdentesen las zouasantes habitualtnentc sorteadasdel onirismo y
aun del delirio.
Es cierto que ltrego,a lo largo del siglo xlx' todo esto se incrementó ala vez v enérgicamente. Pero también es cierto que casi
todo eseincremento serealizó en la misma dirección con que sehabía iniciado allá er-rla épocadel romanticismo propiam€nte dicho'
Y hasra tal punto que -Pensando sobre todo ahora en la vertiente de mavor audacia imaginaria del romanticismo y cn su voluntad de ahondar en la experiencia del sucño- puedo recordar
que en un artículo publicado en L9LZ, creo, en la ,..-rpv tirulado
"Reconocimicnto a Dada", afirmaba Ribemont-Dessaignesque
esemor.'itniento Dada era probablemellte el purtto cxtremo dcl
uo cstaba
r()rnanticistno,cuya Penetrant€investigaciónonírica
estahabía
no
todavía
Y tan no io .rt"b", en verdad' que
.r¡,,.tada.
escrito
ll.rrloeI movimiento surrealista,ni André Breton había
de
las
pinturas
ni
N,ttlla,ni descleluegoseconocíanni las prosas
llt'nri Michaux'
[:n todo estopiensoleyendoel último libro de Mario l:"]::'
(1982)'
li,tlt¡el tiempo,q* p.tbli.á recientcmenteBandaOriental
probablemente,el autor uruguayoque-dc
lx)r(lueesLevrero,muy
en su interioridad siguiendolos labe,,,,,,*r" másnotoria
"hor1d"
sushallaz, nrtosclestrpropia imaginación,y hastatal punto' qrle
paraél mismo, tanto como hallazgosliteral()s soll seguramenre,
d" r., p'opio ser'Y con eselibro' releíalguno
r r,,s,csclarecimientos
,lc lrlsanteriores.
nuestros
No esfácil haccrlo;porqueaunqueLel'reroesuno de
,.,' libros son muy difícilesde hallar'
.st ritoresmás interesar-tr.r,
que BandaOriental hayadecididopublillrr csocsde agradecer
( .u ('stcúrltimo,y que Arca sc haya ProPuestopr'rblicarotro este
año.
rrusrrro
La ciudad'
Str prirner libro propiamentedicho fue la novela
1966;y
en
, ¡rrt prrblicóen Montevideola editorialTierra Nueva
.n 1970,la mismaeditorialpublicó La máquinadepensar
1,,.11,.,,
con an,',, {')l,,rlyrdondeel autor recogíavarios textosaParecidos
Perocuandoesa
periódicas'
r,',,,,riciadcn difcrentespublicaciones
, ,lrr.,riul setrasladóa BuenosAires,aquellos libros,queya venian
,,,,rr..1,r
clistribuidos-v pocovendidos'Por suPuestotr-ralamente
t('rruin:lronsegúnp:rrccevolviendo¿rla semilla'transformados
, , I).rstllparapapel.
fL.erecditadactrBttetlosAiresen lc)77'
lrscierto qu"Lo ciuda¿l
que dirigíaMar( n u¡r:rlliblioiecade Ciencialiiccióny Fautasía
en
, r.rlSottttl,un infatigablepromotor clcla literattlradiferente
de l'evrerocn particular'pero aun asres
¡', rr.'t,tly ttu entusiasta
de esanovela'
encontrarc]erlrplares
, .'',,
',,r1r.rrilrle
Let'rerosigueescribiendo;
Sirrcrnbargo,e itrevitablcrnente'
¡ , t'r,irlctlteque llo escribcPorqtlequierasino porque no Puede
, r 'r t , rt . l t ¡ c c r l t t .
23
Y así fue que al fin se publicó rambién parís, otranovela suya,
en BuenosAires, por las librerías El Cid, en 1979,con unas páginas
f inalc s de E. G a n d o l fo .
fampoco cso, desdeluego, hizo mucho más conocido al au_
tor. como ocurre con frecuencia tanto en estacomo en otras re_
giones,la popularidad de un auror no suele esraren relación directa con su calidad.
Algo más debió circular su nombre, con todo, cuando otra
novela suya, ^E//ugar, apareció en el número 6 de la revisra .E/
Póndulo,de Buenos Aires (enero de 1c)82).El jefe de redacción
de El Péndulo es el mismo Marcial Souro... y ahora, Banda
Oriental prrblica, con el título de uno de ellos, Todoel tíenúo, rres
c uc nt os la rq o s .
La historia cdirorial de Levrero tiene quc ver, sin duda, con
las t r is t c sc i rc u ' s ta ' c i a s c d i t.ri a [c , , l * qu" se vcr ahc¡racnfrentados por igual, er-rel Río de la Plata, tanto autores como lect.res.
Pero ademástiene que ver, rambién, con la particular índole de la
literatura de I.evrero.
Por 1opronro -y por eso iniciábamos nuesrra nota recordando 1aapertura onírica que se inició hacia el romanricismo*, porque la invención de Levrero consiste,fundamentalmenre, en una
entrega al fluir casi libre de la imaginación. Casi libre, escribo,
porque no siempre parecetratarse de la voluntad de moldear las
imágenesque brotan más o menos espontáncrrncnte,ni tampoco
pafece tfatarse sienpre de una entfega sin cor]dicionesa la libre
fluencia de lo imaginario. Segírn los rextos de que se trare podemos erlcolttrar rnás o menos una voluntad de forma, más o menos
exigenciade ordenamiento y depuración.
I)e Io que no cabe duda es de que se trata de una escritura
qr r, sc ha propuesto ser fiel a su propia necesidadexpresiva.por
cst¡ t,do lo que allí queda escrito se sienre que esrá ¡efrendado
por un ser.
Por supuesto que no importa si aquí o allá creemos reconocer
tal o cual dato autobiográfico; no se rrata de eso.Creo que desd.e
Freud ya quedó claro cómo todos los serescon que poblamos
t.l
rrucstrossueños son nosotrosmismos, rni yo plural. I)c rl'rodoque
n() cs a esamanera de autenticidad a que rne refiero. Lo clue quier o rlcstacar -y eso es 1o que hace que algunos pasafesde los textos
,lt' l,cvrero me hagan sentir que estoy recibiendo un mensajeparrr( ulannente profundo- es la calidad de la relacióll qu€ su texto
rl('nc con sl.lpersona.
Aquí tengo que volver a aludir al romanticismo. Iln el c:rmpo
,l, l¡s lctras francesas-el lector puede olvidar, Pero \¡()no, que firi
1,r,,fcsorde literattira francesa , sc suele agrllpar a un cierto núrrr.'rode autoresqtle no vivieron iluminados pclr los reflectoresy
l.rscandilejas,que no hicieron, en geueral,"grandcs obras"' pero
r luc vivieron muv profundarncnte, como Pocos,st¡ condición de
románticos. A propósi, st ritores. Fueron llamados los peqr-reños
r,, tlc ellos escribió precisamenteArmand Hoog llamando la aten( r()n sobre un hecho que le parecía notable, la estrecharelación,
, l .rrmpromiso que los vinculaba estrechamentca su obra' la lit('rirtllra era algo cluevivían dc manera existencial.
l)icnso que algo así se adviertc ert algunos textos de Levrero'
Si'rnuy bien, por supuesto,que algunas de sus invenciones
n,r(('n cn un nivel lúdico; pero aun asípuede ocurrir quc sc desliccn
( ( )nll)rometiéndolo cada vez más profundamentc.
lrs indudable que el largo y ansioso recorrido de las habitaI r()fr('sde la prime ra parte de E/ lugar no es Para nada ¡uego.v rrrl
( f r vlr)o en un pasajedel prirnero clc los relatos de Todoel trcmpo
',t t r¡rcrimenta el desoladosufrimiento de Ia pasión.
lrso ptrcde decirse porque el valor existencial que hay cn esa
I rt( r :rtrl ra cal deade m odo par t icular algunospasajes.
'l'rrrrrbiéndebe decirse,sin embargo, que t-rotodo lo que allí
l , , nr.rsr:obrapara nosot r osel m ism o nivel de t ensicin.Es explir.rl rl t; [)orQLl cmucho de 1o que allí leem os cobr a par a nosot . r os
, I ¡¡ri snroni vel de t ensión. Es explicable, por que m ucho de lo
{ l n( s( i rrrponea l a im aginación de Levr er o en esat ar ea dc aus, rr lt.u st ptrcclccn algunos casosimponérsele por circunstancias
,,,,l,rt rotlo pcrsotralcs,y en talescasossu r,alor re sulta menos evi,1,¡rt, l t.tt:tl ,rr.l tttllis.
que el c r í t ic o An g e l R a rn a d e n o m i n ó " ro s raros" . A rtcrnari va.
ya que el bloque narrativo mayoritario lo constituye
en Uru_
gLr ayc l denom i n a d o " rc a l i s rn o " . e n rc n d i crrdo por tal
aqrr.l l a
literatura que pretendc estructurar una imagen i'mediata
v específica de Ia "realidad" y que se sosriene,oLr" 1", fo..t",.,rrrv enc ionales d e l a m i s m a , g e s ro q u e rrn i fi ca a estos
escri toresa
pesar de los diferentes marices que van desde la visión
introspectiva y existencial de un onetri hasta el realismo llano
y'ostálgico de N{ario Bcnedetti.
¿Por qué "raros"? Este término, con el que Ángel Rama
bautizó la primera anrología ordenada q,r. dio..,",ir"
de esta
corriente como tal, elude a un grupo de aLltores
que constitu_
yen una auté'tica línea secreta,mino¡itaria, cultivada
esoorádicamente por sus aurorcs (Án excepción quizás de
Feliiber_
to Hernández y el auror que nos ocupa) y emparenrados
por la
producción de rexros que, €n su versatilidad y dif..".ciación,
refiercn Lrnarransgresió' de los límites arbirra¡ios
del denomi"realismo". Rama especifica que no
se
trara
de
un cierto
'ado
tipo de literatu¡a fa.rástica par a oponer al realismo
d.ominante
a la manera que se verifica en la narrativa argentina de la
década
del 40' sino que e' realidad se rrara de una "literarura
imaginativa". Esta expresión sintetiza varios aspecrosque ra
corfbÁan,
desprendimienro de las leves de la causaridad, ingrecrienres
ir-rs ólit . s s os r eni d o sp o r l o o n íri c o , r' i rc u l a c l a c ' s.s mani féstaci otr esm ás r ec ien te sc o n e l s u rre a l i s m o fi .al rl errc.
\,,
cl i .tento
de lograr un reconocimiento crírico de la rceli..l,rtlrrpr>vándose
e n la liber t ad ir n a g i n a ti v a y l a c a p a c i d a dc l c i rr' crrr i ,,,,.
i ,rt" .o_
rr ient e es t áinf lu e n c i a d a p o r Ia l i te ra tu ra ' a rl s.:¡r(ri sr:r
crcpri ncipios de siglo (Kafka, Jovce, Faulkner) y rccon()r(. t or no
primcr
antecedcntela obra del franco-uruguayo Larrrrcrr'.,t,
l)esapor
Hor ac r r , { r ir og a , y a d q u i e re u n p e rfi l m á s cl cfi rri ti u,,
.1,,1,,i é_
cada del 40 con Felisberto Hernándcz, Armonr:r Sonlcls
y losé
P edr o Dí az , enrre o rro s , y ti e n e s u c u l mi n a c i ó. (hasra
ah.ra)er-l
autores cclmo Marosa Di Giorgio, Luis Campc.¡dílrico,
Mcrcccles
Reir-ry Mario Levre¡c,.
2u
l ' ,,r,¡¡,, I,.r,r t . r , rr ul m nr '1 Por que es her eder odir ect o deesa
, r' l r, r,' rr ' ' rl r.r t , r l: r ( lu( 'sc engar zaen var ios aspect os,el inr,,r" ¡1,, i ¡' l r(.r( r ( ) n
¡ r lolt r r r t lrrrle la r ealidad a t r avésdel ingr eso
rr,,,r,,,,,.|
t.
1 ( ) ( \ t r ': ul( ) t . rloc.
r ot icliano,
lot r ivial, loexcepcio_
l .¡r
,, rl l r, \.r' .1,,.r,r(
rt , r r l. lr r n, r bir l. , la acum ulaciónver t iginosade
r, rl ,,r,, . i ' l .rr,l r t t or sior r csgcogr l'r f icas
y t em por ales.
r
t
tAi l tN l ( ) s
I ¡' ,,,.r1' 1,
nrl t' ri r la ver t ebr ación de la obr a de Levr er o a par t ir
,l , , rr.rlr, l ucr)rc. dc inf luencia que, en su com binación, com po'
r, r| |r r Irrntlunrcntalreferentepara comenzar a indagar sustextos:
| , rr r.,( l.rlroll, Franz Kafka, el surrealismo y la corrienre de,.los
| .l ¡ r,, y:r t ar¿tcterizada.
En efecto, sobre el entramado que tejen
r ,,ro,,t I rittro puntos cardinales se funda la narrativa de Levrero:
Lr r' ,rrrrtrurxci ón lúdica de la int r iga y el car áct erf est ivam ent e
r r r rt l tlt' rnuchos personajesretrotraen a Carroll; el clima de exr r ,rr¡,rrrricr.rro,
lo opresivo y cierta apatíadel proragonistaremitcn
,r h,rfli.rr;la herencia surrealistasevislumbra a travésde las rrarnas
/ rl'l,rllucantesy la morfología acumulativa de las imágenes;cl ca
| 'r(r('r siniestro de lo cotidiano, la ambigüedad de las relaci.'cs
Irrrrr:r.asy los aspectosya señaladosen el apartado I .e liga, a l,s
rr ulluayos(en especial,a Felisberto Hemándcz).
Irl eje Carroll-Kafka tiene un mayor pesoen su obra inicial y
('n sus textos más serenos,en especialLa cíudad(comoya señalara
f ',rlr[<¡
Q¿p¿1-rna),
la primera parte de El lugary varios cuentos de
ltt máquina depensar en Gladls.
Existe también una corriente de influencias que termina de
r,rr-rfigurarlos fundamentcls de su estilo y está compuesta por
f r-anjasculturales catalogadascomo marginales por la cultura
.flcial, a saber:la ciencia ficción, la novela policial, la histo¡ieta
y el folletín de avenruras,y, como referencia tangencial,por eler)lentospertenecientesa zoltas degradadasde la prácrica social:
lo pornográfico, el espiritismo y ciertos mitos populares. Todas
29
Por eso acaso fuera deseable que el alltor procllrara escoger,
de los materi;rlesque le provee su imaginación, aquellos cuya naturaleza hace que su valor seamás cornunicable. Pero sienpre que
ello seaposible sin perturbar la fluencia del rnanantial.
LrvRERo:
EL RELATo ASIMÉTRICor
Pablo Fuentes
L.r,lrra publicadahastael momentopor Mario Levrero(Monl.r'rtlc<r,1c)40)estácompuestapor tresnovelas(La ciudad,l97O
t' l')77;París,1979,181lugar 198i), una cruzade folletín y nor,'l;r¡rolicialparódicacon sll verdaderonombre,forgeVarlotta
\ lln ft Carter,1975) y una abundanteproducción cuentísticapul'li, :rclaerrrevistas,antologíasy tresvolúmencspropios(La máy Aguassatluntt ¿epensaren Gladls,1.97O;Tbdoel t¡empo,1'982,
/,,úrr.s,
1983).Hry también una traducciírnal francésde sus
( u('frtos,publicada en Béigica(Labyinthesen eau Trouble,1977).
I'u[rlicóademáscon divcrsosseudónimos,
guionesde historietas,
y Llrttt ( \t()s humorísticosy de iuegospara revistasargel-ltinas
Actualmente
Cruzadas.
dirige la revista
liu,ry:rs.
r. l,()sRARos
l',.,f :¡ctibleinscribir la obrade Mario Levrerocomoproductotar,lr,rrlc csacorricntealternativadc la historia literariauruguaya
Aires,Nn 11,otoñode 198(r.
' l'rrblicedooriginllmenteen Sinergia,Buenos
láres.Bucnos Aircs,
| , r, r,.rlit:r.lo urmo ¡rosllcio err Mario Levrero, Espacios
l'urt(,srrr,t()117.
dc rlonclcfr-rcronladocl tcxto que presentamos.
)-
estas"iufluenciasmarginales"
emergencon bast:ult(.
t l:rnsl)arcncia etr variosde sustextos,comoParís,"La tonle clr.lrrllrrstilla",
"Cazade conejos"y en especialNick Cartery los rcxt<,sl'irrlrados
como JorgeVarlotta.
A través de los diferentes relatos, las característicasdel narra,l, rr s<lnsiempre las mismas:ve que las cosasle suceden,buscasarr.,l.rc'cr
sus necesidadesinmediatas (trascendenteso no) aunque
7.El quE HABLA
un.r :rvcntura en regiones oscurasy rnírltiples donde eseintento
I rrr,rI clc trascendencia,aunque más no seade libertad, se ve gene-
En todoslos relatosde Mario Levrero el nar¡adoressiempreuna
primera persona,generalmentesin nombre que la idcntifique
pero que, por esomismo, permite al lector un mayor a inevitable margende identificación.Un yo que esráinvolucrado,casia
su pesar,en la trama y qucrefleja estupory extrañamiento,con
la consiguientedespersonalización
por lo que le sucede,aunque
nunca demasiadoasombro.
El narradorlevrerianopareceestarsujeto,casisiempre,a un
deseode no desprenderse
mucho de la realidadcotidianaa pesar
de que los sucesosextrañossevan enredandocadavez másen el
escándalode la razón,en las atmósferasdensasy opresivas,en
el carácterambivalenrede los otros.Eseyo sigueligado siempre
de algunamaneraa esepropósitomínimo (arreglarun encendedor,
tomar un trcn, explorarun sótano)que,al quererllevarlo a cabo,
desencadena
los hechosposteriores.A pesarde eso,los protagonistasde Levrero no tienen una n-layorincidencia directa en el
desenvolvimientode los acontecimientos;
los transitanmediante
el desplazamiento
físicoo temporalsiemprebuscandovolver a un
lugar reconocible.A veces,eselugar final puedeadquirir connotacionescasimísticas.
En otros textosel protagonistaseinsrala,desdeel principio,
en 1,,irreal,en lo fantástico,en mundos cer¡adosconfigurados
sobrc lo irracional y la transgresiónde las leyesfísicasv/o naturalcs.Lo cotidiano, tal como lo conocemos,no existeo sepresentaal lector en forma ran perturbadaque sehaceirreconocible
colno,por ejemplo,en "Aguassalobres","El crucificado"o "Caza
de coneios".
1," :rcontecimientos lo lancen al dcsdoblamiento y la fragmenta, r()n, :l vecesliteral, como en "Capítulo xxx". Todo sucedecomo
¡.rlrnt'nte frustrado y se produce la vuelta o caída (Paríl en cierto
, ,¡,lcrr conocido, transfigurado o no.
,¡ | ,os orR os
| .,rlrgrrradel cómplice/enemigo (estructuracompucsta)es deternrn.urte y se complementa con otra figura, el extraño. Ambas fil',rn ,rs,tres puntos en total, conforlnan un triángulo donde la base
, ',t,rtl:¡tiapor el cómplice/enemigo remitiendo estosai vértice: el
| \ | I .rI r(). Esta remisión nos dice lo siguiente:todos los personajes
,l, Lt'vrcro son extraños.Extraños del protagonista,del lector, de
lo,,o| ros personajes,de sí mismo. Los otros son siernpre ú,¡ros!
o sea
I Ir, l)U('dcnperfilarsecomo cómpliceso enemigoso sinplemente
, .,n,un ()tro que sostieneel extrañamiento. Este movimientcl del
rl .rrrl ' rrl o l o transf or m a en cí r culo.
l',rr:r ¡¡raficar, hay personaiespoter-rcialmer"rte
cómplices o
,,,r¡rl ' .rtl t' ci ente(sde padecim ient o en com í r n) del pr ot agonist a
('rf
' lrrr', dctcrminado momento, se puede transformar enun otro
¡,, l r¡' roso y,por I o t ant o, t am bién cóm plice, per o ahor a de las
que hacen padecer al pr ot agonist a. El ext r ait o
' r ¡ rnrst:rr)ci as
rl,,rrlt t' :r \¡eccscomo lo ajeno absoluto que canaliza y complerl rr' nr,ll ;r si trracií r nvivida, t am bién "ext r aña" ( com o en La ciu,l,t,l) l'cr<¡cs¡ altcridad total es provisoria, o searelativa, en cierr r',()lx)r trilliclarlcscsc totalmente otro es el reve¡so desconocido
,1,I ¡' r,r¡,i ov,r,l c l Pcr s<lnajc
ccnt r al del r elat o y a veceses la m ást r .r( ( )n()( i.l:r/tlt'st'orroc
ic{apor el yo, pero que los demás(el lector)
r , rr | ',.,r,
r s, t list:¡liz:r clt rn<lclociemplar en varios momentos de
\'', l. ( ,ttt,'t cri cspecialen el cuento "El rígido cadáver".
Estallidos
'
,l, l ¡'r,,p¡1¡yo
y fragmentosque reflejan el mismo rostro ambiguo.
l: r lt r . c l to s rc l a to sl o s o tro s e n c a rn a 'en su asp(cto.* ra' i
lu
(lr( r(
l)rcscnrar para cl protagonista.La d.gradació,'.,fisica de alg..os perso'ajes p'ede significar el mal o puede suceder al revés,
rnostrar un aspecto contradictorio respecto a lo que representalr
simbólicamente; en París, Angeline (= 6,-,*.1;espara el proragonis_
ta un antiángel que impide su comunicación con los seresalados
que surcan ios cielos de la novela.
s . Á * o, r ' , r *
L.s cspaciosen los que se desenvuelvela mayor parte de ras
narrat i.rrcs clc Lcvrcro están signadospor la presencia(aun en ausencia)
tlc kr hunrano. Hay preeminencia de casasde suburbio, hoteles,
barc.s, cstaciores de tren que delinean espacioscerrados
que se
despliceansin cesar,repitiéndoseigualesa sí mismos o rrastocándose,pero siempre encauzando el pasajede lo conocido a lo desco_
nocido, en especial las casashabiradas (supuesrafucnte de seguri_
dad) que puedcn presenrar facetasexrrañas y mórbiclas (,.La
casa
aba.do'ada", "La máquina de pcnsaren Gladys")o puede suceder
que esosámbitos tan reconocidos co'tengan puerras de entrada
o salida a mu'dos insólitos ("Los reflejos dorados", "El sóta'o").
Puntos de referencia desdelos cuales parte la aventura
y punto de
dcspcguedel clima enrarecido que se instala ya en eilos, .r.," ,.,.r,.
dc vibración que comienza a trastocar la realidad.
Hay otros ámbitos, también ¡econocibles, pero de caracrerís_
tic¿rsabiertas:playas,pllertos, calles,plazasqlle separticularizan
porclL, la aparición del elementodistorsionanteesmás acentuada,
moditlcando ese espacio ("Las sombrillas") que sirve como
base
pare el traslado y enlace del protagonista hacia o con otras reali_
dades("Alice Springs").
Esa distorsión (leve o grosera) de los espaciosfísicos conforma un proceso de metamorfzactrónconstante que recorre
toda la
l rrsrrri a.L,s ámbi r.s se r nodif icar .con
r
r n¿isr acr icalidacl
cada'cz
.r nrt'dida quc avanza la narración. El ámbiro es el pr_intoclc
apo_
\ { ) I)ilracl estallid<¡de lo real c.m' lo corocemos, para la firga de
l.r ¡'sicologíade los personajes,e1quiebrc de la trama (,.La
cinra
, h' ,\locbius") v la tensión crecienredel relaro.
r,.' l i r,mpos
| .r t' sr-ri trl radel ti empo e'Levr cr o co'sist e cn la'egación
cle
' .,r l ¡¡rcal i dad. E l dcspl iegue de las t r ar . n¿r s.
r . r . *pr , . , . i, r r lat c_
r.rI ¡ror desrríos,ataj os, cam inos in. , , ent ados sin r et or no
v
ncl
rrrr¡rl i c:rnecesari ame.t e un cier t o olvido de la dur ación
del
I r( t¡tl )(),
lrr cfccto, ios personajeslcr.,rerianosno registran el llam¿r¡lr r I r.rrpo cronológico ,l<>o/adan. Cabría pc.sar enronccs
que
l.r tt'rrrP'ralidad que d.mina el transcurrir de los relatos.rr"-rí"
, , ,n fi,rnrada por una cronolcigíasubjetiva. No es
así.El tiempo.
'|rr I .('\'rcro!es ulr tiernpo aie a la dimensitir-rpsic.kigice cle [,s
'o
l ' ( | \( )' ;l i cs,es un dcveri r con lcsalidad pr opia quc cst ablc. . .sr
. r.
l ' | r()l )r.lregl
s astanto¡raralos scr cshum anos colr ) oP: r r : rl0s . [ r jt . t . s
r¡r' rt,r' i ul csquc puebl an los r clat os.Hav t cxr . s ( '' ( 1. ( 't l t it . r r r l, t ,
sól i do ( "Las s, r nr br ilhs'') ( ) n) ( ) \ 'r . r sc1r , , ,1,
I' t¡r' tl t scr estáti cr-1,
. 1, ,
(()fno en P ¿trís,don dc
f
l
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par
ece
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cllt
r
L(
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\
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, , , '. lul, , r .
r¡i rrr¡r.r1l casi
1¡5 caóti ca¡ncnr e,de t iem po hist í r r ico,nit olir gic.
v
,,,
¡', ' ,rr;rI c.lr los cualcs los personajesse vclr inr.olucrados.
l .r ()rl -()srei atos el ticr npo par ece aceler ar sea m edida
que
,,rr\( rrrcn l as acci one s.los per sonaf essc ven lanzados
a m o_
' l r l r, .¡t r.rrcs i mposi bl es de evit ar en Lr n pr ocesode aceler ación
' l ' ' ' ,rtl .' :l cl rr de l as accioncs com o en "La cinr a de M oebius".
I l , .,1ri ,," ,rfi l rrna, l a cr,olución de las ser iest em por ales
esr ápr ol rr¡r,1.' ' t,tc i rl r" ol ucr¿rda
co' ia est r uct ur a de las hist . r ias. c. n
, | ( n(.r(l (r);l ¡rri entodc sus dif er ent es zonas
dc acción; es lo cuc
' 1,l rr, , | ,l t' t rrrr .l t' l . ra r r ad( ) , com o dijim os e'ei pr i, r r er
iár r .r l , , , l t. t sl t :U r:u tl t,l t,.
el tiempo,su vivencia,cssiempre
Dentro de estasestructuras,
por exceconflictiva,tensional,dadasu calidadde distorsionante
lenciaen la aprehensiónde la realidad.
Los relatos de Tbdoel nlempo("Alice Springs", "La cinta de
Moebius","Todo el tiempo") searticulan como una suertede trilogía que tiene, en fcrrmatransparente,la temática del tiernpo
comoeiecentral.
7.Tnevrcronras
A propósitode lasestructurasde los relatos,dijimos de la involucración de éstascon el tiempo. Prosaaparentementecaótica,caprichosa,azarosapero sin duda con una fuerte legalidad,dado el
entramadocoherenteen lo que hacea los climasy significaciones
de lo narrado.Como ya diiimos, el propósitoinicial del protagonista aunquesedistorsioneu olvide, nunca sepierde (el viaie en
"La cinta de Moebius",conocerel sótanoen "El sótano").Estohace
que esabúsqueda(paradigmalevreriano)funcione siemprecomo
oio de tormenta,vérticesobreel quegira la realidad,fuerzadel deseohumano que puededesmontarel mundo de susasientoslógicosy hastanaturales.En forma similar al mecanismosurrealista,
dispara
una solaima¡¡en,fundacionaly cargadasignificativamente,
otra secuenciadc imágenesque giran alrededorde aqucllaen una
suertede acumulacióncaótica.Estaimagenprimigeniapuedeser,
como
una imagen("Lassombrillas")o vertebrarse
precisamente,
("Caza
"Hoy
de
coneios").
a
cazar
conejos"
frase:
salimos
La evoluciónde losrelatosquiebrala serielineal clásicay ordenadade la narrativatradicional.Herederodirecto de Kafka,
hacecaminarsusangustiadas
L, vrcro,ademásde lo ya señalado,
doblar
por pasillospocoilumicriaturaspor vericuetosocultos,
nados,cruzarsede vereda.Las trayectoriasque sevan desenvolviendo en susrelatosparten de desprendimientosadyacentessin
retorno, los textosseconstruyende costado,en un derivar constante con la consiguientemodificación de perspectivasy puntos
,l' \'r\r:r¡rarael lector (y los personajes).Sus creacior-lcs
se susrenr r r ('n le explosión de la diversidad v en la meramorfización de
l.¡,,,,rrUrrciones
y personas.Las cosas,de alguna forma, son sieml,r' ( )tt:ls,por eso el predominio de los climas extraños,oníricos,
, ¡rr, lrornogeneizansus obras.
I '.sfc particular montaje de las estructuras puede tomar la apa| ,¡ rf( l.r rnoderada de cierta reposadalinealidad como en La ciudad
" rI l.r| | I I ('star un cariz literal y profundo como en París1t varios de
.r,, ( rr('ntosa operar en el montaje por el derrumbe y proyección
, .¡r.r,,r
lol'ica de la trama (N¡ck Carter\.
I l i rrnr ] t U R A S
| ,r,',,,¡
de Levrero estásignadapor una multiplicidad de pun'rtrra
tr,'., L' r'ist:I,siemprefluctuantes,con reincidenciasy contradicciorr, .. l'.s¡xrsible verificar esto inclusive denrro de un mismo relato.
l',1rorro intenta generalmenteser n€utro, distanciado,de una
, r, r t.r "obictividad" en la valorización de los hechosque acrecienr.r.rrrrr rn:isla atmósferaopresivay el efectosiniestro(en cl sentidcl
l r , rr,l r.uro) que está nom nipr esent esen sus r elat os.Esa dist ancia
.,r.r
l'r ¡i
¡xrr el protagonista-narrador entre los hechos que vive
r rn( n.rz:tr)tes,
grotescoso inquietantes)y la forma en que los na| |.r ( nnru-c:r un rasgo fundamental del estilo levreriano dentro
,l' L rr.rl krs desbordes emocionales del narrador/protagonista
rr,, ,.,,1' rt' 1' xl san
demasiado un um br al de angust ia dif usa ( por
, ¡, rrr¡' l otn E l l uga r ) .Est o es,podem os hablar de un "est ilo, de
I r .r,I rr¡ .r" (lue produce en el lector la puesta en tela de juicio del
,r rrrrrl ' .l t' l o real y de la idea clásica de subjet ividad- objet ivirl .r(lr {rnt()entcl equiaspolar es. Un sujet o f r agm ent ado ant e un
rl il rn(l( ) rrrcstableconformando un conjunto asimétrico que hal ' l .r ,l . l :r i rrrl xrsi bi lidadde est ableceruna im agen uní voca de la
r, .rl r,l .r,l .l rr:tctl rraq uc se inst ala ent r e t ext o y lect or exigiendo
rrr I onrl )t()trri s()
¡tayor par a SUm ejO r apr ehenSión.
9. ZONAS
.,(
l,r( ntrl a vecesen fbrn'rasimultánea, entrc lcl gr:lto \¡ lo repulsi
r, r l ,:r nl i sffi a re alidad puede t om ar un car iz scnsu¿rvl t an{¡ iblc.
Flay ciertos núcleos significativos en tocl¿l:l t'rt':rt'iotltlc Levrero
¿.
quc la c ar a c te ri z a ni n trín s c c a me l ttcv q l tc ct,tl sti ttl ycl tp¡¡¡1¡.rt
' \u(l .l l organi c idad, a invadir los lí ¡ nit es hum anos, cor no se da
, \l ' l r( rtrl tnentcen "G clat ina".
refercncia p¿rrasu particlllar simbolismo. Ill cstc asPect()icxiste ut-l
elemento central alrededor dcl cual secdific¿lle tl.l:.lvorparte de sus
textos:el tema del viaie v la búsqueda.,\mbos ctlnfisuratr verd¿r-
l .;r nruerte e n Levr cr o cs sicm pr c cuant it at iva, sí nt om a de
l ,,, ,l 1s;¡¡¡¡q¡es
c r ecicnt es del p: r isaje,cn gcner al los per son: r ics
, ¡' r, r,rrl canal pr ot agor - r ist ¿
son t r agadospor los pliegucs 1. las
, l ¡' ,1,':rci
t oncsespacio- r em por ales
( "Las sor nbr illas") .Est á sienr l ,rI l )l .cscnte!ya seapor om isión ( aunque no se la explicit e) o
deros subternasque se deriv¿tt-lntllttlamente dc ftlrnla tal qtre una
cosa apareja siempre l¿rotra. El person:riepr-redeetnprender un
viaic. en el scntido cabal del término ("1,acit'rtadc Mocbius"), o
llcgar de ól (en París,dc un viaic dc trescicrrtossiglos),colrr¿rndo
estesu real dimcnsiíln cuandtt ¡rarticipa clela bírsquedava seade
una imagcn mirs coherent-ede la realidad, la idcntidad, la trascct'tdencia o sim¡rlcrnentela restittrciírrldc lo cotidial-romediante ei
intento dc adaptación a lo inverosími1 deI paisaic.
Un rccurs<'tmet¿rf¿)ricofundarnental y sobre el qr-rcse asicnta
.tl las trcs notoc{ar-rna"trilogía involuntaria", ¿rdecir del ar-rt<'tr.
velas ptrblicad:rs (la ctudad,El lugar v Parii), es cl tópico de la ciudad, que seenlaza con la tcmática descriptadel viaie v la bírsqueda: sc viaja dcsdey haci¿rla ciudad, sc busc,tcrl o a P¿rrtirde ella.
La ciudad aparccecomo supucstctordenado¡ v, simultáncamenque rodca al Protagonista,
tc, desencadenantede un caoseser-rcial
quien intenta zafarscdc ello huvcndo dcsdco hacia la ciudad para
termrnar por p()llcr ctr cvidcuci¿rqllc cseca()stanlbién estíren él:
su propia imager-rse ha pulveriz¿rdo.
e1lParEl sigrrificativotratamierttode lo sexual,destacándoscr
ticular el carácterdual de los persorlajesfcrlleninos,colllo afirma
Elvio Gandolfo, cscindido cnlre lo angélico-cspirittralv lo crótic. rlernoníacosotr dentro del trlismo persortaie.Esta imagen alier i.r.cot.lsu cualidad ambigua, seclfrccecolno ullo dc ios pilares
'.r.
de la a¡rrchensiónparadóiica del entorno que padeceel protaeonista (eseyo masculino). Lo sexual se involucra con la reiterada
apelación a lo orgánico, quc puede derivar hacia lo m<irbido. El
st:ntidodel tacto apareceprivilegiirdo en estoscllsos'Los cucrpos.
los objetos,manticl)cn también una cualidad anlbir'¿rlctltc,qlle se
¡' .r r rtl i cul i zación v gr at uidad ( com o la m uer t e de Susanaen
Lr t i nrrr de Mo ebius") . Es, a vcces,cl cor r elar o f inal de la dcsn las idcnr idades.De ¿r lgunaf or m a, t ar nbién er - r
, ,,¡¡¡¡¡1¡si gi i ldc
,
| r rt' ro l :r mtrcr t e f í sica cs el "ot r o" dei espejo,las zor - r as
desi
(l
us
de
nosclt
r
os
m
ism
os
qr - r eacechanlist as par a em er gcr
' " n{ )(
, r.ur(l () nuestrasccr ¡ ezasf laquean ( "El r í gido cadár , cr ") .Contr.r,l rt tori ament e la cxper iencia dc ia m uer t e pucde vcr se, cn
,r(.rsr()l l cs,
aten uada al scr t am bién invadida por la m et alnor l , ' .,rs t onsfante d el m undo.
( )rre dc l as cclnst ant escn la cscr it ur a lcr r r er iana
es la pcr _
ilr,ilr(lrtc apelaciór-ral hr-rrnor,\'¿rsca ¿rtravés dc las irnáecncs ()
,l , I l t' rrgLrai e.
E st c hum clr t om a, r nuchas ycces,c¿r r act cr í st iclr s
,l , l rrrl r< l r ncgro c'ar d. , por ef er npl', ir r ur npe lo ir r is. r i. c'
l .r' .' ,rr.i rci onesl í r nit es r '¡ r at ét icns.L: r est r uct ur a dc i. hr r m . r í s,
I r, ( | ( n [,c'u'rerorecucrda (y r,'alctarnbién
¡lara eI rcgistro cJcpo,rl ' l t' . ¡" ¡1,r.ncias)a las niodalidadcs plasm adaspor algu. cls de
l , ' ' .1,¡;¡' ,.1.r
creacl. r esdel cine r . udo ( Chapli. , Ll. l, d v en espe, r,rl l i ustcr K cat on) _vaquc. com o est os,¿rpesarde que en Levr e,
r,r l ¡.¡1rrírsénfa sispLlest ocn lo siniest r o,lo hum clr í st icose clcbc
,rr' rrl )r' (' ,rlcfecto absur dcl.incspcr ado,que quicbr : r la cont inui,l .r,ll rrc:rl c.[clrc lat o per m it iend'la ir r upciór dc lo i'sóiit o, dcl
r,.rl ,l ..r l cnl i si írn a Keat on esdir ect ¿run
: per sor . r aje
despist adoquc
i l rf( rrr.ls()rtcl rrclr sLlaVcnt ur alas r Llpt ur asque ól m isr llo cor r t r il ,r\' , .r ¡rr.,rcl trcircicl
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. or dcn dc kr r cal. I lar , , t ¿r m biélt elem
r.rl , t,rr,r l ;r
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, .unl rrostl t. r' ol t.sv l: r r cr . ur r cnci¡ cle lo car ast r óf icoqLlct ar nbién
lo acercan , por ot r o iado, al llt t t t l, , , \ r ¡ ll( . r l r 't r I " 'l r 'r r ¡ l 't l t t c ción co mo lor ge Var lot t a, c ll c s pt ' t r . rl i\ t , l ; ( , t t t I 't '| " 1 . \ f r ¡ r r . l l t d a
sob re la intenc ión hum or í s t ic r l V l) . r r ot l t r . r
Menro LevR¡Ro: ApERTURAS
SOBR E EL EXTR AÑ AM IEN TOI
ro. ¿CoNCLUSIóN?
Hugo Wrant
E s t e t r abai o i n te n tó u n a a P ro x i tu ¿ c i o ttl r,tl ' ¡,,,rrr.rrr.r.r | | rl .r.l c l as
t,' ,' ' ¡t l ' rstt l ti mos
obr asm ás d e n s a sy ri c a sd e l a u a rra ti \' :tt' r,,1,1.tt,
veinte años,piedra fundante y parlr.lrtrrr,ltlt t tr I l.r ( ( )rI r( lltc alternativa que empieza a Perfilarsc cl l lrt l( sl ¡ .t l rt, ¡ .rlrrr,l :t l)artir
de ella y qu e s e re fl e fae n a u to re sc o ttto l tt,gt l t,, l i .¡t¡tt' sS i grl esy
Sergio Gaut vel, Hartman, entre otr()s.
La de L e v re ro e s u n a o b ra q u e s c c l cfi rr,.l l or :tt .rrt¡rtttcctur?
l, il(lsteraalirregular, forjada por una atlténticaescritttl:t¡r:rr.r.l,
'¡;r
r.,l'
itllrtsitr:tt
y
dc
otras,
desbordada
gunasveces,
llolivalente
Plen¿l
siempre. Configura un corpus hom<tgénetltlt'ttl t'.¡..l. str diversidad, coherenteen su legalidad iuterna. Es rtnrttr:ttt;tt iva dcfinida
por y desdela asimetría (temática,estructllrll) y ( otrro t:ll espeio
deformante que refleia nuestrapropia itnrtsctrcscirrtliclacuestionando, en definitiva, la posibilidad de algúrr tipo ,lc rcpresentación verosímil dei mundo.
''Sc me ocurre que la vcrdad profunda
de las cosases necesarianr('nte difusa, imprecisa, inexacta; que el espíriru se alimenta del
nr rstcrio y huye y se disuelve cuando 1o que llamamos precisión
, r rcalidad intenta fijar a las cosasen una forma determinada *o
('lf un concepto".r Esra reflexión del narrador de Desplazatnientos
,,rntctizauno de los rasgosdominantes de la sensibilidad esréti,,r tlc Mario Levrero, su voluntad de indagar en el inconscienr.' I¡trrnano,de provocar que lo ocr-rltoe indecible se manifiesrc
\, ('nrcria, de incursionar en trasfondos velados y esquivos. Su
,rtr.tcci ónpor l as zonasoní r icas y las penur nbr asquc envuelvcn
l.s l)rocesosmentales genera una modalidad expresiva inclasifi,,¡blc, vehículo de liberación de fantasías,deseosy temores prirrrr¡rdiales.Desde Felisberro Hernández y lulio Corrázar, maest r os rioplarensesde lo fantástico psicoltigico, la irrupción de 1o
' \t l lí)o en lo cotidiano permite entrever los territorios ominosos
t
I I'trblicldooriginalnrcnte
enNuez,o
textr¡
crítico,Srar-rford,
Califb¡nia,vol.
r r¡, N" l(r/17,I)cpartmcnr
of Spanish
andPortusucsc,
StanfordUnir,crsir1.,
¡rrlrrr tlc 1995 - iunio de 19t)tr. Fue reeditado en De la ztanguardiaa la posmoderrtttltttl:N¿rrati¿-auruguala (.1920-1995),N{ontevideo,'frilce, 1c)96,de donde fue
to¡r¡.rrl ol )¿ra csta c di c i írn.
r l\{:rrirr
l,cvrcro, l)esplazamientos, en Fauna/Desplazamientos,Buenos Aires,
| , I r, rr¡rrcs.1,.l :r l .'k rr, i 9117,p. 14.5.
e indeflnibles dc la otredad,acogerinsólirosdesplazamicntosclcio
f¿rmiliarque niegan la cstabiiidad de un mundo que se considera
innrurable. En "Del ser)timicnro de no estar del todo", Clortázar
define suspropios reiatos comcl"aperturas sobre cl extraít:rmiento. instanciasde una descolocacióndesdela cual lo sí¡lirclccsadc
ser tranqr-rilizadorporque nada es sólito apenassc lo sr>metca un
escrutir-liosigiloso v sostcnido".r
l)ocosnarradoreshispanoamericanoselaL',oran
un tcstimonio
de descolocaciírntar-rradical y perturbador conlo Lcvrcro. El suvo
es un rnundo pesadillescoen cl cual sucesosanírnralosrr'irstornalr
el acontccercotid iano, generandoprocesosi n tcr io r-cs:lt()rntcn t¿lclose inestalrles,portadoresde un simbolislro diftrt,, c in¡ccesible
¿ rla r az í r n.L o s i n c l i v i d u o s q u e l o h a b i ta n han pcrtl i d,r tl scnri do
dc 1r - r garpu
, n to d c p a rti d a p a ra u n d e s p l azanri .' ntt' ,rvi .ri c i nces ant e y s in u n p ro p ó s i to d c te rrn i n a d o q Ltea(' cntu,rtu tk' sol ada
ir t ut ilidad. Es ta s i tu a c i ó n d e l o s h o m b rcs frcl l t.' l l nrturcl ocstá
vir-rculadacon la Iiteratura dc Kafli:r, que rcirnt t..'r.r.¡trc ¡raclec ell, c ot no o b s e n ,aB o rg e s ," l a i n s o p o rta bl c v t r:l gr(:rt,rl ccl adde
i o v r lcsor ict r t udt thcr
, r nat l( )lllcll( ) r dcl r lilnlaclaf clisrrrr' ,,l rrrrt:tt
"
Lu
r
vir licr o dist r aí do que t alnpocolsabí aldor ldc iba" r '
l r.r(t:uro,
''.rrcrr,.lí¡le vida c()nroquien comt: distraído""'subra,vael dcscon, rt r ro t'lclrclrnbresque prcscindende los registrosconscientesy de
l.r rrrrlrcdiatezsocial,para sumergirscetr una avelltura primordial
, ns,rriada,en Lln vacío intcrior tangiblcmente obsesivo.En "Alice
Slrrirrgs",expresade modcl admirable estedcslsosicgorccurrente
, ¡r srr <)bra:"Me ror-rdabanulla cantidad de cosassin forma per<l
1',,rro las deiabaentrar, cerrabacuidadosamentetodas las pltertas
guardar esevacío irtteri<.lrque crecíav crecia".'
¡,,rr',r
Desde sus comienz<-ts-La cíudad,fechada en 1c)(r(r,v "Gelar¡n:r" ,1968, pr im er r clat o pr - r blicado Ler . 'r er ose exilia en t er r idesrealizandocntornos y cclndr-rct,rrios imagin¿lriosv oníric<'rs,
rrrs,omitiendo toda determirtación geográfica,histórica v social.
Str narrativa absorbe hondos sedimentos irracionales e interior iz.auna inadaptación ancestral,modalidad creadora que rcsiste
t<rcla
clasifícaciónsimplista.t Tres novelas,La ciudad(197O')'París
quien c ar eced e u n l u g a r, s i q u i e ra h u m i l cl ísrnr,,...rr ..l ,r¡' .l cndel
univ er s o" . r C o n c l c o rre r d c l o s a i 1 o s e
, st¿lp.' r' ,l r,l .rtl t l t r' ntro v
del scntido de lugar se conr,ierte-setlr.il-l
Frt'.Iri.. l.ur, s,rr crr Llna
c ar ac t c r í s t i c ad i s ti n ti v a d e l a p o s m o d c nri rl :rtl .
La r navo r p a rted e l c l sre l a to sd e L c v rcr' ,,r,, l , r,r¡ r,,ll ,rrr t' n arnbit os opr es i v o s ,n a rra d o sp o r r¡n v o i n rl i g t nt,.. ( .rr(nr( ,l t vi vi cn, b a j o V h a s ta d c n o n rl ,r( l )r¡ rl rrr' . ( 1i l ( ( uenta
da, r not iV a c i o n e stra
his t or ias c o mo s i s u s ¿ rc c i o n ens o d e p (' n(l r(r.rr rl r" ,rr r,rl rrntad,
par a c aer pa u l a ti r-ra mc l ttcc l t u l t tn ttn .l , r ( u\()., I r(tri ,.' ,n() ( ()n-l
L.rrr,r
¡ , - ' r er . r de. L a i n rp a s i b i l i d a d v c re c -l u l i .'tr¡i
l rr,l
,1,,rr,rr.rj t' ro
' l -t¿rrusr/¿ l d tttttnrtrttt.r' ¡
I Ic rnnndc z . "La c :rs :ri ntrnc l :rde" t
( )brascontpl eto.s
N,l ontc v i c l c o, A rc a/(l el i c ¿rnto. 198.1.tol l l () IIl . pp. l i S r I l .
:"A l i ccS pri trgs ".c t' tTi ¡l oel ttenpo.\' l onto' i dc o.B andaOri ental . l ()l i J .¡r' )7'
(,Fel i sbcrt<r
s S e obj etarírqLrcl a:rl i enec i írn dc l hombrc ' h atm< i s l i ' raopres i v e v l e ol l ri
.ion de tod:r referencia ext( rna f ienctt c:tus.tscolle rct¿ls la ccnsura de la rcprc,i ri n di ctatori al , qtre V edaba c l ac c c s oa l a real i dad s oc i ¡I. S i n embargo, c l es c l e
l ()(16hasr:rsusl i bros más rc c i entc s . E l portero.y elo¡ro(l ' )()l )1' D el tntu¿o{ nti l ts
tnanti c t' l c l :rsc arac tc rís ti c asc x prc s i v l s v tc meti c J s dc s u
nranos(.l L)94).l ,er.' rc ro
,rbra. E s deci r, a ntes y dc s puós dc c l uc l a di c t:rc l urami l i t:rr i m¡rus i era un:r fnuti l ante rcprcsi ón c ul rural dc s dc c l gol pe de E s tac l oc J e1973 has ta l :r apertura
cl cctoral de 1c)8 rl s rt narrati y a pres erv as u s i ngul ari dad propi a. C on c l es prc oc rtpada i mpreci si í¡tr s e l c l l arna "un c l ás i c o de l a c i enc i a fi c c i rj n l ati r-roanc ri c :rna"
(August<r Ltribe , Lannc,onlnca.fintástt¿¿¡, R¡rcclona. Ultranr:rr. 19li-5,p. l -3-5)¡
' J u l i o C o r tá za r , L u t' u ¿ ltaa l iía ct¡ 8 o tt¡ ttt,,i ,' \1, ', ,,
1,,,,.r
l 'r('l
P .25.
+
I r',,
' \.( r , , \,r
J o r g c L r - r islJo r g cs.Otr a s tn r .¡ n r st,r ,,i/rlju
5Frcdric
la tr r cso tr .Po stm o d r :r n isltttt tit, ( t,ln,,',,' I ',, .' t
D u r h a n . r . D u kc u r ' . 1 9 9 1 . p . 1 .5 .
l'tr,
,.
|
|
\ l.
t .tl,tt,tlttttt
t,cl "decerm"cl e l ec i enc i :rfi c c i ónr-rruguaY a(A ndróC :rrtrei ro, S urt' e.y ol S c i enc c
I:tjcti¡n LtLterttture,Iinglc*oocl Cliff, S:rlcm l)rcss. 1c)79.¡. lfll). Naturalll-tctrte,
Levre¡o desmientc tel afiliaciírr-r:"f)ecididarncnte, tro. Ni ¡ror itltención Iri por
lcrsrestrltados" (Rafacl Courtoisie. "Levrcro: eI texto preexistentc". en Opinar,
Montevi deo, ¡N " 84, 2 c l e s epti c rnbre de 1c )|i 2,p. 2-3).
,,,1,t. tl r' .rl tl tti
el f lur r v it alv tc m p o ra l . L o s h e c h c l st-t¿ l rretl ,,t' ,1
lc r c s )pr edis p o n e na q u e u n d ra tn a i a te n te \' :t,l ,,rrrr(( r(l ()( l )l cl ¡¿r
de la pr of um d i d a d i n c o n s c i e n te ,l a d i s g reg¿ti .¡t tl t l .r l .rrrri l i ay
la av er s iót r a l p a d re , u rti d a a d i fu s c tss c l l ti tl r r( rr(( )\,1.. 1...l l :rz.o
y de c ulpabil i d a d . L a c a s ad e p e n s i ó n p a rc cc(' ()rl ((rr(t i l t))cl l l l zas
oc ult as ,la s o mb ra d e l p a d re mu e rto v s tts ri ttt.tl , t ,l . tl ortti tl i o,
pr ov oc ando te mo re s Y re n c o re sq u e a mpl i fi trtl r l ,t :rrrqttsti ade
un clbservadorparanoico que proyecta su tlcs:tsosit'gttt'rl llr vivienda, sometido a cnsoñaciones de poder )' ,t ..1.t.,,t scxLl¿lles
r epr im idos , e n b u s c a d e l " a c to má g i c o q urcl l ul .l cr' ,,l vi cr.rl su]
ident idad, I s u l l i b e rta d " .' z E l á mb i to fami l i ¿r t:s si ettrpre en
Le vrero un resguardo de transitoriedad dol<lrttsa,tllt tcrritorio
conflictivo que imponc ttna despersonalizacittll v Llt) trestocamiento perturbador del vo.
Le pÉnoroa DEL sENTIDo DE LUGAR
l rt t ho tri vi ai c im pr evist o, que cont r ibuvc a libcr ¿r la im agina( r()ny a dar vc r osinlilit ud a lo inver osí m il: par a conr er ,cl pr ot,rgonistanecesitacombustiblc. Abandon¿rla casaaicna en busca
,l. un almacér-rsupuesramentecercano y se picrdc en Llrl¿r
noche
l l rrvi < l sapor cam inos que no llevan a ninguna par t c, sin cncot lt r .rr cl almacén ni refugio alguno. La busquedaexpresadesembo( .r :rsícn una búsquedainconscient(, cll proyeccionesde ansieda,lt s r¡r-rctrasciendenlas siruaciclncsconcretas.Es recogido por url
r .urritjn recolector de basura, cuyos ocupantes -el chofer y una
rrrrri cr evi den ciancon sus pr ohibiciones inút iles que obedeccn
.¡ un orden ierárquico absurdo, normatividad que fundamenta
l.r 1'r'oclucción
telitual. De inmediato surge otra problemática par.rl r.' l :r,
l a l ógi c a de la cont r ar iedad 1'del sinsent ido,en r or no de
l,r st dr,rccióncono juego v dcl fingimienro del deseo.simulacros
( t( )l r('osrecurfcntes en Susficciones (la rnuier murmura Contr¿l
.l urtr' usopor ei dair o que su r opa m ojada causaal t apizado del
.r,,r(nto, pero se desliza hacia su lado 1' lo toquetea en la oscuri,l .r.l,.l clcami ón , et cét er a) .
Ei cpígrafede Kafka quc precedea La ctudadauticiPala neblinosa
vaguedadde la trayectoria narrativa, las visionesdc 1ointangible
que se rnultiplic:rn v se dcsvanecencn la imaginación: "Veo allá
lejos una ciudad, es a la que te refieres? l...l,vosólo veo algo desde quc mc 1o indicaste,v n¿rdamás quc cottt()rl1osirnprccisoscn
la nicbla".lt Un hombre buscarefugio en una casadeshabitadav
s in luz eléc tri c a .s e i n s ta l a d e e n tra d a c n un ambi el l te rui noso
y depresivo: "Qrizás antcs de entrar, cn el momento de abrir Ia
puerta, noté la hurnedad; las paredesy el techo goteaban,todas
las cosasestaban húmedas, como cubiertas de baba, el piso resY el aire enrarecido.con c¡lor a cerrado v a la larga ausenbalos,'1.
c ia ( 1, \ er c sh u m a n o s " .' aE l i n c e n ri v o p a ra actuar provi enc de un
t) I)esp/azatnienlos,ob. cit., p. I BO.
1\ La ciudad, Montevideo, Tie¡ra N¡,reva, lL)70, p. 7
r a l b í d . , p . 9.
ltn Levrero, la desubicaciírnproducc extrañamiento. intcrac( r()n(' shumanas aienasa la volunt ad. La expulsión dcl
l) r ( ) t lllt ( )
nr\t.r V de l a m ujer del cam ión act ualizael com poncnt c lr it lit , r '
, l t :rrri ctererrát ico dc una búsquedaim pr - r lsada
por int 'it : r r 'ior r cs
u¡.,trttti r.,as.
E l h om br c llcca a una "ciudad cplcn( \ cs nlr r s( lr . l( 'ur )
l ' ,rl,l :rt| l desoladov se albcr ga en la casade un t al ( iinr clr cz. .cn
' .rI l'.r(l()de una estación de gasolina que depende -c()lrlo toda la
, rrrrl:rtl de una "Empresa" anónima. cuyos reglantetltosdiscrpli, r.ur()s van mi nando cl ent usiasm ov la vcllunt ad de kr s habit anl, ',, l¡:rr.ii'ndolos sentir como acartonadosy sin vida. Giménez cs
l ,¡ .rrrt,rri cl ad
o el "payascl"que se esf uer zap( ) r m alt t ener las con\ ' n( r()n('sinalterables,que rcprirlt l¿ cjcsviaciól-r
de las reglas(en
/i¿rt st ¡:in ull crrra)' unos carabir-reros)
e instaura la normatir,'idad
n r(( .uuz:¡(lilcluc conr.'icrtcal illdividuo en un engranaje deshur' ' .r,rz.r,l ,,rl e l .r l. r nl. r r csa( en
Par í sser ála "O r ganización") . Cada
',.( il( n( r.r P:¡¡1¡11i1¡
le pasiírn pclr los regiamentos, restriccioncs e
rnr| r)' ,r(r()r)(\(( ) nr unit : r r ias,
( uv: r a( 'cpt ación
dist r aid¿rr eact ivauna
1i 5-.' E
las
seriede interrogantessin respuesta:el hombrc farlrlist ttcsti.tla
(llilrrr,r
\(
[)()rqué
instruccioneso prohibiciones de Giméncz, nr l)r
it¡rs.
Sc
adapdesc.'.c
enemigcts
o
1o
odian
temen
le
lo acechan,
tt
ltrg:rr
que
ta a una convivencia conformista y suborclitrr,l,t. rttt
"cirt't'"r'' y etltra en
"cárcel"rt
cl
dc
de
orden
un
con
se le impone
i:t
la
una actividad farsescaque enmascarastr insigrlific:rrlt V ¿r¡ula
"entrar en jtregoccluivulea abandoconcienciatemporal. Es que
lúnar la identidad cotidiana e instalarsedesttttdt'crr cl prcscnte
fttturo
despoiado
todo
de
y
pasado
del
propio
dico -en el olvido
y
de connotacionespersonales,penetrable disponibic para asumir
roles
el
que
cambiantes
iuego exiia"'':
los diferentesy
El iuego otorga una transitoria identidad' Protegede la intemel narrador
perie y del vacío existencial. En esepfesenre lúdico,
se dela aúapar en una red de relaciones preestablecidas,planteadas como parodia de actividadesnormales, como si representara
"un iuego,al que estabajugando sin cotlocer las reglas",'' estado
de alienación que infiltra el deambular de los actantes y orienta
El
Lrn acontecer que rranscurfe como escenificación irresoluta.
acmovimientos
y
de
afectados,
relaro crea un reiido de vínculos
la cual la
titudes que se asemeiana una representaciónteatral e'
absurnornlatividad
de
una
improvisación de un papel es parte
d". po, cuanto la acción sociaI ha perdido su relevancia' comPorde
tam^ientoque deia entrever el desapegoy la interioridad vacía
quienesparecen "ser dominado[sl por uu hueco en lla] concien"Todo el tiempo"."' La recurrencia de lo t.:a.iu",.u-o se lee en
de
tral o circenseen la obra de Levrero acelltúa el carácter ritual
Es
del
ser.
o
vaciamiento
una escrituraimpuesta como simulacro
' lbrd.,P.62'
"'lbíd.,P.140.
I'Grrciela l. Scheincs,./ilguetes
1tjugadot?s,BuettosAircs. Editoriel de
200'
1981'
P'
Belgrano,
\sLa dudad,ob.cit.' p. 132.
r ePlt c com o
1,,,¡rrr' (x' r.l t'cot
rc r l¿ ¡ r clcadc t r es bclr r achos'que sc
ensayado'actividad gestual
cspcctáculocuiclac{osamente
, 1.,,,r.,,,,
qtlc sc convierte en metáfora de la despersonalización
r' ,,r1,'nciosa
"del sentil.rr.rnlbttlcscade actantesen busca de su identidad v
artículo Ya
rlrr(.nt()clc no estar del todo", como titula Cortázar el
entretiene
se
hombre
el
r rr.rtl().Instalado en la casade Giménez,
( n r utinas desligadasde toda utilidad v se olvida del motivo de
,,rrvi:rjc (la búsqueda de combustible), sin pensar ya en rcgresar
novela: "Aho.rl lrrgar provisorio que habitara al comieuzo de la
el otro
qt. ni siquiera quería volver a la casa;ahora veía
,,,
',',ttí,
para
.r\lx'(t(), d. 1" humedad' el del aislamiento, el del trabaio
"i
ninguquizás
cuales
,,r,|..'nertodo aquel montón de cosasde las
el sentir que
n.r nrc sirviera al fin; el anticipo de la fatiga inútil;
circunstancialmente'
l.r t;rs:tno era mía, que sólo debía habitarla
r lrrt'l)r-r)lltosería desaloiado-tal vez sin tiempo para acomodarrrr('il gr.lstoen ella"'tt'
l;r acumuiación de situacioncs excéntricas v de encuentrcls
los mecanisl'r trritos, la suspensiónonírica y ia eliminación de
afinidad clc
rrr,,. lrsicológicosprevisibies ponen de manificsto la
I
e
| ,,'u,,.'r.,con el surrealismo. La narración icrarcluiz.a qr-rclrrtct'r
crr
,lt r¡r'ovisto de aparentefinalidad, la aboliciijn clc las frttntcr'¡s
st'
lllnracctlcro
tr t' kr racional y lo irracional: así,por eiernplo' utl
('ticlte con iuguetesde plástico mientras el clientc espcra;los
' ilt|
ver cotl
/.f l),rt()scn una zapateríasin empleados nada tienen que
Ias paredes
Lr.'lortrtas,tamaños y colores indicados en las cajas;
secrelenguas
,lt l:r cstación están cubiertas de libros impresos en
r.,,,y ,lc Inapascon contornos inexactos e indefinidos; Ias acciones
de los personaies,como si obedecieranmóviles pre.¡rrtr¡t¡lrttica^s
,l,.rt.rn¡inados.fundan un orden absurdo.La frecuente alteración
,1, 1,,r'xplicable y cotidiano delata una disponibilidad que linda
ia
r ¡ rrr L r rrcolantástico(sirvientesque no se dejan ver mantienen
medio
a
rrr, sit'nt¡-treclispuestay ia ropa orde trada,cigarrillos
".r
"' l,,t , tu¿lad,ob. cit., p. 66.
e Todoel tíemPo,
ob. cit., p. 94'
4()
47
,l ,1 1,rr,t,l . l t,t..t-fi rrl ci < tc or t s ur nir c on ti n ú a n fl o ta l tc l ()c tttl rtri tt.t
nar la c is t er na ,e tc é te ra ).L a s i n l b i o ti ' ,1 .. 1 ,,l.rrrrrl t.tt v l ri cxrraho,
de la t r iv ialida d v d e l d e s a s o s i c tl ,,.,ll ,,'
.. rr\.rt() r' l .r i rtt¡tti ctanre
( ¿ . ec cde
ls F elis b e rtol l e rr-rítrrczl e/ p t,,r ( )(.r u n.r .rl x l ttl ri t l l l a otredad donde s e n a tu rrl l i z a 1 o i rrc :rl . trtt.t, r¡,l ,rr.tti rrr Itrtprcdeci bl e
hac ia z onasen i g rn á ti c a s\' o l l ti n o s :ts .' l ,l ,r I, .rl i ,l ,rtl .
Lev r er o c o n s tru v e l a b c ri n ro t ( s l ).r(r.rl ts r,'tt xttrl l cs que dl l plic an los labc ri n to s trre l ]trr]c s.l. ,,n ..l .l ,t c r p,.r' i ertr' i ascrl si bl ese
disueh'e en una difr,rsabírsqrreda,.1tt sI:¡rIost rrr-i11r-tcccc{ores,
que
defan s iem pr e u n rc s i d u c ld c :rn { trs ti r i ..l tr urrprrro.Los despl az am ient osoní ri c o s d e rln a rra d o r (' n ( u (' n tl ' l n unrl l totrrbl ercducc ión ¿ l abs ur d o c n l a i n c L l rs i i rr n o c tu r)i l c l l un;t c¿l sadescouoc ida en bus c ad e An a , l a m u i c r c x p rtl t:trl .t.. k' l..' ,uni írude basura.
La s us pc ns iónd e l a c o n d u c ta p rc v i s i b l c l c l el a causal i dadl ógi -
l urrtad (l ro se atr eve a cnt r ar en [ a pieza "í lr t inr a" dc Anlr ) v st r '
, r¡¡nbi r a l a presión dei inconscient c,se van cvap( ) r ¿lncio
ias últunas defensasde lo r ¿lcional.
La escena descubre una constante ler,rcri¿rna,el an-rc,res
\r('nlpre un placer inalcanzable. sirnbólicamente anulado en L¡
I tu(/ddpoÍ la amenazanteoscuridad v los fantasmasque habitan
u irs puertas ce¡radas y pasajesvedados. Recuérdeseademás la
. n iurnáticaprescnciade ot¡a mujer, encerradacn una habitación
, l.rrrsuradadc la casade Gimér-rez-,
cuyo r-ocabulario se limita a
,1.,spal abras(" no" v "vávase") ,com o la silenciosaM abel cn , É7
Irt,rytr,
tambrén despojadadel lensr¡aje,la escurridiz-aprostituta
,\ngclinc, quc "pcrtenece" al vo-narrador ert París,v las mujer , s .lcsnudas encaclenadasa una pareclde picdra en estaúltima
rr.,vcl a.E stasso m br as f em eninas ( des) apar ccen
de m aner ¿rhui-
An¿r- en Llnaavcntllr¿rexcéntrica quc trilnsfigr,rrala expectatir,a
,l i zrt,si enrprci n asequibles, acosadas,
am or dazadasy sin cnt idad
"deseo
r
esiduo
dej
ando
com
o
el
r abioso de poseer lalsl".
¡rropi a,
de c ons um ar u n d e s e os e x u a l i n s a ti s fl c h t) cn Ll natransgresi ón
( ()nro se iee en,E7lugar.)tuna exigencia sexual que hace del cuer-
de un r ec int o i n v i o l a b l c v p ro h i b i d o . F .l h ombre avanza col no
anc s t es iadopo r c s c a l c ra si n te rtn i n a b l c s . conrando escal ones.
l )() v sus pasi onesuna colnplr lsión ir r epr ir nible y : r lienador a.
l l stc cs un moti v( ) insist cnt c.r 'incul¿r doen Llnosc¿ls( )As la nr ir u
(l ;rtransgfesor ae im pot ent e dei co. yeurqt, r c dcsper sonr r lizr l:
r r,rr'
"r
\
lr
t
¡
(
y
r i v i cl aderóti ca la convicr t . : cn Lln cspcer , icr r Lr
rr t t s, . lt u rr
ca conr,ierte la motiv¿rción inicial
le lruscluccladc la pieza de
puertas cerradas,descansclsv abcrturas .luc no llcr,an a nir-r¡1una partc. como si una fuerz-asuperior coutrolar¿r su volllntad:
" A s í , c s t uv es u b i e n d o y b a j a n d o e s c a l e ra s.
c on una angusti acrcc ient e, s in s ab e r s i mc c n c o n tra b a a rri b a c l abai o;mc netía por
corrcdores que rne llevaban a nllevas cscalerasv escalerasque
m c llc l' aba111 ln u e v a s p u e rta s c e rra d a s ,o scuras,si l etrci osas" .rr
¿' o\(urmel ancó lico" se t it ula uno de sr r snr aqist r : llcsr r r tr r t os) .\ '.
nr;rsfrecuentcment c,supedir adcla f ijacir lncsposcsir ': r s,
r '. .lr r . r r l, t
,l t i ntnersi írn en la ncur osis.Ei cucnt o "Nuest r o iglu cn cl . , \ r '
t rt o" i l ustra cl a r am ent e los r it uales dc un cr ot ism o quc nace dc
E l ac r o de pen e tra r e n u rr l u g a r i n c x p l o ra d o pl antea expectati vas indefinidas cn un yo autómata que respondea motivaciones
r ef lef as :" M e s e n tí i n s e n s i b i l i z a d o ,v a c ío , como si otra persona,
un:r insatisfacción,de una carencia.E,l narrador-protagonista se
( ntrcgrl a los fantaseossexualesde una tarde, sir-rab¿rr-rdonar
su
dc s c onoc idap a ra m í. e s tu v i e ra h a b i tá n d omc, y vo l a vi era solam c " ' ( : n s L re x te ri o r, u n b u l to i rre g u l a r v oscuro, si n poder
. rn(crcatnbiabies.simula afectclsv acumula fracasosdc rn<¡d<r
' ,rrtt' si l ' o,en un t ant eo de at r accionesV r echazosque per m it e la
pc lr c r r ar en s u s p c n s a m i e n to s " .I Al p e rd e r el controi de su vo-
l rl ' t rrrci ri ni rn¿r sinat i\ , 'a
de f ánt así asr cpr ir nidas. La escr it ur a se
trrn;r tcrri tori o pr opicio al incesant edcsplicguc dc obsesiones
I lbíd.,
p. 130.
rr lh',-.1
I)5
'.
, ,¡t,rl aberínti ca ,e int ent a seducir a cuat r o m ujcr es desdibuiadas
LI l rr.q,tt.l 'c tl ., \l otttc v i c l c o. B anda Ori c nt¡I, l c )t)1,p. .3.3
que oc ult an l o q u e re a l me tttei n t¡r,,rt.r r¡rr .¡r¡l r. l , r rl t l l :tst(' tl denc ia es pir it ua l q u e s e c a l l a v e n v trt l r' , ,1 , ,, rl t rr, r,,.
l:,nEl lugar,elyo narrador seencuentraen una situaciónaún
Despiertaen una casaaienay descorrr,rs
insólitay pesadillesca.
rk' l ,¿ ctudad
La pr ogr e s i v a i m p a s i b i l i d a d ,1 ,I l )r,t.rl ,,.nr.' r,r
vuelve explícito el completo desl:r.,¡., rrt,, ,lt I rr r . Su , rlrt'clictrcia
',, ',
de las prohibiciones y la sumisiól| ;r t ,r lt1,r,\ n t r\()rrt,slo Itaceingresaren un orden ierárquico tloI'rrr.rlr./.r(
l()t , ( lrr( :r(('l)t:l"Pafa no
seguir pensando",2aconformisnl( ) ( lrr(' r, , r rt r,l:r .lt rrlrrrecliatola
reacciónde la parejade hermanos(lu( ( onrl):ut('n unil "cesrltoma-
rrot' i da:
da" en el célebre cuento de Cortá2.:rr , r ..srgrr.rrrtl,rsc':l sr.lautoenatenación con la tranquilizado.racoll\'r( ( ¡,rr r.lt (lu(' "se puede vivir
sin pensar".2sEl protagonistatom:r ( (,n( i( n( i:r tlc stt cxtravío y de
su obstinadamarginaciónen Lrnaticr r:r tlt rr:r..lit'
1.'s.'t'onña aI azar,
como única salidaposible.Opta por lrrrir crr rrrrr,:rgottclecargasin
asientosni ventanillas,hundiéndosc cll ulr "streñot{cnso,profunsin palado, negro, como un mar inmenso 1' tibio, sin inl:rllct'lcs,
bras,sin pensamientos".2()
En las últimes 1-xruirras
dcl re lato el jefe
de la estación ferroviaria, otro defcr-rs<¡r
clc los rcglarncntos (como
el camionero y Giménez),marca línritcs inflcxiblcs quc acentúan
la ciega estupidez humana y provocan una hilaridad como forma
de defensa,que amortigua el patetisn'rodcsolaclodcl descnlace "Y
Dr-rla oscuridad total, mis oios buscaronuua referenciay sevolvieron a cerrar,sin haber encontradolas rayashorizontales'paralclas,que habitualmer"rtedibu¡aba la luz eléctricade la calle, o el
sol,al filtrarse por entre las tablillas de la persiana.No me podía
c'lcspertar;
y aunque no recuerdo ninguna imagen,ningírn sueño,
mí
mismo,ahora,como en un serque vagabasin rumbo,
en
pienso
con los brazoscolgandoflojos,sepultadoer.rel fondo de una matesin identidad,sin pensamientos.rs
ria densay oscura,sin ansiedad,
Acosadopor urgencias físicas (frío, hambre, ganasde orinar o
,lt'firmar) inicia un desplazamientoincesantepor habitacionesse¡rriv¿cías
y pasadizossecretosque se multiplican a su paso"'como
si buscarauna salida que no conocía o que no recordaba".¿"Im¡,rrlsadopor la necesidad de salir recorre piezas quc se cierran
entonces empecé a reír, como loco, tanto que casi rne caigo de la
zorray ruedo por el terraplén junto a las vías; me tomé de la pa-
tr':rsél y lo obligan a transitar en un único sentido, en busca de
r r ln t icllll) ( )
rrrrrcfugi o cóm odo y abr igadcl donde Per m ¿I llcce
En cada habit ación se valt ir r t cr t sif it ': r r lt lot ', , t t ¡ r t '
¡.,r' okl ngado.
l. t r
,¡rrcíras
vari an t es las condiciolt esde 1a¡ ut cr ior ( osc't t r it lr t t lr
lanca aquélla que no podía mover, para sostenerme,y seguíriendo,
sin poder parar. El jefe rne n'riraba, incrédulo; v su expresión de
nr.,1:rd,
vacío.silencio) ,acent uándosegr adt r alt nt 't lt ecl t lct cr ior r t
.1..I cdificio, el empobrecimicnto y la agrcsivi.le.'l..'lclas I'artrilils
asornbro me resultaba tan cómica que cada vez reíacon más ganas,
hasta no poder más".r7Humor de la desesperación-risa o vértigo
([lc va encontrando tras las sucesivasjorr-radasde recorrido. El
.rsl)ectofársico de los individuos, el despoiamiento del lenguaie,
l.,s Iibros escritosen lengllas incomprensibles y la condición ex-
del condcnado- que socava los referentes represivos de la convivencia social en un mundo donde es imposible apoyarseen nada.
r r:uri crade l os habit ant es( casit odos hablan idiom as desconoci,1,,r)ahor-rdan
la il.lcomunicaciónv la alicnación. L,n su mecánico
€lt la m iser ia y ct l condiciones
.r\' .ul (ecl hornbr c va sun'r iéndose
¿' Lu nudud,ob. cit.,p. 62.
2'
Sudamcrican:r,
JtrIioCortázar,"Casatomada",ertBestiorír¡,I]uenos,¿\ircs,
1 r).5
1 ,p. 1 6.
t" Lo dudad,ob. cit.. p. 150.
'1:Itíd'p.
147.
'" l ', 1l u . q , tob
r , . ci t.,p . 1 1 .
" ' l ,l t tl t.
sl
i ¡ls elt r br c s .I lac \' :l ' rc ' tc " tra t¡rrc l . .l c
t" ,,u /ctnnrrtt cl ttt
' . ¡-rctrsa
tarnbién hall:rnros crt París("pcro llo rc¡go
ga¡as dc p.,rrrr..,,j, r.,
quc rcfucrz¿rel aurolnatismo or-ríricodcl rclato, .,ti,'t.hobin
.ori
dcspersonalizado.inregrárrdomccomo un ercmento más
a aque,
l l a dc r ' or ec io. . q .(' l l c g a b e a s r.r h c rrn o s a cl l toda.u
corrro un csqueleto más, una rara más, un pedazo dc
-i ..r-i " ,
ladrillo,,.rr
Una persistente lógica del disparatc subraya la irrupción
de lo
absurdo en lo coridiano, la imprecisa dema¡cación entre
ro cc¡nvcncional v l' inragi'ari.. sin asomo de ironía ni dc
cscándalo,
y co. desintercsadanatllralidad, la experiencia
se desvi'cula de
toda verosirnilitud causal:"Había decidido tomar,'e
vacacrones
cn una habir ac ió n " ,rl c o m e n ta e l v i a j e ro . E,l " dcscanso"
es unA
s'spensión mrmentánea dc la bírsq'eda de una soiució'
o de una
salida,írnica afirmación posiblidc un yo acosado.
Esta ruptura co' l¿rscategoríaslógicas de I pensamic'to
abre
paso¿lconexionessumergidascn cl ir-rconsciente
del soñador.que
quicbr:r' la estabilidad de u. mundo orde¡r:ldoy reco,rocible.
E'
la segundaparrc de la novela. cinco hombres, closmuieres
v un
nii.lo, tan desconcertados y cxtraviadc¡s conro .l ,rarr,tdor.
c,rrr-r_
partcn un campamcnto en un patio de la casa,sr_rbordinados
a
la tiranía burocrárica dc un tal Bermúdez y afcctados
por para_
roias y susccptibilidadesrccurrenresen la triiogía. T"-tler-,
"q.ri
son frecuenreslas divi
hosrilidadesi,'d",.,-i','.,llll:ff
,,,,il:;:"-i::;',l:,d;f::.j:[:
tcrcsado'que crean la dirámica s<¡cialde las ro'clas dc
Lc,n,rero.
Las historias que aportan, apare'tclnentc corrrradict.rias,
revelan
quc todos habían sido arrojadoscn cseextrair. "lugar" conrra
su
voluntad, donde viven someridosal dcsco c.lees(.aparal
acosoal
que se les sometc,dc salir de allí "aLlrclr.lcrr' rt.t cs,rr-irr.),.
.rc para
r('Ibid.,pp.
't{)v 11.
tl Paris.lJucnos
Ai¡es.El Crd l:tliror. l() l,), l( )
Ir.
\) El h ga r.ob .
cit . ,p. 41.
'r lbíd..p. 2-5
,,,1r' ,r.rl l .t" .' l ' ,1 ", 'l': r r lt . ¡ r t t '/ ". l. t t t lo. lcclloscolt r , 'icr t cclclcsct r
l l Ia
do. nt ct
,1,..,.r1r'rorr
,¡t (' n ul ) l) r ( ) Vcct titt r cot t ccbible,c1- r edar - r cclt
jado
por fucrzas
t tutltttl.l:rinrprcsi<inclc c¡-retttcloitinerario estáfi
que paralizan cualquier Proyccto
,,rr,rc'i,..l:rs
c it.tctttttrttlablcs,
',
lrl,..rrrrlrrr.\'a lo habí¿rdicho Ana, en'I-a ciudrtd "dc todos modos
ri
ttunca a ninguna parte". Escamotcoo aplazamienrr,, llt'qarctncls
r,, tl t' l a vi da quc se r cit er a en ot r a m or ada t r ansit or ia - la casa
,l,
( l rr( cl narrador com par t c Por Poco t iem po con Alicia v su hiio
rrrrrcci nto ordena do y apacibleque opr im e coÍ r su unif or m idad
habit ación t r as
l .rrrri l i ar.E l preci pit ar seen vano hir cia adelar "r t e,
l¡:rbitaciírn,dcsemboca en un palpitante caos ("¿Q,é ciudad cs
un ámbit() rlLlllmes asFixi¡ntc
, st:r?"i('scpregunta dcsconcertado),
v f untasmalque cl quc acabade abandonar'uu mundo grotescodc
,rrcr-rdigos,
de burdos rituales eróticcts,reprcsiírn,derrumbam icnto v oscr-tridadilnpcnetrable. Ever-rtuahncnteel hombrc regresaa
l:r ciudad dc la cual habí:rpartido, dearnbulandoextraviado comt'r
"que lc resulta
rlr,ricndespierta de trn largo sueírocn Ltnaregiírn
cxtraña y i-rostil"r:-ur"raciudad bajo una replcsitltr arnrad,t.
Como cn I'a ciudad,unaamcnazaindcfinida inrcrlsificacl rntlical extrañamiento dcl yo: cl protagonista \,ivc lirttitac{o[)or crl
rcncias scmcjantcs obteucr comicla 1' aloianliento' sill tcllcr tlt
rccho a nada. Una misnta nrujcr vincul¿rlas novclas,Ana. rlrrcr'rt
Iil lugaryano es Inásquc la sombra de un deseoo un iucgo vcrb:¡l'
h,l protagonistade cada relato pcrcibc un desdobiamrcntoPcrturbador, como si su cuerpo estu\¡ierahabitado Por otro, quc revcla la
condición cnaienadadc sercsen vías dc desinregración.Itl rcfle1o
'olbid..p. .5'1.
"S i uk v i l l c " y "N or"c tr< r
" La ttutl utl .ob. c i t., p. 2/. D os c l rc l l tos rl ot:tbl c s .
hul
natl
o r l a i rn¡x rs i bi l i c l adc l e
pi so' gi ran cn torno d e c s t:r¡rrc mi s :r,c l c rtrav i o
dc
un s i rnpl c v i l i i c c tl as s
e
tr:¡tc
le
,
un i ti ncrari o, si empre i nal c ar-rz :rbl caunql
(Erpzl,:ros
ccrrs<¡rh:rstu Lnt ltovtlto ¡riso: "tttttica rtaclic llcgerir a tringuna partc"
(\tr'
(l
l
r( l ¿t(].
ci l .. [1.U () . sL rc i l c rJ
l ¡l ¡¡'¿t.,tbr" El lugar, ob. cit.. p. 72.
t'l bíd., p. 78.
5J
especularle devuelveal extrañoque esde sí rnisrno:,.La imagen
reflejadaseparecíatan poco a la que guardabadc n,í mismJen
mi memoria";'* "Vi reflejadaen el espejola imagende un serque
no separecíamucho al recuerdoque teníade mí rnismo".,.,Las
amenazasde la otredad también provocan dcsconciertoen esta
novela y problematizan toda jerarquíaestabley racional (luces
que seapagande modo imprer,,isto,seresanónin-]osque proveen
comidasin dejarrastro,otra mujer silenciosaque atraepor su im_
previsible fugacidad).Seconrinúa,asimisrno,el desconciertode
hombresacechados
por temoresancestrales
y enemigossin rostro,
que sesienten"preso[sJ
en un sistemaarbitrario y cadavez más
limitativo".*)Estasimáge'esobsesi'asestabrecen
u'a continuidad intertextual entre ambasnovelas,no como mero derivado
común de los acontecimientos,
sino como una red de ah-rsiones
y
asociaciones
simbólicasque obligan a despre.dersede los esquemastranquilizanres
de la cotidianidad.
El desplieguede encuentrosforruitos,los simuiacrosde ac_
ció'y las bírsquedas
sin metacorfieren a los relatosde Le'rero
un carácterdesquiciadoe inrransferible.En Iil lugtrer hornbre
cae"en la rrampade la comodidad"al
paramitigar la soledad,
acatando reglasimpersonales
que le resranlibertad y razonamien_
to, intesrándosesin resistenciaa un
€iruposocialtan desperso_
naiizadocomo mezqui'o. "Era como si me hubiese'borr".lo l,
i'tclige ncirr"-rlc.rncnta el lrarrado¡e' otra op'r-turiclacl,co'sr'i.rtc clc
cr
cstacLl
dc hipnosisv de embotamiento,
eiectr'lr
(:rltl. l.s 'i'ir
(lr.lr
scsr()s lc h:r. ¡rrrer¿rmado,
i'se'sible a la contingent i.rrrrli'itlrr:rltlcrr'r, clcl:r¿licraciílncolecti'a.En la adrnirablc
l):lgrlil t¡r-rcc i c r r lr llr nov c la s c lec ,
" La ctulatl. ob. cit., p. 69.
t" El lugar
ob. cir., p. /.8.
o"Ibíd.,p. 2.5.
orlb íd.,
p. 6 1,
tr Ibíci.,
p. 7('.
Ahora que la ciudad, mi ciudad, me resultaaienay aun repulsiva,
pienso que estoyrepitiéndome en mi actitud de aqucl otro lugar.
Qre no lograré aproximarme realmente a ninguno de mis amigos,ni a Ana, ni a ninguna orra mujer, que sólo los utilizaba para
olvidar la soledad,para evadirme de esteser que me habita, que
me odia, que me obliga a actuar en contra de mí mismo.
Sí, ahora veo que siempre me moví entre extraños,sin amarlos;y
que yo mismo soy un extraño para mí. Tan ajeno como estaciudad, como estacasa,corno aquellaotra ciudad y sussclvasy túncles.El cxtrañosoy yo.r'
Un definitivo arranque de conciencia 1o lleva a renunciar a
rrna búsqueda que carece de objeto, esa pesadilla sofbcante quc
lo hunde en el vacío: "Qrisiera dormir siu soñar, dormir mttcho tiempo sin imágenes, liberar mi mente de todo pensamiento y mi cuerpo de toda sensación.Los interrogantcs se si¡1uensuccdiendo, mis manos siguen escribiendo,pero lto surge nirlguna
rr ff,
rcspuesta .
La gradual desubicacióny mutilación del ir-rdivicltrocotrtlttt..'
t P arís,úl ti m aet apade un viaje m et af ór ico dcsdc lr r sr r lr it 'tivr , l. r t l
haci a un espacio"r eal" no f f lenosst r biet ir "o\ 'Pt sr r . lill, t , . , , . , l, , t r , l, '
se i ntensi fi ca n las m aní as per scct t t or ilt s1,lr t . l, t , 't t t t l"lr . / . r ( r ( ) r l
t tt
dc qui enes se af er r an a f ijaciclr t escl. , lct . '. , , ir ) t ¡ ) ( ) \ 'r lt z. t , l, t1',
tcmores i ndef inidos. L¿rdeshunt : t t . t izlttc. r t r t ll lr : t t t : ts. 1r l, t t t t . , t
como l a reP r esent aciónsim bólica dc lr t la llvt :t lt Lt r: l illl ( r i( ) l ( lt l( '
sc resuelve en un deverrir siemprc rccotttcltza(lo, irnprevisible
y aberrante, que instaura un clima onírico que pone en entrerlicho la experiencia objetiva. Como es habitual en Levrero se
climina por completo la noción de evolución narrativa. Todo
intcr-rto de desarrollo causativo se diluye en las divagaciones
,1rrcafluven a la mente de un yo-protagonista aprerniado por
" l b r t l . ,p . 7( ) .
'' I , l t r ¡ 1 .
l, r . t t lr z t ¡ ls u s | tl tt.tl l ri ;trt.s P .tq t()l (.t)rl )r ,r,rl t..,¡rr,
l atnC ta
l )()sl (.1.g:l
P r t ' fijlr t llrv s . i l l t(' l ' (' srr:ts i rrrl t,l i .rr,: " \r)l ,rttl ,)(()nti .ul rrpor
ningr ' r nc a n l i l ro c n l íl l c l t-r.t.t.1 " .r
l: l I r ' i¡ ¡¡.' ' l l ;u r' .rl i ,tl t./,,¡rr,,.r¡.¡1 ,1,.,.l,rr¡¡r,)\l
.r
(.r.r
()nrri t.acl c
la r n' c l. \' c rl a z a c l rc l :rt, t' ,rr t l l rr.r l ,1,.r.,t
, trtl ¿trl ,l al -rui da
c . t r c ' haci a l a h i ¡r.ti ' ti c :r l i [¡. ¡:r,i ,rr. .¡ rl rrr:rrr,l ,,sc;r
sr l -ni smaen
el proceso:
Ur-rvi:riedc trescicntossiglos(.n tr,(.n
r,,iaIr:rr,rllr.{ar u l)aris_r_rn
jc c lur a rrtc
c l c u a l fu i p c rc l i e n c r.
r' :¡srrtj
i o.:rtrrrcl i rnprrl s6i ¡i ci rrl
q.e me llc'ar:r a ernpre'dcrr.,:r-rrl
rrl ir lrcea.d. a rérmi'i:rit..1rrc
no n-rchabíadc'uelto fragrncrt.s dc cscirr.rp'1s..:rbrienclo
c¡mino a una esperanzarcmendaclaqtreahora rro ti¡¡1srccorrlp(nsa
v encontr:lrlncen esarnismacstaci.r dcsded..dc había
partic10,
tresciert.s sigkrsartcs,r.'cnc.rtrarrlt exact¿rrlcnte
igual a sí misln¿lc()lnodemostraciírnde la inr_rtilidacl
del viajc;v enc()ntrarfirc
allí, cn escrnismo banco-¿rhor¿r
kr rccucrd<),es esteLranco-sin
clucrada hava cambiacloc.r mi i'rcrir¡r. sai'o la ctrota
de cansan
cio, la cr-rora
dc ol'ido, v la rpaca ideacJcuua descspcració.
qtrcsc
abricndopaso.El
habíasid. i'scnsar'. Ahora lo s¿lbía.+,,
'a
'iaje
La llegada :l término producc un esradoclc e_rtrañeza
psico_
lógic a.de' u ' a c i a m i e rr' c l e li n c l i ' i d u o . Er' i a¡c.
sc i .rcrna en un
asilo dc mcnestcrososgobenrado por Llna.'organización
tenebro_
sa q.c in-rpor-re
u. orde' reprcsivo y fariseo,dondc toda salid:r
cst:i
a q'ier-r carecede propósiro,"Todos los caminos
cstár.l
'cdada
r'c'ruri.s si r¡'o no tiene u'a idca clara dc dóndc
quiere llegar,'.ot
l,e novcl¿rse b:rsaen una propucsta paraclójicir:
.I^vo r.pirri .,r_
"
c()rtraf u. refrgio acogedorpara recuperarsedcl
iargc,rccorri.lo
c r ir r . r ' ' - ial, p c ro re ' a rc i a ¿ rs u l i b c rta d y sol o eorrsrguc
e' a,cl )arsc
a5I'arís.ob.cir..
¡r. 120
"ulbíd..¡rp.c)r' 10.
r - I bí d.p.
. I lo.
rrrits.Se entregaa una seriede rituaies absurdosqllc transpal-cntal.r
rrrrl compul sión a or denar v a planif icar , sir rcucst r ( ) nllr¡ r r r . n:si.
rs r
si tuaci ón ni e l sent ido del laber int o sinicst r o cn quc sc cncucnlrrr. Nuevarnentei¿raceptaciór-r
pasiva de un ordcn insolito y mut ilante se convierte en rcgla. retomando Levrer<¡la cosmovisión
rlr()tcscav fantasmagórica.de su primer cuento, "Gclatina", dclr-r.lc lcnta e inexorablcrnente la gclarina se exrier)dev se traga una
,.iud¿rdhabitada por tullidos. harapientos v prosrirur:rssin lugar
l)erapasar la noche.
En Parísel f1ujo continllo de lo ordin¿rrio a lo anómalo pro.luce una disyur-rciór-r
eiusiva cntre la vigilia v cl sr-reño,
entre 1o
lrabitual y 1o incxplicable. La na¡ración esráconsrrLlidasobre la
cscisión intcrn:r c{cr-rnhombre quc r,.ivesimultáncanente en dos
cspaciosv dos ticrnpos diferentes.qLrcse cclnvicrtc lr sr misrntr elr
objet<lde su propia contcmpl:rción. El yo ¿lctalttcsc cncierra cn
rrn :rsilcldondc sc lnucvc en pcrpctua inc,rnodidad. r'a perdientlo voluntad, pertelrenciasy liberrad, mientras quc el yo especraclor se sr-lmcrgecn la cnsoñación, se im:rgina cspaciosrnás librcs
(pl ayas,dcsi er t os.plazas,callcs) ,dondc puedc cont r ol: r r l: r s<', r sls
() tr¿rnsi tarcn buscadcl
¡ llaccrsexual.Hs dccir , p: r s: r . . l.ur. ) : ¡sr( u, r
ci ór-rdei nccl modidadaot r a- et r soir acleclc. ng, r n, , r ,t,r . r r r , ¡ uilr , l. r , l.
rl ttnderompc l¿r sat adur ir sdcl or clcn opr r 'sir 'o.lr r r l, l. ur r .:rr r r r r l. r
(' ros,per()estt 'ls
cspaciosde dor - ninio ilt r sorio \ ' ( ( , nl lx n: , . r1,
( ,,r . , 1,
r
(
t l trenci :tsque sc invcnt ¿r t cscapiln
r
sit 'r r r ¡ r r -. lt \ u r , r nrr ll r 'n ¡ u. .
tcrtni na pri sioner clcn Lt n¿lcllol llt c ll: r bit lt c'ion.
r : n ( ) t l- ( ) s,
l: r r nLrjcr
rltredcseaciesaparcce
por un pasilkr c¡-rcda a r,rnapicz-ar,,ací¿r,
írrabcs amenaz¿rntcslo persigucn blandiendo sablcs,juecesdc bást¡rrctbol suspendcncl parrido para iuzg:rrsu culpabilidad, etcéter':r).I)or mcdio de estasprol'ccciours irnaginari:rs,rcfugrclsde una
t oncicncia disociada,sc ahclndacn Llnasuspensiirnonírica. en un
je clecomponentesheterogéneosque desautom¿'rtizan
.'rrsltr-rbla
l¿r
It Cttrrt cctt-ivcncional.
L¡ ilcscontextualizaciónserránticar. la prirnacíadc un prcscrrtt' :rtcnrpomlprornuevenuna fabulación lilrre clctodo mimetisrno.
t slr:rtcqi:rs
quc alcarrzancn Par¡-s
un marcadogrado de
1'r<lsmoc{cntas
sllperintendente de música de la comuna, ocuparse de la supcr
vivencia arrística de un irnporranre sello grabador, v dirigir un
conservatorio" (Les Luthiers, vol. II). Todar,ía no me ofrecieron
ei cargo de superintendente literario.
P.R.:En por lo menos cuatro cntrevistasque concedistecualr.
do vivías en Buenos Aires, sobre todo en los primeros riempos, rc
manifestasrelascinado por la grar-rurbe. Una mezcla de fascin¿rción v repulsa se nota en tu reciente "Diario de un canalla". Sin
embargo, en 198c) te radicaste en Colonia. Más allá de las circunstancias familiares que pudierorr arrastrarte a esa decisión:
¿no es una opción por la soledad, el retraimiento, la incomuni
cación con la mulritud? FIas dicho que cada día se te hace más
difícil moverte de Colonia, de tu propia casa.
n() rcspetan las cebras, los ciclistas vau a tttdlr vclociclacl inclrr
.,r)
dc ttroclo qtlc cs t-l'r-tcho
l)()l'las veredas(y de nochc sin h-rces),
nr.rspeligroso andar por Colonia que ar-rdarpor RuctrosAires. Si
.r t.sto le sumamos que a dos hermosos Pasc()s!conro el pllerto y
l.r plaza principal, les han puesto unos altoparlatrtes que vocife,,rrrcumbias v/o publicidad, entenderás que prefiera quedarme
,' rr rni casa.
l).R.: ¿Te molesta, te halaga, te fastidia, te preocupa saber
(luc lrluchos jór'enessecretos(v r)tros ya no tan jóvenes ni sccrerrs) l'en <:nvos a ur-r"maestro"? ¿No te parecc que tus ficcior-res
( ()nsti tuyen el ot r o polo m agist r al en la lit er at ur a ur uguaya, el
( l u(' sc opone a la pr osa, la ir naginación y la visión del m undcr
.lt lVlario Benedetti?
,\1.L.:Mi radicación en Colonia es una opción por la vida de
familia, es decir, una elección opuesta a la de la soledad, soledad
M.L.: Creo que es exageradodccir que los jóvenesven en mí a
-para
r¡n "rnaestro"; crco que más bien ven en mí a w compinch¿
que se daba mucho más intensamente en Buenos Aires. Incomunicación con la multirud, sí; extraño a vecesla calle Cc¡rrientes
us:lr un término que una vez me rc.ealóCristina Siscar. Me en( uentro muy bien con los jóvenes,diría que mejor que con los
.r.ltrltos,y me halaga enormemente la prefercncia quc tnttclros .1.'
v mtrchas otras cosas.Pero no hay retraimiento; en Colonia tengo cierta vida social, y adcmás me visitan con bastante frecuencia amigos de Montevideo y de Buenos Aires (y alguno de París
v hasta de Bélgica),e incluso lecroresdesconocidosque luego sc
l.racenarnig<'ls.
Mc resulta difícil trroverme denrro de Colonia porque el viajt'crr irrnnitrusa Monrevideo es muy largo y desdeel tiempo de la
clict;rdrrrano dejan fumar; y la carrctera es muy peiigrosa.
Por otra parre, caminar por Colonia es difícil: el clima es sur]rrurrcntc hirmedo. hav mosquitos casi tc¡doel airo, no hay rambla . ,n vereda, las calles son empinadas y muchas de ellas crn
pcdradas y con veredas en pésimas condiciones; la iluminación
artificial en las calles es casi inexisrenre (y s.rfr,, de cegucra nocturna), las vías amplias -como la Ruta 1 o cl camino que lleva al
bosquey a la playa de Ferrando- tampoco riencn veredaslroclas
las vías son de doblc mano y no hay sentáforos,los rnorociclist:rs
, l l os rnues t r anpor m is t ext os.
A vecesm e pr eocupo,sí ,en r elaciór tal t r at o pcr sot t : t .l , , n 1, ,
torcs iírvenesquc a menudo setraltsform¿lltcn .lnllg()s,lx)l (lu( nr('
l):n-cccque lo que pueda decirles lo rccibcn com<l algo dc trtrcli,r
l)('s(),y temo equivocarme.Y porque pucde sucederque tenca quc
nr()\'crmeen un equrlibrio muy difícil entre ei joven que hay en
rrrry cl vi ej o que hav en m í .
()rco que lo que interesa a los fóvcnes es,en buena medida, cl
rrnito valclrque defiendoa muerte en mi literatura,la autenticidad.
\'. r no cscribo nada qlle no hava vivido, o que, mejor dicho, no esté
viviorrlo micntras escribo.Otro factor de interéspuedeserla liberr.¡tl.\' orrrt rnás,la literatura de un tipo que no traicionó demasiado
.r plol'rio jovcn (hav quicnesdirán, "un tipo que n<lmaduró"), y
'rr
( lu( ( uilll(l() [O traiciona, kr dice, como en "Diario de un canalla",
( | ('n ( s(ils l.(sl)ucst:ls-l,os ióvcnessicmpre fueron carne de cairón
idiosincrasia.La reescriruraparódicade la historia prescindedel
propósitode veracidady adquierela apariencia
degratuidadlúdica.
La historiaserepitecomofarsao reciclajedc hechosdesconectados
de su contexto,deliberadaagresióna la realidadquecumplela función de realzarque "Nadaesreal" -lema dc los Beatlesusadocomo
epígrafede "Alice Springs".Así,por ejemplo,Hitler, sableen mano
y sobreun caballo blanco,aparecedirigicndo el ejércitoalemán
que atraviesala campiñafrancesa,mientrasDe Gaulle sedeclara
a favor de los alemanesv la Resistenciacoreaconsignasanrillazis,
cantandoy bailandoai sonde la músicabrasileña,"especráculos"
apócrifosque los franceses
miran por televisión.El enrrecrucede
situacionesnarrativasincongruas,ligadaspor el asociacionismo
libre del irrconscienre,
guía el fluio informe de una imaginación
desbordante,
que libera cualquierocurrenciao visión, por impcrtinenteque parezcaser.De ahí el conrinuoasaltoal lectorde
(el baño de inmersión duranteel cual se
situacionesfantásricas
pierdeel peloy secambiade piel,el ccntenarde hombresvoladoresque surcanel cielo de París);de estadosabsurdos(choferesde
taxis que mueren al rerminar el viafe,modelosque debenmorir
al serfotografiadas,
orinar en el palcodel tcatro,salpicandolos
calcetinesde los presentes,
sin que nadieabandonesu lugar);de
(una muier parccetcnerrelacionessexuaperversiones
grotescas
lescon n'rediadocenade perroso lobos);de proyeccionesarquetípicas(lasmaníaspcrsccurorias,
el viaje sin metas)iy de parodias
(un envejecidoGardelcantandoen el tearroOdeón,
anacrónicas
la retransmisióntelevisi.'adel ataquenazia parís).
Parísrompecon la prácricaconforrablede la lecrura:esel tipo
de texto,que segírnRolandBarthes,"poneen esradode pérdida,
desacorloda(tal vez iircluso hast¿runa forma de aburrimiento), ha. ( \,¿rcilarlos fundarnentos históricos,culturales,psicológicosdel lector,la consistencia
de susgustos,de susvaloresy
de susrccuerdos,
poneen crisissu relacióncon el lcnguaje".a'
o"Rol¿r.rdllerthcs,
El placerthltexn.BuenosAircs,Sigloxxr,lL)74,pp.22-23.
lirda finalidad preconcebidadesembocaen un Purgatorio inferrr;rl,en un desva¡ío habitado por los fantasmasinteriorcs, las reel conformismo y la impostura. Sutiles lazos invisibles
lrr.csiones,
nr¡ntienen atado al yo-narrador a un asilo al cual vuelve cadavez
(¡rc se aleja del lugar: "¿Cómo pued[olvivir en perpetua incorrrodidad,en un mundo que tiene muy Pocosatractivos,y donde
l.rscosasparec€npor completo irrealizables?".unEl protagonista
vivc desorientado ("no me era fácil seguir una línea coherente de
ligado a una seriede frustracionesy debilidades
¡rcnsamientos",5o
,¡rrclo transforman "en un ser completamente inútil"'5t EI azat
¡rcrmite que seacapaz de volar; al caersede la azotea del asilo sale
tlc su aprieto desplegando sus "alas" en un vuelo imperturbable
s.rbre la ciudad. El vuelo se atribuye a un arrebato involuntario
.lcl hombre al ser precipitado en el vacío, proeza que no se cuestion¿1,
por responder a la anomalía general de un mundo que acePta
cl hecho inverosímil, los desplazamielttosoníricos que adquiercn espesorreal.'2Naturalmente, cuando tiene una oportturidad
propicia para partir y trata de provocar el vuelo' sucumbe ante
la incertidumbre de sus posibilidades, al ser conscientc de las
lcyes de la gravedad. Todos los caminos están dcFinitivrttncrrrc
ccrrados y solo la imaginación fantástic¿rv la adhesiorrPlt'rr:r:rl
nrundo oníri co pe r m it en el accesoa lo ilir nit ado, ; r la lilr t 'r : r tit , r r
.lcl cuerpo. "El punto extremo de lo posiblc strPoncrisa, cxt;tsis,
"' París,ob.cit., p. I I l.
5')lbid., p. 135.
'l dem .
;r Al caerscel narrador desdeun séptimopiso,dice l,evrero' en una cntrei'ist:r:"me quedéperpleio ante la máquina de escribir, hastaquc seutí un movinricnto, físico,re:rl,en la espalda:los músculosque sc movían a la altura dc
eran las alasque le
1..;.nrírplrtos.Y escuchéun ruído como de tela rasgár'rdose:
,r:rc
ían nl protaeouista.
No fue ttnasoluciónintelectual.sinoque fuc vrvidaasi.
rrr,lrrsocou cl cucrpo". Estl manifcstaciírnextranorrrralesexplicablecomo un
f( r)(;nrcnoperapsicol{ruico
que seproduce merceda un estadode trance.Pablo
l, " 1.:r:rvcntt¡ritdc cscribir",en El País,/ rnayodc 1989.
l..rz:rl,:r
proxirnidad aterroriz¿rcla
cic Ia rnrrcrrc", sc¡nlrr (ic.rgcs L]ataiile.
" : r git ac ióni n c c s a n red c l o
¡ro s i b l c ' c l c l . i ' r¡r' si hl c" .' ctul l . cr-l
Lu ciudad.la risa final c'rroc cl ilirs.ri. rlcsc. rlc lirrrracl. las nretensioncsdc ir hasta el lílnite clcl scr, v cucsrionrl 1.r.,-,,.,.,.r-,.-i,rnes narrativas: "Y mc reí. N"fclltac(; un pir.ico fcroz v salté,percr
P an Í s: cI UDAD M ETÁFoRA nN t - A ( ) uRA
DE M ARI o LevReRO ,
Juan Carlos Xhtndrugon
no hacia la calle, sin. haci¿rel
¡ris. dc la az.rea. cincucnra centímetros.N,{ciastimé las rodillas. r' rre qr.redé¿rllí,acurrucado cn el
sucl<¡,riéndome clc mí misr.... ilora'do".i* cor estapiructa sardónica Levrero plantca un dis¡anciamienr. c'rico .1,,-,,.rr-r".,,,
A la memr¡na de Jorge Cuinat
a lo narrado' disuelve la ¡ragediacon una disr uncion comica quc
apunta a un merale.er-raje
iró.ico, libre de'o'n¿ls prefijadirs,dcsviación de lo prc'isible que acrecicrta el sc'tirnie't. r,ertiqinoso
de la marginalidad del ser humano.
es cl (]rinteto
[a rnúsica frrvorita de los cor.rcios
:n La n'ravorop. 1 14 "La trr¡cha", de Schr-rbert.
La era de la sirnulació', escribc lla'c'lrillard, comienza c..
u'a pérdida dc sentido, quc co'ducc a [a liquidación dc todas
las his¡ori¿rs,refcrenresr. finalidades.j' La ficció. dci l-rechorcal
\'{¡nlo
Ll,"'Bnuo,
Caza de cone¡'os
cedelugar ¿rsirnulacrosquc cnmascara' la cscrrcialirrealidacl de
1aescritura. irrcalidad qllc penerra, condicior-rav dererrnina las
I
posibilidadcsrarrari'as. La indetermin¿rciól'r
remporal' espacial,
la radical desem¿r.tizació.,el cntorno al.cina.tc, la rcsoluciór-l
t
I ttt'Ltgtt
sobreParís,lanovela c1e
C)ompartiralgunasref-lexiones
paródica 1' las deliberadasercenrricidadcs suscirrurun;r apcrrurr
sobre el extr¿rñamiento.La precaria sobre'i'ercia huma'a e' l¿rbc r ir t . r s s in s a l i d a , l a c x p c ri e ' c i ¿ rd e u n a desposcsi ór.l a pcrsi sr('n(i;l dc rrrrsilcncir¡afccti.,.<t
I' la sontbría conrricci<jnde vivir qr
r ¡ n Dlr ¡ r r c lo
c l ca b s trrd a sp ro y e c c i o n e sp l i rn tcan i nstarrci asdc una
r . r t lic : r l ir c s t a b i Ii d a d r.d e s o l a c i ó r-r,
d c e s q ui r,,r
si rr' pl uri val cnre
l',.lisrl.. (1" clcslr,¡lrbra'teriqucza imagirati'a,
Lcr,rcro creafic('r()nesquc nbren pLlcrt¿rs
a fondos desconocidosdel scr humano.
don,i,' fodo es inestrrblc,imprcvisible y desconcertanrc.
ctl tl tl tsi t'r tr tl t l ¡ r r t
s e n t e c o l o q u i o . Pe r ti n cn te Pu e s i n d u c'c :t c'o tl si ,l ..'t,t r l .t l ,r , ', l tr ,
c i r l n d e u t - r c s cr i to r se cr e to cr ttt Il l ttc'l tl t o l r r :r P1 ¡ l tl r ,.t,l .t t ( '( .r " 1
c r í t i c a ; p c l r p cr m i ti r fo ca l i za r r l tl s sttl tl 'l . tl l l ( ( \t o tl t l tt t t l , t'r r ',
v o M a r i o L e v re l o , e s p cr ti tr ctttc \'( ) f( l r tt¡ l ttl
I r i f i c a n t e q u c . d e scl e sl t cl tL l l ) L i .r ( t( ) tt, l l t( l t.l ( l t\( l \.l s l ( ( l l l l .l \. \
p o r q u e P a r í s . l a ci u d a d . e n t¿l r l t( )tcttl l l , sc tr r tl l l ;l ( ( ) l tl ( ) t¡ l l :t cl c l l ts
'l-aI ttttcstra hi¡tiltcsis de trarecurrencias clbscsivas del narrac{or.
lraio. Nos parccc oportuno pues el tema ilustra de n'ranera eiernplar el espíritu de est¿rcot-lvocatoria: el cncuentro c interacciíln
,lc dos cuitums, la franccs¿rv la urugttaya. Texto v t:vento parecen
tr
' I'rrbl i cado < > ri gi tral mente e' n C urta c ul tural . N fontev i dc o, aí-ro2, N ' ' .1,
R az ' i s tade
¡,ti t rrr[rrc dc l 9 8i i . Fuc rc c di tado v rc v i s ado en I]ermes C nol l ¡¡.
Cieorgcs
Bataillc,La expertencta
int¿rtor,
\laclrid,'l'au¡us,l9/3. p. 4li.
'r Ib id..p. 142.
.,,
-- lcan Ratrclrill¿rd,
Stmulurnr¡s.
Nucvn \irrk. Serniorcrtic).
19S.3,
p..t.
,1, ,1,'rr,l , l l r( l ()nti l (l ()pal -xc s t¿1
edi c i i l n.
( r t tt tt \t littt i¿t Lttuntrt¿ Oultural, N{ortteviclco. ¿rño-5.N' 1O. otoíto dc 2(XXr'
.y
rlc rutocrítica, lo que concct:¡cl hacc coexistir rcxtos c'leval,rr disp;rr. Obvios rnalabarismosr.'isiblesclci oficio alrcrnan con rextos
1,ornismo soy un extraño para mí. Tan aicno c()l'n()cstll ciudad,
( r)nroestacasa,como aquella otra ciudad v stls selvasv sus títnc-
de ;rltisima lactura, hasta pareccr i¿robra dc dos aLlt()rcs.de una
poéricaescindida.Si cn considcr¿rcitinrcxrual cilo pucdc merecer
l . r. l ' .1extrañr)sr t \ '\ 'o". '
reparos,a nivel de propr-resta
de escrirura proporciona reveladores eiementospara ci análisis.
Esadualidad resulta l¿rtraducción tcxrual de cierta alienaciór-r.
Como es de conocimiento. Mario Lel,rcro es un scudónimo. El
verdadero nombrc del cscritor es Jorgc Variotta, con el cual firrnó solamenteuna obra, el parírdico tbllerin que respondeal nombre de Ntck Oarter v iuce un subtírulcl prometedor: iVtlcl<
Carter se
diaierte mientras el lector es asesínado
agontzo.r Esa alienaciítr-r
-y.yo
inicial, controlad¿r,conlleva-algomírs que el rema del doble (cra
inevitable quc aparecieraen su obra) para aproximarsc al dejar de
scr vo, Lrnasuertede Gregorio Samsacondicionadopor la historia
que comparte el discurso con sLrspersonajes,imágenesde espectáculo. circo, rnaquillajc, actuación,todo aquello qut: se orienta a
i:r fragrnentación de l:r personalidad.
Lo dicho parecc conducirn<ls 1luna pátina de surrealismo,
anclado cr) una rcalidad incomprcnsiblc, indeseada,rechazada.
Los narradoreselegidosmoviiizan una superrealidad donde exis,
t en c onejos p a rl a rrte s a fi c i o n a d o s a l a rn úsi ca dc cámara. E n
la cor-rfisuración Lc'u.rerola imaginaciirn no es libe ración sino
r les plaz ar . ni c n tod c p c s a d i l l a s .L a s u to p ías, l ugares v ci uda< l es
s on r r r buniz a c i o r.l cdseI h o rro r; p ro v o c a n e l cspanro,el deseode
ll r ¡ r r ' .l, r co¡ r r ' i c rrc ' i c¿lrc fre c u e n ta r 1 o i m p o si bl e y l a resi gr-raci ón
, l. . l. r i, lir . . ¡trc c l l rrsach ¿ l b i ta rl a s .E n e s o srrundos r-roexi ste l a
not'ion rlc cscapc sincl lrr-llento acomodarse a situaciorresdor-rdc s e iqnr lr a la r¿ rz ó np ri n re ra d c 1 ai n s ta uraci ón, un dcrrotado
as r ul. . c l c x t ra h a m i c n tc l q u e c o n l l e v a l a al i enaci ón. " S í, ahora vco quc siempre me mor'í entre cxtraños, sin amarlos; y quc
l,a duplicación como sistemadc vida, esevivir Partidosetl ull
en los signosde
lxríspartido, refleia una circunstancia verificable
novela de Héctor
l:r realidad. Es la experiencia de Necrocosmos,la
( ielmés, o [a Santa María onettiana. Utopías uruguayas que ret()rnan para rccordarnos,acaso,que la tarea más sr¡blirne pudie,u scr la instalación de un prostíbulo de provincia. La variante
[,cvrero consisteen instaurar lo excepcional entre lo cotidiano,
.'n cualquier momento v iugar. La ruptura de las leyesracionalcs
n() se anuncia, se produce. No se trata entoncesde preverlas sil'ro
.lc sobrevivir.
En tanto crónicas de esosmllndos paralelos,las edicionesde
l,cvrero tienen algo de esadeformación refractaria.Revistasqr-re
sc interrumpen, editoriales de suerte incierta, títulos fue,rade colccción,ejemplaressccretosdc difícil obtención,evidencias-hasta
cn cl acto de la lectura-, Lln itinerario en la cuerda flof a' tensad:t
clltre lo real y la imaginación.
La obra conocida de otros aLltoresdcl períocioclietrttori:rl 1',r
ct l Llt - t r qt t r t \ N,
'. '
rcce ser una meior ilust r ación dc lo sr 'r cccliclo
tl bstantc.en ta nt o pr oduct or dc f iccicincs,I - r r I er( ) ( s u rr () ( l( l() \
paradi grnasmá s nclt or iosdel escr it or r lr ugur l\ . ( ). l. l. t s r r lt ilil, 't
ti empos. H ui dizo. escudadoet l sct t clonilr r l,pt r blit r r , l, rt r t , -l. t r l
dcsti nasv s¡bt er r áneaspá{inas, alciacloclcl cir ct r it o lir cr er it l clcl
sentido común. fue creaudo en silencio de murmullo una tlbra
profunda, siendo ciemplo de supervivcncia del creador dcsapercibido, alguier-rinidentificable en tiernpos de peligro para la cst'ritura. Eiemplifica asinrismo.e indirectamente.la disparidad dc
rcndenciasprovocadaspor la violenta fractura de la traducciorl
ocurrida. La dictadura es verdaclque pr-rdomllchas cosas,
cr-rlrtrr¿¡l
lx'ro r)o legisló sobre cuái es la mc'ior lnanera de astlmir el gestci
I
r
lrrrgc \tarlotta. Ntck C-arrer.Ní¿¿Corter sc dit'lerte mrcntr(tse/ !ettor es asesi-
na,lo.¡,.ynagtnizo. Buenos Aircs. Equil-ro llditor, 1c)70.
c¡ El Plndulo.BuenosAircs. lt)82. p. 1'lc).
" lll ltr.qur.
legitimarse recíprocamente,reactualiza'd' trr intcrcambio constante y que se verifica periódicamente desdc hacc basrantctiempo.
El contacto se ilustra, oficialmente, en acrosde política cul-
dc los tiempos que corren.
tural, pero también bajo modalidadesde dependenciasurilmente
pesadillescasy reiteradamente metafóricas. De csraúltima especie
No es este momento para catalogar a sus representantes(aigunos de los cuales Ángel Rama llamó los "raros"), ni acasoevaluar
son las que nos depara la obra de Levrero. Propiciando un rráfico pautado por instituciones orgánicas de recatadas buenas costumbres, se filtran vínculos con apariencia de polizón, intercambios indocumentados, experiencias que prescinden y desconfían
strsevolución. Bástenos saber que Levrero es,quizá, quien insistió más en dicha línea de trabajo, haciendo a partir de lo extraño
rcstimonio eyernplificantepedagógico,tenderlciasque se afincar'on en zonas de la literatura descontextualizadas, eu apariencia,
una producción dispar y sistemática.
de aduanas y visados. I)e forma desesperaday marginal también
se acercan las culturas; intercambios paranoicos y perversos sig-
La imaginación no era el vehículo de evasión, sino una petición de principio, hipótesis para aiustar el punto de vista, conocer la realidad -intentarlo- desde otra perspectiva, camuflado
nados por la pasión y el miedo, el amor y el odio, el rechazo y el
deseo de conecrarsemediantdprocedimientos subterráneos y de
para integrarse y confundirse de manera diferente. En la obra
dc Levrero, lo que comenzír siendo lírdico, por extraños laberin-
ser posible falsificados.
tos de la vitalidad simbólica, sc transformó en insólita categoría
de la reaiidad. Las historias de Kafka, los fuegosmatemáticos de
El contexto de producción literaria de los últimos años en
Uruguay es por demás conocido y no pretendemos reite¡ar las
característicasde ciertas categoríasque buscan determinar lo parecido, sino auscultar zonas excluidas del catálogo y carentes del
análisis legitimante, precisamenre,por su tendcncia centrífuga.
En este tiempo, Levrero escapaa los paradigmas recientemente
instaurados en su formulación pura. En un período histórico de
altísima confusión axiológica cuando se evoca la literatura, su narrativa cor-rocidano aparececomo afiliada a la resistencia ni a la
huida ¡rrclncclitadade lo real; se configura, si acasopudiera conccbirse,a un:r cscritura de la autoeliminación pero sin la experien( i:r trilut))¿rrizante
de la prisión. Alejado de foros y concursos,de
scllos cditorialcs y congresosinternacionales, Levrero optó por
los incicrtos especrrosde la imaginación.
Ohservando y de sesgola evolución arrítmica de su producción ¡,, ,lc suponerseun procesotrabado,que partiendo de lo humorístico y superficial se orienta cada vez más a categoríassim-
C arrol l , parecí an encont r ar en el leiano sur una posibilidad
de reactivarse.
Tratándose de las ficciones de Levrero, puede afirrnarse que
la historia le dio sentido a sus códigos:cacerías,pesadillas,rnorrs;
truos, torturas, locura y aberraciones. Pertl no sc trrlt:t :rtltrí tlt'
presentaral escr it or com o un visionar io que it t t t r l'r l,p: t t '; t st t , r l, r
gi camente,l ahi st or ia, sinodecollst at ar ciclt 'seli. . r ( lt r (r ( ) \ s( ) t r ¡ ( l( '
ytransi taporrevisar lost necat t islt los( lt l( ': llt l( t ll. , t l l. t t . . 'l. t . . t , t r r
c : r t l: lr ) slt ( ) l.
l lt t t (t l
soci edad/l i terat ur a,despr endcr r t os( at t t t c¡ t ts(
ctl ct.rtlclicitlncs
tc) de obvias deduccionescausa/cfecttl<trigirr:tdas
.lc producción; ello para considerar lectttrasde significado y relcrcncias no visibles en el horizonte inmediato.
El imaginario dc Levrero acciona un diagnóstico inquietantc, sus textos no compiten con el testimonio ni la historia, Pero
se instalan de manera inconf-undible en la sttperestructura de
r)ucstrasociedad,haciéndolo bajo rnodalidadesheterodoxas.No
bólicas y que tiene en París,la novela, una de sus estacionesmás
intensas.En consecuencia,con una carga de representación in-
sc rlctcc--taen el proyecto de Levrero uua intenciórt de comunit ;rt'i<incontrolad¿r,premcditada. Su imaginación desborda igr-ro-
frecuente, a pesar de inclinarse el autor a la estirpe de escritores
alejados de la denuncia inmediara, ajenos al realismo mimético y
r,¡rrrl .rl os l ími tes que no adm it an la t r ansgr esión.Eseaf án o per srsrt'nt'i:rclc la rrrarginalidad conlleva por momentos la ausencia
creador.La literatura del períodono tiene represenrantes
absolutos y canónicos,al menospor ahora,a pesarde indudableséxitos
editorialeso fortuna críticaperiodística.Todavíapersistela insistenteconfusiónentreepisodiosde la iireraturay otrosde la sociología de la literatura; y no setrata de valoresdiscutibles,sino de
entenderqueel reconocimientode la colectividaden cierrostextos
del último períodono estánormalizado,y mucho menoscerrado.
En esereacomodartextoy autores,la figtrrade Levrerorendrá
una altísimamovilidad.En principio,deberásacudirse
eseesrigma de serobieto de culto y efectoúnicamentede celososlecrores
periféricos,para luegosuperarlas lecturasque -hasta el momento- privilegiaronsu marginalidady heterodoxia,resaltandode tal
maneralo diferente y excepcionalque olvidaron sr,rcirculación
real en el corpusde la literarura uruguava.
En un intenropor decodificarlaspartesintegranresde la alienación básicacitada,nos interesavolver sobreuno de los temas
recurrentesdel auror.Decimos"París",signopolisémicoe indudableejede buenapartede la obra.
II
-Escribí sobreParísantesdc conoceresaciudad donde viví rnenos
de un mes. Parísaparecíacon frecuenciaen mis sueños,etc. Eran
símbolossubconscientcs.
-¿Y qué sucediódespuésde conocerla ciudad Luz?
-Qre Parísno tenía r-rada
que ver con mis sueños.Vi que era Llna
hermosaciudad, tal vez la más atrapanteque he visro, pero no
era ei Parísde mis sueñosy de rnis pesadillas.Sin duda alguna,
rr' qr-redocon el verdaderoParís:es mucho más rico y luminoso
I )c forma independientc a la novela París, cl terna dc clich¿r
, ,,r.ladregresaa 1olargo de la narrativa de Levrero. Lo hacc cumvarias funciones en lo contextual, que van desdela mera
¡,lrt'nd<>
r,'lt'rcncia ocasiotralhasta la metáfora. Lo intercsante,cs que el
tt'rrraadmite variaciones y en cada una el valor es diferente, la
rr,',esidad responde a variadas raícesy el obieto de su presencia
cs rrrultilingüe. Es posible afirmar que se trata de tentativas y
que tienen en la novela evocadasu puuto máxi.r¡,r<lximaciones
r¡r,,clc realización.
(lonsiderclnos esasvariaciones.
a) El terna de la capital francesa hasta parece haberlo condi. ,.,nado a nivel extrañamente personal. En una publicación re, ,cntc't que reúne cuentos de diversas etaPasde la producción de
l,t'vrero,entre los inéditos se halla "El factor identidad". Más que
desarrolla en París,lo
¡,.,r el hecho de que buena parte del relato se
t itarnos por la lumir-rosaaclaración que lo acompaña y contribuyc lateralmente a la cuestión que nos ocuPa. Allí Levrero afirma
lo clue sigue "Este cuento fue escrito en 1975, especialmentePara
t'l concurso de la rcvista 7 Días, respetando todos los requisitos
(.\l)Llestos
en las bases.El premio era un viaie a París.lrinrrllt'tclltC
rr. lo envié al concurso, entre otras razonespor tcntor e grlllilrl()
v tener que viaiar".
b) En el folletín Nick Cartery cuyas scitasclc i,lcnt i,l:t.l .'r",,.:t
,rros,el tema Par í s se r et on- I a.Est a vez, ct l l¡ scr - iet elcvt t ir ''t t 1t t . '
dcl lréroc' EI apairp:rreceen ei folletín inspirada en las ¿rventuras
¡:rto anuncia "El episodio de hoy: laZona Siniestrade París".t'La
gcografía allí presentada recuerda las descripciones folletinescas
,lc Sue, los paisaies nocturnos de Fantoma.s;el texto allticiPa, en
..leve paródica, lo que luego será el París de pesadilla.
Citemos ia descripción:
quc rnis fantasías.a
'' l')spuc/os
Puutosr'rr'1987
Mor-rtcvicleo,
/¡ár¿s,
l Reportajede Enrique Esrrázulas
en el dia,rioEl Día, 2(rde ma¡zo de 1977
" ,Nnk Ou t¿r.ob. cit., p. .37.
La zclnasiniesrrade parís,es un lugar quc, elt realidad,
no riene
nombrelasíescomo la liamo simplerncnte.Es un lugar
cleterror
puro' dondc e' muy rarasocasi..cs ocllrren hechosreales.Nle
gllstamoverme por ell:r.ya sea
cn estadode vigiiia o cn sueños.
llrr cl mismo cuento -que acasocondensa la rneior escritura
,l, l.t'r'rcro- el tópictt de Paríscomienza a fundirse con otro tema
, l,rvt'eutoda consideracióndel autor y nos referirnosa la infancia.
aunquea \¡ecesla dosisde terror esdemasiadoalta y me resulta
in
soportable.Las autoridadesdc parís han colocadograndes
carteles
sobrelasdistinrasr'íasde accesoa la zona,dirigid.rscspccialmcn_
te a los extranjeros,por cuya seguridadno sehacenresponsablcs
I' rr,rr ei cmpl o.
dcnrro dc esoslírnires.:
c) Sin duda, uno dc los meioresrelarossobre el exilio
urugua_
yo es ",,\iice Springs (el Ci¡co, el Demonio,
las Muleres y y;),'.¡r
Los lugaresde desarraigoallí evocadosarter.ar enrrc Ausrraria
r
París.Las líneas de conexió. co' parís so' múlripres.
dcsdepcrs.r-rajcsfranceseshasta el descubrimiento deslumbramie'ro
v
de
la ciudad. En cierto molncnr() dcl texto ,. irr.l.rv"
una pequeña
pero admirable descripción de la ciudad cuvo final es ooort.,_
V
no transcribir. "]nrnediatamente desp.rés,,rno, ,i tiene
el coraje
suficiente,pucde volarse los sesos".,,
La ciudad va anuncir su vocacióndc mctáfora,aquí mediante
cl iuego de I estar sin estarv esrarsin 6aber llegado.ói...1
t."to,
"Mr-rchasveceshabía soirado
durar-rteaños v años,con llegar un
día ¿rParís;si' crnbargo ah.ra ya
estarraallí. había lreg",ro a
'.
P r t r r rs in I l. . q. rr-" .
Y lrrcso:"Nl.i.r cs real. [)cl rnismo mgdo que se
puede viajar
: r l: r lr r r r ; rs ir r r lr ' t' rs e d e l c a r.a s tro d e u ' a l til l o
en u' pucbl i to
Pt r t l i, Lr t lt r \ r r s rr.:rli rr,ta mb i é n s e p u e d ee s tarcl l pari s si n estrrren
I l l llgunir
r(r
l):lltc".
A pesar de preferir la imaginación a la tncmoria, cuando corr.r t:r ambas funciones 1o hace de tnanera impecable.Veamos un
Scguí internándome por los tírnelesdel metro, marcado por ese
que me hacíaPensaren
,rlor particula¡, no del todo desagradable,
hasta que
.'l ozono, y por las luces brillantes de los escaParates'
rne fui dando cueltta clequc aquello no era va una estaciónv ni
siquierasetratabaahorade París:estabaen una tienda montevideanaantigua,la misma donde había trabaiadomi padredurant
tc casitoda su vida.i
l.a imagen así elaborada se confirrna en otro pasaje,que funde
,1.'rnanera excepcional las obsesionesde las fuentes y las primer,rsnlotivaciones de la escritura. "Me crucé con mi padre, disfra,..r.lode coneio gigante, que miraba un enorme relof unido a str
..lralecopor una larga cadenade oro y reperíaquc cr.l t.tt-tlt.t¡ttt
(' r' i lrnuy tarde,que er a dem asiadot ar de". 'r L: r sf ili: r ciolr ( slr r . r ll( , r
..,n solo literarias.
"1, 'r( r r l
d) E n otra na r r ación del m ism t l t 'olt llt r . 't l,t ilr r l, r t l, r
r:rcl cMoebi us" ,tr el t er naesabor dad, rr lcs. lcr r n, tpr , r lr lcr . t tt olt t lt '
signi[icados.
Como en la novela homónima, P¿rríses el destino de un vial(, pero tambiél-rse conecta con subtemas que hemos intentado
r..lcntificar.Por lo pronto, se cierra la referenciaa la infancia ini, i:rclaen las citas prcvias. "Pero de Francia me interesaba sobre
t.rtl<lParís -por más que mis bisabuelosprovinieran de una ciu-
IbícJ..
p. -3 9
'"Alicc Sprint (cl Circo. cl I)emonio. las .\,lujeresv yo).', en Trtrloel ticnrpo.
Vlor-rtcvidco.
l-]anrla
Oricntal. 1982.
'Ibid .. p . -14 .
"'ib íd.. p . .3,5 .
r r l b i d . ,p . 1 ( r .
r 'rI b r , 1 . , J f .
¡.
o6. cit
' ' " l .,rt inr ¿ rlc Moebitrs".en Todoel nLempo,
..l;rrltlcl sur que se llarnaba Decazeville. Porque mi padre trabaiaba en una t i e n d a q u e s e l l a ma b a ' L o n d o n-P arís' ..." .1u
Se incorpora, y mediante referencias a un paisaje urbano airarnente identificable para nuesrra memoria, el segundo tramo de
la comparación metafórica. Si la consigna es dispararse a la metáfora, ello también sucede por el ahondamiento de los datos de la
realidad recuperada."El ómnibus nos dejó en un hotel del Barrio
Latino, que se llamaba 'Grand Hotel Saint-Michel'. La dueña era
una señora que se llamaba Madame Salvage,a quien le gustaban
los uruguayos y les hacía precios especiales".'5
Es también en el dominio de las fracruras de las coordenadas
ca¡tesianasdonde París aparece como la posibilidad del sueño y
la metáfora; cuando alternañ mundo empírico e imaginación, París ya había merecido una novela. Era previsible entonces que el
tema se fragmentara.
Estamos en territorio de conexión y pluralidad, en las secuelas del gran símbolo parisino, que suponía exilio y pesadillas, infancia y literatura marginales, líneas aéreasy la guía Michelmpara los viajeros. "Ellos pensabanpasar pocos días más en
rniento del terna. "A vecesme resulta rnuy fácil hablar clc Pirrís,
pero ahora trato de evitarlo porque temo rePetirlne".r"
Esta presencia mírltiple de París en ios textos aPllllt¿ra collsideraciones rnás ambiciosas que la de ser Lln recurso clrcllnstancial. [Jn eutramado de referencias tangenciales,el desplazamiento en diversas direcciones, indica un capítulo de necesario
cstudio. Textos qlle vatt a, textos que vtenen de, obsesionesque
puedcn rastrearse en la infancia, ciudad luz con zouas siniestras y cuentos que no llegaron a destino, telnor al viaie efectivo
y desencantado,confrontación entre la ciudad de invención y
la verdadera.
Aún sin cor-rsiderarla novela, París es en la obra de Levrero el
telrra qlre más se acercaa Llna aProximación poética' Zona d<lnde la irnaginación depone su fucrza aute la nlemoria y 1ocotidiano'
la pesadiila qLIese quiere volver la gran metáfora capaz de sustcntarse Porque tiene un poderoso argurlento a su f-avor: todos
creen-rosen su cxistencia. París es en Lct'rero el paisaje de muchos
episodiosy la traducción urbanística de scntimientos, temorcs y
actirudes. Es, finalmente, el único lugar nombrado dc¡nde tod<r
tener allí otras características".r('Y al interior de lo extraíro,
un epis odio d e i rru p c i ó n i n e v i ta b l e . " Vi a Isi doro -di j o Groj -.
cs p<>sibleque irrump¿r hasta con laberintos incluidos. C,rtlro l:l
América de I(afka, es la región qlle se dcscribc sitr cottott'r',t.,tr
rr(rls( (( rr
ferrocarriles,con fogouerosy que tienc, c9tn. ctl t l
(
lr r lr , r nlil,t : il r
't.lf
Levrero sucedeen "Alice Spr ings") ult cir r . Or lt ' ) l,
l)ii<i qLrccsr:rbaescribiendo algo. Pobre muchacho. Creo que
t lt ' lir r r " . ' r
l)r'ro t's cn cl crrcnto "Todo el tiempo"rs que integra el mismo
irreai el de Kafka como el magr-réticodc l.cvrcro, Pcr()cll llttrLr<ls
casos(otro tema para ir-rvestigar)apuntar-rdcla la rlretáfora del gran
teatro del mundo y del mundo como esPectáculocon los hombres
v olunr en c on " A l i c e Sp ri n g s " y " L a c i n ta de Moebi us" donde se
cla lo qtrc podcmos denominar la toma de conciencia del agota-
como actores de obras que no entienden.
La novela París seráel intento de acotar textualmente las obscsionesv de articular una metáfora cuyo plano necesita de más
París; yo tenía necesidadde quedarme allí mucho más tiempo,
aunque yo no supiera por qué. El tiempo y el espacio parecían
de cien págir-ras.
'nIbíd.,p. 42.
'sIbíd.,p. 57.
16I bí d.p.
, 61.
I ' I bí d. ,p. 6 3 .
f 8 "Todo
el tiempo", en Todo el tiempo, ob. cit
¡'' Ihíd.,p. 9(r
ilt
"'lirda ia verdad", un opúsculo que entra dentro clc la catcgoría de
l()stextos malditos. Abal es catalán,pertenecea una tradición de
| ¡ , , 1 l ¡.rrr,r r(.l x .lr . V o y a j u n ta rdi neroparai rmeaparís.
\ 1, r , . , i, r r.r rr (.n u n l rtg a rtn á s h e rm o s oqueeste" .l o
l'ilírsofos,pintores, arquitectos y cineastas-corrlo Buñuel- obsesionadospor los espaciosneo euclidianos. Ese descrédito dcl ra-
I r r rrrr l'.rr rs i rlrLridotranscurre la acció' de la novela editada en
().
l')
f ',nt.llrr,r'c¡ntrariamentea lo que sucedíaen La ciudad(lg7})
v t n /:7 lugar (1c)82)el escenarioparece hallar, o paurar, una de las
.,x¡rclenadas cartesianas,quedando lo temporal a los vaivenes de
cionalismo cuando se cruza con la historia, parece acercar al es-
la irnaginación. Las tres novelas conforman 1oque el propio autor
cli. c'r llamar una rrilogía involuntaria. atendiendo no a las f'echas
tlc Prrblicacirir.r
si'r. de búsq.eda,y del viafeen ranro meta o huida.
determinantes del devenir que los datos empíricos.
critor a las tesis de la revista Planeta,en los supuestosdel secreto,
.l complot y los misterios. Una visión con ópticas parapsicológicas,lúdicas y esotéricasque, acasoy de ahí su atractivo, son más
Esa desarticulación de la historia cn instancias más azarosas
clue lógicas está presente en la novela, forman parte de la ficción:
lrl lr:rsr:r:rlr.r:r ttil:ric.tcmático adquierela jerarquíade un text . r r . r \ ' ( ) r .1 .:rrrr.r:i if¡r-,rg l ,b rl s c c o n s tru yecon mapasy l íneasde
nr ( r r { ) ,r ur r r.l t.s
g (.l ,rtcy tc c h o s .E s parísel si ti o donde se
r' (.,r1 1 ,..¡,rs
Entre todaslas corrientesque fluían y seubicaban había una que
l, r ( r ( r ( l( ' r ¡l ,l rrrr,¡rl :r l ru i .l :rl l rrs r;rl rrp o s i bi l i dadl i mítrofedevol ar
\ ' , ( r ( illr r r (r.t.r .' 1 1 ,,¡r.¡¡:ti l ((l )(l l - Irrc .On di ci ónhU ma¡ra,abdi C ada
, l, l. r r r r . r 1l r.r,1
l :r,'t.rr' t.¡rtr,r¡l l l i tl l r.l .
trescientossiglos,de que en eseviaje había sucedidoalgo, tal vez
conn-rigomismo, que lo invalidaba: que el propósito que me ha-
A llí s c rr:rIr:rrl ;rsp rc rrtrrr:rs ' rc s p o n sabi l i dadesde htri r y se
rcf'lcrir'ra si clkr valc la
Llcgadosal sueñode parís, el autor
1.rena.
descubreque, en realidad.esaes una estaciónmás,para seguir,dctenerseo regresar.La ciudad de la novela tampoco resisteel cri_
terio de la verosimilitud. Se advierre una acirud deliberada de
querer confundir al lecror, alternando hisroria v magia, lugarcs
reconociblescon otros sup.estos.se cuestiona de basela coir-rcidencia entre el espacioy el tiempo, y hacerlciimplica cuesrionar
la razón. Como fundamento de la creaciónliteraria, pero rambién
( onlo t nec ltni s tn ()d e c o n o c i m i e l l to .
Es inclina¡se por la pre raz6n de los alqtrimisraso la post razón del su¡realismo. En ambos casos,París fue el gran escenario
dc r. lor los ctrestionamrenros.
En Ia novela apareceun singular pcrsonaje, e I catalán Juan
Abal, catedráticode Filosofía de la Ur-riversidadde parís. autor de
r0 Ibid.,p. 89
sedestacabaespecialmente,que las rec<¡rríatodassin encaiarcon
ninguna: la idea dc que había realizadoun viaie en ferrocarril de
bía llevado a emprenderloahorayacíaolvidado e inútil. Qre mi
presenciaen Parísno tenía,ahora,ningún motivo.rr
E i P arísre sult ant eesuna ciudad posiblede clt r icr rn, , f . t . , 'r t , ,
cía,o la conocía de manera diferente.
l. 1t r r r ¡ . , ,
A rgument alm ent e se oper a un r ct or n( ) e l¡ r 'ir t . l, r . .l'.
tcstigodel pasadoes un fotógrafb mecliantecl c'tr.rlcl pr ot:tgorrist;t
procura rescatar parte de su propio pasado. Un lirtti¡¡rafb quc casualmentese llama Marcel y estáembarcadoen un singular plan:
-Un viejo proyecto, un nútnero especialde la revista per.ísHoLLYwooD. Sobrela necrofilia,y etc...Modelosque comenzaban a decaerfirmaron contrato para documentar las etapasde su
envejecimientoy fotografiar su muerte violcnta veinte añosdesesperadoansiosamcnte
por un
pués;seráun número sensacionai,
lt l'¿rls,llrrcnos
Aires,El Cid Editor, 1979,p.82.
rnilLin rlc onunist¡s,r'oPrírfirgos
así,dt.csrrclase,en todir
v ti1-ros
' l ' r' rr,l r:i
c l r - nr r nr l ,r.
rrriI P¡j q ¡¡1 ;¡5
rl r¡s
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c¡trrni
crrtas
fotografías,
1,
.
s obr c c it ( )tlsc o Is ¡ 1 ¡¡¡
i 1¡' t r1 ,tt i rrl t,s ...' ].r
ellcontrar suFicienteseleuretttosde iuicio colllo P:rrir(tccr qttc
I'a había estadoaquí antes.Fue un viaje muv largo -ex¡riiqtré--
A pesarde tener acotadocl paisajegeneral,Levrero hace funcionar en la novela otra de sus técnicas,la de componer lugares
El extrañamiento, la fractura del tiernpo son sutiles fbrmas de
la violencia. El mundo ficcional de Levrelo es violento. Desde la
lcgradación por la supervivencia,la ausenciade solidaridad, un
cerradosy minuciosamente descriptos,como una suerte de ciudad cerrada dentro de la ciudad. Aquí se rrara de un asilo de monjes,donde sucedebuena parre de la peripecia, ubicado en la calle
Rimbaud y qlre bien podría suscribir una frase de otra novela.
"Sobre una puerta, la de salida, alguien había escrito una frase en
español:decía'No HAy sALrDA.ESTo ES EL rN ERNo"'.2iLugares
recurrentesque son pasajesa otras dimensiones,ya seadel espacicl
o del tiempo. Si tuviéramos que derectar una emparía del espacio
Levrero, nos inclinaríamos por Jean Ray; no solamente por el pesadillescomundo de "Malpertuis" sino también por la sagafolletinesca de Harry Dickson. que en Levrero tiene su ec¡-rivalentecn
las aventuras de Nick Carter.
Si bien se admire que los modelos dei uruguayo esrán en orras
zonas, la configuración del universo de Levrero parece coincidir
con algunas propuestas de Ray. Por ahora, estase nos ocufre como
una simple vinculación operatir.'aque mereceríaser esrudiada con
mayor profundidad. Los exrraírarnientos -que sucedc en arnbos
autores- de los protagonistas al verse en situaciones imprer,,istas.
pueden quedar ejemplificados en el siguiente rexro:
Muy largo.ra
crotismo de modalidades perversas y que en la novela Parísllega
ll¿rstala guerra. Guerra como collstante;aún cuando desautoriza
:r la historia. Con episodiosde romance colt guerrillera dc la resistenciay secuenciasque recuerdan el final de Casablanca,con
Ios alemanes aval1z;rndoen caballería por la campiira rllmbo a
[a ciudad y Ia guerra como espectáculo de la teievisión que suele
confundirse con el fútbol. "Una breve toma, casi en primer plano,
rnuestrafugazmentc a Hirler sable eu rlano, dirigiendo la tropa
sobre un caballo blanco".rj
Con breves v groseros tlastocamientos del tiempo, Levrero
pone en juicio la racionalidad de la llamada realidad y sustenta
sll cuestionamiento de la historia, que también puede tratlsFol-rnarseen Lln devenir sin sentido. Una máqr,tinadc tlrovillricllttr
..1.'
p€rpetuo sitr otra finalidad que sucedcr, reitclrllrsc:l ltl:ttl,.'t':t
casti goi nfernal . Toda acción colect ivacs iniit iI t 't r l, t t r t . . . li, l..¡.t ,
que no puede modificar la condicrón httntrrtrlt)' totlt' pit'ttlt' st'rr
, r t at lt o igt t ot : t t t t , r s
ti do. i {asta el vi aie en buscadc la salvaciit t t ct
los poderesque nos condicionan o nos gobiernan.'I-odacmPrcsa
Pareceinnecesaria.
Desdeque llegué a París,no be podido enc()nrrarnad:rcohercnte.
Hagan io que quieran. Estoy cansado.
-¿Extranjero? -preguntó el iefe.
\ , sé respondí-. Al principio creía que lo era, qr_re
venía a
Parrspor primera vez; luego comprobé,o al menos me pareció
Aunque mi memoria no arroia ninguna luz que las confirme o
que las niegue, me ocupo en desarrollar €stateoría que algo, en
mi interior, me impulsa a tomar como ciertaila raz6nde mi via-
¿zIbíd.,p. 16.
)r Espacios
líbres,ob.cit., p. 1113.
¿aParís,ob. cit.,p. 13l.
r5Ibid.,p. 8(,.
je de trescientossiglosen ferrocar¡il había sido encontrarmeen
disculpas
La novelacstádedicada"a la ciudadde París,con l¿rs
pertinentes"e integrauna densav valiosaobra de un importante
cn tiemposy luescritoruruguavoactual,quesiguióescribiendo
"el
garesdifíciles,puessabíaque,como se Iecen Cazade conelos,
otro enemigoerael silencio".¿"
Fonues DEL EsPToNAIE.
M¡\RIO
L PVR SN O
R ESPON D E U N C U ESTION AR IO
I
Pablo Rocca
I
No me queda otro remedio que hablar en primera persona ya que
situación extraña para quien vive del estudio de los textos, sus
rrrt'rliosv entornos- participo de una historia quc es la historia de
ur) tcxto enlazadoa otros tantos.
A firres de 1c)c)1.lacditorial Arca de Montcvideo me enconr('ndí)la preparación de utra bibiiografia de NI¿rrioL-ervrr:ro
clttt'
,,t proyectaba publicar como apéndice a la reediciírn clc srr rcl,r
tt.qottr:.o.
tt¡ f{íck Carter se díaierte míentras el lector es¿tseshtarlt,.y.yo
,1..' rrtro
de un plan dc obr asdel aut or que,f inaI nr ct t t c,r ¡ uccLrt r r r t t
nat r r r el clc r lr i
t.. Il ntendí que la decisión er a una cclnsecuenciu
lr r'¡llcdedicación a la obra deI escritor. Hoy, con un poco rnásde
,lrstancia y sensatez,advierto que un par de artículos de prensa
algunos libros del autor (uno de los cualesrecibió una fuer'.r[rrc
r(' rcconvención de Leo Maslíah) no me reportaban tan singular
l'.rnancia.Pudo, sí, ayudarme cierta fama de preciso en el manejo
I liragrncrrtos
Ma¡io ]-cvrcro respondea un cuesclc"Fonnasdel cspronaje.
!" Cazade conejos,Montevideo,
de La Piata, 1986, p. 39.
Edicior-rcs
I r()lr.rr i()" ftrcron¡rublicados
Montevideo,N" 345. 1O
originalmentecn Brecha,
, l , ¡ r r l r o t l cI ( X ) 1 ,1 ,n [i l Pa ísC u l tu r a l ,M o n te vi d e o ,N "7 7 7 ,2 4 d e se ¡ r ti e m b r e
, l, .)(X).t.I rst¡ t s l:r l)rinlcr:lvez cluesc publieacomplcto.
de fucntes (justificada.creo),r,'aabonadacn varios trabafos,con-ur
la Obra completade I'lurnberro N,Ieggety la coordinaciírn compartida con Wilfredo Penco y Carolina Blixen del tomo rr del D¡¿,
Me enorgullecePensarque lorge Mario \¡lrlottrt ['ct'tt t o. colt
cic siql()dc tfrrl'e
¡xrcomás de cincuenta años de edad V un cllart()
i., crcativo alcanzó el repertorio de su obra l'el dc toda la crítica
c|rnano de ltteratura urugua)a. Es seguro que la elccción contaba
con el r,,istobueno del propio Lcvrero. Aunquc nunca me lo dijo
ni se rne ocurrió pregllntirrselo.
Como sea,Claudio Rama rne pidió el trabajo, por el que, dí-
\.,brc ella. Aún más:se trataba de uno de los ptlctlscscritoreslatin()irmericanosde esa edad en tal situación' Como se pllede notar
.'rrcl registrode la crítica, los abordaiesacadémicosaún no habían
gasede paso, rne pagó una cifra muv magra, aunque en fecha.
Cualquier dinero que recibiera caía cor¡o anillo al dedo de un
malpaeo profcsor de educación secundariay crítico literario cor-r
hiia recién nacida.Estabaanre un notablc desafíopara asentarmi
formación dc invcstigador indepcndientc.sirr respaldoo subsidio
aiguno, cuando estabarnury,lejosde ingresara la unir.ersidad;era
la gran posibilidad pala ordenar la información que poseía,que
no era poca pero estal-ra
a gran distancia de la cxhar¡stividad; era
la oportunidad de haccrme con marcriales de difícil acceso,quc
había pcrseguido af)nosamcnrc duranre una décaday pico. Era,
cn suma, ia ocasiírnideal para enrrar en contacro con quien tanto
nre había deslumbrado ya en la adolescer-rcia
cuando, aún vigenre
la dictadura, por azar -como casi sicmprc conscguí la segunda
cdiciírn argentina de La ciudaden la liquidación final de la Librería Tarino, cle 18 de Julio y Eclua¡do Acevedo.
Curlrplir con escdesafío,una modalidad de la investigación
c¿rsiabandonadaen Uruguay, permitiría hacer circular información casi secretay, para mí, significaba el principio de una labor
de largo aliento. Eso, al menos, era lo que pensaba.Borges decía
que Ia tarea más modesta y secretacorrespor-rdeal traductor. Discrepo:el que construye una bibliografía pasamucho más inadvertido, queda más a Ia r,era de cualquier reconocimiento. Todo el
rnLrr,,lr.se sirve de su tarea para dejarlo caer en ei olvido, ípsoJacrr;.ii.rst.rque alguier-rlo pcscaen un error y lo convierte en objeto
de esca¡nio.No se brilla h¿rciendour-rabibliografía ni se saca,en
primcra instancia, un dividendo ostensible.Salvo que se enrienda esta labor como acro de aprer-rdizajet, sobre todo, como aporte
para un teiido mayor que sellama cultura. Eso mc propusc hacer.
tocado su obra salvo raras excepciones-,y en su mayor parte las
Iccturasse reducían al periodismo cultural uruguayo. Ese trabafuera
¡.,,lo pude comprobar, ayudó a difundir la obra de Lcvrcro
..lclas fronteras.
El verano de I992,quc fue especialmentetórrido, lo entregué
integro a la recopilación más afinada dc materiales de y sobre la
.,bra de Levrero. Algo curioso:los dos habíamossalido de Monter,'ideopara vivir un tiempo en ciudades del interior de Uruguay'
lrl escritor cercade Argentina, en la costasuroestc,en Colonia del
donde se había instalado tres años atrás; su bibliógraSacramentc'r,
fil, digamos así,eu el noreste remoto, en Melo' cerca de Brasil. Esta
clistancia bipolar facilitó la ausenciade contacto directo -valga el
cscgcllcr()
oxímorolt- y abrió el camino para la correspc,trdencia.
que hoy ha mutado al correo electrónico v el chat, exccPciott;tlcs
firrmas circunvecinasdc Ia oralidad y parasirariusdc l¡ r'cl,r,.i,l:r,l
comuni cati va. Ent r eel17de f ebr er ovcl 2I clcjt r lit , t lt l') ') I , ¡ , t l|'
tttftttlttsi,
cxtfemo al otro del país fueron y r,'ir.ricro.[)()l-¿()r'l¿'(/r
¡lr'*
r ls ( r , , r . r r,,, lr r r '
díasl )cartasa hí t asde consult asV de r cs¡ r t r c, st lllin¡
sivas.Al comienzo Levrero se negabaa ofiecer prccisioncssobrc
todos y cada uno de sus textos y hasta sugirió, con arnabilidad severa, que algunaspiezasprimitivas de las que yo tenía información
y hasta copia era meior deiarlas caer. No solo hice casoomiso, sino
.¡ue además indagué hasta donde pude sobre seudónimos, revistas
rlc minorías, pasosperdidos. Levrero empezó a seguir el iuego v,
lo intrigaba y hasta lo esPronto, contestó sin cortapisas,aunque
pantaba que un remoto y desconocido lector hubiera encontrado
,latos sobre su obra y su vida. Se sentíaespiado,y io era.
Conservo todos los originales de su cartas y copias de casi to..l:rsl,rs tlías. En diciembre de 2011 r'erifiqué que Parte de ellas
lr r' r' ,tI l,r ( ';(r'vadas,también, por el
escritor, cuvo archivo se ell( I r(rr(rrr.lcpositadodesde
ss¿fecha cercanaen la Secciónde Archi,
y L)octtmentacióndel Instituto de Letras (Facultad
de Huna'.
nidadesy Cienciasde ia [¿ug2sión,
Universidad de la República),
repositorio público dei qrre soy director.
La hisroria,
l" peque".,,-,
ña que nos encuentra y ?rr-astra,tiene
sus extrañas circularidades.
Helena Corbellini, sin que yo ruviera
noricia previa, prologó el
Nrck Carter de| 92: a sus ca¡di¿lgs y
eficacesgesriones,po, l, .-on_
fianza y la amistad qlle tuvo.on.l
autor v su fámilia. nuesrro
ac c r v o dc bc l a i n c o rp o h q ¡,i n c rr c o mo d ato.l e
tan val i osa col ccción. En la actualidad
de catalosació'gracias a la
paciente rarea de nu".t:t}t:r:*:ceso
II
Nunca vi a Nlario Lc'
En aquelia época si' I.teruet' cscribicndo cada c*al .or-,tt"to'
primeras PC -que hoy merecerí¿rtr
cstar
en esemuseo de la.ratut
Ice,^,iéunntigo
sc,..:l',::il:i:;:i:] :: i,.j* fi '.I i: [:t:
puestasa equiv:rlente núr¡s¡e
c'lepregtrntas se dio a conocer cn cl
semanarioBrecha,Monteyidgo, N. 345,
10 clejulio de 1gc)2,corr
el visto bueno de la dircc¡errr dc las páeinas
lirerarias, Ar-raInés
Larre llorges.junto a dos prcrna. i,r..jit,r.
enviadosespecialnrenre
por cl autor: "Naturaleza nruerta" y su exégesis
.,Análisis
riculado
del poema del rcngo". En ocasión d. l"
de Levrerc¡ otrcr
tragmento inédit<¡salio er-¡El país Culrural,Montevideo
-tr"rte
,No 777,
24 de scpríembrede 2o()4, a pedido de
su gran arnigo de siempre,
el es c r ir ory p e ri o d i s taE l r i ,.,' UGa
. n d o l fo ]
Nr r t ic a,h a s taa h o ra , s e h a b ía n
p u b l i c ado l as respuestasy el
c t ic s t l( ) ll¿ lr i oc o m p l e to s . L e íd o c o l ¡o
s i h i ci era un ei erci ci o dc
ex t r añanient o , c fe o e u e r' rrn
^ ,-;-- tr,: --
clu
ie,rrasrespon
cr
ii,,T:Jll:':"::illll: ::ljjft:,il *:
tln coll'Ipromiso del qtrc f¡¿y (lue zafar pronto.
Sc trata de los
nr ás ex t ens o sq l re s e l c c l i s p e n * a ro n ,
s i ..
cl c{ i ál og'
" * ." ptí,,
I
añosmás
, ¡rr. l'ablo Silva Olazábal mantuvo con Levrero algr-rnos
t .rr t lt v que publicó ia editorial Trilce , de Monte vidco' cn 2008 '
l )l rra empezar , acudí a t t na cit a del aut t , r y escr ibí ulla Pc( lu('n:l introdr-rcción n-retodológica,o en todo c;rsode propósir.s. [,cl,rero contraPunteó las dos estrategi:rsretóricas, por un
l,r,lo rrpartándosedel registro biográfico (baio la protección de
rrr;r t'ita de Nabokov) e insistiendo en la n¿rtr¡ralezaautosufi( r('ntc cle la escritura, Por otro. Ordené las pregunt¿lsen temas
\ ( t¡pas, colt slls correspofrdietrtessubtíttllos, me Vi obligado a
y refercncias para tr¿rtarde funda, \l)l.lvarmc en col-)-Ientarios
nr(,nt¿rrcada sentencia.Perclestabaen desr,cntajapor la mtrtila{ r()r)misma del acto de la interloctlción que, bajo la forma de Ia
o 1arectificación si
(.ilrrcvisra, me hubiera permitido la defer-rsa
, r:r rlel caso. Le envié las Preguntas en bloque (cuatro páginas
t,tlrlrtñoA4, a espacio simple)l las respuestas'a veccs Punzalltes
llesaron de la misrna forma (r'eintiún páginas de las
r' ..'n-rclas,
sir-rque hubiera lugar para la réplica. Así
ililsrnascaracrerísricas)
rro ¡rodíamás que perder, g:ruando.Con el resultado a la vista ie
( ()mcnté estadesproporción, v de inn-rediato,ell carta dci 27 dc
r cL( ) r 't t js
¡ri l ri o,Levrero abr ió la posibilidad a las et r m ict ldr t s) '
cvit
r r ur l, r
cst
¿r
ba.
cual
Deiar su t exr o t al
,l c mi parte. Me r - r e¡ ; ué.
l .r fi rrma más pr óxim a al diálogo, pr cser Vabal: t t l] : t \ 'or [ ) t l|t z'r
r nr cr , r 'el. r r , '
,l t. l as i deas.l a r neior cxpr esión de sí que h¿r bir r t l', .ct
,rrgítr-ricct.
Tenía que continuar con la sola nrediacion dc rtna scric
(l(.pregunrasque oficiaban como disparador. Nli posición no eIa
l.r rlcI adicto al genio ni la del contradictor Por mero elercicio
,lc la réplica. Debia buscar los intersticios, los silencios, indagar
sirr concesionesy, luego, aPretar los dientes y aguantar' Suyo era
( l protagonisrlo v no mío. No imagino ni interpreto lo que fue'
1,,cncuentro en las cartas,en una de las cuales Levrero calificó
('stlr rctracción. claro que irónicamente, como un "intrecesario
.rtto l.¡croico",lo cual habla de las fbrmas de su gentileza y sus
r(' ntl ci oncs dialógicas.Volvió sobr e el asunt o en un "Epí logo"
, rr .'l c¡ucestableció una suerte de balance general, como podrá
vcr i l ' i t:rr otti ct r lea.
\ l¡ , . r . r u t. rl c p l rro c o n a l g o q u e h a b ía ol vi dado por com.
'r
t
o:
por "c n to n c e s h a b ía p e n s a d o e s c ri bi r .rna detai ada c¡o_
¡ r lt
r.krgía biográfica, ral'ez una biografía del escritor, y el
cues
t i. nar io es t a b a ,ta mb i é n , a l s e rr.' i c i od e e stosobj eri ' os. V ei nrc
años despuésel proyecro se agregaa una de las tantas ilusiones
perdidas. Nadie, hasta ahora, lo continuó; como naclie _que
vcr
sepa- enmendó o completó la bibliografía que abrió ,,rd"
"r,.
his t or ia.
III
No quise conocer a Mario Levrero antes ni despuésde este
cuest ionar io. No fu i s u a mi g o , n i s i q u i e ra l o ' i dc l ej os. E sta
di stancia sucedió, en prir-rcipio,por el obstáculo severo que establccía
la loc aliz ac ió n fís i c a d e u n o )' d e o tro e n el terri tori o del
oaís v
por sus hábitos rccoletos, casi anacoréticos,que 1.,h".í",, i,-r,,isible en l's lugares públicos que uno podía frecuentar dondc
él
viviera, sobre rodo cua'do coincidimos en Montevideo. El inolvidable |orgc B. Rivera, editor de Espacios/'bresen pu.rrosur.
contó una vez que lo in'iró a ccllar a su casaen Villa del parouc
cuando estuviera dispuesto.Pero se encontró con que ,ro .r,"^rí,,
nunca en esacondiciíln, porque Levrero le respondiír que no
po_
día moverse del centro de Buenos Aires de
p.rnro d,rr-rd.
'ir-rgírn
no viera c'¡ruviera la certeza de poder ver el Obelisco.
Montevideo es un curioso nudo descentrado _como cua_
lesquiera ca¡ritales-ciudadcs-puerros en América Latina_,
en
el que confluyen con mayor facilidad todas las ruras urusuavas. La noche del to de julio de 1992, cuando Levrero.o,rlá.rc enc lr ' a las p re s i o n e sd e l o s e d i to re s p a r a hacersepresente en
el la'zamiento de los dos primeros volúmenes, el mencionado
Nick Carter y el inédiro El portero el otro, pude haberme rras
))
ladado para estar en la fiesta, en lo que era un acontecimiento que permitía salir de cierra "clandestinidad" at alrror
par¿r
canonizarlo, dentro de la pequeña escala urllguava. No quisc
f
1,.,..' r' [o,tal vez por que el int er cam bio habí a sido r í spido. Rcl , r,l .rl a corre spondenciaveo que - salvando las dist ancias er a
, l ..lrocluede dos manifestaciones de la provocación. Con buen
Irrrrrr< rr,
Levre r o m e escr ibió el 27 de junio: "E, n ot r o <lr dendc
, ,,s:rs(o tal ve z el m ism o) , el vier nes 10, lo sabr ásya, se hace la
¡,r. scntaci ón de m is libr os de anca, t odaví a no sé bien dónde
| .1.Scría bueno qlle te aparecieraspor allí, así nos conocemos
1r'¡¡rrn terreno neutral). Si mis respllestaste ofendieron y querés
1' ,rl pcarme,te aviso que he invit ado a no m enos de 5O am igos
r ¡rr' n1edefenderán (espero)".
Me ausentéy seguíen la misma política en los años sucesivos
( lf (lLrc,a partir de 1995 y 1997 respectivamente,los dos volvinrr¡s¿rvivir en Montevideo. Y no porque pretendiera golpear o
,,.'r'1¡olpeado,
sino porque la experiencia con Levrero terminó
,l. convencerme de que rinde más conocer a los escritores por
',rr.,bra y es mejor evitar la posible asociaciónqlle se establezca
('ntrc su persona y su obra. Cuando una vida se convierte en un
rrrontí)nde recuerdos,cuando un sujeto material se vuelvc imar',.'rrcada vez más diluida, las cosascambiau.
Una sola vez escuchésu voz. La anécdcltailustra gclti() v fi
grrrlr:en ocasión de un seminario sobre Literatura Urttgttevrtt¡ttt
. rxrrganizamoscon Mario Benedetti por iniciativrr tlc l:r ( l:rs.rtlt'
Arnérica de Madrid, entoncesdirigida por Rosrrl{cgrrs.v (ltr( s(
¡'r'<xlujoen abril de 19c)6,lo habíamos indicacloir-rntort otros dos
n;rrradores.Conseguísu número, 1ollamé, atendió él nrisrno.Des¡rrr['sde oír la oferta agradeció de un modo cortésmente protocol.rr y seexcusóde inmediato con estosdos argumentos:1)no subo
,r :rviones;2) no voy a congresosde escritores.Le dije que enten,lr:r,y paséa otro tema. Por esosdías,un adolescente,hijo de unos
.rrrrigos,había leído varios de sus cuentos y estabamuv entusiasrrr:r.Lr.Se lo dije. "Ese es mi público", acotó con notorio orgullo.
lrso frrc todo.
l)os cxactas décaclasdespués,mieutras trasc¡ibo preguntas
l.('sl)ucstlls
por primera vez. compruebo que veinte años no es
v
rr,r,l :r,y cs cl er nasiado.M ucho, dem asiado,cam biól m uchas de
las personasmencionadas(demasiadas)han muerto: luan Carlos
One tti, Mario Benedetti, Tola Inl,ern izzi, el mismo Ler'¡ero. Antes o fuera de toda forma dc la rnelancolía,queda el texto en qlle
No cultivo las letras, sino las in-rágcnesly lls it.níiuerrcsest¿lll
muv próximas a la materia prima' qllc soll llrsvivencias
Menro Lsvneno.
Levrem responde, errtre la condesccndcncia sabia y altanera y
la actitud peleadora. En la 1'a citada carra de jur-rio,una de las
írltimas que me rerniriera, autoanaliza su rrabajo parriendo de
Lrncomentario mío sobre que debería est¿rrharto de tantas consultas y pedidos:
EJictrxanente,hay tamblénuna "suturdctónRocca",especia/mente
por
la habilitlad qtte tenáspara hacermerrabalar.Siempretengotlue darlepnorldad a lo tuyo,.ynada tle lo quepedísesntocodepaxo. Perontt,
apasrcnócon el cuestít¡tldrio;en realulad lo tuDetermind¿o dosdías
despuésde haberlo recihido(ntásexacrametúe:el 12),pero no podía
largarlo así cornoasí. A pesar de una primera aprobactónde nti rnucamblócantidad de cosas,-y
tlías m¿ístar1er,lo renmé días después.y
de agreguécanidad da cosas,y.t'inalrnente
supnmí canttdad de cosas.
Ho_yestct.y
bastantesatisfecho
conel resultado.pcro nofueJáti/ remouer
tantopasado.Haaa el-t'inallii deriuandoltaua el humor,seguramente
contodescargade tenyones.Es dtstinnt de un reportal;ehahlado.Pero
los reytltadosa la utstano son/íterarios;dtría quesólo/a Introducctón
estábien escrit0.
No comparto ia conclusión. Porque en slr prosa, en todo
r n( ) nr c l) t ( ),s c p a l p a u n a c o n tro l a d a y a l ti empcl fi nne energía
v c r ' I r : t l.c lt trc a u s tc r¿ yr re s ta l l a n te , e n tre hosca y humorísti ca.
l. : r nlis nr : rt¡u c t' a n rb i ó c l ru m b o d e [a e scri tura creati va en l en! t t ; l c e 5 t c l I a lla .
Montevideo,febrerode 2012
"Entrevistaimagir-raria
a Mario Levrero''
liste cuestionariotiene dos metas.Una inn-rcdiatay otra de destino
inseguro. Sometersea él represetrta,en consecuencia,un tnoderarlo azar.El objetivo cercano consistcclt ulta selecciónde preguntas
v respuestas(que de ningún modo serán modificadas)a publicarse
brevemente en Brecha.Las restantes,las clueno seanadmitidas por
la guillotina periodística,se il)tegrarán al provecto de una cronología biográfica y, tal vez, al menos tangible,de una biografía con
fbrma de libro.
Le rNr.¡NcrA, LA pRIMERA ADOLESCENCIA
P abl o R occa:Eu m r , t chosdc t us r elat osse palpau JColt t ctlt t t iet l1( )( olt l( ) una it r r r ont isiiilt it t t ollsciet lt t , . t ll, ,
tos aurfobiog¡ áf icctts,
con l a deliber acií t n, t al vez con la necesicl¡ . i. . . lc. . 1trrt.lll t , , t '
cuentre e se"ot r o" que iuist e. L. n cl cr , t clt t o"Alit t Slir ir r qs . . . 1
l. , , r r , l, , t tl'. t r t '
Iray referenciasconcr et asa t lr Paclr c.et t r lr l, . ': i. i, , ,11,
esodecís,y l oc orrotl t,rl ' J ffl r)\c ottri c i ,)\' t{ )l l l l )i ¡tl !l ' ,t,l t
l .¡ tttl t
da. E n algún r cpor t aic aludí s a Per i: r r ol,el L. ¡ r r i, rt lc t t t it r lr t lr cia:
cll una carta .recienteimpugnás ei ¡laralclisr-rtoquc hicc entle l¿r
casa de la nouz;elleDesplazarnientosy ias casas de los relatos de
l;clisberto Herrrández: "es la de mi infancia, en Peírarol", c]ecís. Me interesa que desbrocesalgllno dc los aspecfosqr.letrunca alloraron en tus textos ni en los nllmerosos reporrajesque tc
lren hecho, así conlo otros qtlc se insinúan en las infornraciotles
rcfcridas.
Mari<r l,cvrero: Introducción Creo que corresponde aclarar
..1.'rrrr:rvcz p()r todas que -al menos en mi caso Particrtlar- l.;s
reportaicsy cuestionarios,así como alguna que otra opinión que
uno deia caer por ahí, difícilmente, o nunca, tienen una relación
dirccta con el escntor.El escritor es un ser misterioso que vive
en mí, y que no se supcrPonc con mi-yo, Pero que tampoco le
es completamente aieno. Afinando un Poco más la percepción.
podría decir que el escritor se crea en el motnento de escribir,
por la confluencia del yo con otros estratos, núcleos o intereses
del ser. Cuando.yo respondo preguntas u opintl por mi cuenta, sea
de viva voz o por escrito, puedo asumir el rol del escritor, es decir, ponerme el disfraz o la máscara que me Pareceadecuada a esa
función, pero no puedo responder ni opinar desdela función. Un
cuestionario permite una mayor aproximación a eseescritor que
el reportaje hablado, pero aunque las respucstastengan su grado
de inspiración, nunca podrá ser la misma inspiración que desemboca en un hccho estético,literario. El escritor que se crea en el
acto de cscribir, concluido este,se disuelve. El y queda miserablemente solo frer-rteal crítico y al público; de ahí la necesidaddel
disfraz o rol -que no debe confundirse con el cscritor: a ese sólcr
se le puedc encontrar etr ios textos literarios'
P.R.: i.Por qué nunca aparece la figura de tu madre en tu Iiteratura, siendo que has optado por su apellido para identificarte como escritor de ficciones? .Podrías evocarla? ¿Cuál era su
nombre?
M.L.: "... esperabaque los buenos lectoresestuvieran más intcrcsadosen mis libros que en mi árbol genealógico".Vladimir
Nabokov, ¡Míra los arlequines!
\'r creo que la figura de mi madre no aparezcaen mis textos; crco llue aparccc de múltiples maneras,bajo múltiples formas
(personajes.objetos, situaciones)' Tampoco podría decirse que mi
literatura es puntualmente autobiográfica, aullque mis protagonistas muchas vecesse me parezcan. En "La cinta de Moebius"
y en "Todo el tiempo" aparecela madre del protagonista; y en
asPectos'más que de rni
algunas anécdotasPresenta,sí, algunos
temPrana- de mi madre'
madre, de una percepción mía -muv
de su apellido remiTampoco podrí" asegurar que la adopción
mt abuelo materno' don
ta inexorablemente a su Persona' va que
fue una presenciamuy importanJuan Ernesto Levrero,,^Ábiétl
te en mi i nfancia.
evocar x mr maEn estosmomentos fiunio 1992] no quisiera
el pasadoagosto todavía
dre -doña Nilda Renée-, cuva muerte
no he terminado de acePtar'
la figura paterna' de ¿?
P.R.: La imagen que suete quedar de
bastante angustiado' encerrado en
Varlotta, es la de r',,"'i'o-b"
de Babel de la burocracia y
el London-París,uua especiede Torre
irremediablentcnte se
el dolor, de saberq.tt tl ti""tpo allí vivido
su carácter' retlene
pierde. ¿Qré otros asPectosde su persona',de
en tus gustos' en tus
i., ,r"l.-ári"? ¿Cómo ir-rcidióen tu fbrmación'
lecnrra?
jucgos infantiles, en el incurable vicio de ltr
\ 'ar lot t r "b( t st dt t t t '( t t t
M.L.: E sa vision dc dor l lvlar io lulit ¡
t ienc quc \ '( r ' \ r ' t ( ) r r t r r r
gusti ado"estámt ly leios de la r ealidadl
del t r aba¡ o ct r qct t t 'r : t l'\ '. '
vi si ón de str tr abaio i. po' ext ensií r n'
t'tt'
suPerar por un tietnpt'r la fot'i:t 't
recién a los 45
"ñt"'pttd"
mal- "ticmpo c'lcsccttcs
que Foucault llama -si n<l recuerdo
la esclrrvittrd'Sicmltrt'
tro", que vlllo a sustituir, o a disimular'
tener mi tiempo de vida
me resultó intolerable la sota idea de
'tiempo de producción"'
regulado por otros y transformado en
feliz con lo que
ntT p"dr", .n ."-bio, era un tipo extraiiamente
ocurrido cuestionárselo'
hacía, y no creo que nunca '" lt h"y"
capacidad de
Él t.r',i, una sabiáuría innata' una extraordinaria
un sran
aceptación de las cosas,muv parecidaúZen'También
sentido del l-rumor.
daba en casaclasesde
Cuando salía de trabaiar en la tienda'
imperiosa' siuo vc'ringlés, y no Por una necesidad económica
Si bien estudió incacional, casi una pasión por la enseñanza'
tiernpo' v como
glós,no crt:o que lo h"r" hecho durante mucho
89
Paríscstanoche,en el momentoen quc los seresvoladoressur
caronel cielo,paraunirmea ellos.ro
N{ásque anteun escrirorquedesacredita
la historiacon finali
dadesestéticas,
estamosanteun poder militar que desacreditír
al escrito;obligándolo al refugio en una retórica de lo indireco
bajo penade eliminarlo, y que llegóa condenarloa lugaresmucho más pesadillescos
que los imaginadospor Levrero.
Obstruidoel caminode la historiaesposiblerenrarel de las
mitologías;y para un joven país(quepuededecir con Baudelaire
que tiene másrecuerdosque si ruviera mil años)la única mitología posibleesla popular. Años antesdel éxito de la pelicula Tangos.El exilíode Gardel,Levrero había resucitadoal cantor.En ese
espaciode lo posibleque esel Parísde Levrero,entre asediosgermánicos,inmigracionesvariadas,libro maldito de aurorcataián
y personajes
alados,en esedesenfado
de la imagirración,
sobreel
escenariodel teatro Odeón cantaCarlos Gardel.
Varias razonespuedenexplicar estaexhumación.Desdela
tradición tanguera,que reníaen Parísla meta de peregrinación,
hastael probableorigen francésdel cantor.Eserrancoconsranre
de mitologíasparcialesentre Parísy el Río de la Plara,sumadoa
la denominaciónpopularde "mago"paraGardel,habilitabanel
aguardarlo inesperado.
El protagonista,al comienzodel episodio,
seniegaa aceptaresafisura doblementefanrástica,aún sabiend<r
que habitaun sitio fuerade la legalidad."... y d. pronto adquirí
la certezadel engairo,comprendíqr-reGardel esrabairreversiblementemuerto,y que habíasido un perfectoimbécil al dejarme
convencerpor Anatol".2;
El cambio,la anagnórisis,el querer creeren esairreverencia
del rr,nipo seproduce.A pesarde la ironía de Levrero,que hace
cantara Gardel en primer lugar un fox-trot y no un tango."Una
l,r , r'. Partsaen la música v r:merge,sin rnicrtifono y allercátrtltr
1,,¡,,i11¡,
la voz de Carlos Gardel. "Betv, l'"gg)'. N'{arv.lulv. rubi¿rs
,L N t' rv Y ork... ".
Asrcg:r:"Y de pronto supeque no era un disco;había variantes
l rrrr,l ;rnrcnta les
eu las let r as y en la ent onación de las canciones,
¡,, r ,, l;r voz era indudablemer-rtela su,va,v el hombrc que estaba
, rr , l cscenarioindudablemente era él".rs
l.:r narrativa de Levrerct inclurye un rescatedc mitologías v
lrrt r:rtlrraspopulares;queda por saber si cstamosantc Llll artilu¡,,,,,.'lt'oficio o ante ul1 intento de comunicación, por caminos no
l.¡, rlt'sde transitar para lectoresde cómic, litcratura de kioscclo
r, r rstl tsesoté r icas.
l)c forma simultánea, a partir dc fbrrnas cn aparienciadesval,,r izedas,Levrero trabaia con temas que 1o r.'inculan a las cucsI r()lr('sr.l-redulares
dc la literatura contcmPoránea.Excér.rtricoen
,,rr
¡r:rís,su obr:r sin ernbargopuede scr leída colno rePresctttatitrr
,1,'lo subvcrtido por la dictadura militar. Son de rccibo otras lecde hat u r :rs.Sus textos pueden, inclusive, trasmitir la scns¿rciórl
l ,t' r'si do escrit oset r cir cunst anciasdist int as a las pr evisiblcs cr l
,rrrIl otnbre qu c pr opone cnr cigr em aspar . t¡ r r t blicr lt 'iot ltt'sl. ', r . i, t '
scr [ a lí nc: r I ) r 't r ( r . . , t l,. . t
¡r(' g()sde pal a br asdonde Par í spr - r ede
(
qr
Iri t:rlde Francia,cit a de let r : r de t ¿lr t go,I lt it t lkr gí : r it q: r . \ lr . r t r , r
r¡,,r'clay metáfora de lo posible.
los elem cnt clsbásicosc] cle r r ct 'iiir r(,( ) llst r t li( l: ll: t
[)el i r-reados
dc l-cl'rertl sc
nr('tlrforaen la ubicación concreta, la imagir-raciítrr
,lt'spliega.Libros condenados,organizacioncssccretas,m isiolles
,,'...,rnprendidas,la perpetua sospechade 1o otro. En la obra de
l.t'r,rcro. París tiene otra condición. Es el nombre de 1o innomI'r :r[rlc,el refugio de una circunstaucia epocal que va acorralandcl
la traslaciíxr
l,¡snranifestacionesde deseo,la operativ:tde sueirc.¡s,
.r hr cotidiano de fcrrmasde vida que pudicran desagradarlesa los
guerra.
¡trof t'sionalesde la
'z6Ibíd., p. 109.
-
l b rd .. D ...r /.
s Il ri rl ..
p.
()()
II
l, ' , , 1, , , r i | | I' ,,r r r )nrl )l (.(()e u to d i d a c ta .S i empreque pocl i ase cor r ,, r r l, . r| " r r rrri ,l (\( s () n ()rtc a me ri c a troqsue traía a su casa,o que
¡1, .¡¡¡¡ , , , ,. r \ r . r, r.rr, i rrt l r.rs oa b a rc o sq u e l l e gabana Montevi deo, de
, , , ,, ,l, , , ¡ rr , lr ,rl ,l :rl rau n i n g l é sm l l y v i v o y a ctual i zado.E r1esetraI ,.,1,,,, rlr(rrr io clc profesor fue reuniendo un plantel de alumnos
, ,,n'i..lcrrr[rlc,con grupos que se iban agrandando y horarios que
sc ilrrn cstirando cadavez más, y llegó a tener gran prestigio en el
Nl.l,.: Me crié con l<lslibros de cuentos cle la cclitorial'Ibr,
,,,n vici:rs colecciones de B¡ll¡heny Leoplcínquc conscrvaba mi
¡''.r,frt' (cn Bi,llikenme apasior-rabanalgunas historietas, entre
, ll.rs"Strperman","El F{ombre de Hierro", y sobre todo "Sansón"
¡nuy sLrrrealista,con aquel personaieque siempre aparecíaller'.rr.kr Lur cartel que decía algo así como "Nov smov kapop"-,
vez.en cluc vino urr grupo de profesores,entre ellos algún inglés <;
nortear-nericano,a pedirle que aceptara la presidencia de una aso-
1', , ,rr :rlgunashistorietas que salían en revistas femeninas como
l\tnr'li (cntre ellas,"Lorenzo y Pepita", "Blondie") v, por supLresr,,, l,rsscccionesy los suplementosde historietasde los diarios (con
" I lt'rritín y Eneas","N1utt &
Jeff ', "La gatade Tobita" y "El Ratón
ciación de profesorcs, y él no aceptó. Só1oquería dar clases.
l\l rt licy", erltre otros).
Su incidencia en mis prirneros aí-rosfue m¿1sbien negativa,
por la angr:stia que me pr<-l"ducía
su ausencia. Como suele succ-
Ya por el último año dc escuelahabía empezado a consumir
¡,ttl¡,s,"LaSombra", "Doc Savage",e incluso "El Santo". También
dcr, rccién conrencé a cornprenderlo en los írltirnos años de su
vitla, y sobre todo despuésde su muerte; se rlre ftie irnponiendo,
rcrri:r(y ter-rgo)
un ídolo en CésarBruto, con aquellosartículos que
rlrrstr¿rba
Oski (otro ídolo), en la revista Rrco Tipo.
v caclavez io reconozco nrás ell r.¡rirnanera de ser actual, inclus,r
cn rnuchos tics.
lin cuanto al cine, en la infancia desdeluego Disne;', Chaplin,
l,.rrrrcl& Hardy (en un cine que creo se llamaba Novedades);mu-
rrrnbiente;uno de los meioresrecuerdosde él que tengo es el de la
Éi ,r,,
gran lector, pcro rodas las semanasmc tr¿ríaun par
"r"
de rer.istasde historietas (una de ellas,El PatoDonall) v a menudo
me las leía. Más adelante,mi madre me hizo conocer a Sherlock
I-lolnres. Dos vicios que no mc abandonaron nurlca.
P.R.: En rnás de una oportunidad - en un reportaje de Ilh,io
E . Car r dolf o(Iz i U /1 9 8 7 ), e n o rro d c L u i s P erei ra(17A IIl 1988)has irrsistido cn tu afición a la literatura de masas,has reivindicrrlo a l,r ltequeñaLulú v otras historie tas (recuerdo la defensa que
( )nctti hiz.odc Fantomascorno su primera "influencia"); también
, lrls rnañanasde "cine-úaáy"en el Metro y despuésen el York, con
r"rrc'ho Disr-reyy también "El Sírper Ratón". N4ástarde, un p()
, ¡rrit<lmayor, alguna de vaquerosen el Cervar-rtcs
pcr() st,bl't't.xl.,
' l ' :rrzán,
en e l Yor k, com plem ent ando la lect ur a c1cbt t ct t , t1r , tt', '
,1.'lrrsseriesde Rice Burroughs. A un doble progr¿rlr:tc'rrt'l Yt,r1..
"'l'¡rzán el hombre mono" ,¡ "Tarzán y stt c-ot.tt1,afrcl
u , ('l'('()(lu('
lrri tcldoslos días mientras estuvo en cartcl.'l'uvc tarrrl)ii'ntrtr ¡rc
rrorlo de fanatismo con unas horribles películas cílrnicas ¿rctu¿rdas
1',rrAlfredo Barbieri.
Septiino Círculo de,:eiatospoliciales,serieeditorial de Emecéque
drrr; .,n liorgesy Bioy Casares.¿Qré otras lecturasseguistecn tus
I'}.R.:Cualquiera que lea tus textos, cualquiera que se asonr(^11
un rcportaje y lea tus declaracionesadvertirá de inmediato
(lu('l1o sos un tipo común, que seguramentenunca lo fuiste. Es
primcnls años? Como presllmo, además,que ya entonceserasel
cinéfilo de hoy, me interesaría agregarotra pr€gunta en cierta for-
\('t{uro qlle tu timidez, tu retraimierlto actual, era aún mayor en
l,,s primeros años de ttr vida. A riesgo de que este cuestionario
ma concomitante: ¿quétipo de películas consumías en tu infancia
y en tu primera adolescenciav en qué cines?
r('nl{1rvisos de psicoanálisis:¿.cómorecordás tu relación con los
, l ri tl tri l i ncs d e la bar r iada nada elit ist a en la que t e f or m ast e?,
dcclaresteque tuviste completa del número 1 al 150 la colección
,rt' st' rrti usun solit ar io, un m ar ginal de las r elacioneshum anas?
Nunca aparecenreférenciasexplícitas a otros hermanos u otros
par ier r t esd e e s o sp ri me ro s ri c rn p o s .
l'r.rstlc rrquelentonces.La idea cra quc si podía carnbiar ci pasado,
t.rrrrlrit'r-l
cambiaríaautomáticamenteel futuror crc()qt¡c tLrv(jcxr[().
N{.L.: NIi infancia en Peirarol fue sin duda solitaria, pero nci
debe pensarseen una soledad negativa o angustiante; al contra-
l'.1{.:Parecequc cl Lor-rdon-Paríses la prirncra inragen del
, .,, ,lcl laberinto v de la soledad colectiva que percibisre en ru
'',
r ¡,1.r,
:rsíse i n f ier e de "Alice Spr ingsf . . . ] " y dc "Todo el t iem po".
( )rrt'r>pinásal respecto'1
,
rio. Tampoco era una soledad absoluta, ni yo era especialmente
retraído o poco sociable.Tcnía una buena cxcusa para aparecer
diferente, porque a los tres años me diagnosticaron un soplo al
coraz6n, que eu aquella época (o por aquellos médicos) se rraraba
con una quietud absoluta. Eso significó una relativa inmovilidad forzosa -con algunas licencias que sabíaromarme- hasta los
siete u ocho años, cuando nos mudamos al centro. Al principicr
contaba con mis abuelos;que pasaban mucho riempo conmigo
y eran muy arfectuosos.
Ellos vivían en una casaal fiente, con mi
bisabuelo materno, y mis padres y yo en una casita de madera.
muy bien hecha, a los fondos; yo pasaba"temporadas" con mis
M.L.: Es cierto; el "London-Pa¡ís", pero también "el ccnrro",
,l, r'xpresionessin significación, llenas de misterio. con que rcs'.
¡u,nrlían a mi prcgunta permanente de dónde estaba mi padre.
'l',stricnel Lonclon-París"."¿Y dónde esráel London-París?"."En
t l r t'ntro". "¿Y dónde estáel centro?'".
l:so: ¿dóndeestáel centro?
abuelos en la casadel frente, y también a menudo en una casita
que teníamos en el balneario Costa Azul (donde aprendí a cami-
l .,r nooLrscENCr A, LA pRt M ERAI UVENTUD
nar; rne acuerdo como si fuera hoy). Cuando murió mi bisabuelo.
mis padresy yo nos mudamos con mis abuelos,a la casadel fren,
l'.li.: Irn una cntrevista de Carlos María Domínguez aparecid:ren
litt ltu (N' 180, 12N /1989)confesásque a los dieciocho ¿frostrr
te, y alquilaron la del fondo; algunos inquilinos también signi
ficaron compairía y amistades.También rllve Lrnaamiguita, dos
vrstcdos voca ciolr essuper puest as:
la pint ur a y cl clllc. \ 't 'ont lr ¡ r s'
"( lrrendo vi la cantidad de dificultades que tenía para ll:rtt'r . int'
o tres años trrenor que yo, con quien nos ller'ábamosespléndidamcnte. Vil'ía a pocas casasde la mía y nos pasábamosvisirando.
. rr tur país co m o el Ur uguay. m e enccr r ócn r ní . nisnr ( ) ,r ) ) t .[ ) r r s( '
.r cst' r' i bi r,y rr clsali m ás dc adent r o de r ¡ i". La r nisr n; ¡. r fir nl: r t : it jn
rt vistc en tu "Entrer.israimaginaria con Mario Levrcro", clc lt)U7.
Despuésla escuelaempezó a arruinar todo, aunque me las arreglé para f-alrarcasi todo un año haciéndome el enfermo; pero el
aíro no lo pcrdía ya que sabíaleer y escribir, y un compañero dc
clase me traía los debcres que había que hacer y'al otro día los
llevaba hechos.
l,rl "La cir-rtade Moebius" aparecenrefercnciasa rnultitud dc
parielltes; no a hermanos, que por suerte no tuve. Ese relato fuc
escrito con la intención inicial de "fabricarme un nuevo pasado".
partiendo de algunas referencias autobiográficas, y allí los pcrsonajesque compusieron buena parte de mi mundo infantil fucron
caricaturizadosv recreados,aunque respetandolas vivcncias pr<r
, I'or c1uéestablecerestasfronteras tan estrictasentre la literatura
I los clemássistemasde signos? ¿Por qué idenrific¿rrla primcra
, , cl "cr-rcierro" y las otras con una apertura al rnundo? ¿Antes
'n
,l, los clicciochoaños no escribistenada? ¿Qré amigo, qué profe' ,.r, tl rrépari e nt e si lo hubo- pensóen t us opcioncsr r car ivas,t r
llr( un scncleroentefamente oersonal?
Nl.l..: Si leésatentam"",..,
reportaje mencionado, verás que
.rI I r rr,' s. lr;rblade trna \¡ocaciónpor la pintura, sino que se reiata
, | .rrqrr rrtrrto cict r na pelí culacóm ica que t enia por pr ot agonist aa
t
un pintor. De todos modos siempre tuve vocacioltcs superpllestas
y muchas vecesocultas;entre ellas,ei dibujo, la pintura, la mírsi
ca, la mcdicina, Ia investigación cienrífica, la psicología,la jardi
nc r ia y a u n e l s a c c rd o c i o .
Lo que en estecasoparticular marca la diferencia de la iitcratura con otras formas de expresión es,fundamentalmente, lot
costosmateriales y la relativa mayor indeper-rdencia:
solo precisírslápiz y papel, y estássolo. Con relación al cine, qr-renecesita
aparatos especiales,actoresy ur-requipo de ayudantes o coaurores,
la diferencia es muy grande. Como dicen que dijo Sartre "el infierno son los dernás" (aunqr-retambién el cielo, digo yo).
Antes de los 18 aí-ros(y sobre todo antes de los 26, edad en
que apareció Levrero), escribí muchas cosas;desde los cinco
años, creo, cuando recuerdo haber plagiado un cuento de hadas, incluyendo ilustraciones. En la adolescenciaescribía poemas, colno todc¡ el mundo, pero también textos humorísticos
que hacía circtilar entre algunos compaírerosde liceo, que lucgo fueron amigos de toda la vida; y despuésescribí una novela
policial y un libro de humor; rodo esoestáfelizmente destruido,
',.rlr:rt.Iisto duró alrededorde un par de años.Cuanc'lodcjé eI Club
1' rrr.'tlec{iquéalos negocios,presté los tomos encuadernadosde
" l ,.r( ltrcva del Angel", y solo los recuperéparcialmer-rtealgunos
, r ,s tlcspués,por gestiolles de Boris Pugal habían sido saqueados
',
I rr,,. ¡rrcclaba
un solo dibujo de Sábat,por ejempio),y lo poco que
, ¡,r,',l,rbltlo destruí.
Sicr-npreescribía,o dibuiaba, y tiraba. El que me impulsó a
rr,' st'13trir
tirando fue el "Tola" (JoséLuis) Inverrúzzi,gran pintor
v l'.r.ulhombre. No solo consiguió que conservara lo que hacía,
',r r() (lLlcme mantuvo vivo el intcrés por escribir -especialmentt ltt t iudatl- y me sostuvo en el esfuerzo de concluir la novela, a
1,,l,rlgo de diez o quincc días de trabafo continuo. Yo iba noche
.r n,,t lrc a su casay le daba a leer las páginas nuevas;é1,invarial,l.rncnte, decía:"Está bien; seguí". Adernás se ocupó de hacerla
l'.r'.u'Profesionalmentea máquina, y estuvo empuiándome a pul ' 1r,.¡rl ahastaqLlelo consiguií >.
l.n nr,rouR¡z, EL ESCRITORy sus rExros
y bien a conciencia.
Por mis 16 años, recibí el importante estímulo de Horacio
Ferrer; una tarde se puso a clavar maderas y terminó armand<r
l ' l (.: l )csde que apar eciór u pr im er r elat o en diciem t ''r e<lc l( ) ( r ( r
t, I lrlcr,c cuento "[iistoria sin retorno N" Z") tc r.,il.lc'ullrstc
il gru
un tablero con luz que fijó en una pared de El Club de la Guardia Nueva, y luego me proclamó director de un diario mural qr.rc
llamó "La Cueva del Angel"l todo de manera rnuy solapada 1'
sorpresiva. El diario, que en realidad era, si no recuerdo mal, ull
semanario, cor-rsistíaen hojas escritas y adornadas con fotografías, dibujos y recortes, que yo pinchaba con chinches en ese ra-
¡' ,' ' l i tcrari osalgc,alejadosde la hegenr oní adel poclerlit cr : ¡ r io' l. r
| ( \'rs[r Sena/,de casi nula recepción; Los]-Iucuosda/ Ilutu; l.t n<¡
blero. Muy buena parte de los artículos eran tomaduras de pelo a
' ¡ gente
del Club. que la gran mayoría recibía con humor y sanra
paciencia. Ei estilo era un plagio vrl de Tía Vl.centa,larevista c{c
Landrú. Durante un tiempo yo hacía de todo; despuéscomencé l
recibir la colaboración -valiosísima- de forge Solares,quien in
trodujo formas de humor más reÉlnadas,y la colaboración gráfi
ca e incluso escrita de nada rrlenosque l.lerrnenegildo "[4cnclli''
rrrul'gr:rvitant€ erltoncesMaldoror; la importante pero dc cscasa
, rr. u l:rción El lagrímal trlfurca de Rosario. ¿.Estose debió a una op' r()n lx)r prescindenciade aquellaspubiicaciones que ponían énl.r,,rscn lo ideológico y político de circunstancia? Te lo pregunto
ll()r(frr( sobre la revista Mtsia Dura, donde tarnbién colaborasteal
lr l, <1.'lsetcllt¿1,
identificaste en Llnacarta un grupo "surrealista"
'
{' lu( lntcljmbas) y otro "político". Indirectamente, entonces,me
rrr( r( si l trr alcjam ient o de la "cult ur a m ilit ant e" y sar r r ianade
.r{l u(l l ()s rri r os,r ne int er esa que, al r espect o,t e explayes acer ca
, l r' I rrsl )t(sul) ucst osact uales.
\ l. 1. . :( . ua n d oc mp e c éa e s c ri b i rn o l o hi ce pensandoen publ i
r .u . (.:rbc explicar aquí que sov lo que, en términos psicológicos.
poclria llamarse "un escritor no asumido", y esto tendría relación
con Lln "narcisismo no asumido". Qre hava liegado a publicar es
un triunfb de ese narcisismo inconsciente, pero aírn ahora sigo
poniéndole conscientementepiedras en el carnino a eseescriror
(aunque en menor medida que antes).
Al principio solo daba a conocer mis textos a los amigos con
quienes tenía más confianza, y esta actitud se manruvo durantc
años. Esos amigos, y amigos de esosamigos, comenzaron a p<:dirme textos para tal o cual publicación: Jaime Poniachik, que
en aquella época era estudiante de Ingeniería, estaba ligado a la
scrrte de Senal.No recuerdó quién me vinculó a Los Hueaosdel
I\ata: esta revista hizo una vez Lln intercambio con El lagnmal
tfurca, y eso me conectó primero con Sammy Wolpin, quicn me
ins t o a v iajar a R o s a ri o (A rg e n ti n a ).v a l l í h i ce ami sradcon E l vi o
Gandolfcr. de El /agrtmal trtfurca, )'con toda su familia. Conocí a
Ruben Kanalenstein creo que también a través de /,o.sHuer:osdel
Plata, y él llcvó Lrn texto mío al profesor Fleurv, de la Alianza
Francesa,propulsor en esosmomentos dc Llaldoror (luego quc
rn rslna;no era ni soy un intelectuai, ni mucho rncn()sr-rncruclito,
rrr sicluieraun tipo medianamentc informadcl.
Mis "presupuestos"actuaiesson tan inexistentescomo los anrt riores;hago lo que siento,lo que necesitohacer,cl no hago nada,
v trilto de no tener en cuenta lo que hacen o piensan los demás.
l'.R.: En una encuesta colectiva a Juan Carlos Onetti en el
(luc participasteen la revista Maldoror(Montevideo, N'9, 1973),
L lrrcguntaste a este (a quien en otro lugar señalastecomo el par ,rtligma silenciosodel "Escritor") sobre el suicidio. La respuesta
,lt ( )netti fue entusiastay, aún más, te identificó respetuosamente
,,
cl autor de la pregurrta.El suicidio esuno de los problemas
'nro
, ¡rrcrnás te obsesionanexplícita o implícitamenre en tus relatos
(:rsien "Alice Springs" o en El lugar).
como Baudelaire a
¿.Pensás,
"bajo ciertas cirde
E.A.
Poe,
el
suicidio
ser
que
puede
¡rropósito
, rrnstanciasel actc'rmás razonablcde la r,ida"? ¿Pensás
que en esta
, r¡incidencia con Onetti se estrechensus lazos creativos,por más
,¡rrcel viejo lVlaestropropone la "búsqueda en uno mismo" y vos
"r'n el inconsciente"?
dó a cargo de Carlos Peliegrino y me incorporó a la revista de
M.L.: E sa entr evist a colect iva a O r - r et t it icnc su llist or . il. lr n
modo más estable).Si hubiera tenido otros amigos, la historia
¡rri nci pi o, l a i ba a ef ect uar Car los Peliegr ino.cn b¡ sc: r in( r 'r r t ,
g:¡ntespropi as v del conr it é cler edaccií r nquc vo ir , r t 'sr c lus: r z.
nrcnte.P or esorni pr egunt a t iene esaf r r r m a t an cr r r l( ) sa:"[ , a pr c
habr í a s ido d i s ti n ta .
El grupo que se dio en llamar "surrealisra" _.vque publicaba
cn i\4isral)ura no sin continuos problemas (problcmas especialrncntc p:rr:rc'l Cuque Sclavo, que era el director pero no el duefio) cstaba intcsrado por Ruben Gindel, Carlos CasacubertaI'
yo. 1' mírsesporádicamentepor Poniachik, Gandolfo v Kanalenstein: ¡rníirmos una concepcióndel hunror basranredistinta clelos
pr ol, ( r t os po l íti c o s q u e s o l ía n d e te rmi n a r -v en buena medi da
suelcn scguir determinando* la existenciamisrna de las publica
gunta qu€ vo formularía entt¡ncesa Onetti tienc n.ruchaspuntas,
y tal vez se enoj e . . . "; eset ext o no est abadir igido a O net t i sino
.r l ' cl l egri no. P e r o a últ im o m om ent o Car lit os no se: r nim ó, y
¡r:rsópor casa a buscarme; me dio el papel con mi texto y me
tliio que sc lo diera yo mismo a Onetti. Allá fuimos, a la Bibliotc'caMunicipal. Onetti dialogó largamcnte con Pellegrino, y al
l in¿l tuve que cobrar coraje y darle a One tti el papelito. Onetti
No hubo propiamente un "alejamiento de la cultura militante
y sartriana" sino que nunca participé de ella. E,smás: nunca par,
Io lcvó muy cuidadosamente, lo plegó varias veces,se levantó
,l:urclopor terminada la entrevista y diio: "Esto no es una prequnta, sino un juicio crítico. Pero vov a contestar.Voy a contes-
ticipé de ningr.rnaclasede movimiento cultural ni dc la culrur,r
t.u." .N o sc i o veía r nuy f eliz.
ciones periírdicas.
Si el suicidio cs para mí una obsesión,1oes de modo incons-
,lcsdela forma v desdernúltiples puntos dc visr;r.cs¡ ,"isior.lconvcucional del n'rundo. No la sustituve lteccstri;rrncr-rtc
l)()r ()tre
cicnte; por más quc busco, no mc dov cucnta de ello. Pienso que es
un asunro personal, iguai qLreel matrimonio v tantas otras cuestkrnes sobre las cuales no rne cabe generaltzar o dictar normas.
Sin embargo, hace años desarrollé -a partir de un comentario que escuchéur)n vez :r lloracio Ferrer- una teoría del "suici-
cfécto que me produio Kafka-, pero sí la perfirra, la vuclvc por
Io menos vulnerable.
P.R.: Tu reacción contra la "literatura comprometida". a la
(luc condenássin concesionesen tu "Entrevista imaginari"...", y
, l realismo "fotográfico", ¿no seprofundizó rempranamente cuan,lo cn 1969 un jurado del semanario Marcha integrado por Angel
Itama, |orge RufTinelli v Alberto Paganini decidió premiar el texr() "comprometido" El libro de misprimol de Cristina Peri Rossi,
dio perfécro". El suicidio imperfecro es aquel clucte quita la vida
y te imprde seguir jugando. El suicidio perfecto, en cambio, tc
permite seguir viviendo v volver a probar. Consiste en rnatar a
un yo que va no te sirve, que te limita, te asfixia. De esossuicidios pcrfectos tuve LlnoscLlantos,seguicloscleotros tantos nacinrientos. Oscar Wilde dijo, con raz(:n, que aquel quc deseavivir
rnrrrginando a trn scgundo puesto a tu novela La cíudad,consider lcla, pero calificada en actascomo "kafkiana" ?
nil vid¿s debe sabcr que sufrirá mil rnuertes.Cotno cl yo, según
algunos psicólogos, ocupa "el cer¡tro de lo mío", estasmuertes
de voes sigr-rificarorrsicrnprc pérdidas materiales importantes,
M.L.: Esta es una pre¡lultracanallescapcro, como dijo Or-retti,
"\/()y a contestar". En realidad, quedabacontestadade antemano
a vecestotales.
Creo que con ()netti deben existir muchos "l¿rzoscreativos", como cor-rcualquier c¡ead,rr auténtico; y no entiendo la
diferencia cntrc 1¿r"birsqr-rcdaerl uno mismo" v la "búsquedir
l)()rque:a) Mi prirnera nc¡vela,La ctudad,cscrita en 1c)(r6,v que
Irrc la que recibió la rnención en eI concurso de March¿¿
dc 1c)(-,c),
y',rllevaba en sí una posición no compror-netidapolíricanrenre;
en el inconscicr-rtc".
¡xrr l o tanto cstap osición no est áen dependenciacon cl r csr r lt : r . 1. ,
,l t' l concurso;v b) En el ar - r t or r epc'lr t aje
cit ac{o,cligocx: r cr : r n) ( . r ) [ ( . :
" l -..l l o que no rn e at r ae de la lit cr at ur a 'com pr r ) nr e( i( lir ' ( , s( lu(
,
'com
pr
om
iso'
l
o
general
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qLlc
r
it
i¡
r
:
r
¡' or
,ft'rrn mecanismo sir¡il¿rr al de l<>sl¡est-seller-s:
sc cscribcn libros
P.R.:En más de r¡naoporturlidad has rcmarcado.sin dr-rdacon
ironia antitax()n(imica, que tu obra es "realista". En la cnclresta
colcctir'¿rsobrc Jamesloycc que Gr aciela Nlirntarashizo en Oputar
(N" (r-3.llAIi198Z). seiralásqr-recl Lilrsestc ayudó a destmir mnc lros "esclucrrasrecibidos". ¿.'fere ferías entonccs al realismo corntr
"ct;rricnte artística" -según Ia dcfinición de l{olnan iakobson- cr
l):u'aque los compre determinado pírblico, v no con intención de
t'st:rbleceresacomunicación que deine al Arte". Esto no es ulla
" r t rrccióncontra". sino una "opiniírn sobre";dije que la litcratura
otra n-ranifesal rc¿lismo ingenuo v pedante quc dc,scrccde tocl¿r
tacic'lrartística,cl qr-redefiende "la opacidad cotidiana", tal como
lo c lt : r ¡ sc n e l c u e n to " S i u k v i l l c " i
¡xrlíticamentecomprornetida no me arraía,y no que iba a dedicar
rni vi da a combat ir la. Unas lí neas m ás abajo,en el r nism o t ext o
I r.rlrlrrb¡r
de ercepciones:"F{av obras maestras'comprornertidas',
M.L.: No nre refería al realismo ni a ninquna corricntc cn
particular; los "esquemasrecibidos" se refierel.ra una visiítn del
l',r' lo qcner:rl esc¡itas por hombres realmente comprometidos
\' n() lx)r corncrci¿rntes
o trepadores".Decime si no es canallesco
( l( r (¡
srrqcrir
quc una posición estéticapude haberla cons[)ru-tc
mundo quc a uno lc va irnponiendo la familia, la cducacií¡n, las
bornbardce.
opinioncs \¡ulgaresquc uno va acutnulando. Ei L//¡.iir.s
t r rrr,l o o rrccntu ¡ r do-cor no "r cacción", a par t ir de una supuest a
' t t.,ts(l (' (' (' l ()s.
¡
i\'li rcacción primera al conocer el resultado del concurso fue
n() porque las trovelassean "involuntarias", sino ¡lorcluc kr cs l¿l
.1csor¡rrcsa,porque no esperabauna mención; todar,ía no creía
que mi amigo el Tola pudiera estar en lo cierto, que lo mío tuvie-
tri l ogía. E s dec ir : nunca m e pr opuse escr ibir una t r i[ osí ¿r ,sino
..¡trelas novelas fucron saliendo v, mucho rn./rstardc, ac'lver
tí que
tcnían una uni dad. Cr eo que cn ningúr - rr nom cr r r o se habla dc
"buscar lo involuntario". Hay una búsqueda "más o menos ill-
ra algún valor. Más adelante leí ciertas obras premiadas, conocí
personalmente a ciertos jurados, fui conociendo a otra gente del
ambiente culrural politizado, fui viendo los resultados de otros
concursos,v poco a poco me ftri formando algunas ideas acercade
(y ahí, sí, se puede hablar
todo esemundillo, que desen-rbocaron
de "reacción") en la rcsolución de no volvcr a presentarme nunca más a un concurso. Años más tarde traicioné esta resolución.
por motivos de asfixia económica, y mc presenté,primero, a la
(sin padrinos), beca que se otorga por una forma de
Cr-rgger-rheim
c()ncurso.\' no me aceptaroni v más tarde volví a traicionarme,
p<>rIas mismas razones,cuando el concurso de Banda Orient¿rl
con el mismo previsible resuitado.
Nloraleja:el crimen r-rorinde.
t'ortsciente", que al mismo tiempo puedc ser Llna l-ruida,v que
l l cva a " l a ci udad".
En mi literatura no hay bírsquedade claves,sino de imáeerrcsy situaciones;despucs-no com() autor, sino como lector-, v a
vccesmuchodespuésde cscrito un tcxto, pucdo rratar de interpre(erlo con cl:rvesfungianas cl frcudianas o dc mi propia cosecha
I)eraver si puedo mejclrar personalmenteen algo; pero llunca el1
t'l acto de escribir, quc debc scr lo más libre posible aunque últimamente, que escribo a r-rivelmás superficial, pucdo jugar ccln
intcrpretacionessir¡ultáne¿rsen el propio texto; esteno es el caso
rlc la trilogía.
No entiendo bien qué seríauna "persecuciónmetafórica de la
P.R.:En un reportajefundacional, e hipercitado, que Elvio E.
Gandolfo te hizo para la revista porteira ElPénduk¡ (No 6, enero
de 1982), señalasteque la "trilogía involuntaria" integrada por
rcalidad", pero me suenacomo que sí, que podría ser.
las novelas La cíudad, E/ /ugary París respondió a "una interrogación sobre sí mismo, del protagonista. del alltor". ¿,Noes ur-r:l
contradicción "buscar" lo "involuntario" ? ¿E,xistcuna búsqueda
l )Lrntode vi sta cr í t ico m e aleja dc la obr a clc ar r c, r 'r r lr r g: r r, 1.
:rcercarme;f l a cr í t ica] es Lln¿lf unciór "rr cpr cs( ) r rlc1r
r
r 1r
. . r r r ,I.r' , r r r .
rl rsentre el l cct or y el aut or ". Aunquc t cr nr in: is p, r r r '; r l, r r r r rlr r
posi ti vi dad dc cst a f unción "policiai", r . r ndcspr cvcniclol. r or lr ia
tornar el juicio antedicho como que no te importa la crítica. Sin
irlconscienteen tu literatura de clavesoníricas para interprctar la
rcaliclad("durnriendo es corrroencuentro las meiores ideas para
rcsolvcr situaciclnesdifíciles", escribisteen el cuento "Los muerros")? \'. concornitantementc,¿tepareceque en la trilogía hay una
pcrsccuciíl-rrnetafórica de la realidad, taI como lo ha planteado
P .R .: E ,n tu "aut or r epor t aje" de 1987, dccis: "sicnt o r ¡ r r . '. l
crnbargo, en cl trabajo dc relevamiento bibliográfico que encare a comienzos de esteaño noté la minuciosidad maniática con
c¡uc registrabas l-rastala más mínima mención de tu nombre.
Juan C'.rrlosMondragón?
,.'l'csentísvigilado? ¿Te atrae tal vigilancia al punto de retener
¡rrrnti l l osamen t edat os 1' opin ioncs com o si f uesen piezasde co-
M.L.: En esereportafe de Gandolfo (que por razonesde comctdidad y tiempo es un reportaje al revés,va qlre Gandolfo formu-
Iccción? ,Podés autoasumirte como rcpresor ahora que, desde
lr;rc'cdos años en El País Cultural, pasastea formar parte asidua
..1,-'csc
gi'ncro? ¿No sentisteun cambio entre aquel lector hedo-
1ó las preguntas sobre un texto que yo había escrito previamente.
para mí mismo, con intetrción de fifar algunas ideassobre El kgai
se llama "trilogía involuntaria" al cor-riuntode las nol'elascitadas,
rri st:rcl trccras v est enuevo Var lot t a, lect or por obligación de lil r¡.rstl rrt' l r() rc inr por t an ? , No per cibist e una escr it u¡ a f or nr al,
casi neutra en tus artículos en oposición a tu prosa humorística,
libre, desprejuiciada, tanro de los rexros humorísticos como de
los relatos?
I\{.L.: Son muchas pregunras y el tema es complejo. Trataré
de ordenarlo:
a) La crítica me importa en lo personal: "a l,er qué dicen de
mí"; en general, no m€ importa en relación a los textos, porque a
mí no me los pueden modificar (aunque sí pueden modificar la
lectura del lector): la crítica siempre viene corriendo de arrás,
y no va a modificar 1o ya escrito ni me sirve para lo que voy a
escribir, porque nunca puedo usar dos vecesla misma forma ni
ser ir-rspiradodos vecespor ei'mismo espíritu. Percl no puedo negar que de la crítica he recibido aporresinreresanressobremí mismo, como el catálogo de Pablo Fuenres,o la inspirada creación de
Flelena Corbellini que publicó Grrffití. También valoro mucho la
rrraterialcrítico. Durante un tiempo solo conté con cl fragmcnto de un texto de Angel Rarna, que se publicó hasta cl cansancio.
A falta de "carrera" o títulos, un escritor uo tiene mejor carta
.lc presentación que los textos críticos y reportajes; las editoriales
prefieren eso a tener que juzgar por sí mismas.
c) Sí, me siento vigilado y, lejos de atraerme, me molesta mu. ho; me perturba en mi trabajo creativo y hasta en los resortes
rrrásrecónditos de la inspiración.
d) No, no he logrado asumirme como represor, al punto de
..¡uedesde el 1" de marzo de este año anuncié a Gandolfo que me
tomaría unas vacaciottes"sin límite de tiempo" de mis reseñasen
lil Puís Culr¿tal(ias notas que aparccicron posteriormcntc a csa
lccha habían sido entregadasat-rteriormclrte;v todavía tengo algunas notas comcnzadas qu€ espero completar, cuando me sienta Fuertepara hacerlo sin que se rcsientan otras zonas creativas),
(cxpiico todo esto para que los críticos no señalen,después,con-
crítica de algunosamigos,previa -ineludiblemenre- a toda publicación de cualquier texto: el Tola, Gandolfo, Alicia (mi mujer), y
tradicciones).Me serrtíaperturbado no solo en e1trabajo creativo
sino también en 1¿rlectura. No puedo disfrurar de un libro si es-
más esporádicamenteotros amigos, han intervenido activarnente, sobre todo para limpiar el texto de algunas esttrpidecesen las
toy pensando qlle voy a tener que decir algo de é1.Se lee de otra
rnanera,sin la imprescindible insenLridadpara llcgar al rliítlog()
que suelo caer. Pero no es crític¿respecializada,que busca extraíras
conexiones,sino la crítica del buen lector.
con cl alrna del ¿rutor.
b) La minuciosidad maniática con que conservo("consen ar",
rnás que "rcgistrar") cada rccorte quc c()ntiene mi nombrc provicne probablemente del gran placer que obtuve, el-lestesentido,
tr.ca;
n<>tengo formación, ni credcnciales,tri vtlt'a,-itjrl tlc ( l'ltr(().
Son cornentarios,dc lector a lector. en la qran t.nrtvoríaclc los casos
ctrarrcl<r
rne publicaron un chisre en El Pato Donald, allá por mis
ocho rriros,y además me pagaron dos pesosargentil-rosen selios
postalesque envi:rron a casa.Tiempo después,la misma revista
acljr,rciicír
el rrombre de "Conde Varlott" a Lrnpersonafe secundario
de un., . ustclrietacon el Ratón Mickcv. Ese misrno placer narcisista se reproduce cada vez quc veo mi nombre impreso, aunque
no venga acompairado de ur-rsobre con valores.
Por otra parte, desde que empezaron las conexiones con las
revistas,especialmentc cxtranie ras, )/ en cad¿rintentc-rde public ar un libr o en e l e x rc ri o r, s i e mp re me p i d i eron que adi untara
Por otra parte, nadie puede ¿rfirmarclttctttis rrscir:tss(.tn ¡ //
intentando estimular al lector para la lcctl¡ra dc cicrtos librosr en
lnuy pocos,de desestimularlo.Pero ur¡ hc conrentado"libros que
no me importan"; esoslos he derruelto a la redacciór-rdespuésde
lrojcarlos.Un libro tienc quc oblig:rrme:r icerlo, y jar-nás
comento
rrn libro sin haberlo leído íntegralnentc.
Sí percibí eso qlre describís rnuy bien, "una escritura formal,
casi neutra...", y también por cso tne tomé largasvacacioncs.
Irs l o quc i e sucedióa Johann Sebast ianNlast r opier o:". . . paso por ulta repentina ausenciade inspiración, por una total in]posi bi l i dad creat iva.Conscieut ede su incapacidad,M ast r opiero rcsol.",ió:dedicarse a la crítica musical, aceptar el cargo de
de las ideologías,y ahoraque rosadultosesrá. momenráneamcr.¡te huérfanos,los jóvenesno rienenpunrosde referencia,
y debcn
mirar haciasu propi<tinterior, y seasustan.Entonces
.^pi.r"n :t
buscara los expertosen mirar haciaacrentro, ahí
esdor-riemi riv
teraturalos puedeayudar:"No teman,vo pasépor
esoslugares,,,
o
incluso:" ¿Yen?,siapoyanun pie acá,y seagarran
con esramano
de acá,no sevan a caer".
No puedohablardeBenedetti,porclueningún libro
suyome
atrajocomo para leerlo;solo recuerdoque de Áuchacho
_" g.rr_
tabasu secciónhumorísticaen Morrlro, firmada,,Darnocles,,l
P.R.:El hurnor. el guión par:al-ristorietas,
el crucigramaque
vinieron mucho despuésde las narraciones,
¿tienenp".a ,ro,
"l
mismo rangocreativo,el mismo lugar que los ¡elatos.i
¿Loscom_
plementan?¿.Se
lesoponen?
NI'L.:Las historict¿rs
y ciertasforrnasde humor seacercar]
másq1e ios crucisramaso los
,,r¿rnso
iuegosde ingenioal
crea_
tivo" de lasnarraciorcs.Lasnarracic'res
exige'!ravor profundidadde percepciór-r
y urr esfuerzoclcconccr.ltración
másprolon_
gadoen cl ricrnpo.peropuedopasardel irumor cle
la hisrorieta
v
a la narraciór "seria"si' mav.r dificr-rlradl
en cambio,rosjuegos
y crucisrar.nas
estáncr clara oposiciór a la crerr¡ivi.r".lirt.i"ria -i.chs. al hum.r y a la historicta-,al
p.rro dc qtrcciebía
torlarrnevacacio¡res
del trabajocn juegosv crucigrarras,
sin lí_
mite derticmpo.
I
rri tarnpoco mucho tiempo para ocuparmc. Actu:rlnrentc tengo
,rturnulado tanto trabajo por hacer,v mi rcndimiento para cl tr¿rlr:rjoes tan escaso,que a vecestemo que no me alcancc el tiemlx) cllle me queda por vivir para concluir toc'loslos pror.'ectos.Iin
tockr caso,el turno de la poesía ver-rdrádespuésque termine todo
I()()tro que m e int er esam ás.
P.R.:¿Cuál fuc la pregunta que alguna vez quisisteque te hit icran y nunca nadie hizo? ¿Qreda algo por decir despuésde una
vt'intena de entrevistasencima y un "autodiálogo"?
M.L.: Siempre quise que alguien, llevando la mano al bolsillo, me preguntara si me vendrían bien algunos miles de dólares;
¡rcrohasta ahora, nunca sucedió.
Creo que en esacantidad de entrevistas,incluyendo la mía y
('stccuestionario, se ha dicho de más, casi todo de más; y al misrrro tiempo, tengo la impresión de que queda todo por decir, por<¡rrcinsisto en mi "Introducción" a estasrespuestas:
no harr nada
lircra de los textos que diga más o mejor que los textos. No hay
(luc preguntar al autor, sino a los textos;y no prcgLllltarlcscom<t
:r tur oráculo, o desdeel punto de vista de un criptólogo o anrrlist;r, sino mirarlos, "escucharlos",r,aciándosede prcfuicios.Esa cs
l;rr¡rbiénuna buena manera de interrogar a lir rlcntc' dejarla hal,l:rr. Cuando la gente habla librementc, y si uno sabccscuch¿rr,
sicmpre dice la verdad.
P.R.: "Diario de un canalla" explora c()n mayor puntillosi-
P.R.:¿Porqué tantarenuenci¿r
paraprrblicaria poesía(juees_
cribiste? ¿.Escribiste
solo las¡r.,.", l.rr"., dc cancrones
que,bási_
c:ltll('ri f(, Lco,\/laslíal"r
ir-rterpretó
?
l\{'L.: Ile escrir<¡basra're rnírsp.csía de la que
musicarizó
Maslíah,pe¡o ¡r'lirc'.encia a publifarla pr,,vicre
cleque esabo_
Ilay aiu.'as cos:lsquc, trabajá'dolas,po,irío,,resca_
'rinablc.
tarscil)crr.)'<;sétrab:ijarlas,.o teugomayor intuición
poétic:r,
106
.lrrtl situacionesautobiográficasrecientes.¿Porqué abandonaste
('n csc relato los cánonesnarrativos "fantásticos"que habías em¡rlcadohasta ahora?'A primera vista pareceuna narración de un
r t':rI i sr.nclintrospectivo.
M.l-.: Encuentro que "realismo inrrospectirro"es una expresiorr strnlnmcnte adecuada,tanto para referirse a "f)iario de un
,.rrr,rl l u"cor ll( )par ¿lr cf er i¡ se a la t ot alidad de m is t ext os;no veo
lo-
lt lr r . oc c t
A lo largo de esrasrespuesrashe sembrado algunas pistas falsas.
Los críticos se p¿uecena los policias no solo en su carácter rcprcsor (para bien o para rnal), sino también en su carácter investiga
dor: estoy segllro de c1.rePabio comenzó desde va a b.rsca. afan,,
samente en la colección de El Pato Donald esechiste por eI que m.
pagaron dos pesosargentinos cuando tenía Llnosocho años. Le vor,
a dar otra pista: esechiste lo había copiado dc una revisra Leoplat,,.
Ahora, a revisar ia colección de Leoplán(primera época,formaro
grande) para confinnar este daro, y de paso poder incluir en mí
bibliografía la fecha v el número ranro de El patr¡ Donald corrrc¡
de Leoplán. ¿Seránestaspistas verdaderas o falsas?
Otro pequeño rcgalo' las iniciales de mi cornpañerira de jr_rc
gos cn Peñarol son L{.s.A.M.ieso se puede rastrear fácilmente
con pocos años de trabajo (sugicro buscar estasiniciales en ac,
tas de nacimienro dc IL)41/2/3, aunque no deben despreciarsc
los ar c hiv o s d e re c i b o s v i e j o s d e U l s i n a sl Tfermoel éctri casdel l
Elstadol,por ejemplo). Cuando 1aencuenrre,que por favor le dal
cariñosos saludos de mi parte; cspero quc estéviva y sana; no la
veo desde hace 4-5años.
Si Pablo tiene oporrunidad de hablar con ella, M.s.A.M.ra1r,.-z
le cuente que ella fenía un garo llarnado Bijou (o Bivú), y es posible que conscrve algrna foto de esegaro. obserr,and. la fcrto con
lLrpa,Pablo poclrá descubrir qlle cn las manchas de su pclaje sc
i'si.úa' unas formacic>'esque evocan irlgu'rasimágc'es; vistas
el r.¡icroscopio,estasrmágcnessc vuelvcn cornplctamentenítidas
y, cn su conjunto, muestran puntllalmente los hechos que lucg<r
apareccrían en mi novela La ciudad.
( . : r lc ul o q u e u n a v e z p u b l i c a d o e src i mportanre
descubri
de P a b l o , u n c ríti c o ra d l c a d o e n u.s.A .encontrarál a for' llc r it u
ma de hacersecor.rcopias de la foro del gato. y las i-raráexaminar
con instrumentos, de mayor precisión, que hay allá. Así podr:r
descubrir que el gato no era tai, sino un hi¡ropírrarno,v que la,
imáge'es inprcsas en la dura picl no sor)cxacta'c'tc l,s c{c1,,¿
r trttltttllla.estaciónde ¡afta, el gordtt Girnénez, Anl. cl carnitln),
,.l r() l ctras;cst aslet r as,clr denadasconvenient cnt unt ( , gr cr nrit cn
l, t r l:rsobras complet¿rsde Edward George Btthvcr, Lord Lvttot-l
r l so i 1,371 ), 1o qr-redará origen a Llna Pequcña nlot'toqrafíasol ,r. l l i rrfl ue nciade "Los últ im os dí : r sde Pom pcva'',dc Bnlwcr | .1t lorr, en El lugar,de Mario Levrero.
Sirrduda, estova a gcnerar una ardiet-rtepolémica entre Rocca
stc
otro cr it ict . r ,dur ant c la cual se har án m ás Y r nás apor t cs
\' (
,',, l,rrccedores,dc fbrma tal qr-re.cuandcl un lector tome ell slrs
n r.ur()sun libr<t cualquicra cleLevrero, podrá estar scguro de la
, l.rr,.'tlcterreno que estilpisando.
v
(!riero agradecera Pablo Rt¡ccap(\r su ir-rterés
en mis c:osas
de
desafíos
llcno
cuestioltario
este
prcparó
l, lrt itarlq por su corajcr;
conciencia de ios riesgos,vlr que' aul-lqueno lros cono"'tt 1'lctla
(
, il1()spersclnalmctrte,no lracen'ruchotuvimos ocasiónde pelear
ncia. Lc pido disculpas pírblicarnenre por todas
l,()r ( ()rrcsponcle
1.r",irrcspetuosidadesque he deslizado en mis rcsPucstas:L'st()\'
.il r( l)cntido y quisiera nrcdificarlas, Pero él me 1o ha prohibid<r
,'rr lirrrna expresa,y debo atetlcrme a sus leqlas Jc itrt'q,t.
do que la literarura fantásricatiene sus definiciones,quc lro ence
jan para nada con lo mío.
I I'rriacercátldome progresi\ramentea la supcrficic dc crlnIrr,.1,r
r.r(t() clltrc ambos mulrdos, y actualmente est()ycx¡tl<tranc{olas
¡,,r¡,rsmás inmediatas de esemundo exterior. Ello no implica un
Recuerdo un texro de Física que comenzaba diciendo, aproxr
madamente: "Suponemos la existencia de un mundo exterior, dcl
supongo que es el mismo de siempre,
' .rnino estéticodiferente;
,riln(lucun camino que atraviesadistintos paisajespuede Paf€cer
cual provendrían ciertos estímulos que imprcsionan nuesrros scn
tidos...".Eso es espíritu cicntífico; no dar nada por supuesto,ni si
quiera la existencia de un mundo exterior. "S¡ esemundo exterior
, l rl, r t'nte en cada tramo.
por qué tenésque hablar dc "cánonesnarrativos fantásticos",sicn
existe, entoncesla Física dice...". La crítica lireraria parece dar por
sentadasmuchas cosas,entre ellas la existenciade un mundo ex.
terior ob)etivo,y a partir de allí señalanlímires precisosa la reali
dad y al realismo, dan por sentadoque el mundo interior es irrcal
o fantástico, v tratan de rotu{arlo todo de acuerdo con esosplrntos
de partida arbitrarios y pretenciosos.Yo me pregunto por qué un
sueño debe ser firenos real que una vigilia, o Lul pcnsamicnto, un
sentimiento,una idea o una vivencia debe ser menos real que una
piedra o un poste de teléfonos. En relación con los sentimientos v
pensamientoshay procesosfísicosy bioquímicos comprobabies,dc
modo que allí tenemos elementos materiales; al mismo tiempo, la
tnateria está integrada por corpúsculos que, como el electrón, giran, y existen mientras giran porque es la veiocidad del giro lo que
les confiere su masa; si detenés el giro, el electrón de¡a de existir.
de rnodo que la materia podría ser una creación que parte de ur-r
impuiso abstracto,inmaterial, "fantásrico",de girar.
I)e todos modos creo entender el propósito de tu pregunta. Te
dir.í:rrlrrecrr nri litcratr-rrahay un movimiento que va de la introvcrsiorr ¡ l:r cxtrovcrsión, rccordando que lung ha señaladoque
los Ir<lnlbrcssuclcn ignorar que hay dos mundos a ser conquistadc¡s.ur-rointcrior y otro exterior. Y que en la primera mitad de la
vicll, I h<lmbre se dedica a conquistar uno u otro de esosmundos. c rgnora por completo al otro; al llegar a esamitad del camino, para sc¡brevivir debe forzosamente comenzar la conquista del
otro. L,suna lcy psiquica.
Yo creo haberme dedicado primero a la exploración dc las
capas más prclfundas del mundo interior a que pudc acccdcr, y
l'.1{.:En un cuarto de siglo de labor creativa te has disociado
r.urt()que pareceríaque corrieras el riesgo de perder identidad'
la cédula de identidad?
, lirr t¡r.réabandonar tu lorge Varlotta de
(Lavalleia Bartlebv' Carlos
, ll rr rltré multiplicar los seudónimos
Nr,,rlc, Alvar Tot, etcétera)?¿Por qué el apellido materno para
l.r. f icciones literarias? Al fin y al cabo, ¿existeuna identidad?
, li scntísmuchos o sosmuchos?
M.L.: Debo hacer una confesión:mi cédula de identidad es el
t r.rl,:rjo de un hábil falsificador. Mi verdadero nombre es Zbinieg
\ ¡r,c'htshlavsk;soy un inmigrante judeoaustrocroataque entró
rl.'g:rlrnenteal país en 1914' Tanto Lavalleia Bartleby como Tía
l',rrt ;rflración,Sofanor Rigby, Carlos Nicole , Alvar Tot, N{ario l'c\,r(.t() v algún otro que se me perdió, son seresrealcs:Ul)()scnrn()s
cscondo en el sótano y a los que hago trabaiar Parrl trrí' l'os
' lu('
, ,,nrP réhace años,por chir olas, a un cir co en dcc: r dcnci¡ iLll) t ( )
'Iodo estclte lcl diLI()cll c()ll, ,,rr cI clefante que tengo en eI fondo.
lr.rrrzrr;
no lo vayas a publicar'
( )reo que existeuna identidad, 1o que no excluye la multipli, r,l:rtl,hay un yo onírico y un yo vigil' hay un supervó y un ello'
lr.rv Lrncerebro con varias "capasgeológicas"v con dos hemisfeI r()\ v con distintos centros;hay un sistemanen'ioso central,y otro
Vt1lt't:ttivo;hay unos cuantos billones de neuronas; hay un reloj
l,r,,logicoqlrc va regular-rdoei fluio clelas drstintas hormonas en
,lrstirrtesl-rorasdel día y estacionesdel año y etapasde [a vida'
Iit'liztncr-rre
, soy muchos y -de un modo fractal-, soy infinito'
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