VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL SR. MINISTRO SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ EN EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 103/2014, RESUELTO POR LA SEGUNDA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. La Segunda Sala, en sesión de doce de marzo de dos mil catorce, con la mayoría de tres votos, resolvió el Amparo Directo en Revisión 103/2014 en el sentido de considerarlo improcedente, tras considerar que los planteamientos del recurrente son de legalidad, incluso los referentes a la aplicación del principio pro persona. Lo anterior, tras considerar que en la demanda de amparo no se planteó la inconstitucionalidad de una norma general, ni se propuso la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o un derecho humano establecido en un Tratado Internacional del que el Estado Mexicano sea parte, así como que tampoco se expusieron argumentos que vincularan al Tribunal Colegiado para llevar a cabo la interpretación directa de algún precepto constitucional, limitándose a controvertir cuestiones de mera legalidad. Además, se afirmó que los aspectos sobre los que se pronunció el órgano colegiado en la sentencia recurrida, se refieren única y exclusivamente a aspectos de mera legalidad, sin que fuera un impedimento para dicha afirmación el principio pro persona y su inaplicación en beneficio del recurrente, toda vez que tal cuestión VOTO PARTICULAR AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 103/2014 implica sólo un problema de legalidad relativo a la aplicación de ese principio. En cuanto al contenido del principio pro persona, en la sentencia se sostuvo que sólo exige preferir la norma más amplia o la interpretación más extensiva cuando se trate de reconocer o favorecer derechos humanos, y a la inversa, elegir la norma o la interpretación más restringida cuando se trate de restricciones al ejercicio de estos derechos o de su suspensión extraordinaria, pero de ninguna manera supone la inaplicación de las reglas de procedencia del recurso de revisión en amparo directo. En términos de lo anterior, si bien los agravios planteados por la parte recurrente son esencialmente aspectos de legalidad por referirse a la valoración de las pruebas por parte de la Sala responsable, no comparto la afirmación en la que se califican los planteamientos referentes a la aplicación del principio pro persona como cuestión de legalidad, ya que en mi opinión, aun cuando es objeto de estudio su “aplicación”, es un planteamiento de constitucionalidad por las razones que expondré a continuación. El principio pro persona tiene rango constitucional, al estar previsto en el artículo 1° constitucional, como ya lo reconoció el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver la Contradicción de tesis 293/2013 y afirmar que el Poder Reformador le otorgó dicho rango. 2 VOTO PARTICULAR AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 103/2014 Además, el principio pro persona es un método de interpretación, una herramienta armonizadora y dinámica de las normas de derechos humanos, que gozan de supremacía constitucional, por lo que su interpretación y aplicación comparten también dicho carácter. Se actualiza la aplicación de dicho principio en los casos de duda generados por la duplicidad en la regulación de un derecho, y las diversas interpretaciones y antinomias que ello genera, así como por la multiplicidad de normas aplicables, en los que es inviable la aplicación de los criterios tradicionales de solución de antinomias, dando lugar a una interpretación a favor de la persona en términos de la Constitución. En ese sentido, la aplicación del principio pro persona es un mandato constitucional que exige la interpretación de las normas relativas a derechos humanos en concordancia con la Constitución y los tratados internacionales de la materia, por lo que necesariamente dicha interpretación requiere tomar en cuenta como punto de partida y análisis, a las normas constitucionales, al momento de llevarla a cabo. En esos términos, no comparto las consideraciones en las que se sostiene que los planteamientos referentes a la aplicación del principio por persona son cuestiones de legalidad, ya que en mi opinión, al ser un principio de rango constitucional y tener como 3 VOTO PARTICULAR AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 103/2014 objeto de aplicación a las normas de derechos humanos que son de contenido constitucional, es una cuestión de constitucionalidad. Sin embargo, tampoco considero que su aplicación deba ser en todos los casos y a favor de las pretensiones del quejoso, sino se deben cumplir los supuestos de su aplicación, que en mi opinión, en términos de lo resuelto por el Tribunal Pleno, son los siguientes: 1) que se trate de una norma de derechos humanos, 2) que sea un caso de duda o antinomia generada por la posible duplicidad en la regulación de dicho derecho o por la multiplicidad de normas aplicables e interpretaciones del mismo. Así su aplicación será con el objeto de resolver dicha antinomia o duda, favoreciendo en todo tiempo la protección más amplia. Lo anterior, acorde al pronunciamiento del Tribunal Pleno en el sentido de que el principio pro persona es un criterio interpretativo, una herramienta y un elemento armonizador y dinámico, de aplicación obligatoria. En esos términos, en mi opinión, los planteamientos referentes a la aplicación del principio pro persona son cuestiones de constitucionalidad, siempre y cuando se cumplan los supuestos que actualizan su aplicación, lo que debe ser motivo de estudio y análisis, con el objeto de determinar si estamos ante una cuestión de dicho carácter. 4 VOTO PARTICULAR AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 103/2014 En el caso no se cumplen los requisitos que actualicen su aplicación y por tanto, el control constitucional de la inaplicación del principio pro persona no es aplicable, ya que la ahora recurrente planteó en los conceptos de violación la omisión de aplicar el principio pro persona de forma insuficiente y categórica, sin esgrimir argumentos para justificar la actualización de los supuestos de su aplicación, como el estar ante una antinomia o duda respecto a una norma en materia de derechos humanos, o su aplicación. En los conceptos de violación, la quejosa -ahora recurrenteadujo la violación a diversos derechos humanos por el indebido análisis de los documentos probatorios por parte de la Sala responsable, omitiendo realizar una interpretación en su beneficio, puesto que ha sido privado del empleo que venía desempeñando como Agente del Ministerio Público de la Federación, sin que exista resolución o medio que acredite la renuncia o la imposibilidad de desempeñar tal cargo. El Tribunal Colegiado, al resolver se refirió al principio pro persona, afirmando que estaba impedido para valorar las pruebas buscando el “mayor beneficio” del quejoso, ya que no señaló qué pruebas son las que no se analizaron por la responsable. En contra de esa y otras consideraciones, el recurrente planteó en su único agravio que el Tribunal Colegiado vulneró los artículos 14, 16 y 17 constitucionales, en relación con los artículos 76, 78 y 79 de la Ley de Amparo, al pasar por alto el principio pro 5 VOTO PARTICULAR AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 103/2014 persona en cuanto a la interpretación que beneficie al quejoso, para lo cual, tenía a su disposición los autos del expediente relativo al juicio de nulidad. En esos términos, en mi opinión, aun cuando la quejosa se refirió al principio pro persona, su aplicación no es obligatoria al no actualizarse los supuestos para ello, ya que la recurrente se refirió a la valoración de las pruebas por parte de la autoridad responsable, sin plantear la existencia de normas de derechos humanos contradictorias, o múltiples, o la existencia de diversas o contradictorias interpretaciones de un mismo derecho, que al ser objeto de aplicación por parte del juez, no haya elegido la más favorable. Por el contrario, la recurrente solo hace referencia a la indebida aplicación de las normas adjetivas relativas a la valoración de las pruebas, derivando la violación al principio pro persona del análisis de las pruebas en términos de dichas normas adjetivas aplicables, y no por duda respecto a las posibles interpretaciones de dichas normas o la multiplicidad de normas aplicables, o la existencia de antinomias, supuestos de aplicación del principio pro persona no referidos y que no se cumplen, planteando así, solo cuestiones de legalidad. Por las razones anteriores, en mi opinión, los planteamientos referentes al principio pro persona no deben calificarse como cuestiones de legalidad solo por consistir en la “aplicación” de dicho 6 VOTO PARTICULAR AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 103/2014 principio, ya que al tratarse de casos de duda y antinomias de normas de derechos humanos y sus posibles interpretaciones, al ser el principio pro persona la herramienta armonizadora por mandato constitucional de dichas normas, los planteamientos referentes a su aplicación serán una cuestión de constitucionalidad. En ese sentido, no coincido con lo resuelto por la Segunda Sala, en razón a que en mi opinión, el recurso de revisión debió ser admitido por plantear la aplicación del principio pro persona, y posteriormente, ser calificado como infundado después de analizarlo y determinar que no se cumplen los supuestos de aplicación de dicho principio. MINISTRO SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ 7