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La palabra proviene de "CUIUM PUULLI", que en allentiac (lengua de los huarpes nativos)
significa "nativos de las tierras areniscas del oeste", o habitantes de los médanos. Sin
embargo, teniendo en cuenta la influencia incaica de la región, es posible que ésta se
haya denominado así debido al vocablo quechua "CUYO" con el que se solía nombrar a
los vasallos del imperio del sol. Asimismo el nombre puede deberse a la primera persona
plural del pronombre personal en allentiac: “CUCHA”, que al significar nosotros (o de
nosotros: CUCHAYACH GUIAM) puede haber sido la manera en que los nativos
nombraron su tierra ante los primeros colonizadores españoles.
Cuyo es una de las regiones geográficas en que se encuentra dividida la República
Argentina. Sus límites son al norte la región del Noroeste NOA; al este, las Sierras
Pampeanas; al sur, la Patagonia, y el oeste la Cordillera de los Andes. Abarca las
provincias de Mendoza, San Juan, parte de San Luis, La Rioja y una pequeña porción del
norte de Neuquén.
Posee una variada topografía, rodeada de sitios de interés histórico, y de imponentes
paisajes. Zona de contrastes, es una región montañosa árida, pero surcada por
caudalosos ríos con agua proveniente de los Andes.
Cuyo posee gran variedad de climas, directamente relacionados con sus características
geográficas. Cuenta con zonas áridas, semiáridas, desérticas, cordilleranas, serranas y
planicies, que dan una gran gama climática a la región.
Las precipitaciones anuales, que inciden en sus características geográficas, van de los
100 mm. anuales, en el desierto, a 860 mm en el sector serrano de San Luis.
En general, tiene veranos cálidos e inviernos de templados a rigurosos.
Los centros urbanos son una conjunción de antigüedad y modernidad. Calles angostas,
casas bajas, museos, monumentos, iglesias y conventos, contrastan con dinámicos
centros comerciales.
El agroturismo en viñedos y bodegas centenarias permite conocer los múltiples sabores y
fragancias que se utilizan para la producción de excelentes vinos reconocidos
mundialmente.
También se puede efectuar turismo paleontológico en el Parque Natural Provincial
Ischigualasto, donde se encuentra el Valle de la Luna (San Luis), imperdible por su rústico
paisaje y por su riqueza histórica.
Los deportes invernales se manifiestan en las frías pendientes cordilleranas del Valle de
Las Leñas y Los Penitentes, centros de esquí que atraen a esquiadores de todo el mundo.
El turismo de aventura ofrece múltiples alternativas como el rafting, andinismo
(principalmente en el cerro Aconcagua, el más alto del hemisferio occidental), trekking,
además de la práctica de deportes náuticos y pesca deportiva en diques y embalses.
Numerosas fuentes termales con notables propiedades terapéuticas completan la oferta
turística del lugar.
Dentro de la Cordillera de los Andes, en la región de Cuyo están los siguientes sistemas
orográficos:
Precordillera de Mendoza, San Juan y La Rioja
Cordillera central :Cordillera principal: incluye el cerro Aconcagua, de 6959 m, el más alto
de todo el hemisferio occidental, el cerro Bonete, de 6872 m, el cerro Mercedario, de 6770
m, siendo estas últimas algunas de las alturas más importantes de América del Sur.
En esta zona existen varios pasos cordilleranos, entre los que se pueden mencionar:
Paso de la Cumbre, por Mendoza, conecta las redes viales de Argentina y Chile, Ojotas,
Piúquenes, Planchón, Paso del Inca y Copahue, entre otros.
Paso de Agua Negra, por San Juan, conecta las redes viales de Argentina y Chile,
pasando en la Provincia de San Juan (Argentina), por el Departamento Iglesia, con
localidades como Iglesia, Las Flores (Aduana Argentina), Guardia Vieja (puesto de
Gendarmería Nacional) y en la Región de La Serena (IV Región en Chile), llegando hasta
la propia Ciudad de La Serena, dsde la que se puede llegar a otras localidades relevantes
en Chile, como Coquimbo y Santiago de Chile, ambas con importantes puertos
internacionales.
De todas las regiones argentinas, Cuyo es una de las que presenta mayores
contraposiciones en su geografía; montaña y llanura se alternan constantemente y el
paisaje recorre desde el llano hasta el pico más alto La vegetación es característica de
una región árida, que sólo puede albergar plantas xerófilas, aquellas que viven durante el
corto período que sucede a las precipitaciones. Entre la flora predomina el algarrobo,
también existe una gran variedad de arbustos como el piquillín, las jarillas, los quimiles,
los talas y los chañares, además de cactus.
La fauna, en cambio, es más diversa. Entre los animales de Cuyo se destacan los pumas,
zorros, gatos monteses, guanacos, hurones, maras, cuises, lagartos colorados, y aves
como el ñandú, el halconcito gris, el loro barranquero y la martineta o perdiz de las
pampas. En la laguna mendocina de Lancanelo se puede apreciar la presencia de
flamencos, chorlos, patos, gallaretas, cisnes de cuello negro y macaes.
El relieve de Cuyo se caracteriza por zonas montañosas que componen diferentes
sistemas orográficos. Al oeste, los Andes y la precordillera están separados por los valles
de Uspallata y Calingasta. Al este se encuentra una extensa y desértica planicie
denominada Las Travesías. Las sierras del Paramillo y Tunuyán en Mendoza y las de
Villecún, Talacasto, Tontal y Zonda en San Juan, que se encuentran en la precordillera,
completan los sistemas orográficos de la región. La cordillera de los Ándes recorre todo el
territorio de norte a sur y a la vez actúa como frontera entre Chile y Argentina. Esta zona
del cordón andino se caracteriza por la presencia de altos picos y volcanes; algunos de
los últimos, en la parte sur, todavía se encuentran en actividad, como el Payún. La
población se concentra en los valles y quebradas y al pie de las sierras. Entre los picos,
que son los más altos del país, están el Aconcagua, con una altura de 6.959 m, el
Tupungato, de 6.800 m -ambos en Mendoza-, el Mercedario y el Toro, de 6.770 m y 6.380
m, respectivamente en San Juan-. Los pasos de Uspallata, Portillo y del Planchón
constituyen vías de comunicación importantes con Chile. El clima es semiárido, frío en
invierno y caluroso en verano. Merece un apartado especial el viento Zonda,
caracterizado por ser cálido y sofocante. Se origina en el océano Pacífico y al atravesar
los Andes asciende, condensa la humedad y desciende seco con elevadas temperaturas
y mucha fuerza y velocidad. Aparece entre marzo y octubre y se toman medidas de
prevención para la población debido a su rigurosidad. Con relación a la hidrografía, la
región cuenta con los ríos Atuel, Tunuyán, Mendoza y Diamante, que recorren la provincia
de Mendoza e integran el sistema del Desaguadero. Este río constituye el límite de la
provincia con San Luis; nace en los cerros Azufre y Bonete, próximos al límite de La Rioja
con Catamarca y termina en el sur de la Pampa. Tiene un recorrido de 1.300 km a través
del cual recibe los nombres de Vinchina, Bermejo, Desaguadero, Salado, Chadileuvú y
Curacó. Con el objeto de aprovechar mejor las aguas y aumentar los recursos
económicos de la región, los cuatro ríos de Mendoza han sido ligados artificialmente para
extender el área irrigada: en el norte forman un sistema el Tunuyán con el Mendoza, y en
el sur, el Diamante con el Atuel. El clima de la zona del cuyo, a causa de la severidad de
su clima desértico, la escasez de lluvias y la exigencia de un trabajo duro para la
subsistencia, hizo que su magra población viviera principalmente del tráfico comercial y de
viajeros entre la extendida pampa argentina y Chile, debido a su posición de puerto en la
cordillera de los Andes, escollo infranqueable gran parte del año. Desde la fundación de
sus ciudades y pueblos, con el aprovechamiento de la escasa agua de regadío
proveniente de los valles pedemontanos, se desarrollaron algunas industrias precarias
derivadas del cultivo de la vid y frutas. Sus productos y la cría de mulas con destino a
Córdoba y al Alto Perú proporcionaron sustento al comercio local.
Hidrografía: Gran parte de los ríos de esta región son de deshielo teniendo su mayor
caudal a partir de la primavera. El Sistema del Desaguadero es el principal colector de los
cursos de agua de la zona, ya que recibe aguas de los ríos Bermejo, Desaguadero,
Vinchina y Salado, desembocando en el río Colorado. La situación cambió abruptamente
cuando se pudo controlar la distribución del agua y las políticas de comunicación del país
instalaron en forma radial el ferrocarril que convergía en Buenos Aires. En 1885, los mil
kilómetros que separaban a Cuyo del puerto rioplatense pudieron franquearse en una sola
jornada.
Esta zona fue habitada por los comechingones, los sanavirones, los pehuenches y los
puelches. Los comechingones recibieron tal denominación por parte de los
conquistadores españoles, quienes entendían que dicha palabra aludía a un grito de
guerra. Habitaban el cordón montañoso ubicado entre las provincias de Córdoba y San
Luis. Formaban pequeños grupos independientes, al mando de caciques. Los grupos de
más población más numerosa fueron los de las áreas de Quilino y Ongamira, el valle de
Punilla, el valle de Calamuchita, el valle de Río Cuarto y el valle de Río Primero. Vivían en
chozas construidas sobre pozos al ras del suelo, con entradas muy pequeñas para
conservar el calor en el interior y protegerse de las inclemencias del tiempo. Fueron uno
de los pueblos indígenas que más se destacó en la elaboración pictográfica, legando
grabados y dibujos en el interior de numerosas grutas. Los sanavirones pertenecían al
grupo amazónido y en su avance sobre el territorio del río Dulce (que incluía también la
depresión de Mar Chiquita) sometieron a los huarpes (de origen comechingón). Vivían en
casas muy grandes que albergaban a varias familias, construidas con vegetales y
ubicadas en lugares de cardones y otras arboledas que les servían de protección. Eran
agricultores, aunque también se dedicaron a la recolección, la pesca y la caza. Para ésta
última, recurrían a la macana, una suerte de garrote triangular con protuberancia en un
extremo, también usada como arma de guerra. Los pehuenches habitaron el sur de
Mendoza y la región cordillerana de Neuquén. En lengua araucana, la voz pehuén
significa pino y che: gente, es decir que el nombre alude a la "gente de los pinares". Su
alimento principal era el piñón del que extraían harina para hacer pan y para obtener una
bebida alcohólica similar a la chicha, una vez fermentada. Los puelches habitaron el norte
de la zona en Mendoza. En la lengua araucana el término significa "gente del este".
Tenían a la algarroba como dieta principal; de allí el mote de "algarroberos". Pehuenches
y puelches, quienes pertenecían al grupo huárpido, eran cazadores de guanacos y
ñandúes, así como recolectores de semillas, entre ellas: algarroba, molle y piñones de la
araucaria. Con la conquista, comenzaron a comer caballos. Vivían cerca los bosques para
acceder fácilmente a los frutos, en toldos de cueros sostenidos por ramas. De ese
material era también su vestimenta, que combinaban con plumas, aros de cobre o plata y
pintura en rostro, brazos y piernas. Cada tipo de atuendo o complemento tenía su
significación: duelo, guerra o paz. La cultura de los huarpes ocupó las actuales provincias
de San Juan, San Luis y Mendoza. Eran agricultores, cosechaban maíz y cazaban
guanacos y ñandúes. Trabajaban la cerámica y creían en un ser supremo.
CAPAYANES DE LA RIOJA Y SAN JUAN: Encontramos aquí un pueblo que fueron los
más desarrollados entre los antiguos pobladores del territorio argentino. Ellos formaban
un pueblos o tribus distintas emparentadas que hablaban una misma lengua: el Kakán.
Este pueblo eran los capayanes.
Los trataremos en conjunto:
- Hábitat: habitaban casi toda La Rioja y la mitad norte de San Juan.
- Economía: la base absoluta de su economía era la agricultura, altamente desarrollada.
El cacique repartía las tierras y organizaba la construcción y el cuidado de las terrazas de
cultivo en las laderas de las montañas. Se trabajaba la tierra en común y se guardaba
parte de la cosecha en los depósitos comunales. Cultivaban zapallo, porotos, ajíes y maíz
y recolectaban frutos silvestre.
CAPAYANES DE LA RIOJA Y SAN JUAN: Encontramos aquí un pueblo que fueron los
más desarrollados entre los antiguos pobladores del territorio argentino. Ellos formaban
un pueblos o tribus distintas emparentadas que hablaban una misma lengua: el Kakán.
Este pueblo eran los capayanes.
Los trataremos en conjunto:
- Hábitat: habitaban casi toda La Rioja y la mitad norte de San Juan.
- Economía: la base absoluta de su economía era la agricultura, altamente desarrollada.
El cacique repartía las tierras y organizaba la construcción y el cuidado de las terrazas de
cultivo en las laderas de las montañas. Se trabajaba la tierra en común y se guardaba
parte de la cosecha en los depósitos comunales. Cultivaban zapallo, porotos, ajíes y maíz
y recolectaban frutos silvestres, como la algarroba. También criaban llamas y alpacas,
sobre todo en las zonas altas y frías.
- Vivienda: eran ranchos cuadrangulares, de piedra o de quincha (ramas y barro); el techo
generalmente era a dos aguas. Se agrupaban formando poblados en lo alto de la
montaña con zonas fortificadas llamadas "pucarás", desde donde resistían los ataques
enemigos.
- Vestimenta: consistía en la clásica túnica andina, llamada " camiseta", la cual usaban los
hombres, larga hasta los tobillos y atada a la cintura con una faja; era de lana tejida en
telar y adornada con diversos motivos geométricos. Las mujeres solteras utilizaban ropas
de colores vivos y las casadas, de colores pardos. Como calzado llevaban ojotas o
sandalias de cuero. Los adornos eran numerosos y variados, hechos de huesos, de
piedras semi-preciosas, de metal; usaban vinchas de plumas, de oro, de cobre y bronce y
aros y placas pectorales de los mismos metales.
- Industria y arte: conocían el uso del telar; la cerámica estaba bien desarrollada, cada
familia fabricaba sus ollas, cántaros y vasijas. Además, había artesanos especializados
que realizaban verdaderas obras de arte, como las urnas funerarias. La cestería también
estaba muy desarrollada, al igual que la metalurgia, con el uso del cobre, bronce, oro y
plata, con los que hacían adornos, cuchillos en forma de T, hachas, etc.
- Organización social: no existen datos.
- Religión: se sabe que realizaban ceremonias religiosas para festejar el nacimiento, la
entrada en la pubertad y otros grandes acontecimientos familiares.
- Ritos funerarios: solo cita el hallazgo de una urna funeraria de gran tamaño con restos
de huesos humanos.
HUARPES DE CUYO:
- Hábitat: habitaban las actuales provincias de San Juan, Mendoza y San Luis.
- Economía: era un pueblo de sedentarios agricultores; los grupos que vivían cerca de
lagunas se dedicaban también a la pesca y recolectaban las raíces comestibles de la
totora; cazaban venados, guanaco y tatúes; cosechaban el algarrobo silvestre, con el que
hacían una especie de pan y chicha.
El cultivo principal era el del maíz.
- Vivienda: eran de piedra en la región montañosa y de "quincha" (ramas con barro) en la
llanura.
- Vestimenta: la prenda típica de los hombres era la camiseta andina, tejida. Las se
tatuaban el rostro.
- Industria: se han hallados restos de una cerámica pintada bastante fina, precedida por
una cerámica sin pintura. La cestería muy desarrollada; sus cestas eran de tejido tan
apretado que el agua no las pasaba.
- Organización social: la familia era poligámica para los caciques y personas pudientes.
Existía la descendencia por línea materna, los hijos pertenecían al clan materno. Se
practicaba el sororato (casamiento con las hermanas de la esposa).
- Religión: adornaban a una divinidad principal llamada Hunuchuar, que moraba en la
cordillera. Un espíritu del mal recibía el nombre de Hana o Hane; eran adorados Sol, la
Luna, etc.
- Ritos funerarios: los muertos eran enterrados en posición alargada, con la cabeza
dirigida hacia la puesta del sol, junto con sus propiedades personales y alimentos. vestre,
como la algarroba. También criaban llamas y alpacas, sobre todo en las zonas altas y
frías.
- Vivienda: eran ranchos cuadrangulares, de piedra o de quincha (ramas y barro); el techo
generalmente era a dos aguas. Se agrupaban formando poblados en lo alto de la
montaña con zonas fortificadas llamadas "pucarás", desde donde resistían los ataques
enemigos.
- Vestimenta: consistía en la clásica túnica andina, llamada " camiseta", la cual usaban los
hombres, larga hasta los tobillos y atada a la cintura con una faja; era de lana tejida en
telar y adornada con diversos motivos geométricos. Las mujeres solteras utilizaban ropas
de colores vivos y las casadas, de colores pardos. Como calzado llevaban ojotas o
sandalias de cuero. Los adornos eran numerosos y variados, hechos de huesos, de
piedras semi-preciosas, de metal; usaban vinchas de plumas, de oro, de cobre y bronce y
aros y placas pectorales de los mismos metales.
- Industria y arte: conocían el uso del telar; la cerámica estaba bien desarrollada, cada
familia fabricaba sus ollas, cántaros y vasijas. Además, había artesanos especializados
que realizaban verdaderas obras de arte, como las urnas funerarias. La cestería también
estaba muy desarrollada, al igual que la metalurgia, con el uso del cobre, bronce, oro y
plata, con los que hacían adornos, cuchillos en forma de T, hachas, etc.
- Organización social: no existen datos.
- Religión: se sabe que realizaban ceremonias religiosas para festejar el nacimiento, la
entrada en la pubertad y otros grandes acontecimientos familiares.
- Ritos funerarios: solo cita el hallazgo de una urna funeraria de gran tamaño con restos
de huesos humanos.
HUARPES DE CUYO
- Hábitat: habitaban las actuales provincias de San Juan, Mendoza y San Luis.
- Economía: era un pueblo de sedentarios agricultores; los grupos que vivían cerca de
lagunas se dedicaban también a la pesca y recolectaban las raíces comestibles de la
totora; cazaban venados, guanaco y tatúes; cosechaban el algarrobo silvestre, con el que
hacían una especie de pan y chicha.
El cultivo principal era el del maíz.
- Vivienda: eran de piedra en la región montañosa y de "quincha" (ramas con barro) en la
llanura.
- Vestimenta: la prenda típica de los hombres era la camiseta andina, tejida. Las se
tatuaban el rostro.
- Industria: se han hallados restos de una cerámica pintada bastante fina, precedida por
una cerámica sin pintura. La cestería muy desarrollada; sus cestas eran de tejido tan
apretado que el agua no las pasaba.
- Organización social: la familia era poligámica para los caciques y personas pudientes.
Existía la descendencia por línea materna, los hijos pertenecían al clan materno. Se
practicaba el sororato (casamiento con las hermanas de la esposa).
- Religión: adornaban a una divinidad principal llamada Hunuchuar, que moraba en la
cordillera
Un espíritu del mal recibía el nombre de Hana o Hane; eran adorados Sol, la Luna, etc.
- Ritos funerarios: los muertos eran enterrados en posición alargada, con la cabeza
dirigida hacia la puesta del sol, junto con sus propiedades personales y alimentos.
Leyenda de Puente del Inca: Inti, el Sol, era el dios del imperio incaico y el Inca su
descendiente directo. Su autoridad era mayor que la de un rey, puesto se lo consideraba
hijo del Sol y su misión era reinar y proteger a su pueblo.
Una vez hubo un Inca sumamente generoso; amaba a su gente deseando para todos un
imperio rico y soberano. Se preocupaba por igual de los problemas de la vida diaria como
de salir a recorrer su territorio de un extremo a otro, tratando de conquistar nuevas tierras.
Continuando la tradición de sus antepasados jamás invadía un territorio a la fuerza.
Primero invitaba a los pobladores a formar parte de sus dominios; en cambio ofrecía
enseñarles a sembrar y aseguraba que nunca les faltaría tierra ni comida. De esta manera
casi nunca era necesario luchar.
Un día el Inca cayó gravemente enfermo. Ni los sacerdotes, ni los hechiceros pudieron
descubrir de qué mal se trataba; el hijo de Inti se agravaba cada vez más y todos temieron
por su vida. Hasta que una tarde, los chasquis, que corrían velozmente de una posta a
otra, transmitiendo las noticias de pueblo en pueblo, avisaron a los servidores del Inca,
que en el sur existía el remedio que podría curarlo. Inmediatamente comenzaron los
preparativos para la travesía a lo largo de la cordillera y cuando todo estuvo listo,
partieron desde Cuzco, capital del Tahuantisuyo, en busca del tan preciado remedio.
Una de las cosas que más enorgullecía a los incas, eran los caminos de piedras que se
extendían en todo su territorio y que habían sido construidos durante la dinastía
Pachacutic. Por ellos anduvieron atravesando valles y montañas; cuando llegaba la
noche, acampaban alrededor de las, posadas que se levantaban a los lados del camino.
Dentro de la posada descansaba el Inca para reponer sus fuerzas.
No se desalentaron en ningún momento a pesar de la dura y larga travesía; una
esperanza mucho más fuerte que todo eso, los alentaba e incitaba a seguir adelante.
Querían mucho a su monarca y deseaban fervientemente que recuperara la salud lo antes
posible.
Continuaron la marcha por muchos días hasta que por fin, encontraron el nacimiento de
un río que corría paralelo al camino y siguieron en esa dirección. Las aguas bajaban
torrencialmente levantando nubes de finísimas gotas al estrellarse contra las rocas y el
ruido de la turbulenta corriente quebraba el silencio de la imponente cordillera. Los
peregrinos siguieron su camino hasta llegar a un punto donde el río cambió su curso en
una pronunciada curva al este, cerrándoles el paso. Ahí su caudal era mucho más
profundo y su torrente hacía imposible el cruce a la otra orilla.
Hicieron un alto y acamparon decididos a buscar un lugar por dónde poder pasar. Fue así
que formaron grupos dirigidos por un guía y se turnaron; mientras unos descansaban
otros recorrían la zona tratando de encontrar el paso. Desgraciadamente no tuvieron
suerte y los grupos volvían cada vez más desalentados de sus expediciones, hasta que
por fin se dieron por vencidos.
Entonces formaron un consejo para decidir qué se haría y después de muchas
discusiones y cambios de ideas, llegaron a la triste conclusión de que debían volver.
Abatidos, pensaron que su monarca agotado por el viaje no podría resistir el regreso y era
probable que no volviera a ver a su querido Cuzco.
Se dispusieron a pasar la noche en ese lugar, para iniciar al otro día el retorno. Rodearon
al Inca tratando de estar más juntos y unidos que nunca, como para darse entre sí, el
valor y la fuerza que necesitaban para volver y como para protegerse de esa gran pena
que los estaba invadiendo momento a momento.
Mientras tanto Inti el Sol, que ya se estaba por ocultar en el horizonte, vio lo que estaba
ocurriendo. La hazaña que los incas habían sido capaces de realizar por amor a su
monarca, no escapó a la vista del dios y quiso premiar el fervor de este grupo abnegado
de súbditos. Entonces consultó con Mama Quilla, la luna, y entre los dos decidieron
ayudarlos inmediatamente.
Al amanecer del día siguiente, los incas, entre dormidos y despiertos, vieron azorados
frente a ellos, un ancho puente tendido que les señalaba el camino. Los dioses lo habían
construido para que pudieran pasar. Llenos de alegría reanudaron la marcha con nuevas
esperanzas.
Tuvieron mucho que andar todavía y el Inca se agravaba más y más, ya ni siquiera abría
los ojos para observar a su gente como lo hacía antes; ninguna palabra volvió a salir de
su boca y dormitaba permanentemente. Obligados a hacer muchos altos en el camino
porque se fatigaba con facilidad, la marcha se hizo más lenta y penosa, pero no
desfallecieron en ningún momento.
Por fin llegaron al lugar indicado; de inmediato se distribuyeron las tareas, mientras unos
buscaban las hierbas medicinales, otros construyeron una gran tienda para alojar a su
monarca e instalar todo lo necesario para su curación.
No fue en vano todo el extraordinario esfuerzo que dedicaron al Inca; en poco tiempo
empezó a mejorar visiblemente para alegría de todos. Felices emprendieron el regreso
entre cantos y oraciones de gracias a sus dioses. Los chasquis corrieron velozmente
delante de ellos llevando la buena nueva. Todo el pueblo los esperó ansioso y preparó
grandes fiestas en su honor. Los templos se vieron resplandecientes, ya listos para
ceremonias y ritos de gracias.
El Inca entró en la capital totalmente repuesto; su pueblo lo saludó con cariño y lo
acompañó hasta su morada. Poco tiempo después el hijo de Inti volvió a reinar en el
Imperio.
Desde entonces al noroeste de la provincia de Mendoza, donde pasa el río Las Cuevas, el
mismo que interrumpiera el paso de los peregrinos, se levanta el Puente del Inca uniendo
las dos orillas y bajo su arco siguen pasando torrencialmente las aguas del río.
Leyenda de la Laguna de la Niña Encantada: La bella laguna de Malargüe ha sido una
inagotable fuente de inspiración para la imaginación popular de la zona. Se aconseja
visitar el lugar conociendo o narrando estas historias que le darán un toque misterioso e
inolvidable al paseo.
Una leyenda puelche dice que había una hermosísima princesa india llamada Elcha (en
lengua aborigen significa Espejo), reconocida en su tribu por su belleza. Esa tribu estaba
enfrentada a otra por la cual la bruja tenía simpatía.
Elcha había crecido con un compañero que no era de la nobleza pero a medida que
pasaba el tiempo nació entre ellos un sólido amor. Enterada de ello, la bruja de la tribu
convenció al padre de detener la actitud de enfrentamiento entre las tribus mediante el
casamiento de los príncipes.
La princesa Elcha fue informada la noche anterior Desesperada se lo comunicó a su
amado y escaparon velozmente hacia el norte. Minutos más tarde enterados de la huida,
ambas tribus partieron en persecución al mando de la bruja.
En un momento los jóvenes entendieron que habían extraviado el camino y siguieron
hasta que los detuvo un abrupto corte de la superficie que terminaba en la laguna. Miraron
hacia atrás y la luz de los relámpagos iluminó a sus perseguidores, que estaban muy
cerca. Elcha y el joven no lo pensaron y decidieron arrojarse al agua. La primera en llegar
y asomarse a la laguna fue la bruja, en el instante en que lo hizo, un poderoso rayo se
descargo sobre ella dejándola petrificada. El resto de los perseguidores también se
acercaron temerosos y vieron reflejada en la superficie, cual espejo la imagen de Elcha.
Desde entonces hasta hoy, tanto la bruja petrificada como la imagen de Elcha se pueden
distinguir y es por eso que los lugareños bautizaron así la laguna.
Existe otra versión de la leyenda. Trata de dos tribus cuyos caciques eran enemigos. La
hija de uno de los jefes se enamoró de un indio de la otra tribu, por lo que ambos fueron
separados. Al ver su amor frustrado, la india lloraba desconsoladamente en la laguna
hasta que se convirtió en piedra.
También se cuenta otra historia relacionada con sirenas. Dicen que al aproximarse a la
laguna se oía el canto de mujeres rubias que estaban encantadas. Ellas eran mitad mujer,
mitad pez. Estas sirenas, al escuchar los más leves sonidos de personas, se arrojaban al
agua y desaparecían. Pero a una de estas criaturas, muy linda y orgullosa, Dios la castigó
convirtiéndola en piedra, a orilla de la laguna.
Además, hay una narración de origen criollo. Se solía contar que a este espejo de agua
se lo denominaba “Laguna de las siete apuestas” ya que un chileno pícaro y jugador
vendió su alma al diablo, por siete bolsitas con pepitas de oro. El pacto debía efectuarse
de noche, a orillas de la laguna, por lo que reunidos allí el diablo y el chileno, convinieron
realizar siete apuestas. Las seis primeras las ganó el chileno, porque así lo quiso el
diablo. Pero la séptima, en la que se jugaba el alma, el cuerpo y el oro, el chileno astuto
hizo que el demonio se distrajera y mientras miraba el agua de la laguna, extrajo una
daga. Invocando el nombre de Jesús le enseño la cruz de la empuñadura y como por
encanto, el diablo desapareció. El sagaz hombre se quedó con todo
La ciudad de los Césares: Esta Ciudad es una ciudad encantada en la cordillera de los
Andes, a la orilla de un lago. El día de Viernes Santo se puede ver, desde lejos, como
brillan las cúpulas de sus torres y los techos de sus casas, que son de oro y plata
macizos..."
Esta leyenda surgió en el siglo XVI, durante la conquista española, y describía un
paradisíaco paraje donde se asentaba una ciudad fantástica, repleta de metales
preciosos. Sus habitantes poseían grandes riquezas, y las tierras regidas por esta ciudad
eran excelentes para la explotación agrícola y ganadera. La también llamada Ciudad
errante era una ciudad de plana cuadrada, de piedra labrada y edificios techados con
tejas que refulgían bajo el sol. Sus templos , e incluso el pavimento eran de oro macizo.
Algunas versiones la ubicaban en un claro del bosque, otras en una península, y algunas
incluso dicen que estaba en el medio de un gran lago y contaba con un puente levadizo
como único acceso. Abundaban en ella el oro y la plata, de la cual estaban forradas las
paredes. Con estos metales también se hacían asientos, cuchillos y rejas de arado. Tenía
campanas y artillería, las cuales se escuchaban de lejos. Algunos dicen que al lado de
ella hay dos cerros, uno de diamante y el otro de oro. Los historiadores ven en esta
leyenda un intento de la corona española por impulsar la colonización de las tierras del
sur de América, que si bien eran importantes en términos estratégicos, eran muy
peligrosas y no resultaban tan atractivas a los ojos de los conquistadores como los
territorios del Perú.
La Ciudad de los Césares llegó a convertirse en un verdadero mito de la conquista, al
igual que El Dorado o la leyenda de las Amazonas. Existen numerosas descripciones de
este lugar, y no faltaban los testigos que declaraban bajo juramento las maravillas que de
ella habían presenciado. En una antigua crónica española se puede leer lo siguiente:
"Tenía murallas con fosos, revellines y una sola entrada protegida por un puente levadizo
y artillería. Sus edificios eran suntuosos, casi todos de piedra labrada, y bien techados al
modo de España. Nada igualaba la magnificencia de sus templos, cubiertos de plata
maciza, y de ese mismo metal eran las ollas, cuchillos, y hasta las rejas de arado. Para
formarse una idea de sus riquezas, basta saber que los habitantes se sentaban en sus
casas en asientos de oro. Eran blancos, rubios, con ojos azules y barba cerrada.
Hablaban un idioma ininteligible a los Españoles y a los Indios; pero las marcas de que se
servían para herrar su ganado eran como las de España, sus rodeos considerables".
Los nombres que recibió esta comarca son variados: "Ciudad Encantada", "En-Lil", "Lin
Lin", "lo de César"' o "Los Césares". "La Ciudad de los Césares" fue el que prevaleció,
Como diversa es también la posible ubicación de ésta ciudad ya que muchas versiones
indican que se encontraría en la Patagonia como así mismo lugareños de Malargue
sostienen haberla visto en los atardeceres.
Leyenda del Pozo de las Ánimas: El pozo de las Ánimas está rodeado por serranías
donde, al golpear, el viento produce una especie de silbido que da origen a distintas
leyendas transmitidas por los viejos pobladores, con toda su carga de misterio y
superstición.
El pozo era denominado por los indios Puelches Trolope-Co (agua de los muertos o agua
del gritadero de las ánimas), y la tradición cuenta que es el lugar donde van a rezar y
llorar las almas que andan en pena por las montañas.
Como era común entre los pueblos que habitaban de uno y otro lado de la Cordillera de
los Andes, se había producido una diferencia en las relaciones y un grupo del lado
chileno, gente de costumbres aguerridas, estaban persiguiendo a un reducido número de
pobladores de la zona de los Molles. La noche fue extendiendo su manto y ya en plena
oscuridad los perseguidos advirtieron que no se oían mas los gritos de sus enemigos,
luego de tomar recaudos, por si se trataba de una treta de sus rivales, retornaron hasta
sus moradas, dando algunos rodeos. Al día siguiente, con las primeras luces, volvieron al
lugar hasta donde había finalizado la persecución y retomaron sobre sus pasos del día
anterior, a poco de andar comenzaron a oír algunos sonidos de lamentos que les llamó la
atención. Con cautela continuaron avanzando y con gran sorpresa se encontraron con
dos enormes pozos que se habían hundido bajo los pies de sus perseguidores, en el
fondo se encontraba los cuerpos moribundos de sus enemigos. Los gemidos que surgían
de las profundidades asustaron a los observadores, quienes desde ese momento
veneraron la formación que los había salvado dándole el nombre de "lugar en que lloran
las ánimas".
Esta formación geológica, técnicamente denominado "Dolina", es originada por la
transformación de los depósitos subterráneos de yeso que, por efecto de las filtraciones y
napas freáticas forman enormes cavernas debajo de la superficie. Con el tiempo los
terrenos se van hundiendo lentamente, originando un constante crecimiento de los
característicos conos.
El Cañon del Atuel: En el sur de la actual provincia de Mendoza vivía la tribu del cacique
Talú. El padre de Talú murió cuando este era aún muy joven, pero a pesar de su corta
edad supo asumir su rol y gobernar a su pueblo con sabiduría.
La vida de la tribu era pacífica y feliz, pero una gran sequía comenzó a azotar la región.
Los ancianos y los niños más pequeños fueron los más afectados por la falta de agua, y
pronto se dieron las primeras muertes. Sin dudar un instante, Talú reunió a sus hombres y
partió con ellos en busca de agua para su pueblo.
En varias ocasiones recorrieron territorios por los que nunca antes habían transitado, pero
sólo encontraron tierra reseca y cuarteada por el sol abrasador. Durante una de estas
expediciones Talú conoció a una bella muchacha que vivía sola en un valle. El joven
cacique habló con ella y decidió llevarla a vivir con su pueblo, al que ella no tardó en
integrarse. Un profundo cariño nació entre ambos, y ella le confesó que su nombre era
Clara, era huérfana, y había vivido sola en el valle durante años. Luego de varios meses
decidieron casarse, y poco tiempo después nacía un bello niño al que llamaron Atuel.
Pese a la profunda alegría que les provocaba el nacimiento de Atuel, los miembros de la
tribu no festejaron porque la prolongada sequía ya se había cobrado la vida de numerosos
niños y ancianos. Los hombres blancos no tardaron en enterarse de la desesperante
situación, y decidieron atacar para tomar control de los territorios. Los combates fueron
feroces, pero los debilitados indios finalmente fueron vencidos, y todos los hombres de la
tribu, incluido Talú, fueron asesinados. En medio de la confusión, Clara pudo esconderse
con su hijo recién nacido, y cuando los hombres blancos finalmente abandonaron el lugar,
sólo dejaron viudas, huérfanos y algunos hombres agonizantes.
Clara tomó entre sus brazos al pequeño Atuel y se encaminó hacia las altas montañas,
allí donde cae el sol. Ascendió hasta una de las cumbres y rogó a los dioses que enviasen
agua para que los sobrevivientes de la tribu pudiesen salvarse. Pasaba el tiempo y nada
ocurría, así que Clara decidió ofrendar su vida y la de su hijo a los dioses. Al momento de
morir, cada uno dejó caer una lágrima, y de ellas brotó un caudaloso río que se abrió paso
por la tierra reseca hasta llegar a la aldea.
Las mujeres dieron de beber a los niños y, luego de mucho tiempo, volvieron a oírse risas
en la aldea. Las más ancianas buscaron a Clara y su hijo, pero al no encontrarlos
comprendieron que ellos eran los causante s de aquel milagro.
El río trajo nuevamente la vida al lugar, y por las noches su corriente arrullaba a la aldea
con un sonido especial, parecido al llanto de un niño. Todos comprendieron que esas
aguas conservaban el espíritu de Atuel, y así decidieron dar al río el nombre del pequeño
heredero.
Leyenda del Aconcagua: El Aconcagua, para el primitivo habitante era el dueño y señor
de todas las causas y de los secretos biológicos. Vivían en la zona una raza de gigantes
muy ambiciosos. En una época en donde todos tenían sed y triunfaba la arena y la piedra
los gigantes concibieron la idea de robarle al viejo titán un granito de su más preciado
tesoro: el agua.
A espaldas del dios de las cumbres, el pueblo de gigantes, escaló sus laderas y liberó las
aguas hacia las planicies. Cuando el Aconcagua despertó brillaba a sus pies, en la luz
rosada del amanecer, mil arroyos de plata.
El colosos, furioso, hizo reventar el receptáculo entero de su caudal el cual, con
espantoso rugido, se derrumbó abnegando los valles y llamadas.
El tiempo pasó y las corrientes de agua se encauzaron. Las tierras se fertilizaron pero el
Aconcagua guarda aún su rencor y decide vengarse periódicamente lanzando de sus
laderas turbiones que bajan a devastar sembrados y caserios a través del río de los Patos
Potu en huarpe. (leyenda huarpe)
Isidris:: Se encuentra situado a 32º 47' Latitud Sur y 69º 02' Longitud Oeste. Se le
denomina la "Piedra de Isidris", y está enclavada en el cañadón llamado "Quebrada del
Durazno"en una zona aledaña al Cerro Arco. La zona fue por mucho tiempo estudiada por
YPF ya que se detectó en la misma un importante vacuoide natural a unos treinta
kilómetros de profundidad.. Se dice que en la zona, los acampantes nocturnos pueden ver
muy a menudo, fenómenos extraordinarios, como luces zigzagueantes, y algunos se han
atrevido a hablar sobre encuentro con entidades remanentes "kósmicas siderales"
(ERKS). A raíz de la divulgación de éstos fenómenos, poco comprobable, han surgido
varias versiones sobre el enigmático lugar. La más popular de ellas es que Isidris es el
nombre de una ciudad intraterrena que ahora se ha revelado al mundo en forma masiva.
Sostienen que muchos habitantes del planeta ya han recibido bastante información sobre
ella, su ubicación exacta, extensión, etc.. Muy pocas conocían su nombre original, la
llamaban genéricamente por su belleza y esplendor con el seudónimo de "Ciudad
Dorada".
Grupos seguidores de la filosofia New Age como Red Argentina de Luz (RAL) o Red
Iberoamericana de Luz (RIL) sostienen que el nombre de Isidris posee características
"especiales":Cada una de ellas encarna una gran Entidad cósmica. Siete letras que
encarnan siete rayos. Los siete rayos se dividen en tres de Aspecto y cuatro de Atributo.
Rayo de Voluntad o Poder; Rayo de Amor-Sabiduría; Rayo de Actividad o daptabilidad e
Inteligencia activa;. Rayo de Armonía, Belleza, Arte o Exactitud; Rayo de Conocimiento
Concreto o Ciencia.; Rayo de Idealismo Abstracto o Devoción; Rayo de Magia Ceremonial
Isidris es considerado un megaportal de luz etérea (Alkahest). Los Portales, son especies
de cilindros de energía de "luz-informacion" que logran conexiones multidimensionales, y
son co-creados entre los humanos y las "Jerarquías estelares de luz".
Se dice que Isidris abre su megaportal cada cierto tiempo, la última vez fue en septiembre
del 2002, los próximos serían durante los años 2.004, 2.007 y 2.012. Isidris fue revelado el
27 de febrero de 1987, los seguidores de ésta corriente asegura que no es desde esa
fecha que Isisdris está revelada sino desde muchos años antes ya estaban preparando la
zona "Seres Superiores" para ese momento.
Según "Kervher" un "Ser de Luz", cuyo verdadero nombre es Verónica R. Lizana, y vive
en el departamento de Las Heras del Gran Mendoza, "ésta ciudad alberga no solamente a
seres extraterrestres de la Confederación sino a aquellos humanos del Planeta que por su
evolución han logrado la Llave de Acceso que les permitió poder habitarla".
Kervher sostiene que está contactada por un Ser llamado "Nhemmok", Comandante que
pertenece a la Confraternidad Intergaláctica, y que éste ser le ha revelado la ciudad. El
ingresos a la ciudad pueden ser por motivos de "Visitas", por algún tipo de aprendizaje o
por curaciones. Ella afirma que Isidris, está custodiado por dos querubines que la
protegen y el nombre de "Ciudad Dorada" es en referencia a su belleza y esplendor. La
Tonalidad dorada deviene de la construcción de los techos de su edificación, ya que los
mismos son de oro, formando con ellos una cúpula intensamente luminosa. Esta cúpula
tiene dos funciones: la de protección y la de conservar y mantener el microclima a una
temperatura de veintidós grados permanente
La edificación cuenta con un santuario, que es la edificación más relevante de toda la
ciudad junto con el Centro aéreo espacial para las entradas y salidas de las naves
intergalácticas. También hay manantiales de agua termales diamantinas y gigantescos
laboratorios y consultorios para curaciones energéticas. (del libro de Verónica Lizana
"Kervher"):.
A parte de Kervher existen otros "seres de Luz" que sostienen éstas torías, ellos afirman
que "Comandante Adoniesis" (Adoniesis es el nombre que corresponde a Adonai, supesto
ser extraterrestre, mensajero del cielo, que estaría comunicado frecuentemente con
algunos seres de luz terrestre, "Canalizado" por Ramathis-Mam y Sheila), ha afirmado en
su mensaje 4.4.4. que hay que establecerse en las inmediaciones de Isidris durante los
próximos años
Leyenda de Cacheuta:
Un chasqui llegó, a las tierras de cacheuta, el poderoso cacique suyos dominios
comprendían el valle de Mendoza y los alrededores. Ante el gran curaca, el emisario
refirió los acontecimientos ocurridos: la pérdida de la libertad de Atahualpa, el gran señor
inca, descendiente del lnti, que, hecho prisionero esperaba ansioso el día de su liberación.
Explicó al asombrado cacique la razón de su envío: llegaba a pedir su colaboración en el
rescate del soberano prisionero. La fidelidad de Cacheuta no escatimó esfuerzos para
cumplir con el mayor caudal a la salvación del señor de todos los quechuas. Convocó a
sus vasallos, les exigió su cooperación y muy poco tiempo después un hato de llamas
cargadas con petacas de cuero repletas de objetos de oro y plata estaban listas para
emprender el viaje hacia el norte.
El mismo cacique, al frente de un grupo de fieles vasallos, entre los que se contaban altos
jefes guerreros, seria el encargado de comunicarlas. Partió la expedición. Las llamas, con
sus pasitos menudos, acompañados del movimiento del cuello y la cabeza, marchaban
llevando en el lomo la valiosa carga que iba a servir para dar libertad al soberano de los
quechuas.
Llegaron a las primeras estribaciones del macizo andino. Se internaron por los angostos
vericuetos de la montaña y marcharon sin descanso en su afán de llegar cuanto antes a
destino. Cerca de un recodo de la montaña distinguieron, a lo lejos, un grupo de gente
armada que de inmediato reconocieron como enemigos.
Previendo una traición, los indígenas se pusieron en guardia, y como primera medida
decidieron esconder la valiosa carga en el más seguro lugar de la montaña. Grandes
conocedores del terreno, nada les fue más fácil y muy pronto su tarea quedó terminada.
Los adversarios, al notar que habían hecho un alto en el camino y les era imposible
detenerlos al pasar donde se hallaban apostados, decidieron salirles al encuentro.
Llegaron cuando Cacheuta y sus vasallos se aprestaban a hacer frente al ataque. El
choque fue sangriento. Silbaban las flechas indígenas, haciendo víctima en uno y otro
bando.
La lucha fue desigual, pero encarnizada. Los indígenas, que supieron defenderse con
valor, finalmente cayeron vencidos. Los contrarios, ya dueños de la situación, se lanzaron
en busca de su objetivo, para lo cual trataron de arrancar su secreto a la montaña.
Al llegar el lugar donde fue depositado el tesoro y cuando ya se creían dueños de él,
chorros de agua hirviendo surgieron de entre las piedras, envolviéndolos. Hallaron la
muerte allí donde fueron a buscar riquezas.
Fue, según la leyenda, el espíritu de Cacheuta quien hizo brotar el agua que terminó con
los que no le permitieron llegar a destino y cumplir la misión que como súbditos fieles se
habían impuesto.
Desde entonces esas aguas, originada en un sólo principio de solidaridad humana, llevan
en si toda la bondad propia de tan alto propósito y se brindan a los que acuden a ellas en
busca de alivio para sus males.
Cerro Tunduqueral: Conocido también como "Apus Tundunqueral", Se encuentra
ubicado a siete kilómetros del paraje de Uspallata, para un grupo de aborígenes incaicos
fue un lugar sagrado, donde en noches de luna llena las mujeres se reunían para celebrar
rituales femeninos. Esta actividad quedó plasmada en pinturas rupestres o petroglifos y se
encuentran en el más sureño de tres picos piramidales que se alinean en un eje norte-sur.
En este lugar se puede encontrar una variedad de Jarilla no común en otros sitios de la
región ya que sus hojas se orientan siempre de norte-sur y con la cara de las hojas
mirando al este. Éste sector ahora está protegido por el Cricyt, la Municipalidad de Las
Heras y la Dirección de Patrimonio de la provincia.
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