Myrtha Chokler_Noemi Beneito_El bebé

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El bebé hipotónico,
¿qué estimulación,
para qué y cómo?
Autoras: Dra. Myrtha Chokler y Lic. Noemí Beneito
Artículo publicado en la revista LA HAMACA nº 2, 1992
Distribuido para Pikler-Lóczy Euskal Herriko elkartea
por cortesía de las autoras y de la Red Pikler Argentina
Introducción:
La teoría de los Organizadores del Desarrollo, en la cual nos basamos, expresa no sólo una
concepción acerca de la estructura, la dinámica, las causas internas y las condiciones externas
que lo determinan, sino que, al mismo tiempo, propone una estrategia de intervención.
Nuestra práctica se dirige desde allí, a la construcción de una red interaccional creada por y
para cada bebé y su familia, tomando como base su estadio de desarrollo –entendido éste
como el complejo de conductas de adaptación activa al medio– sus necesidades específicas,
las potencialidades globales y el carácter genético, integrativo y vincular del mismo. Cada niño
es un todo completo hoy y en cada momento de su desarrollo y no sólo un proyecto en
función de lo que debería llegar a ser.
En el caso particular del bebé hipotónico de etiologías diversas, nos interesa más conocer si se
encuentra afectado, y en ese caso, cómo, su sistema de relaciones con el mundo y no tanto el
valor absoluto de su función tónica (tensión, flaccidez de la masa muscular o
hiperextensibilidad ligamentosa) sino en la medida en que ésta es parte constituyente de su
"ser en el mundo".
¿Qué siente el bebé hipotónico ?
¿Qué siente y qué expresa este bebé hipotónico, muchas veces inmaduro, algunas prematuro,
con sus movimientos lentos, sus actitudes catatónicas, sus miembros en extensión, sacudidos
por salvas tónico-motrices?
O aquél que, luchando contra la fuerza de gravedad, intenta sostener y controlar su pesada
cabeza, mientras sus manos, aplastadas por el tronco, se ven inútiles para alcanzar el objeto
deseado?
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O aquel, más allá, que claudica impotente, deslizándose sin remedio sobre almohadones o el
respaldo de un asiento en el que está confinado, estupefacto y pasivo ante lo que le sobreviene
desde su propio cuerpo y desde el afuera?
O este otro que no logra acordar con el ritmo con que se lo mece, o con que se le juega, que
no alcanza a construir el gesto esperado, que llega demasiado tarde o demasiado vacilante,
ante la mirada impaciente, angustiada, decepcionada o falsamente complaciente del adulto?
Eje fundamental
En nuestro abordaje tomamos como uno de los ejes fundamentales -si bien reconocemos la
existencia de otros, sobre los cuales no nos extenderemos aquí- a la actividad tónico-postural
por sus protorrepresentaciones instituyentes en:
a) la vida emocional, sus formas de expresión, la constitución del vínculo de apego y las
matrices afectivas.
b) La construcción de un primer sistema de señales , desde las primeras interacciones
maternantes, (las sincronías o asincronías tónico-corporales-cinéticas, la mirada, la
cadencia de la voz, el diálogo no verbal) hasta su eficacia en la elaboración de un segundo
sistema de señales, simbólico- el lenguaje verbal- asegurando, uno y otro, la comunicación
del sujeto con el mundo;
c) La organización del esquema corporal, de la imagen de sí, de las nociones espaciales, de
las praxias manuales, de tanta importancia en el desarrollo del pensamiento y en el dominio
progresivo de su propio cuerpo y del espacio circundante.
d) el progresivo proceso de individuación y socialización.
Acto motor
Partimos para ello de la concepción de Henri Wallon de "acto motor", como una globalidad
funcional, adaptativa, secuencial, compleja, con articulaciones múltiples en su desarrollo y con
la capacidad de autoconstrucción y autorregulación.
Nuestros movimientos no existen por sí mismos, sino en función de ciertas acciones que
son su razón de ser y de alguna manera, su origen"..." El movimiento aislado nace del
sistema y no el sistema, del movimiento aislado".
Por ello no somos partidarias de las series de ejercicios motores, perceptivos u operacionales
que se realizan fuera del contexto de las actividades propias de la vida cotidiana en cada
estadio del desarrollo.
El camino de la dependencia a la autonomía implica en todo bebé, pero aun más en el
hipotónico, la construcción de estrategias por su propia iniciativa, con mayor confianza en las
propias aptitudes, cada vez con mayor capacidad discriminativa y representativa en la
preparación para la acción. Y esto es posible sólo si el adulto es capaz de reconocerle su
competencia, allí donde está, creando un ambiente rico, estimulante y seguro física y
emocionalmente.
Por su parte, el niño sólo puede organizar sus modelos de acción más eficaces en la medida en
que su cuerpo se encuentre en equilibrio, sin crispaciones, sin bloqueos que interfieran en la
graduación paulatina del tono y la construcción de una cinética armónica.
Distensión tónica
En este estado de distensión tónica (A. Szanto-Feder) o de disponibilidad corporal puede
abordar nuevas experiencias, reforzar las conocidas o volver a las anteriores para ensayar
nuevas tácticas, con el tiempo que necesita, a su ritmo, con un profundo sentimiento de
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seguridad en sí mismo, sin quedar fijado en posturas incómodas, dependientes y con la
estereotipia de los aprendizajes inducidos sólo por el adulto.
La secuencia de adquisiciones y aprendizajes posturales, locomotores y práxicos se realiza
genéticamente y depende de la organización biológica del niño, de su maduración neurológica
y de las informaciones íntero, propio y exteroceptivas que progresivamente integra.
La propuesta
Teniendo en cuenta estos principios, nuestra propuesta plantea:
1. Conocimiento y respeto de las características específicas de cada estadio y de la progresión
del pasaje a los siguientes. Estos están organizados estructural y dinámicamente como una
forma integrada de relación con el mundo.
La acumulación de experiencias y su riqueza permiten en un momento dado a cada niño dar
el salto cualitativo que significa evolucionar a un nuevo estadio.
Algunos niños requieren más cantidad o variedad de experiencias que otros en cada
momento de su vida: esto es absolutamente personal.
2. Respeto del tiempo y del espacio necesarios a cada niño para la realización de actividades
por su propia iniciativa. Todo movimiento autoinducido tiene mayor pregnancia a nivel de
procesos neuropsicológicos superiores.
El acto motor, producto de la pulsión de movimiento o de una motivación interna, nace de
una moción que cursa con procesos atencionales, intencionales, relacionales, tanto más
estructurantes e individuantes cuanto más espontáneo y activo sea desde el nacimiento.
Esto implica menor tenor de ansiedad y mayor reconocimiento de las propias necesidades e
intereses, ya que cuando el niño está sujetado al deseo del adulto se desarticulan las
relaciones de causalidad. El aprendizaje no sería entonces el producto de una internalización
y apropiación progresiva de los datos de la realidad, para satisfacer las necesidades
acordes a su estadio, sino el precio por el afecto o la atención del adulto al que está
sometido.
3. Facilitación de condiciones para la construcción de matrices de aprendizaje facilitadoras del
desarrollo de una persona en libertad y con autonomía.
Con la familia
Alentamos, acompañamos e informamos a la familia en cuanto a:
- Los primeros contactos visuales y multicanales. El placer del encuentro instituye el apego
recíproco, que es la base de las interacciones sociales. Las funciones de continencia,
sostén, consuelo. La alternancia entre presencia envolvente, distancia y ausencias. Los
objetos transicionales, su rol en la formación del psiquismo. La importancia de la función de
la piel, por ello alertamos sobre:
- Los contactos demasiado estimulantes,
- Los masajes insistentes que aumentan la hipotonía o provocan irritabilidad y rechazo,
- Las separaciones prolongadas y las actitudes pasivas.
- Los espacios necesarios: tamaño suficiente pero no excesivo, seguro, firme, relativamente
estable. De la cuna al piso, sin baby set o artefactos de sostén o balanceo. La inclusión
progresiva de plataformas sobre el piso, que van aumentando de 5 en 5 cm., a su alcance ni
bien comienza a reptar, barrotes y lugares de sostén, con objetos atractivos, prensibles,
seguros y accesibles;
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- La ropa y calzado adecuados a la temperatura y características ambientes, que permitan
lograr el mejor ajuste a la libertad de los movimientos y desplazamientos.
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- La auto-organización tónica, partiendo de una postura a la que pueda acceder y mantener
por sí mismo sin crispaciones parásitas, en disponibilidad corporal 2 para organizar
armónicamente los cambios posturales propios de su estadio y de la acción propuesta.
Importancia de la postura
- Durante los primeros meses se privilegia la posición en decúbito-dorsal:
a) porque tiene mayor libertad para ejercitar las articulaciones y las coordinaciones
diagonales de los cuatro miembros, las cinturas escapular y pelviana en su conjunto, el
eje corporal, las torsiones del tronco y el juego de equilibrios y desequilibrios que van a
permitirle posteriormente el transporte del cuerpo y la preparación para el acto.
b) porque desde esta postura en equilibrio y estabilidad podrá ir ejerciendo el control
cefálico, que no significa mantener la cabeza en forma vertical exclusivamente, sino
estructurar la actividad teleocinética explorando el espacio en 180º para ubicar y captar
con la mirada los objetos circundantes, organizando la prensión y la manipulación
tempranamente.
c) porque le permite mayor contacto con el entorno, por las posibilidades de seguimiento
visual y de las interacciones mímico-gestuales.
- La postura en decúbito ventral nos parece especialmente inconveniente:
a) porque el bebé con la cabeza lateralizada, generalmente hiperextendida, con apoyo
malar para liberar narinas, boca y visión, refuerza el reflejo en opistótonos, que quedará
anclado como patrón defensivo de la cabeza, produciendo posteriormente, ya sentado o
parado, una gran parte de las caídas en bloque hacia atrás y dificultando la puesta en
marcha de reflejos defensivos adecuados. ( Szanto-Feder).
b) porque en esta postura, decúbito ventral, es frecuente que adopte la llamada posición de
rana, con hiperabducción de caderas, con rotación interna o externa de rodillas o pies 3
en la que suele permanecer con los brazos extendidos hacia atrás, o flexionados con los
codos hacia el tronco y las manos semi abiertas a la altura de los hombros
desencadenando reflejos de enderezamiento. Estos, pobremente organizados por la
hipotonía, suelen provocar hipertonías reactivas por hipercompensación con muestras de
inquietud o agitación.
El tiempo que permanece en esa postura refuerza la actitud. Trabado en esta
experiencia, progresivamente parece tener a su disposición esquemas motores más
restringidos y menos diferenciados que, a posteriori, la maduración no alcanza a reorganizar.
c) porque en esta postura, el contacto es predominantemente con la superficie de apoyo,
dificultando la conexión con el entorno; la crispación no permite la modulación del tono; la
visión es más dificultosa y las relaciones mímico-gestuales en las interacciones con los
adultos resultan más escasas.
d) porque en esta situación, la activación del reflejo de prensión, que mantiene la mano
cerrada, ejerce una función predominante de apoyo; de la misma manera todo el
miembro superior, en bloque desde el hombro, construye esquemas tónico-posturales y
dinámicos más rígidos y con menor cantidad y calidad de experiencias de manipulación
organizada.
Habitualmente el bebé hipotónico requiere mucho tiempo para construir posturas y
desplazamientos. Pero este tiempo lo utiliza también para articular múltiples experiencias de
contacto y relación con los objetos y con los demás, pudiendo lograr una organización práxica
semejante a la del niño normal si se respetan las condiciones adecuadas anteriormente
señaladas.
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Posturas intermedias
Es particularmente importante aceptar la prolongación de los períodos que preceden a las
posturas sentado y parado (= de pie), ya que el niño los consagra a la exploración y a la puesta en
marcha de movimientos intermediarios como el rolado, las diferentes formas de reptado y de gateo.
Al ser más lento e inmaduro para mantener una postura o ejecutar un movimiento, colocarlo, so
pretexto de estimular el tono, en posturas más evolucionadas y complejas que él todavía no ha
adquirido por sí mismo (es decir que su maduración no se lo ha permitido) es obligarlo a utilizar
un equipamiento madurativo y propioceptivo del que carece.
El resultado será un
funcionamiento crispado y defectuoso durante más tiempo y con menos recursos
compensatorios que un niño normal (Pikler).
Nos parece entonces que esta actitud lleva a interferir, inhibir, bloquear y distorsionar los
aprendizajes específicos propios del estadio en que se encuentra, provocando muchas veces
el desinterés del niño hacia ellos. Inclusive, frecuentemente, se ve impedido de realizarlos, ya
que antes de saber cómo sentarse es impulsado a jugar sentado y no acostado como le
resultaría más fácil; antes de caminar con seguridad se le inhibe el gateo colocándolo en
"andadores" diversos 4.
La llegada a la bipedestación y a la marcha exige requisitos madurativos y biomecánicos: la
articulación coxofemoral, por ejemplo, permite conservar la estabilidad del tronco y la
trasmisión del peso durante la marcha en relación con la fuerza de gravedad y la inclinación del
plano de sustentación. La mala distribución del esfuerzo de compresión sobre la articulación
provoca alteraciones en la placa cartilaginosa de crecimiento con desviaciones de los ejes
óseos (Fleming).
Estas prácticas habituales de "estimulación precoz" se suelen realizar con más ahínco y
determinación cuanto mayor sea la hipotonía o el retardo, sometiendo al niño a situaciones de
tensión, inseguridad, excitación y dependencia, ligando estas emociones al proceso del
aprender, el cual queda estigmatizado con la hiperexigencia y el displacer y no con el placer de
la satisfacción de la necesidad.
En el curso de estas "ejercitaciones", muy a menudo el niño se "robotiza", pierde el deseo, la
alegría, la habilidad de moverse por sí mismo y la articulación causal del movimiento y sus
consecuencias. La explicación surge con ligereza: "Desde pequeño era torpe por su hipotonía".
La afectividad y la relación no están antes o después del ejercicio. Éste forma
parte de ellas.
Evitamos las manipulaciones imprevistas, los cambios posturales violentos, las estimulaciones
laberínticas vertiginosas, la activación de los reflejos fuera de contexto, que provocan
crispaciones y desorganizaciones tónicas que lejos de apuntar a la armonía y a la eficacia del
movimiento y a la seguridad en sí mismo, generan hipertonías reactivas, hiperexcitabilidad,
irritabilidad, confusión, temor, desconfianza, negativismo o sometimiento pasivo, perdiendo
progresivamente el interés, la iniciativa y la curiosidad.
Los bebés hipotónicos con patología agregada suelen ser emocionalmente lábiles, con riesgos
de desorganización y desconexión severos ante las situaciones de hiperexigencia y frustración,
que les provocan claudicación, apatía y/o desórdenes de conducta, mientras se sienten
incompetentes, impotentes, no comprendidos e incapaces, a su vez, de comprender qué se
espera de ellos.
Una estrategia de intervención
En la organización de lo que hemos dado en llamar una estrategia de intervención no se podrá
encontrar una sistematización que apunte a ejercicios o actividades dadas para cada mes o
nivel de desarrollo.
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Entendemos que las diferentes personas, adultos o niños, tienen caracteres comunes, que son
propios de la especie humana, pero también caracteres diferentes que están inscriptos en la
herencia genética y que pueden ser acentuados o anulados por la acción del grupo social y/o
las estructuras ambientales donde nacen y se desarrollan.
El resultado es que el niño y su familia son emergentes únicos y originales por lo tanto es
imposible crear técnicas a las que deban adaptarse todos mecánicamente; en todo caso los
abordajes y las técnicas serán producto de esa constelación.
Sostenemos que el análisis que deba realizarse en cada caso está referido a cómo se traduce
en conductas todo el sistema de relaciones, qué tipo de interacciones puede desarrollar cada
uno y qué tipo de comportamientos puede llevar adelante en favor de las potencialidades de
cada niño.
Nuestro programa, con su función de orientación y acompañamiento, tiene como objetivo
primordial el logro por parte de los adultos, de la conciencia necesaria para elegir un proyecto,
lo cual implica saber, elaborar ansiedades, sostener y reajustar las metas.
Se sintetiza en : Observación y seguimiento de la vida cotidiana del bebé hipotónico:
• Análisis del contexto familiar y/o institucional, cultural, social.
- Espacios cotidianos.
- Condiciones generales, necesidades y expectativas.
• Análisis del tipo, calidad, cantidad de posturas, desplazamientos e interacciones:
- Exploración, investimiento, apropiación , organización y significación del espacio.
- Prensión, manipulación, proyección de los objetos.
- Actividades sensoriomotoras, constructivas, representativas y simbólicas.
• Modalidad y calidad de la interacción con adultos y pares, conocidos y desconocidos:
acuerdo, oposición, colaboración, búsqueda, anticipación, juego.
• Formas de socialización: imitación, reacciones de prestancia, comunicación, gestos, mímica,
vocalizaciones, juego de roles, alternancia de roles, etc.
Sólo la riqueza de estrategias que cada niño es capaz de crear en libertad en relación a su
medio familiar y social dará cuenta de la eficacia de nuestra tarea.
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Bibliografía
Chokler, M.(1988). Los Organizadores del Desarrollo Psicomotor. Buenos Aires. Ediciones Cinco.
Denis, P.(1990). Risques encourus par le prématuré hospitalisé en neonatologie de s'orienter vers
une pathologie psychosomatique. Memoire de Licence en Psychologie Clinique.
Université Paris VII.
Fleming, I. (1978). Desarrollo normal del lactante y sus desviaciones. Editorial Panamenricana.
Pikler, E. (1985).Moverse en libertad. (Trad. G. Solana) Madrid. Narcea .
Quiroga, A. P. de (1991). Matrices de Aprendizaje. Buenos Aires. Ediciones Cinco.
Szanto-Feder, A.(1982). Developpement Psychomoteur de la Première Enfance. These de Doctorat
3eme Cycle. Université Paris VIII.
Wallon,H.(1982). La vie mentale. Editions Sociales. Paris.
Wallon,H.(1959). La maladresse. Enfance, Nº 3-4 .Paris.
Notas
1. Postura: posición del cuerpo en el espacio apta para la ejecución del acto motor, sea éste
estático, dinamico, perceptual o expresivo.
2. Disponibilidad corporal: estado en el que las tensiones están distribuídas adecuadamente del que
surge el equilibrio entre las funciones tónicas y de motilidad como condición de apertura tanto
hacia el otro como hacia la acción.
3. Muchos autores señalan la presencia de malformaciones craneanas, pelvianas y funcionales de
los pies
4. Algunos autores afirman que lo "normal" en un niño Down es el desplazamiento sentado con
impulso de talones obviando el gateo en cuadrupedia. En realidad, nuestra observación nos ha
permitido ver que ello sólo aparece en niños que han sido sentados precozmente. No hemos
encontrado ningún niño hipotónico que no gateara en cuadrupedia cuando se han respetado las
pautas de su desarrollo pósturo-motor fisiológico.
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