Este artículo es una publicación de la Corporación Viva la Ciudadanía Opiniones sobre este artículo escribanos a: HHU [email protected] www.viva.org.co UH HU U La democracia en cuestión: amenazas y desafíos en el Distrito Capital Jorge Escobar Hernández Director Regional Bogotá Corporación Viva la Ciudadanía Presentación: La siguiente nota pretende hacer un llamado a todos los actores institucionales y sociales comprometidos con la defensa de la democracia en la ciudad, la cual está siendo amenazada por diversas acciones, que se están agudizando, precisamente cuando se acercan las elecciones al Congreso de la República y la Presidencia, como se evidencia en el informe presentado por la Corporación Nuevo Arco Iris1. Dicho llamado, está orientado a que las entidades responsables del orden público en la ciudad implementen las medidas necesarias para que todos los ciudadanos ejerzan sus derechos en materia política y social, de forma libre y transparente, no dejándose intimidar por las fuerzas irregulares que se expresan en el Distrito Capital. La situación de Bogotá El informe en mención, plantea una preocupante realidad para la ciudad a partir de cinco puntos que relacionamos en términos generales y pueden ser ampliados, acudiendo al texto original: En primer lugar, se ve un posicionamiento de los grupos emergentes, rearmados y disidentes en las vías de acceso–salida de la ciudad de Bogotá y en sectores marginales de la ciudad. Básicamente se ve un fenómeno donde se está rodeando Bogotá2. En segundo lugar, Bogotá se ha convertido en una zona de venganzas de grupos y de estructuras narcotraficantes. En lo que va del año se han registrado 106 acciones de sicariato en la ciudad, además el homicidio viene en un aumento constante desde 20073. 1 ¿El declive de la seguridad democrática? Informe Especial. Observatorio del Conflicto Armado. Corporación Nuevo Arco Iris. Noviembre de 2009 2 Idem., pag. 65 3 Idem., pag. 67 En tercer lugar, Bogotá se transformó en un “paraíso” para el lavado de dinero, de ahí, que la disputa entre organizaciones mafiosas sea igualmente por las zonas de lavado de dinero. Indudablemente los sanandresitos y zonas de centros comerciales se han convertido en fuente de disputa por ofrecer estas posibilidades de lavado4. En cuarto lugar, se considera a Bogotá como retaguardia de abastecimiento de los grupos armados ilegales. Aunque sobre este tema se debe profundizar, las investigaciones indican que de Bogotá salen grandes cantidades de medicinas, ropa –uniformes-, y en general dotaciones para los grupos armados ilegales5. La quinta situación que encontró la investigación son fenómenos de permeabilidad de la Fuerza Pública, específicamente su relación con organizaciones criminales y grupos armados ilegales que viene creciendo según el informe.6 En cuanto al tipo de organización que está delinquiendo en la ciudad la investigación identificó, los siguientes: mafias coercitivas, Gai (grupos armados ilegales con estructura jerárquica de mando), bandas de menor tamaño tipo satélite, grupos privados armados de carácter ilegal, delincuencia organizada, delincuencia ordinaria y pandillas. Las localidades más afectadas por esta situación son: Kennedy, Bosa, Tunjuelito, Suba, Usaquén y Ciudad Bolívar Como podemos constatar la situación se ha venido agudizando en la capital7 ante la indiferencia de las autoridades, que se han limitado a desconocer las alarmas ciudadanas expresadas públicamente desde diferentes sectores y organizaciones de la sociedad civil. En el mejor de los casos, expiden comunicados a la opinión pública señalando el control que tienen sobre la ciudad y las medidas implementadas para garantizar total seguridad a la ciudadanía para ejercer libremente sus derechos, cuestión que no se da en estos términos al juzgar por los resultados de la investigación referenciada y por las irregularidades que se presentaron en las elecciones del 2007 en la ciudad8, que al parecer se incrementaran de no implementarse realmente los correctivos necesarios. Los desafíos de la acción política y social en el Distrito Capital Ante este panorama, es urgente que el Gobierno Distrital analice la serie de irregularidades denunciadas y evalué las políticas que se han venido aplicando en la ciudad para superar estos fenómenos que atentan contra los derechos de todos 4 5 6 Idem., pag.68 Idem., pag.68 Idem., pag.69 En una investigación del 2007, se hacia referencia a esta situación, ver: “Parapolítica, la Ruta de la Expansión Paramilitar y los Acuerdos Políticos”. ASDI, CEREC, Corporación Nuevo Arco Iris, Bogota. 2007. 8 El Derecho a vota en Bogota y configuración del poder político en la ciudad. En: Revista Foro No.63. Bogota. D.C. 2008 7 los ciudadanos y no son consecuentes con uno de los ejes estructurantes del actual Plan de Desarrollo que nos habla de avanzar en la construcción de una CIUDAD DE DERECHOS. Por otra parte, las entidades de control deben adquirir un mayor compromiso y responsabilidad en el cumplimiento de sus obligaciones legales y pasar del “dicho al hecho”, para que la cultura de la legalidad prime en el accionar ciudadano y no se continúe reforzando la “cultura del atajo”, que se vale de los altos índices de impunidad debido a la inoperancia de la justicia. Finalmente, las diversas redes, plataformas y organizaciones sociales deben potenciar su capacidad de articulación distrital para avanzar en la exigibilidad de sus derechos y en la interlocución con las entidades oficiales con el fin de denunciar públicamente las irregularidades que se presenten en su sector, como también, para definir mecanismos de protección ante la violación de sus derechos por parte de grupos armados ilegales. Todo lo anterior, nos demuestra que la dinámica capitalina no es ajena al conflicto armado que tiene Colombia y cuya expresión urbana se acrecienta cada día más en el país, como lo anuncian los diferentes medios de comunicación, “paz en el campo y guerra en las ciudades”, que de no detenerse a tiempo nos veremos en una encrucijada, no del alma, sino de la sociedad colombiana por tener que elegir entre el imperio de la tiranía y la barbarie o la defensa de la democracia que se expresa en el Estado Social de Derecho que promulgó la Constitución del 91 y cuyos ideales están a la espera de su efectiva realización.