PONENCIA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL POR ERROR DE DIAGNÓSTICO MÉDICO CON RESULTADO DE MUERTE 1º- JURISDICCIÓN COMPETENTE PENAL Para exigir responsabilidad penal al profesional sanitario se debe acreditar que su actuación fue dolosa o imprudente. En el supuesto del error de diagnóstico descartamos el dolo por lo que vamos a analizar la imprudencia profesional. La imprudencia profesional sería aquella imprudencia grave cometida por un profesional en el ejercicio de su ciencia, arte u oficio, que ha de ser debida a su ignorancia, a su inhabilidad o a una actuación inexcusablemente contraria a lo que era esperable y exigible de su profesionalidad, se vulnera por tanto la “lex artis”, dicha imprudencia requiere: - Una acción u omisión voluntaria realizada en el ejercicio profesional. Que tal conducta suponga una infracción del deber objetivo de cuidado que debe observarse. Un mal efectivo y concreto para la salud de la persona. Relación causa efecto entre la conducta y el daño. En cuanto al tipo penal, estamos analizando u error de diagnóstico con resultado de muerte, por lo que nos encontraríamos ante un homicidio por imprudencia profesional, recogido en el artículo 142,1 del CP en conjunción con el mismo artículo 142 en su párrafo 3º, dichos preceptos señalan literalmente: 142,1: “El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, será castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisión de uno a cuatro años.” 142,3: “Cuando el homicidio fuere cometido por imprudencia profesional se impondrá además la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, cargo u oficio por un periodo de tres a seis años.” Es, por tanto, reiterada la Jurisprudencia que señala que el error de diagnóstico no es tipificable salvo que salvo que por su entidad y dimensiones sea una equivocación inexcusable, esto es cuando el comportamiento del profesional médico es descuidado, de abandono, 1 PONENCIA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL POR ERROR DE DIAGNÓSTICO MÉDICO CON RESULTADO DE MUERTE o de omisión del cuidado exigible, no existiendo imprudencia cuando nos encontramos ante un caso de enorme dificultad de diagnóstico. (STS de 29 de febrero de 1996, STS de 5 de julio de 1989 y SAP de Barcelona de 31 de enero de 2002.) ADMINISTRATIVA Corresponde al orden jurisdiccional contencioso administrativo el conocimiento de las reclamaciones dirigidas contra la Administración pública y los sujetos que hubieren concurrido a la producción del daño, así como de las dirigidas conjuntamente contra la Administración pública y su aseguradora, y ello de conformidad con la nueva redacción del artículo 9.4 de la LOPJ modificado por la LO 19/03 de 23 de diciembre, modificación del siguiente tenor “Conocerán, asimismo, de las pretensiones que se deduzcan en relación con la responsabilidad patrimonial de las administraciones públicas y del personal a su servicio, cualquiera que sea la naturaleza de la actividad o el tipo de relación de que se derive. Si a la producción del daño hubieran concurrido sujetos privados el demandante deducirá, también frente a ellos su pretensión frente a este orden Jurisdiccional. Igualmente conocerán de las reclamaciones de responsabilidad cuando el interesado acciones directamente contra la aseguradora de la Administración, junto con la administración respectiva.” CIVIL Es competente el orden Jurisdiccional civil conocer de aquellas reclamaciones dirigidas únicamente frente a la entidad aseguradora de la Administración cuando se ejercita la acción directa del artículo 76 de la LCS, puesto que esta es una acción autónoma que corresponde al perjudicado, cuyo derecho nace de un contrato de seguro al que, en principio, es ajeno, en virtud del cual la deuda es asumida por el asegurador, en tal forma que en la acción directa el asegurado ejercita un derecho propio frente al segurador. El artículo 76 de la LCS establece literalmente: “El perjudicado o su heredero tendrán acción directa contra el asegurador para exigirle el cumplimiento de la obligación de indemnizar, sin perjuicio del 2 PONENCIA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL POR ERROR DE DIAGNÓSTICO MÉDICO CON RESULTADO DE MUERTE derecho del asegurador a repetir contra el asegurado, en el caso de que sea debido a la conducta dolosa de este, el daños o perjuicio causado a un tercero. La acción directa es inmune a las excepciones que puedan corresponder al asegurador contra el asegurado. El asegurador puede, no obstante, oponer la culpa exclusiva del perjudicado y las excepciones que tenga contra este. A los efectos del ejercicio de la acción directa , el asegurado estará obligado a manifestar al tercero perjudicado o a sus herederos la existencia del contrato de seguro y su contenido. 2º- YUSTAPOSICIÓN DE RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL Se distinguen la responsabilidad contractual y la extracontractual por la existencia, en la primera de ellas, de una obligación previa, generalmente creada por un contrato, mientras que la extracontractual nace de la violación del deber de no dañar a los demás. La existencia de responsabilidad contractual no excluye, por sí sola, la responsabilidad extracontractual, que desplegará sus efectos cuando el hecho se realice fuera de la orbita de lo pactado en el contrato. La relación médico-paciente se califica como contractual, entendiendo la Jurisprudencia que los hechos concluyentes de someterse a su tratamiento implican para el enfermo una proposición y ejecución del contrato, que el facultativo también acepta, implícitamente, sometiéndose ambos a las consecuencias de su incumplimiento. La Jurisprudencia ha calificado este contrato como de arrendamiento de servicios. Sin embargo, y aunque la regla general es la responsabilidad contractual de los médicos y la extracontratual se da solo excepcionalmente, cuando el mismo hecho constituye a la vez incumplimiento de una obligación de medios y un acto ilícito, el perjudicado podrá elegir entre invocar el artículo 1902 o las normas contractuales infringidas. (STS de 6 de octubre de 1992). Es especialmente relevante esta cuestión en lo referente a la prescripción de la acción, que es de 15 años para la responsabilidad contractual y de 1 para la extracontractual. 3 PONENCIA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL POR ERROR DE DIAGNÓSTICO MÉDICO CON RESULTADO DE MUERTE 3º- NATURALEZA JURÍDICA DE LA OBLIGACIÓN DEL MÉDICO La Jurisprudencia entiende que la obligación del médico y del sanitario en general es de medios, estando obligado a proporcionar al enfermo todos los cuidados que requiera según el estado de la ciencia, y no de resultado, pues no es responsable de la curación del paciente, a no ser que se deba a motivos imputables al mismo, quedando sujeto en la aplicación de aquellos medios y en la prestación de cuantos cuidados requiera el padecimiento del enfermo, al estado de la ciencia y a la “lex artis ad hoc”. Esta obligación de medios comprende: - - - La utilización de todos los medios que conozca la ciencia médica de acuerdo con las circunstancias del enfermo en concreto, lo que comprende realización de todas las pruebas que sean necesarias para efectuar un diagnóstico preciso y fiable de su padecimiento con el fin de realizar el tratamiento sanitario más adecuado y eficaz La información al paciente, o a sus familiares, en cuanto sea posible del diagnóstico, tratamiento y riesgos. La continuidad del tratamiento hasta el alta. La no imputación en función de un simple error científico de diagnóstico equivocado, salvo que resulte de extrema gravedad o no se hayan agotado todas las pruebas o utilizado los medios adecuados y usuales para obtenerlo en condiciones de fiabilidad. La no exigencia al facultativo de una pericia extraordinaria o cualificada especialización, salvo que la naturaleza del previo diagnóstico realizado así lo demande. 4º- CULPA Y SU PRUEBA En la valoración de la conducta de los profesionales sanitarios opera la regulación de la carga de la prueba recogida en el artículo 217 de la LEC, quedando descartada la responsabilidad objetiva y, por lo tanto, estando a cargo del perjudicado la prueba de la culpa y de la relación de causalidad entre ésta y el daño, debiendo rechazarse la responsabilidad por riesgo, puesto que este es creado por la propia enfermedad y no por la actuación del médico (STS 23 de marzo de 2001 y 25 de junio de 2003.) 4 PONENCIA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL POR ERROR DE DIAGNÓSTICO MÉDICO CON RESULTADO DE MUERTE Es de especial relevancia en este ámbito el apartado 6º del artículo 217 de la LEC, que señala que la carga de probar hay que combinarla con la facilidad para probar, puesto que es lógico que quien disponga de la prueba la aporte. En el supuesto de responsabilidad médica la prueba preconstituida se compone, habitualmente, de datos de hecho y declaraciones de ciencia extraídos de antecedentes documentales obrantes en archivos de entidades públicas o privadas. Ante esta situación la obligación de colaborar con los jueces y tribunales del art 118 de la CE determina como lógica consecuencia que, en materia probatoria, la parte emisora del informe este obligada a aportar al proceso la totalidad de los datos requeridos, pues de otro modo se vulneraria el principio de igualdad de armas en la ejecución de la prueba, evitando al Juez el conocimiento de la totalidad de los hechos (STC de 28 de noviembre de 1991; STC de 17 de enero de 1994, STS de 6 de febrero de 2001.) El único supuesto en que se presume la culpa del profesional médico es aquel en que se produce un resultado provocado por la intervención médica que no guarda proporción con las enfermedades o la lesión que le llevo a acudir al médico, y este no explica la causa de tal daño, este resultado desproporcionado acredita el nexo causal entre la actuación del médico y el daño, se conoce esta presunción como Teoría del daño desproporcionado ( STS de 18 de diciembre de 2002, STS de 19 de julio de 2001.) Hay que hacer referencia en este apartado a los Protocolos médicos, que fijan la conducta diagnóstica y terapéutica aconsejable ante determinadas eventualidades clínicas. Desde el punto de vista jurídico los protocolos otorgan al médico cierto amparo a la hora de justificar su actuación, ostentando el protocolo un enorme valor orientativo para el juez, aunque ni le vincula, ni le obliga a su aplicación forzosa. 5º- CUANTÍA INDEMNIZATORIA La extensión de la obligación de indemnizar responde al principio de reparación integral, entendido como que el perjudicado sea indemnizado de una forma total, de modo que el estado de cosas alterado vuelva a su situación anterior a la producción del hecho que lo provocó 5 PONENCIA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL POR ERROR DE DIAGNÓSTICO MÉDICO CON RESULTADO DE MUERTE A la hora de efectuar la valoración la Jurisprudencia ha optado por realizar una valoración global, debiendo ponderarse todas las circunstancias concurrentes en el caso, a pesar de las dificultades que comporta la conversión de circunstancias complejas y subjetivas en una suma de dinero. En cualquier caso, la indemnización establecida ha de hallarse completamente motivada. En cuanto a la posibilidad de aplicación a lo casos de responsabilidad civil médica del baremo de indemnización establecido en el anexo de la Ley de Responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor, es reiterada la Jurisprudencia que señala que acudir a este sistema, normativamente configurado para un específico sector de la responsabilidad civil supone una injustificada limitación de la función jurisdiccional, siendo lo procedente procurar una reparación íntegra del daño causado sin limitaciones impuestas por un sistema no aplicable al caso litigioso. Todo ello, sin perjuicio de utilizar los parámetros recogidos en dicho baremo de forma orientativa para la valoración de las secuelas, evitando así las enormes diferencias, en ocasiones injustificadas, entre las indemnizaciones en diferentes tribunales para supuestos similares (STS de 4 de abril de 2000, STS de 12 de febrero de 2004). 6