Seminario de Valoración Económica del Medio Ambiente

Anuncio
Seminario de Valoración Económica del Medio Ambiente
El 12, 13 y 14 de septiembre del 2000 se llevó a cabo el Seminario de Valoración Económica del Medio
Ambiente organizado por el Instituto Nacional de Ecología, a través de la Dirección de Economía ambiental
(DEA-DGRA). Como objetivo promover el diálogo entre expertos, gestores de política y público interesado
en el tema de la valoración monetaria del medio ambiente.
De modo que por primera vez en el país se presentaron los avances que en este joven campo de la disciplina
económica se han logrado. Se discutieron el significado, las formas, los métodos, el alcance y los límites de la
valoración económica ambiental, logrando sentar bases de común entendimiento en torno a las metodologías
de valoración económica del medio ambiente. Asimismo, se logró traer a tres expertos internacionales quienes
compartieron sus experiencias a través de conferencias magistrales en torno al tema.
El seminario estuvo organizado por 6 mesas de trabajo y tres conferencias magistrales, en donde se
discutieron temas sobresalientes de reflexión e importancia referentes al tema de la valoración monetaria.
Seminario de Valoración Económica del Medio Ambiente
Mesas de trabajo
Mesa 1
Reflexiones en torno a la importancia de la valoración económica del medio ambiente
•Por qué es necesario valorar:
¿Es necesaria la valoración económica para el desarrollo sustentable?
¿Se trata de reformular el sistema de producción y mercado?
•Para qué valorar:
¿A quien beneficia?
¿Quién paga los costos?
•Evolución del concepto del valor de los bienes y servicios ambientales
Mesa 2
Metodología de la valoración económica
•¿Qué y cómo valorar?
•Elementos que delimitan la valoración de un bien o servicio ambiental
•Los métodos y técnicas, las ventajas y las limitantes para países en desarrollo
Mesa 3
Estudios de caso de valoración
Mesa 4
El uso de la valoración económica en el diseño y práctica de la gestión ambiental
•Ayuda al diseño de las políticas y la regulación ambiental
•Financiamiento de la gestión ambiental
•Creación de mercados ambientales
•Identificación y distribución de beneficios
Mesa 5
Perspectivas de la valoración ambiental
•El marco legal y los conflictos sobre los derechos de propiedad de los recursos
•La tasa de descuento
Mesa 6
Conclusiones y recomendaciones
Seminario de Valoración Económica del Medio Ambiente
Autores de las ponencias
•Alejandro Yañez A.
Integridad de ecosistemas y el valor económico
•Natividad Zurita, Lourdes C. Pacheco, Laura Cayeros
La valoración económica del medio ambiente en la producción del Tabaco en México
•Arturo Peña
¿En verdad es necesario valorar los recursos biológicos?
•Guillermo Torres Carral
La valoración económica desde la política ecológica
•Anabel Martínez Guzmán
Elementos que delimitan la valoración de un bien o servicio ambiental: el caso del recurso agua en la reserva
de la biosfera El Triunfo
•Ana Citlalic González Martínez
Valoración económica de los efectos de la contaminación atmosférica en la salud de los habitantes de la
ciudad de México: metodología utilizada y sus limitaciones
•Karla Cuilty Esquivel
Valoración de atributos naturales de la zona federal marítimo terrestre
•Ana María Escofet
La pesca y la acuacultura frente al deterioro de funciones ambientales: un estudio de campo en la bahía de
Tóbari, México
•Juan Carlos Chávez Comparan
Valoración económica de los beneficios generados por la pesca deportiva en Manzanillo, Colima
•Alejandro Angulo Carrera
Valoración económica de la captura de CO2 en el parque nacional del Desierto de los Leones
•Angela Pita y Xóchitl Juárez
Selección varietal participativa de maíces criollos en la zona de Cuetzalan, Puebla
•Alejandro Angulo
Cuenta patrimonial del recurso suelo en la reserva de Mariposa Monarca
•Martín Ricker
Enriquecimiento de la selva con árboles nativos: un análisis costo-beneficio con tres especies en los Tuxtlas,
Veracruz
•Fernando Noriega
El precio del hábitat en libre mercado
•Sergio Colín
¿Cuánto cuesta el acceso a los parques marinos en México?. Una prospección en el valor de los naturales
como alternativa de costo
•Laura Saad
Tasa de descuento
•Gonzalo Chapela
Fondo de conservación de agua y tierras en el Distrito Federal
•Raúl Figueroa
La problemática en el cálculo de las cuentas ambientales en México
1
INTEGRIDAD DE ECOSISTEMAS Y VALOR ECONÓMICO (*)
Alejandro Yáñez-Arancibia (1)
Jefe del Programa de Recursos Costeros
Instituto de Ecología A.C. (INECOL)
Ap. Postal 63; Xalapa 91000
Xalapa, Ver., México
<[email protected]>
Max Aguero Negrete (2)
Director General, Interamerican Centre for
Sustainable Ecosystems Development (ICSED)
Casilla 27016, Santiago, Chile
<[email protected]>
RESUMEN
Este trabajo es un análisis que intenta integrar de manera armónica la trilogía
"medio ambiente/economía/comercio", precisando el enfoque teórico y conceptual
requerido para la valoración económica de los ecosistemas, sus funciones
ecológicas y los servicios ambientales. La preocupación surge porque una de las
bases más significativas de crecimiento y desarrollo económico nacional es la
explotación de los ecosistemas y sus recursos naturales. El valor económico y
social de algunos ecosistemas críticos (como los manglares) radica en su
capacidad para generar diversos bienes y servicios junto con desarrollar funciones
ecológicas fundamentales para el crecimiento, desarrollo y sustentabilidad de la
zona costera y sus recursos naturales y ambientales. Sin embargo, su carácter
renovable pero de libre acceso y su inadecuada valoración económica, social y
ecológica, generan incentivos que inducen a la sociedad a sobre-explotarlos o
convertirlos para usos alternativos. Parte del desarrollo económico del país
depende de ecosistemas críticos, pero esencialmente de la calidad de los recursos
naturales y de la integridad ambiental de los ecosistemas; es decir, el valor
económico del ecosistema está en función de la integridad ecológica y ambos
elementos deben armonizarse al componente social en la ecuación del desarrollo
sustentable.
------------------------------(*) Trabajo preparado para el Taller Internacional de Valoración Económica del Medio Ambiente,
organizado por el Instituto Nacional de Ecología (INE) Dirección de Economía Ambiental (DEADGRA), Sept. 12-14, 2000, México, D.F.
(1) Especialista en ecología y manejo de ecosistemas costeros tropicales, teoría ecológica y
desarrollo sustentable.
(2) Especialista en análisis socioeconómico de sistemas costeros, economía ambiental y desarrollo
sustentable. Director de la Red de Economía Ambiental para América Latina y el Caribe REALAC.
------------------------------
2
INTRODUCCIÓN
Este trabajo es un análisis que intenta integrar de manera armónica la trilogía
"medio ambiente/economía/comercio", precisando el enfoque teórico y
conceptual requerido para la valoración económica de los ecosistemas, sus
funciones ecológicas y los servicios ambientales; para lo cual se utiliza el
ecosistema de manglar por ser una ecoregión emblemática en las costas
tropicales a escala mundial. Hoy en día la relación entre medio
ambiente/economía/comercio, es una cuestión ampliamente reconocida y
abordada de diversas maneras por los gobiernos de los países a escala mundial,
particularmente entre las naciones que han establecido acuerdos comerciales en
mercados abiertos.
Por ejemplo, México ha incluído este tema como un componente prioritario en el
marco de La Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte
(CCAA), que es la única organización intergubernamental encargada del medio
ambiente anclando sus raíces en la mayor integración económica generada por un
acuerdo de libre comercio (TLC ó NAFTA en inglés). Por ello uno de los
principales objetivos de la CCA es mejorar la comprensión de las relaciones entre
el medio ambiente, la economía, el comercio, y el desarrollo sustentable de las
ecoregiones, así como fomentar la cooperación entre las Partes para promover un
enfoque integral de la protección ambiental (ver CCA 1997, CCA 1999 a y b, CCA
2000, Sustainable Development México 1997). En Chile, el Banco Central está
avanzando en aplicar el modelo de cuentas ambientales -de uso y de capítal- e
implementar las recomendaciones de las Naciones Unidas de hacer nuevas
cuentas incluyendo explícitamente los recursos naturales; a la vez de avanzar en
propuestas metodológicas para identificar los gastos en protección ambiental.
No obstante, todavía la trilogía medio ambiente/economía/comercio se debate
entre relaciones empíricas, por su complejidad y dificultades de evaluación. Parte
del problema se plantea por la doble intencionalidad que pueden tener las
regulaciones ambientales entre países contrastadamente distintos en legislación,
percepción del desarrollo económico, integridad de los ecosistemas, y la presión
social. Por un lado las regulaciones ambientales son justificables por el legítimo
derecho que tiene la sociedad de proteger el medio ambiente, pero también puede
ser un instrumento encubierto para proteger a la industria doméstica de la
competencia internacional. También el comercio exterior puede tener un impacto
ambiental si incentiva una mayor explotación de recursos naturales; pero en la
sobreexplotación de los recursos naturales la causa no es el comercio exterior en
economías abiertas, sino problemas de indefinición de propiedad, o falta de
regulación ambiental armonizada con el socio comercial, o carencia de valoración
económica de los ecosistemas, todo lo cual cobra importancia crítica cuando los
recursos naturales se valorizan por la apertura comercial.
La discusión en torno a los impactos ambientales, por carencia de información ó
instrumentos de gestión incompletos ó débiles, está comenzando.
La
preocupación surge porque una de las bases más significativas de crecimiento y
desarrollo económico nacional es la explotación de los ecosistemas y sus recursos
naturales. En materia de utilización del medio ambiente como activo fijo, la
3
economía debería orientar la política macroeconómica hasta llegar a un punto de
explotación óptima. En 1993 la Oficina Estadística de las Naciones Unidas
propuso nuevos enfoques para considerar el medio ambiente en el sistema de
cuentas nacionales; hasta esa fecha la contabilidad macroeconómica de la ONU
no consideraba el stock (existencias) de capital natural como un activo. Sin
embargo, las crisis ambientales, la escasez de recursos, y las dificultades que
comenzaron a enfrentar los modelos para explicar y predecir el desarrollo
económico, llevó a re-posicionar el análisis de recursos naturales en el ámbito
contable. Hoy en día países como Alemania, Canadá, Estados Unidos, Chile,
entre otros, han comenzado a acoger el concepto de cuentas ambientales, pero
aún no se ocupan esos resultados como indicadores de crecimiento. Cabe
destacar que todos esos países son ahora socios comerciales de México en
diferentes acuerdos de libre comercio.
La asignación de un valor económico a algún ecosistema, especie biológica o
grupos de especies, secuencia de ácido desoxiribonucleíco (ADN) o patrimonio
genético, y servicios ambientales de los ecosistemas, obedece a la tendencia
mundial para que los elementos naturales estén presentes en los mercados
internacionales formales, y así estar en posibilidad de repartir de manera justa en
el país los costos y beneficios de su uso y conservación. Cuando estos conceptos
y resultados se incorporen -integradamente con otros conceptos ecológicos y
sociales-, la gestión ambiental habrá entrado de lleno en el lenguaje del "desarrollo
sustentable".
PRESIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA SOBRE LOS
ECOSISTEMAS
Los tres socios comerciales de América del Norte -Canadá, Estados Unidos y
México-, están presionando fuertemente sus ecosistemas y recursos naturales en
función del desarrollo económico. Pero México, además, debe de contender con
una excepcional "presión social"
sobre los ecosistemas, producto de la
marginación económica, la sobrepoblación con requerimientos de desarrollos
urbanos y suburbanos, la deforestación y expansión de la frontera agropecuaria, y
el desconocimiento del valor de existencia de sistemas ecológicos críticos para la
estabilidad ambiental del país.
Esto hace dramático incorporar cuestiones de demografía, en los escenarios de:
cuencas hidrológicas, frontera agropecuaria, áreas naturales protegidas, áreas de
alto riesgo y vulnerabilidad natural o inducida, y situar al país en sólidos términos
normativos/ecológicos/económicos frente al desafío del "desarrollo sustentable".
En 1987 la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo (WCED
1987) adoptó por unanimidad el "Informe Brundland ó Nuestro Futuro Común",
que constituye el acuerdo más amplio entre científicos y políticos del planeta sobre
problemas globales del desarrollo y el medio ambiente, particularmente con un
enfoque "social" relativo al desarrollo sustentable. En Junio de 1992, los Jefes de
Estado y de Gobiernos atendiendo la Reunión Mundial de Naciones Unidas sobre
4
Ambiente y Desarrollo (UNCED Rio'92), ratificó esos planteamientos y firmó el
"Programa de Acción para el Desarrollo Sustentable, Agenda 21".
El concepto de desarrollo sustentable subraya la necesidad de un enfoque
integrado del desarrollo económico y la protección ambiental, buscando un
desarrollo económico en órdenes de magnitud que garanticen la protección de los
recursos y la estabilidad ambiental, en beneficio de las actuales generaciones y de
las futuras. Es decir, una presión económica y social sobre los ecosistemas, para
"una transformación productiva con equidad social", esto en los términos de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) durante su reunión
23a. de Caracas en 1990.
Este enfoque postula que los países incorporen el progreso técnico para
acrecentar la productividad y mejorar las condiciones de vida de la población, todo
ello sin menoscabo de la disponibilidad de los recursos naturales ni de la calidad
de vida. Una variante que enriquece la noción original del desarrollo sustentable,
es aquella que concibe a éste en tres dimensiones: a) capital social, b). capítal
económico y, c) capital ambiental, entendida la palabra capital tanto en términos
de existencia como de la calidad de los recursos (Figura 1). Bajo este
planteamiento, utilizado ya por diversos países e instituciones, el énfasis está en
desarrollar el capital económico y el capital social mientras se ejerce una sólida
administración del capital ambiental.
Todo ello, ha cobrado mayor vigencia en virtud que las estadísticas mundiales
revelan una situación critica para los recursos naturales (Goodland et al. 1997). Se
afirma que casi la mitad del bosque húmedo tropical ha sido destruido por
actividades humanas; que de los 5 millones de especies de flora y fauna
(silvestre, marítima, fluvial y lacustre) cada año desaparecen de la biosfera mas de
5 mil especies; también que cada año se adicionan en todo el mundo casi 6 mil
millones de toneladas métricas de gases que propician el efecto invernadero; y
que en los últimos 30 años el nivel del anhídrido carbónico en la atmósfera se ha
incrementado en 40 por ciento, lo que provoca índices elevados de contaminación
ambiental.
En el caso de México, décimo primer lugar entre los países más poblados del
planeta, la situación del desarrollo industrial y del crecimiento urbano genera
múltiples presiones sobre los ecosistemas; en particular sobre la disponibilidad y
capacidad de renovación de los recursos naturales y la calidad del medio
ambiente. Por ejemplo, más de 40 de las 320 zonas de explotación acuífera en el
país extraen un volumen de agua mayor al que recargan. Esto genera un proceso
de sobreexplotación, y por lo tanto de abatimiento del nivel de los mantos freáticos
poniendo en riesgo la sustentabilidad de este recurso. Además, alrededor de 3 de
cada 10 habitantes en México residen en localidades que se encuentran a más de
2000 metros sobre el nivel del mar y que, en éstas, sólo se dispone de 4 por
ciento del escurrimiento natural de agua. A nivel nacional, 30 de cada 100
toneladas de residuos sólidos no son recolectadas; alrededor del 80 por ciento de
la basura que se recaba tiene como destino final tiraderos a cielo abierto; y se
estima que cada año se genera gran cantidad de residuos industriales peligrosos
en todo el país (ver INEGI 1996).
5
Para México, esto es un cúmulo de ingredientes estratégicos y un enorme desafío,
sobretodo enfrentando el comercio internacional, puesto que ni Canadá ni los
Estados Unidos –socios comerciales frente al TLC-, sufren la "presión social" que
México tiene sobre sus ecosistemas y el medio ambiente; escenario que se
complica además enfrentando compromisos como país miembro de la OCDE. En
consecuencia, las estadísticas del medio ambiente deben manejarse en audaces
sistemas de información geográfica, compaginando la demografía, la cultura y la
presión social -insoslayable en el país-, con los requerimientos para el desarrollo
económico que también presiona a los ecosistemas y sus recursos.
La ecuación integrada de las presiones sociales, económicas y ambientales, en un
marco jurídico y normativo; es la antesala del desarrollo sustentable. Por todo
esto, México debe retomar esta línea en la agenda de "medio
ambiente/economía/comercio", como una tendencia incipiente de alta prioridad en
la presente década.
LOS PAISES POBRES PIERDEN RENTA
POR NO VALORAR LAS EXTERNALIDADES
Los ecosistemas de manglar en costas tropicales están constituidos por una
variada, dinámica, compleja e interrelacionada gama de recursos naturales y
ambientales. Estos, son capaces de generar un flujo de bienes y servicios
significativo y cumplir importantes funciones ecológicas y ambientales. Por otro
lado, la conversión de las áreas de manglar para usos alternativos, como por
ejemplo, en granjas camaroneras, puede generar considerables beneficios
económicos a sus dueños. No obstante lo anterior, su conversión implica la
renuncia a gozar de los beneficios que éstos generan como recurso natural
(bienes, servicios y funciones ecológicas y ambientales), i.e., RENAs sensu
Agüero 1994.
En los mercados actuales se transan, y por tanto, valoran sólo los bienes y
algunos servicios que éstos proveen. Quedan fuera del mercado, y por tanto sin
valorar, importantes funciones ecológicas que los manglares cumplen tales como:
protección y estabilidad del litoral, retención de nutrientes y sedimentos, carga y
recarga de agua, áreas de crianza y protección de juveniles de recursos
pesqueros.
Una valoración económica y social adecuada de los manglares, debe considerar el
valor total neto actualizado del flujo de bienes y servicios que el área de manglar
puede generar intertemporalmente en su mejor uso alternativo, junto con los
costos asociados a la pérdida de las funciones y propiedades de éstos como
recurso natural y ambiental.
Una de las causas principales de la creciente conversión de manglares en usos
alternativos como las granjas camaroneras, está precisamente en la inadecuada
valoración presente y futura de estos elementos del valor de un ecosistema de
6
manglar. La no contabilización de los costos ambientales (finalmente traducidos en
costos sociales) arroja indicadores de rentabilidad (privada) mayores que los
reales (social). Como consecuencia, se crean incentivos para una mayor tasa de
conversión que la social y ambientalmente deseable (sustentable) y la renta que
éstos pueden generar se disipa por sobre-explotación o sobre-capitalización o se
transfiere al exterior al no internalizarse adecuadamente los costos sociales y
ambientales. Esto también es válido para la reconversión de los manglares en
zonas de infraestructura turística.
La consecuencia final de esta situación resulta casi inexplicable. Los países en
vías de desarrollo, que son los que mayoritariamente convierten sus ecosistemas
de manglar en usos alternativos para la producción de bienes exportables a países
desarrollados, transfieren al exportar, no sólo los bienes producidos sino también,
gran parte de la renta que ellos puedan generar. Paradójicamente así, los países
generalmente más pobres pierden renta al transferirla de ésta forma a los países
más desarrollados y ricos al exportar sus productos, por no valorar
adecuadamente las externalidades.
La Figura 2 muestra como la no consideración de los costos ambientales lleva a
una transferencia neta de renta al exterior si los productos son exportados.
Complementariamente, esto puede ser bien entendido describiendo un ejemplo
como "el síndrome de Taura". La importancia que la camaronicultura ha adquirido
en Ecuador, es conocida por todos. Constituye el segundo rubro de importancia
para la economía del país después del petróleo, generando empleo a más de 200
mil trabajadores, y retornos en divisas por un monto de 525 millones de dólares en
1992 y 450 millones de dólares en 1993. Gran parte de esta actividad se realiza en
áreas de manglares aprovechando la alta productividad y riqueza de éstos
ecosistemas.
Actualmente, esta importante actividad económica está en crisis (incertidumbre
desde la mitad de los años 90's) debido -entre otras cosas- al "síndrome de
Taura", enfermedad que está atacando a los camarones en el Golfo de Guayaquil,
como consecuencia del deterioro general de la calidad del agua de la cuenca
hidrológica del Río Guayas. La causa fundamental del deterioro de este
ecosistema radica en el uso de fungicidas sistémicos que los productores
bananeros están aplicando para el control de la Sigatoka negra en sus
plantaciones.
Las perdidas económicas que hasta el primer semestre de 1994 se habían
establecido son alarmantes. La estabilidad laboral de ese sector se debate
también en un margen de incertidumbre. El "síndrome de Taura" es un ejemplo
claro de cómo un sector productivo -los bananeros- imponen costos no
internalizados por ellos a otro sector productivo -los camaroneros-. El resultado
final es el deterioro ambiental -desintegridad del ecosistema-, baja en la
producción de los recursos naturales, y perdida de renta y retornos netos, como
consecuencia de externalidades no internalizadas o convenientemente valoradas.
7
FUNCIONES ECOLÓGICAS Y VALORES ECONÓMICOS
La importancia de evaluar económicamente las funciones ecológicas de algunos
ecosistemas como el manglar y de sus recursos de interés comercial, es una línea
de investigación de frontera. En las costas tropicales esto es una necesidad
urgente, frente el uso intensivo e indiscriminado de sus litorales, por la presión de
explotación y optimización de sus recursos naturales. Lo versátil de la zona
costera -en usos y recursos- induce intensas presiones socioeconómicas e
impactos ecológicos que degradan los ecosistemas, las inversiones económicas
se colapsan, el desarrollo no puede sostenerse, y el deterioro de la calidad del
hábitat y del agua, va mostrando efectos acumulativos a largo plazo, algunas
veces irreversibles.
No obstante la importancia económica de las funciones ecológicas de los
ecosistemas de manglar, históricamente los países tropicales los continúan
deteriorando. Su protección jurídica aún es poco efectiva y no representan una
prioridad. Esto deberá cambiar rápidamente ante la tendencia mundial para los
próximos años. El punto que deberá enfatizarse es que el valor económico del
ecosistema esta conectado a su función física, química y biológica integral. Sin
duda esta línea de investigación será una sólida herramienta de manejo ecológico
de la zona costera en el futuro inmediato.
Funciones ecológicas
El ecosistema de manglar tiene importantes funciones ecológicas. Su optimización
depende de preservar la calidad del agua y de los hábitats. En ecología,
normalmente se hace una clara distinción entre función ecológica de un
ecosistema (p.ej. ciclo de nutrientes, flujo de energía) y componentes estructurales
(p.ej. marco físico ambiental, biomasa, diversidad biótica). Desde el punto de vista
económico, esta distinción es útil, porque permite visualizar el recurso disponible y
comprender de qué manera las funciones ecológicas son un puente entre el
"valor" y el "beneficio neto" económico (ver Figura 3). El valor económico intrinsico
de los recursos costeros indicados en la Figura 3, representa un "capital" de
inversión para la sociedad; los bienes y servicios derivados de ellos son el
"interes" generados por la inversión. Puesto que la destrucción de los recursos
implica una disminución del "capital", por lo tanto los intereses disminuyen y
terminan por desaparecer los beneficios naturales que el ecosistema provee de
manera gratuita. El valor económico de los recursos esta en función de la salud
del ecosistema, y este principio descrito en la Figura 3 representa un importante
término de referencia para decisiones de manejo en ecosistemas costeros (YáñezArancibia 1999).
Los pantanos (humedales) costeros tienen valores que pueden caracterizarse por
las siguientes funciones: a) descarga y recarga de aguas subterráneas, b) control
de flujo y reflujo, c) control de la erosión y estabilización costera, d) retención de
sedimentos, e) retención de nutrientes, f) mantenimiento de la calidad del agua
incluyendo transformación de nutrientes, g) protección de cambios meteorológicos,
h) estabilización micro-climática i) amortiguamiento de los contaminantes de
ecosistemas vecinos, j) recreación y esparcimiento, k) transporte de agua y
8
equilibrio hidrológico, l) reclutamiento biológico. Un área específica no muestra
necesariamente todas estas funciones de manera relevante. Normalmente las más
evidentes tienen una relación más directa con los valores económicos del
ecosistema, por una parte, y con el beneficio neto, por la otra. Este puente
representa el mejor indicador de algunos parámetros que deben ser medidos para
evaluar económicamente el ecosistema. Por ejemplo, preservar el manglar como
área de crianza y alimentación de peces y crustáceos y proteger la línea de costa,
influye en la calidad del hábitat y asegura el desarrollo de las pesquerías. A su
vez, el manglar retiene sedimentos, nutrientes y amortigua contaminantes, y eso
influye en la buena calidad del agua. Por lo tanto, la "economía ambiental" se
refleja en la "economía de los recursos naturales"
Valores económicos
El análisis económico requiere de una adecuada identificación de funciones
ecológicas relevantes y los productos (o recursos) generados. La evaluación
puede ser mucho más importante en términos de su impacto sobre actividades
económicas que se han sostenido en el área, incluyendo tanto los valores
comerciales, como también los que no tienen precio de mercado. Evidentemente
algunos productos sirven directamente a la sociedad, p. ej. peces, madera,
animales silvestres, fibra. Otros valores se derivan de usos indirectos, p. ej.
producción agrícola, pesca deportiva o acuacultura, mantenimiento de la calidad
del agua. El equilibrio entre ambos tipos de usos determina un balance entre
"deterioro" y "conservación"; en otras palabras, entre impacto ambiental
irreversible ó desarrollo sostenible (Figura 3).
Valores y recursos pueden tener pesos específicos diferentes en relación con el
entorno socio económico regional. Los valores económicos y recursos asociados
pueden ser los siguientes: a) recursos forestales, incluyendo madera aserrable,
postes, durmientes, leña y carbón, b) cacería y comercio de vida silvestre, c)
pesquerías de peces, crustáceos y moluscos, d) pastizales de forraje de ganado,
e) extracción de ácidos húmicos como taninos, f) mantenimiento de la calidad del
agua y hábitats, en relación con áreas de anidación y descanso de aves y reptiles,
turismo ecológico y educación ambiental, g) producción agrícola, acuacultura y
extracción de sal, h) suministro de agua, i) recursos energéticos, incluyendo turba,
carbón, radiación solar y mareas. Más aún, los valores que no tienen precio en la
conservación y el desarrollo sostenible incluyendo el valor de existencia, derivado
de la satisfacción de saber que un recurso natural está siendo protegido para que
continúe existiendo, y su valor de demanda opcional futura, derivado del
conocimiento de que futuras generaciones tendrán la oportunidad de disfrutar de
un recurso biótico protegido hoy por la sociedad. La mayoría de estos valores no
comerciales están asociados a los atríbutos de diversidad biológica, acervo
genético, herencia cultural, y calidad del ecosistema para el reclutamiento de
especies de interés comercial.
Odum y
a través
como el
producir
Campbell (1994) consideran que el valor de un manglar puede estimarse
de la suma de la Emergia requerida para producirlo (se define la Emergía
total de la energía de una clase -requerida directa e indirectamente- para
un bien o servicio económico o ambiental). En la Figura 4, se muestran
9
los aportes de Emergía como fuentes (círculos) y las principales contribuciones
pagadas y no pagadas del ecosistema de manglar a una economía en desarrollo.
Hay solo dos fuentes independientes de aporte de Emergía: energía solar
concentrada por los procesos terraqueos, que produce la lluvia, el viento, las olas
y el flujo de los ríos, y la energía de las mareas que es gravitacional. Las
transformidades de las Emergías de la tierra incluyen el calor central del planeta
junto con la Emergía solar como aportes a su proceso de producción. La mayor
Emergía de base solar es el uso del agua del río por el manglar, lo que en
conjunto con la Emergía de las mareas constituye la Emergía empleada por el
manglar para producir biomasa.
Desintegración ambiental
El deterioro del ecosistema costero tropical es severo cuando se vulneran las
funciones ecológicas del sistema de manglar. El óptimo de estas funciones
depende de la calidad del hábitat y del agua (ver Figuras 3 y 4). Experiencias
observadas en Indonesia, Filipinas, Tailandia, Costa Rica y Ecuador, permiten
sacar valiosas experiencias de lecciones aprendidas. Por ejemplo, es evidente que
el deterioro en el rendimiento de la acuacultura en Ecuador, se debe a la
dramática disminución de la cobertura vegetal de manglares, perdida de la calidad
del hábitat y del agua, aumento de la turbidez por fuerte erosión inducida,
enriquecimiento orgánico y aumento de agroquímicos, desequilibrio en la
estabilidad de proceso de asolve y transporte de sedimentos, alteración de la
dinámica hidrológica, deterioro socioeconómico, y marcada disminución de
postlarvas disponibles de camarón (Yáñez-Arancibia 1991, Agüero 1994 y 1999,
Twilley et al. 1998 y 1999).
Ecuador pasó de una producción de 4,698 toneladas de camarón cultivado en
1979, a 49,452 toneladas en 1987, a través de un vertiginoso sistema intensivo. El
atractivo de los 388 millones de dólares por las cosechas de 1987, eclipso la
realidad que se avecinaba para los años 90's. En 1988 operaban 125 mil
hectáreas de granjas camaroneras y 99 laboratorios de producción de postlarvas.
Para mediados de los años 90's, un gran número de laboratorios estaba fuera de
operación y se apreciaba una paradoja entre granjas abandonadas y nuevas áreas
autorizadas para acuacultura. El equilibrio armónico de este problema sigue
siendo crítico al inicio del año 2000.
Ajuste socio económico
El modelo ecuatoriano tiene una gran importancia para no repetir errores
secuenciales y expansivos en los litorales del Golfo de México (Twilley et al. 1998
y 1999). Los altos rendimientos iniciales, determinaron que los intereses bancarios
para el desarrollo de esta actividad fueran elevados, haciendo esto más
contrastante en la actualidad cuando el precio del camarón está en ligero
descenso por la competencia internacional desde los mercados asiáticos.
Normalmente, esta es una economía exportadora, que crea extensiones de las
economías de naciones desarrolladas. Los beneficios económicos fluyen a pocos
individuos, y las cifras macroeconómicas se reflejan en limitados beneficios para
las economías locales y para el pueblo en general, partícularmente para los
10
pescadores más pobres que terminan por ser desplazados por la técnica de la
industria camaronera.
Este aspecto, es una preocupación real en programas de manejo integral, puesto
que el beneficio económico es función de la calidad del ecosistema (ver Figuras 3
y 4). Esta actividad debe ser cuidadosamente analizada y cuantificada para su
incorporación al proceso productivo en cualquier litoral tropical. La base de datos
científicos disponibles para avanzar en este aspecto es enorme (Agüero 1994 y
1999; Twilley et al. 1998 y 1999). Sin embargo, se requiere información de
ecología aplicada para dar seguimiento y retroalimentar los modelos de desarrollo
evaluándolos correctamente lo cual permite sintetizar e integrar información para
cualquier programa de manejo proyectado (Yáñez-Arancibia et al. 1999).
Se hace necesario por tanto, no sólo identificar adecuadamente los diversos
bienes, servicios y funciones que estos ecosistemas cumplen para la sociedad en
las comunidades locales, sino también, métodos apropiados para su correcta
valoración a fin de diseñar estrategias de manejo efectivas. Hasta hace poco
tiempo los ecosistemas de manglar eran considerados como recurso sin valor
económico ni social (Agüero 1994, Yáñez Arancibia y Seijo 1991, Yáñez-Arancibia
1994 y 1999, Yáñez-Arancibia y Lara-Domínguez 1994 y 1999). La creciente
conversión de las áreas de manglar en usos alternativos como por ejemplo,
granjas camaroneras de alta rentabilidad financiera, está evidenciando que estos
pueden asumir un valor económico significativo.
No obstante el gran valor económico que los usos alternativos del manglar puede
generar, su conversión implica la renuncia a gozar de los beneficios que estos
generan como recurso natural. Estos consisten en los diversos productos,
servicios y funciones ecológicas y ambientales que cumplen y que también debidamente valorados- asumen importantes valores económicos y sociales. Se
han realizado muy pocas experiencias de valoración económicas de manglares en
el mundo. Sin embargo algunas estimaciones realizadas en Asía, América Latina y
Norte América indican que el valor de estos puede oscilar entre US$500 y
US$5,000 por hectárea (Agüero 1994 y 1999, Odum y Campbell 1994, Twilley et
al. 1998 y 1999, Lara-Domínguez et al. 1998, Lara-Domínguez y Yáñez-Arancibia
1995).
No obstante esas estimaciones de valores económicos, las principales áreas de
manglar en países en desarrollo continúan en creciente deterioro y reconversión
del ecosistema para desarrollos socioeconómicos. En términos generales, el
deterioro global de los manglares es producto de una mezcla de procesos sociales
y económicos desajustados, como son: a) Inapropiada legislación de la propiedad
de recursos naturales así como la de los sistemas para su acceso y uso. b)
Inadecuado funcionamiento del mercado, que no refleja el valor de los servicios
ambientales de los manglares ni su real precio. c) Conversión no controlada del
sistema de manglar por cambios en la organización del tipo de vida de las
comunidades costeras; cambios temporales en la actividad económica alternando
entre pescador, campesino y artesano. d) Incremento en el consumo de energía
per capita. e) Centralización de las decisiones políticas sobre las área de manglar
en los acuerdos económicos internacionales. f) Manejo descoordinado y
11
fragmentado o ausencia de un plan de manejo. g) Ausencia de planes integrales
de desarrollo costero. h) Depreciación del valor ecológico con presión sobre uso y
abuso a corto plazo por cambios de uso de suelo y carencia de ordenamientos
territoriales; explotación no sostenible. i) Poco impacto de los resultados científicos
y su disponibilidad en términos prácticos, para los usuarios del sector oficial;
carencia de términos de referencia, de vocación y aptitud de la región, evaluación
de recursos, viabilidades ecológicas para desarrollos productivos; reconversión de
áreas de manglar en agricultura y acuacultura que se colapsa en pocos años. j)
Desconocimiento de los posibles impactos dinámicos resultantes de las diversas
estrategias de uso y manejo de los manglares (Yáñez-Arancibia 1994, YáñezArancibia y Lara-Domínguez 1994 y 1999, Lara-Domínguez et al. 1998).
Sin embargo, el problema fundamental radica en la inadecuada valoración que se
hace de ellos y que genera incentivos para conductas sociales de uso
inapropiadas (Agüero 1994 y 1999). Los enfoques tradicionales para volorar
económicamente los manglares, humedales, pantanos o recursos naturales
similares, ponen el énfasis sólo en el valor del flujo de bienes y servicios que es
posible obtener de estos. Consecuentemente, el valor económico y social de las
funciones que estos cumplen es generalmente considerado como nulos. De igual
manera, tampoco son contabilizados los costos ambientales asociados a la
perdida de estos recursos (externalidades), causada por su conversión a usos
alternativos. Como consecuencia, estos enfoques introducen un fuerte sesgo
hacia la subvaluación del valor económico presente de estos recursos costeros -in
situ- y por tanto, a la sobrevaloración del retorno en usos alternativos.
¿CÓMO ESTÁ REACCIONANDO MÉXICO?
En el país la valoración económica de recursos naturales y ecosistemas críticos ha
tenido pulsos recurrentes. Tanto el sector oficial (sector público) como el
académico han hecho avances, aún cuando poco integrados entre sí. La
SEMARNAP, el INE, e instituciones en paralelo, están tratando de implementar y
aplicar el modelo de instrumentos económicos al medio ambiente, integrando
experiencias del Banco Mundial, la OCDE, la Unión Europea, y la Secretaría de
Desarrollo Social (SEDESOL 1992). La necesidad de avanzar se acrecentó ante la
crisis ambiental que se presentó en paralelo a la crisis económica de los años
80's.
En un estudio realizado por el Banco Mundial se calculó el costo monetario de la
erosión, la contaminación del agua y el suelo, la sobre explotación de los mantos
acuíferos en toda la República Mexicana, así como el costo de la contaminación
atmosférica del Distrito Federal (SEDESOL 1992). En él se indica que las pérdidas
económicas por la reducción de la fertilidad natural del suelo, a causa de la
erosión, son de la menos 1000 millones de dólares anuales. Los costos de salud
por la contaminación de las aguas y la inadecuada disposición de residuos sólidos
pueden alcanzar cifras hasta de 3000 millones de dólares. Los subsidios al
consumo de agua en 1991 sumaron 1160 millones de dólares, lo que provocó una
explotación que rebasó en mucho lo óptimo.
12
En el ámbito nacional e internacional, uno de los problemas que más atención ha
recibido es la contaminación atmosférica, acuática, acumulación de basura, y
erosión de suelos de la ciudad de México. Se sabe al respecto que los costos en
la salud de los habitantes -por efectos derivados del ozono, plomo y basura, en la
salud infantil y geriátrica-, han llegado a ser de más de 1000 millones de dólares
por año. Estos cálculos son gruesos y podrían ser mayores, pero sin duda
proporcionan una idea de lo que implica la degradación ambiental en términos
económicos (ver Tabla 1).
Por otra parte, un ejercicio hecho por el INEGI (1996, 1999) buscó ajustar el PIB
para tomar en cuenta los costos de la degradación ambiental y la reducción del
acervo de los recursos naturales. Los cálculos proporcionan una idea de la
severidad de la degradación ambiental; por ejemplo: 1). El Producto Interno Neto
(PIN) en 1985 fue 6% menor, al corregirse por la reducción neta del acervo de
petróleo y bosques; de modo que la inversión neta, en vez de contribuir con 11%
al PIB nacional, lo hace sólo con 6%. 2). Si a la reducción del acervo de recursos
naturales se añaden los costos de la degradación ambiental (aire, agua, tierra y
erosión) la reducción total del PIN sería del 13%: por lo que la inversión neta
pasaría a ser negativa, llegando a -2% del PIN.
Estos resultados apuntan a que la degradación ambiental puede ser tan seria, que
parte de la riqueza que se cree estar generando sea tan sólo el consumo del
capital natural del país (ver Figuras 1, 2 y 3). Por otra parte, los problemas
ambientales representan -desde diferentes perspectivas- una restricción al
crecimiento presente y futuro del país.
Una cuenca hidrológica contaminada reduce los usos del agua río abajo,
afectando además severamente a la zona costera. Los daños a la salud de niños y
adultos impiden que éstos se eduquen en forma adecuada, reduciéndose la
inversión en capital humano (ver Figura 1). Al no internalizarse los costos
ambientales de la producción, el país se aleja dramáticamente del óptimo de
eficiencia y se generan efectos distributivos injustos (ver Figura 2). En estos
tiempos en que se define una nueva estrategia de desarrollo del país, es muy
importante hacer compatibles y complementarias las políticas económica y
ambiental (ver Figura 3 y 4). Luego entonces las preguntas obligadas son: ¿Cómo
utilizar los instrumentos de mercado para conservar el medio ambiente?. Y ¿Cuál
es la capacitación y el aprendizaje de experiencias nacionales?.
La década de los años 90's fue particularmente productiva en talleres, discusiones,
cursos, seminarios. Algunos resultados pudieron ser capitalizados y así surgieron
ciertas publicaciones tanto en revistas técnicas, como también algunos informes
de proyectos, incluso publicaciones de la SEMARNAP y del INE. Siguiendo una
cronología parcial se puede mencionar lo siguiente.
En 1991 llamó mucho la atención en México el "fenómeno" ecuatoriano de
conversión de manglares en granjas camaroneras, particularmente buscando un
ajuste ecológico y socioeconómico por el impacto ambiental de esta actividad,
siendo un tema central la economía ambiental, los valores económicos de las
13
funciones ecológicas, y los requerimientos metodológicos de valoración
económica de bienes y servicios de los humedales tropicales (Yáñez-Arancibia
1991, Yáñez-Arancibia y Seijo 1991, Lahmann et al. 1991). Este mismo año se
iniciaba el proyecto "Importancia económica de las funciones ecológicas de los
ecosistemas de manglar, Campeche un estudio de caso", con el auspicio de la
Secretaría de Educación Pública a través del Fondo para Modernización de la
Educación Superior SEP-FOMES (Villalobos Zapata et al. 1991).
En 1992 el ex-Programa Epomex del Golfo de México organizó el primer curso
diplomado internacional con el tema "Economía ecológica en ecosistemas
costeros tropicales" y la participación de estudiosos de Estados Unidos, Chile,
Inglaterra, Italia, Brasil, Costa Rica y México, y un fuerte énfasis transdiciplinario
en el enfoque teórico, conceptual y metodológico para la enseñanza de este tema
(Sánchez Chávez 1992). Este mismo año -en el marco de UNCED Rio'92- se
desarrolló en Niteroi Río de Janeiro, el taller "Conservation and sustainable
utilization of mangrove forest in Latin America and Africa regions", y allí fueron
presentado resultados en ecosistemas de manglares mexicanos (Yáñez-Arancibia
et al. 1992a). Este enfoque permitió más tarde precisar que de las principales
funciones ecológicas del manglar -con implicación económica- está la
estabilización de la línea de costa, y su papel como planta natural de tratamiento
de aguas residuales (Yá ñez-Arancibia et al. 1992b). Los avances en Laguna de
Términos Campeche, permitieron proyectar el estudio de caso como modelo de
enseñanza para la valoración económica y social de los manglares en Colombia
(Villalobos Zapata 1992), y como foco de investigación para el escenario del Golfo
de México (Lara-Domínguez et al. 1992).
En 1993 el proyecto del ex-Programa Epomex, para valorar económicamente las
funciones ecológicas de los manglares, permitió consolidar actividades en México
y proyectarlas a Guatemala (Yáñez-Arancibia et al. 1993b y 1995) y
Centroamérica. Esto último a través de un taller internacional convocado por la
Universidad de Miami RSMAS, donde se presentaron resultados ecológicos, socio
económicos y orientación metodológica (Yáñez-Arancibia et al. 1993a; LaraDominguez et al. 1993; Muñoz Piña 1994a y b).
En 1994 el tema de valoración económica de ecosistemas críticos (como los
manglares) se posesionaba como investigación de frontera. En abril de ese año se
desarrolló el "Taller internacional sobre valoración económica de los manglares"
en ciudad del Carmen Campeche, con el auspicio del Gobierno del Estado de
Campeche, el ex-Programa Epomex del Golfo de México, la Estación El Carmen
de la UNAM, la World Wildlife Fund Washington, y con la participación de
economistas, ecólogos, sociólogos, biólogos e ingenieros, provenientes de seis
países, quienes analizaron necesidades, requerimientos y estrategias de
valoración económica (Yáñez-Arancibia 1994). Los retos económicos que enfrenta
el país convierten en prioridad la atención a los problemas ambientales que
conlleva el desarrollo y sus implicaciones económicas, y quedan pocas dudas que
la capacidad de carga de los ecosistemas debe dimensionarse en términos de
implicación económica y social (Villalobos Zapata et al. 1994a y b).
14
En 1995 se detectó la necesidad de precisar una metodología calibrada
internacionalmente y esto se resolvió a través de una "Reunión técnica
internacional" con el propósito adicional de desarrollar, validar y poner a
disposición de los "usuarios", una serie de elementos técnicos, económicos,
ecológicos, políticos y culturales (sociales) necesarios de considerar en la toma de
decisiones sobre el aprovechamiento sostenible y conservación de ecosistemas
costeros (Lara-Domínguez y Yáñez-Arancibia 1995; Yáñez-Arancibia et al. 1995b).
Estos aspectos ya se manejan rutinariamente en diferentes cursos de capacitación
en México (Sánchez Chávez 1992; Villalobos Zapata 1995), pero se necesita
intensificar el aspecto de capacitación en el futuro inmediato.
La segunda mitad de la década de los 90's avanzó a la producción de documentos
integrados, reflejándose el interés del sector público en estas iniciativas. El INEGI
(1996) publica los "Sistemas de Cuentas Económicas y Ecológicas de México",
donde se presentan lineamientos para proporcionar el Producto Interno Neto
Ecológico (PINE) del país. Seguidamente, el INE-SEMARNAP (1997) publican los
resultados del Seminario de Economía Ambiental organizado por el INE y la
Universidad Autónoma Metropolitana, en un libro denominado "Economía
Ambiental-Lecciones de América Latina". Casi de inmediato, en 1998 durante la
reunión de expertos sobre aspectos económicos de la biodiversidad de la OCDE,
efectuada en París, México presentó una iniciativa para organizar un seminario
internacional, con la intención de analizar y discutir las metodologías, los
conceptos y los avances de países miembros y no miembros de la OCDE, en
materia de economía de la biodiversidad; resultado de ello fue la publicación del
libro "Aspectos Económicos sobre la Biodiversidad de México" producido por el
INE-SEMARNAP, la CONABIO y la World Wildlife Foundation WWF(CONABIOINE 1998). Finalmente, el INEGI (1999) publica -bajo el marco conceptual y
metodológico de las cuentas satélite del medio ambiente- el "Sistema de Cuentas
Económicas y Ecológicas de México 1993-1997".
Los costos ambientales son percibidos ampliamente pero, por su naturaleza, es
difícil medirlos. No obstante, algunas estimaciones como en la Tabla 1 sugieren
que estos costos son significativamente elevados. Por otro lado, hay que aplicar la
imaginación y la innovación para generar mercado de bienes y servicios
ambientales (por ejemplo, la captura de CO2 por la vegetación natural, o la
mitigación frente al cambio climático global por los bosques). Conservar el medio
ambiente es la mejor forma de mantener un sano balance entre la competitividad
actual y futura de la economía mexicana, asegurando la disponibilidad de recursos
tanto para las generaciones presentes como para las futuras.
15
EL CASO DE LOS MANGLARES: CÓMO VALORAR
Y CUÁNTO VALE UN ECOSISTEMA
Los Manglares
Como ecosistema, el manglar es un bosque que marca la transición entre el mar y
la tierra, constituyendo un cuarto de las costas tropicales a nivel mundial, siendo
una gran reserva ecológica y forestal del planeta por su cobertura cercana a los
240 mil km2 (Yáñez-Arancibia y Lara-Domínguez 1999). En América Latina y el
Caribe se estima una cobertura cercana a los 60 mil km2. En México la superficie
cubierta es cercana a 550 mil hectáreas con el 60% en las costas del Pacífico y
el 40% en el Golfo de México y Caribe. Estos bosques son valiosos debido a su
importancia ecológica y su vínculo con el desarrollo económico de los litorales. El
manglar protege las larvas y juveniles de variadas especies de peces, crustáceos
y moluscos, que son pesquerías comerciales. No sólo conforman un hábitat crítico
para muchas especies de aves y una gran biodiversidad, sino que también
protegen al litoral del impacto del oleaje y controlan la erosión. Además
contribuyen con nutrientes y material orgánico, proceso importante para estimular
la productividad y fertilidad de las aguas costeras. Estos bosques proveen material
de subsistencia y fuentes de trabajo e ingresos para muchas comunidades locales;
sus maderas pueden ser aprovechadas para el autoconsumo o comercialmente.
Del manglar se extrae madera para construcción, leña, carbón, taninos y
medicinas. Pero como paradoja hay que enfatizar que se trata de ecosistemas
subevaluados en términos ecológicos, a la vez que subvalorados en términos de
economía ambiental (ver Figura 5).
En este marco de referencia, el manglar es un sistema ambiental, social y
económico complejo. La Figura 5 explica la sustentabilidad de este ecosistema y
su potencialidad económica. En círculos se señalan las funciones de fuerza que
modulan la ecología y economía del sistema; los ríos incluyen turbidez, nutrientes,
y materia orgánica importada al sistema. Las mareas incluyen los mismos
parámetros pero además larvas, juveniles y sales minerales. Los tres bloques
centrales son intrínsecos del sistema; el costo de existencia biológica es
prácticamente desconocido ($?), el costo de servicios ambientales es subvalorado
($$?!), pero el costo de bienes es sobrevalorado ($$$$!!!). La sobrevaloración de
bienes directos, por una parte, y la subvaluación de los costos de existencia y
servicios, por otra, induce un "feedback" negativo de altos costos de impacto
ambiental no internalizados. El costo ambiental mitigado -en términos de
sustentabilidad-, asegura el capital ambiental y económico y conlleva a una
"inversión a la alta" del capital humano y social. La Figura 5 pone en jaque la
metodología "clásica" para valorar económicamente el ecosistema de manglar.
Métodos para la valoración económica. Lo "clásico"
Desde la perspectiva económica, se han desarrollado diversos métodos para la
valoración de recursos costeros como los manglares (Agüero 1993, 1994, 1999;
Barbier et al. 1991, Barbier 1992; Bergstrom et al. 1990; Dixon 1989; Gosselink et
al. 1974; Lal 1989, Lal y Dixon 1990; Lara-Domínguez et al. 1998; Vega López
16
1997). Estos métodos se diferencian según el concepto de valor adoptado, los
algorítmos de solución usados y el tipo de información requeridos (ver Figura 6a).
Los enfoques recientes adoptan una perspectiva pragmática, homocéntrica e
integral respecto al valor -son los individuos con sus preferencias los que
determinan el valor de un bien o recurso-. De esta manera, los recursos naturales
-como los manglares- sólo asumen valor en la medida que son capaces de
satisfacer necesidades humanas y por tanto, valoradas de acuerdo a como éstos
entran en la escala de preferencias de los individuos. Este es el enfoque
sintetizado en el concepto de "valor económico total" (VET) (Randall 1987). De
acuerdo a este enfoque, el VET consta de: valor de uso (VU) y valor de no uso
(VNU). El VU se puede desglozar en valor de uso directo (VUD), valor de uso
indirecto (VUI) y valor de opción (VO). En el VNU se distingue el valor de
existencia y otros valores de no uso, incluyendo usos potenciales. Se utilizan
diversas técnicas y algoritmos para el cálculo del valor de un recurso. Entre lo
frecuente destacan los métodos para determinar disponibilidad a pagar, los
métodos de costo-beneficio, los modelos de insumo-producto, los modelos de
programación matemática, y las técnicas de óptimo control (Agüero 1994).
Existen varios métodos de valoración que se han desarrollado en las dos últimas
décadas. Estos permiten estimar el valor de los recursos naturales aunque éstos
no sean transados en el mercado. Se clasifican generalmente en dos categorías,
según el orígen de la información para su cálculo: métodos directos, basados en la
observación de las decisiones de los consumidores en mercados relacionados
(comportamiento real en el mercado) y métodos indirectos basados en encuestas
(comportamiento potencial en mercados hipotéticos). Algunas clasificaciones
distinguen en este último grupo, a los métodos Contingentes usando cuestionarios
en situaciones hipotéticas. También los métodos se clasifican según su efecto
directo en el bienestar de las personas y su efecto sobre la producción. Cada uno
de estos métodos tiene diferentes variantes según los efectos que enfatiza
distinguiéndose diversos métodos específicos (ver Figura 6).
La aplicación de estos métodos a la valoración de los ecosistemas de manglar en
América Latina es todavía incipiente (Agüero 1993, 1994, 1999; Lara-Domínguez
et al. 1998; Vega López 1997; Yáñez-Arancibia 1994; Windevoxhel 1994). Más
aún, su desarrollo metodológico ha surgido como respuesta a necesidades de
países desarrollados cuyas condiciones sociales, institucionales, culturales y
económicas son muy distintas a las prevalecientes en economías tropicales y en
desarrollo (Agüero 1999; Barbier et al 1991, Barbier 1992; Dixon 1989; Lal 1989
Lal y Dixon 1990). Así por ejemplo, la mayoría parten del supuesto de racionalidad
de las decisiones de los agentes económicos y de información disponible. Se hace
necesario por tanto, una cuidadosa readecuación y revisión crítica tanto de sus
supuestos como procedimientos de obtención de información, antes de su uso en
la realidad Latinoamericana (ver Figura 5).
Método de los Coeficientes Integrales. Lo "nuevo"
La necesidad de integrar funcionalmente los diversos componentes del valor de
los ecosistemas costeros como los manglares, con debida referencia a su
17
dinámica poblacional, espacial y temporal, y a las condiciones socio-culturales de
los países tropicales, llevó al desarrollo del "método de los coeficientes integrales
(MCI)" (Agüero 1993, 1994, 1999). Este método fue desarrollado por un grupo
interdisciplinario de profesionales, cuyo trabajo se inició primeramente en el
sudeste asiático (ICLARM Filipinas), para continuar luego en la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la Naciones Unidas, y que
actualmente se constituyen en el Centro Interamericano para el Desarrollo
Sustentable de Ecosistemas (ICSED) con sede en Santiago de Chile.
El MCI articula funcionalmente los diversos parámetros (coeficientes) que
sintetizan las interacciones fundamentales entre los diversos componentes del
ecosistema bajo uso/explotación (ver Figura 5 y Figura 6b). Se distinguen cuatro
grupos de componentes básicos: a) El sistema de recursos naturales (biomasas),
b) El sistema ambiental (aire, agua, tierra), c) El sistema tecnológico (métodos y
medios de producción e infraestructura) y, d) El sistema económico y social (el
hombre, la cultura, las instituciones, las leyes, el mercado).
El rendimiento de un recurso costero como los manglares, y su valor, están
determinados no sólo por sus propias características y tasas intrínsecas de
cambio en el tiempo (dinámica poblacional); sino también por la relativa
abundancia de los otros componentes y recursos del ecosistema, de la intensidad
y forma del patrón de explotación (sistema tecnológico), y de los factores socio
económicos que determinan sus tasas de explotación intertemporales (extracción
y consumo).
La determinación del valor del ecosistema se sintetiza a través de una "Función
de Beneficio Socio-Económico Neto" (FBSN) (ver Figura 6b), que recoge todos los
flujos negativos y positivos de valor (costos y beneficios) derivables del manglar en
sus mejores usos alternativos sujeto a condiciones de sustentabilidad de los
mismos.
A través de un proceso de optimización (usando
técnicas de
programación matemática descritas en Agüero 1999) se identifican las condiciones
de uso óptimo con
debida consideración de las diversas interacciones
(externalidades) y restricciones impuestas por los componentes biológicos
(sustentabilidad), tecnológicos (eficiencia en la producción), socio económicas
(eficiencia económica y distributiva), y ambiental (límites de la capacidad de
carga).
El enfoque conceptual del método de los coeficientes integrales (Agüero 1993,
1994, 1999), pone énfasis en la naturaleza diversa, dinámica, espacial, y en las
inter relaciones que se establecen entre los diferentes componentes del
ecosistema costero determinantes del valor de los mismos. Se concreta en un
modelo cuantitativo (matemático) que integra los diversos componentes de valor
agregados por el uso, explotación y preservación de un ecosistema como los
manglares, en sus mejores usos alternativos. El enfoque usado para modelar el
ecosistema costero y su funcionamiento, con fines de valoración económica,
resulta ser cuantitativo, monetario, homocéntrico, integral y dinámico. El concepto
de valor usado es el de "valor económico total" modificado, a fin de incluir la
función de rendimiento sostenido del recurso renovable y de las diversas
externalidades negativas y positivas.
18
El modelo identifica las condiciones de uso-explotación del manglar que arrojan el
máximo valor del beneficio neto de su uso o conservación, determinándose el
valor de éste en su mejor uso alternativo y los niveles de cada actividad asociadas
a este valor óptimo. El vector de precios sombra que genera el modelo de
optimización en el óptimo, constituye una pieza de información clave para
determinar el valor social de los manglares. La configuración de escenarios
alternativos con restricciones tecnológicas, económicas, biológicas, ecológicas o
sociales simuladas, permite observar impactos y resultados en el valor obtenido, y
el efecto de intervenciones o políticas de manejo alternativas. El modelo
matemático (Agüero 1999) se opera sobre la base de un conjunto de coeficientes
y parámetros funcionales que sintetizan las interacciones entre componentes del
ecosistema. Las características estructurales del ecosistema y el recurso manglar
se modelan como parámetros o restricciones impuestas exógenamente. Mediante
análisis paramétrico y de sensitividad se pueden configurar estados alternativos de
la naturaleza (escenarios) y evaluar su efecto sobre el valor económico y social.
La aplicación experimental del MCI en ecosistemas de manglar en Ecuador
(Guayaquil) y Colombia (Tumaco), ha mostrado que el MCI es capaz de
representar adecuadamente la estructura, funcionamiento y usos por
reconversión, desde el punto de vista de una valoración integral económica y
social. Ha permitido además identificar el impacto de cambios en el valor de
parámetros y coeficientes relevantes y su efecto sobre el valor económico total de
los manglares (Agüero 1999).
Estudio de caso en México, con "lo clásico"
Este resultado se basa en el trabajo de Lara-Domínguez et al. (1998), sobre los
manglares de Laguna de Términos en Campeche al sur del Golfo de México. El
ecosistema de manglar en Pom-Atasta está dominado por Avicennia germinans
(mangle negro) pero también se presenta en abundancia Rhizophora mangle
(mangle rojo). Las otras dos especies de mangle, Laguncularia recemosa (mangle
blanco) y Conocarpus erectus (mangle botoncillo) también están presentes en este
sistema, y todas ellas tienen un gradiente de complejidad estructural que va desde
el borde costero hacia los humedales interiores. Los valores de biomasa
estimados para los maglares de Pom-Atasta fueron de 760 toneladas por
hectárea, lo que indica un bosque maduro y elevada estabilidad ecológica,
además que no ha sufrido impactos ambientales (ver Tabla 2). Estos bosques
pueden tener más de 100 años de edad y, por las alturas registradas de 31 metros
o más, significa que se trata de los ecosistemas de manglar mejor estructurados
y conservados de México. Estos valores de biomasa son bastante superiores a las
50 toneladas por hectárea en bosques de 6 años de edad en Tailandia, de 270 a
460 toneladas por hectárea en bosque de más de 80 años de edad en Malasia, y
de 590 toneladas por hectárea en bosques vírgenes de las Filipinas (Bárcenas et
al. 1992).
El trabajo de Lara-Domínguez et al. (1998), establece que es ampliamente
reconocida la importancia ecológica de estos humedales forestados, así como
también, el papel fundamental que juegan para el desarrollo cultural de las
19
organizaciones sociales que coexisten. Esto es representativo en Ciudad del
Carmen (Isla del Carmen), Campeche. Sin embrago, todavía la protección legal de
los manglares es débil, aún considerándose que muchas de estas áreas de
humedales en el país están actualmente incluidas dentro de diferentes zonas de
protección ecológica. Reconociéndose que estos ecosistemas son recursos
naturales renovables claves para la sustentabilidad ambiental, ellos son
considerados ecosistemas subvalorados y, por lo tanto, una ruta común es su
conversión a usos alternativos sin un análisis de costo/beneficio. En México, la
prioridad de valorar estos ecosistemas se debe al hecho principal que en los
últimos 25 años se ha deforestado más del 60% de la cobertura original de estos
bosques en la zona costera del país.
La Laguna de Términos fue declarada como área natural protegida en 1994, en el
marco de la legislación ambiental del país. Se le considera el ecosistema lagunarestuarino emblemático de México, por su gran valor científico, económico, y sociocultural, con una superficie de humedales y manglares de 127 mil hectáreas,
coexistiendo en una región de gran producción de petróleo y gas, importantes
recursos pesqueros, y extensa agricultura de tierras bajas (Yáñez-Arancibia et al.
1993c, Tabla 2). Fueron identificados los valores de uso y de no uso del
ecosistema de manglar que circunda la Isla del Carmen, donde se presenta una
gran expansión urbana (urbanización, carencia de servicios sanitarios,
infraestructura petrolera y pesquera, explotación maderera irracional de
manglares, y relleno de humedales, entre otros). La sociedad percibe el
crecimiento adverso y el uso irracional de los recursos naturales, lo cual está
afectando la calidad de vida de la sociedad y la atenuación de la biodiversidad en
un área natural protegida. Para obtener el valor económico total de este
ecosistema, se utilizaron métodos señalados en la Figura 6a. Los valores de uso
directo son: 1) Madera para construcción de viviendas y, 2) Leña y carbón. Los
valores de uso indirecto son: 1) Hábitat y fuente de alimento para especies
marinas con valor comercial, 2) Mantenimiento de la calidad del agua y, 3) Servicio
ecológico de retención de sedimentos. Valores de no uso son: 1) Hábitat crítico
para especies en peligro de extinción.
Fue obtenido un valor económico total de $17, 492.4 pesos M.N., lo cual al cambio
monetario de 1995 (época de los estudios) dio un valor de 2.500 U$ dólares por
hectárea de manglar. Sin embargo, este valor puede ser probablemente más
grande, puesto que hay otros servicios ecológicos que no fue posible cuantificar
(servicio de retención de sedimentos, valor de demanda opcional), y en realidad
existe la posibilidad que con futuras metodologías ecológicas y socio-económicas
integradas, estos cálculos puedan ser ajustados. Otra limitante de este estudio de
caso es que se requerirá valorar en el futuro el papel que los humedales
forestados con manglares juegan en la sustentabilidad de las pesquerías marinocosteras dependientes bio-ecológicamente de los manglares.
Estudio de caso en Ecuador, con "lo nuevo"
El estuario del Río Guayas ha sido ecológicamente analizado por Olsen y Arriaga
(1989) y por Twilley et al. (1998, 1999). Este río representa el 40% de toda la
descarga de agua dulce de la costa del Ecuador. Tradicionalmente se ha
20
considerado que el ecosistema de manglar del estuario del Guayas es el mejor
estructurado de la costa Pacífico de América tropical, donde frecuentemente se
registraron árboles de 35 metros de altura o mayores. El uso de estos manglares
para madera, leña y carbón ha llegado a ser dramático, con valores de
deforestación de hasta 20 hectáreas de manglar por año. La Tabla 2 señala los
parametros ecológicos y socioeconómicos que son características del estuario del
Río Guayas.
Sin embargo, es conocida en el mundo la deforestación de estos bosques de
manglar, en relación directa con la expansión de la industria del cultivo de
camarones estuarinos (Olsen y Arriaga 1989; Agüero y González 1991; Agüero
1994 y 1999; Twilley et al. 1999). La primera operación comercial de la industria
camaronera comenzó en 1969, y desde 1979 a 1984 las granjas camaroneras
produjeron alrededor de 50 mil toneladas métricas de camarones, en contraste
con las 7,500 toneladas métricas de camarones capturados comercialmente en el
mar. Desde 1980 a 1986, el valor de producción de las granjas camaronicolas se
incrementó de 57 a 289 millones de U$ dólares. El valor de exportación de a
l
captura de 1991 se incrementó a 482 millones de U$ dólares, conviertiendose en
la segunda fuente de divisas del Ecuador, después de la industria petrolera. Estos
volúmenes de producción determinaron que Ecuador contribuyera para fines de la
década de los 90's con el 20% de la producción mundial de camaronicultura.
Esto se ha correlacionado muy claramente con la expansión de granjas y la
deforestación de manglares. De 1980 a 1991, la superficie de granjas se
incrementó de 14 mil hectáreas a 150 mil hectáreas. Esto ha sido más dramático
en las provincias El Oro y Guayas, donde la limitante actual en producción de post
larvas es crítico, basicamente por la desintegración ambiental del ecosistema.
El beneficio total neto por año del ecosistema de manglar de la Provincia Guayas
fue estimado por Agüero (1999) en 173 millones de U$ dólares anuales, de los
cuales 106 millones corresponde a bienes, servicios y funciones obtenidas del uso
sustentable de los manglares, y 67 millones a la producción del cultivo de
camarones (Agüero y González 1991).
El promedio de una hectárea, por año, de manglar es aproximadamente U$D
1.500, aunque como se mostró por el valor dual de una hectárea en diferentes
localidades (Agüero 1999), existen diferencias significativas entre las zonas inter y
supra mareal de manglares. La razón básica para esta diferencia es la importancia
ecológica mayor (por sus funciones) del manglar inter mareal. El análisis de los
resultados de Agüero (1999) muestra también que sólo el área supra mareal de
manglares debería ser convertido en granjas camaroneras, puesto que en
condición natural es mucho mayor el valor del manglar inter mareal. Esto sugiere
que 49 mil hectáreas de granjas camaroneras están construídas, de las cuales
5,500 ha. están en la zona de manglares supralitorales, 31 mil ha en salinas
(zonas planas sin vegetación), y 12 mil en zonas interiores. Un sistema extensivo
debe ser rutinariamente utilizado en aproximadamente 75% del área, mientras que
aproximadamente 65% de la producción total debe lograrse con un sistema semi
intensivo.
21
Los resultados obtenidos del modelo de evaluación -con el método de los
coeficientes integrales-, reflejan claramente la realidad de un valor muy variable,
similar a aquellos valores obtenidos de las fuentes estadísticas nacionales. Como
los valores difieren entre las diferentes áreas demostrativas utilizadas, una política
de manejo debe ser discriminatoria y selectiva para lograr los mejores beneficios
sociales y económicos.
La disponibilidad de suelo (tierras) estuvo sujeta a un análisis de sensitividad del
modelo, para valorar una buena indicación de bienes, servicios y funciones
ambientales. Cambiando la disponibilidad de tierras en la zona supra mareal con
más del 90% del total del área, mostró poco impacto sobre el valor de beneficio
total neto. El curso del modelo de Agüero (1999) muestra una declinación
("slope"), lo cual representa el precio sombra o valor dual para las tierras en
ambas zonas de manglares. Cuando la disponibilidad es muy grande, el valor de
la tierra es bajo y, por lo tanto, el incremento marginal en beneficio neto es
mínimo. A la inversa, el análisis muestra signos opuestos cuando la disponibilidad
de tierras es pequeña, el precio sombra por una hectárea se incrementa.
El estudio de Agüero (1999) evalúa diferentes escenarios alternativos para
observar el comportamiento del modelo. En general, cambios en el control de
variables (precios, costos, niveles de salida, etc.), producen cambios en niveles de
actividad, como es de esperar desde el punto de vista teórico. Una vez que el
método de los coeficientes integrales ha sido estructurado, pueden ser
"simuladas" y analizadas una gran variedad de opciones alternativas. El precio
sombra muestra consistencia con los principios teóricos y provee útiles bases para
el análisis y la toma de decisiones en manejo costero.
SÍNTESIS DE LECCIONES APRENDIDAS
El modelo globalizado de comercio internacional, a) Predispone la subvaloración
de los recursos naturales y su uso excesivo por parte de los países
industrializados, b) Ejerce significativa presión hacía la degradación del medio
ambiente agotando los recursos y aumentando los desechos y, c) Induce la
sobrevaloración de los usos alternativos en el ecosistema de manglar.
•
El desarrollo económico y social en la zona costera depende de la calidad y
persistencia de los recursos naturales y ambientales,
•
La relación "medio ambiente/economía/comercio" no es lineal.
•
El estilo de desarrollo comercial asimétrico e inequitativo pone en jaque la
sustentabilidad.
•
El crecimiento económico conlleva a un nivel adicional de protección o
reparación ambiental.
22
•
La globalización del comercio hace posible la importación de espacio
ambiental, más allá de los límites del ecosistema bajo explotación (p. ej. áreas
boscosas para captura de carbono, áreas de sacrificio para confinar desechos,
transporte de residuos transfronterisos).
•
El aumento del consumo en los países desarrollados genera una "deuda
ecológica" en los países en desarrollo, por no internalizarse las externalidades.
•
El paradigma de que "más comercio es siempre mejor para todos los socios
comerciales", aún sacrificando calidad ambiental, es un ejemplo de cómo la
teoría económica es mal utilizada para justificar el libre comercio.
•
El intercambio ecológicamente desigual resulta del flujo de energía y
materiales no contabilizados o subvalorados desde los "socios comerciales
pobres" hacia los "socios comerciales ricos".
•
El valor económico del ecosistema depende de su integridad ecológica. Es
decir, hay un límite de sustentabilidad ambiental para cualquier desarrollo
económico y social.
•
La sustentabilidad no puede ser un objetivo que se busque después de realizar
el objetivo de maximizar el crecimiento económico.
•
El comercio debe estar al servicio de un desarrollo social y ambientalmente
sustentable.
•
Es necesario una armonización sistemática y permanente de la trilogía "medio
ambiente/economía/comercio", para alcanzar objetivos económicos, sociales y
ambientales, integrados.
•
Cada ecosistema de manglar -en cualquier latitud- tiene una presión
económica específica, una percepción social distinta, diferentes usos
alternativas de sus recursos, distinta estructura funcional del ecosistema,
variables grados de calidad ambiental, y evidentes contrastes sociales. Eso
explica -más que el método de cálculo utilizado-, la variación de valores
económicos desde 500 hasta 5.000 U$ dólares por hectárea de manglar.
•
En virtud de ello la valoración económica de los manglares requiere de la
integración funcional de cuatro grupos de componentes básicos: a) el sistema
biológico de recursos naturales (biomasa), b) el sistema ambiental (aire, agua,
suelo), c) el sistema tecnológico (métodos y medios de producción e
infraestructura) y, d) el sistema económico y social (el hombre, la cultura, las
instituciones, las leyes, el mercado).
23
Tabla 1. Síntesis de los Principales Costos Ambientales en México (*)
Problemas
Efectos Potenciales
Producción/salud
Costos Anuales
(de dólares USA)
Erosión del Suelo
Pérdida de productividad agrícola
Efectos a la salud por
contaminación atmosférica
(Ciudad de México)
Particulares:
Morbilidad (restricción en la actividad
diaria por enfermedades respiratorias)
360 Mill
Particulares:
Mortalidad
Ozono: morbilidad
Plomo: tratamiento a infantes por altos
niveles en la sangre
Plomo: Educación compensatoria a los
niños
Plomo: infartos al miocardio
480 Mill
Subsidios al abastecimiento de agua a
la ciudad de México
1 000 Mill
Excesivo uso de aguas
subterráneas debido a precios
bajos (no costo social)
Subsidios a la irrigación
Enfermedades diarréicas por
contaminación del agua y basura;
falta de sanidad y contaminación
de alimentos
Morbilidad
Mortalidad: escenario 1 con situación
actual
Mortalidad: escenario 2 con hidratación
oral y terapia
(*)
Fuente: Banco Mundial, In: SEDESOL 1992.
1 200 Mill
100 Mill
60 Mill
20 Mill
10 Mill
160 Mill
30 Mill
3 600 Mill
450 000
24
Tabla 2.
Contrastes Ecológicos y Socio Económicos de los Estudios de Caso (*)
Caracteristicas
Laguna de Términos,
México
Estuario del Río Guayas,
Ecuador
1.
Sistema ecológico
Lagunar-estuarino. Proceso
deltáico
2.
Cuenca de drenaje
49,700 Km
48,966 Km
3.
Ubicación
18° LN. Cuenca Golfo-Caribe
2.5° LS. Pacífico central
4.
Temperatura
26 - 29 °C media anual
24 - 27 °C media anual
5.
Precipitación
1860 mm/año(Jun-Oct)
1360 mm/año (Ene-May)
6.
Descarga agua dulce
714 m / seg
1144 m /seg
7.
Rango de mareas
0.3-0.7 m (diurna/semidiurna)
1.8 - 3.5 m (semidiurna)
8.
Evapotranspiración
1700 mm/año
1300 mm/año
9.
Salinidad en la cuenca
4-38 %o
0 - 25 %o
10. Salinidad mar adyacente
< 36 %o
< 34 %o
11. Biodiversidad
> 2000 spp flora y fauna
---
12. Superficie de manglar
Superficie de tular
Otra selva
127,000 ha (1993);
132,000 ha (1993);
102,389 ha (1980);
50,696 ha (1993)
203,695 ha (1969); manglar
77,404 ha (1991) manglar
13. Altura máxima manglares
31 m
35 m
14. Biomasa máxima
manglares
700 tons/ha
---
15. Producción materia
orgánica
46.5 tons/ha/año
---
16. Usos y conversión
manglares
Area Natural Protegida
(LGEEPA)
Leña, madera, carbón,
agricultura, pesca, petróleo
Granjas camaroneras
Leña, madera, carbón,
agricultura
17. Valor económico total de
los manglares
2.500 U$D /p. ha
1.500 U$D/p. ha
18. Beneficio neto social
Pesca comercial
150 millones U$D/p. año
Camaronicultura
173 millones U$D/p. año
19. Habitantes en la cuenca de
drenaje
185 mil
2 millones
(*)
2
3
Estuarino. Valle de río inundado
2
3
Fuente: Yáñez-Arancibia y Day 1988; Olsen y Arriaga 1989; Barcenas et al. 1992; Yáñez-Arancibia
et al. 1993c; INEGI 1997; Lara-Domínguez et al. 1998; Agüero 1999; Twilley et al. 1999.
25
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Agüero Negrete, M. 1993. Socioeconomic Valuation of Coastal Resources in Southwest Latin
America. Final Technical Report. ECLAC/ICLARM Collaborative Project.
Agüero Negrete, M. 1994. Valoración social y económica de los manglares: Problemas y métodos el método de los coeficientes integrales. Faro, ICSED/URI-CRC, Sept '94, 1 (1): 17-21.
Agüero Negrete, M. 1999. Social and economic value of mangroves. A method for estimation and
an example, p. 317-342. In : A. Yáñez-Arancibia y A.L. Lara-Domínguez (eds) Ecosistemas de
Manglar en América Tropical. Instituto de Ecología A.C. México, IUCN/ORMA Costa Rica,
NOAA/NMFS Silver Spring MD USA. 380 pp.
Agüero Negrete, M. y E. González 1991. A millionare enterprise. Ecuador: shrimp farming boom in
Latin America. Mericulture, foreign exchange and employment. Aquanoticias Internacional, 10: 3143
Barbier, E.B. 1992. Valuing tropical wetlands benefits: Economic methodologies and aplications.
Technical Meeting on Sustainable Use of Wetlands. Royal Geographic Society, Londres.
Barbier, E.B., W. M. Adams y K. Kimmage 1991. Economic valuation of wetlands benefits: The
Hedejia-Jama'are floodplain Nigeria. LEEC Paper DP 91-0, London Environmental Economics
Centre, UK.
Barcenas, C., M. B. Barreto, C.C. Lamparelli, L. Ivanova, B. Marín, D. O. De Moura, R. Palomares,
J. Ramos, E. Rivera, A. Santos 1992. Ecología estuarina experimental en la Laguna de Términos,
México. Jaina 3 (3): 18-19.
Bergstrom, J. C., J. R. Stoll, J. P. Titre y V. L. Wright 1990. Economic value for wetlands-based
recreation. Ecological Economics 2: 129-147.
CCA 1997. Informe Anual. Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte.
Montreal, Canadá. 112 pp.
CCA 1999a. Agenda de América del Norte para la Acción 1999-2001. Plan-Programa Trienal de la
Comisión para la Cooperación Ambiental. Montreal, Canadá. 126 pp.
CCA 1999b. Evaluación de los Efectos Ambientales del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte: Marco de Trabajo Analítico Fase II y Estudios Temáticos. Comisión para la Cooperación
Ambiental. Montreal, Canadá. 384 pp.
CCA 2000. Agenda de América del Norte para la Acción 2000-2002. Plan-Programa Trienal de la
Comisión para la Cooperación Ambiental. Montreal, Canadá. 154 pp.
Dixon, J.A. 1989. Valuation of mangroves. Tropical Coastal Area Management Newsletter,
ICLARM, Filipinas 4(3): 1-6.
Goodland, R., H. Daly, S. El Serafy y B. von Droste 1997. Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible:
Más allá del Informe Brundland. Editorial Trotta S.A. Madrid y UNESCO. 133 pp.
Gosselink, J. P., E. P. Odum y R. M. Pope 1974. The value of tidal marsh. Publ. LSU-SG-74-03,
Center for Wetland Resources, Louisiana State University, Baton Rouge, La.
INEGI 1996. Sistemas de Cuentas
Aguascalientes, México. 142 pp.
Económicas
y
Ecológicas
de
México
1985-1992.
INEGI 1997. Anuario Estadístico del Estado de Campeche. Tomos I y II. Aguascalientes, México.
26
INEGI 1999. Sistema de Cuentas Económicas y Ecológicas de México 1993-1997. Aguascalientes,
México. 136 pp.
INEGI 2000. Indicadores de Desarrollo Sustentable en México. Aguascalientes, México. 204 pp.
INE-SEMARNAP 1997. Economía Ambiental - Lecciones de América Latina. Instituto Nacional de
Ecología SEMARNAP. México D.F. 310 pp.
Lahmann, E. J., M. Agüero Negrete, R. Twilley, A. Yáñez-Arancibia, E. Barbier, R. Costanza, A.C.
Diegues, R. James, A. Lundgren, E. Martínez, N. Windewoxhell, J. Tejeda, T. Ammour, D. Stanley,
M. Marín, L. Cronwell 1991. Manual de Evaluación Económica de los Bienes y Servicios de los
Humedales Tropicales. Informe Técnico, Taller Internacional, UICN/PRHC, CATIE Turrialba Costa
Rica, 29 Mayo-5 Junio, 1991.
Lal, P.N. 1989. Ecological economic analysis of mangrove conservation: A case study from Fiji.
UNDP/UNESCO Regional Mangrove Project RAS/86/120. Mangrove Ecosystems Occasional
Papers No.6.
Lal, P.N. y J.A. Dixon 1990. The Management of Coastal Wetlands: Economics Analysis of
Combined Ecological-Economic Systems. Australian Bureau and Agricultural and Resources
Economics.
Lara-Domínguez, A.L., A. Yáñez-Arancibia, G.J. Villalobos Zapata y E. Rivera 1992. Natural
resource economics: an approach to management coastal ecosystems in the southern Gulf of
Mexico. Abstract in The Gulf of Mexico Symposium. Tarpon Spring Florida 9-13 Dec 1992. Jaina 3
(4) p. 15.
Lara-Domínguez, A.L., A. Yáñez-Arancibia, G.J. Villalobos Zapata, E. Rivera, F. Vera y J.C. Seijo
1993. Importancia económica de las funciones ecológicas de los sistemas de manglar: Campeche
un estudio de caso. Jaina (4) : 8-9.
Lara-Domínguez, A.L. y A. Yáñez-Arancibia 1995. Valuación económica de los servicios de los
ecosistemas, el caso de los manglares. Reunión Técnica Internacional. Jaina 6 (1) : 14-15.
Lara-Domínguez, A.L., A. Yáñez-Arancibia y J.C. Seijo 1998. Valuación económica de los servicios
de los ecosistemas: Estudio de caso de los manglares en Campeche, p. 23-44. In: H. Benítez Díaz,
E. Vega López, A. Peña Jiménez y S. Avila Foucat (eds.) Aspectos Económicos de la Biodiversidad
de México. SEMARNAP, CONABIO-INE, México D.F. 203 pp.
Munoz Piña, C. 1994a. Métodos para la evaluación económica de ecosistemas, p. 229-237. In: D.
O. Suman (ed.) El Ecosistema de Manglar en América Latina y la Cuenca del Caribe: Su Manejo y
Conservación. RSMAS-University of Miami, The Tinker Foundation New York. 263 pp.
Munoz Piña, C. 1994b. Guía rápida para estimar el valor monetario de los beneficios ecológicos de
los manglares, p.238-244. In: D.O. Suman (ed.) El Ecosistema de Manglar en América Latina y la
Cuenca del Caribe: Su Manejo y Conservación. RSMAS-University of Miami, The Tinker
Foundation New York. 263 pp.
Odum, H.T. y D. E. Campbell 1994. El valor de los ecosistemas de manglar en una economía en
desarrollo. Faro, ICSED/URI-CRC, Sept '94, 1 (1): 12-15.
Olsen, S. y L. Arriaga 1989. Establishing a sustainable shrimp mariculture industry in Ecuador.
University of Rhode Island, Technical Report Series TR-E-6.
Randall A. 1987. Economic theory: Total economic value as a basis for policy. Transactions
American Fishery Society 116: 325-335.
Sánchez Chávez, J. 1992. Economía ecológica en ecosistemas costeros tropicales: Curso
diplomado internacional. Jaina 3 (1) : 6-7.
27
SEDESOL 1992. Los Instrumentos Económicos Aplicados el Medio Ambiente. Instituto Nacional de
Ecología, Serie Monografías No. 2, México D.F. 138 pp.
Sustainable Development Mexico 1997. Home Search. Natural Resource Aspects of Sustainable
Development in Mexico, 92 pp. <http://www.un.org/esa/agenda21/natlinfo/countr/mexico/natur.htn>.
Twilley, R.R., R.R. Gottfried, V. H. Rivera-Monroy, W. Zhang, M. Montaño y A. Bodero 1998. An
approach and preliminary model of integrating ecological and economic constraints of
environmental quality in the Guayas River estuary, Ecuador. Environmental Science & Policy 1 :
271-288.
Twilley, R.R., M. Montaño, J.M.Valdivieso y A. Bodero 1999. The environmental quality of coastal
ecosystems in Ecuador: Implications for the development of integrated mangrove and shrimp pond
management, Chapter 14 : 199-230. In: A. Yáñez-Arancibia y A.L. Lara-Domínguez (eds)
Ecosistemas de Manglar en América Tropical. Instituto de Ecología A.C. México, UICN/ORMA
Costa Rica, NOAA/NMFS Silver Spring MD USA. 380 pp.
UNCED 1992. United Nations Conference on Environment and Development, Agenda 21, Chapter
17. Rio de Janeiro, Brazil.
Vega López, E. 1997. La valuación económica de la biodiversidad en México, p. 213-228. In: INESEMARNAP (ed.) Economía Ambiental - Lecciones de América Latina. Instituto Nacional de
Ecología SEMARNAP. México D.F. 310 pp.
Villalobos Zapata, G.J. 1992. Zona costera, ecosistemas de manglar y valoración económica. Jaina
3 (4): 19.
Villalobos Zapata, G.J. y E. Rivera 1991. Importancia socieconómica de los humedales tropicales.
Jaina 2 (4) : 5.
Villalobos Zapata, G.J. y T. Saavedra Vásquez 1994. Desarrollo socieconómico dimensionado por
el escenario ambiental: Mejor calidad de vida. Jaina 5 (1): 10-11.
Villalobos Zapata, G.J., A. Yáñez-Arancibia, A.L. Lara-Domínguez y E. Rivera 1994. Implicaciones
del desarrollo económico para la protección ambiental en Campeche. Jaina 5 (2) : 14-15.
Villalobos Zapata, G.J., T. Ozuna y C. Gutiérrez Núñez 1995. Valuación económica del uso de los
recursos naturales: Curso diplomado internacional. Jaina 6 (2) : 13.
WCED 1987. Our Common Future. World Commission on Environment and Development. Oxford
UK, Oxford University Press. 400 pp.
Windevoxhel, N. 1994. Valoración económica de los manglares demostrando la rentabilidad de su
aprovechamiento sostenible, Nicaragua. Revista Forestal Centroamericana 9 (3): 18-26.
Yáñez-Arancibia, A. y J. W. Day (eds.) 1988. Ecología de los Ecosistemas Costeros en el Sur del
Golfo de México: La Región de la Laguna de Términos. OEA Washington, Louisiana State
University, UNAM Editorial Universitaria, México D.F. 518 pp.
Yáñez-Arancibia, A. y J.C. Seijo 1991. Funciones ecológicas y valores económicos. Jaina 2 (2) :
12-13.
Yáñez-Arancibia, A., A.L. Lara-Domínguez, G.J. Villalobos Zapata, E. Rivera y J.C. Seijo 1992a.
Sistemas de manglar en México, funciones ecológicas, valores económicos y desarrollo sostenible.
Vol 2 p. 3-4. In: Lacerda, L.D. y C.P. Field (eds.) Conservation and Sustainable Utilization of
Mangrove Forest in Latin America and Africa Regions. Proceedings of ITO/ISME Workshop, Niteroi
Rio de janeiro, Brasil. 22 pp.
28
Yáñez-Arancibia, A., A.L. Lara-Domínguez, G.J. Villalobos Zapata y E. Rivera 1992b. Valor
económico de las funciones ecológicas de los sistemas de manglar: Campeche un estudio de caso.
Jaina 3 (2) : 5.
Yáñez-Arancibia, A., F. Vera Herrera y C. Muñoz Piña 1993a. Taller sobre el manejo de manglares
en Centroamérica y la Cuenca del Caribe. Jaina 4 (2) : 6.
Yáñez-Arancibia, A., D. Zárate Lomelí y A. Terán Cuevas 1993b. Plan integral de manejo ambiental
para la zona costera Atlántica de Guatemala. Jaina 4 (4) : 2.3
Yáñez-Arancibia, A., J. L. Rojas Galaviz, G.J. Villalobos, D. Zárate Lomelí, A.L. Lara-Domínguez,
E. Rivera, D. Flores, F. Arreguín, P. Sánchez-Gil, J. Sánchez, J. Ramos, J.A. Benítez, C. Bárcenas,
C. Santisbon, A. Terán, M. Roberts, E. Sáinz, J.A. Gutiérrez, F. Vera, H. Alvarez, T. Saavedra, E.
Gardea 1993c. Estudio para la Declaratoria como Área Ecológica de Protección de Flora y Fauna
de la Laguna de Términos, Campeche. Secretaría de Desarrollo Social, Gobierno del Estado de
Campeche, Universidad Autónoma de Campeche y Estación El Carmen UNAM. Convenio
SEDESOL/UAC/EPOMEX. 3 Vols., 259 pp. Laminas, 3 anexos.
Yáñez-Arancibia, A. 1994. Valoración económica de los manglares: Conclusiones del Taller
Internacional EPOMEX-WWF. Jaina 5 (1) : 1-3.
Yáñez-Arancibia, A., D.Zárate Lomelí y A. Terán 1995a. Evaluation of the coastal and marine
resources of the Atlantic coast of Guatemala. UNEP Caribbean Environment Programme, Jamaica.
(34) 64 pp.
Yáñez-Arancibia, A. J.C. Seijo, A.L. Lara-Domínguez, G.J. Villalobos Zapata y E. Rivera Arriaga,
J.L. Rojas Galaviz, M.A. Cabrera, J. Euan Ávila y E. Pérez Espinosa 1995b. Valuación Económica
de los Servicios de los Ecosistemas: El Caso de los Manglares. Secretaría del Medio Ambiente,
Recursos Naturales y Pesca, Instituto Nacional de Ecología-Programa EPOMEX de la UAC,
Informe Final.
Yáñez-Arancibia, A. 1999. Terms of reference towards coastal management and sustainable
development in Latin America: Introduction to special issue on progress and experiences. Ocean &
Coastal Management 42 (2-4) : 77-104.
Yáñez-Arancibia, A., A.L. Lara-Domínguez, J.L. Rojas Galavíz, G.J. Villalobos Zapata, D. Zárate
Lomelí y P. Sánchez-Gil 1999. Integrated coastal zone management plan for Terminos Lagoon,
Mexico, Chapter 33 p. 565-592. In: H. Kumpf, K. Steidinger y K. Sherman (eds.) The Gulf of Mexico
Large Marine Ecosystem: Assessment, Sustainability and Management. Blackwell Science
Massachussetts USA. 704 pp.
Zárate Lomelí, D., T. Savedra Vásquez, J.L. Rojas Galavíz, A. Yáñez-Arancibia y E. Rivera 1999.
Terms of reference towards an integrated management policy in the coastal zone of the Gulf of
Mexico and the Caribbean. Ocean & Coastal Management 42 (2-4) : 345-368.
LA VALORACION ECONOMICA DEL MEDIO AMBIENTE EN LA
PRODUCCION DE TABACO EN MEXICO
Lourdes C. Pacheco Ladrón de Guevara, Natividad Zurita Rentería, Laura Cayeros y
Xóchitl Arreola Avila
Universidad Autónoma de Nayarit
e-mail [email protected]
México es el quinto productor de tabaco en América y el 17º a nivel mundial. El 95.8% del
tabaco se siembra en la zona Nayarit-Jalisco-Sinaloa y el resto en los estados de Veracruz,
Chiapas y Oaxaca. Las empresas tabacaleras habilitan a los productores agrícolas dentro de
un sistema de agricultura por contrato. Las empresas incluyen, dentro de sus costos de
producción, el valor de la mano de obra y los insumos. Las empresas aportan el capital y
los ejidatarios y pequeños propietarios, aportan la tierra.
Las empresas habilitadoras de la producción de tabaco (Industria Cigarrera La Moderna,
Tabacos del Pacífico Norte (Tadesa) y Dimon, principalmente) determinan los
agroquímicos a utilizar. La empresa determina el tipo de agroquímicos, establece las dosis
que se deben aplicar y las etapas en que serán administrados a las plantas. Las empresas
proporcionan a los productores tabacaleros los agroquímicos que serán utilizados en cada
temporada.
Son las empresas las que determinan la dosis de agroquímicos que deberán ser utilizados en
cada parcela. Las empresas realizan una evaluación de las condiciones del suelo y clasifican
las parcelas de acuerdo al riesgo de pérdida de las cosechas. Es este nivel de riesgo el que
va a determinar la cantidad de agroquímicos que deberán emplearse. La figura del
habilitamiento o agricultura de contrato, de acuerdo a los términos legales, exime a las
empresas tabacaleras y farmacoquímicas de la responsabilidad de la aplicación de los
agroquímicos. La responsabilidad recae en el productor ya que éste es el comprador y
usuario final de los agroquímicos, y por lo tanto, de su correcto manejo. A través del
contrato celebrado con la empresa el productor se obliga a aplicar determinado paquete
tecnológico, en el cual es parte fundamental el uso intensivo de agroquímicos. Sólo
asegurando esa aplicación el tabaco será adquirido por parte de la empresa.
Como se observa, las empresas obligan a los productores al uso de los agroquímicos pero
no adquieren ninguna responsabilidad sobre su uso, manejo y consecuencias en la salud de
la población expuesta ni en el ambiente. La responsabilidad recae en los productores
tabacaleros.
Las tierras en las que se siembra tabaco tienen dedicadas a ese cultivo alrededor de treinta
años. Si se toma en cuenta que se trata de un monocultivo que agota los nutrientes del suelo
se comprenderá la alta vulnerabilidad de las parcelas de tabaco a todo tipo de plagas. A ello
debe agregarse que las plantas proveídas por las empresas son originarias de campos
experimentales ubicados en diversos lugares de Estados Unidos, por lo que no desarrollan
resistencia a las plagas locales. Ello, aunado a las presiones por la obtención mayor
rendimiento por hectárea, auspicia el aumento en el uso de agroquímicos.
Se distinguen dos fases de aplicación de agroquímicos dentro de la etapa agrícola: la etapa
de planteros y la etapa del cultivo propiamente dicho. Los planteros son los lugares donde
se siembra la semilla y crece la plántula hasta alcanzar el tamaño deseado para ser
transplantado a las parcelas. Las actividades de los planteros inician a fines de agosto, el
inicio de cada uno se va programando de manera tal de realizar una plantación escalonada,
ya que de esa manera es posible lograr un mejor control de la cosecha y asegurar la mano
de obra para las diversas faenas. Tarea difícil si todo el tabaco se sembrara
simultáneamente.
Se aplican los mismos agroquímicos para los distintos tipos de tabaco, a excepción del
tabaco tlapacoyan o negro de la zona de Veracruz. El siguiente cuadro corresponde a los
agroquímicos utilizados para los tabacos Burley Semi Sombra, Burley Sombra Mata,
Virginia Hornos Seco y Virginia Sarta Sol en la etapa de planteros.
Aplicación de agroquímicos en planteros
Sustancia activa
Forma de
Finalidad
aplicación
Isotianato de metilo
Inyección
al Control de malezas. Desinfectar
suelo
Dazomet
Voleo
Control de malezas. Desinfectar
Bromuro de metilo
Gasificación
Control de malezas. Esterilizar
Oxicloruro de cobre
Diluido en agua
Desinfectar las semillas
Aldicarb
Voleo
Prevenir chupadores
Metalaxil
Voleo
Desinfectar el suelo. Prevenir moho
azul
Cirbarilo
Voleo
Erradicar hormigas
Oxicloruro de cobre
Pulverización
Erradicar damping-off y bacterias
Mancozeb
Aspersión
Prevenir moho azul
Oxicloruro de cobre
Aspersión
Erradicar damping-off
Metalaxil + Mancozeb
Aspersión
Erradicar damping-off y bacterias
Acefate
Mancozeb
Aspersión
Prevenir moho azul y micoplasmosis
Acefate
Aspersión
Prevenir insectos y micoplasmosis
Metalaxil + mancozeb
Aspersión
Prevenir moho azul y nutrición
Metalaxil + mancozeb acefate
Aspersión
Prevenir insectos y moho azul
Una vez germinada la planta en el plantero, los jornaleros agrícolas, fundamentalmente,
mujeres, arrancan las plantas una por una y forman manojos de cien plantas. Antes de ser
transplantadas se sumergen los manojos del tabaco en una lechada de acefate para prevenir
chupadores. Las plántulas son transplantadas a las parcelas donde serán replantadas. En
cada hectárea se siembran 10 mil plantas. Después del transplante se aplica azinfos metílico
para controlar la plaga de la tortuguilla. Actualmente, el plantero tradicional está siendo
reemplazado por el plantero aeróbico o de cepellón (hidroponia), el cual es fácilmente
transportable y disminuye el riesgo de daño parcial o total a la plántula. Los planteros
aeróbicos permiten trasladar las plántulas en el nido donde crecen disminuyendo la
mortandad de plantas en el traslado. También permiten obviar ciertas plagas del suelo, ya
que prácticamente se siembran en una base de unicel. El uso de cepellón evita el uso del
bromuro de metilo, hace a la planta más resistente y se aumenta el control sobre ésta.
Los agroquímicos utilizados durante el crecimiento de la planta en las parcelas son los
siguientes:
Agroquímicos aplicados al tabaco según destino de la aplicación
Agroquímico
Uso
Lannate LV (metomilo)
Control de larvas
Fórmula A
Fertilización
Urea
Fertilización
Regent
Eliminar tortuguilla
Orthene u Orofhate (acefate)
Eliminar gusano cogollero
Acrobat
Combate moho azul
Nitrato Amonio
Fertilización
Biobit HP
Eliminar gusano cornudo
Urea New Green
Foliar
Terramicina
Foliar
Fuente: Observación directa en campo, Nayarit, ciclo 1999-2000.
En el ciclo 1999-2000 la aplicación del Lannate había disminuido en comparación con
ciclos anteriores, ya que las empresas introdujeron un programa de sustitución de ese
agroquímico. Sin embargo, no había desaparecido del todo. Tampoco se ha erradicado el
uso de bromuro de metilo, el cual es un pesticida extremadamente tóxico. Se utiliza
inyectado en la tierra antes de iniciar la siembra, tanto en planteros como en las parcelas de
tabaco. Una vez aplicado el pesticida se cubre el campo con plástico. Los vapores del
bromuro de metilo se esparcen por el aire y afectan a las personas de las comunidades
cercanas a las parcelas. Los vapores no tienen olor por lo que es difícil distinguir cuándo se
está en contacto con él. Los vapores dañan los pulmones de las personas que están en
contacto directo con él y puede quemar la piel si los vapores se quedan en los guantes o
ropa. El bromuro de metilo es un químico neurotóxico que puede dañar el sistema nervioso
y causar infartos cardiacos. Se dispersa en el aire y causa graves daños a la capa de ozono.
Se planea prohibir su uso en Estados Unidos en el 2001, en los países industrializados en el
2005 y en el resto de países en el 2015 (Shafer y Schonfiel, 1988). En México el bromuro
de metilo se encuentra restringido.
Las características de los principales plaguicidas del tabaco son:
Agroquímico
y Objetivo
principio activo
Lannate
LV Prevenir
larvas
Insecticida
de
palomillas,
carbámico
chupadores, trips,
(metomil)
pulgones,
chinches y otras
plagas
Biobit
HP Controlar
el
Modo
aplicación
aéreo
terrestre
aéreo
de Dosis
Peligrosidad
o Aéreo: 60 l/ha Altamente
de agua
tóxico (categoría
Terrestre: 1 a 1.6 toxicológica II)
l/ha
o Aéreo: 60 l/ha Ligeramente
insecticida
biológico
(Bacillus
thuringiensis
kurstaki)
ssp
Metamidofos (*)
600
insecticida
organofosforado
(O-S
dimetil
amidotioato)
Vydate
L
insecticida
carbámico
(Oxamil)
Curzate
M-8
fungicida
(Cymoxanil
y
Mancozeb)
Manzate 200 WP
fungicida
carbámico
(mancozeb)
Un-Film.17
esparso-adherente
inónico
en
solución
acuosa
especial
(pinoleno)
gusano de la
yema del tabaco,
el falso medidor,
el gusano de
cuerno,
el
soldado y larvas
defoliadoras
Controlar plagas
masticadoras,
lepidópteros
y
plagas
chupadoras
Controlar
tortuguilla
y
eliminar
plagas
chupadoras:
chinches,
pulgones,
chicharritas,
mosquita blanca
y nemátodos
Prevenir y curar
el moho azul y
otras
enfermedades
Prevenir
moho
azul
y
otros
patógenos
terrestre
de agua
tóxico (categoría
Terrestre:
500 toxicológica IV)
gramos a 1 l/ha
aéreo
terrestre
o Aéreo: 60 l/ha Altamente
de agua
tóxico (categoría
Terrestre: 1 a 1.5 toxicológica II)
l/ha
Aspersión
al Aéreo: 60 l/ha Altamente
follaje aéreo o de agua
tóxico (categoría
terrestre
Terrestre: 1 a 2 toxicológica II)
l/ha
Aspersión
aérea
terrestre
Aspersión
aérea
terrestre
Intensifica
la Aspersión
eficacia
y
prolonga la vida
útil
de
otros
agroquímicos
Aéreo: 60
o de agua
Terrestre: 1
kg/ha
Aéreo: 60
o de agua
Terrestre: 2
kg/ha
Aéreo: 60
de agua
Mezclado
otros
l/ha Ligeramente
tóxico (categoría
a 2 toxicológica IV)
l/ha Ligeramente
tóxico (categoría
a 3 toxicológica IV)
l/ha Ligeramente
tóxico (categoría
con toxicológica IV)
(*) Plaguicida restringido en México, sólo puede ser adquirido y aplicado por medio de una
recomendación escrita de un profesional fitosanitario.
Fuente: Du Pont. 2000. Programa Du Pont para el tabaco, Guadalajara.
Al tabaco negro o Tlapacoyan se le administra una cantidad inferior de agroquímicos. La
variedad Tlapacoyan, planta criolla del continente, desarrolla mayor resistencia a las plagas.
Agroquímicos aplicados al tabaco Tlapacoyan de acuerdo al tipo de labor
Tipo de labor
Agroquímico
Labor 4: Control de plagas
1ª. Aplicación insecticida líquido Lannate
2ª. Aplicación insecticida líquido Lannate
3ª. Aplicación insecticida líquido Lannate
4ª. Aplicación insecticida líquido Lannate
5ª. Aplicación insecticida líquido Orthene
Labor 5: Fertilización
Fertilizante fórmula 19-10-11
Nitrato de Amonio
Labor 7: Beneficios
Aplicación de inhibidor de hijos
Labor 9: Control de moho azul
Aplicación de fungicida
Labor 12: Control fitosanitario
Aplicación de terramicina y urea
Fuente: Información escrita de TADESA, S. A. de C. V., Unidad Administrativa Platón
Sánchez, ciclo 1998-1999.
Se pueden distinguir tres problemas relacionados con los agroquímicos: En primer lugar la
toxicidad de cada uno. En segundo, el referido a las prácticas de manejo y aplicación y, en
tercer lugar, el desecho de los envases.
Entre algunos de los agroquímicos utilizados en las diversas etapas del cultivo se
encuentran: Aldicarb, Telone (1,3-D), Lannate 90, Acrobat MZ, Mancú PH y Nitrocel 45
(nutriente foliar). Los pesticidas más usados contienen: methyl parathion, methamidhopos,
diazinon, chlordane, carbaryl, chlorpyriphos, acephate y methyl bromide. Las diversas
presentaciones comerciales ostentan letreros del tipo “altamente tóxicos” o “ligeramente
tóxicos”, según sea el caso, y “no se transporte ni almacene junto con productos
alimenticios, ropa o forrajes, manténgase fuera del alcance de los niños y animales
domésticos. No se almacene en casas habitación. No deben exponerse ni manejar este
producto mujeres embarazadas, en lactación y menores de 18 años. No se reutilice este
envase, destrúyase y entiérrese”.
De acuerdo a la normatividad las empresas deben proporcionar a los productores el equipo
necesario para lograr un uso correcto de los agroquímicos y disminuir el impacto a la salud:
guantes, máscaras, calzado y ropa especial. Las empresas no siempre proporcionan estos
equipos bajo la excusa de que los productores no los demandan y que cuando han sido
proporcionados, los productores no los utilizan. Para los productores solicitar el
equipamiento para la aplicación de agroquímicos significa aumentar los gastos de
producción, y por consecuencia, aumentar la deuda con la empresa, ya que todo les es
cargado como parte de la habilitación. En la práctica los productores guardan los
agroquímicos en sus casas, en ocasiones en algún estante de la cocina, debajo de las camas
y en el mejor de los casos, en el corral, fuera de las habitaciones, junto con las herramientas
de trabajo.
Ante los ataques a las empresas como causantes de severos daños a la salud, éstas se
encuentran actualmente en un proceso de transición del uso de agroquímicos a controles
biológicos. Algunas empresas han cambiado algunos productos químicos de alta toxicidad
por otros menos dañinos, y en ocasiones biodegradables. El gerente general de Tabacos
Desvenados, S.A., lo explica de la siguiente manera: “esta empresa ha mostrado mayor
preocupación por los daños ocasionados al medio ambiente, en algunos lugares del estado
ya se ha introducido el uso de químicos biodegradables y, además, cada inspector de la
empresa tiene la obligación de recoger, en las parcelas que supervisa, los envases, botes y
cartones o bolsas que hayan contenido algún producto agroquímico, los trae a la empresa y
de aquí se mandan a Guanajuato, a una planta de tratamiento de residuos tóxicos de la
Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa)” (Valera, 1999).
En la práctica es común encontrar envases, cartones y bolsas vacías de los agroquímicos
entre los surcos de las plantaciones de tabaco, semicubiertos por la tierra, amontonados en
un lugar de la parcela expuestos al aire libre o flotando en los canales y ríos. También se
reutilizan para guardar frijol y como base de los tendidos donde descansan los jornaleros
agrícolas (Pacheco, 1999).
Dentro de los costos de producción no se contabilizan los daños ocasionados al medio
ambiente.
Contaminación por plaguicidas
Se distinguen diversos tipos de contaminación por el uso de plaguicidas:
•
•
•
•
Contaminación atmosférica. Causan contaminación atmosférica aquellos plaguicidas
aplicados por aspersión aérea en suelos, 53% al área agrícola y 47% en depósito de
suelos, aguas colindantes y atmósfera.
Contaminación terrestre. Existe contaminación terrestre cuando los plaguicidas se
aplican directamente, se precipitan en la atmósfera o el agua contaminada se utiliza para
riego. Se contamina el suelo y la biota terrestre.
Contaminación acuática. Se contamina el agua cuando los plaguicidas se encuentran en
precipitaciones atmosféricas, cuando se deslavan tierras, se vierten residuos
directamente o se inundan cultivos que contienen plaguicidas.
Contaminación de alimentos. Ocurre por aplicación directa en diversas fases de los
cultivos alimenticios. Además, la alta distribución de plaguicidas en el aire, suelos, agua
y biota. Produce acumulación variable de plaguicidas en los productos alimenticios.
Las áreas de monocultivo, como los tabacales, son altamente susceptibles a los diversos
tipos de contaminación ya que no se regeneran fácilmente y reciben, en cada ciclo, grandes
cantidades de plaguicidas.
Los agroquímicos tienen diversas formas de aplicación, por lo que la descarga al aire, a la
tierra y al agua son diversos. Si se toma en cuenta el manejo inadecuado de los
agroquímicos, las condiciones socioeconómicas de los jornaleros agrícolas que los aplican,
la carencia de una cultura de prevención y la ausencia de mecanismos reales de verificación
sobre el destino final de los recipientes, se tendrá un panorama de los daños ocasionados
tanto al medio ambiente como a la salud de las personas ocasionados por los agroquímicos
del tabaco.
Es necesario introducir, dentro de los costos de producción del tabaco, una valoración sobre
el costo económico del medio ambiente. Ello permitirá contar con elementos precisos y
confiables a fin de estar en posibilidad de generar propuestas de acción con la finalidad de
que las empresas tabacaleras modifiquen el uso de los agroquímicos, inicien su sustitución
por controles biológicos y asuman la responsabilidad del daño al medio ambiente. Con ello
se avanzará en el establecimiento de pautas reales para el desarrollo sustentable.
Indicadores para una valoración económica ambiental
A partir de lo anterior, es posible, a modo de sugerencia, establecer los siguientes
indicadores
Tipo de
contaminación
Daños a la salud
Indicador
Número de intoxicados por aplicación
agroquímicos en un ciclo productivo
Tipo de intoxicación
Costo de los medicamentos
Tiempo sin laborar
Secuela de la intoxicación
Factores a relacionar
de Edad, sexo y ciclo
reproductivo
Vía de la intoxicación
Costo real y social
Días laborables ociosos
Impedimentos
inmediatos y mediatos
Número de afectados en una familia
Edad, sexo
Número de afectados en una etnia
Edad, sexo
Número de afectados en una comunidad
Edad, sexo
Daños a la tierra Cantidad de agroquímicos aplicados en una Agresividad
de
los
hectárea en un ciclo productivo
agroquímicos
Cantidad de agroquímicos depositados en la Calidad de la tierra, uso
tierra
del suelo
Número de años consecutivos de aplicación
Consecuencias
para
Tiempo de permanencia de la toxicidad en la posibles
cambio
de
tierra
cultivos
Consecuencias en la fauna local
Vulnerabilidad de la
Consecuencias en la flora local
biota
Número de envases no eliminados de acuerdo a
normas
Daños a los Cantidad de agroquímicos que se depositan en Tipos de cuerpos de
cuerpos de agua los cuerpos de aguas
aguas
Identificación de efectos a corto, mediano y Vulnerabilidad de los
largo plazo en los cuerpos de aguas
cuerpos de agua
Consecuencias de la utilización de aguas Ciclos de los recursos
contaminadas por agroquímicos para otros usos
hídricos
Daños
a
la Cantidad de agroquímicos suspendidos en la Identificación
de
atmósfera
atmósfera en diversos momentos de la emisión
corrientes de aire
Efectos a corto, mediano y largo plazo de la
existencia de agroquímicos en la atmósfera
Daños a cultivos Cantidad de agroquímicos del tabaco que Identificación
de
cercanos
impactan cultivos alimenticios cercanos
cultivos alimenticios en
Efectos de esos agroquímicos en el consumo la misma parcela y/o
final
continuas
Daños
al Cantidad de agroquímicos que permanecen en el Valoración
de
la
producto final
cigarrillo
permanencia
en
el
Efectos de la permanencia de agroquímicos en producto final
la salud de fumadores
Consecuencias
de
Efectos de la permanencia de agroquímicos en acuerdo a la edad, sexo,
la salud de no fumadores
ingreso
y
ciclo
Efectos de la permanencia de agroquímicos en reproductivo
el medio ambiente por efectos de la combustión
de cigarrillos
Debe decirse que la valoración se refiere al uso de los agroquímicos en un cultivo
determinado, por lo que:
• La valoración debe comprender todos los agroquímicos utilizados en el cultivo del
tabaco y no referirse a cada agroquímico en particular, ya que se trata de la valoración
de un paquete tecnológico que incluye ese tipo de agroquímicos y dosis determinadas
• La valoración deberá realizarse en cada ciclo agrícola tomándolo como una unidad
Una vez realizada la valoración se procederá a:
•
•
•
•
•
•
Establecer valores monetarios para cada uno de los indicadores.
Obtener el costo de la valoración para un ciclo agrícola.
Establecer comparaciones con otros paquetes tecnológicos en cultivos similares en otros
países.
Elaborar recomendaciones para la asunción del costo por parte de las empresas.
Elaborar recomendaciones para el cambio de paquetes tecnológicos.
Elaborar recomendaciones a fin de que se modifique la normatividad y las empresas
asuman el costo económico del daño ambiental.
¿Cuánto contamina el cultivo del tabaco?
Prácticamente no existe actividad humana que no contamine (Thurow, 1980), sin embargo,
es relativamente fácil identificar las actividades visiblemente contaminantes. Este es el caso
del cultivo del tabaco, en el cual, la aplicación de agroquímicos ocasiona contaminación en
la tierra, el aire, el agua y la salud de los productores. La facilidad de la identificación de
las actividades contaminantes no se traduce en facilidad en su valoración económica y
social y mucho menos, en la asunción de responsabilidades.
Es preciso avanzar en la cuantificación económica de la contaminación del cultivo del
tabaco con la finalidad de: 1) hacer visible el alcance de la contaminación en el tiempo y
espacios continuos, 2) identificar actores que intervienen en la contaminación, 3) establecer
tipos de responsabilidades ante la contaminación y 4) asignar valores específicos de
acuerdo al grado de participación en la contaminación. Si no se sabe cuánto contamina el
cultivo del tabaco tampoco se estará en posibilidades de diseñar políticas e instrumentos
ambientales a partir de información cuantitativa y cualitativa cierta y veraz, fincar
responsabilidades ni de evaluar el impacto de la valoración. El presente trabajo intenta
contribuir a esa discusión.
Bibliografía:
Pacheco, Lourdes. 1999. Nomás venimos a malcomer. Jornaleros indios del tabaco en
Nayarit, UAN, Tepic, Nayarit.
Shafer Kristin y Schonfiel Anne. 1998. El bromuro de metilo. Lo que usted debe saber de
este pesticida, Pesticide Action Network y Californians for Pesticide Reform, San
Francisco.
Thurow, Lester C.1980. La sociedad de suma cero, Ed. Orbis, Barcelona, España.
Valera, Rodolfo. 1999. Entrevista a gerente de Tadesa, Tepic. (entrevista de Lourdes
Pacheco y Fabiola González), agosto.
1
ANEXO II
LA VALORACIÓN ECONÓMICA AMBIENTAL DESDE
LA ECONOMÍA
POLÍTICA ECOLÓGICA.
I.
METODOLOGÍA
1
Si se parte de un definición holista de ambiente entonces éste no puede
valorarse desde un punto de vista puramente objetivo, pues la subjetividad es una
parte de sus componentes. En tal virtud resulta imprescindible, en la valoración
económica del ambiente, la aceptación del pluralismo conceptual, lo que significa
que la crítica al paradigma de la escasez, eje de la economía convencional, no
niega sus aportes al conocimiento de la economía, en este caso en conexión con
el manejo y gestión de la naturaleza. Sin embargo, en el marco de la teoría del
2
valor-trabajo, la escasez es un elemento del valor , más no el valor mismo. Por
tanto las llamadas externalidades ya están incluidas en el valor, y no son un valor
en sí. Además, la inclusión de diversas técnicas es indiferente desde el punto de
vista de su explicación teórica, y de la realidad misma. Lo importante es la
estrategia de transición al desarrollo sustentable que busque reducir el coste
ecológico en su conjunto. Esto implica no quedarse en el ámbito puramente
teórico.
Al fin de lograr una valoración económica en el marco de los indicadores de
degradación de una parte, y los de la sustentabilidad por la otra, estaríamos
hablando de la planeación ambiental y esto debe tomarse en cuenta.
1
2
Debe basarse en el principio de la compatibilidad entre sociedad y naturaleza, y
en la incompatibilidad con el espíritu animal del capitalismo, a fin de que la
valoración sea posible considerando no sólo el aspecto estrictamente contable
económicamente sino aspectos de sensibilización, capacitación, asistencia
técnica y fiscal, que deben contemplarse también.
En este contexto hay que distinguir entre el desgaste de los ecosistemas como un
todo y el desgaste
gradual debido al uso, aprovechamiento, explotación y
depredación de la naturaleza, (recurso natural necesario para la obtención de los
medios de producción y del producto acumulado, acelerado por el desarrollo
tecnológico) Así, se considera a la naturaleza como una pieza aislada de un
mecanismo que no se contempla en su totalidad. De ahí que la valoración es en
parte subjetiva, en la medida que el deterioro del ecosistema como un todo
supone adicionar una cuantía de valor (que en realidad es un seguro ambiental) al
“valor económico de la naturaleza”, tasado en la técnica que fuere, la cual tiene
una importancia significativa práctica pues de ella depende que los costes de
reparación y del daño disminuyan.
De un lado pues, se tiene el desgaste del recurso natural empleado, pero del otro
tenemos la degradación de las condiciones naturales de la producción, y en
3
tercer aspecto, las condi ciones generales de la vida, que son inconmensurables .
Los tres aspectos son parte a su vez del coste económico.
La crisis ambiental plantea como exigencia que todo el dinero que se invierta en
este ámbito siempre será insuficiente. Y también que ni una ni todas las teorías
podrán dar una solución definitiva, puesto que si bien su solución no depende de
la contabilidad verde, el problema es que sólo la interiorización del coste en los
precios de producción y mercado, lograrán que la valoración se dé no solo como
2
3
aspecto contable sino como resultado de la fuerza de nuevos paradigmas ecoeco-sociales.
También es conveniente señalar que la valoración económica será distinta si se
trata de empresa que obtiene un retorno normal de su capital, o bien de una cuya
finalidad no sea de lucro. Esto modifica la forma valoración, pero no la valoración
misma.
En relación con la técnica de valoración, hay que advertir que desde mi punto de
vista, no tiene sentido partir - en el caso del uso de la naturaleza para la
producción y de los desperdicios que destruyen las condiciones generales - de la
4
asignación de valores imaginarios que serían puramente arbitrarios , sino de los
costos de producción del proceso de restauración. Como proceso de trabajo, la
restauración, vista de manera aislada, no crea valor, pero incorporada en el
análisis a la producción, implica entonces que los costos de tales reparaciones
tienen que ser repartidos conforme a su uso y al tipo del mismo.
Ante todo es necesario diferenciar entre el coste del daño, o su “valor”, de la
reparación del mismo. Además tomar en cuenta que el daño se incrementa aún
después de su tasación. La distinción entre daño y reparación sería costosísima
o imposible, pero también del extremo contrario, donde el daño es mínimo y
puede ser absorbido por el ecosistema en su función homeostásica.
El daño calculado monetariamente pareciera ser igual a la reparación
contabilizada en dinero, porque el daño crece con la reparación y ella se calcula a
partir del daño, pero este último se manifiesta como signos monetarios a través
de una unidad de medida como referencia fijada por una autoridad. Debido a la
arbitrariedad de este mecanismo, hay que partir más bien de lo que cuesta
repararlo y eso sí lo sabemos pues los precios corrientes de los medios de
3
4
producción y de vida están dados así como el de la fuerza de trabajo. La relación
entre ambos aspectos significa: en qué caso conviene rehabilitar dentro de una
lógica económica; en que caso la extinción del recurso hace inútil relativamente, y
en el marco estrictamente económico, rehabilitar.
5
Así entonces la relación ente daño/reparación se expresaría en la fórmula
(fundamental en la toma de decisiones):
CR/CE< 1 es viable restaurar.
CR/CE> 1 no es viable restaurar.
El costo anual de rehabi litación (CR) sería = a costes del proceso de trabajo de
rehabilitación por n. o número de años; o bien modificado por la tasa de interés.
El coste ecológico (CE) es = a evaluación del daño, mediante el coste del daño
mediante fijación convencional + porcentaje anual del daño.
De ello resulta que un cambio técnico que reduzca el coste de rehabilitación lo
que permitiría una más rápida reversión ambiental. Así como técnicas que
aumenten el coste ecológico (y social) que está incluido en el concepto de valor
ambiental, entendido como un conjunto mayor, económico, ecológico y social, lo
dificultan. Y en el caso de que el coste ecológico haya crecido tanto hasta la
extinción, ahí desaparece como valor aislado aunque no como parte de un valor
ecológico - no económico - importante.
Hay que aclarar que, más que fórmulas, se requieren de acuerdos sociales
mediante diálogos permanentes entre los distintos agentes de la restauración;
sólo el desarrollo del mercado ambiental privado y social, logrará que los precios
de los servicios ambientales disminuyan mediante la oferta y la demanda que no
chocan por cierto con la valoración ecológica.
4
5
6
La reducción del coste ecológico no es un asunto solo técnico, sino político que
supone enfrentarse a los fuertes intereses económicos que están detrás de la
contaminación ya que se requiere eliminar, sustituir y reconvertir industrias, pero
también reducir los desechos, aumentando el reciclaje y empleando procesos
ahorradores de energía. El coste ecológico se rige por el principio de la oferta y
la demanda, el de reposición en función del valor- trabajo.
Finalmente puede decirse que hay dos contabilidades, una regulada por la
relación daño/restauración expresada en valores económicos, y una segunda
expresada en valores de uso. En este sentido, lo que no es conmensurable como
valor, lo es como valores de uso, que se expresa imaginariamente como signo
fijado por acuerdo mutuo, con miras a la planeación. Y que en la práctica se fija
considerando distintas metodologías.
De una lado, tenemos los valores de las mercancías modificadas por la inclusión
de la relación daño reparación, del otro, los valores ecológicos que son
inconmensurables como tales valores ecológicos. Como su valorización está
influida por la tasa de interés, un alza de ésta disminuye los valores del daño pero
incrementa el valor de su restauración, haciéndola imposible, pero una baja de
interés aún cuando sube el valor del daño, disminuye el de su restauración,
facilitándola.
II RESULTADOS
A continuación se presentan algunas asignaturas pendientes a realizar en el futuro
inmediato dentro del debate sobre la economía ecológica y la economía política
ecológica, que son parte del diálogo entre diversas posiciones sobre la
posibilidad de converger en torno a la sustentabilidad y compatibilidad,
5
6
necesarias para la construcción y conducción hacia la nueva civilización, la cual
requiere, por supuesto, de una nueva ética eco-filosófica:
1. La economía política basada en la hipótesis del valor-trabajo, frente a la otra
postura en la que el valor se presenta como una magnitud cuantitativa
asignada individual o socialmente. El signo puede, además de ser arbitrario,
ya no expresar la realidad sino mistificarla, y esto ocurre cuando se presenta
de manera autónoma e independiente de la riqueza natural y social. De aquí se
desprende la discusión sobre el papel de la oferta y la demanda como
7
determinantes del valor de las mercancías y no a la inversa ; y si los valores no
son simples signos, sino la expresión de algo diferente que se expresa en
ellos. Así las relaciones sociales se perciben como movimientos de cosas que
gozan de una aparente autonomía. Entonces es necesario distinguir entre las
relaciones naturales, las sociales y las relaciones socioecológicas que incluyen
a las dos.
2. La creación o no de valor por la naturaleza, que de una u otra manera está
presente desde los fisiócratas hasta Ricardo y Malthus, y ahora de nuevo se
reedita en el pensamiento neoclásico así como en la economía ambiental e
incluso ecológica. Simultáneamente, la existencia de un no -valor, como un
signo en cuanto tal que ya no supone la reproducción de las condiciones de
reproducción de una mercancía. El signo, de esa manera se convierte de
8
significante en significado , lo que es típico del capitalismo falsario que se vive
y sufre (o goza). Se trata de construir, en su lugar, nuevos lenguajes que reflejen
9
y refracten a la vez, tales condiciones de existencia .
Con los fisiócratas
10
no se había roto aún ni mental ni realmente la relación
orgánica hombre-naturaleza-sociedad. De aquí se desprende que es el capital,
6
7
merced a la propiedad privada capitalista y luego la social, el principal obstáculo
para restaurar - cualitativamente transformada - tal relación originaria. Si bien,
esta corriente fue producto del racionalismo naturalista, al mismo tiempo,
reivindicaban sus rasgos distintivos que vuelven a retomarse, ahora en el marco
ya no de la vieja, sino de una nueva racionalidad
11
.
Por otra parte, Ricardo y Marx consideraban igualmente la subsunción de la
naturaleza al capital y por tanto, el carecer del valor, no impedía su destrucción;
Mientras que muchos otros se refieren a la existencia de una economía humana,
que es un subconjunto de la economía de la naturaleza
12
.
Consecue ntemente, no puede rechazarse por completo la idea de que la
naturaleza, si bien no tiene valor, tiene sin embargo precio y éste debe
establecerse con el fin de conservar y renovar el recurso. Se trata así de la
síntesis teórica que permita ver los dos niveles de las esferas conectadas a la
actividad humana. Son dos las interacciones contrapuestas y entrelazadas. Con
ello se afianza una visión eco-eco-social y no sólo ecológica, económica o social
por separadas, y se contemplan los procesos económicos como históricos
naturales.
Se destaca el doble dominio, tanto del hombre como de la naturaleza, por lo cual
la salida es dual.
3. La racionalidad y conservación del patrimonio natural en función del trabajo
como sujeto social o del capital en la fase más fetichi sta del capitalismo y en el
13
contexto general de la coevolución eco-social , pero no como algo
independiente.
4. Asimismo es importante fijar el coste de rehabilitación, que supone más
7
8
trabajo social de manera global, aunque individualmente no adopte la forma de la
producción de mercancías y por tanto no se trata de una producción social; el
trabajo supone un valor y un plusvalor previos. Por tanto, ocurre una modificación
de la teoría del valor trabajo en la fase de la destrucción global de la naturaleza.
Puede decirse como consecuencia de la mayor productividad del trabajo
disminuye el valor de las mercancías; al mismo tiempo, es mayor el coste
ecológico, disminuyendo el valor ecológico. A la inversa, si el valor es mayor, el
coste ecológico será relativamente menor, con valores ecológicos también
14
mayores .
Además, se puede agregar que a mayor restauración, mayor es el valor, pero
menor será en consecuencia el coste ecológico; mientras que, a menor
restauración, mayor será el coste ecológico. Sin embargo, a la larga, a mayor
restauración, menor valor de las mercancías por elevarse la productividad natural
de la tierra (earth) y la inversa.
III. CONCLUSION
Toda metodologia de valoración económica debe considerar como punto de
partida la biodiversidad cultural y el pluralismo económico y en el contexto general
de la degradación ambiental (social y natural).
Es necesario además distinguir entre el valor ecológico y el económico y su
interrelación. El valor ambiental sería una integración de ambos (como conjunto
de valores de uso, de cambio y valores-trabajo). De ahí que junto a la valoración
económica se tome en cuenta la economía de los valores de uso y el elemento de
8
9
inconmensurabilidad de
la mayor parte del recurso natural (condiciones
generales, reservas,).
Considerados estos recursos como valores de cambio, esto se fundamenta en la
explicación de los clásicos en función de la escasez y abundancia.
Como producto del trabajo humano incluye la reproducción del espacio y la
inclusión del costo de restitución.
A lo anterior agregar un porcentaje de la degradación en tanto un hecho vigente
para las próximas décadas que se indexa a los factores anteriores( y como un no valor en el caso de la destrucción de las condiciones naturales de reproducción).
Por lo tanto no hay una valoración única. Es necesario entonces incluir varias
metodologías a fin de tener una aproximación más exacta que, sin embargo,
siempre será insuficiente. Y a ello habrá que incorporar también que :
1.- Sólo una planeación ambiental- uso del suelo, integralidad de distintas
funciones y actividades, reducción de la degradación, incremento de la restitución
ambiental- , podrá mejorar las herramientas para tal procedimiento de valoración.
2.- Internalización del coste ecológico, con un conjunto de medidas económicas y
no económicas.
3.- Reducción del coste ecológico o daño
4.- Reducción del coste de restitución
Así, al desgaste o costo ecológico, se le suma también la renovabilidad de las
condiciones
generales
de
vida
(que
incluyen
recursos
naturales
inconmensurables), así como las reservas naturales; se incluye un factor de riesgo
o seguro que es un factor de reversión adicionado.
En el caso del recurso natural limitado y monopolizado, la teoría de la renta acusa
la existencia de un capital imaginario que supone la capitalización de la renta a
9
10
través de los años, o como la valorización de un capital ficticio que es la
propiedad de la tierra, cuyo precio depende de la fertilidad o situación o bien del
grado de monopolio.
El problema de fondo es que la naturaleza carece de valor y que por lo tanto ésto
genera la desventaja de no conocerse la magnitud económica de su pérdida o
recuperación. Pero al ser esto último un factor social de condiciones de trabajo
ambientalmente necesarias, existen elementos objetivos que son la base para la
cuantificación del valor ambiental. Por lo tanto la teoría del valor trabajo cobra
inusitada actualidad, mediante la economía política ecológica..
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
1
. Manuel Castells “La cuestión urbana”, México Siglo XXI, 1978.
2
. Adam Smith “La riqueza de las naciones”. Cruz, México 1980.
3
. Enrique Leff “Ecología y Capital” Siglo XXI, México, 1991.
4
. Jean Beaudrillard “El sistema de objetos” Siglo XXI, México, l981.
5
. Juan Estrada Berg - Wolf “Metodología ecosocial de transición al desarrollo
sustentable” . Difusión cultural UACH, México 2000 (en prensa).
6
. Joan Martinez Alier Op. cit p. 34.
7
. K. Marx op. cit vol 6 México siglo XXI, l987.
8
. Pierre Guiraud “Semántica” FCE, Breviario, México 1960.
9
. Gary Saul Morson “Bajtín. Ensayos y diálogos sobre su obra”. . UNAM, México,
1993.
10
. Los fisiócratas. Ronald Meek. Ariel , Barcelona 1981.
10
11
11
. Miguel Angel Sepúlveda Rivas “Hacia una nueva racionalidad ambiental .
Sociología Rural, Uach, México 1998.
12
. Olman Segura, “Desarrollo sostenible y políticas económicas en América
Latina. DEI, San José ,Costa Rica 1992 p. 36.
13
. Edgar Morin “Patria tierra”. Nueva Visión”, Buenos Aires 1993.
14
.
Guillermo Torres Carral “Introducción a la economía política ecológica.”
.Difusión Cultural UACH, México 2000 (en prensa).
11
Elementos que delimitan la valoración de un bien o servicio ambiental: el caso del
recurso agua en la Reserva de la Biosfera El Triunfo en Chiapas, México
Octubre del 2000
Anabel Martínez Guzmán
Dirección de Economía Ambiental
Dirección General de Regulación Ambiental
Instituto Nacional de Ecología
[email protected]
Antecedentes
Nuestra dependencia hacia los recursos naturales y su estrecha relación con su capacidad
para satisfacer las necesidades básicas de la población hace indispensable estudiar su
fragilidad ante los requisitos cada vez mayores de la humanidad. Para la ciencia económica
constituye un reto elaborar métodos que tengan como objetivo el análisis de estos fenómenos
pues por un lado esta obligada ha interactuar con otras disciplinas científicas para el análisis
de los mismos y por otro debe tratar de que se logren asignaciones eficientes de los recursos
naturales, tarea nada fácil de obtener.
La economía ambiental al respecto sugiere algunos métodos para valorar económicamente
los recursos naturales, fortaleciendo el concepto de valorización ambiental,1 que tiene como
propósito asignar un valor monetario al daño realizado al recurso natural, al ecosistema o
bien a las externalidades o fallas del mercado ocasionadas por las actividades económicas
que pueden repercutir positiva o negativamente a un agente económico, a un bien ó a un
recurso natural2.
Como sabemos en la teoría económica los precios juegan el papel de señales para la
asignación de recursos escasos a fines alternativos. Si se incluye entre estos la asignación de
recursos agotables --incluidos aquí los recursos naturales y la biodiversidad para las
generaciones futuras entonces las expectativas relacionadas a la evolución de la tecnología y
la demanda futura tendrán una influencia importante en la formación de estos precios (Alier y
Schlüpman:1991), lo que podría provocar que algunos recursos no se les pudiera asignar a
través del mercado un precio o valor monetario o bien estos precios o valores no reflejen el
valor real del recurso ambiental y por tanto no se puedan comparar con el sistema de precios
actual.
A las dificultades propias que se presentan con relación a que si los valores obtenidos por
cualquiera de los diferentes métodos de valorización ambiental (precios hedónicos,
valorización contingente, método costo viaje, análisis costo beneficio, etc.), reflejan el valor
justo o real que tienen los recursos naturales habría que sumar otras que están relacionadas
con los derechos de propiedad y a los usos y apreciaciones culturales que los usuarios
directos e indirectos de estos recursos tienen de estos.
1
La literatura sobre economía ambiental ha identificado tres clases de valores que parecen tener cierto consenso en la sociedad y
en el medio político, que son los valores expresados a través de las preferencias individuales, el valor de la preferencia pública
que se encuentra asociada a normas sociales y el valor funcional del ecosistema.
2
El hecho de que sea monetaria implica que los resultados obtenidos se equiparen con la asignación de precios prevalecientes
en el mercado, pues se busca sea posible comparar estos resultados con el sistema de precios vigente.
Para Turner y Pearce:1993, la economía tiene dos tareas por realizar, la primera consiste en
demostrar la utilidad de la valoración económica de los recursos naturales y su aplicación en
la gestión ambiental. La segunda radica en indagar como la valorización sirve para diseñar o
bien fortalecer los instrumentos de política ambiental que posibilitan una gestión sustentable
de los recursos naturales.
A la luz de estos antecedentes, gestar y aplicar un proyecto de valorización ambiental no es
una tarea sencilla y resulta un proyecto complejo y aveces hasta abstracto, en especial
cuando se trata de estudiar una Área Natural Protegida, debido a que en ella existe una
enorme riqueza biológica.
En estas notas tratamos de plasmar algunos de los problemas a los cuales nos hemos
enfrentado para la elaboración de una propuesta de valorización ambiental en un Área
Natural Protegida en México, en particular el caso de la Reserva de la Biosfera El Triunfo
(REBITRI). Pero, ¿qué tipo de problemas se puede enfrentar para hacer tan sólo el diseño
metodológico en un proyecto de valorización ambiental?, esto es parte de lo que pretendo
narrarles a continuación. El trabajo esta dividido en cuatro secciones, la primera de ellas
describe la importancia de la REBITRI en términos ambientales y sus características, la
segunda aborda los problemas asociados a la definición de los conceptos utilizados para
establecer la unidad de análisis de nuestro estudio. También describimos una breve
semblanza de cómo se diseño el anteproyecto de investigación titulado: Valorización del
Servicio Ambiental del Agua en las cuencas Cuxtepeques y Coapa en Chiapas, México,
describiendo a grosso modo su proceso de elaboración y búsqueda de recursos financieros
para el desarrollo de la misma. En la tercera se incluyen algunas reflexiones realizadas
entorno al precio o pago de derecho que se hace por el agua en México que dificultan la
aplicación de algún instrumento económico de gestión ambiental en nuestro país con
relación a la problemática y conservación del recurso agua. En la cuarta sección se presentan
las reflexiones finales que surgieron de estas notas.
1. El Triunfo, un área natural protegida singular
1.1Factores naturales característicos
El área natural protegida El Triunfo se encuentra clasificada como una zona de Reserva de la
Biosfera (RB), se localiza en el Estado de Chiapas, y comprende los municipios de:
Acacoyagua, Angel Albino Corzo, La Concordia, Mapastepec, Villa Corzo, Pijijiapan y
Siltepec. La superficie total que abarca la REBITRI es de 119,177 hectáreas, de estas la zona
núcleo comprende 25,719 ha.
El Triunfo es considerado una zona biogeográfica de gran relevancia a nivel nacional e
internacional, ya que reúne diferentes climas, ecosistemas y grupos de suelos, además de una
gran diversidad de flora y fauna, en una pequeña área. La zona presenta altos índices de
endemismos al considerársele un refugio primario del Pleistoceno. En el Triunfo existen los
siguientes ecosistemas: Bosque mesofilo de montaña o nubliselva, Bosques de pino-encinoliquidambar, selva mediana perennifolia y subperennifolia (INE:1999).
El bosque de niebla de El Triunfo es considerado el más diverso en el Norte y Centro de
América, se encuentran 10 tipos de vegetación de los 19 con los que cuenta el Estado de
Chiapas, entre ellos se destacan dos de los mas amenazados en México: El bosque de Niebla
y la Selva Tropical Húmeda del Soconusco. Esta variedad de tipos de vegetación le convierte
en un refugio para un gran número de especies de flora como los helechos arborescentes,
bromelias, orquídeas, espadañas, palmas y aguacatillos silvestres así como es uno de los
centros de endemismo de Cycadas.
La variedad de tipos de vegetación que se presentan en la reserva la convierten en un refugio
para un gran numero de especies de fauna silvestre, como el pavón, el quetzal, la tangara de
alas alzules, el pajuil, el jaguar, el tapir, el ocelote, el tigrillo y el dragoncillo verde. Esta zona
también presenta especies endémicas como la salamandra del Cerro Ovando (ibídem).
Debido a su ubicación geográfica, El Triunfo posee características similares a las de la Sierra
pues las vertientes del Pacífico y la Depresión Central favorecen a la recarga hídrica en la
REBITRI, la cual esta influenciada por precipitaciones graduales a lo largo de sus altitudes
(orográficas), que en los escenarios de lluvias extraordinarias (mayores a 4000 mm)
intensifican procesos de erosión denudatoria e incrementan la densidad hidrográfica
dentrítica en las partes altas. Además la REBITRI, presenta variaciones climáticas, desde
húmedas calurosas (en la zona de amortiguamiento) hasta húmedas frías en las partes altas
donde se concentran las condiciones de generación
de precipitación (Martínez y
Espíritu:2000).
El agua que capta la REBITRI por lluvias es aproximadamente de 171,131 millones de m3 al
año; de estos el 49% se filtran o escurren a 12 cuencas hidrológicas a las cuales abastece la
reserva (íbidem). Al ser un centro receptor de agua, El Triunfo contribuye a la alimentación
del sistema hidroeléctrico del río Grijalva, uno de los más grandes del país. Baste citar, el
caso de la cuenca de Cuxtepeques donde el 23% de la lluvia fluvial es aprovechada por la
Presa la Angostura que genero 2,250 Gwh en 1998 representando el 23% de la generación
eléctrica neta del país (CFE:1999). A su vez el agua es utilizada para la realización de
diferentes actividades productivas en la región, tal es el caso de la ganadería de se realiza en
la llanura costera y las actividades agrícolas como producción de maíz, frijol y café en parte
del Soconusco, principal zona productora del Estado de Chiapas.
1.2 Ciudades, pueblos y otros asentamientos
La REBITRI comprende parte de los municipios de: Acacoyagua, Angel Albino Corzo, La
Concordia, Mapastepec, Villa Corzo, Pijijiapan y Siltepec, en ellos se destacan los ejidos:
Toluca, Puerto Rico, Laguna del Cofre, Las Palmas, Santa Rita las Flores, Tres de Mayo, Loma
Bonita, 21 de Marzo, Altamira, Santa Rita y Monterrey. Destacándose las siguientes fincas y
rancherías: Liquidambar, Prusia, Cuxtepec, Catarinas, Nueva Linda, La Playona, El Gadow,
Cabañas, Las Nubes y Santa Cruz entre otras (INE, op. cit).
En el cuadro 1 presentamos datos básicos referidos al total de habitantes en los municipios en
los cuales esta ubicada la REBITRI, como se observa la población asentada en estos
municipios apenas representó el 6.8% del total del Estado de Chiapas para el año 2000, con
relación al número de viviendas encontramos que se concentran en estos 7 municipios
53,836 viviendas que representan el 6.7% del total del Estado con un número de ocupantes
promedio de 267,464 (6.8% del total del estado). Dando como resultado 4.9 promedio de
ocupantes por vivienda, 0.5 décimas más que el promedio nacional (4.4). c.f. con cuadro 1.
Cuadro 1: Datos básicos de población y vivienda en los municipios que comprende la
REBITRI, 2000
Municipio
Acacoyagua
Ángel Albino Corzo
La Concordia
Mapastepec
Pijijiapan
Siltepec
Villa Corzo
Total
Estado Chiapas
México
Población
14,171
26,830
39,679
39,033
46,845
32,380
68,613
267,551
3,920,515
%
0.36
0.68
1.01
1.00
1.19
0.83
1.75
6.8
100.00
Viviendas
2,658
4,850
7,558
8,439
10,544
5,251
14,536
53,836
806,300
%
0.33
0.60
0.94
1.05
1.31
0.65
1.80
6.7
100.00
Ocupantes
Promedio
14,171
26,811
39,651
39,027
46,845
32,374
68,585
267,464
3,912,099
%
0.36
0.69
1.01
1.00
1.20
0.83
1.75
6.8
100.00
Promedio de
ocupantes por
vivienda
5.3
5.5
5.2
4.6
4.4
6.2
4.7
36
4.9
4.4
Fuente: Resultados preliminares del XII Censo General de Población y Vivienda, 2000; www.inegi.gob.mx
1.3 Identificación de amenazas
Algunas de las amenazas con respecto a fenómenos físicos como erosión hídrica y arrastre de
sedimentos, se establecen a partir de la evidencia fotográfica de los impactos ocurridos en
1998, causados por las lluvias extraordinarias (Espíritu; op. cit), Arellano:1999, señala que
durante las contingencias hidrometereológica de septiembre de ese año se provocaron daños
en la infraestructura del módulo 1 del distrito de Riego 111 de Cuxtepeques y se destruyeron
1.5 km. De los 11.616 Km de canales revestidos en ese año por el Programa de
Rehabilitación y Modernización en todo el Estado (ver cuadro 2 para mayores detalles).
Cuadro 2: Cantidades de obras realizadas por los eventos de lluvias extraordinarias
Concepto
Modulo 1 DR No. 101
Cuxtepeques
19.830 Km
38.000 Km
46.100 Km
267 pza.
1 pza.
7,311 Ha.
1,291 No.
6.430 Millones de pesos
Revestimientos de canales
Rehabilitación de drenes
Revestimiento de caminos
Rehabilitación de estructuras
Rehabilitación de obras de cabeza
Superficie beneficiada
Usuarios beneficiados
Inversión en obra
Total
45.640 Km
71.800 Km
175.000km.
751 pza.
1pza.
21,593 Ha.
3,693 No.
21.244 Millones de pesos
Fuente: Arellano, op. cit: p. 4.
El sector agrícola también se vio afectado por las lluvias extraordinarias de 1998, tan sólo en
dos municipios principales a los que la REBITRI abastece de agua que son La Concordia y
Pijijiapan en 199, resultaron afectadas 3,881.9 hectáreas de maíz y 625 de café que
perjudicaron a 3,058 productores de la región (ver cuadro 3 para mayores detalles).
Cuadro 3: Concentrado de superficie siniestrada por cultivo y productores del 1 de
septiembre al 27 de octubre de 1998
MUNICIPIOS
CULTIVOS
SUPERFICIE TOTAL
SINISTRADA (HAS.)
PRODUCTORES
AFECTADOS
PIJIJIAPAN
MAÍZ
CAFÉ
3,357.0
318.0
1,609.0
139.0
LA CONCORDIA
MAÍZ
CAFÉ
524.9
307.0
1,098.0
212.0
3,881.9
625.0
2,707.0
351.0
TOTAL
MAÍZ
CAFÉ
Fuente: Elaborado con datos proporcionados por la SAGAR en Tuxtla Gutierrez,Chiapas en junio del 2000.
Es por ello que consideramos es necesario determinar de manera precisa los impactos
negativos causados por fenómenos físico-hidrológico --anteriormente descritos—y los
provocados por las actividades productivas, esto es avance de la superficie agrícola,
deforestación que manifiestan la disminución de la calidad de agua y su sobreexplotación.
Pues ello origina un incremento en las pérdidas ocurridas en las zonas de cultivo sometidas a
inundaciones y Azolvamiento incrementados por fenómenos extraordinarios como los
ocurridos en 1998.
2. Problemas asociados con la valorización
2.1 ¿Qué valuar? y ¿cómo hacerlo?; preguntas centrales
Como hemos visto a partir de esta breve descripción de la REBITRI, definir que valorar ante la
presencia de una amplia gama de posibilidades que nos ofrece dicha reserva no fue una tarea
fácil, en principio por que había que plasmar el sentido útil de la valorización, es decir se
tenía que definir si se hacia una valorización ecológica o monetaria, cual sería su finalidad y
su uso. En algo si estabamos de acuerdo todos los participantes era en la elaboración de una
propuesta metodológica cuyo propósito final es utilizar la información obtenida del estudio
de valorización para el diseño de un instrumento de política ambiental que permitiera atraer
de recursos económicos a la reserva y con ello conseguir la preservación de los recursos
naturales que ahí existen. A la luz de este objetivo habría que definir qué valuaríamos de la
enorme riqueza biológica que posee El Triunfo y cómo lo haríamos.
En función de nuestros objetivos además de otras limitantes como recursos, personal humano
y tiempo, hicimos abstracción de la valorización ecológica para proponernos una
valorización de tipo monetaria, este hecho implico sólo considerar los servicios ambientales
que la REBITRI proporciona, para con ello distinguir a los diversos usuarios de los diferentes
servicios que presta la reserva e identificar aquellos que pudieran ser los medios para
implementar a futuro algún instrumento de política ambiental, que podría ser desde el
fomento o la creación de un Fideicomiso o bien el diseño o ejecución de un instrumento
económico con fines ambientales.
Para conseguir esto, lo primero que hicimos fue diferenciar los conceptos entre servicio y
función ambiental, como describimos a continuación.
2.2 Servicios vs funciones ambientales
Para identificar a los servicios ambientales de la biodiversidad, es necesario definir qué se
entiende por servicio y por función ambiental. A pesar de que muchos autores los consideran
como sinónimos, realmente existen diferencias conceptuales que permiten distinguirlos. Así,
mientras las funciones ambientales se definen como los posibles usos de la naturaleza por los
humanos, los servicios son las posibilidades o el potencial de ser usado para cualquier fin.
No obstante, lo importante es entender como es que la sociedad percibe los usos de los
flujos de servicios ambientales, que provienen de un ecosistema, de sus especies y de sus
genes, como pasa con la REBITRI.
Hueting et. al.:1998, considera que algunas funciones de la biodiversidad se pueden
concebir como bienes de consumo y otras como bienes de capital. Cuando estas interactuan
con las actividades que realiza el hombre se pueden analizar como bienes económicos, o lo
que la contabilidad ambiental define como bienes económicos no producidos. Una de las
condiciones para que esta función se defina como bien es necesario que su uso implique
escasez. De esta manera estas funciones cambian a bienes que pueden ser libres con un
valor económico cercano a cero o bienes escasos con un valor positivo, de tal manera que la
asignación de valor y sus diferentes aumentos o decrementos dependan de la escasez o la
abundancia de dicho recurso.3 Para De Groot:1994, el ecosistema sólo provee funciones y
las divide en varios tipos: regulativas, de apoyo, de producción y de información.
Las cuatro funciones descritas por De Groot, podrían estar consideradas implícitamente a los
servicios a los que Hueting, et. al, hacen referencia; pues por ejemplo, las funciones de
producción definidas por el primero incluyen algunos de los servicios definidos por el
segundo tales como la producción de oxígeno, agua, alimentos, recursos genéticos, recursos
medicinales y de materia prima, entre otros.
Las funciones regulativas se refieren a la capacidad natural que los ecosistemas poseen de
regular los procesos esenciales por conservar la vida de los sistemas. En tanto que las
funciones de apoyo, están asociadas a las capacidades que estos tienen para proveer el
espacio para las diversas actividades humanas, tales como: habitación, alimentación y
recreación. Definiendo por último a las funciones de información como aquellas que están
asociadas con la provisión de la salud mental, que facilitan el desarrollo cognoscitivo y la
experiencia estética fomentando de esta manera la cultura de la conservación y preservación
de nuestro entorno. Por ejemplo la sola existencia de un bosque proporciona, en términos
generales, una amplia gama de beneficios a la sociedad. Pues nos proveen de productos y
servicios económicos tradicionales como materias primas, frutos y empleos.
Pero
adicionalmente, se derivan de ellos otros servicios no tradicionales, tales como: captación de
carbono, y su transformación en oxígeno; producción de material genético; medicamentos y
materias primas para su elaboración, biodiversidad, protección del suelo contra erosión,
enriquecimiento del suelo, protección de fuentes o mantos de agua; paisaje y belleza
escénica entre otros.
A partir de lo anterior los servicios ambientales pueden ser analizados en tres dimensiones:
ecosistema, especies y genes. En el ámbito del ecosistema, se consideran aquellos servicios
que solamente son producidos bajo una visión integral, donde se respeten las interrelaciones
entre las comunidades de individuos y se realice un proceso productivo sin intervenciones
que sobrepasen la capacidad natural de asimilación del ecosistema. Lo cual parece imposible
de lograr hoy día.
A nivel de especie, se pueden analizar aquellos servicios que son producidos exclusivamente
por especies y que podrían mantenerse aunque existan distorsiones en el ecosistema. En
cuanto a genes, el análisis es mucho más detallado y se refiere más a la riqueza genética que
se puede encontrar en cada uno de los individuos del ecosistema y que puede utilizarse de
múltiples formas. Con base en lo anterior definimos los siguientes servicios ambientales que
presta la REBITRI resumidos en el siguiente diagrama.
3
Consideramos que la siguiente nota explica el párrafo anterior. Como sabemos para los economistas clásicos el origen de la
riqueza esta asociado a la generación de valores, y en este sentido las “cosas” tienen dos valores, un valor de uso que es la
cualidad de todo producto sea industrial o de la naturaleza que sirve de sustento para el hombre, y un valor de cambio a la
cualidad de poder cambiarse unos por otros. Es por ello que se atribuía que la fuente del valor era el trabajo y la medida de este
el tiempo. En tanto que el valor relativo de un producto se determina por el tiempo de trabajo que se invierte para crearlo. Así el
valor relativo de un producto era posible expresarlo en dinero. Para David Ricardo las cosas una vez que se les reconoce como
útiles derivan su valor de cambio en dos fuentes su rareza y la cantidad de trabajo para obtenerlas.
Diagrama 1
Servicios ambientales que presta El Triunfo
Ecosistema
Población
Genes
Servicios farmacéuticos.
Producción de alimentos: Café, maíz,
palma camedor, mango, sandía entre
otros.
Producción de madera.
Generación de Energía hicroeléctrica.
Recursos genéticos
Materia prima
Producción de oxígeno a través de la
captura de carbono.
Regulación de clima.
Regulación de disturbios.
Regulación hídrica.
Oferta y calidad del agua.
Retención de sedimentos y control de la
erosión.
Reciclado de nutrientes y fertilidad de los
suelos
Hábitat de especies endémicas.
Recreación.
Cultural.
Belleza escénica.
Producción de biodiversidad.
Fuente: Adaptado de: Castro – Barrantes:1998. Generación de Ingresos mediante el Uso Sostenible de los
Servicios Ambientales producidos por la Biodiversidad en Costa Rica, Costa Rica, p. 19.
2.3 ¿Por qué es necesario conservar los recursos existentes?
Como hemos descrito la REBITRI esta conformada por 10 tipos diferentes de
vegetación y es un centro de endemismo relevante en México lo que le favorece a la
creación de diferentes servicios ambientales que contribuyen a la realización de
actividades económicas que se realizan en la zona de amortiguamiento y fuera de ella,
favoreciendo con ello al crecimiento de la región y del estado. Pese a la gran cantidad
de servicios y funciones ambientales que posee El Triunfo, en este estudio se tomo en
cuenta, sólo uno de ellos que fue el agua, debido a la importancia del recurso.
La REBITRI es un centro receptor de agua y contribuye a la realización de diversas
actividades en la región, podemos citar que por el lado de la Región Hidrográfica
“Costa del Pacífico” compuesta por 12 ríos se favorece al desarrollo de actividades
agrícolas y ganaderas, tal es el caso de la región del Soconusco, zona productora de
café, cacao y maíz. A su vez abastece de agua dulce al complejo lagunar productor
entre otros productos pesqueros de camarón, este complejo es la Reserva de la Biosfera
La Encrucijada.
El Triunfo favorece también a la recarga de los acuíferos favoreciendo a que en la
depresión central en la región hidrológica conocida como el Grijalva--compuesta por
cuatro ríos principales—se favorezca la realización de actividades productivas de gran
relevancia nacional como son la generación de energía hidroeléctrica al respecto baste
citar que en esta zona hidrográfica se localiza la presa La Angostura que en 1998
produjo 2,250 GW que represento el 23% de la energía eléctrica producida en el país
(CFE:1999).
En dirección al Golfo de México nos encontramos que los usos del agua de su río
principal que es el Grijalva, de la Región Hidrológica del mismo nombre, irrigan
campos maiceros y cañeros principalmente, además de favorecer a la pesca de agua
dulce y abastecer de este líquido a los pantanos de Centla (ver imagen 2 para mayores
detalles). Es por ello que se considera imprescindible la conservación de la REBITRI y
hacer un uso racional del recurso agua en la zona y fuera de ella, pues su noconservación podrían ocasionarnos graves pérdidas materiales y ecológicas.
2.4 Requisitos mínimos para la valoración económica del recurso agua
Una de las razones por las que es necesario valorar adecuadamente el recurso agua radica en
que se trata de un bien libre y de un recurso natural necesario no sólo para la realización de
actividades económicas, sino también por la importancia que el agua tiene en la vida en el
planeta.
Mucho se ha hablado de la necesidad de darle un valor adecuado al agua de tal manera que
también las personas que la usen paguen un precio justo. No obstante, la ausencia de
mercados de agua o la no-regulación de los mismos ha contribuido a crear distorsiones que
imposibilitan determinar a través de ellos el precio de este recurso.
Hasta el momento al agua la percibimos como un recurso abundante y gratis. Generalmente
las tarifas del agua potable, riego y generación de energía hidroeléctrica se estiman con base
a lo que cuesta captarla y traerla hasta los sitios de consumo, sin considerar los costos
ambientales como el tratamiento de aguas residuales y los costos por la protección de las
cuencas hidrográficas donde se regenera esta agua.
Para valorar económicamente el recurso agua consideramos que se distinguir los usos que se
le atribuyen al recurso en nuestro caso tenemos identificados los siguientes:
Bien final
Uso doméstico
Uso en actividades de recreación y religiosos o culturales
Agua
Bien
intermedio
Generación de energía hidroeléctrica
Uso del agua para la realización de las actividades
económicas (agricultura, pesca, ganadería industrial, etc.)
Una vez realizada la clasificación del bien agua, podemos elaborar un esquema que nos
posibilite obtener los valores económicos de los servicios ambientales que el recurso agua
proporciona, a partir de sus usos tal y como lo ilustra el diagrama 2.
Diagrama 2
Categorías de uso del agua
Valor Económico Total
Valor de Uso
Valor de
uso directo
v Consumo humano
v Agricultura
v Generación
hidroeléctrica
v Manufactura
v Minería
v Recreación
Valores de No Uso
Valor de
uso indirecto
v Control de inundación
v Retención de
sedimentos
v Aporte de nutrientes
v Transporte
v Regulación de flujos
v Producción pesquera
v Estabilización del clima
Valor de opción y
cuasiopción
v Conservación del
agua para su oferta
futura
v Demanda futura del
agua.
v Usos futuros del agua
diferentes a los
actuales.
Valor de
Existencia
v Religiosas
v Culturales
v Científicas
Valor de
herencia
v Legado del
conocimiento
sobre usos de
agua
v Utilización
sustentable de
cuencas para
generaciones
futuras
Fuente: Adaptado de: The Nature Conservancy:1999, Manual de Capacitación: Agua valorización de un servicio ambiental, elaborado por Marta Echavarría.p.13.
Asimismo debemos considerar algunas características intrínsecas del recurso, como: la
cantidad, la calidad, su temporalidad y su distribución. Tanto la calidad como la cantidad del
recurso es necesario conocerlas por que nos determinan el estado en el que se encuentra el
recurso y el consumo del mismo. Respectivamente ambos factores dependen de los usos que
le demos al recurso agua. Por otra parte la temporalidad nos ayuda a especificar los tiempos y
a establecer los costos del recurso, en tanto que conocer la distribución del mismo nos
posibilita comprender las necesidades y carencias del recurso.
2.5 Algunas formas para realizar el estudio de valorización: métodos propuestos
Nosotros consideramos que en todo estudio de valorización económica es un requisito
fundamental contar con información actual del estado en el que se encuentran los recursos
naturales, es por ello que en esta propuesta de investigación consideramos que es necesario
primero estimar los parámetros físicos y luego los económicos, debido a que pensamos que
en la medida en que los usuarios conocen el estado del recurso agua ellos estarían más
dispuestos a participar en su conservación. A grosso modo esto es un resumen de los posibles
métodos que pueden utilizarse para la realización de dicho proyecto de valorización del
agua.
2.5.1
Parte física
Como necesitamos conocer el consumo de agua utilizada en la cuenca, es decir en la
cantidad y calidad (disponibilidad), los principales usuarios (Distrito de Riego, Presa
Hidroeléctrica y zona cafetalera), las variables a determinar son:
a)Cantidad media anual y extrema de agua superficial disponible en la cuenca.
Esta será determinada mediante el análisis estadístico de registros históricos obtenidos por
fuentes secundarias (principalmente de la Comisión Nacional del Agua y Comisión Federal
de Electricidad); para ello se pretende analizar la información meteorológica e hidrológica de
la región de una serie histórica mayor a 10 años de lectura de las estaciones de registros
ubicados en la cuenca, realizando análisis estadístico y de ajustes para proyectar en
escenarios críticos de disponibilidad y consumos extremos y mínimos (Espíritu, op. cit.).
Para conocer los consumos de agua de manera particular de los diferentes usuarios
potenciales (Cafetaleros, Distrito de Riego y Presa Hidroeléctrica) en la cuenca, se pretenden
realizar entrevistas y mediciones en campo de la infraestructura hidráulica concerniente su
capacidad.
b) Impactos negativos causados por la cantidad y calidad de agua superficial sobre los usos
más importantes en la cuenca.
Estos están relacionados directamente con la disponibilidad del agua por los usuarios
potenciales, pues la producción agroindustrial (Café) y la ganadería incrementan el deterioro
de agua útil en calidad y disminuyen la cantidad requerida para su uso, se necesita el análisis
de fenómenos relacionados con: avenidas, erosión hídrica, arrastre de sedimentos,
incremento de las superficies de inundación y asolvamiento a las obras aguas abajo en la
cuenca (Diagrama 3).
Diagrama 3
Problemática del agua en la REBITRI
Problema asociados al uso del
agua
Audiencias involucradas
a) Cantidad:
Explotación superficial y
subterránea
Sector agropecuario
y urbano
b) Calidad:
Contaminación por pesticidas,
agroquímicos, aguas residuales
(Beneficio cafetalero,
microindustria, drenaje urbano).
c) Otros:
Erosión hídrica, sedimentación,
acarreo de sedimentos.
Avenidas (Crecidas)
Productores de café(680 productores
en los municipios de La Concordia y
Pijijiapan), frijol y hortalizas y
pescadores-de la Reserva de la
Biosfera La Encrucijada.
Fuente. Modificado de Espíritu, op. cit. p.5.
Al final de esta etapa se pretende obtener datos referidos a cantidad de agua disponible para
las cuencas a valores promedio, máximos y mínimos ya que existen valores históricos en
tiempo mayor a 10 años de lectura en cuanto a precipitación y escurrimiento por parte de la
Comisión Nacional del Agua. Las partes de sedimentación tendrán que ser obtenidas a nivel
general a nivel cuenca mediante métodos indirectos, ya que no se cuenta con registros en
este caso, entonces los valores resultantes serán considerados para la cuestión de afectación
para los usuarios (ibídem).
2.5.2
Parte económica
Hemos identificado hasta el momento los siguientes usos principales del agua en la zona y
que requeriremos medir para estimar el valor económico de este recurso en términos
ambientales, estos son:
•
Abastecimiento municipal del agua
Requerimos estimar la cantidad de agua que destinan al uso doméstico. Para con ello
caracterizar el mercado de agua doméstico, fuentes de abastecimiento y principales
problemas económicos relacionado con el uso y consumo del recurso agua.
•
Abastecimiento de agua a la agricultura y la ganadería
Se pretende estimar el precio sombra del agua4 utilizada en las actividades primarias, para lo
cual se estimará la función de demanda derivada de agua para usos primarios, y
complementarán estos resultados con un modelo econométrico de disposición a pagar.
Consideramos que requerimos la siguiente información:
1.
2.
3.
4.
5.
Tipo de cultivos de la región y número de productores.
Tiempos (épocas de cosecha y siembra por cultivo)
Flujo de agua utilizado.
Precios y costos de la actividad.
Datos de producción por tipo de cultivo.
Para estimar la apreciación de los usuarios del recurso y su disposición apagar
alternativamente se realizarán estudios de valoración contingente y de costos evitados.
•
El uso del agua como bien intermedio que permite la generación de energía
hidroeléctrica
En la cuenca Cuxtepec existe una presa que captura agua para la generación de energía
hidroeléctrica, de esta tenemos que estimar el valor de la energía eléctrica generada en la
región. Consideramos que es posible estimar la función de producción de la energía
hidroeléctrica tal como se tratara de estimar para los cultivos agrícolas y la ganadería con está
es posible estimar el precio sombra del recurso, en caso de no existir se utilizará el método de
costos evitados. Todo ello depende de la información que pueda generar la Comisión Federal
de Electricidad relacionada a la Presa El Portillo.
2.6 Estrategia de investigación
El objetivo es combinar información física y económica para la estimación del valor
económico del agua de dos cuencas típicas a las que el Triunfo abastece de agua que son:
Cuxtepec y Coapa, para ello se utilizarán datos de fuentes secundarias y primarias, previa
definición de los usos del agua descritos anteriormente.
2.6.1 ¿Qué se espera obtener con los métodos propuestos?
a. Valores de disponibilidad en cuanto cantidad y calidad del agua en la cuenca.
b. Descripción física y económica de los usos más importantes del recurso agua en la
cuenca.
c. Balance de costos por mantenimiento y conservación de agua en la cuenca por los
usuarios potenciales.
d. Estimación del valor económico-ambiental del agua por principales usos.
4
Para ello se debe estimar la función de productividad del agua. Tanto con la función de demanda derivada y la de
productividad es posible estimar el precio sombra del agua a través de los mercados y mediante el precio que los equilibre,
pensando en un equilibrio competitivo este se obtendrá de la igualdad entre el ingreso marginal y el costo marginal del agua.
e. Estimación de los costos evitados para la REBITRI por procesos de erosión continua
que afecten negativamente a los usuarios del recurso.
2.6.2
Evolución y gestión del anteproyecto de investigación
Una vez definido que servicio ambiental que se valoraría y la metodología nos propusimos
elaborar el anteproyecto de investigación que se tituló: Valorización del Servicio Ambiental
del Agua en las cuencas Cuxtepec y Coapa en Chiapas, México, el cual surge como una
iniciativa del director de la Reserva de la Biosfera El Triunfo (REBITRI) y se desarrollo en su
etapa preliminar gracias al apoyo financiero brindado por The Nature Conservacy (TNC), a
través del Instituto de Historia Natural en el Estado de Chiapas (IHN), que contrataron a una
especialista en aspectos hidrológicos coordinados por personal de la Dirección de Economía
Ambiental del INE, con este grupo de trabajo se elaboraran los primeros términos de
referencia de dicho anteproyecto, para lo cual se hizo un taller con la comunidad académica
y los gestores ambientales en Chiapas a finales del mes de enero del 2000. De dicho taller se
definió que el estudio se centraría en dos cuencas de 12 a las cuales la REBITRI abastece de
agua. Se identificaron las principales instancias involucradas y se propuso solicitar recursos
financieros para el desarrollo de la investigación al Fondo Mexicano para la Conservación de
la Naturaleza, AC. en México.
En el período que comprende los meses de febrero a abril se elaboraron los términos de
referencia que dicho anteproyecto abarcaría, se definió los principales problemas ambientales
a considerar, así como la duración del proyecto que se planteaba durará 2 años. En el mes de
mayo del año en curso sé sometió a concurso ante el Fondo Mexicano, esperando resultados
favorables en junio del presente. Sin embargo, el Fondo Mexicano no pudo financiar dicha
propuesta.
Ante estos resultados negativos la estrategia consistió en reunir a todos los involucrados en la
elaboración de dichos términos de referencia para evaluar cuáles eran los factores que nos
llevaron al no-financiamiento. El principal fue la razón económica, pues la propuesta resulto
ser muy onerosa, debido a la carencia de especialistas en el IHN que sería la institución
promovente (ante las agencias a solicitar recursos) y dentro de la REBITRI; y nuestro deseo por
hacer un estudio comparativo de dos cuencas una que estuviera directamente relacionada
con la REBITRI (Cuxtepeques) y otra que abasteciera de agua dulce a la Reserva de la Biosfera
de La Encrucijada (Coapa). Lo que implicaba la generación de información física que
desafortunadamente no existe en la región y que aún no es generada por algún organismo
gubernamental.
2.6.3
¿Pero cuál es la problemática actual que enfrentamos en este proyecto?
Existen dificultades para obtener fondos antes de finalizar el año, y en el caso de
conseguir financiamiento este pudiera hacerse efectivo en el año 2001.
The Nature Conservancy –quién otorgo los fondos para elaborar el anterpoyecto de
investigación-- sólo tenía recursos hasta agosto del 2000, quedando truncadas algunas de
las actividades de gabinete por realizar como: recolección de datos de fuentes
secundarias, identificación de usuarios del recurso agua, de aquellos que estuvieran en el
distrito de riego y de los que no estuvieran en ellos, por ejemplo que el agua la extraen de
pozos que no están registrados en la Comisión Nacional de Agua.
Adicionalmente la REBITRI no cuenta con dinero de otras fuentes alternativas.
Hacer esta investigación comparando dos cuencas debido a que una de ellas la de Coapa
la comparten la REBITRI y la Reserva de la Encrucijada, hace al estudio más costoso y
quizás con pocas posibilidades de ser financiado en su totalidad.
Una alternativa de solución que nos permite abaratar costos en dicho anteproyecto es la
participación de otras instituciones académicas de prestigio en el Estado de Chiapas que
ayudaría a la continuidad del estudio y a ampliar los objetivos de investigación.
Además de estos problemas que se presentan en la elaboración de un anteproyecto de
investigación referido a valorización económica del agua nos hemos percatado de otros que
están relacionados con el diseño de algún instrumento económico en pro de la conservación
de este recurso. A continuación describimos algunos de ellos.
3. Problemas asociados con el diseño de instrumentos económicos
Debido a los usos y aprovechamientos que el recurso agua tiene en México y a sus
características como de bien nacional, resulta casi imposible la aplicación de algún
instrumento económico de los que existen por lo menos en teoría en materia de economía
ambiental, lo cual se explica por las siguientes dos razones: la primera se atribuye a su escaso
uso en el país, pues sólo existen en ejecución dos instrumentos económicos en el sentido
estricto del término: el arancel cero y la depreciación acelerada, los cuales tienen como
objetivo incentivar a los empresarios a adquirir equipos anticontaminantes y estimular con
ello la reducción en la contaminación atmosférica.
Para el caso del agua, hoy día solo existe el cobro de derechos por las descargas de aguas
residuales y por su uso, cualquiera que este sea, sujeto por supuesto a la Ley Federal de
Derechos. Estos derechos y aprovechamientos no son definidos como instrumentos
económicos, pero están diseñados para cubrir parte de los costos de extracción y tratamiento,
así como garantizar la conservación y preservación del recurso agua. Esto último es lo más
difícil de conseguir, pues los ingresos del agua obtenidos por su uso no logran abastecer
todos sus costos de operación. La segunda limitante esta referida al marco jurídico existente
que define al agua como un recurso nacional y por sólo ese hecho compete a la nación su
administración y uso (Martínez:2000).
Con relación a quiénes deben de pagar el derecho por uso del agua, la Ley Federal de
Derechos del 2000 en México señala que todas las personas físicas y morales que usan,
explotan o aprovechen las aguas nacionales. Este pago se fija considerando el tipo de derecho
que tiene el usuario del recurso y no con base a lo que cuesta surtir al usuario de tan vital
líquido. Con relación a las modalidades de los derechos de uso del agua que marca la ley se
encuentran los siguientes:
&
&
&
&
Títulos de asignación.
Concesión.
Autorización.
Permiso.
A partir de ello, los pagos están definidos por una tabla de pagos que se publica en la Ley
Federal de Derechos y se definen por pesos por un metro o mil metros cúbicos de agua y se
diferencian por 9 zonas en las cuales se clasifican las principales regiones usuarias de este
recurso que se señalan en el artículo 231 de la ley federal de derechos, las cuales se obtienen
de los costos mínimos de extracción del recurso. Los pagos también difieren por el tipo de
agua que se utiliza y por quién la utiliza, por ejemplo si es por extracción de fuentes
superficiales o extraídas del subsuelo.
De acuerdo a la Ley Federal de Derechos del 2000 estos pagos por tipo de usuario varían
sustancialmente incluye, tal y como lo ilustramos a continuación:
♣ Para las empresas públicas o privadas el costo por metro cúbico esta en el rango
comprendido de los $11.4960 a $0.9026 pesos5.
♣ Para los concesionarios, Entidades Federativas (municipios), empresas que presten el
servicio de agua potable, colonias populares (sólo para uso doméstico) el pago por mil
metros cúbicos esta en el rango de $27.77 a $26.41 pesos
♣ Para la generación de energía eléctrica el costo es de $2.4169 por mil metros cúbicos
pesos por metro cúbico para las nueve zonas.
♣ La acuicultura su pago oscila entre $1.8774 a $0.7215 pesos por metro cúbico.
Existen a su vez algunas excepciones a este pago y se listan a continuación:
•
•
•
•
•
•
Por extracción o derivación
Actividades agrícolas y pecuarias que satisfacen necesidades domésticas.
Uso y aprovechamiento de aguas residuales.
Aguas que broten o parezcan en el laboreo de minas.
Usos agropecuarios, incluyendo a los distritos y unidades de riego.
Para el caso en el que las aguas regresen a su fuente original, o que sean vertidas en
cualquier otro sitio.
De esta manera es claro que el sector agrícola no paga derechos de agua por consumo,
tampoco se aplica cobro por abastecimiento de agua potable a pequeñas comunidades
agrícolas. En general podemos decir que el cobro de agua potable se basa principalmente en
su uso para la industria y el doméstico, básicamente en las ciudades con grandes densidades
5
El rango se basa en los precios establecidos por la ley para las nueve zonas clasificadas por ella.
de población, tal es el caso de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, Monterrey,
Guadalajara, etc.
Demás de que el agua es gratuita para las actividades agrícolas, la electricidad por bombeo
esta fuertemente susbsidiada. El subsidio energético contribuye aún más al desperdicio y
manejo ineficiente del recurso en este sector (CESPEDES:1998). El problema se agrava
cuando consideramos que en 1995 el sector que más usa este recurso es el agrícola con 61.2
km3 al año (ver cuadro 4).
Cuadro 4: México, extracción y usos del agua, 1995
Extracción y usos
Extracción total
Usos consuntivos
Agrícola
Doméstico
Industrial
Acuacultura intensiva
Uso no consuntivo
Generación de energía hidroeléctrica
Fuente: CNA, 1996
Usos consuntivos: Impactan a la disponibilidad al aprovechar el agua y sólo
retornan una parte de está.
*Usos no consuntivos: Retornan la totalidad del agua aprovechada.
Km3/año
186.7
73.5
61.2
8.5
2.5
1.3
113.2
113.2
Resumiendo: Para proponer un instrumento económico considerando las experiencias que
existen en este tema en el país para el caso del agua hace necesario estudiar el marco jurídico
en esta materia, para con ello evaluar la factibilidad de que cualquiera que sea el instrumento
éste pueda llevarse a la práctica, además de poder estimar los posibles efectos que dicho
instrumento pueda generar en los agentes económicos afectados, así como su contribución a
la preservación del ambiente, pero en el caso de la REBITRI al ser el agua usada
principalmente para la realización de actividades primarias es imposible pensar en uno este
asociado al precio del recurso, pues jurídicamente esto sería improcedente.
4. Reflexiones finales
En la propuesta de investigación elaborada en los meses de febrero-junio del 2000, por la
Reserva de la Biosfera El Triunfo, DEA-INE y el IHN se tenían como objetivo estimar el valor
económico del agua con base a parámetros físicos y económicos a partir de los servicios
ambientales que este recurso proporciona a la reserva de la biosfera de El Triunfo, en Chiapas
México y de manera indirecta a otras zonas fuera de la reserva.
El proyecto consideramos que incide favorablemente a loas objetivos de preservación y
manejo de la REVITRI, por que a partir de los resultados obtenidos los gestores ambientales
podían utilizar la información para el diseño de instrumentos económicos que permitieran a
futuro retribuir el costo por conservación y mantenimiento del servicio ambiental otorgado
por la Reserva.
Sin embargo plantear un proyecto tan complejo implicaba además de tiempo esfuerzos
interdisciplinarios que originaron la necesidad de hacer una investigación colectiva en donde
se puedan involucrar varias instituciones académicas, lo que hacía que por lo menos en el
corto plazo fuera difícil de gestionar con las mismas, además de que por la novedad del tema
pocos son los especialistas que se aventuran hacer estudios de valorización en el país, a este
hecho hay que sumarle lo complicado que resulta incluir en los estudios de valorización
económica una combinación de información más minuciosa de parámetros físicos y
económicos, pues eleva los costos de la ejecución del proyecto y alarga los plazos de su
desarrollo. Lo cual hace a este tipo de anteproyectos poco atractivo para las instituciones
financiadoras, de ahí que la estrategia actual sea acortar la parte física a un solo aspecto del
servicio ambiental y enfocarlo al manejo de cuencas más que a su diagnóstico y estado.
La anterior experiencia nos lleva a la siguiente reflexión: cuando y de que manera será
posible que se puedan hacer proyectos de valorización que incluyan aspectos biológicos y
económicos, si el costo de su elaboración parece ser extremadamente caro y la aversión al
riesgo de las instituciones financieras es grande, en especial cuando se vive en un país donde
existe “n” necesidades prioritarias y los problemas relacionados con el ambiente pasan a
segundo termino. ¿Cómo y cuándo será posible que los economistas no parezcamos como
insensibles y cerrados para analizar a los fenómenos naturales con sus propias herramientas?.
Como podemos darnos cuenta aquí, la interdisciplinariedad resulta cara.
Referencias
Arellano, José Luis: 1999. El proceso de transferencia de los distritos de riego en el estado de Chiapas, México,
Comisión Nacional de Agua. Mimeo. 8 pp.
Azqueta, Diego: 1994 Valoración Económica de la Calidad Ambiental. Mc Graw Hill. España.
Castro – Barrantes: 1998. Generación de Ingresos mediante el Uso Sostenible de los Servicios Ambientales
producidos por la Biodiversidad en Costa Rica, Costa Rica, fotocopia, 65pp.
Centro de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable:1998. Eficiencia y uso sustentable del agua
en México: participación del sector privado. México, agosto.15pp.
Comisión Federal de Electricidad:1999. Informe de operaciones.1998-1999. México.39pp
De Groot, R. S. 1994. “Environmental functions and the economic value of natural ecosystems” in: A. M. Jans son,
M. Hammer, C. Folke, and R. Costanza (eds). Investing in natural capital: the ecological economics approach to
sustainability. Island press, Washington DC. pp. 22-37.
Dirección General de Política de Ingresos por la venta de bienes de Servicios Públicos. SHCP:2000, Ley Federal
de Derechos 2000, México,210pp.
Echavarría, Martha:1999, Manual de Capacitación: Agua valorización de un servicio ambiental. The Nature
Conservancy. Chile, 87 pp.
Espirítu, Gloria:2000. : “Valoración del servicio ambiental del agua en las Cuencas Cuxtepeques y Coapa en
Chiapas” ponencia presentada en seminario Marco Legal para la conservación de las áreas naturales protegidas
en el Estado de Chiapas. Organizado por The Nature Conservancy, Gobierno del Estado y el Instituto Nacional de
Historia Natural, 18 y 19 de mayo.
Hueting, R., L. Reynders, B. de Boer, J. Lambooy and H. Jansen:1998. “The Concept of Environmental Function
and its Valuation”. En: Ecological Economics, No. 25, p.p. 31-35.
Instituto Nacional de Ecología:1999. Programa de Manejo de la Reserva de la Biosfera El Triunfo. México,
108pp.
Martínez Alier, Joan y Klaus Schlüpmann:1993. La ecología y la economía. Fondo de Cultura Económica. México.
367 pp.
Martínez Anabel y Gloria Espiritu:2000. “Términos de referencia del proyecto titulado: Valoración del servicio
ambiental del agua en las Cuencas Cuxtepeques y Coapa, Chiapas”. Mimeo elaborado en Tuxtla Gutierrez,
Chiapas, México. Mayo 26pp.
Martínez Anabel: 2000 “Fijación óptima de precios de los recursos naturales renovables, el caso del agua en
México” ponencia presentada en seminario Marco Legal para la conservación de las áreas naturales protegidas en
el Estado de Chiapas. Organizado por The Nature Conservancy, Gobierno del Estado y el Instituto Nacional de
Historia Natural, 18 y 19 de mayo.
Pearce, David y R. Kerry Turner: 1993. Economics of Natural Resources and the Environment Gran Bretaña.
Harvester Wheatsheaf.
VALORACION DE ATRIBUTOS NATURALES DE LA ZONA FEDERAL
MARITIMO TERRESTRE.
1
1
Cuilty Esquivel, K., 2Gutiérrez Villaseñor, C., 3León Diez, C.
Est. de Posgrado, El Colegio de México. 2 Est. de Posgrado Universidad Autónoma de Baja
3
California. Profesor-investigador, El Colegio de México
Actualmente existen tres usos contemplados por la ley para el cobro por uso y
goce de la zona federal marítimo terrestre y terrenos ganados al mar, que son:
1. Protección y ornato: debido a que no altera sustancialmente el ambiente se
considera a esta actividad poco perjudicial. Por lo tanto no modifica,
evidentemente, las características actuales del terrreno. Para el objetivo de
está presentación no consideramos modificar las tarifas actuales para el
cobro de derechos.
2. Ganadería, agricultura y acuacultura: debido a las grandes extenciones de
terreno que utilizan estas actividades, valorando los efectos positivos o
negativos en el largo plazo y por la magnitud que tienen (la extención y los
efectos) es importante proponer una nueva tasa tarifaria que incluya un
valor adicional a aquellas actividades que influyan mas sobre el ambiente.
3. General1: esta actividad por la intensidad y las modificaciones que realiza al
ambiente en el corto plazo, es evidente que sus efectos se reflejan
inmediatamente. Por lo tanto se considera su revalorización.
Existen en la actualidad 10 zonas que agrupan a los 167 municipios costeros;
los criterios para designar a que zona pertenece cada municipio no son claros y
aparentemente fueron únicamente los rasgos socioeconómicos los argumentos
para su asignación.
La estructura tarifaría es:
TABLA
ZONAS
USOS
PROTECCIÓN
ORNATO ($/m2)
Y AGRICULTURA,
GANADERIA,
PESCA
1
DOF
29-12-97
GENERAL ($/m2)
Y
ACUACULTURA
($/m2)
ZONA I
0.21
0.072
0.66
ZONA II
0.44
0.072
1.35
ZONA III
0.92
0.072
2.74
ZONA IV
1.40
0.072
4.10
ZONA V
1.88
0.072
5.50
ZONA VI
2.87
0.072
8.26
ZONA VII
3.84
0.072
11.01
ZONA VIII
7.21
0.072
20.68
ZONA IX
9.63
0.072
27.60
ZONA X
19.29
0.072
55.21
en estas tarifas, parecen no se considerase otros insumos que son básicos
para la producción del bien y/o los costos de los desechos generados en el
proceso productivo. Para explicarnos tomemos como ejemplo un hotel, el cual
requiere de una playa con ciertas características como son: tipo de arena,
oleaje, clima, etc. Que son, quizás, una razón para que el visitante acuda a ese
sitio. Por lo tanto pueden considerárseles como insumos y los dueños de los
hoteles deben pagar por dicho insumo.
ADICIONALMENTE se puede observar que el uso 2 tiene la misma tarifa sin
importar la zona en la que se encuentre. ¿Qué implica la misma tarifa en todas
las regiones? Comenzando por notar que si existe la misma tarifa (sin importar
el monto de esta) en todas las zonas implica que la dotación de servicios de
comunicaciones y transporte no altera el valor que tiene la playa (zona federal).
Esto
es
incorrecto,
por
que
al
tener
acceso
a
carreteras
implicará
NECESARIAMENTE que la capacidad de DISTRIBUCIÓN del bien es mayor, si
se distribuye más rapidamente llegará en mejores condiciones al consumidor
final y tendrá un precio más elevado en el mercado que aquel bien que no tiene
acceso a este tipo de servicios. Se debe notar que la importancia de la
disponibilidad del tipo de servicio radica en la capacidad para ser utilizado por
el productor, independientemente si este tiene la capacidad para aprovecharlo.
Por lo anterior sería adecuado también zonificar el uso 2, aun cuando la
diferencia de tarifas entre zonas sea minima.
Lo
importante
es
destacar
al
consumidor
que
un
lugar
con
mayor
infraestructura tiene mayor inversión y se debe pagar por ella.
COMO VALORAR:
Uso 2
Agricultura, ganadería y acuacultura: el uso de la playa es de forma directa, es
decir, ocupamos los recursos que se encuentran en la playa (zona federal), y
no se gozan de las amenidades.
Sugerimos que en el cobro de la tarifa se incluya la probabilidad a sufrir un
evento natural (inundación, tormenta, etc). Debido a que la posibilidad de un
evento es mayor en ciertas regiones y esto afecta la rentabilidad de los
proyectos. Es decir, sugerimos zonificar de la misma forma que sé hizo con el
tercer uso, pero con base en la probabilidad de sufrir un evento.
Comenzaremos por plantear la división de este uso en dos: agrícola-ganadero,
y acuacultura. Esta división es necesaria para poder distinguir los efectos
negativos y positivos de cada una de estas actividades. Las materias primas
utilizadas en las actividades primarias son distintas, estas generan efectos
ambientales diferentes. Dividirlos ayudaría a reconocer independientemente los
efectos y poder inferir las implicaciones de la combinación de estas dos
actividades sobre una misma zona.
Es necesario establecer normas para evaluar los efectos combinados de las
actividades agrícolas y ganaderas sobre las actividades acuícolas y viceversa,
ya que estas se realizan en la zona costera.
La acuacultura por la calidad de la materia prima que ocupa excluye a las otras
dos actividades, por lo tanto está “exclusividad” debe ser tasada en mayor
proporción, simplemente por la calidad de los recursos que utiliza.
Consideramos que para la actividad acuícola sería importante tomar en cuenta
el tipo de organismo a cultivar, ya que las rentabilidades y el efecto sobre el
ambiente es diferente según la especie. Se propone utilizar, inicialmente, tres
especies: camarón, ostión y almeja.
Se sugiere una metodología basada en las concesiones otorgadas por la
dirección General de Zona Federal Marítimo Terrestre, dependencia encargada
de regular y administrar los terrenos de zona federal aptos para el cultivo de
estas especies.
Se toma la zonificación realizada con la probabilidad de sufrir un evento y sobre
estas tarifas se les cobrará un sobreprecio según la calidad y cantidad de agua
que los cultivos ocupan en promedio.
El índice se aplicará en base al costo de obtener la misma calidad de agua si
no existiera el cultivo. Es decir, sacar el costo de poner una planta de
tratamiento de aguas que me dé casi la misma calidad.
Debido a que incluir el costo directo de poner una planta de tratamiento de
aguas es muy elevado se utilizará el índice, buscando no eliminar la actividad a
causa del incremento del costo del metro cuadrado.
Uso 3
General: se gozan mas de uso indirectos que directos.
Paisaje: investigar y cuantificar las diferencias de precios entre los cuartos con
o sin vista hacia el mar.
Inferimos que la preferencia de las diferentes opciones a escoger en los
litorales mexicanos se deben a una o a la combinación de los siguientes
elementos.
Tipo de playa:
Color-textura-tamaño de sedimento
Días soleados al año
Frecuencia de eventos naturales (inundacion, tormeta, etc)
Energía del oleaje
Color del agua
La metodología propuesta iría en el siguiente sentido. En la zona en la cual se
aplica la misma tarifa, comparar los precios de habitaciones de características
similares en el mismo municipio, y cuantificar el valor de esa playa para los
turistas. El hecho de buscar hoteles en igual zona es una forma de evaluar
servicios semejantes y aislar simplemente el valor de la belleza del lugar y la
disposición a pagar por el escenario.
En el presente trabajo se pretende hallar el valor de la playa para los turistas y
los hoteles, aunque sabemos que no es el único uso dado a la playa, es una
buena aproximación de la forma de valuar las playas.
El modelo de precios hedónicos evalúa cual es el aporte de un “atributo” en el
bien final, está valuación depende de la importancia que le da el consumidor a
ese atributo. En otras palabras, el modelo de precios Hedónicos busca
encontrar el valor de cada uno de los “atributos” que conforman el bien final, es
decir, pretende encontrar cuanto afecta al precio del bien final cambios,
alteraciones y la presencia de los atributos que integran el bien consumido.
En la aplicación dada para esté trabajo; el bien final es el cuarto del hotel, pero
el precio del cuarto contiene una serie de servicios (atributos) que los
consumidores aprecian y que están dispuestos a pagar por ellos. Como
ejemplo de dichos servicios tenemos: el acceso a la playa, albercas, aire
acondicionado, restaurantes, bares, televisión, entre otros. Estos servicios son
procurados
por
el
hotel
y
están
incluidos
en
el
precio
del
cuarto.
Adicionalmente, la calidad y servicio de los hoteles difieren, por lo mismo el
producto final, es decir el cuarto del hotel, también es un bien diferenciado para
el consumidor.
Recordando la valuación por precios hedónicos, si estas variables están
incluidas en el precio, introduciéndolas en la regresión como variables
independientes se les obtendrá el valor que tiene dentro del precio.
Acapulco será considerado el escenario básico debido a que en el municipio se
encuentra un gran número de hoteles con y sin acceso a la playa, lo que hace
posible un corte transversal, con un número suficiente de datos.
Se correrá dos regresiones de tipo no lineal. Debido a que las regresiones
lineales son útiles, solamente cuando los bienes son “perfectos sustitutos” para
los consumidores, con “perfectos sustitutos” no estamos implicando que los
bienes sean idénticos, sino que tienen diferentes atributos, pero dichos
atributos
no
son
“cualitativa,
ni
cuantitativamente
diferentes”
para
el
consumidor. Como esté no es el caso de nuestro trabajo, ocuparemos
regresiones no lineales.
La primera regresión contendrá los precios de los hoteles con acceso al mar
como variable dependiente y las variables independientes serán los metros de
ancho frente del mar, el número de albercas, el número de restaurantes y
bares, si se tiene acceso a estacionamiento y servicio de lavandería (como
variables dummy).
La segunda regresión tendrá como variable dependiente el
precio de los cuartos sin acceso directo al mar y nuevamente como variables
independientes los metros de ancho del hotel, el número de albercas, el
número de habitaciones, el número de bares y restaurantes, si tiene
estacionamiento y servicio de lavandería (como variables dummy).
Es decir las regresiones serían especificadas de la siguiente manera:
PRECIO Cacc= α + ν Metros de ancho del hotel hacia el mar+ β No. Albercas +
χ No. Habitaciones + δ No. Restaurantes y No. Bares + φ Estacionamiento + γ
Lavandería + ε
PRECIO Sacc= α + ν Metros de ancho del hotel + β No. Albercas + χ No.
Habitaciones + δ No. Restaurantes + η No. Bares + φ Estacionamiento + γ
Lavandería + ε
Se comparan los parámetros ν de ambas regresiones y está diferencia será el
valor de la playa.
Lógicamente, se sacará una estimación por metro cuadrado de la playa y se
comparará con la tarifa actual de la Zona X (donde se encuentra el Puerto de
Acapulco).
El valor obtenido de este método, no tiene que ser incluido íntegramente dentro
de la tarifa de la Zona, por que existen muchas otras variables que afectan al
mercado
hotelero;
como
impuestos,
temporalidad,
etc....
Es
necesario
integrarlo al sistema de tarifas de la Zona Federal Marítimo Terrestre pero
como una referencia.
LA PESCA Y LA ACUACULTURA FRENTE AL DETERIORO DE FUNCIONES
AMBIENTALES: UN ESTUDIO DE CAMPO EN BAHÍA DEL TÓBARI (SONORA,
MÉXICO).
Luis Carlos Bravo-Peña 1 y Anamaría Escofet 2
1) Puerto Angel, Oaxaca. Universidad del Mar Km. 1.5 Carr. a Zipolite E-mail [email protected]
2) Departamento de Ecología, Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada
(CICESE). Ensenada (BC, México). E-mail [email protected]
RESUMEN: Se describen actividades y gastos adicionales que pescadores y acuacultores
de Bahía del Tóbari (Sonora, México) realizan en un escenario donde el acceso a aguas
navegables y la calidad del agua se han deteriorado por el aporte de sedimentos y químicos
desde la cuenca agrícola, y el bloqueo físico de la circulación dentro de la laguna. Se
discuten los resultados en encuadres conceptuales no excluyentes: a) como externalidad
negativa; b) como gastos defensivos que no se discriminan del gasto corriente; c) como una
estimación del valor de uso que tienen la navegabilidad y la calidad del agua
respectivamente.
ABSTRACT: This study describes the activities and additional expenditures that fishermen
and aquaculturists in Tobary Bay (Sonora, Mexico) are forced to carry out in a scenario
where both the access to navigable waters and water quality have deteriorated due to the
sediments and chemicals inputs from the agricultural plains and to the physical blockade of
circulation within the bay. Results are discussed in conceptual non-excluding frameworks: a)
as a negative externality; b) as defensive outlays which are not distinguished from current
expenditures; c) as an estimate of the use-value that navigability and water quality have for
fishing and aquaculture sectors respectively
INTRODUCCIÓN
La identificación del modo en que la degradación ambiental afecta a los posibles usos del
territorio y a diferentes actividades productivas es un tema central en los estudios sobre
sustentabilidad (Costanza, 1991). El deterioro ambiental que es producido por una actividad
y que además puede afectar o ya afecta a otras actividades constituye una familia de
problemas más específicos de la Economía Ambiental, pudiendo calcularse lo que dejaría de
percibirse por no poder realizar una actividad a causa de las condiciones ambientales
desfavorables, ó los gastos que una actividad existente debe realizar para compensar los
cambios desfavorables que se van instalando en su medio (Peskin, 1991).
Los cuerpos de agua costeros son inevitables receptores de los escurrimientos de las
cuencas hidrológicas, a las cuales se sobreimponen las cuencas de desechos generados por
diversas actividades localizadas tierra adentro. Las descripciones de procesos de
eutroficación y contaminación química en cuerpos de agua costeros son prácticamente
universales (Churchill, 1987; Sherman, 1994; Valiela, 1992). Sin embargo, son escasos los
estudios que indagan el modo en que el deterioro ambiental afecta a sectores productivos
específicos.
En este trabajo se describen las actividades y gastos adicionales que los pescadores y
acuacultores de Bahía del Tóbari (Sonora, México) se ven obligados a realizar en un
escenario donde el acceso a aguas navegables y la calidad del agua se han deteriorado por
el aporte de sedimentos y químicos desde la cuenca agrícola, y por el bloqueo físico de la
circulación dentro de la laguna.
Se discuten los resultados en encuadres conceptuales no excluyentes: a) como un caso de
externalidad negativa; b) como gastos defensivos que no se discriminan del gasto corriente;
c) como una estimación del valor de uso que tienen la navegabilidad y la calidad del agua
para los sectores pesca y acuacultura respectivamente.
ÁREA DE ESTUDIO
Bahía del Tóbari (Sonora, México, 26° 55’-27°08’ N; 109°54’ –110o 08´ W) es un cuerpo
costero de dos bocas definidas por una barra arenosa de 12 km. (isla Huivulai). Tiene
aproximadamente 10 520 ha de espejo de agua (20 x 4.5 km) con una profundidad promedio
de 1.5-2 m. Su origen es deltaico. Su cuenca de drenaje es de 106 702 ha. En las cabezas
sur y norte se desarrollan extensas zonas de manglar, en las desembocaduras de 15 drenes
agrícolas. Internamente, la topografía natural define una celda sur (aproximadamente 1 964
ha) constituida por los esteros Burabampo y Siaric; el resto formaba originalmente una gran
celda de 8 556 ha que fue dividida artificialmente por un pedraplén, distinguiéndose en la
actualidad una celda centro (aproximadamente 5 580 ha) y una celda norte
(aproximadamente 2 976 ha) (Fig.1).
2
Figura 1.
Localización y configuración de Bahía del Tóbari en la actualidad (A), y
circulación antes (B) y después (C) de la construcción del pedraplén.
La elevada productividad primaria de este sistema costero ha propiciado el asentamiento de
un sector dedicado a la pesca artesanal desde 1920-30, cuyos campos pesqueros están
ubicados exclusivamente en la ribera del sector centro de la bahía.
La cuenca de drenaje tiene uso agrícola intensivo desde la década de los cincuentas, y uso
porcícola desde 1965. Entre ambas actividades, se descarga un promedio anual de 350
millones de m3 de aguas residuales, con alto contenido de productos químicos (pesticidas,
defoliantes, fertilizantes, químicos farmacéuticos, metales pesados) y sedimentos finos
propios del uso y desgaste de los suelos agrícolas. Estas descargas se realizan a través de
14 drenes desigualmente distribuidos: en la celda Norte descargan cuatro drenes que
3
recogen el producto de 26 860 ha agrícolas y cuatro granjas porcícolas; a la celda Centro
arriban ocho drenes provenientes de 29 706 ha agrícolas y dos granjas porcícolas; en la
celda sur, dos drenes descargan el producto de 50 000 ha agrícolas y nueve granjas
porcícolas.
En 1966, propietarios que intentaban desarrollar el turismo en la isla Huivulai construyeron
un pedraplén de 4.7 km de longitud para facilitar el acceso. El posterior desarrollo turístico de
la isla fue limitado, ya que su naturaleza arenosa impide el asentamiento de construcciones
permanentes, pudiendo realizarse solo excursiones cortas y pequeños campamentos. Sin
embargo, el pedraplén quedó como una barrera física permanente que provocó cambios
drásticos en el patrón interno de corrientes y aceleró el azolvamiento producido por el
ingreso continuo de sedimentos terrígenos desde la cuenca agrícola-porcícola.
Desde 1994, como resultado del impulso que se dio a la acuacultura a nivel estatal, se
establecieron granjas de cultivo, principalmente de camarón café y azul (Litopenaeus
vannamei y L. stylirostris ) aunque también ostrícolas. Estas granjas se ubican en las
inmediaciones de las riberas de los sectores norte y sur, y al momento de este estudio
destinaban 336 ha al cultivo.
La llegada invernal del pato de collar (Anas spp.) ha favorecido la presencia de grupos
cinegéticos desde mediados de la década de los setentas. Otra actividad local, de la que no
se tienen registros consistentes, es la extracción de sal en la ribera de los subsistemas Norte
y Centro, donde operan intermitentemente dos salinas.
PROBLEMÁTICA AMBIENTAL
La problemática ambiental parece haberse desencadenado a partir del azolvamiento masivo
que ocurrió con la construcción del pedraplén, que modificó profundamente el patrón original
de circulación y redujo la velocidad de flujo (DGIP,1981). El pedraplén no afectó al subsistema Sur, pero el antiguo subsistema Norte fue dividido en dos, de modo que el sistema
original se convirtió en uno nuevo, con tres subsistemas de circulación.
Después de la construcción del pedraplén, y sin que hubiera aumentado el volumen de
aguas residuales vertidas, se aceleró el azolvamiento en los subsistemas Norte y Centro. A
partir de Valdés (1994) puede calcularse que entre 1973 y 1991 el espejo de agua disminuyó
2.24% y las planicies lodosas aumentaron 73%. Como consecuencia, aumentó el tiempo de
residencia de las aguas, particularmente en los subsistemas Norte y Centro. Esto se hace
evidente en los valores promedio de salinidad, que en 1979 eran de 37-38 ‰ en todos los
puntos de la bahía, y en la actualidad son de 40-41 ‰ en el subsistema Norte y de 37-38 ‰
en el subsistema Sur.
Los problemas ambientales más señalados por los pescadores son la reducción de áreas
útiles para la pesca y la disminución en las capturas del pargo (Lutjanus sp.). Ambos
4
problemas son relacionables con un proceso de azolvamiento que fue aumentando la
extensión de las planicies lodosas y reduciendo tanto el espejo de agua como la calidad de
los fondos en las zonas de manglar, hábitat de reproducción y crianza del pargo.
Los acuacultores, por su parte, señalan la presencia de enfermedades en las especies
cultivadas. Esto se asocia en general con la presencia de residuos contaminantes, y en el
caso específico del “síndrome de Taura”, con la presencia de químicos agrícolas en las
aguas.
Tanto los pescadores como los acuacultores destinan, en forma empírica, parte de sus
recursos para mitigar los problemas ambientales. Para compensar la presencia de amplias
planicies lodosas frente a sus comunidades, los pescadores realizan dos actividades para
alcanzar las aguas navegables: 1) cavado de zanjas para desplazar los botes en ellas; 2)
renta de carretas para transportar equipos y productos pesqueros. En el sector acuícola, la
disminución en la calidad del agua requiere de dos actividades para evitar enfermedades
virales y bacterianas: 1) desinfección de los estanques mediante la aplicación de cal: 2)
suministro de alimento enriquecido con medicinas y premezclas vitamínicas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Al momento de este estudio, la presencia de zanjas en las planicies lodosas y el
desplazamiento de carretas con enseres de pesca eran visibles a cualquier visitante del sitio,
y podían ser tomados inadvertidamente como elementos del paisaje. En las granjas
acuícolas, la aplicación de cal era igualmente evidente para un visitante más especializado.
El uso de alimento medicado no es evidente a menos que existan indagaciones específicas.
En todos los casos, al momento de este trabajo la información era de tipo anecdótico, no
explícito, y no sistematizado.
Para cubrir estos vacíos, durante julio y agosto de 1997 se realizaron entrevistas a doce
informantes clave de los sectores pesquero y acuícola, con el propósito de: a) confirmar la
existencia y vigencia de las actividades de mitigación; b) obtener un desglose de las
actividades, su periodicidad, y el costo de los insumos requeridos; c) recabar información
histórica sobre la aplicación de las medidas.
Las entrevistas fueron de tipo semiestructurado (Robson, 1993). Los individuos entrevistados
se seleccionaron por su antigüedad y prestigio dentro de la comunidad, lo que les daba
confiabilidad como fuente de información de campo.
Los cálculos se hicieron con base en los elementos que figuran en la Tabla 1.
5
Tabla I. Costo de las medidas de mitigación empleadas por pescadores en bahía del Tobarí (Sonora, México).
PESCADORES DE COOPERATIVAS
Sector
Medida de
Mitigación
CAVADO DE ZANJAS
Información Utilizada
a.
Costo por cavado de cada zanja.
315.9 dlls
b.
Vida útil promedio de cada zanja.
6 meses
c.
Cantidad de zanjas requeridas
DE NAVEGACIÓN
RENTA DE
Unidades
Pescadores involucrados
a.
Costo de la renta de carretas.
b.
Número de veces en el año que se
Por pescador:105.26
50
Por grupo: 31 579
anualmente
d.
Costo anual (dlls)
300
2.1dlls
Por pescador:
208 (4/semana)
437.89
requiere el alquiler de carretas.
CARRETAS
Por grupo:
c.
Pescadores involucrados
300
a.
Precio por tonelada de cal
73.68 dlls
b.
Cantid ad aplicada por ciclo de
131 368.42
12 TM
cultivo.
c.
Numero de aplicaciones requeridas
30
por ciclo
d.
8
Para un estanque de 8 ha:
por día
APLICACIÓN
947.6
DE
e.
Numero de operarios requeridos
CAL
f.
Jornal de operarios
g.
Jornadas netas por ciclo
3.75 días
2
h.
Costo por litro combustible
0.44 dlls
i.
Cantidad de combustible/ciclo
j.
Costo/litro aceite pera motor fuera
4.2 dlls/dia
Para una granja tipo, con 29
estanques de 8 ha: 27 480
ACUACULTORES
DE C AMARÓN .
Numero de aplicaciones posibles
94.5 l
1.26 dlls
de borda
Suministro de
k.
Litros de aceite/ciclo
a.
Precio por tonelada de alimento
alimento medicado.
2
631.6 dlls
medicado.
b.
Precio por tonelada de alimento no
9.08 % más que la
578.95 dlls
alimentación normal
medicado.
6
RESULTADOS
1. Mitigación de la pérdida de navegabilidad
1.1.- Cavado de zanjas
La información obtenida en campo mostró que, aunque de forma gradual, esta actividad se
realiza desde finales de la década de los 80´. Al momento del estudio, unos 300 pescadores
de cooperativas estaban organizados en grupos de seis personas en promedio para afrontar
los gastos, y había en operación 50 zanjas de 30-50 m de longitud, cuyo cavado tenía un
costo unitario de 315.9 U$A. La vida útil de cada zanja es de 6 meses, de modo que el
cavado debe hacerse dos veces al año. Con base en lo anterior, los cálculos arrojaron un
costo anual de 31 578.9 dólares para el conjunto de 300 pescadores, ó de 105.26 U$A por
pescador (Tabla I).
1.2. Alquiler de carretas de tracción animal para transporte de equipos y productos
pesqueros
En esta alternativa, los pescadores optan por acercar los enseres de pesca desde a
ls
comunidades hasta las aguas navegables, y para transportar el producto de la pesca a tierra
(en vez de acercar las embarcaciones a sus comunidades, como en la actividad anterior).
Esta modalidad, vigente al menos desde 1993, es utilizada de forma irregular (2 -5 veces
por semana, según la abundancia de las capturas). El alquiler de una carreta es de 2.1
U$A por viaje. Con base en lo anterior, y considerando el uso de carretas 4 veces por
semana (208 veces en el año) los cálculos arrojaron un costo anual de 437.89 U$A para
cada individuo. Si hicieran uso de este servicio los trescientos pescadores de la zona, la
suma sería de 131 368.42 U$A anuales (Tabla I).
2. Mitigación del deterioro de la calidad del agua
2.1.
Aplicación de cal
La información de campo mostró que las aplicaciones periódicas de cal a los estanques de
cultivo se realizan desde 1995.
Para un ciclo de cultivo típico, que dura aproximadamente seis meses, se hacen dos
aplicaciones semanales de 50 kg de cal/ha durante los dos primeros meses, y una
aplicación semanal de 50 kg/ ha durante los cuatro meses restantes. Para un estanque de
tamaño promedio (ocho ha) se requieren 30 aplicaciones por ciclo de cultivo, totalizándose
12 Tm de cal que al momento de este trabajo tenían un precio de 73.68 U$A/Tm.
Cada aplicación de cal requiere el trabajo de dos personas, que pueden realizar un
promedio de ocho aplicaciones por día, de modo que las 30 aplicaciones requeridas para un
estanque promedio insumen 3.75 días laborales, con un salario de 4.2 U$A por día a cada
uno de los operarios.
7
Las aplicaciones se realizan en una lancha con motor fuera de borda, con un consumo
promedio de tres litros de combustible por aplicación (motores Yamaha de 15 HP)
totalizándose 93.75 litros de gasolina en los 30 tratamientos requeridos por estanque,
además de dos litros de aceite para motor fuera de borda. Al momento de este estudio,
gasolina y aceite tenían un precio de 0.44 y 1.26 dólares por litro respectivamente.
Con base en lo anterior, los cálculos arrojaron un costo anual de 947.6 U$A para un
estanque de 8 ha. Extrapolando este resultado para un caso particular (parque acuícola “El
Siari”, que tiene 232 ha bajo cultivo repartidas en aproximadamente 29 estanques de 8 ha) el
costo sería de 27 480 U$A por ciclo de cultivo (Tabla I).
2.2 Suministro de alimento medicado
La información de campo mostró que el suministro de alimento medicado a los organismos
en cultivo se realiza también desde 1995. Este tipo de alimento tenía, al momento de este
estudio, un precio que excedía en 53 U$A por tonelada el precio del alimento regular (Tabla
I).
Con base en lo anterior, los cálculos arrojan un incremento de 9.08 % por Tm en el costo de
alimentación, siempre que sea necesario utilizar alimento medicado. Considerando que la
alimentación representa normalmente el 60 % de los costos de operación de una granja
acuícola, estos resultados muestran la magnitud del costo adicional por deterioro del
ambiente.
DISCUSIÓN
El caso aquí descrito, en su forma más general, corresponde con el concepto de
“externalidad negativa” (Pearce y Turner, 1990): la actividad de un agente (en este caso, la
agricultura, y en parte el pedraplén) causa una pérdida de bienestar en otro agente (en este
caso, pescadores y acuacultores), y esta pérdida no es compensada por el agente causante
de la externalidad. En forma más particular, ilustra el modo en que la pérdida de bienestar
se refleja en los insumos de terceros sectores bajo la forma de gastos defensivos que no se
discriminan del gasto corriente (Azqueta-Oyarzún, 1994; Peskin, 1991). Los resultados
pueden también ser tomados como una aproximación al valor de uso que tienen, para los
sectores acuícola y pesquero, los servicios ambientales de navegabilidad y calidad del agua
(Turner et al, 1996).
La situación que se estudió permitió un enfoque muy específico de la contabilidad de costos,
ya que los bienes ambientales que se valoraron forman parte de la función de producción de
dos actividades económicas existentes. En ese sentido, pueden cubrir idóneamente algunos
requerimientos modernos de la contabilidad ambiental y de recursos, que pide la colección
de datos que identifiquen gastos defensivos en modo discriminable del gasto corriente
(Peskin, 1991).
Se puso especial cuidado en incluir en los cálculos únicamente las maniobras de mitigación
8
que además de ser obvias, directas y rutinarias, fueran específicas para un problema
ambiental dado. Otras maniobras de reemplazo o mitigación fueron descartadas por ser
inespecíficas. El aumento del esfuerzo de pesca, por ejemplo, se consideró inespécifica
porque los pescadores pueden incursionar en otros sistemas costeros no solo por
disminución local de la navegabilidad sino por periodos de veda ó eventos meteorológicos,
de modo que la estimación del costo de moverse a otros sistemas costeros no reflejaría
únicamente el deterioro de la función ambiental de navegabilidad. En este trabajo, esa fuente
de error se evitó al seleccionar maniobras de mitigación que están directamente
relacionadas con el azolvamiento (pérdida de navegabilidad) y con el incremento en el
tiempo de residencia de las aguas y consecuentemente de los residuos (disminución de la
calidad del agua). Considerando todo lo anterior, los cálculos aquí presentados pueden
tomarse como una aproximación base que, en todo caso, estaría subestimada.
La problemática ambiental es similar a la descrita en otros cuerpos de agua costeros del
noroeste de México (de la Lanza-Espino y García-Calderón, 1991; Banderas-Tarabay, 1994).
También coinciden con antecedentes que relacionan las alteraciones hidrodinámicas en los
sistemas costeros con la disminución en la eficiencia para remover materiales y residuos
que llegan de las cuencas exorreicas (GESAMP, 1993; Aldeco y Salas, 1994; Viles y
Spencer, 1995).
La situación de la pesca y la acuacultura en Bahía del Tóbari presenta algunos aspectos
contradictorios. Por una parte, la disminución de la navegabilidad y de la capacidad de
limpieza de las aguas sugieren una reducción en la aptitud para acoger actividades que
incorporan estos atributos como insumos básicos en sus procesos de producción. Sin
embargo, ambos sectores proyectan ampliar sus operaciones (reciente formación de 23
nuevas agrupaciones de pesca; proyectos de aumentar 6.5 veces la superficie actual de
maricultivos) Esta contradicción se explica porque ambos sectores, por diversas razones
(arraigo cultural; asignación gubernamental de tierras) están físicamente obligados a
permanecer en el sitio. No siendo libres de buscar otros sitios con menos problemas
ambientales, su única alternativa es afrontar y costear, desde el interior de sus empresas, la
mitigación de un medio deteriorado.
Los resultados de este trabajo pueden ser de utilidad en planes regionales de manejo,
porque explicitan la transferencia de costos ambientales en términos monetarios
comprensibles por los actores sociales involucrados. Esto puede constituir el primer paso
para identificar y eventualmente corregir las externalidades representadas por los problemas
ambientales, mediante la búsqueda de arreglos para el manejo de recursos ambientales
comunes. (McCold & Saulsbury, 1996; Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y
Pesca, 1996). Inclusive, aunque en el futuro las actividades de mitigación fueran diferentes a
las actuales, el planteamiento de este trabajo continuaría vigente. Así, por ejemplo, podrían
evaluarse acciones tales como: 1) adquisición, a mayor costo, de postlarvas de especies
resistentes a enfermedades asociadas a baja calidad del agua ; 2) reacondicionamiento de la
9
infraestructura para albergar a las nuevas especies; 3) adaptación de equipos pesqueros
para poder operar en escasa profundidad.
De esta manera, aunque nuestros resultados pueden
enriquecerse con nuevas
valoraciones, ya constituyen una base para el diseño e implementación de instrumentos
económicos específicos a Bahía del Tóbari, que a su vez servirían como modelo para
cuerpos costeros vecinos que comparten usos y problemáticas similares.
REFERENCIAS
Aldeco, J. y D. Salas. (1994). Física. In: G. de la Lanza-Espino y C. Cáceres-Martínez
(eds.). Las Lagunas Costeras y el Litoral Mexicano. Universidad Autónoma de Baja
California Sur (México), 75-126 .
Azqueta-Oyarzún, D. (1994). Valoración Económica de la Calidad Ambiental. McGraw-Hill.
Madrid, España. 299 pp.
Banderas-Tarabay, (1994). El Impacto de Las Actividades Hidroagrícolas en Las Lagunas
Costeras del Noroeste Mexicano. In: G. de la Lanza y C. Cáceres-Martínez (eds.),
Las Lagunas Costeras y el Litoral Mexicano. Universidad Autónoma de Baja
California Sur (México) 471-498.
Churchill, J. (1987). Assesing Hazards due to Contaminant Discharge in Coastal Waters.
Estuarine Coastal and Shelf Science 24 (2): 225-241.
Costanza, R. 1991. Assuring Sustainability of Ecological Economics Systems. In R. Costanza
(ed). Ecological Economics, the Science of Management and Sustainability. Columbia
University Press, 331-343.
de la Lanza-Espino, G. y J.L. García-Calderón. (1991). Sistema Lagunar Huizache y
Caimanero, Sinaloa.: Un Estudio Socio-Ambiental, Pesquero y Acuícola.
Hidrobiológica 1(1): 1-27.
GESAMP (1993). Anthropogenic Influences on Sediment Discharge to The Coastal Zone and
Enviromental Consequences. Gesamp reports and studies No 52, FA0-Rome, 67 pp.
McCold, L. N. & J. W. Saulsbury. (1996). Including Past and Present Impacts in Cumulative
Impact Assesment. Environmental Management 20 (5): 767-776.
Pearce, D. W. and R. K. Turner. (1990). Economics of Natural Resources and the
Environment. The John Hopkins University Press, Baltimore, 378 pp.
Peskins, H. M. (1991). Alternative Environmental and Resource Accounting Approaches. In.
R. Costanza (ed). Ecological Economics, The Science and Management of
Sustainability. Columbia University Press, New York, 176-193 .
Robson, C. (1993). Real Word Research: a Resource for Social Scientist and PracticionerResearchers. Blackwell Ed. Oxford UK.& Cambridge, USA. 435 pp.
10
Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (1996). Programa Nacional del
Medio Ambiente. 1995-2000. Diario Oficial de la Federación, Secciones I y II, 3 de
Abríl de 1996, México D.F., 127 pp.
Sherman, K. (1994). Sustainability, Biomass Yield and Health of Coastal Ecosystems: an
ecological perspective. Mar. Ecol. Progr. Ser. 112: 277-301.
Turner, R. K., Subak and W. N. Adger. (1996). Pressures, Trends and Impacts in Coastal
Zones: Interactions
Between Socioeconomic and Natural Systems. Environmental
Management 20 (2): 159-173.
Valdés, C. (1994). Development and Testing of a Procedural Model for the Assesment of
Human/Wetland Interaction In the Tobari System on the Sonora Coast, Mexico. PhD
Dissertation, Oregon State University. Oregon, USA, 163 pp.
Valiela, I. P. Peckol. B. De-Meo. Ch. D’Avanzo. M. Babione. Ch. Sham. I. Brawley. K. Lajtha.
(1992). Coupling of Watersheds and Coastal Waters Sources and Consecuences of
Nutrient Enrichment in Waquoit Bay, Massachussets. Estuaries 15 (4): 443-458.
Viles, H. y T. Spencer. (1995). Coastal Problems, Geomorphology, Ecology and Society at
the Coast. Hodder Headline, London, 186 pp.
11
VALOR ECONOMICO DE LOS BENEFICIOS GENERADOS POR LA PESCA
DEPORTIVA EN MANZANILLO, COLIMA, MEXICO.
Por
Juan Carlos Chávez Comparan
Facultad de Ciencias Marinas
Universidad de Colima
E-mail [email protected]
RESUMEN.
Las pesquerías deportivas son recursos económicos importantes que están
siendo afectados por conflictos con pesquerías comerciales. Con el fin de aportar
información para un adecuado manejo de la pesca deportiva, métodos de
valuación contingente y costo de viaje son aplicados para estimar el valor
económico de la pesca deportiva de picudos en Manzanillo, Colima, México. Los
resultados indican que la pesca deportiva en Manzanillo genera un importante
beneficio económico no solamente como impacto económico directo para la
economía local si no también beneficios económicos netos a los pescadores
deportivos por su experiencia sobre la pesca. Mediante las estimaciones
generadas por estos métodos, los administradores pesqueros en México pueden
incorporar dentro de sus decisiones administrativas la información sobre los
beneficios económicos netos que genera los recursos recreativos en lugar de solo
información proveniente del mercado.
Palabras Claves: pesca deportiva; valuación económica; picudos; método de
valuación contingente; método de costo de viaje.
ABSTRACT
Recreational fisheries are important economic resources affected by
conflicts with commercial fisheries. In order to generate information for
management support of recreational fisheries, contingent valuation and travel cost
methods are applied to estimate the economic value of angling billfish in
Manzanillo, Colima, Mexico. The results indicate that recreational fisheries in
Manzanillo generates important economic benefits including not only direct
economic impacts to the local economy but also net economic benefits that anglers
may experience on fishing. Fishery managers in Mexico should incorporate into
their decisions, information on net economic benefits of recreational resources
instead of only market information.
Key Words: Recreational fishery; nonmarket valuation; billfish; contingent valuation
method; travel cost method.
0
INTRODUCCION.
La pesca deportiva, especialmente en el medio ambiente marino, es una de
esas actividades donde la ineficiencia de asignación de recursos entre usuarios
todavía existe debido a la naturaleza de acceso abierto de estos recursos. Para la
asignación entre diferentes usuarios de un recurso es importante determinar en
donde genera mayor bienestar. Los administradores de recursos, tienden evaluar
la información disponible por nivel de actividad económica que se genera en las
transacciones del mercado; como es el caso de las pesquerías comerciales esta
información se refleja en las capturas, procesamiento, empleos y niveles de
consumo. Este no es tan el caso en la pesca deportiva marina. Para generar la
información necesitada en la pesca deportiva es necesario estimar su demanda a
través de métodos de valuación económica ya sea por la observación del
comportamiento de los usuarios del recurso (método de costo de viaje) o
respuestas a cuestionarios (método de valuación contingente).
La mayoría de los estudios sobre la estimación los beneficios económicos
sobre el uso de recursos recreativos han sido realizados en países desarrollados.
En países en desarrollo poco se ha investigado sobre la aplicación de métodos de
valuación económica (Navrud y Mungatana, 1994; Ditton et al., 1996; Adger et al.,
1995). Sin embargo, una nueva política ambiental en México, es promover esta
clase de investigación aplicada para estimar el valor económico de los recursos
naturales que no tienen un mercado pero que si generan beneficios a la sociedad
(Diario Oficial, 1996).
De acuerdo con un estudio la pesca deportiva en México genera ingresos
directos e indirectos estimados en $576 millones de dólares por año (SEPESCA,
1991). La Ley Federal de Pesca reserva exclusivamente para la pesca deportiva
varias especies de peces marinas y de agua dulce, incluyendo picudos. No se
permite la pesca comercial sobre estas especies entre la línea de costa y las 50
millas náuticas (Diario Oficial, 1983
El Puerto de Manzanillo, llamado también “la capital mundial de pez vela”,
esta ubicado sobre una costa subtropical donde los picudos, especialmente el pez
vela (Istiphorus platypterus), es especialmente abundante (Macias-Zamora et al.,
1993; Nakamura, 1985). La pesca del pez vela es considerada como una actividad
deportiva de primer nivel en México. Desde hace tiempo ha habido conflictos entre
pescadores comerciales y deportivos debido a que los primeros usan palangres y
otras artes de pesca y capturan “incidentalmente” picudos y otras especies
reservadas por la ley a la pesca deportiva. Los pescadores comerciales han
demandado cambios en la ley federal de pesca con el fin de poder pescar
especies marinas reservadas para la pesca deportiva. Ellos argumentan que
estudios científicos recientes han concluido que las poblaciones naturales de
picudos (principalmente pez vela) se han incrementado (Macias-Zamora et al.,
1994), parcialmente debido a que las flotas pesqueras extranjeras han sido
prohibidas dentro de la Zona Económica Exclusiva (200 millas náuticas) decretada
en 1976.
1
La industria turística en México argumenta a favor de continuar con el actual
marco legal de protección de la pesca deportiva haciendo notar que los
pescadores deportivos generan más beneficios económicos por cada pez vela que
capturan que el valor del pescado vendido por los pescadores comerciales en el
mercado. Este argumento esta basado sobre la actividad económica inducida en
la industria turística tales como gastos de hospedaje, alimentación, renta de
embarcación y otros servicios. Manzanillo, Colima, es un ejemplo típico de estos
problemas donde los administradores pesqueros han tenido dificultad en intentar
de satisfacer ambos grupos.
El objetivo de este estudio es la estimar los beneficios económicos
derivados de la pesca deportiva en Manzanillo aplicando dos métodos de
valoración económica: método de costo de viaje (MCV) para estimar los beneficios
de la experiencia de la pesca recreativa y el método de valuación contingente
(MVC) para estimar el beneficio económico solamente de la experiencia de pesca
del pez vela.
METODOS
Ambos métodos MCV y MVC son típicamente usados para estimar el
excedente del consumidor1 de la pesca en agua dulce y marina en los Estados
Unidos de América (Huppert, 1989). El método de costo de viaje es un método de
valoración indirecta usado para estimar el excedente del consumidor por viaje de
pesca utilizando el costo de viaje como un precio aproximado que pagan por la
actividad recreativa. Variaciones en los porcentajes de visita y costos de viajes
pueden ser usadas para estimar la demanda por el uso de un recurso (o actividad
recreativa) y por lo tanto el excedente del consumidor asociado con estas
actividades, i.e., el valor de uso recreativo de la pesca. Existen algunas
preocupaciones acerca de esta metodología, incluyendo consideraciones al costo
de oportunidad del tiempo, la forma funcional de la curva de demanda y otras
cuestiones (Navrud y Mungatana, 1994).
El método de valoración contingente es un método directo para estimar el
excedente del consumidor basado en respuestas de individuos hacia
circunstancias contingentes dadas en un mercado hipotético o experimental
(Bergstrom, et al., 1990). La principal preocupación acerca de esta metodología es
el carácter hipotético que los beneficiados de un recurso dicen que harán y que los
investigadores no pueden medir si realmente se cumplirán (Hoevenagel, 1994).
Usando ambos métodos para valorar un recurso provee una forma de
validación convergente de acuerdo a Mitchell y Carson (1989). Ambos métodos
han sido recomendados por expertos en economía de que proveen mediciones
económicas aceptables de los beneficios de las actividades recreativas en los
Estados Unidos de América (Walsh, 1986; Arrow et al, 1993). En este estudio, se
intenta estimar el valor de uso de los recursos de la pesca deportiva (método de
costo de viaje) y en especifico del valor recreativo de la pesca deportiva del pez
2
vela (método de valoración contingente) en Manzanillo, Colima, México. El
resultado dado aquí es una estimación moderada del valor del recurso natural en
cuestión debido a que no se incluye otros valores (existencial, legado y de opción)
que una sociedad podría tener.
Muestreo.
Como punto de partida, se identifica a los individuos quienes normalmente
hacen uso de la pesca deportiva en las costas de Manzanillo. Esto es un problema
debido a que no existe ninguna base de datos oficial o muelle deportivo especial
en donde los pescadores deportivos se reúnan para de allí iniciar su pesca. Ditton
et al. (1996) experimentó el mismo problema en Cabo San Lucas, Baja California,
México. Desde la década de los 50’s la Asociación de Club de Pesca Deportiva de
Manzanillo ha realizado dos importantes torneos deportivos de pez vela (nivel
internacional y nacional) cada el año. La asociación ha desarrollado una lista de
1018 pescadores deportivos que en los últimos 8 años que han participado en
estos torneos. Casi todos los pescadores en esta lista son mexicanos de los
Estados Federativos circunvecinos de Jalisco, Michoacán, Ciudad de México y
Guanajuato. Existen alrededor de 30 embarcaciones de renta para la pesca
deportiva, que ofrecen este servicio de manera regular en temporada de
vacaciones y días festivos. El promedio de pescadores deportivos a bordo por
embarcación por viaje es de 5.7 (±1.1). Tomando en cuenta él numero de viajes
por semana que realizan cada una de las embarcaciones en total la flota de
prestadores de servicios de pesca deportiva realizaron 4,176 viajes al año. Lo
anterior da un total de 23,803 pescadores deportivos que salieron a pescar en
Manzanillo en 1998 (Chávez-Comparan y Aquino-Sosa, 1999).
Se realizaron dos muestreos: (1) por correo en la cual un cuestionario se
aplico para el MVC (formato binario) y el MCV; y (2) un muestreo persona a
persona en la cual el MVC (formato abierto) fue aplicado. Los lineamientos hechos
por “Blue Ribbon Panel” (Arrow et al., 1993) sobre la metodología de valoración
contingente fueron usados para probar la eficiencia del cuestionario y del proceso
metodológico. El muestreo fue realizado en febrero de 1997, mandándolo por
correo a los 1018 pescadores y 15 días después se mando una carta recordatorio
como Dillman (1978) recomienda. Además se entrevisto persona-persona en
directamente en forma aleatoria a 101 participantes del torneo internacional de pez
vela celebrado en noviembre de 1998.
El total de respuestas por correo fue de 126 individuos (12.3%). Solamente
64 cuestionarios fueron regresados sin abrirse debido a problemas de direcciones,
muertes, cambios de domicilio etc., dando un ajuste en las respuestas netas de
13.2%. Este nivel de respuesta es bajo comparado con otros estudios por correo
similares realizado en otros países como Estados Unidos de América con retornos
de 30-40% (Loomis, 1987) y Australia, con 33% (Jakobsson y Dragun, 1996).
3
Método de Costo de Viaje (MCV).
El costo de viaje (TCOST) se tomo como la distancia del viaje redondo
multiplicado por el costo promedio de la gasolina en México consumida a un
promedio de velocidad de 110 km/hr estimado a 0.42 pesos por kilómetro. A los
contestatarios se les pregunto el nombre de lugares sustitutos donde ellos también
han ido a pescar y el costo de viaje también fue calculado de la misma manera
(COSUST). La función de demanda fue también relacionada con variables
socioeconómicas tales como la edad, educación, practica de pesca y otras
variables como el costo de oportunidad del tiempo de viaje y un índice de calidad
del sitio.
El costo de oportunidad del tiempo (TIEMPO) es un asunto difícil de
resolver (McConnell y Strand, 1981). El tiempo laboral en México es alrededor a
40 horas por semana, y el tiempo dedicado al ocio esta institucionalizado en fines
de semana y días festivos. En México, el salario laboral es sobre una base diaria y
no por hora. Para este estudio, el análisis del costo de oportunidad del tiempo de
viaje del lugar de origen de los pescadores a Manzanillo fue establecido en 0%,
25%, 33% (sugerida por Cesario, 1976) y 50% del salario. El costo de oportunidad
del tiempo que pasa pescando en Manzanillo no fue incluido en los cálculos del
costo total. Es improbable que ignorar el costo del tiempo que pasa en el sitio
resulte en un error serio de estimación de la demanda de los beneficios de la
recreación de acuerdo con Pearce y Makandya (1989).
Estimar la calidad del sitio es una cuestión difícil. Huppert (1989) reconoce
como un problema clave el medir la calidad de pesca. Usar la captura como un
índice de calidad, parece irreal debido a que la captura es un resultado al azar y
de eventos desconocidos y porque los pescadores deportivos generalmente
concuerdan que la “pesca es más que captura un pez”. Huppert (1989) así como
Cameron y James (1987) argumentan que el porcentaje de captura es
generalmente no aceptable como una medida de calidad de pesca. En este
estudio, se desarrollo un índice de calidad relativa (CALIDAD) con el fin de
comparar “la calidad de la experiencia de pesca” entre Manzanillo y otros lugares
donde los pescadores también han ido a pescar (Tabla 1). Las variables
independientes restantes incluyen el promedio de captura de pez vela en él ultimo
viaje (CAPTURA), y como variable binaria (si o no) y preferencia de pesca por pez
vela (PEZ VELA).
Usando observaciones individuales la completa especificación de la
ecuación puede ser escrita como:
VIAJES = ƒ(TCOST, PEZ VELA, INGRESO, EDAD, EDUCACION, COSUST,
CALIDAD, CAPTURA, PRACTICA)
La función de demanda resultante puede ser interpretada como el
“promedio” individual de demanda sobre una base anual.
4
Tabla 1. Definición de variables del Modelo de Costo de Viaje (N=126).
Variables
Explicación
VIAJES
Numero de viajes de pesca a Manzanillo en los últimos 12 meses
TCOST
Costo de Viaje redondo (distancia del lugar de origen a Manzanillo.
$ 0.42 pesos/Km)
COSUST
Costo de viaje de sitios sustitutos donde el pescador deportivo
también va a pesca además de Manzanillo.
TIEMPO
Costo del tiempo: ((ingreso promedio anual individual/2080*) x W)
x tiempo de viaje x 2).
INGANUAL
Ingresos anuales en pesos
TIEMPO
Costo de oportunidad del tiempo ((ingreso anual individual/2080*)
xW**) x tiempo de viaje x 2).
CAPTURA
Numero promedio de pez vela capturado en él ultimo viaje
EDAD
Edad en años
EDUCACION Educación en años
PEZ VELA
Preferencia de pesca por pez vela: no (0); sí (1)
PRACTICA
Practica en años de pesca deportiva
CALIDAD
Índice de subjetivo de calidad de pesca en Manzanillo comparado
con otros sitios:
1= excelente pesca; 2= buena; 3= igual que otros lugares; 4= mala
pesca
* Él numero 2080 es el total de tiempo trabajado anualmente calculado como (52
semanas) x (40 horas/semana)
** Costo de oportunidad del viaje establecido para varios porcentajes: 0%, 25%, 33% y
50%
Método de Valuación Contingente (MVC).
Para estimar el excedente del consumidor sobre la experiencia de la pesca
deportiva del pez vela a cada pescador se le pregunto si ellos pagarían (DAP) por
usar (pescar) el recurso (pez vela) en un formato binario (sí o no) para una
cantidad de dinero establecida por un programa de protección para el pez vela. La
Ley Federal de Pesca requiere a los pescadores deportivos pagar por una licencia
de pesca. Cameron y James (1987) argumentan que el costo de la licencia no es
una buena estimación de la DAP, debido a que no esta relacionado al número de
peces capturado o él numero de días dedicados a la pesca. En este estudio, un
argumento hipotético fue usado para sugerir un escenario como el siguiente: “para
asegurar de exista el recurso del pez vela por un largo tiempo para la pesca
deportiva, se requiere dinero para un Programa de Protección del Pez Vela. Un
permiso especial se cobrara para este propósito por cada día de pesca sin
ninguna complicación burocrática”. Se pregunta: “Esta usted dispuesto a pagar por
este permiso $__ por día de pesca para continuar teniendo la oportunidad de
pescar pez vela, en lugar de no hacerlo debido a que el recurso desaparece?”.
5
A la vez, se hizo un recordatorio a los individuos de sus limitantes
presupuéstales, y que todavía existen otras especies de peces que ellos podrían
pescar en lugar del pez vela. Esta respuesta del valor contingente corresponde a
la variación equivalente Hicksian2 para evitar una perdida. El rango de los “precios
a pagar” fue seleccionado de los resultados de la prueba previa del cuestionario.
Se estableció que el rango optimo de precios entre $10 a $400 pesos en moneda
nacional en dieciocho diferentes ofertas (Tabla 2). Para detectar cualquier protesta
al método por parte de los pescadores deportivos (cero disponibilidad de pago) y
así evitar un error metodológico, le preguntamos porque el/ella no estaba
dispuesto a pagar dando a marcar varias posibles respuestas como: (1) Estoy
dispuesto a pagar solamente una cantidad más pequeña; (2) La sociedad tiene
problemas más importantes que resolver; (3) Pescar pez vela no vale nada para
mí; (4) El gobierno debería pagar para la protección a través de los impuestos; (4)
Mas información se necesita para poder decidir; (5) Objeto la manera que este
asunto es manejado; y (6) Otros, preguntándole que especifique.
Tabla 2. Definición de las variables en el Método de Valoración Contingente
VARIABLE
DEFINICION
EDAD
Años
EDUCACION
Ninguno= 0 años; Primaria= 6 años;
Secundaria= 9 años; Bachillerato= 12
años; Profesional= 17 años; Posgrado=
20 años
INGRESOS
0-10,000;
10,000-20,000;
20,00030,000; 30,000-40,000; 40,000-50,000;
50,000-60,000; mas de 60,000 pesos.
PRACTICA
Practica en pesca deportiva marina en
años
Disposición a Pagar (DAP1) para la $ pesos
conservación del pez vela (Formato
Abierto).
Disposición a Pagar (DAP2) para la $ pesos
conservación de todas las especies de
pesca deportiva (Formato Abierto)
CAOFRE (Formato binario)
La cantidad ofrecida*: $10, $20, $30,
$40, $50, $75, $100, $125, $150, $175,
$200, $225, $250, $275, $300, $325,
$350, $400 pesos
PEZ VELA
1=Si tiene preferencia por pescar pez
vela; 0= Si no tiene preferencia en
pescar pez vela
6
En el segundo muestreo, en entrevista persona-persona el formato abierto
se utilizo una argumentación similar con ciertas variantes que estableciendo el
siguiente escenario: “Para asegurar que siga existiendo pesca deportiva de pez
vela por mucho tiempo, se requiere de un programa de manejo que asegure un
nivel adecuado de las poblaciones de pez vela. Suponga que existe un programa
de conservación de pez vela, de tal manera que le asegura a usted seguir
pescando con un adecuado nivel de éxito. También suponga que de no existir
dicho programa las poblaciones de pez vela disminuirán. Considere también que
este programa solo podría funcionar mediante el dinero que se recabe por
donaciones a una organización no gubernamental”.
En el formato abierto, se plantearon dos preguntas hipotéticas para saber
las preferencias en la disposición a pagar (DAP) de los entrevistados con el fin de
detectar posible sesgo de incrustacion3:
•
La primera pregunta se relaciona con la conservación específica del recurso
pez vela (DAP1): ¿Cuánto estaría dispuesto a pagar $_____ al año por la
conservación del pez vela y que le permita seguir pescando con adecuado
nivel de éxito?
•
La segunda pregunta fue dirigida a la conservación de todas las especies
reservadas a la pesca deportiva marina (DAP2): ¿Si se trata de un programa
que proteja a todas las especies (son seis) reservadas a la pesca deportiva
estaría dispuesto a pagar mas que la cantidad dada anteriormente?
RESULTADOS
Método de Costo de Viaje.
Para escoger entre las diferentes formas funcionales se utilizaron
regresiones múltiples (método de mínimos cuadrados) con todas las variables
independientes. Las variables insignificantes fueron excluidas tratando obtener la
función logarítmica dio él “mejor ajuste” (R2 ) (Tabla 3). Sin embargo, de acuerdo
con Ziemer et al., (1980) , Adamowicz et al., (1989) y Huppert (1989), la función
semi-logarítmica es la forma más usada en los estudios con el método de costo de
viaje. En todo caso la variable más significativa tanto en la función logarítmica y
semi-logarítmica el costo de traslado (TCOST) mostrándose siempre con signo
negativo como se espera en estos casos. Existe el criterio que la “mejor regresión”
es aquella que establece una relación entre el ingreso personal y el porcentaje de
visitas (Navrud y Mungatana, 1994). Este fue el caso de la función semilogaritmica la que se apego a este criterio y la que se uso para la estimación del
valor recreativo de la pesca deportiva en Manzanillo.
7
Tabla 3. Resultados del análisis de regresión del Modelo de Costo de Viaje.
FUNCION
Lineal
Semi-logarítmica
Logarítmica-Lineal
R2
0.17
0.23
0.30
Intercepto
12.05
1.78
4.24
(4.42)
(12.77)
(9.31)
TCOST
-0.0066
-0.0010
-0.50
(-4.19)
(-5.24)
(-6.37)
INGANUAL
0.000001
0.000001
(1.26)
(1.45)
EDAD
-0.097
(-1.59)
PRACTICA
0.068
(1.26)
CALIDAD
-0.55
(-1.03)
t-estadística esta en paréntesis.
El costo de oportunidad del tiempo de viaje cuando es utilizado como
variable independiente en la función semi-logarítmica no existe cambio alguno en
los coeficientes de las variables independientes y R2 se mantiene estable.
Integrado al costo de traslado a diferentes porcentaje del ingreso por hora de los
individuos (W= 0, 0.25, 0.33 y 0.50) los resultados muestran que el coeficiente de
correlación disminuye solo un dígito conforme aumenta el porcentaje del costo de
tiempo. El estimado de excedente del consumidor ordinario4 solo se presenta de
las funciones lineales y semi-logarítmicas debido a que los modelos logarítmicalineal no pueden ser usados para estimar el excedente del consumidor bajo
condiciones de inestabilidad de precios (Navrud y Mungatana, 1994).
Considerando que él numero de días de pesca de cada pescador por viaje a
Manzanillo es de 2.65, el excedente del consumidor es dividido por este número
para poder estimar el promedio de excedente de consumidor por día de pesca
(Tabla 4).
Tabla 4. Estimación del excedente del consumidor con el Método de Costo
de Viaje.
FUNCION
EXCEDENTE DEL CONSUMIDOR POR
DIA DE PESCA EN MANZANILLO
Lineal (W=0)
$60 pesos ($6 dólares)
Semi-logarítmica (W=0)
$391 pesos ($39 dólares)
Semi-logarítmica (W=25%)
$662 pesos ($66 dólares)
Semi-logarítmica (W=33%)
$766 pesos ($76 dólares)
Semi-logarítmica (W=50%)
$979 pesos ($98 dólares)
*10 pesos por un dólar
8
Método de Valoración Contingente (Formato Binario).
El muestreo del método de valoración contingente nos dio una clara idea de
aquellos individuos que dieron una oferta de cero basada en una protesta al
método. La respuesta global al muestreo fue de 126 cuestionarios de estos, 15
fueron considerados como de oferta cero de protesta y fueron excluidos del
análisis. Estos individuos manifestaron que no pagarían o presentaron alguna
“protesta” independientemente del escenario presentado el MVC (alrededor de
11.9% del total). Este porcentaje podría ser considerado como normal de acuerdo
con Mitchell y Carson, 1989. El análisis de regresión logística resultante usando la
técnica mínimos cuadrados ordinarios se presenta en la tabla 5.
Tabla 5. Análisis de regresión logística sobre la disponibilidad a pagar.
VARIABLES
COEFICIENTES
INTERCEPTO
-1.1198
(-1.15)
EDUCACION
0.1561
(1.77)
PEZ VELA
1.5283
(1.89)
INGRESO
0.2691
(2.02)
CAOFRE
0.0122
(-2.97)
t-estadística esta en paréntesis.
Conforme se esperaba, el precio establecido (CAOFRE) fue
estadísticamente significativo y negativamente relacionado a la probabilidad de
una respuesta “sí”. El nivel de educación, ingreso y la preferencia de pescar pez
vela fueron positivos como se esperaba. La variable ingreso es estadísticamente
significativo con el signo positivo esperado. Finalmente, la varianza explicada es
de 29.16% lo cual es aceptable en este tipo de estudios (Jakobsson y Dragun
1996). El excedente del consumidor fue estimado por dos maneras propuesto por
Hanemann (1984 y1989) (Tabla 6)
Tabla 6. Excedente del consumidor estimado para un día de pesca de pez
vela en Manzanillo, Colima, México (Formato Binario).
Método
Excedente del
Especificación DAP por día de
Consumidor
pesca
Hanemann,
1984
Hanemann,
1989
C´= α/-β
Media y
mediana
Media
C'= ln (1+ e α )/ -β
DAP = Disposición a pagar
*10 pesos por un dólar
9
$225.74 pesos
($22 dólares)
$230.77 pesos
($23 dólares)
Método de Valoración Contingente (Formato Abierto)
Se eliminaron tres casos que corresponden al 2.9% del total de la muestra
que de acuerdo con la opinión de los entrevistados negaban una DAP debido a
una actitud negativa hacia la acción gubernamental en el manejo del recurso
marino mas que un problema metodológico de la valoración contingente. Esta cifra
de 2.9% esta dentro de los limites aceptables (Jakobsson y Dragun 1996).
Los resultados tanto de la media como de la mediana de la DAP1 y DAP2
se presentan en la tabla 7. Es importante resaltar las diferencias existentes entre
la media y la mediana, o
l cual se debe fundamentalmente al hecho de valores
extremos que influyen en la media. En todo caso si tomamos en cuenta la
mediana como la disponibilidad a pagar por conservar los recursos utilizados en la
pesca deportiva esto nos da un valor de $1000 pesos por el pez vela y $1,200
pesos si se considera todas las especies reservadas a la pesca deportiva.
Al hacer el análisis para detectar posible sesgo de punto de partida entre la
disposición de pago inicial (DAP1) y otra disposición de pago subsecuente (DAP2)
se realiza una regresión lineal y se encontró una fuerte correlación (R=0.81) entre
ambas lo cual indica que existe un sesgo de punto de partida. Si consideramos
que los pescadores deportivos entrevistados en noviembre de 1998 pescan un
promedio de 14 días al año y el excedente del consumidor estimado en un año
para la pesca de pez vela es de $1,000 pesos, esto nos da un promedio de
excedente del consumidor por día de pesca de $71.42 pesos.
Tabla 7. Disponibilidad a pagar estimado por el Método de Valoración
Contingente (Formato Abierto).
TIPO DE PREGUNTA DE DAP:
PREGUNTA ABIERTA (N=98)
DAP1
DAP2
MEDIA
$2,079.39 pesos
$2,824.76 pesos
($207 dólares)
($282 dólares)
(Con 95% de Intervalo de
($1,494.65 a 2,664.13)
($2,053.90 a 3,595.61)
Confiabilidad).
MEDIANA
(Con un 25 y 75% de
Perceptiles)
$1,000.00
($100 dólares)
($500.00 a 1,750.00)
$1,200.00
($120 dólares)
($1,000.00 a 2,400.00)
DAP= Disposición a pagar
*10 pesos por un dólar
El valor agregado del excedente del consumidor calculado multiplicado por
el total de beneficiados por el uso del recurso (pesca deportiva de picudos) se
presenta en la tabla 8.
10
Tabla 8. Excedente del consumidor agregado
beneficiados en Manzanillo, Colima.
MÉTODO DE VALORACIÓN
Excedente
del
consumidor
por día de
pesca
en
Manzanillo
(pesos)
Método de Costo de Viaje
(Modelo Semi-logarítmico con
W=0)
Método
de
Valoración
Contingente (Formato Binario)
Método
de
Valoración
Contingente (Formato Abierto)
de los pescadores deportivos
$391
Excedente
del
consumidor
por día de
pesca de pez
vela
en
Manzanillo
(pesos)
-
Valor
agregado
(Tomando en
cuenta
la
cantidad
de
23,803
pescadores
deportivos)
$9,306,973
-
$225.74
$5,373,289
-
$71.42
$1,700,010
DISCUSION.
A pesar de la baja respuesta del muestreo por correo estos resultados
sugieren que el valor de uso de los recursos utilizados por la pesca deportiva
puede ser estimado. Estos resultados juntos con la derrama económica en la
localidad por parte de pescadores deportivos foráneos proveen una idea del valor
económico de la pesca deportiva en Manzanillo.
Comparando los resultados del MCV y MVC, existen dos puntos cuales se
deben de resaltar. Primero, MCV provee estimación del excedente del consumidor
ordinario de Marshall, y el MVC provee estimaciones de las mediciones del
excedente del consumidor de las variaciones compensatorias de Hicks. Sin
embargo, cuando el efecto del ingreso es pequeño, la diferencia entre las dos
estimaciones deberá ser pequeña (Sellar et al., 1985). En este estudio el efecto
del ingreso es importante en MVC pero no estadísticamente significativo en el
MCV. Segundo, MCV da estimaciones del excedente del consumidor del total de
la experiencia de recreativa de pesca, mientras que el MVC provee estimaciones
del excedente del consumidor solamente de la experiencia de pesca del pez vela.
Por esta razón MCV provee estimaciones mayores del excedente del consumidor.
La diferencia de los beneficios estimados entre MCV y MVC encontrado en este
trabajo es similar a los encontrados en otros estudios.
Comparando él los resultados entre el formato binario y el formato abierto
existen diferencias significativas. Kealy y Turner (1993) en un estudio comparativo
del MVC entre formato binario y abierto, no establecen una superioridad entre el
primero sobre el segundo. Aunque es necesario reconocer que los lineamientos
11
dados por Arrow et al., (1993) establece el formato binario como el correcto a
utilizar en el MVC.
Hay dos medidas de tendencia central aceptadas para calcular el promedio
de la disposición a pagar. La primera es la media aritmética. La segunda medida
es la mediana, esta es un solo valor del conjunto de datos que mide el elemento
central, es decir la mitad de los elementos se encuentran por arriba de este punto
y la otra mitad cae debajo de él. Ahora bien, para calcular la tendencia central más
adecuada de las DAP1 y DAP2 se uso la mediana, debido a que es la medida de
tendencia central que ofrece mas confiabilidad, ya que los resultados de este
estudio contienen valores extremos, es decir, se presenta valores que no son
representativos del resto de ellos y esta es una desventaja para calcular la media
como medida de tendencia central. La mediana estadísticamente tiene la ventaja
que es mucho más robusta como medida de tendencia central. La media es
mucho más sensitiva a perturbaciones causados por errores en los datos u
observaciones inusuales. Desde punto de vista de la teoría económica, el escoger
entre la media y la mediana representa un “juicio de valor” (Hanemann, 1984).
Uno de los problemas mas criticados en el MVC es el de incrustación que
consiste en la imposibilidad de los individuos de valorar todo o parte de bien
(recurso). En este sentido se aplicó en la encuesta primeramente establecer la
DAP1 por el recurso del pez vela y posteriormente la DAP2 por las seis especies
reservadas a la pesca deportiva. Los resultados nos indican que en efecto sí se
tuvo dos problemas fundamentales: (1) si existió la imposibilidad por parte de los
entrevistados de determinar una DAP sustancialmente diferente (no proporcional)
entre DAP1 y DAP2 y (2) en una prueba de regresión lineal se observó una fuerte
correlación entre la DAP1 con respecto a la DAP2, lo cual nos indica un sesgo de
punto de partida. Las posibles causas para este sesgo de incrustación observado
pueden ser varias razones: (1) la falta de familiarización para otorgar un valor al
bien ambiental; (2) un posible problema en el orden y secuencia de las preguntas
en la valoración; y (3) existe la posibilidad de que los pescadores deportivos
valoren no un determinado bien ambiental, sino que estos pueden valorar una
causa justa, una obligacion moral, por lo que los resultados aqui expuesto
significan una similaridad entre los valores de DAP1 y DAP2 a pesar de lo que se
pretende valorar son cosas diferentes.
Es importante remarcar que el excedente del consumidor estimado por día
de pesca en el MVC no solamente corresponde al valor de uso recreativo del
recurso natural, sino también, podría incluir una estimación del valor de otros usos
de índole pasivo del recurso (existencia y/o legado).
CONCLUSIONES.
Los administradores pesqueros deberán considerar con mucho cuidado que
el precio de mercado de los recursos pesqueros que también son considerados
importantes para la pesca deportiva no es un buen indicador como guía del
12
“mejor” manejo. Conflictos siempre se desarrollaran sobre aquellos recursos
donde existan dos grupos de usuarios (pescadores comerciales y deportivos). El
nivel de bienestar económico experimentado por pescadores deportivos puede
tener implicaciones políticas importantes y deberá ser estimado usando métodos
de valuación económica tales como MCV y MVC.
Las técnicas de valoración económica aplicado en este estudio resultan ser
adecuado para valorar económicamente los recursos marinos. Es importante
tomar en cuenta en su aplicación los posibles sesgos de esta metodología. El
excedente del consumidor por día de pesca es variable dependiendo de la técnica
de valoración siendo de $391 pesos por el total de la experiencia recreativa
estimado por el MCV; de $225.74 pesos en el MVC con formato binario y de
$71.42 pesos para el formato abierto.
Por ultimo, al estimar el valor económico de la pesca deportiva los
economistas pesqueros pueden ayudar a que la pesca deportiva marina reciba un
trato adecuado entre los que deben tomar decisiones. La estimación del beneficio
económico neto por pescar pez vela presentado en este estudio deberá ser
considerado como una estimación moderada. Esto es porque no toma en
consideración otros valores tales como los existenciales, de opción y legado que la
sociedad puede establecer sobre el pez vela como una especie marina que debe
ser protegida para generaciones futuras. Si estos valores se incluyen el valor
económico total puede ser estimado.
Notas
1 Excedente del consumidor se refiere a la disposición a pagar (DAP) del pescador
deportivo arriba o más allá de los gastos normales que incurren por esa actividad. Esto es
equivalente al valor económico neto o los beneficios netos recibidos por la pesca
deportiva.
2. La variación equivalente de Hicksian esta definida como la cantidad de compensación o
pago recibido cual mantendrá al consumidor en un “subsecuente” nivel de bienestar
“después del cambio que ha tomado lugar”. Este nivel subsecuente de bienestar es
usado como nivel de referencia y trata al consumidor como si el o ella deberá pagar
(DDP) para evitar una menor situación preferible (Seller et.al., 1985).
3. Sesgo de Incrustación: Se refiere al problema que enfrenta los individuos para valorar
diferentes cantidades de un mismo bien.
4. Bockstael y Strand (1987) propusieron la siguiente ecuación en donde β1 es el
coeficiente TCOST y tβ es la t-estadististica.
OCS

=


1
β



1


1 + 



1
t
β




2



13
AGRADECIMIENTOS
Se agradece al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por apoyar
económicamente este estudio a través del proyecto 3742P-S. Además agradezco los
comentarios vertidos hacia este trabajo de Dr. David Fischer.
REFERENCIAS
Adamowicz, W.L., Fletcher, J.J. and Graham-Tomasi, T. (1989). Functional form
and statistical properties of welfare measures. American Journal Agricultural
Economics 71 (2): 414-421.
Adger W.N., K. Brown, R.Cervigni and Moran, D. (1995). Total economic value of
forests in México. Ambio 24 (5): 286-296.
Arrow, K.J., Solow, R., Leamer, E., Portney, P., Radner, R. and Schuman, H.
(1993). Report of the NOAA Panel on Contingent Valuation. Fed. Regist.,
58: 4601-4614.
Bergstrom, J. C. , J. R. Stoll and Titre J. P. (1990). Economic value of wetlandsbased recreation. Ecological Economics 2: 129-147.
Bockstael, N. and Strand I.E. (1987). The effect of common sources of regression
error on benefit estimates. Land Economics, 63 (1): 11-20.
Cameron T. A. and James, M.D. (1987). Efficient estimation methods for use with
“closed-ended” contingent valuation survey data. Review of Economics and
Statistics, 69: 269-276.
Cesario, F.J. (1976). Value of time in recreation benefits studies. Land Economics
52: 32-39.
Chávez-Comparan J.C. y L. Aquino-Sosa, 1999. Análisis del impacto económico
de la flota prestadora de servicios de pesca deportiva en Manzanillo,
Colima. Reunión Nacional Temática de Pesca, 8 al 10 de noviembre,
Mazatlán, Sinaloa.
Diario Oficial de la Federación (1983). 27 de diciembre. (Mexican Federal
Government Official Gazette)
Diario Oficial de la Federación (1996). 3 de abril. (Mexican Federal Government
Official Gazette)
Dillman, D.A. (1978). Mail and Telephone Surveys: The Total Design Method. John
Wiley and Sons, New York, 325 pp.
14
Ditton R.B., S. R. Grimes and Finkelstein L.D. (1996). A social and economic study
of the recreational billfish fishery in the Southern Baja Region of México.
Report for The Billfish Foundation, Ft. Lauderdale Fl., 47pp.
Hanemann, W.M. (1984). Welfare evaluations in contingent valuation experiments
with discrete responses. American Journal Agricultural Economics 66: 332341.
Hanemann, W.M. (1989). Welfare evaluations in contingent valuation expreiments
with discrete response data: Reply. American J. Agricultural Economics 71
(4): 1057-1061.
Hoevenagel, R. (1994). A comparison of economic valuation methods. In Pethig,
R. [Ed.] Valuing the Environment: Methodological and Measurement Issues.
Kluwer Academic Pub. 347 pp.
Huppert, D. D. (1989). Measuring the value of fish to anglers: application to central
California anadromous species. Marine Resources Economics, 6: 89-107.
Jakobsson, K.M. and Dragun A.K. (1996). Contingent Valuation and Endangered
Species: Methodological Issues and Applications. Edward Elgar Publ., 269
pp.
Loomis, J.B. (1987). Expanding contingent value sasmple estimates to aggregated
benefit estimates: Current practice and proposed solutions. Land
Economics, 63 (4): 396-402.
Kealy, M. J. and Turner, R.W., (1993). A test of the equality of closed-ended and
open-ended contingent valuations. American Journal Agricultural
Economics: 321-331.
Macias-Zamora, R. A.; N. A. Venegas-Galindo y Vidarri-Sotelo A. L. (1993). La
pesca deportiva del pez vela (Istiphorus platypterus) y su relación con la
pesca comercial. Inv. Marinas CICIMAR, 8 (2): 87-93.
Macias-Zamora, R.; A. L. Vidaurri-Sotelo y Santana-Hernandez H. (1994). Análisis
de la tendencia de captura por unidad de esfuerzo en la pesquería del pez
vela en el Pacifico Mexicano. Ciencias Marinas 20 (3): 409-419.
McConnell, K.E. and Strand, Y. (1981). Measuring the cost of time in recreation
demand analysis: An application to sportfishing. American J. Agricultural
Economics, :153-156.
Mitchell, R.C. and Carson, R.D. (1989). Using survey to value public goods: The
contingent method. Resources For The Future, Washington D.C., 463 pp.
15
Nakamura, I. (1985). FAO species catalogue Vol. 5 Billfishes of the World: An
annotated and illustrated catalogue of marlins, sailfish, spearfishes and
swordfishes known to date. FAO Fish Sinop. 125 (5): 65 pp.
Navrud, S. and Mungatana E.D. (1994). Environmental valuation in developing
countries: the recreational value of wildlife wiewing. Ecological Economics,
11: 135-151.
Pearce W.P. and Makandya, A. (1989). Environmental policy benefits: Monetary
valuation. Organisation for Economic Co-operation and Development
(OECD), 82 pp.
SEPESCA (1991). Fomento y modernización
Secretaria de Pesca 63 pp.
de la pesca deportivo-recreativa.
Seller, C., Chavas, J.P. and Stoll J.R. (1986). Specification of the logit model: The
case of valuation of non-market goods. J. Env. Economics and
Management, 13: 382-390.
Walsh, R.G. (1986). Recreation Economic Decisions: Comparing benefits and
costs. Venture Publ. Inc. State College PA, 637 pp.
Ziemer, R.F., W. N. Musser and Hill R.C. (1980). Recreation demand equations:
functional form and consumer surplus. Amer. J. Agric. Econ. 62: 136-141.
16
PROFEPA
VALORACION ECONÓMICA DE LA
CAPTURA DE CO2 EN EL PARQUE
NACIONAL DESIERTO DE LOS
LEONES
PROTECCIÓN DE LAS
FUNCIONES
AMBIENTALES DE
LOS BOSQUES
PROFEPA
USO DE INSTRUMENTOS ECONÓMICOS
DELEGACIÓN METROPOLITANA
DEL VALLE DE MÉXICO
PARA LA INVERSIÓN AMBIENTAL
ALEJANDRO ANGULO CARRERA
SUBDELEGACIÓN DE RECURSOS
NATURALES
E-mail [email protected]
IVONNE VALDEZ MUCIÑO
E-mail [email protected]
INSTRUMENTOS ECONÓMICOS
PARA LA PROTECCIÓN
En la mayoría de los países miembros de la
Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), en los cuales
se han aplicado instrumentos económicos,
éstos por lo general han jugado un rol de
complemento
al
conjunto
de
reglamentaciones. Así mismo, el empleo más
extendido han sido los impuestos y los
cargos al uso, y por contrapartida en calidad
de excepción se hallan los esquemas de
permisos o sanciones comerciales.
a) Instrumentos Económicos.
La aplicación o uso de los Instrumentos
Económicos en materia ambiental se han
venido extendiendo en diversos campos y
países, encontrando un cauce para la
solución de aquellos problemas que por la
vía de comando y control, ha sido
insuperable,
no
obstante,
el
perfeccionamiento de éstos instrumentos aún
habrá de recorrer un largo camino, sobre
todo por que hay que entender que dichos
instrumentos no pueden generalizarce en
forma indiferenciada, ni tampoco constituye
para cualquier caso la mejor alternativa. En
este sentido, es conveniente observar, para
la aplicación de un instrumento económico, lo
siguiente:
•
•
•
•
Entre las razones de un aumento en su uso a
partir de 1989 se encuentran las siguientes:
a) Tendencia global a la desregulación de la
actividad económica y mayor incidencia
del mercado y la iniciativa privada.
b) Adelgazamiento de los presupuestos
públicos que han estimulado el interés en
el diseño de instrumentos con incentivos
de cumplimiento “incorporados” y que a
su vez pueden elevar la recaudación.
c) Una mayor preocupación por problemas
ambientales que no pueden tratarse de
manera simple por medio de normas y
control.
d) El fuerte incremento de los costos de
control ambiental. (Mercado García,
1999)
Analizar la problemática ambiental que
se pretende abordar.
Contemplar las diversas alternativas
existentes.
Seleccionar el instrumento económico
adecuado, para evitar generalizaciones.
Observar
las
condicionantes
que
implicaría
un
uso
adecuado
del
instrumento.
INVENTARIO DE LOS INSTRUMENTOS ECONÓMICOS
PAÍSES DE LA OCDE EN 1992.
Instrumentos Económicos
Cargos sobre los Productos
Cargos por Emisiones
Esquemas de Depósito
Reembolso
Permisos Comerciales
Número de Número de Casos
Países de la
OCDE
y
20
21
16
79
70
33
1
12
Fuente: OECD DEVELOPMENT CENTRE, 1992
Con base en lo anterior, en la conferencia de
Río de Janeiro de Naciones Unidas
celebrada en 1992, sobre Medio Ambiente y
Desarrollo, una de las recomendaciones
centrales para todos los países fue el uso de
los
instrumentos
económicos
como
complemento de las medidas regulatorias en
vigor o por desarrollarse. Tal planteamiento
sin duda, implica dos aspectos: la necesidad
de utilizar este tipo de instrumentos y
segundo, su aplicación debe concebirse no
como una medida que substituya a las
regulaciones, sino por el contrario ambas
deben complementarse para lograr el
impacto esperado.
2
•
b) Instrumentos Económicos en México.
En el caso mexicano, los instrumentos
económicos han venido tomando un mayor
peso en la política ambiental, de tal suerte
que en la reciente reforma a la Ley General
del Equilibrio Ecológico y la Protección al
Ambiente se ha incorporado la Sección III de
Instrumentos Económicos, con un total de 3
artículos y 11 fracciones. Lo cual significa,
como se señala en la exposición de motivos
de la misma Ley, que el sistema regulatorio
tradicional es complementado con éste
nuevo tipo de instrumentos, a fin de lograr los
objetivos de la política ambiental.
Con los instrumentos económicos se
persigue hacer efectivos los dos principios de
la política ambiental:
•
El que indica que quien contamine,
haga un uso excesivo de recursos
naturales, o altere los ecosistemas,
debe asumir los costos inherentes a
su conducta.
Y el que señala que quien conserve
los recursos e invierta en la
conservación
ecológica,
reconstruyendo el capital ambiental
de la nación, debe recibir, por ello, un
estímulo o una compensación.
En esta medida, la Ley define a los
instrumentos
económicos
como
los
mecanismos normativos y administrativos de
carácter fiscal, financiero o de mercado,
mediante los cuales las personas asumen los
beneficios y costos ambientales que generen
sus actividades económicas y se les
incentiva
para
realizar
acciones
que
favorezcan al ambiente. Por otra parte, se
considera pertinente facultar a la Federación,
los Estados y el Distrito Federal para diseñar,
desarrollar
y
aplicar
instrumentos
económicos que incentiven el cumplimiento
de los objetivos de la política ambiental.
Por último, en la exposición de motivos, se
subraya que dichos instrumentos no
pretenden sustituir a otros, por el contrario,
se recomienda su empleo en conjunción con
los demás, incluyendo a las normas oficiales
mexicanas y el ordenamiento territorial.
3
TIPOLOGIA DE INSTRUMENTOS ECONÓMICOS
EN LA LGEEPA
INSTRUMENTOS
ECONÓMICOS
ARTÍCULO
TIPO
OBJETIVO
OBSERVACIONES
FISCAL
22
ESTIMULOS
FISCALES
INCENTIVAR
EL CUMPLIMIENTO.
FINANCIEROS
I
22
CRÉDITOS,
FIANZAS,
SEGUROS
DE
RESPONSABILIDAD
CIVIL, FONDOS Y
FIDEICOMISOS.
FOMENTAR LA PRESERVACIÓN,
PROTECCIÓN,
RESTAURACIÓN
O
APROVECHAMIENTO
SUSTENTABLE DE LOS
RECURSOS NATURALES Y
EL AMBIENTE, ASI COMO
PARA
DESARROLLAR
ESTUDIOS,
E
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y
TECNOLÓGICA.
FINANCIERO
II
173, ÚLTIMO
PARRAFO
INVERSIÓN
AMBIENTAL
INVERSIÓN EQUIVALENTE
EN LA ADQUISICIÓN E
INSTALACIÓN DE EQUIPO
PARA
EVITAR
CONTAMINACIÓN, O EN LA
PROTECCIÓN,
PRESERVACIÓN
O
RESTAURACIÓN
DEL
AMBIENTE
Y
LOS
RECURSOS NATURALES
LA
AUTORIDAD
CORRESPONDIENTE
PODRÁ CONMUTAR EL
PAGO DE LA MULTA
POR UNA INVERSIÓN
AMBIENTAL. SIEMPRE
QUE NO SE ESTE EN
LOS SUPUESTOS DEL
ARTÍCULO 170 Y QUE
ADEMÁS
LO
JUSTIFIQUE
LA
AUTORIDAD
DE MERCADO
22
CONCESIONES,
AUTORIZACIONES,
LICENCIAS
Y
PERMISOS
CON
RESPECTO
A
VOLUMENES
PREESTABLECIDOS
DE
EMISIÓN
DE
CONTAMINANTES EN EL
AIRE, SUELO Y AGUA O
BIEN,
LÍMITES
DE
APROVECHAMIENTO
LAS PRERROGATIVAS
SERÁN
TRANSFERIBLES,
NO
GRAVABLES
Y
SUJETAS AL INTERÉS
PÚBLICO
Y
EL
APROVECHAMIENTO
SUSTENTABLE
NO TIENE NINGUN FIN
EXCLUSIVO
RECAUDATORIO.
FUENTE: LGGEPA, 1997 . Elaborado por DMVM/PROFEPA
c)
Instrumentos
Económicos
aplicación por la PROFEPA.
de
De la tabla anterior en la que se presentan
los diferentes instrumentos económicos, el
que mejor se ajusta para su aplicación por
parte de la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente es el Financiero II,
dada por la función y atribución que le
compete a la PROFEPA por ser ésta la
autoridad correspondiente en el ejercicio de
la observancia y aplicación de la Ley
Ambiental, además de ser la encargada de
resolver mediante resolución administrativa el
procedimiento que se haya iniciado con
motivo de algún ilícito ambiental, quien a su
vez será la responsable de recibir, resolver y
encausar la petición de conmutación de la
multa por una inversión ambiental
equivalente.
Dicho instrumento (financiero II), aunque
tiene el carácter financiero en tanto que se
trata de una inversión económica con fines
ambientales, también cuenta con otra
característica, la cual se refiere a su parte
sancionatoria, ya que el origen de la
inversión se basa en la imposición de una
multa. Sin embargo, el mecanismo de
conmutación de la multa en inversión, debe
4
contar con el presupuesto de ser voluntaria
por parte del infractor, lo que ello implica que
deberá ser a petición del interesado, y en una
segunda instancia, la conmutación quedará a
la discrecionalidad de la autoridad, quien en
su momento deberá justificar la medida.
Con todo, es quizá este instrumento el único
que reúne al mismo tiempo los dos principios
de la política ambiental ( quien contamina
paga
y
quien
conserva
recibe
compensación),
pero
así
mismo,
el
instrumento muestra de forma clara una
mayor equidad social, que permite con
justicia lograr una efectiva distribución de los
costos y beneficios, que redunda en una
mejor calidad de vida ambiental.
Ahora bien, una vez que se ha identificado el
instrumento económico, hay que puntualizar
los siguiente:
El instrumento financiero II tiene un sentido
bidireccional, ya que puede direccionarse
hacia la remediación del mismo proceso
ambiental que origino la irregularidad, con lo
cual el objetivo final que se persigue es el de
canalizar la inversión ambiental, producto de
la conmutación, hacia el origen; sin embargo,
la otra dirección que puede tomar es la de
orientar la inversión hacia procesos distintos
pero relacionales con el de origen, de tal
manera que en éste caso, es como se logra
conectar a un tercero quien ha venido
trabajando por la conservación y que
además, genera un servicio ambiental
común, de apropiación pública. En otras
palabras, ésta segunda dirección resulta ser
mas integral, en cuanto que se le conmuta la
multa al generador del deterioro ambiental
( infractor), para llevar a cabo una inversión
ambiental en lugar, proceso y persona
distinta, que ha cargado con los costos de
protección, conservación o restauración del
ambiente o recursos naturales, que producen
servicios ambientales para el imaginario
colectivo de la sociedad. ¿Es injusto
direccionar la inversión a persona, lugar y
proceso distinto? La respuesta es no, ya que
la responsabilidad de cumplir con lo
ordenado en la normatividad ambiental es
única y exclusiva de su parte, por ello se
hace acreedor a una sanción económica; lo
que le obliga a cumplir con el pago de la
multa que le impone la autoridad, empero, en
dicha situación, el infractor tiene la
posibilidad de contribuir con los objetivos de
la política ambiental al aceptar de forma
voluntaria la conmutación por inversión hacia
procesos de protección, conservación o
restauración del ambiente, o recursos
naturales
que
nos
brindan
servicios
comunes, de ahí que tal dirección del
instrumento económico interconecta al que
contamina con el que conserva, y a su vez
con un bien ecológico común.
En base a lo anterior, cuando se considere
el empleo de este tipo de instrumento
económico, debemos tomar en cuenta las
dos direcciones apuntadas, para seleccionar
adecuadamente en que caso procede cada
una de estas direcciones, es decir, que
cuando se trate de multas impuestas
procedentes
de
procesos
que
no
desencadenan macroprocesos ambientales,
es viable la conmutación para la adquisición
e instalación de equipos para evitar la
contaminación en el mismo punto de origen,
siempre y cuando esto no sea parte de su
obligación por ley; más sin en cambio,
cuando nos encontremos en el supuesto que
el proceso ambiental violatorio de la
normatividad afecta a otros procesos
externos,
la
conmutación
podrá
ser
direccionada
hacia
la
protección,
preservación o restauración del ambiente y
los recursos naturales.
5
d) Aplicación del Instrumento Económico
(Financiero II) para el Programa de
Conmutación
de
Multas.
Una vez definido el instrumento que puede emplear la PROFEPA, es necesario analizar de
manera concreta las siguientes consideraciones, que nos permitan evaluar su eficacia ambiental,
su viabilidad social y eficiencia económica.
•
Aceptación y apoyo de las
instancias públicas para la
aplicación de los instrumentos
económicos:
Como lo hemos
visto en líneas anteriores, la
incorporación de instrumentos
económicos
a
la
política
ambiental es un hecho patente
por parte de la Secretaría de
Recursos Naturales y Pesca, que
en la reciente reforma a la Ley
Ambiental, quedo plenamente
integrada
a
dicho
cuerpo
regulatorio, con lo cual, no sólo
se expresa en términos de
política sino aún más, de forma
normativa,
dándole
así
un
carácter jurídico al uso de los
mismos. Por otra parte, es
importante destacar que el apoyo
que puede tener el empleo de los
instrumentos, en el caso resulta
interesante ya que la aprobación
de las reformas antes citadas a
la Ley Ambiental, pasaron por un
largo
proceso
de
consulta
pública, así como por supuesto,
por la discusión y aprobación del
Congreso de la Nación.
Lo anterior implica que, en
términos generales es manifiesta
la aceptación y apoyo al uso de
los instrumentos, por lo que sólo
resta materiarizarlo a través de
un programa, para lo cual hay
que someterlo a la consideración
de la autoridad responsable
directa. No obstante en el caso
específico de la PROFEPA, el
empleo del instrumento ya
señalado, ha contado con el
apoyo y voluntad de la institución
toda vez que hasta el momento
existen 7 casos, de los cuales 3
se han concretizado y los
restantes están por resolverse, lo
que significa, que han estado
sirviendo para alcanzar los
objetivos de la protección.
•
Información y estudios base para
su modelamiento: Este punto en
especial es crucial ya que a
pesar de existir la voluntad y
convencimiento del uso de un
instrumento, es preciso contar
con la información y estudios que
permitan ver con claridad los
objetivos que se buscan y las
condiciones en que operaría el
instrumento. Para el presente
caso, donde el objetivo que se
persigue es el de canalizar la
inversión ambiental hacia la
protección y restauración del
recurso forestal en la zona
metropolitana, como parte de un
programa de acción climática
para la mitigación de CO2 como
gas de efecto invernadero, se
tiene ya los estudios respectivos,
como lo es el estudio de caso
que se presenta.
•
Eliminación de distorsiones y
fortalecimiento
de
las
capacidades
institucionales:
Lograr tener en cuenta estos dos
aspectos al mismo tiempo, no
siempre resulta tarea fácil, no
obstante en el caso que nos
atrae, es del todo compatible, ya
que por el nivel de inversión,
difícilmente puede pensarse en
alguna distorsión de precios de
mercado. Y esto es así ya que
por un lado el comercio de venta
de servicios ambientales por
captura
de
CO2
aún
es
demasiado temprano, y sólo
6
existe en México un ejemplo en
el estado de Chiapas que oferta
y vende la tonelada de carbono
en el mercado internacional. Por
el contrario, la canalización de la
inversión hacia la protección y
restauración de los bosques en
el Distrito Federal con la
intención
de
mantener
y
aumentar la masa forestal como
sumideros de carbono, puede ser
un buen detonador que permita
la creación de un mercado verde
en este rubro; así también, es
importante puntualizar que el
monto de la inversión por unidad
de superficie se basa en un
referente
de
mercado
(por
ejemplo, la tonelada de CO2
internacionalmente se cotiza en
$10 dólares), y no hay duda que
dicho precio debe ajustarse al
sistema de precios relativos
cuando se toma en cuenta que el
mantenimiento de la cubierta
forestal en un área natural
protegida lleva implícito otro tipo
de
valores
ambientales
asociados, por lo cual, el precio
asume la internalización de
dichos costos, o si se prefiere,
también hay que considerar que
el impacto de la perdida de la
zona forestal en la Ciudad de
México es mucho mayor, en
términos de la calidad de vida de
sus habitantes, que el escenario
de Chiapas, por ello a partir de la
cotización
internacional,
es
posible su adecuación de tal
suerte que exprese su propia
dinámica local en función de los
costos
económico-ambientales
que haya que internalizar.
Ahora bien, una vez superado el
problema
de
una
posible
distorsión, entremos a analizar el
asunto
del
fortalecimiento
institucional.
Lo
que
el
instrumento
económico
(financieroII) le permite a la
PROFEPA es en primer lugar, el
de crear un programa de acción
climática, ligado a la cuestión
forestal, que forma parte de la
política ambiental en general, y
en lo particular, de la política de
inspección y vigilancia forestal;
segundo, contribuye a lograr una
participación
activa
de
los
dueños y poseedores
del
recurso forestal, con lo que se
redobla el esfuerzo institucional
en su parte de vigilancia
comunitaria
como
acción
preventiva para evitar la tala
clandestina y los incendios;
tercero, la inversión también
posibilita ingresos para los
dueños por concepto de servicios
ambientales,
a
manera
de
compensación
por
su
mantenimiento e incremento del
recurso natural, que nos brinda el
servicio de captura de CO2 en la
atmósfera capitalina; y cuarto, en
condiciones de veda, la inversión
representa una alternativa de
desarrollo
sustentable
viable
para sus dueños y poseedores.
En resumen, la aplicación del
instrumento
complementa
la
parte de normatividad, en tanto
que contribuye a lograr uno de
los
objetivos
de
política
ambiental consistente en la
mitigación de gases de efecto
invernadero,
mediante
la
inversión ambiental que logre
proteger e incrementar
el
recurso forestal, con lo cual, se
fortalece
las
capacidades
institucionales sin provocar
distorsiones en el mercado.
•
Un horizonte de aplicación de
mediano plazo: Para lograr un
verdadero impacto ambiental con
el uso del instrumento es preciso
planear un horizonte de mediano
plazo, que permita realmente y
en forma gradual, evaluar y
perfeccionarlo.
Esto
es
sumamente importante, debido a
que cualquier medida que se
tome para revertir los procesos
de deterioro llevan su tiempo
natural.
7
En esta medida, es que se prevé
que la aplicación del instrumento
debe contemplar un mínimo
de 3 años durante los cuales,
mediante el seguimiento puntual
y sistemático, se realice la
cuantificación física de captura
de CO2 y el inventario del
incremento forestal al finalizar.
•
cabo
un
programa
de
seguimiento
puntual
y
la
evaluación correspondiente, que
gire en torno a los parámetros
asociados al objetivo que se
persigue en términos de la
política ambiental, el objetivo
particular
del
programa,
la
operación instrumental de los
mecanismos de la inversión
ambiental
y
finalmente
un
análisis
comparativo
con
respecto a otros instrumentos.
Evaluación de la efectividad del
uso del instrumento económico:
Con
la
aplicación
del
instrumento, debe llevarse a
e) Valoración Económica de la Captura de
CO2 para efectos de la Asignación de la
Inversión Ambiental
La mayor parte de la literatura y experiencias
existentes en el mundo sobre la valoración
económica o monetaria por el servicio
ambiental de captura de carbono, se basa en
un enfoque de análisis de costo-beneficio, a
partir del cálculo de los costos directos e
indirectos en que se incurre por concepto de
intervenir el bosque como si se tratara de una
plantación con fines comerciales, es decir,
que el precio se fija en razón de una función
de producción que expresa un valor
monetario por el mantenimiento del arbolado
en condiciones para un óptimo potencial de
secuestro por hectárea al año; otros pocos
estudios se refieren a dicha valoración
haciendo distinción entre el tipo de bosques,
y una muy escasa cantidad versan sobre
áreas naturales protegidas, de tal suerte que
el rango de precios es muy disímbola como
lo podemos apreciar en la siguiente tabla.
COSTOS DE SECUESTRO DE CARBONO
Dólares/tonelada
Estudios
Tropical
Agroforestería
Andrasko 1991
3-5
Dixon
1993
4-16
Krankina 1993
Hoghton 1991
3-12
Tropical
Plantación
3-6
6-60
Templado
Plantación
0-2
2-50
1-7
Boreal
Plantación
Boreal
Protección
3-27
1-8
1-4
1-3
4-37
Fuente: American Forest, 1994
8
Sin embargo, también se han hecho estimaciones a partir de rangos de secuestro, o sea por
escalas tal como se muestra en la siguiente tabla:
COSTOS DE SECUESTRO DE CARBONO
Dólares /Tonelada
Estudios
Moulton/ Richard 1990
Adams
1993
Parks/Hardie
1992
Fuente: American Forest, 1994
Mill/Ton
140
$/Ton
16.57
18.50
175.00
Por otra parte, existe un caso en México,
dentro del estado de Chiapas en donde un
grupo de comunidades indígenas han
ingresado
sus
bosques
al
mercado
internacional de servicios ambientales por
captura de CO2, donde de manera casi
independiente del costo de mantenimiento,
negociaron bajo un precio estandarizado en
los mercados mundiales a $ 10.00 dólares la
Tonelada, que fue pactado con la Federación
Internacional de Automovilistas de Italia a
través de un organismo internacional de
colocación y certificación.
Sin embargo, para poder establecer un valor
monetario por la captura de CO2, para la
Ciudad de México hay que tomar en cuenta
lo siguiente:
•
•
•
•
•
La veda existente.
Los
servicios
y
funciones
ambientales que presta para una
inmensa población.
El costo de oportunidad para sus
poseedores.
El costo de la protección.
El costo de la reforestación,
restauración y sa neamiento.
En este sentido, la función para la
determinación del valor monetario debe
integrar los valores parciales antes descritos.
Para ello, debemos señalar que la veda
como restricción al uso y aprovechamiento
forestal va íntimamente ligado al costo de
Mill/Ton
280
$/Ton
20.69
25.11
-
Mill/Ton
420
$/Ton
23.24
37.21
-
Mill/Ton
700
$/Ton
34.73
95.06
-
oportunidad, de ahí que se asuma como un
solo valor, de tal manera que el costo de
oportunidad estaría referido a la principal
amenaza de cambio de uso del suelo por
asentamientos urbanos, pero no como venta
sino como renta en el tiempo ; del total de los
servicios
y
funciones
ambientales
únicamente se considera la captura de CO2;
y en el caso de la protección se considera un
costo compartido dado que son funciones a
las que no puede renunciar el Estado; y por
último, para la reforestación y restauración,
igualmente son acciones compartidas entre
el gobierno y los poseedores, más no así el
saneamiento que implica algún tipo de
remuneración por la venta de los productos
maderables para los dueños del bosque.
En esta medida tendríamos la siguiente
ecuación:
CC= co + pic + cp + crr
Donde:
Costo de Carbono es igual al costo total
unitario por hectárea.
Costo de Oportunidad co es igual al valor
de la renta. La cual se fija en base al valor de
depreciación directa en función del valor
catastral
del
predio
por
hectárea,
considerando un periodo de vida útil de 50
años, un periodo de depreciación de 10 años
9
(del cual se obtiene la renta anual), y un valor
residual del 97.5 % con respecto al valor
catastral inicial por hectárea.
Precio Internacional del Carbono pic es
igual a la cotización por tonelada, que corra
en los mercados internacionales. Para lo cual
debe estimarse el costo por hectárea, que
estará dado por el potencial de secuestro en
una cantidad de hectáreas:
pic= (ct x ps)/Nh
Donde:
ct es la cotización internacional por tonelada
ps es el potencial de secuestro total y;
Nh es el Número de hectáreas
Costo de Protección cp es igual al costo
directo del
equipo (para el vigilante que
cubrirá una extensión de 5 ha.) para las
acciones de vigilancia.
Costo de Reforestación y Restauración es
igual a los costos directos por parte de los
poseedores del bosque, de las actividades
por hectárea.
Ver Anexo “ Costo de Carbono en el
Parque Nacional Desierto de los Leones”
10
CAPTURA DE CO2 EN EL PARQUE
NACIONAL DESIERTO DE LOS LEONES
(Estudios de Caso)
a) Captura y Secuestro de CO2
La zona que puede ofrecer mayor potencial
de captura de CO2 en el DF es la zona sur y
surponiente, que ocupa una superficie mayor
de bosques de pino, oyamel y encino
principalmente, representando así el mayor
pulmón de la ciudad el cuál, si se conserva el
stock de existencias de carbono en el recurso
forestal, y por medio del establecimiento de
nuevos reservorios de CO2 a través de la
reforestación, la conservación de los
recursos naturales, contribuiría
que los
bosques potenciaran su captura de CO2.
La fijación del CO2 se produce en tres fases:
1.-Carboxilativa,
2.Regenerativa/Sintética
Reductiva
y
3.-
Esta constituye la fase obscura la cuál utiliza
la energía química obtenida de la fase
luminosa, en reducir CO2, nitratos y sulfatos
y asimilar bioelementos C,H,y S, con el fin de
sintetizar glúcidos, aminoácidos y otras
sustancias.
El ciclo del carbono comienza con la fijación
del anhídrido carbónico atmosférico a través
de los procesos de fotosíntesis, realizada por
las plantas y ciertos microrganismos. En este
Algunos
de
estos
bosques
están
conformados por árboles maduros, los cuales
capturan
carbono
que
se
encontrará
almacenado y estas áreas actuarán como
reservorios, debido a que el proceso de
respiración y oxidación en un bosque maduro
generalmente alcanza un balance por el
efecto fotosintético. En el largo plazo, el
carbono capturado tanto en sistemas
forestales como en sistemas agroforestales
puede alcanzar entre los 80 y 350 ton/ha
(INE, 1995).
Por otro lado toda la vegetación asimila CO2
atmosférico
por
medio
de
procesos
fotosintéticos, al formar carbohidratos y ganar
volumen. Las plantas obtienen el CO2 del
aire a través de los estomas de sus hojas. El
proceso de reducción de carbono es cíclico y
se conoce como ciclo de Calvin.
proceso el anhídrido carbónico y el agua
reaccionan para formar carbohidratos y
liberar oxígeno en forma simultánea, que
pasa a la atmósfera. Parte del carbohidrato
se consume directamente para suministrar
energía a la planta, y el anhídrido así
formado se libera a través de sus hojas o
raíces. Otra parte es consumida por los
animales, que también respiran y liberan
anhídrido carbónico. Las plantas y animales
mueren y son finalmente descompuestos por
microrganismos del suelo, lo que da como
resultado que el carbono de sus tejidos se
oxide en anhídrido carbónico y regrese a la
atmósfera (Schimel,1995: Smith et al.; 1993ª
citado por Ordóñez,1999).
11
Los árboles en particular, asimilan y
almacenan grandes cantidades de carbono
durante toda su vida, y si conservamos los
almacenes de carbono, puede representar un
camino válido para mitigar la emisión. En
este contexto los procesos de almacenaje
son válidos si son de largo plazo.
El Parque Nacional desierto de los Leones,
es un área natural protegida, que por su
cercanía a la Ciudad de México, constituye
un pulmón verde conformado por bosques de
pino, encino y oyamel el cuál es visitado año
por año por sus áreas de recreación y
esparcimiento. Pero la situación actual del
estado de sus bosques no es la más óptima,
ya que ha sufrido problemas tales como la
deforestación, erosión, e incendios, entre
otros propiciando así una pérdida
de la
superficie boscosa con áreas incendiadas en
superficies de hasta 400has., deterioro de los
recurso naturales, pérdida de diversidad de
especies etc.
A partir de un análisis sobre muestreo e
inventario de la masa
forestal así como
cálculos para la captura y secuestro de
carbono puede ser posible diagnosticar su
estado actual y conocer cual puede ser el
potencial de captura de CO2 que este puede
ofrecer y producir servicios ambientales que
favorezcan la conservación del bosque.
A continuación se expone un estudio de
caso para la captura de CO2 en el Parque
Nacional Desierto de los Leones, iniciando
con una recopilación de información,
procesos y manipulación de los datos para
obtener el cálculo de CO2 y resultados.
Recopilación de Información
Inventario Forestal 1997 en
el Distrito Federal
Inventario forestal
1999 PNDL
Digitalización del
polígono del PNDL
Fotografías
aéreas
Escala
1:10,000
1997
Carta
Topográfica
Esc:1:10,000
Inventario
Forestal 1999
Programa
especializado
para cálculo
de CO2 City
Green
SIG
ARC/INFO
ARC/VIEW
Revisión
del área en
campo
Proceso y manipulación de la información
Creación de
coberturas
digitales
(puntos de
muestreo)
Creación de los
polígonos del
inventario de
temas (arboles,
pastos y
construcciones)
Formulación
de las bases
de datos para
llevar a cabo
realizar el
cálculo de
CO2
Resultados
Cálculo del almacén
y captura de CO2
Valoración Económica de la Captura de
CO2 para efectos de la asignación de la
Inversión Ambiental
12
Se tomó como base para la zonificación de la
cubierta forestal
y la delimitación de la
poligonal del parque, así como el inventario
de 195 sitios circulares de muestreo,
utilizados en el inventario forestal del PNDL.
1999 de la delegación de Cuajimalpa del
Distrito Federal.
Los 195 sitios muestreados mencionados
anteriormente,
contaban
con
las
coordenadas que fueron empleadas
para
crear coberturas de puntos en el Sistema de
Información Geográfica para luego ser
agrupados en áreas que coinciden con las
coberturas de usos de suelo y vegetación del
inventario forestal de 1997, esto con el fin de
crear los temas (árboles, pastos y
construcciones) que requiere el programa
para tener las bases de los procesos.
Una vez creados los temas se generaron las
bases de datos que requirieron de lo
siguiente:
Se digitalizaron 16 polígonos de tipos de
suelo y vegetación en base al inventario
forestal del DF y a los datos de los puntos
muestreados
en el inventario forestal del
PNDL 1999 con información de la cuantía de
las existencias volumétricas, estructura,
edad,
tamaño,
tasa
de
crecimiento
volumétrico del arbolado y algunos aspectos
sobre el arbolado de las copas.
Se utilizaron las fotografías aéreas escala
1:10,000 de la poligonal de parque, para
conocer las condiciones en las que se
encuentra el área de estudio, además de las
verificaciones de campo.
Con el apoyo de Sistemas de Información
Geográfica (Arc/Info versión 3.5, Arc/View
versión 3.1) fue posible procesar, manipular y
analizar la información y a su vez con el
apoyo de otros programas familiarizados con
los SIG como el . “City Green calculating the
value of nature”, versión 3.0, fue útil para
realizar el cálculo de CO2 como mas adelante
se detallará.
El Parque Nacional Desierto de los Leones,
se localiza en las siguientes coordenadas:
19° 16´ a 19° 20´ de latitud norte y 99°
17´30´´ a 99° 20´00´´ ocupando una
superficie de 1,437.67 has.
Polígonos
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
Altura de
clase
*
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
El diámetro- La medidas del diámetro de los
troncos
Las especies- Las especies predominantes
La salud del árbol
El tipo de propiedad (público o privado)
Altura promedio de los árboles
Diámetro
cm
23
20
16
15
20
12
22
12
18
19
17
17
17
19
19
12
* Altura de clase
** 1
1
< 4.572m
2
2
4.572m-10.668 m
3
3
> 10.668 m
Diámetro
clase
**
3
3
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
Especies
Oyamel
Oyamel
Pino
Oyamel
Oyamel
Oyamel
Pino
Pino
Oyamel
Oyamel
Oyamel
Oyamel
Oyamel
Oyamel
Oyamel
pino
Salud
***
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
3
<2.54 cm
***1 recomendado para remover
2.54 cm - 50.8 cm
2 muy pobre
> 50.8 cm
3 pobre
4 regular
5 buena
13
El área total del dosel estimado fue de
1,078.75 has., ocupando el 75% de total de
la superficie, el área de pastos de 319.25
has. con un 22% del total del área de estudio
y el área de construcción que corresponde al
exconvento en una superficie de 3.61has.
El número de especies que habitan la zona
son dos principalmente el pino y el oyamel
resaltando como especie predominante el
oyamel en un 75%, con un régimen de
tenencia de la tierra público.
De los 16 polígonos inventariados, el
promedio de los diámetros es de 17.4 cm, el
promedio del diámetro clase es de 2, es
decir, de 2.54 cm a 50.8 cm, con una altura
mayor de 10.668 m aproximadamente, así
como las condiciones de salud la cual es
pobre.
En el extremo derecho de mapa, se puede
apreciar la tabla de los datos requeridos por
los sistemas, los cuales al ser procesados
fue posible obtener la captura de CO2 en la
región.
La captura de carbono es de 117,844.26
tons, que por hectárea nos arroja el 0.190
RESULTADOS
SUPERFICIES CONSIDERADAS
Area total
Area del dosel
Area de pastos
Area de construcción
CAPTURA DE CARBONO
Capturado
Potencial secuestrado
ton/año, datos estimados como resultado del
proceso del programa con el cálculo de CO2
y referidos específicamente a la biomasa
comercial
1,437.67
has. aérea del arbolado, calculada por
el
inventario
forestal del PNDL y no la
1,078.75 has.
biomasa subterránea (raíces y el resto de la
319.25 has.
vegetación).
3.61 ha.
Estos resultados, indican que el arbolado del
parque está conformado por un bosque, el
117844.26
tons en un 50% del arbolado en
cual presenta
205.16
sus tons/año
copas o fustes algún problema,
14
características de rodales maduros entrados
en procesos de declinación. El 40% del
arbolado inventariado, presenta un daño
físico, vegetación que también se encuentra
afectada por la polución ambiental de la
Ciudad de México, además de que en esta
zona se concentran una gran cantidad de
contaminantes que son transportados por la
acción de los vientos.
Las edades de los árboles son de 80 a 100,
años tratándose de árboles maduros y viejos,
los cuales no solo presentan daños en su
estado físico general, sino que también se
encuentran afectados por los incendios que
han contribuido a una disminución de sus
poblaciones.
Conclusiones
El incremento corriente de la captura de
3
carbono es de 3-4m ha/año que representa
el 0.190 ton/ha/año, en el cual la calidad de
3
estación se encuentra en un nivel 12-13m
ha/año de biomasa en otros sitios.
Con ello surge la necesidad de iniciar con
cierta urgencia la sustitución del arbolado
decrépito por nuevos sujetos sanos y jóvenes
que puedan influir en contra de los efectos de
la contaminación ambiental y garantizar en el
mediano plazo su permanencia y apoyar las
distintas opciones de ofrecer un servi cio
ambiental del parque.
Bajo el conocimiento de la situación actual
que prevalece en el Desierto de los Leones
en relación al estado y condiciones físicas de
sus bosques así como de su actual captura y
secuestro de carbono surge el afán de crear
alternativas para incrementar el potencial de
carbono para apoyar la producción de bienes
o
servicios
ambientales,
como
el
saneamiento y limpia de monte, restauración
y reforestaciones forestales con especies
nativas y conservar y proteger el bosque.
El Parque Nacional Desierto de los Leones,
ofrece un servicio ambiental que como ya se
mencionó es de 117,844.26 ton/año.
Actualmente pero podemos observar que
dadas las condiciones del arbolado y de la
salud de los árboles los cuales se encuentran
en estado de declinación y conformados por
árboles viejos afectados severamente por la
contaminación. La zona requiere de una
atención inmediata a partir de capital e
inversiones ambientales, la implementación
de mecanismos y medidas que puedan por
un lado proteger la cobertura vegetal y los
suelos, así como formular programas para la
restauración conservación y repoblación de
especies para incrementar el potencial de
carbono y creación de sumideros de carbono.
15
ANEXO “ COSTO DE CARBONO EN EL PARQUE NACIONAL DESIERTO DE
LOS LEONES
Ecuación para el cálculo monetario del Costo del Carbono.
CC= co + pic + cp + crr
Donde:
co =
Valor catastral por ha= 1,000,000
Depreciación en 10 años= 991.04
Renta por año= 99.10
Conversión a dólares al tipo de cambio de $9.57= 10.36
pic = (ct x ps)/Nh
Cotización internacional por Ton. de carbono= 10
Potencial de secuestro en PNDL= 205.16 Ton
Número de hectáreas= 1.078.75
Costo por Ton/ha en el PNDL= 1.99 dólares
cp =
Costo directo de equipo por vigilante para cubrir 5 ha.= 500
Costo por ha.= 100
Conversión a dólares al tipo de cambio de $9.57= 10.45
crr =
Costo directo ha/año= 1,000
Conversión a dólares al tipo de cambio de $9.57= 104.49
Sustituyendo:
CC= 10.36 + 1.99 + 10.45 + 104.49
CC= $127.28 dlls/ton/ha
Costo de Carbono es igual al costo total unitario por hectárea.
Costo de Oportunidad co es igual al valor de la renta. La cual se fija en base al valor de
depreciación directa en función del valor catastral del predio por hectárea, considerando un
periodo de vida útil de 50 años, un periodo de depreciación de 10 años (del cual se obtiene la renta
anual), y un valor residual del 97.5 % con respecto al valor catastral inicial por hectárea.
Precio Internacional del Carbono pic es igual a la cotización por tonelada, que corra en los
mercados internacionales. Para lo cual debe estimarse el costo por hectárea, que estará dado por
el potencial de secuestro en una cantidad de hectáreas:
pic= (ct x ps)/Nh
Donde:
ct es la cotización internacional por tonelada
ps es el potencial de secuestro total y;
Nh es el Número de hectáreas
Costo de Protección cp es igual al costo directo del equipo (para el vigilante que cubrirá una
extensión de 5 ha.) para las acciones de vigilancia.
16
Costo de Reforestación y Restauración es igual a los costos directos por parte de los
poseedores del bosque, de las actividades por hectárea.
TOTAL en US.
TOTAL
PNDL
Cotización Internacional
Costo de Protección
Costo Oportunidad
Concepto
Valor Catastral/ha
Depreciación en 10 años
Renta/año
Vigilancia/ind/año
Cotización Inter/ton/año
Costo directo/ha/año
Ton/ha de Secuestro
Costo de Reforest. Y Rest
TABLA DE VALORES
COSTO DE CARBONO EN PARQUE NACIONAL
DESIERTO DE LOS LEONES
$1,000,000.00
$991.04
$99.10
$500.00
$100.00
$1,000.00
0.19
$10.36
$10.45
$1.99
$104.49
$127.28
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
- CORENA, PROGRAMA DE
- Mercado García, Alfonso, “Instrumentos Económicops para un Comportamiento empresarial
Favorable al Ambiente en México, Ed. FCE-CM, México, 1999.
- Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente,
SEMARNAP-PROFEPA,México, 1997.
- Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, 1998; Ed. Sista, S.A. de C.V., 1998.
- Reglamento Interior de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Publicado
en el Diario Oficial de la Federación el 8 de julio de 1996.
17
CIRCULARES:
- CIRCULAR PFPA/003/99, de fecha 15 de noviembre de 1999, emitida por el Procurador Federal
de Protección al Ambiente, Mtro. Antonio Azuela de la Cueva.
CAPÍTULO 5
-
Ordoñez Díaz José A. Benjamin “Captura de carbono en un bosque templado: el caso de San
Juan, Michoacán. Instituto Nacional de Ecología INE-SEMARNAP ,1999
-
Schimel, D.S., Terrestrial Ecosystem and the Carbon Cycle. Global Change Biology, 1, 7791,1995
-
Smith, TM.; WP Cramer, R.K. Dixon, R Leemans, R.P. Neilson and A.M.
Inventario Forestal 1999 de los bosques de Oyamel del predio Federal “Parque Nacional
Desierto de los Leones”. Protección y Restauración Ecológica del Parque Nacional Desierto de
los Leones. Consultoría y coordinación S.A. de C.V.
Programas y fuentes cartográficas utilizadas
-
Programa “City Green” Calculating the value of nature American Forest versión 3.0 1999.
-
Programa Arc/info versión 3.5 para PC
-
Programa Arc/View versión 3.2 para PC
-
-
Comisión de Recursos Naturales:
Coberturas cartográfico-digitales.Nacional Desierto de los Leones.
Cuencas, Hidrología, Límite de la poligonal del Parque
Inventario Forestal del Distrito Federal 1997 SEMARNAP
18
CUENTA PATRIMONIAL DEL RECURSO SUELO EN LA RESERVA DE LA
BIOSFERA MARIPOSA MONARCA 1997
**Alejandro Angulo Carrera
**Ivonne Valdez Muciño
*Juan Antonio Leyva
*Guillermo Moreno Cárdenas
*Ofelia González Jacome
*Bernardo de Jesús Apolinar
*Miguel Tapia Mar tínez
** Procuraduría Federal de Protección al Ambiente PROFEPA
Delegación Metropolitana del Valle de México
* Procuraduría Federal de Protección al Ambiente PROFEPA
INTRODUCCIÓN
EI uso de indicadores físicos ha servido para conocer las existencias y/o degradación de los
recursos naturales, pero no permite valorar los costos ambientales, es decir, carecen del
atributo económico, son sólo indicativos y por ello limitan la construcción de cuentas Físicas
Patrimoniales. Sin embargo, son base para la construcción cuentas monetarias.
Los indicadores monetarios en tanto que cuantifican económicamente a los recursos,
facilitan la valoración de la degradación o deterioro provocado por las actividades
antropogénicas, además de
posibilitar la agregación de los costos de servicios
ambientales en términos monetarios derivados de las existencias de recursos naturales.
Este trabajo emplea al recurso suelo como indicador para depreciación del mismo, a efecto
de determinar el incremento o decremento patrimonial, basándonos en la valoración
monetaria de los macronutrientes Nitrógeno, Fósforo, Potasio, y la Materia Orgánica,
contenidos en el volumen de suelo que se pierde anualmente en la Reserva de la Biosfera
Mariposa Monarca, debido a procesos de erosión hídrica, información que será procesada,
manipulada y analizada con el apoyo de un Sistema de Información Geográfica.
El recurso suelo es de vital importancia, no solo para construir el sustrato físico de la
cobertura vegetal y el pasaje de nutrientes, sino aún m ás, porque revela las interelaciones y
procesos con los demás recursos naturales, de tal suerte, que funge como indicador espejo
sobre los cambios de uso de suelo, la deforestación, el manejo del recurso forestal
maderable y no maderable, las prácticas agrícolas, y otros.
Si bien es cierto que la reversión de los procesos de deterioro no es un asunto de corto
plazo, creemos sin embargo, que es posible llevar a cabo la valoración de los recursos y la
depreciación de los mismos, los cuales con el apoyo de herramientas técnicas, tecnologías
de punta como lo son los Sistemas de Información Geográfica, es posible optimizar
procesos, recursos humanos y materiales para la protección de nuestros recursos naturales,
para el análisis de los mismos. En esta medida, el estudio representa un ejercicio pionero,
pero de grandes alcances que facilitarán la conducción de la política de protección para la
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y los demás actores, que de forma
diferenciada internalizan costos y, también servirá para el direccionamiento de la política de
conservación y manejo para el INE.
1
OBJETIVOS
a) Realizar una revisión de las políticas de protección ambiental.
b) Valorar cuantitativa y económicamente los recursos y los daños con el apoyo de un
Sistema de Información Geográfica.
e) Integrar un sistema de cuentas verdes de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca.
d) Diseñar orientaciones en materia de conservación y protección para la próxima década.
CONCLUSIONES
Gracias a la construcción de la Cuenta Física y Económica de la Depreciación del suelo, fue
posible determinar el incremento o decremento patrimonial basado en la valoración
monetaria de macronutrientes en el área de la Reserva de la Mariposa Monarca.
El flujo de bienes y servicios ambientales, a partir de la valoración cuantitativa (física y
económica) por recurso natural, permitió la generación de indicadores para evaluar el
incremento o decremento de los mismos. el análisis comparativo con otras regiones o
reservas; su productividad natural y ventajas comparativas. Dicha valoración permitió
entender la evolución de los recursos base, imprescindibles para el despliegue de un
desarrollo sustentable regional, así como sus logros en el mediano y largo plazo; cuestiones
ambas, que en definitiva contribuyen al mejoramiento de la calidad de vida de sus
habitantes, para las generaciones de hoy y las futuras.
1. DINÁMICA DEL USO DEL SUELO
EI suelo como recurso importante de la Reserva, cumple con funciones que pueden ser
representadas a través de una matriz de oferta y demanda ecosistémica en cuanto a bienes
y servicios ambientales tales como sustrato físico de la cubierta vegetal; pasaje de
nutrientes; hábitat de microfauna y de alguna macrofauna; pasaje de aguas; producto
intermedio en tanto tierra de monte y como insumo para la construcción de viviendas
rurales; espacio físico para los caminos, espacio de hábitat, espacio productivo, espacio
para recreación y; finalmente como contribuyente en la termoregulación microclimática del
bosque.
Cuando el suelo se pierde, las consecuencias para el ecosistema suelen ser muy graves y
solo con fuertes inversiones y con un periodo amplio de tiempo se recupera su funcionalidad
y productividad.
1.1 USO DEL SUELO AGRICOLA
La mayoría de los suelos de la RBMM, debido a su topografía irregular, con elevadas
pendientes mayores al 15% y escasa capa superficial, presentan una vocación
preferentemente forestal y solo un bajo porcentaje tienen potencialidad agrícola.
La agricultura es una actividad económica restringida a algunos sitios, ya que representa
solo el 0.63% del área total de la Reserva con 102.04 ha, pero es ahí donde se tienen los
más elevados promedios de erosión, debido al mal manejo que se ha venido dando al suelo
de tiempo atrás, como lo es el cultivo permanente de una misma especie, escasa restitución
de nutrientes, permanencia de suelo desnudo cultivo en pendientes pronunciadas y escasas
obras de conservación.
-
2
1.2 USO DEL SUELO FORESTAL
Al interior de la reserva en 45 de los 56 predios de e jidos y comunidades afectados por el
decreto de protección de los santuarios, el bosque ocupa la mayor parte de sus territorios y
por ende, la principal actividad económica es la Forestal. La región presenta una fuerte
presión demográfica y cuenta con una gran cantidad de industrias forestales, cuya demanda
de materias primas es varias veces mayor que la capacidad productiva de los bosques, lo
cual sumado a la problemática que enfrenta la región con aprovechamientos clandestinos tala ilegal- y en menor medida el cambio de uso del suelo, trae como consecuencia la
degradación y erosión del recurso suelo.
Los predios afectados por el decreto de establecimiento de la Reserva Mariposa Monarca
presentan tres tipos de superficie forestal. terrenos en área Libre, terrenos en área de
Amortiguamiento y terrenos en área Núcleo. Dado que en área Núcleo no se permite el
aprovechamiento, los permisos forestales se dan va sea en zona de Amortiguamiento cuyas restricciones de tipo ecológico son mayores -,o en zona Libre.
Santuarios del Estado de México
Comparando la superficie total aprovechada -9,989.76 has-, con la extensión utilizada en
área de Amortiguamiento –2,479.26 has-, ésta representa el 24.8% del total. Las especies
que han sido aprovechadas en mayor porcentaje son el Abies religiosa que contribuye con
el 53.7% de la producción (98,429 m3), le siguen el Pinus pseudostrobus y el P. michoacana
con un 32.2% (59,143 m 3), Cupressus lindleyii con el 7.2% (13,195 m3) y Quercus sp. con el
3.2% de la producción (6,641 m3).
Santuarios del Estado de Michoacán
A diferencia del estado de México, donde se acaba de levantar una veda forestal a
mediados de 1995 en Michoacán no la ha habido en los últimos años. Las especies que han
contribuido en mayor porcentaje al volumen de aprovechamiento son las siguientes: Pinus
pseudostrohus, P. leiophy//a. P. teocote y P. michoacana 55.7% (56,836 m3)Abies religiosa.
26.7% (27.250 m3) Q uercus sp. 6.6% (6,783 m 3) y O . Hojosas 6.1% (6,281m3), de lo que se
desprenden diferencias notorias con el estado de México en cuanto a las contribuciones por
especie.
Tipos de Vegetación en la Reserva
De 16,097.26 ha con que cuenta la RBMM; 15,75869 ha (97.89%) están cubiertas por algún
tipo de vegetación natural. El Bosque denso ocupa la mayor superficie con 9,795.71 ha.,
que representan el 60.85% del total del área, en segundo término está el Bosque cerrado
con 3,556.29 ha que equivalen al 22.09% siguiendo en orden a la magnitud de su
superficie: Bosque abierto 2048.95 ha). Vegetación arbustiva (357.74 ha), uso ganadero
(236.53 ha) y uso agrícola (102.04 ha).
2. ZONIFCACION Y EROSION
Los cálculos de erosión en la RBMM, se tomaron como base para estimar la depreciación
del suelo mediante la valoración monetaria de la pérdida de los macronutrientes Nitróg eno,
Fósforo, Potasio, y de Materia Orgánica, contenidos en el suelo erosionado. Dado que las
áreas naturales se dividen por disposiciones legales en zonas núcleo y de amortiguamiento,
el estudio retorna esta ordenanza y zonifica la Reserva bajo los criterios de Santuario, Zona
núcleo y amortiguamiento y Municipio.
3
M ETODOLOGIA
La plataforma que se utilizó para la introducción, manipulación, procesamiento y análisis de
la información de datos georeferenciados, fue el Sistema de Información Geográfica
ARC’INFO para PC versión 3.5 con el apoyo de un programa de análisis y despliegue
espacial ARC/VIEW para PC versión 3.0 el cual tiene el potencial de desplegar
directamente una o varias vistas con diferentes escalas para generar un mapa, permite
hacer consultas a las bases de datos y a la distribución de las unidades espaciales, así
como analizar los elementos gráficos en el mapa.
Para el trabajo de campo se utilizaron los Sistemas de Posicionamiento Global (GPS) en los
levantamientos de coordenadas geográfi cas de las unidades espaciales.
Lista trabajo se inicia en el mes de marzo y concluye a finales de octubre de 1997. La
primera fase consistió en la búsqueda y acopio de estadísticos de actividades agrícolas,
ganaderas y forestales de la zona de estudio, inventario de áreas erosionadas de Estado de
México y Michoacán de la SARH 1983. Planos forestales del uso del suelo 1982-1984,
1989-1990 y decreto presidencial 1986. con el propósito de utilizarles para analizar la
dinámica de uso del suelo ‘y posteriormente valorizar y construir la cuenta monetaria del
mismo. De igual manera se procedió al acopio de cartas topográficas. edafológicas y de uso
del suelo escalas: 1:150,000 de INEGI de los Estados de México y Michoacán correspondientes al área de la RBMM.
En la siguiente fase, mediante digitalización de la cartografía sobre el ambiente de una
plataforma de software dentro del SIG, se crearon una serie de coberturas cartográficas que
incluyen: localización de las principales unidades de uso del suelo, tipos de s uelo, hidrología
vías de comunicación, polígonos de los santuarios que integran la RBMM; polígonos del uso
del suelo y polígonos de estudios recientes del riesgo de erosión potencial y permisible
reportados por la SARH para cada santuario, polígonos de municipios de los Estados de
México y Michoacán, en cuyos territorios se ubican los santuarios líneas de curvas de nivel
maestras a cada 200 metros.
Una vez creadas éstas coberturas dentro del SIG, se procedió a unirlas entre si y obtuvimos
una nueva cobertura de 777 polígonos, que se utilizaron para generar la estadística básica
del cálculo de pérdida de suelo erosionado por polígono y consecuentemente para realizar
la valoración económica de depreciación en las 16.097.27 ha resultantes de la
digitalización.
Se obtuvieron como mapas resultantes, la siguiente cartografía temática para el análisis del
presente estudio:
Mapa Topográfico
Mapa del valor económico de la depreciación
Mapa de clases de erosión
Mapa de uso actual del suelo
Mapa de Unidades del suelo
De los santuarios Sierra Chincua, Sierra Campanario, Cerro Pelón ‘y Chivati-Huacal
Paralelamente a la digitalización se realizaron verificaciones de campo en los cinco
santuarios de la RBMM -Cerro Altamirano, Sierra Chincua, Sierra Campanario, Cerros
Chivati-Huacal ‘~ Cerro Pelón -. a efecto de cotejar la información sobre coberturas vegetales
y de uso del suelo, a la vez que se desarrollo la colecta de muestras de las unidades de
suelo dominantes en la zona de estudio. Para esto nos apoyamos en Cartas Fotográficas y
Edafológicas del INEGI, correspondientes a El Oro, Méx., Angangueo. Mich.y Villa de
Allende, Méx Escala 1: 50,000. ubicando los puntos de verificación mediante el uso de
Geoposicionador (GPS).
-
-
4
La necesidad de valorar cuantitativamente (física y económicamente) los recursos naturales
en la generación de indicadores para evaluar el incremento o decremento de los mismos, y
la valoración de los daños en los procesos de deterioro, los SIG representan una
herramienta técnica muy útil en la toma de decisiones.
Los SlG tienen el potencial necesario para llevar a cabo distintos procesos que permiten la
integración de datos referenciados especialmente en la solución de problemas del medio
ambiente, ya que cuentan con un conjunto de operaciones que proveen a profesionales el
uso de distintas funciones que permiten introducir, seleccionar, manipular, procesar,
analizar y desplegar información geográfica.
Existen siete aspectos relevantes que vale la pena considerar durante la elaboración de
este estudio
I.- Georeferenciación espacial
II.- Manejo de información
III- Análisis de la información
IV.- Procesos de consulta
V.- Verificación
VI.- Actualización
VII.-Toma de decisiones
Los procesos que se encuentran involucrados con la toma de decisiones deben estar
referidos espacialmente representándonos un área determinada donde se está suscitando
algún hecho o fenómeno en la superficie terrestre.
Es necesario hacer una descripción del mundo real en términos de su posición con respecto
a un sistema de coordenadas conocido donde sus atributos se relacionen a su posición y
tengan interrelación espacial con otras relaciones topológicas.
II.- Tiene que ver con la cantidad y calidad de la información que se va a ingresar y procesar
al sistema. El sistema tiene la habilidad de manejar grandes volúmenes de datos de
diferentes fuentes, con bases de datos heterogéneas indexadas espacialmente, como
pueden ser el uso de indicadores físicos para conocer las existencias y expresar los
procesos de pérdida y/o degradación de los recursos naturales, los cuales constituyen las
bases para la integración o construcción de las Cuentas Patrimoniales, así como el uso de
indicadores monetarios que cuantifican económicamente a los recursos, facilitan la
valoración de la degradación o deterioro provocado por las actividades antropogénicas.
III.- Tiene la habilidad de búsquedas de datos espaciales y de sus atributos ya sea por
criterios espaciales, por clases de atributos o de ambas, como tipos de suelo, tipos de
erosión, datos acerca de macronutrientes y materia orgánica por tipo de suelo en los
diferentes santuarios, actualización de la cubierta vegetal y prácticas de manejo agrícola,
superficies reforestadas volúmenes aprovechados por especie en un periodo determinado,
valor en m 3 y valor en $.
IV -EI sistema tiene la flexibilidad de la configuración que debe permitir al usuario adaptar el
sistema a sus aplicaciones especificas, la habilidad para ayudar al usuario a distinguir
objetos espaciales haciendo uso de las bases de datos del sistema.
V.- Es importante generar un análisis de la información y fenómenos con referencia espacial
de datos obtenidos en el SIG, ya que a partir de esto es posible anticipar y contar con
resultados para la toma de decisiones, planificación y administración de cualquier proceso
que se esté presentando.
Es muy común identificar distintos tipos de análisis que se requieren. los cuales pueden
estar basados en distintos niveles de análisis.
5
Nivel
a.- Localización
b.- Condición
c.- Tendencias
d.- Rutas
e.- Patrón
f.- Modelamiento
Tipo de consulta
¿Qué está en?
¿Dónde está?
¿Cómo ha cambiado?
¿Cuál es el mejor camino o sitio?
¿Cuál es el patrón del fenómeno?
¿Qué va a pasar si?
Modificado de Rhind (1990). presentado en López Blanco (1994:9).
a.- Es decir, ¿qué clases de objetos están en el sitio que se está analizando?. Ej
localización de la reserva, de los santuarios, localización de tipos de erosión, localización de
tipos de suelo, etc.
b.- Dónde están los sitios u objetos con tales características? Por ejemplo ¿Cuales son las
áreas de amortiguamiento que presentan erosión muy alta en la reserva?
e.- Se refiere al análisis a partir de un seguimiento en el tiempo, es necesario tener una
resolución de la información te mporal al mayor detalle, para establecer una tendencia
mínima de la dinámica del fenómeno López, (1998) Ej. Comparación multitemporal de los
cambios de uso del suelo con el fin de conocer cual ha sido la tendencia que tienen áreas
que pueden sufrir un camb io de uso de suelo de forestal a agrícola, agrícola a pastizal etc.
Otro ejemplo lo podemos ver en el análisis del comportamiento del fenómeno de erosión
relacionado con la cobertura vegetal y uso del suelo en una escala temporal.
d.- Corresponde a la apli cación de una serie de funciones relacionadas con el análisis de
redes, la pregunta es, ¿Cuál es la mejor ruta a seguir? Ej: Rutas para la vigilancia
sistemática en las zonas con mayor degradación, para contener los procesos de pérdida de
suelo. ¿Cuáles son las mejores vías de acceso y salida a los santuarios.
e.- Establece cuáles son los elementos, la distribución y las funciones que se presentan
continuamente al analizar un fenómeno determinado y a partir de esto definir un modelo que
explique el fenómeno Ej ¿Cuál es el patrón de distribución de la erosión en el santuario
Sierra Chincua? ¿Cuál es el patrón de distribución del valor económico de la depreciación?
f.- Presenta la mayor complejidad del análisis; en este caso se considera más de una
consulta simultánea. Se conjugan una serie de funciones que permiten diferenciar
diferentes tipos de análisis para resolver un problema a través de la aplicación de modelos
Ej: relación uso actual del suelo erosión- valor económico de la depreciación. clases de
erosión -topografía, erosión-tipos de suelo las operaciones de manipulación y análisis de
datos incluyen funciones de manejador de base de datos al alfanuméricos:
Reclasificación y agregación de atributos
Operaciones geométricas.
Rotación, traslación y escalamiento
Rectificación y registro
Operaciones booleanas
Conversión de estructuras de datos
Mediciones
Distancias y direcciones
Cálculo de arcas y perímetros
Análisis estadístico
-
-
-
-
6
Para obtener los siguientes análisis:
Análisis comparativo de otras regiones y reservas, valoración cuantitativa de los recursos y
daños análisis de la dinámica de uso del suelo, zonificación por santuario y municipio,
muestreo de macronutrientes y materia orgánica por tipo de suelo, actualización de la
cubierta vegetal y prácticas de manejo agrícola ,valoración cuantitativa, física y económica
por recurso natural, áreas erosionadas (1983), erosión potencial y permisible (1992).
2.1.1 Criterios para la zonificación
Sabemos bien que la vocación natural del suelo en la RBMM es el uso forestal, por lo cual
la utilidad de manejar los conceptos de santuario, zona y municipio, brinda la posibilidad de
instituir sugerencias y/o recomendaciones tendentes a propiciar un manejo sustentable del
recurso suelo, donde se conjuguen aspec tos de conservación, protección y/o restauración
de aquellas áreas con problemas de erosión. Un ejemplo podría ser el planear
adecuadamente las obras de reforestación, mediante la inclusión de parajes donde a pesar
de tener vegetación forestal, sea necesario reforzar la protección del suelo mediante la
plantación de más árboles.
El motivo de tomar como primer criterio la noción de Santuario, obedece al decreto
Presidencial del 9 de octubre de 1986. emitido para proteger las zonas de migración.
hibernación y reproducción de la Mariposa Monarca, que establece cinco polígonos
perfectamente definidos e identificados que se localizan en las colindancias entre los
estados de México y Michoacán Por tanto se está en condición de precisar un área de
estudio bien delimitada, sin necesidad de tener que determinar por cuenta propia limites y
superficie de trabajo. Además el criterio de santuario se elige por las características propias
de esta área natural protegida, que esta dividida en cinco poligonales separadas entre si, lo
cual dificulta administrativamente su manejo y por ende el ordenamiento territorial de la
reserva, que es el un perseguido desde esta perspectiva.
El segundo criterio de zonificación, toma como base los polígonos de las áreas núcleo y de
amortiguamiento de cada uno de los santuarios. Con ello se persigue, el análisis
comparativo del nivel de impacto originado por actividades de aprovechamiento forestal o
agrícola llevadas a cabo en las áreas de amortiguamiento, respecto de las áreas núcleo,
donde no se ejerce ni se permite conforme a la normatividad vigente ningún tipo de uso y
extracción de recursos.
La comparación de ambas áreas ofrece la posibilidad de poder llevar a cabo el
ordenamiento territorial, para planes de manejo y poder determinar si el fenómeno de
erosión hídrica del suelo presente en la reserva, se ve favorecida por la perdida de la
cubierta vegetal ocasionada por la extracción de productos forestales, o es un proceso
inherente a las condiciones naturales y sin repercusión alguna de las actividades
económico-productivas de los grupos humanos que habitan la zona.
El tercer criterio de zonificación por municipio se fundamenta en que la RBMM además de
estar compartida entre los estados de México y Michoacán, a su vez se distribuye en ambos
casos en varios municipios y como consecuencia, las superficies de las áreas núcleo y de
amortiguamiento están circunscritas a su jurisdicción territorial.
La bondad de zonificar por municipio, se refleja en que dicho nivel puede ofrecer a los
usuarios información más detallada y particular acerca del costo económico que puede
alcanzar la erosión del suelo en una comunidad, en un núcleo agrario o un paraje del
mismo, de tal manera que los datos aportados por el estudio se utilicen en la toma de
decisiones y aplicación de políticas prioritarias para impulsar el desarrollo socioeconómico
de la región donde se asienta la Monarca.
7
La necesidad de valorar cuantitativamente (física y económicamente) los recursos naturales
en la generación de indicadores para evaluar el incremento o decremento de los mismos, y
la valoración de los daños en los procesos de deterioro, los SlG representan una
herramienta técnica muy útil en la toma de decisiones, planeación, administración, así como
en la instrumentación de mecanismos y estrategias para la protección de la Reserva.
2.1.2 Estimación de la pérdida del suelo
Para cuantificar los niveles de erosión en la RBMM, se utilizo el modelo productivo de la
Ecuación Universal de Pérdida de Suelo propuesta por Wischmeier y Smith en 1961 (A= R
K L S C P), se clasificó el resultado obtenido para cada uno de los 777 polígonos
generados en el SIG. en categorías de acuerdo a los parámetros establecidos por FAO que
aparecen en el Cuadro 1 Las variables que integran la Ecuación Universal son las
siguientes:
A: pérdida de suelo expresada en toneladas por hectárea por año.
R: capacidad potencial de la lluvia para causar la erosión o erosividad. K resistencia que
ofrece el suelo al arrastre hídrico o erodabilidad
L: longitud de la pendiente
S: grado de pendiente expresado en porcentaje
C: factor de manejo de cobertura vegetal cuando se practica la agricultura
P: factor de práctica de conservación del suelo que se realiza.
Cuadro 1. Clases de pérdida de suelo por erosión hídrica
CLASE
Ninguna a ligera
Moderada
Alta
Muy Alta
PERDIDA DE SUELO
ton/ha/año
mm/año
< 10
< 0.6
10 a 50
0.0 a 3.30
50 a 200
3.3 a 13.3
> 200
> 13.3
Fuente FAO. 1980. Metodología provisional para la evaluación de la degradación de suelos .
Una vez realizada la estimación del volumen de suelo perdido por polígono, se analizó el
comportamiento del fenómeno de erosión relacionándolo con la cobertura vegetal y uso del
suelo, y la longitud y grado de pendiente, cuantificando sus repercusiones en los niveles de
santuario, zona y municipio. Así mismo se elaboró el cálculo económico de depreciación del
suelo y para ello se torno como valor de referencia de los macronutrientes NPK, el precio del
costo local del kilogramo de los nutrimentos-fertilizante más utilizados en la región, de lo
cual obtuvimos un precio promedio de 4. 59 $/kg de Nitrógeno, 4.79 $/kg de Fósforo y 2.44
$/kg de Potasio.
Respecto a la materia orgánica, el tipo considerado es el referido para estiércol bovino,
cuyo valor es de 325 pesos/tonelada. Con relación a los costos de traslado y aplicación de
nutrimentos mas materia orgánica, los contemplados fueron los siguientes:
- Traslado de nutrimentos -fertilizante
- Traslado de materia orgánica
- Aplicación de materia orgánica y nutrimentos
8
$ 60. 00ton/km
$ 80. 00flete/ton
$ 7. 65ton/jor
3. CUENTAS FISICAS Y MONETARIAS
3.1 EXISTENCIAS INICIALES
Para determinar la Cuenta Física de las existencias iniciales se consideró no solo la
cantidad total de suelo en hectáreas, sino que a su vez estas se clasificaron y cuantificaron
por su uso. Para el cálculo físico, se torno como variable la superficie y para la
determinación del valor, se incluyo el uso actual y el tipo de cobertura vegetal.
9
La estimación del valor unitario por hectárea consideró tanto el uso del suelo como la
cubierta vegetal, mas los costos por diversos conceptos, todo ello en pesos constantes del
97. El valor de la hectárea bajo uso ecoturístico, se estimo a partir de los ingresos netos por
concepto de visitas a los santuarios, lo cual asciende a $ 937.00 /ha.
Para las hectáreas bajo uso forestal, su valor se obtuvo en base al incremento corriente
anual (ICA) por tipo de bosque, y de dicho incremento el porcentaje de aprovechamiento por
productos primarios, secundarios y de brazuelo y celulosa, en un periodo de 10 años.
Con base en estas estimaciones preliminares, se integro el valor de la hectárea forestal por
tipo de vegetación arbórea, al que se agrego los costos de manejo por los conceptos de
lnversión de los principales actores en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca
(instituciones de gobierno, propietarios de las tierras y otros gastos), lo que arroja un valor
medio de 6,036.99 pesos para la hectárea forestal, y 6,973.99 pesos para la de uso
ecoturistico.
3.1.2
CUENTAS FÍSICAS
Las cuentas Patrimoniales deben contener una cuenta física con sus propias medidas, de
acuerdo al recurso que se trate (Walshhurger, 1990). De ahí que se requiera por principio,
determinar la Cuenta Física para las existencias iniciales, para lo cual se consideró no sólo
la cantidad total de suelo en hectáreas, sino que a su vez se clasificaron y cuantificaron por
uso del suelo, debido a que el valor unitario por hectárea, varía dependiendo del producto y
servicio que brinda, en términos monetarios. Las existencias físicas del suelo en la Reserva
se consideran constantes en cuanto a superficie absoluta (hectáreas), más no con relación
a la perdida física del suelo debido al proceso de erosión (ton/ha/año), que se asocia con
los cambios en la cobertura vegetal y tipo de uso. Razón por la cual, para el cálculo físico,
tomaremos como variable la superficie por tipo de cobertura vegetal y uso actual, debido a
que es la forma en que se manifiesta un proceso dinámico de cambio.
En ese sentido, en base a las existencias de 1992 se realizó una proyección para 1997,
tomando a este último año para las existencias iniciales, es decir como el primer periodo ver
(Cuadro 2).
De esta forma tenemos que en base a los datos de 1992, se observa que en la superficie
con bosque denso existía el 57.9% del total bajo uso forestal para bosque cerrado el 2.l% y
bosque abierto el 12. 7% y, de vegetación arbórea el 2.1 %, Lo cual comparado con las cifras
estimadas para 1997, indican una disminución por hectáreas en bosque denso del 7% en
bosque cerrado del 6.28% y; consecuentemente un aumento del 0.87% en bosque abierto.
En el rubro ecoturístico solo se utilizaron datos de 1997, por carecer de información anterior
y para la superficie agropecuaria, las cifras entre estos dos nos muestran pequeños
cambios.
9
ONCEPTO
Cuadro 2 Cálculo de las existencias físicas iniciales
SUP/HA FORESTAL
SUP/HA
SUP/HA
SUP/HA
92
97
ECOTURISMO
AGROPECUARIA
1997
92
97
92
97
SUELO
VEGETACIÓN ARBÓREA
1. B. DENSO
9795.70 8604.91
2. B. CERRADO
3556.29
2490.39
3. B. ABIERTO
2048.95
2295.43
4 .- VEG. ARBUSTIVA
357.73
398.50
SUELO
BAJO USO AGROPECUARIO
1 .- AGRÍCOLA
2 .- PASTIZALES
TOTAL 97
13789.23
400.00
1500.00
100.00
102.03
236.53
2000.00
9004.91
3990.39
2395.43
398.50
90.93
90.93
210.75 210.75
301.68 16090.91
Fuente Centro de Monitoreo y Evaluación de Daños. PROFEPA. En base a datos del INIFAP
3.1.3 CUENTA MONETARIA DEL SUELO.
Para la integración de la cuenta monetaria del suelo se tomo el enfoque de la propuesta del
Manual de Cuentas Patrimoniales del PNUMA. Esta metodología plantea la determinación
de Las Existencias Iniciales en el primer año, que comprende diversos conceptos a partir
del valor unitario del recurso; los incrementos y decrementos; y por último, las Existencias
Finales como saldo, toda vez que se suman los incrementos y se restan los decrementos
ver (Cuadro 3).
Cuadro 3 Existencias monetarias iniciales a precios de 1997
CONCEPTO
VALOR/HA
FORESTAL
VALOR/HA
ECOTURISTICA1
SUELO CON VEGETACION ARBOREA
1. BOSQUE DENSO
$6,473 33
$ 7,410.33
2. B CERRADO
$6,330.10
$7,267.10
3. B. ABIERTO
$4,7 10.90
$55,647.90
4 VEG. ARBUSTIVA
COSTOS/HA.
$198.88
• Administración y Protección
• Reforestación
• Mantenimiento de caminos
$198.88
VALOR PROMEDIO
$ 6,036.99
TOTAL/HA2
VALOR TOTAL
$80,839,720.41
POR SUPERFICIE 3
VALOR DE
$94,787,703.00
LA SUPERFICIE TOTAL DE LA RESERVA
$ 6,973.99
$13.9 47.982.59
NOTA1 EL VALOR/HA ECOTURISTICA ES IGUAL AL VALOR DE LA HA. FORESTAL MAS $937.00 POR CONCEPTO DE INGRESO ECOTURÍSTICO
NOTA2EL VALOR PROMEDIO POR TIPO DE BOSQUE MAS EL COSTO POR HA
NOTA3 EL VALOR TOTAL POR SUP/HA NO INCLUYE LA SUPERFICIE DE VEGETACIÓN ARBUSTIVA POR CARECER DE INFORMACIÓN SOLO SE APLICA EN
EL CASO FORESTAL.
10
3.2 INCREMENTOS Y DECREMENTOS DE LA EXISTENCIA INICIAL
La cuenta del suelo se integró, mediante la conversión de las toneladas de suelo
erosionado a nutrientes y materia orgánica que se pierden por hectárea/año, y en seguida
se les valorizó monetariamente., agregando el costo de transportación desde los centros
locales de distribución hasta el lugar de destino, más el costo de aplicación por hectárea,
sumando los incrementos y descontando los decrementos, cuyo resultado es el saldo final o
existencias finales del primer año.
3.2.2 Incrementos de la existencia inicial
Conscientes de que existen mas elementos que participan en el incremento, el presente
debido a la falta de información sólo lo acota a las ganancias en nutrientes, para lo cual
tomamos como criterio que la erosión sustentable o permisible se encuentra en el rango de
0 a 10 ton/ha./año2 por lo tanto, toda aquella erosión menor de este rango. convertida a
nutrientes, se le restan las l 0 ton. límite y su diferencia es un saldo positivo.
3.2.3 Decremento de la existencia inicial
En igual medida que los incrementos, la disminución de las existencias iniciales, fueron
calculadas para la depreciación del suelo a partir de las perdidas de nutrientes. De esta
forma tenemos que toda aquella erosión que rebase las l0 ton/ha/año se considera no
sustentable, y ya convertida a nutrien tes y a valores monetarios, nos arroja un saldo
negativo.
4 EXISTENCIA FINAL DEL PRIMER AÑO
El balance general determinó una depreciación del suelo de $8’895,628 62, que nos indica
el valor económico de la pérdida de nutrimentos y de materia orgánica. Cualitativa y
Cuantitativamente se determinó un saldo negativo, pues hay una pérdida del 8.3% del valor
total del área protegida ver (Cuadro 4).
Cuadro 4 Balance general de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca 1997
CONCEPTO
VALOR TOTAL DE LA RESERVA $
EXISTENCIA INICIAL
INCREMENTO DE LA EXISTENCIA INICIAL
DECREMENTO DE LA EXISTENCIA INICIAL
EXISTENCIA FINAL DEL PRIMER AÑO
94,787,703.00
3,422,622.87
-8,895,628.62
89.314,697.15
ANALISIS DE LA DEPRECIACION DE SUELOS EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA
MARIPOSA MONARCA
Para el análisis de la depreciación del suelo en la RBMM. se tomo en consideración los
tipos de cobertura vegetal y el uso de suelo agropecuario. Considerando el balance entre
incrementos y decrementos, el valor económico de depreciación en la RBMM es de
$5’473.005.74; de los cuales $4’l53,224 .18 corresponden a las zonas de amortiguamiento y
$l’39,781.56 a las zonas núcleo ser (Cuadro 5).
11
Cuadro 5 Valor económico de la depreciación por Santuario y Zona.
SANTUARIO
ALTAMIRANO
Amortiguamiento
Núcelo
CERRO PELON
Amortiguamiento
Núcleo
CHIVATI-HUACAL
Amortiguamiento
Núcelo
CAMPANARIO
Amortiguamiento
Núcelo
CHINCUA
Amortiguamiento
Núcleo
RBMM
Amortiguamiento
Núcleo
VALOR ECONOMICO DE LA
DEPRECIACION ($)
-130,250.39
-87,809.87
-42,440.52
1’757,228.33
1’194,676.76
566,038.26
305,511.88
185,160.41
120,351.47
2’594,818.93
1’770,320.13
824,498.80
945,696.98
1‘094,363.43
-148,666.45
5’473,005.74
4’l53,224.l8
1‘319,781.56
VALOR DE LA
DEPRECIACION POR HA
($/ha)
-94.53
-77 .48
-173.48
216.50
176.44
420.75
151.64
172.33
128.00
1,373.54
1,790.73
915.55
350.35
667.62
-140.24
330.99
357.83
293.89
El valor económico de la depreciación de suelos en la RBMM es de $547,3005.74 pesos de
los cuales $4153.224.17 le corresponden a las zonas de amortiguamiento y $1,319,781.56 a las
zonas núcleo.
RESULTADOS
De los resultados obtenidos en este estudio, de las 16,097.27 ha obtenidas mediante el
proceso de digitalización de polígonos, la erosión nula a ligera se manifiesta en 10,677.52
ha –66.33% de la superficie-, con un incremento económico de $2’837,249.06 pesos,
equivalentes al suelo no erosionado por abajo del umbral de 10 ton/ha/año; la erosión
moderada alcanza una extensión de 4,528 72 ha (-28. 13%), y presenta un decremento de $3’252,962.05 pesos en 111,808.18 ton de suelo perdido -24.69 ton/ha/año- la erosión alta
cubre 794.17ha (4.93%), tiene un costo de depreciación de $-2’095,l28.95 pesos,
correspondientes a 53,45739 ton de mermas de suelo –67.3 1 ton/ha/año- y la erosión muy
alta en 96 86 ha (0 .61%), representa un valor de $ -2’962 , 163. 80 pesos de depreciación,
en un volumen de suelo erosionado de 63,930.19 ton, -660.01 ton/ha/año -.
Considerando el balance entre incrementos y decrementos, el valor económico de
depreciación en la RBMM es de $5’473,005.74 pesos.
En la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, existe un promedio de erosión general de
17.03 ton/ha/año, dentro del rango de erosión moderada ver (Cuadro 6).
12
Cuadro 6. Promedio de erosión por Santuario y Zona
SANTUARIO
Amortiguamiento
tn/ha/año
CERR0 ALTAMIRANO
CERRO PELÓN
SIERRA CHIVATI-HUACAL
SIERRA CAMPANARIO
SIERRA CHINCUA
RESERVA DE LA BIOSFERA
Núcleo
tn/ha/año
Total
tn/ha/año
7.82
13.24
14.55
53.76
21.24
5. 48
18.13
11.83
27 13
9.61
7.40
14.04
13.28
41.07
16.67
17.41
15.91
17.03
De acuerdo a la información contenida en el cuadro anterior el santuario mas conservado es
Cerro Altamirano con una media de erosión de 7.40 tn/ha/año, con una clase de erosión
ligera; seguido por Sierra Chivati-Huacal con 13.28 tn/ha/año, muy de cerca por Cerro Pelón
con un índice de 14.0 tn/ha/año, y Sierra Chincua con una tasa de erosión de 16.67
tn/ha/año; .finalmente el santuario mas afectado por la erosión es Sierra Campanario con
una erosión moderada de 41.07 tn/ha/año.
El uso de suelo agrícola tiene el mas elevado promedio de erosión con
588.06 tn/ha/año con una superficie de 102.04 ha (0.63%). Sin tomar en
cuenta la agricultura, en el 99.37% de la superficie restante se tienen un
promedio de erosión de 13.35 tn/ha/año.
El valor económico de la depreciación de suelos en la RBMM es de
$5’473,005.74 de los cuales $4’153,224.17 le corresponden a la zonas de
amortiguamiento y $1’319,781.56 a las zonas núcleo.
Respecto a la valorización económica, el s a n t u a r i o e n d o n d e s e a l c a n z a n l o s
mayores costos es Sierra Campanario con $2’594,818.93; seguido por Cerro
P e l ó n c o n $ 1 ’ 7 5 7 , 2 2 8 . 33; Sierra Chincua con $945,696.97; y Chivati -Huacal
con $305,511.88. Finalmente Cerro Altamirano muestra un incremento de
$130,250.39, siendo este el único santuario en el que los procesos erosivos
son menores a los valores permisibles, por tal motivo, en l u g a r d e p r e s e n t a r
un costo o pérdida tiene una ganancia.
Las tendencias de la depreciación por hectárea por santuario es igual a las
tendencias del promedio de erosión por santuario.
El uso actual del suelo en la Reserva es forestal, variando únicamente las superficies y el
volumen aprovechado del recurso.
Las severas limitaciones de los terrenos para uso agrícola originan que solo el 0.63% de la
superficie de la reserva sea para este uso, siendo practicada una agricultura de
subsistencia cuyo principal cultivo es el maíz.
La ganadería se practica en el 1.47% de la superficie de la reserva en pastizales
generalmente naturales, practicándose en forma extensiva.
Se observó una clara relación entre el tipo de cobertura vegetal y uso de suelo con los
prome dios de erosión registrados en la RBMM.
EI bosque denso es la cobertura mas adecuada para la conservación de suelos, ya que
bajo esta cobertura se presentaron los más bajos niveles de erosión con 4.21 ton/ha/año.
La vegetación arbustiva y el bosque abierto tuvieron, en cuanto a cobertura vegetal, las
mayores tasas de pérdida de suelo con 35.49 ton/ha/año y 54.00 ton/ha/año,
respectivamente.
El bosque cerrado promedio es de 20.60 ton/ha/año con una clase de erosión moderada.
13
BIBLIOGRAFÍA
FAO 1 980. Metodología provisional para la evaluación de la degradación de suelos. FXO. PNUMA. ‘~
UNESCO Roma.
Italia. 86 pp
López Blanco J (1994) Evaluaciones geomorfológicas y de recursos naturales aplicando un Sistema de
Información Geográfica ILWIS,~. Tesis de Doctorado en Geografía FFyL UNAM.
López Blanco J. 1998 Sistemas de Información Geográfica (SIC), conceptos, definiciones contexto
rnetodológico que involucra su uso. Revista Quivera Año 1 Número 0. Julio 1998.
SARH 1983 Cartas 1: 250.00 Inventario de Erosión Dirección general de conservación del agua y suelo de
la
SARH México D.F.
WALSHBURGER. ANA CHRISTINE 1990. “Estado Actual de la Metodología de las Cuentas del
Patrimonio Natural” en Informe para la Unidad Conjunta CEPA L/PNUMA de Desarrollo y Medio
Ambiente
PROGRAMAS DE MANEJO FORESTAL DE LOS PREDIOS: Ej. Buenavista Casa Blanca Dotación.
E j.Rosa de Palo
Amarillo. PP. San Jerónimo Pilitas. PR El Zopilote ~ Los Saucos. Com. San Juan Xoconusco.
Ej El Capulín. Ej
Vare Chiquichuca. Corn. San Pablo Malacatepec. Ej. San Jerónimo Totoltepec. CI. Nicolás
Romero. El Asoleadero, EÍ Angangueo, Predio Ejidal Ocampo, Ej. Emiliano Zapata. Ej. 2
Fracción del Calabozo. Ej.
Hervidero y Plancha y Ej. 1a Fracción del Calabozo.
SARH GRUPO DE CONSERVACIÓN DEL SUELO Y AGUA. A.C. 1992. Estudios de erosión actual y
permisibles del Distrito de Desarrollo Rural No. y Atlacomulco México. (incluye cartas temática
1 50.000).
SL(’RETARIA DE AGRICULTURA Y RECURSOS HIDRAULICOS. 1993. INVEN1I.4R1() N4CION4I.
FORES 1141.
Zonificación de los terrenos forestales de la Reserva de la Mariposa Monarca y de su área
de influencia Subsecretaria Forestal y de Fauna Silvestre. Dirección general de política
Forestal. México. D.F.
9.1 CARTOGRAFÍA
INEGI. 1973. Carta topográfica El4 -A 16; El Oro. Méx. Esc 1:50.000.
INFGI. 1973. Carta topográfica E14-A26: Angangueo. Mich. Esc. 1:50.000.
INEGI. 1973. Carta topográfica El4 -A35 Zitácuaro. Mich. Esc. 1:50.000.
INEGI. 1973. Carta topográfica E14-A36 Villa de Allende. Méx. Esc.
1:50.000.
INEGI. 1973 Carta Edafológica El4 -Al6; El Oro. Méx. Esc. 1:50.000.
INEGI. 1973. Carta Edafológica El4 -A26; Angangueo. Mich. Esc. 1:50.000.
INEGI. 1973. Carta Edafológica El4-A36; Villa de Allende. Méx. Esc 1:50.000.
FOTOS AÉREAS. SA. 1992. Plano Forestal y de Uso del Suelo 1989 -199 0 Sierra Campanario.
lnventario Nacional Forestal (SARH). Esc1:25.000.
FOTOS AEREAS. SA. 1992. Plano Forestal y de Uso del Suelo 1989-1990 Cerros Chivati Huacal.
Inventario Nacional Forestal (SARH). Esc. 1:25,000.
FOTOS AEREAS. S A. 1992. Plano Forestal y de Uso del Suelo 1989-1990 Sierra Chincua.
Inventario Nacional Forestal (SARH) Esc. 1:25,000.
FOTOS AÉREAS. SA. 1992. Plano Forestal yde Uso del Suelo 1989-1990 Cerro Pelón. Inventario
Nacional Forestal (SARH) Esc. 1:25.000
FOTOS AÉREAS. SA. 1992. Plano F orestal y de Uso del Suelo ¡982-1989 Cerro Altamirano.
Inventario Nacional Forestal (SARH). Esc. 1:25,000.
Nota: Durante la realización de presente trabajo, se llevaron a cabo otras consultas de apoyo
documental y bibliográfico que no se encuentran citad as, pero que fueron necesarias para el
desarrollo del mismo.
14
5 de octubre 2000
Dr. Martin Ricker
Jardín Botánico del Instituto de Biología
Universidad Nacional Autónoma de México
Circuito Exterior, Ciudad Universitaria
Apartado postal 70-614, Delegación Coyoacán
México D.F. 04510
MEXICO
Tel: +52-5-622-9045
Fax: +52-5-622-9046
Correo electrónico: [email protected]
Seminario de valoración económica del medio ambiente
Instituto de Ecología - SEMARNAP, 12-14 de septiembre 2000, México D.F
Enriquecimiento de la selva con árboles nativos: un análisis de costo-beneficio
con tres especies en Los Tuxtlas, Veracruz
NOTA:
A continuación se proporciona un resumen de la plática. La parte sobre Pouteria sapota
("Mamey") está publicado en inglés:
Ricker, M., R. O. Mendelsohn, D. C. Daly, y G. Ángeles. 1999. Enriching the rainforest with
native fruit trees: an ecological and economic analysis in Los Tuxtlas (Veracruz, Mexico).
Ecological Economics 31: 439-448.
Una versión más extensa en español sobre las tres especies Pouteria sapota (Mamey), Diospyros
digyna (Zapote negro) y Cedrela odorata (Cedro) está en proceso de publicación en:
Ricker, M. En prensa. Enriquecimiento de la selva con árboles nativos: un análisis de costobeneficio con tres especies en Los Tuxtlas. En: R. Escalante y F. Arroche (editores), El
sector forestal en México. Facultad de Economía, Universidad Nacional Autónoma de
México, México D.F., Mexico.
1
Resumen:
La selva tropical sigue siendo destruida, porque los propietarios de los terrenos piensan que puedan
ganar más dinero al convertir la selva en pastizal de ganado. Un estudio de caso en la selva de Los
Tuxtlas (Veracruz) revela que el enriquecimiento con plántulas de Pouteria sapota (Mamey) en la
selva de Los Tuxtlas tiene un valor comercial positivo. Dependiendo del valor del terreno, al
sembrar entre 40 y 200 plántulas por hectárea dentro de la selva natural, se tiene un valor presente
neto esperado que es superior al valor de una hectárea de pastizal de ganado existente. Por otro
lado, el valor presente neto esperado para Diospyros digyna (Zapote negro) resultó negativo; para
esta especie se tendría que lograr un crecimiento más rápido. Finalmente, para la producción de
madera de Cedrela odorata (Cedro), un valor presente neto positivo es factible solamente bajo
condiciones favorables que permitan un rápido crecimiento. Además de presentar este estudio de
caso, el trabajo proporciona un método general de cómo poder hacer proyecciones de crecimiento
y el análisis de costo-beneficio sobre el manejo forestal en la selva tropical.
2
EL PRECIO DEL HÁBITAT EN
LIBRE MERCADO*
Fernando Antonio Noriega Ureña**
México, D.F. 4 de septiembre de 2000
En este artículo se analiza la presencia del hábitat en una economía de mercado, se
explican los determinantes de su precio, los mecanismos a través de los que influye y es
influido por los procesos económicos, y las conclusiones de política pública que pueden
recogerse de los resultados analíticos. Se inicia con la función de producción
neoclásica, y se pasa luego al desarrollo de un modelo propio de la Teoría de la
Inexistencia del Mercado de Trabajo1 .
1. INTRODUCCIÓN
La tradición neoclásica ofrece un camino metodológicamente inevitable para introducir
el hábitat2 al razonamiento económico: el mercado. Fuera de él no existen mecanismos
eficientes de asignación de recursos. Si se lo aborda en el marco de competencia
imperfecta –rigideces, indivisibilidades o tipos diversos de fallas de mercado- las
propias imperfecciones proveen los argumentos para explicar la destrucción creciente
del hábitat; es decir, la ineficiencia de formas distintas al mercado para asignar los
recursos del hábitat no generados por el ser humano, a los fines alternativos que él
mismo propone. Invariablemente, la conclusión es que mientras más se fomente la
*
Este artículo es resultado de reflexiones adicionales a las que dieron origen a “Tres hipótesis sobre la
economía del medio ambiente”, publicado en la revista Problemas del Desarrollo, número 115/116, Octubre
1998-marzo 1999. Retoma íntegramente el tema ahora expuesto en el apartado 3, y replantea por completo en
el sentido del análisis desde la perspectiva de la Teoría del Mercado de Trabajo. Fue elaborado expresamente
para ser publicado en el libro " Economía, Sociedad y Medio Ambiente", INE, 2000. El autor agradece el
apoyo de la DGPA, a través del proyecto PAPIIT-IN303998 en cuyo marco se realizó esta investigación.
**
Profesor e investigador, División de Estudios de Posgrado de la UNAM.
[email protected]
1
Para referencias precisas sobre esta teoría, véase, de Noriega (1994), Teoría del desempleo, la distribución y
la pobreza, Ariel Economía, México; o Fundamentos de la producción, el empleo, la distribución y los
precios. Teoría de la Inexistencia del Mercado de Trabajo, McGrawHill, 2000, de próxima aparición. Puede
consultarse también el artículo “Teoría del desempleo y la distribución. Evidencia empírica: México 19841994”, en la revista Investigación Económica, número 220, abril-junio de 1997.
2
asignación a través de mercados y estos progresen en su grado de competitividad,
mejores serán los resultados para las sociedades humanas y para la preservación de su
hábitat. Así, el problema de la sociedad y sus instituciones frente a los recursos
naturales se reduce a la búsqueda del vector de precios que asegure la compatibilidad de
los planes de oferta y demanda de todos los agentes del sistema; planes dentro de los
cuales estarán incluidos todos los recursos inmanentes al hábitat en la medida en que su
propiedad sea privada y, por tanto, sujeta exclusivamente a la conducta racional de
productores y consumidores. El objetivo de la política pública será, entonces, converger
al equilibrio competitivo. A medida que se avance hacia él, el sistema logrará resultados
cada vez más cercanos al óptimo en el sentido de Pareto.
La traducción de este razonamiento a criterios de política pública significa, en lo
fundamental, asegurar la propiedad privada de todo recurso del hábitat para su
asignación eficiente, y dejar que los mercados hagan lo suyo. En ese marco, la
intervención de instituciones ajenas al sistema de precios debe reducirse a proveer
información o, si acaso, a intervenir una sola vez en la privatización de recursos no
asignados, a manera de dotación entre los agentes particulares. Puesto que la teoría
neoclásica sostiene que la conducta maximizadora de los individuos en competencia
perfecta basta para lograr el pleno empleo y la eficiencia social en la asignación de
recursos a fines alternativos, debe también poder asegurar la óptima asignación del
hábitat en el tiempo, en el espacio y entre fines alternativos. El libre mercado se
constituye así en el pilar de la sustentabilidad.
Sin embargo, bajo las mismas condiciones metodológicas de la teoría neoclásica se
puede mostrar que tal razonamiento y las conclusiones a que da lugar, no se sostienen
tan fácilmente en un paralelismo con la demostración de existencia del equilibrio
general competitivo. Por tanto, los criterios generales de política ambiental no
encuentran necesariamente, en ese marco analítico, el sustento más apropiado.
Enseguida mostraremos, en primer lugar, a partir de la propia función de producción
de la tradición neoclásica, y en segundo lugar, en un modelo de competencia perfecta
desarrollado en el marco de la Teoría de la Inexistencia del Mercado de Trabajo
2
Haremos referencia con este término, indistintamente, a recursos naturales o a medio ambiente. Cualquier
problema conceptual sobre la asimilación de estos términos, queda fuera del campo de la discusión de este
trabajo.
3
(TIMT), que el libre mercado no sólo no garantiza la asignación óptima y reproducción
adecuada del hábitat, sino que la intervención pública es imprescindible para el logro de
tales objetivos.
2. BREVE DIGRESIÓN SOBRE EL MÉTODO
Diversos enfoques de reflexión teórica han profundizado cada vez más en su apego a
condiciones de competencia imperfecta para el desarrollo de la teoría, durante las dos
últimas décadas. Entre ellos se encuentran, de manera sobresaliente, además de la
todavía dominante Nueva Escuela Clásica, los postulantes de la Nueva Economía
Keynesiana y también los del Post Keynesianismo. Estos últimos han procurado
básicamente un alejamiento de las condiciones metodológicas propias de la teoría
neoclásica, ofreciendo actualmente muy pocos elementos de comparación y mutua
crítica interna a los postulados básicos de unos y otros. En contrate, los Nuevos
Keynesianos han tratado de extender los resultados del mainstream al campo de las
fallas de coordinación y rigideces endógenas. Sus resultados no constituyen una crítica
a la teoría neoclásica ni están orientados a desviarse de la condición normativa del
equilibrio competitivo. Se trata, más bien, de un enfoque que procura explicar
fenómenos específicos en análisis de equilibrio parcial. Pese a ello, reconocen en el
equilibrio general de competencia perfecta, el objetivo hacia el cual deben orientarse los
criterios de política económica una vez superadas las imperfecciones y problemas de
coordinación en los mercados. La competencia perfecta sigue siendo reconocida por los
Nuevos Keynesianos, como el ambiente analítico en el cual el pleno empleo y la
eficiencia social se verifican.
En lo que sigue de este trabajo, la competencia perfecta será una condición inicial
claramente presente en nuestro análisis. En la primera discusión, basada en la función
de producción habitual con rendimientos a escala decrecientes, la competencia perfecta
se reflejará en los precios. En la segunda, fincada en la Teoría de la Inexistencia de
Trabajo, se hará evidente que aún en condiciones de competencia perfecta el desempleo
involuntario existe, que el precio del hábitat sólo se determina a partir de condiciones
institucionales exógenas al mercado, y que es básicamente bajo la dirección de un
4
agente de representación pública, posible ejercer control sobre el hábitat, con objetivos
de interés general.
La
competencia
perfecta
es
un
recurso
metodológico
que
condiciona
necesariamente la crítica sobre la teoría neoclásica. Si esta última muestra que en
ambiente plenamente competitivo los precios aseguran pleno empleo y eficiencia social,
la ineficiencia y el desempleo son aducidos básicamente a violaciones de la plena
competitividad. Si se demuestra, en cambio, que pese a la competencia perfecta, el
desempleo involuntario existe y que, por tanto, el equilibrio general no es óptimo de
Pareto, entonces sí se logra criticar la base analítica misma de esta teoría. Eso es,
precisamente, lo que se logra con la TIMT: La demostración de que la competencia
perfecta no garantiza el pleno empleo ni la eficiencia social; es decir, que el libre
mercado no es capaz de asegurar ninguna de estas dos cosas.
La competencia perfecta marca un umbral de exigencia para la crítica; un conjunto
de condiciones analíticas que proveen el laboratorio necesario para poner a prueba la
consistencia, tanto de los resultados tradicionales, como de aquellos divergentes de
esos.
Si se logra probar la existencia de un fenómeno en un marco analítico de máxima
simplificación y bajo competencia perfecta, se puede asegurar su demostración en
escenarios más complejos, ya sin la duda de que la existencia misma del fenómeno haya
sido consecuencia del número de elementos o de la complejidad del marco analítico.
Esta pauta metodológica basta para explicarle al lector el sentido que guardan la
sencillez del modelo y la competencia perfecta en el análisis que desarrollaremos sobre
la base de la TIMT.
3. PRODUCTIVIDAD MARGINAL Y
PRECIO DEL HÁBITAT 3
Los
rendimientos
a
escala
en
las funciones de producción neoclásicas son
fundamentales para garantizar la viabilidad de una economía. En un sistema plenamente
competitivo, de mercados completos, en el cual los factores productivos son
3
Por su interés para el análisis que se realiza en este trabajo, se reproduce en este apartado, sin cambios
significativos, el contenido del apartado “Rendimientos decrecientes a escala y hábitat, del artículo “Tres
hipótesis sobre la economía del medio ambiente”, antes referido.
5
remunerados según su productividad marginal, la garantía para que los productores
realicen ganancias positivas se encuentra en la existencia de rendimientos decrecientes
a escala. Si tal es el caso, al vector de precios vigente los productores ganarán un
volumen de beneficios igual al producto generado menos el destinado a la remuneración
de los factores. Si las funciones de producción son homogéneas de grado positivo
mayor que cero y menor que uno, la suma de las elasticidades del producto respecto a
cada uno de los factores será igual al grado de homogeneidad de la función de
producción, y el producto generado, multiplicado por uno menos el grado de
homogeneidad, mostrará el volumen real de los beneficios logrados durante el proceso
económico.
En la teoría neoclásica, si los factores productivos son remunerados según sus
productividades marginales, los beneficios dependen estrictamente de los rendimientos
a escala. Si estos son decrecientes los beneficios son positivos. Se trata de un residuo
técnico del proceso de producción a los precios vigentes; no como en Marx, donde los
beneficios positivos resultan de la explotación del trabajo; fenómeno propio de las
relaciones sociales de producción del capitalismo; no sólo de sus características técnicas
de la producción.
Los rendimientos a escala decrecientes en la teoría neoclásica resultan de la
hipótesis de la existencia de algún factor de producción limitado e indivisible, no
explícitamente reconocido en el modelo4 ; es decir, de un factor oculto. Así, tratándose
de un factor no reconocido, se trata a la vez de un factor no remunerado por ningún
agente del sistema. Consiste en recursos empleados para beneficio de la economía sin
que a cuyo nombre ningún agente reclame una remuneración específica.
Si aceptamos los planteamientos de la teoría neoclásica concernientes al origen
técnico de las ganancias y a la causa de los rendimientos a escala decrecientes, podemos
plantear la siguiente hipótesis para analizar la relación entre el hábitat y la producción:
En una economía de mercado, el hábitat, definido como el conjunto de aquellos
recursos del entorno de producción que dan origen a la existencia de rendimientos a
4
En Koopmans(1957) esta idea se exp resa así: “It is suggested […] that production sets exhibiting decreasing
returns to scale correspond to situations where production depends not only on the inputs recognized by the
model but also on some limited and indivisible resources not explicitly recognized.”
6
escala decrecientes, es el factor que al no ser remunerado o serlo sólo parcialmente,
determina la existencia de beneficios positivos.
Para expresar técnicamente el contenido de este enunciado, supongamos la
existencia de una función de producción homogénea de grado λ, tal que 1>λ>0. Siendo
Ti la cantidad del factor i-ésimo, i = 1, 2,….n-1, n, wi la remuneración de dicho factor
n
λq = ∑ wi Ti
(1)
i =1
que iguala a su productividad marginal en un sistema competitivo; f(T1 ,T2 ,…Tn-1 , Tn ), la
función de producción, q la cantidad de producto, y f i’ la productividad marginal del
factor i-ésimo, por el teorema de Euler se verificará que:
De esta ecuación se obtiene la siguiente forma de la masa de beneficios, Π:
(1 − λ )q = Π.
(2)
Denotando con f h ’ la productividad marginal del hábitat y con Ha la cantidad del
mismo expresada en alguna unidad convencional en su papel del factor oculto en la
producción, el producto se agotaría y en consecuencia los beneficios se anularían, si se
le devolviera a este factor el total de su aportación al producto. Es decir que:
n
q = ∑ wi Ti + f h ' Ha
(3)
i =1
Esta última ecuación implica que los beneficios alcanzan su máximo cuando se
anula la remuneración al hábitat por su contribución a la producción. Para arrogarle más
pertinencia al concepto de hábitat como factor productivo, digamos que se trata de un
ente económico pasivo, incapaz de tomar decisiones por sí mismo, y que es objeto de
transformaciones como resultado de la conducta económica de los seres humanos. El
supuesto de conducta pasiva de este ente implica, entre otras características, la de
asumir su incapacidad de negociar o condicionar su intervención en la producción,
razón por la que participa pudiendo o no ser remunerado por los agentes económicos de
conducta racional. Bajo esas condiciones, supongamos además que el hábitat es un
factor con una parte fija e indivisible (ho ), en el corto plazo, y otra parte perfectamente
divisible y variable (hv). Sea, la parte variable, una función dependiente de la capacidad
7
autónoma de reproducción del propio hábitat (η), y de la reproducción inducida por los
agentes económicos racionales (qh ), de tal manera que h’>0 para cualquiera de sus
argumentos, y hv(η,0)= η, η+ho <Ha . Entonces:
Ha = ho + hv (η, qv ).
(4)
Para que qv sea positivo habrá necesidad de que una parte del producto q generado
en el sistema se destine a la restauración (producción) del hábitat consumido durante un
periodo de producción. En un ambiente competitivo eso sólo será posible si los
productores deciden mantener sin cambio la remuneración a los factores productivos y
sacrificar una parte de sus beneficios en aras de la producción de hábitat. Sin embargo,
la racionalidad de los productores implicará que éstos destinen una parte del producto q
a fines ajenos a su programa económico sólo si los beneficios resultantes de ese
programa alternativo son iguales o mayores a los que obtienen actualmente. Los
productores sólo “sacrificarán” una parte de sus beneficios si tal decisión implica ganar
más que lo cedido al hábitat o por lo menos lo mismo. Sin embargo, al ser la no
remuneración del hábitat el origen mismo de los beneficios, reproducirlo significará
para los agentes productores privados, ganancias nulas o inferiores a las actuales. El
sistema se enfrentará así a la disyuntiva de reducir las ganancias en proporción a la
reducción del consumo de hábitat o encomendar la reproducción del hábitat a un agente
representante del interés social, para que en nombre de todos reduzca las ganancias de
los productores respetando las tasas de remuneración de los factores, y redistribuya
recursos hacia el hábitat como fin de interés social.
Así planteado el problema, resulta que bajo rendimientos a escala decrecientes y
ambiente competitivo, atender la restauración del hábitat parece sólo ser posible con
intervención pública, y extrayendo de las remuneraciones a los factores y de los
beneficios una proporción de producto igual a la de los beneficios totales. Esto significa
a su vez que bajo la tecnología vigente eso sería posible sólo a costa de sacrificios en el
8
bienestar, puesto que la distracción de esa parte del producto representaría
disminuciones en el consumo final de los agentes del sistema.
Sin embargo, el sacrificio social en términos de bienestar probablemente sería
suficiente para detener el deterioro del hábitat si éste igualara a la masa de beneficios,
pero no sería suficiente para restaurar lo perdido. La restauración del hábitat convertido
en ganancias –y por tanto en consumo social- durante los periodos anteriores,
demandará mayor severidad en los sacrificios; una especie de conversión de la actividad
productiva humana en producción de naturaleza a costa de sacrificios sociales.
Ante este escenario sería necesario preguntarse si hay alguna posibilidad de lograr
incrementos en la productividad total de los factores respecto al hábitat como resultado
de la innovación tecnológica, suficientes para que la restauración se sustente en
sacrificios tales en la tasa de crecimiento de largo plazo del producto, que aseguren que
el
bienestar
social
se
mantenga
en
los
niveles
actuales,
sin
crecer,
pero
fundamentalmente sin decrecer. Sería algo así como comprometer algunos años del
futuro de la humanidad en reponer lo destruido. La respuesta en tal caso, descansaría en
la fortaleza de las instituciones sociales y en las posibilidades de cambio tecnológico
dinámico y financiable en esa dirección.
Sin embargo, el problema parece no terminar ahí. Al reconocerse que las ganancias
provienen necesariamente de factores no remunerados a precios de mercado, si se
lograra conciliar el crecimiento del producto con la preservación del hábitat, significaría
que la economía es todavía viable para los productores; es decir que hay algún factor
oculto a cuya costa se generan los beneficios. De ser así, con las políticas de
restauración estaríamos trasladando el problema hacia el futuro y hacia otros ámbitos.
Si ese es el sentido de la historia de las sociedades bajo el capitalismo respecto a su
entorno natural, probablemente el enfoque del problema en este documento esté
incorrectamente planteado. En caso de no ser así, la conclusión sería que el libre
mercado es una vía costosa e ineficiente para la resolución del problema, y que hay que
replantear en ese sentido el papel del estado en la economía.
3. HÁBITAT, MERCADO Y PRECIOS
9
Situémonos ahora en una representación extremadamente sencilla de una economía de
mercado en competencia perfecta, cuidando de no dejar fuera ningún elemento esencial
de su estructura económica para analizar la mutua correspondencia de ésta con el medio
ambiente, al cual, en el sentido más amplio, continuaremos denominando hábitat.
Supongamos la existencia de un número muy grande de consumidores y productores;
cada uno de ellos de tamaño lo suficientemente pequeño en sus posibilidades de compra
y venta como para ser incapaz de influir por sí solo en las decisiones de los demás.
Supongamos además que existe un único producto, no durable, producido por las firmas
y demandado por los consumidores para la satisfacción directa de todas sus
necesidades. Para efectos de una intuición más general de las propiedades de ese
producto único, el lector puede concebirlo como una mercancía compuesta por muchos
productos, con una estructura, en términos de la participación de cada producto en ella,
invariable a lo largo del análisis. Una especie de producto interno bruto de la economía
analizada. El número de agentes se reducirá a dos, un consumidor y un productor, cada
uno de ellos representativo de todos los de su tipo. Admitamos plenamente la ausencia
total de rigideces, plena divisibilidad de producto y factores, y todas las condiciones
adicionales que aseguren la plena competitividad en el sistema.
El hábitat condicionará el bienestar social y será considerado imprescindible para la
producción. Condicionará el bienestar afectando directamente el bienestar de los
consumidores. Se introducirá a la función de utilidad como un multiplicador cuyo valor
fluctuará entre cero y uno. Al alejarse del valor uno, reducirá inevitablemente en la
misma proporción el bienestar de los consumidores. Así, si el consumo creciera a una
tasa inferior a una reducción del señalado multiplicador, los consumidores, pese a
incrementar su disponibilidad de bienes, verán reducido su bienestar por el daño
trasladado a ellos a través del deterioro del hábitat. De manera recíproca, si se verificara
una reducción en el consumo, proporcionalmente inferior al crecimiento del hábitat el
multiplicador incrementaría el bienestar.
Por su parte, las firmas –es decir, el aparato productivo- emplearán recursos
naturales, o hábitat, en nuestra nomenclatura, además de trabajo, para generar el único
producto existente en el sistema. Trabajo y recursos naturales serán imprescindibles
para producir; sin uno cualquiera de ellos, la producción será nula.
10
3.1 El modelo
- Productores
Estos agentes maximizarán su tasa de beneficio, que corresponde plenamente a la
tasa interna de retorno de la producción, sujetos a una función de producción que
exhiba la conformación de la tecnología por dos componentes: la organización y la
ingeniería. Con ingeniería –exhibida en los parámetros de la función de producción, y
sin organización, representada por T* en dicha función, la producción será imposible.
Será necesario que los productores se organicen para emplear las posibilidades técnicas
de la ingeniería, a través del empleo de combinaciones de trabajo y hábitat.
Formalmente, la función tasa de beneficios (π) se define como la relación inversa
entre el valor del producto ofrecido (pqo ) y el costo total o valor del trabajo demandado
para producir (wTd), más el valor del hábitat insumido en la producción (ph hp ), menos
uno. Esto, en lugar de la tradicional función masa de beneficios de la teoría neoclásica.
La restricción técnica o función de producción se supone homogénea de grado γ;
1>γ>0, y definida sobre (Td-T*)>0, siendo Td la demanda de trabajo y T* el trabajo
empleado en la organización de la empresa. Este último término que se entiende
también como el costo de instalación de la firma en el aparato productivo, hará evidente
en su magnitud el tamaño del mercado.
La elasticidad hábitat (hp ) del producto, constante, estará representada por β, 1>β>0,
y la elasticidad trabajo, por α(Td-T*); variable, con 1>α>0; α +β =γ.
Con estas propiedades, el cálculo del productor será:
Máx (1 + π) =
pq o
wTd + p h h p
(1)
S.a q o = (Td − T*) α h pβ
(2)
Se arriba así a las siguientes condiciones de equilibrio del productor:
αh a
w
=
β( Td − T*) p h
(3)
Td
+β=1
(4)
Td − T *
A (3) y (4) se añade la función (2). Lo que se verifica en ellas es que el productor
α
demandará trabajo y recursos naturales hasta el punto de la frontera de eficiencia en la
11
función de producción, en el que la suma de las elasticidades sea uno (función (4)) y se
verifique la igualdad entre la relación marginal de sustitución técnica (RMST) y las
relación inversa de precios (función (3)). Equivale a decir que (4) señala la isocuanta de
equilibrio, y (3) el punto específico de equilibrio en ella.
Entre (2), (3) y (4) se arriba a las siguientes soluciones:
a) Función demanda de trabajo:
 1− β 
Td = 
T *
 1 −α − β 
(5)
Esta función exhibe un resultado fundamental: La demanda de trabajo es
independiente del salario y de los precios, y depende directamente del tamaño de la
organización de la empresa. Puesto que la organización sirve para ampliar la capacidad
de atención de contratos o transacciones de compra y venta de los productores, su
magnitud está en función del tamaño de la demanda del mercado por el producto. Así,
la demanda de trabajo depende, en realidad, del volumen de ventas de las firmas; no de
lo caros o baratos que se “venden” los trabajadores. A diferencia de lo que postula la
teoría neoclásica en su fundamental “mercado de trabajo”, en el que explica la
determinación de salarios y empleo al igual que el precio y cantidades de cualquier
mercancía, en nuestro modelo se demuestra que tal “mercado” no existe. Las firmas,
dados el salario y los precios, deciden la cantidad de trabajo que emplearán en función
de sus ventas, que son el pilar de su existencia y, por tanto, de sus ganancias. No lo
harán, como lo supone la teoría tradicional, en función de lo baratos que se coticen los
trabajadores. En el mejor de los casos, si el salario baja y las ventas no varían,
alcanzarán a sustituir a algunos trabajadores caros por otros más baratos, pero no
contratarán a más trabajadores mientras sus ventas no crezcan.
Esto significa que la señal que siguen los productores individuales para determinar
el empleo, no son los salarios, sino el tamaño de su mercado, dado el salario, en el cual,
por las propias condiciones de competencia perfecta, en lo individual no pueden incidir.
Por tanto, independientemente de lo que suceda con los consumidores, el tal “mercado
12
de trabajo” es un espacio económico que no existe. Una construcción teórica incorrecta
de la tradición neoclásica, cuya falacia se puede demostrar claramente.5
Los fenómenos del empleo y los salarios son propios del sector laboral; no de
mercado alguno. Sin embargo, como veremos más adelante, la dinámica del mercado lo
afecta y es afectada por él; pero en el fondo subyace un hecho ante el cual la teoría
neoclásica permanece ciega y sorda: la economía, aún en competencia perfecta, no está
constituida sólo por mercados, sino por organizaciones y mercados. De hecho, es la
capacidad de organización del ser humano para satisfacer sus necesidades frente a las
exigencias de su entorno natural, el fenómeno que ha antecedido históricamente incluso
al intercambio de mercancías por mercancías. Ignorar la existencia de la capacidad de
organización de los seres humanos en el razonamiento de la economía, ha conducido a
errores graves y de elevado costo social.
b) Función de demanda de recursos naturales:


β
w
h p = 
 T *
(6)
1 − α − β  p h
A diferencia de (5), la demanda de hábitat, medida en cualquier unidad
convencional, resulta ser función inversa de su precio, directa del salario, debido a la
relación de sustituibilidad bruta positiva de este factor con el trabajo, y directa también
del tamaño del mercado. Mientras más baratos sean los recursos naturales respecto al
trabajo, mayor será su demanda. Esto da lugar a pensar que existe una relación inversa
entre el salario y el precio del hábitat; sin embargo, el equilibrio macroeconómico,
analizado más adelante, nos mostrará algo muy diferente.
Una propiedad tecnológica del modelo que es necesario señalar a estas alturas, es
que, como se constata en (5) y (6), mientras más alta sea la elasticidad recursos
naturales del producto, menor será la demanda de trabajo y mayor la de dichos recursos;
salvo si el progreso tecnológico disminuyera β, lo cual sucedería en el largo plazo.
5
No se desarrolla la demostración en este artículo, porque hacerlo nos alejaría de nuestros objetivos
específicos. Sin embargo, los lectores interesados podrán revisar el Teorema de Superioridad, con el que se
pone en evidencia que la forma en que los economistas neoclásicos explican la toma de decisiones de los
empresarios, y por tanto, el funcionamiento del capitalismo, es incorrecta. (Véase “Generalización de una
teoría particular del productor: error de la tradición neoclásica (Reflexiones adicionales y respuesta a un
comentario crítico), en Investigación Económica, número 224, abril-junio, 1998. Por eso también la idea de
analizar los fenómenos del empleo y los salarios como si se trataran de un mercado –el mal llamado “mercado
13
c) Función oferta de producto:
β
w
(1 − β) α β β
qo =
T *α + β  
(7)
α+β
(1 − α − β)
 ph 
Esta expresión revela que los productores ofrecen más producto cuanto más alto
es el salario. Esto no sorprenderá al lector cuando se haga evidente que el salario
condiciona positivamente la demanda agregada, y a través de ella, la oferta de las
empresas. Así también sucede con el tamaño del mercado: a mayor mercado, mayor
oferta. En contraste, al oferta de producto resulta función inversa del precio del hábitat.
El encarecimiento de los recursos naturales contrae la producción. Tecnológicamente,
mientras más elevada sea la elasticidad recursos naturales del producto, mayor será la
sensibilidad de la oferta a los precios.
- Consumidores
El consumidor representativo maximiza una función de utilidad que supondremos
estrictamente cóncava y no separable, definida sobre dos variables: el consumo (qd) y el
ocio (S)6 , y ponderada por un parámetro que se especifica como índice de hábitat (ha),
siendo un número puro comprendido entre cero y uno. La restricción presupuestal del
consumidor está recíprocamente adecuada a la relación de ingresos y gastos del
productor, de manera que la consistencia contable del modelo se asegura y da lugar a la
expresión básica de la ley de Walras. Es decir que en esta economía los gastos de un
agente serán necesariamente los ingresos del otro, y viceversa.
Pese a que en la tradición neoclásica los derechos de propiedad sobre las empresas
se suponen distribuidos antes de los procesos económicos, en este modelo
supondremos, para otorgarle plena flexibilidad y competitividad al sistema, que tales
derechos son asignados por el mercado. Esto se reflejará en la restricción presupuestal
de los consumidores, por el lado de los ingresos.
Así, la conducta de este agente está dada por:
Máx U = u(q d , S) , u' (⋅) > 0
S. a (1 + π )To = pq d
(8)
(9)
de trabajo”, es un error conceptual que debe evitarse sistemáticamente. Existe un sector laboral; no un
“mercado”.
6
El ocio se define a su vez como la diferencia entre el tiempo máximo biológicamente disponible para
trabajar (τ) y el tiempo oferta de trabajo (To ); es decir, S= (τ -To ).
14
Las condiciones de equilibrio resultantes de la maximización, serán:
y la restricción presupuestal (9).
Por definición, conocidas las propiedades de la función de utilidad, la relación
u 'q
p
(10)
(1 + π)w
u
marginal de sustitución será una relación de proporciones entre cantidades de producto
'
S
=
para consumo, y tiempo de ocio; por tanto, la expresión (10) se replanteará así:
γ (τ - To )
p
=
; γ ∈ℜ+
qd
(1 + π)w
(11)
El parámetro γ que multiplica a S, se supone resultado de las preferencias del
consumidor.
Resolviendo el sistema conformado por (9) y (11), se alcanzan los siguientes
resultados:
a) Función demanda de producto para consumo:
γ
w
(1 + π) τ
(12)
1−γ
p
Ésta describe una relación positiva con el ingreso y negativa con el precio del
qd =
producto. Se trata de una función estándar de demanda, salvo la presencia en ella de la
tasa de beneficio como una variable distributiva.
b) Función oferta de trabajo:
γ
τ
(13)
1−γ
Se constata que debido a la asignación de derechos de propiedad a través del
To =
mercado, los consumidores revelan funciones oferta de trabajo inelásticas respecto al
salario. Esto significa que al salario vigente están dispuestos a trabajar el total de su
tiempo oferta de trabajo biológicamente disponible, ponderado por sus preferencias y
rasgos culturales, representados en γ. Este resultado, aunque particular de la sencillez
del modelo, evidencia que bajo condiciones de competencia perfecta el “mercado de
trabajo” no existe. El salario no es variable representativa ni de la oferta ni de la
demanda de trabajo. No se determina por medio de relaciones entre oferentes y
demandantes. Se trata de una variable distributiva cuyo origen está centrado en los
ámbitos de determinación señalados sistemáticamente por los economistas clásicos y
15
por Marx: la negociación. Es una cuota de participación de los trabajadores en el
producto; no el precio del trabajo ni, por tanto, la garantía de quid pro quo en el
intercambio con las firmas. Puesto que en nuestro modelo el tema de la determinación
salarial no es central para nuestro análisis, supondremos que se trata de una variable
exógenamente determinada, lo cual no significa rígida. El que se determine por
negociación no quiere decir que no puede sujetarse a reglas de ajuste de tipo
walrasiano, por ejemplo. Así, el salario será exógeno pero tan flexible como lo
requieran las condiciones del modelo.
- Sector monetario
Sea M° la oferta monetaria, exógena y definida. Suponiendo que la velocidad de
circulación del dinero es igual a uno, y que cada unidad de producto da lugar a una y
sólo una transacción, la demanda de dinero tomará la forma siguiente:
M d = pq d
Por tanto, el equilibrio del sector estará dado por:
(14)
M° = M d
(15)
En ella, una vez conocido el nivel del producto, y dada la oferta monetaria, el nivel
de precios estará automáticamente determinado. Con esta forma de presencia del dinero
en el modelo, una vez, más se muestra que el respeto a las condiciones analíticas de
base de la teoría neoclásica son plenamente respetadas, y que las diferencias en los
resultados no obedecen a alteraciones en ese aspecto.
- El hábitat
El hábitat se define a partir de los siguientes elementos:
- La oferta, compuesta por: a) un acervo inicial (H) que exhibe su dimensión actual
en términos de alguna unidad convencional de volumen. Se trata del tamaño del acervo
antes del proceso económico; b) de su reposición natural (io , io >0), y c) el incremento
inducido (i1 q), i1 >0, resultante de la fracción del producto que los agentes decidan
destinar a impulsar la reproducción del hábitat. La suma de estos elemento se
denominará (hi).
- La demanda, conformada por: a) el consumo neto de hábitat (hc), definido a su vez
por la suma de un componente natural y autónomo (hn ), y de un componente inducido
(hp ). Este último término estará multiplicado por (1+φ), φ >0, para incorporar así los
16
efectos negativos sobre el hábitat, provocados por el consumo humano de bienes y
servicios.
Así, las ecuaciones respectivas serán:
hi = io + i1 q
hc = hn + (1+φ)hp
(16)
(17)
El índice de hábitat queda entonces representado por:
ha = (Η + hi − hc)Η−1
(18)
Tal es el índice que se halla presente en la función de utilidad, condicionando el
bienestar de los consumidores. El numerador de (18) representa la función de demanda
excedente del hábitat multiplicada por (-1); es decir, la diferencia entre la oferta y la
demanda agregadas de hábitat, además de exhibir su tamaño final después del proceso
económico. Es decir que, llamando H* al resultado final, éste se expresará así:
H* = (Η + hi − hc)
(19)
Si H*<H, el bienestar, independientemente de los niveles de consumo, disminuirá, y la
necesidad de inducir esfuerzos de reposición para restaurar el hábitat, será cada vez más
elevada. De esta manera se muestra en el modelo el sistema a través del cual el hábitat
afecta y es afectado por la conducta económica de los seres humanos.
3.2 Equilibrio macroeconómico
La solución de equilibrio general en este modelo, pondrá en evidencia las relaciones
que guardan los agregados entre sí. Se agruparán en tres ámbitos: el sector laboral, el
mercado de producto, y el hábitat, dado el equilibrio permanente en el sector monetario.
Así se determinarán producción, empleo, precio del producto, precio del hábitat y
distribución del ingreso. El salario se supone determinado exógenamente:
w=w
(20)
Su magnitud, sin embargo, podrá variar en cuanto así se determine y en el sentido
que se establezca. La única regla de viabilidad que seguirá el sistema, será que el salario
real sea positivo y estrictamente inferior al producto medio. Cabe remarcar que en este
modelo se ha dejado atrás por completo la idea de que el salario real en competencia
perfecta debe igualar a la productividad marginal del trabajo y, por tanto, que debe
variar en la misma magnitud y dirección que esta última.
- Sector laboral
( Td − To ) ≤ 0
(21)
17
Como el lector constatará más adelante, el modelo admite tanto soluciones de pleno
empleo como de desempleo involuntario. Por tal razón (21) se expresa como una
desigualdad débil.
Reemplazando (5) y (13) en (21), y resolviendo en T*, se arriba a:
 γ  1 − α − β 
T* ≤ 

τ
 1 + γ  1 − β 
(22)
En esta expresión, la igualdad se verificará en pleno empleo, y la desigualdad,
cuando haya desocupación.
-Mercado de producto
(q d − q o ) = 0
(23)
La igualdad estricta de la función de demanda excedente (23) se debe a que, como
también será posible constatar, el mercado de producto exhibirá equilibrio perpetuo.
Esto quiere decir que para cualquier vector de precios y patrón distributivo, habrá un
volumen
de
transacciones
posibles
que
se
realizarán
en
su
totalidad.
Independientemente de los equilibrios o desequilibrios en el sector laboral, el mercado
de producto (que en el modelo representa a todos los mercados que se constituyen),
revelará permanentemente igualdad entre oferta y demanda agregadas.
Sustituyendo (7), (12) y (22) en (23), y resolviendo para el producto medio de
equilibrio, se obtiene lo siguiente:
β
α + β −1
β
w
w  β   γ 
 

(1 + π) = 
τ α + β −1  
(24)
p 1 − β   1+ γ 
 ph 
Es inmediato observar que la ecuación (24) se satisfará para cualquier resultado en
(22). Aunque todavía guardamos reserva sobre la determinación del precio del hábitat
que prevalece como incógnita, una vez conocida su magnitud, la tasa de ganancia
ajustará necesariamente la igualdad, debido a que se trata de un resultado, no de una
variable predeterminada, como el salario nominal y la oferta monetaria. Conocido el
producto medio en (24) –y por tanto el producto total, será posible determinar el nivel
18
del precio p, y simultáneamente la tasa de beneficio. Claro siempre y cuando se haya
conocido el precio materia de nuestra atención principal: ph .
A partir de (24) se consigue el siguiente resultado:
1

α
 γ (1 + γ ) -1 (1 + π) w τ 
 1− β 
p 


T* = 
β 
 1− α − β 
β
w 
 
T * 
  1 − α − β
p h  

(25)
Esta igualdad se verificará para todo T*. Lo que muestra es que la demanda de
trabajo –es decir, el nivel de empleo- es función positiva de la demanda efectiva de
producto, y función inversa de la demanda efectiva de recursos naturales o hábitat.
Formalmente, esto se expresa así:
(+ )
( −)
Td = j ( q d , h p )
(26)
El nivel de empleo aumentará cuando la demanda efectiva de producto crezca. Lo
hará en relación mayor que proporcional. Por otra parte, la ocupación caerá más que
proporcionalmente ante incrementos en la demanda efectiva de recursos naturales. Esta
relación dependerá de manera crucial de la magnitud del precio del hábitat.
-El hábitat
Los resultados expuestos hasta este punto no arrojan luz sobre una pregunta
fundamental: ¿Es éste un sector que se debe regular, o un mercado que debe
fomentarse?
La respuesta no sólo carece de toda obviedad, sino que determinará las
implicaciones de política pública del modelo. Para abordarla, supondremos una
situación inicial de pleno empleo en la economía.
La primera cuestión que debemos aclarar para el efecto, es: ¿De qué depende el
precio del hábitat? Para ello, sea:
h c − (H + h i ) ≤ 0
(27)
19
la función de demanda excedente del hábitat. Supongamos inicialmente que i1 q=0; es
decir que no existe política pública alguna que extraiga producto de la economía para
destinarlo a la reposición del hábitat consumido. Entonces, reemplazando (6), (16) y
(22) en (27), y resolviendo en ph , se logra la siguiente expresión:
βγ
τw
1 − β − βγ + γ
ph =
(28)
H + hi − hn
Esta función indica que el precio del hábitat está en relación directa del nivel de
(1 + φ)
empleo, del salario, que dado el precio, podemos asumir como salario real, y del
impacto negativo del consumo humano sobre el medio ambiente; y en relación inversa
del exceso de oferta de hábitat o recursos naturales.
Situemos nuestro análisis en un caso en el cual los recursos naturales han sido
asignados en su totalidad a la propiedad privada de los consumidores y, por tanto, su
precio ha sido liberado a las fuerzas de un mercado de recursos naturales. Supongamos
que la asignación ha sido lo suficientemente equitativa como para que nadie tenga la
posibilidad de influir por sí solo en el precio. Entonces, ante una demanda
significativamente inferior respecto a la oferta presente en el acervo, los propietarios
bajarán el precio mientras al hacerlo incrementen sus ingresos. Si las dimensiones de
los recursos naturales son todavía abundantes, el precio caerá drásticamente hasta
alcanzar el nivel de agotamiento pleno. Si el fenómeno es acompañado de un nivel
salarial bajo, el precio del hábitat será muy bajo. Ante ese hecho, la demanda de
recursos naturales contraerá el nivel de empleo, la desocupación aparecerá, y con ella la
contracción creciente de la demanda efectiva, con la reproducción del círculo depresivo.
Se habrá dado lugar a un proceso de histéresis. La disminución en los niveles de
bienestar alcanzará límites graves, y el rechazo ante cualquier tipo de contribución de
los propios consumidores a la reposición del hábitat será generalizada, debido al
elevado costo de oportunidad que les significaría. Les sería preferible vender los
recursos naturales en su poder al precio vigente, para mantener su nivel de bienestar en
el máximo posible, a castigarlo por la vía de la restauración inducida de hábitat, además
20
del proveniente por el uso intensivo de recursos naturales en la producción. El consumo
de hábitat crecería aceleradamente, hasta anular el exceso de oferta.
Traslademos ahora nuestra atención a otro escenario; el de una concentración de los
recursos del hábitat en manos de muy pocos consumidores. Una especie de monopsonio
de hábitat. En tal caso, el precio del hábitat responderá a un fin arbitrario de
capitalización individual. Los propietarios procurarán expandir con la venta de sus
recursos naturales, sus niveles de bienestar a través del consumo, por encima de la
proporción en que éste se pierde por los daños derivados de la producción y del propio
consumo humano. Esos pocos consumidores emplearán los recursos naturales para
trasladar los costos de su bienestar al resto de los agentes del sistema. Así, el precio del
hábitat estará regulado por objetivos de bienestar de un reducido grupo de
consumidores. No habrá necesidad, para ellos, de enmarcar sus decisiones a criterios de
eficiencia ni a objetivos de interés colectivo. En este caso, el precio del hábitat podrá
situarse arbitrariamente en niveles superiores a los que hacía posible el escenario
analítico previo; pero sin una diferencia sistemática.
Si en este caso se propusiera exigir a todos los consumidores el pago de un tributo
para reposición del hábitat, probablemente el rechazo sería unánime, aún por parte de
los propietarios. Los no propietarios, porque sin ser beneficiarios directos de la
propiedad, se verían invitados a sacrificar su bienestar individual a favor de los
propietarios; y los propietarios, porque ante la abundancia relativa de los recursos a su
nombre, no tendrían ningún motivo para llegar a la conclusión de que invertir en el
hábitat, sacrificando ingresos potenciales, los beneficiaría a ellos más que a los demás;
principalmente a los no propietarios. Así, este precio se convertiría en una magnitud
arbitraria que implicaría inevitablemente la disminución paulatina e irreversible del
hábitat, con efectos diferenciados sobre el bienestar de los consumidores.
Sin embargo, en ninguno de estos escenarios sería realmente posible saber cuál sería
el precio del hábitat, debido a la ausencia de una referencia imprescindible para el
efecto: el valor del acervo. ¿Quién y respecto a qué, debería indicar el valor del mismo?
¿Dónde yace la base del valor económico del hábitat?
Así como líneas antes se ha hecho evidente que el reducir el hábitat a soluciones de
mercado para su valuación y asignación da lugar a resultados absurdos, se muestra con
21
estas preguntas que el tema toca los límites de la teoría del valor. ¿Cuál es el precio del
hábitat? Si no se sabe cuánto vale el acervo existente o sus flujos básicos, tampoco se
sabrá cuál es su precio. Sin embargo, se puede formular por lo menos dos criterios para
intentar una reflexión al respecto; uno, basado en el producto social, que en nuestro
modelo es esa única mercancía que se genera, y otro, fincado en las necesidades de la
sociedad.
Valuar el acervo de hábitat a partir del producto, representaría explicar, en términos
de éste, si sería posible emplear una unidad de hábitat para producir un volumen tal de
producto, que permita, en primer lugar, satisfacer la demanda humana; en segundo
lugar, devolverle al hábitat lo utilizado de él, y en tercer lugar, reponerle una parte, por
pequeña que sea , del daño previo. Aún si este último rubro fuese cero, el cubrir los dos
primeros significaría lograr rendimientos marginales crecientes del hábitat; es decir, con
una unidad utilizada del mismo, producir más de una unidad a través del producto
generado. En principio, este problema parece no tener solución. Si pudiéramos definir
una regla que permita determinar cuánto vale el hábitat en función del producto, se
sujetaría su valor a las condiciones mismas de la producción, y en cualquier caso habría
que dar respuesta al problema de los rendimientos a escala del hábitat o recursos
naturales.
Calcular el valor del hábitat en función de las necesidades de la sociedad, a partir de
las de los individuos que la conforman, significaría para la teoría económica reducir las
necesidades a un campo como el propio del valor trabajo en Marx: ¿Cuál es el trabajo
socialmente necesario para reproducir el hábitat empleado en la producción? ¿No
equivaldría esta pregunta, a la de cuánto producto se necesita para reproducir el hábitat
empleado en la producción de éste? Con ello estaríamos nuevamente situados en el
criterio del producto, aunque se trataría, esta vez, de resolver el problema en el campo
de la teoría del valor trabajo; única que ha vinculado las necesidades con los precios a
través, precisamente, de una teoría del valor. En la tradición neoclásica no existe una
teoría de las necesidades. Por tanto, valuar en su marco de análisis, al hábitat frente a un
fenómeno que excede su marco analítico, equivale a procurar la solución fuera del
razonamiento económico. En nuestro modelo, propio de la Teoría de la Inexistencia del
Mercado de Trabajo, las posibilidades de responder a esta pregunta nos conduce,
22
necesariamente, a reconocer que con ella se exceden los límites de la teoría del valor, y
se plantea la posibilidad de retornar sobre las sendas de los fisiócratas para desempolvar
la posibilidad de explicar todo valor como surgente de la tierra.
En realidad, el único medio de valuación de H, así como de sus flujos naturales de
reproducción, son los criterios institucionales. El hábitat es el medio que ha precedido a
cualquier manifestación de vida humana, incluyendo la económica, y que condiciona la
posibilidad de que todas sus manifestaciones existan. Por tanto, el criterio de valuación
tiene que exceder los estrechos límites y posibilidades de la teoría económica, y
asentarse inevitablemente en los dominios de las instituciones; particularmente del
estado. Este problema: la valuación de H, es el que pone en evidencia con mayor
claridad que cualquier otro en nuestro modelo, la vinculación entre el estado y el
mercado para determinar el precio del hábitat. Sin estado, el hábitat no tiene precio
posible. El libre mercado no resuelve este problema.
3. IMPLICACIONES DE POLÍTICA PÚBLICA
Hemos razonado el problema de la presencia del hábitat en una economía de libre
mercado, hasta este punto, con una contribución nula de los agentes económicos a su
reproducción; es decir, con i1 q=0. Interesa ahora saber qué criterios de política debería
seguir la sociedad económica para garantizar que el bienestar de sus consumidores no
se reduzca por los impactos de la producción y el consumo en el índice de hábitat.
Si
bien
nuestro
modelo
es
extremadamente
sencillo,
hace
explicitas
las
características fundamentales de los problemas de una economía de mercado frente al
hábitat. Por tanto, los criterios de política que se discutan a partir del mismo, pueden ser
generalizados a escenarios más complejos y cercanos a la realidad. Ese es precisamente
el camino que se procura con la teoría.
El análisis efectuado es de corto plazo, y en ese marco los criterios de política
económica para lograr el objetivo de preservar el hábitat en correspondencia con las
actividades de la producción y los mercados deben centrarse en las posibilidades de
intervención de un agente exógeno: el estado.
¿A qué agente individual le sería rentable calcular el valor de hábitat? Se necesitan
medios de valuación social y
criterios de la misma naturaleza. La técnica y la
23
ingeniería serán inútiles por sí solas para este efecto. Supongamos reconocido por la
sociedad el objetivo institucional de restaurar el hábitat a en los niveles que exhibía
antes de los procesos económicos. ¿Cómo debería financiarse la restauración?
Antes de plantearse la restauración, el agente institucional debería definir primero
los alcances de la propiedad individual sobre los recursos del hábitat, y los márgenes en
los que la condición sistémica de H da como resultado que las decisiones individuales
tengan repercusiones sociales. Por dicha condición, el hábitat es, estrictamente dicho,
imposible de privatizarse. Intentar hacerlo, sería inevitablemente el principio de su
destrucción acelerada.
Si se decide aplicar un impuesto directo a los salarios o a las ventas, para distraer
producto de la demanda de los consumidores hacia el hábitat, el resultado será una
contracción de la demanda efectiva, inducción del desempleo y polarización del
ingreso. El efecto contractivo sobre los salarios, lejos de beneficiar al hábitat, lo
perjudicará. Como se constata en las ecuaciones (24) y (26), el impacto equivaldrá a
disminuir el salario, con dicho efecto, el precio de los recursos naturales caerá, y así
aumentará su explotación. La medida, por tanto, en lugar de fomentar el logro del
objetivo, lo perjudicará.
En contraste, si se decide aplicar un impuesto a las ganancias realizadas, el nivel de
la demanda efectiva se mantendrá estable; más todavía si de dicha demanda dependen
las ganancias como base gravable. El impuesto no impactará en los niveles de
producción y empleo, pero sí redistribuirá producto de las ganancias hacia el medio
ambiente. Sería de esperarse un efecto marginal de contracción de la demanda efectiva,
si el impuesto fuese administrado de manera ineficiente. De otra forma, tal cosa no
sucedería. Los productores no dejarán de producir el volumen que el mercado les
demanda, porque es así como realizan la máxima tasa de ganancia posible en el sistema.
El significado de estas conclusiones consiste en la convalidación de las medidas de
regulación ambiental en la producción, y en el rechazo a impuestos sobre salarios y
ventas con fines ambientalistas, por su carácter recesivo y polarizador en la
distribución.
El fomento a la investigación que haga posible el cambio tecnológico dinámico y la
elevación de la productividad media del trabajo, el fortalecimiento de los salarios reales
24
y el control ambiental sobre la producción, como forma concreta de impuestos sobre las
ganancias, se plantean como un conjunto fundamental de atención a la reproducción del
hábitat.
Queda en evidencia, sin embargo, que los criterios de política ambiental no deben
ser accesorios de la política económica, sino inmanentes e inseparables de ésta. Queda
en evidencia también que la responsabilidad de la sociedad frente al hábitat habrá que
sufragarla, inevitablemente, con bienestar de corto plazo, esperando retornos de la
misma naturaleza en el largo plazo.
BIBLIOGRAFÍA
Bardhan, Pranab y Christopher Udry(1999), Development Microeconomics, Oxford University
Press, Gran Bretaña, pp. 168-181.
Barro, Robert J. Y Xavier Sala -i-Martin(1995), Economic Growth, McGraw-Hill Eds., pp.1-52;
265-326.
Blanchard, Olivier J. y Fischer, Stanley, Lectures on Macroeconomics, The MIT Press, Cambridge,
Mass., 1989. pp.2-36, 37-151, 320-371, 427-565.
Borrayo López, Rafael(2000), Sustentabilidad y desarrollo económico. Mimeografiado. En proceso
de publicación por parte del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Debreu, Gerard(1954), “El equilibrio de la valuación y el óptimo de Pareto”, La economía del
bienestar,selección de Kenneth Arrow y Tibor Scitovsky, F.C.E., editores, México, 1974, pp.5563.
Georgescu-Roegen, Nicholas(1966), Analytical Economics, Harvard University Press, U.S.A., pp.391.
Koopmans, Tjalling C.(1957), Three Essays on THE STATE OF ECONOMIC SCIENCE, McGrawHill Eds.,pp. 2-125.
Meier, Gerald M.(1995), Leading issues in economic development, 6th edition, Oxford University
Press, pp.513-585.
Noriega Ureña, Fernando A.(1994), Teoría del desempleo, la distribución y la pobreza, editorial
Ariel, Ariel Economía, México, 1994.
_______________________(1996), “Teoría del desempleo y la distribución. Evidencia empírica:
México 1984-1994”. Investigación Económica, No 220.
_______________________(1998.a), “Generalización de una teoría particular del productor. Error
de la Tradición Neoclásica”. Investigación Económica, No 223.
_______________________(1998.b), “Generalización de una teoría particular del productor. Error
de la Tradición Neoclásica. (reflexiones adicionales y respuesta a un comentario crítico)”.
Investigación Económica, No 224.
_______________________(199p), “Tres hipótesis sobre economía del medio ambiente”.
Problemas del desarrollo, No 115/116, Oct./Dic 1998, Enero/Marzo 1999.
_______________________(2000), Fundamentos de la producción, el empleo, la distribución y los
precios. Teoría de la Inexistencia del Mercado de Trabajo.En publicación, Ed. McGrawHill,
México.
Romer, David(1996), Advanced Macroeconomics, McGraw-Hill, pp. 5-194.
----------------------0---------------------
HACIA EL PAGO DE SERVICIOS AMBIENTALES
EL PROYECTO DEL FONDO DE CONSERVACIÓN DE AGUA Y TIERRAS
DEL D.F.
Gonzalo Chapela
Universidad Autónoma Chapingo
Red Mexicana contra la Desertificación RIOD-MEX
Introducción
Dentro del conjunto de estrategias de gestión ambiental, la interiorización en el
precio, de los costos incrementales, los costos de oportunidad de los impactos
del deterioro ambiental y de los propios servicios ambientales, ha sido
identificada como prioritaria. (Provencio, 1993) y se han iniciado esfuerzos para
introducir el concepto ambiental en el sistema de cuentas nacionales, así como
se ha estimado el valor de algunos activos relacionados con estos aspectos
(BANCO MUNDIAL, 1995; Pimentel, 1995).
Es casi obsesiva la recurrencia con la cual o
l s diversos actores interesados en
la gestión ambiental decimos que debe valorarse el patrimonio natural del país,
que tenemos recursos valiosos que nos sirven actual y potencialmente una
muestra de ello es la multiplicidad y coincidencia de planteamientos de los
diversos grupos y propuestas en la circunstancia de cambio de gobierno (G-25,
2000; RIOD-MEX, 2000; Organizaciones campesinas y no gubernamentales,
2000).
Es también muy notable que en semejante coyuntura, seis años atrás los
planteamientos fueron muy semejantes (INE, 1994, Programa Forestal y de
Suelo 1995-2000) y en contraste podemos observar que un mercado de
servicios ambientales aún es proyecto de algunos, más que una realidad en
nuestro país (Burstein, 2000).
Sin embargo, se puede percibir un proceso de maduración de la percepción
pública
hacia
estos
aspectos
y
la
generación
de
múltiples
esfuerzos
exploratorios que van creando las condiciones necesarias para la existencia de
un mercado de servicios ambientales. Uno de ellos es la iniciativa del Gobierno
del Distrito Federal, en proceso, para la conservación de los recursos naturales
nombrada Fondo de Conservación de Agua y Tierras o, por sus siglas, FOCAT
(Gobierno del Distrito Federal, 1999).
EL CAMPO DE LA CIUDAD
En el Distrito Federal el 59 % del territorio aún es rural, con 88,639 hectáreas
CONSIDERADAS “suelo de conservación”, de las cuales 37 mil conservan un
uso forestal, En esa zona, habitan 2.2 millones de personas, de las cuales 400
mil pueblan los asentamientos rurales tradicionales, 200 mil se dedican a
actividades rurales y 17 mil cuentan con derechos agrarios en los 49 núcleos
que ocupan el % de la superficie rural (GDF 99).
A pesar de existir en la región usos productivos tremendamente intensivos,
como los cultivos en chinampas o las terrazas agrícolas, el valor económico de
esos recursos es comparativamente escaso, con un producto bruto global que
significa apenas el 0.3 % del producto interno bruto de la entidad (Grether,
1997).
La causa del escaso peso de las actividades rurales es la coexistencia con la
mayor concentración humana del país, condición que determina y hace del
desarrollo rural en esta región un caso excepcional de oportunidades y
problemas por las distorsiones en el mercado de trabajo, la cercanía a la
demanda de productos y, de una manera determinante, por la especulación
inmobiliaria que genera un costo de oportunidad enorme y, tal vez, el principal
factor
determinante
de
la
dinámica
política
y
de
degradación
de
la
gobernabilidad pública y local de los recursos naturales.
En el campo de la ciudad se debaten valores importantes para los habitantes
rurales y también los de la ciudad, como son , entre otros: el espacio de
recreación; la preservación de un conjunto de valores culturales y estilos de
vida de la población rural; la reducción de fuentes de partículas suspendidas
que
no
pueden
combatirse
experimentamos en 1998;
con
medidas
de
contingencia,
como
lo
los contenidos de formas de vida y el papel de
corredor biológico de la zona y, de manera fundamental, la infiltración de agua.
Solamente en la zona rural de la sierra del Ajusco, se infiltra el 60% del agua
para recarga de los mantos freáticos que abastecen, a su vez, el 85% de ese
recursos indispensable y escaso (Torres, 1999; Bolongaro y Recasens, 1998).
Tomando en cuenta que por
224 millones de metros cúbicos de recarga de
agua subterránea se extraen 935 millones de metros cúbicos (CNA, 1997), es
clara la insustentabilidad del manejo de la cuenca en sus tendencias actuales
y la inutilidad e ineficiencia de soluciones como la importación de agua desde
otras cuencas hidrológicas a costos económicos y sociales impagables.
Este problema central está acompañado de un ritmo de pérdida de superficies
arboladas del orden de 500 hectáreas anuales (GDF, 1999), así como de un
problema de erosión hídrica, con dos terceras partes de la superficie con
pérdidas de suelo de más de 30 toneladas por año, lo que genera más de
cuatro millones de toneladas de suelo (calculado con datos de Torres, 2000).
EL FOCAT
En 1998 el programa de Medio Ambiente del entrante gobierno (GDF, 1998)
planteó avanzar en lo posible en el pago de servicios ambientales a la zona
rural, como parte
de una de sus estrategias básicas: dar atractivo al uso
sustentable de las tierras rurales, en el contexto de elevados costos de
oportunidad, tanto de los usos alternativos de las tierras rurales frente a la
urbanización, como de las oportunidades de ingresos y de un proceso de cierta
irregular pero consistente desvalorización cultural del trabajo rural.
El planteamiento anterior, identifica al crecimiento urbano como una de las
principales amenazas para la zona rural en general y particularmente para su
papel
en
la
dinámica
hidráulica
de
la
cuenca
y
no
puede
aplicarse
independientemente de la aplicación de una política consistente de desarrollo
urbano y vivienda.
El proyecto del FOCAT aprovecha los trabajos emprendidos en el Consejo de
la cuenca del río Lerma desde 1995. El Consejo actúa a través de grupos de
trabajo para la atención de los distintos aspectos de la gestión de la cuenca,
entre los que se estableció un grupo de trabajo para la conservación de agua y
suelo.
El grupo de agua y suelo desarrolló un programa específico (SEMARNAP,
1996) basado en proyectos específicos dimensionados en microcuencas, como
espacios de gestión manejables, principalmente desde un enfoque de gran
incorporación de esfuerzos sociales que requiere, a su vez, de procesos
cuidadosos de promoción de la participación de los diversos actores en las
partes altas de las cuencas y la generación de un ambiente de confianza.
El motor financiero de los trabajos del grupo estaría en la reunión de recursos
de los distintos actores presentes en las cuencas: instancias de gobierno en
sus varios órdenes, industriales y empresarios comerciales, usuarios del riego,
organismos de agua potable y productores rurales de las partes altas de las
cuencas. Con las aportaciones de las partes se formaría un fideicomiso que
proporcionara transparencia y fluidez al manejo de los recursos disponibles y a
la vez dinamizara y orientara las actividades y esfuerzos ya disponibles.
La prioridad en las acciones sería la inducción de prácticas productivas
sustentables y, en un plano secundario, la realización de obras específicas de
captación de agua y de restauración, dado el elevado costo relativo de las
últimas y el potencial de mejorar y coordinar los programas de gobierno
relativos al desarrollo rural, mejoramiento ambiental y combate a la pobreza,
principalmente el PROCAMPO, los proyectos de Alianza para el Campo, el
PRODEFOR, PRONARE, Programa de Empleo Temporal y los recursos del
FIRCO.
Con estos elementos como base, el planteamiento del FOCAT tiene tres
componentes principales: un esquema de captación de recursos, un recurso de
acompañamiento y un conjunto de programas de aplicación, como se muestra
en la figura:
PARTICIPACION
EN INGRESOS
• Agua: 10%
• Inmobiliarios: 5%
• Tenencia autos:
2%
•
•
•
•
PRESUPUESTO
DIRECTO
CORENA
DGCOH
DGDR
SEDUVI
DONACIONES
FIDEICOMISO
AMBIENTAL
FONDOS DE CONSERVACION DE AGUA Y TIERRA
(FOCAT)
ACOMPAÑAMIENTO A PROYECTOS
Y PROGRAMAS DE MANEJO
PARTICIPACIÓN
LIQUIDEZ
PRODEFOR
PRODEPLAN
BUENA
SUSTENTABILIDAD
REFORESTACIÓN AGROPECUARIA
Del lado de los ingresos, se estimaron diversas contribuciones, principalmente
provenientes
de
transferencias
o
incrementos
en
las
tasas
impositivas,
calculadas de acuerdo con la Ley de Ingresos para 1998, así como los recursos
fiscales ya existentes en las dependencias relacionadas con el tema.
Respecto del renglón de “donativos”, es muy interesante mencionar las
propuestas de los representantes del sector industrial, que ofrecieron hacer
aportaciones a cambio de eximirse del paro de actividades durante las
contingencias
atmosféricas
y
mediante
un
programa
de
mejoramiento
permanente de desempeño pactado y supervisado por la autoridad. Este
esquema argumenta la muy escasa contribución de las reducciones en las
emisiones de las industrias integrantes del padrón obligado a participar en los
paros por contingencias.
En el siguiente cuadro se puede observar una estimación de los órdenes de
magnitud de la recaudación anual posible:
FUENTE
Partes proporcionales de ingresos de:
♦ cuota de consumo de agua (10%)
♦ impuestos
inmobiliarios:
predial,
fraccionamientos, permisos de construcción (5%)
♦ Pago de tenencia por uso de automóviles (2%)
Gasto directo fiscal de CORENA, SEDUVI,
SEDECO, Y DGCOH: 10,000,000 por dependencia
Fideicomiso Ambiental
Donativos
TOTAL FONDO
MONTO ESTIMADO
$ 170,000,000
$ 40,000,000
$ 40,000,000
$ 30,000,000
$280,000,000
En cuanto a la aplicación de los recursos recaudados en el Fondo, se contaría,
como componente estratégico, con recursos para el acompañamiento del
instrumento, orientado a acompañar la aplicación de fondos y lograr una mayor
eficacia del ejercicio del fondo.
El acompañamiento del Fondo incluye, principalmente cuatro aspectos:
•
inversión en capital social: la importancia del fortalecimiento de las
instituciones locales ha sido documentada como uno de los principales
puntales en el manejo sustentare de los recursos naturales (ver Ostrom,
1990). En el caso de la zona rural del D.F. encontramos como uno de los
principales obstáculos el deterioro de la vida comunitaria y sus prácticas
organizativas, con la presencia de numerosas facciones internas en los
ejidos y comunidades, a la vez que también una muy importante presencia
de las estructuras comunitarias que, a la vez que no pueden ser ignoradas,
son
un
activo
insustituible
en
un
nuevo
arreglo
interno
desarrollarse a partir del reconocimiento de esas dos realidades.
que
debe
•
Promoción de la aplicación del Fondo y de los instrumentos movilizados por
el mismo.
•
Asesoría y acompañamiento para el acceso fluido al Fondo y los programas
institucionales disponibles. Es notable el subejercicio recurrente en la
aplicación de los recursos disponibles actualmente, principalmente los del
sector agricultura y, a la vez, demandas insatisfechas. A la vez, es también
destacado el efecto de eficacia de unificar y planificar las gestiones y reducir
los márgenes de discrecionalidad e incertidumbre en la aplicación de los
recursos, así como en la reducción de los costos de transacción de los
mismos programas.
•
Asesoría técnica especializada, principalmente orientada a la preparación
de proyectos y a la transferencia tecnológica. Por ejemplo, ha sido muy
amplio el efecto de las revisiones fitosanitarias que realizan los académicos
de la Universidad Autónoma Metropolitana sobre los costos de aplicación de
biocidas en la producción de flores, con reducciones de costos de hasta
40%. Un mejoramiento económico sustancial de las actividades productivas
puede ser determinante en el efecto persistente de la aplicación de
recursos.
Por otro lado es crucial, desde la perspectiva política invertir en el
mejoramiento del acceso a los programas con propuestas consistentes,
presentadas oportunamente y por los cauces adecuados.
La aplicación misma de los programas incluye objetivos específicos para el
mejoramiento y restauración de los recursos naturales, de
acuerdo con las
principales condiciones y problemáticas. Entre las principales, el proyecto del
FOCAT identificó las siguientes:
1. Manejo
sustentable
de
los
bosques:
en
una
condición
actual
de
prácticamente libre acceso, se debería establecer un contexto normativo
para el aprovechamiento sustentable y estrechamente vigilado de los
recursos
forestales,
principalmente
con
la
aplicación
del
actual
PRODEFOR, mejorado en cuanto a su transparencia de aplicación,
suficiencia de montos y cobertura de temas, incluyendo la transformación y
comercialización.
2. Plantaciones comerciales, con la aplicación del PRODEPLAN, facilitado en
sus objetos de aplicación, adecuados para el establecimiento de pequeñas
plantaciones
diversas
y
la
asignación
por
anticipos,
además de la
simplificación en su acceso.
3. Incentivos a la reforestación, que ya van probando eficacia, de acuerdo con
las
evaluaciones
disponibles
(Secretaría
del
Medio
Ambiente,
G.D.F.,
1999).
4. Formación de empresas protectoras de la cuenca que, localizadas y
coordinadas en las comunidades, realicen la obra de restauración y
captación de agua que no puede ser asimilada por las actividades
productivas.
5. Mejoramiento de la aplicación de los programas de desarrollo rural,
coordinándolos en torno a programas de manejo parcelario diseñados y
comprometidos por los propios productores con apoyo técnico.
Perspectivas
Hasta el momento, el GDF ha avanzado principalmente en el desarrollo de
algunos componentes de los programas de aplicación, como el pago de
incentivos a la buena reforestación, con resultados alentadores, y la formación
de empresas sociales, aún en proceso incipiente.
El desarrollo de un planteamiento como el que aquí se resume enfrenta retos
que es urgente superar, como los siguientes:
•
Bajo
perfil
real
de
las
preocupaciones
ambientales.
Aunque
ningún
funcionario puede actualmente evitar la mención de los compromisos
ambientales, es muy poco frecuente que las políticas sustanciales, como la
de vivienda, de desarrollo económico, combate a la pobreza o desarrollo de
infraestructura adopten una óptica sustentable, lo que hace difícil la
coordinación posterior en las acciones y enviar una señal clara al respecto
hacia los propios funcionarios y hacia la población.
A fin de cuentas, la lógica del ejercicio de gobierno está sesgada por las
necesidades que la carrera de los funcionarios les impone y los cortos
plazos de los procesos políticos y electorales, lo que no deja de ser un muy
importante obstáculo para la instrumentación de respuestas a los problemas
que no pueden dejar de ser complicados y de larga maduración.
•
Especulación inmobiliaria. No existe ningún programa de estímulos con
posibilidades de éxito frente a un valor desproporcionado de la tierra con
fines inmobiliarios, por lo que un efectivo control del desarrollo urbano y de
los usos del suelo establecidos es indispensable para preservar la zona
rural.
Actualmente la proliferación de asentamientos irregulares e ilegales se
acoge a la certeza de que, tarde o temprano, serán regularizados y dotados
de servicios. Ante un mercado inmobiliario en la zona urbana con precios
inalcanzables,
empobrecida
las
necesidades
sólo
pueden
de
satisfacerse
vivienda
por
la
para
una
ocupación
población
de
tierras
marginales, en ocasiones en zonas de riesgo.
Una de las grandes dificultades en la solución de este problema básico, es
el manejo político de los asentamiento irregulares y los riesgos sociales de
la aplicación de la regulación.
•
Dificultades
de
coordinación
interinstitucional.
Debido
a
una
deficiente
formación de los funcionarios responsables de las distintas carteras de la
administración y a otros factores, como una cultura administrativa de no
colaboración, es muy difícil integrar políticas, acciones y recursos de
manera armónica. Algunos ejemplos de ello son la aplicación de recursos
públicos para fomentar la apertura de tierras forestales al cultivo sin
mensocabo de la veda vigente o la ausencia de un plan de desarrollo
turístico que organice la prestación de servicios.
•
Entorno normativo. Es necesario reconocer un conflicto de paradigmas
respecto
productivo
de
a
la
conservación,
los
recursos
en
donde
naturales,
las
con
restricciones
al
buscar
protección,
su
acceso
frecuentemente se transforman en motivo de su degradación. En el caso del
Distrito Federal una estrategia de proporcionar atractivo al mantenimiento
del uso rural de la tierra se enfrenta a la existencia de una veda forestal que
ha desarticulado los procesos de apropiación que venían desarrollándose
en la década de los setenta.
Recientemente, con la aprobación del Ordenamiento Ecológico de la Zona
de Conservación del Distrito Federal, varias de las acciones de la propia
Comisión de Recursos Naturales han quedado fuera de la ley y ya se dejan
escuchar las protestas e inconformidades de la población afectada, que
difícilmente observará los preceptos de ese instrumento, en la medida que
es restrictivo y no fue formulado mediante un proceso de consulta y
construcción de consensos.
Se puede concluir con un panorama en matices grises, donde se ha avanzado
sin duda en la toma de conciencia y en la exploración de nuevos enfoques y
planteamientos más integrales y a la vez quedan formidables obstáculos por
vencer.
El FOCAT, tal vez formulado en un contexto coyuntural poco favorable, puede
ahora servir para ser incorporado en los planes de un gobierno de la ciudad
que, a diferencia de su antecesor, cuenta con mayor amplitud de tiempo. De la
misma manera, un nuevo régimen federal podría incorporarlo a sus políticas de
manejo de cuencas, desarrollo rural y conservación de los recursos naturales.
BIBLIOGRAFÍA
BANCO MUNDIAL, 1995. México Resource Conservation and Forest Sector
Review. Washington, D.C.
BURSTEIN, JOHN, 2000. Informe sobre Pago de Servicios Ambientales en
México. FORO para el Desarrollo Sustentable. San Cristóbal, L.C.
BOLONGARO, ANDREA y C. RECASENS, 2000. Recarga de acuíferos por
presas de Infiltración. En: Ponce, D (coord). Aire, Agua. Informe del
Consejo de Estudios para la Restauración y Valoración Ambiental 1998
No 3. México, D.F.
COMISIÓN NACIONAL DEL AGUA, 1997. Diagnóstico de la Región XIII Valle
de México. México, D.F.
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, Secretaría del Medio Ambiente,
1998. Un Buen Ambiente para Todos. Programa de Trabajo. México,
D.F.
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, Secretaría del Medio Ambiente,
1999. Segundo Informe de Trabajo. México, D.F.
GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, Secretaría del Medio Ambiente,
1999. Un buen Ambiente para el Campo de la Ciudad. Anteproyecto
para el establecimiento del Fondo de Conservación de Agua y Tierras.
México, D.F.
GRETHER, ROSAURA, 1997. Propuesta Técnica del Programa de Desarrollo
Regional Sustentable de la Región Sur del Distrito Federal. Universidad
Autónoma Metropolitana- Unidad Iztapalapa.
GRUPO DE REFLEXIÓN G-25, 2000. México: Hacia una Política Ambiental
Eficaz para el Desarrollo Sustentable. México, D.F.
INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA, 1994. Memorias del Foro sobre
Gestión de Recursos Forestales de México. México, D.F.
MÉXICO, 1995. Programa Sectorial Forestal y de Suelo. México, D.F.
Organismos Forestales, 2000. Por una Desarrollo Forestal con Campesinos,
Diez Propuestas de Política Forestal. La Jornada, septiembre 7, 2000.
Ostrom, Elinor, 1990. Governing the Commons. The evolution of Institutions
for Common Action. Cambridge University Press, Cambridge.
PIMENTEL, DAVID, 1995. Environmental and Economic Costs of Soil Erosion
and Conservation Benefits. Revista Science, vol 267
PNUMA-SEMARNAP, 1998. Instrumentos Económicos para la Gestión
Ambiental en América Latina y el Caribe. México, D.F.
PROVENCIO, ENRIQUE, 1993. Elementos Económico Sociales del Desarrollo
Sustentable. En: Pobreza y Medio Ambiente. Consejo Consultivo del
Programa Nacional de Solidaridad. Edit de El Nacional. México, D.F.
RIOD-MEX, Red Mexicana de Esfuerzos contra la Desertificación y la
Degradación de los Recursos Naturales, 2000. Pronunciamientos
para una Política de Conservación de los Recursos Naturales de México.
Memorias. Asamblea Nacional, 15 y 16 de junio. México, D.F.
SEMARNAP -CNA, 1996. Programa de Conservación de Agua y Suelo en la
Cuenca del Río Lerma. Consejo de la Cuenca del Río Lerma. México,
D.F.
TORRES LIMA, PABLO, 2000. Desarrollo Agrícola Regional e Indicadores de
Sustentabilidad en la Ciudad de México. En: Ponce, D (coord). Recursos
naturales, Desarrollo Sustentable. Informe del Consejo de Estudios para
la Restauración y Valoración Ambiental 1998 No 3. México, D.F.
JUSTICIA AMBIENTAL, SUSTENTABILIDAD Y VALORACION
Joan Martínez Alier
Universidad Autónoma de Barcelona
El crecimiento económico significa un uso creciente del medio ambiente.
Algunos impactos ambientales recaen de forma desproporcionada en algunos
grupos humanos, sin que haya tiempo o incluso sin que exista intención de
corregirlos por medio de políticas económicas o cambios tecnológicos. Por lo
tanto, un Movimiento de Justicia Ambiental, un “Ecologismo de los Pobres” está
creciendo en el mundo. En este artículo, apoyo esta tesis al describir algunos
conflictos distributivos ecológicos contemporáneos e históricos surgidos
alrededor:
-de la mineria de cobre,
-del uso de los manglares,
-de casos de biopirateria o de amenazas a la bioseguridad,
-de derechos de propiedad sobre sumideros de carbono
-y de casos de “racismo ambiental” en los Estados Unidos.
Los conflictos distributivos ecológicos son el objeto de estudio de la Ecología
Política, un nuevo campo de estudio creado por geógrafos, antropólogos y
sociólogos ambientales. Estos conflictos son disputas sobre los niveles de
contaminación, sobre la incidencia de los riesgos ecológicos, sobre la pérdida
de acceso a recursos y servicios ambientales. Muchos de estos conflictos
nacen de la confrontación entre economía y medio ambiente, confrontación
analizada por la Economia Ecológica. Este es otro nuevo campo de estudio
creado principalmente por ecologistas y economistas, que “tienen la naturaleza
en cuenta” no sólo en términos monetarios sino también en términos físicos y
sociales. Por tanto, este artículo es una contribución a la Ecología Política y a
la Economía Ecológica, estableciendo vínculos entre ambas.
El ecologismo “avant-la-lettre”: ejemplos desde la mineria de cobre.
El “ecologismo de los pobres” ha sido una corriente del movimiento
ambientalista que no fue identificada hasta hace unos quince años. El observar
que hubo casos históricos de conflicto ecológico que no fueron representados
en el lenguaje ambiental, nos permite conceptuar como ejemplos de conflicto
ecológico casos actuales en los que los actores son, todavía hoy, reacios a
considerarse a sí mismos como “ecologistas” (Guha, 1989). Los ambientalistas
japoneses recuerdan Ashio como el lugar infame donde ocurrió el primer
desastre por contaminación industrial. Era una enorme mina de cobre no lejos
de Tokio propiedad de la corporación Fukurawa, donde ocurrio una gran huelga
de trabajadores contra las condiciones de trabajo en 1907. Los historiadores
sociales de Japón debaten acerca del carácter espontáneo u organizado de
esta huelga. Existian antiguas fraternidades. Mientras los mineros se rebelaban
esporádicamente, decenas de miles de campesinos que habitaban en la ribera
del río Watarase lucharon de forma persistente durante décadas contra la
contaminación por metales pesados que dañaba no sólo sus cultivos sino
1
también su salud. También lucharon contra la construcción de una represa de
sedimentación para almacenar las aguas contaminadas, que destruyo el pueblo
de Yanaka en 1907, incluido el cementerio y sus lugares sagrados. “La
fundicion de la mina arrojaba nubes que contenían ácido sulfúrico que destruyo
los bosques circundantes, y los relaves desembocaban en el río Watarase,
reduciendo la producción de arroz de los campesinos cuyos campos eran
irrigados con esta agua... Miles de familias de campesinos.... protestaron
muchas veces. Ellos reclamaron a las autoridades nacionales y se pelearon
con la policía. Eventualmente, su líder, Tanaka Shozo, generó una gran
agitación pidiendo directamente amparo al Emperador...” (Nimura, 1997:20-21)
Al convertirse la destrucción ambiental en la decada de 1960 en un tema
socialmente importante, el recuerdo de Ashio volvio a la discusión popular en el
Japón. Ashio se convirtió retrospectivamente en el lugar de nacimiento de la
contaminación en Japón, y Tanaka Soso en el primer ecologista.. A principios
del siglo XX, el cobre habia tenido un gran papel en la economía japonesa,
situandose en segundo lugar tras la seda en las exportaciones de Japón.
Ashio no fue un caso excepcional en el mundo y la propia publicidad de
Fukurawa señalaba que Butte en el estado de Montana, era un lugar terrible
para vivir:“ El proceso de fundición ha destruido completamente la belleza del
paisaje, humos gaseosos diabólicos han matado toda la vida vegetal en
muchas millas alrededor, las corrientes están podridas por los relaves y la
propia ciudad parece sepultada bajo pilas monstruosas de escoria” (Strong,
1977,67). Sin embargo, en Ashio, a diferencia de Butte, había miles de
campesinos corriente abajo1.
Fukurawa había comprado la mina de Ashio en 1877. En 1888 firmó un
acuerdo para proporcionar a un sindicato de empresas francés 19000
toneladas de cobre en un período de dos años y medio. Tres mil mineros
trabajaban entonces en la mina Ashio, número que incrementó hasta quince
mil. El contrato con el sindicato francés fue firmado por parte francesa, por el
gerente de Jardine Matheson, una firma fundada por Sir James Matheson, tío
de Hugh Matheson, fundador de la Compañía de Río Tinto (Stong, 1977:67).
Fukurawa aplazó la toma de decisiones sobre medidas antipolución durante
décadas, beneficiándose de la novedad y falta de certidumbre sobre la
contaminación química que estaba causando y beneficiándose tambien de los
muy estrechos vínculos entre gobierno y empresas privadas en el Japón. En lo
que hoy llamariamos lenguaje del análisis costo-beneficio, la empresa
argumentaba que los beneficios derivados de la actividad minera podían
potencialmente compensar los daños ocasionados: “Si se supone que los
residuos del cobre son responsables del daño a las tierras agrícolas en el área
del Watarase, sin embargo los beneficios por la explotación minera de Ashio
exceden el volumen de pérdidas sufridas en las áreas afectadas. El daño
puede en cualquier caso ser reparado con formas de compensación” (artículo
1
Butte ha sido conocida como “la más rico cerro de la tierra” según la tradición y la historia
local de Montana, un honor que probablemente pertenece mas bien al Cerro Rico de Potosí.
Butte recientemente tambien “ha obtenido la muy dudosa distinción de ser el mayor sitio por
limpiar en cumplimiento de la legislación del “Superfund” según la Agencia de Protección
Ambiental estadounidense (Finn, 1998, 250, 8).
Butte fue propiedad de la Compañía
Anaconda, que la compró a Guggenheim junto a la mina Chuquicamata en Chile, posiblemente
la mayor mina de cobre en el mundo. No “Superfund” para Chuquicamata,.... o para Potosi.
2
en el Tokyo Nichi Nichi Shinbun, 10 Febrero, 1892, en Strong, 1977:74). Hoy
en día, decimos que una situación es mejor que otra, según el criterio de
Pareto, cuando alguien mejora y nadie empeora. Decimos que una situación es
mejor que otra, según el criterio de Kaldor-Hicks, cuando los que mejoran
pueden compensar a los que pierden, y hay todavía alguna ganancia neta.
Tanaka Shozo (1841-1913), hijo de un dirigente comunitario campesino en el
área contaminada, no podía haber sabido nada acerca del análisis costobeneficio. Él fue en los años 1890 miembro de la Dieta en Tokio, famoso por
sus fervorosos discursos. Era un hombre con profundas convicciones
religiosas, una figura paterna retrospectiva del movimiento ecologista japonés
que nació por tanto, no como movimiento en defensa de la conservación de la
vida silvestre sino como movimiento de justicia ambiental procampesino (y
también como movimiento de manejo ecológico urbano y forestal, Tamanoi et
al. 1984). Ese ecologismo tuvo que combatir desde el principio contra un
contexto nacional de industrialismo y militarismo.
Ashio no fue el único caso en el Japón de conflicto ecológico relacionado con la
minería de cobre. Así, cuando la empresa Nikko construyó su fundición de
cobre en la península Saganoseki (en la Prefectura Oita) en 1917, los
agricultores locales se opusieron enérgicamente. Temían que los humos ácidos
procedentes de la refinería, arruinaran las moreras, de cuya producción y su
industria asociada dependían. Ignorándolos, las autoridades locales permitieron
la refinería. Los agricultores se sintieron traicionados. Los campesinos
acudieron en tropel a la ciudad y cortaron los pilares de la casa del jefe de la
ciudad, una forma de protesta (uchikowashi) heredada de la era Tokugawa...
La policía reprimió brutalmente la protesta, golpeando y arrestando a 100
participantes. Nikko construyó la fábrica, que está operativa hasta hoy
(Broadbent, 1998:138).
Estos dos conflictos de la minería de cobre acaecieron en el interior de Japón.
Hoy, Japón es un gran importador de cobre por medio de activas compañías
transnacionales. A finales de la década de 1990, en la región de Intag
(Cotocachi, provincia de Imbabura) en el norte de Ecuador, Mitsubishi fue
derrotada por una organización local no gubernamental en sus planes para
iniciar actividades de extracción de cobre. Esta organización no gubernamental,
Decoin, recibió ayuda de grupos ecuatorianos e internacionales. Conozco este
ejemplo de primera mano, por mi relación con Acción Ecológica (Quito) que
prestó ayuda a Decoin. La idea era reubicar a cien familias para dejar vía libre
a la actividad minera a cielo abierto, trayendo miles de mineros para extraer las
grandes reservas de cobre existentes. Esta es una zona de gran belleza y
fragilidad, de bosques nublados y de agricultura, con una población mestiza.
Río Tinto Zinc ya había mostrado interés en esa mina, pero sus incursiones
previas en Ecuador (tanto en la zona de Salinas en Bolívar, como en Molleturo
en Azuay) no tuvieron éxito. Una empresa subsidiaria de Mitsubishi, Bishi
Metales, comenzó a principios de la década de 1990 sus trabajos preliminares
en Intag. Tras muchas reuniones con autoridades locales, el 12 de mayo de
1997 una amplia asamblea local resolvió actuar de forma directa. Los bienes de
la compañía fueron inventariados y removidos del área (y después devueltos a
la compañía), y el equipo que no podía trasladarse fue quemado sin causar
daños a personas. El gobierno reaccionó enviando este caso a la cortes de
3
justicia, considerándolo acto terrorista (caso raro en Ecuador) y actuando
contra dos lideres de las comunidades y un líder de Decoin, pero el caso fue
rechazado por la justicia un año después. Los intentos de atraer a la actividad
minera a Codelco (la compañía chilena nacional de cobre) fueron también
rechazados cuando Acción Ecológica de Quito envió una activista, Ivonne
Ramos, a Santiago de Chile para denunciar estas actividades, manifestándose
junto a ecologistas chilenos con motivo de la visita estatal del presidente de
Ecuador, y ésta fue arrestada. La publicidad convenció a Codelco de dejar el
proyecto. Acción Ecológica también organizó un viaje a zonas de minas de
cobre en Perú, como Cerro de Pasco, la Oroya e Ilo, con una maestra y otras
mujeres pertenecientes a las comunidades de Intag. Las mujeres hicieron sus
propias entrevistas y volvieron a Intag cargadas de tristes canciones mineras
convertidas en inmediatos hits en Intag-. Estas triunfantes mujeres locales
rechazan hasta hoy en día que ellas sean ecologistas o ambientalistas, o, Dios
lo remedie, ecofeministas 2.
Hay una o dos buenas razones para ver la historia minera e industrial con ojos
románticos. Los románticos percibieron los horrores sociales y estéticos de la
industrialización, tenían buen olfato para los humos de los dark Satanic mills,
para la contaminación industrial y química. Fue en la soleada y rural Andalucía
en los años 1880, noventa años antes de que las palabras medio ambiente y
ecología fueran moneda de uso corriente en la política, que acaeció el primer
gran conflicto ecológico asociado al nombre de Río Tinto (Amery, 1974;
Ferrero, 1994). Las viejas minas reales de Río Tinto fueron compradas en 1873
por intereses germanos y británicos, bajo Hugh Matheson, primer presidente de
la Compañía de Río Tinto. Se construyó un nuevo ferrocarril al puerto de
Huelva de forma inmediata, bondadosamente puesto también al servicio de los
pasajeros locales (no circulaba los días de fiestas locales y el día del
cumpleaños de la Reina Victoria)..Una gran operación minera fue puesta en
funcionamiento. Ochenta años después, en 1954, las minas fueron vendidas de
nuevo a propietarios españoles, la original Compañía Río Tinto mantuvo el
control sobre un tercio de los intereses. Esta compañía británica Río Tinto
(rebautizada Río Tinto Zinc) se convirtió en una gran compañía minera mundial
y en un gigante de la contaminación (Moody, 1991). Su nombre, sus orígenes,
sus archivos en Londres, todo apunta hacia Andalucía, donde el ejército
masacró el 4 de febrero de 1888 a campesinos y mineros. Esa matanza fue la
culminación de años de protesta contra la contaminación por dióxido de azufre.
Los historiadores todavía debaten sobre el número de muertes causadas por el
Regimiento de Pavía al abrir fuego contra una manifestación en la plaza del
pueblo de Río Tinto: La empresa decidió que era mejor restar importancia al
problema que aplicar esfuerzos a descubrir el número de bajas, aunque la
tradición de Río Tinto cifró el número total de muerto entre cien y doscientos
(Amery, 1974: 207; Ferrero, 1993: 83). Los historiadores también debaten si
ese conflicto minero puede representarse como conflicto ecológico.
¿Protestaban los obreros contra el hecho que la excesiva contaminación les
impedía trabajar algunos días (días de manta) y por lo tanto de obtener el
salario completo esos días, o se quejaban también de la contaminación en sí,
como causante de daños a su salud y la de sus familias? En Río Tinto, no así
2
Acción Ecológica y Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, A los mineros: ni un
paso atrás en Junin-Intag, Quito, 1999 (Sobre los huaynos mineros, p. 66).
4
en Ashio, hubo un frente común entre mineros y campesinos. La compañía
estaba extrayendo una gran cantidad de piritas de cobre, empleando decenas
de miles de mineros. La idea era vender el cobre para exportación, y también
como subproducto el azufre de las piritas (usado para producir fertilizantes). El
volumen de mineral era tan grande que, para obtener el cobre rápidamente,
una parte importante del azufre no era recuperado y era evacuado al aire en
forma de dióxido de azufre cuando se calcinaba el mineral en teleras, en un
proceso previo a la fundición. Esos humos sulfurosos procedentes de la
calcinación fueron la mayor causa de descontento. Producían un ambiente en
el que todos sufrían, la capa de humo destruía la vegetación y producía
constante oscuridad y suciedad” (Amery, 1974: 192). Grandes y pequeños
agricultores, aunque la compañía les pagaba compensaciones monetarias,
convencieron a algunos de los concejos de los pueblos cercanos de la
necesidad de prohibir la calcinación a cielo abierto en sus términos
municipales. La compañía estaba interesada en mantener favorables a su
causa a algunos de los miembros de los ayuntamientos locales. Intrigó de
forma exitosa (incluso miembros del Parlamento español fueron sobornados)
para segregar Río Tinto como territorio municipal por sí mismo (hasta entonces
era parte del término de Zalamea), con el razonable argumento de que la
población en el área minera se había incrementado mucho. El 4 de Febrero de
1888, las causas inmediatas de la huelga fueron las quejan contra el impago
del salario íntegro en los días de manta, la demanda por la abolición del trabajo
a destajo y el fin de la reducción de una peseta semanal del sueldo para cubrir
gastos médicos. Maximiliano Tornet, líder sindical minero, un anarquista que
había sido deportado desde Cuba de vuelta a España algunos años antes,
había establecido una alianza de los mineros con campesinos (y también
propietarios de tierras y políticos locales que habían constituido la Liga AntiHumos de Huelva). Cuando el ejército llegó a la plaza, ésta estaba llena de
mineros en huelga y de campesinos con sus familias procedentes de toda la
región dañada por dióxido de azufre. En el Ayuntamiento de Río Tinto se
estaba discutiendo que las teleras a cielo abierto fueran prohibidas por decreto
municipal no sólo en los pueblos cercanos sino en en el propio municipio de
Río Tinto. En términos del lenguaje del manejo de conflictos ambientales, los
stakeholders locales (líderes sindicales mineros, políticos locales, campesinos
y propietarios rurales) no consiguieron una resolución exitosa del conflicto, y
muchos menos del problema. Si las autoridades municipales hubieran
anunciado públicamente un decreto contra las teleras al aire libre, la tensión en
la plaza se hubiera reducido y la huelga se hubiera disuelto, pero otros
stakeholders, la Compañía Río Tinto y el gobernador civil de la provincia, se
pusieron de acuerdo para traer tropas por tren a Río Tinto. No se sabe con
certeza quién fue el primero en disparar o quién gritó “fuego” primero, quizá un
ciudadano desde la ventana (Amery, 1974:205) pero los soldados entendieron
el grito como una orden para disparar contra la muchedumbre. No hubo un
procedimiento judicial ni en España ni en Inglaterra.
La representación de este episodio en términos ecológicos se tornó muy
apropiado cien años después, cuando en la villa de Nerva, exactamente en el
mismo lugar, se inició un conflicto en los 1990 contra las autoridades regionales
por la instalación de un gran vertedero de residuos (en una mina en desuso),
apelando ecologistas y miembros de los ayuntamientos locales a la memoria
5
viva del “año de los tiros” de 1888 (García Rey, 1997), cincuenta años antes de
la Guerra Civil de 1936-39, cuando los mineros de Río Tinto fueron
masacrados de nuevo, esta vez no por razones ecológicas. Mientras tanto,
quienes son escépticos respecto de la tesis del ambientalismo popular apuntan
que, en 1888, los trabajadores estaban más preocupados por los salarios que
por la contaminación, y que los campesinos y labradores fueron manipulados
por políticos locales que querían obtener más dinero de la Compañía de Río
Tinto o que tenían sus propios desacuerdos con otros políticos en el
tratamiento dado a la poderosa compañía británica.
Aunque se obtienen suministros de cobre a través de reciclaje, y aunque
algunos nuevos materiales pueden sustituir al cobre, el hecho es que la
frontera de las minas de cobre se extiende hoy a nuevos territorios. La
economía mundial no se “desmaterializa”, todo lo contrario, requiere cada vez
más energía y materiales, incluso cobre que parecería un metal ya obsoleto.
Así, en Papua Occidental (Irian Jaya) que está (aún) bajo la soberanía de
Indonesia, las múltiples quejas contra Freeport McMoRan (también Rio Tinto
Zinc tiene participación en esta mina) condujeron sin éxito a un intento de juicio
ante la corte de Nueva Orleans en abril de 1996 iniciado por Tom Beanal y
miembros de la tribu Amungme. Grandes cantidades de relaves y escorias han
sido vertidos a los ríos de esta región con daños ambientales y terribles abusos
contra los derechos humanos, con muchos asesinatos a cargo de los militares
y policías indonesios en la época de Suharto. Esta es la mayor mina de oro del
mundo y la tercera mayor mina de cobre. La contaminación de las aguas ha
sido la mayor queja.
¿Qué postura adoptan los nuevos gobiernos indonesios, nigerianos y
sudafricanos en conflictos similares? ¿Reclamarán el pago de deuda ecológica
por Freeport McMoRan, por Shell, y otras empresas a través de acciones
judiciales, réplicas internacionales de un caso “Superfund” en los Estados
Unidos? Los intentos de obtener indemnizaciones por externalidades
internacionales causadas por compañías transnacionales en países distintos a
su domicilio legal dan elementos para el cálculo de los pasivos ambientales o
deudas ecológicas que el Norte le adeuda al Sur. La ecología de Papua
Occidental es particularmente sensible, y la escala de las operaciones de
Freeport McMoRan es enorme. Esta empresa está construyendo con
Mitsubushi una gran factoría en Gresik para exportar cobre a Japón. Freeport
también posee en Huelva la firma Atlantic Copper que es la sucesora de la
española Río Tinto con operaciones de fundición y refinado formada después
de 1954. Es como una gran familia (Bryce, 1996).
Las teleras desaparecieron de Huelva diez años después de la masacre y con
nuevas tecnologías las exportaciones de cobre de Río Tinto mantuvieron
después un ritmo ascendente. En Japón, tras con los conflictos ambientales
bien conocidos, a finales de la década de los 60 y a principios de los 70 hubo
un “milagro de descontaminación” en relación al dióxido de azufre y
al
mercurio (que había provocado los llamativos casos de Minamata y Nigata en
la década de 1950). En cambio, otros problemas ambientales persisten. Una
visión social-construccionista de la Naturaleza es útil para entender los flujos y
reflujos de las protestas medioambientales, el vaivén del interés público de
6
unos a otros factores, el activismo japonés respecto al dióxido de azufre y las
sospechas francesas respecto a los cultivos transgénicos, y la atmósfera
pronuclear en ambos países por lo menos hasta 1999. Ahora bien, el
enfrentamiento entre economía y medio ambiente es de carácter sistémico, no
puede ser permanentemente silenciado con las esperanzas socialmente
construidas de una desmaterialización angelical de la economía. De ahí el
nacimiento de la Ecología Política como estudio de la persistencia y el
incremento de los conflictos ecológicos distributivos.
Manglares: una tragedia de apropiación de bienes públicos (enclosures)
Existe una resistencia contra el cultivo comercial de camarones para la
exportación en zonas costeras de Ecuador, Honduras, Sri Lanka, Indonesia,
India, Tailandia, Filipinas, Malasia y otros países donde los sectores pobres
obtienen su subsistencia en o cerca de los manglares recolectando y comiendo
o vendiendo conchas y cangrejos, pescando, usando la madera como
combustible o como material de construcción. Los manglares están en tierras
públicas en la zona de marea, pero los gobiernos otorgan concesiones para la
cría industrial de camarones, o la tierra es ilegalmente apropiada por los
cultivadores de camarones. La ilegalidad prevalece por dos razones: el carácter
público de la tierra de los manglares y además las leyes ambientales que
protegen a los manglares como ecosistemas de alto valor. La producción de
camarones supone la eliminación de los manglares y la pérdida de la
subsistencia para la gente que vive en la zona, que viven de y venden los
recursos de los manglares. Una mujer, en los manglares ecuatorianos o del
Pacífico colombiano recoge al día cien o doscientas conchas. Ella y su familia
consumen algunas como alimento rico en proteínas, y venden la mayor parte.
Cien conchas tienen un precio inferior a un dólar. Al desaparecer el manglar,
aparte de la subsistencia humana, otras funciones tales como la defensa de la
costa (contra tormentas y el aumento del nivel del mar), zona de cría para el
pescado, sumidero de carbono, depósitos de biodiversidad (recursos genéticos
resistentes a la salinidad) desaparecen también, de forma irreversible, junto a
valores estéticos. En la lucha contra el cultivo de camarones, la gente ha
acudido, cuando las circunstancias lo han permitido, a destruir las piscinas
camaroneras, replantando las plantas de rhizofora como un gesto simbólico
que pone de relieve el deseo de reconstruir los manglares destruidos.
Greenpeace participó en una acción conjunta en julio de 1998 con Fundecol
(un grupo local de unas trescientas personas en Muisne, Ecuador). Esta acción
consistió en destruir al amanecer un estanque ilegal con camarones cultivados
(abriendo un agujero en uno de los muros, dejando fluir el agua) y en replantar
simbólicamente las plántulas de manglar. La presencia de la animada
tripulación del Rainbow Warrior aportó el necesario aliento a los grupos locales,
pero tanto la destrucción del citado estanque ilegal, como la replantación,
fueron ideas ya propuestas por Fundecol en años previos. Las organizaciones
no gubernamentales proporcionaron un explícito sentido ecológico a estos
conflictos sociales por la subsistencia, conectando a los grupos locales con las
redes internacionales (tales como la International Shrimp Action Network,
IsaNet).
7
En Ecuador hubo un rumor a principios de 1999 que las piscinas construidas en
manglares destruidos obtendrían reconocimiento legal previo pago de unos
derechos que ascendían a 1000 dólares por hectárea. Esta decisión legalizaría
60.000 has de piscinas construidas con posterioridad a 1994 convirtiéndolas en
concesiones por 99 años (según el art. 12 de la Ley para la Racionalización de
las Finanzas Públicas). Greenpeace, en su campaña contra el cultivo de
camarones, envió una carta al Presidente de Ecuador, argumentando en
términos de la subsistencia de la población local, y también en términos del
valor económico y ecológico de los manglares. “Estamos enterados de la
investigación económica sobre los ecosistemas de manglares de Ecuador –
escribía el 18 de marzo de 1999, Michael Hagler, director de acciones
pesqueras y oceánicas de Greenpeace y miembro del comité directivo de
IsaNet- que ha valorado los diversos bienes y servicios proporcionados por
dichos ecosistemas a la economía anualmente en 13000 dólares USA por
hectárea... No vemos la justificación económica de sacrificar decenas de miles
de millones de dólares de beneficios económicos a largo plazo para obtener
unas ganancias en el período de 99 años de un único pago de 60 millones de
dólares”. Greenpeace advirtió al presidente de otros peligros: nuevas plagas
(como en la actualidad ocurrió con la mancha blanca después de 1999), y “el
potencial de una mayor conciencia ecológica de los consumidores en reacción
contra el cultivo de camarones”. Una política alternativa estaría basada en la
preservación y restauración de los ecosistemas y el aliento al desarrollo y
sustentabilidad de las comunidades de la costa. Esta postura era respaldada
también por las estimaciones de Odum y Arding en 1991 sobre la enorme
“emergía” (energía incorporada) dilapidada cuando los manglares eran
destruidos y los cam arones exportados. Tales análisis eran corroborados por
otros estudios en América Latina y Asia. De ahí, la orden de la Corte Suprema
de la India en 1996 de prohibir la acuicultura industrial en la costa del país. La
Corte había aceptado las evidencias que demostraban que los costos del mal
al medio ambiente y a las comunidades de la costa excedía el valor de todos
los beneficios de la industria de los camarones, incluyendo los ingresos por las
exportaciones. De este modo, las críticas de los economistas ecológicos al
cultivo de camarones fue la base que sustentó las acciones de la población en
defensa de los manglares.
Una semana antes, Fundecol había distribuido en un mensaje a las
redes internacionales ecologistas la siguiente llamada procedente de una mujer
contra lo que se podría representar en EEUU como “racismo ambiental:
“Siempre hemos estado dispuestas a todo, pero ahora más que nunca, nos
quieren humillar porque somos negros, porque somos pobres, pero uno no
elige ser de la raza de la que es, ni estar enferma. Pero yo estoy orgullosa de
mi raza y de ser conchera porque es mi raza la que me da fuerza para pelear
por defender lo que mis padres fueron y por lo que mis hijos han de heredar;
orgullosa de ser conchera porque nunca le he robado a nadie, ni le he quitado
a nadie el pan de la boca para llenar mi hambre, porque nunca me he
arrastrado ante nadie por dinero y he vivido con la frente en alto. Ahora
estamos defendiendo algo que es nuestro, nuestro ecosistema, no porque
seamos ecologistas de profesión sino porque necesitamos seguir vivos, porque
si el manglar desaparece, desaparece un pueblo, desapareceremos nosotros
mismos, ya no seremos parte de la historia de Muisne, ya no estaremos más y
8
eso no queremos entender… no sé que pasará con nosotros si se acaba el
manglar, comeremos desperdicios de algún suburbio de Esmeraldas o de
Guayaquil, seremos prostitutas, no sé que pasaría con nosotros si se acaba el
manglar… lo que sí sé es que yo aquí me muero defendiendo mi manglar,
aunque se caiga todo, mi manglar seguirá en pie y mis hijos junto a mí y yo
lucharé por darles una mejor vida de la que yo he tenido… Pensamos, si ahora
que los camaroneros no son dueños de las zonas donde están asentados
impiden el paso a las concheras, a los carboneros, no dejan pasar por los
esteros, nos insultan, nos hechan bala, qué pasará si el gobierno les entrega
estas tierras, han de poner unos letros grandotes de ‘PROPIEDAD PRIVADA’ y
hasta nos han de matar con la bendición del Presidente” 3.
La amenazas de muerte deben ser entendidas literalmente. En Honduras, la
conservación de los manglares ha supuesto en alto precio en vidas humanas –
a pesar de la actividad de la ONG Codefagolf, liderada por Jorge Varela, que
recibió el Premio Goldman en 1999-. En Filipinas, Broad and Cavanagh (1993,
114-5) informan que: “Eliodoro “Ely” de la Rosa, un hombre de 43 años y padre
de 5 hijos, había sido pescador y líder del grupo de pescadores LAMBAT... Ely
estaba profundamente convencido que la Bahía de Manila se estaba muriendo,
que no habría pescado para sus hijos y sus nietos. Hablaba de los esfuerzos
de su organización para detener la destrucción de los manglares de la costa.
Hablaba de forma elocuente de los peligros de la expansión de los estanques
de camarones y de la necesidad de hacer frente a los propietarios de los
mismos y a otros destructores de los manglares, y hablaba de su programa de
replantación de manglares. Por su visión y su capacidad para empujar a otros a
actuar contra los impedimentos a sus proyectos, fue asesinado” (el 22 de enero
de 1990). En la costa del Pacífico de Colombia, los manglares han estado
bastante preservados hasta hoy día. Cerca de la frontera de Ecuador, en
Tumaco, la extracción sustentable de conchas es parte de la economía diaria
para algunos cientos de mujeres. A ambos lados de la frontera, la defensa de
estos manglares se conecta con el nuevo movimiento afro-americano (Grueso,
Rosero y Escobar, 1997). En Tumaco, una cooperativa local realiza un cultivo
de camarones a pequeña escala. Los líderes locales en Tumaco transmiten
una doctrina de uso sustentable de los manglares, y de resistencia contra los
industriales camaroneros. Así en una entrevista, José Joaquín Castro, cabeza
visible de Asocarlet (asociación de productores de carbón, que atiende la
necesidad de consumo local), realizaba una descripción del conflicto
emergente en los siguientes términos: “El manglar es parte de nuestra cultura,
como usted ve. Desde que vinieron los primeros esclavos, traídos de la finca
para acá, lo que encontraron como alternativa, fue este amplio bosque de
manglar y hasta hoy que estamos en pleno siglo XX para el siglo XXI todavía el
mangle subsiste. A pesar del desarrollo la prioridad es el mangle para el
hombre del Pacífico, como medio de subsistencia, como medio de protección;
de ahí conseguimos el sustento, hasta sacar el carbón para cocinar los
alimentos, para poder comer, para construir nuestras viviendas, el 80% se hace
con madera de mangle. Por eso el mangle es el símbolo del hombre del
Pacífico. Porque el negro tala el mangle para conseguir sus viviendas, ocupa el
mangle que le da pulpa, el que sirve, el mangle juvenil no es talado. Uno corta
en esta zona hoy, y dentro de un año vuelve, y hay material para volver a
3
Mensaje de [email protected], 11 de marzo de 1999.
9
cortar. Si tenemos mangle tenemos pescado, si tenemos mangle tenemos
camarón, si tenemos mangle tenemos cangrejo. Pero las grandes camaroneras
del sector industrial comenzaron a invadir nuestras tierras sin contar con el
negro, sin contar con que este sitio es del carbonero, de las concheras, de los
pescadores. Ellos (los camaricultores) sobrevolaban la zona que les interesaba,
venían y hacían sus levantamientos topográficos; pedían sus concesiones por
mil, cinco mil hectáreas de tierra y lo talaban de raíz, entonces no daba pie
para que ese mangle se volviera a reproducir; es una tala indiscriminada. No
sabían que detrás de esa faja de manglar hay una cantidad de familias que
derivan su sustento: y de una forma despiadada iban desplazando al carbonero
y al pescador; hasta tal punto que cuando ellos llegaban, les daban una
determinada área y ya ponían letreros y nosotros no podíamos saltar a cortar el
palo como tradicionalmente habíamos hecho… todo lo que decía era
‘propiedad privada’, imagínese el desconcierto”4.
No hay espacio en este artículo para traer otros ejemplos del mismo conflicto
en otros países de todo el Trópico, con culturas muy diferentes. Conduzcamos
ahora la discusión hacia la valoración. Una decisión sobre la conservación de
los manglares podría ser tomada tratando de aplicar la lógica del análisis costobeneficio, como en el siguiente ejemplo, en el que los números son imaginarios
y la lógica es reduccionista. Las extenalidades son internalizadas en el sistema
de precios, y sólo un tipo de valor es tenido en cuenta.
Cuadro 1. Cultivos de Camarones vs. Manglares. Aproximación CostesBeneficios
Costes
Beneficios
Valor Añadido (salarios
60 unidades monetarias
más beneficios) durante
el tiempo de vida de la
piscina, descontado a
valor presente
Pérdida de Paisaje (para
20 unidades monetarias
siempre o hasta
replantación), también
descontada a valor
presente
Pérdida de función
15 unidades monetarias
defensa de costa (costo
de restauración con
construcción de dique)
Pérdida de Subsistencia
15 unidades monetarias
(traducida en valor
monetario), descontada a
valor presente
Pérdida de valores
10 unidades monetarias
culturales (medidos por
disposición a aceptar
4
Entrevista realizada por Martha Luz Machado, recogida en Patricia Falla, Estado Actual y
tendencias del manejo del ecosistema manglar por comunidades del Pacífico Colombiano,
Tesis de Maestría, Universidad Autónoma de Barcelona, 2000
10
compensación
monetaria)
No menos reduccionista sería defender los manglares sólo en términos de
“emergía” (energía incorporada). Alguna gente quiere preservar los manglares
porque ven su enorme belleza. Otra gente (o la misma gente) quiere preservar
los manglares porque viven de ellos, y/o porque entienden su papel como
defensa de la costa y como zona de cría de peces, crustáceos y moluscos.
Otros (o la misma gente) apelan al sentido de identidad cultural y a los
manglares como territorio sobre el cual hay derechos comunitarios.
Los economistas ambientales pueden insistir en que un análisis costo-beneficio
con todas las externalidades incluidas, y con una baja tasa de descuento,
mostrará que los manglares deben ser preservados. Pero con una tasa de
descuento mayor, eso no será así. Otros grupos prefieren un análisis
multicriterial como en el siguiente ejemplo.
Cuadro 2. Cultivo de Camarones versus Manglares. Análisis Multicriterial
Alternativas
Criterios
Producc. Segurida Valor
Análisis
Defensa
Valor
Biomasa d
Cultural
CostoCostas
como
Aliment.
Beneficio
Paisaje
en dinero
Mantener
Manglares
Cultivar
Camarones
Otras
alternativas
(pequeñas
cooperativa
s)
De esta manera, cada alternativa es valorada (en valores cuantitativos o
cualitativos) en todos los aspectos o criterios. Tal vez una alternativa es mejor
que las demás en todos los criterios, y entonces la decisión es fácil. A mi juicio,
uno puede incluir no sólo un análisis financiero sino un análisis costo-beneficio
amplio (con valor monetario de las externalidades ambientales) como uno de
los criterios sin que eso implique doble contabilidad porque los otros criterios
serían también valuados en sus propias escalas físicas o sociales. Hay varios
métodos multi-criterio formalizados que pueden ser elegidos para alcanzar
unas u otras soluciones de “compromiso” una vez completada una tal matriz
(Munda, 1995). Lo más importante es que la matriz permite estructurar y
explicitar los conflictos sobre intereses y valores. (Para una discusión más
detallada de la incommensurabilidad de valores, Martinez-Alier, Munda y
O’Neill,1998).
La Biopirateria Internacional versus el Valor del Conocimiento Local.
11
La palabra “biopiratería” fue inventada por Pat Mooneay del RAFI (Rural
Advancement Foundation International) en 1993, ha sido popularizada por
Vandana Shiva y otros autores. Me encantaría haberla inventado yo mismo. En
junio de 1999 yo estaba dando una conferencia en Loja (el jardín botánico de
América, en frase de Humboldt), un lugar donde la vida transcurre despacio y
no abundan las diversiones. En esta zona del sur de Ecuador, algunos
ecologistas se acercan al parque Podocarpus, algunos post-hippies circulan por
el valle de Vilcabamba donde la gente vive muchos años. Existe un debate
local, relevante para nuestra discusión, de si la longevidad se debe a la calidad
del agua o es de origen genético. La conferencia estaba bien anunciada y la
audiencia fue numerosa y estaba algo soñolienta pero de repente se despertó y
empezó a aplaudir cuando mencioné un episodio de la historia andina que
suelo mencionar con demasiada frecuencia. En 1638 la Condesa de Chinchón,
esposa del virrey, se repuso de unas fiebres usando la corteza de un árbol
enviada desde Loja a Lima por el corregidor local que había adquirido este
conocimiento de indígenas cuyos nombres se han olvidado. El virrey era el
conde de Chinchón, nombre éste de un poblado cercano a Madrid y famoso
hoy en día por su producción de anís. Loja está ahora situada en el Ecuador,
pero Lima era entonces la capital del territorio del virreinato, y ahora es la
capital de Perú, ambos países se han visto envueltos recientemente en un
conflicto absurdo sobre los límites fronterizos. El árbol de la quina aparece en
el escudo de armas de la República de Perú porque su corteza era un
importante producto para la exportación en 1820 y después, continuó siendo
usado contra la malaria en todo el mundo hasta la Segunda Guerra Mundial. Al
árbol se le dio el nombre de chinchona officinalis. Así, la chinchona (mal
escrita como “cinchona”) no fue bautizada con el nombre de los expertos
indígenas que conocían sus propiedades sino con el nombre de una ilustre
paciente. Estuvo sometida a un intenso proceso de explotación en el área de
Loja, y la Corona Española intentó hasta el momento de la independencia
mantener el monopolio sobre las exportaciones. Este árbol era conocido
popularmente como cascarilla, denominación derivada del uso de su corteza.
Con posterioridad, esta y otras especies parecidas fueron extraidas
intensivamente en zonas de Bolivia, Perú y Colombia en altitudes medias.
Todavía más tarde, hubo plantaciones en las Indias Orientales (como ocurrió
con el caucho), y después de 1940, el principio activo sintetizado se usó en
preparados farmacéuticos contra la malaria. Es éste un caso en que la materia
prima fue explotada, con escaso beneficio para los grupos locales a causa del
modelo colonial y postcolonial de comercio, y también el conocimiento fue
utilizado a precio cero y sin ningún tipo de reconocimiento. Ahí en Loja,
conocen esta historia!
Este tipo de conflicto no es nuevo pero sólo recientemente ha sido identificado
y representado como “biopiratería”. También en Ecuador, en el verano de 1998
se supo que los Laboratorios Abbot, cerca de Chicago, habían patentado el
principio activo de la epibatidina, con vistas a desarrollar un analgésico más
efectivo que la morfina. El anuncio público realizado por Acción Ecológica de
esa nueva patente llevaba como título Los sapos se llevan a las ranas. Esto fue
un pequeño escándalo en Ecuador. La epibatidina es similar a las secreciones
de las ranas Epipedobates Tricolor que se encuentran en Ecuador y Perú, y el
interés en este producto proviene de efectos fisiológicos bien conocidos a nivel
12
local. Los compuestos químicos de las secreciones de la rana fueron aislados
por John Daly, un científico del National Institute of Health de Estados Unidos, y
esa información ha sido usada por los citados laboratorios Abbot. Para poder
aislar el principio activo, se obtuvieron y exportaron gran cantidad de ranas
desde Ecuador en los años 1970, aparentemente sin permiso. Esto ocurrió
antes de estar operativa la Convención para la Biodiversidad de Río de Janeiro
en 1992, convención que en cualquier caso no ha sido ratificada por Estados
Unidos. Esta Convención otorga a los Estados soberanía sobre los recursos
genéticos en sus propios territorios debiendo establecer reglas internas que
permitan el acceso comercial a dichos recursos y que atribuyan derechos de
propiedad concretos sobre los mismos (derechos del Estado, o de las
comunidades indígenas o de propietarios privados). Esta Convención exige una
distribución adecuada de los beneficios entre todas las empresas exteriores y
los países anfitriones (o los propietarios de los recursos genéticos si no son los
Estados), reconociendo también la importancia del conocimiento indígena y
haciéndose necesario obtener el consentimiento previo de las partes
interesadas antes de extraer el recurso genético. La Convención para la
Biodiversidad arranca de un doble movimiento de pinzas: el malestar histórico
del sur por la vieja práctica de biopiratería y el deseo del norte de regular el
acceso por el mercado a los recursos genéticos, usando el pago como
incentivo para la conservación, y como prueba de legalidad de la adquisición
del recurso en disputas entre compañías por la patentes. Un número creciente
de países (Filipinas, los Países del Pacto Andino –Decisión 391 de 1996 que se
aplica a Ecuador-, India, Brasil,...) han promulgado las regulaciones previstas
por la Convención o van a hacerlo. En el caso de las ranas de Ecuador, cuyo
origen es previo a la Convención de Biodiversidad de 1992, el acuerdo
internacional CITES sobre especies en peligro estaba ya activo en los años
1970 cuando las ranas fueron exportadas. No puede haber tráfico internacional
de especies protegidas. Las ranas estaban en la lista de CITES5. Como señala
Pollack (1999), los Laboratorios Abbot informaron que no le debían nada a
Ecuador porque encontraron la información para su nueva patente en un
artículo científico sobre la química de las ranas. ¿Pero por qué y dónde se
iniciaron las investigaciones sobre las secreciones de la piel de las ranas?
Desde la óptica del Sur, éste es otro capítulo más de biopiratería sobre el que
es mejor reír que llorar. Desde la óptica de las empresas de Estados Unidos,
hay una alarmante tendencia en el Sur hacia imponer restricciones en el
acceso a los recursos genéticos, a menos que haya compensación. La
burocracia es más molesta que los pagos. “Cuando la mentalidad del mundo
era que los recursos naturales eran comunes, entonces había una utilización
fértil de los recursos naturales para el descubrimiento de medicinas. La
Convención de Río destruyó ésta situación”6. Debido a la tendencia a la
restricción del acceso, y debido a la disponibilidad de otras técnicas de
investigación tales como la química combinatoria, parece que las empresas
están recortando los programas de investigación sobre medicinas naturales. La
triste historia de Shaman Pharmaceuticals parece corroborar la ausencia de
valor comercial del conocimiento indígena sobre plantas medicinales.
5
Acción Ecológica, en Ecología Política (1998), nº 16, 151.
W. Fenical, director del Center for Marine Biotechnology and Biomedicine. Universidad de California,
San Diego, en Pollack (1999): “Common ownership” se confunde aquí deliberadamente con acceso libre.
6
13
Shaman Pharmaceuticals fue fundada en 1989 en San Francisco por Lisa
Conte, una graduada de administración de empresas por el Dartmouth College
(King et al. 1995, 1996). La firma creció durante un tiempo con promesas sobre
patentes de medicinas que se derivarían del conocimiento de recolectores
locales en los bosques tropicales. En efecto, el hecho es que, dentro y fuera de
las selvas tropicales, gran cantidad de gente en el mundo recurre en parte a las
tradiciones de la medicina local, tales como el sistema “ayurvédico” en la India.
Shaman puso énfasis en los bosques tropicales. Muy pocas plantas, de las
muchas existentes en los trópicos, habían sido investigadas por su uso
potencial en farmacología. Había dos posibles aproximaciones. En primer
lugar, las grandes firmas abandonarían los productos naturales a favor de
técnicas de química combinatoria, o si todavía estaban interesadas en los
productos naturales, investigarían enormes colecciones de plantas en
programas de exploración en masa. La segunda aproximación, la de Shaman,
favorecería programas de recolección orientados a plantas medicinales ya
conocidas por grupos indígenas. De ahí el nombre de la compañía. Las plantas
no sólo iban a ser inventariadas, sino que había la intención de aislar principios
activos y preparar patentes. Por supuesto, muchos componentes químicos
importantes, tales como la morfina o la quinina, han sido descubiertos a través
de su uso por culturas indígenas. Esto no era nuevo, pero sí era nueva la
promesa de una actitud de reciprocidad en los tratos con las comunidades. Ya
antes de que la Merck-contratara con InBio de Costa Rica en 1991 (sin implicar
a los grupos indígenas); ya antes de la Convención de Biodiversidad de 1992,
Shaman Pharmaceuticals estableció que para compensar a los grupos
indígenas por su papel en el descubrimiento de nuevas medicinas compartiría
con ellos una parte de los beneficios a largo plazo de la comercialización de
patentes de cada medicina, compensación que sería entregada a través de una
Fundación. La promesa de compensación sería un incentivo para que los
grupos indígenas mantuvieran los bosques, o por lo menos realizaran una
recolección sustentable de las materias primas (previa a la síntesis química de
los principios activos). Ahora bien, todo el mundo sabía que pasaría mucho
tiempo entre investigar una planta usada por un shaman local, y obtener una
medicina patentada disponible en el mercado salvando los obstáculos de las
reglas de la Federal Drug Administration. Quizás, diez años en el mejor de los
casos. Por tanto, la reciprocidad a corto o medio plazo era también necesaria.
Shaman trató de conseguir medicinas patentadas disponibles en el mercado en
1998, como Provir y Virend (aplicadas al herpes genital, diarrea y otras
dolencias), pero no fueron aceptados por la FDA a tiempo para que Shaman
pudiera mantener su atractivo de cara a los inversores. Las acciones que
habían sido vendidas a 15 dólares a principios de los 1990 cayeron a pocos
centavos. Shaman Pharmaceuticals se cayó del Nasdaq. The Economist (20-26
de Febrero de 1999) afirmó gozosamente que, cualesquiera que fueran las
deudas por las contribuciones pasadas del conocimiento local, hoy día dicho
conocimiento era superfluo para la moderna farmacología. La etnobiología era
una disciplina simpática pero poco útil. En 1999, Shaman se convirtió en una
compañía de venta de hierbas medicinales y suplementos dietéticos, en un
mercado diferente. Existe una compañía de Austin, Texas (raintree.com) que
vende sangre de drago a través de internet, este es un mercado totalmente
abierto. Shaman podría haber dirigido sus sentimientos conservacionistas
14
desde el principio en una dirección diferente, vendiendo productos procedentes
de las selvas tropicales: ungurahua, uña de gato, sangre de drago, añadiendo
un valor económico en el etiquetado y empaquetado, y revirtiendo parte de los
beneficios brutos a los grupos indígenas tanto por la materia prima como por su
información. No patentes de medicinas, sino algo menos lucrativo, quizás una
cadena de comida rápida amazónica suministrando nueces del Brasil, algunas
variedades de yuca, frutas y hamburguesas de tapir y capibara de las reservas
de vida silvestre de Fatima propiedad de la OPIP (Organización de Poblaciones
Indígenas de Pastaza).
La Sangre de drago (como se llama en Ecuador, o sangre de grado como es
denominada en Perú) es el látex del croton lechleri, un árbol de la Amazonía.
Este látex tiene un principio activo, taspine, descrito en la literatura científica
años antes de la fundación de Shaman Pharmaceuticals, que tiene
propiedades cicatrizantes. La investigación sobre el taspine se debió al uso
local de la sangre de drago, que como cualquier turista puede comprobar, se
vende en cualquier lugar de la Amazonía ecuatoriana, es decir, no es un
producto shamánico secreto.
Se supone que es bueno para múltiples
aplicaciones, sus propiedades cicatrizantes son indudables, usándose también
como antifungicida. Este es un conocimiento público que no puede ser
patentado. Tanto Provir como Virend se derivaron de sangre de drago y si las
patentes hubieran resultado viables y se hubieran convertido en caros
medicamentos comercializados, sin duda los grupos indígenas del Amazonas
(por ejemplo la OPIP) hubieran montado un escándalo, y se hubiera
cuestionado el título de Shaman a la patente. La farsa de Shaman
Pharmaceuticals sobre la reciprocidad hubiera quedado al descubierto más de
lo que ha estado. La inviabilidad comercial de Shaman Pharmaceuticals impidió
la llegada de este escándalo. Pues el hecho es que Shaman consiguió de
forma gratuita el amplio conocimiento sobre sangre de drago, y nunca devolvió
mucho de lo conseguido a Ecuador que era (junto al Perú) el origen de este
recurso y, por ende, de sus potenciales beneficios. En Ecuador, en la provincia
de Pastaza, Shaman intentó, pero no obtuvo, un acuerdo con la confederación
indígena de mayor importancia en el ámbito local para recolectar sangre de
drago, e hizo un acuerdo con una comunidad evangélica disidente, Jatun
Molino. De una cosa se puede estar seguro y es que a Shaman (constituida
por etnobiólogos, químicos universitarios y médicos) le habría gustado hacer
las cosas bien pero intentó tomar una vía rápida, quizás empujada por la
necesidad de conseguir la tan prometida patente que le permitiera mantener a
los inversores en su proyecto. Imaginemos por un momento que InBio de Costa
Rica fuera una compañía privada, y que debiera subsistir y crecer atrayendo
inversores con la promesa de los beneficios de las patentes de Merck y otras
compañías. InBio de Costa Rica ha prosperado no tanto por sus ingresos
comerciales sino por el éxito que ha tenido en vender la idea de la
bioprospección remunerada, lo que le ha valido donaciones y premios. En el
caso de Shaman, no sólo estaban recogiendo plantas sino construyendo una
industria química, patentando y haciendo ensayos clínicos, todo eso fue una
gran inversión. El salario anual de Lisa Conte era de 300.000 dólares. Las
pérdidas de millones de dólares se acumulaban cada año, a la espera del
momento de vender las patentes, tras la aprobación de la FDA, a una de las
grandes compañías o mediante la venta directa en el mercado de las medicinas
15
patentadas. De ahí la falta de paciencia y de diplomacia en el ámbito local. La
compensación a corto plazo para Jatún Molino (no hubo ocasión para una
compensación a medio plazo) consistió en ampliar la pista de aterrizaje (un
poco egoísta, ya que Jatún Molino podía ser alcanzada sólo en dos días por
canoa), comprar una vaca para alimento comunal y pagar algunos salarios
locales a trabajadores por recolectar sangre de drago. No existió un contrato
con la OPIP (aunque en Perú, existió un acuerdo con la COICA, una
confederación amazónica transnacional). Esta pobre lista de elementos de
compensación fue publicada por la antropóloga Viki Reyes (1996), en un
artículo en castellano sobre las actividades de Shaman en Pastaza,
ampliamente difundido por GRAIN (Genetic Resources Action International) en
una versión reducida en inglés en Seedlings (Marzo, 1996). La exigua
compensación ofrecida por Shaman en Jatún Molino, y la ausencia de acuerdo
con la OPIP, se difundió en círculos en los que Shaman disponía de buena
reputación. RAFI incluyó los productos Provir y Virend de Shaman en su lista
de las 20 peores patentes.
Otra patente que también se incluyó en esta lista fue la de una variedad
cultivada de ayahuasca, otra ilusión amazónica. Ayahuasca (Banisteriopsis
caapi) es usada con frecuencia en toda la Amazonía con diferentes nombres.
La patente fue revocada en noviembre de 1999 por la Oficina de Patentes de
Estados Unidos. En enero de 2000, los indios wapishana que viven a lo largo
de la frontera entre Brasil y Guayana estaban preparándose para iniciar una
acción judicial en Europa contra las patentes del químico británico Conrad
Gorinsky quien había patentado el principio activo del tipir, un tipo de nuez que
procede la planta Ocotea rodiati, usada localmente para detener hemorragias y
prevenir infecciones, y que puede actuar como anticonceptivo, y también la
planta llamada cunami (Clibadium sylvestre) que se usa para pescar. Existen
aproximadamente 16.000 wapishanas y decidieron emprender acciones
judiciales después del caso de la ayahuasca. La senadora brasileña Marina
Silva (de Acre, una ex monja que había trabajado junto a Chico Mendes)
estaba ayudando al Consejo Indígena de Roraima en la parte brasileña,
mientras que otras organizaciones ayudaban a los wapichanas de Guyana7.
Otro ejemplo de Biopiratería, en este caso con éxito, es el de la compañía Eli
Lilly que desarrolló dos medicinas, vincristina y vinblastina, extraídas de una
planta de africana llamada en inglés rosy periwinkle. Ningún país africano
compartió los beneficios. Otro caso es el de la baya “J´Oublie”, en Africa
Occidental, usado como edulcorante ya antes de la llegada francesa a esta
zona. Una proteína de esta planta ha sido patentada por científicos de la
Universidad de Wisconsin. Si este edulcorante se desarrolla desde la proteína,
a través de ingeniería genética, se eliminaría el comercio de la baya (Pollack,
1999). Existen otros ejemplos de patentes en los Estados Unidos en relación
con materiales asiáticos ampliamente conocidos por su aplicación a la salud: el
turmeric de la India, el melón amargo de China. En relación con la India,
existen casos relevantes de intento de patentes extranjeras en los últimos años
sobre propiedades de los productos obtenidos del árbol nim (Azadirachta
indica) y de variedades de garbanzos y el arroz basmati (por Rice Tec). En
cuanto a América Latina, son relevantes las patentes sobre variedades híbridas
7
Revista Istoe, Sao Paulo, 19 Enero 2000 y servidor Bio-IPR de GRAIN.
16
de quinua boliviana por científicos de la Universidad de Colorado (Gari, 2000),
y una variedad de frijoles amarillos mejicanos por la pequeña compañía de
semillas, Pod-Ners, de Estados Unidos. La irritación por la biopiratería ha
alcanzado su máximo en aspectos relativos a genes humanos. El gobierno de
China en 1998 interrumpió por un tiempo un proyecto, que integraba a
científicos de Estados Unidos, que “buscando pistas para la longevidad
estudiaban los genes de 10.000 chinos de edad avanzada” (Pollack, 1999).
Un caso tras otro; están creando una amplia conciencia sobre el valor de los
recursos genéticos, tanto médicos como agrícolas. Pero, ¿se trata de valores
potencialmente comerciales? RAFI ha publicado estimaciones del valor
económico expropiado por la biopiratería. El conocimiento indígena, si fuera
preservado y alentado, quizás tendría un valor creciente dentro y fuera de los
mercados en los próximos siglos. Las empresas capitalistas descuentan mucho
el futuro por la necesidad de alcanzar pronto un beneficio que sea al menos tan
alto como la tasa de interés. Hay cuestiones técnicas sobre como calcular este
concepto de deuda ecológica del Norte con el Sur, pero más allá de los
cálculos económicos, lo que es nuevo es el sentido de atropello mezclado con
un sentimiento de “déja vu”.
Los Derechos de los Agricultores y el Eco-Agrarismo.
Las variedades campesinas de semillas y el conocimiento campesino han sido
expropiados gratuitamente mientras que las semillas comerciales mejoradas
están protegidas por regímenes de propiedad intelectual. Ese contraste está
reforzando las ideas del valor de la agroecología, la seguridad alimentaria y la
coevolución in-situ de los recursos genéticos agrícolas. La visión del Norte ha
sido que el futuro incierto de los recursos genéticos agrícolas en bancos
genéticos ex situ debe conducir a programas complementarios de conservación
in situ. El punto de vista del Sur es o debería ser que la mayor parte de la
conservación (y coevolución) de semillas ha sido in situ, y que la conservación
ex situ es un complemento útil siempre que no aliente la biopiratería. En los
“centros de diversidad agrícola”, como les llamó el genetista ruso Vavilov,
aunque no sólo en ellos, ha habido durante miles de años experimentación por
campesinos (mujeres y hombres) que han producido miles de variedades
adaptadas a las diferentes condiciones. Estas variedades han sido compartidas
entre los campesinos de forma gratuita. En la India, como indica Kothari
(1997:51), el arroz (Oryza sativa) recolectado de forma silvestre en el pasado
más lejano, se ha diversificado en aproximadamente 50.000 variedades como
resultado de la combinación de evolución espontánea e influencia del hábitat y
la destreza campesina. La biopiratería agrícola es un tema que la FAO trata
desde hace veinte años bajo el nombre de “derechos de los cultivadores”. Si
una compañía puede toma una semilla de un terreno campesino, añadir un gen
y patentar la semilla resultante para obtener un beneficio o mejorar la semilla
por métodos tradicionales de cruce y entonces protegerla bajo la norma UPOV,
no hay razón para que la semilla original sea gratuita. “La negociación
organizada por la FAO, sobre derechos de los agricultores, está considerando
si compensar a los agricultores tradicionales por su trabajo en mejorar cultivos
y mantener variedades diferentes. Malasia ha propuesto la creación de un
fondo internacional de 3.000 millones de dólares pero los Estados Unidos se
17
oponen” (Pollack, 1999). Nótese que 3.000 millones de dólares, no como fondo
sino como contribución anual, representaría no más de aproximadamente 2
dólares por miembro de las familias campesinas, todavía existentes en el
mundo, demasiado poco como incentivo para continuar con su tarea de
conservación y coevolución de semillas in situ. 20 dólares podrían empezar a
marcar una diferencia, si llegaran a los propios campesinos. ¿Pero, quién
quiere campesinos? ¿No sería más propicio para el crecimiento económico
eliminar a los campesinos y a sus semillas, reemplazándolas por otras
producidas comercialmente? Un insumo productivo, la semilla, abandonaría
definitivamente la esfera de la oikonomia para entrar en la crematística. ¿No es
mejor incluso prohibir las semillas tradicionales como en los países
desarrollados con la excusa de ausencia de garantías sanitarias o de
rendimientos?
La alarma por la desaparición del sistema de cultivo tradicional va en contra de
las doctrinas aceptadas del desarrollo económico. Políticamente, trae a la
memoria las ideas de los narodniki, o las lamentaciones europeas por el éxodo
rural de hace ochenta años. Esa alarma está estimulada en el Tercer Mundo
por la gran distancia social y económica entre las compañías de semillas y los
cultivadores y campesinos locales (Kloppenburg, 1988). Existen intentos en la
India por diferentes grupos de cultivadores para recuperar la diversidad
agrícola (Khotari, 1997). En el Hemval Ghati del Himalaya Garhwal, algunos
productores bajo el estandarte del Beej Bachao Andolan (Movimiento para
Salvar las Semillas) han viajado a lo largo de la región recolectando semillas de
una gran variedad de cultivos. Muchos productores usan variedades de alta
productividad con altos requerimientos de insumos para vender la producción
en el mercado, junto a otras variedades para consumo de sus familias. El
movim iento enfatiza los costos económicos de los insumos, y la implicaciones
del uso de productos químicos, e intenta extender algunas variedades
tradicionales de arroz, como la thapachini, que se adaptan bien y producen
mayor cantidad de alimento. Un aspecto importante en la India es promover no
sólo la supervivencia de algunas variedades de los cultivos más importantes
(trigo y arroz) sino también mantener vivos otros cultivos destinados a la
alimentación que, por suerte, no han sufrido la “Revolución Verde” y la
sustitución de semillas –como bajra, ramdana y jowar, y en conjunto las
leguminosas-. En el sur del país, en Karnataka, el llamado “satyagraha” de las
semillas del Karnataka Rajya Ryoth Sangha, adquirió fama a principios de los
19908. El movimiento KRRS está vivo. El 30 de noviembre de 1999, el día
inaugural de la Conferencia de Seattle, varios miles de agricultores
se
reunieron en Bangalore alrededor de la estatua de Gandhi en el parque, con el
lema Quit India dirigido hacia Monsanto, y avisaron al prestigioso Instituto Indio
de la Ciencia para que no colaborase en ningún tipo de investigación con
Monsanto. La compañía fue invitada a abandonar el país o afrontar una acción
directa no violenta en contra de sus actividades e instalaciones. En algunos
distritos las semillas de Monsanto han sido destruidas. Algunas propiedades de
Cargill fueron destruidas en 1993. Los líderes del KRRS se han implicado en
8
Véase Carta de M.D. Nanjundaswamy, “Farmers and Dunke Draft”, Economic and Political
Weekly, 26 Junio 1993, y la correspondencia por email de KRRS. Para una descripción del
movimiento KRRS hasta mediados de la década de 1990, véase los capítulos finales de Akhil
Gupta (1998).
18
los debates de 1998 y 1999 y en acciones contra la Organización Mundial del
Comercio por las nuevas regulaciones que refuerzan los derechos de
propiedad sobre las semillas comerciales (tanto por el sistema UPOV como por
patentes reales). Esas normas de forma injusta siguen sin reconocer las
semillas y el conocimiento originales e incluso impiden los regalos a los
cultivadores locales o la venta local de las citadas semillas comerciales.
También en la India, Navdanya es una amplia red de productores, ecologistas,
científicos y personas implicadas en actividades en diferentes lugares del país
para recolectar y almacenar variedades de cultivos, evaluando y seleccionando
aquellas con mejor resultado, y alentando la recuperación de su uso en los
campos (Kothari, 1997, 60-61); ciertamente una estrategia más participativa
que el frío almacenamiento ex situ. ¿Qué otro nombre sino “Neo-narodnismo
ecológico” pueden recibir tales iniciativas? Sin embargo, la realidad es
contradictoria, y los movimientos de agricultores contra Cargill y Monsanto se
combinan en la India con los movimientos a favor de fertilizantes industriales
subsidiados. ¿Puede un movimiento como el KRRS inspirar movimientos de los
campesinos pobres y sin tierra?
Desde su base en el Indian Institut of Management en Ahmedabad, Anil Gupta
ha desarrollado esfuerzos a ras de tierra (a través del Honey Bee Network)
para documentar el conocimiento tradicional que permanece y registra las
innovaciones en comunidades locales. La idea es asistir a las comunidades
hasta donde se pueda a través de la tradición oral. Los objetivos son múltiples:
intercambio de ideas entre comunidades, revitalización del conocimiento local,
construcción de un sentimiento de orgullo local alrededor de dicho
conocimiento, y protección contra la “piratería” de agentes externos (Kothari,
1995, 105), ya que el previo registro anularía la posible patente. Cómo apunta
Anil Gupta de forma reiterada, si alguien va a patentar propiedades del árbol
del nim, ¿por qué no hacerlo nosotros mismos, agricultores y científicos de la
India? El principal avance de este trabajo, sin embargo, no han sido las
patentes de formas de vida sino incrementar el orgullo local en los procesos
existentes de conservación y, particularmente, de innovación.
Cambiando de continente, ¿cuál es la estrategia que el campesinado Quechua
y Aymara (o el campesinado Maya) pondrían en juego, para poder sobrevivir y
prosperar contra las fuerzas de la modernización, el desarrollo y el éxodo rural?
En las reformas agrarias de los últimos 50 años en los Andes, ellos obtuvieron
más tierras que la que tenían con anterioridad, luchando contra la
modernización de las haciendas. Los hacendados querían deshacerse de ellos,
pero ellos se quedaron e incrementaron sus propiedades. Existen más
comunidades establecidas y más tierras de pastoreo comunal en los Andes hoy
que hace 30 o 40 años. Esta situación incomoda a los neoliberales. El
campesinado no ha decrecido en número, a pesar de la emigración, pero ahora
la tasa de natalidad está reduciéndose. ¿Sobrevivirán las comunidades
Quechua y Aymara en estas condiciones? Les ayudaría el mejorar los sistemas
de comercio para sus productos, si las importaciones de productos agrícolas
procedentes de los Estados Unidos se redujeran, si ellos también pudieran
obtener subsidios (en forma de pagos por sus derechos de agricultores, o por
ejemplo, subsidios por uso de energía solar), y si pudieran ejercer una presión
política organizada no sólo como confederaciones indígenas y campesinas sino
19
como movimientos nacionalistas, como ocurre en Ecuador y Bolivia y ocurrirá,
tal vez, en Perú. Sólo hace cuarenta años, fuerzas y personajes
“modernizadores” (tales como Galo Plaza en Ecuador) tenían una idea
nacional, promovida desde dentro y también por Estados Unidos, de
aculturación de los indios. La reactivación indígena, alentada por conflictos por
el acceso a los recursos, ha acaecido en contra de tales intenciones. En 1995,
escuché a Nina Pacari, abogada y no agrónoma, vicepresidente del Congreso
de Ecuador en 1998-9, y miembro de la CONAIE, principal confederación
indígena, explicar en español y quechua, las variedades de diferentes cultivos
que conocía a través de su abuela, para ilustrar el concepto de erosión
genética ante una amplia conferencia ambiental en Quito. Es sabido que los
movimientos indígenas y nacionalistas reviven e incluso inventan tradiciones –
la lengua, por supuesto, y si están disponibles todavía, formas específicas de
derecho civil o peculiaridades religiosas. En los Andes surge un orgullo
agroecológico que facilita una fundación política para un desarrollo alternativo,
o como Arturo Escobar señala, para una alternativa al desarrollo. Esto fue lo
que los agrónomos de Pratec han estado intentando hacer en Perú, sobre la
base del trabajo de agrónomos de provincias como Oscar Blanco que defendió
especies cultivadas como la quinua y otros tubérculos (“los cultivos perdidos de
los incas”) contra la invasión del trigo subsidiado e importado. Pratec es
romántico y extremista pero el tema que pone sobre la mesa es muy práctico y
políticamente relevante. Pues, bajo la discusión sobre conservación agrícola in
situ, se esconde una cuestión importante, que por ahora está al margen de la
agenda política y económica. Mirando a través de unas lentes verdes, ¿ha
estado errada la marcha de la agricultura en los últimos 150 años en los países
occidentales? ¿Cuál sería el consejo agronómico que se daría no sólo en Perú,
México sino en la India y China: deberían preservar a su respectivo
campesinado o eliminar a este campesinado por el proceso de modernización,
desarrollo y urbanización? ¿Cómo frenar no sólo la erosión genética agrícola
sino también la pérdida de especies animales?. La FAO con frecuencia ha
indicado que 75% de las variedades agrícolas ya están perdidas in situ (aunque
no hay suficiente investigación de base que sustente un análisis cuantitativo tan
preciso), y también afirma que el 30% de todas las razas de animales de
trabajo o animales comestibles domésticos han desaparecido o están a punto
de desaparecer (Financial Times, 15 septiembre 1998) –de ahí el desastre del
pollo en Indonesia en 1998, cuando la crisis económica y la devaluación de la
rupia provocaron una gran escasez en los mercados por causa de la
sustitución, en tiempos mejores, de las razas locales por razas importadas
alimentadas con piensos importados.
La explicación usual de la desaparición de la población activa agrícola en el
proceso de desarrollo económico es que, al incrementarse la productividad por
trabajador en la agricultura, la producción no puede crecer al mismo ritmo por
la baja elasticidad-ingreso de la demanda de productos agrícolas en su
conjunto (aunque no para productos específicos, tales como flores cortadas o,
inicialmente carne, leche, frutas compensada por una elasticidad-ingreso
negativa de los tubérculos, cereales y leguminosas directamente consumidas
por los humanos). Por tanto, la población activa agrícola se reduce no sólo en
términos relativos sino también en valores absolutos, y en efecto, éste ha sido
el tipo de desarrollo –en Gran Bretaña ya antes de la I Guerra Mundial y en
20
España desde los años 60, mientras que en la India no se ha producido. Ahora
bien, la productividad no está bien calculada, nada se deduce del valor de la
producción a cuenta de contaminación química y erosión genética mientras que
los insumos son valorados muy baratos debido a que la energía fósil es
demasiado barata y al uso no sustentable de los suelos y sus nutrientes, junto
al empleo no sostenible de algunos fertilizantes (tales como el fosfato). ¿Cuáles
son los precios ecológicamente correctos? Nadie lo sabe. Lo importante es que
la crítica ecológica abre un amplio campo a los argumentos agraristas procampesinos. Los conceptos del ambientalismo global tales como conservación
de biodiversidad, las amenazas de los pesticidas y el ahorro energético, se
transforman en argumentos de comunidades locales para la mejora de las
condiciones de vida y para la supervivencia cultural y económica de los
campesinos. Este no es un fenómeno de la postmodernidad, donde, por así
decir, el gerente de Monsanto puede tener un sobrino neorrural orgánico muy
querido en la familia. Los elogios que la agricultura orgánica merece hoy día los
expresan tanto etnoecólogos, como agroecólogos, tanto “neorrurales” como
agricultores del sur. Todo eso representa una tendencia mundial hacia una
“modernidad alternativa” (como dice Víctor Toledo, 1999), basada en el respeto
al conocimiento indígena, en una contabilidad económico-ecológica mejorada y
en la evaluación multicriterial de los sistemas agrícolas, en la conciencia de la
incertidumbre y la complejidad, y en la fuerza de la razón.
La Justicia Ambiental en los Estados Unidos: ¿un movimiento para
minorías?
En esta sección, nos acercamos a los sistemas urbanos e industriales. “Justicia
Ambiental” no es aquí un término tomado de la filosofía o de la ética sino de la
sociología ambiental y de las relaciones raciales. Desde mediados de los años
1980 hay un movimiento organizado en Estados Unidos contra el llamado
“racismo ambiental”, que significa la incidencia desproporcionada de los
residuos tóxicos o la exposición a riesgos ambientales en áreas
predominantemente de población afroamericana, hispana o americana nativa.
La expresión “justicia ambiental” ha sido usada también en Sudáfrica y se
podría extender a todo el mundo. El movimiento de Justicia Ambiental en los
Estados Unidos (Bullard, 1990, 1993; Pulido, 1991, 1996; Bryant y Mohai,
1992; Bryant, 1995; Sachs, 1995; Gottlieb, 1993; Szasz, 1994; Schwab, 1994;
Westra y Wenz, 1995; Dorsey, 1997; Faber, 1998; DiChiro, 1998; Camacho,
1998; Taylor, 2000) es diferente de las variedades anteriores de movimiento
ambiental en ese país, a saber, el uso eficiente y sustentable de los recursos
naturales (el “evangelio de la ecoeficiencia” en la tradición de Gifford Pinchot y
el “culto a la naturaleza silvestre”, según las ideas de John Muir). El movimiento
de Justicia Ambiental es una consecuencia del movimiento por los Derechos
Civiles de la década de 1960 y también del movimiento de los “United
Farmworkers” de César Chávez que trabajó de forma conjunta en 1968 con el
“Environment Defense Fund” en un matrimonio de conveniencia para la
prohibición del DDT en beneficio de las aves y de la salud humana. Algunos
colaboradores directos de Martin Luther King estaban entre los 500 arrestados
en el episodio inicial del movimiento de Justicia Ambiental cuando el
Gobernador Hump decidió instalar un vertedero de residuos PCB en Warren
Country, Carolina del Norte, que en 1980 tenía 16.000 habitantes de los que el
21
60% eran afroamericanos, muchos de ellos con ingresos por debajo del nivel
de pobreza. Bullard, que es un académico y un activista, escribía en 1984: “El
movimiento de la Justicia Ambiental ha recorrido un largo camino desde su
nacimiento hace una década en el ámbito rural, afroamericano, de Warren
Country, Carolina del Norte... Aunque quienes protestaban no tuvieron éxito en
bloquear el vertedero de PCB, llamaron la atención del todo el país hacia los
vertederos de residuos industriales, poniendo a la iglesia afroamericana y a los
líderes por los derechos civiles en marcha en apoyo a la justicia ambiental”. El
movimiento va más allá de los conflictos por residuos tóxicos (Taylor, 2000). En
efecto, el movimiento inventó la potente combinación de las palabras Justicia
Ambiental (o Eco-Justicia, Sachs, 1995), e intentó arrastrar el ambientalismo
desde la vida silvestre y la ecoeficiencia hacia la justicia social (Gottlieb, 1993),
destruyendo la imagen NIMBY (“no en mi patio trasero”) de las protestas de
base popular y cambiándola por la de “no en el patio trasero de nadie”.
Mientras en el Tercer Mundo la cuestión era en los años 1980 si existía un
“ecologismo de los pobres”, cuestión que se teorizó primero en la India (Guha,
1989 y otros autores) y, más tarde, en América Latina y África, en los Estados
Unidos la cuestión era, en esos mismos años, si las 10 grandes organizaciones
ambientales se dignarían a trabajar junto a las minorías en problemas de
contaminación urbana. ¿Por qué estaban ausentes “las gentes de color” de los
órganos de dirección del Sierra Club y otras organizaciones ambientales? El
movimiento Justicia Ambiental, harto del ambientalismo ”blanco”, se pronunció
inicialmente en contra de mensajes como el de “salvemos las selvas
tropicales”, insistiendo en su ideología urbana, ignorando que las selvas
tropicales son a veces, selvas cultas –como las calificó Descola (1988)-. En
1987, la Comisión de Justicia Racial de la United Church of Christ publicó un
estudio sobre las características socioeconómicas y raciales de las
comunidades con vertederos de residuos peligrosos. Estudios posteriores
mostraron que afroamericanos, indios americanos, asiático-americanos y
latinos parecen tener más probabilidades de encontrarse ubicados cerca de
zonas de residuos peligrosos. Otros estudios descubrieron que las multas por
violaciones de las normas ambientales en comunidades con bajos ingresos o
de gente de color eran significativamente inferiores a las impuestas en zonas
con predominio de gente blanca. El movimiento de Justicia Ambiental incluye
célebres episodios de acciones colectivas contra incineradoras (ante el riesgo
de dioxinas), particularmente en Los Ángeles en 1985, liderados por mujeres, el
Concerned Citizens of South Central Los Ángeles (DiChiro, 1998). También en
la década de 1980, otros conflictos ambientales alentaron a grupos tales como
People for Community Recovery en el Sur de Chicago (Jardines Altgeld)
liderados por Hazel Johnson, y el West Harlem Environmental Action
(WHEACT) en Nueva York, liderado por Vernice Miller. En 1989, el Souh-West
Network for Economic and Environmental Justice (SNEEJ), liderado por
Richard Moore, fue fundado, con su principal sede en Albuquerque, Nuevo
México, a causa de los agravios sentidos por mexicanos y americanos nativos.
En octubre 1991, la Primera Cumbre Nacional de los Líderes Ambientales de la
Gente de Color (First National People of Color Environmental Leadership
Summit) se celebró en Washington D.C. y se proclamaron los principios de la
Justicia Ambiental. La Orden Ejecutiva 12898 del Presidente Clinton de 1994
sobre Justicia Ambiental fue un triunfo de este movimiento. Se dirigió a todas
22
las agencias federales para que actuaran en el sentido de evitar la
desproporcionada carga de la contaminación en poblaciones minoritarias o de
bajos ingresos en todos los territorios y posesiones de los Estados Unidos – de
este modo, tanto la pobreza como la raza se tenían en cuenta, aunque sin
aludir al impacto provocado por los Estados Unidos fuera de su territorio y
posesiones (en el sentido estricto). Feliz el país en el que la gente de escasos
ingresos es una minoría (coincidente en parte con las “minorías raciales”).
En verdad, hay casos de activismo medioambiental a escala local en los
Estados Unidos dirigidos por grupos ciudadanos (Gould et al. 1996) fuera del
movimiento organizado de Justicia Ambiental, algunos con más de 100 años de
activismo en conflictos por la seguridad y salud en las minas y fábricas (Hays,
1998). También hubo quejas en los años 1940 y 1950 contra los pesticidas en
los campos de algodón del Sur. Algunos autores no reconocen el énfasis racial
en los Estados Unidos y apuntan que: “Si a uno le preguntan cuál fue el
momento de inicio del movimiento de Justicia Ambiental en los Estados Unidos,
afirmaría que fue el 2 de agosto de 1978. Ese fue el día en que la CBS y la
ABC difundieron noticias sobre los efectos de los residuos tóxicos sobre la
gente en Love Canal” (Dobson, 1998,18). El conflicto por los residuos tóxicos
en Love Canal, al norte del Estado de Nueva York (Gibbs, 1981, 1995), se
extendió con posterioridad en una red de lucha contra los residuos tóxicos en el
conjunto de la nación (Gottlieb, 1993). Pero la gente de Love Canal no era de
color, tal como se clasifica a la gente en Estados Unidos. Otros autores afirman
que el momento del nacimiento del movimiento de Justicia Ambiental fue en
1982 en Carolina del Norte (Low y Gleeson, 1998, 108). En ese momento el
movimiento por los Derechos Civiles adquirió una rama ecologista. Por
supuesto, se podría argumentar que el movimiento de Justicia Ambiental se
inició hace mucho en diferentes lugares alrededor del mundo. Por ejemplo,
cuando Tanaka Shozo, hace 100 años, se lanzó frente del carruaje del
Emperador con una petición en su mano. O, en los Estados Unidos, no en
Carolina del Norte sino en los conflictos contra las corporaciones mineras en
Wisconsin dirigidos por grupos indios y por ecologistas en los años 1970 y
1980 (Gedicks, 1993), o en muchos otros momentos de resistencia de los
grupos indígenas americanos durante los últimos siglos. ¿Cuál sería el primero
de mayo o el ocho de m arzo del movimiento de Justicia Ambiental en el
mundo? ¿El día del asesinato de Chico Mendes, o el de Ken Saro-Wiwa, o a lo
mejor el día del hundimiento del (primer) Rainbow Warrior por los servicios de
inteligencia franceses en Nueva Zelanda, en el que murió el cocinero
portugués? Bullard pronto advirtió el potencial del movimiento de Justicia
Ambiental más allá de las minorías de Estados Unidos, al afirmar en 1994: “Los
grupos de base popular, tras décadas de conflicto, han crecido hasta
convertirse en el corazón de un movimiento de Justicia Ambiental con
múltiples objetivos, multiracial y multiregional. Diversos grupos de acción a
nivel local han empezado a organizar y vincular sus conflictos a cuestiones de
justicia social, racial y de desarrollo sustentable. En los ghettos urbanos y
barrios, las áreas de pobreza rural, las reservas de tribus americanas o
comunidades en el Tercer Mundo, los grupos de base popular están
demandando que se ponga fin a las políticas de desarrollo no sustentable...”9.
9
R. Bullard: Directory. People of Color Environmental Groups 1994-5. Environmental Justice Resource
Center. Clark, Universidad de Atlanta.
23
Nótese la conciencia de que el movimiento de Justicia Ambiental debe incluir a
comunidades del Tercer Mundo, mayorías pues, más que minorías.
El racismo es un principio importante de la constitución social americana para
explicar no sólo la controvertida geografía de los vertederos de residuos tóxicos
o las tasas de encarcelamiento, sino también pautas escolares o residenciales.
Mientras que en otros países, sólo hay racismo, en Estados Unidos hay
también anti-racismo explícito. Por tanto, el lenguaje del racismo se muestra
atractivo por razones prácticas. La legislación contra el racismo (por ejemplo, el
Título VI de la Federal Civil Rights Act de 1964) prohibe la discriminación
basada en la raza. Sin embargo, para poder establecer la existencia del
racismo, no es suficiente con demostrar que el impacto ambiental es diferente
(por ejemplo, que existe un contenido distinto de plomo en la sangre de los
niños o diferente incidencia del asma según la situación racial), se debe
demostrar también que hay una intención explícita de causar daño a un grupo
minoritario. La incertidumbre sobre el daño ambiental (por ejemplo, las
dioxinas) y la dificultad de separar entre factores económicos y raciales en la
incidencia de la contaminación o en las decisiones de ubicar residuos tóxicos
(discriminando estadísticamente entre racismo ambiental y pobreza) han
alentado una práctica de “epidemiología popular” (Novotny, 1998). Personas
que no son expertos oficiales recopilan datos y cualquier tipo de información, y
procesan los resultados ofrecidos por expertos oficiales para probar el racismo
ambiental en casos de contaminación tóxica. Son ejemplos de “evaluación
extendida” (Funtowicz y Ravetz, 1991).
El movimiento de Justicia Ambiental es por tanto un producto específicamente
de los Estados Unidos (Taylor, 2000). Tiene enormes potencialidades
internacionales pero no fue un actor central en las reuniones de las ONGs de
los años 1990: Río de Janeiro 1992, Madrid 1995 (campaña de “50 años
bastan” en contra del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial) y
Seattle 1999. No ha hablado contra el MAI (Multilateral Agreement on
Investments), o sobre el cambio climático global, o contra la biopiratería, o
contra la Raubwirstchaft globalizada. El enfoque sobre las “minorías”
menoscaba su utilidad a escala mundial, a menos que decidamos mirar el
mundo con lentes de los Estados Unidos, clasificando la mayoría de la
humanidad en categorías raciales propias de Estados Unidos, como si todos
los humanos estuvieran autorizados por algún tipo de milagro para incluirse en
el Censo de Estados Unidos.
Ahora bien, una enorme virtud del movimiento de Justicia Ambiental es que
muestra el carácter inconmensurable de los valores. Mientras que el principio
de “el que contamina paga” implica que una distribución ecológica que
empeora se puede compensar con una distribución económica que mejora, el
mismo problema descrito en términos de “racismo ambiental” se convierte en
un problema diferente. No hay compensación real para externalidades
negativas porque el dinero y la dignidad humana no son conmensurables. Si el
contaminador paga un impuesto ambiental, compensa las externalidades
negativas, puede continuar contaminando (aunque mejor sea que no lo haga).
En un caso de racismo, una multa u otro castigo no es una compensación del
daño que permita continuar actuando igual.
24
El lenguaje del racismo ambiental es poderoso, puede ser usado en muchos
conflictos ecológicos distributivos tanto en los Estados Unidos como en el resto
del mundo, aunque no en todos. Por ejemplo, el riesgo para los niños de
Estados Unidos por su dieta (Wargo, 1996) o, según mi opinión, el conflicto por
la represa de las Tres Gargantas en China, no puede ser expresado en
términos de “racismo ambiental”. En Nigeria, el lenguaje del “colonialismo
interno” se considera más apropiado (Adeola, 2000) aunque las acciones de la
Shell en el Delta pueden ser vistas como racismo ambiental. Los U´Wa, contra
la compañía americana Petróleo Occidental y contra el gobierno de Colombia,
han usado desde 1997 el lenguaje de “lo sagrado” y del sacrificio (amenazando
con el suicidio colectivo). También han usado el lenguaje políticamente
vigoroso de los derechos territoriales indígenas (resguardo indígena). Los
U´Wa no han dicho aún que entablarán un pleito contra Oxy en los Estados
Unidos reclamando compensaciones tras el inicio de las explotaciones
petrolíferas. Ellos (o sus simpatizantes en Estados Unidos) podrían usar el
lenguaje del racismo ambiental contra Oxy. Los gobiernos de los países AOSIS
(Alliance of Small Island States) o Bangladesh podrían usar el lenguaje del
racismo ambiental contra la amenaza del aumento del nivel del mar causado
por el efecto invernadero.
Los activistas y abogados en el pleito contra Texaco por sus acciones en
Ecuador, la acusaron en 1999 de “racismo ambiental”. Nótese que este
lenguaje, tan efectivo en Estados Unidos, no se usó cuando se inició el pleito
en 1993, y sería problemático pero no imposible aplicarlo al sucesor de Texaco,
Petroecuador, que heredó la tecnología de Texaco causando daños no sólo a
los pueblos indígenas del Amazonas sino también a los colonos.
Beneficiándose de la publicidad contra Texaco, gracias al caso judicial por
racismo interno contra empleados blancos en los Estados Unidos (solucionado
extrajudicialmente en 1997 por 176 millones de dólares), los que apoyaban a
querellantes ecuatorianos publicaron un anuncio en el New York Times (23
septiembre 1999) que decía: “en el litigio se alega que en Ecuador, Texaco
descargó el agua envenenada de la producción directamente a la tierra, en los
ríos cercanos, y en las corrientes y esteros. La compañía destruyó a sabiendas
el medio ambiente y puso en peligro las vidas de los grupos indígenas que han
vivido y pescado durante años en esta zona. Estos son gente de color, gente
ante cuya salud y bienestar Texaco muestra una indiferencia arrogante... Es
hora de que Texaco aprenda que infravalorar las vidas y el bienestar de la
gente por causa del color de su piel no es aceptable por más tiempo en
cualquier compañía am ericana”.
El culto a la naturaleza silvestre versus “el ecologismo de los pobres” en
Suráfrica?
En Estados Unidos faltan algunos elementos de la Naturaleza tales como
elefantes, leones, tigres silvestres. También están ausentes, quizás, algunas
amenidades culturales, y de mayor interés para nuestro tema; falta también un
movimiento de protesta campesina para mantener el control y manejo
sustentable de unos recursos comunales amenazados por la apropiación
privada o estatal. Ciertamente, algunas luchas de los americanos nativos
25
contra las extracciones mineras y los residuos tóxicos (tales como los Navajo o
los Shoshones occidentales contra las minas de uranio y los residuos nucleares
(Kuletz, 1998)) o por el agua o los pastos comunales que perviven bajo el
control de gente hispana en el Oeste (Pulido, 1996) están cercanas al
“ecoagrarismo”. Sin embargo, en los Estados Unidos, aunque hay propuestas
de reconstrucción de comunidades rurales (por Wendell Berry y otros), falta el
orgullo agroecológico campesino que está creciendo, como hemos visto, en
otros países. El movimiento de Justicia Ambiental en Estados Unidos ha
incluido quejas contra la exposición a pesticidas de trabajadores agrícolas, pero
no ha promovido activamente la agroecología. No dice nada sobre los
conflictos por semillas, “derechos de agricultores” o el riesgo ambiental por los
cultivos transgénicos (distintos de los riesgos para la salud de los
consumidores). Muchos cultivadores “orgánicos” en los Estados Unidos, al
igual que en Europa, es gente blanca neorrural.
Aldo Leopold, en su libro póstumo The Land Ethic (1949) insistió en la
confrontación entre los planteamientos económicos y los planteamientos
ecológicos en el manejo forestal y de la naturaleza silvestre. Un conflicto similar
había sido puesto de relieve en el urbanismo por Patrick Geddes, Ebenezer
Howard y Lewis Munford. Pero la ecología urbana (e industrial) no eran el
principal punto de interés para Leopold. ¿Qué pensaba sobre la agricultura?
Leopold escribió: ”En el amplio campo de la agricultura soy poco competente
para hablar, pero parecen existir diferencias paralelas” a las que existen en el
manejo forestal y de la vida silvestre. En 1948, Albert Howard había publicado
An Agricultural Testament basado en su experiencia en la India. Leopold se
había criado en Iowa, se diplomó en la Forestry School de la Universidad de
Yale, y pasó gran parte de su carrera profesional en Wisconsin combinando su
conocimiento ecológico con su devoción por la vida silvestre. También vivió
durante un tiempo y se casó en Nuevo México, pero no supo encontrar
ejemplos agroecológicos, y escribió: ”El descontento del cual surge la
“agricultura orgánica” tiene las características de un culto, pero es ciertamente
biótico en su dirección, particularmente en su insistencia en la importancia de la
flora y fauna” – apuntando así quizás a los seguidores de Rudolf Steiner más
que a los cientos de millones de campesinos agoecológicos del mundo. En
México la mayoría de los cultivadores “orgánicos” son todavía hoy campesinos
que pertenecen a grupos indígenas. En los Estados Unidos, no hay
campesinado “orgánico” porque no hay campesinado. No hubo reforma agraria
tras la Guerra Civil, al contrario, hubo la Reconstrucción. En cualquier caso, los
campesinos del Sur abandonaron la tierra hace mucho tiempo. En contraste,
incluso en un país como Brasil (con ausencia de una tradición masiva de
cultivo campesino indígena), podemos encontrar ahora el Movimiento Sin
Tierra (MST) que finalmente adoptó una posición ecologista en 1999,
denunciando
los
cultivos
modificados
genéticamente,
como
explico
posteriormente. Por otro lado, en el ecoagrarismo o neo-narodnismo ecológico
o neo-zapatismo ecológico (Toledo, 1999), y también en la literatura sobre
Ecología Política que proviene de antropología y geografía, ha faltado el fuerte
énfasis urbano del movimiento de Justicia Ambiental en los Estados Unidos
que es muy relevante para un mundo con una creciente población urbana
pobre. Ambos movimientos, Justicia Ambiental y el Ecologismo de los Pobres,
se complementan mutuamente tanto en la dimensión Norte-Sur como rural-
26
urbana. ¿Convergerán en un movimiento global contra los daños por la
extracción de petróleo en Luisiana o Nigeria, contra la contaminación o la
ocupación de tierras por compañías mineras, en movimientos urbanos contra la
contaminación del aire y el uso desproporcionado de tierra por los coches
privados, en quejas contra la biopiratería de recursos genéticos, contra los
riesgos para la salud y el medio ambiente de los productos modificados
genéticamente, pesticidas, residuos nucleares, en los intentos de parar el uso
desproporcionado de los sumideros de carbono por los ricos?
El uso explícito del término “Justicia Ambiental” por activistas de Sudáfrica
viene de la influencia directa de los Estados Unidos, anunciando la
generalización de su uso internacionalmente. En Sudáfrica, la mayoría de la
población está potencialmente afectada. Los entusiastas de la vida silvestre
deben avenirse a reconocer que el crecimiento económico implica impactos
materiales más fuertes y también la desproporcionada apropiación de recursos
y sumideros ambientales, dañando de este modo a los sectores más pobres
cuyos conflictos por la subsistencia son a veces expresados en lenguajes
(tales como el valor “sagrado” de la Naturaleza) que deberían ser atractivos
para los citados entusiastas de la vida silvestre. La alianza entre esas dos
corrientes del ecologismo no siempre es fácil. La preservación de las grandes
reservas silvestres ha sido en África un producto colonial y postcolonial de la
civilización blanca, en el Este y Sur de África.. Por tanto, “la preocupación de la
gente blanca por la preservación de la vida silvestre a expensas de las
comunidades rurales desposeidas, puede ser demostrable históricamente –
pero esto no debería cegarnos al hecho que Sudáfrica tiene ahora uno de los
mejores sistemas de áreas protegidas del mundo. Este es un tesoro nacional
del que todos los sudafricanos se beneficiarán en el futuro” (Ledger, en Cock y
Koch, 1991, 240). Desde el punto de vista contrario, “los grupos minoritarios
que actúan en contra de la contaminación acusan a las organizaciones
ambientales de Estados Unidos de objetivos “elitistas” tales como la
preservación de la vida silvestre. Una grieta similar se ha abierto en Sudáfrica
recientemente por los activistas radicales que influenciados por el movimiento
de Justicia Ambiental estadounidense han re- descubierto objetivos ecológicos”
(Beinart y Coates, 1995, 107), tales como la degradación de la tierra por la
distribución desigual de la misma, los peligros del asbestos o amianto, y de los
herbicidas, las malas condiciones de salud en las minas, la ausencia de agua
en los asentamientos urbanos de gente de color. Por tanto, el movimiento de
justicia ambiental está presente de forma consciente no sólo en los Estados
Unidos sino también en Sudáfrica, en el Primer y el Tercer Mundo, dos países
cuya tradición ambiental dominante es el culto a la vida silvestre, pero donde el
movimiento ecologista y el movimiento antirracista se han encontrado
mutuamente (Bond, 2000).
Ha habido intentos en Sudáfrica para desterrar la vieja idea colonial que la
preservación de la Naturaleza exige el traslado de los grupos indígenas. Al
contrario, es más efectivo manejar las reservas por medio del ofrecimiento de
incentivos económicos a los grupos locales bajo la forma de compartir los
beneficios del ecoturismo o incluso de la caza controlada (sin caer en la idea
exagerada que los beneficios del mercado a corto plazo pueden ser un
instrumento suficiente para la preservación a largo plazo del medio ambiente).
27
Más allá de esto, el Environmenal Justice Networking Forum en Suráfrica ha
focalizado la atención en cuestiones urbanas, de salud ambiental y
contaminación y también en los problemas de manejo de agua, que no habían
sido consideradas por las ONGs preocupadas por la vida silvestre. Por
ejemplo, la erosión de la tierra se interpreta como consecuencia de la desigual
distribución de la tierra, cuando las poblaciones africanas fueron encerradas en
“homelands” bajo el régimen del apartheid. Otro ejemplo: la expansión de las
plantaciones de árboles para producir papel y pulpa crean “desiertos verdes”
(Cock y Koch, 1991, 176, 186). Otros impactos que el régimen del apartheid
dejó a su paso están ahora apareciendo. Hay grandes responsabilidades que
afrontar. Es conocido el problema del asbesto, con un litigio internacional
iniciado por las víctimas de asbestosis contra las compañías británicas,
especialmente Cape. Los abogados argumentan que Cape era consciente de
los peligros del asbesto por lo menos desde 1931, cuando se introdujeron
regulaciones sobre este particular en las leyes británicas. Sin embargo, la
producción continuó en Sudáfrica con bajos niveles de seguridad por los menos
hasta finales de la década de 1970. Los investigadores médicos han
encontrado que el 80% de los mineros negros de Penge (en la provincia del
Norte) que murieron entre 1959 y 1964 murieron de asbestosis. La edad media
de las víctimas era 43 años. Cape tuvo operativa una factoría durante 43 años
en Prieska, en la provincia del Cabo, donde el 13 % de los obreros muertos fue
atribuida a mesothelioma, una enfermedad del asbesto afín al cáncer. Los
niveles de asbestos en la factoría en 1948 era 30 veces mayor que el máximo
permitido en el Reino Unido. Hay otros casos de contaminación por asbestos
en Sudáfrica, por compañías tales como Msauli y GEFCO en localidades como
Mafefe, Pomfret, Barberton, Badplass (Felix, en Cock y Koch, 1991). Las minas
contaminadas y los depósitos de asbestos deben ser rehabilitados ahora por
los gobiernos sudafricanos post-apartheid. Hay una gran deuda ecológica o
pasivo ambiental. Los Lores en su función judicial determinaron durante un
tiempo (hasta Julio 1999, cuando la decisión fue revocada) que en este caso,
una compañía británica como Cape podía ser demandada ante un tribunal
británico. En contra de la doctrina de la Organización Mundial del Comercio, el
caso judicial de los asbestos y otros similares, si terminan con éxito, mostrarían
que las regulaciones internacionales deben afectar no sólo a la seguridad y
calidad de los productos finales exportados sino también a su proceso de
producción y a los efectos in situ. En Sudáfrica la regulación fallaba o no
existía, y la protesta efectiva era imposible por la represión política. Hay
entonces que enfrentar responsabilidades retrospectivas. Los tribunales
instituirán quizás poco a poco una responsabilidad del tipo “Superfund” para las
compañías transnacionales. En verdad, las compañías posiblemente cumplían
en Sudáfrica las leyes internas de seguridad en el trabajo, salarios e impuestos
(como las compañías alemanas cumplían las normas del trabajo forzado en la
Alemania nazi). Sin embargo, ahora deberían asumir responsablemente las
externalidades que dejaron atrás.
Los trabajadores y sus familias se quejan no tanto por ser ecologistas
porque su salud ha estado amenazada. Los mismos abogados que
representado en Londres a las víctimas de asbestosis (Leigh, Day) también
iniciado un litigio en Londres por daños a trabajadores en la empresa
Chemicals en KwaZulu Natal, víctimas de envenenamiento por mercurio.
28
sino
han
han
Thor
Otro
caso es el de las víctimas de cáncer por las minas de uranio de Rio Tinto en
Namibia10. En Abril de 1999, se detectó una concentración masiva de mercurio
en el Río Umgeweni, cerca de la planta química Thor, concentración que fue
denunciada por la prensa nacional e internacional. Thor importaba residuos de
mercurio a Sudáfrica, parcialmente suministrados por Cyanamid, una compañía
estadounidense. Grupos ambientalistas sudafricanos, principalmente Earthlife
bajo el liderazgo de Chris Albertyn, se aliaron con la Unión Industrial de
Trabajadores Químicos, los residentes africanos de la zona y también con
granjeros blancos procedentes del Valle Tala que habían tenido una mala
experiencia con pesticidas procedentes de una industria azucarera cercana.
Una verdadera alianza “arcoiris” que incorporó activistas de Estados Unidos en
contra de la planta de Cyanamid en cuestión, quejándose del “imperialismo de
las basuras” o “colonialismo tóxico” preguntándose: “¿Por qué, Thor, una
compañía británica, decidió construir la mayor planta de reciclaje de mercurio
tóxico del mundo en los límites de KwaZulu en una zona muy remota de
Sudáfrica? ¿Por qué no la construyeron más cerca de las fuentes de este
mercurio de desecho en Estados Unidos o Europa?” (Crompton y Erwin, en
Cock y Koch ed. 1991, 82-84).
La Convención de Basilea de 1989 prohibió las exportaciones de residuos
peligrosos, y fue complementada el 25 de marzo de 1994 por una prohibición
total negociada en una reunión en Ginebra, que
afecta a todas las
exportaciones de dichos residuos desde los 24 países de la OCDE. El acuerdo
se alcanzó con la oposición de los países más ricos, que recibieron de
Greenpeace el nombre de los “Siete Siniestros”. Algunas deserciones en el
seno de la Unión Europea (Dinamarca, y con posterioridad Italia) ayudaron a
una alianza entre China, países del Este de Europa y en general todos los
países pobres del sur para liquidar el pretexto del “reciclado” de la convención
inicial de 1989 por medio del cual el 90% de los residuos podían circular. De
este modo, un capítulo triste de la industrialización se cerró. En teoría, los
países ricos ya no pueden explotar las débiles normas de los países pobres.
Ahora bien, la lógica del principio de Lawrence Summers sigue siendo
poderosa11. Puede haber además oportunidades de verter residuos en los
océanos.
Los Derechos de Propiedad sobre los Sumideros de Carbono y el
Lenguaje de la Deuda Ecológica
El lenguaje de Justicia Ambiental ha sido desplegado en los Estados Unidos en
los conflictos contra la incidencia desproporcionada de la contaminación en
áreas ocupadas por minorías raciales y grupos de ingresos reducidos. Las
emisiones desproporcionadas de dióxido de carbono representan una injusticia
ambiental internacional que Agarwal y Narain ya pusieron de manifiesto en su
famoso artículo de 1991. Otro lenguaje de la política del efecto invernadero
debería ser el de seguridad ambiental, no en un sentido militar, sino en un
sentido similar al de la seguridad alimentaria. La seguridad ambiental se refiere
10
Ronnie Morris, “UK court demolishes double standards”, Bussines Report, 4 marzo 1999 e
información extraída de www.saep.org
11
Memorandum interno del Banco Mundial, recogido en The Economist 8 Febrero 1992. Este
se ha convertido en un texto canónico para el movimiento de Justicia Ambiental
29
al acceso garantizado para todos a los recursos naturales (por ejemplo, el
agua) y a los servicios ambientales, no sólo para los más ricos y poderosos. El
Sur podía argumentar que el Norte ha producido y está produciendo un
volumen desproporcionado de gases invernadero, contra la justicia ambiental.
El Norte pone en peligro, también, la seguridad ambiental de algunas zonas
del Sur.
El lenguaje de la Deuda Ecológica (ver también Parikh, 1995; Christian Aid,
1999) se basa en el principio internacionalmente aceptado que “el que
contamina, paga”. Consideremos los servicios ambientales facilitados por los
sumideros de carbono (océanos, nueva vegetación, suelos y atmósfera). La
concentración del dióxido de carbono en la atmósfera se ha incrementado de
280 ppm a 360 ppm. La Unión Europea (jugando un juego de liderazgo contra
los Estados Unidos) propuso en Kyoto en 1997 una pequeña reducción,
necesaria para mantener la trayectoria en una tendencia que se supone
“segura” de incremento hasta 550 ppm (esto supondría posiblemente un
incremento de dos grados centígrados en la temperatura, con un alto grado de
incertidumbre en este cálculo, especialmente en cuanto a los efectos locales).
El que ése sea un nivel seguro ha sido muy discutido (Azar y Rhode, 1997).
Las emisiones por persona/año en los Estados Unidos son del orden de 6
toneladas de carbono, en Europa aproximadamente la mitad, en la India sólo
0.4 toneladas. Todos respiramos más o menos lo mismo, y sería imposible
reducir las emisiones por medio de una respiración más lenta. Hay emisiones
de “supervivencia” y hay emisiones que son “superfluas”. Hay derechos
necesarios y superfluos a los sumideros de carbono. Esto proviene de un rasgo
distintivo de la ecología humana señalado por Lotka en 1910, la gran diferencia
dentro de la especie humana en el uso exosomático de energía.
La media de emisión es de 1 tonelada de carbono/persona/año (con emisiones
globales aproximadas de 6.000 millones de toneladas). Esta cantidad es
excesiva si queremos mantener la concentración atmosférica de CO 2 en el
nivel actual. En Kyoto, y con posterioridad, la Unión Europea propuso una leve
reducción en las emisiones para los países ricos (relativas a los niveles de
1990), que fue difícil de aceptar para Estados Unidos (en parte por el
incremento de población en este país). Los países ricos se auto-adjudican
derechos a emitir como en 1990 y negocian a partir de esos derechos (en la
literatura ambiental estadounidense se llaman grandfathered emissions, como
si tu abuelito te hubiera regalado ese derecho). En cualquier caso, como el
Panel Internacional del Cambio Climático indicó, la reducción requerida sería
del orden de la mitad de las presentes emisiones, algo así como 3000 millones
de toneladas de carbono/año. Aunque la dinámica de absorción de carbono en
los océanos, en nuevas áreas de vegetación y en los suelos depende de los
volúmenes producidos, no hay duda de que el uso de la atmósfera como
sumidero de acceso abierto se está incrementando. Los otros sumideros
(océanos, suelos y nuevas áreas de vegetación) son también usados sin pago
ninguno (excepto en algunos experimentos menores de “implementación
conjunta”). Existen derechos de propiedad de facto sobre los sumideros de
carbono, una ocupación ilegal global, una invasión del espacio ambiental, una
política de Lebensraum en la práctica.
30
Se podría argumentar que, antes de alcanzar un acuerdo sobre reducción de
emisiones de carbono, sería necesario explorar la reducción de otros gases
invernadero, tales como CFC, ahora prohibidos por sus efectos en el agujero
de ozono; o el metano que, al menos en la porción que surge de los vertederos
de basura, sería barato de reciclar mediante combustión, lo que reduciría el
efecto que tiene como gas-invernadero. En los casos experimentales de la
implementación conjunta o “mecanismos de desarrollo limpio” diseñados para
reducir las emisiones de carbono o producir una absorción adicional de
carbono, el coste por tonelada se estima en poco dólares. A veces hay costes
marginales negativos de la reducción del gas invernadero, casos llamados
“win-win”, oportunidades de ahorro económico y de disminución de emisiones.
Por ejemplo, mediante la sustitución del carbón subsidiado por gas natural en
centrales eléctricas. Costa Rica ha tratado de vender bonos de absorción de
dióxido de carbono a 10 dólares por tonelada de C02 (menos de 3 dólares por
tonelada de carbono, siendo la relación entre dióxido de carbono y carbono de
3,7). También existen algunas divertidas situaciones “lose-lose”, como en el
proyecto FACE en Ecuador que consistía en plantar 75.000 hectáreas de
eucaliptos y pinos para absorber el dióxido de carbono que sería producido por
una central eléctrica de 650 MW en Holanda. El presidente de FACE es Ed
Nijpels, antiguo ministro de medio ambiente. FACE es un consorcio de
empresas eléctricas en Holanda y su acrónimo significa “Forest Absorption of
Carbon Dioxide Emissions”. Su actitud despectiva para con la agricultura
campesina, su ignorancia sobre la ecología andina (su ampliamente distribuido
Informe Anual de 1995 decía que en Ecuador a partir de 2400 m. la agricultura
era casi imposible y la cría de ganado no era rentable) condujo a un fiasco. En
1999, se supo que, debido a la gran cantidad de materia orgánica que tiene el
suelo del páramo, al plantar pinos se liberará más carbono que el que se
absorberá 12, incrementando un poco más la deuda ecológica de Holanda. Este
error ayuda a la argumentación contra el uso como “sumideros de carbono” de
todavía más plantaciones de árboles en el mundo (Carrere y Lohman, 1996 y
también http://www.wrm.org.uy/).
Cuando el compromiso de reducir emisiones es pequeño, como en la
actualidad, entonces en principio, el precio de colocar una tonelada de carbón
en proyectos de implementación conjunta será bajo porque la demanda de
sumideros será baja. El precio será bajo también si las externalidades
negativas locales procedentes de los mismos proyectos no se incorporan al
precio. Si la oferta de proyectos es grande en el Sur comparada con la
demanda, entonces el precio será bajo. Sin embargo, si el compromiso de
reducir emisiones fuera de 3.000 millones de toneladas de carbono/año, para
evitar así el futuro incremento de concentración de CO2 en la atmósfera,
entonces el costo de disminuir el CO 2 se incrementaría enormemente. Aún así,
si los propietarios de sumideros de carbono fueran pobres, el precio de venta
local de la absorción extra de carbono sería todavía bajo, pero entonces los
12
Verónica Vidal (1999): “La aplicación de política sobre cambio climático en el sector forestal
de Ecuador” en Ecología Política, 18, aporta los elementos originales para esta cuestión: G.
Medina y P. Mena: (1999): “El páramo como espacio de mitigación de carbono atmosférico”,
Serie Páramo, 1. GTP/Abya Yala, Quito. También en El Comercio de 3 Noviembre 1999
(Quito).
31
intermediarios entrarían en juego, quizás los gobiernos del Sur, o a lo mejor
instituciones financieras. Por el contrario, si no hay reducción o si la reducción
es pequeña, esto implica el uso persistente y desproporcionado de los
sumideros como propiedad de facto de los ricos y por consiguiente, un
incremento continuo año tras año de la Deuda Ecológica, al ritmo de tal vez 60
mil millones de dólares/año (3.000 millones toneladas de carbono que deberían
dejar de ser emitidas a un costo medio de 20 dólares por tonelada). Esta es
una cifra que representa una estimación de los costos evitados. La Deuda
Ecológica nace porque, al no hacer la necesaria reducción, los países ricos se
ahorran una cantidad de dinero que sería aproximadamente de esta magnitud.
Se podría argumentar que el coste medio es mayor de 20 dólares por tonelada
de carbono. En comparación la deuda externa acumulada de América Latina en
el año 2000 es de 700.000 millones de dólares. Sería aproximadamente
compensada por la deuda acumulada del Norte sólo en los últimos 12 años
(sólo por emisiones de carbono a 20 dólares por tonelada).
La Deuda Ecológica no es un “juego del liderazgo” sino un “juego de las
responsabilidades”, algo que hasta ahora los gobiernos del Sur han sido
reacios a adoptar. La OPEC todavía boicotea las decisiones sobre el efecto
invernadero en lugar de aplicar ecotasas al petróleo en origen. En el Sur, las
reclamaciones por la deuda ecológica han estado relacionadas con el debate
sobre el rechazo del pago de la deuda externa, como en la Campaña Jubileo
2000. En el Norte, existe la posibilidad, dado sus boyantes condiciones
financieras, que en lugar de un “ajuste ecológico”, la opción tomada sea la de
compensar la deuda ecológica con la condonación de la deuda externa, o el
pago de 60.000 millones de dólares por año por los derechos de sumidero de
3000 millones de toneladas de carbono. Si se realizara ese pago, las emisiones
globales de CO 2 cambiarían sólo en la pequeña medida en la que la intensidad
de carbono de los bienes y servicios comprados con los 60 mil millones de
dólares fuera diferente en el Norte y en el Sur. Existe, pues, el peligro de que la
aplicación del principio de “el que contamina, paga” no conduzca a reducciones
de CO2. Por tanto debería haber en este caso una condicionalidad que podría
ser aceptada por el Sur. Se condona la deuda externa, o se paga
compensación por las emisiones de carbono, pero el dinero extra debe
gastarse en tecnologías como energía solar. En cualquier caso, el lenguaje de
la seguridad ambiental o (¿por qué no?) del racismo ambiental podría usarse
conjuntamente con el lenguaje de la deuda ecológica (sobre otros aspectos de
la Deuda Ecológica, consultar www.cosmovisiones.com).
Rio Grande do Sul- una zona libre de transgénicos?
El café cultivado a la sombra junto a otros cultivos tiene muchas virtudes en
comparación al monocultivo de café (Moguel y Toledo, 1999). Brasil ha sido un
gran exportador de café pero no tiene una producción significativa de café a la
som bra. Esta no es una tierra de campesinos agroecológicos tradicionales sino
una tierra con una historia de plantaciones esclavistas de azúcar y café y casi
total destrucción de la selva atlántica. Brasil no es un lugar para agroecólogos
románticos, como las tierras altas de los Andes o los territorios de los Maya. La
papa en Brasil se llama batata inglesa (claro que en México a los maíces
indígenas se les llama maíces criollos!). Hay grupos indígenas en Brasil que
32
conocen plantas medicinales y hay conocimiento indígena sobre insectos
comestibles. La introducción de los derechos de propiedad intelectual indígena
ha sido propugnada por la antropología brasileña, a partir de lo trabajos de
Darrell Posey. Existen muchas historias bien conocidas sobre biopiratería (el
ipecac, o más recientemente el jaborandi para el glaucoma, sin hablar del
caucho) y muchos ejemplos de transferencia gratuita de conocimiento indígena.
No existe sin embargo en Brasil un amplio campesinado agroecológico, ni
extendido orgullo agroecológico indígena. No ha habido casos controvertidos
políticamente de biopiratería agrícola, como la quinua en Bolivia, aunque Brasil
contiene muchas variedades interesantes de maíz, y por supuesto, de yuca,
elemento principal de la dieta tanto de los brasileños pobres como de los
africanos que obtuvieron la planta desde América.
Si no existe un campesinado agroecológico, en cambio sí hay en Brasil un
movimiento fuerte y famoso en todo el mundo en defensa de la reforma agraria,
el Movimiento de los Sin Tierra (MTS), cuyo origen social está en Río Grande
do Sul. En 1999, el MST se declaró en contra de los cultivos transgénicos. El
contexto era la prohibición de la soja modificada genéticamente en Río Grande
do Sul por el gobierno estatal. Aunque el gobierno y la judicatura en Río
Grande do Sul cambien su actitud contra los transgénicos debido a la oposición
interna en el estado o por la legislación federal, su actitud habrá servido para
impulsar al MST en una dirección ecológica. Este es un movimiento que
iniciaron hijos e hijas de pequeños granjeros de descendencia alemana e
italiana. El MST se ha expandido a lo largo de todo el país, resistió la represión
armada violenta en Paraná, Para y otros estados. Su táctica consiste en
ocupar, asentarse y cultivar inmediatamente las grandes propiedades no
cultivadas. La invasión de las tierras se realiza a través de una acción directa
de masas pacífica, con énfasis en la producción de comida para subsistencia,
pero también con una perspectiva tecnológica productivista contra los
propietarios absentistas y los grileiros (especuladores que se apropian de
grandes extensiones de tierras de forma ilegal) que se supone que son tan
ricos que no se preocupan de producir más. Muchos líderes del MST también
son miembros del Partido de los Trabajadores aunque el MST está más a la
izquierda. La cuestión de los transgénicos ha hecho nacer una discusión amplia
sobre tecnología agrícola, dentro del MST, que estaba ausente hasta ahora, en
un país en el que como Ignacy Sachs dijo una vez, “podría ser un paraíso rural,
pero se está convirtiendo en un infierno urbano”(Padua, 1996). El MST apoya
la emigración desde las chabolas de las ciudades hacia nuevos asentamientos
rurales.
La alarma europea sobre los alimentos modificados genéticamente es bien
conocida en América. Fue liderada por consumidores preocupados por la
incertidumbre sobre los riesgos para la salud, fuertemente apoyados por
grupos campesinos franceses, que creen que la defensa de la agricultura
europea descansa más en producir con diferentes niveles de calidad que los
grandes países exportadores. Hay una persistente sospecha que la política
europea contra la carne de vacuno con hormonas o contra los cultivos
transgénicos importados, está motivada no sólo por los riegos contra la salud,
sino por un proteccionismo favorable a los agricultores europeos. Además, se
ha dicho, muchos enemigos de los productos modificados genéticamente
33
sufren un “síndrome de stress post-traumático
relacionado con todos los
aspectos de la seguridad de los alimentos, tras la reciente crisis de encefalitis
espongiforme bovina”. Otro síndrome europeo es la tendencia de la “soberanía
culinaria”, no sólo contra los productos modificados genéticamente sino
también contra MacDonald y CocaCola. “Todo esto se puede esperar de
consumidores
del
alto
nivel
económico,
economías
de
mercado
postmaterialistas (sic)” (Paarlberg, 2000,21).
No es tan conocida en el mundo la resistencia local en Río Grande do Sul
desde 1998 contra los alimentos modificados genéticamente, especialmente la
soja. La prohibición total del gobierno estatal a la soja transgénica no
representa un proteccionismo ambiental sino su reverso, la resistencia
a
incrementar exportaciones por el daño o incertidumbre sobre riesgos
ambientales locales. Es una resistencia similar a la resistencia contra la minería
de cobre, o las exportaciones de camarones o las exportaciones de petróleo en
otros países del Sur. En Brasil hay apoyo no sólo de ONGs sino también del
poder ejecutivo local y del poder judicial.
Que un país productor líder de soja para exportación prohiba cultivos
transgénicos, favorece mucho que surja un mercado separado para la soja
“orgánica”. También da argumentos contra el maíz transgénico, pues el maíz
es indígena del nuevo mundo, y tiene más parientes silvestres y hay, pues,
más riesgos ambientales que con la soja transgénica. El maíz y soja son los
piensos más importantes en un régimen alimentario mundial que se dirige a un
incremento del consumo de carne.
El llamado Grupo de Miami de países exportadores agrícolas liderados por
Estados Unidos incluye Argentina, Australia, Canadá, Chile y Uruguay. Este
coherente sexteto transgénico son países que encajan en la staple theory of
growth, son países “neoeuropeos” como les llamó Alfred Crosby, son países
con agricultura de colonos europeos, como los llama H. Friedman; un grupo
que se opuso hasta enero del 2000 a una negociación del Protocolo de
Bioseguridad, añadido a la Convención sobre Biodiversidad, insistiendo en la
libre exportación de cultivos transgénicos. Chile no está interesado realmente
en las exportaciones de maíz y soja, sino quizá potencialmente en la madera
transgénica, y en cualquier caso, ha actuado por principios neoliberales y de
fidelidad colonial. Sin embargo, el apoyo para los cultivos transgénicos en
algunos de los países en el grupo de mayores exportadores agrícolas es
precario porque existe una dependencia del exterior para adquirir la tecnología,
hay riesgo ambiental y pueden encontrarse con una actitud reacia de los
consumidores en los países importadores. El Grupo de Miami no incluye a
Brasil, un tanto a favor de Fernando Henrique Cardoso. La línea del Grupo de
Miami ha sido de oposición a la Unión Europea y también al grupo de países
incluidos en el G-77 más China (G-77 excepto Chile, Uruguay y Argentina que
es el segundo productor mundial de soja transgénica tras Estados Unidos).
El Protocolo de Bioseguridad se basa en el requisito de consentimiento previo e
informado para consumir productos transgénicos. El artículo 19 (3) de la
Convención sobre Biodiversidad de 1992 apunta que los participantes deberán
considerar la necesidad y modalidades de un protocolo que ordene
34
procedimientos adecuados incluyendo, en particular, un acuerdo sobre la
seguridad de las transferencias de organismos modificados resultantes de
biotecnología que puedan tener efectos adversos en la conservación y uso
sustentable de la diversidad biológica. El procedimiento de “consentimiento
previo informado” obligaría a los países a asegurar que sus exportadores dan
notificación previa a los países importadores para permitirles efectuar una
valoración del riesgo del producto genéticamente modificado antes de aprobar
su importación.. En enero del 2000, Estados Unidos (que no ha ratificado la
Convención de la Diversidad Biológica de 1992), impidió a través del Grupo de
Miami en una reunión en Montreal, como había hecho un año antes en
Cartagena de Indias, los intentos de regular de forma severa las exportaciones
de productos transgénicos. Un protocolo de bioseguridad fue finalmente
firmado, con el mismo rango que los acuerdos de la Organización Mundial de
Comercio (y no inferior rango como Estados Unidos propuso inicialmente), bajo
el que los exportadores están vagamente sujetos a ser requeridos a aplicar el
“etiquetado” para los envíos que contengan bienes de consumo modificados
genéticamente. Esto puede conducir a una mercado internacional de dos
niveles, con un estímulo a la soja y el maíz no-modificado.
En mayo de 1999, el Ministro Federal brasileño de Agricultura había autorizado
la soja roundup-ready de Monsanto, pero un tribunal federal estableció que
Monsanto y su filial brasileña, Monsoy, no podían comercializar las semillas
antes que el gobierno estableciese las reglas pertinentes de impacto ambiental
y de etiquetado y bioseguridad para organismos modificados genéticamente.
Esta fue la respuesta a la acción judicial iniciada por el Instituto Brasileño de
Defensa del Consumidor y Greenpeace, en la que argumentaban que la
Constitución establecía evaluaciones de impacto ambiental para cualquier
innovación que repercutiese en el medio ambiente. El Juez Antonio Souza
Prudente (éste es su nombre real) declaró que “la irresponsable precipitación
en introducir los avances de ingeniería genética está inspirada por la codicia de
la globalización económica”. Así se conecta lo local con lo global. La escala del
conflicto es mundial. Monsanto apeló, y en 2000 ha habido posteriores
decisiones judiciales contrarias a Monsanto. Hay grandes beneficios
potenciales para quien capture el mercado de semillas de soja brasileño. Por
tanto, la situación en Brasil era que la soja genéticamente modificada fue
prohibida por el gobierno estatal en Río Grande, y por las cortes.
El Partido de los Trabajadores ha estado en el poder en Porto Alegre, capital
de Río Grande do Sul, durante muchos años. Ha realizado un famoso
experimento social llamado “elaboración participativa de presupuestos” a
escala municipal. Por un estrecho margen, accedió al poder en este estado en
enero 1999, aunque tiene una minoría en la asamblea legislativa. Río Grande
do Sul es un estado con una fuerte identidad, conocidos como gauchos. Porto
Alegre tiene una larga historia de movimiento ambiental desde los primeros
años 1970, a través de la persona de Jose Lutzenberger.
El nuevo
gobernador, y antes de él, el Secretario de Agricultura, fueron convencidos por
las ONGs (Centro Ecologico y la Cooperativa de consumidores y productores
Colmeia) de que junto a los riesgos ambientales y de salud, la introducción de
cultivos modificados resultaría en una pérdida de soberanía sobre la
producción de semillas. Las ONGs locales fueron apoyadas por expertos
35
procedentes del servicio de extensión agrícola estatal, tales como Angela
Cordeiro y por ONGs internacionales como RAFI y GRAIN con informes sobre
riesgos ambientales. Monsanto había estado comprando compañías brasileñas
productoras de semillas, que usaban el conocimiento desarrollado por
Embrapa, corporación pública parcialmente privatizada no hace mucho tiempo.
Monsanto estaba intentando evitar la producción brasileña de semillas, y Río
Grande do Sul es el mayor productor de semillas en Brasil. El gobierno estatal
también se vió afectado porque las semillas industriales patentadas, primero de
soja, más tarde de maíz,
no podían ser usadas gratis por pequeños y
medianos productores, dominantes en la escena agrícola del estado. La
cabeza visible del programa de inspección en Río Grande do Sul, Marta Elena
Angelo Levien, que en la época de siembra de 1999 estaba intentando evitar
que algunos productores sembraran soja transgénica procedente de
contrabando de Argentina, apuntó que la siembra de soja era una cuestión de
seguridad nacional: “es una tecnología que está dominada por un pequeño
grupo de empresarios que forman un cartel. Si adoptamos cultivos
transgénicos, Brasil pasaría a ser dependiente de una oligarquía de la
tecnología alimentaria”13.
Los enemigos de los cultivos modificados genéticamente fueron animados por
el pleito iniciado contra Monsanto en el Distrito de Columbia el 14 de Diciembre
de 1999 (recogido en el Wall Street Journal del mismo día) por parte de
productores de Iowa, Indiana, pero también de Francia y también
potencialmente del resto del mundo. Los demandantes buscan que Monsanto
pare lo que está haciendo y también compense los daños causados. Las dos
principales razones son que está monopolizando o intentando monopolizar las
semillas de soja y maíz y que está renunciando a realizar tests adecuados de
los cultivos y semillas modificados acerca de los efectos sobre la salud humana
y la seguridad ambiental. En Argentina hay ciertamente una ausencia de
controles no sólo en los ensayos de cultivos sino en campos a gran escala.
El conflicto sobre la seguridad de los cultivos modificados genéticamente podía
resolverse aparentemente obligando a compañías como Monsanto a tomar
seguros o a depositar una fianza para compensar futuros posibles daños,
internalizando las externalidades desde una perspectiva económica. Sin
embargo,
las
consecuencias
de
introducir
organismos
modificados
genéticamente son científicamente inciertas, mientras que la decisión es
urgente. ¿Cómo asignar un valor-monetario actualizado a costos futuros
inciertos sobre la salud humana y el medio ambiente? ¿Ya no hay nada
sagrado? – dirían algunos.
Conclusiones.
En el libro que estoy escribiendo sobre el Ecologismo de los Pobres estoy
recopilando muchos otros conflictos ecológicos, viendo cuáles son los
13
Las principales fuentes para escribir esta sección están en Seedlings (GRAIN), 16 (3) y 16
(4), 1999. El reportaje de Silvia Ribeiro en Ecología Política, 18, 1999 y el artículo de Steve
Stecklow y Matt Moffett en Wall Street Journal , 28 Diciembre 1999. También me he beneficiado
de mi amistad con algunos de los actores del conflicto, tales como la agrónoma María José
Guazelli.
36
lenguajes de valoración empleados. Un mismo actor puede emplear varios
lenguajes. Los pobres suelen ser versátiles. Las compañías transnacionales
prefieren el lenguaje costo-beneficio al lenguaje de lo sagrado, o al lenguaje del
valor de los ecosistemas o paisajes. Se pueden apuntar algunas otras
conclusiones ahora mismo. Las fronteras del petróleo y del gas, del aluminio y
del cobre, de la soja transgénica y del eucalipto, de los residuos nucleares, se
extienden sobre nuevos territorios. La búsqueda de recursos genéticos, de oro,
de fosfatos, de camarones y de aceite de palma, de nuevos bancos de pesca,
de aguas superficiales y subterráneas, de sumideros de carbono, cubre todo el
globo. La economía no se está “desmaterializando” (Opschoor, 1995, Bunker,
1996; Ayres y Ayres, 1996, De Bruyn y Opschoor, 1997; World Resources Inst.
et al 1997, Cleveland and Ruth, 1998, Naredo y Valero, 1999). Los impactos
ambientales serán sufridos por las futuras generaciones de humanos y son
percibidos de forma evidente por otras especies. Algunos recaen ya de forma
desproporcionada sobre determinados grupos humanos. Incluso sin
crecimiento económico, algunos recursos y sumideros se agotarán al nivel
actual de uso. Por tanto, un movimiento de Justicia Ambiental, también llamado
“ecologismo de los pobres” (Guha y Martínez Alier, 1997, 1999; Guha 2000),
“ecología de la subsistencia” (Garí, 2000) incluso “ecología de liberación” (Peet
y Watts, 1996), está creciendo en todo el mundo. En este artículo, he descrito
algunos conflictos en torno a la minería de cobre, al uso de los manglares, a la
biopiratería y bioseguridad, al llamado “racismo ambiental” en los Estados
Unidos y Sudáfrica, y sobre los derechos de propiedad de sumideros de
carbón. Dichos conflictos ecológico-distributivos son objeto de estudio de la
Ecología Política, un nuevo campo de estudio creado por geógrafos,
antropólogos y sociólogos ambientales. Estos son conflictos sobre la incidencia
social de la contaminación, sobre el reparto de los riesgos ambientales
inciertos, sobre la pérdida de acceso a recursos y servicios ambientales.
Interpreto dichos conflictos sobre un telón de fondo de deterioro físico y crisis
de los recursos. Mucha investigación queda por hacer en estos y otros casos,
acerca de las formas adoptadas por dichos conflictos, su liderazgo y
composición, la interconexión entre actores locales y redes internacionales, las
condiciones de su eficacia, su relación con diferentes órganos estatales, sus
vínculos con el feminismo y conflictos de clase. Muchos de estos conflictos,
dentro y fuera del mercado, se originan por el choque entre economía y medio
ambiente que es analizado por la Economía Ecológica.
La Economía Ecológica es un nuevo campo creado principalmente por
ecologistas y economistas que se esfuerzan por “tener en cuenta la naturaleza”
no sólo en términos monetarios sino también en términos físicos y sociales.
Así, este artículo es una contribución a la Ecología Política y la Economía
Ecológica, y establece vínculos entre ellas. El movimiento de Justicia
Ambiental (local y global) conduce la economía hacia la sustentabilidad
ecológica. Este es el primer vínculo entre Ecología Política, como el estudio de
los conflictos ecológicos distributivos, y las Economía Ecológica como estudio
de la (no) sustentabilidad de la economía, con sus urgencias e incertidumbres.
Los conflictos ecológicos son, a veces, expresados como discrepancias de
valoración en el marco de un solo standard de valor (como cuando hay una
disputa reclamando compensación monetaria por una deuda ecológica o pasivo
ambiental), pero con frecuencia la discrepancia recae sobre los standards de
37
valor adecuados. Son disputas o diálogos multi-criteriales. Cuando el estudio
de un conflicto ecológico distributivo revela un enfrentamiento de valores
inconmensurables, entonces la Ecología Política está ayudando al desarrollo
de la Economía Ecológica, a que realice sus cálculos no sólo en términos
monetarios sino también físicos y sociales, poniendo el pluralismo de valores
en el centro de sus análisis. Este es un segundo vínculo entre Ecología Política
y Economía Ecológica.
La Justicia Ambiental es una fuerza a favor de la sustentabilidad.
La Ecología Política es un campo de estudio que inicialmente estableció
relaciones entre degradación de la tierra y estructuras sociales en países del
Tercer Mundo (Blaikie y Brookfield, 1987). Hoy, el movim iento ambiental
mundial continúa siendo dominado por dos corrientes principales, primero, el
culto a la vida silvestre, y segundo, de forma creciente, el evangelio de la
ecoeficiencia (o “modernización ecológica” o “desarrollo sustentable”) (Guha y
Martínez Alier, 1999). Hay esperanzas de “desmaterialización” pero no hay
evidencia de las “curvas ambientales de Kuznets” para muchos impactos; mejor
dicho, el nivel de ingresos en el que el crecimiento económico produce
suficiente dinero para encontrar remedio para el medio ambiente, es un nivel de
ingresos alto en el que muchos daños ya se ha acumulado. Por ejemplo, es
fácil corregir emisiones de dióxido de azufre en fundiciones de cobre, o en
ciudades (“el smog de Londres”) incluso con un nivel relativamente bajo de
ingresos, pero el smog de Los Ángeles, principalmente producido por el uso
creciente de coche, aumenta con un nivel de ingresos. También, la
biodiversidad desaparece por causa del crecimiento económico, sin posible
remedio a dicha pérdida, es “demasiado tarde para ser verde”.
Una tercera corriente del ambientalismo está creciendo en todo del mundo. La
Justicia Ambiental en los Estados Unidos, el “ecologismo de los pobres” en el
Tercer Mundo, combinan una preocupación sobre el medio ambiente con una
inquietud más visible por la justicia social. Esos conflictos -desde el movimiento
Chipko a las batallas antitóxicos- están alcanzando una mayor extensión y
alterando la verdadera naturaleza del ambientalismo.... ¿Son ellos la base para
una cambio social radical? ¿Son ellos (simplemente) ejemplos del paisaje
político fragmentado del postmodernismo? (Pulido, 1996, XIII). Mi trabajo no es
postmodernista.
Hay regularidades en los conflictos históricos y
contemporáneos, contra el dióxido de azufre en fundiciones de cobre, en
defensa de los manglares en Tailandia o Ecuador, contra la biopiratería en el
Sur de Asia y en la América Andina y Amazónica. Intento facilitar una respuesta
a las quejas de Raymond Bryant, que los ecologistas políticos no han
desarrollado una alternativa al concepto del desarrollo sustentable (Bryant y
Bailey, 1997,4). La respuesta es que “la justicia ambiental y el ecologismo de
los pobres son los principales factores en la búsqueda de la sustentabilidad”.
Disputas sobre los valores.
Partiendo de la premisa que el crecimiento económico produce daños en el
medio ambiente, hemos visto diversos conflictos que no son sólo conflictos de
intereses, sino conflictos de valores. Hace treinta años, en la isla de
38
Bouganville, la Compañía Río Tinto Zinc estuvo envuelta en problemas a pesar
del acuerdo que tenía con el gobierno de Papua-Nueva Guinea (soberano
sobre dicha isla), para explotar la que fue considerada como la más rentable
mina de oro y cobre del mundo. Allá por 1974, se supo que “los nativos de
Bouganville habían dejado de arrojar geólogos al mar desde que la compañía
(RTZ) se declaró dispuesta a compensarles por lo que les había arrebatado
con dinero y otros servicios materiales”. Sin embargo, también se supo que el
dinero no era la cuestión: “las comunidades afectadas dieron la mayor
importancia a la tierra al ser el recurso básico para mantener su nivel de vida.
La tierra era la base para sentirse seguros, y el foco de muchas de sus
actividades religiosas. Aparte de ser compensados con pagos y rentas, el
resentimiento local por haberles arrebatado la tierra seguía vivo, y hay una
fuerte oposición a cualquier expansión de la actividad minera en Bouganville
tanto por la citada compañía, por el gobierno o cualquier otro” (Mezger, 1980,
195). Finalmente, la pequeña isla de 160.000 habitantes se convulsionó por
una guerra secesionista a finales de la década de los 1980.
Shiv Visnavathan (1997:238) sugiere que para defender el río Narmada,
Ghandi no habría discutido los resultados del análisis de costo-beneficio, se
hubiera convertido en un peregrino haciendo un parikrama del río: “el libro de
un contable no es lo mismo que el rito de un entierro”. ¿Cuál es el “costo de la
vida”, en qué moneda debería ser pagado? - se cuestiona Arundhati Roy.
DiChiro (1998) describe el sentimiento en el First Environmental Justice
Summit, en Washington D.C. en 1991, entre los delegados afroamericanos de
los barrios céntricos de las ciudades, cuando escuchaban las afirmaciones de
los americanos-nativos sobre “nuestros hermanos y hermanas, las ballenas”.
Berkes (1999) documenta de forma cuidadosa el papel de las creencias
sagradas en el manejo de recursos pesqueros por los Cree. El primer principio
de Justicia Ambiental de la lista de 17,ç aprobados en la citada conferencia de
1991, afirma el “carácter sagrado de la Madre Naturaleza, la unidad ecológica y
la interdependencia de todas las especies, junto al derecho a estar libres de la
destrucción ecológica”. Otros principios reclaman de forma incongruente una
compensación total (equivalente) para los daños ambientales. Zimmerer (1996)
comenta que la erosión de suelos es explicada a veces por los campesinos
quechuas en Cochabamba, Bolivia, en términos de furia de la Pachamama por
la ausencia de rituales apropiados para ella. Antonio Machado escribió, “todo
necio confunde valor y precio”. Hay muchos valores, que entre sí no son
conmensurables.
Siempre que hay conflictos ecológicos no resueltos, es probable que haya una
discrepancia sobre los criterios de la valoración (Faucheux y O´Connor, 1998;
Funtowicz y Ravetz, 1994; Martínez Alier, Munda y O´Neill, 1998, 1999;
Martínez Alier y O´Connor, 1996, 1999; O´Connor y Spash, 1999). En cualquier
caso, los diferentes intereses pueden ser defendidos bien insistiendo en las
discrepancias de valoración dentro del mismo tipo de valor o bien acudiendo a
descripciones no-equivalentes de la realidad,. a diferentes tipos de valor. Por
ejemplo, podemos decir “mientras que los humanos valen distinto en la escala
económica (vean sus pólizas de seguros de vida o las cuentas del Panel
Internacional de Cambio Climático) todos tienen el mismo valor en la escala de
dignidad humana”. Si alguien o algo es “muy valioso” o “no muy valioso”, esto
39
es una afirmación elíptica que requiere la siguiente pregunta: ¿en qué estándar
de valoración? (O´Neill, 1993). Para la política, una aproximación multicriterial
no-compensatoria o una evaluación integrada que abarque una pluralidad de
valores inconmensurables, es más sensata que fiarse de los resultados del
análisis costo-beneficio (Munda, 1995, Martínez Alier, Munda y O´Neill, 1998,
1999).
En situaciones complejas determinadas por incertidumbres y sinergias, la
aproximación disciplinaria de los expertos (cada uno de ellos con su estándar
de valor) no es apropiada. De ahí que, la inconmensurabilidad proviene no sólo
de los diferentes intereses y valores sino de la propia complejidad. “En primer
lugar (escriben los teóricos de la ciencia postnormal, Funtowicz y Ravetz, 1994)
el valor monetario será visto com o una medida de un aspecto del valor que
refleja un tipo particular de intereses, expresados de forma prioritaria por el
mercado (o a través de mercados ficticios en valoraciones contingentes). Elegir
cualquier definición operacional particular de valor implica tomar una decisión
sobre lo que es importante y real; otras definiciones reflejaran los intereses de
otros afectados... Esto supone una pluralidad de perspectivas y valores
legítimos...”. “Esta divergencia en las perspectivas de valoración (añaden los
economistas ecológicos O´Connor y Spash, 1999,5) puede ser introducida en
términos de dos concepciones diferentes de internalización. El diagnóstico en
ambos casos es que los que toman las decisiones han errado a la hora de
considerar de forma adecuada los impactos de la actividad humana sobre el
medio ambiente y el remedio es tener en cuenta el medio ambiente. Las dos
formulaciones son:
a. Internalización de los daños ambientales en un sentido estricto, con
referencia a la idea de Pareto sobre la eficiencia en la asignación de
recursos.
b. Internalización en sentido amplio, refiriéndonos a procesos políticos e
instituciones para expresar y resolver (o exacerbar) los conflictos
ambientales.
El idioma que se usa en los conflictos ecológicos distributivos es a veces el de
la valoración monetaria. Puede ser el análisis costo-beneficio o de forma más
general, la “internalización de las externalidades” en sentido estricto. Yo mismo
he usado este lenguaje en este mismo artículo en el cálculo de un acápite de la
Deuda Ecológica, la deuda por las emisiones de carbono. Pero con frecuencia
se usan lenguajes completamente fuera del mercado. Por ejemplo, los valores
ecológicos de los ecosistemas (en términos de producción de biomasa, o en
términos de riqueza de especies), el respecto a su carácter sagrado, la
necesidad ineludible de la subsistencia humana, los derechos de los animales,
la dignidad de la vida humana, la demanda de seguridad alimentaria y
ambiental, la defensa de la identidad cultural y los derechos territoriales
indígenas, el valor estético de los paisajes, el valor de los derechos humanos,
la lucha contra el racismo... ¿Quién tiene el poder político para imponer un
lenguaje de valoración más que otros?
40
Descargar