Justicia Penal Juvenil

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Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Justicia Penal Juvenil
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Virginia Murillo Herrera
Programa Justicia penal Juvenil-DNI: Proyecto de Justicia Penal Juvenil
Diseño Gráfico: Orden Visual S.A.
Impresión: Colorgraf S.A.
Publicación auspiciada por: Kerkinactie - Ministerios Globales de la Iglesia
Protestante en Holanda.
© 2006 - Defensa de Niñas y Niños - Internacional,
DNI. Todos los Derechos Reservados. Se permite la
publicación total y o parcial, siempre y cuando se cite
la fuente y se envíe copia a DNI.
345.03
I59i
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales.
Justicia Penal Juvenil / Defensa de Niñas y Niños
Internacional. Sección Costa Rica San José, C.R. : Colorgraf,
2006.
120 p.
ISBN 9968-853-41-0
1. ADOLESCENTES. 2. PRISIONES. 3. AMÉRICA
CENTRAL.4. INSTITUCIONES PENALES. 5. SANCIONES
PENALES. 6. PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD. 7.
DERECHOS DEL NIÑO. 8. DELINCUENCIA JUVENIL. 9.
LEGISLACIÓN PENAL JUVENIL. I. Defensa de Niñas y Niños
Internacional (DNI). Sección Costa Rica.
2 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Contenido
Presentación
5
Artículos 37 y 40 de la Convención sobre
los Derechos del Niño
7
Ley Nº 7576 LEY DE JUSTICIA PENAL JUVENIL
TÍTULO PRIMERO
Capítulo I Disposiciones generales
Capítulo II Derechos y garantías fundamentales
TÍTULO SEGUNDO
Capítulo I Órganos encargados de administrar justicia
Capítulo II Sujetos procesales
TÍTULO TERCERO
Capítulo I Disposiciones generales
Capítulo II Conciliación
Capítulo III El proceso penal juvenil
Capítulo IV Prescripción
Capítulo V Recursos
TÍTULO CUARTO
Capítulo I Disposiciones generales
Capítulo II Definición de sanciones
Capítulo III Ejecución y control de las sanciones
Ley Nº 8460 EJECUCIÓN DE LAS SANCIONES PENALES JUVENILES
TÍTULO PRIMERO
CAPÍTULO I Ámbito de aplicación
CAPÍTULO II Principios generales
CAPÍTULO III Objetivos, condiciones mínimas y plan de ejecución
CAPÍTULO IV Autoridades de la ejecución
CAPÍTULO V Procedimiento y recursos
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41
41
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44
46
TÍTULO SEGUNDO
CAPÍTULO I Ejecución de las sanciones socioeducativas
CAPÍTULO II Ejecución de las órdenes de orientación y supervisión
49
51
TÍTULO TERCERO
CAPÍTULO I Internamiento domiciliario y en tiempo libre
CAPÍTULO II Internamiento en centros especializados
SECCIÓN I
SECCIÓN II
SECCIÓN III
CAPÍTULO III Medidas disciplinarias
CAPÍTULO IV Procedimiento disciplinario
Disposiciones finales
56
57
57
60
64
66
69
69
Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la
administración de la justicia de menores
(“Reglas de Beijing”)
Justicia Penal Juvenil
71
DNI / 3
Primera parte.
Segunda parte.
Tercera parte.
Cuarta parte.
Quinta parte.
Sexta parte.
4 / DNI
Principios generales
Investigación y procedimiento
De la sentencia y la resolución
Tratamiento fuera de los establecimientos penitenciarios
Tratamiento en establecimientos penitenciarios
Investigación, planificación, y formulación y evaluación
de políticas
73
78
82
88
89
92
Directrices de las Naciones Unidas para la prevención
de la delincuencia juvenil. (Directrices de Riad).
I. Principios fundamentales
II. Alcance de las Directrices
III. Prevención general
IV. Procesos de socialización
V. Política social
VI. Legislación y administración de la justicia de menores
VII. Investigación, formulación de normas y coordinación
95
96
96
97
101
102
103
Reglas de las Naciones Unidas
para la protección de los menores
privados de libertad.
I. Perspectivas fundamentales
II. Alcance y aplicación de las Reglas
III. Menores detenidos o en prisión preventiva
IV. La administración de los centros de menores
V. Personal
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106
107
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109
118
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
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Presentación
A partir de la aprobación en Naciones Unidas en 1989, de la
Convención sobre los Derechos del Niño, se inició en Latinoamérica
el proceso de su ratificación. Costa Rica lo hizo en 1990 y desde
entonces se ha venido produciendo su desarrollo o adecuación
legislativa. Con la vigencia de la Convención se inicia un proceso
de construcción del nuevo paradigma de la Protección Integral, que
busca y debe superar el viejo paradigma de la Situación Irregular.
En el largo camino por la plena vigencia y realización de los
derechos de la personas menores de edad, Defensa de Niñas y
Niños Internacional DNI-Costa Rica, ha venido realizando aportes
a la construcción del Sistema Especializado de Justicia Penal Juvenil,
pues constituye un derecho previsto en la Convención (Art.40.3)
y es condición necesaria para que las personas adolescentes y
jóvenes en conflicto con la Ley penal, encuentren un abordaje por
parte del Estado, capaz de contribuir eficazmente a la conformación
de su ciudadanía; lo que es posible si simultáneamente accesan al
ejercicio de sus Derechos Humanos (civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales) y asumen responsabilidad por los delitos y el
daño causado a las personas o a la comunidad.
El proyecto de Justicia Penal Juvenil que actualmente ejecuta
DNI en 8 países latinoamericanos incluyendo a Costa Rica, quiere
ofrecer esta publicación, como un compendio normativo que sirva
de herramienta de primera mano a los actores/as que laboran en
el ámbito del Poder Judicial y el Programa Nacional de Atención a
la Población Penal Juvenil.
Hemos seleccionado la normativa de la Doctrina de la
Protección Integral que tiene aplicación específica y directa en la
Justicia Penal Juvenil así: De los Instrumentos Internacionales: los
Artículos 37 y 40 de la Convención Sobre los Derechos del Niño,
las Reglas de Beijing, las Directrices de RIAD y las Reglas de las
Naciones Unidas para la Protección de los Menores Privados de
Libertad. De la normativa nacional: La Ley de Justicia Penal Juvenil y
la Ley de Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles.
Esperamos así que el Proyecto de Justicia Penal Juvenil, ofrezca
una herramienta que sirva de impulso a la aplicación práctica de
las normas que favorecen el cumplimiento de los Derechos de las
Personas Adolescentes y Jóvenes en conflicto con la Ley penal.
Virginia Murillo Herrera
Presidenta Ejecutiva DNI - Costa Rica
Justicia Penal Juvenil
DNI / 5
6 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Artículos 37 y 40
de la Convención sobre
los Derechos del Niño
Artículo 37
Los Estados Partes velarán por que:
a) Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos
o degradantes. No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de
excarcelación por delitos cometidos por menores de 18 años de edad;
b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La detención, el
encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad con la ley y se utilizará
tan sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda;
c) Todo niño privado de libertad sea tratado con la humanidad y el respeto que merece la
dignidad inherente a la persona humana, y de manera que se tengan en cuenta las necesidades
de las personas de su edad. En particular, todo niño privado de libertad estará separado de
los adultos, a menos que ello se considere contrario al interés superior del niño, y tendrá
derecho a mantener contacto con su familia por medio de correspondencia y de visitas, salvo
en circunstancias excepcionales;
d) Todo niño privado de su libertad tendrá derecho a un pronto acceso a la asistencia
jurídica y otra asistencia adecuada, así como derecho a impugnar la legalidad de la privación de
su libertad ante un tribunal u otra autoridad competente, independiente e imparcial y a una
pronta decisión sobre dicha acción.
Artículo 40
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño de quien se alegue que ha
infringido las leyes penales o a quien se acuse o declare culpable de haber infringido esas
leyes a ser tratado de manera acorde con el fomento de su sentido de la dignidad y el valor,
que fortalezca el respeto del niño por los derechos humanos y las libertades fundamentales
de terceros y en la que se tengan en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la
reintegración del niño y de que éste asuma una función constructiva en la sociedad.
2. Con este fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los instrumentos
internacionales, los Estados Partes garantizarán, en particular:
a) Que no se alegue que ningún niño ha infringido las leyes penales, ni se acuse o
declare culpable a ningún niño de haber infringido esas leyes, por actos u omisiones que
no estaban prohibidos por las leyes nacionales o internacionales en el momento en que
se cometieron;
b) Que a todo niño del que se alegue que ha infringido las leyes penales o a quien
se acuse de haber infringido esas leyes se le garantice, por lo menos, lo siguiente:
i) Que se lo presumirá inocente mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a
la ley;
ii) Que será informado sin demora y directamente o, cuando sea procedente,
por intermedio de sus padres o sus representantes legales, de los cargos que
Justicia Penal Juvenil
/ art. 37 y 40 - Convención sobre los Derechos del Niño
DNI / 7
pesan contra él y que dispondrá de asistencia jurídica u otra asistencia
apropiada en la preparación y presentación de su defensa;
iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano
judicial competente, independiente e imparcial en una audiencia
equitativa conforme a la ley, en presencia de un asesor jurídico u otro
tipo de asesor adecuado y, a menos que se considerare que ello fuere
contrario al interés superior del niño, teniendo en cuenta en particular
su edad o situación y a sus padres o representantes legales;
iv) Que no será obligado a prestar testimonio o a declararse culpable,
que podrá interrogar o hacer que se interrogue a testigos de cargo y
obtener la participación y el interrogatorio de testigos de descargo en
condiciones de igualdad;
v) Si se considerare que ha infringido, en efecto, las leyes penales, que esta
decisión y toda medida impuesta a consecuencia de ella, serán sometidas
a una autoridad u órgano judicial superior competente, independiente e
imparcial, conforme a la ley;
vi) Que el niño contará con la asistencia gratuita de un intérprete si no
comprende o no habla el idioma utilizado;
vii) Que se respetará plenamente su vida privada en todas las fases del
procedimiento.
3. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para promover el
establecimiento de leyes, procedimientos, autoridades e instituciones específicos para
los niños de quienes se alegue que han infringido las leyes penales o a quienes se acuse
o declare culpables de haber infringido esas leyes, y en particular:
a) El establecimiento de una edad mínima antes de la cual se presumirá que
los niños no tienen capacidad para infringir las leyes penales;
b) Siempre que sea apropiado y deseable, la adopción de medidas para
tratar a esos niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendimiento
de que se respetarán plenamente los derechos humanos y las garantías legales.
4. Se dispondrá de diversas medidas, tales como el cuidado, las órdenes de
orientación y supervisión, el asesoramiento, la libertad vigilada, la colocación en
hogares de guarda, los programas de enseñanza y formación profesional, así como
otras posibilidades alternativas a la internación en instituciones, para asegurar que los
niños sean tratados de manera apropiada para su bienestar y que guarde proporción
tanto con sus circunstancias como con la infracción.
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Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
7576
LEY DE JUSTICIA
PENAL JUVENIL
LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA
DECRETA:
TÍTULO PRIMERO
Capítulo I
Disposiciones generales
ARTÍCULO 1.- Ámbito de aplicación según los sujetos
Serán sujetos de esta ley todas las personas que tengan una edad comprendida
entre los doce años y menos de dieciocho años al momento de la comisión de un
hecho tipificado como delito o contravención en el Código Penal o leyes especiales.
ARTÍCULO 2.- Aplicación de esta ley al mayor de edad
Se aplicará esta ley a todos los menores de edad que, en el transcurso del proceso,
cumplan con la mayoridad penal. Igualmente se aplicará cuando los menores de edad
sean acusados después de haber cumplido la mayoridad penal, siempre y cuando el
hecho haya ocurrido dentro de las edades comprendidas para aplicarles esta ley.
ARTÍCULO 3.- Ámbito de aplicación en el espacio
Esta ley se aplicará a quienes cometan un hecho punible en el territorio de la
República o en el extranjero, según las reglas de territorialidad y extraterritorialidad
establecidas en el Código Penal.
ARTÍCULO 4.- Grupos etarios
Para su aplicación, esta ley diferenciará en cuanto al proceso, las sanciones y su
ejecución entre dos grupos: a partir de los doce años de edad y hasta los quince años
de edad, y a partir de los quince años de edad y hasta tanto no se hayan cumplido los
dieciocho años de edad.
ARTÍCULO 5.- Presunción de minoridad
En los casos en que por ningún medio pueda comprobarse la edad de una
persona, presumiblemente menor de dieciocho años, esta será considerada como tal y
quedará sujeta a las disposiciones de la presente ley.
ARTÍCULO 6.- Menor de doce años
Los actos cometidos por un menor de doce años de edad, que constituyan delito
o contravención, no serán objeto de esta ley; la responsabilidad civil quedará a salvo y
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
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se ejercerá ante los tribunales jurisdiccionales competentes. Sin embargo, los juzgados
penales juveniles referirán el caso al Patronato Nacional de la Infancia, con el fin de que
se le brinde la atención y el seguimiento necesarios.
Si las medidas administrativas conllevan la restricción de la libertad ambulatoria
del menor de edad, deberán ser consultadas al Juez de Ejecución Penal Juvenil, quien
también las controlará.
ARTÍCULO 7.- Principios rectores
Serán principios rectores de la presente ley, la protección integral del menor
de edad, su interés superior, el respeto a sus derechos, su formación integral y la
reinserción en su familia y la sociedad. El Estado, en asocio con las organizaciones no
gubernamentales y las comunidades, promoverá tanto los programas orientados a esos
fines como la protección de los derechos e intereses de las víctimas del hecho.
ARTÍCULO 8.- Interpretación y aplicación
Esta ley deberá interpretarse y aplicarse en armonía con sus principios rectores,
los principios generales del derecho penal, del derecho procesal penal, la doctrina
y la normativa internacional en materia de menores. Todo ello en la forma que
garantice mejor los derechos establecidos en la Constitución Política, los tratados, las
convenciones y los demás instrumentos internacionales suscritos y ratificados por
Costa Rica.
ARTÍCULO 9.- Leyes supletorias
En todo lo que no se encuentre regulado de manera expresa en la presente ley,
deberán aplicarse supletoriamente la legislación penal y el Código Procesal Penal. Sin
embargo, al conocer el caso concreto, el Juez Penal Juvenil siempre deberá aplicar las
disposiciones y los principios del Código Penal, en tanto no contradigan alguna norma
expresa de esta ley.
Capítulo II
Derechos y garantías fundamentales
ARTÍCULO 10.- Garantías básicas y especiales
Desde el inicio de la investigación policial y durante la tramitación del proceso
judicial, a los menores de edad les serán respetadas las garantías procesales básicas para
el juzgamiento de adultos; además, las que les correspondan por su condición especial.
Se consideran fundamentales las garantías consagradas en la Constitución Política, en
los instrumentos internacionales ratificados por Costa Rica y en las leyes relacionadas
con la materia objeto de esta ley.
ARTÍCULO 11.- Derecho a la igualdad y a no ser discriminados
Durante la investigación policial, el trámite del proceso y la ejecución de las
sanciones, se les respetará a los menores de edad el derecho a la igualdad ante la ley y
a no ser discriminados por ningún motivo.
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Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
ARTÍCULO 12.- Principio de justicia especializada
La aplicación de esta ley, tanto en el proceso como en la ejecución, estará a cargo
de órganos especializados en materia de menores.
ARTÍCULO 13.- Principio de legalidad
Ningún menor de edad podrá ser sometido a un proceso por un hecho que
la ley penal no tipifica como delito ni contravención. Tampoco podrá ser sometido a
sanciones que la ley no haya establecido previamente.
ARTÍCULO 14.- Principio de lesividad
Ningún menor de edad podrá ser sancionado si no se comprueba que su
conducta daña o pone en peligro un bien jurídico tutelado.
ARTÍCULO 15.- Presunción de inocencia
Los menores de edad se presumirán inocentes hasta tanto no se les compruebe,
por medios establecidos en esta ley u otros medios legales, la culpabilidad en los
hechos que se les atribuyen.
ARTÍCULO 16.- Derecho al debido proceso
A los menores de edad se les debe respetar su derecho al debido proceso, tanto
durante la tramitación del proceso como al imponerles una sanción.
ARTÍCULO 17.- Derecho de abstenerse de declarar
Ningún menor de edad estará obligado a declarar contra sí mismo ni contra
su cónyuge, sus ascendientes, descendientes o parientes colaterales, inclusive hasta el
tercer grado de consanguinidad o afinidad.
ARTÍCULO 18.- Principio de “Non bis in idem”
Ningún menor de edad podrá ser perseguido más de una vez por el mismo
hecho, aunque se modifique la calificación legal o se acusen nuevas circunstancias.
ARTÍCULO 19.- Principio de aplicación de la ley y la norma más
favorable
Cuando a un menor de edad puedan aplicársele dos leyes o normas diferentes,
siempre se optará por la que resulte más favorable para sus derechos fundamentales.
ARTÍCULO 20.- Derecho a la privacidad
Los menores de edad tendrán derecho a que se les respeten su vida privada y
la de su familia. Consecuentemente, se prohíbe divulgar la identidad de un menor de
edad sometido a proceso.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
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ARTÍCULO 21.- Principio de confidencialidad
Serán confidenciales los datos sobre los hechos cometidos por menores
sometidos a esta ley. En todo momento, deberá respetarse la identidad y la imagen del
menor de edad.
Los Jueces Penales Juveniles deberán procurar que la información que brinden,
sobre estadísticas judiciales, no contravenga el principio de confidencialidad ni el
derecho a la privacidad, consagrados en esta ley.
ARTÍCULO 22.- Principio de inviolabilidad de la defensa
Los menores de edad tendrán el derecho a ser asistidos por un defensor, desde
el inicio de la investigación policial y hasta que cumplan con la sanción que les sea
impuesta.
ARTÍCULO 23.- Derecho de defensa
Los menores de edad tendrán el derecho de presentar las pruebas y los argumentos
necesarios para su defensa y de rebatir cuanto les sea contrario. En ningún caso podrá
juzgárseles en ausencia.
ARTÍCULO 24.- Principio del contradictorio
Los menores de edad tendrán el derecho de ser oídos, de aportar pruebas e
interrogar a los testigos y de refutar los argumentos del contrario. Lo anterior está
garantizado por la intervención de un defensor y del Ministerio Público dentro del
proceso.
ARTÍCULO 25.- Principio de racionalidad y proporcionalidad
Las sanciones que se impongan dentro del proceso, tendrán que ser racionales y
proporcionales a la infracción o el delito cometido.
ARTÍCULO 26.- Principio de determinación de las sanciones
No podrán imponerse, por ningún tipo de circunstancia, sanciones indeterminadas.
Lo anterior no excluye la posibilidad de que el menor de edad sea puesto en libertad
antes de tiempo.
ARTÍCULO 27.- Internamiento en centros especializados
En caso de ser privados de libertad, de manera provisional o definitiva, los
menores de edad tendrán derecho a ser ubicados en un centro exclusivo para menores
de edad; no en uno para personas sometidas a la legislación penal de adultos. De ser
detenidos por la policía administrativa o judicial, esta destinará áreas exclusivas para los
menores y deberá remitirlos cuanto antes a los centros especializados.
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TÍTULO SEGUNDO
ÓRGANOS Y SUJETOS QUE INTERVIENEN EN EL PROCESO
Capítulo I
Órganos encargados de administrar justicia
ARTÍCULO 28.- Órganos judiciales competentes
Sobre los hechos ilícitos cometidos por menores, decidirán, en primera instancia,
los Juzgados Penales Juveniles y en segunda instancia, los Tribunales Penales Juveniles
además, el Tribunal Superior de Casación Penal será competente para conocer de los
recursos que por esta ley le corresponden y el Juez de Ejecución de la Sanción Penal
Juvenil tendrá competencia para la fase de cumplimiento.
ARTÍCULO 29.- Funciones del Juzgado Penal Juvenil
Serán funciones del Juzgado Penal Juvenil las siguientes:
a) Conocer, en primera instancia, de las acusaciones atribuidas a menores
por la comisión o la participación en delitos o contravenciones.
b) Resolver, por medio de providencias, autos y sentencias, los asuntos
dentro de los plazos fijados por esta ley.
c) Decidir sobre cualquier medida que restrinja un derecho fundamental
del acusado.
d) Decidir, según el criterio de culpabilidad, proporcionalidad y racionalidad,
la sanción por imponer.
e) Realizar la audiencia de conciliación y aprobarla, en caso de que las
partes lleguen a un acuerdo.
f) Aprobar la suspensión de procedimientos, siempre que se cumpla con
los requisitos fijados por esta ley.
g) Revisar y homologar la decisión que, en aplicación del principio de
oportunidad, haya tomado el Ministerio Público.
h) Decidir las sanciones aplicables a los menores, considerando su formación
integral y la reinserción en su familia o su grupo de referencia.
i) Comunicar, al Patronato Nacional de la Infancia, las acusaciones
presentadas en contra de menores de edad.
j) Remitir a quien corresponda los informes estadísticos mensuales.
k) Las demás funciones que esta u otras leyes le asignen.
ARTÍCULO 30.- Creación del Tribunal Superior Penal Juvenil
Se crea el Tribunal Superior Penal Juvenil con las siguientes funciones:
a) Resolver las excusas y recusaciones que se presenten por la aplicación
de esta ley.
b) Controlar el cumplimiento de los plazos fijados por la presente ley.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 13
c) Conocer de las apelaciones procedentes que se interpongan dentro del
proceso penal juvenil.
d) Resolver los conflictos de competencia que se presenten entre los
Juzgados Penales Juveniles.
e) Las demás funciones que esta u otras leyes le asignen.
Capítulo II
Sujetos procesales
ARTÍCULO 31.- Menores de edad
Los menores de edad a quienes se les atribuya la comisión o participación en
un delito o contravención, tendrán derecho, desde el inicio de la investigación, a ser
representados y oídos en el ejercicio de su defensa, a proponer prueba y a interponer
recursos, así como a que se motive la sanción que se les aplicará, sin perjuicio de los
demás derechos reconocidos en la presente ley.
ARTÍCULO 32.- Rebeldía
Serán declarados rebeldes los menores de edad que, sin grave y legítimo
impedimento, no comparezcan a la citación judicial, se fuguen del establecimiento o
lugar donde están detenidos o se ausenten del lugar asignado para su residencia.
Comprobada la fuga o la ausencia, se declarará la rebeldía y se expedirá una
orden de presentación. Si esta se incumple o no puede practicarse, se ordenará la
captura y la detención del acusado.
ARTÍCULO 33.- Padres o representantes del acusado
Los padres, tutores o responsables del menor de edad podrán intervenir en el
procedimiento, como coadyuvantes en la defensa o como testigos calificados que
complementen el estudio psicosocial del acusado. Esto no evita que participen también
en su condición de testigos del hecho investigado.
ARTÍCULO 34.- El ofendido
De conformidad con lo establecido en esta ley, la víctima podrá participar en el
proceso y podrá formular los recursos correspondientes cuando lo crea necesario para
la defensa de sus intereses; podrá estar representada por sí mismo o por un abogado.
ARTÍCULO 35.- Ofendidos en delitos de acción privada
Si un ofendido se considera perjudicado por un delito de acción privada
podrá denunciarlo, directamente o por medio de un representante legal, ante el Juez
Penal Juvenil, con las facultades y funciones del Ministerio Público, en cuanto sean
aplicables. Todo esto sin perjuicio del derecho del ofendido de recurrir a la vía civil
correspondiente, para que se le reparen los daños.
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Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
ARTÍCULO 36.- Ofendido en delitos de acción pública perseguibles
a instancia privada
En la tramitación de delitos de acción pública, perseguibles sólo a instancia e
interés del ofendido, se requerirá la denuncia conforme a las reglas establecidas en la
legislación penal y procesal penal.
ARTÍCULO 37.- Defensores
Desde el inicio de la investigación y durante todo el proceso, los menores de
edad deberán ser asistidos por defensores y no podrá recibírseles ninguna declaración
sin la asistencia de estos.
El acusado o cualquiera de sus padres, tutores o responsables podrán nombrar
un defensor particular. Si no cuentan con recursos económicos, el Estado les brindará
un defensor público. Para tal efecto, el Departamento de Defensores Públicos deberá
tener una sección o grupo de defensores especializados en la materia.
ARTÍCULO 38.- Ministerio Público
El Ministerio Público será el encargado de solicitar ante los tribunales penales
juveniles la aplicación de la presente ley, mediante la realización de los actos necesarios
para promover y ejercer, de oficio, la acción penal pública; salvo las excepciones
establecidas en el Código Procesal Penal y en esta ley. Para tal efecto, el Ministerio
Público contará con fiscales especializados en la materia.
ARTÍCULO 39.- Funciones del Ministerio Público
En relación con esta ley, serán funciones del Ministerio Público:
a) Velar por el cumplimiento de la presente ley.
b) Realizar las investigaciones de los delitos cometidos por menores.
c) Promover la acción penal.
d) Solicitar pruebas, aportarlas y, cuando proceda, participar en su
producción.
e) Solicitar, cuando proceda, la cesación, modificación o sustitución de las
sanciones decretadas e interponer recursos legales.
f) Velar por el cumplimiento de las funciones de la Policía Judicial
Juvenil.
g) Asesorar a la víctima, durante la conciliación, cuando ella lo solicite.
h) Las demás funciones que esta u otras leyes le fijen.
ARTÍCULO 40.- Policía Judicial Juvenil
La Policía Judicial Juvenil será un órgano especializado que se encargará de
auxiliar al Ministerio Público y a los tribunales penales juveniles, en el descubrimiento
y la verificación científica de los delitos y de sus presuntos responsables. Funcionará
dentro de la estructura del Organismo de Investigación Judicial y sus integrantes
deberán estar especialmente capacitados para trabajar con menores.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
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ARTÍCULO 41.- Atribuciones de la Policía Judicial Juvenil
La Policía Judicial Juvenil podrá citar o aprehender a los presuntos responsables
de los hechos denunciados; pero, por ninguna circunstancia, podrá disponer la
incomunicación de ningún menor de edad. En caso de la detención en flagrancia, lo
remitirá inmediatamente al Juez Penal Juvenil.
ARTÍCULO 42.- Policía administrativa
Si un menor de edad es aprehendido por los miembros de la policía administrativa,
de inmediato deberá ponerlo a la orden del Juez Penal Juvenil.
ARTÍCULO 43.- Patronato Nacional de la Infancia
El Patronato Nacional de la Infancia, por medio de su representante legal, podrá
participar, con carácter de interesado, en todas las etapas del proceso, con el fin
de controlar, vigilar y garantizar el fiel cumplimiento de las disposiciones legales en
beneficio del menor de edad, sea víctima o victimario.
16 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
TÍTULO TERCERO
PROCEDIMIENTOS
Capítulo I
Disposiciones generales
ARTÍCULO 44.- Objetivo del proceso
El proceso penal juvenil tendrá como objetivo establecer la existencia de un
hecho delictivo, determinar quién es su autor o partícipe y ordenar la aplicación de las
sanciones correspondientes. Asimismo, buscará la reinserción del menor de edad en su
familia y en la sociedad, según los principios rectores establecidos en esta ley.
ARTÍCULO 45.- Calificación legal
La calificación legal de los delitos o contravenciones cometidos por menores,
se determinará por las descripciones de conductas prohibidas que se establecen en el
Código Penal y en las leyes especiales.
ARTÍCULO 46.- Comprobación de edad e identidad
La edad del menor se acreditará mediante certificación o constancia de la
inscripción de su nacimiento en el Registro Civil. En caso de extranjeros, se pedirá
información a la embajada o delegación del país de origen del menor de edad; en
ambos casos, podrá lograrse la comprobación mediante cualquier documento oficial.
El menor de edad deberá suministrar los datos que permitan su identificación
personal. De no hacerlo, o si se estima necesario, una oficina técnica practicará la
identificación física, utilizando los datos personales, las impresiones digitales y señas
particulares. También se podrá recurrir a la identificación por testigos, en la forma
prescrita para los reconocimientos, o a otros medios que se consideren útiles.
La duda sobre los datos obtenidos no alterará el curso del procedimiento y
los errores, siempre y cuando se trate de menores de edad, podrán ser corregidos
en cualquier momento, aún durante la ejecución penal juvenil. Todas estas medidas
podrán aplicarse aún contra la voluntad del imputado.
ARTÍCULO 47.- Incompetencia y remisión
Si en el transcurso del procedimiento se comprueba que la persona a quien se le
imputa el delito era mayor de edad en el momento de cometerlo, el Juez Penal Juvenil
se declarará incompetente y remitirá los autos a la jurisdicción penal de adultos. Si se
trata de un menor de doce años, el procedimiento cesará y el caso deberá ser remitido
al Patronato Nacional de la Infancia, para que le brinde una asistencia adecuada.
ARTÍCULO 48.- Validez de actuaciones
Las actuaciones que se remitan por causas de incompetencia, tanto en la
jurisdicción penal juvenil como en la de jurisdicción de adultos, serán válidas para su
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
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utilización en cada uno de los procesos, siempre que no contravengan los fines de esta
ley ni los derechos fundamentales de los menores de edad.
ARTÍCULO 49.- Participación de menores con adultos
Cuando en un mismo delito intervengan uno o más menores con uno o varios
adultos, las causas se separarán y los expedientes de los mayores de edad se remitirán
a la jurisdicción penal de adultos. Para mantener en lo posible la conexidad en estos
casos, los distintos tribunales quedarán obligados a remitirse, recíprocamente, copias
de las pruebas y las actuaciones pertinentes, firmadas por el secretario.
ARTÍCULO 50.- Menores de edad ausentes
Si el hecho investigado es atribuido a un menor de edad ausente, se recabarán
los indicios y evidencias y, si procede, se promoverá la acción.
Iniciada la etapa de investigación, el Ministerio Público podrá continuar con
las demás diligencias hasta concluir esta etapa y ordenar la localización del menor
de edad, para continuar con la tramitación de la acusación. Si es posible concluir la
investigación, solicitará la apertura del proceso y pedirá al Juez que ordene localizar
al menor de edad. El proceso se mantendrá suspendido hasta que el menor de edad
comparezca personalmente ante el Juez Penal Juvenil.
ARTÍCULO 51.- Actas
Cuando uno o varios actos deban ser documentados, el funcionario que los
practique, asistido por su secretario, levantará un acta, en la forma prescrita por el
Código Procesal Penal.
De tratarse de actos sucesivos, llevados a cabo en lugares o fechas distintas, se
levantarán tantas actas como sea necesario.
ARTÍCULO 52.- Plazos
Los plazos procesales establecidos en esta ley se contarán en días hábiles. Cuando
se trate de menores privados de libertad, los plazos serán improrrogables y a su
vencimiento caducará la facultad respectiva. Si el menor de edad se encuentra en
libertad, los plazos serán prorrogables conforme lo establece esta ley.
ARTÍCULO 53.- Fijación judicial de los plazos
Cuando la ley no establezca el plazo o su extensión, la autoridad judicial encargada
de realizar el acto estará facultada para fijarlo, racionalmente, conforme a la naturaleza
del procedimiento y a la importancia de la actividad que deba cumplirse.
ARTÍCULO 54.- Medios probatorios
Serán admisibles, dentro del presente proceso, todos los medios probatorios
regulados en el Código Procesal Penal, en la medida en que no afecten los fines y
derechos consagrados en esta ley. Las pruebas se valorarán de acuerdo con las reglas
de la sana crítica.
18 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
ARTÍCULO 55.- Responsabilidad civil
La acción civil para el pago de daños y perjuicios ocasionados por los hechos
atribuidos al menor de edad, deberá promoverse ante el Juez competente, con base en
las normas del proceso civil, independientemente de lo dispuesto en la resolución del
Juez Penal Juvenil.
ARTÍCULO 56.- Criterio de oportunidad reglado
Los funcionarios del Ministerio Público tendrán la obligación de ejercer la acción
penal pública en los casos en los que sea procedente, con arreglo a las disposiciones
de esta ley.
No obstante, podrán solicitar al Juez que se prescinda, total o parcialmente, de la
persecución penal; la limite a una o varias infracciones o a alguna de las personas que
hayan participado en el hecho, cuando:
a) Se trate de un hecho que, por su insignificancia, lo exiguo de la
contribución del partícipe o su mínima culpabilidad, no afecte el interés
público.
b) El menor de edad colabore eficazmente con la investigación, brinde
información esencial para evitar la consumación o la perpetración de
otros hechos, ayude a esclarecer el hecho investigado u otros conexos o
brinde información útil para probar la participación de otras personas.
c) El menor de edad haya sufrido, a consecuencia del hecho, un daño
físico o moral grave.
d) La sanción que se espera, por el hecho o infracción de cuya persecución
se prescinde, carezca de importancia en consideración a la sanción
ya impuesta o a la que se debe esperar por los restantes hechos o
infracciones.
Si el Juez, de oficio, considera conveniente la aplicación de los anteriores criterios,
deberá solicitar la opinión del Fiscal quien deberá dictaminar dentro de los tres días
siguientes. El Juez no podrá aplicar un criterio de oportunidad sin el acuerdo del
Fiscal.
ARTÍCULO 57.- Desestimiento de la acusación
En los casos señalados en el artículo anterior, si la acción ya ha sido ejercida,
el Juez Penal Juvenil, a solicitud del Ministerio Público, podrá dictar el desestimiento
en cualquier etapa del proceso.
ARTÍCULO 58.- Detención provisional
El Juez Penal Juvenil podrá decretar, a partir del momento en que se reciba la
acusación, la detención provisional como una medida cautelar, cuando se presenten las
siguientes circunstancias:
a) Exista el riesgo razonable de que el menor de edad evada la acción de
la justicia.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 19
b) Exista peligro de destrucción u obstaculización de la prueba.
c) Exista peligro para la víctima, el denunciante o el testigo.
La detención se practicará en centros de internamiento especializados, donde
estos menores necesariamente deberán estar separados de los ya sentenciados.
ARTÍCULO 59.- Carácter excepcional de la detención provisional
La detención provisional tendrá carácter excepcional, especialmente para los
mayores de doce años y menores de quince y sólo se aplicará cuando no sea posible
aplicar otra medida menos gravosa.
La detención provisional no podrá exceder de dos meses. Cuando el Juez estime
que debe prorrogarse, lo acordará así, estableciendo el plazo de prórroga y las razones
que lo fundamentan.
Nota: La frase resaltada
En ningún caso, el nuevo término será mayor de dos meses y el fue declarada contraria
auto en que se acuerde deberá consultarse al Tribunal Superior el art. 37.d) de la
Penal Juvenil, con remisión de copia de las actuaciones que el Juez Convención sobre los
Derechos del Niño, voto
estime deben valorarse para disponer sobre la prórroga.
sala Constitucional
0722-2005
ARTÍCULO 60.- Máxima prioridad
A fin de que la detención provisional sea lo más breve posible, los Tribunales
Penales Juveniles y los órganos de investigación deberán considerar de máxima prioridad
la tramitación efectiva de los casos en que se recurra a detener provisionalmente a un
menor.
Capítulo II
Conciliación
ARTÍCULO 61.- Partes necesarias
La conciliación es un acto jurisdiccional voluntario entre el ofendido o su
representante y el menor de edad, quienes serán las partes necesarias en ella.
ARTÍCULO 62.- Convocatoria
Durante los diez días posteriores al establecimiento de la acusación y cuando sea
posible por la existencia de la persona ofendida, el Juez Penal Juvenil citará a las partes
a una audiencia de conciliación.
El Juez Penal Juvenil, en su carácter de conciliador, invitará a las partes, previamente
asesoradas, a un acuerdo. Si el ofendido no tiene asesoramiento y quiere participar en
la audiencia de conciliación, el Ministerio Público le asignará un asesor.
Podrá llegarse a un acuerdo de conciliación en cualquier otra etapa del proceso,
en tanto no se haya decretado la resolución definitiva en primera instancia.
20 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
ARTÍCULO 63.- Otros participantes
A la audiencia podrán asistir los padres, tutores o encargados del menor de edad,
lo mismo que el representante del Patronato Nacional de la Infancia.
ARTÍCULO 64.- Procedencia
La conciliación procederá en todos los casos en que es admisible para la justicia
penal de adultos.
ARTÍCULO 65.- Acuerdos y acta de conciliación
Presentes las partes y los demás interesados, deberá explicárseles el objeto de
la diligencia. El Juez deberá instar a las partes a conciliarse y buscar un arreglo al
conflicto planteado. Luego se escucharán las propuestas del menor de edad y del
ofendido.
Si se llega a un acuerdo y el Juez lo aprueba, las partes firmarán el acta de
conciliación. Pero de no haberlo, se dejará constancia de ello y se continuará con la
tramitación del proceso.
En el acta de conciliación se determinarán las obligaciones pactadas, el plazo para
su cumplimiento y el deber de informar al Juez sobre el cumplimiento de lo pactado.
El arreglo conciliatorio suspenderá el procedimiento e interrumpirá la prescripción
de la acción, mientras su cumplimiento esté sujeto a plazo.
ARTÍCULO 66.- Incumplimiento del acuerdo de conciliación
Cuando el menor de edad incumpla, injustificadamente, las obligaciones pactadas
en el acta de conciliación, el procedimiento deberá continuar como si no hubiera
existido conciliación.
ARTÍCULO 67.- Cumplimiento del acuerdo de conciliación
Cuando el menor de edad cumpla con las obligaciones pactadas en la audiencia
de conciliación, el Juez dictará una resolución dando por terminado el proceso y
ordenando que se archive.
Capítulo III
El proceso penal juvenil
ARTÍCULO 68.- Acción penal juvenil
La acción penal juvenil corresponderá al Ministerio Público, sin perjuicio de la
participación que esta ley y el Código Procesal Penal concedan al ofendido, tratándose
de delitos de acción privada y de acción pública a instancia privada.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 21
ARTÍCULO 69.- Extinción de la acción
La acción penal se extinguirá por las siguientes razones:
a) Sentencia firme.
b) Sobreseimiento definitivo.
c) Muerte del menor de edad.
d) Prescripción.
e) Renuncia o abandono de la causa, cuando se trate de delitos de acción
privada.
f) Conciliación, cuando se cumplan los acuerdos o diligencias que ella
establece.
ARTÍCULO 70.- Iniciación
La investigación se iniciará de oficio o por denuncia que deberá ser presentada
ante el Ministerio Público, en los delitos de acción pública, y los de acción pública a
instancia privada; por demanda presentada por el interesado, en los delitos de acción
privada.
ARTÍCULO 71.- Facultad de denunciar
Quien tenga noticia de un delito o contravención cometido por un menor de
edad podrá denunciarlo ante el Ministerio Público, salvo si se trata de un delito de
acción privada.
ARTÍCULO 72.- Fase de investigación
Una vez establecida la denuncia, por cualquier medio, deberá iniciarse una
investigación que tendrá por objeto determinar la existencia del hecho, así como
establecer los autores, cómplices o instigadores. También se verificará el daño causado
por el delito.
ARTÍCULO 73.- Órgano investigador
El Ministerio Público será el órgano encargado de realizar la investigación y de
formular la acusación, cuando exista mérito para hacerlo. Además, aportará las pruebas
que demuestren la responsabilidad del menor de edad.
El Juez Penal Juvenil será el encargado de controlar y supervisar las funciones
del ente acusador.
ARTÍCULO 74.- Fin de la investigación
Finalizada la investigación, el Fiscal del Ministerio Público podrá solicitar:
a) La apertura del proceso, formulando la acusación si estima que la
investigación proporciona fundamento suficiente.
b)
22 / DNI
La desestimación del proceso, cuando considere que no existe
fundamento para promover la acusación, que debe aplicarse un criterio
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
de oportunidad o por cualquier condición objetiva o subjetiva de los
hechos.
c) El sobreseimiento provisional o definitivo.
ARTÍCULO 75.- Acusación
El escrito de acusación deberá reunir los siguientes requisitos:
a) Las condiciones personales del menor de edad acusado o, si se ignoran,
las señas o los datos por los que se pueda identificar.
b)
La edad y el domicilio del menor de edad si se cuenta con esa
información.
c) La relación de hechos, con indicación, si es posible, del tiempo y modo
de ejecución.
d) La indicación y el aporte de todas las pruebas evacuadas durante la
etapa de investigación.
e) La calificación provisional del presunto delito cometido.
f) Cualquier otro dato o información que el Ministerio Público considere
indispensable para mantener la acusación.
ARTÍCULO 76.- Sobreseimiento provisional
Si no corresponde el sobreseimiento definitivo y los elementos de prueba resultan
insuficientes para realizar el juicio, se ordenará el sobreseimiento provisional, mediante
auto fundado que mencione concretamente los elementos de prueba específicos que
se espera incorporar. En tales casos, se hará cesar cualquier medida cautelar impuesta
al menor de edad.
Si nuevos elementos de prueba permiten continuar el procedimiento, el Juez, a
pedido de cualquiera de las partes, admitirá que prosiga la investigación.
Si dentro del año de dictado el sobreseimiento provisional no se solicita la
reapertura, de oficio se declarará la extinción de la acción penal.
ARTÍCULO 77.- Sobreseimiento definitivo
El sobreseimiento definitivo procederá cuando:
a) Resulte evidente la falta de una condición necesaria para imponer la
sanción
b) A pesar de la falta de certeza, no existe, razonablemente, la posibilidad
de incorporar nuevos elementos de prueba y sea imposible requerir
fundadamente la apertura del juicio.
ARTÍCULO 78.- Disconformidad
Cuando el Fiscal solicite la desestimación o el sobreseimiento y el Juez no esté
de acuerdo, le remitirá nuevamente las actuaciones para que modifique su petición, en
el plazo máximo de cinco días.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 23
Si el Fiscal ratifica su solicitud y el Juez mantiene su posición, se enviarán las
actuaciones al Fiscal General o al Fiscal Superior que él haya designado, para que
nuevamente peticione o ratifique lo planteado por el Fiscal.
Cuando el Ministerio Público insista en su solicitud, el Juez deberá resolver
conforme a lo peticionado, sin perjuicio de que la víctima impugne la decisión.
ARTÍCULO 79.- Hechos en flagrancia
Cuando los hechos sean cometidos en flagrancia, el menor de edad será puesto
a la orden del Juez Penal Juvenil y si procede el Ministerio Público deberá presentar
la acusación, a más tardar dentro de los cinco días siguientes. El Juez convocará a las
partes a la audiencia de conciliación; luego, si procede, se continuará con el trámite
normal del proceso.
ARTÍCULO 80.- Conciliación
En el término de diez días de establecida la acusación, el Juez Penal Juvenil
practicará la audiencia de conciliación, después de citar a las partes e interesados.
ARTÍCULO 81.- Declaración del menor de edad
Puesto el menor de edad a la orden del Juez Penal Juvenil, este procederá a
tomarle declaración dentro de las veinticuatro horas siguientes.
Cuando la libertad del menor de edad no se encuentre restringida, la declaración
se le tomará después de la audiencia de conciliación. En los casos en que esta no
proceda, se realizará dentro de los cinco días siguientes de recibida la acusación.
Los menores de edad podrán abstenerse de declarar. En ningún caso se les
requerirá promesa o juramento de decir la verdad, ni se ejercerá contra ellos coacción
ni amenaza; tampoco se usará medio alguno para obligarlos a declarar contra su
voluntad, ni se les harán cargos para obtener su confesión. La inobservancia de esta
disposición hará nulo el acto.
ARTÍCULO 82.- Declaración indagatoria del menor mayor de doce
años, pero menor de quince años
La declaración del mayor de doce años, pero menor de quince años de edad
deberá realizarse en presencia de su defensor y, de ser posible, de sus padres o tutores,
guardadores o representantes; además, podrá asistir el Fiscal del Ministerio Público. El
propósito de esta diligencia será averiguar los motivos del hecho que se le atribuyen
al mayor de doce años y menor de quince años de edad, estudiar su participación e
investigar las condiciones familiares y sociales en que se desenvuelve.
La declaración de este tipo no tendrá las formalidades de la declaración indagatoria
del proceso penal de adultos, en cuanto lo perjudiquen y deberá prevalecer, en todo
momento, el interés superior del mayor de doce años, pero menor de quince años
de edad.
24 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
ARTÍCULO 83.- Declaración indagatoria del menor mayor de
quince años, pero menor de dieciocho años
La declaración del mayor de quince años, pero menor de dieciocho años de edad
deberá realizarse en presencia de su defensor y sus padres o tutores, guardadores o
representantes solo podrán asistir cuando el menor de edad lo solicite. También podrá
asistir el representante del Ministerio Público.
La declaración del mayor de quince años, pero menor de dieciocho años de
edad deberá tener las características de la declaración indagatoria del proceso penal
de adultos, siempre y cuando no se violen los principios ni las garantías que esta ley
enuncia.
ARTÍCULO 84.- Resolución sobre la procedencia de la acusación
Inmediatamente después de recibida la declaración indagatoria, el Juez dictará una
resolución sobre la procedencia de la acusación. Si considera procedente la acusación
continuará con ella y citará a juicio a las partes.
Si la considera improcedente por vicios de forma, la remitirá al Ministerio Público
para que los corrija; pero si la considera improcedente por razones de fondo o de
oportunidad, dictará a favor del menor de edad el sobreseimiento o la suspensión del
proceso a prueba.
ARTÍCULO 85.- Vicios de forma en la acusación
EL Ministerio Público estará obligado a corregir, en un plazo no mayor de
veinticuatro horas, los defectos de forma que le indique el Juez .
Si a criterio del Juez, la corrección de esos vicios modifica los hechos o la calificación
legal, se ordenará nuevamente la declaración indagatoria del menor de edad.
ARTÍCULO 86.- Procedencia definitiva de la acusación
Recibida por el Juez la acusación, con los vicios de forma corregidos y practicada
la declaración indagatoria por los motivos señalados en el artículo anterior, el Juez
deberá admitir la procedencia de la acusación en un plazo no mayor de tres días y
continuar con la tramitación del proceso.
ARTÍCULO 87.- Restricción de derechos fundamentales
En la misma resolución donde se admite la procedencia de la acusación o
posteriormente, el Juez podrá ordenar la detención provisional del menor de edad o
la imposición provisional de cualquier orden de orientación y supervisión de las que
se establecen en esta ley. Las órdenes de orientación y supervisión provisionales no
podrán exceder de seis semanas.
ARTÍCULO 88.- Sobreseimiento antes de juicio
El sobreseimiento procederá cuando surja cualquiera de las circunstancias
objetivas, subjetivas o extintivas señaladas en el Código Procesal Penal. Igualmente,
cuando se cumpla con el período a prueba señalado en el artículo siguiente.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 25
ARTÍCULO 89.- Suspensión del proceso a prueba
Resuelta la procedencia de la acusación, el Juez,(*) a solicitud de parte, podrá
ordenar la suspensión del proceso a prueba, en todos los casos en que proceda la
ejecución condicional de la sanción para el menor de edad.
Junto con la suspensión del proceso a prueba, el Juez podrá decretar cualquiera
de las órdenes de orientación y supervisión establecidas en esta ley. Esta suspensión
interrumpirá el plazo de la prescripción.
(De conformidad con la Resolución de la Sala Constitucional, mediante voto
No.6857-98 de las 16:27 horas del 24 de setiembre de 1998, se declara inconstitucional
la frase “de oficio” y en consecuencia debe tenerse como eliminada del ordenamiento
jurídico).
ARTÍCULO 90.- Resolución que ordena suspender el proceso
La resolución que ordene suspender el proceso a prueba deberá contener:
a) Los motivos, de hecho y de derecho, por los cuales el Juez ordena esta
suspensión.
b) Los datos generales del menor de edad, los hechos que se le atribuyen,
su calificación legal y la posible sanción.
c) La duración del período de prueba, que no podrá exceder de tres
años.
d) La advertencia de que la comisión de cualquier contravención o
delito, durante el período de prueba, conllevará la reanudación de los
procedimientos.
e) La prevención de que cualquier cambio de residencia, domicilio o
lugar de trabajo deberá ser comunicado de inmediato a la autoridad
correspondiente.
f) La orden de orientación y supervisión decretada, así como las razones
que la fundamentan.
(De conformidad con el voto No.6857-98 de las 16:27 horas del 24 de setiembre
de 1998, la Sala Constitucional resolvió que los artículos consultados no resultan
inconstitucionales “siempre y cuando se interprete que es requisito esencial de la
suspención del proceso a prueba, la libre manifestación de la voluntad del infractor,
previa información detallada de los alcances de la misma”).
ARTÍCULO 91.- Incumplimiento de condiciones fijadas para
suspender el proceso a prueba
De oficio o a solicitud de parte, el Juez revocará la suspensión del proceso a prueba
y ordenará continuar con los procedimientos, cuando constate el incumplimiento
injustificado de cualquiera de las condiciones por las cuales se ordenó la suspensión.
(De conformidad con el voto No.6857-98 de las 16:27 horas del 24 de setiembre
de 1998, la Sala Constitucional resolvió que los artículos consultados no resultan
inconstitucionales “siempre y cuando se interprete que es requisito esencial de la
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Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
suspención del proceso a prueba, la libre manifestación de la voluntad del infractor,
previa información detallada de los alcances de la misma”).
ARTÍCULO 92.- Cumplimiento de las condiciones fijadas para
suspender el proceso a prueba
Cuando el menor de edad cumpla con las obligaciones impuestas en la resolución
que ordena suspender el proceso, el Juez dictará una resolución que las apruebe, dará
por terminado el proceso y ordenará archivarlo.
(De conformidad con el voto No.6857-98 de las 16:27 horas del 24 de setiembre
de 1998, la Sala Constitucional resolvió que los artículos consultados no resultan
inconstitucionales “siempre y cuando se interprete que es requisito esencial de la
suspención del proceso a prueba, la libre manifestación de la voluntad del infractor,
previa información detallada de los alcances de la misma”).
ARTÍCULO 93.- Estudio psicosocial
Admitida la procedencia de la acusación, en los casos en que “prima fascie” se
estime posible aplicar una sanción privativa de libertad, el Juez Penal Juvenil deberá
ordenar el estudio psicosocial del menor de edad. Para tal efecto, el Poder Judicial
deberá contar con unidades de profesionales en psicología y trabajo social.
Las partes podrán ofrecer a su costa pericias de profesionales privados.
Ese estudio es indispensable para dictar la resolución final, en los casos señalados
en el párrafo primero de este artículo.
ARTÍCULO 94.- Estudio clínico
Para determinar y escoger la sanción, el Juez podrá remitir al menor de edad al
Departamento de Medicina Legal del Organismo de Investigación Judicial, para que
se le efectúen exámenes psiquiátricos, físicos y químicos; en especial, para detectar su
adicción a sustancias psicotrópicas.
ARTÍCULO 95.- Citación a juicio
Resuelta favorablemente la procedencia de la acusación y la apertura del proceso,
el Juez citará al Fiscal, las partes y los defensores, a fin de que, en el término de
cinco días hábiles, comparezcan a juicio, examinen las actuaciones, los documentos y
las cosas secuestradas, ofrezcan pruebas e interpongan las recusaciones que estimen
pertinentes.
ARTÍCULO 96.- Ofrecimiento de prueba
En el escrito de ofrecimiento de prueba, el Ministerio Público y el menor de
edad, su defensor o sus padres o representantes y el Patronato Nacional de la Infancia
podrán presentar todas las pruebas que consideren convenientes para ser evacuadas.
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DNI / 27
ARTÍCULO 97.- Admisión y rechazo de la prueba
Vencido el plazo para ofrecer pruebas, el Juez deberá pronunciarse, mediante
resolución fundada, sobre la admisión o rechazo de ellas. El Juez podrá rechazar la
prueba manifiestamente impertinente y ordenar, de oficio, la que considere necesaria.
ARTÍCULO 98.- Señalamiento para debate
En la misma resolución en la que se admita la prueba, el Juez señalará el día y la
hora para celebrar el debate, el cual se efectuará en un plazo no superior a quince días.
ARTÍCULO 99.- Oralidad y privacidad
La audiencia deberá ser oral y privada, so pena de nulidad. Se realizará con la
presencia del menor de edad, su defensor, el ofendido y el Fiscal. Además, podrán
estar presentes los padres o representantes del menor, si es posible; los testigos, peritos,
intérpretes y otras personas que el Juez considere conveniente.
ARTÍCULO 100.- Apertura de la audiencia oral
La audiencia se realizará el día y la hora señalados. Verificada la presencia del
menor de edad, del Fiscal, del defensor, de los testigos, peritos e intérpretes, el Juez
declarará abierta la audiencia e informará al menor de edad sobre la importancia y el
significado del acto y procederá a ordenar la lectura de los cargos que se le atribuyen.
El Juez deberá preguntarle si comprende o entiende la acusación que se le imputa. Si
responde afirmativamente, se continuará con el debate; si, por el contrario, manifiesta
no comprender o entender la acusación, volverá a explicarle el contenido de los
hechos que se le atribuyen.
ARTÍCULO 101.- Declaración del menor de edad
Una vez que el Juez haya constatado que el menor de edad comprende el
contenido de la acusación y verificada la identidad del menor de edad, le indicará
que puede declarar o abstenerse de ello, sin que su silencio implique presunción de
culpabilidad.
Si el menor de edad acepta declarar, después de hacerlo podrá ser interrogado
por el Fiscal y por su defensor. Igualmente podrá ser interrogado por el ofendido o
su representante legal. Las preguntas deberán ser claras y directas y deberá constatarse
que el menor de edad las entiende.
Durante el transcurso de la audiencia, el menor de edad podrá rendir las
declaraciones que considere oportunas, y las partes podrán formularle preguntas, con
el objetivo de aclarar sus manifestaciones.
ARTÍCULO 102.- Ampliación de la acusación
Si de la investigación o de la fase de juicio resulta un hecho que integre el delito
continuado o una circunstancia de agravamiento no mencionados en la acusación, el
Fiscal tendrá la posibilidad de ampliarla.
28 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Si la inclusión de ese hecho no modifica esencialmente los cargos que se le
atribuyen al menor de edad, ni provoca indefensión, se tratará en la misma audiencia.
Si, por el contrario, se modifican los cargos, nuevamente deberá oírse en
declaración al menor de edad y se informará a las partes de que tienen derecho a
pedir la suspensión de la audiencia para ofrecer nuevas pruebas o preparar la defensa.
El Juez deberá resolver, inmediatamente, sobre la suspensión y fijará nueva fecha para
la continuación, dentro de un término que no exceda de diez días.
ARTÍCULO 103.- Recepción de pruebas
Después de la declaración del menor de edad, el Juez recibirá la prueba en
el orden establecido en el Código Procesal Penal para la fase de debate, salvo que
considere pertinente alterarlo.
De ser preciso, el Juez podrá convocar a los profesionales encargados de elaborar
los informes sociales y clínicos, con el propósito de aclararlos o ampliarlos.
ARTÍCULO 104.- Prueba para mejor proveer
El Juez Penal Juvenil podrá ordenar, aun de oficio, la recepción de cualquier
prueba, si en el curso del debate resulta indispensable o manifiestamente útil para
esclarecer la verdad o beneficia al menor de edad. También podrá citar a los peritos si
sus dictámenes resultan oscuros o insuficientes. Cuando sea posible, las operaciones
periciales necesarias se practicarán acto continuo, en la misma audiencia.
ARTÍCULO 105.- Conclusiones
Terminada la recepción de pruebas, el Juez concederá la palabra al Ministerio
Público y al defensor para que, en ese orden, emitan sus conclusiones respecto a la
culpabilidad o responsabilidad del menor de edad y se refieran al tipo de sanción
aplicable y su duración. Además, invitará al acusado y al ofendido a pronunciarse
sobre lo que aconteció durante la audiencia.
Las partes tendrán derecho a réplica, la cual deberá limitarse a la refutación de
los argumentos adversos presentados en las conclusiones.
ARTÍCULO 106.- Resolución sobre la culpabilidad del menor de
edad
El Juez dictará sentencia inmediatamente después de concluida la audiencia, con
base en los hechos probados, la existencia del hecho o su atipicidad, la autoría o la
participación del menor de edad, la existencia o la inexistencia de causales excluyentes de
responsabilidad, las circunstancias o gravedad del hecho y el grado de responsabilidad.
El Juez podrá diferir el dictado de la sentencia hasta tres días después de finalizar la
audiencia.
ARTÍCULO 107.- Requisitos escritos de la sentencia
Son requisitos de la sentencia los siguientes:
a) El nombre y la ubicación del Juzgado Penal Juvenil que dicta la resolución
y la fecha en que se dicta.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 29
b) Los datos personales del menor de edad y cualquier otro dato de
identificación relevante.
c) El razonamiento y la decisión del Juez sobre cada una de las cuestiones
planteadas durante la audiencia final, con exposición expresa de los
motivos de hecho y de derecho en que se basa.
d) La determinación precisa del hecho que el Juez tenga por probado o
no probado.
e) Las medidas legales aplicables.
f) La determinación clara, precisa y fundamentada de la sanción impuesta.
Deberán determinarse el tipo de sanción, su duración y el lugar donde
debe ejecutarse.
g) La firma del Juez y la de cualquiera de las partes, si se requiere su
consentimiento.
ARTÍCULO 108.- Notificación
La decisión sobre la culpabilidad y la sanción se les notificará personalmente a
las partes en las mismas audiencias. La sentencia definitiva será notificada por escrito
en el lugar señalado.
Capítulo IV
Prescripción
ARTÍCULO 109.- Prescripción de la acción
La acción penal prescribirá a los cinco años en el caso de delitos contra la vida,
delitos sexuales y delitos contra la integridad física; en tres años, cuando se trate
de cualquier otro tipo de delito de acción pública. En delitos de acción privada y
contravenciones, prescribirá en seis meses.
Los términos señalados para la prescripción de la acción, se contarán a partir del
día en que se cometió el delito o la contravención o desde el día en que se decretó la
suspensión del proceso.
ARTÍCULO 110.- Prescripción de las sanciones
Las sanciones ordenadas en forma definitiva prescribirán en un término igual al
ordenado para cumplirlas. Este plazo empezará a contarse desde la fecha en que se
encuentre firme la resolución respectiva, o desde aquella en que se compruebe que
comenzó el incumplimiento.
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Capítulo V
Recursos
ARTÍCULO 111.- Tipos de recursos
Las partes podrán recurrir las resoluciones del Juzgado Penal Juvenil solo mediante
los recursos de revocatoria, apelación, casación y revisión.
ARTÍCULO 112.- Recurso de apelación
Serán apelables las siguientes resoluciones:
a) La que resuelva el conflicto de competencia.
b) La que ordene una restricción provisional a un derecho fundamental.
c) La que ordene o revoque la suspensión del proceso a prueba.
d) La que termine el proceso, si se trata de contravenciones.
e) La que modifique o sustituya cualquier tipo de sanción en la etapa de
ejecución, si se trata de contravenciones.
f) Las demás que causen gravamen irreparable.
ARTÍCULO 113.- Facultad de recurrir en apelación
El recurso de apelación procede sólo por los medios y en los casos establecidos
de modo expreso. Únicamente podrán recurrir quienes tengan interés directo en el
asunto. En este sentido, se consideran interesados: el Ministerio Público, el ofendido,
el menor de edad, su abogado, sus padres y el Patronato Nacional de la Infancia. El
abogado y los padres de menores con edades comprendidas entre los doce y los
quince años podrán recurrir en forma autónoma. En el caso de menores con edades
comprendidas entre los quince y los dieciocho años, estas personas sólo podrán apelar
subsidiariamente.
ARTÍCULO 114.- Trámite del recurso de apelación
El recurso de apelación deberá interponerse por escrito, dentro del término de
tres días, ante el Juez Penal Juvenil que conoce del asunto.
En el escrito, deberán expresarse los motivos en que se fundamentan las
disposiciones legales aplicables; además, deberá ofrecerse la prueba pertinente, cuando
proceda.
Admitido el recurso, el Tribunal emplazará a las partes para que comparezcan a
una audiencia oral y fundamenten el recurso en un plazo de tres a cinco días a partir
de la notificación. El plazo será de diez días cuando existan razones de lejanía.
ARTÍCULO 115.- Decisión del recurso de apelación
Inmediatamente después de la audiencia oral, el Tribunal Penal Juvenil resolverá
el recurso planteado salvo en casos complejos, según criterio del Tribunal, que podrá,
en un plazo no mayor de tres días, resolver el recurso interpuesto.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 31
ARTÍCULO 116.- Recurso de casación
El recurso de casación procede contra las resoluciones que terminen el proceso
y contra las fijaciones ulteriores de la pena, siempre que el hecho no constituya una
contravención.
ARTÍCULO 117.- Facultad para recurrir en casación penal
Sólo podrán interponer el recurso de casación el Ministerio Público, el menor de
edad, su defensor y el ofendido, con patrocinio letrado.
ARTÍCULO 118.- Tramitación del recurso de casación
El recurso de casación se tramitará de acuerdo con las formalidades y los plazos
fijados para los adultos en el Código Procesal Penal. El Tribunal Superior de Casación
Penal será competente para conocer de este recurso.
ARTÍCULO 119.- Recurso de revisión
El recurso de revisión procederá por los motivos fijados en el Código Procesal
Penal. El Tribunal Superior de Casación Penal será competente para conocer de este
recurso .
ARTÍCULO 120.- Facultad de recurrir en revisión
Podrán promover la revisión:
a) El menor de edad sentenciado o su defensor.
b) El cónyuge, los ascendientes, los descendientes o los hermanos del
menor de edad, si este ha fallecido.
c) El Ministerio Público.
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Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
TÍTULO IV
SANCIONES
Capítulo I
Disposiciones generales
ARTÍCULO 121.- Tipos de sanciones
Verificada la comisión o la participación del menor de edad en un hecho delictivo,
el Juez Penal Juvenil podrá aplicar los siguientes tipos de sanciones:
a)
Sanciones socio-educativas. Se fijan las siguientes:
1.- Amonestación y advertencia.
2.- Libertad asistida.
3.- Prestación de servicios a la comunidad.
4.- Reparación de los daños a la víctima.
b)
Órdenes de orientación y supervisión. El Juez Penal Juvenil podrá imponer
las siguientes órdenes de orientación y supervisión:
1.- Instalarse en un lugar de residencia determinado o cambiarse de él.
2.- Abandonar el trato con determinadas personas.
3.- Eliminar la visita a bares y discotecas o
determinados.
centros de diversión
4.- Matricularse en un centro de educación formal o en otro cuyo objetivo
sea enseñarle alguna profesión u oficio.
5.- Adquirir trabajo.
6.- Abstenerse de ingerir bebidas alcohólicas, sustancias alucinógenas,
enervantes, estupefacientes o tóxicos que produzcan adicción o hábito.
7.- Ordenar el internamiento del menor de edad o el tratamiento ambulatorio
en un centro de salud, público o privado, para desintoxicarlo o eliminar
su adicción a las drogas antes mencionadas.
c) Sanciones privativas de libertad. Se fijan las siguientes:
1.- Internamiento domiciliario.
2.- Internamiento durante tiempo libre.
3.- Internamiento en centros especializados.
(De conformidad con el voto No.6857-98 de las 16:27 horas del 24 de setiembre
de 1998, la Sala Constitucional resolvió que los artículos consultados no resultan
inconstitucionales “siempre y cuando se interprete que es requisito esencial de la
suspención del proceso a prueba, la libre manifestación de la voluntad del infractor,
previa información detallada de los alcances de la misma”).
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 33
ARTÍCULO 122.- Determinación de la sanción aplicable
Para determinar la sanción aplicable se debe tener en cuenta:
a) La vida del menor de edad antes de la conducta punible.
b) La comprobación del acto delictivo.
c) La comprobación de que el menor de edad ha participado en el hecho
delictivo.
d) La capacidad para cumplir la sanción; asimismo, la proporcionalidad,
racionalidad e idoneidad de esta.
e) La edad del menor y sus circunstancias personales, familiares y
sociales.
f) Los esfuerzos del menor de edad por reparar los daños.
(De conformidad con el voto No.6857-98 de las 16:27 horas del 24 de setiembre
de 1998, la Sala Constitucional resolvió que los artículos consultados no resultan
inconstitucionales “siempre y cuando se interprete que es requisito esencial de la
suspención del proceso a prueba, la libre manifestación de la voluntad del infractor,
previa información detallada de los alcances de la misma”).
ARTÍCULO 123.- Forma de aplicación
Las sanciones señaladas deberán tener una finalidad primordialmente educativa
y aplicarse, en su caso, con la intervención de la familia y el apoyo de los especialistas
que se determinen.
La aplicación de las sanciones podrá ordenarse ya sea en forma provisional o
definitiva. Las sanciones podrán suspenderse, revocarse o sustituirse por otras más
beneficiosas.
El Juez podrá ordenar la aplicación de las sanciones previstas en esta ley en forma
simultánea, sucesiva o alternativa.
(De conformidad con el voto No.6857-98 de las 16:27 horas del 24 de setiembre
de 1998 la Sala Constitucional resolvió que los artículos consultados no resultan
inconstitucionales “siempre y cuando se interprete que es requisito esencial de la
suspención del proceso a prueba, la libre manifestación de la voluntad del infractor,
previa información detallada de los alcances de la misma”).
Capítulo II
Definición de sanciones
ARTÍCULO 124.- Amonestación y advertencia
La amonestación es la llamada de atención que el Juez dirige oralmente al menor
de edad exhortándolo para que, en lo sucesivo, se acoja a las normas de trato familiar
y convivencia social. Cuando corresponda, deberá advertirles a los padres, tutores o
responsables sobre la conducta seguida y les indicará que deben colaborar al respeto
de las normas legales y sociales.
34 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
La amonestación y la advertencia deberán ser claras y directas, de manera que
el menor de edad y los responsables de su conducta comprendan la ilicitud de los
hechos cometidos.
ARTÍCULO 125.- Libertad asistida
Esta medida, cuya duración máxima será de dos años, consiste en otorgar
la libertad al menor de edad, quien queda obligado a cumplir con programas
educativos y recibir orientación y seguimiento del Juzgado, con la asistencia
de especialistas del Programa de menores de edad de la Dirección General de
Adaptación Social.
Nota: La frase “dos
años” fue sustituida por
“cinco años”, art. 111 de
la Ley de Ejecución de las
sanciones penales juveniles.
ARTÍCULO 126.- Prestación de servicios a la comunidad
La prestación de servicios a la comunidad consiste en realizar tareas gratuitas,
de interés general, en entidades de asistencia, públicas o privadas, como hospitales,
escuelas, parques nacionales y otros establecimientos similares.
Las tareas deberán asignarse según las aptitudes de los menores de edad, los
cuales las cumplirán durante una jornada máxima de ocho horas semanales, los sábados,
domingos y días feriados o en días hábiles, pero sin perjudicar la asistencia a la escuela
o la jornada normal de trabajo.
Los servicios a la comunidad deberán prestarse durante un período máximo de
seis meses.
La medida se mantendrá durante el tiempo necesario para que el servicio fijado
se realice efectivamente o sea sustituido.
ARTÍCULO 127.- Reparación de daños
La reparación de los daños a la víctima del delito consiste en la prestación directa
del trabajo, por el menor de edad en favor de la víctima, con el fin de resarcir o
restituir el daño causado por el delito. Para reparararlo, se requerirá el consentimiento
de la víctima y del menor de edad; además, la aprobación del Juez.
Con el acuerdo de la víctima y el menor de edad, la pena podrá sustituirse por
una suma de dinero que el Juez fijará, la cual no podrá exceder de la cuantía de los
daños y perjuicios ocasionados por el hecho. La sanción se considerará cumplida
cuando el Juez determine que el daño ha sido reparado en la mejor forma posible.
ARTÍCULO 128.- Órdenes de orientación y supervisión
Las órdenes de orientación y supervisión consisten en mandamientos o
prohibiciones impuestas por el Juez Penal Juvenil para regular el modo de vida de los
menores de edad, así como promover y asegurar su formación.
Las órdenes o prohibiciones durarán un período máximo de dos años y su
cumplimiento deberá iniciarse a más tardar un mes después de ordenadas.
Si se incumple cualquiera de estas obligaciones, el Juez podrá, de oficio o a
petición de parte, modificar la orden o prohibición impuesta.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 35
ARTÍCULO 129.- Internamiento domiciliario
El internamiento domiciliario es el arresto del menor de edad en su casa de
habitación, con su familia. De no poder cumplirse en su casa de habitación, por
razones de inconveniencia o imposibilidad, se practicará en la casa de cualquier familiar.
Cuando no se cuente con ningún familiar, podrá ordenarse el internamiento en una
vivienda o ente privados, de comprobada responsabilidad y solvencia moral, que se
ocupe de cuidar al menor de edad. En este último caso, deberá contarse con su
consentimiento.
Nota: La frase “no será
El internamiento domiciliario no debe afectar el cumplimiento mayor de un año” fue
del trabajo ni la asistencia a un centro educativo. Un trabajador cambiada por “no será
social del Departamento de menores de edad de la Dirección de mayor de tres años”, art.
Adaptación Social supervisará el cumplimiento de esta sanción, cuya 111 de la Ley de Ejecución
de las sanciones penales
duración no será mayor de un año.
juveniles.
ARTÍCULO 130.- Internamiento en tiempo libre
Esta medida es la privación de libertad que debe cumplirse en
un centro especializado, durante el tiempo libre de que disponga el
menor de edad en el transcurso de la semana. La duración de este
internamiento no podrá exceder de un año.
Se considera tiempo libre aquel durante el cual el menor de
edad no deba cumplir con su horario de trabajo ni asistir a un
centro educativo.
Nota: La frase “no podrá
exceder de un año”
fue cambiada por “no
podrá exceder de tres
años”, art. 111 de la Ley
de Ejecución de las sanciones
penales juveniles.
ARTÍCULO 131.- Internamiento en centro especializado
La sanción de internamiento es una privación de libertad de carácter excepcional.
Puede ser aplicada sólo en los siguiente casos:
a) Cuando se trate de delitos dolosos sancionados en el Código Penal o
leyes especiales, para mayores de edad con pena de prisión superior a
seis años.
b) Cuando haya incumplido injustificadamente las sanciones socioeducativas
o las órdenes de orientación y supervisión impuestas.
La medida de internamiento durará un período máximo de quince años para
menores entre los quince y los dieciocho años, y de diez años para menores con
edades entre los doce y los quince años. El Juez deberá considerar el sustituir esta
sanción por una menos drástica cuando sea conveniente.
La medida de privación de libertad nunca podrá aplicarse como sanción cuando
no proceda para un adulto, según el tipo penal.
Al aplicar una medida de privación de libertad, el Juez deberá considerar el
período de detención provisional al que fue sometido el menor de edad.
36 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
ARTÍCULO 132.- Ejecución condicional de la sanción de
internamiento
El Juez podrá ordenar la ejecución condicional de las sanciones privativas de
libertad, por un período igual al doble de la sanción impuesta, tomando en cuenta los
siguientes supuestos:
a) Los esfuerzos del menor de edad por reparar el daño causado.
b) La falta de gravedad de los hechos cometidos.
c) La conveniencia para el desarrollo educativo o laboral del menor de
edad.
d) La situación familiar y social en que se desenvuelve.
e) El hecho de que el menor de edad haya podido constituir,
independientemente, un proyecto de vida alternativo.
Si, durante el cumplimiento de la ejecución condicional, el menor de edad comete
un nuevo delito, se le revocará la ejecución condicional y cumplirá con la sanción
impuesta.
Capítulo III
Ejecución y control de las sanciones
ARTÍCULO 133.- Objetivo de la ejecución
La ejecución de las sanciones deberá fijar y fomentar las acciones sociales
necesarias que le permitan al menor de edad, sometido a algún tipo de sanción, su
permanente desarrollo personal y la reinserción en su familia y la sociedad, así como
el desarrollo de sus capacidades.
ARTÍCULO 134.- Plan de ejecución
La ejecución de las sanciones se realizará mediante un plan individual de ejecución
para cada sentenciado. Este plan comprenderá todos los factores individuales del
menor de edad para lograr los objetivos de la ejecución. El plan de ejecución deberá
estar listo a más tardar un mes después del ingreso del sentenciado al centro de
detención.
ARTÍCULO 135.- Competencia
El Juzgado de Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles será el encargado de
controlar la ejecución de las sanciones impuestas al menor de edad. Tendrá competencia
para resolver las cuestiones o los incidentes que se susciten durante la ejecución y para
controlar el cumplimiento de los objetivos fijados por esta ley.
ARTÍCULO 136.- Funciones del Juez de ejecución de las sanciones
El Juez de ejecución de las sanciones tendrá las siguientes atribuciones:
a) Controlar que la ejecución de cualquier sanción no restrinja
derechos fundamentales que no se encuentren fijados en la sentencia
condenatoria.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 37
b) Vigilar que el plan individual para la ejecución de las sanciones esté
acorde con los objetivos fijados en esta ley.
c) Velar porque no se vulneren los derechos del menor de edad mientras
cumple las sanciones, especialmente en el caso del internamiento.
d) Vigilar que las sanciones se cumplan de acuerdo con lo dispuesto en la
resolución que las ordena.
e) Revisar las sanciones por lo menos una vez cada seis meses, para
modificarlas o sustituirlas por otras menos gravosas, cuando no cumplan
con los objetivos para los que fueron impuestas o por ser contrarias al
proceso de reinserción social del menor de edad.
f) Controlar el otorgamiento o denegación de cualquier beneficio
relacionado con las medidas impuestas en sentencia.
g) Decretar la cesación de la sanción.
h) Las demás atribuciones que esta u otras leyes le asignen.
ARTÍCULO 137.- Funcionarios de los centros de menores
Los funcionarios de los centros de menores de edad serán seleccionados de
acuerdo con sus aptitudes y capacidades idóneas para el trabajo con menores de edad.
Para el trabajo en los centros de mujeres se preferirá, en igualdad de condiciones, a
las mujeres.
En el centro, la portación y el uso de armas de fuego por parte de los funcionarios
deberá reglamentarse y restringirse solo a casos excepcionales y de necesidad.
ARTÍCULO 138.- Derechos del menor de edad durante la ejecución
Durante la ejecución de las sanciones, el menor de edad tendrá, como mínimo,
los siguientes derechos:
a)
b)
c)
d)
e)
38 / DNI
Derecho a la vida, la dignidad y la integridad física y moral.
Derecho a la igualdad ante la ley y a no ser discriminado.
Derecho a permanecer, preferiblemente, en su medio familiar, si este reúne
los requisitos adecuados para el desarrollo del menor de edad.
Derecho a recibir los servicios de salud, educativos y sociales adecuados
a su edad y condiciones y a que se los proporcionen personas con la
formación profesional requerida.
Derecho a recibir información, desde el inicio de la ejecución de la sanción,
sobre:
1.- Los reglamentos internos sobre comportamiento y vida en el centro, en
especial la relativa a las sanciones disciplinarias que puedan aplicársele.
2.- Sus derechos en relación con los funcionarios penitenciarios responsables
del centro de detención.
3.- El contenido del plan individual de ejecución para reinsertarlo en la
sociedad.
4.- La forma y los medios de comunicación con el mundo exterior, los
permisos de salida y el régimen de visitas.
f) Derecho a presentar peticiones ante cualquier autoridad y a que se le
garantice respuesta.
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
g) Derecho a que se le mantenga, en cualquier caso, separado de los
delincuentes condenados por la legislación penal común.
h) Derecho a que se le ubique en un lugar apto para el cumplimiento del
plan de ejecución individual y a que no se le traslade arbitrariamente.
i) Derecho a no ser incomunicado en ningún caso, ni a ser sometido al
régimen de aislamiento ni a la imposición de penas corporales. Cuando
la incomunicación o el aislamiento deben ser aplicados para evitar
actos de violencia contra el menor de edad o terceros, esta medida se
comunicará al Juez de Ejecución y al Defensor de los Habitantes, para
que, de ser necesario, la revisen y la fiscalicen.
j) Los demás derechos, especialmente los penitenciarios, establecidos para
los adultos y que sean aplicables a los menores.
ARTÍCULO 139.- Centros especializados de internamiento
La sanción de internamiento se ejecutará en centros especiales para menores,
que serán diferentes de los destinados a los delincuentes sujetos a la legislación penal
común.
Deben existir, como mínimo, dos centros especializados en el país. Uno se
encargará de atender a mujeres y el otro, a hombres.
En los centros no se admitirán menores sin orden previa y escrita de la autoridad
competente. Deberán existir dentro de estos centros las separaciones necesarias según
la edad. Se ubicará a los menores con edades comprendidas entre los quince y los
dieciocho años en lugar diferente del destinado a los menores con edades comprendidas
entre los doce y los quince años; igualmente, se separarán los que se encuentren en
internamiento provisional y los de internamiento definitivo.
ARTÍCULO 140.- Continuación del internamiento de los mayores de edad
Si el menor de edad privado de libertad cumple dieciocho años de
edad durante su internamiento, deberá ser trasladado a un centro penal de
adultos;
pero física y materialmente estará separado de ellos.
ARTÍCULO 141.- Informe del director del centro
Nota: La frase “deberá
ser trasladado” se
sustituyó por “podrá
según corresponda ser
trasladado”, art. 111 de
la Ley de Ejecución de las
sanciones penales juveniles.
El director del establecimiento donde se interne al menor de edad, a partir
de su ingreso, enviará al Juez de Ejecución de las Sanciones, un informe trimestral
sobre la situación del sentenciado y el desarrollo del plan de ejecución individual con
recomendaciones para el cumplimiento de los objetivos de esta ley.
El incumplimiento de la obligación de enviar el informe anterior, será comunicado
por el Juez al jerarca administrativo correspondiente para que se sancione al director.
ARTÍCULO 142.- Egreso del menor de edad
Cuando el menor de edad esté próximo a egresar del centro, deberá ser preparado
para la salida, con la asistencia de especialistas en trabajo social, psicología y psiquiatría
del centro; asimismo, con la colaboración de los padres o familiares, si es posible.
Ley Nº 7576 - Ley de Justicia Penal Juvenil
DNI / 39
ARTÍCULO 143.- Derogaciones
Se deroga la Ley Orgánica de la Jurisdicción Tutelar de Menores, No. 3260, del
21 de diciembre de 1963, y sus modificaciones posteriores efectuadas por medio de la
Ley No. 7383, del 16 de marzo de 1994.
ARTÍCULO 144.- Vigencia
La presente ley rige a partir de su publicación, salvo la parte procesal que entrará
en vigencia a partir del 1º de mayo de 1996.
TRANSITORIO I.- Mientras no se cree el Juzgado de Ejecución de las Sanciones,
el Juez Penal Juvenil será el encargado de controlar la ejecución de las sanciones y
demás competencias que le correspondan a este Juzgado.
TRANSITORIO II.- Las instituciones públicas especializadas, encargadas del
tratamiento para la desintoxicación de menores con problemas de adicción a drogas, a
que se refiere esta ley, deberán ser creadas en un plazo no mayor de seis meses después
de la promulgación de esta ley.
Para lo anterior, el Ministerio de Hacienda deberá tomar previsiones necesarias
en el momento de preparar la Ley de Presupuesto Nacional.
TRANSITORIO III.- La Corte Suprema de Justicia podrá trasladar los recursos
que, hasta la entrada en vigencia de esta ley, conforman la Jurisdicción Tutelar de
Menores, a fin de constituir los Tribunales establecidos en esta ley.
TRANSITORIO IV.- En los quince días posteriores a la publicación de esta ley, el
Poder Ejecutivo deberá remitir a la Asamblea Legislativa un presupuesto extraordinario
con las partidas que den contenido económico a los Poderes del Estado para ejecutar
esta ley.
TRANSITORIO V.- Al entrar en vigencia esta ley el procedimiento previsto en
ella deberá aplicarse a todos los procesos pendientes, excepto a los que se encuentren
listos para dictar sentencia, los cuales seguirán tramitándose de conformidad con la
legislación anterior.
ASAMBLEA LEGISLATIVA.- San José, a los seis días del mes de febrero de mil
novecientos noventa y seis.
COMUNÍQUESE
AL PODER EJECUTIVO
Antonio Álvarez Desanti
PRESIDENTE
Álvaro Azofeifa Astúa
PRIMER SECRETARIO
Manuel Ant. Barrantes Rodríguez
SEGUNDO SECRETARIO
Dado en la Presidencia de la República.- San José, a los ocho días del mes de marzo de mil
novecientos noventa y seis.
EJECÚTESE Y PUBLÍQUESE
Rodrigo Oreamuno B.
PRIMER VICEPRESIDENTE EN EJERCICIO
DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
LA MINISTRA DE JUSTICIA Y GRACIA
Maureen Clarke Clarke
40 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Revisado al 2-3-99 por P.B.V.
Sanción: 8/3/96
Publicación: 30/4/96
Rige: 30/4/96
Ley Nº 8460
EJECUCIÓN DE LAS SANCIONES
PENALES JUVENILES
A ASAMBLEA LEGISLATIVA
DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA
DECRETA:
EJECUCIÓN DE LAS SANCIONES PENALES JUVENILES
TÍTULO I
Disposiciones generales
CAPÍTULO I
Ámbito de aplicación
Artículo 1º—Sanciones reguladas por esta Ley. La presente Ley regula la ejecución
y el cumplimiento de las sanciones previstas en la Ley de Justicia Penal Juvenil Nº
7576.
Artículo 2º—Ámbito de aplicación. Esta Ley se aplica a todas las personas
menores de edad sancionadas, con edades entre los doce años cumplidos y menores
de dieciocho años, y a las personas jóvenes adultas, sancionadas por delito cometido
durante su minoridad, que comprende a los mayores de dieciocho años y menores
de veintiún años cumplidos. Para los efectos de esta Ley, a estos grupos etarios se les
conocerá como personas jóvenes.
CAPÍTULO II
Principios generales
Artículo 3º—Principio de legalidad durante la ejecución. La ejecución de toda
medida y sanción penal impuestas deberá regirse por las disposiciones de la presente
Ley y las demás que rijan la materia. Ninguna persona joven sancionada podrá sufrir
limitación alguna de su libertad ni de otros derechos que no sean consecuencia, directa
e inevitable, de la sanción impuesta.
Artículo 4º—Principio de tipicidad de la ejecución. Ninguna persona joven
sancionada podrá ser sometida a medidas disciplinarias ni a la restricción de sus
derechos, si la conducta atribuida no se encuentra descrita en esta Ley.
Artículo 5º—Principio de proporcionalidad e interés superior de la persona
joven. En la ejecución de las sanciones penales juveniles, cuando proceda imponer una
medida disciplinaria o cualquier otra disposición administrativa, deberá escogerse la
que perjudique menos a la persona joven y sea acorde con la falta cometida.
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 41
Artículo 6º—Jóvenes adultos. Los derechos y principios establecidos en la
presente Ley se aplicarán a las personas mayores de edad, cuando el hecho haya sido
cometido durante su minoridad.
Al cumplir los veintiún años de edad, las personas jóvenes sujetas a esta Ley
podrán ser trasladadas del centro penal juvenil en que se encuentran, a un centro penal
de adultos, para que terminen de descontar ahí la sentencia impuesta. A esta población
mayor de veintiún años se le seguirá aplicando la Ley de justicia penal juvenil.
No obstante lo anterior, cuando la persona joven ostente la doble condición
jurídica de sentenciada con la Ley de justicia penal juvenil y sentenciada con la
legislación penal para adultos, en cualquier momento y a solicitud de la administración
penitenciaria, el juzgado ejecutor de la pena podrá hacer cesar la sanción penal juvenil
y autorizar que la persona sea ubicada en un centro penal de adultos, para que ejecute
la sentencia pendiente.
Artículo 7º—Interpretación e integración. Esta Ley deberá interpretarse e
integrarse con los principios y derechos contenidos en la Constitución Política, la Ley
de justicia penal juvenil, el Código de la niñez y la adolescencia, la Ley de la persona
joven, la Ley de igualdad de oportunidades, el Código Penal, el Código Procesal Penal,
las disposiciones legales sobre la ejecución y el cumplimiento de las sanciones fijadas
para los adultos, así como en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos
del Niño y en los demás instrumentos internacionales referentes a la justicia juvenil
aprobados por Costa Rica. Subsidiariamente, se utilizarán la costumbre y los principios
generales del Derecho.
CAPÍTULO III
Objetivos, condiciones mínimas y plan de ejecución
Artículo 8º—Objetivo de la ejecución. Durante el cumplimiento de la sanción,
deberán fijarse y fomentarse las acciones necesarias que le permitan, a la persona
joven sometida a algún tipo de sanción, su desarrollo personal permanente, su
reinserción en la familia y la sociedad, así como el desarrollo de sus capacidades y
sentido de responsabilidad. Deberán brindarse, además, los instrumentos necesarios
para la convivencia social, de manera que la persona joven pueda llevar una vida
futura exenta de conflictos de índole penal; para ello, cada institución del Gobierno
y las organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro, deberán garantizar los
programas, proyectos y servicios destinados a la población sujeta a esta Ley.
Artículo 9º—Condiciones mínimas para alcanzar los objetivos. Para alcanzar los
objetivos señalados en el artículo 8º de esta Ley, a la persona joven se le garantizarán
las siguientes condiciones mínimas:
a)
b)
c)
d)
Satisfacer sus necesidades educativas, de salud y recreación.
Posibilitar su desarrollo personal.
Reforzar su sentimiento de dignidad y autoestima.
Hacerla partícipe, en forma activa, en la elaboración y ejecución de su plan
individual.
e) Minimizar los efectos negativos que la condena pueda tener en su vida
futura.
42 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
f)
Fomentar, cuando sea posible y conveniente, los vínculos familiares y
sociales que contribuyan a su desarrollo personal.
g) Promover contactos abiertos entre la persona sancionada y la comunidad
local.
Artículo 10º—Plan individual para cumplir la sanción. En todos los casos en
los que la sanción impuesta amerite seguimiento, previo al inicio de su ejecución, se
elaborará un plan individual para cumplirla, el cual deberá ser discutido con la persona
joven, y se le dará audiencia al defensor o a la defensora para que se pronuncie al
respecto.
Este plan, cuya elaboración estará a cargo de la Dirección General de Adaptación
Social, deberá contener una descripción clara de los pasos por seguir y de los objetivos
pretendidos con la sanción correspondiente, según lo dispuesto por esta Ley.
Cuando se refiera a sanciones privativas de libertad, este plan deberá estar
terminado en un plazo máximo de ocho días hábiles a partir del momento en que la
persona joven ingrese al centro de privación de libertad y, respecto de cualquier otra
sanción, deberá concluirse en un plazo máximo de un mes, contado desde la firmeza
de la sentencia.
El plan individual deberá estar apegado a las sanciones impuestas en sentencia y
deberá considerar las ofertas de las instituciones gubernamentales y no gubernamentales
sin fines de lucro.
Artículo 11º—Evolución del plan individual para cumplir la sanción. El plan de
ejecución deberá mantenerse acorde con los resultados obtenidos y el desenvolvimiento
de la persona joven sancionada. Por ello, deberá ser revisado por la Dirección General
de Adaptación Social cada tres meses, como mínimo.
Artículo 12º—Informes al juez de ejecución sobre el plan individual. En la etapa
de ejecución de la sanción, los funcionarios de la Dirección General de Adaptación
Social deberán informar, al menos trimestralmente, al juzgado de ejecución de las
sanciones penales juveniles, sobre los avances u obstáculos para el cumplimiento del
plan individual de ejecución; asimismo, sobre el ambiente familiar y social en que la
persona joven se desarrolla. De ser necesario, el juez de ejecución podrá ordenar a
los entes públicos el cumplimiento de los programas fijados o establecidos en el plan
individual de ejecución.
Artículo 13º—Informes a la familia de la persona joven sancionada. Los
funcionarios competentes de la Dirección General de Adaptación Social encargados
de ejecutar la sanción, deberán procurar el mayor contacto con los familiares de la
persona joven sancionada. Para ello, en forma periódica y como mínimo cada tres
meses, deberán informar al núcleo familiar de la persona joven sobre el cumplimiento,
el desarrollo, las ventajas o desventajas del plan individual de ejecución.
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 43
CAPÍTULO IV
Autoridades de la ejecución
Artículo 14.—Órganos encargados. El control de la ejecución y el cumplimiento
de las sanciones penales juveniles estarán a cargo de los siguientes órganos:
a) El juez de ejecución de las sanciones penales juveniles.
b)
El Tribunal Superior Penal Juvenil.
c)
La Dirección General de Adaptación Social.
d)
Las entidades públicas o privadas autorizadas de previo por el juzgado de
ejecución de las sanciones penales juveniles.
Artículo 15.—Personal especializado. El personal encargado de la ejecución de
las sanciones, deberá ser competente y suficiente; estará integrado por especialistas en
justicia penal juvenil, niñez, adolescencia y juventud, además de la especialidad propia
de su profesión; esta disposición se aplicará para los cargos de jueces penales juveniles
que participen en cualquier etapa del ámbito de esta Ley, fiscales y defensores públicos,
así como en el caso de educadores, orientadores, instructores, trabajadores sociales,
psiquiatras, psicólogos, abogados, y el personal de seguridad. Esta disposición no
excluye la posibilidad de contratar a auxiliares o asistentes a tiempo parcial, así como
a personal voluntario, siempre y cuando tengan reconocida experiencia y capacitación
en trabajo con personas jóvenes.
El personal de seguridad que, en el ámbito de esta Ley, trabaje directa o
indirectamente con la población penal juvenil, deberá ser rigurosamente seleccionado y
capacitado en materia de derechos de la niñez y la adolescencia, y mantener siempre un
apego estricto a las funciones establecidas. Para estos efectos, se mantendrá siempre la
debida supervisión técnica por parte de los directores de los centros penales juveniles,
de forma que se cumpla y respete el objetivo de la presente Ley.
Artículo 16.—Competencia y funciones del juez de ejecución de las sanciones
penales juveniles. Además de las funciones establecidas en la Ley de justicia penal
juvenil, el juez de ejecución de las sanciones penales juveniles tendrá las siguientes
atribuciones:
a)
b)
c)
d)
e)
f)
g)
h)
44 / DNI
Resolver, mediante auto fundado, los incidentes de ejecución que formulen
las partes.
Atender las solicitudes de las personas jóvenes; dar curso a sus gestiones y
resolver con prontitud lo que corresponda.
Visitar los centros de ejecución o cumplimiento de las sanciones penales
juveniles, así como el Programa de Sanciones Alternativas, por lo menos una
vez al mes.
Vigilar que la estructura física de los centros especializados de internamiento
esté acorde con los fines socioeducativos de la Ley de justicia penal
juvenil.
Establecer, mediante resolución, el final de la sanción impuesta.
Llevar el cómputo de la sanción impuesta y modificar las condiciones de
ejecución, cuando corresponda.
Velar por que se respeten los derechos de las personas jóvenes
sancionadas.
Cumplir las demás atribuciones que le asigne esta u otra ley.
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Artículo 17.—Asistencia de un profesional en Derecho. Durante toda la etapa de
ejecución de la sanción, a la persona joven sancionada deberá garantizársele la defensa
legal, mediante un profesional acreditado en Derecho. Si la persona joven sancionada
no puede nombrar a un defensor particular, se solicitará el nombramiento de un
defensor público. El defensor asignado al caso en particular estará obligado a atender,
con la celeridad que amerita, los requerimientos formales de su defendido, por las vías
que correspondan.
Artículo 18.—Participación del Ministerio Público. Dentro de la etapa de
ejecución penal, el Ministerio Público actuará de conformidad con su respectiva ley
orgánica y según la Ley de justicia penal juvenil, esta Ley y las demás disposiciones
legales vigentes. Para ello, deberán nombrarse fiscales especializados en ejecución penal
juvenil.
Artículo 19.—Tribunal Superior Penal Juvenil. El Tribunal Superior Penal Juvenil
será el órgano jurisdiccional competente encargado de resolver, en segunda instancia,
los recursos interpuestos contra las resoluciones que causen gravamen irreparable,
dictadas por el juez de ejecución de las sanciones penales juveniles. Lo resuelto por
dicho juez de ejecución no se ejecutará hasta la resolución final de dicho Tribunal, salvo
casos de excepción fijados en esta Ley.
Artículo 20.—Recursos legales. Contra las resoluciones del juzgado de ejecución
de las sanciones penales juveniles procederán los recursos de revocatoria, apelación
y casación. Son resoluciones apelables, ante el Tribunal Superior Penal Juvenil, las
siguientes:
a)
Las que resuelvan incidentes de ejecución.
b)
Las que aprueben o rechacen el plan individual de ejecución.
c)
Las que resuelvan, en fase de ejecución, modificaciones al cómputo de la
sanción.
d)
Las que constituyan ulterior fijación de pena.
e)
Las que ordene un cese de sanción.
f)
Cualesquiera otras que causen gravámenes irreparables.
El recurso de casación procede ante el Tribunal de Casación Penal, solo contra las
resoluciones que constituyan ulteriores modificaciones a la pena.
Artículo 21.—Funciones de los órganos administrativos de la ejecución. La
Dirección General de Adaptación Social será la entidad responsable de ejecutar las
sanciones penales juveniles y tendrá las siguientes funciones:
a)
Elaborar el plan individual de ejecución de la sanción jurisdiccionalmente
impuesta en cada caso concreto, y velar por el cumplimiento estricto de la
sanción impuesta por el juez.
b)
Implementar proyectos y actividades en procura de cumplir los fines de
las sanciones comprendidas en la Ley de justicia penal juvenil; en especial,
fomentar en la persona joven su sentido de responsabilidad y una vida en
comunidad, sin la comisión de delitos.
c)
Informar al juez de ejecución de las sanciones penales juveniles sobre
cualquier obstáculo para el cumplimiento de las sanciones impuestas, en
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 45
especial, de la falta de cooperación o el incumplimiento de deberes de
los funcionarios públicos que participen de la ejecución de la sanción
impuesta.
d)
Velar por el respeto de los derechos fundamentales de las personas jóvenes
sancionadas e informar al juez de ejecución de las sanciones penales
juveniles, de cualquier violación de sus derechos o del peligro de que estos
sean afectados.
e)
Investigar las posibles faltas disciplinarias cometidas por las personas
jóvenes que se encuentren cumpliendo una sanción penal juvenil e imponer
las sanciones disciplinarias correspondientes.
f)
Comunicar, al juez de ejecución de las sanciones penales juveniles, con
un mes de anticipación, la finalización del cumplimiento de la sanción
ejecutada.
g)
Contar con un registro de las instituciones públicas y de las organizaciones
no gubernamentales sin fines de lucro, que contribuyan, apoyen o ejecuten
programas y/o proyectos para el cumplimiento de las sanciones penales
juveniles.
h) Autorizar y supervisar los programas que ejecuten las organizaciones no
gubernamentales sin fines de lucro, para cumplir las sanciones penales
juveniles no privativas de libertad.
i)
Dar seguimiento a las sanciones privativas de libertad, en las que se
haya concedido el beneficio de ejecución condicional de la sanción de
internamiento.
j)
Cumplir cualquier otra función que se le asignen en esta o en otras leyes
Artículo 22.—Sistema de protección integral durante la ejecución. Las autoridades
administrativas de ejecución y cumplimiento de las sanciones penales juveniles deberán
orientarse y estar en armonía con la política general en materia de protección integral
en el ámbito nacional, desarrollada por el Patronato Nacional de la Infancia (PANI),
el Consejo Nacional de la Persona Joven y las juntas de protección de la niñez y la
adolescencia y la política pública de la persona joven.
CAPÍTULO V
Procedimiento y recursos
Artículo 23.—Expediente de ejecución. Siempre que una persona joven sea
sancionada y deba ejecutarse la sanción impuesta, deberá llevarse un expediente
administrativo completo y fiable que contendrá, por lo menos, la siguiente
información:
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a)
La boleta de tener a la orden de la Dirección General de Adaptación Social,
emitida por la autoridad judicial competente, así como el auto de liquidación
de la pena y el testimonio de sentencia.
b)
La ficha técnica de ingreso que contendrá por lo menos: los datos personales,
la situación jurídica, la síntesis de los hechos probados, el nombre del
defensor, la fecha de inicio y la posible conclusión de la sanción.
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
c)
Toda persona joven, previo a su internamiento o libertad asistida, deberá
recibir un diagnóstico médico completo y un examen clínico.
Los registros sobre los problemas en la salud física y mental de la persona
sentenciada, así como la presencia de adicción a sustancias psicotrópicas
o a alcohol quedarán indicados en el expediente administrativo, para su
respectivo seguimiento y tratamiento.
d)
El plan individual de ejecución y sus modificaciones homologados por el
juez de ejecución.
e)
Los informes trimestrales sobre la situación del sentenciado y el desarrollo del
plan de ejecución individual, con las recomendaciones para el cumplimiento
de los objetivos de la Ley de justicia penal juvenil.
f)
Los procesos disciplinarios que haya enfrentado la persona sentenciada.
g)
Cualquier otro hecho de relevancia que se considere conveniente incluir en
el expediente administrativo.
Artículo 24.—Fundamentación de las resoluciones de las autoridades
administrativas.Toda resolución de las autoridades penitenciarias deberá ser debidamente
fundamentada y notificada estrictamente al interesado, a más tardar tres días hábiles
después de dictada. En el lapso de tres días hábiles posteriores a esa notificación,
contra dicha resolución cabrá recurso de revocatoria ante el órgano que dictó el acto
y, de apelación, ante el Instituto Nacional de Criminología, los que deberán resolverse
en el término de ocho días hábiles posteriores. Interpuestos los recursos mencionados,
no se ejecutará la medida o resolución administrativa hasta que el recurso se resuelva
en definitiva, salvo situaciones de difícil reparación o que causen un grave daño a
la integridad física o mental de la persona joven. Queda a salvo la posibilidad de la
persona afectada de recurrir a la vía judicial para hacer valer sus intereses.
Artículo 25.—Control judicial de la ejecución. Toda medida disciplinaria o de
cualquier otro tipo, lesiva para los derechos fundamentales, podrá ser revisada por el
juez de ejecución de las sanciones penales juveniles a solicitud de parte. La solicitud o
petición no requiere formalidad alguna, bastará que dicho juez de ejecución conozca,
por cualquier medio, la voluntad de la persona joven. Cuando el juez lo considere
necesario, citará a la persona joven para que aclare su petición o la ratifique.
Artículo 26.—Procedimientos judiciales de control. El procedimiento para
tramitar estas peticiones será el previsto para los incidentes de ejecución del Código
Procesal Penal.
Artículo 27.—Recursos legales, plazos y competencia. Los recursos de revocatoria
y apelación procederán contra las resoluciones del juzgado de ejecución de las sanciones
penales juveniles que afecten los derechos fundamentales de la persona sancionada.
Ambos recursos podrán ser interpuestos por la persona sancionada, su abogado
defensor o el Ministerio Público y la Dirección General de Adaptación Social, en la
persona del director general o del director del centro de internamiento especializado,
y deberán ser presentados, a más tardar, dentro del tercer día hábil posterior a la
notificación respectiva.
El juzgado de ejecución deberá resolver la revocatoria en un plazo máximo de
tres días hábiles y el Tribunal Superior Penal Juvenil deberá resolver la impugnación
en un plazo máximo de quince días hábiles. La interposición de estos recursos
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 47
suspenderá la ejecución de la resolución o medida administrativa hasta que se resuelvan
definitivamente. El recurso de casación deberá ser interpuesto dentro de los diez días
siguientes a la notificación y resuelto por el Tribunal de Casación Penal, en un plazo
máximo de un mes.
Artículo 28.—Recursos contra la libertad anticipada. Serán recurribles por el
Ministerio Público, mediante apelación ante el Tribunal Superior Penal Juvenil, las
resoluciones del juzgado de ejecución de las sanciones penales juveniles que concedan
algún beneficio que implique la liberación de la persona joven sancionada con privación
de libertad. La interposición del recurso no suspenderá la ejecución de lo resuelto.
Artículo 29.—Consecuencias por incumplimiento injustificado de las sanciones
alternativas a la privación de libertad. Cuando el Ministerio Público considere que la
persona joven ha incurrido en el incumplimiento injustificado de cualquier sanción
socioeducativa u orden de orientación y supervisión, así como de los internamientos
domiciliarios y en tiempo libre, podrá solicitarle al juez de ejecución de las sanciones
penales juveniles su revocatoria. Esta solicitud deberá presentarse con la prueba
respetiva que acredite el incumplimiento, por parte de la persona joven, de cualquiera
de estas sanciones.
El juez de ejecución, previa audiencia obligatoria, oral y privada con la participación
de la persona sancionada y su defensor, podrá ordenar la revocatoria y decretar el
cumplimiento de la sanción privativa de libertad, la cual se cumplirá de acuerdo con lo
estipulado en la sentencia condenatoria. En este acto, el juez solicitará a la Dirección
General de Adaptación Social un informe sobre las causas de incumplimiento de la
sanción alternativa. El juez deberá resolver esta modificación en un plazo máximo de
tres días.
La admisión o el rechazo de esa solicitud tendrá recurso de apelación, en ambos
efectos, ante el Tribunal Superior Penal Juvenil.
Artículo 30.—Interrupción de la prescripción. El dictado de la sentencia, aunque
no esté firme, interrumpe la prescripción de la acción penal. En los delitos de acción
pública y de acción pública a instancia privada, la declaratoria de rebeldía suspende
el plazo de prescripción de la acción penal por un período que en ningún caso será
superior a un año. Vencido ese período, la prescripción seguirá corriendo, aunque el
estado de rebeldía se mantenga.
Además de lo señalado en el artículo 110 de la Ley de Justicia Penal Juvenil, la
prescripción de la sanción se interrumpe con el dictado de la resolución que revoque
el beneficio de ejecución condicional o declare el incumplimiento de la sanción
alternativa, aunque esas resoluciones no estén firmes o posteriormente sean declaradas
ineficaces.
También se interrumpe la prescripción de la sanción penal, y queda sin efecto el
tiempo transcurrido, en caso de que el joven sentenciado se presente o sea habido, o
cuando cometa un nuevo delito antes de completar el tiempo de la prescripción.
Cuando en una o más sentencias se hayan impuesto sanciones penales que deban
cumplirse en forma sucesiva, el cómputo de la prescripción de las sanciones pendientes
se suspenderá por el tiempo que dure el cumplimiento de las que deban ejecutarse
previamente.
48 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
TÍTULO II
Ejecuciones de las sanciones socioeducativas
y órdenes de orientación y supervisión
CAPÍTULO I
Ejecución de las sanciones socioeducativas
Artículo 31.—Concesión de la libertad condicional. El juez de ejecución de
la pena juvenil podrá decretar la libertad condicional como reconocimiento para la
persona joven condenada a una pena privativa de libertad por más de un año, que
por su conducta y comportamiento adecuados en el establecimiento penal en que
cumple su pena, su interés en instruirse y su empeño en adquirir un oficio y formar un
proyecto de vida, sin comisión de nuevos delitos, haya demostrado que se encuentra
apto para seguir una vida respetuosa de la ley. El período de libertad condicional
durará todo el tiempo que le falte al penado para cumplir su condena.
Artículo 32.—Forma de ejecución y cumplimiento de la amonestación y
advertencia. Una vez firme la sentencia en la cual la persona joven sea sancionada con
amonestación y advertencia, el juez penal juvenil que dictó la sentencia la citará a una
audiencia, a la cual podrán comparecer los padres y/o encargados, y ejecutará esta
sanción. Se dirigirá a la persona joven en forma clara y directa, le indicará el delito o
la contravención que haya cometido y la prevendrá de que, en caso de continuar con
su conducta, podrán aplicársele sanciones más severas; además, la invitará a aprovechar
las oportunidades que se le conceden con este tipo de sanción.
En el mismo acto, el juez, de considerarlo procedente, podrá recordar a los
padres de familia sus responsabilidades y deberes relativos a la formación, educación y
supervisión de la persona joven, en especial si es menor de edad.
De la ejecución de la amonestación y advertencia se dejará constancia por medio del
acta, la cual será firmada por el juez y la persona joven, si esta última puede o sabe firmar.
Artículo 33.—Forma de ejecución y cumplimiento de la libertad asistida. Una vez
firme la sentencia en la que se impone a la persona joven la sanción de libertad asistida,
la autoridad jurisdiccional competente deberá comunicar lo resuelto a la Dirección
General de Adaptación Social, remitiendo la ficha de referencia y el testimonio de
sentencia.
Los funcionarios de la Dirección General de Adaptación Social elaborarán un
plan individual para el cumplimiento de dicha sanción. La libertad asistida se ejecutará
bajo este plan, que deberá contener los programas socioeducativos o formativos a los
que la persona joven deberá asistir, el tipo de orientación requerida y el seguimiento
para cumplir los fines fijados en esta Ley.
Esta sanción se empezará a ejecutar a partir del momento en que el joven se presente
al Programa de Sanciones Alternativas o a la Dirección General de Adaptación Social.
Artículo 34.—Formas de ejecución y cumplimiento del servicio a la comunidad.
Una vez firme la sentencia que impone la sanción de prestación de servicios a la
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 49
comunidad y referido el caso a los funcionarios de la Dirección General de Adaptación
Social, se citará a la persona joven sancionada para elaborar el plan de ejecución
individual. Este plan deberá contener, por lo menos, lo siguiente:
a)
b)
c)
d)
e)
El lugar donde deberá realizarse este servicio.
El tipo de servicio que deberá prestarse.
El encargado de la persona joven dentro de la entidad donde se prestará el
servicio.
El horario diario en que deberá cumplirse la prestación de servicios a la
comunidad.
El mecanismo y la metodología con los que se evaluará la prestación de
servicios a la comunidad y el logro de los objetivos.
En todos los casos, el servicio deberá estar acorde con las cualidades y aptitudes
de la persona joven y fortalecer, en ella, los principios de la convivencia social.
Artículo 35.—Entidades para la prestación del servicio comunal. Los responsables
de las entidades sin fines de lucro, interesados en participar en la ejecución de la
sanción de prestación de servicio comunal, deberán comprobar la idoneidad de los
programas que ofrecen ante la Dirección General de Adaptación Social, la cual deberá
autorizar y supervisar a estas entidades.
Para el cumplimiento de esta sanción se preferirán los programas comunales del
lugar de origen de la persona joven o su lugar de residencia.
Artículo 36.—Formas de control y ejecución de la reparación de daños a la
víctima. Una vez firme la sentencia en la que se sanciona a la persona joven con la
reparación de los daños a la víctima, los funcionarios encargados de la Dirección
General de Adaptación Social elaborarán un plan individual para el cumplimiento de
esta sanción; cuando la restitución no sea inmediata, este plan deberá contener por lo
menos lo siguiente:
a) La forma en que se restituirá el daño. Las maneras de restituirlo necesariamente
deberán estar relacionadas con el daño provocado por el hecho delictivo.
b)
El lugar donde se deberá cumplir la restitución o el resarcimiento del daño
en favor de la víctima.
c)
Los días que la persona joven le dedicará a tal función, la cual no deberá
afectar su trabajo ni su estudio.
d)
El horario diario en que se deberá cumplir la restitución o el resarcimiento
del daño.
Artículo 37.—Sustitución de la reparación por una suma de dinero. Para sustituir
la reparación de los daños por una suma de dinero, en todo caso se procurará, con el
acuerdo de las partes, que el dinero provenga del esfuerzo propio de la persona joven.
Cuando esta sustitución proceda, se tratará de que no se provoque un traslado de la
responsabilidad personal de la persona joven hacia sus padres o representantes.
Si procede la sustitución y el juez de sentencia no lo ha determinado, el juez
de ejecución penal deberá valorar los daños causados a la víctima, con el fin de
fijar el monto por pagar, cuando este no haya sido fijado en la sentencia, para ello,
podrá valorarlos por medio de documentos que demuestren el monto de los daños y
perjuicios, mediante un dictamen pericial o por regulación prudencial.
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Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
CAPÍTULO II
Ejecución de las órdenes de orientación y supervisión
Artículo 38.—Limitación o prohibición de residencia. La limitación o prohibición
de residencia consiste en prohibirle a la persona joven residir en un lugar determinado,
cuando se compruebe, en sentencia, que el ambiente del lugar en el que la persona
joven se desenvuelve resulta perjudicial para su sano desarrollo.
Artículo 39.—Formas de control y ejecución de la prohibición de residencia.
El juez de sentencia, al imponer esta sanción, deberá determinar en qué lugar deberá
residir la persona joven o bien dónde se le prohíbe habitar. Los funcionarios de la
Dirección General de Adaptación Social deberán informar al juez, por lo menos una
vez cada tres meses, sobre el cumplimiento y la evaluación de esta sanción.
Artículo 40.—Colaboración para cumplir la prohibición de residencia. Cuando la
sanción de prohibición de residencia no pueda cumplirse por imposibilidad económica,
el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), el PANI, en caso de que sea menor de edad,
o cualquier otra institución de asistencia social, deberán contribuir con los gastos del
traslado y la manutención, según las posibilidades y necesidades de la persona joven.
Cuando esta sanción no se pueda cumplir por no contarse con un lugar de residencia,
en el caso de las personas menores de edad, el PANI deberá brindar las alternativas de
residencia o albergue.
Artículo 41.—Prohibición de relacionarse con determinadas personas. La sanción
de prohibición de relacionarse con determinadas personas, consiste en ordenarle, a
la persona joven, abstenerse de frecuentar a otras personas, mayores o menores de
edad, quienes hayan contribuido a que ella lleve una forma de vida delictiva. La misma
prohibición se aplicará cuando se trate de la persona ofendida o testigos de la causa
que puedan verse afectados por esa relación.
Artículo 42.—Formas de control y ejecución de la prohibición de relacionarse
con determinadas personas. Al imponer la sanción de prohibición de relacionarse con
determinadas personas, el juez de sentencia deberá indicar, en forma clara y precisa,
a cuáles personas deberá abandonar la persona joven en su trato o su convivencia,
mientras la sanción esté vigente.
Cuando la prohibición de relacionarse con determinada persona se refiera a un
miembro del núcleo familiar de la persona joven o a cualquier otra persona que resida
con ella, esta sanción deberá combinarse con la prohibición de residencia. En este caso,
tendrá derecho a la protección y asistencia técnica por parte del PANI, cuando sea
menor de edad.
Durante el cumplimiento de la sanción, los funcionarios de la Dirección General
de Adaptación Social encargados del seguimiento de la sanción, deberán programar las
acciones o actividades tendientes a que la persona joven comprenda las inconveniencias
y desventajas que implica, para su convivencia social y su sano desarrollo, relacionarse
con las personas determinadas en la sentencia.
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 51
Artículo 43.—Prohibición de visitar determinados lugares. La sanción de
prohibición de visitar determinados lugares consiste en ordenarle, a la persona joven,
que no asista a los lugares o establecimientos señalados en la Ley de justicia penal
juvenil o los indicados por el juez penal juvenil, cuando resulten inconvenientes para
su sano desarrollo.
Artículo 44.—Formas de control y ejecución de la prohibición de visitar
determinados lugares. Al imponer la sanción de prohibición de visitar determinados
lugares, el juez de sentencia deberá indicar, en forma clara y precisa, cuáles lugares
deberá dejar de visitar o frecuentar la persona joven.
El juez de ejecución deberá comunicarle la prohibición al propietario, el
administrador o el responsable de los locales a los que la persona joven tiene prohibido
el ingreso. El incumplimiento de esta orden acarreará las consecuencias penales y
administrativas correspondientes.
Los funcionarios de la Dirección General de Adaptación Social encargados del
seguimiento de esta sanción, se informarán con el propietario del establecimiento, los
familiares de la persona joven o cualquier otra persona que les merezca credibilidad
bajo apercibimiento de ley, sobre el cumplimiento o incumplimiento de esta sanción;
eso se lo informarán al juez de ejecución, cuando sea necesario.
Artículo 45.—Medidas de enseñanza y formación. La medida de matricularse en
un centro educativo consiste en ordenarle, a la persona joven, que ingrese y permanezca
en algún centro de estudio, de educación formal, vocacional o técnica. En caso de
que esta medida no pueda cumplirse por imposibilidad económica, el Ministerio de
Educación Pública (MEP), el IMAS, el Fondo Nacional de Becas o cualquier institución
de asistencia social, deberán colaborar para sufragar los gastos que conlleve cumplir
esta sanción. Esta medida deberá corresponder y ser viable con los respectivos ciclos
lectivos de la educación formal, salvo que existan, de manera comprobada, otras
alternativas de matrícula fuera del cronograma normal de la educación primaria y
secundaria.
Artículo 46.—Formas de control y ejecución de las medidas de enseñanza y
formación. Al imponer la medida socioeducativa de la obligación de matricularse en
un centro educativo, el juez de sentencia deberá indicar el centro educativo formal,
vocacional o técnico al que la persona joven deberá ingresar o el tipo alternativo
de programa educativo que deberá seguir. En todo caso, se preferirán los centros
educativos que se encuentren cerca del medio familiar y social de la persona joven.
Artículo 47.—Selección del centro educativo. Para elegir el centro educativo
deberán tomarse en cuenta, sobre todo, las aptitudes y capacidades de la persona
joven para el tipo o la modalidad de educación, así como los requisitos exigidos por
el centro educativo.
El centro escogido quedará obligado a aceptar a la persona joven como estudiante
y a no divulgar las razones por las cuales ella se encuentra en ese centro. Por ningún
motivo podrá realizar diferenciación o discriminación alguna respecto de los demás
estudiantes del centro educativo.
Artículo 48.—Informes sobre la evolución y el rendimiento académico. Durante
el transcurso de la sanción socioeducativa de matricularse en un centro educativo, los
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funcionarios de la Dirección General de Adaptación Social encargados del seguimiento
de esta sanción deberán informar periódicamente, cada tres meses, al juez de ejecución
de las sanciones sobre la evolución y el rendimiento académico de la persona joven en
el centro de enseñanza o en el programa educativo en el que se encuentre matriculado.
Para ello, el centro educativo deberá remitir informes periódicos del avance académico
que reflejen los servicios de apoyo recibidos por el joven sancionado. Deberá
considerarse que los problemas de rendimiento que puedan presentarse podrán ser
por necesidades psicoeducativas específicas y no solo por aspectos económicos.
Artículo 49.—Adquisición de un trabajo. La sanción socioeducativa de adquirir
un trabajo consiste en ordenarle, la persona joven mayor de quince, que se ubique y
se mantenga en un empleo, el cual está regulado en el Régimen especial de protección
al trabajador adolescente, del Código de la Niñez y la Adolescencia y en la legislación
laboral vigente, en el caso de los mayores de edad. Este trabajo deberá estar acorde
con las cualidades y capacidades de la persona joven, con el objetivo de que desarrolle
en él actitudes positivas de convivencia social y aumente tanto su productividad como
su autoestima.
Artículo 50.—Formas de control y ejecución de la obligación de adquirir un
trabajo. El juez de sentencia, al imponer la sanción de adquirir un trabajo, indicará qué
tipo de labor deberá desarrollar la persona joven y dónde deberá cumplirla, a efectos
de que se incluya en el plan individual. En todo caso, se preferirán los centros de
trabajo ubicados cerca del medio familiar o social en el que se desarrolle la persona
joven mayor de quince años. Para estos efectos, la Dirección General de Adaptación
Social, con la colaboración del Ministerio de Trabajo, deberá contar con una lista de las
empresas públicas o privadas interesadas en emplear a las personas jóvenes a las que se
les haya sometido a esta sanción.
El empleador no deberá divulgar la condición de condenado de la persona joven,
ni podrá discriminarla, por ninguna circunstancia, cuando se encuentre en situaciones
semejantes a las de otros trabajadores.
La actividad deberá cumplirse respetando las regulaciones dispuestas en la
legislación laboral para el trabajo, tanto de las personas menores de edad como de los
jóvenes adultos. Por ningún motivo se permitirá el desempeño de trabajos peligrosos
o insalubres.
Artículo 51.—Abstención de ingerir bebidas alcohólicas o sustancias
psicotrópicas no autorizadas. La sanción de abstenerse de ingerir bebidas alcohólicas
o sustancias psicotrópicas no autorizadas consiste en prohibirle a la persona joven
consumirlas, durante el tiempo de ejecución de esta sanción, en lugares tanto públicos
como privados, asimismo en enviar a la persona joven a seguir un tratamiento para
subsanar su problema de alcoholismo o drogadicción.
Artículo 52.—Formas de control y ejecución de la abstinencia. Al imponer la
sanción de la abstinencia, el juez de sentencia indicará el tipo de sustancias o drogas
que la persona joven deberá dejar de consumir. Para ello, ordenará el internamiento
o tratamiento en un centro residencial o ambulatorio que genere cambios cognitivos
conductuales hacia el problema de adicción de la persona joven. Para estos efectos, la
Dirección General de Adaptación Social, con el asesoramiento y apoyo del Ministerio
de Salud, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Instituto sobre Alcoholismo
y Farmacodependencia (IAFA) y el Instituto Costarricense sobre Drogas, elaborará
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
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un plan para ejecutar esta sanción, que promueva la eliminación del consumo y de la
adicción de ese tipo de sustancias o drogas. Previa autorización del juez de ejecución,
podrán realizarse los exámenes clínicos correspondientes, para constatar la eliminación
del consumo o la adicción de sustancias psicotrópicas.
Artículo 53.—Internamiento o tratamiento ambulatorio en un centro de
tratamiento por adicciones a sustancias psicotrópicas y alcoholismo. La sanción de
internamiento o tratamiento en un centro residencial o ambulatorio, consiste en
ordenarle a la persona joven a participar en un programa, público o privado, que
provoque cambios cognitivos conductuales hacia el problema de las adicciones. Para
estos efectos, se contará con el apoyo de la CCSS, el Ministerio de Salud, el IAFA y el
Instituto Costarricense sobre Drogas. Cuando se trate de un centro de desintoxicación
privado, para ingresar al centro o participar en los programas, se requerirá la anuencia
de la persona joven. Los gastos y cualquier costo de estos programas y centros
privados serán cubiertos por la persona sancionada.
Artículo 54.—Formas de control y ejecución en centros de tratamiento
por adicciones a sustancias psicotrópicas y alcoholismo. Al imponer la sanción de
internamiento o tratamiento en un centro residencial o ambulatorio, el juez de sentencia
deberá indicar el lugar de internamiento de la persona joven o el tipo de tratamiento
al que deberá sometérsele. Los funcionarios de la Dirección General de Adaptación
Social deberán informar, al juez de ejecución de las sanciones, sobre el cumplimiento y
la evolución del plan de ejecución de esta sanción.
Artículo 55.—Consideraciones en el plan individual para el cumplimiento de la
sanción para personas jóvenes con adicciones a sustancias psicotrópicas y alcoholismo.
Los funcionarios de la Dirección General de Adaptación Social, con la colaboración de
expertos del IAFA, deberán considerar, en el momento de elaborar el plan individual
para el cumplimiento de la sanción, lo siguiente:
a)
El diagnóstico clínico-médico de la persona joven objeto de esta sanción.
b)
El diagnóstico psicosocial previo de las causales de la drogadicción o el
alcoholismo, el que de ser posible, permita establecer el tipo y grado de
dependencia de las drogas o alcohol que presenta la persona joven.
c)
La relación y el impacto entre la dependencia y la comisión de delitos.
d)
Las experiencias anteriores de la persona joven en programas de
desintoxicación.
e)
La conveniencia o inconveniencia de mantener los vínculos familiares
durante el cumplimiento de esta ejecución.
f)
Las condiciones económicas de la persona joven, para la ejecución de la
sanción en un centro privado.
g)
Las implicaciones económicas de cumplir el plan individual.
h)
Cualquier otro dato que los funcionarios de la Dirección General de
Adaptación Social y del IAFA consideren conveniente.
En todo caso, de ser posible y conveniente, se consultará a la persona joven para
seleccionar el tipo de tratamiento y el lugar en el que se practicará.
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Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Artículo 56.—Derechos de las personas jóvenes durante el internamiento en
un centro de tratamiento por adicciones a sustancias psicotrópicas y alcoholismo.
Cuando la sanción de internamiento se practique bajo la modalidad del internamiento,
en un centro de salud público o privado, a la persona joven se le respetarán los
derechos señalados para la ejecución de la sanción privativa de libertad en un centro de
internamiento especializado, siempre y cuando no se afecten las reglas de convivencia
del centro de salud, ni los fines propios de la ejecución de esta sanción.
Artículo 57.—Tratamiento en centros privados. Cuando se ordene el internamiento
de una persona joven en un centro de salud privado, el director del centro deberá
informar al juez de ejecución de las sanciones sobre la evolución o los progresos de la
persona joven en este tipo de sanción. El director del centro será el responsable, ante
el juez de ejecución, por la violación de cualquiera de los derechos fundamentales de
la persona joven.
Los funcionarios de la Dirección General de Adaptación Social, junto con expertos
del IAFA, deberán ejercer las labores de supervisión del internamiento en los centros
de salud privados, para constatar el cumplimiento de los fines de la sanción. Cualquier
anomalía o irregularidad que se encuentre deberá ser informada, inmediatamente, al
juez de ejecución de las sanciones penales juveniles, quien lo notificará al defensor y
a la persona joven.
Artículo 58.—Término de la sanción para personas jóvenes con adicciones
a sustancias psicotrópicas y alcoholismo. Cumplido el plazo por el cual haya sido
impuesta esta sanción, la persona joven podrá continuar, de manera voluntaria, con el
tratamiento que le haya sido asignado, a fin de que el objetivo último de la sanción
no pierda efecto. Cumplida la sanción cesarán todas las restricciones a sus derechos,
ordenadas en la sentencia condenatoria.
La Dirección General de Adaptación Social, con el apoyo del PANI y el IAFA,
podrá recomendar, en casos de personas menores de edad, su inclusión voluntaria
en programas oficiales de internamiento o tratamiento en un centro residencial o
ambulatorio, lo anterior de conformidad con el objetivo socioeducativo que busca la
Ley y la prevención del delito para menores de edad que se encuentran en este riesgo
social y de salud.
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TÍTULO III
Sanciones privativas de libertad
CAPÍTULO I
Internamiento domiciliario y en tiempo libre
Artículo 59.—Formas de ejecución y cumplimiento del internamiento
domiciliario. Una vez firme la sentencia que impone la sanción de internamiento
domiciliario, los funcionarios de la Dirección General de Adaptación Social elaborarán
el plan de ejecución; en él fijarán las medidas de control a las que la persona sancionada
deberá someterse, las cuales deberán respetar el tiempo que la persona joven dedique a
su estudio, trabajo y descanso, lo mismo que su dignidad e integridad física y mental.
Dentro de este plan se programarán, además, actividades en el domicilio donde
se ejecuta la sanción, con el objetivo de fomentar en la persona joven actitudes sanas
de convivencia social.
Artículo 60.—Formas de control y ejecución del internamiento durante
tiempo libre. Firme la sentencia que ordene el internamiento durante tiempo libre, el
juzgado de ejecución remitirá a la persona joven a la Dirección General de Adaptación
Social, para que se elabore el plan de ejecución individual, el cual deberá concluirse
y comunicársele a la persona joven en el plazo máximo e impostergable de un mes a
partir de su ingreso al centro. El plan fijará al menos lo siguiente:
a)
b)
c)
d)
El establecimiento público o privado en el que deberá cumplir la sanción.
El horario semanal en que deberá concurrir al establecimiento.
Las actividades que deberá realizar en el establecimiento.
Otras que se consideren pertinentes.
Artículo 61.—Establecimientos para el internamiento durante tiempo libre.
Los establecimientos para internamiento durante tiempo libre no tendrán seguridad
extrema. Podrán ser públicos o privados, pero deberán ser especializados y contar con
el personal, las áreas y las condiciones adecuadas para el cumplimiento efectivo de la
sanción. En todo caso, para cumplir esta sanción, se preferirán los establecimientos más
cercanos a la comunidad donde reside la persona joven.
Artículo 62.—Informes al juez de ejecución. El director o la directora, o bien, la
persona encargada del establecimiento en el cual se encuentre cumpliendo la sanción
de internamiento durante tiempo libre la persona joven, deberá rendir al juez de
ejecución de las sanciones un informe mensual que contendrá, por lo menos, la
siguiente información:
a)
b)
c)
d)
e)
f)
g)
h)
i)
56 / DNI
Si ha cumplido los horarios que se le establecieron.
Si ha cumplido las actividades fijadas.
La disposición de la persona joven hacia estas actividades.
Los obstáculos presentados para el cumplimiento de las actividades y las
formas de superarlos.
Los trabajos o estudios que la persona joven esté realizando.
La disciplina de la persona sentenciada y su mejoramiento personal.
El estado emocional y de salud de la persona joven.
El no consumo ni portación de sustancias psicotrópicas o alcohol.
Cualquier otro asunto relevante que el centro considere importante
informar.
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
CAPÍTULO II
Internamiento en centros especializados
SECCIÓN I
Consideraciones generales
Artículo 63.—Estructura física de los centros especializados de internamiento.
Todo centro de internamiento especializado donde se cumpla una sanción privativa de
libertad, deberá tener determinada su capacidad o el máximo de plazas para albergar
a las personas jóvenes en condiciones adecuadas y sin hacinamiento. La determinación
será fijada por los órganos competentes de la Dirección General de Adaptación Social,
tomando en cuenta la capacidad preestablecida y la opinión de los expertos en la
materia. Además, el diseño de los centros de internamiento deberá responder a su
finalidad, es decir, a la rehabilitación de las personas jóvenes, teniendo en cuenta,
debidamente, su necesidad de intimidad, estímulos sensoriales, posibilidades de
asociación con sus compañeros y participación en actividades deportivas, ejercicios
físicos y de esparcimiento. El diseño y la estructura de los centros de internamiento
deberán ser tales que reduzcan al mínimo el riesgo en casos de desastres naturales y
garanticen una evacuación segura de los establecimientos.
Artículo 64.—Limitación del número de personas jóvenes privadas de libertad.
El número de personas jóvenes en centros cerrados no deberá exceder la capacidad de
atención personalizada, a fin de que la atención que deben recibir sea individualizada. El
tamaño de estos centros deberá ser suficiente para facilitar el acceso de las familias de
las personas jóvenes y su contacto con ellas; preferiblemente deberán estar ubicados
en un entorno social, económico y cultural que facilite la reinserción de la persona
joven en la comunidad.
Artículo 65.—Indemnización por privación ilegítima de libertad. Toda persona
joven privada de libertad ilegítimamente, tendrá derecho a recibir del Estado una
indemnización por los daños y perjuicios que se le provoquen. El funcionario que,
actuando con dolo o culpa, haya ordenado o mantenido la privación de libertad
ilegítima, será responsable solidariamente.
Artículo 66.—Contenido mínimo del plan individual para el cumplimiento de la
sanción. El plan individual para el cumplimiento de la sanción de internamiento en un
centro especializado contendrá, al menos, los siguientes datos:
a)
b)
c)
d)
La asignación del lugar o la sección donde la persona joven deberá cumplir
la sanción.
La determinación de los criterios para fijar los posibles permisos a que
tendrá derecho la persona joven para salir del centro.
La definición de los ejes temáticos o las actividades en las cuales participará
la persona, sean formativos, educativos, grupales o individuales, terapéuticos,
deportivos, de convivencia u otros.
Las medidas especiales de asistencia o tratamiento.
El contenido del plan individual para el cumplimiento de la sanción habrá de
mantenerse acorde con la evolución del sancionado y con los resultados ulteriores de
la investigación de su personalidad, y respetará los plazos dispuestos para la revisión
del plan.
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 57
Artículo 67.—Actividades colectivas. Al elaborar el plan individual para el
cumplimiento de la sanción, deberá procurarse la realización de actividades colectivas
entre las personas privadas de libertad, para fomentar una convivencia más acorde con
la vida en libertad.
Artículo 68.—Limitaciones de las actividades colectivas. La actividad colectiva
podrá limitarse cuando:
a)
b)
c)
d)
Lo solicite, justificadamente, la persona joven.
Lo requieran la seguridad y el orden del centro de atención especializada.
La persona joven se encuentre sometida a medidas rigurosas de seguridad.
La persona joven esté sometida a un tratamiento médico que obligue a
aislarla temporalmente.
Las actividades en común podrán limitarse, según el inciso b) anterior, solo por
plazos fijos y razonables, a efecto de que las personas jóvenes puedan participar en la
mayor cantidad posible de actividades colectivas.
Artículo 69.—Información y petición. Desde el momento del ingreso de la
persona joven al centro especializado, la administración deberá suministrarle información
escrita, en forma clara y sencilla, que contenga una explicación sobre los derechos y
deberes de dicha persona y sobre las reglas y rutinas de la convivencia en el centro.
Cuando los funcionarios del centro constaten que la persona joven no sabe leer o
tiene un deficiente nivel cognitivo, esta información deberá presentársele oralmente
o, si no comprende el idioma oficial o requiere un lenguaje especial, se recurrirá a un
intérprete.
La persona joven sancionada tendrá derecho de presentar sus quejas por escrito
u oralmente ante el director del centro especializado; estas deberán ser resueltas en
un plazo máximo de diez días hábiles o de inmediato, si está en riesgo la integridad
personal de la persona joven. Asimismo, la persona joven tendrá derecho a una amplia
comunicación con los demás funcionarios de la institución y con su defensor, durante
todo el tiempo de su condena. Las quejas también podrán ser presentadas por medio
de su defensor.
Artículo 70.—Permisos especiales. La dirección de los centros de internamiento
especializado podrá otorgar salidas transitorias a las personas privadas de libertad,
previa autorización del juzgado de ejecución de las sanciones penales juveniles, por
razones propias de salud, ante demostrada enfermedad grave o terminal de un familiar
hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, y para asistir a las
honras fúnebres de una persona incluida en las categorías anteriores. Estas licencias
transitorias podrán concederse, además, de manera razonada, para que la persona joven
participe en alguna actividad cultural, artística, deportiva o religiosa, siempre y cuando
se encuentren estrictamente justificadas por la evolución del plan de ejecución. La
administración del centro definirá las medidas de vigilancia apropiadas para cumplir
estos permisos, sin que signifique un riesgo para el cumplimiento de la sanción o
provoque un cambio cualitativo de esta.
Artículo 71.—Reconocimiento de los permisos como tiempo de condena. El
tiempo durante el cual la persona joven se encuentre disfrutando de permisos para
estudio o trabajo, o de los otorgados por cualquiera de los motivos señalados en
el artículo anterior, deberá considerarse tiempo de cumplimiento de la sanción, de
acuerdo con las reglas de la conmutación de la sanción establecidas por esta Ley.
58 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Artículo 72.—Medidas para garantizar el cumplimiento de los permisos.
La dirección del centro dispondrá las medidas de seguridad, para garantizar que la
persona joven sancionada cumpla la finalidad para la cual se otorgan los permisos.
Estas medidas pueden estar referidas a limitar la concurrencia a determinado lugar o
la visita a determinada persona, lo mismo que al horario de egreso de la institución y
de ingreso a ella. El incumplimiento de estas medidas conllevará la revocatoria de los
permisos de salida y deberá ser ordenada por el juez de ejecución penal juvenil.
Artículo 73.—Ubicación de las personas jóvenes con discapacidad privadas de
libertad. La dirección del centro, previo estudio técnico profesional, deberá determinar
una ubicación apropiada para las personas jóvenes con discapacidad. Cuando la persona
discapacitada solicite ubicación a la administración del centro y no sea aceptada, podrá
recurrir ante el juez de ejecución de las sanciones penales juveniles. La permanencia
de personas sentenciadas y con discapacidad en centros privativos de libertad, deberá
cumplirse según los requisitos y las condiciones señalados en la Ley de igualdad de
oportunidades para las personas con discapacidad.
Artículo 74.—Tratamiento de las personas jóvenes con enfermedad cognitiva,
volitiva o física. La persona joven a quien durante la privación de su libertad le
sobrevenga una disminución de la capacidad cognitiva o volitiva, deberá ser trasladada
a una institución especializada, a fin de que reciba un seguimiento adecuado. Podrán
adoptarse medidas de aseguramiento de acuerdo con el centro de salud, para que la
persona joven pueda recibir el seguimiento necesario así como lo que requiera desde
el punto de vista psicológico o psiquiátrico. El director del centro hospitalario deberá
informar al juez de ejecución, al menos una vez al mes, sobre las condiciones y la salud
mental de la persona joven ingresada a dicho centro. El plazo del internamiento no
podrá exceder el período máximo que se estableció en la eventual pena, salvo que la
persona por propia voluntad, de la familia o de encargados decida mantenerse en el
centro de salud.
Cuando se presente una enfermedad grave o crónica de la persona joven privada
de libertad, el juez podrá ubicar al joven en su domicilio familiar; para ello establecerá
el procedimiento y la supervisión que corresponda, conforme a la sanción impuesta.
Artículo 75.—Personas jóvenes en detención provisional. Los principios y
derechos establecidos en esta Ley se aplicarán a las personas jóvenes que se encuentren
en detención provisional. Se respetarán las exigencias de la presunción de inocencia,
la duración de la detención, la condición jurídica y cualquier otra circunstancia de las
personas jóvenes.
Artículo 76.—Egreso de la persona joven del establecimiento. La fecha aproximada
del egreso de la persona joven deberá ser informada tanto a ella como a sus familiares
o encargados. El propósito de esta disposición será facilitar su reinserción a la sociedad;
asimismo, conforme se aproxime esa fecha, la administración del centro podrá otorgar
permisos más frecuentes a la persona privada de libertad.
Con el objeto de que la persona joven continúe con la formación o educación
recibida durante su permanencia en el centro, deberá informársele de las opciones
educativas o formativas en las cuales puede ingresar en libertad. Además, se le
deberá garantizar la continuidad de los beneficios otorgados durante su privación
de libertad como becas, bonos de estudio y otros. Igualmente, se le informará tanto
sobre los posibles empleos o trabajos que pueda desempeñar como sobre los lugares
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 59
convenientes donde pueda vivir o, de ser necesario, sobre la búsqueda de una familia
sustituta de la propia. Para buscarle una familia sustituta o un lugar de empleo, deberá
coordinarse, en caso de que sea menor de edad, con el PANI.
SECCIÓN II
Derechos y deberes específicos durante la ejecución
de la sanción privativa de libertad en un centro
especializado
Artículo 77.—Derecho a la educación y formación profesional. La educación será
un derecho y un deber de toda persona joven. La administración del centro deberá
disponer de las facilidades necesarias para que la persona joven curse la educación
primaria hasta completarla; las mismas condiciones deberán ser facilitadas en el caso
de la educación secundaria. Asimismo, procurará, en los casos en que la educación
formal no sea factible o conveniente, que la persona joven pueda recibir una educación
técnica o prepararse para desempeñar algún oficio. Los programas de estudio deberán
ser los establecidos por el MEP para todo el país. Eventualmente, el MEP podrá diseñar
programas especiales para mejorar las deficiencias que presentan estas personas.
El INA tendrá una participación preponderante en la formación técnica. Para
ello, desarrollará y ejecutará programas permanentes para la población penal juvenil,
que correspondan a las necesidades de formación y capacitación requeridas y a las
condiciones particulares que esta población presenta.
Las personas jóvenes analfabetas o que presenten problemas cognitivos o de
aprendizaje, tendrán el derecho de acceder a la enseñanza especial.
Todas las personas jóvenes tendrán el derecho de recibir educación sexual acorde
con la edad y sus necesidades; esta deberá ser impartida por profesionales del MEP, del
Ministerio de Salud o de alguna otra entidad autorizada y competente.
En todo centro deberá existir una biblioteca bien provista de libros, periódicos
y revistas instructivas y recreativas adecuadas para las personas jóvenes, a quienes se
les deberá estimular la lectura y se les permitirá que utilicen al máximo los servicios
de la biblioteca.
Artículo 78.—Certificados de estudios. Los certificados o diplomas que acrediten
la aprobación o culminación de los estudios, deberán ser extendidos en forma tal que
en ellos no conste ni sea reconocible que las personas jóvenes han estado privadas de
libertad.
Artículo 79.—Actividad ocupacional. La actividad ocupacional es un derecho de
la persona joven mayor de quince años privada de libertad, y deberá ser desempeñada,
de ser posible, en el ámbito de su comunidad. La actividad ocupacional buscará
complementar la capacitación y formación profesional impartida, a fin de aumentar las
posibilidades de que la persona sancionada encuentre un empleo de calidad cuando se
reintegre a su comunidad; con ese objetivo, la organización y los métodos de trabajo
de los centros deberán asemejarse lo más posible a los trabajos realizados en libertad.
En la asignación de la actividad ocupacional, deberán tomarse en cuenta las
capacidades y aptitudes de la persona joven. Por ninguna circunstancia se permitirán
actividades ocupacionales insalubres ni peligrosas, según lo disponen la legislación
60 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
laboral costarricense y las normas internacionales de protección que se aplican, en
materia de salud ocupacional, tanto para menores de edad como para adultos.
Las personas menores de edad que se encuentren realizando algún tipo de
actividad ocupacional, no podrán ser sometidas a jornadas laborales superiores a
cuatro horas diarias, todo conforme a lo que establece la ley.
Las actividades ocupacionales serán aplicables especialmente a los jóvenes a
quienes se esté preparando para el egreso.
La actividad ocupacional que desempeñe la persona joven, podrá ser considerada
como tiempo de descuento de la pena.
Artículo 80.—Retribución económica. Por las actividades ocupacionales
desarrolladas en el centro, las personas jóvenes podrán recibir un incentivo económico
establecido por la administración penitenciaria, según el artículo 55 del Código Penal.
Un porcentaje de este incentivo podrá reservarse, si la persona joven está de acuerdo,
para constituir un fondo de ahorro que se le entregará en el momento de cumplir
la pena. La persona joven tendrá derecho a utilizar el remanente de esa remuneración
para adquirir objetos destinados a uso personal, indemnizar a la víctima perjudicada
por el delito o enviárselo a la propia familia o a otras personas fuera del centro.
Artículo 81.—Derecho al reposo. Toda persona joven tendrá el derecho de
disfrutar un descanso mínimo de ocho horas diarias, en condiciones básicas que
respeten la dignidad humana. Salvo situaciones de carácter especial, no deberá
interrumpirse ni perturbarse el sueño de las personas sancionadas.
Artículo 82.—Prácticas religiosas. La administración del centro deberá respetar
las creencias religiosas y los preceptos morales del grupo al que pertenece la persona
joven; no podrá obligarla a asistir a actos contrarios a su credo ni prohibirle tener
objetos de su culto, siempre que no afecten la seguridad del centro y no atenten
contra la moral y las buenas costumbres.
La persona joven internada en el centro tendrá el derecho de ser asistida y
visitada por un sacerdote o líder de su comunidad religiosa. La administración de los
centros facilitará, cuando corresponda, que los representantes de los cultos religiosos
oficien servicios. Toda persona joven tendrá el derecho de rehusarse libremente a la
enseñanza y el asesoramiento religioso.
Artículo 83.—Salud y asistencia médica. La salud y la atención médica preventiva
y correctiva, son derechos de toda persona joven, incluso la atención odontológica,
oftalmológica y de salud mental; asimismo, todas estas personas tienen el derecho de
recibir los productos farmacéuticos y las dietas especiales que hayan sido recetadas
por el médico.
Preferiblemente, la atención médica deberá prestarse en los servicios y las
instalaciones sanitarias de la comunidad en la cual esté ubicado el centro de
internamiento. Asimismo, las personas referidas en este artículo tendrán el derecho de
ser asistidas, por cuenta propia, por médicos y otros profesionales de la salud privados,
así como a recibir atención de parte de asociaciones privadas o de profesionales
voluntarios.
Artículo 84.—Apertura del expediente médico al ingreso. Inmediatamente
después de ingresar a un centro de internamiento, y como parte de la información que
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 61
se incluirá en el expediente administrativo, toda persona joven deberá ser examinada de
forma completa por un médico, lo cual implicará practicarle los respectivos exámenes
clínicos, con el objeto de que se haga constar cualquier prueba de malos tratos
anteriores y se verifique el estado físico o mental que requiera seguimiento médico,
así como la posible presencia de adicción a drogas, estupefacientes o alcohol. Si se
encuentran evidencias o signos de malos tratos, alteraciones del estado físico o mental
y adicción, el médico se lo reportará inmediatamente al director del centro y al juez
de ejecución de las sanciones para las medidas del caso. El director del centro deberá
notificar tal situación a los familiares de la persona joven o al encargado.
Artículo 85.—Instalaciones y equipos médicos. Todo centro de internamiento
deberá tener acceso inmediato a instalaciones y equipos médicos adecuados que
guarden relación con el número y las necesidades de sus ocupantes; además, deberá
contar con personal capacitado en atención sanitaria preventiva y tratamiento de
urgencias médicas; igualmente, con transporte adecuado que permita trasladar, rápida
y eficazmente, a cualquier persona que requiera atención en un centro médico.
Artículo 86.—Programas de prevención del uso indebido de drogas y
estupefacientes. Los centros de internamiento deberán organizar programas preventivos
sobre el uso de sustancias psicoactivas ilícitas y coordinar con las instituciones
designadas por la ley para su tratamiento. Dichos programas deberán adaptarse a
la edad, el sexo y otras circunstancias de las personas jóvenes interesadas; deberán
ofrecerse servicios de desintoxicación a cargo de personal calificado para trabajar
con toxicómanos y/o alcohólicos. Para estos efectos se contará con el apoyo de
las instituciones públicas especializadas en tratamiento para adicciones, que se crea
mediante la Ley de justicia penal juvenil, Nº 7576.
Artículo 87.—Derecho a tratamiento médico. Solo se suministrarán medicamentos
para un tratamiento necesario o por razones médicas y después de obtener el
consentimiento de la persona joven debidamente informada, cuando esto último sea
posible. Las personas jóvenes nunca servirán como objeto de experimentos para el
empleo de medicamentos o tratamientos. El suministro de medicamentos siempre
deberá ser autorizado y estar a cargo de personal médico calificado.
Artículo 88.—Fallecimiento de la persona joven. De fallecer la persona joven
durante el período de privación de libertad, el padre, la madre o el encargado, o
bien, el pariente de mayor proximidad, tendrá derecho a examinar el certificado de
defunción, pedir que se le muestre el cadáver y disponer su último destino, en la forma
que él mismo decida. Además, sobre las causas de la defunción deberá practicarse
una investigación independiente, cuyas conclusiones deberán quedar a disposición del
pariente más próximo. La investigación deberá practicarse también cuando la persona
joven fallezca dentro de los seis meses siguientes a la fecha de su liberación del
centro de internamiento, y cuando haya motivos para creer que el fallecimiento guarda
relación con el período de reclusión.
Artículo 89.—Pertenencias de la persona joven. A la persona joven se le deberá
respetar el derecho de poseer objetos de valor afectivo y pertenencias personales,
siempre que no se trate de objetos que pongan en peligro la seguridad del centro, o
de objetos prohibidos por esta Ley y los reglamentos del centro de internamiento.
Artículo 90.—Objetos prohibidos. Además de los objetos que pongan en riesgo
la seguridad del centro, las personas jóvenes no podrán tener consigo lo siguiente:
62 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
a)
b)
c)
d)
e)
f)
Armas de cualquier tipo.
Joyas u otros objetos de oro o valor análogo.
Medicamentos que no hayan sido autorizados por un médico.
Bebidas alcohólicas.
Sustancias psicoactivas y sus precursores.
Dinero en cantidad que supere la que se pueda necesitar para pequeños
gastos personales, según el reglamento del centro.
g) Todos los objetos que se establezcan en los reglamentos
penitenciarios.
Los objetos mencionados en los incisos b), c) y f) deberán decomisarse y se
levantará un acta, en la que la persona joven podrá manifestar su voluntad de que
lo decomisado sea entregado en custodia a la dirección del centro, conforme a los
procedimientos y las regulaciones establecidos en los reglamentos penitenciarios.
Artículo 91.—Inspecciones. El personal del centro podrá inspeccionar las
pertenencias de la persona joven para garantizar que no posee objetos prohibidos por
esta Ley y los reglamentos penitenciarios. Las inspecciones aludidas deberán realizarse
conforme a las normas penitenciarias vigentes, cuidando no someter a la persona a
un tratamiento cruel y degradante, y respetando su pudor. Las inspecciones deberán
realizarse en presencia de la persona joven y con su colaboración, de la siguiente
manera:
a) Al ingresar al centro por primera vez, así como cuando reingrese por
razones de permisos, o en cualquier otro momento, si se considera
conveniente.
b) En horas del día, salvo si existen controles de seguridad que, excepcionalmente,
justifiquen controles nocturnos.
c) Las pertenencias de cada persona privada de libertad se revisarán con
cuidado de no dañarlas y se dejarán en orden.
d) Cuando las inspecciones sean en el cuerpo de las personas privadas de
libertad, deberán ser realizadas por personas de su mismo sexo y con la
presencia de un testigo, como mínimo. Se preferirá que el testigo sea una
persona de confianza de la persona joven.
Se prohíbe practicar, en el cuerpo de la persona joven, cualquier examen físico
que se considere abusivo y excesivo respecto de la integridad física y moral.
Artículo 92.—Comunicación con el exterior. Las personas jóvenes tendrán el
derecho de mantener una pertinente comunicación con el exterior; para ello podrán
utilizar la correspondencia, los teléfonos públicos del centro y el acceso a programas
de radio y televisión, así como visitas de organizaciones de carácter lícito que estén
interesadas. El uso del teléfono o de otro medio tecnológico de comunicación también
será regulado reglamentariamente por la administración.
Artículo 93.—Visitas. La persona joven podrá recibir visitas ordinarias y
extraordinarias, de acuerdo con la reglamentación de visitas de la Dirección General
de Adaptación Social.
La persona joven tendrá derecho a recibir visitas, como mínimo dos días a
la semana durante dos horas cada día, previa regulación de la administración del
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 63
centro. Excepcionalmente, este derecho podrá limitarse por razones de seguridad
institucional.
Podrá prohibirse la visita de determinadas personas, cuando haya razones fundadas
para suponer que su presencia interfiere, directa o indirectamente, con el proceso de
atención técnica o causa problemas de orden o seguridad, así como cuando la persona
joven así lo solicita. La persona joven afectada con esta limitación podrá recurrirla ante
el juez de ejecución.
Artículo 94.—Visita íntima. Previo a un estudio psicosocial por parte de las
autoridades penitenciarias, toda persona joven mayor de quince años, podrá solicitar
visita íntima de su cónyuge o de su conviviente de hecho, una vez cada quince días, por
un mínimo de cuatro horas y en un lugar debidamente adecuado, todo acorde con la
ley y los reglamentos que rigen la materia, en especial sobre menores de dieciocho años.
Las condiciones y el horario serán determinados por la administración penitenciaria,
y se ajustarán a las posibilidades de los visitantes y del centro. La visita íntima podrá
prohibirse, de pleno, por las razones señaladas en el artículo 93 de esta Ley.
Esta materia estará regulada por el Reglamento que debidamente emita la
Dirección General de Adaptación Social.
Artículo 95.—Derecho a actividades recreativas. Toda persona joven privada de
libertad podrá disponer diariamente de tiempo suficiente para practicar ejercicios
físicos; normalmente se le proporcionará la educación recreativa y física adecuada.
Para estas actividades se pondrán a su disposición terrenos suficientes, así como las
instalaciones y el equipo necesarios. Toda persona joven podrá disponer diariamente
de tiempo adicional para actividades de esparcimiento, parte del cual deberá dedicar, si
lo desea, a desarrollar aptitudes en artes y oficios. La administración del centro deberá
verificar que esta persona es físicamente apta para participar en los programas de
educación física disponibles. Además, el centro podrá
ofrecer educación física correctiva y terapéutica, bajo supervisión médica, a las
personas jóvenes que la necesiten.
SECCIÓN III
Medidas coercitivas
Artículo 96.—Obligaciones de la persona joven. Las personas adolescentes y
jóvenes privadas de libertad deberán ajustar su conducta a las normas reglamentarias
del centro y cumplir las órdenes provenientes del personal facultado para darlas.
Además, deberán mantener en orden y bien cuidados los bienes de la institución, así
como informar de cualquier circunstancia que signifique un peligro para la vida o un
grave riesgo para la integridad física propia o de terceros.
Artículo 97.—Detención por fuga. Las personas jóvenes que sin autorización
hayan salido del centro de internamiento, y las que permanezcan fuera de él por un
tiempo que exceda el permiso o no regresen en el momento indicado, deberán ser
detenidas por las autoridades o por quien sea comisionado por ellas. Para estos efectos,
los funcionarios de la Dirección General de Adaptación Social deberán solicitar, en
forma inmediata, al juez de ejecución de las sanciones penales juveniles que ordene la
detención de la persona joven, a fin de remitirla al centro correspondiente.
64 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Artículo 98.—Medidas extraordinarias de seguridad. Las medidas extraordinarias
de seguridad serán de utilización excepcional; únicamente procederán cuando, por el
comportamiento o estado psíquico de la persona joven, existan razones serias para
temer la fuga o violencia contra sí mismo, contra terceros o sobre cosas.
Se consideran medidas extraordinarias de seguridad las siguientes:
a)
b)
c)
d)
e)
El decomiso o la retención de objetos de tenencia permitida.
El esposamiento.
La ubicación en un espacio de mayor contención.
La ubicación en una celda unipersonal.
Otras que considere pertinentes la administración penitenciaria.
Toda medida extraordinaria de seguridad deberá ser comunicada inmediatamente
al juez de ejecución, quien podrá ordenar su cese. Cuando la medida de seguridad
exceda de veinticuatro horas, se requerirá la autorización del órgano jurisdiccional
competente. De todo lo actuado deberá notificarse al defensor de la persona sancionada
y al PANI en caso de que sea menor de edad. Esta notificación deberá realizarse por
los canales de comunicación más expeditos.
Artículo 99.—Competencia para ordenar medidas extraordinarias de seguridad.
Las medidas extraordinarias de seguridad deberán ser dispuestas por el director del
centro de internamiento especializado o la persona que esté a cargo de él durante su
ausencia. En el expediente del sancionado se dejará constancia escrita de los motivos
o las razones por los cuales se tomó la determinación.
Toda persona joven sometida a las medidas a que se refieren los incisos b), c),
d) y e) del artículo anterior, deberá ser valorada por el personal de salud del centro
penitenciario.
Artículo 100.—Excepcionalidad del esposamiento para transporte y conducción.
El transporte y la conducción de las personas jóvenes deberá realizarse sin utilizar
esposas, salvo que resulte indispensable para su seguridad o la de terceros. Los
conductores de reos deberán tener conocimientos o formación básica en materia
penal juvenil.
Artículo 101.—Coerción física proporcional. Únicamente podrá usarse la
coerción física, cuando se hayan agotado todos los demás medios de control. La
coerción física será aplicable a las personas cuando se requiera proteger su integridad,
la de terceros o de las cosas, o restaurar el orden y la seguridad institucional; deberá
emplearse de forma restrictiva y solo durante el período estrictamente necesario.
De entre todos los medios disponibles para cumplir este objetivo, deberá elegirse el
menos gravoso para la persona joven.
Deberá interrumpirse o no emplearse la coerción física, cuando pueda producir
un resultado perjudicial, que no guarde proporción razonable con lo que se quiere
evitar o hacer cesar.
Artículo 102.—Utilización de armas de fuego. La portación de armas de
fuego, cuando se esté en contacto directo con las personas, será autorizada, en
forma excepcional, cuando esté en riesgo la integridad física de estas y la seguridad
institucional.
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 65
CAPÍTULO III
Medidas disciplinarias
Artículo 103.—Principio general. Todas las medidas y los procedimientos
disciplinarios deberán contribuir a la seguridad y a una vida comunitaria ordenada,
y ser compatibles con el respeto a la dignidad inherente de la persona joven. Toda
sanción disciplinaria deberá aplicarse considerando los fines rectores de esta Ley, a
efecto de infundir en la persona joven disciplina y respeto por sí misma, y por los
derechos fundamentales de todas las personas.
Estarán estrictamente prohibidas todas las medidas disciplinarias que constituyan
un trato cruel, inhumano y degradante, incluso los castigos corporales y el aislamiento
como castigo, así como cualquier otra sanción que pueda poner en peligro la salud
física o mental de la persona. Ninguna persona joven privada de libertad podrá tener
a su cargo funciones disciplinarias.
Artículo 104.—Procedencia de la medida disciplinaria. Las medidas disciplinarias
proceden aun cuando el hecho pueda dar lugar a un proceso penal. Sin embargo, no
se aplicarán cuando sean sustituidas por abordaje técnico como medida alternativa a
la sanción.
No deberá sancionarse a ninguna persona joven más de una vez por la misma
infracción disciplinaria. Se prohíben las sanciones disciplinarias colectivas.
Artículo 105.—Medidas disciplinarias. Ante la comisión de cualquiera de las
infracciones disciplinarias previstas en esta Ley y según su gravedad, a la persona
privada de libertad se le impondrá una amonestación verbal o escrita o, en su defecto,
una limitación temporal de cualquiera de los siguientes derechos:
a) Ver televisión o escuchar radio.
b) Llamar o recibir llamadas por teléfono o emplear algún medio de
comunicación tecnológica.
c) Realizar alguna actividad en el tiempo libre.
d) Participar en actividades con las demás personas jóvenes privadas de
libertad.
e) Permanecer con las demás personas privadas de libertad durante el
tiempo libre.
f) Restringir visitas, salvo las de los abogados.
g) Remitir más de cuatro cartas mensuales.
h) Participar en actividades especiales extraordinarias.
i) Disponer de permisos de salida.
j) Ser reubicada en el centro.
k) Obtener los incentivos contemplados en el plan de ejecución, los cuales
podrán ser suspendidos temporalmente.
l) Suspensión de los beneficios penitenciarios.
La duración de las medidas disciplinarias estará acorde con la falta y no podrá
exceder de quince días cuando se trate de faltas leves; hasta de un mes, cuando se
trate de faltas graves, y hasta de dos meses, si se trata de faltas muy graves. Un plazo
superior a dos meses será aplicable para casos excepcionales y deberá desarrollarse
bajo consulta con el juez de ejecución.
66 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
No podrán imponerse más medidas disciplinarias que las enumeradas en esta Ley.
No obstante, podrán imponerse varias medidas disciplinarias, en forma conjunta, a la
misma persona, siempre que concurran los respectivos presupuestos y las medidas no
sean contrarias entre sí, ni tampoco desproporcionadas en relación con las faltas.
Artículo 106.—Cumplimiento de las medidas disciplinarias. Las medidas
disciplinarias podrán cumplirse de inmediato, una vez firmes administrativamente; no
obstante, podrán suspenderse a prueba por un término que no podrá exceder de dos
meses.
Artículo 107.—Clasificación de las faltas. Para los efectos de la aplicación de esta
Ley, las faltas se clasifican en leves, graves y muy graves.
a) Faltas leves:
1. Perturbar el curso normal de las actividades colectivas organizadas por
el personal del centro.
2. Simular una enfermedad con el fin de sustraerse de las obligaciones
propias.
3. Utilizar cualquier equipo, instrumento de trabajo o maquinaria, cuyo
uso no esté autorizado.
4. Permanecer en lugares no autorizados dentro del centro.
5. Incumplir los horarios y las condiciones establecidos para las actividades
que se realizan en el centro.
6. Alterar el orden del centro.
7. Incumplir las órdenes del personal del centro.
8. Irrespetar el descanso y la recreación de las otras personas jóvenes
privadas de libertad.
9. Ingresar al centro fuera del horario establecido.
10. Ingresar al centro con evidente olor a licor.
11. Realizar transacciones económicas prohibidas.
12. Someter a otra persona joven privada de libertad para que realice,
por cuenta de ella, tareas o actividades propias de la rutina de la
institución.
b) Faltas graves:
1. La contumacia en la comisión de tres o más faltas leves en un período
de un mes calendario.
2. Dañar o destruir bienes de la institución.
3. Agredir, en forma verbal o por escrito, a las demás personas privadas de
libertad, familiares, personal del centro o visitantes.
4. Amenazar a las otras personas jóvenes privadas de libertad, al personal
del centro o a los visitantes.
5. Establecer relaciones de explotación física, sexual o laboral con otras
personas jóvenes privadas de libertad.
6. Ingresar a las dependencias del centro o permanecer en ellas en estado de
ebriedad o bajo los efectos de sustancias estupefacientes, psicotrópicas
o drogas enervantes.
7. Introducir, poseer, elaborar, consumir, suministrar o vender bebidas
alcohólicas u otras sustancias o productos no autorizados.
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 67
8. Introducir, poseer, elaborar, suministrar o utilizar objetos punzocortantes,
armas o explosivos.
9. Transgredir la modalidad de custodia o de ejecución de la sanción a que
se encuentre sometido.
10. Sustraer, vender, adquirir u ocultar ilegítimamente las pertenencias de
otras personas privadas de libertad, las del personal del centro o las de
los visitantes.
11. Brindar al personal del centro información falsa que afecte la dinámica
institucional.
12. Realizar actos crueles contra animales.
13. Violar la correspondencia ajena.
14. Contravenir las disposiciones referentes a la visita.
15. Incumplir las pautas .jadas en la ubicación laboral, ya sea por hacer
abandono de las labores desempeñadas o por ejecutar un cambio
laboral, sin comunicación previa al personal del centro.
16. Resistirse a las inspecciones que se realizan en el centro u
obstaculizarlas.
17. Utilizar indebidamente las salidas o licencias.
18. Injustificadamente, no asistir a un curso o una lección en la que en
forma voluntaria se haya matriculado o ausentarse de él.
c) Faltas muy graves:
1. Atentar contra su integridad física o la de otras personas.
2. Ejercer violencia sexual contra otras personas.
3. Retener por la fuerza a otras personas.
4. Reunirse o agruparse para planear o efectuar actos no permitidos,
que desequilibren la estabilidad del centro o provoquen un peligro
inminente para sus funcionarios, las personas privadas de libertad o los
visitantes.
5. Extorsionar a otras personas.
6. Adulterar alimentos o medicamentos de manera tal que provoquen un
peligro para la salud.
7. Alterar, sustraer o usar sellos o documentos del centro con el objetivo
de procurar, ilegítimamente, un beneficio para sí o para otros.
8. Suplantar la identidad de otra persona, con el fin de lograr algún
beneficio propio o ajeno.
9. Favorecer la evasión con violencia de un tercero.
68 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
CAPÍTULO IV
Procedimiento disciplinario
Artículo 108.—Principio de legalidad administrativo. El procedimiento
disciplinario se aplicará conforme a los principios y procedimientos establecidos en
esta Ley y los reglamentos penitenciarios vigentes que estarán adecuados a la Ley de
justicia penal juvenil.
Artículo 109.—Debido proceso. La persona objeto de un procedimiento
disciplinario deberá ser informada sobre la falta que se le imputa, tener oportunidad
de presentar sus argumentos de descargo, ofrecer pruebas y ser recibida en audiencia
antes del dictado de la resolución, la que en todos los casos deberá ser fundada.
El procedimiento disciplinario debe concluirse por acto final, dentro de los
dos meses posteriores a su iniciación y la resolución será notificada a la persona
entregándole la copia respectiva, con indicación de los recursos que contra esta puedan
interponerse.
Artículo 110.—Derecho de defensa. Toda persona joven tendrá el derecho de
ejercer su defensa durante todo el proceso en el cual se le atribuya la comisión de una
falta disciplinaria. Con tal objetivo, la persona joven podrá hacerse representar por un
profesional en Derecho, costeado por la persona o, en su defecto, por un defensor
público.
Artículo 111.—Reformas. Refórmase la Ley Nº 7576, en las siguientes
disposiciones:
a) En el artículo 125, se sustituye la frase “dos años”, por la frase “cinco
años”.
b) En el último párrafo del artículo 129, se sustituye la frase “no será mayor
de un año”, por la frase “no será mayor de tres años”.
c) El primer párrafo del artículo 130, se sustituye la frase “no podrá exceder
de un año”, por la frase “no podrá exceder de tres años”.
d) En el artículo 140, se sustituye la frase “deberá ser trasladado” por la
frase “podrá según corresponda ser trasladado”.
Artículo 112.—Órganos competentes. Los órganos competentes para la
aplicación del procedimiento disciplinario para las personas jóvenes, serán los
establecidos en los reglamentos penitenciarios vigentes y estarán adecuados a la Ley
de justicia penal juvenil.
Disposiciones finales
Artículo 113.—Normas prácticas. El Poder Ejecutivo, junto con la Corte
Suprema de Justicia, promulgará las normas prácticas y directrices necesarias para
aplicar esta Ley.
Artículo 114.—Supervisión extraordinaria. La Defensoría de los Habitantes,
Ley Nº 8460 - Ejecución de las Sanciones Penales Juveniles
DNI / 69
mediante su oficina especializada en materia de derechos de la persona joven, podrá
ingresar, en cualquier momento y cuando lo considere pertinente, a todo centro penal
juvenil, con el objeto de verificar cualquier hecho relacionado con posibles violaciones
a los derechos humanos de las personas jóvenes privadas de libertad. Para realizar
esta labor de inspección, la Defensoría podrá conformar una comisión integrada
por las personas funcionarias de instituciones del Estado y de organizaciones no
gubernamentales que tengan como misión legítima la defensa de los derechos de estas
personas. En caso de encontrarse eventuales violaciones a los derechos humanos de las
personas jóvenes privadas de libertad, la Defensoría de los Habitantes deberá levantar
un acta y efectuar la denuncia respectiva ante el órgano judicial correspondiente.
Artículo 115.—Reglamento. El Poder Ejecutivo reglamentará esta Ley en un
plazo de seis meses, contados a partir de su publicación.
Transitorio I.—Para la puesta en marcha de las nuevas atribuciones que se le
asignan a la Dirección General de Adaptación Social, en fiel cumplimiento de las nuevas
funciones que se le asignan mediante la presente Ley, el Ministerio de Hacienda deberá
tomar las previsiones necesarias en el momento de preparar la Ley de Presupuesto
Nacional.
Transitorio II.—Al entrar en vigencia esta Ley, el procedimiento previsto en
ella deberá aplicarse a todos los procesos pendientes, excepto los que se encuentren
listos para dictar sentencia, los cuales seguirán tramitándose de conformidad con la
legislación anterior.
Transitorio III.—Todo el personal del Poder Judicial, incluso jueces, fiscales,
defensores públicos, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, orientadores y otros
que participen en forma directa en las diferentes etapas que contempladas en la presente
Ley, deberán recibir la debida capacitación, por parte de la Escuela Judicial, en materia
penal juvenil; para ello, deberán diseñarse y programarse los cursos necesarios.
Rige a partir de su publicación.
Dado en la Presidencia de la República.—San José, a los veinte días del mes de
octubre del dos mil cinco.
70 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
“Reglas de Beijing”
REGLAS MÍNIMAS DE LAS NACIONES UNIDAS PARA
LA ADMINISTRACIÓN DE LA JUSTICIA DE MENORES
La Asamblea General,
Teniendo presentes la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, así como otros instrumentos internacionales de
derechos humanos relativos a los derechos de los jóvenes,
Teniendo presente asimismo que se designó a 1985 como el Año Internacional
de la Juventud: Participación, Desarrollo, Paz, y que la comunidad internacional ha asignado importancia a la protección y la promoción de los derechos de los jóvenes, como
lo atestigua la importancia atribuida a la Declaración de los Derechos del Niño,
Recordando la resolución 4 aprobada por el Sexto Congreso de las Naciones
Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, que preconizó
la formulación de reglas mínimas uniformes para la administración de la justicia de
menores y la atención a los menores que pudieran servir de modelo a los Estados
Miembros,
Recordando también la decisión 1984/153 de 25 de mayo de 1984 del Consejo
Económico y Social, por la que se remitió el proyecto de reglas al Séptimo Congreso
de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente,
celebrado en Milán del 26 de agosto al 6 de septiembre de 1985, por conducto de la
Reunión Preparatoria Interregional celebrada en Beijing del 14 a1 18 de mayo de 19846,
Reconociendo que la juventud, por constituir una etapa inicial del desarrollo
humano, requiere particular atención y asistencia para su desarrollo físico, mental
y social y necesita protección jurídica en condiciones de paz, libertad dignidad y
seguridad,
Considerando que la legislación, las políticas y las prácticas nacionales vigentes
pueden precisar un examen y una modificación en armonía con las normas contenidas
en las reglas,
Considerando además que, aunque esas reglas puedan parecer actualmente
difíciles de lograr debido a las condiciones sociales, económicas, culturales, políticas
y jurídicas vigentes, existe, sin embargo, el propósito de realizar las como una norma
mínima,
1.
Observa con gratitud el trabajo efectuado por el Comité de Prevención
del Delito y Lucha contra la Delincuencia, el Secretario General, el Instituto
de las Naciones Unidas en Asia y el Lejano Oriente para la Prevención del
Delito y el Tratamiento del Delincuente y otros institutos de las Naciones
Unidas en la formulación de las reglas mínimas de las Naciones Unidas para
la administración de la justicia de menores;
2. Toma nota con gratitud del informe del Secretario General sobre el proyecto
de las reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la
justicia de menores;
3. Felicita a la Reunión Preparatoria Interregional celebrada en Beijing por
haber finalizado el texto de las reglas presentado al Séptimo Congreso
de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
“Reglas de Beijing”
DNI / 71
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
Delincuente para su examen y decisión final;
Aprueba las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración
de la justicia de menores recomendadas por el Séptimo Congreso tal como
figuran en el anexo de la presente resolución, y aprueba la recomendación
del Séptimo Congreso de que las Reglas se denominen también “Reglas de
Beijing”;
Invita a los Estados Miembros a que, siempre que sea necesario, adapten su
legislación, sus políticas y sus prácticas nacionales, sobre todo en la esfera
de la formación de personal de la justicia de menores, a las Reglas de Beijing,
así como a que las señalen a la atención de las autoridades pertinentes y del
público en general;
Insta al Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia a
que formule medidas para la eficaz aplicación de las Reglas de Beijing, con
la asistencia de los institutos de las Naciones Unidas sobre prevención del
delito y tratamiento del delincuente;
Invita a los Estados Miembros a informar al Secretario General sobre la
aplicación de las Reglas de Beijing y a presentar regularmente informes al
Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia sobre los
resultados alcanzados;
Pide a los Estados Miembros y al Secretario General que emprendan una
investigación con respecto a las políticas y prácticas eficaces en materia de
administración de justicia de menores y que elaboren una base de datos al
respecto;
Pide al Secretario General que asegure la difusión más amplía posible del
texto de las Reglas de Beijing en todos los idiomas oficiales de las Naciones
Unidas, con inclusión de la intensificación de actividades de información en
la esfera de la justicia de menores, a invita a los Estados Miembros a hacer
lo mismo;
Pide al Secretario General que elabore proyectos piloto sobre la aplicación
de las Reglas de Beijing;
Pide al Secretario General y a los Estados Miembros que proporcionen
los recursos necesarios para lograr la aplicación efectiva de las Reglas de
Beijing, sobre todo en las esferas de la contratación, la formación y el
intercambio de personal, la investigación y la evaluación, y la formulación
de nuevas medidas sustitutivas del tratamiento correccional;
Pide al Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del
Delito y Tratamiento del Delincuente que, en el marco de un tema de
su programa dedicado a la justicia de menores, examine los progresos
realizados en la aplicación de las Reglas de Beijing y de las recomendaciones
formuladas en la presente resolución;
Insta a todos los órganos pertinentes del sistema do las Naciones Unidas,
en particular a las comisiones regionales y los organismos especializados,
a los institutos de las Naciones Unidas para la prevención del delito y el
tratamiento del delincuente y a otras organizaciones, intergubernamentales
y no gubernamentales, a que colaboren con la Secretaría y adopten las
medidas necesarias para asegurar un esfuerzo concertado y sostenido,
dentro de sus respectivas esferas de competencia técnica, para aplicar los
principios contenidos en las Reglas de Beijing.
96a. sesión plenaria
29 de noviembre de 1985
72 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Primera parte
Principios generales
1. Orientaciones fundamentales
1.1 Los Estados Miembros procurarán, en consonancia con sus respectivos
intereses generales, promover el bienestar del menor y de su familia.
1.2 Los Estados Miembros se esforzarán por crear condiciones que
garanticen al menor una vida significativa en la comunidad fomentando,
durante el período de edad en que el menor es más propenso a un
comportamiento desviado, un proceso de desarrollo personal y
educación lo más exento de delito y delincuencia posible.
1.3 Con objeto de promover el bienestar del menor, a fin de reducir la
necesidad de intervenir con arreglo a la ley, y de someter a tratamiento
efectivo, humano y equitativo al menor que tenga problemas con
la ley, se concederá la debida importancia a la adopción de medidas
concretas que permitan movilizar plenamente todos los recursos
disponibles, con inclusión de la familia, los voluntarios y otros grupos
de carácter comunitario, así como las escuelas y otras instituciones de
la comunidad.
1.4 La justicia de menores se ha de concebir como una parte integrante del
proceso de desarrollo nacional de cada país y deberá administrarse en
el marco general de justicia social para todos los menores, de manera
que contribuya a la protección de los jóvenes y al mantenimiento del
orden pacífico de la sociedad.
1.5 Las presentes Reglas se aplicarán según el contexto de las condiciones
económicas, sociales y culturales que predominen en cada uno de los
Estados Miembros.
1.6 Los servicios de justicia de menores se perfeccionarán y coordinarán
sistemáticamente con miras a elevar y mantener la competencia de sus
funcionarios, e incluso los métodos, enfoques y actitudes adoptados.
Comentario
Estas orientaciones básicas de carácter general se refieren a la política social
en su conjunto y tienen por objeto promover el bienestar del menor en la mayor
medida posible, lo que permitiría reducir al mínimo el número de casos en que haya
de intervenir el sistema de justicia de menores y, a su vez, reduciría al mínimo los
perjuicios que normalmente ocasiona cualquier tipo de intervención. Esas medidas
de atención de los menores con fines de prevención del delito antes del comienzo
de la vida delictiva constituyen requisitos básicos de política destinados a obviar la
necesidad de aplicar las presentes Reglas.
Las reglas 1.1 a 1.3 señalan el importante papel que una política social constructiva
respecto al menor puede desempeñar, entre otras cosas, en la prevención del delito y la
delincuencia juveniles. La regla 1.4 define la justicia de menores como parte integrante
de la justicia social por los menores, mientras que la regla 1.6 se refiere a la necesidad
“Reglas de Beijing”
DNI / 73
de perfeccionar la justicia de menores de manera continua, para que no quede a la
zaga de la evolución de una política social progresiva en relación con el menor en
general, teniendo presente la necesidad de mejorar de manera coherente los servicios
de personal.
La regla 1.5 procura tener en cuenta las condiciones imperantes en los Estados
Miembros, que podrían ocasionar que la manera de aplicar determinadas reglas en uno
de ellos fuera necesariamente diferente de la manera adoptada en otros Estados.
2. Alcance de las Reglas y definiciones utilizadas
2.1
Las Reglas mínimas que se enuncian a continuación se aplicarán a los
menores delincuentes con imparcialidad, sin distinción alguna, por ejemplo,
de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier
otra condición.
2.2 Para los fines de las presentes Reglas, los Estados Miembros aplicarán las
definiciones siguientes en forma compatible con sus respectivos sistemas y
conceptos jurídicos:
a) Menor es todo niño o joven que, con arreglo al sistema jurídico
respectivo, puede ser castigado por un delito en forma diferente a un
adulto;
b) Delito es todo comportamiento (acción u omisión) penado por la ley
con arreglo al sistema jurídico de que se trate; y
c) Menor delincuente es todo niño o joven al que se ha imputado la
comisión de un delito o se le ha considerado culpable de la comisión
de un delito.
2.3 En cada jurisdicción nacional se procurará promulgar un conjunto de
leyes, normas y disposiciones aplicables específicamente a los menores
delincuentes, así como a los órganos e instituciones encargados de las
funciones de administración de la justicia de menores, conjunto que tendrá
por objeto:
a) Responder a las diversas necesidades de los menores delincuentes, y al
mismo tiempo proteger sus derechos básicos;
b) Satisfacer las necesidades de la sociedad;
c) Aplicar cabalmente y con justicia las reglas que se enuncian a
continuación.
Comentario
Las Reglas mínimas se han formulado deliberadamente de manera que sean
aplicables en diferentes sistemas jurídicos y, al mismo tiempo, establezcan algunas
normas mínimas para el tratamiento de los menores delincuentes con arreglo a
cualquier definición de la noción de joven y a cualquier sistema de tratamiento de
los menores delincuentes. Las Reglas se aplicarán siempre con imparcialidad y sin
distinción alguna.
Por lo tanto, la regla 2.1 destaca la importancia de que las Reglas se apliquen
siempre con imparcialidad y sin distinción alguna. Su formación responde al principio
2 de la Declaración de los Derechos del Niño.
La regla 2.2 define “menor” y “delito” como componentes del concepto de “menor
delincuente”, que es el objeto principal de las presentes Reglas mínimas (no obstante,
74 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
véanse también las reglas 3 y 4). Cabe señalar que las reglas disponen expresamente
que corresponderá a cada sistema jurídico nacional fijar las edades mínima y máxima a
estos efectos, respetando así cabalmente los sistemas económico, social, político, cultural
y jurídico de los Estados Miembros. Ello significa que la noción de “menor” se aplicará
a jóvenes de edades muy diferentes, edades que van de los 7 años hasta los 18 años o
más. Dicha flexibilidad parece inevitable en vista de la diversidad de sistemas jurídicos
nacionales, tanto más cuanto que no restringe los efectos de las Reglas mínimas.
La regla 2.3 responde a la necesidad de leyes nacionales que tengan expresamente
por objeto la aplicación óptima de las Reglas mínimas, tanto desde un punto de vista
jurídico como práctico.
3. Ampliación del ámbito de aplicación de las Reglas
3.1
Las disposiciones pertinentes de las Reglas no sólo se aplicarán a los menores
delincuentes, sino también a los menores que puedan ser procesados
por realizar cualquier acto concreto que no sea punible tratándose del
comportamiento de los adultos.
3.2 Se procurará extender el alcance de los principios contenidos en las Reglas
a todos los menores comprendidos en los procedimientos relativos a la
atención al menor y a su bienestar.
3.3 Se procurará asimismo extender el alcance de los principios contenidos en
las Reglas a los delincuentes adultos jóvenes.
Comentario
La regla 3 amplía el ámbito de aplicación de la protección otorgada por las Reglas
mínimas para la administración de la justicia de menores de modo que abarque:
a) Los llamados “delitos en razón de su condición” previstos en diversos
sistemas jurídicos nacionales con arreglo a los cuales se considera delito
en los menores una gama de comportamiento distinta y, por lo general,
más amplia que en el caso de los adultos (por ejemplo, ausencias
injustificadas, desobediencia en la escuela y en la familia, ebriedad en
público, etc.) (regla 3.1);
b) Los procedimientos relativos a la atención al menor y a su bienestar
(regla 3.2);
c) El procesamiento de los delincuentes adultos jóvenes, aunque en
este caso la aplicación de las Reglas dependerá de las disposiciones
pertinentes sobre la mayoría de edad (regla 3.3).
La ampliación del ámbito de aplicación de las Reglas de modo que abarquen
las tres esferas antes mencionadas parece justificada. La regla 3.1 prevé garantías
mínimas en esas esferas, y se estima que la regla 3.2 constituye un paso positivo en
el establecimiento de un sistema más imparcial, equitativo y humano de justicia para
todos los menores que transgredan la ley.
4. Mayoría de edad penal
4.1
En los sistemas jurídicos que reconozcan el concepto de mayoría de edad
penal con respecto a los menores, su comienzo no deberá fijarse a una edad
demasiado temprana habida cuenta de las circunstancias que acompañan la
madurez emocional, mental e intelectual.
“Reglas de Beijing”
DNI / 75
Comentario
La edad mínima a efectos de responsabilidad penal varía considerablemente
en función de factores históricos y culturales. El enfoque moderno consiste en
examinar si los niños pueden hacer honor a los elementos morales y sicológicos
de responsabilidad penal; es decir, si puede considerarse al niño, en virtud de su
discernimiento y comprensión individuales, responsable de un comportamiento
esencialmente antisocial. Si el comienzo de la mayoría de edad penal se fija a una
edad demasiado temprana o si no se establece edad mínima alguna, el concepto de
responsabilidad perdería todo sentido. En general, existe una estrecha relación entre el
concepto de responsabilidad que dimana del comportamiento delictivo o criminal y
otros derechos y responsabilidades sociales (como el estado civil, la mayoría de edad
a efectos civiles, etc.).
Por consiguiente, es necesario que se hagan esfuerzos para convenir en una edad
mínima razonable que pueda aplicarse a nivel internacional.
5. Objetivos de la justicia de menores
5.1
El sistema de justicia de menores hará hincapié en el bienestar de éstos
y garantizará que cualquier respuesta a los menores delincuentes será en
todo momento proporcionada a las circunstancias del delincuente y del
delito.
Comentario
La regla 5 se refiere a dos de los más importantes objetivos de la justicia de
menores. El primer objetivo es el fomento del bienestar del menor. Este es el enfoque
principal de los sistemas jurídicos en que los menores delincuentes son procesados
por tribunales de familia o autoridades administrativas, pero también debe hacerse
hincapié en el bienestar de los menores en los sistemas judiciales que siguen el modelo
del tribunal penal, contribuyendo así a evitar las sanciones meramente penales. (Véase
también la regla 14.)
El segundo objetivo es el “principio de la proporcionalidad”. Este principio es
conocido como un instrumento para restringir las sanciones punitivas, y se expresa
principalmente mediante la fórmula de que el autor ha de llevarse su merecido según
la gravedad del delito. La respuesta a los jóvenes delincuentes no sólo deberá basarse
en el examen de la gravedad del delito, sino también en circunstancias personales.
Las circunstancias individuales del delincuente (por ejemplo, su condición social, su
situación familiar, el daño causado por el delito u otros factores en que intervengan
circunstancias personales) han de influir en la proporcionalidad de la reacción (por
ejemplo, teniendo en consideración los esfuerzos del delincuente para indemnizar a la
víctima o su buena disposición para comenzar una vida sana y útil).
Por el mismo motivo, las respuestas destinadas a asegurar el bienestar del joven
delincuente pueden sobrepasar lo necesario y, por consiguiente, infringir los derechos
fundamentales del joven, como ha ocurrido en algunos sistemas de justicia de menores.
En este aspecto también corresponde salvaguardar la proporcionalidad de la respuesta
en relación con las circunstancias del delincuente y del delito, incluida la víctima.
En definitiva, la regla 5 sólo exige que la respuesta en los casos concretos de
delincuencia o criminalidad de menores sea adecuada, ni más ni menos. Los temas que
las reglas vinculan entre sí pueden contribuir a estimular adelantos en ambos sentidos:
los tipos de respuesta nuevos e innovadores son tan necesarios como las precauciones
para evitar cualquier ampliación indebida de la red de control social oficial sobre los
menores.
76 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
6. Alcance de las facultades discrecionales
6.1
Habida cuenta de las diversas necesidades especiales de los menores, así
como de la diversidad de medidas disponibles, se facultará un margen
suficiente para el ejercicio de facultades discrecionales en las diferentes
etapas de los juicios y en los distintos niveles de la administración de
justicia de menores, incluidos los de investigación, procesamiento, sentencia
y de las medidas complementarias de las decisiones.
6.2 Se procurará, no obstante, garantizar la debida competencia en todas las fases
y niveles en el ejercicio de cualquiera de esas facultades discrecionales.
6.3 Los que ejerzan dichas facultades deberán estar especialmente preparados o
capacitados para hacerlo juiciosamente y en consonancia con sus respectivas
funciones y mandatos.
Comentario
Las reglas 6.1, 6.2 y 6.3 tratan varios aspectos importantes de una administración
de justicia de menores eficaz, justa y humanitaria: la necesidad de permitir el ejercicio
de las facultades discrecionales en todos los niveles importantes del procedimiento, de
modo que los que adoptan determinaciones puedan tomar las medidas que estimen más
adecuadas en cada caso particular, y la necesidad de prever controles y equilibrios a fin
de restringir cualquier abuso de las facultades discrecionales y salvaguardar los derechos
del joven delincuente. La competencia y el profesionalismo son los instrumentos más
adecuados para restringir el ejercicio excesivo de dichas facultades. Por ello, se hace especial
hincapié en la idoneidad profesional y en la capacitación de los expertos como un medio
valioso para asegurar el ejercicio prudente de las facultades discrecionales en materia
de delincuencia de menores. (Véanse también las reglas 1.6 y 2.2.) En este contexto,
se pone de relieve la formulación de directrices concretas acerca del ejercicio de dichas
facultades y el establecimiento de un sistema de revisión y de apelación u otro sistema
análogo a fin de permitir el examen minucioso de las decisiones y la competencia. Esos
mecanismos no se concretan en el presente documento, pues no se prestan fácilmente
para incorporarlos en reglas mínimas internacionales, que probablemente no podrán
abarcar todas las diferencias que existen en los sistemas judiciales.
7. Derechos de los menores
7.1
En todas las etapas del proceso se respetarán garantías procesales básicas
tales como la presunción de inocencia, el derecho a ser notificado de las
acusaciones, el derecho a no responder, el derecho al asesoramiento, el
derecho a la presencia de los padres o tutores, el derecho a la confrontación
con los testigos y a interrogar a éstos y el derecho de apelación ante una
autoridad superior.
Comentario
La regla 7.1 hace hincapié en algunos aspectos importantes que representan
elementos fundamentales de todo juicio imparcial y justo y que son internacionalmente
reconocidos en los instrumentos de derechos humanos vigentes. (Véase también la
regla 14.) La presunción de inocencia, por ejemplo, también figura en el artículo 11 de
la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el párrafo 2 del artículo 14 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Las reglas 14 y siguientes de las presentes Reglas mínimas precisan cuestiones
que son importantes con respecto al procedimiento en los asuntos de menores en
particular, mientras que la regla 7.1 ratifica en forma general las garantías procesales
más fundamentales.
“Reglas de Beijing”
DNI / 77
8. Protección de la intimidad
8.1
Para evitar que la publicidad indebida o el proceso de difamación perjudiquen
a los menores, se respetará en todas las etapas el derecho de los menores a
la intimidad.
8.2 En principio, no se publicará ninguna información que pueda dar lugar a la
individualización de un menor delincuente.
Comentario
La regla 8 destaca la importancia de la protección del derecho de los menores a
la intimidad. Los jóvenes son particularmente vulnerables a la difamación. Los estudios
criminológicos sobre los procesos de difamación han suministrado pruebas sobre
los efectos perjudiciales (de diversos tipos) que dimanan de la individualización
permanente de los jóvenes como “delincuentes” o “criminales”.
La regla 8 también hace hincapié en la importancia de proteger a los menores
de los efectos adversos que pueden resultar de la publicación en los medios de
comunicación de informaciones acerca del caso (por ejemplo, el nombre de los
menores que se presume delincuentes o que son condenados). Corresponde proteger
y defender, al menos en principio, el interés de la persona. (El contenido general de la
regla 8 se sigue concretando en la regla 21.)
9. Cláusulas de salvedad
9.1
Ninguna disposición de las presentes Reglas podrá ser interpretada en el
sentido de excluir a los menores del ámbito de la aplicación de las Reglas
mínimas para el tratamiento de los reclusos aprobadas por las Naciones
Unidas y de otros instrumentos y normas reconocidos por la comunidad
internacional relativos al cuidado y protección de los jóvenes.
Comentario
La regla 9 tiene por objeto evitar todo equívoco en lo tocante a la interpretación
y aplicación de las presentes Reglas en consonancia con los principios contenidos en
los instrumentos y normas internacionales pertinentes -- vigentes o en desarrollo
-- relativos a los derechos humanos, como la Declaración Universal de Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Declaración de los Derechos del
Niño y el proyecto de convención sobre los derechos del niño. Conviene precisar que
la aplicación de las presentes Reglas es sin perjuicio del cumplimiento de cualesquiera
instrumentos internacionales que contengan disposiciones de aplicación más amplia.
(Véase también la regla 27.)
Segunda parte
Investigación y procesamiento
10. Primer contacto
10.1 Cada vez que un menor sea detenido, la detención se notificará
inmediatamente a sus padres o su tutor, y cuando no sea posible dicha
notificación inmediata, se notificará a los padres o al tutor en el más breve
plazo posible.
10.2 El juez, funcionario u organismo competente examinará sin demora la
posibilidad de poner en libertad al menor.
78 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
10.3 Sin perjuicio de que se consideren debidamente las circunstancias de cada
caso, se establecerán contactos entre los organismos encargados de hacer
cumplir la ley y el menor delincuente para proteger la condición jurídica
del menor, promover su bienestar y evitar que sufra daño.
Comentario
En principio, la regla 10.1 figura en la regla 92 de las Reglas mínimas para el
tratamiento de los reclusos.
La posibilidad de poner en libertad al menor (regla 10.2) deberá ser examinada
sin demora por el juez u otros funcionarios competentes. Por éstos se entiende toda
persona o institución en el más amplio sentido de la palabra, incluidas las juntas de la
comunidad y las autoridades de policía, que tengan facultades para poner en libertad
a la persona detenida. (Véase también el párr. 3 del artículo 9 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos.)
La regla 10.3 trata de algunos aspectos fundamentales del procedimiento y del
comportamiento que deben observar los agentes de policía y otros funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley en los casos de delincuencia de menores. La
expresión “evitar ... daño” constituye una fórmula flexible que abarca múltiples aspectos
de posible interacción (por ejemplo, el empleo de un lenguaje duro, la violencia física,
el contacto con el ambiente). Como la participación en actuaciones de la justicia de
menores puede por sí sola causar “daño” a los menores, la expresión “evitar ... daño”
debe, por consiguiente, interpretarse en el sentido amplio de reducir al mínimo el daño
al menor en la primera instancia, así como cualquier daño adicional o innecesario. Ello
es de particular importancia en el primer contacto con las organizaciones encargadas
de hacer cumplir la ley, que puede influir profundamente en la actitud del menor hacia
el Estado y la sociedad. Además, el éxito de cualquier otra intervención depende en
gran medida de esos primeros contactos. En tales casos, la comprensión y la firmeza
bondadosa son importantes.
11. Remisión de casos
11.1 Se examinará la posibilidad, cuando proceda, de ocuparse de los menores
delincuentes sin recurrir a las autoridades competentes, mencionadas en la
regla 14.1 infra, para que los juzguen oficialmente.
11.2 La policía, el Ministerio fiscal y otros organismos que se ocupen de los
casos de delincuencia de menores estarán facultados para fallar dichos casos
discrecionalmente, sin necesidad de vista oficial, con arreglo a los criterios
establecidos al efecto en los respectivos sistemas jurídicos y también en
armonía con los principios contenidos en las presentes Reglas.
11.3 Toda remisión que signifique poner al menor a disposición de las
instituciones pertinentes de la comunidad o de otro tipo estará supeditada
al consentimiento del menor o al de sus padres o su tutor; sin embargo,
la decisión relativa a la remisión del caso se someterá al examen de una
autoridad competente, cuando así se solicite.
11.4 Para facilitar la tramitación discrecional de los casos de menores, se procurará
facilitar a la comunidad programas de supervisión y orientación temporales,
restitución y compensación a las víctimas.
Comentario
La remisión, que entraña la supresión del procedimiento ante la justicia penal y,
“Reglas de Beijing”
DNI / 79
con frecuencia, la reorientación hacia servicios apoyados por la comunidad, se practica
habitualmente en muchos sistemas jurídicos con carácter oficial y oficioso. Esta
práctica sirve para mitigar los efectos negativos de la continuación del procedimiento
en la administración de la justicia de menores (por ejemplo, el estigma de la condena
o la sentencia). En muchos casos la no intervención sería la mejor respuesta. Por ello
la remisión desde el comienzo y sin envío a servicios sustitutorios (sociales) puede
constituir la respuesta óptima. Así sucede especialmente cuando el delito no tiene un
carácter grave y cuando la familia, la escuela y otras instituciones de control social
oficioso han reaccionado ya de forma adecuada y constructiva o es probable que
reaccionen de ese modo.
Como se prevé en la regla 11.2, la remisión puede utilizarse en cualquier momento
del proceso de adopción de decisiones por la policía, el Ministerio fiscal u otros
órganos como los tribunales, juntas o consejos. La remisión pueden realizarla una,
varias o todas las autoridades, según las reglas y normas de los respectivos sistemas y
en consonancia con las presentes Reglas. No debe limitarse necesariamente a los casos
menores, de modo que la remisión se convierta en un instrumento importante.
La regla 11.3 pone de relieve el requisito primordial de asegurar el consentimiento
del menor delincuente (o de sus padres o tutores) con respecto a las medidas de remisión
recomendadas (la remisión que consiste en la prestación de servicios a la comunidad
sin dicho consentimiento, constituiría una infracción al Convenio sobre la abolición del
trabajo forzoso). No obstante, es necesario que la validez del consentimiento se pueda
impugnar, ya que el menor algunas veces podría prestarlo por pura desesperación. La
regla subraya que se deben tomar precauciones para disminuir al mínimo la posibilidad
de coerción e intimidación en todos los niveles del proceso de remisión. Los menores
no han de sentirse presionados (por ejemplo, a fin de evitar la comparecencia ante el
tribunal) ni deben ser presionados para lograr su consentimiento en los programas de
remisión. Por ello, se aconseja que se tomen disposiciones para una evaluación objetiva
de la conveniencia de que intervenga una “autoridad competente cuando así se solicite”
en las actuaciones relativas a menores delincuentes. (La “autoridad competente” puede
ser distinta de la que se menciona en la regla 14.)
La regla 11.4 recomienda que se prevean opciones sustitutorias viables del
procesamiento ante la justicia de menores en la forma de una remisión basada en la
comunidad. Se recomiendan especialmente los programas que entrañan la avenencia
mediante la indemnización de la víctima y los que procuran evitar futuras transgresiones
de la ley gracias a la supervisión y orientación temporales. Los antecedentes de fondo
de los casos particulares determinarán el carácter adecuado de la remisión, aun cuando
se hayan cometido delitos más graves (por ejemplo, el primer delito, el hecho que se
haya cometido bajo la presión de los compañeros del menor, etc.)
12. Especialización policial
12.1 Para el mejor desempeño de sus funciones, los agentes de policía que
traten a menudo o de manera exclusiva con menores o que se dediquen
fundamentalmente a la prevención de la delincuencia de menores, recibirán
instrucción y capacitación especial. En las grandes ciudades habrá
contingentes especiales de policía con esa finalidad.
Comentario
La regla 12 señala la necesidad de impartir una formación especializada a todos los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que intervengan en la administración
80 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
de la justicia de menores. Como la policía es el primer punto de contacto con el
sistema de la justicia de menores, es muy importante que actúe de manera informada
y adecuada.
Aunque la relación entre la urbanización y el delito es sin duda compleja,
el incremento de la delincuencia juvenil va unido al crecimiento de las grandes
ciudades, sobre todo a un crecimiento rápido y no planificado. Por consiguiente, son
indispensables contingentes especializados de policía, no sólo como garantía de la
aplicación de los principios concretos previstos en el presente instrumento (como la
regla 1.6), sino también, de forma más general, para mejorar la prevención y represión
de la delincuencia de menores y el tratamiento de los menores delincuentes.
13. Prisión preventiva
13.1 Sólo se aplicará la prisión preventiva como último recurso y durante el
plazo más breve posible.
13.2 Siempre que sea posible, se adoptarán medidas sustitutorias de la prisión
preventiva, como la supervisión estricta, la custodia permanente, la asignación
a una familia o el traslado a un hogar o a una institución educativa.
13.3 Los menores que se encuentren en prisión preventiva gozarán de todos los
derechos y garantías previstos en las Reglas mínimas para el tratamiento de
los reclusos aprobadas por las Naciones Unidas.
13.4 Los menores que se encuentren en prisión preventiva estarán separados de
los adultos y recluidos en establecimientos distintos o en recintos separados
en los establecimientos en que haya detenidos adultos.
13.5 Mientras se encuentren bajo custodia, los menores recibirán cuidados,
protección y toda la asistencia -- social, educacional, profesional, sicológica,
médica y física -- que requieran, habida cuenta de su edad, sexo y
características individuales.
Comentario
No se debe subestimar el peligro de que los menores sufran “influencias
corruptoras” mientras se encuentren en prisión preventiva. De ahí la importancia de
insistir en la necesidad de medidas sustitutorias. De esta forma la regla 13.1 anima a
idear medidas nuevas e innovadoras que permitan evitar dicha prisión preventiva en
interés del bienestar del menor.
Los menores que se encuentren en prisión preventiva deben gozar de todos los
derechos y garantías previstas en las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos,
así como en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, especialmente en
el artículo 9, en el inciso b del párrafo 2 del artículo 10 y en el párrafo 3 de dicho
artículo.
La regla 13.4 no impedirá a los Estados tomar otras medidas contra la influencia
negativa de los delincuentes adultos que sean al menos tan eficaces como las
mencionadas en la regla.
Las diferentes formas de asistencia que pueden llegar a ser necesarias se han
enumerado para señalar la amplia gama de necesidades concretas de los jóvenes reclusos
que hay que atender (por ejemplo, mujeres u hombres, toxicómanos, alcohólicos,
menores con perturbaciones mentales, jóvenes que sufren el trauma, por ejemplo, del
propio arresto, etc.).
“Reglas de Beijing”
DNI / 81
Las diversas características físicas y sicológicas de los jóvenes reclusos pueden
justificar medidas de clasificación por las que algunos de ellos estén recluidos
aparte mientras se encuentren en prisión preventiva, lo que contribuye a evitar que
se conviertan en víctimas de otros reclusos y permite prestarles una asistencia más
adecuada.
El Sexto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente, en su resolución 4, sobre la elaboración de normas de
justicia de menores, especificaba que dichas reglas debían, entre otras cosas, reflejar
el principio básico de que la prisión preventiva debe usarse únicamente como último
recurso, que no debe mantenerse a ningún menor en una institución donde sea
vulnerable a las influencias negativas de reclusos adultos y que deben tenerse siempre
en cuenta las necesidades propias de su estado de desarrollo.
Tercera parte
De la sentencia y la resolución
14. Autoridad competente para dictar sentencia
14.1 Todo menor delincuente cuyo caso no sea objeto de remisión (con arreglo
a la regla 11) será puesto a disposición de la autoridad competente (corte,
tribunal, junta, consejo, etc.), que decidirá con arreglo a los principios de
un juicio imparcial y equitativo.
14.2 El procedimiento favorecerá los intereses del menor y se sustanciará en un
ambiente de comprensión, que permita que el menor participe en él y se
exprese libremente.
Comentario
No es fácil elaborar una definición de órgano o persona competente para dictar
sentencia que goce de aceptación universal. Con “autoridad competente” se trata
de designar a aquellas personas que presiden cortes o tribunales (unipersonales o
colegiados), incluidos los jueces letrados y no letrados, así como las administrativas
(por ejemplo, los sistemas escocés y escandinavo), u otros organismos comunitarios y
más oficiosos de arbitraje, cuya naturaleza les faculte para dictar sentencia.
Sea como fuere, el procedimiento aplicable a los menores delincuentes deberá
ceñirse a las reglas mínimas que se aplican en casi todo el mundo a todo delincuente
que disponga de defensa con arreglo al procedimiento penal conocido como “debido
proceso legal”. De conformidad con el debido proceso, en un “juicio imparcial y
equitativo” deben darse garantías tales como la presunción de inocencia, la presentación
y examen de testigos, la igualdad en materia de medios de defensa judicial, el derecho
a no responder, el derecho a decir la última palabra en la vista, el derecho de apelación,
etc. (Véase también la regla 7.1)
15. Asesoramiento jurídico y derechos de los padres y tutores
15.1 El menor tendrá derecho a hacerse representar por un asesor jurídico
durante todo el proceso o a solicitar asistencia jurídica gratuita cuando esté
prevista la prestación de dicha ayuda en el país.
15.2 Los padres o tutores tendrán derecho a participar en las actuaciones y la
autoridad competente podrá requerir su presencia en defensa del menor.
82 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
No obstante, la autoridad competente podrá denegar la participación si
existen motivos para presumir que la exclusión es necesaria en defensa del
menor.
Comentario
La terminología que se usa en la regla 15.1 es similar a la de la regla 93 de las
Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos. Si bien el asesoramiento jurídico
y la asistencia judicial gratuita son necesarias para garantizar la asistencia judicial al
menor, el derecho de los padres o tutores a participar según se indica en la regla 15.2
debe considerarse como una asistencia general al menor, de naturaleza sicológica y
emotiva, que se extiende a lo largo de todo el proceso.
La autoridad competente, para dictar una sentencia justa en el caso, puede utilizar
con provecho, sobre todo, la colaboración de los representantes legales del menor
(o, a los mismos efectos, de algún otro asistente personal en el que el menor pueda
depositar y deposite realmente su confianza). Este interés puede verse frustrado si
la presencia de los padres o tutores en las vistas ejerce una influencia negativa, por
ejemplo si manifiestan una actitud hostil hacia el menor, de ahí que deba preverse la
posibilidad de su exclusión de la vista.
16. Informes sobre investigaciones sociales
16.1 Para facilitar la adopción de una decisión justa por parte de la autoridad
competente, y a menos que se trate de delitos leves, antes de que esa
autoridad dicte una resolución definitiva se efectuará una investigación
completa sobre el medio social y las condiciones en que se desarrolla la
vida del menor y sobre las circunstancias en las que se hubiere cometido el
delito.
Comentario
Los informes preparados sobre la base de investigaciones de carácter social (informes
sociales o informes previos a la sentencia) constituyen una ayuda indispensable en la
mayoría de los procesos incoados a menores delincuentes. La autoridad competente
debe estar informada de los antecedentes sociales y familiares del menor, su trayectoria
escolar, sus experiencias educativas, etc. Con ese fin, en algunos ámbitos judiciales se
recurre a servicios sociales especiales o a personal especializado que dependen de
los tribunales o de las juntas. Otras clases de personal, como los agentes de libertad
vigilada, pueden desempeñar las mismas funciones. Así la regla exige que haya servicios
sociales adecuados que preparen informes especializados basados en investigaciones de
carácter social.
17. Principios rectores de la sentencia y la resolución
17.1 La decisión de la autoridad competente se ajustará a los siguientes
principios:
a) La respuesta que se dé al delito será siempre proporcionada, no sólo a las
circunstancias y la gravedad del delito, sino también a las circunstancias
y necesidades del menor, así como a las necesidades de la sociedad;
b) Las restricciones a la libertad personal del menor se impondrán sólo
tras cuidadoso estudio y se reducirán al mínimo posible;
c) Sólo se impondrá la privación de libertad personal en el caso de que el
menor sea condenado por un acto grave en el que concurra violencia
“Reglas de Beijing”
DNI / 83
contra otra persona o por la reincidencia en cometer otros delitos
graves, y siempre que no haya otra respuesta adecuada;
d) En el examen de los casos se considerará primordial el bienestar del
menor.
17.2 Los delitos cometidos por menores no se sancionarán en ningún caso con
la pena capital.
17.3 Los menores no serán sancionados con penas corporales.
17.4 La autoridad competente podrá suspender el proceso en cualquier
momento.
Comentario
El principal problema con que se tropieza al elaborar directrices para la resolución
judicial en casos de menores estriba en el hecho de que están sin resolver algunos
conflictos entre opciones fundamentales, tales como los siguientes:
a) Rehabilitación frente a justo merecido;
b) Asistencia frente a represión y castigo;
c) Respuesta en función de las circunstancias concretas de cada caso frente
a respuesta en función de la protección de la sociedad en general;
d) Disuasión de carácter general frente a incapacitación individual.
Los conflictos entre estas opciones son más acusados en los casos de menores
que en los casos de adultos. Con la diversidad de causas y respuestas que caracterizan
a la delincuencia juvenil se da un intrincado entrelazamiento de estas alternativas.
No incumbe a las presentes Reglas mínimas para la administración de la justicia
de menores prescribir el enfoque que haya que seguir, sino más bien determinar
uno que esté en la mayor consonancia posible con los principios aceptados a escala
internacional. Por consiguiente, los elementos fundamentales contenidos en la regla
17.1, especialmente en los incisos a y c, deben considerarse principalmente como
directrices prácticas para establecer un punto de partida común; si las autoridades
pertinentes actúan en consonancia con ellas (véase también la regla 5), podrán hacer
una importante contribución a la protección de los derechos fundamentales de los
menores delincuentes, especialmente los derechos fundamentales a la educación y al
desarrollo de la personalidad.
El inciso b de la regla 17.1 significa que los enfoques estrictamente punitivos no
son adecuados. Si bien en los casos de adultos, y posiblemente también en los casos
de delitos graves cometidos por menores, tenga todavía cierta justificación la idea de
justo merecido y de sanciones retributivas, en los casos de menores siempre tendrá
más peso el interés por garantizar el bienestar y el futuro del joven.
De conformidad con la resolución 8 del Sexto Congreso de las Naciones Unidas,
dicho inciso alienta el uso, en la mayor medida posible, de medidas sustitutorias de
la reclusión en establecimientos penitenciarios teniendo presente el imperativo de
responder a las necesidades concretas de los jóvenes. Debe, pues, hacerse pleno uso de
toda la gama de sanciones sustitutorias existentes, y deben establecerse otras nuevas
sanciones, sin perder de vista la seguridad pública. Habría de hacerse uso de la libertad
vigilada en la mayor medida posible, mediante la suspensión de condenas, condenas
condicionales, órdenes de las juntas y otras resoluciones.
84 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
El inciso c de la regla 17.1 corresponde a uno de los principios rectores contenidos
en la resolución 4 del Sexto congreso, que propugna evitar el encarcelamiento en casos
de menores salvo que no haya otra respuesta adecuada para proteger la seguridad
pública.
La disposición que prohíbe la pena capital, contenida en la regla 17.2, está en
consonancia con el párrafo 5 del artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos.
La disposición por la que se prohíbe el castigo corporal (regla 17.3) está en
consonancia con el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y
con la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, así como la Convención contra la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y el proyecto de
convención sobre los derechos del niño.
La facultad de suspender el proceso en cualquier momento (regla 17.4) es una
característica inherente al tratamiento dado a los menores frente al dado a los adultos.
En cualquier momento pueden llegar a conocimiento de la autoridad competente
circunstancias que parezcan aconsejar la suspensión definitiva del proceso.
18. Pluralidad de medidas resolutorias
18.1 Para mayor flexibilidad y para evitar en la medida de lo posible el confinamiento
en establecimientos penitenciarios, la autoridad competente podrá adoptar
una amplia diversidad de decisiones. Entre tales decisiones, algunas de las
cuales pueden aplicarse simultáneamente, figuran las siguientes:
a)
b)
c)
d)
e)
f)
Ordenes en materia de atención, orientación y supervisión;
Libertad vigilada;
Ordenes de prestación de servicios a la comunidad;
Sanciones económicas, indemnizaciones y devoluciones;
Ordenes de tratamiento intermedio y otras formas de tratamiento;
Ordenes de participar en sesiones de asesoramiento colectivo y en
actividades análogas;
g) Ordenes relativas a hogares de guarda, comunidades de vida u otros
establecimientos educativos;
h) Otras órdenes pertinentes.
18.2 Ningún menor podrá ser sustraído, total o parcialmente, a la supervisión de
sus padres, a no ser que las circunstancias de su caso lo hagan necesario.
Comentario
La regla 18.1 constituye un intento de enumerar algunas de las respuestas y
sanciones importantes a que se ha recurrido hasta la fecha y cuyos buenos resultados
han podido comprobarse en diferentes sistemas jurídicos. En general, constituyen
opciones prometedoras que convendría difundir y perfeccionar. La regla no alude
a las necesidades de personal, dado que en algunas regiones es previsible escasez de
personal idóneo; en esas regiones pueden experimentarse o elaborarse medidas cuya
aplicación exija menos personal.
Los ejemplos citados en la regla 18.1 tienen en común, ante todo, el hecho de
que se basan en la comunidad y apelan a su participación para la aplicación efectiva de
resoluciones alternativas. Las correcciones aplicadas en la comunidad son una medida
“Reglas de Beijing”
DNI / 85
tradicional que asume en la actualidad múltiples facetas. Por ello debería alentarse a las
autoridades pertinentes a que prestaran servicios de base comunitaria.
La regla 18.2 hace referencia a la importancia de la familia que, de conformidad
con el párrafo 1 del artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, es “el elemento natural y fundamental de la sociedad”. Dentro
de la familia, los padres tienen, no sólo el derecho, sino también la responsabilidad
de atender y supervisar a sus hijos. Por consiguiente, la regla 18.2 establece que la
separación de los hijos respecto de sus padres sea una medida aplicada como último
recurso. Sólo puede recurrirse a ella cuando los hechos que constituyen el caso exigen
claramente la adopción de esta grave medida (por ejemplo, el abuso de menores).
19. Carácter excepcional del confinamiento en establecimientos penitenciarios
19.1 El confinamiento de menores en establecimientos penitenciarios se utilizará
en todo momento como último recurso y por el más breve plazo posible.
Comentario
Los criminólogos más avanzados abogan por el tratamiento fuera de
establecimientos penitenciarios. Las diferencias encontradas en el grado de eficacia
del confinamiento en establecimientos penitenciarios comparado con las medidas que
excluyen dicho confinamiento son pequeñas o inexistentes. Es evidente que las múltiples
influencias negativas que todo ambiente penitenciario parece ejercer inevitablemente
sobre el individuo no pueden neutralizarse con un mayor cuidado en el tratamiento.
Sucede así sobre todo en el caso de los menores, que son especialmente vulnerables
a las influencias negativas; es más, debido a la temprana etapa de desarrollo en que
éstos se encuentran, no cabe duda de que tanto la pérdida de la libertad como el estar
aislados de su contexto social habitual agudizan los efectos negativos.
La regla 19 pretende restringir el confinamiento en establecimientos penitenciarios
en dos aspectos: en cantidad (“último recurso”) y en tiempo (“el más breve plazo
posible”). La regla 19 recoge uno de los principios rectores básicos de la resolución
4 del Sexto Congreso de las Naciones Unidas: un menor delincuente no puede ser
encarcelado salvo que no exista otra respuesta adecuada. La regla, por consiguiente,
proclama el principio de que, si un menor debe ser confinado en un establecimiento
penitenciario, la pérdida de la libertad debe limitarse al menor grado posible, a la vez
que se hacen arreglos institucionales especiales para su confinamiento sin perder de
vista las diferencias entre los distintos tipos de delincuentes, delitos y establecimientos
penitenciarios. En definitiva, deben considerarse preferibles los establecimientos
“abiertos” a los “cerrados”. Por otra parte, cualquier instalación debe ser de tipo
correccional o educativo antes que carcelario.
20. Prevención de demoras innecesarias
20.1 Todos los casos se tramitarán desde el comienzo de manera expedita y sin
demoras innecesarias.
Comentario
La rapidez en la tramitación de los casos de menores es de fundamental importancia.
De no ser así, peligrarían cualesquiera efectos positivos que el procedimiento y la
resolución pudieran acarrear. Con el transcurso del tiempo, el menor tendrá dificultades
intelectuales y sicológicas cada vez mayores, por no decir insuperables, para establecer
una relación entre el procedimiento y la resolución, por una parte, y el delito, por otra.
86 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
21.
Registros
21.1 Los registros de menores delincuentes serán de carácter estrictamente
confidencial y no podrán ser consultados por terceros. Sólo tendrán acceso
a dichos archivos las personas que participen directamente en la tramitación
de un caso en curso, así como otras personas debidamente autorizadas.
21.2 Los registros de menores delincuentes no se utilizarán en procesos de
adultos relativos a casos subsiguientes en los que esté implicado el mismo
delincuente.
Comentario
La regla trata de ser una transacción entre intereses contrapuestos en materia
de registros y expedientes: los de los servicios de policía, el Ministerio fiscal y otras
autoridades por aumentar la vigilancia, y los intereses del delincuente. (Véase también
la regla 8.) La expresión “otras personas debidamente autorizadas” suele aplicarse, entre
otros, a los investigadores.
22. Necesidad de personal especializado y capacitado
22.1 Para garantizar la adquisición y el mantenimiento de la competencia
profesional necesaria a todo el personal que se ocupa de casos de menores,
se impartirá enseñanza profesional, cursos de capacitación durante el
servicio y cursos de repaso, y se emplearán otros sistemas adecuados de
instrucción.
22.2 El personal encargado de administrar la justicia de menores responderá
a las diversas características de los menores que entran en contacto con
dicho sistema. Se procurará garantizar una representación equitativa de
mujeres y de minorías en los organismos de justicia de menores.
Comentario
Las personas competentes para conocer en estos casos pueden tener orígenes
muy diversos (jueces municipales en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del
Norte y en las regiones en que ha tenido influencia el sistema jurídico de ese país;
jueces con formación jurídica en los países que siguen el derecho romano y en las
regiones de su influencia; personas con formación jurídica o sin ella designadas por
elección o por nombramiento administrativo, miembros de juntas de la comunidad,
etc., en otras regiones). Es indispensable que todas estas personas tengan siquiera una
formación mínima en materia de derecho, sociología, sicología, criminología y ciencias
del comportamiento. Esta es una cuestión a la que se atribuye tanta importancia como
a la especialización orgánica y a la independencia de la autoridad competente.
Tratándose de trabajadores sociales y de agentes de libertad vigilada, tal vez
no sea viable la exigencia de especialización profesional como requisito previo para
el desempeño de funciones en el ámbito de la delincuencia juvenil. De modo que la
titulación mínima podrá obtenerse mediante la instrucción profesional en el empleo.
Las titulaciones profesionales constituyen un elemento fundamental para garantizar
la administración imparcial y eficaz de la justicia de menores. Por consiguiente, es
necesario mejorar los sistemas de contratación, ascenso y capacitación profesional
del personal y dotarlo de los medios necesarios para el desempeño correcto de sus
funciones.
Para lograr la imparcialidad de la administración de la justicia de menores debe
evitarse todo género de discriminación por razones políticas, sociales, sexuales, raciales,
“Reglas de Beijing”
DNI / 87
religiosas, culturales o de otra índole en la selección, contratación y ascenso del
personal encargado de la justicia de menores. Así lo recomendó el Sexto Congreso.
Por otra parte, el Sexto Congreso hizo un llamamiento a los Estados Miembros para
que garantizaran el tratamiento justo y equitativo de las mujeres como miembros del
personal encargado de administrar la justicia penal y recomendó que se adoptaran
medidas especiales para contratar, dar capacitación y facilitar el ascenso de personal
femenino en la administración de la justicia de menores.
Cuarta parte
Tratamiento fuera de los establecimientos
penitenciarios
23. Ejecución efectiva de la resolución
23.1 Se adoptarán disposiciones adecuadas para la ejecución de las órdenes que
dicte la autoridad competente, y que se mencionan en la regla 14.1, por esa
misma autoridad o por otra distinta si las circunstancias así lo exigen.
23.2 Dichas disposiciones incluirán la facultad otorgada a la autoridad competente
para modificar dichas órdenes periódicamente según estime pertinente,
a condición de que la modificación se efectúe en consonancia con los
principios enunciados en las presentes Reglas.
Comentario
En los casos de menores, más que en los de adultos, las resoluciones tienden a
influir en la vida del menor durante largos períodos de tiempo. De ahí la importancia
de que la autoridad competente o un órgano independiente (junta de libertad bajo
palabra, autoridad encargada de supervisar la libertad vigilada, institución de bienestar
juvenil u otras autoridades) con calificaciones iguales a las de la autoridad competente
que conoció del caso originalmente, supervisen la ejecución de la sentencia. La
creación del cargo de juez de la ejecución de penas en algunos países obedece a este
propósito.
La composición, los poderes y las funciones de la autoridad deben ser flexibles;
en la regla 23 se describen en general con objeto de facilitar su amplia aceptación.
24. Prestación de asistencia
24.1 Se procurará proporcionar a los menores, en todas las etapas del
procedimiento, asistencia en materia de alojamiento, enseñanza o capacitación
profesional, empleo o cualquiera otra forma de asistencia, útil y práctica,
para facilitar el proceso de rehabilitación.
Comentario
La consideración fundamental es la promoción del bienestar del menor. Por
tanto, la regla 24 subraya la importancia de facilitar instalaciones, servicios y otra
asistencia necesaria que redunde en los mejores intereses del menor durante todo el
proceso de rehabilitación.
25. Movilización de voluntarios y otros servicios de carácter comunitario
25.1 Se recurrirá a los voluntarios, a las organizaciones de voluntarios, a las
instituciones locales y a otros recursos de la comunidad para que contribuyan
eficazmente a la rehabilitación del menor en un ambiente comunitario y, en
la forma en que ésta sea posible, en el seno de la unidad familiar.
88 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
Comentario
Esta regla refleja la necesidad de que todas las actividades relacionadas con
los delincuentes menores estén orientadas a la rehabilitación. La cooperación de la
comunidad es indispensable para seguir eficazmente las directrices de la autoridad
competente. Los voluntarios y los servicios de carácter voluntario, en particular, resultan
una fuente de actividades útiles, en gran medida no utilizada actualmente. En algunos
casos, la cooperación de antiguos delincuentes (incluidos antiguos toxicómanos) puede
ser extremadamente valiosa.
La regla 25 deriva de los principios estipulados en las reglas 1.1 a 1.6 y sigue las
disposiciones pertinentes del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Quinta parte
Tratamiento en establecimientos penitenciarios
26. Objetivos del tratamiento en establecimientos penitenciarios
26.1 La capacitación y el tratamiento de menores confinados en establecimientos
penitenciarios tienen por objeto garantizar su cuidado y protección, así como
su educación y formación profesional para permitirles que desempeñen un
papel constructivo y productivo en la sociedad.
26.2 Los menores confinados en establecimientos penitenciarios recibirán los
cuidados, la protección y toda la asistencia necesaria -- social, educacional,
profesional, sicológica, médica y física -- que puedan requerir debido a su
edad, sexo y personalidad y en interés de su desarrollo sano.
26.3 Los menores confinados en establecimientos penitenciarios se mantendrán
separados de los adultos y estarán detenidos en un establecimiento separado
o en una parte separada de un establecimiento en el que también estén
encarcelados adultos.
26.4 La delincuente joven confinada en un establecimiento merece especial
atención en lo que atañe a sus necesidades y problemas personales. En
ningún caso recibirá menos cuidados, protección, asistencia, tratamiento
y capacitación que el delincuente joven. Se garantizará su tratamiento
equitativo.
26.5 En el interés y bienestar del menor confinado en un establecimiento
penitenciario, tendrán derecho de acceso los padres o tutores.
26.6 Se fomentará la cooperación entre los ministerios y los departamentos
para dar formación académica o, según proceda, profesional adecuada al
menor que se encuentre confinado en un establecimiento penitenciario a
fin de garantizar que al salir no se encuentre en desventaja en el plano de
la educación.
Comentario
Los objetivos del tratamiento en establecimientos, tal como se enuncian en las
reglas 26.1 y 26.2, serían aceptables para cualquier sistema o cultura. No obstante,
dichos objetivos no se han alcanzado en todos los lugares y aún queda mucho por
hacer en este sentido.
La asistencia médica y sicológica, en particular, es extremadamente importante
para los toxicómanos confinados en establecimientos, y para los jóvenes violentos y
enfermos mentales.
“Reglas de Beijing”
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Evitar las influencias negativas ejercidas por delincuentes adultos y proteger el
bienestar del menor en un ambiente penitenciario, como se estipula en la regla 26.3,
está en armonía con los principios rectores básicos de las Reglas establecidos por el
Sexto Congreso en su resolución 4. Esta regla no impedirá a los Estados tomar otras
medidas contra la influencia negativa de los delincuentes adultos que sean al menos
tan eficaces como las mencionadas en la regla. (Véase también la regla 13.4)
La regla 26.4 obedece a que las delincuentes suelen recibir menos atención que
los delincuentes, como indicó el Sexto Congreso. En particular, la resolución 9 del
Sexto Congreso pide que se dé un tratamiento equitativo a la delincuente en todas las
etapas del proceso de justicia penal y que se preste especial atención a sus problemas
y necesidades particulares mientras esté confinada. Además, esta regla debería también
considerarse teniendo en cuenta la Declaración de Caracas del Sexto Congreso que,
entre otras cosas, pide un tratamiento igual en la administración de justicia penal, y la
Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer y la Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
El derecho de acceso (regla 26.5) dimana de las disposiciones de las reglas
7.1, 10.1, 15.2 y 18.2. La cooperación entre ministerios y entre departamentos (regla
26.6) es de particular importancia para mejorar en términos generales la calidad del
tratamiento y la capacitación en los establecimientos penitenciarios.
27. Aplicación de las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos aprobadas
por las Naciones Unidas
27.1 En principio, las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos y
las recomendaciones conexas serán aplicables en la medida pertinente al
tratamiento de los menores delincuentes en establecimientos penitenciarios,
inclusive los que estén en prisión preventiva.
27.2 Con objeto de satisfacer las diversas necesidades del menor específicas a su
edad, sexo y personalidad, se procurará aplicar los principios pertinentes
de las mencionadas Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos en
toda la medida de lo posible.
Comentario
Las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos figuran entre los primeros
instrumentos de ese tipo promulgados por las Naciones Unidas. En general se reconoce
que dichas Reglas han tenido consecuencias a escala mundial. Pese a que hay países
en los que su aplicación es más una aspiración que una realidad, esas Reglas siguen
ejerciendo una importante influencia en la administración humanitaria y equitativa de
los establecimientos correccionales.
Algunos principios fundamentales relativos a los menores delincuentes en
establecimientos penitenciarios están recogidos ya en las Reglas mínimas para
el tratamiento de los reclusos (cuartos destinados al alojamiento, características
arquitectónicas de los locales, camas, ropas, quejas y peticiones, contactos con el mundo
exterior, alimentación, atención médica, servicios religiosos, separación por edades,
personal, trabajo, etc.), así como los relativos a las medidas punitivas, disciplinarias
y de coerción aplicables a los delincuentes peligrosos. Sería inoportuno modificar
dichas Reglas mínimas en función de las características especiales que han de tener los
establecimientos penitenciarios de menores dentro del ámbito de las presentes Reglas
mínimas para la administración de la justicia de menores.
90 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
La regla 27 se centra en los requisitos necesarios aplicables a un menor confinado
en un establecimiento penitenciario (regla 27.1), así como en las diversas necesidades
específicas a su edad, sexo y personalidad (regla 27.2). Por consiguiente, los objetivos
y el contenido de la regla están relacionados con las disposiciones pertinentes de las
Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos.
28. Frecuente y pronta concesión de la libertad condicional
28.1 La autoridad pertinente recurrirá en la mayor medida posible a la libertad
condicional y la concederá tan pronto como sea posible.
28.2 Los menores en libertad condicional recibirán asistencia del correspondiente
funcionario a cuya supervisión estarán sujetos, y el pleno apoyo de la
comunidad.
Comentario
La facultad para conceder la libertad condicional puede conferirse a la autoridad
que se menciona en la regla 14.1 o a una autoridad distinta. De ahí que en el presente
caso proceda hablar de “correspondiente” y no de autoridad “competente”.
Cuando las circunstancias lo permitan, se deberá optar por conceder la libertad
condicional en lugar de dejar que el menor cumpla toda la pena. Cuando se tengan
pruebas de un progreso satisfactorio hacia la rehabilitación, siempre que sea posible
podrá concederse la libertad condicional, incluso a delincuentes que se consideraron
peligrosos en el momento de su confinamiento en un establecimiento penitenciario. Al
igual que la libertad vigilada, la libertad condicional podrá supeditarse al cumplimiento
satisfactorio de los requisitos especificados por las autoridades pertinentes durante
un período de tiempo estipulado en la orden, por ejemplo, el relativo al “buen
comportamiento” del delincuente, la participación en programas comunitarios, su
residencia en establecimientos de transición, etc.
Cuando se conceda la libertad condicional a un delincuente se deberá designar a un
agente de libertad vigilada o a otro funcionario para que supervise su comportamiento
y le preste asistencia (en particular si aún no se ha implantado el régimen de libertad
vigilada), y estimular el apoyo de la comunidad.
29. Sistemas intermedios
29.1 Se procurará establecer sistemas intermedios como establecimientos de
transición, hogares educativos, centros de capacitación diurnos y otros
sistemas pertinentes que puedan facilitar la adecuada reintegración de los
menores a la sociedad.
Comentario
No hace falta subrayar la importancia de la asistencia postcarcelaria. La presente
regla hace hincapié en la necesidad de establecer una red de mecanismos intermedios.
Esta regla recalca también la necesidad de una gama de instalaciones y servicios
destinados a satisfacer las necesidades del joven delincuente que vuelve a la comunidad
y a facilitar asesoramiento y apoyo estructural como un paso importante hacia la
buena reintegración en la sociedad.
“Reglas de Beijing”
DNI / 91
Sexta parte
Investigación, planificación y formulación y
evaluación de políticas
30. La investigación como base de la planificación y de la formulación y la
evaluación de políticas
30.1 Se procurará organizar y fomentar las investigaciones necesarias como base
para una planificación y una formulación de políticas que sean efectivas.
30.2 Se procurará revisar y evaluar periódicamente las tendencias, los problemas
y las causas de la delincuencia y criminalidad de menores, así como las
diversas necesidades particulares del menor en custodia.
30.3 Se procurará establecer con carácter regular un mecanismo de evaluación
e investigación en el sistema de administración de justicia de menores y
recopilar y analizar los datos y la información pertinentes con miras a la
debida evaluación y perfeccionamiento ulterior de dicho sistema.
30.4 La prestación de servicios en la administración de justicia de menores se
preparará y ejecutará de modo sistemático como parte integrante de los
esfuerzos de desarrollo nacional.
Comentario
La utilización de la investigación como base de una política racional de justicia
de menores se ha reconocido ampliamente que constituye un importante mecanismo
para lograr que las medidas prácticas tengan en cuenta la evolución y el mejoramiento
continuos del sistema de justicia de menores. En la esfera de la delincuencia de menores
es especialmente importante la influencia recíproca entre la investigación y las políticas.
Debido a los cambios rápidos y a menudo espectaculares del estilo de vida de la
juventud y de las formas y dimensiones de la criminalidad de menores, la respuesta de
la sociedad y la justicia a la criminalidad y a la delincuencia de menores pronto quedan
anticuadas e inadecuadas.
Por consiguiente, la regla 30 establece criterios para integrar la investigación en
el proceso de formulación y aplicación de políticas en la administración de justicia
de menores. La regla subraya en particular la necesidad de una revisión y evaluación
regulares de los actuales programas y medidas y de una planificación en el contexto
más amplio de los objetivos globales de desarrollo.
La evaluación constante de las necesidades del menor, así como de las tendencias
y problemas de la delincuencia, es un requisito previo para perfeccionar los métodos
de formulación de políticas adecuadas y establecer intervenciones apropiadas
estructuradas y no estructuradas. En este contexto, la investigación por personas y
órganos independientes debería recibir el respaldo de agencias competentes, y para
ello podrá ser útil recabar y tener en cuenta las opiniones del propio menor, no sólo
de aquellos que están en contacto con el sistema.
El proceso de planificación debe subrayar en particular un sistema más eficaz y
equitativo de suministro de los servicios necesarios. Para ello debería efectuarse una
evaluación detallada y regular de la amplia gama de necesidades y problemas particulares
del menor y una determinación precisa de las prioridades. A este respecto, debería
también coordinarse el empleo de los recursos existentes, en particular las medidas
sustitutorias y el apoyo de la comunidad que servirían para elaborar determinados
procedimientos encaminados a aplicar y supervisar los programas establecidos.
92 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
“Directrices de Riad”
DIRECTRICES DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA
PREVENCIÓN DE LA DELINCUENCIA JUVENIL
La Asamblea General,
Teniendo presentes la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, así como otros instrumentos internacionales relativos
a los derechos y al bienestar de los jóvenes, incluidas las normas sobre el particular
establecidas por la Organización Internacional del Trabajo,
Teniendo presentes también la Declaración de los Derechos del Niño, la
Convención sobre los Derechos del Niño y las Reglas mínimas de las Naciones Unidas
para la administración de la justicia de menores (Reglas de Beijing),
Recordando la resolución 40/33 de la Asamblea General, de 29 de noviembre
de 1985, por la que la Asamblea aprobó las Reglas de Beijing recomendadas por el
Séptimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento
del Delincuente,
Recordando que la Asamblea General, en su resolución 40/35, de 29 de noviembre
de 1985, pidió que se elaboraran criterios para la prevención de la delincuencia juvenil
que fueran de utilidad para los Estados Miembros en la formulación y ejecución de
programas y políticas especializados, haciendo hincapié en las actividades de asistencia
y atención y en la participación de la comunidad, y pidió al Consejo Económico y
Social que informara al Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención
del Delito y Tratamiento del Delincuente acerca de los progresos logrados respecto de
esos criterios, para que los examinara y decidiera al respecto,
Recordando también que el Consejo Económico y Social, en la sección 11 de su
resolución 1986/10, de 21 de mayo de 1986, pidió al Octavo Congreso que examinara
el proyecto de criterios para la prevención de la delincuencia juvenil con miras a su
aprobación,
Reconociendo que es necesario establecer criterios y estrategias nacionales,
regionales a interregionales para prevenir la delincuencia juvenil,
Afirmando que todo niño goza de derechos humanos fundamentales, incluido,
en particular, el derecho al acceso a la educación gratuita,
Teniendo presente el gran número de jóvenes que, estén o no en conflicto con la
ley, se encuentran abandonados, desatendidos, maltratados, expuestos al uso indebido
de drogas, en situación marginal y, en general, expuestos a riesgo social,
Teniendo en cuenta los beneficios de las medidas progresistas para la prevención
de la delincuencia y para el bienestar de la comunidad,
1.
Observa con satisfacción la importante labor realizada par el Comité de
Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia y par el Secretario
General en la preparación de las directrices para la prevención de la
delincuencia juvenil;
“Directrices de Riad”
DNI / 93
94 / DNI
2.
Expresa su reconocimiento par la valiosa colaboración del Centro Arabe
de Capacitación y de Estudios de Seguridad de Riad, que acogió a la
Reunión Internacional de Expertos sobre el establecimiento del proyecto
de normas de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia
juvenil, celebrada en Riad del 28 de febrero al 1 ° de marzo de 1988, con la
cooperación de la Oficina de las Naciones Unidas en Viena;
3.
Aprueba las Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la
delincuencia juvenil, que figuran en el anexo a la presente resolución, que
se denominarán “Directrices de Riad”;
4.
Exhorta a los Estados Miembros a que, en sus planes generales de prevención
del delito, apliquen las Directrices de Riad en la legislación, la política y la
práctica nacional y las señalen a la atención de las autoridades competentes,
incluidos los encargados de formular políticas, el personal de la justicia de
menores, los educadores, los medios de comunicación, los profesionales y
los estudiosos;
5.
Pide al Secretario General que procure dar la más amplia difusión posible
al texto de las Directrices de Riad en todos los idiomas oficiales de las
Naciones Unidas e invita a los Estados Miembros a que procedan de la
misma manera;
6.
Pide al Secretario General y solicita a todas las oficinas competentes de las
Naciones Unidas a instituciones interesadas, en particular al Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia, así coma a expertos a título individual,
que procuren en forma concertada fomentar la aplicación de las Directrices
de Riad;
7.
Pide también al Secretario General que intensifique las investigaciones sobre
situaciones particulares de riesgo social y sobre la explotación de los niños,
incluido el uso de niños como instrumentos para la delincuencia, con miras
a elaborar medidas generales para corregir esas situaciones y presente un
informe al respecto al Noveno Congreso de las Naciones Unidas sobre
Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente;
8.
Pide además al Secretario General que publique un manual integrado sobre
normas de la justicia de menores que contenga las Reglas mínimas de las
Naciones Unidas para la administración de la justicia de menores (Reglas
de Beijing), las Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la
delincuencia juvenil (Directrices de Riad) y las Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de libertad, así como un
conjunto completo de las observaciones sobre sus disposiciones;
9.
Insta a todos los órganos competentes del sistema de las Naciones Unidas
a que colaboren con el Secretario General en la adopción de las medidas
necesarias para velar par la aplicación de la presente resolución;
10.
Invita a la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección
a las Minorías de la Comisión de Derechos Humanos a que examine este
nuevo instrumento internacional con el propósito de fomentar la aplicación
de sus disposiciones;
11.
Invita a los Estados Miembros a que apoyen firmemente la organización
de cursos prácticos de carácter técnico y científico, así coma proyectos
experimentales y de demostración sobre cuestiones prácticas y aspectos
normativos relacionados con la aplicación de lo dispuesto en las Directrices
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
de Riad y con la adopción de medidas concretas tendientes a establecer
servicios con base en la comunidad y dirigidos a atender a las necesidades,
los problemas y los intereses especiales do los jóvenes, y pide al Secretario
General que coordine los esfuerzos a este respecto;
12.
Invita también a los Estados Miembros a que informen al Secretario General
sobre la aplicación do las Directrices de Riad y presenten informes periódicos
al Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia acerca de
los resultados alcanzados;
13.
Recomienda que el Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la
Delincuencia pida al Noveno Congreso que examine los progresos
alcanzados en la promoción y aplicación de las Directrices de Riad y las
recomendaciones contenidas en la presente resolución, en relación con
un tema independiente del programa sobre la justicia de menores, y que
mantenga la cuestión bajo examen permanente.
68a. sesión plenaria
14 de diciembre de 1990
I. Principios fundamentales
1.
La prevención de la delincuencia juvenil es parte esencial de la prevención
del delito en la sociedad. Si los jóvenes se dedican a actividades lícitas y
socialmente útiles, se orientan hacia la sociedad y enfocan la vida con
criterio humanista, pueden adquirir actitudes no criminógenas.
2.
Para poder prevenir eficazmente la delincuencia juvenil es necesario que
toda la sociedad procure un desarrollo armonioso de los adolescentes, y
respete y cultive su personalidad a partir de la primera infancia.
3
A los efectos de la interpretación de las presentes Directrices, se debe
centrar la atención en el niño. Los jóvenes deben desempeñar una función
activa y participativa en la sociedad y no deben ser considerados meros
objetos de socialización o control.
4.
En la aplicación de las presentes Directrices y de conformidad con los
ordenamientos jurídicos nacionales, los programas preventivos deben
centrarse en el bienestar de los jóvenes desde su primera infancia.
5.
Deberá reconocerse la necesidad y la importancia de aplicar una política
progresista de prevención de la delincuencia, así como de estudiar
sistemáticamente y elaborar medidas pertinentes que eviten criminalizar
y penalizar al niño por una conducta que no causa graves perjuicios a su
desarrollo ni perjudica a los demás. La política y las medidas de esa índole
deberán incluir:
a) La creación de oportunidades, en particular educativas, para atender a
las diversas necesidades de los jóvenes y servir de marco de apoyo para
velar por el desarrollo personal de todos los jóvenes, en particular de
aquellos que están patentemente en peligro o en situación de riesgo
social y necesitan cuidado y protección especiales;
“Directrices de Riad”
DNI / 95
b) La formulación de doctrinas y criterios especializados para la prevención
de la delincuencia, basados en las leyes, los procesos, las instituciones,
las instalaciones y una red de servicios, cuya finalidad sea reducir los
motivos, la necesidad y las oportunidades de comisión de las infracciones
o las condiciones que las propicien;
c) Una intervención oficial que se guíe por la justicia y la equidad, y cuya
finalidad primordial sea velar por el interés general de los jóvenes;
d) La protección del bienestar, el desarrollo, los derechos y los intereses de
todos los jóvenes;
e) El reconocimiento del hecho de que el comportamiento o la conducta
de los jóvenes que no se ajustan a los valores y normas generales de
la sociedad son con frecuencia parte del proceso de maduración y
crecimiento y tienden a desaparecer espontáneamente en la mayoría de
las personas cuando llegan a la edad adulta;
f) La conciencia de que, según la opinión predominante de los expertos,
calificar a un joven de “extraviado”, “delincuente” o “predelincuente” a
menudo contribuye a que los jóvenes desarrollen pautas permanentes
de comportamiento indeseable.
6.
Deben crearse servicios y programas con base en la comunidad para la
prevención de la delincuencia juvenil, sobre todo si no se han establecido
todavía organismos oficiales. Sólo en última instancia ha de recurrirse a
organismos oficiales de control social.
II. Alcance de las Directrices
7.
Las presentes Directrices deberán interpretarse y aplicarse en el marco
general de la Declaración Universal de Derechos Humanos5, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales33, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos33, la Declaración de los
Derechos del Niño85, y la Convención sobre los Derechos del Niño52,
y en el contexto de las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la
administración de la justicia de menores (Reglas de Beijing)82, así como
de otros instrumentos y normas relativos a los derechos, los intereses y el
bienestar de todos los menores y jóvenes.
8.
Las presentes Directrices deberán igualmente aplicarse en el contexto de las
condiciones económicas, sociales y culturales imperantes en cada uno de
los Estados Miembros.
III. Prevención general
9.
Deberán formularse en todos los niveles del gobierno planes generales de
prevención que, entre otras cosas, comprendan:
a) Análisis a fondo del problema y reseñas de programas y servicios,
facilidades y recursos disponibles;
b) Funciones bien definidas de los organismos, instituciones y personal
competentes que se ocupan de actividades preventivas;
c) Mecanismos para la coordinación adecuada de las actividades de prevención
entre los organismos gubernamentales y no gubernamentales;
96 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
d) Políticas, estrategias y programas basados en estudios de pronósticos
que sean objeto de vigilancia permanente y evaluación cuidadosa en el
curso de su aplicación;
e) Métodos para disminuir eficazmente las oportunidades de cometer
actos de delincuencia juvenil;
f) Participación de la comunidad mediante una amplia gama de servicios y
programas;
g) Estrecha cooperación interdisciplinaria entre los gobiernos nacionales,
estatales, provinciales y municipales, con la participación del sector
privado, de ciudadanos representativos de la comunidad interesada y
de organismos laborales, de cuidado del niño, de educación sanitaria,
sociales, judiciales y de los servicios de aplicación de la ley en la
adopción de medidas coordinadas para prevenir la delincuencia juvenil
y los delitos de los jóvenes.
h) Participación de los jóvenes en las políticas y en los procesos de
prevención de la delincuencia juvenil, incluida la utilización de los
recursos comunitarios, y la aplicación de programas de autoayuda
juvenil y de indemnización y asistencia a las víctimas;
i) Personal especializado en todos los niveles.
IV. Procesos de socialización
10.
Deberá prestarse especial atención a las políticas de prevención que
favorezcan la socialización e integración eficaces de todos los niños y
jóvenes, en particular por conducto de la familia, la comunidad, los grupos
de jóvenes que se encuentran en condiciones similares, la escuela, la
formación profesional y el medio laboral, así como mediante la acción de
organizaciones voluntarias. Se deberá respetar debidamente el desarrollo
personal de los niños y jóvenes y aceptarlos, en pie de igualdad, como
copartícipes en los procesos de socialización e integración.
A. La familia
11.
Toda sociedad deberá asignar elevada prioridad a las necesidades y el
bienestar de la familia y de todos sus miembros.
12.
Dado que la familia es la unidad central encargada de la integración social
primaria del niño, los gobiernos y la sociedad deben tratar de preservar
la integridad de la familia, incluida la familia extensa. La sociedad tiene la
obligación de ayudar a la familia a cuidar y proteger al niño y asegurar su
bienestar físico y mental. Deberán prestarse servicios apropiados, inclusive
de guarderías.
13.
Los gobiernos deberán adoptar una política que permita a los niños criarse
en un ambiente familiar de estabilidad y bienestar. Deberán facilitarse
servicios adecuados a las familias que necesiten asistencia para resolver
situaciones de inestabilidad o conflicto.
14.
Cuando no exista un ambiente familiar de estabilidad y bienestar, los
intentos de la comunidad por ayudar a los padres en este aspecto hayan
fracasado y la familia extensa no pueda ya cumplir esta función, se deberá
recurrir a otras posibles modalidades de colocación familiar, entre ellas los
hogares de guarda y la adopción, que en la medida de lo posible deberán
“Directrices de Riad”
DNI / 97
reproducir un ambiente familiar de estabilidad y bienestar y, al mismo
tiempo, crear en los niños un sentimiento de permanencia, para evitar los
problemas relacionados con el “desplazamiento” de un lugar a otro.
15.
Deberá prestarse especial atención a los niños de familias afectadas por
problemas creados por cambios económicos, sociales y culturales rápidos
y desiguales, en especial a los niños de familias indígenas o de inmigrantes
y refugiados. Como tales cambios pueden perturbar la capacidad social de
la familia para asegurar la educación y crianza tradicionales de los hijos, a
menudo como resultado de conflictos culturales o relacionados con el papel
del padre o de la madre, será necesario elaborar modalidades innovadoras
y socialmente constructivas para la socialización de los niños.
16.
Se deberán adoptar medidas y elaborar programas para dar a las familias
la oportunidad de aprender las funciones y obligaciones de los padres
en relación con el desarrollo y el cuidado de sus hijos, para lo cual se
fomentarán relaciones positivas entre padres e hijos, se hará que los padres
cobren conciencia de los problemas de los niños y los jóvenes y se fomentará
la participación de los jóvenes en las actividades familiares y comunitarias.
17.
Los gobiernos deberán adoptar medidas para fomentar la unión y la
armonía en la familia y desalentar la separación de los hijos de sus padres,
salvo cuando circunstancias que afecten al bienestar y al futuro de los hijos
no dejen otra opción viable.
18.
Es importante insistir en la función socializadora de la familia y de la
familia extensa; es igualmente importante reconocer el papel futuro, las
responsabilidades, la participación y la colaboración de los jóvenes en la
sociedad.
19.
Al garantizar el derecho de los niños a una socialización adecuada, los
gobiernos y otras instituciones deben basarse en los organismos sociales
y jurídicos existentes pero, cuando las instituciones y costumbres
tradicionales resulten insuficientes, deberán también prever y permitir
medidas innovadoras.
B. La educación
20. Los gobiernos tienen la obligación de dar a todos los jóvenes acceso a la
enseñanza pública.
21.
Los sistemas de educación, además de sus posibilidades de formación
académica y profesional, deberán dedicar especial atención a:
a) Enseñar los valores fundamentales y fomentar el respeto de la identidad
propia y de las características culturales del niño, de los valores sociales
del país en que vive el niño, de las civilizaciones diferentes de la suya y
de los derechos humanos y libertades fundamentales;
b) Fomentar y desarrollar en todo lo posible la personalidad, las aptitudes
y la capacidad mental y física de los jóvenes;
c) Lograr que los jóvenes participen activa y eficazmente en el proceso
educativo en lugar de ser meros objetos pasivos de dicho proceso;
d) Desarrollar actividades que fomenten un sentimiento de identidad y
pertenencia a la escuela y la comunidad;
98 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
e) Alentar a los jóvenes a comprender y respetar opiniones y puntos de
vista diversos, así como las diferencias culturales y de otra índole;
f) Suministrar información y orientación en lo que se refiere a la formación
profesional, las oportunidades de empleo y posibilidades de carrera;
g) Proporcionar apoyo emocional positivo a los jóvenes y evitar el maltrato
psicológico;
h) Evitar las medidas disciplinarias severas, en particular los castigos
corporales.
22. Los sistemas de educación deberán tratar de trabajar en cooperación con
los padres, las organizaciones comunitarias y los organismos que se ocupan
de las actividades de los jóvenes.
23. Deberá darse información a los jóvenes y a sus familias sobre la ley y sus
derechos y obligaciones con respecto a la ley, así como sobre el sistema de
valores universales, incluidos los instrumentos de las Naciones Unidas.
24. Los sistemas de educación deberán cuidar y atender de manera especial
a los jóvenes que se encuentren en situación de riesgo social. Deberán
prepararse y utilizarse plenamente programas de prevención y materiales
didácticos, planes de estudios, criterios e instrumentos especializados.
25. Deberá prestarse especial atención a la adopción de políticas y estrategias
generales de prevención del uso indebido, por los jóvenes, del alcohol, las
drogas y otras sustancias. Deberá darse formación y dotarse de medios a
maestros y otros profesionales a fin de prevenir y resolver estos problemas.
Deberá darse a los estudiantes información sobre el empleo y el uso
indebido de drogas, incluido el alcohol.
26. Las escuelas deberán servir de centros de información y consulta para
prestar atención médica, asesoramiento y otros servicios a los jóvenes,
sobre todo a los que están especialmente necesitados y son objeto de
malos tratos, abandono, victimización y explotación.
27. Se aplicarán diversos programas educativos para lograr que los maestros,
otros adultos y los estudiantes comprendan los problemas, necesidades y
preocupaciones de los jóvenes, especialmente de aquellos que pertenecen a
grupos más necesitados, menos favorecidos, a grupos de bajos ingresos y a
minorías étnicas u otros grupos minoritarios.
28. Los sistemas escolares deberán tratar de alcanzar y promover los niveles
profesionales y educativos más elevados en lo que respecta a programas
de estudio, métodos y criterios didácticos y de aprendizaje, contratación y
formación de personal docente capacitado. Deberá practicarse una supervisión
y evaluación regulares de los resultados, tarea que se encomendará a las
organizaciones profesionales y a los órganos competentes.
29. En cooperación con grupos de la comunidad, los sistemas educativos
deberán planificar, organizar y desarrollar actividades extracurriculares que
sean de interés para los jóvenes.
30. Deberá prestarse ayuda especial a niños y jóvenes que tengan dificultades
para cumplir las normas de asistencia, así como a los que abandonan los
estudios.
31.
Las escuelas deberán fomentar la adopción de políticas y normas equitativas
“Directrices de Riad”
DNI / 99
y justas, y los estudiantes estarán representados en los órganos encargados
de formular la política escolar, incluida la política disciplinaria, y participarán
en la adopción de decisiones.
C. La comunidad
32. Deberán establecerse servicios y programas de carácter comunitario, o
fortalecerse los ya existentes, que respondan a las necesidades, problemas,
intereses e inquietudes especiales de los jóvenes y ofrezcan, a ellos y a sus
familias, asesoramiento y orientación adecuados.
33. Las comunidades deberán adoptar o reforzar una amplia gama de medidas
de apoyo comunitario a los jóvenes, incluido el establecimiento de centros
de desarrollo comunitario, instalaciones y servicios de recreo, a fin de
hacer frente a los problemas especiales de los menores expuestos a riesgo
social. Esta forma de ayuda deberá prestarse respetando los derechos
individuales.
34. Deberán establecerse servicios especiales para brindar alojamiento adecuado
a los jóvenes que no puedan seguir viviendo en sus hogares o que carezcan
de hogar.
35. Se organizarán diversos servicios y sistemas de ayuda para hacer frente
a las dificultades que experimentan los jóvenes al pasar a la edad adulta.
Entre estos servicios deberán figurar programas especiales para los jóvenes
toxicómanos en los que se dé máxima importancia a los cuidados, el
asesoramiento, la asistencia y a las medidas de carácter terapéutico.
36. Los gobiernos y otras instituciones deberán dar apoyo financiero y de otra
índole a las organizaciones voluntarias que prestan servicios a los jóvenes.
37. En el plano local deberán crearse o reforzarse organizaciones juveniles
que participen plenamente en la gestión de los asuntos comunitarios.
Estas organizaciones deberán alentar a los jóvenes a organizar proyectos
colectivos y voluntarios, en particular proyectos cuya finalidad sea prestar
ayuda a los jóvenes que la necesiten.
38. Los organismos gubernamentales deberán asumir especialmente la
responsabilidad del cuidado de los niños sin hogar o los niños de la calle
y de proporcionarles los servicios que necesiten. Deberá hacerse fácilmente
accesible a los jóvenes la información acerca de servicios locales, alojamiento,
empleo y otras formas y fuentes de ayuda.
39. Deberá organizarse una gran variedad de instalaciones y servicios recreativos
de especial interés para los jóvenes, a los que éstos tengan fácil acceso.
D. Los medios de comunicación
40. Deberá alentarse a los medios de comunicación a que garanticen que los
jóvenes tengan acceso a información y material procedentes de diversas
fuentes nacionales e internacionales.
41.
Deberá alentarse a los medios de comunicación a que den a conocer la
contribución positiva de los jóvenes a la sociedad.
42. Deberá alentarse a los medios de comunicación a que difundan información
relativa a la existencia en la sociedad de servicios, instalaciones y
oportunidades destinados a los jóvenes.
43. Deberá instarse a los medios de comunicación en general, y a la televisión
100 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
y al cine en particular, a que reduzcan al mínimo el nivel de pornografía,
drogadicción y violencia en sus mensajes y den una imagen desfavorable de la
violencia y la explotación, eviten presentaciones degradantes especialmente
de los niños, de la mujer y de las relaciones interpersonales y fomenten los
principios y modelos de carácter igualitario.
44. Los medios de comunicación deberán percatarse de la importancia de su
función y su responsabilidad sociales, así como de su influencia en las
comunicaciones relacionadas con el uso indebido de drogas y alcohol entre
los jóvenes. Deberán utilizar su poder para prevenir el uso indebido de
drogas mediante mensajes coherentes con un criterio equilibrado. Deberán
fomentar campañas eficaces de lucha contra las drogas en todos los
niveles.
V. Política social
45. Los organismos gubernamentales deberán asignar elevada prioridad a los
planes y programas dedicados a los jóvenes y suministrar suficientes fondos
y recursos de otro tipo para prestar servicios eficaces, proporcionar las
instalaciones y el personal para brindar servicios adecuados de atención
médica, salud mental, nutrición, vivienda y otros servicios necesarios, en
particular de prevención y tratamiento del uso indebido de drogas y
alcohol, y cerciorarse de que esos recursos lleguen a los jóvenes y redunden
realmente en beneficio de ellos.
46. Sólo deberá recluirse a los jóvenes en instituciones como último recurso y
por el período mínimo necesario, y deberá darse máxima importancia a los
propios intereses del joven. Los criterios para autorizar una intervención
oficial de esta índole deberán definirse estrictamente y limitarse a las
situaciones siguientes: a) cuando el niño o joven haya sufrido lesiones
físicas causadas por los padres o tutores; b) cuando el niño o joven haya
sido víctima de malos tratos sexuales, físicos o emocionales por parte
de los padres o tutores; c) cuando el niño o joven haya sido descuidado,
abandonado o explotado por los padres o tutores; d) cuando el niño o joven
se vea amenazado por un peligro físico o moral debido al comportamiento
de los padres o tutores; y e) cuando se haya manifestado en el propio
comportamiento del niño o del joven un grave peligro físico o psicológico
para el niño o el joven mismo y ni los padres o tutores, ni el propio joven
ni los servicios comunitarios no residenciales puedan hacer frente a dicho
peligro por otro medio que no sea la reclusión en una institución.
47. Los organismos gubernamentales deberán dar a los jóvenes oportunidad de
continuar su educación a jornada completa, financiada por el Estado cuando
los padres o tutores no los puedan mantener, y de adquirir experiencia
profesional.
48. Los programas de prevención de la delincuencia deberán planificarse y
ejecutarse sobre la base de conclusiones fiables que sean resultado de
una investigación científica, y periódicamente deberán ser supervisados,
evaluados y readaptados en consonancia con esas conclusiones.
49. Deberá difundirse entre la comunidad profesional y el público en general
información científica acerca del tipo de comportamiento o de situación
que pueda resultar en la victimización de los jóvenes, en daños y malos
tratos físicos y sicológicos contra ellos o en su explotación.
“Directrices de Riad”
DNI / 101
50. La participación en todos los planes y programas deberá ser, en general,
voluntaria. Los propios jóvenes deberán intervenir en su formulación,
desarrollo y ejecución.
51.
Los gobiernos deberán comenzar a estudiar o seguir estudiando, formulando
y aplicando políticas, medidas y estrategias dentro y fuera del sistema de
justicia penal para prevenir la violencia en el hogar contra los jóvenes o
que los afecte, y garantizar un trato justo a las víctimas de ese tipo de
violencia.
VI. Legislación y administración de la justicia de menores
52. Los gobiernos deberán promulgar y aplicar leyes y procedimientos
especiales para fomentar y proteger los derechos y el bienestar de todos
los jóvenes.
53. Deberán promulgarse y aplicarse leyes que prohíban la victimización, los
malos tratos y la explotación de los niños y jóvenes, así como su utilización
para actividades delictivas.
54. Ningún niño o joven deberá ser objeto de medidas de corrección o
castigo severos o degradantes en el hogar, en la escuela ni en ninguna otra
institución.
55. Deberán aprobarse y aplicarse leyes para limitar y controlar el acceso de los
niños y jóvenes a las armas de cualquier tipo.
56. A fin de impedir que prosiga la estigmatización, victimización y
criminalización de los jóvenes, deberán promulgarse leyes que garanticen
que ningún acto que no sea considerado delito ni sea sancionado cuando
lo comete un adulto se considere delito ni sea objeto de sanción cuando
es cometido por un joven.
57. Debería considerarse la posibilidad de establecer un puesto de mediador o
un órgano análogo independiente para los jóvenes que garantice el respeto
de su condición jurídica, sus derechos y sus intereses, así como la posibilidad
de remitir los casos a los servicios disponibles. El mediador u otro órgano
designado supervisaría además la aplicación de las Directrices de Riad, las
Reglas de Beijing y las Reglas para la protección de los menores privados de
libertad. El mediador u otro órgano publicaría periódicamente un informe
sobre los progresos alcanzados y las dificultades encontradas en el proceso
de aplicación. Se deberían establecer también servicios de defensa jurídica
del niño.
58. Deberá capacitarse personal de ambos sexos encargado de hacer cumplir
la ley y de otras funciones pertinentes para que pueda atender a las
necesidades especiales de los jóvenes; ese personal deberá estar al corriente
de los programas y posibilidades de remisión a otros servicios, y recurrir
a ellos en la medida de lo posible con el fin de sustraer a los jóvenes al
sistema de justicia penal.
59. Deberán promulgarse y aplicarse estrictamente leyes para proteger a los
niños y a los jóvenes del uso indebido de drogas y de los traficantes de
droga.
102 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
VII. Investigación, formulación de normas y coordinación
60. Se procurará fomentar la interacción y coordinación, con carácter
multidisciplinario e intradisciplinario, de los organismos y servicios
económicos, sociales, educativos y de salud con el sistema de justicia, los
organismos dedicados a los jóvenes, a la comunidad y al desarrollo y otras
instituciones pertinentes, y deberán establecerse los mecanismos apropiados
a tal efecto.
61.
Deberá intensificarse, en los planos nacional, regional e internacional, el
intercambio de información, experiencia y conocimientos técnicos obtenidos
gracias a los proyectos, programas, prácticas e iniciativas relacionadas con
la delincuencia juvenil, la prevención de la delincuencia y la justicia de
menores.
62. Deberá promoverse e intensificarse la cooperación regional e internacional
en asuntos relativos a la delincuencia juvenil, la prevención de la delincuencia
juvenil y la justicia de menores, con la participación de profesionales,
expertos y autoridades.
63. Todos los gobiernos, el sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones
interesadas deberán apoyar firmemente la cooperación técnica y científica en
asuntos prácticos relacionados con la formulación de normas, en particular
en los proyectos experimentales, de capacitación y demostración, sobre
cuestiones concretas relativas a la prevención de la delincuencia juvenil y de
delitos cometidos por jóvenes.
64. Deberá alentarse la colaboración en las actividades de investigación científica
sobre las modalidades eficaces de prevención de la delincuencia juvenil y de
los delitos cometidos por jóvenes y difundirse ampliamente y evaluarse sus
conclusiones.
65. Los órganos, institutos, organismos y oficinas competentes de las Naciones
Unidas deberán mantener una estrecha colaboración y coordinación en
distintas cuestiones relacionadas con los niños, la justicia de menores y
la prevención de la delincuencia juvenil y de los delitos cometidos por
jóvenes.
66. Sobre la base de las presentes Directrices, la Secretaría de las Naciones
Unidas, en cooperación con las instituciones interesadas, deberá desempeñar
un papel activo de la investigación, colaboración científica, formulación de
opciones de política, y en el examen y supervisión de su aplicación, y servir
de fuente de información fidedigna acerca de modalidades eficaces para la
prevención de la delincuencia.
“Directrices de Riad”
DNI / 103
Reglas de las Naciones Unidas
PARA LA PROTECCIÓN DE LOS MENORES
PRIVADOS DE LIBERTAD
La Asamblea General,
Teniendo presentes la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención contra la Tortura y otros
tratos, crueles, inhumanos o degradantes, la Convención sobre los Derechos del Niño,
así como otros instrumentos internacionales relativos a la protección de los derechos
y al bienestar de los jóvenes,
Teniendo presentes también las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos,
aprobadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito
y Tratamiento del Delincuente,
Teniendo presente además el Conjunto de Principios para la protección de todas
las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión, aprobado por la
Asamblea General en su resolución 43/173, de 9 de diciembre de 1988, en la que figura
como anexo,
Recordando las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de
la justicia de menores (Reglas de Beijing),
Recordando también la resolución 21 del Séptimo Congreso de las Naciones
Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente en la que el
Congreso pidió que se prepararan reglas mínimas para la protección de los menores
privados de libertad,
Recordando además que el Consejo Económico y Social, en la sección II de su
resolución 1986/10, de 21 de mayo de 1986, pidió al Secretario General que presentara
al Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia, en su décimo
período de sesiones, un informe sobre los progresos realizados en la elaboración de
las reglas, y al Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito
y Tratamiento del Delincuente que examinara las reglas propuestas con miras a su
aprobación,
Alarmada por las condiciones y circunstancias en que se procede en todo el
mundo a privar a menores de su libertad,
Consciente de que los menores privados de libertad son sumamente vulnerables
a los malos tratos, a la victimización y a la violación de sus derechos,
Preocupada por el hecho de que muchos sistemas no establecen una diferenciación
entre adultos y menores en las distintas fases de la administración de justicia y, en
consecuencia, los menores están detenidos en prisiones y centros junto con adultos,
1. Afirma que la reclusión de un menor en un establecimiento debe
ser siempre una medida de último recurso y por el mínimo período
necesario;
104 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
2. Reconoce que, debido a su gran vulnerabilidad, los menores privados
de libertad requieren especial atención y protección y que deberán
garantizarse sus derechos y bienestar durante el período en que estén
privados de su libertad y con posterioridad a él;
3. Observa con satisfacción la valiosa labor de la Secretaría y la colaboración
que se ha establecido en la preparación del proyecto de reglas de las
Naciones Unidas para la protección de los menores privados de libertad
entre la Secretaría y los expertos, los profesionales, las organizaciones
intergubernamentales, la comunidad de entidades no gubernamentales,
Amnistía Internacional, Defensa de los Niños-Internacional y en particular, Radda Barnen International (Save the Children Federation, de Suecia)
y las instituciones científicas que se ocupan de los derechos de los
niños y la justicia de menores;
4. Aprueba las Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los
menores privados de libertad, que figuran como anexo a la presente
resolución;
5. Exhorta al Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la
Delincuencia a formular medidas para la eficaz aplicación de las Reglas,
con la asistencia de los institutos de las Naciones Unidas para la
prevención del delito y el tratamiento del delincuente;
6. Invita a los Estados Miembros a adaptar, cuando sea necesario, y para
que armonicen con el espíritu de las Reglas, su legislación, su política
y sus prácticas nacionales, en particular respecto de la capacitación de
todas las categorías del personal de la justicia de menores, y a señalar
las Reglas a la atención de las autoridades competentes y del público en
general;
7. Invita también a los Estados Miembros a que informen al Secretario
General sobre las medidas que hayan tomado para aplicar las Reglas en
la legislación, la política y la práctica, y a que presenten informes periódicos al Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia
acerca de los resultados alcanzados en su aplicación;
8. Pide al Secretario General y a los Estados Miembros que procuren
dar la más amplia difusión posible al texto de las Reglas en todos los
idiomas oficiales de las Naciones Unidas;
9. Pide al Secretario General que realice un estudio comparado, trate de
obtener la colaboración necesaria y formule estrategias encaminadas
a abordar la cuestión de las distintas categorías de casos graves de
delincuentes juveniles reincidentes y prepare al respecto un informe
orientado a la elaboración de políticas para presentarlo al Noveno
Congreso de las Naciones unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente;
10. Pide también al Secretario General y a los Estados Miembros que
asignen los recursos necesarios para garantizar el éxito en la aplicación y
la ejecución de las Reglas, en particular en lo referente a la contratación,
capacitación a intercambio de personal de la justicia de menores de
todas las categorías;
11. Insta a todos los órganos competentes del sistema de las Naciones
Unidas, en particular al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia,
Reglas de las Naciones Unidas
DNI / 105
las comisiones regionales y los organismos especializados, los institutos
de las Naciones Unidas para la prevención del delito y el tratamiento
del delincuente y a todas las organizaciones intergubernamentales y no
gubernamentales interesadas a que colaboren con el Secretario General
y adopten las medidas necesarias para garantizar una acción concertada
y sostenida dentro de sus respectivos ámbitos de competencia técnica
a fin de promover la aplicación de las Reglas;
12. Invita a la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección
a las Minorías de la Comisión de Derechos Humanos a que examine este
nuevo instrumento internacional, con miras a promover la aplicación de
sus disposiciones;
13. Pide al Noveno Congreso que examine los progresos realizados en
la promoción y aplicación de las Reglas y de las recomendaciones
contenidas en la presente resolución, en relación con un tema separado
del programa relativo a la justicia de menores.
68ª. Sesión plenaria
14 de diciembre de 1990
I. Perspectivas fundamentales
106 / DNI
1.
El sistema de justicia de menores deberá respetar los derechos y la seguridad
de los menores y fomentar su bienestar físico y mental. El encarcelamiento
deberá usarse como último recurso.
2.
Sólo se podrá privar de libertad a los menores de conformidad con los
principios y procedimientos establecidos en las presentes Reglas, así como
en las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de
la justicia de menores (Reglas de Beijing). La privación de libertad de un
menor deberá decidirse como último recurso y por el período mínimo
necesario y limitarse a casos excepcionales. La duración de la sanción debe
ser determinada por la autoridad judicial sin excluir la posibilidad de que el
menor sea puesto en libertad antes de ese tiempo.
3.
El objeto de las presentes Reglas es establecer normas mínimas aceptadas
por las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de
libertad en todas sus formas, compatibles con los derechos humanos y las
libertades fundamentales, con miras a contrarrestar los efectos perjudiciales
de todo tipo de detención y fomentar la integración en la sociedad.
4.
Las Reglas deberán aplicarse imparcialmente a todos los menores, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, edad, idioma,
religión, nacionalidad, opinión política o de otra índole, prácticas o creencias
culturales, patrimonio, nacimiento, situación de familia, origen étnico o
social o incapacidad. Se deberán respetar las creencias religiosas y culturales,
así como las prácticas y preceptos morales de los menores.
5.
Las Reglas están concebidas para servir de patrones prácticos de referencia
y para brindar alicientes y orientación a los profesionales que participen en
la administración del sistema de justicia de menores.
6.
Las Reglas deberán ponerse a disposición del personal de justicia de menores
en sus idiomas nacionales. Los menores que no conozcan suficientemente
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
el idioma hablado por el personal del establecimiento de detención tendrán
derecho a los servicios gratuitos de un intérprete siempre que sea necesario,
en particular durante los reconocimientos médicos y las actuaciones
disciplinarias.
7.
Cuando corresponda, los Estados deberán incorporar las presentes Reglas a
su legislación o modificarla en consecuencia y establecer recursos eficaces
en caso de inobservancia, incluida la indemnización en los casos en que
se causen perjuicios a los menores. Los Estados deberán además vigilar la
aplicación de las Reglas.
8.
Las autoridades competentes procurarán sensibilizar constantemente al público
sobre el hecho de que el cuidado de los menores detenidos y su preparación
para su reintegración en la sociedad constituyen un servicio social de gran
importancia y, a tal efecto, se deberá adoptar medidas eficaces para fomentar
los contactos abiertos entre los menores y la comunidad local.
9.
Ninguna de las disposiciones contenidas en las presentes Reglas deberá
interpretarse de manera que excluya la aplicación de los instrumentos
y normas pertinentes de las Naciones Unidas ni de los referentes a los
derechos humanos, reconocidos por la comunidad internacional, que velen
mejor por los derechos; la atención y la protección de los menores, de los
niños y de todos los jóvenes.
10.
En el caso de que la aplicación práctica de las reglas específicas contenidas
en las secciones II a V, inclusive, sea incompatible con las reglas que figuran
en la presente sección estas últimas prevalecerán sobre las primeras.
II. Alcance y aplicación de las Reglas
11.
A los efectos de las presentes Reglas, deben aplicarse las definiciones
siguientes:
a) Se entiende por menor toda persona de menos de 18 años de edad. La
edad límite por debajo de la cual no se permitirá privar a un niño de su
libertad debe fijarse por ley;
b) Por privación de libertad se entiende toda forma de detención o
encarcelamiento, así como el internamiento en un establecimiento
público o privado del que no se permita salir al menor por su propia
voluntad, por orden de cualquier autoridad judicial, administrativa u
otra autoridad pública.
12.
La privación de la libertad deberá efectuarse en condiciones y circunstancias
que garanticen el respeto de los derechos humanos de los menores. Deberá
garantizarse a los menores recluidos en centros el derecho a disfrutar de
actividades y programas útiles que sirvan para fomentar y asegurar su
sano desarrollo y su dignidad, promover su sentido de responsabilidad
e infundirles actitudes y conocimientos que les ayuden a desarrollar sus
posibilidades como miembros de la sociedad.
13.
No se deberá negar a los menores privados de libertad, por razón de su
condición, los derechos civiles, económicos, políticos, sociales o culturales
que les correspondan de conformidad con la legislación nacional o
el derecho internacional y que sean compatibles con la privación de la
libertad.
Reglas de las Naciones Unidas
DNI / 107
14.
La protección de los derechos individuales de los menores por lo que
respecta especialmente a la legalidad de la ejecución de las medidas de
detención será garantizada por la autoridad competente, mientras que los
objetivos de integración social deberán garantizarse mediante inspecciones
regulares y otras formas de control llevadas a cabo, de conformidad con
las normas internacionales, la legislación y los reglamentos nacionales, por
un órgano debidamente constituido que esté autorizado para visitar a los
menores y que no pertenezca a la administración del centro de detención.
15.
Las presentes Reglas se aplican a todos los centros y establecimientos de
detención de cualquier clase o tipo en donde haya menores privados de
libertad. Las partes I, II, IV y V de las Reglas se aplican a todos los centros
y establecimientos de internamiento en donde haya menores detenidos, en
tanto que la parte III se aplica a menores bajo arresto o en espera de juicio.
16.
Las Reglas serán aplicadas en el contexto de las condiciones económicas,
sociales y culturales imperantes en cada Estado Miembro.
III. Menores detenidos o en prisión preventiva
17.
Se presume que los menores detenidos bajo arresto o en espera de juicio
son inocentes y deberán ser tratados como tales. En la medida de lo posible,
deberá evitarse y limitarse a circunstancias excepcionales la detención antes
del juicio. En consecuencia, deberá hacerse todo lo posible por aplicar
medidas sustitutorias. Cuando, a pesar de ello, se recurra a la detención
preventiva, los tribunales de menores y los órganos de investigación deberán
atribuir máxima prioridad a la más rápida tramitación posible de esos casos
a fin de que la detención sea lo más breve posible. Los menores detenidos
en espera de juicio deberán estar separados de los declarados culpables.
18.
Las condiciones de detención de un menor que no haya sido juzgado
deberán ajustarse a las reglas siguientes, y a otras disposiciones concretas
que resulten necesarias y apropiadas, dadas las exigencias de la presunción de
inocencia, la duración de la detención y la condición jurídica y circunstancias
de los menores. Entre esas disposiciones figurarán las siguientes, sin que
esta enumeración tenga carácter taxativo:
a) Los menores tendrán derecho al asesoramiento jurídico y podrán
solicitar asistencia jurídica gratuita, cuando ésta exista, y comunicarse
regularmente con sus asesores jurídicos. Deberá respetarse el carácter
privado y confidencial de esas comunicaciones;
b) Cuando sea posible, deberá darse a los menores la oportunidad de efectuar
un trabajo remunerado y de proseguir sus estudios o capacitación, pero
no serán obligados a hacerlo. En ningún caso se mantendrá la detención
por razones de trabajo, de estudios o de capacitación;
c) Los menores estarán autorizados a recibir y conservar material de
entretenimiento y recreo que sea compatible con los intereses de la
administración de justicia.
108 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
IV. La administración de los centros de menores
A.
Antecedentes
19.
Todos los informes, incluidos los registros jurídicos y médicos, las actas
de las actuaciones disciplinarias, así como todos los demás documentos
relacionados con la forma, el contenido y los datos del tratamiento
deberán formar un expediente personal y confidencial, que deberá ser
actualizado, accesible sólo a personas autorizadas y clasificado de forma
que resulte fácilmente comprensible. Siempre que sea posible, todo menor
tendrá derecho a impugnar cualquier hecho u opinión que figure en su
expediente, de manera que se puedan rectificar las afirmaciones inexactas,
infundadas o injustas. Para el ejercicio de este derecho será necesario
establecer procedimientos que permitan a un tercero apropiado tener
acceso al expediente y consultarlo, si así lo solicita. Al quedar en libertad un
menor su expediente será cerrado y, en su debido momento, destruido.
20. Ningún menor deberá ser admitido en un centro de detención sin una
orden válida de una autoridad judicial o administrativa u otra autoridad
pública. Los detalles de esta orden deberán consignarse inmediatamente en
el registro. Ningún menor será detenido en ningún centro en el que no
exista ese registro.
B. Ingreso, registro, desplazamiento y traslado
21.
En todos los lugares donde haya menores detenidos, deberá llevarse un
registro completo y fiable de la siguiente información relativa a cada uno
de los menores admitidos:
a) Datos relativos a la identidad del menor;
b) Las circunstancias del internamiento, así como sus motivos y la autoridad
con que se ordenó;
c) El día y hora del ingreso, el traslado y la liberación;
d) Detalles de la notificación de cada ingreso, traslado o liberación del
menor a los padres o tutores a cuyo cargo estuviese en el momento de
ser internado;
e) Detalles acerca de los problemas de salud física y mental conocidos,
incluido el uso indebido de drogas y de alcohol.
22. La información relativa al ingreso, lugar de internamiento, traslado y
liberación deberá notificarse sin demora a los padres o tutores o al pariente
más próximo del menor.
23. Lo antes posible después del ingreso, se prepararán y presentarán a la
dirección informes completos y demás información pertinente acerca de la
situación personal y circunstancias de cada menor.
24. En el momento del ingreso, todos los menores deberán recibir copia del
reglamento que rija el centro de detención y una descripción escrita de sus
derechos y obligaciones en un idioma que puedan comprender, junto con
la dirección de las autoridades competentes ante las que puedan formular
quejas, así como de los organismos y organizaciones públicos o privados
que presten asistencia jurídica. Para los menores que sean analfabetos o que
Reglas de las Naciones Unidas
DNI / 109
no puedan comprender el idioma en forma escrita, se deberá comunicar la
información de manera que se pueda comprender perfectamente.
25. Deberá ayudarse a todos los menores a comprender los reglamentos que
rigen la organización interna del centro, los objetivos y metodología del
tratamiento dispensado, las exigencias y procedimientos disciplinarios,
otros métodos autorizados para obtener información y formular quejas
y cualquier otra cuestión que les permita comprender cabalmente sus
derechos y obligaciones durante el internamiento.
26. El transporte de menores deberá efectuarse a costa de la administración, en
vehículos debidamente ventilados e iluminados y en condiciones que no les
impongan de modo alguno sufrimientos físicos o morales. Los menores no
serán trasladados arbitrariamente de un centro a otro.
C. Clasificación y asignación
27. Una vez admitido un menor, será entrevistado lo antes posible y se preparará
un informe sicológico y social en el que consten los datos pertinentes al
tipo y nivel concretos de tratamiento y programa que requiera el menor.
Este informe, junto con el preparado por el funcionario médico que haya
reconocido al menor en el momento del ingreso, deberá presentarse al
director a fin de decidir el lugar más adecuado para la instalación del
menor en el centro y determinar el tipo y nivel necesarios de tratamiento
y de programa que deberán aplicarse. Cuando se requiera tratamiento
rehabilitador especial, y si el tiempo de permanencia en la institución lo
permite, funcionarios calificados de la institución deberán preparar un plan
de tratamiento individual por escrito en que se especifiquen los objetivos
del tratamiento, el plazo y los medios, etapas y fases en que haya que
procurar los objetivos.
28. La detención de los menores sólo se producirá en condiciones que
tengan en cuenta plenamente sus necesidades y situaciones concretas y
los requisitos especiales que exijan su edad, personalidad, sexo y tipo de
delito, así como su salud física y mental, y que garanticen su protección
contra influencias nocivas y situaciones de riesgo. El criterio principal para
separar a los diversos grupos de menores privados de libertad deberá ser
la prestación del tipo de asistencia que mejor se adapte a las necesidades
concretas de los interesados y la protección de su bienestar e integridad
físicos, mentales y morales.
29. En todos los centros de detención, los menores deberán estar separados
de los adultos a menos que pertenezcan a la misma familia. En situaciones
controladas, podrá reunirse a los menores con adultos cuidadosamente
seleccionados en el marco de un programa especial cuya utilidad para los
menores interesados haya sido demostrada.
30. Deben organizarse centros de detención abiertos para menores. Se entiende
por centros de detención abiertos aquellos donde las medidas de seguridad
son escasas o nulas. La población de esos centros de detención deberá ser
lo menos numerosa posible. El número de menores internado en centros
cerrados deberá ser también suficientemente pequeño a fin de que el
tratamiento pueda tener carácter individual. Los centros de detención para
menores deberán estar descentralizados y tener un tamaño que facilite el
acceso de las familias de los menores y sus contactos con ellas. Convendrá
110 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
establecer pequeños centros de detención e integrarlos en el entorno
social, económico y cultural de la comunidad.
D. Medio físico y alojamiento
31.
Los menores privados de libertad tendrán derecho a contar con locales y
servicios que satisfagan todas las exigencias de la higiene y de la dignidad
humana.
32. El diseño de los centros de detención para menores y el medio físico
deberán responder a su finalidad, es decir, la rehabilitación de los menores en
tratamiento de internado, teniéndose debidamente en cuenta la necesidad del
menor de intimidad, de estímulos sensoriales, de posibilidades de asociación
con sus compañeros y de participación en actividades de esparcimiento. El
diseño y la estructura de los centros de detención para menores deberán
ser tales que reduzcan al mínimo el riesgo de incendio y garanticen una
evacuación segura de los locales. Deberá haber un sistema eficaz de alarma
en los casos de incendio, así como procedimientos establecidos y ejercicios
de alerta que garanticen la seguridad de los menores. Los centros de
detención no estarán situados en zonas de riesgos conocidos para la salud
o donde existan otros peligros.
33. Los locales para dormir deberán consistir normalmente en dormitorios
para pequeños grupos o en dormitorios individuales, teniendo presentes
las normas del lugar. Por la noche, todas las zonas destinadas a dormitorios
colectivos, deberán ser objeto de una vigilancia regular y discreta para
asegurar la protección de todos los menores. Cada menor dispondrá,
según los usos locales o nacionales, de ropa de cama individual suficiente,
que deberá entregarse limpia, mantenerse en buen estado y mudarse con
regularidad por razones de aseo.
34. Las instalaciones sanitarias deberán ser de un nivel adecuado y estar
situadas de modo que el menor pueda satisfacer sus necesidades físicas en
la intimidad y en forma aseada y decente.
35. La posesión de efectos personales es un elemento fundamental del derecho
a la intimidad y es indispensable para el bienestar sicológico del menor.
Deberá reconocerse y respetarse plenamente el derecho de todo menor a
poseer efectos personales y a disponer de lugares seguros para guardarlos.
Los efectos personales del menor que éste decida no conservar o que le
sean confiscados deberán depositarse en lugar seguro. Se hará un inventario
de dichos efectos que el menor firmará y se tomarán las medidas necesarias
para que se conserven en buen estado. Todos estos artículos, así como el
dinero, deberán restituirse al menor al ponerlo en libertad, salvo el dinero
que se le haya autorizado a gastar o los objetos que haya remitido al
exterior. Si el menor recibe medicamentos o se descubre que los posee, el
médico deberá decidir el uso que deberá hacerse de ellos.
36. En la medida de lo posible, los menores tendrán derecho a usar sus propias
prendas de vestir. Los centros de detención velarán porque todos los
menores dispongan de prendas personales apropiadas al clima y suficientes
para mantenerlos en buena salud. Dichas prendas no deberán ser en modo
alguno degradantes ni humillantes. Los menores que salgan del centro o
a quienes se autorice a abandonarlo con cualquier fin podrán vestir sus
propias prendas.
Reglas de las Naciones Unidas
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37. Todos los centros de detención deben garantizar que todo menor
disponga de una alimentación adecuadamente preparada y servida a las
horas acostumbradas, en calidad y cantidad que satisfagan las normas de
la dietética, la higiene y la salud y, en la medida de lo posible, las exigencias
religiosas y culturales. Todo menor deberá disponer en todo momento de
agua limpia y potable.
E. Educación, formación profesional y trabajo
38. Todo menor en edad de escolaridad obligatoria tendrá derecho a recibir
una enseñanza adaptada a sus necesidades y capacidades y destinada a
prepararlo para su reinserción en la sociedad. Siempre que sea posible, esta
enseñanza deberá impartirse fuera del establecimiento, en escuelas de la
comunidad, y en todo caso, a cargo de maestros competentes, mediante
programas integrados en el sistema de instrucción pública, a fin de que,
cuando sean puestos en libertad, los menores puedan continuar sus estudios
sin dificultad. La administración de los establecimientos deberá prestar
especial atención a la enseñanza de los menores de origen extranjero o
con necesidades culturales o étnicas particulares. Los menores analfabetos
o que presenten problemas cognitivos o de aprendizaje tendrán derecho a
enseñanza especial.
39. Deberá autorizarse y alentarse a los menores que hayan superado la edad de
escolaridad obligatoria y que deseen continuar sus estudios a que lo hagan,
y deberá hacerse todo lo posible por que tengan acceso a programas de
enseñanza adecuados.
40. Los diplomas o certificados de estudios otorgados a los menores durante
su detención no deberán indicar en ningún caso que los menores han
estado recluidos.
41.
Todo centro de detención deberá facilitar el acceso de los menores a una
biblioteca bien provista de libros y periódicos instructivos y recreativos que
sean adecuados; se deberá estimular y permitir que utilicen al máximo los
servicios de la biblioteca.
42. Todo menor tendrá derecho a recibir formación para ejercer una profesión
que lo prepare para un futuro empleo.
43. Teniendo debidamente en cuenta una selección profesional racional y las
exigencias de la administración del establecimiento, los menores deberán
poder optar por la clase de trabajo que deseen realizar.
44. Deberán aplicarse a los menores privados de libertad todas las normas
nacionales e internacionales de protección que se aplican al trabajo de los
niños y a los trabajadores jóvenes.
45. Siempre que sea posible, deberá darse a los menores la oportunidad de
realizar un trabajo remunerado, de ser posible en el ámbito de la comunidad
local, que complemente la formación profesional impartida a fin de
aumentar la posibilidad de que encuentren un empleo conveniente cuando
se reintegren a sus comunidades. El tipo de trabajo deberá ser tal que
proporcione una formación adecuada y útil para los menores después de su
liberación. La organización y los métodos de trabajo que haya en los centros
de detención deberán asemejarse lo más posible a los de trabajos similares
en la comunidad, a fin de preparar a los menores para las condiciones
laborales normales.
112 / DNI
Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
46. Todo menor que efectúe un trabajo tendrá derecho a una remuneración
justa. El interés de los menores y de su formación profesional no deberá
subordinarse al propósito de obtener beneficios para el centro de
detención o para un tercero. Una parte de la remuneración del menor
debería reservarse de ordinario para constituir un fondo de ahorro que le
será entregado cuando quede en libertad. El menor debería tener derecho a
utilizar el remanente de esa remuneración para adquirir objetos destinados
a su uso personal, indemnizar a la víctima perjudicada por su delito, o
enviarlo a su propia familia o a otras personas fuera del centro.
F. Actividades recreativas
47. Todo menor deberá disponer diariamente del tiempo suficiente para
practicar ejercicios físicos al aire libre si el clima lo permite, durante el cual
se proporcionará normalmente una educación recreativa y física adecuada.
Para estas actividades, se pondrán a su disposición terreno suficiente y
las instalaciones y el equipo necesarios. Todo menor deberá disponer
diariamente de tiempo adicional para actividades de esparcimiento, parte
de las cuales deberán dedicarse, si el menor así lo desea, a desarrollar
aptitudes en artes y oficios. El centro de detención deberá velar porque
cada menor esté físicamente en condiciones de participar en los programas
de educación física disponibles. Deberá ofrecerse educación física correctiva
y terapéutica, bajo supervisión médica, a los menores que la necesiten.
G. Religión
48. Deberá autorizarse a todo menor a cumplir sus obligaciones religiosas
y satisfacer sus necesidades espirituales, permitiéndose participar en los
servicios o reuniones organizados en el establecimiento o celebrar sus
propios servicios y tener en su poder libros u objetos de culto y de
instrucción religiosa de su confesión. Si en un centro de detención hay
un número suficiente de menores que profesan una determinada religión,
deberá nombrase o admitirse a uno o más representantes autorizados de
ese culto que estarán autorizados para organizar periódicamente servicios
religiosos y efectuar visitas pastorales particulares a los menores de su
religión, previa solicitud de ellos. Todo menor tendrá derecho a recibir
visitas de un representante calificado de cualquier religión de su elección,
a no participar en servicios religiosos y rehusar libremente la enseñanza, el
asesoramiento o el adoctrinamiento religioso.
H. Atención médica
49. Todo menor deberá recibir atención médica adecuada, tanto preventiva
como correctiva, incluida atención odontológica, oftalmológica y de salud
mental, así como los productos farmacéuticos y dietas especiales que hayan
sido recetados por un médico. Normalmente, toda esta atención médica
debe prestarse cuando sea posible a los jóvenes reclusos por conducto
de los servicios e instalaciones sanitarios apropiados de la comunidad en
que esté situado el centro de detención, a fin de evitar que se estigmatice
al menor y de promover su dignidad personal y su integración en la
comunidad.
50. Todo menor tendrá derecho a ser examinado por un médico inmediatamente
Reglas de las Naciones Unidas
DNI / 113
después de su ingreso en un centro de menores, con objeto de hacer
constar cualquier prueba de malos tratos anteriores y verificar cualquier
estado físico o mental que requiera atención médica.
51.
Los servicios médicos a disposición de los menores deberán tratar de
detectar y tratar toda enfermedad física o mental, todo uso indebido
de sustancias químicas y cualquier otro estado que pudiera constituir
un obstáculo para la integración del joven en la sociedad. Todo centro
de detención de menores deberá tener acceso inmediato a instalaciones
y equipo médicos adecuados que guarden relación con el número y las
necesidades de sus residentes, así como personal capacitado en atención
sanitaria preventiva y en tratamiento de urgencias médicas. Todo menor que
esté enfermo, se queje de enfermedad o presente síntomas de dificultades
físicas o mentales deberá ser examinado rápidamente por un funcionario
médico.
52. Todo funcionario médico que tenga razones para estimar que la salud física
o mental de un menor ha sido afectada, o pueda serlo, por el internamiento
prolongado, una huelga de hambre o cualquier circunstancia del internamiento,
deberá comunicar inmediatamente este hecho al director del establecimiento
y a la autoridad independiente responsable del bienestar del menor.
53. Todo menor que sufra una enfermedad mental deberá recibir tratamiento
en una institución especializada bajo supervisión médica independiente.
Se adoptarán medidas, de acuerdo con los organismos competentes, para
que pueda continuar cualquier tratamiento de salud mental que requiera
después de la liberación.
54. Los centros de detención de menores deberán organizar programas de
prevención del uso indebido de drogas y de rehabilitación administrados
por personal calificado. Estos programas deberán adaptarse a la edad, al
sexo y otras circunstancias de los menores interesados, y deberán ofrecerse
servicios de desintoxicación dotados de personal calificado a los menores
toxicómanos o alcohólicos.
55. Sólo se administrará medicamentos para un tratamiento necesario o por
razones médicas y, cuando se pueda, después de obtener el consentimiento
del menor debidamente informado. En particular, no se deben administrar
para obtener información o confesión, ni como sanción o medio de reprimir
al menor. Los menores nunca servirán como objeto para experimentar el
empleo de fármacos o tratamientos. La administración de cualquier fármaco
deberá ser siempre autorizada y efectuada por personal médico calificado.
I. Notificación de enfermedad, accidente y defunción
56. La familia o el tutor de un menor, o cualquier otra persona designada por
dicho menor, tienen el derecho de ser informados, si así lo solicitan, del
estado de salud del menor y en el caso de que se produzca un cambio
importante en él. El director del centro de detención deberá notificar
inmediatamente a la familia o al tutor del menor, o a cualquier otra persona
designada por él, en caso de fallecimiento, enfermedad que requiera el
traslado del menor a un centro médico fuera del centro, o un estado que
exija un tratamiento de más de 48 horas en el servicio clínico del centro
de detención. También se deberá notificar a las autoridades consulares del
Estado de que sea ciudadano el menor extranjero.
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Compendio de instrumentos nacionales e internacionales
57. En caso de fallecimiento de un menor durante el período de privación de
libertad, el pariente más próximo tendrá derecho a examinar el certificado de
defunción, a pedir que le muestren el cadáver y disponer su último destino
en la forma que decida. En caso de fallecimiento de un menor durante su
internamiento, deberá practicarse una investigación independiente sobre las
causas de la defunción, cuyas conclusiones deberán quedar a disposición
del pariente más próximo. Dicha investigación deberá practicarse cuando el
fallecimiento del menor se produzca dentro de los seis meses siguientes a la
fecha de su liberación del centro de detención y cuando haya motivos para
creer que el fallecimiento guarda relación con el período de reclusión.
58. Deberá informarse al menor inmediatamente del fallecimiento, o de
la enfermedad o el accidente graves de un familiar inmediato y darle la
oportunidad de asistir al funeral del fallecido o, en caso de enfermedad
grave de un pariente, a visitarle en su lecho de enfermo.
J. Contactos con la comunidad en general
59. Se deberán utilizar todos los medios posibles para que los menores
tengan una comunicación adecuada con el mundo exterior, pues ella es
parte integrante del derecho a un tratamiento justo y humanitario y es
indispensable para preparar la reinserción de los menores en la sociedad.
Deberá autorizarse a los menores a comunicarse con sus familiares, sus
amigos y otras personas o representantes de organizaciones prestigiosas
del exterior, a salir de los centros de detención para visitar su hogar y su
familia, y se darán permisos especiales para salir del establecimiento por
motivos educativos, profesionales u otras razones de importancia. En caso
de que el menor esté cumpliendo una condena, el tiempo transcurrido
fuera de un establecimiento deberá computarse como parte del período de
cumplimiento de la sentencia.
60. Todo menor tendrá derecho a recibir visitas regulares y frecuentes,
en principio una vez por semana y por lo menos una vez al mes, en
condiciones que respeten la necesidad de intimidad del menor, el contacto y
la comunicación sin restricciones con la familia y con el abogado defensor.
61.
Todo menor tendrá derecho a comunicarse por escrito o por teléfono, al
menos dos veces por semana, con la persona de su elección, salvo que se
le haya prohibido legalmente hacer uso de este derecho, y deberá recibir la
asistencia necesaria para que pueda ejercer eficazmente ese derecho. Todo
menor tendrá derecho a recibir correspondencia.
62. Los menores deberán tener la oportunidad de informarse periódicamente de
los acontecimientos por la lectura de diarios, revistas u otras publicaciones,
mediante el acceso a programas de radio y televisión y al cine, así como a
través de visitas de los representantes de cualquier club u organización de
carácter lícito en que el menor esté interesado.
K. Limitaciones de la coerción física y del uso de la fuerza
63. Deberá prohibirse el recurso a instrumentos de coerción y a la fuerza con
cualquier fin, salvo en los casos establecidos en el artículo 64 infra.
64. Sólo podrá hacerse uso de la fuerza o de instrumentos de coerción en
Reglas de las Naciones Unidas
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casos excepcionales, cuando se hayan agotado y hayan fracasado todos
los demás medios de control y sólo de la forma expresamente autorizada
y descrita por una ley o un reglamento. Esos instrumentos no deberán
causar humillación ni degradación y deberán emplearse de forma restrictiva
y sólo por el lapso estrictamente necesario. Por orden del director de la
administración, podrán utilizarse esos instrumentos para impedir que el
menor lesione a otros o a sí mismo o cause importantes daños materiales.
En esos casos, el director deberá consultar inmediatamente al personal
médico y otro personal competente e informar a la autoridad administrativa
superior.
65. En todo centro donde haya menores detenidos deberá prohibirse al
personal portar y utilizar armas.
L. Procedimientos disciplinarios
66. Todas las medidas y procedimientos disciplinarios deberán contribuir a
la seguridad y a una vida comunitaria ordenada y ser compatibles con el
respeto de la dignidad inherente del menor y con el objetivo fundamental
del tratamiento institucional, a saber, infundir un sentimiento de justicia
y de respeto por uno mismo y por los derechos fundamentales de toda
persona.
67. Estarán estrictamente prohibidas todas las medidas disciplinarias que
constituyan un trato cruel, inhumano o degradante, incluidos los castigos
corporales, la reclusión en celda oscura y las penas de aislamiento o de
celda solitaria, así como cualquier otra sanción que pueda poner en peligro
la salud física o mental del menor. Estarán prohibidas, cualquiera que sea
su finalidad, la reducción de alimentos y la restricción o denegación de
contacto con familiares. El trabajo será considerado siempre un instrumento
de educación y un medio de promover el respeto del menor por sí mismo,
como preparación para su reinserción en la comunidad, y nunca deberá
imponerse a título de sanción disciplinaria. No deberá sancionarse a ningún
menor más de una vez por la misma infracción disciplinaria. Deberán
prohibirse las sanciones colectivas.
68. Las leyes o reglamentos aprobados por la autoridad administrativa
competente deberán establecer normas relativas a los siguientes elementos,
teniendo plenamente en cuenta las características, necesidades y derechos
fundamentales del menor:
a) La conducta que constituye una infracción a la disciplina;
b) El carácter y la duración de las sanciones disciplinarias que se pueden
aplicar;
c) La autoridad competente para imponer esas sanciones;
d) La autoridad competente en grado de apelación.
69. Los informes de mala conducta serán presentados de inmediato a la autoridad
competente, la cual deberá decidir al respecto sin demoras injustificadas. La
autoridad competente deberá examinar el caso con detenimiento.
70. Ningún menor estará sujeto a sanciones disciplinarias que no se ajusten
estrictamente a lo dispuesto en las leyes o los reglamentos en vigor. No
deberá sancionarse a ningún menor a menos que haya sido informado
debidamente de la infracción que le es imputada, en forma que el menor
comprenda cabalmente, y que se le haya dado la oportunidad de presentar su
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defensa, incluido el derecho de apelar a una autoridad imparcial competente.
Deberá levantarse un acta completa de todas las actuaciones disciplinarias.
71.
Ningún menor deberá tener a su cargo funciones disciplinarias, salvo en
lo referente a la supervisión de ciertas actividades sociales, educativas o
deportivas o programas de autogestión.
M. Inspección y reclamaciones
72. Los inspectores calificados o una autoridad debidamente constituida de nivel
equivalente que no pertenezca a la administración del centro deberán estar
facultados para efectuar visitas periódicas, y a hacerlas sin previo aviso, por
iniciativa propia, y para gozar de plenas garantías de independencia en el
ejercicio de esta función. Los inspectores deberán tener acceso sin restricciones
a todas las personas empleadas o que trabajen en los establecimientos o
instalaciones donde haya o pueda haber menores privados de libertad, a
todos los menores y a toda la documentación de los establecimientos.
73. En las inspecciones deberán participar funcionarios médicos especializados
adscritos a la entidad inspectora o al servicio de salud pública, quienes
evaluarán el cumplimiento de las reglas relativas al ambiente físico, la
higiene, el alojamiento, la comida, el ejercicio y los servicios médicos, así
como cualesquiera otros aspectos o condiciones de la vida del centro que
afecten a la salud física y mental de los menores. Todos los menores tendrán
derecho a hablar confidencialmente con los inspectores.
74. Terminada la inspección, el inspector deberá presentar un informe sobre
sus conclusiones. Este informe incluirá una evaluación de la forma en que
el centro de detención observa las presentes Reglas y las disposiciones
pertinentes de la legislación nacional, así como recomendaciones acerca de
las medidas que se consideren necesarias para garantizar su observancia.
Todo hecho descubierto por un inspector que parezca indicar que se ha
producido una violación de las disposiciones legales relativas a los derechos
de los menores o al funcionamiento del centro de detención para menores
deberá comunicarse a las autoridades competentes para que lo investigue y
exija las responsabilidades correspondientes.
75. Todo menor deberá tener la oportunidad de presentar en todo momento
peticiones o quejas al director del establecimiento o a su representante
autorizado.
76. Todo menor tendrá derecho a dirigir, por la vía prescrita y sin censura
en cuanto al fondo, una petición o queja a la administración central de
los establecimientos para menores, a la autoridad judicial o cualquier otra
autoridad competente, y a ser informado sin demora de la respuesta.
77. Debería procurarse la creación de un cargo independiente de mediador,
facultado para recibir e investigar las quejas formuladas por los menores
privados de libertad y ayudar a la consecución de soluciones equitativas.
78. A los efectos de formular una queja, todo menor tendrá derecho a solicitar
asistencia a miembros de su familia, asesores jurídicos, grupos humanitarios
u otros cuando sea posible. Se prestará asistencia a los menores analfabetos
cuando necesiten recurrir a los servicios de organismos u organizaciones
públicos o privados que brindan asesoramiento jurídico o que son
competentes para recibir reclamaciones.
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N. Reintegración en la comunidad
79. Todos los menores deberán beneficiarse de medidas concebidas para
ayudarles a reintegrarse en la sociedad, la vida familiar y la educación o el
trabajo después de ser puestos en libertad. A tal fin se deberán establecer
procedimientos, inclusive la libertad anticipada, y cursos especiales.
80. Las autoridades competentes deberán crear o recurrir a servicios que
ayuden a los menores a reintegrarse en la sociedad y contribuyan a atenuar
los prejuicios que existen contra esos menores. Estos servicios, en la
medida de lo posible, deberán proporcionar al menor alojamiento, trabajo
y vestidos convenientes, así como los medios necesarios para que pueda
mantenerse después de su liberación para facilitar su feliz reintegración.
Los representantes de organismos que prestan estos servicios deberán ser
consultados y tener acceso a los menores durante su internamiento con
miras a la asistencia que les presten para su reinserción en la comunidad.
V. Personal
81.
El personal deberá ser competente y contar con un número suficiente
de especialistas, como educadores, instructores profesionales, asesores,
asistentes sociales, siquiatras y sicólogos. Normalmente, esos funcionarios
y otros especialistas deberán formar parte del personal permanente, pero
ello no excluirá los auxiliares a tiempo parcial o voluntarios cuando resulte
apropiado y beneficioso por el nivel de apoyo y formación que puedan
prestar. Los centros de detención deberán aprovechar todas las posibilidades
y modalidades de asistencia correctivas, educativas, morales, espirituales y
de otra índole disponibles en la comunidad y que sean idóneas, en función
de las necesidades y los problemas particulares de los menores recluidos.
82. La administración deberá seleccionar y contratar cuidadosamente al
personal de todas las clases y categorías, por cuanto la buena marcha de
los centros de detención depende de su integridad, actitud humanitaria,
capacidad y competencia profesional para tratar con menores, así como de
sus dotes personales para el trabajo.
83. Para alcanzar estos objetivos, deberán designarse funcionarios profesionales
con una remuneración suficiente para atraer y retener a hombres y mujeres
capaces. Deberá darse en todo momento estímulos a los funcionarios de
los centros de detención de menores para que desempeñen sus funciones
y obligaciones profesionales en forma humanitaria, dedicada, profesional,
justa y eficaz, se comporten en todo momento de manera tal que merezca
y obtenga el respeto de los menores y brinden a éstos un modelo y una
perspectiva positivos.
84. La administración deberá adoptar formas de organización y gestión que
faciliten la comunicación entre las diferentes categorías del personal
de cada centro de detención para intensificar la cooperación entre los
diversos servicios dedicados a la atención de los menores, así como entre
el personal y la administración, con miras a conseguir que el personal que
está en contacto directo con los menores pueda actuar en condiciones que
favorezcan el desempeño eficaz de sus tareas.
85. El personal deberá recibir una formación que le permita desempeñar
eficazmente sus funciones, en particular la capacitación en sicología infantil,
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protección de la infancia y criterios y normas internacionales de derechos
humanos y derechos del niño, incluidas las presentes Reglas. El personal
deberá mantener y perfeccionar sus conocimientos y capacidad profesional
asistiendo a cursos de formación en el servicio que se organizarán a
intervalos apropiados durante toda su carrera.
86. El director del centro deberá estar debidamente calificado para su función
por su capacidad administrativa, una formación adecuada y su experiencia
en la materia y deberá dedicar todo su tiempo a su función oficial.
87. En el desempeño de sus funciones, el personal de los centros de
detención deberá respetar y proteger la dignidad y los derechos humanos
fundamentales de todos los menores y, en especial:
a) Ningún funcionario del centro de detención o de la institución podrá
infligir, instigar o tolerar acto alguno de tortura ni forma alguna de
trato, castigo o medida correctiva o disciplinaria severo, cruel, inhumano
o degradante bajo ningún pretexto o circunstancia de cualquier tipo;
b) Todo el personal deberá impedir y combatir severamente todo acto de
corrupción, comunicándolo sin demora a las autoridades competentes;
c) Todo el personal deberá respetar las presentes Reglas. Cuando tenga
motivos para estimar que estas Reglas han sido gravemente violadas o
puedan serlo, deberá comunicarlo a sus autoridades superiores u órganos
competentes facultados para supervisar o remediar la situación;
d) Todo el personal deberá velar por la cabal protección de la salud física
y mental de los menores, incluida la protección contra la explotación
y el maltrato físico, sexual y emocional, y deberá adoptar con urgencia
medidas para que reciban atención médica siempre que sea necesario;
e) Todo el personal deberá respetar el derecho de los menores a la intimidad
y, en particular, deberá respetar todas las cuestiones confidenciales
relativas a los menores o sus familias que lleguen a conocer en el
ejercicio de su actividad profesional;
f) Todo el personal deberá tratar de reducir al mínimo las diferencias entre
la vida dentro y fuera del centro de detención que tiendan a disminuir
el respeto debido a la dignidad de los menores como seres humanos.
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