DIA INTERNACIONAL DE LAS TRABAJADORAS Y TRABAJADORES DE FLORES Febrero 14 de 2011 Flores que se exportan…vidas que se marchitan Para las trabajadoras y trabajadores de la floricultura estas fechas son especiales por muchas razones. Es la temporada de San Valentín, periodo en el que se prepara la enorme producción que se vende en el exterior en el día de los enamorados, que comenzó hacia los primeros días del mes de diciembre y que culmina hacia finales de febrero. Para ellos y ellas, éste es un tiempo de “afanes”, de dormir muy poco, de distanciarse de los hijos, de darle la guerra al cansancio. También es el tiempo de prepararse para la celebración del Día Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores de las Flores, fecha en que se reconoce su valiosa labor, en la que se habla sobre los importantes que son para Colombia y también sobre sus condiciones de trabajo y el ejercicio de sus derechos. Para muchos habitantes de la Sabana de Bogotá este lapso de tiempo implica la oportunidad de trabajar para completar el dinero de las listas escolares de sus hijos, para pagar las deudas que trae el año nuevo o para completar la matrícula de la universidad; para quienes tienen cierta estabilidad en el sector, implica la posibilidad de ganar un dinero adicional por el trabajo extra. Sin duda, para unos y otros es un periodo en que las altas exigencias de rendimiento y las largas jornadas generan mucho estrés y en el que se incrementan factores psicosociales intralaborales y extralaborales, que afectan su salud física y emocional. Esta es una de las conclusiones de la investigación “Subjetividad y Factores psicosociales intralaborales, extralaborales e individuales en trabajadoras y trabajadores florícolas de la Sabana de Bogotá”, realizada por la Corporación Cactus durante el segundo semestre de 2010, como parte del Convenio con el Instituto Salud y Trabajo de Perú. “Entonces uno a veces ve la persona que incluso, … de manera voluntaria no se toma los treinta minutos sino que almuerza en diez y de una vez se va a trabajar; justamente por querer rendir o por cumplir una meta u otra, y el temor obviamente de perdere l empleo.” Tal fue la expresión de una de las personas entrevistadas dentro del estudio que en sus resultados evidencia que en el sector, por seguir las lógicas del modelo agroexportador, los seres humanos no están al centro del proceso productivo; al contrario, los trabajadores y trabajadoras resultan útiles en la medida que son instrumentos para la materialización de las estrategias necesarias en función de la satisfacción de las demandas del mercado externo. Mientras la salud sea vista como un recurso frente a la que hay que cumplir algunos requisitos para no tener problemas legales y su afectación como problemas a evitar más que una prioridad y una apuesta que se debe abordar desde una perspectiva integral, se seguirán generado impactos irreversibles para la salud física y emocional de miles de personas que trabajan en la agroindustria de las flores. En el estudio mencionado se encontraron factores psicosociales de alto riesgo para la salud física y emocional en el mundo del trabajo, tales como excesivo control sobre los tiempos de trabajo por parte de jefes y supervisores, un pobre sentido del trabajo, excesivas exigencias psicológicas cuantitativas, bajo sentimiento de grupo, inseguridad en el trabajo, exigencias psicológicas de esconder emociones, baja calidad del refuerzo y del apoyo social. El contexto de desempleo, el alto costo de vida y la inexistencia en las redes de apoyo desde el gobierno nacional y/o local y desde las comunidades en la Sabana de Bogotá se asocian también a estos factores de riesgo. La investigación también encontró la presencia de factores asociados al género dados por diferencias en la asignación de tareas y cargas laborales, que en el caso de las mujeres implican alta frecuencia de movimientos repetitivos y mayor rapidez tanto en cultivo como en postcosecha. Así mismo la doble presencia de muchas mujeres y de algunos pocos hombres en el mundo productivo (o del trabajo laboral) y en el mundo reproductivo (trabajo doméstico y familiar), trae cargas físicas y emocionales que agudizan los factores de riesgo para la salud. En cuanto a formas de resiliencia colectiva que usan las y los trabajadores para sobreponerse a las dificultades cobra especial importancia la pertenencia a una organización sindical, dado el empoderamiento personal y colectivo que ofrece este tipo de organizaciones, y el respaldo y protección que representa. Se sabe por diversas investigaciones en el campo de los factores psicosociales, que aquellos grupos laborales que pueden asociarse en diferentes expresiones organizativas, poseen mejores condiciones de salud mental, dado que lo organizativo se constituye en un factor protector. En la investigación se encontró que el modelo agroexportador de flores de la sabana de Bogotá, ni estimula, ni posibilita las formas asociativas de los trabajadores, configurándose esto en otro aspecto explicativo del impacto negativo de la condiciones laborales en flores sobre la salud mental de los y las trabajadoras. Trabajadoras y trabajadores que aportaron desde su experiencia a la investigación, invitan a sus pares a fortalecer su capacidad de sobreponerse a las dificultades a través de llamados a la unidad, a la organización sindical, a la participación dentro de las empresas, a la invitación a dueños y jefes en las empresas a que su sentir y su pensar sean tenidos en cuenta. Invitan también a la apropiación del “derecho a hablar” y expresarse, al fortalecimiento del autocuidado físico y emocional, al desarrollo de una actitud positiva y constructiva, en lo personal y lo colectivo, frente a las dificultades. Que en este 14 de Febrero, Día Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores de Flores se escuchen estas voces para que ellos y ellas puedan gozar de SALUD FISICA Y MENTAL, porque son más importantes que miles de flores juntas!!! Bogotá – Colombia, febrero de 2011. Corporación Cactus Cra. 25 No. 51 – 37 oficina 301 Tel. 2555073- 3458340 -3458329 cactus@colnodo,apc.org www.cactus.org.co