Procesos Psicológicos Básicos: creatividad, aprendizaje e Inteligencia. Inteligencia, aprendizaje y creatividad. Hoy en día la inteligencia es un tema que se encuentra en la mesa de muchas discusiones por parte de distintas disciplinas, como la psicología, la medicina, la filosofía, antropología e inclusive la informática. (Gardner, 2001) Hasta ahora se había medido la inteligencia humana con ayuda de tests en los que se ponían a prueba distintas capacidades entre las que destacan: la memoria, el razonamiento verbal, el razonamiento numérico, el reconocimiento de secuenciación lógica, la expresión y resolución de problemas. Pero se ha visto que esto ha sido un error, pues hemos estado tan interesados en medir la inteligencia dedicada a resolver problemas técnicos, que hemos olvidado otras habilidades del ser humano como son la comunicación afectiva o la inteligencia emocional. (Vallejo-Nágera, 1998) Al margen de que estas mediciones resultaron polémicas, comenzaron a sentarse los primeros intentos formales por definir a la inteligencia y evaluarla. Y de hecho estas tecnologías que en un principio buscaron medir la inteligencia, se emplearon en la educación formal desde la primaria hasta niveles superiores de educación, bajo la denominación de exámenes. Sin embargo, aún y cuando un número considerable de especialistas coincida en que una parte de la inteligencia se pueda heredar, no es del todo posible precisar las razones de los diferentes CI entre los grupos de seres humanos. Pero lo que sí esta mejor entendido es la influencia que tienen en los resultados de dichas pruebas, los aplicadores de las mismas, por pertenecer a la clase social que domina a un lugar. No existen pruebas científicas que avalen la existencia de una relación directa entre el CI de las personas y su nivel socioeconómico. Este concepto de inteligencia es un concepto de valor. Tal y como ser alto o bajo, hermoso o feo. Y en este sentido no se tendría mucho que hacer al respecto. (De Bono, 1998) Sin embargo debemos considerar que la inteligencia no es el resultado aislado de un solo tipo de facultad o potencialidad que refleje una simple capacidad humana; sino que implica una red compleja de potencialidades que interactúan entre sí para dar como resultado a un individuo capaz de responder de forma distinta ante situaciones diversas en menor o en mayor medida. (Gardner, 2001) Recientemente la teoría que más se ha impuesto es la de las inteligencias múltiples de Howard Gardner. El autor provee al individuo de un potencial biológico (genético) y otro psicológico (elementos cognitivos) los cuales procesan información que posteriormente es devuelta en forma de respuestas a problemas dentro de un marco cultural determinado. Por tanto, cuando queremos medir la inteligencia de un sujeto, lo debemos hacer basándonos en todas ellas, no sólo en unas cuantas. Esta teoría surge a raíz del conocimiento que el autor adquiere a partir de su trabajo con niños y adultos que presentaban algún tipo de lesión cerebral. Comienza por deducir que las personas poseen una amplia gama de capacidades en las que las personas puedan ser eficientes, pero en otras no necesariamente. Ahora bien, Gardner plantea originalmente la existencia de 7 tipos diferentes de inteligencias, las cuales son mencionadas a continuación: Inteligencia Lingüística: hace mención a la sensibilidad especial hacia el lenguaje hablado y escrito. Considera a esta inteligencia ligada a la capacidad para aprender idiomas y emplear el lenguaje para lograr determinados objetivos. Abogados, oradores, escritores, y poetas. La inteligencia lógico-matemática: supone la capacidad de analizar problemas de una manera lógica, de llevar a cabo operaciones matemáticas y de realizar investigaciones de una manera científica. La Inteligencia musical: supone la capacidad de interpretar, componer y apreciar pautas musicales. La inteligencia corporal-cinestésica: supone la capacidad de emplear partes del propio cuerpo, como la mano o la boca o en su totalidad para resolver problemas o crear productos. Bailarines, actores y los deportistas. Como también los artesanos, los cirujanos, los científicos de laboratorio, los mecánicos. La inteligencia espacial: se refiere a la capacidad de reconocer y manipular pautas en espacios grandes (como lo hacen los navegantes y los pilotos) y en espacios reducidos (como hacen los escultores, los cirujanos, los jugadores de ajedrez, los artistas gráficos o los arquitectos. La inteligencia interpersonal: la cual denota la capacidad de una persona para entender las intenciones, las motivaciones y los deseos ajenos y en consecuencia, su capacidad para trabajar eficazmente con otras personas. Los psicólogos, vendedores, los educadores, los médicos, los líderes religiosos y los políticos. La inteligencia intrapersonal: la capacidad de comprenderse uno mismo, de tener un modelo útil y eficaz de uno mismo y de emplear esa información con eficacia en la regulación de la propia vida. Otra teoría que busca dar explicación a un elemento de la inteligencia es el pensamiento. De Bono en 1983 en A. de Sánchez (1997) distingue dos tipos de pensamiento: lineal y lateral. Al primero lo subdividió en natural, lógico y matemático. Estableció la mutua inclusión entre ambos como elementos distintivos y que en la práctica se complementan: Pensamiento Lineal: 1. El pensamiento natural es espontáneo y primitivo 2. El pensamiento lógico es secuencial y usa un sistema de Sí-No 3. El pensamiento matemático se ejecuta con símbolos y reglas. Pensamiento Lateral: En éste la información disponible se organiza de manera no convencional, generando arreglos que se apartan de los diseños establecidos. Se logra, mediante un proceso deliberado y generador en que la información se combina de diferentes maneras y usa activadores con efecto de penetración, esto es, que abren nuevos caminos o cambian los existentes. Más adelante volveremos con esta teoría, por lo pronto sirva como parte de la explicación de los intentos con los que actualmente contamos para explicar este proceso tan complejo llamado inteligencia. Es necesario señalar a la inteligencia como parte de una base biológica sin la cual todo lo anteriormente mencionado, no tendría sustento empírico sobre el cual descansar. Tal y como lo sugieren Kolb y Whishow (2000) ...”ciertos tipos de inteligencia pueden estar relacionados con diferencias de la estructura celular en regiones localizadas en el cerebro” Aún y cuando no ha quedado plenamente demostrado en qué medida se influye sobre la inteligencia general, si se ha generado evidencia sobre la influencia neuronal en el desarrollo de la inteligencia. Del mismo modo, estos autores hacen mención sobre el aprendizaje y su relación con los procesos neuronales. A partir de la eficiencia de la sinapsis es que se genera la base estructural de la nueva conducta. Por lo que será de gran importancia el conocimiento de la influencia biológica no solo en la adquisición de destrezas y habilidades; sino también en el razonamiento y en la adquisición de conceptos. En este sentido podemos darnos cuenta como el aprendizaje es influenciado por el factor de la inteligencia en tanto que afecta la capacidad de pensamiento del individuo. En este sentido existen diversas teorías del aprendizaje que buscan dar explicación sobre el mismo. Por ejemplo, la teoría del condicionamiento clásico de Pávlov: explica como los estímulos simultáneos llegan a evocar respuestas semejantes, aunque tal respuesta fuera evocada en principio sólo por uno de ellos. La teoría del condicionamiento instrumental u operante de Skinner describe cómo los refuerzos forman y mantienen un comportamiento determinado. Albert Bandura describe las condiciones en que se aprende a imitar modelos. (Furham, 2001) La teoría Psicogenética de Piaget, aborda la forma en que los sujetos construyen el conocimiento teniendo en cuenta el desarrollo cognitivo. Las teorías del aprendizaje tratan de explicar como se constituyen los significados y como se aprenden los nuevos conceptos. Un concepto puede ser definido buscando el sentido y la referencia, ya sea desde arriba, en función de la intención del concepto, del lugar que el objeto ocupa en la red conceptual que el individuo posee; o desde abajo, haciendo alusión a sus atributos. Los conceptos nos sirven para delimitar el aprendizaje, nos sirven para identificar objetos, para ordenar y clasificar la realidad, nos permiten predecir lo que va a ocurrir. (VallejoNágera, 1998) Todos estos aspectos tendrían poca relevancia sino se les utilizara de una manera práctica en la vida real y en aquellas áreas propias de la actividad humana. Lograr resultados, hoy en día es un desafío mayor que ejecutar tareas. Tal es el caso del trabajo, en donde para lograr resultados, el trabajador competente debe movilizar sus conocimientos, habilidades, destrezas, experiencia y comprensión del proceso que realiza. La capacitación y reconocimiento del saber del trabajador tiene un gran valor en la empresa y en la sociedad. Una empresa es competente, cuando tiene trabajadores competentes. En el nuevo escenario laboral, el incremento de conocimientos, además de favorecer mejores resultados en la empresa, facilita el aumento las capacidades con las que cuenta para competir mejor. Por ello, resulta de vital importancia hoy que las empresas que quieren ser más competitivas valoren y reconozcan las competencias con las que cuentan. (Tyson y Jackson, 1997) Por lo tanto, el conocimiento del funcionamiento integral de los procesos denominados inteligencia y aprendizaje deben ir más allá de los simples tets de inteligencia o programas generales de capacitación. Debemos ser capaces de incorporar a los procesos de selección y capacitación de personal, los aportes de la fisiología, neurología y la psicología con el único fin de lograr que la ciencia sirva para mejorar las condiciones de vida de los seres humanos que colaboran en una organización y sin que por ello se este en línea contraria a los intereses empresariales. Al parecer sé continua pensando que los intereses entre las partes de una organización deben ser antagónicos, y quizás esta idea surja del desconocimiento que ambas partes tienen del valor que guardan aspectos tal relevantes como la creatividad. Actividad única en el ser humano y que desafortunadamente en nuestra sociedad occidental no ha sido aceptada, esto quizás debido a lo que De Bono (1988) señala ...” hay una tonta creencia, basada en una defectuosa interpretación de los grandes pensadores griegos, que sostiene que el pensamiento se basa en el diálogo y en la argumentación dialéctica”. Y en este sentido el pensamiento creativo es opuesto a los hábitos naturales de reconocimiento, juicio y crítica. De Bono (1998) también señala que el cerebro está diseñado como una “máquina de reconocimiento”; capaz de establecer pautas, usarlas y condenar todo lo que no encaje en estas pautas. Entendiendo este mismo autor, por pautas como aquellas organizaciones históricamente determinadas de la experiencia. En este sentido, siempre que buscamos alternativas, lo hacemos dentro de un marco de referencia y este debe ser desafiado en ocasiones para descubrir nuevas y mejores formas incorporar respaldos que no sean fijos sino que puedan ser flexibles en sus concepciones y por ende, susceptibles de cambio. Si llevamos esta praxis al ámbito del trabajo, contaremos con trabajadores con mentalidad más independiente, evitar el enajenamiento del trabajo. Que surjan las ideas en ambientes que las propicien. La creatividad requiere que la cultura de las organizaciones impulse expresiones abiertas y decididas sobre el “atrevimiento” del personal a cuestionarse las formas en que se vienen haciendo las cosas en su puesto, trabajo, área y más allá de su área de influencia directa. Las empresas buscan rentabilidad en el negocio y descuidan aspectos que podrían venir acompañados de esa rentabilidad que tanto buscan, pero que no pueden ver. Las empresas dependen de su habilidad para reaccionar con rapidez a las cambiantes demandas de los consumidores finales, bajo estándares de innovación constante. Por lo tanto, su futuro esta centrado en la capacidad que tengan las organizaciones, para adquirir, interpretar y utilizar información. (Goleman, 2000) Dicha información será definida en última instancia por los trabajadores quienes tendrán que aplicar ideas frescas y estar dispuestos a llevar a cabo todo aquello que resulte de la interpretación de dicha información. Lo anterior implicará trabajar más con las barreras cognitivas, tanto las propias como las de otros; eludir las barreras de los recursos, cuando logramos hacer más de lo que nuestros recursos aparentemente nos permiten, estamos siendo creativos. Buscar que la gente considere importante la nueva idea y llevarla a la práctica, para lograr el compromiso de todos y que se apoyen estas ideas. Por otro lado, y no menos importante, las barreras políticas, que no son otra cosa que las pautas de las que se hablo con anterioridad. Mientras más probable se vuelva la idea del cambio, más fiera y abiertamente será la lucha, para que no se lleve a cabo la idea. (Kim y Mauborgne 2003) Robert Sternberg sugiere que los campos del conocimiento tienden a seguir un proceso que atraviesa por cuatro estadios: Un estadio inicial en el que aparece un interés por un fenómeno y comienza a pensarse en la forma de estudiarlo. Un estadio evolutivo en el que se pone en marcha la investigación y se proponen paradigmas. Un estadio maduro en el que sobresalen y se desarrollan algunos paradigmas, mientras que otros se desvanecen. Y, finalmente, un estadio postmaduro en el cual la investigación expresa su frustración por la inconsistencia de los resultados y la incapacidad de responder realmente a las preguntas iniciales. (Sagdeev, 1996) La creatividad como campo de estudio y de investigación, como objeto de preocupación académica y de aplicación práctica, ha cruzado por el primero de estos estadios y perfectamente puede afirmarse que se encuentra en el segundo de ellos. Concluye. La importancia de la creatividad y su eventual impacto para comprender la experiencia humana personal y social, no declinan porque aparece rodeada de zonas oscuras o aspectos inexplicados. Por el contrario, en la contradicción y el misterio hay una fuente de provocación que mantendrá el interés de una auténtica búsqueda, que como tal no puede ser sino interminable. Conclusiones Como podemos darnos cuenta el lugar de trabajo contemporáneo debe aceptar cambios que vayan desde la percepción del trabajo visto como un proceso biopsicológico, que no juzgue a priori la actividad laboral, sino que la explique y la transforme para el beneficio de todos en la organización. Buscar extrapolar descubrimientos en el plano neuronal y del sistema nervioso central, será fundamental en la comprensión de las personas que se encuentran inmersas en una organización que por sus razones de existencia ha negado la posibilidad de atender y comprender al individuo desde un enfoque interdisciplinario, para lograr con ello, entre otras cuestiones, el estudio sistemática y práctico del individuo en un ambiente diferente al natural. Si llevamos a la práctica la utilidad del proceso de la habituación, por ejemplo, estaríamos atendiendo en forma por demás preventiva, la ocurrencia de un sinnúmero de accidentes de trabajo y que repercuten en la economía de las empresas al elevar el pago de su prima de grado de riesgo ante el IMSS. Por otro lado, la inteligencia, el aprendizaje y la creatividad, no deben ser vistos como aspectos ajenos a la realidad de cualquier organización y mucho menos desperdiciados o desatendidos como hasta hoy se ha venido haciendo en un gran número de empresas. El psicólogo del trabajo debe ser capaz de abrir camino para el máximo aprovechamiento de los conocimientos surgidos de las múltiples investigaciones en el ámbito laboral y humano. Llevándolas a cabo dentro de un marco ético y de responsabilidad profesional. Los aspectos, hasta este momento revisados se encuentran íntimamente relacionados entre sí. La inteligencia, debe ser atendida y entendida en forma amplia y compleja; el aprendizaje no solo basado en la teoría, sino también en la observación y en la propia experiencia del individuo, llevando consigo el objetivo central que le da su origen: el cambio de conductas. Finalmente, la creatividad la cual no debe ser limitada a descubrimientos extraordinarios o restringido a seres dotados de “musas” divinas; extrañamente se la vincula con el autoconocimiento, la habilidad comunicativa o el manejo de conflictos. Invariablemente, las emociones profundizan este aprendizaje, especialmente cuando un comentario o una experiencia duelen o agradan, ofreciendo nuevos conocimientos y generando nuevas formas de lidiar con un desafío. Siendo más probable recordar aquellas experiencias que menos se ajustan a nuestros patrones usuales. Referencias Bibliográficas A. de Sánchez, Margarita (1997) Desarrollo de Habilidades del Pensamiento Creatividad Ed. Trillas, México 11-27 pp. De Bono, Edward (1988) Seis sombreros para pensar Ed. Granica, S.A., Argentina 207 pp. Psicología aplicada La psicología aplicada o profesional agrupa a las distintas vertientes de la psicología que tienen aplicación directa en la solución de problemas y optimización de procesos humanos con fines profesionales (de allí deriva su denominación como psicología profesional). Muchos de los conocimientos de la psicología aplicada provienen de la psicología básica, sin embargo cabe señalar que la aplicación profesional genera constantemente nuevo conocimiento de orden conceptual y/o procedimental que muchas veces alcanza independencia del conocimiento básico que le dio origen. Las vertientes más conocidas en el rubro de la psicología aplicada son la clínica, la educativa, la organizacional y la comunitaria (muchas veces denominada social o social-comunitaria); pero también existen otras ramas de creciente desarrollo. Psicología clínica Se ocupa de la investigación de las funciones mentales de las personas que padecen sufrimiento, no sólo derivado por un trastorno mental sino también trastornos de orientación del desarrollo de las potencialidades humanas y dando importancia al conocimiento de los principios fundamentales, que tienen valor para el ser humano y cuyo objetivo es estudiar la conducta humana que debe representar una contribución valiosa en el hombre en su vida cotidiana. Psicología educativa La psicología educativa es el área de la psicología que se dedica al estudio de la enseñanza humana dentro de los centros educativos; comprende el análisis de las formas de aprender y de enseñar. Mediante el estudio de la psicología educativa se averiguan los resortes que impulsan el desarrollo y la conducta humana, así se logra conocer los factores que han intervenido en el desenvolvimiento de las potencialidades. Psicología infantil o infanto-juvenil Es el estudio del comportamiento de los niños desde el nacimiento hasta la adolescencia, que incluye sus características físicas, cognitivas, motoras, lingüísticas, perceptivas, sociales y emocionales. Los psicólogos infantiles intentan explicar las semejanzas y las diferencias entre los niños, así como su comportamiento y desarrollo. También desarrollan métodos para tratar problemas sociales, emocionales y de aprendizaje, aplicando terapias en consultas privadas y en escuelas, hospitales y otras instituciones. Las dos cuestiones críticas para los psicólogos infantiles son: primero, determinar cómo las variables ambientales (el comportamiento de los padres, por ejemplo) y las características biológicas (como las predisposiciones genéticas) interactúan e influyen en el comportamiento; y segundo, entender cómo los distintos cambios en el comportamiento se interrelacionan. Psicología del trabajo y de las organizaciones La psicología del trabajo y de las organizaciones, a veces simplemente llamada «psicología laboral» u «organizacional», deriva de lo que inicialmente se llamó «psicología industrial». Sin embargo la posterior incorporación de nuevos elementos, provinientes del área de estudio de la psicología social y aplicados a las organizaciones, marca una diferencia que no sólo es terminológica, sino también conceptual. Mientras la psicología organizacional enfatiza en un enfoque sistémico o estructural, poniendo el acento en las relaciones y procesos de la dinámica de la organización, a la vez que opera con una idea de organización más amplia, que incluye a las instituciones no laborales o empresariales (escuelas, hospitales, etc.), la aproximación al tema de la psicología del trabajo o laboral se ocupa de todos los aspectos psicológicos del trabajo humano (tales como la ergonomía, el análisis de puestos de trabajo, o la selección de personal), pero poniendo énfasis en el comportamiento individual, en la manera en que individuo actúa en su contexto laboral, en el carácter de su relación individual con la organización empresarial en la que trabaja. La denominación «psicología del trabajo y de las organizaciones» aspira a englobar ambos enfoques y tiene por objeto el estudio y la optimización del comportamiento del ser humano en las organizaciones, fundamentalmente en contextos laborales, profesionales y empresariales (industriales o no), pero también en otros ámbitos institucionales. Esta área de la psicología constituye, junto a la psicología clínica y la psicología de la educación, uno de los tres grandes ámbitos de aplicación de esta ciencia del comportamiento humano. Psicología comunitaria Trabajan con los pobladores de una comunidad urbana o rural para el estudio de sus recursos humanos y materiales, facilitando que satisfagan necesidades vitales como salud, educación, vivienda, salubridad, alimentación, trabajo, deporte, recreación y otros. Psicología de la Salud El conjunto de contribuciones científicas, educativas y profesionales que las diferentes disciplinas psicológicas hacen a la promoción y mantenimiento de la salud, a la prevención y tratamiento en la especialidad, a la identificación de los correlatos etiológicos y diagnósticos de la salud, la enfermedad y las disfunciones relacionadas. Psicología de la emergencia Últimos acontecimientos han generado la necesidad de aplicar los estudios e investigaciones propios de la psicología al ámbito de las emergencias, los desastres y las catástrofes. En este sentido son muchos los autores que señalan ya a la Psicología de Emergencias como una nueva especialidad dentro del quehacer del profesional del psicólogo, aunque muchos otros la enmarcan dentro del ámbito de la salud o social. Indiscutiblemente se hace cada vez más necesaria la investigación, el desarrollo y aplicación de estos elementos a este tipo de eventos, cada vez más frecuentes en nuestros alrededores. Psicología Forense Comprende un amplio rango de prácticas que involucran principalmente evaluaciones de capacidad de los acusados, informes a jueces, abogados y testimonio en juzgados sobre temas determinados. Introducción al estudio de los procesos psicológicos 2. La atención 3. La percepción 4. El aprendizaje 5. La memoria 6. El pensamiento 7. El lenguaje 8. La motivación 9. La emoción 10. Integración y diferenciación de los procesos LA ATENCIÓN DEFINICIÓN. La atención desempeña un importante papel en diferentes aspectos de la vida del hombre, tal es así que han sido múltiples los esfuerzos realizados por muchos autores para definirla, estudiarla y delimitar su estatus entre los procesos psicológicos. Las definiciones que a continuación se citan son todas válidas, pese a que no se ha llegado a un consenso, el estudio de la atención continúa. Diversos autores la definen como un proceso, y señalan que la atención presenta fases entre las que podemos destacar la fase de orientación, selección y sostenimiento de la misma. (Ardila, 1979; Celada , 1989; Cerdá, 1982; Luria. 1986; Taylor, 1991). Reategui (1999) señala que la atención es un proceso discriminativo y complejo que acompaña todo el procesamiento cognitivo, además es el responsable de filtrar información e ir asignando los recursos para permitir la adaptación interna del organismo en relación a las demandas externas. Otro1s autores consideran que la atención es un mecanismo, va a poner en marcha a los procesos que intervienen en el procesamiento de la información, participa y facilita el trabajo de todos los procesos cognitivos, regulando y ejerciendo un control sobre ellos (García, 1997; Rosselló, 1998; Ruiz-Vargas, 1987). Para Rubenstein (1982) la atención modifica la estructura de los procesos psicológicos, haciendo que estos aparezcan como actividades orientadas a ciertos objetos, lo que se produce de acuerdo al contenido de las actividades planteadas que guían el desarrollo de los procesos psíquicos, siendo la atención una faceta de los procesos psicológicos. 1.2.- CARACTERÍSTICAS DE LA ATENCIÓN. A pesar que no se ha llegado hasta la actualidad, a definir satisfactoriamente la atención dada la diversidad de criterios, la mayoría de los autores en sus intentos por lograrlo nos ofrecen una descripción o nos hablan de sus características. Si bien fenomenológicamente la orientación seleccionadora es considerada como la característica principal de la atención (Kahneman, 1973; Rubenstein, 1982; Rosselló, 1998), presenta además otras características entre las que destacan: · La Concentración. Se denomina concentración a la inhibición de la información irrelevante y la focalización de la información relevante, con mantenimiento de ésta por periodos prolongados (Ardila, Rosselli, Pineda y Lopera, 1997). La Concentración de la atención se manifiesta por su intensidad y por la resistencia a desviar la atención a otros objetos o estímulos secundarios, la cual se identifica con el esfuerzo que deba poner la persona más que por el estado de vigilia. (Kahneman, 1973). La concentración de la atención está vinculada con el volumen y la distribución de la misma, las cuales son inversamente proporcionales entre sí, de esta manera mientras menos objetos haya que atender, mayor será la posibilidad de concentrar la atención y distribuirla entre cada uno de los objetos (Celada y Cairo, 1990; Rubenstein, 1982). · La Distribución de la atención A pesar que la atención tiene una capacidad limitada que está en función del volumen de la información a procesar y del esfuerzo que ponga la persona, es posible que podamos atender al mismo tiempo a más de un evento. La Distribución de la atención se manifiesta durante cualquier actividad y consiste en conservar al mismo tiempo en el centro de atención varios objetos o situaciones diferentes. De esta manera, cuanto más vinculados estén los objetos entre sí, y cuanto mayor sea la automatización o la práctica, se efectuará con mayor facilidad la distribución de la atención (Celada, 1990; Rubenstein, 1982). García (1997) señala esta característica como la amplitud de la atención, que hace referencia al número de tareas que podemos realizar en simultáneo. · La Estabilidad de la atención. Esta dada por la capacidad de mantener la presencia de la misma durante un largo periodo de tiempo sobre un objeto o actividades dadas (Celada y Cairo, 1990). Es necesario recalcar que para obtener estabilidad en la atención se debe descubrir en el objeto sobre el cual se está orientado nuevas facetas, aspectos y relaciones, la estabilidad dependerá también de condiciones como el grado de dificultad de la materia, la peculiaridad y familiaridad con ella, el grado de comprensión, la actitud y la fuerza de interés de la persona con respecto a la materia (Rubenstein, 1982). · Oscilamiento de la atención. Son periodos involuntarios de segundos a los que está superditada la atención y que pueden ser causadas por el cansancio (Rubenstein, 1982). Para Celada (1990) El cambio de la atención es intencional, lo cual se diferencia de la simple desconexión o distracción, dicho cambio proviene del carácter de los objetos que intervienen, de esta forma siempre es más difícil cambiar la atención de un objeto a otro cuando la actividad precedente es más interesante que la actividad posterior. Esta capacidad para oscilar o desplazar la atención puede ser considerado como un tipo de flexibilidad que se manifiesta en situaciones diversas, especialmente en las que tenemos que reorientar nuestra atención de forma apropiada porque nos hemos distraído o porque tenemos que atender a varios estímulos a la vez (García, 1997; Rubenstein, 1982; Orjales, 1999). De otro lado, otros autores resaltan como característica del mecanismo atencional al control que se ejerce sobre los procesos de selección, distribución y sostenimiento de la atención (García, 1997), y como un mecanismo de control responsable de la organización jerárquica de los procesos que elaboran la información (Rosselló, 1998). 1.3.- CLASIFICACIÓN DE LA ATENCIÓN. Existen diversos criterios que se pueden utilizar para clasificar la atención. No obstante podemos rescatar los siguientes: CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN Mecanismos implicados CLASIFICACIÓN Selectiva, Dividida, Sostenida Grado de control voluntario Involuntaria, Voluntaria Objeto al que va dirigido la atención Externa, Interna Modalidad sensorial implicada Visual, Auditiva Amplitud e intensidad. Global, Selectiva Amplitud y control que se ejerce Concentrada, Dispersa Se desarrollarán las dos primeras clasificaciones que han sido las más estudiadas y corresponden a las tendencias actuales en lo que al estudio de la atención se refiere. 1.3.1. - MECANISMOS IMPLICADOS a- Atención Selectiva.- Es la habilidad de una persona para responder a los aspectos esenciales de una tarea o situación y pasar por alto o abstenerse de hacer caso a aquellas que son irrelevantes (Kirby y Grimley, 1992) b- Atención Dividida.- Este tipo de atención se da cuando ante una sobrecarga estimular, se distribuye los recursos atencionales con los que cuenta el sujeto hacia una actividad compleja (García, 1997). Por su parte, Kirby y Grimley (1992) utilizan el término Capacidad de Atención para referirse a la capacidad de atender a mas de un estimulo a la vez, resaltando su importancia para el aprendizaje escolar. c- Atención Sostenida.- Viene a ser la atención que tiene lugar cuando un individuo debe mantenerse consciente de los requerimientos de una tarea y poder ocuparse de ella por un periodo de tiempo prolongado (Kirby y Grimley, 1992). De acuerdo al grado de control voluntario tenemos dos tipos de atención: Atención Involuntaria y Atención Voluntaria. 1.3.2.- GRADO DE CONTROL a- Atención involuntaria.- La atención involuntaria está relacionada con la aparición de un estímulo nuevo, fuerte y significativo, y desaparece casi inmediatamente con el surgimiento de la repetición o monotonía. La atención involuntaria tiende a ser pasiva y emocional, pues la persona no se esfuerza ni orienta su actividad hacia el objeto o situación, ni tampoco está relacionada con sus necesidades, intereses y motivos inmediatos. Una de sus características más importantes es la respuesta de orientación, que son manifestaciones electrofisiológicas, motoras y vasculares que se dan ante estímulos fuertes y novedosos, tal respuesta es innata (Luria, 1988). b- Atención Voluntaria.- La atención voluntaria se desarrolla en la niñez con la adquisición del lenguaje y las exigencias escolares. En una primera instancia será el lenguaje de los padres que controlen la atención del niño aún involuntaria. Una vez que el niño adquiera la capacidad de señalar objetos, nombrarlos y pueda interiorizar su lenguaje, será capaz de trasladar su atención de manera voluntaria e independiente de los adultos, lo cual confirma que la atención voluntaria se desarrolla a partir de la atención involuntaria, y con la actividad propia del hombre se pasa de una a otra constantemente (Celada y Cairo, 1990; Rubenstein, 1982). Luria (1988) basado en las teorías de Vigotsky, apoya el origen social de la atención voluntaria, que se desarrolla a través de las interrelaciones del niño con los adultos, quienes en un inicio guían su atención, ésta se activa ante una instrucción verbal y se caracteriza por ser activa y consciente. La atención voluntaria es suprimida fácilmente cuando se da una respuesta de orientación, por ejemplo cuando el niño se distrae ante nuevos estímulos. 1.4.- LA ATENCIÓN Y SU RELACIÓN CON OTROS PROCESOS. La actividad psicológica del hombre se caracteriza por el funcionamiento conjunto e interactivo de procesos y mecanismos, las cuales tienen funciones concretas, de esta manera la atención no es una actividad aislada, sino que se relaciona directamente con los procesos psicológicos a través de los cuales se hace notar. Para Rosselló (1998) y Tudela (1992; véase en García, 1997) la relación entre la atención y los procesos psicológicos radica en que la atención actúa como mecanismo vertical, que controla y facilita la activación y el funcionamiento de dichos procesos. Las relaciones que se pueden establecer son las siguientes. · ATENCIÓN, MOTIVACIÓN Y EMOCIÓN. Por motivación se entiende al proceso que de algún modo inicia, dirige y finalmente detiene una secuencia de conductas dirigidas a una meta, es uno de los factores determinantes del comportamiento, y que tiene que ver con variables hipotéticas que son los motivos (Puente, 1998). Ahora bien, motivación y emoción han sido considerados como factores determinantes de la atención, de este modo un estado de alta motivación e interés estrecha nuestro foco atencional, disminuyendo la capacidad de atención dividida, así como el tono afectivo de los estímulos que nos llegan y nuestros sentimientos hacia ellos contribuyen a determinar cual va a ser nuestro foco de atención prioritario (García,1997). Rosselló (1998) señala que atención, motivación y emoción se encuentran relacionados desde el punto de vista neurobiológico. El Sistema Activador Reticular Ascendente (SARA) que activa el mecanismo atencional, establece estrechas relaciones neuroanatómicas con el Hipotálamo, que es el centro motivacional por excelencia y forma parte del cerebro de las emociones al estar integrada en el sistema límbico. Además el SARA es también responsable de procesos motivacionales y emocionales por la implicación de vías catecolaminérgicas en los tres procesos. · ATENCIÓN Y PERCEPCIÓN. La atención ha sido concebida en muchas ocasiones como una propiedad o atributo de la percepción, gracias a la cual seleccionamos mas eficazmente la información que nos es relevante. García (1997) indica que la atención considerada como propiedad de la percepción produce dos efectos principales: -Que se perciban los objetos con mayor claridad. -Que la experiencia perceptiva no se presente de forma desorganizada, sino que al excluir y seleccionar datos, estos se organicen en términos de figura y fondo. La existencia de la atención en el proceso de percepción significa que el hombre no solamente oye, sino que también escucha, incluso a niveles intensos, y que el hombre no solo ve, sino que observa y contempla (Rubenstein, 1982). Para Kahneman (1973), la atención interviene en una de las fases del proceso de percepción, cuando en una fase inicial de la percepción se dividen en unidades, segmentos o grupos el campo que forma la estimulación, la atención entra en juego en el momento en que algunas de esas unidades subdivididas reciben mayor realce de figuras que otros. · ATENCIÓN E INTELIGENCIA. La inteligencia ha sido entendida de manera general como la capacidad de dar soluciones rápidas y eficaces a determinados problemas. Sin embargo para realizar un trabajo de manera eficiente se requiere de habilidad, en este sentido la atención sería una de las herramientas que posibilita y optimiza dicha habilidad. García (1997) consideró que la capacidad de un individuo de reorientar su atención con cierta rapidez (oscilación de la atención) y de atender a más de un estímulo a la vez (distribución de la atención) pueden ser considerados como componentes importantes de la inteligencia. De esta forma atención e inteligencia se definen en términos de habilidad para manejar gran cantidad de información. · ATENCIÓN Y MEMORIA. La memoria es el proceso mental mediante el cual la persona fija y conserva las experiencias vividas y las re-actualiza de acuerdo a las necesidades del presente (Celada y Cairo, 1990). La memoria asegura el almacenamiento de la información, siendo la atención uno de los factores asociados a su buen funcionamiento, entendida esta como el esfuerzo realizado por la persona tanto en la fase de almacenamiento como en la fase de recuperación de la información (Reategui, 1999). La formación de esquemas, el uso de estrategias de codificación para la información, y el tipo de tarea recuerdo a realizar constituyen otros de los factores que aseguran el trabajo de una memoria eficaz. Sin embargo, hay autores que consideran que la atención no resulta tan necesaria para la codificación en la memoria, dado que la memoria también se expresa en tareas que no requieren una manifestación consciente de la experiencia pasada, como suele suceder con el aprendizaje implícito o inconsciente (Ruiz-Vargas, 1994). 1.5.- ENFOQUE NEUROPSICOLÓGICO DE LA ATENCIÓN. Tradicionalmente se entendía a los procesos psicológicos como la función de un tejido particular del cerebro, sin embargo con el transcurrir del tiempo, la ciencia ha demostrado la imposibilidad de atribuir alteraciones en dichos procesos a causas de localización específica, por lo que los procesos psicológicos no debían ser considerados como la función directa de limitados grupos de células en el cerebro, tal como lo señala Luria: “Las funciones mentales como sistemas funcionales complejos no pueden localizarse como zonas restringidas del cortex o en grupos de células aisladas, sino que deben estar organizadas en sistemas de zonas que trabajan concertadamente, cada una de las cuales ejerce su papel dentro del sistema funcional” (1988, p.30). Desde el punto de vista neuropsicológico la atención viene a ser la expresión del trabajo del Sistema Activador Reticular Ascendente (SARA) y de los hemisferios cerebrales, sincronizados por la actividad de los lóbulos pre-frontales. El Sistema Activados Reticular, con sus fibras ascendentes y descendentes constituye un aparato neurofisiológico que pone de manifiesto una de las formas de reflejo señaladas inicialmente por Pavlov y luego por Luria, conocida como el reflejo de orientación o la respuesta de orientación. Dicho reflejo se caracteriza por una serie de reacciones electrofisiológicas , vasculares y motoras evidentes, como La vuelta de ojos y cabeza hacia el lado donde se halla el nuevo objeto, reacciones de alerta y escucha, alteraciones de respiración y del ritmo cardiaco, disminución o cese de toda actividad irrelevante. Estos fenómenos pueden ser observados siempre que surge una reacción de alerta o reflejo de orientación, suscitada por la aparición de un estímulo nuevo, esencial o significativo para un individuo (Celada y Cairo, 1990; García, 1997; Luria, 1986). Por otro lado, el tallo cerebral y el sistema activador reticular ascendente (SARA) son los responsables del estado general de vigilia, indispensable para la activación atencional. Otras estructuras cerebrales que contribuyen con el reconocimiento selectivo de un estímulo particular y la inhibición de respuestas a estímulos secundarios son el cortex límbico y la región frontal, esta última encargada de preservar la conducta programada. Disfunciones o lesiones en estos circuitos afectan significativamente la capacidad atencional. Kenny Arbieto Torres. Psicologogo LA PERCEPCION 1. Introducción Han llegado a nuestro cerebro las señales o estímulos y ahora hay que formar una imagen de la sensación lo que tenemos en la mente de cada una de las sensaciones (visuales, auditivas, tactiles, etc.). La percepción la estudia la psicología cognitiva desde un enfoque modular es el planteamiento de un autor Fodor de los años 1980, el piensa que la mente esta compuesta por un conjunto de módulos y todos están regulados por un efectivo central el que controla que todos los demás funcionen bien y los organiza, hay uno de los módulos que se encarga de la percepción, él plantea que cada módulo es autónomo y tiene una función muy específica y especializada en una tarea. También habla de la penetrabilidad cognitiva en un funcionamiento normal cada módulo se dedica a una tarea pero si un módulo no funciona bien el resto de los módulos pueden tomar también la tarea del módulo defectuoso pero de una manera menos eficiente entonces algunas veces también pueden intervenir otros módulos. Los cognitivistas plantean que la percepción como compuesta por una serie de etapas Gibson dice que solo hay una etapa (las cosas las vemos de golpe sin que haya subetapas), para Marr hay muchas etapas y hay un autor Rock que plantea que hay dos etapas : 1ª. Etapa la extracción de la formaà cuando llegan las sensaciones las analiza el sujeto en elementos y globalmente intenta clasificar esos elementos así como el objeto en completo cuando ya esta clasificado lo compara con patrones que hay en la memoria cuanco concuerda ese objeto con lo que hay en nuestra memoria acaba la percepción del objeto. 2ª. Etapa interpretación o reconstrucción consciente del objetoà se da cuando en la anterior etapa no se ha podido clasificar el objeto suele pasar cuando hay una ambigüedad y entonces se utiliza la comparación con un contexto. La clasificación de los diferentes tipos de investigación actualmente se han estudiado los cinco tipos de percepciones pero el gusto, olfato, tacto se ha estudiado solo desde el punto de vista fisiológico, mientras que en la vista y el oido también hay investigaciones en el campo psicológico. Dentro de la vista se ha investigado tres grandes temas : 1º. La constancia del tamaño y del brilloà tienen que ver la constancia del tamaño del objeto en nuestra retina en función de la distancia a la que estamos del objeto en nuestra retina se ve el objeto más o menos grande pero psicológicamente lo vemos como una constancia en el tamaño. La constancia del brillo la luz viene a rafagas pero psicológicamente vemos siempre una luz homogénea pero el estímulo físico sale a rafagas o por trozos (fotones). 2º. La tridimensionalidadà los objetos tienen tres dimensiones pero lo que llega a nuestra retina llega como en una pantalla de cine es plana pero a pesar de esto lo vemos en tres dimensiones hay una especie de traducción del estímulo físico hay algo psicológico que pasa en el proceso no se sabe cómo ni porque. 3º. El proceso de distinción de los colores o formamos los colores. Dentro del oido se investigan como se crean los tonos a partir de las frecuencias (recordar el ejemplo del tema de la sensación con los estímulos de sonidos distintos), podemos percibir distintas frecuencias con los mismos tonos. Nosotros cuando estamos oyendo hacemos un mapa cognitivo sonoro de lo que nos rodea si alguien nos habla sabemos más o menos capaces aunque no lo veamos de dónde proviene la fuente sonora sabemos localizarla. Hay dos enfoques para estudiar la percepción una sería el enfoque fisiológico y el otro el psicofísico. En el fisiológico se estudia los mecanismos biológicos de la percepción como funciona el ojo, el cristalino los nervios ópticos , el cerebro etc. p.ejem. se estudia la actividad eléctrica del cerebro en función del tipo de estímulo y de la intensidad nos informa solo de como lo percibimos para explicar la percepción en nuestra mente se aplica la investigación psicofísica. La percepción es fundamental para la supervivencia es lo que nos permite ve el mundo y funcionar en él consiste en dos cuestiones organizadas las unidades estimulares y las organizamos en una mayor, reconocer que la forma que hemos organizado con los elementos y el conjunto le damos un significado que había en la mente o un significado nuevo es la catalogación y la clasificación de los objetos. 3.1. Organización perceptiva (Escuela de la Gestalt) Los tres autores principales de la Gestalt se dedican principalmente al estudio de la percepción estos no estaban deacuerdo en el enfoque estructuralista de la percepción tenían por contra un enfoque global de la percepción (ejem del experimento del movimiento phi) normalmente la Gestalt trabajaba sobre experimentos del movimiento o con dibujos estas teorías no servían para aplicarlas a la vida real es lo que se crítica a la Gestalt, sirven los experimentos solo para justificar la teoría. La Gestalt dice que hay que partir de las globalidades ellos hablan de las leyes de la Gestalt. Hablan del isomorfismo dicen que la forma o la estructura de los procesos psicológicos y los procesos nerviosos tienen la misma forma la misma estructura guardan una relación con el mapa y lo representado si el mapa esta bien hecho tiene que guardar la misma forma que lo que representa el mapa, explican esto con la física de campos o del campo de fuerza tenía que ver con el equilibrio físico tenía que ver con las fuerzas del campo (el ej. de la lima de hierro y el campo magnético del tema 1º). Por un lado tenemos los estímulos físicos y sus energías o fuerza si por otro lado las fuerzas de nuestro sistema nerviosos el resultado entre el equilibrio de estas fuerzas o energías es nuestra percepción (es el equilibrio entre los dos campos de fuerzas). 3.1.1. Leyes de la Gestalt sobre la percepción : 1ª) Ley de la pregnancia (o ley de la buena figura o de la simplicidad)à Todo patrón estimular va a tender a percibirse con la forma resultante más simple de todas. 2ª) Ley de la similitud o semejanzaà Los estímulos que son semejantes tienden a percibirse como formando parte de la misma percepción. 3ª) Ley de la buena continuación o buena direcciónàTendemos a percibir como formando parte de una unidad todos aquellos estímulos que guardan entre sí una continuidad. 4ª) Ley de la proximidad o cercaníaà Los estímulos que están próximos tienden a percibirse como formando parte de la misma unidad ej. I I I I I I. 5ª) Ley del destino comúnà Tendemos a percibir como formando una misma parte de una unidad perceptual todos aquellos estímulos que se mueven a una misma dirección y una misma velocidad. 6ª) Ley del cierre o de clausuraà Cualquier figura incompleta tiende a percibirse como a una figura completa ej. También la Gestalt trata sobre la organización de figuras y fondo tiene que ver cual es el proceso a través del cual hay algunos estímulos que los percibimos como figuras y el resto de los estímulos como fondo, estas cuestiones se han estudiado en las figuras reversibles ej. la figura que si miras hacia adentro parece una copa y si miras hacia afuera dos caras mirándose. Hay un autor Rubin que se dedica a esto de la figura y el fondo sus trabajos son de los años 20 estudiando las figuras reversibles, encontró unas características que estaban relacionadas con esta cuestión : 1ª) Cuando hay figuras que tienen un mismo límite común, los elementos que se perciben como figura tienen forma y los elementos del fondo no tienen forma. 2ª) La figura siempre resalta sobre el fondo. 3ª) La figura se percibe como algo con significado mientras que el fondo no lo tiene. 4ª) El color de la figura parece que es más denso que el fondo que parece más difuso. 5ª) La información que se almacena en la memoria es la de la figura mientras que el fondo no se almacena. 6ª) El contorno entre la figura y el fondo siempre pertenece a la figura. Para Rubin hay una serie de factores que hacen que uno de los elementos se estructure como figura y el resto como fondo estos son : 1º) La simetríaà las áreas que son simétricas tienden a verse como figuras y las asimétricas como fondo. 2º) Las áreasà cuando más pequeñas sea el área más fácil es que lo estructuramos como figura. 3º) La convexidadà las áreas curvadas hacia afuera tiende a verse como figuras y las que miran hacia adentro como fondo. 4º) La orientaciónà normalmente las verticales y las horizontales tienden a verse como figura y las oblicuas como fondo. Critica a estas leyes : Todas estas leyes son bastantes artificiales porque se han construido las pruebas en los experimentos para demostrar las leyes, sin ser unas leyes que nos sirvan en la vida real. Las leyes de la Gestalt se habían construido a partir de unos ejemplos pero cuando se intentaban aplicar las leyes a casos de la vida real fallaban. Se realiza las siguientes críticas a las leyes de la Gestalt : 1ª. Critica: 1ª Leyà Es muy difícil saber cual es la forma más simple e incluso puede haber varias formas iguales de simples no da una regla o norma para saber cual es la más simple son portanto leyes a posteriori ya que a priori no se sabe cual es el estímulo más simple o la percepción más simple no pueden predecir que es lo que vamos a percibir como la forma más simple, portanto no nos sirve como ley científica. 2ª. Crítica : El bajo grado de aplicabilidad de las leyes a la vida cotidiana se refiere esta crítica a la ley de la figura y el fondo en la vida real los factores de esta ley no funcionan porque los ejemplos que plantea la Gestalt son dibujos en un plano pero en la vida real si hay un espacio tridimensional, por lo tanto son unos factores o datos que predicen como se verían o percibimos los planos (dos dimensiones) pero no nos sirven para predecir la percepción en tres dimensiones, en nuestra vida real no nos sirven pues nuestra mente no la hace falta crear un espacio tridimensional pues ya nos viene dado desde el exterior. 3ª. Crítica : Sobre la influencia de la familiaridad de la experiencia o del aprendizaje, los teóricos de la Gestalt decían que las leyes eran innatas funcionaban en todas las personas por igual, pero esto es falso pues las percepciones dependen también de nuestro aprendizaje, cultura, experiencia etc. 4ª. Crítica : Debería de haber una jerarquía en las reglas cuando hay un conflicto entre las reglas cuando coinciden varias reglas o no coinciden en el mismo resultado hay que establecer cual de ellas es la que se aplica. Conclusiónà Siempre obtenemos una respuesta a posteriori no predicen solo describen para establecer una jerarquía se esta creando en la actualidad modelos experimentales. En A. Ortiz-Osés y P. Lanceros (Eds.) (2006). Diccionario de la existencia (pp. 46-49). Barcelona: Anthropos. APRENDIZAJE Helena Matute El aprendizaje es un proceso psicológico, una capacidad mental. Se nutre de la educación, pero no debemos confundirlo con ella, pues abarca muchas más cosas. Podemos definirlo como el proceso psicológico que nos permite adaptarnos al mundo desde el momento en que llegamos a él. De hecho, el aprendizaje es fundamental para nuestra adaptación al medioy por tanto para nuestra supervivencia. Nada mejor para ilustrar esto que el famoso pasaje de la magdalena de Proust: “Me llevé a los labios una cucharada de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas delbollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba... ”(Marcel Proust. “En busca del ti empo perdido”)Conocerán ustedes cómo, a partir de ese punto, sigue el protagonista de la novela de Proust buscando durante páginas y más páginas la causa de esa felicidad tan intensa. Y conocerán cómo, poco a poco, con cada nuevo trozo que toma va perdiendo la magdalena ese sabor tan especial a felicidad. Y conocerán también cómo, con el tiempo, se acaba dando cuenta el protagonista de que eran todas las emociones de los veranos de la infancia lo que, por asociación, traía aquella magdalena. Y esto es fruto de un aprendizaje: el sabor de la magdalena había quedado tan fuertemente asociado a los veranos de la infancia que, después de tantos años, era capaz de evocar, por sí solo, todas las vivencias y emociones de la niñez. Lo mismo nos pasa cuando una canción, un perfume, una palabra, nos provocan una reacción insospechada y una serie de emociones que a menudo no logramos entender, pues no se corresponden los estímulos con las respuestas que producen. La reacción puede ser de felicidad (como en la novela de Proust), pero también puede ser de miedo, o de ira, o de salivación (como en los experimentos de Pavlov), o de excitación sexual. Son reacciones que se producen por asociación mental, que ocurren todos los días en todos nosotros, y todas ellas son fruto de un proceso muy básico de aprendizaje. En el fondo, lo mismo da que estudiemos la respuesta de salivación del perro de Pavlov que la respuesta de felicidad del protagonista de la novela de Proust. Es anecdótico en una investigación básica sobre aprendizaje si la respuesta ante un estímulo que en principio era neutro es de felicidad, o de salivación, o de ira. Lo que nos interesa es que en este caso todas esas respuestas son aprendidas, lo que significa que funcionan exactamente igual: se rigen por las mismas leyes psicológicas. Los experimentos de Pavlov, realizados hace ya más de 100 años son buena prueba de ello. Pavlov entrenaba a unos perros a asociar un sonido con comida, y el resultado era que tras varios emparejamientos del sonido con la comida el perro comenzaba a salivar nada más oír el sonido (véase Pavlov, 1927). La salivación es inexplicable desde las propiedades del sonido, igual que la felicidad del protagonista de la novela es inexplicable desde las propiedades de la magdalena. Sólo la historia previa del individuo, sólo las experiencias previas de aprendizaje de ese individuo concreto pueden explicar la reacción observada. Y lo más interesante es que tanto la respuesta de salivación que se produce ante un sonido, como la respuesta de felicidad que se produce ante una magdalena, como la respuesta de diagnóstico que realiza un perito de una compañía aseguradora cuando quiere saber a qué se ha debido un accidente, como la respuesta de predicción que realiza un meteorólogo, todas ellas están producidas por el mismo proceso de aprendizaje. Para saber cómo funciona este proceso de aprendizaje por el que la respuesta genuina de felicidad que se daba ante los veranos de la infancia se puede acabar dando con el tiempo ante una simple magdalena, conviene adentrarse un poco en el terreno de la asociación mental. El estudio del aprendizaje asociativo es un área floreciente de investigación en los laboratorios actuales de psicología de todo el mundo,), aunque es en la filosofía en donde beben sus raíces: las leyes básicas de la asociación las conocían los filósofos hace ya mucho tiempo. Algunos de los temas que más se estudian hoy en día en los laboratorios de psicología del aprendizaje son las condiciones en las que se aprenden mejor las asociaciones, en cuáles se olvidan, cuándo se producen interferencias con las asociaciones previas, o lo que es lo mismo, cuándo el conocimiento previo es un obstáculo y cuándo un catalizador de la adquisición de nuevo conocimiento (Domjan, 2003; De Houwer y Beckers, 2002; Shanks, 1995). También ha sido posible demostrar claramente en los últimos años que las leyes que rigen el aprendizaje asociativo son válidas para tipos de aprendizaje que en apariencia son muy diferentes. Así por ejemplo, las leyes que rigen el aprendizaje pavloviano son muy similares a las que rigen otra serie de aprendizajes, que a simple vista nada tienen que ver con él, como puede ser, por ejemplo, el aprendizaje de relaciones causales y predictivas entre eventos (p. ej., Rescorla, 1988; Shanks, Holyoak y Medin, 1996; Vadillo, Miller y Matute, 2005). Es interesante, porque a primera vista podríamos decir que la capacidad de predecir lo que ocurrirá a continuación es uno de esos procesos mentales superiores que siempre creemos que son exclusivos de nuestra propia especie, altamente complejos y racionales; y sin embargo parecen similares al aprendizaje de asociaciones que realiza el perro de Pavlov: sólo saliva ante un determinado sonido si antes ha aprendido que ese sonido es un buen predictor de la comida. Es decir, la respuesta condicionada es un indicador de que se ha producido un aprendizaje mucho más profundo: un aprendizaje que permite al animal predecir los eventos importantes de su ambiente. Y si lo pensamos un poco más nos damos cuenta de que tampoco nosotros podemos sobrevivir sin ser capaces de aprender a relacionar causalmente los diferentes eventos del entorno y aprender a predecirlos. Para sobrevivir necesitamos funcionar a diario como científicos intuitivos (véase Kelley, 1973). Es el trabajo del científico lo que hacemos, o intentamos hacer, a diario: diagnosticar causas, predecir efectos. Imaginemos qué pasaría si no fuéramos capaces de atribuir correctamente la causa de una enfermedad, o de un accidente. O si no fuéramos capaces de predecir de manera rápida e intuitiva qué tipo de comportamiento produce resultados positivos en el tipo de sociedad y momento histórico en el que nos toca vivir y qué otros comportamientos conducen a la marginación social, reduciendo por tanto nuestras probabilidades de supervivencia. O imaginemos que no fuéramos capaces de aprender con qué significado debemos asociar una palabra en función del contexto en el que la escuchamos. Todo esto es aprendizaje. El aprendizaje es adaptación al ambiente, es supervivencia. Pero veamos ahora otros ejemplos, muy diferentes, de modo que podamos hacernos mejor idea de las grandes implicaciones del estudio del aprendizaje. Imaginemos, por ejemplo, un juicio. Un juicio con jurado popular. Al jurado se le van presentando una serie de pruebas a favor y también en contra de la culpabilidad de una persona. La tarea del jurado es estimar si el sospechoso es culpable de los hechos que se le imputan. En otras palabras: atribuir causalidad. Experimentos realizados en situaciones abstractas y con voluntarios anónimos, (ninguno de ellos, por supuesto, en un juicio real, pues esto no sería posible) demuestran que influirán en la atribución de causalidad que realice el jurado variables tales como, por ejemplo: (1) el orden en el que se presentan las pruebas de inocencia y de culpabilidad (lógicamente, el conocimiento sobre cómo funciona esta variable podría ser utilizado de forma muy diferente por jueces, fiscales, y abogados), y (2) la frecuencia con la que los sujetos experimentales (los miembros del jurado, en la situación real) emiten su opinión sobre la relación causal: cuantas más veces emitan una opinión, más sesgada estará ésta por variables tales como el orden en el que reciben la información (véase Catena, Maldonado y Cándido, 1998; Matute, Vegas y De Marez, 2002; Vadillo, Vegas y Matute, 2004). APRENDIZAJE 3 Este último dato nos vale también para los políticos y los medios de comunicación: si pedimos a una persona constantemente su opinión sobre algo, esta opinión va a estar cada vez más sesgada. Los experimentos mencionados demuestran claramente y en situaciones muy diversas, que sólo se emite una opinión mínimamente objetiva y de acuerdo con el total de lo datos disponibles si esa opinión la expresamos una sola vez y después de haber recibido toda la información necesaria. Si por el contrario, cada vez que nos dan un nuevo dato nos piden que nos posicionemos, acabamos estando tan influenciados por los últimos tres o cuatro datos recibidos que perdemos absolutamente la visión de conjunto. Como ven, el mecanismo de aprendizaje es una auténtica maravilla, pero de vez en cuando produce también grandes errores y está sujeto a grandes sesgos, como los que acabo de describir sobre la frecuencia con la que se opina y el orden en el que se recibe la información. Y cuando estos errores son sistemáticos, y se reproducen en un experimento y en otro, aunque variemos las condiciones, debemos empezar a pensar que son parte integrante del sistema, y que están ahí por algo, luego merecen nuestra atención como investigadores. Veamos algunos más. Otro interesante ejemplo de cómo el proceso de aprendizaje puede dar lugar a grandes sesgos es el desarrollo de conducta supersticiosa (véase Matute, 2006). Y también es curioso el caso del bloqueo (véase p. ej. Kamin, 1968; Arcediano, Matute y Miller, 1997). El bloqueo se produce, por ejemplo, cuando hemos sido expuestos en numerosas ocasiones en el pasado a una relación causa-efecto, ya sea esta verídica o no (como por ejemplo, la relación entre raza y delincuencia). Un día alguien intenta convencernos de que ese mismo efecto (la delincuencia) viene producido en realidad por una causa alternativa que covaría con la raza, como puede ser la pobreza, o la marginación social. Lo comprendemos racionalmente, pero la asociación raza delincuencia lleva demasiados años activa en nuestro cerebro y bloquea el nuevo aprendizaje. Por tanto, nos cuesta mucho deshacer esa asociación y crear una nueva para acabar aceptando con el tiempo que efectivamente es la otra causa la que es responsable del efecto. El aprendizaje previo sirve normalmente para facilitar el nuevo aprendizaje y la ejecución rápida e intuitiva de numerosas tareas y decisiones, pero al mismo tiempo es también fuente de sesgos, errores, y prejuicios, como demuestra el caso del bloqueo del nuevo aprendizaje por el aprendizaje más antiguo. Resumiendo: el aprendizaje, como proceso mental, es una herramienta única y maravillosa, absolutamente necesaria para la supervivencia del individuo y de la especie. Pero el aprendizaje tiene también una serie de sesgos y errores bien conocidos, que son fruto, precisamente, de su gran flexibilidad y adaptabilidad. Es absolutamente necesario fomentar la curiosidad científica y el escepticismo para poder luchar contra los sesgos propios del proceso de aprendizaje, tales como la superstición, la pseudociencia, el bloqueo, los efectos de orden de la información, y muchos otros (véase también Matute, 2006). Pero además, cuando nos ponemos a investigar cómo funcionan los procesos psicológicos básicos (aprendizaje, atención, memoria, percepción...) nos damos cuenta de que no podemos hacer un experimento de aprendizaje sin preguntarnos cosas como cómo conocemos el mundo, o cuál es el sentido último del aprendizaje; Y nos damos cuenta de que tampoco es posible desarrollar una teoría falsable del aprendizaje si no somos capaces de simularla en un ordenador, incluyendo incluso los errores del sistema (si no la simulamos adecuadamente, nuestra teoría no será capaz de realizar predicciones concretas para situaciones concretas y por lo tanto tampoco podremos nunca falsarla). Más aún, nuestra teoría no valdrá para nada si no es capaz de explicar y predecir por qué la magdalena de Proust funciona exactamente igual que el diapasón de Pavlov, y por qué da lo mismo que la magdalena provoque felicidad y el diapasón salivación: porque ambas cosas son lo mismo, respuestas aprendidas; y como tales, podemos predecirlas y provocarlas siguiendo unas reglas generales. Es cuestión de recordar siempre que es gracias al aprendizaje como hemos sido capaces de sobrevivir hasta hoy. Como individuos y como especie. Referencias Bibliográficas Arcediano, F., Matute, H. y Miller, R.R. (1997). Blocking of Pavlovian conditioning inhumans. Learning & Motivation, 28, 188-199. Catena, A., Maldonado, A. y Cándido, A. (1998). The effect of the frequency of judgment and the type of trials on covariation learning. Journal of Experimental Psychology: Human Perception and Performance, 24, 481-495. De Houwer, J., y Beckers, T. (2002). A review of recent developments in research and theories on human contingency learning. Quarterly Journal of Experimental Psychology, 55B, 289-310. Domjan, M. (2003). Principles of Learning and behavior. 5th edition. Belmont, CA LA MEMORIA INTRODUCCIÓN La memoria es un proceso psicológico que sirve para almacenar información codificada. Dicha información puede ser recuperada, unas veces de forma voluntaria y consciente y otras de manera involuntaria. En el estudio de la memoria, unos investigadores han destacado sus componentes estructurales mientras otros se han centrado en los procesos de memoria. Posiblemente lo más importante para cualquier ser humano es su capacidad para almacenar experiencias y poder beneficiarse de dichas experiencias en su actuación futura. El engranaje y los mecanismos que rigen el funcionamiento de este colosal proceso psicológico funcionan con tal grado de perfección que la persona sana apenas es consciente de que todas sus acciones y todas sus comunicaciones verbales dependen del correcto funcionamiento de su memoria. Sin embargo, cuando la memoria falla, ya sea de manera circunstancial y momentánea, ya sea de manera permanente, el individuo se da cuenta, en medio de la frustración, de su importancia. El presente se va a realizar con la finalidad de obtener más conocimiento sobre el proceso de la memoria, clases de memorias, almacén de la memoria, teoría de los Pensamientos, teoría del Olvido, y los trastornos de la memoria DESARROLLO 1) Concepto del proceso de la memoria La memoria humana es la función cerebral resultado de conexiones sinápticas entre neuronas mediante la que el ser humano puede retener experiencias pasadas. Los recuerdos se crean cuando las neuronas integradas en un circuito refuerzan la intensidad de las sinapsis. La memoria humana, a diferencia de la memoria de los animales que actúa principalmente sobre la base de sus necesidades presentes, puede contemplar el pasado y planear el futuro. Respecto de su capacidad, se ha calculado el cerebro humano puede almacenar información que “llenaría unos veinte millones de volúmenes, como en las mayores bibliotecas del mundo”. Algunos neurocientíficos han calculado que en toda una vida se utiliza solo una diezmilésima parte (0,0001) del potencial del cerebro. 2) Clase de la memoria Según el alcance temporal con el que se correspondan, se clasifican, convencionalmente, en memoria a corto plazo (consecuencia de la simple excitación de la sinapsis para reforzarla o sensibilizarla transitoriamente) y memoria a largo plazo (consecuencia de un reforzamiento permanente de la sinapsis gracias a la activación de ciertos genes y a la síntesis de las proteínas correspondientes). Memoria Sensorial: Se denominan memorias sensoriales a una serie de almacenes de información provenientes de los distintos sentidos que prolongan la duración de la estimulación. Esto facilita, generalmente, su procesamiento en la Memoria Operativa. Los almacenes más estudiados han sido los de los sentidos de la vista y el oído. El almacén icónico se encarga de recibir la percepción visual. Se considera un depósito de líquido de gran capacidad en el cual la información almacenada es una representación isomórfica de la realidad de carácter puramente físico y no categorial (aún no se ha reconocido el objeto). Esta estructura es capaz de mantener nueve elementos aproximadamente, por un intervalo de tiempo muy corto (alrededor de 250 milisegundos). Los elementos que finalmente se transferirán a la Memoria Operativa serán aquellos a los que el usuario preste atención. El almacén ecoico, por su parte, mantiene almacenados los estímulos auditivos hasta que el receptor haya recibido la suficiente información para poder procesarla definitivamente en la Memoria Operativa. Memoria Operativa (Memoria a Corto Plazo): La Memoria Operativa (tcc MCP, o memoria a corto plazo) es el sistema donde el individuo maneja la información a partir de la cual está interactuando con el ambiente. Aunque esta información es más duradera que la almacenada en las memorias sensoriales, está limitada a, aproximadamente, 7±2 elementos durante 10 s (span de memoria) si no se repasa. Pensamiento El pensamiento es un fenómeno psicológico racional, objetivo y externo derivado del pensar para la solución de problemas. El pensamiento es la actividad y creación de la mente; dícese de todo aquello que es traído a existencia mediante la actividad del intelecto. El término es comúnmente utilizado como forma genérica que define todos los productos que la mente puede generar incluyendo las actividades racionales del intelecto o las abstracciones de la imaginación; todo aquello que sea de naturaleza mental es considerado pensamiento, bien sean estos abstractos, racionales, creativos, artísticos, etc. Para muchos tratadistas el pensamiento estratégico de una institución es la coordinación de mentes creativas dentro de una perspectiva común que les permite avanzar hacia el futuro de una manera satisfactoria para todo contexto. De otro lado podemos decir que el pensamiento estratégico conlleva a prepararse y estar en condiciones de recibir muchos desafíos futuros, tanto los previsibles como imprevisibles en materia de oportunidades perfectamente articuladas. Un adecuado pensamiento estratégico debe partir siempre de la misión de la entidad la que a su vez se proyecta a una visión de futuro incorporando valores, basados en las variables de la realidad, en la mística y en la cultura organizacional la que debe materializarse tácticamente, mediante la información y los conocimientos, articulando opciones. Definiciones Imagen: son las representaciones virtuales que tienen todos los seres humanos desde su concepción acerca del proceso psicológico racional, subjetivo e interno de conocer, comprender, juzgar y razonar los procesos, objetivos y hechos. Lenguaje: es la función de expresión del pensamiento en forma escrita para la comunicación y el entendimiento de los seres humanos. Nos plantea dos definiciones de pensamiento, una de las cuales se relaciona directamente con la resolución de problemas. Pensamiento: fenómeno psicológico racional, objetivo y externo derivado del pensar para la solución de problemas que nos aquejan día tras día. "El proceso de pensamiento es un medio de planificar la acción y de superar los obstáculos entre lo que hay y lo que se proyecta". "El pensamiento se podría definir como imágenes, ensoñaciones o esa voz interior que nos acompaña durante el día y en la noche en forma de sueños". La estructura del pensamiento o los patrones cognitivos son el andamiaje mental sobre el que conceptualizamos nuestra experiencia o nuestra realidad. Características El pensar lógico se caracteriza porque opera mediante conceptos y razonamientos. Existen patrones que tienen un comienzo en el pensamiento y hace que el pensamiento tenga un final, esto sucede en milésimas de segundos, a su vez miles de comienzos y finales hacen de esto un pensamiento lógico; esto depende del medio de afuera y para estar en contacto, con ello dependemos de los cinco sentidos. El pensar siempre responde a una motivación, que puede estar originada en el ambiente natural, social o cultural, o en el sujeto pensante. El pensar es una resolución de problemas. La necesidad exige satisfacción. El proceso del pensar lógico siempre sigue una determinada dirección. Esta dirección va en busca de una conclusión o de la solución de un problema, no sigue propiamente una línea recta sino más bien zigzagueante con avances, paradas, rodeos y hasta retrocesos. El proceso de pensar se presenta como una totalidad coherente y organizada, en lo que respecta a sus diversos aspectos, modalidades, elementos y etapas. El pensamiento es simplemente el arte de ordenar las matemáticas, y expresarlas a través del sistema lingüístico. Las personas poseen una tendencia al equilibrio, una especie de impulso hacia el crecimiento, la salud y el ajuste. Existen una serie de condiciones que impiden y bloquean esta tendencia, el aprendizaje de un concepto negativo de sí mismo, es quizás una de las condiciones bloqueadoras más importantes. Un concepto equivocado o negativo de sí mismo deriva de experiencias de desaprobación o ambivalencia hacia el sujeto en las etapas tempranas de su vida cotidiana. Clasificación deductivo: va de lo general a lo particular. Es una forma de razonamiento de la que se desprende una conclusión a partir de una o varias premisas. inductivo: es el proceso inverso del pensamiento deductivo, es el que va de lo particular a lo general. La base es, la figuración de que si algo es cierto en algunas ocasiones, lo será en otras similares aunque no se puedan observar. analítico: realiza la separación del todo en partes que son identificadas o categorizadas. creativo: aquel que se utiliza en la creación o modificación de algo, introduciendo novedades, es decir, la producción de nuevas ideas para desarrollar o modificar algo existente. sistémico': es una visión compleja de múltiples elementos con sus diversas interrelaciones. Sistémico deriva de la palabra sistema, lo que nos indica que debemos ver las cosas de forma interrelacionada. crítico: examina la estructura de los razonamientos sobre cuestiones de la vida diaria, y tiene una doble vertiente analítica y evaluativa. Intenta superar el aspecto mecánico del estudio de la lógica. Es evaluar el conocimiento, decidiendo lo que uno realmente cree y por qué. Se esfuerza por tener consistencia en los conocimientos que acepta y entre el conocimiento y la acción. interrogativo: es el pensamiento con el que se hacen preguntas, identificando lo que a uno le interesa saber sobre un tema determinado. Pensamiento social: se basa en el análisis de elementos en el ámbito social, en este se plantean interrogantes y se hacen criticas que ayuden en la búsqueda de soluciones a las mismas. Además puede considerarse como el pensamiento que tiene cada persona dentro de la sociedad. Relación entre el pensamiento y el lenguaje El pensamiento no sólo se refleja en el lenguaje, sino que lo determina. El lenguaje precisa del pensamiento. El lenguaje transmite los conceptos, juicios y raciocinios del pensamiento. El pensamiento se conserva y se fija a través del lenguaje. El lenguaje ayuda al pensamiento a hacerse cada vez más concreto. El pensamiento es la pasión del ser racional, del que procura descubrir hasta lo más mínimo y lo convierte en un conocimiento. El pensamiento involucra una estructura conocida como "la estructura del pensamiento". El lenguaje es simplemente un manejo de símbolos (dígase codificación), el pensamiento es un acondicionador del lenguaje. El pensamiento es el límite a la acción inconsciente, generada en la mayoría de los casos por mensajes errados o mal interpretados. Las formas del lenguaje se basan en el pensamiento, sin embargo estas no tienen una relación de paralelismo, sino que son mutuamente dependientes. Operaciones racionales Análisis- División mental es decir el pensamiento se divide en dos formas izquierda y derecha. El lado derecho puede pensar todo lo negativo y el izquierdo todo lo positivo. Síntesis-Se reúne todo lo mental para luego ser analizado o recordado. Comparación- Establece semejanzas y diferencias entre los distintos objetos y fenómenos de la realidad. Generalización- Proceso en el que se establece lo común de un conjunto de objetos, fenómenos y relaciones. Abstracción- Operación que consiste en mostrar mentalmente ciertos rasgos, generalmente ocultados por la persona, distinguiéndose de rasgos y anexos accidentales, primarios y prescindiendo de aquellos El Pensamiento en Tipología Psicológica El psicólogo Carl Jung en su libro Tipos Psicológicos propuso la existencia de cuatro funciones principales en la consciencia entre las cuales se encuentra la Función Pensamiento. Las tres funciones restantes son la Sensación, la Intuición y el Sentimiento. Estas cuatro funciones son modificadas por dos actitudes principales: introversión y extraversión. A partir de esta teoría se desarrolla mas tarde el Indicador Myers-Briggs que cuenta con 16 combinaciones tipologicas (8 tipos más que en la tipologia junguiana clásica) de las cuales cuatro son del tipo pensamiento; INTP; Introvertido, iNtuitivo, Pensamiento (Thinking), Perceptivo. ISTP; Introvertido, Sensitivo, Pensamiento (Thinking), Perceptivo. ENTJ; Extravertido, iNtuitivo, Pensamiento (Thinking), Calificador (o Judging). ESTJ; Extravertido, Sensitivo, Pensamiento (Thinking), Calificador (o Judging). Los dos primeros pertenecen al Pensamiento Introvertido con orientación intuitiva y sensitiva respectivamente; y las dos ultimas al Pensamiento Extravertido con orientación intuitiva y sensitiva también respectivamente. Patologías Los trastornos del pensamiento suelen ser divididos en trastornos del curso, del contenido del pensamiento y, en ciertos casos se añade un tercer grupo, los trastornos de la vivencia del pensamiento. Trastornos del curso del pensamiento Los trastornos del curso del pensamiento incluyen patologías de la fluidez del pensamiento, es decir, como se formulan, organizan y presentan los pensamientos de un individuo. Trastornos de la velocidad Los trastornos de la velocidad incluyen patologías que afectan la cantidad y la velocidad de los pensamientos. Sus principales trastornos son los siguientes:1 Taquipsiquia o pensamiento acelerado Fuga de ideas en la que el pensamiento parece saltar súbitamente de un tema a otro Bradipsiquia o pensamiento inhibido Bloqueo o interrupción brusca del pensamiento antes de completar la idea Trastornos de la forma Los trastornos de la forma propiamente dicha incluyen patologías de la direccionalidad y la continuidad del pensamiento. Los más significativos incluyen; Pensamiento circunstancial, cuando la información compartida es excesiva, redundante y, por lo general, no relacionada con el tema Pensamiento divagatorio Pensamiento tangencial, la incapacidad para la asociación de pensamientos objetivos Pensamiento prolijo Disgregación Incoherencia Trastornos del contenido del pensamiento Las principales incluyen: Preocupaciones Ideas falsas, por lo general reversible Ideas obsesivas Ideas fóbicas Pensamiento mágico MOTIVACIÓN: CONDUCTA Y PROCESO Francesc Palmero Universitat Jaume I Castellón de la Plana 1.- El concepto de Motivación Estimo que, independientemente del enfoque que se adopte en la investigación psicológica, tarde o temprano hay que formularse la pregunta ¿por qué ocurre la conducta? La acción, o la conducta, no ocurren de forma espontánea, ya que son inducidas, bien por motivos internos, bien por incentivos ambientales[1]. La Motivación tiene que ver con las razones que subyacen a una conducta. Tales razones, como señala Wong (2000), pueden ser analizadas al menos en dos niveles: por una parte, preguntando por qué un individuo exhibe ciertas manifestaciones conductuales; por otra parte, preguntando cómo se llevan a cabo tales manifestaciones conductuales[2]. La explicación de la conducta en términos de los mecanismos motivacionales referidos al porqué tiene que ver con la causa última, mientras que la explicación en términos referidos al cómo tiene que ver con la causa próxima. Es un aspecto de interés, ya que el porqué de una conducta, esto es, la motivación, ha de tener connotaciones funcionales y adaptativas: tiene que haber buenas razones para la ocurrencia de esa conducta del modo en el que se produce y en las situaciones en las que ocurre (Alcock, 1998). Así pues, el porqué de una conducta hace referencia directa al concepto de Motivación. Recientemente, Beck (2000) ha matizado las características del concepto de motivación, enfatizando que no sólo hay que explicar por qué se produce una conducta, sino que también hay que tratar de explicar la importante variabilidad conductual observable en cualquier ser vivo. El concepto de variabilidad hace referencia, al menos, a dos posibilidades. Por una parte, aquella referida a la amplia gama de manifestaciones conductuales cuando el abanico de posibles situaciones estimulares es amplio. Por otra parte, y de forma más restrictiva, cuando nos centramos en una y la misma situación estimular. En esta segunda posibilidad, el concepto de variabilidad es más específico, haciendo referencia, por una parte, a las diferentes manifestaciones conductuales mostradas por dos personas ante una misma situación estimular, y, por otra parte, a las diferentes manifestaciones conductales mostradas por una misma persona ante una misma situación estimular en dos momentos diferentes. En cualquiera de los casos, parece claro que existe una premisa motivacional básica en la conducta de cualquier organismo: el hedonismo psicológico. Desde un razonamiento de este tipo, y siempre argumentando en sentido general, se puede entender la tendencia a aproximarse a lo que producirá consecuencias gratificantes y la tendencia a evitar lo que producirá consecuencias desagradables [3]. En el importante desarrollo y diversificación de los trabajos en Psicología de la Motivación, se distinguen dos grandes momentos: antes y después de la obra de Darwin en 1859, o, lo que es lo mismo, etapa precientífica y etapa científica. Estos hechos dificultan considerablemente una conceptualización generalmente aceptada de “Motivación”, ya que, por una parte, en la etapa científica se siguen utilizando términos precientíficos, y, por otra parte, la influencia de Darwin se refleja en diversas corrientes, cada una de ellas empleando una terminología particular. Durante la etapa precientífica, la Motivación se reducía a la actividad voluntaria, mientras que, en la etapa científica, hablar de Motivación implica referirse a instintos, tendencias e impulsos, que proporcionan la energía necesaria; pero, además, hay también claras referencias a las actividades cognitivas, que dirigen la conducta hacia determinadas metas. Por tanto, el concepto de Motivación en la actualidad debe considerar la coordinación del sujeto para activar y dirigir sus conductas hacia metas. Una dificultad añadida tiene que ver con la gran cantidad de necesidades descritas por los distintos autores. Al respecto, Madsen (1980) agrupaba las necesidades en dos categorías: motivos primarios y motivos secundarios. Los motivos primarios, innatos y biogénicos, son motivaciones (necesidades) centrales que, desde el nacimiento, están funcionalmente relacionadas con la subsistencia del individuo y de la especie. Los motivos secundarios, adquiridos y psicogénicos, son motivaciones (necesidades) centrales que, después de un proceso de aprendizaje, están relacionadas con el crecimiento general del sujeto. Esta diferenciación es esencial para entender la Psicología de la Motivación en toda su extensión, ya que, si bien es cierto que los motivos primarios son comunes a todas las especies, los motivos secundarios, aunque también presentes en muchas de las especies inferiores, parecen ser patrimonio fundamental de la especie humana[4]. En última instancia, y de forma general, el término “Motivación” es un concepto que usamos cuando queremos describir las fuerzas que actúan sobre, o dentro de, un organismo, para iniciar y dirigir la conducta de éste. Es decir, son fuerzas que permiten la ejecución de conductas destinadas a modificar o mantener el curso de la vida de un organismo, mediante la obtención de objetivos que incrementan la probabilidad de supervivencia, tanto en el plano biológico, cuanto en el plano social. Además, como señala Petri (1991), también se puede utilizar el término “Motivación” para explicar y entender las diferencias en la intensidad de la conducta. Es decir, las conductas más intensas pueden ser consideradas como el resultado de los más elevados niveles de motivación. Igualmente, el término “Motivación” puede usarse para indicar la dirección selectiva de una conducta. Pero, la motivación es una variable intangible. Inferimos su presencia a partir de ciertas manifestaciones mostradas por un individuo. Si bien durante mucho tiempo la Motivación era considerada como un proceso interno, ubicado en la variable “O” del esquema S-O-R propuesto por Woodworth (1918), las importantes aportaciones de autores como Tolman (1932) y Hull (1943, 1951), permiten que se hable de variable interviniente. Por lo tanto, no es sorprendente que en el análisis de la motivación, o del proceso motivacional[5], haya que basarse en el estudio de la conducta motivada. Los patrones de conducta motivada son el producto de la interacción entre un organismo y su ambiente. Se puede decir que el término Motivación se refiere a un proceso interno que impulsa al individuo, y este impulso, a su vez, se relaciona con algún evento interno o externo. En este marco de referencia, es pertinente señalar que la Motivación posee aspectos biológicos y culturales de los que es difícil prescindir. Así, muchos de los desafíos adaptativos a los que se enfrenta el ser humano tienen connotaciones sociales, pues es la sociedad, con el tinte cultural que en ella predomina, la que va imponiendo ciertas peculiaridades que orientan las necesidades biológicas y las necesidades psicológicas en un determinado sentido. La finalidad es tratar de relacionar de forma coherente y adaptativa el medio ambiente interno y el medio ambiente externo de un determinado individuo. Las metas dirigen al individuo, dependiendo de las condiciones del estímulo, y la motivación moviliza las acciones pertinentes. El tema de la interacción entre los aspectos biológicos y culturales ha llevado a que algunos autores (Munro, 1997) sugieran que es la perspectiva más atractiva en el ámbito de la Nueva Etología. En efecto, dice el autor que, desde la orientación psicológica, el estudio de la Motivación se ha llevado a cabo desde las perspectivas biológica, conductual o cognitivista. Desde cualquiera de dichas perspectivas se ha asumido que la orientación más científica es aquella que se fundamenta en parámetros biológicos; esto es, aquella que trata de entender la conducta motivada de un individuo, desde la perspectiva de las necesidades que el organismo requiere satisfacer para sobrevivir. En el otro extremo del hipotético continuo, sigue argumentando Munro, se encuentra la orientación cultural, aquella que propone la imposibilidad de entender la conducta motivada del ser humano sin recurrir a las variables sociales, y fundamentalmente a las variables culturales: la motivación es el resultado de las influencias culturales. En esta segunda perspectiva, el individuo como tal no es importante, ya que lo que cuenta es el grupo en su conjunto, con sus influencias ineludibles sobre todos y cada uno de los miembros que lo conforman. Estas orientaciones teóricas han sido verificadas empíricamente en el campo aplicado, particularmente en el ámbito laboral (Erez, 1997), poniéndose de relieve cómo parece imprescindible considerar los factores culturales para entender la dimensión motivacional de la conducta de los empleados y de los jefes. Incluso, como han señalado recientemente Geary, Hamson, Chen, Liu y Hoard (1998), la influencia cultural es ineludible cuando se quiere entender cómo se producen los sesgos en el funcionamiento cognitivo, referidos éstos a las preferencias motivacionales, a la elección de objetivos atractivos, etc. La interacción entre los factores evolucionistas y los culturales está presente y ejerce su impacto desde los primeros momentos en los que un individuo interactúa con los demás. No obstante, los efectos de tal influencia comienzan a hacerse patentes cuando ese individuo inicia su formación y aprendizaje en el ámbito escolar. 2.- Fuentes de la Motivación Las fuentes de la Motivación se refieren al origen de los estímulos que hacen que un individuo se active. Hay algunos aspectos interesantes que aparecen cuando tratamos de localizar dichos desencadenantes. Por ejemplo, ¿el ser humano actual se siente motivado por los mismos estímulos que motivaron a los antepasados?, ¿existe alguna diferencia motivacional cuando consideramos la variable sexo? Son cuestiones que, siguiendo las formulaciones recientes de Buss (1996, 1999), permiten entender en su justa dimensión el valor adaptativo de ciertos motivos primarios. Las fuentes de la Motivación varían a lo largo de dos ejes: el internoexterno y el psicológico-neurofisiológico. De forma reducida, podemos decir que existen fuentes internas y fuentes ambientales. Algunos estímulos ambientales pueden provocar una respuesta involuntaria en un individuo, apreciándose que la intensidad de la respuesta es proporcional a la intensidad del estímulo. En estos casos, la medida en la que un individuo es activado representa la medida en la que se siente motivado (Deckers, 2001). La conducta involuntaria muestra una relación uniforme con los estímulos externos. En cambio, por lo que respecta a la conducta voluntaria, puede ocurrir de forma inmediata tras la aparición de un estímulo externo o ambiental, o, por el contrario, cabe la posibilidad de que ocurra después de un determinado tiempo, que puede ser más o menos dilatado. También se puede producir la conducta motivada en un individuo como consecuencia de algunos estímulos internos, que adquieren connotaciones psicológicas, tales como los impulsos, las necesidades, los deseos. No obstante, también en este caso se podría sugerir que son las propias influencias ambientales las que, con el paso del tiempo, van configurando el abanico de estímulos (objetivos) hacia los que un individuo dirigirá sus esfuerzos de consecución, porque tales objetivos son los que el individuo en cuestión considera importantes para satisfacer su necesidad, impulso o deseo. Dentro de los estímulos internos, además, las variables neurofisiológicas, biológicas en general, también pueden dar lugar a la conducta motivada. De forma concreta, podemos apreciar cómo la deficiencia o disminución del nivel en alguna variable necesaria para el funcionamiento del organismo desencadena un proceso que tiene como objetivo avisar al individuo para que éste “sepa” que tiene que llevar a cabo alguna actividad que restaure el equilibrio en esa variable[6]. Como consecuencia de ese aviso, que el individuo suele experimentar como un cierto malestar típico, es muy probable que se inicie la conducta motivada dirigida a suprimir el malestar y a recuperar el equilibrio o el nivel de dicha variable. Por lo que respecta a las fuentes internas, cabe hablar de la historia genética, la historia personal y las variables psicológicas. En cuanto a la historia genética, se refiere a los efectos que ha ido ejerciendo el proceso de la Evolución sobre la especie humana. La selección natural puede haber favorecido la existencia y mantenimiento de ciertos motivos básicos que se encuentran íntimamente relacionados con la supervivencia; tal es el caso de la conducta de evitación activa o de elejamiento ante la presencia de algunos animales, como las serpientes [7]. Algo parecido, aunque ahora en sentido contrario, ocurre con otras manifestaciones, como la sonrisa. De hecho, la sonrisa es una conducta que aparece en los primeros momentos de la vida extrauterina, teniendo la función de flexibilizar la interacción del ser humano con su medio ambiente externo (Weisfeld, 1993). Como consecuencia, tales motivos incrementan su frecuencia entre los individuos de la especie. En cuanto a la historia personal, se refiere a la experiencia que arrastra un individuo desde el nacimiento. Dichas experiencias van configurando el bagaje de los eventos que estimulan y motivan a un individuo, de los incentivos que atraen a ese individuo, y de las conductas mediante las que puede alcanzar dichos incentivos. De hecho, los juicios referidos a lo que es placentero y grato, así como a lo que es displacentero y no grato, se basan en la experiencia que ha tenido un individuo en situaciones similares. Consiguientemente, a partir de esos juicios, el individuo se sentirá motivado para aproximarse a, o para alejarse de, un determinado evento, según sean esos juicios basados en su propia experiencia. Creemos que el ámbito de la particularidad subjetiva de cada individuo no es un tema menor, pues, en cierta medida, nos permite entender las propias inclinaciones, tendencias, deseos y metas que se propone cada individuo en un momento dado [8]. Uno de los ámbitos en los que se ha podido constatar la existencia de tales “sesgos” personales en el plano motivacional tiene que ver con las opiniones de los individuos acerca de la atracción de las caras humanas. Así, en un trabajo realizado por Langlois, Roggman y Musselman (1994), se pudo apreciar que los individuos participantes respondían diciendo que la cara más atractiva era aquella que reflejaba una cara promedio, la cual fue configurada a partir de la combinación de muchas imágenes de caras escaneadas. Dicha imagen reflejaba a un individuo con unos labios definidos, con una nariz concreta, con los ojos equidistantes y algo separados del tabique nasal, etc. No obstante, a partir de la revisión que han realizado Berscheid y Reis (1998), parece ponerse de relieve que, dependiendo de la experiencia de cada individuo en la visualización de caras atractivas, así es la valoración que realizan dichos individuos respecto al potencial atractivo de la cara de otra persona. Esto es, en buena medida, los jucios valorativos acerca de la atracción dependen de lo que un individuo particular conoce. En cuanto a las variables psicológicas, representan el hecho incontrovertible de que los seres humanos somos diferentes y únicos. Poseemos nuestra propia individualidad que nos hace peculiares. También en el plano motivacional se aprecia dicha especificidad, ya que cada uno de nosotros nos sentimos atraídos o motivados por ciertos estímulos, que no tienen por qué coincidir con los que atraen a nadie más. El ser humano tiene la capacidad para buscar, incluso para crear, un ambiente particular que permita satisfacer dichas necesidades psicológicas, entre las que se encuentran la de logro, la de poder, la de ayuda. Por lo que respecta a las fuentes ambientales, se refieren a los distintos estímulos que, desde fuera del individuo, ejercen su influencia sobre éste. Son los incentivos, considerados como estímulos que motivan la conducta. La cantidad de incentivo, la cualidad específica del mismo [9], así como la lejanía temporal -también la lejanía o distancia psicológica, utilizando la terminología de Lewin (1936)- de su consecución, son factores a considerar si se quiere entender la motivación de un individuo. Al final, la conducta es motivada conjuntamente por la interacción de los eventos internos y los eventos ambientales. Si alguno de esos dos aspectos no se produce, o no está presente, o está, pero de forma incorrecta o deficiente, es muy probable que no se produzca la conducta motivada[10] (Biner, Huffman, Curran y Long, 1998). En definitiva, el estudio de las fuentes de la Motivación tiene que incluir los componentes biológico, de aprendizaje y cognitivo. Estos componentes, en interacción mutua entre sí y con el medio ambiente, posibilitan la activación y dirección de la conducta motivada. Creemos que la tendencia histórica a localizar un único determinante de la conducta está siendo sustituida por la constatación empírica de que distintos factores pueden desencadenar la misma conducta. El análisis de componentes en la Motivación pone de relieve que cada uno de ellos está implicado en grado diverso en cualquier conducta motivada. La interacción entre los tres componentes de la motivación incrementa la probabilidad de que la conducta resultante sea organizada y adaptativa. El componente biológico se fundamenta en el hecho de que uno de los principios de la conducta depende de la estructura genética del sujeto. El componente de aprendizaje juega un importante papel en la motivación, ya que los denominados “motivos adquiridos” (logro, poder, etc.) se escapan a la pura determinación biológica. El componente cognitivo se relaciona con los procesos de conocimiento. Cognición implica pensamiento, percepción, abstracción, síntesis, organización, elección, etc. En una palabra, la relación del sujeto con su medio ambiente a partir del conocimiento causal de la conducta. 3.- Características de la motivación La Motivación se refiere a un proceso dinámico interno. En cualquier momento, como proceso que es, puede implicar cambio o variabilidad. Dreikurs (2000) se refiere a la Motivación proponiendo que, cuando es descrita como un proceso dinámico momentáneo, nos referimos a un estado motivacional, pero, cuando nos referimos a una predisposición referida a las tendencias de acción, estamos hablando de rasgo motivacional. Mientras el estudio de las disposiciones motivacionales enfatiza las diferencias ínter individuales, el estudio de los estados motivacionales enfatiza las diferencias en la dinámica momentánea de la acción. En un sentido muy parecido, Deckers (2001) propone que, para estudiar la Motivación, es necesario tener en cuenta los cambios en los estados internos y en la conducta abierta de los individuos. Esta variabilidad hace referencia a tres ámbitos o posibilidades: (1) la consideración del cambio entre circunstancias -variación momentánea y situacional en un individuo determinado, que permite localizar en qué medida un objetivo atrae a ese individuo-, (2) la consideración del cambio entre distintos individuos de la misma especie -variación ínter individual intra específica, que permite localizar diferencias individuales-, (3) la consideración del cambio entre individuos de distinta especie (que permite localizar la eventual existencia de patrones de conducta específicos de cada especie). En última instancia, la variación o variabilidad motivacional es evidente en dos posibles formas, a saber: en términos de cantidad o intensidad y en términos de cualidad o tipo. Por lo que respecta a la variabilidad en intensidad, implica un cambio -en forma de incremento o decremento- en la movilización de energía, así como en la cantidad de esfuerzo que se dedica para la acción. Es decir, la intensidad se refiere a cuán robusta o débil es la motivación. Por lo que respecta a la variabilidad en cualidad, implica una selección de la dirección para la ejecución de la acción, permitiendo establecer de qué modo específico, o hacia qué meta concreta, se dirige la acción. Es decir, la cualidad se refiere al tipo de motivación. El aspecto relacionado con la intensidad de la Motivación, esto es, el factor energético, puede variar desde la letargia extrema hasta la máxima alerta y responsividad. Ha habido distintas denominaciones para referirse a este factor que proporciona la energía. Entre ellas destacan las de arousal (Revelle, Anderson y Humphreys, 1987; Anderson, 1990) y activación (Malmo, 1959; Thayer, 1989). Actualmente, y de forma genérica, se habla de activación. En este marco de referencia, otra forma de referirse a este factor energético que proporciona la intensidad de la Motivación ha consistido en la utilización del tiempo que se invierte en la movilización de la energía en la conducta motivada. Así, se ha propuesto la existencia de una dimensión fásica y de una dimensión tónica. Por lo que respecta a la dimensión fásica, hace referencia a reacciones o excitaciones breves, asociadas a un estímulo u objetivo que, por alguna circunstancia, es significativo para ese individuo. Por lo que respecta a la dimensión tónica, hace referencia a respuestas o excitaciones provocadas por un estímulo u objetivo, el cual, en este caso, posee mucha relevancia, o exige mucha dedicación al individuo, produciendo un nivel sostenido en la respuesta o excitación (Palmero y Chóliz, 1991). El aspecto relacionado con la dirección de la Motivación no tiene connotaciones cuantitativas sino de cualidad de las acciones y las conductas. El aspecto direccional de la motivación se refiere a la variación referida a los tipos de metas o antecedentes a los que responde un organismo; esto es, tiene que ver con la selección de objetivos. Así pues, parece evidente que, prácticamente, todos los autores que investigan aspectos relacionados con la conducta se plantean preguntas acerca del porqué de la conducta; en la medida en la que gran parte de ellos intentan responder, incrementan considerablemente el número de aspectos y características de la motivación. Sin embargo, como señalan algunos autores (Kleinginna y Kleinginna, 1981; Mankeliunas, 1987; Heckhausen, 1991; Petri, 1991; Franken, 1998; Edwards, 1999; Beck, 2000), implícita o explícitamente, algunas características esenciales parecen ser común denominador en prácticamente todas las definiciones propuestas. Tales características se refieren a la activación y la dirección. Activación Para ejecutar una conducta, cualquier conducta, es necesaria la existencia de un cierto nivel de energía. Sin esa energía, la conducta no se producirá. La energía procede principalmente de la comida ingresada en el organismo, la cual será almacenada como energía potencial. Cuando dicha energía almacenada es liberada para ejecutar una determinada conducta, se convierte en energía cinética. Es como si la energía potencial esperase la aparición de algún estímulo especial, tanto interno como externo, para que la libere y la transforme, cinéticamente, en alguna conducta particular. La activación es una de las características que con mayor facilidad puede ser observada cuando un organismo lleva a cabo una conducta. La conducta abierta o manifiesta es una de las propiedades que mejor define a la activación. Es decir, en la medida en la que un organismo está llevando a cabo una conducta, parece lógico pensar que un cierto nivel de motivación existe en dicho sujeto. Por el contrario, y al menos aparentemente, si no existe conducta observable, se podría pensar que no existe motivación, o que el nivel de motivación existente es insuficiente para provocar la conducta. Sin embargo, éste es un razonamiento equívoco, pues, si bien es cierto que la presencia de una conducta observable denota la existencia de un adecuado nivel de motivación, la ausencia de una conducta observable no significa la ausencia de motivación. A partir de los trabajos de Lacey (1967), en los que se cuestionó seriamente el concepto de activación como proceso unitario, defendido por Lindsley (1951, 1957), Malmo (1959), Duffy (1962), entre otros, existen claras evidencias de que la activación de un organismo puede manifestarse a través de tres parámetros: electrocortical, autonómico/fisiológico y motor. La conclusión parece bastante clara: aunque la motivación se considera activadora de conducta, la conducta activada no siempre es abierta y manifiesta. En este marco de referencia, además, estimamos que, si bien la existencia de una conducta abierta y manifiesta denota, sin duda, algún tipo de motivación, no necesariamente indica los antecedentes ni las cogniciones que ha llevado a cabo ese individuo para obtener una determinada meta. Esto es, la simple observación de la conducta abierta o manifiesta denota activación, luego, denota motivación, pero no permite dilucidar cuál es la motivación ni cuáles los objetivos perseguidos. Otra propiedad que define bastante bien las características activadoras de la motivación tiene que ver con la persistencia. El argumento que sustenta el papel de la persistencia es bastante lógico, al menos desde un punto de vista conductual. En efecto, parece un hecho bastante evidente que, cuando un organismo está motivado (por ejemplo, cuando experimenta hambre), persiste en su conducta hasta que consigue el alimento. Esta característica de la activación en la conducta motivada ha sido cuestionada por algunos autores (Beck, 2000), quienes argumentan que la conducta persistente (entendiendo por persistencia la repetición de la misma conducta) aparece en los experimentos en los que sólo existe una alternativa de respuesta (por ejemplo, presionar una barra); si hubiese más alternativas de respuesta (como sucede en la vida real), quizá no se observase la persistencia de conducta, puesto que los sujetos tendrían dónde elegir. En estos experimentos, continúa Beck, los sujetos experimentales han sido adiestrados para conseguir comida mediante una respuesta concreta: presionar la barra. Parece lógico encontrar que, cuando sienten hambre (presencia de motivación), los animales den la respuesta que han aprendido. Si no obtienen comida con su respuesta siguen intentándolo, siguen insistiendo, persisten en su conducta. Si tuviesen más alternativas de respuesta, quizá no repitiesen la conducta y experimentasen con otras respuestas, con lo que la persistencia en la conducta no sería tan importante como modalidad activadora para explicar la motivación [11]. No obstante, a pesar de la lógica que envuelve el razonamiento de Beck, pensamos que se podrían introducir ciertos matices a la misma. Si bien es cierto que en los experimentos a los que se refiere este autor sólo había una posibilidad de respuesta (presionar la barra), este hecho no invalida la relevancia de la persistencia como propiedad importante de la activación en Motivación. Es decir, aunque hubiese más alternativas de respuesta, la conducta del organismo sería igualmente persistente, y perseguiría el mismo fin: encontrar la comida. El hecho de que llevase a cabo diversas conductas no invalidaría el argumento de la persistencia hacia la obtención de comida. Sería conveniente matizar que, cuando Beck se refiere a persistencia, lo hace pensando en la misma conducta. El animal persiste en la misma respuesta. Sin embargo la persistencia va más allá de la especificidad de conducta: tanto da si el sujeto tiene una o varias alternativas de conducta, insistirá en su conducta o elegirá otra, en cualquiera de los casos persistirá en su afán por obtener la comida. Otra propiedad que está relacionada con las características activadoras de la motivación tiene que ver con el vigor o intensidad de la conducta. Los teóricos de la motivación plantean que la intensidad de la respuesta ofrecida por un sujeto correlaciona positivamente con el nivel de motivación que ese sujeto experimenta. No obstante, también existen reticencias al respecto, ya que, si un sujeto ha aprendido a dar una determinada respuesta que implica una gran intensidad, podría suceder que, en situaciones futuras, la existencia de un moderado nivel de motivación desencadenase una respuesta intensa que no reflejara el estado real del sujeto. Lo que sugerimos con esta idea es que los procesos previos de aprendizaje pueden distorsionar la correcta relación entre estado motivacional e intensidad de la respuesta observada. No cabe ninguna duda de que el concepto de activación es fundamental en el ámbito de la Motivación. En los últimos años, Thayer (1989) ha establecido una sugerente distinción al estudiar la activación. Concretamente, según este autor, se puede hablar de activación energética y activación tensa. Por lo que respecta a la activación energética, representa un sistema apetitivo o de aproximación, y hace referencia a una dimensión que oscila entre un extremo, caracterizado por el vigor, la energía y la vitalidad, y otro extremo, caracterizado por la fatiga y el cansancio. Las variaciones en este sistema son fácilmente observables en los ciclos diarios (circadianos), ingestión de alimentos, ejercicios, etc. Por lo que respecta a la activación tensa, representa un sistema general de evitación (o precaución), que se pone en funcionamiento en las situaciones que entrañan un peligro (real o imaginario) para el sujeto. Hace referencia a una dimensión que oscila entre un extremo, caracterizado por la ansiedad y el miedo, y otro extremo, caracterizado por la calma y la quietud. Este sistema de activación se relaciona con un mecanismo de emergencia, de preparación, que analiza las características de peligro que una determinada situación entraña para el sujeto. Dirección Hemos visto cómo la activación, con los diversos índices que la configuran, puede ser considerada una de las principales características de la conducta motivada. No obstante, algunos autores (Birch, Atkinson y Bongort, 1974) defienden que la activación no es el principal elemento que define a la conducta motivada. Su argumentación se fundamenta en un hecho: cualquier organismo siempre tiene un determinado nivel de actividad; o, lo que es lo mismo: cualquier organismo siempre tiene un determinado nivel de motivación. Para estos autores, lo verdaderamente importante es estudiar cómo va evolucionando la activación en un sujeto, cómo dicho sujeto va cambiando de una actividad a otra, entendiendo que las principales fuentes del cambio de conducta son los procesos cognitivos. En una palabra, en el estudio de la Motivación, lo que interesa es observar la direccionalidad de la conducta que constantemente está llevando a cabo cualquier individuo. La direccionalidad de la conducta puede que no sea relevante cuando el sujeto en cuestión sólo tiene una alternativa de respuesta. En estos casos, la respuesta es bastante evidente y clara. Pero, cuando las posibilidades de elección le permiten decidir qué conducta, y hacia dónde orientará dicha conducta, la característica de la dirección adquiere una importante consideración, aunque, por supuesto, la conducta se torna más difícil para el sujeto, dependiendo del valor funcional que cada una de las posibles alternativas tengan para dicho sujeto. Es por este motivo por el que Beck (2000) ha criticado la activación -particularmente la persistencia- como componente importante en motivación, mientras que la dirección puede ser considerada como el índice más apropiado para el estudio de las conductas motivadas. En Psicología de la Motivación se suele utilizar lo que se denomina “Test de Preferencia”, para determinar cuál de las distintas alternativas que el sujeto puede elegir es la que más le motiva. Por ejemplo, en un experimento ya clásico (Young y Greene, 1953), utilizando ratas como sujetos de experimentación, se preparan diversos recipientes con agua, aunque cada recipiente con una diferente saturación de azúcar. De este modo, se puede averiguar cuál de las distintas posibilidades o alternativas motiva más al sujeto. Concretamente, en este caso, se pudo observar que las soluciones más saturadas motivaban más a las ratas. El hecho de la preferencia enlaza con lo que señala Beck (2000) al abordar el estudio de la Motivación; concretamente, dice el autor, sería pertinente establecer una diferencia básica entre, por una parte, la preferencia de una conducta centrada en la satisfacción de necesidades, esto es, centrada en la regulación elemental biológica del organismo, y, por otra parte, la preferencia de una conducta centrada en la consecución de metas que no implican la satisfacción de necesidades biológicas, ni se encuentran relacionadas con la homeostasis de dicho organismo. En nuestra modesta opinión, nos parece que, cuanto menos, el presente argumento de Beck sería discutible, ya que, independientemente de lo “necesario” que sea un objetivo para un organismo, la ausencia del mismo y el deseo de conseguirlo cumplirían los requisitos exigibles para hablar de una motivación desencadenada por carencias en un organismo. Creemos que sería prudente hablar de una homeostasis en general, de tal suerte que cupiese la posibilidad, no sólo de referirse al equilibrio de variables biológicas, sino también de las variables psicológicas. El hambre y el deseo de conseguir cualquier otro objetivo son desencadenantes de conductas motivadas. La no consecución de alimento pone en peligro la dimensión biológica de la vida de un organismo, mientras que la no consecución de ese objetivo que se desea, aunque no necesariamente pone en peligro la vida en su dimensión biológica, sí puede llegar a producir consecuencias psicológicas importantes en el individuo. Creemos que la motivación trasciende el concepto de homeostasis. Así, a modo de ejemplo, es frecuente apreciar cómo las peculiaridades sociales y culturales ejercen una influencia relevante, impidiendo la justificación homeostática. Se puede sentir motivación para beber por razones sociales; independientemente del nivel de líquidos en el organismo, éste siente sed, y bebe. No hay deficiencia de líquidos, y bebe. Es decir, cuando se utiliza con las connotaciones de buscar el equilibrio o nivel apropiado en una determinada variable, la homeostasis no puede explicar la bebida en ausencia de señales de déficit, esto es, la bebida secundaria. Un organismo se encuentra siempre en un estado de relativa motivación, ya que, en cierta medida, siempre existe algún objetivo o meta hacia el que se dirige la concucta de ese organismo, o del que se quiere alejar dicho organismo. Es preciso señalar, al hilo de las aportaciones de Deckers (2001), que los objetivos que persigue, o de los que se quiere alejar, un individuo pueden encontrarse temporalmente lejanos, lo cual no impide que se pueda seguir hablando de motivación. En efecto, la obtención de un objetivo o meta puede exigir mucho esfuerzo, persistencia y dedicación por parte de un individuo. Si se trata de un objetivo cuya obtención se encuentra lejana en el tiempo, se pone a prueba, por una parte, la relevancia de ese objetivo para el individuo, y, por otra parte, derivada de la premisa anterior, la persistencia y el esfuerzo que ese individuo está dispuesto a invertir en la consecución. En el proceso de consecución, hay, al menos, dos variables que condicionan de forma importante la subsiguiente conducta o acción de ese individuo. Por una parte, la expectativa de consecución. Es fundamental, ya que, a partir de los análisis que realiza el individuo, podrá constatar si el objetivo se encuentra subjetivamente más próximo o no, ya que, dependiendo de esa expectativa de consecución, así será la subsiguiente actuación del individuo. Si el individuo aprecia que el objetivo se encuentra más próximo, y sigue siendo tan atractivo como lo era, es muy probable que siga en el empeño de conseguirlo. Por el contrario, si el objetivo se encuentra cada vez más alejado de las posibilidades de consecución de ese individuo, independientemente de lo atractivo que sea dicho objetivo, es también muy probable que ese individuo abandone la idea de conseguirlo. Por otra parte, el grado de atracción del objetivo. Es un factor importante, pues puede ocurrir que, con el paso del tiempo, el objetivo pierda parte del valor de incentivo, o de la significación que posee para el individuo, por referirnos a lo que sugieren Molden y Dweck (2000), produciendo una disminución importante en la conducta dirigida a la consecución de ese objetivo. Incluso, puede suceder también que aparezca un nuevo objetivo más atractivo o más fácil de conseguir que desplace al objetivo anterior en la idea de consecución del individuo. En este marco de referencia, queremos reseñar que la casuística puede ser grande. En el ámbito de los motivos básicos -por ejemplo, el hambre, y la conducta asociada de comer-, por regla general, se aprecia que, a medida que pasa el tiempo sin conseguir el objetivo atractivo para un individuo, éste se torna menos exigente, pudiendo, incluso, llegar a ingerir una comida que no le agrada. Pensamiento y lenguaje. Ignasi Vila y Inés de Gispert (Departamento de Psicología General de la Universidad de Barcelona) Los autores se centran en el análisis de la aportación de Vigotsky en el papel del lenguaje egocéntrico pero amplían su aportación a otros aspectos ya presentes en la obra, publicada en 1934, "Pensamiento y Lenguaje". Las relaciones entre habla y pensamiento y la génesis del contenido de la conciencia humana, merecen una detallada exposición. Cada vez son más y más los autores que, de una u otra forma, incluyen en sus propios puntos de vista las tesis vigotskianas. Sin embargo, en numerosas ocasiones, las discusiones remiten al papel del lenguaje privado o egocéntrico, contra poniéndolo a Piaget, en relación a la regulación de la conducta humana, y olvidando aspectos fundamentales de la tesis de Vigotsky. Como señala Wertsh, "[Vigotsky], profundamente influenciado al inicio de sus trabajos por la psicofisiología pavloviana, cambió progresivamente de orientación para interesarse por las significaciones de los sistemas de signos que han evolucionado históricamente. Hacia el final de su vida, la noción de mediación semiótica se convirtió en elemento central de su teoría psicológica, de la cual derivan todos los otros aspectos" (Wertsh, 1985; p. 50). Justamente, más allá de las controversias concretas, el nudo gordiano que vincula "Pensamiento y Lenguaje" es el hecho central de la mediación de los signos en la transformación de los procesos mentales. Habla y pensamiento. Abreviando su concepción, creemos que las relaciones que Vigotsky postula entre lenguaje (o mejor, habla) y pensamiento se apoyan en dos postulados básicos. El primero, basándose en la obra de Marx y Engels, explicita que la interacción entre dos procesos naturales produce una función psicológica superior. El segundo, retomando las ideas de Pierre Janet, afirma que el contenido de la conciencia humana consiste en relaciones interpersonales interiorizadas. Marx y Engels consideran que la práctica es una de las fuentes del conocimiento humano. En el proceso de transformación de la naturaleza, las personas empleamos herramientas dirigidas hacia los objetos, con el fin de modificarlos. Ahora bien, el resultado de esta actividad no es únicamente la transformación del objeto, sino también la obtención de un plus: el conocimiento de alguna de las propiedades del objeto. No obstante, los humanos no sólo empleamos herramientas dirigidas hacia los objetos; por el contrario, usamos un sin fin de artificios que tiene como objetivo el control y planificación de la conducta individual. Así, nos cambiamos un anillo de dedo o hacemos un nudo en el pañuelo para amplificar nuestra memoria. Por tanto, se la interacción material produce conocimiento, tal y como señala Marx y Engels, por qué no considerar que la interacción entre dos procesos naturales produce una función psicológica superior... Este es el punto de vista de Vigotsky. En relación al ejemplo propuesto, nuestro autor afirma que "el vínculo intermedio (nudo en el pañuelo) no es simplemente un método para aumentar la operación ya existente, ni un mero vínculo adicional en una cadena estímulo-respuesta (S-R). Debido a que este estímulo auxiliar posee la función específica de invertir la acción, puede transferir la operación psicológica a formas superiores y cualitativamente nuevas y permite a los seres humanos, mediante la ayuda de estímulos extrínsecos, el control de su conducta desde fuera. El uso de los signos conduce a los individuos a una estructura específica de conducta que surge del desarrollo biológico y crea nuevas formas de un proceso psicológico culturalmente establecido" (Vigotsky,1979; p. 70). Herramientas y signo. De esta forma, Vigotsky enfatiza la similitud funcional entre las herramientas materiales y las herramientas psicológicas. Ambas tienen un papel mediador, pero las segundas se distinguen de las primeras en que están dirigidas hacia el interior y no modifican el objeto de la operación psicológica. En esta similitud entre herramienta y signo se encuentra el segundo postulado básico de Vigotsky. En primer lugar, cabe señalar que ambas construcciones (herramienta y signo) son artificiales y, por tanto, su carácter es social, implicando que el dominio progresivo de la conducta individual reside en la incorporación a la cultura, en el sentido del aprendizaje del uso de los sistemas de símbolos y signos, culturalmente establecido a lo largo de cientos de miles de años de evolución sociohistórica de la especie humana, entre los cuales el más importante es el lenguaje. En segundo lugar, Vigotsky encuentra en sus investigaciones que los adultos emplean continuamente herramientas psicológicas, pero emancipada de sus formas externas. Es decir, el signo externo que un escolar requiere para solucionar una tarea determinada se transforma en signo interno en el adulto en relación a la misma tarea. Por tanto, el proceso de interiorización de los sistemas de símbolos y signos adquiere una enorme importancia. La respuesta de Vigotsky es clara. Si los procesos psicológicos están mediados por los signos y estos tienen un carácter social, en las relaciones interpsicológicas dominamos su uso, posibilitando así un uso individual, tras la interiorización, en el plano intrapsicológico. En definitiva, que el contenido de la conciencia humana, tal y como había postulado Janet, consiste en relaciones interpersonales interiorizadas. El lenguaje y los intercambios. El estudio, propuesto por Vigotsky, de las relaciones entre pensamiento y lenguaje se inscribe en este marco de referencia. Sus tesis se resumen en su concepción del pensamiento verbal, visto como una totalidad compleja, sometida a leyes propias y cualitativamente distinta tanto del pensamiento como del habla (o lenguaje). Vigotsky, obsesionado por encontrar unidades de análisis de los procesos psicológicos que retuvieran en forma simple las propiedades del conjunto, utiliza el significado de la palabra como unidad del pensamiento verbal. Esta elección se apoya en su concepción sobre el lenguaje. Al igual que Sapir, Vigotsky considera que el lenguaje humano se ha construido para regular y controlar los intercambios comunicativos, pero, a diferencia de otros sistemas comunicativos, el material que emplea para cumplir sus objetivos es simbólico, implicando, por tanto, un nivel de generalización o de reflejo de la realidad. Así, función comunicativa y función representativa del lenguaje se entrelazan, de forma que el habla, para poder cumplir su función original (la comunicación), debe obligatoriamente comportar un nivel de generalización de la realidad y, consecuentemente, representarla. Si no fuera así, la comunicación mediante el lenguaje sería imposible al no compartir los miembros de una determinada comunidad lingüística los mismos referentes en su habla. Por eso, el significado de la palabra conserva las características del pensamiento verbal, al ser tanto un fenómeno del lenguaje como del pensamiento. "Una palabra sin significado es un sonido vacío; el significado es, por tanto, un criterio de la palabra y su componente indispensable... Pero, desde el punto de vista de la psicología, el significado de cada palabra es una generalización o un concepto... Sin embargo, esto no implica que el significado permanezca formalmente a dos esferas diferentes de la vida psíquica. El significado de la palabra es un fenómeno del pensamiento mientras éste esté encarnado en el lenguaje, y del habla sólo en tanto esté relacionado con el pensamiento o iluminado por él. Es un fenómeno del pensamiento verbal, o del lenguaje significativo, una unión de palabra y pensamiento" (Vigotsky, 1973; pp. 160161). Habla interna y habla externa. A estas ideas se añade una nueva: la formación genética del pensamiento verbal, Vigotsky considera que pensamiento y lenguaje presentan raíces ontogenéticamente distintas. Ambos se originan en la transacción, pero el primero es un producto de la interacción material, de la interacción con los objetos, mientras que el lenguaje es un producto de la interacción social, de la interacción con el otro. El pensamiento verbal parece, justamente, como la intersección entre ambas líneas de desarrollo. El significado de la palabra evoluciona en manos del niño a medida que va dominando el lenguaje y, en consecuencia, se modifica su modo de generalizar la realidad, así como la relación entre pensamiento y habla. Vigotsky cree que el pensamiento no se expresa simplemente en palabras, sino que existe a través de ellas. Este planteamiento implica el estudio de los diferentes planos que van desde el lenguaje externo hasta el motivo que sugiere un pensamiento. De lo externo a lo interno, Vigotsky distingue en primer lugar un plano semántico, correspondiente al aspecto interno del habla. Inicialmente, los niños y las niñas hacen corresponder el aspecto interno del habla con su aspecto externo, pero poco a poco, gracias a compatir la misma referencia objetiva en contextos de integración con los adultos, los diferencia, permitiendo al pensamiento verbal elevarse de las generalizaciones primitivas a los conceptos más abstractos. El siguiente plano es el lenguaje interiorizado o habla interna. Vigotsky considera a éste como una formación específica que se rige por unas leyes propias. Vigotsky hipotetiza que el lenguaje privado o egocéntrico precede en el tiempo al lenguaje interior, siendo su naturaleza y estructura semejantes. Dado que el lenguaje egocéntrico tiene una forma externa, su estudio aporta a Vigotsky los datos necesarios para conocer el lenguaje interior. En primer lugar, Vigotsky postula que el lenguaje egocéntrico y el lenguaje interior cumple la misma función. En sus palabras, "el lenguaje egocéntrico sirve de ayuda a la orientación mental y a la comprensión consciente; ayuda a superar dificultades; es el lenguaje para uno mismo, relacionado íntima y últimamente con el pensamiento del niño... El lenguaje egocéntrico se desarrolla a lo largo de una curva que se eleva, y no a lo largo de una que declina; está sujeto a una evolución, no a una involución" (Vigotsky, 1973; p. 175). Para Vigotsky, el lenguaje egocéntrico es una forma de transición entre el lenguaje social y el lenguaje para uno mismo, de forma que el niño lo emplea con una función autorreguladora en contextos potencialmente comunicativos. Sus características son éstas: naturaleza predicativa, condensación de elementos, y predominio del significado. Estos tres apartados sintetizan la naturaleza del habla interior. Vigotsky considera que la función del habla interna es la inversa del habla externa. Mientras que esta última es habla para los demás, el habla interior es habla para uno mismo, funcionando ambas según las reglas del diálogo, pero, a diferencia del habla externa, el habla interna no debe explicitar el tema ya que está compartida en la acción y en la conciencia del propio sujeto. Por tanto, el habla interior está constituida por comentarios (o predicados) sobre algo que ya se conoce, que ya está dado. A su vez, está cargada de significados, los cuales están dominados por el contexto de actuación del sujeto, y se eliminan gran parte de elementos, de forma que podemos obtener una "comunicación prácticamente silenciosa de los pensamientos más complicados" (Vigotsky, 1973; p. 188). Palabra y pensamiento. El último plano de pensamiento verbal es el propio pensamiento. Su fluir no es idéntico, ni se corresponde con un despliegue simultáneo del lenguaje, al no estar formado como éste por unidades. Empleando el símil de Vigostsky, podemos decir que el pensamiento se puede comparar a una nube que arroja una lluvia de palabras. Por último, Vigotsky señala que detrás de cada pensamiento existe una tendencia afectivo-volitiva (una motivación) que es la que lo origina. Tal y como hemos visto, las relaciones entre pensamiento y lenguaje, según Vigotsky, son profundamente complejas. "Un pensamiento nace a través de las palabras. Una palabra sin pensamiento es una cosa muerta, y un pensamiento desprovisto de palabras permanece en la sombra. La conexión entre ellos sin embargo no es constante. Surge en el curso del desarrollo y evoluciona por sí misma" (Vigotsky, 1973; p. 196). Entre pensamiento y habla existen distintas mediaciones, siendo decisiva el habla interna que tiene su origen en la diferenciación entre el lenguaje para uno mismo y el lenguaje para los otros, de forma que participa tanto de la fase en que un pensamiento se encarna en un significado como de aquella en que es transmitido a nuevos significados que pueden combinarse sintácticamente. Tal y como uno de nosotros ha propuesto, entendemos que el pensamiento de Vigotsky se podría resumir de la siguiente forma: "El pensamiento surge a través de algún conflicto del sujeto originado en su actividad precedente, de forma que su resolución comporta revelar de la situación aquello que es nuevo. La focalización del sujeto sobre lo nuevo deviene en un acto de significación de dicho aspecto de la situación, es decir, lo nuevo adquiere una significación y, consecuentemente, puede ser nombrado. La palabra que encarna dicha significación media entre el pensamiento y la aparición del habla interiorizada. Ésta, entendida como un diálogo idiosincrático con uno mismo, resuelve un nuevo conflicto: el que surge entre la comparación entre el significado invocado en la palabra interiorizada (sentido) y su significación objetiva... Así, lo nuevo una vez "nombrado" pasa a ser viejo, a estar ya dado para el sujeto y, por tanto, es susceptible de nuevas diferenciaciones. El sentido, visto como un significado "deformado", se libera de sus constricciones contextuales, al descubrir el sujeto nuevas estructuras y combinaciones de significados. A su vez, estas combinaciones alteran los significados estáticos, permitiéndoles expresar el pensamiento vivo. El resultado es que el contenido acumulado en la palabra que invocaba lo nuevo se despliega a numerosos predicados que gravitan en torno a ella. De esta forma se objetiviza el significado permitiendo el sujeto operar en el plano de la estructura semántica del lenguaje" (Vila, 1985; p. 16). Desde el punto de vista genético, esta mediación del habla interior es realizada inicialmente por el lenguaje egocéntrico o habla privada. Desgraciadamente, la muerte prematura de Vigotsky cortó de raíz el desarrollo de estas formulaciones. Sin embargo, como señalábamos al inicio del artículo, su obra se ha convertido en la actualidad en un marco de referencia básico para estudiar y comprender la formación y el funcionamiento de los procesos psicológicos superiores. En breve, estamos seguros, nuevas aportaciones ampliarán y matizarán las ideas vigotskianas.