PAGO, INTERPELACION DE, EN JURISDICCION VOLUNTARIA. El

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353910. . Cuarta Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LXVII, Pág. 158.
PAGO, INTERPELACION DE, EN JURISDICCION VOLUNTARIA. El artículo 2080 del
Código Civil vigente en el Distrito Federal establece: que si no se ha fijado el tiempo en que
debe hacerse el pago y se trata de obligaciones de dar, no podrá el acreedor exigirlo sino
después de los treinta días siguientes a la interpelación que se haga, ya judicialmente, ya en lo
extrajudicial, ante un notario o ante dos testigos. Por tanto, para el ejercicio de la acción o su
procedencia, cuando se trata de obligaciones de dar para las que no se ha fijado el tiempo del
pago, es condición esencial el requerimiento judicial o extrajudicial, y como según el artículo
893 del Código de Procedimientos Civiles, la jurisdicción voluntaria comprende todos los
actos en que por disposición de la ley o por solicitud de los interesados, se requiere la
intervención del Juez, sin que esté promovida ni se promueva cuestión alguna entre partes
determinadas, debe concluirse que esta vía es procedente en los casos de interpelación a que
se refiere el artículo transcrito de la ley sustantiva. En tal virtud, si se trata de interpelar a una
persona en la vía mencionada, como podría haberse hecho extrajudicialmente ante un notario
o ante dos testigos, sin que por su propia naturaleza entrañe la decisión de una contienda
pendiente o la promoción de ella entre partes determinadas, la intervención que se solicite de
la autoridad jurisdiccional y la competencia de ésta para ordenar la propia interpelación, no
depende sino de la política legislativa del Estado que encomendó concurrentemente esa
misión de autorización a dichos órganos y no de que en su ejercicio hubieran de cumplir la
misión de declarar la voluntad de la ley en un caso concreto, mediante el juicio lógico y el
acto de voluntad que entraña una sentencia en los casos en que existe propiamente cuestión
propuesta entre las partes sobre incertidumbre de la norma aplicable o sobre su realización,
de ser cierta la tutela establecida por la ley sustantiva; por tanto, así por la índole de la
llamada jurisdicción voluntaria, como por el texto de las disposiciones que la rigen, no existe
base alguna para estimar justificada la actitud de la autoridad responsable en cuanto requirió
la demostración, siquiera prima facie, del derecho a que se refirió la interpelación pedida,
pues ésta sólo sirve para precisar una fecha como punto de partida para computar el término,
si bien con algunas consecuencias jurídicas, en que es lícito intentar el cumplimiento de la
obligación en el juicio contradictorio correspondiente; pero sin prejuzgar, en lo mas mínimo,
sobre la real existencia, que sólo hay obligación de demostrar durante el juicio, para la
procedencia de la acción y ni siquiera para iniciarla mediante demanda, supuesto que no se
trata de un derecho que requiera un título preconstituido y que deba satisfacer determinadas
solemnidades. Así pues, el juzgador infringe, por indebida interpretación, los preceptos
anotados, si estima que no debe darse entrada a una solicitud de interpelación en jurisdicción
voluntaria, sin justificar previamente la existencia del contrato.
Amparo civil en revisión 7555/40. Castorena Esteban S. sucesión de. 16 de enero de 1941.
Unanimidad de cinco votos. Relator: Hermilo López Sánchez.
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