1 CURSO BASICO AUTOFORMATIVO SOBRE DERECHOS

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CURSO BASICO AUTOFORMATIVO SOBRE DERECHOS HUMANOS
Prof. Víctor Rodríguez Rescia
TABLA DE CONTENIDOS
Módulo I: Aspectos Conceptuales (pp. 02 - 10)
Unidad I: El concepto de Derechos Humanos
Unidad II: Denominación de derechos humanos
Módulo II: Fundamento de los Derechos Humanos (pp. 10 - 21)
Unidad I: Fundamentos filosóficos de los derechos humanos
Unidad II: Aspectos generales de los derechos humanos. Preguntas más
frecuentes
Módulo III: Desarrollo Histórico y Filosófico (pp. 21 - 38)
Unidad I: Antecedentes históricos y filosóficos
Unidad II: Desarrollo histórico-filosófico en las Américas
Unidad III: La internacionalización de los derechos humanos
Módulo IV: Derechos Humanos y Grupos en situación especial (pp. 38 - 45)
Unidad I: Fundamentos para la protección de grupos en situación especial
Unidad II: Protección de derechos humanos para grupos en situación especial
1
MODULO I
ASPECTOS CONCEPTUALES

Unidad I: El Concepto de Derechos Humanos

Unidad II: Denominación de Derechos Humanos
UNIDAD I
El concepto de Derechos Humanos
Objetivos:
Que las personas que realicen este curso autoformativo logren identificar las
principales características conceptuales de los derechos humanos y puedan
elaborar su propia definición con base en ellas.
Definiciones de "derechos humanos" abundan y la mayoría de ellas siempre hacen
alguna referencia a un enfoque jurídico debido a que la propia denominación alude a
la palabra "derecho". Esta circunstancia, más que facilitar el concepto genera un
sesgo porque se tiende a "juridizar" el concepto. Así por ejemplo, es normal que las
definiciones más comunes utilicen la idea general de entender por derechos humanos
"aquellos derechos" inherentes a la persona humana por su simple condición de
persona. Como aproximación general, podemos utilizar esa definición, pero solo
como un primer punto de partida.
Cualquier concepto de derechos humanos debe contener alguna alusión a la
dignidad humana como valor. La dignidad humana está en íntima relación con
los principios de igualdad y libertad. En cuanto valor, la dignidad humana
involucra también la búsqueda constante por un proyecto de vida digna para todos
y todas.
Es claro entonces, como advierte Pérez Luño, que el sentido y alcance de los
derechos humanos dista mucho de ser claro y unívoco; siendo la imprecisión, la
ambigüedad y la equivocidad rasgos connotadores de su empleo, no sólo en el
lenguaje común (1) sino incluso en las polémicas doctrinales de los especialistas. (2)
Los derechos humanos, deben entenderse de una manera mucho más amplia e
integral, porque además son un fenómeno en constante construcción y evolución. No
se pueden delimitar únicamente a un conjunto de derechos determinados, sino a una
idea más comprensiva de fenómenos sociales y políticos, ya que su reconocimiento
parte de verdaderas "conquistas" logradas por la persona humana frente al poder del
Estado, cualquiera sea su forma de manifestación (Monarquías o Estados
democráticos republicanos). Es por ello que una definición sobre derechos humanos
siempre debe ir acompañada del conocimiento de los procesos históricos y
filosóficos alrededor de la persona humana y su constante interrelación en la
2
sociedad y con el poder. Igualmente, debe tener como base, valores indiscutibles
como la dignidad, la libertad y la igualdad, aún cuando no fueren términos
necesariamente incorporados en la parte conceptual.
Hoy, podemos extender el concepto de derechos humanos a otros niveles que
trascienden de un listado de derechos, para entenderlos como un estadio de
situaciones y procesos, incluyendo claro está, también derechos; todos ellos
necesarios para gozar de una vida digna conforme al proyecto de vida que cada
quien adopte conforme a sus cualidades y condiciones. Por su parte, le corresponde
al Estado proporcionar las condiciones para que todos sus habitantes tengan acceso y
las mismas posibilidades para lograr esos objetivos.
Los
derechos
humanos
son:
universales,
indivisibles,
integrales,
interdependientes, complementarios, irrenunciables, imprescriptibles, inviolables
e inalienables.
Por ello, más importante que una definición de derechos humanos, es la capacidad
que podemos desarrollar para "caracterizarlos", es decir, para identificar ciertos
elementos o características que conforman un núcleo de circunstancias donde se
genere un reconocimiento mínimo de obligaciones y derechos que hagan posible la
vida en sociedad en un marco de respeto de instituciones y de reglas de convivencia.
Los derechos humanos son una constante manifestación diaria de relaciones entre
personas y entre personas e instituciones del Estado que interactúan a partir de
ciertas reglas de respeto mutuo. Como conquistas que son, los derechos humanos se
muestran como un cúmulo de derechos que la persona humana ha ido logrando que
el Estado le reconozca como inalienables e implícitamente exigibles por medio de
garantías. En un nivel más complejo e integral, los derechos humanos se constituyen
como la razón de ser de la institucionalidad del Poder del Estado, el cual estará
legitimado únicamente en el tanto que sea respetuoso de un marco indisoluble donde
confluyen los siguientes tres elementos: 1. Estado de Derecho; 2. democracias
participativas; 3. Respeto de los derechos humanos para todas las personas sin
ningún tipo de distinción.
Esto es lo que se conoce como la "triada" de los derechos humanos, la cual se puede
representar de la siguiente manera (haga clic en el título):
CUADRO I
Si alguno de esos supuestos no existe o es débil, entonces no hay un marco pleno de
respeto de los derechos humanos porque no hay derechos humanos sin democracia
ni Estado de Derecho; ni hay democracia sin Estado de Derecho ni respeto de
derechos humanos y tampoco habrá Estado de Derecho si no hay democracia ni
respeto de derechos humanos.
En la mayoría de los países la triada funciona de manera imperfecta, porque es
difícil, para empezar, que exista una verdadera democracia "participativa", donde no
solo haya elecciones periódicas sino también acceso a fórmulas viables para
garantizar mayor participación ciudadana y auditoria o control social. En todo caso,
partimos de que debe existir al menos un marco de respeto a las instituciones que
caracterizan un Estado de Derecho democrático y participativo, incluyendo el apego
3
a la legalidad y al principio de división de poderes, donde cada órgano del Estado
asuma su papel con claridad en su competencia y de manera independiente, sin
interferencia de otros poderes.
Teniendo claro ese contexto como marco general, podemos iniciar un proceso de
identificación de características para "construir" un concepto de derechos humanos
más integral que la definición jurídica ensayada al inicio de este apartado.
Cualquiera que sea la definición que se adopte, ella debe incluir los siguientes
elementos:





Alusión a derechos de las personas, pero también a "condiciones" mínimas
para la satisfacción de sus necesidades básicas;
Derechos, condiciones y oportunidades que el Estado debe proveer a todas
las personas sin ningún tipo de discriminación por razones de etnia, religión,
sexo, edad o de cualquier otra naturaleza.
Entendimiento de que los derechos humanos son connaturales con la
condición de "persona humana", por lo tanto, no incluyen a personas
jurídicas como sociedades anónimas o cualquier otro tipo de corporación o
fundación.
Referencia necesaria a la idea de obtención de "calidad de vida" como
supuesto de realización de todos los derechos humanos, incluyendo derechos
civiles y políticos y económicos, sociales y culturales.
Que contemple no solo derechos sino también obligaciones o deberes de las
personas para con los demás y con el Estado.
A partir de esos supuestos, cualquier persona puede desarrollar su propia definición
de derechos humanos si incorpora esas variables de manera integral. A manera de
ejemplo, la definición que proponemos es la siguiente:
"Derechos humanos son aquellos derechos -civiles y políticos, económicos, sociales
y culturales- inherentes a la persona humana, así como aquellas condiciones y
situaciones indispensables, reconocidas por el Estado a todos sus habitantes sin
ningún tipo de discriminación, para lograr un proyecto de vida digna".
Muchas son las aristas que se pueden obtener de aquellos elementos especificantes
de los derechos humanos. Una muy desarrollada es entender a los derechos humanos
como la base para lograr el derecho al desarrollo humano, tanto a nivel de persona
como de los pueblos. Se habla entonces de que el desarrollo es el estadio más
avanzado del reconocimiento (realización) de los derechos humanos. En definitiva,
más importante que conceptuar los derechos humanos, es entenderlos, asimilarlos y
"vivirlos" día a día como condiciones elementales para que todas las personas logren
desarrollarse como tales, independientemente de sus preferencias, necesidades y
circunstancias particulares. El Estado, deberá proveer los medios necesarios con
esos fines, atendiendo siempre al respeto de los derechos humanos, pero también, al
reconocimiento de las necesidades especiales de personas que requieran de mayores
atenciones y retos. Esto último, se desarrollará en el módulo III sobre "derechos
humanos y grupos en situación especial".
Como quiera que sea, el elemento que nunca puede falta en la definición de los
4
derechos humanos es la idea de la dignidad humana.
La dignidad humana es un valor inherente a todo ser humano. Tiene que ver con la
capacidad natural de libertad con responsabilidad y del principio de igualdad, ambas
características propias por naturaleza desde su nacimiento, incluso desde su
concepción con limitaciones del caso.
"La dignidad humana entraña no sólo la garantía negativa de que la persona no va
a ser objeto de ofensas o humillaciones, sino que supone también la afirmación
positiva del pleno desarrollo de la personalidad de cada individuo. El pleno
desarrollo de la personalidad implica, a su vez, de un lado, el reconocimiento de la
total autodisponibilidad, sin interferencias o impedimentos externos, de las
posibilidades de actuación propias de cada hombre; de otro, la autodeterminación
que surge de la libre proyección histórica de la razón humana, antes que de una
predeterminación dada por la naturaleza de una vez por todas". (3)
La dignidad humana no es un concepto etéreo, por el contrario, sirve para
fundamentar, en momentos históricos diferentes, los distintos alcances de los
derechos humanos y su protección amplia y efectiva como el apelar, en nombre de la
dignidad humana, al pleno desarrollo de la persona mediante la consolidación de un
Estado Social de Derecho más solidario, donde las garantías individuales no resultan
suficientes, sino en su correlación con la comunidad en una dialéctica entre derechos
y deberes y el interés común.
En conclusión, los derechos humanos son valores fundamentales vinculados con la
dignidad, la libertad y la igualdad de las personas exigibles en todo momento y
lugar. Son, por lo tanto, anteriores y superiores al Estado, el cual no los otorga, sino
que los reconoce y, por lo tanto, es el principal obligado a respetarlos y
garantizarlos. Tienen, en consecuencia, las siguientes características: (4)





Son universales, porque le pertenecen a todas las personas en cualquier
tiempo y lugar.
Son indivisibles, interdependientes, integrales y complementarios. Todos los
derechos humanos están relacionados entre sí y forman un sistema armónico
independientemente de que unos puedan tener énfasis en derechos
individuales o colectivos. Son indisolubles.
Son irrenunciables e imprescriptibles, por lo tanto, representan un estatuto
personal que sigue a la persona dondequiera que se encuentre y no puede ser
obligada a renunciar a ellos en ninguna circunstancia.
Son inalienables e inviolables. De la misma manera en que nadie puede
renunciar a sus derechos, mucho menos pueden ser violentados, pero cuando
ello ocurre, el Estado debe asumir las consecuencias en términos de
responsabilidad, tanto en el ámbito del Derecho Interno, como en el Derecho
Internacional.
No son derechos suspendibles, salvo de manera excepcional y temporal y en
circunstancias muy especiales.
Suspensión de derechos y núcleo duro
Resulta necesario desarrollar esta última característica. Si bien, en términos
5
generales los derechos humanos no pueden ser suspendidos por el Estado, sí existen
algunas circunstancias muy particulares en que algunos derechos- no todos- podrían
ser objeto de suspensión temporal. Ello se conoce como estado de excepción, y en
los distintos países tienen denominaciones diferentes como estado de sitio, estado de
emergencia, toque de queda, suspensión de garantías, estado de alarma, estado de
guerra, ley marcial, etc. Como quiera que se denomine, la condición absoluta (sine
qua non) para recurrir a la institución de la suspensión de derechos, es que se
presenten de manera evidente hechos o acontecimientos de la naturaleza, como
catástrofes, inundaciones, terremotos -crisis de fuerza mayor- y graves alteraciones
al orden público, incluyendo perturbaciones y peligros de ataques exteriores -crisis
políticas y económicas- que hagan prioritario proteger la seguridad del Estado y de
sus habitantes. Se trata de anteponer el interés común sobre el derecho individual
para evitar un mal mayor.
En todo caso, también hay principios a respetar para que los estados de excepción
sean acordes con el Estado de Derecho y las regulaciones internacionales en
derechos humanos, a saber: (5)
Principios que garantizan los estados de excepción:
-principio de necesidad. Debe ser una medida estrictamente necesaria y tomada
como la última opción.
-principio de legalidad. Debe estar reglado por la Constitución dentro de un marco
de legalidad.
-principio de amenaza excepcional . No es un instrumento cotidiano o regular,
depende de crisis y peligro público.
-principio de proporcionalidad. Deben ser medidas ajustadas estrictamente a la
circunstancia que la generó.
-Principio de temporalidad y provisionalidad. Son medidas que durarán lo que dure
la situación de emergencia, por lo que no pueden ser estados de suspensión
indefinida.
-Principio de proclamación y notificación. Los estados de excepción se deben dar a
conocer con debida antelación y se deben notificar inmediatamente a los
Secretarios Generales de la ONU y de la OEA, señalando tanto las medidas a
tomar, las causas y el tiempo por el que estará vigente.
Otra característica fundamental, es que hay un núcleo duro de derechos que
NUNCA puede ser suspendido, incluso en estados de excepción. Todos los sistemas
internacionales de protección de derechos humanos hacen alusión a una serie de
derechos no suspendibles, siendo el sistema interamericano el que tiene más
derechos no suspendibles. Conforme al artículo 27 de la Convención Americana, no
pueden ser objeto de suspensión en estado de emergencia los siguientes derechos:
derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica, derecho a la vida, derecho a
la integridad personal, prohibición de la esclavitud y servidumbre, principio de
legalidad y prohibición de retroactividad de la ley, libertad de conciencia y religión,
6
protección a la familia, derecho al nombre, derechos del niño, derecho a la
nacionalidad y derechos políticos. De manera complementaria, tampoco se pueden
suspender las garantías judiciales indispensables para la protección de los derechos
que conforman ese núcleo duro, a saber, los recursos de amparo o tutela
constitucional y el hábeas corpus.
_________________
Notas:
[1] Un gran denominador común de las personas considera, incluso como parte del
inconsciente colectivo, que violaciones a los derechos humanos son aquellas
violaciones graves y flagrantes como torturas, ejecuciones y desapariciones forzadas
de personas y no incluyen dentro de ese catálogo, otros hechos no tan denigrantes,
pero si importantes, como el derecho a un debido proceso y el acceso a derechos
económicos, sociales y culturales, los cuales no son asimilados como derechos
exigibles.
[2] Pérez Luño, Antonio. "Sobre los Valores Fundamentales de los Derechos
Humanos". En: Polo, Luis Felipe. Fundamentos Filosóficos de los Derechos
Humanos. Arte Nativas. Guatemala, 2003, p.37.
[3] Pérez Luño, Antonio. Op. Cit. P. 38.
[4] Características tomadas y adaptadas del Manual de Derechos Humanos para las
Fuerzas Armadas. Instituto Interamericano de Derechos Humanos. 2004. p. 38.
[5] Cf. Ibid. p. 140-142.
UNIDAD II
Denominación de derechos humanos
Objetivo:
Que el estudiante identifique las distintas terminologías sobre derechos
humanos, pero en particular, que logre reconocer los elementos diferenciadores
y los verdaderos alcances prácticos de los derechos humanos en el ámbito
interno e internacional
Derechos humanos, como terminología, es un concepto relativamente nuevo. Se
puede decir que incluso es de uso más regular a partir del primer cuarto del Siglo
XX y especialmente, desde mediados de ese siglo, con la aprobación de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948. Ya en
1945, la Carta de la Organización de las Naciones Unidas había acuñado ese
término, en la que expresaba, como uno de sus propósitos, "Realizar la cooperación
internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico,
social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los
7
derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por
motivos de raza, sexo, idioma o religión…"(6) (subrayado no es del original).
Sin embargo, no se puede relacionar ese reconocimiento terminológico con el
reconocimiento de esos derechos como tales, ya que mucho antes de esa
denominación, ya se identificaban y protegían por parte del Estado, aunque con otra
terminología, más ligada a la idea de protección jurídica constitucional. De ahí que
los derechos humanos son, ante todo "derechos constitucionales", tal y como han
sido asumidos como parte del cuerpo jurídico que determina la Constitución
Nacional de cada país. Es por lo tanto común utilizar otros términos que son
igualmente sinónimos por la naturaleza de sus contenidos como "derechos
constitucionales", "garantías constitucionales", "derechos públicos subjetivos",
"libertades públicas" o "derechos fundamentales". El profesor Máximo Pacheco nos
habla de "derechos fundamentales de la persona humana". (7)
No importa cuál denominación utilicemos, lo cierto es que los derechos humanos
han ido tomando una primacía indiscutible en el quehacer humano y tienen cada vez
mayor asidero universal en términos de su reconocimiento y respeto. Incluso, se les
reconoce en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos como
normas imperativas (Normas del Ius Cogens); es decir, una suerte de
derecho universal que, a apartir del desarrollo de costumbre, empieza a ser aceptado
por los mismos Estados como una norma obligatoria y vinculante en sí misma,
independiente de que exitan tratados internacionales y otros instrumentos que los
reconozcan y desarrollen con más detalle.
No obstante, es recomendable, para evitar imprecisiones, entender los derechos
humanos como un término genérico que involucra derechos y deberes
constitucionales, pero también otros que están reconocidos en instrumentos
internacionales como tratados y declaraciones de derechos humanos. Los derechos
humanos equivalen a derechos constitucionales cuando son reclamables en el
derecho interno de cada país por medio de las garantías procesales que la misma
Constitución Política reconoce. Pero cuando trascienden de la esfera del Derecho
interno, dejan de llamarse derechos, garantías o libertades constitucionales, para
asumir una comprensión más universal como derechos humanos.
En otras palabras, los derechos humanos se manifiestan de muchas maneras y por
muchos medios de protección, tanto en el derecho interno, como en el derecho
internacional. Es por ello que a partir de la generalización y reconocimiento
internacional de los derechos humanos, se configuró una nueva rama del Derecho
Internacional que se denomina "Derecho Internacional de los Derechos Humanos".
A pesar de su reciente reconocimiento, ha sido una de las ramas del Derecho con
mayor avance doctrinal y jurisprudencial en los últimos cincuenta años,
especialmente por haberle dado reconocimiento a la persona humana como sujeto de
Derecho con capacidad de demandar internacionalmente a Estados por violación a
derechos humanos, aspecto que le estaba totalmente vedado en el Derecho
Internacional clásico.
De la anterior evolución, podemos entonces hacer la siguiente delimitación
terminológica, partiendo de lo general a lo particular:
8
Derechos Humanos, entendidos como "Derecho de los Derechos Humanos", son la
categoría más amplia e integral, lo que incluye tanto protección nacional como
derechos constitucionales, como protección internacional (Derecho Internacional de
los Derechos Humanos). A manera de ilustración, se grafica de la siguiente manera
(haga clic en el título):
CUADRO II
La anterior delimitación no puede ser entendida como el errado entendimiento de
algunos de creer que existe una separación entre el Derecho Nacional Constitucional
y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos como una especie de dos
contextos de protección donde los tratados internacionales deben estar supeditados a
la Constitución de cada país. Por el contrario, desde la óptica del Derecho
Internacional, debe haber una integración ordenada entre los tratados internacionales
de derechos humanos y el Derecho Interno, de manera que, independientemente del
valor jerárquico que le otorguen a los tratados las Constituciones de cada país,
siempre prevalece la norma internacional, ya que los Estados ratificaron esos
documentos de manera soberana y se sometieron a cumplir esas obligaciones
internacionales de buena fe. Por otra parte, en casos en que una norma de derecho
interno entre en conflicto con una norma de un tratado, se aplica de manera
preferente ésta última, debido a que un Estado no puede optar por una norma de su
Derecho Interno, debido al principio de derecho que dice que un Estado no puede
invocar su Derecho Interno para no cumplir una obligación internacional (artículos
26 y 27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados).
Aún más, desarrollos más recientes, incluso como cláusulas claramente establecidas
en los principales tratados de derechos humanos, avanzan en la interpretación de los
derechos humanos para abandonar ese conflicto jerárquico, de manera que en cada
caso concreto se aplique siempre la norma que más favorezca a la persona humana,
independientemente de que provenga de un tratado, de la Constitución o de una ley
ordinaria (principio pro homine o pro persona).(8) La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela ya reconoce este principio de manera específica y en
Costa Rica, ha sido incorporado por vía de jurisprudencia de la Sala Constitucional.
_______________
Notas:
[6] Carta de la Organización de las Naciones Unidas, Artículo 1.
[7] Pacheco Gómez, Máximo. "El concepto de los derechos fundamentales de la
persona humana". Liber Amicorum Héctor Fix-Zamudio. Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Volumen I. San José, Costa Rica. 1998. p.45.
[8] La Convención Americana sobre Derechos Humanos reconoce el principio pro
persona humana de la siguiente manera: "Ninguna disposición de la presente
Convención puede ser interpretada en el sentido de:
…b. limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados partes o de acuerdo
9
con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados." (subrayado no es del
original). Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 29.d. La
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ya reconoce este principio
de manera específica y en Costa Rica, ha sido incorporado por vía de jurisprudencia
de la Sala Constitucional.
MODULO II
FUNDAMENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS

Unidad I: Fundamentos filosóficos de los derechos humanos.

Unidad II: Aspectos generales de los derechos humanos. Preguntas más
frecuentes.
UNIDAD I
Fundamentos filosóficos de los derechos humanos
Objetivo
Que las personas que lleven a cabo este curso autoformativo conozcan el debate
complejo sobre los fundamentos de los derechos humanos y tomen conciencia de la
verdadera importancia de esa tarea para efectos prácticos.
Dónde encontrar el fundamento de los derechos humanos parece ser la principal
pregunta cuándo estudiamos el origen y desarrollo de los derechos humanos, pero sobre
todo, una respuesta racional a su existencia es una de las constantes más estudiadas por
el pensamiento filosófico-jurídico.
Incluso hay un rico debate sobre si es necesario o no determinar el fundamento de los
derechos humanos, o si simplemente se debe concentrar el estudio en aspectos más
prácticos como su protección. Norberto Bobbio lanza ese duro cuestionamiento cuando
afirma que, hoy día, el problema de fondo de los derechos humanos no es el de
justificarlos, sino el de protegerlos, y que encontrar un fundamento absoluto sería una
investigación infundada, por ser los derechos humanos indefinibles, variables,
heterogéneos y antinómicos. En palabras más claras afirma: "la fundamentación de los
derechos humanos no es tan siquiera deseable porque es una inútil pérdida de tiempo".
(9)
Sin embargo, observemos que Bobbio hace alusión a la innecesaria búsqueda de un
fundamento absoluto de los derechos humanos. A pesar de ello, no deja de ser necesario
cuestionarse con seriedad el fundamento, o los distintos fundamentos que den base a
una teoría de los derechos humanos porque lo cierto es que existe una convicción
universal de su existencia; convicción misma que es la que hace incuestionable su
protección. Quiere decir que hay algo que genera esa tangibilidad de los derechos
humanos y a ello es lo que apunta la incesante búsqueda de su fundamentación, aún
cuando nos pudiéramos frustrar de no encontrar un fundamento único y absoluto.
10
Lo cierto es que el fundamento de los derechos humanos es muy cercano al fundamento
del Derecho mismo. De ahí que no es extraño que cada vez que se emite un documento
declarativo de derechos humanos como un tratado o declaración, o bien cualquier norma
jurídica, siempre va antecedida de un preámbulo o justificación, de un por qué. Muchas
de esas invocaciones van dirigidas hacia principios morales que caracterizan al ser
humano, como la dignidad inherente de la persona, la igualdad, el bienestar social y
material, el desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, acceso equitativo
a oportunidades, seguridad económica, la realización de la justicia y, en general, la
protección de los atributos de la persona humana. (10)
La palabra fundamento atiende a “razón principal o motivo en que se pretende afianzar
o asegurar una cosa”.(11)
Desde esa acepción, lo que debe quedar claro es, como lo señalara Bobbio, no de
encontrar el fundamento absoluto de los derechos humanos, sino moderadamente los
varios fundamentos posibles. La tarea tampoco es sencilla, porque generalmente
también nos enfrascamos en plantear unas fundamentaciones que son desarticuladas por
otras. La anécdota personal planteada al respecto por Puy Muñoz es bastante
ilustrativa: Explica que hace treinta años estaba convencido de tres fundamentos de los
derechos humanos: 1. el fundamento de la convivencia con la humanidad; 2. el de la
convivencia con la naturaleza; 3. el fundamento remoto de la convivencia con la
divinidad. Veinticinco años atrás, pensaba que el fundamento de los derechos humanos
estaba en el derecho a la vida fundamentado en la voluntad de Dios y, en tiempos más
recientes, manifiesta haber descubierto otros fundamentos, como la necesidad de
satisfacer los mínimos relativos de supervivencia del débil en su convivencia con el
fuerte.(12)
Hay todo tipo de fundamentaciones de los derechos humanos, empezando por las más
arraigadas a corrientes iusnaturistas que los hacen derivar de principios naturales
inmutables y eternos; hay otras más enfocadas en desarrollos históricos y otras que se
centran en la ética.
Hoy no es posible sostener los fundamentos de los derechos humanos en visiones únicas
y excluyentes; por el contrario, la realidad demuestra que hay todo un conglomerado de
corrientes de pensamiento, pero sobre todo de procesos históricos que, nutridos por
ciertos principios éticos ineludibles –como la dignidad humana-, permiten hacer una
construcción más realista y holística para fundamentar los derechos humanos.
Como muy bien lo expresara Bobbio:
No se trata de encontrar el fundamento absoluto –proeza gloriosa, pero desesperadase trata de encontrar los diversos fundamentos posibles. No obstante, de todas
maneras esta búsqueda de los fundamentos posibles –hazaña legítima y no
condenada a la esterilidad como la otra- no tendrá ninguna importancia si no está
acompañada del estudio de las condiciones, de los medios y de las situaciones, donde
tal derecho o tal otro pueda ser realizado. Este estudio es la tarea de las ciencias
históricas y sociales. El problema filosófico de los derechos del hombre no puede ser
disociado del estudio de los problemas históricos, sociales, económicos, psicológicos,
inherentes a su ejecución.(13)
11
No obstante, siempre se hace necesario conocer e identificar las principales corrientes
de pensamiento para lograr tener esa visión ecléctica e integral del fundamento de los
derechos humanos.
En primera instancia, ha sido la fundamentación iusnaturalista la más invocada
históricamente, pero no por ello exenta de bastante cuestionamiento por lo que conlleva
el sesgo del concepto del Derecho Natural, el cual deriva la filosofía de los derechos
humanos a la idea de una ley natural, divina e inmutable; es decir, de un orden anterior a
cualquier ordenamiento jurídico.(14) En palabras de Fernández Galiano, son
"…derechos naturales aquellos derechos de los que es titular el hombre no por graciosa
concesión de las normas positivas, sino independientemente de ellas y por el mero
hecho de ser hombre, de participar de la naturaleza humana".(15) La importancia de la
fundamentación iusnaturalista no debiera basarse en la universalidad ni la inmutabilidad
del Derecho Natural, sino en la naturaleza histórica de la persona humana, donde
siempre habrá variedad de situaciones sociales que matizan y coexisten incluso en un
mismo momento.
Esto viene a enlazarse con la fundamentación histórica de los derechos humanos, la que
sostiene, en contraposición con el Derecho Natural, que los derechos son variables y
relativos a cada circunstancia y momento histórico de acuerdo con el desarrollo de la
sociedad. Según esta corriente, los derechos humanos se fundan no en la naturaleza
humana sino en las necesidades humanas y en las posibilidades de satisfacción dentro
de una sociedad; en los valores constituidos en una comunidad histórica concreta y en
los fines que ella misma pretende realizar, siempre que se respete como principio
ineludible la esencia de la dignidad de la persona humana.(16) Sin embargo, la principal
crítica a esta visión historicista radica en que tampoco puede deslindarse de la evolución
histórica un núcleo de sustrato valorativo, axiológico, donde independientemente del
momento histórico, persiste la idea de moral y ética para calificar en cualquier
circunstancia la dignidad humana.
Una tercera rama de la fundamentación de los derechos humanos es la fundamentación
ética, muy bien expuesta por Eusebio Fernández, quien señala que ni la fundamentación
iusnaturalista ni la fundamentación histórica responden de manera coherente, como sí lo
hace la axiología de los derechos humanos en razón de las exigencias que consideramos
imprescindibles e inexcusables de una vida digna. Agrega:
"Para esta fundamentación y consiguiente concepción que defiendo, los derechos
humanos aparecen como derechos morales, es decir, como exigencias éticas y derechos
que los seres humanos tienen por el hecho de ser hombres y, por tanto, con un derecho
igual a su reconocimiento, protección y garantía por parte del Poder político y el
Derecho; derecho igual obviamente basado en la propiedad común a todos ellos de ser
considerados seres humanos y derecho igual de humanidad independiente de cualquier
contingencia histórica o cultural, característica física o intelectual, poder político o
clase social".(17)
Precisamente es de esta concepción integral de donde se deriva la inveterada expresión
de que los derechos humanos son aquellos "inherentes a la persona humana en su
condición de tal", pero más allá de un enunciado meramente ético, donde se requiere
una correspondencia con el reconocimiento de derechos con sus respectivas garantías
(legitimación ética + momento histórico + calificación y protección jurídica). Esta
12
postura coincide perfectamente con la concepción tridimensional del Derecho de Miguel
Reale que define al Derecho como la fórmula entre hecho, valor y norma: ante la
existencia de un hecho social en un momento histórico dado, habrá una valoración ética
al mismo que lo haga calificar para que sea traducido en una norma jurídica).(18)
En suma, la fundamentación de los derechos humanos debe responder al entendimiento,
en cualquier medio, lugar y momento histórico, de que la persona humana tiene una
condición de tal que está impregnada de dignidad, que es la que le da legitimidad para
que actúe de manera libre y razonada, pero con respeto a los mismos derechos de los
demás, en un marco propicio favorecido por el Estado para que realice su proyecto de
vida digna.
_____________
Notas:
[9] Citado por Puy Muñoz, Francisco. "Que significa fundamentar los derechos
humanos?". En Polo, Luis Felipe. Fundamentos Filosóficos de los Derechos Humanos.
Op. Cit, p. 26,27.
[10] cf. Preámbulos de: Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;
Convención Americana sobre Derechos Humanos; Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
[11] (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, 1984, quinta edición.
p.666).
[12] Puy Muñoz, Francisco. Op. Cit. P. 34,35.
[13] Bobbio Norberto, "Actes des entretiens de L´Aguila" (14-19 Septiembre 1964).
Institut Internationale de Philosophie. La Aurora Italia. Firenze.1966. p. 9.
[14] Según Maritain: "Se trata de establecer la existencia de derechos naturales
inherentes al ser humano, anteriores y superiores a las legislaciones escritas y a los
acuerdos entre los gobiernos, derechos que no le incumbe a la comunidad civil el
otorgar, sino el reconocer y sancionar como universalmente valederos y que ninguna
consideración de utilidad social podría, ni siquiera momentáneamente, abolir o autorizar
su infracción". Maritain Jacques. Los Derechos del hombre y la ley natural.
Biblioteca Nueva. Buenos Aires. 1943. p.96.
[15] Fernández-Galiano, Antonio. Derecho Natural. Introducción Filosófica al
Derecho. Sección de Publicaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad
Complutense. Madrid. 1974. p.133.
[16] Cf. Peris, Manuel. Juez, Estado y Derechos Humanos. Editorial Fernando Torres.
Valencia 1976.
[17] Fernández Eusebio. "Los Derechos Fundamentales del Hombre". Anuario de
Derechos Humanos. Facultad de Derecho de la Universidad Complutense. Madrid.
1981.pp 94,95.
13
[18] Tales elementos - hecho, valor y norma- no existen separados unos de otros sino
que coexisten en una unidad concreta. Cf. Reale Miguel. Introducción al Derecho. P.69.
UNIDAD II
Aspectos generales de los derechos humanos
Preguntas más frecuentes
Objetivo:
Que los y las estudiantes tengan a mano las herramientas mínimas para responder
a las preguntas más frecuentes sobre derechos humanos, como quién o quiénes
violan los derechos humanos y los principales efectos de ello. Adicionalmente, que
tengan una noción mínima de dónde se pueden ubicar los derechos humanos en el
Derecho Interno y en el Derecho Internacional y cómo se relacionan entre sí. Por
último, que observen cómo, a partir de la interpretación amplia de algunos
derechos humanos, se logran desarrollos integrales como aristas a seguir.
¿Quién viola los derechos humanos?
El Estado. El Estado es el primer responsable en garantizar y proteger los derechos
esenciales de todas las personas que se encuentren en su territorio (no solo de sus
nacionales, sino de todos sus habitantes). Involucra la realización de acciones positivas
como organizar los aparatos sociales y judiciales, así como la abstención de realizar
actos que afecten derechos de las personas. El incumplimiento de
esta obligación, genera responsabilidad social por los medios previstos por el
ordenamiento interno y, de manera complementaria, por el Derecho Internacional.
El Estado actúa por medio de sus funcionarios -llamados agentes en el Derecho
Internacional-. Estos funcionarios, comprometen con su acción u omisión al Estado
debido a que la actividad del Estado siempre implica un riesgo de provocar algún daño
o perjuicio a la esfera de los derechos de las personas, sin que necesariamente impliquen
la comisión de un delito. Ello se conoce como "responsabilidad objetiva" del Estado, lo
que quiere decir que el Estado debe saber "elegir" y "vigilar" a sus funcionarios. En el
tanto estos actúen en nombre y bajo la aquiescencia del Estado, sus actos y sus
consecuencias, serán propias del Estado, el cual deberá responder por las violaciones a
los derechos humanos en que aquellos incurran.
De manera excepcional, un particular puede violar los derechos humanos y generarle
responsabilidad al Estado. Ello ocurre cuando el Estado, por acción u omisión, permite
la existencia de grupos o de actividades que son propias de su competencia y no toma
las medidas adecuadas para desarticularlos. Por ejemplo, la existencia de grupos
paramilitares o de grupos que realicen tareas de vigilancia y afecten la seguridad del
país. Para el resto de los casos, cuando los particulares no tienen ninguna injerencia en
la función pública y sus actos son privados y afectan o lesionan derechos de terceras
personas, se consideran delitos o faltas y no propiamente violaciones a los derechos
humanos. Estos particulares, deberán asumir su responsabilidad pero de carácter
individual.
14
¿Dónde podemos ubicar derechos humanos?
Aún con la claridad de que los derechos humanos no son solo un conjunto o listado de
derechos, sino códigos de conducta que reúnen valores para la convivencia de la
persona humana en todas sus facetas e interrelaciones, para efectos prácticos siempre es
un factor facilitador que exista al menos un estándar mínimo de derechos tácitamente
reconocidos e incorporados en normas ("positivizados"). Esas normas, que han pasado
por un proceso de reconocimiento legal conforme al derecho interno de cada país
(iniciativa de ley), o del derecho internacional, se pueden identificar en los siguientes
medios o instrumentos:
Derecho Interno
Constitución
Política
(Derechos
constitucionales como derecho a la vida,
libertad, igualdad, propiedad, trabajo,
educación, salud, derechos políticos,
libertad de asociación, libertad de
pensamiento, libertad de credo o religión,
etc.)
- normas legales (leyes formalmente
promulgadas) en Códigos o leyes
generales (P.ej.: garantías procesales en
Código Procesal Penal; derecho de
propiedad en legislación civil), o leyes
especiales (Legislación especial sobre
niñez y adolescencia, leyes de igualdad
real, leyes para personas con retos
especiales, leyes ambientales, etc.)
Derecho Internacional de los Derechos
Humanos
-Tratados internacionales en derechos
Humanos: Tanto los que se generan en el
Sistema de Naciones Unidas como en
sistemas regionales a los cuales pertenece
el Estado (sistema interamericano de la
OEA para nuestro continente).
-Hay tratados generales como los Pactos
de Derechos Civiles y Políticos y de
Derechos Económicos, Sociales
y
Culturales de la ONU, y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en
el Sistema Regional, donde confluyen
derechos de todo tipo y para todas las
personas sin distinción alguna. También
hay tratados específicos que tratan de
manera particular derechos determinados
para personas o grupos que se encuentran
en
determinada
situación
especial
(Convención de Derechos del Niño [y de
la Niña], Convención Interamericana para
la Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra las Personas con
Discapacidad); o tratados de derechos
humanos para combatir y erradicar ciertas
prácticas (Convenciones de Naciones
Unidas contra la Tortura, la discriminación
contra la mujer, el racismo, etc.).
-Declaraciones
Internacionales
de
Derechos Humanos: Declaran o reconocen
derechos humanos, pero no tienen órganos
ni mecanismos de protección que los
hagan claramente exigibles, aunque
igualmente los Estados deben acatarlos
debido a la obligación internacional
genérica de cumplir con las obligaciones
internacionales asumidas de buena fe
(Principio Pacta Sunt Servanda –artículo
15
- Jurisprudencia de los tribunales:
Principalmente las sentencias dictadas por
los Tribunales o Salas Constitucionales
que aplican e interpretan los derechos
humanos desde el ámbito constitucional.
- Instrumentos internacionales de derechos
humanos vigentes en el país: tratados de
derechos humanos, declaraciones y otros
instrumentos que se incorporan al derecho
nacional como derecho interno de
aplicación automática (forman parte de lo
que
se
llama
“bloque
de
constitucionalidad”).
26 de la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados). Ejemplos:
Declaración Universal de los Derechos
Humanos
de
1948;
Declaración
Americana sobre Derechos y Deberes del
Hombre de 1948.
- Normas de “Soft Law” (Derecho “suave”
o tenue). Son más bien principios y
recomendaciones de “buena práctica” que
se
encuentran
contemplados
en
instrumentos y documentos producidos
por organismos especializados de derechos
humanos. Por ejempl Código de Conducta
para funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley; Reglas mínimas de las
Naciones Unidas para la administración de
la justicia de menores (Reglas de Beijing);
Reglas mínimas de las Naciones Unidas
sobre las Medidas no Privativas de la
Libertad (Reglas de Tokio), etc.
Jurisprudencia Internacional: Son las
sentencias de tribunales internacionales de
Derechos Humanos que aplican e
interpretan tratados y otros instrumentos
internacionales para casos concretos
(Corte Interamericana de Derechos
Humanos, Tribunal Europeo de Derechos
Humanos). Hay otros organismos de
derechos
humanos
que
también
promueven el respeto por los derechos
humanos, pero no son órganos judiciales,
como la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos o los Comités de los
distintos tratados de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas. Si bien no son
“jurisprudencia” técnicamente hablando, sí
representan importantes precedentes a
seguir y respetar.
Algunos derechos humanos emblemáticos: Vida y petición
Los derechos humanos no son solo los previstos en leyes o tratados. También
involucran aspectos relativos a un entendimiento integral para que todas las personas
tengan un proyecto de vida digna, incluyendo acceso a opciones más justas para
personas que se encuentran en condiciones de desventaja y exclusión social. La manera
cómo se reconocen esos derechos, la forma de garantizarlos y de interpretarlos
jurídicamente, conlleva un ejercicio de interpretación amplia de ciertos principios
jurídicos a favor de la persona humana como el principio de solidaridad humana y
universalidad; esto es, lograr la justicia como valor para todas las personas, según su
situación particular. Únicamente a manera de facilitación conceptual, a continuación se
16
desarrollarán dos derechos humanos que sirven para tener una clara dimensión de los
alcances que pueden tener los enfoques interpretativos y la importancia de promover y
proteger los derechos humanos en general. Más allá de un análisis jurídico, lo que se
pretende es visualizar cómo esos derechos humanos concretos -vida y petición- son más
que derechos en sí mismos y cómo pueden contextualizarse a partir de vivencias,
oportunidades y expresión de comportamientos habituales.
El derecho a la vida: condiciones para su realización
Desde el punto de vista jurídico se enseña que los derechos no deben ser objeto de
jerarquías ya que no hay ninguno más importante que otro. Ese enunciado debe ser
entendido en el sentido de que no se puede validar un derecho en detrimento de otros
porque todos deben estar definidos en un contexto integral y sistémico. Con todo, es lo
cierto que hay circunstancias especiales en que los derechos humanos pueden estar
limitados, especialmente frente a valores superiores al interés particular.
El bien común es esa dimensión que trasciende de los intereses particulares para
inclusive restringir, en casos especiales, el goce y ejercicio de algunos derechos por
razones de interés general.
El derecho a la vida es más que un derecho individual que tienen las personas para que
no se les coarte su existencia (concepto clásico restringido). Desarrollos doctrinales más
recientes e inclusive jurisprudencia internacional en derechos humanos, refieren a un
concepto de vida mucho más complejo e integral. El derecho a la vida no se viola solo
cuando el Estado, por medio de sus agentes, provoca la muerte de una persona; se viola
cuando no es capaz de que todas las personas logren participar de las opciones para
alcanzar un proyecto de vida digna. Así fue dictaminado por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en un caso referido a varios "niños de la calle" en Guatemala, en
cuya sentencia condena al Estado por la violación del derecho a la vida en perjuicio de
varios niños que fueron sometidos a tortura y a violación a su integridad física. Más allá
de esos actos de algunos de sus agentes, la Corte Interamericana consideró la situación
especial por la que pasan los niños de la calle.
"El derecho a la vida es un derecho humano fundamental, cuyo goce es un
prerrequisito para el disfrute de todos los demás derechos humanos. De no ser
respetado, todos los derechos carecen de sentido. En razón del carácter fundamental
del derecho a la vida, no son admisibles enfoques restrictivos del mismo. En esencia, el
derecho fundamental a la vida comprende, no sólo el derecho de todo ser humano de no
ser privado de la vida arbitrariamente, sino también el derecho a que no se le impida el
acceso a las condiciones que le garanticen una existencia digna. Los Estados tienen la
obligación de garantizar la creación de las condiciones que se requieran para que no
se produzcan violaciones de ese derecho básico y, en particular, el deber de impedir
que sus agentes atenten contra él."(19)
Y más adelante agregó:
"A la luz del artículo 19 de la Convención Americana la Corte debe constatar la
especial gravedad que reviste el que pueda atribuirse a un Estado Parte en dicha
Convención el cargo de haber aplicado o tolerado en su territorio una práctica
sistemática de violencia contra niños en situación de riesgo. Cuando los Estados
17
violan, en esos términos, los derechos de los niños en situación de riesgo, como los
"niños de la calle", los hacen víctimas de una doble agresión. En primer lugar, los
Estados no evitan que sean lanzados a la miseria, privándolos así de unas mínimas
condiciones de vida digna e impidiéndoles el "pleno y armonioso desarrollo de su
personalidad"(20), a pesar de que todo niño tiene derecho a alentar un proyecto de
vida que debe ser cuidado y fomentado por los poderes públicos para que se desarrolle
en su beneficio y en el de la sociedad a la que pertenece. En segundo lugar, atentan
contra su integridad física, psíquica y moral, y hasta contra su propia vida."(21)
La marginación extrema de las personas, o peor aún, de grupos ya de por sí vulnerables,
hacen insostenibles posiciones doctrinarias que desconocen las obligaciones de los
Estados de garantizar derechos colectivos, más allá de los derechos individuales. El
derecho a la vida, por tanto, no se agota en el postulado de la existencia física de la
persona, sino en todo el contorno que debe acompañar, como presupuesto necesario, esa
existencia.
Con este enfoque amplio, se demuestra que el derecho a la vida confluye como factor
condicionante para la realización de todos los restantes derechos humanos, pero ya no
solo por el factor biológico y presupuesto de la existencia física de la persona, sino por
la obligación del Estado de crear y fomentar condiciones solidarias de acceso a
oportunidades para el desarrollo humano de todos y todas las personas sin ningún tipo
de discriminación.
El derecho a la petición: la puerta de entrada de protección de los derechos humanos
Este derecho es fundamental porque es la puerta de entrada para accionar procesos
administrativos y judiciales para reclamar la violación de otros derechos humanos.
Tiene que ver con el acceso a la justicia, entendida esta de manera amplia, no solo ante
la administración de justicia sino frente a reclamaciones de todo tipo para la resolución
de una petición o solicitud determinada. Cuando no existen mecanismos de amplio y
simple acceso para que los derechos humanos sean requeridos y exigibles, entonces se
produce una violación adicional que sería precisamente la no resolución de nuestra
petición, cualquiera sea su contenido.
El derecho de petición se manifiesta de muchas maneras, pero la principal es
precisamente la opción de acceso para requerir del Estado el respeto de algún derecho
humano. Como reclamación que es, depende de un proceso de gestión por medio de un
debido proceso legal que garantice que la petición será resuelta por una autoridad
competente e imparcial (principio de juez natural), dentro de un período de tiempo
aceptable (justicia pronta y cumplida) y, por supuesto, atendiendo a una resolución
justa.
Clasificación de los derechos humanos: ¿Deben clasificarse los derechos humanos en
categorías?
Es un lugar común que la mayoría de los textos que tratan sobre derechos humanos,
incursionen en la práctica inveterada de "clasificar" los derechos humanos en categorías
o tipologías. Así, se mencionan varias categorías, siendo las más comunes los llamados
derechos individuales (civiles y políticos), en contraposición de los derechos colectivos
(derechos económicos, sociales y culturales, en adelante "DESC").
18
Igualmente se utiliza otra clasificación por medio de las mal llamadas "generaciones" de
derechos humanos, para lo cual se habla de derechos de la primera generación para
referirse a los derechos individuales y derechos de la segunda generación para los
derechos colectivos como los DESC. Incluso se utiliza la denominación de derechos de
tercera generación para los derechos de la solidaridad como el medio ambiente sano y el
derecho a la paz, los que involucran protección a toda la humanidad y hasta a las futuras
generaciones.
Únicamente a manera de ilustración, se presenta un cuadro de cómo se han ido
definiendo derechos humanos mediante categorías.
Derechos civiles y políticos
Derechos económicos, sociales
culturales
- Derecho a la salud
- Derecho a la educación
- Derecho a la cultura
y - Derecho al trabajo y salario digno
- Seguridad social
- Derecho a la alimentación
y
- Derecho a la personalidad
- Derecho a la vida
- Derecho a la integridad personal
- Prohibición
de
esclavitud
servidumbre
- Libertad personal
- Garantías judiciales (debido proceso)
- Derecho a la honra y dignidad
- Libertad de conciencia y religión
- Libertad de pensamiento y expresión
- Derecho de rectificación y respuesta
- Libertad de asociación
- Derecho al nombre
- Derecho a la nacionalidad
- Derecho a la propiedad privada
- Circulación y residencia
- Derechos políticos (participación en
asuntos políticos, votar y ser elegido,
sufragio universal, voto secreto, acceso
en condiciones de igualdad a funciones
públicas.
- Igualdad ante la ley
- Protección judicial (derecho de
petición, recurso rápido y sencillo).
- Derecho de reunión.
Derechos de la solidaridad
- Derecho al desarrollo
- Derecho a un medio ambiente sano
- Derecho a la paz
Las clasificaciones de los derechos humanos por categorías tiene sentido didáctico y
práctico especialmente para estudiar la evolución del reconocimiento de los derechos
humanos debido a que fueron los derechos civiles y políticos (primera generación), los
19
primeros en ser reconocidos en las Constituciones Políticas. Posteriormente,
incursionaron los derechos colectivos (económicos, sociales y culturales). Pero más allá
de ese objeto, las tipologías de derechos humanos lo que han provocado es un sesgo en
la comprensión de su dimensión, especialmente en lo que respecta a su protección y
exigibilidad.
Ello por cuanto se piensa, erróneamente, que solo los derechos civiles y políticos
pueden ser reclamados por medio de los mecanismos previstos por la justicia
constitucional e internacional, donde es más fácil determinar a la persona afectada así
como el daño ocasionado como producto de la acción de Estado por medio de sus
funcionarios. En cambio, se dice que los derechos económicos, sociales y culturales son
más difusos porque responden a reclamaciones y afectaciones colectivas, a grupos y
porque son prestaciones que el Estado debe asumir en la "medida de sus
posibilidades"(22), como por ejemplo, el derecho a la salud, a la educación, al trabajo, a
la cultura, etc.
El origen de esa división de derechos humanos fue claramente incorporada en una etapa
histórica de politización e ideologización durante la Guerra Fría por medio de los Pactos
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1966 (Pacto de Derechos Civiles y
Políticos y Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales).
Sin embargo, desarrollos doctrinales, así como jurisprudencia y prácticas más recientes,
han echado por la borda estas clasificaciones para concentrarse en una doctrina integral
de los derechos humanos donde se les considera derechos universales, indivisibles,
interrelacionados e interdependientes. Este enfoque está claramente documentado en las
Conferencias Mundiales de Derechos Humanos de la ONU de Teherán (1968) y de
Viena (1993).
Pero más que cuestión teórica, los derechos humanos como vivencia cotidiana se
traslapan de manera indisoluble, máxime si atendemos a la definición integral que
ensayamos al inicio de este curso, donde son entendidos como condiciones para
procurar una vida digna por medio de la satisfacción de necesidades básicas de todas las
personas. Aún más, algunos ejemplos son la mejor forma para entender esa correlación:
la falta de acceso a la salud implica una violación a la integridad física de la persona y
hasta, eventualmente, al derecho a la vida; el derecho a la propiedad privada como
derecho individual, puede tener una dimensión colectiva para satisfacer un interés
público; la falta de vivienda digna incide en el derecho a la privacidad de la familia; la
inseguridad ciudadana afecta todas las dimensiones de la esfera de los derechos
individuales, incluyendo la propiedad, la integridad física y hasta la vida.
De ahí, que las clasificaciones de los derechos humanos no corresponden a una
verdadera opción de promoción y protección integral de los derechos humanos.
________________
Notas:
[19] Corte I.D.H. Caso Villagrán Morales y otros (Caso de los "Niños de la Calle"),
Sentencia de 19 de noviembre de 1999. Serie C No.63, párr.144.
20
[20] Convención sobre los Derechos del Niño, Preámbulo, párr.6.
[21] Ibid, párr.191.
[22] Así lo dispone el artículo 26 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos: "Los Estados partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel
interno como mediante la cooperación internacional, especialmente económica y
técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan
de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en
la Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de
Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros
medios apropiados" (subrayado no es del original).
MODULO III
Desarollo Histórico - Filosófico



Unidad I: Antecedentes históricos y filosóficos.
Unidad II: Desarrollo histórico - filosófico en las Américas.
Unidad III: La Internacionalización de los derechos humanos.
UNIDAD I
Antecedentes Históricos y Filosóficos
Objetivo:
Que quienes lleven a cabo este curso tengan en cuenta la relación entre los
fundamentos de los derechos humanos y los procesos históricos y filosóficos
que, de manera intrínseca, han ido alimentando una interrelación sociológica
que enriquece la teoría y la práctica.
Los derechos humanos se comprenden todavía mejor si van acompañados de un
estudio de su evolución histórica y de los desarrollos filosóficos respecto del papel
de la persona humana en sus distintas facetas y contextos sociales, económicos,
religiosos y antropológicos.
No obstante, para mayor claridad, corresponde partir de una premisa necesaria: aún
cuando los derechos humanos son inherentes a la persona humana por su condición
de tal, corresponde analizarlos desde la óptica relacional con el Estado, partiendo de
la presunción de que son los Estados los que violan los derechos humanos y no las
mismas personas entre sí (en esos casos se dice que las personas cometen delitos o
faltas y hay procedimientos para reclamar esos daños). Esta situación ha ido
variando con el tiempo hasta llegar a procesos donde se integra la responsabilidad
estatal con la responsabilidad por el acto del funcionario o del particular que afecta
los derechos de los demás, especialmente cuando la violación atiende a casos de
violaciones graves y sistemáticas y a delitos contra la humanidad (también
21
conocidos como delitos de lesa humanidad).
Con esta delimitación fáctica, el enfoque involucra esos procesos históricos en que
ya existe un reconocimiento tácito de la conformación de un Estado, tal vez no tan
avanzado como el Estado Moderno de las postrimerías de la Edad Media, pero sí de
una organización del Poder por medio de una figura emblemática de Autoridad. Para
nuestros efectos, antes que recurrir a definiciones complejas de Estado, nos es
suficiente entenderlo de manera simplista como “una sociedad políticamente
organizada para garantizar el bien común”(23)
Otra precaución histórica que debemos resguardar, es que también hay que
considerar otros factores importantes que afectan la concepción de derechos
humanos que tengamos. Nos referimos a los condicionamientos culturales y
religiosos, los cuales no son fáciles de interconectar, al punto de que algunos autores
han llegado a sugerir que la visión actual de los derechos humanos plasmada por
ejemplo en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es una visión
occidental que no tomó en cuenta otros aspectos de la realidad de países con otra
cultura y cosmovisión.(24) Este tema, es lo que se conoce como “condicionamiento
cultural” y representa, a nuestro modo de ver, uno de los principales retos modernos
para conciliar posiciones antagónicas. El debate pasa por la búsqueda de puntos de
conexión entre las corrientes doctrinarias que abogan por la universalidad de los
derechos humanos y las que se inclinan por la aplicación del relativismo cultural
como elemento central para reconocer las especificidades regionales o culturales. El
tema ha llegado a todas las instancias de discusión, incluso dentro de las mismas
Naciones Unidas, donde quedó plasmado en la Conferencia Mundial de Derechos
Humanos de Viena (1993), en la que se señaló lo siguiente:
“Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y
están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los
derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de
igualdad y dándoles a todos el mismo peso. Debe tenerse en cuenta la
importancia de las particularidades nacionales y regionales, así como de los
diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen
el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales, de
promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales” (subrayado no es del original).(25)
Siendo así, es importante respetar y, principalmente entender los procesos de
interculturalidad para integrar posiciones contradictorias.
De modo tal, la religión como la entendemos, o bien las creencias religiosas como
una idea más amplia que involucra incluso a pueblos indígenas y tribales que viven
conforme a otras prácticas y costumbres, son determinantes en el desarrollo histórico
y filosófico de los derechos humanos, pero también desde el ámbito de su
reconocimiento y protección.
Muchos autores se remontan incluso a los Diez Mandamientos como fuente histórica
y cristiana de los derechos humanos; específicamente para referirse al enunciado de
postulados claros sobre algunos derechos inalienables, como el derecho a la vida y a
la propiedad ("No matarás", "No robarás"). Tanto la Biblia como el Corán y demás
22
libros sagrados son ricos en enunciados referentes a derechos humanos, pero
especialmente como alusiones a modos de conducta particular. Sin embargo,
traducidos al desenvolvimiento humano en todas sus facetas, es innegable su
incidencia en el papel de las instituciones que representan el Poder, en cualesquiera
de sus manifestaciones.
Es por ello que cuando la persona humana toma conciencia de la necesidad de
conformar un Estado a partir de la convicción de su incapacidad para que las
relaciones en sociedad sean respetuosas de derechos y deberes de los demás de
manera natural, sin una autoridad mediadora, es que se empieza a comprender esa
figura necesaria que no es otra cosa que una ficción para someterse voluntariamente
a ciertos cánones de comportamiento para vivir en sociedad y sin anarquía. Es la
constante búsqueda del hombre por el bien común.
Desde el punto de vista filosófico, es el paso del estado libre de la persona humana,
que empieza a tropezar con los derechos de los demás y a consolidar la correlación
entre derechos y obligaciones (deberes de respeto), que no logró implementarse sin
la presencia de una figura de autoridad superior que lograra ordenar los constantes
conflictos sociales que se empezaron a dar producto del ejercicio de las libertades en
ese estado natural. Mientras que algunos pensadores hablaban de que la persona
humana era buena por naturaleza, otros decían, por el contrario, que "el hombre era
el lobo del hombre". Putendorf sostenía que la sociedad política representa el fruto
de una progresiva conquista ideal en la que se parte de un estado de precariedad, que
denomina imbecillitas, en el que los individuos abandonados al egoísmo de sus
propios impulsos se ven abocados a una existencia caracterizada por la inseguridad y
el caos. La necesidad de superar esa situación conduce a los seres humanos, a través
del contrato o pacto social, a la socialitas o estado de sociabilidad donde se da una
convivencia ordenada por normas que regulan el funcionamiento de las instituciones
sociales.(26)
Esa transición pasó de la creación de una forma de autoridad superior reguladora de
relaciones sociales, a un punto extremo, donde la concepción de un Poder para
ordenar la vida en sociedad llegó a situaciones de autoritarismo y de práctica
invisibilidad de los derechos de la persona humana. Entonces se alegaba que se
había configurado un "Leviatán"; una suerte de autoridad omnipotente que hizo
desaparecer el estado de libertad natural de la persona humana.
Lo cierto es que los derechos humanos se insertan justamente dentro de ese pulso
permanente entre el papel del Estado y la delimitación de sus competencias y la
esfera de los derechos de las personas. El punto más crítico fue el desenvolvimiento
de un Estado todo poderoso, omnipresente y omnipotente, sin ningún tipo de límites,
más los que el mismo Estado se fuera imponiendo. Incluso se llega a vincular la
formación y legitimidad de ese Estado-Poder con un Poder Divino, con la creencia y
fuerte convicción de que la figura rectora -llámese Monarca, Emperador, Rey,
Faraón, etc.- provenía de la Divinidad; por lo tanto, era un derecho hereditario.
Desde la óptica de la historia del Derecho, es lo que se conoce como
"iusnaturalismo" o "Derecho Natural"; es decir, un ordenamiento jurídico que se
supone creado por la fuerza divina que se transmuta en la persona del monarca.
Posteriormente, por la influencia de la Escuela Filosófica del Racionalismo, se
alegaba que ese Poder devenía de la razón. Por su parte, el papel del "pueblo" es
23
minimizado en sus derechos, al punto de que la persona humana no es sujeto de
"derecho", sino "objeto" de derech el Monarca podía disponer de sus bienes, incluso
de su vida, sin que mediara justificación alguna, más que su decisión, por las razones
que fueren.
Es en este punto de la evolución humana y del Estado, que encontramos la piedra de
toque para generar los mayores desarrollos y esfuerzos para visualizar una teoría de
los derechos humanos, pero sobre todo, una verdadera revolución por la "conquista"
de esos derechos. Una conquista ganada con sangre y vidas.
Si bien los derechos humanos son acompañados de una filosofía en constante
evolución para reconocerlos como valores primarios inherentes a la dignidad
humana, fueron realmente las luchas sociales las que fueron traduciendo esa teoría
en práctica. Es precisamente la Escuela Escolástica de pensamiento filosófico la que
tal vez mejor retrata esa búsqueda por darle a la persona humana el papel que le
corresponde en la sociedad, porque le reconoce una cosmovisión hegemónica donde
todo debe girar alrededor de la persona humana y no del Estado-Poder, el cual debe
estar siempre supeditado a los designios humanos.
En la práctica, esa evolución la observamos de la consolidación de Autoridades
despóticas, hacia el reconocimiento incipiente de determinados derechos de los
súbditos, pasando por el reconocimiento de un catálogo de derechos más amplios,
hasta llegar a la conformación de lo que conocemos con el Estado Moderno que,
aunque con retrocesos, avanza hacia el estadio de mayor respeto a los derechos
humanos como fuente legitimadora de su misma institucionalidad.
Como aspectos filosóficos que impulsaron ese cambio, corresponde destacar toda la
corriente de pensamiento de los grandes pensadores griegos que, con sus tesis y
antítesis, fueron los que alimentaron el debate sobre la persona humana y el Estado,
incluso llegando a establecer escisiones muy claras entre los roles a desempeñar y el
marco ideal para su desarrollo por medio de la democracia.
El Derecho Romano fue más bien rico en la producción de leyes y doctrina jurídica
por medio de la sistematización de leyes y la codificación del Derecho. Claro está,
se produce una importante compilación de derechos de las personas, pero
recordemos que no toda persona era persona, sino solamente los ciudadanos
romanos, quienes tenían además, un estatus también limitado. Dentro de esas
limitaciones, las mujeres y los niños estaban por debajo de la figura paterna (el pater
familiae).
En este punto, es conveniente escindir el proceso histórico de los derechos humanos
en dos fases bien delimitadas: una fase de pensamiento filosófico donde las distintas
corrientes de pensamiento derivan su justificación con enfoques iusnaturalistas y
racionalistas y en una fase de "positivismo" jurídico, que es la etapa en que los
derechos humanos trascienden del debate hacia el reconocimiento tangible en
normas. Independientemente de la justificación normativa (si la norma es válida por
derecho natural o por la razón), lo fundamental es que se inicia un proceso de
reconocimiento jurídico de los derechos humanos y, posteriormente, un sistema de
garantías para su reclamación y reparación.
24
En la primera fase, los orígenes de los derechos humanos se remontan a la Grecia
clásica y como efecto del derecho natural. Posteriormente, en el Derecho Romano
también se postulaba la existencia de una ley natural (derechos naturales del
hombre). No obstante, no debe olvidarse que ese mundo grecorromano, partía de un
sistema social con diferencias sociales en el que se reconocía la esclavitud como
práctica legítima (27) (se le consideraba perfectamente natural, y de conformidad
con la ley natural).
La Edad Media, por su parte, no fue muy favorable para el desarrollo de los
derechos humanos. La variación era que la ley natural derivaba de la razón (Santo
Tomás de Aquino), pero igualmente se justificaba la esclavitud. Ese pensamiento no
estaba abierto a la idea de situar a la persona humana como centro de preocupación
del derecho y de la vida social. En lo que se avanza, es en la idea de Estado, pero no
precisamente desde una óptica de respeto a los derechos humanos.
Bajo esos presupuestos, es difícil identificar orígenes de los derechos humanos
basados en sistemas sociales donde los principios de libertad e igualdad no fueran
reconocidos plenamente.
Es hasta la aparición del positivismo jurídico -cuando surgen los primeros
documentos referidos a derechos humanos en siglos recientes- que se empieza a
reconocer los derechos de la libertad e igualdad, pero más que todo relacionados con
el derecho a la propiedad y a alguna participación política. En esta fase, los derechos
humanos son derivaciones contractuales: son contratos establecidos por el Estado
con la población, pero principalmente con la nobleza. Estos contratos reconocen
ciertos derechos en el tanto se impida al Estado interferir en su ejercicio. La fuerza
legal de esos derechos ya no está en la ley natural, sino en la voluntad del Estado,
personalizado en la modalidad de la época en la figura del monarca. La forma de
manifestar estos derechos fue mediante cartas, leyes fundamentales, peticiones o
declaraciones.
El desarrollo de este tipo de reconocimiento de derechos humanos se produce
históricamente de la siguiente manera:
Documento
EpocaAño
Concilios V, VI y VIII 636-653
del derecho canónico
español, Toledo.
Siglos XI
y XII
Fueros
castellanos,
leoneses y aragoneses
Carta Magna, Inglaterra
1215
Contenido/alcance
Primeras manifestaciones de garantías
individuales en el derecho español.
Reglamentaron
individuales.
ciertas
garantías
Casi todos los textos de derechos
humanos
ubican
como
fecha
emblemática y punto de partida del
reconocimiento
de
los
derechos
humanos el año 1215, en el cual se creó
la Carta Magna en Inglaterra. La Carta
25
Petición de Derechos
(“Petition of Rights”),
Inglaterra.
“Acta
de
Hábeas
Corpus”, Inglaterra
“Bill of Rights” o
Declaración de Derechos,
Inglaterra
Independencia y Acta de
Independencia de los
Estados
Unidos
de
América (Congreso de
Filadelfia)
Constitución
de
los
Magna
es
el
documento
de
positivización más emblemático puesto
que más que un proceso de concertación,
representó una conquista de “algunos”
derechos para “algunas” personas,
cuando las afectaciones y la carga de
tributos por parte del Reino de “Juan Sin
Tierra” en perjuicio de una clase de
propietarios, implicó un primer esbozo
de derechos a su favor. Consagra la
libertad personal, algunas garantías
individuales y ciertas limitaciones al
establecimiento de cargas tributarias. Su
valor radica en que, más que principios
declarativos universales, estableció
previsiones específicas con medidas
reparadoras, donde los barones podían
incluso embargar castillos, bienes y
posesiones reales.
1628
Reitera los principios de la Carta Magna,
reafirma las limitaciones del poder
monárquico y el imperio de la ley.
Estableció expresamente que no podían
imponerse tributos sin la aprobación del
Parlamento (principio de aplicación
actual) y que nadie sería detenido o
juzgado sino de conformidad con las
leyes comunes.
1679
Consagró y reglamentó el recurso de
amparo para la libertad personal.
1689
Principal documento constitucional de la
historia de Inglaterra. Precisó y
fortaleció las atribuciones legislativas
del Parlamento frente a la Corona y
proclamó la libertad de las elecciones de
los parlamentarios. Consignó el derecho
de petición, proscripción de penas
crueles y el resguardo del patrimonio
personal contra multas excesivas y las
confiscaciones.
4 de julio Postula con fuerza los siguientes
de 1776
derechos y principios: igualdad del
hombre, vida, libertad, búsqueda de la
felicidad, designación de gobiernos
justos con consentimiento de los
gobernados, derecho del pueblo a
destruir formas de gobierno ilegítimas y
constituir nuevos gobiernos fundados en
aquellos principios.
1787
Junto con las Diez Primeras Enmiendas
26
Estados
América.
Unidos
de
Declaración
de
los 1789
Derechos del Hombre y
del Ciudadano, Francia
Constitucionales de 1789, se consagran
los siguientes derechos: libertad
religiosa, libertades de palabra, prensa y
reunión, inviolabilidad del hogar,
seguridad
personal,
derecho
de
propiedad y algunas garantías judiciales.
Principales principios y derechos:
Artículo 1: “los hombres nacen y viven
libres e iguales en derechos. Las
distinciones sociales solo pueden
fundarse en la utilidad común”; Artículo
2: “el objeto de toda asociación política
es la conservación de los derechos
naturales e imprescriptibles del hombre.
Estos derechos son: la libertad, la
propiedad, la seguridad y la resistencia a
la opresión”. Los artículos siguientes
garantizan la libertad personal, religiosa,
de opinión y de imprenta; la igualdad
ante la ley y las garantías procesales.
Estos hechos y la promulgación de instrumentos declarativos, así como toda una
corriente de pensamiento europeo liberal, iban dirigidos de manera consistente a
cuestionar el papel del Estado y propugnaban por su mínima participación y
existencia ("dejar hacer, dejar pasar" -laissez faire, laissez passer-). Ello abonó el
terreno para que se instrumentara aquel deseo de la Escuela Escolástica para que la
persona humana fuera el eje de su propio destino y motor de su desarrollo.
Fue la Revolución Francesa, en 1789, el movimiento social que mayores efectos
universales alcanzó en el cambio radical en la concepción del Estado moderno y el
papel de la persona humana. Fue una modificación de 180 grados, donde se pasó de
un Estado monárquico autoritario y despótico a un Estado que debía respetar y hacer
prevalecer los derechos "individuales". La culminación de ese reconocimiento de
derechos quedó plasmada en la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano y, particularmente, en la famosa triada: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Aún con sesgos propios de la época y del papel preponderante del "hombre", la
Declaración Francesa es una base fundamental de todos los desarrollos y
reconocimientos de derechos posteriores, tanto en el ámbito interno como
internacional.
De manera paralela, los grandes pensadores de la época ya habían perfilado un
Estado moderno más regulado y limitado a ciertas competencias, pero también a
varios controles. El sistema de control de pesos y contrapesos de Montesquieu,
donde se abogaba por la creación y división de varios poderes independientes entre
sí (Poder Legislativo, Judicial y Ejecutivo), fue una suerte de receta que todavía hoy
perdura y es garantía de la existencia de un Estado de Derecho. Precisamente,
todavía hay muchos países donde la falta de independencia de algunos poderes
obstaculiza la realización de la justicia, la consagración de ese Estado de Derecho y
el respeto integral de los derechos humanos.
27
Esa tesis es retomada por el pensador inglés John Locke, y se fortalece la doctrina
del Estado Republicano, en contraposición de un Estado autoritario. Ello fue crucial
para que en la reconfiguración del mapa mundial por la escisión de los grandes
imperios y la desaparición del poder feudal, se crearan nuevos Estados que tenían
que optar por algún sistema político jurídico. Igualmente, los procesos independistas
generaron mayores necesidades y demanda por la constitución de Estados
preferiblemente republicanos, lo que confluyó en una corriente constitucional que
todavía influye en el quehacer de nuestra sociedad. De hecho, la creación de
Constituciones Políticas, son precisamente el principal bastión de las democracias en
el tanto que representan la conformación de un "contrato social" (Rousseau), donde
se estructura y delimita el Poder -las constituciones son un pacto político- por medio
de la modalidad de gobierno elegido, la manera de nombrar a sus representantes y la
división clara de los poderes y sus respectivas competencias.
Teniendo en cuenta ese desarrollo histórico general y las limitaciones señaladas, es
posible escindir procesos históricos que tratan de explicar la existencia y
fundamentación de los derechos humanos en cuatro fases bien delimitadas(28), a
saber:
1. Humanism Son las raíces más lejanas que, tanto en su versión occidental como
en visiones humanistas hindúes, chinas e islámicas, tratan de explicar la
problemática de los valores humanos por medio de un ordenamiento jurídico
aunque incipiente. Las leyes o Código de Hammurabi y los Diez
Mandamientos, son un punto de partida ineludible. Paralelamente, se desarrolla
una corriente de pensamiento iusnaturalista que sostiene que los derechos
humanos son inherentes a la persona como ser dotado de racionalidad y de
sentido.
2. Pensamiento filosófico cristian En la época medieval prevalecen las filosofías
cristianas que impulsan la “positivización” de los derechos humanos como una
manera de pasar del debate teórico-filosófico a un ordenamiento jurídico,
aunque todavía sin un sistema amplio para garantizarlos.
3. Racionalismo filosófico y contractualism En un marco de “tolerancia”
religiosa, aparecen pensadores como Tomás Hobbes y John Locke que, aunque
con diferente orientación, formulan tesis contractualistas sobre la idea de un
contrato social, ya sea inspirado en un “estado natural del hombre” o en un
derecho natural basado en la razón. En cualquier caso, afirman la existencia de
reglas normativas de manera previa a cualquier autoridad política.
4. Iluminismo francés: Se desarrolla entre los Siglos XVIII y XIX con pensadores
como Rousseau y Montesquieu, quienes nutren los movimientos
revolucionarios que, tomando como centro Francia, luego se extienden de
manera global, incluyendo América. Es la etapa de la formulación de las
28
grandes declaraciones de derechos y la positivización de otros. Se da paso a la
“constitucionalización de los derechos humanos y a su posterior
“internacionalización”.
El papel de la Iglesia en el desarrollo histórico y filosófico de los derechos humanos
es una gran constante, especialmente en el mundo occidental. Pero es en el Siglo
XVIII cuando se generan Encíclicas Papales que van a tener enunciados
trascendentales, especialmente por una preocupación social, más allá de los derechos
individuales. En 1882, León XIII, preocupado por el problema social, promulga la
Encíclica "Rerum Novarum", en la que el Papa expresa su angustia ante lo que llama
la "miseria inmerecida" de los trabajadores. Posteriormente, se derivan otras
encíclicas no menos importantes como la "Quadragésimo Año del Papa Pío XII, en
1931, que proponía soluciones teóricas y prácticas al conflicto social y la "Mater e
Magistra" y "Pacen in Terris", formuladas por Juan XXIII, conocido como el
Pontífice de la socialización por esas encíclicas.(29)
_________________
Notas:
[23] Otros conceptos más acabados entienden al Estado como "...la sociedad
políticamente organizada, la sociedad dirigida por un gobierno, entendiéndose por
gobierno, en este sentido general un poder permanente que dicta mandatos
imperativos y los hace cumplir, dominando cuando es necesario por medio de la
fuerza, las voluntades rebeldes" (Villarán, Mario); "La razón de ser del Estado es
garantizar el bien común. Adquirir, conservar y desarrollar sus componentes (...)
Para realizarla, ha de contar con unos medios eficaces que la sociedad pone en sus
manos, y con los cuales no cuenta ninguna otra instancia dentro de la misma vida
social" (Duguit). Citados por: Polo, Luis Felipe. "El Estado". En:
Fundamentos Filosóficos de los Derechos Humanos. Op.Cit.P.251,252.
[24] Cf.Kausikan, Bilhari, "Asia´s Different Standard". En: Steiner J. Henry y
Alston, Philip. International Human Rights in Context, Law, Politics, Morals.
Second Edition. Oxford University Press. New York, 2000.p.539 ss.
[25] Declaración y Programa de Acción de Viena, aprobado por la Conferencia
Mundial de Derechos Humanos, celebrada en Viena el 25 de junio de 1993. Número
5.
[26] Putendorf, Samuel. Citado por Pérez Luño, Antonio. Op. Cit. p.38.
[27] Reconocido por el mismo Aristóteles. Aristóteles, Política, Libro primero.
P.539.
[28] Esta clasificación se ha tomado de la propuesta de Luis Felipe Polo. Cf. Polo,
Luis Felipe. Fundamentos Filosóficos de los Derechos Humanos. Op.Cit. 2003
[29] Ibid. P.284
29
Unidad II
Desarrollo Histórico-Filosófico en las Américas
Objetivo:
Que los lectores y lectoras de esta unidad tengan claridad del verdadero aporte
de los derechos humanos derivado de la realidad histórica del Continente
americano y, especialmente, la importancia de comprender las diferencias entre
ese desarrollo hemisférico y las principales fuentes históricas y de pensamiento
europeo que mayor influencia han ejercido.
El Continente Americano tiene su propia dinámica y proceso de reconocimiento de
derechos humanos, pero evidentemente bajo la gran influencia de las escuelas de
pensamiento europeas, especialmente del pensamiento político y liberal inglés y las
ideas de John Stuart Mill y John Locke. Las declaraciones y principios reconocidos
en la Carta Magna, la Constitución de los Estados Unidos y la Declaración Francesa,
fueron por supuesto documentados y desarrollados dentro de los procesos
constitucionales de los países americanos. Con todo ese acerbo político y jurídico, se
genera una nueva corriente constitucionalista donde se estructura de manera
sistémica la forma de gobierno de cada país, la distribución de competencias y
poderes para implementación del Poder y, por supuesto, un capítulo de derechos y
de garantías constitucionales.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre de 1948(30), es
el documento que sirve de marco para la promoción y protección de los derechos
humanos en el continente americano como parte inherente de la Organización de los
Estados Americanos como entidad política regional. En un primer estadio, todo el
sistema, cumple un papel importante para aquellos Estados miembros que todavía no
han ratificado la Convención Americana sobre Derechos Humanos, pero también
para los Estados parte en ésta, porque opera como derecho consuetudinario y es una
fuente de derecho fundamental, ya que incluso suple lagunas jurídicas como en el
caso de los derechos económicos, sociales y culturales. Precisamente, en 1998 se
celebró el quincuagésimo aniversario de este importante instrumento regional que
incluso, para orgullo de los americanos, precedió por unos meses a la Declaración
Universal de Derechos Humanos.
Sin embargo, los antecedentes históricos y filosóficos de los derechos humanos en
América, son de mucho más data e inclusive, a veces ignoramos que constituyen
precedentes vitales para el sistema universal de protección de derechos humanos.
Hablamos de la Declaración del Pueblo de Virginia de 1776(31) y de la creación de
la Corte Centroamericana de Justicia(32), primer tribunal internacional regional,
donde incluso se le reconocía participación directa a la persona para plantear
demandas internacionales (jus standi), situación que aún no es reconocida para el
caso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos(33). Remontándonos a
tiempos todavía más remotos, resulta ilustrativo recordar que América tiene su
propia historia en materia de derechos humanos. Cabe destacar el esfuerzo
desplegado por Fray Bartolomé de las Casas por establecer la unidad del género
humano, antecedente necesario para afirmar que los hombres nacen libres y
permanecen libres e iguales en derechos, lo que a la postre fue un corolario de la
30
Revolución Francesa.
Una realidad insoslayable, especialmente en Latinoamérica, es que no ha existido
una escuela de pensamiento filosófico que desarrollara con profundidad y de manera
sostenida un debate sobre la fundamentación de los derechos humanos, que no sea
bajo la influencia de las escuelas de pensamiento clásico grecorromanas y, por
supuesto, las corrientes de pensamiento europeo. Es así que nuestras ideas y leyes
son derivadas y trasplantadas de las experiencias foráneas que, aunque sean aportes
valiosos, no dejan de ser extrañas para nuestra realidad.
Teniendo en mente esa limitación, es con el descubrimiento de América donde se
produce un encuentro, cuando no un choque de culturas, con implicaciones que
repercuten todavía hoy. La trascendencia de un nuevo mundo tuvo muchísimos
efectos y de todo tipo, pero en el ámbito humano, fue donde se plantearon los
mayores problemas de tipo social, político y religioso. Recordemos que la conquista
de América tuvo influencia predominantemente cristiana para la propagación de esa
fe entre los infieles y de ahí, el predicamento de la servidumbre natural de los indios
y el derecho de los españoles a retenerlos por medio de la fuerza.
Frente a esa ideología de esclavitud, surge otra de procedencia estoica y cristiana
que afirma la libertad de los indígenas e interpreta la misión de los colonizadores
conforme a los principios de la tutela civilizadora.(34)
Es en ese contexto que vale la pena describir el gran debate entre Fray Bartolomé de
las Casas y Juan Gómez de Sepúlveda, en Valladolid, años 1551, descrito por Lewis
Hanke y que a la postre se considera como el hecho más importante de la historia de
la Guerra Justa en las Indias. Para Sepúlveda, quien era escolástico y cronista real,
era legal y necesario hacer la guerra contra los "naturales" por cuatro razones: 1. Por
la gravedad de los pecados que cometían los indios, en especial por sus idolatrías y
sus pecados contra la naturaleza; 2. Por la rudeza de su naturaleza, lo que los
obligaba a servir a personas que tuvieran una naturaleza más refinada, como los
españoles; 3. Para difundir la fe, lo cual sería más fácil mediante la previa sumisión
de los naturales; 4. Para proteger a los débiles entre los mismos indígenas. Para ello
utilizó como fundamentos las teorías de Aristóteles sobre la naturaleza humana y las
causas de la Guerra Justa analizadas por Tomás de Aquino; lo mismo que algunos
versículos bíblicos.
Como contrapartida, Fray Bartolomé de las Casas defendió la causa de los indios,
basándose también en Aristóteles y Santo Tomás, pero sobre todo, en su valiosa
experiencia vivida en las Indias. Su pensamiento se resume de la siguiente manera:
El fin que en las Indias y de las Indias, Cristo y el Papa y los Prelados pretenden y
deben pretender y también los Reyes de Castilla como cristianos, es la predicación
de la fe para que aquellas gentes se salven. Y los medios para efecto no son robar,
escandalizar, cautivar, despedazar hombres y despoblar reinos y hacer ceder y
dominar la fe y religión cristiana entre los fieles pacíficos, que es propio de fieles
tiranos, enemigos de Dios y de su fe, como ya muchas veces contra la porfía y
ceguedad del Dr. Sepúlveda habemos robado y tratado y perseguido.(35)
Aún cuando los resultados históricos documentan una herencia de esclavitud que
31
data todavía de los albores de nuestra independencia, es lo cierto que la postura de
De las Casas permitió al menos suavizar las leyes aplicadas a los indígenas e influyó
en el proceso de humanización de la conquista. Desde la óptica de los derechos
humanos, como ya lo recalcamos, tuvo la virtud de fortalecer la idea de que todas las
personas son iguales independientemente de sus creencias, de su lugar de
nacimiento, raza, origen, etc.
Otras ideas y hechos relevantes que han contribuido al desarrollo histórico de los
derechos humanos en América son los siguientes:






El pensamiento de Francisco de Vitoria, quien propicia el respeto a los
derechos de los americanos, a quienes considera señores y dueños de sus
tierras. Su aporte transciende de la realidad americana, ya que se le considera
como uno de los grandes precursores de la doctrina del Derecho
Internacional contemporáneo sobre la paz y la seguridad, así como de la
teoría de los derechos humanos como teoría de la persona protegida por el
derecho de gentes.
La Declaración de Independencia de los Estados Unidos del 4 de julio de
1776 y su Constitución Federal de 1787 que consolidan los principios de
libertad individual y los derechos fundamentales de la persona humana en el
nuevo mundo.
El movimiento independista americano influenciado por las ideas liberales de
la Declaración Francesa y la Declaración de Independencia de los Estados
Unidos, de donde se tomaron principios de algunas versiones que circularon
clandestinamente en Latinoamérica.
La filosofía de la época de la Ilustración, aún cuando fue privilegio de unos
pocos (la oligarquía criolla). Recordemos que los movimientos independistas
no fueron, necesariamente, movimientos revolucionarios populares.
La progresiva emisión de Constituciones nacionales durante el Siglo XIX,
inspiradas en la Constitución de los Estados Unidos de América. Estas
Constituciones promovían fundamentalmente derechos individuales como la
libertad en sus modalidades de prensa, movimiento, conciencia y la
propiedad privada.
La Constitución mexicana de 1917 que, al amparo de nuevas ideologías, es la
primera en consagrar derechos económicos, sociales y culturales que
pretenden dar eficacia real a los derechos de salud, trabajo, educación y uso
racional de la propiedad, entre otros. Su influencia es universal. En el mismo
año, la Constitución de la Unión Soviética sigue el mismo camino y, un año
después, se promulga la Constitución alemana de Weimar. No hay
Constitución latinoamericana que no contenga hoy un capítulo para
reconocer derechos de carácter económico, social y cultural.
Lamentablemente, la realidad de los países Latinoamericanos muestra un
abismo entre lo normativo y lo fáctico.
_________________
Notas:
[30] Aprobada en la Novena Conferencia Internacional Americana, Bogotá,
32
Colombia, 1948.
[31] La Declaración del buen pueblo de Virginia fue el primer instrumento sobre
Derechos Humanos de carácter general y no la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa.
[32] Creada por el Pacto de Washington en 1907 e instalada en San José, Costa Rica
en 1908. Operó hasta 1918.
[33] De acuerdo con el artículo 61.1 de la Convención Americana, "Sólo los Estados
partes y la Comisión tienen derecho a someter un caso a la decisión de la Corte".
[34] Cf. Prado Vallejo, Julio. "Los Derechos Humanos". En: Polo, Luis Felipe,
Fundamentos Filosóficos de los Derechos Humanos. Op.Cit.P.279.
[35] Cf. Hanke, Lewis. La Lucha por la Justicia en la Conquista de América, p.p.312
a 354. Citado por Prado Vallejo, Julio, Ibid.
UNIDAD III
La internacionalización de los derechos humanos
Objetivo:
Que los que realicen este curso autoformativo comprendan los verdaderos
alcances de la “positivización” e internacionalización de los derechos humanos
como una manera de su reconocimiento en el marco del Derecho Internacional,
pero especialmente, respecto de cómo se relaciona ese Derecho con el Derecho
Interno y su incidencia como obligación internacional a ser observada por los
Estados.
La evolución histórica de los derechos humanos se ve convulsionada y colapsada a
través de hechos sangrientos que representan las peores formas de manifestación de
violencia en la humanidad. Ya no son solo guerras entre pueblos, sino actos
grotescos de violación atroz y sistemática a los derechos humanos de personas y,
particularmente, a personas que pertenezcan a determinados grupos étnicos o
religiosos, incluso por razones de género. Prácticas de segregación racial, así como
actos organizados de exterminio humano y genocidio, especialmente durante la II
Guerra Mundial, dejaron una marca indeleble en la humanidad.
Fue en esas circunstancias donde hubo perfecta claridad y consenso en que si bien
era el Estado el que reconocía derechos humanos (constitucionales en ese caso) y los
debía proteger, era cierto que era el propio Estado el que acometía en su violación.
De tal cuenta, se producen rebrotes de autoritarismo con tintes ideológicos de todo
tipo, y nos enfrentamos a un nuevo escenario donde es el Estado el principal
violador de los derechos humanos y a la imposibilidad real de que nuestras
reclamaciones pudieran tener eco en el derecho interno, precisamente porque
aparejado al autoritarismo estaba el debilitamiento de las instituciones democráticas,
33
incluyendo la falta de independencia judicial que se encontraba amedrentada por la
represión.
Son las secuelas permanentes de la II Guerra Mundial las que conducen a que los
propios Estados observen la necesidad de imponerse límites para que no se repitan
hechos de igual magnitud, pero también para crear mecanismos de promoción y
protección de los derechos humanos, ahora dentro de un marco del Derecho
Internacional, con controles de monitoreo e incluso con procesos judiciales y
extrajudiciales para establecer responsabilidad internacional de los mismos Estados
por violaciones a los derechos humanos.
La propuesta de los mismos Estados -hay que tener claro que son los Estados los que
crean los tratados internacionales y no están dispuestos a dar más concesiones de las
que se supone puedan aceptar- fue fortalecer el sistema político internacional y
regional por medio de la creación y reestructuración de las organizaciones
internacionales (Naciones Unidas, Organización de los Estados Americanos, Unión
Europea, Unión Africana, Carta Arabe).
De manera paralela, esos marcos internacionales sirvieron de base para la
configuración de subsistemas de protección de derechos humanos que tuvieran
instrumentos internacionales con reconocimiento de derechos humanos que los
Estados se comprometen a respetar, ahora con alcance de obligación internacional,
así como mecanismos para su promoción y protección y órganos para supervisar su
cumplimiento.
Como se indicó antes, fue la Declaración Universal de los Derechos Humanos de
1948 la que impulsó ese proceso de "internacionalización" de los derechos humanos
y luego fue seguida de múltiples iniciativas generales, pero ya a través de tratados
más específicos y obligatorios (vinculantes). En el ámbito regional, los Estados
asumieron una actitud similar, siendo que a la fecha, la generación de nuevos
instrumentos son una constante en todas las instancias internacionales, con la
característica novedosa de que cada vez se le permite mayor participación a la
persona humana y a los grupos de personas para que se involucren en el debate y en
la elaboración de esos instrumentos.
Es necesario destacar que antes de la década de los cincuenta del Siglo XX, hubo
importantes antecedentes para impulsar el reconocimiento y la protección
internacional de los derechos humanos. Entre los más importantes destacan los
siguientes:
1. El “Proyecto de reconocimiento internacional de los derechos del individuo”,
presentado en 1917 por el chileno Alejandro Alvarez al Instituto Americano de
Derecho Internacional;
2. El mensaje presentado el 6 de enero de 1941 al Congreso de los Estados
Unidos de Norteamérica por el Presidente Franklin Delano Roosevelt,
3. La “Carta del Atlántico”, suscrita por Franklin Delano Roosevelt y Winston
Churchill en 1941;
4. La Declaración formulada por 45 Estados en 1942;
5. La “Declaración sobre seguridad colectiva” firmada en 1943 por Estados
Unidos, Gran Bretaña, La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la
34
República Popular China;
6. Los “Acuerdos de la Conferencia de Dumbarton Oaks” de 1944;
7. Las Resoluciones de los países americanos representados en la Conferencia de
Chapultepec, de 1945.
Un antecedente necesario de reseñar es la creación de la Organización Internacional
del Trabajo y la proliferación de Convenios en materia de su competencia a partir de
1919. A partir de su actividad legislativa, la OIT ha logrado implementar alrededor
de doscientos convenios internacionales y resoluciones referentes a derechos
laborales y conexos
En el continente americano, y más concretamente en Centroamérica, se generó un
sistema muy particular para la época, como lo fue la creación de la Corte de Justicia
Centroamericana.
Todas esas iniciativas influyeron en la aprobación de importantes instrumentos
internacionales de reconocimiento y protección de los derechos humanos y que, a la
postre, vendrían luego a ser la base de lo que se conoce como la "Carta de los
Derechos Humanos", a saber:-La Declaración Universal de los Derechos Humanos
y los Pactos de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos Económicos Sociales y
Culturales, dentro del marco del Sistema de las Naciones Unidas;
-La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948) y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969), en el sistema
interamericano.
-El Convenio Europeo sobre los Derechos del Hombre y de las Libertades
Fundamentales (1950), en el sistema europeo.
-La Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos.
La progresividad de los derechos humanos
Es a partir de la "internacionalización" de los derechos humanos que se genera una
evolución progresiva en la formulación de propuestas de reconocimiento de
derechos y de medios para su protección, tanto en el Derecho Interno como en el
Derecho Internacional. Sin embargo, es en el ámbito internacional en el que se
impulsan mayores iniciativas por medio de la promulgación de instrumentos
declarativos y tratados internacionales en derechos humanos, en el marco de
desarrollo de sistemas internacionales y regionales de protección que llevan
implícitos nuevos órganos y procedimientos de protección.
El mayor avance fue reconocer a la persona humana como sujeto de derecho
internacional mediante la consolidación de una nueva rama jurídica -el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos-, ya que antes solo los Estados eran sujeto
de Derecho Internacional. Las personas no tenían ninguna opción de reclamar
violaciones a sus derechos en instancias internacionales. En cambio hoy, hay
numerosos mecanismos internacionales con opciones reales de protección, lo cual es
objeto de otros cursos autoformativos complementarios a este.
35
La progresividad de los derechos humanos discurre entre un inicio en que solo se
reconocían en instrumentos declarativos sin órganos ni mecanismos de protección
(únicamente con valor declarativo), hasta la creación de otros instrumentos con
mayor eficacia y capacidad obligatoria como los tratados que, además de
reconocimiento de derechos, también incluyen mecanismos y órganos de protección.
A manera de ejemplo, la progresividad es fácilmente identificable a partir de la
promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948,
pasando por la creación de mecanismos procesales para instrumentar la protección
de los derechos en ella contemplados (procedimientos 1503 y 1235), así como por la
creación de tratados generales con Comités de supervisión y protección, hasta el
estado actual donde se contabilizan más de cien instrumentos internacionales, entre
tratados y declaraciones de Naciones Unidas y de otros sistemas regionales.
El impulso de esta progresividad sostenida tiene un soporte moral en la reacción
colectiva frente al exterminio masivo y sistemático de seres humanos ejecutado por
el nazismo durante la II Guerra Mundial y, por supuesto, con fundamento en la
dignidad humana como principio ético ineludible.
Aún cuando con anterioridad ya existían algunos instrumentos internacionales que
podrían considerarse como propios de protección internacional (vg. La Sociedad de
las Naciones, Convenios de la OIT, Convenciones sobre Asilo, protección
diplomática aplicada en los fallos de la Corte Internacional Permanente de Justicia
de la Haya, etc.), es con la creación de la Organización de las Naciones Unidas, de la
Organización de los Estados Americanos y del Consejo de Europa, que podemos
hablar de un verdadero sistema internacional político idóneo para garantizar la
operatividad de subsistemas de protección de derechos humanos cuyas decisiones
tengan un asidero más tangible. En África se sigue la misma tónica y se crea la
Unidad Africana y bajo su égida, un sistema regional de protección de derechos
humanos por medio de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y
su órgano principal, la Comisión Africana de Derechos Humanos y la Corte
Africana de Derechos Humanos; esta última aún pendiente de instauración. En los
países árabes hay un esfuerzo incipiente con la Carta Árabe de Derechos Humanos.
En cambio en el continente asiático, al no existir una organización política regional,
ha sido más difícil instituir un sistema de protección de derechos humanos, además
de cierta resistencia por razones de relativismo cultural y de orden político.(36)
En términos generales, esos órganos no solo tienen funciones de protección de los
derechos humanos, sino de promoción y proposición de medidas preventivas y
correctivas para superar deficiencias y falta de adecuación de legislación, políticas
públicas y medidas para ajustar el derecho interno a los estándares internacionales
mínimos de protección dispuestos en los instrumentos internacionales de derechos
humanos.
La progresividad de los derechos humanos tiene que ver con un desarrollo sostenido
de reconocimiento de un catálogo cada vez más amplio de los derechos humanos, lo
cual es un proceso irreversible. Esa progresividad inicia con la "positivización"
(reconocimiento jurídico normativo internacional) de derechos individuales (civiles
y políticos), en principio, pasando luego por derechos colectivos (económicos,
sociales y culturales), hasta tener en agenda la discusión por el reconocimiento de
derechos todavía más generales y amplios, incluso concernientes a futuras
36
generaciones, como es el derecho a un medioambiente sano.
Todo este esfuerzo por producir instrumentos internacionales en derechos humanos
con sus respectivos procedimientos y medios, se puede graficar de la siguiente
manera:
1. Un primer estadio, en la antigüedad, de afirmación de la existencia de
derechos más allá de toda ley, orden o autoridad. La mayoría de los autores
invocan el ejemplo clásico de Sófocles, cuando resalta la respuesta de
Antígona al reproche de Creonte, por haber enterrado a su hermano en
contra de la prohibición para ello. La respuesta de Antígona fue que había
ceñido su actuación a leyes no escritas e inmutables del cielo.(37)
2. La positivización de derechos en leyes de Indias (Ordenanzas de Alfonso El
Sabio y otras) y, particularmente como punto de partida más global, la
Carta Magna de 1215, seguida luego por el Acta de Hábeas Corpus de 1679
y el Bill of Rights de 1686, que fueron las precursoras de las primeras
declaraciones de derechos humanos.
3. Promulgación de las Declaraciones de Derechos Humanos, siendo el punto
de inicio la Declaración Francesa y el punto culminante para América, la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776.
4. La inserción de capítulos de derechos individuales y luego derechos
económicos y sociales en todas las Constituciones Nacionales, así como sus
mecanismos y garantías de protección (recursos de hábeas corpus y amparo
constitucional).
5. El reconocimiento de responsabilidad internacional de los Estados por
violaciones a derechos humanos mediante la creación de nuevas ramas del
Derecho Internacional: El Derecho Internacional Humanitario (que es el
derecho de los conflictos armados para preservar la vida y dignidad de las
personas involucradas en esos conflictos y además, es el germen de la
protección internacional de derechos humanos) y el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos.
6. La internacionalización abierta de los derechos humanos; primero mediante
la emisión de Declaraciones con carácter meramente enunciativo o
declarativo, sin mecanismos ni órganos de protección, y luego la
promulgación de tratados internacionales de derechos humanos generales y
específicos con mayor capacidad de obligatoriedad. Aquellas declaraciones
(Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas y la
Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre, ambas de
1948, han adquirido mayor obligatoriedad debido a la convicción de los
mismos Estados de su carácter imperativo, pero también porque luego
fueron creados mecanismos para su monitoreo).
7. Inclusión de cláusulas implícitas en los tratados internacionales en derechos
humanos para su desarrollo progresivo mediante protocolos adicionales
(adición y reforma) o cláusulas facultativas.
______________
37
Notas:
[36] La diversidad de tradiciones culturales, estructura política y niveles de
desarrollo dificultarán, cuando no impedirán, la definición de un único régimen de
derechos humanos coherente con la vasta región que va desde Japón hasta Burma,
con sus tradiciones del Confusionismo, Budismo, Islamismo e Hinduismo, aún
cuando el movimiento para lograr esa meta continua. Lo que es claro, es que hay un
descontento general en toda la región con respecto a una "purista" interpretación
"occidental" de los derechos humanos". Traducción no oficial del autor.
Cf.Kausikan, Bilhari, "Asia´s Different Standard". En: Steiner J. Henry y Alston,
Philip. International Human Rights in Context, Law, Politics, Morals. Second
Edition. Oxford University Press. New York, 2000.p.539.
[37] Cf. Szabo, I. "L ondements Instoriques et development des droits de
L´homme", editado por Vasak, Karel. UNESCO. París, 1978, p.11.
MÓDULO IV
DERECHOS HUMANOS Y GRUPOS EN SITUACIÓN ESPECIAL


Unidad I: Fundamentos para la protección de grupos en situación especial.
Unidad II: Protección de los derechos humanos para grupos en situáción
especial.
38
UNIDAD I
Fundamentos para la protección de grupos en situación especial
Objetivo:
Que los lectores y lectoras tengan las nociones básicas sobre el verdadero
alcance del principio de igualdad y su relación con la dignidad humana, de
manera que lo relacionen con la equidad y su incidencia en la formulación de
acciones afirmativas para desarrollar leyes y políticas públicas a favor de las
personas y los grupos que se encuentran en situación especial y que son y han
sido objeto de discriminaciones de cualquier naturaleza.
Todos los derechos inherentes a las personas, así como las oportunidades para
desarrollarse como tales, deben ser y estar siempre en condiciones de igualdad. No
puede afectarse discriminarse a una persona o a un grupo de personas en razón de su
condición étnica, de género, por edad, o por su preferencia sexual. Ello responde al
principio fundamental de igualdad ante la ley. Sin embargo, en la práctica, muchas
veces se observa o hemos sido testigos de algún tipo de discriminación,
especialmente cuando se trata de tener acceso a algún tipo de derecho, servicio u
oportunidad.
El derecho a la igualdad tiene alcances muy amplios a partir de interpretaciones que
lo ubican como insignia del principio de no discriminación y base jurídica y
filosófica de la equidad como justicia. En términos simples, la formulación del
enunciado "todas las personas son iguales ante la ley", no merece mayores
explicaciones puesto que es algo que se entiende y se asimila como justo. Sin
embargo, en la práctica, ese principio no es respetado de manera amplia porque con
cierta regularidad se establecen excepciones o preferencias que favorecen, de
manera ilegal e inmoral, a algunas personas o grupos de personas a partir de
privilegios injustificados.
El derecho a la igualdad tiene matices. Visto como "igualdad ante la ley" (acepción
de igualdad en sentido formal), puede confundir al dar la idea de principio absoluto,
como exigencia de que la generalidad de las personas serán medidas bajo el mismo
raser una ley idéntica para todos y todas, sin que a nadie se le pueda dispensar de su
cumplimiento o alcance. Sin embargo, su verdadera acepción es entender la igualdad
como la posibilidad de que se otorgue un trato igual a todas aquellas personas que se
encuentran en situación o circunstancias similares.
Esto conduce a la utilización de criterios de "diferenciación", es decir, el otorgar un
trato diferenciado a personas que se encuentran en una situación particular. Por ello,
el concepto de igualdad no es un término uniformista y vacío, de aplicación
automática, sino que requiere de un constante juicio de justeza por ser un concepto
dinámico debido a que los hechos y fenómenos sociales no son patrones de un solo
estándar.
Con esa finalidad, se han desarrollado "excepciones" que no solo deben ser
permitidas por ley, sino por la necesidad y justificación moral y solidaria para que
ciertas personas o grupos que se encuentran en una situación especial, ya sea de
discriminación por cualquier razón o por exclusión y vulnerabilidad, gocen de
ciertas "ventajas" u oportunidades que se justifican por el principio de equidad. Esta
es la diferencia clásica entre lo justo y lo equitativ justo es que todos seamos iguales
ante la ley, pero ante situaciones disímiles, equitativo sería darle a cada quien lo que
le corresponde (concepto de justicia distributiva de Aristóteles).
Al no ser el principio de igualdad absoluto, requiere de ese tipo de relativización. La
manera de lograrlo es mediante lo que se conoce como "acción afirmativa" (positive
action), que no es otra cosa que generar mayores oportunidades a personas y
colectividades que no disfrutan del mismo nivel de ventajas que el común
denominador de las personas. Grupos de personas que son excluidas por su
condición étnica (indígenas y afrodescendientes); de género (mujeres); edad (niños,
niñas y adolescentes y adultos mayores); o por algún tipo de reto especial
(discapacidad), requieren de un trato equitativo para compensar, de manera
temporal, esa desventaja.
La manera de proyectar la acción afirmativa es mediante leyes que promuevan la
igualdad y equidad de esos grupos (conocidas como leyes de igualdad real),
acompañadas de políticas públicas, planes o programas dirigidas a la sociedad civil
para sensibilizar sobre la realidad discriminatoria que por razones y patrones
39
históricos ha estado incrustada en la cultura de los países.
Siendo que no todos somos iguales ni tenemos las mismas necesidades, la verdadera
relevancia del principio de igualdad es el de equiparar y ponderar conforme a las
distintas circunstancias y condiciones en que debe resolverse una situación
determinada, en particular, utilizando criterios de razonabilidad y proporcionalidad.
Del derecho a la igualdad , se derivan varios principios que deben ser considerados:



Los derechos humanos surgen de la dignidad innata de la persona humana y
en razón de su universalidad, todos y todas tienes los mismos derechos y
opciones.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
En la protección de derechos, el Estado no podrá discriminar por motivos de
raza, religión, sexo, idioma, color, opinión política, nacionalidad, posición
económica, lugar de nacimiento o cualquier otra condición.
Cuando nos encontramos o somos parte de un grupo que se le ha discriminado por
cualquier razón, debemos tener claridad de que se ha vulnerado un derecho en
función de pertenencia a ese grupo, lo cual implica una afectación, no solo para la
persona, sino para todo el grupo. Sin embargo, no es suficiente que el Estado se
abstenga de violar derechos a las personas que pertenecen a un grupo en situación
especial; por el contrario, se requiere que les otorgue una protección mayor que la
simple consideración en términos de igualdad.
La primera consideración es reconocer que esos grupos han sido objeto de múltiples
discriminaciones por razones históricas, sociales, económicas o culturales, lo que los
ha marginado o excluido de derechos o beneficios que tiene el resto de la población,
razón por la cual se les debe otorgar más ventajas para compensar, de alguna
manera, la discriminación de la que han sido objeto. De ahí, que por la vía de la
acción afirmativa sea común implementar medidas que garanticen un número
determinado de cuotas de participación o de acceso de esas personas para la
obtención de servicios públicos, crédito preferencial, oportunidades de trabajo, becas
de estudio, etc.
En otras ocasiones, se expresan por medio de mayores oportunidades en relación con
el resto de la población, incluyendo la dotación de mayores recursos económicos,
creación de oportunidades especiales, atención preferencial. Todo lo anterior ha
dado paso al surgimiento de un nuevo grupo de derechos conocidos como los
"derechos específicos", que son aquellos que tienden a la realización del goce
efectivo de derechos a grupos discriminados.
En ese contexto, como grupos en situación especial, se suele identificar a los
siguientes:





Mujeres
Niños, niñas y adolescentes (menores de 18 años)
Pueblos indígenas, afrodescendientes u otras minorías étnicas
Personas adultas mayores
Personas con algún tipo de discapacidad (con retos especiales)
40



Personas refugiadas y desplazadas
Personas con determinada preferencia sexual (gays y lesbianas)
Personas privadas de libertad.
Es común que a estos grupos se les denomine como "grupos vulnerables", no siendo
necesariamente correcta esa apreciación, especialmente con relación a las mujeres y
los pueblos indígenas y afrodescendientes, que más bien han sido grupos
"vulnerabilizados" o claramente "discriminados".
UNIDAD II
Protección de derechos humanos para grupos en situación especial
Objetivo:
Que una vez que los lectores y lectores tengan a mano las herramientas y los
alcances para comprender la dinámica de las relaciones entre los derechos
humanos en general y de ciertos grupos en situación especial, conozcan las
obligaciones que asumen los Estados para la realización del principio de
equidad con solidaridad en grupos específicos como las mujeres, las niñez y
adolescencia, los pueblos indígenas y afrodescendientes, las personas que viven
con retos especiales y las personas que por circunstancias particulares, son
objeto de algún tipo de discriminación.
Derechos de la mujer (sociología de género)(38)
La discriminación contra la mujer viola los principios de la igualdad de
derechos y del respeto de la dignidad humana, que dificulta la participación de
la mujer, en las mismas condiciones que el hombre, en la vida política, social,
económica y cultural de su país, que constituye un obstáculo para el aumento
del bienestar de la sociedad y de la familia y que entorpece el pleno desarrollo
de las posibilidades de la mujer para prestar servicio a su país y a la
humanidad (Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer).
En el caso de las mujeres, su situación de desventaja ha sido por motivos culturales
y patrones históricos, incluso por la desidia del Estado para modificar esos patronesa todas luces injustificables- que las han relegado a papeles dentro de la sociedad
que le limitan sus opciones de desarrollo como personas, dificultándoseles el acceso
a la educación, al trabajo y a ocupar cargos y puestos públicos. Pero quizás la
afectación más grave que afrontan las mujeres es la violencia doméstica o
intrafamiliar, donde son las principales víctimas de agresiones físicas y psicológicas
por parte de sus compañeros en el hogar que las conducen hasta la muerte y, en el
mejor de los casos, a problemas de autoestima que las mantiene en situación de
constante vulnerabilidad. Todo este tipo de discriminaciones son trasladadas a todos
los planos, incluyendo el laboral, donde es común que las mujeres, aún con el mismo
grado de estudio y de profesionalización, reciban salario menor que los hombres.
Ante ese panorama, le corresponde al Estado asumir políticas integrales para
garantizar a la mujer la eliminación de cualquier tipo de discriminación por razón de
41
género. Algunas de esas medidas están contempladas como obligaciones
internacionales en tratados internacionales específicos, como la Convención de las
Naciones Unidas para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra
la Mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer "Convención de Belem do Pará".
Como medidas a adoptar de primera mano están las siguientes:










Se deben afirmar patrones de conducta que favorezcan la igualdad de la
mujer, tanto en la sociedad en general, como en las instituciones del Estado.
El acceso a la educación y al trabajo debe estar basado en criterios de
profesionalidad y efectividad, por lo cual el Estado proporcionará las
condiciones más favorables para una adecuada promoción humana, social y
profesional de acuerdo con principios de objetividad, igualdad de
oportunidades, méritos, tiempo de servicio y capacitación.
Igual remuneración por trabajo similar.
No ser despedidas por motivo de embarazo o en goce de licencia por
maternidad.
Licencia de maternidad conforme a la legislación laboral del país.
Protección especial durante y después del embarazo.
Protección judicial especial en casos de acoso sexual.
Actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la
violencia contra la mujer.
Incluir en la legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así
como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer.
Tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo leyes para modificar o
abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas jurídicas o
consuetudinarias que respalden la persistencia o la tolerancia de la violencia
contra la mujer.
Derechos de los niños, niñas y adolescentes
El niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado
especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del
nacimiento. Declaración de los Derechos del Niño.
En una primera fase, se promulgaron algunas leyes con trato diferenciado,
especialmente en los Códigos Penales que reducían las penas a los autores de delito
con edad inferior a los 18 años. Posteriormente, se les excluía de persecución penal
por considerar que eran personas inimputables, por lo que debían ser sometidas a
procesos especiales y diferentes a los seguidos penalmente contra las personas
mayores de edad.
Fueron precisamente las deplorables situaciones en las cárceles, donde se
entremezclaban adultos y menores de edad, lo que generó gran indignación y el
impulso de reformas más legales, traducidas principalmente en legislación especial
de menores pero con una visión paternalista, donde el menor no era precisamente
sujeto pleno de derecho, sino "objeto" de protección. Incluso no había claridad en
cuanto a la determinación del grupo que se beneficiaría de esa legislación, ya que los
42
niños, niñas (hasta los doce años de edad), los adolescentes (de 12 a 15 años de
edad) y los mayores de 15 años y menores de 18 años, tienen, todavía hoy, distinto
estatus de protección. Este último grupo es el más excluido. Esta primera fase se
inspira en la doctrina de la situación irregular(39), caracterizada por la
judicialización de los procesos y una profunda división al interior de la infancia y la
correlativa criminalización de la pobreza.
El parteaguas se produjo con la promulgación de la Convención Internacional de los
Derechos del Niño [y de la Niña(40), la que representa el más importante
instrumento internacional para una verdadera protección integral de todas las
personas menores de edad. Se pasa, de la doctrina de la situación irregular a la
protección integral. El principal aporte de esta Convención, es que impone
obligaciones, de carácter internacional a los distintos actores involucrados,
incluyendo reforma legal y judicial para adecuar el derecho interno a los estándares
de la Convención; implementación de políticas públicas a los Estados resaltando
siempre como norte "el respeto al interés superior del niño,"(41) pero también
favorece la participación de la sociedad en los procesos de reformulación jurídica e
instrumentación de políticas gubernamentales.
La Doctrina de la protección integral impulsada por la Convención del Niño, es
complementada por otros instrumentos internacionales como las Reglas Mínimas de
las Naciones Unidas para la Administración de Justicia Juvenil (Reglas de Beijing);
las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para los Jóvenes Privados de Libertad y
las Directrices de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia Juvenil
(Directrices de Riad).
No obstante, la realidad es que aún con esos importantes avances, siguen habiendo
violaciones flagrantes a los derechos de las personas menores de edad, siendo las
más preocupantes el trabajo infantil, la explotación sexual, el tráfico de personas y la
falta de acceso a la educación.
Las obligaciones asumidas por los Estados son amplias y responden también a
políticas públicas para garantizar a ese sector de la población acceso a oportunidades
en la educación, salud y servicios necesarios para desarrollar su proyecto de vida.
Igualmente, refieren para que se creen las condiciones especiales para su tratamiento
en casos de niños en riesgo y en conflicto con la ley, medidas de resocialización,
tratamiento especial en centros de atención de menores y particular protección
cuando son víctimas de conflicto armado. De manera particular, corresponde al
Estado combatir y erradicar los principales factores que atentan contra la integridad
física y psíquica de las personas menores de edad como la explotación sexual
comercial, la violencia intrafamiliar y el trabajo infantil.
Derechos de pueblos indígenas y afrodescendientes
La mayoría de las Constitucionales Nacionales reconocen el carácter multiétnico,
pluricultural y multilingüe del país, lo cual debe tener incidencia y vivencia en la
institución castrense por medio del respeto básico de la diversidad, tanto de sus
miembros como de las comunidades que intervienen.
La situación de los pueblos indígenas y afrodescendientes es bastante compleja, ya
43
que su mayor aspiración es que el Estado, pero también la población en general, les
reconozcan su diversidad cultural y la respeten. Su lucha histórica es el
reconocimiento a la diferencia y a que el sistema acepte y respete sus prácticas y
costumbres como formas válidas, legítimas y auténticas de ordenar sus formas de
vida, incluso de gobernarse, conforme a pautas ancestrales.
Requieren sin embargo, de parte del Estado, la adopción de programas que impulsen
su desarrollo y el acceso a derechos y servicios públicos, pero siempre dentro del
ámbito de su realidad y costumbres para no afectar su forma de organización y su
cultura. En especial, también se les debe respetar a estos grupos a tener su propia
vida cultural, a profesar y practicar su propia religión y a emplear su propia lengua.
Entre los derechos que se reconocen especialmente a los pueblos indígenas por parte
del Convenio 169 de la OIT sobre Derechos de Pueblos Indígenas y Tribales, están
los siguientes:





Gozar plenamente de los derechos humanos y libertades fundamentales sin
obstáculos ni discriminación.
Salvaguardar sus costumbres, instituciones y cultura propios, sus bienes, el
trabajo y el medio ambiente que habitan.
Derecho a la posesión y propiedad de tierras y territorios que
tradicionalmente ocupan por la importancia y valor que se atribuyen como
parte inherente a su existencia misma, su cultura y sentido de pertenencia
colectiva.
Conservar su derecho consuetudinario, inclusive los métodos a los que
recurren tradicionalmente para la represión de delitos cometidos por sus
miembros, en la medida que sean compatibles con el sistema jurídico
nacional y con los derechos humanos reconocidos universalmente.
Derecho a comprender y hacerse comprender en procedimientos legales en
su idioma a través de un traductor o intérprete.
Personas con retos especiales
Hay personas que viven con retos especiales; es decir, con algún tipo de
discapacidad física o mental que dificulta su desarrollo de proyecto de vida. De
manera errada, en ocasiones se les denomina personas "discapacitadas", cuando no
es correcta esa terminología por cuando su limitación no implica que carezcan de
facultades para su desarrollo en la sociedad. Por el contrario, los mayores obstáculos
que enfrentan son del resto de la sociedad que carece de la información necesaria
para comprender su realidad y cómo sería la mejor forma de insertarse en los
procesos productivos y sociales sin discriminación.
Como primera providencia, corresponde al Estado generar las iniciativas que sean
indispensables para remover los obstáculos materiales que limitan su movilidad y
acceso a lugares públicos, especialmente aquellos donde se les debe proveer
servicios públicos como educación, salud, trabajo, distracción y administración de
justicia.
Paralelamente, deben ser objeto de políticas públicas, incluyendo legislación
especial para que puedan tener un proyecto de vida digna tomando en cuenta sus
44
retos particulares. No obstante, el punto más importante es de carácter cultural y
educativo que tienda hacia un cambio de visión para resolver sus necesidades con
proyección socialmente integradora en todas sus áreas.
Este tipo de obligaciones, también han asumido rango internacional en el marco del
sistema interamericano con la entrada en vigor de la Convención Interamericana
para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con
Discapacidad.
______________
Notas:
[38] Para ampliar y profundizar sobre el tema de sociología de género, ver el Curso
Autoformativo "Utilización del Sistema Interamericano para la Protección de los
Derechos de la Mujer".
[39] Cf. García Méndez, Emilio. "Infancia y Derechos Humanos". En: Estudios
Básicos de Derechos Humanos II. IIDH. San José, 1995. p.295.ss.
[40] Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre
de 1989.
[41] Convención de los Derechos del Niño. Artículo 3.
45
BIBLIOGRAFIA BASICA PARA TODAS LAS UNIDADES
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BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
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50
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