SERIE DE LA FAMILIA Enseñanza 7

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SERIE DE LA FAMILIA
Enseñanza 7 - LA RELACIÓN CONYUGAL EN LA FAMILIA
La relación conyugal es una referencia para saber si todo va bien en la
familia, o si todo va mal, una buena relación trae regocijo y paz a la familia, pero
una mala relación trae tropiezos, dolores, diferencias y malestar dentro de la
familia, la relación conyugal hace referencia mayormente al tiempo en que
comparten a solas el uno con el otro, incluyendo su sexualidad (el tiempo que
comparten a solas el esposo con la esposa).
La relación conyugal no es un pecado, fuera del matrimonio si, es un regalo
de Dios; el marido cumpla con la mujer el deber conyugal, así mismo la mujer con
el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni
tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os
neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para
ocuparnos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no
os tiente satanás a causa de vuestra incontinencia (1 corintios 7:3-5).
Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor:
que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o
reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a la mujer (1 corintios
7:10-11).
La mujer casada está ligada por ley mientras su marido vive; pero si su
marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el
Señor (1 corintios 7:39).
Así que el marido debe cumplir con la mujer el deber conyugal, así mismo la
mujer debe cumplir con su marido el deber conyugal, es decir que hay un deber
conyugal para el esposo, y uno para la esposa, vemos el deber conyugal del
esposo: uno de los deberes del esposo para con la esposa es escucharla, para la
mujer es muy importante el ser escuchada, él no se escuchada es ocasión de una
mala relación conyugal, muchas relaciones están fallando porque el esposo no
cumple con su deber conyugal de escuchar a la esposa, siempre la mujer habla
más que el hombre, así que la mujer debe ser escuchada por su esposo, y debe
apreciar las opiniones y los puntos de vista de su esposa.
Otro deber conyugal del esposo para con su esposa, es darle plena
seguridad en todo, una mujer para poder tener una satisfactoria y plena relación
conyugal debe sentirse segura, debe sentir que tiene un esposo que la cubre, que
la protege, que la guarda, que está a favor de ella, que la alimenta, que la
sustenta, que le provee, que le da todo un ambiente para ella sentir segura su
vida, y la de sus hijos, una mujer necesita que su esposo como deber conyugal le
brinde seguridad, vivimos tiempos en que la mujer se está proveyendo a sí misma,
se está creando la seguridad porque vive en un ambiente de incertidumbre, de
inseguridad porque el esposo no le brinda esa seguridad de varón que debe
ofrecerle.
Otro deber del esposo para con la esposa, es darle el tiempo de relación
conyugal que ella necesita, el tiempo de relación conyugal del esposo, es diferente
al tiempo de relación conyugal de la esposa, y es un deber del esposo cumplir con
el tiempo necesario de la relación conyugal para su esposa, decíamos
anteriormente que la relación conyugal es mayormente un tiempo de
comunicación a solas del uno con el otro, darle el tiempo de relación conyugal que
ella necesita es importante, el cual es un tiempo que comienza desde la mañana,
hasta todo el día, es un día de cortejo, más el tiempo de intimidad o de sexualidad,
así que es deber conyugal cumplir el hombre con ese tiempo de cortejo, de trato
especial con su esposa, desde la mañana completamente todo el día, e incluye el
tiempo de intimidad o de sexualidad.
Otro deber es poner a Dios en medio de dicha relación, dice la palabra del
Señor que: cordel de tres dobleces es difícil de romper, es necesario que se forme
un cordel de tres dobleces, es un hombre, una mujer y es Dios en medio de la
relación, así que se el varón cumple con su deber conyugal, todo dará como fruto
una relación conyugal muy satisfactoria.
La mujer también tiene un deber conyugal para con el esposo, y el deber conyugal
de la esposa es el siguiente:
Es deber conyugal de la esposa respetar por sobre todo la autoridad de su
marido, un marido que sienta irrespetado en su autoridad, un hombre que sienta
despojado de su autoridad, que sienta que es atentado en su autoridad, que los
hijos, la esposa o ambos se confabulan o quieren ir en contra de su autoridad, de
lo que el establece en su hogar como cabeza, eso es un incumplimiento del deber
conyugal de la mujer con el esposo, eso retarda, daña la buena relación conyugal
entre ambos, si algo es muy importante que la mujer sepa es que la autoridad del
varón no se toca, porque la autoridad del varón, es la autoridad de Dios puesta en
la cabeza de la familia que es el varón, ir en contra de la autoridad del varón es ir
en contra de la autoridad de Dios, y eso rompe los esquemas de normalidad,
estándares que Dios ha establecido en la relación conyugal.
Otro deber de la mujer para con el varón es cumplir con las exigencias en
cuanto a la frecuencia sexual que es requerida por el varón, por el esposo, ya que
la frecuencia en la intimidad sexual del varón es mayor que en la hembra, y es
deber conyugal de la esposa cumplir con esa exigencia en cuanto a la frecuencia
sexual que el esposo requiere para sentirse cómodo, feliz, recibido, estable, para
sentirse bien.
Otro deber conyugal de la esposa es tener siempre y sentir siempre una
admiración por él, el varón necesita sentirse admirado, necesita sentir que es el
varón de la casa, necesita sentir que él es el héroe de la casa, es necesario que el
varón sea admirado, así como el pavo real se espluma para mostrar y
deslumbrara a la hembra con su plumaje, y la hembra se admira de ese plumaje
precioso de ese pavo real, igualmente pasa con el varón, el varón muestra todas
sus virtudes, todo lo que él hace en provisión, protección, guardar a su familia para
que la esposa lo admire y que él sea su héroe, sea el reflejo de Dios en su vida,
entonces todo dará como fruto una relación conyugal muy satisfactoria, dice la
palabra que la mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido, ni
tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, si no la mujer, no es la
mujer quien manda, controla o dirige su cuerpo, si no el esposo, es el quien tiene
la potestad, la facultad, la autoridad y de igual manera sucede a la mujer con el
cuerpo del esposo, es ella la que controla, dirige, la que tiene la autoridad sobre el
cuerpo de su esposo, una de las razones de infelicidad en las relaciones es
cuando cada uno no se siente con autoridad, con potestad sobre el cuerpo del
otro, cuando uno de las conyugues no se siente con autoridad sobre el cuerpo del
otro, no puede sentir plenitud en sus relaciones, por eso es importante que cada
que pueda sentirse con autoridad, con potestad sobre el cuerpo de su esposo, o
esposa.
¡Mujer siéntete con autoridad y potestad sobre el cuerpo de tu esposo, y
esposo siéntete y actúa con autoridad, con potestad sobre el cuerpo de tu esposa!
Dice la palabra: no os neguéis el uno al otro. La mujer o se puede negar a tener
tiempo de intimidad con su esposo, ni el esposo negarse a tener tiempo de
intimidad con su esposa, muchos en medio de situaciones, se mudan de cuarto,
otros inventan hasta irse de la casa, otros usan las relaciones para negarse el uno
al otro y la usan como una manera de castigar al compañero, otros lo usan como
un medio para lograr cosas, cometidos y hacen como una especie de negociación
donde no debe existir y otros lo usan como manipulación. Todos estos son
ataques del enemigo, porque el Señor nos enseña que no debemos negarnos el
uno al otro, y dice la palabra del Señor que: pueden ser suspendidas las
relaciones conyugales, pero por algún tiempo, por mutuo consentimiento, para
ocuparnos sosegadamente en la oración, solo por motivos espirituales y solo por
un y tiempo, y dice la palabra del Señor: y volved a juntaros en uno, y volved
rápido a la intimidad para que no os tiente satanás en vuestra incontinencia,
debemos volver a estar juntos, porque el no estar juntos abre la puerta a que
satanás pueda aprovechar esa incontinencia, y pueda traer la tentación, y pueda
traer el pecado, así que la continuidad y constancia en la relación es establecida
por la palabra de Dios, para evitar caer en el pecado o en la tentación, debido a la
incontinencia, y de una vez mantiene ese acto, consolida ese acto la relación, así
que la continuidad es algo muy importante porque va consolidando, manteniendo,
fortaleciendo la relación, y dice la palabra del Señor: que el lecho sea sin mancilla;
Dios es el creador del sexo, y el sexo según la biblia es excelente, es una
bendición, es un regalo de Dios, pero debe ejercerse e la legalidad, bajo el sello
del matrimonio, en santidad y como lo estableció Dios, el varón con la hembra, si
en la relación falta alguno de estos ingredientes, entonces no es legal en el mundo
espiritual, y satanás tiene derecho de estropear la relación, por eso hoy hay tanta
insatisfacción, porque se ha mancillado el lecho, con pornografía, sexo impuro y
una cantidad de aberraciones que más que contribuir con una plena relación daña,
ensucia y la entorpece.
Hoy la moda es: “mi pareja”, sin matrimonio, si no que la ilegalidad del placer y
la conveniencia a en mancillado los lechos con fornicación que es ilegal y pecado
delante de os ojos de Dios, la palabra del Señor dice: los fornicarios no entraran al
reino de los cielos, esa moda de hoy de “mi pareja” sin el matrimonio, solo por la
conveniencia de estar juntos, de probar, de ver, de estar solamente para satisfacer
las necesidades que tenemos, delante de los ojos de Dios son lechos en
mancillados que va a traer ilegalidad, presencia de satanás, problemas,
sufrimientos y ligaduras simplemente por la actividad sexual, pero esa no fue la
forma como Dios lo ha establecido, Dios lo estableció bajo la figura del
matrimonio, hoy satanás ha infectado el mundo y la familia con aun relaciones que
no deben estar dentro de ellas, y hay relaciones aun en la familia que se permiten
desviadas, relaciones homosexuales y de todo tipo de inmundicia que han
convertido hogares en nidos de infelicidad, de dolores y tragedias, muchos
hogares se han llenado de películas, revistas, artefactos de maldad, que terminan
siendo descubiertos por los niños, por los hijos, por los jóvenes, la familia queda
avergonzada y contaminada por todas estas cosas, no podemos en mancillar el
lecho, un lecho sin mancilla es gran bendición a la familia, testimonio a los hijos y
es mostrar que se puede ser feliz con lo que Dios nos ha dado y no con lo que
satanás ha querido introducir, el plan de Dios es la pureza en las relaciones
conyugales, es la unión en el amor, y no en el placer, es darle al hombre una
minúscula muestra del gozo que tiene para el en la otra vida, y no es que en la
otra vida haya sexo, sino que hay más gozo que este terrenal, y dice la palabra del
Señor: pero los que están unidos en matrimonio, mando no yo sino el Señor, que
la mujer no se separe del marido, y si se separa quédese sin casar, o reconcíliese
con su marido, y que el marido no abandone a su mujer, la palabra divorcio no
existe en el diccionario de Dios, así que estamos llamados a mantenernos siempre
unidos, tal como Dios lo ha establecido, dice la palabra del Señor: la mujer casada
está ligada por la ley mientras su marido vive, pero si su marido muere libre es
para casarse con quien quiera con tal que sea en el Señor, solamente en caso de
el fallecimiento de alguno de los conyugues, puede la mujer quedar libre, y el
Señor dice: para casarse con quien quiera, pero hace énfasis y dice: que sea en el
Señor, con una persona que no está en el Señor es establecer un yugo desigual
que te va a traer tropiezos y sufrimientos.
Y dice la palabra del Señor: así también , los maridos deben amar a sus
mujeres como a sus propios cuerpos, el que ama a su mujer así mismo se ama,
porque nadie aborreció su propia carne; si no que la sustenta y la cuida como
también cristo a la iglesia, así que Dios llama al hombre a que ame a su mujer, y
no solamente eso sino que debe sustentarla y cuidarla, no le corresponde a la
mujer sustentarse y cuidarse por sí misma, si no le corresponde al varón
sustentarla y cuidarla como brazo frágil que son ellas.
La unión conyugal debe ser un tiempo de amor, y no solo de placer, es un
regalo de Dios, debe ser u tiempo de pureza y aun de oración, tiempo de unidad y
fortalecimiento de la relación, tiempo de edificación, tiempo de convocar en medio
de la pareja al Espíritu Santo de Dios, esto es lo establecido por Dios en su
palabra, ciertamente se puede ser buenas parejas, buenos matrimonios, se
pueden establecer extraordinarias relaciones conyugales, libres de toda la
inmundicia del mundo y cubierto de la mano de Dios, porque la intimidad, la
relación conyugal no es un acto de placer, es u acto pleno del amor de Dios que
ciertamente conlleva al placer físico como una consecuencia, así que hoy es un
buen momento para que reflexiones y puedas establecer una buena relación
conyugal en tu familia.
Quiero invitarte a que pongas al Espíritu Santo en medio de la relación
conyugal, la relación conyugal perfecta es de tres: un hombre, una mujer y el
Espíritu Santo de Dios en medio de nosotros, la relación conyugal es la guinda del
helado, y hoy quiero invitarte a que pongas a Dios en medio de tu relación y para
hacerlo hoy es un buen momento para que la entregues en sus manos, entregues
tu vida y la de tu esposa en las manos de Dios y puedas recibir Al Señor en tu
corazón, Dios es amor y si tu recibes a Dios en tu corazón vas a tener amor en tu
corazón, y si tienes amor en tu corazón entonces podrás amar a tu esposa, o a tu
esposo, así que te invito a que pongas el amor de Dios en tu corazón repitiendo
esta oración: Señor Jesús, hoy vengo delante de ti, pidiéndote perdón Señor
por mis pecados en mis relaciones conyugales y en mi vida, hoy reconozco
que tú eres el Señor y salvador de mi vida, mi familia y mi relación, hoy te
pido Señor que envíes dentro de mí, dentro de mi relación conyugal dentro
de mis hijos tu Espíritu Santo, que escribas mi nombre en el libro de la vida,
y que de hoy en adelante toda mi relación sea renovada, transformada,
liberada para servirte a ti y recibir lo que tú tienes para cada uno de
nosotros. Te doy gracias Señor por ese regalo maravilloso de esa intimidad
que creaste… Amén.
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