UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA CENTRO UNIVERSITARIO DEL NORTE - CUNOR PROFESOSRADO EN PEDAGOGIA Y TECNICO EN ADMINISTRACION EDUCATIVA CON ORIENTACIÓN EN MEDIO AMBIENTE CURSO: SOCIOLOGÍA GENERAL LICDA. INGRID ESTELA FERNANDEZ RAMIREZ GÉNERO Y SEXUALIDAD 1. SISTEMA SEXO – GÉNERO Desde los años setenta del siglo anterior, comienza a difundirse la Teoría de Género, que se basa en que a las personas se nos atribuyen una serie de creencias, actitudes, conductas, valores y normas sociales, según se haya nacido hombre o mujer. A este conjunto de atribuciones se le denomina GÉNERO. El hecho de que sean un constructo social es fundamental para comprender que se pueden modificar, cambiar. No es pues algo invariable, como lo es el sexo biológico con el que nacemos. 1.1. Sexo: es el conjunto de características físicas, biológicas y corporales con las que nacemos, son naturales y de alguna manera inmodificable. Nuestra especie tiene dos sexos fundamentales, femenino y masculino, a partir de ello se construye la identidad de género. La definición con la que trabaja la OMS dice que "sexo se refiere a las características biológicas y fisiológicas que definen a hombres y mujeres" y que "macho y hembra son categorías sexuales 1.2. Género: es el conjunto de características psicológicas, sociales y culturales asignadas a las personas. Estas características son históricas, modificables, se van transformando con y en el tiempo. La definición de trabajo utilizada por la OMS es: "género se refiere a los roles socialmente construidos, los comportamientos, actividades y atributos que una sociedad dada considera apropiados para hombres y mujeres" y "masculino y femenino son categorías de género" A continuación se muestran algunos aspectos a destacar sobre el sistema sexo-género: 1.3. Género como categoría de análisis social Con el género analizamos las relaciones de poder entre los hombres y las mujeres. Estas relaciones se caracterizan por la subordinación de lo femenino a lo masculino. Las relaciones de género son cambiantes, a veces negociadas, a lo largo de la historia y la vida, y siempre se justifican en torno a argumentos creíbles, socialmente creíbles. 1.4. División y marginación entre mujeres y hombres El sistema sexo-género ha creado una situación de división y marginación entre mujeres y hombres en los aspectos económicos, políticos, sociales y culturales, así como en los ámbitos públicos y privados; estableciendo diferenciadamente la intervención de los hombres en la esfera productiva y de las mujeres en la reproductiva. Es pues el resultado de un proceso a través del cual se organizan la vida y las relaciones sociales de las personas; se moldean sus expectativas y experiencias, provocando una desigualdad entre hombres y mujeres. 1.5. La división del género masculino y femenino no existe La división del género masculino y femenino no existe, no es natural. Por tanto, se puede modificar. Se trata de comprender cómo el mundo se ha establecido sobre una división desigual de los sexos. Frecuentemente se confunde sexo y género, si bien el sexo determina al género la mayoría de las veces, existen diferencias inconfundibles. Gayle Rubin en su artículo "El tráfico de mujeres: notas sobre la economía política del sexo", publicado en 1975. Para esta autora, "un sistema sexo/género es un conjunto de acuerdos por el cual la sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en las cuales estas necesidades sexuales transformadas, son satisfechas" 2. SOCIALIZACIÓN DE GÉNERO La socialización es un proceso de aprendizaje por medio del cual, la sociedad, a través de los agentes de socialización transmite las creencias, los valores y los comportamientos dominantes de una determinada sociedad. La socialización de género sigue los mismos mecanismos de transmisión, esto es, el patriarcado imperante, utiliza los roles de género transformados en creencias y valores diferenciales entre mujeres y hombres. Aprendemos a ser mujeres y hombres a partir de los procesos de socialización en las distintas instituciones e instancias de nuestra sociedad, entre ellas, la familia, la escuela, la religión, los medios de difusión social, los partidos políticos, el mercado de trabajo, la educación. Tanto en la familia como en la escuela se recibe todo un adiestramiento de género a partir de las interrelaciones, los juegos, mandatos sociales, modelos, normas, valores, creencias, actitudes, que imponen, reproducen, perpetúan y legitiman lo femenino y lo masculino. La socialización de género es el proceso de aprendizaje de las expectativas sociales y las actitudes asociadas con el propio sexo. Los sociólogos explican a través de la socialización de género por qué los humanos varones y mujeres se comportan de manera diferente: ellos aprenden diferentes roles sociales. Por ejemplo, las niñas aprenden a hacer diferentes tareas del hogar que los niños, las niñas aprenden a cocinar y limpiar, y los niños aprenden a cortar el césped y sacar la basura. La socialización de género se produce a través de medios tan diversos como las actitudes de los padres, las escuelas, cómo los compañeros interactúan unos con otros, y los medios de comunicación. A veces los roles de género conducen a la desigualdad, por ejemplo, los roles sociales de las mujeres fueron una vez la política con respecto a más restringido, y la legislación estadounidense prohíbe a las mujeres de votar. Algunos investigadores creen que las diferencias biológicas subyacen algunas diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres, mientras que otros no están de acuerdo. 2.1. Agentes de socialización FAMILIA ESCUELA Juegos, cuentos, atribuciones, roles Modelos del profesorado Iconografía de los textos GRUPO DE IGUALES MEDIOS DE COMUNICACIÓN Imiración Imágenes, tratamiento de la información y lenguaje RELIGIÓN Valores, normas A través de distintas normas y principios de socialización, las personas aprenden comportamientos masculinos o femeninos, respondiendo a las expectativas sociales e internalizando la justificación de la desigualdad en razón del género. Con respecto a lo femenino, a las mujeres se les socializa para que asuman posiciones de sumisión que se manifiestan a través de conductas de: dependencia, debilidad, emotividad poco estimuladas para desarrollar su capacidad cognitiva, represión sexual y donde su principal razón de ser se justifica a través de la crianza de los hijos y del cuidado de los otros.} Respecto a esto último, la autora Aracelli Ibarra Bellon (1995) considera que a la mujer históricamente se le ha asignado una diversidad de papeles o funciones que le limitan su desarrollo personal. Así, se asume como “normal” el que “...se exija que la esposa sea el apoyo y la guía de la familia, que vigile que se cumplan las leyes dictadas por él, compañera social y sexual del hombre, madre que cuida y atienda a los hijos que la naturaleza y las normas le permitan; debe ser la educadora, la socializadora, la que forme la personalidad de esos hijos, la principal responsable de transmitirles la cultura y la estructura social que asimiló en su familia materna” (Ibarra,1995: 310). Paralelamente, entre los estereotipos más difundidos en la construcción genérica de lo masculino, indican que los hombres representan autoridad, son seres libres que gozan de independencia, individualidad, racionalidad, objetividad, y sexualmente se les asigna un “deber ser” fundamentado en 10 mitos, citados por Corsi (1989) a saber: 12- “Los hombres no deben tener o, no deben expresar ciertos sentimientos”. “El sexo, como en cualquier otra cosa, lo que cuenta es el rendimiento”. “El hombre es el encargado de iniciar u orquestar lo sexual; es responsable también del orgasmo femenino 4- “El hombre siempre debe desear y estar listo para el sexo 5- “Todo contacto físico debe necesariamente terminar en una relación sexual”. 6- “Relación sexual equivale sólo a coito vaginal”. 7- “Toda actividad sexual requiere como condición básica la erección”. 8- “Buen sexo es una progresividad lineal de excitación creciente que termina exclusivamente en el orgasmo”. 9- “El sexo debe ser natural y espontáneo”. 3- “En esta era tan avanzada los mitos precedentes no tienen ya ninguna influencia sobre nosotros”. Todos estos mitos favorecen las distorsiones respecto al poder y al sexo y contribuyen en la manifestación del comportamiento sexual agresivo. El cual, debe entenderse como una problemática de índole multifactorial. 3. LA SEXUALIDAD HUMANA La sexualidad humana representa el conjunto de comportamientos que conciernen la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual. Al igual que los otros primates, los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer propio y el del otro. El sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas culturas dan un sentido religioso o espiritual al acto sexual, así como ven en ello un método para mejorar (o perder) la salud. La complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es producto de su cultura, su inteligencia y de sus complejas sociedades, y no están gobernados enteramente por los instintos, como ocurre en casi todos los animales. Sin embargo, el motor base del comportamiento sexual humano siguen siendo los instintos, aunque su forma y expresión dependen de la cultura y de elecciones personales; esto da lugar a una gama muy compleja de comportamientos sexuales. En la especie humana, la mujer lleva culturalmente el peso de la preservación de la especie. En la sexualidad humana pueden distinguirse aspectos relacionados con la salud, el placer, legales, religiosos, etcétera. El concepto de sexualidad comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la reproducción, como los diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y de las expectativas de rol social. En la vida cotidiana, la sexualidad cumple un papel muy destacado ya que, desde el punto de vista emotivo y de la relación entre las personas, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y de las normas o sanciones que estipula la sociedad. 3.1. Componentes de la sexualidad humana Abordar el tema de la sexualidad humana implica hacerlo desde una perspectiva amplia y abarcadora. A diferencia de la experiencia sexual en los animales que está determinada exclusivamente por su naturaleza instintiva y filogenética, en el ser humano, la sexualidad no está ya dada por el sólo hecho de existir. Para el hombre y la mujer, la sexualidad es producto de un descubrimiento, de un proceso que puede durar toda la existencia y donde deberán integrarse todos los ámbitos que le vienen dados por su realidad ontogenética. 3.1.1. El componente biológico: es quizás el más fácil de definir, caracterizar y diferenciar. A el se refiere todo lo directamente relacionado con el sexo desde el punto de vista físico propiamente tal. Surge de la constatación del dimorfismo propio de la especie humana en hombre y mujer. Su base es de tipo orgánica y se expresa en elementos constitutivos y funcionales. Es la base de la reproducción. 3.1.2. El componente psicológico: está conformado por el ámbito de la impulsividad y lo instintivo propiamente tal. Es el plano de lo sensible. Nace desde la percepción sensorial de los estímulos propios de la sexualidad. Abarca la dimensión del placer, los gustos, el agrado, la compenetración física 3.1.3. El componente afectivo: comprende toda la gama de emociones y sentimientos que se manifiestan en la interioridad de cada persona. De hecho la expresión afectividad tiene un componente eminentemente interno al sujeto. Afecto procede de "efecto" y dice relación con el impacto positivo o negativo que producen en el interior de cada uno las personas, situaciones o cosas. 3.1.4. El componente social: Cómo se entiende la sexualidad en un grupo humano determinado: familia, grupo de pares, nivel socioeconómico, opciones religiosas. Abarca el nivel de aceptación que se tiene de los comportamientos y actitudes sexuales. Comprende los roles que se asignan a hombres y mujeres, las normas Establece los lazos, define lo que es adecuado y lo inadecuado de los diferentes aspectos de la vida sexual. 3.1.5. El componente cultural: se refiere a la forma como cada cultura entiende, expresa, valora y norma los comportamientos y actitudes de sus componentes en un momento histórico y en una realidad geográfica determinada. La cultura varía y se modifica a lo largo de la historia y por ello, cada época define y propone ciertos referentes. Este componente abarca la dimensión de la sexualidad humana desde el punto de vista o el ámbito público. Una manifestación concreta de este componente lo constituye la tipificación sexual de hombre y mujer, la imagen social que proyecta el hombre y la mujer, lo que le es atribuido a cada uno y en exclusiva o complementario con el otro. 3.1.6. El componente moral: se aproxima a la sexualidad desde el punto de vista de los valores que están implícitos en esta dimensión de la persona humana. Podría presentarse como el ámbito espiritual que aporta integración, valor y sentido a la sexualidad humana. Es el ámbito de los valores y normas que se postulan en orden a la verdad y el bien de este aspecto del ser humano.