Twiteando Antes de iniciar esta materia no se me había ocurrido la idea de abrir una cuenta en twitter en absoluto. En ocasiones nuestras decisiones están gobernadas por nuestros prejuicios y en este caso yo pensaba que twitter era perder el tiempo mandando mensajes sin ningún contenido ni trascendencia. Aunque hay una gran dosis de mensajes irrelevantes, todo depende de a quién estés siguiendo, ahora me doy cuenta de ello. Decidí por ejemplo, seguir a la PROFECO, a los candidatos y precandidatos a ocupar puestos de elección popular, a gentes que se encuentran en el medio informativo y me agradó la idea de leer sus mensajes sobre lo que están haciendo, lo que está sucediendo en el país y lo que piensan. También empecé a seguir gente cuya foto se veía interesante. Pero al ver abrumada mi página de mensajes que no comprendía o que no dicen nada más aparte de la banalidad de la persona, tomé la decisión de dejar de seguirlas. En eso radica una de las mayores ventajas de este sistema de comunicación, cada quien puede escoger lo que le interesa seguir. Si buscas mensajes con contenido y cierta dosis de transcendencia, los encontrarás, si lo que quieres en entretenerte con futilidades, has encontrado el sitio ideal. Así pues, decidí iniciar con la apertura de mi página el día siguiente a las instrucciones que nos dio el profesor. Lo primero que hice fue poner la palabra TWITTER en la barra de direcciones y me apareció la dirección. Al dar ENTER, abrió la página de twitter. Ahí aparecen dos opciones; una para quienes ya tienen la cuenta y sólo deben poner su dirección de correo electrónico y su contraseña, dar click en la palabra INGRESAR. La otra opción es para gente, como yo que apenas va a abrir su cuenta, en cuyo caso, se debe poner el nombre completo y la dirección de correo electrónico con la que uno desea administrar la cuenta de twitter. Enseguida se debe teclear la contraseña de la dirección de correo. Hasta aquí los pasos son muy simples, según me pude dar cuenta. De hecho, cuando algo es desconocido, se puede pensar que el procedimiento es complicado en extremo, pero una vez que por alguna razón, ya sea motivación interna o externa, como en este caso, se puede dar cuenta la persona de que en realidad los sitios de internet y páginas como esta son muy amigables y te llevan de la mano, de tal forma que logres hacerte miembro en un recorrido bastante corto. Enseguida me dediqué a escribir el nombre de usuario, esto es, el alias con el que la persona desee que lo conozcan y lo identifiquen y que aparecerá después del @. Así pues, aparece una ventana que dice BIENVENIDO y el nombre del usuario. Se da click en el recuadro que dice SIGUIENTE. Entonces se deben agregar cinco direcciones de usuarios de Twitter que uno desee seguir. Después aparecen otras dos ventanas en las que debes escoger 5 direcciones en cada una. Aunque también está la opción de saltar estos tres pasos pero la desventaja será de que el usuario no tendrá a ningún contacto a quién ir siguiendo. Claro que después puede agregar a quienes desee seguir. Una vez creada la página viene el momento de la configuración o personalización, pero antes hay que mandar una confirmación por correo electrónico, para que twitter sepa que la persona que se está registrando es en verdad la administradora de la cuenta de correo electrónico. Una vez en la bandeja de entrada de Hotmail, se manda la confirmación por correo para twitter. Completado este paso, se puede dar click en el recuadro que dice FOTO, para agregar la foto que uno disponga en los formatos que establece la página y se siguen los mismos pasos que uno seguiría para adjuntar un documento en HOTMAIL. Se pueden agregar contactos para seguir sus twitters. También se puede ir a configuración donde puede el usuario cambiar los colores del fondo o de la fuente, crear grupos, decidir qué categorías puede uno seguir, tales como: noticias, entretenimiento, deportes, etc. Se puede editar el perfil del usuario. Se pueden agregar datos, fotos, etc. En la página del perfil aparece un recuento de cuántos twitts ha enviado el usuario, a cuántas personas está siguiendo y cuántas personas lo están siguiendo. Esto último es de gran utilidad para quienes exponen ideas y saben, por el número de seguidores que aquéllas están teniendo eco y también para otros, cuyo ego se ve fortalecido al ver el número de personas que siguen cualquier idea que escriban en un twitt, sin importar cuán superficial esta sea. En fin, este forma de comunicación tiene mucho que ofrecer y hay para todos los gustos. Uno se puede enterar desde los estrenos musicales hasta las ideas para mejorar al país de los que desean que los seguidores voten por ellos. En realidad, tiene tanto potencial, que las personas que nos dedicamos a la educación, deberíamos ponderar más a fondo cómo usarla, cómo sugerir a nuestros alumnos que le saquen provecho y buscar formas de integrarla a nuestra práctica docente cotidiana. Antonio Navarrete Mosqueda