1 Dictamen nº: 271/13 Consulta: Consejero de Asuntos Sociales

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Dictamen nº:
Consulta:
Asunto:
Aprobación:
271/13
Consejero de Asuntos Sociales
Contratación Administrativa
03.07.13
DICTAMEN de la Comisión Permanente del Consejo Consultivo de la
Comunidad de Madrid, aprobado por unanimidad, en su sesión de 3 de
julio de 2013, emitido ante la consulta formulada por el consejero de
Asuntos Sociales, al amparo del artículo 13.1 de la Ley 6/2007, de 21 de
diciembre, en relación con el expediente relativo a la interpretación del
contrato de Gestión de Servicio Público titulado “Atención de Personas
con Discapacidad Intelectual en el Centro Ocupacional de Fuenlabrada
(Madrid)”.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El día 7 de mayo de 2013 tuvo entrada en el registro del
Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid solicitud de dictamen
preceptivo formulada por el consejero de Asuntos Sociales el 23 de abril de
2013, acerca del expediente relativo a la interpretación de la cláusula 12.1
del pliego de cláusulas administrativas particulares del contrato de gestión
de servicio público para “Atención de Personas con Discapacidad
Intelectual en el Centro Ocupacional de Fuenlabrada (Madrid)”.
Admitida a trámite con esa misma fecha se procedió a dar entrada en el
registro de expedientes con el número 213/13, iniciándose el cómputo del
plazo para la emisión del dictamen, tal como dispone el artículo 34
apartado 1 del Reglamento Orgánico del Consejo Consultivo de la
Comunidad de Madrid, aprobado por el Decreto 26/2008, de 10 de abril.
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Examinado el expediente se consideró necesaria documentación
adicional, por lo que se solicitó que se completase el expediente el 23 de
mayo de 2013, con interrupción del plazo para dictaminar, de conformidad
con lo establecido en el artículo 17.2 de la Ley 6/2007, de 21 de
diciembre, reguladora del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid.
Por el consejero de de Asuntos Sociales se remitió la documentación
requerida el 3 de junio de 2013 y tuvo entrada en el Consejo Consultivo el
13 de junio, reiniciándose el plazo para la emisión de dictamen.
Ha correspondido su ponencia a la Sección VI, presidida por el Excmo.
Sr. D. Pedro Sabando Suárez, quien firmó la oportuna propuesta de
dictamen, siendo deliberado y aprobado, por unanimidad, en Comisión
Permanente de este Consejo Consultivo, en su sesión de 3 de julio de 2013.
SEGUNDO.- Del expediente remitido, se extraen los siguientes hechos
de interés para la emisión del dictamen:
La Comunidad de Madrid, en virtud de escritura pública celebrada el 3
de julio de 2003 es propietaria de pleno dominio de las naves industriales
números aaa y bbb del edificio sobre la parcela ccc, sitas en el término
municipal de Fuenlabrada, con acceso por la calle A número ddd, Polígono
Industrial B.
Por Orden de la Consejería de Servicios Sociales, el 25 de agosto de
2003 se aprueban los pliegos de cláusulas administrativas particulares
(PCAP) y de prescripciones técnicas del contrato de gestión de servicio
público para “Atención de Personas con Discapacidad Intelectual en el
Centro Ocupacional de Fuenlabrada (Madrid)”, para su adjudicación por
procedimiento abierto mediante concurso.
En el PCAP, la cláusula 12.1 dispone:
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“El contratista estará obligado al cumplimiento de las obligaciones que
con carácter general se establecen en los artículos 160 y 161 de la
Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, y en especial, a
las recogidas en el pliego de prescripciones técnicas que se unen al
presente pliego.
Será también responsabilidad del contratista la presentación y trámite
de cuanta documentación sea necesaria para adecuarla a las
exigencias normativas a que hubiere lugar y para las cuales sea
requerido por la Administración General del Estado, La
Comunidad de Madrid o los Servicios Municipales.
Correrán a cargo del contratista los gastos de obtención de licencias,
autorizaciones, permisos de cualquier tipo, tributos y cuantos otros
lleve consigo la explotación del Centro.
Serán de cuenta del contratista los gastos e impuestos, anuncios, ya
sea en Boletines en cualquier medio de difusión cuyo importe
máximo se encuentra especificado en el apartado 12 del Anexo I”.
El 24 de octubre de 2003 se adjudica el contrato anteriormente citado a
C, procediéndose a la formalización del mismo en documento
administrativo el 12 de noviembre de 2003.
Conforme establece la cláusula primera del contrato administrativo, la
adjudicataria se compromete a llevar a cabo la ejecución del contrato, “con
estricta sujeción a lo establecido en los pliegos de cláusulas administrativas
particulares y de prescripciones técnicas, documentos en que se determina y
detalla el objeto del contrato y que acepta plenamente, de lo que deja
constancia firmando en este acto su conformidad con cada uno de ellos”.
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La cláusula tercera del contrato establece un plazo de ejecución de cinco
años prorrogable por periodos de la misma duración hasta un máximo de
20 años.
Por Resolución de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales, se
prorroga el plazo de ejecución del contrato desde el 13 de noviembre de
2008 hasta el 12 de noviembre de 2013, ambos inclusive, formalizándose
el contrato de gestión de servicio público para “Atención de Personas con
Discapacidad Intelectual en el Centro Ocupacional de Fuenlabrada
(Madrid)”, el día 13 de noviembre de 2008.
Del informe de la subdirectora general de Atención a la Discapacidad y
Enfermedad Mental de 9 de diciembre de 2011 se desprende que desde el
7 de abril de 2005, la Comunidad de Madrid tenía conocimiento de una
deuda existente a favor de la comunidad de propietarios del Polígono
Industrial B en concepto de cuotas de comunidad y que la Administración,
de forma reiterada, puso en conocimiento de la entidad C la existencia de
estas deudas.
El 2 de febrero de 2006, la administración de la comunidad de
propietarios envía un fax a la Consejería de Familia y Asuntos Sociales en
el que indica que la contratista no se había puesto en contacto con ellos
para el pago de la deuda y adjunta cuadro explicativo de la misma. La
Consejería de Asuntos Sociales, por fax de 6 de febrero siguiente, requiere
a la comunidad de propietarios el acta de constitución de la comunidad, así
como toda la documentación que consideren oportuna para acreditar la
inclusión de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales en la Comunidad
de Propietarios, sin que exista constancia en la Subdirección General de
haberse recibido la documentación requerida. La Consejería desconoce las
cantidades reclamadas, al no haber sido convocada para la asistencia a
juntas ordinarias y extraordinarias.
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Entiende la subdirectora general que los gastos de la comunidad de
propietarios han de ser asumidos por la entidad contratista del servicio y
“en ningún momento ha realizado pago alguno de las cantidades
reclamadas”.
Por sentencia de 16 de julio de 2012 del Juzgado de 1ª Instancia
número 20 de Madrid se condenó a la Comunidad de Madrid al abono de
la cantidad de 9.730,40 euros, más los intereses devengados, en concepto
de impago de las cuotas de la comunidad de propietarios del Polígono
Industrial B, en su condición de propietaria del inmueble y responsable
última del pago de dichas cuotas, explicitando que los pactos entre
Administración y contratista vinculan a las partes pero no se pueden
oponer frente a un tercero ajeno a la relación contractual como es la
comunidad de propietarios.
Mediante escrito de la Consejería de Asuntos Sociales de 24 de
septiembre de 2012, se requiere al representante legal de C, para que
liquide la deuda pendiente con la comunidad de propietarios y proceda al
pago de las futuras cuotas. Al mismo tiempo comunica “que procedan a
emitir los correspondientes recibos a nombre de la Comunidad de Madrid,
los cuales deberán pasarlos al cobro a esa entidad en el domicilio de la
Calle A, nº ddd, para su pago por el procedimiento que ustedes acuerden
con la misma”.
El director general de la contratista, por escrito de 4 de octubre de 2012
rechaza el requerimiento de la Consejería de Asuntos Sociales
argumentando que carece de base contractual para repercutir su importe en
la entidad contratista.
Por escrito de 19 de octubre, la directora general de Asuntos Sociales
realiza petición de interpretación del contrato de concesión de servicio
público al órgano de contratación, que emite propuesta de interpretación
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con fecha 29 de octubre de 2012, en la que, con fundamento en el
contenido de la cláusula 12 del pliego de cláusulas administrativas
particulares, infiere que los gastos correspondientes a las cuotas de la
comunidad de propietarios son gastos necesarios para la explotación del
centro, por lo que han de ser asumidos por el adjudicatario.
“Esta es la interpretación sostenida por la Dirección General de
Asuntos Sociales en los diferentes contratos de gestión de servicio
público que tiene adjudicados en régimen de concesión y, que no ha
suscitado ninguna controversia con las diferentes entidades
contratistas”.
Propone se dicte resolución que fije la interpretación de la cláusula 12
del pliego de cláusulas administrativas particulares que rigen el contrato,
previamente, se concede a la contratista trámite de audiencia para que en el
plazo de diez días hábiles presente alegaciones, documentos o
justificaciones que estime pertinentes.
Con fecha 6 de noviembre de 2012 presenta escrito de alegaciones en el
que manifiesta su oposición a la interpretación del contrato, ratifica lo
expuesto en anteriores comunicaciones y solicita se dicte resolución fijando
que en la cláusula 12 “no cabe entender comprendidos los gastos de
comunidad de propietarios”.
La secretaria general técnica, por delegación de firma del consejero de
Asuntos Sociales, en virtud de la Orden 1741/2011 de 10 de noviembre
resuelve, mediante Orden emitida sin fecha.
«Que las cuotas que se tengan que abonar a la comunidad de
propietarios están incluidas dentro de los gastos que lleva consigo la
explotación del centro ocupacional “Arquímedes” y, en consecuencia,
correrán a cargo del concesionario, en virtud de lo dispuesto en la
cláusula 12ª del pliego de cláusulas administrativas particulares por
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el que se rige el contrato de servicio público titulado “Atención de
Personas con Discapacidad Intelectual en el Centro Ocupacional de
Fuenlabrada (Madrid)”».
El 15 de enero de 2013, la Abogacía General de la Comunidad de
Madrid informa favorablemente la Orden de interpretación con la siguiente
argumentación:
«Es principio general la consideración del pliego de cláusulas
administrativas como la ley del contrato entre las partes y a su tenor
han de sujetarse. Por ello, cobran especial importancia los criterios de
interpretación que consagra el artículo 3.1 del Código Civil,
conforme al cual “las normas se interpretarán según el sentido propio
de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos
y legislativos y la realidad social del tiempo en que han de ser
aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de
aquellas”.
Partiendo del citado artículo, los criterios de interpretación
prioritarios han de ser el literal y el teleológico o finalista. Conforme
al primero de ellos, la cláusula controvertida establece claramente que
“correrán a cargo del contratista los gastos de obtención de licencias,
autorizaciones, permisos de cualquier tipo, tributos y cuantos lleve
consigo la explotación del centro”.
De igual modo, en atención al criterio teleológico, la finalidad que
pretende la Administración con la cláusula precitada es quedar al
margen de cualquier gasto que conlleve la utilización del edificio,
supuesto en el que, de modo claro, se incluyen las cuotas de la
comunidad de propietarios. En tal sentido debe ser interpretada la
cláusula 12ª del pliego».
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En este estado del procedimiento se remite el expediente a este Consejo
Consultivo para la emisión de informe preceptivo en relación a la
interpretación del contrato.
A la vista de tales antecedentes, formulamos las siguientes,
CONSIDERACIONES DE DERECHO
PRIMERA.- El Consejo Consultivo emite dictamen preceptivo, al
amparo del artículo 13.1.f).4º de la Ley 6/2007, de 21 de diciembre, de la
Comunidad de Madrid, conforme al cual:
“1. El Consejo Consultivo deberá ser consultado por la Comunidad
de Madrid en los siguientes asuntos: (…) f) Expedientes tramitados
por la Comunidad de Madrid, las entidades locales y las
universidades públicas sobre: (…) 4.º Aprobación de pliegos de
cláusulas administrativas generales, interpretación, nulidad y
resolución de los contratos administrativos y modificaciones de los
mismos en los supuestos establecidos por la legislación de Contratos de
las Administraciones públicas”.
La solicitud de dictamen al Consejo Consultivo se ha formulado por el
consejero de Asuntos Sociales, en aplicación de lo dispuesto en el artículo
14.1 de la Ley 6/2007, y del artículo 32.1 del Decreto 26/2008, de 10
de abril, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico del Consejo
Consultivo de la Comunidad de Madrid.
SEGUNDA.- Antes de entrar en el examen del procedimiento y del
fondo del asunto, debe examinarse cuál es la legislación aplicable al
presente contrato. El contrato de cuya interpretación se trata, es un
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contrato de gestión de servicios públicos, regulado por el Real Decreto
Legislativo 2/2000, de 16 de junio, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, en
adelante, TRLCAP, dicha legislación es aplicable al presente contrato en
virtud de su fecha de adjudicación (el 24 de octubre de 2003), en
aplicación de la disposición transitoria primera de la Ley 30/2007, de 30
de octubre, de Contratos del Sector Público.
En relación con el procedimiento, habrá que estar a la normativa vigente
al momento de iniciarse el procedimiento, por aplicación de las
disposiciones transitorias del Código Civil (Dictámenes 403/09, de 15 de
diciembre y 380/10, de 10 de noviembre).
Como señalábamos en nuestro Dictamen 561/09, la Administración no
puede, sin más, adoptar una resolución de interpretación del contrato, sino
que dicha resolución debe adoptarse en un procedimiento, debiendo
observarse con carácter general las exigencias de índole procedimental que
deben seguirse para tramitar, con las necesarias garantías, un expediente
como el remitido en consulta y, más concretamente, las prescripciones
contenidas en el artículo 211 TRLCSP y que no difieren de la normativa
procedimental anterior, debiendo darse audiencia al contratista, y, en caso
de que se formule oposición expresa del contratista, como garantía
adicional, la remisión del expediente al Consejo de Estado u órgano
consultivo de la Comunidad Autónoma, a efectos de que por éste se emita
dictamen preceptivo y no vinculante.
El trámite de audiencia al contratista se ha cumplimentado debidamente
en este caso, manifestando el contratista en su escrito de alegaciones su
oposición a la interpretación del contrato postulada por la Consejería de
Asuntos Sociales.
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El Real Decreto 1098/2001, de 12 de octubre, por el que se aprueba el
Reglamento General de la Ley de Contratos de las Administraciones
Públicas regula en su artículo 97 el procedimiento relativo a la resolución
de incidencias surgidas en la ejecución de los contratos. Sin embargo, la
disposición final primera del RGLCAP establece el carácter no básico del
artículo 97, y, por tanto, no resulta de aplicación en la Comunidad de
Madrid.
El Decreto 49/2003, de 3 de abril, por el que se aprueba el Reglamento
General de Contratación Pública de la Comunidad de Madrid, no
contempla la regulación del procedimiento de interpretación de los
contratos. A falta de un procedimiento específico previsto por la legislación
de contratos para tramitar las cuestiones interpretativas que se susciten
entre las partes contratantes, cabe acudir con carácter supletorio a las reglas
contenidas en el Título VI de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, por lo
que se constituyen como trámites necesarios el acuerdo de inicio del
expediente por el órgano de contratación, las actuaciones instructoras que
correspondan, la audiencia del contratista y la solicitud de dictamen al
Consejo Consultivo cuando exista oposición del contratista a la
interpretación propuesta por el órgano de contratación.
Por lo que se refiere al plazo para resolver el expediente de
interpretación del contrato, ni el TRLCSP ni el RGCAP establecen nada
al respecto.
Ello no obstante, el Tribunal Supremo en sentencias de 13 de marzo de
2008 (recurso 1366/2005), 9 de septiembre de 2009 (recurso de casación
para la unificación de doctrina 327/2008) y la más reciente de 28 de junio
de 2011 (recurso 3003/2009) ha declarado la aplicación supletoria de la
LRJ-PAC de conformidad con lo dispuesto en la disposición adicional
séptima del TRLCAP, de forma que si no se resuelve en un plazo de tres
meses habiéndose iniciado de oficio, se entiende caducado.
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En el presente expediente, el inicio del mismo tuvo lugar el 29 de
octubre de 2012 mediante propuesta de la jefa del Área de Contratación
dependiente de la Secretaría General Técnica de la Consejería de Asuntos
Sociales, por lo que el plazo para su resolución habría vencido el 29 de
enero de 2013, de lo cual no cabe sino concluir que el expediente está
caducado, ya que no consta que se haya suspendido el plazo para la
solicitud de informes preceptivos, de conformidad con lo establecido en el
artículo 42.5.c) LRJ-PAC. Esta circunstancia, no obstante, no impediría el
inicio de un nuevo expediente de interpretación si la Consejería lo estimase
oportuno.
Finalmente, es preciso advertir que la competencia para aprobar la
propuesta de acuerdo interpretativo sometido a consulta, corresponde al
Consejero de Asuntos Sociales como órgano de contratación, que aprobó el
PCAP y PPTE y firmó el contrato y, por tanto, el único competente para
la interpretación del mismo.
TERCERA.- Se plantea por el órgano consultante la adecuación a
derecho del ejercicio por el órgano de contratación de la potestad de
interpretar el contrato, en relación con la cláusula 12 del PCAP y, en
concreto sobre el alcance del párrafo: “Correrán a cargo del contratista los
gastos de obtención de licencias, autorizaciones, permisos de cualquier tipo,
tributos y cuantos otros lleve consigo la explotación del Centro”, en el
sentido de que las cuotas de la comunidad de propietarios se interpreten
como gastos que conlleva la explotación del centro.
Sin duda, el punto de partida para la interpretación del contrato es el
contenido de los pliegos que constituyen, según jurisprudencia
reiteradísima, la ley del contrato, en aplicación de la norma contenida en el
artículo 208 TRLCSP:
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“Los efectos de los contratos administrativos se regirán por las
normas a que hace referencia el artículo 19.2 y por los pliegos de
cláusulas administrativas y de prescripciones técnicas, generales y
particulares”.
Así lo ha entendido, por todas, la Sentencia del Tribunal Supremo de 25
de mayo de 1999. El propio Alto Tribunal considera improcedente que ni
siquiera en el documento en que se formalice la adjudicación definitiva, se
introduzcan modificaciones respecto de lo consignado en el pliego, so pena
de vulnerar el principio de la buena fe contractual (STS de 20 de marzo de
1992, y las que cita).
Dicho esto, la potestad de interpretar lo que disponen los pliegos y el
documento contractual corresponde al órgano de contratación. Así, el
artículo 210 de la TRLCSP le reconoce a la Administración contratante
“la prerrogativa de interpretar los contratos administrativos, resolver las
dudas que ofrezca su cumplimiento, modificarlos por razones de interés
público, acordar su resolución y determinar los efectos de ésta”, si bien no
de una manera incondicionada y absoluta, sino siempre “dentro de los
límites y con sujeción a los requisitos y efectos señalados en la presente
Ley”.
Al respecto de esta potestad de interpretar los contratos administrativos,
tiene dicho el Tribunal Supremo en Sentencia de 10 de febrero de 1999,
que:
“(…) la facultad de interpretación de los contratos corresponde
realizarla al órgano competente para su formalización (…) en la
medida en que, como ha declarado reiterada jurisprudencia de esta
Sala (Sentencias de 28 de septiembre de 1954, 16 de marzo de
1964, 16 de enero de 1974, 10 de abril y 9 de junio de 1978 y 17
de marzo de 1979, entre otras), la facultad interpretativa de la
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Administración no tiene otro alcance que el encontrar el verdadero
sentido y contenido a las cláusulas a que se someten las partes, sin
perjuicio de la aplicación supletoria de las reglas que con carácter
general establecen los artículos 1281 y siguientes del Código Civil,
criterio que además ha sido tenido en cuenta, igualmente, por el
Consejo de Estado (así en dictámenes de 23 de noviembre de 1961,
3 de mayo de 1962 y 24 de abril de 1969, entre otros), pudiéndose
llegar a la consideración final que, si bien en determinada
jurisprudencia de la Sala Tercera del Tribunal Supremo (así, en
Sentencia de 9 de diciembre de 1976 y otras anteriores), se ponía de
manifiesto que existía una presunción de autenticidad en la
interpretación llevada a cabo por la Administración, lo que
significaba que debía aceptarse ésta, mientras no se acreditase que
fuera errónea, la jurisprudencia más reciente de dicha Sala (así, en
Sentencia de 6 de julio de 1990) establece y acepta, sin más, los
criterios interpretativos del Código Civil”.
En definitiva, pues, la facultad de interpretar los contratos
administrativos que ostenta como una prerrogativa la Administración
contratante, si bien hasta un determinado momento fue admitida sin más
como válida por la jurisprudencia, en tanto no se demostrase que no era
correcta –lo que equivalía a afirmar en la práctica que dicha interpretación
estaba investida de una presunción iuris et de iure de veracidad-, la
evolución jurisprudencial, en un sentido más progresivo y acorde con los
tiempos, ha llevado a sostener que la Administración, al llevar a cabo dicha
interpretación contractual, ha de someterse a los criterios hermenéuticos
contenidos en los artículos 1281 y siguientes del Código Civil, no
pudiendo compartirse lo expuesto por la Abogacía General de la
Comunidad de Madrid en su informe de 15 de enero de 2013 en el que
alude a los criterios del artículo 3.1 del mismo Código Civil con el
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argumento de que el pliego es la ley del contrato, lo cual, siendo cierto, no
convierte al contrato en un texto normativo.
Como ya se señaló en nuestro Dictamen 130/09:
«(…) no hay obstáculo alguno en mantener la aplicabilidad de dichas
normas civilistas respecto de los contratos administrativos, tanto desde
el punto de vista del propio Código Civil, cuya supletoriedad se
reconoce en el título preliminar, al afirmar que “Las disposiciones de
este Código se aplicarán como supletorias en las materias regidas por
otras Leyes” (artículo 4.3 del CC), como desde la propia norma
contractual administrativa, que prevé dicho alcance supletorio en el
artículo 7 de la LCAP (con los matices correspondientes, por
tratarse de un contrato de concesión de obra pública, y que recoge el
artículo 7.2). En dicha norma se prevé la aplicación supletoria de
“las restantes normas de derecho administrativo y, en su defecto, las
normas de derecho privado”».
Pues bien, el artículo 1.281 del Código Civil dispone que:
“Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la
intención de los contratantes se estará al sentido literal de sus
cláusulas.
Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de los
contratantes prevalecerá esta sobre aquellas”.
En el caso sometido a dictamen, la cláusula 12 del PCAP establece que
el contratista correrá con los gastos “que lleve consigo la explotación del
centro”, de lo que se desprende que se trata de gastos inherentes a la
actividad de atención a personas con discapacidad intelectual, que es en lo
que consiste la explotación pero no a las cuotas de la comunidad de
propietarios.
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El artículo 9.1 de la Ley 49/1969, de 21 de julio, de Propiedad
Horizontal dispone: “Son obligaciones de cada propietario: e) Contribuir,
con arreglo a la cuota de participación fijada en el título a lo
especialmente establecido, a los gastos generales para el adecuado
sostenimiento del inmueble, sus servicios, cargas y responsabilidades que no
sean susceptibles de individualización”.
Este precepto pone de manifiesto que las cuotas de la comunidad de
propietarios, definitivamente, no constituyen un gasto inherente a la
actividad de atención a las personas con discapacidad intelectual, salvo que
dichas cuotas incluyesen gastos como agua, luz o electricidad, sino que
constituyen una carga derivada del derecho de propiedad en su modalidad
de propiedad horizontal y, por ende, imputable al propietario del inmueble,
en este caso, la Comunidad de Madrid.
Ahora bien, el informe de la Abogacía General de la Comunidad de
Madrid introduce la cuestión de que la intención de la Administración
autonómica al contratar era la de quedar al margen de todos los gastos “que
conlleve la utilización del edificio”. Para juzgar la intención de los
contratantes el artículo 1.282 del Código Civil se remite a los actos del os
contratantes coetáneos y posteriores al contrato.
En atención a esta circunstancia, el expediente pone de manifiesto que
ya el 7 de abril de 2005 existían reclamaciones de deuda por parte de la
comunidad de propietarios, por lo que cabe inferir que ninguna de las
partes del contrato pagó dichas cuotas, puesto que el contrato se suscribió
el 12 de noviembre de 2003.
Este hecho permite juzgar la intención de la Administración en el
sentido de que, aparentemente, no tenía intención de pagar las cuotas de
comunidad de propietarios.
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Sin embargo, en esta circunstancia es preciso acudir al artículo 1.288 del
Código Civil, en cuya virtud “La interpretación de las cláusulas oscuras de
un contrato no deberá favorecer a la parte que hubiese ocasionado la
oscuridad”. En este sentido, no cabe olvidar que la cláusula objeto de
interpretación controvertida es una cláusula del PCAP, elaborado por la
Administración de la Comunidad de Madrid y, si su voluntad inicial era
haber pactado que el contratista asumiría el pago de cualquier gasto
relacionado con el inmueble, hubiera bastado con consignar de forma clara
en el pliego dicha circunstancia.
A mayor abundamiento, el artículo 1.283 del Código Civil establece que
“Cualquiera que sea la generalidad de los términos de un contrato, no
deberán entenderse comprendidos en él cosas distintas y casos diferentes de
aquellos sobre los que los interesados se propusieron contratar”, lo que
impide hacer una interpretación extensiva de los gastos que conlleve la
explotación del centro a otros gastos.
Por ello, de acuerdo con los criterios de interpretación de los contratos
regulados en el Código Civil no resulta correcta la interpretación propuesta
por la Administración.
En mérito a lo que antecede, este Consejo Consultivo extrae la siguiente
CONCLUSIÓN
El expediente de interpretación contractual está caducado, lo que no es
óbice para que la Consejería de Asuntos Sociales incoase un nuevo
expediente si lo estimase oportuno.
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A la vista de todo lo expuesto, el órgano consultante resolverá según su
recto saber y entender, dando cuenta de lo actuado, en el plazo de quince
días, a este Consejo de conformidad con lo establecido en el artículo 3.7 del
Decreto 26/2008, de 10 de abril, por el que se aprueba el Reglamento
Orgánico del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid.
Madrid, 3 de julio de 2013
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